La literatura alemana y el hip hop; ¿Dos caras de la misma moneda?

June 15, 2017 | Autor: Matias Camarena | Categoría: Johann Wolfgang von Goethe, Hip-Hop/Rap, Devil, Mefisto
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Descripción

La literatura alemana y el hip-hop: ¿dos caras de la misma moneda?

por Matías Camarena Aguilar

El propósito de este ensayo es brindar al lector la oportunidad de aventurarse en el sombrío pero fascinante mundo del rap y encontrar en éste, paralelos con una de las más grandes obras de la historia de la literatura, el Fausto de Goethe. Aquí podría caber la pregunta de cómo se me ocurrió algo tan descabellado y hasta peligroso, pues no es común escuchar que algunas de las ideas de Johann Wolfgang von Goethe también habitan en las mentes de frívolos y despiadados gángsters, quienes en su mayoría no terminaron ni la secundaria. Es simple: yo, al igual que muchos, disfruto profundamente el arte; sin embargo, éste me conquistó hace muy poco y a través de dos formas de expresión que no suelen llegar juntas. Fue en momentos de gran soledad y confusión cuando descubrí la poesía del romanticismo alemán. Casi al mismo tiempo, las letras de un rapero jalisciense apodado C-kan me hicieron poner en duda todo lo que creía saber de mi país y la gente que vive en él. Estos personajes tan alejados de mí (los románticos murieron cientos de años antes de que yo naciera y el mundo del rap estaba en ese entonces por completo alejado de mi entorno)

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parecían comprenderme mejor que cualquiera de los que considero mis mejores amigos, y mis familiares cercanos. No tardé en volverlos mis compañeros entrañables. Entendí que probablemente nunca lograremos eliminar por completo la soledad a la que estamos condenados como seres humanos, pero podemos enfrentarnos a ella a través del arte, un aliado incondicional capaz de fortalecernos en la lucha por conocer más sobre nosotros mismos y quienes nos rodean. Esto despertó una nueva incógnita: ¿cómo es posible que los raperos posean la sensibilidad para crear una forma de expresión artística capaz de cambiar la vida de una persona de manera tan definitiva como algunos de los más grandes pensadores en la historia de la humanidad? Fue entonces cuando me aventuré en los orígenes del hip hop, tratando de comprender qué dolor puede ser tan fuerte como las palabras y sentimientos que conforman este arte. Esta búsqueda me condujo a la ciudad de Nueva York, donde a mediados del siglo XX se le encomendó a un hombre llamado Robert Moses encabezar un ambicioso proyecto que pretendía convertir la isla de Manhattan en un centro de riqueza. Como parte de esta iniciativa, en 1948 empezó la construcción de la autopista Cross Bronx Expressway, que conectaría el norte de Manhattan con el Bronx y los suburbios de Queens y New Jersey. Esta obra cambiaría la forma de transportarse de los neoyorquinos; sin embargo, desataría , a la postre, una crisis social sin precedente en esta ciudad. Para el año de 1953, una fosa de cuatro kilómetros atravesaba el Bronx y anunciaba la catástrofe que se aproximaba. Para poder cavarla, el gobierno de la ciudad utilizó permisos de "renovación urbana" que le permitieron desalojar a los habitantes de todos los barrios que se encontraban en el área donde se construiría el capricho de Moses, sin verse obligados a reembolsarlos de manera adecuada. La mayoría de los desplazados eran familias de ascendencia afroamericana, puertorriqueña y judía, quienes contaban con muy bajos recursos.

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Moses planeó trasladar a esta gente a una serie de edificios que fueron construidos por él mismo, siguiendo el modelo de las Torres en el Parque, creado por el francés Le Corbusier. Este arquitecto fue muy criticado por concentrarse demasiado en aprovechar el espacio y no atender necesidades vitales de los habitantes de sus diseños. Particularmente las Torres en el Parque son rechazadas por volver a sus residentes parte de una masa homogénea y atentar así contra su individualidad. No pasó mucho tiempo antes de que los dueños de estas construcciones buscaran la manera de multiplicar sus ganancias y las privaran de servicios como mantenimiento o calefacción, obligando así a las familias a asentarse en otros edificios abandonados o en malas condiciones. Cuando las torres empezaron a vaciarse, los administradores idearon un plan para sacarles aún más provecho a través de incendios que las destruyeran. Con altas pólizas de seguros, podían cobrar por la destrucción del inmueble y ganar más dinero de lo que ganarían si éste estuviera habitado. Las aseguradoras jugaban su papel cobrando comisiones por cada póliza y crearon un negocio redondo que fue ignorado por las autoridades. Comenzó una ola de incendios en el Bronx, en la que durante sólo cuatro años se registraron 30 mil incendios, que dejarían el condado en un grave estado de marginación y necesidad. El gobierno de la ciudad culpó a los desamparados habitantes por estos incidentes. Un senador local de apellido Moynihan, envió un memorándum al presidente Nixon asegurando que “la gente del Bronx no quiere viviendas, de lo contrario no les prendería fuego”. A raíz de esto, Moynihan proponía controlar la situación impulsando un programa de “negligencia benigna”, cuyo objetivo era cortar servicios y recursos del área en conflicto. Nixon estuvo de acuerdo con esta iniciativa y las autoridades locales empezaron a desmantelar estaciones de bomberos y escuelas, y a eliminar servicios sociales en el South Bronx. Las condiciones empeoraron y dieron paso a extrema miseria en los barrios.

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Esta miseria provocó algo aún peor: el pandillerismo. En el Bronx ya existían grupos delictivos de adolescentes antes del éxodo afroamericano y latino a esta zona; eran pandillas formadas por jóvenes blancos. Sin embargo éstas, al sentirse amenazadas por la llegada de los nuevos habitantes, comenzaron a golpear y hostigarlos. En respuesta, las víctimas de estos ataques formaron sus propias pandillas. Al principio tenían intenciones de defensa y posteriormente llegaron a controlar los barrios y se dedicaban a demostrar su poder aterrorizando a los habitantes. En los peores tiempos del pandillerismo, entre 1968 y 1973, un joven puertorriqueño llamado Benjamin Meléndez formó junto con sus hermanos y un exmarine, apodado Karate Charlie, una pandilla que cambiaría la historia. Los Ghetto Brothers llegaron a ser una de las pandillas más agresivas y crueles de la ciudad e incluso extendieron su dominio a otros estados como Pennsylvania. Cuando la heroína se apoderó de las calles y los adictos comenzaron a robar para satisfacer sus vicios, Meléndez y sus compañeros participaron en una ola de brutales asesinatos de dealers y junkies. Estos ataques provocaron la muerte de muchos inocentes; no obstante también ayudaron a reducir el consumo de droga en los barrios. Las conductas violentas de los Ghetto Brothers cambiaron el día en que un carismático exadicto llamado Benjamin Cornell fue rescatado de las calles y aceptado en las filas de la banda. Black Benjie, como fue apodado posteriormente, recibió el nombramiento de consejero de paz, un hecho sin precedente ya que todas las demás agrupaciones sólo contaban con consejeros de guerra, quienes planeaban los enfrentamientos con sus rivales. Los Ghetto Brothers iniciaron un movimiento de pacificación del South Bronx que empezó a tener mucho éxito; sin embargo, éste sería puesto a prueba el 2 de diciembre de 1971. Esa noche, el liderazgo de la pandilla se encontraba en su sede cuando le llegaron rumores de un ataque en su contra orquestado por sus enemigos. Meléndez envió a Black Benjie como delegado para buscar una tregua. El joven de 25 años ni siquiera tuvo la oportunidad de dar su mensaje, pues fue asesinado a golpes de inmediato.

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La muerte de Cornell cambió el panorama. Se formó un ejército de pandillas con soldados provenientes de diferentes entidades que sólo tenían un objetivo: vengar a Black Benjie. Lo único que faltaba era que los líderes, Meléndez y Karate Charlie, dieran la orden de ataque. Pasó el tiempo y para desconcierto de los integrantes de los Ghetto Brothers y otros grupos que se habían sumado para el combate, la orden no llegaba. Después, los dos jerarcas se reunieron con la señora Cornell, madre del difunto Benjie, para buscar su consejo. Cuando Charlie le comunicó orgulloso que tenían un ejército listo para hacer pagar a quienes le arrebataron a su hijo, ella reaccionó agresivamente. "Nada de venganzas, mi hijo vivía para la paz." Este enunciado cambió la manera de pensar de los dos pandilleros y los motivó a abrir el diálogo con sus enemigos, organizando una reunión en la que estuvieran presentes todas las pandillas con todos sus líderes. La reunión tuvo un difícil comienzo que mermó la esperanza de muchos; sin embargo, se logró firmar un acuerdo de paz entre los jóvenes. La base de la tregua era reconocer que sus verdaderos enemigos eran los gobiernos tiránicos y la policía, quienes los habían arrinconado a vivir en pobreza y miseria.

La paz no se dio inmediatamente. Aún había algunos enfrentamientos aislados entre pandillas, y la guerra se reanudó una década después por la aparición de drogas como el crack y las metanfetaminas; pero Meléndez tuvo una gran idea que le dio un rumbo positivo a la situación. Los Ghetto Brothers, aparte de una pandilla, eran una banda musical conformada por los presidentes de la organización y algunos de sus allegados más cercanos. La música que componían era una mezcla de ritmos latinos y el exitoso estilo de los Beatles. Como parte de su estrategia de paz, empezaron a organizar fiestas con música en vivo, que poco a poco fueron atrayendo a integrantes de otras pandillas. En las primeras, la tensión era obvia; sin embargo, gradualmente se fue sintiendo integración de todos los asistentes y eso hizo que aquellos jóvenes, quienes alguna vez lucharon a muerte unos contra otros, pudieran compartir una pista de baile y hasta entablar amistades. Estas fiestas fueron evolucionando y dieron lugar al auge de las "house parties" en

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el Bronx, reuniones anteriormente típicas de Jamaica en las que alguien ponía su residencia a disposición para hacer una velada y ganar dinero para la renta a través de cobrar a los asistentes. Fue en una de éstas que un joven ordinario llamado Clive Campbell se convirtió en Kool Herc, el primer representante del primer elemento de los cuatro que conforman el hip hop: los DJs (los Disc Jockeys ya existían antes de la aparición de Kool Herc, pero él revolucionó esta disciplina y es conocido como el padre del hip hop). Campbell era originario de Jamaica y llegó con 12 años al Bronx. Su madre se había mudado algunos años antes a los Estados Unidos y decidió llevarse a su familia para protegerlos del momento de opresión que vivía su país en esa época. Tras sufrir el rechazo en los barrios de Nueva York por su origen jamaiquino, Clive logró obtener respeto por medio de sus habilidades deportivas. Su dedicación al atletismo se dejaba ver en su físico, pues era de complexión muy fuerte, lo que le dio el apodo de Hércules, que él mismo abrevió a Herc. Otra actividad que llamó mucho su atención fue el segundo elemento del hip hop: el grafiti. Esta forma de expresión callejera surgió en la ciudad de Filadelfia por los años sesenta, cuando un adolescente quien se hacía llamar CORNBREAD, popularizó la práctica de pintar con aerosol muros y a veces hasta vagones del Metro. Se cuenta que su intención original era sólo llamar la atención de una chica; sin embargo, el alcance de sus pinturas urbanas fue enorme y para 1968 grafitear ya era una práctica común en las calles de Nueva York. El grafiti consistía en demostrar rebeldía. Los grafiteros pretendían ejercer su libertad independientemente de las reglas, burlando las órdenes de la policía. Los más intrépidos incluso se adentraban en territorios de pandillas y marcaban sus muros, poniendo así su propia vida en riesgo. Su arte era aún muy tribal, consistía solamente en escribir un apodo que indicara que esa persona había estado ahí. El apodo de Clive Campbell era Kool, mismo que se volvió parte de su nombre artístico cuando empezó como DJ, DJ Kool Herc. La más grande pasión de Campbell era la música, pasaba horas escuchando su colección de discos. Cuando su padre le obsequió un poderoso equipo de sonido, Herc lo alteró para hacerlo más potente y se

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volvió una sensación en las fiestas del barrio. Generalmente, la música que escuchaban los jóvenes eran pistas de James Brown u otros intérpretes del género. Tras adquirir experiencia, observando a los asistentes de las reuniones, el DJ se dio cuenta de que esperaban ansiosamente a que llegara el break (recurso utilizado en el jazz y el blues que consiste en un corto periodo de la canción en el que sólo se escucha un interludio instrumental o de percusión) para poder enseñar sus movimientos en la pista de baile. Con la intención de animar más al público, Kool Herc empezó a alterar sus viniles para que la canción sólo consistiera del break y la gente pudiera bailar durante más tiempo. Esto causó euforia y los bailarines más experimentados pudieron elaborar coreografías cada vez más complicadas. Campbell llamaba a los que pudieran bailarlas break-boys o break-girls y hoy día se conoce a este baile como otro de los cuatro elementos del hip hop: el break-dance. Finalmente, tras adquirir un micrófono, el DJ y sus amigos anunciaban las canciones o animaban al público gritando ocurrentes frases que rimaban al son de la música. Se hizo costumbre que los anfitriones de la fiesta tuvieran a alguien que jugara el papel de maestro de ceremonias. Así nació el cuarto elemento del hip hop: los MC (Masters of Ceremonies), quienes fueron pioneros del rap moderno. Con el nuevo estilo impulsado por Kool Herc, el hip hop se convirtió rápidamente en un género musical muy cotizado por los clubes nocturnos en Nueva York. Los bailes de los break-boys y las rimas ocurrentes de los MC conquistaron al público joven y ayudaron a los chicos afroamericanos de los guetos a encontrar una identidad y ganarse el respeto de una sociedad que solía despreciarlos. El movimiento se propagó por los Estados Unidos y a mediados de la década de 1980 llegó a Compton, California. La guerra entre pandillas, el consumo de drogas como el crack y el racismo que ejercía la policía en contra de la juventud afroamericana, hacían de esta pequeña ciudad al sur de Los Ángeles un claro ejemplo de la miseria que escondía el sueño americano. Tras la llegada de los ritmos provenientes de Nueva York, los habitantes de Compton adoptaron el hip hop de una manera muy especial y lo convirtieron en un medio para exponer la terrible situación en la

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que vivían. Un grupo de jóvenes se aficionaron a este género y crearon el conjunto Niggaz with Attitude. Los MC de esta banda estremecieron a la juventud americana exponiendo el universo de los valores de un chico común de los guetos de California. El dinero, la misoginia, el racismo y la violencia eran para ellos un estilo de vida, resultante de una eterna lucha por sobrevivir. El éxito de NWA dio lugar a la época de oro del rap durante la década de los noventa y posicionó este género por todo el planeta.

Uno de los primeros países en recibir la influencia de este nuevo arte fue Alemania. Yo estudié tres años en Alemania y antes de llegar a este país, desconocía muchos aspectos de su cultura. La imagen que tenemos en el extranjero de los teutones suele ser la de una sociedad avanzada, que tras levantarse de duras crisis logró volverse uno de los líderes de la economía mundial. Los alemanes eran para mí —y en cierto sentido lo siguen siendo— pioneros en las ciencias y un ejemplo a seguir en políticas públicas que benefician a toda su población. Las palabras miseria o pobreza no formaban parte de mi idea de Alemania. Esto cambió cuando entré en contacto con el llamado Deutsche Rap, pues esta nación cuenta con una de las más importantes corrientes de hip hop en el mundo. Gracias a este modelo de rap aprendí que el german dream está lejos de beneficiar a todos los habitantes de esas tierras. Nunca habría imaginado que la bella Hamburgo fuera escenario de numerosos crímenes perpetrados por menores de edad o que en Fráncfort del Meno, a menos de cinco kilómetros de la sede del Banco Central Europeo, haya jóvenes consumiendo crack a plena luz del día. Otro gran problema que sufre Alemania es la dificultad de integración a la sociedad, que enfrenta una enorme cantidad de migrantes yugoslavos, turcos y árabes. Hay un marcado rezago social en numerosas zonas de este país y una buena parte de esto es negado u ocultado por el gobierno, pues mancha su imagen progresista.

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Mientras intentaba comprender ese mundo de miseria, de gente sin identidad que lucha por hacerse un nombre y denunciar el infierno que significa su existencia, llegó a mi poder un antiguo libro que cambió mi perspectiva. Publicado en el siglo XIX, Fausto. La tragedia de Johann Wolfgang von Goethe, narra la historia de un hombre que a pesar de haber alcanzado una sabiduría inigualable, no logra apartarse de la miseria que lo acecha sin descanso. Fausto entabla una relación con Mefistófeles, el espíritu de la negación, quien lo pone en contacto con su propio lado "oscuro" y le enseña un mundo de placeres que no encaja en el ideal de la sociedad de su época, pero que es parte de la naturaleza humana. Esta obra puede leerse como síntesis de la historia de la literatura y el pensamiento alemanes, y es posible, desde cierta perspectiva, compararla con una canción llamada "Dance with the Devil" compuesta por el rapero neoyorquino Felipe Coronel, quien se hace llamar Immortal Technique. En mi opinión, este sencillo incluye en sus sombrías letras algunos de los aspectos más importantes del hip hop y de la historia de sus creadores. "Dance with the Devil" es el sencillo más famoso de Immortal Technique. Dura alrededor de 9 minutos en su versión original y narra la dura vida de los guetos americanos. El protagonista de la historia se llama William, al igual que el personaje principal de la obra Death of a Salesman de Arthur Miller, publicada en 1949. Las dos figuras comparten una característica crucial: cometen suicidio tras haber enfocado sus vidas en ser aceptados por el entorno que los rodea, sin buscar su propia identidad. Billy Jacobs, el personaje creado por Immortal Technique, teme al rechazo de los jóvenes gángsters del barrio en el que vive y termina cometiendo actos violentos y despiadados como asesinatos, venta de drogas e incluso una violación. Billy crece sin padre y con una madre que lucha por curarse de su adicción al crack para poder sacar adelante a su primogénito. Los jóvenes que viven en esta miseria son abandonados por la sociedad y obligados a crecer sin identidad, pues se les ve como parte de una masa peligrosa para el mundo. En cambio Willy Loman, presente en la obra de Arthur Miller, es un exitoso vendedor que encarna el ideal americano y sigue con vehemencia las

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reglas sociales con el afán de agradarle a la gente que lo rodea; no obstante, será alcanzado por la miseria emocional cuando se dé cuenta de que ha vivido persiguiendo el éxito, ignorando sus propios deseos. Los dos William son polos opuestos en la sociedad estadounidense, pero comparten un mismo destino. Así como Billy Jacobs se esfuerza por eliminar su lado humano y sensible, William Loman niega la presencia de los deseos e impulsos que habitan en su subconsciente. ¿Dónde encajaría el Doctor Fausto en esta constelación? El mítico personaje alemán dedica su vida al conocimiento, intentando controlar todo a su alrededor y en lo profundo de su persona. Su obsesión con la objetividad y la ciencia lo hacen dejar de lado todo placer carnal o impulso basado en sentimientos. Al igual que los otros dos, Fausto se da cuenta de que su vida ha sido intrascendente y siente un profundo vacío existencial, pues carece de un yo interno. Jacobs y Loman no pueden con la soledad que los acosa y encuentran una salida en el suicidio; sin embargo Goethe, quien a su vez estuvo a punto de quitarse la vida tras pasar por una situación parecida, explora otro camino. En la obra, Fausto hace un pacto con el diablo, Mefistófeles, quien le enseña aquello que él ha evitado toda su vida: la parte más vulgar y banal de la naturaleza humana. En esta experiencia, Fausto logra parcialmente forjar una identidad y comprenderse a sí mismo como nunca lo había hecho. La historia de Billy Jacobs es en parte la de Immortal Technique, quien creció en Harlem y adoptó la violencia como forma de vida. Era aficionado al conocimiento, pero sus ideas se volvieron demasiado radicales y comenzó a participar en ataques contra el gobierno y la clase alta. Por sus frecuentes problemas con la justicia, Felipe Coronel fue condenado a dos años de prisión. Este tiempo fue para él como una temporada en el infierno. Al igual que Fausto, Coronel conoció el lado más oscuro de su persona y gradualmente logró forjarse una identidad y un sentido de vida. Hoy día es un respetado activista, y su opinión en temas políticos es buscada por prestigiados medios de comunicación.

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"Dance with the Devil" esconde otros mensajes que también se encuentran en la obra emblemática del Clásico Alemán. Después de narrar cómo Billy se aleja de su familia y es controlado por su necesidad de acumular respeto y bienes materiales, el rapero hace una pausa en la trama y canta un estribillo. Éste contiene los versos: "Devils used to be Gods, Angels that fell from the top/ there´s no diversity because we´re burning in the melting pot" [Los demonios solían ser Dioses, ángeles caídos de lo más alto/ no hay diversidad pues todos formamos parte de una olla ardiente]. En el Fausto nos son presentados un Dios y un diablo, quienes se comunican e incluso apuestan sobre el destino de un ser humano. A lo largo de la trama, Mefisto da muestras de una superior inteligencia y hasta un atisbo de bondad, pues intenta ayudar a Fausto a salvar a su amada Margarita de la condena a muerte. Si bien es cierto que es él quien manipula a Fausto y provoca la pérdida de la virginidad de la joven, son los habitantes del pueblo quienes en nombre de Dios la rechazan, provocando que ahogue a su propio hijo. Goethe nos muestra a un Dios que impone reglas en la humanidad e incitan a la crueldad de los seres, y a un Diablo capaz de sentir empatía con los hombres; y finalmente salva la vida de Fausto, cuando éste se encontraba al borde del suicidio. En esta obra, al igual que en las líneas de "Dance with the Devil", los demonios pueden ser dioses y los dioses pueden convertirse en demonios, pues el bien y el mal son subjetivos y forman parte de la naturaleza humana. La canción narra la evolución de Billy, quien ofrece a sus despiadados ídolos violar a una mujer, para poder así demostrarles que es tan cruel y vil como ellos. Los criminales aceptan y lo llevan a una esquina en la madrugada, donde Jacobs deberá escoger a su víctima. Las referencias a violaciones son frecuentes en el rap moderno. Muchos MC se jactan de no respetar a las mujeres y de verlas solamente como un objeto sexual. En el rap alemán hay intérpretes que se hacen llamar a sí mismos "el violador" o incluso "el violamadres". Goethe, proveniente del mismo país que ellos, narra cómo Fausto, de edad avanzada, se aprovecha de la inocencia de una menor para tener sexo con ella. En el caso del Doctor, la violación repercute en la muerte

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de la pobre niña, sin embargo no tiene ninguna consecuencia física para el protagonista. Por otro lado, el rapero neoyorquino imagina un desenlace diferente para su historia que busca mostrar la gravedad de este crimen. Billy y sus nuevos compañeros interceptan a una mujer y le tapan la cara. Tras violarla y golpearla, los hombres deciden que debe morir y le encomiendan a Jacobs asesinarla. El joven, crecido por la fuerza que le brindan sus "hermanos", le descubre la cara con el fin de ver a su víctima a los ojos; sin embargo, los ojos que encontró no fueron otros sino los de su propia madre. Con este brutal giro de los acontecimientos, Immortal Technique metaforiza la conducta egoísta de Billy como una manera de despreciar lo que su madre hizo al darle la vida. En mi opinión, lo que une a estas dos obras, y en general al hip hop con la literatura alemana, es la manera en que los autores son capaces de abordar algunos de los más oscuros fenómenos de nuestra propia naturaleza, revelando así aspectos del ser humano que quisiéramos mantener ocultos. Yo le agradezco mucho a los autores de estos géneros, pues me han enseñado que sólo aceptando los demonios que habitan en nuestro inconsciente, y logrando que convivan en paz con los ángeles de nuestra razón, podemos encontrar una identidad; y nuestra propia identidad será la única capaz de prepararnos para enfrentar al mundo. Como dijo alguna vez el Diablo en la obra de Goethe: "Tú eres, al fin y al cabo... lo que eres. Ponte pelucas de millones de bucles; calza tus pies con coturnos de una vara de alto, y a pesar de todo, seguirás siendo siempre lo que eres".

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