La libertad de prensa en Turquía y su influencia en el proceso de adhesión a la Unión Europea

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Descripción

Trabajo de Fin de Grado de Periodismo

La libertad de prensa en Turquía y su influencia en el proceso de adhesión a la Unión Europea

Autora

Alexandra Fernández Coego Tutora Dolores Rubio García Fecha 29/05/2015

ÍNDICE

Resumen​…………...…………………………………………………..……………..……..………..…… 2 Introducción​…………...…………………………………………………..………………..…………… 3 I.​ Un estado sin libertad de prensa. Introducción a la prensa turca: historia reciente y situación actual​……………………….. 5 a.

La legitimación de la censura…………………………………………………………………. 7

b.

Una cárcel de periodistas………………………………………………………………………. 12

II. Los esfuerzos de adhesión



Introducción al proceso de adhesión de Turquía a la Unión Europea​………………….…17 a.

Cambios​ legislativos relacionados al proceso de adhesión a la UE………….….19

b.

Las dificultades de aplicación: un futuro incierto………………….…...……...………...22

III. Conclusiones​………………………………………….……………………………………………. 26 Bibliografía​…………………………………………………...……………………………………………. 28 Anexos​…………………………………………………...………………...…………………………………. 30

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Resumen La historia reciente de Turquía la ha situado en el punto de mira tanto de la Unión Europea como de la prensa internacional. Desde los primeros acercamientos entre la Comunidad Europea y el estado mediterráneo, con la firma del Tratado de Ankara en 1950, pasando por el anuncio oficial de su candidatura a la Unión en el Consejo de Helsinki de 1999, los sucesivos ejecutivos del país han realizado diversos esfuerzos de adecuación a la normativa comunitaria. A pesar de ello, el cumplimiento del primero de los Criterios de Copenhague (Comisión Europea: 2010), el político1 , se presenta cada vez más problemático. En 2013, Turquía se situó a la cabeza de los rankings de los estados con más periodistas en la cárcel (Freedom House, 2014: 2), y, a pesar del quinto paquete de reformas judiciales pasado en marzo de 20142 y varias absoluciones que redujeron la cifra a siete periodistas (​ibid, 2015: 1), el Parlamento aprobó varias reformas legislativas que otorgaron poderes de vigilancia sin precedentes a la Agencia Nacional de Inteligencia (Amnistía Internacional, 2015: 443) y se realizaron redadas a varios medios de comunicación, incluyendo el periódico ​Zaman, por supuestas relaciones con el movimiento Güllen3 . Actualmente, esta censura se lleva a cabo, entre otros métodos, a través de la vagueza del vocabulario jurídico de diversas leyes penales y constitucionales, lo que ha provocado el envío de numerosos paquetes de reformas en materia de libertad de prensa por parte de la Unión Europea para llegar a una compatibilidad con el acervo que permita seguir adelante en las negociaciones de adhesión.

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​(...) el criterio político: la existencia de instituciones estables que garanticen la democracia, el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos y el respeto y protección de las minorías; 2 En una de sus más importantes modificaciones, el periodo máximo de prisión preventiva se redujo de 10 a 5 años, lo que resultó en la liberación de la mayoría de periodistas a espera de juicio. 3 El movimiento Gülen es un movimiento social religioso de carácter transnacional liderado por el académico y clérigo Fethullah Gülen. Se ha considerado como una “mezcla moderada del Islam”.

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El objetivo de este estudio es analizar la situación actual del periodismo en Turquía bajo el aparato de censura del gobierno, la legitimación de dicho aparato a través de la normativa turca, el conflicto con los paquetes de reformas de la Unión Europea y las dificultades que se presentan a la hora de aplicarlas.

Introducción Partimos de la hipótesis siguiente: ​Turquía, cuya falta de adecuación normativa con el acervo comunitario en materia de libertad de prensa presenta un obstáculo a su adhesión a la Unión Europea, no ha llevado a cabo los esfuerzos necesarios para subsanar dicho desajuste. Para analizar esta cuestión, en este estudio se ha optado por la siguiente metodología: primero, por una contextualización histórica, necesaria para bien comprender la evolución de los aspectos jurídicos tanto por la parte turca como la de la Unión; y, segundo, un análisis de dichos aspectos jurídicos. Este análisis será tanto formal (lenguaje y modificaciones legislativas) como práctico (aplicación de la norma y efectos). En cuanto a la estructura del estudio se ha optado por dividir la cuestión en dos partes. La primera, sobre el estado de la libertad de prensa en Turquía, con una breve introducción a la historia del periodismo turco hasta nuestros días, seguida de dos subpartes: la primera acerca de la legitimación de la censura, o el aparato legal que permite la censura, y la segunda sobre su aplicación y efectos sobre los periodistas turcos. En una segunda parte analizaremos de qué manera han influido los esfuerzos de adhesión a la Unión Europea a la situación de censura. Al igual que en la primera parte, contará con una introducción, esta vez sobre las relaciones entre la Unión y Turquía, seguida de dos subpartes; la primera dedicada a estudiar los paquetes de reformas enviados por la UE y la segunda, a las dificultades políticas de su aplicación. A lo largo de la realización del estudio nos hemos topado con varios problemas en cuanto al estado de la cuestión. El primero y quizás la más importante es el difícil acceso a información esencial cuya versión original está en turco. No solo por la 3

posible ausencia de una traducción oficial al español, inglés o francés, si no por la dificultad intrínseca que presenta la traducción de ciertos textos legislativos en los cuales la elección de términos concretos es clave para comprender la ley4 , sobre todo en normas de lenguaje tan vago como las analizadas en este estudio. Además, hay una enorme ausencia de literatura en esta materia en español. En segundo lugar, la falta de estudios actualizados sobre las reformas legislativas y coyuntura política más recientes. En tercer lugar, la investigación doble que supone la utilización de fuentes turcas. No solo es necesario encontrar las adecuadas, si no que además se debe investigar la procedencia de los periodistas o académicos ya que la pertenencia a ciertos conglomerados mediáticos afines al gobierno afecta directamente a la línea editorial de sus publicaciones y, por ende, a la visión reflejada en los artículos de investigación. En cuarto y último lugar, el desequilibrio en cuanto a volumen de estudios sobre esta cuestión. Mientras que abundan las investigaciones sobre la libertad de prensa en Turquía y sobre su proceso de adhesión a la Unión Europea, es complicado encontrar estudios que relacionen ambas cuestiones5 .

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Como veremos más adelante, el término “​Türklük” (​turkishness en inglés o ​turquicidad en español), incluído en el artículo 301 del Código Penal turco, presentó hasta su modificación en 2008 dificultades de comprensión para académicos no turco-parlantes y, a pesar de que se optó por la utilización mayoritaria de turkishness, todavía hay discrepancias. 5

Si bien es cierto que en ambos casos la mención mutua es inevitable, ya que la UE ha afectado en cierta medida a la legislación doméstica turca en materia de libertad de prensa y el proceso de negociación de adhesión se ha visto afectado por la estricta y controvertida aplicación de la norma turca.

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I.​ Turquía: un estado sin libertad de prensa Introducción a la prensa turca: historia reciente y situación actual Según Christian Christensen (2007 3: 179), para comprender dónde se sitúa la prensa turca hoy en día es necesario tener en cuenta cuatro asuntos clave: Primero, la rápida y, en ocasiones, incontrolada proliferación de políticas de libre mercado; segundo, la percepción general por parte de la población de un vínculo entre libre mercado y el proceso de democratización; tercero, el desarrollo del periodismo y los medios de comunicación de masas antes, durante y después de la llegada de las políticas de libre mercado; y cuarto la importante noción del ‘clientelismo’6. En Turquía, estos puntos clave se dieron durante las reformas económicas llevadas a cabo en 1983 por el primer ministro Turgut Özal, que pasó de un modelo estatista y aislado, basado en la centralización, con fuerte influencia militar y control estatal de los medios a un modelo basado en el mercado y el sector privado. El desarrollo de los medios privados provocó cambios en leyes establecidas anteriormente que permitían el monopolio de los medios por parte del estado (Karaman y Aras, 2000: 46). A pesar de ello, la rápida aceleración de la economía turca tras la revolución neoliberal de Özal llevó a un proceso de “ahuecamiento” o “tabloidización” en el que los medios de comunicación de masa trivializaron los asuntos políticos más importantes a través de la dramatización de los eventos más banales. En consecuencia nos encontramos con una situación de hiper-comercialización y extendido clientelismo, fruto de una competencia feroz entre grandes grupos mediáticos por obtener los mejores resultado económicos a través de la reducción de la inversión en el periodismo de investigación.

Según Cizre-Sakallioglu y Yeldan (2000: 503), “los medios de

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Clientelismo es el intercambio de bienes y servicios por apoyo político, a menudo incluyendo un quid-pro-quo explícito o implícito. Definición de Stokes, Susan C., Thad Dunning, Marcelo Nazareno y Valeria Brusco. 2013. ​Brokers, Voters, and Clientelism: The Puzzle of Distributive Politics. ​Cambridge University Press​.

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comunicación de masa, en su conjunto, [contribuyeron] a la desvinculación entre las reivindicaciones políticas y las percepciones de las condiciones socio-económicas”.7 Paralelo a este proceso de “ahuecamiento”, a lo largo de los años 80 y, sobre todo, durante la segunda mitad, se produjo un cambio en la propiedad de los medios de comunicación, tradicionalmente de administración familiar. Los nuevos propietarios, grandes grupos de conglomerados, instauraron una mentalidad más corporativa, ya que la mayoría tenían poca experiencia en el periodismo y buscaban utilizar sus adquisiciones en favor de intereses ajenos a él. Entre estos grupos cabe destacar el más poderoso de ellos actualmente, Do​ğ​an Media Group (DMG). El conglomerado se creó en 1997 y hoy en día es propietario de cuatro periódicos (ver Tabla 1)8 , ocho canales de televisión (ver Tabla 3 9), tres radios y la Do​ğan News Agency. Fijándonos tan solo en los datos de la prensa escrita, DMG controla casi la mitad de la tirada de los tres periódicos más vendidos y alrededor de un tercio de la tirada del top diez (ver Tabla 2). Otros grupos importantes son Ciner Media Group y Çalık Holding, siendo el presidente de este último el yerno del actual presidente Recep Tayyip Erdogan. En definitiva, el clima actual del periodismo en Turquía se puede resumir en tres aspectos: primero, la voluntad de los propietarios corporativos de instrumentalizar la cobertura mediática para ajustarse a los intereses político-económicos de la empresa matriz; segundo, la debilidad de los periodistas ante los propietarios corporativos; y tercero, que el poder corporativo se combina con una regulación estatal restrictiva en materia de libertad de expresión (Christensen 2007 3: 192).

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Texto original: “​The mass media, on whole, contributes to the detachment of political demands from appreciations of socio-economic conditions” 8 DMG es también propietario actualmente del periódico ​Fanatik, que no entra en el top 10 de periódicos con mayor tirada que se muestran en la Tabla 1. 9 DMG es también propietario y distribuidor actualmente de los canales Euro D, CNN Türk, Kanal D Romania, Cartoon Network, NBA TV, TV2 y Boing, los cuales no entran en el top 10 de canales de mayor share que se muestran en la Tabla 3.

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a. La legitimación de la censura La censura en Turquía está regulada tanto por legislación doméstica como por legislación internacional, prevaleciendo la segunda en caso de conflicto según lo previsto en el artículo 90 de la Constitución (1982): “(...) En el caso de conflicto entre acuerdos internacionales en el área de derechos fundamentales y libertades en vigor y la ley doméstica a causa de diferentes estipulaciones en dicha materia, las estipulaciones de los acuerdos internacionales deben prevalecer.” Gracias a ello y la ratificación en 1954 de la Convención Europea de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, muchos ciudadanos turcos acusados de cargos bajo las leyes analizadas a continuación han apelado a la Corte Europea de los Derechos Humanos y ganado los juicios10 . A lo largo de la historia de la norma turca son varios los artículos que se han encontrado problemáticos. Hoy en día, la mayoría de los arrestos y encarcelamientos se producen a través de tres leyes: la Ley Anti-Terrorismo (TMK11) y los artículos 314 y 301 del Código Penal (TCK12). La clave de su instrumentalización para limitar la libertad de prensa: su lenguaje vago y su estricta interpretación. Dentro de la TMK, los artículos 5, 6 y 7 específicamente son los utilizados para el encarcelamiento de periodistas (OSCE 2012: 1). Bajo esta ley se ha procesado y encarcelado, sobre todo, informadores y activistas kurdos a los que se le ha acusado de pertenencia al Partido de los Trabajadores de Kurdistán13 . El cuarto paquete de reformas, aprobado en 2013, modificó varios aspectos clave de la ley, incluyendo la ampliación de los límites de las restricciones a la hora de publicar declaraciones 10

El Art. 10 de la Convención Europea de los Derecho Humanos y Libertades Fundamentales salvaguarda la libertad de expresión: “Todos tienen el derecho de la libertad de expresión. Este derecho incluye la libertad de sostener opiniones y de recibir e impartir información e ideas sin interferencia de una autoridad pública y sin importar las fronteras.” 11 Teröle Mükadele Kanunu, Ley nº 3713 (1991, modificada en: 1995, 1999, 2003, 2006, 2010, 2013) 12 Türk Ceza Kanunu, Ley nº 5237 del 26 de septiembre de 2004. 13 Incluído en las listas de organizaciones terroristas de Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.

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hechas por organizaciones ilegales (TMK artículo 6, párrafo 2) y reduciendo la definición de “hacer propaganda terrorista” (TMK artículo 7, párrafo 2 y TCK artículo 220, párrafo 8) (Human Rights Watch 2013). El artículo 314 del TCK, “pertenencia a organización armada”, también ha contribuido al encarcelamiento de periodistas kurdos. Según el informe de junio de 2014 de la OSCE, la mayoría de los 22 periodistas que se encontraban en prisión en aquel momento habían sido acusados o culpables bajo el artículo 314. El artículo 301 del Código Penal turco es el más controvertido a la hora de hablar de libertad de expresión y prensa en Turquía. Su lenguaje, de extrema vagueza, ha sido objeto de debate tanto a nivel nacional e internacional a consecuencia de su instrumentalización como herramienta de censura mediática. Según Bulent Algan, el artículo es de tal importancia debido no solo a su aspecto jurídico sino político, ya que su aplicación puede variar drásticamente al estar sometida a los cambios en la esfera política y las actitudes legales o interpretativas en el campo de los derechos civiles, específicamente en lo relacionado a la libertad de expresión (Algan 2008: 2240). En consecuencia su aplicación está estrechamente ligada con la estructura del Estado y cómo los derechos fundamentales y sus límites son interpretados por los poderes ejecutivo y judicial. El artículo es una versión modificada del artículo 159 del anterior TCK (1926), que fue modificado hasta siete veces14 (Sancar 2006: 46). El nuevo TCK, que entró en vigor el 1 de junio del 2005, recogía el artículo 301 de la siguiente manera:

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Modificaciones: Ley nº 3038 del 11 de junio de 1936, Ley nº 3531 del 29 de junio de 1938, Ley nº 4956 del 20 de septiembre de 1946, Ley nº 4744 del 6 de febrero de 2002 (proceso de armonización con los estándares de la UE, “Primer ajuste legal/paquete”, Ley nº 4771 del 2 de agosto de 2002 (“Segundo ajuste legal/paquete”) y Ley nº 4963 del 30 de julio de 2003.

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“1. Una persona que públicamente15 denigrase16 la Turquicidad17, la República o la Gran Asamblea Nacional de Turquía, debe ser sentenciado con una pena de encarcelamiento de seis meses hasta tres años. 2. Una persona que públicamente denigrase el Gobierno de la República de Turquía, los cuerpos judiciales del Estado, el ejército o las organizaciones de seguridad, debe ser sentenciado a una pena de encarcelamiento de seis meses hasta dos años. 3. Cuando la denigración de la Turquicidad fuese cometida por un ciudadano turco en otro país, la pena impuesta debe ser incrementada en un tercio. 4. Las expresiones de pensamiento dirigidas a criticar no deben constituir un crimen.” Aunque en un principio el texto pasó desapercibido, la dura aplicación del artículo por parte de las instituciones jurídicas y la imputación de varias personalidades célebres18 lo convirtió en objeto de debate. Ello llevó a la revisión de la norma por parte del gobierno, un proceso en el que la oposición quedó dividida: los Nacionalistas se mostraron en contra de cualquier modificación del artículo, mientras que tanto el TDP (Partido de la Sociedad Democrática, ​Demokratik Toplum Partisi, pro-kurdo) como muchas asociaciones de juristas turcos defendieron la total abolición del texto. Al término del proceso,el 1 de junio de 2008, se optó por hacer un esfuerzo de adecuación a la Convención Europea de los Derechos Humanos19, quedando modificado el artículo de la siguiente manera:

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En la traducción del artículo realizada por la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), la palabra “públicamente”​ ​es traducida como “explícitamente”. 16 La palabra clave del artículo, “denigrar” (​aşağılamak), ha sido traducida por otros autores como “humillar”, “insultar”, “degradar”, “ridiculizar”, ​inter alia. 17 En la traducción del artículo realizada por la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), la palabra “Turquicidad” es traducida como “el ser turco”. 18 Incluyendo el Premio Nobel Orhan Pamuk y Joost Lagendjik, presidente de la Comisión Parlamentaria Mixta EU-Turquía; el primero por decir que “30.000 kurdos y un millón de armenios otomanos fueron asesinados en Turquía” y el segundo por un discurso en diciembre de 2005 en el que criticaba al ejército turco por usar la violencia del PKK como justificación para la violencia dirigida contra la población turca. Ambos fueron puestos en libertad sin cargos. 19 En el informe de la Comisión de las Comunidades Europeas ​Commission Staff Working Document, Turkey 2006 Progress Report de noviembre de 2006 se destacaba el rol del artículo 301 del TCK en la restricción de la libertad de expresión.

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“1. Una persona que públicamente denigrase la Nación Turca, el Estado de la República de Turquía, la Gran Asamblea Nacional de Turquía el Gobierno de la República de Turquía o los cuerpos judiciales del Estado, debe ser sentenciado con una pena de encarcelamiento de seis meses hasta dos años. 2. Una persona que públicamente denigrase el ejército o las organizaciones de seguridad, debe puede sentenciado de acuerdo con el primer párrafo. 3. Las expresiones de pensamiento dirigidas a criticar no deben constituir un crimen. 4. El procesamiento bajo este artículo debe ser sometido a la aprobación del Mi​nisterio de Justicia.” Observamos tres cambios esenciales: (1) la sustitución de “Turquicidad” por “la Nación Turca”, (2) la reducción de la pena máxima de cárcel de tres a dos años y (3) la introducción de la aprobación del Ministerio de Justicia como condición para juicio. Nos centraremos en el estudio de los cambios (1) y (3). En lo que respecta al primer cambio, se produce un aparente esfuerzo de simplificación del lenguaje. El término “Turquicidad”, según la Asamblea Nacional de Turquía (TTBM), significaba: “Una entidad común que ha venido a ser resultado de la cultura común y peculiar de los turcos viviendo en cualquier parte del mundo. Esta entidad es más amplia que el término “Nación turca” y abarca las sociedades que se encuentra fuera de Turquía y que participan en la misma cultura”. A pesar de ello, académicos y juristas turcos argumentan que el cambio no significa nada ya que consideran “Turquicidad” y “la Nación turca” sinónimos20

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, lo que parece

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En el Código Penal Italiano, que fue una gran referencia en la redacción del TCK de 1926, se penaba la denigración de la “Nación italiana” pero no la de “ser italiano” (“ser turco” se ha aceptado como una traducción válida de “Turquicidad”). Este es el argumento más utilizado por los académicos que interpretan “Turquicidad” y “Nación turca” como sinónimos. 21 Según la Corte Suprema de Apelación no hay gran diferencia entre “Turquicidad” y la “Nación turca”, habiendo interpretado en el caso ​Hrant Dink la primera de la siguiente forma: “El término Turquicidad está

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reflejarse en la práctica ya que no se observa una reducción de la ambigüedad del párrafo ni una reducción en la amplitud de su aplicación. En lo que respecta al tercer cambio, la aprobación del Ministerio de Justicia como condición para juicio, fue introducido con la intención de evitar la persecución arbitraria por parte de fiscales22. Esta medida, que parece meramente administrativa, confirma de nuevo el aspecto político de este artículo al reconocer el mal uso del mismo en pos de fines ajenos a la justicia. Mientras que observamos un leve esfuerzo en adecuarse a la ​Convención Europea de los Derechos Humanos a través de las modificaciones ya vistas, la parte más problemática del artículo 301, la palabra “denigrar” (​aşağılamak) ​y su interpretación, no se ha abordado. El ​corpus delicti y acción prohibida de esta norma es la “denigración pública” de los valores y las instituciones públicas recogidas en el artículo y su interpretación depende de los fiscales y jueces de los Tribunales Penales turcos. Analizando el texto observamos que el tercer párrafo, “3. Las expresiones de pensamiento dirigidas a criticar no deben constituir un crimen”, obliga a los órganos judiciales a diferenciar entre crítica, que constituye una expresión de libre pensamiento, y “denigrar”, que supone una acción fuera de los límites de dicha expresión. En su anterior versión como artículo 159 del TCK de 1926, se utilizaban los términos tahkir (insultar) y ​tezyif (ridiculizar)23 en lugar del actual ​aşağılamak. Aunque en un principio la elección de ​aşağılamak para sustituir los anteriores se vio como un intento de simplificación del lenguaje, posteriormente fue criticada con dureza, ya que no son sinónimos conceptuales. ​Aşağılamak connota ​tezyif, pero excluye ​tahkir (Sancar 2004: 168). Ello supone que “denigrar” puede interpretarse como una ridiculización sin llegar

relacionado a un componente del estado, en concreto a su gente, y, lo que este término significa es la Nación turca”. 22 Un buen ejemplo de este tipo de persecución fue la llevada a cabo por Kemal Kerinçsiz, presidente de la neo-fascista Gran Unión de Juristas, al que se le acusó de ser responsable de hasta 40 casos abiertos a periodistas y escritores turcos por “insultar la Turquicidad”. En agosto de 2013 fue sentenciado a cadena perpetua por su rol en el Ergenekon. 23 Los términos ​tahkir y ​tezyif fueron adoptados como sinónimos de ​vilipendio (denigración), usado en el Acta Zanardelli del ex Ministro de Justicia italiano Giuseppe Zanardelli.

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al insulto, lo que abarca opiniones más moderadas y supone una verdadera amenaza a la libertad de expresión (Algan 2008: 2246). Este problema lingüístico no supondría una amenaza si se tuviera en cuenta el principio legal de ​in dubio pro libertate, básico en una sociedad democrática24. Éste es clave a la hora de interpretar normas de lenguaje vago y ambiguo para asegurar el respeto a una libertad fundamental. Si los fiscales y jueces turcos se guiaran bajo el mismo, no serían necesarias modificaciones ya que contrarrestaría la amplitud del ​corpus delicti con una amplitud de la permisibilidad. Según la Comisión Europea, la interpretación por parte de los fiscales y tribunales no está en línea ni con la Convención Europea de los Derechos Humanos ni con la Corte Europea de los Derechos Humanos. En conclusión, el artículo 301 se presenta problemático por dos aspectos: (1) su lenguaje, en el que la amplia definición de tanto los valores protegidos en el texto (la “Nación

turca”)

y

como

de

la

acción

prohibida

(“denigrar”)

permite

su

instrumentalización a favor de intereses ajenos a la justicia y (2) su interpretación, que tiende a ser estricta y restrictiva.

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Este principio supone que, en caso de duda, se fallará a favor del sentido más favorable para la garantía de un derecho fundamental. Implícitamente reconocido en el artículo 30 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el artículo 28 de la Declaración de los Derechos y Libertades Fundamentales de 16 de Mayo de 1989.

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b. Una cárcel de periodistas “En ningún sitio del mundo la prensa es más libre que en Turquía. Estoy muy seguro de mí mismo cuando digo esto. La prensa es tan libre en Turquía que uno puede insultar, calumniar, difamar, ser racista y cometer crímenes de odio que no se toleran siquiera en los países democráticos”, declaraciones del presidente Recep Tayyip Erdoğan25 que, en palabras del diario Hürryet, “[sacó] su Orwell interior y [declaró] Turquía el país con la prensa más libre del mundo”, doce días después de arrestar al jefe editor del diario ​Zaman, el más vendido de Turquía. Tras las protestas del Parque de Gezi y la Plaza Taskim en 2013, se produjeron una serie de arrestos, intimidaciones y despidos en una magnitud sin precedentes. Periodistas fueron acosados al intentar cubrir las manifestaciones y decenas fueron forzados a dimitir. A lo largo del año, también sufrieron despidos periodistas que intentaron cubrir las negociaciones del gobierno con el partido separatista PKK y los escándalos de corrupción de Erdoğan​. ​La situación de la prensa, que llevaba en declive desde el gobierno de Özal, llegó a un punto crítico en 2013, cerrando el año a la cabeza de los rankings de los estados con más periodistas en la cárcel, con 40 a fecha de 1 de diciembre (Freedom House, 2014: 2)26 . A pesar de varias reformas judiciales pasadas en marzo de 201427 y varias absoluciones, que redujeron la cifra a siete periodistas (​ibid, 2015: 1), los despidos confirman los fuertes vínculos entre los propietarios de medios y el gobierno, así como la actual instrumentalización de la ley turca como aparato de censura. Según el Comité por la Protección de los Periodistas (CPJ) estos tres tipos de periodistas son el blanco que buscan las autoridades: ➢ Periodistas de investigación o críticos, muchos de ellos acusados de pertenecer a las bandas terroristas sobre las que investigan. También aquellos periodistas

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Discurso presidencial del 26 de diciembre de 2014. Las estadísticas de Bianet son más altas, con 59 periodistas y 23 editores en prisión en 2013. 27 En una de sus más importantes modificaciones, el periodo máximo de prisión preventiva se redujo de 10 a 5 años, lo que resultó en la liberación de la mayoría de periodistas a espera de juicio. 26

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no kurdos que defienden los derechos de la comunidad kurda, que se refieren al genocidio armenio28 o que critican al gobierno. ➢ Periodistas kurdos, a los que frecuentemente se les relaciona con el PKK (simpatizantes o no) y a los que se les acusa de terrorismo o de crímenes contra el estado. ➢ Daños colaterales del asalto general a la prensa, por ejemplo, los periodistas nacionalistas y kemalistas arrestados durante los juicios del Ergenekon. Los juicios del Ergenekon son un perfecto ejemplo de puesta en marcha del aparato de censura turco. Ergenekon es el nombre de una supuesta organización clandestina cuyo objetivo es derrocar al AKP, el gobierno actual, debido en gran parte a la separación del poder militar de la política con su llegada así como su por su inclinación hacia el Islam. Dicha organización se caracteriza por ser ultra-nacionalista y secularista, y forman parte de ella, según las investigaciones del gobierno, militares, policías, grupos terroristas y paramilitares, el crimen organizado, políticos, jueces, oficiales del gobierno y periodistas. Se considera parte de lo que en Turquía se conoce como el ​deep state o derin devlet, lo que popularmente se llama ​imperium in imperio29. Las primeras detenciones, que comenzaron en 2007, reforzaron la imagen de una Turquía defensora de la democracia y del estado de derecho, pero en 2010 surgieron serias preocupaciones a causa del encarcelamiento de varios periodistas críticos con los juicios del Ergenekon, en concreto por el uso de artículos polémicos de TCK, como el 288 sobre la influencia en un juicio y el 285 sobre privacidad. El año 2010 se cerró con miles de investigaciones abiertas a periodistas y 43 en prisión preventiva a espera de juicio (Licursi: 2012). Otro de los casos más sonados de persecución periodística son los arrestos en diciembre de 2011 de 38 periodistas acusados de hacer propaganda para grupos terroristas kurdos. Según el informe “News Providers Decimated in 2012” de Reporteros sin Fronteras, el número de periodistas detenidos a diciembre de 2012 fue 28

Turquía no reconoce el genocidio armenio y se refiere a él como “los eventos de 1915”. “Un gobierno, poder o soberanía dentro de un gobierno, un poder o una soberanía”, definición del Unabridged Dictionary. 29

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el más alto desde el final del gobierno militar. La organización calificó la situación de “triste paradoja” debido a la condición de Turquía como modelo democrático regional, ya que de los 72 informadores detenidos al menos 42 periodistas y cuatro asistentes estaban siendo retenidos en consecuencia de hacer su trabajo de recoger y diseminar información periodística. Los arrestos dejaron claro que la interpretación de la ley por parte del AKP relaciona directamente la crítica a sus decisiones sobre el caso del Ergenekon y el PKK con la militancia en dichas organizaciones. Naim Şahin, ministro de interior en el momento de los arrestos, declaró que había “mucha gente que apoya organizaciones terroristas a través de su trabajo, cuadros, artículos, poemas y otras formas de arte”. La consecuencia

directa

de

esta

posición

del

gobierno

fue

una

inmediata

homogeneización de la prensa y la aparición de la auto-censura. En un informe del representante de la libertad de los medios de la OSCE (OSCE 2012), se describieron las preocupaciones más destacadas tras los arrestos. La primera de ellas es la larga duración de la pena de cárcel, siendo la condena más larga de 166 años, la sentencia más larga para un periodista es de 3.000 años; además, muchos periodistas reciben una sentencia de doble cadena perpetua (​double life sentence) sin posibilidad de libertad condicional. La segunda es el uso de los arrestos y los largos periodos de prisión preventiva como intimidación. En lo concerniente a estos últimos, en algunos casos los periodistas pueden pasar hasta tres años en la cárcel esperando su juicio, siendo el máximo cinco. La tercera es el hecho de que el informar sobre asuntos sensibles, como el terrorismo o actividades anti-gubernamentales, es interpretado por parte del gobierno como la publicitación de los mismos. Los tribunales normalmente no hacen diferencia entre informar sobre dichos casos y apoyarlos. La cuarta y última es el encarcelamiento de periodistas en prisiones tipo F de alta seguridad, donde comparten pena con los criminales más peligrosos. En noviembre de 2014 el CPJ anunció que el número de periodistas entre rejas descendió a siete. Mientras que las estadísticas varían de una a otra organización,

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todos están de acuerdo en que la mayoría son periodistas y editores kurdos o de izquierdas que están cumpliento sentencia (no se trata de prisión preventiva). Ello se debió a la introducción del quinto paquete de reformas, que redujo el tiempo máximo de prisión preventiva de cinco a tres años, lo que junto a varias absoluciones acabó con la liberación de la mayoría de periodistas en la cárcel. A pesar del aparente avance, el 16 de octubre de 2014 se cerró formalmente una investigación criminal sobre una presunta corrupción en el círculo de allegados del entonces primer ministro Erdoğan. L​as autoridades tomaron medidas para impedir que avanzara y policías y fiscales que trabajaban en el caso fueron trasladados a otros puestos. El gobierno calificó la investigación de trama urdida por simpatizantes del movimiento Gülen y advirtió que iba a tomar más medidas contra éste y contra su red de seguidores en la policía y el poder judicial (Amnistía Internacional 2015: 443). En conclusión, podemos decir que la interpretación de ciertas disposiciones normativas problemáticas debido a su ambigüedad afectan de forma especialmente negativa a la libertad de prensa, particularmente a los periodistas de investigación, críticos con el gobierno o comprometidos con los derechos de las minorías en Turquía, como la comunidad kurda. Ello ha llevado al encarcelamiento masivo de periodistas a través, principalmente, de la prisión preventiva. A pesar de que la situación ha mejorado y en la cárcel solo quedan siete periodistas, la utilización de la ley se sigue utilizando como una intimidación a los medios y se puede observar un proceso de homogeneización y auto-censura en la prensa.

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II. Los esfuerzos de adhesión. Introducción al proceso de adhesión de Turquía a la Unión Europea Tras la desintegración del Imperio Otomano con el fin de la Primera Guerra Mundial y la Guerra de Independencia de Turquía, se fundó la República turca bajo el liderazgo de Mustafá Kemal Atatürk en 192330 . Atatürk, como presidente de la República, llevó a cabo una serie de reformas en pos de la “europeización” del país, incluyendo medidas como la sustitución del alfabeta árabe por el latino y el fomento de la industrialización y de la secularización. En 1949 se convirtió en miembro del Consejo de Europa31, en 1952 de la OTAN y fue cofundadora de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) en 1961. En septiembre de 1959 solicitó la membresía asociada a la Comunidad Económica Europea32 y en 1963 firmó el Acuerdo de Ankara, que tenía por objetivo integrar Turquía en la unión aduanera de la CEE como fase previa. En 1970 se añadió un protocolo adicional que estableció una línea temporal a seguir para la abolición de las tarifas aplicadas a bienes intercambiados entre Turquía y la CEE. Posteriormente, en 1987, Turquía solicitó la plena membresía en la CEE, la cual recomendó su aplicación en tiempos futuros más favorables, a causa de la situación económica turca y las malas relaciones con Grecia y Chipre. Tras la firma del Tratado de Maastricht en 1993 y la constitución de la Unión Europea, Turquía se adherió a la unión aduanera en 1995 y fue formalmente reconocida como candidata a miembro de la Unión Europea en el Consejo Europeo de Helsinki de 1999. En el Consejo de la Unión Europea de Copenhague de 2002 se decidió que si Turquía cumplía con los Criterios de Copenhague en el Consejo de la Unión Europea de diciembre de 2004, se abrirían las negociaciones de adhesión “sin mayor demora”33. 30

Gobierno de Ankara: 23 de abril de 1920; Tratado de Lausanne, 24 de julio de 1923; Declaración de la República, 29 de octubre de 1923. 31 No confundir con el Consejo de la Unión Europea ni el Consejo Europeo, ambos organismos de la Unión Europea. 32 Tratado de Roma, 1957. 33 Consejo de la Unión Europea de Copenhague, diciembre del 2002, párrafo 19.

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Una vez llegado 2004, la Comisión Europea reconoció los esfuerzos de Turquía en materia de adecuación al acervo comunitario y recomendó que las negociaciones comenzaran en octubre del 2005, abriéndose 35 capítulos de negociación. Posteriormente, diversos problemas domésticos y exteriores, como la lenta aplicación de las reformas y la deteriorada relación con Chipre34, acabaron por congelar las negociaciones en ocho de los capítulos35 en diciembre de 2006. En 2007, Francia bloqueó tres capítulos36 más y dos años más tarde la República de Chipre congeló otros seis37. El resultado es que, de los 33 capítulos clave38, dieciséis están bloqueados, trece están abiertos, tres en espera y tan sólo uno cerrado. Tras dos años sin ninguna apertura de capítulos, la Comisión Europea, bajo la dirección del comisionado para la expansión Stefan Füle, estableció una Agenda Positiva para poder discutir asuntos contenidos en los capítulos congelados. La Agenda Positiva se dividió en ocho capítulos39 y desde su primera reunión en 2012 ya se han pautado los puntos de referencia de cierre de tres de ellos.40 En 2007, Turquía aseguró que para 2013 cumplirían completamente con la ley de la UE, cosa que aún no ha ocurrido. Por la parte de la Unión, el presidente de la Comisión previó en 2006 que el proceso duraría hasta 2021, mientras que Erdoğan ha marcado la fecha en 2023, coincidiendo con el 100 aniversario de la república de Turquía. A pesar de ello, los recelos por parte de la Unión Europea tras la dura represión de las protestas de la plaza Taskim en 2013 y la decepción por parte de los ciudadanos turcos

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Turquía bloqueó barcos y aeronaves chipriotas en sus puertos y aeropuertos, alegando que ningún progreso hacia su reapertura se llevaría a cabo sin la abolición del bloqueo económico a la comunidad turco-chipriota que ocupa el tercio norte de la isla. 35 Unión aduanera, Relaciones exteriores, Política de transporte, Pesca, Agricultura y desarrollo rural, Servicios financieros, Libre circulación de bienes y Derecho de establecimiento de empresas y libertad para proveer servicios. 36 Política económica y monetaria, Provisiones financieras y presupuestarias e Instituciones. 37 Libre circulación de trabajadores, Energía, Judicatura y derechos fundamentales (espera ser reabierto en 2015), Justicia, libertad y seguridad, Educación y cultura y Política exterior, de seguridad y de defensa. 38 Instituciones y otros no presentan nada que adoptar por parte de Turquía. 39 Derecho de establecimiento de empresas y libertad para proveer servicios, Estadísticas, Ley de empresas, Judicatura y derechos fundamentales, Consumidor y protección de la salud, Justicia, libertad y seguridad, Control financiero y Sociedad de la Información y Medios. 40 Consumidor y protección de la salud, Control financiero y Ley de empresas.

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con la larga duración del proceso plantean un problema a la hora de seguir adelante con las negociaciones.

a. Cambios legislativos relacionados al proceso de adhesión a la UE En el Programa Nacional para la Adopción del Acervo (2001), se estipuló que tanto la Constitución turca como otras provisiones legislativas relevantes serían revisadas en pos de la mejora de la libertad de pensamiento y expresión, tomando como criterio el artículo 10 de la Convención Europea de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales y como base los principios fundamentales de la Constitución turca (de carácter republicano, secular, democrático y unitario). ​Este proceso se ha llevado a cabo a través de “paquetes de armonización”, enviados entre 2002 y 2009 por la Unión Europea para su adopción por parte del gobierno turco. El primer paquete de armonización (19 de febrero de 2002) supuso una serie de modificaciones del TCK y la TMK en el contexto de la ampliación de las libertades de expresión. En lo concerniente al TCK, se redujo la pena máxima en el artículo 159 del TCK (precursor del actual 301), de seis años a tres y se abolieron las multas estipuladas en el artículo 312 del TCK, además de añadir el criterio de “amenazar el orden público” para constituir delito. Sobre la TMK, las reformas disminuyeron las restricciones de la libertad de pensamiento y expresión. El segundo paquete de armonización (9 de abril de 2002) modificó la Ley de la Prensa, entre otras, eliminando algunas actividades incluidas en el artículo 1 y consideradas como ofensas. También se redujeron las penas contenidas en el artículo 2 de la misma y se eliminó el párrafo del artículo 16 sobre “publicar en un idioma prohibido por la ley”. El tercer paquete de armonización (9 de agosto de 2002) modificó de nuevo la Ley de la Prensa, así como la Ley de establecimiento de radios y televisiones. En la primera, se derogó el artículo 8 debido a su ambigüedad y se eliminaron las penas de prisión estipuladas en el artículo 31 y artículo suplementario 31. En la segunda, se modificó el 19

artículo 4 levantando las restricciones en cuanto a emitir en otros idiomas y dialectos utilizados tradicionalmente por ciudadanos turcos en su vida diaria, como el kurdo. También se eliminó la abstracta cláusula que prohibía la difusión de “pesimismo, desesperación y estímulo del caos y tendencias violentas”. El cuarto paquete (11 de enero de 2003) introdujo en el artículo 15 de la Ley de Prensa las provisiones necesarias para proteger a los periodistas de ser forzados a revelar sus fuentes y el quinto paquete (4 de febrero de 2003) se centró en modificaciones concernientes a la Ley de Asociaciones. El sexto paquete de armonización (19 de julio de 2003) supuso importantes modificaciones en la TMK y en la Ley de establecimiento de radios y televisiones. En la TMK se introdujo en el artículo 1 el prerrequisito de “uso de la fuerza o de la violencia” para constituir un crimen de terrorismo y se derogó el artículo 8. En la Ley de establecimiento de radios y televisiones, se modificaron varios artículos para reducir el control gubernamental y el artículo 4 para permitir la difusión en otros idiomas y dialectos tradicionalmente utilizados por ciudadanos turcos en su vida diaria en tanto radios y televisiones públicas como privadas. El séptimo paquete de armonización (7 de agosto de 2003) redujo la pena mínima del artículo 159 del TCK (precursor del actual 301) de un año a seis meses y añadió la cláusula 4 para proteger la mera crítica de penas, además de incluir pequeñas modificaciones en la TMK que no afectaron en mayor medida a la mejora de las libertades de expresión y prensa. El octavo paquete (14 de julio de 2004) abolió la pena de muerte y el noveno (12 de abril de 2006) se centró en la aceleración de los procesos de adopción legislativa por parte del Parlamento. A la hora de analizar los cambios legislativos en la norma turca bajo la influencia del proceso de adhesión a la UE, es necesario tomar en cuenta los “paquetes de reformas judiciales”, una iniciativa del gobierno turco con el fin de adoptar el acervo comunitario. 20

Éstos se encuadran en la “Estrategia para la Reforma Judicial y Plan de Acción” diseñada por el Ministerio de Justicia turco en 2008 sobre el capítulo 23 (Judicatura y Derechos Fundamentales)41 para presentar a la Comisión Europea. Los paquetes contienen nuevas leyes estructurales42 o reformas concerniendo a leyes estructurales (regulaciones fundamentales), las cuales, al ser modificadas cambian automáticamente una serie de leyes dependientes de éstas, por lo que se le acuñó el término de “paquetes”. El primer paquete de reformas judiciales (Ley nº 6217 del 31 de marzo de 2011), así como el segundo (Decreto Presidencial nº 44 del 26 de agosto de 2011) no afectaron de manera significativa a la mejora de la situación de la libertad de prensa. El tercer paquete de reformas judiciales (Ley nº 6352 sobre la Modificación de Varias Leyes para Mejorar la Efectividad de los Servicios Jurídicos y el Aplazamiento de Juicios y Sentencias en Crímenes Cometidos por la Prensa, 2 de julio del 2012) consta de 107 artículos y 3 artículos provisionales. A pesar de su extensión, la única reforma considerada positiva (Karakaya y Özhabes 2013: 15) es la modificación del artículo provisional 3 de la Ley de la Prensa, “Continuación de las Decisiones para Prohibir Publicaciones”, que añadió que en la ausencia de una decisión por parte de una corte competente para sostener las decisiones tomadas por otras cortes y líderes provinciales, dichas decisiones perderán la fuerza de ley. El cuarto paquete de reformas judiciales (Ley sobre la Modificación de Varias Leyes Sobre Derecho Humanos y Libertad de Expresión del 11 de abril de 2013) modificó varios aspectos del TCK y el TMK. Con respecto al TMK, se modificaron el artículo 6 párrafo 2 y el artículo 7 para ampliar los límites de publicación de declaraciones hechas por grupos terroristas. En cuanto el TCK, las reformas más importantes fueron dirigidas a la acotación de las definiciones de “hacer propaganda” contenidas en el artículo 220. El quinto y, por ahora, último paquete de reformas judiciales (Ley nº 6526 del 21 de marzo de 2014) modificó la TMK y el Código del Proceso penal. Las mejoras más

41 42

Congelado en 2009 por Chipre y cuya descongelación se espera en 2015. “Omnibus laws”, definidas por el TESEV, la Fundación de Estudios Sociales y Económicos de Turquía.

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destacadas son la reducción del tiempo máximo de prisión preventiva a 5 años, lo que liberó a muchos periodistas que ya excedían dicho tiempo, y la sustitución de “hechos” por “evidencia concreta” a la hora de emitir una orden de arresto. En conclusión, tanto los paquetes de armonización de la Unión Europea como los paquetes de reformas judiciales del Ministerio de Justicia turco han tenido un impacto positivo en la legislación turca en materia de libertad de expresión y prensa. A pesar de ello, no se consideran suficientes. En un primer lugar, por la cantidad de normas del TCK que no han sido modificadas y que presentan una amenaza a la libertad de prensa, tales como la violación de la confidencialidad de una investigación (285), el intento de influir en un juicio justo (288), la incitación al odio y la animadversión (216) y la denigración de la Nación turca y sus instituciones (301). Y, en un segundo lugar, por la insuficiencia de cambio real que representan los cambios legislativos ya que, como se referenció en la primera parte, apartado a) de este estudio, la interpretación de las leyes por parte de los organismos judiciales turcos es vaga en cuanto a la interpretación de ofensas y estricta en cuanto a la aplicación de penas.

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b. ​Las dificultades de aplicación: ​Un futuro incierto “​Turkey’s democracy may be a good benchmark when compared with Egypt, Libya or Syria, but the whole region will suffer if Turkey is allowed to disregard the values of liberal democracy.” - Hakan Altinay, presidente de la Global Civil Academy, Brookings Institution. Es indiscutible el hecho de que las reformas venidas tanto directamente de la Unión Europea como de la presión que ésta ha tenido sobre los sucesivos gobiernos turcos han tenido un impacto positivo en el proceso de democratización y la prensa es hoy en día más libre de lo que era antes del comienzo de las negociaciones. A lo largo de este estudio hemos analizado cómo el aparato de censura, aunque aún operativo, ha sufrido modificaciones que, entre sus logros, han conseguido reducir drásticamente el número de periodistas en la cárcel. A pesar de ello, uno se puede preguntar por qué está llevando tanto tiempo la adecuación al acervo, cuando Turquía es considerada por muchos una potencia regional ejemplar y democrática. Para comprender esta aparente paradoja y situar dónde se encuentra el progreso hacia una futura prensa libre es necesario tener en cuenta tres factores: el contexto en el que se realizaron las primeras negociaciones de adhesión, el aumento del euroescepticismo y el reciente acercamiento de Turquía a Oriente Medio. A la hora de analizar el proceso de democratización en Turquía es necesario entender en qué contexto comenzó. En la época pre-Helsinki (1999), su candidatura como miembro en 1987 fue rechazada. Ello eliminó, en un primer momento, la motivación básica necesaria para cumplir con las condicionalidades de la UE. En consecuencia, el potencial de la Unión como actor externo influyente en el proceso de democratización de Turquía se vio sustancialmente reducido. Además, la Unión Europea no le concedió el estado de candidata hasta 1999, por lo que sufrió un grave retraso en el desarrollo de un sistema sofisticado de condicionalidad con respecto a los países del centro y este de Europa. Por lo tanto, las presiones por parte de la Unión Europea para la

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democratización en Turquía fueron esporádicas, no sistemáticas y coyunturales (Usul 2011: 2). Fuertemente relacionado con este contexto, la lentitud en dicha aplicación y la reticencia de Turquía a la hora de modificar leyes problemáticas viene, en gran parte, por el creciente sector desencantado con el proceso de adhesión y la Unión Europea. Una encuesta del Eurobarómetro de septiembre de 2013, que incluía países miembros y candidatos, mostró que tan solo un 43% de los turcos ven positivamente a la UE, comparado con el 60% de seis meses antes. En la misma encuesta, el 29% de los turcos expresaron su apoyo para una Constitución europeana, el porcentaje más bajo de todos los países miembros y candidatos. Ello se refleja en el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP)

y el Partido Popular Republicano (CHP), los dos grandes

opositores a continuar el proceso de membresía de la UE. El MHP, de extrema derecha, y el CHP, social-demócrata, oficialmente apoyan la entrada a la Unión Europea, a pesar de que hay una clara oposición proveniente de su electorado. Ambos partidos defienden unas pre-condiciones vitales para su apoyo, tales como la garantía de seguridad de la integridad política, territorial y nacional del país. ​El miedo del estado turco a perder territorios se conoce como el síndrome de Sèvres, según el cual "el mundo exterior conspira para debilitar y desmantelar Turquía". Tiene su origen en el Tratado de Sèvres, que dividió el Imperio Otomano entre las potencias victoriosas de la Primera Guerra Mundial. Este miedo al exterior ha entumecido las relaciones con la Unión Europea, en particular a causa de las reformas solicitadas por Bruselas para satisfacer plenamente los criterios de Copenhague. El criterio político, en el cual un candidato debe tener unas instituciones democráticas que aseguren la protección y la defensa de las minorías, en el caso turco se ha visto por los sectores más nacionalistas como un intento de la Unión de debilitar la integridad territorial del país y promover el cisma kurdo. El MHP, segundo partido de oposición más grande en el parlamento turco, acusa a la Unión Europea de dejar “florecer” al PKK y critica al AKP por aceptar todo lo que viene 24

de la Unión sin cuestionarlo (Gülmez, 2008). Por parte del CHP, consideran que el proceso de adhesión que se está llevando a cabo en Turquía es asimétrico a aquellos llevados a cabo anteriormente en otros países, ya que se han introducido nuevos problemas como la capacidad de absorción de la Unión Europea o el referéndum que se llevaría a cabo Francia para decidir si vetar o no su entrada. El acercamiento de Turquía hacia Oriente Medio y el consecuente desplazamiento del foco de atención de la UE a otros actores comienza con progresiva apertura de nuevos horizontes de acción tras la desintegración de la URSS. Mientras que Turquía siempre ha evitado dichos acercamientos para mantener una imagen puramente occidental vis a vis la Unión Europea y los Estados Unidos, la necesidad de abrir relaciones con los países productores y exportadores de energía ha desplazado sus intereses a Oriente Medio, Asia central y la región del Caspio. Entre estos estados encontramos Kazakhstan, Turkmenistan y Uzbekistan, los tres entre el top 20 de países con las mayores reservas de gas natural, con los cuales Turquía ha firmado diversos acuerdos energéticos. Rusia es también ahora un aliado esencial en materia económica y energética, a pesar de las tensiones provocadas por los intentos de Turquía de monopolizar la industria del gas de la región caspiana con la construcción de un oleoducto Baku-Ceyhan. Todo ello ha llevado a un terreno de incertidumbre a las relaciones con la Unión Europea, en el que el malestar de los sectores más reacios a su dichos acercamientos se puede ver resumido en la frase del expresidente francés Nicolas Sarkozy: "no diré a los escolares franceses que las fronteras de Europa se extienden hasta Siria e Iraq". En conclusión, a pesar de que las reformas llevadas a cabo para adoptar el acervo han tenido unos efectos positivos en la salvaguarda de libertades fundamentales, como la de expresión y prensa, hoy en día el proceso de negociación con la Unión Europea se presenta complicado. El creciente euroescepticismo (que también ha aumentado peligrosamente dentro de la Unión), tiene representación política en el parlamento turco y cada vez es mayor el sector desencantado con la UE. Para gran parte de la

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población, los vetos de Francia y la abierta oposición de Alemania y Austria, entre otros, se debe a la imagen de la Unión Europea como “un club cristiano” y la idea de que se trata de islamofobia comienza a consolidarse en Turquía. Además, la imposición de Turquía como la gran potencia regional de su área geopolítica tras ganar el pulso contra Irán y las fallidas “primaveras árabes” abren nuevos frentes de acción, desplazando el foco de atención de la UE hacia Oriente Medio. Todo ello deja en un terreno de incertidumbre el posible avance de las reformas provenientes de la Unión Europea para mejorar la situación de censura de la prensa.

III. CONCLUSIONES Turquía es, hoy en día, un país sin libertad de prensa candidato a miembro de la Unión Europea. Cuando nos preguntamos si Turquía ha realizado los esfuerzos necesarios en materia de salvaguarda de derechos fundamentales, como en este estudio es el de libertad de prensa y expresión, la conclusión a la que llegamos es que no. Por un lado, bien es cierto que son numerosas, importantes y beneficiosas las reformas llevadas a cabo y sin lugar a dudas la prensa en Turquía es hoy más libre de lo que era antes de ellas. Jurídicamente, algunas leyes pueden seguir considerándose problemáticas. En este sentido, las conclusiones a las que llegamos es que, si bien su lenguaje no es el más adecuado debido a su vagueza, es en la práctica dónde encontramos el mayor problema. Si las instituciones turcas tuvieras una interpretación flexible y basada en el principio ​in dubitate pro reo, dicha vagueza no presentaría problemas de la magnitud que está presentando. Cuando entendemos que la instrumentalización de dicho aparato de censura se articula en su interpretación por parte de los poderes políticos y judiciales, podemos preguntarnos: ¿son realmente efectivos los paquetes de democratización de la Unión Europea, cuando éstos van dirigidos al aspecto formal del problema y no práctico? ¿Son las reformas llevadas a cabo por el gobierno de Erdogan efectivas, teniendo en cuenta que afectan a las leyes

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y no a su interpretación? La respuesta es, de nuevo, no. Bien es cierto que han logrado reducir el número de periodistas en la cárcel, sobre todo gracias a la reducción del tiempo máximo de prisión preventiva, pero ésta se trata de una clara disposición que no deja espacio a la interpretación. Centrándonos en el resto de reformas, no se ve un cambio en la aplicación y el clima sigue siendo de auto-censura, intimidación a la prensa y persecución a periodistas. Por lo que podemos decir en cuanto al futuro, hemos visto que el progreso de las negociaciones entre la Unión Europea y Turquía se ha visto arrastrado a la incertidumbre. Ello se debe a los problemas que presenta la libertad de prensa en Turquía y a factores externos, tales como el acercamiento a Oriente Medio, el aumento del euroescepticismo y el contexto inicial en el que se realizaron las primeras negociaciones. El segundo de ellos, el desencanto con la Unión, ha hecho que cada vez se plantee más la cuestión de hasta que punto la UE tiene legitimidad a la hora de influir en la norma turca cuando algunos de sus principales miembros se oponen abiertamente a su entrada. Ello pone en peligro la efectiva aplicación de las reformas y una interpretación de las mismas cooperativa, cuando los partidos más euroescépticos encuentran cada vez más representación en las instituciones. Por lo tanto, a la conclusión inicial, en la que constatamos que Turquía no ha realizado los esfuerzos necesarios para adecuarse al acervo en cuestión de libertad de prensa se le añaden los siguientes factores: la dudosa efectividad de las reformas resultantes del proceso de adhesión a la Unión Europea y el distanciamiento entre la Unión y Turquía. Finalmente, podemos decir que si Turquía no ha llegado a cumplir con las expectativas que se plantearon en materia de libertad de prensa, ha sido tanto por los propios intereses de quienes controlan el aparato de censura, como por una ineficiencia de las reformas realizadas en el cuadro del proceso de adhesión a la Unión Europea y factores políticos externos, como el euroescepticismo y el estancamiento de las negociaciones.

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ANEXOS Tabla 1: Tirada y propiedad de los diez principales diarios nacionales de Turquía

​PERIÓDICO

TIRADA DIARIA MEDIA43

PROPIETARIO

ZAMAN

852.109

Feza Inc.

HÜRRIYET

359.021

Do​ğ​an Media Group

POSTA

354.058

Do​ğ​an Media Group

SÖZCÜ

325.370

Estetik Publishing Ltd.

SABAH

307.026

Turkuaz Media Group

HABERTÜRK

198.647

Ciner Media Group

PAS FOTOMAÇ

172.633

Çalık Holding

MILLIYET

158.450

Demirören Holding44

TÜRKIYE

157.814

İhlas Holding

FANATIK

136.063

Do​ğ​an Media Group

Tabla 2: Control del grupo DMG en la prensa escrita turca

Nº DE PERIÓDICOS DMG

TIRADA TOTAL DMG

PORCENTAJE DMG

TOP 3

2

713.079

45,5%

TOP 10

3

849142

28,1%

43

Datos de ​MedyaTava de la semana del 27 de abril al 3 de mayo de 2015. [Fecha de consulta: 8 de mayo de 2015]. ​MedyaTava es una base de datos online que incluye un ránking de tirada semanal de los periódicos turcos. 44 Propiedad de Do​ğ​an Media Group entre 1979 y 2011.

28

Tabla 3: Share y propiedad de los diez principales canales nacionales de Turquía

SHARE (%)

PROPIETARIO

FOX TV

10,07

Fox International Channels

TV8

8,61

Acun Medya

KANAL D

8,11

Do​ğ​an Media Group

STAR TV

7,57

Doğuş Media Group45

ATV

7,24

Kalyon Group46

SHOW TV

6,58

Ciner Media Group

TRT 1

3,87

Estado turco

SAMANYOLU TV

3,73

Samanyolu Yayıncılık A.Ş.

KANAL 7

2,85

Yeni Dünya Medya Grubu

TRT ÇOCUK

1,83

Estado turco

45

Anterior propiedad de Uzan Group (​1989–2004), Özal Group, fundado por el hijo del ex primer ministro Turgut Özal (1989–1992) y Do​ğ​an Media Group (2005–2011). 46 Anterior propiedad de ​Sabah Group (1993–2002), Ciner Media Group (2002–2007) y Çalık Holding (2007–2012).

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