La legitimidad del Estado vista por la caricatura política de tres momentos electorales en la Historia de México, siglo XX
Descripción
Paulina Pezzat Sánchez Arte y Revolución II La legitimidad del Estado vista por la caricatura política de tres momentos electorales en la Historia de México, siglo XX
El gobierno de cualquier país por muy democrático que sea, buscará
legitimarse de cualquier forma ante sus ciudadanos, una forma muy recurrente de hacerlo es por medio del arte. El Estado resultante de la Revolución mexicana se preocupó por crear un sentimiento de unidad entre la nación dividida y golpeada por el movimiento revolucionario, así que con ayuda de artistas renombrados, llámense Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Luis Orozco, se formó una corriente artística llamada el muralismo mexicano. Además de aquellos tres artistas, hubo otros que incursionaron en otros ámbitos del arte como la fotografía, el grabado, pintura, pero casi todos con el mismo objetivo: “el rescate del legado precortesiano en el México de principios del siglo”.1 El rescate pretendía dotar a la revolución de valores sociales netamente mexicanos, exaltando aquellos elementos comunes del México cotidiano y que poco se representaban en la Academia de San Carlos la cual fue uno de los símbolos del esplendor económico de la Nueva España y del porfiriato. La nueva generación de artistas que estaban en contra del régimen anterior contaba con el respaldo del nuevo gobierno, que patrocinó su formación académica y su trabajo. Un ejemplo es el apoyo que brindó José Vasconcelos a Diego Rivera para que estudiase en el extranjero o el brindar espacios públicos destinados a plasmar las obras monumentales de estos artistas dedicados a representar los elementos emblemáticos de México y de su revolución, tales como indígenas, campesinos, caudillos, tierra, trabajo etc. Los murales tenían como objetivo enseñar a la población mayoritariamente analfabeta dichos valores, de forma fácil y directa. El resultado fue la creación de estereotipos mexicanos tanto históricos como cotidianos.
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http://www.elportaldemexico.com/arte/artesplasticas/muralismomexicano.htm
El desarrollo de este arte, llamémosle mexicano, fue paralelo al proceso de consolidación de la nación mexicana posrevolucionaria. Los dos se nutrían y se legitimaban mutuamente. En un país que se dice democrático como es el caso de México, la sucesión del gobierno la deciden los ciudadanos por medio de elecciones. El candidato que obtenga el mayor número de votos es quien obtiene el cargo al que se postulo, evidentemente el mas importante es el de presidente de la República. El proceso en realidad es mas complejo que eso, pero a grandes rasgos en eso consiste el sistema democrático de México. Retomando lo anterior, la legitimidad de un gobernante está en el número de votos que recibe. En contraposición a la propuesta que hace el muralismo mexicano de un arte didáctico para el pueblo (aunque también se hizo para élites extranjeras) con las características anteriormente mencionadas, la caricatura política mexicana ha tenido un proceso distinto y mas accidentado que el del muralismo. Desde que México se formó como nación soberana en 1821 aparecieron publicaciones que contenían caricaturas de tinte político; su manejo permitió que la caricatura política se convirtiera en el medio idóneo para llevar un mensaje a una masa iletrada, pues su naturaleza permite el fácil entendimiento aunque no se sepa leer.2 La naturaleza de la caricatura política la vuelve muy susceptible de ser censurada y perseguida puesto que su objetivo final es la burla, la cual tiene su origen en la observación, pero se expresa como una forma inconformidad de la realidad. La verdadera causa de la risa en la caricatura política implica una degradación de valores, rompe y penetra la escala de valores, pero al mismo tiempo crea otros distintos, convirtiéndose una reforma social, en este aspecto puede considerársele una crítica saludable y constructiva.3 La burla puede tener muchos niveles, puede ser de buen gusto y sutil, o directa y vulgar. A veces puede ir dirigida (como lo es el caso de la caricatura política) a aquello que está por encima del burlador y al que le es de difícil acceso.
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http://itinerariohistorico.blogspot.com/2009/03/aportes-de-la-prensa-y-de-la-caricatura.html González Ramírez, Manuel, La caricatura política, México, Fondo de Cultura Económica, 1ra edición 1955, p. IX. 3
El término caricatura proviene del italiano caricare, que significa recargar exagerar. Es una de las técnicas básicas del dibujo de humor, aunque no es la única. La caricatura satírica moderna se establece cuando “los dibujantes satíricos del siglo XVII sintetizan `las dos tradiciones caricaturales mejor establecidas desde el siglo XV: por un lado la de los grabados alegóricos holandeses, donde una multitud de personajes debía proporcionar el equivalente visual [de una] situación política (É) y por otro, [la de la tradición italiana en que] la deformación de la fisonomía ocupa todo el lugar''.4 La caricatura hace uso de la degradación, la derrota, busca desbancar y la presentar una realidad deformada para alcanzar sus fines, una forma de hacerlo es por medio de la acentuación de rasgos, normalmente físicos, para hacer notorios los defectos y hacer llamar la atención del público. De tal forma que la caricatura con estas características hace impacto a todo tipo de persona, desde la más culta y adinerada hasta al más humilde e ignorante. El que llegue a provocar risa sería su máximo logro trayendo consecuencias al o a lo burlado: menosprecio, falta de respeto, desdén. Convierte lo íntimo y secreto del dominio público.5 Para el presente ensayo se hará un breve análisis de tres imágenes pertenecientes a distintos periodos de la historia de México en el siglo XX. Cada imagen es importante en tanto que cuestiona la legitimidad del Estado Mexicano, primero en la decadencia de un régimen dictatorial a principios del siglo, luego en la consolidación del nuevo gobierno producto de la revolución, y para finalizar el cuestionamiento de legitimidad de elecciones que pusieron, por enésima vez, en el poder al ya viejo gobierno revolucionario institucional a finales del siglo XX. Las imágenes no son mas que caricaturas hechas en los periodos correspondientes, pues como se explicó anteriormente, la caricatura pone de manifiesto los errores del sistema que pocos se atreven a volver explícitos. A
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http://www.jornada.unam.mx/1999/08/01/sem-rafael.html, Rafael Barajas “El Fisgón”, Elogio y vituperio de la caricatura. 5
González Ramírez, Manuel, op cit, p. XIII
diferencia del muralismo mexicano, la caricatura política de oposición trabaja casi siempre bajo la censura y represión incluso en ocasiones bajo la clandestinidad.
La democracia a finales del régimen porfirista. La primera década del siglo XX, México vivía los últimos momentos del gobierno de Porfirio Díaz famoso por la inexistente democracia, por beneficiar a las clases acomodadas y por su carácter represivo.6 A pesar de que se le conoce al porfiriato por su poca tolerancia a la libertad de expresión, surgieron muchos periódicos de oposición al régimen que cuestionaban sus políticas y su legitimidad, como el “Ahuizote”, el “Hijo del Ahuizote o el “Colmillo público”, por mencionar algunos, en donde tuvieron un espacio catártico muchos personajes representantes de la opinión pública, entre ellos los caricaturistas que encontraron en la imagen de Porfirio Díaz lo mas venerado, mas reconocible y mas aborrecido. Además de que los consumidores de dichas publicaciones se informaban, de una u otra forma de los acontecimientos del país, en la compra de cada volante, periódico o revista el pueblo quedaba informado a la vez que se deleitaba con la calidad estética del dibujante.7
José Guadalupe Posada, artista muy reconocido por sus grabados,
también fue un prominente caricaturista precisamente a finales del siglo XIX y principios del XX. Como opositor de Porfirio Díaz, Posada realizó caricaturas políticas criticando al gobierno, en distintas publicaciones Su obra permite observar el gran ingenio, creatividad y precisión de los trazos que le permitían plasmar con claridad una idea. Los personajes representados en sus obras se muestran mezquinos, cobardes, dignos o cómicos e inevitablemente provocan risa, curiosidad y hasta indignación pues reproducen características de una sociedad desigual y en crisis. Las imágenes evidencian la desigualdad e injusticia social existentes en la sociedad porfiriana, cuestionando su moralidad y su culto a la modernidad.8 6
Para este trabajo no se pretende demostrar o desmentir dichas afirmaciones, sólo retomar esa idea generalizada que se tiene del porfirismo para desarrollar el objetivo del texto. 7 http://books.google.com.mx/books?id=hmhKb3DL5nsC&pg=PA208&lpg=PA208&dq=caricatura+en+el +porfiriato&source=bl&ots=sT2VO92FQ&sig=x4wzcutRn4mm8qccfHNuYHiq2fI&hl=es&ei=KyksSt2YBKbItAPo8dzrCg&sa=X&oi=book _result&ct=result&resnum=9, Florescano, Enrique, Espejo mexicano, p. 208-209 8 http://www.redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_quepaso/j_gpe_posada.htm
El 11 de julio de 1904 se celebraron elecciones en México para designar nuevo presidente. Al día siguiente, se dio el anuncio de que quien ocuparía la silla presidencial sería, una vez más, el General Porfirio Díaz y, aunque un porcentaje muy escaso de la población se enteró de las elecciones, no fue tanta su sorpresa saber quien había sido electo presidente. Entre 1904 y 1908, el mayor sostén de la dictadura eran los hombres adinerados, pero no solamente aquellos ricos, sino “la nueva burguesía formada por extranjeros y nuevos ricos mexicanos, la que aparte de practicar la joie de vivre, seguía metiéndole acelerador al progreso económico”,9 por medio de inversiones al país a sectores agrícolas, manufacturas, metalurgia entre otras. Después de casi treinta años de formar parte de un régimen autoritario y poco democrático en el que el poder recae en una sola persona, el hacer caricaturas que hicieran referencia a esa persona y a su autoritarismo, llegó a ser muy reiterativo y poco original, pues era de todos sabido que no importaba quién se postulara para candidato, era seguro que Porfirio Díaz se nombraría presidente; además hay que tomar en cuenta que las elecciones no eran tan promovidas como hoy en día, sólo cierto grupo privilegiado de personas eran las que se enteraban del proceso electoral, normalmente aquellas que sabían leer, escribir, además de que tenían cierto nivel de cultura, lo cual correspondería a una minoría de la población. De acuerdo a la legislación en materia electoral, el voto estaba limitado a aquellas personas alfabetizadas, que en aquél entonces (en la actualidad no se ha avanzado mucho al respecto) era una minoría. En 1908, José Guadalupe Posadas publicó una caricatura para el periódico “El Diablito rojo” en la que aborda esta problemática. La imagen (fig.1) es en blanco y negro, a la izquierda está un hombre vestido elegantemente, con unos zapatos largos, vestido negro, gabardina negra y blusa blanca; su bigote es largo y parece estar cuidadosamente acomodado de modo que las puntas señalan hacia arriba, el cabello, por su parte, también está cuidadosamente aplacado con una raya en medio que lo divide en dos. Sus orejas y sus ojos son grandes, mientras que sus piernas son delgadas. Con la mano derecha sostiene un sombrero de copa negro muy común entre los hombres que mantienen una posición privilegiada en la sociedad, mientras que 9
Historia general de México, México, el Colegio de México-Harla, Tomo 2, 1988, pp. 982.
con la izquierda sostiene un papel que dice “voto” y parece que va a depositarlo dentro de una canasta que lleva la denominación de “sufragio”, la cual es sostenida por una mano anónima que sale de la ventana de un muro, encima de la cual está grabada la frase “casilla electoral”. A la izquierda, alejado de la primera escena, está un segundo personaje que porta unos huaraches en sus pies, una cinta negra en su cintura, pantalón y camisa blanca y un sombrero en su cabeza que dice “pueblo”. Sus orejas y sus ojos son mas pequeños que los del primer personaje, contrario a sus pies. Su cabello sobresale del sombrero y cubre parte de su frente; su mirada parece dirigirse hacia el personaje elegante. En la pared contigua se alcanza a proyectar su sombra.
Figura 1 “Eleiciones y no!” p-‐1, en El Diablito rojo 2ª. Época, no. 21 (13 julio 1908).10
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Exposición de caricatura; Humor y política 20 de septiembre – octubre 1994, Hemeroteca Nacional, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, UNAM, México, p. 43.
El personaje elegante representa a aquél sector privilegiado por el gobierno de Díaz. Aquellas personas adineradas y con cierta cultura europea que son quienes ejercen el derecho a voto. No es posible saber por quién voto, pero se puede deducir si es que busca mantener su posición. El otro personaje quien claramente representa al pueblo de México, a aquella mayoría de la población que no puede participar en las elecciones, por que no puede leer, por que no se enteró o por que considera inútil el hacerlo. Posada cuestiona otro aspecto de la democracia en el gobierno de Díaz. No expone la parte en la que el general se autoproclama, sino que desde el mismo marco electoral, el sector que puede ir a votar, lo hará por Díaz pues es quien hace posible su riqueza, en cambio aquella masa iletrada que es muy posible que busque un cambio de administración que logre mejorar su situación, no lo puede hacer. Entonces, dejando de lado las características de la dictadura, se cuestiona la legitimidad del gobierno considerando que se le impide ejercer el voto a la gran mayoría por lo que un sector mínimo es quien decide quien gobernará a los demás. El Maximato y los valores revolucionarios. La revolución ha terminado y parece haber cierta estabilidad en el país desde el gobierno de Obregón quien parecía ser quien subiría de nuevo a la presidencia una vez terminado el gobierno del general Plutarco Elías Calles, pero desgraciadamente fue asesinado. En una forma de controlar la situación y no desatar otra revolución en la que diversos grupos buscaran luchar por el poder, Calles crea el PNR (Partido Nacional Revolucionario) como un instrumento de político de cohesión vinculado al Estado. Calles se convirtió en el “Jefe Máximo” de los revolucionarios cubriendo con su poder una función que servía de fase de tránsito de caudillo político-‐militar y el partido de masas.11 Como medida conciliatoria para apaciguar que el caos que provocaría la muerte de Obregón, Emilio Portes Gil desempeñó el cargo de presidente de 1928 a 1930. el vacío dejado por Obregón en el liderazgo político-‐militar, replanteó una problemática en el grupo gobernantes sobre la dirección política del país, aunque la figura de Calles no perdió peso, pero le impedía el ejercer el poder bajo su figura
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http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc09/114.html, Ricardo Pozas, El Maximato: el partido del hombre fuerte, 1929-1934
personal. Estas condiciones obligaron a la creación de un aparato de cohesión de los caudillos, que al mismo tiempo legitimara el instrumento de poder por ser la única vía para acceder al Estado. Dicho instrumento fue el PNR en el que participaron Calles y su grupo.12 El PNR pretendía llevar como bandera política los principios revolucionarios cristalizados en una institución, en un partido en el que tuvieran cabida los actores de la revolución. Una vez creado el PNR, se llevaron a acabo elecciones presidenciales postulándose por el PNR, Pascual Ortíz Rubio. Resultaron unas elecciones muy discutidas, pero finalmente Ortíz Rubio fue electo.13 Hubo otros grupos de oposición que llevaban mucha fuerza pública como el encabezado por José Vasconcelos, postulándose por el Partido Anti-‐reeleccionista que aglutinaba a gran parte de los intelectuales comprometidos con el Estado, a obregonistas liberales, y una parte del sector medio urbano. Vasconcelos no aceptó la elección de Pascual Ortíz Rubio, la calificó de fraudulenta, llamó a la subversión y esperó que hubiera un levantamiento popular.14 Las elecciones fueron polémicas cuestionadas, las opiniones no se hicieron esperar, los periódicos de oposición no se quedaron callados y expusieron las dudosas elecciones. Años subsecuentes a lo que se podría llamar como el triunfo revolucionario, cobraron auge empresas periodísticas que sustituirían la labor de la prensa partidista. Como proceso paralelo, la caricatura avanza, ocupando un lugar destacado en las páginas editoriales. Durante el Maximato reapareció la censura, lo que dio lugar a que revistas de crítica y caricatura se retiraran de la venta.15 El periódico “El Turco” es un ejemplo de estas publicaciones que fueron retiradas de la venta; este periódico en particular fue cerrado el primer día que salió a circulación. Una parte de su contenido era una caricatura que hacía referencia a los principios revolucionarios y como eran usados por el PNR.
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Ibid. http://www.elbalero.gob.mx/historia/html/contempo/gobiercalles.html, Gobierno del general Plutarco Elias Calles. México contemporáneo 14 http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc09/114.html, Ricardo Pozas, El Maximato: el partido del hombre fuerte, 1929-1934 15 Exposición de caricatura; humor y política 20 septiembre-octubre 1994, p. 22 13
La imagen (figura 2) se divide en cuatro cuadros en los que se presenta una escena distinta. En el cuadro de la esquina superior izquierda, se encuentra un hombre sentado, con cabello corto y negro, lentes oscuros y bigote corto, está vestido como general de alto rango; en su mano derecha sostiene un tenedor de gran tamaño. El hombre está escupiendo a una pequeña persona que sale de su boca hacia el plato que tiene frente a él sobre una mesa. El plato tiene a su vez un alimento, podría ser un pan, una fruta o una verdura; a la izquierda del plato está un vaso y detrás un florero. En la esquina superior izquierda hay una leyenda que dice “Libertad de Conciencias” En el cuadro de la esquina superior derecha, está otro hombre con lentes redondos que aparenta tener mas edad puesto que tiene poco cabello y blanco, sus cachetes cuelgan un poco y tiene líneas en su cuello que representan arrugas. El hombre está sentado en una silla muy elegante, parecida a la que usan los presidentes, además se encuentra vestido de traje negro, corbata de moño, camisa blanca y lleva una banda que también parece presidencial. Sostiene en su mano derecha unos papeles que dicen “Acuerdo”, los acerca s u cara para leerlos, mientras que con la izquierda desecha otros papeles q al parecer ya leyó y no fueron de su interés. Enfrente de él está una mesa con un mantel blanco, y sobre ella hay mas papeles. En el mantel está la leyenda “Libertad de Imprenta”. En la esquina inferior izquierda, hay un letrero que dice con letras grandes “Escuela de gobierno” debajo hay una puerta que está abarrotada de libros, al parecer escolares. Abajo a la derecha está otra leyenda que dice “Libertad de enseñanza”. En la esquina inferior derecha, el último cuadro es el que mas nos interesa. Se alcanza a percibir una aplanadora manejada por un sujeto desconocido, la aplanadora lleva las siglas P.N.R. La aplanadora se dirige hacia unas siluetas dibujadas en el piso. La primera que abarca la máquina lleva la denominación de “Partido Laborista”, la segunda “Partido Anti-‐reeleccionista”, la última sólo dice Vasconcelos. El cuadro lleva de título “Libertad Electoral”. La imagen en su conjunto es una fuerte critica a Plutarco ElÍas Calles y a sus medidas para estabilizar al país, resulta obvio el por que fue cerrado el periódico inmediatamente, aunque no es justificable, pero si se piensa que Plutarco ElÍas
Calles se proclamó como el caudillo revolucionario viviente que volvía reales sus principios por medio del PNR. Esta caricatura se mofa de todo eso. El primer cuadro hace referencia al problema que tuvo Calles con la Iglesia que desató todo un conflicto bélico civil pocos años después de haber terminado otro. El segundo cuadro se refiere a la censura implementada por el gobierno, censura que conoció muy bien este periódico. La tercera imagen hace alusión a la educación gratuita de calidad dudosa que ofrecía el gobierno. El último cuadro critica directamente al PNR y a las elecciones.
Figura 2 “Cómo es respetada la libertad en México” p-‐6-‐7 en “El Turco” Año 1 no. 1, 6 de marzo 1931.16 Como es bien sabido, uno de los principios de la revolución era la NO REELECCION, por lo tanto, a la muerte de Obregón, Calles no podría reelegirse si se decía revolucionario por lo que puso a una especie de títere en su lugar: Pascual Ortíz Rubio. Así es como comenzó el periodo conocido como Maximato. 16
Exposición de caricatura; Humor y política 20 de septiembre – octubre 1994, p. 25.
Figura 3 Como se dijo anteriormente, las elecciones de 1929 fueron dudosas y polémicas, no todos quedaron conformes con los resultados, por lo que el cuadro 4 (figura 3) infiere que la forma de operar del PNR es eliminando toda oposición cuestionando su legitimidad democrática. El tiempo le daría la razón al caricaturista pues si bien no se eliminaba propiamente la oposición, lo que sería posteriormente el PRI, duró en el poder muchas décadas en las que la oposición era casi invisible en las elecciones. Legitimidad en decadencia para el PRI en las elecciones de 1988. casi sesenta años después del inicio del Maximato, en las postrimerías a las elecciones de 1988, el Partido Revolucionario Institucional no se había enfrentado a una oposición política tan fuerte hasta ese momento. Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, miembros del PRI e inconformes con la postulación a candidato a la presidencia de Carlos Salinas, deciden renunciar y formar un oposición al PRI, creando el Frente Democrático Nacional constituido por el Partido Autentico de la Revolución Mexicana (PARM), y
el Partido Popular Socialista (PPS) la candidatura del FDM estaba Cuauhtemoc Cárdenas. Los resultados de las elecciones le dieron el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, pero gran parte de la población no consideró confiables los hechos; para muchos, el triunfo del PRI fue un gran fraude. Desde antes de las elecciones proliferaban acusaciones de fraude, una vez llegado el momento, parecía que el gobierno afirmara dichas acusaciones en su contra. Ni el gobierno ni el PRI pudieron demostrar la legitimidad de las elecciones ni mostrar información fidedigna, la idea del fraude se convirtió en un hecho para miles o millones de electores.17 Además de los resultados presidenciales, otros aspectos cambiaron el rumbo de la política del país. El PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, sin la cual, el presidente no podría realizar las reformas que tenía contempladas, además el Senado recibía senadores de oposición de tal forma que el PRI ya no sería la única voz del senado.18 1988 fue la primera vez en la que el PRI entraría en una etapa competitiva. La nueva legislación y lo que se llamó delitos electorales ya no permitieron que la Secretaría de Hacienda cobrara las cuotas del PRI, por lo que el partido tendría que sostenerse prácticamente por sí solo.19 El PRI se convirtió en un partido mas que tendría que luchar por sus votos. Para 1988 el periódico “La Jornada” ya era una publicación bien consolidada de izquierda y, aunque como en todas las épocas ha existido la censura, ese año no fue la excepción, pero la apertura a otros partidos políticos de oposición, permitió a su vez una apertura en los medios de comunicación. Las elecciones dieron mucho material a caricaturistas a hacer referencias al debilitado partido único. Por varios días, las elecciones abarcaban gran parte de las principales secciones en los periódicos. La atención del país se centraba en ese hecho en particular, y no era para menos.
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Muñoz Patraca, Victor Manuel (coord.), Partido Revolucionario Institucional 1946-200. Ascenso y caída del partido hegemónico, México, UNAM, Siglo XXI, 2006, p. 34. 18 Ibidem, p. 34. 19 Salazar Adame, Florencio, El cambio democrático en una visión de partido, México, Miguel Angel Porrúa, 1998, p. 143.
Una caricatura que expresa el sentimiento que predominaba en los priístas de mayor arraigo, es precisamente una publicada en la Jornada hecha por el caricaturista “Magú” (figura 4).
(Figura 4) “Nostalgia” p. 3 La Jornada sábado 9 de julio 1988. Sección, El país. Caricaturista Magú En la imagen se puede observar a dos personajes, el de la izquierda es un hombre maduro, clavo y con una nariz prominente; está vestido de traje y tiene un escudo (al parecer del PRI) en su saco. El segundo personaje a la derecha, otro hombre, igual vestido de traje y con el mismo escudo en su saco, tiene lentes oscuros y una barba (de piel tal vez) que cuelga de su cara sentados en un sillón y alrededor de ellos se encuentran tirados en el piso muchos papeles que dialogan sobre los tiempos de antaño en el que el PRI no tenía oposición, cuando la forma de escoger el nuevo presidente era por medio del “dedazo” y opinan sobre el cardenismo se ha infiltrado desde El núcleo mismo del partido.
Los trazos del dibujo son muy primitivos y básicos, pero se alcanza a percibir que el segundo personaje, el de mas edad es Fidel Velázquez, líder sindical vitalicio que fue testigo del crecimiento del partido, fue un elemento constante en todos los periodos presidenciales, es por eso que el caricaturista usa su figura como símbolo del priísmo ya que fue una de sus figuras mas emblemáticas del partido y su poderío. En este caso, la imagen no cuestiona la legitimidad del gobierno en turno, por el contrario afirma que en toda la vida del PRI nunca se tuvo un proceso verdaderamente democrático de elección de un presidente, además de que pone en evidencia que existen nuevos actores que han cambiado el curso de la política nacional y se acepta que los tiempos fuertes del partido único han terminado. Conclusiones. La caricatura resulta ser una fuente muy rica de información de un periodo en específico, pero sobre todo, es un arma política importante, pues siempre cuestiona lo que se cree sólido y estable, incluso los Estados más fuertes. Resulta una sacudida para los ciudadanos a que reaccionen ante cierta forma de represión, marginación, manipulación. Este ensayo resulta oportuno puesto que se avecinan unas elecciones en México polémicas, dudosas, sucias y desequilibradas, y al parecer, desde hace cien años también lo eran. México ha pasado por mucho para llegar a una transición a la democracia, como se vio en esta brevísima muestra de imágenes. Y, aunque la caricatura no sea tomada muy enserio por los especialistas en arte, aunque se le considere un arte no tan depurado sin una magistralidad impactante, no se le puede quitar su valor como revolucionaria, ante todo burlando para crear un cambio verdadero en la sociedad, siempre burlando al poder esquivando sus ataques y con un acceso mucho mas fácil que el de la mayoría de los artistas, la caricatura permanece siempre como un elemento de critica al sistema. Su impacto puede no radicar en los trazos o en la técnica, sino en el contenido discursivo dentro de ella y lo que propone
BIBLIOGRAFÍA. • •
Cosío Villegas, Daniel (coord.) Historia general de México, México, el Colegio de México-Harla, Tomo 2, 1988, pp. 1585. Exposición de caricatura; humor y política 20 septiembre – octubre 1994, México, Hemeroteca Nacional, Instituto de Investigaciones Históricas Bibliográficas de la UNAM, pp. 43.
•
González Ramírez, Manuel, La caricatura política, México, Fondo de Cultura Económica, 1974, pp. 143.
•
Muñoz Patraca, Victor Manuel, Partido Revolucionario Institucional 1946-‐200 ascenso y caída del partido hegemónico, México, UNAM-‐Siglo XXI, 2006, pp. 144.
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Salazar Adame, Florencio, El cambio democrático en una visión de partido, México, Miguel Angel Porrúa, 1998, pp. 205
Weblinks.
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http://www.redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_quepaso/j _gpe_posada.html http://www.elportaldemexico.com/arte/artesplasticas/muralismomexicano.ht m http://www.jornada.unam.mx/1999/08/01/sem-‐rafael.html http://books.google.com.mx/books?id=hmhKb3DL5nsC&pg=PA208&lpg=PA2 08&dq=caricatura+en+el+porfiriato&source=bl&ots=sT2VO-‐ 92FQ&sig=x4wzcutRn4mm8qccfHNuYHiq2fI&hl=es&ei=KyksSt2YBKbItAPo8 dzrCg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=9 http://www.elbalero.gob.mx/historia/html/contempo/gobiercalles.html
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http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc09/114.html
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http://itinerariohistorico.blogspot.com/2009/03/aportes-‐de-‐la-‐prensa-‐y-‐de-‐la-‐ caricatura.html
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