La investigación del turismo bajo el paradigma de la complejidad, nuevos horizontes

July 6, 2017 | Autor: Enrique Cabanilla V. | Categoría: Tourism Studies, Tourism, Turismo
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Descripción

La investigación del turismo bajo el paradigma de la complejidad, nuevos horizontes M.Sc. Enrique Cabanilla, Docente, Universidad Central del Ecuador, [email protected]

Resumen. La presente investigación tiene como objetivo el plantear la necesidad de cambiar de un paradigma lineal a uno complejo, en pos de buscar respuestas holísticas sobre la problemática que aqueja al mundo y en particular al turismo. Desde la complejidad se persigue construir conocimientos transdisciplinares que aporten al debate académico y al desarrollo mundial nuevas perspectivas, en un momento en el cual la crisis planetaria ha situado al mundo al borde de grandes impactos como es el cambio climático o el crecimiento de la brecha entre los grupos más ricos de aquellos que viven bajo la línea de pobreza. Este cambio implica abandonar la excesiva especialización y pensar en profesionales con múltiples conocimientos, al mismo tiempo que obliga a abandonar el individualismo y trasladarse a un trabajo en equipo en busca de conocimientos sólidos, construidos a partir del trabajo transdisciplinar. Contexto. Desde tiempos inmemoriales el ser humano estuvo motivado, por diferentes causas, de ir a conocer otros lugares, primero de su entorno mediato y luego del mundo. Viajeros, que enfrentaron lo desconocido, que surcaron mares, que exploraron otras realidades, son aquellos que han dejado testimonios muy valiosos, incluso útiles para diferentes estudios, de sus grandes aventuras. Los paseos reales en el renacimiento, fueron base de lo importante que fue aprender viajando, conocer diversas culturas en diferentes entornos fue un fin codiciado por muchos. La revolución industrial puso las bases para el despegue de grandes masas de humanos que veían en diversos lugares, sitios que eran sinónimo de felicidad. Y de esta forma se construyó este hoy, de un fenómeno turismo, que aún no acaba por entenderse a sí mismo, ni a sus relaciones con otros sectores. Una actividad, un proceso de desarrollo, un modelo de gestión, una esperanza para un futuro mejor, con impactos reales y perceptibles, que superan en número a la cantidad de investigadores dedicados a su estudio. Para el análisis del turismo y su relación con el paradigma de la complejidad es importante establecer un concepto básico de partida, turismo es el desplazamiento del lugar habitual de residencia a otro, por diversas motivaciones, por un período superior a 24 horas y menor de diversos tiempos establecidos según legislación local, generalmente 6 meses. La motivación como centro del desplazamiento reconoce atractivos, los cuales según su potencia, serán capaces de generar mayores distancias de recorrido. Al mismo tiempo demanda una serie de procesos concadenados, privados, públicos, comunitarios, etc. que son necesarios para satisfacer las necesidades y crear experiencias de calidad.

Por todo lo expuesto hasta el momento, se anota que se presencia la evolución de un fenómeno sin precedentes históricos. Crecimiento acelerado y constante, impactos profundos tanto positivos como negativos, diversos en sus tendencias, relacionados profundamente con el encuentro de personas, geográficamente dependiente e independiente a la vez, abierto a la innovación y vinculados a la generación de bienestar en todos sus agentes. El objetivo es articular el paradigma de la complejidad con el turismo y reflexionar sobre cómo este fenómeno turístico puede beneficiarse conceptualmente de los principios de la complejidad, para de esta forma desarrollar un nuevo modelo de implantación territorial que tome en cuenta a la multidiversidad, como un posible escenario de construcción del desarrollo. Por complejidad se entiende una propuesta que rompe el esquema lineal del positivismo y cuestiona de forma contundente sus aportes para el desarrollo de la humanidad. Interpreta los vacíos en el conocimiento social como una brecha que se debe llenar para lograr una mejor comprensión del desarrollo en la incertidumbre actual de los actores sociales. Llama a movilización cívica para frenar el acelerado deterioro natural y cultural del mundo causado por fanatismos políticos y económicos que han desestabilizado los conceptos básicos de acción, libertad y buen vivir. Manifiesta un destino planetario común, en el cual todos los individuos deben ser actores proactivos para cambiar el curso trágico de la historia mundial (Hessel & Morín, 2012). Análisis. La complejidad como enfoque para una aproximación al turismo Son varios los hechos, verificados en diferentes ámbitos, que configuran la existencia de nuevas condiciones en la sociedad actual (en sus comportamientos, acciones y manifestaciones), impactadas por varios procesos mundiales como la globalización, la postmodernidad y la incertidumbre (Bustos Cara, 2013). Estos procesos han trastocado de forma profunda las ciencias sociales y han puesto de relevancia la necesidad de ahondar en estudios sobre nuevos paradigmas, como por ejemplo, la complejidad y su multidisciplinariedad. La actualidad, vista desde el paradigma de la complejidad, define como importantes y valederas aquellas estrategias y acciones con las que los seres humanos pueden modificar su evolución, que se construye en un presente, alimentado del pasado y además, nutrido con la incertidumbre del futuro, todo en un momento integrador. Para objetivizar esta evolución habrá que preguntarse en el mundo: ¿cómo puede ser la “otra” globalización? Quizá se la pueda construir si se acepta la existencia de una verdadera socio-diversidad, históricamente mucho más importante que la biodiversidad propia, junto con la posibilidad de producir un nuevo discurso, como el único motor de la una nueva historia, empeñado en producir mayores valores a nivel global (Santos, 2000). Imaginar escenarios que rompan la rigidez de los devenires planteados desde posturas severas resulta de interés. En este contexto se podrán enfocar procesos emergentes, como el turismo, desde una óptica que rompa lo establecido, y

que le permita descubrir su forma y función, a la luz de nuevas posturas de desarrollo social. El conocimiento actual es producto de un continuo desarrollo de la acción que mueve, cambia, provoca reacción y contracción, que se convierte en innovación en los territorios que a partir de ahí pueden formar una tendencia que será una nueva norma, expuesta por su misma génesis, a durar tanto como su fragilidad lo determine. Nada puede considerarse permanentemente estable, el cambio es continuo y dinámico y la interacción entre el todo y la parte es muy visible. Los sistemas, los subsistemas y los macrosistemas conviven en permanente evolución y aprendizaje común. Nada puede ser predicho de forma completamente segura, todo puede ser presagiado de forma condicional. La evolución de un fenómeno como el turismo no sigue un proceso determinista. De hecho, si el turismo continúa con su eclosión acelerada, sería más previsible su incertidumbre total, contrastando de este modo con sus objetivos de desarrollo territorial, caería en lo que Morín marca como un principio de incertidumbre irreductible que inevitablemente menoscabara su desarrollo futuro (Morín, 2011). Esta incertidumbre establece como paradigma la complejidad del pensamiento actual. Se vive en permanentes transiciones filosóficas del modernismo al postmodernismo o, en otros casos, a una profundización de la modernidad per se. Pero lo que sí se puede visualizar es que no es un problema único del mundo occidental y, por otra parte, que la tierra está en el límite de la destrucción del mundo o su decisivo progreso, coyuntura por demás tangible en numerosas situaciones. Esta disyuntiva “apela a un gran y difícil esfuerzo, el de hacer intercomunicar nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, de forma que se constituya un bucle generador de conocimiento más lúcido del presente y de proyecciones suficientemente inciertas sobre el futuro” (Morín, 2011). La naturaleza del conocimiento en el paradigma de la complejidad radica en los principios que le permiten pasar del pasado al presente y del presente al futuro, concibiendo en sí mismo una evolución histórica permanente. Esta evolución no es ni lineal, ni permanente, ni determinista, ni modificada por algún factor de forma predominante; es la concepción de que la evolución social es multidimensional, en ella algunas fuerzas podrán dominarla temporalmente, pero lo dominante es rotativo. La dialéctica es la fuerza que determina el constante choque del cual surgen las acciones de cambio por medio de la acción colectiva. Se forma, a decir de Bourdieu, el campo como un espacio permanente de conflictos y de competencia, en medio de un hábitus, estructura estructurada y desestructurada que reacciona ante los requerimientos del campo provocando la acción del sujeto en sus estrategias, prácticas y formas de conducta (Vieytes, 2004). El reconocer que la incertidumbre es la base del paradigma de la complejidad genera un comportamiento activo en el individuo, para renunciar a las previsiones simples y las tendencias futurólogas que se han demostrado fallidas en los últimos años. Este reconocimiento debe transportarlo a asumir la responsabilidad de configurar y proponer estrategias de desarrollo en el presente. Muchos han sido los signos que han demostrado que las certidumbres políticas y económicas que regularon al mundo en el último siglo, han sido de escasa ayuda para remediar las brechas en lo que respecta a la desigualdad

social y al riesgo de que la tierra desaparezca de la era planetaria. Esta crisis se ha manifestado no solo como una ruptura de la linealidad del modernismo, sino también como una perturbación delo estable, el aumento de riesgos, la aparición del antagonismo en conceptos que parecieran ser complementarios, de tendencias que no logran cuajar en el tiempo, de la aceleración de los procesos desestructurantes, la inaplicabilidad de las normativas y regulaciones, y por lo tanto, la creación de un conflicto permanente. Esta crisis es al mismo tiempo la oportunidad de cambio o destrucción definitiva, ya que lleva de la destrucción a la transformación y de la desorganización a la organización de los sujetos situados, con estrategias dinámicas o viceversa. Es así como, en el siglo XX, la crisis ordinaria del capitalismo financiero o la crisis reprimida del estalinismo, se ha convertido en el motor que ha marcado la vitalidad de los propios sistemas, regenerándose y negándose a un cambio profundo a favor de la humanidad. A este panorama se suma el tercer mundo, que “conoce el desarrollo del subdesarrollo”, atraso que es “producto de la implantación forzada del modelo de desarrollo occidental fuera de las condiciones históricas, culturales y tecnológicas que fueron propias del desarrollo occidental; modelo, por tanto, abstracto e impuesto, modelo tecnoburocrático que no ve más que la máquina industrial y nunca al hombre” (Morín, 2011). En lo que respecta a dónde y cómo se fundamenta la complejidad, Morín propone varios semblantes que resulta importante distinguir, para correlacionar este paradigma con el modelo de desarrollo del turismo. Partiendo de la premisa que manifiesta que actualmente no hay fenómeno simple (Morín, 1994), se presenta a continuación una primera aproximación a los principios de la intelección compleja de Morín con el fenómeno mundial del turismo. La necesaria transformación propuesta desde la complejidad llega hasta lo más pequeño de las estructuras, espacios y fenómenos del siglo XXI, como por ejemplo, a los territoriales, donde se ha implantado el fenómeno conocido como turismo. Este tiene profundas conexiones con otras actividades productivas en el territorio, sin embargo, debe trabajarse aún en sus especificidades, tanto formales como funcionales. Para ello se debe tomar muy en cuenta que lo turístico hace referencia a procesos que transforman los entornos territoriales con la finalidad de producir, vender y consumir servicios y bienes que producen placer a sus visitantes (Vera, López, Marchena & Antón, 1997). Estos espacios del territorio tienen características que sustentan la actividad en su producción, y en su capacidad de generar una imagen atractiva del turismo. El turismo debe asimilar que su espacio, per se, no tiene una relación predestinada al turismo, sino que esta se da cuando existe una acción colectiva en torno a un proyecto de desarrollo, que lo convierte en un objeto turistificable. Esta es la mirada y la percepción del turista con su propia cultura, producto de su relación con su territorio, ya que es aquel quien valida estos espacios turísticos en las comunidades (Urry, 1990). Por lo tanto, la mera potencialidad no es suficiente para definir un espacio como turístico, para ello hay que hacer efectivo su enclave tomando en cuenta diferentes aspectos, tal como se plantea desde el enfoque de la complejidad.

Los estudios actuales deben responder al nuevo paradigma de la complejidad que rompe la linealidad del tiempo, y propone un bucle interdependiente entre pasado, presente y futuro. Desde esta perspectiva, el conocimiento del presente del turismo necesita del conocimiento del pasado y del futuro, y a su vez, pasado y futuro necesitarán para configurase plenamente del conocimiento que aporta el presente. Por otro lado, la complejidad remarca la realidad transdisciplinar de los hechos sociales. Por ejemplo, el turismo, estudiado desde la óptica de la geografía del turismo tendrá aportes muy válidos, tal como si el eje central fuera la sociología, la antropología o la historia, por lo que se entiende que para su mejor comprensión se debe aceptar la consolidación de los aportes de cada una de las disciplinas que puedan estar inmiscuidas en este fenómeno. Alguna de estas disciplinas puede dominar un momento social, pero los momentos son rotativos. La rapidez del mundo cambia el escenario de forma constante. Hoy vivimos en un rizo de movimiento perpetuo, una modernidad líquida en la cual el juego de la dominación ya no se disputa entre los más grandes y los más pequeños, sino entre los más rápidos y los más lentos. Dominan aquellos que son capaces de acelerar excediendo el poder de alcance de sus oponentes (Bauman, 2013). Principios de la complejidad: su aplicación al turismo Morín manifiesta que es el cambio el que debe cambiar, la manera de generar el conocimiento, su uso y su transmisión a la colectividad. El desarrollo debe concebirse como una desapropiación colectiva de las permutaciones, dando autonomía a las colectividades que las gestionan. Hay que actuar en conjunto de forma multidimensional, no hay una linealidad establecida y certera para determinar las jerarquías. Hay que trabajar en diferentes escalas, en micro transformaciones entre individuos, en meta transformaciones en nuevas formas de organización social y en mega transformaciones a nivel planetario; emprender una lucha en todas partes que se engendra en la batalla dialéctica que conforma su permanente crisis. El desarrollo vendrá a enseñar que la lucha verdadera no es de un partido político, sino del país, respetando las posturas de las partes en conflicto, confiados de que todo es posible y de que la vida es una revolución fabulosa que se ha realizado sobre la tierra. Y si la “previsión hace aparecer lo peor, la esperanza va en el sentido de lo improbable y lo inconcebible. La creación, antes que nada, es siempre invisible, y hay que aportar por lo invisible” (Morín, 2011). La complejidad tiene varios principios sobre los cuales se estudiará su relación con el turismo. Estos se resumen en la siguiente tabla: Tabla 1. Relación entre los principios de la complejidad con el turismo Principio de la complejidad Principio sistémico u organizacional

Principio holográfico

La relación de la complejidad en el turismo …nada puede conocerse sin integrar todos los procesos y todos sus agentes. El estudio del turismo es multidisciplinario. …el turismo en Ecuador es imagen factual del turismo mundial y así en cada

caso, nada escapa de la holografía. Principio de retroactividad … el turismo impacta en los territorios y estos sobre el turismo de forma cíclica infinita. Principio de la recursividad …el turismo es modelo de las nuevas tendencias de desarrollo y, al mismo tiempo, un producto per se. Principio de la autonomía/dependencia … la autonomía del turismo se refuerza en múltiples dependencias con los entornos y con otros sectores productivos. Principio dialógico ... su presencia o ausencia son dos posibilidades completamente armónicas en el desarrollo de un territorio. Principio de reintroducción del … los agentes endógenos y exógenos del cognoscente proceso turístico son quienes aportan al conocimiento recíproco y complejo del mismo Elaboración propia

El turismo es una actividad que continuamente pregona sus beneficios a nivel mundial. De acuerdo a la World Tourism and Travel Council (WTTC), el turismo en el 2013 representa al 10% de la economía mundial, auspicia a aproximadamente 260 millones de empleos (1 de cada 11 a nivel mundial) que equivale a 4 veces más que la minería, 5 veces más que la producción de químicos, 6 veces más que la producción automotriz, en el 2012 se transportaron entre un país y otro más de 1 billón de personas, crece más rápido que otros sectores como el comercio, las comunicaciones y la banca, y se prevé para el 2013 la misma tasa de crecimiento del años pasados, pero con actores como la India y China que sorprenden en su rapidez. Incluso se pronostica que China puede llegar a ser el mercado receptor y emisor más importante del mundo para el 2023. Bajo la linealidad cognitiva estos datos se presentan como leyes universales, a manera de tendencias que han sido estudiadas y planteadas por expertos, estudios que afirman un futuro que sucederá. Sin embargo, la complejidad reta a lo lineal y a lo puramente macro como fuentes exclusivas para la prospección del futuro, desafía e interroga al conocimiento probado solamente desde lo universal, pues pone de relieve que en su construcción macro ha desechado y rechazado lo local y lo singular, que son modificadores potenciales de cualquier tendencia. Un primer principio de la complejidad consiste en lo sistémico u organizacional, definido como un escenario en el cual no se puede conocer el todo sin la comprensión de sus partes y viceversa, por lo que implica una constante relación entre estos dos elementos, tomando cabida en un juicio complejo. El turismo redefine la inclusión de todos sus procesos y actores en un mismo nivel de dependencia y codependencia, nada puede conocerse sin mediar su relación con el resto de elementos. Por ejemplo, el turista

pasa de ser un actor externo, a convertirse en re-creador de una experiencia. Sin el turista no hay el hecho turístico, aunque exista el producto. Por otro lado, la complejidad presenta un segundo principio llamado holográfico, según el cual una pequeña parte del todo contiene, al mismo tiempo, la información completa del sistema. De forma símil a lo que se conoce en la genética como ADN, este ácido, como una pequeñísima parte, da forma al todo, y a su vez la información del todo está completamente registrada en esta parte constitutiva. No hay ningún mercado, por pequeño que sea, o ninguna tendencia, por especializada que se presente, que no esté incluida en la holografía del turismo. El tercer principio de la complejidad, conocido como de retroactividad, expresa que la causa actúa sobre el efecto y, a su vez, el efecto retro-actúa informacionalmente sobre la causa en sí. Si el turismo mejora las condiciones de un territorio, un territorio mejorado ofrece mejores posibilidades para un turismo de calidad. Es de destacar que el modelo que actúa sobre sus partes produce modificaciones en las mismas y, a la vez, los cambios en las partes constitutivas generan variaciones en el modelo. Para ilustrar lo mencionado: si en el territorio se va a implementar el turismo, los atractivos turísticos adaptarán cambios en la puesta en valor de los mismos (infraestructura de uso, señalética, vías de acceso, etc.), estos cambios de la parte (léase atractivo) retroactuarán en el modelo global, que a su vez retro-actúa sobre un modelo mayor que es el turismo en sí. Un siguiente principio es el de la recursividad, que manifiesta que el producto terminado es necesario, como materia prima, del proceso de producción. Es una dinámica auto-productiva y auto-organizacional. Es un principio más complejo que la retroactividad, ya que al mismo tiempo el producto es fin y recurso para su propia existencia. Por ejemplo, el turismo comunitario es un elemento integrante del turismo en general, pero al mismo tiempo es un producto por sí mismo, el cual se alimenta de su propia configuración para auto-producirse y auto-organizarse. El producto turístico comunitario es a su vez materia prima para su constante re-producción ante los requerimientos del turista. Esto remite nuevamente a un movimiento circular ininterrumpido (Morín, 1994). Al quinto principio se lo denomina de la autonomía/dependencia, y manifiesta que la autonomía de un elemento se nutre de forma continua (es dependiente) del sistema. Infiriendo este principio se determina que la autonomía e identidad del turismo se refuerza en sus múltiples dependencias con sus entornos. Por un lado es un proceso autónomo, pero se le permite usar los recursos culturales y naturales. Por otro lado, solo la apertura a las dependencias hace factible crear un entorno autónomo, dinámico y funcional donde un modelo de turismo sea parte positiva del desarrollo de un todo. Otro principio es conocido como dialógico. Este declara que en el centro donde las lógicas de los pares dialécticos se excluyen, estos, a la vez se complementan, produciendo de esta fuerza, una asociación compleja y necesaria para el desarrollo de un fenómeno organizado. La presencia del turismo, al igual que su ausencia, son dos

posibilidades completamente armónicas en el desarrollo. El modelo de desarrollo territorial del turismo debe interpretar la constante relación entre el orden y el desorden, entre las interacciones y la organización, como dualidades existentes en todo el proceso de planificación, implementación, monitoreo y retroalimentación, tal como lo manifiesta el siguiente principio de la complejidad. Es una relación antagónica y, al mismo tiempo, complementaria. Las leyes del orden no pueden ser tomadas como el único aspecto a incorporar, pues inclusive en lo que aparentemente es completamente metódico, existe en un punto desorden, que en continua interacción con su dualidad produce cambios continuos en la organización. Finalmente, la complejidad se concibe por el principio de reintroducción del cognoscente en todo conocimiento (Morín, Ciurana & Mott, 2003). Bajo este principio, se reintroduce al sujeto observador dentro de la generación del conocimiento de estudio que construye la realidad por medio de los principios antes mencionados. Se reconoce el estudio del turismo como un aporte al conocimiento que identifique sus objetivos, que se nutra de las experiencias adquiridas como base de la reflexión de los individuos que lo auspician y constituyen. La investigación turística bajo la complejidad Una vez analizados la correspondencia del turismo con la complejidad se abre un nuevo escenario para la realización de investigaciones en este campo. Este nuevo horizonte amplía la mirada pues obliga a la multidisciplinariedad, al mismo tiempo que implica que la investigación debe orientarse a la solución de problemas comunes que están terminando con la era planetaria. A continuación se plantean varios ejemplos de acuerdo a lo principios de la complejidad que persiguen clarificar la magnitud y alcances de este paradigma Tabla 2. Relación entre los principios de la complejidad con la investigación en turismo Principio de la complejidad Principio sistémico u organizacional

Principio holográfico

Investigación en turismo que considera los principios de la complejidad Un atractivo debe ser estudiado desde las partes naturales y culturales que lo conforman. Por ejemplo, el Volcán Pichincha desde la mirada de la historia es un lugar glorioso para el Ecuador, pues ahí se plasmó su independencia; al mismo tiempo no se comprende el proceso histórico sin considerar las características geofísicas de esta elevación. Si se analiza la situación de la PYMES turísticas en la Amazonía ecuatoriana, su resultado se proyecta al turismo del Ecuador en general, no se puede exponer

como una verdad total solo datos macros del sector. Principio de retroactividad Si se estudia la satisfacción del turista en una ciudad, es importante analizar cuáles fueron los impactos de la visita en la población y en los recursos, posteriormente se deberá medir cual es la satisfacción de los turistas en otro ciclo, en el cual los impactos producidos por el primero han trastocado el destino. Un claro ejemplo puede ser Montañita, que ha ido perdiendo completamente su identidad, para convertirse en un espacio en el cual la demanda cambia continuamente la oferta turística, artificial comparada con lo ancestral. Principio de la recursividad Si estudio la gastronomía debo tener en cuenta que cumple al mismo tiempo un rol como un producto turístico, como por ejemplo las chugchucaras en la provincia del Cotopaxi, pero por otro lado es parte de la experiencia turística del visitante que llega a este lugar. Principio de la autonomía/dependencia Al evaluar el turismo en el Ecuador, se deben considerar dos enfoques, el primero en datos macros de su unicidad, en su autonomía y el segundo en sus múltiples dependencias con otro sectores como la agricultura, el transporte, el petróleo, la industria textil, etc. Principio dialógico La presencia o ausencia del turismo son dos posibilidades completamente armónicas en el desarrollo de un territorio, por esto en la investigación debe aceptarse este hecho y no buscar siempre la validez. Principio de reintroducción del Un estudio turístico sobre un territorio cognoscente debe recoger las diferentes posturas de los agentes, aunque sean antagónicas. Elaboración propia Conclusiones El pensamiento de generación lineal del conocimiento sugiere que el estudio de un tema, como el turismo, debe ser realizado aislándolo del medio donde se lleva a cabo. Este aislamiento hubiera permitido configurarlo y estudiarlo de acuerdo a todas las variables sobre las cuales se tiene completo control, tratando de crear un laboratorio

perfecto para la experimentación. Sin embargo, bajo la lupa de la complejidad, se debe estudiar y configurar al turismo en medio de sus múltiples interacciones, desmitificando la premisa de separar de forma absoluta el objeto de estudio con el sujeto que lo percibe. Desde el punto de vista de la complejidad “[n]osotros debemos plantear… el principio de relación entre el observador conceptuador y el objeto observado, concebido” (Morín, 1994), en cuanto es de suma importancia entender que la mera presencia de un observador impone determinaciones sobre el objeto, impulsando permanentemente el estado líquido de todo hecho en la sociedad postmoderna (Bauman, 2013). La complejidad es un paradigma que hay que considerar al momento de evaluar el turismo. Se incentiva a nuevos aportes sobre este tema, a considerar al pensamiento complejo como un referente para establecer otros aportes al marco conceptual del turismo. La investigación puede rescatar de este paradigma la visión multi, transdisciplinaria y reconstructiva de todo nuevo conocimiento. El modelo de gestión del turismo puede proyectar la capacidad integradora de la complejidad como una propuesta que rescate a la acción colectiva, que se ha tornado invisible dentro del determinismo lineal, cediendo su sitio a cifras, fórmulas e idealidades. La complejidad aportará nuevos encadenamientos disciplinares, que reforzará al turismo como una disciplina que aúna estos aportes en aras de aportar nuevos conocimientos al debate académico. Referencias. Bauman, Z. (2013). Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Bustos Cara, Roberto. (2013). Seminario sobre Economía, Sociedad y Territorio. Curso identidades locales y cambio social. Material no publicado. Bahía Blanca: Universidad Nacional del Sur. Hessel, S. & Morin, E. (2012). El camino de la esperanza: Una llamada a la movilización cívica. Francia: Ediciones Destino. Morín, E. (1994). La noción de sujeto. Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Argentina: Editorial Paidós. Morín, E., Ciurana. E. & Motta. R. (2003). Educar en la era planetaria. Barcelona: Editorial Gedisa. Morín, E. (2011) ¿Hacia dónde va el mundo? España: Grupo Planeta. Santos, M. (2000). Por uma outra globalizacao. Do pensamento único á consciencia universal. Rio de Janeiro: Editora Record. Urry, J. (1990). The tourist gaze: Leisure and travel in contemporary societies. Collection Theory, culture & society. Londres: Sage Publications. Vera, F., López, F., Marchena, M. & Antón, S. (1997). Análisis territorial del turismo: una nueva geografía del turismo. Barcelona: Editorial Ariel.

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