La invasión del idioma inglés, entre la tilinguería y el enriquecimiento del habla

June 19, 2017 | Autor: Juliana Marcús | Categoría: Sociology, Urban Sociology, Sociologia Urbana, Sociología, Semiología, Neoliberalismo
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SOCIEDAD

La invasión del idioma inglés, entre la tilinguería y el enriquecimiento del habla Diego Igal

25 de Octubre de 2015 | 12:00

Ante el bombardeo visual de extranjerismos en la Ciudad, los especialistas admiten que es un fenómeno a tener en cuenta. Y que alcanza además a otros idiomas foráneos. "El problema no es incorporar palabras, sino que no haya un esfuerzo en buscar palabras en el idioma español, que es muy rico", explicó la lingüista María Marta García Negroni.

   Las palabras en inglés parecen volver a anidar en el habla cotidiana de muchos habitantes del suelo argentino. La publicidad, cartelería y las diversas formas de vender comenzaron a evidenciar que tomaron nota del asunto, aunque no habría que descartar que lo hayan impulsado. Así, es posible toparse, leer o escuchar en las grandes ciudades vernáculas sobre tablet, drinks, open, pull, brunch, happy hour, school, smartphone, running team, mouse, winter sale, smart TV, steak house, business, eBook, entre otras varias. ¿Moda, tendencia, fenómeno? Todavía no es un tema, mucho menos despertó esas falsas y efímeras polémicas ni alcanzó los ribetes que en 2002 tuvo epicentro en Escobar. Cuando el intendente de ese partido bonaerense era el ex represor Luis Patti, impulsó y logró aprobar en el http://tiempo.infonews.com/nota/192093/la­invasion­del­idioma­ingles­entre­la­tilingueria­y­el­enriquecimiento­del­habla

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Concejo Deliberante una ordenanza que obligaba a traducir al español los nombres de comercios, barrios privados o colegios que estén en idioma extranjero. "Se trata de defender el idioma y la identidad nacional. Además, es una medida para no discriminar a los que no saben inglés. No prohibimos nada, damos un plazo de dos años para implementarla", explicaba Patti a los medios que le daban micrófono. Un diputado nacional de su partido, el ex futbolista Antonio Rattín, presentó un proyecto de ley en la misma línea que nunca llegó a tratarse. La norma municipal de Escobar siguió vigente hasta 2010, aunque no se conoció jamás que se sancionara a ningún vecino que no se haya adecuado.  Ahora esta ¿penetración? de la lengua de William Shakespeare - también de otras europeas- tal vez viene como adicional del boom (ouch) gastronómico y los restaurantes con comidas étnicas o de países. Hace una semanas el cocinero Guillermo Calabrese se mofaba al aire en Cocineros Argentinos (TV Pública) de los colegas que venden bread pudding y no budín de pan. "Siempre fue para que cualquier salame se haga el importante. Es increíble y muchas veces mal escrito. Hay cadenas de comidas que se quieren hacer los italianos y escriben en italiano mal", despotrica Calabrese sobre lo que considera "el personaje tilingo de Buenos Aires" que también festeja Halloween o el día de San Valentín pero no sabe cuál es el día de la Tradición. Aun así, Calabrese reconoce que en el rubro de los fuegos y las sartenes la palabra extranjera "garpa". María Marta García Negroni, profesora en Letras de la UBA, actual directora del Centro de Escritura Universitaria de San Andrés e investigadora lingüística, considera que "no hay que asustarse porque todas las lenguas se nutren de los aportes de otras. De hecho, usamos muchas palabras que ni sabemos que proceden del alemán (como blanco), árabe o francés. Hay que aceptar las variedades". Sin embargo, la especialista apunta que "en el nombre de las facultades o menúes gastronómicos o vidrieras hay otro problema -que no es censurable per se- porque buscan otra cosa: dar prestigio y distinción por el uso de las palabras. Como si decirlo en inglés sea mejor, porque hay una sobrevalorización del inglés y una desvalorización del español también. Eso se ve muy claramente". Para García Negroni, "el problema no es incorporar palabras, sino que no haya un esfuerzo en buscar palabras en el idioma español, que es muy rico". El semiólogo Oscar Steimberg observa diferencias: "No es lo mismo llamar a una tienda 'Harrod´s' que ponerle a un restorán con parrilla "The película". O usar el possessive case llamando 'Bartolo´s' a otro lugar. O ponerle Wilson a un chico con apellido español si uno es uruguayo. Está mal hacerse el extranjero pensando que uno está operando desde abajo, pero no está mal usar cualquier lengua desde las ganas territoriales de jugar con el asunto de cada uno". Juliana Marcus, investigadora del CONICET y miembro del Instituto de Investigaciones Gino Germani, trabajó sobre la incidencia de los procesos de mercantilización de la ciudad en los usos legítimos e ilegítimos del espacio urbano y reflexiona: "Cuando caminamos por la ciudad pasamos nuestro tiempo leyendo el paisaje urbano como si se tratara de un texto: su arquitectura, sus calles y plazas, el tránsito, la publicidad, los negocios, los artefactos urbanos son signos que constantemente comunican algo. Los sistemas de códigos compartidos e incorporados nos permiten descifrar y entender los mensajes que la ciudad emite en tanto expresión de la cultura". Para Marcus, "a partir de la lectura en términos culturales de la cartelería en inglés y otras lenguas extranjeras que en las últimas décadas proliferó en locales gastronómicos y comerciales, incluso en universidades privadas, es posible interpretar el modo en que se presenta a la ciudad de Buenos Aires, es decir, como un objeto cultural a ser consumido por el turismo o por grupos de jóvenes extranjeros que realizan intercambios estudiantiles.  En un contexto capitalista y de globalización esta señalética cumple un rol fundamental en los procesos de mercantilización y turistificación de la ciudad: el objetivo es vender la ciudad como si se tratara de un producto, una marca. Y en este proceso de fetichización donde todo es subsumido a una lógica mercantil, incluso la cultura, participan tanto capitales privados como el Estado". El filósofo Darío Sztajnszrajber suele recordar: “"n una sociedad de consumo, nuestras identidades culturales está atravesadas por el consumo cultural, y las marcas se ubican por encima de los productos. Esto hace ingresar a la identidad en el terreno de las estrategias de marketing. Pero si somos lo que consumismos, ¿no somos lo que otros quieren que seamos?".  La sentencia aplica para los humanos y también para la ciudad en la que viven. «

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