La integración de Mesoamérica

June 12, 2017 | Autor: Alfredo Agudo | Categoría: Geopolitics, Mesoamerica
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Descripción

La integración de Mesoamérica México y Centroamérica en las últimas décadas Alfredo Agudo García Revista Trabajadores, No. 104 México, septiembre-octubre 2014. El presente ensayo aborda las condiciones político económicas de la integración de Mesoamérica bajo el esquema neoliberal, un fenómeno que parece nuevo si no se toma en cuenta que la historia común de la región es muy larga. Pero es en esa larga historia donde podemos buscar las claves para pensar la integración mesoamericana desde otras perspectivas que incluyan aspectos como la libre autodeterminación de los pueblos, el fin de la dependencia económica y la solidaridad entre las naciones, lo que es opuesto al proyecto neoliberal de integración que condena a la región a la dependencia y subordinación de los países mesoamericanos al proyecto imperial de los Estados Unidos (EU). El concepto de Mesoamérica La idea de nombrar la región como Mesoamérica viene de los estudios antropológicos que encontraron coincidencias entre la diversidad de culturas desde el centro-norte de América, que hoy es el estado de Durango en México, y el territorio que hoy es Costa Rica. Quien acuñó el nombre Mesoamérica fue Paul Kirchhoff, un etnólogo alemán radicado en México que en un ensayo publicado en 1943 propuso el estudio de la región como un complejo social indígena cuyo marco era la diversidad étnica y lingüística, es decir, muchas etnias unidas por elementos culturales como el cultivo del maíz, el uso de dos calendarios (uno agrícola de 260 días y uno ritual de 365 días), el panteón con deidades muy similares donde destacan Quetzalcoalt y Tlaloc, así como los sacrificios humanos con fines rituales, la

similar tecnología entre otras cosas que Kirchhoff nombró como “el complejo mesoamericano”. 1 Durante algunas décadas el concepto fue utilizado únicamente en estudios antropológicos y referido casi exclusivamente a estudios culturales de la región, sin embargo estos estudios fueron difundidos y con base en ellos se comenzó a pensar en la integración política de la región y con el siglo XXI nació la idea de la integración económica de la región, promovida por los gobiernos de Estados Unidos. Intentos de integración en Centroamérica La idea de la unión Centroamericana se remonta a la época de la independencia, entre 1821 y 1822 los países centroamericanos se integraron al Imperio Mexicano y al separarse en 1823 formaron una Federación Centroamericana entre 1824 y 1839. El intento de unificación fue la referencia para infinidad de intentos de integración desde entonces hasta el siglo XX. En el marco del crecimiento económico en los países centroamericanos después de la segunda guerra mundial, hubo una reunión de ministros centroamericanos en San Salvador (octubre de 1951) donde se aprobó la formación de una Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) siguiendo el modelo de la Organización de Estados Americanos (OEA) con la intención de formar un polo político que permitiera a los gobiernos centroamericanos ganar autonomía y control de los flujos económicos de la región. El acuerdo de fundación de la ODECA conocido como Carta de San Salvador creó tres niveles de gobierno: el directivo formado por los jefes de Estado y ministros; el nivel ejecutivo o Secretaría General con un miembro de cada país; y el nivel subsidiario formado por los consejos y comisiones formados para tratar temas específicos.2

1

Kirchhoff, Paul. “Mesoamérica, sus límites geográficos, composición étnica y caracteres culturales”. México, 1943/1960. Ver también Jiménez Moreno, Wigberto. Mesoamérica. Homenaje al doctor Paul Kirchhoff. México, SEP – INAH, 1979. 2 Marín C., Dunnia y Max Suárez U. “La ODECA, intento de integración política centroamericana” en: Centroamérica, casa común e integración regional. San José, Costa Rica; Lara Segura & Asociados, 2014, p. 47 – 57.

La iniciativa de la ODECA intentó que los países centroamericanos comenzaran a sacudirse la injerencia de los Estados Unidos, Guatemala fue su principal impulsor en los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz, pero pronto recibió los ataques de la diplomacia estadounidense y el representante de El Salvador, por recomendaciones de la embajada estadounidense, llevó a la Junta Directiva de la ODECA una resolución anticomunista que el gobierno guatemalteco rechazó dando paso a la primer crisis de la ODECA. La disputa entre los miembros de la ODECA pervivió hasta 1954 cuando los militares guatemaltecos apoyados por el gobierno de EU dan un golpe de Estado en Guatemala y el nuevo gobierno aceptó inmediatamente la resolución anticomunista en disputa, pero la ODECA había entrado en una especie de receso del que nunca salió. Un ensayo de integración económica autónoma La consecuencia más relevante de la ODECA fue un acuerdo económico, aunque surgió de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), dependencia de la ONU. La CEPAL propuso a los estados de la ODECA la integración económica enfocada a la industrialización por sustitución de importaciones, esto derivó en el Tratado de Multilateral de Libre Comercio e Integración Económica y dos años después se fundó el Mercado Común Centroamericano (MCC), cuyos objetivos principales fueron: Establecer un arancel externo común, un mercado común, el desarrollo industrial y el desarrollo de infraestructura. El MCC comenzó a mostrar resultados de manera inmediata, o por lo menos así lo presentó la CEPAL en sus análisis donde lo cataloga como “el proyecto de integración más importante que ha existido en Centroamérica desde la República Federal Centroamericana”. Indicadores macroeconómicos de Centroamérica 1960-2000 en porcentajes Crecimiento Inversión intrarregional Industrialización Comercio Intrarregional (CEPAL, 2000)



19501960 4.4 6.9 n.d. n.d.

19601970 5.3 7.8 48.7 n.d.

19701980 4.3 7.4 27.6 22.4

19801990 0.8 0.1 42.2 16.9

19902000 3.9 4.7 40.7 19.6

“Tan notable fue el desarrollo del Mercado Común durante sus primeras dos décadas que suscitó el más vívido interés de los europeos, quienes en ese momento apenas empezaban a vislumbrar los primeros pasos de su propio sistema de integración”.3 El caso de México tiene algunas particularidades, desde el gobierno del general Lázaro Cárdenas, este país estableció ciertas reglas que le permitieron tener una política interior y exterior bastante autónoma sin plegarse totalmente a los dictados de Washington, aunque cuidaba la relación con EU por ser su principal socio comercial, eso no impidió que México apoyara abiertamente a la Revolución Cubana cuando EU pretendía aislarla; condenara la guerra de Vietnam, se opusiera a una resolución de la OEA para formar “ejércitos de paz” contra la revolución sandinista y fuera el principal impulsor del proceso de paz en los años 80, desde la propuesta de Contadora hasta los acuerdos de Esquípulas. México fue el país americano que más ayuda económica dio a la revolución sandinista y brindó invaluable apoyo humanitario a los movimientos insurgentes de El Salvador y Guatemala. Conflicto social, intervención estadounidense y debilitamiento estatal El proceso de integración en Centroamérica que comenzó con la ODECA y la conformación del MCC, se frenó por los conflictos armados en la región. Primero fue la guerra entre Honduras y El Salvador en 1969 por cuestiones de tierras y límites fronterizos y después vinieron la insurrección en Guatemala, Nicaragua y El Salvador provocada por la fuerte desigualdad social que mantenía en la miseria a la mayoría de la población mientras las oligarquías y compañías extranjeras se enriquecían. Pero las insurrecciones armadas no siempre alcanzan sus objetivos y algunas veces generan un ambiente de vulnerabilidad de todo el país que facilita la entrada de alguna potencia extranjera, así sucedió en Centroamérica en la década de los 80, cuando los conflictos armados debilitaron a los Estados y la administración estadounidense aprovechó para intervenir en esos países. En 1979, tras el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua, el gobierno de EU se planteó intervenir directamente en la política y la economía de la región, un documento de la administración Reagan señalaba “...que los Estados Unidos de América otorguen un 3

Pellandra, Andrea y Juan Alberto Fuentes. El estado actual de la integración centroamericana. México; CEPAL, 2011, 51 p.

crédito de emergencia al Central American Common Market Fund (Fondo del MCC)” señalando “que el Mercado Común debe cambiar hacia una postura comercial más abierta. Esto requerirá, como muchos expertos centroamericanos han sugerido, una reorientación básica del comercio regional y las políticas industriales”, 4 una abierta intervención económica. La intervención militar fue aún mayor, durante los gobiernos de Ronald Reagan (1981 – 1989) se donaron a El Salvador más de 2,100 millones de dólares (mdd) en ayuda militar para combatir a las guerrillas; más de 1,000 mdd a un ejército contrarrevolucionaria para hacer la guerra al gobierno sandinista de Nicaragua; a Costa Rica 800 mdd y a Honduras 500 mdd por permitir operar a la contra nicaragüense en su territorio; además de cientos de millones de dólares al ejército guatemalteco y el montaje de una base de operaciones en Honduras (llamada Centro Regional de Entrenamiento Militar CREM) donde oficiales estadounidenses entrenaban a la contra nicaragüense y a los oficiales de los ejércitos de sus aliados. 5 La intervención estadounidense en Centroamérica en los años 80 incentivó los conflictos armados, los cuales parece que no le convienen a nadie, sin embargo, observando que la guerra debilitó a los Estados centroamericanos y que las compañías y la diplomacia estadounidense aprovecharon la debilidad de dichos Estados para empujarlos a asumir medidas económicas neoliberales para desregular la explotación de sus recursos naturales, los salarios y los impuestos, en beneficio de las corporaciones quitando al Estado la capacidad de velar por los intereses de su población, se puede decir que el debilitamiento de los Estados de la región fue muy conveniente para el gobierno y empresas estadounidenses. En 1991, al fin de las guerras centroamericanas la idea de la integración de México y Centroamérica comenzaba a tomar fuerza entre los sectores de izquierda de estos países, sin embargo, la diplomacia estadounidense atacó el punto inmediatamente. La posición de 4

Selser, Gregorio, ed. Informe Kissinger contra Centroamérica. Tr., notas, comentarios y epílogo de Gregorio Selser. México; El Día, 1984. 5 LaFeber, Walter. Revoluciones inevitables, la política de Estados Unidos en Centroamérica. San Salvador, El Salvador; UCA, 1989. 436 p.

autonomía de México fue muy problemática para el gobierno estadounidense durante el conflicto centroamericano, así que su diplomacia comenzó a buscar la forma de intervenir en México, las que encontró a raíz de la crisis de legitimidad que vivió nuestro país tras el fraude electoral de 1988. La administración estadounidense convenció a la mexicana de que podía remontar la crisis de legitimidad si daba resultados económicos y le propuso la firma en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (NAFTA por sus siglas en inglés). Ese mismo año se presentó en Miami el proyecto de Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) del que el gobierno mexicano se convirtió en importante promotor, hasta que en la IV Cumbre de las Américas de noviembre de 2005 en Mar del Plata, Argentina, el proyecto fue rechazado por la mayoría de los países del sur del continente dándolo por anulado definitivamente. La integración de Mesoamérica En 2001, el entonces gobernante mexicano Vicente Fox, accedió a presentar como propia una iniciativa de su homólogo George W. Bush que retomaba la idea de la integración de México y Centroamérica pero uniéndolas en función de la apertura de sus economías al proceso de globalización o apertura económica encabezado por Estados Unidos. El proyecto se titulaba “Plan Puebla Panamá” (PPP) e incluía a los estados del sureste de México (Puebla Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo) con los siete países centroamericanos (Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Roca y Panamá) con el fin de integrar un plan económico que permitiera conectar la infraestructura de comunicaciones (Carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, radiocomunicaciones, etc.) que permitiera la explotación eficiente de los recursos naturales con que cuenta la zona y establecer zonas de producción (principalmente maquila) así como complejos turísticos, todo articulado por medio de la eliminación de barreras políticas y económicas.6

6

OCDE. La Región Mesoamericana. Sureste de México y América Central. Tr. Carmen Negrete. Paris; OCDE, 2006. 219 p.

Vicente Fox nunca pudo explicar “su” proyecto y se limitó a describir que se construirían carreteras y se modernizaría la región. Durante su gobierno el proyecto no avanzó porque estaba enganchado a la propuesta del ALCA y al naufragar el PPP tuvo que ser reformulado, para lo cual la OCDE publicó su estudio titulado La Región Mesoamericana. Sureste de México y América Central en el año 2006, y el mismo año le correspondió al entrante presidente de México, Felipe Calderón presentar el “Proyecto Mesoamericano”, actualización del fracasado Plan Puebla Panamá. La idea de la integración mesoamericana desde el gobierno y las corporaciones estadounidenses tiene varios objetivos, uno de ellos, bastante evidente en el texto de la OCDE es dividir a México en dos proyectos nacionales, uno para los estados del norte y otro para los estados del sureste; otro objetivo es disminuir las barreras de protección de la biodiversidad ya que esa zona es tal vez la mayor fuente de biodiversidad a nivel mundial; además de explotar el turismo cultural a escala industrial y empujar hacia abajo los salarios para que sean “competitivos” con los de Asia. Conclusión: La bandera de la integración de Mesoamérica ha sido monopolizada en los últimos años por la diplomacia y las empresas estadounidenses en el marco de una integración neoliberal, y a sido subordinada al proyecto imperial de los Estados Unidos, sin embargo, hemos visto en este ensayo que han existido varios intentos de integración regional que posibilitan un desarrollo autónomo de los países y les permiten generar opciones de desarrollo para sus poblaciones, así como practicar lazos de convivencia armónica, respeto a la autodeterminación y solidaridad entre las naciones. El problema central de las naciones de la región al día de hoy es la debilidad estatal que les caracteriza, ya sea producto de las guerras como en el caso de Centroamérica o de la falta de legitimidad del Estado en el caso de México, esto puede ser remontado por medio de la recuperación de las tradiciones históricas que defienden a los pueblos tales como el nacionalismo revolucionario en México, la ODECA y el MCC en Centroamérica o la Revolución sandinista en Nicaragua.

La integración en el mundo globalizado en que vivimos es casi una necesidad, sin embargo, los habitantes de Mesoamérica debemos poner a debate en todos nuestros países qué tipo de integración queremos y necesitamos, hasta ahora tenemos dos opciones, la integración subordinada a EU o la integración para la liberación y autodeterminación de nuestros pueblos.

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