La industria del añil en Asunción Ixtaltepec, Oaxaca. Investigación y conservación

September 20, 2017 | Autor: Omar García Zepeda | Categoría: Arqueología histórica, ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL
Share Embed


Descripción

2011

“La

industria

del

añil

en Asunción

Ixtaltepec,

Oaxaca.

Investigación

y

conservación” en Memoria digital de la XXIX Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología, edición en CD-ROM, BUAP, Puebla, México.

La industria del añil en Asunción Ixtaltepec, Oaxaca. Investigación y conservación.

Omar García Zepeda. Escuela Nacional de Antropología e Historia.

En el año 2007, bajo la dirección del arqueólogo Roberto Zárate Morán, adscrito al Centro INAH Oaxaca, se hicieron una serie de recorridos de superficie para registrar sitios arqueológicos e históricos en la zona que se construirá el parque eólico La Venta IV, en los alrededores del actual poblado de La Venta, en el istmo de Tehuantepec, Oaxaca. En ese proyecto de investigación denominado “Proyecto arqueológico La Venta IV” se registraron una serie de pilas para procesar la planta de añil y obtener el tinte azul índigo. Desde entonces surgió mi interés por investigar ese tema. Recientemente en el mes de abril tuve la oportunidad de acudir al poblado de Asunción Ixtaltepec y registrar otra serie de pilas para procesar añil, en la ribera del rio Los Perros, sobre las cuales trata el siguiente articulo. Ubicación del área de estudio A 5 kilómetros aproximadamente hacia el norte de Juchitán, se encuentra el poblado de Asunción Ixtaltepec, pertenece al municipio del mismo nombre y colinda al norte con los municipios de El Barrio de la Soledad y Santa Maria Chimalapa, hacia el sur con San Pedro Comitancillo, El Espinal y Juchitan de Zaragoza, al oeste ntambien con El Barrio de la Soledad y Ciudad Ixtepec y al este con los municipios de San Miguel Chimalapa y Juchitan de Zaragoza (Enciclopedia de lo Municipios de México 2009). Sobre el rio Los Perros entre ambos puentes que lo cruzan, se encuentran las pilas para obtener el azul índigo (Lámina 3). Características arquitectónicas generales de la pilas para procesar añil Todas las pilas para procesar la planta de añil se encuentran en las vegas de los ríos, pues es necesario agua corriente, no estancada para el proceso de obtener el tinte azul índigo. Básicamente, las pilas para procesar añil constan de dos piletas juntas, que se encuentran en desnivel, la que está más cercana al agua es generalmente la que se encuentra más abajo. La pila que se encuentra a un nivel más alto se llama pila de

1

arriba o pila de remojo y la que se ubica a un nivel más bajo se denomina pila de abajo o pila de batido. Estas se encuentran interconectadas mediante un tubo de cerámica, llamado bitoquera. La pila de abajo en su extremo opuesto a la pila de arriba, presenta dos bitoqueras dispuestas en un eje vertical y por lo tanto a dos alturas distintas. Además la pila de abajo tiene una característica: la altura del muro de la pila de arriba se continua 50 cm sobre el muro de la pila de abajo, para descender en un pendiente de 60° y en un metro lineal, para continuar nuevamente en horizontal por 1.95 metros más. La parte superior de los muros presenta en unas cuantas zonas que no era plana, sino redondeada. El interior de la pilas mide 2.6 m por lado generalmente, aunque algunas presentaron en el muro divisorio de las pilas y muros paralelos medidas de 2.7 metros de largo. La profundidad de las pilas es de 0.7 metros. El material constitutivo es de ladrillos rojos de 40 cm de largo por 20 cm de ancho y 5 cm de espesor, aunque algunos ladrillos tienen 20 cm por lado. Los muros presentan un ancho promedio de 50 cm. Estos ladrillos están unidos mediante un cementante hecho con arena. El interior de los muros tiene un aplanado con restos de un pigmento rojo. El piso no tiene un acabado ni el exterior, al menos no se ha conservado. Los pisos presentan solo un hilada de ladrillos que descansan sobre una capa de espesor variable de grava y ésta a su vez sobre una capa de arena compactada y una tercer capa consta de cantos rodados; en un caso pudo apreciarse que existen una especie de pilotes de 40 cm de diámetro aproximadamente hechos de cantos rodados unidos con la misma argamasa con la que están pegados los ladrillos (Lámina 1). Descripción botánica del añil El añil es una planta de 1.50 m de altura de tallo erguido y ramificado, con hojas compuestas de tres a siete pares midiendo de 2 a 4 cm con forma ovalado-oblongas y flores rosas o amarillas. Los frutos son legumbres oblongas, lisas y encorvadas y tiene de 10 a 15 semillas (Ruz 1979: 131). Existen diversas especies del añil, la cual pertenece a la familia de las Leguminosas. Las especies principales son (Ruz 1979: 133): Indigófera Suffruticosa (originaria de América) Indigófera Tintorea (originaria de la India) Indigófera Argentea (originaria de África) 2

A la primera especie se le conoce también como xiquilite (de xiuhqulitl en náhuatl). También otras especies como la Indigófera Thibaudiana o añil silvestre son originarias de América (Rubio 1952: 316). Se produce en climas cálidos debajo de los 300 msnm en terrenos sílico-arcillosos profundos y fértiles con humedad y facilidad para el riego (Ruz 1979: 131). Cultivo y extracción del azul índigo de la planta del añil El modo de cultivo y proceso de extracción (llamado también obraje), del azul índigo en las épocas prehispánica, colonial y moderna, tienen básicamente el mismo principio, solo los implementos y la infraestructura varían en los tres periodos. Época Prehispánica Con respecto al modo de cultivo de la planta de añil en la época prehispánica no poseo datos al respecto hasta este momento, solo tengo datos sobre el modo de extracción de la tinta: Los antiguos mexicanos conocieron también dos plantas para extraer el Tlecohuili o color azul una de ellas llamada jiuhquilitl pitzahue es sin duda alguna la indigófera tintoria: la otra conocida con el mismo nombre y por el de ce jiuhquilitl patlahoac (Moziño 1976: 21, inciso 14). El modo de extraer la tinta de los mexicanos consistía en recoger las hojas de la planta, infundirlas en agua tibia ò mejor en agua fría, en paylas de cobre, agitarlas fuertemente hasta sacar toda la tintura, separar el agua por decantacion, colar el residuo espeso por un lienzo y poner à secar al sol la fecula para formar de ella globulos que acababan de secar despues en basijas de barro, ô comales hasta que estubiesen bien duros (Moziño 1976: 25, inciso 38)(Se respetó la ortografía original). Hay otra mención sobre el uso del añil en la época prehispánica que hace Fray Bernardino de Sahagún: “Hay una hierba en las tierras calientes que se llama xiuhquilitl, mojan esta hierba y exprímenle el zumo y echandolo en unos vasos allí se seca o e cuaja, con este color se tiñe en azul oscuro y resplandeciente, es color preciado” (Turok 1996: 30). Época Colonial En lo concerniente al cultivo, primero se preparaba la tierra por medio del sistema de roza, aunque para el año de 1800 ya hay mención del sistema de arado (Ruz 1979: 135136). Cuando se preparaba el terreno por medio del método de la roza, la siembra se realizaba al voleo, posteriormente las semillas eran tapadas por el pisoteo del ganado 3

que se hacía pasar sobre el terreno (Rubio 1952: 317-318); en el sistema de arado se depositaba la semilla a 5 cm. de profundidad. Se sembraba en el mes de Marzo y para finales de Junio y principios de Julio la planta comenzaba a florear, por lo que era el momento de su cosecha, recolectando solo la hoja. La siega se realizaba cerca de la base una vez al año, para que la planta retoñara nuevamente y produjera nuevas hojas, por 4 o 5 años más, deshierbando las mismas en ese periodo obteniendo así un tinte de buena calidad (Ruz 1979: 132), una vez transcurrido ese periodo, se sacaba la planta de raíz para volver a sembrar. En ocasiones también se cosechaban la hoja con todo y tallo y ramas (Ruz 1979: 138). Posteriormente las hojas se tendían en una especie de corredor y ahí se dejaba toda una noche, revolviéndola de vez en cuando, de esa zona, las hojas eran llevadas a una pila, a la que se le llama pila de arriba o pila de remojo; simultaneo a esto, se acarreaba agua con mulas del río o fuente de agua cercana, la cual se llevaba a una caldera para calentarla y de ahí era conducida a la pila de arriba; una vez en la pila de remojo, las hojas se cocían durante una hora o menos, inmediatamente el agua, también llamada lejía, se vaciaba por medio de un tubo denominado bitoquera, que conecta a la pila de arriba con otra pila conocida como pila de abajo o pila de batido (Ruz 1979: 138-139). Las hojas que quedaban en la pila de arriba eran trasladadas a un horno para su quema, aunque esta práctica comenzó por el año de 1798, pues antes las hojas eran apiladas a un lado de los obrajes causando plagas de mosquitos (Rubio 1952: 318-319); una vez que el agua se encontraba en la pila de abajo se batía de la siguiente manera: …en la cual a una rueda de madera que está puesta en un exe largo que sale por una bentana fuera de la cassa, adonde ay dos ruedas e un yngenio de madera que le mueben una o dos mulas a toda prissa, de fuera que la rueda de dentro ande con gran velocidad y bate esta gua en media ora… (Archivo General de Indias, Indiferente General, L1530, s/f, citado en Ruz 1979: 139). También existen casos en los que el batido era realizado con una especie de remos y era hecho por peones. Posteriormente el agua es desechada con cuidado para que la nata que queda en el agua permanezca en el fondo de la pila; dicha nata es trasladada a otra pila más pequeña, nombrada como pila de asentar, la cual está a un lado de la pila de abajo. La nata se deja en dicha pila para que el agua se evapore, después se saca y se echa a un 4

colador de manta, posteriormente se envuelven en unos capirotes también de manta para que se escurra más y finalmente se bate la pasta resultante y se coloca en lienzos que están sobre unas tablas de madera, para dejarlos secar al sol; una vez seca la pasta contenida en los lienzos, esta se corta en pequeños pedazos cuadrados de cuatro dedos por lado y un dedo de ancho, formando así las pastillas que se vendían en los mercados y tintorerías (Ruz 1979: 139). En algunas ocasiones, cuando la producción no era mayor, sino para consumo más local o autoconsumo, se utilizaban ollas o escudillas en vez de las pilas (Ruz 1979: 139140). Época Moderna El cultivo de la planta de añil es dominado por una preparación del terreno del arado y el procedimiento de deposición de la semilla es igual a la época colonial. Con respecto al obraje del añil, solo el paso de la pila de arriba es distinto, pues en vez de utilizar agua caliente, se utiliza agua fría y se deja reposar durante toda un día antes de vaciar el agua o lejía a la pila de abajo; con respecto al proceso de batido de la lejía, las mulas se han dejado de utilizar siendo hecho por familiares o amigos del dueño del obraje. En lo que concierne al secado de la pasta resultante, es igual a la época colonial. Las pilas de Asunción Ixtaltepec y su estado de conservación Debido a que el recorrido se comenzó desde el sur, en la rivera este del rio Los Perros, la descripción de cada conjunto se iniciará desde esta zona (Lámina 1). Las coordenadas están referenciadas con el Datum WGS84 en la retícula UTM. Las Pilas 1. Las coordenadas son 15Q 280722 E, 1825518 N ± 2 m. De la primera de ellas se encuentran solo fragmentos, por lo que no se puede saber su orientación, aunque se infiere que tuvo las mismas características que las siguientes pilas (Fotografía 1).

Las Pilas 2. Las coordenadas son 15Q 280733 E, 1825536 N ± 2 m. A 21 metros de distancia de los restos de Las Pilas 1 y en dirección noreste se hallan estas pilas. Solo sobrevive el muro oeste tanto de la pila de arriba y la pila de abajo, además se vislumbra la esquina noroeste. Sobre estas pilas existe una construcción, que antaño fue una papelería, según los lugareños. Sobre el muro oeste de la pila de arriba, en la 5

esquina que se conserva, se aprecia que la parte superior estuvo redondeada. También es posible apreciar el aplanado interior de las pilas aunque se aprecia que algunos hongos lo han invadido y algunas plantas que nacen en la base del muro. Se vislumbra una grieta cercana a la esquina noroeste. Algunos ladrillos de la pila de abajo se encuentran sueltos y dispersos en el suelo (Fotografía 2). Las Pilas 3. Sus coordenadas son 15Q 280748 E, 1825539 N ± 2 m. Estas pilas se encuentran a una distancia de 15 metros de Las Pilas 2 hacia el este y atrás del edificio que fue una papelería. Solo se aprecian cerca de 20 centímetros que sobresalen del suelo y lo demás se encuentra cubierto de tierra y hierbas. Debido a las condiciones en las que se encuentra no es posible determinar cual es la pila de abajo y la de arriba, presumiblemente la pila de arriba es la que se encuentra más alejada del rio, por lo tanto la esquina que puede apreciarse al sureste pertenecería a esta pila; en esta esquina se puede ver parte del aplanado interior de los muros con su característica pigmentación roja (Fotografía 3). Las Pilas 4. Las coordenadas de estas pilas son 15Q 280756 E, 1825559 N ± 3 m. De estas pilas solo se aprecia la parte superior de un muro, no es distinguible si se trata de la pila de arriba o la de abajo, pues está completamente enterrado y sobresale unos pocos centímetros, está ubicado en el patio de una casa particular a una distancia de 21 metros hacia el nor-noreste de las pilas anteriores. Es muy probable que parte del muro haya sido arrasado para nivelar el terreno, tal vez una o dos hiladas de ladrillos (Fotografía 4). Las Pilas 5. Su ubicación en coordenadas UTM son 15Q 280756 E, 1825562 N ± 2 m. Se ubican a 3 metros al norte de las pilas anteriores y también se vislumbra un muro, posiblemente el muro oeste de las pilas de arriba y de abajo así como la esquina suroeste. La pila de abajo se localizaría al norte, pues existe una pequeña cañada por donde desaguaría hacia el rio, sobre el muro oeste se encuentra una pileta actual y un lavadero, se puede apreciar que debajo de la pileta la terminación del muro es redondeada (Fotografía 5). Las Pilas 6. Las coordenadas de estas pilas son 15Q 280768 E, 1825587 N ± 2 m. Existen restos de muros que podría pertenecer a una pila para obtener añil, pero debido a que se encuentra cubierta de maleza, no pudo ser comprobado esto, pues es posible que

6

pertenezcan a las Pilas 7. Se localizan a 27 metros al noreste de las pilas anteriores, pasando una pequeña cañada. Las Pilas 7. Las coordenadas de estos elementos son 280777 E, 1825601 N ± 3 m. Se localiza a 16 metros al noreste de Las Pilas 6. Su estado de conservación es deplorable, pues la mitad de ellas se encuentran a un lado del rio a unos 10 metros de distancia, debido a que se hubo un deslave dejando sin sostén a la parte oeste de la pilas, derrumbándose 5 metros abajo. Es posible apreciar el aplanado con la pigmentación roja en la parte interna de las pilas, de las cuales la pila de abajo es la que se halla hacia el sur de tal manera que descargaba el agua en la pequeña cañada. De igual manera se puede observar la bitoquera que se encuentra entre las dos pilas, así como una línea esgrafiada 20 cm por arriba de la bitoquera, que marcaba el nivel máximo de líquido en la pila de abajo. Es posible vislumbrar el sistema constructivo en los muros a base de ladrillos rojos pegados con una mezcla de arena, así como el sistema constructivo de los pisos, tratándose de ladrillos sobre una base del cementante con el que se unieron los ladrillos. En el muro que divide a la pila de arriba de la pila de abajo, cercano a su extremo este, existe una grieta de 25 cm de espesor máximo. Se encuentran cubiertas de hierbas y de raíces de árboles (Fotografías 6 y 7). Las Pilas 8. Se ubican en el punto 15Q 280840 E, 1825688 N ± 2 m. Estas pilas se ubican a 107 metros al noreste de las pilas anteriores. Su estado de conservación es incierto, pues sobre estas pilas se construyó una barda que delimita un terreno, sobre el muro oeste y sur. Por lo tanto no se pudo comprobar si solo existen estos muros o si están más completas las pilas. La pila de abajo se ubica al sur hacia la pequeña cañada (Fotografía 8). Las Pilas 9. Las coordenadas son 15Q 280841 E, 1825702 N ± 2 m. Localizadas en dirección al norte y una distancia de 14 metros de las pilas anteriores. Su estado de conservación es mejor de todas las pilas, sobre todo de la pila de abajo, pues se aprecia casi completa; la esquina suroeste no se vislumbra y la zona superior muestra el acabado redondeado; en la unión de la esquina sureste y en la esquina noroeste, ambos de la pila de abajo, se aprecian unas fallas de unos cuantos centímetros de ancho que corren de manera vertical a lo largo de los muros; es usada como basurero. Arquitectónicamente hablando es la única que muestra (y que conserva) en el muro de división de las pilas, en el lado de la pila de abajo, una especie de pestaña, pues la 7

parte inferior del muro es más grueso y 33 cm antes de llegar a la parte superior, forma un ángulo de tal manera que el muro se adelgaza 12 cm, este muro divisorio en su parte media tiene una falla que corre de manera vertical a lo largo del muro. La pila de arriba se encuentra más destruida, solo se preserva el muro este y el piso cercano a este muro, con la particularidad de por debajo del piso cercano a la esquina noreste, se ve una especie de soporte circular hecho a base de cantos rodados adheridos con el mismo cementante con el que están unidos los ladrillos, que tendrían una función de cimientos o pilotes; es posible que existan uno de estos elementos arquitectónicos en cada una de las cuatro esquinas de las pilas (Fotografías 9 y 10). Las Pilas 10. Las ultimas pilas registradas en este tramo tienen las coordenadas 15Q 280856 E, 1825727 N ± 2 m. Su estado de conservación es malo, pues solo se conservan en su posición la esquina sureste de la pila de arriba, ya que en su parte oeste, y norte el suelo se ha deslavado; a unos 3 metros hacia el noroeste se encuentran los restos de uno de los pisos de las pilas, muy posiblemente de la pila de abajo (Fotografía 11). Contexto histórico El istmo de Tehuantepec ha sido una zona codiciada debido a su riqueza en flora y fauna, además de ser una zona de paso entre en Golfo de México y el Océano Pacifico, por estas razones diversas compañías de distintos países desde el siglo XIX hasta la actualidad. Los primeros intentos de aprovechar el istmo de Tehuantepec como zona de paso para comunicar el Golfo de México con el Océano Pacifico fue en el año de 1842 concesionándose a la compañía inglesa Manning and Co. la cual fue traspasada al poco tiempo al americano Hargous y en 1848 se hizo una nueva concesión a la compañía M. A. Sloo and Co. las cuales nunca fueron viables ni entraron en funcionamiento. Hasta el 30 de Julio de 1857 se concede a La Compañía Luisianesa de Tehuantepec la apertura de una comunicación interoceánica, para su exploración se envía al famoso explorador francés Charles Brasseur. Dos años después, el 14 de Diciembre de 1859 se firma el Tratado McLane-Ocampo en el que se ceden derechos de tránsito a perpetuidad por el Istmo de Tehuantepec, el cual no fue ratificado por el Senado de los Estados Unidos debido a que se inició la Guerra Civil de aquel país (Brasseur 1981). En 1885 se construyó en primer ferrocarril en el Istmo de Tehuantepec (Reina s/f:7) 8

inaugurándose en 1907. Ya para 1899 se concedió al inglés Weetman Pearson, con la compañía S. Pearson & Son Ltd. para que comerciara maderas y caucho del istmo y azúcar de Hawaii, desde este último lugar, pasando por el Istmo de Tehuantepec a Minatitlán y culminando en Nueva York, acciones financieras que finalmente compra el gobierno de Venustiano Carranza poniendo fin, de esta manera a dicha concesión (Brasseur 1981). El Ferrocarril tuvo mucho éxito en los primeros seis años, pero con la inauguración del Canal de Panamá en 1914 el movimiento de productos en el Istmo de Tehuantepec disminuyó y para 1915 cayó un 77%, dando por terminado el negocio en la región (Reina s/f: 21). En 1844 la población se concentraba en las Villas de Tehuantepec, Guichicovi y Juchitán con 9992 habitantes, 5000 habitantes y 4784 habitantes respectivamente; Asunción Ixtaltepec, junto Huamelula, Santa María Petapa y San Mateo del Mar eran el siguiente rango de poblados con una población que tenía entre 1500 y 1000 habitantes, aunque la mayoría de los asentamientos tenía entre 200 y 1000 habitantes localizados principalmente al pie de los cerros, con una tasa de crecimiento anual de 0.9% hasta el año de 1905 en el Departamento de Tehuantepec (Reina s/f:13-14). La producción estaba encaminada en distintos productos, principalmente el maíz y el frijol, combinada con la producción de añil y azúcar. Para el año de 1869, el añil fue la principal fuente de ingresos en la región con un 48.8%, por encima del maíz, el frijol, arroz y tabaco. Este porcentaje disminuyó para el año de 1900 a un 4.2% (Reina s/f: 16, 19). Desde finales del siglo XVIII en el que la población no indígena en el Istmo de Tehuantepec comenzó a aumentar, existían en la zona diversas Haciendas añileras, que después del movimiento de independencia (en el que se expulsaron a los españoles del país) estas se encontraban en ruinas. Estas Haciendas Marquesanas (que fueron propiedad de Henan Cortés) fueron adquiridas por una comunidad de franceses, un alemán y un italiano en la década de 1830 (Tutino 1980: 100-101). Este italiano llamado Esteban Maqueo originario de Milán, fue conocido por el viajero Charles Brasseur (Brasseur 1981). Posteriormente al final del siglo XIX, otro miembro de esa familia llamado Julián Maqueo (Fotografía 13), aparece como dueño de la Hacienda de Taifa y como 9

benefactor del ferrocarril interoceánico al ceder los terrenos en el poblado de Almoloya, por donde pasarían las vías en un ancho de 70 metros (Rojas s/f: 9) y además se menciona que fue familiar de Roberto Maqueo, el comprador de las Haciendas Marquesanas, perteneciente a una de las familias más pudientes del Istmo de Tehuantepec (Rojas s/f:25, Nota 11), por lo tanto aquí surgen varias incógnitas: ¿Roberto Maqueo o Esteban Maqueo compraron las Haciendas Marquesanas? ¿Cuál es el parentesco entre Esteban, Roberto y Julián Maqueo? Cualquiera que sea la respuesta, algunos informantes de los poblados de La Venta y de Asunción Ixtaltepec mencionan que las Haciendas de La Venta y de La Chivela, así como una casa en Asunción Ixtaltepec (Fotografía 12) le pertenecieron a Julián Maqueo y que se encuentra sepultado en La Chivela. También se dice que manejó todo lo concerniente al procesamiento del añil en el istmo de Tehuantepec. Recapitulación Estas pilas para procesar la planta de añil y obtener el tinte azul funcionaron durante la segunda mitad del siglo XIX llegando a ser uno de los principales productos de consumo y de intercambio en la región, alcanzando su máximo porcentaje en 1869 con respecto a otros productos como son el maíz, el frijol o las maderas preciosas, disminuyendo su producción para el año de 1900 en el que solo el 4.8% de la producción del Istmo de Tehuantepec era del tinte azul índigo proveniente de la planta del añil. Este producto fue monopolizado en la región por la familia Maqueo, proveniente de Milán en la década de 1830, destacando entre esa familia Esteban Maqueo, Roberto Maqueo y Julián Maqueo, este ultimo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como dueño de varias haciendas al norte de Juchitán. Las pilas para procesar la planta de añil muestran una estandarización, ya que sus medidas son similares; su acabado interior y los cimientos en forma circular que se vislumbran bajo sus pisos denotan una planeación, mostrando toda una evolución en la arquitectura de las pilas para procesar el añil; además aprovecharon la topografía para ubicar las pilas y su desagüe hacia el rio Los Perros, ubicándolas en la parte alta de la rivera y orientando la pila de abajo hacia pequeñas cañadas. Su estado de conservación es realmente deplorable, pues se ha construido sobre ellas, se utilizan como basureros o simplemente por la erosión de la vega del rio Los Perros 10

estas se han destruido al faltarles un soporte, quedando la cedacería a los pies de las pilas a un lado del rio. La gran mayoría de los pobladores desconocen la existencia de las pilas y los que han visto los restos de ellas desconocen su antigua función, y por ende su pasado como poblado productor del tinte azul índigo y su importancia durante el siglo XIX. Por lo tanto este patrimonio cultural tangible está en peligro de desaparecer por ese desconocimiento y por la falta de atención por parte de las autoridades locales, así como del propio INAH. Pues se le presta más atención a las obras de infraestructura, que desde el siglo XIX se viene proponiendo, para aprovechar la zona como área de paso comercial y sus recursos naturales hasta el presente, con la implementación de una serie de parques eólicos que llenarán el panorama de Istmo de Tehuantepec, afectando este tipo de patrimonio. Si bien las pilas Asunción Ixtaltepec no serán afectadas por esos parques eólicos, es necesario mencionar y llamar la atención sobre la construcción del parque eólico La Venta IV, el cual puede afectar las pilas que se encuentran ahí, a lo largo del rio Espíritu Santo, que muestran un mejor estado de conservación que el de las pilas mencionadas aquí. Por último, a riesgo de sonar repetitivo, falta mucho por investigar sobre el añil en el istmo de Tehuantepec, tanto en la parte de registro de pilas que se ubican en el rio Los Perros y en el rio Espíritu Santo, sobre la Familia Maqueo y las Haciendas que les pertenecieron, sobre el añil y su procesamiento en la región durante el periodo virreinal, así como su economía. Finalmente quiero agradecer al pasante en arqueología Alexis Sepúlveda Chiñas, su apoyo y presencia durante el registro de las pilas mostradas en este artículo.

Referencias Brasseur, Charles. 1981 Viaje por el istmo de Tehuantepec, 1859-1860, Fondo de Cultura Económica/Secretaria de Educación Pública, México. Enciclopedia de los municipios de México

11

2009

“Asunción

Ixtaltepec”

consultado

el

6

de

Agosto

de

2010

en

http://www.inafed.gob.mx/work/templates/enciclo/oaxaca/municipios/20005a.htm Moziño Suárez, José Mariano. 1976 Tratado del Xiquilite y Añil de Guatemala, Ministerio de Educación, San Salvador, El Salvador. REINA, Leticia. s/f “Los albores de la modernidad: El ferrocarril de Tehuantepec”, en http://148.226.9.79:8080/dspace/bitstream/123456789/8527/2/anuaVIII-pag9-22.pdf ROJAS Rosales, Armando. s/f “Transporte ferroviario en el Istmo de Tehuantepec, 1896-1913” en http://www.economia.unam.mx/amhe/memoria/simposio13/Armando%20ROJAS%20 ROSALES.pdf Rubio S., Manuel. 1952 “El añil o xiquilite” en Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, SBHG, Guatemala, Tomo XXVI, Número 3-4, 313-349. Ruz, Mario Humberto. 1979 “El añil en el Yucatán del Siglo XVI” en Estudios de Cultura Maya, Universidad Nacional Autónoma de México/ Instituto de Investigaciones Filosóficas, México, Vol. XII, 111-156. TUROK, Marta. 1996 “Xiuhquilitl, nocheztli tixinda” en Arqueología Mexicana, Editorial Raíces/ Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, Vol. III, Número 17, pp. 26-33. TUTINO, John. 1980 “Rebelión indígena en Tehuantepec” en Cuadernos Políticos, Editorial Era, México, Numero 24, 89-101.

12

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.