La industria de la alfarería en Málaga

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Descripción

LA INDUSTRIA DE LA ALFARERIA EN MÁLAGA. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Sonia López Chamizo. Conchi Marfil Lopera. Antonio Pérez Narváez. Alberto Cumpián Rodríguez. Pedro J. Sánchez Bandera.

A lo largo del presente artículo pretendemos hacer un recorrido por la investigación arqueológica en relación con la alfarería en Málaga, a partir de los datos obtenidos en cada uno de los centros de producción; a saber: -Arrabal de Fontanella. Localizado al norte de la ciudad, se tiene constancia de su existencia desde el siglo XI-XII, aunque los indicios de actividad alfarera en la zona se enmarcan entre la época romana y el siglo XVIII. Con posterioridad esta actividad se desplazará más al norte, al extrarradio de la ciudad, por mor de la presión urbanística. -Arrabal de Al-Tabbanim. Se localiza al oeste del río Guadalmedina, con un entramado urbano que se remontan al siglo X. Aquí se han localizado dos enclaves alfareros, además de indicios no definitorios que remitirían a un tercero. El primer enclave se localiza al sur, en el entorno de la actual Iglesia del Carmen, con desarrollo entre los siglos IX y XII. Cuatrocientos años después, entre los siglos XVI al XVIII, resurge esta actividad al norte, en el sector de la calle Trinidad. -También en el espacio que ocupará la medina se han localizado indicios puntuales que avalan estas prácticas. Contamos en este sentido con testares de época emiral en un inmueble de la calle Especerías, así como un horno del siglo XVIII descubierto en la calle Pasillo de Santa Isabel, posiblemente vinculado a un uso privado. Antecedentes. Sin pretender abordar una evolución pormenorizada de la alfarería desde época antigua, sí habría que hacer mención al hallazgo de cinco hornos premedievales en el espacio que ocuparán los arrabales musulmanes, por cuanto ilustran unos antecedentes que no pueden ser obviados. 1 Se trataría de producciones subsidiarias, vinculadas en muchos casos a las factorías de salazones que jalonan el litoral malagueño. Para los prolegómenos de la ocupación musulmana, los vestigios que avalan la existencia de producciones locales de cerámica son hasta ahora indirectos. Conocemos algunos de los lugares en los que se arrojaron los deshechos, resultando ineludible la mención a los hallazgos en los números 16-18 de la calle Especería, donde se documentó un vertido de formas cerámicas defectuosas en el interior de una pileta de salazón tardorromana. Asimismo, en un inmueble sito en la confluencia de la Plaza de la Merced con la calle San Juan de Letrán, se descubrieron dos depósitos repletos de

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Se trata de cinco hornos con rasgos morfológicos coincidentes. Dos han sido hallados en la confluencia de la calle Carreterías con Álamos, uno en la Ollerías y dos al oeste del río, en la calle Cerrojo, posiblemente asociado a una factoría de salazones.

material cerámico defectuoso, junto a numerosos restos de atifles, morillos e incluso partes de un posible horno destruido; en ambos casos, los rasgos morfológicos de las cerámicas remiten a prototipos precalifales. 2 Para estos momentos, los datos sugieren la existencia de un asentamiento escasamente estructurado e integrado por un número indeterminado de núcleos de población más o menos dispersos. El desarrollo de la alfarería en el marco de la ciudad califal. Con la reforma territorial impulsada por la dinastía Omeya, Málaga adquiere un status geopolítico preponderante. Esta circunstancia marca el inicio de una nueva etapa, en la que la ciudad se dota de una estructura urbana bien definida, dentro del patrón que caracteriza los enclaves andalusíes. En este escenario se desarrolla un tejido industrial pujante y bien organizado, que por lo que respecta a la alfarería coincide con un incremento significativo del número de hallazgos arqueológicos. Los hallazgos se localizan fundamentalmente en dos zonas y revisten la suficiente entidad como para determinar la existencia de complejos alfareros, enclaves especializados en los que estarían concentradas las diferentes actividades que integran el proceso de producción de cerámica, con una proyección que superaría el ámbito meramente local. 3 Complejo alfarero del Carmen. Arrabal de Al-Tabbanin. Diversas intervenciones arqueológicas han puesto de manifiesto la existencia de una incipiente ocupación durante el periodo emiral en la margen occidental del Guadalmedina. No obstante, los primeros datos que avalan la existencia de un entramado urbano relativamente organizado remiten al siglo X, lo cual se viene considerando el inicio de un proceso que culminará con la configuración definitiva del arrabal doscientos años después, con la construcción de la cerca. Localizado en el extremo sur del antiguo arrabal, asentado sobre terrenos formados por la deposición de arenas entre el delta del río Guadalmedina y la línea de costa, para estos momentos iniciales del barrio se tiene constancia de la fundación de un complejo alfarero que estará en uso hasta el siglo XI. El estado de conservación de los restos no permite determinar con facilidad las dimensiones máximas del complejo, aunque el espacio ocupado por la zona de los hornos y otras infraestructuras alcanza los 900 m2. Hacia el suroeste, este espacio estaba acotado por una edificación que se podría vincular al complejo a partir de criterios de sincronía y proximidad, aunque no se han hallado indicios suficientes para determinar los usos de cada dependencia. Por el contrario, en zonas cercanas a los hornos sí se han podido documentar elementos directamente relacionados con la fabricación de cerámicas e infraestructuras dependientes, como

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Recientemente se ha detectado un lote de piezas emirales con fallos de cocción y desechos de morillos y atifles, depositados sobre estructuras tardorromanas en las cercanías a calle Beatas. Información oral trasmitida por sus excavadores (Arqueólogos de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas). 3

Del mismo modo, pudimos excavar depósitos procedentes de complejos alfareros colmatando la primera fase de la necrópolis musulmana del Arrabal de Al-Tabbanim, con una cronología de los siglos IX-X.

piletas de decantación de arcillas, vasijas cerámicas encajadas en las arenas, un complejo sistema hidráulico (canalizaciones, pozos y alberca) y testares. Se han documentado seis hornos, todos ellos insertos en las arenas para hacerlos más resistentes y de mayor porte calórico. Están construidos con adobe y arcilla y cuentan con cámara circular y praefurnium de tendencia troncocónica. En ningún caso se tiene constancia de la cubierta, aunque tres de ellos conservaban evidencias de distintos sistemas de sustentación de la parrilla, consistente en dos de ellos en una estructura radial de morillos sustentada en un pequeño resalte, frente a un único horno en cuya cámara de combustión se conserva una arcada de ladrillos. Tres de ellos guardan una clara alineación entre sí, mientras que el resto se disponen de manera aparentemente aleatoria. El complejo alfarero estaría amortizado a finales del siglo XI o inicios del XII, coincidiendo con la construcción de la cerca del arrabal y el desarrollo de un tejido urbano ortogonal que parece imposibilitar la coexistencia entre zonas industriales y residencias. 4

Barrio alfarero de Fontanella. Vinculado a prácticas alfareras desde época romana, es durante la edad media cuando esta actividad alcanza su máximo desarrollo, dentro de un área exclusiva que comprende la ladera media – baja de la colina de El Ejido. Esta ubicación no es casual, sino que vendría dada por la confluencia de una serie de factores indispensables para la práctica de la alfarería: -

La existencia de un sustrato geológico compuesto por arcillas pliocénicas, muy depuradas y superficiales, lo que facilitaría la captación de materia prima. Facilidad para el aprovisionamiento de agua, mediante a la construcción de pozos de captación o la traída desde alguno de los cursos fluviales próximos. La existencia de bosque próximos que garantizarían el aprovisionamiento de material de combustión para los hornos.

Los orígenes del complejo alfarero en este sector se remontarían al siglo XI, si nos atenemos a los datos que aporta la arqueología.

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Parece ser que durante la primera fase de ejecución de las obras del metro, se han excavado hornos similares a los descritos, con una adscripción cronológica del Siglo XII. Su localización sería relativamente cercana a este complejo alfarero aunque al exterior de la cerca del arrabal.

La fabricación de cerámica se llevaría a cabo en el interior de edificios con una distribución espacial muy característica, en la que el patio (central o lateral) desempeña un papel rector en la organización del espacio. Es precisamente este espacio, el patio, el que alojaba las piletas de decantación de arcillas, así como los pozos de captación de agua. Como en el caso anterior, tampoco se ha detectado los fosos para las mesas de torno. Los hornos documentados responden a características formales relativamente uniformes, se trata en su mayoría de estructuras de planta circular o elíptica, precedidas de un praefurnium troncocónico. Sin excepción se localizan inserto en el sustrato geológico mediante un hoyo o fosa adaptada, cuyas paredes se revisten con una estructura de adobe y ladrillo recubiertos de una gruesa capa de arcilla. No se han conservado las cubiertas, aunque sí restos del soporte de la parrilla que responde a los tipos anteriormente descritos. El suelo del praefurnium suele estar recrecido un escalón con respecto al cenicero en la cámara de combustión. Al margen de esta tendencia, se tiene constancia de un horno de planta cuadrada, hecho con mampostería, del que no se conserva la parrilla aunque sí el praefurnium. Estas estructuras pueden disponerse de manera ordenada, habiéndose documentado cuatro de ellos alineados en batería. Los testares se dispusieron en fosas exclusivas de formas regulares, planta de tendencia circular y sección hemiesférica. Asimismo se aprovecharon grietas y oquedades naturales y antiguas fosas para la captación de materia prima.

INTERVENCIONES HALLAZGOS C/ALTA, 44 Batería de 4 hornos. Coexistencia de la parrilla apoyada sobre arcos con la parrilla apoyada en escalón y morillos. Testares. C/DOS ACERAS 17 ESQ. Horno circular con praefurnio troncocónico. Parrilla doble C/GUERRERO 2 apoyada en escalón y morillos. C/OLLERÍAS-PARRAS Complejo alfarero con 4 dependencias, pasillo y otras 2 dependencias más. C/CHINCHILLA 3-9 Complejo alfarero diversas estancias y pila de decantación. C/ALTA-PARRA UA 6 Horno de planta cuadrada, elaborada en mamapostería con cámara de combustión C/ALTA33-39 C/PARRAS Horno circular con cámara de combustión y praefurnio. Testares 24-30 C/PARRAS 22 Testares C/PARRAS 2-8 Testares Siglos XII-XIII Durante esta etapa se mantienen vigentes muchas de las instalaciones anteriores, aunque se aprecian remodelaciones que afectarían puntualmente a la organización del espacio. Al mismo tiempo surgen nuevos establecimientos que parecen reproducir el esquema de los precedentes. A priori, las nuevas instalaciones requieren mayor superficie y encerrarían un número mayor de hornos. Tampoco destacan variaciones significativas en la morfología de los hornos, aunque se aprecian novedades como la presencia de una estructura externa que encierra el horno a modo de refuerzos exterior o cámaras de dilatación. En algunos casos, destacan las dimensiones de

determinadas piroestructuras (hasta 5,60 m de diámetro la cámara de cocción, poyete doble y muro perimetral de refuerzo). Se han documentado hornos de planta cuadrada, de los que uno conserva la parrilla, sustentada por una arquería doble.

INTERVENCIONES HALLAZGOS C/DOS ACERAS 17 ESQ. Complejo alfarero con horno incluido C/GUERRERO 2 C/OLLERÍAS-PARRAS Reestructuración del alfar anterior. Horno de planta cuadrada sustentada en arquería doble y muro perimetral de refuerzo. C/CHINCHILLA 3-9 Horno circular, poyete doble, muro perimetral de refuerzo. Diámetro de la cámara: 5.60 m. Muy buen estado de conservación. UA 6 Praefurnio de horno muy alterado. C/PARRAS 2-7 Horno circular y prefurnio con muro perimetral. C/PARRAS 2-8 Horno circular de 2 m. diámetro. Reparación de otro cuadrado. C/PARRAS 20 Complejo alfarero con horno incluido C/CHINCHILLA 2-8Complejo alfarero con dependencias y horno.

Siglos XIII-XIV Con respecto a la etapa anterior, llama la atención el hecho de que los hornos adquieren cierta complejidad, a la vez que se ajustan a un tamaño más homogéneo. Suelen ser estructuras de cámara circular (Ø 1.80-2.00 m) y praefurnium troncocónico (unos 2.00 m largo y 0.80 m de ancho). Pueden presentar dos y tres resaltes para sustentar varias parrillas, así como hornacinas laterales para producciones específicas.

INTERVENCIONES HALLAZGOS C/ALTA- PARRAS UA 6 Presencia de 3 hornos circulares y fosas de extracción de arcillas. Presencia de 3 hornos circulares, dos de pequeñas dimensiones. C/ALTA 33-39 Uno con parrilla triple de morillos. C/ PARRAS 24-30 C/CHINCHILLA 2-8 Complejo alfarero de grandes dimensiones, se reconocen 2 habitaciones abiertas a un patio en el que se encuentra pila de decantación y horno de grandes dimensiones y complejidad: doble hilada de orificios para morillos y hornacinas laterales. C/SARGENTO 7 Complejo alfarero con habitación, pozo y horno de 0.50 m. de diámetro. C/PARRA 2-8 Complejo alfarero con habitaciones, patio con pozo y pila de decantación. Al exterior, 3 hornos circulares con praefurnio trapezoidal. Uno de mediano tamaño, los otros dos son remodelaciones de hornos anteriores y posteriormente sufren reparaciones. Presencia de testares.

Siglo XIV-XV. El carácter superficial de estos vestigios los hace muy vulnerables a distintas afecciones, por lo que los datos son muy parciales. No obstante, parece evidente la continuidad de algunos de los alfares anteriores, salvo por algunas reformas o reparaciones. En cuanto a los hornos, responden las características morfológicas de los anteriores. Desde un punto de vista cuantitativo adquieren gran relevancia el número de testares, así como sus dimensiones que en algunos casos alcanzan los 6,00 m de diámetro máximo.

INTERVENCIONES HALLAZGOS DOS ACERAS 17 ESQ. Arrasamiento de la fase anterior y construcción de un alfar y C/GUERRERO 2 horno. Muy alterados posteriormente. C/CHINCHILLA 2-8 Continuidad del complejo alfarero. C/PARRAS 20 Presencia de restos nazaríes muy arrasados para su caracterización. C/PARRAS 2-8 Batería de 3 hornos. Planta circular uno de ellos conserva los orificios rectangulares para la parrilla. Con reformas posteriores de los paramentos. Gran importancia de los testares por su tamaño y el material cerámico. C/PARRAS 1 Gran canalización de mampostería y ladrillos revestida de mortero hidrófugo. Presencia de testares. C/MONTAÑO 20 Fosas de extracción de arcillas, algunas reutilizadas como testares. C/PARRAS 22 Testares C/DOS ACERAS 13-15 Grandes fosas con paredes rubefactadas rellenas de material ESQ. GUERRERO cerámico.

Edad Moderna Tras la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, se inicia una ruptura con respecto a invariable medieval que apunta en una doble dirección: por un lado desde el Concejo se insta a una recuperación de la actividad alfarera y por otro lado se va generando una presión urbanística que hará que parte de la industria se traslade al otro lado del río y a cotas cada vez más altas de la colina de El Ejido. Simultáneamente se aprecia una convivencia entre espacio industrial y espacio doméstico e incluso comercial ya que las familias artesanas viven y venden sus productos en las propias zonas de producción. 5 Formalmente los hornos no presentan grandes variaciones, más allá de las meramente necesarias para la producción de las formas específicas. Así, se construyen hornos de grandes

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Se tiene constancia a partir delos censos de la continuidad profesional dentro de una misma familia.

dimensiones para un alto número de piezas, a la vez que hornos para producciones muy limitadas e incluso para una sola pieza. En los alfares se han hallado piletas de decantación de arcilla de diversos tamaños, pozos para el aprovisionamiento de agua, etc. Como anécdota, en algún caso se ha podido recuperar algún plato del torno con la firma del alfarero A lo partir del siglo XVIII se va produciendo un paulatino traslado de algunos alfares mientras que la mayoría van desapareciendo, debido, sobretodo, a las producciones en serie sustentadas en técnicas de alfarería industrial. Así, durante el siglo XIX surgen complejos como el de La Colonia de Santa Inés o en las cercanías de Cortijo Jurado, ambos sustentados en la facilidad para aprovisionarse de materia prima, gracias a los afloramiento de arcillas pliocénicas. Aún así hasta finales del XIX se tiene constancia de la existencia de un tejero en El Ejido. INTERVENCIONES C/OLLERÍAS C/OLLERÍAS 8-10 C/OLLERÍAS 19 C/REFINO 11-13 C/SARGENTO 7 C/PARRAS 10 EJIDO

HALLAZGOS Restos de tres hornos. uno con parilla apoyada en arcada triple y otro con marca de los morillos Restos de un horno muy alterado. Horno circular Horno circular 2 complejos alfareros con diversas dependencias cada uno y varios hornos Horno de grandes dimensiones sobretodo el praefurnio 6 hornos correspondientes a dos fases

Conclusiones La alfarería ha debido tener un peso específico entre las actividades económicas locales, entre los siglos X y XV, si nos atenemos a la gran extensión de las zonas de producción, así como a la continuidad en el tiempo (en algunos casos varias centurias) de determinados complejos alfareros. Es el caso de la colina de El Ejido, en el ámbito acotado por el arrabal medieval de Fontanella, donde el espacio destinado a alfares rondaría los 75.000 m2 para el periodo nazarí. Este gran desarrollo de la actividad llevaría implícito la necesidad de una ordenación normativa, de la que nada se sabe hasta la Edad Moderna. Para estos momentos se redactan las ordenanzas del gremio de alfareros, siendo el Concejo el que hace las veces de arrendador y veedor. En esta línea es revelador el dato de que en los mismos repartimientos de la ciudad se entreguen alfares ya existentes a no profesionales de la alfarería, a la vez que se determinen las nuevas zonas de producción, fijando incluso la medida que debían tener las ollerías. Del mismo modo las zonas de extracción de arcillas eran gestionadas por el Cabildo que llega a marcar los barreros y los caminos de acceso, así como la obligación de cegar los hoyos para evitar accidentes; en algunos casos, estos hoyos son reaprovechados para alojar deshechos, como se ha expuesto. Los nuevos alfares eran sacados a subasta pública, pasando más tarde a convertirse en enfitéuticos. Del mantenimiento y las reparaciones también se debe encargar el Concejo quien además debe designar a un veedor que controle la apertura de los hornos y el pago de los diezmos correspondientes a la producción.

Cabría pensar que, salvando las distancias, las líneas elementales en el funcionamiento práctico de los centros no serían muy distintas en un momento que en otro. En segundo lugar el volumen de la producción debió superar las necesidades locales, lo que tendría un reflejo nítido en el aumento de la producción que se evidencia para la Baja Edad Media. El dato que con más fortuna ha trascendido es el que atañe a la celebérrima loza dorada malagueña, objeto de un extenso comercio, aunque todavía no se han reconocido vestigios relacionados con estas producciones. Este auge tendría un punto de inflexión a partir del siglo XV. Paradójicamente, para estos momentos el puerto de Málaga deviene en uno de los principales centros de distribución de mercancías en el Mediterráneo. Así, a lo largo del siglo XVI servía de escala a las naves que se movían a través de tres rutas: la de Poniente (costas atlánticas peninsulares, Francia, Flandes e Inglaterra), la del Occidente Mediterráneo (Levante español, costa francesa, Estados Pontificios, Florencia, Saboya y Génova) 6 y los puertos y presidios del Norte de África. Sin embargo, entre las mercancías que se citan en las cartas de flete no se hacen mención específica de vajillas, posiblemente recogidas bajo referencias genéricas a otras mercancías, a diferencia de lo que sucedía con las producciones sevillanas con destino a América. Para terminar cabría señalar que en estos momentos la investigación adolece de estudios más profundos que trasciendan los meramente arqueográficos. Las posibilidades en este campo con las técnicas de análisis científico son enormes y se podrían resolver gran cantidad de lagunas no solo en relación a las técnicas productivas sino también en relación a las adcripciones cronoculturales de las vajillas, circuitos de distribución. Bibliografía ACIEN, M. et alii, 1990. “Informe preliminar de la intervención arqueológica efectuada en la calle Ollerías de Málaga” A.A.A. 1987, pp 439 y ss. Sevilla. ARAGÓN, M. 2004 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Sargento Nº 7 Informe administrativo de ARQUEOSUR. BEJARANO, M., 2006., “Excavación arqueológica en C/ Alta-Parras. San Felipe UA6” AAA. 2003. T. 1. Sumario. Sevilla. DÍAZ, M.J. 2005 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en Calle Eslava 18Callejones del Perchel 19-21” Informe administrativo ARQUEOSUR. ESTALAYO, M.A., 2009 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Parras 7-9”. Informe administrativo inédito. FERRANDO M., 2005. ”Excavación arqueológica realizada en calle Chinchilla 3-9” GARCÍA, J.D. 2009 “Excavación arqueológica de urgencia En calle Sargento, nº 7, (málaga)” A.A.A. 2004 PG. 2655, Sevilla.

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siendo este caso el más interesante ya que se beneficiaron de una situación privilegiada desde la edad media en la que mantenían una base fija en la ciudad conocida como el Castil de los Genoveses

GESTOSO, D., 2006., “Excavación arqueológica en C/Alta 33-39-C/Parras 24-30. UA-6 Edif. Gota de Leche” AAA. 2003. T. 1. Sumario. Sevilla. IÑÍGUEZ, C., MAYORGA J. 1992. “Informe sobre el sondeo arqueológico de urgencia efectuado en C/Especerías” Málaga. A.A.A. 1990, pp 355 y ss. Sevilla. IÑÍGUEZ, C., 2008 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Dos Aceras 13-15 esquina Calle Guerrero”. Informe administrativo inédito. IÑÍGUEZ, C., 2008 “Informe preliminar intervención arqueológica en calle Dos Aceras 42-48”. Informe administrativo inédito. LÓPEZ, B., 2009 “Memoria definitiva de la excavación arqueológica preventiva en calle Parras 20, Casco histórico de Málaga. A.A.A. 2004 PG. 2706, Sevilla. LLAMAS, H., 2005 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 2-8” Informe administrativo de ARQUEOSUR. MAYORGA, J., RAMBLA, J.A., 1994. “Memoria del sondeo arqueológico realizado en el Ejido. Málaga”. A.A.A. T.III, pp 315 y ss. Sevilla. MARFIL C., 2007 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 1” Informe administrativo de ARQUEOSUR. PERAL, C. Et alii, 1992. “Excavación arqueológica de urgencia en C/Ollerías nº 8-10” Málaga. A.A.A. 1990, pp 361 y ss. Sevilla. PÉREZ, A., 2008 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Parra 10” Informe administrativo de ARQUEOSUR. RAMÍREZ, P., 2004 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en Callejones del Perchel” Informe administrativo de ARQUEOSUR. SALADO, J.B., ARANCIBIA, A., 1999 “Intervención arqueológica de urgencia en C/ Dos Aceras, esquina Guerrero. Málaga. A.A.A.T.III-2, pp 320 y ss. Sevilla. SALADO, J.B.., 2006., “Excavación arqueológica en C/ Chinchilla 2-8” AAA. 2003. T. 1. Sumario. Sevilla SÁNCHEZ BANDERA, P., ET ALII., 2009 “Control de movimiento de tierras en Calle Alta, 44. Málaga”A.A.A. 2004 PG.2621, Sevilla. SÁNCHEZ BANDERA, P., 2008 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en Calle La Serna” Informe administrativo de ARQUEOSUR. VILCHEZ, D., 2007 “Memoria preliminar excavación arqueológica preventiva en calle Montaño 20” Informe administrativo de ARQUEOSUR.

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