La industria corchera en Cassà de la selva (1842-1934)

May 23, 2017 | Autor: Quim Alvarado | Categoría: Contemporary History, Local History, Cork Industry History
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Descripción

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La industria corchera en Cassà de la Selva (1842-1934)* Joaquim ALVARADO I COSTA Universitat de Girona

Resumen Hoy en día, la villa gerundense de Cassà de la Selva se caracteriza por la existencia de un gran número de fábricas dedicadas a la elaboración de corcho, continuadoras de una tradición industrial existente en este municipio desde mediados del siglo XVIII. En el trabajo analizamos la evolución de los establecimientos corcheros cassanenses a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. La historia de esta industria en Cassà es la de la progresiva expansión del número de fábricas y de su modernización desde principios del siglo XX; tanto desde un punto de vista técnico, introduciendo las máquinas de garlopa y otras; como desde un punto de vista productivo, apostando por la fabricación de aglomerado y otras variantes corcheras que el sector ofrecía. El dinamismo de los industriales corcheros cassanenses permitió que este sector mantuviera su importancia en esta población durante el siglo XX, en contraste con lo sucedido en otras localidades que habían conocido el trabajo de los tapones y donde se habían instalado un gran número de fábricas, pero que no supieron adaptarse a la nueva situación, viviendo la progresiva decadencia y desaparición de esta industria en dichos municipios. Palabras clave: industria corchera, fábrica, taller, Cassà de la Selva (Cataluña).

Abstract Nowadays, in Cassà de la Selva, a village located in the Spanish province of Girona, there is a big number of cork factories. These factories maintain an industrial tradition existing in the village since the middle of the 18th century. In this paper, we analyze the evolution of Cassà de la Selva’s cork factories during the second half of the 19th century and the first third of the 20th century. The history of this industry in Cassà is characterized by the progressive growth of the number of factories and their modernization since the beginning of the 20th century. The modernization had a double face: the technical improvement (e.g., the introduction of jack plane machines and others), and the productive change (e.g., the manufacturing of agglomerate and other varieties of cork products). The dynamism of Cassà’s cork manufacturers allowed this sector to maintain its importance in the village during the 20th century. Other settlements that had known the work of the stoppers and had had a big number of factories did not know how to adjust themselves to the circumstances, thus suffering a progressive decline and the final disappearance of the cork industry. Key words: cork industry, factory, workshop, Cassà de la Selva (Catalonia, Spain).

* En este trabajo desarrollamos parte de un capítulo de nuestro libro Industrials i tapers (del segle XVIII al XX), Ajuntament de Cassà de la Selva, Cassà de la Selva, 2005. Agradezco todo el apoyo prestado por parte de esta Administración, así como al especial interés de su archivera, Dolors Grau i Ferrando. Por otro lado, debo agradecer también las indicaciones realizadas por parte del Comité Editorial de esta publicación, haciendo especial hincapié en que los posibles errores o defectos de este artículo son exclusiva responsabilidad mía.

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1. Introducción Desde los inicios del negocio corchero, la población gerundense de Cassà de la Selva ha sido una de las localidades catalanas en donde la elaboración de tapones de corcho ha tenido una presencia destacable, manteniendo esa importancia hasta el día de hoy. Sin ir más lejos, en 2005 localizamos en esta población un total de treinta y siete industrias dedicadas a la transformación del corcho1. De la misma forma, en el día de hoy, un total de 24 empresas corcheras de Cassà2 están afiliadas a la Asociación de Empresarios Corcheros de Cataluña (AECORK)3. En cierta forma, la presencia de un número considerable de fábricas de corcho en Cassà es la simple continuación de una gran tradición de esta industria en dicha localidad. Desde las primeras menciones al trabajo del corcho, en 17604, hasta la actualidad, la industria corchera ha estado muy arraigada en esta población. El objetivo del presente texto será compilar los datos disponibles sobre la existencia (y continuidad) de establecimientos corcheros en Cassà en la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, e intentar descubrir las razones por las cuales esta fabricación ha conseguido mantener una continuidad en el tiempo que no ha tenido en otras localidades corcheras de características parecidas.

maquinaria se fue implantando para la elaboración de tapones para vinos y cervezas de menor calidad, dejándose los más considerados, los trefinos para champán, para la fabricación manual. Con el cambio de siglo, las mejoras introducidas en la máquina de garlopa facilitaron su extensión a lo largo del territorio corchero catalán10. CUADRO 1. Fábricas de tapones en Cataluña, 1842 y 1862 Población

CUADRO 2. Trabajadores del corcho en Cataluña, 1884 y 1897

1842

1862

Sant Feliu de Guíxols

73

27

Agullana

280

330

Palafrugell

62

28

Arenys de Mar

306

316

Población

1884

1897

Calonge

47

8

Blanes

15

50

Llagostera

42

13

Begur

250

350

Cassà de la Selva

40

8

Arenys de Mar

27

---

Palamós

18

4

Cassà de la Selva

Lloret de Mar

18

6

Darnius

La Bisbal

13

2

Figueres

Agullana

12

5

Girona

Tossa de Mar

10

14

Hostalric

35

45

9

---

La Bisbal

200

190

La Jonquera

180

240

Lloret de Mar

84

115

680

980

Blanes

Cantallops Calonge

46

46

740

950

1.155

1.260

180

180

5

40

105

150

Vidreres

9

3

2. Referencias bibliográficas

Caldes de Malavella

8

---

Castell d’Aro y Santa Cristina d’Aro

8

1

Llagostera

Hasta 1900 hablar de industria corchera prácticamente significaba hablar de industria corcho-taponera. Por ello, la práctica totalidad de los datos disponibles hasta esta fecha se refieren a la elaboración de tapones, debido a la poca importancia de las otras alternativas5. Fue sobre todo a partir de aquel año cuando las fábricas de corcho diversificaron su producción e introdujeron la lana de corcho, los discos, el papel de corcho y, sobre todo, el aglomerado6. Con anterioridad, los tapones centralizaron los esfuerzos de las fábricas corcheras, elaborados mediante técnicas artesanales. La maquinaria, a pesar que su existencia era conocida des de mediados del siglo XIX, no se implantó y extendió en el sector hasta fechas muy tardías7. Pese a que las primeras referencias a intentos de introducción de máquinas en la industria corchera datan de 18508, no es hasta la década de 1880 cuando se empezaron a oir voces favorables a la mecanización de la producción de tapones9. A lo largo de los últimos veinte años del siglo XIX la

Darnius

7

9

Maçanet de Cabrenys

La Jonquera

6

8

Palamós

Maçanet de Cabrenys

6

---

Palafrugell

1.053

1.140

Olzinelles

4

---

Sant Feliu de Guíxols

1.277

2.135

Bosquerós

3

---

Santa Cristina d’Aro

10

40

Cantallops

3

3

Sant Celoni

45

35

Girona

3

5

Tordera

26

26

Figueres

2

---

Tortellà

---

18

Sant Cebrià dels Alls

2

---

Tossa de Mar

308

210

Peralada

---

1

Sant Joan de Palamós

---

1

TOTAL

434

152

1] Ver relación en Alvarado, 2005a, pp. 152. Ver mas datos en Grup de Recerca d’Estudis Cassanencs, 2006. 2] Ver relación en Alvarado, 2005a, pp. 155. 3] Esta asociación aglutina a las empresas dedicadas a la fabricación y/o comercialización de productos corcheros radicadas en Cataluña. Fundada en 1977 y con sede en Palafrugell, agrupa alrededor del 95% de las empresas corcheras catalanas. En 2000 la facturación de las empresas afiliadas a AECORK ascendía a 205.000.000€, de los cuales, 114.000.000€ correspondían a la exportación. 4] Ramiro Medir, en su clásica obra de 1953, localizó al taponero cassanense Francisco Malavila Marranxa, en 1760, paralela a otros taponeros localizados en los registros parroquiales de otras localidades corcheras. Medir, 1953, pp. 15.

FUENTES: Para 1842, Medir, 1953, p. 459-460; para 1862: Giménez Guited, 1862.

Vidreres TOTAL

30

50

570

975

225

325

7.809

10.196

FUENTES: Para 1884, Gich y Gil, pp. 15-16; para 1897, Serrat, 1898, p. 72.

Con anterioridad a estos cambios, el trabajo de los tapones se llevó a cabo con medios artesanales en los diferentes establecimientos que aparecieron a lo largo del territorio catalán. Para tener una primera relación de datos sobre número de fábricas de tapones existentes en Cataluña tenemos que remitirnos a los proporcionados por Ramiro Medir, relativos a 184211 y a los de Francisco Giménez Guited, de veinte años más tarde12, datos que hemos compilado en el Cuadro 113. Podemos detectar que la posición de Cassà era importante pero no tanto como otras localidades que han

5] Para una periodización de las diferentes fases de la historia de la industria corchera en el mundo ver Zapata, 2002, pp. 115.

10] Espadalé y Martí, 2002, pp. 8-9.

6] Sobre las alternativas corcheras al tapón ver Sala, 2003, pp. 42-47 y 74-79.

11] Medir, 1953.

7] Sobre la mecanización de la industria corchera ver Espadalé, 2002, pp. 76-83 y Sala, 2000, pp. 280-287.

12] Giménez Guited, 1862.

8] Aquel año apareció en Sant Feliu de Guíxols una máquina de garlopa que provocó una fuerte huelga de taponeros que temían perder su trabajo. Ver Espadalé, 2002, pp. 76.

13] El importante descenso en el número de fábricas que se detecta entre los datos de Medir y los de Giménez Guited no se debe a un retroceso de esta actividad, sino al hecho que, mientras Medir dio carácter de fábrica a cualquier local donde detectó que se llevaban a cabo actividades de elaboración de tapones de corcho, Giménez Guited solamente tuvo en consideración a las fábricas reconocidas como tales en las estadísticas de la época, con unas ciertas dimensiones y una mínima división del trabajo.

9] Destacamos el siguiente comentario del ingeniero forestal Primitivo Artigas en 1875: “...ninguna [máquina] puede sustituir con ventaja al obrero, porque la industria taponera exige grande inteligencia, bajo cierto punto de vista, que nunca podrá ser sustituida ventajosamente por la máquina”. Citado en Espadalé, 2002, pp. 76.

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visto la decadencia y/o desaparición de esta actividad a lo largo del siglo XX. Calonge o Llagostera, en 1842 y Darnius o Tossa de Mar en 1862 disponían de un número de fábricas superior al que tenía Cassà. Los siguientes datos disponibles no son de establecimientos, sino de número de trabajadores. Por un lado, un opúsculo de 188414 y por otro un artículo de 189715, que nos facilitan unas cifras muy parecidas, tal como vemos en el Cuadro 2. En nuestro caso, observamos que en los dos trabajos se indica que Cassà ocupaba el segundo lugar en número de trabajadores. Además de este dato, es interesante destacar que en ambos trabajos se hacía mención a las máquinas existentes en cada municipio. Gich y Gil localizaron sólo dos fábricas en Cassà, en contraste con las 56 de Sant Feliu de Guíxols, las 43 de Palafrugell e, incluso, las 12 de la Jonquera.16. Por su lado, Serrat Banquells no indicaba la presencia de ninguna máquina en Cassà, pero localizaba 290 en Sant Feliu de Guíxols, 73 en Palafrugell y 52 en Palamós17. En las referencias bibliográficas del siglo XIX, como se puede observar, Cassà figuraba siempre entre las localidades con mayor número de fábricas y de trabajadores. Sin embargo, hemos de destacar que su posición no se destacaba particularmente de un buen número de poblaciones que han vivido la decadencia y desaparición de esta actividad a lo largo del siglo XX. Tossa de Mar, Lloret de Mar, La Bisbal o Calonge vivieron la práctica desaparición de los establecimientos corcheros a partir del inicio de la Primera Guerra Mundial. Llagostera mantiene hoy en día un pequeño número de fábricas de corcho. El objetivo de este trabajo será intentar descubrir las razones de esta capacidad de resistencia de Cassà a las diferentes crisis por las que pasó el sector a partir de principios del siglo XX.

3. Establecimientos corcheros en Cassà de la Selva en el siglo XIX Hemos indicado anteriormente que la referencia más antigua relativa a la fabricación de tapones en Cassà de la Selva corresponde a 1760 18. A partir de esta fecha, se produce un vacío documental en los datos relativos a esta localidad, y hay que saltar a los facilitados por Medir, relativos a 1842, antes indicados, y a 1846, por lo que respecta a registros oficiales de establecimientos en donde se elaborasen tapones. Quedan fuera de nuestro alcance los talleres existentes en Cassà con anterioridad a esas fechas, así como la más que posible existencia de trabajo domiciliario19.

14] Gich y Gil, 1885. 15] Serrat Banquells, 1898. 16] Gich y Gil, 1885, pp. 23. 17] Serrat Banquells, 1898, pp. 71. 18] Esta referencia es la única que hasta el momento conocemos relativa a la existencia de fabricantes de tapones en Cassà de la Selva en el siglo XVIII. En cambio, Rosa Ros ha localizado un total de 61 taponeros de Sant Feliu de Guíxols, 62 de Palafrugell, 16 de Palamós y 28 de Llagostera que en 1791 firmaron poderes a representantes para que pidieran privilegios y favores reales para la industria. Ros, 2003, pp. 166. Anteriormente, Medir ubicaba 70 obreros en 21 fábricas en Palafrugell en 1795 y 27 obreros en Palamós en 1804. Medir, 1953, pp. 29-30. También hay que indicar que en el Diccionario de Pascual Madoz, de 1846-49 no se hacía ninguna referencia al corcho en nuestra localidad, cosa que no puede dejar de sorprendernos; Madoz, 1846-49, vol. 5, pp. 62. 19] En nuestros trabajos anteriores hemos planteado la posibilidad de ubicar las actividades corcho-taponeras como unas más de las diferentes actividades proto-industriales que se podían localizar en las casas de payés gerundenses de los siglos XVIII y XIX. El incremento demográfico de las poblaciones donde se conoció esta actividad y su destino a mercados lejanos de los productos resultantes haría posible entender la elaboración de tapones de corcho como una de las actividades proto-industriales de la Cataluña dels siglo XVIII. En cambio, hay que tener en cuenta que los conocimientos técnicos no estaban al alcance de todos, cualquier persona no podía dedicarse a

La contribución industrial y del comercio fue una de las novedades fiscales aportadas por Alejandro Mon, ministro de Hacienda, en el año 184520, un intento de modernización de la fiscalidad estatal reclamada por un país en donde la Hacienda Pública estuvo en dificultades a lo largo del todo el siglo XIX. Se trataba de un impuesto indirecto que gravaba cualquier industria, comercio, profesión, arte u oficio. Se distribuía la cuota a abonar entre los diferentes agremiados y el pago se realizaba mediante cuotas trimestrales. Esta fuente nos permite conocer el número de fábricas existentes en una localidad determinada, por lo que vamos a utilizarla para conseguir buena parte de la información necesaria a los efectos de este trabajo. En cualquier caso, es una fuente que no carece de defectos, fundamentalmente la no actualización de los datos. Encontraremos algún caso de matrícula elaborada en un año en el que tenemos constancia de la existencia de alguna fábrica determinada y que dicha fábrica no es citada. De la misma forma, hay que tener en cuenta lo antes indicado: la presencia en el sector corchero de un gran número de establecimientos domiciliarios o casi no reconocidos como fábricas en las estadísticas oficiales. Para conocer de su existencia (y su importancia) hay que recurrir a otras fuentes paralelas, que, en Cassà, no hemos localizado en el siglo XIX21. En Cassà de la Selva disponemos de la matrícula industrial desde 1846, año en que tributaban cuatro fábricas de tapones, a nombre de José Guitó, Vicente Giralt, Agustín Daussà y Modesto Morell22. En 1851 las fábricas existentes ya eran diez23. En cualquier caso, insistimos en que estos establecimientos serían los más importantes, pero no los únicos. La poca necesidad de invertir en capital fijo y al tratarse de una producción plenamente artesanal, facilitó la conversión de multitud de casas particulares en talleres donde se elaboraban tapones de corcho. No disponemos de pistas que lo confirmen, pero estamos convencidos que los diez establecimientos citados en la Matrícula industrial de 1851 no eran los únicos existentes en Cassà. Sin ir más lejos, es una cifra muy inferior a los cuarenta establecimientos que Medir ubicaba en 184224.

elaborar tapones sin un mínimo aprendizaje previo. Se puede encontrar en los protocolos notariales referencias a “campesinos-taponeros” (pagès-taper) y hace falta recordar que Medir indicaba que “...la nueva actividad no ocupaba por entero a los nuevos artesanos, ya que muchos de ellos labraban el corcho de su cosecha, alternándolo con las labores agrícolas”; Medir, 1953, pp. 18. Del mismo modo, Santiago Hernández aprecía que los primeros taponeros eran agricultores y algunos eran pescadores. Hernández, 2002, pp. 16-17. Rosa Ros, analizando el caso de la empresa Rafael Arxer, Hijo y Compañía, indica como esta compañía articulaba un entramado productivo que se desarrollaba, en su mayor parte, en el ámbito domiciliario o en pequeños talleres, pese a que también se daba el caso de compras de tapones a productores independientes; Ros, 2003, pp. 170. Restamos a la espera que nuevos trabajos aporten más datos para profundizar más en esta cuestión para el caso catalán. En cambio, hay que valorar muy positivamente las aportaciones recientes de Jean-Marc Olivier, sobre la “cohabitación” entre agricultura e industria corchera en el sur de Francia; Olivier, 2005. 20] Sobre esta reforma hay que consultar la tesis doctoral de Estapé, 1971. También podemos analizar los fundamentos y objetivos en el trabajo de Fuentes Quintana, 1990, pp. 1-130. 21] Es significativo el ejemplo de Agullana. En 1862 Francisco Giménez Guited indicaba la presencia en esta localidad de cinco fábricas con sesenta y cuatro trabajadores, pero, acto seguido, señalaba que aquellas cifras eran variables, dependiendo de las necesidades de los establecimientos aumentaba el número de trabajadores en ciertos momentos, que trabajaban fuera de los talleres, bien por cuenta de la casa bien por cuenta propia. Giménez Guited, 1862, pp. 90. Más adelante, en 1890, se constituía en Agullana una Sociedad de fabricantes de corcho destinada a repartirse el pago de la Contribución Industrial. Entre 1900 y 1917 una cuarentena de empresas fueron miembros de esta sociedad, mientras que en las matrículas industriales no llegaron a tributar veinte empresas en ninguno de estos años; Alvarado, 2002, pp. 89-90. También destacamos que, en un trabajo de 1920, Joan Pelegrí indicaba que en la Bisbal había llegado a conocer la existencia de unas 112 fábricas. Hemos hecho un seguimiento de las Matrículas industriales de esta población en el siglo XIX y no hemos visto en ningún caso que el número de fábricas de tapones existentes supere la treintena, pero no dudamos de la veracidad de lo que indica Pelegrí; Pelegrí Nicolau, 1997, pp. 155. 22] Arxiu Municipal de Cassà de la Selva (AMCS), Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1846. 23] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1851. 24] Medir, 1953, pp. 459.

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No disponemos de más Matrículas hasta el ejercicio económico de 1874-75. Aquel año tributaban en concepto de Contribución Industrial 25 establecimientos corcheros, doce de los cuales como fábricas de tapones y el resto como “obras en corcho”25. Como podemos ver, hablamos de un remarcable incremento en el número de establecimientos corcheros en relación con lo existente veinticinco años antes. Los datos facilitados por la Matrícula industrial de aquel ejercicio reflejan la importancia que había adquirido en Cassà la elaboración de tapones de corcho, una elaboración artesanal, como en todas las poblaciones de la Cataluña corchera. Las Matrículas industriales no indican la existencia de máquinas en aquellos años, todas las fábricas referenciadas parecían ser los típicos talleres donde trabajaban alrededor de veinte trabajadores, con un mínimo reparto de las tareas a realizar y bajo la dirección de un propietario. Una estructura paralela al trabajo domiciliario, no reflejado en las estadísticas oficiales, pero que sospechamos que tenía que existir con un cierto grado de importancia en nuestro municipio. Las fuentes disponibles relativas al número de fábricas existentes en Cassà terminan aquí en lo que respecta al siglo XIX (pese a que tenemos conocimiento de la intensa actividad llevada a cabo por los industriales y propietarios cassanenses en la defensa del sector26), pero nos permiten ver el siglo XIX como el de la extensión de la industria corchera en Cassà de la Selva.

4. Siglo XX: aglomerado y maquinaria en las fábricas corcheras cassanenses 1900 es un año que simboliza transformaciones importantes en el sector corchero. Ante todo, es el año de la fundación de la empresa Miquel y Vincke, de Palafrugell, que, con el tiempo, se convirtió en la empresa corchera más importante del estado y una de las principales del mundo27. Asimismo, el aglomerado empezó a extenderse en aquellos años como nueva posibilidad lucrativa para los industriales corcheros28. Y, finalmente, las transformaciones llevadas cabo en la máquina de garlopa29 extendieron su uso por todo el territorio catalán. En resumen, se produjo una renovación de la actividad industrial que, en palabras de Santiago Zapata: “De no haberse producido esta reconversión general, la industria española habría sucumbido ante los menores costes de producción que se obtenían en países no corcheros que ya contaban con máquinas modernas (como Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos) o ante la expansión de la industria portuguesa, que disponía de una materia prima más abundante y de mejor calidad y de una mano de obra algo más barata.”30

25] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1874-75.

En Cassà de la Selva, la Matrícula industrial de 1901 no reflejaba aún estos cambios. Constaban un total de 35 establecimientos en donde se elaboraban tapones y cuatro exportadores; Agustín Daussà y Compañía31, Figueras, Daussà y Compañía, José Domingo y Lloret y Dauss32. Pero a partir de los años sucesivos, las máquinas, con la garlopa al frente, se convirtieron en un elemento habitual en la Cataluña corchera. En 1910, la Matrícula de Cassà indicaba que dos fabricantes habían adquirido maquinaria: Francisco Vidal Saló (una máquina) y Sitjas, Bigas y Compañía (siete). Aquel año tributaban cinco exportadores de tapones y veintiséis fabricantes33. El estallido de la Primera Guerra Mundial no frenó la modernización de las empresas corcheras cassanenses. En 1915 tributaban treinta y tres fábricas de tapones y tres exportadores (Juan Domingo, Francisco Oller34 y Figueras, Daussà y Compañía). Cinco de esas fábricas disponían de un total de dieciséis máquinas para hacer tapones, sin especificar, y en otras cuatro fábricas había hasta ocho máquinas a motor35. La fuente nos confirma la continuación de un proceso de modernización de los procesos productivos iniciada durante la primera década del siglo XX que transformó el tradicional paisaje industrial cassanense. La garlopa ganó la partida al artesano y todos los establecimientos que disponían del capital suficiente adquirieron estas máquinas, aumentando la producción y la productividad de las empresas. El fenómeno continuó a lo largo de los años veinte. En el ejercicio de 1920-21 tributaban veinticuatro fábricas de tapones y dos exportadores: Figueras, Daussà y Compañía y Francisco Oller. En todo el municipio había veinte máquinas, sólo dos funcionando a motor, si hay que hacer caso a lo que dice la Matrícula36. Esas cifras indican un retroceso del número de establecimientos corcheros en Cassà. Vemos como parte importante de las empresas no habían resistido la dificultades generadas por la Gran Guerra y la posterior crisis. Tres años después tributaban en nuestra villa quince fabricantes de tapones, los dos exportadores antes citados y dos taponeros a mano: Lluís Juanola y Joaquim Rich. También habían retrocedido las máquinas, había diez en toda la villa37. El panorama cambió considerablemente en la segunda mitad de la década. Fue ésta la época de auge del aglomerado. Armstrong Cork Company, Mundet & Company y Manufacturas de Corcho SA acapararon el mercado mundial del aglomerado de corcho38. Pero a una distancia considerable de estas empresas aparecieron a lo largo del territorio catalán un número destacable de fábricas de aglomerado. En Llagostera encontrábamos dos: Raset y Casademont y Coris y Compañía39. En Sant Feliu de Guíxols se fundó la empresa

31] Agustín Daussà (Cassà de la Selva, 1839- Nueva York, 1896). Estudiante de medicina, instaló en Nueva York un negocio de importación y exportación de tapones de corcho, siendo en su época la casa más importante como importadora de corcho en EEUU. La fábrica de Cassà llegó a emplear a unos 150 trabajadores. Al respecto, ver Industria Corchera núm. 42, 1936, pp. 1.265.

26] El 16 de febrero de 1892 se creaba la agrupación local de Cassà del Fomento de la Industria Nacional CorchoTaponera, la primera en constituirse en toda Cataluña, y a finales de año se constituía este organismo a nivel catalán con un papel predominante de los industriales cassanenses: José Gruart Poch como presidente, José Domingo como tesorero y Francisco Figueras como secretario. A partir de entonces el Fomento empezó a promover iniciativas de protección e impulso de la industria y el comercio corcheros, hasta su desaparición a principios del siglo XX; Medir, 1953, pp. 170-175. En el mismo año 1892 el propietario cassanense Marcial de Trinchería presentaba su proyecto de Liga Aduanera Hispano-Portuguesa. Consistía en el libre comercio de productos corcheros entre España y Portugal y la implantación de fuertes aranceles para la exportación de corcho en plancha a terceros. Sobre Marcial de Trichería y su proyecto ver Alvarado, 2005b, pp. 105-125.

32] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1901.

27] Sala, 2003, pp. 22-33.

36] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1920-21.

28] Sala, 2003, pp. 74-82.

37] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1923-24.

29] Espadalé y Martí, 2002.

38] Sala, 2003, pp. 162-181.

30] Zapata, 1996, pp. 45-46.

39] Alvarado, 2004, pp. 162-164.

33] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1910. 34] Francisco Oller y Martinell (Cassà de la Selva, 1869-1941). Empezó a los dieciséis años a trabajar como cuadrador en una fábrica de Toulouse. En 1891 fue gerente de la empresa Jaime Coris et Fils, de Epernay y al año siguiente fundó su fábrica en Cassà y Epernay, trasladando esta segunda en 1898 a Reims. La destrucción de esta sucursal en 1914 obligó a concentrar la producción en Cassà, ocupando a un centenar de trabajadores. Ver Medir, 1953, pp. 432-433; Cabana, 1994, pp. 310-311; y Alvarado, 2005a, pp. 111-128. 35] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1915.

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La Suberina en 192040 y Agustín Roldós Calzada instaló otra fábrica de aglomerado en 192241. A nivel de toda España, la exportación del corcho en otras formas, que incluía el aglomerado, aumentó de 2.640.790 kg. en 1919 a 19.776.526 en 192642. En 1926 se fundaron en Cassà dos empresas dedicadas a la elaboración de aglomerado de corcho: Reliable Cork Company y La Isoladora S. A. Ambas empresas habían desembolsado un capital de 1.000.000 de pesetas en el primer semestre de 192943. Pese a ello, estas fábricas no constan en las Matrículas hasta varios años después de su fundación. En 1927, figuraban en la Matrícula dos fábricas de aglomerado, a nombre de José Batet y L. Marx. A su lado, encontrábamos dos exportadores de tapones (Francisco Oller y Figueras, Daussà y Compañía) y veinticinco fabricantes de tapones44. Lo que más destacaba era el aumento de la maquinaria: un total de cincuenta y nueve máquinas para hacer tapones y dos para rebanar corcho, y, lo más importante, todas menos una funcionaban a motor. Los fabricantes cassanenses, definitivamente, habían decidido jugar la carta de la mecanización, conscientes que la demanda mundial había cambiado mucho desde el cambio de siglo y que la fabricación tradicional a mano no era capaz de satisfacer toda la producción necesaria. Finalmente, por lo que respecta al análisis de las Matrículas industriales, en 1930 tributaban tres fábricas de aglomerado, las mismas de 1927 y una a nombre de Manuel Oliver (que hemos de suponer que se trataba de La Isoladora S. A., ese personaje era uno de los socios principales). A su lado, tributaban una fábrica de corcho sin labrar y veinticinco fabricantes de tapones (tres de los cuales, como fabricantes de tapones a mano). Las máquinas para hacer tapones ya eran 94, cincuenta de las cuales funcionaban a motor. A su lado, tributaban once máquinas de rebanar. La crisis mundial iniciada en 1929 aún no se manifestaba en toda su intensidad y los fabricantes cassanenses continuaban apostando por la mecanización de sus establecimientos. Así, Francisco Oller disponía de veintitrés máquinas, Josep Batet tenía diecinueve, Ernesto Molinas diez y Joan Castañé ocho45. Hasta aquí la información que nos facilitan las Matrículas industriales, pero no la única con que contamos para los objetivos de este trabajo. Disponemos de un librito editado en 1920 en donde se indicaban todos los industriales corcho-taponeros de Cassà con los cuales, la sociedad Unión Patronal de Fabricantes y Exportadores Corcho-Taponeros no había cortado las relaciones comerciales46. Como su nombre indicaba, es una relación de todos los establecimientos elaboradores de tapones de corcho cassanenses que no habían entrado en conflicto con aquella sociedad, que, en aquellos momentos, agrupaba a los principales propietarios de fábricas de corcho de la villa. 1920 fue un año de gran conflictividad social en el mundo corchero catalán, hubo una auténtica ruptura social entre patrones y obreros47. Pero lo que aquí nos interesa indicar es que el librito nos indicaba la existencia de un total de 180 talleres dedicados a la fabricación o exportación de tapones de corcho, como se puede ver, un número muy superior al que

hemos ido encontrando en base a los datos facilitados por las Matrículas industriales. La fuente únicamente nos señalaba el nombre del propietario o de la razón social y el domicilio, no facilitaba ningún dato sobre número de trabajadores, mecanización o tipo de producción. Y posteriormente, hemos tenido acceso a otro documento elaborado a mediados del mismo año con el mismo objetivo en el cual se indican las 180 empresas existentes en la villa en aquellos momentos, a las cuales se suman otros 73 establecimientos. El aspecto merecedor de nuestra atención es la existencia en Cassà de un gran número de talleres, el mantenimiento de una red de pequeños establecimientos corcheros que, posiblemente, disponían de alguna máquina de garlopa para elaborar los tapones y que parecían haber sobrevivido a la crisis de 1914. Paralelamente, disponemos del libro registro de exportación de corchos al extranjero, unas listas en donde los fabricantes de tapones indicaron las cantidades exportadas entre noviembre de 1918 y junio de 1920. Su origen se sitúa en un oficio enviado al Ayuntamiento en fecha 18 de noviembre de 1918 por parte de la Inspección Técnica y Administrativa de la Segunda División de Ferrocarriles, solicitando que los exportadores de corcho formasen una Comisión de mutuo acuerdo encargada de distribuir los vagones que se pudiesen conceder para la exportación de corcho a Francia48. Ernesto Molinas y Manuel Nadal fueron los designados. El día 30 se reunía la Comisión con el Alcalde y el Interventor del Estado de la Segunda División de Ferrocarriles, acordándose que las demandas para la distribución de los vagones se harían llegar a la Alcaldía mediante una instancia donde constarían los tipos de mercancías, peso, numeración de bultos, marca y el resguardo del depósito efectuado en la estación de ferrocarril49. En el Cuadro 3 compilamos los datos que nos facilita el registro citado. La fuente separa las exportaciones de corcho, de las de cuadradillos y tapones. El número indicado parece haberse redondeado, por lo que, desde nuestro punto de vista, habría que tomar los datos desde un punto de vista aproximativo. Se había acordado que los fardos tendrían un peso mínimo de 3.000 kg.50, pero en algunos casos localizamos cargas con un peso inferior. Las cifras nos aproximan a la importancia diversa de las fábricas corcheras cassanenses del momento. Destacaba el predominio de la fábrica de Francisco Oller, la más importante del momento, seguida a bastante distancia de las fábricas de Manuel Nadal y Ernesto Molinas, los miembros de la Comisión que debieron jugar sus influencias para colocar sus mercancías51. Los datos facilitados por el Cuadro 3 son un buen indicador de la mayor importancia de una serie de establecimientos de entre los 180 existentes en aquellos años. La función principal de los establecimientos menores, domiciliarios o no, era proveer de tapones y cuadradillos a las empresas de mayor tamaño, las cuales serían las encargadas de hacer llegar el producto al destinatario final52. Buena parte de estas “fábricas” menores desaparecieron a lo largo del primer tercio del siglo XX, incapaces de plantar cara a la caída de la demanda generada por la Primera Guerra Mundial y la crisis posterior a su finalización.

48] AMCS, Serveis Agro-pecuaris, Llibre registre d’exportació de suros a l’estranger. 40] Bussot, 2002, pp. 56-59. 41] Medir, 1953, pp. 314. 42] Medir, 1953, pp. 315. 43] Sala, 2003, pp. 252. Más detalles sobre la empresa Reliable Cork Company en las páginas 164-165 y 206 del mismo libro. Ver también Juanola, 2001, pp. 246-248. 44] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1927. 45] AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1930. 46] (Anónimo), 1920. 47] Para más detalles sobre este contexto ver Alvarado, 2005a, pp. 78-81.

49] En aquella época, a diferencia de la actualidad, Cassà de la Selva disponía de ferrocarril, el de vía estrecha que iba de Girona a Sant Feliu de Guíxols, fundado en 1892 para conectar las fábricas de tapones de Sant Feliu de Guíxols, Llagostera y Cassà de la Selva con el puerto de Sant Feliu y con la estación de Girona, para hacer llegar las mercancías a Francia. Sobre este ferrocarril y sus repercusiones en el comercio corchero, Medir, 1953, pp. 153-154. 50] AMCS, Serveis Agro-pecuaris, Llibre registre d’exportació de suros a l’estranger. 51] Si hay que hacer caso a lo indicado por las Matrículas industriales, Ernesto Molinas disponía en 1915 de ocho máquinas para hacer tapones y Manuel Nadal de una. AMCS, Hacienda, Fiscalidad, Matrícula industrial de 1915. 52] Sobre el tamaño de las empresas en el ramo del corcho y las relaciones entre taller y fábrica ver sobre todo Sala, 1998, pp. 112-116.

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Situémonos ahora en 1929, momento en el cual se había vivido una importante recuperación del sector y justo antes que se produciera el crack de Wall Street. En su libro, Ramiro Medir incluyó un listado de los industriales y comerciantes corcheros existentes en Cataluña en aquel año53. En este listado, Medir diferenciaba los comerciantes de corcho y/o tapones, de los fabricantes de tapones y de aglomerados54. En el Cuadro 4 indicamos las fábricas de tapones y de aglomerados divididas por poblaciones. En el caso de la fábrica de aglomerado existente en Palafrugell indicamos que se trataba de Manufaturas del Corcho, S. A., que a la vez indicaba que elaboraba tapones, papel, discos, especialidades,...

CUADRO 3. Exportaciones de productos corcheros desde Cassà de la selva, 1918-1920 (kg.) Fabricante

Corcho

Cuadradillos

Fabricantes de tapones

Fabricantes de aglomerado

Sant Feliu de Guíxols

74

---

Palafrugell

34

1

Cassà de la Selva

30

6

Llagostera

30

2

Palamós

20

---

Calonge

14

---

Vidreres

14

---

Otras

16

1

Tapones

Francisco Oller

---

20.965

43.600

Manuel Nadal

---

3.000

39.990

Ernesto Molinas

---

---

32.686

Maxime y Cía.

---

3.000

12.000

Miguel Botanch

---

---

11.400

Oller y Cía.

---

---

9.000

Maresma y Cía.

---

---

6.000

Puig, Castellanos y Cía.

---

---

6.000

Carlos Xiberta

---

---

4.825

Narciso Vilallonga

---

---

Joan Domingo

---

---

450

Francisco Baus

---

---

3.000

Figueras, Daussà y Cía.

---

---

3.000

Emilio Burset

---

---

3.000

Fernando Barnés

---

---

3.000

Marcelino Lacoret

---

3.000

---

Tomás Parleris

---

2.900

---

8.638

---

---

Sitjas, Bigas y Cía.

CUADRO 4. Industrias corcheras en la provincia de girona, 1929

3.500

Población

FUENTE: Medir, 1953, pp. 469-473.

Analicemos ahora las empresas cassanenses que, en 1934, formaban parte del Fomento de la Industria y Comercio Corcho-Taponero55, según la relación publicada en su boletín de aquel año56. Pese a que en esta sociedad no se afiliaron la totalidad de las empresas corcheras del momento, encontramos a las más importantes, por lo que merecen nuestra consideración los datos facilitados. En aquellos momentos, el Fomento tenía un total de 187 socios, 28 de los cuales eran empresas de Cassà de la Selva. En el Cuadro 5 indicamos las características de las empresas cassanenses socias del Fomento desde el punto de la vista del producto corchero que elaboraban. Podemos observar como la lista de socios del Fomento de 1934 ofrece una mayor diversidad que los datos facilitados por Medir para el año 1929. En el Cuadro 6 observamos una concentración de las empresas encargadas de elaborar tapones en Palamós, Palafrugell, Sant Feliu de Guíxols y Cassà. En estas poblaciones, al lado de estos establecimientos dedicados a la clásica (pero en aquellos momentos, mecanizada) elaboración de tapones de corcho, encontramos fabricación de aglomerado, discos y otras especialidades. Estas localidades fueron las que consiguieron centralizar la mayor parte de la elaboración de productos corcheros en Cataluña, mientras que Llagostera, Agullana o Darnius, pese a mantener un número considerable de establecimientos57, habían acabado especializándose en la elaboración de cuadradillos, su labor terminaba con el producto a medio elaborar.

CUADRO 6. Producción de los socios del Fomento por poblaciones, 1934

Así, vemos como Cassà de la Selva, a la altura de 1934, había conseguido una posición muy importante en el mundo corchero, en contraste con otras localidades que habían conocido la fabricación de tapones de corcho desde unos momentos muy iniciales (Llagostera, Agullana, Darnius, etc.). El dinamismo de sus fabricantes, que supieron

FUENTE: AMCS, Serveis Agro-pecuaris, Llibre registre d’exportació de suros a l’estranger.

CUADRO 5. Producción de las empresas corcheras cassanenses socias del Fomento de la Industria y Comercio Corcho-Taponero, 1934 Producción declarada

Cuadradillos Tapones Discos

Población

Núm. empresas

5 18 4

Fabricantes de tapones

Fabricantes de cuadradillos

Cassà de la Selva

18

5

Palafrugell

30

14

Palamós

9

5

10

1

Llagostera

5

24

Agullana

2

30

Lana

1

Aglomerado

3

Corcho en plancha

1

Darnius

2

8

Otras

5

5

FUENTE: Industria Corchera, 16, 1934. Hay que tener en cuenta que una misma empresa podía dedicarse a la elaboración de más de uno de estos productos.

Como podemos ver, en Cassà destacaba la presencia de seis fábricas de aglomerado, la población en donde Medir ubicó un mayor número de estas fábricas. Estas empresas eran La Isoladora, S. A., Reliable, S. A., Francisco Batet Vidal, L. Marx, Olivé y Cía. y Joaquín Jubert. Por lo que respecta al número de fábricas de tapones, Cassà ocupaba el tercer puesto junto con Llagostera, con un total de treinta establecimientos. En contrapartida, Medir no indicaba la presencia de comerciantes de corcho y/o tapones, a diferencia de Sant Feliu de Guíxols, Palafrugell y Palamós. Mientras que en estas tres localidades, todas ellas costeras, el negocio se localizaba tanto en la comercialización como en la fabricación de productos corcheros, Cassà de la Selva se especializó únicamente en la fabricación de tapones y de aglomerado. En cualquier caso, observamos como nuestra población mantenía un gran número de establecimientos corcheros. Sin embargo, en la siguiente fuente que vamos a analizar, observaremos importantes diferencias de matiz entre las fábricas de tapones de Cassà y las de Llagostera y otras localidades corcheras.

Sant Feliu de Guíxols

FUENTE: la misma del Cuadro 5.

53] Medir, 1953, pp. 469-473. Como en otros momentos del libro, el autor no indica la procedencia de los datos, aunque podemos asegurar que no se trata de las Matrículas industriales. Es muy probable que estos datos le fueran facilitados por parte de las Cámaras de Comercio de Palamós y Sant Feliu de Guíxols. 54] También, en algunas poblaciones, distinguía las empresas que tenían máquinas para la elaboración de tapones de las que no.

55] Se trataba de una organización que se había constituido en 1911 en Palafrugell, que pretendía continuar la obra del antiguo Fomento iniciado en Cassà casi veinte años antes. Fue una organización defensora de los intereses de los patrones de la industria corcho-taponera hasta 1919, momento en que la agudización de la conflictividad en el mundo corchero separó los intereses de clase de los patrones, que crearon la Sociedad Patronal, de los económicos, que fueron el objeto del Fomento. Su primer presidente fue Joan Miquel y Avellí, socio principal de Miquel y Vincke. En 1932 hubo una reorganización de sus estatutos y se empezó a publicar su boletín, Industria Corchera. Para más detalles ver Medir, pp. 345 y Hernández, 2002, pp. 93 y 98. 56] Industria Corchera, 16, 1934. 57] Poblaciones como Arenys de Mar, Tossa de Mar, Vidreres o Sant Celoni, que habían tenido un número destacable de talleres corcheros a lo largo del siglo XIX, no disponían de ninguna empresa que fuera socia del Fomento. En estas localidades, había predominado el tradicional obrador de tapones a mano, un establecimiento muy perjudicado por la dinámica de crisis iniciada con el estallido de la Primera Guerra Mundial y en los años posteriores a su finalización. Buena parte de las empresas supervivientes fueron víctimas de la crisis del comercio mundial iniciada con el crack de Wall Street de octubre de 1929. Sobre las consecuencias de la Gran Guerra en el mundo corchero ver Pelegrí Nicolau, 1997. Sobre la repercusión de la crisis de 1929 en la economía española ver Palafox, 1991, pp. 122-173 y Hernández, 2002, pp. 25-42. Ver tambien Vilar, 1934, pp. 294-298.

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introducir las mejoras oportunas en equipamientos y producción permitieron que nuestra villa mantuviera una cierta preeminencia en el entramado corchero catalán.

5. Conclusiones Diferentes localidades que en el siglo XIX habían conocido la existencia de un número remarcable de talleres corcheros, como Tossa de Mar, Arenys de Mar, Begur, etcétera, vieron la progresiva desaparición de estos establecimientos a lo largo del primer tercio del siglo XX, como consecuencia del ciclo de crisis iniciado con el estallido de la Primera Guerra Mundial y continuado con la crisis comercial de la primera mitad de los años veinte y el colapso del comercio mundial a raíz del crack de Wall Street en 1929. Otras poblaciones como Vidreres, Calonge, Agullana o Darnius vieron desaparecer esta fabricación en fechas más tardías58, mientras que en Llagostera, sin haber llegado a desaparecer, la importancia de este sector no tiene nada que ver con lo que significaba hace cien años59. Cassà, por el contrario, ha conseguido mantener sus empresas corcheras más significativas. ¿Que explicación podemos dar a esta capacidad de supervivencia?. Los datos de que disponemos sobre número de fábricas y trabajadores en el siglo XIX en nuestra villa no destacan nada particular respecto otras localidades corcheras en donde esta industria ha desaparecido a lo largo del siglo XX. La única explicación posible es la apuesta que los fabricantes de Cassà hicieron por la mecanización y por las nuevas posibilidades de negocio que facilitó la aparición y extensión del aglomerado. Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, los talleres de elaboración tradicional de tapones subsistieron con una relativa comodidad, pero a partir de 1914 es cuando detectamos una reducción de su número y una decadencia de las localidades en donde no se implantaron fábricas de gran tamaño. El modelo de obrador sin máquinas, típico en el mundo corchero catalán del siglo XIX, se volvió obsoleto en cuestión de pocas décadas. Fabricantes como Francisco Oller, Agustín Daussà, Francisco Vidal Saló, Ernesto Molinas o Manuel Nadal, supieron ver que el negocio del corcho había cambiado y que había que adaptarse a la nueva situación. En consecuencia, Cassà resistió bien la dinámica de crisis que afectó al sector durante el primer tercio del siglo XX, cosa que provocó que las fábricas más importantes existentes a principios de dicho siglo todavía estuvieran funcionando a la altura de 1940. Los sesenta y cinco años posteriores han visto el mantenimiento de esta fabricación en Cassà y el hecho que en el día de hoy sea una industria dinámica, alrededor de la cual funciona la vida económica y social de nuestra villa.

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58] En su libro, elaborado en 1966, Barbaza ya indicaba el papel muy secundario, cuando no nulo, de todas las poblaciones corcheras que no eran Palafrugell, Palamós, Sant Feliu de Guíxols, Cassà de la Selva y Llagostera; Barbaza, 1986, vol. II, pp. 219-220. Sin embargo, la última industria corchera de Agullana no ha cerrado hasta 1998. 59] Las fuentes disponibles nos indican que Llagostera había tenido un mayor número de fábricas de la que tenía Cassà a finales del siglo y principios del siglo XX. Sin ir más lejos, en 1901 tributaban en concepto de Contribución Industrial cincuenta y un establecimientos llagosterenses, por treinta y cinco cassanenses. Sin embargo, nunca llegaron a implantarse en Llagostera fábricas de gran tamaño, únicamente las de la familia Coris, que no superaban la treintena de trabajadores. Pese a que no ha conocido la desaparición de esta industria, hoy en día la industria corchera en Llagostera no representa lo que había representado en la época dorada del negocio. Ver Alvarado, 2004, pp. 111-129 y 193-194.

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