LA IMPROVISACIÓN EN DANZA COMO ESTRATEGIA PEDAGÓGICA, DESARROLLADA EN LA EDUCACIÓN A DISTANCIA PARA EL FORTALECIMIENTO DEL APRENDIZAJE AUTÓNOMO

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LA IMPROVISACIÓN EN DANZA COMO ESTRATEGIA PEDAGÓGICA, DESARROLLADA EN LA EDUCACIÓN A DISTANCIA PARA EL FORTALECIMIENTO DEL APRENDIZAJE AUTÓNOMO

Autora: Ingrid Natalia Antolínez Ladino1 Universidad del Tolima. Resumen La presente ponencia busca, desde mi experiencia como tutora del IDEAD Bogotá CREAD Tunal en el campo de la danza, socializar las diferentes nociones de cuerpo que emergen de filósofos como Marx, Bourdieu y Foucault; indicando la posibilidad que tienen de actuar como detonantes para el desarrollo de la improvisación como estrategia pedagógica desde la danza. Así mismo, intento develar como esta estrategia pedagógica puede entrar en un diálogo coherente con los principales propósitos de la Educación Superior a Distancia: cobertura, equidad e inclusión social, enfocándome principalmente en el desarrollo de un aprendizaje autónomo. En ese sentido y en línea con lo planteado por distintos filósofos como Jean-Paul Sartre, Jean-Jacques Rousseau y Emmanuel Kant alrededor de la autonomía, busco establecer las posibles relaciones entre su significado, lo que implica y la improvisación en danza. Finalmente, señalo la improvisación en danza como posible estrategia pedagógica, no solo para el desarrollo del aprendizaje autónomo; sino también, para el desarrollo de la creatividad, de un espacio abierto, de libertad y de respeto entre los diferentes actores del proceso educativo. Palabras clave Improvisación en danza, Educación a Distancia y autonomía. Abstract Based on my experience as a tutor of IDEAD Bogotá CREAD Tunal in the field of dance, this paper seeks to socialize different notions of the body which emerge from philosophers such as Marx, Bourdieu and Foucault; indicating the possibility they act as triggers for the development of improvisation as a pedagogical strategy from the dance ground. Likewise, I intent to expose how this teaching strategy can enter into a coherent dialogue with the main purposes of the Distance Higher Education: coverage, equity and social inclusion focusing primarily on developing of autonomous learning. In this regard, and in line with the approach made by various philosophers such as Jean -Paul Sartre, Jean -Jacques Rousseau and Immanuel Kant around autonomy, I pursue to establish possible relationships between its significance, what it implies and improvisation in dance. Finally, I suggest improvisation in dance as a possible pedagogical strategy, not only for the development of autonomous learning; but also for the development of creativity, of an open space, of freedom and respect between the different roles in the educational process. Keys words Dance improvisation, Distance Higher Education and autonomy.

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Magíster en Estudios Culturales de la Pontificia Universidad Javeriana. Maestra en Artes Escénicas con énfasis en Danza Contemporánea de la Facultad de Artes ASAB (Academia Superior de Artes de Bogotá) de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Docente en la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad del Tolima; y Tutora del IDEAD Bogotá CREAD Tunal en diferentes materias dentro del campo de la danza. E-mail: [email protected]

Cuando comencé a dar diferentes clases dentro del campo de la danza en el IDEAD Bogotá de la Universidad del Tolima para la carrera de Licenciatura en Educación Artística (hace aproximadamente tres años), no presté del todo la atención debida a lo que significaba la Modalidad a Distancia en la Educación Superior y las diferencias presentes con la Educación Presencial.

Recuerdo por ejemplo, que tanto estudiantes como directivos; no me llamaban docente sino tutora, que las clases no eran entre semana sino los fines de semana, que su duración no era de dos horas sino de tres horas y que el periodo de tiempo entre cada encuentro, para mi resultaba demasiado extenso.

Estas circunstancias me acercaron a indagar sobre la Educación Superior a Distancia; quería saber por qué estos espacios de aprendizaje estaban diseñados así. Luego de esta indagación, a grandes rasgos puedo definir que la Educación Superior a Distancia es una forma de enseñanza cuyos propósitos más importantes en Colombia, desde su emergencia, son: cobertura, equidad e inclusión social, para la promoción de diversas metodologías pedagógicas, el desarrollo del aprendizaje autónomo y auto gestionado. A partir de ello, surgió la pregunta de cómo accionar estos propósitos en mi espacio de aprendizaje desde mi rol como tutora en el campo de la danza.

Esta pregunta me enfrentó a varias posturas que pensaba inamovibles en relación a las maneras de cómo debía enseñar danza; por ejemplo, entrenar el cuerpo es esencial para la educación en danza, lo que exige una presencia física recurrente, cotidiana

tanto del tutor como del estudiante en el espacio de estudio. Esta situación no concuerda del todo con las pretensiones de la Educación Superior a Distancia, porque una de sus características principales es la posibilidad que le ofrece al estudiante de no tener que estar regularmente en el espacio de estudio.

Sin embargo, a lo largo de mi experiencia en el IDEAD Bogotá CREAD Tunal y tratando de responder estos cuestionamientos; al usar en mis clases una de las herramientas creativas por excelencia en campo de la danza, que es la improvisación, evidencié en ella elementos profundamente relacionados con los propósitos de la Educación Superior a Distancia.

Estos elementos tienen que ver con la posibilidad que abre esta herramienta al desarrollo del aprendizaje autónomo. En otras palabras, si se desarrolla la autonomía, la dependencia por parte de los estudiantes a un espacio físico, a una autoridad de saber (representada en un tutor) o a una temporalidad establecida, tiende a desdibujarse; y más bien estas necesidades se convierten en encuentros no del todo ineludibles dentro del proceso de aprendizaje.

Esta autonomía en el aprendizaje, amplía las posibilidades a que más estudiantes hagan parte de un proceso educativo y que cualquier persona haga parte de ese proceso; puesto que el aprendizaje al ser enfocado a un proceso individual, propio del aprendizaje autónomo, parte de las diferentes experiencias de vida y particularidades presentes en cada estudiante; es decir, que gracias a este tipo de aprendizaje es

posible dar término a los propósitos de la Educación Superior a Distancia: cobertura, equidad e inclusión social. Pero siempre y cuando se dé en el marco de un aprendizaje autónomo.

De esta manera comprendí, que aparte de lograr dichos propósitos, la improvisación en danza me permite como tutora, educar para la autonomía. En este punto, lo que deseo resaltar a lo largo de la ponencia, es que la clave para el desarrollo efectivo de la Educación Superior a Distancia y todo lo que ella supone, es la autonomía. Para ello, señalo la idea, que nosotros como tutores debemos desarrollar estrategias que permitan posibilitar, generar, activar y gestionar espacios de aprendizajes autónomos.

Entonces, para esta ponencia pretendo primero, señalar lo que yo considero la postura inmóvil en torno al cuerpo, que en mi corta experiencia y gracias a estas reflexiones, ha sido la más cuestionada en la manera de enseñar danza, como esta dista de los propósitos anteriormente mencionados en la Educación Superior a Distancia y así mismo, propongo algunos puntos de encuentro que puede llegar a tener. Segundo, identificar el aprendizaje autónomo como elemento relevante para alcanzar los propósitos de la Educación Superior a Distancia y como la improvisación en danza es una herramienta efectiva para lograrlo. Finalmente, señalar que la improvisación en danza resulta ser una estrategia pedagógica pertinente para el desarrollo del aprendizaje autónomo, entrando en un diálogo elocuente con los propósitos de la Educación Superior a Distancia.

Postura inmóvil: El cuerpo en la danza

A la hora de enseñar danza, es posible señalar dos variables que sirven de base para desarrollar los fundamentos metodológicos; las dimensiones de la danza y sus componentes didácticos específicos. En ese sentido, los componentes didácticos específicos de la danza se fundamentan en pensar al estudiante como un ser complejo que se manifiesta por medio de su corporeidad, con el fin de lograr aprendizajes significativos para su formación integral y desarrollo. Por lo tanto el enfoque metodológico a la hora de enseñar danza, se centra en el aprendizaje desde la persona, desde su propio cuerpo.

Quisiera detenerme en el asunto del cuerpo en primera instancia, como postura inmóvil al enseñar danza. Es evidente que no es posible un proceso de aprendizaje en danza, en donde no se cuente físicamente con el encuentro de los cuerpos de los estudiantes y el tutor en los espacios de estudio; es decir, sin el encuentro de los cuerpos del estudiante y el tutor no hay aprendizaje de danza. De entrada, esto supone una diferencia profunda a lo que respecta la Educación a Distancia, en dónde una de sus características es la flexibilidad, o mejor, la no obligación de la presencia física o encuentro físico de sus actores.

Sin embargo, para tratar de mediar esta situación en el aula de clases bajo la modalidad a Distancia; para el caso de la enseñanza de la danza, aunque resulta imposible negar esta postura, me pregunto ¿por qué tan importante el cuerpo en la

danza?, ¿acaso no se puede aprender con un folleto, con un video, por internet mirando una pantalla sentados y sin movernos durante determinado tiempo, como con algunas herramientas usadas en la Educación Virtual?

Para responder estas preguntas y evidenciar el carácter de trascendencia que puede tener esta reflexión no solo para el campo de la educación en la danza sino para la vida misma, es necesario señalar la importancia del cuerpo no sólo como herramienta para existir, sino como expresión de la vida misma y un detonante capaz de generar distintas realidades. Para el caso de esta ponencia, el cuerpo como un detonante con plena conciencia de su desarrollo autónomo.

Para ello, Marx habla sobre el cuerpo como un producto social, como resultado de las relaciones sociales de producción y del trabajo. En ese sentido, es posible indicar que el cuerpo que se dispone para aprender o enseñar danza, es el resultado de una cantidad de relaciones que tienen que ver con el mundo que lo rodea y con las prácticas que realiza en la vida.

Pierre Bourdieu, filósofo francés, cuyo cuarto capítulo “Conocimiento por cuerpos” del libro Meditaciones Pascalianas que pongo a leer a mis estudiantes de danza; camina en cierto sentido sobre el trabajo de Marx. Sin embargo, las características propias de la segunda mitad del siglo XX hacen indispensable replantear la idea del cuerpo como exclusivamente producto social, hacia una noción tanto objetiva y subjetiva expuesta en lo que él llamó habitus.

El habitus en términos de Bourdieu, son un conjunto de disposiciones duraderas que determinan nuestra forma de actuar, sentir o pensar expresadas sin lugar a dudas en el cuerpo. De esta manera, el cuerpo es apropiado y vivido conforme a los capitales sociales, culturales y simbólicos con los que cuente la persona y su clase social. Así Bourdieu transita sobre la senda marxista, pero la actualiza respecto a algunas aristas que dejó de lado el filósofo alemán. De esta manera, en el campo de la enseñanza de la danza al requerir al cuerpo como necesidad básica, no solo se presta como un espacio para aprender movimientos corporales sin sentido; sino que se presta como un lugar en donde se exponen, analizan, se cuestionan (y se pretenden transformar) habitus, capitales sociales, culturales, simbólicos y de clase; es decir movimientos llenos de sentido en el cuerpo.

Por su parte, otro filósofo francés Michel Foucault, aunque niega que el trabajo sea la esencia de las personas, continúa la labor de denuncia marxista al establecer los mecanismos, dispositivos y tecnologías de la modernidad sobre los cuerpos. Los dispositivos y tecnologías de la sociedad disciplinaria definen también al cuerpo como un producto social, insertado en relaciones de poder y dominación a través de mecanismos estratégicos, prácticas discursivas, disciplinas y espacios para docilizar al cuerpo a través de la fábrica, la escuela, los hospitales, entre otros.

En ese sentido, se podría indicar que los cuerpos que se encuentran en el espacio de aprendizaje de la danza, son sistemas ya organizados, determinados y en constante transformación; es decir, no son cuerpos como envases vacíos que sólo contienen un

alma, inmóviles y exclusivamente materia; pero, de acuerdo a los autores citados, sí está relacionado con lo que produce: acciones y movimientos determinados por las relaciones de poder establecidas con el entorno. En ese sentido, si la Educación a Distancia promueve un aprendizaje autónomo y auto gestionado, ¿cómo es posible dicha autonomía en cuerpos ya determinados, que ya no pueden elegir qué hacer?

Pues justo en esta pregunta es que considero yo, encuentro la magnitud de la importancia de la danza como espacio de aprendizaje, al tener al cuerpo como elemento esencial de su desarrollo, ya que al estudiarse, analizarse, exponerse, cuestionarse, etc. es posible aceptarlo, reconocerlo, resignificarlo y por qué no transformarlo, generando otros movimientos, otras danzas, otros contenidos; a partir de allí, resignificar las relaciones de poder con el entorno, generando a su vez otras realidades. Esto para mí como tutora, es enseñar para la autonomía. Ahora, si reconozco la importancia del cuerpo para la danza como aprendizaje para la vida, la pregunta a continuación es ¿cómo realizo un aprendizaje autónomo a través de la danza?

Antes de responder a la anterior pregunta, me parece importante tratar de identificar el asunto de la autonomía. Para ello me remito al filósofo Jean Paul Sartre que en su ensayo “El existencialismo es un humanismo” señala que el ser humano es la creatura condenada a ser libre, y esa condena, esa carga radica a que todo el tiempo estamos obligados a tomar decisiones, a elegir, cómo nos movemos, que ropa usamos, que compramos, con quien nos casamos, etc. y esta acción no es nada fácil, no es sencilla

de realizar. Esto tal vez se debe, a que pese que estamos condenados a elegir, a tomar decisiones; existen circunstancias que nos hacen actuar de acuerdo al orden de nuestra sociedad y por ello estamos obligados a obedecer, pero incluso en el acto de obedecer estamos eligiendo.

Precisamente con la capacidad de tomar decisiones, de elegir, es que tiene que ver el concepto de autonomía y el de dignidad. Pero fueron Rousseau desde su texto “El contrato Social” y Kant desde su texto “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”; quienes afianzaron el concepto de autonomía. Como mencionaba anteriormente, obedecer nos implica una sensación de no tener la posibilidad de elegir, Rousseau se preguntaba en relación a esto, ¿Cómo obedecer sin sentir rebajada nuestra dignidad, sin sentir eliminada nuestra capacidad de elección?, a lo que el filósofo responde que, únicamente obedecemos sin perder la dignidad, cuando obedecemos ordenes que nosotros mismos nos hemos dado. En ese sentido, Kant se refiere a la autonomía moral de las personas, como aquellas reglas rectoras de la conducta que cada persona elije y las considera dignas de ser atendidas y acatadas por todos los miembros de una comunidad.

De esta manera, para el desarrollo de un proceso de aprendizaje autónomo en la danza, anteriormente me preguntaba de cómo hacerlo, debido a que los cuerpos ya venían con una serie de determinaciones, de habitus, etc. que evidentemente, al parecer no fueron elecciones o decisiones tomadas libremente por estos cuerpos; es decir sin autonomía. Para que ello se pueda dar, aunque no parezca posible; es

necesario generar metodologías que fijen su mirada en el desarrollo de la autonomía del estudiante y de todos los actores que se inscriban en ese proceso. Es decir, generar procesos de aprendizaje en donde el estudiante desarrolle su capacidad de elegir, de tomar decisiones sin intervención ajena.

La Improvisación en danza como estrategia pedagógica

La improvisación en las artes escénicas, se ha utilizado para los procesos iniciales de montajes coreográficos y teatrales, en donde se involucra la creación de movimientos, personajes, diálogos, por parte de los intérpretes y que sirven de materia prima para el coreógrafo o director de escena. También se usa en la escena musical con las formas clásicas del jazz, la música tradicional de la India, los sones barrocos, en músicas tradicionales y en algunas formas de danza y teatro contemporáneos (entre muchos otros ejemplos).

En las artes plásticas y visuales, el automatismo en la pintura y la escritura que se empezó a utilizar desde principios del siglo XX comparte las mismas características de la improvisación de las artes escénicas: la espontaneidad y el flujo desde el inconsciente.

Haciendo un sondeo general de su emergencia a partir de finales de los 60´s, la improvisación se incluye como materia obligatoria en la mayoría de los muchísimos

programas de estudios universitarios de danza en Estados Unidos desde los años setenta. Además es parte integral de otras materias, como técnicas derivadas de la escuela alemana de danza moderna (con Laban, Wigman, Hanya Holm, Nikolais, Pina Bausch); concientización corporal, danza educativa, técnicas terapéuticas, contacto, teatro-danza, bailes sociales y danzas de los pueblos.

Desde los sesenta surgen los happenings y los performances que predican el regreso del arte hacia lo ritual, a la ceremonia, a crear un hecho o acontecimiento que pretenden borrar las fronteras entre el público y los creadores, de vivir un momento creado conjuntamente; características que dialogan con la improvisación como estrategia de creación; convirtiéndose a su vez en objetivo en la enseñanza del movimiento corporal y la danza, no sólo para la formación de artistas teatrales o bailarines, sino también como experiencia vital de integración cuerpo-mente-afecto para cualquier ser humano.

Entonces, la improvisación en danza aplicada como estrategia pedagógica para el fortalecimiento del aprendizaje autónomo; resulta tan eficaz por lo que la improvisación en si se caracteriza. Al ser estructurada; es decir que se da entre determinados parámetros, límites o reglas de juego, estimula la elección, toma de decisión o autonomía del estudiante; se encamina a algo sin ordenar porque es propositiva. A su vez, resulta ser un proceso creativo que al darle un enfoque holístico, intenta abarcar a la persona como una totalidad, sin aislar lo cognitivo de lo afectivo o corporal, lo vivencial de lo conceptual. Sin embargo, resulta importante destacar que los usos de la

improvisación que implican tratar de fluir sin demasiada censura, de experimentar, de explorar, de todas maneras se dan dentro de límites culturales, históricos, y de las experiencias previas de los participantes, por aquello que el cuerpo significa.

La esencia de la improvisación en la danza es el juego libre de la conciencia sobre material en bruto que emerge del inconsciente, involucrando siempre la excitación del riesgo; ¿qué más parecido a las sensaciones que se producen cuando tenemos que tomar decisiones o tenemos que elegir?

Cada forma de arte o de vida tiene su lenguaje, sus técnicas específicas, sus tradiciones y formas, pero lograr la expresión espontánea en sí es un asunto espiritual, psicológico y social. Así, la improvisación se presenta como una cuestión de actitud, de disposición, no de habilidades o conocimientos, lo que permite que como estrategia pedagógica, promueva la participación de todo tipo de personas. Es una especie de meta aprendizaje que trasciende formas y estilos; por ello como estrategia pedagógica resulta pertinente para lograr los propósitos de la Educación Superior a Distancia.

En la Educación Superior a Distancia, la improvisación como estrategia pedagógica y mediando el asunto de la necesidad de la presencia física de sus actores; su fortaleza reside en que su desarrollo inicia en la creación espontánea que emerge desde el interior del estudiante y el tutor, expresando nuestro ser individual y social; este proceso se puede dar de manera independiente a un espacio específico determinado.

Así, los encuentros de aprendizaje en danza mediados por la improvisación, pese a que son necesarios los encuentros físicos corporales, estos pueden realizarse con menor frecuencia, logrando elocuencia en el dialogo con los propósitos de la Educación a Distancia.

En la práctica del Tutor, resulta esencial sistematizar y secuenciar las estructuras concretas de la improvisación, ya que permiten lograr los objetivos. Y si estos son mediados por la congruencia entre la filosofía educativa, las actitudes y las prácticas reales; es posible crear una especie de puente entre la filosofía (qué y por qué hay que hacer), la metodología (la improvisación en danza) y la didáctica (con el cuerpo) en el trabajo tanto en los encuentros físicos, como en el trabajo individual o independiente.

Por otro lado, es necesario establecer algunos límites que encaucen las acciones expresivas, pues aportan seguridad y dirección al trabajo. Decir a alguien, "se libre, crea" en el aire, como sucede con cierta frecuencia cuando a un tutor se le ocurre poner música y decir "bailen", crea una carga de angustia e inseguridad desestructurante que muchas veces produce el efecto contrario a la intención primera.

Como vemos entonces, la metodología de la improvisación contiene actitudes creativas se tienen que aplicar a "algo" dentro de un contexto concreto, porque de lo contrario se recurre a los estereotipos para "quedar bien", para tener algo a que aferrarse dentro de una situación tan insegura como es elegir, crear o proponer.

Sin embargo, no siempre es fácil establecer una línea clara entre límites que dan seguridad y límites represivos o que afianzan el poder del tutor sobre los estudiantes. Lograr un equilibrio dinámico entre las necesidades y tiempos del tutor, de los estudiantes como individuos y como grupo, los objetivos del programa y las demandas de las instituciones y la sociedad en general, es algo delicado ya que se da dentro de una red de relaciones sumamente complejas.

No obstante, la Educación a Distancia por sus características ofrece una temporalidad que estimula el trabajo autónomo y así mismo el desarrollo de la improvisación en danza como estrategia coherente, en donde el respeto a las necesidades de los estudiantes, promueve crítica constructiva y cuestiona los juicios de valor que devalúen o provoquen... culpa o inseguridades; es un espacio creado mancomunadamente en donde se aceptan las diferencias tratando de compartir armónicamente los recursos y nutrirse con ellas.

Desde lo que requiere el uso de la improvisación en danza como metodología de aprendizaje; es decir, el encuadre de la clase, el lugar y la disposición de sus objetos, el horario, la organización de las actividades dentro de la clase, los rituales para comenzar y finalizar (calentamientos anímicos y físicos, que preparan la disposición para el trabajo por venir y la disposición para dejar la concentración en el trabajo y adentrarse de nuevo en las actividades acostumbradas del mundo exterior), los hábitos de trabajo que se van estableciendo, las relaciones internas del grupo, la seguridad psicológica que proporciona el encuadre, las decisiones a tomar y las vivencias en

común entre compañeros y con el tutor permiten que brote un proceso de aprendizaje autónomo; en donde el que se sabe escuchado y respetado, escuchará y respetará a los demás.

Finalmente, utilizar la improvisación en danza como estrategia pedagógica en la Educación a Distancia, genera un espacio no solo para fortalecer, como hemos visto, aprendizajes autónomos sino que permite pensar, sentir, ser lo que es más verdadero para el estudiante y el tutor, en donde hay permiso para equivocarse y para ser responsable. Transforma a los estudiantes de receptores pasivos, en coautores de los resultados, logrando que utilicen, dinamicen y se hagan cargo de sus potencialidades como seres humanos. Genera un espacio en donde no sólo se avanza hallando soluciones sino fundamentalmente, creando problemas nuevos, perdiendo el temor a provocarlos.

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