La importancia del reconocimiento en el proceso de aprendizaje

La importancia del reconocimiento en el proceso de aprendizaje La motivación es un factor importante en el desempeño escolar, actividad que se realiza mediante estímulos por los logros alcanzados por los estudiantes. Acción que no debe denotar discriminación alguna en su ejecución. El artículo 2 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural, del sistema educativo ecuatoriano, nos habla de los principios que regulan la educación del sistema educativo nacional, entre los que se destacan los literales: l) Igualdad de género.- La educación debe garantizar la igualdad de condiciones, oportunidades y trato entre hombres y mujeres. Se garantizan medidas de acción afirmativa para efectivizar el ejercicio del derecho a la educación sin discriminación de ningún tipo; q) Motivación.- Se promueve el esfuerzo individual y la motivación a las personas para el aprendizaje, así como el reconocimiento y valoración del profesorado, la garantía del cumplimiento de sus derechos y el apoyo a su tarea, como factor esencial de calidad de la educación; v) Equidad e inclusión.- La equidad e inclusión aseguran a todas las personas el acceso, permanencia y culminación en el Sistema Educativo. Garantiza la igualdad de oportunidades a comunidades, pueblos, nacionalidades y grupos con necesidades educativas especiales y desarrolla una ética de la inclusión con medidas de acción afirmativa y una cultura escolar incluyente en la teoría y la práctica en base a la equidad, erradicando toda forma de discriminación; De esta manera se da a notar la importancia de brindar igual oportunidades a todos los miembros del sistema educativo y lo más importante, el brindar espacios que motiven a los estudiantes a alcanzar sus metas, a potenciar el esfuerzo personal y valores como la perseverancia, la constancia, la responsabilidad, entre otros. El reconocimiento no debe confundirse con los halagos u otro tipo de gratificación extrínseca. Aunque resulta importante elogiar a los estudiantes por el trabajo que realizan, debe ser mucho más profundo que eso. Afirmar o reconocer el trabajo del estudiante no es aprobar o desaprobar; es declarar que lo que pasó importa y es importante (Schlechty, 1997). La afirmación sugiere significación, y por eso le da importancia al evento o acción. Los docentes esperan que los estudiantes lleven compartan en casa los logros con sus padres, o los guarden como un tesoro valioso. Pero la realidad podría ser que el estudiante nunca muestre dé a conocer lo obtenido en casa, y que todo su arduo trabajo y esfuerzo nunca sea compartido o reconocido. Al hacer visible el trabajo a los demás, los estudiantes obtienen esa posibilidad de escuchar: ¡Bien hecho! Reafirmando su esfuerzo personal y alimentando esa parte importante del ser humano, su autoestima, obteniendo por parte de sus emociones la motivación exacta para continuar en su proceso de cualificación como persona. La motivación es una de las claves del éxito escolar y premiar es una manera más de incentivar y generar interés en los estudiantes, de resaltar que la dedicación emprendida da frutos, que todo esfuerzo trae recompensa. Estímulos que necesitan ir acompañados de la reafirmación del sentido de responsabilidad, valor que en edades posteriores será una característica particular en su desarrollo profesional y personal. El reconocer los logros de los estudiantes, permite que aspectos como el aprecio por sí mismo se acreciente, junto con la autoaceptación y la confianza en sí, pilares que influirán en el desarrollo emocional del estudiante a lo largo de toda su existencia. Este componente se vuelve uno de los grandes motores para un buen desempeño escolar. Las emociones forman parte importante de la vida psicológica del escolar y tienen una alta influencia en la motivación académica y en las estrategias cognitivas (adquisición, almacenamiento, recuperación de la información, etc.), y por ende en el aprendizaje y en el rendimiento escolar (Pekrun, 1992). Por lo que al premiar a los estudiantes por su buen desempeño, reafirmamos el valor que cómo tal merece, aspecto que etapas de la adolescencia es un punto de quiebre para el estudiantado que en un buen porcentaje tienden al menosprecio de sí. En definitiva, se premia no solamente el aspecto intelectual, sino también los valores que con el trabajo realizado fortalece, los logros emocionales y las habilidades desarrolladas según la inteligencia emocional que predomine.

Nelson Villegas