“LA IMPORTANCIA DE LOS RITOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD ECLESIAL”

October 5, 2017 | Autor: Roque Regalado | Categoría: Teologia, Antropología cultural, Antropología Social, Antropología, Teologia Pastoral
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Descripción



UNIVERSIDAD "DON BOSCO"
DOCTORADO EN TEOLOGÍA
RITUALES E IDENTIDADES









ENSAYO: "LA IMPORTANCIA DE LOS RITOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD ECLESIAL"





CATEDRÁTICO: DR. CARLOS GREGORIO LÓPEZ BERNAL.
ESTUDIANTE: ROQUE MARCELINO REGALADO.
COHORTE 2












SAN SALVADOR, LUNES 4 DE NOVIEMBRE DE 2013.





LA IMPORTANCIA DE LOS RITOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD ECLESIAL

1. LOS RITOS COMO MEDIOS PARA CREAR IDENTIDADES EN LOS GRUPOS SOCIALES
1.1. EL rito como memoria y actualización de acontecimientos
1.2. Los lugares de memoria
1.3. La necesidad de ritos en la sociedad para crear identidad

2. LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS Y LOS RITOS PARA CREAR IDENTIDAD
2.1. La devoción a Jesucristo
2.2. Los evangelios y los sacramentos como ritos de memoria para construir identidad.
2.3. Los credos, las imágenes y los mártires como medios de construcción de la identidad en la memoria de la comunidad cristiana.

3. LA CREACIÓN DE IDENTIDAD RELIGIOSA EN LA EVANGELIZACIÓN DEL TERRITORIO DE CUSCATLÁN. (1525-1821).
3.1. Los métodos de evangelización en la conquista.
3.3. Ritos y actos religiosos como instrumentos para crear identidad.

4. ¿SIGUE SIENDO ACTUAL ESTA MANERA DE CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN?
4.1. El caso de la parroquia "Nuestra Señora Reina de los Mártires" en Quezaltepeque, El Salvador, 2009-2013.
4.2. El papel fundamental de los ritos y los lugares de memoria en torno a los mártires salvadoreños de 1977 a 1980.
4.3. La construcción de la identidad de la comunidad parroquial en torno a los ritos y la recuperación de la memoria histórica.

5. Conclusiones.









1. Los ritos como medios para crear identidades en los grupos sociales

El uso de ritos es fundamental en la creación de la identidad de los grupos sociales, porque en ellos se hace conmemoración de sucesos históricos o personajes que fundamentan la existencia del grupo social que lo realiza. Esto está íntimamente ligado con la memoria y la historia. En especial el rito en cuanto actualización del sentimiento, de lo experiencial de la memoria del grupo o sociedad. Las religiones, y en este ensayo el cristianismo, tienen como punto fundamental en la construcción de identidades en los pueblos, el uso del rito para evocar la memoria en torno a los acontecimientos fundantes de su identidad y su doctrina. Para comprender mejor esto es importante profundizar como los ritos funcionan en la memoria de los pueblos y como la memoria llega a construir identidad grupal.

EL rito como memoria y actualización de acontecimientos.

Desde la conformación de los grupos sociales, junto a ellos siempre ha existido el rito, con el cual los diferentes grupos tratan de expresar, a través de simbolismos, realidades que subyacen en su memoria colectiva. La presencia de los ritos es fundamental en las sociedades por su capacidad de convocatoria, la representación simbólica de estos penetra en la vivencia de los grupos, provocando sentimientos y adhesiones.

El rito, por último, induce a la unificación de lo disyunto, a la superación de los antagonismos y contradicciones (haciendo vivir una misma suerte, una identidad común, el logro de una salvación, una curación). Va desde la división o la separación de aquello a lo que se aspira hasta la (re)composición de la unión, la comunión con la meta deseada

El rito tiene como finalidad adoctrinar y aunar a los individuos en torno a una tradición, a una identidad, a ideales y valores. El rito también tiene la fuerza de recuperar la memoria de acontecimientos fundantes en las sociedades, siendo así que en muchos ritos tanto religiosos como seculares, se conmemoran acontecimientos que dieron identidad y fundamento a las sociedades que lo celebran. De esta manera encontramos ritos referentes a aniversarios de fundación de empresas, aniversarios de independencia, acontecimientos religiosos, celebraciones referentes a personajes, etcétera. Con el fin de educar los sentimientos de quienes participan, hacia una afectividad sobre su pasado.

En suma, «la función propia del ritual es (...) preservar la continuidad de lo vivido» (Lévi-Strauss 1983:219), canalizando la experiencia, refrescando la memoria social, fijando etapas del calendario o hitos del camino. Su acción simbólica concentra en una abreviatura de tiempo («sagrado») la estructura y el proceso del tiempo social ordinario, e incluso de las posibilidades latentes. Por eso, la participación en el ritual hace vivir un tiempo más intenso, que moldea los espíritus de los participantes, promueve su educación emocional, abre paso a la colonización del inconsciente individual por parte de entidades noológicas procedentes de los antepasados o de contemporáneos prestigiosos y poderosos.

El rito en tiene la capacidad de evocar la memoria de los pueblos, y por ser un elemento místico de la sociedad, abre la posibilidad de recrear la historia, de reinterpretar aquel suceso histórico; con el fin de leer el presente y mirar al futuro. Ahora bien, el rito por sí solo ya tiene un poder de convocatoria y de unificación, sin embargo, necesita de una memoria que le dé sentido al simbolismo que se representa en él. El símbolo es el que une a la memoria con el rito, pues es precisamente el símbolo el que estructura del rito, y lo estructura de manera que el símbolo presente en el rito evoque a la minoría.

El rito en la sociedad está sujeto a dos elementos, al tiempo en cuanto que se conmemora acontecimientos históricos en las fechas que ocurrieron; y al espacio, en cuanto que los hechos históricos suceden en lugares determinados, a través de personajes, u otros elementos de referencia existencial. Por esto es importante que abordemos el concepto de "lugares de memoria".

Los lugares de memoria.

Pierre Nora habla acerca de los lugares de memoria para aquellos lugares donde el pueblo o las sociedades, encuentran el fundamento de su identidad y la justificación de su unidad conmemorando acontecimientos, personajes, ideales, etcétera. Para Pierre Nora los lugares los son en tres sentidos de la Palabra: "Son lugares, en efecto, en los tres sentidos de la palabra, material, simbólico y funcional pero simultáneamente, a grados solamente diversos. Incluso un lugar de apariencia puramente material, como un depósito de archivos, es sólo lugar de memoria si la imaginación lo inviste de un aura simbólica."

Pierre Nora considera que la memoria es la vida, con grupos vivos y en evolución permanente, y con deformación de sucesivas; está abierta a la dialéctica del recuerdo y la amnesia, por lo que es vulnerable a las utilizaciones y manipulaciones. Es tanto afectiva como mágica y como depende de los grupos, hay tantas memorias como grupos, por lo que es múltiple, colectiva, plural e individualizada. La memoria es absoluta pues se enraíza en lo concreto, el espacio, el gesto, la imagen y el objeto.

Para Nora la historia y la memoria solo son relacionales entre sí a través de un análisis y reconstrucción de la memoria por medio de los métodos sociales que utiliza la historia. Se puede reconstruir la historia de los pueblos desde los lugares de memoria, puesto que la memoria es absoluta y puede enraizarse en lo concreto.

Por último, considera que la memoria es absoluta, pues se enraiza en lo concreto, el espacio, el gesto, la imagen y el objeto. Por su parte, entiende la historia como la reconstrucción problemática e incompleta de lo que ya no es, la representación del pasado: una operación intelectual y laicizante, que tiene un discurso crítico. Debido a su vocación universal, la historia pertenece a todos y a nadie, es decir, es relativa y no se liga sino con las continuidades. Finalmente, Nora no puede concebir sino una sola relación entre ambos términos, la de un análisis y una reconstrucción de la memoria según los métodos de las ciencias sociales, de las que hace parte la historia. En esta perspectiva, abrió un campo historiográfico extremadamente ambicioso: reconstruir la historia nacional alrededor de los "lugares de memoria".

Ahora bien, es bueno abordar un término importante en la construcción de la identidad de los pueblos que nace en torno a los lugares de memoria, que es la memoria colectiva.

Para Halbwachs la memoria colectiva se trata de la reconstrucción del pasado desde el presente, es una representación que se construye y reconstruye en un ejercicio del recuerdo. Así, los diferentes grupos sociales lo representan de acuerdo a su interpretación en el presente. Esta construcción de la memoria puede abordarse desde "arriba", es decir, desde las esferas de poder; o bien desde "abajo", desde los diferentes grupos sociales y su pasado. Esta memoria se construye ligada a intereses de grupos y no se puede desligar de los usos de poder y la imposición de grupos. La construcción de la memoria de los grupos se puede hacer desde diferentes, así "La construcción de la memoria de un grupo se puede realizar desde ámbitos tan diversos como la religión, el deporte o el comercio, desde diversas plataformas… y a diversas escalas"

Por esta diversidad de ámbitos y grupos pueden encontrarse múltiples memorias colectivas que están más allá de la memoria oficial. Estas memorias se expresan en los lugares de memoria que son reconocidos y convocan a estos grupos sociales. Estos lugares de memoria son el elemento que hace que el pasado sea espacialmente relevante como memoria y significado histórico para los grupos que cristalizaron su identidad en torno a eventos históricos radicales. "El lugar donde ocurren los eventos también tiene influencia sobre la memoria, quizá tanto como cuándo ocurren en la vida de una persona, porque el lugar condiciona la relevancia personal de los eventos (Griffin. 2004: 555)."

En conclusión, los lugares de memoria y la memoria colectiva son elementos que van creando la identidad de los diferentes grupos sociales y desde las identidades construidas por los estados para las comunidades imaginarias. En el proceso de construcción de identidad los lugares de memoria y la memoria colectiva necesitan un elemento más que ya hemos estudiado: el rito. La memoria colectiva no tiene sentido si no se conmemora, sino se re-presenta y se re-interpreta. El rito es el elemento clave con su lenguaje simbólico que cubre de simbolismo el lugar de memoria.

La necesidad de ritos en la sociedad para crear identidad

Los ritos y la memoria de los pueblos van creando la identidad de los grupos sociales. Las creencias e historias compartidas son parte de la socialización de los grupos y el mantener la memoria viva de los acontecimientos en las generaciones venideras es el papel del rito, introducir a todos en la representación del acontecimiento fundante de la comunidad. El rito es el momento en el que la solidaridad, la lealtad y la resistencia se solidifican entre los individuos, en tanto que los rituales son formas actuadas cargadas de significado.

En las sociedades son necesarios los momentos rituales porque en ellos se le permite desplazarse de una situación vital a otra distinta, relabora su sentido en el espacio-tiempo. El ritual le permite a los grupos sociales asumir nuevas etapas e incorporar transformaciones. El ritual permite a la sociedad transitar por la historia en ciclos anuales.

También los ritos en las sociedades permiten a los individuos ser acogidos culturalmente. En la sociedad no basta con haber nacido biológicamente, es necesario ser incorporado a una sociedad con determinada cultura que le de identidad, así de una manera ritual los individuos son incorporados social y culturalmente.

Las primeras comunidades cristianas y los ritos para crear identidad.

Uno de los grupos sociales que a lo largo de la historia han contribuido en construir identidad en los diferentes pueblos occidentales han sido los cristianos, que con su afán de extender el mensaje de Jesucristo a través de la evangelización, han ido enriqueciendo a los pueblos en sus procesos de toma de identidad.
Para comprender cómo los cristianos reconstruyen la identidad de los pueblos, es necesario abordar la utilización de ritos que conmemoran los hechos históricos de la revelación en Jesucristo. A través de los ritos, los cristianos actualizan la memoria del acontecimiento Jesucristo, ya que en él se encuentra todo el fundamento de su fe.

La devoción a Jesucristo
Dentro del fenómeno religioso de la época del siglo I, el acontecimiento Jesucristo y su movimiento generan una novedad salida del judaísmo, ya que en la religión judía se esperaba la venida de un rey mesías enviado por Dios, para liberar políticamente al pueblo e instaurar un nuevo reino al estilo de David, y en el cristianismo se ve como cumplida esa espera en Jesús de Nazaret. Otra novedad es que este nuevo movimiento religioso no es elitista, sino incluyente en especial de aquellos marginados de las sociedades judías. De igual manera es una novedad ante el helenismo como cultura dominante, ya que este se genera en las ciudades y no en las marginales.

En este movimiento devocional a Jesucristo se instauran desde muy temprano dos ritos que forja identidad y reavivan la memoria del mismo Jesucristo, ya que él mismo, según está atestiguado en los escritos más antiguos del cristianismo, los había realizado con quienes se acercaban a su grupo. Estos ritos son el Bautismo y la Eucaristía; en torno a ellos surgieron otras devociones que fortalecían la identidad tales como recorrer el camino de la vía dolorosa en Jerusalén, los escritos de los Evangelios, reuniones en oración, actividad misionera para expandir la devoción, etc. Pero se prestará una especial atención a los ritos del bautismo y la eucaristía, así como a los Evangelios, por estar relacionados a la memoria de los acontecimientos de la vida de Jesús de Nazaret el Cristo.

Los evangelios y los sacramentos como ritos de memoria para construir identidad.
Los grupos nacientes del movimiento de Jesús el Cristo son llamados "ekklesias", es decir "asambleas comunitarias" o "comunidades". Estás son consideradas como grupos de miembros elegidos por el mismo Cristo. "La ekklesia de los creyentes en Cristo es una asamblea en la que sus miembros se reúnen, y es una comunidad o grupo cuyos miembros están unidos por recíprocas intenciones sociales también fuera y más allá de las reuniones efectivas".

En estas comunidades de elegidos solo podían participar del rito de la "Cena del Señor" aquellos que confesaban la fe en Jesucristo y le se sometían al rito del bautismo con adoctrinamiento previo. Estos dos ritos están íntimamente unidos a la conmemoración del acontecimiento pascual, que es la reinterpretación desde la fe del acontecimiento histórico de la muerte de Jesús en la cruz.
El cristianismo tomó el concepto de iniciación posiblemente de las llamadas "religiones mistéricas", muy extendidas en el mundo mediterráneo entre los siglos VI y IV antes de Cristo. Estas religiones tenían en común el mito de la muerte y el retorno a la vida de una divinidad popular, que era como la personificación de la naturaleza (Osiris en Egipto, el toro sagrado de Mitra en Irán, Dionisios y Baco en Grecia y Roma). En la celebración anual del mito participaban los "iniciados", entrando así en un proceso de muerte y vida nueva; pues, si la naturaleza supera la muerte por medio de las fiestas rituales de la fecundación de la tierra, el hombre también podía superarla participando en esta celebración mistérica… Recordemos al respecto, que San Pablo usa con mucha frecuencia el término "misterio" para indicar precisamente el "plan salvífico de Dios", oculto y escondido al hombre desde los siglos y manifestado plenamente en la persona de Cristo. Este misterio, manifestado en Cristo, se prolonga en la comunidad cristiana, la Iglesia, y se participa en él a través de los sacramentos.

Está iniciación cristiana era un rito de paso, ya que al celebrarse se hacía memoria y se actualizaba la acción salvadora de Jesús en quien era elegido para convivir en la comunidad cristiana, de esta manera era digno de participar en el rito de la eucaristía que conmemoraba la última cena de Jesús con sus apóstoles, actualizando la pasión, muerte y resurrección en los símbolos del pan y el vino como cuerpo entregado y sangre derramada.

En torno a estos dos ritos estaba la lectura de los escritos evangélicos que hacían memoria de la vida de Jesús, su obra, sus dichos y enseñanzas. Eran reinterpretados por la comunidad para mantener viva la presencia de Cristo y les animaba a continuar en la vivencia de la comunidad reafirmando su solidaridad, lealtad e identificándose con la memoria de Cristo.

2.3. Los credos, la iconografía y los mártires como medios de construcción de la identidad en la memoria de la comunidad cristiana.

Otros medios por los cuales las primeras asambleas comunitarias de los cristianos lograban la adhesión de sus miembros era a través de la recitación de credos o confesiones de fe, las iconografías que les identificaban y les recordaban los misterios de la fe, la exaltación de los mártires como miembros ejemplares en la identificación con Cristo hasta el punto de dar la vida por su fe.

En cuanto a la iconografía de los primeros cristianos no eran tan elaboradas ni representaban directamente a Dios, más bien eran símbolos que representaban la misión del mesías que les convocaba y con quien se identificaban. Sin embargo, fue un elemento fundamental de identificación, ya que con él se construyó un medio de comunicación eficaz en medio de las persecuciones. Los credos eran medios para hacer memoria de las verdades reveladas por el Cristo y que les permitía confesar su aceptación de esas verdades. Tanto los neófitos como toda la asamblea hacían la recitación en coro de tal manera que expresaban su unidad de vida y fe. La exaltación de los mártires y tumbas, eran lugares de memoria por excelencia, ya que incluso en ellos celebran la eucaristía como un lugar digno de conmemorar la entrega de la vida de Cristo. El mártir era el testigo por excelencia, el que se había identificado al máximo con Cristo. En las comunidades perseguidas por el imperio romano estas figuras animaban a la perseverancia y a la lealtad con la comunidad.

Muchas d estas prácticas para crear identidad se han mantenido a lo largo de la historia en la religión cristiana ya instituida como Iglesia del imperio, sin embargo su impacto ha ido variando en los años en la medida que la misma Iglesia se da a la tarea de la evangelización. Un caso especial es la evangelización del nuevo continente descubierto en 1492, donde la diversidad de lenguas y culturas fueron un desafío para la construcción de la identidad cristiana de los nativos.

La creación de identidad religiosa en la evangelización del territorio de Cuscatlán. (1525-1821).

La Iglesia y sus métodos de evangelización permanecieron inmutables durante toda la edad media, no es sino durante la reforma que cambiaron y se definieron muchas cosas de cara al abandono de muchos que comenzaron a identificarse con las Iglesias luterana, Anglicana, entre otras. En este contexto se da la conquista española de las tierras en el nuevo continente

Los métodos de evangelización en la conquista.

Con la llegada de los españoles y el encuentro con los pueblos nativos se hace un choque de culturas en el que se impone la cultura del conquistador sobre los nativos del continente. En este proceso la cultura dominante busca la identificación de los aborígenes con la cultura "civilizada" con el fin asumirlos socialmente. Cosa que no se logró en su totalidad.
La evangelización logró una construcción de identidad desde sus diferentes métodos, ya que introdujeron a los pueblos nativos en la cultura occidental del cristianismo. Los pueblos nativos asumieron esta identidad haciendo un sincretismo de visión cosmológica y la del cristianismo europeo.
Dentro de los métodos de evangelización que más impacto tuvo en los pueblos nativos es la representación. Las representaciones teatrales donde los mismos nativos participaban ayudaron a que aceptaran muchos de los símbolos y ritos cristianos pero desde su interpretación cosmológica.
Las imágenes en especial las de santos que tenía como compañeros a animales tenían gran aceptación pues los pueblos nativos tenían gran veneración y estima por la naturaleza. Las imágenes y la exaltación de los santos tuvieron un papel importante para construir la identidad de los nuevos pueblos mestizos de la América Latina, las cofradías, la devoción a la virgen, la devoción a la eucaristía, fueron calando en los pueblos aunque de manera sincrética y formulando supersticiones.

Ritos y actos religiosos como instrumentos para crear identidad.

En la construcción de la identidad del nuevo mundo los ritos y las representaciones tuvieron un lugar fundamental, ya que se trataba que los pueblos del nuevo continente se sintieran parte de las estructuras sociales del viejo mundo. En especial cuando los reyes tenían una encomienda grande como la evangelización. Los evangelizadores en un primer momento daban de manera desordenada los sacramentos, vaciándolos de su contenido original, ya que se concebía como la manera para salvar las almas de los indios y no como el rito por el cual se introducía al nativo a la experiencia de la comunidad cristiana. Es sino hasta que la sed de conquista hace de los españoles pueblos más sedentarios y se ven los evangelizadores en la necesidad adoctrinar con los contenidos más básicos de la fe, como son: Los diez mandamientos, el credo, el padrenuestro y otras oraciones para participar en el rito de la eucaristía.
El rito de la Eucaristía era el momento de la convocatoria de todos los habitantes de la colonia. En ella se adoctrinaba a todas las razas encontradas en América, y cada una de ellas la reinterpretaba desde su cosmología, dando nacimiento a diferentes tipos de espiritualidad y sincretismo. Ritos africanos y cristianos se fueron uniendo, así como indígenas y cristianos. Los españoles utilizaban los ritos cristianos para legitimar su poder delante de los demás estratos sociales. Fue pues el cristianismo la piedra angular para la organización del nuevo mundo.

¿SIGUE SIENDO ACTUAL ESTA MANERA DE CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN?
La nueva evangelización es el término que se utiliza en la Iglesia para denominar nuevos esfuerzos por corregir aquellos vacíos que dejo la primera evangelización de la colonia. Sin embargo, en esta nueva evangelización hay elementos que siguen siendo fundamentales en la creación de identidades, como son los ritos, las imágenes y la exaltación de los santos, en especial de los mártires. Solo que en esta nueva evangelización se tiene la mirada teológica puesta en la vuelta a las primeras comunidades cristianas, con lo fin de recuperar lo más puro de los ritos en cuanto a memoria del acontecimiento Jesucristo. ¿Puede esta nueva evangelización ser una manera de crear identidad desde la memoria de los pueblos y la memoria de Jesús de Nazareth?

El caso de la parroquia "Nuestra Señora Reina de los Mártires" en Quezaltepeque, El Salvador, 2009-2013.

La ciudad de Quezaltepeque tiene una tradición de camino pastoral de 25 años con un proceso Comunidades Eclesiales de Base (CEB´s), centralizado en la parroquia "San José", parroquia antigua que data desde los años de 1874. Para 2009 consta de 75,000 habitantes y un crecimiento urbano acelerado. En septiembre de 2009 el Señor Arzobispo Escobar Álas, toma la decisión de erigir una nueva parroquia en la sede de "El Calvario", templo deshabitado por los daños en le terremotos de 2001.

Se pensó en una manera de construir una identidad en los fieles de esa porción del pueblo ya identificada con la larga tradición de la parroquia más antigua. Así se pensó en la parroquia como una pastoral de recuperación de la memoria histórica y el redescubrimiento de los mártires de la Iglesia Arquidiocesana de El Salvador en los años setentas. Ya que estos mártires no han sido aún reconocidos por la Iglesia oficialmente se piensa en una devoción que permita integrar la memoria de los mártires. Es así como se pensó en la advocación de las letanías del Santo Rosario: Nuestra Señora Reina de los Mártires, para tener una devoción autorizada por la Iglesia y en torno a la devoción mariana recuperar la memoria de los mártires salvadoreños.
Se decide elegir los mártires sacerdotes del período comprendidos de 1977 a 1980. Siendo los sacerdotes: P. Rutilio Grande, P. Alfonso Navarro, P. Neto Barrera, P. Rafael Palacios, P. Octavio Ortiz, y en especial a Mons. Oscar Romero como personaje central de los mártires.

La fiesta se decidió celebrar el día 30 de junio, día de los santos protomártires de la Santa Iglesia Romana, con el fin de poder realizar el rito litúrgico de todos los mártires en la celebración eucarística. Sin embargo, aquí no se piensa en los santos protomártires, sino en nuestros mártires salvadoreños en torno a la figura de la Reina de los Mártires. Esto para lograr una identificación del pueblo con la figura de los mártires, ya que los protomártires de la Santa Iglesia romana no tiene un rostro con que identificarse. En cambio nuestros mártires salvadoreños si tienen un rostro y una historia que inspira la lucha por la construcción del reino de Dios, según la pastoral planteada en los documentos de la Conferencia Episcopal Latinoamericana.

El papel fundamental de los ritos y los lugares de memoria en torno a los mártires salvadoreños de 1977 a 1980.
Para lograr una construcción de una tradición que de identidad a la comunidad parroquial con el estilo de pastoral que los mártires salvadoreños iniciaron se comenzó por visitar los lugares de memoria. En las comunidades del proceso pastoral se visitó los diferentes lugares donde estos sacerdotes vivieron su ministerio y fueron martirizados. Estos lugares fueron fundamentales para despertar la memoria y la identificación de los fieles al nuevo proyecto parroquial. "Las tres Cruces" en El Paisnal, "El Despertar" en San Antonio Abad, "El Hospitalito" y Catedral Metropolitana, son ahora lugares de memoria donde año con año se conmemora el martirio de estos sacerdotes mártires y se reafirma el compromiso por una pastoral liberadora como línea de trabajo e identidad de Iglesia.
La celebración de ritos eucarísticos en los lugares de martiriales hace despertar la memoria de los mártires identificados con Cristo, de quien ellos eran servidores por el ministerio sacerdotal que se les confirió. Esta Memoria de Cristo y los mártires reaviva los valores más nobles del evangelio y la humanidad en quienes participan de la celebración.

Antes de celebrar la fiesta patronal, durante nueve días se celebran eucaristías y en cada una de ellas se conmemora a un mártir, en ella participan sacerdotes o laicos que fueron testigos oculares y comparten sus testimonios con el fin de reavivar la memoria del mártir. La fiesta patronal el 30 de junio tiene dos ritos grandes que recuperan la memoria histórica, Y hacen del templo parroquial un lugar de memoria. El primero de los grandes ritos es La solemne eucaristía solemne celebrada por un sacerdote u obispo que ha sido testigo ocular de estos acontecimientos. En la eucaristía se presentan las fotografías de los mártires, signos como una vela encendida, la biblia, las cartas pastorales de Mons. Romero y otros objetos que significan la vida y obra de los mártires.

El segundo gran rito son las llamadas "entradas", donde los diferentes cantones y colonias entran en procesión en diferentes momentos y desde diferentes lugares del territorio parroquial, con fotos de los mártires, palmas, cantos martiriales y pancartas con frases de los mártires. Se reúnen en la plaza frente al templo donde veneran la imagen de la virgen Reina de los Mártires y luego leen la biografía de los diferentes mártires salvadoreños. Cuando todos los sectores se han reunido, el párroco celebra la misa de clausura de las fiestas patronales.

La catequesis como método de identificación también es importante en la actividad parroquial, en las diferentes catequesis se coloca el tema de los mártires para que quienes van ingresando a la parroquia también se vayan identificando y conociendo a los mártires y la pastoral que ellos inspiraron.

4.3. La construcción de la identidad de la comunidad parroquial en torno a los ritos y la recuperación de la memoria histórica.

De acuerdo a los datos estadísticos de la parroquia en los planes pastorales se nota un crecimiento grande de personas participando del proceso pastoral. De 750 personas en 2009 a 2011 se registró un número de 1624 personas. Las eucaristías dominicales reportan un flujo permanente de 350 a 400 personas por celebración.

La devoción a los mártires ha permitido recuperar la historia de la Iglesia del período pre guerra en El Salvador, desmintiendo la sombra de Iglesia comunista que los medios de comunicación pro dictadura de los años setentas inculcaron en la gente. Se ha entendido así, un trabajo de pastoral más encarnado y con el objetivo de lograr transformación social, que fue lo que movió a los sacerdotes mártires, y en especial a Mons. Oscar Romero, el vivir una pastoral en búsqueda de los pobres y en defensa de las víctimas.

Es entonces concluyente que los ritos y lugares de memoria en el cristianismo siguen siendo instrumentos eficaces en la construcción de identidad de la comunidad imaginaria llamada Parroquia o Iglesia Local. La nueva evangelización no puede prescindir de la religiosidad popular y de la exaltación de los mártires como medios para identificar a las iglesias locales con Cristo mismo. Los lugares de memoria avivan los sentimientos, valores y llevan a la solidaridad de la búsqueda de un mismo objetivo en la comunidad imaginaria, en este caso la Iglesia Local.

Los ritos dentro del cristianismo, en especial el rito de la eucaristía, por ser el memorial del sacrificio y la entrega más noble de un mártir humano-divino, hace trascender a los miembros de la comunidad hacia una identificación de entrega total por esa comunidad y por ese mártir humano-divino llamado Jesús el Cristo.

Conclusión.

El cristianismo desde sus inicios siempre ha sido una fe que crece en la evocación de la memoria del misterio de Jesús el Cristo. Los ritos, los evangelios y la forma de vida de la comunidad que nace identificada con este misterio, son evocación a la memoria, son lugares de memoria que construyen identidad en la comunidad de discípulos. Aunque en la historia de la Iglesia las formas de evangelizar han cambiado de acuerdo a la cultura y las sociedades, siempre se ha mantenido estos elementos en la acción pastoral de la Iglesia para incorporar a sus miembros y adoctrinarlos en el misterio de la revelación.

En algunas ocasiones estos ritos han sido vaciados de su contenido inicial, sin embargo, en la nueva evangelización se busca volver a las fuentes originales y propiciar una mejor identificación de los miembros de la comunidad imaginaria llamada Iglesia.

En la Nueva Evangelización se debe de buscar los lugares de memoria de personas santas o mártires que identifique a la comunidad y le inspiren una configuración con Jesús el Cristo, despertando la memoria del mártir se evoca la memoria de Cristo. Es importante que los ritos y los lugares de memoria sean elementos importantes para la construcción de la identidad de la Iglesia, no solo de la memoria de las personas como los santos y los mártires, también la memoria de los pueblos y su identidad. La Iglesia en su afán de evangelizar las culturas siempre ayuda a la construcción de identidades de los pueblos como lo ha sido en América Latina, tanto en la colonia como en la Independencia de los pueblos Centro Americanos y en la lucha contra las dictaduras en los años setentas.




















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Tojeira, José María, El martirio ayer y hoy, testimonio radical de fe y justicia, UCA Editores San Salvador 2007.
Urbiola Solís, Alejandra Elizabeth y Vázquez, Ángel Wilhelm, La comunicación ritual como mecanismo de socialización en las organizaciones: identidad y regulación, en Revista electrónica Razón y Palabra, tomado http://www.razonypalabra.org.mx/N/N72/Varia_72/29_Urbiola_72.pdf.
Vergara Estévez, Jorge, Cuatro tesis sobre la identidad cultural latinoamericana. Una reflexión sociológica, tomado de www.revistacienciasociales.cl/archivos/revista12/word/revista12_articulo6.doc.
Actas de trabajo de la parroquia "Nuestra Señora Reina de los Mártires" 2009-2013.
Planes de pastoral de la Parroquia "Nuestra Señora Reina de los Mártires." 2009-2013.
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Pedro Gómes Gracía, El ritual como forma de adoctrinamiento, tomado de Gazeta de Antropología, 2002, 18, artículo 01 · http://hdl.handle.net/10481/7395. Pág. 2.
Ibídem pág. 8
Pierre Nora, Entre memoria e historia: la problemática de los lugares, Pág. 15
Cfr. Ibídem pág. 2-3.
Eugenia Allier Montaño, Reseña de "Les lieux de mémoire" de Nora, P. en Andamios. Revista de Investigación Social, vol. 7, núm. 13, mayo-agosto, 2010, pág. 346
Cfr. Luz Mary Arias Alpízar y Oriester Abarca Hernández, El estudio de los lugares de memoria y la historia regional y local, en Dialogo revista electrónica de historia, Universidad de Costa Rica, Volumen especial en homenaje a Bernard Vicent. Octubre 2012, págs. 86-87.
Ibídem pág. 87.
Cfr. Ibídem pág. 88.
Ibídem pág. 95.
Cfr. Alejandra Elizzabeth Urbiola Solís, Ángel Wilhelm Vásquez, La comunicación ritual como mecanismo de socialización en las organizaciones: identidad y regulación, en Revista Electrónica Palabra y Razón, tomado de http://www.razonypalabra.org.mx/N/N71/VARIA/18%20URBIOLA_REVISADO.pdf.
Cfr. Antonio Miguel Nogués Pedregal, El ritual como proceso, Tomado de http://www.dip-alicante.es/hipokrates/hipokrates_I/pdf/ESP/435e.pdf.
Cfr. Rafael Aguirre, Los orígenes del Cristianismo y la inculturación de la fe, en Revista latinoamericana de teología, pág. 122-123.
Cfr. Larry W. Hurtado, Señor Jesucristo, las devociones a Jesús en el cristianismo primitivo, págs. 168-186.
E. y W. Stegemann, Historia social del cristianismo primitivo, los inicios en el judaísmo y las comunidades cristianas, págs. 358-359.
Laurentino Novoa Pascual CP., Desarrollo histórico de la iniciación cristiana, tomado de http://pasionistas.org/index.php?view=article&catid=4%3Alaurentio&id=98%3Adesarrollo-historico-de-la-iniciacion-cristiana-&format=pdf&option=com_cntent&Ittemid=11
Para comprender el término "rito de paso" cfr. Antonio Miguel Nogués Pedregal, El ritual como proceso, Tomado de http://www.dip-alicante.es/hipokrates/hipokrates_I/pdf/ESP/435e.pdf.
Cfr. Roque Regalado, Los bienes temporales de la Iglesia: tesoros sagrados para la comunidad cristiana y tesoros culturales para los pueblos, en KOOT revista de museología, pág. 138.
Manuel Ayala López, Ara y Antimension, En torno al decreto de la sagrada congregación de 12 de marzo de 1947, en Revista Española de Derecho Canónico. 1949, volume 4, #10. Pages 235-248, tomado de www.google.com.sv/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=15&ved=0CEcQFjAEOAo&url=http%3A%2F%2Fsumma.upsa.es%2Fpdf.raw%3Fquery%3Did%3A0000003891%26name%3DRevista%2BEspa%25C3%25B1ola%2Bde%2BDerecho%2BCan%25C3%25B3nico.%2B1949%2C%2Bvolume%2B4%2C%2B%252310.%2BPages%2B235-248%26lang%3Den&ei=lTJxUrq2Aa_msASfy4CADw&usg=AFQjCNHviMeKtve2NoXmONiES2pxBzOL0A&sig2=tJDqX5PPiJwVJLC4TNzg6g.
Cfr. José María Tojeira, El martirio ayer y hoy, testimonio radical de fe y justicia, Págs. 64-66.
Cfr. Jesús Delgado Acevedo, Historia de la Iglesia en El Salvador, pág. 99-102.
Ibídem 122-127.
Cfr. Josep-Ignasi Sarayana, Breve historia de la teología en América Latina, págs. 15-17.
Cfr. Jesús Delgado Acevedo, Historia de la Iglesia en El Salvador, pág. 101.
Cfr. Concepción Bravo Guerra, El pan de cada día y la vida eterna. Sentimiento y expresión de la religiosidad popular en los virreinatos de las Indias españolas, Revista Complutense de Historia de América
2009, vol. 35, 163-185 Tomado de http://revistas.ucm.es/index.php/RCHA/article/view/RCHA0909110163A
Libro de decretos del Arzobispado Decreto 006/2009.
Libro de actas parroquiales "Parroquia Nuestra Señora Reina de los Mártires", acta 1. Págs. 2-3.
Libro de gobierno de Parroquia Nuestra Señora de los Mártires, anotación del lunes 28 de junio de 2010, págs. 19-20.
Cfr. CELAM, Documentos Medellín (1969), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).
Planes pastorales 2009, Parroquia Nuestra Señora Reina de los Mártires Págs. 22-24.
Planes pastorales 2011, Parroquia Nuestra Señora Reina de los Mártires Págs. 17-21.
Cfr. Deyssy Jael de la Luz García, Identidad Religiosa y Memoria Histórica entre los Cristianos Latinoamericanos en el siglo XX, Págs. 5-6.
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