La implantación del nuevo Grado en Traducción y Mediación Interlingüística en la Universitat de València: La asignatura de Traducción General (Inglés-­‐Español)

July 3, 2017 | Autor: Sergio Maruenda | Categoría: Translation Studies, Project-Based Learning, Translation and Interpreting
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Descripción

LA IMPLANTACIÓN DEL NUEVO GRADO EN TRADUCCIÓN Y MEDIACIÓN INTERLINGÜÍSTICA EN LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA: LA ASIGNATURA DE ‘TRADUCCIÓN GENERAL (INGLÉS-ESPAÑOL)’1 Santaemilia Ruiz, José1, Maruenda Bataller, Sergio 2 1: Departament de Filologia Anglesa i Alemanya Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació Universitat de València Av. Blasco Ibáñez, 32-6 Valencia 46010 e-mail: [email protected], web: http://www.uv.es/~santaemj/ 2: Departament de Filologia Anglesa i Alemanya Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació Universitat de València Av. Blasco Ibáñez, 32-6 Valencia 46010 e-mail: [email protected], web: http://www.uv.es/~maruenda/

Resumen. La implantación del nuevo Grado de Traducción y Mediación Interlingüística en la Universitat de València nos brinda la triple oportunidad de: (1) consolidar las líneas de trabajo que sobre traducción, interpretación y mediación se llevan desarrollando en nuestra universidad; (2) ensayar propuestas pedagógicas para las materias del nuevo Grado que acerquen los estudios universitarios a la realidad profesional circundante; y (3) instaurar y reclamar un debate permanente ( de carácter técnico, ético y crítico) con el mundo profesional de la traducción y la mediación interlingüística. En esta ponencia describiremos sucintamente el nuevo Grado mencionado, y sobre todo, nos centraremos en la asignatura Traducción General (inglés-español), que se acaba de implantar en el presente curso 2010-2011. Describiremos aquí un enfoque que, pese a no ser novedoso, está bastante alejado de la práctica universitaria en general. Se trata de la enseñanza/aprendizaje por proyectos o por procesos, en un acercamiento cada vez mayor a los entornos profesionales reales. En los últimos años, y en un campo tan dinámico como el de la traducción, la universidad está saliendo al encuentro del mundo profesional, no para modificarlo o someterse a él, sino para garantizar una transición consciente, aunque crítica, y un debate permanente que pueda enriquecer a ambos. De las experiencias de este mismo curso académico, destacaremos los elementos principales, las reacciones de algunos alumnos y varias cuestiones relativas a la evaluación. Palabras clave: traducción general – enseñanza/aprendizaje por proyectos – traducción como profesión – Grado en Traducción y Mediación Interlingüística

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Esta ponencia se inscribe en el marco del proyecto de innovación titulado “Design and creation of multimedia materials and exploitation of blended learning through the Aulavirtual learning platform”, del Departamento de Filología Inglesa y Alemana de la Universitat de València.

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1. INTRODUCCIÓN: EL NUEVO GRADO EN TRADUCCIÓN Y MEDIACIÓN INTERLINGÜÍSTICA EN LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA En el presente curso académico (2010-2011) se ha comenzado a implantar en la Universitat de València el nuevo Grado en Traducción y Mediación Interlingüística, ajustado a la normativa vigente, y en un contexto de crisis y de (re)definición del papel de la universidad en el escenario social y profesional actual. Para nuestra universidad – y en concreto para la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació– supone la plasmación oficial de una larga trayectoria, compartida por investigadores y departamentos diversos, en torno a la teoría y la praxis de la traducción. En concreto, nuestra facultad puede exhibir el trabajo aportado desde campos como: - la historia y la teoría de la traducción - la lingüística contrastiva - la traducción literaria - la mediación interlingüística e intercultural - la didáctica de la traducción En licenciaturas –ya a punto de extinguirse– como Filología Inglesa y otras se ha venido ofreciendo un buen número de asignaturas como „Concepto, metodología y evaluación de la Traducción‟, „Pragmática Intercultural‟, „Traducción de Textos Generales‟, „Traducción de Textos Literarios‟, „Traducción de Textos Científico-Técnicos‟ o „Traducción de Textos Humanísticos‟. El actual Grado, recién estrenado, es también transformación de la Licenciatura (de 2º ciclo) en Traducción e Interpretación, que se puso en marcha en el curso académico 2005/2006, y que está a punto de extinguirse. En el plan de estudios del nuevo Grado en Traducción y Mediación Interlingüística que se acaba de iniciar (vid. http://www.uv.es/graus/artsHumanitats/traduccio.htm), destaca la fuerte apuesta por la formación multilingüe (con numerosos módulos de lengua B, C e incluso D) y la práctica de la traducción (con diversos módulos de traducción general y de traducción especializada), todo ello sin olvidar los conocimientos auxiliares imprescindibles (TICs, traductología, documentación, terminología, pragmática y mediación interlingüística) así como la necesaria base humanística (ética y pensamiento crítico, traducción y cultura clásica, literatura y estudios culturales) o la formación temática complementaria (introducción al derecho y la economía). Todos –sin duda– estaremos de acuerdo en que 240 créditos constituyen un espacio muy reducido para acoger la multiplicidad de necesidades formativas de un(a) traductor(a), pero creemos que el nuevo Grado recoge algunas de las fortalezas de la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació. Por otro lado, es bien conocida la apuesta de nuestra universidad por lenguas de cultura universal como el chino, árabe, ruso o portugués (todas ellas lenguas D con carácter optativo en el nuevo grado). Desearíamos, también, ver una apuesta tan decidida por la lengua catalana, lengua oficial de nuestra universidad. Los actuales Grados surgen en un escenario pleno de vaivenes. Así, si por un lado está el objetivo político de la convergencia europea, por otro está la necesidad de dar respuesta al mercado laboral, que está globalizándose, pero que también es local. Si, por una parte, se esgrimen criterios economicistas para abrir o cerrar titulaciones, por otro está la demanda de una enseñanza de calidad, menos masificada y que atienda a la diversidad. Existe el convencimiento de que la universidad ha de ajustar sus objetivos y sus recursos a un mundo globalizado y cambiante, pero parece haber discrepancias en el 2

seno de la comunidad universitaria sobre cómo lograrlo. El debate, como es bien visible, sigue abierto. En todo caso, la Universitat de València tendrá, además, la exigencia de realizar las propuestas pedagógicas necesarias para incorporarse con éxito a la formación de investigadores, docentes y profesionales competentes del mundo de la traducción. 2. LA ASIGNATURA ‘TRADUCCIÓN GENERAL (INGLÉS-ESPAÑOL)’: ¿UNA NUEVA PEDAGOGÍA? 2.1.

Traducción General (Inglés-Español)

Nos centraremos ahora en la asignatura „Traducción General (Inglés-Español)‟, que se imparte en 2º curso del Grado. Hasta ese momento, y durante el 1º curso, nuestros alumnos han cursado materias humanísticas de carácter transversal (ética y pensamiento crítico, literatura y estudios culturales, traducción y recepción de la cultura clásica), así como algunos de los fundamentos auxiliares de la traducción e interpretación (lingüística aplicada a la traducción, traductología, TICs aplicadas a la traducción). En cuanto a la formación lingüística, han cursado materias de nuestras dos lenguas A (español y catalán) y de la lengua B (inglés, francés o alemán). Así pues, en nuestro caso, la materia de „Traducción General (Inglés-Español)‟ constituye el primer contacto de los alumnos con la práctica de la traducción. Es cierto que los estudiantes que llegan a nuestras clases lo hacen con capacidades, experiencias y expectativas también muy diversas sobre la traducción. Pero, desde un punto de vista formativo, creemos que esta materia –que quizá debería llamarse iniciación a la traducción, como apunta Hurtado (1999) [1]– debe servir para presentar y activar los fundamentos del ejercicio práctico de la traducción, es decir, iniciar a los alumnos en los principios metodológicos básicos de la traducción de textos no especializados en lengua estándar, así como en la práctica guiada de los mismos. 2.2.

Contenidos y competencias básicos

En esta asignatura hemos situado aquellos fundamentos y procesos prácticos que han de servir a los futuros traductores para desarrollar su labor con autonomía y solvencia. Así, y de manera muy esquemática, el curso consta de dos grandes apartados: (1) Preparación para la traducción; y (2) Recursos para la traducción. En el primero de ellos reflexionamos sobre algunos conceptos básicos („traducción‟, „textos generales‟, „cultura‟, etc.) para después consensuar un proceso de pre-traducción (que incluye un trabajo detallado de lectura y análisis de los textos a traducir). Cabe decir que nuestra propuesta de proceso de pre-traducción no está cerrada ni es obligatoria; lo que es obligatorio, o más bien, esencial, es leer y comprender perfectamente el texto original, pues de ello dependerá el resto. Sea cual sea nuestra manera de enfrentarnos a una traducción, leer siempre ocupará un lugar destacado. En este primer apartado, también, vemos de manera práctica lo que Hurtado [2] denomina métodos, estrategias y técnicas de traducción, no como catálogo teórico sino como batería de herramientas útiles a nuestra disposición. En el segundo apartado presentamos y analizamos los principales recursos lexicográficos, documentales y textuales a disposición de nuestro alumnado. Aspiramos 3

a transmitir una actitud crítica ante los mismos, en analizar y debatir sus ventajas e inconvenientes. Asimismo, nos adentramos en Internet como instrumento privilegiado de búsqueda de materiales, tratando de sacar provecho a sus infinitas posibilidades, pero reclamando, al tiempo, cautela en su uso. En el haber de nuestro alumnado figura una pasmosa familiaridad con Internet y los recursos electrónicos; aunque quizá quepa anotar en su debe un uso muchas veces acrítico y –sobre todo– una ignorancia de todo material no electrónico. A continuación, nos centramos en desarrollar cuatro proyectos (en torno a textos turísticos; periodísticos y divulgativos; publicitarios; y humanísticos o culturales) que nos servirán para ensayar nuestra aproximación práctica a la traducción, como veremos en 2.3. No obstante, la singularidad más acusada de los nuevos Grados no radica tanto en los contenidos de las asignaturas cuanto en las competencias que han de ser adquiridas por el alumnado. Dichas competencias tienen que ver con una concepción dinámica y profesional de la actividad traductora. Parece haber –más allá de pequeños matices terminológicos– un acuerdo básico acerca de las competencias fundamentales que necesita un(a) traductor(a) para ejercer su profesión: (a) Competencia lingüística; (b) Competencia cultural o comunicativa; (c) Competencia textual; (d) Competencia traductológica; y (e) Competencia profesional. El proceso de elaboración de los nuevos planes de estudio para los actuales Grados (con sus prisas y sus pausas, con sus calculados juegos políticos o institucionales) ha podido dejar en algunos de nosotros la sensación de que hemos confeccionado un catálogo apresurado de competencias. Una ojeada a diversas universidades y sus respectivos Grados en Traducción nos lleva desde el exceso hasta la frugalidad absoluta. En nuestra universidad, las competencias de esta asignatura se han formulado así: COMPETENCIAS GENERALES: G1 Sensibilidad hacia valores humanos G1.1 Sensibilidad hacia los valores cívicos, la igualdad y la sostenibilidad. G2 G2.1 G2.2

Desarrollo de capacidades intelectuales Capacidad de comprender y transmitir conocimientos Capacidad de obtener e interpretar la información relevante sobre un tema

COMPETENCIAS ESPECÍFICAS: E1 Competencia multilingüe E1.1 Capacidad de comunicación oral y escrita en la lengua propia E1.2 Conocimiento de, al menos, dos lenguas extranjeras E2 E2.2

Competencia translatoria propiamente dicha Conocimiento de la técnicas de traducción

E4 E4.1

Competencia sobre recursos auxiliares Dominio de técnicas de documentación para la traducción y la mediación comunicativa interlingüística e intercultural.

Convendremos en que la dificultad no estriba en la formulación de estas u otras competencias, sino en su plasmación en metodologías y objetos de aprendizaje útiles.

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2.3.

Traducción General: Qué y cómo enseñar/aprender

Enseñar y aprender son procesos siempre inacabados, que nos llevan toda la vida, y que nos exigen atender a la realidad circundante, a nuestros alumnos etc. La traducción, quizá más que otras disciplinas, exige asimismo un contacto diario con el mundo profesional, con el que hemos de entablar un permanente debate crítico. Por ello, en esta asignatura asumimos, de manera global, una “formación orientada a la profesión, que se centra en el estudiante […] mediante la creación de equipos constituidos por los estudiantes, que simulan el trabajo virtual de un agencia de traducción.” [3] Enfocamos, pues, la traducción como proceso (cuasi)profesional, que potencia al mismo tiempo la autonomía del alumnado y su responsabilidad frente al grupo de trabajo. Lejos de un enfoque transmisionista de la enseñanza de la traducción, se apunta más bien hacia el aprendizaje colaborativo y el acercamiento a los encargos reales. En estos primeros pasos de nuestras futuras traductoras –y algún que otro traductor– nos inclinamos por una pedagogía que se centre más en los procesos que en los resultados. Para ello hemos adoptado lo que suele denominarse „project-based learning‟ [4], es decir, el aprendizaje por proyectos. Dichos proyectos (que ya hemos enumerado en 2.2) nos permiten simular –y en ocasiones acercanos muchísimo– al trabajo de muchos entornos profesionales reales. Por tanto, proponemos dividir la clase en grupos de 4-5 personas, que asumirán los siguientes roles:

Fig. 1. Proyectos de traducción: (Principales) roles y funciones

Estos son, con ligeras variaciones, los roles básicos de una empresa de traducción. Los alumnos desempeñarán, de forma rotativa, todos y cada uno de estos roles. En la fase de preparación, en clase los explicamos con detalle y los aplicamos a un proyecto concreto. De forma orientativa, incluimos aquí una síntesis de las responsabilidades de cada uno de ellos: Gestor del proyecto Distribuye las tareas y establece el calendario de trabajo del equipo; Realiza un seguimiento del trabajo y se interesa por los problemas que van surgiendo; Elabora un informe detallado, desde el encargo de traducción al producto final; Se encarga de ajustar la traducción a las instrucciones del cliente; Entrega el producto final al cliente y lo pone a disposición de todos los miembros del equipo. Documentalista Está en contacto permanente con los traductores y el terminólogo;

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Lee atentamente el texto original, y se encarga de buscar y seleccionar el material documental necesario (textos paralelos, textos auxiliares, etc.); Busca y evalúa fuentes digitales y no digitales; Proporciona la información al terminológo en el plazo establecido; Elabora un listado de referencias, fuentes, bibliografía, etc., para el gestor del proyecto. Terminólogo Elabora glosarios y fichas terminológicas en las dos lenguas de trabajo; Delimita el área temática del original y selecciona el material relevante de entre la documentación recibida; Realiza un análisis de pre-traducción (tipo de texto, propósito comunicativo, etc.) para ajustar mejor su búsqueda; Colabora con el documentalista en la recopilación del material documental; Traductor Lee con atención el texto original, y detecta sus principales problemas y dificultades; Lee de forma comprensiva los textos paralelos o auxiliares, así como toda la información obtenida en el análisis de pre-traducción; Elabora una relación de los recursos consultados (diccionarios, manuales de estilo, enciclopedias, bases de datos, etc.); Justifica las decisiones tomadas, previa consulta con el terminólogo y el gestor. Corrector / Editor Lee con atención el texto original más toda la documentación recibida; Estudia con detalle las características del encargo de traducción; Elabora una revisión comparativa del texto original y de la traducción, introduciendo los cambios pertinentes; Elabora un informe en que justifica los cambios realizados; Da formato definitivo al proyecto, según lo especificado en el encargo de traducción.

Los objetivos que se pretenden con este planteamiento didáctico son los siguientes: (1) Que los alumnos asuman, de manera individual y colectiva, el papel de coconstructores del conocimiento, desarrollando habilidades de búsqueda, selección y análisis de la información y la documentación; (2) Que establezcan contacto con su entorno social y profesional a través de la elaboración de proyectos, estudios de casos y la búsqueda de soluciones a los problemas que se les planteen; y (3) Que desarrollen capacidades de pensamiento crítico y autonomía, actitudes colaborativas y destrezas profesionales, asi como que propogan acciones concretas para mejorar. 2.4.

Traducción General: Qué y cómo evaluar

Cada grupo, y cada estudiante dentro de cada grupo, tenía que hacer dos presentaciones de cada uno de los proyectos encomendados: una primera presentación oral, en debate con otros grupos y con el propio profesor; y un informe detallado, por escrito, en que se da cuenta de la organización del grupo y se incluyen los informes individuales de cada uno de los roles ya especificados. Si aceptamos que acercarnos a la realidad profesional es positivo, convendremos que también es positivo imitar, en la medida de lo posible, los criterios de evaluación aceptados en la práctica profesional. Eso sí, con una diferencia sustancial. Los clientes siguen viendo la traducción como un producto, y reaccionan –ya con desmesura, ya con indiferencia– ante lo que ven como una labor sencillísima, casi automática, sin llegar a percibir que se trata de una labor múltiple y heterogénea, aunque invisible. Por tanto, en el proceso de reflexión oral sobre el trabajo realizado, y a diferencia de los clientes reales, nos hemos permitido visibilizar la complejidad que tiene todo proyecto de traducción. Así, hemos indagado acerca de las fuentes consultadas, de la fiabilidad de

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las mismas, del trabajo de coordinación del grupo, de los plazos señalados, de la calidad de la traducción, de los mecanismos de corrección o edición, de las estrategias traductológicas utilizadas, de los glosarios elaborados, etc. También, por supuesto, hemos evaluado la efectividad o la adecuación de la traducción, en definitiva, si ha surtido el efecto esperado. Algún alumno se ha sorprendido al oírnos decir que una mala traducción –desde el punto de vista estético o lingüístico– puede cumplir a la perfección un encargo de traducción; y por contra, una excelente traducción puede verse abocada al fracaso o no satisfacer las exigencias de nuestro cliente. Esto ocurre porque el mundo de la traducción –de las traducciones– está en las insondables manos de los clientes, para muchos de los cuales la diversidad y riqueza de lenguas es tan sólo una fuente de problemas, una maldición babélica. Enseñar y evaluar en los términos que hemos expuesto exige un periodo de práctica, un cambio de rutinas, un tiempo de experimentación. Se han dado, sin duda, fallas de comunicación entre el traductor y el editor; consultas incompletas de fuentes; descoordinación entre los miembros de algunos equipos; falta de colaboración entre el terminológo y el documentalista; recopilación excesiva de documentación no suficientemente contrastada; opciones gramaticales o léxicas poco consistentes; versiones definitivas no revisadas; etc. En un futuro trabajo ofreceremos un análisis más detallado de la evaluación de estos proyectos de traducción. Pero también, y pese a la novedad que ha comportado para el alumnado, este trabajo por proyectos ha puesto de manifiesto las buenas dinámicas de algunos grupos; ha aportado un enriquecimiento formativo a bastantes personas; ha ayudado a algunos alumnos a valorar más determinados roles, hasta ahora prácticamente ignorados; ha logrado transmitir a toda la clase el hecho de que „traducir‟ es una actividad seria, profesional y mucho más compleja de lo que ellos mismos sospechaban; ha servido para que todos y todas comprendan el valor del tiempo, de los plazos2 y de la coordinación para la entrega de los encargos de traducción; y tantas otras cosas. El siguiente comentario, transcrito de uno de los informes, resume a la perfección lo que queremos decir: I thoroughly enjoyed completing Project 1 for this is the first time that I have ever worked on a translation within a group. Being an Erasmus student and having studied translation in my home country with a slightly more individual approach, this project has certainly opened my eyes to the way in which a translation team work. So much so that I am now more aware of how a translation company functions on a large scale and the career paths that are available within the field of translation. (Informe sobre el Proyecto 1, curso 2010/2011)

Este y otros comentarios similares nos animan a aseguir profundizando en esta línea de trabajo. Por lo que respecta a la evaluación, queremos alejarnos del modelo tradicional (consistente en una prueba final o en textos para traducir, juzgados con rigor filológico) y acercarnos a las condiciones de producción y evaluación en el entorno profesional. La evaluación es tanto formativa como sumativa, y pretende incorporar las características y condicionantes del mundo laboral, así como la consolidación de determinadas competencias. Dicho de otra manera, será más importante consolidar la competencia 2

Una breve nota a pie de página: que hayamos transmitido a nuestros alumnos el valor del tiempo y de los plazos tan ajustados con que trabajan los traductores no significa, en modo alguno, que nos parezcan bien plazos tan insensatos. Conocer la realidad profesional diaria no nos deslegitima para intentar cambiarla.

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E4.1 (Dominio de técnicas de documentación para la traducción y la mediación comunicativa interlingüística e intercultural) (vid. supra) que utilizar con mayor o menor acierto un tiempo verbal. Asimismo, será más importante que todo el proyecto se ajuste al encargo de traducción recibido que a su mera textualidad. 3. ENTRE EL AULA Y LA PROFESIÓN: UN ESPACIO ÉTICO-CRÍTICO Enfocar la clase de traducción general en torno a proyectos tiene por objetivo, entre otros, acercarnos al funcionamiento real del mundo profesional. Pese a ello, un aula siempre es un aula, y sería un tanto inocente olvidarlo, pero aún más inocente sería olvidar que la universidad está en una dinámica irreversible de aproximación a la realidad profesional: consolidación de los programas de prácticas en empresa; organización de charlas o mesas redondas que ponen en conexión el mundo profesional con el académico; solicitud de traducciones que las empresas privadas dirigen a la universidad; etc. No obstante, este acercamiento al entorno laboral –que se ha transformado, según Rico [5], de servicio en industria– no equivale a un acatamiento ciego de los dictados del mercado. Sin ir más lejos, vivimos tiempos en que parece un sacrilegio desobedecer el infalible designio de los mercados económicos y financieros, esos mismos mercados que nos han traído la crisis más profunda que muchos hemos conocido. No caben – creemos– ni ciegas obediencias ni desprecio por lo que dicen los (inestables) mercados. La universidad debe constituirse en espacio de análisis, reflexión, crítica y exigencia ética. En nuestro Grado en Traducción, a los alumos les satisface ver que se hacen cosas como en la vida real, como en las empresas reales de traducción. Pero, para ser justos con la vida real, habremos de ver tanto sus bondades como su lado oscuro: hay determinadas empresas que explotan a sus traductores, o que tratan la traducción de manera poco profesional, o que exigen unos plazos imposibles de cumplir. Sin duda, necesitamos acercanos a la realidad profesional, pero de forma crítica y responsable. Nuestras alumnas –y algún que otro alumno suelto– se incorporarán algún día al mercado de trabajo de la traducción, y descubrirán que en él, como en tantos otros, hay buenas y malas prácticas, que habrán de fomentar o denunciar, según el caso. Por otro lado, “profesionalizar no significa formar licenciados a la medida exacta de cada una y todas las empresas en función de modas, o últimos avances tecnológicos”, afirma Cruces [6], que añade: “la formación universitaria no puede someterse exclusivamente al vaivén de los mercados” [7]. Cierto es que el mercado de trabajo tiene sus reglas, que es bueno y necesario conocer, pero por encima de ellas, y en última instancia, está nuestra ética individual y colectiva, nuestra deontología profesional. Desde la universidad hemos de propiciar un espacio plural, un punto de encuentro entre el conocimiento del entorno laboral, la formación, la ética y la honestidad. REFERENCIAS [1] Hurtado, Amparo (1999) “La iniciación a la traducción directa”. En Amparo Hurtado (ed.) Enseñar a Traducir: Metodología en la formación de traductores e intérpretes. Madrid: Edelsa. Pág. 99. [2] Hurtado, Amparo, Traducción y Traductología. Introducción a la Traductología. 8

Madrid: (Cátedra, 2001). [3] Olvera Lobo, M. et al (2004) “Aplicación de un modelo didáctico de enseñanza de la traducción”. Eslavística Complutense 4. Pág. 250. [4] Kiraly, Don (2005) “Project-based Learning: A Case for Situated Translation”. Meta 50(4). Págs. 1098-1111. [5] Rico Pérez, Celia (2002) “Translation and Project Management”. Translation Journal 6(4). (Acceso online http://accurapid.com/journal/22project.html) [6] Cruces Colado, Susana (2002) “Más sobre la enseñanza de la Traducción e Interpretación en España”. La linterna del tradutor 4 (diciembre de 2002). (Acceso online http://traduccion.rediris.es/4/susana.htm) [7] Ibidem.

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