La identidad narrativa según Paul Ricouer

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Descripción

Universidad del Salvador Área San Miguel – Colegio Máximo de San José

Facultad de Filosofía

Seminario

Paul Ricoeur

L’ identité narrative

Profesor: Dr. Eduardo Casarotti, sj Alumno: Emmanuel Sicre, sj

Diciembre de 2011

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Introducción “Sentí, en la última página, que mi narración era un símbolo del hombre que yo fui, mientras la escribía y que, para redactar esa narración, yo tuve que ser aquel hombre y que, para ser aquel hombre, yo tuve que redactar esa narración, y así hasta lo infinito” Jorge Luis Borges (La búsqueda de Averroes)

Con este texto pretendemos examinar el concepto de identidad narrativa (identité narrative) de Paul Ricoeur, de modo que podamos profundizar en su comprensión. Contamos para ello con la lectura de tres textos suyos donde desarrolla este tema, a saber, “La vida: un relato en busca de narrador”1 (VRN), donde pareciera esbozar por primera vez la intuición conceptual. La temática de este artículo se verá profundizada en estudios posteriores ya que, luego, la retoma en las conclusiones abiertas de su extensa obra: Tiempo y narración (TN) como “La primera aporía de la temporalidad: la identidad narrativa”2. Y, finalmente, el estudio sexto de Sí mismo como otro (SO) titulado “El sí y la identidad narrativa”3, donde “el problema de la identidad narrativa se profundiza por el solo hecho de ser aplicado a la cuestión de la identidad personal”4, como aclara Begué. El concepto de identidad narrativa viene a sintetizar de manera admirable una buena cantidad de aporías que Ricoeur se ha planteado a lo largo de su filosofía. Tanto es así que la aporía de la temporalidad, de la identidad, la de la síntesis práctica, del ‘mundo del agente’ y ‘mundo de la acción’, en definitiva, las aporías del agente, quedan configuradas de modo productivo a partir de este planteo. En efecto, establece el sentido de la poética de la voluntad. Porque como sostiene Casarotti, el concepto de identidad narrativa, es decir de una aprehensión de la vida en forma de relato, está destinado en la obra de Ricoeur a servir de punto de apoyo para la

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RICOEUR, P. Educación y política, Buenos Aires, Docencia, 1984. pp 45-58.

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----------------. Tiempo y narración. Tomo III: El tiempo narrado. Madrid-México, Siglo XXI, 2ª ed. 1999. Trad. por Manuel Maceiras. Título original: Temps et récit. iii: Le temps raconté. (1985). pp. 994-1002 3

----------------. Sí mismo como otro. México, Siglo XXI, 1996. Título original: Soi-même comme un autre. (1990). Trad. por Agustín Calvo. pp. 139-172. 4

BEGUÉ, Marie France. La poética del sí mismo. Buenos Aires, Biblos, 2003. Cap. VII: “La identidad narrativa. Una producción poética de la permanencia”. p. 245

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comprensión de la "vida buena" y funciona por eso como un resorte conceptual indispensable para la constitución de una ética5.

Se trata, digamos, de una preocupación teórica muy cara a Ricoeur dado que reúne su constante dedicación a la literatura, y a los estudios de crítica literaria, así como a la inquietud por una antropología seria y minuciosa en clave ética y política. En efecto, reuniremos lo dicho en las tres lecturas pero tomaremos como base el primero de los textos “La vida:…”. Además, recurriremos a intérpretes de nuestro autor para ahondar sin ahogarnos en la complejidad del concepto. Con todo, esperamos poder elaborar una comprensión sintética, pero a la vez profunda de la intención que revela la empresa teórica de Paul Ricoeur en la identidad narrativa.

1. El punto de partida Sirvámonos como punto de partida, para la mediación narrativa de la identidad, del siguiente interrogante que se plantea Ricoeur: “¿Cómo, en efecto, un sujeto de acción podría dar a su propia vida, considerada globalmente, una cualificación ética, si esta vida no fuera reunida, y cómo lo sería si no en forma de relato?” (SO, 160). Porque, como afirma en TN, …sin la ayuda de la narración, el problema de la identidad personal está condenado a una antinomia sin solución: o se presenta un sujeto idéntico a sí mismo en la diversidad de sus estados, o se sostiene siguiendo a Hume y a Nietzsche, que este sujeto idéntico no es más que una ilusión sustancialista, cuya eliminación no muestra más que una diversidad de cogniciones, de emociones, de voliciones. (TN, 997-998)

El texto VRN, comienza con una suposición: “el hecho de que la vida tiene que ver con la narración” (VRN, 45). Porque, apelando a Sócrates, una vida que no es analizada no merece ser vivida. Pero esta suposición consigue someterse a una duda crítica que ayude a repensar la relación entre la historia y la vida. El punto de partida radica, entonces, en la paradoja de que las historias se cuentan sin vivirse y las vidas se viven sin contarse. Bajo la misma temática, en SO, Ricoeur nos promete llevar la dialéctica de la mismidad y la ipseidad hasta su máxima altura. Por esto intenta mostrar “cómo el modelo específico de conexión de la trama permite integrar en la permanencia en el tiempo lo que parece ser su contrario bajo el régimen de la identidad-mismidad, a saber, la diversidad, la 5

CASAROTTI, E. Paul Ricoeur. La constitución narrativa de la identidad personal. En Internet: www.ucu.edu.uy

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variabilidad, la discontinuidad, la inestabilidad” (SO, 139) ¿Para qué? para después examinar “de qué modo el relato, nunca éticamente neutro, se revela como primer laboratorio del juicio moral” (SO, 138). El contenido del texto VRN se estructura en dos partes. En primer lugar, se analiza el relato, el acto mismo de relatar desde las teorías narrativas más actuales como la de los formalistas rusos y checos de comienzos del siglo XX y la de los estructuralistas franceses de los años sesenta y setenta. Que, a su vez, encontraron prefiguración en la Poética aristotélica. De allí tomará especialmente el concepto de mythos en su sentido de intriga (no de fábula) por su proceso integrador de composición que confiere a la historia relatada identidad dinámica, y porque es “la operación de configuración subyacente a los tres modos de producción (poiesis) […] tragedia, epopeya y comedia”6. Y en segundo lugar, se pasa del relato a la vida buscando acortar los extremos de la paradoja presentada en un comienzo. En SO, Ricoeur agrega, al mismo primer propósito de VRN, a la construcción de la trama, la acción de los personajes del relato. Logra trasladar, entonces, la dialéctica mismidad-ipseidad al personaje puesto en trama, analizando los recursos que los casos de la ficción literaria y la ciencia ficción ofrecen. Por lo tanto, “la identidad, entendida narrativamente, puede llamarse, por convención del lenguaje, identidad del personaje” (p. 139), construida, como es natural, en unión con la trama.

2. La intriga Respecto del proceso estructurante (arte de la configuración reglada) de la intriga se plantea que ésta es una síntesis de elementos heterogéneos, definida por tres rasgos dialécticos: la mediación que ejerce la intriga entre la multiplicidad de incidentes y la historia única con sentido; la primacía de la concordancia sobre la discordancia de los elementos heterogéneos (configurando una totalidad paradójica). Y, por último, un rasgo de carácter más temporal: la competencia entre sucesión de incidentes y configuración integradora desde el punto de vista temporal, es decir, “el tiempo incidental, que pasa y desaparece con el tiempo vivencial, que dura y permanece”7. El carácter mediador de la 6

CASAROTTI, Paul Ricoeur, una antropología… p. 355

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Ídem, p. 357

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intriga le permite denominar tercer-tiempo (tiempo humano8 del calendario) a aquél que vincula “el tiempo vivido de la experiencia histórica con el tiempo cosmológico de los ciclos naturales.”9 Esto está desarrollado en ambos textos, VRN y SO10. A partir de estos tres rasgos se establece un primer corolario: la inteligibilidad del acto configurante. De esto se sigue con Aristóteles que la historia revela aspectos universales de la condición humana y que la poesía (en el sentido amplio de los tres géneros de Aristóteles, tragedia, comedia, y epopeya) era más filosófica que la historia11. Estas modalidades discursivas [como la frase, la metáfora y la narración] suponen […] una auténtica producción de sentido, que es al mismo tiempo una expansión ‘interna’ al mismo lenguaje y un acrecentamiento de su poder ‘externo’ par descubrir aspectos ‘inéditos’ de la realidad12.

Y esto porque desarrollan una especie de inteligencia narrativa (inteligencia phronética: que pone en juego la función educadora de la poesía) que está mucho más cerca de la sabiduría práctica y del juicio moral que la de la ciencia y del uso teórico de la razón (inteligencia teorética). En esta línea es que la narratología, según la opinión de Ricoeur, es un discurso de segundo grado que siempre está precedido por una inteligencia narrativa que emerge de la imaginación creadora (primer grado). El segundo corolario que Ricoeur plantea para la reinterpretación de la relación entre relato y vida, está compuesto por la tradición narrativa (sedimentación clave para comprender el funcionamiento de los modelos narrativos) y la innovación (singularidad de tal o cual composición) como los dos polos cuyas variaciones confieren una historicidad propia a la imaginación productiva y mantienen viva tal tradición narrativa. Esto se aclara aún más cuando en SO explica que “narrar es decir quién ha hecho qué, por qué y cómo, 8

Gracias a la sedimentación en el tiempo humano efectuada por la inscripción en el lenguaje de los acontecimientos históricos relevantes, las acciones humanas se convierten propiamente en acciones sociales y devienen en instituciones. Cf. ídem, p. 424. 9

Ídem, p. 359

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Al respecto Casarotti escribe: “La puesta en intriga, en efecto, en cuanto síntesis de lo heterogéneo, comprende en una única totalidad temporal e inteligible elementos tan disímiles como circunstancias, fines, interacciones, resultados no queridos, etc. y permite considerar en una única dinámica los segmentos causales e intencionales de ese encadenamiento eminentemente heterogéneo”. Ídem, p. 366. “La intriga, por lo tanto, sin solucionar la aporía fundamental de la temporalidad ya vista, construye una unidad dinámica de sentido a través de la diversidad de nuestras cogniciones, voliciones o emociones”. CASAROTTI, Paul Ricoeur. La constitución. Op. Cit. 11

Nota Casarotti que “el término poética posee su propia evolución en la filosofía de Ricoeur…por el momento, nos alcanza con definirla como investigación de las modalidades múltiples de creación reglada ofrecidas por el discurso. Ídem, p. 353, n 390. 12

Ídem.

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desplegando en el tiempo la conexión entre estos puntos de vista”. (SO, 146). Ya que “el acontecimiento narrativo participa de la estructura inestable de concordancia discordante característica de la propia trama; es fuente de discordancia, en cuanto que surge, y es fuente de concordancia, en cuanto que hace avanzar la historia” (SO, 140).

3. El relato En el segundo apartado de VRN, trata de zanjar el abismo de la paradoja entre relato y vida. Primero analiza el relato. La tesis que sostiene Ricoeur se basa en que el proceso de composición se realiza en el lector y no en el texto, y bajo esta condición se posibilita la reconfiguración de la vida por parte del relato. Lo que intenta decir es que en el acto de leer se da la “fusión de horizontes” (Gadamer) o intersección entre el mundo del texto (mundo posible) y el mundo del lector (mundo real). Por eso “al decir el quién de la acción, el relato se vuelve huella del agente y de su acción”13. Con esto se establece una hermenéutica de la obra literaria que tiene una significación más amplia que la lingüística-estructural, y que implica tres dimensiones: la referencialidad (hombre-mundo), la comunicabilidad (hombre-hombre), y la comprensión de sí (hombre-sí mismo). Así la hermenéutica se ubica en el punto de unión entre la configuración (interna) de la obra y la refiguración (externa) de la vida. En TN afirma: “el sujeto aparece constituido a la vez como lector y como escritor de su propia vida” (p. 998) Si bien en torno a la temporalidad y la narratividad, al respecto, Marie France Begué, aclara que el relato, cuya función principal es mimetizar la acción, representa el pasado histórico, pero a la vez lo reinscribe en un tiempo que, por ser narrado, está alimentado por las variaciones imaginativas propias de la ficción. Este conjunto dinámico produce un determinado mundo que es el mundo del texto o de la obra poética, el cual confronta sus efectos de sentido con el mundo del lector, que es quien lo recibe14.

4. La vida Luego de haber analizado el relato se propone rectificar el término vida insistiendo en la capacidad pre-narrativa de la vida. La idea fuerza es que una vida es sólo un fenómeno 13

BEGUÉ, La poética del sí mismo. Op. Cit. p. 247

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Ibíd., 243

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biológico hasta tanto sea interpretada. Pero para interpretarla propone la mediación de la ficción15 en tanto que el relato pretende imitar de manera creadora (mimesis praxeos) la mezcla de acción y padecimiento de una vida. Para este propósito hay que buscar los puntos de apoyo que puede encontrar el relato en la experiencia viva. Tres son estos puntos de anclaje: la misma inteligencia phronética es la que preside la comprensión de la semántica de la acción (y de la pasión), y la comprensión del relato. El segundo es que la proposición narrativa, en la comprensión práctica, radica en los recursos simbólicos (signos, reglas, normas mediatizadas simbólicamente) del campo práctico. Y el tercero es la cualidad pre-narrativa de la experiencia humana al reconocer en la acción estructuras temporales que convocan a la narración (nos suceden y contamos historias de nuestra vida). A continuación Ricoeur advierte una posible objeción de círculo vicioso al pensar que si toda experiencia humana ya está mediatizada simbólicamente, también lo está todo tipo de relato. Pero ante esta posibilidad surge la pregunta de si no estamos inclinados a ver en nuestra vida historias que aún no fueron narradas.

5. “¿Qué es una vida narrada?” Para responder a esta pregunta trae a San Agustín, de modo que le permita introducir que la experiencia de la primacía de la discordancia del tiempo sobre la concordancia, se unifican en la intención de que ésta última sea objeto de nuestro deseo. Y que, al ponerla junto con la noción de intriga aristotélica, se entiende que el relato esté conformado por la lucha entre concordia y discordia. Por tanto nuestra vida, abarcada con una sola mirada, se nos aparece como el campo de una actividad constructiva, tomada de la inteligencia narrativa mediante la cual se intenta reencontrar la identidad narrativa que constituye nuestra subjetividad de modo dinámico. En esta línea, TN afirma que “una vida examinada es, en gran parte, una vida purificada, clarificada, gracias a los efectos catárticos de los relatos tanto históricos como de ficción transmitidos por nuestra cultura” (p. 998). Y en SO, establece más claramente

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Ricoeur ve en la ficción una doble ventaja: “es en la ficción donde la unión entre la acción y su agente se deja aprehender mejor, de modo que la literatura aparece como un vasto laboratorio para innumerables variaciones imaginativas”. (SO, 161)

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las implicancias ética del relato de la propia vida al sostener que “la noción de identidad narrativa ayuda a enunciar formalmente las relaciones entre narratividad y ética” (SO, 166). Entender, pues, la subjetividad a partir de la identidad narrativa implica que se puede acceder a la comprensión de nosotros mismos aplicando el juego de innovación y sedimentación del concepto de tradición. Teniendo en cuenta los dos modelos de permanencia en el tiempo del sí: el carácter y la promesa. Y también los rasgos de interpretación y comprensión de nosotros mismos que se comparten con la tradicionalidad de la comprensión de una obra literaria, de sus voces. La diferencia, explica Ricoeur, es que nosotros podemos convertirnos en narrador de nosotros mismos imitando esas voces narradoras (vida), sin poder convertirnos en el autor (ficción).

5.1 Las variaciones imaginativas En efecto, mediante las variaciones imaginativas sobre nuestro propio ego, intentamos una comprensión narrativa de nosotros mismos escapando a los polos del cambio o identidad absolutos. Y a la vez huimos del narcisismo que implicaría que el sujeto esté dado desde un principio, hacia un sí mismo instruido por los símbolos de la tradición literaria. Dice, Begué que la función mediadora de la identidad narrativa …hace que el relato no sólo sea el elemento apropiado para el juego de las variaciones imaginativas, sino que también provoque este juego, poniendo a prueba continuamente la identidad y obligándola a movilizarse. […] el relato no sólo tolera estas variaciones sino que las engendra y las busca16.

En SO, Ricoeur, va más allá al decir que las variaciones imaginativas de la literatura como laboratorio del pensamiento, atestiguan la “función mediadora que la identidad narrativa del personaje ejerce entre los polos de la mismidad y la ipseidad” (SO, 147). Porque allí el juicio moral no es abolido; “más bien es sometido a variaciones imaginativas propias de la ficción” (SO, 167) que en el recinto irreal de la ficción proporciona, sin dejar de atender al placer estético, la posibilidad de explorar nuevos modos de evaluar acciones y personajes.

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BEGUÉ. Op. Cit., p. 254

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Conclusión: Acabamos de analizar uno de los conceptos más ricos de la filosofía ricoeuriana. Sabemos que es imposible abrazarlo en su totalidad, pero sí vale la pena rescatar puntos interesantes y sabrosos para la reflexión. Por un lado, se trata de un concepto muy lúcido y abarcativo. Pocos conceptos toman tanto en síntesis tan dinámica. Su aplicabilidad a la vida lo torna claramente irreductible y abierto. En efecto, Ricoeur aclara que la identidad narrativa se hace y se deshace continuamente porque no es una identidad estable y sin fisura, siempre es posible urdir sobre su propia vida tramas diferentes, incluso, opuestas. (Cf. TN, pp. 1000-1001). Es muy apreciable la consideración que hace del lector, más aún, del acto mismo de leer como el punto de inflexión sobre el que la composición de una trama queda comprendida, en el momento en que se elabora en el lector. Esta mirada narrativa sobre la identidad personal permite entretejer con armonía las concordancias discordantes del tiempo y del relato en vistas de la configuración de la vida. Asimismo, la posibilidad de comprender la vida desde el relato supone la vuelta de comprender el relato desde la vida. Esta

retroalimentación

genera

una

posibilidad

inagotable

en

variaciones

y

enriquecimientos. Respecto de los tres textos trabajados se nota que la preocupación de Ricoeur guarda una intuición antropológica muy rica. Cada uno de ellos plantea con matices claros la misma búsqueda: responder a la pregunta por la identidad personal de modo dinámico y abarcativo, sin absolutizar. A vuelo de pájaro, podemos decir que en VRN vemos el desarrollo más directo respecto de la intuición original que en TN y en SO, donde están más elaborados los conceptos, y la temática es llevada hasta sus últimas consecuencias posibles. Valga una valoración más global. Algunos han querido ver un resabio del sujeto moderno en la antropología de P. Ricoeur. Es ciertamente probable a partir de sus textos. Pero no creo que pueda ser de otra manera. Pienso que el sujeto que la Modernidad construyó y destruyó aún vive en nosotros. Todas las conquistas modernas no han sido superadas porque queda todavía el desafío de asumirlas y reubicarlas. Creo que Ricoeur ha visto esta posibilidad de construir una antropología positiva del hombre con todo lo que la historia de la filosofía ha logrado hasta ahora. Ante esto cabe la pregunta: ¿resabio o sazón moderna?

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Bibliografía Fuentes:  RICOEUR, P. “La vida: un relato en busca de narrador”. En: Educación y política, Buenos Aires, Docencia, 1984. pp. 45-58.  -----------------. Tiempo y narración. Tomo III: El tiempo narrado. Madrid-México, Siglo XXI, 2ª ed. 1999. Trad. por Manuel Maceiras. Título original: Temps et récit. iii: Le temps raconté. (1985). pp. 994-1002  -----------------. Sí mismo como otro. México, Siglo XXI, 1996. Título original: Soimême comme un autre. (1990). Trad. por Agustín Calvo. pp. 139-172.

De consulta:  CASAROTTI, Eduardo. Paul Ricoeur: una antropología del hombre capaz. Prólogo de Marie France Begué. Córdoba, UCC. 2008.  ------------------. Paul Ricoeur. La constitución narrativa de la identidad personal. En Internet: www.ucu.edu.uy  BEGUÉ, Marie France. La poética del sí mismo. Buenos Aires, Biblos, 2003. Cap. VII: “La identidad narrativa. Una producción poética de la permanencia”. pp. 239-256, Cap. VIII: “El vínculo entre praxis y relato”. pp. 257-261. Cap. IX: “Las implicancias éticas del relato”. pp. 263-267  MORA, Juan Ernesto. “Variaciones imaginativas: tiempo, identidad e interacción”. En: www.  VEGA RODRÍGUEZ, Margarita. “Tiempo y narración en el marco del pensamiento postmetafisico”. En: www.

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