La Identidad de Ulrike Meinhof

September 12, 2017 | Autor: David González | Categoría: Terrorism, Political Violence and Terrorism, Biography, West Germany, Rote Armee Fraktion
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Descripción

LA IDENTIDAD DE ULRIKE MEINHOF -

TRABAJO DE FIN DE GRADO

Estudiante: David Alejandro González Arroyo Coordinadora del trabajo: Dra. Marta Fernández Bueno Grado en Lenguas Modernas y sus Literaturas Maior en lengua alemana y Minor en lengua italiana Curso 2013/14 - Convocatoria de junio

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la Dra. Marta Fernández Bueno por la coordinación de este trabajo, así como por sus consejos y su constante implicación a lo largo de la elaboración del mismo.

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Índice de contenidos

1.

Introducción

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2.

Semblanza biográfica de Ulrike Meinhof

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3.

Recepción de la figura y la obra de Ulrike Meinhof

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3.1.

La imagen de Ulrike Meinhof en los medios

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3.2.

Las tres polarizaciones de la identidad de Ulrike Meinhof

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3.2.1. Bruja o santa

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3.2.2. Terrorista o revolucionaria

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3.2.3. Enferma o lúcida

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3.3.

La influencia de Ulrike Meinhof en la cultura popular

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4.

Conclusiones

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5.

Bibliografía

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1. Introducción Es importante conocer y estudiar a todos aquellos personajes que, a lo largo de la historia, han abogado por las mejoras políticas y sociales. Conviene prestar especial atención, además, a aquellas figuras del panorama político más reciente con el fin de comprender las claves del momento histórico en que nos encontramos, con el objetivo de conocer mejor los medios a nuestra disposición, para poder continuar mejorando nuestras condiciones de vida. Ulrike Meinhof, a pesar de terminar por convertirse en la mayor terrorista de la historia reciente de Alemania, dedicó gran parte de su trabajo y sus esfuerzos a la lucha por las mejoras sociales y por la búsqueda de un nuevo gobierno socialmente más justo y más involucrado en las causas sociales. Desafortunadamente, la imagen de Ulrike Meinhof ha sido siempre manipulada con una serie de fines políticos que eclipsan todas aquellas intenciones morales con las que comenzó su labor política, desvirtuando el concepto que popularmente tenemos de ella. Por ello es relevante desde el punto de vista político regresar a las fuentes bibliográficas casi medio siglo después de su muerte, tratando de analizar los hechos acontecidos con neutralidad y rigor, evitando fomentar una polémica que, al mantenerse presente, deja en un segundo plano lo que pudo haber supuesto la consecución de una serie de importantes mejoras sociales para una nación que se encontraba en pleno conflicto con su pasado reciente.

En las siguientes páginas pretendo ofrecer un análisis objetivo del personaje histórico que fue Ulrike Meinhof en contraposición con los trabajos biográficos realizados hasta la fecha, cuyas ópticas buscaron ofrecer un retrato, o bien idealizado, o bien demonizado de Meinhof, instrumentalizándola como mero argumento en el debate político.

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Para la elaboración del trabajo he analizado y contrastado las diferentes biografías de Ulrike Meinhof a las que he tenido acceso, empleando para el desarrollo de su biografía aquellas que, a pesar de haber sido escritas, en su mayoría 1, con fines políticos, ofrecían una información objetiva y referencias adecuadas y necesarias para dicha elaboración. A su vez, he consultado los fondos bibliográficos de la Universidad Complutense y de la Autónoma de Madrid, donde he encontrado las diversas publicaciones sobre la obra de Meinhof, así como análisis de sus textos, ensayos relacionados con estos y estudios sobre el terrorismo motivado por causas políticas. He consultado, además, diferentes fuentes en Internet, donde he encontrado las noticias y los artículos periodísticos, así como las referencias audiovisuales necesarias para la elaboración de una imagen lo más completa posible del momento histórico y la posterior influencia que los hechos históricos acontecidos ejercieron en la cultura y la política, tanto alemana, como internacional. El análisis de las fuentes, que podría haber dado pie a un estudio más extenso, ha sido reducido a los puntos más relevantes de la vida y obra de Ulrike Meinhof con el fin de responder a las exigencias del formato del trabajo.

La estructura del presente trabajo se corresponde con dos aspectos fundamentales para entender la figura de Ulrike Meinhof en toda su dimensión. Así presentamos en primer lugar un breve estudio biográfico de la figura de Ulrike Meinhof, basándonos en las fuentes mencionadas anteriormente y que aparecen recogidas en la Bibliografía. En segundo lugar, proponemos un análisis del tratamiento que se ha dado a este personaje por parte de los medios y un breve estudio de la recepción de su obra, así como de sus influencias en la cultura y la historia, tanto alemanas como internacionales. En el último apartado de este trabajo se recogen las conclusiones que emanan del estudio de las fuentes bibliográficas y de la elaboración del propio trabajo. 1

A excepción de los trabajos de la profesora Sarah Colvin (v. Bibliografía).

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2. Semblanza biográfica de Ulrike Meinhof Ulrike Marie Meinhof fue uno de los personajes más polémicos del panorama político y cultural del período de posguerra y gran parte de la Guerra Fría en la Alemania Federal. En la gran mayoría de los casos en los que se cita su nombre se trata, o bien de una idealización de su persona, o bien de una total demonización de todos sus actos, siempre con fines políticos. Debido a este hecho, a las presiones ejercidas y a las medidas tomadas por el Estado alemán durante las décadas de los años sesenta y setenta, se creó una situación de rivalidad entre el Estado y Meinhof (junto con los miembros de la RAF, conocida también como la banda Baader-Meinhof) que convirtió el panorama intelectual en un campo de batalla donde uno debía, obligatoriamente, elegir entre uno de ambos bandos. La neutralidad, necesaria para comprender la situación, no era una opción y grandes figuras culturales alemanas como el Premio Nobel de Literatura Heinrich Böll sufrieron las consecuencias de sus intentos de arrojar algo de luz sobre el asunto. Hoy día, la figura de Ulrike Meinhof sigue estando de actualidad, siendo mencionada por intelectuales y activistas como argumento contra la opresión del Estado, así como contra el imperialismo norteamericano o el consumismo descontrolado. Sin embargo, ahora podemos profundizar en el estudio de su vida y obra sin necesidad de tomar partido por ninguno de los bandos mencionados anteriormente. Es por ello que, a continuación, esbozaremos brevemente su biografía, centrándonos en los puntos más relevantes de su vida, prestando especial atención a la influencia que ejerció social y políticamente durante su vida y después de su polémica muerte en la prisión de Stammheim. Para comprender el desarrollo de la personalidad de Ulrike Meinhof y su constante búsqueda de una identidad casi hermética conviene observar y repasar los hechos más influyentes que tuvieron lugar a lo largo de su vida, así como el entorno familiar en el que se crió y, además, la historia de las dos mitades que la conformaban: las familias Guthardt y Meinhof.

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Por parte materna, su abuelo, Johannes Guthardt, nacido en Borken (Hesse) en 1884 y el menor de cinco hermanos, ejerció como profesor y mantuvo siempre un pensamiento de corte socialista. En 1906 contrajo matrimonio con Martha Kluge, hija de un maestro zapatero y maestra de profesión que, tres años después, daría a luz a su única hija, Ingeborg Marie Elise Guthardt, en Schwiebus, actual Świebodzin (Polonia). Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Noviembre, en 1918, Johannes Guthardt tomó el mando como presidente del Consejo Militar y Obrero para el Apoyo de la República 2. Más tarde sería miembro de la Asamblea de Concejales de la región, así como del Parlamento Comarcal y posteriormente del SPD. El abuelo paterno de Ulrike Meinhof, Johannes Meinhof, nacido en 1859 en Barzowice (Pomerania Occidental) y proveniente de una familia burguesa de teólogos de Stuttgart, fue pastor, un influyente superintendente3 en Halle an der Saale y un gran representante del antijudaísmo cristiano que, en la década de 1930, le llevaría a un antisemitismo agresivo, además de a una gran implicación con el Partido Nacionalsocialista. Una muestra de ello se encuentra en las cartas intercambiadas entre miembros de los Meinhofianes, como ellos mismos se hacían llamar, firmadas con un directo “Gott befohlen, Heil Hitler!” (Ditfurth 2009: 21) Johannes Meinhof contrajo matrimonio con Mathilde Köstlin, hija de un profesor de Teología con quien tendría diez hijos, muriendo poco después de dar a luz al más pequeño de estos, Werner Kurt Armin Meinhof, tras lo cual Johannes Meinhof contraería matrimonio de nuevo, esta vez con una joven no mucho mayor en edad que la mayor de sus hijas. Werner Meinhof, al llegar a la adolescencia y ante la mala relación que mantenía con su padre y su nueva madrastra, decide marcharse a Hamburgo, donde trabaja como aprendiz de carpintero. Más tarde, obligado por su padre, regresa para asistir en Osterburg a clases de Pedagogía. Allí supera sus exámenes y continúa con sus estudios en Halle. 2 3

Arbeiter- und Soldatenrat zur Unterstützung der Republik. Cabeza de las diferentes divisiones administrativas dentro de la Iglesia Protestante.

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Gracias a un estipendio se ve capacitado económicamente para llevar a cabo su doctorado, centrado en el estudio de los altares de la antigua región de Ostfalia4. En 1925, a la edad de veinticuatro años, conoce en Osterburg a Johannes Guthardt, en aquel entonces miembro del SPD, y a su única hija, la joven Ingeborg Guthardt, de la que se enamora completamente. Con la ayuda de su padre y tras conseguir su doctorado, obtiene en 1927 un puesto como profesor de Historia del arte en el instituto de enseñanza secundaria St.Johann, en la Ciudad Libre de Dánzig. Al año siguiente, Werner Meinhof e Ingeborg Guthardt contraen matrimonio. Tres años después, en 1931, nace su primera hija, Wienke. Y será un año tras la toma de poder por parte de Adolf Hitler cuando nazca su segunda hija, Ulrike Marie, el 7 de octubre de 1934. En 1936 Werner Meinhof es nombrado director del Museo del Pueblo de Jena y comienza, a su vez, sus funciones como lector en la Academia de Arte de Weimar. Tres años después, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, enferma gravemente y muere, debido a un cáncer de páncreas, a comienzos de 1940. Debido a que Werner Meinhof no trabajaba para el Estado, sino para la ciudad de Jena, su viuda, Ingeborg Meinhof, no recibió ningún tipo de pensión estatal. Sin embargo, las autoridades municipales le ofrecieron la subvención de sus estudios de historia del arte con el fin de poder ejercer una profesión que le permitiese mantener a sus dos hijas. Durante sus seminarios en la universidad, Ingeborg entabla una gran amistad con una joven de diecinueve años llamada Renate Riemeck, estudiante de Historia y Germanística, además de Historia del arte, al igual que ella misma. Riemeck nace en Breslavia el 4 de octubre de 1920, hija de un hombre de negocios de pensamiento liberal que, no obstante, y habiendo dado su voto 4

Territorio antiguamente comprendido entre el Estado de Baja Sajonia y el occidente de Sajonia-Anhalt.

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a los nazis, la lleva a la Liga de Muchachas Alemanas 5, lo que más adelante, tras el nombramiento en 1933 de Hitler como canciller, le valdría la concesión de la Medalla de Oro de las Juventudes Hitlerianas al haber entrado a formar parte de la organización antes de que el ingreso en esta fuese obligatorio. Tras superar su Abitur, estudia en la Universidad de Múnich y, finalmente, en la de Jena, donde conoce a Ingeborg Meinhof. Debido a su situación económica tras la muerte de su marido, Ingeborg Meinhof decide alquilar una de las habitaciones de la casa para poder cubrir gastos. Así, propone a Renate Riemeck que se mude con ella y sus hijas y esta finalmente acepta. Ulrike consigue así cubrir el vacío provocado por la pérdida de su padre y toma a la joven Renate Riemeck como una nueva figura paterna. Tanto es así que, para convencer a su madre sobre la propuesta, llega a decirle: “Renate can fix my toys, Mother, so if she comes to live with us you won‟t have to marry again” (Becker 1987: 137). En 1945, Sajonia, a pesar de encontrarse en manos de Estados Unidos según el acuerdo al que se llegó en la Conferencia de Yalta, pasaría a ser territorio ruso el 1 de julio de aquel mismo año. Por ello, Ingeborg y Renate toman la decisión conjunta de abandonar la ciudad y buscar refugio. Es gracias a un conocido de Riemeck como encuentran trabajos como maestras en una escuela de educación primaria en Berneck (Baviera) territorio por aquel entonces mantenido bajo la ocupación americana. Un año después se mudan, de nuevo conjuntamente, a Oldemburgo, donde Ulrike asistirá a la escuela católica de educación secundaria Liebfrauschule Oldenburg e Ingeborg y Renate entrarán a formar parte del SPD. A finales de 1948 Ingeborg Meinhof enferma debido a un cáncer que aún no se le había detectado, muriendo en febrero de 1949 tras contraer una gripe que acabaría con sus defensas. Junto a su lecho de muerte, Ulrike se dirige a

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Bund Deutscher Mädel (BDM), la Sección Femenina de las Juventudes Hitlerianas.

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Renate y le dice: “now we‟ve only got you” (Becker 1987: 141), frase que repetiría nuevamente durante el funeral. Era cierto que Wienke y Ulrike no contaban con familiares que pudieran hacerse cargo de ellas, ya fuese por causas económicas o políticas. Sin embargo, su abuelo materno, Johannes Guthardt, contribuyó, en la medida de lo posible, enviando mensualmente la cantidad de 50DM, a lo que se sumaban los 18DM que el Estado daba a Riemeck en calidad de madre adoptiva. La relación madre-hija entre Renate Riemeck y Ulrike Meinhof creció y mejoró con el tiempo, a pesar de haber una diferencia de edad de tan sólo once años entre Renate y Wienke, y catorce entre Ulrike y ella. Renate veía en Ulrike un reflejo de su propia infancia, mientras que Ulrike comenzaba a tomar a Renate como un modelo a seguir. Daba comienzo así la búsqueda recurrente durante la vida de Ulrike Meinhof de un núcleo familiar en el que no sólo pudiera verse protegida, sino que además le permitiese adquirir un papel central en dicha relación (Becker 1978: 142). Mientras que Wienke siempre mantuvo un carácter retraído, Ulrike, siempre con grandes carencias de autoestima, buscó ser el centro de atención de los adultos que la rodeaban, intentando conseguir su aceptación y aprobación en su búsqueda de la pertenencia a un grupo. Sin embargo, Ulrike era una joven brillante. Según Riemeck: “Ulrike was always full of ideas. She invented games, and liked to take the leadership” (Becker 1978: 143). Durante su adolescencia, Ulrike se interesó por la literatura alemana del siglo XIX, estudió reproducciones de las más destacadas obras pictóricas, aprendió a tocar el violín y continuó con su formación religiosa (Becker 1978: 145). Su ropa, además de carecer de estilo, no parecía siquiera nueva, pero aquello no causó problema alguno en el comportamiento de la joven, sino que, al contrario, le sirvió para reafirmarse intelectualmente ante el resto de sus compañeras, convirtiendo esa falta de estilo de su apariencia en un símbolo de

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rechazo a la superficialidad y en un ejemplo de rebeldía contra el modelo social establecido. Comenzó a prestar mayor interés al arte, a lo que se sumaron otros temas como la ética, la política, la historia o la religión, de lo que hablaría, siempre en privado, con sus compañeras de clase. Cada día regresaban juntas, se encerraban en la habitación y discutían fervientemente. En estos casos, Ulrike siempre trataba de manifestar su punto de vista e incluso de imponerlo, llegando a convertirse en una especie de oráculo para quienes la rodeaban (Becker 1978: 146). A su vez, también comenzaron a leer a diferentes autores víctimas de la censura durante el nazismo, cuyas obras afortunadamente volvían a ver la luz. Entre ellos cabe destacar al Premio Nobel en Literatura Hermann Hesse, cuya visión romántica de la sociedad tuvo un fuerte calado en la mentalidad de las adolescentes, que sintieron un gran vínculo emocional con los protagonistas de sus obras más relevantes. Su primera relación estable, ya en la universidad, fue con un joven estudiante de Física de la Universidad de Münster. Gracias a él tuvo la oportunidad de conocer de cerca la teoría sobre la física nuclear, los riesgos y los beneficios de su uso, así como sobre la proliferación de armamento nuclear. La relación terminaría en 1958 debido a las diferencias religiosas entre las familias del joven y de la propia Ulrike Meinhof. Tras dicha ruptura se convertiría en una de las portavoces, junto al SDS6, en la oposición frente al desarrollo del armamento nuclear. Su primer discurso en abierto fue el 20 de mayo de 1958, en Münster. Por aquel entonces Meinhof editaba una publicación titulada Das Argument, junto con otros estudiantes, y fue, durante una de tantas conferencias, en septiembre de 1959, en la Freie Universität Berlin, cuando conoció a Klaus Rainer Röhl, director de la revista konkret. Ambos sintieron un gran desprecio mutuo a primera vista, pero Röhl necesitaba convencer a Meinhof para que trabajase en su publicación e insistió 6

Sozialistischer Deutscher Studentenbund.

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de tal manera que ambos terminaron, no sólo trabajando codo con codo, sino en una relación íntima que más adelante llegaría a matrimonio. Meinhof comienza a trabajar en konkret, donde publicaría la gran mayoría de sus textos, en septiembre de 1959, llegando a ser la redactora jefe de la publicación en 1960. Gracias a esto consiguió llegar a un público mayor y, a su vez, fue adquiriendo mayor notoriedad en el panorama intelectual de la izquierda alemana, en la que cultivó un gran respeto gracias a la seriedad de sus textos y a su compromiso con los problemas sociales. Durante este período y por influencia de Röhl y su gran interés por el comunismo, Meinhof comienza a interesarse por la política. Es gracias al trabajo en la revista como Meinhof consigue contactos con el Este. Aunque por aquel entonces se mantuvo oculto, konkret fue una publicación financiada con dinero proveniente del Este, gracias, en gran medida, a la implicación política de Röhl. Este, por su parte, aun siendo siempre comunista, dirigió la revista de modo que aparentemente se mantuviese del lado de la izquierda intelectual, con contados ataques y críticas al Este y a las medidas tomadas por el comunismo en Europa, con el fin de no levantar sospechas sobre su conexión política. Röhl y Meinhof se comprometen en septiembre de 1960 y se casan, finalmente, el 27 de diciembre de 1961. Sin embargo, se trataba de un matrimonio condenado al fracaso. Ninguno de los dos creía realmente en la relación a largo plazo. Röhl nunca pensó que Meinhof estuviese realmente enamorada de él y que quisiese aquella relación de verdad, a lo que se suman los constantes romances que Röhl mantuvo con otras mujeres, antes y durante el matrimonio. Por su lado, Meinhof nunca estuvo segura de amar realmente a Röhl y siempre tuvo dudas. A pesar de ello, ambos decidieron seguir adelante y afianzar su relación, no sólo sentimental sino también laboral, mediante el matrimonio. En gran parte se trató, sin más, de un movimiento beneficioso de cara a la revista, convirtiendo a la pareja en una herramienta mediática (Becker 1978: 169). Un año después de su matrimonio, en 1962, Meinhof da a luz a sus dos hijas, las gemelas Bettina y Regine Röhl. Un mes después se somete a una 12

operación quirúrgica para retirarle un supuesto tumor cerebral que comenzó a afectarle a nivel neurológico durante los primeros meses del embarazo. Meinhof, que rechazó poner en riesgo su embarazo con la operación, decidió esperar a su recuperación tras el parto para someterse a la cirugía, a pesar del riesgo personal que conllevaba para ella no pasar por quirófano. Finalmente,

en

la

mesa

de

operaciones

se

comprobó

que,

afortunadamente, no se trataba de un tumor, como se había pensado inicialmente, sino de un vaso sanguíneo inflamado (Becker 1978: 178). La controversia sobre su identidad comienza, así, en este punto. El profesor Bernhard Bogerts, de la Universidad de Magdeburgo, por petición del Estado, llevó a cabo la autopsia del cerebro de Ulrike Meinhof en busca de pruebas concluyentes que demostrasen la relación entre aquella inflamación, su paso por el quirófano y el cambio en su actitud. Declarar la causa de su adhesión al terrorismo como síntoma de un problema neurológico hubiera significado una reducción en la culpa de Meinhof sobre sus actos, despersonificándola, dándole a su vez la personificación y la identidad a su enfermedad. En otras palabras, hubiera significado afirmar que no fue Meinhof, sino su inflamación la culpable de la violencia, y que ella no sólo era inocente, sino que podría ser considerada, incluso, una víctima. Esta hipótesis, aun contando con el apoyo del profesor Bogerts, que afirmó que su paso a la clandestinidad podría explicarse a través de su enfermedad7, no explicaba, sin embargo, los motivos de otras mujeres, como Gudrun Ensslin, líder de la Rote Armee Fraktion (RAF), organización clandestina formada mayoritariamente por mujeres, así como de otra de sus integrantes como Irmgard Möller, Ilse Stachowiak, Ingeborg Barz, Angela Luther o Astrid Proll, que en ningún momento padecieron de problemas neurológicos diagnosticados. El pensamiento de Meinhof fue evolucionando, posteriormente a su operación, desde un planteamiento socialista, pasando por un acercamiento al 7

“Meinhof‟s Brain returned to Family”. http://newswww.bbc.net.uk/2/hi/europe/2596013.stm [Última revisión: 05/20/2014]

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comunismo, hasta un posicionamiento abiertamente antifascista, aunque considerándose, todavía, cristiana y pacifista. Es en este punto cuando comienza a crear una relación metafórica entre el Estado alemán de la década de los sesenta y el gobierno de Hitler, que llevaría a Europa al Holocausto. Aún por entonces mantenía la idea de que lo necesario era manifestar sus ideas a través de sus textos y que esta era la única vía aceptable y posible. Meinhof empleaba en sus textos una serie de figuras retóricas que, cumpliendo su función persuasoria, especialmente dentro de los círculos intelectuales de izquierdas alemanes, convertían su mensaje en demagogia. Por lo general, empleaba premisas válidas, así como “ficciones útiles” o metáforas y “personalizaciones” que, desgraciadamente, creaban conclusiones erróneas, invalidando el razonamiento de sus ensayos (Colvin 2009: 14). Uno de sus textos, que más ayudaría en su carrera como columnista, fue “Hitler in euch”. En él señalaba la culpabilidad del Estado alemán por no hacer una revisión de su pasado nazi y, no sólo no llevar a cabo un juicio de conciencia, sino además por mantener a antiguos miembros del gobierno de la dictadura en puestos gubernamentales o en la dirección de las grandes empresas alemanas del momento. Su mención llevó a Franz Josef Strauss, antiguo Primer Ministro del Estado de Baviera y, durante su juventud, miembro de la Asociación de Estudiantes Nacionalsocialistas8, a llevar a juicio a Meinhof. Sin embargo, esta salió victoriosa y la situación no hizo sino dar mayor renombre a la periodista y a konkret. Otro de sus textos más relevantes, publicado en konkret el 2 de junio de 1967, llevaba por título “Offener Brief an Farah Diba”, coincidiendo con la visita de esta a Berlín Occidental. El texto, con formato de carta, planteaba a la mujer del Shah de Irán la situación de analfabetismo, inseguridad y desnutrición de gran parte de la población de su país, mientras ella, junto con su marido, se permitía toda clase de lujos. El texto no sólo significaba una gran crítica contra su política, sino, además, una queja hacia el Estado alemán por sus relaciones diplomáticas con Irán.

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Nationalsozialistischer Studentenbund.

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Así, encontramos en este período dos puntos de inflexión importantes en su vida. En primer lugar, en el aspecto personal, Meinhof estaba lidiando con una crisis matrimonial que, poco después, concluiría con un divorcio. La fama y la relevancia dentro de los círculos intelectuales de izquierdas, especialmente en Hamburgo, donde residía la familia Röhl, convirtieron a Meinhof paulatinamente en un icono de la intelectualidad alemana. Con ello también aumentaron sus ingresos, que permitirían a la pareja comprar una nueva casa en el barrio más caro de la ciudad. Comenzaron a frecuentar fiestas y entraron a formar parte de la Schickeria, o Schili9 (Becker 1978: 182), que fomentaría aún más los romances y las escapadas de Röhl con otras mujeres. Meinhof era consciente de la situación y la había aceptado como parte de la dinámica de su pareja en aquel entorno social. Algunas de las amantes de Röhl provenían de sus círculos cercanos y de conocidos, en muchos casos siendo incluso las mujeres de socios o amigos, y la promiscuidad era general y aceptada entre prácticamente todos ellos. Sin embargo la aceptación de Meinhof tuvo un límite. Röhl mantuvo una relación con Danae Coulmas, una mujer griega, casada, que duraría siete años (Ditfurth 2009: 216). La decisión de Meinhof de separarse definitivamente de Röhl tuvo lugar durante una de tantas celebraciones en la casa del matrimonio, donde Röhl y Coulmas, comportándose como una pareja en su luna de miel y haciendo demasiado obvia su relación, hirieron terriblemente a Meinhof. La celebración de aquel día era con motivo del 33 cumpleaños de Ulrike Meinhof (Becker 1978: 188). Así pues, Meinhof decide poner punto y final a su relación con Röhl, hace las maletas, lleva a las gemelas a casa de Renate Riemeck y pone rumbo a Berlín Occidental junto con su amigo, el teórico marxista, Rudi Dutsche, a quien habría conocido durante sus conferencias en Berlín Occidental. En segundo lugar, el otro punto de inflexión viene de parte de la situación política y social de la Alemania Federal. Era el 2 de junio de 1967, “Offener Brief an Farah Diba” había sido publicada en konkret y el Shah de

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Del italiano “sciccheria”: chic, a la moda. Schili: círculos chic de izquierdas.

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Irán, Mohammed Reza Pahlavi, junto con su mujer, además del Presidente de la República Federal y otros dignatarios, entre los cuales se encontraba Willy Brandt, iban a asistir a la representación en la ópera de Berlín de La Flauta Mágica. Una gran manifestación, principalmente formada por jóvenes y estudiantes, tuvo lugar en protesta por la visita de alguien a quien, según consideraban, debía ser juzgado por crímenes contra la humanidad. Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que, momentos antes del paso de los coches oficiales, un grupo de manifestantes pro-iraníes se situó en frente de los protestantes. Tras la espera, y una vez los coches oficiales habían pasado, los manifestantes pro-iraníes rompieron sus pancartas y utilizaron las varas con las que estas estaban construidas para agredir a los manifestantes indefensos. La policía, que a diferencia de otras ocasiones hoy contaba con la presencia de todas sus facciones: Kripo, Schupo, Popo y Bepo10 (Becker 1978: 46), no sólo no detuvo a los manifestantes pro-iraníes, sino que se sumó a estos, atacando a los manifestantes pacíficos. Se encontraba entre ellos, además, un agente secreto de la Stasi, Karl Heinz Kurras, quien, durante la huida de los manifestantes pacíficos, sacó su arma reglamentaria y disparó a uno de los jóvenes de forma certera en la cabeza. La víctima fue Benno Ohnesorg, un joven estudiante, que se convertiría en el símbolo contra la opresión policial y cuya muerte fomentaría la formación de uno de los grupos terroristas más activos de la segunda mitad del siglo XX en Alemania, el Movimiento 2 de Junio11. Meinhof conoce, a primeros del mes de abril de 1968, a Andreas Baader y Grudrun Ensslin, junto con Thorwald Proll y Horst Söhnlein, en Frankfurt, durante el juicio contra los cuatro jóvenes por provocar incendios en unos grandes almacenes de la ciudad. Meinhof se interesa por el punto de vista de los cuatro, que defienden el atentado como un ataque contra el imperialismo capitalista norteamericano. La periodista comienza a sentir simpatía por su espíritu de lucha, a pesar de observar que el atentado contra bienes materiales no supone daño alguno al sistema capitalista, sino que conlleva problemas 10

Kriminalpolizei (Policía Criminal), Schutzpolizei (Policía Uniformada), Politische Polizei (Policía Política) y Bereitschaftspolizei (Antidisturbios). Kripo, Schupo, Popo y Bepo, conocidos también como los Hermanos Antimarx. 11 Bewegung 2. Juni.

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mucho mayores para los autores del delito. Así, cambia su forma de comprender la situación. Su pensamiento pasa de una defensa de la protesta verbal y del pacifismo cristiano que la definía, a una defensa de la violencia contra los bienes materiales. El siguiente paso, de la violencia contra los bienes a la violencia contra las personas, no tardaría en llegar. El 11 del mismo mes, Rudi Dutschke sufre un intento de asesinato tras recibir tres disparos a corta distancia. El atacante, un tal Josef Bachmann, llevó a cabo el ataque motivado por el odio contra su ideología. Tras ser sentenciado a siete años de prisión, su cuerpo fue encontrado con una bolsa de plástico en la cabeza. Meinhof comenzaba así a ver a los medios, principalmente el periódico Bild perteneciente al empresario Axel Springer, como sistemas de agitación y promoción del odio hacia los círculos intelectuales de izquierdas. Este punto de vista alimentaría su metáfora de un gobierno alemán nazi contra el que luchar. A dicha metáfora contribuiría en gran medida la conocida frase de Gudrun Ensslin: “Dieser faschistische Staat ist darauf aus, uns alle zu töten. Wir müssen Widerstand organisieren. Gewalt kann nur mit Gewalt beantwortet werden. Dies ist die Generation von Auschwitz, mit denen kann man nicht argumentieren”.12 A finales del mismo año, Baader, tras haberse fugado con Ensslin durante su libertad condicional, es arrestado por exceso de velocidad y llevado a prisión. Meinhof, junto con Ensslin y otras integrantes de lo que más adelante bautizarían como la Rote Armee Fraktion y que los medios denominarían la Banda Baader-Meinhof, deciden liberar a Baader fingiendo que Meinhof y él necesitan trabajar conjuntamente en el desarrollo de un libro. Se les concedió el permiso para trabajar en una biblioteca, bajo vigilancia policial, gracias al reciente trabajo de investigación que Meinhof había llevado a cabo sobre la situación y el trato que se daba a las jóvenes internas en centros de educación alemanes y su posterior filme, Bambule, que estaba programado para ser

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http://www.tagesspiegel.de/meinung/kommentare/30-jahre-deutscher-herbst-von-der-apo-zurraf/1081540.html (última revisión: 22/05/2014).

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emitido aquel mismo día, además del sobrenombre que se había labrado con su labor periodística. La liberación de Baader supuso, no sólo el paso de Meinhof a la clandestinidad, sino la primera víctima mortal a manos de la banda, convirtiendo a la que fuese una de las más reconocidas intelectuales, pacifista cristiana y miembro de la Oposición Extraparlamentaria13 en una de las terroristas más buscadas de todo el país en cuestión de horas. Los textos de Meinhof comenzaban a centrarse en la necesidad de formar una metáfora útil que mostrase al Estado alemán como una continuación del nazismo donde la clase obrera fuese la víctima de un proceso que les habría de llevar a un nuevo Auschwitz. En un inicio la metáfora contaba con el pueblo de Vietnam como la víctima de un nuevo nazismo a escala mundial. Daba así comienzo la Rote Armee Fraktion, junto con un cambio en el pensamiento de la periodista, que previamente defendía la importancia de la protesta mediante el texto escrito, y ahora comenzaba con una defensa del “Primat der Praxis” (Rote Armee Fraktion 1997: 36), o primacía de la práctica, que implica la necesidad de actuar o, en el caso del camino tomado por la RAF, de tomar las armas. El período en clandestinidad se rige, a través de sus textos, por un constante intento de defender lo que en términos morales es imposible: el asesinato de un ser humano inocente, así como los diversos atracos a bancos, por todo el país, que argumentaban como un ataque al imperialismo norteamericano y como una financiación necesaria para las actividades de la banda. Meinhof, junto a Andreas Baader, Gudrun Ensslin y el resto de integrantes de la RAF viajó al campo de entrenamiento del FPLP14 en Jordania, perteneciente a Fatah, bajo las órdenes de Yasser Arafat. Allí recibieron entrenamiento militar orientado a la guerrilla urbana y el apoyo armamentístico necesario, aunque la relación entre los miembros de la banda y la FPLP nunca fuese del todo satisfactoria. 13 14

Außerparlamentarische Opposition (APO). Frente Popular de Liberación de Palestina.

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Meinhof dio el siguiente paso en sus escritos. De dar excusas por sus actos, pasaría a la defensa de futuros asesinatos. El texto que traería el tropos del “nosotros contra ellos”, donde “nosotros” ya no comprendía a la clase obrera y a los círculos intelectuales de izquierdas cuyo objetivo era defender antaño, sino únicamente a los miembros de la RAF, y donde “ellos”, por tanto, significaba el Estado y la policía, llevaría por título “Natürlich kann geschossen werden” y cuyo corolario rezaba: […] wir sagen, natürlich, die Bullen sind Schweine, wir sagen, der Typ in der Uniform ist ein Schwein, das ist kein Mensch, und so haben wir uns mit ihm auseinanderzusetzen. Das heißt, wir haben nicht mit ihm zu reden, und es ist falsch überhaupt mit diesen Leuten zu reden, und natürlich kann geschossen werden. (Meinhof 1970: 3).

A la despersonalización de la policía, que ya no estaría integrada por personas sino por cerdos, le seguiría un contraataque por parte del Estado, donde la RAF se convertiría en objeto de nuevas despersonalizaciones. La lucha entre la banda y el Estado se convertiría en gran medida en una lucha sobre el papel, a pesar de los atracos y secuestros llevados a cabo por la RAF. Esta lucha con palabras y no con armas fue la que verdaderamente derrotó a Meinhof, cuya mayor necesidad fue siempre la de adjudicarse una definición y donde esta sólo podía venir a través del uso de las palabras.

La primera generación de la banda no duraría mucho tiempo en libertad. Andreas Baader y Jean-Carl Raspe serían detenidos mientras trabajaban en un garaje donde preparaban y almacenaban explosivos. Gudrun Ensslin dejó ver su arma por descuido mientras compraba en una tienda, alertando a la dependienta, que avisó rápidamente a las autoridades.

Ulrike Meinhof fue arrestada el 14 de julio de 1972. Su apariencia había cambiado tanto que el único medio disponible para identificarla fue mediante una radiografía de su cráneo, ya que el metal que encontrarían después era prueba inequívoca de su paso por el quirófano.

Tras su detención fue puesta en aislamiento un total de tres veces. En una de las ocasiones durante casi un año. Aquello provocó un terrible deterioro 19

de su contacto con la realidad y su razonamiento. Aquella completa reducción implicó a su vez una reducción en su vocabulario. Así, el Estado conseguía anular los intentos constantes de Meinhof de autodefinirse mediante el lenguaje, anulando al mismo tiempo su identidad.

Tras la construcción del nuevo ala en la prisión de máxima seguridad de Stammheim, edificada exclusivamente para albergar a los miembros de la primera generación de la RAF, Meinhof fue internada junto a Baader, Ensslin, Raspe e Irmgard Möller.

Las tensiones entre los miembros de la banda comenzaron a crecer. Ensslin y Meinhof competían constantemente. Este hecho, junto con un supuesto conflicto entre Meinhof y Baader, fue empleado por el Estado para defender la hipótesis de su posterior suicidio, según la cual Meinhof se habría visto empujada a un callejón sin salida donde no encontraría ni aceptación, ni cobijo, ni un futuro. Otras fuentes, como fue Letzte Texte von Ulrike15, no sólo negaban tales conflictos, sino que buscaban mostrar una relación aún más sólida entre Meinhof y Baader con el fin de negar las razones ofrecidas por el Estado en defensa de la hipótesis del suicidio y, así, dar a entender que Meinhof nunca hubiera tomado la decisión de terminar con su vida, apuntando a la hipótesis del homicidio.

El cuerpo de Meinhof fue encontrado el 9 de mayo de 1976 colgado de los barrotes de la ventana en su celda de la prisión de Stammheim. La autopsia del cuerpo realizada por el Estado, y a la que no se permitió el acceso a los abogados de Meinhof, dictaminó que la muerte había sido causada por ahorcamiento y que se trataba de un suicidio. A su vez, su cerebro fue retirado sin consentimiento, en secreto, para su posterior estudio (Colvin 2009: 189).

15

Colección de textos escritos por Ulrike Meinhof en prisión, junto con otros textos relevantes.

20

Sin embargo, Otto Schily, abogado de Meinhof, creía tan poco en la posibilidad de que se tratase de un suicidio que pidió una nueva investigación a cargo de una comisión internacional independiente (Colvin 2009: 173). El grupo de investigadores provenientes de diferentes países europeos admitieron que, dada la limitación de las fuentes ofrecidas por el gobierno alemán, no se veían capacitados para pronunciarse con autoridad al respecto, aunque sugirieron que había indicadores de una tercera parte involucrada y que Meinhof podía haber estado ya muerta antes de haber sido colgada en su celda (Internationale Untersuchungskommission 1979: 5).

La muerte del resto de presos de la RAF también fue declarada suicidio. Andreas Baader murió por un tiro en la base del cuello. Jean-Carl Raspe, al igual que su compañero, apareció con heridas de bala. Gudrun Ensslin fue encontrada ahorcada con el cable de unos altavoces en su celda. La única superviviente, Irmgard Möller, salió adelante con cuatro puñaladas en el pecho.

3. Recepción de la figura y la obra de Ulrike Meinhof 3.1. La imagen de Ulrike Meinhof en los medios Si bien conocemos los aspectos más relevantes de la vida de Ulrike Meinhof, como fueron sus actos o sus escritos más significativos, conviene prestar atención, además, al trato que recibió por parte de los medios, así como de otros intelectuales y artistas contemporáneos y actuales. Meinhof, a lo largo de su vida, fue objeto de numerosos ataques. Estos, en múltiples ocasiones, se basaron en su discurso político, pero en muchos otros casos fueron de naturaleza sexista, cuyo fin buscaba anularla como sujeto intelectual y político por el hecho de ser mujer. Esto supuso para muchos un conflicto irresoluble cuya única salida fue un intento de desacreditarla mediante el uso de un discurso sexista. Su apariencia, al ser mujer, se consideraba algo estrictamente sujeto a los cánones estéticos sociales que, además, como ama de casa y madre de familia, Meinhof no podía ignorar. 21

Si bien Meinhof ya utilizaba su imagen personal, alejada del glamour y la vanidad a una temprana edad, su posterior entrada en los círculos de la Schili de Hamburgo creó en el imaginario colectivo el concepto de una Ulrike Meinhof de gustos refinados, rodeada de todo tipo de lujos, que chocaría irremediablemente con su siguiente cambio estético. Consideramos pertinente detenernos brevemente en la evolución de su imagen porque dicha transformación, por anecdótica que pueda parecer, sería instrumentalizada por sus detractores como una prueba de los supuestos problemas neurológicos producidos por la inflamación de los vasos sanguíneos en el cerebro que sufrió durante su embarazo y debido a los daños producidos, supuestamente, por su paso por el quirófano, alegando que los cambios en su apariencia física eran síntoma inequívoco de otros cambios, a su vez, de índole psíquica. Observamos, desde su juventud hasta sus últimos días en la prisión de Stammheim, cuatro fases diferentes. En la primera, en su periodo de juventud y durante sus estudios hasta su matrimonio con Klaus Rainer Röhl en 1961, demuestra con su estética sencilla una personalidad en absoluto superficial. Se trataba de la época de su oposición a la proliferación del armamento nuclear. En su segunda fase, comprendida entre el comienzo de su relación con Klaus Rainer Röhl hasta su separación en 1967, observamos un gran cambio. Meinhof, que antaño se había opuesto a la opulencia y las apariencias, ahora optaba por la estética de la alta sociedad alemana, convirtiéndose en un icono de la Schili. La tercera fase comienza con su huida a Berlín Occidental y concluye, tras su paso a la clandestinidad en 1970, poco antes de su detención. En ella observamos nuevos cambios estéticos. El más llamativo es su cambio de peinado, mucho más sencillo, junto con su ropa, definida en muchas ocasiones como poco femenina. Su peinado cambiaría nuevamente poco antes de su cuarta fase, ya que, para evitar ser reconocida, tomó la decisión de cortarse el pelo ella misma, creando un enorme contraste estético entre su previa imagen de madre de familia de la alta sociedad y su apariencia final de fugitiva.

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Este contraste fue utilizado en un intento de desacreditarla mediante el uso de un discurso sexista, al que se sumaría su contrapartida, un discurso, también basado en su imagen personal, que buscaba lavar la imagen de Ulrike Meinhof y ennoblecer su identidad, de cara al pueblo alemán. Comenzaba, así, el debate en los medios sobre cuál era la verdadera identidad de Ulrike Meinhof, ¿bruja o santa?, ¿terrorista o revolucionaria?, ¿enferma o lúcida?

3.2. Las tres polarizaciones de la identidad de Ulrike Meinhof 3.2.1. Bruja o santa En el primero de los casos, la discusión giró siempre en torno a sus fotografías. La estética de pelo corto, en ocasiones con un cierto aire punk, y una forma de vestir por completo informal, representaban un desafío para los defensores de los conceptos de Kinder, Küche y Kirche como los ámbitos a los que debía reducirse el entorno de la mujer. Por otro lado, la fotografía que utilizaría Röhl16, entre otros, para “santificar” su imagen aparecería nada menos que en el cartel policial donde se ofrecía una recompensa a quien diera con su paradero. La fotografía, que muestra a Meinhof con el rostro inclinado y con gesto tranquilo y melancólico, fue interpretada como una representación casi angelical (Colvin 2008: 96). Röhl había aconsejado a Meinhof utilizar, además, su nombre completo Ulrike Marie debido a sus connotaciones religiosas, lo que dio mayor fuerza a su imagen (Colvin 2009:5). Con el fin de darle una imagen maternal, Röhl, además, en 1972, a través de su revista konkret, haría un llamamiento a sus lectores para recordarles que Ulrike Meinhof era madre de dos niñas. Otro autor, Alois Prinz en su trabajo biográfico Lieber wütend als traurig17, lleva a cabo un retrato demasiado subjetivo y sentimental, que ofrece una imagen angelical de Meinhof mediante su comparación con Sophie Scholl. A estos se suma también

16

Enlace a la fotografía del cartel policial: http://3.bp.blogspot.com/UURViKurM9w/UQBVpBcY2PI/AAAAAAAAA7A/4fOD7IertIc/s1600/ulrike.jpg 17 Prinz, A. (2003). Lieber wütend als traurig. Berlin: Gulliver.

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el retrato que ofrecería Renate Riemeck en su autobiografía, donde muestra una colección de historias sobre la infancia de Meinhof con la clara intención de apelar a los sentimientos mediante la imagen de una joven protectora de los débiles y capaz de enfrentarse a figuras autoritarias, con aires de ángel vengador de la justicia (Colvin 2008: 95). Se apelaba así, una vez más, a los sentimientos, dejando de lado un posible discurso basado en el debate político, la razón y los actos, tratando de convencer mediante la superficialidad de las fotografías en vez de hacerlo mediante el uso de las palabras que Meinhof tanto hubiera defendido antaño. Pero, más allá de la imagen que proyectaba o de cómo era percibida por sus partidarios o detractores, Meinhof se mantuvo a lo largo de toda su vida en una constante búsqueda de una identidad personal. Conviene tener en cuenta, en este punto, la importancia que tenía el concepto de identidad en las Alemanias de la segunda mitad del siglo XX, especialmente en la occidental, donde muchos, entre otros la propia Ulrike Meinhof, miraban hacia atrás buscando una base en la memoria histórica para definir su presente. Así, uno de los objetivos centrales que se persiguieron durante la formación de la RAF fue el de buscar algún tipo de justicia en relación a antiguos miembros del partido nazi responsables de haber traído a Europa el Holocausto, quienes no sólo no habían sido juzgados o encarcelados, sino que habían accedido a puestos de poder dentro de la nueva Alemania Federal con la connivencia del Estado. El principal ejemplo es el caso de Hanns Martin Schleyer18. Otros, como el conocido Rudi Dutschke, abogaron por pasar página tras tales acontecimientos y comenzar con un nuevo período histórico. Así, mientras algunos como Dutschke preferían mirar hacia el futuro, otros optaron por la instrumentalización del Holocausto con fines sociopolíticos (Kundnani 2011: 275), identificándose como las víctimas directas del nazismo. Sin embargo, esta noción experimentó un giro copernicano durante la década de los sesenta. 18

Presidente en aquel entonces de la Asociación de Industriales Alemanes y antiguo miembro de las SS, secuestrado y asesinado por la RAF en 1970.

24

Es por tal razón que algunos autores, como es el caso de Jillian Becker, denominan a la generación alemana de los Achtundsechziger los “hijos de Hitler”19. Sin embargo, otros autores, como el ensayista político Walter Boehlich, mantenían que, siendo precisos, estos no eran los hijos de Hitler, sino de Schleyer, y que su motivación venía, especialmente, por el hecho de que sujetos como el propio Schleyer pudieran haberse librado de su pasado sin recibir el juicio y el castigo que merecían (Colvin 2009:127): “[…] nicht Kinder Hitlers sind die politischen Täter, sondern kinder Schleyers; nicht, was unter Hitler einmal getan worden ist, motiviert sie, sondern was die Schleyers heute tun, tun dürfen” (Boehlich 1977: 10).

3.2.2. Terrorista o revolucionaria La segunda cuestión en relación con la identidad de Ulrike Meinhof viene por la necesidad de definirla, bien como una revolucionaria, o bien como una terrorista y una agitadora. Debido a su filme Bambule se ha creado en el imaginario colectivo el concepto de una Ulrike Meinhof fuertemente involucrada en la lucha feminista. No obstante, ella misma afirmaría, especialmente durante sus últimos años de vida, que su lucha se había centrado únicamente en las injusticias sociales independientemente del sexo de las víctimas, a lo que agregaba su total desacuerdo con la causa feminista (Rosenfeld 2010: 371), que ella consideraba contraproducente por suponer una división social y una rivalidad en vez de la búsqueda del fin de los problemas en conjunto, tildando el feminismo de “chauvinismo vaginal”: er – der votzenchauvinismus – stellt in der klasse eine konkurrenz zu den männern her, dh zu ihrer herrschaftsrolle, indem er die leistungszwänge internalisiert, also das frauenproblem rassistisch löst: “das kann ich auch” – das ist das eine. er

übernimmt

die

frauenverachtung

von

den

männern…

in

der

frauenverachtung steckt aber der ganze minderwertigkeitskomplex: ne frau zu 19

Su libro Hitler’s Children: The story of the Baader-Meinhof Gang, publicado en 1978, parte de la idea de que la generación del 68 era la heredera directa del período nazi.

25

sein drin – also: die konkurrenz zu den tanten, die den nicht haben – der neid. (Colvin 2009:199).20

Meinhof, a pesar de ser de izquierdas y considerarse comunista comenzó, tras su separación de Klaus Rainer Röhl y su alejamiento de la Schili, a marcar una línea divisoria entre los que consideraba camaradas y aquellos a los que denominaba “intelectuales burgueses de izquierdas” (Meinhof 1970: 1). Lo que llevaría a Meinhof a crear esta separación conceptual sería su paso a la defensa del “Primat der Praxis” en oposición a la corriente marxista, que daba una mayor importancia a la teoría frente a la práctica. Dicha ruptura supuso una transgresión social y política que, si bien algunos aceptaron abiertamente como un pensamiento de naturaleza revolucionaria, otros tantos tildarían de radical y negativa. Para Meinhof, la posición sociopolítica de los llamados intelectuales burgueses de izquierdas era la de reducir su labor únicamente a la teoría con el fin de mantener su situación de clase, no alterando el orden social. Para ello era preciso que estos la disuadieran políticamente de su intención, la de organizar y armar al proletariado, a través de la RAF, para llevar a cabo una lucha contra lo que consideraba el brazo armado del Estado: la policía, con el fin de evitar que Meinhof tuviese la posibilidad de organizar una revolución. Con este fin, los intelectuales de izquierdas criticaron el discurso político de Meinhof, buscando la forma, no sólo de distanciarla de su posición marxista, sino de invalidar, además, sus premisas. Para ello optarían por definirla como anarquista, con el fin de evitar el debate político. Este hecho, que no sólo se dio en Alemania, puede encontrarse en otros medios internacionales como El País 21

en España, el New York Times22 en Estados Unidos o Associated Press23.

20

Los textos escritos por la RAF ignoran deliberadamente ciertas reglas gramaticales y ortográficas a modo de rechazo de una lengua que consideraban eminentemente masculina. Por ello encontramos términos como ne, en lugar de eine, expresiones coloquiales como tante (tía) o el rechazo general al uso de mayúsculas. 21 Protestas por la muerte de Ulrike Meinhof: http://elpais.com/diario/1976/05/11/portada/200613603_850215.html 22 German Anarchists’ Hunger Strike Causing Disputes on Jail Conditions: http://www.baadermeinhof.com/wp-content/uploads/2011/11/8-22-1977-German-Anarchists-Hunger-Strike-CausingDisputes-on-Jail-Conditions-NYT.pdf

26

Si bien esta transgresión supuso una posición revolucionaria en términos sociopolíticos, también encontramos en ella una contrapartida que invalida sus premisas en términos morales, la apología de la violencia, en este caso la apología de la violencia contra personas: […] wir sagen, natürlich, die Bullen sind Schweine, wir sagen, der Typ in der Uniform ist ein Schwein, das ist kein Mensch, und so haben wir uns mit ihm auseinanderzusetzen. Das heißt, wir haben nicht mit ihm zu reden, und es ist falsch überhaupt mit diesen Leuten zu reden, und natürlich kann geschossen werden (Meinhof 1970: 3).

3.2.3. Enferma o lúcida

El tercer apartado en la búsqueda de la identidad de Ulrike Meinhof, que cierra el círculo con un regreso al discurso sexista, plantea la pregunta sobre su estado mental. ¿Era Ulrike Meinhof una mujer lúcida o por el contrario padecía una enfermedad mental?

El hecho de no formular esta misma pregunta en los cientos de casos en los que el terrorismo era causado por un hombre, como fueron los casos del propio Andreas Baader o del conocido Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos el Chacal, nos lleva a observar un pensamiento de naturaleza sexista según el cual la violencia no sólo se considera territorio exclusivo de los hombres, sino que además no se cuestionan sus motivos en un sentido ético, al aceptarse como consecuencia necesaria ante una situación social o política determinada, y se reservan los juicios morales sólo para los casos donde esa violencia viene de manos de una mujer.

Así, la hipótesis de la locura de Ulrike Meinhof a causa de la inflamación en su cerebro, y/o los posibles daños durante la intervención a la que se vio sometida24, es una posibilidad que, independientemente de las afirmaciones de los investigadores Bernhard Bogerts, de la Universidad de Magdeburgo y 23

Top Anarchist Found Hanged In German Cell: http://www.baader-meinhof.com/wpcontent/uploads/2011/11/5-10-1976-Top-Anarchist-Found-Hanged-in-German-Cell-AP.pdf 24 Meinhof brain study yields clues: http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/2455647.stm

27

Jürgen Preiffer, neuropatólogo emérito de la Universidad de Turingia (Holden 2002: 1551), parte de un planteamiento sexista, como veremos a continuación.

La hipótesis de la locura como causa del terrorismo quedaría descartada debido a la necesidad de una mente coherente capaz de evaluar la situación y las consecuencias de sus propios actos de un modo realista (Shugart 2006: 5). A esto se suma, además, la afirmación, desde una perspectiva evolutiva, del terrorismo como un acto racional y altruista: the minimum requirement for a suicidal altruistic gene to be successful is that it should save more than two siblings (or children or parents), or more than four half-siblings (or uncles, aunts, nephews, nieces, grandparents, grandchildren), or more than eight first cousins, etc. Such a gene, on average, tends to live on in the bodies of enough individuals saved by the altruist to compensate for the death of the altruist itself (Dawkins 1976: 93).

Si bien Ulrike Meinhof había transgredido una serie de barreras sociales difíciles de digerir para algunos, no fue así debido a la transgresión en sí misma, sino por el hecho de haber sido llevada a cabo por una mujer. Esto fue observado por algunos de sus detractores, de modo similar al que tendrían los críticos del siglo anterior, que aplicaron la técnica bautizada por la novelista Joanna Russ como “denial of agency” o negación de la autoría, mediante la cual rechazarían que una mujer pudiese haber sido la autora de un texto literario (Colvin 2008: 89). En palabras de Russ: “What to do when a woman has written something? […] Since it wrote itself looks pretty silly, […] some critics have invented a subtler version, […] that is: The man inside her wrote it” (Russ 1994: 20).

Así pues, ante la imposibilidad de negar que Meinhof pudiese ser la autora de sus propios textos, se afirmó que tuvo que ser, necesariamente, “el hombre que llevaba dentro” quien los había escrito.

Dicho concepto iría a la par con la idea de que la liberación de la mujer no sólo era la causa del terrorismo, sino que también era la causa de la homosexualidad. Este razonamiento, aunque inválido, tomaba su fundamento 28

en dos hechos principalmente: la liberación sexual de los miembros, mayoritariamente mujeres, de los movimientos sociales y clandestinos en Alemania, como fueron la Kommune I, la RAF, las Células Revolucionarias o el Movimiento 2 de Junio, y la búsqueda de la formación de lazos afectivos que incrementasen la empatía entre los más desfavorecidos25.

De este modo tomó el punto de partida la idea de que mujeres como Ulrike Meinhof o Gudrun Ensslin eran, en realidad, más varoniles que los propios hombres, lo que se llevó el debate al arcaico terreno de la represión social y los roles sexuales preestablecidos, reforzando la idea de que las causas del terrorismo a manos de mujeres no eran sino aberraciones producto de una serie de factores de naturaleza sexual (Colvin 2008: 89).

3.3. La influencia de Ulrike Meinhof en la cultura popular

Especial mención merece el intenso debate en los medios protagonizado por el novelista alemán y Premio Nobel de Literatura en 1972, Heinrich Böll. Böll, que ya se había encontrado en una situación de conflicto en 1963 con la Iglesia Católica y la CDU, debido al retrato que ofrecía de ambas en su novela Ansichten eines Clowns, llegó a ser considerado simpatizante del terrorismo tras la publicación, en 1974, dos años antes de la muerte de Meinhof en la prisión de Stammheim, de su novela Die verlorene Ehre der Katharina Blum oder: wie Gewalt entstehen und wohin sie führen kann. En ella criticaba los métodos empleados por el Estado alemán en lo que consideraba una caza de brujas (Ryan 2012: 293) producto de la ley conocida como Radikaleranlass. Esta nueva ley, aprobada en enero de 1972, tenía como propósito impedir que aquellos sujetos que fuesen etiquetados por el Estado como extremistas y de izquierdas pudiesen ejercer profesiones de servicio público (Colvin 2009:127). La madre adoptiva de Ulrike Meinhof, Renate Riemeck, se vería afectada por esta nueva ley, al ser tanto comunista como profesora universitaria, al igual que 25

En Bambule, Meinhof nos muestra cómo las jóvenes, ante un entorno fuertemente represor, comienzan a crear lazos afectivos que van más allá de la amistad, llegando en algunos casos a mantener relaciones en privado.

29

muchos otros, careciendo, sin embargo, de conexión alguna con la banda terrorista, por el simple hecho de compartir un pensamiento de izquierdas.

Así, Böll criticaría la reacción exagerada del Estado alemán, capaz de reducir la libertad de expresión de una gran parte de la ciudadanía únicamente con el fin de mantener una contienda contra la RAF. De este modo no sólo convertían a los simpatizantes de la banda en enemigos del propio Estado, sino que mostraban como tales, además, a todos los simpatizantes con el comunismo, en particular, y con las ideologías de izquierdas, en general (Ryan 2012: 293).

La deshumanización de la imagen de Ulrike Meinhof fue criticada por otros escritores y artistas. Uno de los casos más conocidos, después de la obra de Böll, es, sin lugar a dudas, Ulrike Maria Stuart, la obra de teatro, estrenada en 2006, de la autora austriaca y Premio Nobel de Literatura en 2004, Elfriede Jelinek. La obra, basada en el drama Maria Stuart de Schiller, de 1800, gira en torno a las vidas de Ulrike Meinhof y Gudrun Ensslin, trasladadas a la obra como la mártir Maria Stuart e Isabel I, donde se plantea una serie de paralelismos entre el avance y la decadencia de estas dos mujeres situadas en posiciones históricas y las dos líderes de la RAF y sus tensiones (Colvin 2008: 96).

Encontramos otros casos, menos conocidos en el panorama cultural, como la canción Mich traf ein Mädchen del cantautor y poeta alemán Wolf Biermann, donde ya se presagiaba el trato deshumanizador que el Estado alemán daría a Meinhof (Blumenthal-Barby 2007: 155): Ich werde wohl bald ihr Foto sehen, Es wird in der Reihe mit anderen stehen Beim Bäcker im Fenster Und eine Hand Mit Kugelschreiber bewaffnet wird dann

30

Auskreuzen mit einem Krakelstrich Ihr Menschengesicht.26

En el ámbito internacional, cabe mencionar también el relato corto del novelista estadounidense Don DeLillo titulado Baader-Meinhof, publicado por primera vez en New Yorker, en abril de 2002. El relato narra la historia de dos extraños que se conocen en la exposición del ciclo de cuadros del pintor alemán Gerhard Richter titulada October 18, 197727, donde se muestra un total de 15 imágenes sobre la muerte de los conocidos miembros de la RAF en la prisión de Stammheim. El relato trata el tema del terrorismo y cómo unos desconocidos pueden llevarlo a cabo, así como el terror mismo de vivir en un estado moderno (DeLillo 2002: 78).

Sin embargo, no sólo encontramos referencias directas a Ulrike Meinhof en la literatura o el teatro. Regresando a Europa, nos encontramos con la obra del coreógrafo austriaco Johann Kesnik que lleva por título Ulrike Meinhof. En ella, Kresnik nos muestra a Ulrike Meinhof, no como una criminal, sino como la víctima del horror experimentado en la Alemania de la posguerra 28, una mártir que trata de enviar sus mensajes mecanografiados en forma de aviones de papel, muriendo, finalmente, a manos del Estado29.

En el ámbito cinematográfico encontramos tres filmes de gran relevancia. El primero, dirigido en 1986 por Reinhard Hauff con guión del periodista Stefan Aust, lleva por título Stammheim – Die Baader-MeinhofGruppe vor Gericht30 y ofrece la visión de Aust sobre los hechos acontecidos durante el período de encarcelamiento de la primera generación de la RAF en la prisión de Stammheim y el proceso judicial al que estos fueron sometidos.

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Letra de la canción Mich traf ein Mädchen: http://www.brix.de/bibliothek/literatur/terror_maedchen.html (Última revisión 07/06/2014). 27 Galería digitalizada con los cuadros del ciclo October 18, 1977: http://www.gerhardrichter.com/art/paintings/photo_paintings/category.php?catID=56 28 “Ulrike Meinhof” Porträt einer deutschen Krankheit: www.echoonline.de/freizeit/kunstkultur/theater/tanztheater/Ulrike-Meinhof-Portraet-einer-deutschenKrankheit;art1088,1358137 29 Deutschland, blutig Vaterland: http://www.zeit.de/1990/09/deutschland-blutig-vaterland 30 Ficha de Stammheim – Die Baader-Meinhof-Gruppe vor Gericht en IMDB.com: http://www.imdb.com/title/tt0092004/?ref_=nmbio_trv_3

31

El segundo de los filmes, un documental sobre la vida de Ulrike Meinhof 31

realizado en 1994 por Timon Koulmasis, lleva por título Ulrike Marie Meinhof

y

ofrece un retrato de carácter biográfico compuesto por diferentes grabaciones y vídeos sobre los miembros de la RAF y allegados, centrándose, claramente, en la figura de Meinhof.

El tercer filme, dirigido en 2008 por Uli Edel, lleva por título Der Baader Meinhof Komplex32. El filme, basado en el libro homónimo del ya mencionado Stefan Aust, nos ofrece un retrato de los miembros de la RAF desde las protestas estudiantiles de mayo de 1968 en Alemania Occidental hasta la muerte de Meinhof, Baader, Ensslin y Raspe. En este caso encontramos un análisis que tiende a la neutralidad y la sobriedad, sin abusar del retrato romántico de otras obras (Vera 2008: 1).

Más recientemente, en España, encontramos, esta vez en el campo de la música, la maqueta de 2002 titulada Escribiendo con Ulrike Meinhof

33

del

cantante de rap Pablo Hasél, continuación de una de sus maquetas previas titulada Un café con Gudrun Ensslin y continuada, a su vez, en 2013 con su siguiente maqueta, que llevaba por título Un gin tonic con Andreas Baader. El álbum está compuesto por una serie de canciones, cuyas letras ofrecen planteamientos revolucionarios, intercaladas con fragmentos del doblaje en español de la película de 2008 Der Baader-Meinhof Komplex. Hasél ofrece un retrato, nuevamente, de una Ulrike Meinhof víctima y no criminal, revolucionaria y mártir.

31

Ficha de Ulrike Marie Meinhof en Filmaffinity.com: http://www.filmaffinity.com/es/film840327.html Ficha de Der Baader Meinhof Komplex en Filmaffinity.com: http://www.filmaffinity.com/es/film451940.html 33 Escribiendo con Ulrike Meinhof, maqueta de Pablo Hasél: http://www.erreape.com/pablo-haselpresenta-escribiendo-con-ulrike-meinhof/ 32

32

4. Conclusiones

La imagen de Ulrike Meinhof siempre ha sido explotada con fines altamente polarizados. O bien era tratada como la mayor revolucionaria de Alemania, a veces ignorando a otras mujeres revolucionarias en la historia alemana del siglo XX, como fueron Rosa Luxemburg o Sophie Scholl, con las que también se la llegó a comparar, o bien Meinhof era tratada como la mayor amenaza política y social, utilizando su imagen como un contraejemplo de la emancipación de la mujer. En cualquiera de los casos, la imagen que se ofrece de Meinhof dista en gran medida de la Ulrike Meinhof real.

Si bien es cierto que su intención desde un comienzo fue siempre revolucionaria y perseguía la realización de la justicia social, los atentados que llevó a cabo, fueran contra bienes materiales o contra personas, fueron actos moralmente indefendibles y su persona cae, irremediablemente, bajo la definición de terrorista.

Meinhof, por su parte, abusó de metáforas en sus razonamientos donde comparaba a la Alemania de los sesenta con la población judía víctima del Holocausto. Tal metáfora no sólo suponía una enorme exageración, sino una falta de contacto con la realidad. No obstante este tipo de metáforas exageradas tuvo gran calado entre sus lectores y en gran parte de la izquierda política alemana hasta su paso a la clandestinidad, ya que sí existían puntos en común entre los métodos de gobierno durante el nacional socialismo y el nuevo gobierno, con leyes como la Radikaleranlass o la protección de antiguos miembros de las SS como altos cargos de las nuevas empresas estatales o posiciones de poder en política, como fue el conocido caso de Hanns Martin Schleyer.

Con gran probabilidad, Meinhof podría haber conseguido que muchos de sus proyectos sociales hubiesen salido adelante si el razonamiento plasmado en sus ensayos hubiese carecido de tal número de falacias y hubiese elegido, en su lugar, ofrecer datos reales sobre la situación de los más desfavorecidos y los actos que el gobierno alemán estaba llevando a cabo. 33

Así es como, analizando sus intenciones, sus actos y los resultados que estos tuvieron, podemos constatar que Ulrike Meinhof consiguió más para la derecha política que para el comunismo o las clases bajas de la sociedad. Sus acciones llevaron siempre aparejada una reacción contraria similar o superior que, lejos de atajar los problemas sociales, incrementó las diferencias y recortó libertades de los ciudadanos alemanes.

No obstante y a pesar de que su intención de obligar al Estado a enseñar su verdadera cara fue un acto cuando menos irresponsable, como afirmaba Christopher Hitchens en su artículo de 200934 en Vanity Fair, la reacción desmesurada del Estado y el trato que Meinhof recibió, tanto durante su clandestinidad como en Stammheim, sí dan la razón a algunas de sus metáforas.

En clave más personal, este trabajo me ha ayudado a comprender hasta qué punto Ulrike Meinhof es un buen ejemplo de por qué la violencia sólo genera violencia o, en palabras del propio Heinrich Böll, un gran ejemplo de cómo se genera la violencia y adónde puede llevar.

34

Once upon a time in Germany: http://www.vanityfair.com/politics/features/2009/08/hitchensguerrillas200908 (Última revisión: 07/06/2014).

34

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