La Guerra de Ribagorza

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Descripción

La Guerra de Ribagorza por VÍCTOR IGLESIAS PASCAU

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xplica Manuel Iglesias Costa en su Historia de Ribagorza la leyenda que cuenta que, pasando el 27 de junio de 1585 Felipe II por Tamarite de Litera camino de las Cortes convocadas en Monzón, enterándose el monarca que se hallaba en el reino de Aragón preguntó qué pueblos y cultivos eran aquellos que divisaba en dirección a Francia. A lo que sus acompañantes contestaron: «Desde esta población de Tamarite, arriba es el antiguo condado de Ribagorza y pertenece hoy al señor duque de Villahermosa, que es su conde con quien tiene pleitos Vuestra Magestad. ¿Es grande este territorio? dijo el monarca. Tiene una superficie de 90 leguas, una longitud de 15 y una latitud de 6. Cuenta con 16 villas y 216 pueblos o lugares y alrededor de 4706 casas (alrededor de 25.000 habitantes). No conocemos la reacción del monarca ante esta exposición, pero podemos suponer su estupor, pues en esa enorme entidad territorial entre Aragón y Cataluña –tierra de bandoleros que no temían la justicia real ni divina–, fronteriza también con Francia –enemiga de la Corona desde tiempo inmemorial, infestada de herejes– el rey no poseía ningún poder ni jurisdicción. Este hecho ya había motivado un importante pleito el año 1554, cuando los vasallos del Conde quisieron romper el pacto que los unía a su señor. Según Colás Latorre y Salas Auséns1 no parece que la iniciativa hubiera partido de la monarquía aunque la secundó inmediatamente, pasando a examinar con detenimiento los títulos de los condes. Tras 13 años de pleitos entre el Conde don Martín de Gurrea y Aragón y Carlos V, todo quedó en el mismo estado anterior a 1554. Sin embargo, en 1580, ya fuera por iniciativa de los vasallos, o por imitación del pleito de los de la baronía de Monclús (formada por los lugares de Monclús, Mediano, Panplano, Arcusa, Arasanz, Palotrillo y Castillazo), ya fuera alentados veladamente por el rey, los vasallos del Conde se alzaron militarmente contra su señor. Benasque y los pueblos del norte se pusieron del lado del Conde, Benabarre, cabeza del condado, también. Graus permaneció neutral, aunque facilitó dinero al conde y era lugar de residencia de importantes familias partidarias del conde, especialmente los Mur y los Bardaxí. Fonz empezó en el bando del Conde, pero fue variando en el transcurso del conflicto2. Calasanz, patria de uno de los cabecillas de la rebelión, y Tolva fueron abiertamente rebeldes al Conde. Ya en 1578, estando el conde con sus hijos en Benabarre, más de quinientos ribagorzanos habían atacado la Villa y expulsaron al Conde, a sus hijos y a Mosen Naval, comisario del Santo Oficio,

Benabarre. V. IGLESIAS que le acompañaba con su vara levantada. Pusieron las bocas de los pedreñales en tierra y los gatillos echados, para que entendiesse podía pasar seguro, como passó. aunque en saliendo fuera de la Villa, tiraron algunos tiros al ayre; no por dañar al duque però por declarar lo poco que le temían y estimavan. 1

Gregorio Colás Latorre y Jose Antonio Salas Auséns .–Aragón en el siglo XVI: alteraciones sociales y conflictos políticos; Departamenteo de Historia Moderna, Universidad de Zaragoza; 1982 2 Josep Manuel Martínez París. – Historia de Fonz: De los orígenes al siglo XX; CEHIMO IEA; Monzón; 2013 3 El Conde de Ribagorza ostentaba también el título de Duque de Villahermosa, por lo que la documentación lo cita unas veces como duque otras como conde. EL CRUZADO ARAGONÉS

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El 7 de febrero de 1580, la revuelta está a punto de estallar: Jaime la Puente se dirige a Benabarre, enviado por el Justicia de Aragón para devolver el condado a la jurisdicción del Conde, pero estando ya muy cerca de la dicha villa de Benabarre, de entre una espesura les salieron más de 12 lacayos armados con pedreñales, con grande alboroto y gritos para quererlos matar y les començaron a tirar de arcabuzazos, de modo que les convino huir y huyendo cayó el dicho portero, el qual les dixo que era official real, enseñándoles la insignia y provisión el que que traía de aquellas audiencias y, no obstante esto, le dieron tantas heridas y arcabuzazos que le dexaron por muerto. En 1585, Felipe II convoca a Cortes en Monzón –no se reunían desde 1564–, y allí se resuelve, tras un pleito de 95 años, que la baronía de Monclús pase a manos de la Corona. Esta baronía pertenecía a la familia de los Palafox. La Baronía de Bárcabo, perteneciente a la familia Mur, también desea romper sus lazos vasalláticos y se levanta contra su señor, motivo por el que fue atacada por el propio Ramón de Mur, y su nieto, Lupercio Latrás. En aquellas mismas cortes, Felipe II entiende que la justicia del Reino no fallará a su favor en el pleito de Ribagorza y entrega de nuevo el condado al Conde Fernando de Gurrea y Aragón. Pero el monarca no desiste. A partir de ese momento, el monarca intentará una salida política. Ahora sí se desata la violencia. Ante los intentos del conde para imponer su poder en el condado, los síndicos Juan de Ager y Juan Gil Macián se levantan: hizieron algunas rigurosissimas acciones, y no solo lo que se ha contado; pero atrozes, y muchas muertes. Y porque presto vengamos a contar las suyas: es cosa cierta que desde el año 1585 en que murió Pedro Gil hermano de Juan Gil, (hombre valentissimo, y de mucha traça, que vivia en Benasque, y le respetavan los muy valientes ) no se governaron con la prudencia, ni con el govierno que antes. Fue su muerte viniendo dos Lacayos dissimulados a Martín de Gurrea y Aragón. Benabarre, por matar a Juan Gil, que algunos ministros del Duque (según ANTONIO MORO. MUSEO NACIONAL DE ESTOCOLMO. se cree) los imbiavan, y preguntando por él subieron a su casa en la Sala 4 donde estava, y queriendo disparar los pedreñales para el hermano mayor, se puso deBlasco de Lanuza.- Historias ecclelante el Pedro Gil y recibiendo los golpes murio, y quedo vivo el Juan Gil de Macian. Huyesiasticas y seculares de Aragón en que ron los matadores y, acogiendose en Estadilla, y descubriendose el caso, los prendieron se continuan los annales de Çurita, desde el año 1556, hasta el de 1618.// alli los del lugar, y los entregaron a Juan de Ager, que los ahorcó en Benabarre, y lo misTomo segundo. Zaragoza 1622 p.60 mo hizo de N. Torquemada 4.

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Historias Eclesiásticas, de Blasco Lanuza.

Fernando de Aragón y Gurrea, 5º duque de Villahermosa. ROLAND DE MOIS

Viernes 29 de mayo de 1587. Los partidarios del duque toman Benabarre. Son: Juan de Bardaxí, señor de Ramastué; Rodrigo de Mur, señor de la Pinilla; Antonio Bardaxí, señor de Concas; Juan de Bardaxí, señor de Villanova; Gaspar de Bardaxí; Francisco Gilabert, señor de de Albelda, acompañados por Monsieur de Agut, pariente de los Bardaxí. Al día siguiente, consiguen entrar al castillo. Cuando ya están a punto de quemar la torre, donde se refugia Juan de Ager, él se entrega. Lo sacan a la plaza, donde un soldado lo mata de un tiro a traición, lo rematan a puñaladas. Y una vez muerto, lo desnudan, lo arrastran por la plaza, le cortan la cabeza y la clavan a la puerta de la villa. Saquean sus casas y la de Medardo Sancerni. Abren las puertas de la cárcel y dan libertad a los presos. Mataron a otros tantos. Blasco de Lanuza dice, que escriben algunos, y lo afirman de palabra otros, (lo que yo no creo, ni debe creerlo persona alguna) que en los aposentos de Juan de Ager se hallaron cartas de personas cercanas al rey –concretamente del Conde de Chinchón– que le animaban a seguir en la desobediencia al Conde. Y Lupercio Leonardo de Argensola, secretario del duque, hablando del mismo Juan de Ager dice: hombre tan determinado, que en diez años que duró el tener la tierra alborotada, prendia y mataba a los que juzgaba que lo merecian, sin hacer otro ni mas proceso que decir que su ánimo estaba satisfecho: desta manera mató mas de veinte hombres, y algunos de calidad, dando a antender que en todo executaba jurisdiccion real, y que esta era la voluntad del rei. Creíales el vulgo por ver trataba con los ministros reales 5. El mismo Argensola explica que cuando el virrey pidió al Conde que no pusiera el reino en escándalo [...]. El duque respondió que fuera mejor emplear aquella diligencia en estorbar a los vasallos rebeldes, pues ellos publicaban qeu se regían por él 6. Por otra parte, en diciembre de 1579 a instancia de los del Condado, Sebastián Naval, comisario de la Inquisición en Benabarre fue suspendido fulminantemente tras ser investigado por haber sobornado a muchas personas y lugares del Condado de Ribagorza para que desistiesen del pleito7 que tenían con su señor. Blasco de Lanuza dejó escrito que Fue muy grande el daño que algunos Clerigos hizieron apassionandose demasiado, o por el Condado, o por el Duque8. Y, de hecho, parece que poco tiempo después de acabada la guerra llegó una orden del rey para que el obispo de Barbastro investigara la connivencia de los eclesiásticos con los bandoleros. Como se hizo. Y así quedó consignado en el Archivo Diocesano de Barbastro, por ejemplo, la colaboración de Pedro de Mur, rector de Laspuña con Lupercio Latrás para conquistar la ciudad de Ainsa en el verano de 1588, una vez acabadas las Guerras de Ribagorza. ¿Quién es este presbítero? ¿Era familia de los Mur –y por ende, de los Latrás–? Nada sabemos de momento. Pero volvamos a Benabarre. El conde se ha hecho momentáneamente con el condado, impone la paz, retira la cabeza de Juan de Ager de la puerta de Benabarre y nombra procuradores y síndicos del Condado a Juan de Bardaxí, señor de Concas, y a sus partidarios. Los rebeldes siguen en pie y llaman al Miñón de Montellà, famoso bandolero y salteador de caminos catalán, que vino con una cuadrilla de 200 lacayos. Habían nombrado como sucesor de Juan de Ager a Juan Bardaxí, señor de Benavente, primo del señor de Concas y del de Villanova. El 28 de setiembre de 1587 el Miñón de Montellà se fue a Graus, donde comenzaba la Feria de San Miguel, mató a cuatro o cinco personas y saqueó muchas casas, entre ellas las de Esteban Diago –casado con Madalena Mur, hermana del Señor de la Penilla. Los partidarios del Duque tardan tres días en llegar con apoyos, unos 600 hombres según Blasco de Lanuza–. El Miñón huye a Estada y allí, organiza una emboscada contra sus perseguidores: muere Juan de Bardaxí, señor de Villanova de un tiro de pedreñal, y le cortan la cabeza. Los del Condado huyen a Arén y el Miñón vuelve a Cataluña. Los partidarios del duque bajan a Monzón, donde no les permiten la entrada, llegando a herir a Rodrigo de Mur, señor de La Penilla. El señor de Concas, como procurador del Condado, se quedó en Benabarre. El 4 de noviembre de 1587, el señor de Benavente, prepara desde Fonz el asalto de Benabarre, guardada por el señor de Ramastué, también miembro de la familia Bardaxí. Pero se enteran que el señor de Concas había pasado a Graus, así que le tienden una emboscada y matan a parte de su cuadrilla en el puente de Graus, entre ellos un caballero de Seo de Urgel llamado Joseph de Planizolas. El señor de Concas se refugia en Benasque.

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Lupercio Leonardo de Argensola. –Información de los sucesos del reino de Aragón en los años 1590 y 1591; Rolde de estudios aragoneses. 6 [Op Cit] p 42. 7 AHN INQUISICIÓN,L.964: Libro cuarto de cartas del Tribunal de la Inquisición de Zaragoza al Consejo de Inquisición y al Inquisidor General . 8 Blasco de Lanuza, V [Op. Cit] p 66. EL CRUZADO ARAGONÉS

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Benasque. Castillo. FUENTE J.MAYORAL

Martín de Gurrea y Aragón. ROLAND DE MOIS

«Durante la Cuaresma, Lupercio Latrás empieza a convocar gente en Naval, enviando cartas a sus deudos donde da a entender que tenía orden del rey para atacar a los moriscos. Llegaron allí más de setecientos hombres...»

En diciembre de 1587, a causa del gran número de gente armada que cruza el Cinca, el Concejo de Fonz decidió retirar la barca durante diez días. Son probablemente partidarios del Conde. Ha llegado el invierno pero las hostilidades no cesan. Los rebeldes ponen sitio al Castillo de Benabarre, ocupado entonces por el señor de Ramastué, quien recibe la ayuda de Miguel Juan Barber, conocido bandolero de la Litera, con veinte hombres. El Domingo 7 de febrero del año siguiente, se lanza el ataque final durante la misa. Habían entrado la noche anterior con sigilo y se habían alojado en casa de Francisco Pintor, en la plaza. Los de dentro se resistieron. Entre los del Benasque. Palacio Duques. JUAN condado estaban varios bandoleros catalaMORA INSA. GOBIERNO ARAGÓN nes de la cuadrilla del Miñón. Los sitiadores construyen una torre de madera con ruedas y otras máquinas para ir acercandose al castillo, pero los de dentro resisten. Finalmente, cuando llegaron noticias de que el duque con Martín de Bolea, el señor de la Penilla y Francisco Gilabert al frente de una tropa abundante e incluso una compañía de gascones se dirigían a Benabarre, los sitiadores levantan el cerco el 17 de febrero de 1588. En el marco de unas negociaciones de paz con Alonso Celdrán, teniente del Gobernador de Aragón, finaliza el asedio. Juan de Bardaxí, señor de Ramastué, pilar del bando del Duque, muere repentinamente de enfermedad. Martín de Bolea se vuelve a Huesca, el Duque despide a su gente y concede una tregua, quedando desarmado. Sin embargo, durante la tregua, Francisco de Gilabert, señor de Albelda y Miguel Juan Barber, encontraron seis lacayos del Miñón de Montellá y de los Valls: mataron a cinco de ellos, al quinto, sobrino del baile de Alós, lo llevaron preso a Benabarre, donde fue ejecutado por el conde. Con ello, los del condado dieron las treguas por rotas. El conde intenta rearmarse, también los del condado, que vuelven a llamar al Miñón de Montellà y a los Valls con sus cuadrillas. Los partidarios del duque se habían unido a la cuadrilla de Miguel Juan Barber, que junto a los montañeses de Jaca habían atacado a los moriscos de Pina y Codo, casualmente, ambas villas pertenecían al Conde de Sástago, virrey de Aragón.

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El Conde, conociendo la debilidad de su posición, había enviado cartas a los señores que le eran leales para tomar el Condado militarmente, pero son interceptadas por los rebeldes y renace la llama de la guerra. La violencia de los enfrentamientos lleva a Fonz a reforzar la muralla y cerrar las puertas. En este preciso momento, entra en escena un viejo conocido: Lupercio Latrás, ya entonces famoso bandolero, espía al servicio del rey –y del mejor postor– primo de Rodrigo de Mur. Acababa de llegar de Italia, donde había ido como capitán de los tercios, para ofrecer sus servicios al Duque don Hernando. Durante la cuaresma, Lupercio Latrás empieza a convocar gente en Naval, enviando cartas a sus deudos donde da a entender que tenía orden del rey para atacar a los moriscos. Llegaron allí más de setecientos hombres. Sin embargo, una vez reclutados, Lupercio Latrás los llevó a Benabarre y los puso a las órdenes del Duque. El 15 de abril, en Graus, se unen al Duque los lacayos del señor de Ñer, bandoleros catalanes, para dirigirse juntos a Benabarre. Eran alrededor de 800. De camino, en Juseu, fueron atacados por los del condado sin éxito. Continuaron su camino hacia Benabarre. El Conde, envalentonado por la victoria, había decidido conquistar Tolba, importante núcleo de la rebelión. Iban en la tropa Lupercio Latrás, el señor de la Penilla, el señor de Concas, el señor de Albelda, Monsiur de Agut, el Barón de la Laguna y varios ingenieros franceses. Sin embargo, no consiguieron conquistar la plaza, los de Tolba esperan refuerzos de Cataluña: Luís Valls, el Miñón, Geroni Gil de Macià, el señor de Benavente... que, de camino a Tolba, roban las piezas de artillería del duque y las provisiones que enviaba a sus tropas del sitio de Tolba. Los del condado han vencido y contraatacan dirigiéndose a Benabarre. Los partidarios del Conde se recogen a las ruinas del castillo de Fals, donde les espera Rodrigo de Mur, señor de la Penilla, y consiguen escapar a Benabarre. El conde huye a refugiarse en Benasque. El 12 de abril, martes Santo, por la tarde, llegan los del Condado para apoderarse de la villa. El Duque sigue en Benasque y Lupercio Latrás ha salido del condado en busca de ayuda. Cercan el castillo y no permiten la entrada de víveres. Dentro está el señor de La Penilla, que recibe el apoyo del monasterio de Nuestra señora de Linares, el señor de Caladrones –Bardaxí también– y el señor de Pilzán. Empiezan los combates, los cercados resisten bravamente: tiran con balas envenenadas y de poco sirven las maquinas de los atacantes. Pasan 12 días de luchas sin avance. Los del condado empiezan a quemar casas de Benabarre y a saquear y quemar las iglesias, molinos, el hospital, las escrituras de la villa y hasta los huertos... El 21 de abril, intentan la conquista del castillo, pero nada. El asedio se alarga y el Miñón de Montellá se va con su cuadrilla a Graus, donde roban y hacen grandes daños. Mientras, en Benabarre, escasea el agua dentro del castillo. Así que, aprovechando la ausencia del Miñón, los del castillo salen hacia el río y conquistan la calle de Mongay y sus casas, lo que motivó el retorno del Miñón y el regreso a la fortaleza de los sitiados. Además, empezó a llover y los del Castillo se pudieron proveer de agua. El sitio finalizó cuando el Conde amenaza con enviar tropas de franceses contra los sitiadores y Alonso Celdrán, teniente del gobernador, negocia con ambas partes para levantar el sitio. El asedio había durado 23 días. Rodrigo de Mur se queda en Benabarre, donde gobernó con brazo de hierro durante un mes, imponiendo la paz y la venganza. Días antes del asedio de Benabarre, Felipe II había llamado al duque para negociar la incorporación del condado a la Corona9. El Conde se excusa desde Benasque, está enfermo. Sabe que en las negociaciones con el rey tiene mucho que perder y poco que ganar. A finales de mayo, llegó a oídos del Conde que las instituciones del reino habían reunido un ejército para imponer la paz y expulsar a los bandoleros catalanes. Este ejército, bajo las órdenes del Justicia se hallaba ya en Barbastro. Los bandoleros que quedaban aún en Ribagorza, huyen –sembrando el terror a EL CRUZADO ARAGONÉS

Graus. Detalle Casa Mur. V. IGLESIAS

Graus. Portal de Chin Chin- Barbastro. V. IGLESIAS su paso y dejando un rastro sangriento de muertes y saqueos en El Grado, Albelda y otros–. Sólo entonces, medio convencido de su derrota, seducido por algunos portavoces del rey, partió el conde hacia San Lorenzo del Escorial. Era 29 de mayo. Se retoman las negociaciones. Finalmente, el Conde accedió a entregar el condado al rey a cambio de ciertas encomiendas en el Reino de Valencia, que valían –según Blasco de Lanuza– ocho mil ducados de renGraus. ta. De cualquier manera, Lupercio Leonardo de Escudo en Casa Mur. V. IGLESIAS Argensola, dejó escrito: los que juzgaban las cosas desde lejos decían que no habia hecho buen negocio, y en el reino se tomaba muy mal 10. Por aquellos días, las inquietudes de Monclús también habían acabado. Se repiraba una extraña calma, que no paz, prólogo a la virulenta explosión desatada tras la llegada de Antonio Pérez, el secretario huido de Felipe II y la rebelión del Reino de Aragón contra su rey de 1591. Tras la que el conde de Ribagorza y el conde de Aranda fueron decapitados. Pero esa es otra historia.

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Argensola [Op.Cit] p 46. La carta del Rey está fechada en El Escorial el día 15 de abril de 1588 10 [Op Cit] p 50

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