La Guerra Civil en Yemen - Desde las guerras híbridas hasta el empleo del Smart Power

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DOCTORADO EN CIENCIAS POLÍTICAS APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES MY. ÍGBERT JOSÉ MARÍN CHAPARRO C.I. V-13.181.948 [email protected] CARACAS, NOVIEMBRE 2015

LA GUERRA CIVIL EN YEMEN Desde las guerras híbridas hasta el empleo del Smart Power

El año 1989 significó un punto de inflexión para las Relaciones Internacionales. La caída del muro de Berlín y la consecuente desintegración de la Unión Soviética modificó sustancialmente la forma de ver políticamente al mundo, desmitificando los escenarios previamente construidos y creando nuevos modelos del sistema internacional, que se adapten a los cambios contextuales en el objeto de estudio. Pero este giro rotundo de finales de la década de los ‟80, se consigue con un nuevo hecho que viene a obstaculizar el avance que se venía dando en el estudio de la disciplina, retornando hacia los llamados “temas duros” y a la vigorización de la corriente realista en las Relaciones Internacionales.

Este acontecimiento no es otro que el

derrumbe de las torres del World Trade Center de Nueva York y el supuesto ataque al Pentágono el 11 de septiembre de 2001.

El mundo empezó a percibir la seguridad de otra forma. El Estado con el mayor gasto de defensa en el planeta, fue atacado por una organización terrorista que ocasionó, en el corazón de su territorio, más de tres mil muertes. Indiferentemente de la veracidad o no del ataque, del conocimiento que se tenía de éste por los organismos de inteligencia, o de si el mismo fue efectuado con la complicidad del gobierno de Bush; el impacto que causó y que sigue causando en los países del mundo, no es otro que el de la certeza de que la inseguridad es una constante y que hasta el más fuerte, puede ser atacado por el más

débil.1 Esa nueva sensación trastoca a un sistema internacional que viene de pasar diez años viviendo el inicio del “Nuevo Orden Mundial”, y que apenas se estaba acostumbrando a existir sin el espectro de la guerra nuclear y la mutua destrucción, bajo la sombra de la Guerra Fría.

De esta forma, la disuasión nuclear como mejor medio para el mantenimiento de la paz entre las potencias del mundo bipolar, da paso paulatinamente a nuevas variantes políticas, estratégicas y tácticas que son las que actualmente se deben considerar para el tratamiento de los conflictos internacionales.

Con respecto a lo anterior, uno de los

mayores especialistas en estrategia, el General André Beaufre, comenta que la gran mortandad ocasionada por las guerras mundiales dio paso al nacimiento de conflictos menores como una constante en el sistema internacional, ocasionando a la vez, la muerte de las grandes guerras y de la paz absoluta.2

En efecto, el fenómeno de la guerra, ya no puede ser visto rígidamente bajo una trinidad clausewitziana. Ésta ha sufrido una lenta deformación, originada particularmente por el desvanecimiento de la centralización del poder en el Estado. Hoy, cuando un grupo terrorista se identifica como causante de un atentado de gran magnitud, y cuando el Estado más poderoso de la Tierra le “declara la guerra”; las consideraciones westfalianas tradicionales se hacen incompatibles con la actualidad política mundial. Lamentablemente, los conflictos internacionales han ido en aumento. Un lustro atrás, sólo se contaban treinta y dos como “importantes”, tanto por sus consecuencias regionales y mundiales, como por la cantidad de bajas civiles y militares ocasionadas. Hoy en cambio, esta cifra se ha incrementado a cuarenta y tres; con una alta probabilidad de seguir en aumento.3 Los portales “International Crisis Group” y “Global Security” hacen un resumen de las guerras actuales más relevantes de la siguiente manera: conflicto árabe-israelí, guerra civil en Afganistán, guerra civil en Somalia, conflictos en el noroeste de Pakistán, guerra Esta situación de inseguridad se reafirma con los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, perpetrados por el Estado Islámico, hecho que ocurre mientras el autor escribe estas líneas. 2 Trigoso Reyna, Luis. Antología del conflicto. Lima: Escuela Superior de Guerra Aérea del Perú, 2000. “Cap. I: Guerra se inicia en los dominios o campos no militares.” p. 3. 3 Los datos referidos, fueron consultados en los portales electrónicos de International Crisis Group y de Global Security; ambas organizaciones que se dedican al estudio de los conflictos internacionales. 1

civil en Yemen, lucha contra los cárteles de droga en México, insurgencia islámica en Nigeria, guerra civil en Siria, guerra contra el Estado Islámico en el Medio Oriente, guerra civil en Sudán del sur, guerra civil en Libia, secesión en Ucrania, conflicto en Cachemira, conflicto en Baluchistán, conflicto en Myanmar, conflicto en Papúa, lucha contra la guerrilla y paramilitares en Colombia, lucha contra los rebeldes naxalitas e insurgencia al nordeste de India, insurgencia en Filipinas, insurgencia en Perú, luchas tribales y religiosas en la República Centro Africana y alrededores, conflictos en Xinjiang, China; conflicto de Cabinda en Angola, insurgencia de Ogaden en Etiopía, lucha contra los movimientos rebeldes en el Magreb, conflicto en el delta del Níger, insurgencia en el sur de Tailandia, conflictos tribales en Sudán, insurgencia en el Cáucaso norte, luchas religiosas en el Líbano, insurgencia en el Sinaí, enfrentamientos en los altos del Golán, conflicto interno en Mali, levantamiento del PKK en Turquía, insurgencia en la República Democrática del Congo, conflictos por la creación del Estado kurdo, conflictos en Nagorno – Karabakh, conflicto en Djibouti, insurgencia en Mozambique y luchas en Burundi.4 El portal de Internet “Wars in the World”, que sigue de cerca los acontecimientos bélicos en todo el mundo, contabiliza los conflictos en el planeta de la siguiente forma:

África tiene a 27 países en conflicto y a 187 grupos actuando en los mismos. Por su parte, en Asia hay 16 países con pugnas internas o externas y 151 grupos violentos en acción. Así mismo, en Europa hay 9 países con combates internos y 75 movimientos insurreccionales operando. De igual manera, en el Medio Oriente, 8 países presentan conflictos y coexisten 218 movimientos rebeldes. Por último, en el continente americano sólo 5 países tienen luchas internas y existen alrededor de 25 movimientos separatistas, anárquicos o grandes cárteles de droga desplegados. En total, 65 países están envueltos en conflictos bélicos y existen al menos 658 grupos guerrilleros, rebeldes, separatistas o similares incluidos en los mismos.5

4 5

Disponible en: www.globalsecurity.org y en www.crisisgroup.org Wars in the World. “List of ongoing conflicts”. Disponible en: http://www.warsintheworld.com/?page=static1258254223

De estos escenarios bélicos, los típicos de Estado – Estado son los que ocupan la menor proporción, mientras que más de un 90% pueden estar considerados como conflictos de baja intensidad, luchas tribales, conflagraciones religiosas, guerras civiles o contra el terrorismo y el crimen organizado. Si hacemos una comparación con el siglo pasado, se hace incuestionable la consolidación de las “nuevas guerras” en nuestras relaciones internacionales actuales, caracterizadas por la desaparición gradual de la figura del Estado como monopolizador de la violencia legítima, el desbordamiento de las fronteras entre los Estados, la pobreza extrema, migraciones, desplazamientos, nacionalismo, tribalismo y problemas étnico-religiosos.6 Los nuevos conflictos derivados de estas particularidades del sistema internacional, tienden a ser prolongados, implicando igualmente un número mayor de desplazados,7 un incremento en las bajas civiles y militares, y además conllevan a un proceso mucho más complicado para su resolución.8 Estos datos dejan en total evidencia que ha surgido una nueva forma de hacer la guerra, conceptuada de manera singular por distintos autores, desde “guerra asimétrica”, pasando por “nuevas guerras”, “guerra de cuarta generación”, hasta llegar a las actuales “guerras híbridas”. Sin embargo, hacer un análisis de ellas no es el fin último de este artículo, sino más bien, la interpretación de las relaciones internacionales a través de los conflictos actuales, tomando como objeto de estudio un evento en particular.

Considerando las variables de la guerra moderna, vamos a rescatar un conflicto que no sólo está vigente, sino que posee las características que previamente se han descrito, sumando la rareza de ser una lucha entre pueblos árabes y al mismo tiempo musulmanes. Éste no es otro que la guerra civil en Yemen.

Marín, Ígbert. La guerra asimétrica en las relaciones internacionales contemporáneas. Trabajo especial de grado para optar al título de Especialista en Derecho y Política Internacionales de la Universidad Central de Venezuela. Caracas, 2009. pp. 113 – 166. El término de “Nuevas Guerras” es acuñado por Mary Kaldor en su obra del mismo nombre. 7 United Explanations. “Las guerras de 2015: los conflictos que nos esperan”. Disponible en: www.unitedexplanations.org 8 Guéhenno, Jean-Marie. “10 wars to watch in 2015”. Foreign Policy. Disponible en: http://foreignpolicy.com/2015/01/02/10-wars-to-watch-in-2015/ 6

Para entender este conflicto, lo primero que tenemos que conocer es su raíz más profunda, que en este caso es la religión y el entorno social. El Islam en sus inicios, fue un culto de “guerreros conquistadores” organizados como una especie de cruzados disciplinados que no tenían prohibiciones para mantener relaciones sexuales, a diferencia de los templarios occidentales.9 En general, los musulmanes siguen cinco sólidos fundamentos: creer en la unidad de Dios, cumplir las oraciones prescritas, pagar un impuesto destinado a los musulmanes pobres, observar el ayuno en el Ramadán y realizar la peregrinación a la Meca.10 Así mismo, el Islam que se autodenomina “auténtico” (podríamos considerarlo como el ortodoxo), crea grupos militantes que persiguen con la acción al menos tres objetivos: purificar el mundo musulmán, conquistar para la fe los países parcialmente musulmanes y volver al asalto de Occidente reabriendo la llamada “guerra santa”, creando una religión que es a la vez forma de Estado.11 Los grupos que promueven dicha guerra, conocidos como los yihadistas, normalmente asumen posiciones contrarias al mensaje profundo y enseñanzas del Profeta, recopiladas en el libro sagrado islámico, llamado El Corán.

Desde sus inicios, el Islam ha sufrido algunas divisiones y constantes luchas internas, que van relacionadas tanto por la exégesis de la palabra santa; como también por disentir sobre la legitimidad de la línea sucesorial de los máximos exponentes de la religión. En este sentido, las ramas más importantes son el chiismo y el sunismo.

La escisión musulmana, similar a la que posteriormente va a existir entre protestantes y católicos en el cristianismo europeo, va a crear conflictos importantes que se mantienen en la actualidad; y que de hecho, se han recrudecido en los últimos años, particularmente con el enfrentamiento de intereses entre Arabia Saudita e Irán, como potencias emergentes en el Medio Oriente.12

Weber, Max. Sociología de la religión. Ediciones digitales el Aleph. p.7. Vernet, Juan. Los orígenes del Islam. Editorial electrónica Espaebook, 1991. pp. 85 – 87. 11 Sartori, Giovanni. La sociedad multiétnica. Extranjeros e islámicos. Editorial electrónica Epub libre, 2001. pp. 12-13. 12 Así como los EEUU y la URSS nunca se enfrentaron directamente, ambos países islámicos no lo han hecho hasta ahora, pero a través de sus acciones buscan mantener una incipiente hegemonía en el Medio Oriente. 9

10

El origen de esta división sobreviene a la muerte de Mahoma y a la unificación de la religión bajo la égida de Abu Bakr, su suegro, quien consolidó un ejército que llevó la yihad a gran escala. La sucesión de los califas en la familia de Mahoma continuó hasta el asesinato de su yerno Alí. A partir de este momento, el general Muawiya, enemigo de este último,13 se hace con el califato y lo traslada a Damasco; mientras otra rama persiste en que la sucesión se debe mantener en la familia del Profeta. Los seguidores de la dinastía omeya del general sirio son los llamados sunitas, y los que creen en la sucesión familiar de Mahoma son los denominados chiitas. Es así como desde el año 661 de nuestra era, los musulmanes no sólo han mantenido diferencias con otras culturas sino entre ellos mismos. Las enseñanzas de Mahoma, pronto se extendieron por toda la península arábiga. El territorio que se conoce hoy como Yemen (“Arabia Félix” para los romanos), no está excluido de la propagación de la creencia musulmana, y alrededor del año 630, la religión se expande por la comarca; situación que aún se conserva, siendo el culto practicado por el 99% de sus habitantes.

Los yemeníes dicen ser los iniciales pobladores de la península y los primeros en convertirse al Islam.

De hecho, gran parte de su población conformó los ejércitos

musulmanes que combatieron contra los persas y conquistaron los territorios que hoy corresponden a Siria.14

Desde la conformación del famoso reino bíblico de Saba, aquel cuya reina atrajo la atención del rey Salomón de los judíos, hasta finalizada la Primera Guerra Mundial; el territorio yemení ha sido gobernado por mineos, sabeos, himyaritas, zaydíes, persas, árabes, turcos, egipcios, portugueses y británicos, administrándolo a través de varias formas de gobierno, que van desde la monarquía, pasando por la democracia, el protectorado, la colonia e incluso el comunismo.

13 14

Varios autores incluso consideran que Muawiya estuvo inmiscuido en el asesinato de Alí. Maillo Salgado, Felipe. La peculiaridad histórica del Yemen en el contexto árabo-islámico (desde la reina de Saba al Yemen actual). Universidad de Salamanca.

Finalizada la Primera Guerra Mundial del siglo XX, se crea el autodenominado reino de Yemen, el cual va a constituirse en el antecesor directo del país que actualmente conocemos. Como reino, ingresó a la Liga Árabe, a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la República Árabe Unida.15

En 1926, enfrentó diversas dificultades cuando el Reino de

Arabia Saudita intentó

invadirlo y mantuvo una puja por el poder en la región junto a Egipto y Siria, situación que se apacigua posteriormente con el reconocimiento de la República naciente en 1970.

En 1962, el último imán yemení, Muhammad al-Badr, es derrocado y se proclama la República Árabe de Yemen. El nuevo Estado va a nacer en medio de una serie de guerras civiles entre realistas, apoyados por el rey Faysal de Arabia Saudita, y republicanos, auxiliados por el gobierno egipcio; hasta 1970. Esta república va a optar por denominarse Yemen del Norte; mientras que el protectorado británico de Adén, se transforma para 1967 en la República Popular de Yemen del Sur, de orientación marxista, que termina siendo el primer Estado árabe comunista.

Dos breves guerras civiles, en 1972 y 1979, manchan de sangre las relaciones entre ambos países, los cuales establecen relaciones diplomáticas en 1976 e inician en la década de los „80, las aproximaciones para integrarse en una sola república. En 1981 se llega a un proyecto constitucional único que no se concretará hasta la caída del muro de Berlín y el posterior debilitamiento del mundo soviético; lo que va a originar la unificación total de la República de Yemen el 21 de mayo de 1990. El Estado unificado, va a ser dirigido por el oficial del Ejército Alí Abdallah Saleh, quien ya era presidente de Yemen del Norte. El proceso de la unidad viene acompañado con una serie de transformaciones para desmontar el proyecto económico socialista del sur, ya que la nueva república va a adoptar un sistema capitalista similar al de Arabia Saudita. Las nuevas instituciones fueron muy débiles puesto que trataban de compaginar las “posturas

15

conservadoras

del

norte

con las

socializantes

del

sur”,

originando

Intento de confederación en el que participó con Egipto y Siria durante el surgimiento del nacionalismo panárabe.

enfrentamientos entre diversas facciones (norte – sur, tribus del este – tribus del nordeste, campesinos – citadinos).16 En 1994, las divergentes visiones entre sureños y norteños (o mejor, entre los partidarios del socialismo y los conservadores del Congreso Popular General) en la definición de las bases del nuevo Estado, llevan a la confrontación militar, generando una nueva guerra civil que va a durar cuatro cruentos meses, con un resultado aproximado de cuatro mil muertos y doce mil heridos. Finalmente las tropas leales al presidente Saleh, quien supo agrupar el mayor poder de fuego de las fuerzas armadas bajo su mando, obtienen la victoria.17 Como resultado de este triunfo, el país se enrumba abiertamente a un sistema capitalista, acepta el financiamiento del Fondo Monetario Internacional e inicia transformaciones de tendencia neoliberal, desarma la reforma agraria efectuada en el sur por la República Popular durante la década de los 70, efectúa ajustes que producen una significativa inflación y adopta la sharía como fuente de inspiración legal.18

Posterior a ello, el país vive una época relativamente pacífica a lo externo, pero bastante represiva a lo interno. Esto se mantiene e incluso aumenta luego del atentado terrorista del 12 de octubre de 2000. En dicha fecha, el buque militar estadounidense USS “Cole”, fue atacado en el puerto de Adén, por dos suicidas del grupo terrorista Al-Qaeda, originando la muerte de diecisiete efectivos de la US Navy. A partir de allí, los organismos de inteligencia estadounidenses, no dejarían de mirar a Yemen como un Estado que alberga y forma células terroristas. En junio de 2004, los zaydíes iniciaron una insurrección dirigida por el clérigo Hussein Badreddin al-Houthi, líder de los hutíes;19 debido a la supuesta discriminación que sufrían por parte el grupo que detentaba el poder; no sólo en el ámbito religioso, sino también en el económico y político. Así mismo, el gobierno establecido acusaba a esta facción de Vega Fernández, Enrique (coord.). Yemen. Situación actual y perspectivas de futuro. Madrid: Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado de Investigación sobre la Paz, la Seguridad y la Defensa, 2010. p. 45. 17 Ídem. pp. 47 – 50. 18 Ídem. pp. 49 – 50. 19 Los zaydíes son una rama del chiismo, siendo la más próxima al sunismo. Un tercio de la población yemení pertenece a dicha rama. Los zaydíes gobernaron Yemen del Norte bajo el imanato durante casi mil años hasta 1962. Véase en: Actualidad RT. “¿El mundo al borde de una nueva guerra? Quién lucha contra quién en Yemen”. Disponible en: http://actualidad.rt.com/actualidad/170273-yemen-huties-chiitas-rebeldes-insurgencia 16

iniciar una rebelión religiosa para implantar el chiismo en el país, buscando de esta forma internacionalizar el conflicto y obtener el beneplácito de Arabia Saudita. Los hutíes han ido evolucionando a través del tiempo.20 Hoy prefieren llamarse Ansar Allah (Partisanos de Dios). Su historia proviene de la formación del imamato zaydí que conformó el incipiente reino yemení del siglo XIX, en la provincia de Sa‟dah y que perduró hasta el nacimiento de la República Árabe de Yemen, o Yemen del Norte. En 1990, ya unificadas las dos repúblicas, los zaydíes crean el Hizb al-Haqq (Partido de la Verdad), y obtienen dos escaños en el parlamento, uno de los cuales es ocupado por el líder clerical Hussein al-Houthi, quien también se constituye como líder del movimiento religiosocultural Beleiving Youth, que se granjea la oposición del régimen de Saleh y el cuestionamiento por parte de los salafitas del norte.

En 2004, la pugna entre el

movimiento naciente y el gobierno aumentan, llegando al uso de la violencia.

En

septiembre, las fuerzas militares de Saleh intentan apresar al líder hutí, quien finalmente muere en el enfrentamiento. Esta situación es la génesis de las rebeliones hutíes que van a continuarse dando en el norte de Yemen hasta nuestros días, siendo hoy su lema “Dios el más grande, muerte a América e Israel, victoria para el Islam y los musulmanes”.21 De hecho, entre 2004 y 2010, los hutíes se han sublevado contra el gobierno al menos en seis ocasiones más.22 En sus inicios, la rebelión de los hutíes estaba circunscrita al noroeste de Yemen, particularmente en la provincia de Sa‟dah, que limita a su vez con Arabia Saudita. Cinco años después de iniciados los enfrentamientos, las fuerzas rebeldes entablaron escaramuzas con las tropas regulares sauditas, haciendo internacional el conflicto. Paralelamente en el sur, las poblaciones shafíes mostraban descontento por la poca inclusión gubernamental, sintiéndose marginados económica y socialmente, avivando así la creación de células del salafismo yihadista sunní que van a degenerar en lo que hoy conocemos como Al-Qaeda de la Península Arábiga (AQPA).23 Sobre el conocimiento de los hutíes, debo agradecer a la profesora Marie-Christine Heinz de la Universidad de Bonn, por facilitarme sus valiosos artículos referentes al tema. 21 Heinze, Marie-Christine. From the margins of Yemen into the heart of the country, from fist-fights on change square to control of the capital city: Spatial manifestations of the Huthi ascension to power. Universidad de Bonn, 2015. 22Laub, Zachary. “Yemen in crisis”. Council on Foreign Relations. Disponible en: http://www.cfr.org/yemen/yemencrisis/p36488 23 Vega Fernández, Enrique. Yemen … pp. 54-55. 20

En junio de 2008, una iniciativa qatarí alcanzó el acuerdo de una breve tregua, acompañada de un plan de reconstrucción de la zona en conflicto. Sin embargo, el irrespeto del alto al fuego por ambas partes, ocasionó el retiro de la ayuda y la continuación de las hostilidades hasta una nueva tregua convenida en 2010. No ha pasado un año, cuando nuevos movimientos surgen en contra del gobierno, esta vez bajo el espectro de la denominada “primavera árabe”.

Las protestas obedecen

principalmente, a la pretensión del Presidente Saleh de modificar la ley electoral, permitiendo así la posibilidad de una presidencia vitalicia y el traspaso del poder a su hijo Ahmed.24 Saleh ordenó la represión violenta de las manifestaciones, lo que finalmente originó la separación de la alianza que lo mantenía en el poder, siendo la baja más sensible la deserción del General Ali Mohsen,25 comandante de la llamada Firqa o Primera División Acorazada,26 para apoyar a la insurrección popular e iniciar el control militar de parte de la capital por parte de los rebeldes.

El 3 de junio de 2011, un atentado contra el presidente Saleh hace que éste tenga que salir a Arabia Saudita para efectuarse un tratamiento médico, mientras

las

manifestaciones continuaban, particularmente en Saná. Éstas siguieron siendo reprimidas por las fuerzas del gobierno, pero ello sólo logró la intensificación de la rebelión, dando lugar a la firma de la iniciativa para la paz propuesta por el Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo (CCG),27 mediante la cual el presidente Saleh renuncia y deja el

Commins Martínez, Jorge. “Yemen en el contexto de las revueltas árabes: de la crisis del sistema al diálogo nacional”. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). Boletín 77/2013 del 21 de agosto de 2013. Disponible en : www.ieee.es 25 Durante gran parte del tiempo en el poder, este general fue la mano derecha del presidente Saleh. De hecho, el cargo de Comandante de la División Acorazada era conferido al oficial más leal al gobierno, dada su importancia estratégica. 26 Esta unidad militar es la más importante del país, siendo su comandante uno de los más fieles seguidores de Saleh hasta el surgimiento de esta rebelión. 27 El Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) es un organismo creado el 25 de mayo de 1981, siendo parte de ella Baharein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Este organismo conformó un ala militar llamada “Fuerza del Escudo de la Península”, fundada en 1984, y que desde 2006 tiene más de siete mil efectivos, un comando conjunto y un sistema de control, formando una fuerza de intervención para defender los intereses del organismo. 24

poder en manos del entonces vicepresidente Abd Rabbuh Mansur Hadi, quien inicia la conformación de un gobierno de transición en diciembre de 2011.28 Ya en febrero del año siguiente, Hadi fue electo formalmente como Presidente y conformó la denominada Conferencia Nacional de Diálogo (CND), también auspiciada por el CCG, integrada por el CGP, el partido islámico (Islah), los hutíes y otros miembros de la sociedad civil;

iniciando sus sesiones el 18 de marzo de 2013. Sin embargo, estas

acciones no fueron suficientes para detener la violencia y evitar el resurgimiento del conflicto en el norte, entre hutíes y salafitas. La CND acoge la propuesta de Hadi de dividir el país en una federación de seis regiones, a lo que los hutíes se opusieron firmemente, debido a que consideraban que dicha situación los dejaría en un entorno de relativa inferioridad. Aunado a este descontento, en julio de 2014, se producen severas protestas contra el anuncio de la eliminación del subsidio a la gasolina, demandando la reducción del precio del combustible y la conformación de un nuevo gobierno.29

Las fuerzas hutíes avanzan desde el norte y en septiembre de 2014 ocupan la ciudad de Amrán para luego rodear la capital, ante lo cual la ONU despacha a un enviado especial, Jamal Benomar, para acordar un cese parcial de hostilidades. Los hutíes lograron tomar varios ministerios, la sede de la televisora oficial y el comando de la Firqa. Curiosamente, a partir de esta situación, las fuerzas aún leales al expresidente Saleh, se unen a los hutíes, a quienes habían combatido desde el año 2004. Esta reacción se debe quizás a su deseo de desquitarse con el partido Islah, con Ali Mohsen, con los Ahmars, con el presidente Hadi o con todos aquellos que Saleh consideraba que lo habían traicionado.30

En enero de 2015, los hutíes tomaron el palacio presidencial en Saná, haciéndose formalmente con el poder. En febrero, Hadi se escapa de la capital y declara a la ciudad portuaria de Adén como capital de facto. En marzo los hutíes toman Taiz y poco después lo hacen con Adén; entonces el presidente Hadi huye.

Heinze, Marie-Christine. From the … pp. 43 – 44. Laub, Zachary. “Yemen …” 30 Heinz, Marie-Christine. From the… p. 52. 28 29

El 26 de marzo de 2015, el CCG, dirigido por la preponderancia sunita de Arabia Saudita, excluyendo a Omán y otros estados del norte de África; ordenó el lanzamiento de ataques aéreos contra la alianza chiita de los hutíes y contra las fuerzas militares aún leales al presidente Saleh, bajo lo que se denominó la Operación “Tormenta Decisiva”. A pesar de estos raids, el número de encuentros en tierra entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes, aumentó progresivamente. Los bombardeos lamentablemente han causado daños colaterales en la población civil. Sólo en los meses de marzo y abril de 2015, los combates han dejado 549 personas muertas y alrededor de dos mil heridas. El desarrollo de los acontecimientos ha hecho pensar que el conflicto va a ser de larga duración. Las recomendaciones del CND han sido dejadas a un lado debido a que cada parte se ha encargado de maximizar la cantidad de territorio controlado, en vez de fortalecer el diálogo.

En este conflicto se pueden determinar múltiples bandos. Por un lado se encuentran las fuerzas gubernamentales leales al presidente Hadi, quien también tiene el apoyo de milicias locales sunitas en el sur del país, agrupadas bajo el nombre de Comité de Resistencia Popular (CRP), y miembros de tribus locales.

Así mismo, las tropas

gubernamentales cuentan con el apoyo de Arabia Saudita y la actuación militar de la “Fuerza del Escudo de la Península”, que es el brazo armado del CCG. Por otro lado se encuentran las fuerzas hutíes, ubicadas principalmente al norte del país, usando como centro la gobernación de Sa‟dah.

Éstos cuentan con el apoyo de las

fuerzas militares que aún son leales al ex presidente Saleh, mientras que internacionalmente, son apoyados por Irán y el resto de países con mayoría chiita. Al momento de escribir estas líneas, son el grupo que detenta el poder en la capital.

Al mismo tiempo, AQPA (también conocida como Asnar al-Sharia), ha tomado parte en el conflicto de manera individual, en contra de los dos bandos iniciales; de hecho, han logrado crear diversos califatos que se han consolidado principalmente en el sudeste del territorio.

Los organismos de inteligencia de los Estados Unidos consideran que gran parte de los instructores de las células de Al-Qaeda, son originarios del Yemen. Así mismo, conocen la ubicación de varios campos de entrenamiento terrorista en el país.31

Simultáneamente, se cuenta con evidencias del surgimiento de una célula yemení del Estado Islámico; la cual ha actuado en el territorio, haciéndose responsable de varios atentados terroristas realizados en Saná en marzo de 2015.32

Internamente, también se pueden describir otros participantes de menos importancia, entre los que destacan: la facción del partido islámico de tendencia sunita (Al-Islah), la federación de tribus Hashed dirigida por la familia al-Ahmar y los salafitas de tendencia sunita extremista.

Evidentemente que en el conflicto, no se puede dejar de mencionar la presencia de los Estados Unidos, país que ha permanecido en constante expectativa de los hechos ocurridos en Yemen desde su unificación en 1990, y que participa activamente en el escenario bélico, no sólo aportando su apoyo político, financiero y militar a la coalición liderada por Arabia Saudita;

sino también a través de la observación satelital y de

ataques directos con aeronaves no tripuladas, llamados modernamente drones.33 De hecho, según la página “The Long War Journal”, que mantiene un registro actualizado del uso de los drones por parte de los Estados Unidos desde 2002 hasta la actualidad, se han lanzado 122 ataques contra supuestos objetivos de Al-Qaeda en la región; de los cuales sólo quince han sido en el presente año. Las bajas totales se calculan en 608 terroristas y 105 civiles.34

Observando el conflicto desde el punto de vista humanitario, la situación se ha vuelto crítica. La cantidad de desplazados desde 2011, alcanza alrededor de quinientos mil. Al menos el 54% de la población vive en pobreza extrema, 80% necesita asistencia Chaliand, Gerard y Arnaud Blin (ed.). The history of terrorism from antiquity to Al Qaeda. Los Angeles: University of California Press, 2007. p. 326. 32 Actualidad RT. “El mundo …” 33 Afirmación tomada de Linda Bilmes (Harvard) y Michael Intriligator (UCLA) en el artículo: Keating, Joshua. “How many wars is the US fighting right now?” Foreign Policy. Disponible en: http://foreignpolicy.com/2013/05/03/how-many-warsis-the-u-s-fighting-right-now/?wp_login_redirect=0 34 Roggio, Bill y Bob Barry. “Charting data for US airstrikes in Yemen, 2002 – 2015”. The Long War Journal. Disponible en: http://www.longwarjournal.org/yemen-strikes 31

humanitaria, mientras el resto enfrenta serios problemas para el abastecimiento de alimentos.

La gran cantidad de desempleados, el aumento del número de efectivos

militares por cada facción y los bajos niveles de inversión interna y externa, completan un cuadro lleno de dificultades.

Existen además restricciones totales o parciales de los

servicios públicos, como el agua o la electricidad. La asistencia gubernamental casi ha desaparecido, en vista de la extinción del poder estatal y de las pocas posibilidades de gerenciar que tienen los gobernadores que se mantienen vigentes.35

Mientras la ONU se reunía en sus sesiones anuales en septiembre de 2015, los datos sobre los ataques aéreos de la coalición árabe que apoya los Estados Unidos, dejan un saldo atroz de bajas civiles. Ahora bien, ambos lados han abusado flagrantemente de los derechos humanos, pero según los observadores de la ONU, la mayor parte de los muertos y heridos se deben a los ataques de la coalición.36 De hecho, la observadora Leila Zerroughi, expresó ante el subcomité ordenado por el Consejo de Seguridad para estudiar el caso yemení, que la coalición ha matado o herido 590 niños en el segundo cuarto de 2015, un porcentaje superior al de los daños causados por los hutíes. Evidentemente, los Estados Unidos no ha ejercido ninguna presión para investigar sobre violación de derechos humanos en Yemen, conociendo que la coalición que apoyan es la que mayor cantidad de víctimas ha ocasionado, incluyendo el bombardeo de una fiesta de matrimonio en la que murieron más de ciento veinte civiles inocentes.37 De marzo a septiembre han muerto más de 1900 civiles, incluyendo 400 niños, y han sido heridos más de cuatro mil. El total de bajas según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, se calcula en al menos cinco mil muertos y más de veinticinco mil heridos. En efecto, la violencia ha llegado a tal punto que hasta algunos miembros de la Cruz Roja Internacional han sido heridos por las diversas fuerzas combatientes. 35 36

37

Colling, Andre. . “Violence in Yemen expands humanitarian crisis beyond its borders”. IPI Global Observatoy. Disponible en: http://theglobalobservatory.org/2015/04/yemen-houthis-saudi-arabia-gcc/ Lynch, Colum. “As air war intensifies, Saudi Arabia launches charm offensive before UN Summit”. Foreing Policy. Disponible en: https://foreignpolicy.com/2015/09/23/saudi-arabia-launches-charm-offensive-to-describe-yemenassault-before-u-nsummit/?utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=New%20Campaign&utm_term=Flashpoints Chandler, Adam. “Looking the other way in Yemen”. Revista The Atlantic. Disponible en: http://www.theatlantic.com/international/archive/2015/10/united-states-united-nations-yemen-war/408751/

Así mismo, existen una serie de restricciones comerciales con Yemen que hacen de la situación un bloqueo camuflado de sus costas. Para una nación que importaba el 90% de comida, combustible, medicinas y otros bienes vitales, este escenario es dramático. La consecuencia más palpable es la contabilización de casi veinticinco millones de personas en estado de hambruna.38 Para Steven Zyck, articulista del Observatorio Global del Instituto Internacional de la Paz, existen tres razones principales para que Yemen haya llegado al estado en que se encuentra actualmente. Primero, la desaparición de un aparato efectivo de seguridad que permitiera manejar la represión y la inteligencia;

de hecho, la “Primavera Árabe”

fragmentó al Ejército entre los que apoyaban al entonces presidente Saleh y los que mostraban conformidad con los cambios solicitados por los protestantes. Esta división que en un momento funcionó, degeneró a continuación el florecimiento de nuevos grupos armados y el ulterior resquebrajamiento del Estado. La segunda causa es el rol protagónico que ha jugado la política de Arabia Saudita sobre Yemen. En primer lugar, la expulsión de hasta cuatrocientos mil trabajadores yemeníes que regresaron a su país a aumentar los índices de desempleo;

y en segundo la

interrupción del apoyo financiero de dos billones de dólares para mantener al gobierno, la economía y los servicios de seguridad a flote, debido a la presunción de que los hutíes, que al momento rodeaban la capital, estaban siendo apoyados por el gobierno iraní.

La tercera causa sería el trato desigual que recibieron los hutíes durante las negociaciones de paz. Tanto el gobierno como la delegación de las Naciones Unidas, no dieron la importancia debida a la capacidad de este grupo ni a las propuestas que planteaban. Su aislamiento degeneró en su radicalización.39 Por lo tanto, si se hace un estudio objetivo del conflicto, se puede determinar que su origen no sólo se debe a los problemas religiosos, sino también a otros problemas políticos, sociales y económicos subyacentes, como por ejemplo: ser el país más pobre del Medio Oriente, con una gobernanza débil, problemas de corrupción, agotamiento de 38 39

Lynch, Colum. “As air war …” Zyck, Steven. “The Houthi takeover in Yemen: How did we get here?” International Peace Institute. Disponible en: http://theglobalobservatory.org/2015/01/houthi-takeover-yemen-unrest/

recursos, infraestructura insuficiente, desempleo, altos precios de los alimentos y servicios sociales limitados.40 Así mismo, si a estas luchas entre elementos del Ejército, las milicias tribales, vendedores de armas y contrabandistas; le sumamos conflictos tribales, ajustes de cuenta y pugnas locales pasadas, además del mayor número de armas ligeras per cápita en el mundo (alrededor de cuatro por persona, y va en aumento), conseguimos un caldo de cultivo infalible para generar una guerra más confusa, difícil y prolongada.41 En medio de este escenario, el papel director del Estado ha ido desapareciendo. De la férrea opresión de las fuerzas de Saleh, el poder gubernamental se fue disgregando con la división del Ejército y con la aparición de múltiples actores. Es por ello que el concepto de Estado en Yemen debe tratarse con cuidado. En este sentido, el autor Robert D. Kaplan asegura que Yemen fue el país más democrático de la península arábiga, y quizás por ello, el más peligroso e inestable.42 Las instituciones débiles y corruptas, aunado a un alto índice de desempleo, piratería, presencia impune de grupos terroristas más un modelo económico feudal que se amalgamó en un moderno sistema de sobornos y presiones al gobierno;

son difíciles de controlar bajo un proyecto de democracia

occidental, a diferencia de lo que ocurre con las dictaduras absolutas o en las monarquías.43 Es que de hecho, en Yemen “todo es tribal”. Los ministerios se convirtieron en feudos de las diferentes tribus, en un mundo de “burocracias inconexas” en las que sólo el presidente Saleh (para ese momento en el cargo) lograba tener el monopolio de la información y el empleo de la misma para mediar entre grupos, acceder a ofertas, rechazar recomendaciones y controlar los hilos frágiles del poder en su territorio. En consecuencia, en Yemen el sistema kabili o tribal, es más fuerte incluso que el Islam y la burocracia gubernamental.44

Esta afirmación se corrobora cuando el mismo Saleh

Actualidad RT. “Quien es…” Heinze, Marie-Christine. From the… p. 26. El dato sobre el número de armas per cápita puede verse en: “Houthi / Ansar Allah / Beleiveing Youth” Goblal Security. Disponible en: http://www.globalsecurity.org/military/world/para/shabab-al-moumineen.htm 42 Con respecto a esta declaración, es importante resaltar lo expresado en el artículo de Lindsay Benstead “Why some Arabs don’t want democracy” publicado el 30 de septiembre de 2014 por el Washington Post. Los mismos pueblos árabes consideran a la democracia como la mejor forma de gobierno, pero no acorde con sus necesidades. 43 Kaplan, Robert D. Gruñidos imperiales. Barcelona: Ediciones B, 2007. pp. 27 – 29. 44 Ídem. pp. 28 – 33. 40 41

considera que en Yemen, “el Estado es parte de las tribus, y el pueblo yemení es una unión de tribus”.45 Las circunstancias antes descritas no dejan lugar a dudas de que la figura del Estado, entendido desde la posición moderna y el concepto weberiano, es totalmente abstracta; lo que lleva a concluir que nos encontramos ante un conflicto asimétrico que hoy por hoy se ha dado por llamar “guerra híbrida”. Ésta se caracteriza principalmente por mantener continuamente una forma difusa y opaca, tanto en los modos de combatir, la delimitación de los combatientes y las tecnologías que usan.46 El primer uso público de este concepto se atribuye al Teniente General James Mattis del US Marine Corp, en septiembre de 2005, siendo posteriormente complementado por diversos artículos conjuntos escritos entre dicho oficial y el Teniente Coronel y especialista en el área, Frank Hoffman. Para ellos, las guerras híbridas incorporan una nueva gama de modos de hacer la guerra, incluyendo capacidades convencionales, tácticas irregulares, actos terroristas, coerción violenta y desorden criminal, conducidos tanto por las fuerzas estatales como por actores no estatales.47 Entendiendo esta definición, podemos coincidir con el analista Robert Wilkie,48 quien plantea que las “guerras híbridas” son sólo un cambio de nombre a la conglomeración de política, estrategia y táctica llevada a cabo por Mao, T.E. Lawrence, Ho Chi Minh y otros combatientes irregulares. Siendo así, el conflicto yemení también forma parte de las nuevas guerras descritas por Kaldor o la guerra de cuarta generación teorizada por William Lind.49 De esta forma, abordar la guerra en Yemen desde el punto de vista internacional, se hace más complicado; por lo que se deben emplear teorías y conceptos que entiendan el fenómeno y generen conclusiones razonables para la toma de decisiones lógicas y oportunas. Heinze, Marie-Christine. From the… p. 24. Hoffman, Frank. Conflicts in the 21st century. Arlington: Potomac Institute for Policy Studies, 2007. pp. 13-14. 47 Ídem. p. 14. 48 Wilkie, Robert. “La guerra híbrida es algo que ya existía, no es nada nuevo”. Revista Air&Space Journal, Primer trimestre de 2010. Disponible en: http://www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/apj-s/2010/1tri10/wilkie.html 49 Esta afirmación puede corroborarse en el trabajo elaborado por el autor de este artículo titulado “La guerra asimétrica en las relaciones internacionales contemporáneas”, ya antes citado. 45 46

Como ya hemos descrito en párrafos anteriores, los Estados Unidos han participado activamente en el desarrollo del conflicto, basando su intervención en diversos aspectos que van desde el geopolítico hasta el cumplimiento de su papel en el establecimiento del Nuevo Orden Mundial. Yemen es un país que hace vida tanto con la península arábiga, como con los países ubicados en el Cuerno de África, razón por la cual sufre cierta desestabilización originada por la cercanía con Somalia y Eritrea. Así mismo, desde Yemen se puede controlar el estrecho de Bab el Mandeb, uno de los “cuellos de botella del tráfico marítimo internacional” más importantes del planeta;50 por donde discurre un volumen bastante significativo de petróleo, que se traduce en energía para los países occidentales.51 Es por ello que no sólo los Estados Unidos y Europa tienen los ojos puestos sobre el desarrollo del conflicto yemení, sino también Irán, Rusia y China, aunque en menor escala.52 No conforme con su situación geográfica estratégica, Yemen es considerado como uno de los países que alberga mayor número de terroristas y de campos de entrenamiento para los mismos; convirtiéndose en blanco de importancia para la eliminación de grupos como Al-Qaeda.53 Aunado al fenómeno terrorista, Yemen ha sido históricamente uno de los principales objetivos de la política exterior de Arabia Saudita, por lo que siendo este país el mayor aliado de los Estados Unidos en la península, le otorga apoyo irrestricto y cierto consentimiento en la toma de decisiones que afectan a la región entera. En este sentido, Estados Unidos ha favorecido las acciones sauditas relativas a la intervención, física o no, en el desenvolvimiento de su vecino del sur.54

A pesar de ello, el gobierno estadounidense siempre se ha mantenido cauto al tratar el tema yemení. Por ejemplo, la administración Clinton fue poco intervencionista durante la guerra civil de 1994, limitándose a apoyar las recomendaciones efectuadas por el CCG. Tan importante como el estrecho de Gibraltar o el estrecho de Ormuz. Vega Fernández, Enrique. Yemen… p. 74. 52 Efectivamente, Irán no sólo participa en el conflicto para apoyar a sus hermanos chiitas, sino también porque por el estrecho de Bab el Mandeb se transporta la mayor parte de su producción petrolera. 53 Vega Fernández, Enrique. Yemen… p. 74. 54 Ídem. pp. 190 - 200. 50 51

Por su parte, el gobierno yemení también ha mantenido esta actitud cauta frente al gobierno estadounidense, particularmente debido a que es

bien conocida la

animadversión popular originada por la presencia de soldados occidentales en la península. De hecho, Yemen es uno de los pocos países de la región que no posee bases militares extranjeras. Considerando que los Estados Unidos no han ejecutado operaciones militares terrestres para intervenir en Yemen, y no tienen planificado hacerlo en el corto plazo; se puede decir que la estrategia empleada consiste en limitar el empleo directo de la fuerza militar y la presión económica, o lo que es lo mismo, restringir el uso del llamado hard power. La nueva interrogante consiste entonces en saber si se está empleando el denominado soft power. Para entender el “poder blando”, lo primero que debemos hacer es estudiar los trabajos del profesor Joseph Nye, quien considera que el poder es la capacidad de influenciar en el comportamiento de otros para obtener los resultados que se desean.55 Éste no sólo puede aplicarse directamente, sino también indirectamente.

En este sentido, el hard

power es desplazado por el soft power, que puede definirse como “la habilidad de obtener lo que quieres a través de la atracción antes que a través de la coerción o de las recompensas”.56 Las fuentes de este tipo de poder son la cultura, los valores políticos y la política exterior. 57

El empleo de la estrategia de inspirar a otros países a partir de la cultura y los valores que “vende” una sociedad, generando un cambio de opinión como elemento de poder; es bastante difícil de ejecutar en el mundo musulmán. No es lo mismo pretender que un país americano o europeo admire los valores y la cultura estadounidense, a que lo haga una nación de religión islámica, con arraigado sentimiento antioccidental, y con una estructura político-social basada aún en la organización tribal. Más aún luego de las invasiones unilaterales efectuadas a Irak y Afganistán por la administración Bush, las cuales

Nye, Joseph. Soft power, the means to success in World Politics. USA: Public Affairs, 2004. p. 2. Ídem. pp. IX - XIII. 57 Ídem . pp. 5-10. 55 56

ocasionaron una importante disminución en la credibilidad de la política exterior de los Estados Unidos.58 Con el correr del tiempo, el mismo Nye, se percata de que el soft power que trató de aplicarse para rendir al terrorismo internacional y recibir el apoyo de los países musulmanes ha fracasado.59 Como respuesta, surge una nueva forma de poder conocida como Smart Power, que no es más que la combinación inteligente del poder duro y el poder blando, complementándose para crear una estrategia efectiva, donde ellos por sí solos, no pueden obtener los resultados esperados.60 El término “Smart” nació como una respuesta a la creencia generalizada de que la administración de Bush no fue para nada inteligente, ya que comprometió peligrosamente los objetivos diplomáticos y de seguridad de los Estados Unidos.

Debido a lo novedoso

de este concepto, aún posee una serie de fallas teóricas como por ejemplo: definiciones vagas, exagerada atención a las realidades institucionales que subyacen a la articulación de las políticas y estrategias, y debilidad en la incorporación del concepto a la dinámica del mundo político real.61

Desde el punto vista teórico, Suzanne Nossel considera que el empleo del Smart power ofrece una posibilidad para que los Estados Unidos relance su política exterior, reviviendo viejas estrategias que conforman el legado de Woodrow Wilson, adecuándolas a las nuevas realidades por medio de una agresiva política de “internacionalismo liberal”.62

Por otro lado, Matteo Pallaver razona sobre el tema y alinea el Smart power con la idea del “realismo progresivo” en política exterior.63 De igual forma, determina que para elegir correctamente las herramientas del soft power y el hard power que se deben combinar, se necesita entender el contexto en el cual el poder debe ser ejercido, medir el balance de poder entre las soluciones duras y blandas, verificar la posibilidad de ejecutar el Smart De hecho, el nacimiento del soft power y del Smart power son una reacción a la política exterior agresiva demostrada por la administración de Bush. 59 Nye, Joseph. “Smart power”. Democracy Journal, Fall 2006. p. 103. 60 Nye, Joseph. Smart… p. 105. 61 Wilson, Ernest. “Hard power, soft power, Smart power”. Revista The ANNALS of the American Academy of Political and Social Science, 2008. 62 Nossel, Suzanne. “Smart power”. Revista Foreign Affairs. Volumen 83, No. 2. pp. 140 – 142. 63 Pallaver, Matteo. Power and its forms. Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres. Trabajo especial para obtener el título de Magister en Filosofía. Londres, 2011. 58

power, estudiar las alianzas bajo las cuales se puede concebir la estrategia y comprender los objetivos que se desean conseguir.64 El actual gobierno de los Estados Unidos ha transformado diametralmente la política exterior de su antecesor, a partir del uso de lo que el presidente demócrata ha llamado las “tres Ds”: defensa, diplomacia y desarrollo.65 En efecto, el núcleo fuerte de la política exterior de Obama se ha construido en base a la teoría del Smart power. De hecho, Hillary Clinton, siendo Secretaria de Estado, refiriéndose a la proyección internacional de su país, ha expresado que: “debemos usar lo que han llamado Smart power, la gama completa de herramientas a nuestra disposición – diplomáticas, económicas, militares, políticas, legales y culturales – eligiendo la correcta combinación para cada situación”.66 Otra de las razones por las cuales ha existido este giro, ha sido el incremento de los escenarios asimétricos, en donde se debe conseguir un balance adecuado entre hard y soft power, para responder a cada situación específica usando las herramientas adecuadas.67

El empleo de herramientas del soft power para tratar de mejorar las relaciones entre occidente y el mundo islámico, puede verse reflejado en el discurso de Barack Obama ante la Universidad Islámica de Al-Azhar de El Cairo, el 4 de junio de 2009. En éste, el presidente estadounidense expresa oraciones como: “estoy orgulloso de traer conmigo los mejores deseos del pueblo americano y un saludo de paz de las comunidades musulmanas de mi país”, “parte de mi responsabilidad como presidente de EEUU es luchar contra los estereotipos negativos del Islam, allí donde surjan”, “nacimos de una revolución contra un imperio”, “el Islam es parte de América y creo que América sostiene la verdad de que no importa la raza, la religión o la posición en la vida, que todos compartimos aspiraciones: vivir en paz y seguridad”, “los actos de los terroristas son irreconciliables con los derechos humanos, el progreso de los países y el Islam”, y “el Islam no es parte del problema de combatir el extremismo violento, es una importante parte en la promoción de la paz”.

Ídem. p. 107. Ídem. 66 Pallaver, Matteo. Power … 67 Resumen del Simposio “Dealing with today’s asymmetric threat to US and global security. Employing smart power.” US Naval Institute y CACI International Inc. Septiembre 2009. 64 65

El fin último de este discurso no es otro que el de tratar de acercar la cultura estadounidense occidental al pensamiento del musulmán de a pie, que estudia y trabaja en un país cualquiera bajo condiciones que, siguiendo el ejemplo dado por las grandes potencias, pueden mejorar significativamente. Esto es la aplicación tajante del soft power de Nye. Ahora bien, esta incitación cultural viene acompañada con el empleo de las fuerzas militares en la destrucción de los enclaves de Al-Qaeda e ISIS, aplicando para ello el hard power. La complementación de ambos poderes para conseguir los objetivos de Estado es la aplicación del Smart power. Ahora falta medir la efectividad de este poder en base a control de ambientes y resultados. En principio, varios detractores de Nye interpretan que toda la teorización hecha por el profesor gira en torno a que los Estados Unidos son la potencia que debe dirigir, por herencia de la Guerra Fría, el nuevo orden mundial; cuando la realidad es que cada vez está perdiendo más fuerza dentro del sistema internacional.68 Por ende, las conclusiones iniciales tienden a ser erróneas debido a que la visión con la que se generaron también está equivocada.

En el caso de Yemen, la política exterior de los Estados Unidos se ha mostrado dubitativa y poco efectiva, ya que no han logrado descifrar las estrategias adecuadas para la resolución del conflicto. Esta situación se debe a fallas en el sistema de inteligencia que no arroja datos fidedignos con respecto a los alcances y potencial de los hutíes, los cuales fueron indebidamente menospreciados, así como la influencia de Irán en el desarrollo del conflicto. Los iraníes, si bien simpatizan con los hutíes debido a similitudes religiosas, no son los que dirigen directamente sus acciones.69 Esta afirmación fue hecha por el mismo Secretario de Defensa del gobierno estadounidense.70

Cammack, Paul. “Smart power and US leadership: a critique of Joseph Nye”. Revista 49th Parallel. Issue 22. Autumn 2008. 69 Grim, Ryan. Iran tried to stop Houthi rebels in Yemen, Obama says. Huffpost Politics. 8 de junio de 2015. Disponible en: http://www.huffingtonpost.com/entry/iran-tried-to-stop-houthi-rebels-in-yemen_55c3ba1be4b0d9b743db627c 70 The Washigton Times. “Ashton Carter: Obama failed to anticipate Iran’s role in Yemeni rebellion”. Disponible en: http://www.washingtontimes.com/news/2015/jul/23/ashton-carter-obama-failed-anticipate-irans-role-y/ 68

Aún la política de Obama no se ha decidido entre ser diplomática o buscar una solución militar, simplemente está en un limbo. Han resuelto apoyar a la alianza liderada por Arabia Saudita, pero el avance de sus ataques en contra de los hutíes ha permitido paralelamente, la expansión de AQPA en otras regiones del territorio yemení;71 así como también, un aumento considerable de las bajas inocentes en esta guerra civil. En varias oportunidades durante 2014, el presidente Obama ha recalcado que la lucha contra el terrorismo en Yemen ha sido todo un éxito, siendo un ejemplo mundial. Sin embargo, el gobierno de Hadi, aliado de Arabia y los EEUU, finalmente ha sido depuesto por los hutíes,72 quedando en el poder un nuevo actor con el cual no pensaban negociar. Varios congresistas estadounidenses han solicitado al gobierno que limite el apoyo irrestricto que le da a la coalición liderada por Arabia Saudita para atacar al territorio yemení, debido principalmente a razones humanitarias, ya que los ataques aéreos han ocasionado estragos en blancos civiles. Así mismo, el Secretario General de la ONU ha afirmado que la solución para el problema yemení no debe pasar por la vía militar.73

En fin, el dilema de los Estados Unidos con respecto a la guerra en Yemen aún no tiene solución.

En principio, han trabajado bajo la falsa suposición de que la llamada

“Primavera Árabe” por sí sola era el triunfo del soft power en el mundo musulmán. Las actuales circunstancias demuestran claramente lo contrario. Las fuerzas que derrocaron al presidente Saleh hoy están sitiadas y derrotadas por nuevos movimientos rebeldes que consideran la implantación de un Estado chiita, aliado a Irán, en el sur de la península arábiga, controlando este espacio geopolíticamente importante. Así mismo, la necesidad de negociar con los persas para lograr el acuerdo nuclear, granjeó resistencia en los países sunitas, dirigidos por el principal aliado de los Estados Unidos en el mundo árabe, Arabia Saudita. De esta forma, el gobierno estadounidense The National Interest. “Obama’s nightmare in Yemen”. Disponible en: http://nationalinterest.org/feature/obamasnightmare-yemen-12792 72 Taylor, Adam. “ Four months ago, Obama called Yemen’s war on terror a success. Now the Yemeni government may fall”. The Washignton Post, 20 de enero de 2015. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2015/01/20/four-months-ago-obama-called-yemens-war-onterror-a-success-now-the-yemeni-government-may-fall/ 73 Resumen Medio Oriente. “Congresistas piden a Obama cese de agresión saudita a Yemen, 30 octubre 2015”. Disponible en: http://www.resumenmediooriente.org/2015/10/30/congresistas-piden-a-obama-cese-de-agresionsaudita-a-yemen/ 71

también tuvo que ceder en ciertas peticiones para no perder sus alianzas tradicionales, por lo que decidió apoyar los ataques contra Yemen por parte del CCG, bajo la suposición de que iba a ser una guerra rápida. La realidad actual demuestra que los bombardeos árabes no han sido efectivos y la guerra civil se prolonga cada día más.

Los grandes ganadores

en el conflicto (si es que este término puede llegar a ser

empleado en una guerra con tal grado de devastación), han sido hasta ahora los hutíes. De ser elementos aislados al norte de Yemen, se han constituido en el grupo que detenta la máxima autoridad.

Esto se debe a que con sus estrategias flexibles han logrado

navegar sabiamente por los espacios públicos del país para establecerse como el nuevo poder político a nivel nacional.74 En conclusión, podemos decir en primera instancia, que la lucha contra el terrorismo, ha dejado de ser un problema contextual y puntual, puesto que luego de más de una década de lucha, sólo ha logrado expandirse y mutar en nuevos movimientos (como puede evidenciarse luego de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París), propiciando una nueva visión de los estudios internacionales de seguridad.75

En razón de ello, las teorías del poder, duro, blando e inteligente; pueden considerarse sólo coma una herramienta en la organización y empleo de la política exterior de un país, pero no aseguran per se su efectividad. Para lograr el cumplimiento de los objetivos, cualquier estrategia debe centrarse en el control de ambiente y resultados, por medio de acciones diplomáticas, económicas, militares, culturales y de cualquier otra índole; que aseguren el cumplimiento de las metas que se desean, en tanto y en cuanto éstas estén debidamente especificadas y tengan posibilidades de ser alcanzadas.

El éxito de la política exterior de los países viene dado por su conocimiento del entorno (el conocimiento por sí solo es poder) y la posibilidad de crear respuestas flexibles que se adapten a las circunstancias propias y del contexto, con el mínimo coste para el Estado.

74 75

Heinz, Marie-Christine. From the. p. 54. Buzan, Barry y Lene Hansen. The evolution of International Security Studies. New York: Cambridge University Press, 2009. Pp. 253 – 255.

Es por ello que el sistema internacional actual, desde las grandes potencias hasta la propia Organización de las Naciones Unidas, están en deuda total con el pueblo yemení, por no saber dirigir las acciones debidas, y muchas veces no tener la intención de lograr la resolución del conflicto.

Los ataques terroristas a París colman los noticieros del día, pero cada muerte yemení es un pie de página que los grandes países y las grandes organizaciones mundiales no logran leer, ni siquiera en las últimas semanas cuando el territorio fue azotado por un inusual huracán que terminó de devastar poblados y caseríos. Obama cerró su discurso en El Cairo diciendo: “todos los pueblos pueden vivir juntos en paz. Sabemos que esa es la visión de Dios. Ahora, esa debe ser nuestra tarea en la Tierra”. Ojalá que consideremos a Yemen como parte de esa misma Tierra, para cumplir la tarea divina de conseguir la paz.

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