La gestión turístico-patrimonial de los centros históricos. Dos “pueblos” de la pampa bonaerense (Argentina)

June 14, 2017 | Autor: Cecilia Pérez Winter | Categoría: Tourism Studies, Cultural Heritage, Historical Towns
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Descripción

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Historic Towns between East and West Ciudades históricas entre Oriente y Occidente

edited by Olimpia Niglio

1

Scientific Editor Olimpia Niglio, Italy

Kyoto University, Graduate School of Human and Environmental Studies Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Colombia

Scientific International Committee Antonello Alici, Norway, Sweden and Finland

Aalto University, School of Arts, Design and Architecture Università Politecnica delle Marche, Ancona, Italia

Andrea Catenazzi, Argentina

Universidad Nacional de General Sarmiento

Mónica Luengo, Spain

ATP- Arquitectura, Territorio, Paisaje, Madrid ICOMOS International Scientific Committee on Cultural Landascapes

Stephen J. Kelley, FAIA, SE, FUSICOMOS

Heritage Conservation Specialist, World Monuments Fund

Isabel Mercado, México

Universidad Autonoma Ciudad de México

Atsushi Okada, Japan

Kyoto University, Graduate School of Human and Environmental Studies

Michael Turner, Israel

UNESCO Chair in Urban Design and Conservation Studies Bezalel Academy of Arts and Design, Jerusalem

Karin Templin, UK

University of Cambridge

Jeremy C. Wells, USA

Roger Williams University, Bristol

Researchers from different cultures founded the scientific collection ID, Intercultural Dialogues, with the aims of realizing a meeting place for scholars around the world and of opening a dialogue that respects the diversity and cultural identities of each country on the valorization of cultural heritage. This collection offers a reflection also on the values of intangible heritage as defined by UNESCO, or rather, practices, representations, knowledge and techniques that may facilitate a sense of cultural identities (UNESCO, Declaration of 2003) among and within communities, in dialogue with the tangible heritage. In fact the valorization of cultural heritage has many additional elements rooted in sociological, anthropological and psychological phenomena, such as sociocultural values (symbolic, political, recreational, spiritual) and experiential values (place attachment/ dependence, rootedness, age). For these reasons the scientific collection ID suggests a dialog also on these aspects as well. It is also apparent that, in an era of rapid global change, the intercultural dialogue among different values plays a critical role in safeguarding traditional heritage and in strengthening cultural and social integration of the communities. Peer Review: Contributed articles to these books are assessed through a double-blind peer review process

Historic Towns between East and West

Ciudades históricas entre Oriente y Occidente edited by Olimpia Niglio

Red de Investigación Urbana A.c., Mexico

Copyright © MMXV Ermes. Servizi editoriali integrati S.r.l. www.6ermes.com [email protected] via Quarto Negroni, 15 00040 Ariccia (RM) (06) 9342171 ISBN 978–88–6975–081-6 I diritti di traduzione, di memorizzazione elettronica, di riproduzione e di adattamento anche parziale, con qualsiasi mezzo, sono riservati per tutti i Paesi. Non sono assolutamente consentite le fotocopie senza il permesso scritto dell’Editore. I edizione: dicembre 2015

The severe crisis in ethical and moral values within our towns requires fundamental questions to be asked. We must preserve these cultural values that are fundamental for the future of the history and for the development of the community. The dialogue between East and West is an important opportunity for the future.

INDEX 13

Introduction | Introducción

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Il valore della città storica Significato e confronto percettivo tra Oriente ed Occidente Olimpia Niglio

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Oriente y Occidente. La patrimonialización de la herencia colonial Víctor Delgadillo

42

La Preservación del Patrimonio Histórico Edificado en Occidente y Oriente Los Casos de Quito (Ecuador) y Kioto (Japón) L. Gonzalo Hoyos Bucheli, Dario Humberto Cobos Torres

60

Repensar la rehabilitación de los centros históricos: lecturas cruzadas desde Buenos Aires (Argentina), La Habana (Cuba), Bangkok (Tailandia) Andrea Catenazzi, Estela Cañellas; Alicia Novick, Adriana Rabinovich

73

La participación ciudadana como forma de resiliencia ante la gentrificación de los centros históricos. Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

84

El enfoque histórico, la participacion social y la significación, aspectos fundamentales para el desarrollo sustentable de los centros históricos. Norma Mejía Morales, Velia Ordaz Zubia, José Luis Sil Rodríguez, Elvia Ayala Macía

93

Patrimonialización del espacio urbano y producción de centros históricos Noelia Ávila Delgado

107

Lo antiguo, lo actual y lo proyectual: un problema de lecturas y diálogos en los centros históricos William Pasuy Arciniegas, Claudia Rodríguez Espinosa

117

La transformación de los centros históricos a través del color Juan Carlos Etulain, Alejandra González Biffis

134

Espacio, Significación y Vivencia: implicaciones semióticas sobre la noción Centro Histórico Julio Horta

147

Nuevos niveles de intervención sobre el patrimonio histórico de Como Pier Luigi Paolillo, Umberto Baresi

163

Berlín: Un entrecruzamiento polisémico del modelo Marcelo Fraile

179

Historical city centers that have lost their identity: Istanbul case Hülya Berkmen

187

The American Historic Downtown: Characteristics, History and Policy Jeremy C. Wells

203

La destrucción del centro histórico de Guadalajara Las Intervenciones Urbanísticas en el entorno de Santa María de la Fuente Antonio Miguel Trallero Sanz

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La gestión turístico-patrimonial de los centros históricos. Dos “pueblos” de la pampa bonaerense (Argentina) Cecilia Pérez Winter

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Reconfiguración del corazón del Centro Histórico moderno de la ciudad de México a inicios del siglo XXI. Disputa y racionalidad por el control del espacio Raúl Romero Ruíz

257

El barrio de El Carmen en Puebla y la Avenida 20 de Noviembre en Colima: Los suburbios de los antiguos centros históricos. Laura Elisa Varela Cabral, Luis Alberto Mendoza Pérez

272

“El tiempo está después... Prospectiva del BOa, Montevideo-Uruguay El arte ¿Motor desarrollo urbano?" Carina Nalerio, Raúl De León

286

Centros históricos en Colombia Ana María Rojas Eraso

299

El Plan de Revitalización del Centro Tradicional de Bogotá. De la Protección Monumental a la Recuperación Integral y Valoración del Paisaje Urbano Miguel Hincapié Triviño

313

Centros históricos en el Perú: preocupante estado de la cuestión Alberto Martorell Carreño

329

Yokohama: Regeneration and Requalification of the Historical Urban Tissue of the Old Port City Taisuke Kuroda

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Okazaki in Kyoto Olimpia Niglio, Noriko Inoue

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Authors

LA GESTIÓN TURÍSTICO - PATRIMONIAL DE LOS CENTROS HISTÓRICOS. DOS “PUEBLOS” DE LA PAMPA BONAERENSE (ARGENTINA) CECILIA PÉREZ WINTER

La valorización patrimonial de los Centros Históricos Los centros históricos (CH) pueden ser definidos como productos sociales que se crean y constituyen a través del tiempo, conformándose por el desarrollo de la trama urbana, y definido como tal, a través de medidas y procesos sociales, políticos y económicos. Algunos autores señalan que el significativo crecimiento urbano en Latinoamérica durante la década de 1950, sumadas las migraciones campo-ciudad, fueron procesos que impactaron en la preservación de los CH. Lo que llevó a una preocupación por su conservación desde organismos nacionales e internacionales. En esa misma década existía una concepción “monumentalista” en la conservación de los CH, que durante los años de 1970 cambió hacia una visión más integrada del conjunto, habiendo una tendencia hacia el “fachadismo1”. En la década de 1990, los CH comenzaron a ser considerados como un espacio urbano con valor histórico, y con variedad estilística, en el que se buscaba destacar su multiplicidad funcional e incorporar planes de vivienda como factor dinamizador, y no gestionarlos como museos “a cielo abierto”. Más allá de las acciones implementadas para proteger los CH, iniciativas en pos de su patrimonialización alcanzaron su auge durante la década de 1970-1990 (Carballo Perichi, 2000; Caprón y Monnet, 2003; Carrión, 2000; Scovazi, 1996), con la participación de organismos internacionales como UNESCO En este trabajo se entiende a la patrimonialización (y a la turistificación) como un proceso de construcción social, en el que un elemento es seleccionado y activado por actores sociales (políticos, expertos, intelectuales, ciertos sectores de la comunidad), que poseen una voz autorizada sobre la “cultura” y el patrimonio. Los elementos seleccionados son acompañados por discursos que los justifican y legitiman como tal (Prats, 2004). Un “discurso autorizado” que se construye a través de valores de la elite occidental dominante cuya función es naturalizar una serie de supuestos sobre su significado (Smith, 2006). La turistificación de los CH también puede promover espacios “escenográficos” ya que, al transformarlos en atractivos, se espera que la imagen del CH cumpla con las expectativas de los turistas. A su vez, las imágenes de algunos lugares pueden alcanzar un nivel de visibilidad que superan la imagen del propio espacio. Son sitios que se convierten en íconos universales. También puede ocurrir que un lugar se modifique para que sea turístico, tomando un referente de carácter universal como modelo de rehabilitación, disolviendo su forma preexistente (Donaire, 2012). Además, los elementos y lugares que alcanzan la declaración de “Patrimonio de la Humanidad” dan un “salto” de la escala local-nacional a una global, insertándose en el circuito del mercado turístico mundial (Castro y Zusman, 2007; Donaire, 2012). Sea como sea, la turistificación de un CH no suele ser armónica, y en ese proceso suelen expresarse “nuevos” y “viejos” conflictos. 1

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(Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-1946) e ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios-1965). Ellos han promovido, por un lado, encuentros y promulgado documentos con definiciones, sugerencias y metodologías para la conservación de los CH2, que algunos devinieron en “Patrimonio de la Humanidad”. Por el otro, la implementación de iniciativas como el “Proyecto regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo”, durante la década de 19703. Y el proyecto denominado “Elaboración de propuestas para la conservación y rehabilitación de pueblos y ciudades históricas”, desarrollado por el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo con la colaboración del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos (CNMMLH) de Argentina, en la década de 1980, (Hardoy, 1989; Scovazi, 1996). Jorge E. Hardoy4 (1926-1993) participó de ambos proyectos, y el último además fue implementado en la Argentina. Ese último proyecto tenía como objetivos aplicar un protocolo de preservación de CH en diferentes lugares del país; generar una “conciencia patrimonial”; y promover la identidad comunitaria (Facciolo, 2005). Para el proyecto se eligieron varias ciudades en Argentina5. En 1991 se incluyó la ciudad de Capilla del Señor (Exaltación de la Cruz) y se intentó, de manera fallida, incorporar la ciudad de San Antonio de Areco (San Antonio de Areco). Ambas ciudades se localizan en la provincia de Buenos Aires. La idea original del proyecto era Tales como Carta de Quito, 1964; Carta de Nara, 1994; Carta de Brasilia, 1995; Carta del Patrimonio Vernáculo Construido, 1999; Carta de Cracovia, 2000; Carta de Zimbabue, 2003. Algunas ideas y conceptos plasmados en esas normativas retoman principios de preservación planteados en el siglo XIX y XX, que buscaban mantener la “autenticidad” en términos absolutos. Entre 1820-1960 las prácticas de preservación fueron adquiriendo relevancia, en el ámbito europeo primero, y extra europeo después. Las ideologías europeas dominantes se basaban en dos propuestas antagónicas: la intervencionista del arquitecto francés Eugene Viollet-le-duc (1814-1879), que pensaba que la restauración de un inmueble significaba restituirlo a su tipo ideal más que a su forma original; y las anti-intervencionistas, desarrolladas por el crítico de artes John Ruskin (1819-1900), quien solo aceptaba la necesidad de consolidar y mantener las edificaciones (e.g. sustituir materiales deteriorados, consolidar la estructura para que no ceda). Posteriormente, aparecieron otras personalidades como el ingeniero italiano Camilo Boito (1835-1914) o el historiador de arte vienés Alois Riegel (1858-1905) (Choay, 2001). 3 Esto a su vez, impulsó la postulación de CH de otros países como el de la ciudad de Quito (Ecuador, 1978); la ciudad “vieja” de Damasco (República Árabe Siria, 1979); Ciudad de Antigua (Guatemala, 1979); la ciudad histórica de Ouro Preto (Brasil, 1980); la ciudad vieja de La Habana (Cuba, 1982); la ciudad “vieja” de Berna (Suiza, 1983); la ciudad histórica de Sucre (Bolivia, 1991); el centro histórico de Praga (República Checa, 1992). 4 A lo largo de su carrera se interesó y analizó el proceso de desarrollo urbano, particularmente latinoamericanos. A su vez, trabajó, en la década de 1980, en proyectos patrimoniales vinculados a la conservación de CH en varios países de Latinoamérica. Hardoy consideraba que el patrimonio formaba parte del urbanismo en el que se debían reconocer los diferentes elementos históricos constitutivos de las ciudades. Creía que los CH no eran solo aquellos con arquitectura colonial, sino que existe diversidad de tipos y orígenes. Y, pensaba que la comunidad debía ser su “socio natural” para lograr su conservación (Gutiérrez, 1995; Hardoy, 1989). Cabe señalar que Hardoy también se desempeñó como presidente de la CNMMLH entre 1984 y 1993, año de su fallecimiento. 5 Los CH seleccionados fueron Tulumba (Córdoba), Villa de Medinas (Tucumán), Bella Vista (Corrientes), Los Ranchos (provincia de Buenos Aires), San José del Rincón (Santa Fe) y Villa Atuel (Mendoza) (Hardoy, 1989). 2

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trabajar con varios CH y luego promover su patrimonialización nacional6. Esta última parte del proyecto no se efectivizó, salvo el caso de Capilla del Señor, que en 1994 fue declarado “Bien de Interés Histórico Nacional” (BHIN) por la CNMMLH. Posteriormente, San Antonio de Areco, también alcanzó el mismo reconocimiento y fue declarado “BIHN” en 1999. Dos décadas aproximadamente han pasado desde estas declaratorias. Algunos conflictos y tensione se han expresado y emergido en el proceso de patrimonialización. Por ello, utilizando estos dos estudios de caso7, interesa presentar y examinar algunas cuestiones vinculadas a su gestión patrimonial por un lado. Por el otro, analizar las tensiones existentes producto del proceso en el cual los CH fueron transformados en atractivos turísticos, e introducidos al mercado como bien de consumo y espacio de ocio. Este proceso genera preocupaciones por parte de la comunidad y del gobierno local en cuanto a cómo desarrollar el turismo sin perder la “autenticidad” de sus CH. Lo interesante es indagar qué se entiende por “autenticidad”, quienes se colocan como la voz “autorizada” para establecen qué es auténtico y que no; y qué proyectos turístico-patrimoniales son los que se tornan dominantes. Esto está en relación a la gestión de los CH, ya que, y como señalan algunos autores, en pos de su preservación y seguridad, muchas veces se genera una especie de “policía” patrimonial que establece y justifica políticas y acciones que promueven desigualdad y exclusión. Así, no es lo mismo vivir en el CH que fuera de él (Garcés, 2004; Kingman, 2004; Ormindo de Azevedo, 2004). Estos aspectos serán analizados a continuación. “Historia y cultura” en Capilla del señor Exaltación de la Cruz se encuentra en la provincia de Buenos Aires, a 80 km hacia el noroeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Figura 1). Cuenta con 29.805 de habitantes (INDEC, 2010). Capilla del Señor es la ciudad cabecera, que como ya se mencionó, en 1994 su CH fue declarado “BIHN” por la CNMMLH (Decreto Nacional 1648/94). Tanto la declaratoria8 como la narrativa de varios entrevistados coinciden en destacar su ámbito urbano y pionero, apelando a su pasado “brillante cultural” de mediados y fines del siglo XIX, que podría interpretarse como su “edad de oro”. En ese proceso de patrimonialización nacional participaron residentes autodenominados Asimismo, durante la década de 1990 se ampliaron las categorías propuestas por la CNMMLH con el fin de reconocer mayor variedad de bienes que “expresen” las diferentes manifestaciones culturales del país. En esa “nueva etapa” de la CNMMLH se comenzó a valorar “conjuntos arquitectónicos”, el “ámbito rural y natural”, y los “pueblos, centros y ciudades históricos” (Disposición Interna N° 5/91). 7 Las informaciones utilizadas para este trabajo fueron obtenidas en los trabajos de campo realizados en ambas ciudades entre 2011-2014. Se realizaron entrevistas a diferentes actores sociales (vecinos, funcionarios del área turismo y cultural, prestadores turísticos) y observación participante. Además se consultó documentación de diferentes archivos como la Biblioteca Popular Belgrano en San Antonio de Areco y de la Biblioteca de la Casa del Joven de Capilla del Señor, expedientes de la CNMMLH en Buenos Aires, y otras publicaciones afines a los temas aquí tratados. 8 Se menciona, por ejemplo, la fundación de su primera Escuela Bernardino Rivadavia (1821), la creación del primer periódico de la campaña bonaerense llamado el Monitor de la Campaña (1871), y la conservación de su arquitectura (Decreto Nacional 1648/94). 6

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“nacidos y criados” y vecinos o personas provenientes de Buenos Aires que tenían propiedades como segunda residencia en el partido. Entre ellos se encontraban: Hardoy, miembros de la Asociación Pro-Memoria9, políticos e intelectuales de la ciudad y algunos “expertos” vinculados al patrimonio (Pérez Winter, 2013).

Figura 1. Ubicación geográfica de los partidos de Exaltación de la Cruz y San Antonio de Areco. Fuente: Elaboración propia.

La declaratoria incentivó la creación y aplicación de una serie de políticas en torno a la gestión patrimonial como la: a- promulgación de ordenanzas municipales para proteger el área delimitada por el CH10, muchas de estas leyes fueron introducidas y ampliadas en el Código de Ordenamiento Territorial (COT)11; b- la conformó el Equipo de Conservación (EC), compuesto por arquitectas y museólogas provenientes de localidades vecinas, con el fin, por un lado, de implementar acciones que mantengan preservado el CH, por el otro, de ofrecer asesoramiento gratuito para que las obras ejecutadas en la ciudad respeten la “armonía” arquitectónica (Figura 2); c- la creación de un catálogo con registro fotográfico de las edificaciones más significativas; la recuperación de espacios públicos de relevancia socio-cultural12, entre otros. A su vez, Institución que actúa como intermediaria entre la comunidad y el municipio. Comenzó a funcionar en 1991 y sus objetivos son rescatar la historia, promover la protección, y puesta en valor del patrimonio local. 10 Véase las ordenanzas municipales 10/1994, 56/1999, 11/2004. 11 El COT reconoce como patrimonio a aquellos bienes que poseen ciertos valores (e.g. auténtico, tradicional, entre otros) otorgados por sus habitantes; establece que cualquier intervención realizada debe ser consultado a la autoridad correspondiente de la municipalidad; determina qué tipo de intervenciones están permitidas, como respetar alturas máximas, conservación de fachada, tipo de cartelería etc., particularmente en el CH. Esas normativas apuntan a lograr una conservación integrada del patrimonio local. 12 Como la restauración del Centro Cultural La Cosmopolita, el Paseo Arco Iris y el parque de la estación de Ferrocarril de las líneas Urquiza y Mitre. 9

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desde 1995 se estableció el premio anual “Capilla del Señor, Primer Pueblo Histórico Nacional” (Ordenanzas N° 005/95 y 035/04) como una forma de incentivar e involucrar a la comunidad en la protección de las fachadas de la ciudad, beneficiando al ganador con la exención de 5 años de la tasa de Alumbrado Barrido y Limpieza.

Figura 2. Esquina comercial de calle Bartolomé Mitre (CH Capilla del Señor). A. Foto de principios de siglo XX (Colección personal) B. Foto actual tomada por el autor. Referencia: uno, ensanchamiento histórico de la calzada urbana; dos: ensanchamiento actual luego de la intervención en 2013.

La declaratoria también promovió la visitación de la ciudad, que, en primer lugar, el municipio decidió orientarlo hacia un turismo “cultural”, ofreciendo el CH como el lugar turístico de la ciudad, y ciertas edificaciones y actividades que expusieran su historia local como atractivos (Figura 3). En segundo lugar, a partir del 2000, las ofertas se fueron diversificando, incluyendo emprendimientos organizados desde el sector privado. De esta manera el municipio, desde la Secretaría de Turismo, comenzó a construir otras modalidades como de “aventura” (e.g. bicicleteadas, caminatas, paseos en globo), “rural” (e.g. turismo de estancia). En tercer lugar, se fomentó el establecimiento de servicios gastronómicos y de alojamiento en la ciudad, lo que muestra el proceso de turistificación de Capilla del Señor.

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Figura 3. Mapa turístico del CH de Capilla del Señor.

En Capilla del Señor los discursos patrimoniales y turísticos comparten una misma narrativa: el traer la “cultura urbana” (sinónimo de civilización) a un ámbito rural en el siglo XIX (Pérez Winter y Zusman, 2014). “…Capilla del Señor en particular, tienen esos hitos culturales, (…) tratando de ver de descubrir por qué el primer periódico, por qué la fundación de las primeras escuelas de la provincia de Buenos Aires de 1821, (…) es visitado por políticos de finales de siglo (…). … Capilla tiene como un pasado brillante cultural, y nosotros que bueno, esto es lo nuestro, ¿no? (…) tenemos la obligación de mantenerlo y por supuesto de afianzar esos principios culturales, ¿no?, que tiene ya el pueblo señalarlo (…). … en conjunto, los ciudadanos y lo privado y el estado, trabajaron para poder lograr digamos, lo que hoy también constituye una obligación, porque, no, una vez que vos tenés esta distinción tenés que trabajar porque esas características que merecieron esta distinción de alguna manera, este, se conserven, se preserven, ¿no? (…). Porque a veces no es solo preservar el bien, eso lo he aprendido yo no los sabía pero lo he escuchado a las arquitectas y a la museóloga que forman parte de esa Comisión. Es la armonía del conjunto, una cuadra, o sea un todo, como haciendo menos hincapié, manteniendo ciertas líneas, como gana el conjunto de la cuadra...” (Entrevista 1, funcionaron de cultura, 2011).

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La gestión del patrimonio a cargo de la Secretaría de Cultura, junto con el EC, mantienen una postura “conservadora”. Es decir, promueven que se mantengan las fachadas en su estado “original13”, ciertos colores y la altura baja de las casas, siguiendo las normativas formuladas en el COT. Esta postura es compartida por los funcionarios de la Secretaría de Turismo, quienes buscan gestionar el turismo de manera que no le quite “autenticidad” a su CH. “…nuestra oferta es, tiene más que ver con la historia, con la cultura, con la arquitectura, en definitiva con el conocimiento. (…)… la premisa que nos guía desde siempre, es ser auténticos. O sea, si hay un sinónimo en turismo para definir Exaltación de la Cruz, es autenticidad. Acá no se trabaja para generar escenarios a donde el visitante se sume y vea cosas que en realidad no somos. Nosotros lo que hacemos es invitar a compartir con nosotros nuestro modo de vida y nuestro lugar” (Entrevista 2, funcionario de turismo, 2011).

Sin embargo, algunas iniciativas aplicadas por el municipio y orientadas hacia el desarrollo turístico parecen entrar en contradicción con esa idea de preservación. Así, la Secretaría de Cultural propuso en 2013 ensanchar la calzada en la calle comercial Bartolomé Mitre (ver figura 2) con el objetivo de mejorar el servicio gastronómico para locales y turistas, ya que allí se concentran los bares y restaurants de la ciudad. Esta intervención no fue consultada a sus pobladores y trajo opiniones encontradas entre la comunidad y en el interior de los funcionarios del gobierno local. Al parecer, cuando el turismo entra en escena, los “expertos autorizados” en la gestión del patrimonio muestran una postura más “progresista” o flexible. En el sentido que, desde el turismo, permiten la incorporación de elementos “modernos” o intervenciones dentro del CH. En cuanto a la participación y voz de los vecinos de la ciudad, es poca o nula, y muchos ni siquiera se interesan por lo que se hace o deja de hacer dentro del CH, particularmente aquellos que viven en los “barrios” (fuera del CH). Sin embargo, aquellos que sí demuestran interés, expresan posturas contrapuestas sobre cómo preservar el patrimonio y cómo presentarlo ante el turista-visitante. Un sector concuerda con las posturas turístico-patrimoniales “conservadoras” porque manifiestan que es “un orgullo” mantener el patrimonio debido a la declaratoria nacional. Otro sector ve en el turismo la llave del desarrollo económico, y espera que se aumente el flujo turístico. Consecuentemente, esperan que los comercios del CH incorporen elementos “rústicos” y “bucólicos” que refuercen la idea de un “pueblo” rural14; pero además, que se adicionen otros elementos estéticos que también consoliden su imagen colonial (e.g. farolas y empedrados). A su vez, otros esperan que los vecinos modifiquen algunos comportamientos para agradar al turista, como dejar

Para ello, generalmente toman como referencia fotografías de un registro de catastro que data de las décadas de 1940-50. 14 De hecho, existen aquellos vecinos que propone que se pongan en valor los espacios verdes y el entorno “rural” más que los elementos históricos. 13

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“abiertas sus ventanas” para que los visitantes puedan ver por dentro de las casas, como alegan que sucede en Colonia de Sacramento (Uruguay). “…no hay que pensar a la cosa comercial como algo negativo, y acá no se explota el pueblo comercialmente. Acá no se produce ningún recuerdo para el visitante, (…) cosas que la gente espera encontrar en un pueblo que la persona de Buenos Aires considera campo. (…) Y el porteño15 tiene una imagen de lo que es el campo. La cosa rustica, en fin lo que uno se imagina que es. Hay un prototipo” (Entrevista 35, vecino de Capilla del Señor, 2013). “… yo siempre digo, mirá como es en Colonia [del Sacramento-Uruguay]. Colonia deja las ventanas abiertas para que la gente pueda ver, vos acá no vas a ver una sola ventana abierta. Es como que se resisten” (Entrevista 36, vecina de Capilla del Señor, 2013).

Otro sector, opina que las políticas de preservación patrimonial impiden que el “pueblo” mejore la calidad de vida en la ciudad, ya que hay intervenciones que no están permitidas, contraponiéndose los derechos públicos y privados. “…mi hijo no es que esté en contra, y hay mucha gente que piensa como mi hijo que el pueblo no progresa a raíz de eso. Porque no te dejan hacer muchas otras cosas que se pueden hacer en el pueblo” (Entrevista 11, vecina de Capilla del Señor, 2012).

En general, los entrevistados concuerdan que no se debe perder la “autenticidad” de sus patrimonios-atractivos. Sin embargo, aquellos que buscan consolidar una imagen turística determinada del CH sostienen que la inclusión de ciertos elementos que contribuyan a aumentar el flujo turístico, no pone en riesgo su “autenticidad” porque justamente el embellecimiento sucede y se realizan en los lugares turísticos. La “tradición” en San Antonio de Areco El partido de San Antonio de Areco se ubica al noroeste de la provincia de Buenos Aires, a 110 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La ciudad cabecera es San Antonio de Areco, que linda con el partido de Exaltación de la Cruz (ver Figura 1), y tiene 23.138 habitantes (INDEC, 2010). La creación del Parque Criollo, en el que se incluye el museo de la pulpería La Blanqueada y el Museo Gauchesco “Ricardo Güiraldes” y el establecimiento de la Fiesta de la Tradición16 (10 de noviembre) en

En Argentina se denomina “porteño” a aquella persona que vive en la ciudad autónoma de Buenos Aires. 16 La Fiesta de la Tradición de San Antonio de Areco se caracteriza por el desfile de centros tradicionalistas y tropillas, demostraciones ecuestres, exposición de piezas en plata y cuero de artesanos locales, ejecución de música y danzas folklóricas propias de la región pampeana bonaerense que ellos denominan “sureras” interpretadas por sus artistas locales. San Antonio de Areco quedó como cede oficial nacional de los festejos a través de normativas provinciales y nacionales. La fecha que representa la fiesta, 10 de 15

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1938-39 (Figura 4), fueron el punta pie inicial para que se desarrollen los proceso de patrimonialización y turistificación en la ciudad, primero, y en el resto del partido después. Con respecto a la patrimonialización, el establecimiento del Parque Criollo, junto a sus museos, en sus inicios tenía como objetivo exponer una “muestra fidedigna del pasado nacional” de la época de la campaña, en la que se exalta la figura del gaucho y se rinde homenaje al escritor Ricardo Güiraldes (1886-1927), quien se inspiró en su gente y localidad para escribir su obra más conocida “Don Segundo Sombra” (1926). La Fiesta de la Tradición, también promueve la valorización del gaucho, que en su comienzo, era una celebración en la que se transmitían saberes “tradicionales”, orientada hacia los habitantes de la región. A su vez, desde la década de 1930, hasta la actualidad, otras acciones vinculadas al patrimonio se han implementado: la promulgación de ordenanzas municipales de protección patrimonial17; la creación de la Escuela de Danzas Tradicionales “Ricardo Güiraldes” (1960); la declaración de “Lugares Significativos” (1970) como una forma de reconocer el patrimonio local; la creación de la Junta de Estudios Históricos (1972), institución encargada de investigar y proponer elementos y sitios como patrimonio; la reglamentación en 1978 que promovió la delimitación de la “Zona de Preservación Patrimonial Monumental” (CH de la ciudad de San Antonio de Areco) y posteriormente la implementación de un Plan rector (1981), en el que se contemplaron normativas para la preservación patrimonial en el CH. Todo esto contribuyó a que en 1999 el CH de la ciudad de San Antonio de Areco “saltara” de escala patrimonial, de local a nacional, a través de la declaratoria de “BIHN18” (y cinco de sus edificaciones como “Monumento Histórico Nacional”) por la CNMMLH en 1999 (Decreto Nacional 1305/99). Cabe señalar que Juan José Güiraldes (1917-2003), sobrino del escritor, fue el promotor de esta declaratoria, y en ese momento era vocal de la CNMMLH.

noviembre, es en conmemoración al nacimiento del escritor José Hernández (1834-1886) conocido por su obra más representativa, el “Martín Fierro” (1872). 17 Véase las ordenanzas municipales: 1043/1978; 001/2001; 2501/2002; 3262/2007. Además, en 2014 entró en vigencia el nuevo COT de San Antonio de Areco, que plantea lineamientos de preservación patrimonial similares a los de Exaltación de la Cruz. 18 La declaratoria expresa que San Antonio de Areco: “…ha mantenido y cultivado las tradiciones de la cultura gauchesca”, y que es uno de los: “…núcleos urbanos más antiguos de la provincia”. Se menciona que “…la novela “Don Segundo Sombra” se consagró como una pieza cumbre de la literatura argentina a nivel nacional e internacional, y que desde entonces, autor y personaje han sido fuertemente identificados con el pueblo de S. A. Areco y Don Segundo Sombra se convirtió en uno de los arquetipos de la argentinidad” (Decreto Nacional 1305/99).

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Figura 4. A. Museo Gauchesco “Ricardo Güiraldes, ubicado dentro del Parque Criollo. B. Desfile de la Tradición, San Antonio de Areco 2013. Centros tradicionalistas en esquina del bar Besonart, aguardando para desfila. Fotos tomadas por el autor.

A su vez, en 2001 se autorizó, desde el gobierno local, el dar inicio a las gestiones pertinentes para proponer a San Antonio de Areco en la lista de “Patrimonio Mundial” (Ordenanza municipal N° 001/2001). Y entre 2002-2003 (pos crisis económica nacional) se realizaron intervenciones, mayoritariamente por el sector privado con el apoyo del gobierno local, en los alrededores de la plaza central de la ciudad, que luego se extendieron a la zona de la costanera, para revitalizar y mejorar la conservación de los espacios públicos. Además, en el 2014, la tumba de Ricardo Güiraldes, que se encuentra en el cementerio de San Antonio de Areco, fue declarada “Sepulcro Histórico Nacional” (Decreto Nacional N° 186/2014). En cuanto al proceso de turistificación, también comenzó en la ciudad de San Antonio en 1939 con la inauguración del Parque y Museos, porque entre sus objetivos

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estaba el colocarse como un atractivo turístico. Al que se le sumó la Fiesta de la Tradición, que fue configurada como tal partir de la década de 197019. En esa misma década el gobierno comenzó a estimular el establecimiento de servicio de alojamiento y gastronómico y las estancias empezaron a abrirse al turismo. Actualmente, la ciudad de San Antonio cuenta con infraestructura hotelera y gastronómica necesaria para sustentar la cantidad de visitantes que recibe anualmente (Romano, 2005). Otras localidades que componen el municipio, como Villa Lía, Duggan y Vagges, han incorporado el turismo como una práctica económica complementaria. El partido de San Antonio de Areco se fue conformando con la continuidad de estas políticas como “la cuna de la tradición”, y desde 2014, como “la capital nacional de la tradición”. San Antonio de Areco: “… es un pueblo que defiende los usos y costumbres. Entonces es como que la tradición se vive permanentemente en este pueblo” (Entrevista 27, Artesano y prestador turístico, 2013).

En el caso de San Antonio de Areco los discursos patrimoniales y turísticos presentan diversas narrativas, aunque algunas son compartidas como la valorización de elementos asociados a la “tradición”, “usos y costumbres” y los discursos que destacan ser uno de los primeros pueblos de la provincia de Buenos Aires. Desde lo patrimonial se activan elementos, sitios y manifestaciones que hacen referencia a su historia y figuras locales20. Con el comienzo del nuevo siglo, y la reactivación de la Junta de Estudios Históricos, el criterio se ha ampliado y otros elementos de la vida cotidiana de la ciudad y partido se han ido incorporando al repertorio patrimonial local. En cuanto al turismo, existen una mayor tendencia en exaltar la figura del gaucho, sus habilidades, y elementos asociados a la “tradición” rural argentina. Una “tradición” que, con la influencia de la familia Güiraldes, se tornó hegemónica y “auténtica21” (e.g. activar danzas y músicas de la región pampeana-bonaerense “sureras”), y fue apropiada por varios sectores de la comunidad arequera. Si bien existen una gran cantidad de vecinos de la ciudad que no están interesados en la “tradición”, si están las voces “autorizadas” sobre cómo debe ser activada y materializada en el CH. Algunos de ellos piensan que en el CH solo deben organizarse J. J. Güiraldes incentivó que la Fiesta de la Tradición deje de organizarse el 10 de noviembre para pasar a realizarse el fin de semana más cercano a la fecha. Dejó de ser un día de celebración para convertirse en una semana con diferentes eventos vinculados a la tradición. Creó la exposición de los artesanos (1971) como un atractivo adicional. En esa década se denominaba “la fiesta grande de la tradición” por la participación de personalidades políticas destacadas en el ámbito nacional. 20 En sus inicios se valoraban edificaciones y estancias asociadas a la elite local. 21 No toda la comunidad adhiere a estas ideas de tradición. Sin embargo, al ser hegemónica, cada vez que en la Fiesta de la Tradición se busca incorporar o modificar algo de su organización, algunos arequeros manifiestan que esto puede llevar a la perdida de la “autenticidad” de la fiesta y de su marca “Tradición”, apelando que San Antonio de Areco no es “gaucholandia” (sinónimo de Disneyland) (Pérez Winter y Zusman, 2014). 19

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actividades vinculadas a la “tradición” como bailecitos criollos, exhibiciones de artesanía en plata y cuero, por ejemplo. Entre los que comparten esta postura, se encuentran los miembros de la “Asociación de Amigos del Parque Criollo”, además de otros políticos, artesanos, prestadores turísticos y pobladores que adhieren a la definición “guiraldeana” de la tradición y que generalmente viven dentro del CH. Así lo manifiesta un vecino: “Esto es fantástico, vos te venís acá un mes y te hacés un tratado de cómo es la pelea entre como quedarse parado en 1920 y vivir como en 1920. El intendente que estaba antes que Paco vivía como en 1920. No daba agua, no daba luz, no daba gas, no daba teléfono, no daba cable y el pueblo se acababa acá a 3 cuadras…” (Entrevista 25, locutor, 2013).

En concordancia con el entrevistado, hay otro sector que promueve una idea más “flexible” o amplia de la “tradición”, que permite la activación de otros géneros musicales y de bailes folklóricos correspondientes a otras regiones del país, y que concuerda con que se pueden realizar otras actividades “no tradicionales” dentro del CH. Los vecinos con esta postura son tanto aquellos que viven dentro como fuera del CH, que además plantean cuestiones vinculadas a mejorar el acceso a la ciudad en su conjunto. La lógica que los guía es que si todos los ciudadanos de San Antonio de Areco pagan los mismos impuestos porque no todos gozan de los mismo derechos de acceso a servicios y mantenimiento de los diferentes sectores de la trama urbana (e.g. CH vs. “barrios”). Este segundo grupo presenta una idea de gestión más “integrada” de la ciudad y su CH. Por otra parte, como sucede en Capilla del Señor, al estar declarado como patrimonio nacional, el CH de San Antonio debe mantener ciertas características (e.g. alturas, colores, estilos). Sin embargo, desde el desarrollo turístico, también aparece una referencia recurrente: Colonia de Sacramento se toma como un caso “exitoso” a imitar. Y por ello, muchos arqueros, al igual que en Capilla del Señor, promueven la incorporación de elementos que consoliden la imagen colonial de su CH. Ellos buscan mantener una representación idílica y escenográfica (Figura 5) de la época de la campaña bonaerense. Las propuestas parecen pretender que el CH no sea restaurado como lo fue en algún momento, sino que se convierta en un ideal de pueblo colonial, similar a las ideas intervencionistas propuestas por Viollet-le-duc. De esta manera, lograrían satisfacer los imaginarios y expectativas de los turistas. “Pero sería bueno sí que Areco sigua profundizando sus, por ejemplo (…) las farolas de acá de Alsina, no sé si lo viste de noche. Son divinas. Esa sería la luz que tendría que tener todo el casco histórico, salvo alrededor de la plaza que son originales (…). Pero después todo el casco histórico tiene esas farolas adosadas a la pared y los cables van por arriba de la casa. Entonces descontaminás visualmente y es una acción para ser declarada “Patrimonio de la Humanidad” por ejemplo. El tema de eliminar todo lo que es postes de telefonía, soterrar todo, mejorar los frentes” (Funcionario municipal, entrevista 9, 2013).

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Figura 5. Vista del CH de San Antonio de Areco, frente a la plaza principal.

Gestión turística-patrimonial: los CH como espacios de tensión y disputa Con lo expuesto hasta aquí se observa que en Capilla del Señor y San Antonio de Areco existen proyectos turísticos y patrimoniales que por momentos entran en contradicción sobre cómo gestionar sus CH. Se expresan tensiones sociales, políticas y económicas, ya que los tipos de proyectos que se buscan promover e implementar los gobiernos locales, no concuerdan con las opiniones de ciertos sectores de sus respectivas comunidades. En Capilla del Señor las acciones para involucrar la participación de los vecinos de la ciudad no son muy efectivas. En general el Equipo de Conservación, junto con otros funcionarios del área de cultural, son los que terminan decidiendo qué hacer y cómo. Y se observa que las políticas de preservación y turismo se focalizan en el CH. En San Antonio de Areco, la mercantilización turística del patrimonio genera conflictos en la comunidad sobre qué proyecto turístico desarrollar: uno de índole más “inclusivo” y “popular”, o, uno más “exclusivo” y “elitista”. A diferencia de Capilla del Señor, hasta el año 2011 se constataba una influencia significativa del sector privado y de diferentes asociaciones civiles locales que promovían actividades y acciones para conservar el CH y mantener el flujo turístico. Desde 2011 la disputa por qué proyecto turístico promover se hizo más visible a partir de que un intendente no

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“nacido y criado” en San Antonio de Areco fomentara políticas que se alinean con el gobierno nacional actual, ideología que contrasta con aquellas radicales (neoliberales)conservadoras que caracterizaron otras gestiones del partido. En este contexto, el término “gaucholandia” es utilizado por diferentes sectores de la comunidad local para controlar y disputar qué forma de activación de la tradición es más “auténtica” y “pura”, produciéndose una tensión entre lo lógica turística-comercial y la patrimonialidentitaria. Por otra parte, en ambos casos existen sectores de la comunidad que a través de la gestión patrimonial buscan cristalizar sus CH, reforzando el carácter colonial e histórico (rural). Y en ambos casos se toma como referente a Colonia de Sacramento (Uruguay), que desde 1995 fue declarado como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Especialmente San Antonio de Areco, que intenta “saltar” de escala patrimonial de nacional a mundial. Entrevistados de ambas ciudades, motivados por aumentar el flujo turístico, parecen sugerir una “Colonia-sacramentización”22 de sus CH para satisfacer las expectativas de los turistas. Las políticas turístico-patrimoniales parecen retomar ciertas ideas planteadas por el restaurador francés Viollet Le Duc: restaurar el CH no a su forma original23, sino seguir un ideal (e.g. Colonia de Sacramento). Estas ideas se contraponen a aquellas planteadas por Hardoy, y otros autores mencionados, quienes expresan que cada CH es único y deben definirse acciones de gestión según las particularidades de cada uno y no importar modelos supuestamente “exitosos”. Se podría decir que no solo las ciudades pueden adquirir elementos urbanos que se encuentran en las ciudades “globales”, sino que los CH, dependiendo su tipo, también pueden incorporar elementos para ingresar al mercado y convertirse en “centros históricos globales”. Para finalizar, esta alta valorización de los CH también lleva a que en las ciudades de Capilla del Señor y San Antonio de Areco exista una diferenciación y jerarquización espacial y simbólica a la hora de gestionar la ciudad: el CH versus los barrios (que representan las áreas en las que el “pueblo” se fue ampliando). No solo se concentran las políticas patrimoniales y turísticas en los CH, sino también la gestión y mejora de otros servicios como gas, asfalto, luz, telefonía. Las iniciativas turístico-patrimoniales en algunos casos parecen justificar la desigualdad, y el derecho a la ciudad no resulta equitativo.

22 La lógica que subyace es que mientras un CH más se parezca a Colonia de Sacramento más flujo turístico tendrá un sitio, y logrará mayor aceptación en el mercado internacional. 23 Otra discusión sería la de definir qué año representa su estado “auténtico” y “original” para direccionar las políticas de conservación.

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