La gestión didáctica del patrimonio arqueológico y etnológico: Aula Arqueológica de la UNED-Elche. Un proyecto integral formativo desde el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Elche (Alicante, España).

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Descripción

Gestión del Patrimonio Entre la Conciencia Crítica y la Cohesión Social

Gestión del Patrimonio Entre la Conciencia Crítica y la Cohesión Social Lucrecia Rubio Medina y Gabino Ponce Herrero editores 2015

Gestión del Patrimonio Entre la Conciencia Crítica y la Cohesión Social

Editores: Lucrecia Rubio Medina y Gabino Ponce Herrero Impreso por: Diseño de cubierta: Miriam Ponce Pérez Maqueta: José Arturo Soto Nájera ISBN: Depósito legal:

© Los Autores, 2015 © Universidad de Alicante Reservados todos los derechos. Cualquier forma de reproducción, comunicación pública o transformación de esta obra sólo pude ser realizada con la autorización de los titulares.

Índice 9 Prólogos 14 Introducción

134 La Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco y el humedal urbano de la Ciénega Grande. Conservar y Construir Patrimonio

Estela Lucrecia Rubio Medina y Gabino Ponce Herrero

Guillermo Nagano Rojas

17 Gestión del conocimiento y universidad pública: un patrimonio agregado

144 La arquitectura del agua en la génesis y evolucíon de la Huerta del Bajo Segura (Alicante – España)

Jaime Francisco Irigoyen Castillo

Gregorio Canales Martínez, Ángel Pertusa Martínez

29 Gobernaza y gestión sostenible del patrimonio, gobernabilidad y desarrollo humano

162 Patrimonio cultural sumergido de la península de Yucatán. Protección, investigación y gestión

Claudia Rocío González Pérez, Pedro Constantino Solís Pérez

Helena Barba Meinecke

38 La gestión didáctica del patrimonio arqueológico y etnológico: Aula Arqueológica de la UNED-ELCHE. Un proyecto integral formativo desde el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Elche (Alicante, España) José Antonio López Mira, Jesús Peidro Blanes y Roberto Sánchez Garrido

54 Propuesta de recuperación y puesta en valor de la imagen en la ciudad de San Francisco de Campeche Mario Hurtado Escalante

63 Puesta en valor del fuerte de San Felipe Bacalar. Notas preliminares

170 La gestión del patrimonio sumergido en España: investigación y puesta en valor de un yacimiento submarino del siglo I d. C. José Antonio Moya

205 La gestión del patrimonio territorial como eje de innovación en destinos turísticos maduros: el paisaje cultural del Riurau (Alicante – España) Rosario Navalón García

197 La ruta de zapata Lucrecia Rubio Medina

72 Peregrinajes tras la arquitectura sacra moderna

205 Factores de éxito en el diseño y puesta en marcha de centros de interpretación: Reporte de experiencias en Marruecos y México

Andrés Martínez-Medina

Elena Catalán, Manuel Peregrina y Sergio Rodríguez

87 Planes integrales de recuperación de centros históricos: la participación social entre los indicadores de sostenibilidad. El caso del Centro Histórico de Alcoy

210 El patrimonio inmaterial en México, festejado pero no preservado ni protegido Carlos Alberto Mercado Limones

Gabino Ponce Herrero

106 Patrimonio Natural: relexiones para su gestión

219 Componentes de un paisaje cultural extenso: el caso de Xochimilco-Tlahuac-Milpa Alta al sur de la Ciudad de México

Evelia Rivera Arriaga

Alberto González Pozo

113 El papel de la planeación territorial en la conservación del patrimonio medioambiental

227 Pónte Xux con el patrimonio intangible sobre el aprovechamiento de las abejas sin aguijón entre los Mayas de hoy

María Guadalupe Figueroa Torres

Cessia Esther Chuc Uc

123 Conservación patrimonial y sostenibilidad ambiental: la vivienda autoproducida en el humedal de Xochimilco, México

Mari Carmen Naranjo Santana

Leonardo Meraz Quintana, Lucía Constanza Ibarra Cruz

Luis F. Guerrero Baca, Alleck J. González Calderón

233 Campeche-Canarias. Patrimonios propios, historias compartidas

LA GESTIÓN DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO Y ETNOLÓGICO: AULA ARQUEOLÓGICA DE LA UNED-ELCHE Un proyecto integral formativo desde el Centro Asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Elche (Alicante, España) José Antonio López Mira [email protected]

Jesús Peidro Blanes [email protected]

Roberto Sánchez Garrido [email protected]

UNED-CA Elche Emprendemos la excursión a los yacimientos de nuestras antiguas ruinas, tomando, como eje principal de Norte a Sur, el cauce mismo del Vinalopó (según que probado está que los ríos fueron las grandes vías de comunicación para los primitivos habitantes). El Vinalopó es el “Padre de Elche”: en sus laderas y ribazos conoceremos interesantes restos [arqueológicos] de todas clases... (Ibarra Ruiz, 1926a: VII)

RESUMEN

D

esde el Centro Asociado UNED-Elche se está realizando un proyecto integral de gestión del patrimonio cultural vinculado al término municipal de Elche y estructurado en cuatro fases, del que se presentan en este trabajo los objetivos y los resultados de la primera campaña. 38

En una primera fase, el principal objetivo es el de formar a los alumnos de la UNED-Elche de varios grados (Geografía e Historia, Historia del Arte, Antropología Social y Cultural, Turismo) en el terreno de la Gestión Cultural a partir de una actividad concreta: la prospección arqueológica y etnológica sistemática del término municipal. Las actividades prácticas se complementan con cursos teóricos que posibilitan la formación integral del alumno y cuyo objetivo principal es que contribuyan a unos mejores resultados inales del proyecto.

PALABRAS CLAVE Gestión, Patrimonio Cultural, Arqueología, Etnología, Didáctica, UNED, Elche.

AULA ARQUEOLÓGICA La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) “es la mayor universidad de España, con sus más de 250.000 estudiantes que cursan sus titulaciones oiciales (27 grados, 65 másteres universitarios, 18 programas de doctorado) o sus más de 600 cursos de formación permanente; desde la sede central y desde los centros asociados, se esfuerzan por apoyar día a día la meritoria marcha de sus estudiantes hacia la meta de su formación”. Su estructura se basa en una sede central y en distintos centros asociados repartidos por todo el país. A ellos se le unen sedes repartidas por Iberoamérica, Europa y Guinea Ecuatorial en África. Estos centros ofrecen al alumnado, a través de tutorías presenciales y virtuales realizadas por profesores-tutores especializados en cada una de las materias, el apoyo necesario para el estudio a distancia. La característica principal de la enseñanza a distancia es que la docencia, generalmente, no tiene lugar mediante contacto directo entre profesores y estudiantes, sino que se realiza a través de materiales para el estudio, medios técnicos de comunicación y, sobre todo, a través de los profesores-tutores. Así pues el material didáctico constituye la fuente básica, y con frecuencia la única, que el estudiante dispone para su formación e información, y por ello todas las unidades didácticas tienen que tener como característica fundamental la autosuiciencia. Además hay dos premisas básicas, ni corresponde al profesortutor impartir el programa de la asignatura, ni el estudiante está obligado en modo alguno a asistir al Centro Asociado y, por lo tanto, debe poder cumplir los objetivos de la asignatura valiéndose del

material didáctico que se le proporciona. El estudiante a distancia dispone de un papel activo de capital importancia en su propio proceso de aprendizaje. El profesor-tutor debe asumir el papel de guía fundamental de esa dinámica autoformativa y de generador de estímulos para el desarrollo de sus capacidades especíicas, por ello puede incluso cumplir una papel de “profesor-cautivador” si, a través del material didáctico y de su actividad docente, es capaz de incentivar intelectual y emotivamente al estudiante (Ripoll López 2014:17). El Centro Asociado de la UNED en Elche cumple una función muy importante de apoyo al estudiante en su formación teórica en los diferentes grados que se imparten en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Actualmente, los autores de este artículo, como profesores-tutores del centro, intentan actuar como profesores-cautivadores y por ello organizan visitas guiadas a yacimientos arqueológicos y museos de la provincia de Alicante para complementar la formación teórica del alumnado. Se trata de prácticas extracurriculares en las que la participación del alumno es pasiva, ya que simplemente recibe las explicaciones y orientaciones del profesor-tutor, pero que le sirven para traspasar las paredes del aula y acercarse de forma empírica a su objeto de estudio. Las visitas vienen realizándose desde hace cinco años, visitando yacimientos arqueológicos de diferente tipología y

cronología. Destaca entre los lugares visitados, por su frecuencia anual, el yacimiento de arte rupestre de La Sarga (Alcoy), complementado con la visita al Museo Arqueológico Camil Visedo Moltó de Alcoy y en 2014 con la subida al oppidum ibérico del Puig (Alcoi) (Figuras 1 y 2). También se han hecho visitas a la exposición permanente y exposiciones temporales organizadas por el MARQ (Museo Arqueológico Provincial de Alicante); al MAHE (Museo de Arqueología y de Historia de Elche); a la colonia romana de Ilici (La Alcudia, Elche) (Figura 3); al conjunto de arte rupestre del Plà de Petracos (Castell de Castells), o al yacimiento del Monastil (Elda) (Figura 4). Fuera de la provincia de Alicante, el verano de 2009, los alumnos pudieron conocer de primera mano la colonia romana de Libisosa (Lezuza, Albacete). Para los próximos cursos se pretende abrir el abanico de yacimientos a visitar, siempre con la idea de que las salidas sirvan para que los alumnos puedan ver con otros ojos aquello que estudian en las aulas. Motivados por la creciente demanda de formación relacionada con la Gestión del Patrimonio Cultural, desde el Centro Asociado UNED-Elche se planteó un seminario de verano con el título “Interpretación del Patrimonio Cultural”, que se celebró en julio de 2012 (Figura 5). Con este precedente, para el verano de 2013 se preparó el curso “Interpretación de la cultura material en yacimientos arqueológicos”, en el que participaron más de una treintena de alumnos. El éxito de esta edición ha permitido que el

Figura 1: Visita a La Sarga (Alcoy)

Figura 2: Visita al Museo Arqueológico de Alcoy

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Figura 3: Visita a La Alcudia (Elche)

Figura 4: Visita a El Monastil (Elda)

Centro ofrezca una segunda edición del curso en el mes de julio de 2014, ya que se percibe una demanda continua de formación por parte de los alumnos de los grados de Humanidades y Ciencias Sociales. Además, la oferta del verano de 2014 se completó con otro seminario dedicado a la “Gestión del Patrimonio Arqueológico y Etnológico. Prospección, inventario, y catálogo de bienes y espacios”. La participación en ambos ha sido muy gratiicante, por cuanto han asistido alumnos tanto de la provincia de Alicante como de las provincias limítrofes vinculadas al Campus del Sureste de la

UNED, que engloba las actuales provincias de Alicante, Valencia, Castellón, Albacete y Murcia. Para dar respuesta al notable interés del alumnado de la UNED-Elche por la ampliación de las prácticas y de la formación teórica en actividades de mayor participación directa, nos planteamos la opción de desarrollar un trabajo de investigación propio relacionado con la Gestión integral del Patrimonio, en el que tuvieran cabida varias de las actuaciones arqueológicas, que se contemplan en la Ley 4/98 de Patrimonio Cultural Valenciano: prospección, excavación y puesta en valor. Hasta este momento derivábamos estos alumnos a diferentes departamentos de otras universidades, generalmente de la Universidad de Alicante, aunque también de la Universidad de La Laguna y de la Universitat de Valencia así como de algunos museos, como el Museo Arqueológico Provincial de Alicante y el Museu de Prehistòria de Valencia. La situación actual de crisis económica ha reducido las partidas presupuestarias adscritas a inanciar proyectos arqueológicos de investigación, por lo que la oferta de plazas por participar en prácticas ha sufrido un importante descenso. Las universidades están blindando el acceso a las actuaciones arqueológicas, en general, y a las campañas de excavación, en particular, y esta situación va en detrimento de los alumnos de la UNED, que se ven rechazados al no pertenecer a la universidad que coordina la intervención.

Figura 5. Seminarios impartidos en 2012, 2013 y 2104

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Conscientes de esta situación y viendo tanto la demanda actual como la que se podría derivar en un futuro próximo, surge el proyecto Aula Arqueológica de la UNED-Elche (Figura 6), con el in de ofrecer prácticas a los alumnos del Centro Asociado, dando respuesta a su interés de formarse, en particular, en el campo de la Arqueología y, en general, en la Gestión del Patrimonio Cultural. El Aula Arqueológica de la UNED-Elche nace, por tanto, con el objetivo de formar al alumno en diferentes vertientes de la gestión e interpretación del patrimonio arqueológico y etnológico. Se plantea como un proyecto integral e integrador de diferentes elementos que coniguran el patrimonio cultural del municipio ilicitano. El Centro Asociado de la UNED-Elche ofrece el apoyo institucional para la realización de este estudio, que cuenta además con la participación de alumnos vinculados en el centro y procedentes de grados relacionados con la Arqueología, la Historia, la Historia del Arte, la Antropología, el Turismo y la gestión patrimonial. De esta manera el proyecto tiene dos vertientes diferenciadas pero a la vez complementarias: por un lado, la investigación y, por otro, el complemento didáctico para el alumnado fuera del aula –extracurricular–. En la vertiente didáctica se pretende ofrecer una formación integral del alumnado de la UNED-Elche en materia de trabajo y gestión en aspectos relacionados con el patrimonio cultural.

Figura 6. Logo del proyecto

Se trata de un proyecto de largo recorrido, que se centra en el patrimonio arqueológico y etnológico, en particular, pero que no se olvida del concepto general de patrimonio cultural, considerado como un todo indisoluble (inmuebles, muebles, inmaterial, natural, …), el cual no se puede separar de su entorno inmediato, es decir, el paisaje –con todos sus componentes–. Como punto de partida se pretendía realizar campañas de prospección arqueológica sistemáticas en todo el término municipal de Elche, a lo largo de cuatro años académicos, dividiendo el término en diferentes zonas y fases de actuación, teniendo como eje vertebrador el río

Vinalopó. Los resultados obtenidos tras la primera campaña de prospecciones nos han obligado a plantear para el curso 2014-2015 dos actuaciones: por un lado, continuar con la segunda fase de prospección, y por otro, iniciar la primera campaña de excavación arqueológica de uno de los yacimientos documentados.

PROSPECCIÓN La prospección es una de las actuaciones arqueológicas y paleontológicas contempladas en el artículo 57.1 de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, y que consiste en la exploración supericial, sin remoción del terreno, dirigida al descubrimiento, estudio e investigación de toda clase de restos históricos. Se trata, por tanto, de un método que sirve para documentar la presencia de restos materiales en supericie y determinar la existencia de un yacimiento arqueológico, paleontológico o de un bien etnológico. Esta actuación arqueológica se plantea como una acción formativa doble que, por un lado pone en contacto el alumno con yacimientos arqueológicos de cronologías diferentes, introduciéndolos en la metodología arqueológica, con las especiicidades de cada una de las “arqueologías”; mientras que por otro, la vertiente etnológica, lo acerca al trabajo que se realiza desde la Antropología Social y Cultural alrededor de los bienes catalogados como etnológicos, así como las técnicas de trabajo de campo. Utilizamos el concepto patrimonio etnológico frente a patrimonio etnográico o patrimonio antropológico, porque consideramos que: “los elementos que conforman el patrimonio etnológico evocan el mundo más complejo y diverso de la vida cotidiana y han de relejar la totalidad de los subsistemas que estructuran toda sociedad: tecnoeconómicos, sociopolíticos y simbólico-ideológicos. Se trata de abarcar la totalidad de las manifestaciones que se consideran signiicativas en el devenir de la vida de un determinado colectivo, desde la arquitectura tradicional a los rituales y actos festivos, pasando por las expresiones musicales, narrativa tradicional, tecnología, oicios, gastronomía y todas aquellas otras expresiones culturales que de una u otra forma están relacionadas con el mundo de su vida ordinaria” (Agudo Torrico, 2009: 115). Por tanto, la diferencia entre lo etnológico y lo etnográico, es que al valor del patrimonio como elemento cultural, como objeto 41

y singularidad, lo etnológico añade la relación con el territorio, que dota de signiicado al bien en su contexto, es decir, “valor etnológico reseña los signiicados que este elemento patrimonial tiene o ha tenido en relación con las prácticas sociales, actividades económicas, creencias, modos de vida, distribución de la práctica, etc.” (Agudo Torrico, 2009: 117). Existen distintos tipos de prospección que hay que valorar a la hora de plantear el modelo más adecuado. Plantear claramente en el diseño de investigación el área geográica y el tipo de prospección elegido ayuda a tener claro el proceso del estudio y los objetivos que se persiguen. Desde la arqueología se distinguen diferentes modelos de prospección que han sido puestos en práctica a lo largo del tiempo. Estos tipos pueden ser válidos si los aplicamos al campo etnológico, y más aún, como es el caso, cuando el trabajo de campo se realiza conjuntamente entre arqueólogos y antropólogos. Se distinguen tres tipos: prospección asistemática; prospección extensiva y prospección intensiva. La prospección asistemática es aquella que no tiene una planiicación inicial sino que se basa más en visitas al campo, a viajes exploratorios como señala Fernández Martínez (1989: 58), y a recorrer terrenos de los que se tiene noticia por medio de fuentes orales y/o documentos escritos. Tiene su importancia si atendemos a la identiicación de bienes signiicativos y conocidos que a pesar de ello no tienen una descripción y estudio cientíico. El problema de este método es que se olvidan otra serie de bienes que si en un principio no tienen la relevancia monumental o identitaria que se les presupone a otros, sí que son elementos que hay que identiicar porque forman parte de la herencia y de la presencia humana sobre el territorio. La prospección extensiva se basa en la amplitud y selección de la zona de trabajo. Se intenta examinar grandes áreas en base a conocimientos previos ya publicados o conocidos, pero que no están lo suicientemente documentados. Las ventajas de este método es que se pueden obtener resultados de forma rápida y con un equipo de trabajo menor que para las prospecciones de corte intensivo. La prospección intensiva es el modelo más riguroso y también el que mayor trabajo y a mayor grupo de profesionales engloba. Este tipo de proyectos tienen una cuidada planiicación y engloban normalmente a un grupo multidisciplinar. Aquí es donde 42

tiene cabida la realización de trabajos conjuntos de prospección entre arqueólogos y antropólogos, siendo idónea la posibilidad de incluir en el grupo a geógrafos, biólogos, geólogos, paleontólogos, etc. La planiicación incluye un detallado diseño de investigación, una amplia documentación, un análisis cartográico previo y la utilización de distintas herramientas técnicas especializadas. La selección del equipo de participantes es fundamental. Su competencia profesional permite el aprovechamiento de las jornadas en el sentido de tener todos ciertos conocimientos básicos y una especialización concreta. Esto permitirá la diferenciación por ejemplo de cerámica en supericie, restos etnológicos ocultos en el terreno, restos paleontológicos, etc. Unas nociones básicas de todos los campos permitirán alertar al miembro especializado sobre la existencia de un elemento relevante, asegurándose de esta forma que el terreno recorrido ha sido prospectado correctamente. Dentro de la prospección intensiva se diferencian dos tipos: las de cobertura total y las de muestreo. La prospección intensiva de cobertura total busca documentar y recorrer todo el territorio objeto de estudio. Este tipo de trabajo es el que mayor información ofrece. Por otro lado tiene también sus diicultades: es la que más esfuerzo y personal necesita, la que tiene un mayor coste económico, y es la menos inmediata porque la obtención de resultados es más lenta. A pesar de estas diicultades el volumen de los datos obtenidos es muy signiicativo. La prospección intensiva mediante muestreo se realiza seleccionando una parte representativa de la zona de estudio y a partir de los resultados obtenidos extrapolar los datos al resto del territorio. “Los muestreos deben llevarse a cabo cuando la zona objeto de estudio es muy amplia; en este caso se selecciona una fracción de muestreo o porcentaje de la supericie a prospectar sobre el total, que debe ser al menos del 20-25% para que los resultados obtenidos sean iables. Para las unidades de muestreo se pueden adoptar diversas formas, si bien las más adecuadas son dos: los quadrats (en forma de cuadrado) y los transects (en forma de rectángulo), pero en cualquier caso el tamaño debe ser tal que permita inspeccionarlas en una sola jornada de trabajo. La disposición de estas unidades de muestreo puede realizarse siguiendo tres esquemas fundamentalmente: aleatorio, según el cual las unidades de muestro se disponen al azar dentro del área a prospectar; sistemático, por el cual las unidades se sitúan a intervalos iguales; estratiicado, en el cual la ubicación de las

unidades se realiza tomando en consideración distintos criterios topográicos y ecológicos” (Morales Hervas 2000; Domingo et alii 2007: 48; Fernández y Ripoll 2014: 44). El proyecto en el que se ha trabajado, y que se seguirá realizando en sucesivas campañas con el in de prospectar la zona norte del término municipal de Elche, ha optado por una metodología intensiva de cobertura total. La razón es que es una zona de gran riqueza patrimonial, tanto en lo arqueológico como en el etnológico, que ha sido investigada por eruditos, pero que alberga elementos a los que no se les ha dado la importancia histórica que se merecen y otros que necesitan una revisión por la metodología de estudio empleada en su momento (Figura 7).

DESTINATARIOS Los alumnos del grado de Geografía e Historia son los principales receptores de la actuación arqueológica, mientras que los alumnos del grado de Antropología Social y Cultural lo son de la parte etnográica. Pero el Aula Arqueológica va más allá, ya que en la fase de activación el público potencial es extensivo para

la posibilidad de enfrentarse a una activación patrimonial, pudiendo aportar valores cada uno dentro de su especialidad y concretar acciones como la creación de rutas e itinerarios, la preparación de material didáctico, de recreaciones paisajísticas, la catalogación y activación del patrimonio etnográico, la musealización virtual, la elaboración de modelos 3D, trabajos sobre realidad aumentada o elaboración de APPS, etc.. Para contribuir al desarrollo integral del alumno de la UNED entendemos que se debe incidir en la formación tanto teórica como práctica. Por eso se planteó la realización de un seminario teórico previo de una semana de duración, que se realizó en julio de 2013 al que asistieron 37 alumnos y que se ha repetido en julio de 2014, con la asistencia de 20 alumnos (Figura 8). El seminario se compuso, en ambas ediciones, de diferentes módulos temáticos referentes a la interpretación de la cultura material en yacimientos arqueológicos. Así se analizó la Arqueología como método histórico; los diversos tipo de actuaciones arqueológicas; el trabajo de campo, haciendo especial atención al estudio, clasiicación y catalogación de la cultura

Figura 7. Prospección intensiva de cobertura total. Detalle de disposición de los alumnos

otros grados tutorizados en el Centro Asociado de Elche, como Historia del Arte, Turismo, Pedagogía, Sociología, Educación Social, Informática, Ingenierías, etc. Se pretende llevar adelante un proyecto multidisciplinar en el que el vector fundamental sea la Gestión del Patrimonio Cultural. A los alumnos se les proporciona

material; el trabajo de laboratorio, con el análisis de los materiales recuperados en las actuaciones arqueológicas; la publicación y divulgación de los resultados derivados de las citadas actuaciones y, inalmente, la labor de los museos en la difusión del patrimonio cultural. Para completar la formación del seminario se realizó una 43

El proyecto de prospección se localiza en esta primera campaña en el que llamaremos, siguiendo la división isiogràica propuesta por Gracia i Vicente (2008), la Sierra de Elche. Se caracteriza por ser “una alineación montañosa situada al norte del casco urbano, con orientación OSO-ENE (Sinclinal del Tabaià, anticlinal de Serra Gorda, Sierra de Sancho y Colmenar) cortada transversalmente por la falla del Vinalopó. La cima más notable es el Tabaià (406 m.). En esta zona dominan los suelos no aptos para

usos agrícolas a causa de su pequeño grosor (máximo de 25 cm.), elevada pendiente y los riesgos de erosión que presentan” (Gracia i Vicente 2008: 45). La zona la denominamos genéricamente Sierra del Pantano de Elche, tomando el embalse como unidad de referencia geográica, aunque el marco de la prospección sobrepasa este entorno. La elección se debe a que tanto a nivel arqueológico como etnológico es el río Vinalopó quién delimita la unidad paisajística. Nos movemos en los siguientes límites geográicos: en la parte oriental del área a prospectar encontramos la Sierra del Tabaià como límite norte. Al sur de ella, el Puntal Gordo, la Sierra del Mortero y la Sierra de La Llosa. En el extremo sudeste se sitúa la urbanización de Bonavista. Finalmente, en la parte central se ubica la Sierra de Peligros. Todo esto nos da una orografía llena de elevaciones comprendidas entre los 150 y los 400 m.s.n.m. y pequeñas zonas llanas que permiten el desarrollo de la agricultura, aunque los mejores terrenos se encuentran al sur de la actual autovía A-7, fuera del límite marcado para la primera campaña de prospecciones (Figura 10). Nos encontramos en un territorio ocupado desde la Prehistoria, que ha sido modelado por la interacción entre el medio y el ser humano. Estamos ante un paisaje cultural. Sin adentrarnos en el análisis conceptual de esta categoría destacamos que partimos de considerar el paisaje como la elaboración cultural

Figura 8. Alumnos del primer Seminario de 2014

Figura 9. Alumnos del segundo Seminario de 2014

jornada práctica en las instalaciones de la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia. Además, la oferta de 2014 se completó con otro seminario dedicado a la gestión del Patrimonio Arqueológico y Etnológico, considerado como parte complementaria del primero, en el que el trabajo de campo fue una de las partes más destacadas (Figura 9). Una vez completado el curso y con la autorización pertinente de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte para la realización de prospecciones arqueológicas, tal como indica el artículo 60 de la Ley 4/1998 de Patrimonio Cultural Valenciano, se planteó la realización de una primera campaña de prospecciones, centrada en la zona noroeste del término municipal de Elche, concretamente en el entorno del Pantano de Elche.

PROYECTO DE ACTUACIÓN 2013-14 Marco Geográico

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Figura 10. Pantano de Elche, sobre el Río Vinalopó, eje central del área de prospección

de un determinado territorio, con un componente simbólico que lo relaciona con la comunidad, con sus señas de identidad colectiva y con un “patrimonio vivo, un testigo cultural de primer orden que nos indica, no solamente lo que hemos sido, sino también lo que queremos ser” (Álvarez 2007: 65).

Antecedentes La zona a estudiar en esta primera fase o primera campaña de prospecciones presentaba diferentes yacimientos arqueológicos, así como elementos etnológicos ya conocidos (Ramos Folqués 1953). Desde el punto de vista arqueológico, la zona próxima al río Vinalopó así como el actual Pantano de Elche concentra la mayor cantidad de yacimientos. Destacan el Castellar de la Morera y La Moleta, por presentar materiales de diferentes fases, desde la Prehistoria hasta época islámica. A estos se añaden una serie de asentamientos en altura de diferente cronología, preferentemente de la Edad del Bronce, como es el caso de Caramoro I (Ramos Fernández 1988; 1990; González y Ruiz 1995), Caramoro II (González, Ramos y Ruiz 1990; González y Ruiz 1992), La Càrcava, Lamparilla, Kalathos, Molino de la Palmereta y Serra del Búho I, Serra del Búho II (también renombrado Puntal del Búho), Sierra del Búho III y Sierra del Búho IV (Román 1978; 1980).

La época ibérica está representada por Caramoro II (García Borgia et alii 2010), El Lloc, las Canteres del Ferriol, Kalathos y los ya mencionados Castellar de la Morera y La Moleta. En cuanto a las fases romana y tardoantigua, se conocían únicamente los yacimientos de La Moleta y Castellar de la Morera, asentamientos fortiicados y de mayores dimensiones que el resto de los mencionados anteriormente (Reynolds 1993: 69-70). De época islámica, además del Castellar de la Morera (Gutiérrez, Menéndez y Guichard 2008) y La Moleta, se había documentado el yacimiento de La Loma. Finalmente, de época medieval cristiana se tenía constancia del renombrado Camino de les Canteres, relacionado con las Canteres del Ferriol, fechado en época ibérica y que podría haber perdurado hasta época medieval (Rouillard 2008). Desde el punto de vista etnológico la zona a prospectar presentaba numerosos elementos conocidos y estudiados, de importante relevancia histórica, arquitectónica y de ingeniería civil. A estos bienes se les debían unir aquellos que podríamos considerar “olvidados” (López Mira 2005: 19; 2012: 160) (incas agrícolas, casas de labor, aljibes, colmenas, etc) que a pesar de su menor relevancia “monumental” tienen una gran importancia como huella de la actividad humana en el territorio. Nos encontramos igualmente en lugares que han sido y de alguna manera siguen siendo, una referencia como zona recreativa y de esparcimiento. Paradójicamente, este conocimiento popular, así como los estudios cientíicos relativamente abundantes sobre la zona, no se correspondían con un inventario etnológico normalizado, y menos con una conservación en consonancia con la importancia de los bienes. Si por una parte encontrábamos un Bien de Interés Cultural tan importante como el conjunto del Pantano de Elche, aparecen también los restos de la tubería y acueductos que llevaban agua potable a Elche desde la Fuente de Barrenas de Aspe en el siglo XVIII, que no estaban descritos en el catálogo de la Dirección General de Cultura de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, ni tenían asignados ninguna igura de protección (Figura 11). La riqueza patrimonial e histórica del entorno tiene una importante producción bibliográica. Citamos algunos autores que son de obligado estudio, empezando por la producción de Aurelià y Pere Ibarra (Ibarra Manzoni 1879; Ibarra Ruiz 1895; 1914, 1926 45

texto de Carmina Verdú, por su parte, profundiza en el estudio del Palmeral y de su sistema de riego como paisaje cultural .

Objetivos

a; 1926 b). En ella encontramos, junto a la interpretación histórica, una ingente labor de archivo y de transcripción de documentos. Estos estudios son fundamentales para conocer el poblamiento prehistórico e histórico del término municipal, así como para entender, entre otros aspectos, la problemática del agua en Elche, tanto para el riego de los huertos como para el abastecimiento de agua potable a la ciudad. Dentro de la investigación más reciente hay que mencionar los trabajos de Enric Guinot y Sergi Selma (2003), así como el de Carmina Verdú (2010). El primer texto detalla la ingeniería hidráulica en el municipio ilicitano, con una rigurosa información histórica sobre la Acequia Mayor, la Acequia Marchena, el Pantano de Elche, el Canal del Desvío, los molinos asociados en la Acequia Mayor y a la Acequia Marchena, o las instituciones de riego. El

El análisis de la ocupación prehistórica e histórica del término municipal de Elche revela dos realidades diversas. En la parte norte una de las características principales es la existencia de asentamientos en altura, que contrasta con la parte sur del término municipal, donde la ausencia de elevaciones permitió la ocupación de la llanura y la explotación agrícola. En el área a prospectar en la primera campaña destaca una intensa ocupación en la Edad del Bronce, con asentamientos en altura como Caramoro I y II (Figura 12), La Moleta, Serra del Búho I y IV, Puntal del Búho (Serra del Búho II), La Cárcava o Kalathosy Castellar de Morera. Con la fundación de la ciudad ibérica de La Alcudia vemos que la ocupación de la zona se concentra allí, mientras que en el entorno del Pantano desaparecen algunos asentamientos, quedando como lugares ibéricos Kalathos, Castellar de la Morera y La Moleta. Ya en época romana, no obstante, la fundación de la colonia de Ilici y la explotación agrícola de las tierras del llano, dejaran la parte norte del término municipal como una zona marginal, que solo presenta materiales signiicativos en la Castellar de la Morera y La Moleta (Reynolds 1993: 69-70). Será en ambos yacimientos donde encontraremos una intensa ocupación en

Figura 12. Caramoro I. Vista general

Figura 13. Castellar de la Morera. Vista general

Figura 11. Acueductos del siglo XVIII. Vista frontal y superior

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época tardoantigua y, posiblemente, durante la primera fase islámica. Esta situación podría responder a una jerarquización del territorio a partir del siglo V d. C., hasta la fundación de la ciudad de Ils, como se aprecia en otras zonas del sudeste hispano (Figura 13). La realización de prospecciones patrimoniales sistemáticas nos debe ayudar a entender mejor el panorama de estos yacimientos arqueológicos. De buena parte de ellos, aunque los conocemos de antiguo, hay datos que deben actualizarse con los nuevos criterios de investigación, catalogación e inventario patrimonial, como son su correcta georreferenciación, extensión, estado de conservación, presencia de estructuras y materiales, peligro de destrucción, etc. Sería el caso de Kalathos, del que tenemos pocos datos, o también de Sierra del Búho III, del que el propio Román Lajarín tenía dudas que fuera un poblado (Román 1980: 45-47) y de otros de los que sólo se conoce una cita parcial en un documento de trabajo realizado por el Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos (GIEA 1985). En cualquier caso, uno de los objetivos del proyecto, en su vertiente de investigación, era precisamente el de comprobar o revisar la entidad y existencia de los asentamientos documentados hasta ahora, e incluso documentar nuevos. Por lo que respecta al patrimonio etnológico, era importante la actualización de la información BIC del Pantano, personalizando, además, los restos que no estaban descritos individualmente a la base de datos de la Dirección General de Cultura. Otro gran objetivo era describir, georreferenciar y fotograiar la cañería de agua potable, con sus puentes y acueductos, como primera medida para que las autoridades correspondientes tuviesen conciencia de su importancia e iniciaran los trámites para su protección. Finalmente, otro objetivo era localizar y describir aquellos bienes etnológicos ocultos y/u olvidados, menos considerados por su función y monumentalidad, pero relejo de la vida cotidiana, como paso previo e imprescindible para ser integrados en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana del municipio (López Mira 2014).

METODOLOGÍA Trabajo de campo La prospección se articula en dos fases: prospección total o integral del territorio mediante la cobertura total de la supericie a

prospectar, y prospección puntual, es decir, aquella que se centra especíicamente en la catalogación e inventario de los bienes patrimoniales signiicativos: muebles (arqueológicos, etnológicos y paleontológicos) e inmuebles (arqueológicos y etnológicos). a) Prospección total En primer lugar se realiza un estudio previo de la cartografía con el uso de Sistemas de Información Geográica (SIG), fotografías aéreas, etc. Después se plantea una serie de unidades geomorfológicas que ayudan a dividir el área de prospección en unidades más pequeñas, permitiendo un mejor estudio del terreno. El trabajo de campo se lleva a cabo con una serie de elementos imprescindibles para documentar todo el proceso de captación de datos, como una cámara fotográica digital con que dejar constancia del trabajo de campo. Además todos los técnicos arqueólogos participantes deben llevar un receptor GPS con que registrar el recorrido realizado, quedando guardado en un track, el cual es descargado en un ordenador en formato .ozi. Si se documenta algún elemento patrimonial se debe registrar sus coordenadas UTM (ETRS89 Huso 30) en su respectivo waypoint, que también incluirá la altura sobre el nivel del mar, datos que se descargan, igualmente, en el ordenador. Por otro lado, si lo que se encuentra es un yacimiento arqueológico se debe señalar la concentración o la dispersión de materiales con la ayuda de los receptores GPS, es decir, en qué zona concreta han aparecido materiales arqueológicos en supericie y donde se concentran especialmente. De esta forma se puede ubicar con mayor precisión un yacimiento, ya que es bastante habitual que en asentamientos situados en la parte alta de collados se encuentran materiales dispersos por las vertientes. Durante la prospección no se recogen materiales arqueológicos muebles, excepto si son lo suicientemente signiicativos para ayudar a establecer una cronología relativa del yacimiento al que se adscriben. Los fragmentos se guardan en bolsas que se individualizan con los datos de la zona o sector prospectado o bien con una referencia topográica y con el número de waypoint que le corresponde, de forma que se pueda reconocer posteriormente con facilidad (Figura 14). Los bienes etnológicos que aparezcan durante las jornadas de campo (casas, aljibes, acequias, ribazos, canteras, colmenas, etc.), se documentan, fotografían y localizan geográicamente, 47

anotando una breve descripción de sus características. b) Prospección puntual o de documentación de bienes inmuebles Con este término nos referimos a bienes conocidos, estudiados y documentados que, a pesar de estar recogidos en el Inventario General de la Dirección General de Cultura, es conveniente actualizar, individualizar y/o conirmar su existencia o inexistencia. Entre estos bienes hemos incluido desde el punto de vista arqueológico todos los yacimientos ya inventariados, prospectándose aquellos de los cuales se tenía constancia tanto por publicaciones locales como por comunicaciones orales, conirmando en algunos casos la presencia de yacimientos, mientras que en otros casos se ha registrado la inexistencia de restos muebles e inmuebles que permiten catalogar el lugar como un yacimiento arqueológico. Desde el punto de vista etnológico, en un recorrido que sigue el eje vertebrador de la Acequia Mayor y el río Vinalopó, se localizan bienes inmuebles entre el yacimiento de Caramoro I y el Pantano de Elche. Algunos son conocidos y otros deben ser documentados con la prospección para incorporarlos al inventario de la Dirección General de Cultura. En cuanto a la metodología a emplear es similar a la descrita en el caso del patrimonio arqueológico, ya que en caso de documentar un bien etnológico se deberán tomar las coordenadas UTM, documentarlo gráicamente y hacer las ichas correspondientes (Figura 15).

Figura 14. Fragmentos cerámicos localizados

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Trabajo de gabinete/laboratorio Una vez los bienes muebles recogidos llegan al gabinete o laboratorio, son lavados, signados e inventariados, según las directrices marcadas por el museo que establezca la Conselleria competente en materia de cultura. Por su parte, todos los datos recogidos en las ichas de campo, son organizados y registrados informáticamente, utilizando para ello las diferentes bases de datos disponibles y facilitadas por la Dirección General de Cultura, en las que se incluyen tanto los datos descriptivos, como de localización, administrativos y gráicos necesarios para una correcta actualización del Inventario General del Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana. Por último, se ha confeccionado la memoria técnica de la actuación, en la que se detallan todos los pormenores de la acciones realizadas, de los participantes y de los resultados obtenidos en la misma, debidamente documentados gráicamente (Figura 16).

RESULTADOS PRELIMINARES El territorio prospectado en esta primera campaña se sitúa geográicamente en los siguientes límites, siguiendo la toponimia del gobierno regional valenciano, representado por la Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Partimos desde el entorno del Camino de la Acequia Mayor, incluyendo los alrededores de los yacimientos arqueológicos de Caramoro I y II y del Aigüa Dolça y Salà. Desde este extremo, dirección este,

Figura 15. Casa cueva localizada

Figura B

Figura A Figura 16. Fichas modelo (primera hoja) confeccionadas A) Arqueología. B) Etnología

se recorre la Sierra de l’Estret de Manga, llegando a la Moleta y marcando el límite de esta zona la carretera del camino del Pantano, incluyendo, más allá de ella la zona sur de la Carada del Penjat y los alrededores del campo de tiro. Otra zona incluye desde las ruinas del Molí dels Magros y el Azud del Vinalopó hasta la carretera del Camino del Pantano. Aquí se incluyen los vertederos municipales, hoy clausurados, la vertiente norte de l’Estret de Manga y la extensión de terreno asociado a la inca agrícola de Casa de Pastoro. Al otro lado de la carretera nos adentramos en la Cañada de Pastoro. Desde el pantano dirección este, la Sierra del Castellar de la Morera es otro de los terrenos recorridos. En la parte oriental, cogiendo como límite nuevamente la carretera del Camino del Pantano, nos adentramos en la canyada del Cantal y la Serra del Búho hasta las estribaciones de la Serra de l’Animeta. Por último nos situamos en la zona del Racó de la Morera, Serra del Ferriol y Serra del Tabaià, siendo el límite de término entre Elche y Aspe el que cierra el perímetro. Se ha procurado que la dinámica de las salidas fuera siempre la misma. Con la ayuda de la cartografía disponible y de varios

receptores GPS se ha procedido a la toma de datos, con el registro de los tracks diarios, así como la toma de puntos o waypoints con el in de documentar elementos patrimoniales, o bien dispersión de los hallazgos de materiales arqueológicos. Los participantes en las prospecciones, organizados en transects, han mantenido una distancia de entre 5 y 10 metros, abarcando generalmente una anchura de unos 100 metros lineales, lo que ha permitido abarcar un espacio relativamente amplio. Para la toma de datos se ha contado con, al menos, cinco receptores GPS en cada salida, lo que permite tener una visión bastante concreta de las zonas prospectadas. El trabajo de campo durante las jornadas de prospección ha proporcionado desde el punto de vista arqueológico nuevos datos acerca de la ocupación de la zona por parte de diferentes comunidades humanas a lo largo de la Prehistoria y hasta época medieval. Se ha localizado diferentes puntos con aloramientos naturales de sílex, incluso un posible taller de talla de sílex, con el hallazgo de varias lascas y algunos núcleos. El taller podría 49

ponerse en relación con alguno de los asentamientos de la Edad del Bronce que se ubican en la zona, por ejemplo, con el importante asentamiento del Tabaià. Precisamente en el lado sur de la sierra del Tabaià se ha documentado la presencia de materiales cerámicos en supericie, que podrían considerarse parte de un yacimiento inédito, con una cronología genérica de la Edad del Bronce. Ya de época histórica, además de los yacimientos ya conocidos, han sido varios los puntos en los que se ha localizado la existencia de algunos fragmentos cerámicos supericiales, que, si bien pueden indicar la frecuentación de la zona, no permiten establecer la existencia de un yacimiento arqueológico. Es el caso de varios fragmentos de cerámica ibérica pintada asociados a otros tantos de ánfora romana del tipo Dressel 1, en lo que ha sido interpretado como un lugar de frecuentación. De época islámica se han documentado varios fragmentos de una marmita (borde y paredes) que parecen sugerir al menos la frecuentación del área alrededor del hallazgo. Los hallazgos que sí permiten plantear la existencia de yacimientos inéditos se localizan, en ambos casos, en pequeñas elevaciones. En el primer caso, en un espolón rocoso cercano al yacimiento de Sierra del Búho I. Se ha localizado en supericie material cerámico de época ibérica, sin que se haya podido asociar a estructuras. El nuevo yacimiento ha sido catalogado como Sierra del Búho V. Asimismo, de época romana se ha localizado una decena de fragmentos informes de ánfora romana del tipo Dressel 1 en una pequeña elevación, que sugiere la presencia de un posible asentamiento rural de pequeñas dimensiones. Podría tratarse de apenas una cabaña de control de las tierras, asociada al trabajo agrícola de los terrenos circundantes. Se trata de asentamientos difíciles de documentar, debido a la escasez de materiales asociados, así como por su ubicación, en zonas poco elevadas, aunque cercanas a las tierras de cultivo. Por tanto, podríamos interpretarlo como un posible locus, catalogado como Llometa de la Plata. En cuanto a la fase medieval cristiana no se han documentado restos materiales que sugieran la existencia de yacimientos no documentados hasta la fecha, de igual modo, los materiales de época moderna y contemporánea no indican más que la frecuentación del lugar, así como el trabajo de los terrenos 50

de cultivo asociados a los hallazgos. Desde el punto de vista etnológico, los bienes inmuebles localizados durante las jornadas de campo son los siguientes: - Camino de la Acequia Mayor y Aigua Dolça i Salà: tramo de la Acequia Mayor; cañería de agua potable del s. XVIII; acueductos de la cañería; pila de agua descubierta relacionada con la cañería de agua potable; garitas de registro y control de agua de la cañería de agua potable; casa de labor (Cueva de los Caníbales); abancalamiento con márgenes construidos con piedra en seco; mojones de monte público. - Camino Campo de Tiro: canteras, abancalamiento con márgenes construidos con piedra seca; corral construido con piedra seca. - Cañada de Pastoro y Estret de Manga: abancalamiento con márgenes construidos con piedra seca; casas de labor; corral construido con piedra seca; estructuras cinegéticas. - Sierra del Castellar de la Morera: abancalamiento con márgenes construidos con piedra en seco; colmenas; canteras; estructuras cinegéticas. - Sierra del Cantal: abancalamiento con márgenes construidos con piedra en seco; casa de labor. - Racó de la Morera, Ferriol y piedemonte Sierra del Tabaià: colmenas, casas de labor; canteras de yeso; abancalamiento con márgenes construidos con piedra en seco; estructuras cinegéticas; mojones de término; Canal del Desvío del río Vinalopó. - Sierra del Ferriol y Tabaià: canteras, inca agrícolas con márgenes construidos con piedra en seco, aljibes, casa cueva y estructuras agropecuarias. Hasta el momento los resultados del trabajo de campo arrojan un balance positivo en el inventario de bienes etnológicos. Siguiendo las directrices marcadas por la Dirección General de Cultura del gobierno regional valenciano se han realizado las correspondientes ichas etnológicas, que una vez volcadas en la base de datos oicial, actualizarán la información de bienes etnológicos disponibles para el término municipal ilicitano. Las ichas individualizan bienes y también engloba aquellos que tienen una coherencia temática y patrimonial, como los acueductos de la cañería de agua potable, el canal del desvío o el trazado de la Acequia Mayor. Además de la pertinente

descripción, todos los bienes se geolocalizan y se acompañan con documentación gráica y cartográica. El objetivo no es el de elaborar una investigación inalista sino una primera fase con la localización y descripción de los aspectos de cada bien. Es a partir de esta documentación donde se abre el abanico de estudio y de gestión patrimonial.

VALORACIONES FINALES El proyecto Aula Arqueológica UNED-Elche ha nacido con un fuerte componente didáctico y una gran dosis de ilusión por parte de quienes lo coordinamos. Pero no debemos olvidar que no sería posible llevarlo adelante sin el apoyo institucional que nos proporciona el Centro Asociado de la UNED-Elche, ni mucho menos sin el gran esfuerzo que semana tras semana han hecho nuestros alumnos. A ellos nuestro reconocimiento, ya que este largo camino que hemos empezado no tendría sentido sin su participación. Como ya hemos explicado al comienzo de este trabajo, se trata de un proyecto de largo recorrido, que viene desarrollándose desde hace unos años en las aulas y en las visitas a yacimientos arqueológicos, pero que empieza a caminar por la senda del trabajo de campo con la primera campaña de prospecciones y espera ampliarse a otras actuaciones posteriormente, sin descartar la activación patrimonial de los bienes documentados. El hecho de empezar con una prospección intensiva de cobertura total del territorio se fundamenta en que la consideramos como la actuación patrimonial más idónea para formar los alumnos, por cuanto el reconocimiento de los diferentes bienes patrimoniales –arqueológicos, etnológicos y paleontológicos–, mediante la inspección ocular del terreno y diferenciando los diferentes tipos de bienes inmuebles –restos arquitectónicos– o muebles –restos materiales: cerámicas, óseas, metálicas, etc.– son la mejor forma de aprendizaje y de experiencia. Todo ello, partiendo de un concepto de patrimonio integrador y globalizador, es decir, que coincidimos con la problemática que señala Celeste Jiménez de Madariaga sobre la disgregación, la parcelación disciplinar y la exclusividad conceptual que afecta al patrimonio cultural: “Tal y como está concebido en la actualidad, el patrimonio cultural padece de un problema de base para abordar su análisis, problema que ya ha sido señalado por varios autores: la disgregación

del patrimonio, o sea, la división de éste tanto en su deinición conceptual (distintas tipologías de patrimonio), como sus adscripciones jurídico territoriales (desde lo universal a lo local), como en las disciplinas académicas que han tratado de acapararlo (con el dominio secular de lo histórico artístico). Así, obtenemos un patrimonio tratado desde una perspectiva reduccionista, fragmentando en diferentes categorías que van desde lo artístico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográico, industrial, natural…, además de su distinción respecto a la cualidad del propio bien diferenciando entre inmuebles, muebles y, más recientemente, patrimonio inmaterial. Esta nociva división, impulsada por los propios expertos de cada materia con el in de delimitar sus campos de acción y competencias, ha ocasionado en una desigual visión del patrimonio según fuera adjetivado y un obstáculo para avanzar en su teorización e intervención, impidiendo tener una visión holística e integral de los bienes patrimoniales” (Jiménez, 2012: 231-232). Así pues, por nuestra parte apostamos por un concepto integral de patrimonio, sin epítetos que marquen distancias insalvables, y con la prospección como primer paso, absolutamente necesario, para enfocar sobre el bien en sí, contextualizado en su entorno inmediato, documentando lo que de otra forma quedaría oculto. A esto se le añade la normalización del inventario y la documentación gráica. Por todo ello, queremos concluir este artículo con las palabras del mismo autor que la ha empezado, el historiador ilicitano Pere Ibarra, dedicadas a la importancia de los restos materiales cerámicas (“tiestos”) para la interpretación del registro arqueológico: “En el campo de Elche se encuentran variedades suicientes, como veremos, para formar, … una colección completa de tiestos, si mano competente los escoge, que permita raciocinar sobre nuestros antiguos pobladores; y digo tiestos solamente, porque vasijas enteras son escasisimas… Además, el tiesto, el humilde fragmento de cerámica, con ser de tan baja jerarquía arqueológica, por cuanto ocupa el último grado en la categoría del portentoso Arte de Tierra, es, no obstante, su más genuina representación… Su valor representativo, con ser ininitamente menos comercial que el de la vasija entera, es de su misma importancia técnica, forma parte de su misma naturaleza, es más propio y adecuado para ser presentado en puntos donde pueda 51

ser visto y estudiado por el inteligente arqueólogo, que solo busca la espiritualizada artística, el aliento vital del pasado; el botón de muestra que ocupa un determinado lugar…; el rasgo isonómico que caracteriza una clase; el individuo que representa toda una familia. Un tiesto, es un ejemplar más, que avisa; una moneda de barro que circula, que habla, que dice exactamente lo mismo, las más veces, pero con menos palabras, con menos materia si se quiere, que su progenitora la vasija, que con inarticulado y espeluznante sonido le dió a luz, al desaparecer aquella del mundo de la Historia” (Ibarra Ruiz, 1926a: VI).

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