La Fotografía en los Fondos Fotográficos de la Hispanic Society of America: Ruth Matilda Anderson

July 22, 2017 | Autor: Noemi Espinosa | Categoría: History of photography
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Descripción

UNIVERSIDAD DE CASTILLA LA MANCHA Departamento de Historia del Arte

LA FOTOGRAFÍA EN LOS FONDOS DE LA HISPANIC SOCIETY OF AMERICA: RUTH MATILDA ANDERSON

Noemí Espinosa Fernández Directora: Dra. María Esther Almarcha Núñez-Herrador Diciembre, 2010

 

 

 

ÍNDICE GENERAL.

INTRODUCCIÓN

9

1. Introducción

11

2. Justificación e interés del trabajo

13

3. Objetivos

15

4. Metodología empleada

17

5. Análisis de las fuentes utilizadas

18

6. Estado de la cuestión

28

7. Agradecimientos

29

1. THE HISPANIC SOCIETY OF AMERICA

31

1.1. Huntington, ¿un visionario de la cultura española?

33

1.2. El “museo” de mujeres

49

1.2.1. Las conservadoras de la HSA

53

1.2.2. Las fotógrafas: Alice D. Atkinson, Frances Spalding y Margaret

68

Jackson 1.2.3. Los viajes de estudio 1.3. La colección de fotografías

81 131

1.3.1. Formación del depósito de imágenes

139

1.3.2. Catalogación: El Archivo General (GRF)

177

1.4. Dos departamentos y una misión. Fotografía y Documentación.

189

Anuarios del Departamento de Documentación (1926-1959), (19601969)

3

2. EL RETRATO DE RUTH M. ANDERSON

201

2.1. De Nebrasca a Nueva York

203

2.2. La Iglesia de la Ciencia Cristiana

204

2.3. Música para el alma

209

2.4. “El Club de la Aguja y el Dedal”

210

2.5. Correspondencia epistolar con su familia

211

2.6. La niña fotógrafa. Ideales

214

2.7. Becoming Miss Anderson. Llegada a la Hispanic Society of America

223

(HSA)

3. ANDERSON, RESEARCH WORKER

231

3.1. Introducción. Significado del término

233

3.2. Los encargos

242

3.3. Metodología de trabajo

248

3.3.1. Informantes

254

3.3.2. La imagen comentada

265

3.3.3. Las compras

270

4. LA ETNOGRAFÍA COMO MATERIA DE ESTUDIO

277

4.1. Introducción

279

4.2. La formación del archivo etnográfico de la HSA y la contribución de

282

Ruth M. Anderson

4

4.3. Producción científica

295

4.4. El interior doméstico

366

4.5. Estudios sobre el traje

372

5. LA MIRADA FOTOGRÁFICA DE RUTH M. ANDERSON

393

5.1. Introducción: The Traveler´s Way

395

5.2. Siguiendo el rastro de Huntington. Anderson y su expedición de 1923

397

5.2.1. Wondrously alive: Galicia 1924-1925

401

5.2.2. The Brave Ones, “las atrevidas”. Galicia y León, 1925-1926

428

5.2.3. La EEE.: Ethnographical Expedition into Extremadura. 1927-

444

1928 5.2.4. España de ultramar. 1929-1930

456

5.2.5. Yellow Fever. Brasil, Portugal, España. Agosto, 1948-mayo,

486

1949

6. MODELO DE EXPEDICIÓN: LA IMAGEN DE ASTURIAS EN LA

505

HSA 6.1. Introducción

507

6.2. Llegada al Principado

513

6.3. Una clase de asturianos. Búsqueda de informantes

523

6.4. Los dones del “Paraíso Natural”. El paisaje astur en las fotografías de

560

Ruth M. Anderson 6.4.1. El paisaje construido

562

6.4.2. Panorama monumental. El patrimonio artístico

568

6.5. Asturias se viste de fiesta

579

589 7. LA EXPOSICIÓN DE DANZAS DE ESPAÑA EN LA HSA

591

7.1. El fenómeno de la música y la danza española en Anderson

602

7.2. Fechas, autoría y material utilizado

617

7.3. Propósitos iniciales de la exposición

619

7.4. Estructura, planificación y resultados

5

CONCLUSIONES

655

ANEXOS

663

Abreviaturas

665

Anexo 1

665

Anexo 2

685

Anexo 3

710

BIBLIOGRAFÍA

713

WEBGRAFÍA

759

LISTA DE ILUSTRACIONES

767

6

 

 

INTRODUCCIÓN 

           

 

Introducción

1. Introducción Mi aproximación a la Hispanic Society of America (HSA) se produjo en el año 2000 cuando empecé a trabajar como voluntaria en el departamento del museo, Museum Department, a las órdenes del Dr. Marcus Burke, conservador de pintura. Esta experiencia me enseñó, en primer lugar, a entender el funcionamiento de una institución creada por el filántropo americano Archer Milton Huntington (1870-1955). Comencé a comprender los criterios que le guiaron a la hora de reunir y catalogar sus fondos, y sobre todo el destino final que les tenía preparado, esto es, de ponerlos a disposición del público en general y especialmente al investigador y al especialista en esos temas. Durante los años 2004-2006, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) me concedió una beca que me permitió trabajar directamente con la colección fotográfica de la HSA. Tras este periodo, pasé a formar parte de la plantilla de la HSA incorporándome al departamento de Grabado y Fotografía, en el que trabajo junto al conservador, el Dr. Patrick Lenaghan. Bajo sus órdenes se tomaron las primeras medidas para comenzar a trabajar con la colección fotográfica de la manera más efectiva a través del diseño de una base de datos Access. Con ella se inició el registro electrónico de las imágenes, que se tradujo en una mejora con respecto a la consulta y gestión de los fondos. El trabajo empezó inventariando el legado fotográfico producido por Ruth M. Anderson, y a continuación el de otros colaboradores de la HSA, como Arthur Byne, Anna Christian, el compositor y musicólogo Kurt Schindler junto a las fotografías de la colección original de Huntington. También se añadieron las primeras fotografías que Anderson realizó en España durante su primer viaje al país en 19231. El valor del estudio de dichas colecciones reside no sólo en la importancia que para este archivo fotográfico, poseen los nombres que acabamos de citar, sino también en la idiosincrasia del mismo. La colección creada por Huntington y enriquecida, especialmente en el caso de Anderson, por sus conservadoras, posee algunos ejemplos de los más renombrados fotógrafos de la historia como los extranjeros Jean Laurent, Lucien Levy, Charles Clifford, Kurt Hielscher, y un extenso repertorio de fotógrafos 1

De Ruth Anderson, sin contar con las que realizó en la expedición de 1923, tenemos registradas en la base de datos, 14.267 imágenes pertenecientes a sus expediciones desde 1924 al 1949. De Schindler existen 3.305 registros entre 1928 y 1935. De Arthur Byne, procedentes de sus expediciones desde 1915 al 1918, contamos con un total de 2.894. Anna Christian está presente en los fondos de la HSA con 804 que se pueden datar en el año 1915.

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Introducción españoles, los más conocidos como Adolfo Mas, Mariano Moreno, Rafael Garzón, Cándido Ansede y otros quizás menos conocidos o totalmente anónimos, pero igual de importantes como por ejemplo Winocio Testera, Santos Tordesillas, Casiano Alguacil, Joaquín Arnau. El historiador y el experto en fotografía reconocerá inmediatamente estos nombres, la calidad y profesionalidad con las que fueron hechas determinaron su presencia en la HSA. Este factor les convirtió en el grupo de profesionales que superaron las carencias y dificultades de la técnica fotográfica en sus primeras décadas de vida. Huntington reconoció ese aspecto, ya que valoró sobremanera el dominio de la cámara y fue lo que le llevó a comprar material en los mejores estudios fotográficos. Pero todo lo anterior estaba condicionado por el posterior uso que se iba a hacer de ellas. El fundador de la HSA no las hubiese adquirido de no considerarlas útiles para su plan de promoción y estudio de la cultura Hispánica. Las fotografías como los libros o las obras de arte debían cumplir con esa misión, independientemente de la fama de sus creadores. Muchas de las imágenes pertenecientes a la colección original llegaron del estudio de Jean Laurent, cuyo trabajo bien podría convertirse en el paradigma de todo lo que acabamos de explicar. La oportunidad de catalogar en la base de datos la colección original de Huntington, nos proporcionó a medida que lo hacíamos, una mejor apreciación de ese material y al estudiarlas en su conjunto pudimos fijarnos de que manera se preocupó por ellas2. Desde esta perspectiva fuimos capaces de observar el sentido del resto de las imágenes, principalmente las de Anderson, que habían sido introducidas en la base de datos meses antes. Las imágenes coleccionadas por el fundador de la HSA no se alejaban de las escenas que Sorolla plasmó en sus lienzos. Las fotografías mostraban con minuciosidad y en detalle una España auténtica, de espléndidas arquitecturas que se convertían en símbolos y testigos de un gran pasado histórico. Junto a esas arquitecturas convivían bueyes tirando de carretas que transportan los frutos de las faenas agrícolas, los aguadores paseando su mercancía en busca de clientes, las mujeres cubriéndose la cabeza a la puerta de una iglesia….se trataba de un mundo real en pleno proceso de transformación, o que se había extinguido totalmente dando paso a otras costumbres cotidianas. Sorolla utilizó fotografías en la elaboración de sus paneles sobre las 2

Aunque hablaremos de estos aspectos en el primer capítulo debemos señalar que Huntington se encargó personalmente de adjudicarles una serie de números identificativos. En ocasiones añadió unos pequeños textos con los que pretendió explicar la imagen. Incluso llegó a idear un proyecto para poder visualizarlas de una forma más cómoda y por esa razón ordenó que les insertasen una arandela metálica.

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Introducción

Regiones, y es importante señalar que muchas de ellas se las proporcionó el propio Huntington. El trabajo de Anderson compartió espacio sin complejos con la España fotografiada que coleccionó el hispanófilo. El tema contenido en cada una de ellas fue lo importante y éste estaba por encima de cualquier concepción estética. Esas fotografías y los parámetros de trabajo en ellas contenidos, fueron los modelos que siguió y los que se basó Anderson a la hora de realizar sus propias instantáneas, y a este trabajo dedicamos la presente tesis doctoral. La belleza que ahora vemos en las tomas de la investigadora nació de la espontaneidad contenida en muchas de ellas, pero no pretendió que fueran bellas, sino que se esforzó porque éstas hablasen, es decir, transmitiesen una información. La importancia que el contenido de las imágenes tiene sobre cualquier otro atributo la debemos tener presente a lo largo del estudio, porque el trabajo de la fotógrafa se orientó en esa dirección y está inspirado por los encargos que le hizo Huntington. Por otro lado, debemos reconocer que no la contrató para trabajar únicamente como fotógrafa, si hubiese sido así seguramente no habría recibido la formación académica que le proporcionó y aún más importante, no poseería la cultura necesaria sobre el folklore, las costumbres, el arte, contenidos en los temas que documentó.

2. Justificación e interés del trabajo Esta tesis doctoral se centra en el estudio de los trabajos de campo de la investigadora americana Ruth Matilda Anderson (1893-1983), como enviada de la HSA. Fue el miembro de la HSA que con mayor entrega se dedicó a recolectar gran parte del material popular y folklórico que conserva hoy en día la institución. Ese fue el encargo específico que le hizo el fundador, Archer M. Huntington. Su especialización en temas sobre el ciclo de la vida (nacer, vivir, ritos de paso, festividades, morir) se produjo principalmente por este trabajo de recopilación fotográfica, que junto a sus notas de campo constituyeron las fuentes básicas para su erudición. Su labor, en gran parte inédita, es un modelo poco común de investigación etnográfica y se reflejó posteriormente a la hora de organizar la colección. Utilizó este fondo mientras trabajaba en sus propias investigaciones y también para ayudar a otros estudiosos a llevar a cabo las suyas, ya que se encargó de atender los pedidos y las consultas tanto de los miembros de la HSA, como de investigadores externos. Ella fue 13

Introducción la persona que más conocimiento tenía sobre el archivo fotográfico en general y el material de carácter etnográfico en particular. El método de trabajo que utilizó no se basó en la experiencia previa dentro del campo etnográfico, sino que nació precisamente en esa experiencia. A nosotros, como a ella en su momento, nos ha servido para estudiar la fotografía con valor etnográfico. Si admitimos la importancia de la fotografía como técnica para recopilar material etnográfico y sobre la que se fundamentan en gran medida las bases de este trabajo, debemos comenzar reconociendo que precisamente fue su condición de fotógrafa profesional lo que proporcionó a esta mujer la oportunidad de aprender y especializarse sobre folklore español. De nuestro folklore supo rescatar e inmortalizar algunas de las peculiaridades más interesantes, que se hubieran perdido de no haber estado ella allí con su cámara fotográfica. Su trabajo es el testimonio de unos hechos que no podían ser recogidas por los protagonistas, por carecer de medios y por no considerarlos tan importantes como para ser documentados. Ante la escasez de este tipo de imágenes, tuvo que ir a buscarlas directamente al medio donde se producían. Su trabajo era entregar a la HSA un material de calidad y crédito garantizados. El mérito de este esfuerzo no pasó desapercibido a figuras tan reconocidas en el mundo académico como Julio Caro Baroja, Friz Krüger, Lafuente Ferrari3, etc., que en la mayoría de los casos elogiaron su producción fotográfica y bibliográfica. La creación de este archivo posibilitó la publicación de monografías y estudios especializados de la línea editorial de la HSA, de innovadoras investigaciones sobre vestimenta, costumbres y folklore español utilizando en muchas ocasiones imágenes tomadas décadas atrás, como sucedió con las fotografías que tomó en 1928 en Extremadura y que luego le sirvieron para su libro Spanish Costume: Extremadura, publicado en 1951. Otro de los valores añadidos a esta investigación es que pretende ser una primera revisión a los trabajos de folklore hechos en España antes y después de la Guerra Civil, ya que empezó su labor de recolección en la década de los años veinte, hasta principios de los años treinta, y la prosiguió entre 1948-1949, cuando se produjo su última gran expedición. También intentaremos analizar un tema de gran interés dentro de la teoría de género, como es la recepción de materiales por y para mujeres. Ellas fueron en la mayoría de los casos sus principales informantes, concretamente las pertenecientes al 3

Por ejemplo hicieron eco y escribieron sobre el libro del traje en Extremadura Julio Caro Baroja en la revista Clavileño. no. Julio-agosto, 1952. Friz Krüger en la revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 1952. Enrique Lafuente Ferrari en Arte Español, primer cuatrimestre de 1953, etc.

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Introducción

ámbito rural. Con su trabajo logró rescatar escenas cotidianas hoy perdidas con el paso del tiempo, y en ellas percibió de la fragilidad de un mundo en extinción.

3. Objetivos La investigación realizada sobre los trabajos de campo etnográficos de Ruth M. Anderson ha venido motivada por el interés que plantean ciertos temas relacionados con su labor profesional dentro de la HSA, con ella nos proponemos: -Justificar su papel preferencial en la HSA como preservadora y difusora del material sobre el folklore de España principalmente, pero también de Portugal. Ninguna otra de las colaboradoras en la institución se dedicó con mayor perseverancia a recopilar y estudiar este tema. -Dar a conocer la parte inédita de su obra sobre el folklore y la danza, que consiguió por indicación Huntington. Un material que ella misma se encargó de organizar y clasificar en los archivos donde se almacena la colección fotográfica, incluido su trabajo y las imágenes que compró. -Mostrar su visión sobre el ámbito rural, en el que la mujer fue una informante privilegiada. El escenario de sus imágenes se desarrolló primordialmente en este entorno, fueron las poblaciones secundarias, las pequeñas localidades las que le interesaron y en ellas destacó la figura femenina que a diferencia de las que vivían en los centros urbanos, se desenvolvían y circulaban por múltiples espacios. -Sacar a la luz sus escritos y obra especializada, como por ejemplo, sus investigaciones sobre indumentaria española. La consolidación de su carrera profesional se produjo como consecuencia de una trayectoria de superación y esfuerzo personal. Adquirió su cultura sobre España y su folklore gracias a la HSA, que le sirvió como universidad y centro de estudios. Huntington, como mentor, le aconsejó escribir para que pusiera en palabras todo cuanto había fotografiado y vivido. Cuando estuvo segura de sus textos la institución los publicó, y fueron utilizados por el resto de colaboradoras de la HSA y también por estudiosos independientes como manuales de consulta. -Reflexionar sobre su labor de difusión con respecto a la presencia de material sobre la danza española en la HSA, a través de la exposición Dances of Spain que ella misma organizó. Esta exposición fue la primera y única muestra sobre este tema realizada en la institución y en Nueva York durante esos años. Para ello rescatamos el

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Introducción material que seleccionó y sobre el que trabajó y que se ha convertido en un legado de incalculable valor, especialmente para los expertos en el tema. -Mostrar la inversión de esfuerzo intelectual y económico que Huntington destinó en su formación como especialista. En ella confió la tarea de recopilar un material en muchos casos “inmaterial”, es decir, aquellos elementos que nos informan sobre el ciclo vital de una comunidad, su folklore musical, o sobre su tradición oral. Los resultados debieron ser bastante satisfactorios porque el hispanófilo americano continuó patrocinando todos sus viajes a España. Se encargó de mostrar los resultados de estas expediciones y publicó el repertorio de imágenes en atractivos folletos donde las fotografías eran protagonistas indiscutibles. También editó su labor investigadora en libros de cuidada encuadernación, y cuyo texto, de nuevo, se ilustró con un abundante surtido de sus fotografías. -Hacer patente la importancia de las fuentes secundarias para el análisis de sus obras: cuadernos de notas, cuadernos de notas a los negativos, ficheros con anotaciones bibliográficas, borradores, ejercicios de escritura, ensayos etc. Éstos son fundamentales ya que a través de ellos podemos estudiar entre otras cosas, su metodología de trabajo, la forma de contactar con los informantes, etc. Los documentos relacionados con su familia (cartas, los diarios que su padre escribió durante el viaje a Galicia), nos permitirán recrear algunos rasgos de su carácter y su personalidad durante la primera gran expedición dirigida por ella (1924-1925). -Descubrir la peculiar mirada de esta fotógrafa, a la que hemos bautizado como “andersoniana” por la evidente personalidad que en ellas se contiene, como por ejemplo en los retratos especialmente los de mujeres y niños. A diferencia de muchos otros viajeros por la Península, inmortalizó a una mujer española más cercana, la alejó de los clichés orientalistas y andalucistas habituales, y en cierto modo, también de aquella que inmortalizó Sorolla en sus cuadros. Este hecho no lo consideramos contradictorio, ya que buscando precisamente los modelos de Sorolla logró capturar a algunos de los protagonistas de esas pinturas y los fotografió sin aderezos, a su misma altura, como las personas reales que eran. En sus imágenes aparecen sin perder ni un ápice de la dignidad con la que los pintó el maestro valenciano, y además ganaron en humanidad y cercanía. -Demostrar cómo con su trabajo fue capaz de cubrir lagunas importantes dentro del archivo fotográfico de la HSA, sobre aspectos del folklore, la tradición, las creencias, y especialmente la indumentaria, etc. 16

Introducción

-Gracias al patrocinio de Huntington tuvo la posibilidad de utilizar diversas técnicas fotográficas como los estereoscopos o los autocromos y en esta tesis doctoral debemos exponer cómo y para qué los utilizó durante su trabajo de campo y de que forma se dispuso posteriormente para hacer asequible su consulta.

4. Metodología empleada El archivo fotográfico de la HSA cuenta con un total aproximado de ciento setenta y seis mil imágenes. Este cómputo parte de las entradas que existen en los libros de inventarios del Archivo General (GRF)4. Este se organizó en dos grandes bloques: el primero lo constituyen las imágenes de la Fototeca donde se conservan fotografías del arte español e hispánico de todo tipo: arquitectura, pintura, escultura, orfebrería, textiles, vidrio, obras en madera, muebles, etcétera…de diversos siglos y autores. Con este archivo se pretendió documentar no sólo la colección de arte de la HSA, sino también, la perteneciente a otras colecciones privadas, museos, instituciones culturales que poseían arte hispánico. En un segundo bloque las imágenes se agruparon por lugar geográfico e incluyeron un número determinado de divisiones destinadas a una serie de categorías etnográficas. Es donde se incluyeron la mayoría de las fotografías de Anderson, aunque algunas de ellas también se incorporaron, cuando lo creyeron apropiado, a la Fototeca, como por ejemplo, las vidrieras que fotografió en las catedrales de León y Oviedo, que se incorporaron a la sección de stained glass. A partir de estas premisas el primer paso para trabajar con la colección fotográfica fue la creación de una base de datos donde introducir la producción de la investigadora. Esta tarea nos proporcionó las primeras noticias sobre el número de sus fotografías, las secciones en las que se localizaban, el estado de conservación, l año de realización, momento en el que entraron en los libros de registro, etc. A continuación comenzamos los trabajos de digitalización del fondo documental correspondiente a la investigadora, partiendo de sus cuadernos de notas que contienen, junto al número de negativo, una explicación sobre cada uno. También se fotocopió y en muchos casos se fotografiaron su fondo epistolar y otra serie de documentos pertenecientes a su producción científica. Para finalizar se reprodujeron digitalmente las fotografías que realizó en Asturias en 1925 que protagonizan uno de los capítulos de esta tesis. 4

Estas iniciales corresponden a la denominación en inglés General Referente File. Con ellas nos referiremos al Archivo General a lo largo de esta tesis doctoral.

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Introducción Nuestra metodología de trabajo se basó en un análisis formalista, iconográfico y sociológico, impuesto por el tipo de imágenes y los documentos escritos. Su estudio requería la combinación de todos ellos. Manejamos documentos originales y estudiando las fotografías originales en su emplazamiento actual. La oportunidad de estudiar todo el material de esta forma no estuvo exenta de dificultades que estaban condicionadas la mayoría de las veces, por el impresionante volumen de documentos. En otro orden de cosas hay que tener en cuenta que las fotografías de carácter etnográfico, que como dijimos anteriormente están separadas por regiones geográficas, en el caso de España vemos como sigue la antigua división geo-política de los años 1920-1930. Esta peculiaridad crea cierta confusión al principio ya que existen regiones como la de Castilla La Nueva, en la que se incluye Madrid, o la de Castilla La Vieja, donde se encuentra Santander o Logroño, pero hay que tenerla muy en cuenta si para crear una metodología de trabajo que aspire a comprender el archivo de imágenes de la HSA. Como decíamos al principio tuvimos la ventaja de poder manejar las fotografías y los documentos escritos de forma directa. En líneas generales podemos decir que la colección se conserva en buen estado. Con motivo de las obras de remodelación de la Sala Sorolla comenzó el traslado de los archivadores que contenían las imágenes fotográficas. Para asegurar el estado de conservación de este frágil material, el Doctor Lenaghan decidió separar previamente las piezas más frágiles, las que podrían deteriorarse con el movimiento, y disponerlas en cajas individuales, cuya organización respetó el orden con el que se dispusieron en los archivadores. Las pertenecientes a la investigadora por sus características siguen conservándose en los archivadores5.

5. Análisis de las fuentes utilizadas Las fuentes que pasamos a comentar son las que me han permitido entender la figura y el trabajo que Anderson realizó para la HSA. Estas las dividiremos en: a) Fuentes primarias: 1. Fotografías: producción propia y adquisiciones. 2. Ficheros de notas para cada uno de los los negativos 3. Ficheros, agendas, libretas de notas 4. Ficheros con material diverso sobre determinadas regiones 5

La sala albergaba los paneles que Joaquín Sorolla había realizado por encargo de Huntington y que representaban varias provincias de España. En esta sala se encontraban los archivadores con las imágenes catalogadas por categorías etnográficas y por lugar geográfico. Estas piezas fueron emplazadas en cajas archivadoras especiales para este tipo de material.

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Introducción

5. Correspondencia epistolar: HSA, informantes, familiares 6. Escritos publicados e inéditos 7. Ficheros con recopilación bibliográfica y documental sobre la historia del traje español y portugués en determinados siglos 8. Recortes de prensa clippings, revistas y folletos dirigidos a ella 9. Material proveniente de dos exposiciones que se encargó de organizar en la HSA: Dances of Spain (1938-1941), Bullfighting Exhibition (1961-1966). 10. Entrevista concedida a la Society of Woman Geographers [Documento Sonoro]. Nueva York, 15 de mayo de 1977 11. Documentación varia: notas sueltas, recibos y facturas, documentos sobre su seguro de vida 12. Diarios de Alfred T. Anderson 13. Revisiones a su producción científica b) Fuentes secundarias: 1. Estudios sobre su obra 2. Bibliografía general sobre la HSA y su fundador 3. Estudios sobre temas sobre los que trabajó Anderson durante su carrera.

a) Fuentes primarias. 1. Fotografías: producción propia y adquisiciones Según la propia Anderson realizó para los archivos de la HSA alrededor de quince mil fotografías6. El número aproximado de fotografías en el archivo se estima en unas 176.000 imágenes7, muchas están realizadas siguiendo diversos procesos fotográficos. En la producción de Anderson también encontramos diferentes formatos ya que junto a las fotografías en blanco y negro, realizó estereoscopos, autocromos y diapositivas. Ya que las fotografías constituyen una de las fuentes fundamentales para estudiar su obra, es conveniente que expliquemos someramente como se organizan. El archivo fotográfico de la HSA se estructura en dos grandes apartados. El primero, la fototeca8, donde se conservan las imágenes de las piezas de arte en la colección (identificadas con 6

Entrevista a Ruth M. Anderson para The Society of Woman Geographers. [Grabación Sonora] New York, 1977. 7 El cómputo general de imágenes se basa en el número de entradas que existen en los libros de inventario del Archivo General o GRF (General Reference File) 8 Aunque conocemos el número de sus fotografías en la fototeca, a excepción de las que realizó en Asturias, todavía queda por determinar las secciones concretas donde incorporaron el resto de sus imágenes.

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Introducción el sello de la HSA), y también las del arte español e hispánico en general, pertenecientes a otras colecciones, museos, instituciones culturales de todo tipo, colecciones privadas. Sobresalen los temas de: arquitectura, pintura, escultura, orfebrería, textiles, vidrio, etc. En el segundo apartado las imágenes se organizan por lugar geográfico primero, y éste a su vez por un número variable de categorías con temas etnográficos. Muchas de estas categorías se repetirán en la mayoría de países y regiones españolas y portuguesas, como por ejemplo las dedicadas al traje, a determinadas industrias tradicionales, también los temas relacionados con la pesca, la agricultura, los medios de transporte, el mercado…Junto a las anteriores se irán incorporando nuevos apartados dependiendo de las particularidades de cada lugar. La ubicación geográfica será determinante, por ejemplo, para añadir ciertos apartados relacionados con las condiciones del medio, las industrias autóctonas, etc., de esta forma en localidades costeras encontraremos abundantes divisiones dedicadas a la pesca y todo lo relacionado con ella. Otro grupo de fotografías que también se incorporaron al GRF y que hemos utilizado como fuente primaria, son las que compró directamente a fotógrafos que en la mayoría de los casos conoció, junto a las de de estudios fotográficos y de aficionados. Este material constituye un fondo de gran valor ya que nos aporta noticias, primero sobre el tipo de fotografías que le encargaron comprar, y segundo porque son a la vez, un reflejo de los temas que plasmó en las suyas propias. Aunque las órdenes que le llegaron desde la HSA fueron claras, ella fue la responsable última de la selección. 2. Ficheros con notas para cada uno de los negativos Se trata en su gran mayoría de los ficheros en los que escribió, junto al número de negativo, descripciones y comentarios sobre cada uno de ellos. Estas notas varían en extensión, dependiendo de la importancia que concedió a la imagen y al tema representado. Se trata de un total de dieciocho ficheros, los correspondientes a sus primeras expediciones están escritos a mano y el resto a máquina. Estos ficheros son tan importantes como las fotografías en sí mismas, especialmente para las colaboradoras en la HSA que se encargaban de recibirlos periódicamente junto a las imágenes. Las notas hacían más claras algunas escenas representadas y esto contribuyó al trabajo posteriormente de catalogación. Es un tipo de material que quizás resulte poco ortodoxo para un etnógrafo profesional, pero lo consideramos un material de campo inestimable,

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Introducción

donde describió tradiciones desaparecidas hoy en día y de las que se sirvió a la hora de elaborar sus escritos de investigación9. 3. Ficheros, agendas, libretas La mayor parte de este material se produjo en el transcurso de sus expediciones, destacando en número las que corresponden a los viajes entre 1924-1928. En los cuadernos fue anotando detalles de lo que vio y datos proporcionados por sus informantes. Especificó lo que le interesó ver de cada localidad, e hizo listados de los monumentos más importantes, las fiestas típicas, inclusó transcribió pequeños glosarios con el vocabulario local, como hizo en Asturias. Entre las páginas de estos ficheros encontramos en ocasiones, planos y pequeños mapas de carreteras, postales. También aquí recogió la información procedente de los informantes. En cuanto a las agendas, tan solo hemos encontrado una a la que verdaderamente podemos otorgar ese nombre, y es del año 1925. En ella escribió los nombres de las localidades que visitó y las tareas que planeó hacer cada día, incluso lo que no puedo hacer. Resulta prácticamente imposible saber el número exacto de libretas, porque se sirvió de este tipo de cuadernos no sólo durante sus expediciones, también en el trabajo diario. Muchas de ellas contienen importantes datos sobre sus viajes y en otras se limitó a escribir los gastos durante los mismos, incluso el enunciado de alguna de las imágenes que iba realizando. 4. Ficheros con material diverso sobre determinadas regiones Anderson recopiló notas bibliográficas de todas las regiones españolas que visitó y las incluyó en una serie de cuadernos, alrededor de una veintena, de los que destacamos tres sobre las regiones (con la antigua denominación), de Extremadura, León, Castilla y Zamora, por ser los que contienen el material más valioso. Esta peculiaridad no nos sorprende ya que fueron los destinos principales de sus expediciones. Fueron los lugares que le proporcionaron el material sobre el que realizó trabajos de su investigación. En ellos transcribió, cuando lo creyó necesario, párrafos enteros de los libros que en ese momento estaba revisando. En las notas que recogió sobre Extremadura, por ejemplo, creó apartados dedicados a temas varios como por ejemplo, la fabricación del esparto, la joyería....materias que le fueron de gran utilidad para su estudio sobre el traje extremeño que publicó 1951. En el fichero de Galicia, junto a referencias bibliográficas, 9

Por ejemplo, las notas recopiladas en su expedición a Extremadura en 1928 y en 1948-1949, le van a servir en parte, muchos años después, para su libro Spanish Costume: Extremadura , publicado por la HSA en 1951

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Introducción incluyó copias de sus fotografías. Lo mismo hizo en el fichero dedicado a Zamora donde presentó la indumentaria de varios pueblos (la mayoría del pueblo de Villalcampo), a través de los retratos de alguno de sus habitantes. En este caso en vez de referencias bibliográficas, incluyó sus propias descripciones y comentarios. El fichero de notas de León contiene su pequeña monografía sobre el pueblo zamorano de Villalcampo titulada, A Castillian Village, Villalcampo (1926). Contiene un texto y fotografías que realizó en el transcurso de una representación teatral sobre la pasión y muerte de Jesucristo, que protagonizaron los habitantes del pueblo. En otro fichero también referido a León, junto a la bibliografía, conservó una serie de cartas, la mayoría fechadas en 1930, remitidas a varios alcaldes de localidades como La Alberca, Candelario, etc., y que mantienen un texto similar, ya que en ellas se interesó sobre fechas de las celebraciones más importantes de cada pueblo, durante las que podría fotografiar los trajes típicos. 5. Correspondencia epistolar: HSA, informantes, familiares El fondo epistolar constituye otra inagotable fuente de datos sobre la investigadora. El mundo en el que vivió Anderson, las cartas eran el principal medio de comunicación. Su carrera puede ser reconstruida en gran parte a través de estas cartas. A la correspondencia mantenida con la institución y las personas que conoció a partir de su labor para ella, habrá que añadir un grupo de misivas personales remitidas a su familia en Kearney, Nebrasca, y que aunque no son muy abundantes y pertenecen a un momento muy concreto de su carrera, descubren la personalidad de una fotógrafa enfrentándose a la difícil tarea que le encomendó la Sociedad. Esta serie se enmarca en un momento determinado de su carrera, 1924-1925, cuando se encontraba viajando por Galicia. Se trata de los escasos documentos en los que podemos observar el lado más personal y menos conocido de su carácter. No debemos olvidar que esta fue la primera expedición liderada únicamente por ella y en la que vivió momentos que le causaron una serie de inquietudes e inseguridades que en algunos casos confesó a su madre, la principal receptora de estas misivas, y también a su hermana Miriam. A ellas expuso sus sentimientos sin recelo. Las cartas enviadas a la HSA solían acompañar los paquetes en los que envió los negativos de las fotografías, junto a los ficheros con las notas explicativas. En ocasiones desde la HSA, incluyeron largos listados de preguntas y respuestas. Este material, junto a la correspondencia con su familia se enmarca fundamentalmente en sus expediciones entre 1924-1926. En algunas de estas cartas especialmente las dirigidas a Huntington, le 22

Introducción

relató las incidencias del viaje y como recopiló las imágenes. Conforme se fue afianzando en el material, la correspondencia con la HSA se volvió más esquemática, desaparecieron los listados de preguntas y respuestas, ya que no hemos encontrados documentos de este tipo en expediciones posteriores a 1926. Con ayuda de su fondo epistolar podemos apreciar con detalle el amplio espectro de informantes con los que se relacionó mientras viajaba, y también una vez en la sede de la HSA. En algunos casos estableció una serie de amistades que mantuvo con los años. No existen muchas cartas remitidas por los protagonistas de sus fotografías, es decir, la gente sencilla que posó para ella, aunque contamos con algún caso excepcional, como por ejemplo el de Ramón Iglesias, el artesano que hacía cencerros en Montehermoso, Cáceres. Lo que es patente, y lógico, fue el abundante intercambio de misivas con personajes pertenecientes a otras capas de la sociedad, quizás más acomodados y que además de proporcionarle datos sobre la historia, las costumbres, las tradiciones del lugar, le aconsejaron itinerarios a seguir y muy importante, le proveyeron con cartas de introducción que utilizó para conocer a otras personas, para de esta forma ampliar su grupo de informantes. Por aportar algunos ejemplos citaremos el caso de los funcionarios del estado, maestros de escuela, directores de museos, artistas, etc. Pero entre todos ellos queremos destacar a tres; los curas, por ser entre otras cosas, una fuente inagotable de datos sobre las celebraciones religiosas; los fotógrafos, ya que son imprescindibles para las compras de imágenes que tenía obligatoriamente que hacer durante las expediciones, y también los alcaldes, porque le ofrecieron información detallada sobre las fechas, el programa de festividades y celebraciones típicas, además de brindarle todas las ventajas durante su estancia en la localidad, convirtiéndola en algunos momentos, en espectadora preferencial. El oficio de la fotografía proporcionó a esta mujer la oportunidad de aprender y especializarse en folklore español, tanto empeño puso en su trabajo, en alcanzar una calidad notable que no dudó en ponerse en contacto con algunos de los especialistas y académicos más destacados en este campo, como por ejemplo Julio Caro Baroja, Manuel García Matos, Nieves Hoyos Sancho, Pita Andrade, Felipe R. Cordero Carrete, Vicente García de Diego, Ángel del Castillo López, etc. Existen cartas de la mayoría, además de informantes, también revisaron parte de su labor científica.

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Introducción 6. Escritos publicados e inéditos Huntington exigió desde el principio a sus colaboradoras la producción de estudios, considerados como ejercicios académicos, el resumen y en muchos casos, la culminación de las investigaciones que posteriormente podían ser publicados por la institución, si cumplían con los requisitos de excelencia que impuso el hispanófilo. En el capítulo cuarto de esta tesis doctoral se analizan los textos inéditos de la investigadora, que fueron el ensayo previo a obras más extensas realizadas con el ánimo de que fueran publicadas. 7. Ficheros con recopilación bibliográfica y documental sobre la historia del traje español y portugués en determinados siglos Anderson fue nombrada conservadora del traje en 1954. Desde sus primeros años trabajando para la HSA, comenzó a prepararse como especialista en traje regional. Elaboró un completo archivo, ciento tres ficheros en total, sobre la historia de la indumentaria en España y Portugal en determinados siglos, a partir de las notas y fotografías que consiguió recopilar en el transcurso de sus expediciones y la que le proporcionó los fondos bibliográficos de la HSA. 8. Recortes de prensa clippings y revistas, folletos dirigidos a ella Las

publicaciones

periódicas,

especialmente

las

revistas

especializadas,

constituyeron otra de las herramientas para el estudio tanto para Anderson como del resto de colaboradoras. Junto a las revistas que encontramos en el fondo de la biblioteca, existen una serie de archivos en los que se conservan miles de recortes tanto de periódicos como de revistas, y que creemos que poseen un incalculable valor, por ser fuentes primarias y exponentes de primera fila de la fortuna crítica de sus protagonistas. Los que principalmente examinamos en esta tesis doctoral, corresponden a la selección llevada a cabo por Anderson y que utilizó en la exhibición sobre la danza en España que organizó para la HSA. Junto a este material que nos proporciona noticias sobre bailarines, actuaciones, tipos de danzas, encontramos además una serie de folletos anunciando eventos sobre la danza y que están dirigidos personalmente a la investigadora. Esta característica es muy significativa, si tenemos en cuenta que en la mayoría de las ocasiones este tipo de papeles se remitían a la institución sin especificar el nombre de un remitente en concreto. Informa sobre su interés acerca del tema y ratifican su protagonismo indiscutible en la organización de la muestra.

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Introducción

9. Material proveniente de dos exposiciones que se encargó de organizar en la HSA: Dances of Spain (1938-1941), Bullfighting Exhibition (1961-1966) Como mencionamos anteriormente fue la encargada de organizar una exposición sobre la danza en España, pero también preparó otra sobre la Fiesta Nacional. La documentación sobre estas exhibiciones se compone básicamente de notas y referencias bibliográficas, también de ilustraciones que posteriormente seleccionó para incluirlas en la exhibición. De la exposición sobre la danza contamos además con dos ficheros donde se documentó el material que contenía cada una de las vitrinas. 10. Entrevista concedida a la Society of Woman Geographers [Documento Sonoro]. Nueva York, 15 de mayo de 1977 Entrevista grabada en su casa, tiene una duración aproximada de una hora. Anderson contaba con ochenta y cuatro años, cuatro años antes la nombraron miembro de la HSA, un título con el que se reconoció su trabajo y dedicación a la Sociedad. Durante la conversación repasó su carrera profesional. Nos resulta una entrevista muy corta para todo lo que la investigadora podía haber contado, y tampoco las preguntas que se le formularon en ese momento están al nivel, ni consiguen mostrar la importancia de una figura con su trayectoria vital y experiencias. Lo importante es que se trata del único registro sonoro de su voz, cuyo tono y estilo al contestar las preguntas, define de forma genuina parte de su carácter. Además es muy interesante porque en ella, al rememora acontecimientos que sin duda fueron, o ella consideró importantes en su carrera, además de proporcionarnos noticias de las que no teníamos conocimiento. 11. Documentación varia: notas sueltas, recibos y facturas, documentos sobre su seguro de vida 12. Diarios de Alfred T. Anderson Alfred T. Anderson, su padre y primer maestro en el oficio de la fotografía, la acompañó durante la expedición de 1924-1925. A lo largo del viaje escribió una serie de diarios que envió periódicamente a su mujer. Junto a las incidencias del viaje, informó a su mujer sobre el trabajo de su hija, aportó detalles sobre sus progresos, sus alegrías y también sus frustraciones. Pensamos que estos pequeños diarios merecen ser publicados algún día, porque no sólo proporcionan noticias de primera mano sobre Anderson, sino también sobre la sociedad española de esos años a través de la perspectiva de un viajero “accidental”. Le aplicamos este adjetivo, porque él no organizó su viaje a España, ni estaba en sus planes el conocer este país, fue su hija la que le pidió que la acompañase. 25

Introducción Es por esto que las líneas que devotamente envió a su mujer, se convierten en el testimonio natural y franco de un americano, hijo de emigrantes escandinavos, y de profesión fotógrafo. 13. Revisiones a su producción científica Los trabajos publicados por Anderson fueron revisados por una serie de académicos y especialistas que hemos citado a la hora de hablar de su correspondencia epistolar. También reconocieron su trabajo especialistas extranjeros como el etnógrafo Friz Krüger o la especialista e historiadora del traje, Stella Mary Newton, que valoró su obra como uno de los escasos ejemplos dedicados al estudio del traje español publicado en lengua inglesa.

b) Fuentes secundarias: Como fuentes secundarias para este estudio destacamos la obra del Dr. Patrick Lenaghan experto en la colección fotográfica de la la HSA y en la figura de la investigadora, además del principal autor de los estudios dedicados a ambos temas. La historia de la creación de la HSA y sobre la figura de su fundador, Archer M. Huntington, se la debemos fundamentalmente al los trabajos del Dr. Mitchell .Codding La bibliografía que utilizó la propia Anderson para sus investigaciones, también ha sido una fuente de información que nos ha proporcionado datos entre otras cosas, sobre su metodología de trabajo. La mayoría de estos libros se encuentran en los fondos de la HSA y a partir de ellos ampliamos nuestras fuentes y conocimientos sobre los temas en los que trabajó en algún momento de su carrera, como por ejemplo todo el material referente al traje regional en España o a otros aspectos etnográficos de la cultura española. Las líneas de trabajo de algunas de sus investigaciones, nos han conducido a su vez al análisis y el estudio de temas relacionados, por ejemplo con la situación de España antes de la Guerra Civil, su ordenación geo-política, la vida cotidiana de la mujer del ámbito rural durante aquel periodo, hemos observados características sobre el folklore español durante esa época, de las que no teníamos noticia, lo mismo sucede con todo el material relativo a la danza española, y en este caso debemos señalar, que nos hemos encontrado con la falta de estudios amplios sobre el tema y de escasas noticias sobre la repercusión que tuvieron este tipo de danzas en los escenarios americanos, no sólo a través de bailarines españoles, sino también de los extranjeros. A partir del estudio detenido de su producción, nos acercamos a publicaciones que trataban sobre la 26

Introducción

historia de la indumentaria y la consideración de esta como símbolo de identidad de un grupo social. La historia de la fotografía, tanto en España como en Estados Unidos ha sido otro de los intereses que nos sirvieron como punto de partida para comprender algunos aspectos de la obra “andersoniana”, la que nos llevó a su vez a descubrir “historias” particulares de profesionales y aficionados, sobre los que de nuevo nos encontramos con pocos o inexistentes noticias. Para recopilar las fuentes primarias y secundarias en esta investigación, nos hemos encontrado con varias problemáticas: -Volumen de la documentación - La dispersión - Reorganización del material - Estado de conservación - El mapa geo-político de España durante los años de las expediciones de Anderson La oportunidad de estudiar todo el material de esta forma no estuvo exenta de dificultades que estaban condicionadas en la mayoría de los casos, por el impresionante volumen de la colección10. El problema fundamental que hemos encontrado a la hora de manejar las fuentes primarias, ha sido su dispersión en tres edificios diferentes dentro de la sede de la HSA: la biblioteca, el departamento de Grabado y Fotografía, el American Indian Building (AIB) y el North Building (NB), aunque se han encontrado papeles sueltos y fotografías en otros lugares11. Por otro lado debemos avisar que la correspondencia epistolar conservada en la biblioteca se reorganizó en 1991, hecho que invalidaba en parte, un listado con todo el material encontrado entre estos documentos y que estaba fechado en 1986. También hay que señalar que aparecen copias de algunas de estas cartas en varios de estos emplazamientos.

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Este hecho obligó a separar las fotografías de arte y las de temas etnográficos que además se encuentran en salas y edificios diferentes. Las imágenes de la fototeca se encuentran en el edificio principal de la HSA, concretamente en la sala de lectura y las de temas etnográficos que se localizaban en la Sala Sorolla, donde a su vez estaban los paneles de las Regiones Españolas que Joaquín Sorolla pintó por encargo de Huntington. Durante el verano de 2008 estas fotografías se trasladaron al EIA. Las imágenes de Latinoamérica, el Caribe y Filipinas, entre otras, que fueron catalogadas como vistas geográficas y no dentro de categorías etnográficas, se encuentran en el Edificio del Norte (NB). 11 Aunque en menor cantidad, también se conservan copias de sus fotografías en el departamento del museo y otra serie de salas donde se conservan archivadores con documentación de la HSA. Es lógico si tenemos en cuenta que se consideró como material de estudio.

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Introducción El estado de conservación de algunos materiales creó ciertas dificultades a la hora de manejarlos. Aunque por lo general se mantienen en buenas condiciones, la naturaleza misma de unos papeles en algunos casos con más de ochenta años, condicionó nuestro interés por digitalizarlos lo antes posible. Las fotografías de carácter etnográfico, que como dijimos anteriormente están separadas por región geográfica, en el caso de España vemos como sigue la antigua división geo-política de los años 1920-1930. Esta peculiaridad crea cierta confusión al principio ya que existen regiones como la de Castilla La Nueva, en la que se incluye Madrid, o la de Castilla la Vieja, donde encontraremos Santander o Logroño.

6. Estado de la cuestión Debemos señalar que hasta el momento los únicos estudios en profundidad sobre la figura de la investigadora, se los debemos al Dr. Patrick Lenaghan, conservador de Grabado y Fotografía en la HSA. En el año 2000 el Dr. Lenaghan, publicó en colaboración con la American Bible Society, Images in Procession. Testimonies to Spanish Faith, se compone de imágenes que obtuvo en el transcurso de varias celebraciones religiosas. La selección realizada por el conservador de fotografía de la institución constituyó el argumento principal para analizar la religiosidad en España y tal y como fue documentada por la americana. En el 2004 el MEAC (Museo Extremeño de Arte Contemporáneo) y la HSA, con el Dr. Lenaghan como principal responsable, organizaron una exposición y se publicó un catálogo titulado, In the Lands of Extremadura. En Tierras de Extremadura. Ruth Matilda Anderson’s Photographs. En él se incluyó, una selección de fotografías realizadas en Extremadura en el transcurso de dos expediciones la de 1927-1928 y la de 1948-1949. Se incluyó el itinerario de viaje y una selección de notas, así como al análisis de los propósitos de Huntington con respecto a la colección. Junto a la colección fotográfica general, el Dr. Lenaghan ha investigado ampliamente su obra en Galicia, Extremadura y León. El su libro titulado Una mirada de antaño (2010)12, se concentró en los trayectos por Galicia entre 1924-1926 y contiene una extensa selección de imágenes, además de textos de sus notas y del diario 12

Patrick Lenaghan. Una mirada de antaño. Fotografías de Ruth M. Anderson en Galicia. La Coruña: Fundación Caixa Galicia y The Hispanic Society of America, 2010. SIDER, Sandra. “Ruth Matilda Anderson: Biographical Sketch”. En, Ruth Matilda Anderson: Fotografías de Galicia 1924-1926. [exh. Cat., Centro Galego de Artes da Imaxe]. La Coruña: The Hispanic Society of America, Xunta de Galicia y Centro Galego de Artes da Imaxe, 1998.

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Introducción

del padre, su compañero de viaje en ese momento, ya que en 1926 fue asistida en su labor por Frances Spalding. También aquí como en el anterior libro se incluyó el itinerario de viaje y una selección de notas sobre Galicia. Por último estos son, sin duda alguna, los libros más importantes sobre la obra de la investigadora y sobre la colección fotográfica. Asimismo las fotografías de sus expediciones han sido utilizadas en una amplia serie de publicaciones especializadas, pero sin profundizar en el estudio de su autora.

7. Agradecimientos Quiero expresar mi más sentido agradecimiento a todas aquellas personas e instituciones que han contribuido a la realización de esta tesis doctoral. En primer lugar, a la Hispanic Society of America por permitirme investigar sus fondos, ponerlos a mi disposición y proporcionarme la atención y las facilidades que todo investigador soñaría para su trabajo. A ello contribuyeron todos y cada uno de los miembros que componen la institución, que me asistieron y ayudaron en todo momento. Como su director ejecutivo el Dr. Mitchell Codding, al que doy las gracias por sus iluminadores consejos y advertencias. Me es imprescindible destacar de entre todos ellos la figura del Dr. Patrick Lenaghan, conservador de estampas, grabados y fotografías, por ser él quien me mostró por primera vez la obra y la personalidad de Anderson, y me contagió desde el primer instante su fascinación por ella. Pero además debo estar agradecida por su gesto al depositar en mi la confianza necesaria y ofrecerme la oportunidad de ayudarle en la ardua dedicación que requiere un archivo como el de la HSA. Por último, y no menos importantes, mi recuerdo para todos los profesionales que trabajan en la Hispanic, que con su esfuerzo y entrega hacen posible el día a día de la institución que se ha convertido en mi casa. Margaret, Hélène, Mencía, Marcus, Daniel, Constancio, Mónica, Vanessa, Priscilla, William, Edwin, es mucho lo que os debo y las horas compartidas. Mi gratitud también para la Dra. María Esther Almarcha Núñez-Herrador, que tuve la fortuna de conocer y con la que trabajé en el lugar donde transcurren los hechos narrados en esta tesis doctoral. En ella encontré a una verdadera maestra, me proporcionó el consejo cabal y con ánimo templado fue capaz de infundirme la confianza que había perdido. Mi sincero agradecimiento a la Dra. Matilde Olarte-Martínez, que me guió en mis primeros pasos y de la que no olvidaré muchas de sus enseñanzas. 29

Introducción No puedo pasar por alto al resto de mis “andersons”, Estela Ibañez, Ana Palacio, Marta Pereda a las que nunca podré devolver todo el bien que me hicieron y el constante aliento que me proporcionaron cuando andaba perdida en las oscuras veredas que surgen a lo largo del camino. Deseo expresar mi amistad y mi admiración personal y profesional hacia la Dra. Rosa Creixell que me animó a proseguir en los momentos difíciles, con su constante ayuda y consejos. Finalmente dedico esta investigación a todas las mujeres fuertes que han inspirado este trabajo, especialmente a mi hermana Laura, por empeñarse en hacer cosas que le dan alergia y a las Religiosas de Maria Inmaculada, porque me proporcionaron los medios materiales, la honestidad y bondad espiritual sobre las que sigo aprendiendo.

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1. THE HISPANIC SOCIETY OF AMERICA

         

 

 

1. The Hispanic Society of America

O magic of Hispania´s lifted wand, Creating nations of a wondrous birth! Upon broad fields eternal see them stand. Loved words Hispanic whisper on our earth! Love´s magic! Hispania´s lifted wand! See South America glory rise, Builder of twenty nations´neath God´s skies! A. M. H.1

1.1. Huntington, ¿un visionario de la cultura española?

1. Construcción de la HSA. Agosto 25, 1905.

El hispanófilo norteamericano Archer M. Huntington (1870-1955) creó en 1904 la Hispanic Society of America (HSA)2, en la ciudad de Nueva York. El edificio de la institución se encuentra situado en la parte oeste de Manhattan, en la calle 155 con Broadway. En este lugar se sitúa una espléndida construcción estilo Beaux Arts que alberga la mejor colección de arte y cultura española en los Estados Unidos. Los terrenos que a principios del siglo XX compró Huntington para ubicar la biblioteca y el centro de estudios que tenía planeado, nada tienen que ver con el aspecto que nos ofrece el vecindario en la actualidad. El área conocida como Hamilton Heights y Washington Heights era, en tiempos del fundador, un lugar tranquilo junto al río 1

Archer M. Huntington. “The Lifted Wand”, The Torch Bearers. New York: The Hispanic Society of America, 1955. pág. 46 2 A partir de este momento haremos uso de estas iniciales para referirnos a la institución.

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1. The Hispanic Society of America

Hudson; amplios terrenos ocupados por granjas y pastizales, pocos edificios y algunas mansiones de fina arquitectura completaban el paisaje. Audubon Terrace fue el lugar elegido para ubicar la institución del hispanófilo. Originariamente en la propiedad donde se erigía la HSA también se localizaba la American Academy of Arts and Letters3, la American Numismatic Society4, la American Geographical Society5 y el Museum of the American Indian, Heye Foundation6. El mecenazgo de Huntington favoreció enormemente la fundación de estas instituciones. En 1979 la propiedad fue declarada emplazamiento histórico por la New York City Landmarks Preservation Commission7. El edificio, los fondos bibliográficos y las piezas de arte en la HSA, forman un conjunto armónico que muestra con claridad las intenciones de Huntington por convertir a la HSA en un oasis de la cultura española en Estados Unidos. En su proyecto se pone de manifiesto el propósito de que todo este patrimonio fuese estudiado y que los resultados de esas investigaciones realizadas a partir de los fondos en la biblioteca y la colección de arte, resultasen dignos de ser publicados.

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Fundada en 1898 gracias la ayuda de Huntington, se instaló en el edificio actual en el año 1923. Imitaba a la Academia francesa, ya que se deseaba congregrar a las figuras más prestigiosas de la literatura y el arte de la nación. American Academy of Arts and Letters, disponible en Web: http://www.artsandletters.org/about_history.php/ (20-12-2009). 4 Sociedad creada en la ciudad de Nueva York en 1858 por un grupo de coleccionistas privados. En 1908 Huntington encargó la construcción en Audubon Terrace de un edificio que albergaría la colección numismática y amplió las instalaciones en 1929. La colección se trasladó en 2008 a su sede permanente, situada en la parte baja de Manhattan. American Numismatic Society, disponible en Web: http://www.numismatics.org/About/History/ (20-12-2009). 5 Miembro de la sociedad desde 1893 y consejero entre 1904-1906, Huntington fue nombrado presidente en 1907 cargo que ocupó hasta 1916. Durante ese tiempo transformó la sociedad enormemente dotándola en primer lugar, de una sede más amplia y digna que ordenó construir en Audobon entre 1910-1911. también creó un excelente organismo editoral. A partir de este momento la colección aumentó y la sociedad comenzó a ser conocida internacionalmente. En 1912, una vez concluidas las obras de edificación, decidió celebrarlo organizando una exploración transcontinental que atravesó Estados Unidos de costa a costa. Participaron en ella cuarenta y tres geógrafos europeos y noventa americanos. “Resolution: Archer Milton Huntington”. Geographical Review New York: American Geographical Society, abril, 1956. vol. 46, no. 2. págs. 152-154. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/211639 (28-6-2008) John K. Wright. “The American Geographical Society: 1852-1952”. The Scientific Monthly. New York. Marzo, 1952. págs. 121-134. 6 Con la ayuda de Huntington se convirtió en el Museo del Indio Americano fundado 1916. Este edificio albergó la colección de George Gustav Heye (1874-1956) dedicada principalmente a las comunidades indígenas de América y que actualmente pertenece a la Smithsonian Institution. En la actualidad estas instalaciones forman parte de una ampliación de la HSA y en ella se encuentra parte de la colección fotográfica que hasta el verano de 2008 estaba ubicada en la Sala Sorolla. 7 Del proyecto original que Huntington ideó para Audubon Terrace tan sólo queda el edificio de la HSA, la American Academy of Arts and Letters y la iglesia de la Ntra. Sra. de la Esperanza. En la década de los setenta el edificio de la American Geographical Society que para entonces se había trasladado, se convirtió en la sede del Boricua College, un instituto de formación profesional fundado en 1974.

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1. The Hispanic Society of America

Todo ello con el único propósito de contribuir al conocimiento de la cultura, el folklore y el arte español, entre otras cosas. Editar esta “riqueza”, producto del trabajo académico era un objetivo indiscutible y se desarrolló a la par que la evolución de la fundación. Con estas publicaciones se asentó el prestigio de la institución8.

2. Sala Sorolla, 1917

Junto a la preocupación por conservar los textos, de nuevo se advierte su deseo de facilitar el acceso a estos libros con la ayuda de medios que hacían más asequible y cómoda su consulta, como los facsímiles, Clara L. Penney escribió al respecto: Having been generally known under this title, this series of reprints and facsímiles in reality forms the cornerstone of the Society´s publications. Begun by Mr. Archer M. Huntington to preserve

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Bajo la denominación general de Series, la HSA organizó dos tipos de publicaciones; Huntington Reprints. Se componía de los facsímiles, reproducciones en photostat y microfilm de una parte de los manuscritos y libros raros en la colección. El segundo tipo de publicaciones se denominó Hispanic Notes and Monographs, Essays, Studies, and Brief Monographies; desde 1919. Este es el título principal bajo el que se agruparon a su vez; Peninsular Series, Hispanic-American Series, Literature o también conocidas por Spanish Series, Portuguese Series, Poetry Series y por último las Travel Series, publicadas desde 1919. entre las las revistas editadas o patrocinadas por la HSA se incluyen la Bibliographic Hispanique Foulché-Debosc (ed.), la Revue Hispanique para la que la HSA publicó 180 números desde 1905 a 1933. También Clara Luisa Penney. Catalogue of Publications. New York: The Hispanic Society of America, 1943. págs. VIII, X y XI. Huntington contribuyó a la publicación del Arts Bulletin (1925-1936), Romanic Review (1913-1923), el prestigioso Journal of American Folklore. Colaboró también con la universidad para mujeres Bryan Mawr, a través de una serie de monografías editadas por la prestigiosa historiadora del arte, Georgiana Goddard King. Consultar: Mitchell Codding. “Archer Milton Huntington: Champion of Spain in the United States”. En Richard Kagan (ed.). Spain in America: The Origins of Hispanism in the United States. Urbana y Chicago: University of Illinois Press, 2002, pág. 142.

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certain rare books and manuscripts and to make them more easily available to scholars, it is comprised, in the main, of books from his personal library9.

Además de ser el centro de estudios sobre la cultura española más importante en los Estados Unidos, en su proyecto también incluyó Portugal y Latinoamérica, junto con el resto de las naciones que en algún momento de su historia estuvieron bajo dominio español. Gracias a Huntington, se fomentó la promoción de la cultura hispánica en universidades norteamericanas de las que por otro lado fue miembro destacado, como Yale, Harvard o Columbia10. Facilitar el acceso a la colección bibliográfica y a su patrimonio artístico fue una de sus mayores preocupaciones y una idea de la que estaba totalmente convencido. El destino principal al que iba a dedicar su patrimonio era tanto para académicos y especialistas, como para el público general, interesados por la cultura hispánica. Los expertos más prestigiosos se vieron favorecidos por la generosidad de Huntington, pudieron llevar a cabo su trabajo de estudio y en muchas ocasiones también publicaron los resultados de estas investigaciones con ayuda de la institución. Este es el caso del académico Ramón Menéndez y Pidal, los folkloristas Aurelio M. Espinosa, Kurt Schindler y un largo etcétera de hispanistas. Muchos de ellos se convirtieron en miembros de la institución, y Sorolla inmortalizó a la mayoría por encargo de Huntington en una serie de cuadros, cuarenta y siete en total. Una selección de estas pinturas se exhibe en la sala de lectura de la HSA. Entre los retratados encontramos a Emilia Pardo Bazán, José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Azorín, Miguel de Unamuno, Vicente Blasco Ibáñez, Manuel de Falla, etc. La HSA les concedió medallas para reconocerles como distinguidos miembros, promotores y difusores de la cultura hispánica, y al mismo tiempo, y con idéntico interés, desde la inauguración en 1904 se crearon una serie de títulos que eran adjudicados por el patronato de la institución11. No se especifica la importancia de unas y otras nominaciones, pero las categorías comenzaban por los “Miembros Correspondientes” o Corresponding Members, este título sólo se concedería a un máximo de trescientos personajes y entre ellos estuvieron 9

Clara Luisa Penney. Catalogue of Publications. New York: The Hispanic Society of America, 1943. pág. VIII 10 Colaboró con la Universidad de Columbia en la organización de seminarios y conferencias sobre literatura española. Ver: A History of the Hispanic Society of America. Museum and Library 1904-1954: With a survey of the collection by members of the staff . New York: Hispanic Society of America, 1954. pág. 51. 11 Enrolled in the Society´s membership are the names of distinguished artists, men of letters, and hispanist, whose notable contributions to the art and literature of Spain, Portugal, an the Hispanic countries, represent the life and culture of this nations. The Hispanic Society of America 1944. Biblioteca. HSA. pág. 2.

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Rafael Altamira y Crevea (1866-1951), Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935), Federico de Onís (1885-1966), José Pijoán i Soteras (1879-1963), Ramón y Cajal (1852-1934), Manuel Gómez Moreno (1870-1970), Hugo Obermaier (1877-1946). De esa lista se obtendrían los nombres de los que serían nombrados “Miembros”, Members, que no excedería del centenar. También existirían los “Patronos Honorarios”, Honorary Patrons, Honorary Fellows y Fellow, que junto a los Honorary Associates, Associates y Honorary Members, colaborarían más directamente con la institución. En este último grupo se incluyeron academias, entidades culturales y científicas, bibliotecas, archivos, como por ejemplo el Instituto Valencia Don Juan, la Biblioteca Nacional de Madrid12. Otras de las acciones encaminadas a promocionar y fomentar el conocimiento de la cultura hispánica, estribaba en el estudio de los fondos en la HSA. Esta tarea la llevaron a cabo en gran medida las conservadoras13. La institución se componía por los siguientes departamentos: la Biblioteca, el Museo y los departamentos de Iconografía, Documentación

y

Publicaciones

(Library,

Museum,

Iconography,

Records,

Publications). Como apunta Mitchell Codding actual director de la institución, no son tantos los documentos conservados en los que Huntington explique las razones de su fundación, en un momento de su vida se deshizo de gran parte de los diarios de juventud, y por este motivo muchas sus ideas y reflexiones, son conocidas principalmente a través de su diario de 189814. Pero en el prólogo de uno de los libros publicados por la HSA para presentar sus fondos, el propio Huntington expresó claramente su deseo de convertir la institución en un lugar donde estaría representada la cultura de todos los pueblos hispanos. El carácter de gratuidad del museo, la importancia de considerar sus fondos como un material al servicio del investigador, el tipo de formación que proporcionó a sus empleadas, muestran algunas de las ideas, ciertamente vanguardistas, que promovió y que iremos observando a lo largo de esta tesis doctoral15. 12

Memorias 1926 y 1928. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. A History… 1954. 13 Desde los años veinte y un par de décadas después de la muerte de Huntington, en la HSA y por decisión de éste, sólo trabajaron mujeres. 14 Codding, 2002. pág. 143. 15 Debido a la importancia del texto, hemos seleccionado algunos párrafos: […]Its chief object, among others, was the presentation of the culture of the Hispanic peoples. At first comprising a single private collection, it has grown greatly. In order that scholars, students, and the public in general might have immediate access to the greater part of the material, the latter was given to the Society with the condition that all inedited subjects be published only by the members of the staff of the institution. The splendid work of this group is shown in the more than six hundred imprints produced by members and curators since the foundation.

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Su afición al coleccionismo comenzó a florecer cuando contaba tan sólo 10 años, cuando reunió una excelente colección de medallas y monedas. Sus constantes viajes a Europa acompañando a su madre influyeron enormemente a la hora de planificar su institución. Arabella Duval Huntington (1850/51-1924), fue sin duda alguna una buena guía, gran aficionada al arte, también se caracterizó por ser una prolija coleccionista de arte16. Su madre fue sin duda alguna, una de las mujeres más importantes de su vida17. Juntos recorrieron museos y galerías de arte, estos eran los primeros lugares a los que el joven y su madre acudían nada más llegar a una nueva ciudad. Para Huntington no eran meros almacenes de obras artísticas, sino una puerta de acceso al conocimiento de la cultura e historia de un país. Mientras caminaba por las salas de las pinacotecas más importantes de Francia, Alemania o Inglaterra, tomaba notas sin parar. Iba creciendo su interés por todo lo que estos lugares le mostraban y al mismo ritmo moría en él cualquier deseo por continuar los negocios de su padre. Finalmente decidió confiarle a su madre la idea que desde hacía tiempo le rondaba la cabeza, su voluntad de fundar un lugar dedicado a la cultura española. La colección bibliográfica supuso el origen de todo el proyecto, de hecho, una de las mejores frases que definen la HSA, utilizada hoy en día es la de considerarla como una “biblioteca con museo”. Tras la boda con su prima Helen Gates Criss en 1895, Huntington aumentó su colección de libros de tal forma que decidió construir una biblioteca en Baychester, Nueva York, en ella albergó alrededor de 40.000 ejemplares. A partir de este momento comenzó su preocupación por adquirir obras de arte español concretamente pintura.

The present volume is, in brief, a summary of the collections and, in some measure, of the said publications. This issue and those which precede it have been made as comprehensive as possible. The reader should bear in mind that this handbook is intended for the use of the general public. The specialist will find further detail I elsewere and is also referred to the more technical publications of the Society. Scholars and specialists are invited to aid by their enlightening comment for the improvement of future reprints and additions. The Hispanic Society of America. Handbook. Museum and Library Collections. New York: Printed by order of the Trustees, 1938. 16 Robert R. Wark. “Arabella Huntington and the Beginnings of the Art Collection”. The Huntington Library Quaterly. Fiftieth Anniversary of the Founding of the Henry E. Huntington. Library and Art Gallery. Berkeley, CA: University of California Press, 1969. Consultar la biografía de Henry E. Huntington, Arabella fué su segunda esposa: William E. Friedricks. Henry E. Huntington and the creation of Southern California. Ohio: Ohio State University Press, 1992. 17 Sintió devoción por ella y de esta forma lo escribió en un poema que le dedicó: […] Noble your love supreme hath ever brought me/Truth essential, never yet within the darkness drowned./You raised my heart´s endeavour, your living words have /taught me,/Yourself a sunlit world to me through wider heavens bound. Archer M. Huntington. “Madre”. Collected Verse. New York: The Hispanic Society of America, 1953. págs.1-4

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Libros y cuadros por muy importantes que fuesen, no completarían por sí solos su proyecto, creyó indispensable la colaboración directa con otras instituciones culturales españolas y con españoles de forma individual. No se podía hablar de España sin los protagonistas principales, sus habitantes, los que habían generado y seguían dando forma a esa cultura. Lo que se observa a primera vista es la variedad de personajes relacionados con la HSA, y que en algunos casos concibieron una idea de España que difícilmente podía encajar con la visión más “idealizada” de Huntington sobre la Península. Entre los miembros españoles que pertenecieron a la Sociedad, coincidieron personalidades que en algunos casos no compartían entre ellos los mismos intereses, como por ejemplo los hermanos Álvarez Quintero y Juan Ramón Jiménez. Tres escritores andaluces que representan a su vez dos estilos literarios muy diferentes, pero cuyos retratos, hechos por el pintor Sorolla, están dispuestos frente a frente en la sala de lectura. Sin duda una de las originalidades del proyecto ideado por Huntington fue su duradera y fructífera relación con todos estos intelectuales de primera fila. En el esfuerzo que invirtió, vemos el dinamismo de una institución que perseguía unos objetivos claros, y en este sentido podría ser comparable al de organizaciones culturales con mucha más envergadura y tradición. Un caso concreto y destacable sobre sus relaciones con los españoles y que está muy relacionado al fondo fotográfico de la institución, fue el marqués Benigno de la Vega Inclán y Flaquer18, miembro de la HSA y al que se le concedió la medalla de las Artes y la Literatura en 1913. Desde ese año hasta 1942 fue miembro del gabinete de consejeros de la HSA (Member Advisory Board), como habían sido Rafael Altamira y Crevea (1948-1951) o Miguel de Unamuno (1936). La amistad e intereses compartidos de Vega con Huntington, fructificó en una serie de proyectos que se pudieron llevar adelante en gran medida, con la ayuda del hispanófilo americano. Este fue el caso de la fundación de dos centros culturales en España, la Casa Cervantes, en Valladolid y la de El Greco en Toledo.

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Necesitaríamos otro estudio aparte para poder abordar como se merece la relación del marqués de la Vega Inclán (1858-1942) con la HSA. Nombrado presidente de la Comisaría Regia de Turismo en 1911, fundador del Museo Romántico de Madrid, miembro del Patronato de la Casa Cervantes en Valladolid y la del Greco en Toledo. Vega Inclán, además fue el vínculo que conectó al fundador de la HSA con personalidades de la época como el rey Alfonso XIII, Bartolomé Cossío, Marañón, Menéndez Pidal o Beruete. Como vemos se trata de un crisol de personalidades, una variedad que va a ser la característica más destacada en cuanto a la relación de Huntington con los españoles. Consultar: Tomas V. Traver. El Marqués de Vega Inclán. Primer Comisario Regio de Turismo y Cultura Artística y Popular. Madrid: Dirección General de Bellas Artes. Fundaciones Vega Inclán, 1965. María Luisa Menéndez. El Marqués de Vega Inclán y los orígenes del turismo en España. Madrid: Ministerio de Ciencia y Tecnología, 2008.

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3. Anderson. Casa de Cervantes. Sala Americana. Valladolid, 1925. GRF: 52.81419.

Como dijimos una de las intenciones iniciales de Huntington al crear la HSA, fue la de hacer accesibles al público los recursos de la institución, y esta característica también se reflejó en las dos instituciones que acabamos de citar y que se cimentaron sobre fuertes ideales pedagógicos encaminados a favorecer la enseñanza a gran parte de la población. De entre la correspondencia que Huntington mantuvo con Vega Inclán, hemos seleccionado algunas cartas que muestran esta situación, como las que trataban sobre la biblioteca de la casa Cervantes. En una de ellas Vega Inclán le comunió el éxito que estaba teniendo y la afluencia de lectores: La biblioteca popular que se inauguró en el mismo día 23 de abril es muy frecuentada; el promedio diario de lectores va por encima de doscientos lectores y no hace muchos días se celebró otra nueva fiesta con motivo de la visita que dedicó a la biblioteca el Ministerio de la Instrucción Pública […]20.

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R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. neg. 3317. pág. 68 28 de mayo de 1916. Carta del marqués dirigida a Huntington. Vega Inclán y Flaquer, Benigno Conde de. Correspondence with Huntington. [Microfilm] Biblioteca. HSA.

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4. Anderson. Casa de Cervantes. A corner of the reading room. Valladolid, 1925. GRF: 52.81521

Vega Inclán consideró como un pequeño triunfo, el que se acercase a la biblioteca gente “llana” y “sencilla”, […] estudiantes, obreros y soldados que llenaban la biblioteca…22. En una carta del marqués remitida a Huntington en enero de 1917, vuelve a incidir sobre el asunto y facilitó el promedio de lectores que aumentó considerablemente, cuestión por la que decidió ampliar el horario y así favorecer la asistencia de los obreros, de esta forma informa a Huntington: […] Le mando estadísticas del movimiento de lectores que entran en la biblioteca de la casa Cervantes. Ahora en invierno para que los obreros puedan asistir está abierta la biblioteca hasta las 9 de la noche y se procura el mayor confort posible. Después de la Biblioteca Nacional creo que la muestra es la más frecuentada de España23.

También en la HSA sus fondos están a disposición del investigador de forma gratuita. Este tipo de acciones fueron características de Huntington y reflejan su pensamiento sobre cómo debía producirse el acceso a la cultura. Esta actitud, su personal concepto sobre cultura y aprendizaje, nos llevan a reflexionar hasta que punto personajes como José Castillejo, Aureliano Beruete, Duarte Moreto, Menéndez y Pidal, Rafael Altamira y Crevea, Federico de Onís, Ángel del Río, etc., a los que Huntington conoció y leyó, pudieron fortalecer esas ideas. Pero debemos señalar que esas ideas ya residían en su mente mucho antes de conocerlos, y quizás deberíamos hacernos esa

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R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. neg.: 3.320. pág. 68 Idem 23 Idem. 20 de enero de 1917. Carta de Vega Inclán a Huntington. 22

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misma pregunta en sentido inverso, es decir, hasta que punto estos personajes aprendieron y se preguntaron sobre la forma en la que siempre actuó el filántropo americano. En esta hipótesis que acabamos de plantear no debemos olvidar, que los personajes anteriormente citados se agrupaban bajo el techo de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Una de sus metas principales fue la de modernizar la sociedad española para equipararla con la europea, aunque manteniendo y fomentando la singularidad típica de un pueblo, sus tradiciones y folklore. Estos aspectos atrajeron el interés de Huntington hacia el grupo de eruditos y sus propuestas, ya que el impulso de este acervo facilitaría el acceso a la España genuina, la más fiel a su pasado histórico que tanto admiraba. Uno de los personajes que se encargó de mantener la relación entre ambas instituciones fue Aureliano Beruete (1845-1912), que fundó junto a Nicolás Salmerón y Giner de los Ríos la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Beruete fue nombrado uno de los primeros miembros de la HSA y actuó como patrono de la Casa del Greco en Toledo. A él debemos algunos de los cuadros que Huntington adquirió para la HSA ya que en varias ocasiones ejerció de consejero de arte. Otro de los protagonistas de este momento al que debemos referirnos es José Castillejo. El americano conoció a Castillejo en junio de 1912 durante una de las reuniones-tertulias que tuvieron en casa de Osma24, en aquel momento se estaban organizando los intercambios de estudiantes y profesores con Europa y seguramente también se habló de los posibles vínculos con América, lo que sin duda propició la llegada de un mayor número de estudiosos españoles a investigar los fondos de la HSA. En 1919 Castillejo viajó a Estados Unidos donde siguió una apretada agenda. Antes de llegar a Nueva York, visitó la universidad Bryn Mawr25, donde se entrevistó con Georgiana Goddard King (G.G. King), experta en arte español y fundadora del departamento de arte, una académica que como veremos más adelante, también tuvo una estrecha y productiva amistad con Huntington26.

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José Castillejo. Los Intelectuales Reformadores de España. Epistolario de José Castillejo y de Manuel Gómez-Moreno. Castillejo, David (comp.). Madrid: Editorial Castalia, 1998. vol. III. pág.703. Guillermo de Osma y Scull (1853?-1922), fue miembro de la HSA y uno de los mejores amigos de Huntington en España. Agradezco esta información al director de la HSA, Mitchell Codding. A la institución creada por él, el Instituto de Valencia de Don Juan, le dedicó el americano un libro con sus poesías. Archer M. Huntington. Spain and Africa. Poetry Series. New York: The Hispanic Society of America, 1943. 25 En ese momento la institución se encontraba bajo la presidencia de Josep W. Taylor, que fundó la Bryn Mawr con el propósito de crear un centro donde las mujeres pudiesen cursar estudios superiores. 26 José Castillejo. Los intelectuales… págs.420-421.

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Ramón Menéndez y Pidal (1869-1968), fue uno de los académicos más admirados por Huntington, entre otras cosas, por considerarlo como el gran especialista en la obra literaria del Cantar del Mío Cid, obra que él mismo estudió y tradujo al inglés, y que publicó bajo el sello de la HSA en 190727. La HSA patrocinó varias conferencias del académico en Estados Unidos, en concreto destacamos la que impartió en la universidad de la Columbia en Nueva York28. Gregorio Marañón también se relacionó con la HSA, incluso antes de ser nombrado miembro en 1925. Su nombre aparece asiduamente en la correspondencia mantenida entre Vega Inclán y Huntington29. El hispanófilo fue un gran conocedor de la psicología española, discreto y cauto en sus comentarios, especialmente en cuestiones políticas, aprendió y disfrutó de la compañía y la amistad de estos dignos representas de la cultura española. La llegada de estas personalidades a Nueva York, se aprovechó para organizar conferencias en la HSA, como la de 1915 en la que participaron Rubén Darío (1867-1916) y Enrique Granados (1867-1916) o en el año 1919 la de María de Maeztu y Whitney (1881-1948), Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) y Ramón Pérez de Ayala (1880-1962). La mayoría fueron nombrados miembros de la HSA, Huntington quería reunir la obra científica de cada uno. La producción artística, literaria o musical de ellos, fue en muchos casos, la depositaria de una tradición ancestral de carácter nacional revitalizado, como sucede en el caso de la música de Falla o Granados, ambos miembros de la HSA y en cuya obra encontramos elementos del folklore con los que aspiraban a identificar en parte la cultura española30. 27

Archer M. Huntington. Poem of the Cid: text reprinted from the unique manuscript at Madrid. New York: G.P. Putnam´s Sons, 1897-1903. New York: The Hispanic Society of America, 1907. 3 vols.; reimp. 28 Consultar: Carmen Ortíz García. “Raíces Hispánicas y Culturas Americanas. Folkloristas de Norteamérica en el Centro de Estudios Históricos”, en Revista de Indias. Madrid: Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). vol. LXVII. 2007, no. 239. págs. 125-162. Sobre la relación del académico con la HSA, ver: Theodore S. Beardsley. Ramón Menéndez Pidal and the Hispanic Society. Reprinted from Hispanic Review. New York: The Hispanic Society of America. Noviembre, 1970. vol. 38, no. 5. 29 Carta fechada el 19 de noviembre de 1927. Vega Inclán informa a Huntington sobre el viaje del doctor a Nueva York. También encontramos referencias a él en las siguientes misivas: 14 de mayo del 1919, 16 de enero de 1929, 11 de diciembre de 1929, 26 de enero de 1930, 12 de septiembre de 1933 y 31 de mayo de 1934. Vega Inclán y Flaquer, Benigno Conde de. Correspondence with Huntington. [Microfilm] Biblioteca. HSA. 30 Aludimos a estos compositores en el cap.7 dedicado a la exposición sobre la danza española que organizó Anderson en la HSA y que estuve abierta al público entre 1938-1941. Los dos eran miembros de la HSA y en la biblioteca se conserva documentación de ellos y su relación con la institución. Sobre los temas que apuntábamos en el texto recomendamos la lectura de: José Antonio Gómez Rodríguez. En la voz de nuestra música. Tópicos identitarios en la Etnomusicología española. Sulcum sevit: Estudios en

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Como hemos visto hasta el momento, el funcionamiento de la HSA siguió los ideales de su creador. Su impresionante colección se conservó a su vez en un edificio cuya arquitectura estaba dominada por un esplendor simbólico que se prolongaba en su interior. Hasta el mínimo detalle contribuyó a crear el ambiente “español” que Huntington quiso para su fundación. Para ello eligió el tono grana en sus muros, utilizó adobes de color ocre para el suelo, donde intercaló diminutos relieves que nos recuerdan a sellos lacrados, y que al igual que el escudo de la HSA fueron diseñados por él mismo. Caminando este suelo pronto llegaremos al un espacio central donde se reproduce un patio renacentista español realizado en terracota e iluminado por un inmenso tragaluz. Este lugar sirvió en un momento determinado, como sala de lectura.

5. Patio interior, 2010.

La luz natural al incidir sobre los relieves en la piedra crea una serie de claroscuros desde donde surgen diminutos relieves, grutescos y guirnaldas vegetales, características del estilo plateresco, propio del arte renacentista en España. La obra en piedra, el edificio de la HSA, sirve para honrar y custodiar la historia y la literatura escrita, del mundo hispánico. Siguiendo un plan bien determinado, se concedió prioridad a los libros, su biblioteca personal, que sigue siendo la sección más importante y la primera referencia para muchos de los investigadores que llegan a la institución. Se conservan unos trescientos mil libros, quince mil impresos antes de 1701, alrededor de doscientos cincuenta incunables, manuscritos anteriores al siglo XII, uno de los más homenaje a Eloy Benito Ruano. Eloy Benito Ruano (coord.). Oviedo: Universidad de Oviedo, 2004. vol. 2. págs. 973-1.007.

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antiguos, el privilegio de Alfonso VII, Rey de Castilla y León fechado en Toledo en 1150. Posee una edición iluminada de la Biblia en hebreo, realizada en España y Portugal hacia 1449-1450, la primera edición de la Celestina (Burgos, 1499?)31. Destaca además la colección cartográfica, compuesta por miles de mapas, cartas de navegación y por último no debemos olvidar el fondo bibliográfico y documental relativo al Nuevo Mundo32. La colección de arte nos remite a los aspectos más variados de la historia de España, pero también cuenta con una amplia documentación de objetos, libros, piezas de arte portugués, filipino y latinoamericano. El museo cuenta con una extraordinaria colección de piezas arqueológicas, fenicias, romanas, joyas celtíberas, muchas de ellas se obtuvieron de los yacimientos que Huntington patrocinó cerca de Sevilla, concretamente en Carmona e Itálica donde excavó y fotografió la evolución de los trabajos33. El museo también cuenta con ejemplos del arte califal y gótico, orfebrería de estilo mozárabe, retablos medievales. No podemos olvidar la colección de monedas, una de las más completas e interesantes que constituye el fondo más importante de la American Numismatic Society en Nueva York, a la que Huntington donó su colección34. Capítulo aparte su colección pictórica, cuadros de El Greco, Velázquez, Murillo, Ribera…. adornan los muros del museo. También cuenta con un gran número de obras realizadas por pintores contemporáneos a Huntington, a los que en algunos casos conoció. Estos cuadros, obras maestras del arte español, son el reflejo del criterio inamovible de Huntington, que desestimó en gran medida las tendencias vanguardistas contemporáneas a él. Conocía bien este tipo de arte por sus continuos viajes a París, capital de la vanguardia europea en ese momento y donde llegaba para comprar piezas de arte que salían a subasta. Entre estos artistas destacan Raimundo de Madrazo y Garreta (1841-1920), gran amigo de Huntington será nombrado miembro de la HSA en

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Libro cedido a Huntington por el magnate americano Pierpont Morgan en 1909. Consultar: Theodore S. Beardsley. “Early Editions of Celestina at The Hispanic Society of America”. La Celestina 1499-1999. Selected Papers from the International Congress in Commemoration of the Quincentenial Anniversary of La Celestina. Ottavio DiCamillo y John O’Neill (eds.). New York: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 2005. págs.7-17. 32 Maps, Charts, Globes: Fives Centuries of Exploration. Catálogo. New York: Hispanic Society of America, 1992. Catálogo de manuscritos y libros raros. Disponible en Web: http://www.hispanicsociety.org/hispanic/libraryinfo.htm#HSMSCatalogue (16-5-2008). 33 En el 2008 se organizó una de las exposiciones más completas sobre los fondos arqueológicos de la HSA, compuesta por las piezas procedentes de varios yacimientos arqueológicos cuyos trabajos fueron comisionados por Huntington que incluso trabajó en ellos. Manuel Bendala Galán. Los tesoros arqueológicos de la Hispanic Society of America. Madrid: Comunidad Autónoma, 2008. 34 Cap. 1, nota 4

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1905, Joaquín Sorolla (1863-1923), Ignacio Zuloaga (1870-1945), nombrado miembro en 1908, Miguel Viladrich (1887-1956), Mariano Benllure Gil (1862-1947), José María López Mezquita (1883-1954), Aureliano de Beruete (1845-1912), Santiago Rusiñol Prats (1861-1931), Manuel Benedito Vives (1875-1963)35. Muchas de las escenas que se representan en las obras pictóricas, encuentran su réplica en los archivos fotográficos…

6. Santiago Rusiñol Prats (1861-1931). Calvario en Sagunto (1901)

7. Kurt Hielscher. Entrada al Calvario. Sagunto (1914-1919). GRF: 52.639

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Mitchell Codding, “A legacy of Spanish Art for America: Archer M. Huntington and the Hispanic Society of America”, en catálogo de la exposición, Manet/Velázquez: The taste for Spanish Painting. The Metropolitan Museum of Art. New York, New Haven & London: Yale University Press, 2003. págs. 307324

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De entre ellos, Sorolla y el encargo que realizó para la HSA, merecería un capítulo aparte en esta tesis doctoral y nos obliga a remitirnos a la extensa bibliografía que existe sobre el tema. Lo que nos interesa destacar en este momento es la estrecha unión de estas obras pictóricas con la colección fotográfica. Catorce paneles que Huntington encargó a Sorolla y en los que se representaban varias provincias españolas. En la sede de la HSA se construyó una sala diseñada para acoger los monumentales lienzos. Iluminados por la luz que se filtra a través de una inmensa claraboya, los paneles representan el aspecto de una España dedicada a Huntington e inspirada por Sorolla, por la que el Presidente de la HSA quedó profundamente agradecido36. Como en muchas de las fotografías, las pinturas mostraban en todo su esplendor, una serie de ciudades y sus monumentos más representativos, los tipos vestidos por sus indumentarias regionales, sin escatimar en detalles como los tocados o las joyas. Se representan en la mayoría de los casos, dentro de un acto festivo, celebraciones religiosas, algunos aparecen bailando y otros juegan, algunos se muestran trabajando, en plena faena pesquera, o en el mercado, cargando voluminosos sacos o cerca de alguna carreta. Fueron el modelo de inspiración en el trabajo de las colaboradoras de Huntington, especialmente de una de ellas, la protagonista principal de esta tesis, la fotógrafa y posteriormente conservadora del traje regional, Ruth M. Anderson. Formando parte del variado patrimonio de la institución también se encuentra una importante colección de dibujos, grabados, aguafuertes y litografías que van desde los trabajos de Jusepe Ribera (1591-1652), Goya (1746-1828), Fortuny (1838-1874), Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904), a Ricardo Baroja y Nessi (1871-1953), entre otros.

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Para el estudio de cada uno de los paneles consultar: VV.AA. Sorolla. Visión de España. Valencia: Fundación Bancaja, 2007.

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8. Daniel Urrabieta Vierge. (ca. 1893-1904)37.

9. Laurent. Le detélage de boeufs (d´aprés nature). Toledo, (1874-1892). GRF: 20.180.

Tampoco debemos olvidar la colección de arte colonial formada por obras pictóricas, esculturas y piezas de arte decorativo procedentes de Perú, México, Ecuador, Colombia, Chile, etc. Entre los objetos más originales destacan algunas de las escasas obras de arte plumario que existen mundialmente. Tras este repaso del fondo patrimonial, y debido al tema objeto de esta investigación, las fotografías de Ruth M. Anderson, debemos profundizar en la colección fotográfica. Las miles de imágenes conservadas en la institución, no se 37

Preparado a lápiz, tinta china a pluma y aguada de tinta china. 300x365 mm. “N 174 T p.243”. Colección Biblioteca del Cigarral del Carmen, Toledo. Publicada en el libro, Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904). Creador de imágenes, ilustrador gráfico. pág. 330

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consideraron de la misma forma que la colección bibliográfica o la de arte, las fotografías resultaron ser unas herramientas de trabajo de gran utilidad, especialmente como complemento a la labor investigadora. Como el resto de la colección, constituyeron otra parte que reflejaba la España sobre la que Huntington ansiaba conservar ejemplos, la que estaba más cercana a sus pensamientos. Antes de empezar a hablar de las fotografías es imprescindible referirnos a las mujeres que ayudaron a Huntington en la difícil tarea de hacer viable sus decisiones y conseguir organizar cada parte de la colección orientándolas al uso que se iba a hacer de ellas, especialmente en el caso de las fotografías.

1.2. El “museo” de mujeres Posiblemente algunas de las personas que más influyeron en la vida de Archer M. Huntington fueron mujeres. Se casó dos veces, la primera siendo todavía muy joven, con su prima Helen Gates Criss, aunque el matrimonio duró poco. El divorcio le liberó de la obligación de acudir a una gran cantidad de actos sociales a los que le arrastraba su mujer, de manera que pudo disponer de más tiempo para dedicarlo a sus intereses principales: la lectura, el estudio, la poesía y su gran proyecto de la HSA. Aunque la separación también generó una etapa de gran decaimiento. Años después se casó con la escultora Anna Vaughn Hyatt (1876-1973), más cercana a él en carácter y aficiones. Sin duda alguna, fue su madre la persona que desde el principio le apoyó en su idea de crear el museo español. Siempre buscó consejo en ella, la consideró su amiga más cercana y su confidente38. El epistolario entre los dos es interminable. También ella fue la que le impulsó a escribir sobre sus vivencias por España. La insistencia materna dio como fruto el libro, A Notebook in Northern Spain. Se trata de un relato de su viaje a España en 1892 y como era de esperar está dedicado a ella39. En más de un capítulo a lo largo de este libro se refirió a las mujeres que encontró en su camino. Estas mujeres, difícilmente pasaban desapercibidas ante la mirada de cualquier viajero, sobre todo extranjero, ya que trabajaban tanto en el interior como en el exterior de las casas. La situación no cambió porque años más tarde, también serán ellas las protagonistas de un gran número de fotografías realizadas por Anderson. Huntington se fijó en las muchachas que iban a segar, las que lavaban la ropa, las mujeres que a primeras horas 38

Idem Codding, 2002. pág. 143. Archer M. Huntington. A Notebook in Northern Spain. London & New York: G.P. Puttman’s Sons, 1898. 39

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de la mañana recorrían las calles boceando la venta de sus bollos calientes. En Astorga, por ejemplo, el americano tropezó con la comitiva de una boda y se fijó especialmente en las danzas que se ejecutaban durante estas ocasiones, también en la indumentaria de los novios, pero sobre todo reflexionó sobre el futuro que esperaba a la joven desposada. Un momento de celebración y júbilo, curiosamente, le llevó a reflexionar sobre la dureza de la vida femenina. Su capacidad de observación le hizo darse cuenta de la verdadera situación de la mujer española cuya vida diaria, no transcurría únicamente en el interior del hogar, realizando las tareas domésticas: […] Their lives are hard ones, in the open air for the greater part, and the women do most of the severe work40.

En esta frase queda patente la solidaridad de Huntington hacia estas mujeres, miembros activos de la sociedad, y no como entidades invisibles y anónimas. Hasta el momento hemos hablado de las personas más destacables en su vida privada y como pudieron influir en él, otra parte de su biografía la concerniente a la HSA también estuvo protagonizada por féminas. Escoger el personal de la institución fue una de las tareas más complicadas, los primeros conservadores de la institución fueron hombres41, pero cuando en los años veinte comenzó el arduo y delicado trabajo de administración y gestión de su colección, estimó que era una labor que una mujer sabría llevar adelante perfectamente. A partir de 1921 decidió contratar sólo mujeres, la mayoría bibliotecarias. Algunas llegaron de la universidad Simmons de Boston42, aunque anterior a esa fecha, en 1919, comenzó a buscar a sus colaboradoras en escuelas especiales para sordomudos, como la New York School for the Deaf (Fanwood School)43 y el Gallaudet College de Washington44. Confió a un grupo de mujeres, algunas con discapacidades, una misión de tal envergadura como la de hacer viable el acceso a la

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Idem. pág. 50. En 1904 el primer listado de conservadores estaba formado por hombres, a excepción de Mildred S. Byne que desde 1916-1918, ejerció junto a su marido como Curator of Architecture and Allied Arts. En 1919 es nombrada conservadora Isabel K. Macdermott que hasta ese momento se había encargado del departamento de Publicaciones, Curator of Publications. Consultar A History…. 1954, pág. 544. 42 Se trata de otra de las universidades pioneras en Estados Unidos a la que podían acceder las mujeres. Fundada por un empresario bostoniano John Simmons en 1899. La universidad continúa activa en la actualidad. Un breve repaso de su historia está disponible en Web: http://www.simmons.edu/overview/about/history/ (25-12-2008). 43 Harry Lang. A Biographical Dictionary of Deaf Persons in the Arts and Sciences. Harry Lang y Bonnie Meta-Lang (eds.). Westport, CT: Greenwood Publishing Group Inc., 1995. pág. 195. 44 En la biblioteca de la HSA existe un listado con los nombres de todas las mujeres que trabajaron en la institución y que padecían algún tipo de minusvalía auditiva. Deaf women who have served with The Hispanic Society of America 1919-1973. 41

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colección, y por esta razón consideramos que Huntington se adelantó a su tiempo, y se convirtió en uno de los escasos ejemplos dentro de la historia de la museología, en el que encontramos a un grupo de mujeres al frente de la colección. Necesitaríamos un estudio aparte tan sólo para elaborar la biografía de cada una de esas mujeres, tanto las colaboradoras principales como las que fueron nombradas miembros, Members, de la HSA. Huntington buscó a los mejores hispanistas de su tiempo y no le importó si eran hombres o mujeres, lo fundamental en ellos era el que destacase su labor en pro del hispanismo, en diversos campos de las ciencias, las artes y las humanidades. Por citar algunas mujeres tenemos el caso de María de Maeztu (19191936) que como dijimos impartió una conferencia en la HSA en 191945. Concha Espina (1869-1955)46, Gabriela Mistral (1880-1930), y muchas otras americanas como Caroline Brown Bourland (1871-1956)47, Zelia Nuttal (1858-1933)48, Alice Bache Gould (18681954)49, Cornelia Betley Sage Quinton (1880-1938)50, Carolina Michaëlis de Vasconcellos (1851-1923)51, etc.

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Durante su visita a Estados Unidos y bajo los auspicios de la HSA, dio una serie de conferencias en universidades para mujeres: María de Maeztu y Whitney, directress of the Residencia de Estudiantes at Madrid, was sent to the university by the Spanish government to visit the principal American institutions for higher education of women. While on that mission she lectures under the Society´s auspices at the most important women colleges in the east. The Hispanic Society of America 1944. Biblioteca. HSA. 46 La autora fue admirada por Huntington y a ella dedicó uno de sus poemas “Concha Espina”. Consultar: Collected Verse. New York: The Hispanic Society of America, 1953. pág. 405. La nombró miembro de la HSA y vicepresidenta en 1943. En los recortes de prensa que la HSA posee sobre Concha Espina se conservan varios periódicos españoles donde apareció la noticia del nombramiento. Por ejemplo en la prensa madrileña el mes de noviembre de 1943 concretamente en: Madrid, ABC, Arriba, Pueblo, El Alcázar, El Español, Informaciones, etc. 47 En 1892 se graduó en el Smith College de Northampton (Massachussets), y a esta universidad volvió en 1902, tras haber conseguido su doctorado en la universidad para mujeres Bryn Mawr. En el Smith College, también ejerció como profesora de francés y español. Su labor fue decisiva para la creación de un departamento de español independiente. Five College Archives & Manuscript Collection. Disponible en Web: http://www.asteria.fivecolleges.edu/findaids/smitharchives/manosca40_main.html (30-8-2008). 48 En la colección de retratos de la The Bancroft Library perteneciente a la universidad de Berkeley (California) existe junto al catálogo bibliográfico, un retrato de la investigadora. Disponible en Web: http://www.oac.cdlib.org/ark:/13030/tf267nb2kg/?layout=metadata&brand=oac4.(30-8-2008) 49 Nació en Cambridge (Massachussets) en 1868. Su apasionante biografía comienza con sus estudios en ciencias matemáticas, tema sobre el que llegó a convertirse en una prestigiosa especialista, pero tras una estancia en Puerto Rico por cuestiones de salud, se interesó por la vida de Cristóbal Colón y la historia del descubrimiento de América. En 1911 viajó a España e investigó en los archivos de Simancas. La Primera Guerra Mundial condicionó su retorno a Estados Unidos en 1918, pero volvió a España en 1926, donde estuvo hasta el estallido de la Guerra Civil. Al finalizar la guerra española regresó a trabajar en el archivo. Murió en Simancas en 1954. Recomendamos la consulta del Massachusetts Historical Society, donde se encuentra un fondo documental perteneciente a Bache Gould que comprende los años de 1809 a 1939, Disponible en Web: http://www.masshist.org/findingaids/doc.cfm?fa=fa0207 (22-8-2008). También existe un artículo biográfico, sin firmar y escrito antes de su muerte. En él se indica, entre otras cosas, que fue condecorada con la cruz de Isabel la Católica.“Alice in Seville”. Time Magazine, 7 de julio de 1952. Disponible en Web: http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,888745-1,00.html (22-8-2008).

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No debemos olvidar a una serie de artistas plásticas, escultoras en su mayoría, que fueron presentadas a Huntington por su mujer. Si bien no vamos a contar con obras de ellas en la institución de la HSA, sí que hallamos sus trabajos en otra fundación del matrimonio Huntington, el Brookgreen Gardens52. Entre estas artistas tendremos que citar a Janet Scudder (1869-1940), Maryon Boyd Allen (1862-1941) y Abastenia Eberle (1878-1942). El extenso grupo de mujeres relacionadas con la HSA creó una situación particular y que actualmente es poco conocida sobre la historia de la institución, el objetivo de esta tesis doctoral es precisamente el estudio de una de ellas, Ruth Matilda Anderson, fotógrafa de profesión, pero que a partir de su labor para la institución se convirtió en experta sobre el folklore español y conservadora de Customs and Manners y experta en el traje típico. Ella será la protagonista de esta tesis pero si queremos entender su historia profesional en una institución tan peculiar, es fundamental que examinemos la colección fotográfica en la HSA, como se organizó, lo que se pretendía de ella, y también quienes fueron las otras colaboradoras que estuvieron relacionadas en mayor o menor proporción con la compra y realización de fotografías que posteriormente se añadieron al archivo general o GRF53 y que en la mayoría de los casos se produjo durante los viajes de estudio. Huntington pensó que estos viajes eran fundamentales

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Artista dedicada a la pintura, fue una de las primeras mujeres en ocupar puestos de responsabilidad en varios museos y galerías de arte de Estados Unidos. Entre otras responsabilidades fue directora de la Albright-Knox Art Gallery en el estado de Nueva York, entre 1910-1924.Información Disponible en Web: http://www.albrightknox.org/Library/findingaids/2.3/AK2.3.frame.html. (22-8-2008) 51 Sobre la biografía de Michaëlis consultar, Juan Carlos Conde. “Carolina Michaëlis de Vasconcellos y la literatura española”. Línguas e Literaturas. Porto: Revista da Faculdade de Letras, XVIII, 2001. págs. 133-170. 52 Tanto Huntington como su esposa Anna Hyatt fueron grandes amantes de la naturaleza y reconocieron la importancia de su conservación desde épocas tempranas. Entre sus fundaciones ecológicas encaminadas a esta misión hay que referirse al Huntington Wildlife Forest, dentro del parque nacional Adirondack Park, en el estado de Nueva York. Información Disponible en Web: http://www.esf.edu/aec/facilities/hwf.htm (30-4-2008). Otra de sus fundaciones, la que nos interesa en este momento, fue la Brookgreen Gardens, reconocido como parque nacional, en el estado de Carolina del Sur. Fundado en 1931 por el matrimonio con la intención de crear un refugio para la flora y fauna autóctona. En algunos de sus jardines se exhibe de forma permanente una impresionante colección escultórica realizadas por artistas americanos contemporáneos. Beatrice G. Proske, conservadora de escultura de la HSA, elaboró estudió esta colección y elaboró un catálogo. Consultar bibliografía. El parque dispone de una página Web: http://www.brookgreen.org/. (30-4-2008) 53 Con este nombre nos referiremos a la colección fotográfica de manera global, las propias siglas definen el término, General Reference File o Archivo General de Referencia. Las fotografías se introducían en una serie de tomos (34 aprox.), con el indicativo Accessions y en que contienen las siguientes secciones: Número de registro, Fecha en la que fueron registradas, autor o localización, tema, tamaño, precio, fuente, donde se obtuvo y por último notas (number, date, autor or location, subset, size, cost, source, where obtained, remarks), Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA.

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durante el proceso de aprendizaje de sus colaboradoras, y como decimos fueron determinantes para la incorporación de nuevas imágenes al archivo fotográfico. De entre las colaboradoras destacaremos a las fotógrafas profesionales: Alice D. Atkinson (18961986), Frances Spalding (1896-1970) y Margaret Jackson (1902-1986), esta última aunque no era fotógrafa, aprendió el oficio en la HSA y se convirtió en una experta en el uso de la máquina de Rayos-X. Además del trabajo realizado por las anteriores, en este momento destacamos la producción de dos colaboradoras externas que aportaron fotografías, aunque les dedicaremos varios apartados a la hora de referirnos a la formación del depósito de imágenes. Se trata concretamente de la arquitecta Anna Christian (1876-1953/1961?) y de la historiadora del arte Georgiana King Goddard (1871-1939), junto a su compañera de viaje y fotógrafa profesional, Edith Lowber (1879-1934). Estas mujeres suministraron a la HSA un considerable número de imágenes fechadas entre 1913-1916, en el transcurso de una serie de viajes patrocinados por la institución. Para llevar a cabo esta labor hemos utilizado toda la documentación proporcionada por los fondos que se conservan en la HSA y en la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL).

1.2.1. Las conservadoras de la HSA

10. Primeras colaboradoras de la HSA, 1920 (?). Left to right. Back row: Mary E. Armstrong, Edit H. Negley, Anna Pursche, Clara Luise Penney, Anna Mary Rdymond, Meta Harssen. Fila central:___? Gaynor, Amise P. Kan, Jessica Meapher, Dorothy I. Higgins. Sentadas: Sally Farrar, Marquee (Mason) ___?, Margaret (Sherman) Gillen, Sara Tredwell Ragna. GRF: 154.523

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Cuando Huntington inauguró la institución encargó a varios colaboradores la organización de todos los fondos. Diversos contratiempos y la falta de entendimiento con estos primeros conservadores le llevaron a determinar que lo más conveniente era reunir a un grupo de mujeres que se ocupasen de la colección que había atesorado desde niño, el preciado legado recopilado por su “amor” hacia España. Quizás la calma que consiguió tras su divorcio fue la paz, que también buscó en su museo y que halló en sus incondicionales y esforzadas colaboradoras. Estas mujeres dispuestas desde el primer día a aprender una nueva profesión se convirtieron en leales colaboradoras, fieles a la institución y a los propósitos de su fundador. Valorar esta opción puede ser controvertido, puesto que la idea de contratar únicamente a mujeres, muchas de ellas discapacitadas, resultó poco usual y desde nuestro punto de vista, avanzado para su tiempo. Por otro lado podría argumentarse que esta situación tiene que ver con el salario que recibían, si tenemos en cuenta que en aquel tiempo era mucho más bajo al de un hombre que ocupase el mismo puesto. Pero éste no fue el caso y no está de más señalar que los sueldos que recibían las colaboradoras de la HSA, precisamente, no eran nada despreciables54. La información que exponemos en los párrafos siguientes, pondrá de manifiesto esta idea.

11. Back row: Dorothy Morse Dartt, Alice Jane McVan, Ada Marshall Johnson, Ruth Matilda Anderson, Clara Luisa Penney, Eleanor Edith Sherman Font, Florence Lewis May, Emily Leeds Anden, Elizabeth du Gué Trapier June 17th, 1950. GRF: 153.416

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La documentación de Anderson se convierte en un claro ejemplo, pero también el testimonio de Gilman Proske, que en 1920 solicitó la vacante como catalogadora que ofertaba la HSA, en gran medida por el alto salario que ofrecían. Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA.

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Antes de comenzar a organizar su colección de arte, Huntington se dedicó a sistematizar su fondo bibliográfico, este se considera el origen de su proyecto. Quizás fue la razón por la que durante los primeros años de vida de la institución contrató principalmente a mujeres bibliotecarias. La discapacidad auditiva de alguna de ellas, no resultó ser un impedimento para que llevasen adelante el encargo de Huntington. Gestionaron y organizaron cada uno de los departamentos de la institución y se convirtieron en las conservadoras y administradoras del trabajo en la HSA55. Una de las grandes convicciones del fundador fue la de preparar a sus colaboradoras con los recursos de la HSA, es decir su entera colección bibliográfica y artística, debían elaborar al principio pequeñas monografías, que serían revisadas y criticadas por entendidos en la materia. Este hecho demuestra como Huntington las alentó para que estudiasen y escribiesen sobre la materia asignada. Con el tiempo y la experiencia podrían enfrentarse a ediciones de mayor envergadura56. El listado de mujeres que trabajaron en la HSA entre 1920 y 1970 es interminable, en la mayoría de los casos permanecieron en la institución durante décadas, incluso después de jubiladas siguieron acudiendo

a

trabajar

en

la

institución

como

conservadoras

eméritas.

Desafortunadamente la escasez de datos biográficos dificulta nuestra tarea de presentarlas a todas y de la forma que merecen, en algunos casos podremos confeccionar una biografía de su carrera en la HSA, añadiendo en la bibliografía de esta tesis doctoral la información relativa a su producción científica, en otros casos aludiremos a ellas, aportando los algunos datos, al hablar de las expediciones de estudio en las que participaron. Huntington estableció unas rígidas normas, pero estas “florecientes” profesionales disfrutaron por contrapartida de una oportunidad que difícilmente se presentaría a una joven de su época. Partiendo desde cero, puso a su disposición la parte de la colección que ellas mismas debían seleccionar, aunque él hizo alguna sugerencia. En una 55

A History, 1954. pág. 56. Incluye un listado de las conservadoras del Museo, en algunos casos con el año en el que comenzaron a trabajar para la institución. págs. 544-545. 56 Anderson se refiere a ellos en un artículo que escribió sobre la HSA: Art objects and valuable books require constant care, and from 1918 to 1922 Mr. Huntington expanded his staff by appointing a number of young women, several trained in library science and two in photography. To each he assigned a subject represented in the collection—painting, sculpture, ceramics, gold and silverwork, textiles, prints, printed books—to which he later added costume and manuscript decoration. Despite their inexperience in the field of learning, he encouraged them to study and write immediately, beginning with short monographs published in Photostat, in which evaluations and criticisms were quoted from established authorities. Three wrote small books on a painter, a poet, and a sculptor, which were professionally printed. Anderson, Ruth M. “The Hispanic Society of America”. Morningside Gardens News. New York, 1969. págs. 4-5.

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conferencia concedida por la conservadora de escultura, Beatrice Gilman Proske en 1984, se refirió a este asunto: […] By the time I arrived the collections had been greatly enlarged and a series of publications inaugurated, but there was not yet a permanent staff to care for the objects in the museum. To remedy this omission Mr. Huntington decided to draw upon the existing library staff. He had long thought that women would make a good museum curators and he was now ready to see what they could do. One day he gathered us all together and announced his plan. The response was enthusiastic. He then distributed the subjects for which each person was to be responsible. Paintings were quickly appropriated by a girl who had lived in Europe. Ceramics, textiles and metalwork followed. When it came my turn I was at a loss what to say. My only exposure to any form of art had been one-term course in art appreciation taught by an interior decorator. Mr. Huntington came to my recue by asking if I would like to study the polychrome wood-carvings that are so characteristic of Spanish sculpture. I agreed at once, and then my real education began57.

No importaba si sus estudios eran diferentes a los que se estaban especializando, lo importante era su perseverancia y el esfuerzo que invirtieron en su aprendizaje.

12. Anna Pursche. Ampliación de una fotografía para el pasaporte, 1923. GRF: 10.786

Anna Pursche (1897-1953)58 fue una de las primeras mujeres que se incorporó a la HSA y sobre la que tenemos noticias. Conservadora de la biblioteca, se encargó 57

Beatrice Gilman Proske. Talk given at the Huntington Dinner, organized by the National Sculpture Society to honor the patrons at the National Arts Club. November 15, 1984. Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA. 58 Necrológicas: New York Times, 14 de marzo, 1953 y en The Herald Statesman, Yonkers, New York. Friday, March 13, 1953.

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principalmente desde 1923 en catalogar muchos de los manuscritos de la colección y a esta tarea se dedicó hasta el año de su muerte. Entre 1924-1927 formó parte del primer Patronato de la institución y entre 1934-1935, actuó como secretaria del mismo. En 1952 la Sociedad en reconocimiento a su trabajo le concedió una de sus medallas honoríficas, la Mitre Medal. Esta condecoración también fue concedía en 1940 a la conservadora de cerámicas y vidrio, Alice Wilson Frothingham (1902-1976)59. Se incorporó a la plantilla de la institución en 1925 y se jubiló en 1968, aunque esto no significó el final de su carrera profesional ya que siguió investigando y publicando artículos sobre su especialidad. Al igual que la mayoría de las colaboradoras, también ella realizó estudios como bibliotecaria, pero al entrar en la institución decidió ocuparse de estas artes aplicadas. La tarea no fue fácil ya que estamos ante una de las colecciones más importantes de Estados Unidos en cuanto a este tipo de artes decorativas, pero su intenso trabajo llegó a ser reconocido por otros estudiosos60 e incluso por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1972) y se le concedió la medalla al mérito civil. Wilson Frothingham viajó a España, Francia e Italia para completar su formación como especialista en la materia, y es autora de una extensa producción de estudios sobre la colección de la HSA.

13. Conney Island (New York), 1929. Left to righ: Alice Wilson Frothingham, Clara L. Penney, Trapier, unknow. GRF: 150465 59

A Tribute to Alice Wilson Frothingham. New York, February 1977. Biblioteca HSA. Por citar un ejemplo incluimos un artículo de Torres Balbás donde se refiere a la vez a un artículo de la investigadora sobre cerámica catalana. En Leopoldo Torres Balbás. “Bibliography of Spanish Muslim Art 1939-1946”. Ars Islamica. vol. 15/16, págs. 165-185. Michigan: Freer Gallery of Art; The Smithsonian Institution; Department of the History of Art, University of Michigan, 1951. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/4515684 (26-8-2008) 60

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Una de las colaboradoras que cautivaron a Huntington por su inteligencia y talento como bibliotecaria fue Clara Louisa Penney (1888-1970). Experta en Latín, se graduó en la universidad para mujeres, Simmons College en 1912. Trabajó en la universidades de Harvard, Maine y en las bibliotecas, Library of the Congress en Washington y la New York Public Library. Con semejante currículo Huntington no dudó contratarla tras la entrevista que mantuvo con ella en 1918. Al año siguiente se incorporó a la HSA y se unió al grupo de bibliotecarias de primera clase que Huntington congregó para empezar a catalogar su extensa colección de libros. Como las otras colaboradoras, también viajó a España donde estudió libros antiguos y manuscritos. En 1926 al mismo tiempo que desarrollaba un intenso trabajo de catalogación, publicó uno de sus primeros trabajos, se trataba de una monografía dedicada a Góngora. La institución le otorgó dos medallas, la Mitre en 1937 y la de Arte y Literatura en 195361.

14. HSA staff on terrace. Elizabeth du Gué Trapier. 1920. Detalle. GRF: 154.522.

Elizabeth du Gué Trapier (1893-1974)62 llegó a la institución en 1918. La evolución de su carrera es comparable a la del resto de conservadoras, y sirve como ejemplo sobre las condiciones laborales que vivieron muchas de ellas. Trapier nacida en 61

Theodore S. Beardsley. “Necrology. Clara Louise Penney (1888-1970)”. Hispanic Review. Pennsylvania: Department of Romance Languages, University of Pennsylvania. vol. 39, no. 3 (Jul., 1971), págs. 349-356. 62 “Elizabeth Trapier, 81, Dead; an Expert on Spanish Art”. New York Times (1923-Current file), October 16,1974. Disponible en Web: http://www.proquest.com.central.ezproxy.cuny.edu:2048/ (6-3-2007).

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Washington en 1893 se había formado como bibliotecaria y trabajaba en la Library of the Congress de su ciudad natal, hasta que en 1918 decidió marcharse a Nueva York. En la institución estudió la colección pictórica, y fue la máxima responsable de su conservación. Con los años se convirtió en una especialista sobre el tema, y sus estudios fueron citados por figuras representativas de la historia del arte en España. En su especialización tuvieron mucho que ver los continuos viajes de estudio comisionados por la institución, durante la década de los años veinte viajó a la península continuamente63. Recibió de la HSA, la medalla creada en honor a Sorolla en 1937, y la de las Artes y la Literatura en 1953.

15. Beatrice Gilman Proske, 1927. GRF: 10.958

Todavía hoy podemos considerar a Beatrice Gilman Proske (1899-2002) como la biógrafa oficial de Huntington a través de su libro titulado, Archer Milton Huntington, publicado por la HSA en 1963. Nacida en una granja de New Hampshire, su interés por los libros hizo, según las propias palabras de la conservadora, que su madre la enviase a la universidad para mujeres Simmons College donde se graduó como bibliotecaria. En 1920 se incorporó a la HSA y comenzó a participar de la “interminable” tarea de catalogación de libros, pero siete meses después fue transferida al departamento del museo y fue cuando eligió dedicarse a la escultura. Ella misma afirmó que a partir de 63

Aunque más adelante trataremos el tema de los viajes de estudio en este momento debemos señalar que viajó a España y Europa los siguientes años: 1922, 1925, 1927, 1929. En 1955 Bernardino de Pantorba le dedicó el artículo que se publicó en la revista de Arte Español. “Elizabeth Du Gué Trapier. Una gran hispanista norteamericana”. New York: The Hispanic Society of America, 1957. Reproduced by offset from Arte Español. 1955, vol.20, pp.185-189. By permission of the author. Consultar bibliografía de esta tesis: Elizabeth du Gué Trapier.

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ese momento se inició su “verdadera” educación. Como el resto de conservadoras, las herramientas que utilizó para llevar a cabo esta misión las halló en los documentos y libros en la biblioteca, además de las piezas en la colección y a ello sumó los numerosos viajes que el fundador comisionó para que explorase los fondos escultóricos de museos y colecciones privadas, tanto europeas como españolas. Pero además resultó fundamental conocer la escultura desde su base, es decir, the rudiments, los materiales, y las técnicas que convirtieron a la escultura en una disciplina artística. Proske tuvo que observar directamente el trabajo de un escultor y aprendió las diferentes prácticas escultóricas, por eso acudió regularmente al estudio de la escultora norteamericana Brenda Putman64: […] One of the principles that he passed on to us that if you wanted to study the history of any of the arts, you must yourself learn the rudiments. Since sculpture was my province, he sent me down to study with Brenda Putnam, who was sharing a studio with Anna Hyatt.

Incluso asistió durante un año, a la School of American Sculpture65. La escultura se convirtió en la disciplina artística con la que ocupó su vida, dentro y fuera de los muros de la HSA, ya que también estudió durante años el conjunto escultórico de otra de las fundaciones de los Huntington, el Brookgreen Gardens en South Carolina. Se ocupó de elaborar el catálogo de piezas, todas ellas obras de escultores americanos contemporáneos. Se trataba de un tipo de escultura que nada tenía que ver con la que tenía a su cargo en la HSA. Sus largos años de investigación dedicados exclusivamente a este tipo de arte tridimensional, le aportaron una sensibilidad especial y una afición que le llevó a participar en revistas especializadas sobre el tema, como por ejemplo la Sculpture Review publicada por la Nacional Sculpture Society, y de la que era socia66. La HSA la condecoró en 1937 con la medalla Sorolla, y en 1953 con la de escultura.

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Biografía de la artista en, Virgil E. McMahan, Virgil E. Washington, D.C., Artists Born Before 1900 A Biographical Directory. Washington: McMahan, 1976. pág. 52 Su biografía junto a una muestra de sus obras están disponibles en Web: http://www.bronzegallery.com/sculptors/artist.cfm?sculptorID=100 (25-4-2007) 65 Proske afirmó que el propio Huntington diseñó algunas de sus casas e incluso aprendió a trabajar el hierro, tarea a la que se dedicó para elaborar una de las puertas en su casa en Westchester. En Talk given at the Huntington Dinner, organized by the National Sculpture Society to honor the patrons at the National Arts Club. November 15, 1984. Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA. 66 En la revista de arte y literatura Aristos, publicaron un artículo póstumo sobre la biografía de Proske. La conservadora, había contribuido en esta revista publicando un artículo sobre la escultora Harriet Whitney Frishmuth, en el número de junio de 1984. Michelle Marder Kamhi; Louise Torres. “Beatrice Gilman Proske (1899-2002)”. Aristos. New York, 2002. Disponible en Web: http://www.aristos.org/proske.htm (26-6-2008).

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1. The Hispanic Society of America

Tal y como hemos indicado, el hecho de contratar solo mujeres no tenía precedentes, pero el fundador fue todavía más lejos en su tiempo al facilitar un puesto laboral a personas que en algunos casos sufrían minusvalías auditivas. Huntington consideró el silencio en el que vivían estas personas una ventaja y no un obstáculo, ya que les dotaba de una mayor capacidad de concentración. No sólo creyó que estaban perfectamente capacitadas para trabajar en la institución y llevar adelante trabajos de estudio e investigación, tampoco estimó que la imposibilidad de oír se convertía en una barrera que les impediría la oportunidad de viajar.

16. Eleanor Edith Sherman Font, 1920 GRF: 154.527

La primera mujer sorda contratada por Huntington en 1919, fue Eleanor E. Sherman Font (1897-1982)67, trabajó en la HSA más de 54 años. Su hermana Margaret Gallaudet Sherman68, pronto se unió a ella ya que en 1914 antes de llegar a la HSA, ya tenía experiencia trabajando en el museo de Newark, en New Jersey.

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En 1954, Eleanor Sherman Font, era conservadora del departamento de Iconografía y entre sus trabajos destacan los estudios grabados. Ver: A History, 1954. pág. 545. En febrero de 1969 la HSA celebró los cincuenta años de la conservadora en la institución. Durante este homenaje se mostraron en vitrinas, varios de los artículos escritos por ella. Un artículo de gran interés, no sólo a la hora de hablar de Sherman sino también del resto de las colaboradoras sordas: Laurence Newman. “Speaking of Museums”, The Silent Worker, junio 1954. Publicado mensualmente por la escuela para sordos en New Jersey. Algunos de sus números pueden consultarse en la Gallaudet University Archives, en la siguiente página Web: http://www. archives.gallaudet.edu/ (26-6-2008). Obituario publicado en el periódico The New York Times el 7 de septiembre de 1982. Disponible en Web: http://www.nytimes.com/1982/09/07/obituaries/eleanor-sherman-font.html (26-6-2008) 68 Encontramos varios artículos en los que aparecen las hermanas Gallaudet Sherman, publicados en el Silent Worker entre 1914-1925. Disponibles en pág. Web:

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17. Taken on terrace, 1920. Sara Tredwell, Margaret Sherman, Sally Farrar, Eleanor Edith Sherman Font. GRF: 150.466

Aunque en la sociedad de aquel tiempo no era muy común encontrar personas sordomudas trabajando en un museo, y menos con el tipo de responsabilidades que asumieron al entrar en la HSA, Eleanor y Margaret pertenecían a una familia que las educó en un ambiente en el que su minusvalía no supuso un impedimento para su la integración en la sociedad. Eran biznietas del fundador de la escuela para sordomudos Gallaudet, Thomas Hopkins Gallaudet, considerado como el padre de la educación para sordos en Estados Unidos. En una serie de artículos que aparecieron en revistas dirigidas al colectivo de sordomudos, Sherman habló sobre Huntington y su costumbre de contratar sólo a mujeres, a las que buscará en no sólo en centros educacionales dedicados principalmente a la formación académica de la mujer, sino también en otras instituciones de renombre, como la Clarence White y el Gallaudet College que acabamos de citar. Según Sherman durante sus primeros años en la HSA, sólo un hombre trabajaba en un puesto de responsabilidad en la institución, se trataba del Dr. Savage69, pero en su testimonio indica que éste se mantenía al margen dejando a las Eleanor E. Gallaudet Sherman: http://www.aladin.wrlc.org/gsdl/cgi-bin/library?e=d-01000-00---off0gasw--00-1--0-10-0---0---0prompt-10---4-------0-1l--11-en-600---20-home---01-3-1-00-0-0-11-00utfZz-8-00&a=d&c=gasw&cl=CL2.19.459. (26-6-2008). Margaret Gallaudet Sherman se graduó en 1913 en la Gallaudet School y pronto comenzó a trabajar en el Newark Museum, New Jersey. http://www.aladin.wrlc.org/gsdl/cgi-bin/library?e=d-01000-00---off0gasw--00-1--0-10-0---0---0prompt-10---4-------0-1l--11-en-600---20-home---01-3-1-00-0-0-11-00utfZz-8-00&a=d&c=gasw&cl=CL2.19.461 (26-6-2008). 69 Alexander D. Savage ocupó el cargo de bibliotecario y conservador de esta sección entre los años 1915-1935. A History, 1954. pág. 544.

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mujeres “dirigir el lugar” bajo la supervisión de Huntington. El recuerdo de todas las decadas que pasó en la HSA es el valioso testimonio de un periodo histórico para la HSA: […] The Society treated deaf people well, Eleanor stated, and except for our inability to use the telephone, we had equal opportunities for learning and recognition. In those lovely years we all studied and pioneered together70.

Sherman Font recibió en 1952 la Mitre Medal que concedía la HSA cada año. Una fotografía de 1922 nos ofrece la estampa de Florence Lewis May (18991988). Aparece sonriente y envuelta en un espectacular mantón de Manila, con el que nos señala la parte de la colección de la que era encargaba, los textiles.

18. Florence Lewis May. Conservadora de textiles con mantón de Manila, 1922. Detalle. GRF: 155.218

Durante su infancia enfermó de meningitis lo que le produjo sordera desde que tenía cinco años. Estudió en una serie de colegios especiales para sordos y se graduó en la Gallaudet como bibliotecaria, aunque siempre le atrajo la interpretación dramática y participó en varias obras a nivel amateur. Pero como decíamos fue la encargada principal de la colección de textiles, trabajar con estas delicadas piezas supuso una laboriosa tarea de clasificación y estudio, quizás fue por eso por lo que trabajó durante sesenta años en la HSA. A día de hoy nos sorprende la minuciosidad de su investigación, los cientos de folios que escribió a mano, el detalle de las descripciones y la dedicación incansable al conocimiento de esta actividad manual. Lewis al darse cuenta del virtuosismo en 70

Ruth Brown. “Eleanor Sherman Font: Museum Pioneer”. The Deaf American. Nueva York, noviembre, 1976. págs. 7-10.

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algunas de las piezas textiles, encontró las conexiones existentes entre estas y por ejemplo, las filigranas que decoraban piezas de orfebrería o a los intrincados diseños decorativos en cerámicas y azulejos de la colección. El estudio de la colección dio sus frutos en varios catálogos y sus investigaciones fueron enriquecidas por sus vivencias en el transcurso de los viajes comisionados por la institución71. Para finalizar podemos añadir que como el resto de las colaboradoras en la HSA, y ciertamente influida por el ambiente que le rodeaba, creció en ella una gran afición a la poesía, y llegó a publicar varios poemas. Ada Marshall Johnson (1892-1962) fue otra de las primeras y más longevas colaboradoras de la HSA. Entró a formar parte del equipo de mujeres a mediados de los años veinte y aunque desconocemos el tipo de estudios que realizó, previos a su llegada, comenzó encargándose del Dpto. de Documentación, ya que su firma aparece en algunas cartas enviadas a Anderson a España y también en las memorias de de ese departamento, hasta el año 1926, cuando la relevó en el cargo Frances Spalding72. Pronto se especializó en las piezas de oro y plata, además de la colección de joyas en la colección, y en el libro sobre la historia de la HSA publicado en 1954, apareció ocupando el puesto de conservadora del museo. Con respecto a Adelaide Marie Meyer podemos decir que aparece en los primeros listados de colaboradoras de la HSA, en 1922 trabajaba como asistente. Su misión principal durante los años siguientes la realizó en el departamento de Publicaciones, del que se ocupó durante décadas como la máxima responsable73. Hasta el momento hemos visto como todas estas mujeres aprendieron con el trabajo diario. Sus obligaciones se centraron en una parte concreta de la colección que convirtieron desde el primer día, en el objeto de su especialización. A partir de ese momento, basaron su metodología investigadora en el estudio directo de las piezas, y es 71

Harry Lang. A Biographical Dictionary of Deaf Persons in the Arts and Sciences. Harry Lang y Bonnie Meta-Lang (eds.). Westport, CT: Greenwood Publishing Group Inc., 1995. págs. 247-249. Ver bibliografía referente a Florence Lewis May. 72 En su necrológica indican que la conservadora se incorporó a la institución en 1927, pero tuvo que ser una fecha más temprana si nos atenemos a la documentación encontrada en la HSA. Memoria 1926. Records Dept. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. Correspondencia de Ada M. Marshall como conservadora en el dpto. de Documentación y dirigidas a Anderson. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. “Ada Marshall Johnson. Writer and Curator”. The New York Times, 20 de noviembre, 1962. págs.33. 73 Documento del 22 de abril de 1922. Biblioteca HSA. En algunas de las cartas pertenecientes a Anderson también aparece el nombre de Meyer, están fechadas en 1939 y en ellas firmó como encargada de Publicaciones. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence 1930-1939. AIB. HSA

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aquí donde vemos que radica en parte, el éxito logrado en su empeño. Formarse dentro de la HSA, donde contaban con un prolijo y acreditado repertorio bibliográfico, fue un privilegio al considerarse la HSA el oasis de la cultura hispánica en Nueva York, pero tuvieron muy presentes las sabias recomendaciones de Huntington, debían usar su inteligencia para alcanzar un criterio propio, original, y no podían tomar como ejemplo lo que otras instituciones hacían74. Estas “normas” les ayudaron a comprender el funcionamiento de la propia institución, cuál era el trabajo a desempeñar y el puesto que ocupaba cada una de ellas. Tener claras estas ideas era fundamental para llevar a buen fin el proyecto. Las colaboradoras de la HSA formaron un grupo atípico, eran bibliotecas convertidas en especialistas de arte español, que bajo la supervisión de Huntington ocuparon los puestos más importantes en el organigrama de una institución dedicada a la cultura como la HSA, que fue para ellas su segunda universidad. En el caso de las empleadas sordas, el fundador les concedió la oportunidad de integrarse en el mundo laboral, les asignó las mismas responsabilidades que al resto, incluso años después de su muerte siguieron llegando a la HSA mujeres con este tipo de minusvalía75. Este es el momento oportuno para ver como se organizaban los departamentos en los que trabajaban y las relaciones entre ellos. En 1922 se establecieron una serie de departamentos, ya nos referimos a alguno de ellos en párrafos anteriores. Existieron cinco departamentos principales: la Biblioteca, Museo, Iconografía, Publicaciones y Documentación. Estaba dirigidos por una conservadora y cada una de ellas a su vez pertenecía al General Staff Committee (GSC). El Comité que estaba compuesto por las conservadoras de cada departamento, se reunía periódicamente con Huntington. Lo interesante en la evolución de estos departamentos es comprobar cpmo a principios de los años veinte, las bibliotecarias, se dedicarán a catalogar otras secciones de la colección. El trabajo diario, de estudio y análisis, las convirtió en expertas sobre la materia de la que se encargaban y provocó de manera natural, su posterior nombramiento como conservadoras, como sucedió en el caso de Elizabeth Du Gué Trapier o Beatrice Gilman Proske, a las que nos referíamos anteriormente y que 74

Must use brains, get original conception, not do what other institutions are doing. Documento fechado el 13 de noviembre de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 13. Anexo 1 75 […] in order to match up with back orders and so routine work, two young students were hired on a hourly basis to serve during their free time. Virginia Rost, an art major at Gallaudet College […] Maureen McLaughlin, from the Lexington School for Deaf. Memoria para el año 1966. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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comenzaron dedicadas a los libros, pasaron al museo como Museum Research Cataloguer, y acabaron siendo conservadoras de pintura y escultura respectivamente. Era imprescindible la comunicación entre departamentos, especialmente en el caso de la fotografía. Las encargadas de este material tenían que estar al tanto de los proyectos de las otras compañeras en diferentes secciones, por si acaso necesitaban de sus servicios76. Las trabajadoras de otros departamentos también podían ayudar en el trabajo de otras áreas cuando era necesario. Como por ejemplo durante los trabajos de organización de las fotografías77. Incluso se producían transferencias de personal de un departamento a otro. Las memorias anuales del Departamento de Documentación, Records Dept., incluyen en determinados años un apartado titulado, Transferences (transferencias). En la de 1928 por ejemplo, encontramos el caso de Sophie N. Boatwright que es transferida desde el Departamento de Publicaciones, Publications Dept., al de Documentación o Florence Lux que también desde este último departamento pasa a trabajar al de Iconografía, Iconographic Dept. En ocasiones las transferencias de personal no tenían porque realizarse entre departamentos que en un principio nos resultan más afines, por ejemplo Alice Wilson Frothingham en 1928 cambia del departamento de Documentación al del Museo78. Trabajar en equipo era una de las exigencias de Huntington, especialmente durante las primeras décadas de vida de la HSA. Se trataba de una metodología que estimulaba a las colaboradoras a no ceñirse de forma categórica a una parte de la colección, y aunque los límites de cada departamento estaban bien definidos, debían estar preparadas para colaborar y ayudar en diferentes tareas. Este movimiento de personal y colaboración entre los departamentos siguió produciéndose en la década de los sesenta y una vez más en las memorias del Departamento de Documentación se indicó cómo precisamente los miembros de esta sección ayudaron en las tareas de montaje de las fotografías que posteriormente se guardaron en el GRF, tarea asignada en ese momento al departamento de Iconografía79. Estos planteamientos constituyen la organización modélica y moderna 76

Keep in touch with what the staff is doing if work of the photographer is to feed them. Documento del 13 de noviembre de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 13. Anexo 1. 77 […] Workers. Contemporary Coll. Miss Anderson (assisted by Miss Lewis, if necessary). Miss Sherman, Miss Wilson. Historical. Miss Cowles, Miss Lewis, Miss Willson. With the assistance of Miss Penney, Miss Gilman, and Miss Trapier. Archivo: RMA. Carpeta: Photographs Displays Wing. Plan 9. Wings (b). NB. HSA 78 Memoria 1928. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 2. 79 [...] As a part of the policy that the photographic staff help out whenever possible in routine work of other departments, the members of the staff have brought over to the NB from time to time groups of

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que el fundador quiso para su institución y sumado a cuanto hemos dicho hasta el momento, e inciden en la idea de Huntington como la de un hombre, poeta, filósofo e ideólogo que se adelantó a su tiempo en muchos de sus propósitos. En ese ambiente multidisciplinar con el que se pretendió conseguir un aprendizaje integral y amplio sin márgenes estrictos, se insertó uno de los encargos que Huntington les pidió en la década de los años treinta a las colaboradoras. En la entrevista realizada para la Sociedad Americana de Mujeres Geógrafas (The Society of Woman Geographers), Anderson se refirió a este momento durante el que prácticamente toda la plantilla de la HSA estaba traduciendo poesía80. Las obras comprendían diferentes siglos, del XIII al XX, no sólo de autores españoles, también latinoamericanos y portugueses. El deseo de Huntington por hacer nacer en sus colaboradoras la afición poética no nos debe extrañar si tenemos en cuenta el entusiasmo de Huntington por ella81. Las conservadoras y sus asistentes participaron de este encargo. Florence Lewis May, encargada de la colección de textiles tradujo entre otros a Emilio Prados y Antonio Machado. La conservadora de pintura, Elizabeth du Gué Trapier tradujo un poema del siglo XV, un soneto de Machado, dos piezas de Lorca. Beatrice Gilman Proske, conservadora de escultura, se dedicó a la obra de Juan de la Encina, y en la sección de poetas latinoamericanos tradujo al inglés un soneto de Sor Juana Inés de la Cruz. Alice James MacVan (1906-1970)82, fue una de las más prolijas, se dedicó a la obra San Juan de la Cruz, Zorrilla, Espronceda, Juan Ramón Jiménez. Y por último, Anderson tradujo en total dieciséis, entre ellas a Quevedo, a una de sus poetisas favoritas, Rosalía de Castro, obras de la Generación del 27 como Machado, Lorca, Jorge Guillén. También tradujo la obra de autores latinoamericanos como Julián photographs to be mounted for the General File. Memoria 1960. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.pág. 4. 80 Entrevista a Ruth M. Anderson para The Society of Woman Geographers. [Grabación Sonora] New York, 1977. Disponible en Web: http://www.iswg.org/ (30-2-2008). 81 […] Pero yo quiero conocer España como es, y dejarla reflejada en un museo. Es prácticamente lo único que puedo hacer. si consigo escribir un poema con este museo, será fácil de leer. En esta carta de 1898 dirigida a su madre, Huntington extrapola la idea de poesía al carácter de toda su fundación. Sacado de Mitchell A. Codding. “Escribir un poema con un museo: Archer Milton Huntington y The Hispanic Society of America”. Goya: Revista de Arte, 273. Número especial dedicado al coleccionismo de arte en América. Madrid, 1999. págs. 375-386. 82 Era otra de las colaboradoras sordomudas procedente de la escuela Gallaudet. Se incorporó a la HSA en 1929 y se jubiló en verano de 1966. Trabajó como asistente en el departamento de Publicaciones, se encargó de toda la documentación relativa a los Members de la HSA. Ver: A History, 1954. pág. 545. Su nombre aparece en el documento titulado Deaf women who have served with the Hispanic Society of America, 1919-1973. Biblioteca. HSA. Memoria de 1966. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. En el archivo fotográfico hemos localizado algunas fotografías realizas por ella en Portugal y España en los años ´50.

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del Casal, Jorge Lima y Rubén Darío. Este proyecto realizado en común, se compiló en una edición que se publicó en 1938 y que se tituló: Translations from the Hispanic Poets83. 1.2.2. Las fotógrafas: Alice D. Atkinson, Frances Spalding y Margaret Jackson. En las HSA hubo tres fotógrafas profesionales Ruth M. Anderson, Alice Davenport Atkinson y Frances Spalding, las tres estudiaron en la Clarence White School of Photography84. Otra de las mujeres que, aunque se formó como bibliotecaria, dedicó toda su carrera en la HSA a la producción fotográfica fue Margaret E. Jackson. Estas cuatro mujeres fueron las principales encargas del material fotográfico en la HSA.

19. Alice Davenport Atkinson. Deaf members, 1939. Detalle. neg.: 10.86685

La primera que llegó a la HSA fue Alice D. Atkinson (1896-1986)86. Entró a trabajar en 1920 en el Departamento de Fotografía (Photographic Dept.)87. Al igual que

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Hispanic Society of America. Translations from Hispanic Poets. Hispanic Notes & Monographs. New York: Hispanic Society of America, 1938. 84 Clarence H. White (1871-1925), fue uno de los fotógrafos pictorialistas americanos más reconocidos de su tiempo y una figura clave de la historia de la fotografía estadounidense. En 1914 fundó en Nueva York la escuela de fotografía que llevaba su nombre. Sobre esta escuela y su filosofía hablaremos en el capítulo biográfico dedicado a Anderson, con el fin de mostrar el ambiente en el que desarrolló parte de su formación. Muchas mujeres estudiaron en esta escuela que desde su origen promovió la educación e inserción en el mundo laboral de la mujer, incluso si padecían alguna minusvalía física, que no se consideraron como un impedimento para esa inserción. 85 Esta fotografía apareció publicada en: Laurence Newman. “Speaking of Museums”. The Silent Worker. New Jersey. Junio, 1954. 86 Los datos más tempranos de su persona los hemos conseguido en el American GenealogicalBiographical Index (AGBI). En ellos se constata el lugar y la fecha de nacimiento. NYPL, la American

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1. The Hispanic Society of America Jackson padecía una minusvalía auditiva88, pero a diferencia de ella no estudió en la escuela especial para sordos, sino que llegó a la HSA directamente desde la Clarence White. Su graduación se produjo entre 1915 hasta 1925 y durante sus años de formación se preparó a conciencia participando en muchas de las actividades que organizaba la escuela. En 1923 asistió a los cursos de verano que la escuela organizó en Maine (Nueva Inglaterra) y también viajó con la escuela a México en 192589, momento al que pertenecen las fotos de México que están en la HSA.

20. Atkinson. Xochimilco (México), 1925. GRF: 80.109

Un artículo aparecido en el periódico The Silent Worker de 1925 aporta algún dato más sobre su carrera profesional fuera de la HSA. Se le presentó como A Promising

Genealogical-Biographical Index (AGBI). Con la referencia: Howland heirs. By Will. Morrell Emery. New Bedford, Ms, 1919 (484p.): 340. pág. 171. Los datos obtenidos en la Albemarle Charlottesville Historical Society, Charlottesville (Virgina) certifican que nació en ese estado, concretamente en Richmond el 7 de septiembre de 1896 y murió en Charlottesville (Virginia), el 8 de agosto de 1986. 87 Data concerning the employment of deaf-mutes in the HSA. October 1921. Biblioteca HSA. También aparece en las memorias del primer departamento de Fotografía, con el cargo de primera fotógrafa. Alice D. Atkison: First Photographer. Report, November 1922. Dept. of Photography. Biblioteca de la HSA. 88 Esta minusvalía fue provocada por una enfermedad siendo niña, aunque su sobrina Alice Shisler (septiembre, 2008), nos informó que la fotógrafa era capaz de hablar. Los documentos aportados por Shisler, incluida una fotografía de su tía, se conservan en el Dpto. de Grabado y Fotografías. HSA. 89 Confirmamos que estudió en la Clarence White donde se pudo graduar en 1915. También sabemos que viajó a Cuba. Estos datos llegaron desde el Art Museum de la Universidad de Princeton, lugar al que la viuda de White donó el fondo documental de la escuela junto a la colección de fotografías. Disponible en Web: http://web.princeton.edu/sites/ArtandArchaeology/gradprog/historyphotographltr.pdf(26-3-2008).

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1. The Hispanic Society of America Photographer 90, y el comentario introductorio versó sobre la fotografía como una labor totalmente diferente a la que se llevaban a cabo en una factoría o en una biblioteca, puestos que tradicionalmente estaban ocupados por mujeres. En el caso particular de Atkinson se consideró esta práctica como un medio a través del cual una mujer con minusvalía podía tener la oportunidad de ganarse la vida y al mismo tiempo expresar sus inquietudes artísticas91. Los primeros años en la HSA constituyeron para ella uno de los momentos más interesantes profesionalmente. El primer puesto que ocupó fue el de primera fotógrafa, y pasó a ser asistente de la conservadora de Fotografía en 192992. El año de su incorporación a la HSA se hizo el pasaporte con la intención de viajar por Europa93. Mientras trabajaba en la institución llevó a cabo tres expediciones, la de México de 1925, durante la que también visitó Cuba, donde una de sus tareas principales fue la de captar elementos de influencia española en la isla94, Chile 1928 y España 1929-1930, viajes que resultaron enormemente productivos, Atkinson al igual que Anderson en su momento, se dio cuenta de lo importante que era el número de negativos realizados, recopilar una considerable cantidad de ellos, aseguraría en parte el éxito de la expedición. 90

[…] This deaf girl photographs for the society’s museum and library its possessions ranging from large Arabic rugs and original paintings by Velázquez, to old maps and ancient coins. She developed negatives using a big Photostat machine, makes prints, enlarges them if necessary, and retouches them. At home she studies and experiments, seeking to improve her work and to increase her knowledge of the subject. A good example of her home work is the photograph of Mrs. Guillen and infant shown in the “Types of Children of Deaf Parents” page in this issue. Miss Atkinson spent her vacation a few years ago at a school of photography in New England. This summer is she is going with a class from the same school to Mexico, where they will photograph architecture, landscapes and natives. We hope to see in The Silent Worker, in the fall samples of her Mexican work and also some traveling notes from her pen. “A Promising Photographer”. The Silent Worker. New Jersey, New York. vol. 37. no. 10. July 1925. págs. 486-487. 91 El artículo, incluye una de sus fotografías que titularon “Types of children of deaf parents”. En la imagen identificaron a Mrs. Harry A. Guillen (see Sherman) y su hija Elizabeth Gallaudet. La pequeña señorita Gillen era la biznieta de Thomas Hopkins Gallaudet, fundador de la escuela. Idem. 92 First Photographer. La segunda fotógrafa fue Frances Spalding que al poco tiempo pasó a ser conservadora del departamento de Documentación. Memoria 1926. Records Annual Reports. (19261959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Desde el mes de octubre de 1929 trabajó como Assistant Curator of Photography. Así es como se refirieron a ella en las memorias de 1929-1930, con motivo de su expedición para documentar las labores de bordado y encaje (Lace and Lace Making) en España y Portugal. Records Annual Reports. (19261959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 93 Tenía planeado recorrer Italia, Suiza, Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra. Estaba interesada en hacer visitas turísticas a estos países, sight seeing. El pasaporte fue expedido el 22 de mayo de 1920. Información encontrada en la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL), recursos electrónicos. U.S. Passport Applications 1795-1925 [database on line] Provo, U.T., USA: The Generations Network. Passport Applications 1795-1925 (National Archives. Microfilm Public. M1372, 694 rolls): General Record Department of State, Record Group 59. National Archives, Washington D.C. (14-4-2007) 94 En este sentido vemos como fotografió con interés puertas y ventanas provistas de algún tipo de rejería. En el GRF aparecen 228 imágenes de México y 31 de Cuba.

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Su elaborado trabajo en México evidencia la expresión pictorialista en línea con la obra de su maestro, Clarence H. White, aunque ella consiguió un estilo propio que no tiene nada que envidiar al de White. Esta situación resulta lógica si tenemos en cuenta que llegó al país formando parte de un grupo de alumnos de su antigua escuela95. El propio fotógrafo organizó la travesía, y además Atkinson regresó a Nueva York en agosto, un mes después de la muerte de su maestro en ese país. Las imágenes que realizó en México se catalogaron e incorporaron pronto al GRF. Era lógico porque en ellas además de mantener su original estilo documentaban un amplio repertorio de vistas del país, tipos humanos y escenas cotidianas. A la estudiada composición se le unió el pronunciado carácter etnográfico de los temas. Su cámara plasmó la vida de las calles por las que transitó, y retrató sin descanso a las personas que fue encontrando. En la mayoría de los casos, fijó el objetivo en la gente y los trabajos que realizaban, también las manualidades que posteriormente vendían para sobrevivir. También fotografió las casas donde vivían y los lugares donde se reunían para pasar el tiempo libre. Este era el tipo de imágenes que la HSA estaba buscando. Documentó objetos de forma aislada, lo que imprime un mayor sentido documental a su recopilación. Pongamos como ejemplo sus instantáneas de Cuernavaca. En una de ellas inmortalizó un molino de agua para moler maíz. El molino ocupa el centro de la composición y no incluyó personas que pudiesen distraer la vista del sujeto protagonista. En esa población también realizó un buen número de imágenes de la Iglesia de San Francisco. Documentó la arquitectura del templo desde diferentes perspectivas, mostro la arquitectura de perfiles elementales, muros encalados y desprovistos de cualquier tipo de decoración y también fotografió las inscripciones arcaizantes de los soportales. El valor documental de las fotografías mexicanas de Atkinson es indiscutible, pero la atracción que provocan, la carga artística no se puede negar. En Xochimilco fotografió el convento y la iglesia de San Bernardino y también acudió a los canales por los que navegaban chalupas y trajineras, típicamente engalanadas.

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En el registro de pasajeros de barcos llegados al puerto de Nueva York en 1925 procedentes de México, comprobamos que parten el 1 de agosto del puerto de Vera Cruz y tardan diez días en llegar a Nueva York. Atkinson contaba con 28 años y su domicilio en aquel año estaba cercano al museo. Archivo electrónico. Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL). Ancentry.com. New York. Passenger lists, 18201957 [database on line] Provo, UT, USA: Generations Network, Inc. 2006. original data. Estas bases de datos contienen listados donde se muestran las listas de pasajeros que llegaban desde puertos extranjeros al de Nueva York 1820-1957 (this database is an index to the passenger list of ships arriving from foreings ports at the port of New York, 1820-1957). (14-4-2007).

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En 1928 realizó una segunda expedición junto a Catherine M. Allyn, del departamento de Publicaciones. El motivo de ésta fue el estudio y la recopilación de fotografías sobre las costumbres y el traje en Chile. Produjo más de mil setecientos negativos, y compró ochocientas ocho fotografías. Para llevar a cabo todo ese trabajo recorrió desde el 2 de agosto de 1928 hasta el 26 de noviembre del mismo año, toda la costa del Pacífico. Desde Panamá, y antes de llegar a Chile, visitaron Perú y recorrieron varias ciudades en la costa, entre ellas Talara, Salaverry, Callao y Lima96.

21. Atkinson. South American Coll. 1928. Cristóbolo Serrayej from Copiapó who phofesied correctly the earthquake of Northen Chile. Copiapó (Chile). GRF: 70.758

Al siguiente año fue nombrada asistenta de la conservadora de fotografía, quizás porque pasaba menos tiempo en la HSA ya que las expediciones le mantenían lejos de la institución durante meses97. Pero al mismo tiempo le encargaron la organización y el estudio de la colección filatélica, de cuyo estudio se hizo responsable. Su última expedición bajo el patrocinio de la HSA fue la de 1930 y acompañó a Florence W. Lewis que como sabemos fue la conservadora de textiles. La expedición tuvo como objetivo principal el estudio y la recopilación de material fotográfico sobre el encaje, el

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Existen varios documentos sobre la expedición. Un listado de las ciudades por las que pasaron, y junto a este, el mapa donde se ha trazado el itinerario. Archivo: General Reference File. Collections, Expeditions, etc. Carpeta: H.S.A. Expedition, 1928. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 97 Appointments: Atkinson, Alice D. Department of Records. Assistant Curator of Photography. […] Appointed September 25th, 1929, to take effect October 1st, 1929. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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bordado y todo lo relacionado con su producción en España. Tras este viaje Atkinson llevó a cabo una serie de trabajos fotográficos y continuó con el estudio de la colección filatélica sobre la que le habían encargado la elaboración de un ensayo98. También sabemos que redactó dos artículos sobre la historia del servicio postal, aunque no se llegaron a publicar. Los tituló: The Earliest Known Chapel for Couriers in Europe y The Tassis in Spain, 16th to 18th centuries99. Otro de los episodios que más nos sorprendieron al investigar sobre su vida fue la noticia de su llegada al puerto de Nueva York en agosto de 1936. El barco en el que llegó sola, sin la compañía de ninguna otra miembro de la HSA, se llamaba Queen Mary, partió desde el puerto de Cherbourgh, Francia, unas semanas antes100. Sorprendentemente Atkinson se encontraba en España en los momentos previos al estallido de la Guerra Civil, una noticia en el periódico The New York Times, anunció la evacuación de un grupo de americanos que se encontraban en el Consulado de Estados Unidos en Madrid, entre ellos Alice D. Atkinson, from New York101. Entre los documentos que hemos estudiado no se menciona en ningún momento este hecho. ¿Viajaba sola Atkinson?, ¿Qué fue lo que le hizo volver a España después de la expedición de 1930?, ¿Seguía trabajando en el proyecto del bordado? La única respuesta con la que contamos es una fotografía que realizó en Barcelona el 16 de julio de 1936, ya que se trata de la imagen de una muchacha cosiendo a la puerta de una casa. Posiblemente la fotógrafa siguió trabajando en el proyecto de documentación de estas labores102.

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[..] Miss Atkinson has continued the work on the collection of stamps [..] at intervals she has experimented with the radiography of paintings and also with the photographing of old manuscripts using ultra-violet rays from a Hanovia quartz lamp as the only source of light. Memoria de noviembre 1931 a noviembre1932. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 99 Estos artículos trataban sobre la historia del servicio postal. Uno de ellos se centró en la historia de la poderosa familia Tassis, que instauró este servicio en España. A esta investigación se refirió en la carta que dirigió a Huntington. En ella se disculpó ante el Presidente por no haber podido finalizar dichos escritos, poco antes de marcharse de la institución. Carta de Julio 26, 1943. Annual Report 1941. Iconography Department. Biblioteca HSA. 100 Disponible en la base de datos electrónica de la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL). Ancentry.com. New York. Passenger lists, 1820-1957 [database on line] Provo, UT, USA: Generations Network, Inc. 2006. (20-3-2008). 101 El nombre de Atkinson apareció en varios artículos. En uno de ellos señalaron que un grupo de americanos, entre los que se encontraba Atkinson fue evacuado a Valencia y en otro que llegaba desde Washington, informaron como en Valencia embarcaron en un navío inglés con dirección a Marsella. Los artículos a los que nos referimos son los siguientes: “Americans Hopes Raised in Madrid”. New York Times, 28 de Julio, 1936. pág. 3 y “Madrid Bars Train to Foreign Colony”. New York Times, 30 de julio,1936. pág. 3. 102 En el GRF, se conservan tres fotografías hechas en Barcelona por Atkinson, se catalogaron en octubre de 1936. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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22. Atkinson. Barcelona. 16 de julio, 1936. GRF: 91.024

Su delicado estado de salud por aquellos años determinó su incorporación al departamento de Iconografía en 1939, no abandonó su investigación sobre la colección de sellos. En 1944 su salud empeoró por lo que se vio obligada a dimitir. En la Biblioteca de la HSA se conserva una carta que dirigió a Huntington, donde especificó las razones de su marcha y le expresó su gratitud. Una emotiva misiva en la que le agradeció de corazón la oportunidad que le brindó de trabajar y formarse en la HSA y también por los ánimos y el apoyo que recibió por causa de la terrible enfermedad que estaba padeciendo103. Tras su marcha, Atkinson todavía vivió unas cuantas décadas, lejos de la gran ciudad, pero su obra y las frases que escribió en su carta de despedida nos impulsan a reclamar el estudio en profundidad que merece su obra. Un legado que permanece en gran medida inédito y que nos proporciona la contemplación de un mundo desaparecido, como las de La Habana (Cuba) de 1925. Estas instantáneas de calles y edificios, en muchos casos ya “no existen” porque no reconocemos en ellas aspecto que presentan actualmente. La misma sensación nace al revisar sus imágenes sobre el encaje y el bordado, y a estas habrá que añadir un sentimiento de pérdida por un tipo de labores que ya no se realiza y que en algunos casos se desconocen. La existencia de algunas de ellas puede ser constada por los “documentos escritos” de Atkinson, sus fotografías. 103

Carta fechada el 26 de julio de 1942. Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA. En la reunión del Comité General de trabajadores de noviembre de 1943, comprobamos como una nueva empleada ocupaba el puesto de Atkinson tras su marcha del departamento de Iconografía […] Miss Esther Hanchett was appointed to the Department of Iconography to fill the vacancy left by the resignation of Miss Alice D. Atkinson. En: Report of the General Staff Committee. pág. 6. Biblioteca HSA.

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Frances Spalding (1896-1979).

23. Spalding. Columns, Lower Memorial Library, Columbia University. New York, 1922104

24. Anderson. Frances Spalding resting on a hammock. Madeira (Portugal). GRF: 157.983

Spalding fue otra de las tres fotógrafas profesionales en la HSA que llegó de la Clarence White School donde estudió entre 1920-1921. Durante sus años como estudiante participó en varias exposiciones, en 1924 llegó a ser vicepresidenta de la asociación de alumnos y sus fotografías aparecieron en la revista Camera Pictures de

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Warren and Margot Coville Collection, Prints & Photographs Division, Library of Congress [LCUSZC4-9808] Disponible en pág. Web.: Luminous Lint. For Collector and Connoisseurs http://www.luminouslint.com/s01/image/878513725879155962905344592/ (18-2-2008).

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1. The Hispanic Society of America 1925105. Consiguió el título de Mechanical Drawing por la universidad de Columbia, aunque desconocemos el año de su graduación106. Esa afición y dotes para el dibujo las pondrá en práctica de nuevo a la hora de ilustrar una historia sobre la Península Ibérica107, e incluso ejercitó sus dotes artísticas con un par de acuarelas que realizó a partir de unas fotografías conseguidas durante las expediciones: […] since April the theme has been the International Year of the Child – children at play and at work. A special feature are two watercolors by Frances Spalding, after her photographs of little Antonio made at Villalcampo (Zamora) in the 20´s

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Su llegada a la HSA se produjo en 1921. Las memorias del Departamento de Documentación nos han servido para comprobar como desde 1927 hasta la década de los setenta, ocupó el cargo de conservadora en esta sección. También se encargó de reproducir los libros raros en microfichas, suministró fotografías a otros departamentos, atendió los encargos de imágenes procedentes de investigadores e instituciones externas, etc. A través de estos documentos sabemos que Frances Spalding fotografió la colección numismática que Huntington había reunido en su juventud. Un arduo trabajo que le llevó años109. Dedicó especial interés al estudio de la ornamentación mudéjar en varios manuscritos, investigó el material de la HSA y también viajó a España, no solo para asistir fielmente a Anderson con la recopilación fotográfica, sino también para completar sus investigaciones. En este sentido observamos como en 1948, y antes de unirse a ella en su expedición extremeña de aquel año, completó su trabajo sobre 105

El libro de donde hemos obtenido esta información incluye una pequeña biografía y una imagen realizada por ella. Participó en la First International Salon of Photography en Kohakay (Japón), 1922. Bonnie Yochelson; Kathleen A. Erwin. Pictorialism into Modernism. The Clarence H. White School of Photography George Eastman House in Association with the Detroit Institute of Arts. New York: Rizzoli, 1996. pág. 198. La fotografía que aparece en este libro está disponible en Web del coleccionista Warren Coville: http://covillephotographicartfoundation.org/WhiteSchool7.html (18-2-2008). 106 Esta información nos la proporcionó Anderson en su entrevista de 1977, cuando se refirió a las modificaciones que acometió Spalding en el coche que compraron en su primera expedición juntas entre 1925-1926. Ver cap. 1, nota 75. 107 A History, 1954. pág. 56. 108 Annual Report 1979. Iconography Department. Staff. pág.2. Sobre Spalding y sus expediciones a España como asistenta de Anderson ver: Ruth M. Anderson. “Regional Dress”. Apollo. The Internacional Magazine of Arts and Antiques. Denys Sutton. (ed.) XCV. Londres: Abril, 1972. págs. 66-67. fig.: 2. 109 [...] the work of preparing a photographic record of the President’s collection of coins was begun on July the twelfth. From that date until the end of September, a total of 6155 coins, obverse and reverse, were photographed to the size of the original coins, on 528 8x10 negatives. Memoria 1946. The Photographic Record of the President´s collection of coins, begun by Miss Spalding in July 1946, was completed in April, 1948. Memorias 1947-1948. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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1. The Hispanic Society of America manuscritos iluminados110. De su primer estudio sobre el tema, titulado Mudéjar Ornament in Manuscripts, publicado en 1953, se hicieron eco varias revistas especializadas111. Su investigación se prolongó durante décadas y en 1969 finalizó otro ensayo112. Quizás la rutina diaria, su labor en el GSC, ralentizó su investigación113.

25. Anderson. Frances Spalding photographing a woman´s pocket. Candelario (Salamanca), 1930. GRF: 157.982

El aspecto biográfico que nos interesa destacar en este momento fue su relación laboral con la protagonista de esta tesis doctoral, Ruth M. Anderson. Spalding se incorporó a la HSA el mismo año que ella, posiblemente fueron compañeras de clase en

110

[…] Miss Spalding, who has resumed research work on Spanish Illumination, has been granted leave of absence from August 1948 to April 1949 for the study of this subject abroad. She will also assist Miss Anderson on a photographic expedition during the latter part of her leave. Memoria 1948. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 111 Christian Science Monitor, en su número del 9 de octubre del 1954. El Bulletin Hispanique – Tome LVI – 1954 – No. 4 (Ch. Hugonet). El Archivo Español del Arte, abril-junio de 1954 (Elisa Bermejo). Revista de archivos, bibliotecas y museos de enero-junio, 1954 (T. Taracena). En: Corresponding Members. Carpeta: Spalding, Frances. HSA. 112 […] The monograph by Miss Spalding will be ready for publication […] The title of this monograph remains as previously noted, The Ornamentation of Black Manuscripts. Memoria 1969. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 4. 113 […] In addition to her duties as a member of the Executive Committee, Miss Spalding continues her interest in the study of Spanish Illuminated manuscripts. In progress at the moment is an article on the ornamentation of Black Manuscripts. Memoria 1966. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 6. Spalding debido a sus conocimientos sobre mecánica, se encargó del montaje de varias maquetas de muebles, equipamiento que ayudaría a la hora de planificar el traslado el departamento al NB. Además ese año escribió una breve historia sobre la técnica empleada para producir imágenes en microfilm, procedimiento que estaban utilizando en ese momento para copiar los libros más antiguos de la colección […] spent a portion of her time making scale models of furniture, equipment, and floor space. [..] In response to request from Dr. Beardsley, Miss Spalding prepared a brief history of the microfilming of rare books at the HSA. Memoria 1966. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 1.

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la Clarence White. A excepción de la primera expedición a Galicia entre 1924-1925, la acompañó en calidad de asistente en todos los viajes entre 1925-1949.

26. Spalding. RMA in fonda with Nuestra Sra Val de San Lorenzo Leon, 1926. GRF: 157.960

Algunas de las instantáneas más entrañables conseguidas durante estos momentos, los pocos retratos que tenemos de Anderson en plena marcha, se los debemos a ella. Colaboró y actuó como subordinada en varias de sus publicaciones y proyectos114. En 1961 la ayudó con una gran exposición sobre el toreo115 y al año siguiente volvieron a trabajar juntas en un evento en el que participó el Ministerio de Asuntos Exteriores español116. Por último, ayudó a Anderson en el diseño y montaje del expositor que representó a la HSA en la Feria Mundial de Nueva York de 1964117. Su carrera en la HSA la capacitó como una auténtica profesional e investigadora y su trabajo fue premiado en 1952, con la concesión de la Mitre Medal. En el fondo documental perteneciente a Anderson pudimos comprobar el cariño que sus compañeras de trabajo sintieron hacia ella, y Anderson también reconoció lo importante que fue su ayuda durante las expediciones118.

114

Por ejemplo le ayudó a disponer la manera más conveniente las diapositivas que Anderson realizó en Extremadura y se encargó de preparar el diseño del libro sobre el traje en Extremadura, publicado en 1951. Memoria 1951. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 115 Biographical Data Sheet. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 116 Annual Report 1962. Iconography Department. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 117 Biographical Data Sheet. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 118 Ver cap. 5, nota 212

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1. The Hispanic Society of America Margaret E. Jackson (1902-1986) 119 Entre las décadas de los años veinte y treinta se llevó a cabo en la HSA un intenso trabajo destinado a reproducir fotográficamente los fondos de la colección pertenecientes a la biblioteca y al museo. También se empezaron a desarrollar una serie de “experimentos” fotográficos encaminados en esa dirección. Margaret E. Jackson otra alumna de la escuela para sordos Gallaudet, fue precisamente, una de las encargadas en realizar estas tareas. Su formación académica poco tuvo que ver con la fotografía, se graduó en Biblioteconomía y estudió español, francés y latín. Se incorporó a la HSA en 1927 y fue a partir de ese momento cuando inició su labor como “fotógrafa”. Fue la responsable principal de los encargos realizados con la máquina de Rayos-X, y la institución puso a su servicio los aparatos más modernos de la época.

27. Margaret Jackson fotografiando un tapiz de la colección. Junio, 1968 GRF: 154.000

Al igual que sus compañeras, se repiten los patrones en la forma de enfrentarse al nuevo oficio que nada tenía que ver con aquel para el que se había preparado. Siempre estuvo profundamente agradecida a Huntington por la oportunidad que le proporcionó, 119

En el verano de 2007 una sobrina de Jackson, Mrs. James O. Burri de Long Island (Nueva York), envió al Dpto. de Grabado y Fotografía los siguientes documentos referidos a su tía: la solicitud de entrada en la HSA, un texto donde explica sus obligaciones en la Sociedad, una carta escrita por Frances Spalding el 14 de enero, 1967 y dirigida al Dr. David Peikoff, editor del periódico de alumnos del Gallaudet College. Un artículo titulado: “We are proud to present… Margaret E. Jackson. Curator of Photography, American Hispanic Society”. Jersey School News. Septiembre-octubre, 1965. pág. 9. Por último el itinerario de su expedición por España de 1930 y el texto de la conferencia que concedió en la Phi Kappa Zeta Sorority del Gallaudet College, el 11 de abril de 1965. Sobre el trabajo de Jackson encontramos constantes referencias en las memorias anuales del departamento de Documentación. Todo este material se conserva en el Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA.

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y también disfrutó en su carrera de actividades complementarias de estudio y conocimiento de la cultura española. Jackson consideró que los logros alcanzados en la institución se debieron en gran parte al amor que sintió por el arte, la historia y la lengua120. La HSA posee tres ficheros en los que documentó las salas del museo y también la biblioteca121. Junto al trabajo diario de fotografiar piezas de la colección, desde 1930 hasta 1961, se encargó de la reproducción en microfichas de 35 milímetros de incunables y manuscritos en la biblioteca122. En la documentación sobre ella que posee la HSA, recalcaron su pericia en el manejo de la nueva técnica fotográfica e hicieron patente el valor y la calidad de una labor pionera en esa época. Como vemos estos fueron algunos de sus cometidos principales en la institución, por supuesto, también viajó a España. En 1930 se embarcó junto a Dorothy E. Dartt, también de la HSA y llegaron a la Península en agosto de ese año donde permanecieron hasta finales de octubre. El propósito del viaje, además de vivir directamente la experiencia de conocer España y a los españoles, fue el de reunir material relacionado con los miembros de la Sociedad. En una conferencia que concedió en 1965, se refirió precisamente a este viaje, y recordó lo complicado que fue revelar negativos en lugares que no estaban acondicionados para esa tarea, situación que nos recuerda a las condiciones de trabajo que también sufrió Anderson. También ella fue testigo de los años en los que se estaba consolidando el “poema” de Huntington, cuyos versos entendió desde su incorporación. Consideramos que se adaptó a su nueva profesión porque la HSA le proporcionó una oportunidad única y poco habitual, no sólo para formarse en una nueva profesión de la que llegó a sentirse muy orgullosa, sino por el conocimiento de un mundo nuevo y tesoro de una cultura y un arte que sin duda alguna le causó gran atracción. El ingenio de Frances Spalding produjo una frase en la que expresó la esencia de su personalidad y que a la vez resume el arduo trabajo que desempeñó en la institución y su grado de lealtad hacia la misma: Margaret, with her camera and lens, photographing objects, never friends123.

120

Discurso leído por Margaret Jackson el 3 de abril de 1965, durante el 73 aniversario del Gallaudet College. Dpto. de Grabado y Fotografía HSA. 121 Hispanic Society of America. Exhibition Rooms and Library. I, II, III. 1950-1951. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 122 Debemos señalar que trabajaba con una máquina construida en la HSA por el ingeniero de la Sociedad, Mr. H. Henry Jurgens. A History, 1954. pág.545 123 “We are proud to present… Margaret E. Jackson. Curator of Photography, American Hispanic Society”. Jersey School News. Septiembre-octubre, 1965. pág. 9.

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1.2.3. Los viajes de estudio Una de las obligaciones establecidas en la HSA para muchas de las conservadoras fue la de viajar y conocer España de primera mano (aunque en la mayoría de los casos también se incluyó Portugal), o como explicó la conservadora de escultura Beatrice Gilman Proske, […] Another requirement was obviously that we should know Spain at first hand124. Puesto que muchas de las fotografías actualmente en la colección, provienen de estos viajes, es fundamental que hablemos de ellos a continuación. De hecho en los documentos conservados en la HSA, se especificó como las colaboradoras aportaron a la colección miles de fotografías, conseguidas en esos viajes de estudio que solían durar entre cuatro meses a un año. La mayoría contenían ejemplos de carácter etnográfico sobre usos y costumbres que comenzaban a abandonarse: The General Reference File has been enriched in recent years by thousands of photographs made in Spain and Hispanic countries by members of the staff. Preeminent among these photographs are those which may ultimately comprise an iconographic history of costume, crafts and industries, domestic architecture, and the regional manners and customs which are rapidly disappearing in Hispanic provinces125.

El Presidente de la HSA sabía lo que significaba salir de expedición, era fundamental dentro del proceso de formación, y el material recopilado durante ellas sirvió para aumentar los fondos del archivo. Aquello que predicó lo puso puesto en práctica él mismo durante sus peregrinaciones por la Península en 1892, 1896 y 1898.

28. June, 1892. Route of the Cid from Burgos to Valencia (Photographic equipment in wagon a tartana). GRF: 92.675. 124 125

Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA. The Hispanic Society of America 1904-1944. Biblioteca. HSA. pág. 12.

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29. Left to right: Anna Pusche, Catherine Allyn, RMA in a tartana, Valencia. Expedición, 1923. GRF: 161.123

Convirtió una experiencia tan personal como el viaje, en un método de trabajo. Por otro lado no es de extrañar la importancia con la que consideró las expediciones, Huntington fue uno de los primeros presidentes de la American Geographycal Society, y también uno de sus máximos potentados. Es interesante observar como en sus viajes a Europa, no permaneció estudiando en los centros de moda en aquel tiempo como París o Roma, sino que por el contrario, pensó que la mejor escuela fueron los caminos que transitó126. Ensalzó el carácter de los habitantes sencillos que según él le proporcionaron tantos conocimientos como sus amigos más cultos: […] I came to Spain, and talked to Spaniards and saw that I had lacked the clue, the clue of insight. So, at one time traveling in the coche de San Fernando, at another on the back of a mule, I wandered over the Peninsula, and let the clues unfold into certainties and at last watched large bits of history dissolve before my eyes as ice warm water. I came to know the living Spaniard and what he could not have done. […] I talk with everyone, one ear drinking in figures of speech the other cocked for the location of some rabbit warren of books. From these talks I learn so much more than I can get from many a more instructed friend. Here are the sources of the national values127.

126

“Resolution: Archer Milton Huntington”. Geographical Review. New York: American Geographical Society. Abril, 1956. vol. 46, no. 2. págs. 152-154. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/211639 (28-6-2008). 127 Codding, 2002. págs. 156- 157

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La idiosincrasia de una comunidad se podía analizar, por ejemplo, a través de sus tradiciones, danzas, música y en la forma de vestir. Ese sentimiento lo transmitió a sus colaboradoras, que conocían los libros en la biblioteca de la institución y se documentaron a través de ellos sobre estos y muchos otros aspectos, pero ninguna de esas publicaciones podía sustituir la experiencia individual del viaje. Aunque el caso de las expediciones realizadas por Anderson ambos intereses, el de estudio y producción fotográfica se mantienen en la misma proporción, resulta arriesgado e inexacto catalogar los viajes de las otras colaboradoras como expediciones fotográficas propiamente dichas, fueron viajes de estudio y así los debemos considerar. El fin último fue el de entrar en contacto directo con la cultura, el idioma, la forma de vida de la población. Resultaron experiencias ineludibles, durante las cuales y en la medida de lo posible, se alojaron en confortables hoteles, aunque por supuesto tuvieron estar preparadas para los inconvenientes e imprevistos de la marcha, como por ejemplos las prolongadas jornadas en ruta, o el uso de los más diversos medios de transporte. Los destinos también se rigieron en gran medida por las necesidades documentales de la institución, es decir, las de conseguir material específico que completase el que ya existía en los archivos, con esta intención se organizó por ejemplo, la expedición a Portugal realizada por Mary E. Armstrong en 1920. España y Portugal fueron los países más visitados, pero Latinoamérica también se convirtió en un destino habitual y las colaboradoras de la HSA consiguieron imágenes de México, Cuba, Brasil, o Chile, entre otros. Una de las expediciones más significativas fue la de Centroamérica en 1929. Esta travesía fue única entre otras cosas, porque se visitaron países como Guatemala, El Salvador, Honduras, donde ciertamente no era muy común encontrar a un grupo de mujeres en busca de material sobre la historia, el arte y las costumbres locales. En los itinerarios de estos viajes no se tuvo en cuenta si los lugares a visitar se encontraban alejados de la ciudad, fueran de difícil acceso o incluso que se tratase de poblaciones que ni siquiera aparecían en el mapa y lo único que conseguía ubicarlas en el mapa, era la propia voluntad de estas mujeres por llegar a ellas. Sabían lo beneficiosos que resultaban estos viajes para su formación, e impulsadas por esta idea superaban cualquier tipo de obstáculos, el caso de las expediciones que protagonizó Anderson y como veremos en sucesivos capítulos, fue uno de los más evidentes. Las salidas al extranjero no supusieron una pérdida de tiempo, eran experiencias de aprendizaje, insustituibles e imprescindibles. La duración de estos viajes, al menos 83

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de las primeras salidas, solía prolongarse entre seis meses a un año, y viajaban normalmente en parejas o grupos compuestos por cuatro personas como máximo128. Para una mujer de la época era impensable viajar sola, aunque tampoco resultaba muy común que lo hiciesen en parejas o en grupo, en la medida en la que no iban acompañadas por una figura masculina. Por lo que vemos, Huntington, en principio, no lo consideró necesario. Estas ideas resultaron demasiado modernas para un país como España, donde no era habitual encontrar mujeres recorriendo lugares que se desviaban de las rutas tradicionales seguidas por el turista extranjero. Un ejemplo en ese sentido y que refleja el pensamiento de la época, apareció en la prensa gallega del año 1926: [..] En España donde la mujer célibe, la señorita, cualquiera que sea su edad, precisa convalidar en la vía pública su personalidad, con la compañía de familiares, institutrices o domésticas, parece algo peregrino el simpático alarde de autonomía individual de estas dos damas extranjeras, que provistas de automóvil propio y sin más compañía que una hermosísima máquina fotográfica, cruzan los pueblos y las aldeas gallegas, encomendadas al fuero exótico de hospitalidad y a la cultura de las localidades que visitan129.

En este caso, Anderson y Spalding eran dichas “célibes señoritas”…

Mary E. Armstrong. Portuguese Photographic Expedition (1920-1921) Para establecer una narración cronológica de estas expediciones, comenzaremos por la realizada entre 1920-1921 por Mary E. Amstrong, una de las primeras colaboradoras de Huntington, y que trabajó en el departamento de Grabado y Fotografía130. Se desconoce la duración exacta de la Portuguese Photographic Expedition, título con el que se denominó este viaje, aunque las cartas de recomendación que le entregaron a la expedicionaria nos informan que entre los meses

128

Con el tiempo y sin olvidar los avances en los medios de transporte, se llevaron a cabo breves estancias, y aunque se refirieron a ellas como “expediciones”, se trataba de visitas ocasionadas por cuestiones de investigación, consulta de archivos o encargos de la institución. 129 El artículo se tituló, “Dos cultas viajeras”, y en el ejemplar que se conserva en la HSA no se indicó el nombre del periódico, tan sólo la fecha 1926 y el lugar, Santiago de Compostela. R.M.Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 130 Para estudiar este viaje nos hemos servido de la informacion conservada en el departamento de Fotografía y Grabado, en una carpeta titulada Portuguese Photographic Expedition, 1920-1921. También hemos consultado un fichero donde se registró parte del material que iba añadiéndose y que se titula, Accessions Prints - I (1919-1923). Estos documentos también sirvieron para comprobar los varios cargos que ocupó Amrstrong en el museo, aunque se dedicó principalmente a la conservación de grabados y fotografías. En enero de 1921 firmó como Cataloger of Prints and Photographs, en septiembre de 1921 como Chief of Prints and Photography Department, entre septiembre-octubre de 1921 desempeñó el cargo de Curator of Publications. En abril de 1922, Eleanor E. Sherman ya se encargaba de los grabados y las fotografías. En, Accessions Prints – I. 1919-1923. Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA.

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1. The Hispanic Society of America de noviembre y diciembre se encontraba en Portugal131. El viaje acabó en abril del año siguiente. Resulta muy significativo el hecho de que el destino de la primera expedición protagonizada por una colaboradora de la HSA sobre la que tenemos noticias, no fue España. Esto nos lleva a pensar que la institución en aquel momento necesitó material gráfico de ese país. Todas las imágenes reunidas en esta colección se identificaron con un sello con un sello:

30. Sello identificativo. Portuguese Photographic Expedition (1920-1921).

Mary E. Armstrong viajó sola a Portugal, nada indica que lo hiciese con otro miembro de la HSA. Pero al llegar a la capital lusa buscó una acompañante de viaje. Tuvo dos, la señorita Eells, que además le proporcionó una lista de los lugares más interesantes del país, los nombres de algunas personas conocedoras del territorio y que en algunos casos también eran coleccionistas de fotografías. Entre estos personajes citó al Dr. William Magill, al Capitán Moroe que poseía además una colección de cinco mil fotografías y por último al profesor Battistini, que le podía conseguir material de este tipo. La segunda mujer que se convirtió en su cicerón fue Mary Broughton. Trabajaba como secretaria del cónsul británico en Lisboa y actuó como su intérprete, además de asistirla durante los meses finales del viaje.

131

A.D. Savage, New York, introducing Miss Amstrong. Una carta dirigida a Monsieur Gaspar Baltar, en Oporto, aunque Baltar se encontraba en París cuando Armstrong fue a visitarle. Carta fechada el 29 de diciembre de 1920. Carpeta: Photographic Portuguese Expedition, 1920-1921. Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA. A.D. Savage, fue el responsable en funciones de la biblioteca de la HSA. A History of the Hispanic Society of America. Museum and Library 1904-1954. With a survey of the collection. By members of the staff. New York: Hispanic Society of America, 1954. pág. 544.

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31. Anónimo. Church of Santiago. Coimbra (Portugal). Photographic Expedition (1920-1921). GRF: 33.594

Adquirió gran cantidad de fotografías y la documentación sobre este viaje, se compone de un abundante número de facturas pertenecientes a fotógrafos, estudios fotográficos, librerías, colecciones privadas e incluso llegó a comprar fotografías en pastelerías. Entre los nombres de los fotógrafos profesionales, se encuentran algunas de las figuras más conocidas de la fotografía portuguesa132. En los fondos de la HSA se conservan las cartas remitidas por esos fotógrafos, en las que ofrecen muestras e información sobre su trabajo, como por ejemplo la de A.D.G. da Rosa133. A la documentación anterior, se añaden listados de las imágenes y precios, además de la información relativa a los pedidos, fechas en las que se realizaron las compras, formas de pago…. Por otro lado Armstrong no compró únicamente fotografías, también se

132

Existen una serie de fichas identificativas reunidas en dos grupos en las que se indicó el nombre de la persona o entidad a la que se compraron fotos, Copies of Bills (Photos, etc) Portugal (Expedition 1920-21 made by Mary E. Amstrong, Cataloguer of Prints and Photographs). Entre los nombres aparecen: Fotografía Beleza de J. Nunes Ribeiro, la tienda de Domingos Monteiro d’Amaral, la Tabacaria Africana de Vasconcellos, la editorial Lumen, en la Papelaría da Moda de Arte Vieira compró 66 estampas. El 23 de febrero de 1921 adquirió 32 imágenes en el Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, realizadas por Joao Carlos Coutinho el fotógrafo del museo. Consiguió un album con 24 vistas de la ciudad de Oporto y también 34 postales, postais, de esa ciudad. Incluso registró la compra de 70 postales que consiguió en una pastelería, la Padaria Faria, confeitaria e Pastelaria de Viuva Faria & Filho, Successor. Encargó 88 copias de Fotografía Beleza al fotógrafo Manuel Silva y también a él 29 vistas en diferentes formatos de Fotografia Luz e Arte. Adquirió clichés de la ciudad de Coimbra en Photographia coninmbricense y que eran propiedad de Jose Maria dos Santos. Y por último compró imágenes a la Associacio dos Archeologos Portugueses, firmadas por Fotografía Fernandes. Carpeta: Photographic Portuguese Expedition, 19201921. Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA. 133 Carta con fecha el 28 de marzo de 1921. Idem.

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abasteció de libros y revistas, que según ella ayudarían a la catalogación misma de las imágenes134.

32. Alvão Phot. (Porto). Photographic Expedition (1920-1921). Lamego, Penitente. GRF: 35.011

33. Álbum de Portugal elaborado por Armstrong. Portuguese Photographic Expedition (19201921). Tomar (Ribatejo). GRF: 34.314

Esta considerable cantidad de material fotográfico le causó problemas en la aduana lusa y por esta causa tuvo que aportar información concreta que nos facilita la investigación sobre el viaje. Estos datos se incluyeron en una carta que Armstrong

134

Carta del 2 de enero de 1921 que remitió Amrstrong a la señorita White en la HSA, incluyó el listado titulado Books to be Catalogued of Lisbom Photographic Expedition, con los títulos de los libros adquiridos y la obligación de ser catalogados. Idem.

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dirigió al cónsul americano en Portugal, donde también le explicó en qué consistió su viaje: [..] I have just returned to New York after an expedition to Portugal, where I bought photographs, negatives and engravings (and a few pamphlets) representing the architecture, art, costume, customs, and popular life of Portugal for the Hispanic Museum of NYC135.

Con las copias de una selección de imágenes preparó un álbum. Este fichero se convierte en una pequeña muestra de este voluminoso fondo que ocupa seis archivadores, donde se conserva una parte de la historia de la fotografía en Portugal.

Beatriz Gilman Proske, Florence Lewis May, Margaret E. White, Eleanor Edith Sherman Font y Marion E. Dunbar. Expedición 1922. Otro viaje histórico fue el de 1922136. Participaron en él cinco colaboradoras de la institución: Beatriz Gilman Proske, Florence Lewis May, Margaret E. White, Eleanor E. Sherman Font y Marion E. Dunbar, recorrieron España y Portugal. Gilman Proske se refirió a los preparativos del viaje que planeó para ellas Huntington. Según su testimonio fue él quien trazó el itinerario que siguieron: […] Mr. Huntington himself planned a trip for five of us with my mother as chaperone in 1922. He had a page with a detailed map of Spain Xeroxed from Stieler´s Handatlas and marked out our route for us137.

135

Carta de Armstrong al cónsul americano en Lisboa. La envió desde la HSA el 21 de abril de 1921. Idem. Las fotografías de este viaje, entraron en los libros de registro de la colección el 6 de abril de 1921 y atendiendo a estos números calculamos un total aproximado de unas dos mil imágenes. 136 El documento titulado, Staff Trips es un listado de viajes elaborado por Florence Lux que en 1928 trabajaba como asistente en el Dpto. de Documentación. Carpeta: Collections Expeditions of Photographs in the GRF of the HSA. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 137 Gilman Proske, Beatrice Papers. Biblioteca. HSA.

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34. Álbum cedido a la HSA por Beatrice Gilman Proske. Expedición 1922

35. Fotografías y dos postales, una fechada en el 1922 y otra de 1923. Cedidas por Gilman Proske

Por lo general debemos advertir que en la HSA, sobre estas primeras expediciones se conservó poca documentación, aunque en este caso en concreto, Gilman Proske escribió un pequeño texto que tituló Early Travels in Spain (1922-1929)138. Normalmente sobre estas expediciones se conservaron, como es lógico, las facturas de las múltiples compras que realizaron ya que junto a fotografías y postales, también adquirieron libros, revistas. Con respecto al material fotográfico en este como en sucesivos viajes, se encargaron imágenes a la firma Fotos Moreno de Mariano 138

En, Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA. También donó a la institución un álbum fotográfico, postales y fotografías sueltas, algunas de ellas las incluimos en este apartado. Más que documentar monumentos, u obras de arte, en la mayoría aparecen sus compañeras de viaje en varias ciudades, podemos considerarlas de tipo personal.

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1. The Hispanic Society of America Moreno139, especializados en arte español. Todos estos papeles deben ser considerados como fuentes secundarias de gran interés, ya que nos aportan información concreta sobre los lugares, los profesionales y el tipo de material del que se abastecieron.

36. Margaret E. White, Marion E. Dunbar (?), Beatrice Gilman Proske, Florence Lewis May, Eleanor E. Sherman Font (?). Puerta del Sol (Toledo), 1922.

Marion E. Dunbar140 se encargó de llevar adelante el arduo trabajo para documentar las casas, o mejor dicho, el exterior de una serie de edificios donde nacieron, vivieron o murieron insignes personajes españoles y portugueses, algunos de ellos miembros de la HSA141. ¿Hasta qué punto fue importante poseer la imagen de un lugar cuyo valor original era básicamente simbólico? Consideramos que en primer lugar con este trabajo se intentó documentar al personaje en todos los aspectos que afectaron su biografía, y segundo porque la institución carecía de este material. Estas imágenes eran importantes porque servirían de ayuda al investigador y precisamente una de las 139

El catálogo fotográfico de la casa Moreno se inició con Mariano Moreno (1865-1925) su fundador y el origen de una familia de grandes fotógrafos. Se dedicó principalmente a reproducir obras de arte y desde 1892 las que se conservaban en el Museo del Prado. La documentación en el departamento de Iconografía certifica la cantidad de encargos que se hicieron a esta firma. 140 La primera referencia a Marion E. Dunbar que conocemos, es un documento fechado el 21 de diciembre de 1920 y en ellos aparece como “catalogadora”. Entre 1924-1927 ocupó el cargo de conservadora del Museo, Curator of the Museum y también fue nombrada miembro de la HSA, así aparece en un listado de miembros del año 1926 en: Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Consultar además: A History… 1954. pág. 544. 141 Existe un listado fechado el 2 de noviembre de 1923 en el que Ruth M. Anderson, conservadora de Fotografía en ese momento, certifica la recepción de los negativos obtenidos durante esta expedición, Received from the Dpt. of the Library seventy negatives (obtained by the HSA Expedition of 1922) of houses in Spain as follows. Los negativos con la numeración del 9755 al 9765 son de Portugal, Lisboa y Oporto. A partir del número 9766 al 9819 y desde el 12218 al 12258, se trata de imágenes de España. Carpeta: HSA Expeditions. 1922. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

90

1. The Hispanic Society of America primeras en utilizarlas para su trabajo fue la propia Dunbar142. Algunas de estas imágenes se copiaron e incorporaron al GRF. Algunas fotografías de este viaje realizadas en territorio español y también en Portugal, habrá que buscarlas dispersas por los diferentes archivadores de las regiones.

37. Valladolid Expedición 1922

38. Desde la Giralda. Expedición 1922

Dunbar elaboró un fichero con una selección de las que ella realizó a las casas de los personajes famosos y se lo entregó a su vez a Anna Pursche, bibliotecaria principal 142

Carta del 4 de mayo, 1930 de Marion E. Dunbar dirigida a Anna Pursche. En ella expuso las razones por las que entregó el fichero de notas y fotografías a la HSA. También mencionó una monografía sobre el político gallego Montero Ríos (1832-1914). Spanish Houses. Notes and Photographs by Marion Eaton Dunbar. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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en ese momento. Las primeras doce fotografías fueron hechas en Portugal, concretamente en Lisboa y Oporto. Junto a cada una incluyó una nota identificativa, con el número del negativo, el nombre el personaje célebre y su relación con la casa, y también la dirección. Entre las residencias se documentaron las de varios famosos escritores portugueses como Camillo Castello Branco (1825-1890), Antonio Feliciano de Castilho (1800-1875). En Oporto fotografió la vivienda del político y escritor Joao Baptista da Silva Leitao de Almeida-Garret (1799-1854). La mayoría son imágenes de exteriores y en todos los casos existe un afán por informar. Los datos que aportó son importantes, porque al identificar el edificio con su protagonista e incluir una pequeña biografía salvó parte de la memoria sobre el lugar, ya que en la mayoría de los casos no vemos placas o escudos conmemorativos que indiquen la historia pasada del inmueble. En algunos casos, antes de fotografiar se alejó del edificio para así conseguir una visión más completa del edificio, y de esa forma documentó además las calles adyacentes a la casa, los tendidos de la luz eléctrica, los raíles del tranvía, un sinfín de elementos característicos del paisaje urbano de esa época.

39. Portugal. Expedition, 1922

La primera fotografía de España que incluyó en este fichero, fue una vista del convento de San Ignacio de Loyola en Azpeitia. En esta localidad nació el santo fundador de la Compañía de Jesús, una de las órdenes religiosas más poderosas de España y cuya misión apostólica se extendió mundialmente, especialmente en Latinoamérica.

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La mayoría de estas instantáneas poseen un notable valor histórico o mejor dicho, ilustrativo de la historia, una característica que se prolonga otras de las imágenes que comentaremos a continuación. Una de las primeras fotografías que Dunbar realizó al llegar a la ciudad gallega de La Coruña, era la de la casa situada en el número once de la calle Tabernas, la residencia de Emilia Pardo Bazán (1851-1921), que fue miembro correspondiente de la HSA y recibió la medalla de las Artes y la Literatura en 1913. El retrato de la escritora se exhibe en la sala de lectura y las colaboradoras de la institución lo conocían perfectamente, al igual que su obra literaria.

40. Dunbar. Casa de Emilia Pardo Bazán. Calle Tabernas, 11. La Coruña. Expedición, 1922143

Pardo Bazán aguerrida defensora de la mujer, constituyó un ejemplo de mujer académica para las “hispánicas”, y Anderson volvió a fotografiar su casa años más tarde. Pero también se acercaron a la residencia de otra gallega ilustre, la poetisa, Narcisa Pérez Reoyo de Boado (1849-1876)144.

143

Texto acompañando a la fotografía: n. Betanzos. Came to this house for there ?/ Was married here./ Had children here./ Was separated / from husband / here / Husband went to live in Castillo de Santa Cruz. / She remained with mother and childrens. / During winter she lives in Madrid / During summer she lives here / Carmen Quiroga y Pardo Bazán. 48 years old daughter she lives here alone on “piso primero”. neg.: 9.779. 144 Una de sus obras más conocidas fue Devocionario infantil en verso. Lugo: Soto Freire, 1867. Datos de su biografía en, Alfredo Vicenti. “Gallegas distinguidas. IV Narcisa Pérez de Reoyo”. Galicia Moderna. Semanario de intereses generales. La Habana; año 1, 21 de junio de 1885, pág. 8.

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41. Dunbar. House of the writer Narcisa Pérez Reoyo y Soto de Boado (1849-1876). Santiago de Compostela. Parroquia de Santa Luzanne. Birthplace. Expedición 1922. neg.: 9.778

Se documentó extensamente la casa del político gallego Montero Ríos, ya que pensaron realizar una monografía sobre el personaje, que se iba a titular: Santiago de Compostela Birthplace of Eugenio Montero Rios. La expedición también recorrió tierras asturianas, el territorio donde se estableció la primera capital cristiana de la Península. En la ciudad de Oviedo, Dunbar a diferencia de Anderson tres años después, se ciñó a fotografiar casa regias, como la del marqués de Campo Sagrado en la plaza de Porlier o la de Santa Cruz del Marcienado y acompañó las imágenes con notas sobre el edifico recopiladas de la bibliografía que estaba consultando145. Madrid como era de esperar, fue otra ciudad de obligada visita. Se hospedaron en la Pensión Carmona, “favorita de los americanos”, y que se convirtió en un destino habitual de las colaboradoras de la HSA, Anderson también se hospedó en ella en su expedición de 1924-1925. Proske la describió de la siguiente forma: We stayed at the Pension Carmona, a favorite with Americans, especially artists, among them Sargent , as I remember. Señorita Carmona helped us buy our Spanish shawls146.

145

Acompañando a estas imágenes se insertó una nota bibliográfica, aunque Dunbar no especificó claramente la referencia, el libro o enciclopedia se titulaba Asturias vol. 1 pág. 98.[...] “con su fachada del siglo XV, de huecos pequeños abiertos a capricho, como si los hubiera trazado aquel consejero de un famoso cuento de Hoffman, con ancha y baja puerta de arco de medio punto y sin otro adorno que dos pequeños escudos de armas sin yelmos ni lambeles y una cornisa de bolas, es lo único que conservamos de aquellas construcciones anteriores al incendio de 1521”. Spanish Houses. Dunbar. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 146 Gilman Proske, Beatrice. Papers. Biblioteca. HSA. pág. 6

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Las viajeras llegaron a Madrid principalmente para estudiar los fondos conservados en una serie de museos e instituciones culturales. No les interesó fotografiar la ciudad, ni los elementos que mostrasen su nivel de modernización, la colección general de fotografías no se caracteriza por la abundancia de vistas o arquitecturas urbanas. Estas creaban la imagen de España que no buscaba Huntington147. Una de las fotografías de esta serie muestra el aspecto pobre, las paredes deterioradas de una casa situada en el número dos de la plaza de San Andrés, pero el valor de la instantánea es notable porque se trata del lugar donde la tradición aseguró que había muerto San Isidro, el patrón de Madrid. Como vemos, no se apreció el interés arquitectónico o artístico de la construcción sino su valor simbólico. Lo mismo ocurrió con otras tomas, como en la que aparece la casa del dramaturgo Antonio García Gutiérrez (1813-1884), en la calle Fuencarral, la de Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), en la plaza de San Juan, o el Instituto Valencia de Don Juan, fundado por Guillermo Osma y Scull. Este edificio fue además la sede de un centro de estudios por el que pasaron prácticamente todas las colaboradoras que visitaron Madrid148.

147

Lenaghan, 2004. La colaboración entre estas dos instituciones culturales siempre fue muy estrecha. Al igual que la HSA, el Instituto seguía en parte, los principios y la filosofía del British Museum, de hecho uno de sus conservadores, Hercules Read, actuó como consejero de Osma. The Hispanic Society of America 19041944. Biblioteca. HSA. Cap. VI. 1926-1944. pág. 120. Ésta relación propició la visita de las colaboradoras cuando llegaban Madrid. La consulta sus archivos les proporcionó material de gran valor y facilitó sus trabajos de investigación. Anderson se refirió a ella en múltiples ocasiones, como cuando narró como se producía la recepción de las investigadoras. Carta de Anderson a Anna Hyatt, fechada el 21 de mayo de 1930. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Entre la escasa bibliografía sobre la institución se incluyen los siguientes títulos: Instituto de Cultura Hispánica (Madrid). El Instituto Valencia de Don Juan Estudio de las colecciones que posee. Madrid: s.n, 1965. Gregorio de Andrés. La fundación del Instituto y Museo Valencia de Don Juan. Madrid: Ayuntamiento, Delegación de Cultura, 1984. Instituto de Valencia de Don Juan. Escritura de fundación perpetua y particular del Instituto de Valencia de Don Juan otorgada por el Excmo. señor Don Guillermo J. de Osma en Madrid, a 15 de Marzo de 1916 ante Don Modesto Conde Caballero. Madrid: Impr. Ibérica de E. Maestre, 1918. 148

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42. Foto Gudiol. Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid). GRF 123.519

43. Byne. Instituto Valencia de Don Juan (Madrid). Expedición 1917. GRF 1.525

Entrar en contacto con personajes relacionados con la institución fue una práctica habitual durante las expediciones. De ellas se aprovecharon las enviadas de la HSA y contribuyó a fortalecer las relaciones de colaboración mutua, no debemos olvidar que los fondos de la institución americana se dispusieron al servicio de aquellos que estuvieran interesados en consultarlos. Estas relaciones también se produjeron a nivel individual como fue el caso de Zuloaga o de Viladrich que fueron miembros de la institución. A Viladrich le visitaron en su castillo de Fraga y pudieron comprobar en persona, la realidad de cuanto veían en los cuadros que Huntington compró al artísta, y en muchos de los objetos en la colección. Beatriz Gilman Proske, describió el encuentro de esta forma: 96

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On our way back to Huesca, Jaca, and eventually Zaragoza, we stopped at Fraga, not far from Lérida, where Miguel Viladrich, many of whose paintings are in the collection of the Hispanic Society, had a studio […] He was a little man with a kindly smile and as hospitable as could be. He said that Ernest Hemingway had recently spent two weeks with him. He showed us what he was working on, mural decorations for the Ayuntamiento in Barcelona. He had fixed up the rooms in the castle with local tiles, pottery, and cloth. Among the objects we recognized many that he had put in his paintings. The town, too, looked like backgrounds in his scenes149.

Como sucedió en la mayoría de estas expediciones la visita a Toledo fue obligatoria. Ciudad en la que convivieron tres religiones, símbolo del triunfo del cristianismo y donde Carlos V estableció la capital imperial. Pero además fue la ciudad de adopción de Doménikos Theotokopoulos, universalmente conocido por El Greco. La colección pictórica de la HSA posee algunas de sus obras, pero Huntington fue además uno de los miembros fundadores de la Casa del Greco, una institución de carácter cultural que se edificio en los terrenos donde supuestamente vivió el artista150. La importancia del personaje llevó a Dunbar a fotografiar no solo la casa, sino también lugares relacionados con su obra. Como por ejemplo la residencia de uno de sus modelos el cardenal Fernando Niño de Guevara, cuyo retrato pudieron contemplar en Nueva York151. El repertorio de instantáneas sobre edificios siguió aumentando, e inmortalizó la casa donde murió el escritor Baltasar Elisio de Medinilla (1585-1620), en la Plaza de los Carmelitas, la de los Ayala, familia perteneciente a la nobleza toledana del siglo XV, la de los Barroso, el Corral de Don Diegos, etc. En el caso de Toledo incluyó una pequeña bibliografía sobre la ciudad152.

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Gilman Proske, Beatrice. Papers . Biblioteca. HSA.pág. 11 Sobre la fundación consultar: Arantxa Chamorro Malagón; Ana Carmen Lavín Berdonces. Tesoros Ocultos. Fondos selectos del Museo del Greco y del Archivo de la Nobleza. Madrid: Ed. Ministerio de Cultura, 2007. Ana Carmen Lavín Berdonces. “El Museo del Greco: Memoria de un sueño”. págs. 17-35. Universidad Complutense de Madrid: http://www.UCM.es/BUCM/revistas/inf/113707734/articulos/HICS9797110125A.PDF. pag.132 (14-3-2008). 151 Exhibida por primera vez ante el público neoyorkino en 1912 y 1915, esta pintura se encuentra actualmente en el Metropolitan Museum of Art en la ciudad de Nueva York. Disponible en Web: http://metmuseum.org/works_of_art/collection_database/european (24-10- 2009). 152 Hannah Lynch, Toledo, the Story of an Old Spanish Capital. London: J.M. Dent & Co, 1898., el Indicador toledano, 1851 de Blanco P.P. y de Rato y Hevia el libro Bellezas de Toledo, 1866. De Ramón Parro el texto titulado Toledo en la mano de 1857. Para ilustrar las fotos del palacio de los Condes de Fuensalida, incluyó un texto de Jean de Vandenesse, Journal des voyages de Charles Quint, 1874. Y complementó las imágenes de la casa de los Condes de Malpica con la Guia Ilustrada de Toledo de 1906. Consultar bibliografía. 150

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44. Dunbar. “Corral de Don Diegos”, Toledo. Expedición, 1922. neg.: 9.796

El valor documental de todas esas imágenes es indiscutible pues en ellas se aprecia la voluntad de Dunbar por dejar constancia de lugares que servirían como fuentes complementarias al estudio. A ella le debemos el que hoy en día podamos llevar a cabo un trabajo de arqueología urbana. Los testimonios arqueológicos son sus fotografías y los artefactos rescatados son los edificios que aparecen en ellas y que en muchos casos ya no existen, o están completamente rehabilitados.

Siguiendo el rastro de Huntington. Anna Pursche, Catherine M. Allyn, Ruth M. Anderson, Mrs. E.R. Allyn en la expedición de 1923.

45. Back row left to right: Ruth M. Anderson, Catherine Allyn, Anna Pursche, Mrs. Allyn, Mrs. Foraler. Trip to Spain, 1923. GRF: 161.122

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46. Anderson. Inn between Cádiz and Algeciras. Expedición 1923. neg.: 8.530

1923 fue el año en el que Anderson, conservadora de Fotografía en ese momento, encabezó como fotógrafa su primera expedición de estudios, su primer viaje a España. Sus compañeras de travesía fueron Catherine M. Allyn, que en aquel tiempo era conservadora del departamento de Publicaciones, Anna Pursche (1897-1953), jefa de la biblioteca y Mrs. E.R. Allyn, la madre de Catherine que viajaba como chaperone, es decir, dama de compañía153. El viaje se prolongó aproximadamente cinco meses, se embarcaron el 17 de marzo y regresaron el 3 de julio de 1923154. Las imágenes se integraron en el GRF, y se reparten por los archivadores de varias regiones, son fotografías que se pueden reconocer a primera vista por el tamaño en el que se positivaron los negativos155.

153

Esta mujer corrió con sus gastos de viaje. Dos postales encontradas en el Dpto. de Grabado y Fotografía nos aportan más datos sobre las fechas y los lugares que recorrieron. Las dos estaban dirigidas a Beatrice Gilman Proske, una enviada por Anna Pursche en marzo desde Ronda y la otra de Catherine Allyn enviada desde Burgos en el mes de junio. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. New York to Gibraltar / Ronda (marzo. Postal de Pursche a Beatriz Gilman Proske)/ Sevilla / Itálica / Córdoba/ Huelva/ La Rábida/ Niebla/ Sevilla/ Cádiz/ Algeciras/ Tangier/ Gibraltar/ Granada/ Murcia/ Cartagena/ Elche/ Alicante/ Valencia/ Manises/ Tarragona/ Barcelona/ Sitges/ Montserrat/ Balearic Islands/ Palma de Mallorca/ Manacor (Mallorca)/ Porto Cristo (Mallorca)/ Valdemosa (Mallorca)/ Soller (Mallorca)/ Barcelona/ Madrid/ Segovia/ La Granja/ El Escorial/Toledo/ Illescas/ Madrid/ Avila/ Salamanca/ Valladolid/ Burgos (4 de junio. Postal de Allyn a Proske)/ Cartuja de Miraflores/ Cartuja de Miraflores/ Las Huelgas/ Vitoria/ San Sebastián/ Eibar/ Cegama/ Oñate/ Vergara/ Francia / London/ New York. Itinerario de la Expedición de 1923 (Anna Pursche, Catherine M. Allyn, Ruth M. Anderson y Mrs. E.R. Allyn). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 155 Es importante señalar que en los documentos existentes sobre estas fotografías se indicó que el tamaño del negativo debía ser como los de Byne. Anderson conocía esta colección y de ella hablaremos más adelante. 154

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47. Postal del Puente Nuevo en Ronda (Málaga) enviada por Anna Pursche a Beatrice Gilman Proske el 28 de marzo, 1923156.

Este viaje aportó a la HSA más de setecientas fotografías conseguidas principalmente por Anderson (así lo especifican en el libro donde registraron los negativos). No es un número muy alto si lo comparamos con las que consiguió durante sus viajes posteriores, pero nos indica lo “experimental” de la travesía. Con este adjetivo queremos subrayar que las fotografías de Anderson en este momento, al igual las que realizaron Allyn y Pursche, aunque se trate de un número muy reducido, son un “ensayo visual”, supuso el inicio de una recopilación fotográfica que con los años alcanzó, en la figura de Anderson, un estilo propio, “andersoniano”, como hemos querido bautizarlo, ya que en ellas llegó a imprimir su personalidad157. Consideramos interesante incluir datos concretos sobre las imágenes y el material complementario que se adquirió y en el que vuelven a mostrarse ejemplos típicos, acorde con la filosofía de la colección. Para empezar se debemos resaltar que se compraron alrededor de mil seiscientas fotografías procedentes del archivo MAS158, uno de los fotógrafos predilectos de Huntington y posteriormente de Anderson. Se abastecieron además de Photogravures, postales en blanco y negro y también en color. 156

Texto de la postal firmada por Pursche: Arrived at Gibraltar this A.M. after a most thrilling ocean trip. Floods, ship-wrecks, dances, etc. entered into our lives aboard the Pres. Wilson. Saw the destruction of the S.S. Giulia of the Cosulinch. Since on brave crew did wonderful rescue work. Material cedido por Beatrice Gilman Proske. HSA. 157 En total se realizaron 771 fotografías y se introdujeron en los libros de registro el 20 de junio de 1929. GRF: 80001-85000. 158 Catalogadas en enero de 1924, GRF: 96654 al 98251, bajo el indicativo de Purchased by the Society. HSA Expedition 1923. El listado de imágenes procedentes del Archivo MAS, continúa hasta el 98811 pero en ellas no especificaron la fecha de compra, aunque todo parece indicar que efectivamente las casi 600 imágenes fueron adquiridas en ese viaje.

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Entre estas últimas destacamos el caso de la amplia serie sobre cofradías de Semana Santa, con las que sin duda alguna, querían completar la espléndida imagen de los nazarenos pintados por Sorolla en su obra para la HSA y que tituló Semana Santa en Sevilla. Las numerosas fotografías proporcionaban visualmente una información complementaria, más amplia y específica sobre el evento. Compraron postales y fotografías a profesionales locales, práctica habitual durante los viajes, y que en algunos casos, si el material era de buena calidad e interesaba a la institución, significó el inicio de una relación comercial, como sucedió con el fotógrafo Winocio. En un documento fechado del 25 de julio, se estableció la compra y se fijaron los precios que pagaron por una serie de fotografías de armaduras en la Real Armería de Madrid, también de sesenta postales, entre ellas las procedentes del museo Cau Ferrat de Sitges y una serie de las salas capitulares de El Escorial, junto a seis imágenes en color de cuadros de El Greco. En varias ciudades españolas adquirieron periódicos y revistas, publicaciones que difícilmente se podían conseguir en Estados Unidos. Por ejemplo, en Sevilla compraron Semana Gráfica y el Blanco y Negro, dos revistas que además de información actual les proporcionaban una gran cantidad de ilustraciones159. El trayecto de este viaje recuerda los de Huntington y el itinerario puede reconstruirse a través de las fotografías. Como él, las expedicionarias de este momento viajaron en barco desde Nueva York hasta Gibraltar y continuaron el camino recorriendo varias ciudades andaluzas. Huntington documentó industrias locales como la del corcho o la crianza de los toros, ellas por su parte, o mejor dicho, Anderson, también realizaron instantáneas con esta temática, como por ejemplo las de la factoría de pescado en La Rábida (Huelva), o el reportaje en un taller de cerámica en el pueblo valenciano de Manises. Dos ejemplos muy significativos. El primero porque está conectado con otro de los paneles de las regiones pintados por Sorolla, La Pesca del Atún, Ayamonte y el segundo por el interés que las imágenes sobre la producción artesanal de la cerámica tendría en una institución que posee una de las colecciones más importantes de este tipo de piezas en los Estados Unidos. Las fotografías enriquecieron las fuentes para estudiar esta parte de la colección, su producción revirtió en un mejor conocimiento de la misma, además de poseer el atractivo provocado por la

159

Todo este material se entregó al Departamento del Museo el 8 de septiembre de 1923. Southerm Expedition of 1923, March 17th to July 3rd. Material Purchased. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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comprobación de que a grandes rasgos, seguían manteniéndose idénticos procesos de elaboración desde hacía siglos.

48. Anderson Manises (Valencia). Expedición, 1923. neg.: 8.857

Pero en Andalucía también visitaron los yacimientos de Carmona e Itálica en los que Huntington trabajó durante meses. El pueblo de Niebla en Huelva, constituyó otra importante parada por varios motivos. Allí conocieron y fotografiaron la casa de la arqueóloga inglesa y experta en bordado andaluz, Ellen Mary Whishaw160. Niebla proporcionó una serie fotográfica rica en imágenes que ofrecían el aspecto de una población que atesoraba una larga historia, ésta podía ser estudiada en los yacimientos arqueológicos hallados en la zona. Un pueblo alejado de las rutas turísticas pero al que llegaron posteriormente y con el mismo interés científico otras colaboradoras de la HSA161. 160

Ellen M. Whishaw (1857-1937). Experta en arte y la arqueología andaluces fue nombrada en 1914, directora de la Anglo-Spanish-American School of Archaeology por el rey Alfonso XIII y en 1924 miembro de la Sociedad Española de Antropología. Hacia 1915 “Doña Elena”, llegó junto a su marido al pueblo onubense de Niebla, donde llevaron a cabo una serie de trabajos arqueológicos. Conoció a Bonsor y los yacimientos que había patrocinado Huntington en Itálica y en Carmona. Fue nombrada miembro de la HSA en 1913, y es por ello que en la HSA se conserva un nutrido fondo epistolar de Whishaw fechado hacia 1911. Aunque Huntington admiró sus investigaciones, especialmente sobre el bordado motivo que causó un incremento en la adquisición de este tipo de artesanía, no estuvo de acuerdo con la venta de antigüedades que Whishaw llevó adelante para sufragar sus excavaciones. Ver, Carmen García Sanz. Las Huellas de “la inglesita” Afincada en Niebla. Clásicos de Arqueología de Huelva 9, 2005. págs. 35-70.Consultar bibliografía. 161 La HSA posee una amplia selección de imágenes realizadas en este pueblo. De la colección original de Huntington se conserva un grupo perteneciente a las siguientes firmas: Cerezo, D. Calle, Hijos de Pérez Romero. También Hielscher, Kurt Schindler y la propia Anderson, fotografiaron estuvieron en la localidad. Pero la mayoría de las imágenes en el GRF las realizó Alice D. Atkinson que junto a Lewis

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49. Anderson. Mrs. Whishaw´s residence. Entrance. Niebla (Huelva). Expedición 1923. GRF: 81.885

Tras dejar Andalucía, siguieron la marcha por la costa levantina, e hicieron una breve visita a las Islas Baleares, desde allí continuaron hacia Barcelona.

50. Decorating the altar with flowers during the month of May. Pollensa (Mallorca), 1923. GRF: 81.282

Viajaron a Madrid, y se detuvieron en algunos pueblos de su sierra antes de llegar a Segovia. En el norte de España visitaron ciudades como Vitoria, San Sebastián y su

visitó el pueblo en abril de 1930 para documentar las labores bordado en la zona. En el libro de Lewis se citaron varios estudios realizados por Whishaw sobre estas labores.

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provincia, estas fueron las últimas jornadas del viaje antes de llegar a Londres desde donde zarparon rumbo a Nueva York. En la recopilación gráfica de esta expedición se buscó material del arte, la vida y la cultura española. Anderson fue en primera instancia, la responsable de esta labor y también llevó a cabo encargos específicos, como por ejemplo, cuando visitaron las regiones de León y Cantabria, concretamente Santander. Se centró en las vistas tanto exteriores como interiores de una serie de iglesias de estilo mozárabe, entre ellas la de San Román de Moroso y la de Santa María de Lebeña. Consiguió instantáneas que reproducían al detalle las cualidades arquitectónicas de este tipo de construcciones y se afanó a la hora de superar los inconvenientes causados por la escasa luz al interior de este tipo de templos, factor con el que luchó en infinidad de ocasiones en sus expediciones posteriores. Cuando llegaron a Burgos se dirigieron al Museo Histórico donde Anderson realizó otro de los encargos de la HSA, el de fotografiar una caja de marfil y se aseguró de conseguir datos imprescindibles para su identificación162. Durante este viaje se realizaron los primeros autocromos163, o fotografías en color que conocemos de Anderson, un total de catorce. Entre otros lugares fotografió la Cartuja de Miraflores en Burgos, pero en general aplicó esta costosa técnica para reproducir paisajes y vistas generales, como las del puerto de Sitges en Barcelona o el de Soller en Mallorca. Anderson utilizó a lo largo de su carrera diversas técnicas fotográficas para lograr ante todo, la producción óptima de unos negativos que iban a ser observados al detalle. Pero en estas vistas disfrutó de la ventaja que le proporcionó el color y con ellas se acercó a la “mirada sorollesca” del espacio. Una en concreto, la que realizó en Regil (Errezil en euskera), localidad cercana a San Sebastián, nos resulta especialmente simbólica porque en ella vemos reproducidos de forma manifiesta, el fondo que imortalizó el pintor valenciano para su panel de Guipúzcoa. Se trata 162

Incluimos parte del texto en el que se refieren a los encargos: León wanted of mozarabic churches as follows: Santiago de Peñalba, San Miguel de la Escalada y Santo Tomás de las Ollas (exteriors and interiors). Have them sent with bill-Winocio, photographer near Hotel de Paris. En este documento también se hace referencia a una factura procedente del fotógrafo Winocio. Biblioteca HSA. 163 Autocroma (fr.: autochrome) (1907-ca. 1935). Placa diapositiva en color cubierta de partículas de fécula de patata teñidas de morado, naranja y verde (6.000 a 7.000 por m²), formando un filtro selectivo a la emulsión fotográfica. Se fabricaban en los formatos de 4,5 x 10, 5, 6 x 13, 9 x 12, 13 x 18 y 18 x 24 cm. Invento de los hermanos Lumière (1903), comercializado en 1907. el mosaico tricromo filtraba la luz antes de afectar la emulsión argéntea. Tras el revelado y el fijado normales, aparecían los colores complementarios del sujeto. Los colores eran restituidos por disolución de la plata, luego por revelado del bromuro no alterado por la exposición. Posteriormente, la casa Lumière ofreció procedimientos osbre soporte flexible (nitrato) con el nombre de Lumicolor (1932) y Filmcolor (1938). Cfr. Marie-Loup Sougez; Helena Pérez Gallardo. Diccionario de historia de la fotografía. Madrid: Cátedra. Cuadernos de Arte, 2003. pág. 48.

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concretamente de los montes y valles que permitieron a Anderson reflejar las múltiples tonalidades de verdes y marrones conseguidos por el pintor, y que el excelente estado de conservación de los autocromos, conservan vivos los colores, al igual que los cuadros164.

51. Ficha para encargar copias de fotografías. 4 de enero, 1924.

En términos generales podemos afirmar que las fotografías de este momento constituyen el testimonio más inmediato de un grupo de mujeres ante un mundo nuevo, pero que a la vez les era familiar por todo cuanto habían aprendido en la HSA, con diferencia de los argumentos contenidos en las obras literarias o de arte, ellas fueron las productoras y estos surgieron durante el viaje. Las instantáneas son actuales porque documentan una España que no parece saber lo que se le avecina. No testimonian la situación política de un momento revolucionario y de agitado compromiso que llevó, pocas semanas después de la finalización de este viaje, a un golpe de estado protagonizado por el general Primo de Rivera y que terminó con la Restauración. Un sistema político en ebullición, que sin duda no pasó desapercibido a las viajeras, pero cuyo foco de interés se concentró en la gente que encontraron por los caminos y como vivían, una mirada “descomprometida” y a la vez específica de una realidad desatendida, especialmente en ese momento165.

164

Sorolla viajó a San Sebastián en 1914 para encontrar los paisajes que inspirasen su panel dedicado a Guipúzcoa. 165 Huntington, como sus colaboradoras, no solía opinar sobre la política en España y de esta forma en la correspondencia entre Anderson y el fundador de la HSA no se habló sobre este tema.

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Como sucedió en la anterior expedición, se eligieron una serie de fotografías con las que se elaboraron cinco ficheros. A cada imagen se le añadió un pequeño comentario y datos identificativos. Los títulos de estos ficheros son los siguientes: 1) Andalucía. HSA Expedition 1923, 2) a. Sevilla I. Los Toros. HSA Expedition. 1923 y b. Sevilla II, 3) Castilla and Vizcaya. HSA Expedition 1923, 4) Cataluña and the Baleares. HSA Expedition. 1923, 5) Gregorio Hernández. HSA Expedition, 1923. Los dos primeros dedicados a la región andaluza fueron los más extensos y los que contenían un mayor número de notas. En ellas se describen algunos episodios del viaje, y también interesantes comentarios sobre los habitantes de esta región. Sevilla y sus habitantes fueron percibidos de esta manera: [...] through the arches could be seen the houses of the city, pale blue, pink and lavander, many with roof gardens. Some of the gardens had chickens living in them, in some women hung out clothes, men read, and a group of school girls in black dresses made animated shilhouettes against a pastel background166.

Viajar a tierras andaluzas era llegar a un lugar donde había transcurrido uno de los episodios históricos más importantes para la Península, nos referimos al viaje de Cristóbal Colón. El itinerario incluyó obligatoriamente el paso por los lugares relacionados con el viaje de descubrimiento. Visitaron Cádiz y en La Rábida conocieron a los monjes franciscanos que seguían viviendo en el convento donde siglos atrás se alojó el propio Colón. Anderson conocía las imágenes que sobre esta población coleccionó Huntington, incluidas las que documentaban el monumento dedicado al navegante. Pero no se dudó en realizar más para sumarlas a las anteriores167. No creemos que fuese una coincidencia el que las expedicionarias se encontrasen en Sevilla justo en época de Semana Santa. Durante esta celebración tradicional se ejecutaban ritos y ceremonias profundamente arraigadas en la tradición católica española y que iban a tener la oportunidad de vivir en primera persona. Participaron de

166

[...] “a través de los arcos se pueden ver las casas de la ciudad, azul pálido, rosa, violeta, muchas de ellas con jardines en el techo. En algunos de estos jardines hay gallinas, en otros las mujeres tienden la ropa, los hombres leen, y un grupo de colegialas con trajes negros juegan con su sombra sobre un fondo color pastel”. Cuaderno 2. Sevilla I. Los Toros. HSA Expedition. 1923 Segunda parte del cuaderno., Sevilla II. pág. 30. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 167 En las que incorporaron en el GRF abundan las del convento. Llegaron en un momento en el que estaba siendo restaurado y por ese motivo vemos una serie de andamios. En otra imagen aparece un monje junto a la puerta de entrada. En las fotografías de interiores les interesó reproducir la Sala Capitular, especialmente el techo y los muebles. Son imágenes que consiguen transmitirnos la vida monástica, una sensación de calma y silencio tan importante para la oración y el recogimiento de los monjes (GRF: 8635, 8622).

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los acontecimientos que se sucedieron en la ciudad durante esos días, y observaron con interés el comportamiento de los habitantes. En el interior de la iglesia de Patrocinio un grupo de personas estaba desarmando uno de los pasos procesionales: [...] on the way we stopped at a church, the Iglesia Patrocio, in the calle Castilla were a paso was being dismantled. The door was open, and people stodd about with bared heads reverent but curious. The top of the fringes canopy had been raised168.

La fiesta de los toros a la que tan aficionado era Huntington, entraba ineludiblemente en su agenda, y se fotografió cada una de las partes del festejo169. Incluso intentaron conocer al matador Juan Belmonte, aunque fue una tentativa fallida sólo fotografiaron la casa donde vivía en el barrio de Triana170. Uno de los hechos más importantes que fotografiaron durante su visita a Sevilla fueron los trabajos previos para la Exposición Ibero-Americana de Sevilla que se inauguró en 1929171. La HSA siempre se interesó por estos eventos. Durante las exposiciones era más fácil conseguir material fotográfico procedente de diversas provincias. En los pabellones de cada región se reproducían ambientes e incluían objetos y trajes típicos del lugar172.

168

(Cuaderno 2.) . Sevilla I Los Toros. HSA Expedition. 1923 Segunda parte del cuaderno., Sevilla II. pág. 143. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 169 En Salamanca también asistieron a una corrida. La presencia de las viajeras creó gran expectación entre la gente. La visión de una americana portando una cámara Kodak, suscitaba mayor atracción que el espectáculo taurino, The crowd streams toward the Plaza de Toros, though an Americana with a Kodak offers powerful counter attraction (GRF: 8441). Fichero: Castilla and Vizcaya. HSA Expedition. 1923 Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 170 Juan Belmonte García (1892-1962), fue uno de los toreros más admirados por Huntington, y a él dedicó una de sus poesías, titulada, Belmonte Rides, en Archer M. Huntington. Collected Verse. New York: The Hispanic Society of America, 1953. pág. 269. 171 En la pensión donde se alojaron estando en Madrid conocieron al hermano de uno de los arquitectos encargados, este hombre les invitó a la inauguración de la exposición: This exposicion, which is to be open in 1925, will be housed in buildings of reddish yellow.[…] the brother of the architect in charge of the exposition, who was at the pension at which we stayed in Madrid, invited us to come to Sevilla in 1925. Quien estuviera alli! Cuaderno 2.) . Sevilla I Los Toros. HSA Expedition. 1923 Segunda parte del cuaderno., Sevilla II. pág. 66. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 172 Anderson volvió a Sevilla en más de una ocasión después del 1923, y en 1930, en el transcurso de una de sus expediciones pudo fotografiar en el recinto de la Exposición Iberoamericana. Ver cap. 5.

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52. Anderson. Exposición Ibero-American. Sevilla. Expedición 1923. neg.: 8.303

Para finalizar debemos señalar como, al igual que hizo Dunbar en la expedición anterior, también en este momento se fotografiaron casas de personajes famosos, ya nos hemos referido a la del torero Belmonte, pero lo mismo hicieron con las de Góngora, Bécquer, el palacio de Dueñas, la casa del marqués de Aracena y la de la Condesa de Lebrija, entre otras173. También inmortalizó edificios por tratarse de viejas construcciones, como la casa antigua en una calle de Córdoba, cuyo aspecto, provista de una galería corrida que se abría en el último piso y con las ventanas provistas de las típicas macetas con geranios, recordaba a las casas andaluzas reproducidas en los libros de viajeros románticos, autores que promocionaron un tipo de iconografía con la que se ilustró la vida y el carácter español, publicaciones que por otro lado habían consultado las expedicionarias antes del viaje. Los museos provinciales, junto a iglesias y catedrales, merecían una visita obligada y las fotografías de sus interiores nos ofrecen la impresionante visión de salas repletas de obras de arte, restos de un pasado histórico. El fichero titulado Castilla and Vizcaya. HSA Expediton 1923174 empieza con unas frases de estilo machadiano con las que se describe la planicie castellana175, y como los hábitos de la gente tienen mucho que ver con las condiciones ambientales, como el potente sol que brilla con intensidad durante ciertas horas de la tarde castellana: A walk

173

En una nota que acompañaba estas fotografías señaló que la colección de arte era muy interesante ya que entre los objetos se encontraban algunos procedentes de Itálica. 174 Existen fotografías de las dos Castillas, Ávila, Segovia, Toledo y también de Madrid que en ese momento se incluía en la región denominada Castilla La Nueva. 175 Castille, /Laid flat upon the rounding surface of the earth/So that the Gods may see it all./True, there are white sierras,/But the general plan is horizontal,/And the clouds lend aid to that effect.

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in the Paseo at six o´clock is almost any Spanish town is a rare pleasure. The light is low and warm, and the yellow roofs glow against the green fields176. Pero en el momento de este viaje Castilla también era Madrid, concretamente estaba dentro de la región de Castilla la Nueva, por eso en este fichero se incorporaron las instantáneas de la Puerta del Sol, bulliciosa y siempre llena de gente. Otros edificios de la ciudad muy importantes para la HSA, como la Residencia de Estudiantes, por la relación que varios académicos e investigadores tuvieron con la institución de Huntington y otro edificio en la calle Fortuny 43, la sede del Instituto Valencia de Don Juan sobre el que hablamos anteriormente. En la capital de España asistieron de nuevo a una corrida de toros, pero de ese momento nos interesa destacar las imágenes que consiguieron durante la romería de San Isidro.

53. Anderson. Romería de San Isidro. Madrid, 1923. neg.: 8.831.

Fue imprescindible documentar una fiesta típicamente madrileña celebrada en honor a su santo patrón, la que en tantas ocasiones había contemplado en algunos lienzos de Goya. Participar y fotografiar en esta romería interesaba más que conseguir escenas urbanas. Las fotografías muestran algunos de los tenderetes de los que se llenaba el lugar durante esos días, y los bailes que se organizaban177.

176

GRF: 8495. Fichero: Castilla and Vizcaya. HSA Expedition. 1923. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA Estas imágenes proceden de la sección: Castilla la Nueva (customs): Pilgrimages. Les corresponden los siguientes números del GRF: 81437, 81441, 81656, 81657, 81658, 81666 y 81667. 177

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1. The Hispanic Society of America Durante su inexcusable llegada a Toledo178, visitaron, como era de esperar, la Casa del Greco, y Anderson fotografió el lugar pero ofreció una visión diferente de la que muestran las instantáneas recopiladas en la expedición del año anterior o las que se conservaban en el archivo de la institución. Posiblemente el comentario que acompaña una de estas fotografías, nos puede explicar el sentimiento que produjo a las viajeras la visita a este lugar y como Anderson supo transmitirlo en sus fotografías: […] one approaches the gate to the Casa de El Greco with a feeling of awe and intense expectancy 179

.

54. Anderson. The Gigantones attract mobs of children and some grownups as well.. I ran for blocks to catch up with them. Toledo. Expedición 1923. GRF: 81.671

Al igual que en el resto de ciudades castellanas en Toledo fotografiaron iglesias y conventos. En pocas ocasiones les negaron el acceso a estos recintos, pero en ocasiones no resultó fácil conseguir que colaborasen son su trabajo documental180. Muchas instantáneas de carácter religioso las consiguieron, y en abundante número, durante las

178

Durante el viaje y tras una parada en Medina del Campo donde fotografiaron el Castillo de la Mota, viajaron a Valladolid y visitaron la Casa de Cervantes, que junto a la del Greco en Toledo fueron dos de las fundaciones culturales que ayudó a fundar Huntington. 179 GRF: 8678. Fichero: Castilla and Vizcaya. HSA Expedition. 1923 Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 180 Las expedicionarias querían fotografiar una comunidad de monjas que vivía en la iglesia de San Pedro Mártir. La Superiora del convento se negó a ser fotografiada. Una anécdota que transcribieron en sus notas de viaje y que muestra el interés de estas mujeres por documentar la vida monacal, que les era en gran medida desconocida: [...] the lay sisters in their huge staff white caps were more interesting than the church, but the Mother Superior seemed to fear that being photographed might feed their vanity and refused her august permission (GRF: 8.699). Fichero: Castilla and Vizcaya. HSA Expedition. 1923. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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ceremonias y procesiones públicas a las que asistieron. No sólo en Toledo, también en Salamanca, en la romería de la Virgen de la Salud181.

55. Anderson. The road from the city to the Iglesia de la Salud is thronged with dusty peasants dressed in their holiday clothes. Salamanca. Expedición 1923. neg.: 8.474

Con todo este trabajo Anderson se ejercitó en la captura de tomas sobre actos religiosos, concretamente determinadas peregrinaciones, con escasa presencia en el GRF, pero al mismo tiempo comenzó a fijarse en la indumentaria y realizó algunos de sus primeros negativos en los que comienza a vislumbrarse el interés por retratar a los participantes de la fiesta para mostrar los trajes que vestían182. Como señalamos, Guipúzcoa fue una de las últimas etapas del itinerario. En términos generales lo que destacó fueron los paisajes y las vistas generales de poblaciones. Se realizó un reportaje de la ciudad de Vitoria, de la villa de Zegama y de una procesión religiosa en Oñate, a la que asistieron por casualidad. Llegaron justo a tiempo para presenciar la procesión. En las fotografías aparecen ocho chicos con el traje típico, encabezando la comitiva. Ejecutaban danza tradicional, posiblemente del Corpus Christi, ante el palio y las dignidades religiosas.

181

La imagen se venera en el pueblo de Tejares que hoy en día forma parte de la ciudad misma de Salamanca. 182 Se trata de unas instantáneas de los peregrinos que participaban en la romería. GRF: 8473, 8474.

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56. Anderson. Dance by choir boys. Oñate (Guipúzcoa). Expedición 1923. GRF: 81.693

Las expedicionarias llegaron al pueblo durante el mes de junio, mes en el que se celebra esta fiesta, una de las más tradiciones y con mayor raigambre dentro del calendario religioso. Muchas regiones contaban con danzas religiosas ejecutadas en ese momento y la propia Anderson se sirvió de estas imágenes años más tarde, cuando organizó una exposición sobre la danza española183. Como pudieron constatar en tantas otras ocasiones, durante el acto religioso se representaban costumbres antiguas relativas a las creencias, a través de las que se podía definir la idiosincrasia de un pueblo. Las fotografías del último fichero dedicado a Cataluña y las Islas Baleares incluyen ejemplos en este sentido, como una del comienzo en la que un religioso aparece bendiciendo una barca en el barrio de los pescadores de la ciudad de Tarragona184. Se trata de temas muy concretos y especiales, fundamentales como material de estudio en la HSA, pero, por regla general, escasamente fotografiados. Para finalizar nos referiremos al último de los ficheros utilizados para estudiar este viaje, se tituló: Gregorio Hernández. HSA Expedition, 1923. Uno de los proyectos del viaje fue el de estudiar la vida y obra de Gregorio Hernández, escultor de época barroca del que la HSA poseía varias piezas, tanto de él como de su escuela185. En este cuaderno se recopiló toda la información que consiguió sobre su obra e incluyeron una lista no 183

La exposición estuvo abierta al público desde 1938 hasta 1941 y se tituló Dances of Spain, y sobre ella tratamos en el capítulo 7 de esta tesis doctoral. 184 4.) Cataluña and the Baleares. HSA Expedition. 1923. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 185 Sobre la obra de Gregorio Fernández en la HSA consultar la bibliografía referente a Gilman Proske y también The Hispanic Society of America. Handbook. Museum and Library Collections. New York: Printed by order of the Trustees, 1938. págs. 87 -88.

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sólo de las ciudades y las catedrales, iglesias, conventos y museos a los que acudieron en busca de sus esculturas, sino también, se preocuparon por citar los lugares que no visitaron. Este fichero que consideramos de gran interés, sobre todo para los expertos en la obra del artista, contiene notas prácticas sobre la localización de las esculturas, pero en ellas también se opinó sobre la autenticidad de las piezas, si por ejemplo, se trataba de atribuciones o si habían desaparecido, etc., hasta llegaron a referirse a las situaciones por las que tuvieron que pasar para poder llegar a ellas. Era pues un fichero destinado a servir como fuente de información, especialmente para la conservadora de escultura Beatrice Gilman Proske, que a buen seguro lo utilizó para elaborar la monografía que dedicó al escultor y que publicó en 1926. Los primeros viajes fueron ejercicios preparatorios, excursiones educativas que se ponen de manifiesto al comprobar las tareas encomendadas. Para algunas también resultó el medio ideal para profundizar en su campo de investigación. Este espíritu continuó manteniéndose en viajes sucesivos, aunque en un momento dado sirvieron para perfeccionar y profundizar en trabajos de investigación que estaban realizando, este es el caso de otra de las expediciones organizadas durante ese mismo año de 1923 y sobre la que pasamos a hablar a continuación.

HSA. Staff Expedition. 1923. (Johnson-Penney.)

57. The Spanish Pyrenees June 8th, 1923. GRF: 81.413

Son pocos los datos que tenemos sobre este viaje y las imágenes son los documentos más importantes que nos han quedado de él. Ada M. Johnson y Clara Luisa 113

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Penney fueron las únicas integrantes y como era habitual compraron fotografías e hicieron otras tantas, algunas de ellas se incorporaron al GRF. Son precisamente estas imágenes las que nos orientan a la hora de estudiar el itinerario que siguieron186. Sabemos que además de España, visitaron Portugal y en una de las fotografías en este país muestra el Castello da Pena en la ciudad de Cintra. Transitaron por la zona de los Pirineos y llegaron a la ciudad de Jaca. Salamanca y Medina del Campo fueron algunas de las localidades castellanas de las que nos han quedado fotografías187. A Medina del Campo llegaron para asistir a la tradicional Feria de Ganado.

58. Medina del Campo. Plaza Mayor. May 20th, 1923. GRF: 81.416

Tan importante como las catedrales y monumentos de estas localidades, era el poder observar el desarrollo y todo lo que rodeaba a un evento popular y multitudinario como el que se producía en este pueblo durante la feria.

186

Carpeta: Collections Expeditions of Photographs in the GRF of the HSA. Staff Trips. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 187 Las fotografías fueron transferidas desde la biblioteca al departamento de Iconografía, y entraron en el GRF con los números 81411-81416, el 14 de junio de 1929. Posteriormente se incorporaron a los primeros archivadores donde se pretendió comenzar a clasificar las fotografías, y que se denominaron de manera general, Spain.

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59. Mountaineer of Jaca. June 8th, 1923. GRF: 81.415

Era una de los momentos idóneos para observar de cerca a los habitantes del lugar y a otros llegados desde poblaciones o incluso regiones cercanas, un ambiente que aseguraba en gran medida el éxito del viaje, porque le proporcionaba la oportunidad de poder “mezclarse” entre la gente, caminar entre ella, escucharles hablar, fijarse en sus ropas y complementos y en la manera que tenían de llevarlos. Así era como Huntington quería que sus colaboradoras aprendieran y entendieran lo que él buscó en España.

HSA. Staff Expedition. 1925-26 (Gilman-Trapier) Beatrice Gilman Proske y Elisabeth D. Trapier, se ausentaron de la HSA desde el primero de noviembre de 1925 hasta junio del año siguiente. El propósito […] was spent in England, Italy and Spain collecting material for catalogue units. Durante esos meses se aprovechó el tiempo para estudiar y enriquecer los conocimientos que ya tenían sobre arte español y así poder aplicarlos a las investigaciones que llevaban a cabo sobre la colección188. En la memoria que escribió Gilman Proske habló de su visita a Inglaterra, país donde encontró abundantes ejemplos de arte español, pero que no consideró de relevancia, aunque en ciudades como Oxford y Cambridge obtuvo mejores resultados. En Italia visitaron Palermo y Nápoles, zonas donde la corona española estableció su gobierno a mediados de 1700, bajo el reinado de Carlos de Borbón, hijo de Felipe V. Gilman Proske se quejó al comprobar personalmente la escasa representación 188

En la Biblioteca de la HSA se conserva una copia del itinerario. Visitaron alrededor de 47 localidades. En Inglaterra, por ejemplo, estuvieron el castillo de Longford, en el sur de Italia, Cava dei Tirreni, Pozzouli, Capri, también el norte, Génova. En España hicieron una parada en el pueblo de San Juan de las Abadesas, San Cucufate del Vallés, en el sur Itálica y Santiponce, etc. Biblioteca HSA.

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de obras escultóricas en las colecciones de los museos italianos, donde por el contrario abundaban obras pictóricas españolas. En su visita de rigor a Madrid, pudo finalmente estudiar algunas piezas y las fuentes bibliográficas imprescindibles para su investigación. Gilman como especialista en escultura, especialmente barroca, debía viajar a Valladolid donde se conservaban muchas obras del artista Gregorio Fernández, sobre el que seguía preparando una monografía. La trayectoria de Gilman ejemplifica como el estudio de otras colecciones constituyó una de las vías encaminadas a la especialización en su disciplina. Durante este viaje aunque no se realizaron muchas instantáneas, se hizo un acopio de ellas.

HSA. Staff Expedition. 1927-28. (Adams, Gilman, Trapier) Gilman Proske se embarcó en un nuevo viaje de estudios que no tuvo como único destino España y que comenzó el mes de diciembre de 1927, hasta abril del siguiente año. Junto a Adams y Trapier visitó una vez más Italia, también el sur de Francia, y de allí pasaron a territorio español, concretamente Cataluña y las Islas Baleares. El itinerario estaba condicionado por los temas a investigar, principalmente el de estudiar las relaciones artísticas entre el Reino de Aragón y sus posesiones de ultramar, además de ahondar en la historia de Italia durante el siglo XIV. Report of Beatrice Gilman, Dec. 14th, 1927-April 7th, 1928. The object of the trip was to trace the artistic relations between the Kingdom of Aragon, her possessions overseas, and Italy in the fourteenth century. I found that palace and church architecture of the late fourteenth and fifteen centuries in Sicily and Sardinia was a branch of Catalan, although there was little sculpture. I studied Italian fourteenth century sculpture and Perugia, Assisi, Siena and Pisa; French at Avignon. In the Roussillon and the Balearic Islands I found many interesting examples of Catalan sculpture of the period which I was studying. My notes have been incorporated in detailed report which could serve as a basis for further work189.

Habría sido más cómodo estudiar la nutrida documentación en la biblioteca de la HSA, pero no hubiera sido lo mismo y la oportunidad de analizar los detalles arquitectónicos in situ no podía compararse a la mejor de las reproducciones ya fuesen pinturas, grabados o fotografías. Gilman señaló como en el Rosellón y en las Islas Baleares encontró interesantes datos sobre los que tomó gran cantidad de notas, que

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Biblioteca HSA.

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posteriormente utilizó en un catálogo general sobre la escultura renacentista en la colección190.

60. Left to Rigth: Katherina Adams, Proske, Mariangela Capra, du Gué Trapier. Taormina, Sicilia. Enero, 1928

61. “Spanish details in the gothic architecture of Sicily”. Notes Hispanic, 1944191.

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Gilman Proske realizó una serie de fotografías que utilizó posteriormente en sus publicaciones. Son imágenes que se incorporaron al GRF: 117271-78,117280-82, 117315. Algunas ilustraron su obra: Spanish details in the Gothic Architecture of Sicily. Notes Hispanic. New York: The Hispanic Society of America, 1944. También añadió hasta doce de sus fotografías y otras tantas en la colección, del Arxiu Mas, la firma Laurent y de la historiadora del arte Georgiana Goddard King. 191 Beatrice Gilman Proske. En, Hispanic Notes. New York: The Hispanic Society of America, 1944. no.19. págs. 1-35.

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HSA. Staff Expedition, 1929. (Gilman Proske, Trapier y Wilson)

62. Monasterio de San Juan de la Peña, Cascada de la Trinidad, 1929. GRF: 118.374.

Un repaso cronológico de los trabajos realizados por las conservadoras y publicados por la institución, bastaría para hacernos una idea del porqué se dirigieron a lugares tan específicos. Como ya hemos visto no viajaron únicamente a España, sino que el itinerario se amplió a ciudades y capitales europeas que históricamente habían estado unidas a la Península Ibérica o en las que localizan obras pertenecientes al patrimonio artístico español de interés para sus estudios. Estas son las condiciones que imperaron en la expedición que nos ocupa.

63. Puigcerdá (Gerona), 1929. GRF: 118.375

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Estaba compuesta por Gilman Proske, Elizabeth du Gué Trapier y Alice Wilson Frothingham, que recordemos fueron las conservadoras de escultura, pintura y cerámica respectivamente192. Cada una de ellas se centró en asuntos relacionados con sus disciplinas. Gilman volvió a ser cronista del viaje y también la fotógrafa, y en la documentación conservada en la HSA lo constatan de esta forma: Made in Photograpy (from negatives made by B.G. Proske during 1929 HSA trip. Negatives now in posesion of HSA). 153 Photographs of architecture and sculpture in Spain. GRF: 118223118375. Además se adquirió material en la galería parisina de E. Lucas Moreno, Díaz Murga en Sevilla y Mora Insa en Zaragoza entre otros193. Señaló su interés personal por recopilar material que le sirvió a la hora de catalogar escultura románica y gótica, y al igual que el caso anterior de la escultura renacentista, le ayudó en el trabajo previo para ilustrar su texto194.

64. Puigcerdá (Gerona), 1929. GRF: 118.310

192

Junto a la información sobre este viaje también se conservaba la memoria sobre una excursión de estudios a Boston (1927-1929). Estaba compuesta por Frances Spalding y Beatrice Gilman Proske. Ambas consultaron material fotográfico. En la memoria de este viaje subrayaron que se trataba de imágenes llegadas del Arxiu Mas y de Gudiol. Algunas de ellas no las poseía la HSA, pero que el museo de la universidad de Harvard, el Fogg Art Museum, las pusieron a su entera disposición en caso de necesitarlas. Proske concretamente, también revisó las colecciones fotográficas del Museum of Fine Arts y el Worcester Art Museum. 193 Folio con fecha del 1-8-1944. En estos papeles también se indican las compras al Arxiu Mas de Barcelona, a F. de las Heras en Jaca y a J. Grollo en Valencia. Carpeta: Collections Expeditions of Photographs in the GRF of the HSA. Staff Trips. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 194 Annual Report 1929. The period from July 3rd to October 23rd, 1929, was spent in the Pyrenees and Spain collecting material for the catalogue of sculpture, Romanesque and Gothic periods. A catalogue of sculpture (sixteenth to eighteenth centuries) was completed and sent to press. Itinerario y fechas del viaje, Biblioteca HSA.

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65. San Pedro de los Franceses. Calatayud (Zaragoza), 1929 GRF: 118.300, 118.299, 118.301.

HSA. Expedition. 1929 (Johnson- Meyer 4 junio 1929-1930) Como en los anteriores, sobre esta expedición volvemos a carecer de datos, pero en este caso los documentos que aportaron sobre la compra de imágenes nos indican las ciudades que visitaron. Los viajes servían para comprar material y como vimos al tratar la expedición de Armstrong a Portugal (1920-1921), ésta fue la preocupación principal. En este viaje protagonizado por Ada M. Johnson y Adelaide Meyer, sucedió lo mismo195.

66. Mending nets at Soller (Mallorca), 1929. GRF: 81.196

195

[…] the above material was obtained in Spain by A. M. Meyer and A. D. Johnson, January 18 to april 18, 1929. Carpeta: H.S.A. Staff Expeditions. 1929-30. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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67. Gypsy women at the market in Murcia, 1929. GRF: 81.199

Visitaron la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de ese año, donde se aprovisionaron de abundante y diverso material, ya que junto a las fotografías también compraron carteles, sellos y postales. El interés por conseguir buen material fotográfico y de forma cómoda, las llevó a conseguir imágenes en museos, como el Arqueológico de Madrid, y también en estudios fotográficos, como el de Alonso Espinosa en la capital andaluza, o el del conocido fotógrafo Guillermo Bestard196 a su paso por las Islas Baleares. En Cataluña compraron imágenes en el Museo del Parque de Barcelona y una serie perteneciente al fotógrafo valenciano Vicente Barberá Masip197, sobre varias poblaciones valencianas.

196

Bestard Cànaves, Guillem (1881-1969). De formación autodidacta, abrió estudio en su pueblo de Pollensa (Mallorca, 1898). Publicó en la prensa local y madrileña (Mundo Gráfico) e ilustró portfolios de encargo. [...] se dedicó también a la pintura y se relacionó con artistas y literatos. [...] Se exilió a Londres donde murió. Marie-Loup Sougez; Helena Pérez Gallardo. Diccionario de historia de la fotografía. Madrid: Cátedra. Cuadernos de Arte, 2003. págs. 64-65. 197 Vicente Barberá Masip (1870-1935). Uno de los primeros fotógrafos de prensa en Valencia, en la que comienza a publicar sus imágenes en 1912, además de ser corresponsal para varias publicaciones nacionales. Trabajó para el Ayuntamiento de Valencia y legó su obra al Archivo Municipal. En 1931 se convierte en el fotógrafo principal del periódico Las Provincias. Cfr.: VVAA. Historia de la fotografía española 1839-1986. Actas del primer congreso de Historia de la fotografía española. Sevilla: Sociedad de Historia de la Fotografía Española, 1986. pág. 327 y 526.

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Catherine M. Allyn, Emily M. Andem, Florence A. Lux. Central America 19281929.

68. Allyn, Andem y Mrs. Lux in a boat crossing a lake in Central America. Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, 1928. GRF: 84.686

Como vemos hasta el momento, los viajes de las colaboradoras se iniciaron durante los primeros años de la década de los veinte, inmediatamente después de su incorporación a la HSA y coincidiendo con su periodo de formación. En 1929 contabilizamos hasta cinco viajes, uno de los más interesantes y prolijos en cuanto a los países de destino y el número de fotografías recopiladas fue el de Centroamérica, ninguna de las expedicionarias en él era fotógrafa. Si no conociésemos los intereses de la HSA la ruta que siguió este grupo de mujeres, nos hubiese resultado atípica, poco habitual. Recorrieron países como Jamaica, Nicaragua, Guatemala, y en la ruta elegida se aprecia el interés de Huntington, por dotar el fondo de imágenes sobre Latinoamérica con el mayor número posible de documentos, la presencia gráfica de estos países no podía quedar atrás con respecto a la de España y Portugal. Sobre países como México, Perú o Argentina se poseía abundante documentación, Huntington ya había patrocinado una serie de expediciones a ellos sobre las que hablaremos más adelante, pero sobre Centroamérica resultaba más difícil conseguir material, especialmente porque no había mucha oferta. El grupo de viajeras estaba compuesto por Catherine M. Allyn, que para entonces ya se había convertido en una veterana expedicionaria198, Emily M. Andem199, otra de 198

Recordemos que había recorrido prácticamente toda España en 1923 y en 1928 había explorado Chile junto a la fotógrafa sorda Alice D. Atkinson. 199 Las noticias que hemos encontrado sobre Emily M. Andem en la HSA son las siguientes: Data Concerning the employment of deaf-mutes in the HSA October, 1921. pág. 5; en el Annual Report Department of Photography, Nov. 1922. pág. 6; en A History ....1954. pág. 545 y por último, en los

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las colaboradoras sordomudas que trabajó durante décadas en la institución, y que, aunque ocupó varios puestos, se dedicó en gran medida a positivar las fotografías, especialmente las generadas en las expediciones de Anderson200. La tercera expedicionaria fue Florence A. Lux, que nada mas llegar a la HSA trabajó en el departamento de Documentación, y posteriormente fue transferida al de Iconografía201. El viaje duró cinco meses, partieron el 16 de enero de 1929 y la vuelta se produjo a mediados de mayo. Las expedicionarias iban a estudiar y fotografiar la arquitectura, los trajes y las costumbres de Centroamérica, este fue el encargo principal, pero desde el departamento de Iconografía les remitieron otra petición. Debían identificar una serie de imágenes que posiblemente habían sido realizadas en alguno de los países por los que viajarían202. Leyendo el itinerario del viaje nos damos cuenta de la magnitud de la empresa, visitaron al menos siete países y en cada uno de ellos recorrieron un impresionante número de ciudades, además de pueblos e incluso poblaciones retiradas donde era más complicado el acceso. En total las expedicionarias recopilaron más de nueve mil fotografías203.

anuarios del departamento de documentación, Annual Reports. Records Dept.1926-59 y 1960-69. Dpto. Grabado y fotografía. HSA. No sabemos exactamente la fecha de su muerte, pero siguió trabajando en la HSA hasta después de su jubilación. [...] Emily L. Andem, who has served this department faithfully for over forty years as printer and photostat operator, now no longer works in the laboratories, but helps in other ways with routine chores in the office, working four days a week. Miss Andem also assists in the department of Iconography by mounting photographs and doing whatever work Mrs. Font migh require of her. Memoria de 1962. Annual Reports. Records Dept.1960-69.Dpto. Grabado y fotografía. HSA. 200 En ocasiones se dirigió a ella para transmitirle alguna consideración a la hora de tratar los negativos para positivarlo, como por ejemplo en una carta fechada el 4-11-1948. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 201 Florence A. Lux, fue segunda asistente del conservador de Documentación, el 21 de noviembre de 1928, la nombraron, First Assistant, primera asistente del Departamento de Iconografía. Annual Reports. Records Dept. 1926-1959. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 202 Carta fechada el 16-2-1929, enviada por Eleanor Sherman desde el departamento de Iconografía al consulado de los Estados Unidos en Managua (Nicaragua). Se trataba de diecisiete fotografías que debían ser identificadas. Pensaron que algunas eran de imágenes de El Salvador. Las fotografías nunca llegaron de regreso a la HSA por culpa de un huracán. Carpeta: Allyn, Catherine M. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 203 En Jamaica por ejemplo, las expedicionarias realizaron al menos 12 fotografías de las que existen negativos. En Guatemala 2047. En la documentación perteneciente a esta expedición que se conserva en el Dpto. de Grabado y Fotografías en la HSA, especificaron un total de 5704 fotografías realizadas, cuatro mil veintiséis compradas. Itinerario en la Biblioteca de la HSA.

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69. Fábrica de camisas de hombre “El Soleal”. Central American Coll., 1929. GRF: 155.985

70. Central American Coll., 1929. GRF: 155.986-155.989

La presencia de estas mujeres no pasó desapercibida a la prensa y en el Diario de Guatemala se describió el itinerario que siguieron y relataron algunos de los pormenores del viaje. Según el autor de este artículo, la visita a remotas comarcas, la compra de objetos manuales y lo más importante, la cantidad de imágenes recopiladas servirían para dar a conocer su país “allá en aquella gran urbe”204. Muchas de estas fotografías entraron en el GRF, y se planeó un ambicioso proyecto de catalogación, aunque no se completó ya que se trata de un copioso fondo. 204

“Visitan a este país algunos turistas…”. Diario de Guatemala. Casa Editora: Tipografía Latina. Edición. Guatemala C.A., martes 30 de abril de 1929. Corresponding Members. Carpeta; Allyn, Catherine M. HSA.

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Dartt y Jackson. Expedición, 1930. Quizás un nombre menos conocido, entre otras cosas porque no ocupó ningún cargo como conservadora, fue el de Dorothy Morse Darte. Trabajó durante años como asistente en Publicaciones205. Pero el cargo como asistente no la eximió de viajar, y así lo hizo junto a Margaret Jackson en 1930. El itinerario se centró en España y Portugal, y el propósito inicial fue: To secure material with regard to Members of the Society206. Esta directriz a seguir recuerda, tanto en pretensiones y en el estilo de las imágenes las fotografías de Dunbar en 1922. Pero en este momento, además de las casas también se fotografiaron estatuas, fuentes, monumentos y placas conmemorativas en honor a ellos, incluso edificios públicos como bibliotecas o centros culturales, que llevaban el nombre del personaje. Por citar algunos ejemplos nos referiremos a las fotografías que realizaron en la casa de Carolina Michaëlis de Vasconcellos207 en Oporto, Portugal, la de la biblioteca dedicada a Marcelino Menéndez y Pelayo, en Santander. En Salamanca fotografiaron el aula donde Unamuno impartió clases, pero también la casa donde vivió en la calle de Libreros 11. En Bilbao, tierra natal del pensador, fotografiaron los monumentos que la ciudad le dedicó208. Con el ejemplo de Unamuno, se comprueba 205

Si que la encontramos actuando como editora en una serie de libros: History of Spain… New York: The Hispanic Society of America, 1947 y The Art of European Glass from 1600 Through 1800: An Exhibition Presented at The Museum of Fine Arts, St. Petersburg, Florida. March 8 Through April 17. Alice Wilson Frothingham; Jessie McNab; Dorothy M. Dartt (ed.). St. Petersburg, Fla: Museum of Fine Arts, 1977. 206 En el Dpto. de Grabado y Fotografía se conserva un documento con las fechas y el itinerario: Llegaron a París y de allí marcharon a Irún. Pasaron por San Sebastián, Bilbao, Santander, Oviedo, León, La Coruña, Pontevedra, Tuy. Galicia fue la puerta de acceso a Portugal, país del que visitaron su capital, Lisboa. Volvieron a la Península por Salamanca, y siguieron viaje a Valladolid, Madrid y Toledo. Tras una breve estancia en Sevilla y Granada volvieron a la capital de España y desde allí continuaron viaje hacia Valencia, Barcelona. La expedición finalizó en el en la ciudad que fue el punto de partida, París. Consiguieron un total de 177 negativos realizados por ellas. Archivo: General Reference File. Collections, Expeditions, etc. Dartt and Jackson Expedition, 1930. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 207 Carolina Michaëlis de Vasconcellos (1851-1923). Filóloga y lingüista era experta en literatura castellana. De origen alemán vivió en Portugal donde ejerció como profesora en la universidad de Coimbra. Tras su matrimonio con el historiador del arte y músico Joaquim de Vasconcellos en 1876, se instaló en la ciudad de Oporto, en la casa que fotografiaron las expedicionarias. Fue amiga de Ramón Menéndez Pidal, y al igual que él, una experta en el poema del Cid al que dedicó una de sus primeras publicaciones: Romancero del Cid. Nueva edición añadida y reformada sobre las antiguas, que contiene doscientos y cinco romances recopilados, ordenados y publicados por Carolina Michaëlis. La académica contaba con tan sólo veinte años de edad cuando se publicó este libro. En la bibliografía de esta tesis se incluye una selección de su obra. Consultar Juan Carlos Conde. “Carolina Michaëlis de Vasconcellos y la literatura española”. Línguas e Literaturas. Porto: Revista da Faculdade de Letras, XVIII, 2001. págs. 133-170. 208 Aunque también van a realizar fotografías de edificios e iglesias, en total se contabilizaron ciento setenta y siete negativos. Consiguieron documentación fotográfica de figuras como: Joaquín y Serafín Álvarez Quintero, Jacinto Benavente, José Benlliure, Miguel Blay, Tomás Bretón y Hernández, José Echegaray, Vicente Lampérez y Romea, José Leite de Vasconcellos, Marcelino Menéndez y Pelayo,

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claramente cómo con ayuda de las imágenes, se podía reconstruir en parte la biografía del protagonista. Éstas se unirían a las fuentes escritas, a las que sin duda alguna, dotarían de un mayor realismo.

Florence Lewis May y Alice D. Atkinson. Lace Expedition, 1930 No hemos encontrado otra expedición comparable a la que hicieron Florence Lewis May y Alice D. Atkinson en 1930, la bautizaron con el nombre de Lace Expedition, 1930.

71. Atkinson. Lace Expedition. Arens de Munt (Barcelona), 1930. GRF 8.957

72. Fichero: Laces Photographs 1139-1476. Lewis & Atkinson, 1930 Carolina Michäelis de Vasconcellos, Santiago Montoto de Sedas, Pedro María José de Múgica y Ortíz de Zárate, Armando Palacio Valdés, Condesa de Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós, Santiago Ramón y Cajal, Joaquín Sorolla y Bastida, Miguel Unamuno, Ignacio Zuloaga. Dartt-Jackson collection. Expedition 1930. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. .

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El viaje duró siete meses, de enero a julio y la novedosa misión a ellas encomendada, fue la de recorrer el territorio español para recopilar toda la información posible y el mayor número de fotografías, sobre las labores de encaje y bordado209. Antes de comenzar a hablar sobre ella es conveniente incluir la carta que Lewis dirigió a Huntington tras la expedición, y en la que resumió el viaje de la siguiente forma: My dear Mr. Huntington: It is with pleasure that I submit herewith my report for the trip to Spain, January-July 1930, together with a list of the places visited. We experienced no trouble in travelling, meeting everywhere with the characteristic courtesy of the Spaniard. Altogether, the finding of material more than fulfilled my expectations. Cataluña goes in more extensively for lace making than any other province. In Barcelona I took lessons in lace making which have proved to be of incalculable help to me. The pillows which I used are now on their way to be included in the collection of the Society. Castilla specializes in forms of embroidery as well as in lace making. Through the kind offices of Señor Ramón de Zubiaurre, I was able to obtain excellent material in Lagartera where he once worked on his Las encajeras de Lagartera, which painting is still hung in his home. If I may venture to say so, it would add to the collection in the Society of portraiture of costume in Spain. Since there were no opportunities to visit the remote districts of Andalucía, the churches in various pueblos near Sevilla amply repaid us in so far as examples of lace similar to the ones in the collection of the Society are concerned. Galicia uses many patterns like the ones at Almagro but, whereas the Almagro laces are sold all over Spain, those of Galicia are sent to Cuba or South America. Valencia makes a great deal of knotted nets. We were told that Luanco in the Asturias does the similar work. Whe photographed for the most part in museums and in churches. There were fine old mantillas in the exposition at Sevilla and we found much information in the exhibits held at the little Spanish houses. In Madrid, Miss Anderson obtained for us from Señor Gómez Moreno permission to study and photograph in the Instituto de Valencia de Don Juan. We made 285 photographs. Gómez Moreno said that he would give me a few seventeenth century gold and silver laces cut from metre lengths. Unluckily for me, he apparently forgot about it. There were good laces in the museum of the Marquis of Cerralbo. Since Juan Lafora is preparing a catalogue of his art objects, he would only allow us to examine a few laces. The Museo Nacional de Artes Industriales and the Museo de[sic] Pedagógico Nacional were very cordial. The latter has a quiantity of linen featuring drawn work and lace, most in these being packed in boxes which I went over thoroughly, finding also costumes from León, Toledo, etc. as the place has a generally abandoned appearance, only one 209

El viaje comenzó en Barcelona y su provincia, siguió por Valencia, llegaron a Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Se dirigieron a Cádiz, Sevilla, Huelva, etc. desde Madrid se desplazaron a La Mancha, Castilla la Nueva, en aquel tiempo visitaron varias poblaciones de Ciudad Real, como Moral de Calatrava, Granátula, Puertollano, Toledo, Lagartera y continuaron por la provincia de León. De Astorga se dirigieron a la Coruña y todavía les quedó tiempo para visitar Bilbao. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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room being utilized and as no visitors came during the two weeks we worked there, I conclude that either the museum is not very successful or that its founders, the Manuel B. Cossío have lost interest in their project. I should like to suggest that the Society might be interested to inquire about the purchase of some of their things. There were also in the museum a number of interesting Spanish samplers. After ascertaining at the Institut Internacional de cooperation intellectuelle, Paris that they would complete in December the publication of two volumes concerning the international congress held at Prague in 1928, I arranged to have sent to me in September the galley[sic] proofs of several articles on Spanish lace which would aid me greatly in my work. This combined with further research and the material already collected in Spain will, I hope, enable me to finish the book in December. Thank you very much for this my third trip to Spain. To express my appreciation adequately is difficult but I hope that more than a echo of my enthusiastic interest will show in the work which I am privileged to do210

Las palabras de Lewis reflejan la presencia de esta manufactura en la Península, que desde hacía siglos se empleaba en la confección de elementos prácticos y decorativos. Huntington atesoró un importante número de piezas, y conocía una de las mejores colecciones que se conservaba en España, la del Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid.

73. Atkinson. Lace Expedition. Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid), 1930. GRF 89.693

210

Carta de Florence Lewis fechada el 2 de agosto de 1930 y dirigida a Huntington en Arbutus Camp Arbutus, Essex County, New York. En, The Hispanic Society of America. Meeting, 1930. Biblioteca. HSA.

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Todo lo anterior propició el ambiente necesario para adquirir muestras de estas labores, consideradas productos de una cultura, y que como veremos más adelante, estaban consideradas como las señas de identidad de determinadas comunidades. La estima con la que se consideró esta parte de la colección de textiles211 no sólo se aprecia en el deseo mismo de crear un fondo de encajes y bordados, sino también en el de organizar la expedición sin precedente en los Estados Unidos, integrada además por dos mujeres con discapacidades auditivas, y que fueron las encargadas de llevar adelante un reconocimiento en profundidad sobre el tema. Las fotografías se positivaron y entraron en el GRF poco tiempo después de la finalización del viaje con el deseo de tenerlas disponibles para su consulta lo antes posible212. Se organizaron en ficheros para uso diario, y las copias de las fotografías se complementaban con la información proporcionada por las notas que las acompañaban, y en las que se especificaba, entre otras cosas, el origen de procedencia. Estos ficheros se denominaron de la siguiente forma: Laces Photographies (el número de negativo) y Lewis and Atkinson. 1930 Laces Photographies. Notes. Lewis and Atkinson. 1930. Atkinson actuó como fotógrafa y Florence Lewis May, Research Curator of Textiles213, dirigió la expedición. Lewis, a diferencia de la fotógrafa, estaba poco acostumbrada a expediciones tan largas, y ésta además exigió gran energía física por los kilómetros recorridos, pero resultó un éxito. Anteriores a la expedición en el archivo se conservaban imágenes sobre la producción de estas labores, como por ejemplo las que Anderson realizó entre 1924-1926 y también las de Kurt Hielscher214. Es importante

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La colección general de textiles asciende a un total aproximado de 3.000. Desde el punto de vista museológico destacan los fragmentos de telas, alfombras, túnicas, casullas, que abarcan desde el siglo XIII hasta el XX. Dentro de este apartado se incluyen los encajes y los bordados comprados por Huntington o encargados por él, y cuyo número supera las 800 piezas, aunque se trata de un número estimado. Esta colección se formó no sólo con piezas procedentes de España, incluso cuenta con ejemplos procedentes de México o Filipinas. La mayoría de las fotografías de los textiles se encuentran en la fototeca de la HSA. 212 Work Accomplished. Lewis-Atkinson Coll., 1930. Printing of photographs of laces – work completed. Memoria 1930. Annual Reports. Records Dept. 1926-1959. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Existen alrededor de seis ficheros con fotografías y otros tantos de notas que se conservan actualmente en los archivos del departamento del Museo. 213 A History …, 1954. pág.545. 214 Anderson realizó fotografías sobre este asunto en prácticamente todas las regiones que visitó, comenzando por Galicia entre los años 1924-1925, Extremadura en 1928 o las de las Islas Canarias en 1930. Aunque más adelante hablaremos sobre la obra de Kurt Hielscher en la HSA, en este momento habrá que referirse a los retratos de mujeres cosiendo que realizó en Lagartera, Toledo. Algunas fueron publicadas en Viaje de Ida y Vuelta Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. págs.196 y 240. (catálogo). Disponible en Web: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/index.htm. (13-3-2009)

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citar a Anderson porque en este momento sus compañeras volverán a visitar algunas de las poblaciones en las que ella estuvo. Por otro lado Anderson también se encontraba viajando por España en ese momento y les ayudó a obtener el permiso necesario para estudiar la colección y las fotografías que se conservaban en el instituto de Valencia de Don Juan en Madrid215. Hasta el momento tenemos catalogadas más de ochocientas imágenes, aunque el número total es mucho mayor. La exhaustividad de su trabajo sirvió para enriquecer las varias secciones que se habían creado en el GRF sobre el encaje y el bordado y que evidenciaban la preocupación por reunir un repertorio especializado sobre estos temas216. El interés por su minucioso análisis de estas labores les llevó a poner en práctica varios “experimentos” fotográficos, como por ejemplo la microphotography o fotografía microscópica, que facilitaría la observación del diseño en las minúsculas urdimbres de los tejidos217. Esta expedición fue de inestimable valor en la formación de Lewis y así se lo hizo saber la propia investigadora a Huntington, porque en este hecho también se fundamentaba la importancia del viaje. Utilizó los recursos, los conocimientos y fotografías realizadas durante el viaje en su trabajo diario, y muy especialmente cuando escribió Hispanic Lace and Lace Making en 1939. Este libro es un manual de estudio imprescindible sobre el tema, y es citado constantemente en las en las investigaciones sobre estas labores. El material y las imágenes recogidas durante este histórico viaje se han convertido algunos casos, en las únicas muestras conocidas sobre determinados diseños y son testigos visuales de una historia y la práctica de una tradición extinguida o que se mantiene viva como la reliquia de un tiempo pasado.

También en este libro se incluyeron fotografías de Atkinson, que realizó durante la expedición que tratamos. págs. 19, 21, 23, 27, 73, 109, 197, 201, 205, 236-239, 246-254. 215 Carta de Anderson dirigida Anna Hyatt el 21 de mayo de 1930. En aquel momento, la fotógrafa también se encontraba en España de viaje y coincidió con Lewis y Atkinson en Madrid. Anderson aseguró a Hyatt el éxito de la expedición sobre el encaje y el bordado. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. 216 Se incluyen imágenes de bordadoras, Lace Makers; almohadas o mundos, Lace Pillows; herramientas para el bordado, Lace Making Tools; patrones, Lace Patterns. Tambien se crea una sección para los trabajos de bordado, embroidery. 217 Work Accomplished: Experiments in grouping laces on a sheet. [...] Details of Laces by Microphotography were made. Memorias para los años 1928 y 1929, págs. 11 y 6, respectivamente. Annual Reports. Records Dept. 1926-1959. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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1.3. La colección de fotografías Todo lo expuesto hasta el momento muestra la originalidad en la obra de Huntington que no dudó en dedicar gran parte de su fortuna y esfuerzo al servicio de la cultura española, no a modo de pasatiempo, sino con un propósito serio de elevar en Estados Unidos, los estudios sobre el mundo hispánico a la esfera académica. Lo mismo sucedió con el arte, a cuyo coleccionismo se dedicó en gran parte para apoyar su objetivo anterior. Esta empresa la llevó adelante en un momento en el que la clase social a la que perteneció orientó su mirada hacia una estética, más cercana al gusto clásico y al renacentista italiano. Esa originalidad afectó de igual manera la colección de fotografías, cuya misión y temática se alejaban de las colecciones de otros acaudalados norteamericanos, coetáneos de Huntington y devotos coleccionistas de arte como; Isabella Stewart Gardner (1840-1924)218, John Pierpont Morgan (1837-1913)219 o Henry Clay Frick (1849-1919), sobre el que hablaremos más adelante220. Lo que une la colección de Huntington con las del resto fue que todos ellos también reprodujeron fotográficamente sus tesoros arqueológicos221. También sirvieron para facilitar el estudio y la conservación de las piezas, y en determinadas ocasiones obtuvieron la

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Isabella Stewart Gadner fue una de las mecenas del arte más importantes de los Estados Unidos. Se adelantó a la inauguración de la HSA y en 1903 abrió las puertas de su museo en Boston. Fue miembro del Consejo Asesor de la HSA, Advisory Board entre 1911 y 1924, fecha de su muerte. A History…1954. pág. 542. En el archivo de la HSA se conservan algunas fotografías de objetos procedentes de su colección en Boston y en algunos casos fueron publicadas por la HSA, como por ejemplo la que aparece en el libro de Grace Burr Hardendorff. Hispanic Furniture. With examples in the collection of The Hispanic Society of America. Hispanic Notes & Monographs. New York: The Hispanic Society of America, 1941. Fig. 4, pág. 6. 219 Sobre la colección fotográfica de J.P. Morgan, existen pocos datos. Utilizó esta técnica para documentar fotográficamente su colección de arte y comprobó a través de ella la autenticidad de algunas piezas. Aunque resulte anecdótico fue bien conocida su aversión a posar ante una cámara, pero en una ocasión le convencieron y se dejó retratar, aunque posteriormente el fotógrafo tuvo que retocar el negativo y la fotografía se reprodujo en una pintura. Jean Strouse. Morgan American Financer. New York: Random House, 1999. págs. 649-652. 220 Creemos conveniente citar a estos personajes porque de esta forma subrayamos la originalidad de un proyecto como el de la HSA, aunque en este momento nos centraremos en su colección fotográfica recomendamos el artículo: “Coleccionismo de arte en América”. Goya: Revista de Arte 237. Madrid, 1999. Incluye artículos sobre algunos de los más importantes coleccionistas de arte en Estados Unidos. Como Algur Meadows, Henry Walters y el propio Archer M. Huntington . 221 En la biblioteca de la HSA existen una serie de catálogos de las fotografías en algunas de estas colecciones privadas: List of Photographs of Fenway Court by Thomas E. Marr. Photographs made Copyrighted and for sale by Thomas E. Marr, 1903. The Wallace Collection. List of official Photographs and Pictures Postcards. London: 1921. Victoria and Albert Museum. List of Lantern Slides available for Loan. London: Published under the authority of his Majesty´s Stationery Office, 1921. Catalogue of a Series of Photographs from the Collection of the British Museum. Part V. section IV. London, 19-?

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1. The Hispanic Society of America primera impresión de una obra a través de la imagen fotográfica222. Pero el fondo conservado en la HSA persiguió unos intereses que lo hacen único y diferente al resto. Otra diferencia fundamental fue que las colecciones fotográficas de los otros mecenas tuvieron una marcada función personal, ya que las imágenes de las obras de arte se sumaban a las instantáneas de sus casas y propiedades. Con algunas de estas imágenes se hacían lujosos álbumes fotográficos que en determinadas ocasiones regalaban a sus amigos. Por lo general se interesaron por la fotografía para destinarla a unos fines que, muy al contrario de la HSA, no atendían a las propiedades de la fotografía como herramienta para la investigación. La fotografía se convirtió para estos magnates en modernas vías de ostentación, una modalidad de retrato social, el pincel del siglo XX. Las imágenes en muchos casos podían mostrar el status social y el prestigio familiar, presentaban vistas exteriores e interiores de sus mansiones. Estos ambientes privados y exclusivos, servían como marco de escenas domésticas, reuniones con amigos y otros parientes. Un ejemplo de lo que acabamos de exponer lo encontramos resumido en la colección de fotografías pertenecientes a Henry Clay Frick223, para la que el departamento de Documentación de la HSA realizó un gran número de encargos, entre ellos el de más de trescientas imágenes de objetos en la colección de la HSA, junto a tomas de los exteriores de la HSA, todo iba destinado a la biblioteca de la Frick224. En el

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En una selección de cartas entre Huntington y el marqués de Vega Inclán, comprobamos el intercambio habitual de fotografías. En una ocasión el marqués se encontraba en Sevilla y aprovechó para ver un cuadro de Goya por el que Huntington le había preguntado. El marqués le prometió unas fotografías pero mostró sus reservas: […] “he mandado hacer la fotografía que le envío adjunto y como todas las fotografías, ganan los cuadros malos y pierden los buenos”. 17 de junio de 1930. Carta del marqués dirigida a Huntington. Vega Inclán y Flaquer, Benigno Conde de. Correspondence with Huntington. [Microfilm] Biblioteca. HSA 223 La Frick Collection es considerada como una de las mejores pinacotecas americanas y cuenta con obras excepcionales del arte italiano, francés e incluso oriental. Ver: Patrons: “A noble legacy”. Art in America. vol. 91. no. 11. Noviembre, 2003. págs 73-81. Con respecto a varios aspectos sobre el coleccionismo de Frick, recomendamos la lectura de: Ross Finocchio. “Saving Face: Henry Clay Frick´s pursuit of Holbein portraits”. London: The Burlington Magazine, Febrero, 2008. vol. CL. no. 1259. págs. 91-97. Gabriel P.Weistberg; McIntosh DeCourcy; Alison McQueen. Collecting in the Gilded Age: Art Patronage in Pittsburgh, 1890-1910. Exposición en el Frick Art & Historical Center, Pittsburgh, 1997, Hannover y Londres, 1997. Kenneth Warren. Triumphant Capitalism: Henry Clay Frick and the Industrial Transformation of America. Pittsburgh, c. 1996. Martha Frick Symington Sanger. Henry Clay Frick: An Intimate Portrait. New York, 1998. Inge Reist. “Henry Clay Frick y su Colección de Arte”. Goya: Revista de Arte 237. “Coleccionismo de arte en América”. Madrid, 1999. págs. 323-332. 224 […] Museum objects numbering 323, including the lions, stage and flagpoles on the terrace were photographed. 14 negatives of edited paintings in the collection of the HSA were made for the Frick Art Reference Library. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 6.

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año 2008 esta biblioteca organizó una exposición con algunas muestras de su archivo fotográfico. El texto introductorio de la exhibición ilustraba exactamente lo que estamos comentando. La colección se orienta principalmente en la reproducción de las piezas de arte del magnate. Su hija Helen Clay Frick (1888-1984) gran aficionada a la fotografía, contribuyó al incremento de estos fondos y organizó varias expediciones fotográficas. En la biblioteca de la Frick Collection, se conservan varios volúmenes de imágenes realizadas y compiladas por el fotógrafo italiano, Mario Sansoni (1880/81-1975). En ellas se ofrece un muestrario piezas artísticas de todo tipo que documentó en varias expediciones por diferentes regiones italianas como el Véneto o el Piamonte. En el transcurso de estos viajes se encargó de buscar principalmente lujosas colecciones privadas. Con esta misión viajó por todo el país y llegó incluso a las villas más remotas, en ellas pudo fotografiar objetos de arte en los que quizás la familia Frick podría estar interesada225. Como acabamos de ver, las grandes fortunas americanas encarnadas en estos magnates no patrocinaron, a diferencia de Huntington, expediciones de estudio a los países productores de objetos con los que llenaban sus mansiones y galerías privadas. El sentido de coleccionar imágenes estaba regido por otros intereses más simples que los de profundizar en el carácter y la idiosincrasia de las sociedades que habían creado los objetos que tanto admiraban. Esta fue precisamente una de las razones básicas que generaron la colección en la HSA. La personalidad de creador le separa del mero coleccionista y al igual que los libros o las obras de arte, el archivo fotográfico también corrobora esta afirmación. Su afición por las fotos es una clara intención por combinar o al menos aprovecharse del progreso tecnológico aplicado al conocimiento y al estudio, sin que por otro lado, resulte incompatible con su visión más tradicional de España. Por su extensión e importancia la colección fotográfica de la HSA se convierte en un cofre preciado de usos y costumbres. Las ilustraciones que en gran parte obtenían de libros, grabados o pinturas en la colección, se vería ampliada y mejorada por medio de las fotografías, ejemplos que además poseían la cualidad de la contemporaneidad. El Presidente, al referirse a este material, exhortó a las colaboradoras de la HSA a que se

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Inventory of photographs in the Frick Art Reference Library: from art treasures in the province of Liguria, Italy: together with a list of material either unavailable or undesired. New York: Frick Art Reference Library, 1937. Como este inventario se editó una serie de volúmenes publicados el mismo año, sobre otras provincias italianas como el Véneto, y el Piamonte. Mario Sansoni también realizó otros catálogos, como por ejemplo, Catalogue of the Collezione Giovanna in the Uffici, Florence.[S.L: s.n.] Firenze: Real Galería de Firenze, 1939.

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sirviesen de ellas para estudiarlas e ilustrar los textos de sus investigaciones. Muchas de estas fotografías podrían incluso ser exhibidas y en algunos casos se elaborarían ediciones especiales para venderlas226. También opinó que la fotografía era un instrumento idóneo para reproducir no sólo los paisajes y la geografía de España, su arquitectura, sus monumentos y obras de arte, era capaz de documentar ciertos aspectos de la cultura sobre los que resultaba muy complicado conseguir muestras por las razones sobre las que hablaremos más adelante, especialmente al tratar la figura de Ruth M. Anderson la encargada principal de recopilar este tipo de material. La función didáctica de la colección fue posiblemente una de las más destacables227. No le interesó la imagen fotográfica como objeto al que se le pudiesen aplicar consideraciones artísticas, no al menos para las que iban a ser incorporadas al archivo, aunque este principio no evitó la inclusión de una serie de fotografías que podemos considerar bajo la estilística pictorialista228. En la mayoría de los casos se trató de regalos cedidos a la institución, como por ejemplo las del fotógrafo Arnold Genthe (1869-1942)229 o las de William H. Phillips, de East Liverpool, Ohio230. 226

Documento con fecha del 13 de noviembre de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 13. Anexo 1. 227 En la Sala Sorolla, lugar donde llegaron las fotografías etnográficas en 1930, se istalaron mesas para que los estudiantes pudiesen revisarlas. Las fotografías sobre el traje se dispuso además, en ficheros de fácil consulta para el público. […] Until photographs are placed in notebooks, public will receive costume photographs, mounted in present form, over the barrier in the Sorolla Room. Put tables into the Sorolla Room for students to use. En Costume and Customs Photographs, 21-9-1929. Dpt. Grabado y Fotografía. HSA. 228 Pictorialismo (ca. 1885-ca. 1930 / Europa, América, Japón). Con los antecedentes de Julia Margaret Cameron y P.H. Emerson, surge el movimiento cuyos adeptos manifiestan que la fotografía es un arte, en igualdad de condiciones con la pintura y el grabado. Recurren a la intervención manual con procedimientos pigmentarios (carbón, goma bicromatada, bromóleo, etc.), con efectos de flash y temas preferentes como paisajes, figuras femeninas o alegorías. Su cese casi repentino tras la Primera Guerra Mundial, con el cambio de orientación de Alfred Stieglitz y de la mayoría de los fotógrafos europeos, fue mucho más tardío en España, donde se mantuvo aun después de la Guerra Civil, Linked Ring, London Camera Club, New York Camera Club, Photo-Club de París, Wiener Camera Club, Real Sociedad Fotografia, Sociedad Portuguesa de Fotografía, Sociedade Portuguesa de Fotografía Argentina de Aficionados o la Japonesa Camera Pictorialist of America son las principales asociaciones que se adhirieron al movimiento. Marie-Loup Sougez; Helena Pérez Gallardo. Diccionario de historia de la fotografía. Madrid: Editorial Cátedra. Cuadernos de Arte, 2003. pág. 356. 229 Las imágenes de Genthe fechadas en 1904 entraron en los libros de registro de la HSA en 1922. una selección de ellas se encuentra en el libro VV.AA. Viaje de Ida y Vuelta. Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. Universidad de Castilla-La Mancha. Disponible en Web: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/index.htm. (13-3-2009) Sobre Genthe existe una amplia bibliografía ya que fue un fotógrafo reconocido en su época. Disponible en Web: http://catalog.nypl.org/iii/encore/search/C%7CSgenthe,+arnold;jsessionid=A044C1BF0EC7C38D6F6A5 29C2DBD039C?lang=eng (17-5-2006) 230 Las imágenes entraron en el GRF en 1919. Pocas noticias biografías tenemos sobre él, a no ser por un artículo sobre su viaje a España, y que ilustró con una selección de su obra gráfica, muchas de ellas en la

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74. Arnold Genthe. Córdoba Cathedral, 1904. GRF: 39.054

Ese espíritu pedagógico se comprueba desde el momento que entramos a la HSA, tras empujar la pesada puerta de acceso al museo son las fotografías las que nos dan la bienvenida. En el recibidor del museo y dentro de una vitrina mexicana del siglo XVII, se dispusieron en los años setenta cinco fotografías sin firmar que muestran algunas de las fases de edificación del museo y en el centro el retrato de Archer M. Huntington destaca entre todas ellas.

colección de la HSA. Recorrió prácticamente toda España y visitó las típicas ciudades a las que acudía el viajero extranjero de la época. Narró su relación con los españoles que conoció y las facilidades y dificultades que experimentó para realizar sus fotografías y para conseguir material fotográfico. También sabemos que conoció la obra de Sorolla, pues se arrepintió de no haber parado en Valencia. Ese comentario le acerca más a la Huntington y a su fundación de la HSA. “Camera Tour through Spain”. Photo-era magazine. vol. 26, no. 1. Enero, 1911. págs. 3-11. Este artículo se incluye en un libro recopilatorio de artículos aparecidos en la revista, titulado: Photo-era Magazine. The American Journal of Photography. Vol. 26, Jan., 1911 to June 1911. Boston: Wilfred A French, 1919. Disponible en Web: http://books.google.es/books?id=jRzOAAAAMAAJ&printsec=frontcover&hl=en&source=gbs_ge_summ ary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false (20-2-2009)

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75. Recibidor de acceso al museo. Vitrina mexicana del siglo XVII que contiene fotografías de la construcción del edificio de la HSA.

76. Recibidor de acceso al museo. Vitrina mexicana del siglo XVII. Detalle.

Continuamos la visita al museo, en una de las salas del segundo piso se conservan los aldabones, clavos, cerraduras, bisagras, molduras de hierro etc. que en su día pertenecieron a portones medievales y renacentistas. Sobre paredes de madera y con la intención de proporcionar un mayor realismo, se dispone una selección de fotografías que muestran ejemplos de puertas en sus emplazamientos originales. A través de ellas

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se intenta transmitir a los visitantes una idea más completa de cómo eran esos portones y la forma en la que se disponían en ellos, clavos o aldabones231.

77. Puerta de la iglesia de Traiguera (Castellón de la Plana), siglo XV. Sala de los Hierros, museo HSA.

Son imágenes que en algunos casos se han ampliado y que contribuyen a una mejor apreciación y entendimiento de los clavos que se exhiben fuera de contexto. Lo mismo ocurre en las vitrinas que contienen restos de capiteles, y que también se complementan con imágenes de edificios del mismo estilo arquitectónico. y consiguen que el espectador contextualice la pieza. Estas imágenes se colocaron por orden de Huntington, ya que se encontraban en las vitrinas en la década de los años treinta232.

231

Se trata de seis imágenes que Priscilla Müller, conservadora emérita de la institución, dispuso en la década de los años sesenta. No se indica el autor o la fecha de realización y a continuación incluíamos los títulos que las identificaban: Puerta del monasterio de Meira en Lugo, Puerta de Llanés en Gerona, Puerta de entrada a la casa del conde de Toledo, Portada de entrada a la iglesia de Traiguera en Castellón de la Plana, un detalle de la entrada al Hospital de Santa Cruz, Toledo, Puerta perteneciente a una casa cercana a la Catedral de Tarazona. Priscilla Müller conservadora emérita de la institución, dispuso en los años setenta estas imágenes para hacer más comprensible la disposición de los clavos que se exponen en el museo y que pertenecían a portones de estos estilos. 232 Quiero agradecer a la Doctora Priscilla Müller, su ayuda a la hora de facilitarme datos tan importantes como el que acabamos de comentar. Entrevista, 21-1-2010.

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78. Capitel del Gótico Catalán, junto a una fotografía del convento de Pedralves (Barcelona), siglos XIV-XV. Museo HSA.

Los ejemplos anteriores ponen de manifiesto la idea que se repite constantemente con respecto a la colección fotográfica, su función educativa, el propósito de facilitar la comprensión del objeto a un espectador poco acostumbrado a contemplar este tipo de objetos y arquitecturas. La “nueva” tecnología fotográfica supondría una ventaja para el estudio de la Historia del Arte. No debemos olvidar que la práctica fotográfica vivió a comienzos del siglo XX sus años dorados, era un medio cargado de posibilidades y desde que se presentó oficialmente el daguerrotipo en 1839. A partir de ese momento y hasta la fecha no se detuvo el avance y las transformaciones en los aparatos fotográficos233. La tecnología aplicada al arte, o mejor dicho a un mayor conocimiento de éste, fue otra de las ventajas que atrajo a Huntington en primera instancia y de esta forma puso a disposición de las empleadas que se ocupaban de las fotografías, los aparatos más modernos y variados. No escatimó con el presupuesto y durante décadas el departamento encargado de este material fue uno de los más activos, por lo que ocupó toda una planta en el complejo de edificios que conformaban el Audubon Terrace234. Dotó al laboratorio con una imponente máquina de Rayos-X que se utilizó para analizar principalmente las obras pictóricas de la colección. Incluso llegó a donar uno de estos aparatos al Museo del Prado. Como Huntington, Sánchez Cantón que era el director del 233

Un completo catálogo donde se incluyen gran cantidad de imágenes de cámaras fotográficas pertenecientes a la colección de la Eastman House, y que ilustran su evolución a lo largo de la historia. Se aportan ejemplos que van desde el daguerrotipo hasta la cámara digital, Todd Gustavson. Camera. A History of Photography from Daguerreotype to Digital. New York: Sterling Innovation, 2009. 234 En el tercer piso del NB. Este dato se hace evidente entre otras fuentes, repasando las memorias anuales del departamento de Documentación. Records Dpt. 1926-1959 y 1960-1969

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museo aludió a este generoso regalo en su discurso inaugural de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias235. Reflexionó sobre las virtudes del aparato que era capaz de revelar lo que se escondía bajo las capas de pintura, es decir, repintes, correcciones y también podía descubrir falsificaciones. Las funciones prácticas de la fotografía, como hemos visto, estaban bien definidas, pero todavía se utilizaron con otro objetivo, el de publicarlas en los libros editados por la Sociedad. Ya señalamos anteriormente como en sus viajes las colaboradoras llevaban varias cámaras. La publicación de estas fotografías no estaba sujeta a los permisos de reproducción que imponían algunos de los fotógrafos a los que compraban imágenes. Desafortunadamente cuando las instantáneas publicadas habían sido realizadas por alguna de las colaboradoras, no se especificaba el nombre de su autora y tan sólo señalaba que pertenecían a la institución.

1.3.1. Formación del depósito de imágenes Hasta el momento, el estudio del archivo fotográfico se ha trabajado de forma segmentada, centrándose en determinadas partes de la colección, bien porque iban a ser utilizadas en publicaciones o porque debían ser consultadas por investigadores. En los últimos años se han editado una serie de catálogos que han servido para dar a conocer las particularidades de este fondo, con el que se cubren algunas lagunas sobre la historia de la fotografía en España y aportan más datos acerca de los fotógrafos y viajeros extranjeros que inmortalizaron el paisaje y las gentes de España en sus imágenes. Si nos atenemos a los números en los libros de registro, la institución estima su colección en aproximadamente 176.000 imágenes, pero no es un número definitivo si tenemos en cuenta la cantidad de piezas que siguieron llegando, algunas a través de donaciones, o parte del inmenso fondo de imágenes de Latinoamérica que restan por catalogar. Dependiendo de su formato, las fotografías se incorporaron a una serie de diferentes libros de registro donde se adjudicó un número. Las imágenes en blanco y negro ocupan la mayor parte de los volúmenes, pero también existe uno dedicado exclusivamente a las fotografías en color, color prints, otro a las diapositivas, slides and transparencies y por 235

Lo afirmó Sanchez Cantón en el discurso inaugural del XVIII Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. En este interesante texto se refirió a la donación de esta máquina proporcionada por el “gran amigo de España, M. Archer M. Huntington”. Con ella se consiguió descubrir la falsificación de un boceto del Greco que el duque de Alba pretendía comprar. Francisco Javier Sánchez Cantón. Discurso Inaugural. Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Tomo del XVIII Congreso. Córdoba, 1944. Madrid: C. Bermejo, Impreso, 1945. Una copia de este discurso fue regalada a la HSA por su autor, que además era miembro de la sociedad. (Recid 12.-16-1948). págs. 5 y 8.

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último a las postales, post cards. También debemos advertir que en la biblioteca de la institución también se conserva material fotográfico, en la mayoría de los casos son imágenes relacionadas con documentos a los que acompañan, como por ejemplo las que pertenecen a los fondos de aquellos personajes que fueron miembros de la institución. Antes incluso de crear la HSA, Huntington acumuló al menos cuatro baúles repletos de fotografías hechas y compradas por él mismo y es conveniente iniciar este apartado refiriéndonos a ellas236. Muchas que provenían de su colección original se incorporaron a partir de 1919 a los libros de registro. En su diario de 1898, habló de la cantidad de imágenes que había reunido casi sin darse cuenta, y cargó con ellas durante sus viajes por varias capitales europeas. Las fotografías fueron una especie de diario y escribió notas sobre ellas. Con las fotografías pudo observar detalles que quizás se le olvidaron o que le pasaron desapercibidos. En su segundo viaje a Europa, concretamente en Londres el 12 de julio de 1887, escribió: My photograph collection now fills 4 trunks and is rather a problem. I am leaving it here in storage and will get it on the way home. Most of the books have gone already. The photographs form a sort of diary and I have a book of notes on them. One grows to realize how much may be learned from them, and they bear the details which our memories cannot keep for us. Anything which is easily available and which stores up, such a vast mass relieves the memory for something else237.

En la fotografía buscó técnicamente la claridad de las escenas, y la precisión del objetivo que debía producir instantáneas nítidas. Por este motivo adquirió los aparatos más avanzados y se aprovechó de las nuevas técnicas que salían al mercado, como por ejemplo, cuando proporcionó a Anderson la ventaja de las placas autocromas. Este asunto nos parece de gran interés, especialmente si tenemos en cuenta alguna de sus reflexiones: When color-photography shall have been developed and we may sit down and study the color of a Spanish street in our own rooms we shall be little better able, I fear, to gain a clear impression from it, than we do now from the ordinary photograph which, we are told, looks so like what we have seen.

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Estas imágenes se identificaron como Original Collection Gift. Habrá que diferenciarlas de otros regalos de fotografías a Huntington y que éste a su vez cedió a la HSA, pero que no pertenecieron directamente a su colección privada. 237 Codding, 2002. pág.146

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Pero las frases anteriores anticipan un sentimiento que, contrariamente a lo que podríamos pensar, le provocó gran malestar ya que consideró que una imagen fotográfica no podía captar las sensaciones, ni la emoción de sentir España de forma directa: It is hard to tell why it is that pictures of Spanish scenes are so unsatisfactory. Is it that the rapidity of change is so great, that expression and sound and smells play so large a part in the whole, or that the impressions are so fragmentary and little general that they become confused and lost almost as soon as received ?238.

Entre los meses de julio y octubre de 1932, entregó a la conservadora del departamento de Documentación, Frances Spalding, una selección de negativos hechos por él antes de fundar la HSA durante su viaje por España en 1898, President´s Negatives. Made in Spain in 1898 (?)239. Estas imágenes son muy clarificadoras, ya que se trata de fuentes primarias que nos ayudan a darnos cuenta el estilo que buscó para su colección. Los ejemplos proporcionados por él simbolizan los criterios que imperaron, y cuya temática se repitió posteriormente y generó en las diversas categorías, etnográficas, artísticas, en las que se catalogaron las fotografías. El que se trate de una selección se convierte en otra ventaja, porque con ella se incide en las preferencias de Huntington y posiblemente se trata de una serie que empleó para su uso personal. Son imágenes realizadas en varias de las ciudades que visitó durante este viaje, muchas en la región andaluza. Los primeros escenarios de sus fotografías fueron Gibraltar y Tánger. Su entrada a la Península se produjo por Andalucía, y es de esta región de la que seleccionó un mayor número de negativos para ser positivados. En ese momento la institución estaba comisionando las excavaciones de varios yacimientos arqueológicos en los pueblos de Santiponce, Itálica y Carmona. El propio Huntington, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, participó en las excavaciones y fotografió directamente las piezas que se iban encontrando. Pero también se preocupó por documentar vida diaria en los pueblos donde se hallaban los yacimientos arqueológicos. Realizó instantáneas de 238

Huntington. A Notebook, 1898. Cap. VII. pág. 94. El departamento de Records notificó en 1935 la recepción de los negativos, que Huntington realizó en 1898 y de los que tenían que hacer duplicados. Siguiendo las instrucciones del presidente y parte de ellos le fueron devueltos posteriormente. Se trataba de 961 negativos aunque fueron en total 1237. El propio Huntington se encargó de identificarlos: [..] In some instances Mr. Huntington has written identification, notes, instructions, etc., on the negative envelopes before returning them to us. Department of Iconography has copied these notes directly from the negative envelopes to the prints in the General Reference File. En, NB. HSA

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calles, casas, y sobre todo personas. En uno de los ficheros donde reunió estas imágenes escribió, Persons, y agrupó bajo ese título los retratos y fotografías en general las que había hecho a los habitantes de estos pueblos. En contadas ocasiones los retratados aparecen posando para él, más bien los “cazó” con su objetivo, mientras realizaban sus tareas cotidianas. No creemos que fuera una coincidencia, pero Huntington se encontraba en Sevilla durante la Semana Santa. Este rito religioso de secular antigüedad y tradición, había sido representado en infinidad de obras de arte. Se trataba de una celebración cargada de simbolismo, y con la que históricamente se había exaltado la fe católica en España por parte de los reyes cristianos. El hispanófilo se convirtió en un espectador anónimo de estas fiestas, y con su cámara documentó todo lo que le interesó, especialmente las procesiones, la Feria del Jueves y las corridas de toros que se celebraban en ese momento. Se trata de imágenes sin calidad técnica quizás, pero con un claro interés documental, dominadas por el componente etnográfico de las escenas que años más tarde Ruth M. Anderson llevó a su máxima expresión por su estilo y cantidad. Entre este tipo de fotografías se encuentran las que hizo sobre la crianza del toro bravo, el ejercicio de la caza, los diversos medios de transporte…. Como hemos dicho, estos temas son los que abundan y se repetirán posteriormente en los fondos del GRF, donde precisamente, quiso incorporar algunas de ellas para que pudieran ser consultadas240.

79. Huntington. The Road, 1898.

240

[…] A collection of negatives made by the President before the founding of the Society has been printed. Prints of these negatives may eventually be added to the General Reference File of the Society. Nov. 1st 1932- Nov 1st 1933. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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80. Huntington. Santiponce, 1898.

81. Huntington. Madrid, 1898.

Así son las fotografías hechas por el Huntington, en ellas primó la naturalidad porque con ellas intentó congelar la vida que se movía ante sus ojos... […] it is difficult to describe in words the impression produced by this shifting, impulsive, now sombre, now vivid, street vitality of Madrid...241. Estas fueron sus palabras al referirse a Madrid y creemos que la fotografía que hemos seleccionado las ilustra perfectamente. La vivacidad que respiró en las calles madrileñas era difícil describir con palabras, se encontró ante un escenario cambiante donde nada permanecía estable. Decidió realizar una toma con la que consiguió detener por un segundo, el 241

Huntington. A Notebook, 1898. Cap. VII. pág. 94.

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trasiego de personas un día cualquiera y en una de las plazas madrileñas más populares y concurridas. Las fotografías que llegaron directamente de manos de Huntington, constituyeron el punto de partida e instauraron los cánones que se prolongaron en el resto de la colección. Se registraron en los libros del GRF identificándolas con una inscripción que informaba de su procedencia, Original Collection y también, Gift Mr. AMH242. Si queremos estudiar la colección original de Huntington tendremos que empezar por las pertenecientes a la firma del fotógrafo francés Jean Laurent y Minier (18161892). Constituyen algunas de las primeras que adquirió en España, y se alejan en número de las de cualquier otro fotógrafo o estudio fotográfico243. A éstas habrá que sumar las que le regaló el marqués de Vega Inclán en 1934. Estudiadas con detenimiento, el gran número nos permitiría incluso averiguar las diversas etapas por las que pasó el negocio del fotógrafo244. El trabajo de J. Laurent constituyó uno de los referentes visuales que Huntington concibió sobre su idea de España. Son imágenes de una época pasada y a la vez cercana cronológicamente. Con ellas se documentan paisajes, pueblos, arquitecturas y tipos humanos, con la indumentaria tradicional de cada provincia. Las fotografías que eligió de este fotógrafo, en contadas ocasiones se reflejan los primeros síntomas de progreso, puentes de hierro, muchos construidos para las vías del ferrocarril, estaciones de tren. Cuando aparecen, en la mayoría de los casos se encuentran alejados del objetivo, lejanos, confundidos con el paisaje, o el perfil del pueblo, que son los verdaderos protagonistas de la escena.

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Muchas veces estas dos denominaciones aparecen juntas. En los libros se indicó la procedencia de fotografías regaladas a Huntington, que él cedió a su vez a la institución. Es importante diferenciar estos regalos de los que proceden directamente de su colección privada, por tratarse de obras que él no eligió expresamente, pero que en cierto modo, al ser incluidas en los libros se reconoció que su temática o la escena en ellas representada estaba acorde con las del resto de la colección. 243 Hasta el momento se han introducido en la base de datos un total de 1.125. 244 Algunas aparece el rótulo, Laurent, Madrid, en cambio en otras se puede leer Laurent y Cía. Existen imágenes de Laurent con el sello de Lacoste y también el de Ruiz Vernacci. Existe una extensa bibliografía sobre el fotógrafo y su labor en España, sobre la que citamos a continuación una selección de libros: Marie-Loup Sougez. Ciudades del XIX: la España de Laurent. Con textos de Marie-Loup Sougez. Barcelona: Fundación La Caixa, 1992. Jean Laurent. Catálogo de las fotografías que se venden en casa de J. Laurent fotógrafo de S.M. la Reina y SS.AA.RR. los Sermos. Infantes de España. Celebridades contemporáneas. Trajes y costumbres nacionales. Vistas estereoscópicas de España y de Tetuán. Obras artísticas. Madrid, 1863. Félix González; Carlos Teixidor; Ana Gutiérrez. J. Laurent, I. La documentación fotográfica de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos. Madrid: Ministerio de Cultura y Centro Nacional de Información Artística, Arqueológica y Etnológica, 1983. Laurent, J. Un fotógrafo francés en la España del siglo XIX / Laurent J. Un photographe français dans l'Espagne du XIXe siècle. Paris: Instituto Cervantes, 1996; Madrid: Caja Madrid, 1997.

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82. Jean Laurent. Vista general desde el depósito de Aguas. Jerez de la Frontera (Cádiz), 18581874. GRF: 113.592

83. Identificación manuscrita de Huntington en una de sus fotografías de la colección original. Játiva (Valencia). GRF: 21.776

Huntington sintió gran estima por estas imágenes puesto que se encargó personalmente de ellas. Escribió notas con información adicional sobre ellas y en otras ocasiones, añadió sus iniciales (AMH) junto a un número de serie y el nombre del lugar que aparecía en la imagen. Las fragilidad de estas piezas le llevó a fijarlas a un soporte rígido, para asegurarse de su conservación y en cierto modo indica el habitual uso que se hizo de ellas. Esta además es una característica que las diferencia de las que llegaron posteriormente en la donación del marqués de Vega Inclán, y comparándolas nos damos cuenta como con esa iniciativa logró alargar la vida de las imágenes. 145

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Otra peculiaridad de esta parte de la colección fue el sistema que él mismo ideó para que pudieran ser fácilmente consultadas, y que se encargó de exponer a sus colaboradoras mediante un dibujo245. En los márgenes del soporte duro dispuso una arandela metálica, con ellas podría colgarlas en hileras de ganchos que se dispondrían a la altura de la vista.

84. Mr. Huntington send this drawing on 19th, 1948 to show the rods at eye level on which he hang the Laurent photographs eight or ten on each rod. The metal rings in the photos to put in himself246.

85. Laurent. Játiva (Valencia), 1858-1874. GRF: 21.776

245

Texto que acompañaba el dibujo: Mr. Huntington send this drawing on 19th, 1948 to show the rods at eye level on which he hang the Laurent photographs eight or ten on each rod. The metal rings in the photos to put in himself. Carpeta: Huntington. Original Collection. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 246 Nota en carpeta: Original Coll. Laurent Photos. Dpto. Fotografía y Grabado.

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86. Laurent. Játiva (Valencia), 1858-1874. Detalle. GRF: 21.776

No sabemos cuánto tiempo le llevó idear este sistema y si lo puso en práctica en algún momento, pero con este método volvió a dejar claro su interés por este material y sobre todo por hacerlo fácilmente consultable. Otra característica destacable sobre la obra de Laurent en la HSA, es que temáticamente precedieron a las escenas que décadas después inmortalizará Sorolla en sus paneles de las Regiones Españolas. Trasladar las fotografías de interés etnográfico a la Sala Sorolla nos resulta un gesto de gran significación. Refuerza la relación entre ellas, el diálogo y la comparación que se establecería de forma inmediata cada vez que se sacaban de los archivadores. Además no debemos olvidar que el pintor valenciano al igual que Huntington, coleccionó fotografías de Laurent y de Clifford, otro de los fotógrafos que cumplió con los cánones deseados por el hispanófilo.

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87. Charles Clifford. La Torre Nueva, Zaragoza. Construida en 1504, su inclinación es de 9 y medio pies hacia el sur. 1860. GRF: 32.340

Sorolla incluso solicitó material fotográfico antes de comenzar el gran encargo para la HSA247. El artista se inspiró en algunas de las instantáneas de Laurent cuando empezó a pintar y Anderson posteriormente, estudió la obra tanto de Sorolla como de Laurent y fue capaz de combinar ambas en su trabajo. Huntington se abasteció personalmente con las obras de otros grandes maestros fotógrafos como Beauchy248, Levy249, Garzón250o José Spreafico251, Esplugas252. En ellos buscó la calidad en la imagen, una de las cualidades más apreciadas por él.

247

Durante la primera reunión que mantuvieron Sorolla y Huntington se discutió este asunto en el Hotel Ritz de París el 25 de octubre de 1910. En Roberto Díaz Pena. “La narrativa fotográfica en la representación pictórica de Joaquín Sorolla”. Sorolla y la otra imagen en la colección de fotografía antigua del Museo Sorolla. Madrid. Barcelona, México: Lunwerg Editores, 2006. págs. 93-117. Joaquín Sorolla; Roberto Díaz Pena; Víctor Lorente Sorolla; María Luisa Menéndez Robles. Sorolla y la otra imagen en la colección de fotografía antigua del Museo Sorolla: Museo de Bellas Artes, Centro del Carmen, Valencia, octubre-noviembre 2006: Museo Sorolla, Madrid, enero-mayo 2007. Barcelona: Lunwerg Editores, 2006. 248 Dentro de la historia de la fotografía en España el apellido Beauchy está ligado a la fotografía sevillana de 1860. El iniciador de esta saga de fotógrafos originarios de Francia fue Jules Beauchy Perou. Su hijo Julio Beauchy Cano, se convirtió hacia 1900, en uno de los mejores retratistas hispalenses. Cfr. Miguel Ángel Yáñez Polo. “Historia de la fotografía en Andalucía”. En Historia de la fotografía española 18391986. Actas del primer congreso de Historia de la fotografía española. Sevilla: Sociedad de Historia de la Fotografía Española, 1986. págs. 41-63. 249 Levy, J. Georges (muere en 1913). [...] Fotógrafo-editor con casa en París, adquirió junto con León, el fondo de Soulier y Ferrier. En 1865, se presentaron León y Levy como sus sucesores. En 1873, la empresa pasó a llamarse Levy et ses fils (Levy e hijos). Junto con estos, L. Jules y Lucien, el negocio llegó a reunir un archivo de más de 20.000 clichés, constando de un fondo dedicado a España, en buena parte conformado con los documentos recabados por Soulier y Ferrier. Padre e hijos fueron miembros de la Societé Française de Photographie. Despues de la primera Guerra Mundial la empresa se fusionó con los editores Neudein Fréres y el fondo conjunto fue adquirido por la agencia Roger-Viollet, de París. Marie-Loup Sougez; Helena Pérez Gallardo. Diccionario de historia de la fotografía. Madrid: Cátedra. Cuadernos de Arte, 2003. pág. 268.

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88. Rafael Garzón. Calle y tipos del país. Córdoba. ca. 1880-1890. GRF: 21.066

Las fotografías de estos maestros fueron una continuación temática en sintonía con las de Laurent. Predominó un extenso repertorio de arquitecturas emblemáticas en las que, a veces, aparecen tipos que aportan el aspecto tradicional y castizo de España, y que en algunos casos, se convierten en símbolos de una mirada romántica de la Península. También encargó a José Gudiol, fundador de Instituto Amatller de Arte Hispánico, miles de fotografías y al Arxiu Mas, donde adquirió imágenes durante décadas, principalmente a través de las compras que realizó Ruth M. Anderson.

250

Garzón Rodríguez, Rafael (1875-1900). Fotógrafo profesional que abrió sendos estudios en Granada y Sevilla. También se tiene noticia de su trabajo en Córdoba. Idem. pág. 197. 251 José Spreafico (activo entre 1861-1880). Escasos datos poseemos de este excelente fotógrafo establecido en Málaga. Aparte de retratos sueltos, se conocen sus fotografías sobre el ferrocarril CórdobaMálaga y su serie Recuerdos históricos de La Rábida. Idem. pág. 418 252 Espulgas, Antonio (1852-1929). Abrió estudio en Barcelona, en torno a 1875. Además de excelentes retratos (muchos de actores), recabó imágenes para un Museo Fotográfico (ciudades españolas). Publicó en la España Artística y Monumental sus registros de tipos callejeros (Barcelona, Valencia) y del puerto de Barcelona. También hizo desnudos femeninos, muchos publicados en revistas como La vida galante, La Saeta, Mundo Galante, El gato negro y en revistas de París y Viena. Idem. pág. 159.

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89. Arxiu Mas. Casa Particular, 1915. Fornalutz (Mallorca). GRF: 98.847.

90. Arxiu Mas. Casa Particular, 1915. Fornalutz (Mallorca). GRF: 98.847.

Inmediatamente después se incorporaron las realizadas por Arthur Byne

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91. Arthur Byne. Iglesia de San Pedro de Roda. Puerto de la Selva (Gerona), 1915-1918. GRF: 33.067

92. Arthur Byne. Castillo de Cuellar (Segovia), 1915. GRF: 32.875

En el transcurso de varias expediciones comisionadas por la HSA, entre 1915 y 1917-1918. Arthur Byne (1884-1935) y su esposa Mildred Stapley Byne (1879-1941), eran miembros de la institución desde abril de 1915, y un año después fueron nombrados conservadores de arquitectura y artes afines253. Durante los viajes estudiaron la arquitectura y el arte in situ y les proporcionaron los argumentos necesarios para varias de sus publicaciones. Con las imágenes fotográficas y los dibujos realizados por Byne, se propuso crear un fondo especializado que sería consultado por arquitectos y 253

The two autors, elected to corresponding membership on April 7th, 1915, traveled extensively in Spain during that year making photographs for the Society´s collection. They became curators of architecture and allied arts in August 1916. The Hispanic Society of America. 1944. Biblioteca. HSA. pág. 52.

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1. The Hispanic Society of America

artistas, también podrían ser exhibidas en el museo y utilizadas en las publicaciones de la HSA254. La diversidad de fuentes que abastecieron de imágenes el archivo en la HSA es considerable. Una de las agencias americanas especializadas en material gráfico y a la que llegaban fotografías desde todo el mundo fue la Publisher Photo Service de Nueva York, etc.255.

93. Publishers Photo Service. Roman Bridge, Mérida, 1930 (?). GRF 37.59.

254

[…] announcements that over 12,000 of their photographs might be consulted in the Hispanic Library were sent in January 1917 to architects and artists in New York City. The next winter, groups of photographs which had been procured on the Byne expeditions were shown in the museum. The Byne´s research resulted in their books, Spanish Architecture of the Sixteenth Century (1917) and Decorated Wooden Ceilings in Spain, issued by the Society in 1920, together with a portofolio of plates. Mrs. Byne usually wrote the text, while Mr. Byne supplied the architectural drawings. The Hispanic Society of America 1944. Biblioteca. HSA. pág. 52. En la base de datos del departamento aparecen un total de 2955. 255 Por citar algunos nombres de la extensa lista de lugares en los que se compraron fotografías se encuentra el Photo Club de Burgos, los archivos catedralicios (Palencia, Burgos), el Smithsonian Institute de Estados Unidos. Se adquirieron imágenes en museos, como el Prado, la National Gallery, el Victoria & Albert Museum de Londres, Viena Kunsthistorisches Museum, Detroit Institute, museos locales como el de Poznam en Polonia. También las bibliotecas ofrecieron recursos fotográficos como por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Madrid, la Central de Barcelona, las Bibliotecas Nacionales de Paris, Viena, Italia y la New York Public Library. Huntington adquirió un considerable número de fotografías procedentes de la agencia neoyorkina, Publisher Photo Service.

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94. Publishers Photo Service. A Street Scene Madrid, 1930 (?). GRF: 28.635.

Pero fueron dos marchantes alemanes, que proporcionaron habitualmente de buena parte de sus fondos bibliográficos, los que también aportaron material fotográfico. Nos referimos a Berthold Hemme que vendió a Huntington la colección de Kurt Hielscher, que se conserva íntegramente en la institución256 .

95. Kurt Hielscher. Güejar (Granada), 1914-1919. GRF: 95.618

256

Datos biográficos de Hielscher y algunas de sus fotografías en: VV.AA. Viaje de Ida y Vuelta. Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. Biografías de Fotógrafos. Disponible en Web: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/index.htm. (13-3-2009)

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1. The Hispanic Society of America Y sobre todo Karl Wilhelm Hiersemann (1854-1928)257, que le surtió de un gran número de

vistas latinoamericanas y son fácilmente reconocibles por el cuidado

formato en el que se presentaron258.

96. A. Moscioni. Phot. Sugar Cane Train. Toa-Baja, Puerto Rico (1900-1917). Coll. Hiersemann. GRF: 7.319.

97. A. Moscioni. Phot. Sugar Cane Train. Toa-Baja, Puerto Rico (1900-1917). Coll. Hiersemann. GRF: 7.319

257

Biografía del anticuario escrita por: Wilhelm Olbrich. Hundert Jahare Hiersemann (1884-1984). Stuttgart: Anton Hiersemann, 1984 258 La imagen unida a un soporte de cartón color gris, aparece enmarcada y los rótulos identificativos están hechos en letras doradas. En la parte trasera se indica por medio de una pequeña etiqueta de color blanco el nombre de Hiershemann y una fecha. La documentación sobre la Hiersemann coll. Está fechada el 28 de noviembre de 1913 y a continuación incluimos el número de fotografías de cada país: 151 (Argentina), 36 (Barbados), 49 (Bolivia), 119 (Chile), 78 (Costa Rica), 52 (Cuba), 112 (Ecuador), 100 (Guatemala), 40 (Haití), 131 (México), 29 (Nicaragua), 50 (Paraguay), 74 (Perú), 331 (Filipinas), 118 (Puerto Rico), 20 (Trinidad), 52 (Uruguay), 100 (Venezuela), 6 (Panamá). 1.647 fotografías en total.

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1. The Hispanic Society of America

Hiersemann proporcionó a Huntington una gran cantidad de manuscritos y libros entre 1890-1917, el presidente sólo tenía que expresarle sus preferencias y el librero alemán cumplía con los encargos inmediatamente. Lo mismo sucedió en el caso de las fotografías, que aunque no fueron pedidos tan importantes, ni numerosos como los libros, dotaron al GRF de un material exclusivo, de imágenes muy específicas, como por ejemplo las de Argentina, Venezuela o Filipinas, muchas de ellas realizadas por la prestigiosa firma Underwood & Underwood259.

98. Underwood & Underwood (1882-1920). A bamboo boat on Binondo Canal. Manila (Philippines). GRF: 8.337

259

Loring Underwood; Wm. Lyman Underwood; Robert Lyons; Carol Shloss; Joel Snyder. Gentlemen Photographers: The Work of Loring Underwood and Wm. Lyman Underwood. Florence, MA: Solio Foundation, 1987. T. K. Treadwell. Underwood & Underwood's 1890 Stereoview Catalog and Other Documents. [S.l.]: Institute for Photographic Research, 1995. Loring Underwood; Bill Helms. Autochromes of the Arnold Arboretum of Harvard University by Loring Underwood: Famed Landscape Architect and Pioneer Natural Color Photographer. New York: Bill Helms Inc, 1999. Underwood & Underwood. St. Louis World's Fair Through the Stereoscope Underwood & Underwood 1904, 100 Stereographs. Hillsville, Va: Golden Age Pub., 2003.

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99. Underwood & Underwood (1882-1920). A bamboo boat on Binondo Canal. Manila (Philippines). Sello indicando la procedencia en el reverso de la fotografía. GRF: 8.337

Lo interesante además es que, por voluntad expresa de Huntington, se expusieron al público semanalmente en 1913-1914260. Otras de las joyas a destacar son las imágenes antiguas y de gran atractivo proporcionadas por las vistas del archipiélago filipino, Jamaica y Barbados, y cuya presencia se explica por ser antiguas colonias de España y Portugal. En los párrafos anteriores hemos tratado principalmente sobre las piezas atesoradas durante años a través de compras y regalos, pero también fueron muy significativas algunas de las donaciones. Sobre todas ellas destacó la del marqués de Vega Inclán a la que nos referimos en párrafos anteriores. En 1934 llegó a la HSA una impresionante remesa de fotografías, postales, diapositivas, estereoscopos, junto a libros y obras de arte donados por el marqués y que procedían de su colección personal261. Gran aficionado a la fotografía y seguramente autor de muchas de las que incluyó en su regalo, ofreció a la institución un magnífico repertorio gráfico de la geografía española, que abarcaba hasta el último rincón. Al estudiar este legado también se reconoce a primera vista la preocupación del marqués por documentar el patrimonio español en 260

The Hispanic Society of America 1944. Biblioteca. HSA. La colección de Vega Inclán llegó a la HSA el 5 de enero de 1934. Estaba compuesta no sólo por fotografías en blanco y negro, también estereoscopos, placas de vidrio, postales. En la documentación sobre este regalo se especificó el nombre y la dirección de muchos de los fotógrafos a los que pertenecían las imágenes y es importante citar los nombres y las direcciones de algunos para darnos cuenta de la importancia de este regalo: Bergue, Alfonso (7. 2 dupl.) Luna, 38, Madrid / Canto (2) Barcelona / Castellanos, J. or I (20) Constitución, 6, Valladolid/ Desquiron, A (10 includ. back). San Gerónimo baja, 8, Santiago de Cuba/ Froge, Juan (1)Correo, 8, Bilbao/ Judez (7) Coso, 33, Zaragoza/ Martínez y Hermano, Angel Alonso (1)Pasaje de Murga, 45 y 47, 2º Madrid

261

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toda su variedad y riqueza, era una forma de preservar los bienes culturales españoles y por supuesto, de promoverla turísticamente, misión con la que estuvo enormemente comprometido. Pretendió publicitar las maravillas del país no sólo en la Península, sino especialmente en Europa y los Estados Unidos, las fotografías se convirtieron en el material idóneo para llevar a cabo esta tarea. El interés por este medio visual fue una constante y se prolongó en el tiempo, si atendemos a las referencias que hicieron sobre ella en la extensa relación epistolar Huntington. En muchas ocasiones se intercambiaron fotografías a la hora de tratar asuntos relacionados con determinadas obras de arte262.

100. Club Automovilístico Montañés. Valle de Cayón (Santander). Donación Marqués de Vega Inclán, 1934. Sello identificativo. GRF: 114.371

La calidad del material cedido por el marqués sorprende por la variedad de formatos, lo que nos informan del interés que Vega Inclán sintió por la fotografía, destacamos las más de mil imágenes estereoscópicas, algunas hechas por el mismo (en alguna incluso aparece retratado). No faltaron las tarjetas postales, un formato tan querido por el coleccionista de antaño, como del actual, sobre la que podía añadir un texto. A finales del siglo XIX, se produjo un momento que fue considerado como la edad de oro de este tipo de formato.

262

Aportamos algunos ejemplos referidos al intercambio de fotografías entre ambos, como en la carta fechada el 16 de agosto de 1918.Vega Inclán avisó a Huntington del envío de imágenes de la sala dedicada a la HSA en la casa de Cervantes de Valladolid. El 22 de agosto de 1927 le volvió a enviar fotografías, esta vez del parador que estaba construyendo en Gredos. El 14 de agosto de 1928, remitió la fotografía de un cuadro de Carreño de Miranda, el retrato de Carlos II. Vega Inclán y Flaquer, Benigno Conde de. Correspondence with Huntington. [Microfilm] Biblioteca. HSA

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101. Club Automovilístico Montañés. Valle de Cayón (Santander). Donación Marqués de Vega Inclán, 1934. GRF: 114.371

102. Tren, Madrid. Donación Marqués de Vega Inclán, 1934.

Las fotografías de Vega Inclán podrían reunirse bajo el título, “la historia de la fotografía en España convertida en regalo”, y es que sorprende la variedad y el prestigio de sus autores. En el amplio repertorio incluyó tanto figuras extranjeras como españoles, siempre intentando coincidir las preferencias de Huntington, por eso habrá duplicados de muchas imágenes de Jean Laurent o Hauser y Menet. También incluyó piezas de Otto Wunderlich, Moreno, Gombáu, Ansede, Casado, Primitivo Carvajal, Winocio, etc. Este fondo, convertido hoy en día en un cofre histórico de la fotografía española cuenta con ejemplos llegados de clubes fotográficos y sociedades excursionistas, muy populares en su época, como el Photo Club de Burgos, el Club 158

1. The Hispanic Society of America

Automovilístico, la Sociedad Excursionista de Sierra Nevada y también la del Alto Aragón. La presencia de imágenes llegadas de archivos también es notable, como las del Centro Artístico o las procedentes de Fomento del Trabajo Nacional. Guillermo de Osma y Scull regaló en mayo de 1921, más de un centenar de fotografías, fundamentalmente retratos de españoles ilustres y que pronto se incorporarían a la sección de retratos de los miembros pertenecientes a la Sociedad263. Pero muchas otras personalidades entregaron fotografías a la HSA, como por ejemplos las procedentes de la Colección de José María Garrut, o las de los presidentes de diversos países, cónsules, aristócratas, etc.. Gran variedad de personajes desde el Duque de Wellington hasta Blasco Ibáñez, pasando por Camón Aznar o la Hearst Collection de Nueva York264. Por la relación especial que mantuvieron con la institución y que se reflejó en las fotografías que se conservan en la HSA, merecen referencia a parte, Anna Christian Auchincloss, y Georgiana Goddard King que entre 1913-1914, recorrió España acompañada por otra mujer, la fotógrafa Edith Lowber. Anna Christian pertenecía a una acomodada familia de industriales del estado de Minneápolis, estudió arquitectura en la Universidad de Columbia durante dos años y según la prensa de la época conocía la técnica fotográfica, algo que también se reconoce en sus fotografías265. En 1915 decidió dejarlo todo y marcharse a recorrer España. Este hecho es muy importante, porque en su decisión tuvo mucho que ver Sorolla al que conoció a través Huntington que propició el encuentro entre ambos. El artista valenciano la animó para que viajase a la Península, y capturase a través su cámara fotográfica, las escenas que él había reproducido sobre el lienzo. En su búsqueda Christian no sólo encontró y plasmó en sus fotografías los escenarios en los que se inspiró Sorolla, sino que fue más allá porque visitó lugares que posiblemente nunca habían sido fotografiados con anterioridad. En sus fotografías de Valencia se puede escuchar el eco metafórico de las pinturas, y constituyen un panegírico a la obra pictórica del artista, un catálogo de sus cuadros convertidos en fotografías. Al no contar con la ventaja del color Christian se esforzó por imitar las composiciones de los cuadros, podríamos citar múltiples ejemplos, como la serie que realizó de la playa de 263

GRF 38236-38383 Duque de Wellington (GRF: 31147), Blasco Ibáñez (GRF: 92588), Camón Aznar (GRF: 151287), etc. 265 En el periódico Times y refiriéndose a la exhibición de sus fotografías en la HSA en 1916, notificaron que: Miss Christian in addition to her thorough training as a photographer has two years of architecture at Columbia University. En Times, New York, Dec. 24th, 1916. En Biblioteca HSA. 264

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Valencia. Entre ellas podemos comprobar la similitud de algunas fotografías con, por ejemplo, el cuadro Beaching the Boat266.

103. Anna Christian. Beaching the boat. Valencia, 1915. GRF: 14.958

Otros retratos “foto-pictóricos”, por intentar encontrar una palabra que los defina, son los de las empacadoras de cebollas en Valencia o el de la muchacha ilicitana267, cuya figura se contrapone sobre una pared blanca, encalada, que actúa como si de un lienzo se tratase y que apoya en su cadera un cántaro. El tamaño de la mayoría de estas fotografías (35x47cms.), acentúa la sensación de encontrarnos ante un cuadro y consiguen que apreciemos con mayor intensidad no sólo el espacio, sino también la calidad y textura de los materiales.

266

Roberto Díaz Pena. “La narratividad fotográfica en la representación pictórica de Joaquín Sorolla”. Sorolla y la otra imagen en la colección de fotografía antigua del Museo Sorolla. Madrid, Barcelona, México: Lunwerg editores, 2006. págs. 93-120. En este libro se dan por anónimas cuatro fotografías cuya autora es Anna Christian. pág. 169. fig. 113 corresponde al número de GRF: 14968. Fishermen clearing their fish nets on the beach of Valencia. La fig. 114 corresponde al GRF: 14958. Beaching the boat. Valencia. La fig. 115 corresponde al GRF: 14.964. Fishermen resting after beaching the boat. La fig. 116 corresponde al GRF: 14.954: Fishing boats lined up along the beach of Valencia. Hundreds of boats there. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 267 Se trata de las fotografías, GRF: 14973 y 14323 respectivamente. Varios ejemplos del tipo de retratos que hacía Christian se publicaron en el catálogo: VV.AA. Viaje de Ida y Vuelta. Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. Catálogo de fotos, “Tipos y poses”. pág. 204. Disponible en Web: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/index.htm. (13-3-2009)

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104. Anna Christian. Girl of Elche with bread and a water pitcher. Elche (Alicante), 1915. Detalle. GRF: 14.323

Cuando llegó a Sevilla, siguió la senda por la que transitó el pintor valenciano, y visitó el cortijo de Eduardo Miura, donde inmortalizó los amplios terrenos que se extendían próximos a uno de los cortijos propiedad del ganadero268. En seguida inmortalizó el perfil alargado de una de estas haciendas, los muros encalados y el interminable patio donde se desarrollaban labores de crianza de las reses bravas destinadas a la lidia. Documentó a los trabajadores que se convirtieron en la imagen física, real de los mayorales que aparecen en uno de los paneles de Sorolla, y que guían a un grupo de reses bravas atravesando un terreno seco y polvoriento. Al igual que él, también consiguió captar el aspecto y las condiciones ambientales, y añadió la vegetación característica de pitas y chumberas. Siguió ampliando la perspectiva y con ayuda de su cámara y nos ofreció la oportunidad de con mayor detalle aquello que se adivinaba en el panel de Sorolla, los amplios, desolados y tórridos parajes en esa zona del campo andaluz.

268

Sorolla, para uno de sus paneles de las Regiones titulado; Andalucía, el encierro, visitó en 1914 un par de fincas donde encontró a los protagonistas de este lienzo, que retrataría al natural. Una de estas fincas se conocía como la “Tabladilla” y la otra “Las Delicias”, propiedad de Eduardo Miura, estos terrenos son los que documentó la fotógrafa. VV.AA. Sorolla. Visión de España. Valencia: Fundación Bancaja, 2007.

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105. Anna Christian. Don Eduardo Miura the horseman on the left. Sevilla, 1915. GRF: 14396

Además de España Anna Christian recorrió extensamente Portugal donde visitó no sólo las ciudades más conocidas como Cintra, Lisboa, Oporto, si no también terrenos menos andados por el viajero extranjero, como la Sierra de Bussaco o Braga. Al igual que en las expediciones de las otras mujeres en la HSA, tampoco viajó sola. A través de la documentación perteneciente a Anderson sabemos que la acompañó otra mujer, Rosario Carmona, a la que Christian inmortalizó con su cámara en Granada y en Elche269.

106. Anna Christian. Portrait Rosario Carmona (Mrs. Stapley J. Bunch). Granada, 1915. GRF: 14.330

269

En las fotografías se la identificó como Mrs. Stanley J. Bunch. Anderson en 1925, adelantándose a la finalización de una de sus expediciones escribió a la HSA para preguntar sobre una futura compañera de viaje. En esta carta se refirió al caso de Christian [..] some ten years ago Miss Christian (Miss Auchincloss ) traveled and photograph extensively in Spain with Rosario Carmona who assured me that the arrangement was found to be perfectly satisfactory. Carta de Anderson dirigida al Comité General de Trabajadoras (General Staff Committee, GSC). Cangas 4 de mayo, 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson. Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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Huntington compró parte de las fotografías de la “arquitecta-viajera” en 1916, y ella le dirigió una carta en la que expresó su deseo de donar las placas al museo que pasaría a ser dueño de las mismas tras su muerte270. En diciembre de 1916 con ampliaciones de una selección de imágenes y se organizó una exhibición formada por un total de setenta y cinco láminas, se tituló Photographs of Rural Spanish Homes. Eran vistas de zonas rurales, ejemplos de costumbres y también tipos del país. En la prensa de la época apareció la anunciada esta exposición, que dos años después y con la misma serie, también se mostró en el Minneapolis Institute of Fine Arts, su ciudad natal271. El trabajo de Christian consistió en parte, en una búsqueda de ejemplos con los que poder describir las costumbres y los tipos de la Península Ibérica, sobre todo de España. Hoy vemos en ellas con mayor claridad el “trazo” pictorialista, la poesía de las escenas, que por otro lado, tampoco podrían negar los ojos que las observaron durante la exposición en la HSA, incluidos los de Huntington, casi siempre pragmático ante este material provisto de estas cualidades. Aunque formada en la disciplina arquitectónica, esta mujer no persiguió la reproducción de arquitecturas. Sus fotografías se alejan del estilo y los intereses que imperan en otras partes del archivo como por ejemplo, las de Georgina Goddard King o las de Arthur Byne, este último también se encontraba viajando por la Península en 1915. Son las residencias de gente sencilla, las construcciones simples las que más le interesaron. Esto le llevó, por ejemplo, a realizar un completo reportaje de una casa típica asturiana, se recreó reproduciendo sus formas y no escondió los desconchones de sus paredes. Resaltó los dibujos geométricos que adornan las maderas en los balcones, decorados con ristras de cebollas, e hileras de tomates secándose al sol, una instantánea very picturesque, como la calificó Christian272.

270

Carta firmada por Archer M. Huntington, del 18 de julio, 1916. 695 ampliaciones, 65 recibidas en 1915 y 631 en 1917. En 1923 se sumaron otras 106 fotografías de menor tamaño. Y también carta del 6 de noviembre, 1922. En Biblioteca HSA. 271 A continuación incluimos una relación de los periódicos donde apareció la noticia: Herald. 24 y 25 de diciembre, 1916; Times, 24 de diciembre, 1916; The Morning Telegraph, 24 de diciembre, 1916; American Art News. 30 de diciembre, 1916; World, 31 de diciembre, 1916; American Art News, 30 de marzo, 1918; American Art Annual. vol. 15, 1918; Minneapolis Institute of Art. Marzo, 1918. “Art Notes: A Notable Collection of Photographs from Spain”. New York Times (1857-1922), December 24, 1916. Disponible en Web: http://www.proquest.com.central.ezproxy.cuny.edu:2048/ (6-3-2007). 272 Asturias: Villar de Huergo. Soto de las Dueñas. (GRF: 14548).

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1. The Hispanic Society of America

Su trabajo estaba formado por Pictures of the country homes and the intimate life in Spain of the Spaniards273, y en una de las reseñas publicadas en la prensa el periodista, coincidiendo con esa idea, las consideró Intimacies of Spanish life, (World, 31 de diciembre, 1916). Efectivamente Christian consiguió capturar ese aspecto privado e íntimo, de lugares, que habitualmente no constituyeron un tema destacado en el trabajo de campo etnográfico. Su maestría para realizar este tipo de instantáneas, se perpetuó de forma sistemática en el trabajo de Anderson. El interior y sobre todo los objetos en él, poseen un gran interés desde la perspectiva antropológica, pero en la mirada de Christian no se pueden negar sus cualidades poéticas, reforzadas por la ausencia, en algunos casos, de la figura humana. En una de ellas, por ejemplo, vemos como sobre la chimenea cuelga un candil, las tapas de las ollas se disponen con una cuerda y en la pila de lavar se aprecia perfectamente un pedazo de jabón junto a un puchero blanco que contiene unas ramas de perejil, encima de una silla duerme plácidamente un gato274.

107. Anna Christian. Farmhouse. Jaca, Huesca, 1915. GRF: 14.515.

La arquitectura popular y sus interiores primaron sobre los burgueses. Por ejemplo, cuando visitó Godella, localidad cercana a Valencia, y donde la burguesía comercial valenciana tenía sus residencias de recreo, sólo fotografió las cuevas, donde vivían los habitantes con menos recursos de la zona. Fotografiar interiores de gente 273 274

Carta dirigida al Huntington, 6 de noviembre, 1922. Members File. Biblioteca de la HSA. Valencia: Játiva. (GRF: 14944).

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1. The Hispanic Society of America

acomodada dependía en algunos casos en quienes eran sus dueños, y dos ejemplos extraordinarios lo constituyen las tomas que realizó en la casa su amigo Sorolla en Madrid y las del estudio de Zuloaga en el pueblo segoviano de San Juan de los Caballeros. También viajó a Portugal y allí fotografió otro interior burgués, el de la casa de la señora María de la Luz Freire en Viana do Castelo. Entre las imágenes de este país nos sorprende una de Bussaco, la Fuente Fría con las rocas invadidas por un musgo verde que se refleja en el agua. Se trata de una vista dominada por la quietud del bosque en Bussaco. Es un espacio de belleza recatada y modesta, con escaleras de agua y árboles tropicales que son incluso “más atractivos que los de Fontainebleau”275. La “sensibilidad artística” que Huntington llegó a reconocer en la obra de esta mujer, resulta perfectamente lógica al contemplar la instantánea276. El nombre de Christian aparece en la correspondencia de Anderson enviada al departamento de Iconografía. En 1925, Christian se puso en contacto con éste departamento ya que necesita que le hiciesen la copia de una de sus fotografías incluida en el juego que depositó en la HSA, porque la suya personal estaba muy deteriorada. Pero en la institución carecían de un duplicado y encargaron a Anderson, que estaba de expedición por España en ese momento, que pidiese una sobre el mismo tema al Arxiu Mas277. Desconocemos los motivos que llevaron a realizar este pedido, pero siguió interesándose por la cultura española, incluso promocionándola278. La última noticia referente a ella de la que disponemos está fechada en 1961 cuando la conservadora del departamento de Iconografía se puso en contacto con su hijo, Samuel S. Auchincloss. El hermano de García Lorca estaba interesado en publicar algunas sus fotografías y se dirigió a la HSA para conseguir los permisos. Eleanor Edith Sherman Font escribió al hijo de Christian: May we ask you to be so kind as to let us know how we may reach your mother? A letter sent to her, as Mrs. O’Connor, at Cuernavaca, Mexico but professor García has received no reply279.

275

Portugal: Bussaco, Serra de (Beira Litoral, GRF: 14589). Carta de Huntington dirigida a Mr. Harold H. Brown, que era el director de la Art Association of Indianápolis, The John Herron Art Institute, 31 de diciembre, 1916. 277 Carta enviada desde la HSA a Anderson, 7 de mayo, 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson. Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 278 En un artículo de 1930 aparece como benefactora de un concierto interpretado por el guitarrista Andrés Segovia. “Spanish Concert. Andrés Segovia to Appear for Institute Fund”. New York Times, February 9, 1930. pág. 14 279 Biblioteca HSA. En el Registro Social de Nueva York para 1950 aparece Christian en México, Callejón Hidalgo 3, Cuernavaca, México. New York Public Library: R – USLHG ISC 84-102. 276

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La americana vivía por aquellos años en México, quizás su atracción por la cultura hispánica y la búsqueda de un lugar tranquilo en el que pasar los últimos años de su vida la llevó a establecerse en ese país. En la HSA no recibieron contestación, pero esta noticia abre más interrogantes. Cómo pudo saber de estas fotografías el hermano de García Lorca, que incluso poseía su dirección en Cuernavaca. Estas son algunas de las incógnitas que se suman a las que todavía quedan por resolver sobre la biografía de una auténtica viajera-fotógrafa, que pasó por la Península de forma anónima, y capturó en instantáneas escenas que no veremos reproducidas en las obras de los grandes maestros presentes en la colección, por tratarse de tomas más cercanas a los protagonistas y su estilo de vida. El tratamiento que proporcionó a su obra marcó un precedente, que tuvo como sucesora ejemplar a Ruth M. Anderson. Georgiana Goddard King nació en el estado de West Virgina en 1896. Se graduó de Literatura Inglesa en la universidad para mujeres Bryn Mawr (Pennsylvania). Tras una estancia de estudios en Francia y tras seis años como profesora en un colegio privado de Nueva York, en 1906 decidió huir de la gran ciudad y volver a la Bryn Mawr donde fundó el Departamento de Historia del Arte en 1914. Allí permaneció como profesora hasta el momento de su jubilación en 1937. Su gran amor por la literatura, la poesía y el arte fue comparable a su vocación por impartir estas disciplinas en las aulas universitarias. Fue una mujer admirada por los eruditos más prestigiosos de su época, entre ellos el historiador del arte Bernard Berenson (1865-1959). Goddard King posiblemente conoció a Huntington durante los años en los que residió en Nueva York, una especialista en arte medieval y en literatura española280 que viviese en la ciudad tendría que llegar a conocer la institución tarde o temprano. Huntington respetó y admiró el trabajo de “G.G. King”, que era como le gustaba que la llamasen281, la impulsó a escribir una monografía sobre el arquitecto británico George

280

Sus primeros estudios universitarios fueron literarios y según algunos estudiosos de su obra, este hecho influyó en el estilo de su obra como historiadora. En cualquier caso publicó varios trabajos sobre esta materia como el titulado A Citizen of the Twilight, José Asunción Silva y The Play of the Sybil Cassandra, los dos publicados en 1921. Consultar bibliografía. 281 Sobre la biografía y los libros de G.G.King recomendamos la sección Special Collections en los archivos de la biblioteca del Bryn Mawr College que se pueden consultar en la Web: http://www.brynmawr.edu/. (30-6-2008). “Miss Georgiana King, A Retired Professor”. The New York Times. 5 de mayo, 1939, pág. 28. Harold Wethey. “American Pioneer in Hispanic Studies: Georgiana Goddard King”. Parnassus 11. Noviembre, 1939. págs. 33-35. Susana Terrel Sounders. “Georgiana Goddard King (1871-1939): Educator and Pioneer in Medieval Spanish Art”, en Women as Interpreters of the Visual Arts, 1820-1979. Sherman, Claire Richter; Holcomb, Adele M. (eds.). Westport, CT: Greenwood Press, 1988. Cap. 8, págs. 209-238.

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1. The Hispanic Society of America Edmund Street (1824-1881)282, que en 1916 se convirtió en uno de los primeros libros de la académica publicados por la HSA. Huntington le ofreció un puesto en el museo, pero su firme vocación docente le llevó a rechazarlo. En cualquier caso, esto no significó la pérdida de la amistad entre ambos, que incluso patrocinó dos de los viajes que hizo a la Península, el de 1915 y en 1916. No viajó sola, la acompañó su amiga y fotógrafa Edith H. Lowber283.

108. Edith Lowber. Salamanca Roman Bridge over the Tormes. Salamanca, 1915-1916. Sello en el reverso de la imagen identificando la procedencia de la fotografía. GRF 31640

282

Experto en arquitectura gótica fue el autor del libro, Some Account of Gothic Architecture in Spain. London: J. Murray, 1865. 283 Biografía disponible en Web: VV.AA. Viaje de Ida y Vuelta. Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. Disponible en Internet: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/fotografos/edith_lowber.htm (13-3-2009) La HSA sufragó los gastos de las fotografias que realizó Lowber. En, Janice Mann. “Hark the Herald Angels Sing”: Here´s to Georgiana Goddard King (1871-1939). Women Medievalists and the Academy. Jane Chance (ed.). cap. 9. págs. 111-125

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109. Edith Lowber. Salamanca Roman Bridge over the Tormes. Salamanca, 1915-1916. GRF: 31.640

Los viajes le ayudaron a consolidar sus ya amplios conocimientos sobre la arquitectura medieval española, esta vez enfocada en la que se desarrolló a lo largo del Camino de Santiago. El fruto de esta labor se tituló, The Way of Saint James publicado en 1920. Consta de tres volúmenes con los que se inauguró la colección editada por la HSA, titulada Peninsular Series. Muchas de las fotografías que aparecieron en él estaban hechas por ella misma y por Lowber, aunque también incluyeron imágenes que pertenecientes al archivo en la HSA. The Way of Saint James. Por varias razones fue en su tiempo, una novedosa publicación editada en Estados Unidos, primero porque trata sobre historiografía del arte español y segundo por situar el escenario del texto en una de las vías europeas de peregrinaje más importantes, el Camino de Santiago.

110. Georgiana Goddard King. San Salvador. Exterior view of exterior gallery. Sepúlveda (Soria), 1915-1916. GRF: 31.749.

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El libro subraya la importancia de esta vía de peregrinación para toda la Europa cristiana, y el intercambio de ideas que se produjo con el resto del continente europeo, debido a la afluencia de peregrinos, muchos extranjeros y al movimiento de artístas en la zona, atraídos por la posibilidad de trabajar en las obras de la catedral. La arquitectura y el arte surgidos a lo largo del camino que conducía al locus sanctus, el sepulcro del Apóstol Santiago, fueron las pruebas que estudió para demostrarlo. Las fotografías de G.G.King y Lowber no estuvieron sometidas a los designios de la institución, no se fueron encargos específicos sino que se realizaron para completar el trabajo de investigación. Huntington se aseguró de que se hicieran fotografías durante el viaje, porque iba a ser un material muy útil. La cámara resultó un instrumento de registro más práctico y cómodo que la realización de un dibujo, y aunque en ocasiones les faltó nitidez, especialmente en los oscuros interiores de algunas construcciones románicas, se ganaba tiempo y favoreció la recopilación de un mayor número de ejemplos. Las imágenes se concentraron principalmente en ejemplos arquitectónicos y para una mejor visualización de estos se realizaron detalles en algunas partes de las construcciones, como por ejemplo, fachadas, capiteles, techos y en las artes menores que los decoraban, como la escultura. En muy contadas ocasiones retrataron personas o escenas de la vida cotidiana, como la imagen realizada en Itálica (Sevilla), que incluimos a continuación, y que en cualquier caso, recuerda a las que hizo el propio Huntington durante su estancia en el pueblo.

111. Georgiana Goddard King. Street Scene. Itálica (Sevilla), 1915-1916. GRF: 31.493

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Esta recopilación fotográfica encajó perfectamente en el archivo sobre arte, aunque algunas también se incorporaron a las secciones de temas etnográficos, especialmente las que muestran vistas de lugares. Lo destacable es que al estar realizadas por una historiadora del arte, no importó la estética de la imagen, sino que el elemento a fotografiar apareciese claramente visible, es decir, que pudiera ser material complementario útil para la investigación.

112. Georgiana Goddard King. Daroca Gate in town wooden gates open . Daroca (Zaragoza), 1915-1916. GRF: 31.454

Georgiana Goddard King aprovechó el envío de un juego de fotografías que la Universidad de Columbia le había pedido, y escribió a la HSA una carta con fecha del 15 de enero de 1915 refiriéndose a él. Vio en ellas una herramienta de estudio y ofreció un juego a modo de donación. Expresó sus consideraciones sobre las imágenes de cuya calidad no se sintió muy orgullosa, incluso transmitió cierta reserva con respecto a su ofrecimiento. Se disculpó por la escasa calidad técnica y argumentó que se habían hecho bajo condiciones climatológicas muy adversas, hasta llegó a reconocer que la mayoría eran “muy malas”. Pero se expresó con gran convicción en sus palabras finales: I do not whether the Museum or the Library of the HSA includes among the collections of photographs for purposes of study. If either of them does, I would be very pleased to offer a set of my own small photograph: some were taken in the winter and some in the rain and many of them are very bad. Not many are of subjects not in commerce. They can be used by students and I had just been asked to give a set to Columbia. Now if the HSA Society would care for one I should take pride in the gift 284.

284

Goddard King, Georgiana; The Way of Saint James. New York, London: G.P. Putman’s, 1920. pág. 4. El fondo supera las mil imagines, y les corresponden los siguientes números de negativos: 5604-6563, 7829-8211, 8257 (?). Todas están reproducidas a tamaño

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Otra de las joyas en formato fotográfico de la HSA es la colección de Kurt Schindler (1884-1935)285. Compositor, fundador de la Schola Cantorum en Nueva York, fue también un importante musicólogo y experto en folklore español. Amigo de los hermanos Halffter, Martínez Torner, Menéndez Pidal, Federico de Onís, se relacionó con el Centro de Estudios Históricos y todas las personalidades que se dieron cita en él. Huntington patrocinó alguna de sus campañas etnográficas por la Península, en las que se dedicó a recopilar, entre otras cosas, el folklore musical español. Con su cámara consiguió documentar no sólo eventos de como fiestas religiosas, celebraciones populares, romerías, durante las que se enmarcaba la representación de danzas, cantos y ritos de gran interés para el archivo en su sección etnográfica, sino que también, y por eso creció su valor, registró a la vez paisajes, en los que se divisan localidades alejadas, pueblos situados en lugares de difícil o imposible acceso, arquitecturas centenarias. La colección que se conserva en la HSA supera los tres mil negativos y se realizaron entre 1928-1935286.

113. Kurt Schindler. A lo llano dance. Gonzalo the photographer at left. Ruiloba (Santander), 21-8-1932. GRF: 167.474

285

Kurt Schindler; Federico de Onís y Sánchez. Folk Music and Poetry of Spain and Portugal. Música Y Poesía Popular De España Y Portugal. New York: Hispanic Institute in the United States, 1941. A la profesora Matilde Olarte Martínez debemos los estudios especializados en el compositor. Recomendamos la lectura de: “Apuntes de Sevilla a través de intrépidas jovencitas americanas de los años 30: Bienvenido Mr. Schindler”. Actas de las V Jornadas de Folklore. Granada: CIOFF-España, 2009, págs. 91-108. 286 Estas imágenes llegaron cedidas por la secretaria de Schindler, Alice B. Beer en 1937. Algunas de ellas se publicaron en: VV.AA. Viaje de Ida y Vuelta. Fotografías de Castilla la Mancha en la Hispanic Society of America. Toledo: Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, S.A., 2007. Disponible en Web: http://www.uclm.es/ceclm/fotografia_hispanic/index.htm. (13-3-2009)

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114. Kurt Schindler. A Bride in costume. Navalcán (Toledo). 8-9-1932. GRF: 167.621

115. Kurt Schindler. “El Demonio”, Julián Sánchez. La Alberca (Salamanca). 28-9-1932. GRF: 167.792

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116. Kurt Schindler. Baile de las autoridades. Detail of a dancer.Vemiesa (Soria). 8-16-1930. GRF: 166.815

117. Kurt Schindler. Couple in costume dancing (table between then). San Martín del Río (Teruel). 12-8-1932. GRF: 167.393

No solo fueron las imágenes de España y Portugal las primeras en ser inventariadas, sucedió lo mismo con parte de las procedentes de Latinoamérica. Su presencia fue lógica si tenemos presente que era imprescindible contar con fotografías de los países que durante siglos fueron gobernados por la corona española y la portuguesa. No resulta baladí recordar que uno de sus primeros contactos de Huntington con la cultura y la lengua española se produjo siendo todavía un niño a finales de 1870,

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cuando viajó a San Marcos en el estado de Texas, para visitar a unos familiares de su madre287. Un buen número de fotografías de Latinoamérica llegó a la institución por la relación que mantuvo con la American Geographical Society, de la que fue presidente y miembro activo. La HSA posee fotografías de las expediciones organizadas por esta centenaria sociedad, entre ellas las que lideró Isaiah Bowman (1878-1950)288. Bowman le sucedió en la presidencia de la sociedad y fue el primero en ser nombrado bajo el cargo de director. Trabajó como docente en Yale y con esta universidad viajó a Perú, Ecuador, Bolivia y el norte de Chile, formando parte de la First Yale South American Expedition entre 1906 y 1907. Con este fondo se iniciaron una serie de expediciones organizadas por la universidad de Yale y patrocinadas por la HSA. La institución estuvo acostumbrada a la presencia de otros dos profesores de Yale, Hiram Bingham (18751956) y Alexander Hamilton Rice (1875-1956).

118. Hiram Bingham at Pampaconas Cuzco (Peru). Yale Peruvian Expedition (1906-1907). GRF: 12.459

287

Codding, 2002.pág. 144 Isaiah Bowman (1878-1950). Profesor de Geografía en la universidad de Yale, fue uno de los directores de la American Geographical Society. Sus expediciones más importantes se produjeron durante los años 1907, 1911 (Perú) y en 1913 recorrerá los Andes Centrales, Argentina, Bolivia, Chile, Brasil y Uruguay. En 1917 se notifica la incorporación de 400 fotografías provenientes de la expedición de 1907 y la de 1913, En, Isaiah Bowman Coll. A.D. Savage, Oct. 8th, 1917. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. El año de su muerte, Huntington escribió un texto y una poesía en su memoria. Archer M. Huntignton “Isaiah Bowman: Resolution”. Geographical Review. Nueva York: American Geographical Society. Agosto, 1950. vol. 40, no. 2. págs. 174-176. 288

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119. Bingham and Rice Expedition. Venezuela and Colombia 1906-1907. Ministerio de Hacienda Caracas (Venezuela). GRF: 11.557.

Recorrieron Venezuela, Colombia, Panamá y Puerto Rico, pero sin duda alguna, la expedición a Perú entre los años 1911-1912 y 1915, fue una de las más importantes y también estuvo comisionada por la Sociedad. La dirigió Bingham, fue bautizada como la Yale Peruvian Expedition y constituye la mayor parte del fondo actual que sobre este país se conserva en la HSA. La expedición y especialmente con la ayuda de las fotografías resultado de ella, supuso la revelación para el público en general, del Machu Picchu, la antigua ciudad del reino Inca. Una vez finalizado el viaje, el propio expedicionario se encargó de seleccionar las imágenes que cedió a Huntington, y que éste a su vez depositó en el archivo289. El fondo de Latinoamérica se fue completando con imágenes procedentes de coleccionistas privados, pero siempre primó el interés por comisionar este tipo de viajes de carácter científico, con verdaderos exploradores y geógrafos de prestigio. Ellos sabrían recopilar imágenes interesantes para ser estudiadas y que contribuyesen al conocimiento de estos lugares. Coincidiendo con el inicio de la expedición de Bingham de 1911, otro hombre Benjamin Chew recorrió durante diez meses Argentina, Bolivia, Chile, Brasil, Paraguay y Perú290. 289

En la biblioteca de la Hispanic, existe un catálogo, especificando cuales fueron las fotografías seleccionadas titulado: Catalogue of a collection of photograhs of Peru selected by Hiram Bingham for Archer M. Huntington from the negatives of the Yale Peruvian Expedition of 1911 and the Peruvian expedition of 1912, under the auspicies of Yale University and the National Geographic Society. Biblioteca HSA. 290 Los documentos de este viaje se conservan en la HSA. Se trata de unos folios manuscritos de Benjamin Chew, donde indicó las fechas de inicio y finalización, de marzo a diciembre 1911. En esta

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En 1918 William Belmont Parker (1871-1934), miembro de la HSA, viajó por Latinoamérica con la intención de recolectar datos sobre los artistas, científicos, industriales y comerciantes más importantes de los países que visitó. Todo este material sirvió para elaborar biografías que en principio iban a ser publicadas por la institución. La importancia del trabajo radicó no sólo en la producción fotográfica, sino en la metodología que se siguió para recopilarlas, […] travelled widely in South America, remaining many months in a single country. Parker escribió un relato sobre estos viajes que tituló Casual Letters from South America, que dedicó a Huntington. Entre 19191921 se editaron series monográficas sobre cada país que visitó. Bajo el sello de Hispanic-American series, y repitiendo el parte del título aparecieron, por dar algunos ejemplos, Cubans of Today, Peruvians of Today…291. Con respecto a Portugal y sus colonias, ya estudiamos anteriormente la expedición protagonizada por Mary E. Armstrong292, y en este momento debemos referirnos de Garrick L. Mallery que viajó a la India entre 1920-1921, en una expedición que también comisionó la HSA. El destino principal fue la antigua colonia portuguesa de Goa, sobre la que escaseaba el material fotográfico. Se pensó reproducirlas en formato de tarjeta postal y utilizarlas en futuras publicaciones. Los fondos procedentes de la Marrion Wilcox collection se incluyeron en la colección a finales de septiembre de 1921.

documentación enumeró los gastos que tuvo en cada país y de esa forma se puede reconstruir el itinerario del viaje. 291 […] biographies of prominent citizens the inicial volumen in the Hispanic-American series. Compiled by William Belmont Parker, these works came out between 1919 and 1921 under the titles of Cubans of Today, Peruvians of Today, and others. For this undertaking, Parker has received a commission from the Society in 1918 and travelled widely in South America, remaining many months in a single country. He interviewed and obtained autobiographical notes from men and women who were nationally famous for their achievements in the arts, the sciences, industry, and commerce. A representative of each country that he visited acted as his aide in procuring information and in explaining verbally and through the press the purpose of Parker´s research. The Hispanic Society of America 1944. Biblioteca. HSA. págs. 54-55. 292 Portuguese Photographic Expedition (1920-1921). Cap. 1, pág. 49

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120. Coll. Marrion Wilcox. Baile de los Morenos. Natives of Copacabana. ca.1900. GRF: 37.668

Marrion Wilcox (1858-1926), era geógrafo, hispanista y también profesor en la universidad de Yale. Lo importante en este momento es señalar su trabajo como editor de una enciclopedia sobre Latinoamérica y las Antillas, que publicó en 1917293. Esta obra cubrió diferentes ámbitos, entre ellos la situación económica, política y las formas de vida en estos países. Marrion Wilcox cedió, en forma de regalo, más de quinientas imágenes al archivo de la institución294. 1.3.2. Catalogación: El Archivo General (GRF) 295 Una vez abordado como llegaron las imágenes que conforman la colección, es necesario hablar de cómo se catalogó. En 1929 se proyectó la división del GRF en tres secciones296, la primera dedicada a las fotografías de arte, una segunda al traje y las

293

Marrion Wilcox. Consultar bibliografía. la documentación en la HSA indica que fueron 567 imágenes. otro documento señala la recepción el 15 de noviembre de 1921, de 416 imágenes de Latinoamérica. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 295 Al Dr. Lenaghan debemos los primeros estudios sobre la colección fotográfica en la HSA. Patrick Lenaghan. “La formación de una colección fotográfica de Castilla-La Mancha: Monumentos, tipos y trajes”. Fotografía y Patrimonio II encuentro en Castilla la Mancha. Lucía Crespo Jiménez; Rafael Villena Espinosa (eds.). Centro de Estudios de Castilla la Mancha. Ciudad Real: Anabad, 2007. Colección Almud 04. págs. 64-80. 296 Conference Notes. Sep. 21st,, 1929 1. General Reference File. The General Reference File is to be divided into three sections: I. Art Photographs: Architecture (including general Glass, Manuscripsts, Painting, Sculpture, etc.) /II. Costume and Customs: Costume including Armour, Animal trappings, Jewelry, Industries, Manners and Customs, and duplicate copies of photographs in the art file showing Costume and Customs./III. Photostats. 294

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costumbres, a esta se le podrían añadir duplicados procedentes de la sección anterior, es decir, fotografías de obras de arte que reprodujesen escenas con un notorio valor etnográfico. Por último, una tercera, reservada a los duplicados o Photostat297. Los archivadores de metal se hallaban originalmente en la sala de lectura, pero en 1930 y debido al continuo aumento de esta colección, Huntington decidió trasladar todas las imágenes de carácter etnográfico a la Sala Sorolla298. Nueve años más tarde determinó que también irían a esa sala todas las imágenes de vistas geográficas de ciudades y pueblos, tanto de España, Portugal y sus antiguas colonias. Las que documentaban piezas de arte, como pinturas, esculturas, textiles, cerámicas, dibujos, muebles, joyas, etc. permanecieron en la sala de lectura299. Como si se tratase de las piezas de un puzzle la unión de este material y los paneles de Sorolla, encajó sin forzar una sola de las piezas, puesto que ambas desarrollaban el mismo argumento. Pero no sólo eso, con esta medida Huntington intentó asegurar la veracidad de las escenas representadas en los cuadros. Con las instantáneas de gente real procuró ejemplos de esa “veracidad”, y amplió a través de ellas los ejemplos que aparecían en los cuadros. Con ellas se retrató, simbólicamente, a la misma gente, con idénticos trajes, celebrando fiestas análogas y realizando las mismas o parecidas tareas cotidianas. El estudio atento de ambos tipos de imágenes, nos llevará a comprender en última instancia, como tanto pinturas como fotografías, se unieron para exaltar un mundo que estaba siendo relegado al olvido. Al principio las imágenes de usos y costumbres se archivaron en una sección que se denominó Spain, con el tiempo y el continuo aumento del material se determinó la instalación de nuevos archivadores para cada una de las regiones españolas. Estas siguieron la ordenación política de la época, es decir, la de una España donde Logroño y Segovia, pertenecían a Castilla La Vieja, y León era una región independiente. Los

La primera permaneció en la sala de lectura, la segunda en la Sala Sorolla y la tercera en el departamento de Documentación, que se encontraba en el NB, ya que allí se localizaban los laboratorios fotográficos y la máquina para hacer copias. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 297 Se trata básicamente de la primera máquina fotocopiadora. Patentada comercialmente con este nombre por su inventor, Oscar Gregory en 1907. Disponible en Web: http://www.merriam-webster.com/dictionary/photostat (13-5-2009) 298 The Costume and Customs section of the General Reference File has been installed in the Sorolla Room which has been equipped with new cases. Annual Repords. 1929-1930. Iconography Dept. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 299 Town and city sections of General Reference File for Spain, Portugal and Colonies transferred to file cases in Sorolla. […] The General Reference File was re-arranged, through the suggestion of the President, by the transfer of the sections for Spain and Portugal to the files in the Sorolla Room, leaving the sections for paintings, sculpture, textiles, metal work, and other art objects in the Reading Room where they were expanded and made more readily successible. Annual Report 1939. Iconography Department. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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archivadores dedicados a cada región sirvieron, entre otras cosas, para subrayar la idiosincrasia de cada lugar, impulsadas por Huntington vio en la singularidad de cada región, únicas y diferentes entre sí, una de las peculiaridades más destacables de España y de esta forma escribió: She [España] is in more than one sense a composite nation, and as such is the more difficult to see and know as a whole. Here the fragmentary middle-age condition of Italy was repeated. Cataluña, Aragon, Castile, Andalucía, are not mere geographical terms. Each presents its distinct national and special charater. Tradition, habits, sports, costume, have all their peculiar expression and local difference300.

Las fotografías se dividieron de forma global en las siguientes zonas geográficas que pasaremos a comentar a continuación: a) Spain, b) Regiones Españolas, c) Portugal, d) América, e) África, f) Filipinas, g) Fototeca,

a) Spain Bajo este título, Spain, se pensó, originariamente, acoger el material sobre España y sus costumbres. Lo que caracterizó a este apartado fue que los temas se trataron de forma general. Las imágenes no se clasificaron con la exhaustividad a la que fueron sometidas posteriormente. En muchos casos estas divisiones se refirieron a temas populares con los que se caracterizó tradicionalmente a la cultura española y para ello también incluyeron fotografías de obras de arte pertenecientes al museo. Se trata de los primeros intentos encaminados a organizar las imágenes en los archivadores y la consideramos como una sección que se formó con un carácter más bien “experimental”, el germen de lo que llegó a continuación. Es por ello que insertaron diversos temas históricos que seguían un orden cronológico, y se sirvieron para ello de reproducciones de monumentos arquitectónicos, obras pictóricas y otros objetos artísticos que hacían referencia precisamente a un determinado episodio histórico. Por ejemplo se incorporaron fotografías de herramientas producidas en el Paleolítico, imágenes que aluden a la época medieval, como las armaduras y objetos de guerra. Muchas de ellas

300

Archer M. Huntington. A Note-Book in Northern Spain. London & New York: G.P. Puttman’s Sons, 1898. pág. 3. La diversidad del carácter español fue una idea sobre la que incidió a lo largo de este libro. Idem. Cap. X. pág.145.

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llevaban la firma de Laurent, procedentes de la colección personal de Huntington y unas de las primeras ser catalogadas. Otra serie de objetos asimilados como característicos del pueblo español, ordenados por siglos y que también ilustraron a través de piezas pertenecientes a la HSA, fueron los abanicos, las mantillas, y diferentes tipos de sombreros. Desde el principio se tuvo muy presente la importancia del traje típico, era inevitable, los paneles de Sorolla recordaban este elemento constantemente y ejemplificaban el camino a seguir para identificar cada región. El interés por documentarlo íntegramente originó la creación de una serie de divisiones y subdivisiones, que no puede compararse al tratamiento que se dio a cualquier otro tema. Sin abandonar el orden cronológico, separaron la indumentaria masculina de la femenina, recopilaron ejemplos de las distintas piezas que los componían y mostraron de esta forma las transformaciones que se produjeron con el transcurrir de los siglos. Aportaron ejemplos que iban desde la Edad del Hierro hasta el siglo XIX, destacando de nuevo, el material procedente de época medieval, especialmente la visigótica, a la que era tan aficionado el fundador de la HSA. tal fue el interés por el traje que se llegaron a crear secciones con las que se intentó caracterizar la indumentaria de diversos grupos “históricos” o “sociales” de siglos pasados, como por ejemplo la dedicada al traje de los conquistadores, o el de los dentistas, incluso brujas y enanos, (Conquistadores-Costume, Dentist-Costume, Witches-Costume, Dwarfs-Costume). Estos temas fueron ilustrados por los maestros del arte español, que proporcionaron las fuentes visuales y que se representaron principalmente con ejemplos que provenían de la colección pictórica, como las obras de Velázquez o Goya. Pero como prueba de esa heterogeneidad se crearon secciones de temáticas dispares, como por ejemplo la dedicada a los barberos, los pájaros, el Cid Campeador, los féretros, los insectos, la Inquisición... El folklore musical se representó con imágenes de diversos instrumentos musicales tradicionales. Se dividieron dependiendo si eran de viento, cuerda o percusión. La danza fue otro de los temas que como el anterior, volverán a estar presentes en prácticamente todos archivos de las regiones. En esta tesis doctoral dedicamos un capítulo a la danza, fue importante no sólo por los trabajos de Ruth M. Anderson en ese campo, sino porque en la HSA ésta no se consideró únicamente como una actividad humana de gran plasticismo, sino que su importancia radicó por su contenido simbólico. Los bailes regionales se solían representar durante celebraciones, 180

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religiosas o populares, y además suponían una oportunidad para ver los trajes típicos en todo su esplendor. En esta multiplicidad de temas que definieran fotográficamente España se dedicaron varias secciones a las órdenes religiosas y a las jerarquías militares, centrándose en su indumentaria característica. Como en las otras secciones se incluyó material fotográfico en blanco y negro y también reproducciones de obras pictóricas, especialmente en el caso de las órdenes religiosas. La afición de Huntington por la fiesta de los toros mereció un lugar destacado en este primer archivo. El considerable número de imágenes

referidas a éste tema,

determinó la creación de secciones muy específicas que a la vez contribuirían a un mayor entendimiento de la fiesta. Entre otras se crearon secciones para cada una de las partes de la lidia y destacamos los retratos de toreros más famosos en tiempos de Huntington y anteriores a él301.

b) Provincias Españolas El GRF de las Provincias Españolas siguió el mapa de la ordenación política de 1833. Compuesto por quince regiones, éstas se ordenaron alfabéticamente siguiendo las denominaciones que recibían en el momento de crear estas secciones. Son las siguientes: Andalucía, Aragón, Asturias, Balearic Islands, Basque Provinces, Canary Islands, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Extremadura, Galicia, León, Murcia, Navarra y Valencia302. Como dijimos, el crecimiento y la especialización en la selección de imágenes, determinó la creación de unos archivos para cada región. El fondo pronto se convirtió en una amplia fuente documental sobre usos y costumbres, todos los temas relacionados con las industrias locales, la agricultura, la pesca, los trabajos manuales, los interiores domésticos, el traje, las fiestas, celebraciones, romerías, etc. es decir, las costumbres y tradiciones que configuran la vida de una sociedad. Tras estas, y para completar la imagen de una región, se añadieron otras fotografías que agruparon por ciudades y pueblos, y donde se hallan los ejemplos más contundentes sobre vistas, arquitecturas y 301

Citamos algunos nombres por el interés que alguno de ellas puede suscitar entre los expertos del tema y que posiblemente se desconoce su existencia: Miguel Navarro “Cartagenero” (†1910), Francisco Herrera Arjona “Cúchares” (1818-1868), Joaquín Hernández Parrao (retirado en 1907), Antonio Boto Recadero (retirado en 1916), José Rodríguez “Bebé Chico” (1870-1922) 302 Regiones como Palencia, Burgos o Salamanca se indexaron en el archivo de León mientras que Ávila, Santander, Soria o Segovia se encuentran en Castilla la Vieja. Madrid estará en Castilla la Nueva y Albacete en Murcia.

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monumentos. Esta estructura y muchos de los temas se repetirán en cada región, como por ejemplo el referente al mercado, los transportes, hoteles y tabernas, por supuesto el traje regional303. Pero debemos tener en cuenta que en algunas regiones se crearon categorías etnográficas “nuevas”, porque trataban aspectos característicos de una región en concreto, como por ejemplo en Murcia donde se reservó un apartado para una de sus industrias locales muy popular en un tiempo, la cría de la cochinilla, Cochineal Raising Industry, o en el caso de las Islas Canarias y el tema de la producción y venta de gofio. La abundancia o escasez de fotografías entre regiones, el número de secciones en las que dividieron los temas que incluyeron por cada una, junto a la cantidad de imágenes que consiguieron para ilustrar esos temas son factores particularmente significativos que no sólo informan sobre el interés que la institución sintió por determinadas zonas. Las estadísticas también son importantes, puesto que estas fotografías destinadas al estudio, se convirtieron en una respuesta ante la escasez, incluso a la carencia en el mercado de instantáneas que documentasen regiones menos conocidas o populares en el extranjero, es decir, ejemplos que se alejasen de la imagen esencialmente andaluza que se tenía de España y de temas muy concretos, abordados con un tratamiento científico, como fue la producción del aceite, la pesca, la ganadería, las fiestas populares. En ese sentido, la HSA aspiró a reunir un archivo exhaustivo, y en esa labor tuvo mucho que ver Anderson, una de las responsables principales que llevó adelante esta empresa. Andalucía contó con ocho archivadores repletos de fotografías, mientras que otras zonas, como por ejemplo, Aragón, País Vasco o Navarra, regiones que no visitó Anderson, o lo hizo de pasada, poseen una menor representación304. Como sucedió en el archivo Spain, también en las regiones se incluyeron tarjetas postales, y otra serie de fotografías en las que se reproducen obras de artes, sobre todo pinturas o grabados. Para finalizar habrá que señalar una característica propia de esta colección y es que a través de su estudio en profundidad se podría llevar a cabo una historia de la fotografía en España, ya que en él aparecen los nombres de fotógrafos conocidos y anónimos, pertenecientes a varias décadas. 303

La reiteración sobre este tema en concreto no nos debe extrañar, y lo entenderemos en los siguientes capítulos dedicados a Ruth M Anderson, puesto que ella se encargó de estas fotografías y dedicó su carrera al estudio de este material. 304 Anderson no viajó por estas regiones y cuando lo hizo, como en el caso del País Vasco, fueron estancias cortas. Es evidente al estudiar la colección, como en los archivos de las regiones en las que estuvo habrá un mayor número de fotografías, no sólo las pertenecientes a su propia obra, sino también a las que se encargó de adquirir.

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c) Portugal La Hispania latina, Iberia para los griegos, comprendía todo el territorio peninsular, si Huntington pensaba en la HSA como el centro de estudios y difusión de esta cultura, era imprescindible contar con imágenes de este país, y con este propósito envió a Mary E. Armstrong en una de las expediciones comisionadas por él, la Portuguese Photographic Expedition (1920-1921). Este viaje tenía como precedente iconográfico uno de los paneles de Sorolla, en el que incluyó tipos portugueses y la vista lejana del castillo de Castro Marín305. La historia de Portugal ligada estrechamente a la de España, se caracterizó por un fuerte interés viajero. En el siglo XV ambas potencias se habían convertido en verdaderos imperios marítimos, y sus posesiones de ultramar contribuyeron a enriquecer las arcas de sus reinos, situación que propició la construcción de espléndidas arquitecturas. La HSA posee un imponente fondo de ese momento históricos, manuscritos, mapas, cartas de navegación, las fotografías, se añadirían a ese espléndido acervo. El abundante fondo portugués ocupa seis archivadores. Las fotografías siguen la misma ordenación que las otras secciones que acabamos de tratar. Primero las categorías de contenido etnográfico en orden alfabético y a continuación las imágenes ordenadas territorialmente. Se repitieron muchos de los temas que vemos en las provincias españolas y al igual que en ellas, apenas se aportan ejemplos que indiquen la llegada de la modernidad. Con las fotografías de arquitectura y arte, presentaron a una nación que como España ocupó un lugar prioritario en Europa. Pero las secciones más amplias se dedicaron a otros temas como el de las labores de bordado y el encaje, los interiores domésticos, los trabajos manuales como la alfarería, la carpintería, todo ello con el propósito de mostrar la riqueza de sus tradiciones. El tema sobre el traje típico también ocupó extensamente los archivadores, y Anderson se encargó, como lo hizo con el resto de la colección, de incluir imágenes que ilustrasen la indumentaria, y las mejor representadas fueron aquellas en las que estuvo. Pero creó apartados para cada una de las regiones lusas, como por ejemplo, la del Algarbe, Alentejo, Extremadura, Beira Litoral, Madeira, Minho, Tras-os-Montes, etc. También abordó el tema siguiendo una sucesión cronológica, a través de varios siglos. De esta forma pudo aplicarle un tratamiento histórico, e incluso mostró ejemplos 305

Se trata concretamente de la pesca en Ayamonte.

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generados en la época de las colonias. De esta forma incluyó ejemplos del traje que llevaban los gobernadores y virreyes de la antigua colonia portuguesa de Goa entre los siglos XV al XIX. En la sección geográfica destacan las imágenes adquiridas a los mejores fotógrafos del país, muchas de ellas procedentes de las compras que realizó Mary E. Armstrong306. Se exponen la ciudad como elemento donde se conservaban las huellas de un pasado glorioso, la época de los grandes viajes a los que nos referíamos al comienzo de este apartado, es decir, una visión idéntica a la que quisieron conseguir con las fotografías de España.

d) Latinoamérica

121. Hermanos Courret. Lima (Peru). ca. 1869. GRF: 67.307307

306

A estas se unen las ochocientas cincuenta y tres imágenes realizadas por Anderson, las 98 de Anna Christian, etc. Entre los nombres de fotógrafos lusos aparecen: José Goulart en Horta Faial; Bazar de Povo en Funchal (GRF: 62529-62550); M.D. Perestrello e Filho, Suc., Funchal (GRF: 62551-62587); José Emeterio da Silveiro, Sao Jorge (GRF: 62626-62637); Antonio José Leite, Andra do Heroismo, Terceira, (GRF: 62637-62690) y las fotografías Toste, Ponta Delgada, Azores (GRF: 62.829-62.896). 307 Courret, Eugenio, francés, operador de Eugenio Manory en Lima desde 1861. En 1863 instaló su propio estudio con su hermano Aquiles Courret quien estaba en Lima desde 1851. La casa Courret Hnos., estaba en la calle de Mercaderes, 197 (después Unión). Realizaron las fotos del bombardeo del Callao por los españoles en 1866, y durante la Guerra del Pacífico en 1879-1882. Desde octubre de 1864 figura como Eugenio Courret y Compañía y hasta fines del siglo fue la más importante galeria limeña. En 1900 expuso sus trabajos en la Exposición Universal de París donde obtuvo medalla de oro. Pocos años después regresó a Francia donde murió. Cfr: Vicente Gesualdo. Historia de la fotografía en América. Desde Alaska hasta Tierra de Fuego en el siglo XIX. Buenos Aires: Editorial Sui Generis S.A., 1990

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122. Juan Mauricio Rugendas, Tapada, New York, The Hispanic Society of America308.

Al igual que sucedió con los libros y las obras de arte, la idea global de “Hispania” pasaba por conseguir un fondo de imágenes de países que histórica y culturalmente estaban relacionados con España y Portugal. En 1939 decidió trasladar a la Sala Sorolla, las imágenes de estos países que consideró poseían un valor etnográfico, las de índole geográfica permanecieron en el North Building. Ya conocemos la afición de Huntington a la hora de comisionar expediciones, también en el caso de Sudamérica, y esto supuso la entrada de gran cantidad de imágenes, aunque otra buena parte llegó por otras vías como los regalos y las compras. Ya nos referimos anteriormente a las colecciones de Marrion Wilcox o al fondo de Hiershemann, este último es uno de los más cuantiosos y son piezas fácilmente reconocibles a simple vista, entre otras cosas, por lo cuidado de su presentación. Otras colecciones sobre las que la HSA posee datos fueron la de Harry Chapin Plummer309 y la de Joseph B. Gilder310, cuyos apellidos se incluyen en el reverso de cada una de las imágenes.

308

Publicada en: Tipos del Perú. La Lima criolla de Pancho Fierro. Madrid: El Viso, 2008. fig. 12, pág.

30 309

Harry Chapin Plummer (1897-), ingeniero de profesión y autor de varios libros sobre el tema, Research Editor. Sep. 28, 1921 envió a la Sociedad una serie de fotografías que entraron en el GRF con los siguientes números: 38416-38578 (mas un duplicado). Nota del 30 de septiembre de 1931. 310 Joseph Benson Gilder (1858-1936). Periodista y editor de la revista literaria The Critic, y fue especialista en la figura del marinero escocés William Kidd (1645-1701). En octubre de 1922 regaló a la HSA 313 fotografías de varios países, España, México, Cuba y Centroamérica (GRF: 39974-40280), pero también donó grabados, estampas e incluso una acuarela titulada “Río Frío-alrededores de San Salvador”. Gilder, Joseph Coll. Grabado y Fotografía. HSA.

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123. La Gradilla, one of the busiest corners of the town. Caracas (Venezuela). Coll. Plummer, 1921. GRF: 3.844

124. Natives on carnival costumes. Livingstone a port in Guatemala. Coll. Gilder, 1922. GRF: 40.147

La variedad y riqueza de fuentes sorprende y es aquí donde se constata la intención de crear un fondo comparable al de España. Se calcula que el conjunto de estas fotografías ocupa el treinta y cinco por ciento del total del archivo y a este porcentaje hay que sumar los álbumes fotográficos, auténticas piezas de coleccionista311. En la sección de Latinoamérica se localizan algunas de las instantáneas

311

De Latinoamérica la HSA poseía una serie de álbumes de gran valor, como por ejemplo: E. López Cepero. Álbum fotográfico de los edificios civiles y militares y puntos principales de San Juan de Puerto Rico. Fechado en 1880, contiene un total de 61 fotografías de la capital, San Juan, que nos muestran monumentos importantes de la ciudad, escenas callejeras y el puerto.

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más antiguas, no sólo de ciudades importantes y conocidas mundialmente, sino también de pueblos situados en áreas de difícil acceso. Se incluyen retratos de gente realizando tareas comunes a la vida cotidiana. También se conservan fotografías de comunidades indígenas, brasileñas, bolivianas, guatemaltecas, mexicanas, etc. Para finalizar podemos decir que en muchas de estas fotografías se buscaron las huellas, el reflejo de un pasado colonial y los elementos que habían permanecido en el país sobre este periodo histórico, como las que realizó Atkinson en la ciudad de la Habana.

e) África: Marruecos Como en el caso de América, las imágenes procedentes del norte de África constituyen una de las partes menos conocidas. Marruecos se convirtió en el foco a documentar. Para explicar la presencia de tres archivadores dedicados a este país, debemos hacer un poco de historia. La campaña española en el Norte de África provocó la guerra con Marruecos de 1859, que finalizó un año después con la derrota marroquí y la toma de Tetuán. La ocupación colonialista de España favorecida por la complicidad de Francia, se disfrazó bajo el nombre de Protectorado, bautizado posteriormente como el Marruecos Español. Las fotografías de Marruecos representan uno de los escasos testimonios sobre las condiciones en las que vivía la población general, y como se relacionaban españoles y marroquíes. Se vuelven imprescindibles para rescatar la memoria de una parte de nuestro pasado, no sólo a través de las imágenes que pertenecieron a Huntington, las increíbles vistas de ciudades, con sus callejuelas y bazares repletos de gente, muchas de ellas realizadas por casa francesa de Levy y Cía., sino en las que hizo y compró Anderson, y con las que se plasmó en mayor medida asuntos poco o nada fotografiados, en una zona problemática desde el punto de vista político, y con una importante presencia militar. Tampoco debemos olvidar como la presencia musulmana en la Península durante siglos, creó una visión exótica de España que se mantuvo vigente en la imaginación y la literatura europea de los siglos XVIII y XIX, y que fue el origen de muchos tópicos sobre el carácter español. Algunas de las imágenes en este archivo están Albert D. Moncrieff. Vistas de Guatemala, 1888. Se trata de un álbum con 78 fotografías de panoramas y grandiosas vistas, trenes, puentes, plantaciones y retratos de indígenas. A esto se añaden las imágenes reunidas en álbumes que muestran una serie de puertos en la costa oeste de México, fotografías de Colombia hacia 1888, y de Buenos Aires, Argentina en 1885. Por último un álbum titulado: Travel in South America and West Indies: Barbados, etc. vol. 3.

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cercanas a esa visión, pero una vez más, la recopilación que Anderson llevó a cabo en la zona durante su expedición de 1929-1930, consiguen en gran medida que nos alejemos de esas concepciones tópicas. Como en otras ocasiones la fotógrafa compró material a fotógrafos de la zona o que habían documentado el territorio.

f) Filipinas Una de las partes en la colección que más sorprende al visitante, es el conocimiento de los fondos que la Sociedad posee sobre este país. No sólo las piezas de arte, muchas de ellas en marfil, sino la extensa bibliografía, junto a las piezas cartográficas, supone un lugar de referencia excepcional a la hora de estudiar su historia. Con respecto a las fotografías de Filipinas, sorprende porque se trata de una de las mejores colecciones en Estados Unidos, que no tiene nada que envidar a los fondos conservados en archivos tan importantes como la Library of the Congress312, de Washington o la Eastman House en Rochester, Nueva York, y en este último caso, la HSA incluso supera con diferencia el número de piezas. Abundan las procedentes de la firma Underwood & Underwood y las que le proporcionó a Huntington el librero alemán Hiershemann. También posee un valioso álbum compuesto por cuarenta y cinco imágenes y titulado; Álbum de la Provincia de Cagayan, Islas Filipinas, de Otto Fischer, fechado en 1868, en él se reprodujeron paisajes, edificios religiosos, civiles y por último una serie de retratos de individuos pertenecientes a alguna de las comunidades indígenas que habitaban las islas.

g) Fototeca. El uso de la fotografía dentro de la HSA va a estar unido al interés, casi obligación, por reproducir cada una de las piezas de la colección bibliográfica y de arte. La fototeca sirvió para reunir esos fondos313 y con el objetivo de convertirlo en una fuente de referencia, adquirieron imágenes procedentes de otros museos, galerías, 312

Library of the Congress (LoC), (Washington, EE.UU.). Con un volumen superior a los nueve millones de piezas, estamos ante una de las colecciones más notables sobre la historia de la fotografía de Estados Unidos. Su importancia radica en el valor documental de las imágenes. Este fondo tan numeroso ha obligado a la clasificación por autores, desde los primeros procesos: calotipos de Fox Talbot, daguerrotipos de Mathew Brady y otros sobre la Guerra Civil (más de 10.000 fotografías), pasando por los fondos del National Child Labor Committee (obras de Lewis Hine), el fondo de la Farm Security Administration, hasta las obras del grupo Photo Secession (Alfred Stieglitz, Edward Steichen). La Biblioteca va aumentando su colección a través de la compra de autores contemporáneos. Marie-Loup Sougez; Helena Pérez Gallardo. Diccionario. págs. 269-270. 313 Si el objeto forma parte de la colección se le estampa un pequeño sello con las siglas de la HSA en una esquina de la cartulina donde están montadas.

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anticuarios, colecciones privadas, etc. Sus archivadores se encuentran ubicados en la Sala de Lectura, donde fue más cómodo disponer de ellas en el caso de que los lectores estuvieran interesados en consultarlas. A las imágenes de arte se les adjudicó un número del GRF y se organizaron por técnicas artísticas, artistas, materiales y cada una correspondía a otras secciones más generales donde se agrupaban las obras escultóricas, las pinturas, los textiles, la joyería, las piezas en madera, las obras realizadas en plata, cristal, etc. Aunque se separaron por regiones y países, estos apartados permanecen juntos en el mismo archivador. La búsqueda de una fotografía en esta sección no resulta, en principio, una misión complicada pero requiere un buen conocimiento del archivo y de su estructura. Hay que señalar la existencia de listados en algunas secciones, especialmente las más demandadas por los investigadores como por ejemplo la cerámica, cuero o textiles. En algunas de las secciones incluidas en estos archivos, junto a las fotografías de estudio, también se incorporaron instantáneas realizadas durante expediciones y que servían de igual manera a la investigación. Por ejemplo, en la sección dedicada a los hierros, o en la de escultura medieval o renacentista, hallaremos fácilmente fotografías hechas por Byne, o G.G.King. Este fondo sigue utilizándose no sólo por los conservadores de la institución, sino también por estudiosos que en algunos casos llegan para investigar las fotografías exclusivamente, buscando, en algunas ocasiones, monumentos y obras de arte ya desaparecidos o restaurados.

1.4. Dos departamentos y una misión. Fotografía y Documentación. Anuarios del Departamento de Documentación (1926-1959), (1960-1969) Para seguir profundizando en el conocimiento de las funciones y la utilidad de la fotografía en la HSA, y como las estructuraron guiados por ese fin, es imprescindible estudiar la historia de los departamentos, o el departamento, nos referimos al de Documentación, que se encargó de ellas con mayor dedicación. Para la elaboración de este apartado nos hemos servido de las memorias anuales de este departamento tituladas: Annual Repords. Record Department, 1926-1959 y Annual Repords. Record Department, 1960-1969. Junto a ellas también fue imprescindible la revisión de una serie de textos sobre la historia del departamento de Documentación fechado en 1933314.

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Así lo indicaba una nota manuscrita, History of the Records Department written in 1933, aunque los folios estaban encabezados por el título, Photography. Se conservaban en el NB.

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De él existen otras versiones, prácticamente idénticas, una de 1944 y otra publicada en The Hispanic Society of America 1904-1944315. La fotografía en la HSA se comenzó a emplear para reproducir libros y manuscritos en la biblioteca y posteriormente obras de arte. Sirvió para preservar el vasto fondo bibliográfico y también muy importante, para hacerlos cómodamente accesibles al estudioso. Este es el motivo por el cual fotografía y documentación siempre estuvieron vinculados, se unen y se “confunden” entre ellos. El primer director encargado de los trabajos fotográficos fue Edward Bierstadt316. Aunque permaneció en el cargo tan solo dos años (1904-1906), llevó a cabo importantes tareas de reproducción de algunos de los libros y manuscritos más antiguos en la biblioteca. Realizó facsímiles en color de las iniciales y miniaturas procedentes de manuscritos mozárabes de Santo Domingo de Silos de los siglos, IX, X y XI. También reprodujo algunos mapas de la colección cartográfica. Otro de sus proyectos de mayor envergadura fueron las fotografías en color del trabajo del arqueólogo Jorge Bonsor, que fueron publicada en: An Archaeological Sketchbook of the Roman Necropolis of Carmona317. Pasaron unos cuantos años antes de que la HSA organizase una sección dedicada exclusivamente a los trabajos fotográficos, esto se produjo una vez organizado el departamento del museo, compuesto por las colaboradoras: […] Photography became a branch of the staff work in October 1920. A member of the Library Department was appointed to the position of Photographer, and among the first work undertaken was the copying of detalis of photographs of paintings for iconographic study by the newlyestablished research workers on Museum subjects. Under the direction of the Division of Prints

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El capítulo dedicado a la fotografía repite en gran parte entre los textos del 1933 y del 1944. Este hecho se produce ya que en un momento determinado el departamento de fotografía desapareció como tal y fue incorporado al de Documentación y de esta forma leemos: […] newly formed department of Records assimilated Photography. The Hispanic Society of America 1904-1944. Biblioteca. HSA. cap. V, 1921-1925. págs.78-79 316 Edgard Bierstadt (1824-1906). Pertenecía a una familia de pintores, grabadores, dibujantes y fotógrafos especializados en paisaje, eran conocidos como los Bierstadt Brothers. Especializado en retratos, en 1860 abrió un estudio en la ciudad de Nueva York. También era experto en fotografía estereoscópica y en 1876 patentó un dispositivo para mejorarla. Publicó sus fotografías de vistas urbanas y paisajes en varios libros, uno de ellos realizado con el material que consiguió a partir de un encargo fotográfico comisionado por William West Durant (1850-1934), fundador del campamento Adirondack Great Camp, que se tituló: Picturesque St. Agustine. Views in the Old Florida City. New York: The Artotype Publishing Co., 1891. 317 Jorge Bonsor fue un arqueólogo de origen inglés que en 1904, y gracias al importante patrocinio de Huntington, llevó adelante sus estudios y excavaciones en la zona del Valle del Guadalquivir. Además de miembro de la HSA, colaboró en la organización de algunas de las piezas arqueológicas del museo. Consultar, Jorge Maier. Jorge Bonsor, (1855-1930). Un académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y la Arqueología Española. Madrid: Real Academia de la Historia, 1999

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and Photographs, other photographic work at this time included reproductions for a card catalogue of portraits of distinguished Spaniards. In 1921 two graduates of the Clarence H. White School of Photography were added to the staff, and gradually, as the needs of the department grew, new workers were trained in the routine of photographic and photostat work. To advance the President´s idea that all photographs for the use of the research workers and for publication by the Society should be produced by the staff, the photographic workers were organized as a separate department in 1922, with a curator to represent them in the General Staff Committee…318

Lo interesante es observar como en 1933 especificaron que entre las medias a tomar el departamento de fotografía pasó a ser conocido como documentación, o mejor dicho “asimilado”: […] In later developments, as the result of progress during various periods of re-organization, the Department of Photography, eventually became known as the Department of Records319.

El texto anterior nos sirvió como introducción, pero serán las memorias anuales a las que nos hemos referido, las que nos ofrecerán una información más precisa. Las páginas de estos informes se encabezaban con la siguiente frase que funcionó como un lema y que consideramos resume las tareas específicas del departamento: The Department of Records shall have charge of the records and maintain the reference file, do photographic work, also prepare monographs and do other research work as required320.

Las primeras memorias se confeccionaron incluyendo gran cantidad de detalles y pormenores, son documentos que exponen por escrito, los cometidos de un departamento caracterizado por una incesante actividad. En ellos registraron las cantidades exactas de nuevos negativos, fotografías, postales, etc. que se iban añadiendo a la colección, y si llegaban a través de regalos, compras o si fueron realizados en el transcurso de alguna expedición321. También se incluyeron cuestiones relacionadas con las mujeres encargadas de esa sección, sobre los nombramientos, dimisiones y transferencias e incluso los salarios que percibían322. En un apartado titulado Leave of 318

History of the Records Department written in 1933. NB. págs. 1-2 Idem. págs. 1-2 320 La primera memoria fechada en 1926, la firmó Ada M. Johnson, y tras ella Frances Spalding fue la nueva conservadora y la que se encargó de escribirlas. 321 Esta información en detalle y resumida la encontramos bajo el apartado titulado, trabajo realizado, Work Accomplished 322 En 1926 Atkinson ocupó el cargo de primera fotógrafa y Spalding que era segunda se convirtió en la conservadora del departamento. Esta situación cambió porque tres años después, Atkinson pasó a ser asistente del conservador de fotografía (Assistant Curator of Photography) Memoria 1929. pág. 5. 319

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Absence, se daba cuenta de los días en los que habían faltado y se especifican las razones. Estas noticas nos sirven de ayuda ya que en él se especifica el nombre de aquellas que estaban ausentes en viajes de estudio, lo que nos sirve en principio, para confirmar las fechas de algunos de estos viajes, especialmente los de Anderson. En el fichero de 1926-1959, se hicieron continuas referencias a sus expediciones. Sobre esta correspondencia hablaremos a la hora de estudiar el trabajo de la fotógrafa, pero ahora es importante señalar como durante años las mujeres que trabajaban en Records fueron las encargadas de recibir el material, negativos y fotografías compradas por ella323. En los laboratorios se encargaron de positivar todos sus negativos y seguir las indicaciones de la fotógrafa a la hora de revelar algunos negativos que podían resultar problemáticos. Ellas por su parte, también le enviaron extensas cartas en las que se le transmitieron instrucciones del propio Huntington y también cuestiones sobre el revelado de los negativos324. Estos ficheros contienen páginas repletas de datos sobre experimentos encaminados principalmente a reproducir el fondo patrimonial de la institución. Huntington no escatimó en cuanto a la variedad de técnicas, y se sirvió de ellas con el único objetivo de obtener los mejores resultados. Puso al servicio de la investigación los instrumentos más modernos, y las memorias dan cuenta de todos ellos. Se microfilmaron libros, se utilizó la máquina de Rayos-X y la de rayos ultravioletas. Pero además se inventaron dispositivos para perfeccionar esas máquinas. Estas máquinas también se utilizaron con vistas a realizar copias de fotografías antiguas o muy deterioradas.

Anderson no aparece en la memoria de 1926, debido entre otras cosas, a que se encontraba de expedición por Galicia y León. Si se refirieron a ella en la de 1928 cuando cambió su puesto de asistenta del curador de fotografía al de conservadora del departamento de Iconografía. pág.2. Con este detalle también advertimos la estrecha unión entre ambos departamentos. Iconografía se convirtió en el heredero de gran parte del material que producido y gestionado en el de Documentación. 323 Carta fechada el 20 de marzo de 1926. En ella desde el departamento de Documentación, Records, confirmó la recepción de material proveniente de periódicos y hojas sueltas. En febrero del 16 de 1927 la conservadora señaló la entrada de una serie de instrumentos para fotografiar que Anderson utilizó en su expedición a España de 1924. De ese mismo año pero con fecha del 25 de junio, aparece una nota de agradecimiento a la investigadora por el regalo de quince autocromos a la Sociedad. Carpeta: I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA 324 En una de ellas, por ejemplo, se le aconsejó que siguiera el plan del año anterior, y mantuviese las descripciones de los negativos junto al su número correspondiente, que evitase enviar listados separados. Carta del 4 de marzo, 1926. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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125. Monasterio de El Parral (Segovia). Gift of Carlos Wecea (Feb.26, 1919). Original y copia realizada en los laboratorios fotográficos de la HSA. GRF: 27191

126. Georgiana Goddard King. Palacio Episcopal y catedral de Segovia. 1915-1916. Original y copia realizada en los laboratorios fotográficos de la HSA. GRF: 5809

Muchas de las tareas estaban encaminadas a reproducir y estudiar los libros y las piezas de arte en la colección. Una preocupación que se confirma a simple vista, cuando observamos por medio de una serie de fotografías, los espléndidos laboratorios y las máquinas destinadas a esta tarea.

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1. The Hispanic Society of America

127. Proyection Room. July, 1933. NB. HSA. GRF: 24.111

128. Print Room. July, 1933. NB. HSA. GRF: 24.116

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1. The Hispanic Society of America

129. Chemical Room. July, 1933. NB. HSA. GRF: 24.113

Las memorias hacen continua referencia al uso de la fotografía de Rayos-X, que se empleó para fotografiar principalmente la colección de manuscritos y también las pinturas. En el verano de 1926 se compró una de estas máquinas. Bajo la dirección del Sr. Savage325, se obtuvieron tomas de un palimpsesto en la colección326. En esta memoria señalan que el uso de la máquina todavía estaba en “fase experimental”, pero aseguraron que los resultados fueron muy interesantes.

325

[…] Alexander D. Savage: Curator of the Reading Room 1915-18. Curator of Printed Books 19281920. Acting curator of the Library 1920-22. Paleographer 1922-25. En, A History of the Hispanic Society of America. Museum and Library 1904-1954. With a survey of the collection. By members of the staff. New York: Hispanic Society of America, 1954. pág. 544 326 […] Ray machine is to be purchased, and experiments to be made under the direction of Mr. Savage in photographing the Palimpsest. Agosto, 1926. Folio 3. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. Grabado y Fotografía. HSA.

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130. Medieval Academy of America. Reunión del 26 de abril de 1931. Instrucciones para reproducir fotográficamente manuscritos. A.D. Savage, conservador de manuscritos en aquel momento, asistió y firma el documento

Huntington pensó copiar los libros antiguos utilizando el tipo de negativo que se empleaba en el cine. Siempre fue muy consciente de lo que sufrían cada vez que eran usados por los investigadores o las colaboradoras en la HSA y en sus teorías concibió una especie de “nueva era” para el facsímil: Subsequent experiments in this field are the result of the President´s theory that eventually rare books must be reproduced on cinema film, not only to prevent excess handling of the books, but also to make copies available in a reasonable form to scholars in any part of the world327.

En la memoria de 1932-1933, se especificó como el ingeniero de la HSA, ideó y construyó, una nueva cámara provista por un atril, para utilizar de forma exclusiva este tipo de negativo, también se encargó de construir una máquina para imprimir los negativos obtenidos con este procedimiento328. En 1966 el presidente de la HSA en aquel momento, Dr. Beardsley, consideró necesario dar a conocer toda esa labor y 327

History of the Records Department written in 1933. NB. pág. 8. Among the experiments undertaken during the year, that of microphotographic reproduction of books on cinema film has shown the greatest progress. This work has finally been made practical by the completion of a camera and stand, invented and made by the Engineer withing the building, whereby a book of some 200 small pages may be reproduced within about two hour, and at an average cost of two dollars. A printing machine for making positives from cinema negatives is now in the course of construction by the Engineer. When this apparatus is completed, it may be possible to develop a new form of facsimile publication, having as its chief purpose the reproduction of incunabula, each facsimile to be preceded by a title page and bibliographical note. A centimetre scale reproduced on the page facing the title-page of the rare book would make it possible for the negative to be enlarged to the original size of the book. The original negative and positive would be kept on file and the Records Department, and duplicate negatives would be printed for the use of scholars. Memoria nov. 1932-nov.1933. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 328

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1. The Hispanic Society of America encargó a Frances Spalding que escribiese un texto sobre el tema329. Los experimentos continuaron realizándose durante ese tiempo y junto a las radiografías de pinturas, emplearon los rayos ultravioletas para hacer más visibles los textos en determinados manuscritos330. El interés por fotografiar la colección exigía el uso de diversos métodos encaminados a conseguir la mejor instantánea del objeto.

131. Instrucciones para fotografiar piezas de cristal. NB. HSA

Y utilizaron las máquinas de Rayos X en la reproducción de obras pictóricas, que contribuiría a un mejor estudio de las piezas331.

329

In response to a request from Dr. Beardsley, Miss Spalding prepared a brief history of the microfilming of rare books at the Hispanic Society. The chief reason for this nine-page report was to document Mr. Jungen´s invention of a handmade camera and supplementary equipment. This machine, used from 1931 to june 20th, 1961 [...] During this period of over thirty years, 630 rare books and manuscripts, totalling 152, 593 images, were copied on 35mm film in this homemade apparatus designed and constructed by Mr. Jundens, a former Engineer at the Society. Memoria 1966. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 1 330 Various experiments in Infra-red photography, for rendering visible deleted writings in manuscripts, are now under way. Radiographs of paintings have been made as required. [..] Memoria nov. 1932-nov. 1933. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 331 [...]The work of x-raying old paintings has been begun and, although the work is still in the experimental stage, the results have proved interesting. A series of further experiments will be made in order that x-ray plates of the paintings of different artists represented in the collection may be on file for study. Memoria 1926. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 14

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1. The Hispanic Society of America

132. Margaret E. Jackson. Radiograph no. 38-18. Pereda y Salgado, Antonio. Saint Anthony of Padua and the Christ Child. (1-25-1936). Detalle. NB. HSA.

Records siempre estuvo en contacto con el departamento de Iconografía, la otra sección en la HSA relacionada directamente con las fotografías332, y con el resto de departamentos especialmente a la hora de publicar los estudios que llevaban a cabo. Para el departamento del museo realizó copias de imágenes y fotografías con las que ilustraron textos escritos por sus conservadoras333. Se encargaban del diseño porque muchas veces no se utilizó únicamente material fotográfico perteneciente a la colección, sino que también utilizaron imágenes procedentes de libros, revistas y periódicos. También se ocuparon de las peticiones que llegaban desde otras instituciones como por ejemplo, la Frick Collection334. A las anteriores se suma un listado de académicos e hispanistas que encargaron imágenes, entre ellos, Ramón Menéndez Pidal335. El departamento tuvo un protagonismo indiscutible a la hora de organizar muchas de las exposiciones en la HSA. Huntington se interesó por exponer al público general

332

Iconografía se encargó de ordenarlas temáticamente, registrarlas en los libros del GRF y gestionar su uso de cara a los investigadores. También se ocupó del montaje en el que se encuentran las fotografías dentro de los archivadores metálicos. En las memorias anuales se indicó también como en ocasiones y debido a la gran cantidad de fotografías las mujeres del departamento de Records, ayudaron en las tareas de montaje. 333 Como ejemplo nos sirve la memoria de 1945. En ella leemos como se realizaron imágenes de Rayos X por encargo de una de las bibliotecarias; To illustrate Miss Penney´s essay on Watermarks, Miss Jackson has continued the work of photographing watermarks in rare books and manuscripts. En la de 1951 informaron sobre las imágenes que tuvieron que reproducir para publicarlas en el libro de Lewis May Silk textile of Spain. Eigth to fifteenth century que se publicó en 1957. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 334 Durante años requirió fotografías de objetos artísticos pertenecientes a la colección de la HSA, imágenes que catalogaron en la fototeca de arte. Memoria 1930. Idem. 335 Memoria 1951. Idem

198

1. The Hispanic Society of America

parte de su colección, incluidas imágenes fotográficas: During the winter of 1913-14, the library carried into effect Mr. Huntington´s plan to exhibit weekly a selection of photographs relating to the Hispanic-American countries336. Estas memorias nos ofrecen muchos datos sobre ellas, como la que se organizó en 1940 sobre parte de la obra del escritor valenciano Blasco Ibáñez, en este momento se valieron de las fotografías utilizándolas de una forma muy original: […] Miss Anderson is preparing for the North Room an exhibition showing Spain in the novels of Blasco Ibañez which will include fifteen novels with synopses and photographs illustrating the stories 337.

Con el tiempo la elaboración de estas memorias se fue simplificando, es lógico si tenemos en cuenta que a finales de los años treinta, principio de los cuarenta se compraban menos fotografías, y se fueron abandonando los “experimentos” fotográficos puesto que, muchas de las piezas en la colección habían sido ya documentadas. Las labores en el departamento comenzaron a ser de tipo administrativo. Fue un momento que curiosamente coincidió con la finalización de los grandes viajes de estudios y también de las expediciones de Ruth M. Anderson, las que estudiaremos más adelante, y que como veremos eran momentos en los que también se adquirieron cientos de fotografías. Aún así, todavía encontramos noticias curiosas, como el encargo que la Office of Strategic Services y el Bureau of Economic Warfare338, hizo a la HSA en 1943, aunque anteriormente a ese año, estaban colaborando con estas agencias al proporcionarles material de desecho del laboratorio fotográfico339. Desde estas oficinas del gobierno, les encargan un total de mil setecientas imágenes, sobre España, entre reproducciones de mapas, planos, vistas generales, libros y periódicos. Selección de imágenes que mostraban carreteras y autopistas, estaciones de tren, ciudades y sus calles y ejemplos de uniformes, militares y navales, pero al final se descartaron ya que se habían quedado obsoletos con el tiempo340. 336

Historia de la HSA, 1944. págs. 55-56 Memoria 1940. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 338 Sobre la historia de esta agencia del gubernamental Edward Hymoff. The O.S.S. in World Ward II. New York: Richardson & Steirman, 1986. 339 […] 1942. Contributions to war effort included fulfilling requests received from the Office of War Information, Office of Strategic Services, and Bureau of Economic Warfare; seven tons of metal (halftone cuts, electrotypes, other scrap) made savailable to the government. En, A History…1954. pág. 559. 340 In furtherance of the war effort, The Hispanic Society has supplied the Office of Strategic Services with 1117 glossy prints from negatives made by the Staff in Spain, Morocco, the Canary Islands, the Azores, and Madeira. The photographs selected by this government office were mostly of general views showing country roads and highways, in the terrain, streets and views of towns, fortresses, uniforms, 337

199

1. The Hispanic Society of America

Los párrafos anteriores nos han servido para darnos cuenta del valor práctico de las fotografías, y como se facilitó el trabajo a los departamentos de Publicaciones y del Museo. La fotografía y sus aplicaciones fueron utilizadas, en todos los sentidos. En este hecho radica parte de la personalidad de Huntington como “visionario”, como un hombre que no negó completamente las ventajas que le ofrecía el progreso, especialmente si estas se podían aplicar al conocimiento. Ese fue su interés primero, el segundo consistió en proporcionárselas a los investigadores y aquellas personas que se acercaron a estudiar los fondos de su institución.

railroads stations, etc. military and naval uniforms were at first included with those selected for the files of this government office, but were later returned to the Society, since Spanish uniforms have changed and become so varied within recent years that photographs of uniforms made prior to 1939 are now obsolete for their purposes. In addition to these original photographs made by the staff, 430 photographs of similar subjects, selected from the General Reference File, were copied on microfilm (35mm) for the Office of Strategic Service. The Bureau of Economic Warfare also was supplied with 120 photostat negatives of maps, plans, general views, etc., selected from books and periodicals. Memoria 1942. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

200

 

2. EL RETRATO DE RUTH M. ANDERSON

         

 

2. El retrato de Ruth M. Anderson

[…] What heart may answer challenges the best? A.M.H.1

2.1. De Nebrasca a Nueva York La Nebrasca en la que vivió Anderson no era muy diferente a la que describió la escritora Willa Cather en muchas de sus novelas. Nadie como Cather supo narrar de una manera tan magistral la vida de los “pioneros” europeos que convirtieron ese estado americano en su tierra prometida. La mayoría de esos emigrantes procedían de Francia, Europa del Este, Noruega y también de Suecia, desde donde llegaron precisamente los antepasados de Anderson. Las praderas de esta tierra en el “salvaje” oeste americano, eran paisajes imponentes de una extraordinaria belleza, y a la vez terrenos difíciles de cultivar. En este escenario, concretamente en la granja Cottonwood State Farm, nació Ruth Matilda Anderson el ocho de septiembre de 1983, aunque la familia se estableció en la ciudad de Kearney2.

1. Anderson en el centro con la pajarita. Kearney High School, 1910.

En la fotografía anterior realizada cuando tenía diecisiete años aparece sentada entre sus compañeros de promoción de la Kearney High School en 19103. Sobresale por su altura, de complexión delgada, eran rasgos que delataban el origen escandinavo de 1

Archer M Huntington. “Challenge” The Torch Bearers. New York: The Hispanic Society of America, 1955. pág. 82. 2 La ciudad de Kearney en Estados Unidos, pertenece al condado de Buffalo en el estado de Nebrasca. 3 Se publicó en 1966, en el Kearney (Nebr.) Daily Pub. Jueves 19 de mayo, 1966. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

203

2. El retrato de Ruth M. Anderson

sus progenitores, Alfred Theodore Anderson (1865-1958), fotógrafo de profesión y, Alma Matilda Wickstrom. Durante tres semestres, entre 1911-1912 estudió arte en la Universidad de Nebrasca, en 1915 volvió a su ciudad, Kearney, donde consiguió el certificado del Colegio para Profesores que la cualificó para enseñar arte y música en escuelas públicas. En 1917, volvió a la Universidad de Nebrasca, y continuó con sus estudios sobre arte durante seis meses4. Como era habitual para la época, ayudó a sus padres en el negocio familiar y trabajó en el estudio fotográfico del padre. Pasados un par de años decidió marcharse de Kearney, y probar suerte en Nueva York, donde llegó en 19185. En esta ciudad estudió en una de las escuelas de fotografía más importantes, la Clarence White School of Photography. Tras licenciarse trabajó por un tiempo como diseñadora de interiores, esta situación no agradó a Clarence H. White, director de la escuela de fotografía, porque consideró que su pupila se estaba dedicando a un oficio que tenía poco que ver con la fotografía, que fue el principal motivo que la trajo a la ciudad. Convencido del amor que Anderson sentía por el oficio fotográfico no lo dudó, e inmediatamente la recomendó para el puesto de la HSA6. Aunque resulte llamativo, Ruth se pensó dos veces lo de volver a dedicarse a la fotografía, y eso nos lleva a reflexionar sobre la situación del mercado laboral en ese momento. Posiblemente era el tipo de trabajo que una mujer podía encontrar con mayor facilidad en la ciudad, o quizás le ofrecía una mejor remuneración económica. Así es como, Clarence H. White una de la figuras clave dentro en la historia de la fotografía americana, también fue responsable de la llegada de Anderson a la HSA y en cierto sentido, de todo lo que sucedió después.

2.2. La Iglesia de la Ciencia Cristiana Las creencias religiosas de Anderson merecerían un estudio independiente, puesto que están íntimamente ligadas e influyeron tanto a su vida como a su trabajo. Creció en una familia de sólidos principios religiosos, fiel seguidora de la Iglesia baptista, basados 4

Curriculum. Sobre Q. Members Files: Anderson M. Biblioteca HSA. En el transcurso de su entrevista para la Sociedad de Mujeres Geógrafas rememoró el momento de su partida rumbo a la gran ciudad y lo duros que eran los inviernos durante esos años. Mientras hablaba recordó un dicho popular que reflejaba la situación política y social de ese momento: My Mondays are heatless, my Tuesdays are meatless. We are getting more eatless each day! En, The Society of Woman 5

Geographers, New York, 1977

Durante la administración del presidente Thomas Woodrow Wilson (1913-1921), uno de sus ministros Herbert Hoover, encargado de la U.S. Food Administration, creó hacia 1917 creó una serie de medidas encaminadas a disminuir entre la población el consumo voluntario de carne. Con esta decisión se quería enviar alimentos a una Europa devastada por la Primera Guerra Mundial. El programa se conoció por el nombre de Meatless Mondays, Wheatless Wednesdays. Disponible en Web: http://exhibits.mannlib.cornell.edu/meatlesswheatless/meatless-wheatless.php (16-9-2007) 6

The Society of Woman Geographers, New York, 1977

204

2. El retrato de Ruth M. Anderson

en las doctrinas de la Primera Iglesia Baptista, First Baptist Church. Alfred T. Anderson, el padre de la investigadora, era miembro activo y devoto de su comunidad, participaba como diácono en los servicios de la Iglesia, y junto a su mujer, se encargaban de poner la música durante el servicio religioso, cantando a dúo y tocando el piano7. Pocos años después de ingresar a trabajar en la HSA, Ruth cambió su religión, y se convirtió a la Ciencia Cristiana, Christian Science. Ésta Iglesia se creó en 1879 por Mary Baker Eddy (1821-1910) en Boston, Massachusetts. Cuatro años antes, en 1875, Baker había publicado un libro titulado, Science and Health, donde explicó algunas de las teorías fundacionales. La Christian Science cree en el poder sanador de la lectura de las Sagradas Escrituras y en la obligación de aplicar la oración a todos los aspectos de la vida. En los diarios que Alfred T. escribió mientras acompañaba a su hija durante la expedición de 1924-1925, se refirió en a la religiosidad de los españoles, pero también desveló detalles muy significativos sobre la nueva doctrina religiosa de su hija. El padre que también escribió en sus diarios innumerables comentarios sobre la Iglesia católica en España, y que nunca se separó de la Biblia de otra de sus hijas, Theodora, fue un testigo cercano de la conversión experimentada por Ruth, y algunas de las notas que escribió a su mujer demuestran que no estaba muy a gusto con esa decisión: [...] When we reached Santiago the night before, I told Ruth that I thanked God that we were back safely. She told me that her Christian Science teaches her to thank God before she gets her prayer answered, which is not at all in conflict with what I have been taught from my youth up. When we first started out Ruth wanted to read her Science lesson with me, and we did so once or twice. But now we go our separate ways. She reads by herself and I have my reading by myself, with very little said about it8.

Sin abandonar estos diarios leemos como en diciembre de 1924 llegaron a Madrid desde Lugo. Viajaron con la esperanza de poder hacer fotografías en la Exposición del Traje Regional que se inauguró al año siguiente. Aprovecharon al máximo su estancia en la capital, una de sus primeras preocupaciones fue la de encontrar una iglesia baptista. Localizó un templo, English Chapel Service, al que asistió y donde le

7

My father, Alfred T. Anderson, Photographer. En, Marian Dettman Johnson: “A.T. Anderson, Photographer”. Buffalo Tales. Buffalo County Historical Society. Buffalo, October, 1982. vol. 5, no. 9.

8

Alfred T. Anderson Diaries. Santiago. 13 de noviembre, 1924. vol. III. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

205

2. El retrato de Ruth M. Anderson informaron a su vez, acerca de una iglesia presbiteriana a la que no dudó en acudir9. Contó a su mujer como Ruth, por su parte, tampoco desatendió sus obligaciones para con la Christian Science y salió en un par de ocasiones con un grupo de mujeres seguidoras de esta Iglesia10. Otra noticia reveladora sobre la sensibilidad religiosa de Anderson, nos la proporcionan sus propias palabras, las que dirigió a su familia, concretamente a su madre y a su hermana Miriam, “Mim”. Tuvo clara la importancia de una institución como la Iglesia católica en España, supo que la vida cotidiana estaba enormemente influenciada por ella, y sobre todo reconoció que la base de muchas tradiciones y costumbres estaban bien asentadas en la liturgia católica11, seguramente por eso pensó que era importante incluir en su equipaje un ejemplar del Nuevo Testamento y Salmos en español. En alguna de las cartas que envió a su madre se mostró muy crítica con la iglesia y la autoridad que esta ejercía en la sociedad española de la época, pero también creyó que el país podía aportar: great Christian Scientist, debido a lo bien que la gente soportaba la falta de “comodidades”. Aún así la “reforma” tardaría todavía algún tiempo. En otra misiva a su madre se dedicó casi exclusivamente a describir sus vivencias durante el Domingo de Ramos en Llanes. Le transmitió la grata impresión que le causó la celebración y la procesión, le narró con detalle las partes de la ceremonia, uno de los momentos que más le cautivaron fue cuando la gente alzó sus ramos para que fueran bendecidos. Puntualizó que a diferencia de los ramos que vio en Gijón y Oviedo, donde se vendían caros, en Llanes la gente los conseguía directamente de los árboles. Esta experiencia fue muy emotiva para ella porque le llevó a pensar que, de esa forma, con esa sencillez tuvo que haber sido el recibimiento de Cristo cuando entró en Jerusalén. Sin abandonar en ningún momento el interés etnográfico de la escena, consideró que era “preciosa”12. Unos meses antes de finalizar esta expedición de 1924-1925, su padre planeó adelantar su marcha pues había pasado casi un año y estaba cansado. Ruth escribió a su madre y hermanas, y se mostró tranquila al afirmar su disposición total hacia la voluntad de Dios. No sintió miedo ante el hecho de quedarse sola, y por el contrario

9

Idem. Madrid. 7 de diciembre, 1924. vol. IV. págs. 11 -12. Idem. Madrid. 11 de diciembre, 1924. vol. IV. págs. 17-18. 11 Aunque analizaremos este asunto posteriormente, esta es una de las razones por la que los religiosos se convirtieron es un grupo de informantes muy apreciados por ella. 12 Carta de Anderson a su madre. Oviedo, 5 de abril de 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 10

206

2. El retrato de Ruth M. Anderson

pensó que era un designio divino y como tal no se preocupó porque, The Lord got me over here and he will get me back13. Como vemos, ayudada por sus fuertes convicciones religiosas logró superar los contratiempos del viaje, pero es interesante preguntarse en este momento que fue lo que ocasionó su conversión, su paso de la iglesia baptista a la Christian Science, especialmente si, como hemos visto en los párrafos anteriores, estaba tan unida a su familia y sabía del poco entusiasmo que su padre mostró ante la nueva religión que adoptó. La respuesta habrá que buscarla en la HSA. En primer lugar debemos referirnos a Huntington, pues éste para asegurar cierta rectitud moral en la institución, exigió que sus colaboradoras fueran cristianas14. Por otro lado hay que sumar el hecho de que varias empleadas en la institución pertenecieron a la Christian Science, y a ellas habrá que considerarlas en gran medida, responsables de su “conversión”. Entre todas, una de las más cercanas a Ruth y muy comprometida con la Iglesia, fue Catherine M. Allyn15, que trabajaba en ella como secretaria. Allyn fue precisamente, la que le anunció en 1926 su admisión de manera oficial como miembro a la Tenth Church of Christ, Scientist, conocida popularmente como la Christian Science: At a meeting of the Board of Trustees of this church held July 6th, 1926, you were unanimously elected to membership. It is a pleasure to welcome you on behalf of the Board and of the membership16.

Como señalamos, la Christian Science basó su filosofía en el poder de la oración, Ruth llevó adelante estos preceptos convencida de ellos. En una ocasión sufrió un accidente que le provocó una grave lesión en la muñeca, pero se negó a acudir al médico, y empleó la oración como único bálsamo17. Las enseñanzas de la Christian Science le acompañaban en su vida cotidiana, entre sus papeles hallamos gran cantidad de notas y pequeñas referencias a Dios, siempre las lleva a mano, las inserta de vez en cuando en sus agendas, cuadernillos de notas, cartas, y otros papeles. Muchas dedicadas 13

Carta desde Oviedo, fechada el 1 de enero, de 1925. Sobre: P. Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Patrick Lenaghan. In the Lands of Extremadura. En Tierras de Extremadura. Ruth Matilda Anderson’s Photographs. New York: Hispanic Society of America, 2004. texto a la nota: 9. pág. 88 15 Alfred T. se refirió a la amistad existente entre ellas: Allyn is Ruth´s friend. […] “Daniel” is the name that signifies Ruth in between the two friends. Please work, means Christian Science praying. Alfred T. Anderson Diaries. Asturias. 22 de marzo, 1925. vol. XI. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 24-25. 16 Carta de admisión enviada por Catherine M. Allyn a Anderson el 6 de junio de 1926. I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. 17 Nuestra informante, Eunice Longland trabajó en la HSA durante cinco años, desde 1957. 14

207

2. El retrato de Ruth M. Anderson

a la fuerza de la divinidad y la oración, aspectos fundamentales y sobre los que predicó la doctrina de la Christian Science. Es importante incluir aquí algunas de estas oraciones, y que le acompañaron en sus viajes, como las que aparecen en su agenda de 1925. Se trata de una serie de frases que resumen algunos de los preceptos claves de esta religión, como por ejemplo, el concepto de Dios al que consideran Divine Mind, mente, pensamiento divino. Éste a su vez se refleja en el ser humano. Los seguidores de la Christian Science creen que la sabiduría de esa mente sobrenatural es la que debe guiar, es el amor que protege. Todo llega de ella y afecta a las personas que deben servir como reflejo de esa divinidad. En nuestra mano está el darnos cuenta de ello. Declare the truth persistently that You do reflect wisdom and you will be guided Divine intelligence directs Divine love protects Divine mind unfolds each day All we should know, do, and say18

Unas frases que sin duda alguna, fueron lo suficientemente poderosas para reflexionar sobre ellas en cualquier momento, le sirvieron de aliento mientras viajaba. Justo al comienzo de su agenda de 1925, el primero de enero, escribió: All that really exists-151:26 The straight and narrow way-151:28 Matter physician as methaphisician-151:219

En el servicio celebrado tras su muerte, se leyeron una serie de pasajes de la Biblia y del libro que escribió Mary Baker Eddy. Participó el coro al que perteneció la investigadora, y por último se leyó un poema escrito por ella. Comenzaba con una palabra cargada de significado, Challenge, “reto”, la fuerza para superar esas pruebas, Anderson la encontró en Dios y lo hizo a través de los principios que aprendió en la Christian Science: Challenge You can be healed! Ponder, listen, yield To Truth and Life revealed. Love is on the field, 18

Agenda de Anderson para 1925. Sobre L. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

19

Idem

208

2. El retrato de Ruth M. Anderson

Sin and death repealed, Child and Father sealed Ruth M. Anderson20

Este poema es la constatación de unas creencias religiosas presentes durante toda su vida. El sentimiento de superación destacó por encima de todos, el que por otro lado, afectó directamente a su carrera profesional. La vida le planteó constantes retos y el camino para lograrlos estuvo lleno de obstáculos que tuvo que superar. En una ocasión le pidieron un consejo dedicado a la nueva generación de mujeres fotógrafas, y ella a lo que apeló fue a la constancia en el trabajo, y exclamó: carry on, get it through!, bring back the results!21.

2.3. Música para el alma Truth and Love changing chaos into order, and discord into the music of the spheres S&H 255: 122

Su interés por la religión fue comparable, en cierta medida, a su afición por la música, que pudo incluso convertirse en su profesión ya que cursó estudios sobre esta disciplina en la universidad. Se trata de otro aspecto en su biografía sobre el que es conveniente detenernos, y observar cómo se interesó por ella a lo largo de toda su vida, tanto en el plano personal, -como aficionada que disfrutó tocando el piano que tenía en su casa, o participando miembro del coro de su Iglesia-, y en el ámbito profesional donde, por ejemplo, por causa de su afición y conocimientos sobre la danza, organizó una exposición sobre el baile español en la HSA23. Su predisposición hacia la música le llegó en primera instancia a través de sus progenitores. Al recordar la figura de su padre informó que tocaba varios instrumentos musicales y señaló cómo disfrutaba interpretando viejas canciones suecas. Este ambiente influyó en la joven, que como señalamos, decidió estudiar arte y música en el State Teachers College de Kearny. En 1915 consiguió, un diploma que la autorizó para impartir clases sobre esas disciplinas. Aunque nunca ejerció como maestra de música, la revisión de sus notas y documentos personales muestran su inclinación hacia dicho

20

Memorial Service for Ruth M. Anderson. June 22, 1983. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Este es el consejo que dio a la nueva generación de mujeres fotógrafas. The Society of Woman Geographers, New York, 1977. 22 Mary Baker Eddy. Science and Health: with key to the scriptures. Boston, Mass: First Church of Christ, Scientist, 1994. 23 Dances of Spain, (1938-1941). Sobre esta exposición ver el cap.7 de la presente tesis. 21

209

2. El retrato de Ruth M. Anderson arte24. A partir del trabajo que realizó en la HSA, especialmente cuando comenzó a viajar por España, se fijó en la importancia que tenía el folklore musical, como parte fundamental de la cultura. Su formación académica le permitió acercarse a la música de una manera experta, y durante su expedición de 1924-1925 y 1925-1926, supo copiar las notas de alguna canción, sobre un pentagrama improvisado. Al mismo tiempo se preocupó por transcribir las letras de algunos cantos populares, cancioncillas y coplas que oyó de la gente. Situándonos en el plano personal, ya conocemos su pertenencia al coro de su iglesia, pero durante décadas también participó en el coro de su comunidad de

vecinos,

The

Morningside

Community

Chorus,

que

ofrecía

conciertos

periódicamente, e interpretaban piezas de Mozart, Bach, Telemann25. Su compromiso con el coro le llevó incluso a alterar su horario de trabajo en alguna ocasión, este hecho, conociendo su dedicación por la HSA, resulta excepcional26.

2.4. “El Club de la Aguja y el Dedal” Un pequeño acerico con letras bordadas fue, entre otras cosas, uno de los regalos que Ruth hizo a su gran amiga y ayudante Lidia Dufour, antes de marcharse a la residencia de ancianos donde pasó los últimos años de su vida. En uno de sus primeros currículo leemos como en la parte dedicada a las “aficiones”, hobbies, escribió tan solo dos, primero el bordado y luego la pintura. No creemos que su interés por estas labores le llegó al ser nombrada conservadora del traje, ni tampoco por su conocimiento de la extensa colección de encajes y bordados en los fondos de la HSA, o los de varias colecciones en España, como la del Instituto Don Juan de Valencia de Madrid. Se aficionó a esta manualidad incluso antes de reunir un extenso repertorio de imágenes sobre el tema, pero sin duda alguna, estos fueron condicionantes que acrecentaron su curiosidad y dominio sobre la materia. Durante su expedición de 1924-1925 fotografió a un gran número de mujeres que aparecen cosiendo, la mayoría bordadoras o palilleras como se denominan en Galicia, las que buscó y encontró en varios pueblos de la región. Fue un tema que por otro lado, debía 24

Contamos con el testimonio de una gran amiga de Anderson, Lydia Dufour, antigua colaboradora de la HSA. Ella nos advirtió que Anderson poseía un piano en su casa y que fue una gran aficionada a la danza española. Dufour trabajó en la década de los años sesenta en el departamento de Iconografía y conoció bien a la investigadora, con ella colaboró en sus últimas publicaciones. 25 Se conservan dos programas de estos conciertos, uno del 21 de mayo de 1967 y el segundo del 2 de junio de 1974. 26 En una nota fechada el 5 de mayo de 1971 y dirigida al Doctor Beardsley, director de la HSA en aquel momento, Our chorus has its dress rehearsal this afternoon for a concert tomorrow, and I should leave this afternoon at 1:30. Archivo: Work in Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

documentar ya que se trataba de un tipo de industria local realizada enteramente a mano y que además estaba siendo sustituida por las máquinas modernas. En sus notas constató la admiración que le produjo ver como trabajan las artesanas de los hilos. En el pueblo de Camariñas, fotografió una inmensa colcha en la que habían trabajado al menos cuatro mujeres. Con su comentario revalorizó estas labores manuales y la virtuosidad de las costureras: The work of making lace is a truly an expression of the art instinct of these women as it is a response to economic necessity. Some of them work without patterns producing designs of grace and symmetry entirely by the judgment of the eye. This colcha may be considered a greater tribute to their industry than to their artistry, but if these women could be instructed intelligently and sympathetically in the principles of design, the lace of this region would develop into an interesting art form27.

Pero su interés a esta manualidad llegó todavía más lejos, ya que fue miembro del Needle and Bobbin Club de Nueva York, una organización cultural dedicada exclusivamente estas labores. Fue un miembro comprometido, y su nombre se publicó en uno de los boletines de la asociación28. Para finalizar debemos señalar que entre los libros de consulta que mantuvo próximos a su mesa de trabajo, había varios dedicados al bordado, entre ellos El Bordado de Antonio Cimbreño, donde, como era habitual en ella, escribió su nombre y su dirección para dejar claro que le pertenecía29.

2.5. Correspondencia epistolar con su familia Para trazar la biografía de Anderson fue de gran utilidad la correspondencia epistolar con su familia producida durante la primera expedición en la que viajó como líder, la de 1924-192530. Aunque pertenecen a un momento concreto de su carrera profesional, sus primeros años, consideramos que ésta expedición fue crucial, y en el transcurso de todo ese año aprendió con mayor precisión lo que la HSA buscó conseguir

27

Negativo: 4.975. Camariñas, 1924. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 24-25. 28 En él se agradecía tanto a ella como a otros miembros, la organización de la primera reunión de los socios en el año 1973: The first meeting of the Needle and Bobbin Club in 1973 was held Tuesday, January 16th, at the Lotus Club, through the hospitality of Miss Ruth Anderson, Miss V. Isabelle Mille[…] “Club Notes”. The Bulletin of Needle and Bobbin Club. Nueva York, 1974. vol. 57. nos. 1 y 2. pág. 44. 29 Antonio Floriano Cumbreño. El Bordado. Serie, Artes decorativas españolas. Barcelona: Editorial Alberto Martín, 1942. 30 Anderson fue nombrada miembro de la HSA en 1949. Como norma general la institución conserva todos los documentos relacionados con sus miembros.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

con estos viajes, y todavía más importante cual iba a ser su cometido en esa misión. El valor de las misivas radica en que muestran no sólo lo unida que estaba a su familia, sino también, revelan aspectos de su carácter y su personalidad, como por ejemplo, su fuerza de voluntad en el trabajo31. En ellas expresó opiniones personales en un estilo distendido, especialmente con su hermana Miriam, a la que se dirigió en un tono más confidencial, de camaradería, se convirtió en la aliada de sus preocupaciones. Le contó los resultados que iba obteniendo y le informó sobre las dificultades surgidas con el funcionamiento de la cámara fotográfica, no olvidemos que “Mim”, como la llamaban familiarmente, trabajó en el estudio fotográfico de Kearney y sabía del oficio tanto como su hermana32. Pero como dijimos, también le hizo partícipe de sus sentimientos más personales, y le trasmitió su ilusión ante el mundo nuevo que estaba viendo y su afán por aprehender, por capturar cada uno de los detalles que pensó podían serle útiles. Esta determinación no disminuyó con los años, sino que por el contrario, aumentó y se consolidó. Relató sus aventuras y experiencias con la excitación de una niña de doce años, pero para este momento ya había pasado los treinta y no le importó embarcarse en una misión cuyos resultados le fueron totalmente desconocidos desde el principio. Otra fuente para estudiar a la Anderson más personal, son los escritos de su padre, que como dijimos al comienzo le acompañó en la expedición de 1924-1925. Escribió diariamente una agenda en la que reveló a su mujer las dificultades y alegrías del camino y como se encontraba su hija. Él siempre fue una figura muy importante, su primer maestro en el oficio de la fotografía, y el compañero de viaje que en algunas ocasiones también actuó como pañuelo de lágrimas. Al igual que su padre, reconoció la dureza del camino, y confesó a su madre la preocupación que le causó el ver a su progenitor en determinadas situaciones que pusieron a prueba su condición física. Aunque siempre finalizaba estas cartas tranquilizando a su madre, asegurándole que éste se iba adaptando sin excesivos sacrificios, especialmente con todo lo relativo a las costumbres culinarias del país. Aunque pasó varias Navidades fuera de casa, la de 1924 resultó ser especial porque posiblemente fue la primera lejos de su familia. Para consolar a su madre, le mostró su felicidad ante la idea de hospedarse durante esas

31

Estas cartas junto a sus cuadernos de notas, postales, papeles referentes a la Iglesia a la que perteneció, son algunos de los documentos más personales de Anderson conservados en la biblioteca de la HSA. 32 En ausencia de su padre, Miriam se encargó del negocio familiar. También sabemos que se casó el 20 de junio de 1925. Alfred T. Anderson Diaries. 14 de junio, 1925. vol. XVI. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

fechas en la pensión regentada por la familia Carmona, que les proporcionó, el ambiente familiar y de compañía tan valorado durante esas fechas33. Ruth M. Anderson fue una amante de la naturaleza, y tanto en estas cartas, como en la documentación correspondiente a otras expediciones, comprobamos como se deleitaba hablando de los paisajes que vio y describió como si de una auténtica especialista se tratase34.

2. Hojas de boj recogidas por Anderson en el claustro norte del monasterio de Yuste (Cáceres).

Este aspecto no nos ha de extrañar, puesto que Nebrasca es un estado caracterizado por la abundancia de parajes naturales de gran espectacularidad. Cuando se encontraba en estos escenarios volvió a pensar en su madre y hermanas y, en las cartas expresó su deseo de tenerlas junto a ella. Como aguda observadora y etnógrafa en ciernes, reflexionó sobre un hecho de gran importancia, la influencia que ejercía la geografía natural en el pueblo a estudiar. En sus esquemas de trabajo, señaló como era fundamental conocer la flora y la fauna, porque ésta condicionaba en mayor o menor medida, los medios de supervivencia y las industrias locales de esa comunidad. Su interés científico por la naturaleza y la botánica la reflejó en sus escritos y a la hora de

33

Postal con una imagen de la catedral de Sevilla, enviada por Anderson a su madre desde Madrid. 5 de enero de 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 34 En el texto donde narró su llegada a la HSA, escribió como el cambio de las estaciones afectaba a las especies diversas de plantas y animales, pájaros sobre todo. A éstos últimos los describió con todo lujo de detalles. Los examinó entre los árboles de un pequeño cementerio junto al edificio de la HSA, lugar donde solía sentarse de vez en cuando al salir del trabajo. Se interesó y estudió la historia natural en España, e hizo una serie de cursos sobre ornitología y también en el Jardín Botánico de Nueva York (1932 y 1948). Contamos además con un fichero donde recopiló y clasificó una serie de especies vegetales autóctonas de determinadas regiones españolas. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 38. Anexo 1.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

referirse a algunas especies. Pero en ella también encontró la belleza que ansió captar con sus instantáneas: […] It was delightful to be in Extremadura in April. Wild shrubs were flowering on every hillside. Even the encinas and the olives were in bloom. We took some Kodakromes of the landscape and hope a few at least will give an idea of the beauty we reveled in35.

Las noticias de estas cartas fueron en la mayoría de los casos, positivas, pero no se puede obviar que también en ellas desveló su miedo al fracaso, el que sintió en determinados momentos. Insistió en recordar los errores que cometió a lo largo del día, solo la paciencia y ayuda de su padre consiguió que superase esa frustración. Con su hermana Mim, volvió a referirse a ellos y en una ocasión, incluso bromeó con la posibilidad de pedirle trabajo en el caso de quedarse sin el de la HSA. La correspondencia familiar nos ofrece la oportunidad de observar a la primera Ruth M. Anderson, la “recién” llegada a la institución creada por Huntington, la misma que con el paso de los años cambió su carácter, especialmente en el momento asimiló su puesto en la HSA y lo que esperaban de su trabajo.

2.6. La niña fotógrafa. Ideales La correspondencia epistolar que acabamos de examinar, pertenece a unos años muy concretos. Son las únicas cartas que conocemos hasta el momento, dirigidas a las personas más allegadas a ella y en las que sin duda se mostró con mayor claridad su temperamento. El panorama que hemos querido reproducir en las líneas anteriores, se convierte en la introducción más apropiada para el asunto que nos ocupa en este momento, su formación como fotógrafa en el seno familiar y la forma en la que este factor influyó en ella. ¿Cómo llegaron los Anderson a dedicarse a este negocio? Los abuelos de Ruth M. Anderson desembarcaron en América procedentes de Suecia en 1867, cuando su padre Alfred Theodore contaba tan solo con dos años. La familia se trasladó a Kearney, donde a principios de 1880 y siendo aún muy joven inauguró un estudio fotográfico que constituyó la única fuente de ingresos de la familia36. En él

35

Carta de Anderson a Eleanor Sherman Font. 2-4-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 36 Alfred T. Anderson (1865-1958). Su familia se estableció en la ciudad de Kearney cuando él contaba con diez años. Con dieciséis años comenzó su aprendizaje y trabajó para Mr. Stridborg, propietario de uno de los estudios fotográficos de la ciudad. Tres años después le compró el negocio e inauguró su estudio convirtiéndolo en uno de los más modernos y mejor equipados de Kearney. En 1892 se casó con Alma M. Wickstrom y tuvieron tres hijas, la mayor Ruth Matilda Anderson a la que siguieron, Miriam E.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

ayudaban prácticamente todos los miembros del clan, su madre y dos hermanas, especialmente Miriam, “Mim”37, y la pequeña Elizabeth Theodora “Puss”38. Pero, ¿quién fue para Anderson su padre? Sin duda alguna su primer maestro, y la persona en la que confió para que la acompañase en su expedición de 1924-1925. Alfred T. perteneció a una generación de fotógrafos de la vieja escuela, y su hija Ruth lo recordó de esta forma: [...] My father when quite young had been apprenticed to a photographer; that was in the days of wet plates and albumen prints and except for interludes in California and Washington he had been making photographs ever since. Once for his own pleasure he climbed Grays Peak with a large view camera and a supply of eight-by-ten inch glass plates, but a Nebraska cyclone blew away his pictures and I never saw them.39.

Nunca llegó a ver esas placas pero mientras asistía a su progenitor con los encargos, tuvo la oportunidad de ojear las aburridas y mediocres instantáneas de la montaña que ofrecían los vendedores ambulantes que llegaban al estudio40. No le ilusionaban mucho porque desde ese momento sintió la necesidad de adquirir una idea más amplia y clara de lo que era la fotografía41. Supo lo que no le gustaba y la búsqueda de otro tipo de fotografía, la realizada por auténticos profesionales, la impulsó a cruzar América de costa a costa, y presentarse en Nueva York, donde pensó que la encontraría. Aprender el oficio fotográfico en el seno familiar constituyó una peculiaridad común a la de otras mujeres que dedicaron su vida a esta disciplina, y fue una característica generalizada en la historia de la fotografía. Consiguieron no sólo aprender (“Mim”) y Elizabeth T. (el padre se refiere a ella en sus diarios como, “Theodora” o “Puss”). En, Samuel Clay Bassett. Buffalo County, Nebraska and its people. A record of settlement, organization, progress and archivement. Chicago, Ill: The S.J. Clarke Publishing Company, 1916. vol. 2. págs. 419-420 37 Miriam Anderson Worlock (1895- ) Fotógrafa y pintora, vivió en Kearney toda su vida, y allí fue donde se casó y tuvo tres hijas. En 1922 ya se encargaba del estudio fotográfico de su padre, hasta que lo vendió en 1944. Marian Dettman Johnson: “A.T. Anderson, Photographer”. Buffalo Tales. Buffalo County Historical Society. Buffalo, October, 1982. vol. 5, no. 9. http://bchs.kearney.net/BTales_198210.htm (15-2007). 38 Elizabeth Theodora Anderson (1913-2004) era la menor de las hermanas. Ruth le ayudó económicamente cuando en 1935 comenzó sus estudios en el Barnard College, una reconocida institución académica para mujeres, y que formaba parte de la universidad de Columbia (Nueva York). En 1937 se marchó al University College de Londres, donde se graduó en la rama de fonética. Dos años más tarde se casó con el lingüista danés H.J. Uldall, con él viajó durante diez años por varios países, entre ellos Grecia, Oriente Medio y Sudamérica. Se establecieron en Escocia y en la universidad de Edimburgo impartió clases de fonética y lingüística durante treinta años. A finales de los años sesenta viajó por España junto a su hermana Ruth. Disponible en Web: http://thescotsman.scotsman.com/obituaries/Betsy-Uldallteacher.2544460.jp (10-5-2007). 39

Mariam Dettman Johnson: “A.T. Anderson, Photographer”. Buffalo Tales. Buffalo County Historical Society. Buffalo, October, 1982. vol. 5, no. 9. 40 En Too personal? Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. pág. 6. AIB. HSA. 41 [...] a broarder view of photography. The Society of Woman Geographers, New York, 1977

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

una profesión, sino también alcanzar cierta independencia económica, e incluso se sirvieron de la cámara fotográfica para expresar sus inquietudes artísticas. Por esa vía lograron acceder al mundo del arte y en algunos casos fueron reconocidas por su obra42. Algo tan frecuente y habitual como ayudar en el negocio familiar, se transformó con el tiempo en una de las escasas formas a través de las cuales la mujer pudo aprender un oficio por el que obtuvo una remuneración. Dos imágenes cedidas por la investigadora a la HSA en 198043, ilustran a la perfección los párrafos anteriores, y una entera época en la historia de la fotografía. En la primera aparece en el estudio de su padre, ataviada con una bata de fotógrafo sujetando una bandeja de revelado, y con ella podemos ilustrar las palabras de la investigadora durante una entrevista concedida a la Sociedad de Geógrafas Americanas, asociación de la que fue miembro. Al recordar su infancia habló de sus inicios en la fotografía de la mano de su progenitor, I was working in my father´s studio after school44.

3. Anderson en bata de fotógrafo, sujetando una bandeja de revelado. Kearney (Nebraska), ca. 1903

42

Entre los ejemplos más conocidos se encuentra el de Constance Talbot esposa de W.H. Fox Talbot (1800-1877) inventor del primer negativo en papel. Recomendamos el artículo Vivienne Smith. “Talbot, constante: Woman at Forefront of Photography”. Derby Evening Telegraph. Disponible en Web: http://www.youandyesterday.com/articles/Talbot,_Constance:_Woman_at_forefront_of_photography (10-7-2007) Otro caso, quizás menos conocido, fue el de Marie Anne Meade daguerrotipista británica que ya desde 1850 trabajaba en el estudio de sus hermanos en Nueva York. Disponible en Web: http://www.craigcamera.com/dag/me_table.htm#E-Mail (10-7-2007) 43 Las dos imágenes se catalogaron el 5 de enero de 1980 en el GRF, con los siguientes números: 159.219 al 159.222. Anderson las regaló a la institución (Gift of a member). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 44 The Society of Woman Geographers, New York, 1977

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

En un segundo retrato fechado en el mismo año, posa vestida de pastora sobre un fondo de papeles pintados que representan un paisaje. Como la anterior también la realizó, posiblemente su padre, en el interior del estudio. En esta imagen sujeta un cayado y posa con gran naturalidad, y es precisamente esa pose lo que más nos atrae, porque vemos en ella a una muchacha sin miedo al objetivo de la cámara, al que está acostumbrada.

4. Anderson vestida de pastora en el estudio de su padre en Kearney (Nebraska). ca. 1903

Siguiendo las convicciones sociales del momento, la aspiración de la Anderson adolescente fue la de casarse y formar una familia45. Pero no sucedió nada de eso, y su amor por la fotografía tuvo mucho que ver. Esta le provocó tales inquietudes que se atrevió a intentar algo diferente, hacer planes, marcarse unos objetivos profesionales. Ocurrió una tarde cualquiera en Kearney, escribió un mensaje telegráfico a la famosa escuela de fotografía de Clarence H. White en Nueva York. Preguntó “inocentemente” sobre el tipo de gente que asistía a ella, entre la perplejidad y la ironía, desde la escuela le contestaron: Very nice people, thanks! Esta fue la respuesta a una pregunta sobre la que Anderson se mostró cauta, principalmente por la idea que le rondaba la cabeza. Pero no necesitó que nadie la convenciese o animase para salir en su búsqueda, estaba resuelta. El día después de ser aceptada en la escuela se marchó de Kearney, dejó atrás valles, llanuras solitarias y antiguas “aspiraciones” de las que pronto se olvidó para

45

Idem.

217

2. El retrato de Ruth M. Anderson

comenzar su nueva vida en la superpoblada isla neoyorquina de Manhattan. La llegada a la gran ciudad, sin duda alguna, cambió su vida. Existen dos momentos en su formación profesional como fotógrafa, la primera que acabamos de analizar en el estudio de su padre y la segunda en la Clarence H. White School. En la escuela le enseñaron a dominar un campo que amaba, la fotografía. Además de familiarizarse con nuevos materiales y aprender todos los trucos prácticos que tanto le ayudarían en los viajes, empezó a educar la mirada. Aprendió sobre los grandes maestros, junto en un momento histórico, especialmente en Estados Unidos, para este oficio-arte. Se graduó en la Clarence White School of Photography en 1919. La escuela fundada por Clarence H. White (1871-1925) forma parte de la historia de la fotografía en Estados Unidos. Uno de sus principales objetivos, fue el de asegurar la profesionalidad en este campo y desarrolló toda una teoría sobre la pedagogía fotográfica. Por otro lado, no se negó el componente artístico, y Clarence H. White desarrolló uno propio. Las otras fotógrafas profesionales de la HSA también se formaron en esta escuela, y sus ideales fotográficos estuvieron influidos por el devenir que esta disciplina experimentó en los Estados Unidos, durante la primera década del siglo XX. En este momento comenzó el ocaso de movimientos fotográficos como el Pictorialismo, que sin desaparecer, se fue yuxtaponiendo a otras formas de entender la fotografía como sucedió con el Foto-journalismo o la Photo-Secession. El prestigio de Clarence White vino precedido por su apuesta hacia el Pictorialismo en detrimento del movimiento Photo-Secessión encabezado por su amigo Alfred Stieglitz (1864-1946). En 1914 White rompió relaciones con él y abrió una escuela en Manhattan. Muy influido por la herencia de las Arts and Crafts, buscó un tipo de fotografía artística que a la vez fuese útil y que pudiese aplicarse a la vida moderna. Apostó por el uso práctico y comercial de la fotografía. Impulsó la transición del fotógrafo amateur al profesional, que según su filosofía se conseguiría a través del aprendizaje. La enseñanza de la técnica fotográfica ocupó toda su vida, pues impartió clases en la Columbia University, en el Barnard College y organizó cursos, seminarios, escuelas de verano, que estaban abiertos a todo tipo de estudiantes, especialmente a los que carecían de recursos económicos. Por otro lado, Clarence White siempre animó a la mujer a utilizar la fotografía no sólo como una medio de expresión, sino como una forma de ganarse la vida, una profesión. Anderson conservó las páginas del conocido artículo escrito por White, donde afirmó que la fotografía podía ser entendida como una 218

2. El retrato de Ruth M. Anderson

profesión para mujeres. En él señaló como, por ejemplo, el retrato y los interiores domésticos eran temáticas sobre las que una mujer estaba particularmente capacitada. A una mujer le era más fácil introducirse en ese espacio privado, y lo hacían de forma natural. Conseguían situarse en una posición cercana a la familia, prácticamente formando parte de ella. En cierto modo, estas frases se convierten en el anuncio de un tipo de fotografías en las que se especializó la investigadora y que realizó en abundancia para estudiar los tipos humanos y su estilo de vida46. En su artículo, White también reflexionó sobre la fotografía en museos y bibliotecas. Al repasar las diversas modalidades fotográficas que se llevaban a cabo en este tipo de instituciones, señaló como en algunas, enviaban a sus fotógrafos allá donde podían obtener muestras de los objetos a estudiar47. Anderson conservó durante años el artículo escrito por su admirado profesor, al que retrató poco antes de su graduación en la escuela48.

5. Ruth M. Anderson. Portrait of Clarence H. White, 1919. Metropolitan Museum, New York.

46

Sobre la extensa documentación fotográfica de interiores domésticos consultar cap. 4.

47

Clarence H. White. “Photography as a Profession for Women”. New York: News-Bulletin of the Bureau of Vocational Information, 1924 (reprint.). 1-4-1924. vol. 2. no. 7 48 Hasta el momento es la única imagen que conocemos, realizada antes de incorporarse a la HSA. En 1972, cedió este retrato al Metropolitan Museum de Nueva York. Aunque la fotografía no está disponible en internet, esta noticia aparece registrada en la base de datos del museo Metropolitano de Nueva York. Disponible en Web: http://www.metmuseum.org/works_of_art/collection_database/all/portrait_of_clarence_h_white/objectview.asp x?page=154&sort=2&sortdir=asc&keyword=&fp=154&dd1=0&dd2=0&vw=1&collID=0&OID=190012871& vT=1. (24-6-2007) Artist Ruth Matilda Anderson (American,). Title: Portrait of Clarence H. White. Date:1919 Medium gelatin silver print. Gift of the artist, 1974. Accession no.:1974.549

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

Consideramos a Clarence H. White el responsable, en gran parte, de su incorporación a la HSA. Según la propia Anderson fue él quien la recomendó con insistencia para el puesto. White sabía del respeto y la dedicación que ella sentía por la fotografía, y aunque “no decía nada”, no le tuvo que agradar la idea de verla dedicada a la decoración de interiores, que posiblemente consideró una pérdida de tiempo y una forma de malgastar sus habilidades. Esto provocó que se mostrase mournful, con aspecto triste, lastimero ante ella49. Pero las cosas volvieron a la normalidad, y comenzó a trabajar en la HSA, donde permaneció más de sesenta años, toda una vida. A esta institución se dedicó en cuerpo y alma, sacrificó, aunque creemos sin esfuerzo, la posibilidad de formar esa familia a la que se refirió en la entrevista. La HSA le proporcionó una vida que no hubiese imaginado de no haberse incorporado a ella, y que tampoco habría conseguido de haber permanecido en el estudio fotográfico de su padre en Nebrasca. Su trabajo como fotógrafa para la HSA afectó no sólo al desarrollo de su carrera profesional, sino también y quizás más importante, al sentido de las imágenes que debía procurar para la institución. Debemos subrayar la importancia de este hecho ya que los textos que vamos a comentar a continuación se escribieron en el transcurso de la expedición de 1924-1925. Consideró la fotografía como una técnica que en principio estaba gobernada por el artificio mecánico, pero que generó en ella unos ideales que le llevaron, por ejemplo, a dotarla de vida y a proporcionarle los atributos propios a un ser orgánico. Para desarrollar este asunto debemos convencernos que la biografía de esta mujer se perfila a través de sus fotografías, o más correctamente, de lo que tuvo que pasar para conseguirlas. En una de las primeras se esforzó por definir su personal concepción sobre como debía ser una imagen: Photograph-a record by association, can recall to mind of the maker circunstances and condition gets (?) of it (?) making. The emotional content for the maker is greatly enriched and its emotional effect heightened by association. But it is another problem to interpret the essences of the scene in such a way as to convey to the observer the iota of an idea 50.

Ya desde el principio concibió la imagen como un documento que necesita de otros, de la información relacionada con ella, para transmitir un sentido completo y

49

The Society of Woman Geographers, New York, 1977.

50

Galicia. Text Material Source. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

original de aquello que vemos. Esto beneficia a la instantánea en todos los sentidos, que incluso afecta al espectador en un plano sentimental y espiritual. Pero en las frases finales volvió al asunto que más le preocupó a la hora de realizar una fotografía y fue el de mostrar una idea a través de la imagen y que ésta generase un conocimiento. Esta filosofía está profundamente unida a los deseos de la HSA con respecto a su archivo. En estas notas reflexionó, con gran retórica, sobre el sentido y las facultades innatas de la imagen. Afirmó con la ayuda de una metáfora, cómo a través de este medio se podía plantar, regar y abonar el árbol del conocimiento donde anteriormente sólo había “tierra virgen” (ignorante)51. Son frases cargadas de sentido, puesto que ella misma y lo que supuso su experiencia en la HSA. En su interior donde existía un total desconocimiento por España y su cultura, estaba germinando una conciencia, una instrucción que debía ser “cultivada, alimentada” por un constante flujo de conocimientos, hábitos y, sobre todo, experiencias. En otra nota señaló que la fotografía estaba dotada de dos propiedades que se producían al unísono, justo en el momento de realizarla. La primera documentará árboles, colinas, muros, ríos en su emplazamiento geométrico (físico). La segunda revelará la vida interior del árbol, aquella que se desarrolla en silencio y oculta, la que no apreciamos a simple vista. Lo explicó magistralmente y continuó sirviéndose de ejemplos naturales, con los que se ayudó para afirmar que en “el medrar de los árboles, con sus raíces aferrándose a la tierra esponjosa y las ramas verdes cubiertas por el musgo húmedo”52. Es curioso observar como en el momento en el que escribió estas frases se encontraba en una región, Galicia, cuyo paisaje podría ser descrito perfectamente con esas mismas palabras53. Nos parece importante cotejar estos detalles porque no son anecdóticos. Anderson quedó totalmente impresionada con la naturaleza y la gente de Galicia. Desde el comienzo se afanó, cámara en mano, en documentar la región de una manera integral como veremos más adelante. Este viaje significó mucho para ella, y los pensamientos anteriores además de mostrarnos parte de su “ideario” sobre la 51

[...]The photograph must create associations. Must arouse emotion, must in effect plant, water and nourish the tree of understanding where before was only virgin soil. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 52 […]The first will record trees, hills, walls, rivers in their geometric emplacement. The second will reveal to the observer the growingners of trees with roots steeped in (?) spongy soil and tumbs and branches green crushed with the moisture loving Moss-bush. Galicia. Text Material Source. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 53

A estas notas nos referiremos a la hora de estudiar las expediciones. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Photographic Expeditions in Spain: 1924-1930. AIB. HSA

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

fotografías, también nos advierte de uno de sus anhelos, el de atravesar con la lente de su cámara la materialidad física de los objetos, en este caso la vegetación, y como si de un microscopio se tratase, registrar el desarrollo, el crecimiento interno de las cosas. En el mismo lugar donde se encontraban las notas anteriores, se localizó un texto que fue descartado para la publicación que tenía en mente sobre esta expedición a Galicia54. En la primera página la propia autora escribió junto a su firma, Too Personal?55. Señaló que enfrentarse a la escritura del libro iba a ser algo parecido al proceso de realización de una fotografía. Contó la historia del paseo en barca por un lago. Su acompañante, le pidió en un momento determinado que fotografiase unas rocas cercanas. Ella se negó rotundamente y alegó que no tenía el equipamiento ni la cámara apropiada, ni siquiera un trípode con el que poder estabilizar la cámara ante el efecto del vaivén en la barca. Pero su acompañante anónimo insistió, debía realizar la fotografía con aquello que tenía. Así lo hizo [...] and the picture was good56. Huntington que fomentó entre sus colaboradoras el ejercicio de la escritura, fue sin duda alguna un estímulo para la investigadora que se esforzó, especialmente durante los primeros años, en alcanzar el nivel requerido tanto con la cámara como con las palabras escritas. Quizás por eso, uno de los pensamientos que le ayudó en esta tarea académica, fue el considerar la fotografía como un texto escrito con luz. De la misma forma que sus fotografías, así debía escribir el libro, “apuntar y disparar”. En este gesto equiparó aquellos documentos que mejor conocía, las imágenes, a una narración y presentó de forma concisa y directa su criterio. En esta serie de reflexiones concluyó afirmando que fueron los propios españoles, los protagonistas de casi todas sus imágenes, los que marcaron su estilo de trabajo. Ella se consideró como un mero espectador que captó lo que se presentó ante sus ojos que ella consideró que merecía la pena. Tanto es así que sintió la presencia de estos españoles a través de las instantáneas, y aún fue más lejos porque aseveró que esto sucedió así no por la fotografía en sí misma, sino porque ella estuvo presente, entre la gente a la que retrató, los vio, los escuchó y los sintió allí, en España. Una idea que expresó de forma categórica y que merece ser reproducida en el texto:

54

Nos referimos al libro, Gallegan Provinces; Pontevedra, La Coruña, publicado por la HSA en 1939.

55

Este texto pudo haber sido publicado, pero se consideró, según la nota manuscrita que aparece en su portada, “demasiado subjetivo”, Too Personal-? Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain - Galicia. 56 Patrick Lenaghan. Una mirada de antaño. Fotografías de Ruth M. Anderson en Galicia. La Coruña: Fundación Caixa Galicia y The Hispanic Society of America, 2010. Apéndices. “Draft of her book”. pág.503

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

[...]The style of it will be from the Spaniards themselves who have a great deal of style, and there will be moments in it when they come alive, for I was with them and saw and heard and felt them in Spain57.

Pero además, si nos fijamos, las frases anteriores contienen el mismo mensaje que Huntington trasmitió a cada una de sus colaboradoras, cuando insistió en la importancia de estas experiencias para conocer de primera mano el objeto de estudio. Anderson fue una de las principales beneficiarias de estos ideales, viajó en circunstancias y con proyectos diferentes a los de las otras colaboradoras. El contacto directo con la cultura española y los españoles, fue básico para llevar adelante su trabajo.

2.7. Becoming Miss Anderson. Llegada a la Hispanic Society of America (HSA) Ruth M. Anderson fue contratada como fotógrafa en 1921. En 1922 la nombraron conservadora de Fotografía, puesto que ocupó hasta 1924. Durante esos dos años y parte de 1928, también fue miembro del GSC. Durante los años que coinciden con sus múltiples expediciones entre 1924 al 1954, se le adjudicó también el cargo de Research Worker, “personal investigador”, título que compartió con el de asistente de la conservadora de fotografía en 1928. A finales de ese mismo año, fue nombrada conservadora del departamento de Iconografía, hasta que en 1954 ocupó el cargo de conservadora del traje58. Su trabajo no se limitó a la fotografía, sino que por el contrario fue la puerta de acceso a un aprendizaje especializado. ¿Qué habría decidido si antes de entrar a la HSA hubiese sabido cual iba a ser exactamente su misión?, basándonos en el conjunto de la documentación y reconociendo a través de ella su espíritu de superación, su naturaleza de mujer trabajadora incansable, pensamos que hubiese aceptado el reto. La primera vez que visitó el museo, unos días antes de entrar a trabajar decidió ir a ver el edificio del Museo, corría el mes de abril, las fachadas columnadas conferían al lugar un ambiente de calma e “inmaculada dignidad”59. Habló también de los alrededores del museo, especialmente sobre un cementerio aledaño, el Trinity Church Cemetery. Situado en una colina que da al río Hudson, cuenta con una gran variedad de árboles centenarios, que destacan por su envergadura y majestuosidad. Muchos de ellos están rodeados por una 57

58

Idem

Al término Research Worker, dedicamos el capítulo tercero de la presente tesis. Archivo:

Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 32. Anexo 1. 59 Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. Apéndices. “Draft of her book”. pág. 502

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

abundante vegetación, que es especialmente visible en los límites del camposanto. Actualmente, se aprecia como las lápidas han robado espacio a ese vergel, pero todavía sigue conservando en algunas zonas, el aspecto de parque, casi bosque, al que Anderson acudía en algunas ocasiones, al finalizar la jornada de trabajo. En una ocasión, durante la primavera, a la sombra de esos inmensos árboles de imponentes frondas, rodeada de flores, y mientras escuchaba el canto de los pájaros, le vinieron a la mente infinidad de pensamientos, uno de ellos, el que más nos interesa en este momento, le hizo pensar como sería el verano en esa parte de la ciudad, pero al mismo tiempo, allí sentada, rodeada de lápidas funerarias y de una vida que empezaba a renacer tras el invierno, pensó en España, But most of all I thought of Spain60:

6. Trinity Church Cemetery, New York. Primavera, 2010

La Sala Sorolla fue y sigue siendo el espacio físico de un concepto, de un ideal, y para Anderson además, fue su lugar de trabajo, allí tenía su mesa y todos sus papeles, un lugar donde pasó largas horas. Anderson afirmó que su investigación sobre el traje regional conectaba con la obra de Sorolla61. El impacto que produjeron estos cuadros en su persona fue instantáneo, quedó impresionada. Los lienzos fueron desde ese momento su mejor y más efectiva guía de trabajo. En un documento que juzgamos de gran importancia, a través de las respuestas de Huntington a unas dudas planteadas por la investigadora se definió el sentido de su investigación, el criterio a seguir y los planes a 60

Idem

61

[…] -Regional costume. My work is been in connection with the fourteen large portraits by Sorolla. The Society of Woman Geographers, New York, 1977. Su mesa de trabajo se encontraba en una esquina de la sala, entre el cuadro dedicado a Extremadura y la corrida de toros.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

trazar, Use the Provinces as a guide, illustrate them. Make descriptive photographs of Spain to illustrate the Provinces62. Sus recomendaciones y la obviedad de las imágenes, le llevaron a considerar los lienzos como documentos plásticos. Quedó rendida ante la serie del pintor, no sólo por las monumentales dimensiones, sino por la riqueza en temas de valor etnográfico. Este fue el primer manual y lo utilizó para estudiar el folklore español. Afirmó que como guías, las pinturas de Sorolla eran más efectivas que “mil palabras impresas”. Realizó bocetos de muchos de los detalles, como pañuelos, chalecos, capas, tirantes, etc., todos como vemos, piezas del traje regional, materia que constituyó el núcleo de su especialización en la HSA63. Tras unas vacaciones de navidad, vio por primera vez las pinturas. Los lienzos yacían enrollados en el patio central del museo. Un día los desplegaron y las dimensiones dejaron impresionadas a todas las colaboradoras de la institución. Como hizo ella años después, Sorolla captó por deseo de Huntington una parte de la esencia del pueblo español, y para ello recorrió toda la Península en busca de unos modelos que convirtió en los iconos regionales, muchos posaron para él in situ. Antes de salir hacia España a fotografiar “la vida allí”, inició una peregrinación imaginaria por la Península. Elaboró bocetos a partir de una serie de fragmentos que copió directamente de los cuadros, con ellos realizó un libro de notas que bautizó, en clara alusión a la obra de George Borrow, “su Biblia en España”, My Bible in Spain64. Estos cuadros fueron una guía temática y también ideológica. En infinidad de ocasiones el pintor valenciano tuvo que buscar a los personajes que le sirvieron de modelo y se encargó de retratarlos vestidos con las mejores y más vistosas prendas de la indumentaria regional. Anderson, en parte, tuvo que hacer lo mismo, y no fue una tarea fácil. Para darse ánimos pensó que el pintor vio todos esos trajes, seguían conservándose, pero habría que buscarlos. Como dijimos copió minuciosamente algunos detalles de los cuadros y los convirtió en fuentes primarias para su trabajo, porque los consideró como “originales”, y porque eran aquello que debía localizar en España. Sorolla utilizó lienzo y pinceles para documentar unos trajes regionales salidos, a menudo, de arcones y desvanes, ella se sirvió de su cámara. En 62

Documento con fecha del 22 de junio de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 5. Anexo 1. 63 En 1973 fue nombrada miembro de la The Society of Woman Geographers, 1977. 64 Texto incluido en: Too personal? Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. págs. 8-9. AIB. HSA. George Borrow (1803-1881). Dramaturgo inglés, fue el autor de uno de los libros que había inspirado a Huntington a crear la HSA, de lectura obligada en la institución. The Bible in Spain; or, the Journeys, Adventures, and Imprisonments of an Englishman, in an Attempt to Circulate the Scriptures in The Peninsula. Philadelphia: James M. Campbell, 1945.

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muchos casos también tuvo que pedir a sus informantes y modelos que abrieran arcas y armarios para fotografiar indumentarias que no se utilizaban y se conservaban como si fueran tesoros. Su vasto legado de fotografías y notas, reflejan el sacrificio abnegado con el que realizó toda esta recopilación. Los cuadros provocaron en ella un sentimiento de “lealtad”, que convirtió su misión en una búsqueda denostada por encontrar en carne y hueso, a los personajes de una obra que observó durante largas horas y que se habían “adueñado” de ella. Comparable a la impresión que le crearon los cuadros, fue sin duda la de conocer personalmente a Huntington. De su primera entrevista con él, recordó sus ojos azules y su mirada, que le pareció bondadosa, amable e intensa. El teléfono no paraba de sonar, el Presidente le aseguró que iba a ser un trabajo duro, que requería calidad. Entre todas las advertencias que le hizo, la más llamativa fue la de que todo se trataba de un ensayo, un experimento, sobre el que se ignoraban los resultados, It is all an experiment, there is no certainty of the outcome65. El relato anterior nos proporciona la clave para entender parte de los objetivos de Huntington y como afectaron a su cometido en la institución. En la advertencia que le hizo el fundador, se trataba de un “experimento”, entendió que se trataba de una prueba “educativa”, encaminada a conseguir “una plantilla de verdaderas académicas”66. El título que apareció en su primer contrato, Research Worker, contiene explícitamente la idea anterior y por su importancia lo estudiaremos en el siguiente capítulo. Como empleada investigadora se comprometió a realizar un número no superior a quince mil fotografías, originales, no duplicados, de los cuales no más de diez mil, se obtendrían a través de compras. La realidad de los números fue bien diferente, porque la vida en España era también muy diferente a la imagen que ofrecían los lienzos de Sorolla. Sólo el total de los negativos realizados por ella sobrepasa los catorce mil, y el número de compras, aunque todavía sin especificar, también se estima en millares. Con su cámara y su empeño, pudo conseguir las instantáneas que necesitaban para el archivo, puesto que en la mayoría de los casos, el tipo de material que estaba buscando no lo encontró en los estudios fotográficos que visitó, y tendría que ser muy específica a la hora de encargar material a los fotógrafos, que en algunos casos, incluso tendría que realizar las imágenes por encargo. Como vemos, la misión iba a ser complicada y el proyecto que le fue asignado se basó en una recopilación de material gráfico a gran escala. Por supuesto que España fue 65 66

Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. Apéndices. “Draft of her book”. pág. 503 Idem.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

el tema principal, pero tampoco desatendió otros asuntos considerados hispánicos, y en este sentido habrá que enmarcar sus campañas en Portugal, Marruecos o Brasil. Los ejemplos a inmortalizar cubrirían varios aspectos que reflejarían la cultura de estos pueblos y se enfatizaría en los rasgos hispánicos. Los temas a tratar abarcarían ejemplos sobre la arquitectura, “tesoros de la iglesia”, objetos de museos, trajes, costumbres, industrias, artes y manualidades, paisajes, etc., es decir, asuntos con los que se puede caracterizar a un determinado pueblo 67. Capturar fotográficamente la esencia hispánica, o lo que quedaba de ella llevaría su tiempo, pero Huntington pensó que era allí donde se conservaban los nobles valores y tradiciones propias del antiguo pueblo español. Desde el principio la HSA le requirió una serie de pedidos fotográficos muy concretos, que estaban determinados por los criterios de Huntington. El fundador de la HSA no era fotógrafo, pero tenía muy claro lo que esperaba de una imagen, ésta debía poseer una indiscutible calidad técnica, ya que iban a ser observadas al detalle porque servirían como material de estudio. Fue esta la razón por la que determinó que lo más aconsejable era contratar a fotógrafos profesionales, en este caso fotógrafas y por lo que se dirigió a una de las escuelas de fotografía más prestigiosas de Nueva York, la Clarence White School of Photography, tal y como ya hemos indicado. La primera en llegar en 1920 desde la Clarence White, fue la fotógrafa sordo-muda Alice Davenport Atkinson. Un año después llegaron Frances Spalding y Ruth M. Anderson. Los deseos de su mentor fueron las directrices que afectaron directamente la producción “andersoniana”, no sólo por lo nítido de las imágenes, sino también a la temática, el sentido y la representación visual del tema. Para ello Las lecciones aprendidas de su padre y primer maestro, sus años en la Clarence H. White y toda su experiencia viajera, los factores que le ayudaron a llevar a cabo y de forma impecable la misión encomendada por Huntington. Se le presentaron cantidad de inconvenientes a lo largo del camino, durante las expediciones, pero los consiguió superar, lo que más le costó 67

También se le indicó el tamaño, los precios y las condiciones de reproducción de las fotografías, tanto las suyas propias, como las que compró. Finalmente se acordó la forma de envío. Este texto se repite en varios documentos, sólo cambian las fechas y los años de expedición (1924-1925 o 1925-1926). Como ejemplo incluimos la primera cláusula que redactaron para la expedición de 1924-1925. 1. Ruth M. Anderson, hereby agree to furnish The Hispanic Society of America, before August 1st, 1925, with no more than fifteen thousand (15,000) photographs not duplicates, of which not more than then thousand (10,000) shall be obtained through purchase, pertaining to Spain and Hispanic subjects as: architecture, church treasure, museum objects, costume, customs, industries, arts and crafts, landscapes, etc., […] En: R. M. Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. También existe una copia del contrato para la campaña de 1925-26 en la carpeta: Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

fue dominar la técnica relacionada con el tipo de fotografías que estaba haciendo. Las primeras expediciones, fueron todo un reto y se tuvo que enfrentar a todo tipo de adversidades, que en muchos casos sólo un experimentado maestro de la fotografía hubiese podido resistir. La exigencia con la que su labor se examinó en la HSA, estaba en proporción a los medios y las facilidades que le proporcionaron para conseguirlo, pero como vimos anteriormente, se encargó de reconocer lo significativo que fue para ella formar parte del plan que Huntington ideó. En las cartas que le envió finalizaba casi siempre, admitiendo lo privilegiada que era al formar parte del proyecto68. Estaba convencida de su misión en la Sociedad y sobre todo del gran regalo que le hizo su fundador al contratarla como fotógrafa. Admiró al hispanófilo y su obra, y lo corroboró con sus palabras, en las que le transmitió, siempre que pudo, su apoyo incondicional. Al referirse a uno de sus libros, Gallegan Provinces (1939), reconoció que el éxito de su proyecto se debió en gran parte, a la disciplina que le exigió la institución, que además contribuyó a forjar su mente, not only a book but also a mind has been formed69. En una de las cartas que dirigió al matrimonio Huntington, en la que les dio cuenta de los pormenores de una de sus expediciones, se mostró particularmente cercana a ellos, y es ese no le importó expresar abiertamente como el compromiso con la institución afectó su vida de una manera extraordinaria: Dear Mrs. Huntington: We are sending you from Funchal sixty-six (66) proofs of photographs of animals, principally horses, oxen, mules, and burros. The proofs will fade, but perhaps you can judge from them which photographs will be useful to you and order permanent prints accordingly. The proofs are numbered. It was very pleasant to meet Miss Lewis and Miss Atkinson in Madrid. They were both happy and enthusiastic about their work, which has been most successful. We were able to get permission for the girls to work in the Instituto de Valencia de Don Juan. We secured our entrée with a card from the American Ambassador and thus avoided using the name of the Society. Señor Gomez Moreno, the Director, was delighted with Miss Lewis’s intelligence and enthusiasm and placed the resources of the Instituto at her disposal. He even promised her pieces of t lace from their collection! 68

Carta de Anderson dirigida a Huntington. 20 de octubre, 1951 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta: 1951. AIB. HSA. Otro ejemplo de lo expuesto hasta el momento queda reflejado en una carta de Anderson dirigió Huntington el 9 de octubre de 1928. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio 31. Anexo 1.

69

Carta del 25 de mayo de 1939. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence 1930-1939. AIB. HSA.

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

Miss Spalding and I arrived in Madeira a week ago and have been making trips through the country by motor and in hammocks. Each hammock was tied to a pole, which was carried on the shoulders of two men. The mountains were lovely beyond praise, and going up and down them, stretched out at ease while human beings panted and sweated to carry us, was a poignant experience. I shall never forget the trip from Santa Anna to Feteiras. Our hammocks were of light blue and white linen homespun; Miss Spalding’s had hangings of red and white, and mine had gay ruffles of tan striped with blue at the sides, and a pink pillow stuffed with straw for my head. The men wung along so smoothly, deep breathes sobbing up from hot chests, feet thudding and sticks striking on rocky pavement, all in perfect rhythms. Miss Andem sent me a clipping about your cruise, and we were glad to know that you and Mr. Huntington had been away from the city. I hope that you have both been well all winter. I was very glad to come south again, for a touch of bronchitis laid me low in Sevilla and Madrid. It was a new experience for me to be so weak and rather an illuminating one. Thank you so much for your letter about the arabs. We always took a man with us in Morocco and had no trouble with the natives. These months have been full of rich experiences. I can never thank you and Mr. Huntington adequately for all the beauty you have poured into my life. Will you please tell Mr. Huntington that a little poetry is being born as we go along70 .

Su lealtad a la institución se fortaleció década tras década, tras su jubilación, trabajó como empleada emérita, situación que por otro lado, fue común al resto de conservadoras y subraya el serio compromiso de todas ellas, comenzando por la protagonista de esta tesis doctoral.

7. Ruth M. Anderson at La Forgue. Yorktown (New York), 193871.

70

Carta dirigida a Anna Hyatt Huntington. 21 de mayo de 1930. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 71

La Forgue fue una casa en Yorktown, Croton Heights, Nueva York, que compró en 1937, y de la que fue propietaria hasta 1960. Escribió un pequeño ensayo sobre el lugar titulado, Annals of Croton Heights en 1956, aunque no se llegó a publicar. Como nota curiosa podemos decir que Croton Heights era

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2. El retrato de Ruth M. Anderson

8. Ruth M. Anderson posa en la Sala Sorolla, en el lugar donde tenía su mesa de trabajo, 1982 (?)

considerado como un No men land, por la cantidad de mujeres solteras que poseían casas en la zona. Agradecemos la información a Nancy Augustowsky, del Yorktown Museum: http://www.yorktownmuseum.org (26-5-2008) en Yorktown también realizó una serie de fotografías que se imprimieron como postales fotográficas para el Yorktown´s Women Club. Ver, Linda G. Cooper. Yorktown. Charleston, SC: Arcadia Pub., 2008. págs. 80 y 97.

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3. ANDERSON, RESEARCH WORKER

       

 

3. Anderson, Research Worker

[…] Learn your trade The President. June 30th, 19321

3.1. Introducción. Significado del término. El término Research Worker, "empleada investigadora", no se aplicó al equipo de mujeres que trabajó en la institución como normalmente se haría, porque desde el principio

incluso

antes

de

comenzar

sus

estudios

de

especialización,

ya

fueron reconocidas como conservadoras. Huntington puso en manos de estas mujeres desde el primer momento su colección entera, ellas fueron las responsables de su cuidado y esto implicó obligatoriamente el entenderla. Para ello debían estudiar a conciencia, y elaborar trabajos sobre los resultados de sus investigaciones, con el ánimo de que fuesen publicados por la HSA. Resultó imprescindible concentrar todo su esfuerzo en esta tarea, ya que no sólo iba destinado al público en general que visitaba la HSA, sino que en la mayoría de los casos, estos trabajos eran consultados por científicos expertos en la materia. Este sistema de trabajo ideado por Huntington para llevar adelante su “Museo Español”, formaba parte de un gran plan. Como dijo a la investigadora en su primera entrevista: [...]The work will not be easy. I cannot define exactly what it will be, but you may be sure that it will require whatever powers you have2. El panorama no se divisaba muy atractivo, cualquier otro candidato hubiese considerado esta oferta poco tentadora, demasiadas exigencias e instrucciones desde el principio. Para una persona con su carácter éstas palabras no le asustaron, sino que incluso [...]That sounded interesting3. Asumió desde el comienzo los requisitos y deberes que le asignaron, aún desconociendo como llevarlos a cabo, la “metodología de trabajo” se configuró precisamente trabajando en un terreno y unas condiciones totalmente diferentes a las que estaba acostumbrada. De

1

Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Writing. AIB. HSA Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. Apéndices. “Draft of her book”. pág. 502 3 Idem 2

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3. Anderson, Research Worker

ello se dio cuenta en la primera de las expediciones que lideró, pero le sobró fuerza de voluntad: Now that the first month of our labours had passed, you may be interested to know something of our early struggles. To ourselves we seem very much like the children of Israel wandering in the wilderness, but thee is so “mucho” to learn that forty years of this nomadic life would not be too long. Father feels lost without the language, but he has begun on “Hills and Ford”, which ought shed a great light on the prevailing darkness. He misses my mother and small sister, but one Sunday we had tea with some charming English people who had lived all over Africa and the near East, and after talking with them for an afternoon father was strengthened to go on with his (?) of me and the Spaniards. Of all my problems, that of language is the least, though of course everything is not understood perfectly by any means. I go most places armed with Appleton’s dict. By persevering search in both sections and with the interested assistance of my interlocutor, we come to an understanding eventually. In many cases the titles of the negatives may convey faulty information because of my poor command of the language and the inaccuracy of informants, so I shall be distressed but not surprised to bear of a large number of errors, but that danger should diminish as time goes on. […]Working over here in Spain is so different. From being led along step by step, one is plunged into a new and strange path to find the way alone. But those blessed days and hours and years at the HSA are an even present help. As they recede in time they become clearer in the mind, and the wisdom of that leader, never fully understood begins now to illuminate the past, to guide present experience. It teaches one to build the future upon the patient daily thankful accomplishment of several things. There is much to learn but one comes to know that it is worth while to begin, because there is time for learning while doing it does not have to be done all at once4.

Su misión no comenzó ni acabó con la producción fotográfica que realizó en cada expedición, tampoco con su labor recopilatoria de imágenes pertenecientes a otros fotógrafos, archivos o gente anónima. Como Research Worker encarnó en su campo, parte del proyecto de Huntington. En este ambiente se hace imprescindible observar los 4

Anderson al GSC. Pontevedra, 16-9-1924. Carpeta: Anderson M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. Alfred T. Anderson, su padre que la acompañó en la expedición del 1924-1925, también reflejó en sus notas esta situación, el dominio de este tipo de imágenes era una cuestión de tiempo: […] But she has not been at this kind of work very long. When she started off for Spain she knew practically nothing about the kind of work that we are now doing, her experience had been in a studio and copying pictures in the museum. I think that Ruth is doing very much better than she did when we started in at Vigo, and she is getting more sure of herself all the time. En Alfred T. Anderson Diaries. 14 de febrero, 1924. vol. IX. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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otros títulos y cargos adjudicados a las colaboradoras de la institución, fueron consideradas “conservadoras”, curators, título concedido poco tiempo después de incorporarse a ella. Este hecho pone de manifiesto la sagacidad de Huntington, que al dotarlas con ese rango, uno de los más importantes dentro del organigrama característico en este tipo de instituciones, les hizo patente la importancia de su puesto y lo que se esperaba de ellas. Al igual que Anderson, estas mujeres eran investigadoras neófitas sobre las materias de las que se iban a hacer cargo. Ejecutaron, bajo las directrices del Presidente, la administración de toda la colección. Debían prepararse estudiando como Research Workers, pero a la vez, aunque resulte paradójico, se las reconocía como expertas. Huntington pensó que su preparación y especialización, era cuestión de unos años, y estaba convencido de no equivocarse. Para asegurar el éxito de su empresa y facilitar el camino a las bibliotecarias, puso todos los medios a su disposición, sin escatimar en recursos y como hemos visto, tampoco en títulos. En muchos de los documentos conservados, aparece la expresión Research Worker, “empleada investigadora”, que por su transcendencia analizaremos en este momento. El crecimiento profesional de Anderson corre indisociable al sentido intrínseco de un título que sustentó durante años. Con él se resume en dos palabras una de las tareas fundamentales que le asignaron, la de investigar. Desde su ingreso en la institución, como hemos dicho, ignoró cual iba a ser de forma precisa su cometido, pero su espíritu emprendedor no se amedrentó ante el reto. Las expediciones marcaron un antes y un después en su carrera y creemos que también en su personalidad. Se robusteció su fortaleza física y se intensificó su sentido del deber, en la HSA se forjó como profesional convirtiéndose en una experta del traje y del folklore español. Pero todo lo anterior no evitó el que en ella se generasen una serie de inquietudes que le llevaron a intentar definirse a sí misma como parte de la institución, cuestionándose una vez más, el sentido de su puesto como Research Worker. Tardó algunos años hasta que entendió completamente cuales iban a ser exactamente sus obligaciones, a diferencia de la conservadora de escultura o pintura, por ejemplo, que en un principio concentraron sus investigaciones en un objeto material y físico, temas bien definidos, ella se enfrentó al encargo asignado de otra forma, era obvio, ya que se trataba de un tema difícil de estudiar y de documentar. El fin último de su labor consistió en la 235

3. Anderson, Research Worker

búsqueda y recopilación de evidencias con las que poder explicar aspectos de la cultura española, que consideramos en la mayoría de los casos intangibles, es decir, costumbres que afectaban a las formas de vida, hábitos, ideologías, creencias, supersticiones, expresiones de un sentimiento. En resumen, eran elementos que informaban sobre la manera en la que un grupo de individuos concebía el mundo y el lugar que ocupaban en él, y aún más importante para su tarea, a través de ellos podía individualizar cada una de las regiones, al resaltar en ellas los atributos característicos que las hacían diversas unas de otras, como hizo Sorolla en sus cuadros sobre las regiones. Muchos años después siguió refiriéndose a su cometido dentro de la HSA, y en un artículo titulado “The Hispanic Society of America”, que escribió a finales de los años sesenta para el periódico de su comunidad de vecinos, el Morningside Gardens News, resumió todo lo visto hasta este momento. Explicó y aportó los argumentos necesarios con los que intentó transmitir el sentido de un sistema de trabajo ideado por Huntington, progresista, innovador y que confió a un grupo de mujeres, todas ellas consideradas Research Workers5. ¿Cómo llevar adelante lo que parecía una misión imposible?, ¿Cuáles eran los temas a estudiar?, ¿Dónde tendría que buscar esa información? Las respuestas a estas preguntas se hallaban, primero en el estudio y la observación minuciosa del folklore, las costumbres y los estilos de vida de esos pueblos. Estos se hacían evidentes en aspectos cotidianos que formaban parte de su campo de investigación como por ejemplo, la forma en la que se aprovechaban de los recursos naturales, los oficios relacionados con esos recursos, la arquitectura, las herramientas de trabajo, la comida y la forma de procesarla, el traje típico, las festividades tanto religiosas como civiles. No resultó una tarea fácil, aunque los temas eran muy concretos, estos tendrían que mostrar los “hábitos generales de un grupo de gente y sus costumbres” y convertirse en los “argumentos”, que finalmente también tendrían que estar vinculados a otras partes de la colección en la HSA. Para llevar a cabo este trabajo resultó imprescindible el desplazamiento a los lugares donde se producían estos acontecimientos, estaba obligada a viajar.

5

Explicó como el fundador de la HSA asignó a cada una de las empleadas una materia presente en la colección. Anderson contradice en cierto sentido las palabras de la conservadora de escultura, Beatrice Gilman Proske, que como vimos en el primer capítulo, afirmó como cada una de las colaboradoras eligió la materia sobre la que iba a especializarse. Aunque este último no fue el caso de Anderson por su condición de fotógrafa.

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3. Anderson, Research Worker

Como dijimos en el capítulo primero de esta tesis, para Huntington el viaje se consideró fundamental como parte de la investigación etnográfica, una Research Worker, tendría que estar dispuesta a ellos. El material que recogió durante el trabajo de campo sirvió, no sólo para mostrar tradiciones y formas de vida, sino también como el testimonio de una serie de costumbres que en ese momento habían desaparecido o empezaban a modificarse. Esta situación fue a su vez un síntoma del cambio social y se estaba produciendo incluso antes de que comenzase a documentarlas. Sólo a través de sus peregrinaciones y del contacto directo con los protagonistas, tuvo conocimiento de esta situación y caminando por los pueblos de España observó con mayor claridad los primeros síntomas de la transformación. Como vemos las respuestas a las preguntas iniciales son sencillas. Durante su primer viaje a la Península como directora de la expedición, Galicia 1924-1925 y mientras estudiaba el traje típico, tema de su especialización, en infinidad de ocasiones se quejó del abandono en el uso de ciertas prendas, que ya sólo se vestían en ocasiones especiales y no precisamente por aldeanos, sino por gente de ciudad, muchos de clase media, alta, “señoritas” y “señoritos”, la mayoría pertenecientes a asociaciones corales, etc. que como señaló, intentaban preservar el folklore autóctono. Con profunda franqueza y cierto pesimismo, se refirió a esta situación: […]The village girl of today considers herself costumed for a festival if she has a fresh silk kerchief and a good blouse and skirt with, of course, an umbrella to protect her finery. Aldeana and Gaiteiro costumes are now worn mostly by señoritas and señoritos of the towns at performances of the choral societies which have been organized to preserve the native music. The choral society uniforms are made with only approximate fidelity to the traditional style, the sewing is by machine, the materials, of commercial manufacture, and there is small feeling for detail 6.

Ella misma, fue capaz de llamar la atención sobre alguno de los cambios y a la vez presentar la sociedad de la época y su relación con la tradición. No sólo el tema de la indumentaria, también se hizo eco de la pérdida de oficios tradicionales como por ejemplo la alfarería. La situación que descubrió no facilitó su trabajo, y fue desconcertante porque el material y los libros consultados en la HSA no le advirtieron de 6

Cuando se refirió al traje regional gallego y vio en los que vestía el coro unas malas copias del auténtico. Además señaló la misión de estos coros como preservadores de la música de esa región. En: Too Personal? Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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3. Anderson, Research Worker

esta situación, y una de las razones principales por las que los viajes fueron determinantes para su formación. Como dijimos surgieron dificultades que posiblemente no esperaba, no resultó fácil localizar ejemplos de un material en “desuso”. El sistema de trabajo que había planeado casi al milímetro, estaba sometido a una serie de condicionantes. ¿Qué es lo que debía hacer un Research Worker, ante esta situación?, más de una vez se hizo esta pregunta durante su primera expedición a Galicia. Cuando todas esas condiciones adversas, unidas a la meteorología le dificultaban el trabajo, era el momento en el que le asaltaba esa pregunta. Lejos de la HSA, a miles de kilómetros de su casa, con los zapatos llenos de barro y la mirada clavada en el cielo, desconfiando de las nubes, la fotógrafa meditaba sobre su credencial como “personal investigador”, y en una carta que escribió en ese momento, dirigió sus reflexiones e incertidumbre a la Sociedad: [...]In summarizing the criticism and the new instruction received I should say that in general more preparation is less mechanical labour and wanted in future. I am now beginning to learn the meaning of “Research Work” whose significance was but dimly comprehended before. It means painstaking accurate recording of information does not entail flights of fancy nor conjecture, but implies a meaty umpadded report of real facts. It is very interesting to have one’s horizon bordered by struggling with a new idea7.

Especuló abiertamente sobre las directrices que periódicamente le llegaban desde la institución y agradeció el envío de las sugerencias e instrucciones que le enviaban desde el departamento de Documentación, donde recibían sus fotografías. Sus palabras le sirvieron de aliento y autoafirmación, ya que le ayudaron a encontrar un sentido al viaje y por ende a todo su trabajo, ella misma, como adelantada pupila de Huntington, respondió a su propia pregunta. Estaba dispuesta a llevar adelante el encargo de la HSA, hizo una lectura positiva de la situación y se enfrentó al desafío que esa misión conllevaba. La experiencia viajera se tradujo en aprendizaje. Influida por las teorías que consideraban el hecho de la incomunicación de ciertas áreas rurales como el factor imprescindible para que mantuviesen intacta su cultura, se propuso llegar a los pueblos más retirados, los de peor acceso. Este aislamiento protegía en principio la vida de una cultura generada por el propio entorno. Además también se 7

Carta sin fechar. Escrita posiblemente en febrero de 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker

consideró al concepto de folklore, como un hecho exclusivo de estas áreas. Pero es importante señalar, que a la vez estaba obligada a evitar pueblos abandonados, porque su misión era la de asegurarse ejemplos sobre tradiciones que seguían practicándose, aunque su continuidad se viese amenazada, - una casa a punto de desaparecer, lo que sea que vaya a desvanecerse- 8 . La única herramienta con la que contó para “detener” teóricamente el lento avance del cambio que iba transformando la sociedad española, fueron las instantáneas que consiguió con su cámara fotográfica y las notas que escribió sobre ellas. Las consideraciones sobre la tarea que desarrolló durante los viajes, como Research Worker y su trabajo en general se pueden determinar en parte, al analizar las condiciones económicas que los caracterizaron. Tan sólo hemos encontrado un documento donde se le indicó a la investigadora el número específico de imágenes que debía recopilar, y este se enmarca justo en su primera gran expedición la de 1924-1925: On July 29th, 1924, we sailed for Spain with a contract agreeing “to furnish The Hispanic Society of America, before August 1st, 1925, with not more than fifteen thousand (15,000) photographs, not duplicates, of which not more than ten thousand (10,000) shall be obtained through purchase, pertaining to Spain and Hispanic subjects as: architecture, church treasure, museum objects, costume, customs, industries, arts, and crafts, landscape, etc. On July 29th, 1924, we sailed for Spain with a contract agreeing “to furnish The Hispanic Society of America, before August 1st, 1925, with not more than fifteen thousand (15,000) photographs, not duplicates, of which not more than ten thousand (10,000) shall be obtained through purchase, pertaining to Spain and Hispanic subjects as: architecture, church treasure, museum objects, costume, customs, industries, arts, and crafts, landscape, etc. 9

Mientras trabajó en la sede de la HSA, disfrutó de un sueldo fijo, como sucedió con el resto de las colaboradoras. Los salarios no eran nada despreciables para la época, y consideró su paga como un comfortable sure salary. Esta situación cambió en parte, a partir del viaje de 1924. Una serie de facturas muestran este hecho, y en ellas aparecen

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[…] Skip dead towns, if any, for the present. Photograph a cross, a house about to disappear, whatever may be evanescent. 22 de junio, 1926. Answers by the President. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 5. Anexo 1. 9 En, Too Personal-? Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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3. Anderson, Research Worker los precios de las imágenes que fue recopilando10. Pero lo destacable de este hecho fueron las “fluctuaciones” de su salario, una situación que llegó a condicionar la progresión de su trabajo, afectando su actividad recopiladora de imágenes: […]My comfortable sure salary had vanished and from now on I should have to depend on returns from the photographs of costumes, cottages, churches, landscapes, carts, boats, nets, ploughs, objects of art, popular scenes I could make or buy and send back to the Society11.

También se refirió a esta situación cuando señaló que durante su expedición de 1924 no dispuso de un sueldo fijo, y que éste dependió del número de negativos conseguidos. El tema central fue en principio la indumentaria regional, pero admitió que si se hubiese dedicado exclusivamente a ese asunto y debido a la escasez de ejemplos, no habría conseguido los suficientes ingresos para sobrevivir 12 . Las dificultades que encontró para conseguir exclusivamente ejemplos sobre el traje típico, permitieron que la lente de su cámara comenzara a documentar de forma más intensa otros asuntos, como la arquitectura, los trabajos manuales… 13 . Las condiciones laborales cambiaron con los años, y en la documentación correspondiente a expediciones posteriores ya no encontramos este tipo de escritos. La investigadora siguió diversificando los temas de sus fotografías, pero ya sin estar condicionada por el aspecto económico, aunque por otro lado, al madurar en su conocimiento sobre la sociedad española, sus costumbres, y sobre todo el traje regional, afianzó su discernimiento sobre cuales eran los temas a fotografiar. Con todo lo anterior logró, al mismo tiempo, un acercamiento en profundidad a muchos de los temas que documentó. Pero debemos advertir que la situación que acabamos de exponer no significó que actuase libremente a la hora de fotografiar, pues las fotografías a conseguir siguieron unos parámetros bien definidos por Huntington.

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Junto al número de sus negativos escribió el coste total por su realización. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 11 Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. Apéndices. “Draft of her book”. pág. 503 12 Su madre le envió dinero en un par de ocasiones. Una de ella como regalo de navidad y otra en forma de préstamo. Cartas de Anderson dirigidas a su madre. Orense, 1-1-1925 y Lugo, 6-1-1925. En otra carta Alfred T. escribió a su esposa ya que planeaban viajar a Suecia una vez acabada la expedición en España. Le comentó que su hija pronto le devolvería el préstamo que le hizo. Oviedo, 2 de marzo, 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 13 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2

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3. Anderson, Research Worker

Sin abandonar las cuestiones económicas que caracterizaban los viajes, encontramos numerosos datos sobre los presupuestos destinados a ellas. A excepción de las fondas y diversos tipos de alojamientos, en los que el avance del itinerario les obligó a pernoctar, por lo general, cuando llegaban a las grandes ciudades y capitales de provincia se instalaban en hoteles. Algunos de ellos existen todavía y podríamos considerarlos de primera categoría como el Hotel Roma en Orense, el Avenida Palace, y el desaparecido hotel Pino de Oro en Santa Cruz de Tenerife, del que además realizó varios autocromos14. De nuevo los acontecimientos originados durante la marcha impusieron otro tipo de condiciones inherentes al viaje, nos referimos a la cuestión de los medios de transporte que se vio obligada a utilizar. Cuando tuvo la oportunidad, y debido a lo beneficioso que resultó para su trabajo, adquirió un coche particular. En su primera expedición como líder (Galicia 1924-1925), no sólo alquiló un coche, sino que además contrató los servicios de un chofer, en este caso un conductor de nacionalidad francesa, que tuvo a su disposición cuando le fue necesario. Alquiló un automóvil en sucesivas expediciones, e incluso compró uno para la expedición de 1929-193015. Contamos con numerosos documentos que nos facilitan datos relativos a transacciones bancarias, depósitos, recepción de cheques, avisos sobre compras de imágenes, libros, revistas. Este material sirve para explicar cuestiones fundamentales sobre la empresa que se le encomendó, como por ejemplo, datos sobre el volumen de imágenes realizadas o la periodicidad con la que se mandaban. Son documentos que pertenecen a momentos muy concretos en su carrera y que delimitan los parámetros que siguió, y que la separan de la labor que llevada adelante

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El hotel Roma es actualmente una galería comercial. Fotografía del hotel disponible en Web: Periódico La Región (Orense): http://www.laregion.es/enimagenes/3/20 (23-5-2008). Fotografías del Avenida Palace en Lisboa construido en 1892, disponibles en Web: http://www.hotelavenidapalace.pt/PT/historia.html (23-5-2008) El hotel Pino de Oro se consideró un alojamiento de prestigio durante décadas y lugar de residencia para artístas extranjeros y hombres de negocios. Enrique Estévez Monzó. “Noticias y publicidad en los comienzos del turismo en Canarias: El “Diario Tenerife” de 1887”. Revista Latina de Comunicación. Universidad de La Laguna, 2002, no. 46. Artículo disponible en Web: http://www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina46enero/4611esteve.htm (23-5-2008) Entre 1924-1926 también se hospedó en otros hoteles como el Palace de La Coruña; Méndez Nuñez, Lugo; Gran Hotel Salgado, Verín; Hotel Comercio, Villaviciosa; Hotel París, Oviedo; Hotel Moderno, Astorga León. En la expedición de 1927 se alojó en el Gran Hotel Suizo, Zamora. En 1930 durante su estancia en Sevilla, por ejemplo, se hospedaron en el Hotel Palace. 15 En 1925 alquilaron un coche que llamaron Nuestra Señora, con él viajaron por Galicia, León y Extremadura. En 1929 adquirieron un automóvil en Sevilla, al que bautizaron con el nombre de Horacio. The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2.

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3. Anderson, Research Worker

por el resto de las colaboradoras de la HSA en el mismo momento. Anderson aprendió con el día a día, y fue la institución la que le ofreció una oportunidad profesional de la que estuvo siempre muy agradecida, y fue la razón principal por la que regaló a la HSA muchas de sus fotografías16.

3.2. Los encargos El encargo principal que la HSA le hizo desde el principio, fue el de recopilar todo el material posible sobre el traje regional, que aparecía reproducido con detalle en los paneles de Sorolla y en algunos libros de la biblioteca. La naturaleza del tema lo ligaba a múltiples aspectos de carácter etnográfico, como los oficios tradicionales, los eventos festivos, las ceremonias religiosas, lo que provocó un inevitable aumento de temas a documentar. Pero en el número de negativos recopilados también tuvo mucho que ver la cantidad pedidos que le hizo la institución. Encargos específicos se produjeron en el transcurso de todas las expediciones, especialmente durante las primeras salidas. Muchos se centraron en la búsqueda de imágenes que mostrasen, por ejemplo, detalles en arquitecturas, piezas de arte, sobre las que además tuvo que aportar toda la documentación relativa a ellas. Se trataba principalmente de un material sobre el que la HSA carecía de ejemplos, o con el que tenía previsto completar los que ya poseía17. Entre los encargos, por ejemplo, tenemos noticias de unas fotografías del claristorio de la catedral de León, y otra serie de instantáneas muy específicas: Suggestions for photographs. We wish very much to have photographs of the stained glass windows in the clerestory of León cathedral depicting hunting scenes of the Middle Ages, in general and in detail. There are also scenes of the manners and customs of that time; photographs of these are also desirable. We need

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Por ejemplo cuando regaló unas imágenes en color de las vidrieras de León y los retratos de un gaitero y una mujer de Betanzos posando con el traje regional. En una carta fechada el 25 de junio de 1927, la HSA agradeció la donación. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 17 Revisó las fotografías existentes en cada provincia antes de salir de viaje, para evitar la adquisición de duplicados: […] Preparation for the trip had been made by listing the photographs in the main file of the Society to avoid duplicating material already in the collection Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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3. Anderson, Research Worker photographs of the front of Santa Comba de Bande. The ones in the files are of the apse or the interior. Santa Comba de Bande is in the province of Orense18.

1. Anderson. Cathedral clerestory window in the nave south (5).

2. León, 1926. GRF: 55.345 Aunque cronológicamente no correspondería incluirlo en este trabajo es importante señalar que durante años siguió procurando a las conservadoras algunos de sus pedidos, incluso en las últimas décadas de su carrera realizó instantáneas destinadas a una serie de publicaciones19.

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Este fue un encargo especial, ya que utilizó placas autocromas. Carta enviada desde el Dpto. de Documentación a Anderson el 6 de abril, 1926. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 19 Por ejemplo, durante una corta expedición a España en 1967, se dirigió a Talavera (Toledo) para realizar unas tomas que iban a publicarse en un libro sobre azulejos españoles, escrito por Alice Wilson Frothingham. Tile Panels of Spain, 1500-1650. New York: The Hispanic Society of America, 1969. En Iconography Department. Reports Annual. October 1955 to September 1956. En la entrevista de la The Society of Woman Geographers relató las condiciones en las que realizó las tomas. Fue un encargo complicado ya que la iglesia estaba en ruinas, el “joven arqueólogo” que las acompañó vigiló el techo, mientras ella trabajaba, ya que amenazaba con desmoronarse en cualquier momento. The Society of Woman Geographers, New York, 1977

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2. Anderson. The child Saint John the Baptist with his father Zacharias. Candeleda (Ávila), 1967. Tile Panels…(1969). pág. 47. GRF Ektachrome: 4.040

Acabamos de comprobar otro aspecto de la producción “andersoniana”, la que dedicó al servicio del arte, o en este caso, más concretamente al estudio del arte. Fueron instantáneas que constituyeron una parte importante de su trabajo, y con los que salvaguardó la existencia de objetos y arquitecturas hoy desaparecidos20. Por otro lado es históricamente reconocido el uso de la técnica fotográfica por multitud de artistas plásticos que la utilizaron para captar escenas que posteriormente copiaron o en las que se inspiraron para sus obras de arte. Este fue precisamente el interés de otra serie de encargos. Un claro ejemplo son las imágenes que realizó por expreso deseo de la escultora Anna Hyatt Huntington. Hyatt era especialista en escultura de animales y la investigadora consiguió para ella sesenta y seis imágenes, principalmente de caballos, bueyes, mulas y burros21. Anna Hyatt empleó estas imágenes para su proyecto escultórico de Brookgreen Gardens, la fundación que el matrimonio Huntington estableció en

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En su obra incluyó miles de fotografías de monumentos arquitectónicos y piezas de arte que ya no existen, muchos desaparecidos tras la Guerra Civil. Algunos ejemplos los estudiamos en el cap.6 dedicado a su periplo asturiano de 1925. 21 Carta de Anderson dirigida a Anna Hyatt. 21-5-1930, escrita desde Funchal, capital de la isla portuguesa de Madeira. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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Carolina del Sur. La fotógrafa tuvo a mano los bocetos que Hyatt dibujó para que los utilizase como modelos22. En uno de los muros exteriores en la sede de la HSA, existe un altorrelieve hecho por la escultora, que representa la figura de Boabdill a lomos de un caballo. Pues bien, Hyatt aprovechando que la investigadora se encontraba en 1930 recorriendo parte del Norte de África, le encargó una fotografía que mostrase precisamente a un árabe montado a caballo y que le sirvió como modelo para su Boabdill. La viajera organizó todo para conseguir las imágenes y para ello contó con la ayuda del Tabor de Caballería de Ceuta23. Estos militares le asistieron no sólo en la búsqueda de un jinete árabe, sino que también le ayudaron en la ambientación de la escena, es decir, encontraron los elementos necesarios para conseguir que el jinete mostrase aspecto de un rey moro. No sólo buscaron la silla de montar adecuada, también las bridas y arneses del caballo y por supuesto, las ropas del jinete24.

3. Anderson. Barracks of the Tabor de Caballería de los Regulares de Ceuta, 1929. GRF: 64.09164.093, 64.099, 64.100 22

Los negativos a los que nos referimos son los siguientes: 12468, 12474-12480, 12482-12523, 1252612531, 12582-12596. Se acompañan por la indicación: Negative posed from sketch by A.H.H. y Posed subject not suitable for photograph file. Expedition 1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 312-315. 23 Es=tabor Del turco ṭābūr, batallón, escuadrón). 1. m. En el antiguo protectorado español en Marruecos, unidad de tropa regular indígena perteneciente al ejército español y compuesta por varias mías o compañías. REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española [en línea]. 22ª Ed. Madrid: Real Academia de la Lengua Española, 2003 http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm> (3-4-2009). 24 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 28.

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4. Anderson. Barracks of the Tabor de Caballería de los Regulares de Ceuta, 1929. GRF: 64.083

5. Anna Hyatt Huntington (1876-1973). Boabdil, ca. 1943. Altorrelieve en el exterior de la HSA, New York.

Otro de los asuntos más interesantes sobre encargos que volvió a condicionar su producción en un momento determinado, estuvo relacionado con las fotografías de Kurt Hielscher (1881-1948), que en principio utilizó como modelo. La institución planeaba editar una serie de libros que incluirían fotografías ampliadas, se discutieron las características compositivas y el tamaño adecuado para que esta produjese, a juicio de la 246

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institución, resultados satisfactorios a la hora de ser reproducida. Es por esto que se le aconsejó la consulta del libro de Hielscher, Picturesque Spain, donde encontraría el tipo de composición que deseaban utilizar para las publicaciones. Además, para facilitarle la tarea incluyeron en la carta dos fotografías que le sirvieron de ejemplo, pero lo curioso es que se trataba de dos fotografías realizadas por ella, y que además habían sido elegidas por Huntington, que sabiamente las utilizó para mostrarle un ejemplo de lo que querían.

6. Anderson. Iglesia parroquial. Cangas de Onís (Oviedo), 1925 GRF: 51.627

La fotografía que acabamos de incluir fue una de las que eligió Huntington, y podemos servirnos de ella para entender los criterios del presidente con respecto a la composición y la clara definición de una fotografía25. Como vemos estaba al tanto de los progresos de su colaboradora y ella como era habitual, siguió al pie de la letra sus consejos. Para finalizar, nos parece imprescindible aludir a otro encargo que le hicieron en la década de los años sesenta y que determinó un hecho que resulta muy significativo. Varias de sus imágenes se expusieron en el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva 25

Resulta llamativo el comentario de la fotógrafa al respecto cuando señaló que no estaba familiarizada con el libro de Hielscher, pero que conocía las fotografías del alemán en la colección de la HSA. No consideró que su trabajo fuese digno de compararlo al “encanto” del de Hielscher. Carta del Dpto. de Documentación a Anderson del 20-2-1926. Respuesta de Anderson, el 26-3-1926 y contestación desde el Departamento de Documentación del 3-4-1926. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker York. En 1963, la investigadora recibió la visita de Bernard Rudofsky26. Este arquitecto llegó a la HSA en busca de ejemplos útiles para una exposición sobre arquitectura popular. Un evento organizado a gran escala que ocupó varias salas del museo y que permaneció abierto al público durante cuatro meses. Rudofsky disfrutó del privilegio de inspeccionar, guiado por Anderson, los archivos de la Sala Sorolla. Todas las obras que seleccionó fueron realizadas por ella, y aunque revisó directamente las fotografías, ignoró el material de otros grandes fotógrafos que como ella, pero quizás, sin la misma dedicación, también reprodujeron arquitecturas de este tipo.

7. Anderson. Island Fortress. Alhucemas (Marruecos), 1929. GRF: 64.028

3.3. Metodología de trabajo Para empezar a explicar la metodología que adoptó en su trabajo, y debido a la importancia de los viajes con respecto a este asunto, iniciamos este apartado con el estudio de sus tareas previas a las salidas. Desde el inicio se advierte el interés de Huntington por enviar a sus colaboradoras a España para que entrasen en contacto directo con la cultura española. La experiencia del viaje en sí misma constituyó la metodología de trabajo y Anderson pronto se dio cuenta de ello. Señaló que para un “verdadero entendimiento” sobre el tema de su especialización sobre folklore, particularmente sobre 26

[...]A group of 21 photographs was chosen from those taken by RMA and Frances Spalding (Curator of Records) during their expeditions to Spain. From this group a selection will be made for enlargements to be shown in an exhibition illustrating domestic buildings planned and erected by carpenters and masons. […] In order to select examples of houses and country buildings planned and constructed by simple people, Mr. Rudofsky of the MOMA Museum was given the privilege of going through the photographs taken by Miss Anderson and Miss Spalding during their expeditions to Spain, etc. Memoria 1963. págs. 5-6. Records Annual Reports. (1960-1969). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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el traje regional del pueblo español, no había ¨substituto” al método que habían empleado, el viaje como una forma privilegiada de estudio: […] for real understanding of the subject there is no substitute for the method we have been privileged to employ, journeying from town to town of a region, making our own photographs and gathering information with the aid of the people who have made and worn the costumes27.

El contacto directo con el medio obligó a realizar un trabajo previo de planificación antes del comienzo de cada expedición, esta labor constituyó una “etapa” más del viaje. Las fotografías llegarían más tarde, primero debía empaparse de datos sobre la zona. Meses antes comenzaba a revisar el material necesario en la biblioteca de la HSA. Era imprescindible consultar mapas para entre otras cosas, trazar itinerarios. Los libros con información geográfica le facilitaban datos sobre la flora y la fauna. Observó minuciosamente la extensión de cada provincia, sus comarcas y límites, debía conocer perfectamente la zona, ya que era importante visitar poblaciones pequeñas, salir al campo y desembocar en aldeas y pedanías donde muchas veces encontró ejemplos de gran interés etnográfico, “auténticos”, en cuanto a que se hallaban cercanos a unas tradiciones que no habían sido modificadas, especialmente con la llegada del progreso. Buscó datos sobre las industrias tradicionales, las costumbres típicas, las celebraciones y festividades religiosas o civiles más importantes. A esta investigación de orientación antropológica, se unió otra igual de importante. Anotó el nombre de los lugares debía transitar obligatoriamente, aquellos donde realizó encargos concretos de la HSA, y también las localidades donde pensó que le podían surtir de interesantes y beneficiosos ejemplos sobre cultura y aspectos tradicionales. Tuvo que leer sobre la historia, la arquitectura, las obras de arte, incluso sobre los trabajos literarios referidos al lugar, Huntington fue el mejor consejero 28 . El trabajo de campo en España se incorporó a los fondos de la Sociedad como un tipo de material difícil de conseguir de otra forma. Constituyó, durante

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Carta de Anderson a Huntington. 10-5-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1949. AIB. HSA. Expedición 1948-1949. 28 El fondo bibliográfico en la HSA constituyó su primera fuente de estudio. Durante las expediciones adquirió libros e investigó en otras instituciones, como por ejemplo, las del Instituto Valencia de Don Juan y la Biblioteca Nacional de Madrid, la Biblioteca de la universidad de Oviedo y la Casa de Jovellanos en Gijón, sin olvidar las consultas en archivos de iglesias, catedrales, ayuntamientos, cuando se lo permitían. Lugares donde también realizó y compró imágenes.

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largo tiempo, las tres cuartas partes de los recursos que posteriormente utilizó en sus investigaciones y publicaciones. La singularidad y especialidad en las imágenes convierten este archivo en un fondo exclusivo y en su extensión también se evidencian las prioridades de la HSA con respecto a los encargos que le solicitaron. La institución aspiró a reunir una colección lo más completa posible, y la investigadora enriqueció considerablemente el archivo sobre el folklore español en la HSA. Durante las primeras expediciones y debido a varios condicionantes, comenzando por su inexperiencia, realizó un gran número de fotografías en un corto espacio de tiempo, pero con la práctica entendió que debía variar su modus operandi. Comenzó a ser más selectiva y meticulosa, porque fue asimilando los intereses que la HSA buscaba en su trabajo, a partir de ese momento definió con mayor certeza el tipo de material que recopiló durante los viajes. Con el propósito de dar cabida a todos los asuntos, desarrolló una serie de esquemas de investigación conocidos por Outlines29. Se trataba de una herramienta que compilaba los objetivos de su trabajo y la fórmula a seguir para llevarlo a cabo. Estos patrones se convirtieron en el punto de partida, no sólo de las expediciones donde fueron imprescindibles, sino también en su labor diaria, ya que los empleó en múltiples proyectos, para el estudio, a la hora de escribir, para ordenar las fotografías…. Los temas no solían variar, se trataba normalmente de cinco apartados que iban de lo general a lo particular, enfatizando en la búsqueda de las peculiaridades de cada lugar. La ciudad se dividía en seis puntos, comenzaba con una introducción histórica que definía el lugar y a sus habitantes. La HSA estaba interesada en el pasado de estas poblaciones, porque en muchos casos se trataba quizás de periodos más esplendorosos cultural y artísticamente. En cierto modo, con su labor buscó las huellas existentes de ese ayer 30 . Las vistas generales del lugar se concretaban con instantáneas de edificios y monumentos, y una vez creado el marco geográfico e histórico, llegaban las escenas populares con ejemplos específicos sobre el traje, su interés prioritario, pero también de objetos y utensilios

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Este tipo de listados aparecen en infinidad de documentos pertenecientes a la investigadora e incluso creó una sección en su archivo personal que tituló Outlines, donde guardó muchos de estos listados. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Outlines. AIB. HSA. 30 El devenir histórico afectaba la morfología de una ciudad, el diseño de sus calles, edificios y monumentos. Pensó que esta característica también influía en el carácter de sus habitantes.

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enmarcados en la vida doméstica y en el trabajo cotidiano. Ante el objetivo de su cámara, los reprodujo con tal maestría que parecen piezas de arte, aunque imperó un criterio documental, porque eran ante todo, elementos de una cultura dignos de ser estudiados. Uno de los primeros momentos en los que aplicó sus outlines fue con el material que recogió en Bayona. Primeramente hizo un boceto del lugar y se ayudó del escudo de armas de la ciudad, que describió con detalle, de esta manera inició su estudio partiendo de una perspectiva histórica. A continuación insertó vistas generales, luego los parques, las plazas, las calles, para dar paso a imágenes concretas de monumentos y arquitecturas, como por ejemplo, restos arqueológicos, monumentos, edificios religiosos y civiles y la arquitectura popular. A partir de ese momento incluyó escenas que mostraban aspectos de contenido social, religioso, escenas de la vida doméstica, o las relacionadas con diversos oficios. Sigue el tema de la indumentaria, con retratos de gente normal, uniformes militares de todo tipo y rango, hábitos eclesiásticos. Como vemos la filosofía que caracterizó el trabajo de investigación en la institución, se basó en gran medida en el método práctico. Aunque Anderson encarnó uno de los ejemplos más evidentes, fue un procedimiento seguido por el resto de colaboradoras. Estudiar únicamente los materiales resultaba un trabajo inútil, si al final no se trabajaba directamente con ellos, si no se ponían en práctica los conocimientos transmitidos, había que edificar un criterio personal que sirviese de resumen y colofón a todo lo aprendido. Su meta fue la de convertirse en una especialista en indumentaria típica regional, tema sobre el que hablaremos en el próximo capítulo, pero que en este momento nos sirve para comprobar la metodología que empleó para poder estudiarlo ¿Como organizó todo el material sobre el traje en el archivo general de fotografías?31 En el GRF todos y cada uno de los archivadores incluyen varias secciones reservadas al traje. Este tema fue al mismo tiempo, la excusa perfecta para mostrar el entorno donde se encontraban los personajes que los vestían, las industrias tradicionales en las que trabajaban, los oficios artesanales y las herramientas que utilizaban para llevarlos a cabo32. En este sentido vemos como los 31

Para comprobar las categorías etnográficas creadas por ella mientras organizaba este tipo de fotografías, consultar cap. 4 32 This account is to tell you how, encouraged by The Hispanic Society of America, we travelled in Spain to find and photograph the costume of several regions. By costume I mean not only dress and its accessories but also the scene of its wearers´ activities and activities themselves, the processes of handicraft and primitive industry including tools and animal helpers with their trappings, performances and emblems of

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retratados no visten una indumentaria que podamos considerar característica del trabajo que están realizando, aunque la fotógrafa nos informe que el retratado era, por ejemplo, un barquero o un carretero. A excepción de profesiones determinadas como los militares, guardas o las amas de cría que fotografió, muchas de las imágenes con las que se pretendió ilustrar un tipo de traje, son fundamentalmente retratos de tipos humanos y no ejemplos ortodoxos de un tipo determinado de indumentaria. Difícilmente podríamos distinguir el oficio al que se dedican atendiendo únicamente a la ropa que visten. Se esforzó por obtener un gran número de ejemplos que ilustrasen este asunto y se esforzó notablemente por crear secciones sobre el traje de cada región. Quizás esto se produjo en el momento en el que se dio cuenta de la uniformidad con la que la sociedad española de la época comenzaba a vestirse. No se echó para atrás y siguió adelante con su recopilación porque creyó y así lo aprendió contemplando los paneles de Sorolla, que la indumentaria caracterizaba a un pueblo, y como vimos anteriormente, fue más allá de la idea de traje regional, como por ejemplo en Asturias, cuando retrató a una cigarrera de Gijón. Aunque sólo contamos con una imagen se percató de la importancia de estas mujeres en la sociedad asturiana desde hacía más de un siglo. Los campesinos y los pastores, fueron sus modelos más apreciados ya que portaban en muchos casos elementos comunes, aunque diferentes entre las regiones, en cierto sentido eran ejemplos más homogéneos. Otro caso muy significativo de la forma en la que se enfrentó con el material que consideró útil para ilustrar el traje, fueron las categorías que creó sobre los vendedores, y que también repitió en muchas regiones. La extensa documentación que llevó a cabo en mercados y ferias propició la recopilación de suficientes imágenes para crear diversas secciones sobre el traje, como por ejemplo la de vendedor de pan, de huevos o de naranjas. Ya señalamos que se fijó en la uniformidad de los españoles a la hora de vestir, pero mientras se formaba en su especialización también se dio cuenta del abandono al que estaban sometidas muchas prendas típicas, eran elementos que se vestían en ocasiones puntuales, manifestaciones sociales muy concretas, actos religiosos, festividades de carácter lúdico. Esto le llevó a crear otra serie de categorías, como por ejemplo, secciones ceremony, tangible evidences of legend and superstition, social recreations. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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destinadas únicamente a los cofrades de Semana Santa, a los peregrinos, incluso existe una donde catalogó las fotografías de Gigantones, típicos en las fiestas de Carnaval. Estos factores influyeron en su metodología de trabajo, a partir de una serie de condicionantes. Desde el principio siguió disciplinadamente las instrucciones recibidas de Huntington, las tareas a ella encomendadas variaron del mismo modo que su posición laboral en la HSA33 y por último, su propia evolución como especialista determinó la consolidación y el afianzamiento de sus conocimientos, lo que influyó directamente en su sistema de trabajo.

8. Anderson. Radiograph no. 30.1. Carreño de Miranda, Juan. Charles The Second, King of Spain. A.61. Oil on canvas. (3-31-1927)

El ámbito en el que evolucionó su trayectoria profesional se caracterizó por la oportunidad de estudiar directamente los temas a investigar. Este hecho solo se produjo a través del generoso apoyo de Huntington, que fomentó entre todas sus colaboradoras el sentido de la responsabilidad individual. Los múltiples viajes comisionados por la HSA fueron imprescindibles, no sólo para llevar a cabo la recopilación del material, sino también porque marcaron el desarrollo y estilo de sus investigaciones. El estudio del material conseguido y la elaboración de textos fue la base metodológica que durante años contribuyó a cimentar sus conocimientos. Como el resto de las conservadoras 33

También trabajó con la máquina de Rayos-X. Algunas de las pinturas que reprodujo mediante este procedimiento aparecen registradas en Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Anexo 1.

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confeccionó pequeños estudios, monografías sobre un tema en concreto. El objetivo de estos trabajos radicó en el deseo de poner en práctica los conocimientos aprendidos, que además debían estar a nivel académico. También escribió textos de mayor entidad que aspiraban convertirse en monografías, pero que en muchos casos no llegaron a publicarse. Tuvo que esperar y ganar mayor confianza con respecto al estilo y la redacción de sus escritos. Disfrutó de este ambiente que constituyó uno de los ejes de su proceso formativo. Independientemente de ser publicadas o no, son el reflejo de un sistema original y único de investigación. La fotografía es un documento visual, y Anderson completó la información en ella contenida con los testimonios directos de los protagonistas, de esta forma, consiguió profundizar en la escena y lo que representaba. Siempre estuvo agradecida a ellos, aunque en la mayoría de casos no especificó nombres o edades, lo importante fue que los conoció y con algunos mantuvo durante años una relación de amistad. En 1954 la HSA reconoció su trabajo al nombrarla conservadora del traje y se convirtió en la máxima responsable de una colección que no basa la riqueza de sus fondos en piezas físicas, ya que cuenta con un número reducido de ejemplos34, sino que son los documentos visuales reproducidos en pinturas, grabados, y fotografías, los que contienen el tipo de ejemplos necesarios para el estudio de este aspecto cultural. En resumen, las fotografías le ayudaron a llevar adelante su trabajo, las consideró fuentes documentales y de estudio, y la llevaron a convertirla en una experta en folklore.

3.3.1. Informantes A continuación y como parte del método investigador que empleó es imprescindible referirnos al hecho concreto de los informantes, un factor que condicionó su metodología de trabajo. Cada uno de los negativos que realizó iba acompañado por notas explicativas, en muchos casos los lugareños le proporcionaron esos datos, precisamente eran ellos los que mejor podían explicarle la escena que acababa de fotografiar. Profundizaremos sobre

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En un artículo enumeró las piezas de indumentaria en la HSA y las comparó con los fondos del Museo del Pueblo Español. [...] “Tres camisas bordadas, unos cuantos zapatos, sombreros, gorras, una docena de mantillas, quince chales bordados, algún traje andaluz para hombre y otro de charro Mexicano”. En, Ruth M. Anderson. “Regional Dress”. Apollo. The Internacional Magazine of Arts and Antiques. London: Denys Sutton. No. XCV, April, 1972. pág. 66.

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la cuestión de los informantes, aportando ejemplos y nombres concretos, a la hora de abordar cada una de las expediciones, ya que creemos más conveniente contextualizar a estos personajes en el momento y el lugar en el que conocieron a la viajera. No fueron únicamente los libros, sino la gente la que le proporcionó los testimonios que le ayudaron en su trabajo. Cómo entraba en contacto a sus informantes fue un asunto que se produjo en la mayoría de los casos de forma natural y, al mismo tiempo “planeada”, ya que como ella misma señaló en sus esquemas de trabajo, cada vez que llegaba a una localidad, tuvo primeramente que, Presentarse a profesores, arzobispos para estar al tanto de los sucesos del lugar, y de los eventos generales35. Este hecho nos parece de gran interés, ya que, en principio, fueron los poderes fácticos, cura, alcalde, maestro e incluso el médico del pueblo 36 , a los que se dirigió en primera instancia. Fueron estos personajes los que le proporcionaron, a su entender, las noticias más precisas sobre el lugar, por otro lado, los cargos que ocupaban facilitaban a la investigadora la tarea de consultar por ejemplo, documentación o percatarse de ciertos temas y acudir a lugares físicos muy concretos que le recomendaron fotografiar. Pero incluso más importante, en muchas ocasiones les ayudaron a integrarse en el pueblo, lo que les aseguró el que no fueran consideradas como unas auténticas extrañas37. Las cartas de presentación fueron imprescindibles en todo momento, para ampliar la red de informantes, y a la hora de visitar ciertos lugares como iglesias o archivos38. 35

Anderson, 28-6-1924. Archivo: Correspondence. Carpeta: Outline. Para ilustrar lo que intentamos decir, incluimos el caso del doctor Alonso Matanzo al que conoció durante su expedición de 1925-1926, en el pueblo de Val de San Lorenzo. Matanzo fue el hombre que le facilitó datos esenciales sobre el pueblo, sobre la tradición maragata y la pérdida de ciertas costumbres. La viajera lo admiró porque además era un ciudadano modélico, ya que enseñaba a los niños a escribir, y se encargaba de transmitirles ciertos valores, como por ejemplo, el amor por la naturaleza. Matanzo fue un personaje culto que además poseía un espléndido traje de maragato. Representa un modelo cotidiano en su producción y confirma como para documentar el traje se sirvió de gente con una posición reconocida, que por otro lado, eran los que habitualmente atesoraban los mejores ejemplos sobre la indumentaria típica. 37 En una ocasión leemos incluso su preocupación al escuchar los comentarios de algunos lugareños del pueblo zamorano de Villalcampo, donde llegó para documentar la escenificación de un Auto Sacramental. Se arrepintió de no haber pedido en la catedral de Zamora una carta de recomendación o quizás el permiso necesario, antes de fotografiar el evento […] The night before we were to depart I started down the stairs to speak about something, but before I opened the door separating us from the café, I heard men talking One said “We`ll not let them go!” it seemed prudent not to hear any more lest I should be persuaded that they were talking about us. This was the moment that I realized my negligence in not having come provided with a letter from the cathedral. The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 16 38 En su fondo documental existen una sección donde se agrupan algunas de ellas. Por citar dos ejemplos nos referimos a las varias que escribió Manuel Díaz Noras desde la localidad gallega de Muros fechadas a 36

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3. Anderson, Research Worker

No fue una viajera al uso, no estaba de paso, necesitaba ser reconocida primero por los sectores más respetados, los “cultos” del pueblo, de esta forma dejaba de ser totalmente “una extraña” de la que nadie sabe nada, y a partir de ese momento ya podía “sumarse” con más facilidad en el ambiente y acercarse al pueblo en general.

9. Carta enviada por el alcalde de Cumbres Mayores (Huelva), a Anderson el 3-7-1930

Consideró a los religiosos y curas de pueblo como sus “mejores amigos”. Estos personajes que según ella, mantenían su antiguo papel como salvaguardas de tradiciones, podían informarle sobre acontecimientos históricos, lugares y datos de interés cultural, como fundaciones de iglesias, familias nobles, casas con escudos, supersticiones y actos de fe. Congenió rápidamente con ellos por otra razón especial, según su testimonio, los curas estaban más en contacto con las mujeres que con los hombres, y además a través de la confesión se habían convertido en grandes conocedores de la psicología femenina:

finales de octubre de 1924. Con fecha del 29 de marzo de 1926 el Abad de la Colegiata de San Isidoro de León, escribió una carta que iba dirigida al Deán de la Catedral Leonesa, en la que como sabemos realizó una serie imágenes en color. Unas fotografías complicadas de realizar para las que requirió la ayuda de los encargados de la catedral, ya que necesitó disponer de libertad de movimiento para poder situar la cámara en el lugar más apropiado. Con la misma fecha que la anterior, y de nuevo firmada por el Abad de San Isidoro, existe una carta cuyo destinatario fue el Teniente Coronel Jefe del Depósito de Sementales de León. La viajera estaba interesada en fotografiar el edificio histórico que ocupaba el Depósito en ese momento. Hay que señalar como dato curioso, que en ambas notas, el religioso presenta a Ruth M. Anderson y a Frances Spalding como dos estudiantes de la universidad de Columbia en Nueva York. Sobre L. Letters of Introduction. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker The priests continue to be our best friends. They are still filling their ancient role of chasing traditions and conserving remains. Señor Don Marcelo Macías was a darling old chap, director of the Museo Arqueológico in Orense. He opened it for us twice and let me photograph all I wished. Furthermore, like other ministers priest have more contacts with women than with men, added to which their knowledge of the female sect gained through the confessional makes them very wise guys, and they know exactly how to receive and entertain la extranjera. They call me, “hija mía” and really like them very much, that is. I like the clean ones39.

Como mujer, esta situación le afectó directamente e influyó en su relación con ellos y en la extensa documentación que realizó con las mujeres como protagonistas. Todas estas relaciones y las que creó ella misma constituyeron una “red de conocidos”, a grandes rasgos, funcionó de la misma forma en todos los viajes, unos le ponían en contacto con otros, aunque siempre debemos tener en cuenta que los condicionantes durante cada expedición fueron diferentes. Las dos expediciones a Galicia entre los años 1924 y 1926, generaron un impresionante fondo documental, con el que podemos ilustrar con claridad el tema de los informantes. Por ejemplo, el canónigo de la catedral de Santiago de Compostela, Robustiano Sández, escribió una serie de cartas de presentación, una de ellas estaba dirigida a Fernando Álvarez de Sotomayor, que en ese momento era director del Museo del Prado40. Otro de sus amigos gallegos fue José Otero Rúa. Este hombre que trabajaba como interventor en la Diputación Provincial de Pontevedra, además de informarle sobre la historia local, le puso en contacto con una serie de conocidos personajes gallegos como el escultor pontevedrés, Francisco Asorey, los intelectuales, Castelao, Antón Losada Diéguez41. Este grupo de relaciones con personajes de un determinado nivel social se repitió en todas las expediciones, y de esta forma por ejemplo, en la expedición de 1929-1930 durante su estancia en el Protectorado Español en el norte de África, se relacionó con varios altos cargos militares, políticos, además de periodistas y por supuesto fotógrafos,

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Carta de Anderson dirigida a su madre. 5-1-1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 40 Anderson estaba interesada en asistir a la exposición que se estaba organizando sobre el traje regional y que tuvo lugar en 1925. A través de Sotomayor pretendía conseguir el permiso necesario para realizar fotografías del evento. 41 Antón Losada Diéguez, escritor e intelectual gallego, le escribió una carta de presentación que dirigió a otro gallego, el subdirector del museo del Prado Sánchez Cantón.

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3. Anderson, Research Worker muchos de ellos de renombre42. Por otro lado existen y en considerable número, cartas que dirigió a los alcaldes de medianas y pequeñas localidades. Muchas de las que se conservan en la HSA, por no decir casi todas, están fechadas en la década de los años treinta. Esta cronología nos informa de un hecho muy relevante ya que muestran la madurez de la investigadora que, interesada principalmente por estudiar el traje, se dirigió directamente a los alcaldes para preguntarles cuando era más conveniente la visita al pueblo para poder documentarlos. Las cartas siguen un modelo común, primero se presenta a sí misma, el trabajo que está realizando y los asuntos concretos que le ayudarían a llevarlo a cabo. Pregunta a los alcaldes, las fechas de las celebraciones, eventos o fiestas típicas durante las cuales podría fotografiar aspectos del folklore típico de la zona43. Esta correspondencia además de ejemplificar el carácter de las relaciones mantenidas con los alcaldes se han convertido, en el testimonio escrito de un momento histórico, un periodo cronológico que marca, a nuestro entender, sino la pérdida, sí la modificación de ciertas tradiciones que afectaban directamente a la indumentaria. Los alcaldes le transmitieron, en múltiples ocasiones, como en el caso concreto del traje regional, este se había dejado de utilizar diariamente y que se utilizaban únicamente para eventos festivos o celebraciones religiosas. Cuando se encontraba en ciudades grandes, visitaba instituciones y personas relacionadas con la HSA como por ejemplo, el Instituto Valencia Don Juan, lugar donde la conocían bien. Por otro lado se relacionó con académicos como Luis de Hoyos Sainz, 42

En un sobre donde se lee, Friends Morocco conservó las tarjetas personales de algunas de las personas que conoció en ese país: Antonio Martín de la Escalera que era Auditor de la Brigada del Cuerpo Jurídico Militar, L. Martínez y Barrio que trabajaba en la Junta Municipal de Ceuta como interventor, Hamed El Belusi, un árabe que trabajaba en el Gran Hotel Alfonso XIII de Tetuán y que les sirvió de guía e interprete, Josefa Sánchez y García Alcalde, maestra encargada del Grupo escolar de Larache, Francisco Rubio Cano, al que conoció en Ceuta y que era corresponsal gráfico de varios periódicos, entre ellos Estampa, Prudencio Guzmán y Niceto Rubio, dos comandantes de la Base Hidros en Melilla, Cayetano González de Novelles, periodista que trabajó en la mayoría de las ciudades españolas en África y que ocupó el puesto de director y gerente del Boletín Oficial de Ceuta, además de ser corresponsal telegráfico de El Sol, El Imparcial, El Debate, de Madrid, El Telegrama del Rif en Melilla y La Vanguardia de Barcelona, Angeles Gil Albarellos, Capitán de Ingenieros en Melilla, Rómulo Hevia, fotógrafo de Arcila, Manuel Durán Espinosa que ocupaba el cargo de secretario del Comité Oficial de Turismo en Marruecos, localizado en Tetuán, Ana Riky. Vda. De García Perate, Luis de Tapia Ruano que trabajaba como cajero en la Junta de Servicios Municipales de Alcazarquivir y por último, José Jacóme Márquez de Prado y Juan José Guerrero, aviadores en la Villa Cisneros. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1929-1930. AIB. HSA. 43 Por citar algunos ejemplos existen cartas escritas entre los meses de junio y julio de 1930, que dirigió a los alcaldes de una serie de localidades andaluzas: Cabezas Rubias, Cumbres Mayores, Encinasola, Alajar, Fuenteheridos. En la provincia de León, entre los meses de mayo y agosto contactó, entre otros, con los alcaldes de La Alberca, Mogarraz, Sobradillo, Aldeadávila de la Ribera, Peñaparda, Villares de la Reina.

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3. Anderson, Research Worker y en mayor medida con su hija Nieves de Hoyos Sancho44, a la que le unieron no sólo los mismos intereses profesionales, sino también una gran y duradera amistad. Estudió la producción de estos dos eminentes científicos, y lo mismo hizo con la de Julio Caro Baroja45, Manuel García Matos, Carmen Bernís, Maravillas Segura Lacomba, Ramiro de Maeztu 46 etc., con los que también trató directamente y mantuvo, en mayor o menor medida una interesante relación epistolar y de intercambio de conocimientos. El interés científico por la obra de cada uno, fue recíproco. La investigadora les pidió consejo y ayuda para llevar adelante sus investigaciones, y estuvo al tanto de sus publicaciones, las que se intercambiaron y sobre las que opinaron. En este sentido debemos subrayar que algunos de los científicos anteriores revisaron su trabajo y publicaron estas críticas en revistas especializadas como por ejemplo, la que hizo Felipe R. Cordero Carrete en 1948 47 sobre el libro de las provincias gallegas. En ella destacó la “meticulosidad y sistematización” de su trabajo y llegó a calificarla como una “concienzuda folklorista, con estilo fluido y ameno”48: “Recoge, casi siempre con fidelidad, los nombres de las ropas, objetos, útiles de trabajo y de pesca, aperos de labranza, etc., con escasísimas o muy leves confusiones, atribuibles a excesiva confianza en su memoria o a defectuosos informadores.

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Nos referiremos a la labor en el campo antropológico y sobre el folklore de estos dos científicos en el siguiente capítulo, al estudiar el trabajo de Anderson destinado a la catalogación de fotografías consideradas con valor etnográfico. 45 Julio Caro Baroja (1915-1995). Etnólogo e historiador, estudió en el Instituto Escuela de Madrid y se graduó en Filosofía y Letras por la Universidad Central. Fue miembro numerario de la Real Academia de la Historia y de la Lengua. En 1944 fue nombrado director del Museo del Pueblo Español en Madrid, lugar donde lo conoció Anderson durante la expedición de 1948-1948. Caro Baroja se encargó de proporcionarle toda la ayuda necesaria para su investigación. Ambos contaron con una amistad en común, la de George M. Foster, uno de los antropólogos más eminentes del Institute of Social Anthropology en el Smithsonian Institute de Washington D.C. En 1951 ante la estancia de Caro Baroja en Nueva York, acompañado por Foster, Anderson se encargó de atenderles durante su estancia y la visita que hicieron a la HSA para consultar sus fondos. Carta de Foster a Anderson del 6 de noviembre y del 3 de diciembre de 1951. Gaveta: Correspondance, etc. Carpeta: Correspondance. Sub-carpeta: 1951. AIB. HSA. . 46 En este caso existen una serie de cartas referidas a la publicación en Estados Unidos de uno de sus libros. Anderson tradujo el prólogo y el capítulo II del libro, y también se encargó de informar a Maeztu (18751936) sobre las editoriales que estaban interesadas en la publicación. de Don Quijote, Don Juan y la Celestina; ensayos de simpatía. Madrid: Calpe, 1926 47 Felipe R. Cordero Carrete (1892-1972). Secretario del Instituto Padre Sarmiento y fundador de la editorial de Bibliófilos Gallegos. Fue miembro de la Real Academia Gallega. En, Ramón Otero Pedrayo. Memoria. Cartas a Nai, 1951-1956. Xunta de Galicia, Fundación Otero Pedrayo. Vigo: Editorial Galaxia, 2007. pág. 554 48 Felipe R. Cordero Carrete. “Un libro sobre Galicia”. Cuadernos de Estudios Gallegos. Fascículo I, año Madrid: C. Bermejo Impresor, 1948. pág. 4

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3. Anderson, Research Worker

Describe brillantemente las faenas de pesca, labranza, hilado, tejido, labores de encajes e industrias de artesanía, y con gracia, emotividad y donaire, ferias y mercados, fiestas y romerías. Su perspicacia para escoger los tipos -mujerucas, petrucios, rapaces, pordioseros, peregrinos, estudiantes, clérigos, políticos, mercaderes, feriantes, labradores, pescadores, indianos y pícaros-, su penetración, el acierto y agudeza de sus observaciones, son dignas de elogio”.

10. Nota manuscrita de Friz Krüger, “felicitaciones y saludos cordiales”, dirigida a Anderson junto a la revisión de su libro sobre el traje extremeño publicada en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 1953

Como señalábamos al comienzo, todo el trabajo previo le ayudó a familiarizarse con su destino y a situar en su “equipaje” de conocimientos hechos históricos, religiosos, y generales sobre el lugar. Tras todo lo anterior se dirigió a los habitantes, ellos fueron los protagonistas de sus fotografías. En la mayoría de los casos Anderson, que no era una etnógrafa profesional, no indicó el nombre, edad o estado civil del personaje, y al mismo tiempo, consideró de gran importancia los datos que estos le ofrecieron. Confió a la imagen el poder descriptivo de aquello que más le interesó, y lo consiguió mediante la multiplicidad de imágenes, las que originaban la narrativa del hecho que estaba viviendo en primera persona, pero la trascripción de los comentarios procedentes de sus informante fue inestimable, e incluso reprodujo fielmente el vocabulario con el que se expresaban. Como cuando fotografió a Julia, una de las criadas del Hotel Comercio en Betanzos, mientras preparaba chocolate. Ésta le iba contando el proceso de elaboración, mientras ella tomaba notas y escribía, en español, el nombre de los instrumentos que utilizó. 260

3. Anderson, Research Worker

11. Anderson. Hotel Comercio. Julia making chocolate. Chocolate pot (chocolatera). Beater (molinillo). Knife (cuchillo). Plate (plato). Betanzos (La Coruña), 1926. GRF: 53.952

12. Chocolate Pot. Alpartir de la Sierra (Zaragoza), 1929. En la colección del Museo. HSA

Durante otra expedición mientras se encontraban en la ciudad de Zamora, un habitante de Villalcampo, localidad cercana a la capital, le contó que en un par de días representarían un Auto Sacramental. No se lo pensó dos veces, y se marchó con este hombre en dirección a la pueblo, allí realizó uno de los documentales más impresionantes de su carrera. Los lugareños se encargaron de atenderla y le proporcionaron todas las facilidades que tenían a su alcance, conscientes de la importancia de verse fotografiados por un extranjera. Pero curiosamente las instantáneas plasman una serie de escenas en las 261

3. Anderson, Research Worker

que parece como si ella no estuviese allí, es como si la gente no se diese cuenta de su presencia, o no les importase. Su relación con los habitantes del pueblo se desarrolló de una manera natural y espontánea, y esa sensación es la que también nos transmite una fotografía en la que aparece Anderson sentada al borde de un abrevadero, junto Spalding y otros dos hombres del pueblo, comiendo galletas con leche.

13. RMA and FS having lunch with our guide Easter Sunday after the Passion Play. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 157.963

Los modelos de sus imágenes le explicaron en muchos casos, que era exactamente lo que estaba fotografiando, en el momento preciso de ser reproducido por su cámara. Podía pasar horas hablando con ellos y Alfred T., su padre y compañero de viaje en la expedición de 1924-1925 a Galicia, describió esos momentos con una gran viveza: Ruth is talking with a bunch of women getting information. This is one of the times when her fit at prolonged conversation suit me very well for I am tired and the wall on which I am sitting is quite comfortable49.

La gente que inmortalizó con su cámara estaba enmarcada por el paisaje, en el interior de sus casas, trabajando o en tiempo de ocio, eran los momentos idóneos en los

49

Alfred T. Anderson Diaries. 30 de mayo, 1925. vol. XV. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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que sacaba su cámara fotográfica y también el cuaderno de notas y el lapicero que siempre llevaba consigo.

14. Francis Spalding. Ruth M. Anderson interviewing an informant. Betanzos, La Coruña, 1926. GRF: 157.952

15. Uno de los múltiples cuadernos de notas que Anderson utilizó en todas sus expediciones. Archivo: Ruth Matilda Anderson. Biblioteca HSA

Las mujeres fueron, dentro de este grupo, las informantes predilectas. Sus retratos inundan este archivo, las encontró por todos lados, ya que trabajaban tanto fuera como 263

3. Anderson, Research Worker

dentro del ámbito doméstico. Como depositarias de la cultura en el ciclo vital y tesoreras del patrimonio oral, y le transmitieron noticias que le ayudaron a completar la información que las imágenes precisaban. La mujer que accedió a ser retratada en traje de gala, en Candelario, también le permitió que entrase en su casa. Laureana, la Santera de Campanario en Badajoz, tocó la guitarra para ella y le presentó a su familia y amigos. La americana volvió a retratarla esta vez en el patio de la casa de sus padres, acompañada por otras muchachas del pueblo. En el primer estudio de envergadura que publicó sobre el traje, agradeció la ayuda que le proporcionó la gente, especialmente a las mujeres a las que dedicó unas emocionadas palabras: The author deeply appreciates the kindness of townsmen and villagers, of countrymen and shepherds, and of the women who instantly broke off whatever they were doing to help a stranger50.

16. Anderson Unloading Bricks. February 17, 1926. Noya (La Coruña). GRF: 54697

Muchos años después, al volver a recordar su época de “grandes viajes” durante la que vivió experiencias que sin duda cambiaron su vida, siguió reconociendo lo mucho que debió a los modelos que posaron ante su cámara: My own life has been greatly enriched by the contacts I have enjoyed with people of your remote villages as well as with those of your towns and cities, and it is my sincere desire that the affection I bear toward Spain may bear fruit in a better understanding between our peoples51.

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Spanish Costume: Extremadura. New York: The Hispanic Society of America,1951.

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Estos sucesos nos han servido como ejemplo para mostrar cómo se relacionó con los lugareños de una manera distinta a su acercamiento con los personajes de los que hablamos al comienzo y que pertenecían a otros estratos sociales. La gente del pueblo fue esencial e indispensable para su trabajo, no sólo por actuar como modelos, sino como medio que le llevó a comprender ciertos aspectos de una cultura que le era ajena. Ante la generosidad desinteresada de muchos de ellos fue inevitable el nacimiento de un vínculo que consideramos como de auténtica amistad, un sentimiento que también plasmó en muchos de los retratos que hizo y que le llevaron a escribir las frases anteriores. Alguien puede pensar que esta causa invalida su labor en el trabajo de campo etnográfico, que al fin y al cabo no siguió un canon perfecto o una metodología estricta y recomendable para cualquier investigación científica, pero nosotros lo consideramos un factor inevitable y en muchos casos imprescindible para cualquier investigación que aspire a estudiar ciertos aspectos del ser humano52.

3.3.2. La imagen comentada Para Anderson resultó fundamental en los inicios de su carrera la permanente comunicación con el departamento de Documentación que se encargó de recibir sus fotografías y de transmitir a la investigadora las órdenes de Huntington. Debemos aludir también a la correspondencia mantenida con el GSC. En estas cartas también se discutió el tipo material a recoger, aunque en la mayoría se trataban asuntos administrativos y no eran tan específicas como las órdenes procedentes del departamento de Documentación. Las cartas que intercambió con este departamento, se referían en la mayoría de los casos a cuestiones como la evolución del trabajo, y en ellas le recordaban el tipo de material que debía recolectar, así como la teoría que guiaba esa selección. Estos documentos nos muestran la dependencia de su labor con respecto a las exigencias de la HSA, el grado de compromiso con la institución y las condiciones de

51

Carta de Anderson enviada a Nieves de Hoyos Sancho. 12-9-1953. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta: 1953-1954-1955-1956. AIB. HSA. 52 Ricardo Sanmartín Arce. “La calidad en la investigación antropológica”. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. Volumen LXII. no. 2. Madrid: Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), julio-diciembre, 2007. págs. 7-20.

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3. Anderson, Research Worker trabajo durante las primeras salidas53. Se trata de cuestiones muy puntuales, entre ellas los objetivos a cumplir, la forma de enviar y gestionar un número tan elevado de imágenes, la selección de material durante las compras, los encargos, la calidad técnica en la imagen, junto a unos listados de sugerencias y comentarios. Todo lo anterior configuró su sistema de actuación, y para guiarse ideó unos esquemas, Outlines, sobre los que hablamos al principio. Se especificó claramente que identificase la fotografía de la manera más completa, no solo con datos sobre la misma, sino todo cuando rodeaba la escena o no se apreciaba en ella. Un diario con los asuntos históricos y más notas descriptivas era aconsejable, ella misma podría completar esa información con cualquiera otra que le pareciese valiosa. Todo este trabajo estaba orientado, entre otras cosas, a elaborar estudios monográficos de cada localidad: It has been suggested that you make the labels in the lists as full as possible, with information as to the setting of a particular photograph and what immediately surrounds the object or scene. In addition, it is urged that you keep a diary of historical and descriptive notes and any other information of value that cannot be included in the lists on each town or locality you visit. This is with the view of working such information on each town into monograph forms at a later date. The negatives which we have received are of great interest and indicate that you are covering the subjects desired by the Society. As has been agreed, we shall continue to send you from time to time comments and suggestions on your work 54.

Desde la HSA insistieron en la necesidad de elaborar notas explicando cada uno de los negativos. No se trataba de la mera descripción del objeto o la escena representada, sino que debían aportar información complementaria y útil sobre ella. Eran descripciones imprescindibles para determinar el tema bajo el que posteriormente se catalogarían. Los folios con esta información, junto a los rollos de negativos, se enviaban al departamento

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Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 54 Este aspecto se refleja a la hora de catalogar las imágenes en los archivadores, concretamente en las subcategorías que complementan y profundizan en la imagen de algunas localidades.Carta enviada por el Dpto. de Documentación a Anderson. 9-1-1925. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker de Documentación, Records Department55. Las fotografías constituían el registro de un instante, de un momento preciso que podría convertirse en impreciso y re-interpretable por la falta de datos. Las observaciones contenidas eran fundamentales y la elaboración de estas se convirtió en un ejercicio diario, cada fotografía realizada necesitaba su nota correspondiente, y normalmente al finalizar el día, después de una dura jornada de trabajo, se dedicó con perseverancia a identificarlas y describirlas.

17. Cuadernos de notas que Anderson tenía junto a su mesa de trabajo. Sala Sorolla, 2008

La estructura de cada nota siguió un mismo patrón, primero se indicaba el lugar, luego se describía la escena, y a veces, como señalamos a la hora de hablar sobre los informantes, incluyó los valiosos comentarios que éstos le proporcionaron. La extensión de estas notas variaba dependiendo del interés que suscitaba el asunto en la investigadora, la información disponible, o si la imagen en sí misma hacía indispensable una explicación más amplia. Aunque sucedió en contadas ocasiones, a veces encontramos pequeños dibujos ilustrándolas.

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Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA

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3. Anderson, Research Worker

18. Nota para el negativo 12068: Raising the Copo. Isla Cristina (Huelva). En fichero: Expedition 1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA

19. Dibujo para explicar la pesca con la almadraba. Expedición 1929-1930. En fichero: Expedition 1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA

El fin último de las fotografías, la meta que persiguió desde el comienzo, fue el hacerlas inteligibles porque iban a ser utilizadas en gran medida como material de estudio, y en algunos casos constituían los únicos ejemplos, visuales, de unas tradiciones y un saber popular poco o nada conocido. Un trabajo de tal especialización como el que realizó documentando fotográficamente el folklore español, requirió de unos 268

3. Anderson, Research Worker

conocimientos y experiencias que el resto de las colaboradoras en la HSA, no poseían. Es por esto que el departamento de Documentación, le remitió toda serie de interrogantes. Eran preguntas de todo tipo, por ejemplo, el gentilicio de una población, cuestiones acerca de la vegetación autóctona, términos locales para denominar desde una calle, hasta cualquier elemento característico de la arquitectura, el traje, las industrias tradicionales, los alimentos, etc. 56. Tampoco se olvidó incluir comentarios sobre cuestiones acerca del revelado de algunas fotografías, que en principio podían resultar problemáticas. Antes que cualquier otra cosa era fotógrafa profesional, y esa fue la razón por la que Huntington la contrató, por tanto, la calidad técnica debía ser excelente57. Al no estar presente en el positivado de las imágenes, resultó imprescindible añadir estas advertencias, a veces órdenes muy concretas sobre su impresión58. Laboriosa y extraordinariamente trabajadora, no olvidó comentar ni uno de sus negativos, pero con el tiempo y la práctica fue entendiendo con mayor agudeza las peticiones de la HSA y estos le felicitaron por ellos, The negatives which we have received are of great interest and indicate that you are covering the subjects desired by the Society 59 . La disciplina con la que desarrolló su método de trabajo convirtió las notas de cada uno de los negativos en una fuente de datos útiles y continuó utilizando los ficheros de notas en su labor diaria, todos se encontraban junto a su mesa de trabajo, así le era más fácil consultarlos. Estos ficheros constituyen 56

Por ejemplo en uno de estos listados de preguntas y respuestas fechado el 13 de marzo de 1926 le pidieron la denominación inglesa de una planta que fotografió en Fonsagrada (Lugo), y que identificó como flores de uz o urce. La imagen se publicó en Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. “Mar, tierra y aire. Paisajes”. pág. 106. La nota al negativo (3786) en, “Apéndices”, pág. 421. 57 En su archivo personal conservó una serie de revistas sobre fotografía que tratan algunos de los temas que más le preocuparon y que afectaban directamente al tipo de imágenes y a las condiciones en las que tuvo que trabajar durante los viajes. Entre los títulos: “Street Photography”. The Photo Miniature. A monthly magazine of photographic information. New York. London: Dawbarn and Ward, Ltd. vol. II, no. 14. May, 1900. “Practical instructions in color photography”. The Photo Miniature. New York: Tenant and Ward London Houghtons, Ltd. vol. XIII, no. 147. March, 1916 “Stereophotography”. The Photo Miniature. New York: Tenant and Ward London Houghtons, Ltd. vol. XVI, no. 190. June, 1923 “Out of doors with a hand camera”. The Photo Miniature. New York: Tenant and Ward London Houghtons, Ltd. vol. XVI, no. 191. December, 1923 58 Incluimos como ejemplo la nota que escribió para un negativo que realizó durante la expedición de 19241925. Negativo 2281. Idem; shop where cacharros are sold. (Please retouch the outline of the figures to minimize the effect of their having moved during the exposure). R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 90. 59 Carta fechada el 9-1-1925. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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una de las secciones más importantes de su legado en la HSA, y como señalamos, sirvieron en su día para determinar la categoría en la que se incluyó la imagen en los archivos. En la actualidad siguen siendo de gran utilidad porque en algunas ocasiones nos han servido para localizar imágenes cuya temática, en principio, podía incluirse en varios apartados. Para finalizar debemos indicar, que con el paso de los años las cartas dirigidas al departamento de Documentación se volvieron más esquemáticas y desaparecieron los minuciosos listados de sugerencias y preguntas. Se dedicó a informar principalmente las etapas del viaje, especificaba las localidades por las que iba pasando, o simplemente certificaba la recepción periódica de los lotes de negativos. Este hecho nos confirma como afianzó su trabajo y conocimientos etnográficos en cada viaje y aunque lo afirmamos con cautela, se observa una cierta independencia, siempre sin dejar de cumplir con las expectativas de la institución.

3.3.3. Las compras La compra de imágenes constituyó una práctica habitual y obligatoria mientras se encontraba de expedición. Las adquisiciones seguían una línea temática y estilística similar al resto de la colección. Al controlar perfectamente la colección, con especial atención a las fotografías pertenecientes a la firma Laurent o las del Arxiu Mas de Barcelona, y que provenían directamente de Huntington, el estilo de estas compras estuvo acorde con ellas. Como las que compró en el estudio de Ruiz Vernacci durante su expedición de 1948-1949 y que incluimos a continuación.

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20. Laurent. Types de Maragatos, 1878. GRF: 131.977

21. Laurent. Groupe de paysans du village de Montehermoso, 1878. GRF: 131.979

Al entrar en contacto con otros fotógrafos y estudios, incluso aficionados, pudo adquirir imágenes locales imposibles de conseguir por otros medios, especialmente cuando se trataba de asuntos específicos, o festividades que tenían lugar en una época determinada del año, y se interesó especialmente por las imágenes que le podían ofrecer ejemplos sobre el traje60. Pero sus colegas de profesión no fueron los únicos a los que se 60

En Vigo compró fotografías de trajes típicos gallegos y en La Coruña, imágenes de 1900 que mostraban la indumentaria en aquel tiempo. Expediciones 1924-1926. The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2.

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dirigió en busca de imágenes, también las encontró en archivos catedralicios, museos, iglesias61, incluso en farmacias62 y durante la celebración de exposiciones como la del Traje Regional e Histórico (Madrid, 1925) o de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. Todas estas compras generaron a su vez, una extensa documentación compuesta por las cartas que envió y recibió de fotógrafos y estudios fotográficos, además de facturas, permisos y condiciones de reproducción, etc.63. Este material es una fuente muy útil porque nos aporta noticias sobre la práctica fotográfica en España y sus protagonistas, que en muchos casos resultan ser unos perfectos desconocidos dentro de la historiografía fotográfica. De nuevo entre la correspondencia que mantuvo con el departamento de Documentación, concretamente la fechada entre los años 1924-25, se discuten temas fundamentales sobre las compras, un suceso interesante tuvo que ver con la Exposición del Traje en Madrid, en 1925, para la que no pudo conseguir los permisos necesarios para hacer fotografías, aunque si compró muchas de las imágenes “oficiales” de venta al público y que se reparten actualmente por los archivos de prácticamente todas las regiones españolas64. De entre todas las adquisiciones que hizo en España, uno de las más cuantiosas, y con la que queremos cerrar este capítulo, fueron las procedentes del Arxiu Mas de Barcelona.

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En las librerías de Celestino Collada o la papelería de Victor Galán en Oviedo, donde consiguió fotografías y postales fotográficas entre 1925-1926. En el transcurso de su expedición de 1948-1949, por ejemplo, en Portugal compró material fotográfico en el Museo de Arte Popular de Lisboa y en el Museo Etnográfico de Oporto. 62 Carta enviada a Anderson el 13-3-1926 desde la Farmacia-Droguería, Sucesores de F. Villar, La Coruña. Carpeta: I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 63 Pedro Ferrer, Santiago Pernás Salazar, Arturo Fresno, Primitivo Carvajal, Arxiu Mas, Casa Leira, Manuel Riesco, Gonzalo Gutiérrez en Tuy, Máximo Godás, Verín, etc., fueron algunos de los profesionales con los que trató. 64 La HSA le aconsejó adquirir las fotografías una vez publicadas. Cartas 12 Diciembre, 1924 y del 9 de enero de 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. En una fotografía de la sala de lectura de la HSA fechada en abril de 1934, se pueden ver los paneles que contenían las fotografías procedentes de esta exposición. Imagen fechada el 17 de abril, 1934. Archivo: HSA. Carpeta: Interior 1920-30. East Wing. Dpto. Grabado y Fotografía.

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3. Anderson, Research Worker

22. Tarjeta del Arxiu Mas. Archivo: Ruth Matilda Anderson. Biblioteca. HSA

Como dijimos, conoció la obra de Adolfo Mas a través de la colección que Huntington había reunido antes de 1920 llegadas de José Gudiol65, éstas junto a las de Laurent destacaban por encima de cualquier otro autor. Con ellas aseguró la calidad de imágenes e idoneidad de temas. El trabajo de Mas le causó gran entusiasmo y lo admiró profundamente. No dudó en expresar este sentimiento en la correspondencia epistolar que mantuvo con el fotógrafo catalán, y ensalzó su obra, considerándola como un ejemplo para su propio trabajo, así debía ser el tipo de material que aspiró a conseguir para la HSA. No solo los temas, sino principalmente el estilo y el dominio técnico era lo que envidió de estas fotos, conseguir aproximarse mínimamente a ellas, fue un reto: […]In summarizing the results of the first months, I should say that we have conquered several technical difficulties, and begin to know how to proceed to find the things we are looking for – costume, domestic architecture and homely details of the life of the people. My respect for Adolfo Mas grows with each succeeding day. He is a very remarkable fellow, to do have done what he has, and as I compare my results with his, humility and admiration increase66.

Existen escasos documentos que muestran a una Anderson insegura de su trabajo, y uno de ellos está precisamente relacionado con las imágenes de Mas. Los diarios del

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Huntington mantuvo una cordial amistad con Gudiol. Ver: Lenaghan, 2004. pág. 42. Anderson al GSC. Pontevedra, 16-9-1924. Carpeta: Anderson M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker

padre, Alfred T., son los escasos testimonios que recogieron estos episodios cada vez que surgían dificultades en las que su hija dudó de la calidad técnica, la composición o la relevancia del asunto. Eran momentos en los que le asaltaban muchas dudas y cuando pensó que sus fotografías no cumplían con las expectativas requeridas, ni estaban a la altura del encargo a ella confiado. Eran los momentos en los que la fotógrafa comparó sus imágenes con las de Adolfo Mas67. En sus fotografías vio la cuidadosa selección de los temas, y al intentar definir las imágenes, unió en una misma frase las palabras, “belleza” y “valor”. Se preguntó sobre el tipo de instrumentos que utilizaba y aunque pensaba que en ocasiones la composición de sus imágenes no era la más ideal, alabó la calidad fotográfica, donde imperaban la nitidez y la definición de figuras, arquitecturas u objetos. Analizó cada sujeto que retrató Mas y volvió a especular sobre sus negativos, en concreto aquellos que sometió a ampliaciones. Un texto que no tiene desperdicio, y que es una auténtica loa a Mas, muestra hasta que punto estimó e intentó equiparar su trabajo al suyo: The subjects are carefully chosen. All are of real beauty are of real value. The negatives are well timed and perfectly developed to yield detail in both highlights and shadows. He seems to use the lens quite wide open for the sharpness falls away around the edges. He must use an artificial illumination, but it is a very soft one which leaves no disagreeable hard edges. The pictures are not always perfectly composed, but the photographic quality is perfect. In photographing buildings he always chooses exactly the right time of day to get the best rendering of the subject. Museum objects are placed against black or white backgrounds to give the very best rendering of the subject. A whole picture is always given, them details of the most significant portions. Manuscripts are photographed to fill the plate, also paintings. Churches are photographed: entire façade, detail of portal, details of important sculptures; interiors, details of ceilings, capitals of important, paintings, sculpture; church silver. All prints are enlargements from perfect negatives. He must made several negatives of the same object, and them choose the best ones68.

La técnica fue muy importante a la hora de valorar una imagen, y en su mente se fijó la idea de alcanzar la perfección en la imagen. Este interés lo aplicó en su trabajo y también en las compras que hizo. Al considerar a Mas como el maestro supremo de la 67

Alfred T. Anderson Diaries. Muros. 1 de noviembre, 1924 . vol. I. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 39. 68 Sobre L. Miscellaneous. Members Files: Anderson M. Biblioteca HSA.

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3. Anderson, Research Worker fotografía69, él podía responder a los extensos listados de preguntas que le dirigió en varias cartas. El fotógrafo catalán no dudó en contestar cada una de estas cuestiones e incluso estuvo dispuesto a mandar a su hijo donde ella se encontrase para que éste le diese clases prácticas. Se lo agradeció, pero le comunicó que ella sola debía hacer frente a esas “incapacidades”, ella debía continuar el camino sola en su “lucha para perfección”. En la mayoría, por no decir en todas las cartas que remitió al catalán, alabó su obra, estaba convencida que esas “verdaderas maravillas”, los “resultados soberbios”, no dependían de la calidad de las máquinas y luces empleadas, sino que eran producto de la genialidad de Mas70.

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Son muchas las cuestiones que se trataban en estas cartas, tantas como las alabanzas que dedicó al fotógrafo. Al principio Mas se dirigía a ella en francés, pero le pidió que le escribiese en castellano. Una de las cosas que más le preocupaban era saber como el fotógrafo catalán conseguía iluminar los retablos, este le explicó que no utilizaban el magnesio sino la luz eléctrica generada por unas potentes lámparas Phillips. También le habló del tipo de baño al que sometía los negativos, así como de los objetivos, filtros, etc. Correspondencia de Anderson con Adolfo Mas. Lugo, 15 y 20 de mayo de 1925. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence 1923-1928. AIB. HSA. 70 Carta de Anderson dirigida al Axiu Mas, desde Lugo, 21 de mayo, 1925. Letra M. Sobre Anderson, Ruth M. “Corres., August 1924- Nov.1925” (“personal”) - K. En la Biblioteca de la HSA. Members Files: Anderson, Ruth M.

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4. LA ETNOGRAFÍA COMO MATERIA DE ESTUDIO

         

 

4. La Etnografía como materia de Estudio

[…] la naturaleza le parecía difícil de comprender, y casi le infundía temor por la vital impetuosidad que sentía palpitar en ella, en el espesor de los matorrales, en el áspero vigor de los troncos, de la fertilidad de los frutales, en la picante pureza del aire libre. Exclamó con desconsuelo sincerísimo: -Yo confieso la verdad, señorito…de estas cosas de aldea, no entiendo jota. Los pazos de Ulloa, Emilia Pardo Bazán1

4.1. Introducción ¿Cual fue el significado de la palabra etnografía, aplicada a la colección de fotografías en la HSA? Durante el periodo histórico que aborda esta tesis doctoral, los eruditos que estaban a favor de la fotografía, la presentaban como un instrumento idóneo para la observación minuciosa y en profundidad del mundo. Estaban convencidos de que con ella se podía reproducir la realidad tal como era, incluso mejor, más detallada captando todo lo que en un principio pudiese escapar al ojo humano. Son documentos reales de situaciones reales. La colección de la HSA representa bien esa circunstancia. Pertenece a esa época, cuando se empezó a admirar la condición mecánica y automática del proceso fotográfico aplicado al conocimiento. Esta característica de la fotografía, fue utilizada por los investigadores para despejar cualquier sospecha de sentimentalismo y avaló su posición imparcial y objetiva. Además, el fotógrafo de principios del siglo XX, se vio sometido a las limitaciones de una técnica que aunque iba perfeccionándose continuamente, seguía dependiendo en muchos casos a largas esperas durante el proceso toma y revelado. La fotografía desde su invención fue utilizada por profesionales, científicos, aficionados, hombres y mujeres de diferentes campos científicos y con diversos intereses. Quizás sea esto el origen de algunos recelos a la hora de conceder a esta técnica el lugar que se merece dentro de las ciencias sociales. Se dudó de su efectividad para captar la realidad y se reforzó la idea de subjetividad, especialmente cuando a principios del siglo XX se la empezó a considerar de forma oficial como otra disciplina artística y comenzó a exponerse en museos y galerías de arte. 1

Emilia Pardo Bazán. Los Pazos de Ulloa. Madrid: Alianza Editorial, 2006. Cap. 3.pág. 32.

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4. La Etnografía como materia de Estudio En el siglo XIX el Positivismo creó una Ciencia del Hombre basada en la física y el estudio de la naturaleza. Estas dos disciplinas fueron a su vez los referentes de una sociedad que se equiparó a un organismo vivo. El método de estudio en este periodo histórico se basó en la observación, la experimentación y la comparación. Se apuesta por los sentidos pero apoyados en un metodología. La Antropología empezó a adquirir importancia dentro del mundo científico, y la fotografía cada vez más popular, también fue aceptada en ese momento por algunos antropólogos ya que vieron en ella una especie de microscopio a tamaño natural, la forma más adecuada para ver colmados esos deseos de análisis y escrutinio empírico inherentes a la mentalidad de la época. El discurso pronunciado por Francois Aragó2 en París ante la Académie des Scencies el 7 de enero de 1839 se estableció como la fecha de nacimiento de la fotografía. En el Reino Unido, hacia 1860, y en la mayoría de los casos influidos por las teorías evolucionistas de Darwin se utilizó la fotografía con gran profusión en estudios de Antropología física. J.Lamprey describió en el Journal of the Ethnological Society de Londres un sistema de medida antropométrica cuya herramienta principal era el nuevo invento, la fotografía. De esa época nos quedan cantidad de retratos de enfermos mentales, criminales, delincuentes peligrosos. Una galería de imágenes usada indistintamente por policías y psiquiatras, que fueron consideradas como documentos fundamentales para, a partir de ellas, elaborar estudios de comportamiento3. La naturaleza de la fotografía encontraría finalmente su lugar dentro de la ciencia Antropológica, como herramienta del trabajo de campo etnográfico, y es aquí donde se deben incluir su obra gráfica y gran parte de las investigaciones que Anderson llevó a cabo para la HSA: Ethnography is a research process in which the anthropologist closely observes, records, and engages in the daily life of another culture –an experience labeled as the fieldwork method–and then writes accounts of this culture, emphasizing descriptive detail4. 2

Aragó fue el jefe del partido republicano del gobierno francés. Burgués y liberal, alabó la fotografía y su contribución a la investigación científica, todo ello sin perder de vista los intereses políticos y económicos que este nuevo invento proporcionaría a la nación francesa. 3 Toda esta producción de imágenes originó una serie de convencionalismos y estereotipos que posteriormente se registraron en las fuentes escritas. Al ambiente positivista hay que sumarle el espíritu imperialista y colonizador dominante en el Reino Unido y en algunos países europeos. En este momento se organizaron multitud de expediciones a países remotos. En estas travesías era imprescindible la presencia de un fotógrafo o una cámara fotográfica. 4 George E. Marcus; Michael M.J.Fisher. “Ethnography and Interpretive Anthorpology”. Anthropology as a Cultural Critique. An experimental moment in the Human Sciences. Chicago, London: The University of Chicago Press, 1999. Segunda edición. Cap. 2. págs. 17-44.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

Si nos detenemos en el campo etnográfico, el uso de la fotografía fue uno de los elementos óptimos para la investigación. Al principio el estudioso se esforzó por lograr una descripción minuciosa, creyó que el análisis y la clasificación de datos serían más completos y exhaustivos por medio de imágenes. La mayor parte de los antropólogos decimonónicos examinaban la información procedente de los organismos oficiales en las colonias, de las misiones y también de los viajeros particulares movidos por múltiples intereses, no sólo los científicos 5 . Todo ese trabajo de campo fue utilizado por académicos y catedráticos ya consolidados, y de esta forma nació la “armchair” Ethnology6 , ya que la cámara fotográfica proporcionó la ventaja de observar culturas distantes sin tener que viajar. Por otro lado, los libros donde se recopilaron este tipo de imágenes, se dispusieron en formatos fácilmente comercializables, donde el texto se enriquecía enormemente con gran abundancia de imágenes con escenas y tipos exóticos, fotografiados in situ. Toda una producción que también alimentó durante décadas la curiosidad de personas ajenas a la ciencia antropológica. Respecto Estados Unidos podemos afirmar que durante el primer tercio del siglo XX, después de los cambios producidos en las ciencias sociales y bajo la tutela de la antropología social, la etnografía comenzó a tener autonomía propia sobre todo dentro de las universidades7. Fue en ellas donde más se utilizó este método de investigación que contribuyó ampliamente al saber antropológico y también al sociológico, un ejemplo claro de este intercambio se puede apreciar en la actividad de la Escuela de Chicago y sus estudios sobre sociología urbana. Antes de este hecho el método etnográfico era llevado a cabo principalmente por estudiantes o aspirantes a un puesto en la universidad. La importancia que se le concedió en Estados Unidos a la ciencia etnológica queda avalada con la edición y publicación de un buen número de investigaciones con carácter 5

Bronislaw Malinowsky (1884-1942) fue reconocido entre los antropólogos americanos y británicos como uno de los fundadores del método etnográfico. Malinowsky veía claramente la necesidad del antropólogo en estudiar la cultura y la sociedad desde dentro y fue el primero que habló de la observación participante. La introducción a su libro clave, Argonauts of the Western Pacific (1922), esta considerada como “la carta fundamental del trabajo de campo antropológico”5. Pero existen más ejemplos que contribuyeron a valorar el trabajo de campo en Etnografía, como el de E.E. Evans-Pritchard (1902-1973), y también el de Margaret Mead (1901-1978). 6 George E. Marcus; Michael M.J.Fisher. Anthropology as a Cultural Critique. (1999). pág. 17 7 Haskell, Thomas: The Emergence of Social Science. Urbana: University of Illinois Press, 1977

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4. La Etnografía como materia de Estudio exclusivamente etnológico y etnográfico como el Bureau of American Ethnology o la American Ethnological Society. Hacia la década de los años 30 la Universidad de Yale creó el Outline of Cultural Material un programa destinado a organizar ficheros, archivos e índices. La HSA no fue ajena a todo ese fenómeno y por ello no podemos olvidar la relación que mantuvo su fundador con antropólogos, arqueólogos y folkloristas tan importantes como Franz Boas, Zelia Nuttal, Ramón Menéndez y Pidal o Aurelio M. Espinosa entre otros 8 . Patrocinó sus investigaciones, y con su ayuda económica fue posible la publicación del Journal of American Folklore9, la revista editada por Boas como parte de la American Folklore Society, de la que el hispanófilo también participó como miembro fundador en 1888.

4.2. La formación del archivo etnográfico de la HSA y la contribución de Ruth M. Anderson Aunque en la HSA no se establecieron unas normas para definir exactamente lo que se entendía por fotografía etnográfica, es interesante hacer una reflexión sobre dicho concepto y el uso que se hizo del mismo. Para ello analizaremos el mejor de los ejemplos, es decir, los trabajos desarrollados por Anderson a la hora de catalogar este grupo de imágenes. En primer lugar es importante destacar hasta qué punto se encargó de las fotografías con carácter etnográfico en la HSA y como contribuyó a su organización. Aunque incluyó el término “etnográfico” en sus papeles, también se refirieron a la ethnographical collection en los documentos pertenecientes al Departamento de Documentación, que como vimos en el primer capítulo se ocupó en gran medida de todo el material fotográfico 10 . Pero fue en el legado documental perteneciente a la investigadora donde hallamos la primera definición del término. Ella se preocupó por buscar la palabra en la Enciclopedia Británica, e incluyó la trascripción de unas notas en

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La HSA posee un amplio fondo epistolar entre el fundador y estos personajes. Nuttal y Espinosa fueron miembros de la institución 9 Ver Cap. 1 nota 8. 10 Esta definición se aplica a los fondos de imágenes procedentes de Centro América y España, como por ejemplo: Ethnographical collection of photographs of Central America and Extremadura, Spain, 1928, Preparation of - Work Continued. En: Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 7.

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4. La Etnografía como materia de Estudio las que planeó, precisamente, la organización de una serie de imágenes de este tipo11. Precisar el significado de la palabra y los temas que abarcaba fue el primer paso a seguir. Este gesto puede pasarnos desapercibido, pero resulta de gran importancia, ya que su formación académica y los trabajos que realizó antes de incorporarse a la HSA, estaban muy alejados de la ciencia antropológica. Que sepamos, nunca antes de salir a España había realizado trabajo de campo etnográfico. La cámara fotográfica y los eventos de cada día determinaron en buena parte su sistema de investigación y, a diferencia de las características a las que estaban habituados antropólogos y etnógrafos, realizó una impresionante recopilación del material etnográfico determinado, o como ella misma definió, “mi tipo de material”12, en un país cuya cultura le era ajena. Pero también es importante señalar su conocimiento de la obra, y en casos concretos su relación personal, con algunos de los más reconocidos antropólogos españoles. Entre los que destacamos a Luis de Hoyos Sainz13 y Telesforo Aranzadi, ya que como futura experta en el traje típico español, le fue de gran ayuda la visita a la exposición sobre el Traje Regional que estos dos eruditos organizaron en Madrid durante el año 1925. En cualquier caso, estudió la obra de Hoyos Sainz, sus libros le fueron de gran utilidad y la metodología que promulgaban resultó muy conveniente para su trabajo, puesto que Hoyos, no sólo dio gran importancia al hecho del traje popular, sino que al desarrollo de la “ciencia 11

Photographs. Ethnology covers generally the whole history of the material and intellectual development of man. In narrowest sense deals with man as a racial unit- i.e., his development though the family and tribal stages into national life. General name for investigation of the widest character, including: Archaeology, mythology, Art, Folk-lore, Comerce, Philology, Geography, Agriculture, Family, Architecture, Name, Religion, Ethics, Sociology, Law. (Enc.Brit. 11-XII-1926). Subject of photographs is of paramount importance. En Archivo: RMA. Carpeta: 2.a. Photographs Displays Wings. Plan 9. Plan IX. 1927. Exhibition in Room 3211. Permanent exhibition of Photographs on wings wall cases. NB. HSA. 12 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. págs. 12 13 Luis de Hoyos Sainz (1868-1951). Antropólogo español, dedicó toda su producción científica a esta disciplina, además de a los trabajos etnográficos y sobre folklore. Entre los años de 1891-1893 realizó estudios sobre Antropología en varios países Europeos (Francia, Alemania e Italia). En 1895 se doctoró en Derecho y Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid. En 1895 ocupó la cátedra de Agricultura en el Instituto de Bachillerato de Figueras. Entre 1896 se trasladó a Toledo donde permaneció hasta 1909, en esta ciudad creó el Museo de Agricultura. Sus trabajos sobre Etnografía y Etnología se concentraron en gran medida en el estudio de las fiestas y el traje, temas de gran importancia para él y que trató a menudo. En ellos reconoció las diferencias entre las “zonas antropológicas”. Estos dos asuntos interesaron a Anderson en gran medida, pero sin duda alguna un factor que determinó su interés por ella fue la organización de la Exposición del Traje Regional en 1925 y la posterior creación del Museo del Traje Regional e Histórico, compuesto por el material exhibido en ese momento. Pero no sólo eso, Hoyos Sainz aspiró durante años a inaugurar un museo Etnológico, lo consiguió en parte, cuando creó el Museo del Pueblo Español.

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4. La Etnografía como materia de Estudio Etnográfica y Folklórica” le aplicó el método geográfico14. En la biblioteca de la HSA encontramos varios ejemplares del autor, cedidos por Anderson. Hoyos Sainz, publicó una serie de manuales prácticos sobre la metodología más conveniente a la hora de recopilar datos etnográficos, y que en muchos casos iban dirigidos a personas que no eran especialistas en la materia15. Pero entre los expertos con los que Anderson se relacionó en mayor medida destaca Nieves de Hoyos Sainz. Continuadora del trabajo emprendido por su padre, y especialista como él en traje regional. Toda una serie de factores que fueron razón suficiente para explicar el abundante fondo epistolar que existe entre ambas. La mayoría de estas cartas provienen de la década de los años cincuenta, pero como ya hemos señalado, se conocieron mucho antes. Mantuvieron durante años una estrecha relación amistosa y profesional. Anderson admiró su producción científica y como sucede con los libros de Luis Hoyos, fue ella quien adquirió y donó el abundante repertorio bibliográfico de estos autores en la biblioteca de la HSA. Pero la admiración fue recíproca, y lo muestran claramente las dedicatorias que escribió a su colega americana y que a nuestro parecer es otra prueba que avala el valor y la calidad de la obra “andersoniana”. Una de ellas, resulta especialmente importante, ya que la folklorista reconoció como su estudio sobre el traje extremeño publicado en 1955, se lo debió al que realizó su colega en 1951, Hoyos Sancho escribió en aquel momento: A la gran investigadora de este tema, Miss Ruth Matilda Anderson, que motivó este trabajo. Muy 16

cordialmente. Nieves de Hoyos Sancho .

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[…] Método geográfico tiene un campo que le es propio a la constitución de la Etnografía y el Folklore, no pudiendo perder de vista que de él nació la ciencia que nos ocupa, pues viajeros y geógrafos le dieron materiales y contenido, y también se acepta como ordenación en muchos museos y colecciones. Luis de Hoyos Sancho. “Los métodos de investigación en el Folklore”. Vicente García de Diego (dir.). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1945. Tomo I, cuadernos 3° y 4°. págs. 455-490. 15 Carmen Ortiz García. Luis de Hoyos Sainz y la antropología española. Madrid: Centro Superior de Investigaciones Científicas, 1987. Nos parece importante citar aquí una de las obras de Luis de Hoyos con las que pretendió poner las bases para la recopilación de datos y el estudio del traje. Etnografía española: cuestionario y bases para el estudio de los trajes regionales. Madrid: Museo Nacional de Antropología, 1922. 16 Carta de Nieves de Hoyos a Anderson. 10-4-1956. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta: 1953-1954-1955-1956. AIB. HSA. Nieves de Hoyo llevó a cabo revisiones críticas de su trabajo y se reiteró en esta afirmación en otra serie de dedicatorias en las que la calificó como: “gran investigadora de temas españoles”, “ilustre dama, que tan bien conoce España”, “ilustre hispanista”.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

Años más tarde, en 1957 la nombraron miembro de la HSA, y su primera reacción fue la de dirigirse a Anderson pues la consideró responsable de esa elección, ya que fue la persona de la HSA con la que tuvo una relación directa17. Estos especialistas, el intenso trabajo de campo y la inquietud natural de su espíritu, le llevaron a comprender, entre otras cosas, como los conocimientos y el desarrollo de la Antropología Cultural y Social dependían de la Etnografía. El hombre es por definición “cultura” y el entendimiento de ésta se establece en la etnografía. Utilizó la cámara fotográfica para documentarla y, a través de ellas, podemos identificar diversas formas de vida y el comportamiento de un gran número de comunidades. Infinidad de ejemplos que muestran la manera en la que un grupo de seres humanos experimentan el mundo y todo cuanto les rodea. Es por ello que su producción es de gran valor etnográfico. Sus fotografías presentan asuntos fundamentales como la arqueología, ciertos aspectos artísticos, el comercio, la familia, la mitología, el folklore, la religión, etc. A ella le correspondió gestionar de forma adecuada todo este fondo, y fue el miembro de la HSA más capacitado, entre otras cosas, porque sólo ella se encargó de recopilarlo en el transcurso de sus expediciones. Aunque no fue etnógrafa, se comportó como tal porque desarrolló un exhaustivo trabajo de campo muy alejado del que hicieron los viajeros fotógrafos, que contemporáneamente a ella, también recorrieron la Península realizando fotografías. Durante los primeros meses de 1927 se iniciaron los planes encaminados a conseguir una adecuada ubicación de las fotografías etnográficas, cuyo número no dejaba de crecer. El fundador de la HSA no se prodigó en escritos que tratasen acerca de su colección fotográfica en general ni de las imágenes que él consideraba etnográficas en particular. Sin embargo, sus acciones con respecto a ellas se convierten en una fuente de información incluso más valiosa, como cuando decidió instalar este fondo específico en la Sala Sorolla y separarlo de las imágenes que documentaban obras de arte en la fototeca. Al ordenar el traslado, definió al mismo tiempo los temas que en ellas se representaban o el tipo de información que debían contener. Una imagen posee grandes dosis de información, por lo que puede ser fácilmente interpretada, pero también está determinada por el contexto en el que se inserta. La Sala Sorolla se convirtió en el marco físico, pero también ideológico, destacando el valor etnográfico de éstas por encima de cualquier otro 17

Carta de Sánchez Hoyos a Anderson, 26-10-1957. Idem.

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4. La Etnografía como materia de Estudio interés. Se produce una retro-alimentación entre pinturas y fotografías, unas eran el reflejo y la explicación de las otras. Huntington encontró en los paneles de Sorolla escenas típicas de mercados, oficios tradicionales, celebraciones religiosas, trajes, alimentos, arquitecturas..., la mejor y más aguda definición etnográfica de la España que adoraba, y del folklore que tanto admiró. Anderson se encargó de organizar los preparativos del traslado, entre los meses de mayo en 1926 y diciembre de 1927, y a principios de los años treinta, e indicó entre otras cosas, la permanencia en la Sala de las fotografías de vistas y trajes, las que sin duda más le interesaban para su trabajo18. En 1930 se trasladó a esa Sala el fondo de imágenes de España con interés etnográfico, y posteriormente las correspondientes a Portugal y las antiguas colonias, tanto españolas como portuguesas19. Era fundamental mantenerlas agrupadas y marcar una clara separación tanto temática como física, en relación a las que documentaban pinturas, esculturas, textiles, orfebrería y otros objetos de arte, que permanecerían en la sala de lectura. Este traslado no significó la fragmentación del archivo fotográfico porque, al fin y al cabo, se trataba de un material complementario, aunque a la vez independiente. Las fotografías, junto a las otras partes de la colección -libros, manuscritos, pinturas, esculturas, etc.-, formaban parte de un todo. Tanto las escenas de la vida cotidiana, las de tipos populares, como las fotografías de los objetos de arte, donde en muchos casos también aparecían esta clase de escenas y protagonistas, configuraban la imagen de España. De este modo, las diferentes partes de la colección se relacionaban entre sí. Los libros de la biblioteca, por ejemplo, hablaban sobre personajes históricos cuyos retratos se podían contemplar, a su vez, en la colección pictórica. En esta última se reproducían elementos que mostraban las costumbres de un determinado lugar. En los documentos de la investigadora se incidía sobre las correspondencias entre sus fotografías y los cuatros, mostraban visualmente los criterios de la HSA para considerar que poseían o no valor etnológico. Historia, Literatura y Arte se unirían a la Arqueología y la Etnología “ciencia 18

Entre sus papeles existen notas recogidas en el transcurso de una reunión con Huntington, fechada el 8 de noviembre de 1927. Al año siguiente, el Departamento de Fotografía se instaló en el NB, debían valorar que documentos serían trasladados a este edificio. 8 y 9 de noviembre, 1927. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 28. Anexo 1. Tambien consultar, Data: Sheet. Society of Woman Geographers, New York, 1977. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Anderson Publications. AIB. HSA. Entre los meses de mayo en 1926 y diciembre del siguiente año 19 Ver cap. 1, apartado 1.3.2.

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4. La Etnografía como materia de Estudio que estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos”20. Se consideraban que los temas etnológicos estaban representados a través, entre otras cosas, de la colección de textiles, los ejemplos sobre el traje típico y sus complementos, el mueble, las piezas de cristal, la cerámica, los hierros. En este sentido, las indicaciones de Huntingon eran claras, ya que uno de los encargos que hizo a sus colaboradoras fue el de encontrar conexiones entre las diversas partes de la colección. Averiguar la relación existente entre ellas, saber leer desde el punto de vista antropológico la información que aportan, reconocer lo que es útil y lo que ampliaría la visión durante el estudio21. De entre todos los ejemplos destacarían los catorce paneles de Sorolla, que van a ser calificados esencialmente como, -ethnographical records- de España. Esta forma de entender la colección ha hecho que en los archivadores encontremos, en determinadas ocasiones, reproducciones de obras pictóricas, cerámicas, azulejos, grabados, etc. Sobre este interesante asunto encontramos un folio con un título muy ilustrativo de lo que estamos comentando: Collection of Ethnographical Photographs and Prints22. Como vemos, se aplicó el término “etnográfico” no sólo a las fotografías, sino también a las estampas y grabados, que fueron consideradas de igual manera en la HSA23. Los hechos etnográficos fundamentales que la institución deseaba publicar son básicamente los que encuentra en el entorno rural. Por ejemplo, las festividades religiosas se mostrarán al público utilizando el amplio reportaje que hizo la investigadora de un Auto Sacramental en el pueblo zamorano de Villalcampo (1926); sus fotografías de la casa maragata que encontró en la localidad de Santiago Millas, aportarán ejemplos sobre un tipo concreto de arquitectura popular; y varios oficios tradicionales, en este caso la pesca y el tallado de la madera, serían ilustrados mediante las imágenes que la investigadora consiguió en Galicia y en Asturias, respectivamente. Como tema de excepcional interés se presenta una selección de fotografías sobre el traje típico, no sólo 20

REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española [en línea]. 22ª Ed. Madrid: Real Academia de la Lengua Española, 2003 http://www.rae.es/diccionario/drae.htm (3-3-2008) 21 Uno de los ejemplos que proporcionó Huntington a sus colaboradoras en este sentido fue el cuadro de Sebastián Muñoz en el que se representaban las honras fúnebres durante el entierro de la Reina Maria Luisa, Death of María Luisa is ethnographical material manners and customs. La pintura realizada entre 1689-1690 contenía información etnográfica sobre usos y costumbres. Conference with the President, November 7th, 1927. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 28. Anexo 1 22 Archivo: RMA. Carpeta: 2.b. Photographs Displays Wings. Plan 9. Wings. NB. HSA. 23 Lenaghan, 2004. pág. 22

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4. La Etnografía como materia de Estudio por tratarse de un aspecto etnográfico que se consideró como la expresión genuina de los ideales estéticos de un lugar, en torno a él se incluyeron otros temas relacionados con las tradiciones y las costumbres, además era el asunto sobre el que se estaba especializando24. El interés etnológico de los temas que acabamos de citar, al igual que los que vamos a ver repetidos a lo largo de la colección, se legitiman mediante las fotografías, que se convierten en ejemplos útiles para el conocimiento antropológico, y su valor crece porque fueron hechas en la mayoría de los casos por personas ajenas a este campo, empezando por la protagonista de esta tesis. Para ella fueron imprescindibles las indicaciones de Huntington, el estudio y su trabajo de campo, que le llevaron a entender en que consistía esta ciencia y le ayudaron a “enfrentarse y aprender a captar aquello a lo que no podían sumarse” 25 . Tendría obligatoriamente que entrar en contacto directo con el clima, el idioma, la cultura, las costumbres y también la comida del lugar y esto contribuyó a su alejamiento de cualquier concepción estética o pictorialista de la fotografía. Así son las imágenes etnográficas de la HSA. El legado de Anderson nació impulsado por el deseo de recopilar imágenes etnográficas ausentes en los archivos y difíciles de conseguir por otros medios, idearon un sistema basado en el viaje. No se programaron grandes empresas científicoantropológicas, sino que fijaron objetivos muy precisos. Un ejemplo claro fue el caso de la ciudad de Bayona, una de las primeras ciudades gallegas que visitó durante su expedición del 1924-1925. Debía tratar de aprehender la ciudad en su esencia, hacer de ella una entidad en sí misma -make an entity of the town 26 -, y por eso documentó pequeños apartados para conseguir al final una visión global. Todo trabajo de campo etnográfico basado en la fotografía reclama una explicación detallada, y ella se comprometió a estudiar el asunto desde varios frentes, puesto que su intención era la de alcanzar una percepción integral del lugar y del tema a tratar. Para ello anotó todas sus experiencias, las que también reflejó en sus fotografías. Sus notas de campo afectaron en la mayoría de los casos a su catalogación posterior.

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Documento fechado el 6 de enero, 1927. Archivo: RMA. Carpeta: 2.b. Photographs Displays Wings. Plan 9. Wings. NB. HSA. A este tema se le dedica el apartado 25 Clifford Geertz. Los usos de la diversidad. Barcelona: Editorial Paidós. ICE UAB, 2000. pág. 90 26 22 de junio de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 5. Anexo 1

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4. La Etnografía como materia de Estudio

La documentación estudiada nos informa sobre las acciones encaminadas al ensamblaje de la colección etnográfica de fotografías, y cuáles fueron las categorías bajo las que las agruparon 27 . Se habla de una “exhibición permanente” de fotografías etnográficas localizadas en la “Sala 3211”, que era como se conocía la Sala Sorolla antiguamente. Esta “exhibición permanente” trataría sobre el traje, los usos y costumbres del pueblo, la industria y las manualidades en el mundo hispánico, Costumes, manners and customs, and industries and crafts of the Hispanic World. Con este enunciado se puede resumir el género de imágenes que vamos a encontrar en los archivos 28 . La documentación muestra la división por temas etnográficos de un número determinado de fotografías e incluyen planes para ordenarlas siguiendo estos criterios. Los trabajos comenzarían con las imágenes que había realizado en Galicia entre 1924-1926, más de cinco mil fotografías cuyos temas servirían para ir concretando secciones etnográficas que se pensaban colocar en bastidores móviles (Wings).

1. Display of Fifty Thousand Photographs and Prints. February 19, 1927. 27

Se trata concretamente de tres carpetas: 1. Photographs Displays Wings. Lists, 2.Photographs Displays Wings. Plan 9 (que contenía dos sub-carpetas: a) Plan IX. 1927. Exhibition in Room 3211. Permanent exhibition of Photographs on wings wall cases y b) Wings ), y por último, 3. Photographs Displays Wings. Stereoscopic Photographs. Experiment 3. El título de las mismas ya nos está indicando el plan de trabajo que se pretendía realizar, la disposición de las fotografías en “bastidores” móviles. Es imprescindible advertir que aunque Huntington tenía la última palabra, habitualmente dejó que sus colaboradoras planificasen de manera individual el trabajo encomendado. Posteriormente él se encargaría de dar el visto bueno. Estas circunstancias también afectaron al trabajo que realizó Anderson en este momento, siempre bajo la supervisión del fundador, pero sin perder un ápice de protagonismo en esta labor. Agradezco al Dr. Codding dicha información. 28 Documentos fechados en su mayoría en los meses de febrero y marzo de 1927. Archivo: RMA. Carpeta: 2.b) Photographs Displays Wings. Plan 9. Wings. NB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

2. Detalle. Plan for arrangement of a permanent exhibition of photographs in room 3211.

3. Bastidores móviles, Wings. Con fotografías de Galicia.

Uno de los documentos referentes a este asunto y titulado: Disposition of RMA Coll. y que traducimos como, “Distribución u ordenación de la colección de Ruth M. Anderson”, incluye una serie de preguntas dirigidas a Huntington y con las que intentaron establecer las primeras bases para iniciar el trabajo. Aunque carecemos de las respuestas que ofreció “el Presidente”, consiguen que podamos definir el material que recopiló su colaboradora. Una de las preocupaciones iniciales reiteró los argumentos que hemos expuesto hasta el momento y con ella se debatió si la “etnografía” era una materia de estudio y en caso afirmativo, cuales eran los elementos a estudiar. Se trataba del 290

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“novedoso” material recopilado por una trabajadora a tiempo completo, y lo separaron del resto de fotografías, considerándolo desde el principio un fondo con valor “etnográfico”. Esta circunstancia no se repite de forma tan precisa con respecto a ninguna otra de las colecciones que componen el archivo de fotos. Su trabajo provocó una preocupación general que les condujo a buscar una definición sobre su naturaleza y cuando esto quedó claro fue imprescindible conocer los intereses de la propia institución con respecto a este material. Una de las primeras cuestiones fue la de especificar si estaba dedicado al servicio del “académico” o si, por el contrario, también podría ser útil al “artesano” y a los “artistas”. Esta idea pudo estar condicionada por la cantidad de imágenes que había conseguido de labores tradicionales. Se trataba de manufacturas como la alfarería, la industria del esparto, las labores de bordado y encaje, etc. que poseían un marcado componente estético. Se estableció lo siguiente: The RMA collection of photographs could best be issued as a series of ethnographical studies, each unit to consist of a score or less of photographs, accompanied by descriptive text, illustrating a limited subject: Peasant weaving; An Easter Passion Play; Asturian carpentry; Fishing in Galicia; A Maragatan home; Costumes in a Castilian village29.

Pero la importancia de estos documentos, pertenecientes a la investigadora, no se circunscribe únicamente a su producción en Galicia, sino que también se habla sobre la “Presentación de cincuenta mil fotografías y grabados”, Display of Fifty Thousand Photographs and Prints, es decir, la colección en su totalidad. En estos folios se especifican los propósitos y pasos a seguir para enfrentarse a esa enorme cantidad de 29

Se confeccionaron listados en los que se especificó cuales de los temas representados en la colección poseían un valor etnológico, asegurando al final de documento que este era uno de los atributos aplicables a los cuadros de Sorolla en los que representó las provincias: Memoranda Archaeology and Ethnology are represented in the collection of The Hispanic Society of America, as well as History, Literature, and Art. The following exhibits fall under the classification of Ethnology: Costumes: shirts, cape collars Costume accessories: fans, combs, jewelry Furniture: chests, trunks, chairs, benches, braziers, vargueños Textiles: rugs, vestments, samplers, cloths, alforja Utensils: glass, pottery, iron, brass The fourteen Sorolla paintings of the provinces of Spain are, in content, ethnographical records. Documento fechado el 6-1-1927. En Archivo: RMA. Carpeta: 2.a) Photographs Displays Wings. Plan 9. Plan IX. 1927. Exhibition in Room 3211. Permanent exhibition of Photographs on wings wall cases. NB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio imágenes, y se exponen, por ejemplo, los primeros criterios para agruparlas por regiones30. Tomando como ejemplo el tema del traje, y como lo organizó, se demuestra el protagonismo indiscutible de su persona en las tareas encaminadas a constituir el archivo actual. Este tema está presente en todos los archivadores31. Como siempre que se enfrenta a este tipo de decisiones, inserta una definición de traje, costume, que encuentra en el diccionario enciclopédico Webster. La investigadora aporta una serie de argumentos por los que la indumentaria debe ser considerada una “unidad”, unit, independiente de las otras categorías etnográficas. El traje, según ella, constituiría por sí solo una categoría, ya que se trata de un elemento del folklore condicionado por factores como el clima, el paisaje, los recursos naturales del campo, las costumbres, los gustos, los oficios y el tiempo de ocio de la gente. El traje, bajo su criterio no estaría correctamente explicado por el simple hecho de mostrar la manera de vestirse. A partir de las miles de fotografías que había tomado hasta esa fecha, “sugiere” la inclusión de este apartado dedicado exclusivamente al traje junto a otros tres también relacionados con él: las partes que lo componen, la manera de usarlo y la labor industrial o artesanal de la que depende. Todo debe ser presentado como una unidad y es así, de hecho, como la encontramos en el archivo32: Definition: Costume 1. The custom or habit of a place or period with respect to manners, dress, arms, furniture, or other apparel, including all accessories: chiefly with respect to their representation in art. Webster´s New International Dictionary. Argument: Dress is influenced by the climate, landscape, and natural resources of a country, and by the habits and tastes, industries and diversions of its people. Dress is not adequately explained by merely showing the actual clothes worn. Examples: Why are wooden shoes worn in Galicia? Because of the excessive rainfall and because of the plentiful supply of timber.

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Plan for Arranging Photographs of a Region. Archivo: RMA. Carpeta: 2.b) Photographs Displays Wings. Plan 9. Wings. NB. HSA. 31 No sólo eso, debemos llamar la atención sobre un hecho que resulta curioso y que vuelve a subrayar la importancia que se le dio al tema del traje, siempre observados en relación y como la prolongación de los ejemplos que aparecían en los paneles de Sorolla. En cada uno de los rótulos que pusieron en el frente de cada uno de los archivadores para identificarlos, podemos leer bajo el nombre de cada región la palabra costume, aunque posteriormente se tachó. 32 En Archivo: RMA. Carpeta: 2.b. Photographs Displays Wings. Plan 9. Wings. NB. HSA.

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Why is the regional dress of Galicia monotonous in colour and scantly adorned? Because the beauty of the natural surroundings satisfies the aesthetic needs of the people. Why is the regional dress of Castilla brilliant and varied in colour and richly adorned? Because the bleakness of the landscape forces the people to find satisfaction of their aesthetic needs in beautiful craftsmanship and personal adornment. No statement of theory should be made, but enough photographs should be presented of the climate and natural resources, the manners and customs, and industries as well as of the dress of a country to enable the student to understand fully the costume of the country, and to form his own opinions. Conclusion It is therefore respectfully suggested that in every country the subject, “Costume”, with its three parts, “Dress”, Manners”, “Customs” and “Industries”, be considered and presented as a unit.

Tras establecer la línea conceptual con la que se administraría esta colección, era imprescindible encontrar el sistema más conveniente para que pudiesen ser consultadas. Las fotografías debían estar a disposición del público, puesto que servían principalmente como elemento de estudio y referencia. Una noticia al respecto nos informa como Huntington consideró necesario que los estereoscopos y autocromos de la investigadora pudieran ser consultados, y por eso le encargó que idease un plan. Ella diseñó una serie de prototipos para organizarlas y facilitar su consulta. Huntington revisó los planes ideados por ella y añadió algunas sugerencias. El presidente, no dudó de su capacidad para llevar adelante este encargo y la felicitó por el trabajo.

4. Stereoscopic Photographs. Experiment 3. 1926. NB

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4. La Etnografía como materia de Estudio My dear Miss Anderson: I have your letter of July 31st, together with the plan for showing stereoscopic views in the Reading Room. The plan is excellent, and if the adjustment of the lenses to the ordinary card index drawer is satisfactory, I can see no objection to its use. Please report to Miss Allyn in order that the General Staff Committee may immediately approve the plan as suggested by you. Yours truly [Signed] Archer M. Huntington33

5. Plan for Stereoscopic Printing Frame. September 16, 1926. NB

Aunque la preocupación anterior nos pueda resultar intranscendente a primera vista, fue un asunto que introdujo otra serie de cuestiones sobre el sentido de este material en el museo, y sobre el que se discutió en otro documento, también perteneciente a este momento y conservado por Anderson. Encontrar el sentido de las fotografías con valor etnográfico, era una forma de entender la presencia de la fotografía en general. El documento Photography in the Museum, “Fotografía en el museo”, trata precisamente ese asunto. Los propósitos de las imágenes fotográficas, Purposes of Photographs, se especificaron incidiendo en su utilidad en un trabajo de investigación. También se pensó en ellas como complemento para las diversas publicaciones, no sólo de la HSA, sino 33

Carta de Huntington a Anderson 23-7-1926, respuesta de Anderson a Huntington 31-7-1926 y respuesta de Huntington el 7-8-1926. Archivo: RMA. Carpeta: 3. Photographs Displays Wings. Stereoscopic Photographs. Experiment. NB. HSA. El prototipo para mostrar autocromos se encontraba en: Carpeta: 1. Photographs Displays Wings. Lists.

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también de otras instituciones e investigadores particulares. Por último, también podrían ser vendidas en el museo, lo que convirtió a este material exclusivo en una ventana abierta sobre el folklore de un pueblo, a cualquiera que visitase la institución34.

4.3. Producción científica Anderson no se dedicó exclusivamente a realizar fotografías, pero a través de ellas materializó sus reflexiones científicas. En su copioso legado se conservan textos y documentación que utilizó posteriormente para su consulta diaria y para los trabajos que publicó. Aunque este trabajo se centra en la carrera profesional entre los años de 1924 a 1960, al repasar los libros publicados es imprescindible ampliar la cronología en tres décadas. Vivió hasta los noventa años, sesenta de los cuales estuvo al servicio de la HSA y con ella siguió colaborando como conservadora emérita hasta pocos años antes de morir. Prueba de esta dilatada carrera y como broche final, en 1979 se publicó uno de los libros por los que más se la reconoce en Estados Unidos, Hispanic Costume, 1480-1530. New York: Hispanic Society of America, 1979, uno de los escasos manuales sobre moda española desde el punto de vista histórico escritos en inglés. La bibliografía de esta tesis doctoral incluye los títulos de libros y artículos que realizó para la HSA. No son meras publicaciones, sino los resultados teóricos nacidos en cada investigación. Era obligatorio realizarlos, y todas las conservadoras los llevaron a cabo. Al tratarse de investigadoras en ciernes, estos escritos requirieron en sus fases iniciales, toda la atención del Presidente, pues sirvieron como entrenamiento y se realizaron con miras a la especialización de cada una de ellas. Esto no quiere decir que se elaborasen sin el deseo o la intención de ser publicados, pero Huntington buscaba la excelencia de sus colaboradoras y no quiso que se precipitasen en sus trabajos científicos, sino que por el contrario puso gran insistencia en la práctica de la escritura35. Anderson se

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Photographs Displays Wings. Plan 9. a) Plan IX. 1927. Exhibition in Room 3211. Permanent exhibition of Photographs on wings wall cases. 35 Entre otras medidas le recomendó la lectura de una serie de libros. La investigadora creó una carpeta que tituló Writing, “escritura”, y en la que incluyó recortes de periódicos sobre estilo, el borrador con la historia del “Hermano Joaquín” de la que hablaremos en este capítulo y un folio, que reproducimos a continuación, con las varias recomendaciones del Presidente sobre este tema e ideas sueltas: The President, June 30th , 1932

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4. La Etnografía como materia de Estudio esforzó por alcanzar el nivel exigido, e incluso en determinadas ocasiones abandonó la idea de publicar un trabajo a “gran escala”, ya que debía continuar con su entrenamiento y aprendizaje

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. Formalmente sus trabajos más tempranos se estructuraron en

monografías de imágenes acompañadas de frases explicativas o textos poco extensos, como la serie de Folders y Portfolios37. Los comienzos como experta que debe elaborar textos científicos se puede estudiar a través de la documentación en la HSA. Conservó las opiniones de Huntington sobre el libro dedicado al traje de Candelario y al de Extremadura. En ellas vemos como en aquel momento no estaba satisfecho con su forma estilística, y le proporcionó una serie de consejos. Deseaba que estilísticamente el discurso de su pupila reflejase la experiencia directa que había vivido, esta rememoración le traería sonidos, olores que aportarían gran riqueza descriptiva en su texto, y harían más viva la escena. También le sugirió que definiese la línea de trabajo y le recomendó, como en otras ocasiones, la lectura de una serie de libros38. Tampoco debemos olvidar su participación en obras colectivas de la HSA, como cuando tradujo poesías de escritores españoles y portugueses, incluidos los versos gallegos de una de sus escritoras favoritas, Rosalía de Castro, que fueron publicados en 1938 39 . Además realizó monografías de algunos personajes históricos cuyos nombres aparecen escritos en los muros exteriores del edificio de la HSA, como Almanzor, Quevedo, Colón, Calderón, Averroes, Maimón, Camóes y Castanheda 40. Este material fue aprovechado en la historia de la institución publicada en 195441. A continuación nos vamos a concentrar en una serie de textos inéditos que poseen el mismo interés que los anteriores. Consideramos esta serie de “ejercicios preparatorios” que nunca vieron la luz, como una fuente que nos proporcionará datos nuevos sobre la

Shakespeare said: come sit wit me upon a mosey bank (But did not described the bank). We life in a world of sounds- sensous appeal. The sensuous plus the intellectual is genious. Learn your trade. En, Archivo: Correspondence, etc. Writing. AIB. HSA. 36 Más ejemplos con respecto a la elaboración de escritos consultar: Report June, 1932. AIB. HSA. Folio: 39. Anexo 1 37 Se trata de folletos con imágenes que documentan temas concretos, como la indumentaria, la cerámica, el bordado, el azabache, el traje de boda, las joyas de mujer. 38 Ver, Folios sueltos: 44. Anexo 1 39 Hispanic Society of America. Translations from Hispanic poets. Nueva York: The Hispanic Society of America, 1938. Listado de poemas traducidos. Sobre Q. Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. 40 Data Sheet en Archivo: Work on Hand. Carpeta: Anderson Publications. AIB. HSA. 41 Ver, Folios: 41 al 43. Anexo 1

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producción de Anderson, y al repasarlos siguiendo un orden cronológico se apreciará la evolución en su obra escrita, en la que las fotografías irán dando paso a unos textos más extensos y especializados. Los textos que vamos a estudiar son los siguientes: a) Bread Making. La industria del pan. (Galicia 1924-1926) b) A Castillian Village. Villalcampo, Zamora (1926-1927) c) A Personal and Historical Account of the City of Toro, Zamora (1926) d) A Maragatan Village. Santiago Millas, New York (1926) e) Hermano Joaquín. Las Batuecas, Salamanca (1928) f) Tunny Fishing (1930) g) The Raw Material of Art (1969)

a) Bread Making. La industria del pan. (Galicia 1924-1926) Entre sus trabajos iniciales orientados al análisis de un tema concreto, aparecen una serie de folios dedicados a la elaboración del pan. Al tratarse de un alimento básico en la dieta diaria, se elaboraba diariamente y de forma artesanal en infinidad de pueblos por toda España, San Cristóbal de Cea en Orense era uno de ellos y lo eligió como lugar concreto, famoso por sus tahonas42. Esa condición “manual” y artesana, desprovista del uso de herramientas modernas, es una característica idónea para el tipo de material que intentaba recolectar la institución. Documentando este asunto también se muestra la situación económica de la zona. En el caso de Cea, el tiempo se ha detenido y aunque la elaboración del pan es la industria más importante en el pueblo, desde hace siglos se emplean los mismos procedimientos y herramientas para su elaboración. La investigadora, conocía también el carácter simbólico de este alimento dentro de la cultura española y de su protagonismo en determinadas celebraciones religiosas. En este sentido, también tendremos que destacar el protagonismo de uno de los paneles de Sorolla para la HSA: el dedicado a Castilla y que tituló precisamente “La Fiesta del Pan”43. Relacionados con el 42

Aunque el título versaba sobre la elaboración del pan en San Cristóbal de Cea (Orense), se incluyeron imágenes de otras poblaciones gallegas: San Clodio (Orense), Buño (La Coruña), Pontevedra y la Coruña, lugares que visitó entre 1924-1926. 43 Sorolla reprodujo una procesión imaginaria en la que participaban todos los pueblos castellanos, identificados fundamentalmente por sus indumentarias típicas. A un lado del inmenso panel aparecen tres figuras femeninas portando los panes como ofrendas votivas. El pan en la tradición católica simboliza el

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4. La Etnografía como materia de Estudio tema del pan surgirían otros de igual valor etnográfico que necesitaba documentar para lograr una visión completa y que articularían las secciones dedicadas a este tema en el GRF44. Se añaden las de la recogida del cereal, el almacenamiento del grano en hórreos, la elaboración y el comercio de la harina45. Se sumarían a las anteriores las que muestran el mecanismo de un molino de viento en Espasante (La Coruña), o el retrato de la mujer en Buño (La Coruña), que muele maíz en un molino de mano. Estas fotografías no muestran únicamente dos medios para hacer la harina, sino que se han convertido en los escasos ejemplos fotográficos que nos quedan de ellos y en general sobre el tema del pan como materia etnográfica. El documento estaba organizado por una serie de imágenes con las que quiso mostrar diferentes aspectos sobre la famosa y centenaria industria del pan en el pueblo de Cea (Orense)46. Pero también añade ejemplos de diversos pueblos gallegos que también visitó en ese momento y consideró apropiado incluir, Fonsagrada (Lugo) y San Clodio (Orense). El documento en sí se categorizó como Bread-Making y estaba dividido en tres apartados, contens. El capítulo inicial se tituló: Cea (Orense). A Village of Bread-Makers. Con esta entrada puso de manifiesto su deseo profundizar sobre la cuestión o, al menos, que ese fuera el tema para un proyecto. La segunda parte se tituló, Selling Bread y, para

cuerpo de Cristo. La viajera asistió a varias celebraciones religiosas donde este alimento era el protagonista, nos referimos concretamente a las ofrendas de los Ramos de Pan, que fotografió en los pueblos asturianos de Celorio durante la fiesta del Carmen y en Parrés con motivo de las celebraciones en honor a Santa Marina. 44 En el GRF, el pan y todo lo relacionado con su elaboración, comercialización y su presencia en diferentes festividades, constituyó algunas de las categorías etnográficas más importantes. Estos apartados aparecen en la mayoría de los archivadores de cada región. Por ejemplo: Bread, Bread Making, Bread Trade, Bread Ovens. Como vemos se cubren todas las fases de proceso de elaboración, desde que se recoge el grano hasta que se hornea la masa y se venden las hogazas. 45 En estos apartados se incluyó, por ejemplo, la serie de imágenes realizadas en el puerto de Noya (La Coruña), en las que aparecían una serie de mujeres descargando sacos de un barco procedente de Vigo. Noya (La Coruña), 27-29 de octubre, 1924. R. M. Anderson Collection Photographs 1 to 1823. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág.: 36. 46 La historia sobre el pan de Cea se remonta al siglo XIII. Actualmente la fabricación del pan sigue siendo la principal industria de la localidad, y desde 1991, se celebra durante el mes de julio una fiesta dedicada a este alimento. Más información al respecto disponible en Web: http://www.pandecea.org/ (15-8-2009) Muchos de estos folios carecían de la imagen en sí y solo encontramos el número de negativo y una pequeña nota de referencia. El trabajo que presentamos a continuación es una reconstrucción de las fotografías que faltaban. Las imágenes que seleccionó aparecen sin fecha pero todas pertenecen a sus dos expediciónes a Galicia entre 1924-1926. Aunque no lo especificó posiblemente este grupo de instantáneas iban a añadirse a su libro sobre las provincias gallegas de Pontevedra y La Coruña: Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. Nueva York: The Hispanic Society of America, 1939.

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finalizar, un apartado destinado a mostrar ejemplos sobre molinos, Mills for Making Flour47. Las imágenes se ordenan partiendo de las vistas generales del pueblo, interesa presentar el ámbito geográfico donde se asienta, para luego introducirse en él, a través de las instantáneas que realizó en algunas de sus calles y de edificios principales, como por ejemplo el Ayuntamiento. A partir de ese momento ya puede incluir la fotografía de una xesteira, o panadería.

6. Anderson. View of the town. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.563

7. Anderson. Casa Consistorial. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.565

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Este es el orden en el que se encontraron los documentos.

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8. Anderson. Horno house. Xesteira. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.567

En el interior de la xesteira, de pie junto al horno aparece en la semi-penumbra una mujer. La oscuridad del interior no amedrentó a la investigadora que aprovechó la luz que le proporcionó la puerta abierta y las diminutas ventanas. El fulgor que despide el horno hace que podamos ver los panes cociéndose en su interior. Las instantáneas muestran como el fotógrafo “documental”, bajo cuya categoría se encuentra este archivo, se esfuerza por superar las dificultades técnicas con la ayuda del ingenio y la habilidad con la máquina fotográfica, con la que puede llegar a dominar la escasa luz. Despertó en España a este tipo de fotografía, lo que le obligó a superar la falta de medios técnicos y las contrariedades ambientales, es decir, los días nublados, la lluvia, la humedad, que en ocasiones hacían imposible su trabajo. Este aspecto se observa tanto en este trabajo sobre el pan como en el resto de su producción.

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9. Anderson. Taking out the baked loaves from the oven. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.571

10. Anderson. A fire of uzes, a dry, brittle shrub, is kindled within the oven and heat it to the required temperature. Then the ashes that is the major part of them are raked out, ant the bread dough is conveyed into the oven on a long handler wooden shovel, una pala. The woman is standing by the masera. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.570

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11. Anderson. A xesteira in Gallego, or jesteira in Castellano... San Cristóbal de Cea (Orense), 1925. GRF: 57.569

En las notas que acompañan sus fotografías se encuentran las respuestas a muchos de los detalles incluidos en la instantánea. Se preocupó por explicar términos propios de la lengua gallega, como cuando presenta la “xesteira”, en gallego, “jestera” en castellano, que era el lugar donde se encontraba el horno para hacer el pan. Los datos estadísticos también fueron importantes, constató que trescientos habitantes del pueblo vivían de la producción de pan y que en total existían dieciocho hornos. Explicó que ésta era la industria más importante en la localidad y para ello no se basó únicamente en sus datos, también citó al viajero y escritor inglés Aubrey F.G. Bell48.

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[…] Its bread is famous and is indeed excellent, with its gold-brown crust, and it keeps fresh and good for many days. The inhabitants are devoted to their town. Its streets are not lit, and men and women, bakers chiefly, may be seen going about at night with tiny lanterns. Aubrey F. G. Bell. Spanish Galicia. London: John Lane the Bodley Head, 1922. pág.142.

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12. Anderson. Street scene. San Cristóbal de Cea, Orense. 1925. GRF: 57.563.

13. Anderson. Flores de urce, color de lila o violeta. Se usa la planta para quemar y hacer techos. Fonsagrada (Lugo). Mayo, 1925. GRF: 57.721

Como norma general fue imprescindible conocer datos geográficos sobre el clima, el relieve, la existencia de ríos cerca de una comunidad, así como la fauna y la flora, todos se debían tener en cuenta al iniciar una recopilación de elementos etnográficos. Eran importantes porque las condiciones ambientales determinaban en gran medida los tipos de industria autóctona y por su parte, los lugareños se encargaron de mostrarle una

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4. La Etnografía como materia de Estudio especie vegetal, muy abundante en la zona, que utilizaban como combustible49. Tomó nota de estos datos, y así fue completando la información necesaria para sus esquemas de trabajo previos, Outlines. Si la economía del pueblo de Cea dependía de la elaboración del pan, era imprescindible documentar su venta. Los días de mercado eran ocasiones idóneas para retratar tipos populares, porque aún estando en la ciudad, los campesinos y habitantes de localidades más pequeñas llegaban a vender y comprar. Todo cuanto se producía en él, podía ofrecer datos muy beneficiosos sobre la cultura popular por ejemplo, las fotografías sobre alimentos proporcionaban información sobre los productos autóctonos y las temporadas de su venta. Los tenderetes que ofrecían una variada clase de enseres domésticos fueron, en muchas ocasiones, el objetivo de la cámara. Se trataba de objetos que para la investigadora poseían un doble valor: eran productos artesanales y de uso cotidiano. Las materias primas con las que estaban hechos indicaba, en la mayoría de los casos, el tipo de recursos naturales existentes en la zona. Fotografía muebles, arneses, cacharros hechos de barro, hierro, hojalata, y también los talleres donde los hacen y las tiendas o tenderetes donde se venden. Todos estos objetos pueblan la producción “andersoniana”. Como representante del gremio eligió a Ramona, “la panadera, para servirle a Vd.”. La retrató en el pueblo de Fonsagrada, localidad cercana a Cea, y ella le indicó el precio de cada uno de sus panes, los que escribió Anderson en la nota de esta fotografía.

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Describió la planta que produce flores de color lila o violeta, y que se usaba en la zona como combustible y también para hacer techos. Transcribió las palabras de su informante; “se usan para quemar en los hornos, para mullir las camas de los caballos. Las perdices hacen los nidos bajo el tojo. Las caballerías lo comen cortado muy menudo”. Aunque fotografió la planta también la describió en sus notas. Fonsagrada (Lugo), 1925. Negativo: 3786. Idem. pág.: 24

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4. La Etnografía como materia de Estudio

14. Anderson. La panadera, Ramona. Pan de centeno, 4 perras gordas la libra; pan de trigo, 9 perras gordas la pieza. Todo hecho en Fonsagrada. Fonsagrada (Lugo). Mayo 1925. GRF: 57.717

15. Anderson. Making bread in the panadería of the fonda. The big spatula on which the bread is carried into the oven is called una pala. The fire is fed through the small upper door to the left of the oven door. The water for the bread is kept in the stone well in the right corner of the picture. San Clodio (Lugo). 24-25 diciembre, 1924. GRF: 57.086

Fotografiar como se elaboraba el pan era una forma de presentar un oficio artesano y a la vez indicaba el nivel de industrialización del lugar, que en este caso y de ahí el interés de la investigadora, seguía dependiendo de hornos locales y familiares. Todo este material sirvió para crear diversas categorías etnográficas dentro del GRF; donde se 305

4. La Etnografía como materia de Estudio podían incluir gran número de imágenes organizadas como si estuviesen destinadas a un especialista en la materia, como un auténtico archivo de consulta, no de mera visualización de objeto. Una de las secciones se reservó para documentar los diferentes tipos de molinos para la harina, también para las herramientas que utilizaba el panadero, y lo interesante de estas últimas, es que el panadero mientras trabajaba le iba explicando todo el proceso y como se usaban las herramientas que necesitaba en cada momento.

16. Anderson. Three loaves of bread. La estrella es la marca de la casa de Manolo Vilela. The weight is marked on each loaf. Pontevedra, 1925. GRF: 54.882

Al cocerse en hornos comunales, los panes debían marcarse con sellos o se les hacían cortes especiales para saber a quien pertenecían. En algunos casos, también se marcaba el peso de la hogaza. Consideró este asunto lo suficientemente importante para incluirlos en su selección del monográfico50.

50

La comida forma parte de la cultura de un pueblo. Ésta no será la primera vez que fotografió alimentos como únicos protagonistas de la instantánea. Por ejemplo en el pueblo coruñés de Sada, realizó un completo reportaje sobre los dulces de navidad. Éstos fueron todo un descubrimiento para ella. Sada (La Coruña). 24 de diciembre, 1924. Negativo: 5420. Idem En Noya inmortalizó un plato de filloas rodeado por los ingredientes necesarios para hacerlas. Noya (La Coruña). 14-18 de febrero, 1926. Negativo: 5793. Idem

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4. La Etnografía como materia de Estudio

17. Anderson. Selling bread. Two women and a horse. La Coruña, 1925. GRF: 54.125

18. Anderson. Scales and bread. La Coruña, 1925. GRF: 54.126

Un aspecto destacable en las imágenes que hemos visto hasta el momento es que en la mayoría de ellas aparecen sólo mujeres, especialmente en las fases de venta. Hacer el pan era una de las tareas, normalmente semanales, de la mujer rural. Ella se encargaba de todo el proceso de elaboración desde moler la harina, preparar la masa, hornearla y todo concluía con la venta de la que también se encargaban. Al igual que ocurría con la imagen de la señora Ramona en Fonsagrada, en las dos de la Coruña una mujer transporta sus panes a caballo, lo que indica, junto a las madreñas que calza, que llega desde otra

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4. La Etnografía como materia de Estudio localidad para venderlos en la ciudad. Provista de una romana, Anderson la fotografió mientras ella se la describía: la vara, el pilón, los ganchos, además de indicarle que: “la vara está marcada para indicar el peso que tiene el pan”.

19. Anderson. Woman turning a hand mill. Buño (La Coruña). Enero 1926. GRF: 54.360

20. Anderson. Hand mill. Hand mill, molino de mano or moa. Top stone, la capa. Bottom stone, el pie. Andel, cada mollo: de tojo. Frame on which the mill rests, terminado. Hand broom, escoba del molino. The plate is full of corn which is about to be ground. Buño (La Coruña). Enero 1926. GRF: 54.361

Desconocemos si este iba a ser el orden en el que pensó ordenar el estudio, pero a continuación se dedicó a incluir imágenes de diversos molinos que servían para fabricar 308

4. La Etnografía como materia de Estudio

diversos tipos de harina. Con las dos imágenes de Buño se documentó otra tipología de molino, esta vez de mano, que también constaba de dos piedras, una superior (muela) y otra inferior. La piedra superior se hacía rotar por medio de una manivela, como vemos en la imagen. Completó la fotografía con una nota en la que citó las partes, con la denominación gallega, en las que se compone este molino.

21. Anderson. Mill. Exterior. Marín (Pontevedra). Septiembre, 1924. GRF: 56.419

22. Anderson. Woman working at the mill. Marín (Pontevedra). Septiembre, 1924. GRF: 56.422

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4. La Etnografía como materia de Estudio Galicia es una región en la que abundan las corrientes de agua, arroyos y ríos, propiciaron la existencia de infinidad de molinos hidráulicos, que junto a los de viento, caracterizaron durante siglos el horizonte gallego. Fueron imprescindibles para el sostenimiento y el desarrollo de una comunidad, pueblos, aldeas y pedanías que contaban con más de uno. En los molinos hidráulicos la energía era proporcionada por la corriente de un canal de agua transmitida a una rueda de molino, también conocida en la zona gallega como rodicio. Ésta a su vez convertía la energía en un movimiento circular que impulsaba la piedra de molino (superior e inferior) que aparece en la imagen. Pero resultó imprescindible comprobar su funcionamiento y para ello fotografió a una mujer en el momento de moler el grano, regulando la entrada de éste para ser molido. La acción requería gran control ya que uno podía llegar a quemar la harina en el caso de introducir poco grano o atascar las piedras si se hacía lo contrario. La mujer en la imagen regulaba esa entrada en función de la velocidad de agua que pasaba por la rueda. No identificó a la molinera, que sin mirar a la cámara, dedicó toda su atención a su ocupación. Así la quería fotografiar Anderson porque todas estas imágenes no son series de fotos, sino la presentación de una actividad que se expone a través de imágenes y no de texto escrito. Lo mismo hizo en la última parte de este documento al incluir las instantáneas de un molino de viento situado en el pueblo coruñés de Espasante. Con él ejemplificó el tipo de construcción con el que se aprovechaban los fuertes vientos característicos de la línea de costa51. Se preocupó por mostrar al detalle todo su mecanismo interior, pero además un grupo de vecinos del pueblo lo hizo funcionar para que ella lo fotografiase.

51

Como dijimos al principio en este documento faltaban la mayoría de las imágenes, y en la posterior reconstrucción del documento se ve claramente el nivel científico que consiguió al documentar con tal exhaustividad estas construcciones. Las fotografías de Espasante fueron, después de las de Cea, las más abundantes.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

23. Anderson. View of the town and a molino de viento. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.125

24. Anderson. The whole top moves to bring the sails into place according to the direction of the wind. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.131

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4. La Etnografía como materia de Estudio

25. Anderson. All sails set. The mills are set in bleak open spaces in order to catch every vagrant breeze. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.132

26. Anderson. Mill interior. upstairs. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.126

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4. La Etnografía como materia de Estudio

27. Anderson. Mill interior. downstairs. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.127

28. Anderson. The miller, señor Ojea. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925. GRF: 58.133

El molino era un bien comunal, y subrayó esta idea al fotografiar al grupo de vecinos trabajando al unísono para hacerlo funcionar, pero su labor también sirvió para dejar constancia de su existencia a las generaciones venideras, ya que hoy en día han desaparecido casi en su totalidad52. Eligió un asunto que en principio podría parecernos 52

En 1995 estaban inventariados 125 molinos de viento en Galicia. 60 de estos molinos eran de torre giratoria, como el que vemos en la fotografía de Anderson de 1925. José Ignacio Rojas Sola; Juan Manuel

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4. La Etnografía como materia de Estudio de poco interés, pero imprescindible si quería documentar los molinos en Galicia y en el caso que nos ocupa, su importancia en el proceso de elaboración del pan. Junto a las características anteriores su interés por éste alimento fructificó en la recopilación única de una labor preindustrial que convirtió en el tema central de su investigación. Fue un asunto ignorado por los etnógrafos de la época, o sobre el que hablaron al referirse de otros aspectos como la historia agraria del cultivo del cereal, los hábitos creados en torno a su consumo, su simbolismo, su presencia en dichos populares, refranes, canciones, creencias religiosas, etc. Por todo ello nos la investigadora recopiló un material sin parangón, y en algunos casos se trata de las pocas imágenes gráficas destinadas a dejar constancia sobre el tema53.

b) A Castillian Village. Villalcampo, Zamora (1926-1927) Villalcampo fue otro de los pueblos zamoranos que Anderson y Spalding visitaron durante la expedición de 1925-1926. Un viaje fructífero que proporcionó a la investigadora algunas de sus imágenes más impresionantes. Pasaron dos días en este pueblo, del 4 al 6 de abril de 1926. Llegaron allí por casualidad, invitadas por uno de sus habitantes un villager of Villalcampo que conocieron el Viernes Santo (posiblemente Francisco “el minor”, quien fue su guía en el pueblo54). Éste hombre les avisó sobre la representación teatral de la pasión y muerte de Jesucristo55. No se lo pensó dos veces we

Amescua-Ogáyar. “Origen y expansión de los molinos de viento en España”. Interciencia: Revista de Ciencia y tecnología de América. Caracas, Venezuela: Asociación Interciencia, 2005. vol. 30. no. 3. pág. 324 53 La bibliografía sobre el tema deja patente esta idea, incluimos a continuación una selección de títulos: Javier Escalera; Antonio Villegas. Molinos y panaderías tradicionales. Madrid: Editorial Nacional, 1988. Marta Sánchez Marcos; María José Frades Morera. Catálogo de los sellos de pan del Museo de Salamanca. Industria panadera tradicional salmantina. Salamanca: Junta de Castilla y León, 1995. Jose Luis Puerto. “El pan, oraciones para meterlo en el horno”. Valladolid: Revista de Folklore, 1995. no.172. págs. 121-126 54 Anderson se refirió a él como su anfitrión en el pueblo, our host in Villalcampo. Francisco “el minor” y su familia posaron para ella. Negativo: 7038. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 126 En un artículo proporcionó más datos sobre este personaje y la llegada al pueblo: Francisco of Villalcampo invited us to attend the Passion Play to be given by his village on Easter Sunday. He promised to guide us in from the highway and fortunately he kept his word, for the way into the village was an indeterminate path made swampy by heavy rains, yet studded with solid, upstanding rocks. En “Regional Dress”. Apollo. The International Magazine of Arts and Antiques. London: Denys Sutton (ed.) XCV. April, 1972. pág. 68. 55 Algunas fotografías de esta representación se publicaron en: Patrick Lenaghan. Images in Procession. Testimonies to Spanish Faith. Nueva York: American Bible Society and The Hispanic Society of America, 2000. págs.: 52-63.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

decided to go, y abandonó Zamora en plena celebración de su famosa Semana Santa, “modificó” el itinerario de viaje y se marcho a un pueblo donde presintió que podría conseguir material más interesante y menos conocido 56 . Estas obras tan populares en tiempo de Semana Santa caracterizaban la religiosidad española, reafirmaban los dogmas de la Iglesia católica y se utilizaban desde el principio como una forma de instruir a un pueblo iletrado. La obra entusiasmó a la investigadora y realizó más de cien fotografías. En diciembre de 1926 reprodujo una serie de estas fotografías que el comité de trabajadoras (GSC) entregaría a Huntington 57 . Volvemos a tener noticias sobre este trabajo algunos años después en 1932, cuando “el Presidente” le dice que practique su estilo de escritura elaborando pequeños ensayos y le sugiere dos temas uno dedicado a la pesca en Ayamonte y otro precisamente a esta representación de Villalcampo 58 . Con estos trabajos podría adquirir más práctica y soltura para enfrentarse a textos de mayor envergadura, como el libro que pretendía escribir sobre el traje en Candelario (Salamanca), tema sobre el que ese mismo año publicó una serie de fotografías en color, acompañadas por una breve explicación 59 . Exponer los resultados de sus viajes traduciendo “académicamente” lo que mostraban las imágenes fotográficas no era una tarea fácil, y menos tratándose de una cuestión como la que aquí se nos presenta, que podríamos resumir como la expresión popular de un hecho religioso, la puesta en escena de la pasión y muerte de Jesucristo por los habitantes de un pequeño pueblo zamorano, convertidos en improvisados actores y dirigidos por el maestro de la escuela. Existen hasta tres versiones del folio inicial Introduction, del texto que escribió para esta monografía60. Empezó con su esquema habitual de trabajo, el que repitió también en los dedicados a Toro y Santiago Millas. Las primeras imágenes mostraban vistas generales del lugar y de igual manera inauguró el texto con una presentación topográfica del lugar en el que se asienta el pueblo, para posteriormente adentrarse en él. 56

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág.12 57 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 15. Anexo 1. 58 Año 1932, Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 39. Anexo 1. 59 Costume of Candelario (Salamanca). From Colour Plates in the Collection of the Hispanic Society of America. Printed by order of the Trustees. New York: The Hispanic Society of America, 1932. 60 Este texto fue revisado por alguna colaboradora de la HSA ya que en sus páginas se insertaron notas y correcciones de estilo. En la primera, por ejemplo, se le achacó la falta de conexión entre las descripciones de las fotografías y la fotografía en sí. Hemos seleccionado la introducción que consideramos más cercana al resultado final que pretendió su autora:

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4. La Etnografía como materia de Estudio

29. Anderson. General views. Villalcampo. En Cuaderno León. GRF: 55.455-55.456

A lo largo del escrito insertó referencias históricas y señaló que el pueblo “pertenece al distrito judicial de Alcañices, que fue una de las ciudades cedidas por los Templarios tras la desaparición de la orden en 1312-1317. Alcañices pasa a la corona y ésta la cederá a su vez a la casa noble de Flores de Cifuentes”. Tras esbozar someramente el pasado histórico del lugar, continuó en esa línea y destacó que el pueblo se encontraba en el territorio de la Tierra de Aliste, es decir, dentro de la región maragata. Este dato ya nos está indicando que sin duda era una localidad que le iba a interesar documentar, ya que “los alistanos se aferran a maneras primitivas de vida y trabajo” y no sólo eso, esta gente seguía conservando muchas de sus tradiciones en cuanto a la indumentaria. Sin duda el material que pudiese recoger en el pueblo, sobre todo atendiendo a los antecedentes que expuso, iba a ser de gran valor porque era la recopilación de unas costumbres que estaban profundamente arraigadas en la población desde hacía siglos y que cuando las fotografió ella habían sufrido pocas modificaciones. Aseguró esta idea en las frases finales de la introducción, cuando definió como “características medievales” el profundo sentir religioso y el gran entusiasmo de los pobladores de estas tierras por el teatro, característica ostensible en sus “pintorescas” representaciones de luchas entre

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4. La Etnografía como materia de Estudio

moros y cristianos y sobre la Pasión del Señor. Se sirvió de esta última frase para introducir el tema del monográfico61. La imagen de la iglesia, cuyo simbolismo y arquitectura la convierte en el edificio más importante en muchos de estos pueblos, inauguró la serie dedicada a las construcciones del lugar. La iglesia, dedicada a San Lorenzo, presentaba la sencillez exterior típica de una iglesia rural de la zona de León62. Sin embargo, al describir el interior se recreó proporcionando datos técnicos sobre elementos arquitectónicos y al mismo tiempo intentó presentarlo como un lugar casi místico en el que tiene lugar el servicio religioso: Note. At mass on Easter morning the church is crowded with people. A diagonal ray of sunshine stands solid in the incense-laden air. A strong reedy voice intones the responses, accompanied by a gaita from Portugal. The singer stands at the back of the church in the choir gallery which is filled with youths. The floor is covered with the pyramidal figures of kneeling women clad in full, dark woolen skirts. Dark, richly coloured cotton kerchiefs are tied on the heads, over which are worn black woolen capes with a round knob of bright-coloured yarn at the top. Beside their mothers on the floor gaily dressed infants and young children sit munching bread. Toward the rear of the church a score of small boys dressed in short, full blouses stand together in a double row, holding lighted candles whose flames are reflected in their wide-open, ecstatic eyes. The dark figures of the men form a somber fringe at the side nearest the door.

De la escena anterior, que con tanta precisión describió, no existe ninguna fotografía ya que la serie comenzaba una vez concluida la misa, al inicio de la procesión. Este hecho nos parece muy relevante, no hemos encontrado hasta la fecha fotografías de Anderson realizadas en el interior de una iglesia al mismo tiempo que se celebraba la misa. Lo primero que podemos pensar es que las condiciones en el interior de estas iglesias eran totalmente adversas para realizar cualquier tipo de fotografía, la luz, la propia arquitectura, la cantidad de gente, pero también podemos pensar que siempre fue consciente de la solemnidad del evento y por respeto no realizó imágenes 63 . Estaba 61

Introduction. A Castillian Village. Villalcampo, Zamora (1926) Construida en piedra, poseía gruesos pilares que sostenían un techo madera. Una serie de pequeñas ventanas iluminan el interior. 63 En su producción este tema le interesó enormemente pero como apuntamos, y aunque existen cantidad de instantáneas sobre eventos religiosos, no realizó fotografías de misas celebradas dentro de una iglesia, por ejemplo, no fotografió gente comulgando. Por el contrario sí que realizó cantidad de imágenes de procesiones, de gente saliendo de la iglesia, mujeres camino de ella o vistiéndose para asistir a algún acto 62

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4. La Etnografía como materia de Estudio acostumbrada a ver, lo complicado era trastocar la famosa frase de “más vale una imagen que mil palabras”. Así en su texto sobre Villalcampo tuvo ineludiblemente que encontrar esas mil palabras. Aunque no contamos con la imagen fotográfica de este hecho, algunos de los cuadros en la colección de la HSA pueden servirnos perfectamente para representar estas las palabras. Por ejemplo, el cuadro de “El Sermón. Salvatierra de Tormes” pintado por Manuel Benedito Vives y que entró en la colección en 1929. En él podemos ver las “piramidales” figuras de las mujeres al arrodillarse, los trajes del cuadro coinciden en tejidos y tonalidades con los del texto y los hombres vuelven a ser los personajes que se quedan en la parte trasera de la iglesia, cerca de la puerta, rodeando a las mujeres que rezan64.

30. Manuel Benedito Vives (1875-1963). The Sermón, Salvatierra de Tormes, 1907. Colección HSA

En estos folios estudió el tema de la arquitectura doméstica a partir de una selección de varias casas en el pueblo. Las tomó como modelo para describir las diferentes

religioso. También de algunas ceremonias al aire libre, este es el caso del reportaje que realizó durante la conmemoración del milenario de San Pelayo en Tuy, Pontevedra. 64 El autor Manuel Benedito Vives (Valencia 1875-Madrid 1963) fue discípulo de Sorolla y pintó este cuadro en 1907 en el pueblo de Salvatierra de Tormes (Salamanca). Se le nombró miembro de la HSA en 1923, aunque esta pintura, como hemos dicho no llegó a la HSA hasta 1929, cuando entró en la colección junto a dos obras más del mismo autor. Priscilla Müller; J.J. Luna. De Goya a Zuloaga. La Pintura española de los siglos XIX y XX en The Hispanic Society of America. Madrid: Ediciones El Viso, 2000. págs. 88-89.

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4. La Etnografía como materia de Estudio tipologías locales65. Para la monografía eligió el negativo donde aparece sobre el dintel de la puerta un grabado con la fecha de construcción, “Año 1879” y también otro grabado que representa esquemáticamente la cabeza de un hombre. Con esta elección certificó la antigüedad de la casa y aseguró la autenticidad de la arquitectura, pero además dejó claro como su labor estaba encaminada a recopilar un material tradicional, no contaminado por la modernidad. Tras los exteriores era imprescindible documentar los interiores, siempre siguiendo un orden, primero la puerta principal y el vestíbulo. La cocina solía ser el primer lugar que conocían de toda la casa. Su importancia se debía a que en ella se encontraba la chimenea o el lar que albergaba el fuego con el que se calentaban y cocinaban los que allí vivían. Pero además era territorio de mujeres y en alguna ocasión al describirlas y al fotografiarlas recuerdan alguna de las obras más famosas de Pardo Bazán 66 . Era la habitación más cálida especialmente en las construcciones populares, que eran las que le interesaba fotografiar67. Hasta ahora hemos comprobado cómo lo primero que hizo fue presentar el pueblo y a alguno de sus habitantes, para pasar a continuación a la serie referida a las diversas celebraciones de Semana Santa. Comenzó con una serie de imágenes que documentaban la procesión de Domingo de Resurrección (Easter Sunday) a las ocho de la mañana68.

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En los folios se incluyen correcciones de estilo y todo indica que fue Alice Wilson Frothingham, conservadora de cerámica y que hasta 1928 trabajó en el Departamento de Documentación, la que está corrigiendo el texto. En la nota correspondiente al primer negativo afirmó que el corral era una parte imprescindible en todas las casas del pueblo y no el patio que encontró en otras zonas del país. Negativos: 6587 y 6588. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 93-94 66 En una ocasión describió a su madre la escena de la cocina en una fonda en la que se hospedaban: […]This fonda is a fascinating place. I wish you could see the kitchen, with the peasants and mountain women eating around in odd corners and La Petra, la Caprichosa, presiding over the whole place-the genius of the stove. Carta de Anderson a su madre, Muros (La Coruña) 3 de noviembre, 1924. 67 Negativo: 6593. Idem. 68 Recordemos que Anderson y Spalding fueron invitadas al pueblo el Viernes Santo. Llegaron el sábado y la obra se representó el domingo.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

31. Anderson. Procession of Easter Sunday. The banners leading the procession. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.490-55.491

Cuando habló sobre la comitiva lo primero en lo que se fijó fue en las cruces procesionales y los pendones que servían para liderar el paso. Existían dos, las sacaban en procesión y de vez en cuando, es un gesto de salutación a la Virgen, las extendían en el suelo. Estos pendones estaban directamente asociados con los que Sorolla realizó para su panel de Castilla, las “banderas de Zamora”, que como las fotografías, aparecen ondeando al viento.

32. Sorolla. Castilla. La fiesta del Pan, 1913. Detalle

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4. La Etnografía como materia de Estudio

33. Anderson. Procession of Easter Monday. Banners. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.497

La Virgen iba acompañada por dos mujeres a las que identificó como “las madrinas”. Sin duda alguna dos personajes importantes, no sólo por los espléndidos trajes típicos, sino porque tras ellas siguen las autoridades eclesiásticas y el resto de la comitiva procesional en la se ve otro grupo portando candiles.

34. Anderson Image dressed in rober of silk brocade. Litter made of light wood. Four columns cowed with design of flowers and simple festoons. Eight-sided dominical canopy, also carved. Decorated with bunches of artificial flowers and loops of bright-coloured silk ribbons…. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.488

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4. La Etnografía como materia de Estudio

Se interesó por como habían decorado las andas de la imagen. Junto a las flores artificiales, había paños bordados. Son ejemplos de artesanía popular, puesta al servicio de unas creencias religiosas, dedicada en este caso a la imagen de la Virgen. A partir de este momento y siempre de acuerdo al orden de los folios, incluyó una serie con retratos de los habitantes del pueblo, comenzó por las mujeres. Con ellas mostró la indumentaria. Las madrinas de la Virgen se convirtieron en los iconos de la fiesta, ya que fueron las que más negativos generaron. Estudió su indumentaria, pero le llamó la atención dos elementos que en principio no tenían nada que ver con ella. Se trataba de una pequeña cesta llena de velas y una enorme llave ceñida al cinturón. La experiencia de la americana le llevó a entender que esa mujer era la sacristana, la encargada de la iglesia, una figura típica en muchos pueblos69. Las mujeres fueron las mejores exponentes del traje típico de la localidad, ellas los confeccionaban y bordaban manualmente, los conservaban y vestían en ocasiones especiales. Pero además eran las más dispuestas a ser retratadas, posiblemente por la confianza que les infundía el ser fotografiadas por otra mujer y ver el interés de ésta en inmortalizar sus ropas y labores, que junto a las joyas describió minuciosamente70. Tras las mujeres, o mejor dicho, acompañadas por ellos, los niños fueron otro de sus objetivos. Uno de ellos llamado Antonio vestía un traje que llamó la atención de las dos viajeras ya que realizaron un buen número de tomas71. Pero la investigadora captó con su cámara a una madre cargando a su hijo a la espalda. Aportó un ejemplo sobre la crianza de los hijos, las madres eran las principales responsables de ella, pero no podían desatender otras ocupaciones. De esta forma podían llevar a los niños a todos lados, el infante viajaba seguro y cómodo y no molestaba a la hora de trabajar en el campo, ya que de esta forma la madre puede mantener las manos libres72.

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En algunos pueblos cada vez que intentaban visitar la iglesia y estaba cerrada descubrían que era una mujer la encargada de abrirla, la que poseía las llaves. Quizás esta foto es el retrato de una de esas mujeres. 70 Negativos: 6.693, 6.694 y 6.697. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 100-101 71 Pasados los años Spalding realizó una acuarela de Antonio para celebrar el Año Internacional del Niño. Ver cap. 1 apartado 1.2.2. 72 Seguramente se trata de una demostración ya que como vemos las prendas que lleva tanto la mujer como el niño no son las de diario, incluso se puede apreciar como en la cofia del bebé lleva prendido un crucifijo con la imagen del Cristo del Campillo. Negativo: 6.716. Idem. pág. 103

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4. La Etnografía como materia de Estudio

35. Anderson. Mother Carrying a Child. A woman ties a child on her back as she goes to work in the field. She spreads her cape of heavy homespun on the ground, picks up the child by his leathern doublet, and lays him on his back on the cape. She folds the bottom of the cape over his feet, rolls the ends around his body, and swings his to position on her back. Crossing the ends of the cape over her breast, she draws a stout cord around her waist and secures it to an end of the cape in the front. In this position the child rides comfortably and the woman´s hands are free to carry on her work. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.597

En el caso de los hombres se concentró en fotografiar la capa. Su importancia radicaba fundamentalmente en ser otro vestigio del pasado con más de seiscientos años de antigüedad 73 . El tema de la indumentaria continuó siendo el hilo principal de la monografía, lo que le permitió seguir centrándose en la figura de varios lugareños, entre ellos el sastre del pueblo y una pareja de novios que la fotógrafa retrató mirándose el uno al otro. Ambos vestían un traje de gala y comparó la falda de la chica con otra que vio en el pueblo de Ricobayo. Añadió que ese tipo de indumentaria se usaba especialmente cuando la mujer está en edad casadera, abandonándola una vez desposada 74 . Con el mismo interés por cotejar y relacionar elementos en la indumentaria, en este caso una capa, incluyó la fotografía de unos vecinos de Videmala, un pueblo cercano75. No sólo se limitó a describir, sino que aportó juicios personales sobre el tema del traje que le 73

María del Rosario Ortíz Miguélez. Resumen cronológico de la historia del traje y su evolución. Madrid: Mediterráneo, 2001. 74 Negativo: 6.702. Idem. pág. 102 75 Este negativo lo consiguió en la ciudad de Zamora por su interés en mostrar una tipología de capa. Negativo: 7.033. Idem. pág. 125

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4. La Etnografía como materia de Estudio ayudaron a reflexionar sobre éste a un nivel superior, es decir, con mayor discernimiento sobre su evolución y simbología. En la serie de los habitantes todos exhibieron ante la fotógrafa sus mejores trajes, algo lógico ya que se enmarcaban dentro de una celebración, la Resurrección de Jesucristo, ocasión propicia para usar el vestido de fiesta, cercano al modelo original y habitualmente hecho a mano. Pero también experimentaron una situación poco común en su vida, el ser fotografiados por alguien interesado en ellos y en su cotidianidad. Metodológicamente siguió fiel a su estructura de trabajo. Primero presentó el pueblo y a sus habitantes, momento en el que inevitablemente incluyó ejemplos sobre alguna de las industrias locales. Seleccionó varias imágenes en las que aparecía una mujer haciendo hilo, y con las que conjugó dos asuntos idóneos para su trabajo, una labor manual que además estaba relacionada con la confección. Concluyó el texto con la representación del Auto Sacramental. La peculiaridad de este y otros trabajos fue el que no incluyó referencias bibliográficas, y este hecho no se puede achacar únicamente a su inexperiencia como investigadora, sino a una razón más simple, la poca o nula bibliografía existente sobre un evento fuertemente relacionado con la tradición oral. Por lo tanto desconocemos las fuentes en las que basó algunas de sus afirmaciones, pero dejó claro en primer lugar que la obra de teatro representada por los habitantes de Villalcampo durante la Semana Santa de 1926, tuvo origen en época medieval. El pasado se hizo presente, pero al contrario que en otras ocasiones, ahora no se trataba del testimonio proporcionado por la arquitectura de un castillo, las vidrieras de una catedral, la talla de un santo o las páginas de un manuscrito iluminado, tampoco era una prenda de vestir, era una actuación teatral, y una vez representada no quedaría constancia de ella. En el caso de Villalcampo tenemos constancia de lo que allí ocurrió en 1926, porque ella estuvo allí, para documentar una actuación imposible rememorar sin una cámara fotográfica. La ventaja de la cámara, a diferencia de un relato escrito, un dibujo o una pintura, le permitió la recopilación, en un corto espacio de tiempo, de un importante número de tomas. Por otro lado fue consciente de que la cámara fotográfica no era un aparato infalible y de que documentar una “acción” de la que no volvería a ser testigo, exigía gran empeño, lo que le llevó a emplearse a fondo para conseguir el mayor número de imágenes posibles. La sensación 324

4. La Etnografía como materia de Estudio

de fugacidad, de eventualidad a la que estaba sometida la representación, se subraya al revisar la sucesión de imágenes. La serie comienza con las fotografías del escenario vacío que realizó temprano por la mañana, mucho antes de que comenzase la obra.

36. Anderson Stage for Passion Play. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.523

Era importante mostrar cada parte de él, los habitantes se encargaron de construirlo con lo que tenían a mano incluidas colchas y mantas, que también sirvieron, en algunos casos, como vestuario para caracterizar alguno de los actores. Tras esta serie introdujo los retratos a cada uno de los actores y finalizó el reportaje con instantáneas de varias escenas. El maestro del pueblo, que era además el director de la obra, se encargó de proporcionarle información sobre la obra, pormenores que la investigadora incorporó a su texto. Según su informante hacía cuarenta y cinco años que no se representaba, de autor anónimo, fue escrita en verso lo que facilitaba el aprendizaje del texto, especialmente si tenemos en cuenta la tasa de analfabetismo de la época. Cuarenta y tres personas participaron en ella y al igual que el escenario, ellos mismos se encargaron de preparar su vestuario. Antes de dar comienzo a la función el elenco de actores amateurs recorrió en procesión varias calles del pueblo. La comitiva iba precedida por un hombre a caballo y vestido con uniforme de gala, tocaba una corneta para anunciar el comienzo de la

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4. La Etnografía como materia de Estudio función76. Las fotografías reflejan la expectación creada por el evento. Los vecinos se congregaron en la plaza y en el texto fue describiendo algunas escenas. Añadió breves comentarios con los que intentó explicar con mayor agudeza el sentido de la representación, y para ello se sirvió de la obra de Lope de Vega y la tradición del Auto Sacramental en época Barroca77. A la vuelta de la expedición, ansiosa por escribir sobre el tema revisó una serie de libros de Lope y citó otras fuentes disponibles en la HSA como por ejemplo, al hispanista Rennert78, miembro de la Sociedad y experto en la obra de Lope de Vega79.

37. Anderson Passion Play. Preliminary procession on the stage. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.512 76

Negativo: 6641. Idem. pág. 98 Misterios y Autos Sacramentales. «Los bailes semiteatrales de producción popular, compuestos sobre temas de vidas de santos, a los que el pueblo quiere festejar con motivo de la celebración de la festividad que la Iglesia les dedica, no son más que una especie de exteriorización vulgar, a veces incorrecta, más que mal intencionada, de los primitivos misterios o autos sacramentales que antes los propios ministros de la Iglesia cuidaban representar. Su letra es sumamente vulgar, de suerte que el interés literario estriba, no precisamente en lo que se pone en boca de sus personajes, sino en el hecho mismo de su existencia y en los elementos genuinamente populares que conservan. Suelen contener extensas narraciones en verso, que declaman con buena fe y afición extraordinarias, danzando y saltando en los pasajes que la representación señala a los propios representantes, los cuales, en conjunto, dan al espectáculo, con la música tradicional que les acompaña, un carácter verdaderamente primitivo». Aurelio Capmany en “El baile y la danza”. Folklore y costumbres de España. Tomo II. Barcelona: Editorial Alberto Martí, 1931. págs. 377-389 78 Albert Rennert (Filadelfia 1858-1927). Autor de una biografía sobre Lope: The Life of Lope de Vega (1562-1635). Glasgow: Gowans and Gray, LTD, 1904 79 Comparó el escenario, hecho a partir de mantas, colchas y sábanas colgadas, con los del periodo barroco. A diferencia de estos el de Villalcampo carecía de telón. Los únicos detalles que consideró servían como ambientación del espacio escénico fueron dos carteles que indican la casa de Pilatos y la de Herodes. Negativo: 6631. Idem. pág. 97 77

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4. La Etnografía como materia de Estudio

En su monográfico sobre Villalcampo, o mejor dicho, sobre el Auto Sacramental allí representado, puso de manifiesto la asimilación por parte del pueblo de toda una serie de representaciones iconográficas cristianas creadas por la Iglesia católica especialmente durante la Edad Media y que se consolidaron durante siglos. Con éste lenguaje de las imágenes la iglesia catequizó a los fieles iletrados sobre los dogmas de la fe y el teatro formó parte de esa educación. Aunque quedaban muy lejanos los siglos medievales, los espectadores de Villalcampo simplemente con ver el color amarillo sabían que se trataba de Judas80 o el aspecto físico de San Pedro o de San Juan Evangelista81.

38. Anderson. Saint John. Jacket and “small clothes (?)” of bright pink and white cotton print. Cape made of blue and rose bedspread. Membres of spikes of wheat. White woollen hose embroidered in colours. Villalcampo (Zamora), 1926. GRF: 55.515

Una comunicación visual a la que Anderson también estaba acostumbrada y por eso al contemplar la escena final de la Piedad la asoció a otra imagen que en ese momento tenía fresca en su mente, la que acababa de ver en uno de los pasos de Semana Santa en Zamora. Esta escena en concreto, se representó en infinidad de obras de arte, pinturas, esculturas, grabados, y en Villalcampo eran personas de carne y hueso emplazadas en un escenario, las que encarnaban y dotaban de vida una tradición. 80

Desde el siglo IX la imagen de Judas Iscariote se representó con un nimbo negro, el pelo rojo y un traje amarillo. Cf. Lexicon der Christlichen Ikonographie. Rom, Freiburg, Basel, Wien: Herder, 1970. columna. 445. 81 Juan Ferrando Roig. Iconografía de los santos. Barcelona: Omega, 1950.

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4. La Etnografía como materia de Estudio Para subrayar la importancia de los actores y mostrar quienes eran en realidad, se concentró en cada uno de ellos y no dirigió la atención al rol que representaban, o la calidad de su interpretación, sino a las ropas que vestían, en los tocados del pelo, donde la imaginación y el aprovechamiento de los recursos con los que contaban quedó patente. Se caracterizaron con la ayuda de mantas, colchas, sábanas y camisones, uniformes militares pasados de moda les sirvieron para encarnar a los centuriones romanos. Todo ello interesó sobremanera y dejó constancia visual de una acción temporal, vestida por la imaginación de un grupo de personas que con los elementos más dispares, se transformaron en personajes bíblicos. En el caso de San Pedro, por ejemplo, advirtió que portaba una colcha ataviada como si de una túnica se tratase. Herodes por su parte, llevaba una chaqueta de Guardia Civil y unos pantalones que al parecer correspondían a un traje militar de gala. Incluyó una fotografía de las siguientes escenas: la última cena, la oración en el huerto, la traición de Judas, Jesús ante Pilatos, la Verónica, Jesús crucificado junto al mal ladrón, la Crucifixión y la Piedad. Tras las dos primeras escenas se refirió a la traición de Judas y afirmó que ya desde época medieval, para representar a este personaje se utilizaba el color amarillo y verde, como los del actor en Villalcampo. Los comentarios al negativo de la Crucifixión se refieren a la indumentaria de San Juan Evangelista, que al igual que la de San Pedro iba equipado con una colcha de cama de color rosa y azul. En la cabeza se había puesto un nimbo hecho con espigas de trigo y no solo eso, Anderson señaló como al improvisado actor le habían permitido que se dejase crecer el pelo para encarnar de la manera más realista al personaje. Este trabajo, enfocado en principio en la indumentaria, es un ejemplo de fiesta religiosa, una de las más importantes en España, a la que se unen elementos paganos y de la que los habitantes de un pequeño pueblo son los únicos artífices. Intentó documentar cada uno de los aspectos que la componían y uno de los más obvios, con el que le sirvió para describir con más intensidad el evento y dejar patentes sus características particulares, fue la manera en la que los participantes se caracterizaron para llevar al escenario la obra. Fue pequeño triunfo en su producción, un ejemplo preciado con el que proporcionar a la HSA imágenes de una España ambicionada de Huntington. Llegó al pueblo por casualidad, o quizás no, porque no era una turista convencional y como tal la consideró el vecino de Villalcampo que se acercó a ella y le informó de la representación. 328

4. La Etnografía como materia de Estudio

No creemos que Anderson fue una mujer impulsiva, pero cuando se trataba de fotografías que consideró interesarían a la Sociedad, no lo pensó dos veces, y en este caso, hasta donde tenemos conocimiento, sólo su trabajo es la prueba de lo que pasó en el pueblo de Villalcampo, que bien pudo ocurrir en otras localidades a las que por desgracia no acudió la viajera. c) A Personal and Historical Account of the City of Toro, Zamora (1926)82.

39. Borrador original del texto

El pueblo zamorano de Toro le proporcionó un material de gran interés con el que pensó realizar un monográfico, aunque éste nunca se llegó a publicar por las razones que expondremos más adelante83. Pensó utilizar el material que recogió durante su trabajo de campo de finales de abril de 1926. Quería exponer en él el relato de su paso por la localidad y a diferencia de los trabajos que hemos revisado hasta el momento, en éste incluyó fotografías de otros insignes profesionales. Eran imágenes realizadas entre otros, por Jean Laurent, Kurt Hielscher, el maestro Filuco, Arthur Byne, Primitivo Carvajal, algunas procedentes del Arxiu Mas, es decir instantáneas que llenaban, incluso antes que las suyas, los archivadores del GRF. El relato sobre Toro no se llegó a publicar, pero si 82

Existen dos originales de este texto, una versión reducida y otra más amplia. Se encontraban juntas en la misma carpeta. Archivo: RMA. Carpeta: Publications Proposed-Towns-Toro-Zamora. Plan V. NB. HSA. 83 Archivo: RMA. Carpeta: Publications Proposed-Towns-Toro-Zamora. Plan V. NB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio algunas instantáneas con las que documentó el traje y el tocado típico de Viuda Rica y que aparecieron en la serie Folders & Portfolios84. Pocas semanas después de finalizada la expedición y tras su vuelta a Nueva York en junio de 1926, retomó sus experimentaciones con la máquina de Rayos-X. Al mismo tiempo desarrolló un plan para mostrar los estereoscopos en la sala de lectura y completó el boceto de su ensayo sobre Toro85. Se conservan dos versiones de este texto y aunque ambas siguen el mismo esquema, en la segunda el texto está más desarrollado e incluyó un mayor número de datos. El texto estaba provisto de todos los ingredientes necesarios para que fuera del gusto de Huntington, empezando por el título, A Town in Old Castile. Un pequeño pueblo, Toro con una gran historia. Su ilustre pasado estaba protagonizado por grandes personajes que patrocinaron y habitaron algunas de las construcciones regias que todavía se conservaban. Junto a ellas también cabía la posibilidad de fotografiar ejemplos de arquitectura popular, como casas hechas de adobe o ladrillo. En el texto también se incluyó el reportaje de una becerrada y la celebración de una boda, junto a ejemplos sobre el traje y el peinado de Viuda Rica, que se exhibía en las grandes ocasiones86. El esquema del monográfico se estructuró de la siguiente forma. Empezó con la ubicación geográfica del lugar y para ello incluyó un mapa de Zamora. La introducción histórica ocupó un buen número de folios y, tras alabar la amabilidad y hospitalidad de la gente del pueblo, citó los nombres de algunas personalidades allí nacidas. Destacó entre todos ellos a Fray Diego de Deza, “hijo distinguido” del pueblo, y famoso porque fue partidario de Cristóbal Colón. Este hecho fue suficiente para dedicarle un párrafo entero, e incluir la fotografía del monumento que se erigió en su honor.

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Folders & Portfolios, serie: Spain: Costume details from Photographs in the Collection of the Hispanic Society of America. New York: By order of the Trustees, 1930. Estas fotografías estaban agrupadas bajo la denominación, peinado de mujer, Women Coiffure. Se trata de un reportaje de las diferentes fases del peinado que complementa el traje conocido como de Viuda Rica. Este atuendo de color negro y decorado con gran profusión de bordados dorados y vistosa joyería, es junto al traje de Labradora, muy popular en Toro. 85 Agenda. July 29, 1926. Complete a Personal and Historical Account of the City of Toro. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 6. Anexo 1. 86 Outline. Introduction: Location, Situation, History, Modern aspect, Distinguished Sons. Architecture: Bridge, San Salvador, San Lorenzo, Collegiate church, Town Hall, Domestic buildings. Popular scenes: Becerrada. Costume: Wedding, Viuda Rica. Archivo: RMA. Carpeta: Publications Proposed-Towns-ToroZamora. Plan V. NB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

40. Primera página del borrador donde incluye una fotografía de la Colegiata realizada por Laurent. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.515

41. Anderson. Statue of Fray Diego de Díaz by J. Conde, 1923. This gentleman was born in Toro. He lent valuable aid to Columbus. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.436

No abandonó el tema histórico y continuó hablando de él a través de la arquitectura que estudió siguiendo un orden cronológico. Partió de los restos arquitectónicos más antiguos, como el Puente Romano y tras él la iglesia románica de San Salvador y la de San Lorenzo el Real, dos de los ejemplos de la llamada arquitectura mudéjar castellanoleonesa. De esta última iglesia habló extensamente y describió tanto el exterior como el interior. Considerando lo útil que podían ser estas fotografías para los trabajos de 331

4. La Etnografía como materia de Estudio investigación en la HSA, destacó tanto el retablo mayor, como el conjunto funerario de Don Pedro de Castilla y Doña Beatriz de Fonseca. Para finalizar se refirió a la Colegiata de Santa María la Mayor, no sólo por su arquitectura, sino por su valor simbólico, ya que a través de ella pudo representar la importancia política y económica de este pueblo durante la Edad Media. La obra general de la investigadora nos revela como durante las expediciones documentar el patrimonio artístico de España, también fue una tarea muy importante que iba más allá de ilustrar sus trabajos. Las fotografías servían también como material básico para la fototeca, la sección de referencia con imágenes de obras de arte. Por esto debía ser muy específica con la información que aportaba, como cuando se concentró en los materiales empleados en la arquitectura popular y señaló que se utilizaba adobe y ladrillo, en detrimento de la piedra que no se empleaba ni siquiera en los palacios. El panorama que estableció en los primeros párrafos del trabajo eran imprescindibles como comienzo y le permitieron posteriormente a cambiar el tema de su narración. Se refirió a una becerrada a la que acudió en Villabeza, un pueblo a seis kilómetros de Toro87. La gente del pueblo supo inmediatamente de la presencia de estas dos extranjeras, y por ello, un día se presentaron dos novilleros en el hotel de Toro donde se hospedaban para ofrecerles la posibilidad de asistir a una de estas novilladas. En el texto contó todo lo que sucedió aquella tarde. Aunque las dos viajeras estaban familiarizadas con la fiesta de los toros, tema bien representado en varias de las colecciones de la HSA, también las fotografías, ésta fue la primera vez que asistieron a una novillada, que además estuvo dedicada a ellas. Anderson no podía dejar escapar una oportunidad como esta, sobre todo pensando de toros y toreros en la colección original de Huntington. De hecho ese mismo día se celebró un casamiento, dos eventos que quiso fotografiar. Tuvo que levantarse temprano para fotografiar la comitiva de la boda que a las nueve de la mañana salió de la iglesia en dirección al bar Argentina donde se celebró un pequeño convite con música y baile. Desgraciadamente no pudo quedarse a la fiesta porque se marchó a la novillada de Villabeza.

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Creemos que se trata del nombre de una finca que según Anderson se encontraba a seis kilómetros de Toro.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

42. Anderson. This little heifer was quite taine, so many of the bystanders leaped into the arena to torear also. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.447

Elegir entre los dos eventos fue difícil, pero documentó la novillada de una forma más extensa, porque se dio cuenta de cómo toda la celebración nupcial, comenzando por los trajes de los novios, estaba muy influida por aspectos modernos, subrayó que: […] They were going to the home of the bride to have refreshments, after which a dance was to the given at the café Argentina, beginning at four o‘clock in the afternoon and continuing into the next morning as long as flesh and spirit held together. In this section weddings do not seem to be celebrated a in a specially distinctive manner. It is said that the bridal customs most characteristic are conserved in the mountain region and the Maragato country.

Estas fueron algunas poderosas razones por lo que prefirió marcharse a Villabeza. Pero no podía, como especialista en el traje, finalizar su monográfico sin referirse a él, y encontró el mejor ejemplo en el denominado de Viuda Rica. No sólo en traje, sino el tocado constituyó el colofón de su trabajo y como en la mayoría de sus trabajo volvió a subrayar el abandono en su uso. Consideró que la denominación de este traje se debió a la riqueza de los materiales; sedas, terciopelos, bordados de hilo dorado, pasamanería, la blusa de satín negro con volantes fruncidos blancos. Era un vestido caro que no todas las mujeres poseían. Lo mismo sucedía con el tocado, que era tan importante como el traje en sí, y sobre él constató que treinta años atrás, este complicado peinado se utilizaba a diario pero que en la actualidad se reservaba para las grandes ocasiones. En el pueblo lo 333

4. La Etnografía como materia de Estudio llevaba a cabo una peluquera (peinadora) profesional, una mujer que conservaba el conocimiento y la destreza para hacerlo. Como anunciamos al principio existe una segunda versión del monográfico dedicado a Toro, esta vez con las páginas numeradas, y que repite esquemáticamente el texto anterior. La introducción comenzó refiriéndose a su llegada a Galicia en diciembre de 192688. A lo largo de las primeras páginas describió el paisaje que vieron durante el trayecto de Zamora a Toro, e hizo continuas referencias al río Duero, éste separaba la provincia dejando en la zona sur la denominada “Tierra de Vino” y al norte la “Tierra de Pan”. La historia de Toro precede a los párrafos anteriores, pero a diferencia del texto anterior la amplió. A su llegada al pueblo preguntó a un grupo de muchachos sobre el hotel y fue el momento en el que se percató del acento característico de los lugareños, lo que le llevó a incluir un comentario sobre las diferencias existentes entre un castellano y un gallego, especialmente al construir los diminutivos89. La primera impresión que les ofreció la localidad fue la de un lugar que, aún siendo poco atractivo en conjunto, monótono con calles desangeladas, les proporcionó material muy interesante sobre la arquitectura, el traje y las costumbres locales. El verdadero encanto de Toro residía en las cosas “que se sienten más que en las que se pueden ver”90, como por ejemplo su importante pasado histórico, que fue una de las razones le impulsaron a fotografiar los monumentos y edificios importantes. Se sirvió de las imágenes de arquitecturas para ilustrar los párrafos en los que habló sobre la historia antigua y moderna de Toro, y tras ellas, como en el texto anterior, incorporó las que tenían que ver con el traje y con “la vida de la gente”91. En este caso además de tratar la indumentaria de Viuda Rica, habló de los seis trajes típicos de la provincia de Zamora92, aunque se centró en el de Viuda Rica al que consideró como el más típico de Toro. A diferencia de la primera versión en este momento se detuvo en el análisis de los trajes, incluyendo, por ejemplo, más datos sobre los tejidos utilizados. Este traje se vestía en 88

Recordemos que la expedición del 1925-1926 comenzó en Galicia, donde fotografió la apertura de la Puerta Santa el 31 de diciembre de 1925. El Jueves Santo las viajeras estaban en Zamora, para documentar las procesiones de Semana Santa. 89 Segunda versión. pág. 8. 90 Idem. pág. 11 91 Idem. pág. 16 92 Carvajalino of Carvajales, the alistano from the Aliste river valley, the cervato of Puebla de Sanabria, the sayagues of Sayago, the artesana of Zamora and the Viuda Rica of Toro. Idem. pág. 16.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

ocasiones importantes, pero ella no tuvo que esperar ese momento y “programó” la sesión fotográfica. Pidió a la encargada de la fonda donde se hospedaban que buscase un traje y a una modelo para posar con él puesto.

43. Anderson. Costume of Viuda Rica. Full length; front view. Apron, mandil de terciopelo; strings, caidas de terciopelo; cape of velvet; blouse, jubón de raso con volantes blancos a la muñeca; skirt, falda de terciopelo o de raso; jewelry, alhajas de oro, perlas, y diamantes, nunca de coral. The black velvet is garnished with heavy gold embroidery. The apron is edged with gold fringe. The wealthy girls use gold hairpins. They wear two petticoats under the other skirt. The clothes are laid away in blue tissue paper in an arca and are used only on very especial occasions such as carnival time. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.433

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4. La Etnografía como materia de Estudio

44. Anderson. Separating strands for the plait, se dividen los enclines hasta 32. The hair is dampened. Toro (Zamora). neg. 6542. Parte del texto del negativo (6541): Combing the hair of the viuda rica […]. We found this peinadora selling oranges in the street, but at carnival time, both women, mother and daughter, go out to comb hair to prepare the señoritas for the dances. It would be very difficult if not impossible to comb one´s own hair this way. “En la juventud de la peinadora diariamente se peinaba así todo el mundo. Una sola no puede hacerlo - pero se hace una a otra. Se ha dejado llevar el pelo así desde hace 35 años. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.423

45. Anderson. Back view of hairdress. Toro (Zamora), 1926. GRF: 55.431

El peinado era también muy complicado y debía ser hecho por una profesional que supiese como elaborarlo. La dueña de la fonda también se encargó de encontrarla. La peluquera en cuestión trabajaba vendiendo fruta en una calle. Tardó tres horas en elaborar el peinado ante la cámara fotográfica. Como en otros textos, y debido a su falta de 336

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experiencia, la investigadora mezcló asuntos de interés etnográfico, con temas históricos y así observamos como en otro cambio brusco de discurso comenzó a hablar de los hijos ilustres del pueblo. Con este párrafo concluyó su estancia en Toro, y cuando tomaron el camino en dirección a Zamora, la multitud salió a despedir a las dos americanas que para ellos eran “las atrevidas”. Pero el viaje no acabó en ese momento y durante el trayecto tuvieron un problema con el coche y unos gitanos que encontraron en la carretera les ayudaron a buscar a un mecánico en un pueblo cercano. Mientras esperaban llegó un grupo de mujeres y comenzaron a hablar con ellas. La viajera se encontró en ese momento en una situación nueva para ella, ya que tuvo que “contestar a más preguntas de las que ella misma podía hacer”. La sometieron a un auténtico interrogatorio. Se sorprendieron al comprobar que no llevaba pendientes, le preguntaron quién conducía el coche y quién les acompañaba. Sin duda no concebían ninguna de estas tres cosas en una mujer, sin pendientes, conductora y viajando sola sin la protección de un hombre. Nos resulta difícil de imaginarla siendo interrogada y no al revés, como era lo habitual, se convirtió por primera vez en la “investigadora investigada”. La llegada del herrero que actuó como mecánico no le hizo sentir mucho mejor: […]Until the gypsy came back with the village blacksmith. He was a determined person and had small respect for female opinion in mechanical matters. Fortunately, a car came along with a chauffeur of his own sex who confirmed our recommendations. That satisfied the blacksmith and he made the necessary repairs93.

Este episodio en principio anecdótico, es especialmente significativo ya que nos mostró ciertas consideraciones que tenían sobre la mujer en la España de los años veinte, no sólo los hombres, también las mujeres. Sin duda estas vivencias forjaron su carácter como viajera e investigadora dispuesta a enfrentarse a una cultura y forma de vivir que no era la suya y que por otro lado dan sentido al título del documento, como narración de unos eventos vividos en primera persona, A Personal e Historical Account. Tras el repaso de ambos borradores nos preguntamos cuáles fueron las razones que impidieron la publicación de esta monografía. Por un lado, pensamos que debido a las múltiples responsabilidades y los encargos asignados a ella por la HSA, le hicieron más 93

A Personal and Historical Account of the City of Toro, Zamora (1926). Archivo: RMA. Carpeta: Publications Proposed-Towns-Toro-Zamora. Plan V. NB. HSA. págs. 24-25

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4. La Etnografía como materia de Estudio difícil el poder concentrarse exclusivamente en el monográfico. No olvidemos que en 1927 era una de las encargadas principales y con mayores responsabilidades con respecto a los planes de catalogación y sistematización del archivo fotográfico. Pero por otro lado creemos encontrar la respuesta más conveniente a su falta de experiencia para elaborar un texto científico. Se encontraba en las primeras fases de su formación. Todavía tendría que afianzar sus conocimientos antes de enfrentarse a la práctica de la escritura que por otro lado, también debía mejorar. Huntington se encargó de dar el visto bueno a sus textos, y en sus comentarios fue muy específico94. No se podía usar un tono personal en este tipo de escritos, las fotografías debían ser elegidas con detenimiento ya que su contenido tenía que corresponder al tema que se estaba tratando. Era necesario encontrar un patrón, elaborar un esquema interesante para desarrollar el argumento. Acaban estas notas con la frase, photography not archaeology. A nuestro entender pensamos que en este caso Huntington afirmó la importancia de la fotografía, incluso por encima de cualquier otra disciplina, estas eran pieza clave y a partir de ella se iría elaborando el texto. En muchos pasajes la “escritora inexperta” utilizó el tono personal, como cuando nada más llegar al pueblo y después de la introducción histórica y casi mítica de éste, contó cómo lo único que deseó fue encontrar comida y alojamiento. El monográfico de Toro constituyó uno de los primeros ejemplos de la típica producción “andersoniana”. Planificó sus escritos de la misma manera que sus expediciones, en él se repiten volvemos a observar su estilo sistemático a la hora de organizar el trabajo diseñado en la HSA, partiendo de un esquema inicial que dividió en temas generales y asuntos secundarios.

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The President. October 16th, 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 9. Anexo 1.

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4. La Etnografía como materia de Estudio d) A Maragatan Village. Santiago Millas, New York (1926)95 Cuatro apartados componen este monográfico que comienza con las típicas imágenes generales del pueblo. Ayudada por la fotografía de la iglesia introdujo la serie dedicada a la procesión del 2 de Mayo, fecha en la que visitó la localidad. El reportaje sobre la arquitectura local lo utilizó como entrada a las del baile con el que los habitantes conmemoraban el levantamiento del pueblo madrileño contra las tropas francesas en 1808. El tema de la indumentaria se reservó para el final y lo dedicó exclusivamente a la indumentaria maragata fotografiada en dos momentos concretos. El primero al retratar los ejemplos que vio durante el baile, además de las mozas con los trajes de fiesta de Santiago Millas y el segundo, un apartado que tituló A Maragato Costume, y que ideó a partir de una serie de retratos masculinos y fotografías sobre cada una de las prendas que componían el traje de maragato.

46. Anderson. Partial view. Agriculture and sheep raising are the principal industries of the region about Santiago Millas. The chief crops are rye and wheat. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.637

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El índice que seguiría el monográfico y que iba encabezado por un detalle en el que aparecen los maragatos que pintó Sorolla en el panel de Castilla era el siguiente: Introduction /Santiago Millas (León)/General view/ Partial view/ A Village Street/ Parish Church/ Portal of an Inn/ A Maragatan Homestead/ A Small Homestead/ A Three Shaded Corral/ Fiesta de Mayo: Procession/ Fiesta de Mayo: Dance/ Maragata Costumes/ Peasant Woman/ Festival Costumes and Details/ Maragato Costumes/ Peasant Man/ Festival Costumes and Details/ Maragatan Industries/ Arriero/ Cheesemonger/ Milkmen and Postman/ Oxcart/ Weaving. En NB. HSA

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4. La Etnografía como materia de Estudio Santiago Millas era un pueblo al suroeste de Astorga que en siglos pasados se consideró como una de las capitales de la maragatería arriera. El término de arriero se debe a la profesión de la mayoría de sus habitantes que se dedicaron históricamente al transporte de mercancías entre Galicia y Cantabria con otras capitales de provincia leonesas y Madrid. Conseguir imágenes del pueblo maragato96 y sus tradiciones fue otro de los objetivos prioritarios durante la expedición de 1925-1926. Se aspiraba a documentar la forma de vida de estas gentes y fotografiar modelos idénticos o parecidos a los tipos maragatos de Sorolla. La mayoría de las fotografías se recopilaron en Santiago Millas, pero como dijimos al final se incluyó un apartado dedicado al traje maragato donde aparecen dos personajes oriundos del pueblo de Val de San Lorenzo, junto a la instantánea de un arriero maragato con el que coincidió en el camino y que llegaba desde Junquera de Ambía (Orense). En esta expedición se recorrió la zona de la maragatería leonesa y se visitaron pueblos tan representativos dentro de esa tradición como Val de San Lorenzo o la población que nos ocupa, Santiago Millas. A través de las lecturas previas al comienzo de esta expedición (1925-1926), la investigadora supo de las descripciones que sobre los maragatos escribió el viajero inglés George Borrow (1803-1881). También tuvo en mente determinados pasajes pertenecientes a la obra de Richard Ford (1796-1858) 97 . Pero los maragatos descritos en estos libros no eran los que ella fotografió y tampoco los que aparecieron en ese trabajo. Este hecho se produjo principalmente por su propia experiencia en el lugar y su denodado esfuerzo por encontrar al maragato genuino y quizás influirá también una de 96

La Maragatería es una comarca en la parte occidental de la provincia de León. El historiador Matías Rodríguez señala que el territorio maragato se extendía de este a oeste desde Astorga hasta el monte Teleno y de norte a sur desde el pueblo de Combarros a Santiago Millas. Matías Rodríguez Díez. Historia de la muy noble, leal y benemérita ciudad de Astorga. Astorga: Establecimiento Tipográfico de Porfirio López, 1909. pág. 669 97 Podemos citar dos libros de este autor que leyó en la biblioteca de la HSA: Richard Ford. A Hand-Book for Travellers in Spain, and Readers at Home Describing the Country and Cities, the Natives and Their Manners, the Antiquities, Religion, Legends, Fine Arts, Literature, Sports, and Gastronomy : with Notices on Spanish History. London: J. Murray, 1845 y Gatherings from Spain . Everyman´s Library. London: J.M. Dent & Sons, Ltd., 1906. Capítulo VII, págs. 80-91. Hemos anotado el capítulo y las páginas en las que Ford habló sobre los maragatos. Creemos apropiado transcribir aquí las opiniones que aparecen en el último libro que citamos, porque con muchas de estas ideas en mente viajó la investigadora a España. Ford comparó el estilo de vida de los maragatos con el de los judíos y los gitanos, ya que se trataba de una comunidad cerrada. Aludió al tema oriental al comparar la vida nómada del maragato con la de la tribu africana de los beduinos, de los que se diferencian por utilizar mulas en vez de camellos. Los maragatos según Ford eran honestos, trabajadores y actuaban como los canales de transporte que comunicaban Galicia y ambas Castillas. En el texto también describió el traje tanto para hombre como para mujer.

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las lecturas posteriores a este viaje y recomendada de nuevo por Huntington, nos referimos a La Esfinge Maragata escrita por Concha Espina. Este libro como decimos, poco tiene que ver con los anteriores, pero Huntington al regreso de su pupila, le aconsejó que leyese “Mariflor”, título basado en el nombre del personaje principal de la obra98. La obra publicada en 1914, ofrecía una imagen del pueblo maragato muy del gusto de Huntington. Las descripciones magistrales que hizo Concha Espina sobre los personajes, sus atuendos, el terreno que los rodeaba, fueron de gran utilidad para la investigadora, no sólo a la hora de revisar todo el material que había recogido, sino también en relación al estilo de escritura. Como en la obra literaria también Anderson tuvo que mostrar los pormenores de un estilo de vida marcado por las condiciones del terreno y resaltó la riqueza en un folklore y unas tradiciones que habían cambiado poco con el paso del tiempo. Pero sus propósitos no eran literarios y por ello los párrafos que acompañaban las imágenes servían para completarlas y explicarlas. Son las fotografías las que narraban con precisión lo que se veía en ellas, de igual manera que Concha Espina lograba construir una escena por medio de la soltura y la fluidez de palabras con la que las describía. Con las imágenes fue capaz de incidir en el estado de incomunicación y olvido al que estaban destinadas algunas de estas poblaciones y reflejó la situación de la mujer dentro de la Maragatería, temas fundamentales en el texto de La Esfinge Maragata. Este monográfico ilustraría a la perfección párrafos enteros del libro. Las primeras fotografías ofrecen el “áspero dorso de la llanura” castellana 99 y continuamos visionando ese terrero en las imágenes de procesiones y otras festividades. Al igual que en La Esfinge Maragata las fotografías dejan constancia visual de la dureza del paisaje, y van más allá porque además consiguió captar como un lugar físico y un entorno determinado también influía en el estado anímico de los personajes. La mujer es la protagonista absoluta en el libro de Concha Espina y “Mariflor”, el personaje principal, se ve obligada a casarse con su primo y pone de manifiesto el sistema de parentesco característico de la maragatería basado principalmente en el levirato, el matrimonio de un hombre con la viuda de su hermano

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8 de julio de 1926. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 4. Anexo 1. Concha Espina. La Esfinge Maragata. Madrid: Renacimiento, 1925. pág. 133. sobre la relación de Concha Espina con la HSA ver, cap.1 nota 42 99

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4. La Etnografía como materia de Estudio muerto y el sororato, que es el matrimonio de un hombre con la hermana de su esposa100. Anderson sabía de las tradicionales formas de parentesco dentro de la comunidad maragata y aunque no hizo referencia explícita, se preocupó por mostrar la imagen de la mujer y la retrató en un estado de semi-aislamiento, al interior de la casa y además recogió las opiniones que le transmitieron acerca de la vida que llevaban. Se esforzó por resaltar la “nobleza” que históricamente se había atribuido a una comunidad cerrada como la maragata, pero los cambios comenzaban a apreciarse y con ellos se modificó esa situación de aislamiento. Advirtió dichas modificaciones debidas principalmente a la llegada del tren y los vehículos a motor, que provocaron la inmigración de muchos lugareños. Fueron cambios lentos, que en cierto sentido, crearon una mayor incomunicación en los pueblos que en ese momento no podían sumarse al progreso. Precisamente ese factor supuso una ventaja para la investigadora ya que el aislamiento aseguraría la permanencia de muchas costumbres, entre ellas la indumentaria. La obra se estructuró de la siguiente forma, a cada fotografía se le añadió un párrafo explicativo, tras la ubicación geográfica, muy importante puesto que le sirve como introducción, delimitó el territorio de la Maragatería, y señaló como tal el lugar donde habitaba un “peculiar grupo etnológico”, los maragatos. Los terrenos ondulados de esta región al suroeste de Astorga, se elevan a medida que nos acercamos a las montañas de León. Existían siete villas dentro de este distrito leonés, Santiago Millas era una de ellas y se estaba situada en un barranco poco profundo al pie de una montaña conocida por el nombre de la Muñeca. A continuación se ocupó de las industrias locales, que eran principalmente la ganadería ovina y dentro de la agricultura, primaba el cultivo de centeno y trigo. Tras lo anterior pasó a tratar la cuestión de las creencias y sobre la religiosidad. La fotografía de la iglesia y su modesta arquitectura volvió a servir como instantánea introductoria. Santiago era el patrón del pueblo y la fiesta en su honor era mucho más importante, pero fueron testigos de las celebraciones del Dos de Mayo y

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Sobre este tema consultar bibliografía: Juan Aranzadi. Introducción y Guía al Estudio de la Antropología del Parentesco. Madrid: Universidad Nacional a Distancia (UNED), 2005. R. Parking; L. Stone. Antropología del parentesco y de la familia. Traducción de Juan Aranzadi y Cecilia Montolio, con prólogo y notas de Juan Aranzadi. Madrid: Editorial Ramón Areces, 2007.

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fotografiaron varios actos religiosos. Durante la mañana de ese día se ofició una misa tras la cual sacaban a la Virgen en procesión101.

47. Anderson. Procession. Under a softly clouded sky, the procession moves toward another cross near the highway. From there it returns to the church. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.668

A partir de este momento y después de incluir el retrato de una mujer que participaba en esa procesión, imagen con la que pretende mostrar la indumentaria, organizó una serie de fotografías, hasta diecisiete, de varias casas 102 . Se trata de un extraordinario y completo documental fotográfico de la típica vivienda maragata arriera construida en piedra.

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En la nota al negativo llamó la atención sobre el dramatismo de la escena, al apreciar el contraste de la silueta creada por las personas caminando juntas en la procesión recortada sobre un fondo de colinas y bajo un cielo típico del paisaje castellano. Negativo: 6788. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 111 102 Se refirió a una casa (cottage) y también a la fonda del pueblo (Inn), aunque no queda muy claro. Si atendemos a las notas correspondientes a estos negativos nos hace pensar que se trata de dos lugares diferentes. Negativos: 6759-6776. Idem. págs. 108-110.

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48. Anderson. Cottage exterior; view showing the tiles on the roof edge and ridge, whitewashed. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55639

49. Anderson. The living quarters (la vivienda) occupy one side of the corral. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.645

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50. Anderson. The Maragatas say that life is sad and dull in their homes, shut in behind heavy gates and solid walls. The domestic seclusion of the Maragatan family seems and Oriental characteristic. The Celtic Gallegan, in contrast, builds his house with open balconies and glass-walled galleries giving on the street. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.648

Construcciones provistas de grandes portones de madera y amplios patios interiores que facilitaban la entrada y procuraban el espacio suficiente para albergar las recuas de animales y los carros con los que el antiguo maragato llevaba a cabo su oficio de arrieros. La mayoría de las imágenes de exteriores se realizan precisamente en el patio y desde esa perspectiva se mostró la organización de la casa donde podemos ver el arco de entrada, las varias despensas, el “excusado”, el pozo, los balcones, y en el caso de la fonda, el lugar reservado a los carros y a los animales de los arrieros que llegaban al establecimiento tarde en la noche. Los interiores son tan espectaculares como las fotografías anteriores. Tras la imagen del vestíbulo de entrada del que destacó el suelo de piedra y la banca de madera, dedicó el resto de tomas a la cocina. Éste lugar fue sin duda alguna, una de las partes más importantes de la casa, allí estaba el lar, el fuego, la chimenea en la que se cocinaban los alimentos. En la cocina se halló los objetos que le proporcionaron noticias de interés sobre la vida cotidiana. En la primera imagen intentó hacer una toma general del lugar, para mostrarnos la mayor parte de la campana que se prolongaba por encima de la

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4. La Etnografía como materia de Estudio cocinilla, el lar o según sus notas, la “hornacina103” que estaba decorada por azulejos de colores. Es interesante ver cómo se percató de la importancia del lugar donde se disponía el fuego y para conseguir una imagen más completa no dudó en colocarse incluso debajo de la campana. También escribió sobre las “abregancias” y explicó que eran las cadenas donde se colgaba el caldero. Servían para colocar o retirar la olla del fuego con facilidad. Salchichas y otras carnes colgaban del techo de la cocina para curarlas con el humo del fuego, y fotografió el ingenioso método con el que las mantenían suspendidas. Se trataba de unas cuerdas en cuyos extremos colocan discos de madera, con lo que evitaban que las ratas se acercasen a estos alimentos.

51. Anderson. Cottage Kitchen. A cottage kitchen with white walls lighted by one small window on the east opens from the patio. The stove (la hornacilla) faced with tiles rose, blue, black and white, is covered by a large hood (la campana). The heavy iron chain (la abreganzia) hanging at its side is used to hold a cauldron over the open fire. The bellows (el fuelled) is conveniently at hand, and pots hang on pegs under the hood. Sausages and other meats are hang to cure on the cords suspended from the beams. Wooden disks (las ruedas de madera) prevent the passage of rats along the cords. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.655

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Hornilla. (De hornillo): 1. f. Hueco hecho en el macizo de los hogares, con una rejuela horizontal en medio de la altura para sostener la lumbre y dejar caer la ceniza, y un respiradero inferior para dar entrada al aire. También existe separada del hogar. 2. f. Hueco que se hace en la pared del palomar para que aniden las palomas en él. REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española [en línea]. 22ª Ed. Madrid: Real Academia de la Lengua Española, 2003 (4-82009).

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4. La Etnografía como materia de Estudio Como vemos, realizó un completo reportaje sobre la casa arriera maragata 104 , creemos que se trata de la vivienda de un rico habitante de Santiago Millas, pero no lo especificó ni en el texto del monográfico, ni en las notas a los negativos de estas imágenes. Por otro lado llama la atención comprobar cómo a excepción de la mujer sacando agua del pozo, no agregó el retrato de ninguna otra persona. Las arquitecturas rústicas, sus exteriores e interiores se muestran vacíos de gente, en ellos no parece habitar nadie. Podemos pensar que trató de mostrarnos el lugar sin ningún otro elemento que nos pudiese distraer, de esta forma convirtió la construcción en la protagonista única de las instantáneas. Esta explicación es lógica si pensamos que su destino final iba a ser su incorporación al Archivo General (GRF) de la HSA.

52. Anderson. Drawing water. The maragata draws water with a pail which is raised with a rope and pulley from a well within the corral. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.650

Pero, en el monográfico, ¿por qué eligió la imagen de la mujer sacando agua del pozo?, ¿por qué la mostró de espaldas? Podemos pensar que con este gesto transmitió el 104

Recomendamos la lectura de varios artículos sobre arquitectura leonesa. Javier López Sastre. “La casa arriera maragata”. Argutorio: revista de la Asociación Cultural “Monte Irago”. Astorga, León: Asociación Cultural “Monte Irago”, 2009. Año 12, no. 22. págs. 52-58. Artículo disponible en Web: http://dialnet.unirioja.es/servlet/listaarticulos?tipo_busqueda=VOLUMEN&revista_busqueda=10990&clav e_busqueda=12 (24-2-2007). Y el de Joaquín Miguel Alonso González. “La vivienda rural en las Cabreras Leonesas (III)”. Tierras de León: Revista de la Diputación Provincial. León: Diputación Provincial, 1981. vol. 21, no. 44, 1981, págs. 27-36.Disponible en Web: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2005633 (17-4-2007) Por último de Rubén González. “Las pregancias enriba´l llare”. Diario de León el 25-4-2004. Este artículo trata sobre algunos de los elementos característicos en las cocinas de este tipo de arquitectura. Disponible en Web: http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=134259 (17-4-2007)

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4. La Etnografía como materia de Estudio sentimiento de soledad al que se veían forzadas en parte estas mujeres, viviendo una vida resignada. Su cámara no inventó esta visión, sino que en ella influyeron los testimonios que le transmitieron algunas de estas mujeres. Es por eso que las presentó trabajando, sacando agua del pozo como cada día, realizando una de las tareas domésticas reservada normalmente a niños y mujeres. Es muy significativo el que aparezca de espaldas, no le vemos cara, podría ser cualquiera de las mujeres del pueblo, lo que incide en la idea inicial sobre la monotonía en la vida cotidiana de estas mujeres y su interés por reflejar una situación de la que le hicieron partícipe sus protagonistas. La investigadora fue fiel a lo que estas mujeres le transmitieron y lo certificó en sus notas y con su cámara. Estas mujeres le contaron como la vida que llevaban en la casa era triste y tediosa, recluidas tras pesadas puertas y sólidos muros, aspecto que comparó con las galerías acristaladas y luminosas de algunas viviendas gallegas que fotografió meses antes. Con este trabajo documentó la arquitectura doméstica maragata pero al mismo tiempo hizo de ella un testimonio sobre la existencia de las mujeres que las habitaban: The Maragatas say that life is sad and dull in their homes, shut in behind heavy gates and solid walls. The domestic seclusion of the Maragatan family seems and Oriental characteristic.

Una vez presentado el pueblo y a sus habitantes, llegó el momento de las instantáneas que realizó en el transcurso de la fiesta del Dos de Mayo. Comenzó con una imagen general de la explanada donde se celebró el baile. Colocó su cámara a cierta distancia y de esa forma captó con su objetivo al grupo de participantes alrededor del pelele105.

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Según sus indicaciones a este muñeco sujetan en lo alto de un palo situado en el centro de la plaza lo llamaban “el dos de mayo” y simbolizaba el levantamiento contra los franceses.

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53. Anderson. Dance in the Village Square. In the May festival the young people dance in a open place. In the centre of the square a pole has been set up with the effigy of a man fixed at the top. The effigy is called “el Dos de Mayo”, probably in commemoration of the outbreak of the Spanish insurrection against the French on May 2nd, 1808. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.657

La instantánea de un espectacular salto de la Zapateta abrió la serie. Este salto lo ejecutaban los mozos jóvenes para invitar a la chica a bailar106. Con su cámara siguió el movimiento de mozas y mozas, que se movían y lucían sus trajes de fiesta. Su aguda intuición y mirada sagaz le hizo fijarse en todo lo que sucedió en ese momento, incluidas las historias “secundarias”: The dance is held in the late afternoon. The married women bring chairs from their homes and sit together near a wall, chatting, watching the dancers and taking care of the younger children. The older men wander about, smoking and talking. The rest of the people dance.

Como en los trabajos anteriores, finalizó el monográfico con una serie fotográfica centrada en el traje maragato. Dos jóvenes posaron ante su cámara exhibiendo la riqueza del bordado en los mantones y los pañuelos.

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Sobre esta imagen hablaremos en el cap. 7 de este trabajo al estudiar la exposición que organizó en la sede de la HSA sobre la danza española entre 1938-1941.

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54. Anderson. Shawls worn by the Maragatas conceal white sash ends attached at the waistline in the back. This embroidered sash ends, pieces of cotton material about twelve inches in length, seem to have no relation to the other garments…. Santiago Millas (León), 1926. GRF: 55.672

Para ilustrar el traje maragato de los hombres eligió las que hizo en el pueblo de Val de San Lorenzo, una localidad cercana a Santiago Millas. En este pueblo encontró el mejor ejemplo de traje maragato en la zona y uno de los habitantes del pueblo, al que también fotografió tejiendo una manta típica, le sirvió como modelo. Este traje fue muy valioso por varias razones. Primero porque pertenecía a uno de los habitantes más famosos del pueblo, el doctor Pedro Alonso Matanzo107, personaje que le sirvió como excusa para introducir datos históricos sobre el lugar. Su importancia se acrecentó ya que fue exhibido durante la Exposición del Traje Típico Regional, de 1925, evento al que asistió la investigadora y durante el que no pudo fotografiar ya que no obtuvo los permisos necesarios108.

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Ricardo García Sánchez. Por tierras maragatas. Astorga: Cornejo, 1953. Sobre el traje maragato recomendamos el texto que acompañaba la exhibición dedicada al traje maragato y que se organizó en el Museo del Traje de Madrid dentro del programa; “Modelo del Mes”. Modelos más representativos de la exposición en enero de 2009. Incluye datos de interés acerca de la maragatería, fotografías del traje maragato, algunas de 1926 y una completa bibliografía sobre el tema: Ana Guerrero; Américo López. El traje maragato. Disponible en Web: http://museodeltraje.mcu.es/popups/01-2009.pdf (16-12-2009) 108 Fotografía la chaqueta y el chaleco con bordados de flores, las bragas maragatas o calzones, las polainas y las ligas que las sujetan, en las que además se puede leer la frase traducida al inglés, The Maragatan race is noble, loyal and brave (“la raza maragata, es noble, leal y valiente”).

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55. Anderson. A weaver of Val de San Lorenzo, a village near Santiago Millas, is dressed in the festival costume of the Maragato: jacket of fine black woollen cloth, laced with a many-coloured cord, almost concealling a bright red vest; bloomers of black satin, pleated at the waist and gathered at the knee. His leather belt is embroidered with silk and furnished with pockets in which are carried a pair of castanets…. Val de San Lorenzo (León), 1926. GRF: 55.621

El siguiente personaje, fue un labrador también de Val de San Lorenzo que inmortalizó a la puerta de su casa, nada más llegar del campo y sosteniendo una voluminosa llave. Con esa apariencia y pose parecía haberse escapado del panel que Sorolla pintó sobre Castilla. Se detuvo en el análisis de cada una de sus partes que componían su vestimenta y el tejido con el que estaban hechas y al constatar el momento exacto en el que tomó la imagen, un día normal de trabajo, dejó patente que se trataba de una ropa usada a diario.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

56. Anderson. Old Maragato. Val de San Lorenzo (León), 1926. GRF: 55.620

Pero con el deseo de completar su investigación insertó la imagen de un arriero. En ella resumiría la historia y la leyenda del pueblo maragato y le sirvió como broche de oro para su texto. Lo encontró por tierras gallegas, concretamente en Junquera de Ambía (Orense), transitando una de las centenarias rutas de transporte que unía el norte con el interior de la península. La primera imagen fue la del carro con la recua de mulas y a continuación dos individuales, una de frente y otra de espaldas para mostrarnos la indumentaria que, a excepción del cinturón de cuero con la frase bordada, “no me olvides Monona”, era ropa moderna que le alejaba de la “mítica” estampa del arriero maragato.

57. Anderson. Old Mule Team and a Cart of a Maragato. A few Maragatos still trudge through the country carting goods. This cart is bound eastward from Junquera de Ambía in the Province of Orense. 1925. GRF: 58.591

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58. Anderson. A Maragato Carter. A carter (un arriero) wears a corduroy vest and trousers and shoes with wooden soles (los zuecos). Junquera de Ambía, Orense. 1925. GRF: 58.592

Con esta instantánea finalizó un estudio dominado, a nuestro parecer, por la sensación de pérdida y abandono de una forma de vida tradicional cuyos elementos característicos comenzaban a reservarse para celebraciones especiales o momentos festivos. La Maragatería y todo lo relativo a ella, empezando por la indumentaria, estaba cambiando. Supo desde el comienzo lo importante que era conseguir imágenes de esta gente y de sus tradiciones y al igual que sucedió con el cinturón del arriero sus fotografías de Santiago Millas sirven de testimonio, para que “no olvidemos”.

e) Hermano Joaquín. Las Batuecas, Salamanca (1928) Los párrafos que vamos a comentar a continuación nos llevan a reflexionar en primer lugar sobre la gente que la investigadora conoció a lo largo de sus expediciones, concretamente aquellas amistades que afectaron de alguna forma su sensibilidad, su afectividad. El Hermano Joaquín fue uno de sus amigos más queridos y admirados y el protagonista principal del texto, aunque también lo fue el valle de Las Batuecas donde vivía.

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59. Spalding. Juan, Ruth M. Anderson and Hermano Joaquín. Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 157.968

Consideró que el valle de Las Batuecas merecía ser el escenario de una de historia o al menos de uno de sus ejercicios de escritura. Quizás con algunos años más de experiencia en el arte de escribir, podría haber convertido este relato en uno comparable a los que escribían algunos viajeros en época romántica. En lo profundo de un valle cuya naturaleza virgen hizo de él un lugar recóndito, se ocultaban ejemplos de pinturas rupestres, escondidas en los abrigos rocosos que había esparcidos por todo el valle y también había una fonda donde encontró albergue y que estaba regentada por un ex– religioso. En ella vivían otros personajes, Quica y sus hijos Pedro, Juan y Carmen, tres “pastorcillos”. Intensificó el carácter pintoresco con el que ambientó la historia a través de sus alusiones a la arquitectura en ruinas de un antiguo monasterio carmelita109.

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El texto sin fechar se encontraba en una de las carpetas donde guardaba, junto a sus ejercicios de escritura, una serie de artículos sobre estilo. En ella se conservaban algunos folios donde transcribió muchos de los consejos que le proporcionó Huntington sobre el estilo a la hora de escribir: The President, June 30th , 1932. Shakespeare said: come sit with me upon a mosey bank (But did not described the bank). We life in a world of sounds-sensous appeal the sensuous plus the intellectual is genious. Learn your trade. En la misma carpeta anotó los apellidos de algunos autores, ninguno en lengua española, cuya lectura le sería útil como ejercicio de escritura. Entre ellos citó a Edward Gibbon (1737-1794), autor de History of the Declive and Fall of the Roman Empire, seis volúmenes que trataban sobre el declive y la caída del Imperio Romano. También Paul Morand (1888-1976) escritor francés, poeta, dramaturgo y autor de varias obras de teatro y por último a Edgar Allan Poe (1809-1849). En Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Writing. AIB. HSA.

En agosto de 1932 comenzó a redactar un ensayo sobre la pesca del atún en Ayamonte, y una serie de biografías sobre personajes de la historia de España cuyos nombres aparecen en la parte externa del edificio de la HSA, como Almanzor, Averroes, Maimón, Camoes, Castanheda

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La investigadora visitó Las Batuecas en dos ocasiones, la primera en el transcurso de su expedición de 1928, momento en el que se hospedó en la fonda del Hermano Joaquín, y la segunda en el verano de 1930, cuando llegó a la provincia de Salamanca, con la intención de fotografiar la fiesta de la Asunción en el pueblo de La Alberca. Un malentendido sobre las fechas de llegada al valle le obligó a permanecer en la fonda de La Alberca110. Hubiese deseado volver a Las Batuecas y disfrutar de la tranquilidad y el silencio que sintió la primera vez que estuvo allí, un reposo que fue imposible conseguir en La Alberca por las celebraciones religiosas111. Como señalamos, durante la expedición de 1928 durante el mes de enero y posteriormente en febrero, recorrió varios pueblos de la provincia de Salamanca. Desde el valle inició la marcha que le condujo a las Hurdes. Las Batuecas era la puerta de acceso a este lugar y un territorio de tránsito para llegar al pueblo de Montehermoso, visita obligada para las expedicionarias, ya que fue allí donde Sorolla consiguió sus modelos para el cuadro dedicado a Extremadura.

60. Anderson. General view of the convent from a hermitage across the river. Each monk had his own cell and garden. The church has lost its roof. The building at the lower right is used as an inn. The king was entertained here when he made his visit to Las Jurdes in 1925. Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 60.544

Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folios: 40 al 43. Anexo 1. 110 Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 111 Intentó hospedarse de nuevo en la fonda de Las Batuecas, aunque el alcalde de La Alberca le invitó a quedarse en su casa, oferta que rechazó convencida de encontrar lugar en la fonda de Las Batuecas: […] Mi más respetable y distinguida Srta. En mi poder su atenta del 28 de junio último y enterado de sus deseos, me apresuro a comunicarla [sic] que la fiesta principal de este pueblo són [sic] los días 15 y 16 de agosto próximo en cuales podrá V. llevar a cabo con todo detalle lo que quiere, para ello me ofrezco incondicionalmente y me tendré por muy honrado si V. al venir a este pueblo acepta para hospedarse esta su casa. Cartas del 3 y del 7 de julio de 1930, Jose María Hoya (?), alcalde del pueblo. En Spain León Notes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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61. Anderson. Convent of Las Batuecas. Inside view. Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 60.543

Su guía por esos parajes fue Joaquín Flores antiguo monje carmelita en el monasterio, ahora en ruinas, donde se encargaba de la cocina. Un incendio destruyó el monasterio y los ermitaños se marcharon a Cuba112, pero él prefirió colgar los hábitos y vestirse de civil antes de renunciar al valle. El Hermano Joaquín era conocido por toda la comarca y, aunque colgó los hábitos, la gente le seguía llamando “Hermano” en recuerdo a su vida pasada. Cuando la viajera lo conoció se encargaba de administrar la fonda situada detrás de la iglesia, donde vivía junto a Quica y sus hijos. Los niños se ocupan, entre otras cosas, de las cabras, pero a pesar de ser analfabetos, le confesaron su deseo por aprender a leer. Eran chicos despiertos, trabajadores que le mostraron sus dotes musicales y sus bailes, algo que, por supuesto, no dudó en fotografiar113.

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El monasterio Santo Desierto de San José de Las Batuecas, se fundó en 1599. En 1836 los religiosos fueron expulsados y finalmente en 1937 se volvió a instalar en él una comunidad de padres carmelitas que hoy en día además de hospedaje, organizan retiros y ejercicios espirituales. Consultar pág. Web: http://monasteriodelasbatuecas.wordpress.com/la-hospederia/ (10-6-2008) 113 En la exposición que organizó para la HSA sobre la danza española y a la que dedicamos un capítulo de este trabajo, incluyó tres fotografías de Juan y Carmen bailando un fandanguillo. Una de ellas la incluimos en el cap. 5. Imagen 46. Negativos: 7895-7903. Expedition 1928. 7250 to 9345. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 56.

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62. Anderson. Francisca (Quica) and Carmen standing on the landing of the stairs outside their home. A Firestone automobile tire and a pair of sandals (las abarcas) made from pieces of rubber tire are hanging in the background. Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 60.595

Al describir su aspecto físico, lo primero que hizo fue referirse a su indumentaria, y tras hablar de cómo recibían al Hermano en muchos pueblos de la comarca, como por ejemplo en Mogarraz donde le abrían las puertas de las mejores casas, o en las Mestas (Cáceres, comarca de las Hurdes), donde todo el mundo salió a recibirle, fue cuando describió sus rasgos físicos. De cara alargada, poseía unos ojos marrones chispeantes, la nariz “digna” y los labios “sensibles” que le servían para pronunciar “gráciles” palabras de bienvenida al valle. Lo primero que hizo fue enseñarles la fonda, en el segundo piso se encontraba la habitación donde durmió Alfonso XIII durante su visita a las Hurdes en abril de 1922.

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63. Anderson. Dinning-room of the inn. A dozen loaves of bread rest on a bench against the farther wall. The bread is brought from La Alberca. The binocular resting on the mantle is used to watch the approach of guest who are coming down to the inn. On the hearth are enamelled pots in which vegetables are being cooked. This room was formerly a stable.Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 60.546

Como indicamos al principio, dedicó el texto a la figura del Hermano Joaquín, pero también a la magnificencia del valle, sobre el que escribió algunas de las frases más sentidas en su esfuerzo por expresar todo lo que la naturaleza del valle le sugirió. Desde sus propias habitaciones pudo admirar el entorno y observó como parte de él, el monasterio en ruinas. Al igual que las fotografías sus palabras partían de una vista general de las montañas y los valles, que daban paso lo particular, es decir, la variedad de árboles existentes, entre los que supo diferenciar especies frutales, castaños centenarios y cipreses. Se detuvo al describir ríos y riachuelos, que propiciaban el crecimiento de una rica vegetación formada principalmente por helechos y musgo. Nos presentó, en definitiva, un paisaje bucólico, lleno de vida114: Oblique rays strike down into the golden brook, and our faces gleam with the light of fantasy, half gold, half green….

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Según una de nuestras informantes Lidia Dufour, la investigadora fue una gran aficionada a la naturaleza y siempre se interesó por la flora y fauna autóctonas. En febrero de 1932 acabó un curso en el Jardín Botánico de Nueva York sobre árboles y arbustos de invierno. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 38. Anexo 1. También existe un fichero de flores secas recogidas por ella en el año 1948. Este fichero se titula, Flowers of Spain, Spring, 1948. Las flores fueron identificadas por el conservador del museo Botánico de Nueva York, Harold N. Moldenque, encargado del Herbarium, el 17 de junio de 1949.

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Una naturaleza difícil de transitar, pero por la que se movieron seguras ya que caminaban guiadas por el Hermano Joaquín, él las cuidó, especialmente cuando las llevó hasta las pinturas rupestres conservadas en algunas cuevas del valle. Como hemos visto hasta el momento, su inexperiencia como escritora se aprecia en la mezcla de temas y los cambios bruscos al intentar enlazarlos115. Describe la vida que llevan los habitantes en la fonda, el trabajo diario de pastoreo que realizaban los niños, las labores de Quica, todo lo que supervisaba el Hermano Joaquín. La investigadora se esforzó por crear un texto ameno, en el que la vida cotidiana de sus protagonistas transcurría paralela a la natural. Combinó las descripciones personales y su vena poética, guiada por el afán de informar y contar una historia precisa del lugar: […] in Las Batuecas when the moon of Capricorn is at the full and the low sun gilds the cypresses and the solitary cells high upon the rocks; when the goats of the herd are dropping their kids, and the olive trees give up their fruit to the rhythms of Alejandro’s beating and the singing of the mozas.

Para finalizar debemos señalar que mientras escribía este texto estaba trabajando en un ensayo sobre el traje en Candelario116. Huntington le recomendó que dejase la historia del Hermano Joaquín por un momento y que se ejercitase con historias más cortas. La realización de estos trabajos le ayudó a ganar confianza sobre el estilo de un texto, y era imprescindible para enfrentarse a textos que requerían una mayor extensión, el texto que acabamos de analizar se escribió con esa intención117.

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A veces comenzaba a describir a un personaje, pasaba a hablar de otro asunto y párrafos más adelante volvía a retomar la descripción. 116 Costume of Candelario (Salamanca). From colour plates in the collection of the Hispanic Society of America. Printed by order of the Trustees. New York: The Hispanic Society of America, 1932. 117 Report June 1932. Note: the President gave his assent (June twenty-ninth) to the following plan: that for the present I should suspend work on my book, The Costume of Candelario (Salamanca), and devote my time to writing short sketches for practice in gaining dramatic power and understanding of dramatic sequence. The following subjects were suggested: Tuna-fishing at Ayamonte, Passion Play at Villalcampo, etc. when I have gained sufficient skill to handle a larger subject, I shall return to the book and complete it. RMA. En, Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 39. Anexo 1

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4. La Etnografía como materia de Estudio f) Tunny Fishing (1930)118 Una de las primeras alusiones que hemos encontrado sobre este trabajo la hizo el propio Huntington el 29 de junio de 1932, al referirse a él en una de las reuniones habituales que tenía con sus colaboradoras. Le sugirió la redacción de un corto ensayo sobre la pesca del atún en Ayamonte. La tarea se prolongó durante algunos meses hasta que en noviembre de ese año tuvo que suspenderla119. La captura del atún utilizando el arte de la almadraba era una centenaria técnica de pesca que se mantiene viva en nuestros días y que se lleva a cabo entre los meses de junio y agosto. Con la realización de las fotografías documentando la pesca, pudo no sólo obtener material sobre un oficio antiguo que además seguía en activo, sino también y quizás más importante, fotografió lo que Sorolla inmortalizó décadas atrás en uno de los lienzos comisionados por Huntington, nos referimos al panel titulado “Ayamonte. La Pesca del Atún” 120 . Tan sólo estas dos peculiaridades fueron razones suficientes para dirigirse a la zona. Visitó Ayamonte durante la misma estación del año que el artista, aunque tres décadas después de él. Nada más llegar se dirigió a la factoría donde se cocía y enlataba el atún recién capturado y en la que también estuvo el maestro.

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El texto fue hallado en su cuaderno de notas sobre Andalucía, Spain-Andalucía-Notes. En este fichero se incluían una serie de notas bibliográficas y la correspondencia que mantuvo con los alcaldes de algunas poblaciones andaluzas a los que les preguntaba generalmente las fechas de algunas festividades durantes las que podría documentar los trajes típicos. También se encuentra precisamente un listado con las fechas y los lugares donde se celebran estas festividades. AIB. HSA 119 No se especifican las razones por las que dejó de trabajar en este texto, pero durante ese tiempo investigó sobre varios personajes históricos, cuyos nombres aparecen grabados al exterior del edificio de la HSA. Anderson se encargaría de escribir algunas de las biografías de estos personajes. Report – June 1932. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folios: 39 al 43. Anexo 1 120 Sobre el lienzo consultar: “Ayamonte. La Pesca del Atún”.VV.AA: Catálogo de la Exposición. Sorolla y la Hispanic Society. Una visión de la España de entre siglos. Madrid: El Viso, 1998. págs. 227-229

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4. La Etnografía como materia de Estudio

64. Anderson. The proprietors of the fish factory made a studio for Sorolla in front of the doorway. The space between four columns was enclosed withing wooden partitions. The canvas rested against the first column at the left of the doorway. Sorolla would go to the door and look at the scene, then rush to the canvas and paint. The first thing he painted was the Spanish flag on the cañonero. The sailors´ figures were begun at the feet. Sorolla said he wondered were the men´s heads would come. After they were finished he said they “fell on their shoulders” as was customary. The Portuguese peasants in the picture are wearing Miño costumes. Ayamonte (Huelva). Junio, 1930. GRF: 72.269

Quería averiguar si hacía falta algún tipo de permiso para visitar la almadraba, pero no fue necesario y al día siguiente junto a Spalding se embarcaron en una lancha motora que las llevó a Isla Cristina y desde allí a la almadraba. Como parte de la tripulación, confundidas entre los marineros, se convirtieron ese día en invitadas privilegiadas de un espectáculo único. Cuando todo acabó, en el trayecto de regreso, escribió que lo primero que distinguió en la lejanía fue la iglesia de El Salvador y continuó hablando de la costa portuguesa, sobre la que divisó el perfil del castillo de Castro Marín y de los barcos de guerra en el puerto de Ayamonte. Todas estas imágenes son alusiones al cuadro de Sorolla 121 , donde plasmó el castillo portugués y el barco cañonero “Delfín”. En Ayamonte todavía recordaban al pintor y las americanas se acercaron al lugar donde se

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Negativos: 12.051-12.052 y 12.035. Expedition 1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs.: 272 y 275

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4. La Etnografía como materia de Estudio hospedó122, donde conocieron a la dueña, que al parecer también era pintora. Esta mujer les mostró con orgullo un boceto que le regaló el artista123, estaba radiante de alegría o como la describió Anderson con un aura of Sorollonic presence gleaming about her. Pero tan importantes son las similitudes con la obra de Sorolla, como las diferencias. No sólo en la herramienta que utilizó cada uno, sino el momento que representaron. La luz del atardecer en el artista se volvió matinal en las fotos de la investigadora. En el cuadro la pesca había finalizado. Los ejemplares grandes como mastodontes cubrían el suelo mientras eran arrastrados a la factoría para envasarlos. Las ropas de los marineros no estaban mojadas ni se pegaban al cuerpo resaltando los músculos en tensión, mientras luchaban por cazar al vuelo los pesados animales. Nada indicaba el modo en el que habían sido capturados, la acción frenética con la que los arponearon mientras saltaban en el aire luchando por escapar de la red. Ese es precisamente el momento que ofrecen las fotografías. Sorolla pintó a los peces muertos, cuyos plateados cuerpos resaltaban sobre un fondo rojo de sangre; Anderson, por su parte, desprovista de la ventaja del color, captó la acción misma de la pesca y la congeló con su cámara para que nos fijásemos bien en ella. La obra pictórica fue la excusa para tratar el tema y con sus fotografías demostró una realidad. Describir las partes que componen una almadraba fue “todo un reto”, ya que se trataba de una complicada maquinaria compuesta por corchos y pesos. Junto a los datos técnicos, insertó párrafos que nos parecen más literarios de los que se sirvió como ejercicio de escritura. Y en esa línea explicó que etimológicamente el término provenía del árabe y que la técnica ya se conocida desde la época de los fenicios, y citó algunos nombres ilustres de la antigüedad, como el “epicúreo” Archestratus o Estrabón que se refirieron a ella. Se refirió a las costumbres reproductivas del atún y razonó el por qué de estas. Según la autora, esta especie recorría kilómetros en busca de las cálidas aguas del Mediterráneo, donde las hembras desovaban. Tras esta placentera imagen, como si pretendiese crear un dramático contraste, pasó a referirse a los atunes como animales presos porque sentían como el mar se iba haciendo cada vez más pequeño y el mar donde nadaban libres se había delimitado por un “muro de redes”. 122

Se trataba del Hotel Márquez, que según Sorolla era “una posada con honores de huéspedes” VV.AA: Catálogo de la Exposición. Sorolla y la Hispanic Society. Una visión de la España de entre siglos. Madrid: El Viso, 1998. págs. 227-229 123 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. págs. 38-39

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4. La Etnografía como materia de Estudio

Como Sorolla, decidió hacer un viaje a la almadraba de Isla Cristina y allí reconoció que la industria de la pesca era una de las más importantes en España, en el caso concreto de Isla Cristina aseguró que prácticamente sus cinco mil habitantes se dedicaban a ella. Pero no eludió ciertos detalles con los que reconoció el indicio de modernidad en el pueblo, como por ejemplo la pavimentación de las calles que comparó con las del resto de España. Cuando llegó a la almadraba se fijó en los marineros, y en detalles nimios, cotidianos, pero con los que capturó vívidamente el ambiente. Los observó mientras preparaban el café y calentaban el guisado que sus mujeres les habían puesto en pequeñas cazuelas de barro. Unos metros antes de llegar a la almadraba advirtió la presencia de una línea de corchos que flotaban en la superficie y que indicaba el lugar donde se extendía la red. En ese momento tomó su cámara y se dio cuenta de que algo fallaba en ella. Desarmó todo el aparato y se dispuso a coser una pieza que se había soltado. Uno de los pescadores le proporcionó aguja e hilo lo que provocó una situación extraña y a nuestro parecer cómica. Mientras cosía con minuciosidad y parsimonia dicha pieza, ciento ochenta hombres la observaban atentamente, expectantes y en silencio. Quizás fue la primera vez que en la almadraba y poco antes de comenzar con la faena, de manera insólita, nada se movió, no se oyó un murmullo. Cuando acabó la reparación, comenzó la frenética pesca de los atunes que como si de un torbellino se tratase, y sintiendo el peligro del súbito encierro, chapoteaban en el agua con espasmódicos movimientos. La fotógrafa no salió de su asombro ante lo que presenció y pensó en la acción de los hombres como un hecho magnificent. Los pescadores se arremangaban las ropas, que nada más comenzar ya estaban totalmente caladas, y se inclinaban de forma tal que sacaban prácticamente todo el cuerpo fuera de la barca. Fue una lucha en la que se dirimió quién era el más fuerte, si los atunes gigantes o el hombre que se empleó toda su energía y resistencia para no dejarlo escapar, especialmente en el momento de alzar al animal dentro de la barca.

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65. Anderson. Gaffing a tunny. Isla Cristina (Huelva). Junio, 1930. GRF: 72.297

La lancha se llenó y pudo fijarse en la anatomía de los peces. Gracias a la forma de su cabeza podían nadar más rápido mientras recorrían cientos de kilómetros. Ese día capturaron veintisiete animales, que si bien no fueron muchos, tampoco resultó era una mala cifra teniendo en cuenta la época del año en la que estaban. La pesca finalizó y, de vuelta a Ayamonte, consiguió de nuevo respirar aire fresco: […] mental pictures the bloody scene we had just witnessed – the thrust and pull which sent a thousand pounds of tunny flying into our boat; the perfect timing of the stroke which made this feat possible; the wild head of the tallest fisherman as he stood up against the sky, the wind beating his soaked clothes against his taut body; the speed of the terrified fish, propelled through the foaming water; the silver wings flying over the bloody pool, the smell of blood, of sweat, of tobacco smoke; the thud and shiver as a fish landed in the boat; the slapping of the powerful tail on the responsive timbers of the keel. The shouts of the men as the net was drawn up and the tunnies were revealed, a shout all together, a shout and hail124.

El texto concluyó en la factoría, es el destino final del pescado, donde era cocido y envasado en grandes latas que enviaban a Italia. Una vez allí lo volvían a envasar, esta vez en latas más pequeñas y lo vendían como “atún italiano”.

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Spain-Andalucía-Notes. AIB. HSA. pág. 9.

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g) The Raw Material of Art (1969) Este documento es un borrador del texto que iba a ser publicado en la revista Apollo. The Internacional Magazine of Arts and Antiques 125 . En él hizo un repaso de sus expediciones entre 1924-1930126. Finalmente desestimó este texto porque en la revista se publicó un artículo sobre el traje regional y la presencia de este en la colección, ya que desde 1954 era la conservadora encargada de esta sección127. The Raw Material of Art ofrece comentarios personales sobre sus expediciones e incluye el relato de sucesos que no encontramos en otros de sus escritos. El valor de este texto también radica en que fue redactado muchos años después de los viajes. Quizás este hecho pueda parecer una desventaja, pero la distancia temporal contribuye a mostrar con nitidez cuáles fueron, para la viajera, las experiencias que perduraron en su memoria. A lo largo de la presente tesis hacemos continuas referencias a este texto, especialmente al estudiar las expediciones y creemos que esta es la forma más conveniente y efectiva de abordarlo, pero comenzó con una reflexión sobre su labor en la HSA: Painters and sculptors choose as accessories in representational compositions, objects familiar to them -tools, weapons, utensils, clothes- which may be termed “the raw material of art”. Intimate association with regional life in Spain has brought me into contact with many such objects

Los utensilios y accesorios que sirven a un artista para completar su obra iban a ser sus principales objetos de estudio. Utensilios y herramientas, armas e indumentarias son las “materias primas” que va a utilizar y con los que al fin y al cabo también se hace arte. En el transcurso de sus viajes ella pudo ver aún en uso algunos de los objetos que aparecen en obras del siglo XVII y XVIII. Como vemos resalta el principal sentido de estas expediciones: busca la España auténtica, la tradicional, la que se encontraba en aquellos siglos. Tenía que localizar los restos y las señales de ese pasado glorioso y por 125

Revista fundada en Estados Unidos en 1925 y dedicada a las novedades sobre el arte y el coleccionismo. Sigue publicándose en la actualidad. 126 Aunque en una parte de este escrito encontramos la fecha de 1924-1969. Entre los documentos había folios sueltos y los contenidos de algunas cartas transcritas a máquina de escribir, en los que narra alguno de sus viajes, especialmente los que tratan sobre su primera gran expedición, la de Galicia y Asturias entre 1924-1925. No las incluimos en este momento ya que no se trata de un material que iba a ser publicado, pero debemos referirnos a él para mostrar como no era nuevo para Anderson redactar textos sobre este tema. 127 “Regional Dress”. Apollo. The International Magazine of Arts and Antiques. London: Denys Sutton (ed.) XCV. April, 1972. págs. 66-69.

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4. La Etnografía como materia de Estudio eso estando de viaje por Galicia, una tarde de verano, observó como los trilladores de un pueblo en Orense utilizaban las mismas herramientas de trabajo que las que vió en un tapiz del siglo XVII. Constató que “los tapices son comparables al suelo de una era” y el rejoneador portugués que conoció en Badajoz una mañana gris, le trajo a la memoria la figura que vio en un plato de cerámica. Estos elementos los denomina como material primario, Raw, del que se nutre el arte. El tema principal de estas expediciones iba a ser el traje pero éste no nacía espontáneamente, estaba unido a muchos otros factores, por eso se dedicó a documentar todo cuanto le rodeaba y se relacionaba. Aunque no concluyó este texto, a día de hoy se ha convertido en otro ejemplo personal de sus vivencias en España.

4.4. El interior doméstico El siguiente documento, un fichero titulado Furniture Spanish; Comparative Photographs. Furniture. Anderson-Spalding Photographs. (1924-1949) no se trata de un estudio como los anteriores, aunque con toda probabilidad lo organizó la investigadora ya que sus fotografías lo componen íntegramente. Lo realizó para el departamento del museo, lugar donde fue localizado128 y nos parece adecuado incluirlo en este capítulo porque ejemplifica de forma clara como su labor científica ayudó a las investigaciones que llevaban adelante algunas de sus compañeras en la HSA. Pero lo interesante de este material y la razón principal que nos lleva a hablar sobre su existencia, aunque sea brevemente, es para destacar la importancia que tuvo en su producción documental el ámbito doméstico, en concreto los interiores y dentro de ellos los de carácter popular, que ocuparon un lugar preferente. Este tipo de imágenes compone un fondo que por su calidad y volumen resulta único en su género, siendo un tema de gran valor, pero escasamente fotografiado en el trabajo de campo etnográfico.

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A día de hoy se sigue utilizándose, de él salieron muchas imágenes reproducidas en publicaciones de la Sociedad, a destacar el libro de la conservadora del mueble en ese momento, Grace Burr Hardendorff, Hispanic Furniture. With examples in the collection of The Hispanic Society of America Grace Burr Hardendorff. Hispanic Furniture. With examples in the collection of The Hispanic Society of America. Hispanic Notes & Monographs. New York: The Hispanic Society of America, 1941.

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66. Anderson. Casa de Pedro Crespo. Entrance hall. Pedro Crespo is the hero of the play, El Alcalde de Zalamea by Calderón de la Barca. Zalamea de la Serena (Badajoz). Furniture Spanish (19241949). Dpto. Museo. HSA.

Realizar instantáneas de estos lugares era normal y obligado, el espacio doméstico interesa por múltiples razones y fotografió diversas tipologías de arquitectura popular en todas las regiones donde estuvo. Los materiales y el diseño de las casas, así como su ubicación aporta información general acerca del medio geográfico y esto se aprecia especialmente en detalles al exterior como por ejemplo las construcciones en el norte de España con balcones cubiertos por un tejado que evita, entre otras cosas, que se moje la ropa tendida por causa de las continuas lluvias. Las descripciones de muchas de estas viviendas aportan consideraciones sencillas e inteligentes que además ofrecen, entre otras cosas, noticias sobre la situación social del momento, como por ejemplo cuando describió las cuevas de Atalaya (Gran Canaria): Caves. Exterior. View from above [...] the country cottages of Gran Canaria are for the most part, unpicturesque, with nothing to break their boxlike squareness. The old houses of stone and the new ones of concrete look alike under a coating of stucco; the only variation is in colour. Many people now dwelling in houses began life in caves. It is possible that artistry has not been developed in construction, because there has been little need of building. The climate is so mild that people can live in comfort, as we saw in Tenerife, in an open cave. In Lanzarote and Fuerteventura where the

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4. La Etnografía como materia de Estudio climatic conditions are less favourable no caves were seen, and attractive cottages were found with outside ovens and covered cisterns of picturesque form129.

67. Anderson. Cave interior. Bed-sittingroom. The chest of drawers was made by the village carpenter. Barranco del Laurel (Gran Canaria). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

Eran características en las que se apreciaba la adaptación al entorno, y su veteranía le capacitó para poder compararlas entre regiones130. Aunque fotografió gran número de exteriores, los interiores especialmente ampliaban la información sobre quienes los habitaban, ya que en ellos estaban los elementos que conformaban su vida cotidiana. Aunque abundan los interiores populares debemos señalar que fotografió otros tipos como palacios, castillos, casas burguesas, chozas de pastores, casas de pescadores, lugares de reunión y descanso como fondas y bares. Muchos de estos interiores eran además los lugares de trabajo, como por ejemplo los talleres de artesanos alfareros, zapateros o curtidores. En sus fotografías nos damos cuenta de la organización de los espacios y se aprecia la importancia de cada una de las salas en la vivienda. La cocina fue en el conjunto arquitectónico popular uno de los lugares que más le interesó. Era una de las estancias de la casa más importantes, entre otras cosas porque en ella se encontraba el 129

Negativo: 10.322. Expedition 1929. 9371-11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 90 Durante su expedición a Marruecos el tejado de algunas casas y la forma especial de aplicarles cal le recordó a las que vio en la zona de la maragatería: Group of Moorish houses. The ridges and edges of the roofs are whitewashed as in the Maragatería, León, Spain. The houses are built of pressed earth and rubble with roofs of tile. Xexuaen, Marruecos. Negativo: 9406. Anderson – Spalding Collection 1929-1930. Negatives 9371 to 11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs.2-3

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4. La Etnografía como materia de Estudio

lar y era donde se pasaba la mayor parte del tiempo doméstico ya que sirve como sala de estar, el lugar donde se reúne toda la familia, o los visitantes. Los objetos que se disponían en ella no eran piezas de coleccionista, sino elementos funcionales que se cambiaban por otros cuando ya no servían, aunque muchos de ellos como por ejemplo los muebles y utensilios de cocina: cucharas, tenedores, loza de barro, cacharros de hojalata, ropa de cama, cortinas, tapetes, resultaban a la vez verdaderas obras de arte y hacían patente la sabiduría y la destreza de quienes los realizaban. En algunos casos ese “gusto funcional” se apreciaba en la forma en la que recortaban periódicos o revistas con los que, además de proteger la loza, resulta un elemento decorativo en la cocina ya que recortaban el papel imitando tejidos bordados.

68. Anderson. Cottage with sundial. Kitchen. Villalcampo (Zamora). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

69. Anderson. Cottage with sundial. Kitchen. Detalle. Villalcampo (Zamora). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

70. Anderson. Palacio de Don Francisco Pendás Cortés. Arca. Labra, near Cangas de Onís, Province of Oviedo. Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

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71. Anderson. Palacio de Don Francisco Pendás Cortés. Interior hall or antesala. Labra, near Cangas de Onís, Province of Oviedo. Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

72. Anderson. Bed with framework revealed. Atalaya (Gran Canaria). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

El interior popular también se convirtió en ocasiones en el escenario donde pudo documentar los trajes con mayor detenimiento, no olvidemos que en ellos localizó los arcones, una de las piezas más estimadas del mobiliario doméstico, y en algunos casos las más antiguas. Por último debemos señalar que interés por el interior doméstico le llevó incluso a documentar algunos que podemos denominar como “ficticios”, nos referimos a los stands 371

4. La Etnografía como materia de Estudio montados en museos o exposiciones, como los que fotografió en algunos pabellones regionales de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, 1929.

73. Anderson. Museo de Arte Indígena. Bedroom of the Favourite. Portuguese bed of lignum-vitae in the right alcove. In front of it is a cradle (m´had) of brightly painted wood. The bed in the left alcove is from Rabat. Trunk of wood and leather was made in Tetuán. Tetuán (Marruecos). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA.

4.5. Estudios sobre el traje Este aspecto de la cultura española fue dentro del proyecto que ideó Huntington para las fotografías etnográficas, uno de los temas más importantes, y quizás por este motivo se lo designó a la investigadora, puesto que serían las fotografías los documentos principales para formar una colección sobre ellas. Cuando se comenzó a organizar la colección de imágenes con interés etnográfico utilizó el término “traje”, anteponiéndolo a cualquier otro tema. Se concedió prioridad a una parte por el todo, es decir, se antepuso a las “costumbres” y los “hábitos”, a los temas etnográficos y sobre el folklore; Costume and Customs Photographs, Costume and Customs Section, Costumes, manners and customs, and industries and crafts of the Hispanic World 131 . A partir de él se

131

Esta denominación aparece en la documentación de la investigadora, y las memorias anuales del Departamento de Documentación e Iconografía.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

desarrollaron otros temas etnográficos y sobre el folklore: Costume is to include dress, industries, and manners and customs. Popular scenes will be included under costume132. La indumentaria característica de una comunidad es un elemento que observado con detenimiento informa sobre el nivel de adaptación al medio ambiente. Los colores o el diseño de ciertos estampados, sirven en algunos casos para crear un lenguaje de símbolos reconocibles por esa comunidad133. En el caso concreto de Anderson se interesó también, y especialmente, en la indumentaria perteneciente a una época histórica concreta y la forma en la que ciertas regiones se mantuvieron fieles a una serie de prendas a lo largo de los siglos. Reconoció en esta acción una forma a través de la que preservaron parte de su pasado. Por otro lado, no podemos olvidar que dentro de la Historia del Arte existen infinidad de ejemplos a partir de los que se han podido datar las obras gracias a la indumentaria134.

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Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA. Nieves de Hoyos Sancho, y anteriormente su progenitor, afirmó que: El primer concepto para el estudio de los trajes y aun del arte popular es el geográfico. […] Crea este fundamental concepto una cuestión previa, que es la limitación característica de las verdaderas regiones naturales, y entre los caracteres que para distinguirlas se utilizan tienen especial valor los de vestirse y adornarse, que aclaran unas veces y confirman otras la realidad y límite de esas regiones naturales. Aunque también se refirió a otra serie de criterios aplicados al estudio del traje, como el histórico, el social, el tecnológico, el artístico, para finalizar resaltando el método creado por su padre, Luis Hoyos Sainz, el método etnográfico o folklórico. Nieves de Hoyos Sancho. “Folklore indumental de España”. Vicente García de Diego (dir.). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1944. Tomo I, cuadernos 1° y 2°. págs. 140-141 134 Por ejemplo los diferentes peinados que se sucedieron en época romana, nos proporcionan noticias sobre el emperador que gobernaba en ese momento. El diseño de las telas, los ricos brocados y joyas en algunos cuadros del siglo XVI, nos proporcionan datos sobre los retratados, su nacionalidad, su estatus social, la profesión a la que se dedican, etc. 133

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4. La Etnografía como materia de Estudio

74. Anderson. Mateo López. […] Shirt, camisa de lienzo de lino; collar, cabezón; waistcoat, chaleco de estameña azul de lana, con chulapas de bayeta encarnada. Buttons with a portrait relief of Ferdinand VII, butones[sic] de los abuelos que se encuentran pocos, of metal. Breeches, bragas de frisa negra, de lana de oveja negra. Leggings, polainas de estadilla. Hose, medias de lana negra. Shoes, zapatos de cuero. Jacket, chaqueta de bayeta verde, con guarnición de terciopelo negro. Hat, sombrero de añinos de cordero, la primera lana que dan las crías de las ovejas. Los sombreros se hicieron en La Bañeza, en la casa de la carretera. Los palos son para hacer unos mangos de asadón[sic]. Axe, el hache[sic]. Riego de la Vega (León), 1926. GRF: 56.038

75. Anderson. Mateo López. Full length. Back . Riego de la Vega (León), 1926. GRF: 56.040

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4. La Etnografía como materia de Estudio

La investigadora accedió a una extensa bibliografía conservada en la HSA sobre el tema

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y a partir de ella junto a otras muchas fuentes se fue dando cuenta de la

trascendencia de éste. Estudió el traje en su doble vertiente, como símbolo provisto de un valor genuinamente etnográfico y como identificador de una época histórica136. Tuvo en cuenta todos esos factores y los que su propia experiencia le proporcionó. Poco tiempo después de ser contratada como fotógrafa en la HSA (1921), inició sus investigaciones que orientó al tema del traje regional español137. A lo largo de esta tesis doctoral hemos analizado en múltiples ocasiones la importancia de los cuadros de Sorolla en la obra “andersoniana”, y en el caso de su formación primera y posterior especialización, los consideramos como su punto de partida. Los paralelismos existentes entre los lienzos y las fotografías, son obvios. La Sala Sorolla, máximo exponente de la imagen de España anhelada por Huntington, fué, según las palabras del fundador, el “núcleo” donde se encontraba el material a estudiar, y la “llave”, en letras capitales, con la que abrir vías de investigación, no sólo sobre el traje, también sobre las costumbres138: The Sorolla Room is to be the KEY in a series of publications on the costumes and customs of Spain. Each region is to be presented with photographs supplementing the painting of the region. Later, material relating to the subject of each painting may be lifted from the more detailed treatments and compiled into a single volume, which should be illustrated with pictures of the room as well as of the paintings. The President said that for a room to be the core of a series of publications is new. He is very glad that he commissioned Sorolla to do the room. It was a formidable task, but Sorolla had a “quick mind”.

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Algunos de los libros que manejó, conservados en la HSA y cuyo tema específico era la indumentaria española fueron el de Giscard (1823), el de Jean Pigal (1800-1830) o el de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla (1777), del que copió algunas láminas y las incorporó a los archivos de las fotografías. Ver bibliografía. 136 En el actual Departamento de Fotografía y Grabado, hay más de cien ficheros sobre la historia del traje, con material recopilado por ella. Se trata de ficheros de consulta que también utilizaban otras empleadas de la HSA. Junto a las imágenes, añadió notas sobre la historia de la moda en España desde el siglo XIII al XVIII. Pero también recopiló información sobre temas muy específicos como estilos de tocado y tipos de calzado, a los que dedicó uno de sus estudios publicado en 1969. Ver bibliografía 137

Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folios: 1, 9, 30-36, 39. Anexo 1 Una idea que siempre estuvo presente en la institución a la hora de opinar sobre este lugar. Huntington en este momento se volvió todavía más específico, porque la investigadora estaba preparando un libro dedicado exclusivamente al traje típico representado en este lugar. Report of Meeting with the President, April 25th, 1952. En Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Books – Costumes Depicted in Sorolla’s Provinces of Spain. AIB. HSA. 138

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4. La Etnografía como materia de Estudio Los cuadros de esta sala, lugar donde, trabajó durante años, se convirtieron en un gran libro abierto, cargado de color y carente de texto, un material puramente visual, como las imágenes fotográficas. Fueron su “Biblia”, una “guía” en las expediciones a España y antes de salir de viaje elaboró bocetos reproduciendo detalles como pañuelos, chalecos, capas…. Lo mismo hizo con su cámara fotográfica y, siguiendo los requerimientos de Huntington, “diseccionó” las partes de un traje en miles de instantáneas 139 . Aprendió a leer e interpretar esas escenas, en ellas se representaban aspectos básicos sobre la cultura y tradiciones regionales españolas. Pero el pintor valenciano añadió fondos de arquitecturas representativas de un lugar, oficios y actividades religiosas y lúdicas características de una zona concreta, aunque fue la indumentaria el componente más destacado y llamativo. Además determinó en parte los itinerarios que siguió durante sus expediciones, como por ejemplo, la de Extremadura entre 1927-1928, donde obligatoriamente visitaron el pueblo de Montehermoso, escenario del panel dedicado a esta región140. A continuación incluimos un texto escrito por ella en el que señaló cual fue su misión principal, el estudio de la indumentaria, una investigación que apoyó en documentos pertenecientes a diversas épocas: This account is to tell you how, encouraged by The Hispanic Society of America, we travelled in Spain to find and photograph the costume of several regions. By costume I mean not only dress and its accessories but also the scene of its wearers activities and activities themselves, the processes of handicraft and primitive industry including tools and animal helpers with their trappings, performances and emblems of ceremony, tangible evidences of legend and superstition, social recreations. As for the regions, they are the modern equivalents of ancient natural divisions in Spain: six of them correspond to old Moorish kingdoms in the south and east, and ten to kingdoms or parts of kingdoms which the Christians held throughout the conquest or carved by reconquest out of the Moors; the other two are groups of islands. The regions are the units of loyalty and the units of rivalry in the country; the provinces which compose them began to exist politically only a hundred years ago and have as yet little traditional significance. Of the eighteen regions we have worked in six: Galicia, Asturias, León, Extremadura, Sevilla and Canarias. We have also gone with our

139

Libreta: Records. Instructions received from the President, July 15th, 1924. pág. 25. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Outlines. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 140 En el artículo que escribió en 1972 escribió: Our next trip (1928) was based on one of Sorolla´s Provinces, Extremadura.En “Regional Dress”. Apollo. The International Magazine of Arts and Antiques. London: Denys Sutton (ed.) XCV. April, 1972. pág. 69.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

cameras into the Spanish protectorates of Morocco and Río de Oro and the Portuguese islands of Madeira and the Azores141.

Y no sólo eso, compró fotografías sobre el tema relativo a las regiones en las que no estuvo o donde le fue prácticamente imposible encontrar ejemplos considerados como “auténticos”, es decir, cercanos a los modelos más tradicionales y antiguos sobre indumentaria. En todas las regiones por las que pasó estudió y fotografió trajes regionales y también la indumentaria que vestía la gente a diario. Pero no resultó fácil llevar adelante la misión encomendada…. My chief interest was to be costume and my chief problem would probably be finding costume and getting permission to photograph it, not dress alone but the manner of life and the accessories of living in the provinces we were to visit142.

El reto al que se enfrentaba no radicaba únicamente en salir de expedición a un país extraño, el problema era encontrar los trajes y la gran dificultad fue hallar los lugares donde se continuasen utilizando diariamente. Pronto se dio cuenta de que en la mayoría de los casos el traje típico había sido relegado a épocas muy concretas del año y por ello se exhibían únicamente en fiestas o celebraciones determinadas. También observó como muchos de ellos, los más vistosos pertenecían a gente acomodada que podía permitirse el lujo de tenerlos. Aunque disponían de la mayor parte de piezas que formaban el traje, esto no quería decir que mantuvieran un estilo ortodoxo, es decir, tradicional y fiel a los modelos antiguos mantenidos durante siglos. Su veteranía y sagacidad le llevaban a conclusiones como la que apuntó al referirse al traje de Viuda Rica, To a different world belonged the ‘rich widow’ costume of Toro (Zamora), which señoritas had kept alive by wearing in 143

carnaval time

. Su labor se convirtió en muchos casos en una misión casi “imposible”,

según sus propias palabras, porque era algo complicado de encontrar y obtener permisos para fotografiarlos. A veces descubría ejemplos que en principio le eran útiles y que al final se daba cuenta que no estaban hechos a mano, o habían variado con respecto al 141

Too Personal. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. Too Personal. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 143 En ese mísmo artículo y sobre el traje asturiano también señaló como, In Asturias, however, girls of Llanes wore their intrerpretation of the tradicional llanisca dress to festivals.“Regional Dress”. Apollo. The International Magazine of Arts and Antiques. London: Denys Sutton (ed.) XCV. April, 1972. págs. 6669. 142

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4. La Etnografía como materia de Estudio modelo original. Afirmó que a partir de esta labor y puesto que se quedaba sin material para fotografiar, tuvo que documentar otros aspectos de la vida cotidiana. Visto el panorama anterior, el pueblo de Candelario supuso todo un descubrimiento para la investigadora, ya que todavía se vestía el traje típico a diario, pero a la vez señaló con tristeza, cómo las pocas mujeres que todavía lo llevaban parecían de “una raza distinta”. Las ropas no estaban hechas a mano: The women who wear the Candelarian costume daily seem to be almost a distinct race. When they leave it off, they become larger and more indefinite. This costume is made of handsome materials purchased in the shops there is almost no handwork on it. The women do not embroider or make lace144.

Pensó que sin el traje el aspecto de estas mujeres pasaba a ser “indefinido”, neutro, sin significado. Si consideramos la indumentaria como un atributo que define a un pueblo, como un rasgo identificador de su personalidad, hasta el punto de pasar a la categoría de símbolo (como lo trató Sorolla al reproducirlo en su obra), observó el abandono al que estaba sometido con cierta melancolía, la que expresó en sus escritos. Escribió con pesimismo como la personalidad de un pueblo se diluía en la uniformidad de los trajes que vestían. Candelario significó para ella el hallazgo de un mundo anclado en el tiempo, un museo viviente que fue para ella toda una revelación. Comprobó cómo todavía se seguían vistiendo los trajes tradicionales y, aún más, estas fotos eran un ejemplo comparable a las albercanas que Sorolla había inmortalizado en su mural de Castilla. También realizó una serie del Traje de Vistas albercano que se representa en la obra de Sorolla.

144

Expedition 1929-1930. RMA Letters. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

76. Anderson. Girl in Traje de Vistas. La Alberca (Salamanca). Agosto, 1930. GRF: 72.830

77. Anderson. Traje de Vistas, necklace, pendant (observe). La Alberca (Salamanca). Agosto, 1930. GRF: 72.847

Ante esta situación, se da cuenta de la importancia de su trabajo documental, ya que el tiempo corría en su contra y debían recopilar todo el material posible de una parte de la vida española que estaba desapareciendo: We are more than ever interested in our work and feel that it is a real contribution to make photographic records of this phase of Spanish life which is disappearing. In Candelario some women of thirty still submit to the discomfort of wearing daily their heavy, binding dress, but none of

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4. La Etnografía como materia de Estudio their children will wear it. In La Alberca it is said that only three complete Trajes de Vistas are in existence 145.

Sus palabras reflejan la transformación de las costumbres, observa el futuro con pesar y aporta algunas explicaciones ante esa situación. Pocas candelarias quedan que soporten el peso de este traje y el futuro no es nada prometedor porque ninguno de sus hijos lo utilizará. En La Alberca le informaron que sólo existían tres Trajes de Vistas completos, incluidas las brazaleras 146 . El impacto que le produjo su experiencia salmantina y las imágenes en color que realizó originó una de sus publicaciones “favoritas”, Costumes of Candelario, publicada en 1932147. Entonces nos surge la pregunta, ¿Cómo consiguió rescatar ejemplos válidos sobre el tema? Además de recorrer miles de kilómetros en busca de ellos, le resultó muy útil la ayuda de los lugareños. La única forma de lograr algún resultado aprovechable se encontraba en las casas de la gente. Muchas veces preguntaba directamente a sus informantes, por las “arcas” y lo que ellas contenían: […]In the province of Huelva we found no characteristic costumes in daily use, but very interesting things are to be found by winning one´s way into the family arcas. That sort of thing requires a great deal of time, and we have had the opportunity of visiting only one town, Alosno, before coming up to the festival of Candelario148.

En ellas, localizó primorosamente cuidados, pañuelos, camisas, faldas y capas que habían pertenecido a sus antepasados. Subrayó que las mujeres eran las encargadas de conservar y mantener documentadas la mayor parte de las tradiciones no sólo en cuanto a 145

Expedition 1929-1930. RMA Letters. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 146 Cadenillas de plata de las que cuelgan campanillas, amuletos, relicarios, cruces, etc. En el caso de La Alberca, se utilizan con el traje de Vistas. Este traje se utilizó primeramente como vestido de boda y con el tiempo se reservaría para los días en los que se celebrara alguna fiesta importante como por ejemplo la de Santa Águeda o la fiesta de la Asunción de la Virgen. Consultar: María José Álvarez Curto. “La vestimenta albercana”. Revista de Folklore. Tomo 14b. Revista no: 166. Valladolid, 1994. págs. 141-144 147

my favourite publication, porque constató el hecho de ser trajes que en ese momento seguían vistiéndose, original costume still being worn. En Society of Woman Geographers, New York, 1977. Las fotografías en color se emplearon en la reproducción del traje, estas indicaciones le llegaron desde la HSA mientras viajaba. También le aseguraron que no importaba el que se produjesen duplicados. Carta desde el Departamento de Documentación (Records) a Anderson, 10-3-1925. Carpeta: Anderson M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. 148

Expedition, 1929-1930. RMA Letters. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA

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4. La Etnografía como materia de Estudio

indumentaria tradicional, sino también sobre las labores de confección. Señaló incluso la existencia de un manuscrito inédito realizado por varias maestras en el que incluyeron fotografías y patrones de trajes regionales149. Una de las estrategias principales a través de la cual pudo obtener fotografías de trajes típicos fue a través de contactar con los alcaldes de los pueblos. Estos le informaban de las celebraciones más importantes, durante las que se vestían los trajes típicos. Quizás no era la situación que más le interesaba, pero era la única. De esta forma existe toda una serie de cartas dirigidas a los alcaldes de varios pueblos en las que pregunta sobre los trajes. Una de ellas, es de gran interés porque refleja como la situación provocada por los cambios económicos, políticos y sociales, contribuyó a modificar los estilos de vida de muchas comunidades del entorno rural y afectó directamente a una serie de tradiciones populares basadas en esas economías, como la carta que incluimos a continuación: Muy señora mía: Perdone ante todo mi demora en contestar a la suya de 26 del ppdo. que acepte como se merece; pero queriendo dar a Vs. satisfacción cumplida no he podido hacer antes por falta de antecedentes y así le dirá. Que motivado a la supresión de las capeas por disposiciones gubernamentales, que constituían en esta comarca el más delicioso festejo, todos los años en los días 25 y 26 de Agosto, después de terminadas las faenas de recolección de cereales que es la época mas apropiada de entre las estaciones del año. Ha decaído grandemente la fiesta popular que nuestra señorita quería presenciara para el estudio de trajes y costumbres de España que intenta confeccionar y del cual se vería honrada esta villa. Esto no obstante, el Ayuntamiento, (¿?) de su atentísima carta antes referida, ha abrigado el deseo de complacer a nuestra señorita celebrando en uno de los indicados días de Agosto próximo un concurso de trajes regionales y cantos charros con el baile de la rosca y para finadle la fiesta una excursión[sic] en automóvil (5 Kilómetros) a las grandiosos asomaderos de los grandes saltos del Duero concedidos a la Compañía Hispano-Portuguesa que son la belleza principal de este apartado rincón castellano. Pero para ello necesitamos estar seguros de su importante asistencia y de su propaganda para el mejor resultado de la fiesta, y en tal caso hacer nosotros la nuestra publicándola en la prensa con 149

From the Profesora de Labores in the Normal School at Huelva we learned that maestras of several provinces of Spain have made detailed studies of the costumes of their respective provinces. These unpublished manuscripts including photographs and patterns of garments are on file in Madrid. Before going to Vienna we should like very mucho to spend a few days in Madrid taking notes on costumes and places from these manuscripts, which are the work of Spanish women in their own provinces. En Expedition 1929-1930. RMA Letters. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA

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4. La Etnografía como materia de Estudio todo detalle y vías de comunicación, etc., etc., en cuya virtud yo le ruego la amabilidad de contestar a esta carta oportunamente para que, en caso de aceptar la fiesta ganar tiempo para su organización y buen efecto. Entre tanto le saluda y se ofrece, suyo afectuoso y s.s.q.b.s.m.150.

78. Carta de Francisco de Andrés, alcalde de Aldeávila de la Rivera (León), 29-7-1930.

Otro de los momentos favorables para conseguir una gran cantidad de material sobre el traje y que resultó de gran valor para sus estudios tiene que ver con la Exposición del Traje Regional que se celebró en Madrid en 1925151. En ese momento se encontraba de expedición por Galicia y allí fue donde tuvo conocimiento de la exhibición152. Alteró el itinerario de su expedición y pidió permiso a la HSA para poder viajar a Madrid y

150

Carta del alcalde, Francisco Andrés, a Anderson. Aldeávila de la Ribera (Salamanca), 29-7-1930. En Spain León Notes. Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA 151 El Museo del Traje se fundó tras la celebración de esta exposición. Recomendamos la consulta de la página Web del museo donde se indican algunos datos históricos: http://museodeltraje.mcu.es/index.jsp?id=55&ruta=5,21 (7-12-2009) Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones (1863-1950). Exposición del Traje Regional: Madrid, 18 de abril 1925. Discurso del Señor Conde de Romanotes, presidente de la junta organizadora de la exposición en el acto inaugural de la misma. Madrid: Imp. Artes de la Ilustración, 1925. Ángel Vegué y Goldoni. “La Exposición del Traje Regional”, Archivo Español. Madrid, año XIV, tomo VII, no. 6. págs. 207-224 Exposición del Traje Regional: Guía. Madrid-1925. Palacio de Bibliotecas y Museos. Madrid: Imprenta de Artes de la Ilustración. Segunda edición. 152 Carta dirigida a su hermana Mim. La Coruña, 1 de diciembre, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio hacer fotografías del evento153. De todos modos, aunque sí obtuvo la autorización de la HSA no consiguió los permisos necesarios para poder fotografiar los trajes, y por ello tuvo que comprar posteriormente, muchas de las imágenes “oficiales”154.

79. Colección de maniquíes de la Exposición de Trajes Regionales. Madrid, 1925

153

En sus notas y escritos se refirió constante a la exposición. Llegó incluso a hacer un retrato de uno de los trajes que fueron exhibidos, nos referimos al de las montañas gallegas, de Cabruy. Negativo: 5097, Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 18. También escribió una memoria con la que propuso un sistema de trabajo durante la exposición, fechada el 10 de diciembre, 1924: Memorandum del trabajo propuesto respecto a los trajes de la Exposición del Traje Regional. I. fotografías […] 2 tamaño 10 x15 centímetros. Plaques de colores II Descripciones 1. tejidos/ 2. colores/3. manera de llevarse Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

154

Desde la HSA también le aconsejaron que consiguiese el material necesario cuando saliese publicado. Cartas 12 Diciembre, 1924 y del 9 de enero de 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson. Copied: HSA Corr. (with HSA

General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

80. Reading Room, HSA 1934. Paneles móviles con fotografías compradas por Anderson en la Exposición. Madrid, 1925. GRF: 34914.

81. Costume of a man and a woman from Ibiza. Exposición del Traje Regional. Madrid, 1925. GRF: 49.429, 49.431

De esta forma llegaron a la institución las imágenes procedentes de la Exposición del Traje. Se repartieron por prácticamente todos los archivadores, y de algunas, incluso, se hicieron ampliaciones155. Años más tarde volvió a ver muchos de estos trajes en otra 155

Por ejemplo en los archivadores de Aragón vemos como en 1929 se reprodujeron para ser ampliados, los diferentes tipos de calzado que portaban los maniquíes. Este resulta ser un ejemplo idóneo para darnos cuenta de cómo emplearon las imágenes para ser estudiadas. GRF: 82418 al 82420.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

de sus visitas a Madrid, esta vez al Museo del Pueblo Español. Se trata de los mismos trajes, pero ahora indican que se encuentran en la colección del Museo del Traje en la misma ciudad 156 . Para ella fue una de sus mejores oportunidades para fotografiar y estudiar gran cantidad de trajes “reunidos en un mismo lugar” 157. A este viaje también pertenecen las de Laurent que compró en el estudio Ruiz Vernacci donde incluso le dejaron ver los negativos originales. Conocía perfectamente las imágenes del francés y las provenientes de su firma, pero en esta ocasión se fijó únicamente en las que reproducían indumentarias y tuvo la fortuna de encontrar una que faltaba en el archivo de la HSA: Friday morning I went to Ruiz Vernacci and they let me look through old prints and prints made from the old Laurent negatives. I found one of the maragatos that we do not have the one that Mr. H. reproduced in his Notebook. I think, and ordered it. I found also one of a whole group of montehermoseños, and one of the Albercan apron and skirt combined somewhat incongruously with a Salamanca chemise in 1880. But anyway, there is the apron, so early 158.

Es curioso leer cómo encontró más ejemplos sobre el traje regional extremeño durante su expedición a la región en 1948, que cuando llegó allí por primera vez en 1928. Pero con respecto al traje se habían modificado considerablemente siguiendo los ideales del régimen gobernante, en un intento controlado, por rescatar todas esas tradiciones159. Todo lo expuesto anteriormente muestra su interés prioritario por reunir un número considerable de fotografías que pudieran ser incluidas bajo la categoría del traje. En las 156

Gran parte de los trajes mostrados en esta exhibición, pasaron a formar parte del Museo del Pueblo Español. En la década de los años treinta conoció a Luis de Hoyos Sainz, fundador del museo. Con su hija Nieves de Hoyos Sancho mantuvo una relación profesional y amistosa durante años, así lo muestra el amplio fondo epistolar entre ambas que se conserva en la HSA. A finales de los años cuarenta visitó el museo donde Julio Caro Baroja, su director en ese momento, le permitió estudiar los trajes expuestos: In Madrid I made notes on dozens of the costumes displayed at the Museo del Pueblo Español, which is housed in a palace once belonging to Manuel Godoy. They date from about 1830 to 1900 and are for the most part in good condition, though not dramatically nor even very clearly lighted. It was helpful to be able to compare Extremenian garments with those of other Spanish regions by simply walking from one room to another… En Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta; 1949. AIB. HSA. 157 Carta de Anderson a Sherman, 27-12-1948. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1949 AIB. HSA. 158 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. Las fotografías de estas compras las incluimos en el cap. 3, apartado 3.3.3. Imágenes 20 y 21 159 Este comentario aparece en unas notas donde se registraron algunas de las opiniones de Huntington, con respecto al libro Costumes Painted by Sorolla in his Provinces of Spain, y que fue publicado por la HSA en 1957. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Books – Costumes Depicted in Sorolla’s Provinces of Spain. AIB. HSA.

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4. La Etnografía como materia de Estudio notas que acompañaban a sus negativos podemos observar que describió al detalle la indumentaria, sobre todo en lo relativo a colores y tejidos. Fotografió a sus modelos con el traje puesto y también con cada una de las partes que lo componían. No sólo la prenda de vestir era en sí misma era importante, sino también el tipo de peinado, las joyas y demás aderezos. En el caso de los peinados, por ejemplo, realizó series de las diferentes fases de su elaboración. En este afán por documentar la indumentaria y todo lo que le rodeaba fotografió las industrias relacionadas con su proceso de elaboración, comenzando por la transformación de las materias primas. Así existen decenas de tomas en las que aparecen mujeres sacando hilo de una madeja o sentadas ante una rueca o el telar, cosiendo –fotografío separadamente sus herramientas de trabajo, como por ejemplo las diversas tipologías de agujas–, bordando o confeccionando encajes siguiendo diferentes procedimientos, como por ejemplo los bolillos. La importancia con la que se consideró la indumentaria, también se puede comprobar mediante las técnicas fotográficas que empleó, a destacar el caso de los autocromos, ya que en la HSA estaban interesados en que realizasen este tipo de imágenes160.

82. Anderson. A montañesa de Cabruy. Cabruy (La Coruña); Enero, 11-12, 1926(?). GRF: 5097.1

160

We hope that you have not given up your project of taking colour plates of costumes besides photographing them. The plates will be of inestimable value for the study of costumes even if duplicated by photographs. Carta enviada el 10 de marzo de 1925 desde la HSA a Anderson, que se encontraba en ese momento en Vigo. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA

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4. La Etnografía como materia de Estudio

Anderson utilizó uno de los procedimientos más costosos y modernos de la época y la Sociedad no dudó en cubrir todos los gastos producidos por la compra de estos instrumentos y su revelado posterior. Gracias al color, las imágenes se acercarían todavía más al modelo “ideal”, es decir, los paneles de Sorolla, y se convertirían así en un documento de “inestimable valor” para el estudio, ya que conseguían mostrar la calidad de los tejidos. Para ello no dudaron enviarlas a uno de los mejores estudios de Viena, el de Max Jaffé, donde fueron reproducidas161. La mayoría, por no decir prácticamente todos sus trabajos, versan sobre el tema del traje y también sus complementos. En el transcurso de sus viajes, reunió miles de fotografías sobre indumentaria y en una memoria de 1928 leemos que junto a la intención de crear con ellas una colección dedicada únicamente al traje, también se elaborarían publicaciones siguiendo el novedoso formato de booklet. Se trataba de un sobre que contenía una serie de tarjetones con sus fotografías junto a una pequeña explicación. La primera de estas publicaciones se tituló: Extremadura. Costume. Women´s festival dress at Montehermoso, Cáceres, y hasta hace poco se vendía en la tienda de la HSA. Este tipo de formatos, donde su obra gráfica es la protagonista, dio lugar a ediciones destinadas a otros temas, como por ejemplo las joyas de la colección, las brazaleras albercanas, el traje de Choricero típico de Candelario, capas, collares, trajes boda, de fiesta, para acudir a misa, peinados, etc. Era una novedosa forma de publicar sus fotografías para hacerlas accesibles y atractivas al público en general, que podría adquirirlas en la tienda de la HSA. Como vimos en las series fotográficas, no solo el traje, también los complementos, e incluso el peinado eran imprescindibles para entender la importancia de la indumentaria regional de forma íntegra. Muchas de sus peculiaridades hundían sus raíces en siglos pasados y se convierten en reminiscencias históricas que se han conservado en estos trajes y en sus complementos. La investigadora reservó un estudio a cierto tipo de tocados característicos del siglo XII y XIII, desarrolló una metodología histórica para el

161

Viena 9-9-1930. En Expedition 1929-1930. RMA Letters. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA

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4. La Etnografía como materia de Estudio estudio de los mismos162. El traje típico era, sin duda alguna, el que se mantenía fiel a esa tradición histórica, específica de cada región. Su trabajo en este campo fue premiado en 1949, cuando la nombraron miembro de la institución y ella en agradecimiento reconoció que no hubiera podido llevar adelante esta labor de no haber sido por el apoyo e interés tanto del fundador como del Patronato, en “documentar el traje regional de España”163. El título concedido impulsó todavía más su afán por convertirse en una experta sobre el tema y propició la publicación de estudios posteriores a esta fecha, como el que dedicó a la representación del traje regional en los paneles de Sorolla, Costumes Painted by Sorolla in his Provinces of Spain, que comenzó a escribir en 1952 por consejo de Huntington164. Pero fue su libro sobre el traje en Extremadura, publicado en 1951, con el que se le reconoció su erudición sobre el tema. Huntington se encargó directamente de transmitírselo oficialmente. En su misiva fue más lejos y celebró el éxito del plan integral que hacía años le encomendó, la razón por la que la envió a recorrer en tantas ocasiones España. Este libro nació como resultado de una óptima investigación, de un trabajo desarrollado durante años y basado en dos de los preceptos fundamentales, el trabajo individual de investigación y el contacto directo con el tema a estudiar. Asimiló impecablemente los propósitos del fundador, ya que ella misma fue producto de la HSA, que la convirtió en una experta en su campo. Huntington le reiteró su satisfacción y se lo transmitió con estas palabras: My Dear Miss Anderson: I received your excellent book on Costumes (Estremadura)[sic] this morning and its completion brought great pleasure to me. You have demonstrated once more the fact that we are not wrong at the Hispanic Society, in having worked out a plan available to each member and effective as that member sees fit to make it. It is certainly with great satisfaction that I look back over a period of

162

Consultar bibliografía de Anderson I should like to express to the President and the Board of Trustees of the Society deep appreciation of this further proof of their generous support of and inspiriting interest in my work of recording the regional costumes of Spain. Carta de Anderson dirigida a Huntington el 25-11-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta; 1949. AIB. HSA. 164 De este libro se hicieron eco varios académicos como por ejemplo, el director y fundador de la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, Vicente García de Diego el el número publicado el 4 de febrero de 1958. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Centro de Estudios de Etnología Peninsular. Madrid. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Books – Costumes Depicted in Sorolla’s Provinces of Spain. AIB. HSA. 163

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4. La Etnografía como materia de Estudio

nearly fifty years in which our staff has been walking in the path of creative endeavor and doing memorable work. I congratulate you most heartily for having added this volume to the plan undertaken, a volume which contributes greatly to the assurance that our plan was not a mistake. With cordial appreciation, Yours Truly,

Su respuesta fue la siguiente: My dear Mr. Huntington: Returning from Scotland, I was most happy to be greeted with your heartening letter of commendation. That you can speak of Spanish Costume-Extremadura as forming a unit in fulfilment of your plan for the Hispanic Society is immensely gratifying to me. It crowns the privilege I have so long enjoyed working within a plan that instantly unfolds new opportunities and new demands. With many thanks for your letter, which is an inspiration to all the members of the Staff, and with remembrance to Mrs. Huntington, I am. Yours very sincerely165.

La culminación a su carrera se produjo treinta y tres años después de su llegada a la HSA, cuando en 1954 fue nombrada conservadora del traje. Su labor no versó únicamente sobre el traje regional, sino que se prolongó en su interés por la historia de la indumentaria española. Sus estudios en este sentido le llevaron a relacionarse con especialistas en el tema, como por ejemplo Carmen Bernís166, Stella Newton167 o Millia Davenport168.

165

Carta de Huntington a Anderson, 27-9-1951, Fichero sin título. Notas y bibliografía referente a la región de Extremadura. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Respuesta de Anderson, 20-10-1951. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta: 1951. AIB. HSA.

Esta es una de las pocas ocasiones donde encontramos por escrito el reconocimiento de Huntington, aunque años antes y refiriéndose al libro sobre las provincias gallegas, escribió a la encargada de publicaciones en la HSA, Adelaida Meyer, para transmitirle lo “admirado” que estaba con el libro: I have gone over Miss Anderson´s book once more. It is admirable. Se trata del libro: Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. Nueva York: The Hispanic Society of America, 1939. la nota, fechada el 24 de mayo de 1939. Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. 1930-1939. AIB. HSA. 166

Carmen Bernís (1918-2001). Fue una de las primeras investigadoras sobre historia de la indumentaria en España y fue nombrada miembro por la HSA. Admiró su trabajo y conservó en su escritorio copias personales de sus libros que consultaba a diario, entre ellos: “Modas moriscas en la Sociedad Cristiana española del siglo XV y principios del XVI. Boletín de la Real Academia de la Historia. Madrid: imprenta y editorial Maestre. Norte, 25, 1959. Tomo CXLIV, cuaderno II. págs. 199-228, y también, Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Instituto de Diego Velázquez, del CSIC, Madrid 1962.

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4. La Etnografía como materia de Estudio

83. Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos. Madrid, 1978. Con dedicatoria de Carmen Bernís a Anderson.

Recomendamos la lectura del artículo: Encarnación Juárez-Almendros. “Don Quijote y la moda: El legado de Carmen Bernis”. Bulletin of Cervantes Society of America. Wesleyan Univ., Illinois: The Cervantes Society of America. Enero 24, 2004. págs. 137-142. 167 Stella Newton (1901-2001). Diseñadora e historiadora del traje inglesa. Datos sobre su biografía pueden ser consultados en la página Web del periódico británico, The Independent. Obituaries, 25-5-2001: http://www.independent.co.uk/news/obituaries/stella-mary-newton-729149.html (17-4-2008). 168 Millia Davenport (1896-1992). Especialista en la historia del traje y diseñadora de vestuario para teatro, fue otra de las pioneras en este tipo de estudios. En 1948 publicó un libro sobre la historia del traje titulado, The Book of Costume. Una pretenciosa obra editada en dos volúmenes. En el periódico The New York Times, apareció un artículo sobre esta obra: William Germain Dooley. “A Colorful History of Dress”. The New York Times. 16 de enero, 1949. pág. 3. Disponible en Web: http://proquest.umi.com.central.ezproxy.cuny.edu:2048/pqdweb?index=15&did=96611506&SrchMode=1 &sid=1&Fmt=10&VInst=PROD&VType=PQD&RQT=309&VName=HNP&TS=1269532269&clientId=1 3029 (14-4-2008) Anderson ayudó a Davenport en alguna de sus investigaciones, y la autora se lo agradeció en su libro con las siguiente frase: At the Hispanic Society, Miss Ruth M. Anderson was generous with time and information. Debemos añadir que la Sociedad Americana del Traje, concede periódicamente un premio que lleva el nombre de la historiadora, el Millia Davenport Publication Award. Información disponible en la página Web de la Costume Society of America: http://www.costumesocietyamerica.com/GrantsAwards/milliadavenport.html (14-4-2008)

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4. La Etnografía como materia de Estudio

84. Dedicatoria. A mi estimada “colega” Ruth Matilda Anderson, lejana en el espacio pero próxima en los intereses. Septiembre, 1978. Carmen Bernís

También llevó a cabo un impresionante trabajo de recopilación documental sobre la historia del traje, tema al que dedicó sus últimas publicaciones. Entre los años setenta y ochenta viajó a Suecia y consultó los archivos de la universidad de Upsala donde halló noticias sobre una golilla del tipo español169. Otro de sus trabajos más célebres fue el que realizó sobre el chapín español. Toda esta labor culminó con la publicación de su libro sobre el traje español, Hispanic Costume, 1480-1530. New York: Hispanic Society of America, 1979. Este libro se convirtió en el broche de oro a su carrera, aunque le siguió otro artículo, Spanish dress worn by a Queen of France170, que, como el trabajo anterior, abordaba el tema de la indumentaria española desde el punto de vista histórico. Hasta el momento su producción científica se ha considerado como una obra específicamente fotográfica documentando infinidad de temas etnográficos. Es justo considerar los trabajos anteriormente citados como un referente indispensable para el estudio de la indumentaria española publicados en inglés. Aunque no se trata de una amplia lista de obras, no nos equivocamos al afirmar que en Estados Unidos, fue una de las primeras en desarrollar una investigación basada en el conocimiento del traje regional e histórico en España. 169

The Golilla. A Spanish Collar of the 17th century. Reprinted from Waffen-und Kostumkunde. The Hispanic Society of America, 1969. vol. XI. no. 1. 170 Spanish dress worn by a Queen of France. Paris: Extrait de la Gazette des Beaus-Arts. December, 1981. págs. 215-222

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5. LA MIRADA FOTOGRÁFICA DE RUTH M. ANDERSON

         

 

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

So from the secret of an unknown deep, He reads the words that disappear in past, Are such life messages all that may last, History crawling to its haven―sleep? He reads new secrets of the unknown deep! Where dreams find shelter in a world of sleep. A.M.H.1

5.1. Introducción: The Traveler´s Way A PRAYER FOR TRAVELERS Not in a lump sum, God, But day by day You pay The traveler’s way. Before the sun is up

As with the desert manna

Your have filled the cup

The measure is exact,

as the last stars wane

For every hour its bounty,

it is clean again.

Naught wasted, lost, or lacked.

And as the journey’s done, the days mount into one necklace of beads, needs Precious, fulfilled As You willed2 RMA

Con la “oración” que dedicó a la figura del viajero, iniciamos este apartado en el que haremos un repaso de sus expediciones más importantes, que se desarrollaron entre 1923 y 1949. La razón principal de estos viajes fue la de, […] recording the manners and customs of Spain3, y fueron necesarias porque el tipo de material a recopilar era difícil o prácticamente imposible conseguir de otra forma. Por su importancia e interés, cada una de ellas requeriría un estudio individualizado y en profundidad, pero debido al voluminoso fondo documental, hemos decidido examinarlas todas en conjunto, revisar 1

Archer M Huntington. “He Reads the Words” The Torch Bearers. New York: The Hispanic Society of America, 1955. pág. 50 2 Poesía sin fechar. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA. 3 Carta enviada a Huntington el 9-10-1928. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 31. Anexo 1.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson las similitudes y diferencias entre ellas y a modo de ejemplo más específico, seleccionar su periplo asturiano de 1925, al que dedicamos un capítulo. Realizó seis expediciones en total, que se iniciaron en 1923, cuando viajó junto a un grupo de colaboradoras4. Entre 1924-1925 concentró su área de estudio en la región de Galicia y Asturias. Volvió a tierras gallegas al año siguiente con motivo de la apertura de la Puerta Santa compostelana, pero su labor en ese momento se concentró en la comarca leonesa. Recorrió Extremadura desde finales de 1927 hasta la primavera del año siguiente. En 1929-1930 emprendió otro largo peregrinaje que le llevó por tres países, Marruecos, Portugal y España. Entre 1948-1949 fue cuando realizó, el que consideramos su último viaje de relevancia, por su duración, los países recorridos y los propósitos que la guiaban. Su primer destino fue Brasil, donde recopiló material etnográfico y también estudió el idioma. Posteriormente se dirigió a Portugal y España. Consideramos que éstos fueron sus “grandes viajes”, porque es cuando recopiló la mayor parte de sus fotografías y se definió su identidad profesional como experta en folklore. Son los años en los que recopiló la mayor parte de sus fotografías, incluidas posteriormente en el GRF. A partir de la década de los cincuenta visitó España en otras ocasiones, pero las estancias fueron breves y, a excepción de la del 1967, recorrió menos kilómetros5. Tampoco realizó un gran número de fotografías y cuando lo hizo, la mayoría sobre el traje, estaban determinadas por las investigaciones que desarrollaba en ese momento. Esto fue precisamente, lo que provocó su viaje a España en 1969, donde estuvo desde el 31 de agosto al 10 de octubre. Tenía setenta y seis años y asistió en Tarrasa a un congreso organizado por el Centro Internacional de Tejidos Antiguos (CIETA)6. Los testimonios nacidos de estos viajes no fueron únicamente las fotografías, también nos quedan las notas que las acompañaban, imprescindibles para entender

4

Al tratarse de una expedición en la que no viajó como líder, decidimos incluirla en el cap. 1, apartado 1.2.3. 5 Este viaje duró menos de dos meses, desde el 4 de septiembre al 27 de octubre. Los medios de transporte habían mejorado notablemente con respecto a sus primeras expediciones, y por ello recorrieron más kilómetros. Entre otras regiones visitó Castilla-La Mancha, Cataluña, La Rioja, Navarra, y ciudades de cómo Zaragoza, Teruel, Valencia… Archivo: Work on Hand. AIB. HSA. 6 Centro Internacional de Tejidos Antiguos. Fundado en 1954, es una institución que forma parte del Musées des Tissus et des Arts Décoratifs (Museo del los textiles y las artes decorativas) de Lyon (Francia). Disponible en Web: http://www.musee-des-tissus.com/en/02_02_set.html (25-11-2008) Tras una escala en Portugal, continuó el viaje por varias localidades españolas. Posteriormente partió rumbo a Edimburgo, para visitar a su hermana menor Elizabeth Udall.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson algunas imágenes, junto a otra serie de sus investigaciones en este momento, como los textos en los que detalló cómo fueron esas expediciones7. 5.2. Siguiendo el rastro de Huntington. Anderson y su expedición de 1923 Trabajar en la HSA, el museo español, y no haber viajado a España eran situaciones incompatibles. Hacía escasamente dos años que se había incorporado a la institución, y la expedición de 1923 supuso para ella, no sólo la emoción causada por conocer un país en el que nunca antes había estado, sino que comenzó a ejercitarse en el reconocimiento de los temas y las escenas que le pidió la HSA, y que constituyeron el leitmotif de su obra. Aunque en esta expedición viajó como la fotógrafa del grupo y ocupaba el cargo de conservadora del departamento de fotografía8, no fue la única que tomó las imágenes. Sus fotografías hay que sumarlas a las que hicieron sus otras dos compañeras de viaje, Catherine M. Allyn y Anna Pursche, que también se incorporaron al GRF. Este aspecto marca la diferencia más importante con respecto a las expediciones que estudiaremos a continuación, en las que ella fue la responsable principal de la recopilación de imágenes.

1. Anderson. Elche (Alicante). Expedition 1923

Otra gran diferencia con las expediciones posteriores quedó patente en el tipo de imágenes. Al igual que hizo a lo largo de toda su producción, también aquí documentó 7

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. Ese mismo año fue nombrada conservadora del departamento. Carta enviada desde la HSA con fecha del 19 de enero, 1923. […] reappointed to the position of Curator of Photography. En Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-carpeta: 1923-1928. AIB. HSA. En su curriculum también confirmamos que ocupaba ese puesto Curator of Photography, 1922-1924. Curriculum Biblioteca HSA. 8

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson lugares y gentes, pero el estilo y las intenciones no eran tan precisas ni estaban tan definidas como en los viajes posteriores. Su propósito en 1923 fue el de dejar constancia de esos escenarios y de sus protagonistas. En ese momento, para ella todo resultó nuevo, ya que se encontró ante experiencias desconocidas o simplemente incomprensibles. La conexión de estas fotografías con su producción posterior merecería el adjetivo de “imperceptible”, porque aunque existe una unión temática, las imágenes transmiten las impresiones de una fotógrafa y su mirada amateur, que está descubriendo un nuevo mundo, y que además se preguntaba insistentemente qué era exactamente lo que la HSA esperaba que documentase.

2. Anderson. Working men. Valencia. Expedition 1923. GRF: 41.854

3. Anderson. Taller de esparto. Elche (Alicante). Expedition 1923.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Habrá que destacar que, a diferencia de lo que sucedió después, el número de fotografías fue reducido y que no realizó series de imágenes sobre un mismo tema, característica habitual en su producción posterior. En términos generales, nos damos cuenta de que en 1923 buscó todo tipo de sujetos y esa variedad estuvo determinada, en parte porque la expedición cubrió prácticamente toda la geografía peninsular. Entre la variedad de temas destacan las escenas de gente transitando por las calles, o en situaciones normales, propias de la vida cotidiana, junto a las de monumentos arquitectónicos, relevantes desde el punto de vista artístico e histórico, instantáneas de casas pertenecientes a figuras relacionadas con la HSA – que nos ofrecen información sobre dicha persona a partir de un formato visual – o fiestas y celebraciones tradicionales. Pero como decimos, no documentó estos hechos con la misma intensidad y minuciosidad con la que los trató posteriormente, como sucedió, por ejemplo, en el caso del traje, que en este momento pasó prácticamente desapercibido. A partir de lo anteriormente argumentado, insistimos en la idea de considerar este viaje como un periplo de experimentación, familiarización con el medio, y sobre todo de aprendizaje. En resumen, las fotografías de este momento se caracterizan por el interés de su autora en documentar los lugares que van visitando, partiendo de una mirada general, poco indagadora si la comparamos con la que ejercitó al siguiente año. Viajó también para aprender, en un sentido amplio del término. Así en las notas mecanografiadas y de autoría anónima que se escribieron durante el viaje, se mencionó en varias ocasiones su nombre para indicar que estaba recopilando datos sobre dos obras del escultor barroco español Gregorio Hernández9. Aunque desconocemos el número exacto de tomas que realizó, fue la autora de la mayoría de ellas. Este es el caso de las procedentes de Tarragona, Manises y Elche, con las que por otro lado, intentó reflejar Sorolla, paneles que convirtió en el espejo donde se reflejar sus fotografías.

9

Concretamente de una escultura de la Sagrada Familia en la iglesia de San Lorenzo en Valladolid y también sobre una descripción que hizo del segundo piso de la predela del retablo mayor de la iglesia de San Miguel en Vitoria. Expedición 1923. Cuaderno: Obra de Gregorio Hernández. HSA Expedition, 1923. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

4. Anderson. Oven. Elche (Alicante). Expedition 1923. GRF: 41.854

5. Sorolla. Palm Grove, Elche (1918)

La autoría de los autocromos realizados en este viaje es indiscutible por la documentación existente y porque únicamente la mano experta de la fotógrafa podía haber llevado a cabo este trabajo. Las frágiles y costosas placas de cristal de 1923 se alejan de las imágenes en color que hizo al siguiente año y que reservó casi exclusivamente para documentar el traje regional gallego. Ahora los colores sirvieron para conseguir un mayor realismo en las vistas panorámicas y de paisajes. Como hizo Sorolla para el fondo de su panel guipuzcoano, también ella capturó el verde de los valles y las colinas, como se puede constatar en el autocromo de Regil, y volvió a

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson invocar su arte al fotografiar la costa mediterránea, sirviéndose del pueblo mallorquín de Soller y de Sitges en Cataluña10. En las expediciones que siguieron a esta asumió toda la responsabilidad, se trasladó a localidades más apartadas del circuito habitual para un viajero de su época. Cambió los hoteles de primera clase por fondas, pensiones, albergues e incluso residencias privadas. Una serie de circunstancias que provocaron el nacimiento de una nuevo tipo de viajera, fue creciendo profesional y personalmente en cada una de las siguientes expediciones. 5.2.1. Wondrously alive: Galicia 1924-1925

6. Anderson. Bridge over the Miño in a thick fog. Orense, 2 de enero, 1925. GRF: 57.005

Existen varias publicaciones en las que se estudian las fotografías que realizó en Galicia11, y por ello, en este momento, nos interesa destacar las instantáneas festivas, donde sobresalen las de carácter religioso. Nuestra elección viene determinada porque fue uno de los asuntos, que más le interesó porque regía en gran media la vida diaria del gallego. Entre otras cosas, no se puede olvidar que las celebraciones religiosas marcaban con frecuencia el inicio o final de los ciclos estacionales relacionados directamente con las actividades agrícolas. Fue capaz, a través de sus fotografías y 10

Patrick Lenaghan; Mariola Gómez Laínez. El Color del Sol. La placa autocroma, primera fotografía en colores / Color from Sunlight. Autochrom. New York: The Hispanic Society of America. Madrid: Fotovatio y Ediciones El Viso, 2010. pág. 148 11 Lenaghan (2010), Sider (1998).

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson anotaciones, de mostrarnos el sentimiento religioso de la sociedad gallega. En estos contextos se puede constatar su interés por fotografiar la indumentaria de los asistentes, tanto el traje regional como el de la vida cotidiana. Consiguió documentos gráficos sobre la fe popular, y transcribió en sus notas datos que pertenecían a la tradición oral. También fotografió instrumentos musicales típicos, con el valor añadido de capturar el momento en el que estaban siendo tocados por los músicos, o incluso las costumbres culinarias, los platos típicos de ese momento, como los dulces navideños. Este viaje fue trascendental para su carrera, y supuso su estreno como líder y corresponsal “en solitario” de la HSA, en la que demostraría su valía como investigadora y fotógrafa. Si bien Alfred T. justificó su viaje a España por ayudar a su hija, esta reconoció posteriormente que su padre estaba buscando un cambio de rutina y encontró una buena opción en tierras españolas12.

7. Anderson. Alfred T. Anderson at cathedral in Lugo. Galicia Expedition 1924-1925. GRF: 157.941

Además el elevado número de imágenes hizo necesario el contar con la ayuda de un asistente especializado. Sin duda su progenitor, fotógrafo profesional, se presentó como la mejor opción posible y ella se alegró de tenerle a su lado. Por lo general él se encargó del revelado y, con ayuda de su ingenio, solucionó muchos de los problemas técnicos, e hizo frente a los imprevistos que iban surgiendo, muchos de ellos motivados

12

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson por las condiciones en las que tuvieron que trabajar13. Su hija se preguntaba, […] What should I ever have done without him? He is just full of ideas for correcting mistakes and lightening the labour. Reconoció que la experiencia le acercó más a su progenitor, se convirtieron en buenos amigos14, y considerando incluso que ambos estaban al mismo nivel profesional. El hecho de que su padre fuese un gran profesional de la fotografía nos lleva a insistir que ella fue la autora exclusiva de las instantáneas gallegas, I took the photos, he was 15

there . Alfred T. desempeñó el papel de asistente durante todo el viaje y desde el

principio se opuso a realizar cualquier instantánea y también se abstuvo de hacer juicio alguno sobre ellas. En su diario hizo continuas referencias a los momentos en que se quedaba solo, esperando a que su hija acabase una sesión fotográfica: I am sitting alone in the auto. Ruth takes much time sometimes to study out her compositions and there is nothing that I can do to help her in that as she only knows what she wants to do, and I am not sure that she always16.

La esperaba pacientemente: tarrying with the stuff until she comes back, porque sabía que debía enfrentarse sola a muchas de las tareas, ya que favorecían su aprendizaje17. Pero la independencia que Ruth necesitó a la hora de realizar su trabajo, no le impidió que la observase atentamente y se preocupase por ella. Fue a su mujer a la que hizo partícipe de estos pensamientos, cuando le contó lo complicadas que fueron las primeras etapas del viaje18. Estos cuadernillos se han convertido en un preciado y ameno libro de viaje, y los comenzó a escribir desde el inicio. Tratan sobre sus andanzas por España, e incluyen opiniones sobre el país, sus habitantes y sus costumbres,

13

Como ejemplo incluimos el testimonio Alfred T.: To night just as we were getting ready to develop about 6:30 the electric light went out, with little probability of any more light this evening. We got out my little flashlight and went right on with developing. The light was rather dim as we have put on enough ruby paper on our developing light for 10c.p electric light.En, Alfred T. Anderson Diaries. 3 de noviembre, 1924. vol. III.

Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 5. Carta de Ruth Anderson dirigida a su madre, en Muros el 3 de noviembre, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 15 Entrevista de la The Society of Woman Geographers, New York, 1977 16 Alfred T. Anderson Diaries. Llanes. 4 de abril, 1925. vol. XIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 7. 17 Escribió a su madre para comentarle este asunto, que por otro lado consideró beneficioso para ella: [...] He refuses to make any pictures, but that is alright because thus I get so much more practice. Carta de Ruth Anderson dirigida a su madre. Muros, 3 de noviembre, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 18 Se trata de 16 cuadernillos en total y se conservan junto a tres agendas que pertenecían a la investigadora. Aunque todos ellos incluyen las fechas y el lugar en el que escribía, algunas de las páginas no están numeradas. 14

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson especialmente las referentes a su comida, todo ello narrado en un estilo que sirve para darnos cuenta de su aguda inteligencia y su gran sentido del humor19.

8. Diarios de Alfred T. Anderson. Galicia Expedition 1924-1925. Biblioteca HSA

En las agendas anotó los gastos, las direcciones de gente que iban conociendo, ideas que se le venían a la mente. Pero muy provechoso para esta tesis doctoral, es que nos ofrecen las impresiones más cercanas a la personalidad de su hija, de la que destacó su sentido del deber, su laboriosidad y empeño en el trabajo, que por otro lado, caracterizaron toda su carrera. Las páginas de sus diarios reflejan la incertidumbre e inseguridad que por momentos sentía con respecto a algunas de sus fotografías, sobre todo con respecto al dominio de la técnica, la composición y la relevancia del asunto fotografiado. El objetivo final fue el de cumplir con las expectativas requeridas por la HSA y obtener unos resultados que estuviesen a la altura del encargo a ella confiado. A partir de esta expedición se puso de manifiesto su esfuerzo por demostrar la valía profesional, que le llevó a saber capturar ese preciso instante en el tiempo, con el que convirtió la imagen en un recipiente de conocimiento, de consciencia ante un hecho. Gracias a los diarios del padre sabemos que durante este viaje no dudó en repetir el trabajo si era necesario, hasta convencerse de que había logrado la instantánea apropiada: [..] we had made some of the place on Saturday morning but Ruth did not feel quite satisfied with 20

what she had and she wanted to be real sure that we had something of this house .

19 20

Una selección de estos pasajes se publicó en Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. págs. 437-466.

Se trataba de la Casa de Cervantes en Valladolid, Huntington fue uno de los miembros fundadores más importantes. En: Alfred T. Anderson Diaries. Valladolid. 13 de abril, 1925. vol XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 39.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson El itinerario del viaje se planeó con vistas a cubrir la zona noroeste de España y para asegurar el éxito de la empresa siguió su estilo metodológico21, […] Preparation for the trip had been made by listing the photographs in the main file of the Society to avoid duplicating material already in the collection and by making from the Sorolla Provinces of Spain sketches of the costumes to be found in each region. It was the understanding that the country between Madrid and the north coast was to be visited22.

La pareja salió rumbo a la Península el verano de 1924 y su viaje finalizó un año después. Aunque el destino principal fue la zona norte, Galicia y Asturias, también se hicieron cortas visitas a otras regiones, destacando las siguientes: durante el mes de diciembre permanecieron en Madrid para hacer fotografías en la Exposición del Traje Regional; la primera semana de febrero de 1925 viajaron a Santander y, por último, a principios de abril se trasladaron a Valladolid donde querían instantáneas de varios pasos procesionales de Semana Santa y la custodia en la catedral23. A diferencia de las otras expediciones, sobre ésta se conserva un abundante y variado material documental24. Desde los mapas en los que delineó itinerarios y un nutrido fondo epistolar, que junto a los libros que citamos a continuación se convirtieron en sus principales fuentes de inspiración e información durante el viaje. De esta forma nos damos cuenta como todas las expediciones comenzaban, en sentido figurado, antes de emprenderlas y una de las primeras acciones consistía en el estudio de la bibliografía que le sería útil durante el viaje, y de la que extrajo pasajes con los que enriqueció las notas de su trabajo de campo25. Entre esas lecturas se encontraban las obras de algunos miembros de la HSA, como por ejemplo, The Way of Saint James, escrito por Georgiana Goddard King, sobre el arte originado a lo largo del Camino de 21 22 23

Consultar cap. 3 Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Photographic Expeditions in Spain: 1924-1930. AIB. HSA

El padre se refirió a este momento y aludió a la figura del fotógrafo Primitivo Carvajal, que en 1923 también proporcionó imágenes a las expedicionarias de aquel momento, entre ellas su hija. Alfred T. Anderson Diaries. Valladolid, 11 de abril, 1925. vol. XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 16. 24 A las fotografías y las notas que las complementaban habrá que añadir otra serie de cuadernos también con notas de campo, diarios, agendas, un amplio fondo epistolar, recibos, facturas de todo tipo, como por ejemplo, las que generaron las compras de fotografías, pero también las que recibieron al comprar una pastilla de jabón, o cuando pagaron la cuenta de unos churros con chocolate. También guardó billetes de tren, cuentas de hoteles, fondas y pensiones. Muchos de estos papeles los fue recopilando Alfred T. Este material nos proporciona datos prácticos sobre la forma en la que viajaron, el coste de la vida en España, y como se enfrentaron al trayecto. 25 Estos libros los incluyó en la bibliografía de su obra sobre las provincias gallegas de 1939 y en alguna otra de sus publicaciones: George Borrow. The Bible in Spain. London, 1843. vol.2. Richard Ford. A Hand-book for Travellers in Spain. London: John Murray, 1845. vol. 2. The Way of Saint James. New York y London: G.P. Putman’s Sons, 1920. 3 vols.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Santiago y publicado por la HSA en tres volúmenes, en 1920. Revisó la obra de Pardo Bazán, citó a la escritora en sus notas, y también realizó varias fotografías de su casa de La Coruña, hoy convertida en museo26. Otras de las lecturas preparatorias, como ya hemos expuesto anteriormente, fueron las obras de George Borrow y Richard Ford, dos viajeros románticos que recorrieron España de mediados del siglo XIX. En Galicia y Asturias buscó en múltiples ocasiones las noticias y las huellas que aparecen en las obras de ambos autores. De Borrow, por ejemplo, fotografió el Castillo de Finisterre, escenario de una de sus aventuras27. Incluso llegó a conocer a un escocés que en su peregrinación siguió el mismo itinerario del romántico británico28. La investigadora citó a Richard Ford reiteradamente en sus notas de campo, compartiendo con él sensaciones vividas: [..] Mr Ford says that the coming of an American (I must specify Americano) to some of these outlying Spanish villages is the stuff that legends are made of. If that be the result of the appearance of a quiet American gentleman, such as I conceive Mr. Ford to be, how can one measure, what seismographic apparatus would be powerful enough to record the cataclysmic effect of the passing of a “señorita” Americana who knows what rabbits are called and how many “golpes” it takes to make a rail for a wagon wheel “¡tanto me choque!” with exclamation points shooting off wildly in both directions. Of a verity, America will be a country fantastic! I can feel the tale spread from village to village from tavern to tavern, in ever increasing circles of wonder as the amazing fact sinks into a large and luminous distance29.

En realidad, el texto anterior expone una de las impresiones nacidas a lo largo del camino, ella misma podía convertirse en un elemento sobre el que los lugareños inventarían una historia, que generaría una leyenda, un mito, una superstición30. Reflexionó sobre los libros anteriores y realizó cientos de fotografías que apoyaban esta idea sobre el carácter del gallego, proclive a las creencias supersticiosas. 26

Resultó imprescindible recopilar información y fotografías relacionadas con ella, ya que era miembro de la HSA. En su libro de 1939 publicó la fotografía de un crucero de Tuy y para describirlo utilizó un texto escrito por Emilia Pardo Bazán. En ese caso se trataba de uno que vio la escritora en Mondariz y que Anderson a su vez consideró que coincidían iconográficamente. Negativos: 350-351. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 33. Ver, Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. Nueva York: The Hispanic Society of

America, 1939. págs. 26-27. 27

Alfred T. Anderson Diaries. Finisterre. 7 de noviembre, 1924. vol.II. pág. 26. Carta de Anderson a su hermana Mim. La Coruña, 1 de diciembre, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 29 Fonsagrada, 1925. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Galicia Text Material Source. AIB. HSA. Negativo: 2.007. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 6465. 30 San Cristóbal de Chamoso. Enero de 1925. Negativos: 2017-2024. págs.67-68. Citó el libro de José Villa-Amil y Castro. Antigüedades Preshistóricas y Célticas de Galicia. Lugo 1873. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 33-34. 28

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson La correspondencia epistolar de este periodo está escrita en castellano. Como era lógico, desde su incorporación a la HSA, y como el resto de las colaboradoras, fue obligatorio conocer la lengua31. Son algunos de los primeros documentos en los que podemos estudiar su dominio del castellano y como se expresó en él. Si iba a fotografiar a los españoles, debía ser capaz de explicarles sus propósitos y estar preparada para asimilar toda la información que éstos le iban a facilitar. Además, el poder comunicarse con ellos era fundamental para ganarse su confianza. Su español mejoró con rapidez y en las cartas que envió a su familia introdujo palabras, incluso frases enteras, escritas en castellano32. A veces incluso utilizó, un tono coloquial y se despedía con un !Que lo pase bien!, !con mil amores!, !adiós chiquita que usted lo pase bien!33. Como norma general, los primeros informantes con los que practicó su español ocupaban un lugar privilegiado en la comunidad a la que pertenecían, y fueron ellos los emisores y receptores de la mayoría de estas cartas. Durante el viaje a Galicia resultó patente y se puede comprobar estudiando el fondo epistolar. Los gallegos que aparecen en estas cartas fueron en su mayoría miembros del clero34, junto a la clase media y alta del momento, entre éstos últimos destacamos a José Otero Rúa, funcionario en la Diputación de Pontevedra y al que citaremos de nuevo al hablar de la expedición del año siguiente. Se conocieron poco tiempo después de llegar a la región y a partir de ese momento se estableció una fluida relación con la investigadora, que se puede estudiar a través de la cantidad de cartas que se intercambiaron y los temas en ellas tratados35. 31

Para perfeccionar sus conocimientos del idioma, pensando en su padre y en la ventaja de poder disfrutar de un profesor nativo, contrató a uno particular durante su estancia en Madrid, en diciembre de 1924. Decidió aprovechar el tiempo al máximo, y consideró imprescindible complementar la práctica diaria del idioma, con clases teóricas. 32 Por ejemplo al referirse a unas fotografías que remitió a su hermana: [...] Te felicito muy de veras de ver como progresas en el arte de la fotografía. Y también te agradezco para[sic] las fotografías de tu caballo. ¡que pinta tan magnifico[sic]! Carta de Ruth Anderson dirigida a su hermana Miriam (Mim). La Coruña, 1 de diciembre, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 33 Carta de Ruth Anderson dirigida a su familia desde Mondoñedo el 27 de enero, 1925 y otra desde Vigo a su hermana Mim. 25 de agosto, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 34 Podríamos incluir una larga lista de religiosos a los que conoció en este momento, en algunos casos no proporcionó los nombres, pero sí la parroquia a la que pertenecían. Anderson conservó las cartas de algunos de ellos: Manuel Cageao Vázquez que era el capellán de El Cebrero, Joaquín Sánchez Vázquez párroco de Noya, Manuel Eirín Cadavid era el párroco de Mugía. Carpeta: Correspondence August 1924Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 35 Las cartas más tempranas están fechadas un mes después de la llegada de Anderson y su padre a Galicia, concretamente del 25-9-1924. Otero Rúa además de ser un hombre con grandes conocimientos sobre la región, era el hijo de Prudencio Otero Sánchez (1848-1938), autor del libro, España, patria de Colón. Madrid: Biblioteca Nueva, 1922. Anderson conocía este libro y no dudó en buscar a su autor. En un fichero con sus notas incluyó un listado de personas que podrían servirle como informantes y entre ellas escribió el nombre de Prudencio Sánchez, junto al de Casto Sampedro, presidente en ese momento de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, conoció a los dos. Caja 1: Anderson, Anderson M. Notebooks: Galicia and Oviedo. Also list of photos 1924.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Otro ejemplo de informante cualificado durante esta expedición, fue Matilde G. Gross (?), de la que poseemos pocos datos, entre otros que trabajó en el ministerio, ya que escribió sus cartas en el papel membretado: Ministerio de Gobernación, Habilitación. Era una mujer que ocupaba una posición laboral con cierta categoría, aunque no especificó su cargo. Poseía estudios de grado superior y fue alumna de Tomás Navarro Tomás36, en sus cursos de fonética. Matilde G. Gross, que era capaz de escribir a Anderson en inglés, también estaba al corriente de sus intereses con respecto al traje regional, y también sobre uno de las condiciones que más apreciaba en ellos, la de ser “vestidos por gentes que los usan a diario”. Por esa razón, cuando le escribió para describirle la ceremonia acaecida en Madrid para honrar a los reyes37, le aseguró que los vestidos no eran “máscaras improvisadas para un espectáculo vistoso”, una sensación que por otro lado, experimentó al documentar muchos trajes. La ayuda de personas con una determinada posición social le sirvió para “integrarse” en la comunidad, o al menos para que no fuera considerada, a juicio de los demás miembros de la población a los que obligatoriamente tenía que acercarse, como una auténtica extraña. Además a estos personajes no les resultó extraño que un extranjero estuviese interesado en sus formas de vivida, y facilitarle el trabajo era una forma de contribuir a la difusión de este acervo cultural allende los mares38. Al contar Las primeras cartas dirigidas a Otero Rúa en las que se tratan asuntos relacionados con la historia de Cristóbal Colón se encuentran en Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra O. Otero Rúa le puso en contacto con los artístas gallegos, Castelao (1886-1950) y Francisco Ansorey (18891961). Otro personaje importante de este momento y del que la HSA posee un importante fondo epistolar fue César Vaamonde Lores (1867-1942) 36 Tomás Navarro Tomás (1884-1979). Doctor en Filosofía y Letras, ingresó en 1909 en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Fue uno de los primeros colaboradores de Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos (CEH). Ambos filólogos, junto a otros colegas, emprendieron en el verano de 1911 un viaje por Asturias y León en busca de romances y sonidos dialectales. […] Fundó y dirigió en el CEH un Laboratorio de Fonética Experimental, donde él y sus discípulos realizaron una serie de importantes estudios sobre fonética y dialectología, cuya cima fue el Manual de pronunciación española, editado en 1918. [...] Sus dotes organizativas se manifestaron en la dirección de la Biblioteca del Centro de Estudios Históricos, desde 1922-1936, y sobre todo cuando, tras el estallido de la Guerra Civil, pasó a dirigir la Biblioteca Nacional y a ser vicepresidente de la Junta de Protección del Patrimonio Artístico. Cfr. J. Manuel Sánchez Ron; Antonio Lafuente; Ana Romero; Leticia Sánchez (eds.). El Laboratorio de España. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907-1939). Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Residencia de Estudiantes, 2007. (Leoncio López-Ocón). pág. 549 37 El 22 de enero se nombró a los reyes, Alfonso XIII y María Eugenia, alcaldes honoríficos de todos los ayuntamientos españoles. “Acto de afirmación monárquica. El homenaje nacional a su majestad el rey”. Diario ABC. Madrid, 15-1-1925. pág. 9. disponible en Web: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/01/15/009.html (22-11-2009) 38 Manuel Díaz Noras de El Pindo escribió para ella cartas de presentación, como la que incluimos a continuación y nos sirve de ejemplo. Escrita en el papel membretado de una de las fondas en las que se

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson con el beneplácito de estas personas resultó más natural y sencillo relacionarse con los lugareños. Ellos le proporcionaron otro tipo de noticias que, al igual que las anteriores, también incorporó a sus cuadernillos y con las que explicó escenas de los negativos. Como señalamos anteriormente, en muchas ocasiones las reprodujo literalmente, incluso añadió palabras en gallego cuando lo creyó necesario39. Las mujeres que encontró en multitud de ocasiones, las que consideró como “las residentes de Galicia”, le proporcionaron infinidad de datos40 y posaron para ella. La mayoría de las veces colaboraron, y llegó a detenerlas por la calle si consideró interesante la indumentaria que vestían. La preocupación que mostró por fotografiar sus trajes, determinó en buena medida que le abrieran las puertas de sus casas, y determinados espacios privados. Las mujeres le permitieron entrar en sus cocinas y ella las inmortalizó mientras trabajaban, pero también accedió a las habitaciones, donde le mostraron orgullosas sus labores manuales y se vistieron con sus mejores indumentarias, sin importarles ser retratadas con cada una de las partes del traje. De la misma forma, viajar junto a su padre en una sociedad española regida por los hombres de ese momento, fue otra gran ventaja, ya que con él pudo acceder a recintos frecuentados únicamente por hombres. Así, las consideraciones de los españoles sobre las diferencias existentes entre los dos sexos no detuvieron a la investigadora en su labor recopiladora41. El padre describió la variedad de situaciones, escenarios y temas en los que se producían las fotografías: hospedó, Viuda de Félix Fiuza. Fonda y Ultramarinos, en Muros y fechada el 31 de octubre de 1924. Manuel Díaz Noras se la dirigió a Ángel Lafuente, en El Pindo: Mi estimado amigo: Con la dadora Miss Anderson, distinguida turista norteamericana, envío a V. un afectuoso saludo y me permito rogarle atienda a esta admiradora de Galicia, proporcionándola [sic] de cuantos datos y elementos le fueran necesarios para mejor comprender nuestra tierra, y asimismo los elementos de juicio precisos para que cómodamente pueda salvar el trayecto [sic] desde esa a Cee. Gracias mil de su amigo En, Sobre L. Letters of Introduction. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 39 Los nombres de algunos de estos informantes se citan en Lenaghan. “Elaborando una crónica de Galicia”. Una mirada de antaño, 2010. pág. 32. 40 Esta frase sirve como reflejo de la situación económica y social de Galicia en aquel momento. La poeta gallega Rosalía de Castro se refirió a ellas en una de sus obras como las “viudas de los vivos” y Anderson, admiró y tradujo su obra. Es interesante observar como las imágenes pueden ilustrar visualmente los estudios históricos, sociológicos y económicos que existen sobre la época. Mostró a las mujeres haciéndose cargo tanto de las labores domésticas y como fuera de la casa. Existieron labores llevadas a cabo típicamente por mujeres como la vendimia o la recogida de la aceituna, aunque en el norte de la Península, y como reflejan las imágenes en este momento, también fueron las mujeres las encargadas del ganado, de conducir los carros, de la siega y del pastoreo entre otras labores. Cfr. Luis Alberto Cabrera Pérez. Mujer, trabajo y sociedad (1839-1983). Madrid: Fundación F. Largo Caballero, 2005. págs. 38-39. 41 Este tema podría constituir otro capítulo en esta tesis doctoral. En su segundo viaje a Galicia la acompañó Frances Spalding, y en la prensa gallega apareció una pequeña reseña sobre las dos viajeras que consideramos necesario incluir en este momento porque ejemplifica el tema que estamos tratando.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson We nose around in all kinds of places. We go into drinking places and photograph the men as they set around and visit over their glasses of wine or whatever they are having. Kitchens with chimneys have a special fascination for Ruth and we are smoked every once in a while. Costumes we are always on the lookout for and many are the people, women especially that we stop on the streets and take their pictures42.

Pero hubo situaciones y lugares donde se congregaban personas de ambos sexos que fueron prioritarias en su recopilación, nos referimos especialmente a mercados y ferias de ganado. Resultaron particularmente útiles por la gran cantidad de gente que se concentraba en estas ocasiones, y que llegaban incluso de otros pueblos y regiones cercanas, con ellas amplió y enriqueció su repertorio de tipos humanos.

9. Anderson. Bargaining at the cattle market. Santiago de Compostela (La Coruña). 16 de octubre, 1924. GRF: 52.529

Con él aportamos más noticias sobre la consideración de la mujer, no sólo la extranjera, en la España de la época: […] Con una sonrisa en los labios, provistas de maquinas[sic] fotográficas y en su automóvil, no las arredran ni las distancias ni las dificultades. Hemos conversado largamente con ellas y la impresión que nos causaron es que la mujer norteamericana une a su cultura una exquisita feminidad y no el tipo varonil que engañosamente y a través de las revistas y periódicos muchos conciben, sino que las condiciones de igualdad educativa que reciben ambos sexos, las dan la soltura y el aplomo que creemos es inherente a la extranjera y es única y exclusivamente producto de la formación escolar. Noticia aparecida en El Faro de Vigo. Marzo, 1926 (no se especifica el nombre del autor ni la página) 42 Alfred T. Anderson Diaries. Tineo (Asturias). 7 de mayo, 1925. vol. XIV. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

10. Sorolla. Galicia The Cattle Fair, 1915. HSA.

Lo que quedó patente fue la multitud de espacios que transitó para llevar a cabo su trabajo, y pasó de las catedrales y los palacios, a las fondas y de las bibliotecas a los graneros. Todo este esfuerzo, lo reflejó su padre en sus escritos. Los altibajos del camino corrían paralelos a su estado de ánimo. Ella se consideró una profesional de la fotografía, pero Galicia y las imágenes que allí tuvo que conseguir le suscitaron muchos interrogantes. Para empezar se dio cuenta de los contrastes tan pronunciados que existían con respecto a la vida en Nueva York, incluidos los sonidos, The whine comes to its fortissimo as the slow wooden wheels pass by and dies away as they labour down the highway43 .

11. Anderson. Oxteams standing outside the Puerta de Santiago on a cold misty morning. Lugo. Diciembre 1924-enero 1925. GRF: 56.946 43

Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

Al reflexionar sobre esta frase entendemos que el ruido de una ciudad americana como Nueva York, había sido sustituido por el silencio que trae la calma y el abandono de muchos pueblos en el norte de España. No escuchaba los motores de automóviles a los que sin duda estaba acostumbrada, sino las lentas pisadas de los bueyes tirando de una carreta, o el gemido provocado por el girar de las pesadas ruedas. Soportó todo tipo de adversidades en muchas ocasiones durante este viaje tuvo que caminar durante horas, a veces con los pies embarrados y húmedos, algo que no pareció importarle cuando los dos se dejaron retratar por un fotógrafo callejero en una instantánea, que consideramos está llena de significado, no sólo porque se convirtió en el regalo de navidad que enviaron a su familia en Nebrasca, sino porque es uno de los pocos retratos que conservamos de ella. La pareja se dejó fotografiar sobre un forillo de aspecto acartonado, con la escenografía típica del fotógrafo ambulante. Aunque preparados para la toma, su aspecto no deja de darnos la sensación de desaliño. El abrigo arrugado del padre, la dejadez con la que su hija porta una alarga bufanda que casi le llega a los pies, los zapatos de ambos, sucios y con rastros de barro. Pero nosotros destaca ante todo la mirada satisfecha de la ella, que dedica una sonrisa complaciente a su familia.

12. Los Anderson posando para un fotógrafo ambulante. Lugo, 26 de enero de 192544

Consideró Galicia como una tierra viva, tal y como se refleja en sus palabras, Asombrosamente viva: Galicia, esta fue la sensación general que le provocó el paisaje 44

A continuación transcribimos el texto de la postal escrita por el padre: Dear Puss: Today we were in Lugo again, and although our stay this time was only about three hours we thought we would celebrate by spending another peseta of mother´s Christmas present by having our pictures taken. So here you see your Spanishers the way they actually appear when they are going around making pictures. Part of mothers present was used to put on the lens pockets of which you see, one on the end of the case.With much love, Father Biblioteca. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson gallego. Todo en ella rezumaba vitalidad, el mar, los ríos y arroyos, también los elementos inanimados como las rocas, los muros, y los tejados, porque la vida también palpitaba bajo el manto verde de liquen y musgo que los tapizaba45. Una visión optimista y vital, que también compartió el padre, cuando éste aseguró a su mujer: This is the most beautiful country I have ever seen, and full of interesting things to photograph46.

13. Anderson. Puebla de Burón (Lugo). 21 de mayo, 1925. GRF: 58.164

La naturaleza influyó en ella anímicamente47, especialmente los días de sol, que fue su aliado para realizar las imágenes. El padre escribió en su diario como en los días soleados crecía el optimismo de su hija: This is a wonderful morning. The sun is shining brightly and it is going to be a fine day for work. Ruth took a camera and went out early by herself for a little while. She is so delighted with this day and our surroundings that she hardly can find expression for her feelings48

Pero las mismas condiciones meteorológicas, que hacían del paisaje gallego un lugar de tanta belleza, fueron las que en mayor grado afectaron el normal avance de su trabajo. Estas dificultaron, y en algunos casos imposibilitaron la recopilación diaria de

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Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. Carta de Alfred T. Anderson a su esposa. 19 de agosto, 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 47 Ver cap. 2. 48 Alfred T. Anderson Diaries. Llanes. 6 de abril, 1925. vol. XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 16. 46

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson instantáneas. El clima adverso se convirtió, sin duda alguna, en su peor enemigo. A él no pudo enfrentarse ni siquiera con el espléndido equipamiento fotográfico que le proporcionó la HSA. Por otro lado, las bajas temperaturas que sin problemas aguantaban los lugareños, resultaban insoportables para ella y para su padre, especialmente porque no vinieron preparados desde Estados Unidos para soportar tanto frío. Lo sintieron incluso en algunos de los lugares donde se hospedaron. Aunque por lo general no se quejaron de estos lugares, regentados la mayoría de las veces por mujeres, hay momentos en los que la falta de calefacción resultó insufrible y buscó los más variados remedios para hacerlo más llevadero49. Los espacios en los que desarrolló gran parte de su producción fueron los exteriores. Las perspectivas que eligió muestran algunas de sus condiciones de trabajo. Aprovechó los accidentes del terreno para conseguir las extraordinarias vistas panorámicas que consiguió en este momento.

14. Anderson. View of the town from the castle hill. Allariz (Orense). 18-20 de junio, 1925. GRF: 57.408

No le importó caminar durante horas por caminos llenos de lodo o pedregales si el objeto a fotografiar era de interés y lo mismo sucedió cuando deseó realizar una “buena” fotografía, en el sentido “andersoniano” de la expresión, es decir, por su 49

La viajera cuenta como desayunaba una gran cantidad de leche bien caliente, cuando sentía que la temperatura de su cuerpo había aumentado, era cuando se levantaba para “ducharse” con agua fría. [...] I am becoming very adapt at consuming my breakfast in bed. Then when I am full of hot milk and coffee, I leap out and take a rubdown in cold water. Carta con el membrete del Gran Hotel y Bar Miño, Orense. Fechada el 1 de enero de 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. El padre por su parte, no dudó en vestir al mismo tiempo toda la ropa que tenía. En, Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. pág. 454.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson idoneidad temática y su nitidez visual. La propia investigadora se hizo eco de las consecuencias que le originó el ritmo que había impuesto a la peregrinación y la dureza de la marcha. Se quejó de la facilidad con la que se desgastaban sus trajes y confesó a su familia, con cierta preocupación, que éstos se podían rasgar en cualquier momento cuando escalaba tapias o saltaba acequias y cercados50. También su progenitor que muchas veces no podía seguirle el ritmo, demostró su aguante físico y su capacidad de trabajo. En sus diarios abundan pasajes donde expresa juicios personales cargados de ironía y agudos comentarios. Las experiencias que vivió, especialmente las que les eran desconocidas o no entendía, le llevaron a buscar similitudes en su propia cultura, lo que contribuyó a resaltar precisamente las diferencias existentes entre ambas, especialmente en lo relativo a la religión. La rutina diaria comenzaba siempre bien temprano at the break of the day

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,

muchas veces para coger los coches de línea y trenes que les llevaban a localidades más aisladas, o para caminar por la localidad en busca de argumentos a fotografiar. Al atardecer, cuando regresaban a la fonda o al hotel, todavía les quedaba trabajo, revelaban e identificaban las imágenes. El padre se encargaba del revelado, mientras que ella laboriosamente enumeraba los negativos. Trabajaba sin descanso, sobre todo durante los días lluviosos, cuando resultaba imposible salir a fotografiar52. Identificar los negativos era una tarea monótona pero imprescindible, una obligación estipulada en el contrato con la HSA53. También debía revisar la correspondencia que le llegaba a España, e incluso tenía tiempo para leer el periódico de su iglesia, el The Christian Science Monitor, que se lo enviaban periódicamente. La llegada a la Ría de Vigo se produjo a bordo del Roussillón, el siete de agosto de 192454. Era un mes rico en festividades religiosas y el momento oportuno para fotografiar un amplio repertorio de trajes regionales en todo su esplendor. La investigadora consciente de ello y acudió directamente a las poblaciones donde se 50

Carta de Ruth Anderson dirigida a su familia desde Mondoñedo, el 27 de enero, 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 51 Alfred T. Anderson Diaries. Camariñas. 23 de noviembre, 1924. vol. III. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 52

This has been a day of working inside in our rooms. Ruth is anxious to get a lot of negatives titled and she has been at it steady nearly all day. Alfred T. Anderson Diaries. Lugo. 11 de mayo, 1925. vol. XIV. Sobre

M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 53

[…] each film to be numbered and accompained with a correspondingly numbered list giving titles, colour details and all additional materials. 26 de Julio, 1924. En el fichero donde se encontraba esta información también se incluye una copia de las condiciones de trabajo, la forma de pago para adquirir las imágenes, la manera de enviarlas, etc. R.M.Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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Itinerario del viaje publicado en, Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. pág. 409

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson celebraban fiestas, como la de la Virgen de la Anunciada en Bayona, patrona de los pescadores, y cuyo interés acaparó la producción de sus primeros negativos. La religión, que como dijimos, estaba presente en la vida diaria del gallego y la iglesia era uno de los estamentos sociales más importantes. Se hizo evidente a través del ceremonial y la parafernalia con los que se llevaban a cabo muchas celebraciones y es lo que reflejó en las fotografías que hizo en Tuy, durante los actos conmemorativos del Milenario de San Pelayo55. En las imágenes aparece todo el estamento eclesiástico, incluido el obispo. Mientras estaba apostada con su cámara, sin perder atención a todo el evento, sucedió que el obispo se paró justo frente a ella y se colocó la mitra para ser fotografiado56.

15. Anderson. Millenary of San Pelayo's Martyrdom. Beneficiado carrying the báculo. Tuy (La Coruña). 26 de junio, 1925. GRF: 58.455

Uno de las figuras más importantes en el estamento religioso, se detuvo y consiguió uno de los retratos más espléndidos de su producción. El paisaje gallego que en tantas ocasiones exaltó la investigadora fue la cuna de un pensamiento paralelo al de la religión católica, donde se incluían aspectos como la superstición57. El pensamiento

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Milenario de San Pelayo, Tuy. 26 de junio de 1925. Negativos: 4.479-4.525. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 55-57. 56 [...] Here we found a great festival going on and the streets were decorated and crowds of people every where. […]In the evening there were music down in the park near the river, the young people danced and seemed to be enjoying [..] Ruth made many pictures of the processions, and she was much delighted when the Bishop stopped right there in front of her, put on his wonderful headgear, and let her take his picture. Alfred T. Anderson Diaries. Tuy. 26 de junio, 1925. vol. XVII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 57 Es interesante aludir aquí que para el antropólogo Luis de Hoyos, cuya obra estudió la investigadora, las supersticiones eran remanentes del pasado, creencias que se mantenían particularmente activas en el

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson primitivo basado en la creencia sobre el poder mágico de las fuerzas de la naturaleza, se mezclaba con las facultades sobrenaturales que provenían de un ente divino. Las normas impuestas por el clero se unían al carácter supersticioso de la gente. La investigadora se dio cuenta enseguida de esta situación y la reflejó magistralmente en sus fotografías. A esta línea de pensamiento corresponde una de las leyendas que más interesaron a la viajera, y a la que, a modo de ejemplo, nos referimos. En este caso al hecho religiososupersticioso se unía el acontecimiento histórico, este último de gran interés, porque estaba relacionado con alguno de los documentos que se conservan en los fondos de la HSA. En enero de 1925, se encontraba en el pueblo de Cebrero, donde el párroco le mostró el relicario del Santo Milagro58. Transcribió en su cuaderno las palabras del religioso, mientras éste le contaba la historia de un hombre procedente Borjamayor, una localidad cercana, que acudía cada día al pueblo para escuchar misa. El hombre nunca faltaba al servicio religioso, aunque las condiciones meteorológicas fueran las más adversas. Pero un día se produjo una intensa tormenta que no le detuvo para acudir a su cita. Cuando el cura lo vio aparecer se quedó sorprendido y minusvaloró su acción cuando asintió que empleó todo ese esfuerzo simplemente para comparecer ante un simple pedazo de pan y un poco de agua. Y en ese preciso instante el pan se transformó en un trozo de carne y el agua en vino que fueron convertidos en reliquias. La reina Isabel la Católica, que en una ocasión viajaba por la zona, quiso llevárselas consigo pero las mulas se negaron a transportar semejante carga y es por eso permanecieron en el pueblo, ahora conservadas en un precioso relicario que donó la monarca59. Las fotografías del Santo Milagro sirvieron para documentar una leyenda y también, en el sentido práctico, sirvieron como ejemplos de orfebrería, muy útiles para la fototeca donde se incorporaron bajo la categoría de Metal Work Spain en las secciones del siglo 13th, Cálices, Reliquaries, Plates60. ámbito rural. Ver, Luis de Hoyos Sainz. “Supersticiones y prácticas populares, acerca de la gestación en España”. Congreso Nacional de Ciencias da Populaçao, Porto II, separata 9. “Folklore español del culto a los muertos”. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 1944. Tomo I, págs. 30-53 58 El cura de Santa María del Castro en Cebrero le informó sobre la iglesia y sobre algunos objetos litúrgicos que en ella se conservaban, pero que no eran tan antiguos como el famoso cáliz del Santo Milagro. Carta fechada el 15 de mayo de 1925. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra C. 59 El Santo Milagro. Cebrero, enero de 1925. Negativos: 1.854-1.862. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 47-48. 60 Otro ejemplo que nos sirve para mostrar la recopilación de material específico que posteriormente se utilizaba para el estudio del arte son las fotografías que realizó en el santuario de la Virgen de la Barca. Nos referimos concretamente a las de una imagen de la Virgen. Junto a la información sobre las fotografías se han escrito las iniciales de la conservadora de escultura Beatriz Gilman Proske, que estaba

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Los actos encaminados a la adoración de estos objetos santos, o las romerías que congregaban a gran cantidad de peregrinos, incluso de otros pueblos, le proporcionaron un variado repertorio de tipos y trajes. Y a la vez vistas panorámicas puesto que, en muchos casos, las ermitas y los santuarios se situaban por norma general en emplazamientos naturales de gran belleza, parajes de difícil acceso desde los que podía divisar grandes extensiones de tierra. A finales de agosto de 1924, participó en la romería de Santa Tecla, en el pueblo de La Guardia (Pontevedra). Observó cómo llegaban hasta allí peregrinos desde Vigo, aldeanas, gaiteros y miembros de grupos folklóricos cuyas actuaciones servían para honorar a la santa61. El repertorio de música tradicional constituía una parte imprescindible en este tipo de actos y utilizó un buen número de negativos para documentarlo, junto a los instrumentos musicales, y las danzas típicas. No era la primera vez que fotografió estos elementos ya que constituían una parte imprescindible de la celebración religiosa, en Bayona por ejemplo, fotografió a los mozos interpretando la Danza de los Palos en honor a la Virgen de la Anunciada, patrona de los pescadores y estas imágenes le proporcionaron a la vez ejemplos del traje, que describió en sus notas62. La gente era la protagonista activa de la celebración y participaban de ella, en mayor o menor medida. En el caso que acabamos de ver sobre Bayona, por ejemplo, anotó en su cuaderno cómo los pescadores engalanaban sus barcas en honor a la patrona. Los días de fiesta eran los pocos momentos en los que la gente podía disfrutar de un día sin trabajo. Junto a la peregrinación y los actos religiosos, los participantes organizaban comidas comunales, se cantaba y bailaba, como las escenas que reprodujo en el Monte de Santa Tecla, en la fiesta de San Roque63 o también en Bayona64. En interesada en estas instantáneas. Mugía, noviembre, 1924. Virgen de la Barca. Negativos recibidos en la HSA, el 16 de diciembre de 1924. Negativo: 1.446. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 22. Negativos: 1.803-1.810. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 61 Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Photographic Expeditions in Spain: 1924-1930. AIB. HSA. Siempre introduce en sus notas explicaciones sobre el origen de la fiesta. En este caso se refirió al milagro de la Santa del año 1385. El favor de la Virgen acabó con la sequía sufrida por los habitantes durante siete años. Fiesta de Santa Tecla, La Guardia (Pontevedra): Negativos: 412-431. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 39-40 62 Años más tarde utilizó estas instantáneas para la exposición que organizó en la HSA sobre la danza española. Ver, cap. 7 63 San Roque, protector contra la peste, es uno de los santos más populares en Galicia. Documentó muchas celebraciones en su honor. En la finca viguesa del Conde de Villar de Fuentes, fotografió extensamente la fiesta, describió el lugar y a los participantes del evento, entre ellos destacó la presencia de un gran número de vendedores ambulantes. Fiesta de San Roque. 16 de Agosto, 1924. Negativos: 34180. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 3-17.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Esclavitud vivió la fiesta de la Virgen del Rosario, patrona de La Coruña y volvió a inmortalizar a los feligreses mientras merendaban. Consiguió ejemplos de todos los tipos que pasaban ante su cámara, inmortalizando un amplio espectro de la sociedad gallega de la época. Hombres, mujeres y niños de todas las edades, muchos en trajes regionales, mendigos, gente portando devocionarios y encaminándose a la iglesia, vendedores atraídos por un ambiente propicio para el negocio, especialmente los que ofrecían artículos religiosos, estampas de la Virgen, escapularios que prevenían enfermedades, y objetos religiosos que en la mayoría de los casos, estaban cargados de un sentimiento supersticioso, concebidos como talismanes. Pero junto a ellos también se prodigaban las vendedoras de pulpo y las de empanadas65. La unión entre los preceptos marcados por la iglesia católica y las creencias supersticiosas, que tanto interesaron a la investigadora la encontró, por ejemplo, en la relación del gallego ante la muerte. Por los caminos se fijó en la presencia de numerosos cruceiros que servían no sólo para orientar, sino que en algunos casos conservaban reliquias en su interior. En sus notas se refirió también a una serie de cruces de color rojo pintadas sobre las rocas, que eran el recuerdo de los marineros muertos en alta mar66. Las coincidencias hicieron que padre e hija se encontrasen en la Costa de la Muerte a principios del mes dedicado a los Santos Difuntos y se dedicaron a fotografiar extensamente todo lo que consideraron que estaba relacionado. En otra ocasión asistió y fotografió un funeral en la capilla de Santa Maria de la Villa. Señaló que el ataúd ocupaba la parte trasera de la iglesia y dibujó las velas funerarias porque quiso mostrar los diferentes tipos que había, dependiendo de si el finado había perecido en alta mar o en tierra firme67. Los nuevos santuarios también fueron objeto de su atención, porque compartían espacio con los antiguos, y en ellos se congregaban multitudes de votos, cargados de rogativas. Pero reflejaban una situación característica y es que los donantes, los patronos 64

En Bayona tras las ceremonias religiosas, la gente se reunía en una arboleda cercana para disfrutar del almuerzo. Negativos: 1-23. Bayona, 10 de agosto de 1924. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 1-2. 65 Esclavitud. Virgen del Rosario. Negativos: 726-743. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 14. Negativos: 1803-1810. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 42. 66 [..]Along the road, red crosses were painted on the rocks, commemorating the dead of shipwrecked sailors. Camino de Pindo a Cee. Noviembre 6, 1924. Negativo: 1.229. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 7. 67 Finisterre. 7 de noviembre, 1924. Negativos: 1.257-1.259. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 10.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson de esas obras pías, eran costeados por indianos. Muchos de estos nuevos centros de peregrinación se costeaban a través de las grandes fortunas procedentes de los emigrantes en América y se llevaban a cabo obras de dimensiones megalómanas. La investigadora dirigió sus pasos a uno de estos santuarios, el de la Virgen de la Roca en el monte Sansón. Allí encontró una gigantesca estatua mariana tallada aprovechando el granito del monte, pero con la cara hecha en mármol68. En el calendario religioso que regía la sociedad española, las fiestas de navidad eran principales, y las que pasó Anderson en España no tuvieron nada que ver con las que celebró durante toda su vida. Se informó sobre todas las tradiciones típicas de estas fechas y fotografió los alimentos que tradicionalmente se consumían, especialmente la variedad de dulces, y la cría y engorde de pavos y capones, animales muy apreciados en esas fechas, que además se “exportaban” a otras regiones. En Monforte de Lemos el día 6 de enero inmortalizó con un estereoscopo a un grupo de niñas pidiendo el aguinaldo. Entre todas acarreaban un árbol, un pino que escondía entre sus ramas una figurita del Niño Jesús69. La investigadora no sólo documentó una tradición navideña, sino que al mismo tiempo congeló un instante que difícilmente vemos repetido hoy en día. Como señalamos, parte de la navidad la pasaron en Madrid donde llegaron con la intención de hacer fotografías en la Exposición del Traje Regional.

16. Anderson. A street in the old part of Madrid where are located twenty odd posadas. Madrid. Diciembre, 1924. GRF: 46.130 68

El arquitecto encargado se llamaba Antonio Palacio de Vigo. La fiesta celebrada el 6 de agosto, sirvió para recaudar fondos y continuar con la construcción del santuario que para ese momento llevaba ya catorce años en marcha. El monumento no fue inaugurado hasta 1930. Negativos: 28-33. R. M. Anderson Collection 1 to 1085. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 2-3. 69 [..]Monforte: Little girls “cantando los Reyes” on the sixth of January. A group of girls from eight to fifteen years of age goes from house to house singing carols. They carry with them a small tree with a figure of the Child Jesus nested in its branches. At each house and from the passers by, they beg a gift for the poor. Negativos: 1.931-1.932. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 55.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

17. Anderson. Posada de San Pedro, entrance. We went into this posada to enquire about the peasant women in costume who had come up to Madrid to sale laces, and founded to be one of the favourite Bohemian resort of the capital. Madrid. Diciembre, 1924. GRF: 46.133

La asistencia era primordial para su estudio sobre el traje español. Conseguir ejemplos gráficos durante el evento le proporcionaría, en principio, un variado repertorio de piezas, sobre las que aseguró auténticas. Fue una de las escasas oportunidades en las que pudo examinarlos todos juntos, y que le permitió reunir una considerable muestra de ejemplos sobre un material escaso en el archivo70. En este hecho quedaron patentes las diferencias con respecto a las fotografías que había realizado un año antes, su interés prioritario por el traje. Ahora el asunto a estudiar estaba mejor definido, en ese sentido se encontraba más centrada, cosa que no ocurrió con el resto de temas, y es por ello que sus notas de mayor extensión normalmente pertenecen a fotografías de indumentaria, en las que además de la descripción de los tejidos o los colores, también incorporó los datos que le proporcionaron los informantes. En el libro Una mirada de Antaño (2010)71, aparecen muchos ejemplos sobre indumentaria, realizadas en la mayoría de los casos, en actos festivos de todo tipo. Las sociedades folklóricas a las que ya nos hemos referido fueron 70

La propia Anderson confirma este dato, […] The central subject was to be costume but as the only income I should have would be from the negatives exposed, developed, described, wrapped, and shipped, and as obviously there might not be enough costume subjects to provide a living wage, the range was extended to include everything from views and architecture to arts and crafts and records. En The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 1. Registradas en la base de datos existen 5249 fotografías de Galicia. En su currículum asegura que realizó un total de 4.856 negativos. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 71 Ver sección “Autocromos”, págs. 93-101 y “Trajes”, págs. 331-339.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson las encargadas, de conservar y vestir las prendas que ya no se utilizaban. Pero la investigadora comenzó a darse cuenta de que “no era oro todo lo que relucía” y muchos de ellos estaban elaborados a máquina, por tanto, dejaban poco espacio para el detalle y la imaginación, cualidad que consideraba esencial en la indumentaria tradicional72. Poco después de abandonar Madrid se dirigieron al Principado de Asturias, otro de los destinos durante este viaje, pero de él nos serviremos en el próximo capítulo, y haremos un análisis pormenorizado que nos servirá como ejemplo de una de sus expediciones. Tras Asturias, Cantabria fue otro territorio que recorrió en varias ocasiones: la primera, el ocho y el nueve de febrero, ya que Ruth tenía que renovar el pasaporte, la segunda durante el mes de abril y la tercera dos días en julio (20-21), antes de embarcarse rumbo a Londres, donde se quedaron poco más de un mes antes de partir hacia Nueva York el 10 de agosto de 1925. De todas las visitas una de las más interesantes fue la que se produjo a mediados de abril (13-16), cuando la pareja volvió a tierras cántabras para documentar la fiesta de la Folía que se celebraba en la localidad de San Vicente de la Barquera. Los negativos que realizó en este momento constituyen el fondo más importante que realizó sobre la región, aunque es un reducido número si lo comparamos con el del resto de las regiones visitadas ese año. A diferencia de Galicia o Asturias, no fotografió oficios, ni los instrumentos utilizados para llevarlos a cabo; no abundan imágenes de pescadores realizando su trabajo, ni agricultores trabajando en los campos ayudados por las bestias. Al no contar con el tiempo necesario para llevar a a cabo toda esa recopilación, dirigió el objetivo de su cámara principalmente a las fiestas del pueblo de San Vicente. El resto las localizó en la capital, Santander, donde fotografió algunas calles, el ayuntamiento, la catedral. En muchas de ellas vemos que se dedicó a documentar asuntos relacionados con uno de los miembros de la HSA, Menéndez Pelayo. Estas imágenes fueron de gran interés para la institución, que siempre estaba dispuesta a aceptar material relacionado con sus miembros. Fotografió la estatua a él dedicada y la biblioteca que llevaba su nombre, pero también quiso inmortalizar su oficina, la sala privada donde trabaja, con su mesa y todo cuanto podía acercarnos a la semblanza personal del académico.

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Sobre esta queja hablamos a la hora de estudiar los informantes, en el cap. 3.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

18. Anderson. A narrow street and small garden. San Vicente de la Barquera (Santander). 13-16 de abril, 1925. GRF: 52.680

Pero fueron el pueblo y la fiesta en San Vicente, lo que captó su atención en primer lugar y arrancó sus primeras impresiones escritas sobre la tierra cántabra: San Vicente functions sluggishly in the midst of ruins. In the higher parts of the town stand high walls and empty facades, some overgrown with vines and some standing free, a constant temptation to the predatory builder. Only religion is alive in San Vicente - the nuns- have a splendid building for their school, and the frailes are building an expensive convent just next the church73.

19. Anderson. Convento de Franciscanos. Ruined cloister. San Vicente de la Barquera (Santander). 13-16 de abril, 1925. GRF: 52.685

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Fechado el 16 de abril de 1925. Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson La imagen decadente y romántica con la que presentó la localidad nada más comenzar le sirvió para contextualizar el tema de la religiosidad. Al contrario que las arquitecturas, la fe del pueblo parecía estar bien asentada, aunque volvió a reconocer la autoridad que ejercía la iglesia para que esto se produjese. Pero su deseo por documentar un ejemplo de tradición centenaria, la fiesta de la Folía, y tener como fondo el “pintoresco” pueblo de San Vicente, contribuyó a acrecentar aún más su curiosidad. Para conseguir las mejores instantáneas se subió a la barca que transportaba la imagen de la Virgen de la Barquera74 y desde esa posición privilegiada, describió la celebración con todo detalle: Virgin coming out from the church. The Virgin´s home is in a Santuario, below the town on the bay. In Sábado de Gloria, Saturday of Holy Week, they bring her, by land and covered, up to the town and leave her all night in the colegio de monjas. Easter Sunday at eight, she comes out again and moves toward the church. She is met halfway by our Risen Lord and she is, uncovered. Then they proceed together to the church, where she remains until Tuesday. On Tuesday afternoon they celebrate solemn high mass for the marineros and the town, for she is their patron saint, la Virgen de la Barquera, and at the hour of high tide in the late afternoon she is carried by sea back to her santuario. “La Virgen tiene trece siglos. Fué encontrada en el mar, en un barco de velas 75

abandonado .

20. Anderson. Fiesta de la Folía. Virgin coming out from the church. San Vicente de la Barquera (Santander). 13-16 de abril, 1925. GRF: 52.686 74

El padre escribió como un hombre “influyente” del pueblo les facilitó el acceso a la barca, que en ese momento ya estaba llena de gente: […]The boat carrying the Virgin, the band, and the singers was just about filled, but just as it was starting one of the influential men of the place, whom we had met, motioned to us to get on board, and Ruth and I got on. […]This was a very pleasant trip. The boys and girls were in the best of spirits and sang very beautifully. Alfred T. Anderson Diaries. San Vicente de la Barquera. 14 de abril, 1925. vol. XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 42-44. 75 Negativo: 3.264. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 65.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

No sólo describió en sus notas cada una de las etapas de la celebración, sino que también se refirió a todo cuanto la rodeaba, desde el vendedor de churros hasta los pescadores del pueblo que aparecen descansando tras la fiesta76. Su periplo cántabro incluyó una visita a las famosas Cuevas de Altamira. Fotografiar las pinturas que habían realizado los primeros pobladores de la Península hacía millones de años, era algo lo suficientemente importante como para dirigirse a este lugar, donde además, pudieron conocer y fotografiar al prestigioso arqueólogo alemán y miembro de la HSA, Hugo Obermaier (1877-1946)77. De su visita a las cuevas conservamos siete fotografías que nos muestran imágenes tanto del exterior como del interior, y en alguna de ellas aparece el profesor Obermaier, junto a sus ayudantes78. La estancia en Cantabria fue corta pero muy productiva, en Santander contactó con dos libreros Julio Palacios, y Benigno Díaz Ferreruela79.

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San Vicente de la Barquera. Santander. 14 de abril de 1925. Negativos: 3.234-3.288. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 63-66. 77 Su libro sobre Altamira se tituló Die Höhlen von Altamira (Provinz Santander). Veröffentlichungen des Patronato Nacional del Turismo, no. 1. Madrid: Blass, S. A., 1928. Pero la relación de la HSA con el estudioso comenzó años atrás cuando publicó su libro Fossil Man in Spain. New York: The Hispanic Society of America, 1924. Consultar biografía de Hugo Obermaier Society. Disponible en Web: http://www.uf.uni-erlangen.de/obermaier/obermaier-e.html. (22-3-2007) También se incluye una biografía de él en el catálogo de la exposición: El Laboratorio de España. La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907-1939). Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Residencia de Estudiantes, 2007 (eds.). Exposición, diciembre 19 de 2007 al 27 de abril de 2008. pág. 551. 78 Por desgracia los negativos mostrando la imagen del profesor se destruyeron y tampoco contamos con ninguna copia positivada. Anderson Negativos. 4.709-4.715. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 1. 79 Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

21. Carta Librería Moderna. Firmada por Benigno Díez. Santander, 8 de agosto de 1924. Archivo: Ruth M. Anderson. Biblioteca HSA.

Díaz Ferreruela propietario de la Librería Moderna le proporcionó fotos de la fiesta de la Folía. En Cantabria no sólo recopiló imágenes del traje regional, sino que también pudo fotografiar una procesión marítima, de la que prácticamente carecía de ejemplos, y en la que participó casi como otra protagonista principal del evento, subida en la barca que transportaba a la Virgen. También compró fotografías de Cantabria mientras estuvo en Asturias, ya que el fotógrafo Ramón Rozas80 tenía un amplio surtido y pensó completar con ellas una posible escasez de imágenes sobre la región. Tras la corta estancia en Santander, se dirigieron a Valladolid donde llegaron en plena Semana Santa.

22. Anderson. Parador de Porta Coeli, patio. The parador seems to be a distinctly Castillian institution. I have not found any in Galicia or Asturias. This one “tiene siglos”. Valladolid, abril 1925. GRF: 52.844 80

Escribió desde Lugo a Rozas, y le encargó más fotografías de la fiesta de Santa María de la Barca en Santander. 12-5-1925 Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

No realizó muchas fotografías en este momento, ya que la HSA estaba bien surtida de ejemplos, especialmente los destinados a servir de para el estudio de la escultura. Pero señaló un dato interesante en una de sus cartas dirigidas a la HSA, el obispo ordenó que volviesen a salir en procesión alguna de las imágenes realizadas por el escultor Gregorio Fernández, por lo que tendría la oportunidad de conseguir imágenes de pasos procesionales de los que quizás no poseían, y que además serían fotografiados en el momento de ser paseados por la ciudad81. La expedición estaba llegando a su fin. Desde principios de año, el padre le comunicó sus planes. Pensó viajar a Suecia con su mujer y su hija Elizabeth “Puss” durante el mes de julio, luego se encontrarían con ella Londres82. La investigadora por su parte recibió a principios del mes de abril, una notificación desde el Departamento de Documentación en la que le ofrecían la posibilidad de renovarle el contrato por otro año: [...] I beg the acknowledge your letter of April 4th, 1925 received on April 24th, 1925. The offer of the President and the General Staff Committee to extend my contract for another year. I accept with great pleasure submitting for approval some suggestions here with enclosed for changes in the terms. I like photography very much now that I am beginning to acquire a greater degree of profiency. […] my father does not wish to lend his presence in Spain longer that July, but I think it will be quite possible and very practicable for me to engage a Spanish woman who will serve as companion and assistant. A woman somewhat, older than myself, will lend the required dignity and assist me greatly in the work. Some ten years ago Miss Christian (Miss Auchincloss) traveled and photograph extensively in Spain with Rosario Carmona who assured me that the arrangement was found to be perfectly satisfactory. I shall begin at once the search for “the not impossible she”83.

Lo sucedido durante el viaje le hizo comprender lo importante que era conseguir una compañera de viaje. En principio pensó no volver en ese momento a Nueva York, tenía demasiadas asuntos de los que hacerse cargo. Viajaría a Londres y permanecería 81

Oviedo. March 2. until Easter we expect to work in the province of Oviedo, covering the towns and villages of which I have information as containing interesting monuments, historical associations, and customs. For Semana Santa It seems best at present to go to Valladolid, where the Archbishop is reviving the processions, bringing out the pasos of Gregorio Fernandez. Las obras pertenecientes a este artista fueron particularmente apreciadas para la institución que poseía algunas de sus esculturas. Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA. 82 Correspondencia de Anderson con su madre 1-1-1925 y 4-3-1925, Alfred T. 2-3-1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 83 Carta dirigida al GSC, desde Cangas, 4 de mayo, 1925, en respuesta a la carta enviada por el GSC del 4 de abril, 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson durante el mes de agosto con su familia, allí podría acabar con la identificación de algunos negativos que se le habían acumulado y buscaría una cámara más apropiada para su trabajo. Luego regresaría a Galicia para asistir en diciembre de ese año, a la apertura de la Puerta Santa y volvería a Nueva York donde esperaría la llegada de la primavera, concretamente la Semana Santa para regresar a España84, pero todos esos planes cambiaron notablemente. A finales de julio, embarcó en el S.S. Oriana rumbo a Inglaterra y el 26 de julio llegó a Liverpool. En Londres se unió a su familia, a excepción de Mim, y residieron, por algo más de un mes, en un apartamento que ella había encontrado meses atrás con ayuda del periódico de su iglesia, el Christian Monitor. Todos juntos regresaron a Nueva York a finales de agosto85. La peregrinación por Galicia de este año y del siguiente, se grabó en su mente y durante años la recordó con nostalgia. Quienes la conocieron aseguran el afecto que siempre sintió por esta tierra86. 5.2.2. The Brave Ones, “las atrevidas”. Galicia y León, 1925-1926 La nueva expedición se organizó de la misma forma que el resto, pero se enfrentó a ella de otra manera porque conocía mejor las ventajas y los inconvenientes a los que se volvería a enfrentar. Por esta razón cuando elaboró los planes de trabajo, organizó con más precisión todo lo que a buen seguro iba a necesitar. Su primera misión fue la de acabar el trabajo que comenzó en Galicia y a partir de ahí proseguir con la recopilación de nuevo material que ayudase a interpretar como era la vida en esas regiones. Enriqueció los outlines que ideó para este viaje y los dividió en siete apartados de temas etnográficos, pero a diferencia de los anteriores, añadió una definición concreta sobre cada uno y aspectos de los que sólo su experiencia viajera le hizo darse cuenta: 1. Traje - mueble, creado por la cultura y las necesidades del hombre. 2. Casa - con los muebles y ajuar adscritos al hogar indistinctamente[sic] 3. Tierra – cultivada con los aperos de labranza. 84

Carta dirigida al GSC desde Cangas con fecha 4 de mayo, 1925 en respuesta a la carta enviada por ellos el 4 de abril, 1925. Carpeta: Ruth M. Anderson . Copied: HSA Corr. ( with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 85 El número 63 de la calle Sydney fue la dirección del apartamento en el que vivieron durante su estancia en Londres. Alfred T. Anderson Diaries. 25 de julio, 1925. vol. XIX. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 86 Información que agradezco a Carmen Iglesias que trabajó en la HSA a partir de los años 60. Durante años compartió área de trabajo con la investigadora a la que veía cada día. Carmen Iglesias solía llamarla, “la gallega”, ya que conocía el amor que esta sentía por Galicia y cuenta como muchas veces demostró esa inclinación, ya que cada vez que se organizaba alguna celebración en el museo Anderson solía colgarse al cuello la típica cruz de oro con la cinta negra de terciopelo, complemento característico del traje regional gallego.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson 4. Ganadería y el pastereo[sic] con los arreos y arneses para utilizar los animales. 5. Caza y pesca – con las armas y las artes empleadas. 6. Industrias iniciales – que extraen de la tierra piedras o minerales con los útiles de trabajo que inician la tecnología mecánica. 7. Transporte – medios e instrumentos que por primitivos y naturales están totalmente adscritos o limitados a una región geográfica 87.

En un principio, debía seguir este esquema, y con él además fue capaz de controlar mejor las numerosas poblaciones a visitar ya que se propuso cubrir un amplio territorio. Aunque una vez en marcha el itinerario podía ser modificado, en principio seleccionó varias ciudades y analizó las características particulares de cada distrito o región para comprobar el potencial de resultados que podía obtener. Siguió un sencillo método que es revelador si tenemos en cuenta la visión que se buscó de España: Method: 1. Select towns to be visited from maps and guide books, covering all sections of a province. 2. Check and list all photographic material in the files relating to those towns. 3. Photograph a town as fully as possible according to the outline. 4. Observe characteristics peculiar to the district or region. 5. Go out into the country if necessary to find the best illustrative examples of those characteristics88.

En el último punto expresó de manera contundente una idea habitual aplicada a las investigaciones sobre el folklore, esto es, la de considerar los pueblos, especialmente las poblaciones más apartadas, como los lugares donde mejor se conservaban las costumbres locales. Ésta expedición fue más corta que la anterior, Frances Spalding volvió a ser su compañera en un viaje que duró siete meses que transcurrieron entre Galicia, al comienzo, y León. Antes de llegar a la Península estuvieron en Inglaterra con el propósito de adquirir material fotográfico. La estadía en Londres fue imprescindible porque, según lo acordado en la renovación de su contrato con la HSA, allí debía adquirir una cámara fotográfica más adecuada para el trabajo89. No podía equivocarse, buscó una que le evitase los problemas a los que tuvo que enfrentarse en la expedición

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En otro de los documentos de este viaje se especificó que el objetivo de la marcha era la de conseguir documentos etnográficos de España: R.M.A. 1925-1926. 1. Objective – To make records of the “ethnographical objects” of Spain. Encontrado en R.M.Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 88 M.Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 89 Permanecieron en Londres desde el 20 de noviembre hasta el 2 de diciembre de 1925.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson anterior. Aunque no contó con el experto consejo de su padre, sabía lo que necesitaba y se decidió por una Adams Minex Reflex, 4¾ x 6 ½. En su recorrido por la capital inglesa, asistió a varios servicios religiosos, visitó la Royal Photographic Society, así como una serie de museos y galerías de arte. Tan importante como todo lo anterior fue la visita que hicieron a la casa donde vivió George Borrow90, el autor inglés tan admirado por Huntington, y que no dudó en fotografiar91.

23. Anderson. House of George Borrow. no. 22, Hereford Square. Londres. 2 de diciembre, 1925. GRF: 53.857

El ocho de diciembre de 1925, fiesta de la Inmaculada Concepción, dos jóvenes y enérgicas americanas, Anderson y Spalding, desembarcaron en el puerto de La Coruña. Ese mismo día alquilaron un coche al cual bautizaron oportunamente, “Nuestra Señora”92. El propósito del viaje era el de estudiar y fotografiar las industrias “primarias”, además del traje y las costumbres de Galicia y León93. Con ayuda de la base de datos, calculamos un total de más de dos mil fotografías realizadas tanto en Galicia y en León94. Para llevar a cabo esta nueva expedición fue muy importante conseguir un coche propio que les diera libertad de movimientos, incluso les salió más

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Negativo: 4.975. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 14. 91 Agenda de Anderson para 1925. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. La imagen de la casa de George Borrow en Hereford Square, (GRF): 53857. 92 En, The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2 93 […] to study and photographs primitive industries, costumes, customs of the regions of Galicia and León. Itinerario en Carpeta: Expedition 1925-26. Archivo: General Reference File. Collections, Expeditions, etc. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 94 Galicia: 1.300 fotografías aprox. León: 900 aprox. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson económico, puesto que ya no tuvieron que contratar los servicios de un conductor95. Optaron por alquilárselo al “señor Granados”, que además les facilitó una carta de recomendación para que pudieran hacer uso de un garaje cuando fuese necesario96. El coche sufrió varias transformaciones, entre ellas la instalación en la parte trasera de una caja que diseñó Spalding97, donde colocaron de forma segura la cámara fotográfica. Esta caja a la que Anderson personificó bautizándola con el nombre bíblico de Aaron, resultó ser muy útil durante el viaje no sólo para mantener protegida la cámara de vistas sino que también pudieron almacenar fácilmente los demás instrumentos fotográficos. La caja se convirtió además en el asiento improvisado de todos aquellos a los que recogían las expedicionarias en el camino.

24. Diseño de Spalding ( F.S.). To Señor Don Luis Granados. Box to be placed on Tonneau of Ford Turismo. 9th December, 1925. Biblioteca HSA

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A diferencia de la expedición anterior, el coche les permitió llegar a lugares apartados del itinerario. Antes de este momento lamentó en muchas ocasiones la falta de un coche, y se frustró al comprobar como asuntos que resultaban de interés quedaban sin ser documentados al no poder desplazarse al lugar, incluso aunque estuviesen a pocos kilómetros de distancia. Carta de Anderson a su madre. Monforte (Lugo) 5 de enero de 1924. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 96 Agenda de Anderson para el día 8 de diciembre, leemos, see Granados, automobile. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Granados les ayudó en la compra del automóvil, y escribió una carta de recomendación para que pudiesen aparcar el coche, siempre que lo necesitasen en el garaje Alicia, propiedad de un colega suyo llamado Marcelino Núñez. Carta de Granados a Núñez del 24 de diciembre de 1925. Sobre L. Miscellaneous. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 97 Recordemos que además de fotógrafa se licenció en Mechanical Drawing por la Universidad de la Columbia (Nueva York). The Society of Woman Geographers, New York, 1977. El dibujo del diseño se conservó en, Album of Photographs – Gift of Miss Anderson, 13 de septiembre de 1982. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Sobre la caja encontraban acomodo campesinas, jornaleros, curas, niños, etc., y las americanas mientras tanto disfrutaban de las indicaciones, conversación, historias e incluso cantos de los autostopistas: […] That running-board box was a great convenience because on it we could carry a guide (* or do a favour to some one needing transportation). With the left hand our passenger would hang to the top supports and with the other wave to the world; a countrywoman sang at the top of her voice. It was wonderful to watch the expression on the face of a boy, a priest, a countrywomen, a labouring man as he felt himself, perhaps for the first time, propelled through space by a private (* internal-combustion engine) car98.

25. Anderson. Terrible sitting on the car trunk in the way to the tienta at Villaveza Toro (Zamora), 1926. GRF: 157.964

“Nuestra Señora” padeció continuos pinchazos y contratiempos mecánicos porque los caminos no estaban preparados para el tránsito de coches a motor por ellos. Siempre encontraban a alguien que les ayuda a repararlo y así poder continuar en su persistente tarea por encontrar el mítico y legendario carácter español. Este propósito estaba presente en su mente al afirmar lo bien que se sentía entre un pueblo que seguía manteniendo la palabra “noble” en su vocabulario. Galicia fue un terreno conocido, le era familiar su geografía y también el carácter de su gente. Volvió a contactar con las amistades que hizo durante la campaña anterior y por ello vuelven a aparecer en sus cartas y escritos los nombres de José Otero Rúa y el de Cesar Vaamonde Lores, archivero y bibliotecario de la Real Academia Gallega, que le facilitó el acceso a su

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The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 9

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson colección de libros y joyas gallegas99. Ambos le procuraron una información precisa, recomendaciones sobre lugares que debían incluir en su itinerario y lo que encontraría en ellos. Las cartas de introducción que también le proporcionaron, fueron imprescindibles en algunos casos100. Como señalamos al comienzo uno de los asuntos principales a fotografiar fue la apertura de la Puerta Santa en Compostela ese Año Santo de 1925, evento sobre el que le insistió uno de sus primeros amigos gallegos, el cabildo de la catedral, Robustiano Sández, que también posó para ella y con el que mantuvo una cordial relación epistolar101. A finales de marzo, se inició la segunda parte del viaje. León fue en este momento el escenario de su producción fotográfica102. Entre las tareas obligatorias que le encargó la HSA estaba la de documentar determinadas escenas en las vidrieras en el claristorio de la catedral103. Pero lo más importante, es que durante ésta parte del viaje volvió a fotografiar elementos del folklore que mantenían prácticamente intacto su aspecto y en algunos casos, su significado arcaico. En el caso de la indumentaria se dio cuenta enseguida. En las localidades zamoranas de Toro y Villalcampo algunas prendas tradicionales seguían en uso. Por ejemplo, el encuentro con un hombre procedente de Videmala, un pueblo en la Tierra de Aliste guarnecido bajo una capa con capucha. Le

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Vaamonde apreció el trabajo que esta realizando y en las cartas que se intercambiaron mostró su total disponibilidad ante las necesidades de las expedicionarias. Les proporcionó datos históricos, geográficos, sobre la agricultura, las fiestas y las tradiciones, e incluso sobre la etimología y el significado de algunas palabras en gallego. En la correspondencia predomina un tono de gran cordialidad y cercanía, se refirió a Spalding con el apodo de “Paquita” y a Anderson la comparó con Egeria, la monja gallega del siglo IV que viajó a Tierra Santa. La investigadora incluyó su retrato fotográfico en el libro de las provincias gallegas. Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. Nueva York: The Hispanic Society of America, 1939. pág. 406

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Como por ejemplo cuando Vaamonde le aconsejó que visitase Buño donde vivía una mujer que tenía un molino de mano para hacer harina de maíz. Carta enviada a Anderson el 26 de enero de 1926. Carpeta: I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. La fotografía de esta mujer la incluimos en el cap. 4, imagen: 20, pág. 36 101 Apertura de la Puerta Santa. Santiago de Compostela, 31 de diciembre, 1925. Negativos: 5.587-5.598. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 38-42. Una de las imágenes correspondientes a esta serie se publicó en Lenaghan. “Mar, tierra y pueblo. Ciudades”. Una mirada de antaño, 2010. pág. 206. La nota al negativo (5.587) en “Apéndices”, pág. 425. 102 Recordemos que estamos en la España cuya ordenación territorial llegaba de 1833. 103 Mientras estuvo en España encargó placas autocromas a la casa Lumiere & Jougla de París, pero temió que el envío se retrasase por causa de la burocracia aduanera, además se acercaba su regreso a los Estados Unidos. Por esta razón se puso en contacto con Federico González San Román de Puebla de Sanabria, Zamora, el cual conocía a su vez alguien en Hendaya que podía agilizar los trámites de envío. Carta fechada el 1 de mayo, 1926. Carpeta: I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson resultó tan auténtica esta visión que de la emoción sintió escalofríos, porque le vinieron a la mente ejemplos del arte, en este caso visigodo, y de piezas históricas del traje: […] An Aliste man had been at Zamora wearing a hooded cape of stiff, felted black-sheep´s wool that was almost frightening in its authenticity. The Institute of Costume Art at New York has had an example of this cape for thirty-years, and there is another from Miranda do Douro, just across the Duero from Zamora Province, bearing the date 1940 at the Museu de Arte popular in Lisbon. The cape is trimmed with fringes cut from the brown material and with applied cut outs of dyed black that have been called “Visigothic” in design. Certainly they resemble the motifs incised in stone borders at the eight-century church of San Pedro de la Nave104.

26. Anderson. Peasant man from Tierra de Aliste (Zamora). Peasant man in cape, three-quarter length, front. Capa de paño de lana de oveja negra; hood, capucha, and short cape, esclavina, trimmed with flecos or chivas. The cape is dark brown, and the decoration, cut out and applied, is black. Zamora 1926. GRF: 55.914

27. Anderson. Peasant man and woman, full length. From Tierra de Aliste. (Zamora). Zamora 1926. GRF: 55.913

Este descubrimiento se convirtió en un grato acontecimiento, un pequeño triunfo en su denodado intento por descubrir indicios del pasado histórico en la indumentaria de 104

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 15.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson la gente. Con el documento gráfico demostró además que la capa estaba siendo usada en el momento que la fotografió, no se encontraba en la vitrina de un museo, ni pertenecía a ninguna colección privada. Conforme se iba desarrollando la marcha crecía en ellas el interés por recorrer el corazón de la maragatería. Una prioridad durante el viaje fue la de “entrar en contacto” con el pueblo maragato, o lo que quedaba de él. ¿Seguiría existiendo ese pueblo mítico o había desaparecido junto a su leyenda?, ¿eran los maragatos “verdaderos castellanos”, árabes convertidos?, ¿nómadas, comerciantes, viajeros? Los lugares que recorrieron, Astorga, Val de San Lorenzo, Santiago Millas, etc., confirmaron el sentido de esta búsqueda, aunque no dejaron respuestas claras a las preguntas anteriores. Su afición a la poesía le llevó a describir en uno el momento en el que abandonó Galicia camino de Astorga. We left Galicia on a hazy day, white birches rose against a sky of gray; the ripened wheat, all yellow, bright and clear, was blued in the distance, even in the near, while faint-drawn shadows, cast across the road, movement of leaves and branches scarcely showed105.

Atravesaron Benavente y llegaron a Zamora el primero de abril. En esta zona volvió a localizar ejemplos sobre una forma de vida que iba abandonándose progresivamente, y que consideró las huellas, el rastro de una tradición perdida que se empeñó en descubrir y fotografiar por insignificantes que fueran, así se lo había pedido Huntington: Get every bit of information that will throw light on the general habits of the people106, y haría todo lo posible para conseguirlo. Una de las primeras oportunidades al respecto, se le presentó en el pueblo de Santiago Millas. Llegaron a tiempo para vivir las fiestas del Dos de Mayo, el baile era uno de los acontecimientos más esperados durante el año, y fotografió a sus participantes, pero su atención también estaba puesta a todo cuanto rodeaba la fiesta, especialmente las escenas secundarias. La fiesta, con sus procesiones religiosas, los bailes posteriores, el espectacular Salto de la Zapateta que ejecutaban los jóvenes para impresionar a las “muchachas casaderas”, suplieron la falta de ejemplos útiles sobre el traje. 105

Poesía escrita por Anderson. (sin fecha). Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA 16 de octubre, 1926. The President. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 9. Anexo 1. 106

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

28. Anderson. Invitation to the dance. Santiago Millas (Zamora). 3 de mayo, 1926. GRF: 55.659107

Nada más llegar se dio cuenta de cómo las prendas que vestían los lugareños no seguían un canon verdaderamente tradicional. Fijó su atención en los habitantes del pueblo participando de la danza, sobre la que tomó bastantes notas. Con ellas plasmó el dinamismo del momento, sobre todo al describir la jota maragata y también a los músicos108. Fotografió aquello que le resultó novedoso, pero para sus protagonistas no tenía nada de original, si de especial, porque eran días en los que no se salía a trabajar al campo, se vestían con ropas que no utilizaban a diario y se cocinaban platos especiales. Anderson fotografió la vida como sucedía.

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Invitation to the dance, tirando la zapateta. En lugar de saludar a la chica, viene el chico y hace la zapateta. De contestación da la chica una vuelta. La chica no puede negarse. Si no quiere, tiene que querer lo mismo. Si viene otro luego y hace la zapateta, el primero se retira. It is very interesting to see a whole row of mozos making this extraordinary gesture at once, and the mozas whirling their skirts as they turn around in assert. Even the very small boys practiced the Zapateta. Negativo: 6.779. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 108 Girls and men dance in rows facing each other, frequently changing sides. The girls play castanets decorated with coloured tassels (los cimpanpanos), and the men snap their fingers. Formerly the men also played castanets. A Maragatan Village. Santiago Millas, New York. 1926. Carpeta: Publications Proposals. Plan 4. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativo: 6781. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. A musician plays at the same time a flute (una flauta) and a drum (un tambor). He directs the dance, and the steps vary according to the rhythm of the music he plays. A Maragatan Village. Santiago Millas, New York. 1926. Carpeta: Publications Proposals. Plan 4. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativo: 6.789. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

29. Anderson. Dance in the square on 2nd of May, 1926. Santiago Millas (Zamora). GRF: 55.663

Gran parte de la Semana Santa de 1926, permaneció en Zamora y fotografió algunos pasos escultóricos, pero sobre todo las procesiones, la multitud de gente siguiéndolos. Los esforzados costaleros, las mujeres con mantilla. Pero del cuatro al seis de abril permaneció en Villalcampo, un pueblo a unos 30 kilómetros de la capital zamorana. Huyó de las grandes aglomeraciones, y no dudó en marcharse a un pueblo donde logró realizar un reportaje excepcional, un ejemplo único sobre la representación de un Auto Sacramental por parte de los habitantes del pueblo. Volvió a documentar el traje con gran interés, fotografió la ropa que vestían los habitantes a diario y se mostró tan ilusionada por la riqueza y “autenticidad” del material, que confesó su interés por permanecer en la región durante semanas109. Concedió tanto valor a las populares procesiones en la capital zamorana como a las que observó en estas pequeñas localidades. Fotografió sin tregua varias de las que se llevaron a cabo en Villalcampo. Destacan las imágenes en las que aparece liderando la comitiva una bandera que, a juicio de la viajera, es un vestigio de época medieval, comparable a los antiguos pendones conmemorativos. Eran huellas aún vivas de la historia antigua de España y con esta idea en mente, no dudó en fotografiar con profusión toda la ceremonia: la procesión saliendo de la iglesia, cuando en un momento dado se detuvieron para organizar el orden de la comitiva, la imagen de la Virgen

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Sobre este tema hablamos en el cap. 4, apartado 4.2. de la presente tesis, al repasar la producción científica de la investigadora.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson rodeada por sus madrinas o “mayordomas”, el hombre joven, que saludó la imagen agitando la gran bandera, la procesión del Lunes de Resurrección, etc.110.

30. Anderson. Procession of Easter Sunday. GRF: 55.490. The banners leading the procession, y Men and images GRF:55.491. Villalcampo (Zamora), 1926111

Para completar el episodio retrató a los habitantes del pueblo que iban a participar como actores en la representación de un Auto Sacramental. Pero de nuevo, como hizo en Santiago Millas, fotografió “las esquinas”, es decir, los incidentes fuera del escenario, nos referimos a la multitud de espectadores, atentos a todo cuanto sucedió sobre las tablas y que parecen ignorar la presencia de la cámara. Los inmortalizó subidos a los árboles, en sus carros, mulas o de puntillas, estirándose para no perder detalle. Tampoco dudó en aproximarse a ellos para hacerles preguntas, aunque a veces con poco éxito112.

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Señaló como en el pueblo cacereño de Casar del Palomero al gesto con la bandera lo conocían como “saludar al santo”. The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB.

HSA. Anexo 2. pág. 12. 111

Estas dos fotografías, junto a las otras del pueblo que incluimos en este momento, están sacadas del cuaderno titulado: León. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 112 En una ocasión se acercó a uno de los actores que participaba como soldado romano. Le preguntó cual era la orden militar de la que habían conseguido los uniformes, pero tras insistirle un par de veces se dio por vencida, ya que el “actor” le aseguró una y otra vez que era un soldado de la curia romana. Negativo: 6.640. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 98

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

31. Anderson. Easter Sunday, 1926. Villalcampo (Zamora). GRF: 55524

En los negativos restantes se centró, como era de esperar, en el traje. Retrató principalmente a mujeres y niños. Ellas fueron como en tantas otras ocasiones, las tesoreras de la tradición y, por tanto, las que conservaban los trajes antiguos o sabían al menos, la forma de confeccionarlos. Aportó datos, ahora más específicos, sobre los tejidos utilizados y transcribió en castellano o con la denominación autóctona de la prenda, algunas palabras de complementos muy específicos, como la toquilla o la chambra113. Examinar el traje también implicaba tratar los trabajos destinados a su elaboración, como cuando fotografió a un niño, mientras hablaba con él se dedicaba a hacer canillas de hilo en un telar114. A modo de resumen, el pueblo de Villalcampo le proporcionó ejemplos de gran valor etnográfico y constató cómo el espacio rural fue el lugar más apropiado para encontrar ejemplos de un patrimonio cultural que no podía desarrollarse o que se mostraba de forma diversa en las grandes poblaciones. La religiosidad manifestada por

113

A continuación y a modo de ejemplo, incluimos las notas referidas a uno de los negativos donde intenta documentar el traje. Hemos entrecomillado las palabras en castellano que le proporcionan sus informantes: Peasant woman, full length, front. Dengue, called gabacha, in Castilla, yellow (or green?) with yellow pics, “boleros” and “enconchado” with green ribbon; edged with red. Blouse “armilla”, with buttons of silver filigree; green skirt, blue apron, “manteo verde y mandil azul”. The ribbon on her sleeves is “un galon de gala”. Around her neck she wears a reliquary, “un santo de plata”, and “coral” necklaces, “collares de corales finos”. The earrings are of silver, “calabaza”. She wears a chamise, “camisa”, with the” puño” and “tras puño” embroidered in navy blue, and also embroidered at the neck, “enconchada al cuello”. Her pettitcoat has a decoration in red, “una trama encarnada”. En Negativo: 6.692. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 100-101 114 Small boy winding yarn front view. Wheel rueda para hacer las canillas, bobbins. Bunch of wool, madeja. The wheel on which the skein is resting is el torno.[…]. Negativo: 6.719. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 103-104

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson el pueblo, las costumbres centenarias y la indumentaria configuraron la imagen que posteriormente compiló en la monografía que elaboró sobre el pueblo115. Continuaron viaje, en busca del corazón de la Maragatería, y llegaron a Ricobayo donde se hospedaron en el Parador Faustino que al parecer era muy conocido en la zona, especialmente por los carreteros y sus mulas. Describió el lugar y a sus propietarios, y comenzó hablando de la posadera a la que conoció en primer lugar. por lo que ésta le contó, se percató de lo sacrificado que era el trabajo diario y la investigadora, con palabras acertadas y cargadas de ironía, señaló que los posaderos no descansaban, toda la noche de pie de un lado para otro, sirviendo a sus “clientes” con cebada, grano, vino y comida. Pero las mujeres de Ricobayo también le confesaron en tono de queja, que llevaban una vida “muy triste”, siempre metidas en la casa, que debido a su trazado arquitectónico les impedía, siquiera asomarse a la calle o poder hablar con los que pasaban por ella116. Desde Ricobayo hicieron dos cortas excursiones, una a Campo del Obispo, el seis de abril y al día siguiente se acercaron a la iglesia de San Pedro de la Nave.

32. Anderson. Distant view showing the position of the church in relation to the Esla river, and a modern sanctuary above the Aliste before it joints the Esla. San Pedro de la Nave (Zamora). Abril 1926. GRF: 55.312

La visita de ésta última era de obligado cumplimiento, puesto que se trataba de una joya del arte visigodo, fechada hacia el siglo VII. Gracias a este trabajo hoy en día 115

Ver cap. 4 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 17

116

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson conservamos imágenes de la iglesia en su emplazamiento original realizadas desde diferentes planos117. Tras su visita a Ricobayo y la Hiniesta, marcharon de vuelta a Zamora donde llegaron el ocho de abril. El día veintidós salieron hacia la localidad de Toro. Como vemos queda patente su interés por recorrer el mayor número posible de localidades, el coche privado les hizo disfrutar de esa ventaja. Una inagotable peregrinación que se produjo en un momento y un país donde no era muy común ver mujeres conducir coches, hacer fotografías y, sobre todo, viajar sin la compañía de un hombre. Ante esta circunstancia, los toresanos al verlas no pudieron más que exclamar, “¡las atrevidas!”, así es como bautizaron las bautizaron, The Brave Ones, a ella nunca se le olvidó, y se sintió tan orgullosa que lo incluyó en el monográfico que escribió sobre el lugar y cuyo título original fue, A personal and Historical Account of the City of Toro 118. Se trata de un trabajo que nos muestra lo productivas que eran estas expediciones, no sólo por el número las fotografías que realizó, sino también porque las notas le sirvieron posteriormente como fuente primaria para elaborar trabajos con vistas a ser publicados. Con él quizás pensó emular la obra de Borrow, al que mencionó en más de una ocasión, especialmente los pasajes que discurrían por Maragatería. De hecho, consiguió de él una de las primeras definiciones sobre los habitantes de estas tierras, a los que el escritor inglés consideró que eran los “transportistas” de toda España (carriers of all Spain). Con los negativos de Val de San Lorenzo profundizó en el tema de la Maragatería y sus peculiaridades, y al señalar los antiguos pobladores se dedicaban al pastoreo, con lo que incidió en el carácter nómada de esta comunidad. Pero no se quedó en el pasado, las fotografías no engañaban. Como en muchas otras ocasiones, habló sobre la situación presente y señaló que la llegada de las vías del tren y la circulación de autobuses habían modificado los hábitos de subsistencia en la zona, algo que, resultó beneficioso, ya que propició el enriquecimiento de algunos de los habitantes del pueblo. Este factor, si atendemos el espíritu que guió las expediciones, hicieron del pueblo de San Lorenzo un lugar sin interés, porque se había instalado “la modernidad” o, mejor dicho, porque estaba influido por ella. Pero la investigadora que supo lo que esto significaba, se

117 118

La iglesia se encuentra en el pueblo de El Campillo, ya que en el lugar se construyó un embalse. Consultar Cap. 4, apartado 4.3.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson adelantó a este juicio y subrayó que mantenían en activo la elaboración de las tradicionales mantas, que se continuaban tejiéndose en telares manuales119.

33. Anderson. Combing a blanket. Peinando la manta. Val de San Lorenzo (León). Mayo, 1926. GRF: 55.617

En su determinación por encontrar los vestigios del enclave maragato más tradicional y primitivo, preguntó al Doctor Matanzo y expresó sus ideas de la siguiente forma: Santiago Millas is said to be the capital of the Maragatería which comprises some forty towns and villages within a section of country about ten kilometres square South and West of Astorga. We asked our friend Dr. Matanzo in Val de San Lorenzo to direct us to some “rinconcico” in the mountains where we could find primitive Maragato costumes and customs, but he said that the whole section had been affected by modernism and infected with progress , so that he know a no place where we could find what we sought. The Maragatos were most hospitable type in mental attitude much more like the Gallegans than the Castilians. We find that the people of a given region are reluctant to admit that there remain among them “gente brava”, y “costumbres muy raras”, whereas people of another province will give one information quite freely in regard to that region. From what were told by a gentleman in León, I am sure that we should find interesting material if we went on horseback through the Southwestern part of the Maragatería”120.

Este viaje la llevó a la localidad de Santiago Millas, donde llegó el mes de mayo de 1926. Documentó principalmente la arquitectura, quizás porque había material de 119

Negativos: 6.734-6.738. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 105-106. 120 Negativo: 6.756. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 108.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson poco interés con respecto a la indumentaria que cotidianamente vestían sus habitantes121. Más que nunca anteriormente, corroboró la importancia de su trabajo, puesto que en algunos casos se trató de rescatar poco antes de su desaparición, un acervo cultural que difícilmente se podía recuperar una vez perdido. Con esta serie consiguió de nuevo, acercarse a los paneles realizados por Sorolla, reencarnó el espíritu de estos cuadros en las personas vivas y reales que retrató en este momento. Para la posteridad han quedado las instantáneas que hizo del tejedor del pueblo the weaver, que posó con un traje de maragato que perteneció al médico del pueblo e informante de la viajera en este momento, Pedro Alonso Matanzo, un hombre que según ella era: a public spirited citizen who is teaching the children to love trees, birds and animals, and trying to encourage in them a fondness for reading. He gives some of his own time every day to this service, spending an hour or so each morning at the library in order to give out and receive books122.

Este médico, Alonso Matanzo, originario de Val de San Lorenzo, se convirtió a través de sus comentarios y acciones y también de las imágenes de su traje, en el paradigma de maragato. Y decimos esto porque en sus notas destacó sus valores personales, insistió de esta manera de ponerlo como un ejemplo viviente de la dignidad y el honor históricamente asociados a la Maragatería, cumplió una vez más con el encargo de la HSA.

34. Anderson. Man in traje de maragato. The weaver. Val de San Lorenzo (Zamora). Mayo 1926. GRF: 55.622 121

Sí fotografió el traje de fiesta durante la celebración del Dos de Mayo. Ver cap.4 Negativo 6.729: Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativos: 6.743-6.752. págs. 105-106.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

5.2.3. La E.E.E.: Ethnographical Expedition into Extremadura. 1927-1928123 Frances Spalding la bautizó como la E.E.E.: Ethnological Expedition into Extremadura, la “Expedición Etnográfica a Extremadura”124. Se inició el 29 de diciembre de 1927 y se prolongó hasta el 18 de abril del siguiente año. Las dos mujeres recorrieron pequeños pueblos y villas localizados en los cuatro puntos cardinales de la región, y se aprovechó la llegada las grandes “metrópolis”, como Cáceres o Plasencia, para: “dormir en habitaciones separadas”, “comer las cosas que les gustaban” y “revelar negativos”125. Pero fueron Montehermoso y las Hurdes, los dos lugares que más le interesó visitar, y fue allí donde encontró el tipo de material que deseaba documentar. Montehermoso fue destino indispensable y, aunque en el pueblo ya se habían incorporado algunos elementos “modernos” todavía no habían afectado el “espíritu” de sus habitantes: Postage stamps, newspapers, and tinned tomatoes are available in the town, and electric lights burn wanly in the evenings, these modern refinements, however have not wrought any noticeable spiritual change in the modes of the montehermoseños. They are a hard-boiled lot, and a rich source of ethnographical material126.

La visita se consideró como “objetivo principal”

127

. El pintor valenciano eligió

este lugar y la indumentaria tradicional de sus habitantes para representar esta región extremeña en los paneles de la HSA. La viajera fue detrás de él y evocó su obra no sólo desde el punto de vista iconográfico, sino también en el mapa geográfico de sus viajes. Llegar al pueblo no resultó nada fácil, e incluso tuvieron que “sacrificar” el uso del coche, que tuvieron que dejar en Carcaboso, para desde allí continuar la marcha a lomos de una mula. Las Hurdes fue otra etapa importante a cumplir. Las expectativas creadas por el desplazamiento a esta zona tuvieron visos de aventura, algo a lo que siempre estuvo 123

Sobre su trabajo en Extremadura consultar, Lenaghan (2004) Carta de Anderson a las colaboradoras de la HSA. 15 de enero de 1928. Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA. 125 […] Cáceres seems like a great metropolis with all the comforts. It is a relief not to live in the kitchen for a few days, and to have separate rooms, and enough to eat of things that we like. We plan to develop films here and to make short trips out into the surrounding villages in search of material. Cáceres itself promises less than Plasencia, though of course it is still early to judge. Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA. 126 Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA. 127 Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 19. 124

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson dispuesta. Escribió a las empleadas de la HSA para anunciarles la excursion y expresó con contundencia: […] no traveller returns quite the same as he went, judging by the case of the bishop of whom we heard in León128. Una de las características principales del lugar y que le aseguraría material “útil” fue la del aislamiento causado por su singular orografía.

35. Anderson. The valley of las Batuecas lies beyond the deep shadow of the mountain in the centre of the picture. Las Hurdes (Cáceres), 1928. GRF: 60.528

Debido al entorno montañoso, muchas de las comunidades que habitaban estos valles se encontraban dispersas. Semejantes condiciones, hacían del lugar un ámbito idóneo en el que pervivían costumbres poco, o nada modificadas. El marcado arraigo de algunas costumbres con las que los lugareños estaban conscientemente identificados, favoreció el mantenimiento no sólo del traje típico, sino también de una serie de industrias locales que era imprescindible documentar129. La elaboración de aceite y las labores destinadas a la transformación del corcho, industria que ya había fotografiado el propio Huntington, también fueron extensamente documentadas por ella. De todos estos temas escribió un considerable número de notas con las que explicó los procesos de transformación de estas materias primas, ayudándose incluso por dibujos.

128

Carta de Anderson a las colaboradoras de la HSA, 15-1-1928.Gaveta: Photographs to be Filed. E IA. HSA. 129 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. Folio: 34. Anexo 1.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

36. Dibujo de Anderson en el fichero de notas Charcoal Making. Dpto. Fotografía y Grabado. HAS

37. Anderson. Charcoal Making. Heaps of wood. Mound of wood covered with earth. Holes (los fogones o los respiraderos) in the mound (el montón) provide a draft to maintain combustion. A scraper (un rodo) and a rake (un rastro) lie beside the heap. Jerez de los Caballeros (Badajoz), 1928. GRF: 61.868

Décadas más tarde aseguró cómo el recuerdo de Las Hurdes durante ese año de 1928 no coincidía con el sufrimiento que el director Luis Buñuel reflejó en su documental “Tierra sin pan” de 1933. No se encontró con la situación que el cineasta español ofreció en su película sino que describió la zona como un espacio más bien 446

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson bucólico. Su amor por la naturaleza contribuyó a ella, y quedó impresionada por el paraje de Las Hurdes en el que reconoció la vegetación autóctona. Tal conexión sintió con el medio natural que su sentido del olfato, tan agudo como el de la vista, conservó el recuerdo del aroma que desprendían las piñas ardiendo, destinadas a producir carbón vegetal. La indumentaria femenina, infantil y la masculina, en ese orden, encabezó el esquema de trabajo a seguir. El traje se convirtió de nuevo en el tema inicial y, a partir de él y de forma natural, se fueron sumando el resto de material etnográfico, tipos físicos, tradiciones, junto a los elementos del patrimonio histórico y artístico. Al igual que en los dos viajes inmediatamente anteriores, se recopiló un considerable número de imágenes y notas130. Estos monumentos eran importantes porque se convirtieron en el escenario sobre el que colocar indumentarias y costumbres típicas extremeñas. El elenco de informantes aumentó debido, entre otras cosas, a una mayor capacidad para expresarse en español131, y como le ocurrió en Galicia, también se “enamoró” de esta “tierra de conquistadores”. Junto a la visión de Sorolla, la sempiterna figura de George Borrow la acompañó durante la marcha. En el primer caso conoció a las personas que posaron para el cuadro que muestra una escena de mercado132 y, al igual que Borrow, experimentó en Extremadura uno de los encuentros más cercanos con la comunidad gitana y la utilizó como modelos de algunos de sus retratos más excepcionales133.

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La base de datos nos muestra un total de 2.542 fotografías de Extremadura. 1.911 negativos de la expedición de 1927-1928. De estos existen unas 30 imágenes conseguidas en el pabellón extremeño de la Exposición Ibero-Americana de 1929-30, en Sevilla y 17 autocromos. De la segunda expedición existen registradas 582 imágenes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 131 Aseguró que durante este viaje afianzó su dominio de la cámara, tanto como el del idioma. Carta de Anderson dirigida a Huntington, 9-10-1928. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio: 31. Anexo 1. 132 Esta pintura estaba situada justo encima de la mesa donde trabajaba diariamente Anderson. Se describe en: Facundo Tomás Ferré; Felipe Garín Llombart. “Extremadura. El mercado”. En: VV.AA. Sorolla. Visión de España. Valencia: Fundación Bancaja, 2007. Catálogo 415. 133 Uno de sus primeros libros trata sobre los gitanos en España, del que Huntington fue gran devoto y que sin duda alguna leyeron todas sus colaboradoras. The Zingali or an Account of Gipsies of Spain. London: John Murria, 1846. vols. I, II. En otra de sus publicaciones más importantes Borrow relató su encuentro en Badajoz con Antonio, el Gitano, que fue su compañero de viaje por tierras extremeñas. George Borrow. The Bible in Spain; or, The Journeys, Adventures, and Imprisonments of an Englishman in a Attempt to circulate the Scriptures in the Peninsula. With notes and glossary of Ulick Ralph Burke. London: J. Murray, 1904. caps. VIII-X.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

38. Anderson. Gypsy encampment outside the city, near the church of San Lázaro. The family consisted of Dolores (20), Joaquín, her husband (19), their baby Rafael., and Joaquin´s father, brother and two sisters. The father showed his identification paper (la cédula personal) and claimed to be a Spaniard and a good Catholic, although he admitted that the gypsies are not married in church. The chief industry of this these gypsies is to sell and exchange burros. The tradition still persists that they can bewitch the moth-eaten and broken down old burro into an appearance of fresh and agile youth before the sale is made, but that after the money has changed hands, the burro reveals his age and his infirmities, and the new master in disgust resells him at a loss to get rid of him. Plasencia (Cáceres), 1928. GRF: 60.344

39. Anderson. Dolores. Dolores. A gypsy. Plasencia (Cáceres), 1928. GRF: 60.488

A su llegada a Salamanca no se interesó por los monumentos de la capital, no buscaba vistas de la catedral o de la Casa de las Conchas, enclaves de los que la HSA poseía ya un buen número de imágenes, muchas realizadas por eminentes fotógrafos. 448

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Eran otros asuntos los que quería captar con su cámara. Es por eso que nada más llegar a la provincia salmantina, lo primero que hizo fue dirigirse fuera de la ciudad, al campo, concretamente a la Peña de Francia. Muchas razones le hicieron encaminarse a este lugar, una de las principales tenía que ver con la peregrinación anual a un santuario de la Virgen allí localizado.

40. Spalding. RMA repairing the road to Peña de Francia (Salamanca), 1928. GRF: 157.965

No le preocupó el esfuerzo físico o el tiempo que le llevase la ascensión, además desde esa posición podría contemplar parte del territorio hurdano y portugués, y disfrutar de un paisaje montañoso de vegetación agreste que contribuía al sentido pintoresco del lugar. Desde allí, vislumbró el humo rosado de las carboneras extremeñas134. El pintoresquismo del lugar se veía reforzado porque era el escenario de una romería popular relacionada con una advocación mariana. La aparición milagrosa de una pequeña talla de la Virgen en un entorno natural y salvaje, resultaba un hecho habitual en muchas zonas de España, pero para ella servía como ejemplo de la fe religiosa. En ese espectacular panorama retrató a la esposa y el hijo del guarda que se encargaba del santuario. Se detuvo a retratarla y ella, sin prestar atención a la cámara, siguió cosiendo en su máquina Singer.

134

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 19. Esta fotografía se publicó en: Patrick Lenaghan; Luís Miguel Mata Pérez. Salamanca en los fondos fotográficos de la Hispanic Society of America. Salamanca: Junta de Castilla y León, 2003. pág. 141.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

41. Anderson. The hermitaña[sic] is the wife of the man who is in charge of the convent during the winter months. She and her child were sitting just outside the convent wall on a narrow sunny ledge, which overlooked a rolling see of hills. Peña de Francia (Salamanca), 1928. GRF: 59.939

En sus escritos siempre reiteró una queja, el traje típico ya no se utilizaba diariamente, por ejemplo, los hurdanos vestían ropa de segunda mano comprada a viajantes portugueses que llegaban a la zona. Las escasas oportunidades en las que pudo contemplarlos, tanto en este lugar como en el resto de la región, fue durante las celebraciones y las festividades. Pero en su recopilación y de cara a futuras publicaciones se hacía imprescindible conseguir ejemplos de este tema en Extremadura y por eso llegó a la región en unas fechas muy concretas, durante el mes de febrero, la época de Carnaval y Semana Santa. Como prueba de estas actividades y ejemplos de incuestionable valor cultural y etnográfico, nos referimos a las fotografías realizadas en cuatro escenarios distintos: Casar del Palomero, Montehermoso, Aldeanueva de la Vera y Jerez de los Caballeros, donde fotografió las festividades de Carnaval, una boda y las procesiones de Semana Santa respectivamente.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

42. Anderson. Day of the Candles. Dancing in the plaza. Montehermoso (Cáceres), 1928. GRF: 60.113

43. Anderson. Carnival, February 21st, 1928. Four men dressed in sheets to represent Moors begging in the street. They knelt and chanted, led by the man with the book. This book was supposed to represent the Koran. They said they were worshipping the sun. Montehermoso (Cáceres), 1928. GRF: 60.100

Si bien el interés principal fue el traje, debemos reconocer que en muchas de las fotografías éste quedó en segundo plano, supeditado a la acción principal, el evento del que formaba parte. La efectividad de su mirada “andersoniana” consigue que podamos seguir a los “quintos” en su recorrido por las calles de Montehermoso. En estas imágenes vemos como los mozos en el desarrollo de la fiesta van llamando a las puertas de las casas, bailan delante ellas al son que toca un pequeño grupo que porta instrumentos musicales. Las instantáneas sobre la boda de Aldeanuela de la Vera y las

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson secuencias fotográficas en las que se convirtió la Semana Santa de Jerez de los Caballeros de 1928135.

44. Anderson. Penitent. Side view. Jerez de los Caballeros (Badajoz), 1928. GRF: 61.946

A mediados de febrero llegaron a Casar del Palomero, donde contrataron por una semana los servicios de Máximo, que poseía dos mulas y un burro. Ese fue su medio de transporte para recorrer el interior de la región. En este trayecto se les unió un joven cura que les proporcionó no sólo la información necesaria sobre el lugar, sino la imagen de seriedad y respeto ante los lugareños. También les acompañó un chico de catorce años, Juan, que recitaba Don Juan Tenorio. Le encantaba viajar en el coche, y siempre se subía en la caja donde guardan la cámara. El fue quien las orientó eficazmente, evitando el peligro de precipicios y empinados terraplenes. Llegaron a Las Batuecas136, un “exuberante valle”, en el que hacía tiempo había existido una comunidad de monjes Carmelitas.

135

Consultar Lenaghan. Images in Procession (2000). págs. 64-85 Una selección de fotografías realizadas por Anderson en este lugar se publicaron en: Lenaghan; Mata Pérez (2003). págs. 90,91, 93-98. 136

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

45. Anderson. General view of the convent from a hermitage across the river. Each monk had his own cell and garden. The church has lost its roof. The building at the lower right is used as an inn. The king was entertained here when he made his visit to Las Jurdes in 1925. Las Batuecas (Salamanca), 1928. GRF: 60.544

El eco de Las Batuecas trajo a la folklorista en ciernes, la letra de la Acarrasquiña, la danza “pícara” que inmortalizó en varias tomas fotográficas y registró en la transcripción y notas que tomó mientras la escuchaba137: El baile de la acarrasquiña(?)[sic] Es un baile muy disimulado, Que, inclinando las rodillas en tierra, [sic] Todo el baile se quede parado. A la vuelta, la vuelta Madrid. Ese [sic] baile no se baila así. Que se baila de falda a falda [sic], Sandunguera menea la saya, Sandunguero menea lo frazo[sic]. Que, a la media vuelta, Se den los abrazos. En mi pueblo no se estila así[sic], Que se estile[sic] un abrazo y un beso138

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Negativo: 7894. Olive pickers dancing. After luncheon the cook picks up one of the empty pans, seizes a spoon, and begins to beat a lively rhythm, singing in a high shrill voice. Some of the workers jump to their feet and dance a jota. A favourite dance is the baile de la Acarasquiña[sic], a picaresque dance which ends in much chasing by the young men and screaming by the young women. The dancers are required to follow the action of the words of this song. Negativo: 7.894. Expedition 1928. 7250 to 9345. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 55. 138 Negativo: 7.894. Expedition 1928. 7250 to 9345. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág.55. El texto de esta nota se publicó en: Lenaghan (2004). Apéndices. pág. 290.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

46. Anderson. Pedro, Juan and Carmen. Juan holds his arms high and his hip rigid. The rags on his sandals look like little wings, as he dances with pointed steps. The grave little face with pale skin and slanting eyes, downcast, occasionally slides into a smile, but never breaks into a laugh. Las Batuecas (Salamanca), 1928. Negativo: 7.898

De la misma forma escuchó atenta las canciones que cantaban los jornaleros mientras recogían la aceituna y documentó algunos de los instrumentos musicales que utilizaban139. Como una flauta casera que hizo Pedro, el niño pastor, que aparece tocándola en varias tomas. Su afición a ella se notaba también por lo cuidada que estaba, decorada con minuciosos diseños geométricos. Es precisamente el pastor, una de las figuras de la sociedad española que apreció en sus viajes y retrató a cientos de ellos y consiguió miles de fotografías relacionadas con ese tema. El pastor era importante porque entre otras razones, llevaban a cabo una actividad histórica, centenaria. El pastoreo era un ejemplo sobre la relación del hombre con el entorno natural y también, de su condición básicamente nómada al principio y sedentaria posteriormente. La trashumancia y las redes de cañadas constituyeron durante siglos vías de intercambio cultural entre regiones, lo que las convirtió en un tema con un poderoso interés antropológico y que también apareció reflejado en la literatura española de todos los siglos, como constató en los libros que consultó en la HSA. La poesía popular y anónima, los romances y los pliegues de cordel se referían en infinidad de ocasiones a la

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Negativo: 7.919. The olive gatherers sing as they work: en lo más alto de Asturias /Una Hermosa niña ví/De catorce o quince años,/Regaró [sic] el jardín/Pasó por allí un caballero,/Le pidió una flor:/la niña le contesta,/ Que no, que no, que no! Publicado en Lenaghan (2004). Apéndices. pág. 290.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson vida pastoril, al igual que hizo Borrow en su Biblia por España y Machado cuando se refirió a Extremadura con el calificativo de “fértil”, hacia la que se dirigen los pastores con sus hordas de merinos140. Extremadura fue una tierra de pastores y lugar de tránsito para muchos de ellos. Anderson señaló que estaban por toda la región y que seguían conservando muchas tradiciones ligadas a su estilo de vida. Todo lo que tenía que ver con ellos fue de su interés; las peculiaridades de su oficio, su indumentaria, los objetos de uso doméstico que fabricaban. Pero uno de sus máximos logros fue el de fotografiarlos guiando los rebaños en época de transhumancia y que mantenían un oficio centenario a través del cual se conservaron muchas de tradiciones ligadas a su estilo de vida141. En una carta que envió a Huntington hizo un completo repaso de todo cuanto sucedió durante la expedición. Subrayó lo importante que fue para su formación y destacó varios temas que sin duda alguna interesaban al fundador y en cuya documentación empleó gran parte de sus jornadas. Entre ellos destacó los trabajos del cobre en Guadalupe, los cacharreros de Campanario, la industria del corcho en Jerez de los Caballeros, y sobre todo la ganadería porcina y ovina, una de las industrias principales de la región. Todos estos asuntos estaban escasamente representados en las fotografías de Extremadura en el GRF. Con estos argumentos confirmó al fundador algo que él ya sabía: la importancia de su labor viajera en la producción de fotografías. Y además le informó que al igual que él cuando viajó por España, también ella utilizó los más diversos medios de transporte, indispensables para poder alcanzar las zonas más alejadas de la región. Destacó el reportaje que hizo de los actos y procesiones de Semana Santa en la localidad de Jerez de los Caballeros y añadió en este recuento la descripción del pueblo, presentando a Huntington la visión ideal de una población localizada en una colina, provista de calles empinadas y casas encaladas, sin duda alguna, se trataba de un escenario de gran “impacto”, effective, el marco más apropiado para fotografiar estas celebraciones. Con esta afirmación aludió al esquema donde se discutieron los planteamientos a seguir durante el viaje, la arquitectura, como en los cuadros de Sorolla, constituyó el fondo de sus fotografías, y sobre ellas situó a sus modelos vistiendo el traje típico.

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Antonio Machado. “Por Tierras de España”. Poesías completas. Madrid: Residencia de Estudiantes, 1917. págs. 116-117. 141 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. pág. 22. Anexo 2

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Al final de su viaje había conseguido alrededor de dos mil imágenes que documentaban extensamente el traje y el ciclo vital142. Los frutos de esta expedición constituyeron la base de su libro, Extremadura, Costume. Women´s festival dress and Montehermoso, Cáceres, aunque también añadió material conseguido en su segunda visita a la región, durante su expedición de 1948-1949. Esta fue una de sus primeras publicaciones para la HSA, en las que se trató el tema del traje extensamente y se convirtió en el punto de arranque de una serie de publicaciones dedicadas exclusivamente a la indumentaria143. Este libro no sólo obtuvo el reconocimiento de Huntington, sino también creó gran admiración entre estudiosos y expertos en la materia. A finales de 1928, meses después de su vuelta a la HSA, la nombraron conservadora del recién creado departamento de Iconografía (Iconography Dpto.), que se encargaba precisamente de examinar este material. Fue la elección más apropiada puesto que ella misma se encargó en gran medida de recopilarlo y por tanto, la que mejor lo conocía. Pero la estancia en la ciudad fue corta, y pronto se embarcó para emprender otro de sus grandes viajes. 5.2.4. España de ultramar. 1929-1930 El cinco de octubre de 1929 partió sola de Nueva York dirección Gibraltar y volvió a la HSA más de un año después, el diecisiete de noviembre de 1930. Fue una larga expedición durante la que recorrió zonas, donde hasta ese momento nunca había estado. Las dos primeras etapas discurrieron por el Norte de África, el Protectorado español, también el francés y Río de Oro. Permaneció un tiempo en lugares que requerían una mayor recopilación de imágenes, por los que pasó en alguna otra ocasión pero sin detenerse. Frances Spalding volvió a ser su compañera de viaje y la asistente imprescindible en su ardua labor documental144.

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Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Folio 31. Anexo 1. Idem. Annual Report 1928. Folio: 32. Anexo 1. 144 Spalding se encontraba de viaje por Europa desde el mes de julio por motivo de sus propias investigaciones. Se unió a Anderson el 22 de octubre en la ciudad marroquí de Tánger. Memoria 19291930. Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 143

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

47. Spalding. Passengers going ashore from SS Lanzarote. Cabo Juby (Protectorado). Enero 1930. GRF: 64.451

48. Anderson. Passengers (Spalding) going ashore from SS Lanzarote. Nearer view. Cabo Juby (Protectorado). Enero 1930. GRF: 64.452

El archipiélago canario fue otro de los destinos y lo recorrió durante los primeros seis meses de expedición, desde noviembre hasta abril. Una estancia prolongada en comparación con la permanencia media en cada región durante sus viajes anteriores. Pero era imprescindible trabajar allí, ya que se trataba de dos lugares sobre los que la HSA poseía pocas o ninguna imagen y para ella era una zona donde nunca había trabajado a conciencia. Portugal también fue otra parada obligatoria. Ya había hecho una visita rápida a este país durante la primera quincena del mes de abril de 1928, justo al final del periplo extremeño de ese año. En ese momento visitó algunas de las 457

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson ciudades más conocidas como Lisboa, Coimbra o Vianna do Castelho, pero en 1930, el itinerario fue muy diferente. Gran parte del tiempo que pasó en territorio luso, entre los meses de mayo y junio, lo empleó para documentar una zona del país menos conocida e incluso considerablemente alejada de la Península, nos referimos a las islas de Madeira y las Azores, lugares que por otro lado, visitó y fotografió Huntington durante un viaje que hizo en 1903. Esta “inusual” ruta, fue muy popular entre marinos y viajeros ingleses del siglo XIX, y desconocemos ejemplos comparables al trabajo de una mujer cuyas fotografías y notas testimonian la vida y el folklore de un territorio poco conocido en este sentido. También viajó por la Península y realizó una serie de encargos en Andalucía y León que quedaron pendientes desde su última visita a estas zonas. En Sevilla asistió a la Exposición Universal donde compró gran cantidad de material gráfico y además le permitieron fotografiar los pabellones regionales145. Llegaron las fiestas de verano, momento en el que se dirigió a los pueblos salmantinos de Candelario donde llegó en julio, y a La Alberca, justo a tiempo para la celebración de la Asunción el quince de agosto. Este momento del año le ofreció una de las contadas oportunidades para documentar los espectaculares trajes regionales que entonces se lucían146. Hay que señalar que en su plan inicial del viaje estaba prevista la visita a varias localidades del País Vasco, pero las fotografías que estaban consiguiendo en estos pueblos salmantinos resultaron demasiado interesantes y útiles y permaneció más tiempo, además no quería dejar el trabajo a “medio hacer”147. La expedición acabó en Viena, donde se dirigió con la única intención de imprimir en el laboratorio de Max Jaffé, los autocromos que realizó en ese momento. Durante

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En 1923 fotografió el enclave de la futura exposición. A diferencia de lo que le pasó en la Exposición del Traje en Madrid de 1925, en este momento le permitieron realizar fotografías con total libertad. 146 En el fondo documental se conservan hasta tres versiones del itinerario de viaje. Uno de los más completos, en el que transcribió en orden los nombres de las localidades por las que pasaron, carece de fechas. Los otros dos incluyen fechas pero no especifican el día exacto en el que estuvieron en cada lugar. En, Archivo: General Reference File. Departamento de Grabado y Fotografía. HSA. 1929-1930. También se incluyen datos sobre el itinerario en, Caja N. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Las cartas también proporcionan algunas fechas de este viaje. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence 1929-1930. AIB. HSA. 147 The itinerary which I sent you some time ago seems to have been too ambitious. We shall probably be in the province of Salamanca until the end of September. We had hoped to spend September in the Basque Provinces, but to do so we should have to leave our work half done in Salamanca. La Alberca 15 de agosto. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson este viaje recopiló más de tres mil fotografías, ciento siete en color, y a éstas se sumaron las compras, eligió más de dos mil imágenes para el archivo148. Las instrucciones planteadas como esquema de trabajo determinaron la finalidad de esta expedición y fijó objetivos concisos. Uno de los primeros fue el de encontrar aquellos elementos de la cultura española presentes en el territorio del norte de África. Los retratos en primer plano, fueron una tipología de imagen a conseguir. Este tipo de fotografías no abundaban en el archivo y la mayoría de los que existían fueron realizados por ella. Hasta ese momento utilizó los primeros planos para documentar al detalle gorros y sombreros, además de tocados, sus complementos y también joyas. Pero si atendemos a la instrucciones sobre el viaje, Make large photographs of heads of good types, se destacó el interés por conseguir retratos de bustos, facciones de la cara. Con este propósito sobresale el interés por documentar la fisionomía del retratado, un tipo de imágenes que recuerdan a las series hechas por expedicionarios de época colonial149. A diferencia de las expediciones anteriores, durante su estancia en Marruecos no eludió hacer fotografías en las ciudades grandes, donde se manifestaban de forma evidente elementos modernos y se descartaron, en principio, las excursiones al campo, los pueblos: Work only in towns in Africa; do not go into country150. Este hecho es muy significativo, novedoso y es un claro reflejo de las circunstancias del momento: una zona altamente militarizada y dos países colonialistas que ocupaban un territorio en el que se producían sublevaciones de nativos. En cierto modo era una forma hacer más seguro el viaje de ambas mujeres. A esto se le sumaban las dificultades e inconvenientes que hubiese ocasionado su presencia en zonas rurales, apartadas, con el único propósito de sacar fotografías, posiblemente no era muy aconsejable. A continuación transcribimos algunas de sus primeras impresiones sobre el lugar: Morocco. Dec. 10, from Tetuán. The Spanish zone seems to be perfectly tranquil, although the air forces and the Intervención, are still recovering arms from the natives. An English officer told us that the Spanish zone is in better order than the French. It will be interesting to compare the two. Our plan has been to visit the cities in the Spanish zone detalladamente, and to see those in the 148

Took photographs (3606), made colour plates (107), Carried colour plates (Candelario) to Vienna, saw making for collotype plates for portfolio of colour prints. Brought photographs (2652). Curriculum de Anderson. Sobre Q. Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. En la base de datos de la HSA, aparecen un total de 767 fotografías de Marruecos, 950 de las Islas Canarias y otras 761 de Portugal. 149 En el fichero de notas a los negativos se incluye un folio con el itinerario, e información puntual, como por ejemplo el número de negativos recopilados o los propósitos iniciales del viaje. Anderson-Spalding Collection 1929-1930. Negatives 9371 to 11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 150 RMA Letters. Expeditions 1929-1930. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson French zone turísticamente. Poligamy has disappeared in Morocco under the Spanish Protectorate. A rich moor has only one legal wife. The other fifty-seven are esclavas or concubines: we have been promised tea with the ladies of the household of one of the Moroccan ministers151.

Atravesar el territorio español en Marruecos constituyó una de las maneras de localizar elementos de la cultura española en tierras árabes, y por eso visitó prácticamente todas las ciudades con representación española. En su deseo por llegar a Villa Sanjurjo, atravesó el Rif desde Melilla, e inmortalizó en su camino a decenas de legionarios destinados en la zona. Cuando escribió a Huntington para informarle sobre los sucesos del viaje, también le indicó cómo, a su juicio, la presencia española en Marruecos contribuyó en la mejora de las vías de comunicación y los medios de transporte. Esta afirmación la basó en su conocimiento de ambos protectorados, ya que también visitó el francés, donde fotografió ciudades como Casablanca, Marrakech y Rabat. Le escribió cómo en el momento de bordear la costa saharaui, siguiendo el territorio de Río de Oro, notó la presencia de tribus nómadas. En Cabo Juby, Villa Cisneros y la Agüera, los españoles conservaban asentamientos militares y la investigadora explicó la presencia de estos asentamientos, como medio para proteger las industrias pesqueras de Mar Pequeña y también para defender la ruta del correo ParísDakar152. Sin duda que para llevar adelante este recorrido y la documentación fotográfica debió de conseguir una serie de contactos con el poder suficiente para realizar el trabajo. Conoció a varios cónsules españoles en la zona y otra serie de militares153. También contaron con la asistencia de un hombre que les reparó una cámara fotográfica y que era oriundo de la zona. A partir de este momento se convirtió en su guía. Auxiliadas por él fue más fácil comunicarse con los lugareños y les facilitó datos sobre lugares y aspectos

151

RMA Letters. Expeditions 1929-1930. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 152 En sus cartas describiendo el lugar, habla de cómo los españoles estaban construyendo carreteras y edificios públicos, haciendo que las ciudades fuesen más limpias. The Spaniards are making roads and constructing public buildings in their zone. They are trying to preserve the homogeneity of the ancient towns by following the Arabic style of architecture within the towns and keeping European buildings outside the old section. Our Arab guide said when he was last in Xexauen, the streets were full of filth, but now we found them very clean. The Spaniards have built a beautiful garden within the walls of the Kasba. We are not accustomed to think of the Spaniard as a civilizing and modernizing influence, but so he is in Morocco. En Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 153 El cónsul español en Larache fue uno de sus contactos, también el de Arcila. Según el testimonio de Anderson estaba encantado con la visita de las turistas neoyorkinas, ya que él mismo había vivido tres años en aquella ciudad.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson del país, muy útiles para su trabajo. Además, representaba la figura masculina, cuya compañía era recomendable mientras viajaban por el país154. Este hecho es diferente a las otras expediciones, pasadas y futuras, porque nunca antes fueron acompañadas por un hombre en todo momento. Tenemos noticias incluso de que la esposa de Huntington, Anna Hyatt, le envió un documento que trataba sobre el hombre árabe. Desconocemos el título del texto, pero se lo agradeció y le aseguró que nunca viajaban solas y que tampoco habían tenido ningún problema con los nativos155. En algunos casos, al fotografiar partes de la ciudad, escenas de calle, arquitecturas, mercados o actos institucionales del sultán, es inevitable pensar en las fotografías de la casa Levy, que procedían a su vez de la colección original de Huntington y que a buen seguro examinó antes de partir en esta expedición.

49. J. Lévy et Cie. 62A. Entrada del Sultán. Tánger, 1889156

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Tampoco se trataba de un hombre iletrado. Había viajado por toda España, “sabía escribir árabe en caracteres latinos” y además era el hijo del administrador del último sultán. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 155 Carta de Anderson a Anna Hyatt. 21 de mayo, 1930. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 156 En Rafael Garófano Sánchez. Andaluces y Marroquíes (2002). pág. 288

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

50. Anderson. Ceremony of Jalifa attending mosque of Sidi Ahmed facing the Plaza de España. Tetuán, nov.-dic. 1929. GRF: 64.211

Pero las imágenes de este momento muestran una visión diferente a las anteriores y también a las realizadas en esa misma época.

51. Anderson. Fish Market Gate. Tanger youth at the gate of the fish market. He wears a red tarboosh, a cerise-coloured jacket, brown breeches, a red sash, and yellow babooshes. The man entering the gate wears a white turban over his red cap an a coffee-coloured djelaba. Tánger, 1929. GRF: 63.938

El propósito de la investigadora por documentar la indumentaria le llevó a realizar fotografías de los trajes autóctonos y señaló cómo algunos detalles de la vestimenta árabe habían sido adoptados por los miembros de las tropas peninsulares destinadas en la zona. La mujer volvió a convertirse en su foco de atención, y aludió a su situación cuando aseguró que en territorio español se habían decretado una serie de normas 462

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson encaminadas a erradicar la poligamia. En las imágenes aparecen completamente tapadas y realizando los mismos oficios que vemos repetidos constantemente en sus fotografías. Mujeres en los mercados, en las fuentes, llenando pesados cántaros, mujeres como modelos para documentar el traje, mujeres que cosen. Entre ellas destacamos el grupo que realizó en una manufactura de alfombras157.

52. Anderson. Women drawing water. Several rifeñas are gathered above a well above the highway. They bring up the water with a pail and cord, and carry it home in earthenware jars. The women wear dresses of red and yellow print. Over the heads are bound gay-coloured kerchiefs. A pink cotton bath towel is worn as a wrap. Villa Sanjurjo, 1930. GRF: 64.015

53. Anderson. Arab girl. Tangier, 1929. GRF: 63.948-63.949

157

Los hombres posaban de vez en cuando, pero a las mujeres tenían que fotografiarlas mientras corrían, y resultaba casi imposible ver sus caras. The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 25

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

La abundancia de imágenes no sólo las que ella hizo, también las que compró158, se han convertido en testimonios visuales de este momento histórico. Su originalidad radica en buena medida, en su poder para desvelar aspectos muy concretos y poco documentados, no sólo los relacionados con las costumbres del lugar, su indumentaria, celebraciones típicas, mercados, sino también sobre la situación de la mujer marroquí, la vida de los soldados, la relación de éstos con los lugareños….

54. A. Gavilán Foto. Puesto de frutas. Morocco. Anderson coll. no. 627. GRF: 59.594

55. Anderson. Cabo de la Intervención Militar. Ben Harrich, 1929159 158

Algunos de ellos los citamos en el cap. 3, apartado 3.3.3. A los anteriores se les suman un extenso listado de entidades y personas a las que compró fotografías. A continuación transcribimos algunos nombres como la Junta Municipal de Ceuta. Comité Local de Turismo, realizadas por Bartolomé Ros, de Ceuta. Luis Barrios Rico en Villa Sanjurjo, Fito Alberto en la calle Luneta, Tetuán. R. Blanco, Tánger. Regalos del editor de la revista África, también regalos de Manuel Durán Espinosa, Secretario del Comité Oficial de Turismo de Tetuán. Pichery en Tánger. Juan Moris Climent, subdirector del Grupo Escolar Larache, regalo de Sidi Ettail Benquiran. Fotografías en la recepción del Hotel Mamounea, regalo de Luis de Tapia-Ruano que era el cajero de la Junta de Servicios Municipales de Alcazarquivir. Rómulo de Hevia, fotógrafo de Arcila, Francisco Rubio en Ceuta, etc. En, Photographs Purchased Expedition 1929-1930. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 159 Es interesante transcribir las notas de Anderson sobre estos negativos, porque aportan datos sobre esa relación entre los lugareños y los colonos, a la que nos referíamos en el texto. The cabo is employed by the Protectorate to keep guard over all the villages of one cábila. A cábila is a district of forty square

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

56. Anderson. Soldiers eating luncheon. Soldiers of the Compañía Disciplinaria eating lunch in the patio of the cuartel. They wear khaki uniforms. Cabo Juby (Protectorado). Enero 1930. GRF: 64.443

57. Anderson. Olive oil mill. A mule hitched to the axis of the grinding stone draws the stone around the pit, grinding the olives. A channel is made for the oil to run out throught the hole in the side of the pit. Xexauen, 1929. GRF: 63.809

kilometers. This man named Abd del Kader has been thirteen years in the service of Spain and has been wounded four times. Through the friendly Arabs the Intervención keeps itself informed of conditions in the cábilas. The officials of the Intervención are paid by the Moroccan government. The deficit which usually occurs is made up by the Spanish government as a loan to the Moroccans. The cabo is dressed in the costume of a countryman. He wears a turban of white cotton cloth six metres long. His djelaba of dark brown woolen homespun is adorned with embroidery in crude silk of brilliant colours: red, blue, green and yellow. The edge of the hood and the fronts are faced with a band of yellow-green cloth. The waistcoat and breeches are of lilac-coloured cotton material. The babooshes, once yellow, are now tanned to brown. Anderson-Spalding Collection 1929-1930. Negatives 9.371 to 11.755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. negs. 9.503, 9.502, 9.504. pág. 13.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

58. Anderson. Letter writing. The man at the left is the letter writer, and the other man is his customer. The scribe also makes copies of prayers from the Koran and another religious books. The people carry this copies in leather cases in the belief that the prayers cure sickness and alleviate misfortune. The scribe wears a dark blue djelaba. Xexauen. Noviembre, 1929. GRF: 63.837

El trabajó que consiguió en Marruecos alcanzó la categoría de registro único, y podría constituir el tema principal de otra tesis doctoral, lo mismo ocurre con las que realizó en las Islas Canarias. A su belleza natural dedicó este poema: Nocturne of the Grand Canary Silky waves awash On an acquiescent beach Turn with a ruffled splash And slide, rush, out of reach To poise in the deep; the veil Which curtained the west now burns In the sunset, dies, and hail, A visitant returns! It is Tenerife shaped in light, Cowled like a white-robed cadi; He turns his back, and night Pours from the peak of Teide; It purples the sea and air, Quenches the insouciant brightness Of sand, then summons the Bear To pose for his blinking likeness. Dim forms on the beaten edge

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Above the ripples’ reach Of beasts that homeward truge, Bell the quiescent beach160.

Las que realizó en las Islas Canarias, confirman, una vez más la maestría de su obra y la importancia de su legado que no tiene parangón en la historia de la fotografía en Canarias. Conseguir las imágenes sobre indumentaria tradicional resultó de nuevo un asunto complicado, ya que, como en tantas otras poblaciones españolas, se habían dejado de utilizar. En un primer momento pensó que por tratarse de un archipiélago, su aislamiento natural aseguraba el mantenimiento de ciertas costumbres. Se equivocó en parte con respecto al traje y en determinadas ocasiones tuvo que organizarlo todo para conseguir ejemplos. Por ejemplo, a mediados de enero y gracias a la ayuda del ventero del pueblo, consiguió que unas parejas de campesinos del pueblo tinerfeño de Las Mercedes, se vistiesen con los trajes regionales. Mientras los fotografiaba, bailaron para ella una serie de danzas típicas canarias, lo que le proporcionó ejemplos de traje y también del folklore musical161. Reservó algunas de las placas en color para documentar la indumentaria y eligió como modelos a dos niños de la Orotava, que, sobre el fondo rosa de una pared, posaron con toda naturalidad ante la cámara.

59. Anderson. Terrace Hotel Pino de Oro. Santa Cruz de Tenerife. Nov.-April 1929-1930. GRF: 157.977 160

En este poema junto a las iniciales de la investigadora (RMA) aparece la fecha de marzo, 1933. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA. 161 Las imágenes corresponden a los negativos que van del 10.833 al 10.865. Se catalogaron en varios archivos del GRF. Concretamente en la sección geográfica dedicada al pueblo: (Canary Islands (towns) Las Mercedes-Tenerife). También las encontramos en otras cuatro secciones de temas etnográficos: el traje típico en Tenerife (Canary Islands (customs): Costume-Tenerife), sombreros (Canary Islands (customs): Headgear), pantalones bombachos (Canary Islands (customs): Breeches) y por supuesto, el baile. (Canary Islands (customs): Dancing). Estas fotografías le sirvieron años después para incluirlas en la exposición que organizó sobre la danza en España en 1938. Ver cap. 7.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson El color de este muro recordó a la investigadora el del Hotel Pino de Oro, un hospedaje de lujo en el que se alojó, hoy desaparecido162. Volvió a reproducir vistas de arquitecturas domésticas, entre ellas destacamos los interiores de una casa en Villaverde, Fuerteventura o la cueva en el pueblo conocido como Barranco del Laurel.

60. Anderson. Cave scullery. A water jar of terra cotta earthenware stands on the bench made of stone and covered with lime or cement. Pots and plates are stored on wooden shelves at the upper right. The mistress of the cave dressed in black cotton clothes, stands at the left of the scullery. The child wears a white cotton dress. Barranco del Laurel (Gran Canaria), Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.740

Pero igual de valiosas para adquirir una idea completa del lugar, fueron las construcciones adyacentes a ellas e imprescindibles para la subsistencia de la población, como eran los molinos de viento, como los que vio en una finca de Tuinaje, o en el Puerto Cabras, destinado a elaborar un producto alimenticio tan importante en las islas como era el gofio.

61. Gofio mill and cottage. Puerto de Cabras (Fuerteventura). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.585, 64.588-64.590 162

Patrick Lenaghan; Mariola Gómez Laínez. El Color del Sol. La placa autocroma, primera fotografía en colores / Color from Sunlight. Autochrom. New York: The Hispanic Society of America. Madrid: Fotovatio y Ediciones El Viso, 2010. págs. 189-199.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

La cultura del agua, otra prueba de adaptación al medio, está espléndidamente ilustrada con sus fotografías de los filtros y cisternas en las viviendas de varios pueblos como San Miguel de Teguise (Lanzarote), Los Tilos y Moya (Gran Canaria) y Las Manchas (La Palma)163.

62. Anderson. Gofio making. Water mill. Exterior. Valle de Fataga (Gran Canaria). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.762-64.763

63. Anderson. Water filter (destiladera de agua) consists of a hollow vessel of gray porous stone (calicanto) and a water jar (bernegal) of terra cotta (barro cocido), placed in a cupboard in the patio. The cupboard is closed with a door partly latticed. A small lattice at the back of the cupboard assures circulation of air. Maiden hair fern (culantrillo), growing from the stone helps to keep the water fresh and cool. The faucet (llave) in the bernegal is a convenience rarerly seen. The water jar is generally emptied with a cup (vaso). San Miguel de Teguise (Lanzarote). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.980 163

Negativos: 10.583. 10.435, 10.448, 10.373 respectivamente. Expedition 1929. 9371-11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

64. Anderson. A platform (andamio) consisting on three beams covered with canes is built across either side of the room. This platform is used for storing sacks of grain, gofio, potatoes, etc. In a corner of the room is a stand (tallero) made of tea on which are displayed bright-coloured bowls, plates, and cups. A chests (caja) of tea stands between and iron bed and the tallero. Las Parras, Los Tilos (Gran Canaria), Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.835

Las industrias locales le proporcionaron las imágenes que deseaba de las islas, y no se ciñó a las típicas sobre el cultivo del plátano que documentó en Pila o en San Antonio, La Gomera164, se fijó en la producción de piedra caliza, y consiguió imágenes tan descriptivas de este duro trabajo como las del horno en el Puerto de Cabras165, o las de Sardina otro pueblo donde además pudo fotografiar una pareja de bueyes “canarios”, cargando la piedra166.

65. Anderson. Oxen hauling lime. Two teams of oxen with wooden carts (carretas) are hauling lime from a kiln. The oxen are very large and heavy. Puerto Sardina (Gran Canaria). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.883 164

Negativos 10.259, 10.264, 10.275. Idem Negativo: 10.191. Idem 166 Negativo: 10.491. Idem 165

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

66. Anderson. Silk Weaving. Silk winder. The silk winder (azarja) is made with four wings (aspas), all set at different angles. Pine or tea has been used in its construction. The azarja is used for cleaning the silk and for composing it (para componerla). Cajita del Agua (La Palma). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 70.845

67. Anderson. Lace-making. Girl making rosettes (rosetas) are made over a small cushion (cojín) covered with blue cotton cloth. Valles (Lanzarote). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 70.824

La centenaria elaboración de un tejido como la seda, también fue una de sus prioridades167. Y llegó al pueblo de Cajita de Agua para fotografiar todo el proceso, que describió con minuciosidad en sus notas168. La cerámica, otro oficio que fotografió 167

Consultar: Juan de la Cruz Rodríguez. Textiles e indumentarias de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Publicaciones del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife, 1995. Del mismo autor, La seda en Canarias: pasado, presente y futuro. Datatéxtil, 5. Terrasa: Centre de Documentació i Textil, 2001 168 Con varias tomas documentó la fabricación del hilo y los instrumentos utilizados para ello, y completó la narración visual a través de las notas, en las que incluyó los nombres de cada herramienta, entre ellas la

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson prácticamente por toda la Península, fue el tema central de otro de sus reportajes, y gran parte de su recopilación sobre este asunto lo realizó en Atalaya, un pueblo que además contaba con otro atractivo, el de las cuevas habitadas por los lugareños169.

68. Anderson. Pottery making. Working clay. Finishing the top edge of the vessel. Atalaya (Gran Canaria). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.730

Entre los trabajos artesanales destacamos la cestería, y especialmente la elaboración de cuchillos en el pueblo de los Llanos.

devanadera, la redina, la azarja, hilo torzal, cañuela, peine, quejas... A continuación incluimos el texto de uno de los negativos que no servirá de ejemplo para observar la precisión con la que describió todo el proceso, y la importancia que concedió a la inclusión de las denominaciones locales. Negativo: 10.644. Cajita del Agua, La Palma. Loom. Nearer view. […] In May the eggs of the silo are placed in a warm place (se abrigan en calor) where they are hatched. The worm eats mulberry leaves, grows, then sleeps for three days. He eats again, sleeps again, eats again, and sleeps and sleeps called “dormida disfresilla”. The last sleep is the “disfrés”. At the end of twenty-two days the worms are removed to branches of thyme (tomillo) where they make the cocoon (capullo). Some of the cocoons are left to hatch into butterflies (mariposas) to lay the next year´s supply of eggs. This hatching requires twenty days. After Midsummer Day the women begin to work with the cocoons, removing the silk. The fibre is yellow when it comes of the cocoon. The raw silk is boiled with an equal weight of soap, and the yellow colour is changes to white. En, Expedition 1929. 9.371-11.755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 121 169 De esta forma describió el lugar, a sus habitantes y como influyó en ellos, especialmente en los niños, la llegada del turismo: Most of the inhabitants live in caves as did their forebears, the guanches. This village is one of the show places for tourist, and the children, badly spoiled, are notorious for their importunate begging. We refused to scatter pennies, but gave bombons to those who were really helpful. The report quickly spread. “No dan pennies; no son inglesas”, said they, and did their best to prove they were not “mal criadas”. Negativo: 10.318. Idem. pág. 89.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

69. Anderson. Three knives in cases. The cases (vainas) are made of brown sole leather (vaqueta) and black patent leather (charol). The price of the cases is two pesetas, and of the knifes, twenty pesetas each .[…] the hole at the bottom of the case is intended to let out dust. The holes at the top are for adornment. The flap and hole may be used for securing the case to the trousers. Los Llanos (Gran Canarias). Nov.-abril 1929-1930. GRF: 64.818

Este tipo de artesanía sobre la que se tienen noticias desde el siglo XVI, se localizaba especialmente en la isla de Gran Canaria y se caracterizaba por la decoración con motivos jaqueados, ajedrezados que recuerda estilos árabes o hispanoárabes170. Pero al estudio gráfico de las artesanías, se suman el de los alimentos típicos como el gofio, y todo lo relacionado con él. Tampoco desatendió las actividades festivas y religiosas, y fotografió procesiones en pequeñas localidades, y también en ciudades más grandes. En Las Palmas de Gran Canaria asistió a varias procesiones de Semana Santa, y por otro lado, en esa misma ciudad, no se olvidó captar las instantáneas del lugar de nacimiento y los monumentos dedicados al escritor Benito Pérez Galdós, miembro de la HSA. Pero fueron ser las islas portuguesas las que crearon un mayor entusiasmo en la viajera. Se encontró en un auténtico paraíso natural y en sus descripciones sobre Madeira lo primero que recordó fue su exuberante vegetación, que estaba en pleno apogeo coincidiendo con la celebración del festival del Espíritu Santo. En una de las cartas que envió a la HSA escribió sobre ellas:

170

Sobre la cuchillería artesanal de Canarias consultar, Alejandro C. Moreno y Marrero. “Consideraciones generales sobre el cuchillo canario”. El Pajar. Cuaderno de Etnografía Canaria. La Orotava, Tenerife: Asociación Cultural “Día de las Tradiciones Canarias”, 2005. Pinolere. II Época, no. 20, agosto, anual. M. Murcia Suárez. “La Cuchillería en Gran Canaria”. El Pajar. Cuaderno de Etnografía Canaria. Asociación Cultural Pinolere. Proyecto Cultural. II Época, no. 2, Agosto, Anual. La Orotava, Tenerife.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Madeira, like the Canaries, is very much influenced by the British. There are English families who have lived in Madeira for two hundred years, developing the wine trade. We found very little costume, although we bought a doll whom our chauffeur named Maria Rosa, and we went about everywhere asking to see dresses like Maria Rosa´s. We found some interesting customs: the festival of the Espirito Santo during May and June, the various methods of transportation, and the boats. The island is very very beautiful, and the people are kind. [Englishman was building a tennis court at a cost of 800 pounds]. Our trip to the Azores turned out to be a cruise, for we did not find enough material to warrant our staying two weeks in any one island waiting for the next steamer. We found and old lady who knew who to make pita lace, which is no longer made in the islands. The women´s capes with huge, stiff hoods were very picturesque, but we found no other costume worthy of especial note. [One old woman drew me into the cavern of her hood and kissed me. I had followed her to make a picture]. It is wonderful to be back in Spain again where tradition has deep, deep roots, and we find a wealth of material for our work. We felt almost as though we had reached home when we arrived in Sevilla on June nineteenth171.

70. Anderson. Festival of the Espirito Santo. June 15th, 1930. Kermess (Kermesse). Offerings. Cabbages, onion, potatoes, squashes (aboboras), fofas (?), and semilha (?) are tied into great bunches called charolas (?), which are suspended from the outer beams of the stalls. Funchal (Madeira). GRF: 71.748

171

RMA Letters. Gaveta: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

71. Anderson. Festival of the Espirito Santo. Distributing alms in ox carts. First ox cart. Another ox cart is similarly decorated. The double arch over the yoke of the oxen is covered with green pink, and white paper and pink and yellow paper flowers. Yellow balls are suspended from the upper arch. Rosettes of pink paper with green streamers are fastened to the horns and glued to the bodies of the oxen. Rose coloured banners bear the emblems of the Espirito Santo worked in white. A crown (corôa) and several stars (estrellas). Angra do Heroismo Terceira (Azores). Mayo-Junio, 1930. GRF: 71.579

72. Anderson. Saloia. Head and shoulders. Front view. The cap of black flannel is trimmed with gilt spangles. San Martinho (Madeira). Mayo-junio, 1930. GRF: 71.918

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

73. Anderson. Festival of the Espirito Santo. Musicians. The musicians wear coats of red and white cotton print, with woollen kerchiefs of red, green, and two shades of pink tied on their heads. One of the tambourine players carries a banner of red wool which bears the figure of a white dove, the Emblem of the Espirito Santo. Back view. Arrifes Sao Miguel (Azores). Mayo-junio, 1930. Mayo-junio 1930. GRF: 71.479

74. Anderson. The funeral procession of a senhora is led by a group of white-clad women and girls belonging to the order of Filhas de Maria. The leader bears the white banner of the Sagrado Coraçao de Jesús. The women are followed by a group of men belonging to the order of the Sagrado Coraçao de Jesus. Santa Cruz (Madeira). Mayo-junio 1930. GRF: 71.891

En las dos islas encontró elementos típicos en la indumentaria utilizada a diario, como la sorprendente capa azoreña o el uso del bordado no sólo en la indumentaria, sino también en objetos cotidianos. La viajera halló elementos del traje que posiblemente

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson nunca antes había visto, lo cual unido a la regularidad de su uso, hicieron de esta excursión una inolvidable experiencia que recordó a través de los años.

75. Anderson. Textile Making. Woman spinning flax. Arrifes São Miguel (Azores). Mayo-junio, 1930. GRF: 71.481

76. Anderson. Lace Making. Knitting lace of pitta fibre. Chão Frio Faial (Azores). Mayo- junio, 1930. GRF: 71.293-71.295

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

77. Anderson. Three women in cape and hood. Front and side views. The cape (capote) and hood (capucha) of dark blue broadcloth are joined at the neckline. The hood is held erect by a whalebone or a slender willow rod sewed along the central seam. A cotton interlining (entretela) stiffened with starch (gomma) supports the sides. The cape extends to the ancles. Horta Faial (Azores). Mayo-junio, 1930. GRF: 71.326

78. Anderson. Two harpoons protected by wooden cases (caixas) rest in the bow of the boat. At the point of the bow is a brass spool over which the line is played out. Caes do Pico (Azores). Mayo-junio, 1930. GRF: 71.431

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

79. Anderson. Fish Market. Venders of Espada. Long fishes (espadas), black and opalescent, are draped over the side of a stone counter. One fish sells for sixpence. This kind of fish is found three or four miles from the shore. Funchal (Madeira). Mayo-junio, 1930. GRF: 71.759

Pero fue en España, y solo en España donde siempre se sintió como en casa. A finales de junio estaban en Sevilla… Sevilla. June 28. Account of photographers working at the Exposition. Sevilla is delightful in the summer, the streets are blindingly light and very hot, but the houses are deliciously cool, and the sound of running water in a shaded patio is very refreshing. I have been cold so many times in Spain that I enjoy a bit of scorching172.

80. Anderson. A boy and a girl dressed in flamenco costumes are riding a burro up and down the paseo of the Feria accompanied by the family chauffeur. […] To qualify for the competition the competitor must appear in costume every day of the Feria at the morning paseo. A prize was to be awarded to these children. Other prizes are given for handsome carriages. Sevilla. Junio-julio, 1930. GRF: 72.001 172

Idem.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

Lo primero que hicieron fue comprar un coche, un Chevrolet con cuatro puertas al que Anderson bautizó como el nombre de Horace. Llegó a esta ciudad para visitar la Exposición Iberoamericana de 1929-1930. Realizó fotografías de muchos de los pabellones regionales y compró otras tantas, entre ellas tarjetas postales y vistas aéreas de España173.

81. Anderson. Banners of Navarra. The banners of the noble villa roncalesa de Uztárroz, the noble Valle de Roncal, the noble villa of Santesteban, and the noble villa roncalesa de Urzainqui[…] Exposición Iberoamericana 1929-1930: Pabellón Regional de Navarra. Junio- julio, 1930. GRF: 72.119

173

Las últimas fueron adquiridas por deseo de la institución. Sobre esta modalidad fotográfica recomendamos la siguiente bibliografía: Sherman M. Fairchild. “Aerial Photography. Its Development and Future”. Annals of the American Academy of Political and Social Science, vol. 131, Aviation. May, 1927. págs. 49-55. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/1015745 (24-5-2008). Nadar fue el primero que realizó una fotografía aérea. Paul Demarets. “Instantaneous Photography in a Balloon”. Science. Aug. 21, 1880. vol. 1, no. 8, págs. 94-95. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/2900244 (24-5-2008)

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

82. Sorolla. El Concejo del Roncal, 1914. Regiones Españolas, HSA

Uno de sus proveedores más importantes en este momento fue el conocido fotógrafo sevillano Cecilio Sánchez del Pando174. Con todas ellas se podría realizar un estudio detallado de la Exposición, sobre el aspecto del recinto y también de las provincias que estuvieron presentes. En Sevilla se produjo un hecho excepcional, la incansable viajera padeció un inicio de bronquitis y tuvo que guardar reposo. Nunca se había sentido tan débil antes y, hasta este momento, a excepción de alguna visita al dentista, no había tenido problemas de salud en el transcurso de los viajes175. Durante esta expedición recorrió durante varias jornadas varios pueblos de la provincia de Huelva, como La Rábida, Punta Umbría o Ayamonte. 174

Cecilio Sánchez del Pando (1889-1950). Nació en Sevilla y se dedicó al fotoperiodismo. Desde 1915 hasta 1936 trabajó en el periódico El Liberal de la capital hispalense, aunque también colaboró con otras dos revistas ilustradas, Nuevo Mundo y Mundo Gráfico. Anderson adquirió de él más de doscientas fotografías, en las que su autor plasmó a la sociedad sevillana de su época, sus costumbres y creencias, y en ellas añadió interesantes comentarios explicativos. También le compraron vistas aéreas de Sevilla y su periferia, e instantáneas de algunos pabellones en la Exposición Iberoamericana de 1929-1930. Sobre éste fotógrafo consultar: Alfonso Braojos Garrido. “La fotografía de prensa como fuente histórica. Un modelo de referencia: la aportación sevillana”. Revista Ayer. Madrid: Asociación de Historia Contemporánea. no. 24, 1996. págs. 75-76. Disponible en Web: http://www.ahistcon.org/docs/ayer/ayer24_05.pdf (24-5-2009) En la hemeroteca de Sevilla se conservan 142.139 negativos pertenecientes al archivo de Cecilio Sánchez del Pando. Cfr. Juan Miguel Sánchez Vigil. “La documentación fotográfica”. Revista general de documentación e información. Madrid: Universidad Complutense, 1996. vol. 6, no. 1 págs. 161-194. Disponible en Web: http://revistas.ucm.es/byd/11321873/articulos/RGID9696120161A.PDF (25-6-2009) 175 Carta del 21 de mayo, 1930. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

83. Spalding. RMA and young man from canning company on boat going out to tunny fishing area. Ayamonte (Huelva). Junio-julio, 1930. GRF: 157.980

Su itinerario estaba condicionado por una resolución, la de ver con sus propios ojos los escenarios y las personas que habían inspirado a Sorolla en uno de sus paneles. Y no se marcharía de la zona sin fotografiarlos, por ese motivo llegó hasta Ayamonte, y realizó un reportaje espectacular sobre la pesca del atún, cuyas fotografías y notas utilizó en la elaboración de un corto ensayo. Volvió a fotografiar la indumentaria y con ayuda de algunas mujeres del pueblo de Alonso, documentó varios trajes que sus propietarias, como si se tratase de pequeños tesoros, accedieron gustosamente a mostrarle.

84. Anderson. Small girl dress in festival dress. This costume is worn on the Jueves de Comadre, the Thursday before Carnival Sunday. On that day it is the custom in Alosno for a group of girls under fourteen years of age to gather at one house where they have their meals together and spend the day dressed in costume. A lace toca is worn on the head, and a satin bodice is laced with silk ribbons over the chemise of white linen. The jewelry is of gold, silver and coral. Alosno (Huelva), 1930. GRF: 72.229

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

Una vez finalizado el trabajo y los encargos en Andalucía, se dirigió a otra región que conocía bien, y a la que volvió una vez más para concluir con un trabajo que dejó inacabado en expediciones anteriores176. Tras una parada en el pueblo de Fregenal de la Sierra, donde visitaron al pintor Eugenio Hermoso, que le mostró los cuadros que estaba pintando en ese momento177, llegó al pueblo salmantino de Béjar el veinticinco de julio, y desde allí recorrió otras localidades para asistir a las festividades religiosas celebradas durante ese mes y el siguiente. Se trataba de las celebraciones más importantes del año, o al menos así las consideró, porque era el momento en el que podía documentar en todo su esplendor los trajes típicos castellanos, los que reprodujo Sorolla en el gran panel de Castilla. Era imprescindible conseguir este material y calculó bien las fechas de los eventos más importantes para asistir a la mayor parte de ellos. A finales del mes de julio llegó a Candelario, donde celebraban la fiesta de Santa Ana, patrona del pueblo. El cinco de agosto estaba en Mogarraz, documentando los festejos en honor a la Virgen de las Nieves y por fin del quince al diecisiete de agosto trabajó sin descanso en La Alberca durante la fiesta de la Asunción de la Virgen178.

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Antes de llegar a estos pueblos, se dedicó a escribir a la mayoría de sus alcaldes. Quería informarse de las fechas exactas para cada celebración y también sobre el uso del traje regional en ellas. En muchos casos las misivas se hacen eco del abandono y la pérdida de algunas costumbres, así como la modificación de otras tantas. En: Spain León Notes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 177 Candelario. Aug. 1. We had a splendid trip from Aracena to Béjar, where we arrived the evening before the festival began in Candelario. On the way we stopped at Fregenal de la Sierra for lunch and want to call on Eugenio Hermoso the painter. He always spends his summers at Fregenal painting the people of his pueblo. He is now working on a large canvas about six feet by eight, of una boda en Fregenal. We liked it very much. The women wear the straight, simple dress which is the characteristic costume of today in Fregenal, and the men wear Cordovan hats. A girl in a red dress stands about in the centre of the canvas offering a plate of sweets to the bride who is wearing a black silk dress with lace sleeves. The faces are well characterized. Sr. Hermoso said that since the costume has no appeal, he must reveal the race through his characterizations. He is painting two towers of Fregenal in the background with painstaking accuracy to localize the picture. We enjoyed meeting him because he was so unpretentious and un-theatrical, and so thoroughly loyal to his race and his pueblo. RMA Letters. Gaveta: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. 178 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. Algunas de las imágenes pertenecientes a esta fiesta y a los actos en honor a la Virgen, fueron publicados en: Lenaghan; Mata Pérez, 2003.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

85. Anderson. Calle de Filiberto Villalobos. View of the foot of the street. Two women seated on a stone parapet are selling sweet and milk shorbet [sic] (leche helada). At the left two candelarias approach, their faces hidden behind paper fans. They are on their way to the paseo in Las Eras. Candelario (Salamanca). Agosto, 1930. GRF: 72.348

86. Anderson. Festival of the Virgen de la Asunción. Ofertorio de la Justicia. The dignitaries of the justicia, which comprises, the alcalde, the juez, eight concejales, the fiscal and the superante (?) fiscal, make the first offering. They form themselves into two files and advance in pairs toward the Virgin. The mayor and the judge precede the rest. They offer silver, from one to five pesetas each. The dignataries are dressed in long capes of black woollen material. La Alberca (Salamanca). Agosto, 1930. GRF: 72.653

Debía poner todo su esmero en estas imágenes, ya que posteriormente se reproducirían en color. La expedición de 1929-1930 supuso para ella un serious attempt179 para conseguir fotografías a color mediante los autocromos. No sólo utilizó

En el cap. 3 aludimos a los encargos de la escultora Hyatt. Ver cap. 3, apartado 3.2.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson este costoso procedimiento, sino que, como señalamos al principio, las llevó a Viena para que fueran imprimidas por el método del colotipo, en el famoso laboratorio de Max Jaffé. Estos hechos son muy relevantes por las siguientes razones: primero, porque vemos cómo las delicadas placas en color se reservaron principalmente para la reproducción del traje, y la causa fue el interés de la HSA en publicarlas, algo que sucedió dos años más tarde. Para la institución fue una novedad, ya que se editó enteramente en color y para la investigadora se convirtió en su primera publicación sobre el tema180. Antes de abandonar España volvió a Madrid para reunirse con Luis de Hoyos Sainz, ya que estaba interesada en consultar una serie de manuscritos sobre el traje realizados por los estudiantes de la Escuela Superior de Magisterio bajo supervisión del antropólogo: Vienna. Oct 31. after finishing our colour plates, we finally had six that pleased us, we went back to Madrid to consult the costume manuscripts. There are between sixty and seventy memorias, dealing with costume, houses, furniture, manners and customs of all regions. These memorias, illustrated with photographs and coloured drawings, have been prepared by students in the Escuela Superior del Magisterio under the direction of Señor Luis de Hoyos Sainz. The Congreso de Arte Popular, which held a meeting in Prague in 1928, is going to publish in French a resumen of Srta. Borrero´s article on the Sierra de Andévalo (Huelva). We saw the proof sheets of this publication. The Escuela Superior del Magisterio and the Comisión Nacional de Artes Populares, with the financial assistance of the Patronato Nacional de Turismo, are planning to publish in Spanish the entire collection of memorias. An agreement has been reached, but the date has not been set. It must be admitted that we are doing somewhat the same work that is being done by this group, but it may be said that our results are not inferior, thanks to the training we have had and the standard that is required of us. We have a great advantage over the Spanish students in being able to make our own photographs, whereas their advantage lies in their familiarity with the language and traditions of the country. Each student has, in the main, studied her own native district. Some of the accounts are very personal, and the spelling is rather original in places; but that is to be expected in a country where it is no disgrace to a lady to be weak in orthography. The terms which we extract from the peasants will boundless bear revision also.

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The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 24. 180 Costume of Candelario, Salamanca. From colour plates in the collection of the Hispanic Society of America. Printed by order of the Trustees. New York: The Hispanic Society of America, 1932.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Sr. Hoyos granted us permission to take notes from these manuscripts, but he stipulated that no excerpts be published, for the material is inedited. If we had three weeks or a moth to go through the entire collection, we could undoubtedly obtain much valuable information181.

La carta anterior es un repaso de este viaje, el encuentro con Luis de Hoyos subraya como el asunto principal que llevó a recorrer toda España fue el estudio del traje típico. La propia investigadora, como acabamos de leer, dejó escritas opiniones personales sobre la labor que en éste sentido desarrolló el antropólogo, que le dio permiso para estudiar las pruebas. La consulta de estas memorias resultó de gran interés y lamentó el no haber tenido más tiempo para revisarlas todas. Esta oportunidad provocó en la investigadora una serie de comentarios que resultan de gran interés pues en ellos reveló la estima que tenía sobre su propio trabajo, que desarrollado por alguien que no pertenecía a la cultura sobre la que se especializó, no tenía nada que envidiar a la que desarrollaban los alumnos del antropólogo. Anderson lo tuvo claro desde el principio, no importaba lo complicado que fuese el encargo, el éxito radicaba en el empeño, el deseo de llevarlo a cabo. 5.2.5. Yellow Fever; Brasil, Portugal y siempre España. Agosto, 1948-mayo, 1949 A sus cincuenta y cinco años se embarcó en otra gran expedición en la que recorrió tres países en dos continentes. Comenzó el cinco de agosto de 1948 y se prolongó durante diez meses, hasta mayo de 1949. Para entonces ya se había convertido en una de las colaboradoras de la HSA más viajeras, no podía ser de otra forma ya que su trabajo dependía en gran medida de ello. El viaje se dividió en dos etapas, desde agosto hasta el mes de diciembre de 1948, visitó Brasil y Portugal, acompañada por la conservadora de la biblioteca en aquel momento, Jean Longland. En la segunda etapa, que transcurrió entre diciembre al mes de mayo de 1949, recorrió Extremadura y Madrid. Fue en esta ciudad donde se unió a Spalding, su habitual compañera. Como sucedió en la expedición anterior, Spalding ya se encontraba en la Península desde hacía meses por motivo de estudios182. En un principio, el trabajo en Extremadura debía completarse a principios de abril y así se 181

Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. En este momento se encontraba con Proske, y sabemos que su trabajo sobre manuscritos iluminados estaba muy avanzado. Tanto Anderson como Spalding tenían que completar sus respectivos trabajos de investigación, y el desarrollo e itinerario del viaje tuvo mucho que ver con este asunto. Por ejemplo, la razón por la cual viajaron a Toledo fue porque Spalding debía consultar allí unos documentos. Carta de Anderson a Sherman, 7-4-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 182

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson especificó en la documentación conservada. Incluso preguntó a Huntington por la posibilidad de visitar León, Zamora, Salamanca, Palencia y Valladolid, pero al final entendió que debía permanecer en Extremadura, debía concluir la recopilación de material para su libro en ciernes sobre el traje regional, que fue uno de los asuntos principales de la expedición. Las cartas que envió a la HSA en este momento son abundantes y extensas. Una de ellas, la que reproducimos a continuación, la escribió al comienzo para dar cuenta de los sucesos de la expedición. Como en otras misivas se pone de manifiesto su personalidad única, y por eso decidimos, en este caso, incluirla íntegramente. Su humor, la agudeza de sus comentarios y siempre la franqueza con la que se expresó fue característica de una mujer que no dejó trabajos a medias, y tampoco fue habló con medias palabras: Hotel Regente. Copacabana , Rio de Janeiro. November 4th, 1948. Dear Eleanor: This was the day, after finally having secured Spanish visas that we were to have flown to Bahia. But there were no seats available for us, because too many people were going home after the holidays. So now we go on Sunday at 7:06 AM. , arriving at Bahia at 12:50. That will give us the afternoon for sightseeing. I hope we have lunch on the plane. On Monday I am eager to go to the Feira de Santa Ana, outside Bahia, where vaqueiros of the Renconcavo are said to appear in their leathern costumes. At the Museu Histórico Nacional, here at Rio, I photographed the garments and wish to filmar the wearers also. Then there are the pretas baianas, very picturesque with their full, gaily coloured skirts and great headdresses, to be photographed. When that has been done, we shall wish to see the colonial buildings, of which I have been told there are some as early as the sixteenth century. It is curious how difficulties continue to crop up. Today the first day that I could with certainty make reservations for our exit flight, I learned at Panair that in order to enter Portugal one must have an inoculation against yellow fever!!! If one tries to enter without it, one is liable to be detained for forty days in some pest house or other. We shall get the inoculations tomorrow at a public health centre, free. True, the inoculation should have been secured two weeks before one´s entrance into Portugal, and if less time has transpired, one has to sign a document absolving Panair from all responsibility if one is so detained, but fat Mr. Bob who gave me the information was quite certain that we should have no difficulty. Portugal is the only country in Europe, he said, that is nervous about yellow fever. (Personally, I think it is an underhanded insult to Brazil in revenge for all the jokes current here against the Portuguese. It does seem that the Portuguese Consulate might have breathed just one little word about this requirement. It gives one to wonder what the Spanish will require in addition to a visa costing 247.00 cruzeiros and wordy telegram announcing ones arrival, age, and destinations which came to 160.00 cruzeiros. Perhaps one of those half-inch fingernails indicates a noble aversion to any kind of useful work. In any case we

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson shall inquire at once on arrival at Lisbon, so that if needed the fingernails can be brought under cultivation, forced cultivation if necessary. Now that we are about to leave this trustful and hospitable country, which has undoubtedly spoiled us for the suspicions and privations of Europe, it might be interesting to sum up the gains of the trip. I understand practically everything that I read and hear in Portuguese and can make myself understood, but it must be confessed that Spanish continues to creep in. professor Chagas is helping to make a list of the things that are different in the two languages. For instance, in Spanish one may begin a sentence with the reflexive pronoun se; in Portuguese never, it must follow after a subject, and adverb, conjunction or something, so that it does not appear indecently unaccompanied. The accents are contrary also: Portuguese, família and dia; Spanish , familia an día. It is a comfort to know why there is a circumflex accent over the third e in experiencia and to know that it is a mistake to put one over the e in convento, at least according to our dictionary it is. And so forth. It will probably take me a t least a week or two to become accustomed to European or Continental Portuguese, in which the words are much more compressed and the sound, all heaped together in a practically simultaneous explosion of o´s and a´s and slushy sh sound. I never could have hoped to recognize and understand Portuguese accent in Extremadura without hearing and speaking the language myself. At the Spanish consulate I was astonished to find how full of tongue my mouth seemed when I tried to pronounce soft c´s and z´s, as in cepillo, luz, etc., after three months of hissed s´s and buzzed z´s Friday. We had our injections against yellow fever this afternoon, and the doctor explained that during 1947 Brazil had not a single know case; that it is because we come down for forty-five minutes at Dakar that we have to have the injections – the Portuguese fear that fever may enter from Africa. The Panair clerk gave us forms to sing, yellow forms, by the way, assuming “toda e qualquer responsibilidade pelas consequencias que possan advir” because our injections will be only 9 days old when we arrive at Lisboa. He said that they often carried passengers with this liability and that so far none had been detained, so we hope to arrive free and independent at the Hotel Avenida Palace in the afternoon of November fourteenth. I have spoken about the language, now for a few words on photography. The Speed Graphic is a wonderful camera, and I enjoy about using it very much. But here in Rio, as it seemed useless to go about photographing public buildings, I have used it little. Jean´s assigned purpose in coming to Brazil was to learn Portuguese and buy books, and has suited her better to remain in Rio where she has had a good teacher (I have had lessons with him too). I thought I could pick up one almost anywhere and surely in a provincial capital, but as I failed in both Ouro Preto, where one promised to come but never appeared, and at Porto Alegre, I had to concede that if one were to study Portuguese Rio was the place to do it. I have made some pictures of costumes and jewelry at the Museo Histórico Nacional. In Portugal I hope to get useful material at the Etnographic Museum of Belem, where I shall probably spend a good deal of the time we have at Lisboa, while Jean is buying books. It will be necessary, I expect, to show my letter in order to get permission to photograph. Not for just anybody, that is any casual inquirer, will a Museum assign a member of its staff to open cases and take out material. At the Museo Nacional here at Rio, where they have a

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson very handsome set of vaqueiro garments, I tried to secure the privilege of photographing them without using the letter, and they found it impossible to grant my request. Of course, then it was too late to show the letter. We used our letters as a means of introduction to the Spanish ambassador, as I explained in previous account, and we showed them also at the Spanish consulate. When I try to take photographs, develop them and wash them all by myself – Jean has taken notes for me sometimes—I realize very keenly how much I have depended on Frances´s help and interest in years gone by and should hardly feel able to undertake heavy work in Spain if I were not looking forward to her companionship. Of course, now that she has a subject to her own, I can not take it for granted that photography is her main interest. After Jean has seem something of Spain and I have met my trunk again, I must take a few days to get acquainted with my manuscript on Extremadura and plan just what to do with the three months that have been given me for work in that region. From Portugal an Spain, probably, I shall have to send Ektachromes to New York to be developed by Lester and Weiman whose address strangely enough I do not have written. I think it is 101 East 41st Street, New York, New York, but should greatly appreciate you checking it and letting me know in Lisbon whether or not is correct. I still have 10 dozen daylight Ektachromes but they will expire on January 1st and I shall need more. Eastman Kodak Stores told me that they are not exporting, and that they best way for me to get the films would be to have them sent as gift, by air express. Could you send 8 dozen 4x5 Ektachromes of latest possible date to reach me on January first, and 8 dozen of the same to reach me on February first? It might be a good idea to wrap them in two packages of four dozen each. I could use also some photo-flash bulbs, General Electric 22B or Wabash 2B, to be used with daylight Ektachromes. I have tried to get them in Rio, but General Electric said they had not received any for five months, and the supply was probably exhausted, as indeed it proved to be in all the shops I visited. Can flash bulbs be sent by air express if properly wrapped by the manufacturer? I should like very much or have 2 dozen at Madrid by December first and 2 dozen by January first, or all could be sent together, if that is more convenient. Miss Penney has offered to send me anything I need and perhaps she would be willing to help with the burdensome detail of making out papers and attending to the shipping details of at least some of the packages. Some day the Amazon negatives sent via ship post will be reaching you. They were developed in the first tank I bought, and in quite a few, the sky was a streaked in the development because of the peculiar construction of the tank. I kept thinking that with different methods of agitation and even development could be obtained, but finally gave up and found a new tank which works much better. In printing those negatives Miss Andem can probably mask off much of the streaked portions, especially in the sky where it shows worst. On a separate sheet I have listed the things I need, and shall greatly appreciate knowing whether you will be able to send them to me. I will include in the list a question or two which can be satisfied without the arduous labour of making out customs declarations in declarations quadruplicate.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Best wishes to all and gracias anticipadas, RMA183.

También debemos incluir el texto otra carta que dirigió a Huntington porque nos sirve para compararla con la anterior y porque en ella resumió lo que significó esta expedición. Incluyó datos sobre el recorrido, los propósitos y el material recopilado. Como un verdadero viaje de estudios, le sirvió para afianzar su conocimiento del idioma portugués y finalizar su investigación sobre el traje en Extremadura, cuyo texto envió a imprimir pocas semanas después de su vuelta: May 10th, 1949 My dear Mr. Huntington: Of all the times that I have been privileged to work abroad this last trip, from August 1948 to May 1949, was the most varied and fruitful. Upon our arrival in Brazil we plunged into the study of Portuguese by taking a ten-day trip on a Brazilian boat up the Amazon, thus insulating ourselves at once from English-speaking tourists. In Rio de Janeiro for several weeks I had private lessons, first from a lady employed at the Ministerio do Trabalho and later from a man teacher. At the end of three months in Brazil I could understand most of what I heard and could speak with some facility. In addition to studying Portuguese I made inquiry into the subject to Brazilian costume and found three regional types: that of the gaucho of the Rio Grande do Sud, that of the vaqueiro of the Northeast, and that of the Bahian negress. Lisboan speech impressed me as being less musical than colonial Portuguese, but what had been learned in Brazil proved valid and useful in the mother country. The ability to communicate easily made this trip to Portugal immeasurably more profitable than previous visits had been. As for my subject, I came upon distinctive costumes being worn at Nazaré and took note of valuable material at the Museu de Arte Popular at Belém—handsomely installed within the precincts of the 1940 Exposition—and at the very interesting Museu de Etnografía e Historia da Provincia de DouroLitoral of Porto. Other material was obtained at the Museu Etnografico do Doutor Leite de Vasconcelos, also at Belem, and from tombs at the Mosteriro de Alcobaca. Across the border in Spanish Extremadura the town of Olivenza, so long Portuguese, is still bilingual. Form north to south, here in the west, Extremenian officials and traders are able to do business in either language. After Olivenza only at Valencia de Alcántara was I called upon to use Portuguese. It is most fortunate that I could return to Spain before my book, Spanish Costume: Extremadura, had gone to press. Though workday dress of traditional style has now largely disappeared, festival costumes are still zealously preserved in family chests, and several important types, previously unknown to me, we were able to ferret out and photograph with the aid of priests and town officials. Miss Spalding’s help in this work was indispensable, and her enthusiasm for it, in addition to her interest in her own work, was most heartening. 183

Carta fechada el 4-11-1948, llegó a la HSA el 12-11-1948. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson As always we found contact with people in the provinces of Spain very satisfying. Faithful to immemorial tradition, they still receive with frankness and hospitality the stranger who comes to them with frankness and cordiality. What knowledge I have of Spanish I owe to their instructions. That now, instead of paying elaborate compliments, they say only that I speak their language “bastante bien”. I take as a sign of progress. In Madrid I made notes on dozens of the costumes displayed at the Museo del Pueblo Español, which is housed in a palace once belonging to Manuel Godoy. They date from about 1830 to 1900 and are for the most part in good condition, though not dramatically nor even very clearly lighted. It was helpful to be able to compare Extremenian garments with those of other Spanish regions by simply walking from one room to another, but for real understanding of the subject there is no substitute for the method we have been privileged to employ, journeying from town to town of a region, making our own photographs and gathering information with the aid of the people who have made and worn the costumes. Carrying on this work has greatly enriched my life. I deeply appreciate the inspiration which established this study of Spanish costume and the abiding interest which has sustained it these many years. With all good wishes, I am Yours Sincerely RMA184

Según su testimonio, en Brasil y Portugal recopiló un total de 247 fotografías y 114 Ektacromos185 o diapositivas. En España, por el contrario, consiguió, ayudada por Spalding, 770 fotografías y 53 Ektacromos. A las anteriores se sumaron, como era habitual y obligado, las que compraron, muchas como parte de los encargos encomendados por la institución. Un buen número de ellas iban destinadas a la conservadora de cerámicas, Alice Wilson Frothingham, y a la propia Sherman, encargada del departamento de Iconografía y receptora de prácticamente todas las misivas que la viajera escribió durante este viaje186. Las compras se produjeron de diferentes maneras. En Portugal, por ejemplo, contó con el asesoramiento de fotógrafos

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Carta de Anderson a Huntington. 10 de mayo de 1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-Carpeta: 1949. AIB. HSA. 185 Proceso positivo directo de cámara, es decir, diapositiva. La palabra se refiere a la marca comercial que la comercializó. Sobre este tipo de película consultar: Eastman Kodak Company of New York. Ektachrome and Kodachrome Professional Films. Rochester N.Y.: Eastman kodak co, 1947. C. E. Kenneth Mees. From Dry Plates to Ektachrome Film; A Story of Photographic Research. New York: Ziff-Davis Pub. Co, 1961. 186 Sherman era la encargada del departamento que se ocupaba de catalogar las fotografías en última instancia. Carta de Anderson a Sherman, 12-4-1949. En otra carta Sherman envió a Anderson un listado de las fotografías que Proske desea conseguir del estudio Moreno, carta fechada en 8-4-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson como Castello Branco, que su vez le aconsejó el trabajo de Mario Novais187. En Madrid se dirigió a lugares bien conocidos por ella en los que cómodamente halló los ejemplos necesarios para cumplir primeramente con los encargos. Uno de ellos fue la Biblioteca Nacional, donde la atendió el encargado del material fotográfico por aquel entonces, Tomás Magallón Antón, y también el estudio Ruiz Vernacci donde adquirió fotografías de Laurent. Pero no ocupó todo su tiempo en la producción y compra de fotografías, más importantes para sus propósitos de este momento fueron las entrevistas que mantuvo con una serie de académicos y científicos, algunos de ellos expertos en el tema de su libro sobre la indumentaria extremeña que estaba a punto de finalizar. Visitó, como lo hizo en prácticamente todos los viajes anteriores, el Instituto Valencia de Don Juan, donde expresó al director, Manuel Gómez Moreno188, su propósito de fotografiar la colección de joyas, especialmente las procedentes de Extremadura189. Éste le regaló libros e imágenes de joyas extremeñas190. En el Museo del Pueblo Español la recibió su director, Julio Caro Baroja191, quien también le regaló una selección de libros que pensó le serían útiles192. Cuando publicó su libro el antropólogo actuó como crítico y su amistad les volvió a reunir años más tarde, durante una estancia de Caro Baroja en

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Castello Branco, carta recibida en la HSA el 1-12-1948. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1949 AIB. HSA. Mário Novais (1899-1967). En 1920 comenzó a trabajar como retratista en el estudio “Fotografia Vasquez”. En 1933 inauguró su propio estudio – Estúdio Novaes – en la ciudad de Lisboa, activo durante cincuenta años. Se especializó en imágenes sobre arquitectura y obras de arte, además de ejemplos de fotografía documental, publicitaria, comercial e industrial. Información obtenida de Fundación Calouste Gulbenkian, que adquirió la colección de este fotógrafo en 1985. Disponible en Web: http://www.biblarte.gulbenkian.pt/index.php?article=153&visual=1 (27-7-2008) 188 Manuel Gómez-Moreno (1870-1970). Arqueólogo y epigrafista, en 1889 se licenció en la Universidad de Granada. Entre 1900-1902, realizó los catálogos monumentales de Ávila y Salamanca. En 1910 dirigió la sección de Arte y Arqueología del Centro de Estudios Históricos (CEH). Entre 1925-1950 trabajó en el Instituto Valencia Don Juan, institución estrechamente relacionada con la HSA. 189 Pensaron que no iba a ser complicado y que obtendrían el permiso para fotografiar, sobre todo teniendo en cuenta que en 1930, durante la Lace Expedition de Lewis y Atkinson, les permitieron reproducir fotográficamente toda la colección de encajes y bordados. 190 Se trataba de ejemplos típicos de la joyería extremeña. Anderson realizó siete fotografías. Negativos: 14095-14101, siempre con su libro sobre el traje en Extremadura en mente. 191 Caro Baroja, Julio (1914-1995). Antropólogo. [...].Se doctoró en 1942 y durante los dos años siguientes fue ayudante de las cátedras de Historia Antigua de España y de Dialectología en la universidad de Madrid. Al mismo tiempo colaboró con el Instituto Bernardino de Sahagún, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y en el Centro de Etnología Peninsular. En 1944 fue nombrado director del Museo del Pueblo Español de Madrid, cargo que ocupó durante ochenta años. En 1947 ingresó como miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca y en la de Buenas Letras de Barcelona. Cfr. CASARES. vol. 3, págs. 215 (Gemma Salas Villar) 192 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1949 AIB. HSA. Anderson también estaba interesada en unas imágenes de la colección de pendientes que poseía el museo. Caro Baroja le aconsejó que se pusiera en contacto con el fotógrafo del museo. Carta del 25 de marzo de 1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1949 AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson Estados Unidos193. Por último y no menos importante, posiblemente el encuentro de mayor interés para la investigadora en este momento, fue el que mantuvo con el musicólogo y especialista en folklore extremeño, Manuel García Matos194. En el apartado referido a los informantes que conoció, en el que se incluyen los anteriores, se componen por un grupo de personas, quizás no tan famosas como las anteriores, pero igual de importantes para su investigación. En el país luso conoció al director del Museo de Arte Popular en Lisboa y también a Augusto Cesareo Pires de Lima, director del Etnográfico de Porto. En España se entrevistó con personalidades en las materias por las que se interesó como Maravillas Segura Lacomba, experta en bordados tradicionales195. Repitió estrategias conocidas y se dirigió a los curas y a las autoridades del pueblo para obtener la primera ayuda e información práctica sobre el material que le interesaba, festival costumes are still zealously preserved in family chests, and several important types, previously unknown to me, we were able to ferret out and photograph with the aid of priests and town officials196. La búsqueda no fue fácil y hasta tuvo que servirse de las fotografías publicadas en un libro de García Matos, que siempre llevaba a mano. Lo mostraba a los habitantes de las localidades que visitaba para proporcionarles ejemplos gráficos sobre el tipo de indumentaria que estaba buscando, eran modelos que ya no se acostumbraban a ver. Pensó que una imagen podía ser más útil que la descripción del traje y sus complementos con un vocabulario que

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En 1951 se convirtió en la anfitriona del antropólogo. Caro Baroja visitó la HSA acompañado por George M. Foster, otro prestigioso de antropólogo del Smithsonian en Washington, y al que Anderson también conocía bien. Correspondencia de George M. Foster dirigida a Anderson. Cartas del 3 y 26 de noviembre y del 3 de diciembre, 1951. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1951. AIB. HSA. 194 García Matos, Manuel (1912-1974). Folklorista, musicólogo y compositor extremeño. En 1941 se trasladó a Madrid, donde fue nombrado profesor auxiliar de Folklore del Conservatorio de Música. En 1951 fue nombrado catedrático interino de Folklore hasta que, en 1958, obtuvo por oposición la cátedra que ostentó hasta su muerte […]. Cfr. CASARES. vol. 5, págs. 468-469 (Emilio Rey) En la correspondencia de Anderson y Nieves de Hoyos Sancho, se cita varias veces a Matos, al cual califican como “amigo en común”, our common friend. Existe una de 1950, en la que Anderson se dirige al científico para informarle sobre donde puede adquirir el libro del musicólogo alemán Kurt Schindler, Folk music and Poetry of Spain and Portugal, 1941 en el que Matos estaba interesado. Anderson conocía el trabajo de Matos, y en esta carta también le indicó lo útil que le estaba resultando la lectura de su libro, Lírica popular de la Alta Extremadura. Carta de Anderson a García Matos, 31-1-1950. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1950. AIB. HSA. 195 Posiblemente se conocieron durante esta expedición. La americana compró el libro de Segura Lacomba titulado, Bordados populares españoles. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1929. Carta de Anderson dirigida a Segura Lacomba con fecha 1-3-1950. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Subcarpeta: 1950. AIB. HSA. 196 Carta de Anderson a Huntington, 11-5-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-Carpeta: 1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson tampoco oirían a menudo197. Sin duda el libro le resultó muy útil, y sus informantes de ese momento recordaron que una vecina del Malpartida, a la que se refirieron como “Doña Perfecta”, conservaba alguno de estos trajes, stored away. Gran parte de la ayuda que recibió la utilizó en su libro Spanish Costume: Extremadura. New York: The Hispanic Society of America, que publicó en 1951. Se trata de uno de los estudios esenciales dentro de su obra y se convirtió en el primer y más serio intento de producción científica sobre el traje regional al que nunca antes se había enfrentado. Las revisiones que aparecieron en revistas especializadas durante ese año y posteriores, confirmaron el éxito de sus investigaciones198. Hasta el momento hemos podido comprobar como a grandes rasgos la expedición se parece a las anteriores, pero a continuación nos referiremos a aquellos factores que la diferencian o la separan completamente del resto. Para empezar la HSA, viajó en avión a un país Latinoamericano. No contó con el periódico que publicaba su Iglesia, el The Christian Monitor, y que siempre recibió cuando residió fuera del país199. Pero esta falta quedó compensada con las herramientas de trabajo, cámaras más modernas con las que pudo realizar diapositivas en color o ektahcromes200. El interés por estas fotografías causó gran satisfacción a Huntington, lo que le llevó a adquirir máquinas especiales para

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A su llegada al pueblo se dirigió al bar donde solían ir cuando estuvieron por primera vez en Malpartida en 1928. Aquí se reunieron con el alcalde y otras autoridades del pueblo. En Spain. Extremadura. Notes by Towns and Districs. (Malpartida de Plasencia) y también en Spanish Costume: Extremadura. New York: The Hispanic Society of America, 1951. pág. 85 198 A continuación incluíamos los datos sobre algunas de ellas: Revista Clavileño. Julio Caro Baroja, julio-agosto, 1952; Hispanic Amerian Historical Review. Mayo 1952; Folk-lore. Septiembre, 1952; Man. Brian Reade, 1952; The Museums Journal. Diciembre, 1952; Osterreichische-Zeitschrift für Volkskunde. Viena, 1953; Antropología y etnología. Revista del Instituto Bernardino de Sahagún. Enero-junio, 1952; Arte Español. Enrique Lafuente Ferrari, 1953, primer cuatrimestre; Insula, 1952 199 Esta fue la segunda de las preguntas dirigidas a Huntington antes de salir de viaje. Questions for the President. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 200 Como en otras expediciones, existe un listado de todo el material fotográfico que portaron. El que reproducimos a continuación, perteneciente a este viaje nos sirve como ejemplo. Para el seguro de viaje aportó información detallada del tipo de cámaras, el material complementario y el precio de cada objeto. Este varió conforme avanzó la técnica de la fotografía, ya que La HSA le proporcionó las herramientas más modernas: Bull´s eye camera for roll film 101, Korona view camera, Wollensak telephoto lens 15 in. Protar lens 4x5 in., Bausch and Lomb F8 (Property of F. Spalding), Paubel Orthar 13.5 cm (Property of R. Anderson), 9 holders, 1 fibre case, Speed Graphic camera with supermatic shutter, 1 holders, range fender, selenord, and synchronizer, Zeiss Contaflex camera with two lenses, 1 set Omag filters and ring, 3-inch K2 filter, 2-inch K2 filter, Edna Lite Magnifier, 2 thermometers, 2 Weston light meters, 1 developing tank, Underwood typewriter, portable. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. Fue en Brasil donde utilizó por primera vez las diapositivas en color. En sus cartas habló sobre la forma más idónea para revelarlos, al tiempo que señaló las desventajas causadas por la caducidad de este tipo de negativos. Pero la posibilidad de fotografiar en color superaba cualquier inconveniente: […] It has been very useful to practice making Ektachromes in Brazil, the subjects are rather miscellaneous, but the films do show how much more vivid a coloured record is than the black and white. Anderson a Sherman del 13-12-1948. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson que el patronato del museo pudiese visionarlas201. En Brasil no pudo contar con la asistencia de Spalding, que se unió posteriormente a ella en España. Esto le provocó un sentimiento del que no teníamos, hasta la fecha, conocimiento y que le llevó a reconocer lo importante que fue contar con “Frances” en cada expedición202. Aún así, no fue tan imprescindible tener a Spalding a su lado mientras estuvo en Brazil, ya que uno de sus deberes prioritarios fue el estudio del idioma portugués. En su correspondencia epistolar demostró su dominio del castellano203, pero hasta ese momento, no se había enfrentado de forma seria a la lengua portuguesa, fue en Brasil durante los primeros meses de expedición, cuando le dedicó largas horas. En Río de Janeiro contrató a una profesora privada y en tan solo tres meses consiguió entender y expresarse en un idioma sobre el que llegó a apreciar las diferencias, no sólo de pronunciación, entre ambos lados del Atlántico204.

87. Anderson. Aboard Aquidaban (Amazon River). Hammocks on the port side. Along the deck rail ran a latticed platform on which stood passengers’ trunks and other possessions. As the boat maintained steady equilibrium, there seemed to be no danger of anything falling overboard. The trunks were filled with white or light coloured clothes mostly cotton, beautifully washed and ironed and cleverly packed. On certain days the breakfast call would be especially insistent, and then the deck would presently flow with warm Amazon water. The latticed platforms kept the trunks above the sluging streams and the owners of the clean clothes looked on calmly. Sacks beyond the hammocks bore the imprint of Washburn & Crosby and contained biscuits (roscas). Beyond the sacks stands one of the dinning tables. Brazil, Manaus (Amazonas). Agosto, 1948. GRF: 137.019 201

Anderson a Sherman cartas del 16 de octubre y del 20 de noviembre de 1948. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 202 Carta que incluimos en este apartado. Anderson a Sherman del 4-11-1948. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 203 Su dominio de la lengua, incluso de los dichos locales, le llevó a adquirir un término que consideró típicamente “extremeño”, y de esa forma calificó de “alcornoque” a un fotógrafo que no estaba cumpliendo con los encargos que le había hecho. Anderson a Sherman. 12-4-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 204 Se fijó en aspectos muy concretos sobre el tema, como por ejemplo del bilingüismo que existía en la frontera que separaba Portugal de Extremadura, sobre todo a la hora de hacer negocios Carta del 10 de mayo de 1949 enviada por Anderson a Huntington. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Correspondence. Sub-Carpeta: 1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

88. Anderson. Man carrying a box full of bananas. Brazil, Manaus (Amazonas). Agosto, 1948. GRF: 137.093

89. Anderson. Dona Maria, dressed as a bahiana in street costume. Her pink silk blouse is a long one (bata) coming well down to the hips. Her skirt is of blue silk. Her starched white petticoat is trimmed with lace. Her necklaces are of metal, brass, and of African beads. Her ponda costa (silk scarf) is folded and worn over one shoulder. Head and shoulder side. Salvador (Bahia). Agosto, 1948. GRF: 137.229

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

90. Anderson. Vaqueiro wearing leathern hat, head and shoulders. The hat brim elaborately stitched curls away from the face. A trap for holding the hat in place was generally worn hanging free at back. Brazil, Feria de Santa Ana. Campo de Gado (Bahia). Agosto, 1948. GRF: 137.243

91. Anderson. Cowboy´s leather hat from Ceará or Rio Grande do Norte, front. Collection of Mr. George Tilden Colman, consul of the U.S.A. Brazil, Belem (Pará). Agosto, 1948. Ektachromes no. 18.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

92. Anderson. Gauchos and one of the owners of the fazenda (left) preparing a churrasco of mutton in the orange grove. The meat is skewered on long bamboo poles and grilled over hot coals. Two of the men are cutting into the eat to see whether it is cooked enough. The gaucho in the foreground makes tea in a larger gowrd, pouring water from a can. Brazil, Fazenda Remanso (Rio Grande do Sul). Agosto, 1948. GRF: 137.186

93. Anderson. Cheeses and Chrysanthemum. Tomar (Ribatejo). 22 de noviembre, 1948. GRF: 137.289

Cuando llegó a España los cambios exteriores, es decir, los que observó en determinadas localidades que conocía de expediciones anteriores, le produjeron en la mayoría de los casos un gran pesar. Verificó cómo se había modificado el aspecto de algunos pueblos y confirmó la pérdida total del uso del traje típico, reservado definitivamente para ocasiones muy puntuales205. Por ello volvió a buscar en las arcas

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Anderson a Sherman del 10-2-1949. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson de las abuelas, donde a buen seguro se conservaban estas vestimentas y cuando tuvo ocasión organizó sesiones fotográficas para poder documentar esos trajes. En Sevilla, por ejemplo, contactó con el ganadero pacense Don Florencio de Cáceres Reyes porque quería fotografiar trajes de pastor y de ganaderos. Aunque lo ideal hubiera sido realizarlas junto al ganado, estaba dispuesta, si era necesario, a hacerlas en la habitación del hotel206.

94. Anderson. Señor Cáceres and two andaluces dressed in his herdsmen’s costume from Don Benito. Exposición y feria de ganados selectos. Sevilla city. 2-3 de mayo, 1949. GRF: 138.079

Durante esta expedición de 1948-1949 resultó más complicado que en ningún otro viaje la búsqueda de ejemplos sobre el traje popular, pero todavía más difícil fue el fotografiar labores manuales y oficios artesanos que siguieran activos. Habían pasado muchos años desde su última visita a España y los síntomas del progreso lentamente fueron relegando a un segundo plano, o incluso sustituyendo completamente las industrias tradicionales. Todo esto se tradujo para la viajera en una mayor inversión de tiempo y empeño en la búsqueda. Tuvo que estar atenta a cualquier noticia y necesitó datos precisos, como los que le llevaron al pueblo de Villanueva de la Serena, donde oyó que existían telares que “todavía siguen utilizándose”, y además […] hand looms are still at work, and we hope to find some details of costume207.

206

Anderson a Florencio de Cáceres Reyes. Sevilla, 2-5-1949. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 207 Anderson a Sherman, 25-1-1949. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

95. Anderson. Alburquerque girl, Victoria Domínguez González, employed at the Ayuntamiento, dressed in a Serena costume owned by the Badajoz Sección Femenina, posed with girl in Alburquerque costume and señora María. Details of this costume shown in nos. 13374-13381. Alburquerque (Badajoz). Enero 21-26, 1949. GRF: 137.474

96. Anderson. Two men and three girls in gala dress. Cabezavellosa (Cáceres). 9 de marzo o 12 de abril, 1949. Ektachorme 268.

Esa rigurosidad en sus movimientos por la Península era fundamental para la buena marcha y aprovechamiento del viaje, que contrariamente a la de 1928 fue mucho más corta. Las fechas además, no le permitieron asistir a determinadas celebraciones durante las que observar los trajes típicos. No esperó a la celebración de la fiesta para conseguir las imágenes más representativas sobre folklore, como sucedió con las fotografías del Baile de las Italianas en Garganta la Olla. Este baile se celebraba tradicionalmente los primeros días de julio y pero llegó al pueblo el 9 de abril. Tres 500

5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson muchachas, Silveria Peña, Valeria Nena y Ascensión García, se vistieron para la ella con el traje, joyas y peinado típicos, como lo hacían para la fiesta y bailaron en el patio de la casa del alcalde208.

97. Anderson. Dance of the eight Italianas who perform on Visitación Day. Garganta la Olla (Cáceres), 1949. GRF: 138.094

Otro suceso de este tipo fue el que protagonizó la Sección Femenina de Olivenza, que en enero de 1949, representó una selección de bailes regionales, como la jota de saya o el corrediño. La investigadora averiguó la procedencia de los trajes y proporcionó una interesante noticia sobre él, […] Their costumes, said the head of the Sección, were based on no actual garments nor even a photograph of a costume, but on the descriptions of old women who had a memory of something209.

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Unas instantáneas que recuerdan el trabajo del compositor y musicólogo Kurt Schindler, realizado en este mismo pueblo durante el verano de 1932. Recordamos que Huntington patrocinó parte de la recopilación de datos etnográficos de Schindler, y que las fotografías realizadas en este momento se conservan en la HSA. La investigadora consideró y admiró el trabajo de Schindler. Entre otras cosas, reconoció que era un rico catálogo de ejemplos sobre folklore musical y de danzas: […]Two groups of dances and costume are excellent, and I should love to have them. They were made in the Basque country, and Santander. Such material is not easy to find or to photograph. Dancing Notes I. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 209 Negativo:13.420. Extachromes 1 – 167 / Negatives 13001 - 14118. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson

98. Anderson. Group of girls under direction of the Sección Femenina. Olivenza (Badajoz), 1949. GRF: 137.421.

Estas palabras, no exentas de gran pesimismo, sirven para consolidar el valor como auténticas reliquias, de la obra “andersoniana” producida en la zona en 1928. Una idea que no la emocionó tanto como el re-encuentro con las personas que conoció y posaron para ella veinte años antes. Ya no eran los mismos, habían sufrido una guerra que en muchos casos les dejó sin alguno de sus seres más queridos. En las cartas que envió a la HSA fue inevitable reflejar la situación política y por el tipo de recopilación sobre el folklore, tuvo que referirse ineludiblemente a la Sección Femenina. Ésta fue una asociación que guiada por unos determinados intereses políticos se preocupó por todo lo relacionado con temas sobre el folklore, especialmente en el campo de las labores de bordados, encajes, junto a la música y las danzas tradicionales210. Para finalizar el recuento de esta expedición, la que consideramos como la última durante su etapa de formación o “definición” profesional, queremos poner de manifiesto el amor que sintió hacia la Península, especialmente España y que nació en gran medida a partir de los viajes. En el país luso reconoció muchas características parecidas a las

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Fundada en 1934 por la Falange Española de las JONS y liderada por Pilar Primo de Rivera. Sobre esta institución recomendamos la siguiente bibliografía: Kathleen Richmond. Women and Spanish Fascism. The Women´s Section of the Falange, 1934-1959. Routledge/Cañada Blanch Studies on contemporary Spain, 6. London: Routledge, 2003. María Teresa Gallego Méndez. Mujer, falange y franquismo. Madrid: Taurus, 1983. Estrella Casero-García. La España que bailó con Franco: Coros y Danzas de la Sección Femenina. Madrid: Editorial Nuevas Estructuras, 2000. Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensivas Nacional-Sindicalistas. Misión y organización de la S.F. (Sección Femenina). Madrid: Delegación Nacional de la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S., 1942. Inbal Ofer. “Historical Models, Contemporary Identities: The Sección Femenina of the Spanish Falange and its Redefinition of the Term ̀Feminity ́”. Journal of Contemporary History. London, Thousand Oaks CA, New Delhi: Sage Publications. vol. 40, no. 4. oct. 2005. págs. 663-674

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson españolas, […] It is wonderful to see familiar things again211. Declaró que España fue su “entorno adoptivo”. Su apego a ella no cambió y poco antes de finalizar el viaje su estado de ánimo se resintió, I am homesick for America and homesick for Spain all together in one emotional melange212. Consideró este viaje como uno de los más “fructíferos”, algo que resulta contradictorio si atendemos al número de fotografías que es mucho menor al de expediciones anteriores. Sin duda alguna, a lo que se refirió con ese término fue a lo importante que resultó para la conclusión de su tratado sobre el traje extremeño. Pero en sus “lamentos” expresa su apego a la gente, el origen, la fuente de recursos que hizo posible la consecución de su obra en general. Pero, ¿cuál fue la huella que dejó Anderson entre las personas que la conocieron? La carta que reproducimos a continuación puede responder en parte a esta pregunta y es la mejor forma de concluir el presente capítulo, porque sus viajes tenían como base la relación directa con ellos, el “asunto a estudiar”. Se trata de una misiva que le envió el secretario del ayuntamiento de Alburquerque Federico Paniagua, al recibir el libro que amablemente le envió desde Nueva York. Su agradecimiento a Anderson y su trabajo, lo expresó a través de unas sentidas palabras. Es un mensaje que puede extrapolarse a muchas otras cartas que recibió del extenso número de personas con las que se relacionó en España y sabían escribir: Mi distinguida señorita: Si grande fue nuestra alegría al recibir su magnífico libro, mayor fue nuestra desesperación, aunque no llegó a la de Espronceda, al darnos cuenta de que no éramos capaces de entender ni una jota, ya que de Inglés no sabemos ni pizca. Yo me consolé algo, “vanita, vanitatum”, al leer…“of information fron[sic] the Secretary..”, y no tuve por menos que exclamar “ea, ya salí yo a relucir”. Es lo que pasa en estos pueblos, que el Secretario esta siempre metido en todos los “caldos”. Salimos en busca de alguien que conociera el idioma de Shakespeare y, como Dios aprieta, pero no ahoga, nos encontramos con una linda chica de corazón generoso que, compadecida de nuestra supina ignorancia, se ofreció a traducirnos el capítulo de Alburquerque; hecho lo cual, nos dio el placer de recrearnos al ver como da Vd. a conocer en ese gran país suyo este nuestro pueblo (bueno, adoptivo mío), que es, como dice un Concejal de este Ayuntamiento, que tiene ribetes de poeta, “Alburquerque es como la luciérnaga, que tiene poca luz, pero luz propia”. Perdóneme la inmodestia, pero el cariño ciega, y como hombre casto, pardo como la tierra en que vivimos, nos llega al alma y no sabemos expresar nuestro agradecimiento cuando nos honran 211

Anderson a Sherman. Lisboa, 30-11-1948. Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 1948-1949. AIB. HSA. 212 Carta de Anderson a Sherman del 3-5-1949. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expedition 19481949. AIB. HSA.

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5. La mirada fotográfica de Ruth M. Anderson como Vd. , que nos hace leer: “La ciudad de Alburquerque atrae rápida y duraderamente”. Si, distinguida y buena señorita, los españoles y, entre ellos, los extremeños, los de esta Extremadura que dio la mayor solera para esa América, los españoles, repito, somos así, nos damos por entero; y cuando nos comprenden, cuando se nos quiere de verdad, ya no somos cuerpos, ni almas, somos sólo corazón para dar nuestro cariño a ciento por uno. Así le doy yo las gracias. Pero cohibo los impulsos de mi pluma, que acostumbra siempre a transcribir mis sentimientos, o porque temo pueda ratificar aquellos de “diestro en la charla y lo mismo con el lápiz”; pues, en verdad, si me apresté a ayudarlas, aunque nunca pensé mereciéramos tanto de Vds., fue casi por ley de compensación; pues ante un Alcalde “no muy hablador” (¿como iba a ser hablador, si es tartamudo?) tenía yo que hablar de más, lo que el hablara en menos. Mi satisfacción es la de haber cumplido mi deber de ayudarlas en su cometido, pues es un deber atender correctamente a un forastero, y más si es extranjero, y aunque lamente no poseer las fotos que en mi juventud hiciera por encargo oficial de los trajes, rincones típicos, ect., ect.,[sic] de esta tierra, casi me alegro no me pidieran mayor colaboración, porque de haberlo hecho, aun no habríamos terminado y solo de Alburquerque hubiera escrito un tomo mayor. ¡Son tantas cosas buenas las que tiene este Rincón de España! Sera verdad que carecemos de mucho moderno, pero esta solera, estas costumbres casi patriarcales, estas piedras milenarias coronadas por nuestro Castillo, estas tierras que nos dan todo lo necesario para nuestros sustentos, estas tradiciones, esta historia y sobre todo el cobijo de nuestra Patrona la Virgen de Carrión. Todo eso es nuestra sencilla pero feliz vida, que así como salimos de nuestro terruño la echamos siempre de menos en tristes nostalgias. En fin, señorita Anderson, que me extiendo más de lo correcto; que Dios se lo pague, y permítame me despida de Vd. a nuestro estilo alburquerqueño “ahi se quea Vd. Hermana ea, po con Dios” Firma El Interventor, Victoria y todos los de esta Santa Casa Municipal les envían sus afectuosos saludos213.

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Carta de Federico Paniagua dirigida a Anderson. Alburquerque, 23 de enero, 1952. Archivo: Correspondance, etc. Carpeta: Correspondance. Sub-carpeta: 1952. AIB. HSA.

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6. MODELO DE EXPEDICIÓN: LA IMAGEN DE ASTURIAS EN LA HSA 

       

 

6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Covadonga, Covadonga, Covadonga in the hills, Every heart of race Hispanic to that ancient music thrills in the grey and lofty mountains where the crystal water fills night with music dawn with laughter Covadonga in the hills! A. M. H.1

6.1. Introducción Algunas de las fotografías más bellas en la extensa obra “andersoniana” se produjeron en su periplo asturiano durante la expedición de 1924-1925. Tras Galicia, esta región fue el otro destino principal a estudiar y en ella sintetizó y repitió muchas de las peculiaridades que caracterizaron estos viajes. Aunque cada provincia condicionó en mayor o menor grado la recopilación fotográfica, volvió a centrarse en los aspectos propios de la región, como su geografía, las industrias primarias, los elementos de la vida cotidiana, las artesanías, el traje, etc., es decir, todo lo que conformaba y a la vez explicaba su folklore, el “saber de los saberes del pueblo”2. Como en las expediciones anteriores, se preparó a conciencia y estudió el material fotográfico que había sobre Asturias en el GRF y las fuentes bibliográficas que la HSA conservaba sobre la región. Una vez en la zona leyó obras que le recomendaron sus informantes y en Oviedo la biblioteca pública se convirtió en uno de los lugares donde acudió con asiduidad para consultar sus fondos3. Entre los libros que leyó mientras 1

Archer M. Huntington. “Covadonga”. Collected Verses. New York: The Hispanic Society of America, 1953. pág. 409-410 2 Honorio Velasco. “El folklore y sus paradojas”. Reis. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 1990. no. 49. pág. 125 3 En su agenda anotó los días que acudía a la biblioteca, también el título de algunas obras literarias como por ejemplo de Azorín Una hora de España (1924). Entrada del 4-3-1925, Oviedo. En, Agenda, 1925. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Continuó recopilando información sobre Asturias una vez acabado el viaje. En otra carpeta de documentación conservó varios artículos publicados en El Sol, Madrid en 1926, el 8 y el 11 de mayo respectivamente, escritos por Luis Bello en la sección, Viaje por Asturias y titulados: “El Concejo de Valdés. Los Vaqueiros de Alzada”. pág. 1. Disponible en Web: http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Sol,%20El%20(Madrid.%201917)/1926/ 192605/19260508/19260508_00000.pdf#page=1 (28-4-2009) y “Evocación de D. Fortunato de Selgás”. pág. 1. Disponible en Web: http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Sol,%20El%20(Madrid.%201917)/1926/ 192605/19260511/19260511_00000.pdf#page=1 (28-4-2009) También seleccionó un cuento de Leopoldo Alas Clarín, “Manin de Pepa José”. La Esfera, Madrid, 0701-1928, no. 731, pág.73. Disponible en Web: http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Esfera,%20La%20(Madrid.%201914)/19

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA estaba en la HSA incluyó los de aquellas figuras, en la mayoría de los casos relacionados con la institución, que le precedieron en su viaje. Uno de estos textos lo escribió su maestro Huntington, que se interesó especialmente por la Cámara Santa en la catedral de Oviedo, que ella fotografió. Huntington, como ella posteriormente, buscó en los hechos históricos y en el relieve montañoso de la región los datos necesarios para explicar la personalidad del español, en este caso del asturiano, que según el hispanófilo encontró el espíritu de determinación y fortaleza en la figura del rey asturiano Pelayo, y en los valles de Covadonga4. La obra de Georgiana Goddard King, centrada en arquitectura medieval, se usó como material de referencia. Incorporó algunas notas de The Way of Saint James (1920) en sus negativos y utilizó parte de la bibliografía que citó5. Se dirigió a muchas de las iglesias estudiadas y fotografiadas por dicha autora, como la de Amandi.

1. Georgiana Goddard King. San Juan de Amandi. Portal (West), 1915. GRF: 5.447 28/192801/19280107/19280107_00731.pdf#search=%22manin%20pepa%20jose%22&page=73 (28-42009) Y citó el apellido Aranzadi junto a la referencia, Folklore I, 316. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 4 Huntington en su libro A Note–Book (1898), muestra el porqué de su interés por el Principado, en cuya historia se produjo la combinación ideal de valerosos monarcas y reliquias milagrosas, “la más amplia de la Península” traídas desde Jerusalem. Habló de la caja que contenía estas reliquias y también de la Cruz de los Ángeles. En su obra poética también incluyó varias piezas inspiradas por la región, como por ejemplo Vientos de Oviedo y Covadonga. Consultar: Collected Verse. New York: The Hispanic Society of America, 1953. págs. 289 y 409. 5 El GRF cuenta con pocas imágenes realizadas por Goddard King en Asturias y, como en el resto de su producción, se trata principalmente de ejemplos arquitectónicos, esta vez de trazado visigodo y elementos típicos del prerrománico y románico asturiano. Recomendó la iglesia de San Salvador. Georgiana Goddard King, The Way of Saint James. vol.1. pág. 83. Al igual que la historiadora, citó autores como José M. Cuadrado, autor de España, sus monumentos y artes – su naturaleza e historia. Asturias y León. Clichés de Laurent, grabados de Meisenbach, Joarizti y Gómez Polo. Dibujos de Parcerisa, Pascó, Atenza y Gómez Soler. Cromos de Xumetra. Barcelona: Establecimiento tipográfico, editorial de Daniel Cortezo y Cía., 1885

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Pero a diferencia de los anteriores, la fotógrafa visitó un mayor número de localidades. Al conocer la obra gráfica y escrita de todos ellos, consiguió asegurar material nuevo y enriqueció el archivo sobre esta región sin duplicar ejemplos6. También en Asturias continuó su “persecución borrowiana” por la Península, e incluso, fuera de ella. Como Borrow, también accedió al Principado a través de Castropol y cuando llegó al pueblo de Muros buscó sin descanso, aunque sin resultado, la posada donde se hospedó el inglés, de la que también le habló uno de sus informantes7. Los informantes siempre fueron imprescindibles durante sus viajes, y en este momento su ayuda será más apreciada, puesto que ahora no contaba con ningún panel de Sorolla sobre la región que le sirviese como modelo. El pintor valenciano no incorporó Asturias a su proyecto final para la HSA8. Cuando revisó las fotografías de Asturias en el GRF9 comprobó la abundancia de vistas generales y de arquitecturas emblemáticas. La colección original de Huntington se componía por varios ejemplares procedentes de la firma Laurent, fotografías de

6

Como ya estudiamos en otro capítulo, así comenzaba el trabajo habitualmente. No olvidemos que se refirió a la obra de Goddard King en más de una ocasión. 7 Se trata de José Espolita Ropos del que hablaremos más adelante. Sabía que el edificio no existía, pero también estaba al tanto de las intenciones de la viajera: […] Supongo habrán estado en Muros; ¿han visto la posada de amplia cocina y vasto comedor con sus pesados sillones de cuero de alto respaldo de más de doscientos años, que Borrow en su viaje describe? Supongo que no, porque en estos noventa años del tiempo ha mudado mucho las cosas. Espolita Ropos a Anderson, 15-3-1925. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 8 Sorolla viajó al Principado en verano de 1902 con la intención de trabajar en Cudillero, lugar que le recomendaron otros artistas por su pintoresquismo. Visitó las ciudades de Avilés y Gijón, en esta última le nombraron Presidente de Honor de la Asociación Musical Obrera. Acudió a la casa natal de Jovellanos donde pudo contemplar la colección de dibujos, y aseveró sobre la conveniencia de fotografiarlos y hacer un álbum con los resultados, la enviada de la HSA realizó en parte este trabajo cuando visitó el lugar. Finalmente y movido por su deseo de pintar el paisaje asturiano, se instaló en el pueblo de San Juan de la Arena, cerca de la desembocadura del río Nalón. Desde allí se dirigió hacia algunos pueblos de la zona, como Muros y San Esteban, lugares a los que también llegó la investigadora trece años después. Consultar: Javier Barón Thaidigsmann. “Sorolla y Asturias”. En, J. Sorolla y la Cornisa Cantábrica. Oviedo: Fundación de Cultura. Ayuntamiento de Oviedo, 1996. págs.47-86. En las primeras fases de su proyecto Sorolla ideó un proyecto donde se unirían las regiones de Galicia y Asturias. Incluso pensó incluir un hórreo asturiano en el panel de Castilla, aunque al final cambió su parecer y, condicionado por la falta de espacio, desestimó la idea. Más información sobre los planes de Sorolla con respeto a la región de Asturias en: Sorolla, Joaquín, and M. Luisa Menéndez Robles. Sorolla y su idea de España: estudios preparatorios para la Hispanic Society of America. Madrid: Ministerio de Cultura, 2009. Marcus Burke. “The Iconography of the Provinces of Spain”. En, VV.AA. Sorolla. Visión de España. Valencia: Fundación Bancaja, 2007. pág. 124 José Luis Díez. “«La Visión de España» de Sorolla. Gestación plástica de un proyecto”. En, Sorolla y la Hispanic Society: una visión de la España de entresiglos. Madrid: Museo Thyssen-Bornemisza, 1998. págs. 147-239. 9 El total de fotografías en la actualidad es de 2.033, 1.036 las realizó Anderson

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Oviedo y su catedral principalmente. También incluía una serie de retratos y vistas de Llanes realizadas por Cándido García10.

2. Laurent. Vista general de Oviedo. 1858-1874. GRF: 22.337

En las imágenes que Kurt Hielscher hizo durante su estancia en Asturias prevalecieron las instantáneas de paisajes sobre cualquier otro tema. El alemán se recreó inmortalizando las escarpadas simas en los Picos de Europa, y completó esta visión con las que hizo del Naranco de Bulnes y la Peña Negra. Peregrinó por los valles con su cámara al hombro y fotografió el de Caín y los que se prolongaban siguiendo el curso del río Sella. Tras la serie alpina inmortalizó la costa, capturó con su objetivo el “juego de las olas” al chocar contra ella y se detuvo a contemplar la línea de playa en Ribadesella.

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Cándido García (1869-1925) fue un conocido fotógrafo de Llanes especializado en retratos. Report January, 1927. Ruth M. Anderson (GSC). Archivo: RMA. Carpeta: 1. photographs Displays Wings. Lists. NB. HSA. Las imágenes se catalogaron en 1922 y fueron un regalo de Joseph Gilder. En los libros de registro se especificaron dos direcciones del fotógrafo en Llanes: Plaza Mayor y Calle Nemesio Sobrino, frente al colegio de la Encarnación.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

3. Hielscher. Oviedo, 1914-1919. GRF: 95.149

4. Hielscher. Picos de Europa, 1914-1919. GRF: 96.401.

Sin duda fueron las obras creadas por la naturaleza las que más le atrajeron y ofreció una visión muy diferente a la de Arthur Byne que documentó prácticamente todos los monumentos importantes del patrimonio artístico asturiano. Fotografió las iglesias de Santa Cristiana de Lena, San Miguel de Lino, San Salvador de Valdediós, San Julián de los Prados, y por supuesto, obras de mayor envergadura como la catedral de Oviedo o el santuario de Covadonga.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

5. Arthur Byne. San Antolín de Bendón (Llanes), 1918. GRF: 2.487

La obra de Anna Christian en Asturias nos ofrece una visión romántica, en línea con su personal mirada. Aunque realizó alguna toma en la ciudad de Oviedo, la mayoría tienen como escenario el área rural. Emplazado en un paisaje natural donde abundaban los ríos y las áreas boscosas, la fotógrafa localizó Soto de las Dueñas11, lugar donde conoció a los moradores de dos antiguas casonas, “Casa Moreno” propiedad de Vicente González y la de una mujer a la que se refiere como Etelvina.

6. Anna Christian. Villar del Huergo, 1915. GRF: 14.548.

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Soto de Dueñas. Lugar de la parroquia de San Pablo de Sorbías (Parres). Esta situado a una altitud de 66m., dista de la capital municipal 7km. Y su censo es de 151 habitantes. Cfr. Enciclopedia Asturiana. vol. 13, pág. 212

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

No fueron solamente las casonas las que llamaron su atención, sino todo cuanto se disponía alrededor de ellas, aquellos elementos que aseguraban la adaptación y supervivencia al soto. Hórreos y graneros, huertas y manzanales, instrumentos de labranza, una presa para hacer sidra, esa es la imagen que quiso transmitir. Etelvina y su familia son inmortalizados entre esos árboles. La decoración tallada en los balcones le pareció idéntica a la que vio en algunas construcciones suizas y, al igual que en otros hogares españoles, volvió a fijarse en la ropa de cama que era de gran calidad y estaba elaborada con gran esmero, lo que le llevó a incluir el siguiente comentario: […] no matter how poor , they always have a great deal of linen, bed linen, aprons, caps, etc 12.

7. Anna Christian. Casa de Vicente Moreno. Habitación. Villar de Huergo, Soto de las Dueñas (Oviedo), 1915. GRF: 14.559

Las imágenes del Archivo Mas, que se encargó de comprar la propia Anderson, documentan la arquitectura religiosa y civil. Pero para completar la imagen de la región eran necesarios ejemplos sobre su folklore y fue ella la que se encargó de conseguirlos, y superaron en número de imágenes la obra de los anteriores.

6.2. Llegada al Principado La investigadora y su padre que, como sabemos, la acompañó durante la expedición de 1924-1925, visitaron el Principado en dos ocasiones. La primera desde el 31 de enero de 1925, cuando cruzó el río Eo y llegó a Castropol, hasta el 10 de mayo, aunque realizó viajes cortos desde allí, uno a Santander (8-9 de febrero), Valladolid (812

GRF: 14.559.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA 13 de abril)13, y al pueblo santanderino de San Vicente de la Barquera (13-16 de abril). La segunda parte de la estancia se produjo poco antes de marcharse de España. Desde el 16 al 19 de julio recorrió una serie de pueblos en su camino hacia Santander, en esta ciudad embarcó rumbo a Londres el 22 de julio de 1925.

8. Anderson. Mapa de un posible itinerario asturiano. 1924-1925.

El mapa que dibujó muestra las localidades por las que pasó y, a primera vista, observamos cómo sus pasos se concentraron en la zona costera, aunque viajó a la capital, Oviedo, y también a varios pueblos del interior. Bordear la Costa Verde y no adentrarse en el interior, facilitó sus desplazamientos, y además fue en esta zona donde encontró el tipo de imágenes que deseaba, es decir, escenas que se alejasen de cualquier síntoma de industrialización, modernidad y progreso. La vida cotidiana en una típica villa pesquera resultó más atractiva para sus proyectos -y sobre todo para los intereses de la HSA-, que la documentación de la importante industria minera astur14. Huyó de los valles mineros situados en el interior, y no encontramos ninguna fotografía sobre este tema entre las más de mil imágenes que realizó, y tampoco en las que compró15. Estas últimas las adquirió en bibliotecas, archivos, edificios religiosos, establecimientos comerciales como bazares o tiendas de ultramarinos y principalmente en librerías, que eran los negocios donde tradicionalmente se vendía este tipo de mercancía. Por último y no menos importante, ya que está relacionado con la historia y el desarrollo de la 13

Valladolid, Semana Santa, 1925. Negativos: 3.367-3.398 Pág. 72. Cuaderno de Negativos: Ruth Matilda Anderson Collection: 2.664 al 4.674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 14 Desde mediados de 1800 la explotación minera asturiana constituyó una de las fuentes de riqueza principales para la región. Jovellanos en 1789 se refirió a ella y a los trabajos de extracción 15 En total se catalogaron 1.035 imágenes. A continuación reproducimos un listado de algunas de las ciudades donde realizó un mayor número de instantáneas: Oviedo, 272; Llanes, 91; Avilés, 68; Gijón, 65; Cudillero, 56; Villaviciosa, 32; Luarca, 23; Labra, 20; Muros de Nalón, 14.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

fotografía en la región, fue la relación que mantuvo con los fotógrafos locales, como por ejemplo, José Espolita Ropos de Avilés y que además de fotógrafo era artista y barbero, José González Merás, religioso y fotógrafo de Covadonga, en Gijón conoció al coleccionista y experto Pedro Sánchez. Estos profesionales le proporcionaron no sólo imágenes suyas o de otros fotógrafos, el caso más destacable fue el de Julián Castellanos en Oviedo al que le compró un gran número de copias procedentes de otro fotógrafo Luis Muñiz-Miranda (1850-1927). Establecimientos como la librería del también fotógrafo Celestino Collada o la de Víctor Galán, las dos en Oviedo, fueron lugares de referencia para la investigadora mientras estuvo en Asturias. Todos ellos también se convirtieron en sus informantes.

9. Celestino Collada. View of calle Uría. Oviedo, 1924-1925. GRF: 50.773

En sus primeras impresiones consideró Asturias como una región “moderna”, término que la alejaba de sus propósitos fotográficos. Esta situación se debió en gran medida a la explotación de los yacimientos de hulla que abastecían buena parte del territorio español y que atrajeron capital extranjero. La poderosa industria minera favoreció el progreso de la región y repercutió en el sistema de carreteras y en los medios de transporte, entre ellos el sistema ferroviario, destinado principalmente al transporte de mercancías16, y que Alfred T. estimó de última generación: Right below

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Era más barato enviar el carbón a Inglaterra que a cualquier ciudad andaluza. En el momento en el que visitó Asturias, las leyes establecidas por Primo de Rivera obligaban a los españoles a consumir carbón español, y fue una de las medidas que favorecieron el crecimiento de esta la industria.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA the old church where we are working runs the railroad and they are very up to date here, their trains are handed by electric engins from USA17. Por otro lado, hay que señalar que este panorama no fue un obstáculo para que fotografiase elementos que aun considerándose “modernos”, le proporcionaron ejemplos relacionados con tradiciones típicas y creencias populares18. El avance de la fotografía en el Principado está unido al desarrollo económico de la región. Éste favoreció la abundancia de fotógrafos y la existencia de múltiples establecimientos comerciales que ofertaban un amplio surtido de materiales fotográficos y cámaras19. A principios del siglo XX se crearon múltiples asociaciones fotográficas, compuestas por los amantes de esta práctica “artística”, en 1888 se organizó en Oviedo, con bastante éxito una de las primeras exposiciones, y en 1893 se inauguró otra en Gijón, además la revista Asturias Gráfica en 1919 convocó un concurso para elegir las mejores fotografías del momento20. A todo este grupo de profesionales y aficionados también se refirió Alfred T. en sus diarios y destacó precisamente que algunos poseían un tipo de maquinaria que en ocasiones, superaba a la de los americanos. El coleccionismo de fotografías en Asturias también fue muy importante, y en este sentido su relación con Pedro Sánchez nos aporta uno de los mejores ejemplos. A él le encargó una serie de imágenes, entre ellas una fotografía de gran interés para la investigadora, de la Virgen de Begoña patrona de Gijón. Sánchez estaba al tanto de los temas que podían interesarle y por esa razón le propuso hablar con el encargado de las

Consultar: Víctor Rodríguez Infiesta. “Asturias en los siglos XX y XXI”. 1.1.3. El sector industrial. Historia de Asturias. Adolfo Fernández; Florencio Friera (coods.). Oviedo: KRK Ediciones, 2005. págs. 701-702 Luis Adaro Ruiz. Jovellanos y la minería en Asturias. Gijón: Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias y Unión Española de Explosivos, S.A., 2003. Sebastián Coll Martín; Carles Sudriá i Triay. El Carbón en España, 1770-1961: una historia económica. Madrid: Turner, D.L., 1987 Gaspar Melchor de Jovellanos; Sebastián Coll Martín. Jovellanos y la minería asturiana: textos inéditos de Don Gaspar Melchor de Jovellanos. Oviedo: Centro de Estudios del Siglo XVIII, 1984. 17 Este comentario lo escribió en su diario durante su viaje a Pola de Lena para visitar la iglesia de Santa Cristina. Alfred T. Anderson Diaries. Oviedo. 3-4 febrero. vol. VIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 18 En una ocasión fotografió un altar que consideró “moderno”, pero se justificó en el hecho de fotografiarlo por su contenido simbólico. Retablo de las Ánimas. This modern retablo was photographed to record the type of altar erected to the memory of las Ánimas. Negativo: 2.591. Iglesia de San Tirso. Oviedo, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 1086 to 2664. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 12 19 Consultar Francisco Crabifosse. Historia de la fotografía en Gijón (1839-1936). Gijón: Ayuntamiento de Gijón, 2000. págs: 20-21, 36 20 Cfr. Enciclopedia Asturiana. vol. 7, pág. 78

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA termas romanas de Campo Valdés en Gijón, para que ella pudiese trabajar en el lugar21. No sólo en las ciudades, también en localidades más reducidas llegó a tener noticias de colecciones fotográficas. En Muros de Pravia, por ejemplo, buscó a Cristina Lago viuda del fotógrafo o fotógrafo aficionado conocido por el nombre de Martín ya que deseaba: Order prints from 500 negatives in Martin Collection, Muros22. Como acabamos de ver la fotografía fue una práctica extendida en la región y formaba parte de la vida cotidiana de la comunidad, por lo tanto no fue difícil retratar a un fotógrafo ambulante, ya que siempre estaban presentes en los eventos festivos, que eran los momentos más propicios para el éxito del negocio. De entre todos eligió a uno, se trataba de una mujer. Esta figura anónima con delantal y mangas sobre la camisa, atuendo característico que delató su condición de fotógrafa, se encontraba en Parres durante las festividad en honor a Santa Marina. El encuentro no le resultó sorprendente, tampoco el que fuese una mujer. Su apariencia le era familiar, prácticamente con el mismo aspecto la retrató su padre siendo niña. Pero el hecho de no referirse a ella o su profesión incide en lo habitual que era verlos y los unió a los demás personajes cuya presencia era indispensable durante la fiesta: A fiesta has as many hangers-on as a circus- venders of every eatable and drinkable besides the professional gentrymendicants, musicians, and photographers23.

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Anderson rechazó la oferta pues no quedó satisfecha por la forma en la que Sánchez embaló su último pedido, lo que provocó el deterioro de algunas imágenes. Cartas de Sánchez, enviadas desde la calle Santa Lucia 20, Gijón. Del 17-4-25 y respuesta de Anderson 27-4-25. Carpeta: Correspondence August 1924Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA 22 Carta con fecha del 7-3-1925. En, Agenda, 1925. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Su padre también se refirió a estos negativos y la poca colaboración que recibieron por parte de la viuda, que posiblemente no entendió bien el porqué unos extranjeros estaban interesados en las fotografías que realizó su marido: […] When we came to Muros the old lady flatly refused to do anything for us, as it was too much trouble to go up stairs and stir around negatives. Alfred T. Anderson Diaries. Muros. 10 de marzo, 1925. vol. X. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 40-41. 23 Celorio, romería de la Virgen del Carmen. Negativo: 4.727. R. M. Anderson Collection 4674 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 3.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

10. Anderson. A photographer at the fiesta. The camera boxes are of elaborately carved wood. Parres, 1925. GRF: 53.705

La imagen también nos lleva a pensar hasta que punto la mujer asturiana participó en el desarrollo de la fotografía. Como ya explicamos en otro apartado de esta tesis doctoral fue un oficio que normalmente se aprendía dentro del núcleo familiar, la retratada seguramente perteneció a una familia de fotógrafos o bien, se casó con uno de ellos. Pero lo que es seguro en esta imagen es su interés por documentar, más que cualquier otro asunto, la talla artesanal de las dos cajas de madera que contenían las cámaras fotográficas y aportar otro ejemplo curioso y original sobre las manualidades asturianas aplicadas a una herramienta de trabajo.

11. Anderson. Castropol, Figueras and Rivadeo are beautifully situated on the Ría de Ribadeo, about half an hour apart. Castropol is almost an island, and indeed it might as well be one, for the greater part of its traffic is carried on by boat with its two nearest neighbours and “La Vega” which lies nine miles up the Ría. The only terrestial vehicle leaves town at two thirty in the morning in order to deliver travelling salesman in Oviedo at ten. Castropol is inhabited chiefly by repatriated Americans from Cuba and South America, to which cause some bitter souls attribute its lack of ambition and progress. It does not even have a market, but buys it fish from Figueras, and other necessities from Ribadeo and La Vega . Castropol, 1925. GRF: 56.736

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

La investigadora reconoció que el Principado era un territorio más desarrollado que el gallego. El río Eo que separaba ambas regiones se transformó en algo más que una frontera natural cuando afirmó que: More than a body of water has been crossed when one arrives on the other side; a racial boundary has also been traversed. In Castropol the Galician is already a foreigner24. Inevitablemente comparó Galicia, que acababa de visitar, con Asturias. Tras haber sufrido durante meses unas temperaturas, que en muchas ocasiones fueron insoportables, el Principado les recibió con un clima más benévolo25. En la ciudad de Oviedo, parece que todo les sonreía: In Oviedo we have steam heat in our rooms for the first time in Spain. I find that I have quite outgrown the custom of depending on it, and sit comfortably in a room at a temperature something more than cool. People is very nice to us26.

12. Alfred T. Anderson. RMA in suit and cape made at Oviedo. Salas (Oviedo), 1925. GRF: 157.938

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Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. Además en Oviedo encargó que le confeccionasen una. Se fotografió con ella en uno de los pocos retratos que se hizo en ese momento e incluso la mencionó en el relato sobre sus viajes. (Negativo: 6.888). The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 8. 26 RMA Letters. Oviedo, 4-2-1925. Archivo: Photographs to be Filed. AIB. HSA. 25

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

13. Anderson. Casa Consistorial and Plaza de la Constitución. Oviedo, 1925. GRF: 52.185

14. Anderson. Casa Consistorial. The calle of Cimadevilla opens here into the Plaza de la Constitución. Oviedo, 1925. GRF: 52.189

Su padre además pudo adquirir periódicos extranjeros (Chicago Tribune). Son detalles que nos pueden resultar mínimos, pero que vuelven a mostrar el grado de desarrollo económico que sorprendió gratamente a los americanos. Pero las imágenes que realizó en Asturias al contrario que sus testimonios escritos, no documentaron precisamente esos síntomas de modernidad sino por el contrario, seguían la lógica en la producción “andersoniana”, se dedicó a fotografiar los trajes, oficios, fiestas y objetos tradicionales.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

15. Anderson. Cuña de brima. The boy is holding the calamillera. Valdebárzana, 1925. GRF: 52.800

Entre los trabajos manuales, por ejemplo, destacó el oficio de la carpintería debido en gran medida a la abundancia de madera en la región. De ella dependían a su vez otros oficios, como la ebanistería o la elaboración de las famosas madreñas, muy diferentes a las gallegas.

16. Anderson. Pelando pino con la pelona. Van puntales de pino a las minas para sostener los techos. Pravia, 1925. GRF: 57.384

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA A continuación transcribimos una de las primeras ocasiones en las que expresó las intenciones de su viaje. En un español “de principiante” se dirigió a uno de los folkloristas más importantes de Asturias, Aurelio de Llano27: Excmo. Señor: Mi padre, Mr. Alfred T. Anderson y yo, Miss Ruth Matilda Anderson, somos vecinos de Kearney, Nebraska, los Estados Unidos de America. Hemos venido a España para que yo pueda comprar y hacer, para estudiar y publicar en los Estados Unidos de America, fotografías de los elementos distintos de la vida y del arte española – la arquitectura, los monumentos, los objetos de arte, los trajes, las costumbres, las ferias, las fiestas, etcetera- los elementos únicos y variados que España ha contribuido a la civilización y a la cultura del mundo28.

Estos propósitos se pueden extrapolar al resto de sus expediciones, pero en este momento lo dejó escrito para cumplir con las leyes de patrimonio. Se trata de un asunto sin precedentes: no había estado sometida a la exigencia de permisos oficiales en Galicia, y tampoco encontramos noticias parecidas en sus viajes posteriores. Pero era fundamental recopilar imágenes y documentos sobre el patrimonio monumental y artístico asturiano. Empleó gran parte de su energía en inmortalizar con profusión joyas arquitectónicas de época medieval -tanto religiosas como civiles y domésticas-, como las grandes obras del prerrománico asturiano de entre los siglos VII y X. Estos elementos eran los rastros visibles de una época pasada, nacieron en un periodo cronológico fundamental para historia en España, cuando Asturias era la cuna de la nación, el foco norteño de la resistencia cristiana contra la dominación musulmana. A 27

Le obligaron a conseguir los permisos oficiales necesarios para poder fotografiar monumentos artísticos. Aurelio de Llano actuó de intermediario para obtenerlos, además sirvió como consejero y guía en varias excursiones que hicieron por la provincia. Fue uno de los informantes más cualificados en ese momento. Aurelio de Llano y Roza de Ampudia (1868-1936). Alternó sus quehaceres profesionales (fue ayudante facultativo de minas y fábricas metalúrgicas) con el estudio de la historia y del folklore asturiano, actividades por las que fue nombrado miembro de la Academia de la Historia, la Lengua y las Bellas Artes. Su labor polifacética le llevó a escribir en varios periódicos como El Carbayón y en El Correo de Asturias. En 1916 inició una serie de trabajos con la intención de reconstruir el alzado de la primitiva planta de la iglesia de San Miguel de Lillo. En 1922 publicó una obra básica sobre el folklore asturiano titulada Del folklore asturiano. Mitos, supersticiones, costumbres, una obra clásica sobre el folklore asturiano que además estaba prologada por Ramón Menéndez Pidal. Anderson se sirvió de este libro durante todo el periplo asturiano, y su llegada coincidió con el año de publicación de otra de las obras clave en la producción de Aurelio de Llano titulada Esfoyaza de cantares asturianos, recogidos directamente de boca del pueblo. Una recopilación de 1.272 canciones y rimas agrupadas por temas, este trabajo sin duda alguna pudo servirle como modelo para su trabajo de campo etnográfico. En 1925 el Centro de Estudios Históricos (CEH), publicó Cuentos asturianos recogidos de la tradición oral. La Diputación Provincial en 1927 le ayudó a publicar Bellezas asturianas de oriente a occidente. Libro en el que incluyó las fotografías de su amigo Celestino Collada, que posteriormente conocerá a la investigadora. Ver, Enciclopedia Asturiana. vol. 9, pág. 177 28 Carta que iba dirigida a la Dirección General de Bellas Artes de Madrid. En, Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra M- Madrid... Dirección General de Bellas Artes

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

los hechos reales se unió el carácter mítico y legendario de esos siglos, condicionantes que hundían sus raíces en el imaginario popular, y que generaban historias de corte sobrenatural y fantástico. Estas perduraron durante siglos y se tradujeron en forma de celebraciones y fiestas populares, entre ellas la milagrosa intervención de la Virgen María durante la batalla de Covadonga. Este hecho provocó, según cuenta la leyenda, la derrota de las tropas musulmanas y el triunfo del rey asturiano don Pelayo (m. 737). Todo lo anterior explica en parte por qué fue imprescindible fotografiar la arquitectura, se trataba de un símbolo de la fe cristiana, sus informantes le recomendaron las iglesias que debía visitar y ansió encontrar en ellas parte de la historia, viva y en uso del Principado. Algunas de las cartas que le dirigieron sus amigos asturianos animaron el espíritu de la investigadora en este sentido: Supongo que habrán visto Santa Cristina de Lena, hermoso ejemplar románico del siglo IX y San Pedro de Villanueva en Cangas de Onís y San Antolín de Bedón, cerca de Celorio en Llanes. Los monumentos asturianos son pobres en general porque fueron eregidos[sic] en una época en que las naturalezas rodeadas de altas montañas. Vivían aislados, sin comunicación exterior y el arte es pobre, sencillo, tosco, como las costumbres rudas de aquella época. Pero emergiendo de rumorosas carbayedas, llenas de encanto y poesía parece encerrar todavía entre sus muros el genio melancólico de la Edad Media29.

6.3. Una clase de asturianos. Búsqueda de informantes En el transcurso de todas las expediciones se repitieron los modelos de informantes y la forma en la que se dirigió a cada uno de ellos. Pertenecían a diversas clases sociales, y de todos ellos recibió datos de primera mano. Mientras vivió entre ellos escuchó como hablaban, los gestos que hacían, lo que sabían y lo que desconocían, ella misma tuvo que esforzarse por estudiar el idioma, y aprender los dialectos y los dichos característicos de la lengua en cada región. Los informantes influyeron en el tipo de registro y la forma de llevarlo a cabo, porque fueron ellos los que le advirtieron en muchas ocasiones sobre la conveniencia de dirigirse a un lugar determinado. Sus consejos le hicieron darse cuenta de elementos arquitectónicos que quizás pasaban desapercibidos en los libros que consultaba antes del viaje, estos elementos podían convertirse en objetivos a fotografiar, e incluso eran motivo suficiente para modificar el itinerario. La gente que conoció le trasmitió sus opiniones y le hizo partícipe de las creencias locales y las formas de comportamiento que perfilaban la homogeneidad o 29

Espolita Ropos a Anderson, 15-3-1925. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA diversidad de unas poblaciones con respecto a otras. Muchos de estos temas no aparecían en los libros, estaban pobremente representados o no tenían nada que ver con la realidad. Se trataba de asuntos adscritos al terreno de la intuición, del entendimiento, eran costumbres que no necesitaban de una explicación porque siempre habían estado presentes. Para percatarse de ellas, y como decía Huntington, conocer España como es, tenía que experimentarlas en primera persona. Los informantes le ayudaron a “ver”, y ella a través de su cámara, lo convirtió a su vez en iconos de la personal imagen que construyó sobre la región. Sus consideraciones iniciales sobre los asturianos le llevaron a compararlos, como era lógico, con los gallegos ya que estos fueron los primeros españoles a los que trató personalmente y de forma continuada. Se dio cuenta de que poseían aspectos similares comenzando por el tema que más le interesó, la indumentaria regional que variaba en pequeños detalles30. Siguió opinando sobre ambas regiones al comparar el aspecto físico y el aprecio por la lengua local. Posiblemente le resultó llamativo como, a diferencia del gallego que oyó hablar en infinidad de ocasiones y que incluso llegó a dominar, los asturianos no hablaban el bable: The Asturian might be said to be on the whole a dryer type than the Galician. His head is squarer, his eyes smaller, his manner less tardy and bemused. Although there exists in isolated districts a dialect known as “bable”, of which the “saliente” characteristic is the u-ending of nouns, the Asturian neither cherished nor acknowledges a regional idiom. He speaks “español”, not “castellano”. Pride is the central fact of the Asturian´s character. Pelayo and Covadonga, a man and a mountain range, turned back the Moors and made Asturias the cradle of the nation, the primitive 31

seat of unconquered king .

No sabemos si consideró de la misma forma a todos los asturianos que conoció, pero lo cierto es que como en Galicia, también en Asturias sus primeros informantes pertenecían a determinadas clases sociales: eclesiásticos, aristócratas, burgueses o intelectuales32. Precisamente en éste último grupo se enmarcó la figura de Aurelio de Llano y Roza de Ampudia al que no referimos anteriormente.

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Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Expeditions. AIB. HSA. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 32 En su agenda para este año se refirió a algunos de los nombres de estos personajes, por ejemplo en el mes de marzo anotó, write Conde de Villar de Fuentes. Ese mes también conoció al canónigo de la catedral de Oviedo, Arturo Sandoval y al Arcipreste, José Cuesta. En, Agenda 1925. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 31

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17. Kurt Schindler. Aurelio de Llano and Gonzalo Menéndez Pidal. Llanes, 23 de agosto, 1932. GRF: 167.494

La frase Tea con de Llano33 que leemos en la agenda de la investigadora, nos informa de las numerosas entrevistas que mantuvieron34. Coincidió con él en muchos aspectos. Ninguno de los dos era etnógrafo de profesión, y su primera formación no partió de ese campo científico. Los cientos de kilómetros que éste caminó para llevar a cabo su intenso trabajo de campo en la región, son comparables a los que ella transitó por toda España y en líneas generales ambos se guiaron por idénticos propósitos. La lectura de sus libros inspiró a la americana, y ella también contó con el reconocimiento del folklorista que incluso pensó escribir un artículo sobre su viaje35.

Del Arcipreste conservó una tarjeta de presentación fechada el 27-2-1925. Desconocemos a quién iba dirigida, pero nos parece importante reproducir su texto como un ejemplo de cómo eran estas cartas: José Cuesta Fernández. Dignidad de Arcipreste, Oviedo. Yo tengo mucho gusto en enviar a V. mi saludo y un recuerdo de la Cámara Santa que le había prometido cuando su viaje por estas tierras de Asturias. Estoy muy agradecido a los Srs. Alfred Theodore Anderson y su distinguida hija Sta. Ruth Matilde que se ofrecen para hacer llegar a manos de V. mis fotografías. Su amigo. En, Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 33 Esta nota registra una de las entrevistas con de Llano en el hotel donde se hospedaban, el 4-2-1925. Agenda, 1925. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA 34 Los diarios de Alfred T. también contienen numerosas referencias sobre de Llano. Las conversaciones que mantuvo con su hija solían prolongarse durante horas, durante las que ella no paraba de tomar notas. Aseguró que era un “hombre importante”, y que poseía grandes conocimientos sobre una región que, como “caminante incansable”, había recorrido enteramente a pie. Y pudo comprobar esa fortaleza porque la excursión que hicieron a Pola de Lena dejó al anciano totalmente exhausto, hasta llegó a compararle con un personaje de su pueblo, Swager Olson, que al parecer tenía la misma fama. En Alfred T. Anderson Diaries. Oviedo. vols. VIII, XI, XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 35 […] Our friend Señor de Llano has taken Ruth as a type of the American girl and is writing an article. Alfred T. Anderson Diaries. Oviedo. 7 de febrero, 1925. vol. IX. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 17.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

18. Reportaje Foto-Cinematográfico Zubillaga. Colonia Asturiana. Hórreo asturiano. Exposición Iberoamericana, Sevilla 1929-1930. GRF: 62.59236

Cinco días después de su llegada al Principado, ambos viajaron hasta Pola de Lena. Allí fotografió una iglesia emblemática del prerrománico asturiano, Santa Cristina. De Llano, como delegado de Bellas Artes en la provincia, le avisó sobre la necesidad de conseguir una serie de permisos para fotografiar los monumentos declarados Bienes Culturales. La viajera cumplió sin poner ninguna objeción todos estos requerimientos y, ayudada por de Llano, pudo no sólo fotografiar monumentos arquitectónicos, sino también documentos históricos, como los que se conservaban en el archivo catedralicio de Oviedo. Entre ellos un manuscrito miniado conocido como el “Libro Gótico” o “de los Testamentos” (Liber Testamentorum, aprox. 1109)37. Aunque no fue la primera vez que fotografió manuscritos antiguos, recordemos por ejemplo, los documentos medievales conservados en la catedral de Lugo. Pero a diferencia de los anteriores con estos pudo realizar un considerable número de instantáneas. Y volvemos a insistir que esta ventaja no se debió al consentimiento de las altas instancias eclesiásticas, sino a los permisos formales que Aurelio de Llano, el delegado de Bellas Artes en la región le consiguió38. La investigadora, a diferencia de Huntington que 36

Años más tarde, cuando visitó la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929-1930) compró una serie de fotografías del pabellón asturiano. Curiosamente en la mayoría de ellas aparecía retratado Aurelio de Llano. 37 Su comitente fue el obispo Pelayo (c. 1060/1070-1143), que ocupó la sede ovetense entre 1098 y 1130 y, posteriormente, 1142-1143. Cfr.Carlos Miranda García-Tejedor. El Liber Testamentarum (Oviedo, catedral metropolitana). Revista Románico. Cerdanyola del Vallés, Barcelona: Amigos del Románico, 2007. no. 4, págs. 34-41. Imágenes en color del cartulario disponibles en Web: http://www.moleiro.com/nuevaweb/prensa/2007_06_01_RutaRomanico.pdf (30-2-2009) 38 En el GRF se catalogaron hasta veinticuatro imágenes, aunque posiblemente hizo muchas más.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

principalmente las contempló como documentos históricos resaltó el valor de las láminas ricamente iluminadas, ya que en las miniaturas halló ejemplos históricos sobre la indumentaria. La gran oportunidad de estudiar las fuentes directamente, hizo más llevadero el frío que sintió en el interior de la catedral, el que parecía no importar al amable canónigo que le mostró los tesoros catedralicios: There also a kindly old canon was willing to take out the twelfth-century Liber Testamentorum of Ferdinand II for me to photograph the costumes delineated in its beautiful miniatures. Men and women alike wore long skirts with ravishingly uneven hems. The cloaks of kings were brightly patterned with stripes or with what seems to be miniver. While I was photographing, I could hear the Canon grumbling about the Cluny invasion of Spain. It takes a really resolute people to maintain a working grudge for nine hundred years. He grumbled also about the heat, while I, by moving actively, was barely keeping warm inside two pair of woollen stockings, a woollen sweeter, suit, and cape39.

De Llano le entregó una lista detallada de algunos lugares que debía visitar, siguió estos consejos y, en el caso de no poder dirigirse a ellos, compró fotografías40. La fotógrafa compró muchos de los libros escritos por él, y los leyó con interés durante el viaje para sacar notas. Con ellos completó el caudal de información que éste le proporcionó de viva voz41.

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The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 8 40 En la biblioteca de la HSA se conservan los siguientes documentos escritos por Aurelio de Llano y fechados el 2-2-1925 y que llevan el sello de la Delegación Regia de Bellas Artes de la provincia de Oviedo. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra L-LL Ruego a los señores encargados de los Monumentos Nacionales de Asturias le faciliten toda clase de datos acerca de los mismos, a Mr. Alfred Theodor Anderson y a su hija Miss Ruth Matilda Anderson, que recorren nuestra provincia haciéndole estudios arqueológicos. El Delegado Regional Aurelio de Llano Monumentos Nacionales: Siglo IX San Miguel de Lillo y Santa María de Naranco a una hora de Oviedo; Siglo IX Santa Cristina de Lena, por ferrocarril hasta Pola de Lena a dos horas de Oviedo; Cueva de Candamo, interesantes pinturas rupestres por el ferrocarril valle hasta Candame, a hora y media de Oviedo; Convento de Valdedios, por el auto de Villaviciosa hasta Valdedios, sale de Oviedo a las 2,45. Este que es monumento nacional es obra del siglo IX; De Valdedios van a Villaviciosa a ver la iglesia de Priesca; Covadonga, antes de llegar a Covadonga esta el monasterio de Villanueva. En Oviedo: Cámara Santa siglo IX; ábside de la iglesia de San Ginzo siglo IX; en Llanes, hay algunos palacios antiguos, allí los dirigirán a San Antolin de Bedón monumento interesante. 41 Depositó los libros en la biblioteca de la HSA, Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922 y El libro de Caravia. Oviedo: Imprenta Gutenberg, 1919. El primero incluye un listado escrito a mano por el autor donde recomienda la visita a determinados lugares. También en su su agenda indica la compra de estos libros. Sobre M. Anderson Agenda, 1925. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA En sus entrevistas conversaban sobre historia, arte, arquitectura, también acerca de la lengua asturiana. Pero fueron los asuntos sobre el folklore, con especial interés por las fiestas tradicionales, la música, los cantos y las danzas, además del traje típico que constituía otro de los elementos indispensables en su recopilación documental. Anotó esta información en su cuaderno y cuando fue necesario añadió “de Llano”, para especificar su fuente. La excursión a Pola de Lena le proporcionó la oportunidad de caminar junto a un hombre que poseyó una de las miradas más avezadas y entendidas sobre Asturias en aquel momento. Mientras ella fotografiaba, el folklorista hablaba con una mujer, The little old woman who keeps the key to the ermita. While I was photographing, she told the gentlemen who accompanied us tales of witches who live down near the river, deep in the hill under the ermita. La vieja le contaba historias de leyendas sobre hadas, las Xanas asturianas, ondinas mitológicas con poderes benéficos y maléficos, y ella, en un segundo plano, también escuchaba con interés42. La relación entre ambos resultó enormemente beneficiosa, pues fue él quien le llamó la atención sobre algunas celebraciones características de la región que debía fotografiar como la celebración del Ramo. La importancia de este evento llevó a la investigadora a utilizar la placa autocroma. Una técnica que había empleado casi exclusivamente para documentar el traje, y que volvió a utilizar en ese momento con idénticos fines, pero en distinto contexto. A diferencia de los autocromos gallegos, en los que el modelo posó mostrando la vistosidad del traje, en Asturias la indumentaria se enmarcaba dentro una fiesta tan típicamente asturiana como es la del “Ramu”, temas sobre los que hablaremos más adelante. Como ejemplos del folklore musical asturiano adquirió fotografías de Ramón Rozas en Llanes. Se trata de una serie de instantáneas sobre bailes típicos asturianos como el Pericote o el Corri-Corri y lo interesante por lo que tienen de didáctico es que se acompañan de un texto explicativo de las danzas y también de los nombres y apellidos de quienes le proporcionaron esta información43.

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Negativo: 2.453. Ermita de Santa Cristina, Pola de Lena, Oviedo. 4, febrero, 1925. R. M. Anderson Collection 1086 to 2664. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág.1 En varios de sus libros Aurelio de Llano habló sobre las Xanas, también en el que compró Anderson. Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922. pág. 31 43 Todos los años hay concurso de bailes-el domingo siguiente de San Roque-16 de agosto-vienen de toda Asturias para el concurso. Se celebra en Llanes a la salida del pueblo. Villaviciosa tienen una jota muy rara. Cabrales Corri-Corri sea todas mujeres o 7 mujeres y un hombre. Pericote-2 mujeres y un hombre. Danza Prima todo que quieren [sic] en una línea. San Roque. Danza Peregrina-bailan niños y niñas después de misa en la plaza del mercado. A este texto le precede una pequeña lista de lugares y los nombres de algunos de sus informantes en Asturias. Incluimos el listado a continuación; Llanes. Vitoriano Marozo; Josefa Cué y Cue, Celorio; Antonio Sobrino Parrés. July 18th 1925; Clara Raca

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Sobre el tema del bable, sobre el que también se interesó en gran medida, fue de Llano un maestro de prestigio. Como experto conocedor de la lengua asturiana, recopiló miles de palabras en el transcurso de su trabajo de campo y transcribió muchas de las palabras que aparecían en los trabajos del folklorista, reservando espacio en su fichero de notas, para un pequeño listado de términos que le podrían ser útiles durante el viaje44. El conocimiento de la obra de Llano repercutió en cierto sentido en la metodología de trabajo de la investigadora mientras estuvo en Asturias y particularmente a la hora de transcribir el folklore oral. En las descripciones de las fotografías incluyó el vocabulario autóctono como por ejemplo, cuando señaló que el árbol conocido por tejo, en asturiano se denominaba “texu”45. Aunque contamos con escasos ejemplos, al revisar detenidamente las libretas de notas escritas en este momento leemos algunos de los cantos que transcribió e identificó y por primera vez nos proporcionó no sólo el nombre de los intérpretes, también la edad, fundamentales a la hora de llevar a cabo el trabajo de campo en Etnografía, y que no fue habitual a lo largo de su toda su obra en general. Uno de estos registros lo realizó a su llegada al pueblo de Muros de Nalón, en el mes de marzo. En su libreta de notas, escribió el título de una canción que entonó Pura Ortega de once años y Fermina Chillón de doce46.

Otero. Celorio Llanes (Asturias) chica con handsome traje. En, Celanova to Santander . Sobre L. Caja: Field Notebooks 1925. Members Files. Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 44 Aurelio de Llano. Dialectos jergales asturianos. Vocabularios de la xíriga y el bron. Oviedo: Tipografía El Correo de Asturias, 1921. 45 Negativo: 3.383. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 73. 46 “Canto”, es el título de la canción de la que transcribimos un extracto: […] En Zaragoza ha sucedido / La torre nueva que se ha caído / Si se ha caído que la levanten / Dinero tienen los estudiantes / Los estudiantes no tienen nada / Todo lo gasten en ensalada / Si la ensalada no fuera dulce / La comieran los andaluces. Caja: Notebooks: Galicia, Oviedo also list of Photos 1924. Fichero: Oviedo. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. También lo introdujo en su cuaderno de notas, negativo: 2.799. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 32.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

19. Anderson. Group of little girls cantan en corro, con una en centro al anochecer. Muros de Nalón, 1925. GRF: 57.355

El fondo epistolar refleja claramente como en este momento, y a diferencia de Galicia, no dependió únicamente del clero para poder llevar adelante su trabajo. Ahora no encontramos prácticamente cartas dirigidas a gente de la iglesia, se conservan incluso un fondo epistolar más amplio relacionado con otro grupo de personajes sobre los que vamos a tratar más adelante, y que fueron los fotógrafos, aficionados, comerciantes que le proporcionan material fotográfico y libreros. La viajera también se relacionó con algunos miembros de la burguesía comercial e industrial asturiana, que residían no sólo en las ciudades tan importantes como Oviedo, Gijón o Avilés, sino también en pequeñas localidades. Ellos eran propietarios, en la mayoría, de los casos de palacios y casonas nobles que pertenecieron a familias nobles. Con las instantáneas mostró ejemplos de espacios domésticos burgueses y en algunos casos, los presentó como testigos físicos de una grandeza pasada, la que todavía se podía apreciar en los detalles arquitectónicos exteriores y los muebles del interior. Pero también supo captar el abandono y la decadencia en que se encontraba. La falta de restauraciones ocasionó el ruinoso estado en el que encontró muchos de ellos47. Los caminos asturianos estaban salpicados por este tipo de construcciones señoriales que aparecían diseminadas por el 47

De esta forma describió Alfred T. el exterior del palacio de la Marquesa de Velarde en Navia, cuando lo vio por primera vez. […] Arrived at the palace we found the same conditions that we so often find a building and outbuildings showing signs of grandeur that had been but now falling into decay for lack of repairs. Alfred T. Anderson Diaries. Navia, mayo, 1925. vol. XIV. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Se preocupó por visitar esta localidad porque en ella nació el poeta Ramón de Campoamor (1817-1901). Según Alfred T., la estatua erigida en su honor, junto a otra serie de elementos como edificios antiguos y los escudos que los adornaban, eran los temas que interesaba documentar.

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paisaje. Como señalamos, a veces los propietarios o inquilinos, los que mejor conocían la historia y transformaciones del edificio, fueron los encargados en mostrárselos48. La reproducción de interiores domésticos fue una constante en su obra. En las casas de la gente con una determinada posición social y económica pudo documentar piezas antiguas, como sucedió en Llanes, donde fotografió una de las cocinas más bellas de cuantas había visto hasta el momento. Se encontraba en otra casa señorial de la villa, el Palacio Gaztañaga, al que ella se refirió con el nombre de Casa de la Ribera. En Cangas de Onís el dueño o inquilino del Palacio Vázquez de Mella les enseñó el edificio, aunque no especificó su nombre. Lo mismo sucedió en Muros de Nalón cuando visitó el Palacio de Valdecárzana, y a la información que recibió en ese momento añadió la que recopiló de un libro escrito por un personaje famoso de la localidad, Filiberto Díaz de Riego49.

20. Anderson. Palacio de Valdecárzana, begun in 1768. GRF: 57.351

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Como ejemplos tenemos el Palacio de Santa Cruz del Marcenado en Oviedo, que según le mostró “el amo” de la casa. También en Oviedo fotografiaron la Casa de Galarza, que pertenecía a la Marquesa de San Juan de Nieva; en Cudillero documentó la de Fortunato Selgás; en Muros de Nalón, el palacio de Valdecárzana; la casa del Conde de Nava; en Cangas de Onís el Palacio Pinto del señor Vázquez de Mella; la residencia del señor Suárez-Infiesta; el Palacio de Francisco Pendás Cortés en Labra, donde fotografió ampliamente el mobiliario, en concreto mesas, armarios de entre los siglos XV y XVIII y que posteriormente se catalogaron en la sección de la fototeca dedicada al mueble (Furniture). 49 Díaz del Riego, Filiberto. Médico y escritor, hermano de los personajes del mismo apellido, nacido en Muros de Nalón el 20 de agosto de 1868. Estudió medicina en la universidad de Valladolid ejerciendo tal profesión en su villa natal hasta su fallecimiento ocurrido el 23 de mayo de 1934. Estuvo en posesión de la Cruz del Mérito Militar y del Mérito Naval. Entre los ensayos científicos relacionados con su profesión destaca el titulado Geografía médica del concejo de Muros de Nalón. Cfr. Enciclopedia Asturiana. vol. 6. pág. 17 Negativos: 2.791-2.798. Muros de Nalón, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 31-32.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Su amigo Luis Suárez-Infiesta de Gijón le permitió fotografiar el interior de su casa-palacio50. Perteneció a los Ramírez Jove fundada en el siglo XVI y situada en el barrio de Cimadevilla, atesoraba en su interior elementos decorativos de gran eclecticismo, antigüedades, piezas artesanales y algunos muebles, verdaderas obras de arte en madera, que la investigadora consideró de gran interés y describió de la siguiente manera: Casa de Suárez-Infiesta, Gijón Diningroom. The drapery was brought by a soldier from Morocco. The mantel is part of a gilded and polychromed church retablo brought from the province of Toledo. The use of the coat-of-arms is interesting, it is set into the campana of the chimney, and is also found back of the andirons against the chimney wall, or rather, the wrought-iron escudo forms the back of the fireplace. The table is inlaid with a simple incrustación, in the characteristic 51

Asturian manner .

Estas fotografías son un documento de algo que ya no existe. Tras las reformas acometidas durante la década de los años noventa, lo único que se conservó de la casa original fue la fachada. En su día fueron consideradas como material de estudio en la HSA, especialmente porque proporcionó ejemplos de mobiliario y también sirvieron para demostrar la calidad de los trabajos en madera y la habilidad del asturiano para llevarlos a cabo. Los interiores burgueses están especialmente provistos de este tipo de mobiliario, como por ejemplo el arcón del siglo XVI que fotografió en la casa de la prima de otra de sus informantes. Matilde del Valle Goenry perteneció como el anterior a la clase burguesa asturiana y con ella entabló la relación más cercana en este momento52. La conoció en el estudio de Fresno en Villaviciosa y las cartas que intercambiaron se inscriben en un tono de 50

Luis Suárez-Infiesta era médico y estaba casado con Angelita Suárez Pola, hija de Antonio Suárez Pola y por tanto sobrina de Mariano Suárez Pola, promotor de las fábricas de vidrio y de loza de Gijón. El apellido Suárez Infiesta entronca con los Suárez Hevia, también vinculados al mundo de la industria gijonesa. Suárez Infiesta y su familia aparecen en una fotografía de 1910 en el santuario de Covadonga. La imagen está firmada por José G. Merás, nombre que nos resulta familiar porque la investigadora le hizo una serie de encargos. Imagen disponible en Web: http://www.fotosconhistoria.canalhistoria.com/?cmd=photo_view&photo_id=4166. (30-5-2009) La casa-palacio Ramírez Jove fue adquirida por la familia Suárez-Infiesta en los años veinte. Actualmente es la sede del Colegio de Aparejadores de Gijón. Agradezco estos datos a Lucía Peláez Tremols, directora de la Casa Natal de Jovellanos en Gijón y a Ignacio Pando García-Pumario de la biblioteca de Luanco. 51 Negativos: 3.083-3.086. Gijón, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 52 52 Posiblemente era hija de Alberto o Eladio del Valle. Alberto del Valle era químico y farmacéutico. En 1888 compró en París la maquinaria necesaria para champanizar sidra. Los hermanos del Valle, junto a Bernardo de la Ballina Peláez y Ángel Fernández Fernández, fundaron en 1890 la Sociedad Regular Colectiva Valle, Ballina y Fernández, dedicada a elaborar sidra espumosa y todo tipo de bebidas gaseosas. Disponible en Web: http://www.gaitero.com/main.php?lang=es (4-6-2009)

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

cordialidad y muestran la relación de amistad que llevó a la investigadora confiarle un encargo muy especial del que hablaremos más adelante. Alfred T., por su parte, nos ofreció en sus diarios información más concreta sobre ella, y este hecho resulta lógico en parte, porque Matilde se podía comunicar con él. Vivió durante ocho años en Suiza y también en México y por ese motivo sabía hablar en inglés. Matilde del Valle les acompañó durante su estancia en el pueblo y fue la encargada de introducirla en los círculos acomodados del lugar, incluida su propia familia. Entre ellos su tío, que según Alfred T., era el propietario de la fábrica de sidra El Gaitero. Precisamente fue él quien les mostró la fábrica, a la que llegaron a bordo de un elegante coche.

21. Anderson. The portero at the Gaitero cider factory, wears the costume of an asturian gaitero, front view. Villaviciosa, 1925. GRF: 53.227

Matilde también les puso en contacto con el doctor Carlos de la Concha, que poseía un cofre de cuero, propiedad de su familia desde hacía doscientos años53.

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Entre otros personajes del pueblo, Matilde del Valle también le presentó al doctor de la Concha, posiblemente Carlos de la Concha y García Ciaño (1887-1965). Médico, escritor y político, y una de las personalidades más conocidas de la localidad. Biografía disponible en Web: http://www.vivirasturias.com/asturias/villaviciosa/concha-y-garcia-cia%C3%B1o,-carlos-de-la/es (13-62008) Matilde del Valle quiso presentárselo porque éste poseía un cofre de cuero propiedad de su familia, “desde hacía doscientos años”. La fotografía de este mueble apareció en un libro de la HSA sobre el mueble, que escribió la conservadora Burr Hardendorff. También utilizó algunas de la residencia de Luis Suárez-Infiesta en Gijón (fig.51. pág.73) y las realizadas en la Casa Condarco en San Andrés de Valdebárzana, donde Anderson documentó un arcón del siglo XVII (fig.44. pág. 64). Ver: Grace Burr Hardendorff. Hispanic Furniture. With examples in the collection of The Hispanic Society of America. Hispanic Notes & Monographs. New York: The Hispanic Society of America, 1941. También Alfred T. dejó constancia en sus diario de este episodio:

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA A Matilde del Valle también le confió la búsqueda de una española, joven y que supiese del oficio fotográfico, para convertirla en su futura asistenta de viaje, ya que su padre volvería a casa una vez finalizada la expedición. No podía viajar sin compañía, pues no era habitual ver a dos mujeres viajando solas por la Península54.

22. Anderson. Puente de Narcea of wood. Detail. Cangas de Tineo. Mayo, 1925. GRF: 57.507

En Cangas de Tineo, hoy en día Cangas de Narcea55, conoció a José Luis Ferreiro. El encuentro se produjo de una forma muy original, ya que se presentó el mismo a la pareja de americanos. Los encontró en la feria del pueblo, ciertamente la pareja de americanos atrajeron su atención por muchos motivos. Eran caras nuevas y además llegaban portando todo tipo de artilugios fotográficos, cuyo aspecto aparatoso no contribuyó a que pasasen inadvertidos, no dudó acercarse a ellos. Como era habitual, siendo además un miembro respetado de su comunidad, se convirtió en una cualificada fuente de datos y esto se puede comprobar a través de la correspondencia. En ella le

[…] At nine o´clock just before supper , this English speaking girl came to the hotel and took us to see the o house of her cousin, here we were shown p.23 wonderful old chest furniture and other interesting object, and Ruth expected to spend a good part of tomorrow afternoon there. The old leather covered chest form 16th century. En, Alfred T. Anderson Diaries. Villaviciosa. 20-24 abril, 1925. vol. XIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 20-31. Ver, Alfred T. Anderson Diaries. Villaviciosa. 21 de abril, 1925. vol. XIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 20. 54 Desconocemos que sucedió finalmente con la posible candidata que le sugirió Matilde del Valle, pero este hecho indica como a Frances Spalding no se le asignó desde el principio la obligación de asistir a la investigadora. 55 Cuando visitó la zona el pueblo se conocía por Cangas de Tineo. Para evitar confusiones, en 1927 cambió la denominación por la de Cangas de Narcea. Disponible en Web: http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/fondoDetail.htm?id=816398 (16-4-2007). También consultar: Enciclopedia Asturiana. vol. 4, págs. 3-4 y 27-28

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

proporcionó cantidad de datos históricos, le recomendó la lectura de una serie de libros y también le escribió cartas de recomendación56. Ferrerio además coleccionaba antigüedades, objetos de artesanía, muebles, y permitió a la investigadora fotografiar muchos de ellos en el interior de su casa57.

23. Anderson. Collection of Don José Luis Ferreiro. Vargueño, table and chair. Cangas de Tineo, 1925. GRF: 57.489

El resto de amistades asturianas de las que conservó un considerable fondo epistolar, la forma el grupo de fotógrafos y aficionados a la fotografía, con los que se relacionó estrechamente. A diferencia de Galicia, en Asturias recorrió menos kilómetros, pero contó con una oferta más amplia de material fotográfico. Los fotógrafos locales le proveyeron de imágenes útiles de zonas geográficas, villas y pueblos que no visitó, de entre todas destacamos las que llegaron de la colección Muñiz-Miranda que utilizó en determinadas poblaciones como ejemplos únicos58. También les compró material relativo a una serie de celebraciones a las que el 56

En una de estas cartas, Ferrreiro rememoró las charlas y paseos que realizaron por el pueblo y sus alrededores. Respondió a las preguntas que le hizo la investigadora, como por ejemplo, la historia relacionada con la estatua de Valdés en Salas, le recomendó una serie de obras de Campoamor, y le ofreció una carta de introducción para entregársela al Abad de San Isidoro de León. Carta del 16-5-1925, respuesta a una que le envió Anderson. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra F 57 Idem. Negativos: 3.553-3.624. Cangas de Tineo, mayo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. págs.6-12. 58 Éste fue el caso de Mieres, el pueblo de montaña en cuyo concejo se encontraban varias minas de carbón. En la sección dedicada a este pueblo sólo encontramos dos y proceden de esta colección. En el caso de Parres sucede lo mismo. Destinó las imágenes que ella hizo en esta localidad para ilustrar exclusivamente secciones como la del traje y los Ramos de Pan, y empleó una de las de Muñiz Miranda, concretamente la del palacio de Bada en la sección dedicada al pueblo (GRF:58.740)

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA calendario de viaje no le permitió asistir. De esa forma reservó su producción para documentar hechos de interés etnográfico, no sólo celebraciones civiles y religiosas, que en algunos casos documentaron los fotógrafos locales, sino otro tipo de temáticas que no particularmente valorados por ellos porque, entre otras cosas, estaban acostumbrados a verlas. Un examen rápido al archivo de Asturias evidencia que las imágenes de la investigadora ilustran en gran medida las secciones de temas etnográficos, y las de los otros fotógrafos ofrecen la visión geográfica, por denominarla de alguna forma, de la región. Fotografió todo aquello relacionado con la industria de la pesca y la agricultura. Profesiones como las de alfarero, curtidor de pieles y sobre todo carpinteros. Por otro lado los mercados y las ferias volvieron a ser el escenario donde recabó más ejemplos de oficios, le facilitó el encuentro con una mayor diversidad de modelos populares de los que se sirvió para utilizarlos como ejemplos de traje local.

24. Anderson. Feria de ganado, weekly on Thursdays. General view. The feria is held in a large, treeless corral, enclosed by a high wall. Oviedo, 1925. GRF: 52.204

A los fotógrafos que conoció en Asturias no sólo les encargó fotografías, sino también le ayudaron a la hora de conseguir repuestos de material fotográfico y aún más importante, actuaron como cualificados informantes.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

25. Arturo del Fresno, Villaviciosa. Sermón al aire libre en la fiesta de los Mártires. San Antonio de Rales, Villaviciosa. GRF: 51.415

Uno de ellos fue Arturo del Fresno59, le compró un buen número de fotografías y en un gesto sin precedentes, le cedió su estudio, y preparó todo para que fotografiase a una muchacha con la indumentaria típica asturiana. Esta situación acabó en pequeña celebración y Alfred T. la describió en su diario: After Ruth had photographed the costumes she ordered tea for all seven of us and we went over to our hotel and had a fine time together. One of the women was a girl who had lived 8 years in Switzerland and had also been in Mexico and caned speak English quite well. All seven of us sat at one table and Ruth placed this girl next to me so that I could have some one to talk with. After we had had our tea we went again to the studio60.

En el reverso de muchas imágenes realizadas por Fresno incluyó pequeños comentarios, que pensó la investigadora apreciaría. Como cuando señaló que la imagen de Nuestra Señora de Lugás era popularmente conocida como la Virgen de los

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Arturo del Fresno y Arroyo (1878-1952). Se instala a finales del siglo en Villaviciosa como fotógrafo, estando activo hasta pocos años antes de su muerte. Instala su primer estudio en la pensión en la que se hospedaba, calle Cervantes, no. 5. Al contraer matrimonio con Julia Zaldívar Martínez se establece en la calle del Sol […] es el prototipo de fotógrafo local, que al margen del retrato se convierte en cronista de toda una época de la villa, recogiendo los mas variados aspectos de la vida cotidiana. Cfr. Francisco Crabifosse Cuesta. “Apuntes para la historia de la fotografía asturiana”. En, Historia de la fotografía española 1839-1986. Actas del primer congreso de historia de la fotografía española. Sevilla: Sociedad de Historia de la Fotografía Española, 1986. cap. IV. págs. 94-95. 60 Alfred T. Anderson Diaries. Villaviciosa. 20-24 abril, 1925. vol. XIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 20-31

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Lugares61. Otros profesionales que le atendieron sus encargos fueron el fotógrafolibrero Celestino Collada62, José González Merás (1873-1956)63 y Julián Castellanos64. De entre todos ellos destacamos el caso de José Espolita Ropos65, porque no sólo le proporcionó fotografías sino que le ayudó en su primer intento por comprar una cámara fotográfica que sólo podía conseguir en Inglaterra. El desarrollo de la marcha y las situaciones que experimentó la americana, le convencieron para adquirir una nueva cámara, más adecuada al viaje y al tipo de fotografías que estaba realizando66. Espolita al igual que otros fotógrafos y determinados comerciantes en Asturias, se preocupaban por cubrir las necesidades de este tipo de material. Esta situación estaba propiciada por las relaciones comerciales con otros países europeos, especialmente Inglaterra y Francia67. Sin duda alguna se trataba de una cámara especial, pronto se dio cuenta de que los profesionales asturianos contaban con aparatos de última generación68, y

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GRF: 51.398. Asturias (towns): Lugás-Oviedo La fama del fotógrafo y editor ovetense Celestino Collada tuvo mucho que ver con su notoriedad como precursor y documentalista gráfico, no sólo del patrimonio monumental de la región, sino también de sus fiestas y eventos populares. Estas características fueron suficientes para hacer que contactase con él poco después de llegar a la región, además debemos indicar que fue un gran amigo de Aurelio de Llano y que le acompañó, cámara al hombro, en alguna de sus excursiones por la región. Sus fotografías aparecieron junto al texto del folklorista en su libro: Bellezas de Asturias de occidente a oriente. Oviedo: Diputación Provincial de Oviedo, 1928. En el fondo documental de la investigadora se conserva la correspondencia que intercambiaron. Carpetas: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA, y Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra C. Consultar: Enciclopedia Asturiana. vol. 7 pág. 78 63 Datos biográficos disponibles en pág. Web: http://www.vivirasturias.com/asturias/cangas-del-narcea/gonzalez-meras,-jose/es (22-6-08) 64 Julián Castellanos, logroñés nacido hacia 1866, participó en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 donde consiguió una medalla. En 1916 su estudio se encontraba en Oviedo, en la calle Uría, 22, lugar donde se conocieron. Consultar: Francisco Crabiffosse Cuesta. Historia de la fotografía en Gijón. (2000). págs. 128-129. 65 Artista y fotógrafo. Participó en varias exposiciones celebradas en Gijón en 1924, en las que también se presentaron figuras como Ortiz Echagüe o el Conde de la Ventosa. Obtuvo varios premios en la categoría de paisaje, la sección regional. Idem. págs. 85-87. 66 Aunque también pensó enviar a Francia la que tenía en ese momento para que la reparasen 67 No llegó a comprar la cámara a través de Espolita. Esperó a la expedición del año siguiente y junto a Spalding viajó directamente a Londres antes de llegar a España con el propósito principal de adquirirla directamente. Ver cap. 5, apartado: 5.3.2. 68 Un ejemplo claro en este sentido se produjo cuando algunos meses después, y ya de vuelta en Estados Unidos, escribió (fecha: 20-7-26) a la librería de Victor Galán, otro de sus proveedores asturianos. Le interesaba una lente de aumento que vio en el escaparate de Celestino Collada. Le pidió a Galán que fuese a preguntar por ella, pero sus indagaciones no fueron muy satisfactorias porque la del escaparate era la única lente disponible, y además se trataba de un regalo que un amigo de Collada le trajo desde Alemania. Al mismo tiempo, Galán le informó sobre la existencia de otra lente, pero sin trípode, en la que podría estar interesada (fecha: 8-8-26). Anderson le agradeció las noticias pero rechazó la oferta (fecha: 21-1126).Carpeta: Ruth M. Anderson. Correspondence 1926-27. Bills Expeditions 1925-26. Part 1 of 2 (in a bag from “G. Schirmer Music Publisher). E-H. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 62

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

también como las favorables condiciones en el Principado, empezando por su cercanía geográfica a Inglaterra, le facilitarían la rápida adquisición de material fotográfico. Pero también fueron importantes los consejos y datos que le proporcionó. Fue uno de sus informantes “más fieles”, le relató acontecimientos históricos, le aconsejó localidades que debía visitar y fiestas típicas que documentar e incluso opinó sobre el estado de conservación de muchos de estos monumentos, asuntos que en principio no tenían nada que ver con la fotografía. Fue él quien le aconsejó una visita a la villa santanderina de Santillana del Mar, y no erró en la sugerencia, porque quedó encantada y realizó una serie en color. Además se acercó a otro pueblo de la zona, San Vicente de la Barquera, modelo de pintoresquismo y donde documentó la fiesta marinera de la Folía69. En las cartas que escribió a la viajera siempre se mostró muy expresivo y cercano a ella, ya que se expresó con toda confianza, y sinceridad, especialmente cuando le habló de su deseo por imitarla y exclamó con franqueza: ¡Cuanto le envidio señorita Anderson en hermosa peregrinación artística! Hermosos parajes y monumentos siempre variados. Con la cámara fotográfica alerta buscando el momento artístico!, ¡Cuando yo podré hacerlo! Siempre que V. necesite algún dato, explicación otra, tengo verdadero placer en atenderla, así que no dude en escribir70

Al igual que Espolita Ropos, José González Merás fue otro “fotógrafoinformante”. En su persona convergían dos condiciones idóneas para convertirse en el tipo informante predilecto, ya que además de ser un experto fotógrafo, era un hombre consagrado, un religioso que vivía en el Santuario de Covadonga. La correspondencia entre ambos muestra la admiración que sintió la americana por su trabajo, este le envió una serie de fotografías que ilustraban la fiesta en honor a la Virgen. Aunque no pudo asistir a la celebración, le aseguró el poder evocador y documental que tenían sus fotografías, pues a través de ellas sería capaz de conocer la fiesta: Muy distinguido Señor: Las fotografías que me hizo en la primavera me gustaban mucho y le escribo para rogarle que haga algunas más. Deseo tener una serie completa de fotografías de la fiesta de Ntra. Señora de Covadonga el 8 de Septiembre. Hasta quince o veinte ejemplares – de las procesiones, (dos o tres) trajes eclesiásticos, trajes regionales, trajes típicos, reliquias, estandartes antiguos: tipos, paisanos, carros típicos y raros, bailes, peregrinos y su forma de vivir, durmiendo y meriendo [sic] al campo si se hace así y cualquiera otra cosa que se presenta en su juicio, típica, 69

Ver cap. 5, apartado 5.3.1. Espolita Ropos a Anderson,15-3-1925. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA rara o [sic] original. En fin, le ruego me interprete la importantísima fiesta de Asturias. Visto que no puedo asistir personalmente espero estudiarla y comprenderla por medio de sus excelentísimas fotografías71.

Dos fotógrafos de Llanes se encargaron precisamente de cumplir algunas de estas órdenes, nos referimos a Ramón Rozas y Foto Pepe. De sus estudios provienen muchas de las fotografías sobre las danzas típicas asturianas en el caso de Rozas, y de objetos litúrgicos que se hallaban en la iglesia de Santa María de Llanes, realizadas por Foto Pepe. Utilizó las primeras, años más tarde, cuando organizó una exposición sobre la danza en España72. Las que llegaron del estudio de Pepe se destinaron principalmente como material de estudio sobre orfebrería religiosa73. Por otro lado debemos indicar que también pertenecían a esta firma las imágenes que le regaló el cura de Vidiago, autor de una monografía sobre Santa María de Llanes, José F. Menéndez. Sobre ellas se especificó que no podían ser reproducidas74. Pero sin duda alguna, una de las adquisiciones más importantes y cuantiosas en ese momento fue la de Luis Muñíz-Miranda que consiguió a través de otro fotógrafo Julián Castellanos75. El padre se refirió a ellas y aportó una serie de noticias relevantes sobre la colección: This morning Ruth is going to look at some albums of prints with the intention of having some copies made of those pictures that she finds interesting. These albums are all that remains of the collection of 4000 negatives that had been made by a man who had spent much time and money going around making this pictures. Ruth and I think is very sad that this whole collection of negatives had been sold as old glass, and women were cleaning them off to make small mirrors etc. 71

Escribió a Merás desde Londres (fecha: 21-8-1925). Anteriormente recibió imágenes de él (envíos: 214-25 y el 12-5-1925), en este último caso un total de 48 fotografías y 8 clichés. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Letra M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 72 Dances of Spain (1938-1940).Ver cap. 7 73 Por esa razón le pidió las medidas de la imagen y le especificó que debían mostrar de forma clara la marca del platero. Carta enviada desde León el 11-4-1926. Carpeta: I-J Part 2 of 2 “Correspondence 1926-1927. Bills: Expeditions, 1925-1926. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 74 En, R. M. Anderson Collection Photographs 1824-2848. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 75 Carta enviada por Anderson desde Cangas de Tineo (Oviedo) a la HSA (4-5-1925). La investigadora dudó sobre su autoridad para realizar la compra, ya que en ese momento todavía estaba pendiente la renovación de su contrato, y se expresó de esta forma: [...] upon a re-perusal of my contract I see that I have no authority to purchase negatives in Spain. These negatives purchased from Julian Castellanos, Oviedo, who copied them at my order from prints in the collection of Don Luis Muñiz Miranda, are therefore sent on approval subject to your rejection. [..] in the event of your rejection of the films, kindly forward them to Mrs. Alfred T. Anderson, Kearney Nebraska.Carpeta: Anderson M. Anderson . Copied: HSA Corr. (with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Anderson M. Biblioteca HSA. Finalmente se realizó la compra. Fueron en total 150 negativos y 260 fotografías con sus negativos. Anderson numeró esta adquisición del 818 al 1.173. R.M.Anderson. Summary Coll. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

of the glass. We can get copies (negatives) made for 4 pesetas each, and if Ruth think them worth while we may order quite a number copied76.

Como señalamos anteriormente, añadió las compras principalmente a la sección geográfica de la región y en muchas ocasiones son las que aportan una imagen del lugar, a veces a través de una sola fotografía. También adquirió aquellas imágenes que ilustraban palacios, castillos y casonas que tanto le interesaron, entre ellos y por citar algunos de una extensa lista: el castillo de Peñurudeo en Morcín, las ruinas del de Fresaly en Nava, la casa-palacio de Álvaro Ponte en Bline, la de Cerébanes en Abándomes, el Palacio de Celles, el de las “señoritas de Cabanilles” en Lieres, etc. El valor de las imágenes se acrecentaba si éstas se encontraban en estado ruinoso, o también si se trataba de edificios desaparecidos, como sucede en el caso de la antigua prisión en Oviedo a old prison fort en Oviedo. En el título dejaron claro que el edificio “ya no existía”77.

26. Muñiz Miranda coll. Old Prison fort now destroyed. Oviedo, ca.1880. GRF: 58.875

Todas las relaciones que hemos analizado hasta el momento fueron imprescindibles para llegar a los “otros informantes” que pasamos a estudiar, que a diferencia de todos los anteriores fueron los que posaron en las fotografías. Por regla general, no especificó sus nombres, pero en Asturias, en algunos casos, llegó incluso a

76

Alfred T. Anderson Diaries. Oviedo. 14 de marzo, 1925. vol. X. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 46 77 GRF: 58.875

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA señalar datos concretos como la edad, o el lugar de nacimiento78. La revisión de algunos de estos modelos nos mostrará al mismo tiempo los temas que documentó en este momento. Dentro de este grupo de individuos destacaron el gremio de pescadores y agricultores, y echaremos en falta uno de los personajes más comunes dentro de la producción “andersoniana”, los pastores. Esto se debe porque al seguir en su itinerario la línea de la costa, no transitó la zona de montañas donde se encontraban los pastizales y el territorio común de los vaqueros asturianos. Aunque sí documentó los trabajos dedicados al curtido de pieles de oveja o carnero.

27. Anderson. Men sewing odres. Pola de Lena, 1925. GRF: 57.030

28. Anderson. Team of oxen wearing fringed cubiertas. Navia, 1925. GRF: 58.041 78

También dentro de este grupo fotografió diferentes clases sociales, y de esta manera, junto a los pescadores, campesinos, vendedores, también documentó otros oficios, como por ejemplo el inspector de sanidad en Llanes que posó con su uniforme. Negativos: 3.220-3.228. Llanes, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 61-62

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

29. Anderson. Man wearing raincoat of sheepskin, pelleja de carnero para la lluvia, back view. Cangas de Tineo. Mayo 1925. GRF: 57.556

Éstos se empleaban en la confección de impermeables, como odres para transportar vino79 y también para cubrir a las bestias de carga y protegerlas de los insectos80, como vemos en las fotografías anteriores. Fotografió la pesca en Asturias desde múltiples perspectivas, y logró con ello un retrato personal y único sobre el tema. Los escenarios principales fueron Cudillero, Luarca, Llanes, pero también la fotografió en ciudades como Avilés o Gijón. Esto se debe a que la industria pesquera era imprescindible para la economía de la región y además ejemplificaba la pervivencia en el tiempo de un oficio que se inició hace siglos, cuando en el mar habitaban cientos de ballenas y llegaban barcos desde el norte de Europa transportando la preciada carga81. El género de pesca cambió, aunque siguió manteniéndose como una industria muy importante en la región82 y básica para la 79

Negativos: 2.450-2.457. Pola de Lena, Oviedo. Febrero 1925. R. M. Anderson Collection 1086 to 2664. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 80 Durante el viaje por Asturias también apreció la importancia del ganado ovino. La lana de estos animales se empleaba para proteger del frío y también para decorar a los bueyes, aunque en este último caso la investigadora explicó que los “aderezos” tenían un sentido práctico, protegían del sol y las moscas los ojos de los animales. La “etnógrafa” Anderson anotó que en Asturias los animales portaban el yugo en los cuernos, mientras que en la zona gallega éste se llevaba al cuello. 81 En Asturias buscó, pero no encontró indicios sobre la caza de ballenas, tuvo más suerte durante su expedición de 1929-1930, concretamente en la localidad portuguesa de Caes do Pico, Azores donde pudo fotografiar alguna embarcación ballenera y los arpones para cazar estos cetáceos. Negativos: 11.22011.224. Caes do Pico, Azores. En Anderson – Spalding Collection 1929-1930. Negatives 9371 to 11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 175. 82 Víctor Rodríguez Infiesta. “Asturias en los siglos XX y XXI”. 1.1.4. Población y sociedad. El campo asturiano. Historia de Asturias. Adolfo Fernández; Florencio Friera (coods.). Oviedo: KRK Ediciones, 2005. págs. 702-704

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA subsistencia de muchos pueblos costeros. Pero aún más importante, al menos para la investigadora, fue el hecho de comprobar que seguían utilizándose herramientas clásicas, muchas hechas en madera, y además en el pueblo de Luanco comprobó que una serie de bordados típicos imitaban la técnica empleada para la elaboración de redes83, lo que resalta, como en muchas otras imágenes, el papel femenino en el ámbito pesquero.

30. Anderson. Luciano López, patrón de la lancha. Room where the boliches are stored. Fourteen men work in one lancha, directed by the patrón. The lancha and its six boliches belong to the amo, two parts to the patrón, and one part to each man. The sea was heavy, so the men where spending the day working on the nets. Cudillero, 1925. GRF: 57.310

En la villa de Cudillero vivió Luciano López, era el patrón de una de las lanchas pesqueras y lo fotografió, junto a su tripulación, rodeado por los instrumentos de pesca84. A las imágenes anteriores añadió las de otros pueblos, como Luarca donde recorrió el barrio pesquero, o Gijón donde fotografió el interior de una taberna de pescadores. Pero, como anunciamos, no se olvidó de las familias de estos hombres. En Llanes retrató a sus madres, mujeres, hermanas e hijos, y eligió para hacerlo un momento muy significativo y cargado de emoción, justo mientras divisaban desde uno 83

Florence Lewis May hizo referencia a ella en una carta que envió a Huntington el 2 de agosto de 1930. The Hispanic Society of America. Meeting, 1930. Biblioteca. HSA. Consultar: Ignacio Pando García-Pumario; Pilar Carrasco Mori (eds.). Encaje de malla: arte de mujer. Museo Marítimo de Asturias. Luanco, 2008 84 Negativos: 2.752-2.755. Cudillero, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 28 Se refirió a esta mujer en sus notas. La encontró lavando los platos y se interesó por el tabal para la ropa. Negativo: 2.755. Cudillero, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 28

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

de los acantilados la llegada de las barcazas. Las retrató de espaldas, y al no permitirnos ver sus caras consiguió incrementar el poder descriptivo y evocador de la imagen, porque nos obligó con ello a imaginar sus rostros dominados por el temor, la inquietud y el entusiasmo provocado por la ansiosa espera.

31. Anderson. Women waiting for the fisherman to come in. Llanes, 1925. GRF: 51.855

Y volvió a hacer lo mismo, difícilmente conseguimos apreciar sus caras, cuando las fotografió cosiendo las redes.

32. Anderson. Women mending nets in front of Iglesia de San Pedro. Cudillero, 1925. GRF: 57.323

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Los hombres salían a alta mar, y las mujeres, en tierra firme también contribuían al desarrollo de la industria. Sus retratos anónimos hicieron de ellas símbolos, la representación de un grupo básico en la estructura social, pero a la vez ignorado. Las mujeres eran además las principales encargadas de comercializarlo, y a la vista de las fotografías, parece que fueran las únicas. En Avilés retrató a varias pescaderas que mostraban orgullosas su género, y a esta idea contribuyen las palabras que anotó en una de sus libretas, la exclamación que oyó a una de ellas. Para llamar la atención de los posibles compradores gritaba: -¿Quién quiere merluza gorda?85 Como dato curioso aludimos al testimonio de la viajera que ya en 1925, mientras estaba en Cudillero, señaló lo caro que le pareció el percebe86.

33. Anderson. Weighing percebes. They are taken from the peñas cuando baja el mar. Avilés, 1925. GRF: 51.529

Las tabernas donde los hombres solían reunirse, eran lugares propicios para localizar a sus modelos-informantes. Impulsada por su deber del trabajo no tuvo ningún reparo en acceder a ellas, y sus modelos tampoco lo tuvieron al posar ante su cámara. Pero el ir acompañada por su padre resultó esencial. En su primer viaje a la Península, en 1923 no realizó fotografías de este tipo, tuvo mucho que ver, entre otras cosas, porque era un grupo compuesto únicamente por mujeres. Durante los meses que pasó en Galicia, anteriores a su llegada al Principado, se ejercitó en documentar estos lugares, pero todavía debía “acostumbrarse” al trabajo y además era complicado fotografiar sus

85 86

Negativos: 2.899-2.900. Avilés. Idem. pág. 40. Negativos: 2.902-2.905. Idem. pág. 40.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

interiores por la escasa luz. En la sociedad española de la época su presencia habría creado incertidumbre entre los vecinos, que no hubiesen considerado muy apropiado el ver a una mujer sola en este tipo de establecimientos87. Estas situaciones nos llevan a reflexionar sobre la idea de cómo era vista desde fuera y lo que ella pensó al respecto. En uno de los escasos testimonios que dejó, y que precisamente escribió durante su periplo asturiano, consideró: We create the impression of an enthusiastic maiden engaged in a rather inusual occupation for one 88

of her sex, and accompanied by an elderly and indulgent father .

Estos pensamientos son de gran interés, ya que en cierto sentido determinaron la reacción de sus modelos a la hora de colaborar con ella. Pero como decimos tabernas, fondas y pensiones, fueron, incluso cuando no contó con la asistencia de su padre, el escenario de cientos de sus imágenes. Durante el periplo asturiano destacó la documentación de estos lugares por varios motivos, George Borrow se hospedó en muchas y allí encontró a los que consideró algunos de los tipos representativos del carácter español y por ello buscó las fondas más antiguas en varios pueblos asturianos, las que posiblemente visitó el escritor hacia casi un siglo. Eran espacios de reunión, donde junto a la comida y la bebida, se podían adquirir otros productos, velas, azúcar, madreñas, como vemos en el interior de la taberna de Antonio Gancedo, además al igual que en Galicia, muchas estaban regentadas por mujeres.

34. Anderson. Kitchen of the taberna. Llano, 1925. GRF: 58.600

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En una ocasión estuvo a punto de no dormir en la fonda, sino en una casa particular. En la fonda esperaban la llegada de comerciantes hombres y no era apropiado para una mujer hospedarse allí: […] We were told that we could not stay at the fonda any longer as they were expecting travelling men, and they said that they had no accommodations for women. We tried the other fonda but they not let us in there. If the travelling men come then Ruth shall, go over, and sleep in the house of an old lady near here. Alfred T. Anderson Diaries. Cudillero. 9 de marzo, 1925. vol. X. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 36-37. 88 Oviedo, Frebuary. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

35. Anderson. Taberna de Antonio Gancedo. Tiene más de cien años. Tineo, 1925. GRF: 58.400

Incluso las tabernas de la ciudad disponían en su interior de objetos típicos que le podían servir en su recopilación, como los odres que vio una de Oviedo y que se encontraba en la calle Jovellanos. Posiblemente estaban llenas de vino y sin duda alguna, pensó que la fotografía complementaría a las que hizo de unos curtidores elaborando algunas de ellas. Además, como se puede observar fácilmente, los clientes eran diferentes al los que acabamos de ver, incluidos los guardas con sus uniformes.

36. Anderson. Taberna de Delmiro. Fishermen tavern. Gijón, 1925. GRF: 51.723

En los pueblos costeros los pescadores acudían a ellas con más o menos asiduidad dependiendo de la temporada de pesca. Los que se encontraban en la taberna Delmiro 548

6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

cuando entró Anderson con su cámara, aparecen relajados, sorprendidos y con gran curiosidad ante la presencia de la fotógrafa que parece haber tomado la instantánea justo en el preciso momento de entrar por la puerta. No visten sus ropas de faena, y el único que parece estar posando es el hombre que sujeta a una niña en sus brazos y que posiblemente es el propietario del establecimiento. En esos ambientes se viven momentos distendidos, pero también son lugares idóneos para documentar el trasiego de la vida diaria. La taberna de Calixto en Cudillero, estaba estratégicamente situada cerca de la lonja y desde allí podía ver la actividad y oír la excitación producida por la llegada del pescado89.

37. Anderson. Taberna de Calixto. Boats and houses from the doorway of the taberna de Calixto. La lonja de pescado may be seen near the centre of the picture, a low building faced with a board arch. There is a great crowd here and much sorting and general excitement after the fishing boats have come in with the day´s catch. Cudillero, 1925. GRF: 57.314

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Negativos: 2758. Cudillero, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 29

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

38. Anderson. Establecimiento de Calixto. Forty seven years old, interior. Cudillero, 1925. GRF: 57.313

En otra fotografía un grupo de hombres de apariencia muy diferente al de los anteriores, se concentran en una taberna durante una de las habituales ferias de ganado que se organizaban en la provincia. Al referirse a ellos destacó una de las peculiaridades que caracterizaban su aspecto que reprodujo en la fotografía que incluimos a continuación: A tavern on feria day. The cane caught in the collar of the coat is most characteristic90.

39. Anderson. Cangas de Tineo. Mayo, 1925. GRF: 57.538

90

Negativos: 3.604. Cangas de Tineo. 2-7 de mayo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 11

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Aprovechó la escasa luz que normalmente las iluminaba al interior, y sin perder el rigor documental, realizó unas instantáneas cargadas de sensibilidad poética, en las que incluso logró auténticos retratos psicológicos de algunos de sus modelos. Lo que fotografió fue el comportamiento habitual en una comunidad determinada en el transcurso de la jornada diaria y para hacerlo más evidente escribió cómo en la fonda: beben vino, se echan la siesta o trabajan fuera con las redes. Pero algunas tardes, según le contó algún paisano, se reunían junto a las mujeres en la casa de otro vecino, jugaban unos céntimos a las cartas y el que sabía leer recitaba Don Juan Tenorio91. Para localizar a estas personas, protagonistas de su trabajo, no necesitó la ayuda de sus informantes “cultos”. Los descubrió simplemente paseando por las calles, en los mercados, en sus lugares de trabajo o en el interior de sus casas. El encuentro no estaba preparado, solía ser fortuito. Si el hecho era considerado lo suficientemente interesante y representativo del lugar, en ese momento nacía una instantánea, como cuando se encontraban fotografiando en una carnicería y entró una mujer, Concepción, cargando una cesta de repollos92.

40. Anderson. Concepción comes from the plaza with a basket full of repollo. Gijón, 1925. GRF: 51.740

Estas situaciones son descritas por el padre en su diario. Aunque las imágenes se realizaban siguiendo criterios muy definidos, nunca sabían lo que se les iba presentar

91 92

Negativos: 2.757.-2.758 Idem. págs. 28-29. Negativos: 3.113-3.115 Gijón, abril, 1925. Idem. pág. 54.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA durante el día93. Un carro que se cruzaba por su camino era un ejemplo de medio de transporte, el tipo de ruedas y los yugos que llevaban las bestias advertirían en que región estaban.

41. Anderson. Ox cart. Tineo, 1925. GRF: 58.413

Una familia de campesinos que cultivaba patatas ilustra una determinada labor agrícola, porque en sus notas explicó no sólo como se plantaba, sino también lo que utilizaban para fertilizar la tierra94. Sus anotaciones introducían temas complementarios, que iban más allá de lo que se mostraba en la fotografías, como en la que le hizo al guarda de consumos. Con él ejemplificó un tipo de autoridad gubernamental, pero el capote que luce y que al parecer le compró un hijo que estuvo en Melilla, le sirvió para referirse a la presencia del gobierno español en el Norte de África95. En otra ocasión en un camino cercano a Cangas de Onís, se cruzaron con una mujer que transportaba una carga de nabos. Esa mujer sirvió no sólo como ejemplo de transporte de mercancías utilizando la fuerza humana, sino también como trasmisora de una creencia popular, pues les hizo partícipes de una historia relacionada con los nabos, unos tubérculos especiales porque cuando las vacas los comían producían una leche más sabrosa. 93

Alfred T. Anderson Diaries. Gijón. 3 de abril, 1925. vol. XII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. págs. 7-8. 94 Indicó que como se utilizaba escama de sardina como fertilizante. En Galicia también se llevaba a cabo este procedimiento, se conocía como escamallo y se aprovechaban además de las escamas, las vísceras del pescado. Ella lo sabía, y escribió el testimonio que le proporcionó en ese momento el agricultor asturiano: Se pelotea la tierra, se pone la patata cortada y se la abona con escama de sardina. Se planta los primeros días de marzo para recogerla en agosto. Negativos: 2.788-2.790. Cudillero, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 31. 95 Aunque la fotografía se realizó meses antes, en 1925, se produjo el desembarco de Alhucemas. Negativo: 2.803. Muros de Nalón, marzo, 1925. Idem. pág. 33.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

42. Anderson. Woman and a load of nabos for the ganado. Nabos seem to be a species of turnips which bears a brilliant yellow flower. When the cows are eating nabos the milk is said to be very rich, and in the province of Lugo a special type of cheese is made at this season. Cangas de Onís, 1925. GRF: 51.647

En ese momento recordó lo que aprendió en Galicia, donde oyó una historia parecida. Era imprescindible anotarlo para constatar como en la región gallega se elaboraba un queso especial ateniéndose a esa creencia96. Esta situación nos hace pensar hasta qué punto la visión de una anciana cargando vegetales le provocó la suficiente curiosidad como para preguntarle sobre ellos, y confirma cómo a su afán indagador se unieron los conocimientos que ella misma va asimilando a lo largo del camino, porque tan importante era hacer las fotografías, como entender qué era exactamente lo que estaba reproduciendo en ellas. Así trabajó, aunque sus modelos no le proporcionasen información de viva voz, las imágenes y sus notas para completar, debían ser lo suficientemente contundentes para documentar aspectos de la sociedad rural asturiana, junto a los elementos que la conformaban. En esta línea, y para concluir, al contemplar la imagen de una joven portando una jerada y el rueño97, reconocemos el don retratístico

96

Negativos: 3.042 Cangas de Onís, abril, 1925. Idem. pág. 49. En múltiples ocasiones comparó lo que vió en Asturias, con lo que acababa de experimentar en Galicia. Repitió temas porque eran típicos en ambos lugares, como por ejemplo los retratos de lecheras. Se aprecia claramente en la instantánea del grupo de lecheras en Luarca, que nos recuerda a las que fotografió meses antes en una plaza de Noya (La Coruña). 97 Rueño. (de rueda). 1.m. Cantb. Rodete para llevar pesos sobre la cabeza. REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española [en línea]. 22ª Ed. Madrid: Real Academia de la Lengua Española, 2003. http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=rueño (13-2-2008).

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA en la obra de la fotógrafa, cuyo interés principal era, en un principio, el de presentar una forma de transportar líquidos.

43. Anderson. Girl with jerada, water jar and rueño, head pad, the dipper is a cajilón. Villanueva, 1925. GRF: 53.208

Como en Galicia las ferias y los mercados fueron lugares donde retrató de manera exhaustiva a sus modelos, aunque se tratase de personas llegadas de otras regiones. Lo importante era recrear de forma veraz lo que allí sucedía y el comportamiento de cuantos participaban en ellas. El mercado era una de las actividades fundamentales para el desarrollo del lugar, el medio de subsistencia de muchas personas y necesario para el abastecimiento de la población en general98.

44. Anderson. Another section of the feria. Cangas de Tineo. Mayo, 1925. GRF: 57.532 98

En Oviedo, por ejemplo, reunió un buen grupo de retratos que consiguió durante la feria de ganado. Ésta se celebraba tradicionalmente los jueves, coincidiendo con el día de mercado en la plaza Daoiz Velarde. También los domingos había mercado en esta plaza y los ovetenses además acudían al rastro de la Plazuela de Trascorrales. El mercado dominical era típico en muchas poblaciones, como en Cangas de Onís, donde inmortalizó a un hombre que tostaba café. Negativos: 3.038 Cangas de Onís, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 48.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

45. Anderson. Mercado en la Plaza de Daoiz Velarde, Thursdays and Sundays. Chicken women, they stand in a double row, facing each other, and awaiting purchasers. Oviedo, 1925. GRF: 52.215

46. Anderson. El Rastro on a Sunday morning. Oviedo, 1925. GRF: 52.226

Los puestos ofrecían al cliente diversos productos de la tierra, productos típicos que merecían ser documentados. Las mujeres fueron tradicionalmente las principales encargadas de venderlos, sobre todo en el caso de las frutas, hortalizas y animales de pequeño tamaño como pollos y corderos99. En el lugar donde se instalaba el mercado los vendedores de útiles domésticos como cacharros y lozas se concentraban en un lugar aparte, separados del resto. Constituían un sector dotado de gran interés para la investigadora porque muchos de estos objetos estaban elaborados a mano. Los que vendían madreñas fueron particularmente fotografiados y destacó que éstas eran 99

Negativos: 2.933-2.960. Oviedo, marzo, abril y mayo, 1925. Idem. págs. 42-43.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA diferentes en el diseño y los elementos decorativos a las gallegas. Dejó claro que, este calzado tan popular en el norte de España, presentaba diferencias regionales y se sirvió de ellas para caracterizar a toda una región. De esta manera ejemplificó la idea de funcionalidad y los gustos estéticos del asturiano.

47. Anderson. Market of Madreñas. The madreñas are brought to market unpainted, and the vender spends her unoccupied moments painting them. Oviedo, 1925. GRF: 57.214

48. Anderson. Market of Madreñas. Oviedo, 1925. GRF: 57.210

Su producción en Asturias es el panorama gráfico de un momento determinado en la historia del Principado, y su estudio detenido puede aportarnos datos sobre la situación política, económica y social de esos años. Aunque su producción no se caracterizó por la presencia de vistas urbanas, en las ciudades asturianas halló una 556

6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

variedad de grupos sociales y tipos populares que fue imprescindible fotografiar para caracterizar la imagen de una región tan desarrollada Las fotografías que realizó en la ciudad y en poblaciones grandes, por la variedad de grupos sociales que las habitaban, es donde mejor se puede apreciar. En el caso específico de Gijón además de tipos populares como Magdalena y Concepción, la carnicera y la vendedora de repollo de las que hablamos anteriormente, retrató a un miembro del ayuntamiento100 que se vistió para ella con el traje de macero y a una cigarrera.

49. Anderson. La carnicería del muelle. Magdalena, la cortadora. Most of the meat shops are manned by women. Gijón, 1925. GRF: 51.739

50. Anderson. Traje de Macero. This mace bearer is one of the attendants who waits upon the corporation of the city when it parades in the city “cuando sale en procesión”. […] Taken in the Archivo del Ayuntamiento. Gijón, 1925. GRF: 51.718

100

El archivo del ayuntamiento gijonés se convirtió en un improvisado estudio fotográfico. Describió la indumentaria y comentó como estos hombres eran los que portaban la maza, símbolo de autoridad. Precedían a las dignidades en desfiles o procesiones. Aunque la indumentaria sólo se vestía para ocasiones muy puntuales pertenecía a una época pasada, cuando existía ese “antiguo oficio” del que sólo quedaba el recuerdo y la indumentaria. Negativos: 3.092-3.094, abril, 1925. Idem. pág. 53.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Estas mujeres constituyeron uno de los colectivos de trabajadoras más importantes de la ciudad durante los siglos XIX y XX. En la fotografía nada nos indica la ocupación de la mujer, si no fuese por la nota explicativa del negativo. Al no fotografiarla en su puesto de trabajo, la fábrica, evitó cualquier sentido de “modernidad” que pudiese transmitir la escena, aunque las cigarreras, siempre consideraron su labor como un oficio artesano, por encima de cualquier actividad mecánica101. En cualquier caso documentar el trabajo en las factorías tabacaleras implicaba un riesgo, el reproducir una imagen industrial que no interesaba en el archivo fotográfico de la HSA102.

51. Anderson. A girl from the tobacco factory. Gijón, 1925. GRF: 51.722

Al hablar sobre la recopilación que hizo en las tabernas, las consideramos como espacios donde los hombres principalmente, pasaban gran parte del tiempo que no ocupaban en trabajar, de la misma forma que fotografió los quehaceres del asturiano, también lo tuvo que hacer de sus momentos de recreo y descanso, como sucedió en Cudillero. Pero esta vez inmortalizó a un grupo de mujeres.

101

Pamela Radcliff. “Elite Women Workers and Collective Action: The Cigarette Makers of Gijon, 18901930”. Journal of Social History. vol. 27, no. 1, 1993. pág. 92 102 Negativo: 3.097 Gijón, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 53

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

52. Anderson. Group of women and children playing lotería on Sunday afternoon. Cudillero, 1925. GRF: 57.319

Mientras recorría las empinadas calles del pueblo en busca de material que fotografiar, las encontró a la puerta de una casa, rodeadas por niños. Estaban jugando a la lotería y en sus notas insertó todas las indicaciones que le ofrecieron acerca del juego103. Entre las preferencias de los asturianos a la hora de emplear su tiempo libre, la investigadora se dio cuenta de su afición por el fútbol, y afirmó que era más popular que la fiesta de los toros. Fotografió varios campos de fútbol, uno en ellos aparece formando parte de una vista general de Cangas de Tineo. Con esta fotografía que realizó la primera semana del mes de mayo de 1925, inmortalizó a un grupo de niños jugando al fútbol104. Todo lo anterior nos ha servido para repasar algunos de los temas que documentó y a las personas que le ayudaron a hacerlo, lo que nos lleva a preguntamos como asimiló todas las noticias que estos le proporcionaron y la conclusión que, unida a su experiencia personal, sacó de ellas. ¿Correspondía a la que estos le presentaron? Como hemos visto, los primeros informantes le mostraron su tierra a través de hechos históricos y como ejemplo se ayudaron de los vestigios arquitectónicos, artísticos y documentales generados durante esos siglos. También le avisaron sobre el protagonismo 103

Las jugadoras pagan una “chica” y cinco céntimos por tres cartas que llevan quince números cada una. La banquera canta las bolas y dirige el juego. Estas imágenes se catalogaron en la sección Games, servían como ejemplo de pasatiempo “popular”. Negativos: 2.760-2.761. Cudillero, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 29 104 También afirmó que era una de las pocas localidades donde se producía vino, y es por esa razón que en su panorámica general, además de la vista del pueblo y el campo de fútbol, se pueden ver viñedos. Con la imagen ha condensado varias características del pueblo.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA de las creencias religiosas, que se complementaban con mitos populares y leyendas. Se trataba de los paradigmas de una cultura, los que por otro lado buscó en el resto de las expediciones. El grupo de gente al que acabamos de aludir le presentó la realidad de los hechos anteriores, de su pasado, como lo entendían ellos, y la forma en la que utilizaban esos vestigios de la arquitectura y el arte, en su día a día.

6.4. Los dones del “Paraíso Natural”. El paisaje astur en las fotografías de Ruth M. Anderson El extenso repertorio de sus fotografías nos obliga a condensar en tres los temas del viaje: las peculiaridades del paisaje y como éste afecta a la vida de sus habitantes, el patrimonio artístico, con especial interés en la arquitectura prerrománica asturiana, las construcciones civiles que pertenecieron a gente noble y los objetos artísticos y por último, el traje típico. Son asuntos tradicionales en su producción y a través de ellos también expresó sus impresiones ante el deterioro y la pérdida del patrimonio cultural y artístico. En ese momento estaba causado principalmente por el abandono, diez años después de que ella los fotografiase, sufrieron además los efectos de la Guerra Civil, condición que hace de estas fotografías documentos excepcionales. Del valle subía olor de heno recién segado, aroma de flores y frutas maduras Armando Palacio Valdés105.

53. Anderson. Partial view. Llano, 1925. GRF: 58.597

105

Armando Palacio Valdés. La aldea perdida. Madrid: Imprenta de los Hijos de M. G. Hernández, 1903. pág. 52

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

54. Anderson. The soil is not so stony in this section, and the fields are separated by hedges, sebes de rosales o escayo (I am dubious about that word but the chauffeur assured me it was current). Priesca, near of Villaviciosa, 1925. GRF: 52.394

Si reconocemos en la fotógrafa a una amante de la naturaleza, el lirismo con el que describió Palacio Valdés su tierra no le fue indiferente. Como sucedió en Galicia, el paisaje asturiano le provocó una gran emoción y como el escritor asturiano, también ella lo describió influida por ese sentimiento. Un panorama sobrecogedor donde la naturaleza limitaba y ampliaba a la vez las condiciones de vida de los habitantes, como el que fotografió en Llanes. La villa estaba situaba en uno de sus parajes favoritos, y le gustaba dar largos paseos cerca del mar y caminar por los acantilados.

55. Anderson. View of the harbour and barrio de Santa Ana. Llanes, 1925. GRF: 51.795

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Al hacer memoria de sus viajes y su visita asturiana, el paisaje llanisco fue lo que primero recordó, al igual que el olor que desprendían sus árboles, con las hojas de uno de ellos “aromatizó” una carta que envió a su madre, con la intención de hacerle más evidente, de contagiarle las sensaciones producidas en un entorno106. Escribió que a esta localidad le correspondía la parte más abrupta de la costa asturiana, y llegó a comparar los cabos rocosos con “garras que se apiñan” y se prolongan “adentrándose en el mar”. A ese mar se enfrentaba el pescador asturiano, una figura cuya experiencia y conocimientos eran suficientes para superar la fuerza de las olas y llegar a tierra firme. La naturaleza era importante porque los lugareños se debían adaptarse a ella y convivir con el medio aprovechando sus beneficios y conociendo sus peligros107. Su personalidad se caracterizó por una disposición innata de hacia el medio natural, por eso cambió de posición la cama en su habitación, de tal forma que al despertarse cada mañana lo primero que vería serían las montañas y sus cúspides coronadas por la nieve. En otras ocasiones, cuando surgía la oportunidad, ella y su padre se llevaban el café a la habitación y mientras desayunaban contemplaban juntos el paisaje108. Fijó en su mente la panorámica de una Asturias verde y azul. Recorrió localidades valiosas para su trabajo, porque le ofrecieron amplias posibilidades de documentación histórica, artística109. Evitó los centros mineros y se situó en un paisaje poblado de árboles, donde la madera se convirtió en la materia prima por excelencia y que nos sirve para elaborar el apartado siguiente.

6.4.1. El paisaje construido El paisaje, la condición geográfica, también afectaba directamente a la arquitectura popular, y le sirvió de explicación lógica para explicarla. Destacó la presencia grandes aleros que sobresalían cubriendo los balcones. El asturiano era un 106

En una ocasión “aromatizó” una de las cartas que envió a su madre: I have rubbed this letter with a eucalyptus do you smell it? Carta de Anderson a su madre, 5-4-1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 107 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. págs. 7-8 108 Carta de Anderson dirigida a su madre desde Llanes el 5 de abril de 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 109 Informó que San Esteban de Pravia fue la antigua sede real, el rey Silo (774-783) posteriormente, la trasladó a Cangas de Onís. La iglesia era la de Santa María la Mayor, ubicada en la plaza de Sabino Moutas. Fotografió sus exteriores y el interior, donde documentó las pinturas murales de Canalda, imágenes que fueron archivadas posteriormente en la fototeca debido a su interés artístico. Negativos: 2.805-01. Muros de Nalón, marzo, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 33.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

auténtico artesano, un sabio ingeniero y arquitecto que con sus manos e imaginación como principales herramientas, transformó la madera en una obra arquitectónica o un objeto de uso cotidiano, con valor funcional en primera instancia, pero no falto de belleza. A su juicio la importancia de estos objetos radicaba en la suma de todos ellos, y destaca en sus imágenes y notas el singular gusto decorativo, la creatividad y fineza de los tallados, aprendidos a través de la práctica. Las fotografías que realizó de los diseños grabados en vigas, postes y barandillas de madera, adornadas con motivos geométricos, de cruces y flores de seis pétalos, son documentos únicos. En sus observaciones señaló no sólo las partes en las que se estructuraba una vivienda, sino que también explicó el por qué de esa traza, como cuando se refirió a los balcones techados que servían para colgar la ropa recién lavada y protegerla de la lluvia.

56. Anderson. Cottage of rough stone with front recessed wall whitewashed, exterior. The oven projects from the wall. Fuente Santa de Buyeres de Nava, 1925. GRF: 57.385

Difícilmente encontraría publicaciones dedicadas al estudio de este tipo de construcciones y fue su experiencia de campo la que generó en ella una opinión sobre su funcionalidad y su simbolismo. Los graneros eran tan importantes como las casas. Presentaban diferencias con respecto a los gallegos y eso ofrece la posibilidad de la comparación, la ventaja de la diferenciación que provoca la diversidad de hábitos, o de gustos estéticos entre los pueblos de la Península.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

57. Sorolla. Boceto para las Regiones Españolas. Castilla110 1911-1912.

Sorolla se podía haber servido de una de estas fotografías, para el hórreo asturiano que pensó incluir en el panel de Castilla.

58. Anderson. Hórreo of wood roofed with slate. The beams under the roof are each called lignun. The four beams in which the hórreo rests are trabes. The trabe rests on a circular muela, while four sturdy pegollus support the whole. Luarca, 1925. GRF: 56.860

Reforzadas por sus notas, las imágenes de las paneras asturianas adquieren una identidad propia. De planta cuadrada, se sostienen sobre cuatro postes de piedra, el techado a cuatro aguas, algunos son de paja y otros de tejas de barro111.

110

Asturias-Galicia. Gouache en papel. 107,5x297, 5cm. Publicado en Visión de España, 2005. pág. 46

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

59. Anderson. Una panera exterior. Salas, 1925. GRF: 58.264

En la descripción que hizo de estos hórreos introdujo un aspecto tan discutido como ignorado en el campo etnográfico, y que tiene que ver con tema de la autoría en la arquitectura popular. Habló sobre las incisiones que de vez en cuando encontró en los dinteles de madera sobre las puertas de estas construcciones, en el caso de la fotografía que incluimos especificó el año de construcción, 1768. El paso del tiempo y el deterioro producido por los cambios climáticos, habrían hecho desaparecer estas marcas en relativamente poco tiempo. Pero la investigadora dejó constancia de su existencia porque lo consideró necesario112. Su preocupación por mostrar las diferentes tipologías y de la arquitectura local se puede apreciar en el reportaje que realizó en Pravia, y que utilizaremos como ejemplo. Durante el mes de abril fotografió una casa típica. Para empezar retrató a los moradores de la casa junto a ella, en este caso, y como no podía ser menos, se trataba de un grupo de mujeres. En la nota explicó como el saliente de una de las paredes laterales era lo que indicaba la presencia del horno, elemento que fotografió posteriormente cuando entró en la casa. Las imágenes de interiores domésticos abundan en su producción, y la cocina fue uno de sus escenarios favoritos a documentar113. Era el lugar principal de la casa, pues allí se reunía toda la familia. Alrededor de de la chimenea se disponían numerosos objetos dignos de fotografiar, junto a las trébedes y a las parrillas, se colgaban ollas de 111

Otro material de construcción que por su interés y uso difundido en la región, fue el protagonista de una serie de imágenes realizadas en una fábrica de ladrillos en Cangas de Onís. 112 A. Dacosta. “La arquitectura popular y sus autores: estética y dialéctica en la cantería de Nuez de Aliste (Zamora)”. Revista de dialectología y tradiciones Populares. Madrid: Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 30 dic., 2008. vol. 63, no. 2. págs. 121-142 113 Consultar cap. 4., apartado 4.4.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA todo tipo, cazos y demás vajilla, que también reflejaban el poder adquisitivo de los inquilinos114.

60. Anderson. Cottage, kitchen interior. The heart, llar is made of white enamelled tiles. Fuente Santa de Buyeres de Nava, 1925. GRF: 57.386

No hizo distinciones entre interiores nobles, burgueses, o populares, al contrario, planteó este espacio como un microcosmos que le proporcionó varios ejemplos sobre un mismo tema, la vida privada del asturiano. El uso de la madera en el mobiliario doméstico volvió a ser foco de atención y junto a la sencillez proporcionada por unos cubiertos tallados en este material, fotografió auténticas piezas de coleccionista. En los interiores burgueses localizó espléndidas muestras de ebanistería asturiana, como la moldura de madera que servía para dividir habitaciones y que denominaban “la italiana”115.

114

En las imágenes que realizó en diversas regiones, algunas de estas estanterías se cubrían con papeles de periódicos o revistas. Recortaban el papel de forma curiosa, reproduciendo cenefas de vistosos diseños, como si fueran labores de ganchillo. 115 La moldura divisoria la fotografió en el Palacio Pinto del Señor Juan Vázquez de Mella (1861-1928), en Cangas de Onís. Vazquez de Mella fue un escritor y político absolutista y diputado carlista entre 18831919, fundó el Partido Tradicionalista. Según su informante, este tipo de estructuras las podía encontrar en muchas casas.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

61. Anderson. Palacio Pinto del Señor Vázquez de Mella. La italiana, a partition in the bedroom which separates the sleeping from the dressing space. There are curtains which are used at night, or when one is ill, to keep out the light and air (!), closing the open spaces of the italiana. Almost all the houses have them according to my informant, who said that even curtains without any woodwork, when used for this purpose are called an italiana. Cangas de Onís, 1925. GRF: 51.618

La madera no se empleaba únicamente en la construcción, o el mobiliario, muy importante para la investigadora, fue su uso como parte de la indumentaria en el caso de las madreñas. Como señalamos anteriormente, las comparó a las gallegas y añadió que, en algunos casos se las vendían a sus vecinos gallegos116.

62. Anderson. Making tarugos de madera for repairing madreñas. When the original stilts wear out, new ones, tarugos, are put on. Llanes, 1925. GRF: 51.853 116

Los zuecos asturianos, éstos se caracterizaban por llevar dos “zancos” o tacones en la parte delantera, y uno en la trasera. El predominante uso de la madera en toda la región, y la extensa documentación que hizo sobre ella, pudo haber sido el tema de una de las series de estudios etnográficos que pretendía publicar la HSA. 6 de enero de 1927. Archivo: RMA. Carpeta: Photographs Displays Wings. Plan 9. Subcarpeta: Wings (b). NB. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

De los datos generales pasó a estudiar, no sólo al contacto directo de la madera y el cuerpo del asturiano, sino incluso su “asimilación” como alimento, ya que con las castañas, el fruto de un árbol muy abundante en la zona, se preparaba uno de los platos más típicos, el pote de castañas. Éstas también eran el eje central de una fiesta popular, el magüestu117, que se celebraba cada otoño tras su recogida y que consistía en una reunión comunitaria en la que se asaban castañas, se bebía sidra118, se cantaba y bailaba al son de instrumentos musicales tan típicos como la gaita o las castañuelas, construidos con maderas nobles.

6.4.2. Panorama monumental. El patrimonio artístico.

63. Alfred T. Anderson. Gate to the estate of Doña Victoria Velarde. Navia, 1925. GRF: 58.042

En este apartado, y debido a la abundancia de material hemos, seleccionado una serie de imágenes que nos sirven para mostrar la recopilación fotográfica de la

117

“El magüestu se hace en el campo, y consiste en colocar castañas sobre árgoma u otro combustible al que se le pega fuego y con un palo las revuelven para que reciban el calor uniformemente. Son muy divertidos los magüestus que se organizan los días de fiesta por la tarde en la falda del monte o en un prado bañado por el sol y al abrigo del viento. Mozos y mozas después de comer las castañas y tomar algunos tragos de sidra o vino, forman un baile sobre la alfrombra del prado. Y al oscurecer, regresan al pueblo cantando canciones del país”. Cfr. Aurelio de Llano. Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922. pág. 221 118 La americana alabó la comida asturiana, especialmente la leche. […] Father and I continue to flourish in the best of health. I have had to turn my back on the tempting little mantequillas, butter curls, because I don´t want to lore my girlish figure entirely. We generally skip at least two courses at the meals, and drink a great deal of milk, which is good in Asturias also so you see we are well taken care of. Carta de Anderson dirigida desde Oviedo a su madre el 23 de febrero de 1925. Sobre P. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

investigadora de monumentos arquitectónicos y obras de arte. Esta selección destaca en general el patrimonio artístico que bien por causa del abandono o por los conflictos bélicos, desaparecieron o acabaron en estado de ruina. Al igual que el tema de la indumentaria, este asunto constituyó uno de los intereses ineludibles a fotografiar, pero en este caso y como señalamos anteriormente, se produjo una novedad con respecto a su trabajo anterior, tuvo que conseguir permisos oficiales para documentarlos, los que le proporcionó Aurelio de Llano. Nuestro propósito al seguir este criterio es el de reconocer una vez más, la consideración que merece este exhaustivo fondo documental, con el que ahora podemos recuperar, en parte, el aspecto de ese patrimonio.

64. Anderson. Houses facing the cathedral on the Plazuela de la Catedral. Oviedo, 1925. GRF: 57.206119

Como punto de partida nos referimos a las ciudades que experimentaron en poco tiempo evidentes modificaciones. Algunas de estas alteraciones urbanas se aprecian en las fotografías que realizó en Oviedo, Gijón y Avilés. También habrá que destacar la transcendencia de unas tomas realizadas antes de la Guerra Civil. Edificios como la universidad y la catedral se vieron considerablemente afectados.

119

The colours are charming, beginning at the left they run from yellow, pink orange, dull yellow tan, to bright yellow. Some of the houses are in a ruinous condition and the matter of clearing them away to provide a more impressive approach to the Cathedral is being agitated in the press. But so long as the city treasury lacks the necessary funds to accomplish their destruction, they will probably remain. Nota al negative en, R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. neg. 2650. pág. 18

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

65. Anderson. Vidrieras de la catedral de Oviedo, 1925. GRF: 58.099

Precisamente en este último quedó completamente destruida la Cámara Santa, y muy deterioradas las reliquias que se conservaban en ellas120. Las impresionantes vidrieras de la catedral reproducidas en placas autocromas, quedaron en lamentable estado tras los bombardeos producidos por el conflicto bélico de 1936.

66. Anderson. Convento de Santa María de la Vega, arch, all that remains of the convent, which was torn down to make room for the Fábrica de las Armas. Oviedo, 1925. GRF: 57.264

120

Manuel Gómez-Moreno. El Arca Santa de Oviedo, documentada. Separata del: Archivo Español de Arte, no. 69. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez, 1945.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Pero en las fotografías hallamos instantáneas de Oviedo con un aspecto totalmente diferente en la actualidad, entre ellas las de la fuente de la Foncalada121. Cuando la descubrió estaba llena de mujeres lavando la ropa, rodeadas de niños y también de curiosos atraídos por la presencia de la americana y su cámara. Las mujeres continuaron su tarea sin prestar atención al hecho de ser inmortalizadas, para ellas se trataba de una tarea cotidiana, acercarse al monumento prerrománico, único en su género, para lavar, como posiblemente hicieron durante siglos otros ovetenses que las precedieron, aunque para ese momento el agua ya no era potable.

67. Anderson. Fuente de la Foncalada. Oviedo, 1925. GRF: 57.166

68. La Foncalada. Oviedo, 2010

121

Declarada patrimonio de la humanidad, página Web de UNESCO: http://whc.unesco.org/en/list/312 (30-3-09)

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

En Gijón le permitieron fotografiar en la Casa de Jovellanos. En la sala de dibujos, y muy a pesar suyo, no le permitieron hacer todas las fotos que le hubiese gustado. Un gran incendio acabó la colección... At Gijón I photographed a few of the famous Jovellanos collection of drawings, and it is a pity I did not get permission to do them all, because during the Civil War the collection was dispersed122. En aquel momento se le permitió realizar las instantáneas de algunas salas y también de una selección de dibujos, entre ellos Juan de Arfe, Zurbarán o Velázquez123. Sin saberlo rescató de los dibujos que fueron origen de grandes obras del arte español, los bocetos que formaban parte de la extensa colección atesorada por Jovellanos, los que en un tiempo sirvieron como modelos a estudiantes, incluso a niños, desaparecieron en la vorágine de una guerra fratricida, y las fotografías también nos recuerdan este hecho124.

69. Anderson. Colección de dibujos de Fernández Navarrete, en el Instituto Jovellanos (Oviedo), 1915. GRF: 51.690 122

The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. Anexo 2. pág. 8 123 El negativo 3.067 nos muestra la fachada de la casa de Jovellanos. Los negativos del 3.055 al 3.066 son las fotografías de varios dibujos correspondientes a Velázquez, Juan de Arfe, El Greco, Alonso Cano, Martínez del Mazo, Carreño de Miranda, Castillo Saavedra, Calot, y Zurbarán repectivamente. También realizó fotografías de la sala donde se exponían los dibujos; negativos 3.068 y 3.069 y otras tantas de la institución por dentro; negativos 3.053, 3.054, 3.055. Sobre la colección de dibujos ver: José Moreno Villa. Dibujos del Instituto de Gijón; catalogo. Madrid, 1926 y el de Alfonso E. Pérez Sánchez. Catálogo de la colección de dibujos del Instituto Jovellanos de Gijón, ahora publicado. Introducción de Enrique Lafuente Ferrari. 2ª ed. Gijón: Ayuntamiento, Museo Casa Natal de Jovellanos, KRK Ediciones, 2003 124 En esta carpeta se encontraba un pequeño listado con ocho cuestiones sobre la colección de bocetos. Aunque desconocemos quien se encargó de contestarlas. Aseguró que se utilizaban en clases de dibujo, y que los niños se los llevaban a casa, aunque “los devolvieron sin que ningún boceto se perdió”. También señaló que el artísta Benlliure estudiando la lámina 356 de Carreño de Miranda, había descubierto la autenticidad de un cuadro que pertenecía a este autor asturiano. Carpeta: Correspondence August 1924Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. Letra G: Gijón (…) Instituto Jovellanos

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

En Avilés destaca el caso de la capilla de los Alas125, adosada a la iglesia de San Nicolás (siglos XII-XIII). De la iglesia fotografió tanto el exterior, como su interior donde reprodujo entre otras cosas, una estatua policromada de la Virgen de los Remedios, los zapatos de plata en una imagen del Cristo y la tumba de Pedro Menéndez el que escribió en sus notas acerca de todos los avatares sobre su enterramiento. La Guerra Civil causó la destrucción total del templo, aunque los muros se mantuvieron, el techo se derrumbó completamente y el suelo se resquebrajó.

70. Anderson. Iglesia de San Nicolás. Capilla de Los Alas, propiedad del señor Don Carlos Lobo. The chapel is attached to the north wall of San Nicolás, but it has nothing to do with the church. Avilés, 1925. GRF: 51.497

La Capilla de los Alas sufrió igual o peor fortuna, la investigadora realizó seis fotografías, cinco dedicadas al retablo de alabastro que se encontraba en ella y que también desapareció o fue destruido durante la guerra. Sus imágenes de 1925, junto a las procedentes del Archivo Mas de 1918 y las de Aurelio de Llano en 1928, son las únicas fotografías del retablo que se conocen hasta la fecha126. 125

Aurelio de Llano describió la capilla e incluyó sus fotografías de 1928. Ésta se construyó en 1346, era de planta cuadrada y tenía una portada ojival. Al interior se ven claramente las ventanas de estilo gótico, varias lápidas sepulcrales en el suelo y también tres tumbas murales bajo arcos apuntados. Cfr.Aurelio de Llano. Bellezas de Asturias de oriente a occidente. Oviedo: Diputación Provincial de Oviedo, 1928. pág. 211 126 Información sobre esta capilla, junto a las fotografías que se conocen de ella están disponibles en Web: http://www.capilladelosalas.org/index.php?modulo=retablo&idioma=es (30-5-2009). En esta página Web, se afirma que el retablo no se destruyó, al contrario de las noticias que aportó en 1939 Michael Steward en su artículo “The Destruction and Preservation of Works of Art in Nationalist Spain”, publicado en The Burlington Magazine for Connoisseurs. pág. 75. Consultar bibliografía.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

71. Anderson. Fountain Caños de San Francisco. Avilés, 1925. GRF: 53.241

Recorrió toda la ciudad y sus pasos la llevaron hacia una iglesia situada extramuros, en el barrio de los pescadores conocido por Sabugo. Quería fotografiar este templo del siglo XIII que no solo le proporcionó otro ejemplo de arquitectura religiosa, sino también de las tradiciones religiosas de este gremio. Uno de ellos fue la maqueta de un barco, el de San Telmo. Este santo dominico era el patrón de los marineros y lo sacaban en procesión todos los años, el día del Corpus Christi. El uso de este tipo de exvotos por parte de los marineros fue una costumbre extendida y a él se unían anclas y redes que se utilizaban como ofrenda para pedir la protección del santo.

72. Anderson. Iglesia de Sabugo, interior. Avilés, 1925. GRF: 51.505

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

73. Anderson. Iglesia de Sabugo. Barco de San Telmo. Avilés, 1925. GRF: 51.506

Llanes fue una de las localidades donde realizó gran cantidad de instantáneas. Este lugar poseía todos los elementos, tanto históricos, artísticos y folklóricos (incluido el traje de llanisca, la indumentaria típica del lugar), para atraer el objetivo de su cámara127. Se trataba de una villa centenaria dedicada principalmente a la pesca. Carlos V la visitó en el año 1517, justo al inicio de su primer viaje por España y una de las primeras instantáneas fue la del edificio donde estuvo hospedado el monarca. Pero un fuero concedido a la villa por Alfonso IX en 1188 demostraba y aportaba los atributos de antigüedad y prestigio a la villa. El original se conservaba en el archivo de Simancas. La investigadora lo fotografió, y no importó que fuesen copias, porque junto a las fotografías de monumentos y casas nobles ratificó la fama del lugar con documentos escritos fotografiados. La cantidad de monumentos arquitectónicos tanto religiosos y civiles reflejaban a través de las piedras partes de esa historia y proporcionaban ejemplos artísticos. Junto a las instantáneas de la iglesia de Santa María del Concejo, destacan en número las del palacio Galarza o, como ella lo denomina, Casa de Ribera, subraya la antigüedad del edificio y se recrea en su fachada y la cocina palaciega.

127

Realizó alrededor de 90 imágenes, superando en número a las que realizó, por ejemplo en Gijón.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

74. Anderson. Iglesia de San Salvador. Apse interior. Priesca, near of Villaviciosa, 1925. GRF: 52.393

La iglesia de San Salvador de Priesca sufrió durante la Guerra Civil irreparables destrozos, especialmente el interior, del que poseemos fotografías de la misma forma la Capilla de Santa Cruz en Cangas de Onís está totalmente reconstruida. Cuando la viajera llegó a este pueblo, hacía poco tiempo que se había descubierto el dolmen de época neolítica, sobre el que construyeron la capilla y que también quedó en estado ruinoso128.

75. Anderson. Capilla de Santa Cruz. Cangas de Onís, 1925. GRF: 51.624

128

Conde de la Vega del Sella. El dolmen de la capilla de Santa Cruz (Asturias). Madrid: 1919. Consultar página Web: http://tematico.asturias.es/cultura/yacimientos/dolmenstacruz.html (14-2-2009)

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Pero en otros casos, no podemos achacar el deterioro del patrimonio arquitectónico a los efectos de la guerra. La dispersión, el aislamiento y el difícil acceso a estos monumentos, junto a los efectos producidos al éxodo rural, los condujo a la ruina y al abandono. Y en ese estado encontró la iglesia de Abamia, en cuyo interior, y con el cielo como bóveda, crecían los árboles y todo estaba cubierto por la maleza.

76. Anderson. Santa Eulalia de Abamia. The burial place of Pelayo. Abamia, 1925. GRF: 51.471

También las casonas palaciegas sufrieron ese abandono o las transformaciones producidas por nuevos inquilinos con otras necesidades. Un caso evidente fue la Casa de la Herrería, conocida por el Palacio de la Ferrería, la antigua residencia del Conde de la Nava.

77. Anderson. La Ferrería, an old house belonging to the Conde de Nava, distant view. Fuente Santa de Buyeres de Nava, 1925. GRF: 57.390

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Hizo un completo reportaje y recopiló datos sobre la historia del lugar en la obra del historiador y arquitecto Lampérez y Romea129. Lampérez se refirió a ella como una granja señorial, que fue abandonada por sus inquilinos cuando se constituyeron los núcleos poblacionales, agregándose a ella diversas construcciones rurales sin orden ninguno. Estas son las notas que transcribió del libro y así fue como encontró la casa. Las imágenes del interior atestiguan la presencia de elementos que nos hablan de tiempos mejores. El grosor de sus muros, el uso de mampostería para edificar la torre, el escudo en la fachada principal, y al interior el elevado número de chimeneas, la existencia de una capilla privada. Pero cuando Anderson llegó lo primero que fotografió en su interior fueron las escaleras, o mejor dicho las madreñas que sus nuevos propietarios, posiblemente labradores, habían dejado en los primeros escalones. En una de las salas creyó ver colgado un árbol genealógico donde podría leer a quién perteneció la casa, y de donde llegaba el señorío pretérito de los antiguos moradores. Pero estaba en tan mal estado que no pudo ni fotografiarlo130.

78. Anderson. La Ferrería. Interior of a sala. The panel hanging between the window and the door is a genealogical chart. Fuente Santa de Buyeres de Nava, 1925. GRF: 57.397

En sus fotografías podemos ver como, incluso si estos edificios no sufrieron visibles transformaciones, si ha cambiado el entorno donde se localizan. Un caso 129

Vicente Lampérez y Romea. Arquitectura civil Española de los siglos I al XVIII. Arquitectura privada. Madrid: Calleja, 1922. vol. 1. págs. 50, 52. 130 Negativos: 2.829-2.841. Fuente Santa de Buyeres de Nava, abril, 1925. En uno de los negativos, el 2831, da una serie de indicaciones para cuando trabajasen con el negativo en la HSA. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 35.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

manifiesto es el del Palacio de Toreno en Cangas de Narcea, conserva un perfil idéntico al que tenía en 1924, pero todo cuanto le rodea es diferente. La población ha crecido y han desaparecido las pequeñas huertas, los cultivos que se extendían en la ladera sobre la que se halla el palacio, que actualmente sirve de ayuntamiento.

79. Anderson. Palace of the Conde de Toreno distant view. Note the branch hunging in the doorway to advertise the tavern within. Cangas de Tineo. Mayo, 1925. GRF: 57.510

De esta forma, con las imágenes dejó constancia no sólo del edificio en sí, sino también indicó datos quizás desconocidos en el presente como su denominación o el uso que se les daba en aquel momento.

6.5. Asturias se viste de fiesta Mientras recorría las calles de Cudillero se fijó en algunos detalles relacionados con la devoción popular. En la fachada de una casa advirtió la presencia de una reliquia conocida como el Cristo del Turbón, y anotó la historia en español, conforme se la iban dictando las vecinas allí congregadas131.

131

Cudillero, Asturias, 1925. […] Hubo un temporal muy grande en el mar y ofreció al Cristo, el amo de la casa, dando gracias a Dios por haber libertado a la gente del temporal de la mar. Negativo: 2.766. págs. 29-30. Esta imagen se encuentra catalogada en la sección, Shrines, reliquias, en el archivo de Asturias. Cuaderno de Negativos: Ruth Matilda Anderson Collection: 2.664 al 4.674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

80. Anderson. Wall shrine, el Cristo del Turbón, “hubo un temporal muy grande en el mar[…]. Cudillero, 1925. GRF: 57.322

Sus lecturas y la gente le llevaron a conocer muchas de las tradiciones asturianas132, y anotó datos sobre cada una en su libreta133, lo mismo hizo con el tema de la música134, la danza135, y los juegos136. La investigadora se interesó por la fiesta y celebraciones como recurso imprescindible para estudiar otros elementos pertenecientes al folklore autóctono, muchas relacionadas con la indumentaria. Poco tiempo después de pisar tierras asturianas comprobó cómo al igual que en Galicia, el traje típico regional había dejado de utilizarse diariamente. Los ejemplos que más se aproximaban a 132

Sus cuadernos de notas también se hicieron eco de tradiciones relacionadas con los ritos de cortejo, sobre el matrimonio, los bautizos y los entierros: Costumbre curiosa con que los mozos y las mozas asturianos entran en relaciones amorosas (cortejo de mozos tiene lugar en cocina de mozas). La boda: repartir el cantiello, llamada, correr el plato. El bautizo: regalos de foches, foyuelu (tortilla de harina, etc.), vaqueros llevan un trozo de pan del choro. Entierros: colocase el ataúd a la entrada de la casa. Abre la comitiva una mujer con la oblada (pan, vino, carne, etc.), plañideras. Cada uno coge un puñado de tierra que besa y arroja a la fosa. Sírvese refrigerio, celébrese el fúnebre banquete presidido por los clérigos. En, Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 133 Costumbre del árbol, maya templo lleno rodeado de puestos, procesión -escopeteros etc., mozos y mozas-ramos de ofrenda, pañuelos, etc. Recogidos a préstamo, se prende fuero al xigante, corridas y meriendas al aire libre, luego de ellas, la fiesta profana que se acaba por guerra. Otras fiestas. Navidá[sic] cantos infantiles. Carnaval, grotescas pantomimas. Semana Santa, insultantes, alusiones a los judíos. Pascua, regalos de pan piden por la Cruz de Mayo. Corpus, se inician romerías. Nochebuena, entonan coplas. Primer día del año o último, fiesta de los devotos. Fiestas de San Juan sonadas, brotan las Xanas. Oviedo- Pascua de Pentecostés. Clásico martes de bollu. Fiesta de San Mateo, la Magdalena, San Pedro, San Roque, Santa Bárbara, San Silvestre, la Candelero. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 134 En Asturias más se canta: alboradas, fandangos, alalás, el trébole (la Noche de San Juan), xiringüelo. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 135 Danzas, al son de la gaita y tamborial. Avilés, danza prima, tiene sabor más primitivo, giraldilla, pericote, fandango o xirigüelo. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 136 Juegos, del zapato o del zurrón, con que terminan las filas carrera de mozos para alcanzar el acicate de bella moza, monterías contra animales, dañinos, osos, lobos, etc. juego de bolos, a la barra, a la llave, a la pelota, juegos de niños. Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

lo que ella consideró traje típico habían perdido muchos de sus atributos característicos y, como en la zona gallega, volvió a cerciorarse de que fueron relegados a momentos muy concretos, enmarcados en la mayoría de los casos a eventos religiosos y festivos137. Las imágenes de Asturias con las que quiso ilustrar el traje típico fueron principalmente las que realizó enmarcadas en el hecho festivo y que adquirieron de esta forma un doble valor. Esto no significa que sólo fotografiara trajes típicos en esos momentos, sin olvidar los escenarios “preparados”, nos referimos a las que realizó en el estudio del fotógrafo Arturo del Fresno en Villaviciosa. Del Fresno buscó a la modelo que permitió ser fotografiada mostrando individualmente cada una de las partes del traje. Alfred T. escribió a su mujer como se produjo la sesión fotográfica: In the afternoon we went again to “productos Kodak” the proprietor of the place is also a photographer and has a skylight and equipment in rooms back of the store. He had secured some costumes for us and engaged a pretty girl to wear them, so this afternoon Ruth was using her camera in his studio under, a real skylight. The photographers wife and daughter and some women friends were also in the studio138.

81. Anderson. Traje asturiana. Villaviciosa, 1925. GRF: 53.216

137

En este momento diferenciamos las fotografias que consideró ejemplos válidos de traje típico regional, de las que hizo a sus modelos habituales, los que iba encontrando durante la marcha y que podrían servir como prototipos del oficio que desempeñaban, o que portaban algún elemento en sus vestimentas que consideró digno de ser fotografiado. 138 Alfred T. Anderson Diaries. Villaviciosa. 20-24 abril, 1925. vol. XIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. pág. 12

581

6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Su hija escribió notas sobre cada una de las partes del traje139, y utilizó un libro de Aurelio de Llano como manual para el estudio de la indumentaria. De él precisamente sacó una copla que reprodujo en su cuaderno: […] Los cordones de seda fueron regalos de los novios a las novias, traídos de la siega, cuando fueron a Castilla para segar el trigo. “Fuiste a la siega Y no me traiste[sic] los cordones En viniendo las corbatas Maldita la que me comes” 140

Cuando llegó a Cudillero no era época de fiesta, fotografió a una serie de pescadores con las ropas que utilizaban a diario, y en algunos casos las catalogó en el GRF bajo el título de Fishermen costume o incluso, Fisherwives Costume. Nada indicaba que esa indumentaria era la que típicamente vestía un pescador, a no ser, por ejemplo, cuando se refirió al “fato” o traje de aguas con el que algunos pescadores salían a la mar, lo mismo sucedía en el caso del traje que vestían las esposas de estos hombres141. Pero la falta de trajes típicos no resultó un obstáculo, o el final del trabajo, sino que le llevó a crear, poco a poco, un amplio repertorio de tipos humanos con los que en última instancia podría dotar de rostro a una región. La indumentaria tradicional era un elemento que se enmarcaba principal y únicamente dentro del evento festivo o religioso. Pero incluso en esos momentos no encontró ejemplos que, a su juicio, mereciesen la pena, como los que vio durante el Carnaval de Oviedo y la Semana Santa en Llanes. Durante el Carnaval documentó el ambiente festivo en la ciudad, la gente, los vendedores ambulantes, aunque por causa de la lluvia no pudo fotografiar el Entierro de

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Zapatos amplios. Escarpines claveteados dentro de zuecos. Capa de paño oscuro. Mujeres: cortos refajos-pañete-encarnado, amarillo y verde. Ensiertado [sic] en tiras de 3 colores. Saya de lana negra atada al talle con cintas de varios colores – de Sinojil. Camisa, botones de hilo, anchas mangas plegadas horizontalmente, jubon de tela igual a la saya. Cotilla roja, amarilla, verde abrochada con gorjetas que son cordones de seda que terminadas en plateados ferretes, y con cortinas para sostener el pecho. Dengue graciosos [sic], negro, paños cruzados sobre el pecho se anudan a la espalda. Mandil de pana, corto y estrecho adornado con cintas de color. Pañuelo a cabeza con cenefa, bordado. Medias blancas o azules de lana. Zapatos fuertes de cuero, atados con correas de piel. Sartas de corales, arracadas. En, Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Asturias. AIB. HSA. 140 De Llano en su libro de 1922 sobre el folklore asturiano, ya se refería a la lenta desaparición del traje y Ramón Menéndez Pidal también aludió a ello en el prólogo que escribió para este libro. Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922. pág. 155. Negativo: 3.418. Villaviciosa, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. pág.75. 141 Negativo: 2.751. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 27.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA la Sardina142. La indumentaria típica no era tal, sino que se trataba de disfraces que no tenían nada que ver con los originales143. En Llanes fue diferente en cierto sentido, porque de allí era originario uno de los trajes representativos de toda la región, el traje llanisco144. A este hecho se unió el pintoresquismo del escenario donde llegó para documentar la Semana Santa en abril y los Ramos de Pan en julio145. Siempre pendiente de la indumentaria como parte de la fiesta se refirió a tres festivales celebrados en este pueblo; el de la Magdalena, el 22 de julio, el de San Roque, el 16 de Agosto y el de la Virgen de la Guía, el 8 de septiembre, y señaló que eran los momentos en los que se vestía el traje llanisco146. La fiesta del “Ramu” era una de las más antiguas y arraigadas en Asturias. Los pueblos primitivos adoraron al árbol, a él le atribuyeron poderes sobrenaturales, y le dotaron de alma, pero seguramente esta tradición está más relacionada con antiguas ceremonias de época romana en las que se veneraba a la diosa de la tierra, Ceres, y que fueron asimiladas por los primeros cristianos. El “Ramu” asturiano no es precisamente una rama, su origen primigenio tiene mucho que ver con esta idea, ahora forma parte del acto religioso y es utilizado como una ofrenda y también como la vía para hacer llegar una petición a la divinidad147. Leyó las explicaciones que sobre esta fiesta había escrito el folklorista Aurelio de Llano, y subrayó en uno de sus libros los datos que podían ser interesantes148. El interés por esta fiesta era indiscutible porque la viajera pudo haber fotografiado estos trajes durante su primera visita al Principado, pero no lo hizo y 142

Negativos: 2.961-2.968. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 44. 143 Oviedo, Febrero, 1925. Negativos: 2.718-2.725. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 23-24. 144 Existen varios tipos de traje regional asturiano, dependiendo en algunos casos si pertenecen a la zona oriental u occidental de la región. Entre otros ejemplos, en la parte oriental se localiza el traje llanisco o de aldeana. Existe además la indumentaria conocida por cabraliego o antiguo, porruano y también la de vaqueiro en la zona occidental. Nieves de Hoyo Sancho. “El traje regional en Asturias”. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. Madrid: 1983. Cuaderno 38. págs. 135-144. 145 A la Semana Santa que vivió en Llanes nos referimos en el segundo capítulo de la tesis, ya que le sorprendió el fervor con el que los habitantes vivían esas celebraciones. Ver cap. 2, nota 11. Negativos: 3.177-3.185 Llanes, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 58-59. 146 Negativos: 3.219. Llanes, abril, 1925. R. M. Anderson Collection 2664 to 4674. Dpto. Grabado y Fotografía. pág. 61. 147 La estructura del Ramu, puede variar con respecto a la zona, ya que por toda la península existen fiestas de este tipo. En Asturias el “ramu” tiene forma piramidal. Sirve de ofrenda para el santo del lugar o, como en el caso de Celorio, se entrega a la Virgen del Carmen durante la fiesta dedicada a ella. A la hora del ofertorio las mozas que visten los trajes regionales, tocan panderos y panderetas y cantan al ramo, la ofrenda. Los ramos acabarán siendo subastados a la gente del pueblo, con cuyos beneficios se sufragarán, en principio, los gastos de la fiesta. Cfr. Enciclopedia Asturiana. págs. 137-139 148 Aurelio de Llano. Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922. págs. 200-205

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA esperó la llegada del verano para dirigirse a dos pueblos Celorio y Parres, poco antes de dejar la Península rumbo a Inglaterra. La herramienta que aplicó para documentar el traje regional, la visual, se puede comparar con la herramienta que utilizó su informante, Aurelio de Llano en uno de sus trabajos, cuando describió la indumentaria a través de una serie de coplas populares a las que nos referiremos más adelante149.

82. Anderson. Fiesta de la Virgen del Carmen. Outskirts of the fiesta. Celorio, 1925. GRF: 53.680

Realizó un completo reportaje de esta festividad en Celorio, treinta y siete fotografías en varios formatos, a destacar las nueve instantáneas en color. Una fiesta tan importante merecía el color y por otro lado, este era uno de los atributos en muchos de los elementos que componían la fiesta. No sólo los trajes de vistosas tonalidades, el de aldeana y el de porruano, típicamente asturianos, también los ramos de pan aportaban un colorido que hacía prácticamente obligatorio el uso de las placas para una correcta documentación. El ramo era el protagonista ya que se convertía en la ofrenda simbólica a Dios, lo que nos habla de la antigüedad de esta celebración que recuerda antiguas ceremonias paganas, celtas, griegas o romanas. Junto a las placas realizó fotografías en blanco y negro y mostró las diferentes etapas de construcción, una vez en Nueva York decidió reservar a esta ofrenda una sección exclusiva dentro del GRF de Asturias150.

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Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Madrid: Talleres de Voluntad, 1922. Parte tercera. Costumbres. El traje. págs. 153-159 150 En esta sección encontramos imágenes de los Ramos de Pan de Celorio y de Parrés. Archivo General (GRF): Asturias (customs): Ramos de Pan. AIB. HSA.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

Se trataba de un evento comunitario, religioso y lúdico en el que intervenía todo el pueblo y se unió a él como observadora participante. Uno de los momentos álgidos de la fiesta era cuando las muchachas se colocaban rodeando a los ramos para cantarles. La riqueza de detalles que fotografió, logró capturar el ambiente de la fiesta porque tan importante eran los trajes, los ramos, la multitud de gente, como la acción misma.

83. Anderson. Las mozas cantando los ramos. Celorio, 1925. GRF: 53.678

El ángulo parece expandirse por la cantidad de personajes que consiguió incluir en muchas de las imágenes y para conseguirlo no dudó, observar la acción desde diversas perspectivas, como cuando se subió un edificio cercano y fotografió desde lo alto el corro de las muchachas cantando, consiguiendo una visión completa del grupo. Con sus fotografías pretendió recopilar momentos con la suficiente capacidad para mostrar, no sólo un escenario donde se está desarrollando una fiesta, sino lo que esta significaba. Las notas imprimen más “elocuencia” al acto aclarando detalles particulares sobre él, como cuando señaló que sólo las chicas del pueblo visten el traje llanisco, mientras se detiene a describir los ramos piramidales repletos de lazos, flores y las roscas de pan o las partes del ceremonial.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

84. Anderson. Ramos de pan standing in the vestibule of the church. Celorio, 1925. GRF: 53.669

Se fijó en la indumentaria de otros participantes de la fiesta y que sin duda contrastaban con todo lo anterior. Algunas de las mujeres vestían un traje blanco y era muy interesante ya que se trataba de una promesa. Anotó [...] of white muslim which is called el de la mortaja. Se lleva de promesa para una enfermedad a la Virgen del Carmen151.

151

Los ramos sirven de ofrenda para la Virgen del Carmen, algunos son una promesa. Fiesta de la Virgen del Carmen. 19 de junio de 1925. Las fotografías en blanco y negro sobre los Ramos de Pan en Celorio, negs.: 4.675-4.680. págs. 1-4. y en Parres, Negativos.: 4.689-4.691. págs. 6-7. Cuaderno de Negativos: Ruth Matilda Anderson Collection : 4650-7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativo 4.676: Celorio (Oviedo). Only las chicas del pueblo may wear the regional costume at the romería. Guests from other villages wear their usual clothes. Negativo 4.677: Group of mozas cantando los ramos. The ramos is made by hanging rings of bread on a wooden frame and decorating the whole with flowers and coloured ribbons. The ramo is carried in the procession; on the return the procession stops outside the church, and the girls of the village sing verses accompanying themselves with panderetas. Negativo 4.717: Celorio (Oviedo). Ramo de pan, detail. The girls of the town gather the bread which is given as a limosna to the Virgen del Carmen. The ramos are arranged the day before the fiesta, and are left at one of the homes until Sunday morning, when the mozos and mozas gather at the house and bring them to the church, the mozos carrying the ramos and the mozas cantandolos. The ramo bearers pause a few moments in front of the church, then turn about and lead the procession down the lane. After the function is over the ramos is auctioned off to the biggest bidder. This one weighed 3 arrobas, bore 43 roscas de pan, and was bought for 25 pesetas. Negativo 4.719: Celorio (Oviedo). Procession of the fiesta de la Virgen del Carmen. The mozos lead with the ramos, but are soon passed by a priest bearing a cross and the acólitos with the cidiales, one on either side of the priest. Third place is taken by the estandartes, accompanied by the ofrecidas, wearing escapularios and carrying candles, some in traje de la mortaja, and some barefoot, one pregnant woman I noticed especially. Then follows the Virgen del Carmen, a tiny image, next the mozas in costume. The procession is ended by priest some in albas and one in a capa with two in dalmáticas. The tall pole seen at the left of the picture is the trunk of a transplanted tree. The evening before (la víspera) the fiesta a tree is planted near the church. Then the girls come with their panderetas and sing verses to it a la hoguera. Negativo 4.731: Celorio (Oviedo). Women in costume of white muslim which is called traje de la mortaja, se lleva de promesa para una enfermedad a la Virgen del Carmen

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA

85. Anderson. Fiesta de la Virgen del Carmen. Celorio, 1925. GRF: 53.684

La gente del Principado le concedió pocas ocasiones para fotografiar trajes auténticos, es decir, provistos de todos los detalles y realizados a mano, la fiesta de los ramos fue una de ellas. Una celebración donde el color adquiría tal protagonismo hizo obligatoria la utilización de las placas autocromas. Con ellas pudo captar en todo su esplendor la vistosidad de los trajes, los ramos en los que se colgaban flores y roscas de pan, e incluso los instrumentos musicales que portaban las mozas, panderetas y castañuelas que además estaban decoradas por orlas de colores. Pero el archivo que deseaba reunir sobre el traje, le llevó a retratar a personajes que no eran de la región, como el hombre que fotografió en Celorio. Posiblemente se trata de un asturiano, nacido en el pueblo, pero vestido con ropas características de Castilla, donde quizás tenía su residencia habitual. Como cada año llegaría a disfrutar de la fiesta, pero nunca lo sabremos porque no dejó constancia en sus fotografías. Lo que queremos resaltar con este asunto es como la investigadora no hizo discriminaciones, si la indumentaria era digna de fotografiar, no se lo pensaba dos veces. Una vez en la HSA se encargaría de catalogarla en su lugar correspondiente. La preeminencia del la indumentaria sobre cualquier otro asunto es patente y constituyó uno de los intereses principales en su trabajo documental.

Los autocromos de Celorio negs.: 175.310-175.316. Tres de ellos aparecen publicados en, Patrick Lenaghan; Mariola Gómez Laínez. El Color del Sol. La placa autocroma, primera fotografía en colores / Color from Sunlight. Autochrom. New York: The Hispanic Society of America. Madrid: Fotovatio y Ediciones El Viso, 2010. págs.76, 77 y 145.

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6. Modelo de expedición: La imagen de Asturias en la HSA Asturias, como acabamos de ver, es un ejemplo ideal de expedición “andersoniana” porque cumple con todas las características que se producían en ellas. Continuó desarrollando el tipo de metodología que aplicó en Galicia y cuyas líneas generales se idearon en la sede de la HSA con la ayuda de Huntington. Pero ahora estaban más perfeccionadas. Sabía con más precisión lo que iba buscando y qué temas prevalecerían sobre otros y comenzaba a asimilar cuales eran los inconvenientes, o mejor dicho la realidad a la que se enfrentaba. El ritmo y la forma de trabajo ya estaban establecidos, y fueron procedimientos que se desarrollaron de igual manera en posteriores viajes. El elevado volumen de imágenes obligaba a su rápida identificación y explicación, por medio de números y notas respectivamente. Los envíos a la HSA también se programaban periódicamente, y debían ir acompañados por esas notas, mantener un orden era fundamental y marca el inicio de una dinámica de trabajo. Una empresa tal envergadura determinó que además la necesidad de una compañera de viaje, Frances Spalding cuya ayuda se hizo imprescindible. Así fue como reprodujo a través de su lente lo que vio en la región asturiana. Al no ser incluida por Sorolla en sus paneles para la HSA y compartir similitudes con Galicia con respecto al traje típico, entre otras circunstancias, condicionó el que no fuera una de las regiones más fotografiadas, pero sin duda alguna, su importancia histórica y las pretensiones de la recopilación fotográfica que le encomendaron hacían obligatoria la visita al Principado. A diferencia de otras regiones, especialmente la que acababa de dejar, disfrutó de los avances que una economía en crecimiento le proporcionaron, incluido el favorable desarrollo de la fotografía, y esto se aprecia en el tipo de informantes, muchos de ellos fotógrafos y gente acomodada, aunque también se muestra más segura cuando retrató a sus modelos. También, por primera vez desde que llegó a España, tuvo que someterse a una serie de requisitos gubernamentales para fotografiar la arquitectura y el arte, pero que solventó fácilmente con la ayuda de Aurelio de Llano que le proporcionó los permisos necesarios. Disfrutar de esa ventaja propició el que actualmente, ochenta años después, podamos ver las imágenes de un patrimonio artístico que ya no existe, o sigue sufriendo el abandono y su consecuente deterioro. Finalmente el patrimonio oral a cuya recopilación y preservación también se dedicó Aurelio de Llano, tuvo su réplica gráfica en la obra de la enviada de la HSA.

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7. LA EXPOSICIÓN DE DANZAS DE ESPAÑA EN LA HSA

         

 

7. La exposición de danzas de España en la HSA

There is a music Of the heart, Which waves the veils Of pain apart A. M. H.1

Como ya sabemos la HSA fue y sigue siendo un centro de estudios donde los fondos de la biblioteca se complementan y prolongan con una extraordinaria colección arqueológica y artística. Parte de esta extensa colección se muestra al público general en las salas del museo, pero, junto a los fondos permanentes y especialmente en tiempos del fundador, se organizaron exposiciones temporales. Con ellas pretendían exhibir otras partes de la colección de arte, pero también de los tesoros en la biblioteca o la hemeroteca2. Esta situación propició que la obra científica de Anderson no se ciñese únicamente a la producción fotográfica, ni a la bibliográfica, sino que también se encargó de la organización y supervisión de varias exhibiciones relacionadas directamente con el folklore. Una exposición es para un museo un acto normal y habitual, pero que ésta estuviera dedicada a la danza española y en el momento y la forma en la que se realizó, hicieron de ella un evento insólito y sin precedentes no sólo en la ciudad de Nueva York, sino también en el resto del país.

7.1. El fenómeno de la música y la danza española en Anderson Dentro de la producción fotográfica de Anderson para la HSA, especialmente la de sus primeras décadas, existe una impresionante variedad de imágenes que ejemplifican o aluden al repertorio del ciclo vital musical y coreográfico. Debido a la abundancia de material, y al haberlo tratado, en parte, en el capítulo quinto, en éste nos centraremos principalmente en la exposición. Completaremos la visión anterior aportando otra serie de muestras, concretamente las que incluyó en la exposición. Entre ellas algunas de las más obvias, con grupos de gente bailando, cantando, tocando instrumentos musicales, y 1

Archer M Huntington. “Music” Collected Verses. New York: The Hispanic Society of America, 1953. pág. 284 2 Existe un listado con las exposiciones (27 en total) organizadas por la HSA desde 1909 hasta 1972. Este documento se conservaba en la sala donde se almacenan los negativos, en él se especifican números de negativos de todas las exhibiciones menos de cinco: Zuloaga (1909), Brasil (1913), Christian (1916), Bailey y la de Peixoto (1922).

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7. La exposición de danzas de España en la HSA también otra serie de instantáneas en las que reprodujo individualmente esos instrumentos y, como no podía ser menos, las que documentaron las partes que componían el traje de un músico o un bailarín. Durante el tiempo que pasó de expedición por España tuvo la oportunidad de entrar en contacto directo con los auténticos productores de la música y las danzas populares. Estas muestras del folklore español y del repertorio del ciclo vital se le presentaban muchas veces de manera fortuita, como les sucedió en Llanes, cuando les invitaron a una fiesta de cumpleaños y les agasajaron con cantos y danzas de la tierra acompañados por la gaita3. A diferencia de la música y la danza propia en fiestas y celebraciones regidas por el calendario religioso, las que presenció en el cumpleaños nacieron de la espontaneidad en un momento alegre, lo hubieron hecho también si no hubiese estado presente la americana, y así lo sintió Anderson. La manera en la que se producían estas formas de expresión crearon en su mente una opinión concreta sobre el lugar que música y danza ocupaban en la cultura española, y de ella se sirvió para organizar su exposición, aunque no pudo incluirlas todas4. Con el tiempo se convirtió en una experta y supo apreciar la “autenticidad” de unas costumbres que consideró de esta forma, porque el pueblo las había asimilado y mantenido durante siglos. Entendían el simbolismo de las representaciones en su conjunto, y el significado de la acción y los gestos particulares. Creyó que tanto la música como la danza, especialmente las religiosas, aseguraban la legitimidad de su tradición, ya que estaban habituados a su práctica y eran más difíciles de modificar. La música y la danza le interesaron por otras muchas razones: porque formaban parte de la celebración, porque eran protagonistas en muchos casos de la fiesta misma, ya fuera de carácter religioso o civil, público o privado como acabamos de ver, porque en muchos casos era el momento en el que exhibían las indumentarias típicas.

3

Alfred T. Anderson Diaries. Llanes. Julio, 1925. Vol. XVIII. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 4 Como por ejemplo las que realizó en Madrid, en el transcurso de la romería de San Isidro o las de la procesión de Oñate, Guipúzcoa de 1923, realizadas posiblemente durante el mes de junio. Se trata de una procesión con las imágenes de Cristo y la Virgen a la cabeza, a continuación aparece un grupo de “dantzaris”, bailarines vascos que van ejecutando su tradicional danza seguidos por la comitiva de autoridades religiosas. En Castilla and Vizcaya . HSA Expediton 1923. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

1. Anderson. Gaitero and Tamborilero. Betanzos, 12-21- enero, 1926. Autocromo: 9.368

2. Anderson. Gaitero and Tamborilero. Betanzos, 12-21- enero, 1926. Autocromo: 9.369

Su discernimiento y la agilidad de su mirada hicieron que se percatase en el transcurso de todos estos eventos del valor de la música y danza como expresión de lo popular5. Es precisamente este aspecto, “lo popular”, el que aportó principalmente el sentido al trabajo de recopilación que estaba desarrollando en España. Su misión fue la de 5

Lo popular como sinónimo de folklore o para ser más precisos la “cultura popular”, que fue lo que buscó en buena parte Anderson para sus fotografías, es un concepto debatido y que ha sufrido múltiples transformaciones a lo largo de la historia. Consultar: Honorio Velasco. “Los significados de cultura y los significados de pueblo. Una historia inacabada”. Reis. Revista Española de Investigaciones Sociológicas. Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Octubre-diciembre, 1992. no. 60. págs. 7-27. Disponible en Web: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=758622. (25-5-2009)

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7. La exposición de danzas de España en la HSA capturar ejemplos del folklore y estudiar su significado, este fue el principal compromiso con la HSA y así lo tratamos en profundidad en capítulos precedentes. El deber de esta “folklorista de los sentidos, de lo inmaterial”, especialmente la danza, fue el de encontrar las evidencias de la cultura de tradición oral, transcribir sus enseñanzas y plasmarlas en lo que con el tiempo se convirtió en un magno archivo gráfico, en el cual se incluyeron todos los materiales sobre los que hablábamos en el punto anterior, es decir, sus fotografías, las imágenes que compró, las notas de campo, los recortes de periódicos, etc. Una vez dicho esto y antes de repasar algunos ejemplos excepcionales sobre su trabajo en este sentido durante las expediciones, debemos analizar aquí los precedentes que con respecto a la música se hallan en la biografía misma de esta mujer. Algunas características nos ayudarán a entender sus conocimientos musicales, su interés y su vigorosa capacidad a la hora de ir recolectando y seleccionando todo este material folklórico-musical, aunque ya tratamos este asunto en el capítulo segundo de esta tesis doctoral6. Anderson vivió en un ambiente que no era ajeno a la música, aprendió a tocar el piano en su casa, posiblemente le enseñó su madre que lo tocaba y que como su marido, eran grandes aficionados a ella7. Al inicio de sus estudios en Nebraska, su estado natal, se había preparado para ejercer como profesora de música8. Ya en edad madura su inclinación hizo que durante algunos años formase parte de un coro a cuyos ensayos nunca faltaba, aunque tuviese que pedir permiso para salir antes del trabajo9.

6

Cap. 2. Apartado 2.3. Música para el alma En el texto que Ruth escribió sobre su padre se refirió a afición de este a la música, y a sus dotes como cantante e intérprete de varios instrumentos musicales: Father was interested in music. As a young man he made a violin, and in the nineties played a beautiful guitar inlaid with mother-of-pearl, which is now owned by my nephew in California. He played the piano also, principally Swedish pieces from a collection which included works by the noted composer Gunnar Wennerberg. Father took part as a tenor in the chorus trained about 1913 to produce The Messiah, under the direction of Mrs. Grace Steadman. At the final performance the chorus was accompanied by a Minnesota symphony orchestra. The orchestra conductor had supposed he would direct the chorus as well as the orchestra - some of his men rebelled at serving under a woman - but Mrs. Steadman had other ideas and she prevailed, conducting both chorus and orchestra in a triumphant performance. Ruth M. Anderson. “My Father Alfred T. Anderson. Photographer”. Marian Dettman Johnson. A.T. Anderson, Photographer. Buffalo Tales. Buffalo: Buffalo County Historical Society. October, 1982. vol. 5, no. 9. Texto disponible en Web: http://bchs.us/BTales_198210.htm (2-5-2009) 8 Currículo Anderson. Sobre Q. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 9 Cap. 2. Apartado 2.3. Música para el alma 7

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

Mientras viajaba por España entre 1924 y 1925 se sucedieron una serie de anécdotas que nos muestran su afición por la música, la misma que, por ejemplo, le llevó a interpretar en una iglesia y con ayuda del párroco, el himno America: We went up into the gallery so that we could get a picture without turning the camera up too much. There was a priest who was just going to play on the pipe organ. He let Ruth play a little first and she played “America”; afterwards he played beautiful music and Ruth turned the pages, while our camera was exposing for 15 minutes. I wonder how many of these old churches have had “America” played in them10.

Durante esta misma expedición, pero en Avilés, Ruth no se resistió a practicar con el piano que había en el hotel La Serrana. El padre aportó su testimonio al respecto, tras el almuerzo, y antes de salir a visitar otra iglesia y a caminar por las calles en busca de cosas interesantes que fotografiar, su hija se dedicó un tiempo a tocar el piano11. Aunque los episodios anteriores puedan ser juzgados como meras anécdotas, nos parecen relevantes, ya que entre otras cosas, constatan cómo su cultura musical le sirvió para su trabajo recopilatorio del folklore musical, y por ello fue capaz de transcribir las canciones que escuchó de sus informantes. Como las notas y la letra de un canto típico gallego que escribió sobre un pentagrama dibujado de manera improvisada en una de sus libretas12.

2. Canto de Pandeiro. Alegro, 1924. Cuaderno de notas: Galicia-León. 3. Archivo: Ruth M. Anderson. Biblioteca HSA. 10

Carta de Alfred T. a su familia en Kearney. Santiago de Compostela, 6 de octubre, 1924. Extracts from Father´s Diaries: Alfred Anderson in Spain with his Daughter Ruth. July, 1924-july, 1925. Elizabeth Uldall. Edinburgh, 1986. Dpt. de Grabado y Fotografía. HSA. 11 Alfred T. Anderson Diaries. Avilés. Marzo 4, 1925. Vol. X. pág. 17. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 12 Canto de Pandero Alegro. Anderson, Ruth M. Caja: Notebooks: Galicia, Oviedo also list of Photos 1924. Fichero: Galicia-León. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

Entre sus documentos personales también conservó letras de canciones, como por ejemplo la que recogió en Mugía, La Coruña, mientras viajaba por Galicia en su expedición de 1924-1925 y que reproducimos a continuación. Se trata de un canto dedicado a la Virgen de la Barca a cuyo santuario se acercan miles de peregrinos el domingo siguiente a la Natividad de la Virgen (8 de septiembre). Conmemora la aparición de la Virgen sobre una barca de piedra, al apóstol Santiago13. Aparece como una nota suelta: Veño da Virxen da Barca, da Virxen Barca Veño, Veño da bailar á pedra, da balar á pedra veño. Nuestra Señora da Barca, ten unha pipa no monte, as muxeres veven viño, os homes agua da fonte14

Las líneas anteriores muestran dos ejemplos muy concretos de lo que intentamos explicar. No debemos olvidar que este material serviría principalmente de consulta, necesitaba ser analizado in situ, antes de ser enviado a Nueva York. Es otro ejemplo comparable a los que hemos estudiado en otros capítulos, y que incide en la necesidad de explicar los negativos, describirlos, y cumplir de esta forma con las indicaciones estipuladas por la Sociedad. No se trataba de meras descripciones, sino de una valiosa fuente escrita de noticias que servían para completar y precisar el contenido de sus negativos15. Eso le llevó, por ejemplo, a incluir la copia de una carta que le envió su amigo gallego Otero Rúa16, que además era miembro de la Coral Polifónica de Pontevedra17.

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J.E. Rivadulla Porta. Notas históricas del Santuario de Nuestra Señora de la Barca (Muxía). La Coruña: Talleres Tipográficos de Imp. Comercial, 1974. 14 Realizó un amplio reportaje fotográfico en el Santuario y la imagen de Ntra. Sra. de la Barca, en Mugía, también de la piedra protagonista de la leyenda. Incluyó el Canto Popular dedicado a ella. Expedición: 1924-1925. En R. M. Anderson Collection: 1086 al 2663. pág. 22. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. En, Lenaghan. Una mirada de antaño, 2010. pág. 496 15 Correspondencia de Anderson con la HSA. Cartas fechadas el 9 de enero de1925 y el 20 de marzo de 1925. En carpeta: Ruth M. Anderson. Copied:“HSA Corr.(with HSA General Staff Committee) August 1924-Nov. 1925. Notes A-B. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 16 Carta de José Otero Rúa a Anderson con fecha del 10 de abril de 1926. Sobre L. Miscellaneous. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 17 En una ocasión le envió una carta donde le informó sobre un concierto que dieron en la catedral de Santiago el domingo de Resurrección. En ella también habla sobre los decorados que diseñó Castelao, especificó que detrás de uno de ellos, de “estilo ultraísta”, un boceto representando la portada románica, telón de fondo para el acto religioso, se encuentra en el archivo de la residencia de estudiantes en Madrid. Disponible en Web: http://www.residencia.csic.es/bal/exposicion/obra/seccion/obra10.htm (24-5-2007)

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

En ella le explicó una costumbre popular de origen remoto y a la vez la reacción espontánea que da lugar a un canto, una tonada típica gallega el alalá18. Conocía estos cantos tradicionales y junto a la muñeira, se refirió a ellos al hablar sobre sus viajes19. Pero también dejó constancia del patrimonio oral y musical que tuvo la oportunidad de escuchar en cualquier momento, no sólo las expresiones musicales unidas a festividades religiosas o folklóricas. Este fue el caso durante su visita a Mugía donde, guiados por “La Valiente”, una vecina del pueblo, llegaron a la casa donde se encontraba un grupo de bordadoras, mujeres mayores y muchachas jóvenes que acompañaban su labor con canciones20. En su diario el padre aludió a “lo precioso” que eran los cantos de estas muchachas a la luz del candil21.

Se cantó Serenata de cuatro galanes y una dama de Alexander Borodin (Porfiryevich Borodin) 1833-1887. Compositor, médico y científico ruso unido al nacionalismo musical de ese país. Formaba parte del Grupo de los Cinco, un conjunto de compositores que consiguió elevar la música popular rusa al nivel de la clásica. "Borodin, Alexander." The Oxford Dictionary of Music, 2nd ed. rev. Ed. Michael Kennedy. Oxford Music Online. Disponible en Web: http://www.oxfordmusiconline.com/subscriber/article/opr/t237/e1394. (29-8-2009) 18 En este alto (de Moldes), existe un crucero que debe tener un origen remotísimo, pero cuya última restauración probablemente data del siglo XV. Este crucero está perpetuamente alumbrado por las esposas, hijas, hermanas o novias de los navegantes que cuando se aproxima la fecha de llegada, suben a aquel lugar para ver aparecer en el horizonte del Atlántico el buque que les trae el su querido. Si el tiempo esta bueno, con los familiares del marino suben algunas amigas, mientras sus manos tejen y bordan, sus gargantas cantas nuestros ancestrales alalás, acompañados por la incomparable música, en tono menor, que ejecuta el viento entre las arpas de los pinos. Esta escena la he presenciado yó[sic] muchas veces y siempre me emocioné hondamente, llegando a producirme calofrío[sic] estético. Carta de José Otero Rua del 20-8-1926 desde Pontevedra. Anderson la insertó entre sus notas para complementar la información del negativo: 5.882, realizado en Moldes, La Coruña, y en el que aparece un crucero dedicado Nuestra Señora de Belén, cuya romería se celebra el primer domingo de mayo. En Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 58 19 […] After luncheon the animation subsides a little, but when the gaita begins again to pierce the chatter with sighs and whistling seconded by the vibrations of the tamborial, the young unmarried people rise to seek a level palace for their dances. Of these the muñeira is the most natural; if is a pantomime of courtship, the girls moving quietly in one place, keeping her eyes bent on the ground, playing castanets in her lowered hand, the man capering around her with a extravagant steps and gestures. Archivo: Photographs to be Filed. Carpeta: Spain-Galicia. AIB. HSA. pág. 23-24. 20 Anderson. Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. New York: The Hispanic Society of America, 1939. cap. XXXI. pág. 416 21 Alfred T. Anderson Diaries. Mugía. 20 de noviembre, 1924. Vol. III. Sobre M. Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

4. Anderson. Lace makers. Mugía (La Coruña). Noviembre 19-21, 1924. GRF: 56.309

Pero también en Galicia conoció la existencia de grupos folklóricos organizados y a ellos se refirió en su libro de las provincias gallegas. Pocos días después de pisar suelo español presenció una actuación en el teatro Tamberlick de Vigo. El señor Gándara, ingeniero de la Sociedad General de Electricidad en Galicia, se encargó de informarles sobre el evento en el que actuaba el coro Queixumes dos Pinos22.

5. Carta escrita por José de la Gándara y programa de la actuación. 8 de agosto, 192423

22

Negativo: 141. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág.14. El texto de la carta es el siguiente: Muy distinguida Miss: Me permito recomendar a Vds. que esta noche asistan a una función de teatro que tendrá lugar en el Teatro Tamberlik, pues tengo la seguridad que 23

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

La investigadora describió una de las actuaciones, el momento en el que representaron Mareiras de Manuel Lugrís Freire24. Su interés se centró primeramente en la indumentaria, especialmente en la capa que llevaban las chicas que enseguida le recordó a la que aparecía en el cuadro de Sorolla donde representó esta provincia. Pero además en el libro describió con todo detalle y visión crítica las canciones y los movimientos de los bailarines, y se interesó por el significado del vocabulario concerniente a la danza y a los orígenes históricos de esta25. Las fotografías de este coro nos informan de la clase social que componía estas sociedades y lo que tuvo que hacer para poder documentar los trajes26. En la provincia de León varios alcaldes le propusieron organizar una serie de actos para que fotografiase el traje en un contexto ideal, de fiesta, y en ellos era imprescindible incluir la danza, uno de los momentos álgidos para fotografiar la indumentaria. Varios pueblos salmantinos se pusieron a disposición de la investigadora, como Peñaparda27 y

resultara interesante para Vd. Ya que saldrán los artistas vestidos con los trajes regionales, y cantaran canciones del país. En la seguridad de que esta noticia pueda interesarle, rogándole salude a su padre en mi nombre, con todo respeto es suyo aftmo. Carpeta: Correspondence August 1924- Nov. 1925 (“personal”) - K. (1/19/93 SCS). Members Files: Anderson, Ruth M. Biblioteca HSA. 24 Manuel Lugrís Freire 1863-1940. Escritor y poeta gallego, emigra a Cuba en 1883 donde va a fundar la primera revista de ultramar enteramente en gallego titulada A gaita gallega. Vuelve a España donde va a ser entre otras cosas miembro fundador de la Academia Gallega presidiéndola entre 1934-35. Promotor del teatro en lengua gallega será presidente de la “Escola Rexional de Declamación” (1903). Su obra teatral Mareiras (1904) constaba de tres actos ambientados en el pueblo pesquero de Sada. Xabier Campos Villar. A obra narrativa recuperada de Manuel Lugrís Freire. La Coruña: Xunta de Galicia, Secretaría Xeral de Política Lingüística y el Centro Ramón Piñeiro para a investigación en humanidades, 2000. Se trata de un repaso de la obra del escrito. Disponible en Web: http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/scclit/12159172006988202976402/028776.pdf?in cr=1 (29-11-2008) 25 No solo transcribió las letras de algunas canciones que formaban parte del repertorio, sino también reprodujo en su libro las notas de una Muñeira. Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. New York: The Hispanic Society of America, 1939. pág. 28 26 Tuvo que pedir permiso al director, pero éste dudó de que algunas mujeres en el coro, por causa de su estatus social, accediesen a ser fotografiadas. Estas razones decepcionaron a la fotógrafa que finalmente consiguió una pareja de jóvenes bailarines, dos adolescentes, que accedieron a ser retratados. El chico era un aprendiz de barbero y la niña obtuvo permiso de sus padres. Los trajes fueron comprados en la tienda de doña Isolina Paz, en negativo: 170. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág.14. Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. New York: The Hispanic Society of America, 1939. pág.33 27 Como ejemplo, incluimos la carta que le enviaron desde el ayuntamiento de Peñaparda (Salamanca) el 30 de julio de 1930. Muy distinguida Sra. Mia[sic]:

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7. La exposición de danzas de España en la HSA Aldeadávila de la Rivera, donde su alcalde, Francisco Andrés le indicó que organizaría para ella un concurso de trajes regionales en el que también se interpretarían cantos regionales y el baile de la rosca28. Nada escapó al objetivo de su cámara cuando se trataba de incrementar la información etnográfica sobre asuntos tan particulares. En los bailes de los pueblos observó a toda la comunidad junta, participando de un evento al que incluso llegaban habitantes de otras localidades. Podía tratarse de toda clase de eventos, fiestas populares, de celebraciones religiosas, bodas, incluyó el material en diversas secciones del GRF, y creó nuevas secciones cuando lo consideró necesario. Se fijó en el comportamiento de los asistentes, no sólo en la gente que bailaba, también en los que estaban parados, aquellos que les interesa mirar a los jóvenes danzarines, sus fotografías y comentarios ofrecen ambos aspectos29. Así es como trabajó en el pueblo de Santiago Millas, y en su monográfico inédito A Maragatan Village. Santiago Millas (1926), incluyó varias

En mi poder su atenta 28 del pasado que me complace contestar y me siento orgulloso en este momento como buen español de ostentar este cargo para poder dar a Vd. y demas[sic] extranjeros las facilidades que deseen y a mi alcance estén dado su interés por conocer la indumentaria y costumbres de estos pueblos algo apartados de las grandes urbes y con costumbres un tanto primitivas y rudimentarias. En primer lugar distinguida Sra. La fiesta principal de la localidad ha pasado ya (el 20 de junio): no obstante el próximo 8 de octubre podrá Vd. ver si así lo desea momentos de baile típicos que no hubiera visto el día de la fiesta principal. Los trajes podrás Vd. apreciar todo cuanto de regionales tengan pues tendrá buen cuidado si Vd. biene[sic] a ello me presto muy gustoso de ordenar a ciertos mozos y mozas que se vistiesen con las mejores y mas[sic] tipicas[sic] galas en atencion[sic] a Vd. para que con todo detenimiento pueda observarlos. Muy reconocido le queda de Vd su atto. q. b. s. m. P.D. Puede Vd preguntar cuantos detalles desea que se le facilitaran. 7-9-30 (Red. in Aracena 7-23-30, answered 7-31-30) En Villares de la Reina, otro pueblo salmantino, su alcalde Francisco Regidor le envió una carta fechada el 28 de julio de 1930 en la que le informó sobre las fiestas principales y cuando podría documentar el traje y los bailes charros. Ambas cartas en Spain León Notes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 28 Carta con fecha, 29 de julio de 1930. Remitida por el Alcalde, Francisco Andrés, desde Aldeadávila de la Rivera, Salamanca. Anderson tuvo que rechazar la oferta por cuestiones de calendario, respuesta enviada desde el pueblo de La Alberca el 22 de agosto de 1930. Spain. León. Notes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 29 The married women bring chairs from their homes and sit together near a wall, chatting, watching the dancers and taking care of the younger children. The older men wander about, smoking and talking. The rest of the people, dance. A Maragatan Village. Santiago Millas, New York. 1926. Carpeta: Publications Proposals. Plan 4. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativo: 6.783. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

600

7. La exposición de danzas de España en la HSA

instantáneas de la fiesta del Dos de Mayo, y la gente bailando una jota maragata las utilizó en la exposición de danza30. Para finalizar este apartado tenemos que referirnos a dos poesías en las que consiguió que baile y música guiasen sus versos. En su fondo documental, y a excepción de algunas cartas familiares, estimamos los poemas que escribió como algunos de sus documentos más personales31. Muchos de ellos nacieron de su profunda espiritualidad, o con ese sentimiento como fondo, pero en este momento la inspiración llegó a través de un tema novedoso. En sus versos expresó con espontaneidad y sin artificio las sensaciones que este tema le inspiró. Uno de ellos, seguramente lo escribió durante su expedición de 1929-193032, recreó el ambiente festivo de la Feria de Abril en Sevilla. En el otro poema que reproducimos a continuación se preguntó: ¿qué elemento nos proporcionaría un pedacito de España, un atom of Spain? Interpretando sus palabras nos sugirió algo así como ¿qué podría hacernos recordar nuestro país si estamos lejos? Según ella, la solución era el baile y la música. Una hora de danza, una melodía, serían suficientes para poseer por un instante el recuerdo de España. This is to buy you An atom of Spain a grain Do me the honour— Choose you a thing or dancing, a stain of music that you can bring home with you to remain a moment of Spain. An hour of dancing! A slim of […] This is to buy you an atom, a grain. Do me the honour— Choose you a thing, An hour of the dance 30

Dance in the Village Square. At the May festival the young people dance in an open place. In the centre of the square a pole has been set up with the effigy of a man fixed at the top. The effigy is called “el dos de mayo”, probably in commemoration of the outbreak of the Spanish insurrection against the French on May 2nd, 1808. A Maragatan Village. Santiago Millas, New York. 1926. Carpeta: Publications Proposals. Plan 4. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Negativo: 6.777. Anderson – Spalding Collection Negatives 4675 to 7249. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

31

Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA.

32

Como señalamos en el cap. 5, acudió a Sevilla con la intención, entre otras cosas, de documentar la Exposición Iberoamericana (1930).

601

7. La exposición de danzas de España en la HSA A strain of music songs That you can bring Home to remain A moment of Spain Do me the honour, choose you a thing, an hour of dance, or a musical strain that you can bring home to remain a moment of Spain33

7.2. Fechas, autoría y material utilizado La investigadora organizó para la HSA una exposición que trató exclusivamente el tema de la danza en España. La muestra que ocupó una de las salas superiores del museo de la HSA, la sala Espalargés, permaneció abierta al público durante tres años (19381941).

6. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

33

Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

7. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

Al repasar el listado de exposiciones que tuvieron como sede la HSA, nos damos cuenta de la escasez de muestras temporales. Solían durar como máximo dos meses, especialmente en época del fundador, la de las danzas españolas fue la exposición temporal que más tiempo estuvo abierta. Otro asunto a destacar es la probada autoría de Anderson en la organización y puesta en marcha del evento. El trabajo en la HSA se realizaba en equipo aunque su presidente actuaba como el principal ideólogo de todos los proyectos. Las exposiciones mostraban fundamentalmente piezas pertenecientes a los fondos propios de la institución, por este motivo, la mayor parte de las empleadas participaba colaborando de algún modo. Por regla general, en la HSA no se admitía la competitividad entre los miembros de la plantilla. Ninguna de las colaboradoras sobresalía por encima de las otras, razón por la que el nombre de la investigadora no aparece de forma clara y directa a la hora de buscar atribuciones. En el caso de Dances of Spain, ella fue la comisaria de la exposición y como testimonio nos han quedado sus cuadernos y todo el material que utilizó para llevarla a cabo34. Los materiales se agrupan en torno a tres tipos de fuentes: por un lado, las fotografías seleccionadas para la muestra; por otro, las noticias que encontramos en los 34

Las pruebas que aportamos para ello van a ser los tres ficheros de notas recopiladas por Anderson: Dancing Notes I, Dancing Notes II y Dances of Spain I, Dances of Spain II, que analizaremos en el apartado 3.4. de este capítulo.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA varios curricula de la investigadora en los que explica los diferentes trabajos que le encomendó Huntington y, en tercer lugar, la selección bibliográfica y hemerográfica con la que se ayudó para conseguir las imágenes que ella creyó conveniente incluir en cada una de las vitrinas. Libros y revistas que en muchos casos no se centraban en el tema de la danza -a excepción por ejemplo de la edición de Carreras y Candi (Folklore y Costumbres, 1931) 35- que trataba en gran medida sobre el folklore español y que incluía un capítulo sobre la danza y el baile36, sino que por el contrario, utilizó libros de historia, de arte, de viajes, incluso novelas. Este material procedía enteramente de los fondos de la HSA concretamente de tres lugares, el museo, la biblioteca y el departamento de Iconografía. Cada uno de los objetos exhibidos se acompañó por una pequeña identificación donde se especificó su lugar de procedencia37. Antes de pasar a explicar cada apartado incluimos un listado que nos sirve para comprobar de manera concisa los documentos que nos han servido para elaborar este capítulo: a) Exhibition Illustrating Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 1941. Introduction by Ruth Matilda Anderson38. b) Records. Annual Repords. 1926-1959. c) Dancing notes I y Dancing Notes II d) Dances of Spain I y Dances of Spain II e) Spanish Dances f) R.M. Anderson, Collection Summary

35

Francesc Carreras y Candi (dir.). Folklore y costumbres de España. Barcelona: A. Martín, 1931. Capmany, Aurelio. “El baile y la danza” CARRERAS Y CANDI (ed.). Folklore y Costumbres de España. Barcelona: A. Martín, 1931. vol. 2, págs. 167-418. 37 Reproducimos el esquema incluido en: Exhibition Illustrating Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 1941. Introduction by Ruth Matilda Anderson. Biblioteca HSA. Con la ayuda de este esquema, se puede identificar la procedencia física de cada una de las piezas destinadas a la exposición. 1) Museum Items concerning a painting or art object in the Society’s collection, Regardless of whether the original or a photograph was exhibited, are Marked “Museum” 2) Prints. Original prints in Iconography Department. 3) GRF Photographs in General Reference File 4) S.R. Photographs, clippings, etc., in the Sorolla Room files. 5) (Call number) Items concerning a book in the Society’s collection, regardless of whether the original or a photograph was exhibited, are marked with the call of the book. 38 Signatura: GV 1673 H67. Biblioteca de la HSA. 36

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

g) Cuatro archivos con recortes de periódicos y revistas, folletos publicitando eventos de danza y música, cartas firmadas por Anderson, donde da respuesta a cuestiones sobre esos temas. Dichos archivos son los siguientes: 1) Archivo: Costume Europe- H. Dance-Schools 2) Archivo: Dance in Arts. Flowers 3) Archivo: Spain-Costume-18th C. Dancers-Antonio 4) Archivo: Spain-Dancers- La Argentina-Festivals h) Entrevista a Ruth M. Anderson para The Society of Woman Geographers. [Grabación Sonora] New York: 90 La Salle Street, 1977

a) Exhibition Illustrating Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 194139 Se trata de una serie de folios escritos a máquina y encuadernados en pasta dura, a modo de cuaderno, que se conservan en la Biblioteca de la HSA. Contienen el inventario de cada una de las piezas exhibidas y el número de su vitrina correspondiente. En él encontramos un texto de introducción escrito por Anderson, que también aparecía en el folleto de la exposición. b) Annual Reports. Records Department 1926-1959 Archivo que compendia las memorias anuales del departamento de Documentación. En la de 1937 encontramos un dato significativo: se indican los preparativos necesarios para la muestra y se cita el total de imágenes utilizadas: ochenta y una ilustraciones entre fotografías y estampas, copiadas e impresas para Anderson. La fotógrafa también recibió la asistencia de este departamento en los trabajos de montaje e instalación del material40. c) Dancing notes I y Dancing Notes II Cuadernos de trabajo que utilizó para organizar los contenidos de cada una de las vitrinas. Son folios manuscritos en los que, ayudada por esquemas, anotó las imágenes seleccionadas y también las que finalmente descartó. Estos cuadernos son fundamentales para nuestro

estudio. Recogen

gran parte de las referencias bibliográficas

39

Signatura: GV 1673 H67. Biblioteca HSA Dance Exhibition. 81 illustrations and photographs copied and printed for Miss Anderson Assisting with mounting and arranging of prints. Memoria correspondiente al año 1937. En Records Annual Reports. (1926-1959). Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA.

40

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7. La exposición de danzas de España en la HSA correspondientes a libros y revistas, a los que recurrió para abastecerse de imágenes y textos. Debido a su importancia, serán revisados en profundidad en el apartado 7.4., que hemos dedicado al análisis de la estructura y la planificación de la exposición. d) Dances of Spain I y Dances of Spain II El primer cuaderno contiene dieciocho imágenes de la exposición y el segundo veintidós. En su organización cada fotografía se corresponde con un listado de objetos donde anota la procedencia y el número de vitrina que ocupaban. Se documenta cada una de las vitrinas y la sala de exposición donde se instalaron. En las memorias anuales del departamento de Documentación, aparecen noticias que se refieren a la realización de estas instantáneas41.

8. Vitrina Basque Provinces, Cataluña y siglos 14 y 15. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

41

Record photographs were made of the West Arcade Alcove, of the Zuloaga Room, and also of the North Exhibition Room where rugs are now displayed on the walls. The exhibition of the Dances of Spain on view in the latter room has also been thoroughly recorded for future reference. Memoria correspondiente al año 1939. En Records Annual Reports. (1926-1959).Dpto. de Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

9. Vitrina castanets y tambourines. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

10. Vitrina León y Basque Provinces. Siglos XI, XII y XIII. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

Para nuestro trabajo el valor de éstas es incuestionable y además su existencia nos habla del interés por parte de la HSA de dejar constancia fotográfica del evento. Sirven dichas imágenes como testimonio del hecho y, quizás lo más importante, se convierten en documentos de consulta que “podrán ser utilizados en el futuro”, como las consideraron en las memorias del departamento de Documentación. Además debemos tener presente que no todas las exposiciones realizadas en la HSA se documentaron fotográficamente. 607

7. La exposición de danzas de España en la HSA

e) Spanish Dances Pequeño fichero con fotografías de varias actuaciones de danza española en Nueva York, entre 1936-1937. Vamos a denominarlo bajo el título de Spanish Dances, ya que ese título aparece en su primera hoja. Como los anteriores se encontraba en la Sala Sorolla, concretamente en el archivo identificado por el título de Spain-Dancers-La Argentina-Festivals42. Eligió abundantes fotografías de este cuaderno para incluirlas en una serie de vitrinas, la que reservó para Andalucía, la que dedicó al teatro y por último la que contenía retratos de bailarines famosos. Entre 1935 y 1938 asistió a varias representaciones de baile español en Nueva York. En el transcurso de éstas consiguió hacer fotografías de los bailarines en plena actuación43. Los negativos se conservaron en la HSA y en el GRF consta que fueron realizadas por ella y cedidas a la institución44. Las tomó en condiciones que no ofrecían suficientes garantías para conseguir unas imágenes de gran calidad, fueron hechas -con escasa luz y en la penumbra de un teatro mientras transcurría la actuación-. Las diversas perspectivas conseguidas desde un palco o desde una platea resultan forzadas, y a esto hay que añadir la dificultad que supone intentar captar el movimiento. Lo que nos parece más lógico es que se realizaron durante algún ensayo general, ya que en aquel tiempo y como sucede actualmente, no se permitía hacer fotografías durante las representaciones. Las fechas de realización son muy significativas, y coinciden con un momento en el que la investigadora reunió bastante material específico sobre la danza, aunque a esto se unió su deseo de continuar aprendiendo detalles sobre el baile y los bailarines, y asistir a estas actuaciones le pareció el modo más conveniente de hacerlo. Pero pasemos ahora a comentar el modo en el que organizó este cuaderno. En primer lugar incluyó el programa de la actuación y a continuación las fotografías. Cada

42

Ver apartado g). Los negativos y algunos duplicados de estas fotografías se conservan en un sobre identificado como, Dance Photos by RMA. En Photographs to be Filed. Carpeta: Duplicate Photos from North Bldg. AIB HSA. 44 Registradas el día 28 de junio de 1938 con los números: 66.584 -66.600. Fotografías en el Bayes Theatre donde aparecen Juan Martínez y la señorita Montalva. Gift of RMA, Made by RMA. Archivo General (GRF). Dpto. De Grabado y Fotografía. HSA. 43

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

una de las imágenes las acompañó con un comentario. Son notas que identifican al bailarín, describen su traje o comentan los movimientos del baile45.

11. Anderson. Juan Martínez y su Ballet Español. Patio Sevillano de Sentís. Bayes Theatre. New York. January 23-24, 1937. Fichero: Spanish Dances. HSA

El primero de los reportajes lo dedicó a la actuación que tuvo lugar en enero de 1937 en el Bayes Theatre de Nueva York. Se presentaba la compañía de Juan Martínez y su “Ballet Español”46. La primera de las instantáneas muestra a una de las bailarinas de la compañía de Martínez. Las notas que corresponden a esta fotografía se refieren a la artista con el nombre de Antoñita. La bailarina interpreta Mi sombrero cordobés, le sigue el Cuadro Flamenco bailando una Farruca. En otra de las imágenes, aparece Juan Martínez zapateando. Las bailarinas sonríen en un segundo plano, y sentadas posan las manos en las caderas, mientras el músico Carlos Montoya toca la guitarra. Durante la velada se había bailado un Tango Chufla, Bulerías, un Bolero, una Zambra, etc. Realizó fotografías de todos y cada uno de los palos ejecutados durante la sesión en el Bayes Theatre.

45

Algunas de estas notas, aunque fueron transcritas por la investigadora, se acompañan por las iniciales J.B.M., posiblemente fue el informante con el que contó en ese momento. 46 Bayes Theatre. Last Four Performances. Saturday Matinee and night, January 23, 1937. Sunday Matinee and night, January 24, 1937. Folleto del programa. Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA El siguiente reportaje fotográfico fue el que tuvo lugar en el Guild Theatre47. En este escenario actuó Carola Goya una tarde de domingo de 1937. Con música de Joaquín Turina (1882-1949), Federico Sopeña Ibáñez (1912-1991), Isaac Manuel Albéniz (18601909), Manuel de Falla (1876-1946), Álvaro Retana (1890-1970), Ernesto Halffter (1905-1989), Ernesto Lecuona (1895-1963), etc.48.

12. Anderson. Carola Goya bailando Malagueña Gitanilla de Lecuona. Guild Theatre, New York. January 31st, 1932. Fichero: Spanish Dances. HSA

La primera fotografía que incluyó fue la de la bailarina interpretando la obra Mantillas y Peinetas de Turina. Se recreó continuamente en su vestuario y describió uno de sus trajes con esta expresividad: In white Velázquez costume with red roses and white comb. Spanish Dances49, y no encontró mejor comparación al describir el color blanco de su traje, que compararlo con el que aparece en los cuadros de Velázquez que podía contemplar en las galerías del museo. La fotografió cuando interpretó Flor de Amor y Córdoba de Albéniz, El amor brujo de Falla, Fado blanquita de Retana, Fandanguillo

47

Guild Theatre. Carola Goya. Sunday afternoon, January 31st, 1937. En Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 48 Emilio Casares Rodicio; Ismael Fernández de la Cuesta; José López-Calo (directores). Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, 10 vols. Madrid: Sociedad General de Autores y Editores– Ministerio de Educación y Cultura–INAEM, 1999-2002, 49

Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

gitano de Azagra, Danza de la pastora de Ernesto Halffter, Malagueña gitanilla de Lecuona, Farruca divina de Sopeña. La última de las actuaciones incluidas en este cuaderno corresponde a la que tuvo lugar en el teatro Town Hall de Nueva York, el 20 de diciembre de 193650. La estrella fue una bailarina de origen mexicano conocida por el nombre artístico de La Montalva.

13. Anderson. La Montalva interpretando Malagueñas de Lecuona. The Town Hall. New York. December 20th, 1936. Fichero: Spanish Dances. HSA

El programa de su actuación incluía entre los números Córdoba de Albéniz, Jarabe tapatío con arreglos de Peralta51, una Farruca sacada de El sombrero de tres picos de Falla, Zambra de Turina, una danza azteca titulada Concheros, etc. Las notas manuscritas que acompañan estas imágenes describen los pasos de la Jota52, otra trata sobre los

50

The Town Hall. Señorita Montalva. Sunday Evening, December, 20th, 1936. Folleto del programa. En Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 51 Peralta, Ramón Emilio (1868-1940) Director y Compositor dominicano. Cfr. CASARES. vol. 8, págs. 598-599. 52 Step: point toe, point heel, toe side, point heel: similar to step in Irish jig and Italian folk dance (JBM class 1-25-37). En Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA bailarines españoles53, las siguientes son comentarios sobre la Argentina, la Argentinita y Pastora Imperio respectivamente54. Para acabar el fichero se reprodujeron 16 imágenes de la Argentina. Eran fotografías que realizó en el teatro The Town Hall de Nueva York en diciembre de 193555. A diferencia de las actuaciones anteriores, en este caso, no se conservó el programa de la representación. La artista interpretó Goyescas del compositor Granados56 y El amor brujo de Falla. También bailó una serie de piezas de las que no especificó el autor, como por ejemplo, Bailecito, Zambra, La firmeza, la Corrida, etc.

14. Anderson. La Argentina interpretando El amor Brujo de Falla. The Town Hall. New York, Dec. 1935. Fichero: Spanish Dances. HSA

53

Dancing Spanish. Spanish dancers, not danced gracefully but walked. Masculine aptitudes given feminine character by face expression, upper body movements. Ball of shoes used for sound effects as well as heel. (JBM). En Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. Idem 54 Argentina: Not the “soul of Spain”. Never carried Spain as did Argentinita. Not strictly accurate in her work, play bull to low in Corrida. Could not manage in Alegrías; used only media cola. Adapted dances to her own style, within her own limitations. Was great castanet player; whished to raise castanets to level of instrument (JBM 2-11-37). Argentinita: Great artist. In later years after she had left stage in Spain, she was persuaded to come to U.S. at 3,000 per wk, 30 wks. Placed at end of bill, poorly received, manager bought her off for $25,000 in currency. To give week of performances at Shubert Theater. Complaint made on Sunday evening performance, transferred to Brady Theather. Brady made speech no disturbance was made, she made money on week, engagement (JBM 2-11-37). Pastora Imperio: Great artist. Old now. Never came to U.S. went to Mexico. (JBM 2-11-37) . En Spanish Dances. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 55 Registradas el 20-10-1936. Negativos de La Argentina realizadas en el teatro The Town Hall, Nueva York, en diciembre de 1935. GRF: 91.041-91.054 y 143.582-143.583, 143.588-143.593. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 56 Granados Campiña, Enrique (1867-1916). Compositor, pianista, profesor y director. Cfr. CASARES. vol. 5, págs. 852-866. Granados fue nombrado miembro de la HSA y una de sus colaboradoras escribió un corto estudio sobre el manuscrito de Goyescas que el compositor regaló a la institución. Jean Rogers Longland. “Granados and the Opera Goyescas”. Notes Hispanic. no. 5. New York: The Hispanic Society of America, 1945. págs. 95-112.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

f) R.M. Anderson, Collection Summary Este es otro fichero de notas que, aunque no trata específicamente de la exposición, contiene datos relacionados con ella. Aporta principalmente información sobre sus expediciones a España en 1924-1925 y 1925-1926. En los folios iniciales, escritos a máquina con correcciones a lápiz, inserta los típicos outlines o esquemas con los que siempre comenzaba su trabajo. Son listados donde va enumerando una serie de temas etnográficos que tendría que buscar, estudiar y fotografiar en cada uno de sus viajes. Lo más interesante del cuaderno es que, entre sus hojas, vamos a encontrar dos de diferente formato, donde se enumeran una serie de temas relativos a la danza, que localizó en la Biblioteca de Nueva York. Nos recuerdan a los listados que también veremos en los cuadernos Dancing Notes I y Dancing Notes II. Esta relación temática, fechada en octubre de 1936, fue recogida del Bulletin of the New York Public Library. Atendiendo a las fechas bien pudiera ser este el arranque del trabajo, los primeros pasos encaminados a la planificación del proyecto57. En este repaso del material que se utilizó para la exposición, es bueno recordar que durante los años previos y también los posteriores al estreno del evento, se dedicó a recopilar un cuantioso número de artículos, que extrajo de revistas, periódicos, folletos publicitarios, etc. De ellos entresacamos noticias que dan cuenta de su atención hacia las actividades que se sucedían en la ciudad. Actuaciones, seminarios, presentaciones de libros, todo le resultaba útil para adquirir más conocimientos sobre la danza española y sobre sus bailarines más famosos. g) Materiales procedentes de los siguientes archivos: 1) Archivo: Costume Europe-H. Dance-Schools. Carpetas: Dance Collections; Dance Expositions; Dance Libraries; Dance Notation; Dance Schools 2) Archivo: Dance in Arts. Flowers. Carpetas: Dances in Moving Pictures; Dancers Costume; Dancers Costume Hispanic Styles; Dancing; Dancing 20th Century; Dancing; Dancing 20th Century; Dancing Bibliography; 57

El artículo de donde extrajo el listado se titulaba , “A Research into the Anthropological, Ethnological and Religious Origins of the Dance”. New York Public Library Bulletin. New York: October, 1936. En R.M.Anderson. Summary Coll. pág. 26. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA Dancing Hispanic Subjects; Dancing Ballet; Dancing Ceremonial; Dancing Folk; Dancing Gypsy 3) Archivo: Spain-Costume-18th C. Dancers-Antonio. Carpetas: Dance Foundations; Dance Schools; Dance of Death; Dance 19th Century; Dancers Costume Shorted by Decades; Dancers-Amaya, Carmen; Dancers- Ana María; Dancers-Antonio 4) Archivo: Spain-Dancers- La Argentina-Festivals. Carpetas: Dancers-La Argentina (Mercé, Antonia); Dancers-La Argentinita (López, Encarna); Dancers-Escudero, Vicente; Freddy Wittop, Dancers-Flores, Lola; DancersGreco, José; Dancers-Iglesias, Roberto; Dancers-Imperio, Pastora; Dancers-López, Pilar; Dancers-Martínez, Juan; Dancers-Otero; DancersRosario; Dancers-Santelmo, Laura de; Dancers-Teresa & Luisillo; Dancers-Teresina; Dancers-Tórtola Valencia (1882-1955); Dancers-Gypsy; Dances; Dancing; Dancing Bibliography; Dancing Café Cantante58; Dancing-Goya, Carola; Dancing-Limón José; Dancing-Maracci, Carmelita; Dancing- Matteo; Dancing- La Meri; Dancing- Niles, Doris59.

58

Variante del café concierto, locales en los que se interpretaba cante, toque y baile flamenco.[...] Nacieron en el s. XIX en Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz y Málaga, tuvieron un período de auge a partir de mediados del siglo y sobre todo en la época de la Restauración, y conocieron su decadencia en los primeros años del s. XX. Contribuyeron a la moda del cante flamenco- y por ello de todo lo que este arte significa en la música española tanto popular como clásica, influyendo por ejemplo en el nacimiento del alhambrismoy como medio de expansión del costumbrismo andaluz, dado que se puede asegurar que no había ciudad de renombre en que no existiesen. José Deleito los define como lugares para “gente de bronce”, con juergas y broncas, y desde luego tenían una aceptación muy distinta a la del café concierto desde el momento en que conocían cierto rechazo por consideraciones morales. El café cantante llevaba consigo la exigencia de un tablao donde actuaba el cuadro flamenco. Cfr. CASARES. vol. 2. págs. 875-876. 59 A continuación aportamos las referencias sobre algunos de los artistas que incluyó en la exposición. La mayoría de estos datos provienen del libro: Emilio Casares Rodicio; Ismael Fernández de la Cuesta; José López-Calo (dirs.). Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, 10 vols. Madrid: Sociedad General de Autores y Editores–Ministerio de Educación y Cultura–INAEM, 1999-2002. Argentinita, La [Encarnación López Júlvez] (1895-1945). Casares. vol. 1. págs. 665-666 (Cristina Marinero). Camprubí. Familia de bailarines catalanes del siglo XIX compuesta por Mariano, padre y Juan, hijo. Casares. vol. 1. pág. 1000 (Pilar Llorens Souto) Carmencita. Conocida bailarina e icono de la danza española para alguno de los más importantes artistas americanos de principios del siglo XX, como William M. Chase o John Singer Sargent, que realizaron varios retratos de ella (1890). Thomas Edison grabó a la bailarina interpretando una jota en 1894. La grabación se conserva en la Library of Congress en Washington, disponible en Web: www.youtube.com/watch?v=-15jwb1ZTMA&feature=PlayList&p=D28424FAA9414F49&index=12(20-82008) Vicente Escudero (1885-1980). Casares. vol 4, pág. 737 (Cristina Marinero)

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

En estos cuatro archivos se conservan recortes de periódicos, revistas, folletos sobre concursos y asociaciones de baile, información sobre las actuaciones o los eventos especiales en los que actuaban gran variedad de intérpretes. Muchos de estos folletos eran enviados por correo a la HSA, pero dirigidos a ella. Junto a las reseñas acerca de bailarines y bailaores españoles, también recopiló todas aquellas sobre bailarines americanos o nacionalizados en ese país y que eran expertos en danza española. En algunos de estos recortes escribió con frecuencia notas, los clasificó en carpetas y los utilizó como una fuente de consulta60. En ocasiones hallamos selecciones de artículos, pegados a soportes más duros y unidos por medio de una ingeniosa y rudimentaria encuadernación; por ejemplo, existe uno dedicado a la bailarina La Argentina en una carpeta que lleva su nombre.

Goya, Carola (1906-1994). Debutó en 1927 en Nueva York como bailarina de danza española que aprendió en Madrid y Nueva York. Se casa con el bailarín Matteo Vittucci en 1974 y juntos actúan y dirigen la Foundation for Ethnic Dance. Participó en conferencias sobre la danza y fue miembro de Jacob´s Pillow Dance Festival, The Connecticut Collage School of Dance, la High School of Performing Arts y el American Theater Wing. Jack Anderson. “Carola Goya, 88, an Authority on Spanish Dance Forms, Dies”. The New York Times, 17 de mayo de 1994. Junto a su marido, el también bailarín Matteo Marcellus Vittucci, publicó The Language of Spanish Dance. Norman and London: University of Oklahoma Press, 1990. Una de las primeras publicaciones escritas en inglés que trataban exclusivamente sobre la danza española. Recomendamos el artículo de John Martin. “The Dance: Jooss Ballet”. The New York Times, 25 de octubre, 1936. pág. 18. Imperio, Pastora [Pastora Rojas Monje]. (1889-1979). Casares. vol. 7, págs. 695-696 (Manuel Ríos Ruiz, Mª Luz González Peña). Lola de Valencia [Dolores Serral]. Casares. vol. 9, pág. 943 (Cristina Marinero). Martínez, Juan. John Martin. “The Dance: WPA Project in Action”. The New York Times. 6 de diciembre, 1936. pág. 18. Montalva [Laura Montalva Flores]. John Martin “The Dance Events Ahead”. The New York Times. 12 de abril, 1936. pág. 12. Otero, El Maestro [José Otero Aranda]. (1860-1934). Casares vol. 8, pág. 296 (Manuel Ríos Ruiz). Valencia, Tórtola (1882-1955). Casares. vol. 10, págs. 663-664. (Mª Luz González Peña). La HSA posee un archivo fotográfico y documental de la artista. 60 Afirmó que la organización y el mantenimiento de este material era una de sus ocupaciones rutinarias. Biographical Data Sheet. Archivo: Work in Hand. Carpeta: Anderson Publications. AIB. HSA.

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15. Cuadernos con recortes de prensa Española e internacional sobre La Argentinita. HSA.

La carpeta titulada Dancing se compone de una selección de artículos y recortes que tratan la danza española en general. La investigadora podría añadir material y consultar con facilidad este archivo, ya que se encontraban en su área de trabajo. Otra de las fuentes que confirman su autoridad sobre el tema lo constituyen las cartas donde se encargó de responder a una serie de consultas que llegaban a la HSA sobre temas de danza61. Por lo expuesto anteriormente podemos afirmar que fue ella quien recopiló, consultó y utilizó parte de este material para su exposición de 1938, y que continuó enriqueciéndolo durante los años posteriores a la clausura de la muestra. h) The Society of Woman Geographers. Entrevista de 1977 [Documento sonoro]62 El único documento sonoro que conocemos hasta la fecha, donde podemos escuchar su voz. La concedió a la sociedad de la que era miembro y en ella afirmó que fue la encargada de la exposición.

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Por ejemplo en una carta fechada el 15-8-1952, se encargó de una consulta en la que le pidieron información sobre la Contradanza y la Habanera. La investigadora le envió una bibliografía sobre el tema. En otra misiva del 27-3-1954, aunque no pudo facilitar una fotografía sobre la danza brasileña del Batuque, incluyó un listado bibliográfico donde se incluían imágenes de este baile. Archivo: Spain-Dancers-La Argentina-Festivals. Carpeta: Dancing. AIB. HSA. 62 The Society of Woman Geographers, New York, 1977

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

7.3. Propósitos iniciales de la exposición La danza fue un elemento del folklore español que no pasó desapercibido a la investigadora, que, cuando organizó la exposición, ya era una auténtica paladín de la cultura popular española. La concibió como una forma de presentar un aspecto de la cultura española tan característico, vistoso y rico en matices. Un argumento tan alegre y llamativo de la danza atraería a un amplio número de visitantes a la HSA; además, la forma en la que se presentó el material así como el interés por que estuviesen representados todos o la mayoría de los bailes españoles evidencian el fin didáctico al que aspiró el acto. La investigadora aportó ejemplos de cada una de las regiones españolas, además incluyó muestras de varios instrumentos musicales con los que se acompañaban algunas danzas, figuras de baile, notación de los pasos, bailarines e incluso una serie de danzas propias de una estación del año o de una festividad determinada, como por ejemplo los bailes de carnaval. Todo lo anterior resalta su esfuerzo por ser exhaustiva, como hemos podido comprobar a lo largo de esta tesis. Deseaba mostrar la riqueza de nuestro folklore sin dar protagonismo único al flamenco y al tema andaluz. La variedad de ejemplos y el orden en el que los organizó era una manera de conseguirlo. La disposición de los objetos debía captar la curiosidad del visitante, quien contrariamente a lo que se podía esperar, no se encontró con un cuadro de sevillanas nada más entrar. Por el contrario, un gigantesco lienzo de Fernando Álvarez de Sotomayor presidió uno de los extremos de la sala. La escena no transcurría en Sevilla o en alguna cueva del Albaicín granadino, sino en Galicia. Además no representaba la consecución de un baile, en este caso la muñeira, sino que la pintura, resalta el hecho de la fiesta, de la celebración, la reunión de un grupo de gente y el baile como elemento presente de manera obligada. Como apuntamos, son obvios los propósitos educativos que desde el principio hasta el final prevalecieron en la exposición. Anteriormente comentamos la existencia de un completo reportaje fotográfico, que podría ser consultado una vez desaparecida la muestra. Comenzaba haciendo un repaso a la historia de la danza, a sus orígenes y a la evolución de esta durante siglos. A continuación se pasaba a las vitrinas de las regiones 617

7. La exposición de danzas de España en la HSA españolas. Y es precisamente ésta otra de las singularidades de la exhibición. El pasado cedía el puesto al presente a través de las fotografías de Anderson o los recortes de noticias e imágenes sacados de periódicos y revistas como Blanco y Negro. Poder disponer de litografías antiguas y viejos dibujos al lado de la contemporaneidad propia de su producción fotográficas, suponía transmitir al espectador la idea de continuidad, de pervivencia de un folklore y de unas tradiciones que seguían activas en ese momento. Observando las instantáneas que llenaban las vitrinas, daría la impresión de que el rico patrimonio español de música, danza y traje, estaba más vivo que nunca. Para terminar debemos llamar la atención sobre otra de las intenciones de esta exhibición, que fue la de ponerse en paralelo a los gigantescos cuadros de Sorolla sobre las regiones españolas, ubicadas un piso más abajo. Como hemos demostrado a lo largo de esta tesis doctoral, uno de los deseos de Huntington fue el de integrar unas con otras todas las partes de su colección, y así conseguir un discurso más preciso y acertado sobre España. La investigadora consiguió materializar esta idea, e hizo que varias de sus imágenes compartiesen vitrina con uno de los bocetos realizados por Sorolla, mientras trabajaba los cuadros de las Provincias Españolas. Ella, que siempre alabó la obra del valenciano y la tuvo bien presente en cada uno de sus viajes, se atrevió a colocar una de sus imágenes junto a un dibujo del maestro Sorolla a modo comparativo63.

16. Vitrina Dance Accompanists. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

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Vitrina no. 36 titulada; Dance Accompanists se incluyó un boceto de Sorolla de unos tamborileros vascos, junto a ella incluyó una de sus fotografías, la del tamborilero salmantino de La Alberca, Salamanca, fotografía que realizó durante la expedición 1929-1930. Fichero: Dances of Spain II. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

17. Anderson. A Drummer. La Alberca (Salamanca), agosto 1930. GRF: 73.757

No tenemos noticias que indiquen la realización de un evento comparable en la ciudad de Nueva York durante esos años (1938-1941). Tampoco quedan muy claras las razones que le llevaron a organizar este evento en la HSA, siguió las órdenes de Huntington, pero este posiblemente le dejó libertad para organizarla64. La carencia de noticias del fundador de la HSA sobre el evento, nos hacen prácticamente imposible encontrar una razón escrita al respecto. Habrá que destacar como durante los años precedentes a la inauguración de la muestra, entre los años 1935-1937, en plena Guerra Civil, actuaron en Nueva York algunos de los bailarines españoles o relacionados con la danza española más famosos.

7.4. Estructura, planificación y resultados. Bibliografía utilizada Para entender la estructura debemos empezar diciendo que aunque la investigadora poseía una formación musical y siempre fue una gran aficionada a la danza, su trabajo en este momento no estaba dirigido a entendidos sobre el tema. No manejó archivos sonoros, ni escritos musicales, ni analizó melódicamente la música que acompañaba a cada baile. No era una experta en danza, ni teorizó sobre su historia y orígenes, sino que obtuvo sus conocimientos a partir de los libros y revistas que revisó y su afición nació, en gran medida, por su familiaridad con la cultura popular española, sobre la que investigó 64

Agradezco esta sugerencia a Mitchell Codding

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7. La exposición de danzas de España en la HSA durante décadas, y con la que entró en contacto directo a raíz de sus numerosos viajes a España. Esas expediciones le sirvieron para fotografiar las danzas, en las que participó y pudo estudiar de primera mano todo lo que giraba en torno a ellas. El fenómeno de la danza le interesó por tratarse de una forma de expresión humana generalizada, una actividad social de la que se pueden encontrar ejemplos en muchas culturas y el marco idóneo para mostrar la diversidad de trajes regionales. La estructura nació en base a dos ideas que consideró relevantes en relación al fenómeno de la danza: su carácter documental -es una fuente de información antropológica- y su condición de espectáculo artístico. La muestra estaba orientada a un público en general, a las personas que se acercaban a visitar la HSA. Como fuente de información, la danza utiliza un tipo especial de lenguaje, el movimiento corporal. Éste contiene datos sobre el ciclo vital, se suelen interpretar en los eventos destacables de una comunidad, y a partir de ahí también nos aportan información sobre los roles de género o la tradición musical y oral del lugar. Las danzas en el contexto religioso, por ejemplo, forman parte de un ritual. Se rigen por códigos muy concretos destinados, en muchos casos, a rendir culto a una imagen devocional. Como medio de expresión puramente artística y de gran plasticidad, la danza es sin duda uno de los mejores exponentes. Un ejemplo de arte efímero que no necesita un soporte escrito u oral y en algunos casos, ni siquiera un acompañamiento musical65. Ideó una muestra de gran valor estético y efectista, sobre todo a través de las obras de artistas famosos como Gustàve Doré, Goya, Joaquín Sorolla o el pintor norteamericano John Singer Sargent (1856-1925)66, inevitable, si tenemos en cuenta la impresionante colección pictórica de la institución. Con este trabajo promovió y presentó por primera vez a una parte del público, un nutrido grupo de figuras del baile tanto de épocas pasadas como contemporáneos, no sólo

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Dentro de la danza contemporánea existen numerosos ejemplos de coreografías en las que no se utiliza la música. Este es el caso del bailaor español Israel Galván. Recomendamos el artículo de Gia Kourles. “Oneman, Flamenco Without Instruments”. New York Times. 19 de junio, 2008. 66 John Esten. Sargent Painting Out of Doors. Nueva York: Universe, 2000. Elaine Kilmurray and Richard Ormong (eds.). John Singer Sargent. London: Tate Gallery, 1999. Trevor Fairbrother. John Singer Sargent. Nueva York: Harry N. Abrams, Inc., 1994. Edward J. Nygren. John Singer Sargent. Drawings from the Corcoran Gallery of Art. Washington: Smithsonian Institution Traveling Exhibition Service and the Corcoran Gallery of Art, 1983. Martin Birnbaum. John Singer Sargent. Nueva York: William E. Rudge´s Sons, 1941.

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españoles, sino también de múltiples nacionalidades. En este último grupo se hallaban el bailarín mexicano José Limón, las estadounidenses Carmelita Maracci, La Meri o Doris Niles y la ecuatoriana Laura Montalvo Flores, conocida como La Montalvo. Todo ellos basaron su carrera, en gran medida, en el repertorio coreográfico nacional. Este es un hecho extraordinario con el que Anderson consiguió reflejar la atracción extranjera, americana, hacia la danza española y su difusión en ese continente67. Una vez establecidos los intereses que se perseguían se determinó la organización del material de la manera más práctica y conveniente, y lo dividieron en dos grupos68: a) Danzas regionales b) Temas relacionados con el baile Elaboró dos ficheros de notas, uno por cada grupo que acabamos de mencionar. Los utilizó cuando seleccionó las piezas y diseñó su ordenación. Se sirvió principalmente de imágenes, pinturas, acuarelas, grabados, litografías, fotografías sacadas de libros y revistas, junto a algunos objetos (una pintura, tres esculturas y dos panderetas69). Los ficheros contenían notas a mecanografiadas, notas manuscritas y esquemas de trabajo, y se titulaban: Dancing Notes I (regiones) y Dancing Notes II (temas).

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De todos estos artistas incluimos unas notas biográficas en el apartado 3.2. Recomendamos además la lectura de la entrevista que Cristina Marinero realizó a la bailarina y coreógrafa, antigua directora del Ballet Nacional de España (1998-2001), Aida Gómez. Se titulaba “La Danza española está desapareciendo”. El Mundo, 1-11-2009. Disponible en Web: http//www.elmundo.es/elmundo/2009/11/01/cultural/1257102823.html (23-3-2010) 68 By Region, Dances Spectacular, Dances Ceremonial. Dancing Notes II. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 69 El cuadro titulado “La Muñeira” (ca. 1922), del artista gallego Fernando Álvarez de Sotomayor (18751960). Huntington la adquirió en 1926 y la donó a la institución en 1930. La escultura del artista ruso, Paul Troubetzkoy en 1911, representa a la famosa bailarina La Argentina en pose de baile. Dos figuras en cerámica del siglo XIX, y donadas a la HSA por la esposa del arqueólogo francés y miembro de la Sociedad George Edward Bonsor, se muestran en pose de Bolero. Por último también se incluyeron dos panderetas.

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18. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

19. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

Una vez instalada la muestra, se elaboraron dos ficheros con fotografías de la sala general y de cada una de las vitrinas individualmente. Las imágenes documentan con detalle los contenidos de cada una, con la clara intención de dejar constancia del evento, y se titularon: Dances of Spain I (vitrinas de las regiones) y Dances of Spain II (vitrinas temáticas). Además incluyen, junto a la imagen correspondiente, la lista de los materiales definitivos y el número de vitrina que ocupaban. Con los ficheros se salvó del olvido esta singular muestra. ¿Por qué nos referimos a ella con el adjetivo de singular? No tenemos noticias sobre ninguna otra exposición de este tipo realizada antes o después de la que 622

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tuvo lugar en la HSA, dedicaba exclusivamente a presentar diversas danzas españolas, ante un público estadounidense. Como vemos a la peculiaridad de una institución como la HSA, dedicada en cuerpo y alma a la promoción de la cultura española en la ciudad de Nueva York, se le suma la originalidad de los eventos que organizaba. Estos cuatro ficheros pertenecientes a la investigadora, son fuentes esenciales con las que podemos explicar la estructura y planificación del evento. La originalidad de una exhibición que no había tenido lugar en ningún otro lugar de la ciudad, se suma la prioridad de fotografiarla, para utilizar las imágenes como material de consulta. La trascripción y el análisis de los apuntes de la organizadora demuestran que ella se convirtió en una especialista del tema. Dentro de la institución, no tenemos noticias de que hubiese otra empleada con la misma experiencia y dominio del asunto. Esto también lo corroboran una serie de cartas remitidas por ella, en las que se encargó de responder algunas de las consultas que le hicieron sobre la danza70. a) Danzas regionales Con respecto a la organización por regiones españolas, consideramos que es la más importante y refleja un arduo trabajo de búsqueda y selección de imágenes, además de contar con un mayor número de fotografías, si la comparamos con las secciones temáticas. En la introducción71 que escribió para presentar la exposición al público hizo un recorrido por cada una de estas regiones. Aludió a sus bailes típicos ayudándose de alguna peculiaridad en él, y que pasamos a ver a continuación. Por ejemplo, señaló que la Muñeira gallega era un baile de origen religioso, y la calificó como una religious pantomime of courtship; sobre la Jota dijo que, según la tradición, nació en Aragón; en otro párrafo explicó cómo las danzas en las que se utilizaban arcos, palos y espadas, eran muy populares en el norte de España y que en Galicia, se representaban principalmente por hombres pertenecientes a algún gremio72.

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Desde el estado americano de Colorado, Ivan M. Way, envió una carta (15-8-1952) en la que pidió información sobre dos tipos de bailes, la contradanza y la habanera. La investigadora le envió bibliografía sobre el tema. En otra misiva (27-3-1954), la investigadora recomendó la consulta de una serie de libros donde se incluían imágenes sobre el Batuque, una danza brasileña. Archivo: Spain-Dancers-La ArgentinaFestivals. Carpeta: Dancing. AIB. HSA.

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Exhibition Illustration Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 1941. Biblioteca de la HSA. 72 Aunque no indicó las referencias concretas incluyó la bibliografía principal que utilizó al final de su texto sobre la exposición:

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7. La exposición de danzas de España en la HSA En el caso de Cataluña, nos encontramos ante una de las regiones con un mayor número de imágenes en ambas vitrinas -regional y temática-, algo relacionado con la idea ya mencionada en la introducción, a saber, que esta región no solo supo conservar sus danzas, sino que también dejó testimonios pintados de ellas. El baile más popular era la Sardana, pero también aludió a otro más espectacular visualmente, se trataba de la Tower of Youths, y señaló que más que una coreografía, parecía un “ejercicio” de danza, pero que la incluyó en la exhibición, porque los catalanes se referían a ella como una “Dansa”. Al tratar de esta forma al baile y explicar el porqué de su selección nos damos cuenta de cómo la investigadora dio prioridad a las opiniones de los creadores y protagonistas de ellas. Cuando habló sobre la región de Andalucía en la introducción, comenzó con una llamada de atención sobre el hecho de cómo el mundo entero ha entendido la totalidad de la danza española identificándola con los bailes típicos de esta región, pero lo curioso es que, para dar ejemplos de estas, utilizó precisamente el tipo de material que generó buena parte de esos estereotipos. Huntington pudo sugerirle estos libros y algunas de las imágenes, la investigadora, al fin y al cabo, estaba siguiendo una de las normas de la casa: la de utilizar los fondos de las institución para sus investigaciones, como lo hacía el resto de colaboradoras. Este fue el tipo de material que encontró en mayor abundancia y por otro lado, la escasez de imágenes para ilustrar la danza en otras regiones le condujo, por ejemplo, a incluir unas Sevillanas en la vitrina de Castilla la Nueva73 y también encontramos, si se nos permite el término, una serie de vitrinas de carácter “panandaluzas” en las organizadas por temas74. En este texto también citó algunos de estos bailes y añadió comentarios sobre sus significados. Comentó, entre otras cosas, que el Zapateado provenía de la palabra zapato,

Aurelio Capmany. “El baile y la danza” en Francesc Carreras y Candi (dir.). Folklore y costumbres de España. Barcelona: A. Martín, 1931. vol. 2. págs. 167-418. Eugenio Carré Aldao. “Prácticas y costumbres” en Francesc Carreras y Candi (dir.). Geografía general del reino de Galicia. Barcelona, 193-? vol. 4 Jean Charles Davillier. L´Espagne. París: Librairie Hachette, 1874. págs. 368-384 Gastón Vuillier. A History of Dancing from the Earliest Ages to Our Own Times, From the French of Gaston Vuillier, with a Sketch of Dancing in England. London: W. Heinemann, 1898. 73 Se aprecia claramente en la vitrina de Castilla la Nueva, donde incluyó una imagen del interior de un salón burgués en el que dos mujeres bailan Sevillanas y que se publicó en La Ilustración Española y Americana (22-12-1903). Año 47, págs. 376-377. 74 Entre ellas la vitrina dedicada al siglo XVI y titulada Cafe Cantante y la de Theatre

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para cuya ejecución se requería una habilidad extraordinaria en el empleo de los tacones. También explicó que el Baile del Candil se denominaba de esta forma porque se interpretaba en lugares poco iluminados, como tabernas y bodegas, lo que obligaba a tener este tipo de lámparas como fuentes de luz75. Ideas sencillas que ha tomado de los libros que revisó, en este caso el de Davillier76 del que recopiló también las imágenes, pero fundamentales si quería explicar el baile a un público desconocedor o con una visión muy limitada de la danza española77. Representó la danza española con ejemplos de cada una de las regiones, la metodología siguió una fórmula expositiva acorde con el marco donde tuvo lugar78. La investigadora organizó el evento, Huntington fue el inspirador. Él sabía que de entre todas sus colaboradoras ella era la mejor preparada y no dudó a la hora de encargársela. El esquema de la exposición encontró su contrapunto en el que ideó el pintor Joaquín Sorolla cuando el hispanófilo americano le encargó que recrease a través de su pintura la nación española. Pero en su exposición, la fotógrafa, a diferencia de Sorolla, incluyó todas y cada una de las provincias en las que estaba divida España por aquél entonces. Si observamos el material que contenía cada vitrina, vemos cómo subrayó los bailes más representativos de cada lugar y apreciamos con claridad ciertas diferencias en el tratamiento de unas regiones con respecto a otras, especialmente si estás habían sido ampliamente fotografiadas por ella. Como dijimos, trabajó orientada por su mentor Huntington, por su propia experiencia y conocimiento del folklore español y, como venimos observando, por las 75

Cfr. Davillier, 1874. Cap. XIV. pág. 385 Jean Charles Davillier; Gustave Doré. L'Espagne. Paris: Hachette, 1874. 77 A continuación incluimos los temas y las ilustraciones que recopiló para presentarlos al público. La mayoría de los grabados de este libro, fechados en 1862, fueron añadidos a las vitrinas de Andalucía, en las que también aparecen los siguientes grabados: Los Panaderos, danza de Sevilla; pág. 397, El Baile del Candil; pág. 385, El Olé; pág. 392, La Malagueña y el Torero; pág. 376, Bolero; pág.367, una escuela de danza, en Sevilla; pág.381, una danza gitana en Sevilla; pág. 393 y otra en Granada; pág.217, un Vito sevillano interpretado por un gitano; pág. 389, un Zorongo ejecutado por un gitano en Granada; pág. 215, un baile tras la peregrinación al Rocío; pág. 335. En la región de Galicia, incorporó un grabado titulado “Gallegada”; pág. 411. En Aragón, una Jota; pág. 399. En Valencia, ilustrando un festival que se celebraba en Alcoy (Alicante); pág. 95. Representó la región de La Mancha, la actual Castilla-La Mancha, con el grabado de una Seguidilla manchega; pág. 403. En el apartado dedicado al Teatro, eligió una obra de Doré sobre un Fandango representado en el teatro sevillano de San Fernando la protagonista; pág. 373. En el apartado “Danzas Ceremoniales” (Ceremonial Dances), incluyó un grabado de los Seises que bailaban en la catedral durante la celebración del Corpus Christi; pág. 419. 78 No debemos olvidar que una parte importante de la colección fotográfica incluida también estaban organizadas por regiones. 76

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7. La exposición de danzas de España en la HSA lecturas que realizó. Siguiendo las costumbres de la casa, utilizó los recursos a su disposición en la HSA para conseguir el material necesario79. ¿Cuáles fueron las publicaciones que le proporcionaron más ejemplos? Como podemos ver en la bibliografía, muchas de ellas las encontró en los libros de viajes que se enmarcaban dentro de la corriente romántica, en las publicaciones de carácter costumbrista y en las revistas ilustradas de los siglos XIX y XX. Publicaciones de las que estaban bien surtidos los fondos de la HSA y que sin duda Huntington le recomendó consultar. Es evidente que fue un material de enorme importancia para ella porque en él encontró grabados, litografías, dibujos, que en algunos casos ya le eran familiares, puesto que eran además ejemplos sobre la indumentaria. No debemos olvidarnos tres libros que citó constantemente en los ficheros de notas y de los que llegó a transcribir párrafos enteros. Uno fue el de Aurelio Capmany sobre el baile y la danza española, del que también recopiló un gran número de imágenes y sobre el que pensamos que le pudo servir para diseñar la exposición. Los otros dos son el de Isabel de Palencia80 y el de Gascón Vuillier81. La obra de Isabel de Palencia estaba dedicada al traje regional español presentado como expresión y signo de nuestro variado folklore cultural. Incluye numerosas ilustraciones, algunas en color, donde se reproducen pinturas, grabados, dibujos y copias de fotografías, todas ellas para mostrar la gran variedad existente en relación al traje regional español. La investigadora estudió con detenimiento este libro, con la ventaja de estar traducido al inglés. Además incluía un listado bibliográfico de diferentes épocas y también de revistas que según la autora, “debían ser consultados por cualquiera interesado en la historia del traje en España”82. El libro de Gascón Vuillier, además de contar con una versión en inglés, como en el caso anterior, poseía dos de las características básicas para poder llevar a buen término la exposición: primero, dedicaba un capítulo entero a la danza en España y esto era

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Ver “Administrative and Research Staff”. A History of The Hispanic Society of America. Museum and Library, 1904-1954. Nueva York: The Hispanic Society of America, 1954. Cap. VI. págs. 56-57. 80 Isabel de Palencia. The Regional Costumes of Spain. Their importance as a primitive expression of the aesthetic ideals of the nation. Madrid, Editorial Voluntad, 1926. 81 Gastón Vuillier. A History of Dancing from the Earliest Ages to Our Own Times, From the French of Gaston Vuillier, with a Sketch of Dancing in England. London: W. Heinemann, 1898. 82 Esta bibliografía incluye algunos de los libros que utilizó, como por ejemplo, Emile Begin, (Voyage Pittoresque, 1895), Cano y Olmedilla, (Colección, 1777), y revistas como el Semanario Pintoresco Español, El Museo Universal, Blanco y Negro, La Esfera, etc.

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fundamental debido a la escasez de material sobre el tema y segundo contenía una enorme variedad de imágenes. Las revistas ilustradas también le ofrecieron un nutrido repertorio de imágenes para elegir. Por último, las fotografías hechas o compradas por ella también le proporcionaron ejemplos descriptivos sobre estas danzas83. Andalucía fue el destino preferido de muchos viajeros europeos durante la primera mitad del siglo XIX y Sevilla su “capital turística”84. El relato de estos viajes se incluía en libros lujosamente ilustrados y que inauguraron un género literario, el del viaje romántico. Cansados del tedio de una vida sin preocupaciones y viendo como una amenaza el avance de la industrialización que arrastraba con ella muchas costumbres y tradiciones, estos viajeros llegaban a España como huida a esa realidad. Nuestro país era para estos viajeros en busca de aventuras, un lugar exótico que ven como la puerta de Oriente. Andalucía se convirtió en el destino principal del viajero romántico, ya que conservaba, tras ocho siglos de dominación árabe, numerosas huellas del arte islámico, un arte que en su opinión, exaltaba los placeres y la alegría por la vida. Estos libros difunden la imagen de los gitanos como los personajes que encarnan los ideales de ese ambiente. Vistos como espíritus libres y bohemios al margen de las instituciones públicas, se convirtieron además en los intérpretes del amplio repertorio musical y coreográfico con el que en muchos casos se ganaban la vida. Como vemos, en estos libros se presenta una parte incompleta del acervo coreográfico andaluz, con el que además, y como señalaba Anderson, pretenden identificar al resto de la Península. A través de esta visión romántica de la danza y con la repetición de estereotipos, se modelaba la imagen del carácter español, al incidir en el temperamento y la pasión con la que se representan algunas de estas danzas. Aunque ya lo hemos citado anteriormente, entre los libros que utilizó y que se convirtió en uno de los exponentes indiscutibles de lo que acabamos de comentar, se encuentra el de Davillier y los grabados de Gustàve Dorè que serán reproducidos posteriormente en multitud de ocasiones.

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Esta característica se hace más patente en las vitrinas dedicadas a Extremadura o las Islas Canarias, en las que incluyó exclusivamente imágenes hechas por ella. 84 Julio Caro Baroja. “Sobre el paisaje romántico español”. Pinturas del Paisaje Romántico Español. Madrid: Fundación Banco Exterior, 1985. pág. 23

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20. Gustàve Dorè. “Gitana dansant dans un patio de Seville”. En, Davillier. L'Espagne. (1874). pág. 50

Otra serie de publicaciones que le facilitó las imágenes que buscó en este momento y que también incluyó en otras regiones fueron las de género costumbrista85, un movimiento que llegó en parte como reacción del anterior. Según uno de sus máximos representantes, Mesonero Romanos, se quería acabar con algunos de los estereotipos románticos, pero finalmente se crearían otros. El costumbrismo literario pasó también a la pintura en dos versiones, una amable y otra conocida como costumbrismo de veta brava, con el que se hace una crítica de la sociedad española a través de un estilo realista que a veces llegó a lo grotesco. Como era de esperar eligió la primera versión. Junto al ya mencionado Mesonero Romanos, citó e incluyó en la exposición obras de otras destacadas figuras como Serafín Estebánez Calderón o los hermanos José y Valeriano Domínguez Bécquer. No sólo estas corrientes le ofrecieron una importante cantidad de prototipos que se establecieron en este momento como típicamente andaluces. Ciertos cánones siguieron 85

1. m. En las obras literarias y pictóricas, atención que se presta al retrato de las costumbres típicas de un país o región. REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española [en línea]. 22ª Ed. Madrid: Real Academia de la Lengua Española, 2003 (4-82009). José Ramón Lomba y Pedraja. Costumbristas españoles de la primera mitad del siglo XIX. Santander: Imp., lit. y enc. Vda. De F. Fons, 1932. Evaristo Correa Calderón. Costumbristas españoles. Madrid: Aguilar, 1976 M. Ossorio y Bernard. Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX. Madrid, 1883-1984

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reproduciéndose pasados los siglos, especialmente en la pintura considerada como “regionalista”, muy influida por el costumbrismo y de la que añadió varios ejemplos. Localizó algunas pinturas de este tipo, de clara orientación folklórica formando parte de la colección pictórica de la HSA. Eligió una de Julio Romero de Torres para ilustrar unas Alegrías, otra de Zuloaga en la que se representaba una “Danza Gitana en Sevilla”, y no faltó la pintura de Sorolla, “Sevilla. The Dance”, realizada ex profeso para la HSA. Pero el abundante repertorio con el que ilustrar la danza en Andalucía, no se limitó a los dibujos, grabados, litografías, también se sirvió de las reproducciones fotomecánicas de las revistas, nos referimos al material que consiguió en revistas españolas como La Estampa o La Lidia, minoritarias con respecto a las extranjeras que utilizó, no sólo porque fue más fácil para ella conseguirlas, sino también, porque en ellas encontró ejemplos que incluyó en la vitrina de esta región, ya que seguían identificando la imagen total de España, y por descontado la de su danza, con Andalucía. Por citar algunas, The National Geographic (agosto, 1924), Country Life (noviembre 1926), The Graphic (abril, 1932), The Connoisseur (noviembre, 1936). Pero aquí no acababan los recursos de Anderson, también eligió algunas de las fotografías que realizó ella misma en el transcurso de una serie de actuaciones de baile español en Nueva York entre 1936-1937. En la prensa neoyorkina de la época encontramos artículos que se hicieron eco de estos festivales de baile español. En uno de ellos leemos como se refirieron a los números representados en estas actuaciones como “repertorio más o menos común de danza española”, al comprobar los títulos vemos como la mayoría tienen un marcado carácter andaluz86.

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Juan Martínez y su Compañía. Bailando un Zapateado, una Farruca y por Bulerías. Teatro Bayes. Nueva York, 1937. La Argentina. Interpretando unas Sevillanas, Peteneras y Bulerías. Teatro The Town Hall. Nueva York, 1936. La Montalvo. Bailando una Zambra. Teatro Town Hall. Nueva York, 1936. A la particularidad de representar la danza española casi exclusivamente con números flamencos, se unen las fechas de las actuaciones. Estas son muy significativas ya que España se encontraba en plena Guerra Civil y los artistas iban huyendo del conflicto. Incluimos el artículo que se publicó en el New York Times sobre la actuación de José Martínez y su compañía en el Teatro Bayes: The Martínez Spanish Ballet will also open its engagement with matinee and evening performances today at the Bayes, and will play a total of twelve times, concluding with two appearances next Sunday. The program consists of titles which are more or less common to Spanish dances repertoires: “Cuadro Flamenco”, “Jota Aragonesa”, “Córdoba”, “Zambra”, “Lagarteranas”, “María de la O”, “La Corrida”, “Malagueñas”, “Mi Sombrero”, “Bolera”, “Atiza”, “Rumba Español”, “Meu Meco”, “Bulerías”, “Granada” and “Campamento”.[...] At the

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7. La exposición de danzas de España en la HSA Anderson escribió una poesía donde describió un baile andaluz, una escena que posiblemente presenció durante su expedición de 1929-1930, cuando asistió a la Feria de Abril sevillana: Out from the palace seclusion From Moorish patio and bay, Down to the feria’s delusion Sevilla’s daugthers today. Avenue to bright casetas Striped and flowered they play No one will count pesetas, Sevilla is dancing today For them the circle around them, Guitar, strike the tune up and play, Clap out the rhythm, surround them, Sevilla is dancing today. Gather the idlers together, Policeman, porter, and jay, Heap them regardless of weather, Sevilla is dancing today. Click out the castanets measure Stamp heels and pal me as you play, The faster the measure, the greater our pleasure, Sevilla is dancing today, Olé Hark, castanets and beating Measures rhythmic and gay Footbeast are sharp and fleeting, Sevilla’s fairest today. Hips go careening, whirling, Ruffles swish as they away, Shirts full and long are s whirling, Shoulders glide on their way. Olé87

beginning of the war in Spain the dancers fled to France and have since appeared in Paris, Monte Carlo, Havana and Mexico. They have come to New York directly from San Francisco. John Martin. “The Dance: A Week of Premieres”. New York Times. 10 de enero, 1937. 87 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Poetry. AIB. HSA.

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Cataluña era una de región con un gran surtido de bailes tradicionales y, lo que era más importante, como decía la investigadora en su introducción, las había conservado e incluso documentado. Al observar las imágenes procedentes de esta región y el tratamiento que hizo de ellas, comprobamos las similitudes con el trabajo de Capmany. Este texto no sólo la ayudó a identificar las danzas con su región correspondiente, sino que siguiéndolo pudo mostrar un mayor y más variado número de imágenes. Estamos seguros de que los espectadores que pudieron contemplar la exposición no tenían conocimiento de muchas de las danzas que tuvieron la oportunidad de ver en la HSA, desde 1938 a 1941. La cantidad de notas que recogió de este libro, ya nos indica el continuo uso que hizo de él. Imitó la estructura del libro y como el autor catalán, dividió la primera sección de su trabajo sobre la danza y el baile por regiones y la segunda por temas. Es en esta segunda parte donde vemos mayores similitudes, ya que la incluso tituló de la misma forma una de las secciones temáticas, nos referimos a la de “Danzas Espectaculares”, (Spectacular Dances)88. A las imágenes de la región catalana, se sumaron las que seleccionó para incluirlas también en expositores de temas, y que habían sido hechas o mostraban elementos procedentes de ella. De esta forma comprobamos la importancia que le concedió a este material, principalmente porque lo encontró en abundancia, sobre todo si lo comparamos con el de otras regiones. Incluso aseguró que: The southeastern coast, the islands, and the inland provinces have been less zealous to record their characteristic dances89.

En Cataluña se conservaban algunos de los escasos documentos que existían sobre notación coreográfica. Esta región no sólo le facilitó ejemplos de danzas antiguas, sino que éstas muchas veces aparecían reproducidas en soportes tan diversos como platos o azulejos, objetos artesanales que tan valiosos eran para la HSA, por estar hechos a mano y representar una industria tradicional. De esta forma, consiguió para su exposición ejemplos de danzas y de objetos artesanales90.

88

Anexo 3 Exhibition Illustrating Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 1941. Introduction by Ruth Matilda Anderson. Biblioteca HSA. 90 Anexo 3 89

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7. La exposición de danzas de España en la HSA Otras provincias que contaron con un importante número de ejemplos fueron las de Castilla y León (León) y Galicia. La razón principal se basó en un hecho evidente, la investigadora las conocía bien por sus expediciones y poseía material suficiente, realizado por ella misma y comprado91. Supo de la importancia y el significado de cada una de las danzas porque las estudió directamente en el momento de ser ejecutadas92. En la vitrina de Galicia solamente incluyó una imagen hecha por ella, el resto las había seleccionado ella misma durantes sus compras de material gráfico en la región. Pero es interesante comprobar cómo en la de Castilla y León (León), que estaba compuesta por veinte imágenes, dieciséis eran de ella. Se trata de una serie de fotografías que hizo durante el transcurso de tres de sus expediciones a España, la de 1926, 1928 y 1930. En este sentido tendremos que aludir también a los casos de Extremadura o las Islas Canarias, en los que únicamente incluyó imágenes conseguidas por su cámara93.

91

En el transcurso de su expedición a Galicia y Asturias entre 1924-1925, compró fotografías sobre la danza de las firmas Món y Novás y Ferrer. A continuación incluimos los datos de las que seleccionó para la vitrina de Galicia. No citó el origen de las imágenes, pero la revisión del archivo fotográfico correspondiente a esta región, confirmó que se trataban de adquisiciones realizadas por la investigadora. Tres fotografías de una Muñeira (1900), según una nota en la imagen, fueron hechas probablemente en el distrito de Mariñas, cerca de Betanzos (La Coruña). Danza de los Arcos, Betanzos. Agosto, festival de San Roque. Fotografía de una Danza del Paloteo, 17 de agosto, 1924. Bayona, Pontevedra, representadas con motivo del festival de Ntra. Sra. del Rosario. 92 La observación participante para un antropólogo social y cultural, es un método de investigación, en algunos casos imprescindible. Anderson, sin ser antropóloga de profesión, cumplió algunas de las características principales de esta metodología de trabajo: 1. El antropólogo o investigador en general debe ser un extranjero o extraño a su objeto de estudio. 2. Debe convivir íntegramente en el sistema a estudiar. 3. Ese sistema tiene una definición propia de sus fronteras J.M. Delgado; J. Gutiérrez. “La teoría de la observación”, en J.M. Delgado y J. Gutiérrez (coords.), Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis, 1994. pág. 144 93 Anexo 3

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21. Anderson. Pair in chinato dress dancing. Malpartida de Plasencia (Cáceres), 1949. GRF: 137.924

22. Anderson. Las Mercedes (Tenerife), enero 1930. GRF: 71.044-71.04794

No trató todas las regiones por igual, la falta de ejemplos, su menor conocimiento de los bailes típicos en algunas de ellas, le llevó a incorporar un reducido número de

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The Canarians dance to the music of a guitar and the singing of a young man. There are three dances: la seguidilla, la folia y la saltona. As they were performed for us, the dances were identical in step but of different tempi. The folia was slow and the saltona was fast. The seguidilla was dance at a moderate tempo. Negativos 10.838-10.841. Expedition 1929. 9371-11755. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. pág. 138

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7. La exposición de danzas de España en la HSA ilustraciones si lo comparamos con el de las anteriores. Una de ella fue la región murciana95. Este fue el tratamiento que aplicó a cada una de las regiones. La exhibición proporcionó a una institución como la HSA otra vía para mostrar al público ejemplos sobre paisajes, el arte y la arquitectura de las regiones. A los propósitos didácticos del evento, se sumó un profundo interés por crear un acto de gran atractivo artístico. En el caso concreto de la arquitectura, el número de ilustraciones se multiplicó, ya que los libros de viajes estaban bien surtidos de este tipo de vistas. En algunas de ellas podemos ver que el tema de la danza es secundario, pasa desapercibido frente a las grandiosas arquitecturas de magníficos castillos, catedrales o puentes, que configuran el paisaje que las rodean y ocupan todo el espacio. Una de las imágenes en la vitrina del País Vasco, corrobora lo anterior, se trata de un grupo de bailarines que interpretan un Aurriescu. La escena se muestra al más puro estilo romántico, resaltando los contrastes sublimes del edificio, en este caso la catedral de Begoña en Bilbao y su entorno. Los bailarines representados a pequeña escala, se pierden en la masiva y sólida arquitectura96.

23. Litografía de Louis Pierre Alphonse Bichebois y Gascon Noury, ca.1850 95

De esta región sólo eligió el Baile de la Parranda. Consiguió la imagen en el libro de Capmany, e incluyó la descripción del autor: […] Los bailadores guardan gran compostura y, montera en mano, elegían moza para danzar. Si la moza nada decía en contrario, era señal de que aceptaba la invitación. Cantábanse varias coplas, y al terminar la tercera tenían derecho los hombres a reemplazar a los que bailaban. Al principio de cada copla cambiaban ellos de sitio, pasando por detrás de su pareja y se colocaban delante de la contraria. Al empezar cada verso hacían los bailadores una mudanza que consistía en dar la vuelta, prosiguiendo el baile sin interrupción. Terminábase la danza con el canto del Retal: entonces brincaban mucho las parejas y se animaban por medio de piropos, de saltos de palmadas y de risas. Capmany, Aurelio. “El baile y la danza” en Folklore y Costumbres de España, 1931. vol. 2, pág. 348. 96 Litografía del siglo XIX hecha por Louis Pierre Alphonse Bichebois y Gascon Noury, copia de un dibujo de Jenaro Pérez Villaamil y que aparece en: Jenaro Pérez Villaamil. España artística y monumental. París, 1850. vol. 3. pág. 47

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En la vitrina de Cataluña se incluyó la imagen de una Torre de Xiquets, típica del pueblo tarraconense de Valls y, como acertadamente indicó Anderson eran conocidas también como la Danza de los Titanes97. Lo interesante en este momento es comprobar como eligió una imagen donde aparecía la torre de los jóvenes en paralelo al campanario de la iglesia del San Joan (siglo XVI). Con ella ilustró la relación de la danza con la arquitectura, y mostró cómo ambas disciplinas dependen del espacio y se relacionan con él de diferente forma. Teniendo en cuenta que según los expertos el origen de los castells se remonta al siglo XVII, posiblemente estas “construcciones humanas” imitarían las arquitecturas también de carácter efímero, tan populares en época barroca, especialmente durante la festividad del Corpus Christi98. Para acabar con esta serie de ejemplos, también llamamos la atención sobre una imagen de Pancorbo (Burgos), obtenida del libro de Taylor99. De nuevo la danza ocupa un plano secundario, tenemos que buscarla y en este sentido vuelve a subrayar el interés de la muestra sobre la danza, como una excusa para ofrecer al público una imagen de España que encontró principalmente en los libros de época romántica, tanto ingleses como franceses. Desde luego en estas imágenes la danza no fue el tema principal, sino el paisaje que acapara toda nuestra atención, la típica panorámica romántica en la que la grandiosidad de la naturaleza domina todo es espacio compositivo. Dentro de este espacio amplio, abierto, se distinguen a lo lejos, los perfiles góticos o renacentistas de edificios importantes en determinadas ciudad, estas en la mayoría de los casos, se muestran como ciudades con aspecto medieval, pero se pierden en la inmensidad de espacio natural, igual que las figurillas que aparecen en una esquina del cuadro. Si nos fijamos bien en estos personajes, diminutos en comparación con el paisaje, nos damos cuenta que son caracteres populares, campesinos, aldeanos, que en muchos casos aparecen bailando o entretenidos en algún juego popular, y que aportan el sentido de humanidad, pequeña, indefensa ante la grandeza del panorama. No se trata de una imagen 97

Joan Bofarull Solé. L´origen dels castells. Anàlisi tècnica i històrica. Valls: Cossétania Edicions, 2007. págs.15-16 98 Ídem, pág. 28 99 Anderson aportó los siguientes datos: Dance 1823. Pancorbo (Burgos). Grabado firmado por Cooke, copia de un dibujo de Isidoro Justin Severin Taylor, que incluyó en el libro escrito por él mismo, Voyage pittoresque en Espagne. París, 1832. vol. 2, fig. 6

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7. La exposición de danzas de España en la HSA elegida con la intención de ilustrar una danza, el interés es puramente visual. En los cuadros de paisaje románticos, la naturaleza impera por encima de cualquier otro aspecto, se muestra con un carácter dominador y panteísta y ante la grandiosidad de la escena, volvemos a comprobar como la investigadora buscó explotar el carácter artístico de la exposición100. Ofrecer ejemplos del traje regional constituyó un interés prioritario a la hora de idear estas vitrinas y la muestra en general. No hay mejor ocasión que la fiesta, las celebraciones religiosas o civiles, para mostrar la indumentaria tradicional. Los bailes que tenían lugar durante estos actos se ensalzaban con estas vistosas ropas, con las que se ejecutaban las danzas. Por aquel entonces, ya se había convertido en una experta en indumentaria y esto influyó decisivamente a la hora de seleccionar y ordenar las ilustraciones que fue encontrando. De entre los ejemplos más relevantes en este sentido destacamos las acuarelas de Gratiane de Gardilanne y Elizabeth W. Moffat101 y los libros de Jean Pigal, Giscard, Juan de la Cruz Cano y Olmedilla y el de Isabel de Palencia. Precisamente esta última autora consideró que el traje podía representar uno de los ideales estéticos de una nación y lo relacionó con otros temas como la música, el arte, la danza. Fueron éstos los comentarios de los que la investigadora tomó nota en su cuaderno. Palencia afirmó que el traje regional junto a “las canciones, la danza, la música y la cerámica”, eran las expresiones más evidentes de la sensibilidad artística del pueblo e incluso más importante, eran un vestigio histórico. En las obras pictóricas se reprodujeron escenas de ese pasado y en ocasiones tan solo con observar la indumentaria o los peinados, se pueden fechar las obras, el estampado de las telas por otro lado, nos podría informar sobre el lugar procedencia de las mismas y quizás el lugar donde se realizó la pintura. La autora comentó las diferencias existentes entre las provincias españolas a la hora de vestir un pañuelo, y como dijimos afirmó que ciertos tipos de peinados eran reminiscencias de un pasado

100

Enrique Arias Anglés. La pintura romántica de paisaje en España. Pinturas de paisaje del Romanticismo español. Madrid: Fundación Banco Exterior, 1985. 101 Estos artistas realizaron a finales de los años veinte principios de los treinta, una serie de libros compuestos únicamente por acuarelas en las que reproducían trajes típicos. Muchos de ellos los publicaron en una serie de libros entre los que destacan varios dedicados al traje regional en Francia (1929), los Países Bajos (1932) y Holanda (1932). Consultar bibliografía.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

milenario, como por ejemplo cuando comparó la esfinge de la Dama de Elche con el peinado valenciano y sus accesorios. Como vemos, utilizó el texto de un libro sobre el traje y lo aplicó a una exposición sobre la danza. A través de las anotaciones que recogió comprobamos cómo entendió que la danza, al igual que la indumentaria, era la expresión del carácter, de la naturaleza de un pueblo, un medio más o menos elaborado de interpretar y exteriorizar sus costumbres, creencias, formas de ocio…También en las fotografías que ella misma hizo y eligió para incorporarlas a las vitrinas, vemos esa intención de presentar las danzas y sumar otros tantos temas de valor etnográfico. Su deseo por mostrar los trajes se aprecia con claridad cuando intencionadamente incluyó tres fotografías de las que realizó en La Alberca durante la festividad de la Asunción, momento en el que se luce uno de los trajes típicos más espectaculares de la comarca, el famoso “traje de vistas”.

24. Anderson. Baile en la plaza . La Alberca (Salamanca), 17 de agosto 1930. GRF: 72.593

También en las fotografías de la boda en Sobradillo, las parejas de bailarines se movían con sus mejores prendas y sólo falta el color para que podamos apreciar en todo su esplendor los mantones de manila de las mujeres102.

102

Este fue el caso, por ejemplo, del Baile de Ramos durante la boda que documentó en Sobradillo. El alcalde le informó del evento (carta fechada el 11-7-1930), y respuesta de Anderson (31-7-1930). Spain León Notes. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

25. Anderson. Wedding guests dancing a Baile de Ramos . Sobradillo (Salamanca), julio 1930. GRF: 73.023

Estamos ante un material que ilustra primordialmente la danza en España, pero que podría haber servido como muestra sobre otros aspectos de la cultura española, la indumentaria, entre los más destacados. Otro ejemplo claro de lo que acabamos de comentar, es una de las pinturas que presidía la sala de exposición, el cuadro de Sotomayor titulado “La Muñeira”. El título de este cuadro, como la pareja que se representa en él bailando, queda en segundo plano, como solapados por la representación de una jornada festiva. La escena campestre muestra a un nutrido grupo de aldeanos vestidos con trajes regionales y en ella resaltan los colores, a través de la luz que incide sobre ellos, podemos apreciar la calidad en las telas y el dibujo de sus estampados. b) Temas relacionados con el baile Una vez planificado el material con el que se representaría cada una de las regiones, comenzó a proyectar la organización de otra serie de vitrinas que abordarían la cuestión de la danza desde diferentes perspectivas. Éstas servirían para completar la visión global con la que se quería dotar a la exposición, incidiendo a través de los ejemplos seleccionados y la manera de estructurarlos en los propósitos pedagógicos y estéticos de la muestra. Organizar en la HSA una exposición sobre la danza en España mostrando únicamente ejemplos catalogados por regiones, hubiese resultado una labor incompleta. En las notas sobre etos negativos describió los movimientos de los bailarines. Negativos: 12.800-12.836. Expedition 1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 341-344. Una fotografía de esta boda se publicó en Lenaghan y Mata Pérez: Salamanca en los Fondos fotográficos de la Hispanic Society. Editado en Salamanca: Junta de Castilla y León, 2003. pág.168.

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Era imprescindible incluir ejemplos de su evolución histórica, de algunos de los escasos documentos escritos en los que se habían registrado movimientos coreográficos, mostrar el carácter religioso y simbólico de muchas de ellas y resaltar la plasticidad del baile a través de obras de arte sobre este tema y los retratos de sus figuras más destacadas. Se pueden apreciar cuatro categorías: 1. Danza en la historia 2. Teoría de la danza 3. Danza simbólica 4. Danza como expresión artística

1. Danza en la historia Dancing Notes II era el título del fichero donde recopiló las referencias y los datos del material en este momento. Dentro del fichero se encontraba un texto inédito e inacabado, escrito por ella misma en 1938103. Aunque más extenso y completo, era parecido al que luego eligió como introducción para el folleto de la exposición104. Es relevante comentar que sus párrafos siguen el orden preciso en el que se dispusieron las vitrinas temáticas y nos proporcionan noticias exactas de las fuentes bibliográficas que utilizó. Aunque como hemos dicho no se acabó, se enmarca dentro de la primera categoría (danza en la historia). Para comenzar aludió a una serie de pinturas rupestres encontradas en yacimientos de la Península y que, supuestamente, representan figuras bailando105. A continuación, habló de algunos pueblos prerrománicos, como los galaicos y los bastetanos, entre cuyos vestigios se encontraron noticias sobre la práctica de una serie de danzas ceremoniales. Durante la época del Imperio Romano varios autores clásicos como Marcial y Plinio el Joven, describieron con admiración el baile que se producía en la Península. A este periodo histórico también perteneció el famoso mosaico de Arroníz en Navarra y en este momento describió una de las escenas representadas en él. Sus comentarios sobre las 103

En el margen superior derecho de la primera hoja y escrito a mano, se puede leer Text by RMA, 1938. En Dancing Notes II. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 104 Exhibition Illustrating Dances of Spain at The Hispanic Society of America. July 2, 1938 to October 20, 1941. Introduction by Ruth Matilda Anderson. Biblioteca HSA. 105 Concretamente se refiere al yacimiento en el Barranco de Valltorta en Castellón, el de Alpera en Albacete y el de Cogul en Lérida. Dances of Spain II. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA peculiaridades del mosaico, nos confirman que manejó fuentes especializadas, como el Boletín de la Real Academia de la Historia, donde se publicaron los estudios arqueológicos que José Ramón Mélida había realizado sobre este asunto106. Sin duda leyó y estudió los libros y las revistas de divulgación, cuyas referencias aparecen tanto en este fichero como en el de Dancing Notes I. Posteriormente se acercó a la danza en la Edad Media a través de una serie de libros iluminados. Entre ellos las Cantigas de Alfonso X y el Cancioneiro da Ajuda (ca.1280). En esta vitrina era imprescindible incluir ejemplos obtenidos de las Cantigas de Santa María atribuidas a Alfonso X El Sabio (1221-1284). Este manuscrito está considerado como uno de los cancioneros más tempranos, en el que se registran melodías de carácter popular, ilustrándolas aparecen numerosas miniaturas iluminadas y de vivos colores, muy apropiadas para mostrarlas en la exposición y que además contiene un extenso repertorio de instrumentos musicales de la época. Con respeto al Cancioneiro da Ajuda, hay que subrayar que las imágenes procedían del libro de Ramón Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares (1924)107. Los ejemplos concretos que citó en este documento son los que veremos posteriormente dentro de las vitrinas como, por ejemplo, las Cantigas de Santa María de Alfonso X (siglo XIII) o el Cancioneiro da Ajuda (1280 aprox.). Incluyó la trascripción de una serie de poemas que sacó de este Cancionero y que daban paso al conjunto de imágenes que eligió para representar la danza a finales del siglo XIII y durante el siglo XIV. Las imágenes para este apartado llegaban de varias provincias. De Navarra, a través de la figura de una mujer que en actitud de danza aparecía representada en un capitel de la catedral de Pamplona y de la zona levantina, a través de varios ejemplos de pintura gótica catalana y valenciana, incorporó la danza de Salomé y una figura bailando la Sardana. Un capitel, el panel de un retablo, además de un plato y un tazón, son los soportes de las imágenes que seleccionó para definir el sentido de la danza en la España cristiana y musulmana de aquellos siglos del medievo. Entre las fuentes que consultó en este momento nos interesa destacar la obra de Ramón Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares, dedicada principalmente al estudio de la épica y la lírica 106

José Ramón Mélida y Alinari (1856-1933) fue miembro de la HSA. Records Annual Reports. (19261959). Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 107 Ramón Menéndez Pidal. Poesía juglaresca y juglares: aspectos de la historia literaria y cultural de España. Madrid: Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Centro de Estudios Históricos, 1924.

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peninsulares en época medieval. Se trata de una fuente especializada. A primera vista no hubiese sido un título muy atrayente para alguien que en busca de imágenes sobre danza, pero era una obra que le recomendó Huntington y estaba escrita por un especialista y miembro de la HSA Menéndez Pidal. Volvió a utilizar el tema de Salomé a la hora de buscar ejemplos para la danza en el siglo XV108. Este tema fue reproducido en innumerables ocasiones a lo largo de la historia del arte y especialmente durante los siglos XIV y XV. Dentro del Renacimiento italiano se producen algunos de los ejemplos más destacados, en los que vemos cómo el argumento bíblico y moralizador fue interpretado y convertido en la excusa ideal para crear lienzos de gran sensualidad109. Pero incorporó dos ejemplos realizados por artistas españoles: uno perteneciente a un retablo catalán del siglo XIV (Museos d´Art de Barcelona. Colección Flandiura) y otro es un cuadro de Fernando Gallego (1468-1507). Lo significativo de este documento es que, al final, la investigadora afirmó que hasta el siglo XVI los diferentes tipos de danzas españolas no tenían una denominación que los diferenciase. No especificó la fuente que le proporcionó ese dato, pero en este comentario vemos como utilizó fuentes sobre la historia de la danza en España. Las imágenes que seleccionó para la vitrina del siglo XVI provenían del libro Civitates Orbis Terrarum. Publicado en Colonia por primera vez 1572, se trata de una colección de seis volúmenes con cientos de mapas, la mayoría de España e Italia, realizados por los mejores cartógrafos y grabadores europeos de ese momento. Eligió tres procedentes del primer volumen de esta serie que podríamos considerar cartográfica. Si nos fijamos los grabados ofrecen únicamente vistas de ciudades andaluzas, concretamente de Granada, Sevilla y Cádiz, en las que volvemos a encontrar ejemplos que en este caso servirían para definir la danza de este siglo XVI. Pero no creemos que éste fuera su propósito al utilizarlos. El material pertenecía a la HSA y el interés visual por la calidad técnica y artística de estas piezas resulta incuestionable. En los tres pudo mostrar figuras de la época bailando al compás de una serie de instrumentos musicales

108

La famosa danza que ejecutó Salomé ante el rey Herodes y que causó indirectamente la decapitación de San Juan Bautista. Evangelio (Mc 6, 17-29). 109 En este sentido podemos referirnos a una obra de 1550 firmada por el pintor italiano Tiziano (ca. 14901576). En el cuadro aparece Salomé en primer plano y en contraposto, sujeta la bandeja de plata con la cabeza de San Juan Bautista. Este cuadro se encuentra en el Museo del Prado.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA antiguos representados con extraordinaria minuciosidad, la riqueza, el detallismo de las escenas reproducidas en sus láminas, muchas de ellas en color, con respecto a los bailarines y sus instrumentos musicales, etc., subraya el poco interés que tuvo para ella el valor del documento como vistas geográficas, y tampoco como documento ilustrador de danzas concretas, ya que no se puede diferenciar con exactitud cual era el tipo de baile que ejecutaban. Lo que quiso mostrar al espectador fue una imagen de la época, con su arquitectura original, los trajes y sus complementos, oficios antiguos, y el ambiente urbano de varias ciudades españolas en el siglo XVI en un tono amable, de fiesta. Además, en estas escenas y aunque fuera de manera secundaria, se mostraban ejemplos del folklore coreográfico gracias a la gente que aparecía bailando y tocando instrumentos musicales de la época. Hasta ahora hemos comprobado cómo incluyó en las vitrinas organizadas por siglos algunas de las obras más significativas del arte español. Volvemos de esta forma a reiterar algo que evidencia el interés visual de la muestra. Un buen ejemplo es la vitrina del siglo XVIII, donde algunas obras de Goya nos ofrecen imágenes magistrales de la plácida y optimista -en apariencia- sociedad española de aquel siglo, en una exposición donde convergían los intereses de los que acabamos de hablar, era imprescindible incluir una selección de su obra. Al igual que sucedía con las escenas costumbristas que había incorporado en algunas vitrinas de las regiones, en este momento Anderson volvió a seleccionar imágenes sosegadas, de tonalidades cálidas, en las que Goya reproduce escenas de juegos y bailes muy populares en la época, con los que se deleitan y entretienen una serie de personajes, algunos aristócratas de elegantes indumentarias. La danza de nuevo se presenta como el componente de una vida “dichosa”, de los momentos normales de ocio. 2. Teoría de la danza En este apartado analizaremos las imágenes que utilizó para ofrecer ejemplos sobre la danza en el sentido formal y teórico de ésta como expresión artística. Para ello recurrió a los escasos documentos que existen en España -quizás en el mundo-110 sobre notación coreográfica, todos ellos datados en fecha muy temprana como el del archivo de Cervera, 110

Nos referimos concretamente al documento en el archivo municipal de Cervera, Lérida del siglo XV. Alicia y Amparo Espejo Aubero. Glosario de términos de danza. Madrid: Librerías deportivas, Esteban Sanz, 2001. pág. 8.

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del siglo XV. También se preocupó de una serie de instrumentos y de piezas musicales que se escribieron para acompañar danzas.

26. Spectacular Dances. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

La vitrina que contenía las partituras de danza titulada Dance Notation, las recogió del libro de Capmany que consideró poseían un mayor interés que otras que barajó, como por ejemplo, seis “Jotas”, dos catalanas y dos gallegas que aparecieron en la revista Blanco y Negro (1931)111 y también una Muñeira y una Ribeirana112. A diferencia de las anteriores las que aparecía en Capmany eran documentos más antiguos y únicos en su género113.

111

Jota, revista Blanco y Negro, 1931, nº. 2.109. VVAA.: Carreras y Candi, Francisco; Vicente Risco; Manuel Amor Meilán; Eugenio Carré Aldao; Gerardo Alvarez Limeses. Geografía general del reino de Galicia. Barcelona: Martín, 1928. pág. 700 113 Del siglo XV es la notación de los bailes, la “Baixa Morisca”, “Joyos”, “Baxa Dorlens Amorosa”, “La Terrible”, “Fills a María”, “Anglaterra”, “Grecian”. Capmany, Aurelio. “El baile y la danza” en Folklore y Costumbres de España, 1931. vol. 2, pág. 302. Del siglo XVIII, el “Contrapas Llarch”. Ibidem pág. 292 Del siglo XIX, “Contrapas Curt”. Ibidem, pág. 296. 112

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

27. Spectacular Dances. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

Una vez organizada la vitrina de las “partituras de danza”, consideró imprescindible hacer un repaso cronológico de los instrumentos musicales que en su opinión eran los más significativos en el acompañamiento de las danzas. Quizás las imágenes de músicos y bailarines que aparecían en los libros que estaba utilizando contribuyeron a su interés organológico. Si pretendía hacer una historia de la danza era indispensable incluir instrumentos musicales, para lograr así una visión amplia, formal y científica gracias a la utilización de material histórico. Esta recopilación de ejemplos fue para ella una forma creemos que personal- de completar su trabajo de investigación y erudición sobre el tema, ya que manejó documentos históricos que reproducían en su interior una gran variedad de instrumentos musicales asociados tradicionalmente con el baile en España, nos referimos a las castañuelas, la pandereta, el tambor y la flauta. Muchas de las imágenes de la exposición mostraban bailarines portando estos instrumentos mientras bailaban, especialmente castañuelas y panderetas, su ligero peso y manejabilidad hacían de ellos los acompañamientos ideales. El bailarín puede, al mismo tiempo que baila, acompañarse por la música y controlar de esta forma el ritmo de su cuerpo. Sabía lo populares que eran estos instrumentos porque durante sus expediciones, al documentar el traje, fotografió algunos de sus modelos portándolos. Y luego los volvió a ver reproducidos en las fuentes que consultó. Cuando estuvo en Asturias, concretamente en el pueblo de Celorio durante la festividad del Ramo, fotografió a las 644

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muchachas que cantaban rodeando el Ramo y se acompañaban principalmente por sus vistosas panderetas. En Galicia compró fotografías procedentes del Museo Arqueológico de Orense, en las que aparecían varios tipos de castañuelas hechas en madera y primorosamente talladas. En su expedición de 1926 en el pueblo de Santiago Millas (León), retrató a las mujeres en el baile celebrado el Dos de Mayo, éstas marcaban el ritmo con vistosas castañuelas decoradas con una especie de orlas a las que se refirió como “cimpámpanos”. Las castañuelas al ser el instrumento musical español por excelencia les dedicó una vitrina entera. En esta vitrina de instrumentos típicos incluyó un boceto preparatorio de Sorolla y junto a él una fotografía realizada por ella en La Alberca, Salamanca, en la que aparecen tamborileros. Con este gesto mostró la versión fotográfica, de una obra nacida de la creatividad del artista, la que plasmó en un dibujo. Imitó al maestro valenciano con ayuda de su cámara y reprodujo una imagen que aseguraba y corroboraba la existencia del intérprete “de carne y hueso” y su práctica musical, algo que, a diferencia de la fotografía, la pintura por su asociación con el genio, la creación o la imaginación, podría no garantizar a juicio de algunos espectadores. 3. Danza simbólica Las vitrinas denominadas Dances Ceremonial y Dances Spectacular, se dispusieron en el centro de la sala donde tuvo lugar la exposición. Estaban separadas de las vitrinas de las regiones y también entre sí gracias a un pedestal con una pequeña escultura de la famosa bailarina La Argentina114.

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Argentina, La [Antonia Mercé Luque]. (1890-1936). Bailarina y coreógrafa. […] En 1929 recibió un homenaje en el Instituto de las Españas de Nueva York, en el que intervinieron Federico García Lorca, el filósofo Federico de Onís, el pintor Gabriel Maroto y el crítico de arte Ángel del Río. […] La Argentina está considerada como la iniciadora de lo que ahora se conoce como estilización, por la que las fuentes de la danza española (folclore, escuela bolera y flamenco) se pulen en su forma, respetando la raíz, para ser tratadas de modo coreográfico sobre las composiciones de los grandes músicos nacionales de principios del siglo XX. Cfr. CASARES. vol. 1, págs. 663-665 (Cristina Marinero).

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28. Mercé y Luque de Paz, Antonia, “La Argentinita”, junto a la escultura de Troubetzkoy, ca. 1911. GRF: 83.194

Bajo la denominación de danzas simbólicas, incluyó aquellas pertenecientes al folklore español que consideró que poseían un marcado contenido alegórico y figurativo y que en muchos casos seguían una estructura protocolaria que las convertía en auténticos ritos ceremoniales. El sentido que se confería a muchos de estos bailes había nacido del imaginario colectivo115, y la mayoría de las veces se insertaban dentro de un contexto religioso116. La fuerte tradición católica en España, a diferencia de las corrientes

115

La literatura, los mitos y las leyendas son algunas de las fuentes de las que bebe el imaginario colectivo, que interpreta a su vez todas estas historias a través de costumbres, ritos, celebraciones y también bailes. David Bloor. Conocimiento e imaginario social. Barcelona: Gedisa, 1988 116 Como el resto del material, las fotografías de danzas religiosas o que se llevan acabo en el transcurso de este tipo de celebraciones, las encontró no sólo en los diversos y bien surtidos fondos de la HSA, sino también en su propio trabajo. En el completo archivo etnográfico que estaba reuniendo fotografió extensamente asuntos relacionados con la historia, el sentimiento religioso y también el supersticioso. En España la danza, al igual que la arquitectura o el arte, también participaba de esa tradición religiosa. Uno de los ejemplos más vistosos era la Danza de los Seises, que se bailaba el día del Corpus Christi, aunque años atrás la investigadora documentó otras danzas ejecutadas en actos religiosos, como por ejemplo, las de Oñate en Guipúzcoa fechadas en 1923. Sin duda alguna, vivir estas fiestas en primera persona le proporcionó una visión y un conocimiento diferente al que consiguió a través de sus lecturas, tanto en los libros, las revistas, y también las obras de arte en las que se representaba este tema. Cuando incluyó las fotografías que hizo en Madrid durante la fiesta de San Isidro en 1923, aunque no se trata de una danza religiosa en sentido ortodoxo, se encargó de exponerlas como documentos reales sobre una tradición que continúa celebrándose cada año. Subrayó esta idea porque con ellas ratificó la continuación, la pervivencia de unos ritos antiguos, los que también mostraban las pinturas de Goya. Un tema como el de las danzas religiosas era lo suficientemente importante como para adquirir imágenes sobre ellas. Cuando no pudo presenciar en directo estos actos compró las imágenes que los ilustraban, como en Galicia sobre la danza de los Palos de Bayona. Este baile se llevaba a cabo durante las fiestas de

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protestantes de los países del norte de Europa, la convirtió en impulsora de una serie de dogmas de fe a través de diversas celebraciones, destacando, por ejemplo, la celebración de la festividad del Corpus Christi117. Esta festividad se celebraba en toda España, si bien las más famosas eran las que se desarrollaban en Toledo y Sevilla. Estaba dotada de todos los ingredientes necesarios para reservarle espacio en algunas vitrinas. Por un lado estaba el carácter histórico, ya que, como comentamos antes, se trataba de una fiesta promovida e impulsada desde hacía siglos en España. Por otro lado destaca el carácter ceremonial del acto, que en muchos casos se insertaba dentro de escenarios solemnes y de gran aparato. En las diversas regiones de España se celebraba de diferente forma, y por ejemplo, la versión valenciana o la que tenía lugar en Berga, Tarragona, incluían una serie de figuras de carácter mítico y profano como por ejemplo los Gigantes y Cabezudos, el Dragón, los Moros y Cristianos. Por ello incluyó estos ejemplos en la vitrina de “danzas espectaculares”118. Por último, si bien no menos importante, debemos volver a recordar que el tipo de fuentes que utilizó mayoritariamente correspondian a la literatura romántica y costumbrista, que le proporcionó un cuantioso número de imágenes. Por este motivo en la vitrina de “danzas ceremoniales”, Ceremonial Dances, de un total de siete imágenes, cuatro se referian al “baile de los Seises” en la catedral de Sevilla el día del Corpus119. Otras, también religiosas -podríamos incluso calificarlas como devocionales-, servían para agasajar o venerar al santo local y muchas veces esto se hacía por medio del baile,

Ntra. Sra. del Rosario. También compró imágenes de la danza de los Arcos en Betanzos, que se bailaba en honor a San Roque. Otro ejemplo localizado en Aragón fueron las danzas representadas el día de San Juan, en el transcurso del festival dedicado a Santa Orosia patrona de Jaca, para Cataluña eligió la Danza de la Muerte y las que se ejecutaban durante el festival de Santa Tecla. 117 Fiesta que conmemora la institución de la Eucaristía. Se celebra en Semana Santa, el Jueves Santo. Norberto Albaladejo; Carmen Hualde Pascual; Arantxa Ormazabal Hernaiz. Rito, música y escena en el Corpus. Música y Teatro Religioso y Medieval, 8. Madrid: Comunidad de Madrid, Consejería de Cultura y Deportes, 2004. González Casarrubios; Marta Cabanillas Fernández. La Fiesta del Corpus Christi en Castilla-La Mancha. Patrimonio histórico de Castilla-La Mancha, 21. Toledo: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Consejería de Cultura, Servicio de Publicaciones, 2005. Juan Estanislao López Gómez. El corpus de Toledo. Toledo: Editorial Zocodover, 1999. 118 Anexo 3. 119 Anexo 3

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7. La exposición de danzas de España en la HSA este es el caso del Baile de Els Cossiers que se celebraba en el transcurso de las fiestas en honor a dos santos y que la investigadora pensó incluir en la exposición120. Junto a las danzas de carácter religioso, establecidas en el transcurso de los siglos y respetadas por el pueblo, se añadió otras que denominó “funerarias” y con las que pensó aportar ejemplos de la danza como expresión popular ante el sentimiento nefasto de la muerte.

29. Gustave Doré. “Une Danse Funebre (Jota), A Jijona (province D´Alicante)”. En, Davillier. L'Espagne. (1874). pág. 409

En este sentido volvió a buscar imágenes que mostrasen el mítico carácter español, irracional y transitorio, que ante el drama no esconde sus sentimientos. Las recopiló en los libros de época romántica. No parece representarse una danza en concreto, más que baile es requiebro de dolor, imágenes que se desarrollan en ambientes de gran teatralidad, y cuyos bailarines de aspecto calé, ejecutan movimientos y gestos exagerados121.

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No incluyó este baile en la exposición, pero sí recopiló notas sobre él y también una imagen que sacó del libro de Vuillier (A History, 1898. pág. 52). Al igual que los Seises sevillanos, el grupo de Els Cossiers está formado por seis niños, aunque en este baile se añade una niña. Los más conocidos son los del pueblo mallorquín de Algaida. Se representan durante los festejos organizados en honor a dos santos, San Honorato, el 16 de enero y San Jaime, el 24 de julio. En la imagen de Vuillier aparecen los niños bailando alrededor del santo. La procesión va encabezada por otro de los protagonistas de esta danza religiosa, el demonio, que recuerda la lucha de San Jaime con el dragón. 121 Anexo 3

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

En contraste con lo anterior se incorporó en este apartado las de Gigantes y Cabezudos, las de los Caballitos, las de Moros y Cristianos. Al comienzo señalamos que aunque las “Danzas Ceremoniales” y “Danzas Espectaculares” Ceremonial Dances, Spectacular Dances, se dividieron en dos vitrinas, en su cuaderno de notas no distinguió entre unas y otras, sino que reunió todo el material que ella consideró apropiado para incluirlo en estas categorías en un mismo apartado, y citó una lista de la que tenía ejemplos122. De nuevo nos encontramos ante una selección peculiar y sin embargo lógica si atendemos a todo el material elegido para la exposición del que hemos hablado hasta el momento. Fue singular porque volvió a elegir escenas ambientadas en Andalucía o con tipos andaluces y catalanes. Esto se explica porque siguió utilizando las mismas fuentes, es decir los libros de viajeros románticos, revistas ilustradas que le proporcionaron escenas costumbristas y en las que se repiten una y otra vez los estereotipos andaluces123. 4. Danza como expresión artística. Las tres vitrinas incluidas en la exposición y que pertenecerían a este apartado son las siguientes: Café Cantante, Theatre y Dancers. Las dos primeras aportarían ejemplos sobre bailes que formaban parte de una actuación o espectáculo artístico y que se llevaban a cabo en recintos que en muchos casos están acondicionados para ese tipo de eventos, es decir que disponen de escenarios o tablados y de un espacio reservado para un público que es al que se dirige la actuación.

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Baile de los Caballitos, Els Cossiers, Gigantes y Cabezudos, Granada, Seises, Velatorio, Magdalena, Moros y Cristianos, Pera. 123 Este es el caso de las “danzas fúnebres” en la vitrina de Ceremonial Dances. Contretamente se trata de la pintura de John Phillip, La Gloria: a Spanish Wake, en la Nacional Gallery de Edimburgo y el cuadro de José María López Mezquita, que sacó en la revista La Ilustración Española y Americana. 8 de diciembre, 1913. año 57. págs. 344-345. Este cuadro de López Mezquita se titulaba El Velatorio (1910). Debemos recordar que el artista fue miembro de la HSA, y ésta posee un amplio catálogo de su obra. El resto de las danzas en esta vitrina, también tienen como escenario Andalucía. Para ilustrar la Danza de los Seises contó con una nutrida lista de ejemplos, seleccionó un grabado en Davillier (L´Espagne, 1874. pág. 419), titulado Seises de la cathedrale de Seville dansant devant le Saint-Sacrament. Davillier escribió sobre el origen y la historia de los Seises y transcribió algunos de los villancicos que cantaban mientras bailaban. Una pintura del artista costumbrista Gonzalo Bilbao y Martínez (1860-1938). del libro de Temple (Modern, 1908. pág. 126). Dos obras de Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870) “Procesión del Corpus” en el Album Bécquer (Madrid, 1925), y la otra publicada en La Ilustración de Madrid, (27 de junio, 1870. año 1, pág. 5) El asunto de los Seises le proporciona tantos ejemplos que vuelve a incluirlo en la vitrina Spectacular Dances. Son cuatro fotografías, en este caso procedentes de Valencia, acompañadas de la siguiente referencia: Relación solemne función del Corpus. Valencia, 1857. págs. 6, 7, 14, 15.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA Los bailes se llevan a cabo por bailarines profesionales en su mayoría. Reserva otra vitrina para ellos (Dancers) en la que incorpora una selección de retratos. El material en estas vitrinas procede de tres lugares diferentes que pasamos a exponer en orden de importancia: - Publicaciones periódicas: abundan por encima de otras fuentes las imágenes conseguidas en revistas, muchas de contemporáneas a la investigadora. Las colaboradoras de la HSA solían hacer recopilaciones de artículos que podían ser de interés para el trabajo que en ese momento estuviesen realizando y las incorporaban posteriormente a la colección. Hoy en día estos clippings (recortes de periódico) se han convertido en una colección en sí mismos y constituyen una fuente de investigación de gran interés. También va a elegir cuatro ilustraciones que vuelve a encontrar en varios de los libros que ya había utilizado para las vitrinas anteriores, por ejemplo el de Davillier. - Fotografías: realizadas por ella misma en el transcurso de varias actuaciones de danza española en Nueva York entre 1936-1937. Estas imágenes acompañadas de una serie de notas fueron agrupadas en un pequeño fichero de notas titulado Spanish Dances. - Reproducciones de obras de arte: piezas de arte procedentes de varios museos, el Metropolitan Museum y la galería de M. Knoedler and Co.124 en Nueva York, el Art Institute, concretamente la colección de M.A. Ryerson, en Chicago125 y la colección Lorente de Madrid. Estas fotografías las va a incluir en tres vitrinas (15, 16, 17) que se instalaron justo a continuación de las de Andalucía (14). Visualmente no creaban un gran contraste con las anteriores ya que el estilo y el asunto en las imágenes seguía siendo el mismo. Comenzando por el título de la vitrina, Café Cantante, título que posiblemente vino impuesto por tres de las ilustraciones126, volveremos a contar con imágenes de corte andaluz, con títulos muy específicos entre ellos, “Flamencos de antaño” o “Flamenco Dance”127. 124

Galería de Arte fundada en Nueva York en 1846. Información disponible en pág. Web: http://www.knoedlergallery.com/gallery.html (24-8-07) 125 Ella S. Siple. “The Art Institute of Chicago-The Ryerson Collection”. The Burlington Magazine for Connoisseurs. London: The Burlington Magazine Publications, Ltd., noviembre 1927. vol. 51, nº. 296. págs 240-245. Disponible en Web: http: // www.jstor.org/stable/863386 (24-8-2007) 126 Anexo 3 127 Anexo 3

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

En el apartado de Theatre, incorporó las instantáneas de varios artistas, realizadas hacía relativamente poco tiempo una serie de teatros neoyorquinos, entre 1935-1937128. Este hecho marca la diferencia con la siguiente vitrina (Dancers) porque se ayuda de reproducciones de obras pictóricas y de esa forma también puede incorporar los nombres de pasadas glorias de la danza española, como por ejemplo La Camargo, La Carmencita, Mariano Camprubí y su pareja de baile Lola de Valencia.

30. Dancers. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

En conjunto, la particularidad de esta selección de artístas viene determinada por la cantidad de retratos de bailarines españoles famosos, que en la mayoría de los casos habían triunfado y eran conocidos en América -por ejemplo La Carmencita, Vicente Escudero o La Argentina- y, sobre todo, por la presencia de bailarines americanos de los que lógicamente va a contar con un abundante material y a los que en algunos casos conoce personalmente, concretamente Freddy Wittop o la bailarina Carola Goya y su

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Se trata concretamente de La Argentina interpretando “La corrida” de J. Valverde (cuatro fotografías), “El amor brujo” de Falla (dos imágenes), una “Córdoba” y “La Malagueña” de Isaac Albéniz, “Goyescas” de Enrique Granados y “Las lagarteranas” del maestro Jacinto Guerrero. Todas estas imágenes las consiguió en diciembre de 1935, en el teatro The Town Hall de Nueva York. Otra artísta incluida fue La Montalvo. Interpreta “Lagarteranas” de José Pacheco, “Malagueñas” de Ernesto Lecuona y como las anteriores las consiguió en el The Town Hall de Nueva York, el mismo mes de diciembre pero un año después. De Juan Martínez y Compañía eligió una “Cordoba” de Isaac Albéniz. Teatro Bayes, Nueva York, enero de 1937.

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7. La exposición de danzas de España en la HSA pareja el maestro Mateo, a los que atendió en varias ocasiones cuando visitaron la HSA129. Son imágenes que ofrecen la visión de algunos bailarines españoles cuya fama hizo historia, y también otros contemporáneos a la propia investigadora y que en su gran mayoría habían triunfado en América. Cabe destacar su interés por reforzar la visión plástica de estas vitrinas en dos vertientes: por un lado, a partir de los temas que protagonizan este apartado, los escenarios y los artistas en sí, y por otro, la peculiaridad de encontrarnos en algunos casos con imágenes que son reproducciones de verdaderas obras de arte, por ejemplo el cuadro de Manet130 en el que aparece la famosa bailarina Lola de Valencia (1862) o el retrato que Sargent hizo de La Carmencita (1890)131. Desconocemos el momento exacto en el que Huntington encargó la organización de esta exposición, pero quizás la recopilación de imágenes en los teatros anteriores entre 1935-1937, podían haberse realizado en previsión a esta muestra. La exposición tuvo como principal objetivo el dar a conocer al público americano y de la forma más vistosa, un completo repertorio sobre la danza en España. El trabajo realizado para organizarla le hizo enfrentase a la cuestión del baile de una manera más académica. Hasta ese momento, había adquirido su cultura sobre la danza y la música española en el transcurso de sus expediciones. Sus informantes, especialmente las mujeres, le proporcionaban las explicaciones y descripciones necesarias. En este momento aunó los conocimientos aprendidos a través todas las experiencias personales que vivió mientras hacía el trabajo de campo y los completó con sus lecturas, contribuyendo al mismo tiempo a su especilización como foklorista. La bibliografía y los criterios de la investigadora se convierten en una fuente imprescindible de datos a la hora de analizar la exposición y explicar la selección de imágenes. Pensamos que al tratarse de materiales inéditos resultan de gran interés sobre 129

Wittop aparece en dos fotografías vestido con el traje regional de Valencia, y con ellas representó la Jota Valenciana y una Pavana. Los bailarines Carola Goya y Mateo enviaban a la investigadora programas sobre sus actuaciones y varias cartas personales, entre ellas una postal navideña. 130 Édouard Manet (1832-1883) profundo admirador de Velázquez y Goya, viajó a España en 1865. Anteriores a esta fecha realizó obras de tema español como la del “Cantaor Español” (1860), o el cuadro del torero muerto (1864-1865). Incluyó en la vitrina destinada a las figuras del baile dos de sus obras, la de Lola de Valencia y la de Mariano Camprubí (1862), del que también añadió un grabado. Sobre la fama de estos bailarines recomendamos el artículo de Ivor Guest, “Theophile Gautier on Spanish Dancing”. Dance Chronicle. Oxfordshire, Great Britain: Taylor & Francis, Ltd., 1987. vol.10, nº. 1. págs. 1-104. Disponible en Web: http://www.jstor.org/stable/1567610 (24-7-2007) 131 El primero se conserva en el Musée d´Orsay, París y el de Sargent en el Metropolitan Museum de Nueva York

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7. La exposición de danzas de España en la HSA

todo porque aportan datos sobre libros y autores poco conocidos. Utilizó libros y revistas ilustradas, no solo para encontrar datos concretos sobre la danza española, sino principalmente para obtener imágenes. Entre estos libros encontramos ejemplares como el de Begin, Cayley, Fishcher, Giscard, etc., que nos ofrecen textos donde no se realiza un análisis formal y especializado sobre la danza y del folklore musical español, aunque en muchos casos presentaban una visión deformada de España, como hemos podido comprobar en los párrafos anteriores. Mostraban un país exótico y misterioso de climatología árida y seca, un lugar dominado por los contrastes, como los que existían entre las creencias religiosas y las supersticiones o entre un pasado glorioso y un presente en decadencia. Para el viajero extranjero, el productor de este tipo de libros, la pobreza y las carencias despertaban el ingenio y convertían España en un lugar donde podrían vivir numerosas aventuras. Además convirtieron en un todo una parte del territorio español, Andalucía, con la imagen que crearon de esta provincia, caracterizarían a todo un país. Revisó otro tipo de publicaciones, paralelas a las anteriores y que también incluyó en las vitrinas, se trata de libros de autores costumbristas como Estébanez Calderón o Mesonero Romanos. Aunque se situaron en el lado opuesto de los viajeros europeos, de los que fueron críticos y pretendieron mostrar una imagen amplia y variada de España, crearon una nueva imagen del país de la que nacieron otra serie de estereotipos. El segundo tipo de publicaciones fueron las revistas, muchas de ellas ilustradas, la biblioteca de la HSA contaba con un amplio inventario de ellas. Estas sin duda constituyeron una fuente inagotable de imágenes que era lo que buscaba, y muchas de esas instantáneas eran relativamente contemporáneas. Con todo lo expuesto anteriormente, hemos intentado mostrar el enorme trabajo realizado por la investigadora en su empeño por dar a conocer al público americano, la heterogeneidad del baile en España y los aspectos particulares de cada uno de ellos, enfatizando su función diferenciadora con respecto a cada una de las regiones. Pasó meses dedicada al estudio de libros sobre el tema y a la lectura de publicaciones en las que podía encontrar material referente a él. Su arduo trabajo de recopilación de todo este material relativo a la danza y especialmente el relacionado con algunas de las figuras más destacadas del baile español, a las que en algunos casos conoció personalmente, culminaron en la exposición cuya documentación final se recopiló en los dos ficheros que 653

7. La exposición de danzas de España en la HSA se titulan precisamente como la exposición, Dances of Spain. Esta exposición es un ejemplo más que la confirma en su puesto como la experta folklorista de España en la HSA y vuelve a incidir en la idea que hemos estudiado en capítulos anteriores. Su profesión inicial como fotógrafa fue la que determinó la manera en la que evolucionó su carrera posteriormente. Una vez más su trabajo no finalizó con la recopilación documental, sino que empezaba a partir de ella. Tuvo que trabajar con sus fotografías y las que seleccionó en libros sobre arte, indumentaria y folklore español para dar un sentido a todas esas imágenes, para explicarlas. Presentó una muestra que estaba conectada con otras partes de la colección, debía ser fácil del entender por el público americano, atractiva a la mirada, pero no podía obviar su carácter divulgativo. Estos planteamientos hicieron del evento un acto excepcional y único a la hora de presentar la danza española y de la que no existen, o desconocemos, referentes que reúnan las parecidas características y que puedan ser comparables.

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CONCLUSIONES 

         

 

Conclusiones

El denominado fenómeno “andersoniano”, que podríamos aplicar con diferente sentido pero idénticos puntos de partida, al caso de Beatrice Proske o Elizabeth du Gué Trapier, por citar dos situaciones semejantes, no se hubiese producido en otro lugar fuera de la HSA porque siguieron una serie de principios dictados por una idea personal de Huntington. La mayor parte de las colaboradoras llegaban de campos de estudio diferentes a los que posteriormente se especializaron y la cultura española les era casi desconocida. Los recursos en la institución servían como punto de partida en su aprendizaje y objeto de su especialización misma. Pero para entenderlos en profundidad y crear conexiones que ampliasen aún más su conocimiento sobre la cultura hispánica debían viajar, Huntington las animó a hacerlo desde el principio. Estas expediciones resultaron fundamentales para Anderson porque se enfrentó directamente a los creadores de aquello que estaba estudiando. Las colaboradoras de la HSA protagonizaron un episodio transcendental en la historia de la institución, y nos referimos a él de esta forma porque al contratarlas y poner en funcionamiento una metodología de trabajo totalmente innovadora, pretendemos remarcar la idea de modernidad en el pensamiento de Huntington ya que Anderson se benefició directamente de ella. Las mujeres que le ayudaron a llevar su proyecto adelante, también utilizaron el fondo gráfico. Algunas de ellas contribuyeron a su enriquecimiento pero fue Anderson la que se encargó de él en gran medida, ya que por otro lado era imprescindible para muchas de sus investigaciones. La enérgica y atrayente personalidad de su mentor, que supo contagiarle su amor por España, también promovió en ella el ánimo de superación y desestimó su condición de mujer como una desventaja, no sólo a la hora de viajar, sino también en el plano académico al que debía aspirar. Los resultados del “experimento pedagógico” orientado a la investigación que se desarrolló en la HSA no se podían demostrar a corto plazo de manera científica, y no existían estadísticas que asegurasen el éxito de la empresa, pero sí un grupo de mujeres decididas a hacerlo. Para llegar a esta conclusión ha sido necesario hacer una relectura de la historia de la HSA a partir de las noticias que nos han dejado sus protagonistas. En el caso de la fotógrafa, concretamente sus imágenes etnográficas, se 657

Conclusiones convirtieron en una forma de preservar una parte de la cultura, inmaterial e intangible, y en muchas ocasiones sirvieron para mantener vivo un recuerdo. Fue la fotografía la causa por la que comenzó a trabajar en la institución, y visto de esa forma podemos afirmar que no la hubieran contratado, al menos en ese momento, de haber sido antropóloga o etnógrafa. Por lo tanto es posible afirmar que llegó a la HSA porque sabía hacer fotografías y a este cometido, la producción y el posterior estudio de las mismas dedicó muchos años de su carrera profesional. Huntington no dejó muchos escritos en los que explicase las razones que le llevaron a fundar una institución como la HSA, pues en realidad fue un hombre de acciones, de hechos. Tampoco se prodigó al hablar de su impresionante colección de fotografías, a las que se refirió en escasas ocasiones, pero su preocupación por ellas pone de manifiesto el valor de estas como medio que podía contribuir al estudio de la cultura. La razón de este interés radicó en el poder de la imagen como documento veraz de carácter descriptivo, más o menos neutro. La fotografía era capaz de acercar al otro lado del océano, la reproducción precisa y nítida de paisajes, arquitecturas, piezas de arte, gentes y estilos de vida, que no aparecían o estaban parcamente ilustradas en los libros. Como herramienta de trabajo era imprescindible contar con ella ya que la Sociedad se creó con vistas a convertirse en una reconocida biblioteca y posteriormente museo dedicados a la cultura hispánica. Estaba convencido de que los especialistas y quienes visitasen la HSA debían contar con todas las facilidades que él les pudiese proporcionar, tanto para llevar adelante sus investigaciones o en el caso de los visitantes, para que conociesen con más precisión los fondos de la institución. La sala Sorolla del museo fue para Anderson desde el primer momento, un lugar clave. Albergaba un escenario gigante en el que se representaban gran parte de los personajes y elementos que debían protagonizar su actividad científica. Nosotros consideramos este recinto el testimonio iconográfico del destino que le había preparado Huntington, una elegía a las Customs and Manners de España, que estaban obligatoriamente representadas en su colección. Los paneles actuaron como un inmenso “Atlas de la Memoria”1. Grabó en su mente cada una de las escenas, y con el tiempo y de manera excepcional este espacio se convirtió en su “oficina” de trabajo, donde pasó cada 1

Aby Warburg. Atlas Mnemosyne. Joaquín Chamorro Mielke (trad.). Madrid: Akal. Arte y Estética, 2010

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Conclusiones

día largas horas. Pero había algo que distanciaba los personajes de sus fotografías de las figuras que la observaban afablemente desde lo alto de los muros. Ellos nacieron del genio de Sorolla que tuvo que disponerlo todo para conseguir vistas, modelos y sus trajes, destinados a cumplir de la manera más satisfactoria el encargo de Huntington. Se convirtieron en representaciones idealizadas de escenas imaginadas. El deseo de Huntington era un deseo romántico, y Anderson como fiel discípula omitió conscientemente los lugares más desarrollados industrial o económicamente. Al igual que Sorolla buscó una imagen concreta de España, tuvo que localizar a sus modelos en infinidad de ocasiones, pero las fotografías se realizaron en circunstancias bien distintas. Mientras se esforzaba por encontrar los elementos que aparecían en los lienzos o con los que hacía referencia a ellos, aquellos que halló, en el mejor de los casos, se encontraba de manera fragmentada, escondidos, e incluso olvidados, aún así consiguió plasmar especialmente en el caso de España, una realidad social decisiva en la historia del país, escasamente documentada en su momento. Todo ello con la particularidad de tratarse de una búsqueda que por otro lado y en términos generales, no estaba sometida a un interés político o económico, ni subyugada a un canon estético, ni “exótico”. Anderson fue capaz de reproducir en sus fotografías y con la franqueza de su mirada la realidad de unos hechos de los que fue testigo presencial, acontecimientos que se producían al margen, y que en la mayoría de los casos no eran objeto de interés informativo. Sus propósitos eran fundamentalmente de carácter científico, reveló aspectos de la cultura material, de la vida cotidiana y doméstica alejados de la actividad e incluso los intereses de la elite intelectual. Sus primeras herramientas de trabajo, la cámara, un cuaderno de notas de campo y la determinación de su espíritu fueron suficientes para asentar el terreno que utilizó posteriormente para convertirse en una experta sobre el folklore español. Debió superar las dificultades que le surgieron para recopilar muestras sobre estos temas que en algunos casos, nacían de la tradición oral, del subconsciente de un pueblo, deseaba entenderlas, o al menos saber el por qué de su existencia y cómo se generaban. Tuvo que hacerlo desde el principio ya que los modelos de sus fotografías no podían proporcionarle en la mayoría de los casos, respuestas veraces. Buscó la solución en su instinto formado a partir de un exhaustivo trabajo de campo, pero tambien en una 659

Conclusiones serie de expertos de renombre y en las fuentes especializadas que éstos le recomendaron. Con respecto a las fotografías, su experiencia determinó la naturalidad de unas tomas donde el objeto no se encuentra desubicado, o los posados de tipos no sean tales, sino que más bien se trata de gente que se detiene a observarla mientras ella realiza la instantánea. Así es como organizó, por ejemplo, la exposición sobre las danzas. Presentó un evento donde dio a conocer por primera vez al público general, bailes desconocidos para ellos hasta el momento, y amplió de esta forma la visión que se tenía en Estados Unidos de la danza española. La indumentaria regional más que cualquier otro asunto, fue la puerta de entrada a propósitos de mayor envergadura. Conforme fue desarrollando su carrera, divisó las metas que se impuso con mayor nitidez, y una de ellas, la más importante puesto que sirvió de colofón a su obra científica, la convirtió en historiadora del traje español, tema al que se dedicó por completo los últimos años de su vida. Como dijimos al principio la razón por la que llegó a la HSA fue su condición de fotógrafa profesional, pasado el tiempo de las grandes expediciones no quedó en ella el afán por continuar su labor trabajando con su cámara, tampoco en seguir desarrollando e investigando sobre las diferentes técnicas fotográficas que Huntington puso a su disposición, ni siquiera pensó promover su obra o su persona como una figura destacada dentro de la fotografía documental o etnográfica, su afición a ellas radicó en poder estudiarlas para sus investigaciones. No habló de ella misma como fotógrafa, pero si se reconoció desde fechas tempranas, como estudiosa de las tradiciones populares, conservadora y experta en traje típico español y posteriormente en su vertiente histórica. En Estados Unidos no existían precedentes, ni colegas con los que poder colaborar para avanzar en su estudio, y en España a excepción de su amiga Carmen Bernís, se trataba de un tema secundario. Su obra es en gran medida un manifiesto, una revelación de cómo era España, sus paisajes y sus gentes en un momento político y económico de gran inestabilidad, de una sociedad que comenzaba a modernizarse poco a poco, y además, muy a tener en cuenta, el panorama de una España anterior a la Guerra Civil. La España que conoció Anderson, la que aparece en sus fotografías, fue un país que en ese momento estaba sufriendo importantes cambios sociales y políticos, especialmente la primera vez que llegó a la Península en el año 1923. Éstos afectaron las costumbres de la gente, lo que repercutió 660

Conclusiones

directamente a determinados aspectos culturales que en muchos casos sufrieron adaptaciones, se modificaron e incluso se vieron forzados a su desaparición. Desde ese momento muchas de ellas fueron asimiladas por el pueblo como reliquias de un pasado, y se conservaron porque, entre otras cosas, las convirtieron en símbolos identitarios de una región. De los resultados de esta investigación se concluye que Anderson testigo de estos cambios, no criticó o polemizó sobre esta situación, —entendida en cuestiones sobre la tradición—, porque en el plano político no se discutía, sino que trabajó con diligencia para recopilar las huellas de una cultura con las que pensó definir la personalidad de una nación. Entre la cantidad y variedad de temas a documentar, pronto se dio cuenta de un hecho evidente y que debemos resaltar, el protagonismo de ciertos sectores de la sociedad que históricamente nunca lo tuvieron, nos referimos a las mujeres y a los niños. Fotografió a las primeras en el interior de la casa, mientras desempeñaban las tareas domésticas, pero también fuera de ella, en el campo, cuando realizaban labores agrícolas y ganaderas. Y para completar la imagen añadió las que les hizo en el mercado, cuando llegaban a vender los productos de sus trabajos anteriores. Las retrató una vez más, desempeñando oficios de temporada, como en sus fotografías de Galicia donde aparecen descargando barcos o transportando ladrillos. Esa obra, incluso si hubiese nacido desprovista de cualquier propósito o intención, fue novedosa. Pero además se preocupó por transcribir los testimonios que mujeres y niños le transmitieron, y añadió sus propias impresiones de todo cuando vio. Les otorgó un lugar preeminente en su trabajo y los retrató sin dramatismo, pero con franqueza, proporcionándonos algunos de los escasos ejemplos visuales y orales que nos han quedado sobre sus condiciones de vida. Es necesario y justo el reconocimiento de su labor especializada en el trabajo de campo etnográfico, no sólo de España, sino también de Portugal, aunque enfrentarse a las 14.000 fotografías que conforman parte de su legado científico es una labor que requerirá tiempo y gran parte del esfuerzo con el que por otro lado, fueron realizadas. Su obra merece ocupar un lugar destacado dentro de los estudios sobre el folklore, no sólo por los miles de kilómetros que transitó para llevarlo a efecto, ni el extraordinario número de negativos que realizó, ni su intensa dedicación al conocimiento de la indumentaria regional de la que fue pionera en Estados Unidos, sino también por la novedad que 661

Conclusiones supuso su recopilación fotográfica de oficios, artesanías, sobre el ciclo de la vida, la música, la danza, las celebraciones religiosas, en resumen, costumbres tradicionales que consiguió perpetuar y que en su tiempo fue reconocida por algunos de los más consolidados estudiosos. El valor del legado de Anderson crece día tras día, cada vez que es estudiado, o se publica alguna de sus fotografías. Esperamos que esta tesis doctoral sirva como estímulo para incrementar el interés y conocimiento de su obra así como a la institución que la posibilitó, la HSA, otra región española fuera de España.

662

 

ANEXOS 

         

 

Anexos

ABREVIATURAS: AIB: American Indian Building HSA: Hispanic Society of America GRF: General Reference File GSC: General Staff Committee NB: North Building RMA: Ruth Matilda Anderson

ANEXO 1 Archivo: Correspondence, etc. Carpeta: Instructions. AIB. HSA. Los folios fechados entre 1926-1932, no seguían un perfecto orden cronológico. Para organizar de una manera más clara estos papeles, sin modificar el orden en el que los encontramos, decidimos adjudicar un número a cada uno. Se trata de una selección en la que únicamente hemos omitido aquellos folios con textos repetitivos. Folio: 1 Instructions Include all photographs of architecture showing costume no monumental architecture Interiors such as Sorolla´s home in Madrid “part of living” “we accept the wing” Get wing right Try two wings Aluminum best metal, flexibility desired Find about steel, strap iron Frame can be closed on three sides, open on one Try envelope of celluloid, put frame around it probably will not work, celluloid will crack Fasten wooden bar along top of back of case through back of case to the wall with expansion bolts Do not cut the case to make permanent bracket Let bracket hinge fall, bracket will drop down Pull up bracket with a small chain if necessary Rods holding wings must be stapled at intervals Run wire through a fold at the inner edge, hinge wing to the fold, vertically To close wing, fasten photographs use stapling machine with jaws long enough to reach centre of wing. Appearance of wings Make every page attractive Plan composition of pages using oval masks, etc. Stagger labels Arrange stronger photographs near bottom of panel Do not let vertical and horizontal pictures come opposite each other 665

Anexos

Labels Must be enlarged To be printed with photograph. Will ensure accuracy avoid errors in typing on prints. Photographs: decide on size, total number Maybe of platinum RMA may print them, “upstairs”?? Put water into room To be retouched, trimmed, to make best possible composition. To be made as quickly as possible Four months (This was meant as an estimate of the time necessary to print the thousand of Galicia. RMA) Whole collection Work out plan for arrangement Draw up plan for perfect photographic plant The President, February 24th

Folio: 2 Agenda: June 23, 1926 […] Bayona San Pedro de la Nave. Presented to the President Villalcampo

Folio: 3 The President June 1926 Use nothing, absolutely nothing, but absolute facts. Go either to classical authors or to fathers of the church. Use actual Latin sources. España Sagrada. Romans did not go out for plunder. Calmed hot beds of sedition. Had to crush insurrection. No fall of the Empire. Shifted intelligence to the Church. Sources of history between 476 and 711, Lucas of Tuy and Isidore of Seville; recorded Visigothic Period after 572. Also Chronicle General. Yepes better. Forget Grimm´s fairy tales. Burke is alright. Monographs. Chapman. Altamira does not cite authorities. Such imitation facts are not permissible. Mas Latrie for verification of dates 600 first year of Arabic calendar; they use lunar month. Is July 27th, 1130 old or new style? Alexandrian year. Jewish year. Row of cases could go in Sorolla Room four feet from those now installed- place for viewers and photographs. Viewers stationary either for standing or sitting. Perhaps behind a screen. 666

Anexos

Perhaps reduce all large ones to stereoscopic size, two of same negative instead of different photographs. Use adjectives hard and without emotion, sober, well balanced, same. Paris, Museum of Gustave Moureau London, Pierson dealer in rare books and mss.

Folio: 4 8 de Julio, 1926 The President Read Mariflor by Concha Espina, good translations. Character of Spaniards. Always dramatic. Preserve clichés, have to do with religious background. Not much constructive thinking. Impossible for them to produce a Meredith. Have insight into character. Do not value same qualities as Anglo-Saxons value. Value certain passions. Anglo-Saxons value integrity. Put men in pictures to give scale Find paintings of Catholics Kings from which engravings were taken. Caravels of Colón are 17th century. No pictures of time of Colón. One Italian woodcut 1496. Very few before 1500. Did not reproduce caravels, were not interested in them. There may be something in the Escorial. Printed material practically nil. Woodcuts came from the north. Book 1511. Caravels from the Basque country. Made caravels in Coruña, Lisbon, Barcelona, Mallorca, Sevilla. La Nave de San Fernando unknown, mystery. Ship given to Philip II, painted by Zurbarán. 1680 Auto de Fe mystery, very little known. Colour around the pictures. Give the article a personal and historical background. Sieze on dramatic events. Give Miss Anderson all the pangs of the historian. Do not accept a single fact as definitive. Put a bottle of pepsin on the table. Find out about a double lens for enlarging a great deal. Read Espasa, España. References: Muñoz, Diccionario Geográfico; Obermaier, Fossil man in Spain. Subjects: Roads, means of transportation, insects, flora and fauna, traditions, gypsies, folk lore, prehistoric man, industries.

Folio: 5 Questions for the President 1. What is the criticism of the material obtained in Bayona by working with the outline? 2. Shall we proceed through the provinces visiting specified towns chosen geographically? 3. Shall we cover each town according to the outline, whether the available material is interesting and picturesque or not? 4. Shall we photograph architecture in detail, e.g. the church of Santa María la Grande in Pontevedra and the windows of the Cathedral of León? 5. Shall we specialize on peasant life, e.g., Villalcampo? 667

Anexos 6. May we experiment with taking moving pictures of dances, feast, fairs, etc? June 22nd, 1926 Answers by the President 1.You are not required to have expert knowledge of the objects photographed, but to make a good photographs of them. Make location photographs of collections to record data. Make an iconographic record of all the material in the Society about Bayona. Find maps, portraits of historical personages in books, title pages of books, paintings, prints, pottery, numismatics, etc., dealing with Bayona and her local history. Make an entity of the town. 2. Use the Provinces as a guide, illustrate them. Make descriptive photographs of Spain to illustrate the Provinces. With three of four lights and the transparencies, present Castilla to the student, in photographs. Try books like phonograph record albums for the transparencies. The large room will contain the information file. Put the Photostat files into the cases in boxes at an angle slanting outward, 30 in a case, 15 on each side. The transparencies will go into other cases. They are not to go into the same cases with the Photostat files until the cases are crowded. Any information can go in; the file is not to be limited to mater dealing with the paintings. On the outside of the case, decorative letters in gold, descriptive of what is in the case. 3. Skip dead towns, if any, for the present. Photograph a cross, a house about to disappear, whatever may be evanescent. 4. Photograph things as needed. 5. Will be answered after complete material on Bayona is presented 6. Not discussed

Folio: 6 Agenda July 29th, 1926 Report to President on use of stereoscopic photographs in the reading room (July 3, 1926) Make X-Ray experiments Complete a Personal and Historical Account of the City of Toro August 12th, 1926 Experiments to show use of lens and drawer equipment to exhibit and examine coins, medals, and postage stamps (August 21st, 1926) Experiment to show use of monograph page singly in the way it was proposed to use stereoscopic positives, which may eliminate the Photostat file entirely (August 21st, 1926) X-Ray machine is to be purchased, and experiments to be made under the direction of Mr. Savage in photographing the Palimpsest Title 300 photographs

Folio: 7 Agenda Sep. 4th, 1926 X-Ray chart machine Work out plan for squaring objects to the ray 668

Anexos

Make experiments in radiographing the palimpsest under the direction of Mr. Savage Stereoscope Prepare some material Tell Miss Johnson that the drawers may be put in the Reading Room at once Print stereoscopic prints (made by RMA Sept. 17, 1926) Get printing device Rebuild viewing lens stand Get punch for prints Put drawers in Reading Room Prepare coin Stamp Monograph pages Monograph Toro Title Bibliography Notes Better prints. Sent to the President on Sept. 28th, 1926 Gallegos De Flemalla

Folio: 8 October 20th, 1926 Stereoscope drawers to Reading Room

Folio: 9 The President October 16th, 1926 Toro monograph Impossible to use personal tone: it cannot be repeated ad infinitum. The pictures are the thing, all there is of this. Use photographs with minute description of everything in them that is new Find a scheme, something interesting which will carry the thing along, but which can be repeated ad infinitum Photography not archaeology General instructions Get every bit of information that will throw light on the general habits of the people. First do the towns, then draw from towns material to be reshifted. Towers in Spain, windows, portals, city walls. Proportion. Balance small and large towns: almost equal number of photographs in each Get a plan whereby monographs will come within a range of 50-25, not 1 on one side, and 10,000 on another Scheme: town is full of information and decorative things. 669

Anexos Use monograph scheme, practicable General introduction Each photograph with description as an object Large cuts, small reproductions staggered Standardize number of photographs Number of plates at end One town at a time, small towns Limitations of subject: shall they be more or less monumental, with costume confined to special collections? Map of country Names of streets. Never use Street Scene

Folio: 10 November, 1926 Agenda Prepare to show the President samples of photographs to show different methods of Presentation (Nov. 9th, 1926) Prepare to show the President photographs of Zamora labeled units. (Nov. 1926) List negatives of Domestic Architecture in Galicia, Asturias, Castilla Select 60 prints of Domestic Architecture for wings Arrange exhibition of prints of Domestic Architecture (rejected Nov. 13th, 1926) […] 13th Nov., 1926 Make a book of prints of Santiago Millas (Nov. 23, 1926) […] Nov.13th, 1926 Prepare prints and labels of Maragatería for publication (Nov.11, 1926) G.S.C. Nov. 11th, 1926 1. Prepare photographs for exhibition on wings- on Homes of Northern Spain, exterior and interior. 2. Prepare some photographs to be put into folder which could be sold at time of exhibition (Rejected) 3. Prepare a de Luxe volume, using HSA paper and bromide prints, giving piece of completed work. Could you select 25 of San Pedro de la Nave? (Nov. 13th, 1926) Tarragona Mss. See about quartz lens Make fluorescence photographs Get quartz ultra-violet lamp

Folio: 11 Instructions The President November 3rd, 1926 670

Anexos

Zamora introduction: who was born there? Portofolio of photographs Prepare prints in form of Dietel catalogue Photographs as illustrations can be small Monograph can be made using method of catalogue page Book of a town like big brown book Photographs as photographs deserve more impressive treatment, must be presented in larger size than inner box of monograph page

Folio: 12 The President November 9th, 1926 The problem is: the Museum, the Public, and Photography Who uses the photographs? When do they use them? For what purpose do they use them? Does the public want them? Material is not gathered to be filed away in cases: it must be gotten over to the public Is it to be sold or given away? If sold, at what price? If given away, to museums and libraries? Problem of publishing is a crucial one If Society goes into business, its charter is lost Form of presentation is of minor importance Travelling exhibitions? Problems is one of distribution-Miss Allyn Make a photographic monograph

Folio: 13 The President November 13th, 1926 Purpose of the Museum: Conservation of material Explanation of material in hand Not a Museum of Spain Not to draw large attendance of the non-thinking Must do something besides the work of a Geographical Society, or magazine like “House and Garden” Must keep the institution on the level of a high-brow institution Must use brains, get original conception, not do what other institutions are doing Do not cater to the general public: not our dept Forget advertising; total paralysis follows effort to do something for the public 671

Anexos Exhibition of photographs of pictures in the Society helps the Society Purpose of the photographs To produce photographs for the monographs published by the staff If photographs do not feed in, what is the matter with them? Not for sale: no actual photographs to be sold Combine photographs with material in the Society: they must be linked with something in the institution. Extra-illustrate art-monographs Agenda Make up a dummy of a town Buy no more photographs Keep in touch with what the staff is doing if work of the photographer is to feed them

Folio: 14 Instructions The President November 23rd, 1926 Ultra-Violet lamp from the Hanovia Company. Railroad Av. Newark, New Jersey Get a lamp for fluorescence photography of manuscripts Photographs to be published: Halftones size of outer box on page Double page: photograph on right, inside, label on right, outside Establish fixed margin at top and sides for label to correspond with margins of photograph Loose folders, to be added to monographs Avoid sentimentality: the banner whips in the breeze and tries to strength of the bearer is an appeal to the Movie Audience. Check up on words: Bragas or Zaragüelles, bloomers or breeches? Zaragüelles are white buckram or canvas trousers, remnants from the Moors, used in the swamps around Valencia. Excellent novel: Allen Quartermain Labels of photographs: Whole staff to work on descriptions Use Executorias in the Society for illustrations Photographs to be placed in a box to stand the same height as the Notes and Monographs series.

Folio: 15 December 1926 […] Prepare prints of the Maragatería for publication (incomplete) Folders: prints- 63 Labels Introduction 672

Anexos

Table of contens Prepare prints of Villalcampo for publication: GSC (delivered to the President Dec. 7th, 1926). Folders: prints Labels Introduction Table of contents

Folio: 16 Report, December 1926 ANDERSON M. ANDERSON Towns: Collections of Photographs. Santiago Millas (León) 63 photographs arranged in folders Introduction and 63 labels revised and retyped Villalcampo (Zamora) 58 photographs Introduction and 58 labels begun Leave of Absence 3 days

Folio: 17 Report, January 1927 ANDERSON M. ANDERSON Radiographs The Virgin, attributed to El Greco. 6 sections St. Mary Magdalene, attrib. to El Greco. 4 sections St. John, attributed to El Greco. 1 section An Evangelist, by El Greco. 2 sections Towns: Collections of Photographs Villalcampo (Zamora) 58 photographs 58 labels and introduction completed, revised, and retyped Betanzos (La Coruña) 47 photographs Lalin (Pontevedra) 38 photographs Zamora (Zamora) 60 photographs In preparation: Santiago de Compostela (La Coruña) Tuy (Pontevedra) Cea (Orense) Mugía and Camariñas (La Coruña) Padrón and Iria Flavia (La Coruña) 673

Anexos Pontevedra (Pontevedra) Vigo (Pontevedra)

Folio: 18 Report, February 1927 ANDERSON M. ANDERSON Radiographs Portrait of Isabel de Borbón. Head by Rubens. 4 sections Portrait of Philip III by Bartolomé González. 12 sections Ethnographical Collection of Photographs and Prints Wings Visited manufacturers (4 visits) Interviewed manufacturers representatives (2) Designed wings Made 2 models Arrange of the collection Submitted plan for entire collection Submitted plan for a region Galicia Catalogued negatives by subject

Folio: 19 Report, March 1927 ANDERSON M. ANDERSON Radiographs Filed radiographs (66) Made radiographs Portrait of Don Bernardo Ochoa by Juan Carreño de Miranda (?). 20 sections Portrait of Charles II by Juan Carreño de Miranda. 3 sections Ethnographical Collection of Photographs and Prints Wings. Visited manufacturers and stores (6 visits). Interviewed manufacturers´ representatives (2). Made drawings (3). Made models (5) Arrange of the collection. Submitted plans (2). Designed index card Galicia. Classified photographs by subject MISCELLANY Helped to make prints of book for Admiral Fiske Classified material gathered in working out nine schemes for using the RMA collection of photographs and sent it to the Department of Record to be filed.

Folio: 20 Report, April 1927 674

Anexos

ANDERSON M. ANDERSON RADIOGRAPHS (Working with Miss Atkinson) Portrait of Margaret of Parma by Antonio Moro. 9 sections Portrait of a Lady by Antonio Moro. 6 sections Ethnographical Collection of Photographs and Prints Wings. Visited manufacturers and stores (9 visits) Interviewed manufacturers´ representatives (2). Made drawings (8). Made models (3) Photographs. Labels (27) INFORMATION DESK IN ROOM 3211 Drawings (3). Interview with the contractor (1) COLLECTION OF PHOTOGRAPHS FOR SEVILLA EXPOSITION Designed case and leaves (1 drawing) New negatives made (3)

Folio: 21 Report, May 1927 ANDERSON M. ANDERSON Vacation Collection of Photgraphs for Sevilla Exposition New negatives of buildings (28)

Folio: 22 Agenda. June to October, 1927 1. Information desk See sample of paneling before all is completed 2. Sevilla photographs Photograph Iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, exterior and interior Write to parish priest for permission photograph north exteriors: Whole group, new building, terrace HSA, Academy, American Indian, American Geographical Print photographs on palladium paper Make wing frames Build box for exhibiting them 3. Collection of photographs in room 3211 Received 50 wings Make table for wings Prepare 800 photographs for wings Write 800 labels for photographs Write short introduction for Galicia Prepare map and index for back of door 4. Colour photography 675

Anexos Make colour plates Prepare colour plates hinged above wings in cases 5. Microscopic photography Investigate projection apparatus for use in libraries and museums Experiment with systems of filing photographs on motion picture films. 6. Stereoscopic photography Work out use in museum photography Simpler methods of photographing museum Objects and books 7. Radiography: Philip IV

Folio: 23 Report, June 1927 ANDERSON M. ANDERSON Radiographs (Working with Miss Atkinson) Portrait of Philip IV by Juan Carreño de Miranda. 12 sections Ethnographical Collection of Photographs and Prints Wings. Interviewed manufacturers´ representatives (6). Made drawings (2). Photographs: Galicia, Labels Introduction Dress: Women´s (15) Children´s (2) Men´s (11) Military, naval, and official (7) Ecclesiastical (3) Social life Musicians and musical instruments (3) Total (41)

Folio: 24 Report, July 1927 ANDERSON M. ANDERSON Radiographs Saint Peter , Primitive.1 section: 2 radiographs Ethnographical Collection of Photographs and Prints Wings and typewrite. Interviewed manufacturers´ representatives (5). Made drawing (1). Photographs: Galicia Labels written Dress: Women´s (19) Children´s (16) Men´s (80) Military, naval, and official (56) 676

Anexos

Ecclesiastical (24) Social life Musicians and musical instruments (24) Labels revised Introduction Dress (144) Negatives masks prepared for printing Wings 1-2-3-4-5-6-7-10. Negatives listed and withdrawn from files Social Life Cemeteries and funerals Customs and superstititons Ferias Fiestas Inn and taverns Peasant groups Schools Shrines and crosses Street scenes Domestic life Bathing Chimneys and roofs Domestic utensils Farmhouses Food, fuel, and water Fountains and wells Furniture Kitchens and ovens Laundry Peasant town houses Folio: 25 Galicia (1924-1925 & 1925-1926). Folio: 26 […] Report, September 1927 Assisted in photographing counter in Sorolla room Folio: 27: […]

Folio: 28 Conference with the President November 8th- 9th, 1927 677

Anexos Drawings of ethnographical material go into collection of photographs by means of photography (have nothing to do with art). (long procession picture can be broken up with photographs and used for period types) Death of María Luisa is ethnographical material-manners and customs All Photographic Department in new building. New building Photographic Department Art workers Clippings Art books may go Photograph files, every photograph in building except ethno. Material Etnographical material remains in Sorolla Room Old building Museum and library Tunnel all storage Design enlarging glass on feet to rest on page

Folio: 29 Report, November 1927 ANDERSON M. ANDERSON (two-fifths time) Plans for Photographic Laboratories Measured equipment Planned rooms 3 contact printing rooms 1 projection printing room 2 photostat rooms 1 film loading room 2 film developing rooms 1 X-ray film developing room 1 room for making experiments Made 8 drawings

Folio: 30 Special Report. November1927 To the Board of Trustees: I take pleasure in submitting the following report: In the past year radiographs have been made of twelve paintings in the collection. A book of photographs and labels describing a Maragatan village, Santiago Millas (León), was prepared. A plan was evolved for using photographs of peasant life, including costume, social life, domestic life, and industries, in connection with the Provinces of Spain by Sorolla, and wing frames and a movable table for exhibiting the photographs were designed and built. Photographs and labels describing the dress of Galicia were prepared. Preliminary plans for a new photographic plant were drawn. 678

Anexos

Anderson M. Anderson

Folio: 31 […] Collection of ethnographical photographs. Interviewed workman in re wing table Extremadura. Report Of Trip-January 7th to April 17th, 1928 October 9th, 1928 Archer M. Huntington, Esquire 1 East Eighty-ninth Street New York, NY My dear Mr. Huntington: During the two and a half months which Miss Spalding and I spent in Extremadura we made about two thousand photographs of dress, social life, domestic life, and industrial life. We travelled in a Ford car except in the northern part of the region, where several journeys had to be made with horses and mules. In Montehermoso (Cáceres) we found a wealth of material for our purpose, including the costumes represented by Sorolla in his painting of Extremadura. We photographed regional costumes in other towns in the province of Cáceres, but in the province of Badajoz regional dress had practically disappeared. Distinctive industries were photographed in several towns: copper-working in Guadalupe, pottery making Campanario, the making of huge earthenware jars in Castuera, and cork-raising in Jerez de los Caballeros. The principal industries of the region, however, were sheep and pig-raising. We found the curing of hams still carried on in Montánchez, whose cool mountain air produces hams of especial excellence. We took care in Extremadura to show a proper appreciation of the pork, for, as Richard Ford has said, “The bacon of Catholic Spain is most orthodox: abhorred by Jew and infidel, it was the test of the true Christian.” Festival scenes were secured during Holy Week in Jerez de los Caballeros, a hill town, whose sloping streets and white houses furnished and effective background for processions of images and penitents. Please accept my thanks for this opportunity to share in the work of recording the manners and customs of Spain. During this trip I have gained a greater degree of mastery of photography and of the Spanish language, and a more sympathetic understanding of the Spanish people. As the work unfolds and its purpose becomes clearer to me, I appreciate more deeply how great a privilege it is to be associated with The Hispanic Society of America Yours very truly

Folio: 32 Annual Report-1928 The first four months of the year were spent abroad with Frances Spalding, Curator of Records. During that time about two thousands photographs were made of costume and 679

Anexos popular scenes in the region of Extremadura, Spain. An opportunity was also given us to visit Lisbon and several other cities in Portugal. In the month of my plans were drawn for photographic laboratories in the new building of the Society. In June work was continued on the collection of costume photographs. On July eleventh I was appointed to the position of Assistant Curator for photographs in the Department of Records. A series of publications on Costume was planned, and a new format was established. The first booklet, Extremadura, Costume. Women´s Festival Dress and Montehermoso, Cáceres, is now in the hands of the printer. On November twentieth, the Department of Iconography having been established, I had the honour to become Curator of Iconography Respectfully Submitted RMA Curator of Iconography

Folio: 33 Expedition Oct. 5th, 1929 to Nov. 17th, 1930. The Hispanic Society of America. Expedition-Photographed Costumes Itinerary: Sailed from New York Oct. 5th, 1929 (RMA)/Sailed from Southampton Oct 18th, 1929 (FS)/ Oct. 18- Dec. 30 Gibraltar and Spanish Morocco (RMA)/ Oct. 22- Dec. 30 Gibraltar and Spanish Morocco (FS)/ Dec. 31-Jan. 3 French Morocco/ Jan. 6-Jan. 17 Canary Islands/ Jan. 18- Jan. 25 Río de Oro/ Jan. 26- April 21 Canary Islands/ April. 24May 9 Spain/ May 10-May 11 Portugal/ May 13-May 25 Madeira/ May 27-June 4 Azores/ June 6- June 15 Madeira/ June 18 Portugal/ June 19-Oct. 6 Spain/ Oct. 7-Oct. 8 France/ Oct. 9-Oct. 28 Austria (FS)/ Oct. 9- Nov. 1 Austria (RMA)/ Oct. 29- Nov. 7 England (FS)/ Nov. 2- Nov. 7 England (RMA)/ Sailed from London November 7th, 1930/ Arrived in New York, Nov. 17th, 1930 Work Accomplished: Neg. made 3508 Colour Plates made 95 Photographs Purchased 2652 Titles prepared 6255 RMA Frances Spalding

Folio: 34 Outline I Costume 1. women´s 2 children´s 3. men´s RMA and F.S. Expedition 1928 1. Purpose to gather ethnographical material 2. Discuss outline 3. Monuments and arch. Remains can be purchased from MAS 680

Anexos

4. Use monuments as backgrounds for costume dress and customs 5. Find out types of costumes in the region Hurdes, Montehermoso, etc. Cover region north south east west Get characteristic industries.

Folio: 35 Costume Book Make collections of photographs as full as possible Throw out only indefinite photographs Plan series of books Outline Break into smallest possible units Include landscape with jewellery Plan series under such headings as we like, Make classification which will apply to other places. Repeat photographs if necessary Paper covers Write short introduction The President October 10th, 1928

Folio: 36 Conference Notes Nadelman a sculptor who lives near Riverdale, has a collection of peasant pottery. Bashford Dean is building a museum [of costume?] Photographic pamphlet: Flat page must be attractive Each page must be attractive Include lithographs, etchings, Each one a complete unit Get original photographs. If half-tones must be used, put them on separate page. Make photographic record of material assembled Catalogue Raisonné: without illustrations, put plates at end Text in monographs-use same size page with larger Margins perhaps Material almost final Put in everything advantageous to subject Costume Old painting which contains material on costume will go to costume department if they are not suitable for art department. For consultation or reference Clippings in Photostat on large sheets Clippings on sheets in Records Department Original clippings in Museum Department 681

Anexos Use Photostat whenever possible Costume in Miss Penney´s books of woodcuts mostly non-Hispanic Present reading room- facsimile room for consulting facsimiles of rare books and prints Prints to the Library? Costume in prints reproduced for costume museum Photostat will publish from time to time what is required Office of Department of Records in room above east exhibition room in new building Work of department to be speeded up. No more experimentation. President will not consider details, but will require from the heads-how long the work takes how well it is done General reference file will be available to the public eventually at present the public has no access to it. Not assigned to RMA

Folio: 37 March 31st, 1931 Archer M. Huntington, Esquire 1 East Eighty-ninth Street New York, New York My dear Mr. Huntington: The first months of the tour to photograph Costume and Customs were spent in Spanish Morocco. Together with Miss Spalding I visited all the principal cities and made a trip through the Rif from Melilla to Villa Sanjurjo. Details of Moorish costume have been adopted by Peninsular troops serving in Africa, but Spanish influence in Morocco is manifested principally in improved means of communication and transportation. In French Morocco we went to Casablanca, Marrakesh, Rabat and Mazagán. The Canary Islands afforded costume material, industries, and domestic architecture, including cave dwellings. The Río de Oro territory proved to be a coastwise section of the Sahara Desert inhabited by nomad tribes. Military settlements are maintained by the Spaniards at Cabo Juby, Villa Cisneros, and La Agüera, partly to protect the fisheries of the Mar Pequeña, and partly to defend the Paris-Dakar air mail route, which, it is hoped, will eventually be extended to South America. The most beautiful place visited was Madeira, the interior of which we travelled in hammocks carried by men. Sledges drawn by mules or oxen are also used. Some costume was found as well as primitive straw-roofed huts. In the Azores we photographed women making lace and embroidering with straw on cotton net. The peculiar hooded capes of the Azoreen women are still worn in four islands. In Spain, a detailed study was made of the costume of Candelario, Salamanca. Colour records of the women´s dress were achieved after considerable experimentation. The autochrome plates were taken to Vienna, and a thousand reproductions each of six subjects were ordered from the firm of Max Jaffé. We inquired into the method of making colour collotypes and observed the process as far as we were permitted. The value of this trip to Morocco becomes increasingly apparent as I pursue the study of Spanish costume and become more aware of the influence of the Moors in Spain. I should like to convey to you my sincere appreciation of the enrichment afforded by the whole 682

Anexos

tour. It is my purpose that this generous experience shall bear fruit in my work for the Society. Yours very truly, RMA

Folio: 38 Report. February, 1932 Spain-Natural History Bird study- work continued Trees and shrubs in winter: The New York Botanical Garden- Course completed

Folio: 39 Report June 1932 Note: the President gave his assent (June twenty-ninth) to the following plan: that for the present I should suspend work on my book, The Costume of Candelario, Salamanca, and devote my time to writing short sketches for practice in gaining dramatic power and understanding of dramatic sequence. The following subjects were suggested: Tunafishing at Ayamonte, Passion Play at Villalcampo, etc. when I have gained sufficient skill to handle a larger subject, I shall return to the book and complete it. RMA

Folio: 40 Report August 1932 Study of Writing Works of Gibbon, France, Morand, Poe- Study continued Miscellaneous sketches: Tunny-fishing at Ayamonte work begun RMA

Folio: 41 Report September 1932 Research work History of The Hispanic Society of America Biography of Almanzor- Work begun Miscellaneous sketches: Tunny-fishing at Ayamonte- work continued RMA

Folio: 42 Report October 1932 Research work History of The Hispanic Society of America Biography of Almanzor-work begun 683

Anexos Biography of Averroes-work begun and completed Biography of Maimón-work begun Miscellaneous sketches: Tunny-fishing at Ayamonte – work continued RMA

Folio: 43 Report November 1932 Research work History of The Hispanic Society of America Biography of Maimón-work continued Biography of Camoes-work begun Biography of Castanheda-Work begun Miscellaneous sketches: Tunny-fishing at Ayamonte-work suspended Mechanical Drawing Plan of the Audubon group of Societies-work begun RMA Biographies: Quevedo, Calderón, Colón

Folio: 44 Critism Candelario Candelario Presiden’s criticism May 26th, 1931 Convey environment-smells, sounds of waters, of birds Style Do not repeat an important word in the next sentence e.g. inscription In reproduction of one’s own approach to facts literary style-worst method in world Here is drama in even word dramatic […] President November 1931 Criticims Candelario Make scenes move; make characters live. Avoid heavy, historical (impersonal?) style. Make narrative original, readable, artistic. Make it a document of yourself, like Hamlin Garland´s A Son of the Middle Border. Add accents of actuality-sights, sounds, smells Include any original, artistic material. Put all information in the notes, in order not to retard the narrative. Lafcadio Hearn Two years in the French West Indies, 1889 Sacheverell Sitwell. The Gothic North A Study of Mediaeval Life, Art, and Thought. Boston: Houghton Mifflin, 1929. Recreate the scene-unfold from memory the atmosphere and setting. If there were birds, you saw them and can reproduce them from memory. Style-writing in style of some one else consciously is end of originality. -Not a history but an impression of the town and its environment.

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Anexos

-Original work based on original impressions loaded(?) by history, not history backed up by impressions. -Perceive something throbling in itself, without a clast cloud. -Make the colourful things rise up before one; present a picture which rises up as one reads it. “died in his hands”. -In and of nature. Body overloaded; put more material into notes Lacks climax-too even Resift facts; reajust them to climax; Put them into cards-re-arrange them Add noises, smells, infinite number of unseen but important things Call up environment and movement implied Main figures Background Add frogs Toads Read Hans Gadow In Northern Spain. London, 1897

Folio: 45 The President. Nov. 1st, 1945 Plan approved for book on Hispanic Costume-Extremadura Land and climate influence costume, water influences teeth In Spain not necessary Houses are costume Illustrations of blankets should be removed, infringes on Ms. May’s work, had nothing to do with costume. Leave photo of beds and pillows, that is costume Go on to other region, to all Spain. Make it one whole or a collection of units. Proceed according to the plan including material on straw hats.

ANEXO 2 The Raw Material of Art. Archivo: Work on Hand. Carpeta: Expeditions Texts. AIB. HSA. The Raw Material of Art. Painters and sculptors choose as acessories in representational compositions, objects familiar to them -tools, weapons, utensils, clothes- which may be termed “the raw material of art”. Intimate association with regional life in Spain has brought me into contact with many such objects. Farm implements appearing in a 17th or 18th –century tapestry border carried me back to a sunny June afternoon in Orense Province. On a high slope, above a small glittering stream, and oval threshing floor had been levelled out, and a farm family was sweeping grains. Flails, like those in the tapestry, they had momentarily laid aside—along, wooden pole taller than a man, to which a wooden club 685

Anexos rather like a baseball bat was easily hinged with leather. Presently sheaves were spread over the floor, ant threshers took up their flails. In a large operation as many as twenty men might face each other in two rows. The Orense threshers were only three, two of them men. The plumed horse and the rider graping a short spear on a 17th-century lusterware plate evoked a gray spring morning at Badajoz, where a famous Portuguese rejoneador had cancelled his appearance. But at a parador his noble horse would pose, the head bearing a panache of feathers, blue, green and white, the mane adorned with ribbons of the same colors. Both panache and ribbons were suggested on the plate, and the spear was the right length for a rejón. In a 16th century portrait the costume proved it to be not Spanish but Italian (French) The experience of travelling through remote sections of Spain to photograph and gather information began in 1924, when I had just entered my thirties. The central subject was to be costume but as the only income I should have would be from the negatives exposed, developed, described, wrapped, and shipped, and as obviously there might not be enough costume subjects to provide a living wage, the range was extended to include everything from views and architecture to arts and crafts and records. My father, who had been praying for a change from life in Nebraska, went with me; we hailed for Vigo in July. After a winter in Galicia, and Asturias he was head to say that one must be careful in choosing what one wants, because he is extremely apt to get it. We carried hundreds of 5x7 cut films for a view camera and of film packs 10x15xm. For one in the hand. The American consul at Vigo kindly lent us to the consulate bathroom for a darkroom, by far the most luxurious and convenient that we enjoyed during the year. Generally we developed at night, closing wooden shutter in a bedroom, hanging focusing cloths and pinning folded news papers over the craks, and bribing (sobornar ) chambermaids to bring up cans and cans and more cans of water. For flash equipment we had a “gun” with a right-angled open shelf where loose powder could be ignited with a spark, probably from a flint, at the back. It worked without too much strain at the bee of bobbin-lace makers, who sat quietly, enjoyed the flash, and did not seem to mind the cloud of ash that settled down afterward. But a calf in a manor house kitchen was a different subject. The peasants who used the kitchen had built a passage into it from the stable with an outlet just large enough for the calf´s head to pass. My object was to photograph a woman feeding him there. To synchronize the woman´s having enticed the calf´s head to pass. To synchronize the woman´s having enticed the calf´s head through the hole, his munching her turnip tops, my having opened the lens, and Father´s setting off the flash was no easy matter, but we finally accomplished it. This family did not mind the ash either. Their fire was built in the middle of the floor and the smoke, on its way to the chimney hole in the lofty roof, blackened everything it touched, besides curing the lard and the sausages hanging for the rafters. It must have been a heavy charge of powder to be effective in that enormous gloom. My language equipment was slender, but I know of no way more likely to increase one´s vocabulary that trying to provide a father with a three-minute egg every morning. The gallegan concept of breakfast egg in those days was of one “passed through water”, that is, rested for a few moments in a tumbler of hot water and then presented for drinking rather than for eating. I was content with a generous bowl of goat´s milk and coffee with

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Anexos

a toasted roll or one fried in a few drops of good olive oil. Eventually Father also found this breakfast satisfying. The Madrid bank, in which I deposit a thousand dollar,s issued no chekbook, so when I needed to make a payment I drew lines on a check sized piece of paper and filled in date, names and amount. Somewhant to my surprise payees accepted such checks and the bank honoured them. At the Vigo branch I was greeted with, “So you´re the one who has been writing checks all over the place”. Evidently this procedure was unusual. It took three months for negatives to arrive in New York, for the bill to be approved, and for payment to reach me in Spain. When the bank balance was low, some expedient was necessary. One was to move to a good hotel and after a few days to depart—leaving most of the luggage and the unpaid bil—to wortk in small towns were a day´s lodgind and three meals could be had for about a dollar (7 pesetas). On our return the unpaid proprietor could even be counted on to advance money for photographs purchased locally. Such trust in an unknown American touched me deeply. Eventually a draft arrived and judgment was vindicated. 1924-1969 […] We traveled mainly by bus or train. Busses left near the middle of town, at railroad stations could be well outside . City hotels would send a diligence to meet passenger, but at small towns we walked in to the fonda, our luggage on the heads of barefoot girls. Father was impressed. He said that other countries had man power, horse power, electric power, but that Galicia had woman power. We walked for two days, about twenty liles, along the Rías Bajas. Sometimes. We hired horses or mules, to carry cameras and other luggage, Father riding astride, I sitting sidewise on a packsaddle with the luggage. Unstrapping the camera, setting up the tripod, repacking the camera, restrapping all the pieces on the mule was a tedious business, and I began to long for a more economical way of working, in automobile, for instance. For a week we hired a Frenchman and his car, an that was indeed and improvement; when a fonda refused to give us lodging because there had been a fair in town the day and all stranger looke suspicious to the innkeeper suspected all strangers the Frenchman persuaded the mayor of our integrity, which opened the doors of the inn. If the road came to and end and we had to walk, the Frenchman walked with us, as to Cebrero (Lugo), where on a January day we climbed to the 4000 high village and photographed round, thatched stone cottages that must have been there when great pilgrimages swarmed over the road. Once, without the Frenchman, we walked pág.4 [..] for two days along the coast from Muros to Cee (La Coruña). Two yound women were found each day to carry things. We were fortunaete to have dry weather for in rain roads would have been the rocky beds for streaming water courses that were not hingh paths over rocky hills. In villages the roadway was spread with heather or furze to siak up the precious dropping of horses and cattle. The night we spent at a sardine factory, and the sardine factory, and next morning arrived at a beach where lines of women were pulling in a net. Father was impressed. He said that other countries had horsepower and man power, but that Galicia had women power as well. At Vigo I was able to buy photographs of elegant young ladies dressed in the regional costume-red woollen skirt banded with black velvet, white blouse, black velvetshoulder 687

Anexos cape (dengue), and apron dripping with jet passementerie. Three young ladies and their male counterparts, who appeared in black waistcoat over white shirt, black knee breeches with white ruffles fhanging fro them and black cap with a listening piece (escoitadura) over on ear belonged to the local chorus devoted to the singing of Gallegan music. Every town of any importance had one. But these young people were in social category above posing for foreign photographers, and as for models I had to be content with the young dancers who accompanied the chorus. Their costumes, except for the boy´s embroidered red waistcoat and his green and black velvrt cap, had been hastily put together and rented for the occasion. At Noya the innkeeper´s cooperative niece was much too large for the imperfect available garments, and at Muros the innkeeper had clothers of good quality and a daughter of corresponding size but the design was not that of the region. At La Coruña we could buy photographs, made probably since 1900, of men at country fairs wearing white jackets with dark appliqué trimming and breeches revealing below the knee homespun-linen drawers of which the Vigo dancer´s ruffles were vestigial reminders. At Santiago de Compostela at the weekly market where biscuit-colored cattle (manuscrito: haltered by their owners) stood in long rows under chestnut trees. pág.5 [..] we found and old gaffer wearing a corresponding white waistcoat, knee breeches and white drawers, but such examples were rare indeed about the only and authentic piece of women´s costume was an apron of homespun black sheep´s wool woven at the geometric design in raised loops with bordering lines of bright red worn as a cape over the head. But if costume was disappointing, there were other features of the gallegan scene (*where tradition still flourished. The cart and the corncrib. The “singing cart” still sang its melancholy song, raising lovely echoes in the hills. Pontevedra and La Coruña had the wheels cut with a cescent opening at each side of the wide crossbar. In Lugo the crescent was larger, sometimes leaving but a narrow rim. In Orense the wheel was almost solid, only a small circle being opened at each side of the crossbar. And then there were the corncribs (Hórreos). Most were a narrow block with gable roof of tile carrying a cross at one and a finial at the other, and resting over heavy stone disks, to discourage rats, on short granite columns. The side, if they were not of vertical boards spaced for ventilation, might be of granite uprights cut with vertical louvers. Lugo Province revealed its lumber resources by building square corncribs of wooden upright and resting heavy beams, thin disk probably of slate over stone columns. The four-water roof could be of slate or thatch. Women went to the fountain with heavy buckets, truncated cones of wood bound with polished brass bands. Grain was still ground with stonemills wheels named by water or wind power [..] At Santiago de Compostela we met a canon of the cathedral who made it possible for me to photograph the silver custodia by Antonio de Arfe. Three canons were supposed to be present to let visitors into the Treasury, but our host appeared with one key as big as a good-sized hammer and admitted us himself. We met also students of the University who found us a pilgrim, a wizened little man who had come, “walking and running”, he said , for a month, three hundred miles from Valladolid. His pilgrim insignia

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Anexos

pág.6 […] wore an oil cloth cape of waist length sew in with scallop shells about the shoulders and a long staff with a gourd at the tip. The bulging pocket of a sack coat served as his wallet. An authentic pilgrim costume still exists at Nuremberg, that of a nobleman who made the pilgrimage to Santiago in 1571. His wide-brimmed hat of black flet is laden with insignia, a lead medallion of Santiago Matamoros at the crown center, and all around miniature gouds and staves of bone, large and small scallop shells. The black leather cape carries a large shell over the heart and small which must originally have had a mate, at the throat. One of the poingnant things we found was a farmer coming to pay in his rent in kind to the Duke of Alba. It was at one castle of Castro Caldelas (Orense), and he came with two bags of grain strapped to the packsaddle on his shaggy little Gallegan horse. It was at Castro Caldelas there we learned that a castle may look warlike from a distance but inside is likely to be completely domestic. Tall granite pillars supported Orense-type balconies behind which were whitewashed rooms for pleasant living. The granary contained a bin at least twenty-five feet in diameter, which had existed from “remote antiquity”, to quote the village druggist who collected the rents. Formerly it had been filled with grain in payment of the yearly rents, but in rcent times many farmers preferred to pay in pesetas. It reminded me of the 14th- century the barns in England. pág.7 [..] A trip to Madrid, to make inquiry about the exhibition of regional costumes to be held there in 1925, proved it was impossible for a foreigner to intrude on the preparations, and besides, a complete set of photographs would be available after the exhibition opened so we went to Asturias. At festival in Llanes we found girls dressed in pretty red costumes grimed black velvet band and jet passementiere – very like the Gallegan but more elaborate – and two of them posed for us. Llanes typifies the difficult Asturias coast. Low, rocky headlands like clenched paws just into the sea and a single opening lets fishermen in and out of the harbor. In the late afternoon women would gather along the inlet to watch the men fight their way home, holding themselves off the rocks and then, at just the right moment, shooting through on a moment´s calm. Behing the town roses the icy rim of the Picos de Europa. Llanes had a few large houses and in one, three stories high and with typically deep Asturian eaves, Charles V had been lodged in 1517, after his landing at Villaviciosa. That obscure litte town had been astonished to find itself entering the main stream of history on the day when the ship carrying Prince Charles and his sister Leonor turned into its small ría. Royalty must often have suffered from the incompetence of its functionaries, or perhaps because of their faulty signal systems, for instead of following the Prince into the ría, the ships carrying his clothes and the horses went on to the more congenial pág.8. […] Harbor of San Vicente de la Barquera. Near Villaviciosa is shown an inlet where the royal party landed, and from which they walked a mile into town. The marquis of the real Transporte received his title for assistance fiven on that day. At Cangas de Tineo we met a young man who inherited papers went back at least to the sixteen century and we 689

Anexos gained a vivid impression of what it means to belong to a line family where matters of history are intimate family gossip. At Gijón I photographed a few of the famous Jovellanos collection of drawings, and it is a pity I did not get permission to do them all, because during the Civil War the collection was dispersed. At Oviedo I had a tweed cape made with straps that crossed and buttoned and a suit with five pockets, one inside a kindly old canon was willing to take out the twelfth-century Liber Testamentorum of Ferdinand II for me to photograph the costumes delineated in its beautiful miniatures. Men and women alike wore long skirts with ravishingly uneven hems. The cloaks of kings were brightly patterned with stripes or with what seems to be miniver. While I was photographing, I could hear the Canon grumbling about the Cluny invasion of Spain. It takes a really resolute people to maintain a working grudge for nine hundred years. He grumbled also about the heat, while I, by moving actively , was barely keeping warm inside two pair os woollen stockings, a woollen sweeter, suit, and cape. After a winter in Galicia and Asturias I could understand why a quarter of Sorolla´s siters of the Generation of ´98 posed for him in overcoat or cape. Asturias rests assuredly on a continuous past with its successful confrontation of the Moslems and its sense of having begotten united Spain. An Asturian writer said “we do not speak “Castillian”. We speak “Spanish” We returned to Galicia for festivals in June, went up to London, and then home in September. The next year´s outlook was quite different. My associate was to be staff colleague, Frances Spalding, also a product of the Clarence H. White School of Photography. I now knew what king pág.9 [..] a camera was needed, an Adams Minex reflex, and also that an automobile was essential. We went to London to buy the camera and found in size 4 3/4x6 ½ inches. Its special feature was that the plates framing the ground glass turned when one turned the back, so that it was always evident whether one was taking a vertical or a horizontal picture. The only disadvantage was that films in a pack of that size tended to bulge out through the center, making it necessary to focus farther back than the ground glass image required, a necessity which one might forget them in the heat of encounter battle. For using out films we bought holders and a back of the new size for the 5x7 view camera. We also had a trunk compartmented developing equipment including (?). It was very gratifying when A space left over provided to fit exactly our working notebooks. We arrived at La Coruña on December 8th, 1925, the day of Our Lady of the Inmaculate Conception, and found a car, which we immediately named Nuestra Señora. It has a Ford chassis, a Chevrolet battery, a bright red fiat body, and a canvas top. The front seats we discarded and moved the back seats up front. In their place a box was built to hold the equipment trunk plus a can of gasoline and our personal baggage. On the right side running board a box was fastened to hold the Adams Minex camera in it leather case, small cupboard beneath would take a bottle of water and lunches. Then the machine was painted a discreet gray with black fenders. That running-board box was a great convenience because on it we could carry a guide or do a favour to some one needing transportation With the left hand our passenger would hang to the top supports 690

Anexos

and with the other wave to the world; (letra manuscrita: a countrywoman sang at the top of her voice) It was wonderful to watch the expression on the face of a boy, a priest, a countrywomen, a labouring man as he felt himself, perhaps for the first time, propelled through space by a private internal-combustion engine car. The difficulties of such travel were the punctures made by the hungry (?) nails that in dry weather and in some not so dry, fell out of the peasant´s wooden-soled shoes. pág. 9a The raincoats worn at a market in Lalín (Pontevedra) were a great satisfaction—a regional product adapted to the regional climate. Rye or wheat straw, strong and unbroken because thresed with hand fails, was smoothly knotted in tiers to make a cape or a cloak with sleeves becoming a cape in front. On the outside the straw trimmed in even rows shed a reasonable amount of water pág.10 [..] we learned soon the inner tubes filled with a coagulating liquid. After a puncture we would jack up the wheel, pull out the tack, spin the wheel to seak the hole, and soon be on our way. this would go on until we had a dozen tacks punctures; then the tire would have to be taken off and patched. One day we came upon an English automobilist almost in tears: in five kilometres he had had twelve punctures. We comforted him by revealing the secret of inner-tube líquido. Another time on a lonely road we stopped beside a halted car full of Spaniards to ask whether we could be of help. Their polite scepticism turned into astonished joy as we produced our can of extra gasoline. We also were rescued. When our lights expired on a mountain road, a Gallegan truck that came up behing stayed behind to illuminate the way. I must mention also the garage man who, replying to a note of thanks of special service ended with the phrase, “all the graces that invest your noble personality”. It is pleasant to move among people who keep the word “noble” at work. With the car we were able to collect more examples of the corncrib. One of brick and stone (La Coruña Province) was so long that it required eight pairs of mushroom suppors. A large one with side wide braids of withes and thatched roofs of straw appear in Pontevedra. Small round cribs of woven withes were capped with a sharp cone of straw thatch in Orense. We were at Santiago de Compostela for the opening of the Puerta Santa of the cathedral, on December thirty-first in preparation for the Holy Year of 1926, when Saint Jame´s Day, July twenty-fifth, would fall on a Sunday. The Puerta Santa opened from the ambulatory. Its usual door had been taken off and the space filled with rubble. Beyond the rubble was an arch and an open iron gate, still withing the cathedral, and beyong that a passage leding to the closed iron gate of the monumental portal which faced the Plaza de los Literarios. There was to be a procession of the Cathedral clergy, but no one could say where, for the weather was very uncertain. We wandered about asking questions, I carrying the Adams Minex which we had named Leviatan fro it weighed six kilos under the Oviedo cape. Finally we stopped still and said, “Dear Lord, please send us an idea”. The prayer 691

Anexos uttered, we saw bearing down upon us a distinguished literary gentleman whom we had met at La Coruña with two young men in his wake. Almost before we pág.11 [..] realized his intention he was leading us up the south aisle of the cathedral, between lines of Franciscan monks drawn up for the occasion, to be seated in the crossing on redvelvet upholstered benches prepared for the Mayor and other dignitaries. In the stately and colourful procession which presently began, the canon we knew almost lost step when he came upon us seated in such state. The only lady who had a better situation was the wife widow of the Carlist Pretender who was placed within the sanctuary. After the procession, our mentor hewed us and Leviathan´s unyielding cube out of the crowd in the Cathedral and took us round to the Plaza de los Literarios. If was crowded with people, but that did not disconcert our friend. He swam into the mob do-fashion, using first one arm and then the other, drawing in his wake. We found at the inside a hollow square pillared with policemen, who lander persuasion, sent us to stand with the nuns at the right side of the portal. It was now raining with enthusiasm, but fortunately our escorts were provided with umbrellas, which we were too encumbered to carry. Presently we heard a crash and knew that the rubble in the Puerta Santa begun to fall under the blows of the Archbiship´s silver hammer. Regardless of the policemen, we hurled ourselves out of the shelter of the nuns and thrust the lens of the Minex between the bars of the portal reja in time to photograph the moment when the Archbishop stepped through the Holy Door. We had done what we could, armed with a Dallmeyer Pentac lens (F2.9), under speed films, and heaven-sent protection, but the net result was and ethereal rendering of the Archbishop and his cross, five priests, and some of the rubble. With a speed graphic and a synchronized flash, the result would have been different. But those betterments were still in the future. pág. 12 From Santiago we made our way south through Pontevedra Province, east through Orense into León, and then south again into Zamora Province, wich we found the richest source so far for our kind of material. Holy Week was spent at the capital, and there on Good Friday we met a villager of Villalcampo, who invited us to a Passion Play to be given there on Easter Sunday. We decided to go. On Saturday we stopped in at a bookseller´s whom we knew slightly to tell him that we were going and to ask whether he had ever been to Villalcampo, he had not. We should not have stopped with him but should have obtained a letter from some one at the cathedral to the priest at Villalcampo in order to lend prestige to our visit. The village was not far from Zamora, but it lay four or five kilometres off the highway, and we should need a guide. Francisco met us as agreed on Sunday morning and led us through meadows swampy and slippery with heavy rains, and then over a path studded with rocks that would have finished Nuestra´s Señora differential gear if they had got their teeth into it. At Villalcampo we were directed to drive the car into a shed, where it dropped several inches from the entrance threshold, and found lodging over a café.

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We arrived in time to see people coming out of Mass and forming for a procession of the Virgin and her madrinas. Young man saluted the statue by waving large silk banners, kneeling and sweeping them almost to the ground. At Casar de Palomero (Caceres) we heard this gesture called toreando al santo. We lunched outdoors with Francisco and a friend whose mother-in-law was baffled by the severe cut of my five- pocketed suit. “Are you man or woman!”, she asked. “Don´t you see that we have a skirt?!, “Yes, but you wear no earrings,” she returned. “But I know how I could tell”, she went on rather under her breath. “Hush”, said the son-in-law and packed her off. The Passion Play text, in verse by an anonymous author, had last been used in 1881. The director was the schoolmaster. He had forty-three actors, pág. 13 Men and women, who had practiced eight or then times during a month and a half and seemed to be letter perfect. Saint John had let his hair grow, a great satisfaction to the Schoolmater, who regretted that his Christ had not cooperated by rainsing a beard. A platform of planks built up to the columns of a long house-porch facing the church, and it rested on longs and stones made the stage or three feet above (of the stage) ground. A stout ladder laid almost horizontally near one end carried the actors on an off agains a backdrop of sheets were coverlet-framed booths, a raised one at center for Pilate and one at each side on stage level for Herod and Caiphas. The prompter´s box, covered with a checkered blanket, nested at center front. At Betanzos the prompter had read every word about three beats ahead of the actors and sometimes much louder than they spoke. In our only photograph of the Villalcampo prompter his mouth is closed. Saint John the Evangelist had springs of wheat like a nimbus in his long, dark hair. A blue and rose fringed coverlet doubled to the hips and gathered about the neck, caped him over kacket and breeches of pink and white cotton print, figured sash, and patterned knit stockings. Saint Peter, over dark velvetten trousers, had a red and blue fringed coverlet-cape doubled to the shoulders, and gathered about the neck. Other details were a white pill box and a white wig on his head a scabbarded knife in his hand. Caiphas wore a cerise-coloured chasuble over a long white skirt, probably a sheet embroidered at the edge and at centre front. The sleeves, tied with broad silk ribbon at the wrist, could have been pillow cases. His tall pill box carried a horn at each side. Of Pilate only the feathered pill box and jacket of bright cotton could be seen above the printed shawl that faced his high booth. His servant stood below in jacket and breeches of cotton print over a figured velvet waistcoat and striped sash. Herod wearing an army uniforms, mostly red, and a figured, fringed coverlet-cape doubled to below pág. 14 the waist, was elegant with white gloves and sword. Jesus had a white cotton robe tied in at the waist, the top blousing over. The bearded Judas, who strangely enough got the most applause in the play, wore a long green cape with yellow small clothes, the traditional color for a traitor. Other disciples were draped in white sheets. Half an hour before the performance was to begin a herald went about with a bugle announcing the comedia. I tried to find out from what regiment the soldiers had 693

Anexos borrowed their uniforms, but the centurion refused to come out of character and insisted that he was a Roman soldier. The play opened with the firing of a gun by Barabbas, and his running away. He was captured by the soldiers and brought back bound with a rope. The play then proceeded with the story of the Passion. Jews plotting with Caiphas also wore small clothes of bright cotton print. The disciples slept during the Prayer in the Garden, Judas betrayed with a kiss, soldiers brought Jesus before Pilate. For the Crucifixion three crosses were laid on the ground with holes near by. The good thied was St. Peter in shirt and trousers, the bad thief wore a bipartite combination garment of stin, red and yellow. Jesus lying on his cross had a crown of thorns and what seemed to be long white underwear to the knees with a long white cloth tied about his loins. His hands grasped small ropes tied about the ends of the cross arms. One foot rested on a heavy nail, the other was placed over it. When the cross was raised, he could support himself on the nail until the cross was lowered into its hole and his feet could rest on the ground. The three Maries knelt at the cross while Saint John stood ready to receive his mother. A soldier on horseback rode up to pierce the crucified body, a Pietá was posed on the stage, and the play was over. Boys and men came down from their box seats in near-by trees, and spectators moved off on foot, in carts, or riding packs animals. In our room above the café the bed sheets had a look of recent use, so we rummaged in a chest and found others that smelled of sun and the pág. 15 River and remade the beds without complaining to the fonda mistress, who was formidable character. The next day celebrated another procession, the actors appearing in costume, after which we looked about the town. The houses were mainly of gray costume, after which we looked about the town. The houses were mainly of gray rubble. Some had porches of huge, thin slabs of granite. This was the first place we had seen where people actually wore authentic regional costume. It apparently existed throughout the district to which Villalcampo belonged—the Tierra de Aliste, the river Aliste which emptied into the Esla not far from San Pedro de la Nave. We could profitably have stayed in the district for weeks. An Aliste man had been at Zamora wearing a hooded cape of stiff, felted blacksheep´s wool that was almost frightening in its authenticity. The Institute of Costume Art at New York has had an example of this cape for thirty-years, and there is another from Mirando do Douro, just across the Duero from Zamora Province, bearing the date 1940 at the Museu de Arte popular in Lisbon. The cape is trimmed with fringes cut from the brown material and with applied cutouts of dyed black that have been called “Visigothic” in design. Certainly they reseable the motifs incised in stone borders at the eight-century church of San Pedro de la Nave. We found this church and photographed it together with the few cottages and the great mulberry tree that grouped about it. And irrigation dam was going to drown its valley and the church was to be moved. By 1933 it had been relocated, stone by stone, a mile away at Campillo. The women who attended the image of the Virgin at Villalcampo had compact little bodies, laced down with a number of heavy, dark skirts tied on tight about the waist) and covered with head capes to the waist. Color appeared in a knot of yarns at the cape top, a kerchief, and embroidery on the apron. Another woman at the festival with a massive 694

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silver-filigree earrings wore a green velvet bodice (probably silk) with silver-filigree buttons on the sleeves, which at the wrist revealed navy-blue embroidered cuffs of her white chemise. A small green shoulder cape (gabacha) of wool, crossed at front, carried zigzags of yellow silk and of green silk ribbon with red picot edges. Also of wool were the green homespun skirt and the apron of blue striped horizontally with white. Her feeling for color was shown in a figured kerchief on her head, corals at her neck, and a mass of silk sash ends hanging from her waist at back. She was willing to lift her top skirt to show us her pág.16 Petticoat of red wool with stitched appliqué of hearts and scrolls. Younger women had gala skirts also of heavy wool but red or yellow, trimmed up to the hips with woollen appliqué of bright colors. The petticoats almost always were interesting. One woman countered with wishing to see ours, which was embarrassing. In this active life I had given up wearing petticoats in favour of black silk knickers, which were no help in establishing our feminity. With their skirts the young women wore cotton blouses with large-puffed sleeves and deep, tight cuffs of black velveteen. On workdays the skirts were plain but the aprons were always striped. Some of the children were adorable, their bright-colored, tight-fitting caps trimmed with ruches red or white. Twoyear-old Antonio´s large-puffed sleeves of figured cotton, plaid cotton apron, homespun woollen skirt, and white cotton petticoat would have deceived any evil eye into thinking he was a girl. In similar mode, Philip II was not put into small clothes until he was four. The night before we were to depart I started down the stairs to speak about something, but before I opened the door separating us from the café, I heard men talking. One said “We`ll not let them go!” it seemed prudent not to hear any more lest I should be persuaded that they were talking about us. This was the moment that I realized my negligence in not having come provided with a letter from the cathedral. In the morning Francisco el Minor (guide to the village), sent a message that he was sick in bed. We went to see him, entering his house through the stable and penetrating into a dimly lighted room where he was indeed in bed. We commiserated with his discomfort—though taking no great stock in it—thanked him for his kindness and hospitality, left a present of money, and left in as good order as possible. We certainly needed a guide to put us on the highway, but no one volunteered. At the car a goat, lodging on the trunk was quite easily dislogged and we managed to back out over that high threshold. Finally a man was found who would see us out to the great world, and we made off. Our poor guide got in the way of a tremendous splash before pág. 17 He left us, but we finally reached the highway. At Ricobayo we found) a clean, spacious fonda. Parador Faustino, with a very kind mistress (manuscrito: received us for) a couple of refreshing days in attractive bedrooms on the second floor. The village looked much like Villalcampo placed in a more dramatic setting, at the foot of granite masses rising in great barren sheets and lups. This Parador was known all over the countryside. Carters led their mules through to the stable, tossed a bag of straw and a blanket on the passage floor, and composed themselves to rest. The innkeeper and his wife were on foot most of the night, serving their guest with hay, grain, 695

Anexos wine and food. A carter slept a great deal in the daytime, trusting his mules to keep the road. It was difficult to pass him because, fast asleep of his cargo, he would not hear a horn , and his mules, three or four hitched tandem, would be weaving a serpentine track across the whole road, and taking their own good time to do it. On our slow progress towards Paris in May we stopped at the maragatería, that enclave of distinctive people about whom so much speculation has occurred. The men used to be carters roving all over Spain, leaving the women at home to tend their land and bring up the children. Characteristically such a home stood at the back of a corral withing a stut wall, which was entered by opening a heavy wooden door in a stone archway. The women complained to us that life in such houses was muy triste with no view of the street to relieve the eye and no gossip with passers by to relieve the tongue. The chief feature of the maragateria was its baggy breeches. Of this costume in (?) I had seen an authentic example worn by a man seeling cheese seller in Lugo Province, and we found another at Val de San Lorenzo. There a stouthish weaver posed for us in a gala costume—collarless jacket and gaiters of black broadcloth, red waistcoat embroidered with silks, baggy breeches—the essential item of black satin. And interesting quirk of the maragatos was that, like medieval Moors, they had a fondness for wearing mottoes, woven into pág. 18 The garter, embroidered on the leather belt. In the 1880´s Laurent could photograph a maragat wearing quantities of heavy filigree jewelry, and the Museo del Pueblo Español at Madrid has examples of their earrings and medallions. The best wear we could find for her was an embroidered silk head kerchief, en embroidered shoulder shawl, and a long satin apron embroidered for a depth of 8 or 10 inches at the hem. We asked the physician at Val de San Lorenzo to direct us to a rinconcico in the mountains where authentic Maragatan costumes still prevailed, and he replied that the whole district had been infected with the spirit of progress, but he knew of no place where we could find what we sought At León we put Nuestra Señora in storage and decided to photograph the stained-glass windows in the cathedral. The best place to work from was the triforium gallery, perhaps twenty-four inches deep and 35 feet above the level of the nave floor. Between us and the edge were the occasional triforium columns but no railing, only an iron bar about chest high. For part of the way there was no bar. Fortunately the gallery floor was of rough stone and there was no danger of the tripod legs slipping. I was actively concerned with keeping the photograph equipment intact there, but we gave little thought to our won safety until one day Miss Spalding happened to look down at the wavering vertical of a crossing pier. Such wavers are valled “refinements” in architecture, but they set up certain quavers in her interior and she wisely took to her bed. As the windows, even from the triforium, were high above us, the camera had to be tilted up and in the pictures all the lines converged. It is doubtful that the result was worth the risk and the effort, but we were young then. Returning to León in early January 1928, we had all the photographic equipment needed but I had left at home the car papers, license and registration. I called the dealer at La Coruña, and while he kindly secured a duplicate set, we went to the theather and saw the famous actor, Enrique Borras, in four plays, including Don Juan Tenorio, el Alcalde de Zalamea. This time we had a definite destination, Extremadura, and a definite time 696

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pág. 19 Limit, three and a half months. Driving down through Salamanca Province we stopped for a look at the Peña de Francia, which receives multitudes in pilgrimage on September night. At a washout we had either to back down the mountain or mend the road. After replacing enough rocks, we made our way to the top where we found the hermitaña at her Singer swewing machine, sitting on a narrow sunny ledge overlooking a sea of hills. Among them rose the smoke of Extremenian charcoal burners. Guided by Sorolla´s painting of Extremadura in his series of The Provinces of Spain, one of our principal objectives was Montehermoso which proved to be another place where again authentic regional costume proved to be flourishing. We arrived in time for Candlemas Day and returned for Carnival. Montehermoso was not an easy place to rach. Form Plasencia there were two fair-sized rivers to cross the Alagón and its tributary the Jerte, but no bridges. At the Jerte a wide, shallow ferry was tied up to a post on shore, two women and a boy heaved a ramp into place, and we drove in, settling down with a thud on the cross beams inside. Propulsion was by hands pulling on a wire cable stretched over the stream. At the Alagón ferry the ramp was so shallow and lay so low, chined to the end beam, that it seemed impossible to drive up over it. We left the car at Carcaboso and found men with panniered mules to carry us over the river and on to Montehermoso. Some of the town´s streets were paved, roughly, except for a space at the middle for carrying off water. Passing through one had to keep and ear sharp for the warning “!Agua!” and immediately flatten against a wall, for presently from a upper window there would be a rush of liquid aimed for the middle ditch. Many of the houses were whitewashed, save for the stone trim at windows, doors, and house corners. Pot plants flourished on balconies and on slate shelves set beside upper windows. I doubt that many windows were glazed; each had stout wooden shutters. At the posada we had a room on the ground floor opening from the entrance patio opposite the stable door; the kitchen was on the second floor. Our hostess gloried in her vocation. As we walked back for lunch pág 20 After a morning of photographing, she shouted to the world, “we´re going to have chicken!” we appreciated her devoted support, and if the jug of morning bath water came in slightly reminiscent of the last night´s soup, well, that was one of the hazards of our peculiar occupation. Despite its name, there was nothing mountainous about the situation of Montehermoso; it sat among its fruitful fields with only a distant line of low hills for landscape variation. But it had a definite identity and an assured conviction of its importance. The sheep, goat, and cowbells made by the Iglesias family found their way abroad as far as Sevilla, León, and Burgos, and the costume of the monthermoseña was becoming better known every day. The bonnet she wore at work was decorated so that from a far a spectator could define her status. If it carried black fennel ornaments, she was a widow; if red and other bright colors, she had a husband, if in addition had small round mirror nestled at the centre of the gay front rosette, she was a maid. 697

Anexos The principal color of the skirts was mulberry, popular in the time of Isabel the Catholic. There were accordion pleated, then tucked crosswise near the hem so they stood out in great organ-pipe folds. Dressmakers were still at work on them. First, a sufficient length of woollen flannel was thoroughly dampened and laid over and esparto-grass mat on the floor of the patio or in the street. The pleats, one by one, were pinched in by had, and slabs of stone were laid over them. When the pleats were dry, they were basted temporarily so that they should not lose their form while the tucks were being sewn. A proper gala costume demanded six petticoats—the same skirt in brighter colors—making a bulk so stiff that its wearer could not bend it to sit; she could only perch on the edge of a chair. Fewer men were preserving the small clothes of their traditional costume; it was a middle aged husband who posed for us. Young blades wore blue cotton bluses with large-puffed sleeves and corduroy trousers. Decoration they lavished on their black felt hats—violets and daffodils or a red feather cockade on Candlemas Day. Some had violets over their ears. pág.21 Between visits to Montehermoso we travelled through Las Hurdes, a section of northern Cáceres Province isolated by lack of wagon roads. At Casar del Palomero we hired Maximo, his two mules, and a donkey for a week. When it became known that we were going, a young cleric offered to accompany us, and for this imaginative kindess we were grateful. The only available beds would be in priest´s house, and it was well to take a sponsor. We had also Juan from Plasencia, a fourteen-year-old boy who loved to ride on the camera box. He may not have understood that Nuestra Señora would not be going to Las Hurdes, for, as the trudged over treeless hills, he was heard to say “We are always in the same place!” He varied the monotony by reciting for us almost the whole of Don Juan Tenorio. Miss Spalding and I travelled as had Isabel the Catholic, seated within chair arms and back with scissors like supports mounted a packsaddle; our feet rested on a board. It did no good for us to dismount to save our mules, for Juan and Máximo got up immediately to save themselves. We had been warned of precipices and other dangers in Las Jurdes, but to travellers accustomed to the drama of the Rocky Mountains, these slopes seemed mild. The only accident of the trip was that the priest fell backward off his horse. The animal had managed to loosen his girth, and I turned just in time to see saddle and rider headed for the ground. Fortunaletly the priest was not hurt. We became intimately acquainted with our beasts. The donkey liked to head the procession at his own rate of speed, but t he was even more determined to separated from one of the mules. When he realized one day that it was not his favorite´s tail that he was following, he turned abruptly in a (?) and while we breathlessly watched the fate of our equipment scrambled back beside the path to rejoin his idol. The night we came down into Las Jurdes it was just light enough to see that we had to descend a steep slope of loose stones. All I could do was to relax utterly and let the mule find his own way down. It was comforting that he always put a hin foot just where a front one had been. Maximo had conduted the Bishop

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pág.22 of Coria on a similar tour holding him in the saddle at scary places. When I said to a jurdano that the bishop had done a great deal for them, he retorted, “But see what we did for him. It was through us that he became a bishop!” Las Batuecas, north of Las Jurdes, is a luxuriant valley once occupied by Carmelites. The ruined church was overlooked by the remains of their sites marked by cypresses seventeen hermitages. Behind the church was a simple inn run by a relaxed monk, Hermano Joaquín. We already installed there a marquis and his arrived to find company of board hunters we were lodged on the second floor. In the evening we could hear rather bibulous shouts from the hunters. “Let the blondes come down!” A messenger came up to invite us to join them, but Hermano Joaquín stood behind him in the shadowy hall, shaking a finger at us not to go. We declined as gracefully as possible, and at upstairs supper with the priest had great fun dividing our portions “with justice”. On our trip through Las Jurdes we did not meet with the distress that Luis Buñuel makes so evident in “Land Without Bread”. It was February. Weather was blooming, white and lilacs, and white cistus very aromatic when the sun struck its sticky leaves. For bees supported by the heather, hives were made of cork. There were olive trees and men making olive oil, some by threading out the fruit, others winding up a pole to squeeze thighter the logs in a mechanical press. There were no shops in Las Hurdes, but a vender from Portugal was packing in a yard goods. A man selling blankets had his store in his back. We learned that simple isolation is not enough to preserve costume; they must have been something to preserve. Most of the clothes in Las Jurdes were purchased secondhad. One of our pleasantest memories is that of a pine cone burning in early morning air, carrying fire from the house where it had been kept during the night. Matches were a government monopoly. Sheperds present throughout the region recalled the centuries-old tradition of migrant sheep flocks wintering in Extremadura and making the long trip north to summer in the higher, greener pastures of León and Castilla. Accommodations were various, a single booth of branches and thatch in which one could sleep beside his flock, a booth of pág.22 [sic] straw in sections that accommodated a whole family, and a stone hut that of course was permanent. Each night, if the sheep were not driven into a stone fold, they would encircled with a esparto-grass mesh. Droppings were valued as fertilizer, and the place would be changed very few days. Shepherds were gentle people, clothing themselves sometimes in sheep fells. Extremadura as well as Asturias had associations with Charles V. At Yuste he had four rooms built for himself on the sunny side of the Jeromymite convent church. At Cuacos his mayordomo lived and brought up the illegitimate prince, Juan de Austria. At Jarandilla the castle housed the Emperor´s guests, including his royal sisters who had to travel on horseback twenty-two kilometres in the rain to visit him. In 1928 there was nothing in Charles´s rooms, the church roof had a large hole, and the convent cloister was in ruins. Tobacco stalks lay all about. At Cuacos the innkeeper each evening gathered about her army draftees to teach them the alphabet and its printed signs. And it was at Cuacos also that one evening at dusk we were accosted by a pair of Civil Guards, who asked whether we would write. In proof one of us fished out a fountain pen, the other 699

Anexos a flashlight, and there in the highway we signed a statement that they gone off duty at about 6:00 p.m. on a night in February. A charming white town was Jerez de los Caballeros (Badajoz), where everyone seemed gently bred. We photographed an olive oil press boult in the 1850´s with a beam perhaps thirty inches in section and a tall screw with a heavy stone weight for squeezing the crushed olives spread under it in circular esparto grass mats. At the ranch of the Count of La Corte, whose stock rated high in the bullfight world, we were told that the Count was not at home, but neverthess we were invited in, and several gentlemen accompanied us about the ranch. We were careful not to look too pág. 23 hard at one wearing handsome country dress. (traje de campo) such as is worn at the feria in Sevilla—plum—colored jacket with black collar and black silk frogs and tassels, and matching breeches with black cuff below the knee. They showed us the Count´s office, stables, boxes for shipping bulls, the corral, and the passage for luring bulls into the boxes in the pasture two horsemen were guarding the herd. In the pasture my eyes glued to the ground glass, I kept moving nearer and nearer to the herd so that the bulls might look big and noble in the picture. My reward was to hear a disgusted murmur, “She treats them as though they were cats!” There is a distinct protocol in everything connected with the bullring, and if one neglects to honor the structure of fear that has been erected, he strikes at the heart of the system, suppose it could be proved that every bull is at heart a Ferdinand? Castuera (Badajoz) made huge Ali Baba vessels for storing wine or olive oil no longer in the charming old shape, from a small base swelling in a continuous curve to the full size of the “breast” and then diminishing quickly to the “mouth”. These had the small base, which is stronger than a large, but instead of the continuous curve there was an abrupt change to straight sides for much of the height. Called conos, they were laid up bit by bit with the hands to be smoothed with a walnut paddle (manuscrito: instead of being turned on a wheel) Two or two anda half months were required for a cono to dry enough to be put into the kiln, which would accommodate twelve 200-arroba (perhaps 800 gallons) conos or two hundred small ones. They were cooled for twenty-four hours in the kiln. Conos for storing oil were coated inside with a hot bath of wax, suet, and butter or lard. Montánchez (Cáceres) still used the old form (tinaja) for storing wine, each tied by its neck to a hook in the wall. pág.24 A year-long expedition whith Frances Spalding began in late 1929 and was to continue for a year. This time we were to make a serius attempt work with color and provided ourselves with glass plates, French Autochromes. We were to have six costume plates would be reproduced in color by Max Jaffé in Vienna. Miss Spalding was already in Europe and I planned to meet her at Tangier. It was on the ferry from Gibraltar that I learned about the Wall Street crash and wondered whether my letter of credit would be effective, I decided to as though it would until events should prove otherwise. Tangier was governed by five nations. The French having charge of customs, they on an old Corona typewriter they officials demanded what seemed an unreasonable deposit on my old Corona typewritten. While I was arguing this matter, unsuccessfully, our Moorish 700

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porters abstracted from under s (?) French noses the big equipment trunk loaded with hundred of films on which I should have had no excuse for not paying a straight 12 ½ per cent duty. The porters had done it with the Oviedo cape and were very pleased with themselves when we met them and the trunk at the hotel. It seemed strange to have them address us “tu”, but the Spaniards refused to grant Moors the cortesy of the formal Vd., and the familiar form was all they knew. The American representative at Tangier had the rank of ambassador, accredited to a sultan of Morocco, (* but not to the demi-sultans at Tetuán and Rabat because) the United States had never recognized its partition between Spain and France. He begged us to be discreet pág. 25 and get into no trouble, because it would be difficult for him to help us, having no relations with the demi-sultans of Tetuán and Rabat. This statement made a rather blighted beginning, added to the fact that it was not clear what we should be able to photograph. A man occasionally would stop pose, but women had to be take on the run, and all we would get was a stack of draperies disappearing in the distance. If ever we did catch a glimpse of a woman´s face, it seemed to have the cellared hue of a potato sprout that had never seen the sun. Market women were different; they sat still, a heap crowned with an enormous straw hat the brim edge supported with four pairs of yarn cords to the crown top which carried a yarn rosette. Some crown sides also were brightly rosetted. Then there was the language barrier, Worst of all, we felt like tourists. In Spain I could always lose myself, except when I heard a small voice behing me saying, “Let´s see if I can walk like her” and turned about to find a little girls imitating a brisk stride. A dancer afterwards told me that Spanish women in walking never let their knees pass each other. During the early twenties Morocco outside Tangier was in commotion. The great disaster at Annual in 1921 brought in the dictatorship and peace was won only in 1926. Xexauen had been in the war and before that had fostered a tradition of “fanatical opposition to the visits of foreigners”, so one had the feeling there of moving in rather unsettled equilibrium. Xexauen or Xauen—Shehuan, Shishawen to the British, Chechouen to the French; Scheschauen must be German—is built on the eastern slope of a hill facing the Montes de Gomara. Coming from Tetuán one sees nothing of the town until a turn round a hill suddenly reveals it. The Kasba stands high. In the valley a huge new hotel, built by municipal authority was empty because no one had been willing to furnish and operate it; operation began in 1933. We stayed at the Fonda de la Peña facing the Plaza de España, which maden the Spaniards had been set with flourishing flower beds. We photographed streets and houses and then found the rug factory where little-girl toilers were too young to veil their faces. With a kerchief covering only their hair they worked away, tying knots at vertical pág.26 looms. Grown women who carded and spun the wool hid within a towel, head, face and shoulders. In the patio, masses of dull white yarn waited while a man and a boy ground the roots of an herb called foua, found all year in the mountains that would make cerise dye. They ground in a stone mortar about three feet across with pestles of olive wood five feet long, slender through the middle and thick at each end.they dye would be b oiled in 701

Anexos copper vessels thirty inches across set in cement stands three feet high with space underneath for fire. The factory had been established in 1928, they said, and was already competing with the famous looms of Rabat. The manager was a Rabat Moor, also the woman teacher who showed Xexauen women how to spin wool and knot rug. Designs, painted in water colors on squared paper , were kept in the manager´s office. The teacher studied the designs and relayed to the little girls how many knots they were to make of each color, returning from time to time to inspect to work. Form Melilla, then a dependency of province of Málaga, not considered a part of the Spanish Protectorate, we drove through the Riff country to Villa Sanjurjo, tow hundred miles west on the coast. On the way we went through Monte Arrui, where a Sunday fair had been set up—tents pitched in rows beyond the town. Merchants sat in comfortable shade inside while clients bargained in the sun. The women here were turbanted but not veiled, yet we rarely saw more than their backs. Four were gathered at the tent of a cosmetics vender, who recommended a glittering substance for darkening eyelids, henna for fingers and ties. The dresses were of English imported cotton, white, machineembroidered with small red, green, or purple figures. Each women wore innumerable thicknesses; some had cloths tied thickly about they waist. No one bothered us as we went about, even at the buchers´ section where sheep carcasses hung fro ropes slung over high poles, rested on other poles. We passed fortresses enclosed in long, low, white walls. At Felata de Eslef the cavalry had a modest camp in the open, the Moorish soldiers in pág.27 tents their Spanish officers in a building of clay and stone. Horses were tethered beside mangers of clay and stone that looked rather like a heaps. We arrived at a moment of inspection, the Spanish captain seated beside a saddle rack, Moorish soldiers standing, guns stacked, saddles laid out in rows. At Ajdir Moorish soldiers were accommodated in a house that had belonged to Abd-elKrim´s nephew were (* Riffian) guns surrended by Riff were still stacked in the patio. The Ajdir beach we could summon a boat for the Peñón de Alhucemas, which had been a crucial pint in the war. Four marines and three civilians came over, tow of the marines with trousers rolled to the knees so that they could wade in to push the boat ashore. The Peñón, solid rock save for brick constructions inside the walls, rides the waves like a battleship, undis? By any commotion whatever. In 1806 the English came with eleven ships and commanded it to surrender, but a storm blew up their treat entirely. pág.28 Outside Villa Sanjurjo women of Guis cábila were holding a Monday market. We did not venture near, for our drivers, being men could not go with us. They explained that at this maket goods were sold, but the chi3f purpose was the meeting mothers and their marriagleable daughters with the mothers of marriageable men. The young women were wearing their best, bright-colored kerchief of silk or cotton on their heads, small figured white cotton dress and hanging from the (?) in back two rows of tassels, red, blue or yellow, and one long center tail of many tassels. The only incident on our return to Melilla was that when our drivers saw Moorish horseman following us down a mountain

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road, the horses nostrils red and Moors´drapery flying out behind, they seemed to step hard on the accelerator. Anna Vaughan Hyatt Huntington, working on a relief of Boabdil for an exterior wall at the Hispanic Society, had asked us to photograph a Moor in flowing robes on a chargingn horse. At the barracks of the Tabor de Caballería outside Ceuta officers cooperated with us. A dapple gray horse was brough in. over a pad of heavy felt was strapped a Moorish saddle with seat high pommel, and very tall cantle, all of wood. Its well-fitted cover fine salmon pink woollen was embroidered with silver thread and sequins, and edged with galloom and rings of silver combined with green and pink silk and cotton threads. The breast leather was similarly embroidered of the headstall a deep fringe of green silk and silver jung half way to the nostrils, while a neckband carried ornaments in green and silver four square medallions, one triangle and a large tassel. A Moorish corporal (cabo) mounted the horse, wearing a salmon pink and a white dejelleba, chilaba over his khaki uniform. pág. 29 We came away from Morocco with a impression of a stark land with singularly unhelpful rivers aptly named wadi of gray mountains towering above small huddles of cottages or huts reached by winding dirt paths, of leftovers from the late war and other wars— blockhouses with turrets at the corners, watchtower (manuscrito: commemorating from hill top to hill top of little Alhambras freshily whitewashed serving as barracks, railway stations, public buildings, and making Spain look like a beneficient colonial power; troops everywhere. In fact a great proportion of our photographs proved to be of army installations and army uniforms, the officers having been invariably hospitable. By adoption of the chilaba the Spaniards seemed to have been more influenced by the Moors than the Moors by them. In fact the Moors seemed to me like cats, able to accept anything yet to yield nothing of their own inner identity. From Magazán we went to the Canary Islands and thence back to Africa, to the Río de Oro just overnight from Las Palmas, on the Lanzarote, a mail steamer taking supplies to military installations along the African coast. The Lanzarote had to stand out beyong a reef and its launch (falúa), the best motor boat, they said, in the fleet of the Interinsular ships, brought us through a narrow opening to land at Cabo Juby. Men waded out to ground the boat, bringing wicker chairs on two poles to carry passengers ashore, Cattle and (?) drinking water were brought in the same launch. There were two forts, Casa del Mar on a rocky islet and Casa Delegación enclosing barrack sand office buildings on the mainland. They had been built by an English company in 1882, Who named the post Fort Victory and sold it to the Moroccan sultan, Muley Hasán of Morocco. As one approached, native tents lay to the right, aviation headquarters to the left. The French air mail from Dakar to Paris passed through Cabo Juby, where airplanes were changed. This was country that St. Exupery knew well. We were greeted by Spanish officers, clad in service tunics and pajama trousers, whose principal topic of conversation was their “neurasthenia”, spoken of with gentle melancholy. The monotony of the life and of the landscape required from the commanding officer constant effort to keep harmony.

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Anexos pág.30 alive in his little world. Disharmony might break into a duel. One thing they did have was good bread. All the drinking water came (manuscrito: Puerto de la Luz, drawn for the mountains of La Cumbre) Bad weather kept a cargo outside the reef, and the fortress had to keep several months´stores on hand to allow for emergencies. The commandant was housed in the Casa Delegación. Spanish soldiers had canvas tents, except for a lieutenant who was studying Arabic and making contact with the natives. In his tent of camel´s hair, woven in varying shades and widths, some about 18 inches wide, he had a mat on the ground, a bed covered with cretonne, a chest of drawers, a chair and several cushions. The chief sport of the soldiers was hunting gazelles which abounded in the region, little creatures about twenty-four inch3es tall. One was kept as a pet. Other animals in sight were camels, an occasional goat, and sheep. The natives lived on camel´s milk and the flesh of sheep, together with gofio of toasted barley, ground and mixed with water. As they did not share in the water brought from the Canarias they draw from backish wells and stored in a goatskin hanging from sticks near the tent door. Their dark camel´s hair tents were moved about every two weeks, the women doing all the work, in order to escape the fleas that accumulated when they stayed too long in a spot. In one tent a negro slave was grinding toasted barley in a crude quern. In another, where the ground was covered with mats, a Moorish woman was weaving cloth, her feet braced against the length of material already woven, the warp extended several feet away from her, slightly raised from the ground. The woof was carried on a rude shuttle, a stick of wood wound with yarn, camel´s hair dark and light. The distinctive thing about the moors´costume was that they wore dark blue cotton manufactured especially for them in England with a dye that crocked. The more color rubbed off on their skin, the better they liked it, believing that it had some hygienic value, perhaps protecting them from the sun. as they seldom or never washed with water, their skins took on a deep tinting of blue, especially in the hollows, which gave a strange, theatrical effect in the glare of the desert. The color rubbed off on white pág. 31 garments also. Before praying at sunset they cleansed themselves by rubbing their hands with sand. There were said to be about 540 Europeans at Cabo Juby. Villa Cisneros father down the coast was a more important place with a fishing industry. Water was brought here also, carried in the Lanzarote´s tanks which had a capacity of thirty tons and transferred to metal drums by means of hoze and nozzle to be stored in a cement cistern within the fortress. The governor had a bathroom supplied with running water, but it was rationed to the soldiers. Saliling vessels also might bring in water. Two smart young aviators in proper caps, tunics, and shorts took us up in small airplanes. Lituenant Collar afterwards made an overseas flight to Cuba where he was lost in 1933. Invited to luch at the Officer´s mess we found Italian aviators who had been recued from the desert speaking Italian to their hosts´ Spanish and all communicating fairly well. At Agüera on Cabo Blanco there were forty European soldiers at the foot and twenty more in three fortines in the neighbourhood. The captain, also governor of the district, was a young man living with his wife and their little girls on the second floor of the radio 704

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station, which was surrounded with a network of barbed wire. He was determined to have us dine with them and spend the night. Thinking of our toothbrushes and other luxuries left on board the Lanzarote, we accepted the dinner invitation but demurred at spending the night. With the Lieutent-colonel who was making the tour with us, we went for a walk until dinner tiem, stumbling in the dusk over tombs set on the rocky soil and picking sprays of a plant with bulbous leaves that contained water. It never rained in the Río de Oro, they said, but heavy dews explained the presence of water in the plant. On our return the Captain called us into a room where we found several Moors lined up behind a table and seated us opposite. A candle stood on the table, casting enormous shadows of the Moors on the white wall behind. They were there to tell a horrendous tale of terrific winds and heavy seas that had come up suddenly, utterly preventing our return to the Lanzarote. Then rolled their eyes, the whites flashlighg in the blued sockets, while huge shadows behind them enlarged their gestures to pág. 32 threatening proportions. We laughed and gave up to our toothbrushes play with the little girls and her tame gazelle. At dinner we were served gazelle for the meat course, not the same one, but a near relatrive. We felt like cannibals. It came out in conversation that our host had spent a year incarcerated in the Casa del Mar at Cabo Juby. He claimed that his detention was the result of a disagreement with his commanding officer. The Lieutenant-colonel however, insinuated that his detention was due to his neurasthenic imagination, fancying that he was being persecuted by a superior. The Captain always addressed this superior as Mi teniento-coronel—echoing the medieval mío Cid—and they were on the best of terms. From Las Palmas we sent a doll to the little daughter, but never heard whether it arrived. Back in the Canary Islands we found the Gran Canaria monotonous with its innumerable fields of tomatoes and ragged banana plants and went to Tenerife, where the Pino de Oro Hotel was a favourite resort of English wintering in the sun. A lady painter there made a perfect statement of the value of repetition, “One camel is ugly but three camels are beautiful”. The camels we saw never came in three but one by one associated with a burro or two. Over the single hump was saddled a pair of wooden racks in which people could ride with their feet hanging or any number of parcels could be carried. For a party at the Pino we had dresses made in the regional style. Authentic one would have had skirts of red homespun wool woven with horizontal stripes of brighter colors, white, green, blue, red, and used with the stripes run vertically. As the width of the material was never great enough for a skirt length, it was pieced at the hips with no effort to match the stripes. For our costumes the dressmaker took red cotton flannel and stitched across it narrow stripes of plain, colorec chintz, piecing bodices bound with red and laced at front and black velvet aprons. Authentic headgear was easy to come by, the unbelievable little hat woven of palm leaf with a crown about three inches wide, in inch and a half tall, a turned up brim edged with velvet. A band of velvet round the crown carried a needle and thread and held in place a piece of paper written with prayer. Women with

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Anexos pág.33 heavy loads to carry on their heads stuffed the crown solid and used the hat as a head pad. […] It was time to think to take color plates. The autochromes were packed with a piece of fine-grained, black-faced cardboard in contact with the emulsion side of the plate, which therefore had to be placed in the holder with the glass side outward. The position required the picture to be taken through the glass and made it necessary to rack the lens forward of the plane of focus shown on the ground glass of the camera. A lady of Orotava lent us her charming children, a boy and a girl under then, also a goat, for us to photograph in color a pink wall. In the Pino garden a pink wall made a sympathetic background for the red skirt and the boy´s black jacket and breeches, and we exposed several plates. These were developed with fair success and packed away as candidates for reproduction at Vienna. Lanzarote and the island of Fuerteventura to which Unamuno was exiled had melodramatic austerity. Hills, rising singly from a plain, looked as one drew nearer like hollyhocks turned upside down—black with volcanic ash at the top, shading into the green of plant life on the sides and into red at the base. A run of lava to the sea, long since cooled and hardened, still looked sinister. Winds were strong, and vines were planted in holes three-feet deep to protect them. Even potato plants each grew within a circle of stones. In some fields, graded flat and closed with a stone wall, the earth was covered with a layer of fertilizer and then with a layer of black volcanic cinders about four inches deep, believed to attract moisture from the earth and also from humid air. Seed was planted through the ash into the earth, cinder and fertilizers were renewed every three or four years. On Gomera white fishing boats at rest contrasted brilliantly with the black sand of a beach. A feature of the Canary Islands was that there were no fortified walls, they having been conquered in the fourteen century. Towns leaked irregularly out into the countryside, and farmhouses were scattered throughout. Some of them were caves comfortably furnished, and beds hung with drawnwork curtains. The Azores, we visited from a small steamer built in Italy, which took about a fortnight to cover all the islands. pág.34 Hydrangeas edging fields and roads were luxuriantly in bloom, and the Festival of the Holy Spirit, continuing from Easter to Pentecost, was in full flower. For each of the seven weeks and “emperor” was chosen by lot, a well-to-do citizen able to bear the expense of the office, often a returned emigrant fulfilling a vow he had made in America. With the office went a repoussé silver crown more than a foot high with its four curved bands rising to meet under a cross. On Sunday the emperor carried the crown to church to be blessed. After Mass he himself was blessed wearing the crown, and then he brought it to his home where and altar with candles and flowers had been set up. At the end of the day the crown was passed to the next in office. To provide a feast for his friend and the poor (?) [..] The distribution of meat, bread, and wine was from oxcarts very like those seen in Galicia, with almost solid wooden wheels. The wicker bodies were dressed with leaves and flowers. A doubled arch vibrant with petals of colored tissue paper stood over the

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yoke, and a star perhaps five feet wide rose from the tongue, a many-pointed star of wood covered with bits of mirror, colored paper, a pinwheel. The most striking piece of costume in Azores was a woman´s full-length cape of dark blue cloth with a large hood, which was held erect high above the head with a whalebone or a slender willow twigh sewed along the middle seam. A cotton interlining stiffly starched helped to support the sides. When I spoke to a woman about her cape, she suddenly and most surprisingly drew me inside the vast hood and gave me a reasonably kiss. A variant of the cape was a skirt and hood of black merino worn by older women. The skirt was put on first, and then the hood, and half circle, was arranged hanging down with the (?) circular edge gathered about the waist and tied there the straight edge was stiffened for perhaps through the middle [..?] pág. 35 Azorean women used native filaments for their handiwork—jpita fibre for lace, straw for stitching on net—but the extent of their industry was minor indeed compared with that of Madeira, where embroiderers were everywhere at work, in fields of sugar cane, at the doors of cottages. They worked by the piece at a very modest wage of linen imported generally from Ireland, the material cut and the designs stamped by embroidery houses of Funchal. Of Madeira the most vivid remembrance is that of travelling in a hammock. We set out from Funchal in an automobile of Sant´Ana about miles away. The road was well paved but in time we noticed that the tires made no sound and looking out, found the pavement overgrown with grass. At the road´s end two hammocks, six men, and six staves with forked end awaited us. The hammocks were made of blue and white linen homespun woven in Madeira and spread with covers of natural-colored linen bordered with a wide rufflex at each side. They hung from poles perhaps three inches in diameter from which iron spike projected at each end to secure the strings […] head and foot. With two forked staves at each end a hammock could be made to stand alone. A passenger placed himself in it as high as possible and a pillow was adjusted under his head; wraps and small pieces of luggage were tucked in the sun. Two carriers lifted the pole by the ends which they rested weight. To the great comfort of the traveller, they could change the pole from one man´s shoulder tho another´s so cleverly that they never broke rhythm. The third man served to spell his two partners and also to man one end of another string with the heavier luggage into narrow valleys hung with verdure, by set in rounded ridges, quite unsuited to the wheel. Looking out of a hammock one would see a waterfall streaming down a mountainside, or nearer at hand sweat trickling down the chest of an openshirted carrier. It seemed a pág.36 in this part of Madeira where there was no wheel traffic, and even in Funchal at the waterfront, loads were hauled on sledges of which the most primitive looked like ladders laid flat; one was shaped rather like and oxcart bed. The runners, shod with iron, were greased with the tallow in a rag flung under the sledge when it was moving. Sledges, drawn by one or two oxen, occasionally by men, even by women, transported sugar cane, wood, coal, logs. It did seem hard for a team of women to be pulling one piled high with full sacks on an upgrade. At Funchal sledges were also pleasure vehicles for tourists, the 707

Anexos carros de Monte with upholstered seats which coasted into the city, braked in their delirious descent by two men pulling on ropes, and the ox-sledges, also upholstered, which carried a canopy and side curtains, gay on the inside but outside painted black against rain. Of regional costume in Madeira we found two authentic examples of the skirt which, like that of Tenerife, was of red woollen homespun striped with bright and pieced at the hips. The laced bodice was preserved for small gilrs in red cotton flannel generously embroidered in bright colors, and the traditional cape also in red cotton flannel with bindings of Copenhagen blue on the lapels and the notched collar. The balck flannel caps trimmed with sequins seemed to have come out of Burma with their long stem rising from a small calotte. At the festival of the Holy Spirit small girls wearing cap, cape, and bodice with white dresses scattered flower petals from pretty baskets hung with fuchis flowers. Back in the Peninsula we bought a new car at Sevilla, sending off a registered letter to Badajoz where we had stored Nuestra Señora to say that the garage might keep her in payment for the rental owed. This car was a Chevrolet sedan with self starter, hard roof, and glass all round. The starter always started, the lights always shone, the glass kept out every drop of rain, yet we missed Nuestra Señora, a creation of our own with the spacious trunk at the back and the camera box on the running board. The only thing that went wrong this Horace, as we named the new car, was an occasional pág.37 Puncture. One evening near a mountain town a man changed a tire for us. As he worked he sighed contentedly and said that we were the third set of ladies he had helped that day—a countess, the daughters of a marquis, and now two Americans. He was Don Quixote himself, rescuing distressed damsels, except that now it was the ladies who were errant, the knight stayed at home. The year was 1930, and times had changed. We were no longer spectacularly “valiant” driving a car. At Huelva we arranged a visit to the huge tunny-fishing complex (almadraba) off the mouth of the Guadiana River in the Bay of Cádiz. A dozen boats and 179 men were working at the almadraba, which consisted of a seine purse and auxiliary nets, especially two net walls raberas, each nine kilometres long, for intercepting tunnies on their yearly runs. In the spring before spawning they ran from the Atlantic towards the Strait of Gibraltar. In the summer, their condition somewhat depletd, they returned to the Ocean. Fishing was ended by the middle of August. It was now July, and we went in the packing company´s motor vessel which sailed from Ayamonte to fetch tunnies for the factory. About thirteen kilometres out we came up with the landward net wall (rabera de tierra), but when we opened the Minex to begin work, the shutter jammed, and 179 men waiting! With a small screw driver, our inseparable companion, I romeved enough screws to see what was going on inside and found tha tone of the two black silk ribbons controlling the shutter courtain had broken. Of the men who were breathing down our necks as we made this appalling discovery, I asked, “Does anyone have a needle and thread?” not really thinking it possible. Instantly with a grand sweep a sailor took off his cap, and there in the silk lining was a neat row of different sized needles, threaded with white or black. Salvation was at hand. When the break in the ribbon had been stitched over and the screws were back in palace, the curtain functioned perfectly. A sailboat flying a black 708

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“A” on a white ground and carrying four men aboard stood at the end of the rabers, which was marked with pieces of cork and at the every hundred pág.38 meters with an empty oil barrel carrying anchors to keep the almadraba from drifting. By international agreement ships of deep draught were forbidden to pass over the nets, but it was well to keep a guard on watch. There was another for the seaward net wall (rabera de afuera) and a third at the seine purse. The tow at the raberas each carried a white light and the other a red. Arrived at the seine purse, we found a boat at the front , one at each side, and three along the back, a large between two smaller which were filled with half the and men. There were pulling up the net to diminish the size of the purse and foot by foot, moving their boats forward. After each rhythmic pull, shouting and singing, they left drop into the sea, between their boats and the purse the portion they had previously drawn up. When the purse was small enough, the netting was fastened to the boat sides, and a man dived off one of the smaller ones with a cable in his mouth to close the purse by tying his cable to the rabera. About twenty tunnies—at height of the season there might be five hundred— were churning up the water in the purse while flying fish darted about like lost souls. We clambered from the motor vessel into the boat at the purse from where action was beginning. One foot in the boat, the other on the netting, left hand clinging to a rope, right hand grasping a gaff, a man would hang out over the water and plunge his gaff into the tunny racing by. At that speed the fish´s course was immediately deflected, and it was sent sweeping over our gunwale to land with a five-hundred pound in the hull, there to thresh about splashing water and blood twelve feet into the air so long as the gills held out. Sometimes a man would lose his balance and fall into the water, clinging to his gaff and racing round and round with his fish until he could disengage his gaff. The water was red with blood. Caught tunnies were transferred with ropes and tackle into the hold of the motor vessel and landed at the pier in Ayamonte, when they fassed to the factory to be cooked and canned. When Sorolla was painting in 1919. pág.39 The pier had not been extended so far inland, and tunnies were deposited on a sloping beach in front of the factory door, over which an awning had been spread for the painte´s convenience. He worked inside at the doorway, while men kept pouring water over the dead fish to preserve their collars. Sorolla began his picture by painting the flag at the stern of the gunboat stationed within his view. He indicated the feet of from the gun sails and wondered where their heads would come. “On their shoulders as is customary,” he said when the figures were finished. Across the Guadiana he put in Castro Marim a Castle on the Portuguese side. Our next destination was the Province of Salamanca, one of the richest in the country for regional costume. We went first to Candelario, a small town in the Sierra de Béjar which gave Castillians relief from the hot summer of the plains. The town had charm. Houses were whitewashed, except for an occasional half-timbered brick, and flower-set wooden balconies overhung paved streets which curved gently. Handsome half doors hung at granite-trimmed portals. There were few chimneys; smoke was kept at home for curing 709

Anexos the famous Candelario sausages. An attic was a wondersome place with a few low spaces of whitewashed wall, with red brick on the floor and in the platform for the fire and red paint in the base trim and in the shape of a rising cloud on the wall above the firepalace. All the rest was black soaring rafters, ceiling boards, lond beams for supporting rods over which sausages were hung to cure.

ANEXO 3. Spanish Dances Con la intención de aportar un ejemplo de organización de las vitrinas incluimos a continuación el caso de Cataluña y también mencionamos las fotografías que Anderson seleccionó de su producción. La relación de todas las imágenes incluidas en la exposición excede los objetivos de esta investigación y el tema que nos ocupa. Debemos señalar que sobre el evento se realizó una profunda investigación y se digitalizaron los dos álbumes de fotografía documentando el evento. De este proyecto se seleccionó un poster en el VII Congreso de la Sociedad Española de Musicología (SEDEM) celebrado en Cáceres durante el mes de noviembre de 2008.

De la nota 88: CATALUÑA - Danza de los Palos - 1864. Sitges (Barcelona). Festival de San Bartolomé. Grabado en madera por Richard Brend del cuadro de Felipe Masó. La Ilustración Española y Americana. 15 de agosto, 1867. Año 31, págs. 88-89. - Danza de la Muerte – Siglo XX. Verges (Gerona). Procesión de Jueves Santo. Dibujo de Josep Ribot (Costums de Catalunya. Barcelona [193-?] fig. 18) Ball de Bastons o Palitrocs – siglo XX. Dibujo de Josep Ribot (Costums de Catalunya. Barcelona [193-?] fig. 12) - Danza de Palos – Principios del siglo XX. Villafranca del Penedés, (Barcelona). Festival principal. Copias de dos fotografías. (P21415, P21410) - Danza de Palos – siglo XX. Tarragona. Festival de Santa Tecla. Publicadas en la revista Blanco y Negro. 29 Septiembre, 1935. Año 45. -Torre de Xiquets, también conocida como Danza de los Titanes – siglo XX. Valls (Tarragona). Dibujo de Josep Ribot (Costums de Catalunya. Barcelona [193-?] fig. 8) - Danza de Arcos – Siglo XX. Igualada (Barcelona). Festival principal, grabado aparecido en Mundo Gráfico. 2 de septiembre, 1931. pág. 13. - Torre de Jóvenes – siglo XX. Villafranca del Penedés (Barcelona). Festival principal Ball de Gambeto – siglo XX. Sant Joan de les Abadesses (Gerona). Festival de septiembre. Dibujo de Josep Ribot (Costums de Catalunya. Barcelona [193-?] fig.13) Ball de Gambeto – siglo XX. Ridaura (Gerona). (Capmany. pág. 312) - Sardana – siglo XX. Probablemente Tordera (Barcelona). Dibujo de Josep Ribot (Costums de Catalunya. Barcelona [193-?] fig. 11)

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- Sardana – mediados siglo XIX. Villa costera. Grabado en madera de Enrique de Alba y Rodriguez copia de un dibujo de Gómez (El Museo Universal. 5 de septiembre, 1869. Año 13, pág. 285) - Sardana – siglo XX. Barcelona. Medianoche, 20 julio. Fotografía McBride, Ruth Q. “Turbulent Spain”, en The National Geographic Magazine. Octubre 1936. vol. 70, pág. 406) - Danza de Se – siglo XX. Villafranca del Penedés (Barcelona). Principal festival. - Danza de los Lazos – 1917. Barcelona. Parque Güell. En las vitrinas correspondientes a temas se incluyó un amplio surtido de ejemplos procedentes de esta región. - Siglo XI: músico bailando en Rubeba (?). Fotografía de un fragmento de un códice catalán iluminado en Higini Anglés. La música a Catalunya: fins al segle XIII. Barcelona: Institut d'estudis catalans, 1935. pág. 103. - Siglo XIII: danza acompañada por castañuelas. Copia de la fotografía de un capitel en el claustro del monasterio de Santa María de Estany, Barcelona. - Siglo XIV: danza de Salomé. Dos fotografías. Pinturas de la Escuela Catalana en el retablo de San Juan Evangelista y San Juan Bautista (Museus d´Art de Barcelona, colección Plandiura) Sardana (?). Fotografía de un plato de Paterna, Valencia (Museus d´Art de Barcelona) - Siglo XV: Danza de Salomé. Dos fotografías. Pinturas de la Escuela Catalana en el retablo de San Juan Bautista (Museus d´Art de Barcelona). - Siglo XVI: Danza. Plato catalán de vidrio lacado. - Siglo XVII: Sardana o Ball Rodo (siglos XVII-XVIII). Torre de las Monjas, Alella, Barcelona. (Reproducido en Capmany, pág. 304). - Siglo XVIII: Dos azulejos catalanes representando danzas. Instrumentos de acompañamiento: Flautista y tamborilero del siglo XV. Pintura de la Escuela Catalana en el retablo de San Juan Bautista (Museus d´Art de Barcelona). Notación de Danza: “Baixa Morisca, Joyos, Baxa Dorlens, Amorosa, La Terrible, Filles a Maria, Anglaterra, Gepciana” (1496). Archivos Municipales de Cervera, Lérida (Capmany, pág. 303). “Contrapas Llarch”. Siglo XVIII. Distrito del Ampurdán, Gerona (Capmany, pág. 292). “Contrapas”. Mediados del siglo XIX. Grabado publicado en Vich, 1845 (Capmany, pág. 296) Fotografías de Anderson incluidas en la exposición: Eligió para Galicia una imagen que realizó en la Nochebuena de 1924, en el pueblo de La Rúa, en la fonda donde se hospedaban. Algunos vecinos se congregaron después de la cena y bailaron la Muñeira. Negativos: 2.099-2.100. La Rúa, Orense Navidad de 1924. R. M. Anderson Collection 1086 to 2663. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. págs. 75-76. Para la vitrina titulada “León” (Castilla y León), eligió: Tiro de la Zapateta, mayo de 1926, Santiago Millas (dos fotografías). Jota Maragata, mayo de 1926, festividades del Dos de Mayo (tres fotografías). Baile de Ramos (boda), agosto de 1930, Sobradillo (dos fotografías). Baile de la Acarrasquiña[sic] y Fandanguillo, enero de 1928, Las Batuecas, 711

Anexos Salamanca. Jota, agosto, 1930. Festival de la Asunción, La Alberca, Salamanca, (tres fotografías). Jota, julio, 1930. Candelario, Salamanca (dos fotografías). Las ocho fotografías incluidas en la vitrina de Extremadura las realizó Anderson en la expedición de 1927-1928. Fechadas en febrero de 1928, ilustran los bailes que presenció en Casar del Palomero y en Montehermoso durante el carnaval y el día de la Candelaria, y por último cuatro fotografías realizadas en Aldeanueva de la Vera, durante la celebración de una boda. Para las Islas Canarias incluyó cuatro de sus fotografías que realizó en el pueblo de Las Mercedes (Tenerife), enero de 1930. Los habitantes de esta población representaron para ella, y vestidos con los trajes típicos, una Folía, una Seguidilla y una Saltona.

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BIBLIOGRAFÍA 

         

 

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765

 

 

LISTA DE ILUSTRACIONES 

         

 

Lista de ilustraciones

1. THE HISPANIC SOCIETY OF AMERICA 1. Construcción de la HSA. Agosto 25, 1905

33

2. Sala Sorolla, 1917

35

3. Anderson. Casa de Cervantes. Sala Americana. Valladolid, 1925

40

4. Anderson. Casa De Cervantes. A corner of the reading room. Valladolid, 1925

41

5. Patio interior, 2010

44

6. Santiago Rusiñol Prats (1861-1931). Calvario en Sagunto (1901)

46

7. Kurt Hielscher. Entrada al Calvario. Sagunto (1914-1919)

46

8. Daniel Urrabieta Vierge. Biblioteca del Cigarral del Carmen, Toledo (ca. 1893-1904)

48

9. Laurent. Le detélage de boeufs (d´aprés nature). Toledo, (1874-1892)

48

10. Primeras colaboradoras de la HSA, 1920 (?). Left to right. Back row: Mary E. Armstrong, Edit

53

H. Negley, Anna Pursche, Clara Luise Penney, Anna Mary Rdymond, Meta Harssen. Fila central:___? Gaynor, Amise P. Kan, Jessica Meapher, Dorothy I. Higgins. Sentadas: Sally Farrar, Marquee (Mason) ___?, Margaret (Sherman) Gillen, Sara Tredwell Ragna 11. Back row: Dorothy Morse Dartt, Alice Jane McVan, Ada Marshall Johnson, Ruth Matilda

54

Anderson, Clara Luisa Penney, Eleanor Edith Sherman Font, Florence Lewis May, Emily Leeds Anden, Elizabeth du Gué Trapier. June 17th, 1950 12. Anna Pursche. Ampliación de una fotografía para el pasaporte, 1923

56

13. Conney Island (New York), 1929. Left to right: Alice Wilson Frothingham, Clara L. Penney,

57

Trapier and unknown 14. HSA staff on terrace. Elizabeth du Gué Trapier, 1920

58

15. Beatrice Gilman Proske, 1927

59

16. Eleanor Edit Sherman Font, 1920

61

17. Taken on terrace, 1920. Sara Tredwell, Margaret Sherman, Sally Farrar, Eleanor Edith

62

Sherman 18. Florence Lewis May. Conservadora de textiles con mantón de Manila, 1922. Detalle

63

19. Alice Davenport Atkinson. Deaf members, 1939. Detalle

68

20. Atkinson. Xochimilco (México), 1925

69

21. Atkinson. South American Coll. 1928. Cristóbolo Serrayej from Copiapó who phofesied

72

correctly the earthquake of Northen Chile. Copiapó (Chile) 22. Atkinson. Barcelona. 16 de julio, 1936

74

23. Spalding. Columns, Lower Memorial Library, Columbia University. New York, 1922

75

24. Anderson. Frances Spalding resting on a hammock. Madeira (Portugal)

75

25. Anderson. Frances Spalding photographing a woman´s pocket. Candelario (Salamanca), 1930

77

26. Spalding. RMA in fonda with Nuestra Sra Val de San Lorenzo Leon, 1926

78

27. Margaret Jackson fotografiando un tapiz de la colección. Junio 5, 1968

79

28. June, 1892. Route of the Cid from Burgos to Valencia (Photographic equipment in wagon a

81

tartana 29. Left to right: Anna Pusche, Catherine Allyn, RMA in a tartana, Valencia. Expedición, 1923

82

769

Lista de ilustraciones

30. Sello identificativo. Portuguese Photographic Expedition (1920-1921)

85

31. Anónimo. Church of Santiago. Coimbra (Portugal). Photographic Expedition (1920-1921)

86

32. Alvão Phot. (Porto). Photographic Expedition (1920-1921). Lamego, Penitente

87

33. Álbum de Portugal elaborado por Armstrong. Portuguese Photographic Expedition (1920-

87

1921). Tomar (Ribatejo) 34. Álbum cedido a la HSA por Beatrice Gilman Proske. Expedición 1922

89

35. Fotografías y dos postales, una fechada en el 1922 y otra de 1923. Cedidas por Gilman Proske

89

36. Margaret E. White, Marion E. Dunbar (?), Beatrice Gilman Proske, Florence Lewis May, Eleanor E. Sherman (?). Puerta del Sol (Toledo). Expedición 1922 37. Valladolid Expedición 1922

90

38. Desde la Giralda. Expedición 1922

91

39. Portugal. Expedition, 1922

91

40. Dunbar. Casa de Emilia Pardo Bazán. Calle Tabernas, 11. La Coruña. Expedición, 1922

92

41. Dunbar. House of the writer Narcisa Pérez Reoyo y Soto de Boado (1849-1876). Santiago de

93

Compostela. Parroquia de Santa Luzanne. Birthplace. Expedición 1922 42. Foto Gudiol. Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid)

94

43. Byne. Instituto Valencia de Don Juan (Madrid). Expedición 1917

96

44. Dunbar. “Corral de Don Diegos”, Toledo. Expedición, 1922

96

45. Back row left to right: Ruth M. Anderson, Catherine Allyn, Anna Pursche, Mrs. Allyn, Mrs.

98

Foraler. Trip to Spain, 1923 46. Anderson. Inn between Cádiz and Algeciras. Expedición 1923

98

47. Postal del Puente Nuevo en Ronda (Málaga) enviada por Anna Pursche a Beatrice Gilman

99

Proske el 28 de marzo, 1923 48. Anderson Manises (Valencia). Expedición, 1923

100

49. Anderson. Mrs. Whishaw´s residence. Entrance. Niebla (Huelva). Expedición 1923

102

50. Decorating the altar with flowers during the month of May. Pollensa (Mallorca), 1923

103

51. Ficha para encargar copias de fotografías. 4 de enero, 1924

103

52. Anderson. Exposición Ibero-American. Sevilla. Expedición 1923

105

53. Anderson. Romería de San Isidro. Madrid. Expedición, 1923

108

54. Anderson. The Gigantones attract mobs of children and some grownups as well. I ran for

109

blocks to catch up with them. Toledo. Expedición 1923 55. Anderson. The road from the city to the Iglesia de la Salud is thronged with dusty peasants

110

dressed in their holiday clothes. Salamanca. Expedición 1923 56. Anderson. Dance by choir boys. Oñate (Guipúzcoa). Expedición 1923

111

57. The Spanish Pyrenees June 8th, 1923

112

58. Medina del Campo. Plaza Mayor. May 20th, 1923

113

59. Mountaineer of Jaca. June 8th, 1923

114

60. Left to Rigth: Katherina Adams, Proske, Mariangela Capra, du Gué Trapier. Taormina,

115

Sicilia. Enero, 1928 61. “Spanish details in the gothic architecture of Sicily”. Notes Hispanic, 1944.págs. 1-35

770

117

Lista de ilustraciones

62. Monasterio de San Juan de la Peña, Cascada de la Trinidad, 1929

117

63. Puigcerdá (Gerona), 1929

118

64. Puigcerdá (Gerona), 1929

118

65. San Pedro de los Franceses. Calatayud (Zaragoza), 1929

119

66. Mending nets at Soller (Mallorca), 1929

120

67. Gypsy women at the market in Murcia, 1929

120

68. Allyn, Andem y Mrs. Lux in a boat crossing a lake in Central America. Costa Rica,

121

Guatemala, Honduras, Nicaragua, 1928 69. Fábrica de camisas de hombre “El Soleal”. Central American Coll., 1929

122

70. Central American Coll., 1929

124

71. Atkinson. Lace Expedition. Arens de Munt (Barcelona), 1930

124

72. Fichero: Laces Photographs 1139-1476. Lewis & Atkinson, 1930

126

73. Atkinson. Lace Expedition. Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid), 1930

126

74. Arnold Genthe. Córdoba Cathedral, 1904

128

75. Recibidor de acceso al museo. Vitrina mexicana del siglo XVII que contiene fotografías de la

135

construcción del edificio de la HSA 76. Recibidor de acceso al museo. Vitrina mexicana del siglo XVII. Detalle

136

77. Puerta de la iglesia de Traiguera (Castellón de la Plana), siglo XV. Sala de los Hierros. Museo

136

HSA 78. Capitel del Gótico Catalán, junto a una fotografía del convento de Pedralves (Barcelona),

137

siglos XIV-XV. Museo HSA 79. Huntington. The Road, 1898

138

80. Huntington. Santiponce, 1898

142

81. Huntington. Madrid, 1898

143

82. Jean Laurent. Vista general desde el depósito de Aguas. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1858-

143

1874 83. Identificación manuscrita de Huntington en una de sus fotografías de la colección original.

145

Játiva (Valencia) 84. Mr. Huntington send this drawing on 19th, 1948 to show the rods at eye level on which he

145

hang the Laurent photographs eight or ten on each rod. The metal rings in the photos to put in himself 85. Laurent. Játiva (Valencia), 1858-1874

146

86. Laurent. Játiva (Valencia), 1858-1874. Detalle

146

87. Charles Clifford. La Torre Nueva, Zaragoza. Construida en 1504, su inclinación es de 9 y

147

medio pies hacia el sur. 1860 88. Rafael Garzón. Calle y tipos del país. Córdoba. ca. 1880-1890

148

89. Arxiu Mas. Casa Particular, 1915. Fornalutz (Mallorca)

149

90. Arxiu Mas. Casa Particular, 1915. Fornalutz (Mallorca)

150

91. Arthur Byne. Iglesia de San Pedro de Roda. Puerto de la Selva (Gerona), 1915-1918

150

92. Arthur Byne. Castillo de Cuellas (Segovia), 1915

151

771

Lista de ilustraciones

93. Publishers Photo Service. Roman Bridge, Mérida, 1930 (?)

151

94. Publishers Photo Service. A street scene, Madrid. 1930 (?)

152

95. Kurt Hielscher. Güejar (Granada), 1914-1919

153

96. A. Moscioni. Phot. Sugar Cane Train. Toa-Baja, Puerto Rico (1900-1917). Coll. Hiersemann.

153

97. A. Moscioni. Phot. Sugar Cane Train. Toa-Baja, Puerto Rico (1900-1917). Coll. Hiersemann

154

98. Underwood & Underwood (1882-1920). A bamboo boat on Binondo Canal. Manila

154

(Philippines) 99. Underwood & Underwood (1882-1920). A bamboo boat on Binondo Canal. Manila

155

(Philippines). Sello indicando la procedencia en el reverso de la fotografía 100. Club Automobilístico Montañéz. Valle de Cayón (Santander).Donación Marqués de Vega

156

Inclán, 1934. Sello identificativo 101. Club Automobilístico Montañés. Valle de Cayón (Santander). Donación Marqués de Vega

157

Inclán, 1934 102. Tren, Madrid. Donación Marqués de Vega Inclán, 1934

158

103. Anna Christian. Beaching the boat. Valencia, 1915

158

104. Anna Christian. Girl of Elche with bread and a water pitcher. Elche (Alicante), 1915. Detalle

160

105. Anna Christian. Don Eduardo Miura the horseman on the left. Sevilla, 1915

161

106. Anna Christian. Portrait Rosario Carmona (Mrs. Stapley J. Bunch). Granada, 1915

162

107. Anna Christian. Farmhouse. Jaca, Huesca, 1915

162

108. Edith Lowber. Salamanca Roman Bridge over the Tormes. Salamanca, 1915-1916. Sello en

164

el reverso de la imagen identificando la procedencia de la fotografía 109. Edith Lowber. Salamanca Roman Bridge over the Tormes. Salamanca, 1915-1916

167

110. Georgiana Goddard King. San Salvador. Exterior view of exterior gallery. Sepúlveda (Soria),

168

1915-1916 111. Georgiana Goddard King. Street scene. Itálica (Sevilla), 1915-1916

168

112. Georgiana Goddard King. Daroca Gate in town wooden gates open. Daroca (Zaragoza),

169

1915-1916 113. Kurt Schindler. A lo llano dance. Gonzalo the photographer at left. Ruiloba (Santander), 21-

170

8-1932 114. Kurt Schindler. A bride in costume. Navalcán (Toledo). 8-9-1932

171

115. Kurt Schindler. “El Demonio”, Julián Sánchez. La Alberca (Salamanca). 28-9-1932

172

116. Kurt Schindler. Baile de las autoridades. Detail of a dancer.Vemiesa (Soria). 8-16-1930

172

117. Kurt Schindler. Couple in costume dancing (table between then). San Martín del Río

173

(Teruel). 12-8-1932 118. Hiram Bingham at Pampaconas Cuzco (Peru). Yale Peruvian Expedition (1906-1907)

173

119. Bingham and Rice Expedition. Venezuela and Colombia 1906-1907. Ministerio de Hacienda

174

Caracas (Venezuela) 120. Coll. Marrion Wilcox. Baile de los Morenos. Natives of Copacabana. ca. 1900

175

121. Hermanos Courret. Lima (Peru). ca. 1869

177

122. Juan Mauricio Rugendas, Tapada, New York, The Hispanic Society of America.

184

772

Lista de ilustraciones

123. La Gradilla, one of the busiest corners of the town. Caracas (Venezuela). Coll. Plummer,

185

1921 124. Natives on carnival costumes. Livingstone a port in Guatemala. Coll. Gilder, 1922

186

125. Monasterio de El Parral (Segovia). Gift of Carlos Wecea (Feb.26, 1919). Original y copia

186

realizada en los laboratorios fotográficos de la HSA 126. Georgiana Goddard King. Palacio Episcopal y catedral de Segovia. 1915-1916. Original y

193

copia realizada en los laboratorios fotográficos de la HSA 127. Proyection Room. July, 1933. NB. HSA

193

128. Print Room. July, 1933. NB. HSA

194

129. Chemical Room. July, 1933. NB. HSA

194

130. Medieval Academy of America. Reunión del 26 de abril de 1931. Instrucciones para

195

reproducir fotográficamente manuscritos. A.D. Savage, conservador de manuscritos en aquel momento, asistió y firma el documento 131. Instrucciones para fotografiar piezas de cristal. NB. HSA

196

132. Margaret E. Jackson. Radiograph no. 38-18. Pereda y Salgado, Antonio. Saint Anthony of

197

Padua and the Christ Child. (1-25-1936). Detalle. NB. HSA

198

2. EL RETRATO DE RUTH M. ANDERSON 1. Anderson en el centro con la pajarita. Kearney High School, 1910

203

2. Hojas de boj recogidas por Anderson en el claustro norte del monasterio de Yuste (Cáceres)

213

3. Anderson en bata de fotógrafo, sujetando una bandeja de revelado. Estudio de su padre en

216

Kearney (Nebraska), ca. 1903 4. Anderson vestida de pastora en el estudio de su padre en Kearney (Nebraska), ca. 1903

217

5. R. M. Anderson. Portrait of Clarence H. White, 1919. Metropolitan Museum, New York

219

6. Trinity Church Cemetery. New York. Primavera, 2010

224

7. Ruth M. Anderson at La Forgue. Yorktown (New York), 1938

229

8. Ruth M. Anderson posa en la Sala Sorolla, en el lugar donde tenía su mesa de trabajo, 1982 (?)

230

3. ANDERSON, RESEARCH WORKER 1. Anderson. Cathedral clerestory window in the nave south (5). León, 1926

243

2. Anderson. The child Saint John the Baptist with his father Zacharias. Panel from the retablo of

244

the Last Supper. Attributed to Juan Fernández. Candeleda (Ávila), 1967. Tile Panels…(1969). pág. 47 3. Anderson. Barracks of the Tabor de Caballería de los Regulares de Ceuta, 1929

245

4. Anderson. Barracks of the Tabor de Caballería de los Regulares de Ceuta, 1929

246

5. Anna Hyatt Huntington (1876-1973). Boabdil, ca. 1943. Altorrelieve en el exterior de la HSA,

246

New York

247

6. Anderson. Iglesia parroquial. Cangas de Onís (Oviedo), 1925

248

7. Anderson. Island Fortress. Alhucemas (Marruecos), 1929

253

773

Lista de ilustraciones

8. Anderson. Radiograph no. 30.1. Carreño de Miranda, Juan. Charles The Second, King of

256

Spain. A.61. Oil on canvas. (3-31-1927) 9. Carta enviada por el alcalde de Cumbres Mayores (Huelva), a Anderson el 3-7-1930.

260

10. Nota manuscrita de Friz Krüger, “felicitaciones y saludos cordiales”. Revista de Dialectología

261

y Tradiciones Populares, 1953 11. Anderson. Hotel Comercio. Julia making chocolate. Chocolate pot (chocolatera). Beater

261

(molinillo). Knife (cuchillo). Plate (plato). Betanzos (La Coruña), 1926 12. Chocolate Pot. Alpartir de la Sierra (Zaragoza), 1929. Museo. HSA

262

13. RMA and FS having lunch with our guide Easter Sunday after the Passion Play. Villalcampo

263

(Zamora), 1926 14. Francis Spalding. Ruth M. Anderson interviewing an informant. Betanzos (La Coruña), 1926

263

15. Cuaderno de notas de Anderson. Archivo: Ruth Matilda Anderson. Biblioteca HSA

264

16. Anderson Unloading Bricks. February 17, 1926. Noya (La Coruña)

267

17. Cuadernos de notas de Anderson junto a su mesa de trabajo. Sala Sorolla, 2008

268

18. Nota para el negativo 12068: Raising the Copo. Isla Cristina (Huelva). En fichero: Expedition

268

1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA 19. Dibujo para explicar la pesca con la almadraba. Expedición 1929-1930. En fichero: Expedition

271

1930: 11756 – 12878. Dpto. Grabado y Fotografía. HSA. 20. Laurent. Types de Maragatos, 1878

271

21. Laurent. Groupe de paysans du village de Montehermoso, 1878

273

22. Tarjeta del Arxiu Mas. Archivo: Ruth Matilda Anderson. Biblioteca. HSA

275

4. LA ETNOGRAFÍA COMO MATERIA DE ESTUDIO 1. Display of Fifty Thousand Photographs and Prints. February 19, 1927. En carpeta:

289

Photographs Display. Wings Plan 9. NB 2. Detalle. Plan for arrangement of a permanent exhibition of photographs in room 3211. En

290

carpeta: Photographs Display. Wings Plan 9. NB 3. Bastidores móviles, Wings. Con fotografías de Galicia

290

4. Stereoscopic Photographs. Experiment 3. 1926. NB

293

5. Plan for Stereoscopic Printing Frame. September 16, 1926. NB

294

6. Anderson. View of the town. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925

299

7. Anderson. Casa Consistorial. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925

299

8. Anderson. Horno house. Xesteira. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925

300

9. Anderson. Taking out the baked loaves from the oven. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925

301

10. Anderson. A fire of uses. San Cristóbal de Cea (Orense), 1925

301

11. Anderson. A xesteira in Gallego, or jesteira in Castellano. San Cristóbal de Cea (Orense),

302

1925 12. Anderson. Street scene. San Cristóbal de Cea, Orense. 1925

303

13. Anderson. Flores de urce, color de lila o violeta. Fonsagrada (Lugo). Mayo, 1925

303

14. Anderson. La panadera, Ramona. Fonsagrada (Lugo). Mayo 1925

305

774

Lista de ilustraciones

15. Anderson. Making bread in the panadería of the fonda. San Clodio (Lugo). 24-25 diciembre,

305

1924 16. Anderson. Three loaves of bread. Pontevedra, 1925

306

17. Anderson. Selling bread. Two women and a horse. La Coruña, 1925

307

18. Anderson. Scales and bread. La Coruña, 1925

307

19. Anderson. Woman turning a hand mill. Buño (La Coruña). Enero 1926

308

20. Anderson. Hand mill. Buño (La Coruña). Enero 1926

308

21. Anderson. Mill. Exterior. Marín (Pontevedra). Septiembre, 1924

309

22. Anderson. Woman working at the mill. Marín (Pontevedra). Septiembre, 1924

309

23. Anderson. View of the town and a molino de viento. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925

311

24. Anderson. The whole top moves to bring the sails into place according to the direction of the

311

wind. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925 25. Anderson. All sails set. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925

312

26. Anderson. Mill interior. upstairs. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925

312

27. Anderson. Mill interior. downstairs. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925

313

28. Anderson. The miller, señor Ojea. Espasante (La Coruña). Mayo, 1925

313

29. Anderson. General views. Villalcampo. En Cuaderno León

316

30. Manuel Benedito Vives (1875-1963). The Sermón, Salvatierra de Tormes, 1907. Colección

318

HSA 31. Anderson. Procession of Easter Sunday. The banners leading the procession. Villalcampo

320

(Zamora), 1926 32. Sorolla. Castilla. La fiesta del Pan, 1913. Detalle

320

33. Anderson. Procession of Easter Monday. Banners. Villalcampo (Zamora), 1926

321

34. Anderson Image dressed in rober of silk brocade. Villalcampo (Zamora), 1926

321

35. Anderson. Mother Carrying a Child. Villalcampo (Zamora), 1926

323

36. Anderson Stage for Passion Play. Villalcampo (Zamora), 1926

325

37. Anderson Passion Play. Preliminary procession on the stage. Villalcampo (Zamora), 1926

326

38. Anderson. Saint John. Villalcampo (Zamora), 1926

327

39. Borrador original del texto

329

40. Primera página del borrador donde incluye una fotografía de la Colegiata realizada por

331

Laurent. Toro (Zamora), 1926 41. Anderson. Statue of Fray Diego de Díaz by J. Conde, 1923. Toro (Zamora), 1926

331

42. Anderson. This little heifer was quite taine, so many of the bystanders leaped into the arena to

333

torear also. Toro (Zamora), 1926 43. Anderson. Costume of Viuda Rica. Full length; front view. Toro (Zamora), 1926

335

44. Anderson. Separating strands for the plait. Toro (Zamora), 1926

336

45. Anderson. Back view of hairdress. Toro (Zamora), 1926

336

46. Anderson. Partial view. Agriculture and sheep raising are the principal industries of the

339

region about Santiago Millas. Santiago Millas (León), 1926 47. Anderson. Procession. Santiago Millas (León), 1926

343

775

Lista de ilustraciones

48. Anderson. Cottage exterior; view showing the tiles on the roof edge and ridge, whitewashed.

344

Santiago Millas (León), 1926 49. Anderson. The living quarters (la vivienda) occupy one side of the corral. Santiago Millas

344

(León), 1926 50. Anderson. The Maragatas say that life is sad and dull in their homes, shut in behind heavy

345

gates and solid walls. Santiago Millas (León), 1926 51. Anderson. Cottage Kitchen. Santiago Millas (León), 1926

346

52. Anderson. Drawing water. Santiago Millas (León), 1926

347

53. Anderson. Dance in the Village Square. Santiago Millas (León). Mayo, 1926

349

54. Anderson. Shawls worn by the Maragatas conceal white sash ends attached at the waistline in

350

the back. Santiago Millas (León), 1926 55. Anderson. A weaver of Val de San Lorenzo. Val de San Lorenzo (León), 1926

351

56. Anderson. Old Maragato. Val de San Lorenzo (León), 1926

352

57. Anderson. Old Mule Team and a Cart of a Maragato. Junquera de Ambía in the Province of

352

Orense. 1925 58. Anderson. A Maragato Carter. Junquera de Ambía, Orense. 1925

353

59. Spalding. Juan, Ruth M. Anderson and Hermano Joaquín. Las Batuecas (Salamanca), 1928

354

60. Anderson. General view of the convent from a hermitage across the river. Las Batuecas

355

(Salamanca), 1928 61. Anderson. Convent of Las Batuecas. Inside view. Las Batuecas (Salamanca), 1928

356

62. Anderson. Francisca (Quica) and Carmen standing on the landing of the stairs outside their

357

home. Las Batuecas (Salamanca), 1928 63. Anderson. Dinning-room of the inn. Las Batuecas (Salamanca), 1928

358

64. Anderson. The proprietors of the fish factory made a studio for Sorolla in front of the

361

doorway. Ayamonte (Huelva). Junio, 1930 65. Anderson. Gaffing a tunny. Isla Cristina (Huelva). Junio, 1930

364

66. Anderson. Casa de Pedro Crespo. Entrance hall. Zalamea de la Serena (Badajoz). Furniture

367

Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA 67. Anderson. Cave interior. Bed-sittingroom. Barranco del Laurel (Gran Canaria). Furniture

368

Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA 68. Anderson. Cottage with sundial. Kitchen. Villalcampo (Zamora). Furniture Spanish (1924-

369

1949). Dpto. Museo. HSA 69. Anderson. Cottage with sundial. Kitchen. Detalle. Villalcampo (Zamora). Furniture Spanish

370

(1924-1949). Dpto. Museo. HSA 70. Anderson. Palacio de Don Francisco Pendás Cortés. Arca. Labra, near Cangas de Onís,

370

Province of Oviedo. Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA 71. Anderson. Palacio de Don Francisco Pendás Cortés. Interior hall or antesala. Labra, near

371

Cangas de Onís, Province of Oviedo. Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA 371 72. Anderson. Bed with framework revealed. Atalaya (Gran Canaria). Furniture Spanish (1924-

776

372

Lista de ilustraciones

1949). Dpto. Museo. HSA 73. Anderson. Museo de Arte Indígena. Bedroom of the Favourite. Tetuán (Marruecos). Furniture Spanish (1924-1949). Dpto. Museo. HSA

374 374

74. Anderson. Mateo López. Riego de la Vega (León), 1926

379

75. Anderson. Mateo López. Full length. Back . Riego de la Vega (León), 1926

379

76. Anderson. Girl in Traje de Vistas. La Alberca (Salamanca). Agosto, 1930 77. Anderson. Traje de Vistas, necklace, pendant (observe). La Alberca (Salamanca). Agosto, 1930 78. Carta de Francisco de Andrés, alcalde de Aldeávila de la Rivera (León), 29-7-1930.

382 383 384

79. Colección de maniquíes de la Exposición de Trajes Regionales. Madrid, 1925 80. Reading Room, HSA 1934. Paneles móviles con fotografías compradas por Anderson en la Exposición. Madrid, 1925 81. Costume of a man and a woman from Ibiza. Expo. del Traje Regional. Madrid, 1925

384 386 390

82. Anderson. A montañesa de Cabruy. Cabruy (La Coruña); Enero, 11-12, 1926(?) 83. Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos. Madrid, 1978. Dedicatoria de Carmen

391

Bernís a Anderson. 84. Dedicatoria. A mi estimada “colega” Ruth Matilda Anderson, lejana en el espacio pero próxima en los intereses. Septiembre, 1978. Carmen Bernís

5. LA MIRADA FOTOGRÁFICA DE ANDERSON 1. Anderson. Elche (Alicante). Expedition 1923

397

2. Anderson. Working men. Valencia. Expedition 1923

398

3. Anderson. Taller de esparto. Elche (Alicante). Expedition 1923.

398

4. Anderson. Oven. Elche (Alicante). Expedition 1923

400

5. Sorolla. Palm Grove, Elche (1918)

400

6. Anderson. Bridge over the Miño in a thick fog. Orense, 2 de enero, 1925

401

7. Anderson. Alfred T. Anderson at cathedral in Lugo. Galicia Expedition 1924-1925

402

8. Diarios de Alfred T. Anderson. Galicia Expedition 1924-1925. Biblioteca HSA

404

9. Anderson. Bargaining at the cattle market. Santiago de Compostela (La Coruña) 16 de octubre,

410

1924 10. Sorolla. Galicia The Cattle Fair, 1915. HSA.

411

11. Anderson. Oxteams standing outside the Puerta de Santiago on a cold misty morning. Lugo.

411

Diciembre 1924-enero 1925 12. Los Anderson posando para un fotógrafo ambulante. Lugo, 26 de enero de 1925

412

13. Anderson. Puebla de Burón (Lugo). 21 de mayo, 1925. GRF: 58164

413

14. Anderson. View of the town from the castle hill. Allariz (Orense). 18-20 de junio, 1925

414

15. Anderson. Millenary of San Pelayo's Martyrdom. Beneficiado carrying the báculo. Tuy (La

416

Coruña). 26 de junio, 1925 16. Anderson. A street in the old part of Madrid where are located twenty odd posadas. Madrid.

420

Diciembre, 1924

777

Lista de ilustraciones

17. Anderson. Posada de San Pedro, entrance. Madrid. Diciembre, 1924

421

18. Anderson. A narrow street and small garden. San Vicente de la Barquera (Santander). 13-16

423

de abril, 1925 19. Anderson. Convento de Franciscanos. Ruined cloister. San Vicente de la Barquera

423

(Santander). 13-16 de abril, 1925 20. Anderson. Fiesta de la Folía. Virgin coming out from the church. San Vicente de la Barquera

424

(Santander). 13-16 de abril, 1925 21. Carta Librería Moderna. Firmada por Benigno Díez. Santander, 8 de agosto de 1924. Archivo:

426

Ruth M. Anderson. Biblioteca HSA. 22. Anderson. Parador de Porta Coeli, patio. Valladolid, abril 1925

426

23. Anderson. House of George Borrow. no. 22, Hereford Square. Londres. 2 de diciembre, 1925

430

24. Diseño de Spalding (F.S.). To Señor Don Luis Granados. Box to be placed on Tonneau of

431

Ford Turismo. 9th December, 1925. Biblioteca HSA 25. Anderson. Terrible sitting on the car trunk in the way to the tienta at Villaveza Toro (Zamora),

432

1926 26. Anderson. Peasant man from Tierra de Aliste (Zamora). Zamora. 1926

434

27. Anderson. Peasant man and woman, full length. From Tierra de Aliste. (Zamora). Zamora

434

1926 28. Anderson. Invitation to the dance. Santiago Millas (Zamora). 3 de mayo, 1926

436

29. Anderson. Dance in the square on 2nd of May, 1926. Santiago Millas (Zamora)

437

30. Anderson. Procession of Easter Sunday, the banners leading the procession, y Men and

438

images. Villalcampo (Zamora), 1926 31. Anderson. Easter Sunday, 1926. Villalcampo (Zamora)

439

32. Anderson. Distant view showing the position of the church in relation to the Esla river, and a

440

modern sanctuary above the Aliste before it joints the Esla. San Pedro de la Nave (Zamora). Abril 1926 33. Anderson. Combing a blanket. Peinando la manta. Val de San Lorenzo (León). Mayo, 1926

442

34. Anderson. Man in traje de maragato. The weaver. Val de San Lorenzo (Zamora). Mayo 1926

443

35. Anderson. The valley of las Batuecas lies beyond the deep shadow of the mountain in the

445

centre of the picture. Las Jurdes (Cáceres), 1928 36. Dibujo de Anderson en el fichero de notas Charcoal Making. Dpto. Fotografía y Grabado.

446

HSA 37. Anderson. Charcoal Making. Jerez de los Caballeros (Badajoz), 1928

446

38. Anderson. Gypsy encampment outside the city, near the church of San Lázaro. Plasencia

448

(Cáceres), 1928 39. Anderson. Dolores. Dolores. A gypsy. Plasencia (Cáceres), 1928

448

40. Spalding. RMA repairing the road to Peña de Francia (Salamanca), 1928

449

41. Anderson. The hermitaña[sic] is the wife of the man who is in charge of the convent during

450

the winter months. Peña de Francia (Salamanca), 1928

778

Lista de ilustraciones

42. Anderson. Day of the Candles. Dancing in the plaza. Montehermoso (Cáceres), 1928

451

43. Anderson. Carnival, February 21st, 1928. Four men dressed in sheets to represent Moors

451

begging in the street. Montehermoso (Cáceres), 1928 44. Anderson. Penitent. Side view. Jerez de los Caballeros (Badajoz), 1928

452

45. Anderson. General view of the convent from a hermitage across the river. Las Batuecas

453

(Salamanca), 1928 46. Anderson. Pedro, Juan and Carmen. Las Batuecas (Salamanca), 1928

454

47. Spalding. Passengers going ashore from SS Lanzarote. Cabo Juby (Protectorado). Enero 1930

457

48. Anderson. Passengers (Spalding) going ashore from SS Lanzarote. Nearer view. Cabo Juby

457

(Protectorado). Enero 1930 49. J. Lévy et Cie. 62A. Entrada del Sultán. Tánger, 1889

461

50. Anderson. Ceremony of Jalifa attending mosque of Sidi Ahmed facing the Plaza de España.

462

Tetuán, nov.-dic. 1929 51. Anderson. Fish Market Gate. Tanger youth at the gate of the fish market. Tánger, 1929

462

52. Anderson. Women drawing water. Villa Sanjurjo, 1930

463

53. Anderson. Arab girl. Tangier, 1929

463

54. A. Gavilán Foto. Puesto de frutas. Morocco. Anderson coll. no. 627

464

55. Anderson. Cabo de la Intervención Militar. Ben Harrich, 1929

464

56. Anderson. Soldiers eating luncheon. Cabo Juby (Protectorado). Enero 1930

465

57. Anderson. Olive oil mill. Xexauen, 1929

465

58. Anderson. Letter writing. Xexauen. Noviembre, 1929

466

59. Anderson. Terrace Hotel Pino de Oro. Santa Cruz de Tenerife. Nov.-April 1929-1930

467

60. Anderson. Cave scullery. Barranco del Laurel (Gran Canaria), Nov.-abril 1929-1930

468

61. Anderson. Gofio mill and cottage. Puerto de Cabras (Fuerteventura). Nov.-April 1929-1930

468

62. Anderson. Gofio making. Water mill. Exterior. Valle de Fataga (Gran Canaria). Nov.-abril

469

1929-1930 63. Anderson. Water filter (destiladera de agua). San Miguel de Teguise (Lanzarote). Nov.-abril

469

1929-1930 64. Anderson. A platform (andamio) consisting on three beams covered with canes is built across

470

either side of the room. Las Parras, Los Tilos (Gran Canaria), Nov.-abril 1929-1930 65. Anderson. Oxen hauling lime. Puerto Sardina (Gran Canaria). Nov.-abril 1929-1930

470

66. Anderson. Silk Weaving. Silk winder. Cajita del Agua (La Palma). Nov.-abril 1929-1930

471

67. Anderson. Lace-making. Girl making rosettes (rosetas) are made over a small cushion (cojín)

471

covered with blue cotton cloth. Valles (Lanzarote). Nov.-abril 1929-1930 68. Anderson. Pottery making. Working clay. Atalaya (Gran Canaria). Nov.-abril 1929-1930

472

69. Anderson. Three knives in cases. Los Llanos (Gran Canarias). Nov.-abril 1929-1930

473

70. Anderson. Festival of the Espirito Santo. June 15th, 1930. Kermess (Kermesse). Funchal

474

(Madeira) 71. Anderson. Festival of the Espirito Santo. Distributing alms in ox carts. Angra do Heroismo

475

Terceira (Azores). Mayo-Junio, 1930

779

Lista de ilustraciones

72. Anderson. Saloia. Head and shoulders. Front view. San Martinho (Madeira). Mayo-junio,

475

1930 73. Anderson. Festival of the Espirito Santo. Musicians. Back view. Arrifes Sao Miguel (Azores).

476

Mayo-junio, 1930 74. Anderson. The funeral procession of a senhora is led by a group of white-clad women and

476

girls belonging to the order of Filhas de Maria. Santa Cruz (Madeira). Mayo-junio 1930 75. Anderson. Textile Making. Woman spinning flax. Arrifes São Miguel (Azores). Mayo-junio,

477

1930. Mayo-junio, 1930 76. Anderson. Lace Making. Knitting lace of pitta fibre. Chão Frio Faial (Azores). Mayo- junio,

477

1930 77. Anderson. Three women in cape and hood. Front and side views. Horta Faial (Azores). Mayo-

478

junio, 1930 78. Anderson. Two harpoons protected by wooden cases (caixas) rest in the bow of the boat. Caes

478

do Pico (Azores). Mayo-junio, 1930 79. Anderson. Fish Market. Venders of Espada. Funchal (Madeira). Mayo-junio, 1930

479

80. Anderson. A boy and a girl dressed in flamenco costumes are riding a burro up and down the

479

paseo of the Feria accompanied by the family chauffeur. Sevilla. Junio-julio, 1930 81. Anderson. Banners of Navarra. Exposición Iberoamericana 1929-1930: Pabellón Regional de

480

Navarra. Junio- julio, 1930 82. Sorolla. El Concejo del Roncal, 1914. Regiones Españolas, HSA

481

83. Spalding. RMA and young man from canning company on boat going out to tunny fishing

482

area. Ayamonte (Huelva). Junio-julio, 1930 84. Anderson. Small girl dress in festival dress. Alosno (Huelva), 1930

482

85. Anderson. Calle de Filiberto Villalobos. View of the foot of the street. Candelario

484

(Salamanca). Agosto, 1930 86. Anderson. Festival of the Virgen de la Asunción. Ofertorio de la Justicia. La Alberca

484

(Salamanca). Agosto, 1930 87. Anderson. Aboard Aquidaban (Amazon River). Hammocks on the port side. Brazil, Manaus

495

(Amazonas). Agosto, 1948 88. Anderson. Man carrying a box full of bananas. Brazil, Manaus (Amazonas). Agosto, 1948

496

89. Anderson. Dona Maria, dressed as a bahiana in street costume. Salvador (Bahia). August,

496

1948 90. Anderson. Vaqueiro wearing leathern hat, head and shoulders. Brazil, Feria de Santa Ana.

497

Campo de Gado (Bahia). Agosto, 1948 91. Anderson. Cowboy´s leather hat from Ceará or Rio Grande do Norte, front. Collection of Mr.

497

George Tilden Colman, consul of the U.S.A. Brazil, Belem (Pará). Agosto, 1948 92. Anderson. Gauchos and one of the owners of the fazenda (left) preparing a churrasco of

498

mutton in the orange grove. Brazil, Fazenda Remanso (Rio Grande do Sul). Agosto, 1948 93. Anderson. Cheeses and Chrysanthemum. Tomar (Ribatejo). 22 de noviembre, 1948

498

94. Anderson. Señor Cáceres and two andaluces dressed in his herdsmen’s costume from Don

499

780

Lista de ilustraciones

Benito. Exposición y feria de ganados selectos. Sevilla city. 2-3 de mayo, 1949 95. Anderson. Alburquerque girl, Victoria Domínguez González, employed at the Ayuntamiento,

500

dressed in a Serena costume owned by the Badajoz Sección Femenina, posed with girl in Alburquerque costume and señora María. Alburquerque (Badajoz). Enero 21-26, 1949 96. Anderson. Two men and three girls in gala dress. Cabezavellosa (Cáceres). 9 de marzo o 12

500

de abril, 1949 97. Anderson. Dance of the eight Italianas who perform on Visitación Day. Garganta la Olla

501

(Cáceres), 1949 98. Anderson. Group of girls under direction of the Sección Femenina. Olivenza (Badajoz), 1949

502

6. MODELO DE EXPEDICION: LA IMAGEN DE ASTURIAS EN LA HSA 1. Georgiana Goddard King. San Juan de Amandi. Portal (West), 1915

508

2. Laurent. Vista general de Oviedo. 1858-1874

510

3. Hielscher. Oviedo, 1914-1919

511

4. Hielscher. Picos de Europa, 1914-1919

511

5. Arthur Byne. San Antolín de Bendón (Llanes), 1918

512

6. Anna Christian. Villar del Huergo, 1915

512

7. Anna Christian. Casa de Vicente Moreno. Habitación. Villar de Huergo, Soto de las Dueñas

513

(Oviedo), 1915 8. Anderson. Mapa de un posible itinerario asturiano. 1924-1925.

514

9. Celestino Collada. View of calle Uría. Oviedo, 1924-1925

515

10. Anderson. A photographer at the fiesta. The camera boxes are of elaborately carved wood.

518

Parres, 1925 11. Anderson. Castropol, 1925

518

12. Alfred T. Anderson. RMA in suit and cape made at Oviedo. Salas (Oviedo), 1925

519

13. Anderson. Casa Consistorial and Plaza de la Constitución. Oviedo, 1925

520

14. Anderson. Casa Consistorial. The calle of Cimadevilla opens here into the Plaza de la

520

Constitución. Oviedo, 1925 15. Anderson. Cuña de brima. The boy is holding the calamillera. Valdebárzana, 1925

521

16. Anderson. Pelando pino con la pelona. Pravia, 1925

521

17. Kurt Schindler. Aurelio de Llano and Gonzalo Menéndez Pidal. Llanes, 23 de agosto, 1932

525

18. Reportaje Foto-Cinematográfico Zubillaga. Colonia Asturiana. Hórreo asturiano. Exposición

526

Iberoamericana, Sevilla 1929-1930 19. Anderson. Group of little girls cantan en corro, con una en centro al anochecer. Muros de

530

Nalón, 1925 20. Anderson. Palacio de Valdecárzana, begun in 1768

531

21. Anderson. The portero at the Gaitero cider factory. Villaviciosa, 1925

533

22. Anderson. Puente de Narcea of wood. Detail. Cangas de Tineo. Mayo, 1925

534

23. Anderson. Collection of Don José Luis Ferreiro. Vargueño, table and chair. Cangas de Tineo,

535

1925

781

Lista de ilustraciones

24. Anderson. Feria de ganado, weekly on Thursdays. General view. Oviedo, 1925

536

25. Arturo del Fresno, Villaviciosa. Sermón al aire libre en la fiesta de los Mártires. San Antonio

537

de Rales, Villaviciosa 26. Muñiz Miranda coll. Old Prison fort now destroyed. Oviedo, ca.1880

541

27. Anderson. Men sewing odres. Pola de Lena, 1925

542

28. Anderson. Team of oxen wearing fringed cubiertas. Navia, 1925

542

29. Anderson. Man wearing raincoat of sheepskin, pelleja de carnero para la lluvia, back view.

543

Cangas de Tineo. Mayo 1925 30. Anderson. Luciano López, patrón de la lancha. Cudillero, 1925

544

31. Anderson. Women waiting for the fisherman to come in. Llanes, 1925

545

32. Anderson. Women mending nets in front of Iglesia de San Pedro. Cudillero, 1925

545

33. Anderson. Weighing percebes. They are taken from the peñas cuando baja el mar. Avilés,

546

1925 34. Anderson. Kitchen of the taberna. Llano, 1925

547

35. Anderson. Taberna de Antonio Gancedo. Tiene más de cien años. Tineo, 1925

548

36. Anderson. Taberna de Delmiro. Fishermen tavern. Gijón, 1925

548

37. Anderson. Taberna de Calixto. Boats and houses from the doorway of the taberna de Calixto.

549

Cudillero, 1925 38. Anderson. Establecimiento de Calixto. Cudillero, 1925

550

39. Anderson. Cangas de Tineo. Mayo, 1925

550

40. Anderson. Concepción comes from the plaza with a basket full of repollo. Gijón, 1925

551

41. Anderson. Ox cart. Tineo, 1925

552

42. Anderson. Woman and a load of nabos for the ganado. Cangas de Onís, 1925

553

43. Anderson. Girl with jerada, water jar and rueño. Villanueva, 1925

554

44. Anderson. Another section of the feria. Cangas de Tineo. Mayo, 1925

554

45. Anderson. Mercado en la Plaza de Daoiz Velarde, Thursdays and Sundays. Oviedo, 1925

555

46. Anderson. El Rastro on a Sunday morning. Oviedo, 1925

555

47. Anderson. Market of Madreñas. Oviedo, 1925

556

48. Anderson. Market of Madreñas. Oviedo, 1925

556

49. Anderson. La carnicería del muelle. Magdalena, la cortadora. Gijón, 1925

557

50. Anderson. Traje de Macero. Taken in the Archivo del Ayuntamiento. Gijón, 1925

557

51. Anderson. A girl from the tobacco factory. Gijón, 1925

558

52. Anderson. Group of women and children playing lotería on Sunday afternoon. Cudillero, 1925

559

53. Anderson. Partial view. Llano, 1925

560

54. Anderson. The soil is not so stony in this section, and the fields are separated by hedges, sebes

561

de rosales o escayo. Priesca, near of Villaviciosa, 1925 55. Anderson. View of the harbour and barrio de Santa Ana. Llanes, 1925

561

56. Anderson. Cottage of rough stone with front recessed wall whitewashed, exterior. Fuente

563

Santa de Buyeres de Nava, 1925 57. Sorolla. Boceto para las Regiones Españolas. Castilla 1911-1912.

782

564

Lista de ilustraciones

58. Anderson. Hórreo of wood roofed with slate. Luarca, 1925

564

59. Anderson. Una panera exterior. Salas, 1925

565

60. Anderson. Cottage, kitchen interior. The heart, llar is made of white enamelled tiles. Fuente

566

Santa de Buyeres de Nava, 1925 61. Anderson. Palacio Pinto del Señor Vázquez de Mella. La italiana. Cangas de Onís, 1925

567

62. Anderson. Making tarugos de madera for repairing madreñas. Llanes, 1925

567

63. Alfred T. Anderson. Gate to the estate of Doña Victoria Velarde. Navia, 1925

568

64. Anderson. Houses facing the cathedral on the Plazuela de la Catedral. Oviedo, 1925

569

65. Anderson. Vidrieras de la catedral de Oviedo, 1925

570

66. Anderson. Convento de Santa María de la Vega, arch, all that remains of the convent, which

570

was torn down to make room for the Fábrica de las Armas. Oviedo, 1925 67. Anderson. Fuente de la Foncalada. Oviedo, 1925

571

68. La Foncalada. Oviedo, 2010

571

69. Anderson. Colección de dibujos de Fernández Navarrete, en el Instituto Jovellanos (Oviedo),

572

1915 70. Anderson. Iglesia de San Nicolás. Capilla de Los Alas, propiedad del señor Don Carlos Lobo.

573

Avilés, 1925 71. Anderson. Fountain Caños de San Francisco. Avilés, 1925

574

72. Anderson. Iglesia de Sabugo, interior. Avilés, 1925

574

73. Anderson. Iglesia de Sabugo. Barco de San Telmo. Avilés, 1925

575

74. Anderson. Iglesia de San Salvador. Apse interior. Priesca, near of Villaviciosa, 1925

576

75. Anderson. Capilla de Santa Cruz. Cangas de Onís, 1925

576

76. Anderson. Santa Eulalia de Abamia. The burial place of Pelayo. Abamia, 1925

577

77. Anderson. La Ferrería, an old house belonging to the Conde de Nava, distant view. Fuente

577

Santa de Buyeres de Nava, 1925 78. Anderson. La Ferrería. Interior of a sala. The panel hanging between the window and the

578

door is a genealogical chart. Fuente Santa de Buyeres de Nava, 1925 79. Anderson. Palace of the Conde de Toreno distant view. Note the branch hunging in the

579

doorway to advertise the tavern within. Cangas de Tineo. Mayo, 1925 80. Anderson. Wall shrine, el Cristo del Turbón. Cudillero, 1925

580

81. Anderson. Traje asturiana. Villaviciosa, 1925

581

82. Anderson. Fiesta de la Virgen del Carmen. Outskirts of the fiesta. Celorio, 1925

584

83. Anderson. Las mozas cantando los ramos. Celorio, 1925

585

84. Anderson. Ramos de pan standing in the vestibule of the church. Celorio, 1925

586

85. Anderson. Fiesta de la Virgen del Carmen. Celorio, 1925

587

7. LA EXPOSICIÓN DE DANZAS DE ESPAÑA EN LA HSA 1. Anderson. Gaitero and Tamborilero Betanzos, 12-21- enero, 1926

593

2. Anderson. Gaitero and Tamborilero Betanzos, 12-21- enero, 1926

593

3. Canto de Pandeiro. Alegro, 1924. Cuaderno de notas: Galicia-León. Archivo: Ruth M.

595

783

Lista de ilustraciones

Anderson. Biblioteca HSA. 4. Anderson. Lace makers. Mugía (La Coruña). Noviembre 19-21, 1924

598

5. Carta escrita por José de la Gándara y programa de la actuación. 8 de agosto, 1924

598

6. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

602

7. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

603

8. Vitrina Basque Provinces, Cataluña y siglos 14 y 15. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances

606

of Spain I. HSA 9. Vitrina castanets y tambourines. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

607

10. Vitrina León & Basque Provinces. Siglos XI, XII y XIII. Sala Espalargués, 1938. Fichero:

607

Dances of Spain I. HSA 11. Anderson. Juan Martínez y su Ballet Español. Patio Sevillano de Sentís. Bayes Theatre. New

609

York. January 23-24, 1937. Fichero: Spanish Dances. HSA 12. Anderson. Carola Goya bailando Malagueña Gitanilla de Lecuona. Guild Theatre, New York.

610

January 31st, 1932. Fichero: Spanish Dances. HSA 13. Anderson. La Montalva interpretando Malagueñas de Lecuona. The Town Hall. New York.

611

December 20th, 1936. Fichero: Spanish Dances. HSA 14. Anderson. La Argentina interpretando El amor Brujo de Falla. The Town Hall. New York,

612

Dec. 1935. Fichero: Spanish Dances. HSA 15. Cuadernos con recortes de prensa Española e internacional. La Argentinita. HSA.

616

16. Vitrina Dance Accompanists. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

618

17. Anderson. A Drummer. La Alberca (Salamanca), agosto 1930

619

18. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

622

19. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

622

20. Gustàve Dorè. “Gitana dansant dans un patio de Seville”. En, Davillier. L'Espagne. (1874).

628

pág. 50 21. Anderson. Pair in chinato dress dancing. Malpartida de Plasencia (Cáceres), 1949

633

22. Anderson. Las Mercedes (Tenerife), enero 1930

633

23. Litografía de Louis Pierre Alphonse Bichebois y Gascon Noury, ca. 1850

634

24. Anderson. Baile en la plaza. La Alberca (Salamanca), 17 de agosto 1930

637

25. Anderson. Wedding guests dancing a Baile de Ramos. Sobradillo (Salamanca), julio 1930

638

26. Spectacular Dances. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

643

27. Spectacular Dances. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain II. HSA

644

28. Mercé y Luque de Paz, Antonia, “La Argentinita”, junto a la escultura de Troubetzkoy, ca.

646

1911

29. Gustave Doré. “Une Danse Funebre (Jota), A Jijona (province D´Alicante)”. En, Davillier.

648

L'Espagne. (1874). pág. 409 30. Dancers. Sala Espalargués, 1938. Fichero: Dances of Spain I. HSA

784

651

Lista de ilustraciones

785

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