La experiencia del grupo de Agricultura Urbana Parroquia “Nuestra Señora de Luján” en Tigre, Buenos Aires.

October 12, 2017 | Autor: Francisco Pescio | Categoría: Agroecologia, Sistematización de Experiencias, Agricultura Urbana, Soberania Alimentaria
Share Embed


Descripción

Resumen El trabajo presentado se enmarca en el Programa Pro-Huerta del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), cuyo objetivo es fortalecer la Seguridad y Soberanía Alimentaria de sectores populares, a través de la autoproducción de hortalizas y animales de granja, con un enfoque agroecológico. La metodología de intervención más usual en el Programa se centra en la figura del “promotor” como sujeto que actúa como agente multiplicador, siendo el nexo entre el técnico del Programa y los “huerteros”. En esta cuestión, una de las observaciones más frecuentes ha sido la dependencia de los grupos y promotores con el técnico local, aunque en la práctica se han observado casos donde se han logrado generar procesos de empoderamiento y autonomía por parte de los huerteros. En la experiencia en estudio, se utilizó la metodología de sistematización propuesta por el OSALA (Observatorio de Soberanía Alimentaria y Agroecología Emergente), que incluye aspectos tecnológico-productivos, socioeconómicos y políticos. La misma se encuentra en el Barrio El Aviador, en la localidad de Don Torcuato, Municipio de Tigre (Área Metropolitana de Buenos Aires). Se trata de un grupo de personas que realizan huertas familiares y se reúnen de manera autogestiva desde hace más de quince años. Estas reuniones les permiten compartir conocimientos técnicos e intercambiar semillas, plantines y productos. Además constituye un espacio de encuentro y socialización comunitario e intergeneracional. Las huertas son de alrededor de 50 m2 y en ellas se producen hortalizas, frutas, medicinales, aromáticas y animales de granja, entre otras. La producción se destina principalmente al autoconsumo, y los excedentes se comercializan a través de venta directa y ferias. El grupo ha incorporado diversas técnicas y tecnologías agroecológicas. De esta manera, el ProHuerta fortalece el funcionamiento grupal, a partir del aporte de insumos críticos, capacitaciones específicas, etc.; pero sin establecerse una dependencia hacia el mismo.

Palabras clave Agricultura Urbana – Soberanía Alimentaria – Agroecología – Sistematización Participativa – Área Metropolitana Buenos Aires

1

La experiencia del grupo de Agricultura Urbana Parroquia “Nuestra Señora de Luján” en Tigre, Buenos Aires.

Pescio, F. Ing. Agr. Esp INTA EEA AMBA ProHuerta (MDS) – FA UBA

Introducción. El presente trabajo de investigación se basa en la sistematización de un proceso de organización de un grupo de Agricultura Urbana en la zona Norte del Área Metropolitana de Buenos Aires (en adelante AMBA), Argentina. Se trata de un grupo de personas (huerteros) que se dedican a la Agricultura Urbana, con la particularidad de que se reúnen de manera autónoma desde hace varios años. La experiencia sistematizada se trata de un proceso de construcción de Soberanía Alimentaria en la ciudad, utilizando como componente principal a la Agricultura Urbana. La misma es llevada adelante por agricultores que son, fundamentalmente, habitantes urbanos.

Varios de los miembros de dicho grupo participan de diversos programas o instancias institucionales de Agricultura Urbana, como es el Programa Pro-Huerta. Este Programa pertenece al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDS). Este Programa, creado en 1993, es un programa de Seguridad y Soberanía Alimentaria. Se encuentra dirigido mayormente a población de escasos recursos monetarios, con problemas para el acceso a una alimentación saludable. Para ello se promueve y apoya la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos, especialmente referidos a huertas y animales de granja, además de industria casera (INTA, 2009).

El Pro-Huerta se encuentra presente en todo el país, con más de 600.000 huertas y 3.000.000 de personas alcanzadas de manera directa (INTA, 2013). El enfoque productivo propuesto se basa en la Agroecología. Si bien existen iniciativas de importancia a nivel municipal o distrital, seguramente el Programa ProHuerta sea la acción pública orientada a la Agroecología con mayor envergadura, tanto por su distribución geográfica como la población alcanzada. Los mecanismos más importantes de intervención utilizados son la capacitación progresiva, el fomento a la participación solidaria y el acompañamiento sistemático de las acciones en terreno. Para llevar a cabo estas acciones, se requiere –y promueve- la intervención activa del voluntariado (Bajo la figura del “Promotor”) y la conformación de redes de organizaciones de la sociedad civil (INTA, 2009). Si bien en una primera instancia, el promotor cumplía solo la función de apoyo local al técnico, con el tiempo fue tomando otra relevancia, constituyéndose muchas veces en actores locales de peso. Esto seguramente tuvo que ver con procesos de empoderamiento asociados al proceso de intervención.

Al analizar el objetivo institucional del Programa, este es bastante amplio. Esto conduce a que la aplicación en experiencias concretas de intervención dependa de situaciones subjetivas, como son las condiciones locales, los grupos presentes, la capacidad o interés del técnico, su capacidad de maniobra política, etc. Con lo cual, dado este grado de masividad y matices locales, son muy heterogéneas las experiencias en marcha.

Así, se observan experiencias que van desde individuos aislados que hacen la huerta desde hace décadas con diferentes objetivos (desde autoconsumo para subsistencia hasta fines solo recreativos); promotores barriales, que integran grupos o pequeñas organizaciones locales; hasta organizaciones sociales políticas, donde la práctica de la Agricultura Urbana se inscribe en un contexto

2

de luchas políticas regionales y nacionales. Un ejemplo de estas lo constituyen Organizaciones Sociales asociadas al movimiento piquetero 1.

Sin embargo es posible realizar varias observaciones. La primera es que no hay mecanismos formales de seguimiento o evaluación de resultados por parte del Programa, tanto en los resultados productivos, que implicarían mejor alimentación, como sociorganizativos, los cuales terminarían traduciéndose en procesos de construcción de Soberanía Alimentaria.

Este trabajo de sistematización tuvo como objetivo la profundización en el funcionamiento de un grupo de agricultura Urbana con activa participación interna.

estudio del

Marco Teórico. Este trabajo se basó en una sistematización participativa llevada adelante con un grupo de agricultores urbanos (huerteros) del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esta experiencia de Agricultura Urbana, de base Agroecológica, se orientó hacia la construcción de la Soberanía Alimentaria. Con lo cual, fue necesario profundizar en las conceptualizaciones de cada uno de estos elementos, de manera de entender a que nos referimos cuando desarrollamos dichos conceptos.

La Soberanía Alimentaria surge como concepto en 1996, a partir del Movimiento Internacional Campesino “La Vía Campesina”. Se dio en el marco de la Conferencia Foro Mundial de la Alimentación de FAO en Roma, donde se proponía una defensa del concepto de seguridad alimentaria. Se originó como una búsqueda integradora de aspectos políticos, económicos, sociales y ambientales en oposición a las definiciones y propuestas de acción generadas en los foros internacionales. No se trata de una definición estática sino que ha sufrido varias transformaciones. Así, luego del Foro de Nyeleny se definió como “… El derecho de las personas, los países y las uniones de estados a definir sus políticas agrícolas y alimentarias sin transferir materias primas agrícolas a los países extranjeros. La Soberanía Alimentaria organiza la producción y el consumo de alimentos en función de las necesidades de las comunidades locales, dando prioridad a la producción para el consumo local. La Soberanía Alimentaria engloba el derecho a proteger y regular la producción agrícola y ganadera nacional y a proteger el mercado doméstico de entradas de excedentes agrícolas e importaciones de bajo coste de otros países. Las personas sin tierra, los campesinos y los pequeños agricultores deben tener acceso a la tierra, al agua y a las semillas, así como a los recursos productivos y a los servicios públicos. La soberanía y la sostenibilidad alimentarias son una alta prioridad más que las políticas comerciales” (La Via Campesina, 2008).

La Soberanía Alimentaria surge como contraposición del discurso dominante, que hace referencia a la Seguridad Alimentaria. Esta última es utilizada habitualmente por Organismos internacionales (como la FAO) y solo se sitúa en la distribución de alimentos, sin indagar en las formas de producción y sujetos involucrados durante la producción y distribución (Carballo, 2011). De hecho, en la construcción de la definición de la Seguridad Alimentaria se evitó consciente y sistemáticamente la discusión sobre el control (social) del sistema agroalimentario, ya que la noción clave es la de eficiencia y productividad, asociada generalmente a la producción de Agricultura Postindustrial (Patel, 2009).

La Soberanía Alimentaria reconoce la existencia de Sistemas agroalimentarios complejos donde la producción, transformación, comercialización, distribución y consumo de alimentos se encuentran profundamente relacionados entre sí, debiéndose actuar sobre todas las esferas económicas Carballo (2011) en el caso de buscar realizar transformaciones reales. Este mismo autor indica que un elemento a destacar en la noción de Soberanía Alimentaria, es considerar la Alimentación

1

Algunas Organizaciones Sociales asociadas al Movimiento Piquetero que realizaban huerta eran los pertenecientes al Frente Popular Dario Santillán (FPDS), la FTV (Federación Tierra, Vivienda y Habitat), el Movimiento de Trabajadores Piqueteros (MTP), el Movimiento Teresa Rodriguez (MTR), entre otros. 3

como un derecho individual y social, en contraposición a un privilegio, como lo considera la mercantilización de los alimentos (“Come quien pueda pagarlo”). De esta manera, observamos que la Soberanía Alimentaria presenta un fuerte componente político y se plantea como contraste a la Globalización o, mejor dicho, como una “globalización alternativa”. La Soberanía Alimentaria requiere de una operativización, de una materialización práctica. Esta es a través de la Agroecología

Según Sevilla Guzman (2002), la Agroecología Política es:“… el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de acción social colectiva que presentan alternativas a la actual crisis civilizatoria. Y ello mediante propuestas participativas, desde los ámbitos de la producción y la circulación alternativa de sus productos, pretendiendo establecer formas de producción y consumo que contribuyan a encarar el deterioro ecológico y social generado por el neoliberalismo actual”. De acuerdo a Collado y Gallard (2010), la Agroecología Política “… se trata de una problematización política de los conflictos sociales y medioambientales asociados al manejo de recursos naturales en nuestro afán de dar satisfacción a las necesidades básicas de los seres humanos (materiales, expresivas, efectivas, de relación con la naturaleza).” E

En este caso en particular, el análisis se centró en una forma de agricultura particular: la Agricultura Urbana. De acuerdo a Mougeot (2000), “ la AU es una actividad productiva ubicada dentro (intra-urbana) o en la periferia (peri-urbana) de un pueblo, una ciudad o una metrópoli, que cultiva o cría, procesa y distribuye una diversidad de productos alimenticios y no-alimenticios, (re)utilizando en gran medida recursos humanos y materiales, productos y servicios que se encuentran en y alrededor de dicha zona urbana, y a su vez provee recursos humanos y materiales, productos y servicios”. Según este autor (2000; 2001), la característica principal de la AU es su integración con el ecosistema urbano, tanto en lo ambiental como en lo socioeconómico. De esta manera, los procesos eco sistémicos se encuentran profundamente modificados. Lo mismo ocurre con los procesos sociales, especialmente en zonas con urbanización relativamente recientes, como es el caso en estudio. En la región del AMBA, gran parte de la población, o bien sus antecesores directos, provienen de diferentes regiones, con lo que cada familia aporta diferentes saberes y experiencias referidas a la alimentación, forma de cultivar, relación con la Naturaleza, etc.

La Agricultura Urbana, de base agroecológica, ha sido invisible para la mayor parte de las instituciones estatales y su utilización como herramienta de desarrollo no fue aprovechada en su potencialidad, si bien fue un “caballito de batalla” por parte de diversas Organizaciones sociales, especialmente durante la crisis del 2000. Uno de los factores explicativos es la relativa ausencia de conocimientos sistematizados acerca de los grupos que ya trabajan, de sus logros y desafíos. Es por ello importante comenzar a avanzar en procesos de sistematización de dichas experiencias

Métodos y Materiales.

El grupo en cuestión se encuentra ubicado en la localidad de Don Torcuato. Esta zona pertenece al Municipio de Tigre, ubicado en la zona Norte del Área Metropolitana de Buenos Aires, Argentina. La zona es conocida como Barrio Aviación, debido a que se encuentra cercano a un ex aeródromo. A finales de la década de 1990 el aeródromo dejo de funcionar, quedando el predio sin ningún tipo de uso. Se trata de una localidad que pertenece al segundo cordón metropolitano, con un grado de urbanización intermedio. Es decir, el proceso de ocupación de tierras libres se encuentra casi completo, sin embargo el grado de urbanización es sensiblemente inferior a zonas más densamente pobladas; ya que se trata de viviendas de una sola planta, que suelen contar con espacios sin edificar. En dicha localidad, la población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) se encuentra localizada en aglomeraciones específicas (Barrio San Jorge), lo mismo que la población con alto nivel adquisitivo (Countries o barrios cerrados). La población tiene un origen diverso, ya que el proceso de ocupación del territorio, y por lo tanto, de fuerte crecimiento demográfico se dio principalmente a mediados del siglo XX. La población se conformó con personas provenientes de localidades cercanas y migrantes, en su mayoría de otras regiones de Argentina. Esto implicó que trajeran consigo las distintas culturas alimentarias y técnicas de producción de alimentos.

4

El proceso de acompañamiento a esta experiencia de AU pretende desarrollar una metodología de sistematización participativa De acuerdo a Escalona (2012) y Chavez-Tafur (2006) la Sistematización Participativa hace referencia al proceso de ordenamiento y clasificación de datos e informaciones, dándole estructura de manera precisa a categorías y relaciones que no eran evidentes a simple vista. Estas experiencias deben entenderse de manera situada, es decir, como procesos históricos, en un contexto económico – social determinado y con diferentes actores sociales formando parte de los mismos.

Por otra parte, la sistematización agroecológica es esencialmente participativa (Chávez Tafur, 2006). Esto implica que el agente técnico junto a los propios grupos deben reflexionar las prácticas, en un proceso de re-creación del Mundo. Es en este proceso que se construye una relación dialógica entre sujetos, donde el grupo es sujeto y no objeto de investigación. De esta manera, se transita un proceso de construcción colectiva del conocimiento.

En este caso en particular, el proceso de sistematización se realizó siguiendo los pasos lógicos propuestos por Escalona (2012):     

Delimitación de la experiencia y definiciones iniciales Organización de plan de sistematización Reconstruir y ordenar la experiencia desde la dimensión de la agroecología que impulsa la iniciativa. Interpretación de la experiencia, por qué paso lo que paso, descubrir lo oculto, hacer brotar lo escondido, abrir espacios a lo que pide nacer.. Los aprendizajes y las conclusiones que alimenten una nueva practica

Para delimitar al grupo, se incluyeron aquellas personas o familias que participan regularmente de las reuniones del grupo de huerta. La recolección de la información técnico-productiva y ambiental se hizo mediante una aproximación de técnicas de diagnóstico tecnológico participativo, utilizándose instancias grupales e individuales (visitas a las huertas y entrevistas con huerteros). El relevamiento de información trató de ser lo más abarcativa posible, involucrando la diversidad de dimensiones de la Agroecología. Para ello se utilizó como guía general a la Guía – Ficha de sistematización de experiencias del Observatorio de Soberanía Alimentaria y Agroecología (OSALA) desarrollada por Gallar Hernández y Vara-Sánchez (2012).

Para la recolección de datos de la dimensión ecológico-técnica se tomaron de Geilfus et al. (1998). algunas técnicas como base (“Recorrido del predio” y “Caracterización del sistema”) Se hizo hincapié en la realización de entrevistas semiestructuradas en las propias huertas a los propios huerteros y los familiares presentes, intentando abarcar una aproximación general de las distintas dimensiones. En el caso de surgir aspectos no incluidos en el cuestionario, se procedió a continuar la discusión hacia esa temática, para luego incluirlo en futuras entrevistas. Las entrevistas tuvieron lugar desde diciembre de 2012 a septiembre de 2013. Se realizaron diez visitas a las huertas, donde se entrevistó a los huerteros. En dicho periodo se tuvieron varias charlas y encuentros con la persona que era el contacto, la Promotora del ProHuerta. Se participó también de dos reuniones grupales mensuales.

Las respuestas fueron finalmente agrupadas por tipo y se analizaron de manera general. Para la producción animal, se hizo un breve censo sobre la composición y cantidad de animales en todo el grupo. En todos los casos, la visita del sistematizador se hizo acompañado por la Promotora y los integrantes de la huerta.

Posteriormente, se procedió a agrupar y organizar la información de acuerdo a las dimensiones propuestas por Gallar Hernández y Vara-Sánchez (Ibid.). Dicha información se organizó y clasificó por dimensión y eje temático, para luego ser presentada en el ámbito de discusión grupal. Para el caso de las reuniones grupales, el grupo cuenta con una dinámica propia de funcionamiento, con lo cual se participó de una reunión, en la cual se tomaron preguntas disparadoras para abordar las diversas 5

dimensiones de interés. En dicho ámbito se realizó la puesta en común de los elementos recolectados y se discutió sobre elementos de elaboración colectiva como son sus posturas o impresiones acerca de la Soberanía Alimentaria, la Agroecología, etc. Esto sirvió para generar reflexiones y conclusiones sobre los nuevos conocimientos y necesidades o desafíos futuros para el grupo.

Desarrollo de la Sistematización Los actores implicados en la experiencia son los miembros de unas 20 familias que cuentan con huerta familiar (con frutales y animales de granja). La mayor parte de los participantes son personas mayores. La mayor parte de estas personas crecieron en el mismo barrio, aunque sus padres o abuelos son originarios de otras provincias, y llegaron a Don Torcuato a mediados del siglo XX.

El grupo se inició a partir de una serie de capacitaciones sobre huerta orgánica dictadas por el Programa ProHuerta en 1998 en la localidad de Don Torcuato. A partir de allí, las personas comenzaron a reunirse de manera ininterrumpida. Con el tiempo, se produjeron reemplazos, tanto por fallecimientos como por nuevas personas interesadas. En algunos casos, algún integrante del grupo familiar se sumó luego de que falleciera el miembro que participaba.

Si bien dentro de las actividades del Programa Pro-Huerta se observan gran cantidad de huertas familiares, esta experiencia tiene la particularidad de que los huerteros se agruparon y funcionaron así durante más de diez años. Para ello les fue cedido un espacio físico en una parroquia cercana, la Parroquia Nuestra Señora de Lujan, donde realizan un encuentro mensual de entre una y dos horas. Luego, durante el mes se suelen encontrar entre ellos en sus propias huertas. Estos procesos de organización son frecuentes que se den en grupos con participación política previa, como es el caso de distintas organizaciones sociales. Sin embargo, es muy infrecuente de observar con huerteros barriales. Para el caso de estas reuniones, el objetivo de las mismas es mantener un espacio de intercambio, donde conversar sobre huertas, plantas, y ocasionalmente discuten un tema particular e intercambian plantines, semillas, etc. Esta dinámica permitió generar un ciclo virtuoso para los participantes, ya que se convirtió en un mecanismo de socialización e intercambio, una forma de construir colectivamente conocimiento y una estrategia para intercambiar recursos entre los huerteros (insumos y productos).

Durante años hubo dos huerteros que tomaron el carácter de liderar la propuesta, aunque hace unos años falleció uno de ellos. Ellos son los que mantuvieron el vínculo más activo con el Programa Pro-Huerta, gestionando semillas y otros recursos. Estos huerteros cumplen el rol de “promotores” (Figura Nº 1)

Figura Nº 1. Huerteros (Marcos y Nilda), Promotora (Nora) y Técnico (Francisco)

6

Sin embargo, hay un fuerte movimiento interno de recursos, especialmente en lo que se refiere a conocimientos y semillas, los cuales obtienen de fuentes diversas. Los huerteros cuentan cada uno con su huerta, la cual realizan de manera agroecológica, aunque no la denominen así, sino que como huerta “a la prohuerta” o “sin venenos”. Varios de ellos cuentan además con animales de granja (gallinas ponedoras y conejos) y diversos frutales. También poseen aromáticas y medicinales.

Se trata de sistemas traspatio, donde conviven con la residencia de los productores. La producción se destina mayoritariamente al autoconsumo, destinando los excedentes a la distribución a familiares, al trueque y finalmente, una menor proporción a la venta (directa a los vecinos o por ferias verdes). El tamaño promedio de las huertas es de 50 m2 dedicados específicamente a la producción de hortalizas. Muchos cuentan además con espacio de gallinero (con planteles de 6 a 3 ponedoras en la mayor cantidad de casos) y diferentes frutales. De acuerdo a un trabajo realizados hace algunos años en una de las huertas (Leveratto y Pescio, 2010), la productividad promedio estimada fue de 5.16 kg/m2, lo cual sería alrededor de 258 kg/año por huerta. Considerando que la mayoría del grupo tiene al menos 3 gallinas ponedoras, una gallina aporta anualmente alrededor de 220 huevos/año. Seria alrededor de 600 huevos cada tres gallinas. Varios cuentan además con frutales, principalmente paltos (aguacate) y cítricos (Figura Nº 2)

Figura Nº 2. Ejemplo de sistema urbano de producción: Huerta, Abonera, Gallinero y Frutales

Dentro de las prácticas productivas, se observó que la mayor parte realizan compostaje. El mismo se realiza con todos los residuos generados en la huerta, los restos de verduras, poda y pasto, cama de pollos. Se utilizan exclusivamente herramientas manuales (azadas, layas, palas, rastrillos, etc.). Uno de los huerteros es herrero y fabrica sus propias herramientas, adaptadas a personas con movilidad reducida. El agua de riego es de perforación, de la segunda napa freática. Si bien no se realizaron análisis en las huertas, si hay datos para lugares muy cercanos. El agua de la zona presenta alto contenido de nitratos, pudiendo existir también focos puntales con contaminación bacteriológica. El volumen de agua es suficiente. El agua es apta para riego, sin problemas de salinidad ni alcalinidad. Algunos huerteros están experimentando con sistemas de recolección de agua de lluvia.

El manejo de las huertas respeta las nociones agroecológicas de asociación y rotación. Se realizan asociaciones de acuerdo a la propuesta de la cartilla del Pro-Huerta. Entre las más usuales es el del maíz, zapallo y porotos y tomate, lechuga y albahaca. Las semillas fueron provistas por el Programa ProHuerta, las cuales son variedades de polinización abierta. Los huerteros parten de estas semillas, y luego las multiplican ellos mismos. En sus estrategias de provisión también incluyen la obtención de semillas y plantines del intercambio con otros huerteros, en ferias de semillas locales o a través de la compra a proveedores locales.

7

Con respecto a la cría de animales, la mayor parte de huerteros cuenta con gallinas ponedoras, provistas por el Programa Pro Huerta. Poseen planteles de entre 3 a 5 gallinas por huerta. Esto les permite obtener huevos suficientes para sus necesidades familiares. Varios huerteros cuentan también con patos. Solo una huertera posee más de 50 gallinas, que generan excedentes destinados a la venta. Las gallinas que cumplen su ciclo productivo (de tres años aproximadamente) son faenadas y consumidas por los mismos huerteros. La alimentación se realiza con balanceado, maíz partido y restos de comida. Se realiza cría en semicautiverio, con un espacio cerrado para la noche y uno con mayor espacio para el día. Las gallinas están separadas de la huerta, porque de lo contrario la dañarían demasiado. Los conejos se crían en jaulas. Es interesante destacar que durante las entrevistas todos los huerteros llamaron con nombres particulares a los gallineros: “el spa”, “el pelotero”, el “loft”; lo cual en realidad mostraba que las condiciones de hábitat de los animales era muy bueno. Todos los gallineros se mostraban con buen mantenimiento higiénico y los animales presentaron buen estado sanitario.

Los huerteros pueden dividirse en aquellos que iniciaron la huerta a partir de los talleres del ProHuerta (unos diez años alrededor) y aquellos que lo hicieron toda su vida, generalmente asociado a personas de mayor edad y migrantes de zonas rurales. El conocimiento de sus prácticas productivas se debe en gran parte a los talleres ProHuerta, especialmente lo referido al manejo agroecológico; y varios contaban ya con conocimientos previos, debido a que hacían huerta desde toda la vida. Dentro de las prácticas tradicionales, la más utilizada es la referida a las labores según la fase lunar. Otra práctica que realizan varios huerteros es golpear con una toalla a los frutales el día 31 de diciembre a la medianoche para estimular la producción de frutas. Esta práctica se encuentra muy difundida en la zona. Si bien ninguno de los huerteros supo explicar su sentido, la mayoría expreso que tuvieron resultados satisfactorios.

La producción se destina principalmente al autoconsumo. Se realizan conservas de frutas (dulces, mermeladas y jaleas), con frutas propias y compradas de producción convencional. Generalmente son mujeres las que lo realizan. También se realizan productos de panificados y confitería. Los excedentes se utilizan para hacer entrega solidaria, repartir a familiares o bien para trueque con otros huerteros. Una porción pequeña se destina para la venta. Se venden especialmente los huevos de gallina y algunos frutales, como las paltas.

Los principales canales de comercialización identificados fueron: 1.Venta en Feria Verde Local. Existe una Feria Verde (FV) en el mismo barrio. La misma tiene una frecuencia variable, pero suele ser de quincenal. En un comienzo, participaron varios miembros. Los productos eran huevos de gallina, paltas, dulces, panificados y plantines. Los compradores eran de la misma localidad. Sin embargo, hoy no utilizan más ese canal; porque los volúmenes de venta no justificaban el gasto en traslado y permanencia en el lugar. Si fue de utilidad para contactar compradores locales, a los cuales se empezó a abastecer con otros canales.

2. Venta directa Consumidores locales. A partir de la FV, varios huerteros contactaron consumidores locales, a los cuales proveen de algunos productos específicos, como huevos de gallina y paltas. Si bien estos consumidores pueden ser de la zona, no necesariamente son vecinos, sino que se acercan especialmente para la compra de productos o bien el huertero le lleva la mercadería.

3. Venta directa Consumidores locales en la propia huerta. Este canal consistió en la venta directa del huertero al consumidor local. El huertero vende conservas, frutas, plantines o huevos. Para ello suele colocar un cartel en la puerta de la casa y los vecinos le hacen la compra de manera directa.

Los ingresos generalmente se utilizan para pagar los insumos (en caso de panificados) y para el funcionamiento general de la familia. Sin embargo, no hay que olvidar que la huerta es una fuente secundaria de ingresos y productos. Todos los huerteros del grupo cuentan con un empleo principal (empleados en comercio, pequeños comercios, amas de casa, jubilados y pensionados, oficio, etc). 8

El Grupo se reúne en la Parroquia Nuestra Señora de Lujan, perteneciente a la iglesia Católica. Sin embargo, dicha parroquia colabora cediendo el espacio de reunión, ya que no todos son participantes cotidianos de las actividades de dicha parroquia. El grupo no tiene mecanismos de toma de decisión centralizados o compartidos, ya que el grado de organicidad tampoco es demasiado elevado. La participación dentro de las reuniones grupales es horizontal. Generalmente se le suele dar mucho valor a las opiniones de aquellos huerteros con mayor experiencia. Las tareas dentro de cada unidad productiva están definidas de manera implícita, ya que generalmente suelen darse roles relativamente fijos. Dentro del grupo, la promotora Pro-Huerta es quien organiza, con el apoyo de los huerteros con más experiencia.

Con respecto a la organización del trabajo, una gran cantidad de los huerteros son personas mayores, muchos de ellos viudos o viudas, y la discusión sobre género no es un tema sentido por ellos. En casi todos los casos, son las mujeres quienes realizan las tareas domésticas, especialmente la limpieza, cocina, etc. En el caso de los animales, la faena la suelen realizar los hombres, al igual que la cocina. Sin embargo, se observó que en lo que se refiere a las tareas diarias productivas, estas son compartidas por hombres y mujeres. En aquellos casos donde los hombres aún pueden hacer esfuerzo, ellos toman los trabajos más pesados, y las mujeres suelen llevar la dirección o tomar las decisiones productivas, además de trabajar en tareas menos forzosas (como el armado de plantines). En otros casos, tanto hombres como mujeres realizan las mismas tareas. Con respecto a las reuniones, participan tanto hombres como mujeres y en muchos casos asisten los matrimonios.

Al evaluar las motivaciones sobre la realización de la huerta y el reunirse, surgieron con fuerza las cuestiones “terapéuticas” (como los propios huerteros lo llamaron), ya que la huerta permite tener una ocupación además de mantener vinculación con otras personas, especialmente en aquellas personas que se encuentran pensionadas o jubiladas. Además, de acuerdo a los propios, huerteros, la huerta permite obtener alimentos sin venenos y con mejor sabor.

Uno de los objetivos del grupo fue conseguir un predio donde poder cultivar de manera colectiva (ya que cada uno posee su propia huerta), para poder realizar experimentos de cultivo en forma conjunta. En el año 2012 consiguieron un terreno lindante a una escuela y la casa de una huertera conocida del grupo. El predio se encontraba bajo posesión municipal 2. El técnico ProHuerta consiguió una bomba desde la municipalidad para el riego y el grupo aporto el alambrado para cerco. Luego cortaron el pasto y acondicionaron el predio. En ese momento apareció un supuesto dueño del predio, que ocupó el mismo y los expulsó. Luego se enteraron que se trata de una abogada cercana a algunas autoridades locales, y que solía apropiarse de los predios bajo tenencia municipal. Así, se perdió el trabajo y la bomba, lo cual genero una gran frustración. Posteriormente, contactaron una Biblioteca Vecinal que contaba con un gran predio, de manera de poder instalar allí la huerta. Sin embargo la Comisión Directiva no autorizó dicha huerta. De esta manera, la relación con otras instituciones y el municipio no es del todo buena.

Otra cuestión surgió con un predio cercano al barrio, donde comenzó el volcado ilegal de basura y de residuos cloacales a cielo abierto. Varios de los integrantes del grupo de huerta lideraron una serie de asambleas vecinales que lograron frenar el armado de estos basurales. Durante estas asambleas, los vecinos sufrieron hostigamiento y presiones policiales, pero finalmente lograron frenar la instalación del basurero. Esto significó un triunfo y un aprendizaje para los huerteros que participaron.

Conclusiones de la experiencia sistematizada.

2

Los terrenos bajo posesión municipal son predios con deudas fiscales municipales de más de diez años, los cuales quedan bajo tutela municipal hasta que su dueño, o un particular, cubran dicha deuda. Luego de veinte años de deuda, dichos predios pasan a ser propiedad municipal. 9

Luego de finalizado el proceso de sistematización se desprenden las siguientes conclusiones y enseñanzas generales: 

En la práctica se observaron gran parte de los atributos que se le atribuyen a la Agricultura Urbana: producción de alimentos saludables, construcción de identidad, servicios ambientales, etc.



Es importante estimular que los huerteros comiencen a agruparse. Seguramente esto deba ser promovido por el técnico o el promotor, especialmente en aquellas personas que no tengan historias previas de participación social activa. Pero se observa que el hecho de tener instancias compartidas generó un proceso de construcción de identidad importante, al identificarse como huertero agroecológico. También se creó una pertenencia en las personas (se re-creo comunidad). Además, se da un círculo virtuoso técnico, debido a que se van compartiendo técnicas, saberes y recursos, lo cual lleva a que cada huerta mejore su productividad, y contagia al grupo de una búsqueda de ampliar sus horizontes (incorporar nuevas especies/técnicas, incorporar discusiones y miradas, etc.).



Si bien no se observó una postura grupal explicita en ciertos temas, surge que algunas discusiones o reflexiones se están dando en la práctica, como es la importancia de la Agroecología, la construcción de la Soberanía Alimentaria, el acceso a las semillas. Dado que este grupo no está integrado por personas con participación política previa, ni tampoco es su objetivo fue lograr un proceso de intervención política (entiendo como tal su intervención en áreas decisorias estatales o bien articulando con grupos de acción política), resulta interesante ver cuál puede ser el grado de avance en definiciones de este tipo. Si pareciera que pudieran avanzar, de hecho lo han hecho, en definiciones acerca de dimensiones sensibles de la Soberanía Alimentaria, como es la producción de alimentos y sus mecanismos de distribución



La propuesta productiva y ambiental es claramente una gran fortaleza de la experiencia, ya que se trata de un sistema con ciclos cerrados, lo cual le da autonomía productiva y ambiental a los huerteros. Las dos grandes debilidades técnicas podrían ser la fuerte presencia que tiene el ProHuerta, especialmente en la entrega de semillas. La otra debilidad, latente, es el avance de la urbanización; lo cual puede implicar una disminución probable de superficie destinada a huerta.

Reflexiones sobre el encuentro en la diversidad. Esta experiencia de intervención implico un “buen desafío”, en tanto aunó varios elementos donde se manifestaba la diversidad: Por un lado, la diversidad manifestada como prácticas de manejo; ya que varios de los huerteros provenían de distintas regiones, trayendo sus experiencias específicas y técnicas específicas del saber popular. Además, confluyeron diversas especies hortícolas y frutales. Los huerteros, de las Provincias de Misiones, Santiago del Estero, Entre Ríos; de Italia, Portugal, etc.; compartieron sus cultivos tradicionales y sus formas de cocina. Estos elementos se pusieron en juego de manera colectiva, compartiéndose y enriqueciendo la practica; tanto de los huerteros como el técnico.

Otro elemento de diversidad eran las formas de construcción del conocimiento. Los huerteros realizaban discusiones sobre técnicas específicas, y en los encuentros mensuales abordaron temas específicos (por ejemplo “abonera”), donde cada uno de ellos hizo un aporte puntual. El conocimiento “técnico” aportado por el Pro-Huerta fue enriquecido constantemente por los conocimientos populares. Los huerteros además expresaron su interés en “ensayar” nuevas técnicas o métodos de cultivo (como la recolección de agua de lluvia para riego). Esta forma de construcción del conocimiento fue muy enriquecedora tanto para el técnico como para el grupo.

10

Por otra parte, implicó un desafío en abordar un espacio autónomo, conformado por “vecinos” que lograron construir un espacio de agroecológica que les daba pertenencia y cohesión. Este espacio, sentido por los huerteros, se mantuvo durante más de diez años.

Bibliografía

CALLE COLLADO, A. 2011. Aproximaciones a la democracia radical. En: CALLE COLLADO, A. (ed.) Democracia radical: entre vínculos y utopías. España: Icaria. CALLE COLLADO, Á., VARA SÁNCHEZ, I. Y CUÉLLAR PADILLA, M. 2012. La transición social agroecológica. En: UNIA-UCO (ed.) II Curso Especialización Soberanía Alimentaria y Agroecología Emergente. UNIA UCO. CARBALLO, C. 2011. Soberania alimentaria y producción de alimentos en Argentina. En: GORBAM, M. (ed.) Seguridad y Soberania Alimentaria. Buenos Aires. COLLADO, Á. C. Y GALLAR, D. Agroecología Política: transición social y campesinado. In: ALASRU, ed. VIII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural , 2010 Porto de Galinhas. CHAVEZ-TAFUR, J. 2006. Aprender de la experiencia. Una metodología para la sistematización, Peru, Associacion ETC Andes/Fundacion ILEIA. ESCALONA, M. 2012. Sistematización de Experiencias. En: UNIA-UCO (ed.) II Curso Especialización Soberanía Alimentaria y Agroecología Emergente. UNIA UCO. GALLAR HERNÁNDEZ, D.; VARA-SÁNCHEZ, I. 2012. Investigación Sistematización de experiencias de Soberanía Alimentaria y Agroecología Emergente. Online: OSALA. Disponible en: osalaagroecologia.org. GEILFUS, F., MATTOS, C. A. D., HIERNAUX NICOLAS, D. & RESTREPO BOTERO, D. I. 1998. 80 herramientas para el desarrollo participativo : Diagnóstico, planificación, monitoreo, evaluación. San Salvador: Alemania. Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ). Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). INTA. 2009. Presentación Institucional Programa Pro-Huerta [Online]. Programa Pro-Huerta. Instituto Nacional de Tecnologia Agropecuaria (INTA). Disponible en: http://www.inta.gov.ar/extension/prohuerta/ins/institucional.htm [Accessed 11-02-09. INTA. 2013. Base de Datos Online - ProHuerta [Online]. Buenos Aires: ProHuerta INTA MDS. Available: http://online.inta.gov.ar/prohuerta/ [Accessed 08/08 2013]. LA VIA CAMPESINA 2008. Documentos políticos de La Mozambique, del 17 al 23 de Octubre, 2008

Vía Campesina.



Conferencia

LEVERATTO, C. Y PESCIO, F. Acercamiento al aporte productivo y económico de una huerta urbana familiar bajo modalidad agroecológica. In: ASAHO, ed. XXXIII Congreso Argentino de Horticultura, 2010 Rosario ASAHO. MOUGEOT, L. 2001. Agricultura Urbana. Concepto y definición. Revista Agricultura Urbana, 1. MOUGEOT, L. J. 2000. Urban agriculture: definition, presence, potentials and risks. Growing cities, growing food: Urban agriculture on the policy agenda, 1-42. OTTMANN, G., SEVILLA GUZMÁN, E., SPIAGGI, E. Y MIÑARRO, M. S. 2012. Introducción a la Agroecología de las Emergencias. In: UNIA-UCO (ed.) Curso Especialización Soberanía Alimentaria y Agroecología Emergente. PATEL, R. 2009. Food sovereignty. Journal of Peasant Studies, 36, 663-706. SEVILLA GUZMAN, E. 2002. Agroecología y desarrollo rural sustentable: una propuesta desde Latino América. In: SARANDÓN, S. (ed.) Agroecología. El camino hacia una agricultura sustentable. Buenos Aires: Ediciones Científicas Americanas. 11

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.