La excavación arqueológica de la plaça Major de Vila-real

July 23, 2017 | Autor: Sandrine Delaporte | Categoría: Arqueología urbana, Arqueología Medieval y Moderna
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Descripción

1 LA ARQUEOLOGÍA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

La arqueología de la Plaza Mayor de Vila-real. Perspectiva histórica y análisis de la cultura material. Autores: Josep Benedito Nuez Mónica Claramonte Chiva Sandrine Delaporte Carmela Falomir Ventura Fernando López Bravo José Manuel Melchor Monserrat Javier Nácher Martí Edita: Ajuntament de Vila-real Delegación de Alcadia © De los textos: Los autores © De las imágenes y fotografías: Los autores © Del diseño y maquetación: Pasku.com © De la presente edición: Ayuntamiento de Vila-real Imprime: Sichet, Vila-real ISBN:: 978-84-96483-02-8 Depósito Legal: CS-131-2007

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LA ARQUEOLOGÍA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

LA ARQUEOLOGÍA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL PERSPECTIVA HISTÓRICA Y ANÁLISIS DE LA CULTURA MATERIAL

3 LA ARQUEOLOGÍA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

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ÍNDICE

Presentación

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Capítulo 1: La excavación arqueológica de la plaça Major de Vila-real

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Josep Benedito; Mónica Claramonte; Sandrine Delaporte; José Manuel Melchor

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Capítulo 2: La colección de azulejos de serie Josep Benedito

Capítulo 3: Las lozas populares del siglo XVIII

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José Manuel Melchor; Josep Benedito; Mónica Claramonte; Sandrine Delaporte

Capítulo 4: Los hallazgos monetarios de la excavación

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Fernando López; Sandrine Delaporte

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Capítulo 5: Estudio de los fragmentos de vidrio Carmela Falomir

Capítulo 6: Miniatura sobre marfil, juguetes de cerámica y otras piezas singulares procedentes de la excavación

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Mónica Claramonte; Josep Benedito; Sandrine Delaporte

Capítulo 7: Las yeserías de la iglesia del Convento del Corpus Christi

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Javier Nácher

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PRESENTACIÓN

En la década de los años 60, nuestra ciudad experimenta un proceso de modernización que supuso, en un momento en el que no se entendía modernidad con respecto hacia lo antiguo, la destrucción de una serie de infraestructuras arquitectónicas que desvirtuaron la Plaza de la Vila y el entorno inmediato. La desaparición del conjunto de edificaciones que formaban parte del Convento del Corpus Christi, el antiguo Ayuntamiento y el Almodí, así como el conjunto de casas de principios de siglo que completaban la manzana en la que actualmente se desarrollan las obras del parking, supuso la pérdida de un rico patrimonio y la pérdida de la identidad urbana de nuestro centro histórico. La mentalidad del momento vio positiva dicha intervención urbanística, hoy sin embargo, sensibles a la recuperación de nuestro pasado, presentamos una exposición donde el espectador podrá descubrir cual ha sido el proceso científico de excavación arqueológica de este espacio. Un proceso que es requisito obligatorio según la Ley de Patrimonio Valenciano, para todo tipo de intervenciones en zonas históricas de nuestras ciudades. Las características de nuestro subsuelo han impedido conservar grandes restos, y los escasos testimonios que hoy se conservan son el resultado del derribo de las diferentes edificaciones, restos usados como escombros de relleno de aljibes o silos.

Juan José Rubert Nebot Alcalde de Vila-real

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LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

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INTRODUCCIÓN

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os trabajos de arqueología se llevan a cabo por imperativo legal, estas leyes exigen la realización de excavaciones arqueológicas. Así, la Ley 4/1998 de 11 de junio, de la Generalitat Valenciana, del Patrimonio Cultural Valenciano, obliga a la realización de actuaciones arqueológicas en todos los centros históricos de la comunidad. En nuestro caso, en el interior del recinto amurallado de la ciudad. El Ayuntamiento no puede conceder licencia de obra para actuaciones urbanísticas sin que previamente se hayan realizado los estudios arqueológicos; por lo que no se construye sin respetar el centro histórico, cuestión ésta que hace que sea necesaria antes de iniciar las obras de edificación el trabajo de los profesionales de la arqueología con la finalidad de documentar el patrimonio de la localidad.

El arqueólogo es el profesional cualificado para dirigir intervenciones arqueológicas. Durante el proceso de excavación de un solar el arqueólogo debe distinguir entre la masa de información que se puede destruir, es decir, los distintos rellenos, los muros y cimentaciones; y la masa de información no destruida, en concreto el registro material (cerámica, vidrio, monedas, metal, hueso, etc.). El primero se transforma en información arqueológica elaborada como son las diferentes fichas de registro, planos a escala 1:20 y 1:50, fotografías digitales, etc.). Respecto a la conservación de las estructuras que salen a la luz en una excavación arqueológica, únicamente la Conselleria de Cultura, Educació i Museus tiene potestad para determinar su posible conservación. En nuestro caso, la administración autonómica emitió un escrito donde manifestaba que realizada la excavación arqueológica podían realizarse las obras del aparcamiento, es decir, no era necesaria ninguna otra medida de protección y se podían eliminar los restos.

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Acercarnos a las leyes autonómicas en materia de patrimonio cultural es un punto de partida para centrarnos en los trabajos de arqueología de la plaça Major de Vilareal. Respecto al tratamiento del patrimonio arqueológico, la ley lo define integrado por bienes muebles e inmuebles el estudio del cual requiere la aplicación de metodología arqueológica. Así bienes muebles serían: la cerámica, el vidrio, las monedas, el escudo del almudín, los huesos de fauna, etc. Y bienes inmuebles las cimentaciones correspondientes al edificio del antiguo ayuntamiento o las cimentaciones del convento de las Dominicas o los silos del almudín. La ley define también los lugares dónde se localiza el patrimonio arqueológico; de forma que las zonas arqueológicas serán protegidas por los planes de ordenación urbana, como ocurre con el centro amurallado de la vila. Las autorizaciones para hacer intervenciones arqueológicas recaen en la administración. Las actividades se definen con muchos matices. Así, se diferencia entre la prospección sin extracción de tierra, sondeos y excavaciones, además de la figura de seguimiento arqueológico. Así, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Conselleria de Cultura emitió en primer lugar una autorización para hacer cuatro sondeos en la plaça Major, después otra autorización de excavación en extensión, y, finalmente, de seguimiento, que consiste en intervenir en el proceso de obra, supervisándola y estableciendo las medidas de documentación y conservación de los restos que se van descubriendo, como sucede con algunos de los silos de la calle Mayor y de la plaça de la Vila. La ley de patrimonio define también las intervenciones arqueológicas superando las definiciones que se limitaban a las excavaciones. Se refieren a cualquier intervención con o sin remoción de terreno, que tengan como finalidad descubrir, documentar e investigar restos arqueológicos. En las intervenciones arqueológicas de urgencia, como es la que a continuación presentamos, el arqueólogo no selecciona una parte de un solar en proceso de excavación, no escoge el área o los periodos a excavar, debe excavarlo todo, en nuestro caso la totalidad de la superficie de la plaça Major.

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EL RESULTADO DE LA EXCAVACIÓN

La excavación arqueológica de la plaça Major de Vila-real se inició el día 8 de julio de 2005 y los trabajos de campo se prolongaron durante 3 meses. Poco antes, durante el mes de enero de ese mismo año, se habían realizado cuatro sondeos arqueológicos en cada una de las esquinas de la plaza. Se trataba, en líneas generales, de averiguar si existían restos por debajo del pavimento y solera de hormigón de la plaza y el estado de conservación que estos presentaban. La excavación de la superficie de la plaza y de uno de los viales (que asciende a un total de 2.806 m2) se ha llevado a cabo de forma manual y sólo usamos medios mecánicos para las labores de limpieza previa así como para los trabajos de excavación de la solera de hormigón de la plaza, la fuente, arbolado, etc. y el transporte inicial de las tierras. En efecto, la excavación arqueológica que se ha realizado en el solar de la plaça Major nos ha permitido documentar una serie de niveles y cimentaciones que, sin embargo, no han aportado suficientes datos para plantear la correcta cronología de algunos de los restos hallados. Respecto a las características técnicas de las estructuras que se conservaban, éstas eran totalmente homogéneas, lo que ha permitido establecer la fecha de la última de las obras de reforma llevadas a cabo, iniciado el siglo XX. Durante el proceso de excavación arqueológica debido al nivel de arrasamiento que presentaba el solar hemos registrado muy pocos materiales arqueológicos en los distintos rellenos, sobre todo fragmentos cerámicos que, por otro lado, nos permiten establecer la fecha de las ampliaciones más notables llevadas a cabo en el edificio del Convento de las Dominicas, entre los siglos XVIII y XIX. Los cimientos de los edificios del viejo ayuntamiento y del convento y los distintos suelos y preparados de mortero de cal y grava de los mismos cortan o están por encima del subsuelo geológico. En resumen, los trabajos arqueológicos han puesto al descubierto, en toda la superficie de la plaza, un conjunto bastante homogéneo de cimentaciones de mampuesto de mortero, por otro lado muy arrasadas, que hallamos localizadas bajo el pavimento de la plaza. 13 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

EXCAVACIÓN DEL ÁNGULO SURESTE DE LA PLAÇA DE LA VILA

Los cimientos de la fachada de la Casa Capitular La plaça de la Vila en 1790 mantenía todavía su morfología original. Se trataba de una plaza cuadrada, con un perímetro configurado por arcadas góticas y solamente con dos alturas. Por el centro de cada uno de los cuatro lados se abría una calle que presentaba una anchura algo menor a la que hoy en día se conserva. La plaza se ubicaba entonces en el centro geométrico de la Vila. El primer tramo de la antigua plaça de la Vila que se vio afectado fue precisamente el que ya no se conserva. Josep Pasqual Gil en un artículo publicado en la revista Rella en 1981, cita que en el año 1791 la Vila se gastaba 9150 libras en rehacer la Casa Consistorial, y no respetaba con ello ni los arcos ni la apariencia externa. En 1908 se duplicó el ancho de la carretera de Borriana a Onda, y con las obras se hacía retirar la línea del actual Casino al tiempo que se derribaban los tres arcos góticos originales. Estos eran sustituidos por un porche sustentado con los pilares actuales. Justo en el otro lado, el edificio del estanco ocupaba el espacio del porche y afectaba otro arco. En el ángulo norte, donde se levanta la Casa-Palacio Real, que hoy en día es sede de una entidad bancaria, se conservan todavía los arcos completos. Vicent Usó describe en la revista Poble que este tramo fue objeto de una restauración, incompleta por falta de presupuesto, en 1974. Por otro lado, enfrente de esta notable construcción, el antiguo Hostal de Juano situado en el número 2 de la calle Mayor y con fachadas a la plaça de la Vila, la calle San Antonio y la propia calle Mayor, propiedad de la Caixa Rural y la antigua taberna de Fesols crecían una altura más y modificaron también su traza original. Como podemos observar realizada la excavación arqueológica, los cimientos de la fachada principal del viejo ayuntamiento de 1791 y de la Jefatura de Policía Local, conservan la misma orientación que la traza original de la plaza porticada, cerrando ésta 14 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

por el ángulo sureste. Las obras del viejo ayuntamiento significaron con toda certeza la destrucción de los arcos bajo medievales, por lo que en el sector excavado no se conservan. En efecto, podemos pensar que en el año 1791 se rehacía la Casa Consistorial sin respetar la estructura de los arcos originales. Los elementos estructurales que pertenecen a esta construcción, los pasamos a describir a continuación citando el número de unidad (es decir, el número de inventario que se le da durante el proceso de excavación) con el objeto de que el lector pueda localizarlos en el plano general. Unidad 1151 Base de cimentación de muro mampuesto relacionado con la línea de fachada del viejo ayuntamiento construido en el año 1791. Presenta una orientación Norte-Sur y las siguientes dimensiones: 11,22 metros de longitud excavada en la parte que coincide con la plaça de la vila; 1,35 metros de anchura máxima conservada y 0,42 metros de altura conservada. Unidad 1172 Cimentación de la estructura del pórtico del edificio de la Jefatura de Policía Local. Conserva las siguientes dimensiones: 0,96 metros de longitud; 0,67 metros de anchura máxima. Presenta una orientación Este-Oeste. Unidad 1173 Cimentación de la estructura del pórtico del edificio de la Jefatura de Policía Local. Presenta las siguientes dimensiones: 1,21 metros de longitud; 0,83 metros de anchura máxima. Presenta una orientación Este-Oeste. Unidad 1174 Cimentación de la estructura del pórtico del edificio de la Jefatura de Policía Local. Conserva 1,11 metros de longitud y 0,56 metros de anchura máxima. Presenta una orientación Este-Oeste.

Los restos del almudín Los restos arqueológicos que podemos atribuir a la época bajo medieval son realmente escasos, debido sobre todo a la reestructuración que sufrió este sector de la plaça Major durante de la década de 1960 y la ampliación de la calle Ramón y Cajal que tuvo 15 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

lugar en 1908. Los únicos restos se conservan en la parte más septentrional de la excavación donde documentamos once silos, tres de ellos rellenados con abundante material constructivo contemporáneo, arena, zahorras y gravas, sin ningún otro tipo de material arqueológico. Los restantes tenían en su interior abundante material fechado en el siglo XVIII. En los siguientes capítulos se hace una descripción detallada de los elementos más significativos que aparecieron en estos rellenos. Los silos ocupan buena parte del ángulo sureste de la plaza porticada medieval. La construcción del viejo ayuntamiento en 1791 implicó la amortización ya definitiva de la totalidad de estas unidades negativas que aparecieron excavadas en el terreno natural. Los silos están relacionados con el viejo almudín, único depósito cerealístico de la vila, que según la documentación histórica se hallaba junto a la Casa Capitular. El 10 de enero de 1330, el rey Alfonso IV el Benigno concede a la vila la construcción del almudín. Y a partir de este momento son numerosas las citas documentales que hacen referencia a este edificio. Así, por ejemplo, en el Manual del Consell nº 13, hoja 26, aparece reflejado que en el año 1425 se compra cal para hacer el almudín de la corte; en la Clavería nº 338, hoja 58 vuelta, se refleja que en 1608 hay que “empallar les sitges”. Pero ante todo, procede realizar una consideración de los valores arquitectónicos del edificio. El almudín está emplazado en la posición central de la ciudad, recayente a la plaza Mayor. Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que sería un edificio de reducido tamaño, construcción modesta, que posiblemente tiende a cerrarse al exterior para defender la mercancía. Domina el aspecto utilitario sobre el valor monumental o artístico conferido a otros edificios de carácter civil. La estructura arquitectónica que debió adoptar el edificio en época bajo medieval fue posiblemente la de un pórtico relacionado con la plaça de la vila medieval, de forma rectangular, quizá con soportales; no obstante, únicamente se conservan los silos excavados en el subsuelo geológico, en donde se depositaba el grano para el abasto de la población y su venta a particulares. El Consell tenía un local destinado a atender el aprovisionamiento de cereal, un sistema de silos que en la misma plaça de la vila y calles adyacentes a ella, caso de la calle Mayor, guardan el grano almacenado. Los de la plaza, según la documentación histórica, tenían una capacidad de cuatrocientos cahíces. Pasamos a describir a continuación los distintos silos haciendo referencia al número de unidad con el objeto de que el lector los localice en el plano. Los silos se hallaban junto a la Casa Capitular. Todos conservan revoco de mortero de cal en su interior, boca

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de ladrillo, cuello estrecho, cuerpo ligeramente globular y base plana reducida. Nueve de ellos aparecieron localizados en el interior de la plaça de la vila, los dos restantes en la calle Mayor. Unidad 1176 Silo para almacenamiento de grano, documentado en el interior del perímetro de la plaça de la vila. El silo mide 4,60 metros de longitud por 1,86 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,62 metros. Unidad 1178 Silo para almacenamiento de grano, documentado dentro de la plaça de la vila, al Este de la unidad 1176. El silo mide 4,19 metros de longitud por 1,91 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,69 metros. Unidad 1180 Silo para almacenamiento de grano, documentado dentro de la plaça de la vila, al Este de la unidad 1182 y al Norte de 1178. Mide 4,13 metros de longitud por 1,98 metros de anchura máxima. Por su parte, el diámetro de la boca es de 0,69 metros. Unidad 1182 Silo para almacenamiento de grano, documentado dentro de la plaça de la vila, entre las unidades 1176 y 1186. El silo presenta 4,06 metros de longitud por 1,73 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,59 metros. Unidad 1184 Silo para almacenamiento de grano, documentado en el interior de la plaça de la vila, al Este de la unidad 1186 y al Norte de 1180. El silo mide 3,90 metros de longitud por 1,85 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,78 metros. Unidad 1186 Silo para almacenamiento de grano, documentado dentro de la plaça de la vila, al Norte de la unidad 1182. Conserva 4,23 metros de longitud por 1,79 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,76 metros. Unidad 2001 (equivale a 1188) Silo para almacenamiento de grano, documentado en el interior del perímetro de la plaça de la vila. Mide 3,80 metros de longitud por 2,40 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 1,10 metros.

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Unidad 2009 (equivale a 1189) Silo para almacenamiento de grano, documentado en el interior del perímetro de la plaça de la vila. El silo mide 3,60 metros de longitud por 2,16 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,80 metros. Unidad 2007 Silo para almacenamiento de grano, documentado en el interior del perímetro de la plaça de la vila. El silo conserva 3,40 metros de longitud por 1,90 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 0,99 metros. Unidad 2003 Silo para almacenamiento de grano, documentado en el centro de carrer Major. El silo está relacionado con el almudín y mide 4,15 metros de longitud por 1,66 metros de anchura máxima. El diámetro de la boca es de 1,10 metros. Unidad 2005 Silo para almacenamiento de grano, documentado en el centro de carrer Major. El silo está relacionado con el almudín, mide 3,90 metros de longitud por 1,92 metros de anchura máxima y el diámetro de la boca es de 0,98 metros. Los silos se remataban con una piedra plana en la que se labraba el orificio de entrada, que admitía como cierre otra piedra de forma lenticular. La totalidad de estas piedras aparecieron partidas en numerosos fragmentos en el interior de cada uno de los silos. Ocho de ellos han proporcionado material cerámico, vidrio, hueso y metal fechado en el siglo XVIII, acompañado como hemos dicho de los restos del remate de piedra y tapadera de los silos. Los materiales registrados en el interior de estos depósitos cerealísticos nos están indicando la fecha de colmatación y abandono definitivo de los mismos a lo largo del siglo XVIII. Jacinto Heredia en el año 2006 publica un artículo en la revista Cadafal titulado “L’almodí de Vila-real”. En dicho artículo hace un breve pero interesante repaso de los capítulos del contrato de arrendamiento que establecían todas las circunstancias y obligaciones del servicio. Para ello lleva a cabo un exhaustivo trabajo en el Archivo Municipal de Vila-real referente a la siguiente documentación: los diferentes Manuals del Consell, Llibres Judiciaris, Reglamento de Propios, Protocolos de escrituras de subastas, inventarios y arrendamientos de las regalías de Vila-real, etc. A partir del siglo XVI, el Archivo Municipal conserva la documentación correspon18 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

diente a la administración del trigo en el almudín en diversas etapas (1578-1580, 15881589, 1601-1602, 1609-1647); y en el siglo posterior el libro pergamino con las fechas correspondientes a los años 1709-1710 (Heredia, 2006). Los Manuals del Consell y llibres Judiciaris ofrecen información sobre las subastas anuales para el arrendamiento de este servicio. Con fecha 29 de septiembre de 1702 los jurados de la vila realizan el inventario de las herramientas propias de la actividad del mustaçaf, encargado del control de las actividades comerciales, que hace un repaso exhaustivo de todas las medidas empleadas por los botiguers: barcelles i almuts de fusta, peses de ferro, embuts de coure, lliures de ferro i llautó, llibres de registre, bancs de fusta, etc. (Heredia, 2006). A partir de 1710 el seguimiento de su actividad este autor lo realiza a partir de los registros de los Judiciaris municipals. Así consta el lliurament de l’almodí con el recuento hecho de las provisiones de trigo, al labrador Miquel Martines, el 30 de octubre de 1712. Formando parte de las regalías de la vila, el arrendamiento anual del almudín continua siendo durante todo el siglo XVIII una de las principales fuentes de ingresos de las arcas municipales. En 1735, aparece una nueva cita del almudín de Vila-real, si bien se le llama ahora “alóndiga”, la nota responde a una prohibición de vender “trigo, paniso y adasa” a los forasteros. En 1741 se acuerda, debido a su mal estado, enladrillar el piso de “la casa alóndiga de los granos y donde estos se venden”. Los Reglamentos de Propios dejan constancia del hecho, comenzando por el más antiguo conservado que, en 1761 señala los ingresos debidos a la “alóndiga del trigo” y al “Derecho de Pesos”. Con motivo de la construcción de la Casa Consistorial en 1797, el almudín se establece en el almacén de la planta baja del mismo edificio, en la puerta de la izquierda de las dos existentes en la plaça Major. El último “remate de peso y mesura” que se documenta, hecho a favor de Estevan Almela, consta de enero de 1812. En 1831 este local estaba destinado para el Cuerpo de Guardia de Policía, por lo que se pone de manifiesto la inexistencia definitiva en este edificio del servicio del almudín. Cuando fue constituida la Comunidad de Regantes en 1869, el almacén fue la sede inicial de sus actividades y hasta finales del primer tercio del siglo XX, pasó a ser dependencia municipal de la Administración de Consumos. En 1851 se toma el acuerdo de que en el edificio denominado almudín, junto a la Casa Capitular, se construyan dos casas para los sirvientes de la municipalidad. 19 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

EXCAVACIÓN DEL EDIFICIO DEL VIEJO AYUNTAMIENTO DEL SIGLO XVIII

El ayuntamiento de finales del siglo XVIII Pese a que las construcciones se encuentran muy arrasadas, podemos considerar las cimentaciones de mampuesto descritas con las unidades 1151, 1054, 1132 y 1168 como la planta perimetral de un espacio en el que se encontrarían las edificaciones de las que formarían parte las dependencias del viejo ayuntamiento de 1791 y de la Jefatura de Policía Local. Este edificio, se localiza al Norte de Ia plaça Major, en la esquina sureste de la plaça de la vila, y la superficie excavada mide unos 540 m2. Tiene su entrada por la misma plaza. A sus espaldas hemos documentado un patio delimitado por la cimentación de piedras trabadas con mortero de cal descrita con la unidad 1132. La estancia mejor conservada tiene una superficie de 39 m2 y está ocupada por un pavimento de losas escuadradas de piedra caliza. El grosor de los cimientos de muro mampuesto varía de 0,93 a 1,35 metros.

La Botiga del Blat A mano derecha del edificio de la Casa Capitular, documentamos los restos de la botiga del blat, también llamada pes de la farina, donde se vendía el citado producto. El edificio está fechado por la documentación histórica en el siglo XV. El recinto de la botiga está configurado a base de cimientos de mampuesto de mortero de cal (las unidades 1075, 1119 y 1149 del plano de las estructuras). Estos cimientos han aparecido en todos sus lados excepto por el Oeste, dónde la construcción de la fuente de la plaza arrasó su fachada principal y parte de la planta del edificio.

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La estancia mide aproximadamente 64 m2, pero debemos tener en cuenta que sólo conserva 14,52 metros de longitud y 4,43 metros de anchura máxima. En su interior aparecieron los restos de un total de 25 tinajas de cuerpo ovoide (las unidades 1076, 1077, 1078, 1079, 1080, 1081, 1083, 1085, 1087, 1089, 1091, 1093, 1095, 1097, 1099, 1101, 1103, 1105, 1190, 1193, 1109, 1112 y 1116 de la planta de la excavación), gran parte de ellas de cuello estrecho y base plana pero reducida; un lebrillo del siglo XVIII con cubierta vítrea de tonalidad verde (unidad 1107) y los restos de un suelo de mortero de cal que aparece descrito con la unidad 1118 del plano de estructuras. Las tinajas se encontraban trabadas desde la base hasta la mitad del cuerpo con mortero de cal y piedras angulosas y distribuidas a lo largo de cada uno de los muros. Adosada al Sur de esta estancia, pasamos a documentar otra, de aproximadamente 20 m2, que se hallaba delimitada por los cimientos de piedras trabadas con mortero de cal descritos con las unidades 1067 y 1015. Disponía de un nuevo depósito (la unidad 1060), pero esta vez no se trataba de una tinaja sino de una estructura de planta cuadrangular realizada con ladrillos. Podemos pensar que esta estancia también formaba parte de la botiga del blat. En el Manual del Consell nº 41, hoja 9 vuelta, se refleja que en 1489 se acuerda que se enladrille el piso de los pórticos de la Casa de la Vila y la botiga; por otro lado, en el manual del Consell nº 61, hoja 12, aparece una cita del año 1517 que habla de la botiga del blat. En 1517 se manda hacer en él un enrejado de madera para instalar en el mismo local el pes de la farina i la caixa. El pes de la farina era el lugar donde los particulares acudían a comprobar la exactitud del peso del producto. La caixa era un depósito para, con su contenido, pasar a corregir las deficiencias de peso, cuando eran éstas observadas por el mustaçaf. Aparece de nuevo en la documentación, si bien en 1735 se le llama alóndiga, la nota responde a una prohibición de vender “trigo, paniso y adasa” a los forasteros. En 1741, se acuerda visto su mal estado, enladrillar el piso de “la casa de la alóndiga de los granos y donde estos se venden”. En otro orden de cosas, el edificio del viejo ayuntamiento y de la Jefatura de Policía Local y la iglesia del Convento del, estaban separados por un estrecho callejón (que está indicado en el plano con el número 1051), que apareció durante el proceso de excavación ocupado por numerosas fosas sépticas y depósitos contemporáneos.

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EXCAVACIÓN DEL CONVENTO DEL CORPUS CHRISTI

Este convento (anterior palau dels Cucaló de Montull), que tenía su principal entrada por la calle Mayor de Santo Domingo, y que ocupaba toda una manzana, se hallaba lindante por el Norte con dicha calle, por el Sur con la calle de los Desamparados, por el Este con el callejón de la Casa Capitular y por el Oeste con la calle de Benedito. Empezaron las obras del convento sobre la estructura del palacio dels Cucaló el año 1638, y se concluyeron en el mismo año. Una de las primeras noticias que se conocen del linaje de Montull se remonta a 1471 en la que se indica el fallecimiento de Francesc Montull, escribano de la Conselleria Real. En 1530 Baltasar de Montull otorga testamento legando sus bienes al Hospital de la vila. Pero la primera noticia de la existencia del palacio como tal es la que aparece en el libro de Martín de Viciana de 1564, Crónica de la ínclita y coronada ciudad de Valencia y su Reino, donde hay constancia de un grabado de la villa, y en él se aprecia el Palau dels Cucaló de Montull. Destacaba por ser un gran palacio con grandes ventanas ageminadas en el primer piso, de medio punto en el segundo, y una pequeña torre con cúpula que sobresalía por encima del tejado. El Palau dels Cucaló era propiedad del linaje de los Cucaló de Montull. El heredero de la saga, Jaime, pudo mezclar ambos apellidos a mediados del siglo XVI. Él, junto con su hijo Francesc Joan, fueron los Cucaló de Montull. Su hijo será el que recibió al propio Rey de España, Felipe II en septiembre de 1586. Y en el año 1617 murió el hijo de éste. El palacio se puso en venta en el año 1638 y esto propició que su destino no fuese el ser un edificio civil sino un edificio religioso. El rector del Real Colegio del Corpus Christi de Valencia, Juan Gil Trullench, supo que Sor Agnes de Cisternes quería hacer una nueva fundación de su orden dominica. Quería instalar el convento en casas que su 22 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

familia tenía en la calle Mayor de la vila, justo al lado de la Capilla de San Jaime, esquina a la calle la Sangre. Al no poderse hacer allí, y sabiendo que el palau dels Cucaló se había puesto en venta, junto con otros dominicos compró susodicho palacio. En abril de 1638 se realizaron varias reformas imprescindibles para poder albergar a la comunidad que en él se instalaría. El 7 de febrero de 1639, se constituye la nueva comunidad con ocho monjas, las cuales estuvieron habitando el palau a lo largo de tres siglos. Nueve años más tarde de su instalación se realizaron las obras de ejecución de la capilla, de una sola nave, en la parte más cercana a la plaza porticada, siendo rematada en el año 1651. El interior del edificio fue adaptándose a lo largo de décadas posteriores, porque con el tiempo la comunidad fue incorporando casas y patios adyacentes, y con ello se fue ampliando su espacio de uso, aunque sin actuar arquitectónicamente, hasta que finalmente ocuparon casi la totalidad de la isla de edificios que formaban parte de toda la manzana. La nueva Casa Capitular se levantaría en la zona este durante el año 1791. El horno de pan y la enfermería unificaron sus fachadas manteniendo de este modo su presencia como fue en su día el palau dels Cucaló. Se derribó en 1958, cuando la comunidad Dominica se trasladó a un nuevo recinto (el antiguo Hospital) y el solar que ocupaba dejó lugar a la actual Plaza Mayor. Con su derribo se proyectó ampliar la plaza Mayor y trasladar el antiguo Ayuntamiento, lo cual se realizó a partir del año 1967. La superficie del edificio perteneciente al convento que hemos excavado manualmente es de 1.426 m 2 , habiendo constatado en la planta del mismo con el tiempo algunas modificaciones. Hemos diferenciado en su interior varios departamentos, un aljibe, varios silos y fosas sépticas, un pequeño claustro y la planta de la iglesia con la cripta bajo el presbiterio. Ésta, que tiene su entrada principal por la calle Mayor, es de una sola nave.

El claustro Se trata de un ambiente de planta cuadrangular, que conserva una superficie de 143 m , de los cuales únicamente ha sido posible documentar tres de sus lados. El ala norte 2

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es el resto mejor conservado, está configurado por tres cimentaciones de ladrillo, pertenecientes al soportal (las unidades 1064, 1111 y 1115) y los cimientos muy arrasados de un muro perimetral (la unidad 1074), que se adosa al edificio de la botiga del blat. Entre ambos cimientos aparece un espacio deambulatorio de 1,90 metros de anchura. Respecto al ala oeste, se conservan los cimientos de dos muros paralelos (las unidades 1014 y 1063) que delimitan un pasillo de 1,50 metros de anchura. Del ala sur sólo se conservan los cimientos de los arcos del soportal, las unidades 1068 y 1150. Por último, del ala este documentamos parte del cimiento de mampuesto de mortero (la unidad 1066). El interior del claustro está recorrido en sentido noroeste-sureste por una conducción de hormigón (la unidad 1005) que conectaba con la fuente de la plaza y que en el momento de su construcción arrasó parte de las estructuras del edificio.

La iglesia La planta de la iglesia del convento es de una sola nave y presenta una orientación Este-Oeste. La puerta da a la calle mayor. En el lado opuesto se halla el presbiterio y bajo éste la cripta u osario. La planta total del edificio tiene una superficie aproximada de 350 m 2. La técnica constructiva que utiliza es el mampuesto de piedras trabadas con mortero de cal mediante la alineación de grandes piedras y en el centro otras más pequeñas; así como fábrica de ladrillos para la cubierta de la cripta. Podemos considerar las cimentaciones de mampuesto definidas por las unidades 1050, 1043 y 1015 o 1016 como la planta perimetral de este ambiente, que se encuentra muy arrasado por la construcción de un sótano de Iberdrola.

Descripción de los elementos del edificio

La cripta de la iglesia La estructura de la cripta (unidad 1040) es de planta rectangular, está dividida en tres ambientes y reproduce la planta de una iglesia a una escala menor, con la cabecera semicircular orientada al Norte. Mide aproximadamente 23 m 2 , 7,42 metros de longitud y 3,12 metros de anchura. El 24 LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA PLAÇA MAJOR DE VILA-REAL

acceso está situado en el muro sur, con una escalera de piedra y ladrillo que mide 3,07 metros de longitud por 1,03 metros de anchura. La cubierta era abovedada y estaba elaborada con ladrillos. El tercero de los ambientes documentado en el interior, podemos decir que es la terminación o cabecera de la cripta rectangular. Está conformada por una cimentación de morfología semicircular que en su interior presenta unas dimensiones de 2,50 por 1,25 metros. La técnica constructiva utilizada es el mampuesto de mortero de cal que aparece combinada con fábrica de ladrillo.

La nave de la iglesia Corresponde también al límite norte del convento y está asociada a la cimentación de un muro elaborado con mampuesto de piedras trabadas con mortero de cal (la unidad 1050) que conserva un grosor de 1,60 metros y que delimita una estancia de morfología rectangular de la que sólo se conservan los restos de un preparado de suelo de mortero de cal y grava y los cimientos de los muros perimetrales.

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AMBIENTE DE SERVICIOS

La parte de solar existente entre el edificio del ayuntamiento actual y la superficie de la plaza Mayor estaba ocupado por un vial. Bajo este vial, localizamos la zona de servicios del convento con dos aljibes, varias fosas sépticas, depósitos y dos nuevos silos, pero esta vez de dimensiones menores a los del almudín de la plaça de la Vila. El estado de conservación de los restos era muy malo, debido a que la calle ya se encontraba a una cota más baja que los cimientos excavados del convento en el espacio adjunto.

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LA SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA

Respecto a la secuencia de estratos que podemos observar en todo el sector excavado de la plaza, es muy sencilla y la deposición de los diferentes niveles se repite de forma sistemática en todos los sectores excavados durante los trabajos de arqueología. El nivel superficial no tiene mucho espesor, unos 20 cm, y presenta las mismas características por toda la plaza: se trata de una capa de escombros, poco compacta, de textura arcillosa, en la que se incluyen piedras menudas, mortero de cal, fragmentos de ladrillo y de azulejo del siglo XIX y XX. Todo el estrato superficial del área excavada pertenece al nivel de arrasamiento de las estructuras del convento en el año 1958. Este mismo nivel cubre en unos sectores muy puntuales de la excavación un segundo nivel de relleno que enrasa los cimientos de mampostería de las distintas construcciones rellenando, en algunos ejemplos, el interior de las estancias. Este estrato de colmatación se forma como consecuencia del derrumbe de algunos de los muros y, por tanto, presenta como rasgo característico una composición heterogénea formada a base de gravas, fragmentos de ladrillo y piedras. Esta secuencia estratigráfica se repite constantemente en casi todos los sectores excavados, no hay estratos superpuestos ni infrapuestos a este depósito. Ello es debido a la notable transformación que sufrió el edificio del convento a lo largo del siglo XIX. En efecto, en un momento cronológico que situamos entre mediados y finales del siglo XIX el convento sufrió importantes obras de reforma. Los estratos de construcción son poco frecuentes en esta excavación, ya que casi todas las construcciones arrancan desde el nivel natural de base. Los restos arqueológicos de la excavación que podemos situar cronológicamente en

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la época bajo medieval son muy escasos, ello es debido sobre todo a la actividad intrusiva de las diferentes construcciones que se levantaron en época moderna y contemporánea, como es la reestructuración del Convento de las Dominicas en 1638, la edificación del viejo y nuevo ayuntamiento (1791 y 1967 respectivamente) y de las casas adosadas a ellos. Con todo, es muy difícil determinar la cronología exacta de alguno de los muros, pues los cimientos no aparecen relacionados con ningún nivel arqueológico de época bajo medieval; se trata casi siempre de un estrato revuelto con material cerámico de los siglos XVIII y XIX. En los otros casos, es un nivel de tierra de composición arcillosa que aparece sin materiales arqueológicos. Además, la técnica constructiva es siempre la misma, mampuesto de mortero de cal, por lo que no podemos valorar diferencias a través de la construcción. Los recientes trabajos arqueológicos han puesto de relieve su existencia en las cuadrículas ubicadas enfrente del nuevo ayuntamiento y están relacionados con el palau dels Cucaló de Montull; y, por otro lado, en el extremo opuesto del solar en la parte correspondiente a los restos del almudín y la botiga del blat. Las construcciones relacionadas con el Convento de las Dominicas están documentadas enfrente del nuevo ayuntamiento. Parte de las cimentaciones del palacio dels Cucaló de Montull fueron reaprovechadas a partir de 1638 en el convento, llegando a estar relacionadas con la construcción anterior. En resumen, la apertura de la plaça Major en 1966 estuvo precedida por el derribo del viejo edificio del ayuntamiento del siglo XVIII y de los arcos ojivales medievales que quedaban en el mismo ángulo, del convento del Corpus Christi en el año 1958, y por consiguiente del Casalot dels Cucaló de Montull, que ocupaba prácticamente la totalidad de la manzana que hoy en día es la plaza.

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BIBLIOGRAFÍA

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Foto 1.1. Sondeo previo realizado en enero de 2005.

Foto 1.2. Proceso de excavación de la plaza retirada la capa de hormigón superficial.

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Foto 1.3. Proceso de excavación de los niveles superficiales.

Foto 1.4. Proceso de excavación manual.

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Foto 1.5. Cimientos del viejo ayuntamiento de 1797.

Foto 1.6. Cimentaciones de la iglesia y cripta del Convento de las Dominicas.

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Foto 1.7. Detalle de la cripta de la iglesia.

Foto 1.8. Cimientos del claustro del convento.

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Foto 1.9. Tinajas que formaban parte de la Botiga del Blat.

Foto 1.10. Silos excavados en el terreno del almudín de la Vila.

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Foto 1.11. Azulejo que apareció en el interior de la cripta de la iglesia del Convento de las Dominicas.

Foto 1.12. Escudo del Almudín de Vila-real. Encastado en el muro de la Casa del Consell indicaba el lugar donde se localiza el almudín. Se trata de un bloque rectangular de piedra calcárea de 51 x 69 x 15 cm, de tonalidad grisácea con los contornos regulares. La superficie donde está el relieve aparece desgastada y pulida. Presenta una moldura plana exterior que representa el escudo y que delimita el campo del relieve: una hoz ( falç o corbella) y un garbell con asas circunscrito a un perfil. Las dimensiones del escudo son: longitud máxima: 43 cm; anchura máxima: 38 cm.

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UE 2005

UE 2013

UE 2001

Lámina 1.1. Secciones de los silos. Unidades 2001, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015.

UE 2007

UE 2015

UE 2003

UE 2009 UE 2011

0

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1m

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