LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

August 14, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Evaluacion Educativa
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Descripción

LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

…Lo que hasta nuestros días se ha llamado
civilización no es más que una serie de
episodios de anarquía o injusticia, luchando
unos contra otros...
José Vasconcelos

No obstante los grandes avances cuantitativos que registró el Sistema
Educativo Mexicano en las ultimas décadas, aún persisten graves
deficiencias: se supone que la misión principal de la escuela primaria
mexicana es formar a ciudadanos solidarios y preparados para la vida
democrática, más reproduce en su quehacer rasgos autoritarios perceptibles;
hoy en día el sistema educativo es más complejo que en el pasado; sin
embargo, hay insatisfacción social por la notoria falta de calidad en la
mayoría de los planteles y niveles escolares; se producen millones de
libros de texto, no obstante, hay opiniones de peso que denotan que los
contenidos educativos son obsoletos e irrelevantes para la sociedad actual
y futura; se postula que la educación es el mejor instrumento para preparar
a los recursos humanos que demanda el desarrollo del país, pero el sistema
educativo no reproduce valores que enaltezcan el trabajo; se logró una
cobertura muy importante en la educación nacional, pero aún subsiste un
grave rezago en la educación básica que es dramático en las zonas rurales y
pobres de las ciudades y que se acentúa en los grados superiores; en fin,
la educación siempre ha sido la esperanza de un futuro mejor, pero su
presente deja mucho que desear.

La educación mexicana siempre ha estado sujeta a debate, nunca en su
historia ha sido patrimonio de una sola tendencia; no obstante, en todo
tiempo existen corrientes dominantes y otras en oposición. La educación
siempre ha estado marcada por antagonismos, contradicciones o tensiones. La
Constitución define que la organización política de México es republicana y
federal; que existe un pacto entre estados libres y soberanos que se
asocian para conformar una sola nación. Sin embargo, hasta recientemente la
característica principal del Sistema Educativo Mexicano era el centralismo,
tampoco es seguro que todos los gobiernos estatales estén dispuestos a
tomar a fondo la responsabilidad educativa que el gobierno federal les
transfirió; hay todavía corrientes que, no obstante se manifiestan
discretamente, esperan que el gobierno dé marcha atrás en la federalización
de la educación básica.

El sistema educativo mexicano es un cosmos institucional complejo, desigual
y diferenciado por modalidades y niveles, con propósitos a veces
contradictorios y prácticas que niegan los fines explícitos de la
educación. El sistema presenta avances notables y rezagos bochornosos;
puntas de excelencia en algunas áreas -como en los grandes institutos y
centros de investigación de la Universidad Nacional y parcelas sumamente
deterioradas -como lo es la preparación del magisterio; en algunas etapas
se pueden encontrar rasgos de política educativa transparentes y concretos,
al parejo de proyectos contradictorios y programas erráticos.

La historia de la educación en México es rica en ejemplos que pudieran
ilustrar las paradojas entre los fines de la educación y las prácticas
escolares; entre las declaraciones o las promesas de los gobernantes y los
resultados -o la falta de ellos en el desarrollo de la educación. Pero
también hay muestras de congruencia entre política educativa y
consecuencias positivas en el aprendizaje de los alumnos o, si se quiere,
en el desarrollo del país. Una síntesis bien lograda de historia y política
tal vez tomaría varios volúmenes y al final quizá sería incompleta. Parece
más productivo participar en el debate sobre la educación mexicana
apoyándose en esa historia y en las aportaciones recientes. Este debate, no
es parte de la lucha de los unos contra los otros a las que hacía
referencia Vasconcelos, sino un intento civilizado de discutir propuestas
que parecerían antagónicas, si no compartieran el mismo fin de contribuir a
mejorar la educación en México.

El libro compilado por Gilberto Guevara Niebla, La catástrofe silenciosa,
no deja rincón del Sistema Educativo Mexicano fuera de su crítica
devastadora. En su perspectiva, todo sin exclusión está mal en el sistema:
las autoridades, los maestros, la estructura, los textos, los alumnos, las
políticas diseñadas (unas porque se instrumentan, otras porque no se ponen
en marcha), los arreglos burocráticos entre la Secretaría de Educación
Pública y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Los daños ocasionados a la educación pública nacional por esos arreglos -de
la omisión presupuestal a la hegemonía de los intereses corporativos y las
razones "Políticas" de burocracias y autoridades no hacen ruido. A
diferencia de la contaminación ambiental, la inseguridad pública o el
problema de la deuda, los desastres educativos son graduales, discretos,
indoloros, secretos. Pero a la vuelta de los años podemos ver y medir la
magnitud de esa catástrofe silenciosa.

No obstante que este tipo de crítica no era nueva o inusual Olac Fuentes,
en un artículo memorable había apuntado que la educación mexicana era un
"Territorio Devastado". Aunque el propósito principal de su pequeño ensayo
era criticar la política y acciones de la SEP durante el gobierno del
presidente Miguel de la Madrid, en cierta forma marcó la pauta que una
corriente crítica que luego tuvo influencia en la política del gobierno
federal sobre la educación.

El libro Educación para una economía competitiva: Hacia una estrategia de
reforma, de Guillermo Trejo sostienen que la misión primordial de la
Educación es capacitar eficazmente a la mano de obra de una economía
abierta porque, de acuerdo con su argumento, a mejores calificaciones más
empleo, remuneraciones superiores, mayor movilidad y, en consecuencia, más
igualdad social y ciudadanos conscientes de sus derechos que, por efectos
acumulados, darán un impulso a la democracia. La parte sustantivo de su
tesis se dirige a formular una estrategia de reforma, vía la
descentralización del sistema para llegar, después de varias etapas y
selecciones, a tener un conjunto más o menos homogéneo de escuelas
autónomas en competencia entre sí. La competencia -por los mejores alumnos,
más textos y materiales y mayores presupuestos elevaría la calidad de cada
escuela. Según estos autores, será el mercado, por medio de las
preferencias del consumidor, el que finalmente reinará también en el mundo
de la educación.

En lugar de la administración estatal de los dineros, contratación y
promoción de los maestros, decisiones sobre el curriculum, Trejo propone
que el gobierno otorgue "bonos educativos" a los padres de familia para que
paguen la colegiatura e inscripción de sus hijos en la escuela que ellos
escojan. De esta manera se crearía el mercado de escuelas autónomas. Este
tipo de recetas es también promovido internacionalmente por los abanderados
del neoliberalismo.

Respecto a dejar fuera de las negociaciones para la descentralización e,
implícitamente, de toda política educativa al gremio de los maestros, no
sólo es políticamente ingenuo sino que también sería perjudicial. Exigir al
maestro a que sea únicamente un ejecutor de designios ajenos conduciría al
fracaso, como lo demuestran muchos intentos fallidos de reforma. Contando
con maestros convencidos de su parte, muchos proyectos pueden avanzar; sin
los maestros o contra ellos, los propósitos de reforma están condenados al
fracaso o, peor aún, a la indiferencia. En el libro de CIDAC, la educación
es tomada como un instrumento, como algo que tiene valor de cambio, en
resumen, la educación sirve para esto o lo otro; mas su valor intrínseco,
su lugar en la formación de personas cultas, su carácter de reproductora de
valores culturales no está presente en esos enfoques. En cuanto al de
Guevara Niebla, aunque no es la parte central de su argumentación sí se
hace explícito el propósito cultural de la educación. Tanto Guevara Niebla
y colegas como Trejo, hacen propuestas imaginativas, correctas desde el
punto de vista social (recursos compensatorios) y políticamente atractivas.
Algunas de estas proposiciones, junto con otras más que circulan en el
ambiente académico desde hace tiempo. Otras dos obras recientes se suman al
debate desde la perspectiva oficial. La de Esteban Moctezuma Barragán, La
educación pública frente a las nuevas realidades, ofrece una visión
optimista de las reformas del gobierno del presidente Salinas de Gortari;
también contiene buena información sobre la política del gobierno federal
(sin entrar en detalles sobre los conflictos entre la SEP y el SNTE, por
supuesto) y una reseña detallada sobre la negociación entre los gobiernos
estatales, el federal y la cúpula del SNTE que condujo a la firma del
Acuerdo. Asimismo, contiene un examen interesante acerca de las reformas
legales en materia de educación de 1992 y 1993.

La de Mario Melgar Adalid, Educación superior. Propuesta de modernización,
en el último capítulo, "Hacia la universidad del siglo XXI", expone dos
propuestas. La primera es un análisis respecto a la necesidad de que las
instituciones de educación superior mexicanas incrementen su intercambio
académico internacional, para lo cual ofrece datos sobre las universidades
de los Estados Unidos. En la segunda insiste en la necesidad de aumentar
los vínculos de la universidad con la sociedad, propone que se haga
efectivo el trabajo social. El libro de Moctezuma Barragán es útil por la
crónica acerca de cómo surgió el Acuerdo y el proyecto de la Ley General de
Educación.

En síntesis, los libros recientes, y un caudal de contribuciones
intelectuales anteriores, coinciden en que el Sistema Educativo Mexicano
está en crisis o en una condición de catástrofe. Los de Guevara Niebla y
Trejo propagan la idea de que se llegó a tal situación después de un
proceso histórico, que el problema ya está aquí y es necesario
solucionarlo. Pasar, por así decirlo, de una posición "A" ya dada, a otra
"B", un futuro deseable, para lo cual tiene que transcurrir algún tiempo y
realizarse ciertas políticas.

El proyecto que nosotros hemos propuesto en las 2 publicaciones previas
incluye una diferencia crucial de los anteriores. Su punto de partida es
que el Sistema Educativo Mexicano está en movimiento constante, en un
proceso histórico incesante, que no necesariamente desembocará en una
circunstancia predeterminada, sino que hay proyectos de transformación en
pugna entre sí.



La Conferencia Mundial sobre la Educación Superior ha planteado la
necesidad de volver a "pensar", incluso volver a "crear" la educación
superior, para garantizar que será capaz de responder a las necesidades de
la sociedad en este siglo XXI. El centro de las discusiones apunta no hacia
"lo que es" sino hacia "lo que debiera ser". En nuestro siguiente artículo,
habremos de indicar un conjunto de metas, esperanzas y recomendaciones, así
como planes de acción más claros. La clave de un desarrollo sustentable e
independiente es la educación que llegue a todos los miembros de la
sociedad, a través de nuevas modalidades, nuevas tecnologías a fin de
ofrecer oportunidades de aprendizaje para todos
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