La estética asiste a la escuela

October 8, 2017 | Autor: Alfredo Macías Narro | Categoría: Estética, Conocimiento, Katya Mandoki, Práctica teórica, Crítica y autocrítica
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Descripción

"LA ESTÉTICA ASISTE A LA ESCUELA" Alfredo Macías Narro Octubre del 2003.

A lo largo de nuestra vida cotidiana, solemos emplear una serie de términos de manera más bien limitada, imprecisa y, en ocasiones, equivocada. Entre muchos otros, el uso del término ESTÉTICA (O) ha sido utilizado, como dice Katya Mandoki1, hasta para designar de "modo elegante" a las peluquerías para perros. Aunque esta fina ironía puede parecer extrema, (sobre todo, quizá, para muchos peluqueros de perros y de humanos), es bastante ilustrativa de hasta qué punto se ha desvirtuado su concepto. Generalmente, aplicamos el vocablo, ESTÉTICO (LO; ES/NO ES; POCO; MUY; ANTI, etc.) en sentido calificativo, intentando denotar el grado de belleza que, a nuestro parecer posee o carece un objeto incluso una persona" desde alguna perspectiva más o menos indeterminada (moda, estilo, abundancia, escasez, apariencia etc.): Esta orientación (más bien desorientación) en el empleo del término, también es equívoca. Es equívoca desde el momento que suele confundirse lo estético con la belleza de alguna(s) obra(s) de arte de alguna disciplina (arquitectura, pintura, escultura, danza, música, etc.). Si estamos de acuerdo en que "El arte es una tecnología para la producción de efectos estéticos" 2 entonces nos encontramos con que la estética se relaciona más CON LA EXPERIENCIA SENSIBLE que con lo bello y el arte. En este sentido, lo bello es uno entre otros medios para producir o provocar EFECTOS SENSIBLES. Sin entrar en las profundidades teóricas de lo que es o no es "arte," recordemos que las palabras "ARTE" y "TECNICA" comparten el mismo origen y en la Grecia clásica poseen un sentido similar, en tanto ambas denotan un medio utilitario para la producción de algo: SUBJETIVO lo estético como productor de efectos sensibles en el sujeto; OBJETIVO el arte, en tanto mecanismo productor de objetos.

1 Mandoki, katya. "Prosaica; Introducción la Estética de lo Cotidiano" Ed.Grijalbo a. Mex.1994. 2 Op. Cit. Pag 27

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Desde está óptica, resulta claro que una "obra de arte" no "expresa" absolutamente nada, no "habla" no "comunica", sino que se requiere la presencia y participación del ser humano, a fin de que la obra de arte (como OBJETO SÍGNICO) cumpla su papel y el espectador (como SUJETO CAPAZ DE LO SENSIBLE) cumpla el suyo. El arte es, por tanto un proceso social y como tal pertenece al ámbito de la comunidad, y no a un "mundo del arte" propio solamente de los "iniciados" y alejado por completo del mundo de los simples mortales.

 ESTÉTICA. Sin intentar una definición a manera de "telegrama" de lo que entendamos por estética, podemos decir con Mandoki que "la relación SUJETO-OBJETO es una relación social, en la medida en que el sujeto se constituye como tal desde lo social" y no como ente aislado en sí mismo. El sujeto estético entra en contacto (de manera pasiva o activa) con el objeto (cualquiera que éste sea) de acuerdo con su particular formación y su bagaje cultural, es decir, de acuerdo con su personal "sensibilidad," la que determinará su inclinación/modo de relacionarse con el objeto en cuestión, como:



Relación TÉCNICA.

(Operar con el objeto).



Relación COGNOSCITIVA.

(Conocer el objeto).



Relación ECONÓMICA.

(Producir al objeto).



Relación LINGÜÍSTICA.

(Enunciar el objeto).



Relación ESTÉTICA.

(Sentir el objeto).



Relación ÉTICA.

(Evaluar el objeto)

Como ya se ha mencionado, la sensibilidad (cualquiera que sea su orientación o predominancia) es una capacidad humana, es decir del sujeto y jamás del objeto. Ahora bien, el ser humano tiene capacidad de conocimiento y, por lo tanto, también de aprender; esta capacidad, se manifiesta y desarrolla, tanto en el plano racional y

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lógico (P.Ej. para la construcción del conocimiento científico o filosófico), como en un plano irracional y emotivo (P. Ej. para el desarrollo de alguna disciplina artística). Es esta constante interacción social entre SUJETO-OBJETO-OTROS OBJETOSOTROS SUJETOS, lo que permite al sujeto estético definir y caracterizar su proceso de desarrollo (a través del aprendizaje, tanto de tipo intelectual, como emocional) de manera integral y hasta armónica. Por otra parte, dada la carga secular de interpretación de valores (relativos y pertinentes sólo a ciertas sociedades o partes de cada una de ellas) que ha relacionado a la estética más con el arte que con las actividades cotidianas o lo ha hecho desde una perspectiva ideológica, se ha configurado el concepto de PROSAICA y estructurado su método no como una especie de "Estética popular" o de "segunda clase", sino como OTRA ESTÉTICA que no trata de ANALIZAR lo cotidiano (como lo hace un sociólogo, un psicólogo social o un antropólogo) sino que se enfoca hacia la SENSIBILIDAD EN LA VIDA COTIDIANA.

 PROSAICA. Así como la POÉTICA se ha relacionado con el fenómeno ARTE y la ESTÉTICA se ha ocupado exclusivamente de aquéllas en un plano lejano, la PROSAICA se ocupa de los fenómenos ordinarios de la sensibilidad en nuestra manera de comunicarnos, de relacionarnos con otros. Por ello hablamos de dos estéticas (o dos orientaciones de la estética si se quiere); LA POÉTICA que se enfoca hacia la sensibilidad en la producción artística y LA PROSAICA, que se enfila hacia la sensibilidad en la vida cotidiana. Seguramente se preguntarán: ¿y, CÓMO opera la prosaica?; ¿en DÓNDE se ubica?; ¿para QUÉ puede servir? o algunas otras cosas por el estilo. Algunas de estas cuestiones fueron planteadas con anterioridad. Se dijo que el plano operativo de la prosaica está establecido en el ámbito social. Esto implica que, a su vez, está regulado por las condiciones históricas y de desarrollo económico particular de una determinada sociedad, esto es claro. Lo que quizá no es tan claro, es la FORMA en que se traducen o se interpretan las relaciones SENSIBLES interpersonales y/o "intraindividuales" ante un mismo OBJETO. Tratemos de explicarlo.



SEMIÓTICA.

Un objeto (cualquiera que sea) es UN SIGNO, es decir, posee un valor de referencia con respecto de OTROS SIGNOS y se ubica en un plano de contexto, es decir, un signo requiere de otros signos para adquirir sentido y de un contexto que permita identificarlo en el "modo" preciso. Entonces podemos hablar de un OBJETO SÍGNICO.

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Tomemos un objeto, por ejemplo el signo

(-)

Fig. 1

* Sin tener una referencia (otros signos).

* Sin tener un contexto (de qué categoría es este signo). Sólo podemos especular o describir:

"Es una pequeña línea de 5mm. Colocada en posición horizontal", "es un guión ortográfico". O bien, "es un signo aritmético que quiere decir menos o resta". En cambio, si le otorgamos una referencia determinada. P. Ejemplo:

(-+x)

Le estamos dando un plano de contenido, también llamado SIGNIFICADO.

"Es, efectivamente, un signo aritmético que quiere decir menos o resta" además un contexto específico, P. Ejemplo:

(3-2 =)

Si le otorgamos

Le estamos dando un plano de expresión también llamado SIGNIFICANTE

Esto opera de la misma manera para una corbata, que para la manera de hablar (aunque no necesariamente para lo que se dice); desde una persona, hasta un edificio o una llave de tuercas. Es decir, se realiza un análisis o proceso SEMIÓTICO (SEMIÓTICA, es la parte de la ciencia que se encarga del estudio de los sistemas de signos). Un objeto (cualquiera que sea su naturaleza), PUEDE convertirse en un SÍMBOLO, en tanto posea o adquiera una carga emotiva y energética (según Katya Mandoki; en el sentido estrictamente físico, es decir, que se puede traducir en materia y en tiempo), dicho en otros términos, el símbolo está concentrado en sí mismo; se "carga" a sí mismo, de tal manera que su sentido no es diferencial (como en el signo), sino inmanente 3. En resumen, en la medida que dicho objeto se autosignifica, podemos hablar de su cualidad de SÍMBOLO.

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Que es inherente a un ser o conjunto de seres y no es resultado de una acción externa a ellos.

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Para ilustrar lo anterior, describiremos el proceso paso a paso:

1) 

Tomemos 2 objetos del ejemplo anterior:

(x +) y

El sentido sígnico (o significado) y el plano de expresión del ejemplo en cuestión , nos permiten afirmar que:

"Son los signos aritméticos de suma y multiplicación":

2)

Amplifiquemos su tamaño:

Fig. 2

(x y+ ) 3)

Finalmente, procedamos a dotarles de la carga emocional que los transforme en símbolos:

( x 5

y

+)

A estos SIGNOS, transformados en SÍMBOLOS, les estaremos dotando de un valor que denota su origen y su sentido, también llamado DENOTADO. Por su universalidad, gran parte de las personas en muchas parte4s del mundo, podrán darles la siguiente interpretación: Acerca del primero: "Es una esvástica, símbolo de genocidio y maldad." Acerca del segundo: "Es la señal de la cruz, símbolo cristiano de Dios y de la bondad." Sin embargo, si el observador del primer símbolo fuese un miembro de la comunidad HOPI (indígenas del sureste de los Estados Unidos de Norteamérica), es casi seguro, que sentiría regocijo porque el signo de la esvástica, es símbolo de buena suerte en su cultura. Y, si el observador del segundo signo fuese un ex-esclavo negro de fines del siglo XIX o principios del XX, o bien, un fiel creyente de la religión mahometana, se podría afirmar, casi con certeza, que tendría para ellos una connotación muy diferente y, probablemente, de carácter negativo. En el primer caso, el sujeto podría fácilmente asociar el signo de la cruz con los actos criminales de los racistas del Ku-Klux-Klan, en tanto que, en el segundo supuesto, la asociación con las pseudo-cruzadas que por la fe, la libertad, contra el "terrorismo" y demás argumentos falaces, han emprendido en contra de los pueblos árabes del medio oriente, los norteamericanos, británicos y su séquito de segundones. Este mecanismo opera lo mismo para una guitarra (LA de Jimmy Hendrix o de George Harrison), que para algunos lienzos de tela (LOS pañuelos de Elvis Presley, arrojados al público), que para algunos pedazos de hule de llanta (LA balsa de Elián González). Resumiendo todo lo anterior, entendemos que la relación entre los elementos enviciados existe una dualidad (o incluso, multiplicidad) de niveles o planos en que se establece dicha relación. Hay un plano explícito, de carácter ideológico; existe otro plano no tan obvio de carácter psicológico y sociológico (propagandístico más bien) y otro plano implícito de carácter estético. Como comunicación estética, debemos comprender un hacer común; compartir procesos de producción sensible que son, como se dijo antes, SIMBÓLICOS y/o SEMIÓTICOS, de manera simultánea.

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Podemos esquematizar la parte que ocupa cada componente, de la siguiente manera:

Fig. 3

OBJETO SÍGNICO

SIGNIFICADO EL PLANO DE CONTENIDO. (Temporal, espacial, social, religioso, político, comercial, etc.)

EL OBJETO EN SÍ

SIGNIFICANTE

REFERENTE

IDEOLÓGICO

EL PLANO DE EXPRESIÓN. (Forma, intención, contexto, medio, etc.)

PROSAICO

ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS

ESTÉTICO

Con la finalidad de estructurar, de una manera menos convencional, el esquema semiótico que estamos construyendo, es oportuno incorporar algunos elementos adicionales, como son el estereotipo y el prejuicio, no tanto o no sólo desde el punto de vista de la psicología y la sociología, sino como fenómenos sociales, que afectan a la sensibilidad de los individuos y su praxis, es decir, en su interacción cotidiana con los objetos y con los demás individuos. Desde esta perspectiva, quizá sea válido plantear que, de existir alguna patología mental en el sujeto, ésta probablemente afectará, (en sentido positivo o negativo y en grado de intensidad variable, desde luego), su percepción y su sensibilidad, es decir, sus capacidades sensibles y posiblemente repercuta y hasta determine, su praxis sensible.

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A fin de cuentas, es conveniente agregar al breve análisis de la Estética y la Prosaica que estamos intentando realizar, el CÓMO y el POR QUÉ, el estereotipo y el prejuicio intervienen de manera importante entre el sujeto estético y el objeto sígnico, no de modo neutro, sino, por regla general, como mecanismos de mediatización deliberadamente creados y aplicados. Si estamos de acuerdo que, tanto el prejuicio, como el estereotipo son productos socialmente determinados, entonces es factible deducir que incidirán en la forma en que el sujeto estético aprende a serlo. Si la capacidad (como potencial) sensible del individuo, se configura como parte innata de sí mismo, entonces el desarrollo (como aprendizaje) de su sensibilidad particular y la praxis de esa sensibilidad (como socialización), se verán afectados por todos los mecanismos de interrelación social, definidos y determinados por y para una sociedad o parte de ella. En otras palabras, una sociedad evolucionada y poseedora de un grado de complejidad considerable, tal como es el caso de las sociedades divididas en clases, los estereotipos y prejuicios serán creados, generalizados e impuestos por las clases dominantes, sobre las clases dominadas. En función del planteamiento anterior, el REFERENTE (el que refiere o comunica), no puede ser EL OBJETO SÍGNICO en sí, sino la interpretación y el uso de tal interpretación, acerca del objeto que haga el sujeto estético, con y a través de otros sujetos. En este sentido, podemos determinar que el OBJETO SÍGNICO es una entidad que contiene, tanto al SIGNIFICADO, como al SIGNIFICANTE y puede operar de manera FUNCIONAL o SEMIÓTICA, pero también de manera SIMBÓLICA. Así como no puede hablarse de neutralidad en la ciencia (ni en su proceso de enseñanza-aprendizaje), tampoco puede pensarse en una supuesta "pureza del arte" o en la asepsia ideológica del quehacer docente. En este orden de ideas, baste con recordar que, fueron eminentes científicos quiénes idearon y construyeron la bomba atómica, pero fueron los políticos y los militares (es decir, el sistema de poder) quiénes les financiaron sus trabajos de investigación y desarrollo (en otras palabras eran, en el sentido estrictamente laboral del término, los patrones). A fin de cuentas, fueron estos últimos los que decidieron cuándo, cómo y contra quién utilizarla. Un patético ejemplo de lo anterior, está constituido por la carta que Albert Einstein envió a Harry S. Truman, solicitándole que no fuese detonada contra el "enemigo". Igualmente patética, aunque en un sentido muy diferente, fue el mensaje público del entonces obispo católico (posteriormente cardenal) de Nueva York, Francis Spellmann, diciendo que "…era un favor divino (la bomba), para librar a los E. U. A. y sus aliados de un enemigo pernicioso." El hecho concreto es que, como se sabe, murieron cerca de 130 mil civiles inocentes y los efectos de la radiación, siguen afectando a miles de japoneses, más de medio siglo después. En este caso, se pone en evidencia que, EL OBJETO EN SÍ (bomba), sólo adquirió SIGNIFICADO (para los norteamericanos), a través del modo en que se estableció su SIGNIFICANTE ("el sistema"), propiciando y obteniendo del

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REFERENTE (el sujeto en interacción con otros sujetos), una opinión favorable a la bomba y su utilización, gracias a que ya estaban establecidos y actuando mecanismos como el ESTEREOTIPO (el "enemigo" es salvaje y brutal, es decir, es "diferente" y EL PREJUICIO (todos los japoneses son iguales, por lo tanto, todos son el "enemigo", luego entonces, todos pueden ser exterminados sin problema). Para el efecto ilustrativo, escogimos el ejemplo anterior, por ser universalmente conocido, pero lo mismo vale para el genocidio cometido por los propios estadounidenses en contra de el pueblo vietnamita o el pueblo iraquí, que para el infame acto de lesa humanidad perpetrado por los nazis o para las atroces "purgas" de los soviéticos y chinos, entre muchos casos más. Resumiendo, entendemos que en la relación entre los elementos enunciados, existe una dualidad (o, incluso multiplicidad) de niveles o planos, en los que se establece dicha relación. En este sentido, existe un más o menos evidente plano ideológico; existe otro plano no tan obvio de carácter psicológico y sociológico (de índole propagandística) y otro más, implícito, de sentido estético. 

ESTEREOTIPO Y PREJUICIO.

Vale la pena, por su importancia, detenernos un poco en estos fenómenos sociales. El estereotipo puede definirse de manera llana como una concepción muy simple y muy arraigada que se tiene (o se forja), individual y/o colectivamente de una persona, un grupo, una sociedad, un hecho, un fenómeno o, incluso, de algún tipo de animal. La entidad o entidades (o grupos) de referencia, es decir, "de los que se habla" suelen ser reales, pero frecuentemente son imaginarios (o sea, idealizados positiva o negativamente) . ..

La aparición del ESTEREOTIPO, en tanto fenómeno social, no es "natural", sino que surge en función de una situación o una necesidad específica y en un momento preciso. Uno o ambos factores, pueden ser "diseñados" e "implantados" mediante un proceso más o menos elaborado de ingeniería social, es decir un estereotipo puede surgir a partir de un simple rumor o puede obedecer a una elaborada y costosa estrategia que incluya medios de comunicación masiva, reuniones públicas, etc. El estereotipo puede entenderse como la diferencia entre "LO QUE ES" versus "LO QUE REPRESENTA", o sea, como objeto sígnico, el estereotipo implica un mensaje, un destinatario y un aludido.

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Fig.4

CONFIGURACIÓN DEL MENSAJE "LO QUE ES" Objeto Sígnico.

"LO QUE REPRESENTA" SIGNIFICADO.

SIGNIFICANTE.

En su origen y forma es SEMIÓTICO.

Objeto Simbólico.

En su fondo es SIMBÓLICO y Semiótico en su forma.

Plano de contenido: (Social, religioso, político, comercial, etc.)

Plano de Expresión:

(Forma, contexto, medio, intención, duración, etc.)

Como podemos apreciar, la CONFIGURACIÓN DEL MENSAJE (o sea, de hecho, el único punto de la relación SIGNIFICADO-SIGNIFICANTE), apela al bagaje que posea tal o cual sujeto estético o grupo de referencia (ver fig.3). es precisamente enfocado a este bagaje (y a su proceso de enseñanza-aprendizaje, desde luego), que el estereotipo actúa de manera implícita, al intervenir en la orientación (ideológica y estética) de "el modo" de pensar y "la manera" de sentir en una determinada dirección A menudo, los estereotipos obedecen menos a la experiencia individual que a la fácil aceptación de puntos de vista, que ya son (o parecen ser) corrientes en la comunidad. De cualquier manera, las "primeras impresiones" tienden a ser más estables y más difíciles de erradicar. A manera de ejemplo, se puede decir que en determinados grupos sociales urbanos de México se considera al indígena como un ser inferior (quizá más por razones culturales que físicas o raciales, creemos nosotros). "El indio es inferior"; Estereotipo que viene de siglos atrás; debido a que es "inferior" no se le brindan las mismas oportunidades (¿acaso alguna empresa que solicita recepcionista de "buena presentación"(?) aceptará a una joven maya, tojolabal o tarahumara, así cumpla con todos los requisitos?) Al no tener las mismas oportunidades, no puede tener los mismos márgenes de repuesta. Al no presentar los mismos márgenes de respuesta (incluso como parámetros estadísticos), se afirma el estereotipo y se extiende un "nuevo" elemento: EL PREJUICIO, o juicio previo, en su estricta acepción. "El indio es sucio, flojo y/o ignorante". (A fin de cuentas, esto no es sino otra manera de denotar inferioridad). No se cae en la cuenta que, tal vez, en su comunidad 10

no había agua entubada y que, seguramente, en su vivienda no tenía regadera, tina o "jacuzzi", debido a que tampoco tenía calentador de agua, ni servicio de 'gas estacionario' Tal vez, tampoco tenía vivienda. Quizá, las faenas del campo y las calles, (si es que las había) sin pavimentar, eran la causa de su "suciedad". ¿Sería, acaso, el tono de su piel morena lo que le hacía parecer "sucio" (literal o figuradamente hablando)? Y, ¿la "ignorancia", de dónde viene? Es evidente que tal prejuicio no se corresponde solamente con el nivel de escolaridad (sea cualquiera que fuese). ¿Se deberá a que habla de "otra" manera y venera a deidades "diferentes"? Podemos seguir así indefinidamente encontrando un sinnúmero de ejemplos, pero volviendo al PREJUICIO, como un fenómeno social, es claro que representa ciertas ventajas definidas y prácticas (útiles) para determinados grupos o clases sociales dominantes. Dichas ventajas pueden ser de orden económico (al eliminar competencia, real o ficticia), de orden ideológico (al evidenciar la "otredad" del antagonista como "mala" o "peligrosa") y de orden estético (al aumentar la autoestima de su grupo o clase social, en detrimento de la del antagonista). No es casual que cuando se quiere insultar "elegantemente" a un sujeto o a un grupo se les llame "INSENSIBLE(S)". Es de suponerse que el efecto del prejuicio aumenta o disminuye en relación inversa al grado de PATOLOGIA SOCIAL (o de frustración individual), que presenta un grupo o clase social en un momento determinado. Quizá de ahí viene la añeja fórmula romana "AL PUEBLO, PAN Y CIRCO" y sus equivalentes deportivos contemporáneos. Finalmente, podemos agregar como corolario, que no basta con conocer un HECHO (como fenómeno social) e interpretarlo (como relación causa-efecto), sino aproximarnos a él, analizándolo de manera multifactorial:

Fig. 5 RAZÓN DEL HECHO

REFERENTE

HECHO

SIGNIFICADO DEL HECHO EFECTO DEL HECHO

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Aunque existe mucho más que decir acerca de la estética y la prosaica, sobre todo desde el punto de vista operacional, es decir, de cómo instrumenta su método y cómo articula su discurso, consideramos que para invitar a la reflexión (colectiva e individual), esta suerte de “microensayo” es suficiente (al menos por el momento). Quizá de la discusión vayan surgiendo los elementos mencionados como faltantes. Esperemos que así sea. .

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