La Escuela Práctica de Minas en Fresnillo, Guanajuato y Pachuca (1858-1863), una institución itinerante

June 12, 2017 | Autor: Omar Escamilla | Categoría: Mining Engineering, History of Science, History of higher education, Mining History
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Descripción

Comercio y minería en la historia de América Latina

José Alfredo Uribe Salas Eduardo Flores Clair Coordinadores

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Facultad de Historia Instituto Nacional de Antropología e Historia Dirección de Estudios Históricos El Colegio de San Luis

2015

TN229 U7 2015

Uribe Salas, José Alfredo; Eduardo Flores Clair (Coords.) Comercio y minería en la historia de América Latina. / José Alfredo Uribe Salas y Eduardo Flores Clair, (Coordinadores), México: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Instituto Nacional de Antropología e Historia, El Colegio de San Luis. 642 pp.: gráficas y cuadros.

ISBN UMSNH: ISBN El Colegio de San Luis: 1.- Historia– Comercio– Minería. / 2.- Historia minera mexicana: Regulación monetaria– Comercio exterior– Acuñación de moneda en México: testimonios estadísticos– Ciclos de deuda externa– Plata: bollitos– tejos– trueque- contrabando– Real Casa de Moneda de México: visita del Conde de Gálvez– Bancos de Rescate de plata– Los corredores de Lonja– Legislación minera mexicana– propiedad. / 3.- Crecimiento económico– abasto y circulación– Obispado de Michoacán– sector agropecuario– Fiebre de oro: impacto social y económico– Demografía de un pueblo minero– Joaquín Icazbalceta– Comercio con Europa– Salitre: circulación del salitre–. / 4.- Hacendados– Mineros– Comerciantes– Expedición militar a Sonora– Real de Minas de Angangeo– Los Béistegui: Real del Monte– Hacienda de Cuyamaloya– Morococha: asiento minero. / 5.- Tecnología– Ciencia– Memoria minera– Haciendas de beneficio– Escuelas Prácticas de Minas– Enseñanza práctica minera: Anales Mexicanos de Ciencias– Anales de la Minería Mexicana– Expertos en minas: estrategas técnicos y gerenciales– Santiago Ramírez: memoria e identidad– Minería del cobre: hidrotecnología– la Gran transformación–. / 6.- Nueva España– México– Ciudad de México– Obispado de Michoacán– Sonora– Fresnillo– Guanajuato– Pachuca– Pampas argentinas- Perú. / 7.- Siglo xvii– Siglo xviii– Siglo xix– Siglo xx. Primera edición, 2015 Derechos reservados conforme a la ley © umsnh © inah © El Colegio de San Luis Fotografía de portada: Héctor Pineda. Diseño de portada: Julissa de la Torre Bucio y Silvia Elizabeth Contreras Carranza. Corrección ortográfica y de estilo: Carmen M. Guzmán Tello, Julio César Gómez Amador y Laura Valdivia Moreno. Maquetación: Laura Valdivia Moreno. Cuidado de la edición: Laura Valdivia Moreno y José Alfredo Uribe Salas. Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, incluido el diseño tipográfico y de portada, sea cual fuere el medio electrónico o mecánico sin el consentimiento por escrito del editor. Impreso en México / Printed in Mexico

La Escuela Práctica de Minas en Fresnillo, Guanajuato y Pachuca (1858-1863), una institución itinerante Francisco Omar Escamilla González1 Archivo Histórico del Palacio de Minería/fi-unam

Introducción

E

l Colegio de Minería de México se fundó en 1792 con el objeto de formar jóvenes capaces de mejorar la explotación minera en Nueva España. A pesar del alto nivel de los cursos teóricos impartidos, la práctica que los alumnos realizaban posteriormente en los reales mineros no era la idónea, ya que no contaban con la guía de los catedráticos, que permanecían en la capital. Para subsanar esta situación, se fundó la Escuela Práctica de Minas y Metalurgia del Fresnillo, en 1853, bajo los auspicios del Ministerio de Fomento.2 Aunque originalmente se planteó como una institución de enseñanza teórico-práctica a la que podrían entrar alumnos sin estudios preparatorios, resultó en realidad una sede anexa al Colegio de Minería de México, donde los 1 

Estudió Física en la Facultad de Ciencias de la unam, se integró al Acervo Histórico del Palacio de Minería en 2001 y fue designado responsable del mismo en 2007. Sus líneas de investigación son historia de la técnica minera, siglos xviii-xx; historia de técnicas y materiales constructivos, siglo xix; historia de la circulación del libro técnico y científico, siglos xviii y xix e historia de la enseñanza de la ingeniería. Fue coordinador del libro 200 años del Palacio de Minería, su historia a partir de fuentes documentales, México, Facultad de Ingeniería-unam, 2013. 2  Eduardo Flores Clair, “Un experimento educativo: la Escuela Práctica Minera de Fresnillo (1853-1860)”, Dimensión Antropológica, año 8, vol. 23, septiembre-diciembre de 2001, disponible en: www.dimensionantropologica.inah.gob. mx/?p=659 (consultado el 7 de abril de 2015). 465

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jóvenes cursaban las materias relacionadas con la explotación y legislación mineras, realizaban viajes de reconocimiento geológico y visitaban instalaciones dedicadas a la extracción y el beneficio. En 1858, la Compañía Zacatecano-Mexicana que financió la construcción de un edificio nuevo para la Escuela y dueña de las instalaciones donde practicaban los alumnos, vivió una disminución en su producción.3 Esta situación impactó a la Escuela, lo que derivó en una institución itinerante, que recorrió los estados de Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato y México, entre diciembre de ese año y noviembre de 1859. Tras una breve estancia en la capital, se trasladó en abril de 1860 a la ciudad de Guanajuato, donde permanecieron hasta febrero del año siguiente, gracias al apoyo del gobernador Manuel Doblado. Para ese momento, el gobierno juarista decretó su cambio de sede a Pachuca, donde funcionó desde junio de 1861 hasta abril de 1863, cuando las fuerzas imperialistas llegaron a la capital.4

La fundación de la Escuela Práctica de Minas y Metalurgia en Fresnillo El 1 de enero de 1792 comenzó sus actividades el Real Seminario de Minas de México, siguiendo el modelo de la Academia de Minas de Freiberg (Sajonia, 1765), en cuanto a la matrícula y a la presencia de un líder intelectual de las ciencias mineras y geológicas, personificada en Andrés Manuel del Río (1764-1849), quien el 27 de abril de 1795 inauguró el curso de orictognosia (mineralogía), geognosia (geología) y arte de minas (explotación de minas).5  Rosa María Meyer, “Los especuladores como empresarios mineros: la formación de la Compañía Zacatecano Mexicana del Fresnillo”, en Eduardo Flores Clair (coord.), Crédito y financiamiento de la industria minera, México, Plaza y Valdés Editores, 2006, pp. 117-162. 4  Véase el capítulo de Lucero Morelos Rodríguez en este libro. 5  Francisco Omar Escamilla González, “¿Orictognosia o mineralogía?: la influencia de Abraham Gottlob Werner en el Real Seminario de Minería de México”, Gobierno del Estado de México (ed.), Plata forjando México, Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, 2011, pp. 526-561. 3

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En este curso se enseñaba la clasificación de los minerales por caracteres exteriores, según el sistema de Abraham Gottlob Werner (1749-1817), la geognosia incluía el estudio de la formación de las montañas y las vetas, en tanto que el arte de minas abarcaba los procesos de extracción, apoyados en la mecánica. Adicionalmente, los procesos químicos enfocados a la metalurgia se estudiaban de manera experimental en un laboratorio, antes de que los alumnos fueran a las prácticas de campo, donde colectaban especímenes para enriquecer los gabinetes. No obstante, este sistema fue criticado por los miembros de la misma escuela por su componente altamente teórico que adolecía de una parte práctica.6 En relación a lo antedicho, el ingeniero de minas Antonio del Castillo (1820-1895) presentó un proyecto al gobierno de Mariano Arista, cuando ocupaba una curul de diputado federal, en 1851, que consistió en la creación de un consejo de obras públicas, la carrera de ingeniería civil y una escuela práctica de minas. Esta última se materializó en julio de 1853, bajo la protección del Ministro de Fomento Joaquín Velázquez de León (1803-1882) y con el apoyo económico de la Compañía Zacatecano-Mexicana en el mineral del Fresnillo. La escuela inició actividades a principios de 1854 y quedó a cargo de los profesores Antonio del Castillo, Miguel Velázquez de León (1830-1890) y Pascual Arenas (ca.1830-1875), todos ingenieros de minas egresados del Colegio de Minería de México.7 Los alumnos debían permanecer dos años en la Escuela Práctica. En el primero cursaban explotación y legislación de minas y metalurgia; en el segundo realizaban viajes de exploración a las minas y haciendas de beneficio cercanas, dirigidos por los profesores. Contó con un edificio construido ex profeso que incluyó colecciones de minerales y máquinas, espacios para la experimentación y una biblioteca especializada. Su éxito fue tal, que incluso dos de sus mejores alumnos se integraron al cuerpo académico. Tal fue el  Donata Brianta, “Education and Training in the Mining Industry, 1750-1860: European Models and the Italian Case”, Annals of Science, vol. 57, no. 3, 2000, pp. 267-300. 7  Lucero Morelos Rodríguez, La geología mexicana en el siglo xix. Una revisión histórica de la obra de Antonio del Castillo, Santiago Ramírez y Mariano Bárcena, México, Secretaría de Cultura de Michoacán, Plaza y Valdés, 2012. 6

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caso de Mauricio Arriaga (1832-1861), quien sustituyó al profesor Antonio del Castillo en 1857, mientras que para diciembre de 1858, Diego Velázquez de la Cadena (1834-1871) ocupó la cátedra.8 El funcionamiento regular del plantel puede ubicarse en el lustro que comprende los años de 1853 a 1858, momento en que la Compañía Zacatecano-Mexicana vivió un auge productivo que después decaería, razón por la cual la escuela perdió una importante parte de su sustento económico.9 Al momento de la partida, diez de los alumnos que habían realizado la práctica en Fresnillo obtuvieron su título, cinco de ingeniero de minas y cinco de ensayador.

La escuela itinerante Después de su salida de Fresnillo, alumnos y profesores continuaron con el estudio del territorio y sus recursos. Así, desde finales de 1858, iniciaron un viaje en donde visitaron instalaciones mineras y metalúrgicas en los estados de Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato y el Estado de México (en la porción que hoy ocupa Hidalgo).10 Las estaciones de su recorrido pueden ser conocidas a partir de la obra Datos para la historia del Colegio de Minería, del ingeniero Santiago Ramírez (1836-1922), quien reseñó las actividades de la escuela. Para ese momento, los alumnos eran Manuel Urquiza, Pedro López Monroy, Ignacio Cañedo, Manuel Espinosa, Juan B. Andonaegui y Manuel Ojinaga. Aunque no se tiene una fecha precisa de la partida definitiva de la Escuela Práctica del mineral de Fresnillo, los alumnos bajo la dirección del profesor de Metalurgia, Miguel Velázquez de León, visitaron el 9 de diciembre de 1858 la Hacienda de Bernardez,11 si Archivo Histórico del Palacio de Minería (en adelante ahpm), ML 320 A; Santiago Ramírez, Datos para la historia del Colegio de Minería, México, Imprenta del Ex Arzobispado, 1890, p. 412. 9  Flores Clair, 2001. 10  Ramírez, 1890, pp. 410-416. 11  Fue habilitada por la Universidad Autónoma de Zacatecas para venta de artesanía local. 8

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tuada en el arroyo del Agua Salada, en Guadalupe, Zacatecas. Allí se beneficiaban los metales de las minas la Gallega, San Acacio y San Borja, en número de 800 a 900 cargas semanarias (equivalente a 736 a 828 ton.).12 Al día siguiente, se dirigieron de esta hacienda a la de Begoña,13 para estudiar el beneficio de los jales antiguos de la Hacienda de Flores por el sistema de toneles. La importancia de estudiar este método radicaba en que para esa época era común comparar los resultados obtenidos con los distintos sistemas de amalgamación, ya que era necesario conocer los tipos de minerales adecuados para cada uno de ellos y así separarlos con los menores costos posibles. Las exploraciones continuaron, el 14 de diciembre, en el área cercana a la capital de Zacatecas, llegaron a Troncoso, distante aproximadamente a 17 km de aquella ciudad.14 Prosiguieron, al día siguiente, hacia la Hacienda del Carro, situada en la actual Villa González Ortega en el mismo estado. Los días 16 y 17 del mismo mes visitaron las salinas de Peñón Blanco, con el fin de estudiarlas en todos sus detalles técnicos, económicos e industriales y, hacer el reconocimiento y ensaye de seis clases de sal. Este insumo era indispensable para el beneficio por amalgamación, junto con el azogue y el magistral, incluso motivó discusiones en torno a las calidades de estas materias primas; en el caso de la sal también se llegó a obtener en salinas costeras, como las de Cuyutlán en Colima.15 El 18 de diciembre hicieron una pausa, para visitar el pozo artesiano de Jesús María, de una profundidad de 129 metros y realizar el estudio de las rocas adyacentes con los datos que les ministró el ingeniero Erverlyn. Con esta información levantaron un corte geológico, para ello “colocaron en un tubo de cristal las rocas en  Ramírez, 1890, p. 410; Carlos Sellerier, Compendio de las unidades de peso, antiguas y modernas, usadas en México para los minerales, metales y productos metalúrgicos, México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1897, p. 27. 13  El predio actualmente está ocupado por la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Zacatecas. 14  Ramírez, 1890, p. 410. 15  Juan Carlos Reyes, Sal, el oro blanco de Colima: la industria salinera colimense durante el virreinato, Colima, Gobierno del Estado de Colima, Secretaría de Cultura, 2004. 12

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el orden de su posición relativa, y con sus espesores propios”, es decir, elaboraron una maqueta a escala de los materiales según el piso geológico al que pertenecían, de modo que permitía apreciar la litología del terreno, sus edades y componentes. Según Santiago Ramírez, este objeto fue remitido al Colegio de Minería para su exhibición en el Gabinete de Mineralogía. Luego de este experimento, regresaron a Peñón Blanco para concluir sus observaciones.16 El 21 de diciembre se trasladaron a Noria de Ángeles, Zacatecas, donde permanecieron tres días, para visitar la Hacienda de Guadalupe, cuyo beneficio era el de patio, y la Hacienda de la Piedad, donde se refinaba el mineral con el mismo método y el de fundición. La estancia fue aprovechada para hacer una exploración geológica en las montañas que están al sur de Noria de Ángeles. Sobre esta región el profesor Pascual Arenas redactó un estudio muy completo y detallado de la geología, la litología del terreno, los fósiles y otros aspectos físicos del mineral de Fresnillo y sus alrededores.17 El 24 de diciembre iniciaron su recorrido por el estado de Aguascalientes, en la Hacienda de Pabellón, ubicada en el municipio de Rincón de Romo, al norte de la capital del estado, considerada “una de las más importantes productoras de granos (frijol y maíz) de la región, cuyo principal mercado era la ciudad de Zacatecas”; era administrada por el ingeniero y profesor Miguel Velázquez de León y el abogado Carlos Barrón.18 Vale la pena señalar que años después, una vez transferida la Escuela Práctica a Pachuca en 1861, este profesor residiría en este lugar, introduciendo mejoras agrícolas y técnicas, así como participando en la política local junto con su amigo, socio y colega, Pascual Arenas.  Ramírez, 1890, p. 411.  Pascual Arenas, “Descripción geológica y mineralógica del mineral del Fresnillo, por el profesor de explotación de la Escuela Práctica del Colegio de Minería”, Anales Mexicanos de Ciencias, Literatura, México, Imprenta de Andrade y Escalante, 1860, pp. 285-346. 18  Miguel Velázquez de León, “Informe sobre la hacienda de Pabellón”, Emiliano Bustos, Estadística de la República Mexicana, tomo III, México, 1880, p. 9; Jesús Gómez Serrano, Haciendas y ranchos de Aguascalientes. Estudio regional sobre la tenencia de la tierra y el desarrollo agrícola en el siglo xix, uaa, Fomento Cultural Banamex, México, 2000, p. 237. 16 17

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Entre el 27 y 29 de diciembre se ocuparon en la clasificación de las colecciones de minerales recolectadas durante los viajes, en la construcción de diseños de hornos de fundición y en la hechura de croquis de vetas. Para el día 30, viajaron al mineral de Tepezalá, en Aguascalientes, y durante la siguiente jornada, los alumnos guiados por el profesor Diego Velázquez de la Cadena, visitaron las haciendas de fundición de la Cruz y Jesús, María y José. En ellas tomaron las medidas del horno establecido en la primera, también colectaron muestras de todos los minerales de cobre que se beneficiaban en ambas, este metal era indispensable para la fabricación del magistral.19 Al iniciar el año de 1859, los alumnos continuaron con la clasificación de los 33 minerales de cobre colectados en Tepezalá, bajo la guía de Miguel Velázquez de León. Durante la siguiente semana regresaron a las haciendas de la Cruz y Jesús, María y José; al este de esa población visitaron el mineral de Asientos de Ibarra. En febrero se dirigieron a Guanajuato para continuar con las prácticas, aunque no se tienen detalles de los trabajos realizados, se sabe que para el 28 de mayo comenzaron los preparativos para trasladarse a Pachuca.20 Llama la atención la larga estancia de más de cuatro meses que sostuvieron en Guanajuato, muy probablemente fue el momento en que se gestionó y decidió que esa ciudad fuera la nueva sede de la Escuela Práctica, situación que acontecería 11 meses más tarde. El mes de junio de 1859 fue aprovechado para conocer en Pachuca el sistema de beneficio inventado por el alumno Antonio F. de Barros, graduado del Colegio de Minería como ensayador en 1853.21 En los meses noveno y décimo del mismo año, la Escuela Práctica realizó exploraciones en los alrededores de Pachuca y Real del Monte. Para ese momento, el cuerpo académico estaba acompañado de un capellán, dos mozos y un cocinero. Entre los alumnos  Ramírez, 1890, p. 412; Modesto Bargalló, La minería y la metalurgia en la América Española durante la época colonial, México, Fondo de Cultura Económica, 1955, pp. 180-182. 20  ahpm, ML 320 A, fs. 15-15v; Ramírez, 1890, p. 412. 21  Ramírez, 1890, p. 415. 19

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se encontraban varios que en años previos habían obtenido el título de ensayador, pero que continuaron los estudios para recibirse de ingeniero de minas, estos fueron los estudiantes: Juan B. Andonaegui, José María César, Celso Acevedo, Pedro López Monroy, Manuel Ojinaga y Manuel Urquiza.22 El 22 de septiembre, Joaquín Velázquez de León, quien se desempeñaba simultáneamente como Ministro de Fomento y director del Colegio de Minería, visitó la Escuela Práctica para revisar la situación general de la institución y los trabajos de los alumnos.23 Según recibo del 24 de octubre de 1859, Miguel Velázquez de León tomó en alquiler una casa y una caballeriza en Huasca por dos semanas, de allí partieron hacia la capital dos días después. En el camino visitaron los cerros del Zumate y las Navajas, los minerales de El Chico, la Barranca, Huasca, Morán, Real del Monte y Pachuca. Ya en la Ciudad de México, comenzaron los preparativos para el examen final de práctica del alumno Juan B. Andonaegui, llevado a cabo el 21 de noviembre de 1859, a la par de los exámenes finales del Colegio para ese año. Joaquín Velázquez de León aprovechó la ocasión para elogiar el trabajo de la Escuela Práctica en su reseña de las labores: Con los conocimientos teóricos que llevan los alumnos a la escuela práctica, dependiente de esta dirección, y con las lecciones de aplicación en el sistema vigente reciben las minas y en las haciendas de beneficio, no sólo en el lugar donde está radicada la escuela, sino en las excursiones que ésta hace con sus tres profesores por los diversos y principales distritos minerales, es como realmente se pueden formar verdaderos ingenieros de minas, y de eso acaba de presentarse la prueba en el examen del último año de práctica verificado en el alumno que va a recibir como premio el título que le concede la ley en esta solemne distribución.24

El alumno Andonaegui presentó la resolución de tres problemas relacionados con los conocimientos adquiridos en su viaje, desde el Fresnillo a la Ciudad de México. El primero era sobre el tamaño y  ahpm, 1859/201/d.14.  Anuario del Colegio Nacional de Minería. Año de 1859, México, Imprenta de Andrade y Escalante, 1860, p. 35. 24  Anuario, 1860, p. 34.

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fuerza motriz de un arrastre o molino de mineral según las especificaciones utilizadas en Pachuca. El segundo problema consistía en la solución del tamaño y fuerza de soplo de unos fuelles, para un horno de cobre al estilo de los construidos en Tepezalá, Aguascalientes. El tercero y último era una comparación de los métodos de beneficio en los diversos minerales que visitó del país, en la que se mencionaban los costos de los insumos, mano de obra y calidades de mineral, entre otras cosas. Su memoria escrita fue publicada en el Anuario del Colegio de Minería de ese año.25 La Junta General del Colegio aprobó que Andonaegui recibiera como premio a su aprovechamiento y honrosos antecedentes el título de ingeniero de minas y beneficiador de metales. El 27 de noviembre de 1859, los profesores de la Escuela Práctica participaron en los actos públicos de final de cursos del Colegio de Minería, hecho no común y que demostraba la importancia de la enseñanza práctica, pese a los pocos años de su fundación. 26 Es necesario tomar en cuenta que, desde el 20 de diciembre de 1858, el gobierno presidido por Félix Zuloaga había expedido una nueva Ley Orgánica de Instrucción Pública, en la que se incluía la carrera de ingeniería de minas con una duración de ocho años, de los cuales dos estaban destinados a la estancia de los alumnos en la Escuela Práctica. Pese al cambio de los sucesivos gobiernos, este plan subsistió hasta 1867. Las investigaciones hechas sobre la Escuela concluyen que, por decreto del Ministerio de Instrucción de 1861, se trasladó a Pachuca. Sin embargo, nueva evidencia documental demuestra que el grupo de profesores de la Escuela en Fresnillo: Pascual Arenas, Diego Velázquez de la Cadena y Miguel Velázquez de León, se dirigieron a la ciudad de Guanajuato a mediados de 1860, donde el gobernador Manuel Doblado cobijó el proyecto y fungió como benefactor de su primer órgano impreso de expresión.

 Anuario, 1860, pp. 52-70. Se reimprimió el texto en la revista Anales de la Minería Mexicana. 26  Ramírez, 1890, pp. 416-417. 25

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La Escuela Práctica de Minas en Guanajuato, 1860-1861 Como señala Santiago Ramírez, ya desde 1859 existía la intención de trasladar la Escuela Práctica a Guanajuato, desgraciadamente no se han encontrado otras fuentes que lo verifiquen. El gobernador Manuel Doblado gozaba de gran influencia política en el estado de Guanajuato,27 que continuaba siendo uno de los principales centros mineros del país y sitio de gran interés para los empresarios, de ahí el apoyo para la reubicación de la Escuela Práctica. Adicionalmente, el Colegio de la Purísima, activo desde 1775 como institución laica surgida del Colegio Jesuita, ya ofrecía las carreras de ensayador y perito de minas.28 Estos elementos influyeron para la llegada de la escuela itinerante a la ciudad de Guanajuato, en abril de 1860. Sobre esta sede, Ramírez no da referencias, por ello los datos fueron obtenidos básicamente a partir de documentos del Archivo Histórico del Palacio de Minería, lo que no resulta extraño, dado que la Escuela fue una institución supeditada al Colegio de Minería. Los catedráticos, los cursos y los libros de texto utilizados en esta Escuela, para el año de 1860, fueron incluidos en el Anuario del Colegio de Minería de 1859, ya que formaba parte del programa global de la institución, incluido en la reforma educativa del año anterior, como se refirió líneas anteriores (véase cuadro en la página siguiente). La distribución de los cursos era idéntica a la que se tenía cuando la Escuela residía en Fresnillo, dado que los catedráticos fueron prácticamente los mismos en ambas sedes. Recién instalados en Guanajuato y a pesar del apoyo proporcionado por Doblado, los profesores de la Escuela Práctica dirigieron una carta, el 8 de mayo de 1860, a la Junta del Colegio de Minería, 27 

Ramírez, 1890, p. 416; Cf. Silvestre Villegas, “El papel desempeñado por Prim y Manuel Doblado en los preliminares que antecedieron a la Intervención Francesa”, Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, vol. 13, México, unam, Instituto de Investigaciones Históricas, 1990, pp. 135-157. 28  Agustín Lanuza, Historia del Colegio del Estado de Guanajuato la escribió el Lic., México, M. León-Sánchez Imprimió, 1924, p. 123. 474

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encargada de tomar las decisiones directivas y administrativas del plantel. En ella se solicitaba informar al Ministro de Fomento, Joaquín Velázquez de León, que la falta de recursos podría causar el cierre de la institución; cuatro días después este funcionario otorgó un presupuesto anual de $1,000.00 pesos para su manutención.29 Cuadro Plan de estudios de la Escuela Práctica de Minas de Guanajuato, 1860 Séptimo año

Octavo año

Materia

Autores

Profesor

Explotación de minas

Combes

Pascual Arenas

Análisis químico

Gerhardt et Chancel

Miguel Velázquez de León

Ordenanzas de Minería

Pascual Arenas

Dibujo de planos de minas

Los tres profesores

Expediciones a los distritos minerales para la perfección de los estudios prácticos geológicos y de explotación

Miguel Velázquez de León y Pascual Arenas

Metalurgia

Rivot

Miguel Velázquez de León

Mecánica aplicada a Bresse, Jariez la minería y apuntes del profesor

Diego Velázquez de la Cadena

Principios de construcción

Diego Velázquez de la Cadena

Piélago

Dibujo de máquinas

Los tres profesores

Expediciones metalúrgicas

Miguel Velázquez de León

Fuente: Anuario, 1860, Programa de estudios y personal del Colegio Nacional de Minería y de su Escuela Práctica para el año de 1860. 29 

Ramírez, 1890, p. 422. 475

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Como se mencionó anteriormente, el cuerpo de profesores era el mismo que en Fresnillo. Con los alumnos ocurrió lo mismo, aquellos que no habían concluido sus prácticas en Zacatecas o durante el período itinerante de la Escuela, continuaron en Guanajuato. El 16 de agosto se realizaron exámenes parciales: Manuel Ojinaga aprobó el curso de Metalurgia impartido por Diego Velázquez de la Cadena, en tanto que Celso Acevedo no recibió calificación porque “se escapó de la escuela desde el mes de mayo, época en que se dio parte a la Dirección de tal acontecimiento”.30 De hecho, en el caso de Ojinaga fue un examen global de su carrera, por lo que se le otorgó el título de ingeniero de minas y beneficiador de metales el 3 de septiembre de 1860.31 El 7 de diciembre, el director del Colegio de Minería, Joaquín Velázquez de León, dirigió una carta al presidente Miguel Miramón. En ella describió las arbitrariedades en el manejo de los fondos del Colegio y que por ello, éste y la Escuela Práctica se encontraban en estado de penuria. Además, exigió una solución al respecto.32 No obstante, estos problemas continuaron dada la inestabilidad política del país. En enero de 1861, mientras Benito Juárez entraba triunfante a la capital del país, se realizó otra serie de exámenes en la Escuela. Velázquez de la Cadena presidió el de Análisis químico el día 21; Pedro López Monroy, Carlos Romero y Antonio Moreno fueron aprobados. Los alumnos José María César e Ignacio Cañedo rehusaron presentarse, pero recibieron su calificación con base en las notas diarias del curso. Por su parte, Manuel Urquiza tuvo una situación grave en la familia, aunque por su aprovechamiento también recibió calificación aprobatoria. Al día siguiente se llevó a cabo la prueba de Metalurgia, dirigida por el mismo profesor, López Monroy y César pasaron el curso.33 30 

ahpm, ML 91 A, f. 42. Este fragmento está copiado, según refiere el documento mismo, del “Libro de calificaciones de la Escuela Práctica”, el cual no ha podido ser localizado. 31  ahpm, ML 323 A, f. 8. 32  Ramírez, 1890, p. 425. 33  ahpm, ML 91 A, f. 42-42v. 476

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Miguel Velázquez de León, catedrático de Mecánica aplicada y principios de construcción, asignó notas aprobatorias a López Monroy, Urquiza y César, el día 23 de enero. Igualmente, Pascual Arenas examinó a los sustentantes de Laboreo de minas, Carlos Romero y Antonio Moreno, en tanto que Ignacio Cañedo no concurrió porque “habiéndolo nombrado ensayador de la Casa de Moneda de Guadalajara no podía detenerse a presentar examen”.34 El 1° de febrero todavía hubo un último graduado de la Escuela, Pedro López Monroy, quien ya había obtenido el título de ensayador tres años antes. Llama la atención que ninguno de los dos alumnos recibidos durante el año de 1861 aparece en el Libro de Actas de Exámenes del Colegio de Minería, por motivos desconocidos.35 Esta fue la última actividad de la institución, el 8 de febrero Arenas redactó un resumen de las actividades realizadas ante la llegada del ensayador Mauricio Arriaga, exalumno de la Escuela de Fresnillo, contratado para trasladar el establecimiento a Pachuca. El 23 del mismo mes comenzó la mudanza de todos los materiales a la capital.36 El fin de la etapa de la Escuela en Guanajuato fue consecuencia de una decisión del gobierno federal, que favoreció el nombramiento de Manuel Doblado como Secretario de Relaciones Exteriores y, aunque desde esta posición apoyó la publicación de los Anales de la Minería Mexicana durante 1861, ya no pudo sostener el establecimiento, que como se vio anteriormente, tenía problemas económicos.

34 

ahpm, ML 91 A, f. 42v-43. Luis Robles Pezuela, Memoria presentada a S. M. el Emperador por el Ministro de Fomento…, de los trabajos ejecutados en su ramo en el año de 1865, México, Imprenta de J.M. Andrade y F. Escalante, 1866, p. 360. 36  ahpm, ML-373 A, f.25. Existe el pago de la diligencia que trasladó a Arriaga a la “Escuela práctica de Guanajuato”. 35 

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Comercio y minería en la historia de América Latina

La Escuela Práctica de Minas en Pachuca, 1861-1863 La nueva sede de la Escuela en el mineral de Pachuca respondió a la relación que se creó entre el gobierno de Juárez y la Compañía de Minas de Real del Monte y Pachuca. Sus accionistas mayoritarios fueron Nicanor Béistegui y Manuel Escandón, estuvo sujeta a préstamos forzosos por parte de este gobierno, además de quedar obligada a aportar una cantidad para la manutención del Colegio de Minería.37 Este financiamiento y la cercanía con la capital del país determinaron el traslado del plantel a esta ciudad. La nueva Escuela Práctica también tenía como base el plan de estudios de 1858, sin embargo, su organización tuvo diferencias con las de las sedes anteriores. Tras el nombramiento de Arriaga en la dirección, los catedráticos de la Escuela de Fresnillo/Guanajuato se dispersaron: Miguel Velázquez de León y Pascual Arenas se trasladaron a Aguascalientes, donde éste último fue electo diputado; tuvieron amplia actividad en la Hacienda de Pabellón, propiedad del primero. Velázquez de León publicó algunas observaciones meteorológicas y un par de artículos sobre la actividad agrícola del lugar.38 Por su parte, Diego Velázquez de la Cadena permanecería alejado de la academia, aunque por poco tiempo, ya que después obtendría el puesto de director del Colegio y Escuela de Minas de Guanajuato, entre 1864 y 1866, durante el Segundo Imperio, luego regresaría a la capital del país, donde permaneció hasta su prematura muerte, en 1871.39 37 

Inés Herrera Canales, “Mineros, comerciantes y gobierno: la Compañía de Minas de Real del Monte y Pachuca, 1861-1862”, en Inés Herrera, Rina Ortiz, María Eugenia Romero y José Alfredo Uribe (coords.), Ensayos de minería mexicana: siglos xvii al xx, Col. Científica, Serie Historia, México, inah, 1996, pp. 11-23. 38  Santiago Ramírez, Estudio biográfico del señor don Miguel Velázquez de León, México, Imprenta de Ignacio Escalante, 1902. 39  Francisco Omar Escamilla González y Lucero Morelos Rodríguez, “La Escuela de Minas de Guanajuato (1864-1866)”, Inés Herrera Canales, José Alfredo Uribe Salas, Alma Parra Campos, Francisco Omar Escamilla González y Lucero Morelos Rodríguez (coords.), Economía, sociedad y cultura en la historia de la minería latinoamericana, en prensa. 478

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Para el caso de Pachuca, la mayor parte de los datos están tomados de los libros de cargo y data del Colegio de Minería y los de la propia Escuela, para los años de 1862 y 1863. La información trata primordialmente sobre la vida cotidiana del plantel: comida, ropa, enseres domésticos, manutención de los caballos, etcétera. Apenas y unos pocos datos de la parte académica se dejan ver entre líneas. Sus primeras actividades se ubican en el mes de marzo de 1861, cuando se dio a conocer en la prensa que el 21 de febrero Mauricio Arriaga había sido nombrado director del establecimiento,40 apenas un mes después del cierre de la Escuela Práctica de Minas de Guanajuato. La fundación quedó oficializada en la ley de instrucción juarista del 15 de abril de 1861.41 Cabe resaltar que el texto del decreto es muy escueto, ya que simplemente se dice que la parte práctica de los estudios de minería se harían en este plantel, sin detallar ningún aspecto e incluso siguiendo lo establecido en 1859, con una duración de ocho años. Vale la pena señalar algunos detalles de la vida de Arriaga, quien era hijo del político liberal Ponciano Arriaga, uno de los principales redactores de la Constitución Federal de 1857. Desde 1853 había sido alumno del Colegio de Minería y, posteriormente, de la Escuela Práctica de Fresnillo. A la partida del profesor Antonio del Castillo, en 1858, lo sustituyó en las cátedras de Mecánica aplicada a la minería y Principios de construcción. El liberalismo radical de su padre lo llevó a casarse con su prometida Carlota Herrera fuera de la Iglesia, debido a que no quería retractarse de su juramento a la Carta Magna de 1857.42 Esta posición política lo habría favorecido 40 

ahpm, ML-373 A, f.25. Aparece en la data del Colegio, el pago de 295 pesos 38 reales al “Sr. Profesor de la Escuela práctica Don Mariano [sic] Arriaga por su sueldo del mes de Enero”. “Nombramiento”, El Monitor Republicano, 21 de febrero de 1861, año XIV, núm. 3847, p. 2. 41  “Ley sobre instrucción pública de los establecimientos que dependen del gobierno federal”, Basilio José Arriaga, Recopilación de leyes, decretos, reglamentos, circulares, providencias de los supremos poderes y otras autoridades de la República Mexicana, México, Imprenta de Vicente García Torres, 1861, pp. 61-66. 42  “Un matrimonio democrático”, La Sociedad, México, 31 de julio de 1858, p. 3; 479

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para obtener el nombramiento de director en la nueva escuela juarista en Pachuca, sin importar que obtuviera su título de ingeniero de minas el 7 de abril de 1863, días antes de cerrar esta institución y el Colegio de Minería por la entrada de las fuerzas imperialistas. Como se indicó, Arriaga se trasladó a Guanajuato para recibir la administración del establecimiento que entregó Arenas. Posteriormente, se procedió al traslado de todos los útiles del establecimiento a la Ciudad de México, bajo su resguardo. Todo parece indicar que en marzo ya estaban preparando sus actividades. En esa fecha se pagó el semanario para los alumnos de dotación del “Colegio y de la Escuela Práctica”, mientras que en abril se erogaron $84.50 pesos por el pago “a los criados de la Escuela práctica para sus alimentos y manutención de cinco caballos”. El Director mandó comprar para uso de su clase el texto español de metalurgia del profesor farmacéutico Constantino Sáez de Montoya.43 En mayo hubo una erogación de $376.50 pesos por los gastos del establecimiento. Incluso se mandó confeccionar ropa para los cinco alumnos inscritos en la Escuela:44 Jesús P. Manzano, Carlos Romero, Antonio Moreno, José Bustamante y Pedro J. Senties, todos titulados entre 1859 y 1863.45 También se alistaron unos cajones arpillados con petates, en los que se transportaron libros tales como los Elementos de laboreo de minas de Joaquín Ezquerra del Bayo e instrumentos para el establecimiento; se compraron algunos aparatos nuevos y se mandaron hacer algunas piezas de latón para los mismos. Finalmente, repararon los catres de hierro y otros enseres cotidianos para el personal y alumnado.46 “El supuesto matrimonio de D. Mauricio Arriaga”, La Sociedad, México, 8 de agosto de 1858, p. 3, y “Matrimonios civiles en Zacatecas”, La Sociedad, México, 21 de agosto de 1858, p. 2. 43  ahpm, ML-373 A, fs. 25, 31v-32: Constantino Sáez de Montoya, Tratado teórico práctico de metalurgia dispuesto para uso de las escuelas y establecimientos donde se enseñe esta asignatura, para los metalurgistas, mineros, etc., Madrid, Cárlos Bailly-Bailliere, 1856 y Madrid, Imprenta de Gaspar y Roig, 1859, 2ª. ed. 44  ahpm, ML-373 A, f. 34 - 34 v. 45  ahpm, 1859/201/d.14, f. 1v. 46  ahpm, ML-373 A, f. 35 v-37. 480

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El día 7 de junio inició Arriaga las actividades con los alumnos, aunque es probable que las hayan principiado en el Mineral del Monte, ya que en el siguiente mes se registró el pago de $35 pesos a “Miguel Ortuño por el arrendamiento de un mes (junio) de la casa que ocupó la Escuela práctica en el Mineral del Monte”. Inmediatamente comenzaron con las prácticas, se procuraron una brújula de bolsa y una regla de 50 metros, se enviaron casquillos de latón para recubrir la base de un tripié, con seguridad, para enseñar medición de minas.47 Para el resto del año de 1861 se registraron únicamente los gastos corrientes de la Escuela. No obstante, otro documento indica que en diciembre ingresaron los alumnos José María Vallarta, Teodoro Laguerenne y Jacobo Mucharraz, mientras que en enero de 1862 se matriculó Luis Espinosa.48 A diferencia de la Escuela de Fresnillo/Guanajuato, que tenía su propia planta docente, en Pachuca sólo Mauricio Arriaga permanecía todo el tiempo en ese mineral, como director. Sin embargo, las prácticas eran dirigidas por los profesores del Colegio de Minería, por lo que la corta distancia con la capital sí fue una ventaja respecto a las sedes anteriores. En diciembre de 1861 comenzaron algunas expediciones con los alumnos. José Salazar Ilarregui, profesor de Topografía, Geodesia y Astronomía práctica en el Colegio, guio a Jacobo Blanco y Eduardo Garay en la práctica topográfica y Miguel Bustamante, profesor de Mecánica del mismo establecimiento, tuvo a su cargo la práctica en San Miguel Regla.49 En enero de 1862, Antonio del Castillo dirigió las expediciones de la práctica de Geología e Ignacio Hierro las de Química y Metalurgia.50 Entre noviembre de ese año y el 16 de enero de 1863, Hierro y Agustín Zamora dirigieron a los alumnos de Química y Metalurgia y a los de Mineralogía y Geología, respectivamente, en una expedición de práctica a Pachuca, Actopan, Ixmiquilpan, el Cardonal, ahpm, ML-373 A, fs. 38v-39, 41 y 51. ahpm, 1859/201/d.14, s/f. 49  ahpm, 1859/201/d.14, f. 2. 50  ahpm, 1862/d. 27, f. 22. Carlos Romero fue uno de los alumnos que participó. 47  48 

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Real del Monte, San Miguel Regla, Apulco y Zacualtipan.51 En este viaje participó Manuel Rivera Cambas, quien se graduó en 1864 y presentó varios informes sobre la minería en Pachuca como parte de la Comisión Exploradora de Pachuca, de la que formó parte.52 Así, los trabajos de catedráticos y alumnos salieron a la luz en folletos y revistas especializadas, entre las que se citan los Anales Mexicanos de Ciencias y los Anales de la Minería Mexicana. La Escuela Práctica de Pachuca cerró sus puertas en mayo de 1863, a tan solo dos meses de que ocurriera lo mismo en el Colegio de Minería.53 Al siguiente año, el emperador Maximiliano de Habsburgo asumió el poder y, una vez reestablecido el orden, algunos alumnos dieron continuidad a sus estudios en la capital. Por último, debe mencionarse la existencia de la Escuela de Minas de Guanajuato, entre 1864 y 1866, establecimiento independiente y a la altura del Colegio de Minería. La influencia de la Escuela itinerante fue relevante, ya que la nueva institución estuvo dirigida por Diego Velázquez de la Cadena, antiguo alumno de la misma, quien tras un año de funcionamiento estableció una Escuela Práctica propia, para la que seleccionó como catedráticos a Pedro López Monroy y Manuel Urquiza, quienes habían sido sus alumnos entre 1860-1861 en la Escuela de Guanajuato. Tras el triunfo de la República, en 1867, el Colegio de Minería se transformó en Escuela Nacional de Ingenieros (eni), con lo cual se amplió la oferta educativa. Para el caso de la ingeniería minera se buscó constantemente la reapertura de la Escuela Práctica, hecho que ocurrió en 1877, en Pachuca, gracias nuevamente al impulso de Antonio del Castillo, director de la eni.

ahpm, 1859/201/d.14, f. 2-2v.  Manuel Rivera, Memoria sobre el Mineral de Pachuca, escrita por el ingeniero de minas…, antiguo alumno del Colegio de Minería, México, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, 1864. 53  Anuario de la Escuela Imperial de Minas, año de 1863, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, 1864, pp. 5-10.

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