La entrevista en grupo. Características, tipos y utilidades en investigación cualitativa

July 26, 2017 | Autor: Manuel Amezcua | Categoría: INVESTIGACION CUALITATIVA, Grupos focales
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Método

La entrevista en grupo. Características, tipos y utilidades en investigación cualitativa MANUEL AMEZCUA Laboratorio de Investigación Cualitativa. Fundación Index. Granada. España

Resumen La entrevista en grupo, especialmente en su modalidad de grupo focal o grupo de discusión, es en la actualidad la técnica más utilizada por los investigadores en salud cuando realizan estudios cualitativos. En este artículo, después de situar el origen sociológico de las técnicas grupales y de describir sus principales modalidades, se realiza una revisión crítica sobre sus utilidades y limitaciones en investigación cualitativa. Al final se propone la complementariedad metodológica como alternativa para la comprensión de la realidad compleja y subjetiva del paciente, que es el objeto de los abordajes cualitativos. Palabras clave: Entrevista en grupo. Grupos de discusión. técnicas cualitativas. Investigación cualitativa.

The group interview. Characteristics, types and uses in qualitative research The group interview, especially in the form of focal or discussion groups, is currently the technique most frequently used by health researchers performing qualitative studies. In this article, first the sociological origins of group techniques and their principal modalities are discussed and secondly a critical review of their uses and limitations in qualitative research is Correspondencia: M. Amezcua. Apartado de correos n.o 734. 18080 Granada. España. Correo electrónico: [email protected] Aceptado para su publicación el 8-4-2002.

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provided. Finally, we propose methodological complementariness as an alternative in understanding the complex and subjective reality of the patient, which is the aim of qualitative approaches. Key words: Group interview. Discussion groups. Qualitative techniques. Qualitative research.

Introducción Las entrevistas grupales se producen cuando los investigadores reúnen grupos de personas para que hablen sobre sus vidas y experiencias en el curso de discusiones abiertas y libremente fluyentes1. Jesús Ibáñez, principal introductor de la técnica en el contexto español, afirmaba al catalogar la que es posiblemente la modalidad preferida por los investigadores cualitativos en salud que de la entrevista abierta al grupo de discusión no hay más que un paso2. El abordaje del grupo con fines investigadores se encuadra dentro de las técnicas de conversación, como una modalidad de entrevista, siendo diferente de otras utilidades como la dinámica de grupos, empleada con fines pedagógicos o psicoterapéuticos, si bien ambas comparten una misma fundamentación teórica3. Posiblemente, las entrevistas grupales más utilizadas en investigación cualitativa sean los grupos de discusión, también llamados grupos focales (focus group) por influencia anglosajona, ya que se considera a Merton et al los introductores de la técnica a mediados del siglo XX 4,5. La mayor utilidad de los grupos focalizados o de discusión se ha encontrado en los estudios de mercado, donde han alcanzado un enorme desarrollo y aplicación en la investigación 46

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comercial, siendo redescubiertos con posterioridad e incorporados a la investigación social6. La preferencia de los investigadores cualitativos en salud por las técnicas grupales se explica en parte por esta circunstancia: en las últimas décadas los servicios sanitarios públicos han pasado de considerarse como meros instrumentos asistencialistas a empresas proveedoras de servicios, mostrando su preocupación por cuestiones como la eficiencia, la calidad o la satisfacción del usuario, lo que lleva necesariamente a situarse dentro de la esfera del márketing. La entrevista en grupo se ha utilizado especialmente en época de reformas y como una manera de visualizar el comportamiento del ciudadano ante el cambio: sus conocimientos y actitudes, sus opiniones, sus expectativas, sus conflictos, su capacidad para asumir innovaciones, su adhesión, etc. Su influencia es tan acentuada entre los investigadores cualitativos en salud, que hoy ha de considerarse la técnica cualitativa por excelencia en este campo, lo cual marca las diferencias respecto a disciplinas sociales como la antropología o la sociología en relación con el enfoque cualitativo en la investigación7. Sin embargo, conviene alertar sobre la manera un tanto radical en que los investigadores utilizan en ocasiones los abordajes grupales, debiendo cuestionar sus capacidades autónomas de prospección. Ortí señala que técnicas tan difusas como el grupo de discusión han de ser integradas necesariamente en un proceso investigador mucho más amplio, donde han de converger con otras técnicas y perspectivas. Y todo ello porque cuando se investigan problemas tan complejos como el imaginario y las actitudes de la gente ante un hecho concreto, la capacidad de estas técnicas se ve desbordada por la abundancia de significados y la proliferación de objetos simbólicos, lo que nos lleva de nuevo a la complementariedad como solución metodológica8. Por otra parte, no hay que olvidar que, salvo en los casos del “grupo natural”, la construcción del propio grupo supone en cierta medida un grado de manipulación por parte del investigador, que crea una situación “no natural” pero que interesa a los fines de la investigación. El propio Ibáñez introdujo la idea del “grupo simulado”, para referirse a la capacidad que los grupos focales tienen de simular el proceso de toma de decisiones grupal en cuanto al consumo6. En este artículo se describen las diferentes técnicas de entrevista en grupo, poniendo énfasis en las capacidades de los grupos focales o de discusión para obtener información en situaciones en las que interesa reflejar la manera en que los informantes interactúan entre sí, mientras otras técnicas, dirigidas más bien al consenso (tormenta de ideas, grupos nominales), serán descritas por sus posibilidades de ser utilizadas con fines de triangulación, o sea, para 47

verificar hasta qué punto la información suministrada mediante técnicas menos directivas puede ser asumida por el grupo. Tipos de entrevistas grupales La principal característica de la entrevista en grupo es que trata de captar e interpretar vivencias colectivas9 (Maisonneuve, cit. por Ortí8). El grupo es un marco para captar las representaciones ideológicas, los valores o el imaginario dominantes en un determinado estrato, clase o sociedad global. Se trata de reproducir el discurso ideológico cotidiano: creencias y expectativas, deseos, resistencias y temores conscientes e inconscientes, etc.8. Veamos los principales tipos de entrevistas en grupo, siguiendo un criterio de clasificación que va de los menos a los más intervencionistas: Entrevista de grupo natural. Es sinónimo de conversación en grupo, informal e in situ. Se refiere a aquella que surge espontáneamente cuando el investigador va buscando sobre el terreno a informantes y los encuentra agrupados en su ambiente, entablando con ellos una conversación informal. Esta modalidad se utiliza, por ejemplo, después de agotar las posibilidades de la observación participante, y habiendo establecido una cierta relación de confianza en el campo10. También cuando el ambiente natural es determinante para reforzar y coger confianza para que emerja más información11. Este enfoque no directivo de la entrevista grupal es posiblemente el más idóneo en los estudios etnográficos y, en general, tiene mayor cabida en la idea que nosotros tenemos de lo que es la investigación cualitativa. En cambio, en ciencias de la salud predomina la utilización de otras modalidades “formales”, aunque algunos autores alertan sobre su escasa utilidad como técnicas de campo10. He utilizado la entrevista de grupo natural en múltiples ocasiones; por ejemplo, cuando quise conocer opiniones de los usuarios de los curanderos de la Sierra Sur de Jaén, para lo cual aproveché los grupos de personas que se formaban para asistir a los rituales que se promovían en torno a sus casas y otros emplazamientos de alto valor simbólico, como cementerios, ermitas, romerías, etc.12. Grupos de discusión. Logran establecer una reproducción teatral de la realidad en condiciones más o menos controladas: los miembros del grupo, situados en escenarios formales, colaboran en la definición de sus propios papeles semidirectivamente orientados por un moderador, que puede seguir un formato de entrevista algo estructurado6. En el siguiente apartado describiré con más detalle los términos en que se desarrollan los grupos de discusión o grupos focales. ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(2):112-17

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Como he indicado, se trata de la técnica más utilizada actualmente en investigación sobre cuidados. En nuestro análisis sobre la producción bibliográfica en investigación cualitativa identificamos las siguientes aplicaciones7: – En atención primaria, para conocer el proceso de duelo tras la pérdida del cónyuge y averiguar la opinión del doliente acerca de cuál sería la intervención más adecuada; conocer lo que las mujeres de clases media y baja urbanas pensaban acerca de la relación de la salud con los comportamientos cotidianos, con su situación social y familiar y su entorno; conocer y analizar las opiniones de los usuarios de centros de salud y de aseguradoras privadas sobre la calidad de los servicios que les ofrecen, para conocer la opinión de los profesionales sobre cómo se desarrollarán en un futuro inmediato sus actividades en el centro de salud; definir un catálogo de intervenciones en consultas de enfermería y conocer el origen promotor de las demandas y su frecuencia; conocer las vivencias, sentimientos, actitudes, valoraciones, conocimientos y necesidades de la mujer ante el climaterio; determinar las opiniones y actitudes de los profesionales ante la instauración de un programa de cuidados paliativos; evaluar un proyecto de investigación fracasado; definir estrategias para la mejora de los servicios de admisión, y también para conocer su utilidad como instrumento docente en la preparación para la maternidad. – En el hospital, para realizar una adaptación transcultural de una escala de medida de estresores laborales en personal de enfermería y para conocer el estado de la comunicación interna percibida por profesionales, cargos intermedios y directivos y las posibles estrategias de mejora. Tormenta de ideas (brainstorming). Su objetivo es la generación de nuevas ideas a partir de la propuesta de un moderador, que debe estimular la creatividad del grupo. Los participantes, que no deben superar la docena, conviene que tengan unos conocimientos o experiencia previa sobre el tema de estudio. El moderador les hace una pregunta y les deja expresarse con libertad, no interviniendo salvo en caso de bloqueo para estimular la participación con algún ejemplo. La única regla importante es evitar toda forma de valoración durante la sesión, por aquello de que la crítica combate la creatividad. La tormenta de ideas puede utilizarse tanto en escenarios formales como naturales, destacando su propósito exploratorio. Algunos autores señalan sus posibilidades como estrategia de campo para las etapas iniciales de una entrevista grupal o para determinar si un grupo natural puede ser entrevistado de manera más estructurada10, destacando su capacidad de innovación y su simplicidad metodológica13. En un estudio sobre la influencia de la implantación del modelo de autocuidados cotidianos en una comunidad rural, realizamos previamente entrevistas grupa114

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les con miembros representativos de la comunidad en las que se utilizó la técnica de la tormenta de ideas para conocer las expectativas de la gente ante la apertura de una consulta de enfermería como único servicio de salud presente en la localidad. La información resultante fue muy útil para identificar los criterios que utilizaríamos con posterioridad para medir comparativamente los cambios producidos por la nueva actividad en relación con el modelo tradicional. Grupos nominal y Delphi. Se trata de dos técnicas muy usadas para buscar el consenso entre grupos de expertos; la primera utiliza la reflexión individual de los participantes, mientras que la segunda lo hace a través de algún tipo de encuesta. Algunos investigadores sociales alertan sobre sus limitaciones como técnicas de campo (y, por tanto, su dudosa consideración como técnicas cualitativas) debido al grado de intervención por parte del investigador en el grupo, por otra parte más teórico que práctico. Como veremos a continuación, tanto en el grupo nominal como en el Delphi, las condiciones en que se desarrollan son absolutamente formales, el moderador imprime un estilo dirigido y estructurado, mientras que la relación entre los participantes es escasa o nula. En la técnica de grupo nominal se parte de una pregunta que se formula a un grupo de 8 o 10 participantes previamente seleccionados y convocados. Tras un período de reflexión se van enunciando las respuestas sin agruparlas ni discutir sobre ellas hasta después de haberlas anotado todas. Luego se abre un período de discusión en el que se clarifican, se añaden o se eliminan algunas ideas, para finalizar con una votación sobre la importancia de los ítemes que dará como resultado la selección de los considerados prioritarios13. En la técnica Delphi se pretende lograr el consenso entre expertos sin que haya discusión entre ellos, para lo cual se utiliza una serie de cuestionarios que se envían por correo. El procedimiento es el siguiente: primero se formula una o varias preguntas que induzcan al participante a dar respuestas precisas y concisas, luego se seleccionan los participantes, cuyo número estará en función de su grado de homogeneidad (unos 30 para grupos homogéneos). Se construye un primer cuestionario y se envía junto con una carta en la que se dan instrucciones precisas sobre su cumplimentación. Cada nuevo cuestionario se formula a partir de las respuestas dadas al cuestionario precedente. En general, el análisis del tercer cuestionario servirá para la redacción del informe final, que deberá ser enviado a todos los participantes13. En nuestro estudio sobre la calidad del proceso de cuidados en ancianos con alto nivel de dependencia que eran atendidos en centros geriátricos, se utilizaron ambas técnicas para establecer un consenso entre expertos en la identificación y asignación de valores estándares a los indicadores propuestos. A 48

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través del grupo nominal se obtuvieron un total de 44 aspectos del cuidado que deberían ser evaluados, mientras que mediante la técnica Delphi se logró identificar hasta 84 criterios de calidad que sirvieron de base para la elaboración de la encuesta, que fue utilizada para consensuar entre los expertos el grado de desarrollo deseable de los indicadores14. Trabajando con el grupo Describiré a continuación la técnica del grupo de discusión, por ser tal vez la que mayor maduración metodológica ha alcanzado entre las técnicas grupales y la que más se utiliza en investigación cualitativa. El diseño técnico, o sea, cómo se forma y se dirige el grupo, sigue las propuestas de Ortí8, enriquecidas con las aportaciones de otros autores6,15-17. Preparación La primera cuestión que debe aclararse es la composición del grupo y el número de grupos necesarios, lo cual estará en función de dos criterios: la heterogeneidad de los grupos y los recursos disponibles6. El primero ha de tener en cuenta necesariamente el principio de saturación (el investigador no obtiene datos nuevos en el curso de las entrevistas), mientras que el segundo está determinado por las posibilidades de tiempo y de dinero. En el criterio de heterogeneidad hay que considerar sus dimensiones intragrupal (composición interna) e intergrupal. En la composición del grupo se busca una heterogeneidad relativa, es decir, se pretende lograr la mayor diversidad de personas, pero evitando reunir a partes tan enfrentadas que puedan entorpecer la interacción grupal. Dicho de otra manera, un criterio que se antepone al de heterogeneidad es el de incompatibilidad comunicativa, que imposibilita un intercambio comunicativo aceptable17. Algunos factores de riesgo a tener en cuenta a la hora de diseñar la composición interna del grupo son la edad-generación, el género, el estatus o la clase social, la ideología, o alguno de los atributos relacionados con el tema de estudio, pero en todo caso su efecto estará en función de los objetivos que se persigan. En cuanto al tamaño del grupo, el ideal es de 8 a 10 personas, si bien el número será menor (grupos triangulares) si los participantes están especializados en el tema de estudio, o han tenido experiencias intensas en torno al tema de discusión. Por el contrario, el grupo podrá aumentar cuando se aborde información más superficial. Por lo demás, en ocasiones es recomendable convocar a un número de participantes ligeramente mayor del que se pretende reunir, ya que es frecuente que comparezcan menos de los que se esperan. La convocatoria será más exitosa cuanta más fuerza tengan los vínculos del contactador. 49

El contacto El contactador debe ser preferiblemente alguien diferente al investigador que va a ejercer de moderador del grupo. Esta norma tiene como objeto evitar que el grupo sea “contaminado” con información previa sobre la investigación y sus objetivos, con el fin de que sus miembros no prefabriquen opiniones o posturas que pudieran influir en sus respuestas. Los participantes en el grupo no deben conocerse entre sí antes de iniciarse la técnica, para evitar los riesgos de la “preexistencia del grupo” en la vida real16. Una buena estrategia es recurrir a las redes sociales (amigos y conocidos), pero diversificándolas. También deben descartarse personas que ya han participado con anterioridad en otros grupos de discusión y conocen bien el desarrollo de la técnica15, por el riesgo de acaparar la atención y romper la espontaneidad necesaria para que fluya la información. Cuestión aparte y bien polémica es la incentivación para la participación. Algunos autores defienden la relación de contraprestación entre el investigador y los participantes15: éstos producen el texto y aquél les paga con dinero o especies. Esto garantiza una relación objetiva, ya que una motivación exclusivamente altruista podría inducir a una forzada identificación ideológica que evitaría respuestas de agresividad, contradicción o polémica entre los propios participantes y respecto al investigador. Por otra parte, una exclusiva incentivación económica puede alentar a algunos participantes en situación precaria (adolescentes, parados, drogadictos, etc.) a “fabricar” un discurso que estimen se acomode a las pretensiones del moderador. La solución pasa por estudiar cada caso en particular y habilitar formas de compensación alternativas o complementarias al dinero. El local Se deben lograr unas condiciones técnicas adecuadas: un sitio agradable y sin ruidos, libre de interrupciones, situándose preferiblemente alrededor de una mesa redonda pequeña y baja y cuidando que la disposición de los asientos sea lo más neutral posible y no dificulte la comunicación entre iguales (especialmente cuidadosa debe ser la posición de participantes teóricamente “encontrados”). Igualmente, hay que procurar que el lugar donde se desarrolle la técnica no ofrezca contradicción con los valores simbólicos del grupo. Los lugares no son neutrales, sino bien al contrario cada espacio produce efectos sobre el desenvolvimiento del grupo, por lo que puede ser necesario que esté alejado de su ambiente habitual para que se exprese abiertamente, o al contrario. La deseada neutralidad puede estar en relación tanto con el tema de la discusión como con las características de las personas convocadas. En general, deben evitarse espacios cuya imagen o marca soENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(2):112-17

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cial pueda llevar a inhibiciones o reacciones estereotipadas que afecten el discurso del grupo6. Si se desea conocer la opinión de las enfermeras de una unidad hospitalaria sobre la forma en que se utiliza el sistema de incentivos, no procedería realizar una reunión con ellas en el despacho de la jefa o supervisora, por confortable que éste sea. Tampoco sería conveniente reunir en un local del ayuntamiento a un grupo de personas de las que nos interesa conocer los efectos de su exclusión social. Si proponemos a un grupo de jóvenes consumidores habituales de bebidas alcohólicas una reunión en la sede de una asociación de ex alcohólicos, les estamos enviando de entrada un mensaje subliminal que condicionaría su discurso o, lo que es peor, haría que muchos rechazaran la convocatoria. El texto que va a producir la reunión tiene que ser necesariamente grabado en cinta magnetofónica, o incluso en vídeo si los intereses del investigador sobrepasan los meramente semánticos. La grabación garantiza la obtención del texto literal en toda su extensión, lo que va a permitir su análisis sin intermediarios, en unas condiciones tales que pueda ser objetivable por el investigador. Pero por razones éticas no deben realizarse grabaciones encubiertas, sino que hay que explicar al grupo su necesidad por razones metodológicas y hacerlo a la vista de todos, teniendo en cuenta la reacción que la grabadora siempre produce en los primeros momentos y confiando en que luego ésta se irá diluyendo paulatinamente. Siempre será preferible a que algún miembro del grupo descubra que está siendo grabado sin su consentimiento y se inhiba de participar o, lo que es peor, alerte a los demás y se rompa la reunión15. En general, el lugar de reunión debe aunar las necesidades de los participantes (accesibilidad, cercanía, neutralidad) y las del investigador (posibilidades de grabación, aislamiento, etc.). Si no se encuentran espacios neutrales, se suele recurrir al alquiler de algún local, o se realiza en un hotel. El inicio de la reunión El moderador debe ser el que marque el ritmo y el tono de la reunión, y para ello se situará dentro del grupo, aunque sin ocupar un puesto preeminente. No debe hablar con los participantes de nada importante antes de empezar la reunión, comenzará agradeciendo la presencia de los asistentes, presentándose y presentándolos, explicará los objetivos de la investigación e introducirá el tema, que deberá ser objetivable para los participantes, en el sentido de no llevar aparejado juicios de valor. Luego explicará la dinámica de la reunión, la manera de tomar la palabra, la duración, etc. También ha de explicar la presencia y la necesidad de utilizar la grabadora, que ha de colocarse en el centro de la mesa, y procurará tranquilizar a los participantes aclarándoles que toda 116

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la información que se recoja será confidencial y sólo se utilizará a efectos de la investigación. Todavía cabe hacer alguna consideración sobre la presentación del tema de discusión. Ibáñez afirma que no basta con exponerlo, sino que hay que anudar el deseo o el interés por discutirlo16. Según las ocasiones, este autor propone utilizar planteamientos directos o indirectos, que estarían condicionados tanto por el paso del tiempo como por las circunstancias del momento. No es lo mismo preguntar a un grupo de padres de jóvenes anoréxicas acerca de las repercusiones del problema de sus hijas sobre la familia, que inducirles a mostrar su opinión sobre la situación de los jóvenes en nuestra sociedad, aunque seguro que este tema tan general llevará al más concreto de la anorexia. Una vez que el tema ha sido introducido, el moderador debe provocar en el grupo el deseo de discutir sobre él, llevándolo por los derroteros que cada participante considere oportuno6. Y la manera de hacerlo es insistiendo en que el grupo tome la palabra, sin dar pistas sobre lo que es pertinente discutir ni emitiendo juicios de valor15. Desarrollo de la reunión Durante el curso de la reunión el papel del moderador ha de caracterizarse por su objetividad ante el tema (todas las perspectivas le parecen aceptables), así como por su capacidad para adaptar su lenguaje a las características del grupo y para mantener la autoridad moral. En su presencia ha de resaltar su condición de función más que la de sujeto. El moderador, que es el motor del grupo, ha de intervenir lo menos posible, pero es necesario que lo haga en determinados casos. Por ejemplo, al principio es normal que el grupo se calle, lejos de aguantar el silencio (que producirá un estado innecesario de ansiedad en el grupo), el moderador insistirá en que el grupo tome la palabra, aclarando que todo lo que digan puede ser importante. Al final siempre hay alguien que se presta a comenzar. También es normal que los primeros intervinientes se dirijan al moderador, e incluso le soliciten su aprobación sobre lo que acaban de decir. El moderador en este caso no corresponderá a su demanda y trasladará la pregunta al propio grupo, que de esta manera resulta legitimado y comenzará a cerrarse sobre sí mismo15. La intervención del moderador también será necesaria cuando el grupo se encrespe, relanzando opiniones ya expresadas por algún miembro, motivando a individuos aislados que permanezcan callados, controlando al líder espontáneo (experto, dominante, charlatán) que intente monopolizar la discusión y, en definitiva, estimulando para que siga habiendo grupo. Al grupo hay que darle una cierta libertad para que navegue a su aire, pero es necesario reconducirlo con tacto cuando derive hacia otro tema ajeno al que ha sido convocado. 50

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La duración ideal de la técnica es de 1-1,5 h, aunque también en esto hay opiniones diversas. Una vez más será el moderador quien decida la terminación de la reunión cuando considere que los temas han sido suficientemente tratados. Consideraciones finales Son ya numerosas las investigaciones realizadas mediante entrevistas en grupo que avalan la capacidad de esta técnica para obtener información cualitativa; sin embargo, es preciso aclarar que la investigación cualitativa es mucho más que la utilización de una técnica en particular. El reduccionismo con el que algunos investigadores abordan este tipo de investigación, que en el caso de las ciencias de la salud se limita casi exclusivamente a la utilización de entrevistas grupales (especialmente grupos focales), empobrece la aportación que esta metodología puede realizar al conocimiento de los problemas de salud. La investigación cualitativa está emergiendo en el contexto de la salud, y en buena parte lo hace a través de la enfermería, debido a que cada vez se valora más la importancia de intervenir sobre las dimensiones sociales y culturales que afectan a los problemas de salud, que a su vez hacen más complejo su abordaje desde la perspectiva de los cuidados. Si se han podido recalcar las bondades de las entrevistas grupales en estudios sobre procesos de cambio por su capacidad de “predecir” en cierta forma los comportamientos humanos desde un plano social, bien es cierto que esta técnica tiene algunas limitaciones que todo investigador debe considerar antes de incorporarla a su diseño de investigación. Las limitaciones provienen fundamentalmente de dos cuestiones: 1. La entrevista en grupo no ayuda a conocer perspectivas individuales, en tanto la propia interacción con el grupo obliga a asumir papeles en el comportamiento que a menudo no tienen un correlato en la vida real. El participante discreto, por ejemplo, que apenas hace uso de la palabra en el grupo, puede que tenga una buena historia que contar, pero sólo será posible hacerla emerger mediante una entrevista en profundidad fuera del grupo. 2. La entrevista en grupo, salvo el grupo natural, logra una “simulación” de la realidad en unas condiciones controladas, por lo que cualquier afirmación que se desprenda del análisis, o bien se relativiza en función del grado de manipulación de la situación estudiada, o se debería verificar mediante el estudio de la realidad concreta que se pretende comprender mediante la utilización de técnicas complementarias (observación participante, entrevista en profundidad a informadores clave). Es precisamente en el campo de la complementariedad donde encontramos mayores posibilidades

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para las entrevistas grupales. La complementariedad implica necesariamente la diversificación de técnicas y métodos de investigación. En este caso el conocimiento de la realidad sigue un sentido bidireccional: por una parte, las limitaciones de los datos aportados mediante entrevistas grupales podrán complementarse o verificarse con la utilización de otras técnicas, o sea, siguiendo un proceso de triangulación; por otra parte, los datos recogidos en el campo mediante entrevistas individuales podrán trasladarse al grupo o grupos para comprobar su efecto en un espacio de socialización. Finalmente, y en el caso concreto de los profesionales de la salud, es muy importante tomar conciencia de que la entrevista en grupo es la técnica cualitativa que más distancia establece entre el investigador y el sujeto de estudio. El conocimiento de la realidad única e irrepetible del paciente (su subjetividad) que buscan los abordajes cualitativos, debería pues complementarse con la ayuda de otras técnicas que reduzcan la distancia cultural entre el profesional y el paciente. Bibliografía 1. Taylor SJ, Bogdan R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires: Paidós, 1990. 2. Ibáñez J, editor. Las ciencias sociales en España: historia inmediata, crítica y perspectivas. Madrid: Universidad Complutense, 1992. 3. Ibáñez J. El grupo de discusión: fundamento metodológico y legitimación epistemológica. En: Latiesa M, editor. El pluralismo metodológico en la investigación social. Granada: Universidad, 1991; p. 53-82. 4. Merton RK, Kendall P. The focused interview. Am J Sociology 1946;51:541-7. 5. Merton RK, Fiske M, Kendall P. The Focused Interview. New York: The Free Press, 1956. 6. Valles MS. Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis, 1997. 7. Amezcua M, Carricondo Guirao A. Investigación cualitativa en España. Análisis de la producción bibliográfica en salud. Index de Enfermería 2000;28-9:26-34. 8. Ortí A. La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta semidirectiva y la discusión de grupo. En: García Ferrando M, Ibáñez J, Alvira F, editores. El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Universidad, 1996; p. 189-221. 9. Maisonneuve J. La dinámica de los grupos. Buenos Aires: Proteo, 1971. 10. Frey JH, Fontana A. The group interview in social research. En: Morgan D, editor. Successful focus groups: avancing the state of the art. California: Sage, 1993; p. 20-34. 11. Villasante TR. De los movimientos sociales a las metodologías participativas. En: Delgado JM, Gutiérrez J, editores. Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis, 1994; p. 399-424. 12. Amezcua M. Prácticas y creencias de los “santos” y curanderos en la Sierra Sur (Jaén). Gazeta de Antropología 1992;9:99-109. 13. Pineault R, Daveluy C. La planificación sanitaria. Conceptos, métodos, estrategias. Barcelona: Masson, 1987. 14. Amezcua M, Muñoz Tapia A. La calidad de los cuidados de enfermería en ancianos asistidos: identificación de criterios y estándares de proceso a través del consenso. Enf Clin 2000;10:245-51. 15. Canales M, Peinado A. Grupos de discusión. En: Delgado JM, Gutiérrez J, coordinadores. Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Síntesis, 1994; p. 287-316. 16. Ibáñez J. Más allá de la sociología. El grupo de discusión: teoría y crítica. Madrid: Siglo XXI, 1979. 17. Stewart DW, Shamdasani PN. Focus groups. Theory and practice. London: Sage, 1990.

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