LA ENCRUCIJADA SIRIA Y EL EQUILIBRIO EN LA REGIÓN

LA ENCRUCIJADA SIRIA Y EL EQUILIBRIO EN LA REGIÓN

"Si paramos ahora, estamos todos muertos"
Rebeldes Sirios

Fernando Álvarez Simán*
El año pasado, cuando el joven argelino Mohamed Bouazizi fallecía víctima de las secuelas provocadas por su inmolación el mundo vio con asombro cual era la verdadera situación política y social que soportaba la población de una región de mas de 22 países con cerca de 350 millones de habitantes que se ha denominado "el mundo árabe" y también cómo al no poder contener la ira popular sus gobernantes caían uno tras otros y se formaban gobiernos de reconstrucción. Además de que pronto se descubrirían los excesos de los dictadores, la mano dura y la importancia estratégica de muchos de estos países para la paz mundial. Con las rebeliones, también de manera inesperada vimos como las redes sociales se convirtieron en el mejor vehículo para que las protestas superaran la inicial censura e incluso para comenzar esas protestas de manera mas organizada.

Hoy toca el turno a Siria país gobernado por la dinastía Al Assad desde hace 40 años, perteneciente a la minoría alauita, que es una creencia híbrida entre el cristianismo primitivo y el islam, sin embargo de manera general se considera a los alauitas como parte de la comunidad musulmana chiita. La Siria de las protestas y rebelión actual es un país de 22 millones de habitantes que desde su independencia de Francia en 1946 hasta 1970 sufrió una serie de sucesivos golpes de estado. Del total de sus habitantes el 38 por ciento es menor de 15 años, tiene una tasa de analfabetismo de 84 por ciento, un desempleo juvenil del 25% y un doce por ciento del total de la población se encuentra en la pobreza extrema. Además el pais por su historia es un crisol de razas donde incluso se respeta la libertad de culto; la mayoría étnica es la árabe, siendo este también el idioma oficial pero hay asirios, armenios, turcos, kurdos y miles de refugiados palestinos que reciben ayuda internacional. Pero desde el mes de marzo del año pasado en que iniciaron las protestas, que han sido brutalmente reprimidas por las fuerzas armadas y los cuerpos policiacos del régimen, dejando a la fecha un saldo de muertes según datos de las Naciones Unidas de 6,400 personas y 12,000 exiliados. El problema con el presidente Bashar es que se le acusa de mentirle a la población y que incluso sus promesas son solo una táctica para conservar el poder mientras acumula respaldo internacional y al interior se recrudece la represión. Por ejemplo Bashar Al-Assad levantó el "estado de Excepción", la fórmula jurídica que suspende el libre ejercicio de los derechos ciudadanos pasando el control interno a las fuerzas armadas; vigente en Siria desde hace 48 años e implantado con el pretexto de la cercanía con Israel; pero ni con esta medida las protestas pudieron ser detenidas. El gobernante intenta mantener el control de un país de lleno de historia y cultura cuya capital es Damasco, una de las ciudades más antiguas del mundo con más de 6 mil años de historia, que también contiene la tumba del célebre defensor del Islam, Saladino y la tumba de Saida Zeinab, nieta de Mahoma, y que ha visto el auge y la decadencia de los imperios egipcio, persa, romano, bizantino y otomano.

Bashar al-Assad médico de profesión, educado en Inglaterra llega al poder en el año 2000 después del fallecimiento de su padre Hafez Al Assad quien detentó el poder absoluto desde principios de la década de los 70 del siglo pasado; la plataforma política la aportaba el Partido Bazz (renacimiento o resurrección en árabe) que en Siria es la única institución política. Bazz es un partido político con presencia en todos los países de herencia árabe, con gran fuerza en Iraq además de Siria; su ideología combina el socialismo, el nacionalismo y la herencia cultural árabe por lo que ha logrado penetrar en la conciencia de amplias capas sociales.

Pero Bashar al-Assad no era el sucesor natural de su padre Hafez; su ascenso al poder ocurre cuando su hermano mayor Basil fallece en un accidente automovilístico y por tanto a su preparación médica se le tiene que agregar conocimientos militares alcanzando el grado de coronel; por eso a pesar de que el parlamento sirio tuvo que reformar la constitución rebajando la edad para ser presidente de 40 a 34, para que asumiera sin contratiempo la presidencia, el inicio de su presidencia causó gran expectativa. Incluso en la última etapa de la presidencia de su padre, Bashar encabezó programas anticorrupción que fueron bien vistos por la opinión pública, ya como presidente liberó presos políticos e introdujo el internet en todo el país lo que revitalizó la vida política del país puesto que los líderes de opinión de Siria comenzaban a debatir sobre derechos humanos y políticos, sin embargo la luna de miel duró poco ya que a menos de un año de asumir la presidencia su régimen comenzó a apresar a los disidentes y el servicio de internet comenzó a sufrir censura.
Por eso si el triunfo de las revueltas en Libia era un proceso complicado, en Siria también por las resistencias y la cantidad de organismos represores que controlan la vida interna del régimen, por esos los analistas expertos en estudios árabes y del medio oriente plantean que en Siria los escenarios posibles son dos: el primero es que no obstante la brutal represión que tan solo este fin de semana escaló a 800 muertos y mas de 1,750 heridos, el régimen no puede acallar las protestas y por tanto solo es cuestión de tiempo la caída de Assad. El segundo escenario es moderado y precisan de que a falta de instituciones el régimen es dictatorial y por tanto paternalista, lo que hace que el hasta hoy presidente Bashar al Assad mantenga niveles de aceptación y respaldo popular del 50% sobre todo entre grupos étnicos minoritarios de Siria como los kurdos y los drusos. Por eso el peligro es que si Assad cae, el fantasma de una guerra civil con tintes étnicos e incluso religiosos será un escenario probable.

El caso de Libia es lo que parece repetirse en Siria; al momento diversos reportes mencionan que cerca de diez mil soldados han desertado del ejército Sirio formando el denominado "Ejército Libre de Siria" y que luchan en condiciones desiguales contra las tropas leales al régimen. Por eso Barack Obama el presidente de los Estados Unidos ha utilizado diversos foros para pedirle a Assad que le dé un giro a su política represiva y desista de solicitar la ayuda iraní para fortalecer la defensa de su régimen. Al mismo tiempo la Casa Blanca al tanto de la influencia de Irán sobre Siria, no confía sobre la ideología de los rebeldes. Aunado a ello la Liga Árabe que en diciembre del año pasado envió una misión de observación a Siria, para supervisar el compromiso de Assad de cese de la represión, se ha retirado ya del país y con su partida se ha perdido una esperanza de pacificación. Incluso diversos despachos noticiosos mencionan que el régimen ha recuperado el control de muchos lugares a sangre y fuego.

El equilibrio interno en Siria, entre musulmanes (20 millones), cristianos (unos dos millones) y la pequeña comunidad judía de origen hispano sefardí residente en Damasco, se ha mantenido durante este medio siglo por la fuerza. El apoyo del régimen de Damasco al partido islámico libanes Hezbollah le da pie para mantener su política intervencionista en Líbano, donde el Ejército sirio ha ocupado durante decenios el valle de Bekaa, que comprende el 40% del territorio libanes y donde al amparo de los militares sirios se extendían los campos de amapola. El tráfico de opio fue desde los años 70 una fuente de ingresos adicional para los generales sirios. Otra arista del problema sirio es el papel de Rusia, pues los dos países mantienen relaciones comerciales y acuerdos de defensa conjunta, de hecho aunque no existen cifras oficiales y contundentes, se calcula que el 10% de la venta total de armamento ruso es para Siria, cuyas compras van desde aviones, sistemas de defensa aérea y armamento anti tanques. Para Rusia representa el extender la frontera de su sistema de defensa más allá de sus propios límites geográficos, ya que en territorio sirio se encuentra la única base militar rusa en el exterior.

El derrumbe del régimen sirio tendría un efecto inmediato en Líbano, Turquía, Jordania, ya que no solo desarrollan las relaciones económicas y comerciales, sino que constituyen un conjunto regional con peso político y geoestratégico particularmente con las minorías kurdas. La revuelta en Siria puede cuestionar el eje Ankara-Beirut-Amán-Damasco. Lo que explica el silencio de estas capitales ante la brutal represión del Ejército Sirio contra los manifestantes.

La hipotética implosión de Siria haría estallar en pedazos el rompecabezas religioso y étnico en una región del mundo en la que los odios raciales y tribales surgirían sin freno. Lo cierto es que al joven Bashar al Assad se le acaba el tiempo, la violencia ha escalado a niveles de una guerra civil, en medio de ella la población que sufrirá las peores consecuencias y quizá lo peor está por llegar. Pero si las revueltas no logran contenerse el gobierno y su régimen no le será ya útil a nadie, muchos menos para el equilibrio regional.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas