La elite parlamentaria tras las Elecciones autonómicas de 2007 en perspectiva comparada

June 30, 2017 | Autor: Pablo Onate | Categoría: Federalism, Elites (Political Science), Elections, Spain
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Descripción

1

La elite parlamentaria autonómica tras las elecciones de 2007 Irene Delgado (UNED) Pablo Oñate (Universidad de Valencia)

Publicado en Francesc Pallarès (ed.), Elecciones autonómicas y locales 2007, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2008 (165-194). 1. Introducción1

El estudio de las elites parlamentarias ha suscitado el interés de numerosos científicos sociales en las últimas décadas. En su papel representativo de la sociedad, son un producto tanto de ésta como de la política y sus derivas y tendencias. Al tiempo, ellas mismas son los actores del proceso político que configuran en gran medida el sistema político y, en él, el perfil específico las instituciones y las decisiones democráticas (Best y Cotta, 2000).

La categoría elite parlamentaria autonómica permite englobar a la totalidad de quienes, en el transcurso de la actual etapa democrática, han formado parte de los plenos de las asambleas legislativas que han sido sucesivamente elegidas en ese ámbito político desde principios de los años ochenta. Se trata de un elevado número de personas que han ocupado esos escaños, acercándose por vez primera a la política o habiendo accedido a ellos desde algún otro cargo de respresentación o gestión institucional. En todo caso, constituyen un grupo de personas susceptibles de ser estudiado en sus características distintivas y en su posterior proyección en el más amplio de la clase política española.

Nuestro objetivo es la descripción y análisis de los rasgos sociodemográficos y políticos de los diputados de la legislatura que arranca tras las elecciones autonómicas

1

Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación sobre parlamentos (referencia SEJ2006-15075-C3-03) financiado por el Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2004-2007 y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).

2 celebradas el pasado 27 de mayo de 20072. A partir de una base de datos que recoge los indicadores convencionales en este género de estudios, tales datos se contrastarán con los de legislaturas precedentes teniendo en cuanta principalmente los perfiles sociodemográficos y políticos de esa elite parlamentaria, al objeto de alumbrar los procesos que pueden haber conducido a su consolidación y profesionalización en un sistema político, como es el español, articulado en una estructura institucional y de interacciones políticas multinivel.

La reducida centralidad de los parlamentos en las últimas décadas ha situado a los diputados en segundo plano como consecuencia del predominio de los partidos y el alto grado de control que ejercen sobre ellos. En nuestro actual sistema político la actuación de estas elites en el parlamento se canaliza a través de los grupos parlamentarios lo que genera cierta disfuncionalidad en relación a las premisas teóricas de la representación política (Oñate y Delgado, 2006). Por otra parte, las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo otorgan amplios poderes al primero limitándose sobremanera la visibilidad y la autonomía de los legislativos. En este contexto, las actividades de los parlamentarios, en general, y de los autonómicos, en particular, han estado supeditadas a la específica configuración política de las cámaras que, como producto de la evolución de los resultados electorales, ha experimentado diferentes fases. Este rasgo avala la necesidad de estudiar la elite parlamentaria autonómica, considerando su adscripción a los grupos parlamentarios y a hacerloo desde un punto de vista comparado que atienda a las 17 asambleas autonómicas y a la estructura política multinivel.

Las características institucionales del sistema político español convergen en la variada configuración de los parlamento autonómicos: tamaño de las asambleas, distribución de las fuerzas políticas en las cámaras y en el rendimiento político, entre otros, pero afectando significativamente a la propia “vida” y dinámica de las instituciones. Tras cerca de un cuarto de siglo de vida política autonómica democrática se puede hacer un breve balance sobre los cambios, las crisis y la renovación de los

2

Incluimos en el análisis las cámaras legislativas resultantes de las elecciones autonómicas de Andalucía 2004, País Vasco y Galicia 2005, así como Cataluña 2006, que integraremos a efectos analíticos en lo que podría denominarse “el período 2007”.

3 integrantes de los parlamentos autonómicos y su repercusión en la configuración de la elite política.

Los cambios en la distribución del voto y en la correlación de fuerzas acontecidos en estos últimos años en algunos parlamentos han revitalizado las funciones y las actividades básicas desarrolladas en su seno. La centralidad de esta institución parece despertar tras un largo período de letargo (Delgado, Martínez y Oñate, 1999; Oñate, 2005). El fin del ciclo de mayorías absolutas en algunos de ellos, el período de gobiernos minoritarios con “apoyo” parlamentario en otros subyace en la necesidad de adoptar criterios consensuados entre diversos grupos parlamentarios que nos recuerdan claramente la ya tradicional dinámica parlamentarista de los países del norte de Europa (Damgaard, 1994: 93). Ello justifica plenamente el papel que desempeñan nuestros diputados regionales como representantes y sobre quienes nos proponemos estudiar sus rasgos sociopolíticos más relevantes para aportar luz sobre un ingrediente fundamental de nuestro sistema político autonómico. En las próximas páginas

analizaremos,

por

tanto,

las

principales

variables

de

los

pefiles

sociodemográficos y políticos de la elite parlamentaria autonómica, para constatar su consolidación y profesionalización como elite política, en su relación con los distintos niveles de gobierno y los partidos políticos. No obstante, antes convendrá sintetizar los cambios que las elecciones de 2007 (o asimiladas en Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco) han supuesto en el reparto de escaños entre los principales partidos en cada Cámara (cuadro 1). Cuadro 1. Configuración de los Parlamentos Autonómicos tras las elecciones de 2007 (o asimiladas) AUT 2007

PP PSOE

IU

PANE

Andalucía (04) Cataluña (06) Galicia (05) P. Vasco (05)

37 14 37 15

61 37 25 18

6 12

5(PA) 48(CiU) 13(BNG) 29(PNV-EA)

Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Castilla y León

23 20 28 15 17 48

30 21 22 26 10 33

1 4 -

3

PANE

PANE

21(ERC)

3 (C's)

9(PCTV)

1(Aralar)

9(PAR)

4(ChA)

3(UM) 19(CC) 12 (PRC) 2 (UPL)

4(PSM)

1 Bloc

PANE

TOTAL 109 135 75 75

1(AIPF)

67 45 59 60 39 83

4 Cast.-La Mancha Extremadura Madrid Murcia Navarra La Rioja C.Valenciana

ESPAÑA CCAA "151" CCAA "143"

21 27 67 29 22 17 54

491 103 388

26 38 42 15 12 14 38

468 141 327

11 1 2

2(CDN) 2(PR)

47 65 120 45 50 33 99

11 Na-Bai

7

47 21 26

TOTAL PANE 196 129 71

1206 394 812

Los cambios más relevantes que estas cifras suponen en comparación con la composición de cada parlamento autonómicos en la Legislatura anterior tienen que ver con las alternativas de gobierno que se abren en cada Comunidad Autónoma, habida cuenta de la tendencia a formar coaliciones parlamentarias allí donde el PP no logró la mayoría absoluta. Así, el PSOE, en coalición con el BNG, arrebata la Xunta de Galicia al PP al quedar éste partido un escaño por debajo de la mayoría absoluta de escaños en las elecciones autonómicas de 2005. También en Navarra se abren variadas posibilidades de coaliciones, pero que finalmente no se concretarán al preferir el PSOE no coaligarse con partidos nacionalistas en una coyuntura como la de la ruptura de la tregua de ETA y el fin de las negociaciones con la banda terrorista. En Andalucía, por su parte, el PSOE logra la mayoría absoluta de escaños, por lo que no necesita el apoyo de otras formaciones en la Cámara Autonómica.

En el resto de Parlamentos Autonómicos la composición de la Cámara es similar a la resultante de los comicios de 2003, ya sea en la conformación de mayorías absolutas (Castilla y León, Madrid, Murcia, La Rioja o Comunidad Valenciana, a favor del PP; y Castilla-La Mancha y Extremadura, a favor del PSOE) o en mayorías minoritarias que darán posteriormente lugar a pactos de legislatura o de gobierno en torno a los partidos mayoritarios de ámbito estatal o a alguna de las formaciones de ámbito no estatal.

2. Los perfiles sociodemográficos de la elite parlamentaria autonómica

5

La influencia de la configuración del sistema de partidos va a incidir en el perfil de nuestra elite política además de influir decisivamente en los niveles de continuidad/discontinuidad de los parlamentarios. Esta realidad afecta sustancialmente a la hora de alcanzar un equilibrio entre parlamento cerrado y parlamento abierto, al eliminarse en el primer caso la permeabilidad necesaria entre sistema político y sistema social (Polsby, 1968). Desde esta premisa abordamos la función de representación en términos de representatividad social de las elites parlamentarias (Katz, 1997) o de “espejo” de la sociedad civil (Pitkin, 1967). Esta dimensión de la representación “sociológica” se corresponde con las articulaciones más sobresalientes de la estructura social. Desde ese punto de vista, el representante simboliza los caracteres sociales principales del representado, de forma que la renovación de las elites se conectará con las transformaciones experimentadas en la sociedad misma. En sociedades en procesos de transformación, abiertas, la elite política llega a ser más heterogénea y refleja de manera más fiel la composición de las mismas.

De hecho, aún a pesar de la configuración partidista, un elemento que dificulta el estudio y análisis de la elite parlamentaria es la tasa de continuidad/discontinuidad, que a lo largo de las legislaturas democráticas experimenta un notables variaciones, de forma que condiciona incluso el análisis tomando como variable independiente el sistema de partidos. A pesar de ello esta variable política guía el presente análisis y permite contrastar la etapa actual con situaciones precedentes, además de establecer comparaciones entre grupos parlamentarios.

Pero antes debemos centrar nuestro análisis en una variable que ha ganado relevancia en los últimos años: el género y el acceso de la mujer a los escaños parlamentarios. Lo primero que salta a la vista es que transcurridos setenta años de que las mujeres españolas viesen reconocido su derecho al voto3, los varones siguen siendo todavía abrumadoramente mayoría en todos los parlamentos autonómicos. El gráfico 1 muestra cómo la tendencia experimenta un efecto ascendente, de forma que no solo las mujeres acceden en mayor medida a los escaños sino que también sabemos que los puestos de representación que van desempeñando son de mayor 3

Tal cosa se produjo con la aprobación de la Constitución de la II República, en diciembre de 1931.

6 responsabilidad política4. Las elecciones de 1999 representan el mayor cambio en relación a la presencia de mujeres en los parlamentos autonómicos. Si su porcentaje ya fue alto en 1995 (al rozar los 20 puntos), habían incrementado en diez puntos porcentuales su presencia a finales de los años noventa, dando lugar a que el 30% del total de los escaños en las asambleas regionales estuviera ocupado por mujeres. Y esta tendencia creciente se consolidará y evolucionará con el transcurso del tiempo, llegando a estar compuestos los parlamentos regionales por más del 41% de mujeres. El escenario subestatal da entrada a las mujeres en cargos de representación política en mayor medida que la arena estatal constituida por las Cortes Generaales.

Gráfico 1.- Evolución de la presencia femenina en los Parlamentos Autonómicos y en el Congreso de los Diputados 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 1982 1983 1986 1987 1989 1991 1993 1995 1996 1999 2000 2003 2004 2007 Parlamentos autonómicos

Congreso de los Diputados

Fuente: Elaboración propia. Datos procedentes del Instituto de la Mujer (accesibles a través de http://www.mtas.es/mujer/mujeres/cifras/poder/index.htm).

El cambio de tendencia de las tasas de representación femenina en los parlamentos se consolida a raíz de los procesos electorales celebrados a finales de los

4

En este sentido basta recordar que en la composición de los gobiernos autonómicos el número de consejeras ha aumentado significativamente estableciéndose también aquí, indirectamente, ciertas cuotas. En 2003 el porcentaje de consejeras se cifraban en el 20,2 por ciento y tras las elecciones de 2007 este dato asciende al 39,3 por ciento. (http://www.mtas.es/mujer/mujeres/cifras/poder/index.htm).

7 años noventa5. En las elecciones europeas de 1999 concurrieron como cabeza de lista de los partidos mayoritarios, PP y PSOE, dos mujeres con peso dentro de los respectivos partidos. Pero este fenómeno no ha sido igual en todos los parlamentos regionales que se constituyen en 1999. Por un lado, destacaban aquéllos como los de la Comunidad Valencia, Castilla La Mancha y Cantabria, que contaban en sus escaños en 1999 con más del 36% de diputadas. Pero otros no alcanzaban cifras tan significativas. Aun a pesar de adoptar ritmos más lentos han ido progresivamente alcanzado cotas de representación femenina en las cámaras que, en todo caso, superan a las de las diputadas estatales (Delgado y Jerez, 2008). La presencia de la mujer en estas instituciones públicas es una constatación indiscutible que responde a iniciativas, muchas de ellas originadas por leyes autonómicas, dirigidas a potenciar la mayor presencia de las mujeres también en la esfera de lo político. Pero, dicha batalla también se libra en el seno de los partidos políticos que han adoptado medidas internas que fomentan la participación y presencia femenina en los puestos de representación y responsabilidad, entre ellas la incorporación de mujeres a los cargos representativos o la inclusión equilibrada de candidatos y candidatas en las listas electorales.

Las elecciones autonómicas de 2007 se celebran tras la promulgación de la Ley de Igualdad, que establece una ratio máxima de 40-60 por ciento entre los sexos. La configuración de las asambleas legislativas autonómicas es un ejemplo ilustrativo para poder comprobar el efecto que las medidas legislativas adoptadas han tenido; si los resultados han respondido a las expectativas fijadas y si han producido un cambio respecto a las legislaturas precedentes. Estas reciente elecciones han supuesto la consolidación de un crecimiento progresivo de diputadas en todas los parlamentos, con dos excepciones: Castilla la Mancha, por los elevados niveles de presencia femenina que ya venía teniendo en su seno, que permitió que la paridad entre diputados y diputadas ya se alcanzara en la legislatura iniciada con las elecciones de 2003; y Galicia, donde no se produce cambio en el porcentaje de representantes de ambos sexos, y las diputadas siguen ocupando solo un tercio del total de los escaños de la Cámara.

5

Con todo, el salto más espectacular se produjo en el ámbito de nuestra representación en el Parlamento Europeo, donde las mujeres españolas pasan de ser media docena en 1989 a sumar 21 tras las elecciones celebradas en 1994.

8

Así, los avances alcanzados en 2007 han sido irregulares aún y a pesar de las normas legislativas bajo las que se celebraron las elecciones. Por una parte, encontramos los Parlamentos de Castilla la Mancha, País Vasco, Baleares, la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Madrid que han superado el umbral medio de presencia femenina en las asambleas legislativas de 2007 (53,2, 52,0, 49,1, 45,4, 43,4, y 42,5 por ciento, respectivamente) y donde ya regían en algunas de ellas normas autonómicas de paridad que obligaban a un sistema de “listas de cremallera”. Pero a gran distancia de los anteriores se ubican los Parlamentos de Asturias y Galicia –con tan sólo un tercio de diputadas regionales ocupando escaños-- y Aragón y Cataluña, donde se ha incrementado ligeramente el porcentaje de las anteriores convocatorias (véase cuadro 2).

De estos datos puede concluirse que los resultados de la legislación en materia de igualdad han tenido un efecto en la conformación de las actuales asambleas legislativas autonómicas, pero no podemos afirmar que sea producto exclusivo de su aplicación (Serra, 2007), dado que la evolución de la presencia femenina desde 1999 ha sido creciente y aún más notable que antaño. Quizá la respuesta a este fenómeno se encuentre en el hecho de que con anterioridad a 2007 los partidos políticos habían adoptado fórmulas de democracia paritaria y/o medidas de “cuotas” en la configuración de las listas electorales6 a lo que habría que añadir el posible efecto “contagio” que supusieron en otros partidos (Delgado y Jerez, 2007).

En los ocho parlamentos la presencia femenina no llega al 40 por ciento, aunque esté cerca, y en otros no supere el 50 por ciento (en ningún caso se supera el 53,2 por ciento). Estos cambios cuantitativos confirman que los parlamentos regionales son instancias a la que acceden en mayor medida mujeres. Otra cosa es la interpretación que quepa hacer del fenómeno en virtud del cuál los aparatos de los partidos más votados en la mayoría de las comunidades autónomas se hayan mostrado más o menos reticentes a la hora de colocar candidatas en aquellos lugares de sus respectivas listas con posibilidades reales de alcanzar un escaño. Presumiblemente 6

Desde los años noventa se percibe un intento por parte de los partidos políticos de aumentar las cuotas femeninas en las listas electorales, que en el caso de PSOE se materializó en su XXXI Congreso (enero 1988) fijándose la célebre cuota mínima del 25 por 100, tanto para sus órganos internos como en las listas electorales.

9 influye también además una mayor beligerancia y movilización de los grupos de presión feministas sobre este particular en parlamentos de segundo orden (Reif, 1985; Reif y Schmitt, 1980; Schmitt, 2006).

Elecciones autonómicas Parlamentos

1999

a

∆ 99-03

2003b

∆ 03-07

2007

∆ 99-07

Andalucía

28,44

+6,42

34,86

+4,59

39,45

+11,01

Aragón

29,85

+1,49

31,34

+4,48

35,82

+5,97

Asturias

33,33

-2,22

31,11

+2,22

33,33

0

Baleares

33,90

+3,60

37,50

+11,65

49,15

+15,25

Canarias

28,33

+6,67

35,00

+5,00

40,00

+11,67

Cantabria

35,90

+5,13

41,03

-0,55

40,48

+4,58

Castilla-León

27,71

+8,29

36,00

+7,37

43,37

+15,66

Castilla la Mancha

40,43

+12,76

53,19

0

53,19

+12,76

Cataluña

23,70

0

23,70

+16,89

36,30

+12,60

Extremadura

30,77

+6,15

36,92

+3,08

40,00

+9,23

Galicia

16,67

+16,66

33,33

0

33,33

+16,66

Madrid

32,35

+5,49

37,84

+4,66

42,50

+10,15

Murcia

20,00

+11,11

31,11

+8,02

39,13

+19,13

Navarra

26,00

+6,00

32,00

+6,00

38,00

+12,00

La Rioja

33,33

+6,06

39,39

0

39,39

+6,06

C.Valenciana

40,45

-1,12

41,57

+3,88

45,45

+5,00

País Vasco

29,33

+5,34

34,67

+17,33

52,00

+22,67

Media

29,47

35,03

41,11

a

Incluye los datos de las elecciones de Andalucía de 1996; Galicia de 1997; País Vasco de 1998. b Incluye los datos de las elecciones de Andalucía de 2000; Galicia y País Vasco de 2001. c Incluye los datos de las elecciones de Andalucía de 2004; Galicia y País Vasco de 2005; y Cataluña de 2006. Fuente: elaboración propia a partir de datos recogidos en GIAEP (www.giaep.net) y del Instituto de la Mujer.

En lo que respecta a la edad de los diputados autonómicos, la media se sitúa alrededor de los 47 años, cifra similar a la que arroja la media de los diputados nacionales. Esta variable traduce una ligera

“madurez” de la elite parlamentaria

autonómica y se encuentra ligada a la propia evolución del sistema político autonómico además de a la estructura de los partidos y a la confección de las listas electorales de los mismos. Esta distribución por edades en las diferentes asambleas autonómicas

10 está intrínsecamente ligada a la movilidad que se produce entre los niveles políticos, estatal y subestatal, en sus distintas direcciones, sin por ello significar un menor grado de institucionalización. Debemos considerar en este sentido hacia dónde se dirigen las carreras de estos políticos y el grado de profesionalización que adquieren. Pero dejando de momento estos aspectos que analizaremos posteriormente y centrándonos en la edad de nuestra elite parlamentaria, se aprecian ciertas diferencias en la composición de los distintos parlamentos autonómicos que merecen ser destacadas.

Con los datos de que disponemos de la edad de los diputados regionales de las diferentes asambleas7 se podrían destacar tres categorías: a) aquellos parlamentos en los que la edad media de los diputados se encuentra muy por encima del promedio general de todos los parlamentos autonómicos y en los que quizás se pueda hablar de cierta “seniority” de sus miembros. Son los casos de los parlamentarios de Madrid, Baleares, Aragón, Castilla León, Murcia y Valencia; b) la de aquellos parlamentos en los que la edad de sus diputados se encuentra próxima a la media general: Extremadura y Cataluña; y c) los parlamentos en los que la edad de sus diputados está por debajo de la media y por ende integrados por diputados más jóvenes: Rioja, Cantabria y Asturias. En todo caso, la inestabilidad e la elite parlamentaria también es un factor a tener en cuenta al analizar la edad de los parlamentarios.

7

Las páginas web de los Parlamentos de Canarias, Castilla la Mancha, Galicia, Navarra y País Vasco no aportan este dato de los perfiles de sus diputados.

11

Gráfico 2.- Edad media de los diputados autonómicos (2007) 60 50 40 30 20 10

an a en ci

R io ja

C .V al

M ur ci a

rid M ad

ra re m

ad u

uñ a Ex t

C at al

Le ón

br ia

C as ti l la

C an ta

s

ea re s B al

A st ur ia

ón A ra g

A nd al

uc ia

0

Edad media

Fuente: Datos extraídos de las páginas oficiales de los parlamentos autonómicos.

Además es la instancia política donde comienza la carrera política de buena parte de los representantes, lo que la convierte en “trampolín” de ascenso político. Una explicación complementaria relacionada con el rodaje del sistema político y la amplia discontinuidad de la clase política habría que buscarla en la estructura y hábitos dominantes en casi todos los partidos políticos de nuestro tiempo. En virtud de tales pautas, las posiciones directivas -incluida la composición de los comités nacionales que elaboran las listas electorales- tienden a quedar en manos de cohortes de veteranos que suelen otorgar un lugar preferente en las listas a sus compañeros de generación. Y aún más, situarían a diputados jóvenes en cargos de representación regionales como lugar para el inicio de su trayectoria política.

Aberbach, Putnam y Rockman (1981: 1) señalan que durante el siglo XX en la mayoría de las democracias occidentales se ha producido un progresivo incrementodel número de políticos profesionales. Los sistemas cerrados de reclutamiento requieren procesos largos de aprendizaje dentro del partido y de la vida pública, como requisito para acceder a la política. Los políticos profesionales comienzan esta carrera relativamente jóvenes, confiando en dedicar toda su vida a ella. La actividad parlamentaria se convierte en una verdadera profesión que ofrece expectativas y

12 recursos de interés para quienes la desempeñan, combinando cierta experiencia técnica junto con autonomía profesional, seguridad económica, contactos personales, visibilidad y prestigio social, aunando al tiempo carreras profesionales flexibles (Norris y Lowendusky, 1995).

Para alcanzar tales requisitos, la capacitación profesional es un elemento que dice mucho de sobre la calidad de los que acceden a estos puestos a pesar de que los conocimientos básicos sobre el funcionamiento de la institución parlamentaria son adquiridos a través de la práctica política diaria. En primer lugar, en lo que respecta al nivel de estudios, se observan altos niveles de preparación en lso diputados autonómicos: alrededor de tres de cada cuatro diputados son titulados superiores – licenciados y doctores- en la gran mayoría de los parlamentos regionales, rasgo similar al de la élite parlamentaria estatal. Aun en los parlamentos en los que la mayor parte de sus diputados no ofrecen estos datos, y más concretamente los Parlamentos de Baleares y Canarias, las cifras se concentran en esta categoría de la variable (cuadro 2).

El que la gran mayoría de nuestros diputados autonómicos tenga nivel de estudios superior está ligado a la propia evolución de los niveles educativos del país, aunque, si comparásemos cifras, los diputados superarían los niveles del conjunto de la población española, tal y como ocurre en el Congreso de los Diputados y de forma similar en otros países occidentales (Patzelt, 1999: 245). Así a grandes rasgos, nuestros diputados regionales suelen compartir con los parlamentarios estatales un nivel de estudios alto, debiendo destarse, además, el hecho de que determinados estudios predominan sobre otros (Jerez y Delgado, 2001).

Cuadro 2. Nivel de estudios de los diputados autonómicos de las VII Legislatura (en porcentajes) *. Nivel de estudios Parlamentos

Primarios

Secundarios Técnicos/ DiplomadosSuperiores

NC

Andalucía

-

8,3

22,0

52,3

17,4

Aragón

-

7,5

34,3

53,7

4,5

Asturias

-

9,7

1,7

61,4

18,2

13 Baleares

-

1,7

8,3

20,0

90,0

Canarias

-

1,7

1,7

13,6

83,0

Cantabria

5,1

23,1

66,7

5,1

5,1

-

9,7

2,4

61,0

26,8

3,2

22,3

55,3

19,1

Castilla-León Castilla la Mancha Cataluña

-

14,3

6,0

62,4

17,3

Extremadura

-

16,9

4,6

27,7

50,8

Madrid

-

15,1

7,6

69,7

7,5

Murcia

-

-

19,6

60,8

19,6

3,0

-

24,2

57,6

15,2

C.Valenciana

-

5,0

10,1

63,6

21,3

País Vasco

-

1,3

14,7

69,3

14,7

La Rioja

*

Las páginas web de los Parlamentos de Galicia y Navarra no aportan datos de los estudios de sus diputados. Fuente: elaboración propia. Datos procedentes de las páginas web los parlamentos autonómicos. Andalucía, Cataluña y País Vasco celebraron elecciones autonómicas en fecha distinta, por lo que los datos correspondientes a sus Parlamentos corresponden a la VIII Legislatura.

Bajo esta lógica encontramos un paralelismo al analizar la profesión previa que los representantes autonómicos desempeñaban antes de acceder al escaño. La ocupación más abundante en un buen número de cámaras que ofrecen este dato es la de abogado –en Castilla la Mancha esta rasgo es extensible a uno de cada cuatro diputados, en una proporción muy cercana en la Asamblea de Madrid-, seguida de la de docente. De forma similar a lo que ocurre en otros países occidentales, el elevado número de abogados convierte a esta profesión en cantera de las elites políticas, al producirse una conexión entre el ejercicio de la profesión y la práctica política (Weber, 1946: 95). Sin embargo el predominio de docentes –tanto de enseñanza primaria y de bachillerato como de universidad- es también significativa en la gran mayoría de las asambleas, siendo predominante en los casos de las asambleas legislativas de Aragón, Asturias, y Cantabria.

Cuadro 3. Principal ocupación anterior de los diputados autonómicos VII Legislatura (en porcentajes). Aragón

Asturias

3,00

11,4

Cantabria Castilla

Castilla Mancha Cataluña

Madrid

Rioja País Vasco

Ocupación

Abogado

15,4

20,7

25,5

16,5

21,8

15,1

20,1

14 Médicos

7,5

2,3

2,6

8,5

Empresarios

4,5

Funcionarios

19,4

2,

-

2,3

15,4

Docentesa Ingenieros y arquitectos

25,4

20,4

1,49

4,5

b

6,0

Administrativos

7,5

Otras liberales

-

3,7

4,2

3,0

2,7

1,2

-

1,5

3,4

6,1

6,4

3,0

7,6

9,1

12,0

20,5

12,2

19,1

2,6

2,4

25,5

12,8

9,2

15,1

13,4

4,5

1,7

3,0

2,6

2,3

2,6

6,1

-

-

1,2

6,4

9,0

14,3

3,0

6,7

-

2,3

4,2

6,1

1,3

1,3

Agricultores y ganaderos

2,3

-

5,1

1,2

2,2

1,5

Otras

12,5

20,4

17,9

7,5

2,1

27,9

13,4

36,5

11,9

1,3

NC

10,45

34,1

17,9

32,9

12,8

17,3

20,2

12,1

26,7

a

Incluye a profesores de enseñanzas medias y a profesores universitarios. Incluimos en esta categoría a: Periodistas, Economistas, Psicólogos. Las páginas web de los Parlamentos de Andalucía, Baleares, Canarias, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra y Comunidad Valenciana no incluyen datos respecto de la profesión previa de sus diputados. Cataluña y País Vasco celebraron elecciones en distinta fecha, por lo que los datos de sus Parlamentos corresponden a la VIII Legislatura. Fuente: elaboración propia a partir de datos extraídos de las páginas web de los respectivos parlamentos autonómicos. b

Indudablemente podríamos plantear la hipótesis de una fuerte funcionarización de nuestros representantes autonómicos si agregamos los datos de los docentes (en una buena parte con esta condición) y los que han manifestado esta ocupación. Tiene razón de ser en el caso de estudio de los representantes políticos autonómicos, y en general, dadas las condiciones inherentes a todos los cargos públicos de no poner en riesgo el puesto de trabajo una vez que finaliza el mandato representativo. Es conocido que el incremento del número de funcionarios es un fenómeno parejo al proceso de extensión y configuración institucional autonómica y municipal, y ello ha podido tener un cierto reflejo en el componente profesional de los parlamentarios autonómicos. También este hecho reforzaría la idea de que la Administración ha suministrado una cifra importante de especialistas que dirigen su carrera, al menos temporalmente, la política.

3. Los perfiles políticos de la elite parlamentaria autonómica

En este epígrafe queremos estudiar la elite parlamentaria autonómica desde el punto de vista de algunas variables políticas, para así comprender mejor su configuración tras las elecciones de 2007. Nuestro objetivo ahora es analizar la medida en la que la elite parlamentaria autonómica se ha ido profesionalizando con el tiempo para consolidarse como tal, adquiriendo ciertos niveles de estabilidad y veteranía, al

15 tiempo que ha experimentado un proceso o iter de formación política que pueda ser denominado como “carrera política” en distintos niveles de gobierno y que abarque, igualmente, el desarrollo de funciones directivas dentro de su partido, también en distintos niveles.

Desde la reinstauración de la democracia en España, hace 30 años, se han ido estableciendo unas pautas de recambio o discontinuidad de la elite parlamentaria considerablemente altas, si se compara con lo que ocurre en otros países de nuestro entorno (Oñate, 2000a y 2000b; Best y Cotta, 2000). En torno a la mitad del pleno del Congreso de los Diputados es sustituido de una elección a otra, siendo pocos los parlamentarios cuya veteranía supera las tres legislaturas. Y es mucho mayor si se atiende a la conformación de las comisiones –verdaderos órganos de especialización del trabajo parlamentario: casi el 70% de sus miembros no pertenecía a esa misma comisión en la anterior legislatura. Y mucho más, aún, si nos fijamos en las mesas (presidencia, vicepresidencia y secretaría) de esas comisiones, desde donde se dirige ese trabajo de especialización: el cambio supera en ellas el 80% en cada renovación de la Cámara (Oñate, 2000a y 2000b).

Esa dinámica de cambio en la elite parlamentaria española ha reforzado a los partidos políticos y sus cúpulas dirigentes, que en último término controlan en cada proceso electoral quien integra las listas electorales cerradas y bloqueadas y, así, en qué puesto (“de salida” o no) aparece ese candidato. Al tiempo, esa dinámica configura unos grupos parlamentarios débiles, disciplinados y sumisos a las instrucciones que dictan los dirigentes de cada uno de ellos –que, por otro lado, coinciden en gran medida con los dirigentes del partido (Oñate, 2000a y Oñate y Delgado, 2006).

Para comprobar en qué medida esas dinámicas se dan en la esfera política parlamentaria autonómica estudiaremos, en primer lugar, el nivel en el que los diputados autonómicos han renovado8 su mandato con motivo de las elecciones de

8

En estas páginas utilizaremos el término renovación y sus derivados en el sentido de repetir mandato en dos legislaturas sucesivas. Así, que haya una renovación del 70% querrá decir que el 70% de los diputados han renovado –han repetido— su mandato.

16 mayo 2007 en las 17 comunidades autónomas9. Como el cuadro 4 pone de manifiesto, en 2007 la tasa de renovación fue considerablemente alta, alejándose sensiblemente de la que es habitual en el Congreso de los Diputados. Si estas tasas de renovación fueran habituales nos encontraríamos con una elite parlamentaria autonómica más estable y consolidada que en el ámbito estatal.

Pero si se comparan esas cifras con las registradas también en el ámbito autonómico en 2003, se observa que la cristalización no es la tendencia general, aunque en 2007 se haya registrado un incremento de la misma. En seis parlamentos autonómicos se superó la barrera el nivel del 60 por ciento, incluso la del 70 en Aragón y Asturias (donde el 75 por ciento de los diputados de la anterior legislatura repitieron mandato). En otras, en cambio, la tasa de renovación fue baja, no llegando siquiera al 45 por ciento los diputados que repitieron escaño (en Galicia ni siquiera lo hizo el 35 por ciento).

Cuadro 4. Renovación en VI y VII Legislatura en parlamentos autonómicos (*) Pleno VI Legislatura Pleno VII Legislatura Andalucía 50,5 Aragón 60,6 70,1 Asturias 43,2 75,0 Baleares 47,5 41,5 Canarias 50,9 42,4 Cantabria 48,0 66,6 Cast-Mancha 40,0 44,7 Cast-León 53,7 56,1 Cataluña 54,9 63,9 Extremadura 47,6 55,4 Galicia 34,7 La Rioja 54,5 51,5 Madrid 57,3 53,4 Murcia 55,3 57,8 Navarra 46,0 País Vasco 68,0 61,3 Valencia 61,4 (*) Porcentaje de diputados que repitieron mandato tras la correspondiente elección. Fuente: elaboración propia a partir de datos de los parlamentos autonómicos. En Andalucía se celebraron elecciones autonómicas en 2004; en Galicia y el País Vasco, en 2005; en Cataluña en 2006.

9

Incluimos en nuestro análisis los Parlamentos de Andalucía, Cataluña, Galicia y el País Vasco, pese a que celebraran elecciones en fechas distintas (2004, 2006, 2005 y 2005, respectivamente).

17 Si se comparan con los niveles de renovación de la elección de 2003, en 2007 bastantes más diputados han repetido su mandato. Aunque los promedios son similares (sólo se diferencian en 2,5 puntos porcentuales), la mayor parte de los parlamentos registraron tasas sensiblemente más altas de renovación en 2007. Los resultados electorales que cada partido obtiene en cada comunidad autónoma en la respectiva elección influyen, como no podía ser de otra forma en esta tasa de renovación (al conceder más o menos escaños a cada partido). No obstante, unas variaciones tan altas de no-renovación tienen también que ver con una alta volatilidad en el seno de las listas electorales que cada formación política presenta en las sucesivas elecciones.

Esos niveles de renovación no son iguales entre hombres y mujeres. Como vimos en el anterior epígrafe, el número de mujeres que logran escaño en los parlamentos autonómicos ha ido creciendo con el paso del tiempo. Pero la renovación no afecta por igual a unos y a otras, sin que esta circunstancia justifique las diferencias que se observan en el cuadro 5: entre los hombres se registra una renovación considerablemente más alta en casi todos los parlamentos autonómicos en 2007 que entre las mujeres. Sólo en los de Cantabria y Murcia el porcentaje de renovación es más alto entre las mujeres, si bien con unas diferencias considerablemente pequeñas. En cambio, las diferencias en los porcentajes respectivos son considerablemente altas en buen parte de los parlamentos autonómicos, superando el 50 por ciento en cinco de ellos: Andalucía, Baleares, Canarias, La Rioja y País Vasco, como la cuarta columna del cuadro 5 pone de manifiesto.

18 Cuadro 5. Renovación en parlamentos autonómicos en 2007, por sexo (*)

Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Cast-Mancha Cast-León Cataluña Extremadura Galicia La Rioja Madrid Murcia Navarra País Vasco Valencia

Hombres 57,8 72,1 85,2 38,2 51,4 63,6 47,8 58,7 65,5 63,9 37,3 63,2 59,4 55,2 50,0 76,5 56,6

Mujeres 39,5 66,6 58,8 23,1 29,2 70,6 41,7 52,8 54,9 44,8 29,2 35,7 46,3 62,5 38,9 48,7 53,3

Ratio % renovación H-M 1,5 1,1 1,4 1,7 1,8 0,9 1,1 1,1 1,2 1,4 1,3 1,8 1,3 0,9 1,3 1,6 1,1

(*) Porcentaje de diputados y diputadas que repiten mandato en elecciones 2007. Fuente: elaboración propia a partir de datos de los parlamentos autonómicos. En Andalucía se celebraron elecciones autonómicas en 2004; en Galicia y el País Vasco, en 2005; en Cataluña en 2006.

Como ocurría en el Congreso de los Diputados (Oñate, 2000b), también en los parlamentos autonómicos las tasas de renovación son considerablemente distintas si se atiende a las que se registran en el seno de cada uno de los diferentes grupos parlamentarios que se constituyen ellos.

En los grupos de pequeño tamaño la

variación en su número de escaños puede tener un importante efecto en su nivel de renovación (es el caso de los distintos grupos parlamentarios de Izquierda Unida).

Por ello, nos concentraremos en los grandes, en los que su tamaño amortigua es efecto: la nota más relevante, a la luz de los datos que hemos plasmado en el cuadro 6, es la heterogeneidad que se observa dentro de un grupo parlamentario en los distintos parlamentos autonómicos. Las diferencias de los distintos grupos socialistas en cuanto a su renovación en 2007 son enormes: las cifras se diferencian en casi 60 puntos porcentuales (entre el 80 por ciento de Aragón o Cantabria y el 21,4 de La Rioja). Y lo mismo puede decirse para los diversos grupos parlamentarios populares: la diferencia máxima en las tasas de renovación alcanza los 63 puntos (entre el 23,8 de Castilla-La Mancha y el 86,7 de Cataluña).

19

Cuadro 6. Renovación en parlamentos autonómicos 2007 (por GP) (*) Grupos parlamentarios IU Otro Otro Otro Otro PSOE PP Andalucía 37,7 75,7 50,0 (PA) 20 Aragón 80,0 56,5 100,0 (PAR) 55,5 (ChA) 100 Asturias 71,4 84,2 33,3 Baleares 25,0 41,4 100,0 (BLOC) 100 (UM) 100 (Mx) 25 Canarias 34,6 35,7 (CC) 57,9 Cantabria 80,0 64,7 (PRD) 58,3 Cast-Mancha 61,5 23,8 Cast-León 54,5 57,4 (UPL) 50,0 Cataluña 66,7 86,7 41,7 (CiU) 61,7 (ERC) 70 (Ciud) 0 Extremadura 55,3 55,5 Galicia 48,0 35,1 (BNG) 7,7 La Rioja 21,4 76,5 (PR) 100 Madrid 51,2 59,1 72,7 Murcia 53,3 62,1 0,0 Navarra 41,7 50,0 50,0 (NB) 33,3 (CDN) 100 País Vasco 70,6 78,6 100,0 (PNV) 68,2 (EA) 57,1 (PCTV) 0 (Aralar)0 Valencia 67,8 54,7 0,0 Promedios 54,2 58,7 54,8 (*) Porcentaje de diputados del grupo que repiten mandato tras elección 2007. Fuente: elaboración propia a partir de datos de los parlamentos autonómicos. En Andalucía se celebraron elecciones autonómicas en 2004; en Galicia y el País Vasco, en 2005; en Cataluña en 2006.

Podrían buscarse factores locales que ayudaran a explicar esta variedad tan amplia de tasa de renovación dentro de cada partido (grupo parlamentario) en los distintos

parlamentos

autonómicos;

nos

conformamos

con

apuntar

la

nota

predominante, que es la de la heterogeneidad dentro de un mismo partido en distintos parlamentos autonómicos, por lo que no puede decirse que haya partidos cuyos grupo de parlamentarios estén más o menos cristalizados en todo el territorio del Estado, en lo que claramente constituye una faceta más del carácter multinivel de la política española y, en particular, de los parlamentos autonómicos y los partidos políticos.

Respecto de los partidos de ámbito no estatal, cabe decir que sus grupos parlamentarios registraron en 2007 tasas de renovación (continuidad o estabilidad de sus diputados) moderadamente altas, por encima del 50 por ciento pero sin llegar al 70

20 por ciento, en todos los casos (dejando al margen los grupos muy pequeños y el especial caso del Partido Comunista de las Tierras Vascas10).

Otra faceta de la consolidación de la elite parlamentaria autonómica es el grado de veteranía que tienen como diputados autonómicos, esto es, el número de legislaturas que han renovado su escaño en ese ámbito. Cabe entender que cuantos más veteranos tenga una cámara parlamentaria, mayor será la calidad de sus trabajos, en tanto sus actores serán más expertos. Al tiempo, la elite política parlamentaria autonómica estará más consolidada y tenderá a ser más fuerte respecto de sus respectivos partidos. Los datos que se han plasmado en el cuadro 7 (en términos porcentuales para facilitar su comparabilidad) y en el gráfica 3 evidencian un nivel de veteranía mayor que el observado para el Congreso de los Diputados (Oñate, 2000b). Las cifras porcentuales de cada grado de veteranía son, en términos generales, algo más elevadas que las que se registran en la Cámara estatal. En el ámbito autonómico hay porcentajes relevantes de diputados que lo han sido en 3 e incluso en 4 ocasiones.

10

A causa de la ilegalización de Eusko Herritarrok, la formación PCTV hubo de presentar candidatos que no hubieran estado antes en las listas de EH o sus formaciones precedentes (Batasuna o Herri Batasuna). Al no verse afectado por unas circunstancias como éstas, sorprende el caso del BNG, con sólo un 7,7 por ciento de diputados que repiten escaño en 2007, cuando mantuvo 13 de los 17 obtenidos en la elección de 2003.

21 Cuadro 7. Veteranía en los parlamentos autonómicos, VII Legislatura (2007-2011) Nº de legislaturas de veteranía (*) 0 1 2 Andalucía 45,9 28,4 9,2 Aragón 28,4 35,8 19,4 Asturias 25,0 34,1 18,2 Baleares 35,6 27,1 11,9 Canarias 49,1 25,4 11,9 Cantabria 33,3 33,3 17,9 C-Mancha 55,3 29,8 14,3 C-León 43,9 34,1 13,4 Cataluña 36,1 36,1 14,3 Extremadura 43,1 23,1 10,1 La Rioja 45,5 12,1 6,1 Murcia 41,9 30,2 18,6 País Vasco 36,0 29,3 12,0 Valencia 38,8 22,4 26,5 Madrid 33,9 29,7 16,1

3 9,2 10,4 13,6 18,6 10,2 5,1 0,0 7,3 6,8 13,8 15,2 7,0 9,3 8,2 7,6

4 4,6 3,0 4,5 6,8 0,0 5,1 0,0 0,0 1,5 4,6 12,1 2,3 5,3 2,0 7,6

5 0,9 0,0 2,3 0,0 3,4 0,0 0,0 0,0 2,3 1,6 6,1 0,0 4,0 0,0 3,4

6 1,8 3,0 2,3 0,0 0,0 5,1 0,0 1,2 2,3 1,6 0,0 0,0 1,3 2,0 1,7

7 0,0

0,8

2,7

Fuente: elaboración propia a partir de datos de los parlamentos autonómicos. Galicia y Navarra no ofrecen información en sus páginas web que permita confeccionar este índice. (*) Porcentaje de diputados de cada parlamento en 2007 con 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6 ó 7 legislaturas, considerando que los que lograron su escaño por vez primera en 2007 tienen veteranía 0. Las filas suman 100.

Si se comparan los datos de los distintos parlamentos autonómicos se observa que –pese a diferencias específicas-- hay una mayor similitud en sus respectivas cifras en cada grado de veteranía, que oscilan en unos 10 puntos porcentuales (dejando al margen cifras extremas). Así, pese a las diferencias, se aprecia una mayor homogeneidad en la veteranía de las elites parlamentarias de las cámaras autonómicas. No puede hablarse, así de una cámara cuyos parlamentarios sean claramente más o menos veteranos, habida cuenta de la pluralidad de posiciones que ocupan en cada grado de veteranía. Por ello, hemos plasmado la información del cuadro 7 en la gráfica 3, de manera que se pueda captar de forma más visual esta variable en cada parlamento para los que se dispone de información.

22

Gráfico 3. Porcentaje de veteranía en los parlamentos autonómicos en 2007 100,0 90,0 80,0

6 5 4 3 2 1 0

70,0 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0

Ma d r id

Va

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0,0

Otro aspecto de los perfiles políticos de los parlamentarios autonómicos que debe estudiarse en relación con su perfil político y grado de profesionalización es su experiencia previa en cargos políticos en distintos niveles de gobierno, entendiendo que esa experiencia enriquecerá su preparación y coadyuvará a su calidad como parlamentarios. En estas páginas hemos considerado por experiencia política de gobierno el haber desempeñado con anterioridad a las elecciones autonómicas de 2007 funciones en cargos políticos con nivel de director general o de más rango, o bien haber ocupado cargos de representación y elección popular en ayuntamientos, parlamentos autonómicos, Congreso de los Diputados o Senado y Parlamento Europeo.

Los datos de cada parlamento ponen de manifiesto que la elite parlamentaria autonómica goza de una extendida experiencia política previa en algunos de los niveles de gobierno o en varios de ellos. Como se observa en la segunda columna del cuadro 8, en cada parlamento más de la mitad de los diputados ha realizado alguna de las mencionadas funciones políticas antes de ser diputado en la legislatura que

23 comienza con las elecciones de 2007. En 10 de las asambleas autonómicas11 esa condición alcanza a más del 75 por ciento de sus diputados, llegando en algunos casos, como los de Aragón, Castilla y León y Cantabria, al 90 por ciento. Y debe tenerse en cuenta que muchos diputados cuentan con experiencia política previa – simultánea o sucesiva-- en varios niveles de gobierno. Cabe decir, por tanto que se trata de una elite parlamentaria con un alto nivel profesional, que llegan al parlamento autonómico después de haber trabajado una buena temporada en asuntos políticos al servicio de los ciudadanos.

Cuadro 8. Porcentaje de diputados con experiencia previa en cargos políticos en distintos niveles (*)

Andalucía Aragón Asturias Baleares Cantabria Cast-Mancha Cast-León Cataluña La Rioja Madrid Murcia País Vasco Valencia

Alguna 81,6 92,5 81,8 61,0 89,7 51,1 92,2 83,5 87,9 78,3 72,7 81,3 83,5

Municipal 54,1 47,8 43,2 10,2 61,5 10,6 46,9 54,5 60,5 38,3 72,7 45,3 47,4

Autonómico 61,5 76,1 72,3 61,0 69,2 44,6 78,1 68,6 54,5 58,3 63,6 69,3 68,0

Estatal 14,7 14,9 4,5 16,9 10,3 4,2 3,1 9,9 9,1 14,8 11,4 1,3 11,3

Europeo 0,9 3,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 6,8 1,3 1,0

Fuente: elaboración propia a partir de datos de las páginas web de los parlamentos autonómicos. (*) Por cargo se entiende director general o de mayor rango, así como cargos de elección popular. Los datos están calculados para la VII Legislatura (2003-07) o equivalente en Andalucía, Cataluña y PV Debe tenerse en cuenta que muchos diputados tienen experiencia en varios niveles de gobierno. Los Parlamentos de Canarias, Extremadura, Galicia y Navarra no ofrecen información en este sentido en su página web.

Dada la estructura multinivel del sistema político español, y para poder indagar en las carreras políticas de los parlamentarios, hemos considerado útil distinguir en esa experiencia previa el nivel político en el que se ha realizado: municipal, autonómico, estatal y europeo. La evidencia sintetizada en el cuadro 8 permite confirmar sin ambages que las carreras políticas no se inician en el ámbito europeo. Apenas hay 11

Las páginas web de los Parlamentos de Canarias, Extremadura, Galicia y Navarra no incluyen perfiles de los diputados, de manera que no se ha podido obtener la información necesaria para este análisis de sus diputados.

24 diputados autonómicos que lo hayan sido antes en el Parlamento Europeo, aunque alguno hay en 4 de los parlamentos analizados. El porcentaje de diputados con experiencia previa en el ámbito estatal es más bien escaso, oscilando entre el 1,3 de los del Parlamento Vasco y el 14,9 de los de las Cortes de Aragón, no siendo desdeñable, no obstante, las cantidades de diputados que han pasado por ese nivel antes de ser parlamentarios autonómicos: en Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Madrid, Murcia y Valencia al menos el 10 por ciento de los parlamentarios ha ocupado antes un cargo en el ámbito de la política estatal.

Es el propio ámbito autonómico en el que más diputados han tenido sus experiencias políticas previas (desempeñando un cargo de alta responsabilidad): exceptuando el caso de Castilla La Mancha, más del 60 por ciento de los respectivos parlamentarios han ocupado antes cargos políticos de relevancia en su comunidad autónoma, siendo el ámbito en el que más parlamentarios ha acumulado experiencia representativa, de gestión o de gobierno. Pero muchos de estos diputados que cuentan con experiencia previa de responsabilidad política en el ámbito autonómico también la han desempeñado en el municipal (o, en algunos casos –menos--, en el estatal): entre la dos tercios de ellos (en Murcia, Cantabria y Aragón), la mitad (Valencia, Castilla y León, La Rioja, Asturias, Cataluña, Andalucía, y País Vasco), o un tercio (Madrid) tienen previa experiencia política municipal además de autonómica. Los datos de los parlamentos autonómicos no siempre permiten distinguir cuál fue antes, si bien gran parte de esas carreras políticas comenzaron en el ámbito municipal, para simultanearse o sustituirse más tarde con el autonómico.

En todo caso, los que manifiestan haber tenido al menos experiencia política municipal son también cerca del 50 por ciento en cada cámara autonómica, alcanzando casi el 75 por ciento en la Asamblea de Murcia, lo que no supone tampoco una mala base de experiencia política para la elite parlamentaria autonómica. Una elite que no se forma políticamente en el parlamento, sino que llega a él habiendo experimentado previamente en el mundo de la dirección, gestión o representación política y los asuntos públicos en lo que constituye una auténtica carrera política que surge en el ámbito municipal o el autonómico y se consolida en éste, antes de paso, eventualmente, al ámbito estatal y europeo.

25 Por último, otra variable que nos informa acerca de la profesionalización de la elite política parlamentaria autonómica es la relativa al ejercicio de cargos en la respectiva estructura organizativa partidista por parte de los diputados. Que los parlamentarios hayan ejercido o ejerzan cargos en la dirección de su partido en alguno de los ámbitos políticos en la España multinivel implica una vinculación entre parlamentos –elite parlamentaria-- y organizaciones partidistas que apunta a una mayor profesionalización y consolidación de la elite parlamentaria-partidista. Si esa vinculación alcanza niveles relevantes supondrá una penetración de los partidos en los parlamentos que irá más allá de las pocas manos que controlan la dirección de los grupos parlamentarios respectivos (generalmente, manos de diputados que ocupan también posiciones en las direcciones de los partidos [Oñate y Delgado, 2006]), para afectar a las bases del grupo o diputados de a pie.

En tal situación los partidos no sólo habrían ocupado (Leibholz) los parlamentos por dirigir y controlar sus trabajos (Oñate, 2000b), sino por llenar sus escaños con personal que es miembro de sus propias estructuras organizativas partidistas –en las diversas esferas propias de un sistema multinivel. No tendría ya tanto sentido distinguir, en esta línea, entre el grupo parlamentario –orientado desde y por el partido— de los diputados individuales: los parlamentos serían parlamentos de partidos no solo por estar controlados por éstos en su actividad y composición, sino por ser éstos, al estar integrados por miembros de las estructuras organizativas básicas de las formaciones partidistas.

La evidencia que se ha plasmado en el cuadro 9 pone de manifiesto que un alto número de parlamentarios ocupan o han ocupado algún cargo de responsabilidad en su partido, en cualquier de los ámbitos o niveles de gobierno, municipal, autonómico12 o estatal. Pese a las diferencias que se registran entre distintos parlamentos, en términos generales cabe afirmar que el porcentaje de diputados que en la VII legislatura ocupa o ha ocupado algún cargo en la estructura organizativa de su partido es notablemente alto: se alcanza un promedio del 66 por ciento en los parlamentos

12

En ocasiones se ha incluido en el nivel autonómico casos en los que se había ocupado cargos partidistas en el nivel provincial, toda vez que éste supone un ámbito muy distinto del municipal, aproximándose más en su perfil al autonómico.

26 analizados13, si bien en algunos casos se llega al 79, 84, 86,6 u 87 por ciento (Parlamentos de Andalucía, Murcia, Aragón y Cantabria, respectivamente). Esto significa que la práctica totalidad de sus integrantes es parte de la estructura organizativa del respectivo partido, dándose casi un pleno solapamiento entre estructura del parlamento y estructuras de los partidos. También hay algún caso en el que ese nivel de solapamiento es de menor entidad, al no llegar en ellos el porcentaje de diputados que han ocupado cargo en su partido al 60 por ciento (Parlamentos de Madrid, Cataluña, Castilla y León y Valencia). No obstante, salvo el caso de la Asamblea de Madrid (donde sorprendentemente el porcentaje de diputados que han ocupado cargo en el partido es sólo del 35,6 por ciento), en el resto se supera el 50 por ciento de diputados con vinculación con la estructura organizativa partidista.

Cuadro 9. Porcentaje de diputados con experiencia en cargos en su partido político, en distintos niveles, tras elecciones de 2007(*)

Andalucía Aragón Asturias Baleares Cantabria Cast-Mancha Cast-León Cataluña La Rioja Madrid Murcia País Vasco Valencia

Alguno 78,9 86,6 65,9 61,0 87,2 51,1 56,2 53,4 69,7 35,6 84,1 70,6 58,8

Municipal 38,5 65,7 27,3 10,2 33,3 10,6 6,3 14,6 30,3 13,0 63,6 41,3 43,3

Autonómico 65,1 64,2 43,2 16,9 79,5 44,6 53,1 21,5 57,6 26,1 70,4 64,0 42,3

Estatal 16,5 8,9 6,8 0,0 10,3 0,0 3,2 19,8 9,1 14,8 18,2 6,6 7,2

Fuente: elaboración propia a partir de datos de las webs de los parlamentos autonómicos (*) Los datos están calculados para la VII Legislatura (2003-07) o equivalente en Andalucía, Cataluña y País Vasco. Los Parlamentos de Canarias, Extremadura, Galicia y Navarra no ofrecen información a estos efectos en su página web.

13

Los Parlamentos de Baleares, Canarias, Extremadura, Galicia y Navarra no incluyen perfiles de sus diputados en las páginas web (o lo hacen pero muy pocos diputados los cumplimentan), por lo que no ha sido posible incluirlos en este análisis.

27 En un sistema político multinivel como es el español será interesante que desagreguemos las cifras plasmadas en la segunda columna del cuadro 9, para indagar en el nivel de estructura partidistas al que pertenecen esos cargos que han ocupado u ocupan los parlamentarios. Debe tenerse en cuenta, en todo caso, que muchos de ellos han ocupado –u ocupan simultáneamente-- cargos en dos o, incluso, los tres niveles, reflejándose su caso, por tanto, en dos o tres columnas en el cuadro 914.

Lo primero que esta evidencia pone de manifiesto son las grandes diferencias que se dan en distintos parlamentos a estos efectos, tal y como ocurría con la variable experiencia política previa. Hay unas variaciones considerablemente altas entre los parlamentos en los que se alcanzan mayores y menores porcentajes de diputados con cargos en los partidos en cada ámbito: de 60 puntos porcentuales en el municipal (entre los 6,3 de Castilla y León y los 65,7 de Aragón); de 58 puntos en el autonómico (entre los 21,5 de Cataluña y los 79,5 de Cantabria); y de 15 puntos respecto de cargos partidistas en el ámbito estatal (entre los 3,2 de Castilla y León y los 18,2 de Murcia – dejando al margen el ámbito “nacional” del Parlamento Catalán--.

Comparando las cifras porcentuales de diputados correspondientes a cada parlamento, se puede observar que el que tiene más representantes que ocupan cargos en los partidos es claramente el de Murcia, mientras que en el de Asturias parece haber menos diputados vinculados con las estructuras organizativas partidistas. No obstante, los promedios de los tres niveles son altos (30, 50 y 9,3 por ciento), destacando el ámbito autonómico como aquél en el que más diputados ocupan o han ocupado cargos partidistas15 antes de lograr el escaño en 2007.

En todo caso, hay que insistir en que la principal conclusión a la que apunta esta evidencia son las altas cifras de diputados que ocupan o han ocupado cargo en la estructura organizativa de su partido. Hay siete parlamentos, de los once estudiados, en los que más del 30 por ciento de los diputados ocupan o han ocupado cargo en la 14

Por ello es posible que la suma de las tres cifras de un mismo parlamento autonómico supere el 100 por cien de casos. El haber ocupado varias veces cargos o cargos distintos en el mismo ámbito de la estructura organizativa partidista es computado como un único caso. 15 Recordamos que en este ámbito se ha incluido algún caso de cargos en la provincia respectiva, no contabilizándose dos veces –desde luego-- si también ocupó cargo en la autonómica.

28 estructura organizativa municipal de su partido. En otros siete parlamentos más del 50 por ciento de sus diputados ocupan –o han ocupado-- cargo en la estructura organizativa autonómica de su partido (en cinco parlamentos esos diputados superan el 60 por ciento del pleno respectivo). Y en cinco parlamentos de los 11 estudiados un 10 por ciento de sus miembros ostenta o ha ostentado cargo en la estructura partidista estatal –aproximándose otros dos a ese nivel--. Sin duda, esta evidencia manifiesta una intensa vinculación entre los diputados y las estructuras organizativas partidistas, que apunta a que los partidos –desde su organización— ocupa los parlamentos con personas que no son meros simpatizantes o militantes del partido, sino con candidatos que han estado vinculados intensamente a las siglas por las que salen elegidos, y que cuentan, así, con una notable experiencia política previa.

4. Conclusiones

En estas pàginas se han analizado algunas variables de los perfiles sociodemográficos y políticos de los parlamentos autonómicos resultantes de las elecciones de 2007. El objetivo era indagar en el grado de profesionalización y consolidación de la elite parlametnaria autonómica, de manera que pudiera dilucidarse si esas características se afirmaron como consecuencia de los últimos comicios autónomicos. Complementariamente, se ha indagado en la influencia que la estructura multinivel propia del sistema político español tiene influencia en la elite parlamentaria autonómica, tanto en su experiencia política previa (carreras políticas) como en su ocupación de cargos en las estructuras organizativas partidistas –todo ello en los variados niveles: municipal, autonómico, estatal o europeo. La evidencia empírica que hemos aportado obligan a concluir que la presencia de la mujer en las cámaras de las asambleas autonómicas se ha incrementado como consecuencia de esta convocatoria, consolidándose una tendencia que venían experimentando dese las elecciones de 1999. El porcentaje de mujeres diputadas es más alto que el registrado en el Congreso de los Diputados. Sin duda, la nueva legislación que establece una ratio máxima (40-60) de presencia entre los sexos, así como las normas internas que los partidos políticos han ido adoptando en los últimos años ha invfluido en la consolidación de esa tendencia.

29 La edad de la elite parlamentaria autonómica aupnta a una cierta madurez de los representantes, registrándose considerables diferencias entre los distintos parlamentos a estos efectos. No obstante, los datos impiden decir que la elite parlamentaria

autonómica

rejuvenecimineto.

Puede

apunte ser otro

tendencias rasgo

de

de la

gerontocratización

estabilidad,

o

consolidación

de y

profesionalización de la elite parlamentaria autonómica. Se trata de una elite altamente preparada, a juzgar por su nivel de estudios: tres cuatras partes de los miembros de los parlamentos autonómicos ha cursado estudios superiores (licenciatura, master o doctorado), superando los promedios del Congreso de los Diputados y, desde luego, de la población a la que representan (tal y como ocurre en otros países de nuestro entorno). Las profesiones previas más populares son la abogacía, la docencia y el funcionariado, profesiones que pueden interrumpirse sin la amenaza de la pérdida del puesto de trabajo. En todo caso, implican unas profesiones que parecen idóneas para el posterior desarrollo de la actividad parlamentaria-institucional. La estabilidad y consolidación de la elite parlamentaria autonómica –y, así, su profesionalización—vienen

garantizadas

por

las

altas

tasas

de

continuidad

(renovación) en los respectivos escaños. Un alto número de diputados (más del 60 por ciento) han repetido mandato tras la elección de 2007, en mayor medida que en anteriores comidicos y por encima de los niveles que se registran en el Congreso de los Diputados. En algunos parlamentos autonómicos (los de Aragón y Asturias) esas altas tasas de continuidad, han alcanzado niveles considerablemente elevados, por encima del 70 y 75 por ciento. En todo caso, pese a que las cifras de continuidad sean altas, se observan considerables diferencias entre los distintos parlamentos autonómicos. Esas altas tasas de continuidad de la elite paralmentaria redundan en su consolidación, profesionalización y calidad. La renovación no afecta por igual a diputados y diputadas: la continuidad en el puesto entre dos legislaturas fue considerablemente más alta entre los hombres que entre las mujeres en casi todas las asambleas autonómicas (en todas excepto en las de Cantabria y Murcia). La continuidad o renovación tampoco es igual o similar en el seno de un grupo parlamentario de distintos parlamentos autonómicos (el socialista o el popular). El grupo de un mismo partido registra tasas de renovación considerablemente distintas (diferenciándose en más de 60 puntos porcentuales de renovación), dependiendo de a qué parlamento se atienda. Así no es posible hablar de un grupo parlamentario que

30 sea más o menos estable a lo largo de distintas elecciones. Ello es una evidencia más del carácter multinivel que caracteriza al sistema político español, y a sus parlamentos autonómicos y partidos políticos. También los partidos de ámbito no estatal registran una tasa de continuidad alta (entre el 50 y 70 por ciento) entre sus diputados. En una línea similar de afirmación de la continuidad, consolidación y profesionalización de la clase parlamentaria autonómica, la evidencia empírica analizada en estas páginas permiten afirmar que su grado de veteranía es elevado, mayor que el que se registra en el Congreso de los Diputados. Hay un buen número de diputados y diputadas que lo han sido en 3 y 4 legislaturas, lo que refuerza experiencia y calidad como parlamentarios. Y es una característica que se observa en casi todos los parlamentos autonómicos, al ser las diferncias entre ellos en este caso de escasa entidad (menores a los 10 puntos porcentuales en cada grado de veteranía). Otra variable que hemos analizado en relación con la consolidación, profesionalización y calidad política de la elite parlamentaria autonómica es la experiencia política previa de los diputados en un cargo de representación o gestión en alguno de los niveles o ámbitos de gobierno. El análisis de los datos obliga a afirmar que la clase parlamentaria autonómica tiene una muy extendida experiencia política previa en diversos niveles (principalmente en el autonómico y en el municipal, aunque un 10 por ciento la ha tenido en ámbito estatal). Más de la mitad de los diputados de cada parlamento autonómico cuenta con experiencias de ese tipo, y en diez de ellos esos diputados experimentados llegan a suponer el 75 por ciento de la cámara (el 90 por ciento en los parlamentos de Aragón, Castilla y León y Cantabria). Y hay que considerar, adicionalmente, que bastantes de ellos cuentan con experiencia –sucesiva o simultánea-- en varios niveles de gobierno. No se trata de una clase parlamentaria que se incorpore a su cargo representativo sin haber vivido la política intensamente: han hecho una carrera política antes de ser diputados autonómicos, principalmente en la propia comunidad autónoma (60 por ciento de los diputados), aunque también significativamente en el ámbito municipal (50 por ciento de los diputados) y, en menor medida (en torno a un 10 por ciento), en el estatal. Es una clase parlamentaria que sigue una carrera política, como parte de su proceso de profesionalización y consolidación. Por último, el estudio de la profesionalización y consolidación de la clase parlamentaria autonómica obliga a analizar otra variable: la de haber ocupado, antes de acceder al escaño, cargos en las estructuras organizativas partidistas, de nuevo en

31 los distintos niveles de gobierno, para tratar de medir la vinculación entre parlamentos y estructuras organizativas internas de los partidos. Tras analizar la evidencia empírica la conclusión es clara: las estructuras organizativas de los partidos han ocupado los parlamentos: el porcentaje de diputados que han ejercido o ejercen cargos de responsabilidad en la estructura organizativa de su partido es muy alto: el promedio para los distintos parlamentos es del 66 por ciento de sus diputados, aunque en algunos casos llega a ser más del 80 por ciento (únicamente es menor al 66 por ciento en los parlamentos de Madrid, Cataluña, Castilla La Mancha, Castilla y León y Valencia, si bien en ellos los porcentajes son superiores a los 50 puntos –excepto en la Asamblea de Madrid, donde no llegan al 35 por ciento). Se produce un alto solapamiento entre elite parlamentaria y estructuras organizativas de los partidos; más bien una ocupación de la primera por las segundas. El ámbito autonómico es, de nuevo, en el que mayores casos de ejercicio de cargos partidistas se registran, si bien seguido de cerca por el municipal. Un 10 por ciento de los diputados autonómicos ha ejercido o ejerce cargos en el ámbito estatal de la estructura organizativa de su partido. Las diferencias entre los distintos parlamentos respecto del ejercicio de cargos partidistas por parte de sus diputados en los variados niveles territoriales son poco homogéneas. En definitiva, las elecciones de 2007 han configurado unas cámaras autonómicas que adquieren el perfil de elite parlamentaria autonómica con una creciente presencia femenina, madura, estable, consolidada, altamente formada, políticamente

experimentada

e

intensametne

vinculada

con

las

estructuras

organizativas de sus respectivas formaciones partidistas. La estructura multinivel del sistema político español influye en los perfiles y carreras políticas de los parlamentarios autonómicos.

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