LA EDUCACION EN MEXICO trabajo final teo social

August 1, 2017 | Autor: L. Camacho Vergara | Categoría: Ciencias Sociales, Escritura Academica
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Descripción



Laura Poy Solano, La Jornada, viernes 5 de diciembre 2014, p. 47.
Laura Toribio y Lilian Hernández, Excélsior, 17 de mayo 2014. Página: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/05/17/959811. Visitado: 08/12/2014.



UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

CUCSH/BELENES
MAESTRÍA EN CIENCIAS SOCIALES

TEORÍA SOCIAL
CARLOS BARBA


"La educación en México: banalización, depauperación y mercantilización"



MIRIAM GÁMEZ/ARACELY NAVARRO/ L. EDMUNDO CAMACHO V.
11 diciembre 2014




LA EDUCACIÓN EN MÉXICO: BANALIZACIÓN, DEPAUPERACIÓN Y MERCANTILIZACIÓN

Si intentáramos una definición que nos diera un norte de lo que sucede en México con nuestro sistema educativo, no dudaríamos en precisar que desde hace más de una década puede ser la causa de que nuestra sociedad camine prácticamente por el precipicio y añadiríamos el calificativo de reprobada, y ello no obstante las reformas educativas que han intentado recomponer el rumbo de esta nave a la deriva. Curiosamente no somos una voz en el desierto: el clamor recorre toda la nación. Se dice que tales reformas educativas han intentado poner orden en esta situación, pero el clima de corrupción que impera uno de nuestros máximos órganos magisteriales, el SNTE, no ha permitido, por ejemplo, alternativas cuya eficacia no se ha probado, la injerencia de la comunidad o de los padres, ya en la educación de sus hijos, ya en la currícula que se les impartirá, propuestas que siguen esperando el sueño de los justos debido a que el sindicato magisterial sigue manejando a su antojo las plazas como botín político, como negociación, estrategia de influencias, etcétera, y considera que lo "educativo" seguirá siendo competencia de los profesionales de tal rubro, aunque estos continúen con las carencias propias de un retraso pedagógico también de décadas (ver Latapí, 2006, y Ornelas, 2009).
Casi nadie duda tampoco que el gris panorama y la poca esperanza de que la ruta se enderece están lejos de disiparse el uno, de alcanzarse la otra. Y es que la sociedad camina a un suicidio colectivo de continuar así la situación de violencia imperante en nuestra sociedad. Pero, ¿se debe efectivamente a que nuestro pueblo ha recibido una depauperada educación el que tan mal luzcamos ante el mundo en materia social, de derechos humanos, estemos al borde de un Estado fallido?
Algo de cierto tiene la aseveración de Appadurai (1990) de que somos una "sociedad de individuos" donde cada uno ve por sus intereses; el egoísmo sin tapujos, válido en una sociedad sin valores como la que se dice se fomenta en las escuelas de corte neoliberal-globalizante. Pero eso es ser modernos, uno de los cambios que propugnaban las nuevas políticas económicas,
…la modernización [que] se proponía reducir el peso del Estado y ampliar el juego de los mercados, impulsar la competitividad de los productos principalmente de exportación e incrementar la productividad real de la fuerza de trabajo. Por esto abarcaba también al sistema educativo, sobre el cual proyectaba varios cambios: la disminución de la gratuidad de los servicios, el fomento de la enseñanza privada, la descentralización y el énfasis en los valores de la llamada "sociedad del conocimiento" (Latapí, 2006:51).
Pero, ¿qué esperar de un sistema educativo que, sobre todo en su nivel básico, desprecia, desconsidera los estándares mínimos de calidad que debe contemplar? Si los índices de nuestros niños siguen siendo bajos en lectura y matemáticas (por debajo de Ecuador, República dominicana, Guatemala y Perú según el Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad Educativa), por ejemplo, no es debido a los espléndidos libros de texto plagados de erratas, tal vez, ¿sería pecar de ingenuos? se deba a los cinturones de miseria que genera un mundo como el que presenciamos, al narcotráfico, a la violencia, a un Estado que prioriza criminalizar a los jóvenes antes que darles oportunidades laborales, estudiantiles, de vida simplemente…
Así, el presente ensayo tiene la intención de realizar un breve análisis sociológico sobre la educación en México. Asimismo, reflexionar acerca de lo que acontece, de manera un tanto general, en el ámbito nacional de lo que entendemos por educación y cómo es que se lleva a cabo esta tarea desde las instituciones encargadas para tal fin. El primer acercamiento teórico para lograr el cometido es el propuesto por Bourdieu en Una invitación a la sociología reflexiva (2008), donde nos convoca a dejar de lado la idea de antinomia entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo macro y lo micro y entre teoría e investigación.
Para detectar el problema educativo es importante tomar en cuenta que en algunas instituciones de esta índole se obedece a cierta estructura, donde la práctica de los sujetos que pertenecen a aquella da un sentido y significado concreto a la acción de educar. Para Bourdieu, la sociología no debe ni puede ignorar que las estructuras sociales marcan una pauta en el pensamiento y en el actuar de los sujetos, pero ello no implica que se niegue su capacidad de agencia en la toma de decisiones y acciones que llegan a contribuir en el cambio de ciertas prácticas. Plantea que:
Existe una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructuras mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social —particularmente en dominantes y dominados en los diversos campos— y los principios de visión y división que los agentes les aplican (Wacquant, 2008: 36).
En este sentido, Bourdieu explica que existen cuatro elementos para entender la estructura social: sostiene que la correspondencia entre estructuras cognitivas y sociales prevalece en todas las sociedades; que la exposición a ciertas condiciones sociales de manera regular hacen que el sujeto las internalice y se las apropie encarnándolas en sus prácticas cotidianas; que esta correspondencia entre las estructuras sociales y mentales cumplen con ciertas funciones simbólicas, que llegan a ser también instrumentos de dominación; y que en estos sistemas de clasificación está presente la lucha entre individuos o grupos por imponer la visión del mundo que más responda a sus intereses particulares (Wacquant, 2008:39).
Desde esta perspectiva se puede problematizar acerca de las condiciones de las instituciones educativas. En México se destina 6.2% del PIB al ámbito educativo, cercana a la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), mientras que Cuba destina 13%. Según académicos, ese presupuesto no se ve reflejado en la calidad educativa, ya que México se encuentra en los últimos lugares de aprovechamiento escolar. Pero el problema no sólo es la cantidad de recursos que se destinan, el problema es adónde se van. 83.1% del presupuesto para la educación se destina a gastos burocráticos, según este organismo.Sin embargo, es importante considerar que el problema educativo no sólo es cuestión económica.
Cuando observamos en nuestro entorno que 55% de los aspirantes a la Universidad de Guadalajara no ingresan, se puede pensar que es por falta de presupuesto o por una política educativa gubernamental donde, como lo menciona arriba Latapí, lo que se busca es la creación y permanencia de escuelas privadas que proporcionan el servicio educativo, y se percibe entonces la mercantilización de los alumnos, los fines lucrativos, haciendo pasar a un segundo plano la cuestión formativa..
Las universidades públicas en México son referentes en cuanto a educación accesible, gratuita, laica y en ocasiones hasta de calidad; son consideradas instituciones que marcan la pauta en el debate sobre los problemas sociales y hasta pueden representar una influencia real en la opinión pública. ¿Pero cuál es el funcionamiento de las universidades?, ¿qué formas de educación se llevan a cabo?, ¿qué se aprende en esos lugares?, ¿realmente se propicia la reflexión y la crítica social?, ¿o son espacios que aleccionan, donde se busca alienar a los estudiantes para que no pregunten por las condiciones adversas por las que atraviesan y en que viven?, ¿se les enseña a doblegarse y someterse a los intereses de otros?, ¿se les enseña a competir por los puntos que otorgan los maestros en forma de calificación, incitando con esto a la falta de solidaridad entre compañeros?
Es necesario privilegiar, resueltamente, las enseñanzas encargadas de asegurar la asimilación reflexiva y crítica de los modos de pensar fundamentales (como el modo de pensar deductivo, el modo de pensar experimental o el modo de pensar histórico, y también el modo de pensar reflexivo y crítico que debería estarles siempre asociado (Bourdieu, 2011: 116).
Reconocer de qué manera somos parte del sistema educativo llevaría a una reflexión y problematización más profunda, desentrañar cuál es nuestra participación en él y de qué manera la llevamos a cabo. Para esto nos puede servir también la propuesta de Bourdieu, quien propone la idea de reflexividad en las investigaciones. Expone que: "Las concepciones de la reflexividad varían desde la autorreferencia, pasando por la autoconciencia, hasta la circularidad constitutiva de las explicaciones o los textos" (Wacquant, 2008:64).
A partir de esta idea, consideramos que la educación debe ser crítica y reflexiva. Una escuela en donde no se fomente o inclusive hasta se limite la capacidad de crítica y reflexión sería todo menos una escuela, sería un lugar donde se vende tiempo y espacio para incorporarse a la mercantilización de la vida humana. Porque en muchos de estos espacios se enseña a acatar órdenes, sin cuestionamientos, a competir por ser los "mejores", aunque esto implique marginar y rechazar compañeros, privilegiar el acceso al aula a los influyentes, lo que sugiere la corrupción, el demérito académico.
Ahora bien, si de lo que se trata es de elucidar un pensamiento crítico, uno donde se puedan generar propuestas y se relacione el conocimiento de modo transversal, así como las nociones, habrá que reconocer, simultáneamente, el carácter abierto de las categorías para lograr una
representación compleja y múltiple, fundada en la expresión de las mismas realidades en discursos diferentes, a veces inconciliables […] abandonar el punto de vista único, central, dominante –en síntesis, casi divino– en el que se sitúa gustoso el observador […] en beneficio de la pluralidad de puntos de vista coexistentes y a veces directamente rivales (Bourdieu, 1999:9).

La educación y las instituciones que se dedican a la docencia e investigación no deben considerarse al margen del contexto social, político y económico más general, sobre todo en el periodo actual de globalización neoliberal donde asistimos a un momento de ascenso de las incertidumbres (Castel, 2010). Incertidumbres que se dan a partir de los procesos de flexibilización en la universidades y centros de enseñanza y en cuestiones como lo laboral, pero también en los presupuestos dedicados a la investigación, infraestructura y en la propia formación de los estudiantes. La crisis de los acuerdos contractuales colectivos y las protecciones que el Estado social daba al trabajo y los trabajadores propició que se dejara atrás la sociedad salarial, la cual, en palabras de Castel, permitía condiciones de dignidad social en el trabajo dentro del capitalismo; por tanto se está llegando a una institucionalización y generalización del precariado, lo que merma aún más la situación del trabajo salarial, en este caso de los encargados de la educación: los profesores e investigadores.
En el mismo sentido, Ulrich Beck (1999), muestra que con las reformas neoliberales que impone actualmente el capitalismo se da un proceso de flexibilización laboral que deja vulnerables cada vez más a los trabajadores, al considerarse su fuerza de trabajo como mercancía; dejan de ser sujetos y son "objetualizados", por lo que se reproducen relaciones sociales utilitarias y excluyentes, que merman las condiciones en que se lleva a cabo la educación en las escuelas y universidades.
El proceso de enseñanza-aprendizaje debe ser analizado a la luz de las dimensiones familiares, de la comunidad y de la sociedad en su conjunto, ya que la institución de la educación alude y se relaciona con dichas dimensiones de la vida social; la institución de la educación y sus establecimientos, como la escuela, al significar el espacio-tiempo que contribuye a que el sujeto aprenda a relacionarse y a comportarse acorde a las necesidades que se requieren para reproducir esta realidad, no debe fragmentarse de la propia vida cotidiana de los sujetos, sino reconocer su función socializadora, que en la situación actual socializa las relaciones de dominación y de explotación.
El Estado, a través de la escuela, establecimiento donde se reproduce la institución de la educación con el fin de recrear las relaciones y valores capitalistas de control y opresión, es donde oficialmente se reconoce se centraliza y se enseña una forma específica de concebir la realidad. Únicamente se cree que es posible la aprehensión de la realidad mediante el saber y el método científico, mediante la racionalización acorde a la institución del dominio racional (Castoriadis, 1993).
El control y la regulación de los contenidos que se utilizan para la formación de los estudiantes configura una subjetividad pasiva que, además, objetualiza a los sujetos. La escuela enseña y reproduce las relaciones de dominación y subordinación desde su propio diseño e infraestructura, su arquitectura y la manera cómo está conformada: en el momento que el alumno ingresa al aula se ubica en el papel que se le asigna, dentro de un lógica que busca adecuar a los sujetos a ser dominados –de frente al maestro, acomodado en hileras y en una posición que alude a la pasividad, como un receptáculo vacío del saber y la jerarquía--, mientras que la autoridad del maestro se representa ubicándolo en la parte delantera del salón –con su escritorio y pizarrón. La violencia que el profesor puede ejercer sobre los estudiantes se naturaliza, pues no se toman en cuenta la percepción ni sentimiento de estos.
La educación como institución del Estado cumple una función represiva al negar los saberes y las experiencias de los sujetos, impone los conocimientos hegemónicos para que se siga reproduciendo una racionalidad que crea una visión de la realidad atomizada, y en la mayoría de las ocasiones un conocimiento que resulta lejano de las problemáticas que enfrenta la comunidad en la vida diaria.
Para romper con la educación instituida y hegemónica se hace pertinente vincular la escuela y el proceso de enseñanza-aprendizaje con la dinámica de la comunidad, donde puedan involucrarse las familias, en conjunto con alumnos y profesores, en los proceso de decisión sobre los contenidos curriculares, para la comprensión y transformación de su realidad. Todo ello en la perspectiva de favorecer la autoformación de sujetos autónomos, conscientes de los fenómenos sociales y de las luchas históricas de su comunidad.
Por otro lado, la cotidianidad de los docentes está enmarcada en un dilema que diferentes autores han señalado a lo largo de la historia sobre las implicaciones de dedicarse a una profesión imposible (Freud, 2004; Castoriadis, 2002; Páramo, 1998): "El psicoanálisis, la pedagogía y la política son tres profesiones imposibles" (Castoriadis, 2002: 92). De ahí que la problemática de la educación se presenta en el sentido de cómo enseñar a ser autónomos reproduciendo relaciones heterónomas.
Esta es sin duda una de las grandes problemáticas que debe enfrentar todo aquel que se ubica delante de un salón de clases. Sin embargo, hay que reconocer que la educación, como cualquier dimensión de lo social, conlleva un proceso contradictorio, de angustia y crisis constante que nos ayuda a estar en permanente crítica y fortalecer cada paso, desde las limitaciones propias pero principalmente impulsando el deseo de ruptura con la reproducción de las relaciones dominantes.
Nos importa señalar que ser maestro implica una responsabilidad, un compromiso ético que responda a las necesidades reales de los alumnos. El mantener un clima abierto a la crítica y a la problematización de la realidad es indispensable para crear conocimiento, el que permita pensar en un mundo posible, "un mundo donde quepan muchos mundos", como dicen los zapatistas.
Una educación horizontal sin ánimos de dañar o perjudicar la capacidad de imaginación. Una donde nos reconozcamos como sujetos en permanente aprendizaje y asumamos la idea de que sólo entre todos sabremos todo. Afirmar que todos somos capaces de crear teoría, no sólo el que se autonombra científico social.
No podemos dejar de mencionar el caso de las normales rurales, ejemplo claro de esta perspectiva ética y política, lugares donde se aprende a ser maestro para educar en la resistencia, en la crítica, en la oposición a un sistema educativo inmerso en la lógica capitalista que busca obtener de los sujetos ganancias que contribuyan a la acumulación de capital. Educación que reconoce a los sujetos como creadores de un proyecto posible, donde aquel es creador de su propia historia. No se educa para someter, para controlar o negar al sujeto; al contrario, se realiza una educación integral de profesores-alumnos, todos uno.
No concebimos el acto de educar sin situarse desde el contexto en el que vivimos, con el horror de la violencia y el crimen como escenarios cotidianos, estampas imposibles pero vivas de nuestro país. Si no podemos dar una explicación consecuente de las causas y condiciones que generan lo que vivimos, la educación carece de sentido.









Bibliografía
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Beck, Ulrich (1999). Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización. Barcelona: Paidós
Bourdieu, Pierre et al. (1999). La miseria del mundo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Bourdieu, Pierre (2003). El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad. Curso del Collège de France 2000-2001. Barcelona: Anagrama.
Bourdieu, Pierre (2011). Capital cultural, escuela y espacio social. México: Siglo xxi.
Castel, Robert (2010). El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo. Argentina: Fondo de Cultura Económica.
Castoriadis, Cornelius (1993). El mundo fragmentado. Montevideo: Altamira-Nordan-Comunidad.
Castoriadis, Cornelius (2002). Figuras de lo pensable (las encrucijadas del laberinto VI). México: Fondo de Cultura Económica.
Freud, Sigmund (2004). Análisis terminable e interminable. En Sigmund Freud, Obras completas. Moisés y la religión monoteísta. Esquema del psicoanálisis y otras obras (1937-1939), tomo XXIII (211-254).Argentina: Amorrortu.
Latapí Sarre, Pablo (2006). La SEP por dentro. México: Fondo de Cultura Económica.
Ornelas, Carlos (2009). El sistema educativo mexicano. México: FCE.
Páramo, Raúl (1998). Psicoanálisis, esta profesión imposible. México: Grupo de Estudios Sigmund Freud.
Wacquant, Loïc (2008) "Hacia una praxeología social: la estructura y la lógica de la sociología de Bourdieu". En Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loïc, Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires: Siglo XXI, pp. 21-90.


Hemerografía

Hernández, Liliana. Toribio, Laura (2014). "El gasto no refleja mejor educación". Excélsior. Nacional. México. Mayo 17. Disponible en: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/05/17/959811, visitado en: 08/05/2014.
Poy Solano, Laura (2014) "Bajo desempeño del país en lectura y matemáticas, revela estudio". La Jornada, 5 de diciembre.








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