LA EDUCACIÓN DIGITALIZADA EN UN MUNDO GLOBAL

October 3, 2017 | Autor: Omar Vargas Ferro | Categoría: Educational Technology, Higher Education, TICs aplicadas a la Educacion
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LA EDUCACIÓN DIGITALIZADA EN UN MUNDO GLOBAL

Autor OMAR VARGAS FERRO

Noviembre 2013

Introducción.En las últimas décadas hemos presenciado una serie de cambios en la manera de comunicarnos, de obtener información, e incluso de trabajar, que nos han hecho cambiar de costumbres, de ideas, a algunos de trabajo y quizá hasta de amigos. Hemos dejado de ver a nuestro planeta como una enorme esfera habitada por desconocidos, y poco a poco, a “paso de bit”, nos hemos ido acercando unos a otros, una cultura a otra, una lengua a otra, hasta encontrarnos millones coincidiendo en un sólo espacio, un lugar que hasta la fecha se nos sigue presentando como una nueva tierra de oportunidades para todos. Este terreno ha sido modelado por el Internet y ahora nos descubrimos con la posibilidad de ser habitantes del ciberespacio. Aunque, es justo decirlo, este espacio de oportunidades, que a veces se antojan infinitas, no es todavía para todos ya que no ha terminado de ofrecer sus bondades a cada uno de los sectores de nuestra sociedad postindustrial, la cual a pesar de orgullosamente definirse como sociedad de la información y estar cada vez más cerca de dar el salto cualitativo a constituirse en una sociedad del conocimiento. Esta todavía se presenta como una sociedad que no acaba de incluirnos a todos, lo que hace necesario que acabe de ser moldeada de una manera incluyente por todos los factores que han influido en su desarrollo. Desde las esferas políticas y económicas hasta los centros educativos, factor en el que centraré mayormente mis comentarios en las siguientes secciones de este ensayo. 1.- Primero Fue El Transistor, Pero Antes La Economía. El siglo XX tuvo entre sus características fundamentales la ocurrencia de dos guerras mundiales durante su primera mitad. Eventos que dentro de la tragedia humana que representaron, fueron de tal magnitud en cuanto a los aspectos económico, político y tecnológico que cimbraron la sociedad contemporánea hasta sus cimientos y terminaron por cambiar la correlación de fuerzas entre los países que se habían constituido como las grandes potencias coloniales del siglo XIX , permitiendo el surgimiento de dos grandes superpotencias al final de la segunda guerra mundial (Los Estados Unidos y La Unión Soviética) y también imponiendo el proceso globalizador en

el que todavía nos encontramos. Es en la primera mitad del siglo XX cuando comienza a darse una primera fase de rápido desarrollo tecnológico impulsada en buena medida por las tensiones que surgían cada vez más fuertemente entre las potencias en conflicto. El dominio de los mercados mundiales estaba sobre la mesa y cada bloque buscaba hacerse de todos los medios tecnológicos posibles que les permitiera el dominio efectivo de estos mercados, y que inevitablemente iban repercutiendo en su desarrollo industrial y moldeando sus sociedades acorde al nivel de desarrollo que cada nación iba alcanzando. Es en la década de los 30´s cuando se dan las primeras transmisiones de televisión masivas (juegos olímpico de Berlín 1936) y una vez desatada la segunda guerra mundial comienzan los desarrollos cada vez más acelerados en telecomunicaciones y electrónica en vista de las necesidades impuestas por el esfuerzo bélico, que en mi opinión quizá tienen como su tecnología más representativa, el desarrollo del RADAR, aunque también debería mencionar que es en este periodo donde igualmente se da un paso fundamental hacia lo que hoy en día conocemos como computación a partir de la construcción del ENIAC (5), tecnología que permitía el procesamiento de una gran cantidad de datos mayormente usados en el cálculo de trayectorias balísticas. Es en este contexto donde se comienzan a dar los primeros pasos en el área de la microelectrónica , teniendo como evento fundamental el invento del transistor (Shocley et. al.) el cual vendría a sustituir al bulbo y que comenzó a transformar la electrónica , iniciando el camino de la miniaturización de los artefactos electrónicos. Una vez terminada la segunda guerra mundial las naciones occidentales (opuestas al bloque soviético) comenzaron un proceso de apertura de fronteras e integración económica impulsado por el esfuerzo de reconstrucción, principalmente en Europa y Japón. En esta etapa de finales de la década de los 40´s y durante los 50´s continua el desarrollo de la microelectrónica y aparece el primer circuito integrado, inventado por Jack Kilby. Es en este periodo donde surge la Comunidad Económica Europea, organización que sería el embrión de la actual Unión Europea, la cual pienso puede ser considerada como un arquetipo de la globalización contemporánea. Este fue también el tiempo de la “Guerra Fría”, fenómeno socio-político que fue un gran acicate para el desarrollo tecnológico y científico de los bloques antagónicos. Durante los 60´s, en la

cima

de

la

“carrera

espacial”,

comienzan

a

desarrollarse

los

primeros

microprocesadores para que finalmente en los 70´s aparezcan los primeros microprocesadores LSI (Large Scale Integration) en los Estados Unidos. Este desarrollo tecnológico marcaría el inicio de una revolución tecnológica basada en la informática y que gira en torno a la microelectrónica y los medios de comunicación. Como he venido mencionando, todos estos desarrollos se venían dando en un contexto de “guerra fría” y competencia entre bloques económicos, los estados nacionales, incluyendo a los Estados Unidos, venían impulsando grandes proyectos de investigación que les permitieran ser competitivos y mantenerse a la vanguardia de la tecnología mundial. Pero en esta década comienzan a darse algunos cambios, la economía capitalista entra en crisis, se abandona el “patrón oro” y la “innovación” se presenta como la tabla de salvación para las economías occidentales, que al mismo tiempo ven en su integración, junto a sus satélites representados por las naciones subdesarrolladas, el camino a seguir para mantenerse a flote dentro de lo que es el paradigma capitalista. En este contexto político-económico, Silicon Valley comienza su gran ascenso de la mano de innovadores como Steve Jobs y su primera computadora personal (Macintosh), también aparece en escena Bill Gates, fundador de Microsoft, con un sistema operativo que se consolidaría como el de mayor distribución mundial en nuestros días (11). El paradigma capitalista permite al emprendedor acceder al éxito económico abriendo la puerta a una buena dosis de ambición que se convierte ahora en uno de los motores principales de la innovación tecnológica. Los desarrollos en las telecomunicaciones vía satélite y la instalación de grandes redes de fibra óptica convergen en la década de los 80`s con la tecnología computacional, para fusionarse en la tecnología más representativa de la globalización y que viene dando forma a nuestra sociedad y a la manera en que almacenamos y accedemos a la información. Esta tecnología es el Internet, la cual abre las puertas a un nuevo espacio de convivencia e interacción humana, a tal grado que actualmente podemos ya hablar de una Etnografía Virtual (8). Disciplina que asume el reto de estudiar las manifestaciones culturales que se vienen generando en el ciberespacio. La también llamada “red” tiene el potencial gigantesco de conectarnos a todos y dejarnos acceder a la información que deseemos, dislocando cualquier delimitación espacial y temporal,

se nos presenta como una nueva “tierra de oportunidades”, sin embargo debemos matizar su impacto y presencia en diferentes sectores de nuestra sociedad. La globalización ha sido un proceso gradual y acelerado de apertura de fronteras e integración económica de la mayor parte de las naciones que conforman nuestro planeta. Sin embargo este ha sido un proceso asimétrico, es muy claro que existe un grupo de países que se han beneficiado grandemente de esta integración (10), ganando acceso a grandes mercados y principalmente accediendo a mano de obra muy barata en sus países satélites, lo que ha permitido a la industria de las potencias capitalistas mantener su competitividad, mientras que sus poblaciones en alguna medida han podido mantener sus “estilos de vida” o al menos esa ha sido la promesa con la que sus líderes les han “vendido” la globalización a sus votantes. Aquí pienso que más bien deberíamos hablar de un sector de la sociedad de las potencias capitalistas que ha sido el más beneficiado del proceso globalizador, ya que incluso en las grandes potencias existen sectores de su población que han sido gravemente golpeados por el desempleo y falta de oportunidades, y cuyos estilos de vida son muy lejanos al de los sectores cercanos a la punta de la pirámide de las grandes corporaciones, erigidos como los grandes capitanes de la globalización. Como he venido describiendo la revolución de las tecnologías de la información, se inserta en la globalización, teniendo la doble función de ser producto y moldeadora del proceso, razón de su enorme vitalidad revolucionaria. Considerando esta inserción no es de sorprendernos que el desarrollo y penetración de las nuevas tecnologías también haya estado marcado por las asimetrías del proceso globalizador. Ocasionando que en países de regiones como América Latina el acceso a Internet sea sólo de 43% (9) de la población, comparado con cerca del 80% que tienen acceso en países como los Estados Unidos y Japón (9). En base a esta sola asimetría es evidente que a todas las manifestaciones culturales y nuevas tecnologías generadas en torno al Internet y otros medios de comunicación modernos como la telefonía celular y sus aparatos inteligentes, se están integrando sólo a ciertos sectores de nuestra sociedad global, si es que podemos afirmar que esta sociedad global ya existe. Aquí pienso que la globalidad económica nos ha alcanzado a todos en el mundo, no hay lugar que no se vea afectado por la búsqueda de mercados y materias primas en las que están

empeñadas las grandes corporaciones. Sin embargo un mercado no es una sociedad, y el mercado global todavía está lejos de poder llamarse una sociedad global. Para llegar a esta sociedad, pienso que primero debemos reconocernos todos a partir de una plataforma común de libre y universal acceso, lo cual está aún lejos de suceder. Ahora, ¿qué ha sucedido con la educación durante este proceso? El proceso educativo y sus instituciones no pueden ser ajenas a lo que viene sucediendo en su entorno, ya que su binomio de trabajo “docente-estudiante”, está inmerso también en el proceso globalizador. La primera consecuencia es el cambio en prioridades de una economía en crisis, factor que a lo largo de la historia ha venido moldeando el papel que juega la educación en la sociedad (4). Por ejemplo, durante la revolución industrial es cuando se le da forma a la escuela como un lugar a semejanza de la fábrica y se busca que en esta existan los mismos escalafones y reglas que en la actividad febril. Se busca que el estudiante “aprenda haciendo” y sepa interpretar una serie de datos que el sector industrial genera. Como hemos visto, durante el siglo XX se generan grandes cambios económicos y políticos que a partir de la década de los 70´s le dan una nueva cara a la economía. Ya no sólo se generan unos cuantos datos aislados de industrias ya conocidas y en lenta evolución, ahora es necesario comenzar a gestionar un conjunto cada vez mayor de información que se comienza a generar con la revolución tecnológica en marcha. Los medios masivos de comunicación, como la televisión y la radio, alcanzan un estado de madurez durante este periodo y se comienza a pensar en ellos como herramientas útiles para la educación. En México el sistema más representativo de la integración entre tecnologías de la comunicación y educación es el de las Telesecundarias que llegaron a ser ejemplo a nivel latino américa. En este sistema la educación a distancia ya estaba presente, aunque aún auxiliados por un profesor presencial. La tecnología empleada era de muy amplio acceso en el país y de fácil implementación por lo que permitió acceder a regiones remotas del territorio, hasta donde se podía llevar educación de calidad, de acuerdo a los parámetros de ese momento histórico para el país. Sin embargo no todo es la integración simbiótica entre educación y tecnología de la información, también debemos estar atentos y definir, para qué estamos educando, cuales son las presiones del contexto social y económico, ¿hacia dónde vamos?.

2.- Para Educar No Necesitas Estar. Sólo Preparar La Lección. Con la aparición del Internet, el impacto en la educación fue frontal. En unos cuantos años nos dimos cuenta que la información generada por la civilización humana podía estar al alcance de nuestras manos con solo tener una conexión a “la red” y la interface adecuada, en los 90`s esto significaba mayormente tener acceso a una terminal de computadora (PC ò Macintosh). En un principio el Internet conectaba centros de investigación,

mercados

de

valores

e

instituciones

de

educación

superior

principalmente. Su alcance era limitado, pero su avance había comenzando con pasos firmes. En esos tiempos se ponía de moda el término “aldea global” que designaba al ciberespacio recién inaugurado. Un término que a algunos pudo parecernos incluso chocante, pero que, paradójicamente, servía para hacer más real el proceso globalizador en el que estábamos inmersos, algunos sin darnos cuenta. Podíamos conectarnos a lugares lejanos en el mundo casi instantáneamente, mientras las fronteras de los países se habrían a las corporaciones internacionales que comenzaban a homogeneizar los mercados. El planeta amenazaba con hacerse cada vez más pequeño. La escuela a nivel básico se mantenía a la expectativa de los sucesos, a nivel superior aparecían cada vez más terminales o computadoras personales en sus, muchas veces recién inaugurados, laboratorios de cómputo. Los medios físicos diseñados por las nuevas tecnologías iban penetrando poco a poco en las instituciones educativas, mientras tanto, comenzaban a aparecer las primeras conexiones en los hogares, lo cual permitió el incremento de habitantes en el ciberespacio. Como ya lo he mencionado, este proceso ha sido asimétrico en el mundo. Mientras en las potencias capitalistas la penetración del Internet era cada vez más rápida, en los países subdesarrollados el proceso iba varios años atrás. Volviendo al impacto en la educación, este gira irremediablemente en torno al acceso instantáneo que puede tener un estudiante a la información que desee y a la enorme cantidad de esta disponible, consecuencia de la existencia del Internet y otras tecnologías de la información. Ante esto la escuela comienza a ser rebasada en su función que se había venido haciendo “tradicional”, como mediadora entre la sociedad

y la familia y como heredera del modelo industrial del siglo XIX (4) y sus matices más contemporáneos. Ahora las instituciones educativas se dan cuenta que han dejado de ser el reservorio único del conocimiento. Que la información que circula a lo largo y ancho de la red es susceptible de convertirse en conocimiento y que probablemente este proceso de gestión de la información ya no sea monopolio único del aula y el docente presente en ella, con un grupo de estudiantes atentos exclusivamente a sus movimientos y palabras. Comienza a tomar forma la posibilidad de que los profesores puedan no estar en el aula y que los alumnos puedan estar casi donde ellos quieran. Ya a principios del siglo XXI, recuerdo haber tomado mi primer curso en Internet, el cual era sobre como diseñar una página web básica y estaba completamente montado en la red sin ninguna asesoría presencial, lo cual no impidió que aprendiera a diseñar mi primera página de internet. Ahora, el contexto en el que se desenvuelven los habitantes de la llamada “Sociedad de la Información” es tal que las novedades tecnológicas de hace dos años, ahora son poco funcionales y obsoletas. Los ciudadanos habitantes de esta sociedad deben aprender rápidamente nuevas cosas, desarrollar habilidades que les permitan desenvolverse en un mundo cambiante y así tener posibilidades de insertarse de manera exitosa en un paradigma social que, si bien puede no ser el único, es el dominante y que mejores condiciones de vida ofrece a sus integrantes. Esto irremediablemente exige la ubicuidad de la información y contar con las herramientas para su correcta gestión y así transformarla en conocimiento. Si bien los contextos económicos y políticos juegan un papel importante en la inserción o no de sectores de la población en la sociedad de la información (7), y sin estos dos actores no siempre se puede hacer mucho, es sin duda muy importante el papel de la escuela y el tipo de educación que se imparta a los ciudadanos para lograr una mejor inserción en esta sociedad de grupos poblacionales cada vez más amplios. Con el rompimiento de las barreras temporales y espaciales que ha representado la revolución tecnológica actual, pienso que la educación debe ser repensada en términos de conocimientos fundacionales para el sujeto, los cuales pasan necesariamente por el aprender a usar las nuevas tecnologías, y que de esta manera le permitan irse abriendo paso en la telaraña informativa y tener la capacidad de condensar conocimientos a partir de la

información que se le presente sobre un tema en particular. Pienso que es importante entender que si bien todo cambia rápidamente, hay conocimientos y definiciones que no cambian; la ley de la gravedad no cambia, la carga del electrón no cambia, la relación de los catetos de un triángulo no cambian, el alfabeto no cambia, y es a esto que me refiero como conocimientos fundacionales. Los cuales son como la estrella guía en un mar de información embravecido. La escuela debe constituirse como un lugar de encuentro, de capacitación para aprender y de gestión de la información. La tecnología en comunicaciones actual y aún más la futura, le permitirá a cualquier institución educativa con la infraestructura adecuada trascender sus límites espaciales, lo cual amplificará su cobertura, pudiendo brindar sus servicios de gestión a sectores cada vez mayores de la población con posibilidades de tener acceso a las nuevas tecnologías. Pero esto necesariamente implica también un cambio en modelos institucionales, incluyendo un cambio en el papel del docente, considerando el nuevo paradigma social en el que se inserta la escuela. De seguir las tendencias actuales de crecimiento respecto a ciudadanos con conexión a Internet alrededor del mundo y dadas todas las posibilidades que implica el habitar el ciberespacio y la extensión en el uso de una serie de “gadgets” por los estudiantes, sería ampliamente deseable que las instituciones educativas lograsen dar el salto evolutivo que las sitúen en el nuevo paradigma social que vivimos, entendiendo que el modelo industrial del siglo XIX en el que habían sido modeladas ya ha perdido vigencia en cuanto a su utilidad formativa para los ciudadanos que aspiran a darle forma a una sociedad del conocimiento, más amplia y más incluyente. Es paradójico que mientras corrientes de vanguardia como la impulsada por los investigadores Cobo y Moravec con su planteamiento del “Conocimiento Invisible” (4), hablen de nuevos modelos de escuelas sin la coerción y organigramas a imagen y semejanza de una planta industrial, en México subsistan modelos educativos donde el docente es visto como un obrero dando forma a algún tipo de maquinaria en una línea de ensamblaje que no debe ser interrumpida, sujeta a mediciones de gestión de calidad y estandarizaciones más propias de una actividad febril que de un centro de gestión del conocimiento y la información, y esto en una sociedad donde los integrantes de las nuevas generaciones tienen cada vez un mayor acceso al Internet y toda la información

contenida en el ciberespacio y que se descubren cada vez menos limitados por espacios y tiempos en sus interacciones con otros. 3.- La Información Desbordada. El Docente Comienza A Ahogarse, Ahora Debe Aprender A Nadar. ¿Qué pasa con el docente en la sociedad de la información? Este, como el resto del organigrama de la escuela que conocemos como “tradicional”, había sido modelado en base a la industria del siglo XIX, se le asignaba la función de ser un banco de conocimiento, el cual debía proporcionar a los estudiantes, que eran considerados como sus aprendices. En una sociedad donde el acceso a la información era limitado, el docente tenía una función primordial, que podría verse más bien en términos de un estatus especial, era el dueño de amplios conocimientos inaccesibles a la mayoría de los mortales. Sin embargo la revolución tecnológica puesta en marcha de manera acelerada a partir de los 70`s, también tendría una gran repercusión en este estatus y en sus funciones dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. La enorme cantidad de información disponible a los estudiantes contemporáneos que tienen acceso al Internet, implica que el docente ya no es más ese reservorio especial al cual había que acudir necesariamente para “beber de él”. Si la información está en todas partes, si puedo acceder a ella desde mi celular o tableta; en mi casa o en una plaza pública, entonces el docente comienza a perder ese estatus de especial y con ello terminan surgiendo problemas entre ellos y sus alumnos e incluso con los padres de sus alumnos, que ahora se sienten con el derecho de poner en duda los conocimientos del docente, cuando estos no parecen coincidir con lo que han encontrado en la red, respecto a algún tema en particular. Perdiendo con esto además, prestigio social y poniendo en duda su utilidad para el proceso educativo. A esta pérdida de estatus y a un nivel de confusión no menor han contribuido también los continuos intentos de las “autoridades educativas” por igualar el ritmo de transformación de la sociedad, planteando nuevas prácticas y modelos educativos que permitan compensar lo que la ubicuidad de la información en la red y su fácil acceso le han venido quitando a la escuela “tradicional”. Estos modelos muchas veces buscan hacer un énfasis mayúsculo en las tecnologías de la información, pero sin hacer uso de

la capacidad crítica tanto del docente como del estudiante. Se piensa que la sola presencia de una computadora con conexión a Internet representa el haberse integrado exitosamente a la sociedad de la información, siendo que esto debe ir mucho más allá. La sociedad de la información exige una serie de capacidades por parte de los ciudadanos, cuya complejidad no puede ser simplificada por la presencia de aparatos en un aula. Y es aquí donde el docente debe encontrar su nuevo espacio, igual de fundamental que antes pero bajo un nuevo paradigma. Considerando la nueva manera de interactuar con la que vienen creciendo las nuevas generaciones y el crecimiento acelerado en la penetración de las nuevas tecnologías en los distintos sectores de nuestra sociedad, pienso que el docente debe pensarse ahora como un diseñador de experiencias didácticas que le permitan a los estudiantes llegar a las conclusiones correctas, a partir de conocimientos fundacionales facilitados en su momento también por un docente. Es decir el docente se seguirá desenvolviendo en distintos niveles, buscando diseñar las experiencias adecuadas al nivel educativo en el que se desenvuelve. Dado el contexto en que nos encontramos, muchas de estas experiencias deberán estar montadas en plataformas digitales que puedan ser accesadas en Internet y con los diversos “gadgets” que estén disponibles en ese momento. Por lo que el docente deberá estar también inmerso en un proceso continuo de aprendizaje acorde a los saltos tecnológicos que se vayan sucediendo. Es interesante el hecho de que cada vez sea más difícil mencionar para que plataformas deberá ser accesible un material o software en particular, considerando la rapidez con la que aparecen nuevas tecnologías, situación que parece confirmar que nos acercamos rápidamente a lo que se conoce como “cuarta discontinuidad”. Pienso que el docente contemporáneo debe aprender a desempeñarse como un “knowledge broker” (“sujeto que tiene como tarea gestionar conocimiento en su empleo”), término acuñado por Drucker (4) y que describe de manera a mi parecer muy clara el papel del docente en una sociedad de la información que aspira a ser llamada sociedad del conocimiento.

Conclusión.La educación y las instituciones que hasta ahora considerábamos las encargadas “naturales” de impartirla, se han visto afectadas de manera directa por el cambio de paradigma en la historia reciente de la humanidad. En particular, las últimas décadas han visto como una revolución tecnológica impulsada por diversos factores económicos y políticos han dado origen a una serie de tecnologías de la información y comunicaciones que han modelado a nuestra sociedad en torno a un flujo continuo y en enormes volúmenes de información, la cual es directamente accesible para los ciudadanos que tienen acceso a estas tecnologías. Si bien la información y la tecnología están ahí, aun es un tema pendiente lograr que sectores mucho mayores de la población puedan acceder a las tecnologías necesarias para integrarse a la sociedad de la información. En cuanto a la educación, esta se encuentra en un proceso de adecuación a los nuevos tiempos, presionada por el contexto socio-económico en el que vivimos, siendo la tendencia imperante hacia la digitalización de contenidos y su distribución a través de las nuevas tecnologías. El docente se encuentra también en un proceso de redefinición de su papel como educador y empleado de una escuela, la cual también ha sufrido cambios que la difuminan como la “gran educadora”, pero cuyo papel seguirá siendo preponderante en brindar una gestión adecuada de la información y el conocimiento a las nuevas generaciones. Finalmente comparto una definición de lo que es enseñar que describe a mi manera de ver, cuál debe ser la labor del docente en cualquier época y con las tecnologías a la mano con las que cuente. “Enseñar es lo que una persona hace para ayudar a otra a aprender. Enseñar es reunirse dos o más personas cuando la intención de por lo menos una de ellas es que las demás, como resultado del encuentro, hagan más o sean más” (3).

Bibliografía.-

(1) CABERO ALMENARA, J. (2007): LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN, En NUEVAS TECNOLOGIAS APLICADAS A LA EDUCACION (119). McGrawHill. Universidad de Sevilla. (2) CASTELLS, MANUEL (1999). La Era De La Información. La Sociedad Red. VOL I. (5592). Siglo XXI Editores. México. (3) CLAXTON, G. (1995) Vivir y aprender, Barcelona, Alianza

(4)

COBO ROMANI, CRISTÓBAL; MORAVEC, JOHN W. (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia Una Nueva Ecología de la Educación (18-105). Colección Transmedia XXI. Laboratori de Mitjans Interactious/Publicaions i Edicions de la Universitat de Barcelona. Barcelona.

(5) ENIAC (Electronic Numerical Integrator http://en.wikipedia.org/wiki/ENIAC

And

Computer).

Recuperado

de

(6) ESCARBAJAL FRUTOS, ANDRÉS (2010). Educación Y Cultura En Tiempos De Globalización, En Martínez Sánchez, Francisco. (Ed.), Las Redes Digitales Como Marco Para La Pluralidad (49 – 67). Sevilla. Editorial MAD, S.L. (7) ESCUDERO MUÑOZ, J.M. (2004).La Educación, Puerta de Entrada O De Exclusión A La Sociedad Del Conocimiento. , En Martínez Sánchez, Francisco; Prendes Espinosa, M. Paz. (Ed.), NUEVAS TECNOLOGÍAS Y EDUCACIÓN (25 – 57). Madrid. Pearson Educación, S.A. (8) HINE, CHRISTINE. (2000). Los Objetos Virtuales De La Etnografía. En, Etnografía Virtual (55-83). Barcelona. Editorial UOC. (9) INTERNET USAGE STATISTICS, The Internet Big Picture, World Internet Users and

Population Stats (2012). Recuperado de http://www.internetworldstats.com/stats.htm (10) ROMERO, ALBERTO (2002). Globalización y Pobreza . Universidad de Nariño. Colombia. (11) Usage Share Of Operating Systems (2013). Recuperado de

http://en.wikipedia.org/wiki/Usage_share_of_operating_systems

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