La Edad Media

August 12, 2017 | Autor: Jonas Acevedo Flores | Categoría: Edad Media
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Descripción

Un viaje a la Edad Media

Itinerario para familias en la página web del Museo Nacional del Prado

Introducción En esta ocasión, el Área de Educación del Museo Nacional del Prado propone viajar a la Edad Media, una etapa apasionante llena de caballeros, soldados, monjes, iglesias, reyes, castillos, juglares y trovadores…

¿Te apetece conocer esta época con nosotros? Para saber más detalles sobre la forma de vida y las manifestaciones artísticas de esa época, nos serviremos de algunas pinturas románicas conservadas en el Museo y del material didáctico que os proporcionamos. Vamos a iniciar un viaje en el tiempo, pero antes de comenzar esta visita al pasado debemos estar al corriente de algunas cuestiones: 

La Edad Media es un período muy largo que abarca desde la caída del Imperio Romano de Occidente –siglo V– hasta el descubrimiento de América y el final del Imperio Romano de Oriente –siglo XV–.



Los dos estilos fundamentales de la Edad Media son el Románico y el Gótico: el primero se desarrolló entre los siglos X y XII, período histórico al que se denomina Alta Edad Media; y el segundo tuvo lugar a lo largo de la Baja

Edad Media, que se extendió desde el siglo XIII al siglo XV. 

Los europeos vivimos en naciones que se constituyeron en los tiempos medievales, hablamos idiomas que nacieron en aquella época y nos regimos por sistemas políticos cuya génesis se remonta al Medievo.



La amplitud cronológica del Medievo es amplísima, por lo que en el itinerario Un

viaje a la Edad Media centraremos nuestra atención en el siglo XII. 

En el siglo XII, la gente vivía de una forma bastante modesta y la mayor parte de la población se dedicaba a la artesanía, la agricultura y la ganadería. La máxima autoridad era el Rey, después estaba la Nobleza, formada por los señores

ricos y por los caballeros, y por último, el Clero, constituido por poderosas órdenes religiosas; todos ellos tenían dinero y poder. Por otro lado, estaban los

agricultores y artesanos, artesanos que formaban el pueblo llano y eran la parte de la población que contaba con menos recursos. Precisamente, es este último grupo el que cuenta con más interés para nosotros, ya que en esta actividad todos nosotros seremos artesanos medievales… convirtiéndonos en maestros pintores.



La época medieval es interesante en muchos sentidos pero nosotros nos vamos a centrar en conocer cómo era la vida cotidiana de las personas: sus creencias, sus gustos, sus costumbres, su alimentación o su manera de divertirse.

NO TENEMOS QUE OLVIDAR QUE…

¡La Edad Media duró casi mil mil años! Aunque nos parezca una época muy lejana y diferente a la nuestra, cosas tan importantes como nuestra lengua o nuestro país nacieron en la Edad Media. La sociedad medieval estaba formada por el Rey, Rey, la Nobleza, Nobleza, el Clero y el pueblo llano, compuesto por artesanos y campesinos. campesinos. En nuestro Viaje a la Edad Media conoceremos cómo era un día cualquiera en la vida de un artesano del siglo XII.

Descripción de la actividad Ahora que ya conocemos algunas cosas más sobre la Edad Media, vamos a explicar en qué consiste el itinerario Viaje a la Edad Media. Partimos del siglo XXI y vamos a realizar un viaje en el tiempo, trasladándonos a una época de monjes, juglares y caballeros... Para ello, nos dirigiremos a la sala 51c del Museo Nacional del Prado, un espacio muy peculiar en el que se exponen algunas obras que conoceremos en profundidad. Una vez que estemos situados en la época medieval nos convertiremos en

artesanos; aprenderemos a pintar, realizaremos pinturas medievales y, con el tiempo, llegaremos a ser importantes maestros pintores. Así que tenemos que saber que los pintores medievales representaban la naturaleza, las historias que conocían y el mundo que les rodeaba, pero ¿sabemos cómo era el día a día en la vida de un artesano medieval?... además de trabajar en su oficio ¿qué otras cosas hacía?

En nuestro viaje vamos a realizar tres paradas, que podrían ser las que realizase un artesano pintor en un día de fiesta en el que no tuviera que ir a trabajar. En cada una de estas paradas, conoceremos un aspecto importante de la vida cotidiana en la Edad Media.

Contaremos, además, con una Tarjeta de artesano medieval, que nos servirá para ir marcando las distintas etapas de nuestro recorrido.

Un viaje a la Edad Media Área de Educación

Tarjeta de artesano medieval Iglesia

Vida cotidiana

CuentaCuenta-historias

Primera parada: Iglesia

En la Edad Media la gente iba a la Iglesia pero no sólo para asistir a misa, sino también para aprender el mensaje de la Biblia. La mayor parte de la población no sabía leer, así que la forma que tenían de conocer las Sagradas Escrituras era escuchando a los sacerdotes, o bien observando las pinturas murales –realizadas por los maestros pintores– que decoraban las paredes de los templos.

¿Sabes cuáles eran los principales temas que decoraban las paredes de las iglesias durante la Edad Media? Vamos a descubrirlos enseguida, pero antes debemos conocer algunas características de la pintura medieval, concretamente del estilo románico, que es al que pertenecen las pinturas que veremos en nuestro viaje: 

Las pinturas románicas suelen tener como soporte el muro y estar realizadas con la técnica del fresco



Los temas que tratan, en la mayor parte de los casos, son temas religiosos



Las imágenes están delimitadas por contornos oscuros muy gruesos



Los colores utilizados son planos y tienen tonalidades muy vivas



Hay ausencia de perspectiva

En la primera parada de nuestro viaje realizaremos una visita a la ermita de Santa Cruz de Maderuelo. No te olvides de señalar la casilla correspondiente a esta primera parada en tu Tarjeta de artesano medieval.

Pinturas murales de la ermita de Santa Cruz de Maderuelo Anónimo. Siglo XII. Fresco trasladado al lienzo.

En la parte derecha de la sala, podemos ver una reproducción arquitectónica de la capilla de Santa Cruz de Maderuelo con las pinturas murales originales, que fueron extraídas de las paredes de la ermita en la que se encontraban poco antes de que esta fuese sepultada por las aguas de un pantano. Las pinturas murales representan una serie de temas recurrentes en la Edad Media como la creación de Adán y Eva, el pecado original, las ofrendas de Caín y Abel, la adoración de los reyes –en este caso aparece solamente uno de los magos–, una escena de Jesús y la Magdalena, o la representación del Cordero Místico. Completando el ciclo pictórico aparecen distintos tipos de ángeles y varios apóstoles. Pero quizá el motivo más repetido durante el Medievo -dentro de esta capilla lo podemos ver por partida doble: pintado en la bóveda y también en el

Frontal de Guills- sea la representación de Dios Padre como Pantocrator*, rodeado del Tetramorfos*.

*Pantocrator: Es la representación medieval de Dios Padre Todopoderoso, sentado en su trono, con el libro de la sabiduría en sus manos y enmarcado por una forma almendrada o “mandorla mística”. *Tetramorfos: Es una representación simbólica de los cuatro evangelistas, rodeando la figura de Dios Todopoderoso: 

San Juan bajo la apariencia de un águila.



San Mateo bajo la apariencia de un ángel.



San Lucas bajo la apariencia de un toro.



San Marcos bajo la apariencia de un león.

Frontal de San Esteban de Guills Anónimo. Finales del siglo XIII. Temple sobre tabla.

Se llama “frontal” a la pieza delantera de una mesa de altar. Este frontal de estilo románico procede de la Iglesia de San Esteban, situada en la localidad de Guills (Gerona), aunque, en el Museo, está colocado en la misma capilla que alberga los

frescos de la ermita de Santa Cruz de Maderuelo. El principal objetivo de la pintura románica era mostrar a los fieles los motivos y escenas de la religión cristiana a través de unas composiciones claras y sencillas que fueran fácilmente comprendidas por todos. Al artista le interesaban más los temas que la forma de representarlos. Así, los pintores románicos centraban su atención en las figuras, que son casi planas, y no manifestaban ningún interés por el movimiento. En este frontal podemos ver la representación de Cristo como Pantocrator rodeado del Tetramorfos y, además, varias escenas de la vida de San Esteban, santo al que está dedicada la iglesia de la que procede este frontal.

NO TENEMOS QUE OLVIDAR QUE…

El Románico es un estilo artístico que se desarrolló desde el siglo

X

hasta

el

siglo

XII,

cuyas

manifestaciones

son

fundamentalmente fundamentalmente religiosas. La mayor parte de las pinturas románicas fueron realizadas sobre muros, siguiendo la técnica del fresco.

Segunda parada: Caza

y alimentación

Una actividad bastante característica de la Edad Media es la caza. Se puede decir que existían dos tipos de cazadores: los que cazaban animales para utilizar su carne como alimento y su piel para la artesanía, y los que se dedicaban a cazar por pura diversión.

Ya sabemos que hay distintos tipos de cazadores pero… ¿Sabrías decir si hay varios tipos tipos de caza? Generalmente, las personas que recurrían a la caza para conseguir alimento, solían cazar pequeños animales como conejos, liebres, palomas o perdices. A este tipo de caza se le denomina caza menor, por el pequeño tamaño de las piezas. Por otro lado, estaban las personas de una determinada clase social, para quienes una cacería era un acto social y lúdico, que solían cazar animales grandes y peligrosos como jabalíes, ciervos, osos y zorros. A este tipo de caza se le denomina caza

mayor, por el gran tamaño de las piezas. Como ya hemos visto, las gentes medievales se alimentaban, en gran medida, de los animales que cazaban, pero además su dieta estaba formada por otros alimentos como veremos a continuación.

¿Sabéis cuáles eran los alimentos más comunes comunes en una dieta medieval? ¿Creéis que la alimentación de una persona del siglo XII es muy diferente a la nuestra? Durante el Medioevo, la base indiscutible de la alimentación era el pan, que se acompañaba con cerveza y vino. En tiempos de buenas cosechas, la dieta básica se complementaba además con hortalizas, verduras, legumbres y frutas; la carne –

fundamentalmente de ave o de cerdo–, el pescado –fresco, en salazón o ahumado–, los huevos, la leche, las grasas animales y el aceite vegetal completaban la dieta medieval. Algunas especias importadas de Oriente –pimienta, canela, azafrán o jengibre– adquirieron una gran importancia ya que, además de sazonar convenientemente los manjares, servían para conservar los alimentos durante más tiempo. En el medio rural, la población se alimentaba de productos locales, mientras que en las ciudades la alimentación solía ser más variada debido al desarrollo de los mercados urbanos.

NO TENEMOS QUE OLVIDAR QUE…

La dieta de la sociedad medieval dependía directamente de la disponibilidad de productos agrícolas y ganaderos, así como de los obtenidos con la caza y la pesca; por lo tanto, variaba fuertemente en función de las cosechas u otras circunstancias naturales.

Ahora que ya sabemos algunas cosas más sobre cómo se alimentaban las gentes de la Edad Media, veremos la representación pictórica de algunas escenas de caza y de algunos animales exóticos. Para ello, nos detendremos ante las pinturas murales de San Baudelio de Berlanga, lo que supondrá la segunda parada de nuestro viaje. No te olvides de señalar en tu Tarjeta de artesano medieval la casilla correspondiente a esta parada.

Pinturas de la iglesia de San Baudelio de Casillas de Berlanga Anónimo. Siglo XII. Fresco trasladado al lienzo.

Las pinturas murales que podemos observar proceden de una capilla del siglo XI dedicada a San Baudelio, en la pequeña localidad soriana de Casillas de Berlanga. En el momento en que fueron realizadas, estas pinturas debieron ser de una gran originalidad, ya que utilizaban temas profanos para decorar un espacio religioso. En ellas se representa una cacería de ciervos y otra de liebres, un elefante, un oso y un cazador -o soldado-. Es interesante ver cómo los motivos tratados son similares a los utilizados por el arte musulmán -en cerámicas, tapices, marfiles y alfombras- en esa misma época. El templo de San Baudelio, construido en el siglo X, corresponde al estilo mozárabe, arquitectura realizada en territorio cristiano por artífices formados en la técnica musulmana.

Tercera parada: CuentaCuenta-historias En la Edad Media no existían los periódicos, ni la televisión, ni Internet…, y la forma que tenían las personas de enterarse de las noticias importantes era a través de emisarios del rey o de los nobles, que llegaban desde lejos para transmitir los cambios en las leyes o la subida de los impuestos. Estos personajes, como podréis entender, no suscitaban demasiada simpatía entre las gentes del pueblo, pero también existían otros personajes que eran divertidos, singulares y muy queridos por todos… eran los juglares. Los juglares eran actores, músicos e intérpretes de las poesías creadas por los trovadores. Su trabajo consistía en ir por los pueblos contando una serie de historias, algunas de las cuales eran verdad y otras simplemente leyendas. Sin embargo, tanto unas como otras embaucaban a todo aquel que las escuchaba.

NO TENEMOS QUE OLVIDAR QUE…

Los juglares eran los encargados de transmitir noticias, chismes e los s historias divertidas. No tenían residencia fija y recorrían lo pueblos de un reino intentando, con su presencia, amenizar el día a día de las gentes.

En esta ocasión, un juglar imaginario nos contará un relato en el que hay una parte de verdad y otra parte de leyenda; nosotros debemos de estar muy atentos, porque nos resultará muy interesante escuchar la historia, a la vez que vemos a su protagonista como personaje principal de una de las pinturas del Museo. Para conocer la leyenda propuesta por el juglar, nos detendremos delante del

Retablo de San Cristóbal, lo que supondrá la tercera y última parada de nuestro viaje. No te olvides de señalar en tu Tarjeta de artesano medieval la casilla correspondiente a esta parada.

Retablo de San Cristóbal Anónimo. Siglo XIV. Temple sobre tabla. Un retablo es un conjunto ordenado de pinturas (y en algunas ocasiones de esculturas), distribuidas en zonas verticales llamadas calles y zonas horizontales o cuerpos, que se colocaba detrás de la mesa del altar. En este caso la calle central la ocupa una gran figura de San Cristóbal, mientras que las laterales se dedican a escenas de la vida de San Pedro, San Blas y San Millán. Es muy curiosa la leyenda del personaje de la tabla central, que antes de convertirse al cristianismo se llamaba Réprobo, y después cambió su nombre por el de Cristóbal, que significa "portador de Cristo". Réprobo era un hombre gigantesco que medía casi cinco metros, a quién su gran fuerza y altura permitían estar siempre al servicio de los más poderosos... En una ocasión, Réprobo comprobó que el rey a quién servía se santiguaba con gran temor cuando le nombraban al Diablo, por lo que pensó que el Diablo sería alguien muy poderoso, y decidió buscarlo para ponerse a su servicio. Tras varios meses acompañando al Diablo, un día este dio una gran espantada ante una cruz, y fue entonces cuando Réprobo decidió que, a partir de ese momento, serviría a aquella cruz que tanto había atemorizado a su señor. Pero esta misión no era fácil, ya que Réprobo no sabía cómo podía servir a la cruz... hasta que un día un ermitaño le dijo que estar al servicio de la cruz significaba servir a los demás; así, Réprobo comenzó a ayudar a las personas que querían pasar a la otra orilla de un río muy caudaloso... Un día un niño le pidió que le transportase a la otra orilla, y Réprobo notó que, a medida que iba avanzando, el peso del niño era cada vez mayor. Cuando terminó de cruzarlo, le dijo que le parecía haber llevado todo el peso del mundo; el niño le contestó que, efectivamente, así era, ya que él era el Señor del mundo y tenía sobre él todo ese peso. Por ello, en el cuadro vemos cómo el niño lleva en su mano una bola del mundo, curiosamente dividida en tres compartimentos: tierra, cielo y agua.

Conclusión Una vez que hemos realizado nuestro viaje, con sus tres paradas, ya conocemos mucho mejor cómo era la forma de vida en la Edad Media. Por lo tanto, ahora ya estamos en disposición de contestar a preguntas como: 

¿Cuántos siglos duró la Edad Media?



¿Cómo vivía la gente en esta época?



¿Cuáles eran los distintos grupos sociales establecidos?



¿A qué se dedicaba la mayor parte de la población?



¿Cuál era su dieta más habitual?



¿Cómo se divertían en el Medievo? ¿Quiénes eran los juglares?



¿Qué importancia tenía la religión en la Edad Media?



Entre el siglo X y XII… ¿cuál fue el estilo pictórico predominante? ¿sabrías describir algunas de sus características?

Más información Pinturas murales de la ermita de Santa Cruz de Maderuelo La capilla románica de Santa Cruz estuvo situada en la localidad de Maderuelo, en la provincia de Segovia. Las pinturas murales que la decoraban, cubriendo totalmente sus paredes y techo, fueron trasladadas a lienzo en 1947 e instaladas en el Museo Nacional del Prado, donde se procuró reconstruir su disposición original. Esta capilla era, y es, un espacio de algo más de veinte metros cuadrados cubierto con un techo curvo en forma de bóveda de medio cañón, cuyos muros están decorados con pinturas al fresco. El fresco, que es el método más perenne para pintar sobre muro, consiste en aplicar los pigmentos de color, disueltos en agua, sobre una capa de preparación que se distribuye previamente sobre la pared, y se ha de pintar mientras esta capa está todavía fresca, no endurecida; de este modo absorbe indeleblemente los colores. En el caso que nos ocupa, estas pinturas fueron además separadas del muro (en finísima lámina) y depositadas sobre un lienzo. En el conjunto de la capilla están representados apóstoles, ángeles y escenas evangélicas (como la Anunciación o la Adoración de los Magos). En la bóveda aparece la característica imagen medieval del Pantocrator: Cristo como Dios todopoderoso, sentado en un trono y bendiciendo, inscrito en una moldura con forma de almendra. En los frentes de la capilla se representan: la creación de Adán, y el pecado de Adán y Eva -en el de la entrada de la capilla-; y las ofrendas que Caín y Abel hacían a la divinidad -presentada como un cordero-, en el de la cabecera. Estas pinturas son típicamente románicas y en ellas se pueden apreciar las características de este estilo. Lo que más llama la atención es el aspecto plano que ofrecen las figuras: no tienen volumen ni profundidad, ni parecen apenas ocupar volumen en el espacio. Para poder destacarlas del fondo, el pintor románico marca

mucho los contornos, los perfiles de las figuras. Y como tampoco se siente capaz de dar volumen, ni a las caras ni a las telas, lo soluciona de una manera más bien infantil, dando colorete en las mejillas, en el primer caso, y trazando abundantes líneas negras paralelas en los pliegues de las telas. Tampoco pinta fondos porque no desea intentar la perspectiva, que es el arte de fingir la profundidad. La invasión de los bárbaros y los largos siglos de asentamientos y guerras habían creado una estética diferente, incluyendo el modo de representar las figuras en el espacio. Habrá que esperar al Renacimiento para que los pintores vuelvan a interesarse por la profundidad.

Frontal de San Esteban de Guills Preside este frontal la figura de Cristo sentado sobre un trono, con el libro de la vida en una de sus manos y bendiciendo con tres dedos de la otra -alusión a la Trinidady dentro de un reborde con forma de almendra, la llamada “mandorla mística”. Como ya hemos visto, esta

representación de Jesucristo se denomina

Pantocrator, que en griego quiere decir Todopoderoso. Está rodeado, además, por el Tetramorfos: las cuatro formas -el ángel, el león, el toro y el águila- que simbolizan a los cuatro evangelistas. San Mateo es un ángel; San Marcos, un león; San Lucas, un toro; y San Juan un águila. En la zona superior de la composición se representan dos escenas de la vida de San Esteban, el santo al que está dedicada la Iglesia de la que procede este frontal. San Esteban fue el primer mártir de la cristiandad y fue muerto a pedradas por los judíos en Jerusalén en el año 30 de nuestra era. La lapidación y su entierro figuran a ambos lados del Pantocrator. Dos parejas de santos, probablemente apóstoles, cierran las esquinas inferiores de esta tabla.

Pinturas de San Baudelio Baudelio en la iglesia de Casillas de Berlanga En 1926, las pinturas murales se arrancaron de las paredes de la capilla de San Baudelio de Berlanga y se exportaron al extranjero, concretamente a los Estados Unidos. Fragmentos de este conjunto se exponen actualmente en museos de Boston, Indianápolis y Nueva York. Hacia 1950, el gobierno español entabló negociaciones con el Metropolitan

Museum de Nueva York, y consiguió que seis fragmentos de las pinturas fueran cedidos, a modo de depósito permanente, al Museo Nacional del Prado. A cambio de esta concesión se cedieron a ese museo las ruinas de la Iglesia de San Martín, en la localidad segoviana de Fuentidueña. Los fragmentos que se exponen en el Museo fueron pintados como todo el conjunto sobre el muro, pero ahora se muestran trasladados sobre lienzo; es decir, fueron arrancados de las paredes y depositados sobre una tela que se armó luego sobre un bastidor. Se trata de unas pinturas muy especiales por su estilo y contenido. No se parecen en nada a las obras románicas que se estaban pintando por esas mismas fechas: no tienen un colorido variado y vivo -su autor no maneja más de tres o cuatro colores muy terrosos-, ni se refieren a temas religiosos: representan escenas absolutamente profanas y que nada tienen que ver con la motivación religiosa que adornaba los templos del románico.

Retablo de San Cristóbal La palabra retablo deriva del latín “retro-tabula” que quiere decir “detrás de la mesa (del altar)”, pues era detrás de ella donde se colocaba. El retablo de San Cristóbal, realizado en el siglo XIV, pertenece al estilo gótico lineal, que se denomina así, precisamente, por la importancia que se da a las líneas de los contornos. Predominan sobre todo el dibujo y la línea; el color, sin embargo, se utiliza como elemento decorativo, y no configura ni formas ni volúmenes, ni tampoco gamas de color; los colores son planos.

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