La disputa por el futuro de México

July 5, 2017 | Autor: Gibrán Ramírez Reyes | Categoría: Neoliberalism, Economia Política, Neoliberalismo, Sistema Político Mexicano
Share Embed


Descripción

La disputa por el futuro de México.
Gibrán Ramírez Reyes
Acta Sociológica, Núm. 59, México: Centro de Estudios Sociológicos, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, septiembre-diciembre de 2012.
Intereses contrarios y ligados a diferentes ideas de desarrollo, con proyectos que otorgan pesos muy distintos al mercado interno y al mercado externo, han existido a lo largo de nuestra historia. Pocas veces, sin embargo, se han presentado tan claramente dos bloques que estén confrontados y con posibilidad de volverse hegemónicos como comenzó a verse en la década de los setenta en nuestro país. Cada uno de ellos representado por políticos de diferente perfil, con ideologías económicas encontradas y en constante polémica, estos proyectos —provenientes ambos del seno del grupo dirigente del régimen surgido después de la Revolución mexicana— fueron descritos y expuestos de modo magistral por Rolando Cordera y Carlos Tello —protagonista el segundo de lo que ambos llamaron "La disputa por la nación".
Treinta años y quince reimpresiones después, el libro que detalló con claridad y que contribuyó a incluir en el debate público la disyuntiva entre dos ideales de desarrollo (que se haría obvia en momentos como los procesos electorales de 1988 y 2006), se reedita y actualiza, incluyendo un amplio y nutrido prólogo que renueva y ajusta las cifras y los marcos de interpretación de la realidad que los autores estudiaron y publicaron en el ya lejano 1981. La edición debió ser menos mezquina: una nueva portada y un nuevo diseño hubieran sido suficientes para darle al nuevo libro —pues en cierto sentido es diferente del editado en 1981— el carácter conmemorativo que por su importancia debería tener. Esta reseña se referirá únicamente a lo que hace a éste un libro distinto del publicado originalmente.
Lo que queda por disputar
La nueva argumentación de los autores se desdobla en dos partes, una que es contextual y otra que es descriptiva y analítica de los cambios a una misma vez. La primera nos explica cómo el terreno en que se ha jugado la disputa por la nación ha estado recortado y modelado por el grupo de procesos y circunstancias comportados por la globalización, con énfasis en la importancia de las tecnologías de la información y los medios de comunicación social. El movimiento globalizador descrito tiene su fecha de arranque en 1971, cuando se tomó la decisión de decretar la inconvertibilidad del dólar en oro. Estos treinta años han tenido como uno de sus resultados el papel avasallador de las trasnacionales, que concentran ahora más de un tercio de la producción mundial y más de la mitad del comercio (de la cual la mitad se da únicamente entre ellas).
En México se inició también una mecánica que hizo posible que el neoliberalismo echara raíces. Los dirigentes mexicanos asumieron al pie de la letra las recetas que serían sintetizadas en el Consenso de Washington: de acuerdo con la tesis de que la importancia de los estados nacionales iba en declive, tomaron un camino que, alejándose del viejo intervencionismo en la economía, iba a los brazos de los intereses que dominan el mercado mundial y sus exigencias, concretadas en organismos internacionales como el FMI y el BM. En lo político, ha llegado la democratización y la pluralidad electoral con las reformas que arrancaron desde 1977. En lo económico hemos pasado de ser una de las economías más protegidas a una de las más abiertas del mundo y nos hemos integrado más a los Estados Unidos; hemos cambiado a un Estado "obeso" por uno que casi no tiene peso en la dirección de la economía y que se retrajo en el campo de la inversión productiva sin que alguien ocupara su lugar. En lo social, hemos tirado el bono demográfico por la borda: el crecimiento de la Población Económicamente Activa no se ha correspondido con el del empleo y, peor aún, el poco empleo generado es inestable y mal remunerado. Todo esto es documentado por los autores meticulosamente. Por otro lado no todos los resultados del transcurso de estos 30 años han sido malos: entre los logros del neoliberalismo están el fortalecimiento relativo de las clases medias, el equilibrio de las finanzas públicas y la estabilidad de precios.
La segunda parte de la argumentación inicia con el año de 1982 y su crisis, el innegable punto de quiebre de la disputa. Son principalmente dos los factores que hicieron que ésta fuera especialmente traumática. El primero de ellos es que había optimismo y pronósticos de un repunte sostenido en la economía mexicana tras el auge que la abundancia petrolera trajo entre 1978 y 1981. El segundo es que no existía conocimiento del riesgo de caer desde tan alta nube y mucho menos de la profundidad de los barrancos circundantes: 1982 significó la interrupción de la ruta del crecimiento económico (ese año el PIB decreció en 0.62% y el siguiente en 4.2%), el crecimiento de la deuda externa y de las tasas de interés asociadas a ella, la reducción de la formación de capital, la dramática devaluación del tipo de cambio —el dólar pasó de costar 26 a 150 pesos— y el incremento sin precedente de los precios al consumidor (la tasa de inflación de ese año alcanzó el 98%). Desde la desesperación nacional y con el afán de evitar "que el país se nos fuera entre las manos" se creó el terreno propicio para aplicar las recetas de lo que los autores llaman "un ajuste convencional".
El ajuste convencional, que consistió en la aplicación de políticas ortodoxas de inspiración neoclásica, estuvo acompañado de un cambio en la forma de relacionarse de los grupos dirigentes del Estado y los grupos económicos entonces dominantes. La nueva correlación de fuerzas benefició, en gran medida por la incorporación de capital financiero internacional y fuerzas globales que antes no poseían gran influencia sobre el gobierno, la ampliación del modelo neoliberal, ahora con las "reformas estructurales". El resultado fue que se desató una espiral de cambios económicos —paralela a la de los cambios políticos y que quiso ser parte de la misma trama, pues en el discurso se identificó la democratización política con la liberalización económica— que condujo a la privatización indiscriminada de empresas públicas (algunas verdaderos lastres y otras muy eficientes y rentables), al retiro de la intervención estatal en la economía, a la profundización de la permisividad fiscal, etc.
Ambas reformas parecen haber hecho agua. Para los autores, las rupturas y desacuerdos sociales y políticos, así como la precariedad y la desigualdad, son indicaciones evidentes de que después de la reforma política y la reforma económica, debe darse una reforma social del Estado: una reforma de las reformas económica y política que tenga como norte de su brújula la disminución de la desigualdad. Es ese el terreno de la actual disputa, pues no todas las fuerzas coinciden en el mismo objetivo. Lo que queda por disputar es el futuro de México como nación.
Balance
Aunque plantea el futuro del país entre dos proyectos no es un libro maniqueo: muestra la complejidad de los problemas económicos y sociales de México y su relación con el gobierno y el régimen político en general. Después de que el tiempo puso a prueba sus pronósticos no puede reprocharse a los autores sino su excesivo optimismo. El examen de los datos y la interpretación de la situación política parecen impecables.
El nuevo prólogo es una puesta al día del libro, si bien esto es válido sólo en cierta parte: aunque es patente una renovación del lenguaje (la lucha de clases y las clases sociales disminuyeron su peso en el nuevo análisis), por ejemplo, vastos aspectos de la problemática política y social que se abordaron en la edición original están ausentes de él. La estructura clara del libro deja una guía de estudio para saber cuáles eran los problemas económicos, sociales y políticos del México de antes, cuál es su estado hoy, cuáles son sus causas y cuáles algunas de las posibles soluciones que deben ser ensayadas con más apremio, no obstante los riesgos que implican.

Por: Gibrán Ramírez Reyes

Rolando Cordera y Carlos Tello, México: La disputa por la nación: perspectivas y opciones del desarrollo, Siglo XXI editores, México, 2010.





Para muestra un botón: según el Banco Mundial, durante el "ajuste", entre 1982 y 1986, el país transfirió —como pago de la deuda— 31 mil millones de dólares. "Estas transferencias fueron alrededor de 1.6 veces más grandes, en relación con el ingreso nacional, que las reparaciones de guerra pagadas por Alemania después de la primera guerra mundial". (Cf. pág. 22)



Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.