La disolucion freudiana de las psicosis

July 15, 2017 | Autor: Adrian Ortiz | Categoría: Freud and Lacan, Psicoanálisis, Psicosis
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Descripción

La invención freudiana de las psicosis (Consideradas particularmente desde la decisión colectiva del campo analítico de sostener la posición de Freud de construir un ‘historial’ a partir de las "Memorias de un enfermo de los nervios" de Daniel Paul Schreber). La fe ciega en la autoridad es el primer enemigo de la verdad Albert Einstein Los técnicos del inconsciente confiesan, en la frontera límite de la paranoia, su impotencia sino para explicar, al menos para curar Jacques Lacan Las cosas llegan a la ribera del discurso porque aparecen en el hueco de la representación Michel Foucault PRESENTACIÓN El psicoanálisis en general, y en particular su desarrollo respecto de las psicosis presenta la apariencia de un aluvión, desordenado y desorientador de diversas teorías, prácticas, conceptos, orientaciones, hipótesis a veces opuestas, otras discordantes e incluso contradictorias. Esto se verifica en los desarrollos de Freud, de Lacan, sus alumnos y discípulos. Entre otras cosas, esto está en cierta relación con el hecho de que tanto los que forjaron este discurso, así como sus seguidores, en muchas ocasiones pasan de una concepción a otra sin explicitar ni extraer consecuencias de las diversas transformaciones y cambios de sus posiciones. Lo que justifica en última instancia la afirmación de Lacan (a quien también se le aplica esta caracterización) de que la literatura analítica es algo que extravía y desorienta. Es que allí, en muchas ocasiones, se transita con un gran sentido de la autoridad y sin el menor sentido crítico. Resultando que las diversas posturas se han ido depositando al modo de una figura a la cual recurre repetidamente el psicoanálisis para describir la evolución pulsional: capas

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de lava superpuestas cada una de las cuáles hace sentir diferentes efectos en un amorfo, indiferenciado y confuso conjunto. Pasan en silencio y sin crítica, profundas y fundamentales transformaciones, variaciones y contradicciones tanto en las posiciones como en conceptos fundamentales como la transferencia; así como aquello que está en relación directa con ella pero al mismo tiempo guarda una diferencia esencial: el lazo entre analistas. También en el modo y concepto de historización incluso de periodización de la historia del desarrollo del discurso analítico. Para examinar todo esto nos limitaremos a un sector: la construcción de ‘las estructuras freudianas de las psicosis’ y dentro de ella haremos centro en tres cuestiones: transferencia, lazo entre analistas e historia y historización en el campo del discurso analítico. Exploraremos tanto el campo conceptual como las consecuencias que esto tiene en las formas de pensar y presentar la clínica analítica de las psicosis. Nos centraremos en distintos momentos del desarrollo de Freud así como de Lacan. A la vez consideraremos algunas de las principales corrientes y contribuciones psicoanalíticas a la construcción del objeto que nos ocupa. La descripción de este estado de cosas, la búsqueda de sus hipotéticas causas y reglas de formación nos parece una de las condiciones de posibilidad del establecimiento claro y nítido de las posiciones psicoanalíticas respecto de las psicosis. Emplearemos tanto conceptos propiamente analíticos (desarrollos de Lacan respecto de ‘discurso’) como desarrollos de Foucault, Kuhn, Ellenberger, Hirschmüller, etc. INTRODUCCION Nuestro problema: la construcción psicoanalítica de la psicosis tomada como paradigma de los problemas de consistencia que presenta el discurso analítico, tanto en su versión freudiana como lacaneana. Nuestro trabajo parte de una suposición: hubo construcción psicoanalítica de un objeto singular, las psicosis, al que seguiremos en sus alternativas y modalidades. ¿Por dónde abordarlo? Vía la decisión colectiva de construirlas a partir de un único ‘caso’: el ‘historial’ de Schreber. No se trata de criticar a priori dicha decisión, sino examinarla en sus derivas y consecuencias. Esto puede ser contrastado con ciertas tendencias dentro de la psiquiatría que optan por tomar en cuenta sólo aquello que permita el mayor número posible de casos estadísticamente establecidos. El psicoanálisis en cambio

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privilegia el detalle y la profundidad de un caso. A esas dos modalidades Jacques Lacan intentó aunarlas en muchos lugares de su Tesis (lo cual revela la particularidad de su posición en ese momento, a caballo entre ambos discursos. Cuestión que no creemos ajena a los problemas de su contribución al forjamiento del objeto de nuestro estudio). Así en la pág. 285 expresa "Estos hechos [los referidos a las psicosis paranoicas] demandan ser clasificados y juzgados sobre la base de datos estadísticos. Aunque estos no serán válidos más que si un estudio muy riguroso de cada caso concreto permite agruparlos con precisión en un cierto número de situaciones reaccionales típicas". Los autores analíticos que se han abocado al tema de nuestra tesis con anterioridad, en general, lo han hecho empeñándose en corroborar, o, a lo sumo, en poner a prueba, tal o cual sector de la teoría o de la clínica, general o de detalle, propuestas por Lacan o por Freud. Esto lo han hecho sin considerar la posibilidad de que las contradicciones e incongruencias en la teoría y en la clínica con las psicosis pudiesen ser interrogadas en tanto signos de inconsistencia del discurso analítico. Desde nuestra perspectiva esto no se debe a problemas o cuestiones relativas a las bondades o defectos de las diversas interpretaciones o doctrinas existentes sino justamente a problemas de consistencia de la estructura del discurso que ‘pasan’ al objeto que éste forja. Se trata de determinar las modalidades y reglas en el surgimiento de los conceptos y objetos que dan al discurso analítico una apariencia “aluvional”. Esto llevará a Jacques Lacan a decir que ‘el discurso analítico es un laberinto donde una gata no encontraría a sus gatitos’. Este estado de cosas vuelve aún más urgente un trabajo de investigación y descripción del modo particular de generar los objetos, al menos en un sector del campo. En cuanto a las concepciones de “discurso” partiremos por un lado de las que Lacan plasmó particularmente en el ciclo de seminarios que van desde “De un Otro al otro”, “El anverso del psicoanálisis” y “De un discurso que no sería de la apariencia”. Allí intentó formalizar su estructura apelando, como siempre, a la matemática (en este caso a la teoría de los grupos); intentó dar cuenta de aquella partiendo de una estructura tetraédrica de cuatro letras y cuatro lugares, que posee cuatro modalidades rotativas generadas a partir de la emergencia del discurso analítico. Pero no nos limitaremos a ella. Apelaremos también a aquellas concepciones que se desprenden de diferentes posiciones asumidas al respecto por Michel Foucault. Tomando como puntos destacados “El orden del discurso” (lección inaugural pronunciada el 2 de diciembre de 1970, en

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el Collège de France), la conferencia “¿Qué es un autor? El sentido del retorno a...” y “La arqueología del saber”. En el primero de estos textos Foucault, al presentar un cierto número de estudios que piensa realizar, expresa algo que subscribimos en nuestro proyecto (pág. 65): “Yo pienso, por ejemplo en un análisis que llevaría sobre la historia de la medicina del siglo XVI al XIX. Se trataría no solamente de reparar en los descubrimientos hechos o en los conceptos puestos en obra sino en reaprehender, en la construcción del discurso médico, pero también en toda la institución que lo soporta, lo transmite, lo refuerza...”. Para nosotros se trata de la construcción del discurso analítico y ‘la institución’ que lo transmite y soporta: el lazo entre analistas. Foucault agrega, pág. 67) “Será necesario también, un día, estudiar el rol que juega Freud en el saber psicoanalítico, muy diferente seguramente del rol de Newton en la física (y de todos los fundadores de disciplina), muy diferente también del que puede jugar un autor en el campo del discurso filosófico (aún estando como Kant en el origen de otra manera de filosofar)”. En “¿Qué es lo que es un autor?” Michel Foucault dice que en “Las palabras y las cosas”: “... yo simplemente buscaba encontrar las reglas según las cuales ellos habían formado un cierto número de conceptos o de conjuntos teóricos que uno puede encontrar en sus textos.” Y luego “...yo simplemente busqué... las condiciones de funcionamiento de prácticas discursivas específicas.” Y más adelante precisa aún más una perspectiva desde donde nos gustaría considerar las cosas: pág. 810) “... uno podría encontrar aquí una introducción al análisis histórico de los discursos. Quizás es tiempo de estudiar los discursos no solamente en su valor expresivo o sus transformaciones formales sino en las modalidades de su existencia: los modos de circulación, de valorización, de atribución, de apropiación de los discursos varían con cada cultura y se modifican en el interior de cada una...”. Citemos también “La voluntad de saber: “Las prácticas discursivas se caracterizan por la delimitación de un campo de objetos, por la definición de una perspectiva legítima para el sujeto del conocimiento, por la fijación de normas para la elaboración de conceptos y de teorías. Cada una de ellas supone entonces un juego de prescripciones que rigen exclusiones y elecciones.” Nos interesa entonces examinar el discurso analítico vuelto hacia un objeto, las psicosis, en el punto y en el tiempo del recorrido en los que lo segrega. A este respecto consideraremos las continuidades e interrupciones del

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discurso. Retomaremos lo expresado por Foucault en “La arqueología del saber”, pág. 8, “Por medio de qué criterios aislar las unidades con las que operamos: ¿Qué es una ciencia? ¿Qué es una obra? ¿Qué es una teoría? ¿Qué es un concepto? ¿Qué es un texto?” Las cuestiones de doctrina, las diferentes posiciones respecto a los conceptos propuestos así como las cuestiones clínicas serán examinadas en términos de ‘documentos’. A los que aplicaremos todos los criterios que nos suministra Foucault. Teniendo en cuenta principalmente que “El documento no es, pues, ya para la historia esa materia inerte...” sino que se trata “...de definir en el propio tejido documental unidades, conjuntos, series, relaciones.” Se trata entonces de poder efectuar, respecto del discurso analítico, lo que Foucault describe en su conclusión (pág. 336): “...describir, a propósito de cada práctica discursiva, sus reglas de acumulación, de exclusión, de reactivación, sus formas propias de derivación y sus modos específicos de embrague sobre sucesiones diversas.” Esto se resume en lo siguiente: (pág. 348) “...la arqueología atraviesa una cuestión que actualmente plantea el psicoanálisis: al tratar de hacer aparecer las reglas de formación de los conceptos, los modos de sucesión, de encadenamiento y de coexistencia de los enunciados, se encuentra con el problema de las estructuras epistemológicas; al estudiar la formación de los objetos, los campos en que estos emergen y se especifican, al estudiar también las condiciones de apropiación de los discursos se encuentra con el análisis de las formaciones sociales.” Se trata de la posibilidad de constituir ‘una teoría general de las producciones’ concibiendo a la arqueología como un “análisis de las reglas propias” de “las diferentes prácticas discursivas”. Intentaremos establecer con todo esto un mapeo, un trazado de la producción de un objeto bien delimitado: las estructuras freudianas de las psicosis. Para ello tomaremos tres ejes centrales: transferencia, lazo entre analistas e historización. En parte por el modo de poner en primer término la búsqueda de corroborar tal o cual aspecto de la concepción psicoanalítica de las psicosis, el estado de la cuestión en la literatura analítica, al menos hasta el momento, se limita a determinaciones parciales de lo que tal o cual autor considera son la doctrina y la clínica psicoanalítica respecto de las psicosis. Pero no hay literatura respecto de lo que nos proponemos trabajar: los problemas que la estructura del discurso analítico transparenta en el establecimiento de la doctrina y la clínica psicoanalítica de las psicosis. Tomaremos como signos de tales problemas las extensas y abundantes diferencias, contradicciones e incongruencias existentes en este campo. A este respecto valen las afirmaciones que hace Jacques Lacan en su

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seminario del 13 de enero de 1954: “ “... es que cuando analistas diversos piensan, expresan, conciben su técnica ... al punto que no es exagerado hablar de la confusión más radical... no hay quizás uno sólo que se haga la misma idea que cualquiera de sus contemporáneos, o sus vecinos sobre el asunto, sobre lo que se hace, sobre aquello a lo que se apunta, lo que se obtiene, o aquello de lo que se trata...” Y luego agrega: “Y esto al punto de que nosotros podríamos divertirnos haciendo el pequeño juego de juntar las concepciones más extremas formuladas y veremos que culminan en formulaciones rigurosamente contradictorias.” A tales formulaciones las examinaremos en primer término centrándonos en la concepción y tratamiento de la transferencia en la psicosis. Tomaremos en cuenta los sucesivos cambios y variaciones en las formulaciones tanto de Freud como de Lacan, así como las de sus alumnos y discípulos al tiempo que consideraremos sus modos de 'presentar', de 'pasar' y de ‘reaccionar’ ante ellos. Esto nos permitirá examinar también la concepción subyacente de historia e historización en el campo analítico. Cómo se pone de manifiesto en la construcción del objeto que nos ocupa y a qué se deben diversas y manifiestas ‘desviaciones’ y contradicciones. Tomaremos las correspondientes transformaciones de la concepción de la transferencia en la psicosis en paralelo al lazo entre los analistas, con el que guardan una relación pero al mismo tiempo una diferencia fundamental. En innumerables ocasiones los analistas han optado por pasar, en el mayor de los silencios, las variaciones y cambios del objeto que nos ocupa. A veces disimulados entre una edición y otra; o entre una traducción y otra; otras en medio de inocultables molestias, lo cual contribuyó a constituir una modalidad de historia que contradice abiertamente aquella propuesta por el campo analítico. Entendemos que es un signo privilegiado de inconsistencia el que ciertas proposiciones de un campo discursivo vayan en contra de las tesis que el mismo propone. Por ejemplo, sigamos esta tensión en Freud en los avatares de la construcción del historial que forma parte de Nuevas Observaciones sobre las Neuropsicosis de defensa . Como mostraremos más adelante en detalle, Freud lo publicó sin incluir una nota (que agregarán 28 años más tarde, sólo en la versión inglesa posterior a la de 1924) donde aparece claramente que el tratamiento terminó en un fracaso tal que por sí sólo ponía en cuestión las premisas en las que se había basado. Pese a ello Freud dejó circular en ese estado su artículo. Este encontró ecos en otros que lo tomaron al pie de la letra (ver la referencia que hace Jung en “Psicología de la demencia precoz”) como si en sí mismo y sin más esto hubiese abierto

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una vía cierta y posible de conceptualización y tratamiento de las psicosis. En este sentido observaremos similitudes con el caso que Freud coloca como caso princeps del psicoanálisis: el caso Anna O.. Breuer publica con Freud este historial en la primera edición alemana de "Estudios sobre la histeria", presentándolo como un éxito del tratamiento catártico, el que a su vez es presentado por Freud como el ilustre comienzo del método analítico. En el mismo momento que Breuer cierra tan 'exitoso' historial, enviará a su paciente a ser internada en un Sanatorio acompañada de un informe en el que la presenta como una psicosis histérica incurable. Tal vez estos avatares no son ajenos al hecho de que el caso fuese quitado durante casí cincuenta años de "Estudios sobre la histeria", al menos en las ediciones alemana, francesa, castellana. Este movimiento se complementa con otros: por ejemplo algunos psicoanalistas directamente borran el problemático punto de partida de la construcción freudiana de las psicosis afirmando directamente que Freud siempre se opuso o planteó objeciones a la posibilidad de tratamiento de las psicosis lo cual implica no interrogar las razones del fracaso inaugural. Es decir, algunos psicoanalistas plantean un nuevo punto de partida, pero al tomar tal atajo colocan en su lugar un borramiento, un no reconocimiento (lo que justamente en la doctrina lacaneana de la psicosis se plantea como un constituyente fundamental de la estructura de las psicosis). Trataremos de cernir los efectos que tales avatares tienen sobre el objeto que construyen. Algunas de las posiciones extremas que colaboran con tal borramiento del punto de partida original de Freud al respecto son sostenidas por la posición de escuela de la ecole lacanienne de psychanalyse. Quien la orienta llegará a afirmar: “l’inconscient freudien est paranoïa exclue” “el inconsciente freudiano es paranoia excluida”. Esta posición está estrechamente relacionada con un particular modo de construir la articulación Freud, Lacan. Una contradicción que hay que poner en relación con esto es la que notamos en el modo de conducirse de Lacan respecto de los cambios y transformaciones de su propio abordaje. Paradigma de lo cual son sus molestias e incomodidades respecto de la re publicación y difusión de su tesis de doctorado "De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad". Escribe en la contratapa de la misma: "Tesis publicada no sin reticencia. Al pretextar que la enseñanza pasa por el rodeo del decir a medias la verdad. Agregando: a condición de que rectificado el error, éste demuestre lo necesario de su vuelta. Que este texto no lo imponga, justificaría la reticencia".

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Su reparo tiene que ver con lo que califica de 'error'. Para que la re publicación se justificara, piensa, aquel debería demostrarse necesario. Esto tiene que ver con el hecho de que su texto integra algo que él mismo ya ha descalificado completamente: su tesis de que el abordaje de la estructura de las psicosis paranoicas fuese posible vía el desarrollo de una “ciencia de la personalidad” fundada sobre “las relaciones de comprensión”. En cuanto a la consistencia de un discurso importa no sólo lo que éste afirma sino el modo de colocarse por parte de aquellos que abren el surco del mismo (pero también los discípulos y alumnos) frente al 'error', al 'fracaso' o la transformación, el cambio o la variación en las posiciones planteadas. Tomemos por ejemplo ciertas afirmaciones de uno de los más reconocidos discípulos de Lacan: Jacques-Alain Miller. En ocasión del relanzamiento de la función del fantasma en la doctrina y en la clínica psicoanalítica de esa orientación. El paradigma de ello, su seminario: “Del síntoma al fantasma y retorno”, de 1982-1983. En su reunión del 12 de enero de 1983 Miller fundamenta su proposición de dos momentos en el recorrido de Lacan. Resalta la existencia discursiva “de otro Lacan”. Dice que en “la primera avanzada” Lacan trató de “promover siempre en primer término la función del significante en lo simbólico”. Pasando así “de lo patético del símbolo al matema del símbolo”. Para luego proseguir diciendo “En la ética del psicoanálisis que aparecerá muy pronto [se refiere a la versión du Seuil del seminario La ética del psicoanálisis], nosotros nos encontramos a nivel de lo patético de lo real... Es solamente [de] la promoción del objeto (a) que se operará un distanciamiento similar al primero. Yo les indico así dos grandes movimientos, que diría es la constante en el proceso de la invención de Lacan.” Anota que así es como procede Lacan en el curso de los años pero también “de una lección a otra” de su seminario. Proseguirá esta demarcación a la luz de un contrapunto entre el seminario “El moi en la teoría y en la técnica analítica” y el Escrito “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” a la luz del estatuto del Autre, del Otro. Opone allí lo que Lacan habría planteado primero como “el Autre del significante en tanto contiene él mismo al Autre” al “Autre de la Loi” que no lo contiene. Examinando esto a la luz de la famosa paradoja con que Russell objetó un punto fundamental de la obra de Gottlob Frege. Miller va a expresar que “en un segundo tiempo... no hay Autre del Autre”. Así como tampoco “hay metalenguaje”, como lo afirma Lacan en “Observaciones sobre la comunicación de Daniel Lagache: “Psicoanálisis y estructura de la personalidad”, fechado en el momento del seminario sobre la ética del psicoanálisis. Esto a su entender, mostraría que Lacan “en el momento en que lo que él enseñaba se popularizaba bajo la especie común del ‘eso habla’ ” “elaboraba lo contrario”. Acto seguido afirma “Ustedes

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saben, yo se los he dicho muchas veces, cómo Lacan, de estos deslizamientos, de estos cambios de puntos de vista, lo más frecuentemente, sino siempre, hacía la economía de señalárselos a sus auditores. Ese no era su estilo. Su estilo era destacar sus avances, no sus cambios de puntos de vista”. ¿Cuestión de estilo? No lo creemos. No se trata sólo de la explicitación de los cambios o su señalamiento a sus auditores. Nos proponemos examinar y fundamentar en detalle la función de esta modalidad de enseñanza y transmisión en la economía de conjunto de la estructura del discurso analítico. Como lo hemos señalado al subrayar lo escrito en la contratapa de la re publicación de su Tesis, Lacan no era indiferente a los problemas en la transmisión que puede causar una publicación de tales características. Sin embargo, y tal vez en un momento de exasperación, Lacan afirmará taxativamente que al fin y al cabo se trata de que los errores y problemas de su recorrido no fuesen obstáculo para seguir avanzando. El argumento pretende enfatizar que lo importante es lo último que se propone y no las posiciones que quedaron por el camino. Pero sus propias ‘reticencias’ a la re publicación de su Tesis indican que hay allí en juego un problema que no es para nada tan simple. Por otra parte importa señalar la posición de Jacques-Alain Miller que en este punto antes de interrogar las razones de este funcionamiento parece inclinado a encontrarle una justificación. Freud, en ocasiones, actúa del mismo modo. Sólo en contadas ocasiones indica, señala o subraya las enormes y profundas transformaciones del conjunto de su posición. Partamos de Nuevas Observaciones sobre las psiconeurosis de defensa (1896) donde la paranoia figura junto a la histeria y a la neurosis obsesiva. Es decir, se trata fundamentalmente de la defensa, de la represión y de la interpretación. Un segundo momento lo colocamos en 1911 cuando escribe Observaciones sobre un caso de paranoia descripto autobiográficamente . Donde analiza la paranoia desde ‘el terreno común y familiar’ del complejo paterno y la transferencia al médico. La autobiografía escrita es analizada haciendo jugar la estructura de la asociación libre y la interpretación. Mientras que a posteriori, y en diversos artículos, planteará dudas respecto de la posibilidad de un abordaje analítico de las psicosis, al menos mediante el método y las técnicas analíticas vigentes hasta ese momento. Las oscilaciones de su posición tendrán consecuencias sobre los otros analistas. Veremos entonces que coexiste un modo que lanza, impulsa, acicatea o estimula a Ferenczi, a Abraham, a Jung y a otros respecto del trabajo con la paranoia y la esquizofrenia y otro, que por momentos tendrá efectos de inhibición, bloqueo, incluso de prohibición respecto de la práctica psicoanalítica con las psicosis como constatarán Macalpine, Hunter, Harry Stack Sullivan y Frieda Fromm-Riemann entre otros.

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A la supuesta indiferencia o economía en señalar los cambios y transformaciones de las posiciones (que por momentos parecen plantear como un sin sentido el ponerlas de manifiesto en la transmisión) habría que contrastarla, por ejemplo, con lo que está en función de causa de las reticencias expresadas por Lacan. O con el empeño de Freud en observar y hacer notar el cambio de su posición respecto a la teoría de la seducción en la realidad por parte del padre en la causación de las histerias traumáticas. Como un aspecto del lazo entre analistas abordaremos el modo de operar en el campo analítico en relación a los fundadores de discursividad, por parte de los analistas que los siguieron. Esto, en primera instancia, lo haremos a partir de los comentarios de Han Israëls en “Schreber, père et fils” especialmente en los capítulos XXII “Sigmund Freud y los psicoanalistas delante de Moritz Schreber” (pp. 289-313) y XXIII “Morton Schatzman delante de Moritz Schreber” (pp. 314-340). Allí se señala, algo que bien podría ser una guía desde donde considerar el problema, que Niederland sostuvo ciertas posiciones contradictorias con las de Freud pero bajo la ‘cobertura’ de que ellas eran simples extensiones absolutamente acordes con las tesis del maestro. Lo cual nos llevará a considerar la función de la ‘autoridad’ en relación a los textos y a las posiciones de Freud en el campo analítico. Esto plantea interrogantes sobre cómo juega allí la relación maestro - discípulo. Ya que vemos aparecer formas que implican juegos de ‘disimulación’ entre los pliegues del maestro al tiempo que se estigmatiza como ‘herejes’ o ‘disidentes’ a quienes explicitan posiciones abiertamente en conflicto o contradicción con él. Es la posición en la que un amplio sector del campo analítico colocará a la producción de un Morton Schatzman, por ejemplo. Hay que seguir con detalle el hecho y el modo en que se intentó ‘sacar de circulación’ a su libro de las citas bibliográficas por parte de los analistas de la IPA, que incluso llegó al paroxismo cuando Niederland planteó como condición de su autorización para una edición francesa de un artículo suyo la exclusión de todo artículo de Schatzman. Extrañamente en cuanto al modo de reaccionar al respecto, por parte de los analistas freudianos y lacaneanos, no hay diferencias fundamentales. Por un lado parece vigente una exigencia de “subordinación” incondicional como reclamarían los lazos fundados en la institución militar; al tiempo que se predica una “fiel y creyente” adhesión a textos considerados desde entonces como ‘sagrados’ o ‘canónicos’, como reclama la institución religiosa. Ambas modalidades de lazo implican un rechazo a priori de todo examen crítico de las razones de cada una las posiciones en abierta contradicción con el lazo que promueve la estructura del discurso analítico. A continuación se intenta, y algunas veces se logra, generalizar esta política hacia el exterior y hacia el interior de los agrupamientos

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analíticos, perceptible en el ‘tratamiento’ que sufren allí tanto las cuestiones doctrinales como las clínicas y los lazos entre los analistas. Es otro de los puntos en que fundamentaremos la aún por-venir existencia de un lazo particular fundado en las estructuras del discurso analítico. En su lugar veremos que los lazos, especialmente en las instituciones, son manejados y pensados con categorías propias de la lucha política o de la estructura familiar. Lo que por momentos da la apariencia de que allí los únicos lazos posibles serían los generados por el poder, la política, la Ley, la Naturaleza es decir el Estado, la religión o la ciencia. Esta situación no será obstáculo para que en nuestro examen del lazo entre analistas partamos de la suposición de una singularidad que sostenemos se expresa parcialmente en muchos planos y momentos en la construcción del aparato de producción del objeto que consideramos. Al que tomaremos siempre en relación a otro de los ejes fundamentales de nuestra investigación: la concepción psicoanalítica de la transferencia, fuente y causa de la particularidad de la modalidad del saber en el campo del análisis. Nuestra hipótesis supone que tal objeto no puede extraerse del marco en que se segrega todo saber en el campo del psicoanálisis, el lazo entre analistas. Lo cual no sólo se refiere al modo como se construyen, despliegan, prolongan o interrumpen sino también hace a la construcción de la historia de dichos lazos. Veremos entonces que en ciertos momentos una modalidad de construcción de la historia del psicoanálisis oculta, disimula, disuelve dichos lazos. Esto es posible seguirlo particularmente en el texto de Freud sobre las Memorias de Schreber. Afirma allí que su teoría sobre la paranoia no ha sido construida ad hoc para el caso. Apela al testimonio de un colega para luego explicitar, en la correspondencia con Jung y Ferenczi, su real proveniencia: la relación Freud-Fliess. Pero lo que es colocado en función de causa del saber sobre la paranoia es disimulado, borrado, forcluido, por el modo en que escribe e inscribe en el campo, tanto por parte de Freud como de aquellos que se ubican como sus ‘historiadores oficiales’, (léase Ernest Jones). Será necesario seguir en detalle la concepción de la transferencia a la luz del ‘caso Schreber’ colocándola contra el fondo de la consideración del lazo entre los analistas. En el caso de Freud el marco transferencial en el surgimiento de nuestro objeto tiene tres capítulos fundamentales: la relación Freud-Fliess, la relación Freud-Jung y la relación Freud-Ferenczi. Veremos que estos al menos tres lazos transferenciales, fundamentales en cuanto al forjamiento de la estructura freudiana de las psicosis, terminaron (y fueron retomados en la construcción de la historia de los mismos) en medio de acusaciones

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de paranoia, tanto respecto de Fliess, como de Jung y de Ferenczi. Destaquemos que en la correspondencia Freud-Jung aparece claramente que éste último considera que Freud ‘sojuzga a los otros analistas al tratarlos como si fueran pacientes’. Uno podría entender esto en términos de cierta ‘sensibilización de complejo’ o como la tendencia siempre presente en el analista que pretende que las estructuras que surgen de la práctica que lo causa no lo impliquen. Pero también se puede leer allí un exasperado llamado a considerar la diferencia, la distancia existente entre los lazos analista analizante y el lazo entre analistas. En el caso de Lacan nos encontramos también con otros tantos capítulos transferenciales. Un capítulo Lacan-de Clerambault (y los psiquiatras que fueron sus maestros, formadores e interlocutores); un capítulo Lacan en interlocución con los psicoanalistas que daban el tono y el tema a las cuestiones psicoanalíticas de la época y finalmente un capítulo Lacan y los discípulos y alumnos efecto de su propia enseñanza.

I FREUD

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Capitulo I Sigmund Freud, desde el comienzo de su recorrido, se interesó y fue interesado por las psicosis, especialmente la paranoia. Esto está en directa relación con el hecho de que su puerta de entrada a la praxis analítica fue la experiencia transferencial con Fliess. De la cual, a posteriori, dirá haber extraído el saber que sobre la paranoia expuso en su lectura de las Memorias de Schreber. Entonces, en el origen de la invención freudiana ubicamos esta experiencia transferencial en su modalidad paranoica. Las huellas de su interés en la paranoia se pueden pesquisar a lo largo de su recorrido y en diversos lugares de su obra en la que ubicaremos, a título de hipótesis provisoria, dos etapas. En primer término las encontramos entrelazadas con la escritura privada del psicoanálisis, la Correspondencia Freud-Fließ, que comienza el 24 de noviembre de 1887. Una manera clásica de leerla, Ernst Kris, en su Introducción a la primera edición de 1950: “El intercambio epistolar que prolongó ese encuentro (en Viena en otoño de 1887) comenzó como el de dos médicos especialistas que se enviaban pacientes uno a otro y desde 1893 fue un intercambio regular de ideas entre dos amigos íntimos que compartían intereses científicos …”. Luego agrega: “La función del intercambio epistolar estuvo determinado, hasta donde podemos inferir de todas las cartas conservadas de Freud, por la comunidad de los intereses científicos.” Si la relación se observa desde esta perspectiva ‘la comunidad de intereses científicos’ entre dos médicos amigos, los escritos “teóricos” y las cartas, se leen en una “frecuencia”, científico-médica podríamos decir. Por el contrario constataremos un salto, una mutación en el paso freudiano, del que encontramos correlatos en la Correspondencia, la que devendrá testimonio de la experiencia transferencial en curso. En ese momento la segregación del saber cobrará absolutamente otra dirección. Allí donde era el sujeto científico y su objeto de conocimiento, advendrá el desgarrado sujeto causado por tal experiencia. Lo que aparece primero como un intercambio profesional de intereses y pacientes va transformándose en un intento de compartir con el otro bajo la modalidad de constituir un solo cuerpo en el que no haya ya sentido de la propiedad, donde los límites con el otro se desdibujen. Se hace Uno con el otro en un cuerpo común, donde sin embargo se señalan dos zonas, una psicológica, la otra biológica, de las cuales se ocuparía cada una de las caras de ese Uno. Luego empieza a tensarse la cuerda. Lo que antes

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aparecía bajo la forma de un reparto natural de los campos de acuerdo a los intereses de cada quien en el marco de una reciprocidad total sin cuidados se transforma en una inquietante pregunta que inquiere ¿quién desconoce a quién? ¿quién roba a quién? ¿qué Bien propio le roba? Esto terminará por producir un modo particular de desgarro, de ruptura. Freud conecta esto con la paranoia, lo cual lo marcará traumáticamente de por vida, así como al discurso analítico y a la práctica analítica misma. Por ejemplo, en medio de los primeros intercambios, aparecen las Bemerkungen über Pyschoneurosen de 1894 y las Neue Bemerkungen über Psychoneurosen de 1896 y también el Manuscrito H, agregado a la carta 53 del 24/01/1895 de la Correspondencia Freud Fließ, donde Freud afirma que "... la paranoia crónica en su forma clásica es un modo patológico de la defensa, como la histeria, la neurosis obsesiva y la confusión alucinatoria". A ese ‘modo patológico’ de defensa, en ese momento ¿cómo imaginaba Freud afectarlo? "restituyendo en su derecho el recuerdo de aquella escena". Se trata de ‘restituir’ el derecho a recordar. ¿Y por qué fracasó en su intento? A causa de la "¡Defensa! Eso se discernía claramente. Ella no quería que se lo recordaran y en consecuencia lo había reprimido voluntariamente." "La defensa era indudable desde todo punto...” Pero ¿en qué residía lo peculiar de la defensa paranoica? "En la transformación de 'un reproche interno'; un 'juicio’ sobre ella había sido trasladado hacia afuera". "La paranoia tiene, por lo tanto, el propósito de combatir una representación 'inconciliable' con el yo por la vía de proyectar al mundo exterior el sumario de la causa". Lo cual se trataría de un "abuso del mecanismo de proyección a los fines de la defensa." Hay allí una simple transposición: “La gente decía lo que en otro caso ella se habría dicho”. Para Freud se trataba entonces de que la paciente “no quería que se lo recordaran”. Por eso fracasó cuando “me empeñé en curar el esfuerzo de la paranoia reinstituyendo en su derecho al recuerdo de aquella escena”. Freud admite que a sus “insistentes preguntas sobre si empero no había ocurrido algo ‘embarazoso’ ” se “le respondió con la más tajante negación”. Se muestran aquí algunos de los términos fundamentales con los que partía Freud en la consideración de la paranoia: defensa, proyección, representación intolerable, yo, represión, ausencia de recuerdo. Un año antes del Historial H, en 1894, en Observaciones sobre las Neuropsicosis de defensa , pág. 170, Freud considerará el problema en términos de una contradicción "entre su yo y la representación intolerable" lo que lleva "a diversas reacciones patológicas que produjeron, bien una histeria, bien una representación obsesiva o una psicosis alucinatoria." Razonamiento que equipara el “mecanismo” de la histeria, la neurosis

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obsesiva y la psicosis alucinatoria. Aunque en el apartado III, pág. 175, expresa que en el caso de la histeria y la neurosis obsesiva "la representación, si bien aislada y debilitada, permanecía en la consciencia ." "Pero hay aún otra forma de la defensa mucho más enérgica y eficaz, consistente en que el yo rechaza (verwirft) la representación intolerable conjuntamente con su afecto y se conduce como si la representación no hubiese llegado jamás a él. En el momento en que esto es conseguido el sujeto sucumbe a una psicosis que hemos de calificar de 'locura alucinatoria'". Esto plantearía la posibilidad de que en las psicosis se consiguiera lo que antes planteó como imposible en el campo de la histeria, pág. 171, "la labor que el yo se plantea de considerar como non arrivée la representación intolerable es directamente insoluble para él: ni la huella mnémica ni el afecto a ella inherente pueden ser hechos desaparecer una vez surgidos. Pero hay algo que puede considerarse equivalente a la solución deseada y es lograr debilitar la representación de que se trata...". Planteado el caso, en la pág. 176 va a considerar que "... Puede por tanto decirse que el yo ha rechazado Hervorhebung, la representación intolerable por medio de la huida a la psicosis." Luego, "... el yo se separa de la representación intolerable, pero ésta se halla inseparablemente unida a un trozo de la realidad y al desligarse de ella el yo se desliga también, total o parcialmente, de la realidad." El desligamiento o pérdida de la relación con la realidad o con un sector de la misma será justamente lo que constituirá uno de los centros de la perspectiva de su análisis en 1923, "Neurosis y psicosis". Cosa que en 1924, en "La pérdida de la realidad en las neurosis y psicosis" desmentirá como específico de las psicosis al afirmar en la pág. 2745 que "toda neurosis perturba en algún modo la relación del enfermo con la realidad". Volvamos a "Observaciones sobre las neuropsicosis de defensa ", 1894. Afirma Freud allí que hay "tres formas de defensa" a las que corresponden "tres formas de enfermedad". Hablará incluso de "psicosis de defensa". Estos términos siguen siendo básicamente los mismos que los de la Correspondencia con Fliess: defensa o represión frente a una representación intolerable, a lo que agrega el enlace desligamiento de la representación con la realidad. En líneas generales mantiene una unidad, una continuidad, entre histeria, neurosis obsesiva y psicosis alucinatoria sobre la base de pensar que la piedra angular de las mismas es la defensa frente a una representación intolerable. Dos años más tarde, en 1896, escribe Nuevas aportaciones sobre las neuropsicosis de defensa , trabajo al que consideramos, respecto de la

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paranoia, como el paradigma anterior al de su comentario sobre las Memorias de Schreber. Lo consideramos fundamental para explorar esto desde una perspectiva nueva, ya que si no todos, la mayoría de los investigadores anteriores se centra en la afirmación, lugar común de la literatura analítica actual, de que Freud consideraba su método como no apto para ser aplicado a las psicosis. Esto desde los más antiguos hasta los más modernos, desde los freudianos a los lacaneanos. Conclusión a la que llegan sin analizar a fondo por qué, las razones y los efectos del salto dado como consecuencia de lo que queda velado a medias en “Nuevas observaciones sobre las neuropsicosis de defensa ” donde Freud propuso una teoría y una terapéutica que se derrumbaron. También nos servirá como ejemplo de las virtudes y defectos de los historiales freudianos. Las vicisitudes teóricas y clínicas se pueden seguir minuciosamente en los avatares de las notas, los agregados, los cambios, las diferencias entre las distintas versiones y traducciones del artículo. En "Nuevas Observaciones sobre las neuropsicosis de defensa " retoma de su artículo anterior, pág. 286, que las " 'neuropsicosis de defensa', la histeria, las representaciones obsesivas y algunos casos de psicosis alucinatoria aguda (akuter halluzinatorischer Zwangsvorstellungen)", "... son un producto del mecanismo psíquico de la defensa (inconsciente), surgiendo, por tanto, a consecuencia de la tentativa de reprimir una representación intolerable, penosamente opuesta al yo del enfermo". Agrega que "Los resultados obtenidos en estos dos últimos años de trabajo han robustecido mi inclinación a considerar a la defensa Abwehr como el nódulo del mecanismo psíquico de las mencionadas neurosis...". Vuelve a calificar a la paranoia como una neurosis de defensa surgida de, pág. 293, "... la represión de recuerdos penosos y siendo determinada la forma de sus síntomas por el contenido de lo reprimido. Peculiar a la paranoia sería un mecanismo especial de la represión...". Refiriéndose a su caso expresa: "... la bondad del Dr Breuer me permitió someter al psicoanálisis, con un fin terapéutico, el caso de una mujer de 32 años, muy inteligente, cuya enfermedad había de diagnosticarse de paranoia crónica”. En la pág. 393 dice apresurarse a comunicar los datos adquiridos en este análisis para intentar que estas observaciones muevan a algún psiquiatra a incorporar "el factor de la defensa" a la "actualmente muy viva discusión sobre la naturaleza y mecanismo psíquico de la paranoia". Expone entonces su chronischer Paranoia. diagnóstico por el de corrección diagnóstica

"Análisis de un caso de paranoia crónica", En 1924 agregará una nota donde corrige su Dementia paranoides (casualmente la misma que efectúa, también a posteriori, respecto de

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Schreber, cosa importante cuando analicemos ambos cursos clínicos). Pero he aquí que sucede algo que merece un trabajo en detalle. En la edición de 1968 de la Editorial Biblioteca Nueva, traducción de López Ballesteros, Tomo I, en el punto III de este artículo hay sólo una nota, la que citamos unas líneas arriba, en la que Freud cambia el diagnóstico del caso. En la edición de la misma editorial pero de 1973, en la página 293 justo luego de esa nota, quien está a cargo de la edición, el Dr. Jacobo Numhauser Tognola agrega: "Sin embargo en nota B, página 296, Freud la diagnostica de 'Dementia praecox'". Pero en esa edición, dicha página no contiene ningúna nota B.! En la edición alemana de las Gesammelte Werke hay sólo dos notas, una la ya mencionada y otra, en la página 398 que agrega (sin datar por lo que hay que suponer que fue agregada entre 1922 y 1924 o a posteriori): "Als späterhn eine Exazerbation die ohnehin spärlichen Erfolge der Behandlung aufhob, sah sie die anstóßigen Bilder fremder Genitalien nicht wieder, sondern hatte die Idee, die Fremden sähen ihre Genitalien, sobald sie sich hinter ihr befänden." "Cuando más tarde una exacerbación canceló (aufhob) el hasta allí mezquino resultado de la cura, no volvió a ver las chocantes imágenes de genitales ajenos sino que tuvo la idea de que los extraños veían sus genitales tan pronto se encontraban detrás de ella." En la edición castellana de Amorrortu, Tomo III, pág. 180, Strachey dice: 'El siguiente agregado aparece, con fecha de 1922, en la edición inglesa de 1924 (cf. supra, pág. 160). No se incluyó en ningúna de las ediciones en alemán y no se ha encontrado ningún manuscrito en alemán correspondiente 1 .' Y agrega la siguiente nota (inexistente sabemos ya, en todas las ediciones en alemán y en la versión de Lopez Ballesteros, al menos en la de 1968, y faltante, por un error (aparentemente atribuible a la composición gráfica, en la de 1973): "El relato fragmentario de este análisis que damos en el texto fue escrito mientras la paciente aún se hallaba en tratamiento. Al poco tiempo su dolencia se agravó tanto que éste debió ser interrumpido. La enferma fue internada en una institución, donde tuvo un período de graves alucinaciones, con todos los signos de la dementia praecox (Un comentario de los editores de la versión inglesa de 1924 aclara que la primitiva nota del original alemán correspondía a este período) Sin embargo, contrariando todas las expectativas se recuperó y pudo retornar a su hogar, tuvo otro hijo perfectamente sano y durante un largo plazo (12 a 15 años) fue capaz de cumplir con sus obligaciones de manera satisfactoria. Se afirma que el único signo persistente de su anterior psicosis consistía en la evitación de la compañía de todos sus parientes, ya fueran de su propia familia o de la de su marido. Al término de este lapso, afectada por cambios muy adversos en sus circunstancias 1

Hemos agregado nosotros la negrita y el subrayado. A.O.

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de vida, enfermó nuevamente. Su marido había quedado incapacitado para el trabajo y los parientes a los que había evitado se vieron obligados a acudir en sostén de la familia. La paciente fue otra vez internada en un establecimiento y allí murió poco más tarde, a raíz de una neumonía de rápido desenlace". De acuerdo a los criterios de Kraepelin, fundados en el curso clínico del caso, casí calcado del de Schreber, este caso es clasíficado como una dementia paranoides. Entonces tenemos que esta nota, agregada sólo en algunas ediciones, al menos casí treinta años más tarde, aclara que el tratamiento que pretendía curar la paranoia, partiendo de la hipótesis de que ésta se fundaba en la defensa o la represión de ciertos recuerdos intolerables, había terminado en un completo y rotundo fracaso! Las vicisitudes de las notas, las ediciones y las traducciones nos parecen que hacen al problema en juego sirviendo para la determinación tanto de las modalidades del forjamiento de un objeto singular como de la historia del mismo. Encontraremos aquí ciertos elementos en común con la transmisión/ construcción del llamado caso Anna O. (Bertha Pappenheim), en el seno del campo analítico. Tanto la construcción del caso en sí como la construcción de su historia, efectuada a través de artículos, comentarios, seminarios y libros escritos por Freud, Jones, Lacan, Safouan y otros. Jung en su libro “Psicología de la demencia precoz”, en la pág. 29, en el cap. 1 “Estudio crítico de opiniones teóricas sobre la psicología de la demencia precoz”, dice: “En 1896 Freud analizó una enfermedad paranoica, una de las formas paranoides de la demencia precoz según Kraepelin, y demostró como sus síntomas están determinados exactamente de acuerdo con el esquema de los mecanismos de transformación de la histeria. Freud dijo que también la paranoia o grupos de enfermedades pertenecientes a la paranoia son una neuropsicosis de defensa, es decir surgen, al igual que la histeria y las ideas obsesivas, de la represión de recuerdos penosos y sus síntomas son determinados por el contenido de la represión. En vista del significado de gran alcance de una hipótesis tal, vale la pena profundizar más este análisis clásico de Freud”. Y cita el caso para concluir: “Aquí Freud abre un camino para la comprensión del tono emocional inadecuado en la demencia precoz”. A nuestro entender la consideración de si tal hipótesis abre o no un camino sólo puede partir del registro, anotación, inscripción, reconocimiento abierto y público del fracaso rotundo en que terminó el tratamiento y sus razones. Sólo partiendo de allí habría posibilidad de considerar el movimiento siguiente respecto de las psicosis. Hacia el final de este trabajo de 1906, Jung marca sus diferencias con Freud, las que mantendrá hasta el final (y de las que Freud se ocupará

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particularmente en "Introducción al narcisismo") afirmando: “debemos suponer que la disposición para el origen de la demencia precoz es muy diferente de la de la histeria. Si se me permite una conjetura sólo hipotética, se podría desarrollar el siguiente pensamiento: el complejo histerogénico produce síntomas reparables, mientras que el afecto de la demencia precoz favorece la aparición de anomalías en el metabolismo (¿toxinas?) que dañan el cerebro en una forma más o menos irreparable.” Más adelante citaremos el lugar donde Bleuler se revela como la fuente de inspiración de este comentario de Jung. De cualquier modo, es al calor del encuentro con Jung que ubicamos una segunda etapa en la producción de Freud respecto de las psicosis. Es entonces cuando aparece, y en esto hay acuerdo general entre freudianos y lacaneanos de que se trata de su obra cumbre sobre la cuestión, "Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente (Schreber)". Esto, que podríamos tomar como el modo paradigmático que tiene Freud de presentar las cuestiones clínicas, y también doctrinales, en medio del intercambio transferencial, nos parece que muestra, en el sentido de Wittgenstein, el quid del asunto. Lo cual se va a repetir a lo largo de la obra de Freud, lo que nos permite establecerlo como un rasgo estructural de la particular modalidad del saber del campo analítico. No hay allí saber por fuera de la transferencia. No es posible desconectar una cosa de otra, salvo al precio de perder a ambos. Pero cierta presentación de la clínica analítica bajo la modalidad ‘científicomédica’ borra dicha articulación. Lo cual hace que para nuestro trabajo sea imprescindible volver a reconstruirla. Al mismo tiempo ese saber transferencial supone un lazo al Otro y al otro, es decir, pone en juego siempre un sujeto en el marco del lazo social. Por eso aparece completamente descaminada y opuesta a nuestra perspectiva la Introducción de J. M. Masson a la nueva edición y versión de la Correspondencia cuando dice: “Es poco esclarecedor interpretar, como hacen muchos, la intensidad de esta simpatía Zuwendung, como un fenómeno de transferencia…” Pero a esta tontera agrega algo verdadero: “Cada relación de amor –y esta lo fue, sin duda- contiene un misterio que desafía al análisis”. Por un lado afirma que ‘a esta simpatía’ no hay que tomarla como una relación transferencial” pero al mismo tiempo afirma que fue una relación de amor. Habrá que poner a prueba si esta relación de amor contiene o no los elementos que hacen a la especificidad del amor transferencial. Al comienzo Freud aún se encuentra escribiendo sobre “la anatomía del cerebro” como le anuncia a Fließ. Al mismo tiempo tiene “la esperanza de

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un trato asiduo y lleno de simpatías entre nosotros en el futuro”. En el tono de Fließ nota algo que interroga: “Sigo sin saber con qué he podido ganarlo a usted; el poquitito de anatomía cerebral especulativa no alcanzó sin duda para impresionar su juicio severo. Pero me complace mucho”. “Los dos trabajos, anatomía cerebral e interés por la histeria crecen juntos”. Recién cuatro años después de comenzar el intercambio, el trato pasa a ser de amigos. Un encuentro en 1890, en Salsburgo, lleva a Freud a enviarle a Fließ un cuaderno del trabajo sobre Afasias diciéndole: “Siento mucha curiosidad por saber lo que dirá usted sobre esta producción. A consecuencia de su relación privilegiada con el autor, algo de ello le parecerá ya sabido.” Espera con curiosidad su comentario pero el otro, aún, sigue siendo “usted”. En la carta 13, del 28/06/1892 aparece por primera vez el tuteo. Freud escribe luego del encuentro en ocasión del compromiso matrimonial de Fließ: “Afloró en mi la idea tranquilizadora: él ahora está cuidado y en buenas manos. Esta seguridad fue por cierto decisiva para mi intercambio epistolar contigo. No has de entenderla mal.” Coincide con el momento en que Breuer acepta escribir y publicar con Freud sobre la histeria y la teoría de la abreacción que terminará con la publicación en 1896 de “Estudios sobre la histeria”. El punto culminante de este ciclo podríamos ubicarlo en la carta 113, del 17/12/1896 (es la carta posterior a la 112, a la que Jacques Lacan volvió famosa como “la Carta 52”, donde Freud efectúa otra síntesis, otro Entwurf , donde sintetiza sus ideas respecto a la ‘psicología’. “Mit der Aufnahme meiner Phantasíen bin ich aber sehr zufrieden. Pero con respecto a la recepción de mis fantasías estoy muy satisfecho. Ich weiß, Du gibst ihnen den richtigen Platz, verfolgst diese Gesichtspunkte weiter und hälst mich weder für einen Narren, der sich darum der Beobachtung und Korrektur überhoben glaubte. Yo sé que les das su justo lugar, persigues más allá estos puntos de vista y no me tomas por un loco que cree poder pasar de la observación y las correcciones… unter uns … Meine innere Freude beim Einfall bezog sich offenbar nicht auf latente Beweise, sondern auf den Fund eines gemeinsamen Bodens der Arbeit zwischen uns. Hoffentlich kommt es soweit, daß wir auf ihm gemeinsam Endgiltiges aufführen und dabei unsere Beiträge bis zur Eigentumsverkennung vereinigen. Tatsachen sammeln kann ich ja nur auf psychischen Gebiet wie Du auf organologischen, das Zwischengebiet wird mit einer Hypothese besetzt werden müssen. Mi alegría interior con la asociación beim Einfall no se refiere a pruebas latentes sino al hallazgo, al

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descubrimiento, auf den Fund, de un cuerpo común de trabajo entre nosotros. Es de esperar que nosotros a partir de él construyamos cosas comunes definitivas y con ello unamos nuestros aportes hasta hacer irreconocible lo propio, la propiedad de cada cual!. Hechos que yo sólo puedo coleccionar del campo psíquico como tú del organológico, el terreno intermedio debería ser ocupado por medio de hipótesis.” Entendemos que ésta es la cuestión fundamental de la Correspondencia Freud Fließ, de la relación transferencial analítica y de la paranoia. Es al examen detallado de la historia de la construcción y disolución de ese cuerpo común a lo que nos dedicaremos en esta Tesis. Freud afirma en la carta 113: “A pesar de las inexactitudes y lagunas por mi conocidas en la superestructura y la escasa consistencia de la base no quiero dejar de enviarte esta elaboración. En primer lugar no eres ningún Breuer al que no se le puede mostrar nada inacabado. En segundo lugar es posible que hagas algo con esto y tercero… pero todavía ningún sector está acabado, me ocurre como si me faltara aún un fragmento esencial ‘en alguna parte’ ”. … “Binswanger acaba de publicar un grueso manual sobre la neurastenia en el que la teoría sexual, es decir ¡mi nombre, no aparece ni una vez! He de tomarme fría venganza tan pronto aprenda a interpretar la neurastenia sobre la base de nuestras teorías que espero pronto se fusionarán mezclarán verschmolzenen”. Esa fusión entremezclamiento de uno en otro al mismo tiempo va acompañado del anhelo (carta 172 del 30/07/1898) de “que cada uno dé lo que cada uno tiene sin consideración por el otro”. “Denn jeder soll geben, was er hat, ohne Rücksicht auf den Anderen.” Sin consideración ni obligación, ni entendimiento, ni comprensión del otro. Carta 127. 16/05/1897. “Espero que ahora seas tú de nuevo por largo tiempo el viejo y además dejes que abuse de ti como un público benévolo wohlgeneigtes Publikum. Porque en verdad yo no puedo trabajar sin un tal público … me apura iniciar la elaboración del sueño, donde me siento tan seguro y a lo cual además estoy autorizado por tu juicio.” Inicio de la elaboración de la Traumdeutung, con la autorización, buena disposición, del que está en el lugar de Otro de sí. A este punto de partida tendremos que tensarlo con el punto de llegada en el momento del desgarro transferencial: ‘el interpretador de sueños sólo lee en el otro sus propios pensamientos’. Carta 130. 18/06/1897. “Necesito un nuevo impulso de vos, pasado un tiempo se me va. Nurnberg me puso en marcha por dos meses”. Carta 131. 22/06/1897. La división del trabajo. “Nos repartimos como los dos mendigos, uno de los cuales recibió la provincia de Posen, tú lo

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biológico yo lo psíquico. Tengo que confesar que en el último tiempo he inciado una recopilación de historias judías de sentido muy profundo”. Comienzo del Witz “El Chiste y su relación con el inconsciente” (La segunda de las tres obras basales de Freud (Traumdeutung, Witz y Psychopathologie des Alttagslebens”. Carta 132, 07/07/1897. Primero se autocalifica de “Korrespondent” inútil, no puede corresponder nada. “Lo que ha sucedido en mí todavía no lo sé del todo, algo desde las más hondas profundidades de mi propia neurosis se ha opuesto a un progreso en la comprensión de la neurosis y vos estabas mezclado de algún modo con esto. Luego la parálisis para escribir me parece representar un modo de inhibir nuestras relaciones Verkehr. … se trata de afectos extremadamente obscuros. ¿No sucederá con vos un caso semejante?” ¿Se observará lo casí calcado de la pregunta de Schreber a Flechsig en la Carta Abierta al Consejero Privado? ¿Se entiende que se trata de un reconocimiento de los signos del establecimiento de la relación transferencial? En ese marco: “El esclarecimiento del sueño me parece lo más consolidado, en derredor yacen enigmas gigantescos, imperturbables. Lo organológico te espera a ti, conmigo no ha hecho ningún progreso”. La división del cuerpo fusionado se mantiene. En la carta siguiente, la 133, del 20/07/1897, le dirá: “¡Has conseguido resolver el lado exacto del objeto, introducir matemática y astronomía en la biología!”. En la 139, del 21/09/1897, Freud manifiesta: “Y ahora deseo confiarte sin dilaciones el gran secreto que se me ha puesto en claro lentamente en los últimos meses. No creo más en mi neurótica. … Ahora quiero comenzar históricamente por donde procede mi Unglauben mi increencia…” Y viene la cuestión del papel de las fantasías y lo real del padre en las diversas afecciones. … Momento de duda e increencia pero “¿y si estas dudas no fueran sino un momento en el progreso hacia un conocimiento más amplio?” Hay un cierto asombro en Freud de que la Unglauben y las dudas no lo hayan hundido en las más obscuras profundidades. Cuenta para esto con los lentos progresos, todas sus esperanzas teóricas y especialmente con otro factor fortísimo: “¿Podrás desembarazarte por un día para un idilio de a dos, interrumpido por uno de tres o tres y medio?” Ese “idilio de a dos” es su sostén en el preciso momento en que “… podría sentirme muy insatisfecho” por la caída de uno de sus pilares teóricos: la creencia en la teoría de la seducción en la realidad del padre en la causación de la Neurótica. Entonces volviéndose sobre sí se dice un chiste a propósito de esta situación: “Rebekka quítate el vestido, has dejado de ser una novia” (El cuento completo sería: “Du warst einmal eine stolze Braut, aber du hast

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Pech gehabt, die Heirat ist abgeblasen – zieht dein Brautkleid aus! ” “Vos una vez fuiste una orgullosa novia pero tuviste un fracaso y el casamiento se perdió, Rebekka ¡quítate el vestido de novia!). Rebekka / Freud ha perdido el vestido de la teoría de la seducción pero aún se sostiene en la medida que restan las vestiduras del idilio a dos con Fließ. Solo que “resta una angustia. ¿Qué comprendo yo de tus cosas?” O sea, ¿con qué correspondo desde mi lugar? “incapaz de apreciarlas … apenas conseguiré entenderlas … y la duda que se genera (como mi propia duda en mis cosas) no es sino el resultado de una insuficiencia del entendimiento.” Por el contrario “Tu situación es mejor porque puedes abarcar todo lo que yo aporto y pronunciar sobre ello una palabra autorizada” Así es como caracteriza Freud la asímetría de la Co-rrespondencia entre ambos. En ese cuerpo común no entiende, no alcanza a entender, a comprender, a captar, lo del otro allí, mientras que hay la suposición que el otro sabe, entiende, abarca todo. Sigue su análisis, por el camino de los sueños. ¿Quienes han sido sus “causantes”?. A propósito del padre real “en mí el viejo no desempeña ningún papel activo”. Solo la empleada y la madre. Dice que es lo más valioso que tiene en ese momento. Por ese camino encuentra que: “También en mí he hallado el enamoramiento de la madre y los celos hacia el padre y ahora lo considero un suceso universal de la niñez temprana…” el poder cautivador de Edipo rey”. “Fugazmente se me ha pasado por la cabeza que lo mismo podría estar también en el fundamento de Hamlet…” A la generalización del Edipo le sigue la particularización de la asímetria del cuerpo fusionado: “En tus trabajos y progresos lamentablemente tengo muy poca participación. En un aspecto estoy mejor que tú a causa de ello. Lo que te refiero del polo-alma de este mundo, encuentra en ti un crítico que comprende todo, y lo que vos comunicas del polo-astros despierta en mí un asombro infructuoso.” En la carta 145 insiste sobre Edipo: “Sobre mi interpretación del Rey Edipo y Hamlet no me has escrito nada en absoluto. Como no le cuento sobre esto a nadie más … querría tener de ti una breve manifestación”. En la 146: “Mi autoanálisis sigue interrumpido. He visto por qué. Ich kann mich nur selbstanalysieren mit den objektiv gewonnenen Kenntnissen (wie ein Fremder), eigentliche Selbstanalyse ist unmögliche. Yo sólo puedo auto analizarme con conocimiento objetivo (como un extraño) propiamente autoanalizarse es imposible”. En la 147: “Que sean más frecuentes esas cartas tan unilaterales … Así

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haces lo que yo hice siempre, escribir lo que te ocupa y dejar de lado aquello a lo que no puedas reaccionar. Nuestras charlas solían ser parecidas; cada uno por turno empezaba a hablar de lo que tenía para decir y no se sentía obligado a dar respuesta alguna a lo oído…” Hablar sin obligación hacia el otro, escuchar sin obligarse hacia el otro. Emisión y recepción sin Zwang, obligación hacia nadie. Todo esto no será sino una introducción al decisivo encuentro en Breslau. Mientras Freud habla sobre el futuro encuentro en Breslau, anota “he albergado durante un mes en mi cabeza las cosas más chifladas y por añadidura no hablo con ningún hombre juicioso.” Sigue la repartición, Carta 151. “Si ahora existen dos personas, una de las cuáles puede decir qué es la vida [Fliess] , y la otra (aproximadamente) qué es el alma [Freud], y las dos además mantienen cordialísimas relaciones, no es sino justo que ambas se vean y hablen más a menudo.” En este contexto se produce el decisivo encuentro en Breslau. Allí Fließ le comunica a Freud por primera vez sus ideas sobre bisexualidad y bilateralidad y la relación que establecía entre ambas. Punto de máximo encuentro y al mismo tiempo comienzo del distanciamiento. El profundo impacto sobre Freud se puede medir en las poderosas reacciones que le provoca, y la particular modalidad de las mismas. Primera reacción: se mantiene a distancia de la cosa. Como si no le incumbiese. Inmediatamente olvido total de los dichos y las circunstancias. Luego tiempo de latencia. Luego reaparición constituyendo lo más propio de sí. Virulenta reacción del otro. Recien en ese momento, y luego de todo un trabajo analítico, emergen en Freud, súbitamente, todas las circunstancias olvidadas: ejemplo consignado en la Psicopatologia de la vida cotidiana. Para aportar otros aspectos al cuadro de la modalidad de relación entre Freud y Fließ podríamos tomar la carta 153 del 04/01/1898 donde Freud informa: “Hoy te envío el numero 2 de los informes apekkológicos, una revista muy interesante editada por mí para un único lector…”. Su escritura tiene un único interlocutor, un único lector, un único Publikum. Respecto del encuentro en Breslau al final de la 152 Freud concluye: “… es la primera vez desde hace mucho tiempo en que los vislumbres e inclinaciones de los dos no van por el mismo camino.” Ya no se trata de que cada uno se ocupa de diferentes aspectos dentro del mismo campo sino que las orientaciones empiezan a ser distintas. En la 153 Freud le envia el 2do número de la revista que edita para ‘su

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único Publikum’, precisa: “me ha cautivado formalmente la insistencia en la bisexualidad… Si tuviera aversión por razones personales… me revuelvo sólo contra la compenetración de bisexualidad y bilateralidad que tú pides. Al comienzo no tomé posición alguna ante esta idea por lo alejado que aún me sentía del tema.” Después agrega que si no hubiera estado tan aturdido habría podido dar forma a la duda sentida como una objeción… de cualquier modo las cosas podrían ser de otro modo y la aversión que hasta ahora tengo hacia tú concepción de la zurdera puede descansar en motivos inconscientes”. En la carta siguiente aclarará que una observación de Fließ “ha modificado mucho mi actitud con respecto a la cuestión en disputa”. En 161 “Tampoco a la bisexualidad la subestimo en modo alguno, espero de ella toda ulterior iluminación … Sólo que ahora estoy lejos de ella…” En 162 “….esperarás que hoy te escriba sobre tu juicio acerca de mi manuscrito sobre los sueños… Tu impresión de que el autor se hace el trabajo demasíado fácil… No debes rehusarme los deberes del primer Publikum y el obersten Richters crítico supremo…” En 163: “Tras cada uno de nuestros congresos tuve durante semanas nuevas fuerzas … At odd hours sigo escribiendo el libro de los sueños… Agrega en 167, el 18/05/1898: “Estoy tan infinitamente complacido que tu me regales un Anderen, un Otro, un crítico y un lector y aún uno de tu cualidad. Completamente sin público yo no puedo escribir pero puede conformarme completamente el hecho de que yo escriba sólo para Ti.” Único interlocutor, único lector, único Publikum. En 171, 07/07/1898 al terminar un esbozo del Capítulo 7 de la Traumdeutung le dice: “Aquí está ella. Me costó mucho decidirme a largarla de la mano. No la estorbará la intimidad personal pertenece a nuestra recíproca sinceridad intelectual”. Es decir, ese cuerpo común, constituido a la luz de una exigencia de completa y recíproca sinceridad. En 172, 30/07/1898, seguirá haciendo precisiones: “No te abstengas de escribirme sobre las elipses aunque yo pase justamente por un tramo tan irracional de las mías. Luego cada uno debe dar lo que tiene, sin consideración por el otro. Yo también hago esto; la falta de obligación en la que uno se siente constituye el principal estímulo de la Correspondencia. Me gustaría darte lo que Tú no tienes, la cabeza libre, den freien Kopf … Lo inacabado de tus descubrimientos no me molesta en nada (recordar su opinion respecto a la diferencia que sentía entre la recepción de Fließ y la de Breuer) sabes que no pienso, recibo, disfruto, me asombro y me formo expectativas.” Evocación de una ideal recepción en blanco, la cual constituiría, tal vez, otra modalidad de una frase del Candide que Freud había hecho que Martha bordara para su consultorio: travailler sans raisonner, devenida, recepcionar sin pensar, escuchar sin pensar. Conseguir, si fuese esto posible, que la palabra logre anticipar al pensar.

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En 175 26/08/1898, agregará: “… para un próximo congreso … debes hacer el primer intento de enseñar la nueva ciencia concatenadamente a uno que –pero en serio- ‘es por entero ignorante y lo ha olvidado todo’ ”. Se evoca la figura de un otro receptor en blanco respecto de lo que se cuenta, supuestamente se le ha olvidado todo, se le ha borrado todo, respondiendo a la exigencia ideal de evaporación de todo saber. En 176, 31/08/1898 da cuenta del estado de situación: “Mi trabajo se presenta muy desvalorizado, la desorientación es completa, el tiempo, que otra vez ha pasado un año entero sin progreso asíble en principios… Para colmo es el trabajo a cuyo logro he confiado existencia”.

me del los mi

De cualquier modo las diferencias se hacen notar en 177, 22/08/1898: “… de ningún modo soy de una opinión distinta de la tuya, no me inclino a mantener flotante lo psicológico sin base orgánica [respuesta a un reproche] … ¿por qué no me converge? no tengo la menor idea”. No es que su posición sea efecto de una opinión distinta sino de la modalidad de presentación de las cosas. Sigue su trabajo sobre el olvido de nombres propios, el ejemplo de Signorelli culmina con un “Sólo que ¿a / para quién podré hacerlo creíble?” En 188, 03/01/1899 “Vivo contrariado y en la obscuridad hasta que llegas; me insulto, enciendo mi oscilante antorcha en la tuya calma, me siento de nuevo bien y tras tu partida recibo otra vez ojos para ver y lo que veo es bello y bueno…” En 190, 30/01/1899 “… Yo te necesito como Publikum… Solo anticipo qué dirás sobre las notas que deberían darte una mejor visión que nunca antes…” Decisión de escribir la Traumdeutung. Se dice que tiene que estar lista en dos meses. Esa decisión también tiene que ver con Fliess como lo aclara en 200: “…me pregunto si tú me has aconsejado realmente bien, si mas bien no te debo maldecir a causa de ello (por “la desdicha de leer y extractar la bibliografía del sueño…”). ¿Cómo se propone el trabajo? 194, 19/03/1899: “En mi trabajo todo arrecia entremezclado pero no busco nada nuevo hasta el intercambio con vos…”. En 195: “Si en estos días reuniré todavía la fuerza para ordenar el material a tí destinado o si tendrás que conformarte otra vez con jirones … Pero sin duda me confirmarás que desde el otoño empieza a haber luz en mi obscuridad… Sin duda entonces tú me ensanchas la visión para que yo pueda concebir de nuevo algo de Cielo y Tierra fuera de lo anímico. Me es

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muy preciso.” En 207, 22/07/1899, encontramos diseñado el programa de Freud a propósito de la escritura de la Traumdeutung: “Como quiera que sea quedará terminada una parte del primer tercio de la gran tarea de introducir en la ciencia las neurosis y las psicosis mediante la teoría de la represión y el cumplimiento de deseos.” Tal vez en contraposición con lo que Freud evoca del programa Fliess: “Aunque no estoy completamente de acuerdo con tu programa, y preferiría aprender antes la geometría de tu álgebra”. En 208, 01/08/1899. “Tu vivo interés por el trabajo (Traumdeutung) me complace no puedo decir cuanto”. “Mientras más distancia tomo del trabajo de este año, tanto más satisfecho quedo con él. ¡Sólo la bisexualidad! Con ella sin duda tienes tú razón. Acostumbro a representarme cada acto sexual como un proceso entre cuatro individuos. Sobre esto habrá mucho que hablar.” Hete aquí entonces que ¡ahora se trata sólo de la bisexualidad! Esa a la que, cuando por primera vez le vino del otro, había sentido tan lejos, le había resultado tan ajena. Nachträglich, a posteriori, eso empezará a abrirse paso en él de un modo tan particular que llegará a constituir lo propio de sí. Algo similar ocurrirá muchas veces, tal vez respecto de las cuestiones decisivas. Por ejemplo pasará con la pulsión de muerte, Todestriebe, de Sabina Spielrein. En la 209, 06/09/1899 encontraremos la representación que Freud se hace del análisis a propósito de la Traumdeutung: “… una escondida senda de leñadores por la que guío al lector –mi sueño ejemplar con sus particularidades, detalles, indiscreciones, malos chistes, y luego, de repente, súbitamente la elevación, la altura y el panorama y la pregunta: Por favor, ahora por dónde desean ir ustedes?” Al mismo tiempo dice de cómo se siente situado respecto al trabajo de Fliess: “Deine Arbeit hat sich für mich eingepuppt…” “Tú trabajo se ha encapsulado para mí…”. En la 212, en el momento que le pide ayuda para la corrección, suelta un “Si alguien pudiese decirme el verdadero valor de la historia…” 213: anuncio de la terminación de la Traumdeutung. “Si es por gustos, a mi no me gusta”… “Que el soñante sea demasíado chistoso, es seguramente cierto pero eso no me concierne, no me envuelve en un reproche.” “La apariencia chistosa de todos los procesos inconscientes está tramada íntimamente con la teoría del chiste y lo cómico” Carta 215, 21/09/1899. Otros detalles de la relación: “siempre hemos sido

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honrados uno hacia el otro como para que debamos fingir algo entre nosotros … lamento además que deba arruinarme al más querido y el mejor lector a través de la comunicación de las correcciones porque ¿cómo se puede gustar de algo si se está obligado a leer como corrector? Pero yo no puedo prescindir de ti, el representante des ‘Anderen’, del Otro…”. Además de único Publikum tiene que cargar con la tarea del corrector. Carta 216 27/09/1899 “… no me resulta desagradable tener a alguien que, a pesar de todo, donde cabe, tiene una palabra de alabanza … También te agradezco esto particularmente” A pesar de que en la carta anterior le “… parece la acrecentada vivacidad de nuestra correspondencia” que compensaría incluso la cancelación de uno de los ‘Congresos’ planeados, registra un cambio: “Desde que has dejado de escribir acerca de tus descubrimientos, echo de menos algo en tus cartas.” Freud sumergido completamente en su Traumdeutung, por el otro repetía monocorde que no entendía nada de lo que el otro le decía. En 217 del 04/10/1899 se nota el tenor de la respuesta de Fliess: “… hasta entonces [hasta el momento en que en la correspondencia le contaba de sus descubrimientos] solías darme a entender todo lo que sin embargo, deparaba grandes dificultades a mi entendimiento. Tú escribes sólo sobre cosas grandes, muy grandes, a cuyo rango empero ya estoy preparado, con las que mantendré una relación personal … aunque no pueda ser, como tú eres, padrino del sueño, sino que sólo desde lejos … En definitiva tu triunfo será un poco el mío, pues mi juicio se ha plegado a ti y a tus trabajos, tú sabes que en esa época no muchos otros lo hicieron.” “A la dolorosa sensación de dar-de-si lo que sólo era de uno, tú la describes certeramente.” “… no he soltado una propiedad sobre ideas sino sobre sentimientos propios…” En 218: “No debes arrepentirte de haber vuelto a hablar de tu trabajo en esta oportunidad” En 221, 27/10/1899 “Gracias por las amistosas palabras con las que has respondido al envío del libro de los sueños”. La Traumdeutung ha sido editada. “Ahora para los otros cinco libros que tengo por delante nos deberemos dejar tiempo”. Para lo cual además de todo lo necesario será preciso “un poderoso empujón de un lugar amigo’. En 223 hay una mención a “Tu silencio me resultaba enigmático.” En 224: “Entonces yo tenía razón cuando tu silencio me parecía llamativo y siniestro unheimlich … Creí que algo del libro de los sueños pudo repelerte, abgestoßen, demasíado. Siempre que se trate de cosas que quieras mantener en secreto ante tu familia aquí y en círculos más

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amplios, no tienes más que indicarlo con una palabra –como esta vez…” En 226, a raíz de la publicación de la Traumdeutung, lo que le viene de los otros, nada o “Sehr interessant!” “Muy interesante!” Ya sabemos que es la expresión de la señora que recorriendo el museo, que no la roza para nada, profiere a través de sus impertinentes el Sehr interessant! Dice que el Dr Gomperz junior “aprende conmigo en horas de la noche el método de la interpretación de los sueños” “¿Gano con él un alumno? Sería de mejor calidad que los anteriores. [Dr. Gattel]” En 227 agregará: “Mi filósofo Harry Gomperz es muy divertido. Presuntamente no cree nada, pero descubre toda clase de cosas bellas e ingeniosas y se abre poco a poco.” Sin embargo agrega que “Parece que interpretar sueños es para otros más difícil de lo que yo suponía”. En 228, a raíz de un comentario de Fließ (que tiene un puñado de lectores en Berlín) agrega: “Lectores también tengo, sin duda para Anhöngersschaft seguidores el tiempo no está maduro.” El Dr. Harry Gomperz (al que por un instante Freud imaginó como un discípulo de más calidad que el anterior, el Dr. Gattel, al que Freud según él mismo dice, le tendrá que decir que no puede publicar como “propio” algo que se propone publicar) dijo “… admiré siempre la originalidad creadora y la agudeza psicológica de Freud pero sin llegar a convencerme del fundamento de todas sus opiniones … El experimento resultó un completo fracaso… después supe que Freud contó a un discípulo que había conocido sólo a dos hombres cuyos sueños no pudo analizar y uno de ellos era yo”. Publicado en “La importancia de Freud para las ciencias del espíritu”. Nada menos. En la 232, como si supiera anticipadamente esto Freud dice “No cuento con Anerkennung, reconocimiento, al menos en vida”. En medio del intercambio aparece esta incursión en relación al reconocimiento, discípulos, alumnos, Publikum. Donde, enmarañada, siempre aparecerá la referencia al Gattel, al ladrón, que a su vez encierra en su seno la hiancia Gatte, pareja, consorte, socious. En 234: “…supongo que tú … encuentras poco tiempo para escribir…” En 235 “… yo no soy ni un hombre de ciencia, ni un observador, ni un experimentador ni un pensador … A gente así [como Freud] se la suele estimar sólo cuando ha tenido éxito, cuando ha descubierto realmente algo, pero de lo contrario se la arroja a un lado… Ahora bien, en el presente me ha abandonado la suerte, ya no descubro nada que valga.” Respecto a algo escrito por Fließ “… en el ignorante [Freud] se elevan toda clase de preguntas para ser comunicadas en un congreso ideal… Supongo que también habría tenido muy otra participación en tu trabajo si viviera

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en Berlín. Así nosotros nos hacemos extraños ajenos lejanos uno del otro de lo que nos es más propio” Luego de haber logrado conformar ese cuerpo común, ese campo común, sobreviene este último tiempo, especialmente a partir de la publicación de la Traumdeutung, donde ambas partes se han ido haciendo cada vez más ajenos uno del otro, Emfrenden. En 236 Freud protesta: “En modo alguno me rehúso a aprender de ti la parte de terapia nasal… “ En 239 “ … me figuro que tú como yo no ves con buenos ojos el cierre de nuestro intercambio epistolar y el cese de nuestros encuentros…” Lo dice en el momento en que reconoce “… estoy segregado del trato con seres humanos…” Con su único público sigue dando vueltas alrededor de la criatura engendrada, la Traumdeutung. Freud afirma en 240 “Que tu interés por la criatura de los sueños permanece irreductible … Porque tras variadas fluctuaciones de juicio he parado en estarte muy agradecido por tu patronazgo y en tenerlo por bueno y leal.” Luego “No hubo otro semestre en el que anhelara tan de contiguo ni tan íntimamente convivir contigo y con los tuyos como en éste que ha transcurrido”. “Si estuviera contigo intentaría aprehenderlo todo conscientemente y exponerlo para ti, diríamos razón y ciencia, tus descubrimientos biológicos bellos y ciertos despertarían mi más profunda envidia (¡impersonal!)” “Por eso me cautivó profundamente saber que proponías un reencuentro para estas jornadas de Pascua”. En el momento de máximo aislamiento, y donde se hace sentir cierta interrupción de los intercambios con su único Publikum, éste propone un reencuentro. En 244 “Contra el hecho de la splendid isolation nada tendría que objetar si ésta no fuera demasíado lejos, si no se extendiera a nosotros dos”. No hay problemas con la isolation salvo que abarcara a su único Publikum, que es lo que está comenzando a ocurrir. “Pero el intercambio con el amigo, que un particular costado –tal vez femenino- exige, nadie me lo sustituye” Último encuentro con Fließ, en Achensee. La versión Fließ del encuentro: “La última vez fue en el verano de 1900 en Achsensee. En esta ocasíón Freud mostró una violencia inexplicable hacia mí, porque yo en una discusión sobre observaciones de Freud hechas en

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sus enfermos atribuyó validez incondicionada a los procesos periódicos también para la psique…” Así que los períodos Fließ (antes exclusivamente biológicos) se extendían ahora también al terreno psíquico. “Por lo tanto ni empeoramientos repentinos ni mejorías repentinas podían adjudicarse sin más al análisis y sus influjos. Documenté mi opinión con observaciones propias. A consecuencia de aquella discusión creí percibir en Freud una animosidad personal contra mí nacida de la envidia. … A causa de la situación de Achensee tácitamente me retraje de Freud y dejé extinguir nuestro intercambio epistolar regular. Desde aquel tiempo Freud no ha sabido por mi nada de mis descubrimientos científicos…” Freud, sin embargo, siguió escribiéndole, 254: “Escribo con lentitud la psicopatología de la vida cotidiana”. En 258, 25/11/1900: “Mi sospecha de que tu largo silencio algo malo significa entonces era certera.” Un mes después, 259, 01/01/1901. “Querido mío: Dejo de lado la psicopatología de la vida cotidiana para responderte enseguida despues que tu carta por fin ha quebrado el angustiante silencio. No pude resolverme a urgir otra vez tu respuesta cuando hiciste ver con tanta claridad que escribir te era cargoso y no te movía ningún afán de comunicación. … la escritura de la psicopatología de la vida cotidiana que está bastante avanzada y congrega todo tipo de privata … [Pero el estado de la relación, por si no quedara claro, a mi entender lo explicita lo siguiente] … Sólo te pregunto si para nuestro intercambio epistolar debemos esperar un tiempo en que ningúno de los dos pase por algo grave ¿Y no significa esto ser demasíado exigente y muy poco amistoso?” En 262, 30/01/1901 “… Sobre lo orgánico sólo hay lamparazos, justamente sobre las zonas erógenas y la bisexualidad. Pero se lo nombra y reconoce sólo para una exposición circunstanciada en otra ocasíón”. Nota al pie de Strachey: “Con estas frases responde Freud evidentemente a la reacción de Fließ … acerca de que el artículo sobre Dora contenía perspectivas … sobre lo que hasta ese momento era el dominio [¿exclusivo? organológico, biológico de la sexualidad o de la bisexualidad] de Fließ dentro de la mutua cooperación entre los amigos.” Carta 263, 15/02/1901. Freud a Fließ [Comentario en 262 al final, sobre su ‘tentación de pasar en Roma la semana de pascuas de este año’.] “Detrás un recordatorio de tu promesa, dada en mejores tiempos de celebrar conmigo un Congreso en suelo clásico. … No hice sino refugiarme del presente en la más hermosa de las fantasías de entonces… “Unterdes sind die Kongresse selbst Überlebsel geworden: ich mache selbst nicht Neues und bin, wie Du schreibst, dem völlig entfremdet, was Du

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machst. Entretanto los Congresos mismos han caído en desuso: yo no tengo nada nuevo y como tú escribes, estoy completamente ajeno, alejado, de lo que tú haces”. Es curioso que por un lado hay un reproche de lo extremadamente distante y la distancia a la que Freud se mantuvo de los “descubrimientos” de Fließ al tiempo que advendrá el reproche que abre sobre la intimidad a que dieron lugar las comunicaciones sin límites fronteras barreras restricciones, y esto finalmente será lo que causó autorizó la entrada/intromisión de otros que compartieron a traves de Freud los secretos “/ primicias de Fließ. Después de haber constituido un cuerpo común donde fundir de modo de volver irreconocibles los aportes de cada quien, violenta vuelta a la comprobación de la irreconciliable distancia. Carta 270, 07/08/1901. Freud a Fließ “Es ist gar nicht zu verhehlen, daß wir beide ein Stück weit auseinandergeraten sind. Es completamente inocultable que nosotros dos estamos un poco más alejados. En ésto y aquéllo observo la distancia. Así también en el juicio sobre Breuer. ¿Qué hace tu esposa si no es llevar a la práctica en obscura compulsión la incitación que Breuer le depositó antaño en el alma cuando le deseó por su felicidad que yo no viviera en Berlín porque podía perturbar su matrimonio? … Und auch Du bist hier an die Grenze Deiner Scharfsichtigkeit gekommen, nimmst Partei gegen mich und sagst mir, was alle meine Bemühungen entwertet: “Der Gedankenleser liest bei den anderen nur seine eigenen Gedanken’’.” Y también vos aquí cruzas la frontera de tu agudeza, tomas partido contra mí y me dices algo que desvaloriza todos mis esfuerzos: ‘El lector de pensamientos lee en los otros sólo sus propios pensamientos’. Si soy yo uno tal entonces no tienes más que arrojar mi Psicopatología de la vida cotidiana al cesto de papeles sin leerla … Ella está llena de referencias a ti … puede darte testimonio del papel que hasta ahora has prepresentado para mí. …” Y en medio de esta disputa: “… no comparto tu desprecio por la amistad entre hombres … A mi la mujer, como lo sabes, nunca me ha sustituido en la vida al camarada, al amigo.” Ich teile aber Deine Verachtung der Männerfreundschaft nicht, wahrscheinlich weil ich in hohem grade Partei bin. Mir hat, wie Du ja weißt, nie das Weib im Leben den Kameraden, den Freund ersetzt. ¡Ahora el asunto principal! Hasta donde sé, mi próximo trabajo se titulará ‘La bisexualidad humana’ Nun die Hauptsache! Soviel ich erkenne, wird meine nächter Arbeit lauten “Die menschliche Bisexualität” “La idea de la represión, mi idea nuclear, sólo es posible por reacción entre

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dos corrientes sexuales. Me hará falta tal vez medio año para reunir el material y espero descubrir que el trabajo es realizable desde ahora. Pero después debo tener contigo una larga y seria conversación. La idea misma es tuya. Recuerdas que hace años dije que la solución estaba en la sexualidad… y tú años después corregiste en la bisexualidad y veo que tienes razón. … Quizas deba tomar prestado de ti todavia más, quizas mi sentido de honradez me fuerce a rogarte que firmes conmigo el trabajo … He ahí entonces el próximo proyecto futuro que espero nos vuelva a unir en debida forma también en asuntos científicos.” Expresión del anhelo de un proyecto que los vuelva a unir ¡Bisexualidad! Que será en nombre de lo cual Freud escribirá a Fliess rogándole que ofrezca su nombre y colaboración a unos discípulos alumnos suyos, demanda que se convertiría en causa del desencadenamiento de un ciclo explosivo y traumático de reacciones entre ambos. 271, 19/09/1901 “Roma. El cumplimiento de un deseo largamente acariciado… un punto culminante de la vida. Tu última carta empero fue en verdad benéfica. Ahora puedo explicarme tu conducta epistolar del año transcurrido. La primera vez, por lo demás, que me dices algo distinto de la verdad.” [Punto fundamental: para Freud, Fließ ya no habla desde el lugar de la verdad] … “Me apenó perder al ‘único público’ den ‘einzigen Publikum’, como dice nuestro Nestroy. ¿Para quién seguiría escribiendo yo? … Porque si tú en el momento en que te incomoda una interpretación de mi parte estás, por eso solo, dispuesto a aceptar que el ‘lector del pensamiento’ nada adivina en el otro sino que apenas proyecta sus propios pensamientos, has dejado de ser efectivamente mi público, te ves precisado a considerar tan sin valor el modo de trabajo como los otros. Tu respuesta sobre el tema de la bisexualidad no la he comprendido. Evidentemente resulta muy difícil entenderse. Por cierto que yo no quería otra cosa que elaborar mi aporte a la teoría de la bisexualidad … Que no me propongo aumentar mi participación en este conocimiento te lo habrá mostrado desde ahora el pasaje correspondiente de la Psicopatología de la vida cotidiana sobre la prioridad … Pero no se podría evitar algún anudamiento con lo anatómico y biológico general de la sexualidad, y como casí todo lo que de ello sé proviene de ti, no resta sino basarme en ti o recibir de ti completa esa introducción. Pero ahora no tengo ganas de publicar. Entretanto quizás hablemos un día sobre ello…” Cierre del ciclo.

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Carta 278, 11/03/1902. Freud anuncia la obtención de su título. “Al regresar de Roma, el gusto en vivir y en producir había aumentado algo en mí, se había reducido el gusto por el martirio. … retiré de la imprenta mi última publicación (el analisis de Dora) porque poco antes había perdido en ti a mi último público, meinen letzten Publikum.” Prácticamente dos años después Freud, en 281, 26/04/1904 escribe nuevamente a su único y último ex público publikum. Esa carta será la causa de una explosión final que arrasará con todo lo anterior y precipitará las cosas en todas las direcciones. Hace mención a “nach langer Unterbrechung, luego de una larga interrupción”. “Como te imaginarás, daß ich nicht einem Gefühlsimpulse, sondern einem praktischen Motive folge, no es que siga un impulso de los afectos sino un motivo práctico. Me gustaría que volviéramos a saber el uno del otro por el siguiente camino: Algunos médicos jóvenes capaces … meinem Schülerkreise angehören que pertenecen al círculo de mis alumnos discípulos Piensan intentar próximamente la publicación de una revista científica que se dedicará a la “investigación biológica y psicológica de la sexualidad” [casualmente los dos aspectos de la sexualidad alrededor de lo cual se había conformado el cuerpo común] Quiero rogarte que no les niegues tu nombre y tus colaboraciones Dondequiera se multiplican los signos de aceptación de mis concepciones Habrás recibido un escrito del Dr. Swoboda, cuyo causante intelectual, intellektueller Urheber en muchos sentidos soy yo, salvo que yo no quisiera ser su autor. [Gattung, Gattel]. Pero yo creo que ahora asímismo comienzo a disponer de un material mejor de alumnos discípulos. Naturalmente estoy tan ansioso como sólo lo he estado antes por los esclarecimientos que tú nos puedes obsequiar en tu próximo trabajo En la carta 282, 27/04/1904 Fliess responde señalando uno de los centros, no explícitos, de la carta de Freud: “… me agradó sinceramente la información de que recibes más reconocimiento…” ¿Acaso se trataba de otra cosa? Reconocimiento, alumnos, discípulos… “Para la nueva revista no podré escribir nada Verdaderamente lamento que tú tengas que ser condenado por ser el causante intelectual del libro de Swoboda… el sesgo de profunda insinceridad que circula por el libro. Tú mismo lo has indicado con la palabra ‘Gattel’ ladrón. No menciona ni una sola vez el año del que provienen sus observaciones ni el conocimiento de mi libro …”

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Prosigue en un telegrama, 284, 20/07/1904. “Ha llegado a mi conocimiento una obra de Otto Weininger… die Ausführung von meinen Ideen über Bisexualität mis ideas sobre bisexualidad … Averiguo allí por una cita que Weininger ha conocido a Swoboda –tu alumno discípulo- … no tengo ningúna duda que Weininger ha llegado al conocimiento de mis ideas a través tuyo y que por su lado ha cometido un abuso con mit fremdem Gut un bien ajeno.” El proyecto de constitución de un cuerpo común donde la propiedad de cada uno se volviera irreconocible se transforma en una disputa de Bienes y Propiedades, con reclamos que indican la creciente paranoización del lazo. Freud responde en 285, 23/07/1904. “Yo también creo que Weininger era un ladrón ein Einbrecher [einbrechen, hundirse, venirse abajo, zerbrechen, romperse, penetrar o entrar violentamente en, violentar, forzar … cometer robo, infracción, irrumpir, invadir un país, ein Land fam. ganzúa] mit einem gefundenen Schlüssel, con una llave encontrada. Swoboda, que era su íntimo amigo, supo de mí sobre la bisexualidad que entra en toda cura… … también habría podido recibir de otro lado la idea de la bisexualidad, pues esta desempeña un papel en la bibliografía desde hace ya largo tiempo. [Freud intenta calmar practicando el chiste de la olla prestada, primero lo recibió a través de la cura, pero segundo podría haberlos recibido por otra vía, tercero esto es algo que circula, hay bibliografía] Swoboda no es, como tú escribes, mein Schüler, mi alumno discípulo…en su descubrimiento que recoge más bien tus ideas, no he tenido participación alguna…” En el presente termino Tres ensayos sobre una teoría sexual, donde evito en lo posible el tema de la bisexualidad. En dos lugares no puedo hacerlo … ahí avanzo tanto como la bibliografía lo permite (Kraft-Ebing y predecesores, Kiernan, Chevalier entre otros) después en la mención de la corriente homosexual en neuróticos. Aquí pienso incluir una nota donde diga que he sido preparado para la necesidad de estos descubrimientos por tus expresas comunicaciones”. Fliess responde en 286, 26/07/1904. “Weininger no creyó, como vos, tomar de otro lado la idea de la bisexualidad permanente y necesaria de todos los seres vivos…Te quedaré agradecido si tienes a bien especificar las otras fuentes sobre las que escribes … para que me resulte fácil consultarlas [una ironía y van … ] Hasta hoy no sabía, me he enterado sólo por tu carta, que tú en la cura utilizas la bisexualidad permanente…” Entonces, la ocasíón de esta nueva etapa de la correspondencia: se trata de la cuestión de un ladrón, de un robo o mejor dicho del usufructo de un bien ajeno. Freud escribe a Fliess en 287, 27/07/1904. “… me apenó haberle

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entregado tu idea a Weininger a través de Swoboda … En cooperación con mi propio intento de quitarte esta originalidad …” Ahora Freud admite que no sólo es cierto que le entregó, le pasó la idea de otro, de Fließ a SwobodaWeininger sino que él mismo quería en verdad sacarle la originalidad a Fließ. “… Además estaba seguro y aún lo estoy de que no he dado a Swoboda detalle alguno de tus comunicaciones.” … que tu encuentres tiempo y gusto para el intercambio epistolar conmigo sólo en una ocasíón tan pequeña ... en los últimos años no has mostrado más interés ni por mí ni por los míos o por mis trabajos. Hoy ya lo he superado y tengo poca necesidad de ello, no te hago reproche alguno …” El conflicto tuvo todavía un vivo epílogo en publicaciones 01/01/1906 Richard Pfennig escribe W.Fließ und seine Nachentdecker: O.Weininger und H.Swoboda. “… cada uno por mitades se habrían apropiado de un bien ajeno, in fremdes Gut al que tuvieron acceso a través de una tercera personalidad, Freud…” Freud entonces escribe dos cartas públicas: una a Karl Kraus publicada en Die Fackel y otra a Magnus Hirschfeld. “Lo único objetivo es la cuestión de la prioridad en materia de bisexualidad.” Segunda carta. “Antes me inclinaba a conceder a Fließ la prioridad. Ahora he cambiado de opinión…” Fließ publica entonces In eigener Sache, donde dice que lo que expuso Weininger no se encontraba en lo que había publicado hasta entonces, luego, esto sólo había sido comunicado verbalmente a Freud en 1897 en el marco de la íntima relación y comunicaciones sin restricciones que existían entre ellos. Luego: Freud era el espíritu rector, que no sólo supo por Weininger del aprovechamiento indebido del patrimonio ajeno sino que él mismo lo hizo posible.” Der nicht nur um die unerlaubte Benutzung fremden Gutes durch Weininger wußte, sondern sie selbst ermöglicht hatte. Todo el problema radica en la relación tensión entre este Bien Amado cuerpo común constituído amorosamente, que al estallar muta en este objeto nombrado como Bien ajeno, fremden Gutes, objeto de apasíonada disputa entre los Gatte, socious, consortes, pareja y objeto del robo. El sujeto, cuyo representante es este objeto, es hurtado por aquel con quien ha compartido Todo. Capítulo II

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La segunda etapa comienza con el intercambio epistolar entre Freud y Jung, iniciado en 1906, a raíz del envío por parte de éste último de sus “Estudios asociativos diagnósticos” (que por otra parte aquél ya había adquirido “debido a mi impaciencia”). Jung, 2J, del 05/10/1906, agradece a su vez el envío de los Sammlung kleiner Schriften zur Neurosenlehre, “Colección de pequeños escritos sobre la teoría de las neurosis”. Dice Jung: “... queda fuera de mi comprensión su terapéutica, que me parece estar basada no solamente sobre las emociones inherentes a abreaccionar, sino también sobre determinadas relaciones personales y la génesis de la histeria me parece ser predominantemente, más no exclusivamente, sexual. El mismo punto de vista adopto frente a su teoría sexual”, estableciendo así en el punto de partida el límite de los territorios de las diferencias: la terapéutica y la cuestión sexual tanto en lo que hace a la etiología sexual de la histeria como a la teoría sexual (libido). Frente a esto Freud escribe, optimista, 3F del 7/10/1906: “Que no extiende plenamente su aprecio de mi psicología, a mis concepciones sobre la histeria y la sexualidad era algo que había sospechado desde hace tiempo a través de sus escritos, pero no renuncio a esperar que en el transcurso de los años se aproximará mucho más a mí de lo que actualmente considera posible” ... “... tengo la esperanza ... y confío, además, en que el que sea capaz de superar íntimas resistencias en sí mismo, por amor a la verdad, gustará de contarse entre mis discípulos y extirpará de su pensamiento los restos de vacilación.” La segunda carta de Jung, 4J, 23/10/1906, será para plantearle los problemas que le trae el tratamiento de una ‘histeria con arreglo a su método. Un caso grave, una estudiante rusa, de 20 años enferma desde hace seis años’ donde cuenta, mentirosamente, el caso de Sabina Spielrein. Es una variante al fin, de los modos de construir el relato, un modo de construir las historias clínicas. Y en este caso nos encontramos con la exposición paradigmática de una clínica mentirosa, falseada, amañada. Pero también es un modo de construir la relación con el otro. No es solo algo que haga al lazo con el analizante sino también, como en este caso, hace a un modo de construir el lazo entre analistas. Freud le contesta repitiendo una nota monocorde: “en la transferencia tiene la prueba fundamental de la naturaleza sexual de la energía pulsional del conjunto”…” “… por el momento me limito a señalar que lo que le salta a uno a la vista es el papel de la sexualidad.” El 04/12/1906 Jung agrega “… de muchas de sus concepciones por primera vez voy comprendiendo el concepto, otras me resultan aún

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inabordables…” El 06/12/1906 Freud le explica que ha tratado histerias e incluso casos que rozan lo psicótico o las formas de la demencia, viendo allí que “los mismos mecanismos van más allá de la frontera de la histeria y la neurosis obsesiva”. El tratamiento analítico consiste en que “nuestras curaciones tienen lugar a partir de una libido fijada en el inconsciente (Übertragung) que sólo en la histeria nos sale al encuentro con seguridad”. “… Es verdaderamente una curación a través del amor. En la transferencia reside entonces también la prueba más poderosa, la única inatacable, de la dependencia de las neurosis de la vida amorosa.” Define entonces, desde su lugar, dónde se encuentran: “ Me resulta muy simpático que usted prometa concederme una creencia provisional allí donde su experiencia aún no le permite una definición …” “… me merezco tal crédito…” Primer movimiento: se comparte tal cosa, tales otras no, solicitud de apertura de un crédito a Freud. Al mismo tiempo Freud plantea “Espero aprender mucho de su trabajo sobre la demencia precoz”. La apertura del crédito es en relación a una cuenta en ambas direcciones. Jung se disculpa en la carta siguiente porque en su libro trata “… a sus investigaciones sin consideración…”. En marzo de 1907 se producirá el primer encuentro personal. Jung, en un lenguaje pleno de figuras religiosas, lo calificará como “su verdadera confirmación”. De cualquier manera aún el 11/04/1907 sigue diciendo: “Con su ayuda he logrado ya ver de todos modos bastante profundamente pero aún me hallo lejos de ver claro...”. Tal falta de claridad no es obstáculo para que Freud el 14/04/1907 le exprese: “También con respecto a otro punto he de saludarle como sucesor.” Y esto a pesar de las explícitas y reconocidas diferencias y del corto lapso del intercambio. Al punto de darle la razón por ejemplo en: “... tiene usted razón cuando destaca como lo más esencial que estos enfermos están entregados sin resistencia a sus complejos y no son abordables a la transferencia, es decir, no manifiestan efecto alguno de la misma. Precisamente esto es lo que desearía traducir a la teoría.” El 21/04 Freud expresa “Daría cualquier cosa por poder plantado mi negocio y poder estudiar con Usted esta forma de Psi N que es ciertamente

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la más demostrativa y comprensible”. La importancia que esta interlocución tiene para Freud se podrá examinar en F27, 26/05/1907 cuando declara: “... tan sólo he prestado una atención a medias a sus ensayos galvanométricos, como usted ha advertido muy justamente, por lo cual me ha castigado usted ahora. Una fé como la suya es para mí, por otra parte, más valiosa que la aprobación de un congreso entero [también los encuentros con Fließ eran calificados de ‘Congresos’], y también me garantiza que nos darán su aprobación futuros congresos.” Aproximadamente entre el 14 y el 22 de abril de 1907 Freud escribe a Jung algo que titula, pág. 74: “Algunos puntos de vista teóricos sobre la paranoia”, donde resume su concepción hasta el momento. Otra vez la clínica de la paranoia en medio de la correspondencia. Como antes Observaciones sobre las neuropsicosis y Las Nuevas Observaciones sobre las psiconeurosis en medio de la Correspondencia con Fliess, como la Traumdeutung y luego el Witz y su relación con el inconsciente y La Psycopatologia de la vida cotidiana, ahora la perspectiva de Freud sobre esquizofrenia, la demencia precoz, la paranoia en medio de la Correspondencia con Jung. Afirma Freud que lo esencial del proceso es que un deseo sexual “... es sometido a la represión y aparece de nuevo en la forma siguiente: se dice afuera que dicha persona tiene tal deseo, lo cual es negado por ella”. “Una idea –el contenido del deseo- ha surgido y ha permanecido, e incluso de inconsciente se ha tornado consciente, pero esta idea surgida interiormente es proyectada hacia fuera retornando como percepción real, en la que la represión tan sólo se puede manifestar de nuevo como contradicción.” “Hay que explicar la proyección. ¿Cuál es la condición para que un proceso interior, emocionalmente catectizado sea proyectado hacia fuera?” En general Freud trata el tema en términos de una transformación de las representaciones en percepciones, cuya acentuación las transformaría en alucinaciones. Concluye que “El delirio es una creencia o convicción en la realidad, surgida de la libido” y “La proyección es una clase de represión”. La proyección sería entonces la buscada particularidad de la represión en la paranoia, el modo como se realizaría. En 1911, en el caso Schreber, concluirá que la proyección no es el quid del asunto. Mientras que en la carta F23 del 21 de abril de 1907 Freud le dice a Jung: “Ya veo que usted está más próximo a la idea de aplicar la regresión al autoerotismo con respecto a la demencia precoz.” Agregando: “... estoy asombrado de que la regresión al autoerotismo, en sus casos, prevalezca de modo tan tremendo.” “La demencia correspondería al logro de esta

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regresión, la paranoia al fracaso de la misma, esto es, al retorno de la libido a partir de las percepciones.” Repitamos la cita donde expresa su deseo: “Daría cualquier cosa por dejar plantado mi negocio y poder estudiar con usted esta forma de psiconeurosis, que es ciertamente la más demostrativa y comprensible [la esquizofrenia] ...”. Termina señalando (lo que considera lo central y fundamental): “Cuando Bleuler y usted hayan reconocido la teoría de la libido la repercusión en la literatura será sonada”. Expresión clara de que para Freud la teoría de la libido es la base, el punto de anclaje desde donde pensar y practicar psicoanalíticamente con las psicosis. Al respecto Jung, 19/08/1907: “Desearía pedirle a Usted aún una aclaración: ¿Concibe usted la sexualidad como la madre de todos los sentimientos? ... ¿No existen síntomas histéricos que están desde luego, codeterminados por el complejo sexual, pero que están predominantemente condicionados por una sublimación o por un complejo no sexual (profesión, puesto, etc)?”. Freud contesta marcando diferencias entre la posición de Jung y la de Abraham: “Abraham se ha granjeado mi simpatía por ir directamente al problema sexual y por ello gustosamente he puesto a su disposición aquello que tenía”. Sin embargo en la carta F70 del 17 de febrero de 1908 Freud, luego de casí dos años de intercambio, cambia el tratamiento, de ahora en más lo tratará de “Lieber Freund” “Querido amigo”. Y de cualquier modo se alegra de que el silencio de Jung, la falta de cartas no “sea el resultado de un complejo”. Están en plena preparación del primer Congreso de psicología freudiana y Freud urge a Jung “… necesitamos de una revista propia”. Expresa que hasta ese momento “no he sido traducido”. En ese contexto de la relación mutua, y del estado de cosas del psicoanálisis, le informa de ‘un secreto’: “He tenido algunos casos de paranoia en la consulta y puedo comunicarle un secreto .... Por lo general se trataba de un desprendimiento de la libido a partir del componente homosexual...”. Desde aquí se vuelve sobre sus casos, por ejemplo respecto del historial de Neue Bemerkungen “También mi antiguo análisis (1896) muestra el comienzo con alienación con respecto a las hermanas del marido”. Al mismo tiempo, y al mismo nivel, analiza lo sucedido en su lazo con Fliess. “Mi amigo de entonces, Fliess, ha desarrollado una hermosa paranoia, una vez que se desprendió de una no escasa inclinación hacia mí.” De aquí dice haber extraído su saber: “A él, es decir, a su comportamiento, le tengo que agradecer esta idea.”

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Revelación del punto transferencial desde donde se segrega, extrae, el saber en el campo analítico. De cualquier manera Freud agrega, dando cuenta del estado de la cuestión: “Tendría que referirle a usted, en general, muchas cosas no concluidas aún y otras que están en germen…”. Tanto su saber, como su praxis, así como la resistencia que encuentra en el discípulo al que considera el más cercano y su sucesor, a quien le dice que si fuera por él y su interés dejaría plantado su negocio para correr a su lado para trabajar conjuntamente con la paranoia, y a la luz del cual podríamos leer toda la correspondencia Freud Jung, le indican que el problema central pasa por el establecimiento y transmisión de la concepción analítica de la libido sexual. Lo confirma el hecho de que casí cuatro años después de comenzados los intercambios, en la carta 170, del 25 de diciembre de 1909, sigue machacando Jung: “Me doy cuenta de que mis dificultades en la cuestión de la libido...”. Antes, en la carta 165 del 30/11/1909-02/12/1909 decía: “... me gustaría extraerle a usted una definición de la libido. Hasta ahora no he logrado obtener ningúna que sea satisfactoria hasta cierto punto.” Pero volvamos a centrarnos en el punto en que Freud revela a Jung que extrae su saber sobre la paranoia de la relación con Fliess. Jung reacciona a ello y al cambio de colega a ‘Querido amigo’ con su carta 72J, del 20 de febrero de 1908: agradece el trato y la amistad pero “La mención, ciertamente no casual, de su relación con Fliess me impulsa a rogarle que me conceda su amistad no como si se tratase de una entre iguales sino entre padre e hijo ... para evitar todos los malentendidos y para posibilitar la coexistencia y el trato fácil y natural entre dos cabezas duras”. “Sigo dándole vueltas a sus opiniones acerca de la paranoia. Pero la cosa no está aún madura”. Freud acuerda con esto. En su carta del 25/27de febrero de 1908 le responde: “Tiene usted razón, el asunto no está maduro y con las sombras de recuerdos de que dispongo no puedo trabajar. Desearía por tanto que se ocupe usted por completo del problema.” In effigie o en estatua no se puede trabajar. Le gustaría ceder el campo totalmente al otro, al sucesor. De cualquier modo agrega su miguita, el problema de la paranoia se ubica en “la transicion entre el autoerotismo hacia el amor al objeto”. “La característica psíquica principal de la paranoia es el mecanismo de la proyeccion”. Para Jung por su parte “… tendría que conocer su material para que su

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teoría me resultase mas inteligible. Así, para su concepción me ha resultado muy util el caso Fl… La orientación de su pensamiento en cuanto al problema de la paranoia me parece que es muy distinta de la mía. Por ello me cuesta un gran esfuerzo seguirle.” Lo cual se pone en evidencia en los temores de Jung por una carta de Freud agregando: “Habría que ser espiritualista para creer aquí en una etiología exclusivamente psicógena”. ‘Aquí’ hay que leer: en la demencia precoz-paranoia-esquizofrenia. Enseguida agrega: “En realidad no soy un propangadista y sencillamente odio toda opresión e injusticia” Léase: no voy a pasar de una concepción a otra solo por la militancia en una causa. ¿Cuál es el problema a esta altura? Freud lo explicita con claridad en su carta 84 F del 19 de abril de 1908. A “La parcial reserva de su aprobación… no he solido nunca echársela en cara”. Pero si “Estoy enfadado hasta cierto punto con Bleuler, porque quiere aceptar la psicología [léase psicoanálisis] pero sin la sexualidad., con lo que todo queda en el aire”. “Siento una particular repulsa contra la suposición de que todas mis opiniones son exactas pero tan sólo con respecto a parte de los casos … Esto no es posible. O todo o nada en absoluto.” Más allá de las diferencias teóricas el problema reside en: “Más en serio, la dificultad estribaría mas bien en la inevitable supresión de los límites de reservas de ideas productivas; no nos habríamos desvinculado ya con la consciencia limpia2 . Desde que traté al filósofo Swoboda me horrorizan tan difíciles situaciones”. “Doch, im Ernst gesprochen, die Schwierigkeit wäre vielmehr in der unvermeidlichen Aufhebung der Eigentumsgrenzen am Vorrat vom produktiven Ideen gelegen; wir wären nicht mehr mit reinen Gewissen voneinander losgekommen. Seitdem ich den Philosophen Swoboda behandelt habe, graut mir vor solchen schwierigen Situationen”. Esta es la roca. Más allá y más acá de los problemas teóricos y doctrinales. El lazo entre-dos encarado por el psicoanálisis apela por un lado a la supresión de un límite. Hay allí una fusión entre-dos que planteará luego el problema de la separación. Es lo que ahora está en juego con Jung y lo estuvo con Fliess y estará en juego con Ferenczi. Freud tuvo que pasar por ello al menos tres veces, Fliess, Jung, Ferenczi, para aproximarse a la práctica de cierto saber respecto la paranoia y las psicosis. Jung en su carta 98J del 19/06/1908 le describe detalles de su análisis de Otto Groß. “… esta experiencia constituye una de las más graves de mi vida, ya que en Groß reviví demasíados aspectos de mi propio ser, de modo que se me aparecía con frecuencia como si fuese un hermano gemelo mío, 2

La negrita es un agregado nuestro.

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menos la demencia precoz.” “… la huída a la enfermedad tiene lugar en un período infantil tan temprano que el complejo sexual es aún completamente autoerótico…” Freud contesta: “… Desgraciadamente sé demasíado poco acerca del mecanismo de la demencia precoz o paranoia en comparación con la histeria o la neurosis obsesiva y hace mucho tiempo que deseo experimentar a este respecto…” “El resultado más inmediato es también, como veo, que usted se ha aproximado de nuevo a mí en cuanto a sus concepciones. Por otra parte no me sentía preocupado. Anteriormente sí, antes de verle a Usted [Salzburg].” “… ya que era tan sólo por la influencia de su jefe y no por una evolución interior, como yo temía, derivada de su relación con su padre o a su fé religiosa”. Jung agradece y dice resueltamente: “En caso de que ello me resulte alguna vez posible, en el curso del próximo año iré de nuevo a pasar algún tiempo con usted. No veo ningúna otra posibilidad para discutir acerca del concepto de la demencia precoz o esquizofrenia o paranoia, que tanto me preocupa”. “La ciencia saldría ganando con ello pues si se resolviese el problema de la demencia precoz se resolverían el 9/10 [lapsus de escritura Jung escribe primero 1/10] de los problemas psiquiátricos.” Explicación del lapsus: “Probablemente irritado por el hecho de que vea usted el problema de la demencia precoz bajo una luz distinta a aquella bajo la cual lo veo yo.” “… daß Sie meine Bemühungen um das Dementia praecoxProblem in einem andern Lichte sehen wie ich”. También podría ser: “… que Usted a mis esfuerzos respecto del problema de la demencia precoz los vea bajo otra luz que como yo los veo.”. Se trata de los “esfuerzos” que Jung esta poniendo en juego en el problema. Del modo de colocarse de Jung en relación al problema apoyado en una modalidad de relación al otro/Otro. Es eso lo que está al rojo vivo en ese momento particular de la relación Freud Jung. Por eso viene pertinentemente al caso la relación Freud Fließ. Es que la particularidad del lazo analítico hace que el analizante, pero también el analista, pase a través de un “por así decir” lazo paranoico. Freud responde dando cuenta del estado de la cuestión. F101, 30/06/1908: “¡Pues naturalmente! No vivimos en siglos distintos, ni siquiera en diferentes partes del mundo. Nada más justificado que nos reunamos para discutir acerca de algo que tanta importancia tiene para usted y para mi”. La cuestión de las psicosis es muy importante para los dos. Y a pesar de no vivir en tiempos distintos ni en lugares geográficamente distintos las posiciones distintas dan esa apariencia. ¿Qué persigue Freud? F106, 13/08/1908: “La egoísta intención que

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persigo es la de establecerle a usted como continuador y perfeccionador de mi trabajo, aplicando usted a las psicosis lo que yo he comenzado en las neurosis… Aparte de eso, también le quiero a usted; pero he aprendido a subordinar este aspecto.” Al calor del fueguito transferencial Freud entra otra vez en una etapa productiva. “Las correspondientes conexiones me han conducido a la mitología y así se me está ocurriendo que el núcleo del mito es el mismo que el de la neurosis.” O: 11/12/1908 “Estoy tan obsesionado con la idea del complejo nuclear en la neurosis, tal como se revela en el pequeño Herbert, que no logro avanzar.” Después del “Congreso” de Salzburg, tres dias, del 18 al 21 de septiembre de 1908, Freud el 15/10/1908: “Existe por tanto, por así decir, sozusagen, una paranoia inconsciente que se hace consciente en el psicoanálisis. Aparte de ello, la observación proporciona una brillante confirmación del aperçu de usted acerca de que a través del análisis conducimos a los histéricos por el camino hacia de la demencia precoz.” En 122F, del 26/12/1908 “Parece ser que los enfermos están informados acerca de la muy feliz fórmula descubierta por usted durante nuestros paseos [‘Congreso’ Salsburg 18-21/09/1908] ya que intentan, para curarse, hacerse histéricos”. Respecto del autoerotismo: “Desearía proponerle no entender tan ampliamente el término de ‘autoerotismo’… sino tan sólo [para] lo auténticamente autoerótico desprovisto de objeto.” Invitación de la Clark University.Primero Freud se rehusa, alega cuestiones económicas. Jung lo anima: “Si es posible, debería usted de todos modos hablar en América aunque sólo sea por el eco que despertará en Europa”. F125, 17 de enero de 1909. Freud, refiriéndose a América: “… Opino también que cuando lleguen al núcleo sexual de nuestras teorías psicológicas nos dejarán caer. Su [lapsus de escritura de Freud su de la suya no su de ellos] mojigateria y su dependencia material del público son demasíado grandes. ” Es obvio que el lapsus se refiere a los temores de Freud respecto de Jung: mojigatería y gran dependencia del público, especialmente del público profesional. Jung acusa recibo: 19/01/1909: “Los americanos constituyen un capítulo aparte. Pero, en primer lugar, quiero señalarle con diabólica alegría, un equívoco de escritura que ha cometido usted al escribir: usted escribe ‘la mojigatería de usted’ en lugar de ‘la mojigatería de ellos’. La he anotado. Antes era peor que ahora en cuanto a estas cosas, ahora las tolero. Ya no

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hago tachaduras respecto a la sexualidad.” Freud contesta el acuse de recibo el 25/01/1909: “Reconozco y me causan risa mis equívocos de escritura. Los propósitos de nada valen contra estas pequeñas diabluras del demonio, y por tanto, hay que aceptarlas.” “Pongo grandes esperanzas en un complejo nuclear de la neurosis del cual parten las dos mayores resistencias: la angustia frente al padre, die Angst vor der Vater y la increencia, Unglauben, respecto de los mayores, siendo ambas cosas plenamente transferibles al médico.” Planean el segundo encuentro personal. Al comienzo de la carta Freud agradece la carta y el telegrama de Jung diciendo que éstos “… han puesto fin por completo a mi inquietud. Evidentemente tengo aún una hiperestesia traumática con respecto a la correspondencia que se retrasa, cuya génesis puedo recordar muy bien (Fliess) y sinceramente no querría repetir tal experiencia.” Freud refiere todo a un trauma: su relación con Fliess, que se actualiza con Jung apenas se retrasa un poco más de la cuenta la correspondencia!!!. Jung se da por enterado. 135J, 11/03/1909. Esta vez contesta a los dos días de recibida la carta de Freud. “Me urge contestarle inmediatamente. Sus bondadosas y liberales palabras me han hecho mucho bien. Por lo demás, no solamente ahora, sino también para el futuro puede estar completamente tranquilo acerca de que no pasará nada análogo a lo de Fliess… no por ello soy infiel al psicoanálisis”. Segundo encuentro personal. Jung y Emma Jung permanecieron en Viena desde el 25 de marzo de 1909 al 30 de marzo de 1909. Paralelamente Jung renunció a su puesto en Burghölzli. En la carta de Jung del 2 de abril de 1909 continuada el 12 de abril de 1909 refiere: “Cuando partí de Viena tuve ciertos ‘sentiments d’incompletude’ a causa de la última velada que pasé con usted. Me pareció que le había parecido a usted demasíado necio mi ‘espiritismo’ y quizás desagradable a causa de la analogía con Fliess” !!! Quien establece las cartas extrañado se pregunta ¿a qué analogía se referiría Jung? Contestación de Freud: Fliess, Fließ, Fließ. Jung agrega “La última velada pasada en su casa me ha librado interiormente del modo más feliz de la opresora sensación de su autoridad paterna.” !!! Es que “uno también querría descubrir algo”. Freud. “… está muy lejos de mi ánimo querer cargarle con la obligación de una correspondencia formal. Espero, sin embargo, que no se asombre usted de saber de mi con tanta frecuencia como yo tenga necesidad de

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escribirle.” Como se ve los ritmos de la correspondencia constituyen algo fundamental. Y para Freud siempre están modalizados por los denominados ‘períodos Fliess’. En el caso Freud Jung oscilarán entre el malhumor, el desvío o el no querer saber del otro o el querer mantener a una cierta distancia soportable al otro; en el caso de Jung especialmente del otro ‘hombre venerado’. Pero para Freud siempre tendrán la métrica de los ‘períodos Fliess’. Por ejemplo. 160F del 11 de noviembre de 1909: “No está realmente bien de parte de usted tenerme veinticinco días esperando una respuesta (desde el 14 de octubre al 08 de noviembre, he mirado las fechas, pues sospechaba un período Fliess de 23 días pero no era de nuevo así) como si se hubiese asustado usted de la longitud y rapidez de mi última respuesta. No era mi intención mostrarme insistente cuando no siente usted la necesidad de una correspondencia a intervalos cortos”. Pero está el antecedente de la primera vez que Freud se queja de lo que Jung califica “pereza de escribir”, en otro momento hablará de “irresponsabilidad”, Freud aclara que no se trata de un concepto analítico y que la cuestión merece un esclarecimiento analítico completo. Recordemos que el primer encuentro personal entre Freud y Jung ocurrió en marzo de 1907. Casí a fines de octubre de 1907, en la carta 49J Jung expresa: “Sus dos últimas cartas contienen referencias a mi pereza para escribir. De todos modos le debo, en este sentido, algunas explicaciones. Una de las causas consiste en mi sobrecarga de trabajo…” “… la otra estriba, sin embargo en cosas afectivas … mi veneración por usted posee un carácter “religioso” entusiasta pero que si bien no me causa molestias me parece repugnante y risible debido a su indudable matiz erótico. Esta abominable sensación procede de que yo, de niño, sucumbí a un atentado homosexual por parte de una persona que era anteriormente muy venerada por mi. Ya en Viena las observaciones de las señoras (enfin seuls etc) despertaron mi repugnancia…” … “Temo por tanto su confianza…” “… Evito pues la misma tanto como puedo”. Jung justifica entonces su reticencia expresando que la necesita, la quiere, la precisa, la ansia pero al mismo tiempo le repugna ante la inmediata sexualización del lazo. De allí su ‘repugnancia’ en el momento en que “las señoras nos dejaron solos”. Apenas entra en una cierta intimidad con un hombre venerado, retornan los efectos del “atentado sexual de su infancia por un personaje paternal”. En el caso de Freud cada vez que entra en una particular intimidad con un hombre viene siempre la sombra de Fließ. Freud continúa “Espero que pronto compartirá usted mi opinión de que el complejo nuclear de la mitología es el mismo que el de la neurosis”. Lapsus de Freud que hace eco a un lapsus de Jung “Cuando LE haya

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inculcado que el psy A es un método de trabajo científico ¿No es divertido?” Jung contesta. 162J, ¿por qué han de ser más breves los intervalos? [entre carta y carta] [no a causa de su deseo, no, nada de eso, no se trata del deseo se trata de la ciencia] a su entender “parece ser que usted está muy aislado en Viena” … “en cambio yo acá [en Zurich] tengo personas y sociedad a montones.” Freud parece acordar con él: “¿Ha llegado a darse cuenta usted de cómo debe saberme la dieta de Viena tras haberme acostumbrado mal durante las seis semanas de viaje? [Compartidas con Jung y Ferenczi en el viaje a USA] Jung: 165J 30/11 2/12 “Tengo cada vez más la sensación de que una comprensión a fondo de la psique …” Expresa entonces, a pesar de la antes proclamada abundancia zuriquesa de personas y sociedad: “Con frecuencia desearía que estuviese usted cerca. Muchas veces tendría que preguntarle sobre diversas cosas. Así, por ejemplo, me gustaría extraerle a usted una definición de la libido. Hasta ahora no he logrado obtener ningúna que sea satisfactoria hasta cierto punto.” A pesar de que Jung no ha logrado entender la cuestión de la libido ni de la sexualidad “… he descubierto, para satisfacción mía, que he alcanzado ya una cierta claridad con respecto a la teoría de la demencia precoz, de modo que albergo la esperanza de lograr ulteriores progresos.” De ser cierto su presentimiento de estar avanzando, lo estaría haciendo sin Freud. Freud: “usted ha prometido tratarme mejor”. Inicio de la revisión de “Tres ensayos sobre una teoría sexual” a la que “no quiero suprimir su carácter histórico con demasíadas modificaciones”. Recordar que tal obra, a pesar de su deseo, es la que más modificaciones ha sufrido, de las cuáles la gran mayoría cursan en silencio, apareciendo como obra íntegra, compacta lo que enrealidad es un conglomerado heterogéneo, contradictorio y complejo. Jung, contrapunto: “el síntoma de la omnipotencia”. “La creencia en la exactitud de sus conclusiones”. “Las cuestiones relativas a la constitución sexual original me parece que son especialmente difíciles. ¿No sería, provisionalmente, más sencillo partir de una sensibilidad especial como fundamento general neurótico y concebir las demás circunstancias anormales como manifestaciones reactivas?” Freud va al punto. 169F del 19 de diciembre de 1909: “Así pues su

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dificultad… se refiere a ‘mi’ libido… sobre eso… no deseo cambiar nada. … Y pasemos al provecho de mi ‘trabajo obsesivo’ … [sabe muy bien a quién se referian las indeterminadas manifestaciones de Jung] … Hay una contraposición entre yo y libido. (Es decir entre su psicología y la de Adler… Y ahora le encuentro a usted por el mismo camino y casí con las mismas palabras… Ahora renuncio a la ilusión que me proporcionaba su visita, vuelvo a la situación de correspondencia.” Jung contesta 170J 25/12/1909. “Mi ensayo de crítica que tenía el aspecto de un ataque era en verdad una defensa…” !!! “Me doy cuenta de que mis dificultades en la cuestión de la libido y también por lo que respecta al sadismo proceden evidentemente de que no he adaptado lo suficientemente mi posición a la suya. No he entendido bien lo que me escribió usted al respecto. Lo mejor es aplazar el asunto hasta que podamos hablar tranquilamente acerca del mismo. En realidad tendría que interrogarle a usted acerca de cada frase de su carta.” Súbitamente el ambiente se enrarece completamente. Aparece una extranjeridad total. No entienden nada de lo que el otro esta diciendo. Parece que tendrían que interrogarse sobre cada frase. Es la simétrica inversa de la fusión, del comunismo intelectual entre uno y otro que se produjo cuando se borraron las fronteras que delimitaban las ideas y conceptos y ocurrencias de uno y otro. Freud se da cuenta de la situación. “Muchas y excelentes cosas. Siente usted la necesidad de dialogar conmigo acerca de algunas cuestiones fundamentales lo cual es maravilloso…” “Comunicarnos mutuamente los puntos poco claros y los gérmenes de prejuicios”. Le comunica que: “… se me ha ocurrido que el motivo último de la necesidad de la religión es el desvalimiento infantil…” Jung agradece la carta y dice que se siente muy inseguro de sí “ya que tengo la molesta sensación de empezar ahora a aprender”. Freud “Espero contar con un día de soledad en común con usted… tenemos que discutir sobre muchas cosas.” Jung afirma que la carta de Freud trasuntaba un “tono algo enfadado. Tal vez por lo que dije acerca del desdichado Cuestionario. (Su intervención en las Reuniones de los Miércoles en Viena)”. Y anuncia lo que seguirá: “Tan sólo cuando se hayan creado estos fundamentos generales me atreveré con los problemas de más envergadura de la metamorfosis de la libido en la demencia precoz…” Preludio de su próximo gran desarrollo sobre las ‘transformaciones de la libido’. Donde ‘su’ ‘libido científica mitológico religiosa’ lo llevará muy lejos de la ‘libido sexual’ Freud. En ese clima enrarecido interviene Emma Jung. Ésta cree percibir

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‘resignación’ por parte de Freud frente a sus ‘hijos’. “No atino a ver por qué está usted tan resignado…”. Emma agrega algo que da cuenta del fantasma Fliess “… y no me incluya usted acaso entre aquellas mujeres que como dijo usted en cierta ocasíón, perturban siempre las amistades de usted” Referencia clara a Ida Bondy de Fliess. En una segunda carta Emma le pregunta “… ¿no verá usted en él (Jung), más de lo necesario, a su sucesor y culminador?” En la carta del 13 de octubre de 1911, mientras Jung estaba haciendo el servicio militar, Freud le escribe trayendo a cuento el mito de Gilgamesh, la pareja de Gilgamesh y Eawan. Dice, “… siendo indiscutible la interpretación de esa pareja como la del hombre y su sexualidad, llama la atención que una pareja así consistente en un miembro más distinguido y otro más vulgar, casí siempre hermanos, constituye un motivo casí constante de las leyendas y la literatura. En el Gilgamesh esto ha servido para exponer la relación de un hombre con su libido”. La imagen de esta pareja de hermanos, que Freud dice que sirve para describir la relación entre el hombre y su libido, es también una figura que sirve para describir la relación Freud Jung. Momento de verdad donde la apelación a una figura mitológica es un modo de volverse sobre lo que está sucediendo entre ambos. Al mismo tiempo esta polémica a dos también agita al conjunto del campo analitico. Las discusiónes se multiplican en el interior del grupo de las Reuniones de los miércoles en Viena. Jung le dice “... estoy avanzando con la teoría de la esquizofrenia, de la demencia precoz, pero no comprendo su teoría de la libido”, al tiempo que reconoce que la teoría de la libido y la sexualidad es “lo más destacado, lo principal, de la producción de Freud”. De lo cual éste está bien al tanto, como se lo hace saber en su carta del 25/03/07. La sexualidad es el fundamento del sujeto, resume el descubrimiento de Freud. Los caminos divergen cada vez más. Freud está en problemas al no poder transmitir uno de sus Grundbegriffe, de sus conceptos fundamentales, a su principal discípulo, a quien por anticipado designa como sucesor. ¿Participa esto del orden de problemas que nos plantea Platón respecto de la enseñanza de la virtud? Para él, como lo muestra en sus diálogos la virtud, la arethé, aparece participando o al menos oscilando entre lo que es articulable en un saber científico, es decir del cual se pueden dar las razones a diferencia del saber ligado a la ortho-doxa y lo que no lo es; luego entre lo que es enseñable y lo que no lo es. Mientras Freud no encuentra ni el modo ni el camino de transmitir a su principal discípulo algunos conceptos fundamentales, la polémica que

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mantiene con él respecto a la sexualidad, libido sexual, el incesto, se convierte en una polémica a varias voces. Toda esta correspondencia Freud Jung sucede al mismo tiempo que Freud mantiene una polémica dentro de la Sociedad Vienesa de Psicoanálisis principalmente con Adler. Es importante delimitar el entretejido de la discusión con la suposición de saber y poder. En la carta 237J, 28 de febrero de 1911, Jung le anuncia a Freud que se va a ocupar del tema del incesto. Es el comienzo de su reflexión al respecto: “Ahora pienso mucho en el tema del incesto y he hallado notables fantasías en varios pacientes. De aquí saldrá algo.” Freud contesta el 4 de marzo de 1911: “Desde antes de ayer soy presidente del grupo vienés, de la Sociedad Vienesa de Psicoanálisis. La cosa ya no marchaba con Adler, él lo advirtió y declaró incompatible continuar llevando la dirección del grupo con sus nuevas teorías. Stekel, que ahora es carne y uña con él, le ha seguido y yo me he decidido a tomar de nuevo las riendas en mi mano tras esta tentativa fallída. El vicepresidente es Hitschman, un ortodoxo, como usted sabe. ... Ahora yo me considero como el cumplidor de la venganza de la ofendida diosa Libido.” Es decir, contesta a las cuestiones planteadas respecto de la libido y el incesto comentando cómo ha encarado la cosa con Adler y Stekel. Freud especifica los términos de la discusión con Adler. Éste ha efectuado una exposición el 4 de enero de 1911 titulada “Einige Probleme der Psychoanalyse”, “Algunos problemas del psicoanálisis” entre cuyos puntos a desarrollar se encontraban: 1) El rol de la sexualidad en las neurosis, 6) Sobre la teoría de la libido y con ello expuesto su punto de vista de que se trata de una transposición de la libido en la neurosis y en la cultura und dabei seinen Standpunkt hervorzuheben, der von einer Entstellung der Libido in der Neurose und Kultur handelt ... Allí se afirma: “que las fantasías incestuosas ... no constituían el punto nodal de las neurosis”. “Alles was uns der Neurotioker an Libido zeigt, ist nicht echt.” “Todo lo que el neurótico muestra de la libido, no es auténtico.” Y que las fantasías incestuosas están lejos de ser “el complejo nuclear de las neurosis”. Federn interviene en la discusión sintetizando lo que escuchó: “… en relación al tema central de la exposición de Adler, su contribución es que la sexualidad no sería el centro y la causa de la neurosis...”. Citando los términos de otra exposición de Adler del 1 de febrero de 1911, titulada “La protesta masculina como problema nuclear de las neurosis” Freud dice: “En una discusión utilizó el argumento siguiente: si uds preguntan de dónde procede la represión, recibirán la siguiente respuesta: de la Cultura. Si preguntan luego de donde procede la Cultura, la respuesta es: de la represión. Ya ve usted que no se trata más que de un juego de palabras.” ... “En otra ocasíón le llamé la atención acerca de un

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trabajo que ya estaba imprimiéndose y en el que decía que la actitud hostil contra el padre se formaba ya en el período asexual de la infancia. El lo negó, pero se lo señalé en el trabajo impreso; allí ponía presexual, mas ¿presexual no significa, desde luego, asexual?” La objeción se dirije directamente contra la afirmación de Freud de que la la sexualidad se ubica en el fundamento del sujeto. Toda la potencia de la Cultura Kultur, que tiene una significación un poquito más amplia que lo que sugiere el término en castellano, procede de las operaciones efectuadas sobre la libido sexual. A la objeción de Adler (compartida por Jung): “… la sexualidad no lo es todo” Freud responde (especialmente a una intervención de Adler del 1 de febrero de 1911 titulada “La protesta masculina como problema nuclear de las neurosis”) que con esa “renegación de la libido”, “Verleugnung der Libido”, la libido, en el razonamiento de Adler, “prácticamente no es real” “es freilich nicht real” “y su fuerza reside completamente en otra parte”. Estas afirmaciones llevan a la “Verleugnung des Unbewußten” “a la renegación del inconsciente’. Freud insiste, el núcleo de la neurosis, así como del inconsciente, es la libido sexual. En la reunión del 1 de marzo de 1911 el Dr. Hitschmann abre la reunión comunicando que Adler ha visto la incompatibilidad de su lugar en la Asociación y sus posiciones y que Stekel lo ha acompañado en su renuncia. Por “Akklamation” Herr Prof. Freud es elegido como director de la Asociación. Jung contesta a los informes freudianos el 19 de marzo de 1911 diciendo que “La cuestión planteada por Adler sobre represión y cultura es una ‘cuestión doctoral’ bastante típica, destinada exclusivamente a engañar a alguien y no a favorecer a una verdad”. En la misma carta y en medio de toda esta polémica afirma: “Tan sólo ahora disfruto de las pruebas de su Schreber. No solamente está escrito de un modo sabroso y apasíonante, sino incluso brillante". Freud, 244F, 25 de marzo de 1911, le pregunta, en ocasíón de un Congreso en Australia, “He pensado si no podríamos redactar un pequeño escrito programático, un extracto de varias páginas de nuestra Conferencias de Worcester y si no podríamos hacerlo juntos. Yo puedo redactar un trozo y enviárselo a usted para completarlo o modificarlo, de modo que pudiésemos firmar juntos.” Casualmente el 7 de abril de 1911 Freud informa a Jung que Otto Gros ha reaparecido enviándole “un trabajo que le ruega imprimir titulado ‘En defensa propia. [recordar el título de Fliess “In eigene Sache”] Sobre la así llamada escuela Bleuler-Jung.’ Donde reclama dos cosas: que Bleuler se le

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ha apropiado de la denominación demencia seyunctiva para calificarla de paranoia y que el trabajo de Jung ‘La importancia del padre’ procede de lo que él le comunicó en su análisis.” Freud agrega “Le he contestado rechazando el trabajo. Las disputas acerca de prioridades me son antipáticas desde siempre (¡señal de complejo!)... Jamás he solido plantear exigencias acerca de ideas comunicadas durante un diálogo”. ¡Están tocando su canción Fliess, Dr Freud! Jung sigue en coordinación con Freud. “Me acuerdo mucho aún de la reunión de Munich. Hemos de conquistar también al ocultismo. Y me parece que a partir de la teoría de la libido. Ahora le estoy dando vueltas a la astrología ... Por favor, déjeme vagar a mis anchas por estas infinitudes”... Freud sigue en sintonía: “Sigo con el más alto interés sus informaciones acerca del sistema de las fantasías inconscientes en un caso de demencia precoz. ... Acerca del papel de las fantasías –su introversión de la libidoestoy pensando algo importante. Pero para tiempos mejores.” “No me copie”, le ruega Freud. “Ud sabe de mi complejo de inferioridad”, replica Jung. 20 de agosto de 1911 Freud informa a Jung: “... ardo en deseos de leer su trabajo Transformaciones y símbolos de la libido”. A lo que contesta el 29 de agosto de 1911 Jung: “Me ha deparado usted una gran alegría con su carta. Sigo siendo muy sensible con respecto al reconocimiento que concede el padre. ... Asímismo tengo la sensación de que este período está lleno de milagros ... nos hallamos ante algo muy grande... No quiero decir demasíado sino que desearía inducirle a usted (de modo asaz inmodesto) a asociar libremente o bien fantasear sobre mi trabajo Transformaciones y símbolos de la libido; estoy seguro de que se tropezará, al hacerlo así, con extrañas cosas.” Mientras tanto Freud, pasa por la casa de Jung camino al Congreso de Weimar para el que ha redactado, como le dice en la carta 270F, del 1 de septiembre de 1911, “un pequeño apéndice al análisis de Schreber”. Jung aporta ‘Contribuciones al simbolismo” y en ese Congreso él y Riklin son elegidos, por Akklamation presidente y secretario respectivamente de la Asociación Internacional. El 11 de octubre de 1911 Freud dio a conocer la salida de Adler, Bach, Hye y Maday ya que tras un detenido debate se adoptó la decisión de la incompatibilidad de la pertenencia a esta Asociación y a la Soc de Invest Psicoanalítica Libre, dirigida por Adler. Nota al pie de la Correspondencia

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Freud Jung, pag. 511 de la edición castellana, “ello dio lugar a la salida (o a la exclusión) !!! de ... Jung está en el servicio militar, desde donde dice: “Me han interesado las novedades de Viena. ¿Sabremos pronto los nombres de los disidentes? Considero una suerte que haya tenido lugar esta catarsis.” En medio de esta “catarsis o salidas o exclusiones” Jung termina de escribir Transformaciones y símbolos de la libido, donde pone por escrito el paso que ha dado. Todo parece nuevamente marchar pero de pronto irrumpe, en medio del curso de la relación y la Correspondencia, Emma Jung. Carta pag. 517. Va directa al punto: “Desde su visita a nuestra casa me atormenta precisamente la idea de que la relación de usted con mi marido no es por completo como podría y debería ser, y ya que ello no ha de suceder ineludiblemente así, deseo intentar hacer cuanto esté a mi mano. No sé si me equivoco al pensar que usted, de algún modo, no está por completo conforme con las Transformaciones de la libido.” “Ud no habló en absoluto al respecto y sin embargo yo creo que a ambos les vendría bien que hablasen en alguna ocasíón a fondo sobre ello.” Jung le informa, el 6 de noviembre de 1911, que “Mi segunda parte no está aún concluída ...”. El mismo día Emma Jung vuelve a escribirle a Freud: “Si hablé de las Transformaciones fue principalmente porque sabía con qué interés esperaba Carl su juicio al respecto, ya con anterioridad decía con frecuencia que usted seguramente no estaría conforme con ello y por tanto esperaba sus opiniones con cierta preocupación”. Freud a Jung el 12 de noviembre de 1911: “Uno de los trabajos más bonitos que he leído ahora (de nuevo) es el de un conocido autor sobre las Transformaciones y símbolos de la libido. ... es lo mejor que el esperanzado autor ha producido hasta ahora, si bien no lo mejor de lo que puede hacer aún ... En ocasíones tengo la impresión de que el cristianismo limita demasíado el horizonte. ... No menos me alegran las múltiples coincidencias con aquello que yo ya he dicho y con lo que aún desearía decir. ... es para mi un tormento pensar, cuando tengo actualmente alguna ocurrencia, que con ello le quito a usted algo o bien que me apropio de alguna cosa que usted fácilmente habría logrado por su cuenta. ... he comenzado algunas cartas en las que pongo a su disposición algunas ideas y observaciones …” Otra vez vacilaciones en torno a este punto de poner y ponerse a disposición del otro. Vemos aún a Freud fundido con el otro… en un cuerpo común de preocupaciones y ocupaciones.

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Contestación de Jung en la misma frecuencia de problemas. 14 de noviembre de 1911: “De todos modos me resulta agobiante que entre usted también en este terrreno de la psicología de la religión”. El lazo se torna agobiante. El 24 de septiembre de 1910, desde Roma, carta 212, Freud informa a Jung: “Diversas notas científicas que me traje se han unido para formar un trabajo sobre paranoia (es decir, el caso Schreber), al cual le falta aún el final, suponiendo todo un avance hacia el esclarecimiento del mecanismo y la elección de neurosis.” Prosigue el 01 de octubre de 1910: “En Sicilia (donde había estado pasando sus vacaciones junto a Ferenczi) no leí ni la mitad del libro (de Schreber) pero el misterio está claro. La reducción al complejo nuclear resulta fácil.” “Se demuestra así de nuevo lo que hemos visto en su tiempo en Zurich en tantos casos paranoides, que los paranoicos fracasan en la tarea de evitar la preocupación de sus inclinaciones homosexuales. Con ello se habría alcanzado la conexión con la teoría. En esta teoría he avanzado un trecho durante el viaje, que quiero comprobar ahora en la historia clínica de Schreber y en algunas otras publicaciones sobre paranoia... En todo caso surgirá un estudio sobre Schreber y las gentes podrán creer que he establecido la teoría a partir del libro [de Schreber]. Participo de su entusiasmo por Schreber, es una especie de revelación.” “Tras una lectura repetida quizá sea posible resolver las diversas y encantadoras fantasías...”. El 31 de octubre de ese año agrega: “... el complejo de castración es más que evidente.” Luego “La colosal importancia de la homosexualidad con respecto a la paranoia es confirmada por la fantasía central de castración, etc. Sigo esperando noticias de nuestro Paul Daniel de Stegmann.” Se ve entonces los pasos que va dando la construcción de su posición respecto de las psicosis. Resalta la importancia de la homosexualidad, trata de reducir y ubicar el complejo nuclear, el complejo de edipo y el complejo de castración, al tiempo que explora y afirma la posibilidad de aplicar la teoría de la libido sexual a estos casos. Mientras siguen los conflictos en las Reuniones de los Miércoles F 221 del 25/11/1910 especialmente “Los enfados con Adler y Stekel me quitan el humor, ya que con ellos resulta difícil entenderse”. Adler (“persona muy decente, de elevado nivel mental es paranoico”) “Disputa constantemente por su prioridad…” “… estaría contento de librarme de ambos…”. El 03/12/1910 Freud le anuncia: “Con Adler la cosa va francamente mal… en mí evoca el recuerdo de Fliess, una octava más baja. El mismo paranoide”. “Resulta lamentable desde el punto de vista práctico que todo curse en el sentido de la supresión de la pulsion sexual …” me encuentro

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en una posición muy penosa entre mi convicción y el riesgo de que se me considere como un viejo intolerante que no deja que ascienda la juventud”. Es en este contexto que anuncia: “Tengo completo a Schreber …Desde luego no me gusta mi trabajo …”. En la 224J, Jung replica: “Me alegra mucho al pensar en Munich donde el Schreber no desempeña un escaso papel. Espero que mis manos tampoco estarán vacías…” Está trabajando a todo vapor en “Transformaciones y símbolos de la libido”. … me parece que esta vez he acertado en el blanco o bien muy cerca, pues el material se agrupa de un modo sorprendente… Ha de prepararse usted para algo especial, pues algo análogo no se había oído nunca de mí”. Freud intrigado, pero de cualquier modo enfrascado en su trabajo, dice: “Mi Schreber está concluido… El Schreber no está bien acabado desde el punto de vista formal, en realidad está realizado tan sólo rápidamente ya que mis circunstancias de tiempo y energías no hacían posible otra cosa pero contiene algunos aspectos interesantes y plantea el golpe más atrevido contra la +++ [SacroSanta] psiquiatría desde su demencia precoz”. Y viene la aclaración mayor: “En contraposición con trabajos anteriores esta vez carezco en absoluto de juicio acerca de la excelencia íntima, debido a la lucha con complejos internos (Fliess) que ha tenido lugar durante el mismo.” El paso respecto de la paranoia ha sido dado a la luz de volverse sobre la relación con Fliess y esto en un momento muy particular de la relación con Jung. En 228F del 22/12/1910 agrega: “Me alegra mucho que vea usted a Adler del mismo modo que yo. El asunto tan sólo me afecta porque ha vuelto a abrir las heridas de lo que sucedió con Fliess.” Es esa reapertura de la cuestión Fliess de Freud la que tiene una importancia fundamental en la elaboración del Schreber. “Ello me ha alterado la sensación de tranquilidad que venía teniendo durante el trabajo sobre la paranoia” Perdón, pero ¿cuál tranquilidad Dr. Freud? “Esta vez no estoy seguro de hasta qué punto puedo mantener alejados mis propios complejos…” Tiene lugar la reunión de Munich de diciembre de 1910. De resultas de esa reunión Freud escribe a Ferenczi: “Estoy más convencido que nunca que Jung es el hombre del futuro…” Pero el hombre del futuro tiene sus propias ideas, que ha anunciado a propósito de su “Transformaciones y símbolos de la libido”. Ahora, en 237J anuncia: “Ahora pienso mucho en el problema del incesto y he hallado notables fantasías en varios pacientes. De aquí saldrá algo”.

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Entonces insisten “los períodos Fließ”. Carta 254J Jung “De nuevo le he hecho esperar demasíado”. Freud contesta: “Esta vez sí he echado de menos sus cartas… Estoy muy contento de que tras ello no exista ya nada desagradable (léase periodos Fließ)” Sigue teniendo problemas con Adler y Stekel: a este último se propone “tener más paciencia con él” al otro “deseo con todas mis ganas una ocasíón para tirarle por la borda”. Jung el 8 de mayo de 1911 le dijo que era necesario meterse con el ocultismo para entender la Mitología. Culminaba con un : “En estos obscuros dominios existen cosas maravillosamente extrañas. Por favor, déjeme vagar a mis anchas por estas infinitudes. Traeré un rico botín para el conocimiento del alma humana”. Freud le contesta: “Ya sé que sus tendencias más íntimas le impulsan a usted al estudio del ocultismo y no dudo que retornará ricamente cargado”. “Pero no se quede ahí en las colonias tropicales es necesario gobernar en casa”. Es decir, métase en estos terrenos laterales pero no se olvide de la casa matriz, el psicoanálisis. Jung informa a Freud el 12 de junio de 1911 que ha intervenido en el congreso de psiquiatras suizos de Lausanne y he hablado allí de “Formas de fantasía inconsciente.” Aunque sigue ocupado con la astrología. Finalmente Freud anuncia el 15 de junio que se ha librado finalmente de Adler. Y “Sigo con el más alto interés sus informaciones acerca del sistema de fantasías inconscientes en un caso de demencia precoz.”. A su vez “Acerca del papel de las fantasías –su introversión de la libido- estoy pensando algo importante. Pero para tiempos mejores.” El mismo terreno, los mismos intereses, al mismo tiempo. Uno principalmente a partir de histeria y compulsión y el otro a partir de las psicosis a partir de las cuales dice por ejemplo Jung el 23/06/1911: “… las fantasías inconscientes contienen mucho material aplicable y conducen, quizás como ningúna otra cosa, lo más íntimo del hombre al exterior [¡!!] de modo tal que me pareció atisbar una esperanza para tratar también casos inabordables.” Atisbo de que lo que llama ‘fantasías inconscientes’ léase delirio, es el punto de abordaje de las psicosis. No es lo que hay suprimir como intentan la psiquiatría y las neurociencias sino que como lo considera el psicoanálisis: constituyen una de las puertas de entrada al tratamiento psicoanalítico de las psicosis. Freud le contestará: “Por lo que respecta a las fantasías inconscientes, participo tanto de sus apreciaciones como de sus expectativas”. Agrega: “Espero que estemos ahora libres de Adler. … Y anuncia que Hachs y Rank quieren fundar una nueva revista no médica”. Jung le informa el 11 de julio de 1911 que Adler le ha escrito. Un rumor, que al parecer circula en Viena dice que Jung ha exigido su alejamiento de

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la sociedad. “¿Quién lanzará esos rumores?” Freud contesta en una doble vertiente por un lado que es “Adler mismo”. Pero al mismo tiempo aclara que Adler ha elaborado ese rumor a partir de dos manifestaciones privadas de Freud. ¿Podrá Jung tratarlo con cautela psiquiátrica? Porque “Todo ello lo aprobará ahora: Tiene su desaprobación por mi modo de proceder a su respecto, nos ha puesto en discordia, etc.” Jung el 19 de julio de 1911: “… de aquí en adelante me encontrará más alejado aún de él [Adler] de lo que piensa. Partí también del principio que afirma que con el paranoico no hay que discutir nunca, sino sencillamente desmentirle sosegadamente.” Vuelta al tema de la psicosis. Jung informa a Freud el 26 de julio de 1911: “En Zurich trabajamos mucho en la demencia precoz. … El paralelismo mitológico es de una extraordinaria importancia con respecto a la demencia precoz, por lo que cada vez me doy cuenta de cuán oportuno es mi rodeo a través de la historia.” ¿En eco a estas cuestiones? Freud 20/08/1911: “Desde que se han despertado de nuevo mis energías mentales trabajo en un campo en el que quedará usted sorprendido de encontrarme (La nota de quien establece las cartas aclara que se trata del trabajo del cual surgió Totem y Tabu.) He revuelto cosas extrañas e inquietantes y casí estoy obligado a no hablar con usted acerca de ello. Su agudeza habrá adivinado todo si añado que ardo en deseos de leer su trabajo Transformaciones y símbolos de la libido.” Tal vez lo más importante de la carta es que Freud comienza hablando del Jahrbuch: “Hoy he recibido finalmente el Jahrbuch … En esta ocasíón no quiero pasar por alto testimoniarle a usted mi orgullo por haber podido hablarme al principio de cosas tan importantes y darle a usted las gracias por el modo que tiene usted de llevar adelante la causa…” Jung el 29 de agosto de 1911: “Me ha deparado usted una gran alegría con su carta. Sigo siendo muy sensible con respecto al reconocimiento que concede el padre…” Y agrega: “desearía inducirle a usted (de modo asaz inmodesto) a asociar libremente o bien fantasear sobre mi trabajo Transformaciones y símbolos de la libido estoy seguro de que al hacerlo, se tropezará así, con extrañas cosas.” Finalmente Freud revela su enigmático secreto respecto al renacer de su actividad mental después de Schreber (o ¿a causa de?) el 01/09/1911 escribe: “… mi trabajo durante estas semanas se refiere al mismo tema que el de usted: al origen de la religión. Tenía el propósito de no hablar al respecto, para no confundirle a usted. … Así pues, también usted sabe que el complejo de edipo contiene la raíz de los sentimientos religiosos.” Vuelta a crear, en esta nueva etapa, la posibilidad de constituir un “cuerpo

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común” de intereses y de trabajo. Dos cavando sobre las mismas vetas, con distintos estilos y en distintos lugares del yacimiento. Congreso de Weimar en septiembre de 1911. Freud lee un pequeño epílogo a Schreber que gira alrededor del sol como símbolo del padre donde cita a Jung y su Wandlungen und Symbole der Libido. Jung lee una comunicación Beiträge zur Simbolik, Contribuciones al simbolismo, trabajo no entregado y sólo conocido por la referata que de este trabajo hace Rank. Jung sigue siendo el presidente de la Asociacion Internacional. El 12 de octubre de 1911 Freud: “.. le informa a Usted que ayer he obligado a salir de la Sociedad a toda la banda de Adler (6 individuos)…”” El 13 le habla “sobre nuestras conversaciones sobre el Gilgamesh. Siendo indiscutible la interpretación de Gilgamesh y Eabani como el hombre y su grosera sensualidad….. ha servido también para exponer la relación del hombre con su libido. “Es gibt da noch allerlei Ahnungen und Zusammenhänge. Schade, daß wir nur in solcher technik gemeinsam arbeiten können.” Aquí existen aún toda clase de intuiciones y correlaciones. Lástima que tan sólo podamos trabajar juntos en esta técnica”. Abruptamente, y en este particular momento, irrumpen las cartas de Emma Jung. Primera carta (de una serie de cuatro dirigidas a Freud y una anterior, del 19/10/1911, a Ferenczi). En ella dice seguir “… la voz de mi inconsciente…” Desde su visita a nuestra casa (con ocasíón del Congreso de Weimar el mes anterior, septiembre de 1911) me atormenta precisamente la idea de que la relación d eusted con mi marido no es por completo tal como podría y debería ser… No sé si me equivoco al pensar que usted, de algún modo, no está por completo conforme con las Transformaciones de la libido.” En qué posición lo ve Emma Jung a Freud: “ por qué está usted tan resignado…?”. Emma Jung observa dos cosas: por un lado ve a Freud disconforme con Jung y al mismo tiempo “resignado”. En la segunda carta del 6 de noviembre Emma Jung: “Con su bella y cariñosa carta me ha liberado usted de terribles dudas … Si hablé de la Transformaciones fue principalmente porque sabía con qué interés esperaba Carl el juicio de usted al respecto, ya que con anterioridad decía con frecuencia que seguramente no estaría usted conforme con ello… Puede imaginar usted que me alegra y me honra la confianza que tiene usted con respecto a Carl pero casí me parece que en ocasíones da usted demasíado ¿no verá usted en él más de lo necesario a su sucesor y culminador? ¿Es que con frecuencia no se da mucho porque se espera recibir mucho?”

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Mientras Freud tranquiliza a la mujer de Jung, escribe a éste el 12/11/1911: “Las lecturas relativas a la psicología de la religión van muy despacio. Uno de los trabajos más bonitos que he leído ahora (de nuevo) es el de un conocido autor sobre las Transformaciones y símbolos de la libido.” Le dice tres cosas sobre el libro en sí: ‘hay cosas bien expresadas, definitivamente formadas, otras donde tiene la impresión de que el cristianismo limita demasíado el horizonte y finalmente está más sobre las cosas que en las cosas mismas. En definitiva “… es lo mejor que el esperanzador autor ha producido hasta ahora, si bien no lo mejor de lo que puede hacer aún”. ¿Puede un halago ser tan tremendamente demoledor? Al mismo tiempo agrega: “No menos me alegran las múltiples coincidencias con aquello que yo ya he dicho y con lo que aún desearía decir. … es para mi un tormento pensar, cuando tengo actualmente alguna ocurrencia que con ello le quito a usted algo o bien me apropio de alguna cosa que fácilmente habría logrado usted por su cuenta.” Otra vez las canteras, los territorios, del ‘cuerpo común’. ¿Cómo se siente Freud? “Con frecuencia no sé que he de hacer cuando esto sucede, he comenzado algunas cartas en las que pongo a su disposición algunas ideas y observaciones, pero no las termino … ¿Por qué demonios habría de dejarme inducirle a que me siga hacia este territorio? Ihnen auf dieses Gebiet zu folgen? [Equívoco, es a seguirle a Jung o a seguirle a Freud? La traducción de Taurus reza: “¿Por qué demonios habría de dejarme inducir a seguirle a ese territorio?” Pero está descartado por el contexto porque Freud está diciendo que cuando piensa en escribirle y poner a disposición sus ideas y observaciones no lo hace … por el temor de inducir al otro a seguirle en la dirección que dichas observaciones e ideas sugieren. De cualquier modo la cuestión del seguir está en el centro del problema]. En este sentido me tiene que proponer usted algo. Pero probablemente nos cruzaremos de modo tal que yo cave mis corredores mucho más subterráneamente que usted sus propias minas de modo que tan sólo pueda saludarle al salir de nuevo a la luz del día”. El eco en Jung, 14 de noviembre de 1911: “Muchísimas gracias por su simpática carta… De todos modos es para mi muy agobiante que entre usted también en este terreno de la psicología de la religión.”. Reconocimiento por parte de ambos de que están compartiendo y cavando en el mismo terreno. Cuerpo en común de temas e intereses. Jung sigue: “Nuestra idiosincrasía personal hará asímismo que nuestra labor sea también muy distinta” ¿Como estar dos al mismo tiempo sobre el mismo cuerpo de problemas?. “Esa diferencia en el modo de trabajar dará lugar a que de tiempo en tiempo nos volvamos a encontrar en sitios inesperados. Seguramente se adelantará usted en algunas cosas, pero ello no tendrá

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demasíada importancia, ya que usted se ha adelantado ya en lo más grande. Tan sólo al principio resulta difícil acostumbrarse a esta idea. Mas adelante da igual. El mundo es lo suficientemente rico como para reservar siempre algo que descubrir”. Expresión de deseos en función del agobiante fantasma que el otro lo tome todo y no deje nada por descubrir, es decir, que el otro ocupe todo ese cuerpo común. Entonces Jung elige un punto de cruce: “En mi segunda parte [Transformaciones y símbolos de la libido] me he enfrentado muy osadamente con la teoría de la libido. Aquel pasaje de su Schreber en el que se tropieza usted con el problema de la libido (naturaleza de la libido, cuya retirada da lugar a la pérdida de la realidad) es uno de los puntos donde la senda de mis ideas se cruza con una de las suyas. Opino precisamente que el concepto de libido de los Tres ensayos ha de ser ampliado en cuanto al aspecto genético, a fin de que la teoría de la libido pueda ser aplicada a la demencia precoz.” Freud le responde el 30 de noviembre de 1911: “Me interesaría mucho saber qué es lo que quiere decir usted con la ampliación del concepto de libido para que resulte aplicable a la demencia precoz. Temo que nos surja aquí un malentendido como en otra ocasíón en la que en un trabajo usted afirmó que la libido para mí era idéntica a todo género de ganas o deseos, mientras que yo sencillamente presupongo que existen dos pulsiones y que tan sólo se puede designar como libido a la energía pulsional de la pulsión sexual. La premura de tiempo me obliga a abreviar esta carta, aunque aún tendría que charlar con usted de multitud de cosas. Con un alegre saludo, pese a todo enfado...” El arder en deseos por leer lo que Jung tenía para decir sobre la libido deja lugar al enfado por malentendido repetido. Jung precisa su observación. Se apoya sobre algo que, entiende, el mismo Freud habría señalado acerca de la insuficiencia de la noción de la libido en su escrito sobre Schreber. “Por lo que respecta a la libido he de confesarle que su observación en el análisis de Schreber, pag. 65, 3, ha despertado en mí un tonante eco. Tal observación, es decir, la duda en ella expresada, ha despertado de nuevo todo aquello que me ha dificultado tan extraordinariamente durante años la aplicación de la teoría de la libido a la demencia precoz. El déficit en cuanto a la función de la realidad en la demencia precoz no se puede reducir a la represión de la libido (definida como hambre sexual) o al menos yo no lo logro. Su duda me muestra que este problema no es tampoco solucionable así, con arreglo a su concepción”. Golpe mortal para Freud. Su principal discípulo y sucesor pone en cuestión el eje de su concepción, la libido sexual, bajo pretexto que no funciona respecto de la demencia precoz, esto es, las psicosis. Si la libido

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sexual no funciona aquí no funciona en ningún lado, luego, no funciona el discurso analitico mismo. Sigue Jung. “Ahora he escrito todo cuanto he pensado en el transcurso de estos años acerca del concepto de libido, como un capítulo correspondiente a mi segunda parte. En él me enfrento cuanto puedo con el problema y he llegado a una solución ... Lo esencial es que intento sustituir el concepto ... Debe dejar que mi concepción actúe sobre usted como un todo. Los fragmentos apenas pueden hacerse inteligibles.” A todo esto ¿Qué había escrito Freud en su Schreber? En el punto III Acerca del mecanismo paranoico, en la versión de la editorial Amorrortu en la pág. 68, “Una tercera reflexión, que se sitúa en el terreno de los puntos de vista aquí desarrollados, nos sugiere preguntarnos si debemos suponer lo bastante eficaz el desasímiento general de la libido del mundo exterior como para explicar desde ahí el «sepultamiento del mundo», y si en tal caso no alcanzarían las investiduras yoicas retenidas para mantener el rapport con el mundo exterior. Uno debería entonces hacer coincidir lo que llamamos investidura libidinal (interés desde fuentes eróticas) con el interés en general, o bien considerar la posibilidad de que una vasta perturbación en la colocación de la libido pueda inducir también una perturbación correspondiente en las investiduras yoicas. Ahora bien, estos son unos problemas para cuya respuesta carecemos de todo socorro y somos incompetentes. Distinto sería si pudiéramos partir de una doctrina de las pulsiones segura. En verdad, no poseemos nada parecido.” Por un lado se podría entender como una afirmación de que se carece de respuesta para estos problemas. Aunque un poco mas adelante Freud precisa “El paranoico percibe el mundo exterior, se da razón de sus alteraciones, la impresión que le produce lo incita a operaciones explicativas (los hombres «improvisados de apuro»), y por eso considero totalmente verosímil que su relación alterada con el mundo se pueda explicar de manera exclusiva o predominante por la falta del interés libidinal.” Es decir, afirma que estos problemas en un sentido no tienen una solución completa pero que, a su entender, refieren fundamentalmente a la libido. Al mismo tiempo vuelven a aparecer los mismos problemas que respecto a la cuestión Sabina Spielrein. Eso que constituyó el motivo, enmascarado, y mentiroso, de la consulta de Jung a Freud en el comienzo de la correspondencia. Ahora Freud el 31/12/1911 le informa que “La C ha referido toda clase de cosas acerca de usted y de Pfister, si es que se puede llamar ‘referir’ a tales insinuaciones, de lo cual deduzco que ustedes no han adquirido aún la frialdad necesaria para la consulta, que participan aún demasíado y ponen mucho de personal a fin de exigir una correspondencia por ello.

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Recordemos que Jung había tenido relaciones con Sabina Spielrein, su paciente internada en Burghölzli. Cuando la madre de la paciente, a raíz de un anónimo (proveniente de la mujer de Jung), viaja de Rusia a Suiza para pedirle explicaciones, Jung juega el juego de la olla aujereada primero no quiere recibirla, luego la recibe frente a la amenaza del posible estado público de la cuestión pero contesta en verdad la “paciente” no es tal al no habersele abonado honorarios. Freud le aconseja: “¿Es que yo, el honorable y anciano maestro puedo advertir que por lo regular se equivoca uno con esta técnica, que más bien se ha de permanecer impenetrable y en una actitud receptiva?” Como contestación Jung alega que si hiciera lo contrario de lo que hace el analista ‘habrá de hacerse el muerto’ cosa que evidentemente no es la posición en la que se coloca. Está demasíado ‘vivo’. “Creo que en esto se trata mucho más de una diversidad en cuanto a nuestro modo de vida que de una esencial falta de acuerdo”. Freud replica “Lo que me ha escrito usted acerca de las circunstancias de la Sra. C. Casí me ha dolido. No debe hacerse usted reproche alguno con respecto a mí, sino modificar más bien la técnica en el sentido de una mayor reserva frente a la paciente....”. Jung reclama “aún durante cierto tiempo su generosidad...” A pesar de todo el 17/12/1911 Freud le dice (después que Jung escribiera ese libro de 300 páginas, al que 40 años después reescribirá totalmente) “estoy completamente de acuerdo en que aborde usted la cuestión de la libido (permiso que nadie le pidió) yo mismo espero mucho esclarecimiento de ello”. “Con frecuencia me doy cuenta que no tengo, durante mucho tiempo, necesidad alguna de aclarar un punto obscuro hasta que no me veo obligado a ello bajo la presión de hecho o de persona”. En la carta 301F 29/02/1912 Freud da un paso arriesgado al afirmar “El hecho de que yo haya de estar molesto con usted a causa de su tendencia a descuidar nuestra correspondencia, merece un detenido esclarecimiento psicoanalítico. Cierto es que yo era un corresponsal muy exigente y no puedo negar tampoco que espero sus cartas con una especial impaciencia y las he contestado de manera especialmente rápida. No he prestado atención a sus anteriores señales de falta de disposición. Pero esta vez me pareció finalmente que la cosa era más seria ... su negativa a informarme respecto a cómo se encontraba despuéds de haber sido mordido por un perro y el episodio con C me dejaron perplejo. Así pues, me rehice y suprimí rápidamente tal exceso de libido.”

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Hay allí el reconocimiento del “exceso” libidinal que Freud pone en la relación, Correspondencia. Jung, el 3 de marzo de 1912: “Su carta me ha hecho reflexionar mucho. El trabajo que escribo ahora (segunda parte de Transformaciones y símbolos de la libido) ha exigido tanto tiempo y energías porque se trata de un libro entero que contará de más de 300 páginas cuando esté impreso. Pienso que una realización así es más importante para el ulterior avance de nuestra causa que dispersarme en pequeños artículos... Por lo que respecta a las demás observaciones que usted hace en su carta he de decir que no puedo dejar de pensar que cuanto he hecho hasta ahora para la difusión del psicoanálisis... indudablemente tiene que ser para usted más importante que mis incapacidades y contradicciones personales. Si me hubiese tropezado con cualquier cosa seria que amenazase la causa, le habría informado de ello incondicionalmente a usted además con ella. Siempre que he tenido algo importane que informarle lo he hecho. ¿O es que acaso desconfía usted de mi? No creo que usted me pueda tomar a mal que sobre la escatología del psi tenga opiniones que no coincidan con las suyas”. Y agrega una larga cita de Zarathustra: “... Ahora os mando que me perdáis y que os encontréis a vosotros mismos y tan sólo cuando todos hayáis renegado de mi retornaré a vosotros... Mal se recompensa con agradecimiento a un maestro cuando se sigue siendo siempre un discípulo... Cuidad que no os mate una estatua... Como alguien que le sigue auténticamente a usted he de ser valeroso pero no ni mucho contra usted”. Tenemos todos los signos del tensamiento de la cuerda del lazo. Freud 304 f, intenta descomprimir, “¿Por qué tan meditabundo? … Por lo demás estamos de acuerdo en todo. Es en la relación entre nostros dos con el psicoanálisis donde estriba la base inconmovible de nuestras relaciones personales, pero resultaba desde luego atractivo edificar sobre tal base algo bello si bien más hábil de solidaridad íntima ¿no es así como tiene que proseguir? La necesaria independencia espiritual … ¿Cuándo emprendí yo tales tentativas de opresion intelectual? Nunca. Nos hallamos de nuevo unidos y con razón sera mejor que utilice usted tales meditaciones para el trabajo sobre la libido. Más si usted opina que quiere ser usted personalmente más libre a mi respecto ¿qué puedo hacer de mejor sino cesar en mi insistencia, ocupar en otro lugar mi libido desocupada y esperar hasta que haya descubierto que usted tolera una dosis mayor de proximidad?” Necesidad de libertad frente a la oresencia de una amenazante intimidad.

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Entretanto Jung termina su segunda parte de Transformaciones de la libido cosa que anuncia el 10 de marzo de 1912. El 21 de abril de 1912 Freud le escribe: “Con especial interés, como es lógico, espero su segundo trabajo sobre la libido, con las innovaciones con respecto al concepto de la misma, ya que pienso que la Declaration of independence proclamada últimamente por usted habrá encontrado ahí su expresión o se referirá en general a la misma. Se convencerá usted que yo también se escuchar y admitir o bien esperar hasta que vea algo más claramente.” En este estado espera Freud adivinando que se aproxima algo que marcará diferencias con su concepción pero sin terminar de ver claro en qué dirección. Jung agrega otro problema, tal vez sea a consecuencia de su posicion respecto de la libido. El 27 de abril de 1912: “… Asímismo me he ocupado intensivamente del problema del incesto y he llegado a conclusiones que hacen aparecer al incesto especialmente como un problema de la fantasía. ... tan sólo es ceremonia de expiación y prohibición sustitutiva … El enorme papel de la madre en la mitología posee una importancia sumamente superior al problema del incesto biológico, papel que tan sólo puede ser una fantasía.” Sigue Jung el 8 de mayo de 1912: “Creo, por tanto que... la prohibicion del incesto... sería mera fórmula o ceremonia de expiación in re vili, es decir, una cosa sin valor. El propósito de la prohibición, como puede verse, no es impedir el incesto sino promover la fundación de la familia (establecimiento de la piedad, del Estado)”. Freud el 14 de mayo: “Como seguramente espera usted, sigo sin ver clara su concepción del incesto...” (Esta parte de la Correspondencia se abre sobre el trabajo de Freud “La angustia frente al incesto”). Remate de Jung el 17 de mayo de 1912: “Por lo que respecta a la cuestión del incesto temo causarle a usted una impresión muy paradójica. Tan sólo me atrevo a introducir en la discusión una osada conjetura... el incesto está prohibido no porque se le desee ... carece de importancia ... es aparentemente importante, se trata puramente de una fantasía. … Esta vez espero haberme expresado algo más claramente…” Justo en el preciso moment en que Freud afirma que lo sexual es un real constituyente del fundamento del sujeto. Respecto de lo cual le ha comentado en detalle sus diferencias con Adler. Jung reitera que el incesto no es real, es pura fantasía, que la prohibición del incesto es mera fórmula o ceremonia de expiación, algo sin valor, in re

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vili, un montaje de la fantasía (que es la posición que Lacan adoptará en La Familia cuando haga suya la concepción de Jung de complejo). En la respuesta del 23 de mayo de 1912 Freud comete un lapsus, efectivo o buscado o construido “en lo referente al tema de la libido comprendo finalmente dónde estriba lo diferente de sus construcciones, pone entre paréntesis (yo quería decir naturalmente incesto)”. El lapsus indica la fuerte articulación que hay en Freud entre libido sexual y prohibición del incesto. “Lo que no comprendo aún es por qué abandona usted el antiguo punto de vista, no espero que me siga explicando por carta tan difícil asunto”. Es decir, por esta vía no llegan a ningún lado. La Correspondencia amorosa bordea un límite. “Cuando nos veamos tal vez podamos aclarar las cosas o cuando usted se exprese públicamente sobre esto” es decir, cuando escriba. “Yo creía hasta ahora, que la angustia procedía de las prohibiciones del incesto”. “Pero ahora usted dice que la prohibición del incesto más bien procede de la angustia”. Resuenan ‘los juegos de palabras’ de Adler. Entonces Freud cita: “Hay una falsa semejanza con el teorema de Adler, aún cuando yo, naturalmente, no quiero, de antemano, rechazar todo lo que ha inventado Adler. Éste decía que la libido del incesto está ‘arreglada’, es decir el neurótico no siente en absoluto deseo de su madre, si no que se quiere crear un motivo para asustarse de su libido y por eso se imagina, fantasea que su libido es tan grande que no respeta ni a su madre.” Éste es un punto importante, fundamental. Para Freud la libido, sexual, incestuosa es real, es lo que mueve todo el aparato. Es el fundamento (aún no articulado completamente en términos conceptuales) de la construcción freudiana. “Pues bien, esto, incluso ahora, me parece algo demasíado absurdo y basado en una completa incomprensión del inconsciente. Con arreglo a sus indicaciones no dudo que la derivación que usted hace de la libido incestuosa sería distinta. Pero existe un cierto parentesco.” Jung, 318, el 8 de junio de 1912 (las cosas comienzan a precipitarse) “Por lo que se refiere a la cuestión del incesto, con tristeza he comprobado cuan intensos motivos afectivos contrarios a mis propuestas se elevan en usted. Ya que yo creo contar por mi parte, con motivos objetivos, me veo obligado a aferrarme a mi concepto del incesto, pues no veo motivo alguno para apartarme de mis argumentos.” “El paralelismo con Adler es una amarga píldora que me trago sin chistar… Partí pensando poder confirmar la concepción del incesto hasta ahora establecida pero hube de ver que es algo distinta a como yo esperaba”. “El hecho de que no sintiese usted necesidad de verme en ocasíón de su

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visita a Kreuzlingen me lo he de explicar por la situación de la teoría cuya evolución en mí le resulta poco simpática.” Jung atribuye a Freud movimientos en función de las diferencias teóricas. Freud le responde, 13/06/1912. “Ya consideraremos la cuestión de la libido. Apenas puedo formarme una idea de la índole de su modificación y no sé nada de los motivos para ello… Aún cuando en principio no podamos ponernos de acuerdo, no hay que admitir que tal diferencia científica rompa nuestras relaciones personales…” “Por eso protesto contra su observación acerca de que el hecho de no ir de Constanza a Zurich estaría motivado por sentirme molesto a causa de su teoría de la libido” Y le da una detallada explicación de su viaje y sus motivos. “Me duele por tanto ver en esa observación de usted una inseguridad por lo que respecta a mi persona”. Jung prepara su viaje a Norteamérica donde dictará una serie de Conferencias (Aparecerán en alemán bajo el título Versuch einer Darstellung der psychoanalytischen Theorie Búsqueda de una representación de la teoría psicoanalítica). Le adelanta a Freud: “… contendrán diversas propuestas para modificar ciertas formulaciones teóricas. Tal paso resultó difícil. Pero no superaré a mi padre según la receta de Adler, como usted parece sospechar. No me va algo así. En el próximo Congreso someteré a discusión mi cargo de Presidente a fin de que la Asociación pueda manifestar si tolera o no puntos de vista desviados.” El compilador de la correspondencia agrega: pág. 583 de la edición castellana, pág. 235 de la edición alemana “Jung aprovechó estas lecciones para fundamentar detalladamente sus desviaciones más importantes con respecto a la doctrina de Freud. Putnam se ocupó de las mismas con sentido crítico, en una carta a Jones.” Putnam en la carta del 24/10/1912 escribió a Jones: “ … si yo lo he entendido correctamente ... él [Jung] piensa que la significación de la concepción completa de las tendencias sexuales infantiles en el sentido de Freud ha sido superada…” En parte como respuesta a ese momento crítico el compilador de la Correspondencia indica que Ernest Jones propone “constituir en torno a Freud un pequeño grupo de analistas de confianza, como una especie de ‘vieja guardia’; se hallaba bajo la impresión de la defección de Adler y Stekel y temía una ruptura con Jung. El 30 de julio de 1912 se lo preguntó a Freud y recibió una respuesta afirmativa”. Se constituyó entonces lo que se conoció como el “Comité de los siete anillos”. Compuesto por Jones, Ferenczi, Rank, Sachs, y Abraham, en 1919 y a propuesta de Freud, fue admitido Eitington.

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Precipitación de la ruptura, disolución del lazo luego de la construcción de un cuerpo común. Jung a su vuelta, el 11 de noviembre de 1912 escribe a Freud: “… también he expuesto, naturalmente mis puntos de vista, en parte divergentes con respecto a las opiniones hasta ahora mantenidas; me refiero especialmente a la teoría de la libido. He observado que mi concepción del psicoanálisis ganaba muchos amigos, los cuáles dudaban hasta ahora frente al problema de la sexualidad en la neurosis”. Promete enviarle un ejemplar de las conferencias “con la esperanza de que apruebe usted poco a poco ciertas innovaciones que ya apuntan en mi trabajo sobre la libido.” “En mí no se trata de cambios de humor sino de la afirmación de aquello que considero verdadero. De ello no me puede retener ningún miramiento hacia usted.” Advertencia: no va a tenerle ningún miramiento. “Por otra parte, esta carta puede mostrarle que no tengo en modo alguno la necesidad de cortar mis relaciones personales con usted. Tan sólo puedo asegurarle que por mi parte no existe renuencia alguna si no es la de negarme a ser considerado un necio con complejos.” Es decir, no quiere que sus posiciones sean atribuidas a sus complejos. Freud contesta cortante, tampoco tendrá miramientos. El 14 de noviembre de 1912: “No le saludo ya a su vuelta de Norteamérica tan cariñosamente como…” “Más el hecho de que con sus modificaciones haya disminuido usted muchas resistencias no lo debería inscribir sin embargo en su lista de méritos pues usted sabe que cuanto más se quiera alejar de las novedades psicoanalíticas tanto más seguro usted estará del aplauso…” “Su insistencia en ‘el gesto de Kreuzlingen’ me resulta tan incomprensible como ofensiva pero existen cosas que no se pueden resolver por escrito. Espero con interés una referata de sus conferencias pues a partir de su gran trabajo sobre la libido en el que algunas cosas me han gustado mucho –no el total- no he podido hallar el buscado esclarecimiento acerca de sus novedades”. Freud no se priva de un toque al agregar que Adler dice haber encontrado a los zuriqueses “huyendo llenos de pánico frente a la sexualidad” Jung contesta: “no me dejo asustar más, sino que mantengo mi orientación. Propongo que en el Jahrbuch predomine la tolerancia a fin de que cada uno pueda evolucionar a su modo. Tan sólo cuando se le deja a uno libertad para ello se puede dar lo mejor”. … ¡demos también paso libre al error bienintencionado!” Si en todo caso lo suyo fuese un error, claro. Ernest Jones despues de leer el trabajo de Jung sobre la libido dice a Freud el 12/09/1912: “… en una buena parte este trabajo cuadra de manera sorprendente con el desarrollo lógico de la Sexualtheorie que usted ha seguido en los últimos años…’. Y luego el 18/09/1912: “Mi impresión

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es que las divergencias científicas de Jung no se revelarán muy graves pero usted sabrá mejor a qué atenerse y estoy impaciente por saber lo que usted piensa de eso.” Freud acuerda con eso le escribe a Jones el 22/09/1912: “Respecto a lo que es de interés científico entre nosotros, estoy enteramente de acuerdo con usted que no hay gran peligro de separación entre Jung y yo.” Respecto de la cuestión de la libido y especialmente el párrafo al que se aferra Jung del Schreber: “…él me entiende mal. Jamás ni he obliterado ni cambiado el sentido de la libido, la he dejado en suspenso, pero he indicado una manera de resolverlo. “Él pretende, sin otras pruebas, que la teoría de la libido es incapaz de responder a la pérdida de la realidad como si esto fuese de suyo. Espero que tengamos al respecto una buena discusión, seguramente todo es discutible y muy interesante, no hay en esto ningún germen de hostilidad.” Y entonces agrega una cuestión a mi entender fundamental: “El hecho es que ha tropezado una primera vez en la aplicación de la teoría de la libido a la parafrenia y que ahora él tropieza de nuevo en la dirección opuesta, pero él bien podría tropezar y permanecer como mi amigo así como lo hizo cuando el primero de sus errores.” Jung podría mantenerse en sus errores y permanecer en relación a Freud. Aunque “estoy seguro de la imposibilidad de reencontrar mis antiguos sentimientos hacia él”. En este marco crítico se efectúa a una reunión general en Munich el día 24 de noviembre a las 9 am en el Parkhotel. Donde tiene lugar una escena en tres actos. Acto primero, el compilador de la Correspondencia expresa: “Durante un paseo de dos horas antes del almuerzo, Freud y Jung discutieron el ‘gesto de Kreuzlingen’. Jung admitió un malentendido y se disculpó, tuvo lugar una reconciliación.” Acto segundo: luego de la reconciliación vino ‘un alegre almuerzo’. Acto tercero: Ernest Jones, Tomo II, pág. 159 edición castellana: refiere que después de la explicación de Freud “Jung se mostró muy contrito y admitió la existencia de rasgos difíciles en su carácter. Pero también Freud tenía necesidad de desahogo y no dejó de hacerle una buena reprimenda. Jung aceptó todas sus críticas y prometió enmendarse. Durante el almuerzo Freud se mostró muy animado, exaltado indudablemente por la idea de haber vuelto a conquistar plenamente a Jung. Hubo un breve comentario del reciente artículo de Abraham sobre un personaje egipcio, Amenhotep, durante el cual se registraron algunas divergencias de opinión y a continuación de esto Freud comenzó a criticar a los suizos por las recientes publicaciones en Zurich en las que su obra, e incluso su nombre,

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era ignorado.” En el Tomo I, pág. 329 “Freud comenzó a hacer reproches a dos suizos: Jung y Riklin inculpándoles escribir artículos sobre psicoanálisis sin mencionar su nombre. Jung replicó que eso no era necesario por lo sabido … Freud persistió en su actitud y recuerdo que lo que yo pensé entonces era que tomaba el asunto en forma demasíado personal. De pronto, ante nuestra consternación Freud cayó al suelo, totalmente desmayado… Sus primeras palabras cuando comenzó a volver en sí fueron bien extrañas: ‘Qué lindo debe ser morir!’ …” En la misma página Jones cita extractos de una carta que le remitiera Freud el 8 de diciembre de 1912. Allí Freud le dice: “Le agradezco vuestras justas observaciones sobre Jung… Él se conduce como un perfecto idiota, se toma por Cristo en persona y en las cosas particulares hay siempre algo del pillo Lausbub. Pero se ha portado de maravillas en Munich, ha recibido un castigo severo y como considera al psicoanálisis como su propiedad y que su posición respecto a mí está lejos de la indiferencia espero como usted que él permanecerá junto a nosotros. Las cartas que recibo de él son remarcables, pasando de la ternura a la insolencia arrogante. Él desea un tratamiento, pero mi última crisis me ha hecho perder una porción de autoridad.” Allí aparece que Freud no era la primera vez que perdía el conocimiento (¡!!) frente a Jung. Jung se lo hace notar a Jones a propósito de sus dichos: “Vuestro material biográfico es muy interesante aunque hubiese sido juicioso consultarme respecto de ciertos hechos. Por ejemplo usted se equivoca completamente al referir el desvanecimiento de Freud. No era de ningúna manera el primero; había habido ya un primer desvanecimiento en 1909 antes de nuestra partida de Bremen para Norteamérica en circunstancias psicológicas muy parecidas”. Y Freud en la carta a Jones del 8/12 agrega: “Debe de haber algún elemento psíquico en este ataque, que además estaba largamente fundado en la fatiga, el mal sueño y el tabaco, porque yo no puedo olvidar que 4 o 6 años antes sufrí síntomas muy semejantes pero lejos de ser tan intensos en el mismo lugar del Parkhotel: cada vez tuve que dejar la mesa. He descubierto Munich cuando visité a Fließ en el curso de su enfermedad (usted recuerda “Propyläen” en la Traumdeutung) y esta ciudad parece haber adquirido un sólido lazo con mis relaciones con ese hombre. Hay un elemento de homosexualidad rebelde en la raíz de este affaire…” Freud está muy consciente entonces de la repetición Fließ Jung y que está en juego esto que nombra como homosexualidad en el lazo muy profundo e íntimo con un hombre. Experiencias de donde extrae lo que él califica como su único saber sobre la paranoia.

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Ernest Jones al responderle el 23/12/1912 le expresa: “Vuestras observaciones sobre la crisis de Munich me han interesado más aún cuanto yo había sospechado un elemento homosexual y es por lo que había observado que diciendo adiós en la estación usted tenía problemas para renunciar a los sentimientos que le inspiraba Jung (queriendo decir con ello que quizas, había alguna transferencia hacia él de afectos más antiguos en usted).” Jones habla directamente de transferencia de Freud hacia Jung, y ésta como repetición de la transferencia con Fließ, en los dos casos está en juego el profundo e intenso amor a un hombre con el que se produce una “fusión”. Freud completa esto El 26/12/1912 diciendo que “Respecto a Jung, para haber perdido completamente la cabeza, se conduce como un demente”. La salida de la relación de fusión sabemos que algunas veces tiene consecuencias desvastadoras. A veces duraderas otras no. A posteriori Jung dirá que estuvo psicótico en el período posterior a la ruptura con Freud. Freud termina diciendo “Después de algunas cartas gentiles, Jung me ha escrito una de una insolencia extrema, probando que su experiencia de Munich no dejó sobre él la menor huella.” Claro que “Él ha operado bajo el efecto de una provocación muy ligera. Yo había llamado su atención sobre un fallído de su carta…”. “Uno encuentra el mismo mecanismo con reacciones idénticas que en el caso Adler…. Habiendo pasado el sentimiento de vergüenza que esta carta me inspiró yo se la habría enviado para que le echara un ojo pero ella está actualmente entre las manos de Ferenczi…”. Cuenta que primero elaboró una respuesta amable pero que “nuestros intereses comunes hacen obstáculo a una separación oficial”. De cualquier manera se encuentra inclinado “a romper toda relación privada con él”. Al final “Usted tiene razón en suponer que yo había transferido sobre Jung sentimientos homosexuales provenientes de otra parte, pero estaba furioso de darme cuenta que no tenía ningún problema en sacarlos de esa localización y ponerlos en circulación. Nosotros tendremos una buena discusión sobre esta cuestión”. Clara comunicación de qué se trataba toda esta cuestión para Freud. El lazo con Fließ y Jung quedó enlazado por la repetición. A eso Freud lo nombrará lazo homosexual y a su entender es característico de la paranoia. El affaire transferencial y el affaire paranoico giran alrededor de la misma cuestión: un profundo e intenso lazo de fusión entre-dos. Ese saber analítico ha sido extraído de la transferencia, de la experiencia

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transferencial de Freud primero con Fließ y luego vuelto a vivir con Jung. A su vez esa experiencia es la que hizo virar el camino médico científico de Freud hacia el discurso analítico. Otro de los actores principales del asunto es Ferenczi. Con el cual Freud se explaya más extensamente que con ningún otro. A este último acto podríamos tomarlo desde el 23 de junio de 1912 cuando Freud escribe: “Que Jung haya sido invitado a Norteamérica no augura nada bueno”. Para la Causa, se entiende. El 04/07/1912 “Todo lo que me viene de Zurich, o lo que se me refiere de allí testimonia de una mala situación allí. Oberholzer, Pfister, Binswanger acuerdan en estigmatizar la revuelta de Jung, lo que vuelve el porvenir muy incierto.” La cosa continúa el 28 de julio cuando Freud adjunta carta de Jung donde este insiste con ‘el gesto de Kreuzlingen’. Amén de ‘algunos puntos incomprensibles’ Freud dice que “Por el momento no voy a responder, yo puedo darme algunas semanas y no hacer nada en absoluto, lo que facilita una ruptura formal. Se verá.” De cualquier modo agrega que “Ahora, ellos [los suizos] dudarían de la influencia de los complejos infantiles y estarían a punto de apelar a las diferencias raciales para explicar la diferencia teórica. Jung en este momento debe estar en estado de neurosis florida. Cualesquiera sea la salida de todo esto, mi intención de fundir juntos a judíos y goyim al servicio del psicoanálisis, me parece un fracaso, por el momento. Ellos se separan como el agua y el aceite.” A lo que Ferenczi contestará el 06/08/1912: “Después de todo lo que me era conocido del comportamiento de Jung, su declaración oficial de guerra ciertamente podía entristecerme pero no sorprenderme… Jung trata al psicoanálisis como si fuese un affaire personal entre ustedes dos [!!!]” Jung se comportaría como si el psicoanálisis fuese el territorio privado de Freud y “… y no algo objetivamente científico”. Ferenczi bajo la forma de la renegación reconoce bien de qué se trata. El psicoanálisis es fundamentalmente un affaire transferencial y no un campo científico. “Los otros suizos, por estar demasíado sometidos a su sugestión, son, tous autant que ellos son, antisemitas”. Y como haciendo coro, del otro lado, al antisemitismo suizo, agrega: “Raramente me ha aparecido con tanta claridad como ahora, el privilegio psíquico de haber nacido judío y haber sido preservado en la infancia de absurdidades atávicas. Putnam podría fácilmente, también él, tener una recaída: usted tiene que tener un ojo vigilante sobre Jones [son los dos goyim que quedan] y cortarle el camino de la retirada”. [¡!!!] Y para rematarla: “Soy muy feliz de que usted tome tan ligeramente la

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defección de Jung. Esto me prueba que usted ha renunciado definitivamente a los esfuerzos desesperados para promover un sucesor personal y que usted abandona la causa del psicoanálisis a su destino, después de haber hecho por ella todo lo que estaba en su poder.” Freud el 8/08/1912 da cuenta de lo que ha escrito a Jung a raíz de la carta donde éste le anuncia su viaje a Norteamérica. “El derecho a las opiniones divergentes va de suyo pero que si las divergencias iban tan lejos como las de Adler (supresión del inconsciente, de la represión, de la sexualidad infantil) evidentemente la cuestión que se planteaba era saber qué sentido tenía el navegar bajo el mismo pabellón… que el problema de saber por qué tales modificaciones debían sobrevenir en medio de tempestades afectivas y en detrimento de las relaciones humanas, lo dejaríamos para más tarde…” El 21 de octubre Ferenczi dice haber comenzado a leer el artículo de Jung sobre la libido. Después de una crítica del artículo agrega: “Como usted lo ve, comienzo a dejarme llevar a criticar a Jung. Pero yo no considero a esta tarea como una tarea personal, yo quiero ser solamente el intérprete de nuestros esfuerzos comunes…”. “Lo que yo he escuchado del comportamiento de Jung en Norteamérica (al que yo debo calificar de tramposo) me facilita a mi también la tarea de la crítica. … Quiero poner al desnudo el vacío y la confusión que caracterizan su trabajo, haciendo eso desde ya que quiero limitarme estrictamente a los hechos pero los hechos seguramente hablarán contra él.” Los supuestos hechos, hablan antes de hablar. Antes de leer ya lee, ya tiene una dirección de lectura. En la siguiente carta del 25 de octubre se agarra la cabeza por ‘el exceso de benevolencia’ que han tenido respecto a Jung. “A cada instante se sale de los rails de la observación científica y se transforma en fundador de religión”. “Identifica la confesión con el psicoanálisis…” “No ha analizado jamás…” “No quiere renunciar a la homosexualidad oculta poniéndola a la luz…” Freud en eco el 27 de octubre de 1912: “Inútil decir que vuestras observaciones sobre Jung me parecen completamente evidentes…” Ferenzci el 10/11/1912 sin embargo encuentra que: “La lectura, por momentos, poco satisfactoria del trabajo de Jung tiene la ventaja de forzarnos a reflexionar sobre muchas cosas…” Pero hete aquí que sorpresivamente Freud le anuncia el 14/11/1912: “Jung está de vuelta y ha enviado la carta adjunta. Está más o menos pero en todo caso vuelve posible la continuación de las relaciones…” Y el 26/11 esto llega a un nuevo climax: “Querido amigo: en fin, puedo haceros un reporte sobre el concilio de Munich. Satisfactorio al extremo,

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como no lo hubiera creído. Resultado, tanto los lazos personales como los intelectuales se mantienen firmes; y por años nada de cuestiones de separación, defección o cosas semejantes.” Después de cuestiones del ‘negocio’, como llama Freud a las cuestiones del psicoanálisis, especialmente editoriales, va al punto: “Ahora, a Jung.” Primero en el paseo con Jung hablaron de la insistencia “sobre ‘el gesto de Kreuzlingen’ ”. ¿En qué consistió esto? Freud viaja a visitar a Binswanger en Constanza, cerca de Zurich donde está Jung, a raíz de una enfermedad de aquel. Les envia a ambos una tarjeta. Llega a visitar a Binzwanger y espera algún signo de Jung. Jung alega que recibió el correo de Freud el lunes cuando Freud emprendía ya la vuelta a Viena, por tanto interpreta que no quiso verlo, a causa de las diferencias teóricas, y entonces interpretó que Freud le envió el correo cuando no tenia posibilidades de encontrarlo. Cuando Freud le explica que despachó el correo al mismo tiempo “… se produjo una cosa increíble, inesperada. Jung dijo súbitamente y bajando el tono: ‘yo estuve ausente sábado y domingo haciendo navegación a vela y volví el lunes a la mañana’. Esta vez la pelota quedaba picando de mi lado y yo la utilicé directamente. Le pregunté si no se le ocurrió mirar el sello del correo de la carta o informarse por parte de su señora antes de reprocharme haberle informado demasíado tarde intencionalmente”. “Estaba abatido y vergonsozo y ha reconocido todo: que hacía ya mucho que él temía que la intimidad conmigo u otros amenazase su independencia…” La amenaza, con todas las variantes que esto toma en los diferentes sujetos, es la amenaza que supone entrar en una particular relación de intimidad con otro. Intimidad muy particular esta sobre la que esta fundada la práctica del psicoanálisis y sobre la cual gira el análisis de Freud de las memorias de Schreber. Éste es el punto sobre el que hay que poner todo el acento en la práctica analítica de las psicosis. Freud continua en su carta a Ferenczi: “Yo pienso que esto le ha hecho bien. Si él fuese de aquellos que guardan la huella de las impresiones recibidas, creo en un cambio durable. Pero hay en su ser un núcleo de falsedad que va a permitirle borrarse estas impresiones. La construcción con ‘el gesto de Kreuzlingen’ porta esta característica”. Veremos que el ciclo con Jung se cerrará con un desmayo en el mismo lugar donde sucedió con Fliess: el comedor del Parkhotel: punto de repetición de la experiencia transferencial paranoica vivida con Fließ esta vez repetida con Jung. Sigamos lo que ocurría mientras tanto en el lazo entre Freud y otros analistas.

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A la vuelta de sus vacaciones conjuntas en Sicilia en agosto de 1910, Ferenczi escribe a Freud el 28 de septiembre de 1910, carta 168 Fe.: “Los bellos días pasados en vuestra compañía, las ideas que han hecho surgir tendrán, espero, una influencia favorable sobre mi actividad. Mi evolución y mi auto-educación, psíquica e intelectual deben también, de una manera general, sacar provecho de este viaje (como del viaje a América). Sin embargo lamento que usted haya encontrado en mí un compañero de viaje que tenía aún tanta necesidad de educación. Usted piensa correctamente que yo he comenzado a someter los eventos de nuestra vida en común, la manera en que he reaccionado a vuestro respecto, a una autocrítica exhaustiva. Y espero, a pesar de todo, que nuestras relaciones personales y científicas no habrán perdido su intensidad porque nos hayamos conocido de más cerca ....". Ferenczi tiene miedo que Freud lo ‘deje olvidado’ debido a las circunstancias del viaje. Freud contesta, Carta 169 F, 02/10/1910. Que él es un señor de cierta edad completamente común que guarda distancia “con vuestro ideal imaginario”. Y que en realidad “usted estuvo inhibido y soñador. Suficiente para las tentativas pedagógicas”. De cualquier modo agrega: “... la lectura de Schreber ha estado interrumpida, pero debe ser recomenzada desde hoy”. Entonces viene la carta a mi entender fundamental, de Ferenczi, 170 Fer, del 03/10/1910. “He esperado vuestra carta en un estado de tensión no despreciable, debiera escribir “angustia”. En el pensamiento había intentado familiarizarme con todas las eventualidades, e incluso me había preparado para el caso en que, visto la decepción que yo os había causado, usted juzgara que no valía más la pena seguir interesándose en mí, etc.” “Ya durante el viaje, pero aún más desde mi retorno, he analizado mis hechos y gestos y encontrado –exactamente como lo ha hecho usted- la causa en la actitud infantil. ... la resistencia contra mi propio componente pulsional homosexual (y la extraordinaria sobreestimación sexual de la mujer ligada a ello) y creo haber sacado mucho beneficio personal y un poco de beneficio científico. Hasta acá estaríamos de acuerdo en lo que concierne a mi persona. Sin embargo estoy obligado a contradecirlo sobre muchos puntos importantes y –apelando a la franqueza psicoanalítica- precisar el estado de cosas de la manera siguiente. No es verdad que yo no habría buscado en usted más que al gran sabio y que habría estado decepcionado al constatar las debilidades humanas etc... En la medida en que usted quisiese preocuparse de materias científicas (y usted tuvo la gentileza de comunicarme todo lo que lo ocupaba en ese momento) cómo no habría estado sorprendido con la abundancia de las novedades en ese dominio, y en efecto, lo he estado. ... Lo que me inhibía y me volvía silencioso –y al mismo tiempo un poco bestia- era esto mismo de lo que vos os quejais. Yo deseaba ardientemene

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una camaradería personal con vos, alegre y sans contrainte (y yo sé ser alegre, incluso locamente alegre) y yo me sentía –quizás demasiado- vuelto a colocar en un lugar infantil. Es verdad que quizás yo me he hecho una idea exagerada de la camaradería entre dos personas que se dicen mutuamente la verdad sans menagement, a despecho de todo cuidado. Así como yo me esfuerzo por alcanzar la franqueza mutua absoluta en mis relaciones con Madame G., yo creía que era posible –con mayor razón- en la relación entre dos personas de orientación psicoanalítica que verdaderamente pueden comprender todo y se esfuerzan por buscar los determinantes de las impulsiones ψ en lugar de plantear juicios de valor. He aquí el ideal que yo buscaba: es del hombre y no del sabio del que yo buscaba aprovechar en una confiada amistad. Pero lo que yo olvidaba, en mi ceguera egocéntrica era que usted no estaba actualmente sensible a estas cosas, usted no deseaba ningúna otra cosa, después de un año de trabajo éprouvant, que gustar de cuatro semanas de belleza y reposo bien merecido... Ahora sé igualmente que detrás de todo esto se encuentra el componente pulsional homosexual (inconscientemente reforzado) Mi sueño, en el cual yo os veía completamente delante mío (sin sentir, seguro, la menor pulsión sexual consciente, incluso inconsciente en el sueño) simboliza de una manera transparente 1) la tendencia homosexual inconsciente y 2) el deseo de franqueza mutua absoluta.” Nuestra Tesis está resumida y explicitada en esta carta. Hay allí, explícito, por parte de Ferenczi, un anhelo de franqueza absoluta. De desnudar y desnudarse frente al otro, como en el sueño que tiene en ese momento, completamente. Y a eso lo interpreta con los mismos términos de Freud, en términos de pulsión homosexual. De cualquier modo Ferenczi agrega: “Mi ideal de verdad que acallaría toda consideración finalmente no es ningúna otra cosa que la consecuencia más evidente de vuestras teorías...”. Pero esto no es paranoia, aclara, ni él es paranoico, vuelta a aclarar. Dice Ferenczi: “esta concepción [psicoanalítica] no es una visión del mundo, ni una ética, ni reglas de conducta. Yo no conozco otra ética que la de la razón pura, pero incluso en el no-paranoico, el alargamiento, la extensión a estos dominios hasta aquí inconscientes tienen una gran influencia sobre la visión del mundo y la manera de actuar. La primera consecuencia de tal concepción –cuando ella se presenta entre dos personas- es que ellas no tienen vergüenza una delante de la otra, ellas no se disimulan nada, ellas se dicen la verdad sin arriesgar ofenderse o bien con la esperanza cierta que no puede haber ofensa durable en el cuadro de la verdad. ¡Si solamente usted me hubiese hecho callar en lugar de guardar un silencio que decía tanto!”

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Vuelve a insistir con su argumentación. Se trata de algo que caracterizaría la relación entre dos que sería consecuencia del psicoanálisis!!! Y vuelta a agregar: “yo no soy paranoico...” Podríamos decir que Ferenczi se ha acercado lo más posible a la verdad de la cuestión de la paranoia en el campo analítico, aún sin terminar de entender muy bien de qué se trata lo que sin embargo lo quema. Contestación de Freud. Carta 171 F, del 06/10/1910. En primer término Freud va al punto de aquello que está en el centro del asunto: “Yo no tengo más ningúna necesidad de esta total abertura de la personalidad...”. Con esto entramos de lleno en nuestra Tesis. La paranoia es algo que sobreviene en el marco de una suerte de “total apertura del sujeto” frente a Otro fundante. Este es el descubrimiento fundamental en la invención freudiana de la estructura de las psicosis. De esto es de lo que está al tanto Ferenczi cuando escribe a Freud el 19 de octubre de 1911 a propósito de la situación que se ha creado con Jung: “Yo supongo que Jung pasa ahora por lo que yo he vivido en Sicilia: la insatisfacción de no estar en la intimidad completa del maestro (el padre).” Continúa el 23/10/1911: “Si Jung tenía los mismos complejos que yo… Eso sería a lo sumo un índice de la dificultad que hay para renunciar a la comunidad de pensamiento con una persona del mismo registro que el padre”. Y que de acuerdo a la carta de Freud Ferenczi concluía el 14/11/1911: “Yo he observado que usted interpretaba mi afección por usted como una transferencia…”. Frente a esto Freud intenta responder dándole una dirección determinada. “Yo no tengo más ningúna necesidad de esta total abertura de la personalidad, usted no solamente lo ha remarcado sino también lo ha comprendido, y se ha remontado muy justamente a la causa traumática de este estado de cosas. Entonces ¿por qué se ha así empecinado? Desde el caso Fliess, en el transpasamiento del cual precisamente usted me ha visto ocupado, esa necesidad se ha extinguido en mi.” Aquí es donde empieza a deslizarse Freud respecto de su propio descubrimiento. Porque por un lado ubica lo central de la experiencia paranoia, la “apertura total de la personalidad” pero luego habla de esto como de algo personal, traumático y al mismo tiempo extinguido. En el momento que Ferenczi le esta diciendo que eso mismo se ha jugado con él. Luego le sobrevendrá lo mismo en la relación con Jung. A continuación Freud agrega “Una parte del investimento homosexual ha sido retirado y utilizado para el engrandecimiento del yo propio. He triunfado allí donde el paranoico fracasa.”

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Pero en verdad ha fracasado allí donde sin darse cuenta ha hecho un descubrimiento respecto de la invención freudiana de la paranoia Como para que no queden dudas de qué se trata Freud agrega: “Mis sueños de la época [cuando las vacaciones en Sicilia, donde leyó la mitad de las Memorias de Schreber y empezó a concebir sus tesis sobre la paranoia] como yo se lo he indicado, giraban todos alrededor de la historia Fliess, de la cual era difícil hacerle compartir los sufrimientos en razón de la naturaleza misma de la cosa”. Luego prosigue: “Pero, ciertamente, aún no le he escrito que he trabajado sobre Schreber una primera vez, que he encontrado confirmado el núcleo de nuestras hipótesis sobre la paranoia y que he tenido muchas ocasíones de hacer interpretaciones serias.” Aprehendió y confirmó el núcleo de la paranoia reviviendo la relacion con Fliess, pero este núcleo va a quedar desplazado, “la cuestión de la apertura total de la personalidad”, esto es, del sujeto, por el énfasís puesto en “la homosexualidad” pulsional paranoica. Después de nombrar el complejo dominante, el complejo paterno. Y la fantasía central de deseo. Se refiere al mecanismo de formación de síntomas y de la represión. Allí es donde comienza a hablar de la fantasía de deseo homosexual. Y la defensa frente a esta fantasía. O mejor dicho el fracaso de tal defensa. De allí surge la pregunta por la relación entre los lazos, entre el individuo y sus prójimos, a raíz de la pregunta por el lazo entre lazos sociales y lazos eróticos. De qué se trata entonces la paranoia? De la sexualización de las pulsiones sociales y la defensa de los paranoicos frente a tal sexualización. Todo esto va a conectarse con la situación con Jung. Aparece, por ejemplo, cuando Freud se pregunta si el interés libidinal es igual al interés psíquico en general. No. Se trata de interés sexual. Y esto va a repercutir en la deriva de lo que ocurre con Jung. ¿En qué sentido? Vamos a hacer un recorrido por su Correspondencia para ver que la apertura total y la ruptura traumática que se repiten con Jung casí en los mismos lugares donde se produjeron ciertos hechos con Fliess, donde hasta coinciden en mismos lugares físicos. Finalmente en la carta 223, del 03 de diciembre de 1910, consigna: “Tengo completo a Schreber y será un orgullo para mí llevarle el manuscrito a Munich. Desde luego, no me gusta mi trabajo, si bien ha de dejarse a otros que digan esto. Sin embargo, destacan con evidencia algunos puntos. Otros fragmentos de la especulación sobre la paranoia he de dejarlos para un ulterior trabajo." Sabemos la opinión de Jung sobre el trabajo: "muy

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insuficiente”. Freud mismo afirma en la carta 225, del 18 de diciembre de 1910, “El Schreber no está bien acabado desde el punto de vista formal, en realidad está realizado tan sólo rápidamente, ya que mis circunstancias de tiempo y energías no hacían posible otra cosa, pero contiene algunos aspectos interesantes y plantea el golpe más atrevido contra la +++ psiquiatría desde su 'Demencia precoz' ". Recordemos que es el libro donde Jung retomaba, tal cual, el caso de Freud de "Nuevas Observaciones sobre las neuropsicosis de defensa". Agrega un elemento que intenta situar su posición subjetiva durante la escritura del caso: “En contraposición con anteriores trabajos, esta vez carezco en absoluto de juicio acerca de la excelencia íntima, debido a la lucha con complejos íntimos (Fliess) que ha tenido lugar durante el mismo.” Esa fusión de uno con otro, a la que Freud intenta todo el tiempo declarar extinguida pero que vuelve a repetirse. Está claro entonces que Freud escribe acerca de la paranoia sobre la base fundamental de un trabajo y examen cuidadoso de la por así decir ‘paranoizante relación’ establecida con Fliess, en el momento que la repite con Jung.

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II. Lacan PRESENTACIÓN Otro instaurador de discursividad en el campo analítico, Jacques Lacan, expresó que su experiencia con las psicosis, y en especial la paranoia, causa de su tesis doctoral, lo llevó a 'los umbrales del psicoanálisis' (ya hemos puesto de relieve otra versión de la frase, pag. 187 version castellana de su Tesis: “Por este certificado [el certificado que Lacan mismo extendió en el momento que su paciente ingresa en Sainte Anne] y por la discusión toda del diagnóstico, se ve que hemos sido introducidos en la investigación de los mecanismos de la psicosis) En el seminario del 16 de noviembre de 1955 decía: "... al final de la observación del caso Schreber, que es el texto principal de su doctrina [la de Freud] en lo concerniente a las psicosis...". En síntonia con este juicio es que en el seminario del 05 de enero de 1966 retitulaba su propio seminario sobre las estructuras freudianas de las psicosis de 1955-1956 afirmando: "... al nivel de mi Seminario sobre el Presidente Schreber". Esto, a nuestro entender, ratifica que el punto desde donde Lacan elige intervenir es intentando re-establecer y re-situar las estructuras freudianas de las psicosis mediante un trabajo de interpretación y construcción de las Memorias de Schreber. Y habremos de entender que esa elección va de la mano del intento fundante, fundamental, de resituar, de volver a colocar, reinterpretándolo, aquello que Freud ubica en el centro de la estructura del sujeto: la función del padre. Esto caracteriza la posición de Jacques Lacan: la repetición del paso de Freud causa un nuevo giro del discurso analítico en torno a las psicosis. La presentación de la traducción francesa completa de las Memorias de Schreber (antes aparecieron capítulos en Cahiers por l’analyse, comenzando en el n° 5, ‘Ponctuation de Freud’, Paris, ed. Le Graphe, novembre –decembre 1966, Paris, trad. Paul Duquenne con una presentación de Jacques Lacan, pp. 65-116) apareció en 1975, en la colección le Champ Freudien, ed. du Seuil, es decir 20 años después de la traducción inglesa de Macalpine y Hunter. Tres años antes de la traducción castellana de Italo Manzi, ed. Petrel, Buenos Aires, 1978 y 4 años antes de la traducción castellana de Ramón Alcalde, 1979, Buenos Aires, ed. Carlos Lohlé. En su prólogo Lacan expresa: “Digamos que el texto de Schreber es un gran texto freudiano 3 , en el sentido en que más allá de que sea Freud 3

La negrita es un agregado nuestro. A.O.

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quien lo esclarezca, pone a la luz la pertinencia de las categorías que Freud ha forjado...”. Podríamos tomar esto como uno de los sentidos fuertes de 'las estructuras freudianas de las psicosis'. La pertinencia de la construcción de Freud radica en las estructuras que revelan las Memorias de Schreber. Son ellas las que convierten a éstas en ‘un texto freudiano’. La estructura freudiana de tal objeto se revela no tanto por efecto de la interpretación de Freud como por la estructura que pone de manifiesto. Hay que tomar entonces al pie de la letra la declaración de Lacan acerca de que su experiencia con las psicosis lo llevó a Freud, a ‘los umbrales del psicoanálisis’, causado, conducido por lo que latía en el interior de esa experiencia. Sin embargo Lacan no llegó allí en un solo movimiento. Marcaremos momentos, siempre virtuales, siempre revisables, siempre móviles. En una primera etapa de su recorrido desarrolló una serie de artículos sobre las psicosis en clave psiquiátrica. Muy como lo hacía su época, particularmente aquellos con los que se había formado como psiquiatra, vuelto hacia el lenguaje pero buscando encontrar, determinar un supuesto ‘estilo’ particular, un supuesto 'manierismo' lingüístico con el que identificaban el signo distintivo de las psicosis. En esa perspectiva inscribimos a “Schizographie”, "Motivos del crimen paranoico de las hermanas Papin", las presentaciones de trabajos y de enfermos en la Association Médico-Psychologique, etc. También es posible seguir las variaciones de la posición de Lacan vía los cambios en las referencias lingüísticas en las que sucesivamente va tomando apoyo. Por ejemplo en Schizographie, 1931, pág. 516, expresa: “... nosotros aquí seguimos las divisiones de las funciones del lenguaje que Head ha dado a partir de datos puramente clínicos (Head, "Aphasía and kinder’s disorders of speech", Cambridge, University Press, 1926.)”. Referencia compartida con Ey y otros psiquiatras de la época, a partir de la cual, y con la cual, analizaban tanto los fenómenos afásicos como los psicóticos. En el paso siguiente Lacan denunciará esta orientación en la que sin embargo abrevó mientras forjaba su acceso a lo que él llama ‘las proximidades del discurso analítico’. A esa aproximación es posible seguirla en sus idas y vueltas a partir de "Proposiciones sobre la causalidad psíquica", escrito a partir de la presentación efectuada en Bonneval el 28 de septiembre de 1946. Lacan discute allí un artículo publicado en L'Encephale de 1936 por Ey y Julien Rouart titulado "Essai d'application des principes de Jackson à une conception dynamique de la neuro-psychiatrie". De esa crítica intentaremos extraer ciertos principios para analizar su intento de aplicar a las psicosis

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primero las teorías de Head y luego las de Jakobson. Veremos si el mismo Lacan consigue o no salirse del paralelismo psicofísico que criticaba en sus colegas. Por el momento digamos que de la concepción de Head extrae la “integración orgánica de cuatro funciones a las cuales corresponden cuatro órdenes de perturbaciones efectivamente disociadas por la clínica: 1) perturbaciones verbales o formales de la palabra hablada o escrita; 2) perturbaciones nominales o de sentido de las palabras empleadas, es decir, de la nomenclatura; 3) perturbaciones gramaticales o de la construcción sintáctica; 4) perturbaciones semánticas o de la organización general del sentido de la frase. Con este aparato abordará el caso expuesto allí. Analizará extensamente los escritos de la paciente, algunos espontáneos otros producidos bajo demanda. Pero siempre buscando lo que él mismo indica en la página 514: “En fin, esta carta (de la paciente) verdadero ‘arte poético’ donde la enferma esboza su estilo”. Son los signos de un estilo lo que busca el discurso psiquiátrico de la época. Decíamos que las variaciones de posición pueden seguirse en primer término vía la transformación de las referencias. En el seminario de 195556, sobre las estructuras freudianas de las psicosis, apelará ya a Roman Jakobson. Toma como eje “Sobre las particularidades de la estructura del verbo ruso” y “Sobre los dos tipos de afasía ”. Podemos presentar la hipótesis de que, al menos parcialmente, su seminario sobre Schreber, consistirá en leer las Memorias practicando estas nuevas categorías. El problema de las afasías puede ser tomado como una de las posibles entradas a nuestro problema. También para Freud significaron algo importante. Su trabajo Sobre las afasías constituyó uno de los puntos de su pasaje de la neurología al psicoanálisis. Otra posibilidad, a la que creemos también esencial, consiste en seguir las variaciones de la lectura e interpretación que Lacan efectúa de la obra de Freud. Veremos así diferencias significativas en su perspectiva de lectura de “Introducción al narcisismo”, “Tótem y tabú” y las Memorias de Schreber. Así como el seguimiento de su posición sobre la causación de las psicosis. Por ejemplo en 1938, en ocasión de escribir “La famille”, expresa (en la versión francesa pág. 8 42 –2 y 3, en la versión castellana pág. 107, ‘Determinismo de la psicosis’: “... en ningún momento hemos pensado en reducir a una psicogénesis el determinismo de la enfermedad. Muy por el contrario, al demostrar en la paranoia que su fase fecunda implica un estado hipnoico, confusional, onírico o crepuscular, hemos señalado la necesidad de algún resorte orgánico de la subducción mental a través de la

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cual el sujeto se inicia en el delirio”. Ya hemos señalado que su posición, a nuestro entender, discursivamente navega (y tal vez navegará siempre) a dos aguas. Esto se expresará en el seno de su seminario sobre Schreber (1955-56) en donde afirmará: “... incluso nosotros no decimos que ella [la psicosis] es como la neurosis un puro y simple hecho de lenguaje, lejos de esto”. Luego Lacan escribe su tesis de doctorado "De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad", en 1932, donde si bien se sigue reconociendo la impronta y la influencia tanto de sus maestros (algunos de ellos reconocidos puntales de la psiquiatría francesa) como de algunos referentes de la psiquiatría alemana (principalmente Jaspers y su psicología centrada en las relaciones de comprensión) se empieza a hacer sentir una incipiente lectura de Freud (sus observaciones sobre el superyó o el aparato psíquico o el narcisismo evidencian exterioridad y hasta ajenidad a tal discurso). En 1933 publica "El problema del estilo y la concepción psiquiátrica de las formas paranoicas de la experiencia” y “El problema del estilo y los motivos del crimen paranoico. A propósito de las hermanas Papin". Dentro de este mismo período, pero en 1938, escribe otro artículo fundamental: "Les complexes familiaux", “Los complejos familiares”, La Familia. Y en 1946 uno de sus Escritos, "Proposiciones sobre la causalidad psíquica". En "El problema del estilo y los motivos del crimen paranoico" dice desde dónde piensa aportar al problema del estilo, pág. 66, "Ahora bien, nos parece que el sentido tomado en nuestros días por la investigación psiquiátrica ofrece a estos problemas datos nuevos. Nosotros hemos mostrado el carácter muy concreto de estos datos en los análisis de detalle efectuado sobre los escritos de los locos." Lo que muestra cuán en continuidad se encuentra (aunque no en la misma posición) con el escritoreferencia, esto es Schizographie. Y como afirmando el puente con su Tesis, de 1932, expresa, pág. 67, "Se puede concebir a la experiencia vivida paranoica y a la concepción del mundo que ella engendra, como una sintaxis original que contribuye a afirmar, por los lazos de comprensión que le son propios, la comunidad humana." He allí expresado el lazo que cree encontrar entre el estilo y las famosas ‘relaciones de comprensión’, base del análisis de los fenómenos que lo ocupan en ese momento, y que a posteriori repudiará del modo más vehemente.

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La Tesis constituye, a nuestro entender, la demostración más acabada de este período de Lacan, (preparatorio, hasta podríamos decir introductorio, al discurso analítico) caracterizado por la notable impronta de un entredos-discursos. Formulados desde la concepción psiquiátrica, los fenómenos de la personalidad (a modo de recordatorio de ciertas distancias y diferencias, anotemos lo que dice Freud a Jung en su carta 40, el 27 de agosto de 1907, es decir unos 50 años antes, "no acierto a entender lo que quiere decir 'personalidad' "4 ) son abordados desde las relaciones de comprensión. De cualquier modo se trata de interrogar allí, más allá o un más acá de los puntos de referencia y los objetivos con los que se formuló, si hubo la producción de un resto no reductible a ellos. Eso es lo que nos importará establecer. Desde esa perspectiva vamos a examinar la pugna, ese entredos-discursos que caracteriza a la posición de Lacan, en sus escritos psiquiátricos, en su Tesis, en su Seminario Las estructuras freudianas de las psicosis. En su artículo Los complejos familiares esta cuestión es legible en el desvío que caracteriza a su lectura / práctica de la función del padre o el Edipo según Freud. En “El mito del parricidio original”, pág. 68 versión castellana, pág. 8 40 - 12 en la versión francesa, afirma: “Freud realiza así el salto teórico cuyo carácter abusivo hemos señalado en nuestra introducción...”. En la página siguiente “Aún si esta construcción no se invalidase ya por las postulaciones que comporta... sus premisas supuestamente biológicas... se reducirían a una fantasía cada vez más incierta a medida que progresa nuestro conocimiento de los antropoides”. “Sin embargo, consideramos que la inmensa cantidad de hechos que ha sido posible objetivar desde hace alrededor de cincuenta años gracias al complejo de Edipo, puede esclarecer la estructura psicológica de la familia en mayor medida de lo que pueden hacerlo las intuiciones excesivamente apresuradas que acabamos de exponer”. Este es uno de los puntos cardinales de su lectura del momento de Freud. Según se la juzgue tal lectura habrá diversas concepciones de la articulación Freud-Lacan. Entiendo que el subscribir enteramente esta vertiente es la causa del extravío de la ecole lacanienne de psychanalyse respecto a la articulación Lacan Freud. Fundantes de otra orientación de escuela, de la que nos reconocemos efecto, es decir de otra articulación Freud-Lacan, son los dichos de Oscar Masotta en el prólogo de la versión castellana5 , pág. 9, “Se podrá reprochar 4 5

Correspondencia Freud Jung, Ed. Taurus, pág. 118. Jacques Lacan, La Familia, editorial Argonauta, Barcelona, febrero de 1978.

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aún a Lacan su lectura por entonces insuficiente de ‘Tótem y tabú’. ¿¡No es acaso gracias – y no a pesar- a ese ‘salto’ de Freud en lo ‘biológico’ que aquel texto sorprendente entronizó en la teoría la función del Padre?”. Contrástese esto con la lectura e interpretación de la ecole lacanienne de psychanalyse (pág. 11 y pág. 9 de la versión castellana de “Freud desplazado”): “véase el texto fundamental sobre Los complejos familiares donde Lacan rechaza el Edipo y el complejo de castración de Freud situándolos, mejor de lo que lo habían hecho ‘intuiciones demasíado apresuradas’ –las de Freud– a partir del estadio del espejo...”6 . De todos modos, de este escrito de Lacan no nos importan tanto sus afirmaciones, que a nuestro entender algunas veces constituyen un desaguisado completo, como trasluce el modo en que es trabajado y cómo se deja (y por momentos no) trabajar por las estructuras del discurso freudiano. Éste se le resiste y a todas luces Lacan no termina de poder afirmarse a su respecto. Pero su maestría nos enseñará aún en sus derrapes. Sin embargo el salto en su concepción de las psicosis lo dará en 19551956 en su seminario "Las psicosis y las estructuras freudianas". Del cual reescribirá las dos primeras partes en "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” conservando el centro de gravedad en el caso Schreber pero desplazándolo en no pocos puntos. A posteriori su posición dará un nuevo giro al considerar a las psicosis primero desde una perspectiva topológica y luego nodal, de lo que dará cuenta en diversos seminarios, escritos y conferencias pero, sostenemos, conservando siempre en la mira sus desarrollos sobre Schreber. El hilo rojo que nos guiará en todo nuestro estudio está constituído por las diversas modalidades de la estructura del lenguaje a la luz de las cuales son consideradas las psicosis. Desde aquí podríamos ver en perspectiva el modo como son juzgadas por ejemplo las llamadas alucinaciones verbales. Primero desde la concepción que comparte con sus maestros en psiquiatría. Luego desde las concepciones con las que piensa a nivel del seminario de 1955-56. Finalmente las que posee a partir de la introducción de consideraciones topológicas y nodales. Las transformaciones en su posición serán siempre acompañadas por variaciones en su interlocución. Desde sus maestros en psiquiatría, de Clerembault, Claude, Heuyer, Guiraud, al grupo de la Asociation MédicoPsychologique (AMP), Jaspers, Kretschmer. Luego Ey, el grupo de l’Evolution psychiatrique para pasar luego a los psicoanalistas de su

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Lacan – Freud ¿Qué relación?, Colección psicoanálisis en extensión, ed. Villicaña S.A., Mexico, 1987.

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época, especialmente a partir de lo que ellos escriben, analistas de Francia y anglosajones, Bouvet, Nacht, Lebovici, Klein, Bion, Nunberg, Melitta Schmideberg, Lowenstein, Kris, Hartman. Para finalmente, por elección propia y por decisiones que lo privarán de su habitual público analítico, tener como interlocutores principalmente a un conjunto de topólogos, matemáticos, y analistas en vías de formación. En defintiva nuestra investigación girará entonces en torno a cómo Lacan construyó su posición. El salto que va desde su formación y producción en el marco del discurso psiquiátrico a su formación como psicoanalista. En primer término entonces consideraremos sus escritos psiquiátricos, sus intervenciones en la Asociation Médico-Psychologique, en el grupo L'Evolution psychiatrique, sus presentaciones de enfermos, etc. Luego lo que produjo, mientras comenzaba a formarse como analista y recién empezaba a leer a Freud (sin terminar de orientarse aún en el conjunto de esa vasta y compleja construcción) la Tesis, Les complexes familiaux. Después cuando desarrolló el seminario Las psicosis y las estructuras freudianas y el escrito "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis". No es posible entender la posición de Lacan sin pasar por el modo en que va construyendo en distintos momentos su concepción de la estructura del sujeto y el lenguaje, la Verwerfung o la forclusión, el punto de capiton, la función paterna ligada a lo que llamó la función de los Nombres-del-Padre, la ligazón entre función del padre y estructura del edipo y cómo juega desde allí la función del falo, la estructura de los tres registros. Una vez establecidas las respectivas posiciones de Freud y de Lacan, consideramos importante cruzarlas, compararlas, confrontarlas, en sus semejanzas, en sus diferencias; estando atentos al modo en que cada uno concibe la cuestión y las consecuencias que esto tiene sobre los modos de intervención y exposición de la clínica. Veremos que Freud está muy centrado en demostrar la posibilidad de inteligibilidad analítica de la estructura de las psicosis. Las interpretaciones que propone por momentos dejan en un segundo plano el hecho de discurso fundamental que implica plantear a la estructura de las psicosis como abordable, tratable desde el discurso analitico. A esta posición tenemos que tensarla con la de un Bleuler que en su “Störung der Assoziationsspannung ein Elementar-symptom der Schizophrenien” “Perturbaciones de la tensión asociativa un síntoma elemental de la esquizofrenia ” decía (en esto abreva la posición que Jung enuncia en “Psicología de la demencia precoz”) que no sabía si el problema se trataba de un problema tóxico, anatómico o molecular aunque a su

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entender lo que se ajustaba más a los puntos de vista de ese momento era una teoría tóxica. Pensemos que es justamente alrededor de esta cuestión de las toxinas que comienza el dialogo debate interlocución entre Freud y Jung sobre la esquizofrenia o dementia praecox, es decir, sobre las psicosis. Lacan intenta pensar a la estructura de las psicosis en relación a la estructura del lenguaje. No se trata entonces tanto de dar o encontrar una interpretación que vuelva inteligible las psicosis como de dar cuenta de la modalidad y calidad de las cuestiones en juego a partir de modalizarlas en términos de la estructura del lenguaje. Y sin embargo a nuestro entender hay algo que incluso en ese plano no termina de franquear. Signo de ello es su repetida afirmación poniendo en duda que las psicosis fuesen, como la neurosis, estrictamente un hecho de lenguaje. En el seminario del 14 de diciembre de 1955, en la pág. 73 de la versión Miller du Seuil, en la pág. 3 de ese seminario, en la versión estenográfica, Lacan expresa (después de haber anunciado cuál será su método a propósito del presidente Schreber): “... nosotros no decimos que la psicosis tenga la misma etiología que la neurosis, no decimos incluso que ella es como la neurosis un puro y simple hecho de lenguaje, lejos de ello, pero...”. Es éste un hilo fundamental que nos disponemos a examinar en detalle dado que recorre todo el abordaje del campo analítico, psiquiátrico y psicológico de las psicosis. A esta última posición de Lacan la tomaremos como signo de cierta inconsistencia suya en el forjamiento del objeto puesto que lo formula justo en el momento que intenta hacer pasar, nuevamente, a la estructura de la psicosis por la estructura del lenguaje.

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Capítulo I Examinaremos en primer término la concepción del lenguaje en Lacan. Al comienzo su fórmula para el lenguaje y las psicosis es: el estilo es el automatismo. Esto es perceptible en Schizographie, en El problema del estilo y la concepción psiquiátrica de las formas paranoicas de la experiencia y en otros escritos que figuran en su ‘Presentación general de mis trabajos científicos’ en 1933. Esa perspectiva supone al mismo tiempo un modo de leer y practicar Freud. Nuestra tesis podría sintetizarse como el intento de exponer una diferencia de lectura de Lacan entre Schizographie y las Memorias de Schreber a la que leemos como un signo de su pasaje desde una perspectiva psiquiátrica a su afectación por ‘las estructuras freudianas’ de las psicosis. En Schizographie presenta los escritos de su paciente, examinándolos desde la perspectiva de quien pretende encontrar allí un ‘mecanismo’ psicopatológico. Para el caso, lo que enseña el aplicarles los criterios de Head. Luego, una etapa intermedia, El problema del estilo y la concepción psiquiátrica de las formas paranoicas de la experiencia , donde ve a la paranoia como un modo singular de experienciar la realidad. Su Tesis forma parte de este período. Aún cuando en ella pretenda aplicar a la paranoia las relaciones de comprensión de Jaspers centralmente la considera una reacción o incluso un desarrollo de una personalidad. Al mismo tiempo constituye una crítica a sus posiciones anteriores, sintetizada en la idea del automatismo. Es esta idea fuerza el polo contra el cual confrontará y tensionará cada una de las nuevas posiciones que vaya adoptando. Veremos también que es el núcleo duro de las concepciones psiquiátricas, las que se hacen escuchar en Lacan mismo, incluso a pesar de él. Al automatismo del comienzo opone ahora la perspectiva de tomar a las psicosis como el desarrollo de la personalidad concibiendo su estructuración desde las relaciones de comprensión. Se trata, nos dice, de “confiarse a ciertas relaciones de comprensión, si ellas nos permiten aprehender un fenómeno mental como la psicosis paranoica, que se presenta como un todo, positivo y organizado...”. “Es una clave comprensiva la que nosotros hemos aplicado al caso de la enferma Aimée, y quien, más que cualquier otra concepción teórica, nos ha parecido responder a la realidad del fenómeno de la psicosis...” ... “la psicosis tomada en su totalidad...”. Insiste. ... “La psicosis de nuestra

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enferma en efecto, se presenta esencialmente como un ciclo de comportamiento...” Y la experiencia de la punición, como el objeto mismo de la tendencia manifestada en todo el ciclo”. Aunque indique el determinismo como psicógeno (“Hipotesis postulado indemostrable”) Lacan explicita adonde ve el futuro de “diversos aparatos designados con los nombres de psicoanálisis, psicología concreta, Psicología-individual, caracterología (Klages) “... una ciencia ya se ha esbozado y que no es otra que la parte propiamente humana de la psicología, a la que nosotros llamamos ciencia de la personalidad”. Es a ella a la que apuesta. En tanto que importa “nuestra asímilación doctrinal de la psicosis a un fenómeno de la personalidad”. Es desde esta perspectiva que remarca ciertos aspectos del psicoanálisis incluso que le parece “esencial” definir su posición a este respecto en relación a: “dos órdenes de datos del psicoanálisis: los datos de la técnica y los datos de doctrina”. Enunciados que por sí solos señalan su situación completamente exterior respecto de aquello de lo que pretende hablar. Hasta aquí el conjunto de sus aportes, ideas y propuestas no acercaban nada importante ni esencial a las lecturas ni a las prácticas freudianas. En este primer movimiento se apoyó fundamentalmente sobre la psiquiatría, francesa, alemana, luego lo hará sobre Jung y su invención: el complejo. Lo cual simplemente confirma que su afectación por Freud no fue nunca en un solo, único y definitivo movimiento sino en un complicado, enmarañado, zigzagueante y contradictorio paso. Por ejemplo. Respecto de la ‘técnica analítica’ acentúa, para diferenciarse, que en ella observa una ‘preeminencia del simbolismo’, del que su análisis prescinde, en la medida que “nuestro método, fundado sobre la relaciones de comprensión inmediatamente aprehensibles en los fenómenos, se abstiene en principio de utilizar esas relaciones simbólicas”. Esta apelación a lo ‘inmediatamente aprehensible’ en los fenómenos tiene que ver con su búsqueda de un punto del terreno que sea pasible a la aplicación del método científico. Presta asímismo, mucho interés a “las resistencias de la personalidad”, aclarando que éstas “no han dejado de ser reconocidas muy anteriormente a la aparición del psicoanálisis” lo cual no reafirma sino que su Tesis le debe muy poco al psicoanálisis. Tampoco le aporta demasíado. Lo que se puede notar en la inclusión, abiertamente desde el exterior, de la palabrería usual en un lector serio que ha leído todo el Freud de la época. Pasar desde esta perspectiva a entender las psicosis en términos de la historia de un sujeto tramada discursivamente, implica un largo recorrido que pretendemos hacer a lo largo de esta tesis.

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a) Estudio de detalle “Écrits “inspirés”: Schizographie” Dos presentaciones de la historia clínica. Primero dos páginas en los AMP Annales Médico-Psychologiques, séance du 12/11/1931, pp. 407-408, y luego los AMP de diciembre de 1931. En la primera presentación, la crónica de la presentación de enfermos. La paciente interviene airadamente en el debate contra su nominación como alienada. Pero a los especialistas no les alcanza para reconocer un sujeto, escuetamente acotan que tal modalidad de participación solo desmiente que sea una demente. Se empeñan en poner de manifiesto la diferencia encontrada entre el lenguaje oral de la paciente (totalmente normal) y su lenguaje escrito (donde se ponen de relieve ciertas anomalías). Pretenden usar el término “schizographie” sólo para aquellos casos que presenten tal diferencia. Dos internaciones previas tras las cuales es examinada en la Infirmerie spéciale del Dr. de Clerambault, quien dictamina, en acuerdo y en conjunto con otra eminencia de la época, el Dr. Logré, la existencia de un “carácter paranoico” y “un automatismo mental”. Lacan, Levi-Valensi y Migault establecen que la “impresión que se desprende del conjunto de su historia hace admitir una anomalía evolutiva antigua de la personalidad del tipo paranoica”. Hacen notar que para “hacer el balance de los fenómenos elementales ‘impuestos’ o llamados de acción exterior, nos ha sido necesario mucha paciencia.” Dentro de los elementos de ‘prueba’ aportan los escritos “muy abundantes”. De los cuales “Nosotros publicamos una selección y lo más posible integralmente”. Siguen cartas de la paciente. A su padre en primer término. Recordemos que la historia clínica dice que de una primera internación fue sacada bajo demanda de su padre, un pequeño artesano. Luego cartas al presidente de la república, al intendente, al prefecto de música. La paciente “afirma que lo que ella expresa le es impuesto, no de una manera irresistible ni tampoco rigurosa pero bajo un modo ya formulado. Es, en el sentido fuerte del término, una inspiración”. Los autores inician el análisis de esta forma: “Veamos si el análisis de los textos mismos nos esclarecerá sobre el mecanismo íntimo de los fenómenos de ‘inspiración’ ”. “Para conducir este análisis sin ideas preconcebidas (!!!) seguiremos la división de las funciones del lenguaje de Head “Aphasía and kinder’s disorders of speech”. Ese análisis establece la

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integración orgánica de cuatro funciones a las que se hace corresponder cuatro órdenes de perturbaciones: Perturbaciones verbales o formales de la palabra escrita o hablada. Perturbaciones nominales o del sentido de las palabras empleadas, es decir de la nomenclatura. Perturbaciones gramaticales o de la construcción sintáctica Perturbaciones semánticas o de la organización general del sentido de la frase. Pasan luego a analizar en los escritos de la paciente buscando ubicar, sin ideas preconcebidas (eso sí, es un azar si encuentran en la paciente todos y cada uno de los órdenes de perturbaciones establecidos por Head!) Concluyendo: “es imposible aislar en la consciencia mórbida el fenómeno elemental, psicosensorial o puramente psíquico, que sería el núcleo patológico al cual reaccionaría la personalidad mantenida normal”. A posteriori Lacan seguirá esta idea de la paranoia como “una reacción de la personalidad” ‘normal’ a determinados “núcleos patológicos”. La perturbación mental es concebida en términos de “un mecanismo esencial” que “reposa sobre una doble base: un déficit intelectual ... y un estado de estenia pasíonal”. En ese momento se trata de analizar “el funcionamiento patológico del pensamiento” a partir de lo cual concluyen, respecto del caso: “Nada, en suma, menos inspirado, en el sentido espiritual, que este escrito sentido como inspirado. Es cuando el pensamiento es corto y pobre, que el fenómeno automático lo suple. Y es sentido como exterior porque suple un déficit del pensamiento. Es juzgado como válido porque es apelado por una emoción esténica”. Los autores lo dicen muy explícitamente. Conciben al fenómeno paranoico, al escrito paranoico, como un fenómeno automático efecto de un funcionamiento patológico, de un déficit del pensamiento. En el escrito el automatismo suple tal deficit. Lueog, no hay inspiración ni verdadero escrito solo un funcionamiento automático, un automatismo mental, del aparato del lenguaje que cubre un “déficit”. Expresión sui generis de las concepciones de de Clerambault. Esto tendrá sus prolongaciones y ecos incluso en el seminario de Lacan de 1956, Las psicosis y las estructuras freudianas, donde se preguntará si los psicóticos hablan y se responde que como las muñecas que tienen una grabación en su interior. Déficit y automatismo repetirá el disquito desde el interior de estas concepciones cada vez que Lacan, perdiendo el hilo de la lógica freudiana, retorne al automatismo de las huellas psiquiátricas. Es que esta

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combinación de déficit janetiano y automatismo clerambaultiano es lo más caro a la psiquiatría francesa. La referencia al automatismo se afirmará en sus referencias a los aparatos o máquinas o servomecanismos (Andre Ceillier hablará de ‘lenguaje mecánico’). En esta concepción de las psicosis no hay sujeto. Eso es lo que quiere decir de Clerambault cuando habla de an-ideico. Más de las torsiones que Lacan intente darle anideico es otro de los nombres psiquiátricos para automatismo. Su error nos indica el camino: para el psicoanálisis se trata de leer en las psicosis un efecto sujeto en el tramado de una historia. El disquito psiquiátrico sobre el automatismo era abiertamente dominante en 1927 cuando en julio 1927 en Blois, Francia, tiene lugar el Congreso de alienistas y neurologistas donde exponen de Clerambault, Ceillier. Henri Claude hace notar allí, que a su entender el problema pasa por el modo de concebir y plantear la noción de automatismo en psiquiatría. Estamos completamente de acuerdo. Esa es la noción fundamental ideológica, teórica y doctrinalmente. Es ella quien acompaña los desarrollos materiales de sus herederas, las actuales neurociencias que prolongan y exasperan el desconocimiento del sujeto y su trama de historia. Por otra parte antes de tal Congreso, Andres Ceillier en un artículo publicado por la AMP en su sesion del 28 de enero de 1924 “Estudio sobre las variedades del lenguaje automático ... lenguaje mecánico” lo dice de este modo: (pag. 168), hablando de una paciente que habla ‘a su pesar’: “¿Comprende lo que usted dice? Yo lo comprendo después cuando ya lo he dicho pero antes no lo sé. Cuando yo hablo, como siempre, no soy quien piensa, no soy yo quien habla, je cause yo hablo, es automático. ¿Qué quiere decir automático? Algo que funciona solo”. Ceillier retoma esto: “Entonces, el enfermo nos dice, espontáneamente, sin haber sido influenciado por nosotros, que su lenguaje es algo que funciona solo. Ahora bien, esto nos lleva a hacer una comparación y a proponer un neologismo. ¿A qué se puede comparar un lenguaje que funciona solo sino a un fonógrafo? ¿Y por qué no llamar lenguaje fonográfico o fonografismo al fenómeno patológico que consiste en hablar mecánicamente, sin que el sujeto piense, sin que él tenga consciencia de lo que dice, como si fuera un simple aparato emisor de sonidos. Aun más, se podría incluso dar a este fenómeno el nombre de lenguaje mecánico, por analogía con el lenguaje mecánico de los mediums parlantes y la escritura mecánica de los espiritistas.” Andres Ceillier plantea muy claramente su posición. ¿De qué se trata en esto que se pone a hablar? En lenguaje mecánico. El lenguaje como una máquina, un mecanismo que habla solo. Eso es lo que habla en Lacan

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cuando trae a colación las muñecas que hablan con el disquito adentro. Es el disquito psiquiátrico que siempre estará en tren de hablar en Lacan. En cambio en la concepción freudiana de las psicosis, en primer término hay un sujeto efecto del tramado de una historia. Lo que la psiquiatría no concibe sino como un desencadenamiento automático, mecánico del lenguaje, en verdad es el desencadenamiento de una historia. Esta es la dimensión que cuenta en nuestro trabajo de reconstrucción, de reformulación del sujeto en una historia. Para contrastar bien ambas perspectivas veamos el detalle de las diferencias que hay entre este historial lacaneano de 1931 y el modo de construir el caso por parte de Freud en 1896 “Analyse eines Falles von chronisches Paranoia”.7 b) Lectura en detalle del punto III Analyse eines Falles von chronischer Paranoia de Neue Bemerkungen uber Psychoneurosen de Freud Primero, descripción de la paciente: 32 años, casada desde hace tres, con un hijo de 2, cuyos primeros síntomas aparecen 6 meses después de parir. Freud dice que se quiere referir particularmente a la etiología y al mecanismo de las alucinaciones. Lo que surge de ese historial, con las limitaciones del método catártico y la presión de demostrar que la paranoia es también Abwehrpsychose, una psicosis de defensa. Lo que lo lleva en primer término a buscar los “pensamientos inconscientes y los recuerdos reprimidos” pensando que la potencia de determinados recuerdos tiene que ver con la “compulsión de la paranoia” y “reenvían a la represión”. La riqueza de los historiales freudianos, los únicos con los que contamos, se evidencia en el resto que sostienen cuando varían los conceptos o puntos de vista desde dónde estaban construidos. Y es que su trama atrapa algo y no precisamente por la vía conceptual sostenida. En este caso se trata de la particular torsión de un sujeto por parte de ciertas imágenes y ciertas voces en modalidad paranoica. Tanto los pensamientos como las imágenes alucinatorios ponen en juego un sujeto tramado por la estructura del lenguaje. Las imágenes y las miradas están conectadas con la vergüenza. Como la voz con los reproches. Hay que atender al modo como el historial freudiano los liga con las vivencias infantiles reprimidas der verdrängten Kindererlebnisse y al mismo tiempo a un texto (el de Otto Ludwig Die Heiterethei). Lo fundamental es cómo la historia edípica, la historia familiar, se construye en el entrelazado de una trama de voces e imágenes. 7

Es particularmente malograda en puntos fundamentales la traducción castellana de Luis Lopez Ballesteros y de Torres y de Jacobo Numhauser Tognola de ed. Biblioteca Nueva.

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Freud piensa aquí que “… también la paranoia es una psicosis de defensa… siendo determinada la forma de sus síntomas por el contenido de lo reprimido”. Y que lo “… peculiar a la paranoia sería un mecanismo especial de la represión…”. Su principal preocupación entonces respecto de su historial: “… no pretendo sino demostrar que se trata de un caso de psicosis de defensa…” De su paciente afirma que “es dudoso que a los 20 años no haya tenido una depresión u obnubilación del juicio. Ahora al medio año de nacer su hijo dejó ver los primeros signos de su presente enfermedad. Se volvió cerrada y desconfiada mostrando una Abneigung, una aversión, una repugnancia invencible al trato con las hermanas del marido… Y se quejaba de que los vecinos del pequeño pueblo se comportaban de otro modo que antes, tratándola de un modo descortés y sin guardar miramientos. Esto fue cobrando intensidad pero no claridad. De cualquier modo no tiene dudas de que todos tratan de enfermarla.” “Un tiempo más tarde se queja de que se la observa. De repente, un mediodía le viene el pensamiento de que a la noche se la observa al desvestirse. Esto causa entonces un complicado procedimiento para desnudarse: en la obscuridad, en el lecho se desnuda bajo el cobertor.” En la correspondencia con Jung Freud destacará el 17/02/1908, la supuesta “homosexualidad” que, a esa altura, ubicaba en el centro de la paranoia. “La forma paranoide está determinada quizás por la reducción a los componentes homosexuales. También mi antiguo análisis (1896) muestra el comienzo con un distanciamiento con respecto a las hermanas del marido. Mi amigo de entonces, Fließ, ha desarrollado una hermosa paranoia una vez que se desprendió de una no escasa inclinación hacia mí. A él, es decir, a su comportamiento, le tengo que agradecer esta idea…” Por nuestra parte intentaremos desplazar esta cuestión hacia la interrogación del punto que en este historial freudiano aparece en un lugar privilegiado, el momento, las circunstancias en que puntualmente, en las relaciones con otro, aparece un efecto de “transparencia”, de cuerpo, vida y pensamientos, a partir del cual el otro “ve”, es decir, puede acceder, y por tanto está en condiciones de “robar”, interferir, gozar de algo del “interior” ya sea del cuerpo o de la cabeza, lo cual causa el retiro o el distanciamiento o el ataque sobre el otro. En el caso presentado por Freud esto aparece bajo la modalidad de una torsión de imágenes y voces. La paciente, en medio de perplejidades varias, no tiene dudas de que “todos hacen en dirección a quererla enfermar” täten alles, sie zu kränken. “Un tiempo después se queja de ser observada, se adivinan sus pensamientos, saben todo lo que sucede con ella en su hogar.” Las circunstancias de producción de esa “transparencia” de cuerpo, alma, y

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estado de las cosas en su matrimonio es lo que proponemos interrogar en primer término. A partir de la producción de tal transparencia ocurre el complicado ritual al acostarse y desnudarse. Tiene que desnudarse bajo el cobertor, “entkleidete sich erst unter der Decke”. En la primavera de 1895 estando un día a solas con su doncella, Stubenmädchen, sintió una sensación en el regazo y pensó que la muchacha tenía ahora un pensamiento indecente, indecoroso. Después comenzó a ver imágenes que la espantaban: genitales femeninos con vello y también genitales masculinos. La imagen de los genitales con vello y la sensación en sus genitales aparecían generalmente unidas. “Estas imágenes le eran particularmente penosas dado que acudían cuando se encontraba en compañía de una mujer y las conectaba con la interpretación de que en el mismo momento esa mujer tenía la misma imagen de ella.” Esto es a lo que tenemos que prestar atención máxima: la sujeto está con otro y en ese momento ella ve algo del “interior” del cuerpo del otro, también de sus pensamientos, y en el mismo instante se produce el fenómeno simétrico respecto de ella. Puede “ver” algo del ‘interior’ del otro y el otro de ella. Paralelamente empezó a escuchar voces. “… comenzó a sentir voces que la importunaban, que no conocía y que no podía explicarse. Se comentaban todos sus actos y ademanes y a veces oía amenazas y reproches. Todos estos síntomas se agudizaban cuando estaba en sociedad o salía a la calle”. Resultado: encierro, aislamiento. Detalle singular: ella había dado repetidas citas Rendezvous a su hermano que vive en las cercanías [punto de contacto entre una cosa y otra, dado que Nachbarschaft es vecindad, es estar cerca y también vecinos, y los alrededores]8 para comunicarle algo, pero no le había comunicado nada.” Entonces, lo que le pasa con los vecinos, con las cercanías, conecta con ese hermano que está tan en ‘sus’ alrededores, tan en ‘sus’ cercanías. Es lo que ella, al mismo tiempo, convoca y elude. Constituyendo a la vez el punto de contacto máximo y el de máximo peligro dado que es causa de la producción de la “transparencia”. “De un modo sorprendente se solucionó su singular comportamiento de llamar a su hermano para tener una cita en la cual luego no le decía nada. Su propia explicación fue que ella había pensado que él iba a entender su 8

Esto

está suprimido en la edición de BN.

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padecimiento sólo con mirarla, ansehen, él iba a saber la causa de todo eso”. Freud pasa entonces al análisis de las voces. “Entonces me volví sobre el análisis de las voces.” Tendiendo a pensar la ‘producción’ de las voces en términos de Verdrängung y Wiederkehrung, de represión y retorno de lo reprimido. Las voces debían su génesis al hecho supuesto de que se reprimían pensamientos que luego retornaban irreconocibles. Por ejemplo “Sie sucht jetz Wohnung” “Ahora ella busca casa”, implicaba la amenaza de que no curaría nunca, y esto estaba ligado a la promesa hecha por Freud de que “al término del tratamiento podría volver al pueblo en que residía con su marido.” Luego, las voces están siempre tramadas con su historia y con la historia transferencial. Es al reconocimiento de la existencia de esa marca transferencial a lo que hay que atribuir la frase de Freud: “Pero de todos modos creo indudable que la aplicación del psicoanálisis a este estadio de la paranoia ha de darnos un importante resultado”. Mientras tanto a la Abneigung, el rechazo absoluto al trato con las hermanas del marido se le suma la desconfianza de los vecinos. Es una cuestión fundamental esto que ocurre con los vecinos, porque éstos, como relevo de su hermano, son los que estän en la Vizinität, esa vecindad, proximidad que vira a lo siniestro en la medida que evoca una siniestra intimidad “transparente” con el otro. Freud arma una diferencia entre alucinaciones visuales y alucinaciones auditivas. Respecto de estas últimas afirma que “La única singularidad era que ella a los datos procedentes del inconsciente casí siempre los oía interiormente o alucinaba como sus voces”. En cambio respecto de las visuales afirma que “… eran simples reproducciones de impresiones reales”. La vergüenza sentida entonces, de acuerdo a su teoría de la psicosis de defensa, debía proceder de recuerdos donde no la había habido. Entonces vienen las asociaciones desde los 17 a los 8 años donde se había avergonzado de su desnudez ante la madre, la hermana y el médico. La serie culmina con un recuerdo de los 6 años donde se desnudaba frente a su hermano sin ningúna vergüenza. Su repentina idea compulsiva de que la espiaban mientras se desnudaba al acostarse procedía entonces para Freud del retorno inmodificado del antiguo recuerdo reprochable recuperando ahora la vergüenza allí donde de niña no existía. Freud señala que el comienzo de la enfermedad coincidió con un disgusto entre el marido y su hermano, el cual se vio obligado a no volver a su casa. La sujeto que siempre había querido mucho a su hermano le echó extraordinariamente de menos durante ese tiempo. En un momento de su enfermedad en que ‘se le hizo todo claro’ tuvo la convicción de la realidad

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de sus sospechas de que todos la despreciaban y intencionalmente. Este ‘hacerse todo claro’ afecta al conjunto.

la

herían

Esta convicción se le impuso un día que hablando con su cuñada ésta dejó caer las siguientes palabras: “ Si a mí me pasara algo semejante no me preocuparía en modo alguno. Al principio no le dio importancia pero al irse la cuñada le pareció que contenía un reproche … a partir de ese momento tuvo por cierto que todo el mundo la criticaba. Era el tono empleado por la cuñada lo que la convenció.”. Entonces Freud la compele, zwang, a recordar la conversación con la cuñada que precedió a la exteriorización que contenía reproches resultando que la misma se refería a los disgustos que sus hermanos habían causado en su casa paterna y a esto estaba ligado a determinada observación: “En cada familia suceden cosas sobre las cuales hay que echar un manto eine Decke breite. Pero si algo así le sucediese se lo tomaría livianamente”. Supuestamente había reprimido la primera manifestación de la cuñada porque “… podría despertar el recuerdo de sus relaciones con su hermano”. Pero las relaciones que están en juego no son exclusivamente sexuales propiamente dichas sino refieren a una sexualidad particular, aquella modalidad de relación que la hace “transparente” frente a este hermano. Efectivamente el problema es que ‘no hay manto’, Decke, que la cubra, es decir que la mantenga a una distancia soportable del otro. La paranoia es sinónimo de la caída de ese “manto”. El sujeto queda ‘desnudamente transparente’ al borrarse toda distancia, todo límite con el otro. A la reconstrucción de ese límite, de ese ‘manto’, de esa ‘vestimenta’ es a lo que se aboca un análisis de la psicosis. C) Lectura de un detalle de la Tesis (1932) Creemos que tanto a la Tesis como a La Familia hay que tensarlas con el historial freudiano antes comentado y el trabajo de Freud sobre las Memorias de Schreber para hacernos una idea tanto de la diferencia Freud y Lacan, como sobre la tensión, a nuestro entender nunca resuelta, en Lacan entre su posición como psiquiatra y su posición como analista. Desde el enunciado, pero también desde su enunciación, la Tesis marca la distancia a la que Lacan se encontraba respecto del psicoanálisis a partir de apostar por una ciencia de la personalidad cuyo antecedente inmedito sería la caracterología de Klages. Lo cual no nos exime de seguir puntualmente el trayecto que efectúa tanto la doctrina como el texto, porque nuestra lectura se sostiene en la suposición de una hiancia entre las posiciones doctrinales asumidas y

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aquello que en ocasiones surge del material o del trayecto, a veces imprevistamente, incluso contra las mismas. La preocupación principal de Lacan pasa por el papel de la personalidad en las psicosis paranoicas. El historial está construido alrededor del concepto de personalidad. Pretende ser una monografia sobre la historia de una personalidad. Hacemos notar las diferencias con los historiales freudianos, en general tejidos alrededor de una relación con la función del padre y el edipo en su conexión transferencial En materia doctrinal destaca que hasta el momento hay dos posiciones dentro de la psiquiatría francesa: una que pone el acento en la constitución paranoica. Montassut le ha dedicado una tesis al asunto. Y otra que pone el acento en la interpretación, posición que va desde Sérieux y Capgras hasta Dromard. El intento de Lacan, dentro de ese campo, es desarrollar una posición nueva que conciba y trate a las psicosis en términos de desarrollo de la personalidad. La tesis tiene dos partes muy marcadas. Por un lado el desarrollo de las cuestiones inherentes a las posiciones desplegadas hasta el momento especialmente dentro de la escuela francesa y alemana. Por el otro el desarrollo de una monografía dedicada a su caso Aimee. Sobre esto nos vamos a concentrar. Consideramos el modo como está armada la Tesis, el lugar que le da a la personalidad, a los fenómenos elementales y al delirio. Lacan se esfuerza por desmentir a los ‘organicistas’ y sus afirmaciones acerca de que el delirio es una reacción secundaria y que no integra los síntomas primarios elementales donde se manifiestan o se trasuntan las causas primeras del trastorno. Para nosotros en cambio el delirio es las psicosis. El delirio es una via de acceso al Inc. Otra es el sueño. Son muy singulares, y contados, los puntos de acceso al Inc. Eso es lo que constituye lo fundamental del delirio. El trabajo sobre él es lo que permite acceder a la dimensión subjetiva. Esta constituye una diferencia notable entre el modo como aborda Lacan las cosas de las psicosis antes y despues de su afectación por las estructuras freudianas. Lo cual no quiere decir que Lacan siempre las practique. Por eso es importante marcar donde lo hace y donde no. Una cosa es abordar el lenguaje por la via de intentar acceder al ‘idiolecto’. Otra cuando pensamos que el delirio es lo que permite el acceso a un sujeto, a la verdad que lo constituye como tal. Que hay allí una palabra verdadero respecto de sí. Una palabra plena, si queremos hablar un lenguaje lacaneano antiguo.

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En definitiva la Tesis constitiuye una muy buena monografia psiquiátrica que nos deja en los alrededores del problema. En este sentido el trabajo de Lacan practica lo que él dice que le repugna, esto es, se queda en los falsos problemas, en los problemas teóricos o doctrinales de la clínica psiquiátrica. d) Lectura en detalle de La familia o Los complejos familiares El título de la Encyclopédie Française, tomo VIII, marzo de 1938: “La familia”, “Introducción: La institución familiar”. En este artículo Lacan toma al complejo como sinónimo de estructura, intenta inyectarle fuerza y nueva vida a ese viejo odre jungiano leyéndolo desde la oposición levistrauseana naturaleza vs cultura. Esta oposición ocupa el lugar que en el siguiente approach tomará la oposición significante significado. Al mismo tiempo critica lo que entiende como “el gran déficit del psicoanálisis”: el privilegio de la dinámica en desmedro de la estructura, de “la autonomía de las formas.” El paso dado desde su Tesis consiste en que allí la ‘estructura’ era la personalidad, mientras aquí son ‘los complejos familiares’. En ambos casos el punto de partida elegido no es freudiano, su extravío tampoco. Desde la intersección de todas estas perspectivas, Jaspers, Jung, LeviStrauss o de Saussure, Lacan se vuelve sobre Freud. Desde allí busca practicar el gran articulador freudiano: la función del padre. Es este el punto determinante de la concepción de Lacan de las psicosis. Pretendemos seguir la tensión que hay entre el punto de partida y el punto al que arriba en el seminario sobre las estructuras freudianas de las psicosis. Las afirmaciones de Lacan respecto al mito de Totem y tabu: “las intuiciones apresuradas... etc” son solidarias con sus afirmaciones sobre el déficit y organicidad de las psicosis. Las cuestiones orgánicas de las psicosis en su concepción nunca serán descartadas sólo relocalizadas. Al leer los complejos familiares, enfatizaremos que las concepciones de Lacan implican siempre un determinado estado de su lectura de Freud. Lectura que a esta altura muestra un costado completamente descabellado: las interpretaciones sobre el ‘biologismo’ de Freud. Al mismo tiempo son muy exactas en cuanto a ubicar un centro de la construcción de Freud en Totem y tabu y el mito del parricidio. La construcción de las psicosis freudianas es una banda de Moebius donde una cara es Totem y tabu y la otra la lectura de las Memorias de Schreber. Es este hilo rojo el que también atravezará y pondrá a prueba la lectura

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que construye la posición de Lacan. Otra vez, no hay Lacan sin Freud. Su propio camino queda suspendido a lo que puede reconstruir de los pasos de Freud. A nosotros nos orientará O. Massota quien en una Introducción a la versión castellana del artículo hablará de: “Un recorrido riguroso… a través de imagos y complejos … la idea psicoanalítica de base: la inherencia del sujeto a la familia... más allá el real de las culturas que constituye y determina el acceso del sujeto a lo real.” Esto nos plantea al menos dos cosas: el modo de acceder a lo real y el instrumento mediatizador de tal acceso. Lacan identifica perfectamente lo que Freud coloca allí: la función del padre construída vía Totem y tabú mediante un “mito” “simbólico”. Al que entiende hay que sustituir por una “construcción científica”: el complejo. Massota efectúa en su Introducción, módicas advertencias. Acerca de lo que puede “desorientar al lector”. Quien incluso podrá “por momentos menospreciar en el texto la aparición de ideas que juzgará prelacanianas…”. Es entonces cuando descargará de un modo categórico su juicio sobre la idea fuerza del texto: “… se podrá reprochar aún a Lacan su lectura para entonces insuficiente de ‘Totem y tabu’. No es acaso gracias, y no a pesar, a ese ‘salto’ de Freud en lo ‘biológico’ que aquel texto sorprendente entronizó en la teoría la función del padre?” Y es que para O. Massota, y acordamos con él, ‘Totem y tabu’ ocupa un lugar central en la construcción freudiana de tal función. Ya lo hemos dicho es la banda de dos caras junto con Schreber de lo que Freud construyó, tramó en la relación transferencial con Jung. Y es justamente tratando acerca de las psicosis que Lacan demuestra ‘su lectura para entonces insuficiente’ del texto clave de Freud y por consiguiente del discurso analítico. La referencia a lo biológico se vuelve otro malentendido del texto. Según Masotta se trata de un salto respecto de lo biológico lo que permite A Freud entronizar la función del padre. Pero curiosamente Lacan lee en Freud una apelación al orden biológico, sinónimo de naturaleza, allí donde para él se trata de “saltar” de lo biológico a la cultura, en clave LeviStrauss. Podemos decir entonces que este intento de lectura de Freud desde la oposición naturaleza cultura levistrauseana hace derrapar a Lacan respecto de Freud y las psicosis. Hay también una marcada insistencia en la búsqueda de un objeto que sea asequible al método científico, que en este momento para Lacan pasa por los métodos de “la psicología concreta” a lo Politzer. Hay que entender

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que esa opción tiene como fundamento no concebir ni ver que el psicoanálisis no se dirije hacia la ciencia. Lo cual implica tener una idea negativa de la materialidad del psicoanálisis. Lacan sabe que ésta no es la de la ciencia, única materialidad que, a esta altura al menos, le interesa. De allí que elija un objeto, los complejos, que le aseguran, materialidad científica. Toma como paradigma el complejo del destete diciendo que es el complejo más primitivo que se integra a todos los complejos ulteriores donde se fija la forma primordial de la imago materna. Para desterrar todo aspecto “biológico” remarca: “determinado por completo por factores culturales es radicalmente distinto del instinto”. Instinto es la palabra que a su entender resume la ‘equivocada’ posición de Freud. Por las dudas “no hablaré aquí de autoerotismo … ni de narcisismo … ni menos aún de erotismo oral”. Ya que todo ello le suena biológico, a lo que opone lo culturalmente determinado. Termina afirmando: “la escuela psicoanalítica se ha equivocado … se relaciona con el complejo del destete solo a través de su reestructuración por parte del complejo de edipo”. La familia a su entender es una “estructura cultural”. Determinada por el complejo. Completamente asequible a los métodos de la psicología concreta. ¿El método específico? El método sociológico. El que permitiría “comparar datos con otros campos” demostrando que la familia es una institución. Que tiene un papel primordial en la transmisión de la cultura. Especialmente en dos de sus aspectos básicos: represión de los instintos y en la adquisición de la lengua. “El psicólogo”, esta hablando de Freud, “tiene dificultades para no sobrevalorar lo biológico en los hechos de la llamada herencia psicológica.” Se trata por el contrario, de “comprender a la familia humana en el orden de realidad que constituyen las relaciones sociales”. Y el orden de realidad es el objeto de la sociología. Constituido por los hechos de la familia y las circunstancias psíquicas que se objetivan, se hacen asequibles nunca en términos de instintos (como supone Freud) sino siempre bajo la forma de complejos. Demostración cabal que Lacan no ha pescado aún la diferencia entre Instinkt y Trieb, sobre la sin embargo luego insistirá con vehemencia, es decir, entre materialidad fisiológica química y la materialidad analítica. Lacan pretende que Freud intenta aclarar a partir del Trieb que confunde con el Instinkt mientras que él intenta esclarecer el Instinkt a partir del complejo, culturalmente determinado. Son ellos los que desempeñan el papel de ‘órganizadores’ en el desarrollo psíquico y de ese modo “dominan

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los fenómenos que en la consciencia parecen integrarse mejor a la personalidad.” Que es, como ha tratado de probarlo en su Tesis, el otro nivel de la estructura. De allí que personalidad y complejo se encuentren en armonía y continuidad. El destete es puesto en relación a un destete anterior: la separación de la matriz. Lo que da lugar a una afirmación que muestra su juego: “al contraponer el complejo al instinto”… Otro de los puntos donde aparece el punto en el que se encuentra respecto de Freud: el instinto de muerte. “El genio mismo en Freud … cede en efecto al prejuicio del biólogo que exige que toda tendencia se relacione con un instinto”. Lo que tiene que ver con la cuestión de la agresividad y la destructividad. Para Lacan la agresividad es solo secundaria a la identificación, a la tensión jugada respecto del semejante: “… en relación a este punto la doctrina freudiana es incierta: en efecto el biólogo otorga un gran crédito a la idea darwiniana de que la lucha se encuentra en los orígenes mismos de la vida…”. A su entender hay dos instancias y dos operaciones. Una operación de represión de la tendencia sexual a cargo del superyo y una operación de sublimación de la imago parental a cargo del ideal del yo. Desde aquí Lacan toma otra veta cara a Jung. El complejo de castración, e incluso por tanto el de edipo, no serían un complejo sino propiamente una fantasía “lo que constituye su hecho original”. Freud, a su entender, los habría considerado, equivocadamente, en su valor real. Así llegamos al punto de cruce frontal: para Freud la función del padre esta tramado con el mito del parricidio original tomado en su valor real. Mientras que tanto para Jung como para el Lacan de esta época, se trata de una mera fantasía apoyada en premisas biológicas. Es así como Lacan pone en evidencia su reconocimiento (pero bajo la forma del desconocimiento) de Freud: “Freud realiza así el salto teórico cuyo carácter abusivo hemos señalado en nuestra introducción…”. Se reconoce que hay allí un salto teórico pero se lo desconoce al calificarlo de abusivo. Se señala también que se salta de un observable: la familia conyugal a una hipotética familia primitiva fundada en una hipotética superioridad biológica. Freud combinaría ‘fundamentos biológicos’ con ‘una imaginación’ de acuerdo a lo cual habría surgido “con el tabú de la madre, toda tradición moral y cultural”. “Sus premisas supuestamente biológicas” en verdad se reducirían a una fantasía cada vez más incierta. A lo que Lacan opone su fantasmagoría jungiana del complejo gracias al cual se esclarecería el todo de la estructura psicológica.

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Por supuesto que para Lacan “No hay personalidad en las psicosis”. Lo cual se reflejaría también en el determinismo en el diagnóstico: “por nuestra parte y aunque hemos intentado comprender estos síntomas a través de una psicogénesis, en ningún momento hemos pensado reducir a ella el determinismo de la enfermedad. Muy por el contrario, al demostrar que en la paranoia su fase fecunda, implica un estado hipnoico, confusional, onírico o crepuscular, hemos señalado la necesidad de algún resorte orgánico de la subducción mental a través de la cual se inicia el delirio”. Por si no quedara claro. “También en otro lugar (en su Tesis) hemos señalado que la causa de ese estancamiento de la sublimación al que consideramos como la esencia de la psicosis debía buscarse en algún deterioro biológico de la libido”. Concluyente agrega: “Es decir que creemos en un determinismo endógeno de la psicosis”. Vemos en esto la confluencia unión de las tres cuestiones que aislamos artificialmente en Lacan. Y que esta posición está en una tensión radical con la posición discursiva del psicoanálisis que permite pensar a las psicosis, ante todo, bajo la forma de un sujeto tramado por su historia.

Capitulo II Verwerfung, malentendido Lacan Freud respecto de las psicosis Segunda aproximacion a Freud. Freud arma la estructura del sujeto alrededor de la articulación complejo de Edipo, complejo de castración. Es su modo de concebir la función del padre. Asímismo la defensa y la formación de los síntomas son cuestiones fundamentales. Desde allí puede leerse freudianamente la diferencia neurosis psicosis. A este respecto aparece, y debe ser puesta a prueba, la formulación lacaniana, efectuada en dos tiempos: primero con la introducción del par forclusión el/los significantes del Nombre del Padre, luego del objeto a. Intentaremos poner a prueba algunas de las consecuencias del primer movimiento. Punto de partida de Lacan: una lectura de Die Verneinung donde la condición de la denegación es una admisión fundante de una existencia. La Verwerfung, a veces, es tomada como una forma de particularizar la defensa que afecta la articulación complejo de edipo complejo de castración y la función del padre en las psicosis. Se piensa entonces que lo esencial de tal función, la castración, la sexuación, no ha pasado por una Bejahung afirmación, admisión primordial. Lacan, y algunos de sus discípulos (veremos detalles de la formulación de Jean-Claude Maleval en La forclusión y el nombre del padre) ven en la relación forclusión y Nombre del Padre la clave de su abordaje. Tal planteo, entre otras cosas, necesariamente, lleva a pensar a las psicosis en

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términos de déficit. Basta leer los trabajos lacaneanos hasta aproximadamente 1980. O la extrañeza de las preguntas de Jacques-Alain Miller en la Apertura de la Sección Clínica, 1975. La segunda entrada que hace Lacan en las psicosis (la primera fue en relación a la imagen/ imagos) relaciona la función del padre con la metáfora, la famosa metáfora paterna, conectando en el mismo movimiento la ausencia de metáfora con la falla de la función del padre proclamando que debido a ello no puede haber creación poética ni generación de la significación fálica en las psicosis. En coherencia con lo cual en un momento del seminario Las psicosis y las estructuras freudianas, Lacan afirma que decir que los psicóticos hablan es admitir que las muñecas provistas de una grabación hablan. Ese extremo ubicaba a las psicosis en el límite de lo humano, apareciendo el lenguaje sólo en su aspecto mecánico. La lectura de Die Verneinung por Jean Hyppolite marcó un hito en el desarrollo de Lacan. La Verwerfung surge intentando responder a la complejidad del artículo La Verwerfung surge intentando responder a la complejidad del artículo y se aplica en primer término sobre el historial del hombre de los lobos. Es el modo como Lacan elige abrir el texto. Lástima que su operación apela a un término del texto freudiano lo que tiende a borrar la distancia entre éste y aquello con lo que se lo intenta abrir. La Verwerfung no es lo que organiza el problema en Freud, es de lo que se sirve Lacan para organizar su modo de entender a Freud. Esto demanda un mapeo detallado de la forma en que Freud aborda el problema, en su diferencia, repetición, con aquellas a las que Lacan apela para situarlo, situándose. Otra de las consecuencias en Freud de la articulación complejo de Edipocomplejo de castración es la produccción, la construcción de la historia. Cosa que Lacan en un momento de seminario, en 1953, abordará apelando a un término de la etologia [Prägung] engrama, acuñamiento. A propósito del Hombre de los lobos dirá que la neurosis infantil es uno de los modos de producción de la historia. Luego, un psicoanálisis, una forma de reescritura de la historia. Es a este respecto que hay que volver a interrogar ciertos modelos que conciben a la psicosis fuera de la historia antes de inquirir por su particular modalidad de construirla. En el planteo freudiano ésta se encuentra en relación directa con la articulación complejo de Edipo-complejo de castración, Lacan no lo discute sino intenta fijar la posición particular del Hombre de los lobos introduciéndose por la interpretación, traducción de la frase de Freud "una forclusión es otra cosa que una represión”. Lectura del Seminario Los escritos técnicos de Freud, 3 de febrero de 1954. Tal vez este seminario, anterior a las intervenciones de Lacan sobre el Comentario de Hyppolite, ayude a situar el contexto del surgimiento de la Verwerfung.

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Comienza con la pregunta por la naturaleza de la resistencia. Hay allí una cuestión metodológica. Señala al pasar la diferencia entre Unterdrückung y Verdrängung, a la que considera un detalle mientras no haya establecido una perspectiva de conjunto. Lee Sobre la dinámica de la transferencia . Anota los problemas que tiene la traducción francesa. (Tantos o más que los que tienen las traducciones castellanas). Parte de la última línea "Recordemos que nadie puede ser matado in absentia o in effigie", proponiéndonos leer el texto desde la frase final, 'incomprensible' si no se entiende de qué está hablando Freud. La afirmación capital: en el momento en que aumenta la resistencia surgen fenómenos de transferencia, Übertragunsphenomene. Lacan afirma que si Freud hubiera querido de decir que surge la transferencia, lo hubiera dicho, en lugar de eso escribió fenómenos de transferencia, los que están en relación sin serlo. En otro texto Freud dice que cuando el analizante se calla seguramente contiene una referencia al analista, lo que cristalizó como técnica: "Ahora, seguramente usted se calla, porque piensa algo referido a...", para Lacan el practicante debe refrenar esta focalización de las asociaciones. La versión estenográfica dice: “Pero si uno observa, entre ese número incalculable de veces hay algo que es infinitamente más puro y es que en el momento en que parece presto a manifestarse, a formularse algo que es lo más potente, lo más ardiente de lo que ha sido jamás alcanzado en el curso de la verdad del sujeto, éste se interrumpe y es capaz, en ciertos casos, de manifestar, formular en palabras, algo así como: ‘Yo realizo súbitamente en este momento el hecho de vuestra presencia’.” En el momento en que el sujeto está por decir su más íntima verdad, realiza súbitamente la presencia del otro, se vuelve hacia el analista, "Hay una suerte de brusco viraje del discurso". "No es capaz, en razón misma del aspecto característico del fenómeno, para él, subjetivamente, de dar de eso ningún testimonio". Pero hay el hecho de este mudo y súbito giro que hace pasar de una vertiente a otra del discurso, de un acento a otro en la función de la palabra. Primero: cuando el sujeto está a punto de decir la verdad más auténtica de sí, tiene la experiencia brusca, súbita, de la presencia del otro. Segundo, el sujeto no es capaz de hablar. Y sin embargo su mudez testimonia. (Es de hacer notar que muchas de estas sutilezas, como la mayoría de lo fundamental de lo que habló ese año Lacan, no están en la versión del seminario establecido por Jacques-Alain Miller du Seuil Paidos lo que nos obliga a trabajar a partir de la versión estenográfica en contraste y en presencia de al menos dos otras versiones.) La pérdida de la capacidad de hablar está en razón misma del aspecto característico del fenómeno, subjetivamente hablando, para el sujeto. Lo que plantea un problema doble. Por un lado en la conducción de un análisis, práctica que llevaría a un sujeto a experimentar aquello de lo que no puede hablar ¿Cómo operar con eso? Lacan hace una pausa y agrega: "Voy a retomar eso". "A continuación quiero simplemente poner delante de

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ustedes el fenómeno bien centrado, focalizado...". Es decir, no se trata sólo de un problema de la práctica analítica, sino de cómo transmitir lo que semeja un sin salida: el análisis, una práctica discursiva que lleva al sujeto sobre aquello de lo que no puede hablar. Primero, ¿cómo se opera con eso? Después: ¿cómo se transmite? Intentará efectuarlo via tres textos de Freud: el historial del Hombre de los Lobos, el sueño del canal y el olvido de Signorelli. "Para éstos que han asístido a mi primer comentario del Hombre de los Lobos, ya tan lejos ahora, hace un año y medio". Parece haber habido cierta aceleración temporal ¿signo de un salto?. No hay muchos entre su público que hayan asístido a ese seminario privado, del cual sólo quedarán notas. "Quisiera recordarles algunas cosas muy sorprendentes, chocantes, de ese texto. Cuando nosotros arribamos al momento en que Freud aborda la cuestión del complejo de castración en este sujeto..." Toma al Hombre de los Lobos para examinar lo que ocurre con el complejo de castración. "Es algo que surge, que emerge en diversos lugares de la observación, pero que evidentemente está en una relación funcional, extremadamente particular con la estructuración de este sujeto. Y Freud llega a plantearse y a plantearnos algunas cuestiones". Una de ellas: "En el momento que la castración entró en juego...", en ese momento: "el sujeto está en situación de realización de la situación edípica, y el sujeto rehusa", usa verwirft, el participio de verwerfen, rechaza “todo lo que es de ese plano, el plano precisamente de la realización genital. Retorna a su verificación anterior de esta relación afectiva, se repliega sobre las posiciones de la teoría anal de la sexualidad. En otros términos, esto de lo que se trata es algo que incluso no es una represión, en el sentido de algo que, habiendo sido realizado sobre cierto plano, luego se reprime. Represión, dice Freud, es otra cosa". Cita la frase que Freud pone en dos lugares en el historial del Hombre de los lobos: eine Verdrängung ist eines anderes als eine Verwerfung "Una represión es algo diferente de una forclusión". Cuestiona la traducción de Marie Bonaparte, que en lugar de Verwerfung coloca juicio. "Pero aquí no hay nada de un juicio. Ningún juicio ha sido planteado sobre la existencia de este problema de la castración". Y vuelve a citar (la cita en alemán es errónea tanto en la versión Miller du Seuil como en la estenografía) "Pero eso era de un modo tal como si no existiera". El Hombre de los Lobos se volvería sobre la relación genital de un modo diferente del de la represión. Agrega Lacan: "Esta articulación es importante para mostrarnos que en el origen es necesario que exista algo último para que la represión misma sea posible, a saber: algo otro, un más allá de esta historia, en la cual ya en el origen hay algo que se ha constituido primitivamente, no solamente que no se confiesa, en el sentido que no se dice, sino que por no formularse, literalmente es 'como si no existiese'". A continuación de "una represión Verdrängung es algo diferente de una Verwerfung", dice que hay algo que tiene que estar desde siempre, que es la condición de la represión, esto es la Urverdrängung, la represión

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primordial. Por si fuera necesario, aclara: "Por no formularse es 'como si no existiese' y sin embargo está en alguna parte, porque Freud nos dice por todos lados que ese primer núcleo de lo reprimido es el centro de atracción que llama a todas las represiones posteriores". Lacan luego de traducir “una Verdrängung es otra cosa que una Verwerfung”, conecta esta última con la represión primaria, la condición de la represión. Agregando: "Suspendo un momento este tema del Hombre de los Lobos. Volveremos todo el tiempo sobre esto porque en la estructura de lo que le sucede al Hombre de los Lobos, ese momento completamente singular de la Verwerfung de la realización de la experiencia en tanto que genital es algo que ha tenido una suerte completamente particular y que Freud mismo, en la continuación del texto, diferencia de todas las otras". Estuvo muy cerca, sin terminar de decirlo, de expresar que Verwerfung, condición de la Verdrängung, quiere decir Urverdrängung. "Ahora bien, cosa singular, este algo está, de algún modo, excluido de todo lo que es de la historia del sujeto, de todo lo que el sujeto es capaz de decir, porque, a fin de cuentas, es un resorte esta observación sobre este sujeto". "Ha sido necesario el forzamiento de Freud, ha sido necesario verdaderamente la técnica empleada por Freud para que esto venga al punto, a saber: para que la experiencia repetida del sueño infantil tome su sentido y permita no el revivir, sino la reconstrucción de la historia de este sujeto de una manera directa. Nosotros vamos a ver si algo y qué apareció en la historia del sujeto, yo lo suspendo por un momento". La práctica analítica lleva al sujeto hacia lo que no se puede hablar sino via un mudo testimonio. De ese modo se hace entrar la clave de la construcción de la historia en un análisis. En el Seminario de Los conceptos fundamentales del psicoanálisis, dirá que en verdad la técnica que Freud empleó fue la causa de las propiedades psicóticas del Hombre de los Lobos. En cambio acá, el forzamiento de Freud está planteado como lo que más se ajusta a la naturaleza de lo que se trata. Luego habla del sueño del canal. Para verlo en detalle es necesario apelar al texto en alemán. Este sueño es agregado a la Traumdeutung en 1919, tomado de las Lecciones de introducción al psicoanálisis. En la Traumdeutung figura "en relación a la duda y a la inseguridad en el sueño". Lacan cita el texto del sueño. El relato es de Freud. "Una paciente escéptica tiene un largo sueño. En él sucede que una determinada persona le relata a ella algo muy halagador, algo sobre mi libro sobre el chiste". "Sucede algo con un canal, quizás otro libro, en el cual hay un canal o algo con un canal, ella no sabe", es completamente no claro, fin del sueño. Dice: "El elemento 'canal' entonces queda completamente indeterminado". Ahora, "la paciente no asocia nada con 'canal'". Interesante comportamiento el de Freud. "La soñante no asocia nada con 'canal'. Yo, naturalmente, tampoco sé decir nada al respecto". La paciente no asocia

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nada, el analista no tiene nada para decir, fin de la sesión. "En otro momento, al día siguiente, ella asoció algo que quizás tiene que ver o forma parte del relato del sueño'". La paciente tiene un sueño, se interrumpe, corte de las asociaciones. Transcurso de tiempo. Al otro día asocia algo que quizás tenga que ver "Otro chiste, otro Witz que ella ha escuchado relatar". "En un barco que va de Dover (Inglaterra) a Calais, entre Dover y Calais, conversan un conocido escritor con un inglés, el cual, en un determinado contexto, cita la frase" Es importante hacer notar que Freud pone todo esto en alemán, pero la cita de la frase la pone en francés: "Du sublime au ridicule il n'y a qu'un pas", sigue en alemán: "El escritor responde", en francés: "Oui, le pas de Calais, con lo cual", dice Freud, "él quiere decir que Francia es sublime e Inglaterra ridícula". "El Pas de Calais", otra vez en francés, "es un canal, el Ärmelkanal", (el término alemán que corresponde a le Pas de Calais y que desde el punto del significado sería 'el canal de la manga' más que de la mancha). Primero dice le Pas de Calais, luego Ärmelkanal, están los dos términos, está jugando un entre-dos-lenguas, entre el francés, el escritor conocido, y el inglés, en el texto entre las dos lenguas, el francés y el alemán. Entonces: "El Pas de Calais, pero el Pas Calais es también un canal, el Ärmelkanal, el Canal La Manche", otra versión francesa del canal. La paciente relata todo esto y le dirige una pregunta: "Ahora bien, ¿pienso yo que esta asociación tiene que ver con el sueño? Seguramente, pienso yo [Freud], esto da la solución del elemento enigmático del sueño". La calificación de escéptica de la paciente podría equivocar, haciendo creer que se trata de escepticismo. No. Se trata de un juego entre-dos. Hay un entre-dos-lenguas, un entre-lo-sublime-y-lo-ridículo. "De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso. El conocido escritor responde: 'Oui, le Pas de Calais'". Hay que despejar también el Womit er sagen will... "Con ello él quiere decir...", como si se tratase ahí de lo que se quiere decir y no de lo que dice y cómo lo dice. No es sólo que se quiere decir algo sino de lo que pasa en esta estructura entre-uno-y-otro que excede la significación o el sentido vehiculizado. Con estas referencias freudianas, el Hombre de los Lobos, el sueño del canal, el fenómeno del olvido de Sigorelli, Lacan intenta pasar algo. Al mismo tiempo importa interrogarse sobre el problema con el cual Freud se enfrentó, en relación al cual Lacan responde a su modo. Para eso hay que pensar desde las bondades del historial, ¿las hubo? Y con él Freud ¿introdujo algo en el campo del psicoanálisis?. Volvamos sobre el sueño del canal. Lacan dice: "Se trata evidentemente de esto: la enferma escéptica ha debatido largamente respecto del mérito de Freud sobre el Witz. Se trata de que después de su discusión, y en el momento en que su convicción, su discurso vacila, ella no sabe más dónde ir". Se aisla un fenómeno muy particular un sujeto en relación no a una vacilación escéptica, sino a una vacilación esencial, estructural en la

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que lo coloca el orden de su verdad. En el sueño el sujeto vacila, tematizado alrededor de qué concluir respecto del texto de Freud, vacila respecto de sí. El fenómeno aislado en forma pura: un sujeto, en el momento de decir una palabra de verdad, no importa en referencia a qué surge eso, sino que está en juego una verdad de sí. La Verwerfung nombra lo que ocurre en ese momento de oscilación fundamental. Momento sobre el que no se puede hablar. Qué perspectiva diferente si desde aqui leemos por qué el Hombre de los Lobos no puede decir nada a su nana, a su nurse! Cuando Lacan lo coloque en la vertiente de la psicosis hablará de espiral psicótica, embudo temporal etc, etc, etc. El ejemplo del sueño del canal plantea el problema en el marco de la conducción de un análisis. De otro orden es el existente en el marco del lazo entre los analistas. Los dos problemas están relacionados, atendamos al modo como los juega Lacan. La publicación del Comentario de Hyppolite en Ecrits es signo del reconocimiento por parte de Lacan de que hubo allí un momento de seminario, es decir, que allí pasó algo. La reescritura de la Introducción y la Respuesta en 1966 mostrarán algunas de las consecuencias que sacó y la dirección que intentó darle a posteriori (lo que quizas nos permita entender alguna de las vicisitudes y alternativas de su transmisión). Lacan afirma primero que Freud fuerza las cosas de modo de hacer entrar algo. Si hay historial del Hombre de los Lobos, solo será por cierta pertinencia de la intervención de Freud; quien también tiene un problema doble: con el analizante y con cómo hacer pasar eso al discurso analítico. Sigamos a Lacan con el ejemplo de canal. Se trata de una conversación entre un célebre escritor y un inglés, sobre el fondo de la conversación entre Freud y su paciente, que a su vez se debate consigo misma. En el olvido de Signorelli se trata de Freud y Freyhaus viajando en el tren, allí también, en un momento dado, Freud se volverá sobre la presencia de su interlocutor. Está hablando y de golpe es interrumpido al caer en la cuenta de la presencia del Fremde, el extraño, extranjero, desconocido. Realización de la presencia en un punto singular, cosa que no va de suyo ni es habitual. En el marco del dispositivo, es el signo privilegiado de la afectación del sujeto. Freud refiere que lo primero sobre lo que habló fue sobre los hábitos de los que llama turcos, bosnios musulmanes, que mantienen la estructura del personaje escindido dado que presentan por un lado sumisión frente al destino, en el caso de la enfermedad, y rebelión cuando se trata de la cuestión sexual. Entre la sumisión y la rebelión. Lo cual repercute sobre Freud mismo. En ese límite de la acción del analista aparece un ¿Habré hecho todo lo posible? En el momento en que el destino trágico del analizante provoca la caída de la figura del médico analista Amo abatido frente a la carta mayor del Amo absoluto, la muerte. Todos estos sujetos se presentan bifrontes, Freud hablará de muerte y sexualidad. Y al construir el ejemplo motrará que la particularidad de tal olvido radica en que hay un

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desplazamiento de vía, Bahn. La presentación de nombres sustitutivos o falsos recuerdos, es la comprobación de existencia de otras vías amen de aquella que llevaba al nombre buscado. Hay una ruptura, un quiebre de las palabras que muestra, expone al inconsciente como un entramado de vías distintas. Entonces, en el momento en que el sujeto experimenta su división es vuelto sobre la presencia del otro. Hay toda una serie de argumentaciones a partir de esa presencia de otro y las líneas que unirían las distintas vías en juego. A Lacan le interesa mostrar el fenómeno en su pureza, lo que importa es un procedimiento, un artificio que busca llevar al sujeto hacia su escisión punto a partir del cual el análisis elige hilar. No importan tanto los temas como el hecho de la experimentación de esa división, de esa escisión. ¿Por qué algo que aparece como una experiencia de la división del sujeto después aparece colocado del lado de la psicosis? Primero afirma que Freud fuerza al paciente para que algo que permanece intocable entre en juego. En otro momento dirá que acosó al paciente con una obcecación que llegará a psicotizar al analizante. Es un borde. El dispositivo analítico fuerza al sujeto al llevarlo adonde no hay palabras. En todos los ejemplos de Freud podemos rastrear o reconstruir ese punto sin palabras. El olvido del nombre de Signorelli, la aparición del quedarse sin palabras correlativo al quiebre, desgarro escisión división del sujeto. Entonces: es por efecto de llevar al sujeto a tal quiebre que el sujeto pierde la palabra, se interrumpen sus asociaciones, el sujeto no sabe cómo seguir, ya no sabe donde está ni quien es ni siquiera si aún es. Lectura de Freud, El historial del hombre de los lobos. Aqui introduce la famosa frase “eine Verdrängung ist etwas anderes als eine Verwerfung” planteando que el paciente tenía una posición de reconocimiento, de acceso al orden genital y al mismo tiempo, una posición de rechazo, Verwerfung. La posición sexual del paciente queda definida en términos de tres corrientes actuando al mismo tiempo sin que ningúna de ellas se imponga ni caiga. Por ello es que Freud a lo largo de este historial, que a decir de Strachey es el más importante y más completo de Freud, nunca hable de psicosis. Habla de neurosis obsesiva, de neurosis infantil y de alucinación pero nunca de psicosis. Es Ruth Mac Brunschwig quien habla de paranoia e incluso de esquizofrenia. Hay que ver en detalle si el informe de Brunschwig no llama paranoide a una compulsión grave. De cualquier manera llama la atención que aquello en lo que se funda Brunschwig para hablar de psicosis no sea a lo que acuda Lacan. A su vez Muriel Gardiner, quien durante los treinta años posteriores estuvo en contacto con el paciente, informa no haber observado nunca nada de psicosis. Y Freud, durante el tiempo que duró su observación, excepcionalmente larga para la época, tampoco, rechazando el diagnóstico de psicótico maníaco depresivo de Kraepelin y Ziehen Freud porque a su entender se

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trata de “un estado a consecuencia de una neurosis obsesiva que ha curado espontáneamente”. El punto 7, "El erotismo anal y el complejo de castración" plantea claramente que el historial gira alrededor de la ‘constitución’ sexual. "La neurosis obsesiva descripta nació, como ya hemos hecho constar varias veces, en el terreno de una constitución sádico-anal". Esta es la tesis fuerte de Freud. Afirma también que en un momento dado hay en el paciente un nuevo esclarecimiento, una nueva perspectiva que va en el sentido del reconocimiento de la castración. Para luego retornar a una posición anterior. A pesar de que tal reconocimiento no deja de tener efectos notables sobre los síntomas del analizante. A partir de ese momento Freud afirma que no tiene ningúna influencia sobre la Entscheidung, la definición o resolución del problema sexual. Este historial se puede juzgar a partir del modo de construcción de la 'resolución' del problema sexual. Freud dice que el sujeto pasa por diversas experiencias. Considera cómo queda inscripta y los efectos que producen la teoría de la cloaca, la pulsión anal, el acceso genital, el reconocimiento de la castración, la posición de la mujer y la vagina. Hay anotación de todo esto en él, apareciendo determinadas sintomatologías determinadas por la inscripción de tal reconocimiento, pero, por otro lado, y al mismo tiempo, es como si eso 'no existiese'. La intervención de Freud sufre las generales de la ley al buscar hacerle reconocer algo, por lo que hace un cálculo y en cuanto consideró a la transferencia sólidamente establecida, fuerza un término anticipado del análisis buscando introducir lo que hasta entonces quedaba en las inmediaciones. Lacan a lo largo de muchos seminarios, termina por construir una posición, que se sostiene, respecto de lo que nos interesa, en una lectura, interpretación, traducción, posición respecto de Freud. Uno de las cuestiones es que postula que si no fuera pertinente su posición, Freud no se entiende, sería un laberinto donde una gata no encontraría a sus gatitos, cuando en verdad si no fuera ésa, simplemente habría que buscar otra. Si a Freud hubiese que entenderlo de otro modo es porque algo de lo que Lacan postula no se sostiene, por la premisa de la cual partimos: él optó por sostener su discurso en una determinada y particular relación al texto de Freud. Si eso no es lo que permite entrar, entender y orientarse respecto al mismo, entonces algo de su decir no se sostiene. Desde el comienzo de sus seminarios, específicamente en este de 1953, Lacan hace descansar su lectura en una interpretación de la frase de Freud: eine Verdrängung ist etwas anderes als eine Verwerfung, a la que interpreta, traduce, postula como "Una represión es otra cosa que una forclusión". Al principio decía "rejet", "rechazo", "supresión" para finalmente adoptar “forclusión". A su entender la clave está en la alucinación del dedo cortado. Sin embargo ya en la época de Lacan estaba muy aceptado que la alucinación per se no permite distinguir las neurosis de las psicosis. Vayamos al texto de Freud. Comienzo del capítulo 7: "Le ruego al lector

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recordar que he obtenido esta historia de una neurosis infantil, por decirlo así, como un producto secundario, mientras transcurrió un análisis de una enfermedad, ese análisis transcurrió en una edad posterior". La primera afirmación coloca a este historial en relación a una neurosis infantil. Después dice: "La neurosis obsesiva descripta, como he remarcado repetidamente". Luego: "La neurosis obsesiva representada, como repetidamente he resaltado, se apoya o procede del terreno de una constitución sádica anal". Después de hacer toda una serie de afirmaciones dice que "se sabe qué significación tiene la duda para el médico que analiza una neurosis obsesiva ", refiriéndose a la duda de estos pacientes, después, inmediatamente dice que "gracias a esta duda que plantea también nuestro paciente...", bla, bla, bla, y, refiriéndose a los problemas intestinales, "finalmente comprendí la significación de las perturbaciones intestinales para mi propósito, ellas (las perturbaciones intestinales) representaban el fragmento de histeria que se encuentra regularmente como fundamento de una neurosis obsesiva ". Es una página más adelante, un fragmento que empezaba: "Ustedes saben qué significación tiene la duda para el médico...". Hasta ahí este capítulo está plagado de afirmaciones muy rotundas por parte de Freud, de cómo encara este caso, como una neurosis obsesiva. No sin considerar una vacilación diagnóstica en el punto 3, hablando de la muerte de la hermana, que: "El paciente manifestó que al recibir la noticia de la muerte de su hermana no había experimentado el menor dolor, imponiéndose signos exteriores de duelo. Se regocijaba fríamente en su interior de haber llegado a ser el único heredero de la fortuna familiar. Por esta época ya llevaba varios años enfermo de su reciente neurosis, pero confieso que este dato me hizo vacilar durante mucho tiempo en el diagnóstico del caso". Después afirma que el paciente simplemente había desplazado el duelo. Luego dice: "La posición inicial de nuestro paciente ante el problema de la castración nos es ya conocida. El la rechazó...", usa verwarf, en términos lacanianos, "la forcluyó". "El forcluyó la castración", "y permaneció", "en el punto de perspectiva de las relaciones por atrás" o "de las relaciones anales". "Como yo he dicho que él la forcluyó...", acá vuelve a usar "rechazó" López Ballesteros, "al decir que la rechazó, nos referíamos a que no quiso saber nada de ella en el sentido de la represión". Éste párrafo, junto con la frase “Una represión es algo diferente de una forclusión”, son las dos apoyaturas sobre las que Lacan postula que la represión supone un reconocimiento, una admisión allí donde la Verwerfung una forclusión, una expulsión. "Con ello verdaderamente no se planteaba ningún juicio sobre su existencia. Pero estaba planteado de tal modo como si ella no existiera". Eso es lo que le da pie a Lacan para decir: una forclusión es otra cosa que una represión; este paciente no quiere saber nada con la castración, la forcluye, no la reconoce en el sentido de la represión, ya que ella implica un reconocimiento. No hay ningún juicio sobre su existencia porque está en cuestión la admisión

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misma de la castración. Para que algo advenga tiene que haber una Behajung simbólica como condición de la posibilidad de operar al respecto. Freud prosigue: "Esta posición" (de no querer saber nada de la castración o de la forclusión de la castración) "no puede ser, de ningún modo, la definitiva, ni siquiera para los años de su neurosis infantil". Afirmando que el sujeto no se mantiene en esta posición ni siquiera en la época de su neurosis infantil. "Más tarde se encuentran muy buenas pruebas de que él había reconocido la castración como un hecho". Entonces, Lacan postula que hay forclusión del reconocimiento de la castración allí donde Freud dice que en este sujeto hay pruebas, buenas pruebas de que había reconocido el orden de la castración. Una cuestión de traducción. Dice López Ballesteros: "Ahora bien, esta posición no pudo ser la definitiva, ni siquiera durante los años de su neurosis infantil. Más tarde hallamos en efecto pruebas...". "gute Beweise" pone Freud, Lopez Ballesteros pone directamente "pruebas", sin traducir el atributo "una buena cantidad de pruebas", "...el sujeto llegó a reconocer la castración como un hecho". Remarco als Tatsache, como un hecho, alguien podría preguntarse ¿qué nivel de reconocimiento de la castración supone este Tatsache, se trata de un hecho fáctico o de una Bejahung simbólica de la castración? Una variante podría ser "pruebas contundentes". Traduciría gute Beweise como "una buena cantidad de pruebas" de que el sujeto llegó a reconocer la castración como una Tatsache. Entonces "Él en este punto, respecto de este punto, se había comportado como lo que se podría denominar o señalar como su esencia". Ballesteros traduce "característico de su personalidad", donde Freud usa Wesen, "esencia”. Se trata de su “esencia" no algo "característico de su personalidad". "Como lo que podría ser reconocido o denominado como su esencia". Esa frase termina "que tan difícil nos hace la exposición de su caso". Se comportaba de un modo acorde a “su esencia”, "lo cual, por otra parte, nos era de una dificultad súper", [äußerordentlich], o "de un orden superior". Luego: "¿Qué es lo que nos resulta de una dificultad tan grande?". La traducción castellana dice directamente "la exposición de su caso", pero Freud dice que son muy difíciles dos cosas, una [die Darstellung], "la exposición del caso”, y la otra die Einfühlung la empatía con el paciente, cosa que esta traducción castellana omite. Freud tenía dificultades súper en relación a representarse el caso, pero también en la relación afectiva, empática con este paciente debido a “su esencia”. ¿Y cuál era el paradigma de este modo? El modo como se comportaba respecto de la castración, primero resistirse después abandonarse para después retornar. "Pero", dice, "ni una de las reacciones había producido una Aufhebung, "Ningúna de las dos reacciones había cancelado, suprimido, a la otra". Lo que dificultaba el trato con este paciente como la representación de todo el caso era que el paciente, respecto de la castración, se resistía y se abandonaba, la reconocía y, al mismo tiempo, no la reconocía; pero ningúna de las

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reacciones producía una cancelación, supresión de la otra. Esto es lo que Lacan intenta ordenar introduciendo la Verwerfung. Freud dice: "Se había resistido al principio y había accedido luego, pero ningúna de esas reacciones había suprimido a la otra". Acá "supresión" es "aufgehoben". Muchas veces traducen Verwerfung como "supresión". Entonces: "Al final coexistían", dice López Ballesteros, "en él dos corrientes que eran mutuamente contradictorias", para una de las cuales Freud usa otro verbo ni verwerfen, ni verdrängen sino verabscheuern, "aborrecer, abominar, detestar". "Una de las corrientes abominaba de la castración, mientras que la otra estaba dispuesta a reconocerla". "Una de las cuales rechazaba la castración", Ballesteros la traduce igual que a verwerfen aunque Freud está usando verabscheuern. "Una de las cuales rechazaba la castración, mientras que la otra estaba dispuesta a admitirla, consolándose con la femineidad como compensación". No contento con destacar estas dos posiciones respecto de la castración simultáneamente, dice Freud que hay una tercera. "La tercera, la más antigua, la más profunda". Una rechaza, otra está dispuesta a reconocerla, pero hay una tercera, que es la más antigua. El paciente parte de la teoría de la cloaca; después hay un acceso al orden genital; luego hay una vuelta a la cloaca. Entonces, una vez reconocida la castración, se produce una verwerfen de la castración con un retorno a la teoría de la cloaca, que ya no es la primera teoría de la cloaca porque entretanto se reconoció la castración. Y después de la admisión, nuevamente rechazo. Pero entonces hay tres actitudes actuando simultáneamente respecto de la castración. La tercera, la más antigua, la más profunda, dice, en la cual la castración primeramente había sido forcluida verworfen hatte. Otra vez, "con lo cual", dice, "no estaba cuestión un juicio sobre su Realität". Dice: "La tercera, la más antigua y profunda", traduce López Ballesteros, "que se había limitado a rechazar la castración sin emitir juicio alguno sobre su realidad, podía ser activada todavía". Veamos la diferencia entre estas tres posiciones que pueden funcionar simultáneamente. Una vez establecidas esas tres corrientes Freud introduce el tema de la alucinación. "Cuando la agitada espera" del sueño de Navidad. "Cuando la agitada expectación del sueño de Nochebuena le surgió la imagen observada (o construída) de la relación sexual entre sus padres, surgió seguramente en primer término la antigua interpretación del comercio sexual, según la cual el lugar que acogía el pene era el final del intestino”. Freud agrega como si fuera una apoyatura de su argumentación: “¿Qué otra cosa podría haber creído cuando a la edad de año y medio fue espectador de aquella escena? Pero luego vinieron los nuevos sucesos acaecidos a los cuatro años”. “La ... correspondiente al intervalo y a los indicios sobre la posibilidad de la castración despertaron y arrojaron una duda sobre sobre la teoría de la cloaca, aproximándolo al descubrimiento de la diferencia de los sexos y el papel sexual de la mujer". Freud postula que cuando fue espectador de la escena de la relación sexual entre los padres, supuestamente partía de la teoría de la cloaca al

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año y medio, pero, a posteriori (y el sueño sería la prueba de ello), se aproximó al reconocimiento de la diferencia sexual, lo cual implicaba darse por enterado del rol sexual de la mujer. ¿Qué sucede? Freud postula que el sujeto, al año y medio, se sostenia de la teoría de la cloaca; entre el año y medio y los cuatro años sucede algo que lo lleva al reconocimiento de la diferencia sexual, por lo tanto, del rol sexual de la mujer. Pero reacciona como cualquier niño frente a una explicación no deseada, rechazando, verwarf, lo nuevo, a causa de la angustia de castración, manteniéndose en lo antiguo, decidiéndose por el intestino contra la vagina, del mismo modo y por idénticos motivos, como a posteriori. La decisión, la elección del intestino contra la vagina, postula un reconocimiento de la vagina ya que supone una admisión sin la cual no habría decisión posible porque habría una sola corriente. Entonces agrega: pero el resultado de esta decisión supone que el sujeto se decide por el intestino contra la vagina. "La nueva explicación fue abgewiesen" traducido por "rechazada" pero el verbo usado por Freud es abweisen, una forma de suprimir, de rechazar. Digámoslo así: "La nueva explicación fue rechazada y mantenida la antigua teoría". Pero este retorno no es a la primera teoría de la cloaca, ya que se va hacia allí sobre la base de ese nuevo advenimiento. Dice: "Pero la última" (la nueva explicación que fue abweisen) "es la que suministra el material para la identificación con la mujer". O sea que va a la teoría de la cloaca, a las relaciones por atrás, a las relaciones por vía del intestino, pero desde la simultaneo reconocimiento del lugar de la mujer, y por tanto de la diferencia sexual. Ahora bien, "Por otra parte, sería equivocado creer que el nuevo descubrimiento habría permanecido sin producir efectos. Muy por el contrario, esta nueva comprensión, entendimiento Einsicht provocó unos efectos muy fuertes, de un orden superior außerordentlich". Acá dice: "Un efecto extraordinariamente intenso, convirtiéndose en un motivo de mantener reprimido el proceso del sueño completo", o sea, mantener todo el sueño, todo este proceso del sueño "excluido de toda ulterior elaboración consciente. Pero con ello", sostiene Freud, "se agotó su eficacia y ya no ejerció influencia alguna en la resolución", aunque acá pone "la decisión del problema sexual". "Constituyó desde luego una contradicción, que después de aquel momento subsistía con la angustia de castración al lado de la identificación con la mujer por el intestino, pero se trata sólo de una contradicción lógica que no dice gran cosa". Salvo de su existencia. Al menos dos posturas sostenidas simultáneamente, la teoría de la cloaca y el acceso a la diferencia sexual. Luego hay una operación respecto de esta diferencia sexual y un retorno, no al punto de partida sino a una teoría de la cloaca modificada por el acceso a la diferencia sexual y al lugar de la mujer. A pesar de todo Freud sostiene que con esto se agotaron los efectos sobre la resolución, decisión, del problema sexual. Pero después agrega: "queda planteada una contradicción". Claro que sí! la contradicción del mantenimiento simultáneo de la teoría de la cloaca y del reconocimiento de la diferencia sexual. Como si hiciera falta: "todo el

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proceso resulta más bien característico de la forma de trabajar del inconsciente ", agrega: eine Verdrängung ist etwas anderes als eine Verwerfung. Freud ve como esencia de este paciente el mantenimiento simultáneo de distintas posturas, prosige investigándolas en la génesis de la fobia al lobo. Dice: vamos a perseguir los efectos de la nueva concepción en relación al acto sexual. Hubo una transformación que no deja de estar afectada por la particularidad del paciente. Dice: "Ahora que investigando los trastornos de la actividad del intestino, nos hallamos en el terreno de la antigua teoría de la cloaca. Pero, bien, los dos puntos de vista permanecen escindidos", trennen, es el verbo que usa Freud, "permanecen separados, escindidos uno del otro" ¿por medio de qué? De eine Verdrängungsstufe Lopez Ballesteros traduce: "por un estadio de la represión". ¿De qué se trata? Freud está diciendo que los dos puntos de vista implican estadios diferentes de la represión, tanto la Verdrängung como la Verwerfung. Es a la luz de este problema que hay que poner a prueba si se sostiene el forzamiento que hace la lectura de Lacan para entender esto. "Ahora que investigamos los trastornos de la actividad del intestino, nos hallamos en el terreno de la antigua de la cloaca, con las características que dijimos antes". ¿Pero qué la caracteriza ahora? La presencia de "los dos puntos de vista, las dos perspectivas...". ¿Cuáles son las dos perspectivas? La de la teoría de la cloaca y la teoría de la cloaca modificada, o sea, la teoría de la cloaca habiendo pasado y habiendo admitido la diferencia sexual y el lugar de la mujer. Estas dos perspectivas permanecen separadas una de la otra ¿por intermedio de qué? De los Verdrängungsstufe, por estadios diferentes de la represión. Leyendo textualmente diríamos que estos estadios diferentes de la represión son la Verdrängung la represión y la Verwerfung. Aquí introduce Lacan su posición, traducción, interpretación de Freud donde la Verwerfung, la forclusión es diferente de la Verdrängung y daría la particularidad de la psicosis. Lacan inventa una lectura que afirma se sostiene en una relación al texto de Freud al tiempo que advierte: si Freud no es esto, Freud no se entiende. Sin embargo el problema que distingue Freud no es el que recupera Lacan. Ya que para Freud la diferencia Verdrängung Verwerfung se mantiene en términos de estadios de la represión en relación a la neurosis obsesiva. A posteriori para Lacan esa diferencia será utilizada para caracterizar a las psicosis. ¿Podría ser que Lacan hubiera extraído de un caso de un caso de neurosis obsesiva algo para aplicar al campo de la psicosis? Si fuera así ¿por qué no lo diría? ¿Por qué sostener su posición como una interpretación de Freud?. Siendo que para Freud la alucinación está en relación al sueño que es la columna vertebral del historial, y ambos suponen el reconocimiento de la castración. Por el contrario Lacan intenta recuperar esa diferencia establecida por la lectura de Hyppolite de Die Verneinung haciéndola jugar en su lectura de Freud. Ahora vemos que como tal no se sostiene. Es otra cosa. Podria ser

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un invento de Lacan, pero no es una lectura que se sostenga a partir de volver inteligible el historial freudiano. Examinar en detalle al historial del Hombre de los Lobos implica meterse con el texto en alemán. Las versiones castellanas tienen tantos problemas de traducción que es importante al menos señalar los términos. El desarrollo anterior apuntaba a remarcar el punto donde se introduce un forzamiento por parte de Lacan para, según es su intención en el seminario de interpretación de los textos fundantes y fundamentales de Freud, volver inteligible a Freud. Freud introduce la frase intentando marcar las diferencia de estadios o grados de la represión Verdrängunsstufe que suponen un estamento doble, triple que actúa simultáneamente en el Hombre de los Lobos. Insiste que se trata de un caso de neurosis obsesiva caracterizado por el hecho de que en él se hacen sentir diferentes modos de ubicarse el sujeto respecto de la castración. En el contexto en el que Lacan introduce este problema y empieza a hablar de la forclusión, en el seminario del 3 de febrero y en el del 10 de febrero, se refiere a la Verwerfung como algo que estuviera en juego en las formaciones del inconsciente, de allí que habla de Verwerfung en relación al olvido del nombre de Signorelli. Luego no es sólo que en el texto de Freud, esa diferencia VerdrängungVerwerfung no está referida a la diferencia neurosis psicosis, sino que tampoco lo está en el contexto en el que Lacan introdujo la cuestión. Recién en 1966 cuando la reescritura del seminario aparezca formando parte de los Ecrits, tratará de utilizarla para la diferenciación psicosis, neurosis. Se trata de poner a prueba si lo que dice Lacan, a la luz de este caso, permite organizar lo que dijo Freud. A nuestro entender el forzamiento que hace Lacan de lo que dice Freud no va en la ruta de lo que está diciendo Freud, ni permite leer a Freud desde este punto, dice otra cosa. En lo que siguió retorna el problema del inicio. Lacan lee un problema que hay en Freud de una manera particular, a posteriori lo interpreta en el sentido de diferenciar neurosis de psicosis. Se propone esclarecer lo que dice Freud. Pero la continuación indica que sienta otra posición, tanto en relación a Freud como a su posición inicial. En el seminario de 1953 Hyppolite comentando el artículo de Die Verneinung, establece una diferencia. Lacan cuando reescribe todo en 1966 la aprovecha para plantear el desnivel Verdrängung, Verwerfung en términos de psicosis y neurosis. La forclusión la Verwerfung no implicaría reconocimiento ni de la castración, ni de la diferencia sexual. En cambio para Freud la diferencia sexual está, al modo particular del paciente, admitida. Desde este punto de vista la forclusión no funciona para el caso, y si falla en el caso paradigma tenemos un problema serio que impide al mismo tiempo su aplicación y su generalización. Jean-Claude Maleval, La forclusión del nombre del padre.

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Maleval afirma que la forclusión del significante del nombre del padre es determinante de la estructura del sujeto y, por tanto del abordaje de la psicosis. A su entender esta hipótesis de Lacan habría desarrollado, ampliado, extendido y fundamentado lo que en Freud habría quedado como esbozo o incompleto. Para él se trata de una cuestión de principios: "La aceptación o el rehusamiento de la hipótesis de la forclusión del Nombre del padre condiciona el conjunto de las opciones teóricas del analista y su concepción misma de la cura". Y aunque "La forclusión del Nombre del padre no es ciertamente el alfa y el omega de la psicosis... se trata de saber si ella determina o no la estructura del sujeto", a su entender es donde descansa el argumento de Lacan y determina opciones conceptuales y clínicas. Se trata de "La innovación lacaniana mayor, introducida por la forclusión del Nombre del padre, constituye hoy uno de los ejes imposibles de evitar o de contornear". "Esta forclusión del Nombre del padre, es decir, una carencia del significante, que asegura la consistencia del discurso del sujeto". Primero es el significante del Nombre del padre lo que da consistencia al discurso del sujeto y hay una clínica que se deduce de eso. Era el planteo primero de la metáfora paterna donde el déficit estaba planteado en términos de falta de metáfora y del significante primordial. Luego no se tratará de la falta de un significante sino de la falta de la falta de un significante primordial, lo que no dejará menos en falta a las psicosis. El cambio decisivo a su entender tiene que ver con un nuevo modo de pensar la falta en el Otro afirmando que: "Subversión del sujeto, 1960, marca un cambio decisivo en cuanto a la aprehensión del Nombre del Padre, correlativo del descubrimiento de una béance en el campo del Otro. Ella se revela a favor del pasaje del Otro de la palabra, salido de la dialéctica hegeliana, al Otro del significante, fundado sobre la elaboración de la lingüística, como un primer paso". Pasaje del Otro hegeliano en la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo a la dialéctica jakobsoniana del significante, después escisión de ese Otro del significante respecto del Otro de la ley. Maleval plantea que Lacan primero hace un abordaje hegeliano, centrado en la dialéctica caracterizada del amo y el esclavo, un campo donde el orden de la palabra, el pacto, la lucha, están en el marco de una concepción agonística de la relación entre el sujeto y el Otro. De ahí pasa al Otro fundado no en la palabra, no en el pacto, no en la lucha del puro prestigio, sino en el Otro del significante, correlacion de la adopción de la hipótesis de Jakobson. Desde allí se dirige a una duplicación del Otro por la vía de la introducción de Otro de la ley que implica una forma de tratar la escisión del lugar del Otro entre el Otro del significante y el Otro de la ley. Se trata de una argumentación de Jacques Alain Miller. Hay una escisión entre ese Otro del significante que está ubicado en s (A). Parten de que en el grafo simple el Otro aparece completo ubicado en el lugar del tesoro del significante. La primera concepción de la forclusión se plantea en términos de falta de un significante correlativa a pensar al Otro completo. A

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posteriori de Subversión del sujeto, la falta de un significante no será un defecto deficit psicótico sino estructural entonces la forclusión se planteará en términos de falta de la falta estructural. Poniendose en correlación con el desarrollo del segundo piso del grafo. Allí ya aparece el S Atachada y este está en relación con el Otro de la Ley. La especificidad de la falta en las psicosis no será la falta de un significante sino la falta de la falta un significante. Pero recién con la versión nodal y los problemas en los anudamientos se remendará lo que a juicio de Maleval sucedió hasta los años '60: “...con la forclusión del Nombre del Padre no se podía analizar”!!!. En el trabajo de Maleval el modo de articular Freud-Lacan proviene de su asímilación de la enseñanza de Jacques-Alain Miller. Dice al final del capítulo 1: "El concepto de forclusión del Nombre del Padre no ha salido de los trabajos posfreudianos". Tal cuadro tuvo a Federn, a Melanie Klein, etc pero ningúno de ellos 'buscaba desprender un mecanismo específico de la psicosis'. En cambio, Lacan, a la forclusión del Nombre del Padre, 'lo retoma en los textos mismos del fundador del psicoanálisis'. Otra vez, Lacan articula conceptualmente lo que en Freud quedó en el terreno de lo esbozado, de lo no articulado conceptualmente. Este es el fundamento del freudo-lacanismo que implica una posición de escuela. Partimos de la idea de que Lacan propone una interpretación del texto de Freud, pero éste excede la interpretación dada. No es que Freud queda perdido por la intervención de Lacan sobre el texto freudiano. La posibilidad de discutir la lectura de Lacan se funda en la resistencia del texto de Freud que da pie a contradecir y/o disputar la interpretación dada. La repetición Lacan, produce una torsión del texto de Freud sin anularlo. Su interpretación abre y cierra de determinado modo el texto de Freud. En la operación respecto de la frase eine Verwerfung ist etwas anderes als eine Verdrängung tenemos el paradigma de la manera como interviene Lacan respecto de Freud. Lacan toma la frase y la fuerza, lo cual no la anula al armarla de determinado modo. De otro se perdería el modo y la marca que abrió y caracteriza al campo y al inconsciente como freudianos. Ya en su seminario de 1953 Lacan advierte que le discuten su interpretación de la frase de Freud. Es decir, su llave para leer el texto. Poner a prueba ese recorrido, es poner a prueba su lectura de Freud, lo cual implica una hipótesis sobre el modo como Lacan se vuelve sobre Freud. La articulación Lacan-Freud hace nudo, orienta el conjunto de la lectura. Independientemente de cuan explícito esté. Nuestra posición implica que entre uno y otro ni continuidad ni desplazamiento, repetición. Esta articulación es una lectura de una potencia de segundo grado, orienta un campo. Al respecto Maleval dice en la pág. 33 “Lacan doit constater l’inexistence d’une thèse solide au sein de l’approche freudienne de la psychose” “Lacan debe constatar la inexistencia de una tesis sólida en el seno del approach freudiano de las psicosis”, de allí que para él Lacan desarrolló lo que quedó no totalmente explícito y articulado en Freud. Pág. 41: “Bref, dans les

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écrits du fondateur de la psychanalyse, de même que la théorie de la psychose n’a pas trouvé son achèvement, la Verwerfung constitue un concept resté à l’état d’ébauche.” “Brevemente, en los escritos del fundador del psicoanálisis, lo mismo que la teoría de la psicosis no ha encontrado su acabamiento, la verwerfung constituye un concepto que ha permanecido en estado de esbozo”. Esto es lo que la Verwerfung lacaneana retomaría. Dado que a su entender, pág. 39 “Le statut théorique de la Verwerfung reste incertain dans l’enseignement du fondateur de la psychanalyse...”. “El estatuto teórico de la Verwerfung permanece incierto en la enseñanza del fundador del psicoanálisis...”. Para nosotros no se trata de eso sino de la suposición de existencia de 'estructuras freudianas de las psicosis'. De allí que el punto de partida de Lacan no sean las inconsistencias de Freud sino las propiedades que hicieron que tal abordaje abriese un campo al introducir como nudo articulador central la función del Padre. Tal vez la forclusión del nombre del padre sea un intento fallído de precisar tales estructuras. Su fracaso, la causa de los deslizamientos, cambios y pasajes de la forclusión del nombre del padre, la metáfora, el significante, a falta de la falta, los desanudamientos, las suplencias así como sus correlativas faltas de consecuencias clínicas consistentes. Otra cosa habría producido una iluminación del campo freudiano, ese roce que produce una súbita vuelta de lo Otro sobre sí. Capítulo III

Las estructuras freudianas de las psicosis A) Apertura e inconsistencias en los seminarios de Jacques Lacan. La escritura de una palabra Les voy a proponer examinar tres versiones: la versión estenográfica (VS), la versión de la Association lacanienne internationale (VALI) y la versión que Jacques-Alain Miller estableció para las Ediciones du Seuil (VJAM) de la sesión del 06 06 1956 del seminario “Las psicosis y las estructuras freudianas”, a fin de poner en evidencia ciertos problemas planteados por los seminarios de Jacques Lacan. Mostraremos a través de este estudio de solamente dos puntos, que este trabajo crítico no podrá ser hecho posible más que por la formación de un nuevo grupo Bourbaki ad hoc. Adoptaremos como perspectiva general la afirmación de Lacan en el seminario Encore, VS, del 05 05 1973: “... ce que je vous énonce ne peut toujours que rester jusqu’à un certain point ouvert, ce n’est pas mon privilège, les choses chaque année restent ouvertes sur un certain nombre de points en suspens. Ça sera d’ailleurs ce sur quoi aujourd’hui j’aurai amplement à m’étendre”. “…lo que les enuncio no puedo sino permanecer siempre hasta un cierto punto abierto, no es mi privilegio, cada año las cosas permanecen abiertas sobre un cierto número de puntos en suspenso. Eso será por otra parte aquello sobre lo cual hoy tendre ampliamente que extenderme”. Es decir, una de las particularidades de los seminarios es abrir un cierto número de puntos que permanecen en suspenso. Pero agreguemos que algunas veces estos puntos permanecen abiertos y en suspenso y otras

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devienen un agujero que favorecen un viraje hacia la inconsistente lógica y o discursiva. Delimitar, puntuar, hacer un mapa de estas inconsistencias permanece, para nosotros, como una cuestión fundamental en lo concerniente a los seminarios de Jacques Lacan (pero también respecto de los dichos, escritos y actos de Sigmund Freud, así como respecto al discurso psicoanalítico mismo). I UN ANTECEDENTE, LA ESCRITURA POR PLATON DE LA PALABRA DE SOCRATES

Creo que podemos aprender mucho de lo que llamaría la articulación Platon Socrates. Señalaré al menos cuatro puntos. En primer lugar. Los diálogos platónicos no son obras de doctrina sino de método; ellos forman a un público al obligarlo a seguir el movimiento dialéctico del diálogo, más que a adquirir un concepto o una doctrina. En segundo lugar. En todos los diálogos hay un cruce, una tensión entre los diálogos que Socrates mantenia en las calles, con no importa quien, y con los personajes, y la escritura que Platon hace de eso. Hay tensión entre ambos pero no anulación de uno por el otro. En tercer lugar. La cuestión de la escritura. En el Protágoras, así también como en el Fedro, hay una afirmación fuerte sobre los problemas del texto escrito. Hay una cierta defensa del poder de la palabra. La fragilidad, la instantaneidad de la palabra, constituye al mismo tiempo, su virtud. Al evaporarse rápidamente deja detrás solamente un esqueleto que exige la reconstrucción de un camino del que no hay ya más que restos, migajas por aquí y por allá. En cuarto lugar. La verdad en estado naciente. En algunos de los diálogos platónicos pero especialmente en El Banquete, y en el Protágoras, está acentuada la distinción entre episteme y orthodoxa. Este último es un saber verdadero, real, pero del que no podemos dar razones. Que es lo que por el contrario caracteriza a la epistheme. Pero en los diálogos nosotros podemos seguir un delicado equilibrio que marca que en ningúna ocasíón es posible pasar la ortho doxa enteramente en términos de saber articulado, epistheme. Nos precipitaremos a decir que todos estos temas participan de los problemas que nos proponen los seminarios de Lacan. Fue Alexandre Koyré el primero en afirmar que los diálogos platónicos no eran de doctrina sino de método. Que en un cierto sentido, desde el punto de vista de la doctrina, desde el punto de vista del saber articulado, estos diálogos no permitían arribar a nada. Y esto se relaciona con el doble movimiento de puesta en cuestión, al mismo tiempo, del saber de Socrates y del saber del otro como primer movimiento de todos los diálogos. Es un método de hacer agujero en la arena. Es su modo de abrir la cuestión. Cuando el diálogo alcanza ese doble movimiento, Socrates se va, se reduce a silencio, hace mutis. Los puntos donde se produce esa retracción, es decir, allí donde el texto deja la cuestión abierta, son fundamentales. Hacer un mapa de estos puntos en los diálogos de Socrates es importante y necesario para nuestro trabajo. Y la cuestión por excelencia a proseguir creo que es la cuestión de la verdad y el saber. El Protágoras se abre y se cierra sobre una cuestión: ¿la verdad, la arethé, es enseñable o no? Al comienzo nos encontramos con Socrates sosteniendo la imposibilidad de enseñarla, y a Gorgias sosteniendo la posibilidad de enseñarla. La maestria del texto se ejercita en la transmisión no de una doctrina sino en el movimiento de inversión, aunque incompleta, de las posiciones del comienzo a propósito de la compleja relación entre la verdad, la arethé, y el saber, la epistheme. En la Introducción al Protágoras, Notice, pag. 3 ed. Belles Lettres, leemos: “Este carácter

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totalmente socrático de la discusión, sin ningúna mezcla de platonismo...” La nota revela que el autor analiza, sopesa, tiene en cuenta, en la trama de cada uno de los diálogos la articulación Platon, Socrates. En El Banquete la misma cosa, se trata de la interrogación de la estructura del saber. Cuando Socrates obtiene del otro, para el caso, Agathon, la confesión de su no saber “Digamos que no sabía lo que decía...” pasa la palabra a Diotima. Es lo que pasa con Gorgias en el Protágoras. Cuando el diálogo concluye él sabe solamente que no sabía como antes y Socrates otro tanto, las dos posiciones han variado. Es en esa transfrmación que reside la estructura misma del diálogo. Diría que Lacan nos da algunas enseñanzas sobre la manera de abordar sus propios seminarios si seguimos de cerca el modo, la perspectiva desde la cual aborda la lectura e interpretación de los diálogos platónicos y no es un azar que ellos formen parte de la trama de sus seminarios desde el comienzo. II LA REUNIÓN DEL 06 06 1956

Cuando Jacques Lacan realiza esta sesión, él ya había hecho seis seminarios, teniendo en cuenta los seminarios que había dictado en su consultorio, planteados sobre los casos clínicos de Freud: Dora, El hombre de los lobos y el hombre de las ratas y los seminarios públicos Los escritos técnicos de Freud, El moi en la teoría y en la técnica analitica y este sobre El caso Schreber. En el seminario sobre el moi Lacan definía el objeto de su trabajo: “Los resultados a los cuáles hemos arribado serán integrados casí completamente en la nueva fase en la que nosotros retomamos la teoría de Freud, que continua siendo nuestro hilo conductor: no olviden que lo que seguimos aquí es un seminario de textos”. El punto de partida de estos seminarios son entonces los textos de Freud. Pero se trata de un seminario muy particular dado que la elección de los casos de Freud se ha hecho a partir de la suposición de que en ellos se encuentra la única posibilidad de acceso a la clínica de Freud. Y es a partir de esto que Lacan se afana en este tiempo en reabrir la posibilidad de acceso a la experiencia freudiana. Para esto toma como punto de partida de su seminario el texto de Schreber, al que considera el texto freudiano por excelencia sobre las psicosis. Y esto no porque se preste más o menos a una interpretación freudiana sino porque este texto ES freudiano. Toma las a Memorias no como un texto teórico sino como aquello que presenta el real verdaderamente en juego en la fenomenologia de las psicosis. Considera que este texto wittgensteniamente muestra la estructura del delirio. Por ejemplo las voces: “... se puede decir que detrás de estas voces otras voces están aquí que se expresan con ciertas fórmulas sorprendentes entre las cuáles hay algunas que ya les he indicado, otras que les voy a dar hoy.” (VALI. La versión VJAM de alguna manera resume esto: “Entonces, detrás de estas voces, otras voces están aquí, las que se expresan con fórmulas sorprendentes”. Gira alrededor de una fórmula: “ Es fehlt uns die Hauptgedanken”, “Ahora nos falta el pensamiento principal”, incluso la “Gesinnung”. A la traducción standard de Gesinnung por “sentimiento”, “disposición”, Lacan objeta que en esta ocasíón podría también querer significar “convicción” o incluso “fé”. Y que en “Gesinnung se trata de algo que debemos a todo hombre de bien, incluso al más negro pecador...” “Es bien de la fé que se trata aquí, buena fé mínima que implica el hecho de que reconocemos la existencia del Otro” (VALI, p. 456). La versión VJAM: “Es bien de la fe que se trata, de la buena fe mínima implicada

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por el reconocimiento del otro”. De una versión a la otra hay, como mínimo, esta diferencia Autre/autre. A este respecto es muy extraño, y muy problemático para una práctica psicoanalitica de las psicosis lo que agregará en “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”: “Es sobre este punto que Midas, un día legiferando sobre la indicación de un psicoanálisis se expresa en estos términos ‘es claro que un psicoanálisis no es posible más que con un sujeto para quien hay otro’. Y Midas atraviesa el puente ida y vuelta tomándolo por un terreno plano. ¿Cómo podría ser de otro modo puesto qu él no sabía que ahí estaba el punto de cruce?” Solamente que allí no hay ningún cruce porque no hay sujeto, psicótico o no en quien falte ni la dimensión del Otro o del otro ni el reconocimiento de la misma, ni la Spaltung del sujeto o el objeto a, etc, etc. Pero continuemos, (VS pag.4) “Nosotros vamos mucho más lejos, en tal momento de sus alucinaciones donde nosotros encontramos la expresión verdaderamente muy singular: ... [i] Nosotros subrayamos y ponemos en negrita los puntos suspensivos. ‘Con mi consentimiento algo debe ser’. No es la solución. No es algo extremadamente fácil de traducir. Es una palabra rara, es una palabra, diría yo, después de consultar a personas que entienden de eso, he arribado a la noción de que se trata de nada menos que de lo que he llamado la palabra de base. Es verdaderamente la clave. Es quizás algo que se aproxima a la solución. Sobre todo es la clavija última, la palabra de base...”. Lo que daría “la solución”, falta. Entonces hay una continuación. “Si nos detenemos en estas cosas muy brevemente, les indico en qué me parece el relieve esencial, a saber, lo que yo he llamado la última vez esta migración del sentido, o este recule del sentido, esta huida del sentido sobre un plano que el sujeto es llevado a situar como un segundo plano.”. Justo en el momento del surgimiento de “la palabra base” hay este viraje hacia esta cuestión respecto del sentido. Es que él “... tiene por naturaleza hurtarse, incluso acusarse como algo que se hurta, pero que él, sería ese sentido extremadamente pleno, un sentido del límite, y como de alguna manera aspirando por su huida, su hurtamiento y por la continuación que, si el sujeto experimenta, daría el corazón, el centro, una especie de ombligo de todo el fenómeno delirante...”. Pero justamente la idea freudiana de ombligo en cierto sentido se opone a la idea de un solo centro, de una cláve única y última. Es decir, que en el momento de dar la palabra clave, la clave última, la palabra de base que daría el todo del fenómeno delirante desde su perspectiva, en el texto freudiano paradigmático del fenómeno delirante, Schreber, ese término justamente se evapora, se va, se desliza y Lacan con él. Para tener una idea del problema: se imaginan el escándalo si Freud hubiese escrito su Schreber sin poder situar en él su hipótesis sobre la supuesta homosexualidad? La cuestión misma de alguna manera se evapora en la medida en que el borramiento, el agujero, el vacío que queda en su lugar (pero que no está indicado como tal, lo que habría quizás contribuido a hacerlo remarcar para el lector) es ocupado y obturado por la predominancia de lo que sigue: el texto de Racine, Athalie, el texto de Victor Hugo, Booz endormi, y después de Saussure, Pichon y Damourette y tutti quanti. Pero la condición de tal proliferación es la desaparición de LA cuestión. Allí, justo allí donde Lacan anuncia que aplicará y hará funcionar su tesis sobre las psicosis por relación al texto freudiano por antonomasía, Schreber, aparece un agujero que amenaza ser ocultado por un conjunto de referencias que dirían el todo sobre la cuestión. Pero ¿lo dicen? Porque el problema del que se trata concierne el conjunto del fenómeno delirante. Y en lo que sigue, muchas cosas pueden comprenderse en lo concerniente a la estructura del

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significante pero no en lo tocante al fenómeno delirante. Por otra parte, lo que ocupa el lugar de los tres puntos suspensivos, lo que será retomado, remarcado y amplificado en los Ecrits, y elevado a la categoría de Vorstellungsrepräsentanz del conjunto del trabajo del seminario es la cuestión de la Verwerfung de un significante primordial, principalmente el del nombre del padre o luego el de los nombres del padre. Pero creo que con ello la particularidad del abordaje de Lacan de las psicosis se pierde y no será retomado ni destacado en el texto de 1966 “D’une question préliminaire à tout traitement possible de la psychose”, lo que contribuirá a extraviar al público de Lacan al respecto. En este Escrito él anuncia triunfal que la aplicación de su tesis sobre las psicosis pasa por ... la relación entre la estructura del significante y la operación de Verwerfung de un significante primordial. Esto permitirá completar una tríada Verleugnung, Verneinung y Verwerfung que terminará siendo propuesta en el sentido de tres mecanismos supuestamente específicos de los tres cuadros en los que una psicopatologia psicoanalítica pretenderá encuadrar el todo de la clínica psicoanalítica. Mientras que la clínica freudiana ha sido contemporánea del tiempo de una cierta proliferación clínica. Tiempos en los que el psicoanálisis aún estaba lejos de la pretensión loca de reducción de una inagotable variedad clínica a la pobreza franciscana de tres cuadros donde todo debe distribuirse. De todas maneras, Lacan remarca que el fenómeno tiene dos vertientes una concierne a la estructura del significante y la otra al sentido. Sobre este punto él produce algo que engloba las dos dimensiones. Del lado del sentido habría una “... migración del sentido, recule del sentido o hurtamiento de sentido sobre un plano que el sujeto es llevado a situar como un segundo plano”. Pero por otro lado habría “... dos modos, dos estilos, dos alcances alucinatorios en tanto que ella concierne al sujeto, ese estilo por otra parte problemático, esta suerte de escansión, de interrupción que juega sobre la propiedad del significante como tal”. El sentido, que por naturaleza tiende a señalarse incluso como algo que se hurta per que al mismo tiempo es un sentido extremadamente pleno, un sentido del límite “... y como de alguna manera aspirando por medio de su huida, su hurtamiento y que la prosecución que, si el sujeto experimente, daría el corazón, el centro, una especie de ombligo”. Tenemos entonces una descripción del fenómeno delirante que se encarna verdaderamente en el movimiento mismo del seminario. Es necesario seguirlo en todos sus detalles y dimensiones. En la (VS): “... el estilo apuntado, alucinatorio, en tanto que concierne al sujeto, ese estilo por otra parte problemático, esta especie de escansión, de interrupción que juega sobre la propiedad del significante como tal, es una especie de forma implícita en el texto de la interrogación que el sujeto sufre de algún modo en el sentido más pleno del término”. En ese punto Lacan se vuelve sobre su público y le demanda: “En lo concerniente a esta descripción fenomenológica, ella no tiene otra cosa, intenten de extraer de eso algo, el máximo”. ¿De qué se trata? De extraer de la descripción “una explicación”, “de encontrar un mecanismo”. Podemos ver que de alguna manera, la descripción fenomenológica se pliega sobre el objeto, hay aquí una aspiración que se efectúa sobre el sujeto pero al mismo tiempo se ejerce sobre el movimiento del seminario, justamente donde se produce un pliegue de una cosa sobre la otra, acá donde hay fusión del saber y el objeto, aparece una operación

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psicopatológica que debemos disolver si queremos relanzar la práctica psicoanalítica con las psicosis. Debemos aprender de estos movimientos. El trabajo crítico sobre los seminarios debe hacer lugar a las idas y vueltas de los seminarios, debe permitir ese juego que alberga la posibilidad de cambios de las interpretaciones, de las teorizaciones. Nuestra referencia al respecto podrían ser los casos de Freud. Ellos permiten particularmente esas idas y vueltas que, creo, los seminarios de Lacan debieran permitir también. Deben primordialmente conservar esas marcas que permiten las diferentes posibilidades de pensar y practicar las cuestiones sobre las cuáles ellos versan y sobre las cuáles abren. III Las estructuras freudianas de las psicosis

En “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” Lacan afirma que una cierta insistencia sobre ir más allá de Freud, es decir sobre el tratamiento de las psicosis en este preciso momento “... es tan estúpido como echar los bofes en los remos cuando el navío está clavado en la arena”. Para Lacan este era precisamente el estado de cosas con respecto del paso de Freud, es lo que lo decide a abordar la práctica de estos seminarios. En el caso de las psicosis él parte de una suposición: “Un medio siglo de freudismo aplicado a la psicosis deja el problema aún a repensar, dicho de otro modo en el statu quo ante”. ¿Pero cuál es la situación hoy con la práctica psicoanalítica sobre las psicosis, después de cien años de freudismo y cincuenta años de lacanismo? Constatamos que estamos de nuevo con el navío encallado en la arena. Si queremos reabrir el problema debemos recorrer de nuevo la cadena Lacan Freud. Es lo que me propongo hacer trabajando sobre este seminario de Lacan. Afirmo que la nueva detención en la práctica analítica de las psicosis está ligada al estado en el cual ha dejado las cosas este seminario que nos proponemos considerar como la última de las tentativas de Lacan por hacer avanzar las cosas un paso. Sin olvidar que jamás las retomará en su conjunto, salvo en algunos puntos de detalle. Veamos “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. En primer lugar Schreber está planteado como algo “... a proponer para introducirse en la fenomenología de la psicosis...” Es este quien le ha suministrado la base “...de un análisis de estructura ... en nuestro seminario del año 1955-1956 sobre las estructuras freudianas de las psicosis...”. ¿Pero qué quiere decir la expresión “las estructuras freudianas de las psicosis” ¿Es que alguien ha dicho algo por relación a estas estructuras? ¿O ha escrito sobre los que ellas quieren decir? Esto no sólo no intervendrá ni en el título de la versión du Seuil sino que quizás peor, no forma parte ni de las preocupaciones ni de los desarrollos de los que practican psicoanalíticamente las psicosis. Mientras que este podría ser uno de los puntos centrales si nosotros leemos allí el designio de Lacan de buscar de dar las razones del paso que viene de hacer, es decir, podría ser una explicación del misterio por el cual su práctica psiquiátrica de la paranoia lo ha conducido a Freud. A partir de aquí él lo atribuirá a la existencia de “las estructuras freudianas de las psicosis”. Es importante seguir la oscilación respecto a esto en Lacan, es decir en el seminario mismo. Esto va desde que introduce la cuestión, reunión del 15/02 cuando dice que esto en verdad es algo que no es a lo que apunta su seminario que mas bien apunta a la economía de las psicosis. Luego una afirmación general, las estructuras freudianas querrían decir la importancia allí de la estructura del lenguaje, reunión 14/03 y finalmente el remate el 11/04 cuando afirma que las “estructuras freudianas de las psicosis” son “lo que Freud ha dejado en las estructuras de las psicosis”, es decir es lo que Freud ha dejado caer en ellas.

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Es evidente que el Ecrit correspondiente ha jugado un rol fundamental en la desviación de la cuestión de “las estructuras freudianas de las psicosis” y su substitución por la cuestión de la Verwerfung del/los significante/s primordial/es. Hacer surgir esta cuestión, tal problema, en toda su dimensión será a lo que quiero consagrarme aquí, intentando contribuir desde acá al trabajo crítico a efectuar sobre los seminarios de Lacan. El análisis del malentendido que constituye la Verwerfung en el abordaje de las psicosis lo hemos abordado ya en un artículo de POUBELLICATION nº 12 “Verwerfung, malentendido Lacan Freud sobre las psicosis”. A pesar de la desviación que induce su Escrito, en este texto nosotros podemos aprender del modo en el que Lacan plantea las cosas, pág. 536: “La relación entre el significante y el sujeto ... se encuentra ... en el aspecto de los fenómenos si, viniendo de la experiencia de Freud, uno sabe el punto al que ella conduce”. Es decir, la condición de eso es que viniendo de la experiencia de Freud uno sepa adónde conduce. Luego, la perspectiva general pasa por saber adónde conduce la experiencia de Freud. Pero para saberlo debemos poner en claro qué quiere decir la experiencia de Freud y establecer la relación entre esta experiencia y la práctica de Lacan al respecto. En primer término Lacan habla de la degradación del psicoanálisis. La consecuencia: no se comprende ya lo que quiere decir la experiencia freudiana. Por otra parte ella ha sido desplazada por ciertas preocupaciones de los psicoanalistas de hoy, el moi, las relaciones de objeto, el aquí y ahora de la transferencia, etc., etc. Tal degradación está también causada por la particular relación de esta praxis con una verdad en estado naciente. Una verdad que rompe sus lazos con el saber que sin embargo ella engendra. Cuando este saber se vuelve independiente de la verdad que sin embargo lo causa, los extravíos comienzan. Y Lacan piensa que era esto lo que había ocurrido con el psicoanálisis. La vía abierta por Freud se había cerrado de nuevo y el punto de acceso escogido por Lacan era, según él, la única clínica existente: los casos de Freud. Mientras que nosotros no hagamos algo con la experiencia de Freud no habrá otra clínica que ella, no podremos hablar de otra clínica. La reducción del psicoanálisis a una técnica es paralela al hecho de que hemos perdido el ancla, la perspectiva sobre la cuestión. Es decir, el psicoanálisis se ha degradado en una técnica porque no se comprende ya cómo leer Freud. Uno de los problemas de la escritura de la palabra de Lacan, esto es de sus seminarios, pasa por la falta de la perspectiva desde donde Lacan entendía leer a Freud. Es a partir de esto que la articulación Lacan Freud deviene fundamental. En el caso del seminario del que nos ocupamos Las psicosis y las estructuras freudianas, poner a prueba el trabajo crítico pasa por el hecho de interrogar si las versiones que circulan conducen o descaminan de la afirmación sobre la existencia de estructuras freudianas de las psicosis. Creo que es un hecho reconocido por todos que el Escrito Lacan desplaza esta cuestión fundamental. Podemos considerar la relación entre los Ecrits y los seminarios alrededor de este tipo de desplazamientos. Yo distinguiría mi posición de la que enunciado en 1985 por Jacques-Alain Miller en la página 33 de la Plaqueta: “...yo considero que la guía de la lectura de Lacan son sus escritos” y luego, en la pág. 34 “ [los seminarios] sin el centro del Lacan escrito, creo que es una vía peligrosa y quizás vana”. Por el contrario nosotros afirmamos que muchas vías, y en algunos casos fundamentales,

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que Lacan desarrolla en los seminarios, no son retomadas en sus puntos principales en los escritos, como es el caso de la cuestión de la que hablamos en este seminario que analizamos en detalle En el recentramiento necesario de la transmisión de los seminarios de Lacan lo que llamaremos “la articulación Lacan Freud” es fundamental, especialmente para el trabajo sobre los seminarios. Nuestra posición: Lacan, lector de Freud. Lacan ha escogido hacer que su voz sea el resonador de la experiencia freudiana, que su voz contribuya a hacer resonar, a reabrir la posibilidad de practicar tal experiencia. El se somete a la alienación que supone el hecho de pasar por el desfiladero de los significantes del Otro, en la ocurrencia Freud. Lacan concibe así la posibilidad de su propia entrada, en el hecho de reabrir la posibilidad de acceso a esta experiencia. Lacan es el nombre de una práctica de lectura de Freud. La posibilidad de su actualidad reside completamente en el hecho de encontrar y hacer visible, legible, el discurso freudiano. En el hecho de lograr encontrar “su lógica”, “su matemática”. Esto es lo que significa para nosotros la articulación Lacan / Freud en términos de repetición; no de freudo-lacanismo, no desplazamiento de Freud. No hay Lacan sin Freud. Y los puntos donde nosotros encontramos derrapes, como en el caso particular de las psicosis, nos obligan a recorrer de nuevo los dichos, los escritos y los actos de Lacan y de Freud, y otros también, si queremos modificar lo que obtura la práctica psicoanalítica de las psicosis. El cierre del psicoanálisis no está solamente causado por los problemas provocados por el modo de recepción y escucha de la experiencia de Freud. Contribuye a ello el hecho de que no es posible “poner en el claro” el discurso y la práctica analítica por mucho tiempo. Al evaporarse llaman a una nueva reapertura y con ella a nuevas derivas. Es la materia misma de esta verdad que habita la práctica analítica lo que es como un relámpago, como decía Shakespeare: ....momentary as a sound. Momentánea como un eco Swift as a shadow, short as any dream Fugaz como una sombra, breve como todo sueño Brief as the lighting in the colling night rápida como un relámpago en noche obscura That, in a spleen, unfolds heaven and Earth que bruscamente ilumina cielo y tierra And ere a man hath power to say “behold!” Y antes que el hombre diga Mira! The jaw of darkness do devour it up; las tinieblas la devoran con sus fauces So quick bright thing come to confusion [ii]Así de rápido las cosas brillantes viran hacia la confusión. i Nosotros subrayamos y ponemos en negrita los puntos suspensivos. ii A midsummer night’s dream, act one, page 220. Complete Works of W.Shakespeare, Harper Collins Publishers.

B ) Schreber Lacan al partir de la tesis que la función del padre y el edipo constituyen el nudo troncal del sujeto se ubica como seguidor, lector, practicante de Freud. A esta función Lacan intentará pensarla desde distintos ángulos, especialmente a la luz de la estructura del significante. Dará otro paso, al que criticamos en diversos lugares de esta Tesis, cuando

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pretender presentar a las psicosis como ‘estructuras’ cuyo “mecanismo” consiste en el supuesto efecto de una operación singular, la Verwerfung, forclusión, efectuada sobre ‘el significante primordial’; el significante ‘en sí’; luego llamado ‘nombre-del-padre’, finalmente pluralizado como ‘losnombres-del-padre’. Esto, creemos, desanda, al menos parcialmente, lo andado. Pero retomemos el primer paso. En el seminario del 06 06 de 1956 afirmará que hay algo que “es el verdadero punto central alrededor del cual debe ejercerse todo análisis concreto del discurso. Yo lo llamaría un punto de capiton o de almohadillado…”. En relación al cual “Freud nos ha dado el complejo de edipo … que para nosotros guarda su valor irreductible”. De donde extrae “este valor absolutamente privilegiado alrededor del complejo de edipo” como “el nudo esencial”. El edipo, la función del padre, le parecen algo que a Freud “le da el elemento esencial el más sensible en la experiencia”. De allí que no haya historial freudiano que carezca de esta referencia, que no esté tejido, tramado, alrededor de tal función. A partir de aquí comienzan los problemas con afirmaciones del tipo: “Nosotros podemos decir –y se lo ha dicho- que en una psicosis todo esta acá, en el significante, todo tiene el aire de ser así”. Todo tiene el aire de ser así pero no. No para Lacan. Cuando todos sus desarrollos precipitan en esta dirección afirmará: “Es en otro registro que es preciso comprender lo que pasa en la psicosis”. Éste será uno de los problemas que retornarán eternos e irresueltos en Lacan y que creemos, desde adentro conspiran fuertemente contra una práctica psicoanalítica con las psicosis. Cada vez que la dirección de su discurso lo lleve en dirección a colocar a las psicosis como un hecho de lenguaje, Lacan se colocará a contracorriente y retrocederá, efectuando objeciones y restricciones, y / o desarrollando algunas teorías, conceptos y prácticas que van en contra de la dirección en la que lleva su propio discurso. Nos aclarará seguir en detalle el movimiento de algunos de sus seminarios. Por ejemplo en el seminario del 06 06 1956, luegp de hablar extensamente del problema de la personación y la despersonación en las psicosis, retorna a de Clerambault. Es lo que ocurre cada vez que el nudo del discurso apriete en torno al significante, una repetida cuerda psiquiátrica se hace oír en él una y otra vez desanudando lo anudado. Luego esto se amplificará con afirmaciones del tipo: “No se puede decir que las psicosis, como las neurosis, sean un puro y simple hecho de lenguaje”. Mostraremos cómo extremar la tesis de ‘las estructuras freudianas’: quiere decir ubicar el nudo de la estructura del sujeto en la función del padre

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como vector de la construcción de una historia. A esto lo particularizaremos en relación al saber anudado en la experiencia freudiana de fusión / defusión del otro Otro en la transferencia Freud Fliess, luego Freud Jung y finalmente Freud Ferenczi y en el abordaje de la lectura de las Memorias de Schreber. Apoyados sobre esta doble base (la hipótesis de Freud del nudo en la estructura del sujeto y la posibilidad brindada por Lacan de seguir ésto por via de la estructura del significante) desarrollaremos nuestras hipótesis planteando una lectura posible de las Memorias de Schreber. Partiremos de una constatación: el discurso analítico no logró aún hacer pasar a las psicosis al campo del discurso. Y esto constituye un límite a marcar y delimitar. El fracaso en sortearlo es una demostración palmaria de una inconsistencia discursiva que hace necesario revisarlo todo, recorriendo nuevamente la articulación Lacan Freud para relanzar el problema y la práctica. La urgencia de tal paso tiene que ver con que pensamos que no habrá práctica analítica consistente con las psicosis sin tal pase. El trabajo sobre el texto de Schreber debe servir como base, trampolín para un nuevo intento, después de Freud, después de Lacan, despues de tantos otros analistas, de hacer pasar definitivamente a las psicosis del lado de la estructura del lenguaje y la palabra. Mientras no se realice esta operación la ‘clínica psicoanalitica’ será sólo una declaración de buenos propósitos y un fracaso. Se trata de sacar a las psicosis del campo médico, de la psicopatologia y las neurociencias. Es allí y en eso donde actualmente, y principalmente se pone a prueba, la ‘clínica’ analítica. Para ello hemos tratado de construir, hipotetizar, explicitar el trayecto efectuado por Lacan quien parte de una concepción psiquiátrica, basada en sus maestros, Claude, Pichon, de Clerambault, luego pasa por Jaspers y las relaciones de comprension, y por Jung y a su teoría del complejo, para desembocar en las estructuras freudianas de las psicosis. Mostrando al mismo tiempo que finalmente tanto su punto de partida como el de llegada se hacen sentir en su posición. Por eso luego de haber encontrado el nombre más certero, desemboca en los puntos suspensivos de su seminario donde pierde, y nos hace perder el rastro con su derrape; no sin antes de darnos una gran lección a lo largo de su recorrido o mediante el recorrido mismo. Recorrido al que recurriremos en lo que pretendemos es una necesaria reorientación de la práctica analítica con las psicosis. Partiremos de un punto: Lacan afirma que las psicosis no son como las

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neurosis un puro y simple hecho de lenguaje. Esta tesis constituye su limitación principal en lo que afirma es su mayor ambición: aplicar su concepción del inconsciente estructurado como un lenguaje y los tres registros, al campo de las psicosis. Nosotros afirmamos que las psicosis son un hecho de lenguaje. Y que sólo se entienden y resuelven en ese ámbito. A nuestro entender tanto las neurosis como las psicosis constituyen fundamentalmente un hecho de lenguaje. No es que no haya allí otras cosas y otras dimensiones sino que en lo esencial transcurren, discurren y se resuelven en ese plano. El lenguaje y la palabra refieren a la construcción/reconstrucción de la historia de un sujeto. Desde esa perspectiva examinaremos los puntos donde, a veces, Lacan y Freud se extravían, respecto a esa referencia fundamental del discurso que ellos causaron. a) Trabajo de detalle sobre algunos seminarios de Las estructuras freudianas de las psicosis Propondremos ahora partir de un estudio de detalle de ciertos seminarios de Lacan para fundamentar un posible, y a nuestro entender necesario, relanzamiento de la invención psicoanalítica de las psicosis a partir del punto en el que lo han dejado Freud, Lacan, y los innumerables analistas y psiquiatras que han proseguido el trabajo sobre las mismas pistas, principalmente las Memorias de Schreber. Seminario del 02/05/1956. Este seminario podría servir, entre otras cosas, para ver cómo y por qué Lacan piensa que Freud ubicó a la cuestión del padre como fundamento del sujeto. Al mismo tiempo podría ser ocasión de señalar algunas de las limitaciones de Lacan. Por un lado postula que “el problema central del análisis gira alrededor de la manera en que la verdad entra en la vida del hombre”. A su entender “la respuesta de Freud es que lo hace por intermedio de la significación última de la idea de padre.” ¿Cómo promueve esto Freud? “por intermedio de esta especie de realidad ante-prehistórica; lo que quiere decir [está] en el origen de toda historia, que es la noción de la muerte del padre, mito bien evidente, mito bien misterioso, imposible de evitar en la coherencia del pensamiento de Freud, manifiestamente mítico. Por tanto hay aquí, en esta noción de la muerte del padre algo velado.” Esto al mismo tiempo es una “intuición freudiana”. Hasta ahí Lacan sigue un derrotero freudiano. A continuación vuelve sobre sus pasos al intentar avanzar. Apela a la estructura del lenguaje pero en términos de déficit. “Uno no encuentra jamás nada que pueda semejar a lo que llamaremos una metáfora.” Para luego agregar que “no sería una mala definición del estilo poético en tanto

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tal decir que comienza con la metáfora y allí donde la metáfora cesa, la poesía también cesa.” A su entender en las psicosis no hay ni metáfora, ni estilo poético, ni poesía. Este es el ‘estilo’ psiquiátrico, será muy Janet, muy Charcot, muy Clerambault. No es el ‘estilo’ Freud. Retoma las afasías. Hace denegaciones de todo tipo para afirmar que niega estar diciendo que las psicosis tengan que ver con un déficit neurológico como en el caso de las afasías. Concluyendo: “Es alrededor de esto que podremos ver articularse la dominancia, esta venida a un primer plano, de este envolvimiento, esta verdadera intrusión psicológica del significante como tal, que se llama la psicosis”. La psicosis es caracterizada entonces como la intrusión psicológica de la estructura del lenguaje. Pero tal intrusión puede ser ocasión de reintroducir la noción psiquiátrica de automatismo, esta vez por la vía de apelar a una ‘estructura del lenguaje’, dejando fuera al sujeto, al sostener que el lenguaje ‘habla solo’, por fuera de cualquier referencia a la historia y los afectos de un sujeto. Así Lacan se extravía completamente respecto de la vía freudiana. Es en ese punto que se reencuentra con “su único maestro en psiquiatría, de Clerambault” para quien “an-ideico” quiere decir que el lenguaje se pone a hablar por sí solo, automática, mecánicamente. Contra lo que piensa Freud, para quien en las psicosis habla un sujeto. Y sujeto quiere decir historia. Y la historia en Freud se nombra edipo. Otra entrada, Seminario del 06 06 1956. Lacan termina el seminario hablando de un “point de capiton”, punto de capiton o de almohadillado, alrededor del cual se teje un sujeto. Está tratando de pensar la estructura del sujeto tomando apoyo en la imagen de de Saussure de dos olas, significante y significado, anudadas en el lenguaje. Dice que aquí ‘los puntos de convergencia permiten situar a la vez retroactivamente y prospectivamente todo lo que ocurre en este sentido en ese discurso’. Ahora bien, a su entender ese punto de capiton, ese punto articulador, es lo “que Freud nos ha dado en el complejo de edipo”… “que guarda para nosotros su valor completamente irreductible … ¿por qué después de todo este valor absolutamente privilegiado alrededor del complejo de edipo? … por qué está aquí para él ese nudo que le parece el nudo esencial de todo el progreso de su pensamiento al punto que no puede abandonarlo en la menor observación particular” de allí que la noción de padre sea “algo que le da el elemento esencial, el más sensible en la experiencia de lo que yo he llamado punto de capiton entre el significante y el significado.” Luego, dos pasos atrás. Hablando de la personación y la despersonación en el discurso: “Yo no les digo que esté acá todo el resorte del mecanismo

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de la psicosis, yo digo que el mecanismo de la psicosis también está allí.” Es decir, cuando todo parece llevar las cosas en términos de lenguaje, de discurso, de edipo, Lacan expresa que no se trata completamente de eso. Lo que sigue indica por qué. “Clerambault mismo ha percibido esto, porque él se interesaba en estas cosas ... Clerambault hace en alguna parte, alusión a lo que ocurre cuando nosotros somos tomados de golpe por la evocación propiamente afectiva de algo más o menos difícil de soportar de nuestro pasado o de nuestro recuerdo… y que ese es el momento más favorable para la salida, la emergencia de algo que él llama algo puramente automático, de pedazos o retazos de frases que algunas veces son tomadas de la experiencia más inmediata, la más reciente y que propiamente no tienen ningúna relación significativa con esto de lo que se trata” Este es el automatismo psiquiátrico con el que continuamente se bate, apoya o repite. Es lo que estará permanentemente en tensión en Lacan con las estructuras freudianas de las psicosis Otra entrada, Seminario del 31/05/1956. Primero una presentación psicopatológica: “El neurótico habita el lenguaje… El psicótico es habitado y poseído por el lenguaje”. Como ya es costumbre, la continuación explicita de dónde proviene su orientación, cita a su único maestro en psiquiatría “de Clerambault tiene miles de razones para insistir sobre esto” … “de Clerambault ha destacado bajo el nombre de ‘fenómenos elementales de la psicosis’ que lo han llevado casí obligado porque “cómo no deducir de eso, como no implicar que nos encontramos acá delante de simples fenómenos mecánicos…” sin embargo “es algo que nos es necesario más bien concebir en términos de estructura interna del lenguaje, es esto lo que tiene de más fecundo”. No, pensar de este modo no tiene nada de fecundo, lleva a pensar en términos mecánicos, psiquiátricos. Que es lo que nos aclara a continuación. “… el hecho de haber mostrado de eso el carácter ante todo estructural, prevalente en la estructura es decir, lo que de Clerambault en su lenguaje llama ‘lo ideicamente neutro’, lo que él quería decir simplemente con esto es que estaba en plena discordancia con las afecciones del sujeto que ningún mecanismo afectivo era suficiente para explicar esto”. Esta es una de las diferencias Lacan Freud. Cuando Freud en su historial de Nuevas Observaciones sobre las neuropsicosis aborde estas cuestiones nunca dejará de referirlas a una historia. Esa articulación es la que rompe con la concepción de automatismo. Para el psicoanálisis los fenómenos de las psicosis no están, no pueden separarse, de la ‘historia afectiva’ del sujeto, cuyo sostén está constituido por esa trama significante cuyo “significante fundamental… es el complejo de edipo”.

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b) Lectura detallada de las Memorias de Schreber Estudiando detenidamente los significantes en los que se trama la ruptura del lazo con el otro Otro encontramos en el discurso de Schreber que uno de sus significantes fundamento es lassen. En variadas formas. La principal es liegenlassen, con variantes liegen zu lassen y liegenlassenwerden. También encontramos überlassen. O incluso lassen sich. Y también verleiten lassen; unterlassen; lässig; weglassen; wegzulassen; anlassen; anziehen lassen; veranlassen. De este tronco lassen (en su origen yacer, dejar) salen toda una serie de ramas significante-libidinales que tienen que ver con el dejar caer. Que puede referirse tanto al dejar caer pis, mierda, como lo hacen los humanos pero también los animales y especialmente la presa de caza; esto se enlaza con el dejar caer los lazos y las relaciones libidinales. Lo cual rige el juego libidinal entre Schreber y Gott, Dios y los seres intermedios, Flechsig, los enfermeros, los médicos, su mujer, su padre, su hermano, los hombrecitos, los pájaros, los rayos, los Strahlen, los rayos, en fin, el mundo. Todo gira alredededor de tácticas y estrategias para anudar, atraer y no dejar que la relación se caiga. Modalización de lo cual es la preocupación y al mismo tiempo el temor de que los pensamientos se agoten o terminen o dejen de interesar. Otra variante, que el interés en el placer ligado al cuerpo decrezca o perezca. La cuestión para Schreber es el lazo. El lazo con los otros. Lo que anuda el lazo con los otros. Y esto tiene una relación directa con la destrucción traumática del lazo que mantenía con su padre, luego sustituido reforzado y nuevamente perdido en el lazo con el hermano. Esto es lo que adquiere expresión en sus Memorias. Es a ese respecto que viene el liegenlassen como representante del temor mortal al quedar caído, arrojado. Caído del mundo. Caído de los otros. Tirado. Abandonado. Ese es su temor fundamental. La manía de grandezas, que lo convierte en el centro del mundo, en el centro de un mundo de relaciones, todas las relaciones del mundo pasan por él, hipercompensacion de la dolorosa experiencia de estar despegado, dejado, tirado, arrojado (tal vez la intuición de Lacan traduce en un primer momento werfen como jeter, para luego ser llevado hacia el psicopatológico Verwerfung) del lazo con los otros. La cuestión es ese des-enlazamiento de los otros. Hay una importante conexión entre liegen lassen en el sentido de dejar olvidado, de olvidar algo en algun lado, con unterbrechen interrumpir, cesar, algo que se corta, entre las generaciones, en los lazos entre las personas, en las frases o en la estructura de las frases. Frente a lo cual

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comienza la extenuante exigencia de dar pruebas al Otro/otro, y a sí, de la conservación de la razón, de la conservación de la atracción, de la persistencia del ser parlante. Se trata de dar ‘prueba de vida’ en tanto ‘ser racional’, en tanto ‘ser objeto de atracción’. Lo cual está todo el tiempo en riesgo de ruptura, de corte, de cesación, de interrupción. Esto está en tensión con el establecimiento de las unlosbar Strahlenverkehr, ‘relaciones indisolubles con los rayos’. Es lo mismo que está en cuestión en la atracción que ejerce Schreber sobre los rayos. Es el intento de transformación de toda la economía libidinal en términos de leyes físicas de atracción y des-atracción. Si la economía libidinal que construye el psicoanálisis gira alrededor de la transformación de toda ley físico química en ‘ley’ libidinal, la paranoia intenta efectuar la tarea inversa. Creemos importante la realización de un mapa de los lugares y los modos en que se entrelazan el lassen, fundamentalmente en su forma liegen lassen con la segunda línea significante esencial, Faulniss, y esto con unterbrechen y con Verkehrstrahlen. Desde allí podremos reconstruir la pista perdida en Lacan en relación a los Fumets, fumées, los restos de las bestias, de las presas. Esos restos humeantes saliendo del fumus humus. En las Memorias de Schreber encontramos por todos lados el Fäulniss, el faulen, el anfaulen, el verfaulen en conexión como decíamos con el fundamental liegen lassen, ese ser tirado, olvidado, como quien arroja, deja un resto, un resto, un montón de mierda como el que deja la presa. Es esa la representación tan temida de sí de Schreber. Es esa la representación que transmite de su cuerpo. Si el lazo se rompe, su cuerpo es un desparramo de restos desgarrados de órganos. Otra vía, conectada con estas dos anteriores, liegen lassen y Fäulniss, tiene que ver con aquello que se deja caer. Wasser lassen es mear. Lassen Flecken o Spuren es dejar mancha o mácula o huellas. Allí reaparece Fäulnisstosse, la materia descompuesta, la materia podrida con lo que se conecta Fäulniss con Fumet o Fumier. Fumet en la cuarta acepción en el Petit Robert da: “emanación olorosa que desprenden la presa y algunos animales salvajes. Fumier: mezcla de deshechos y dejectos líquidos y sólidos de los caballos y bestias de caza. Lacan expresa que la palabra clave, la mot clef, la palabra de base, la mot de base, la que se aproxima a la solución qui se rapproche de la solution es un término que tiene una connotación técnica en el arte de la caza y que ‘yendo mucho más lejos en tal momento de sus alucinaciones donde nosotros tenemos la expresión verdaderamente muy singular: ‘con mi

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consentimiento algo debe ser hecho’. No es la solución. No es algo que sea extremadamente fácil de traducir ”. En ese momento, 1956, acaba de aparecer, el año anterior, 1955, la única traducción existente de Schreber hasta ese momento, en inglés, por obra de Ida Macalpine y Hunter. Intentamos localizar en ella este enigmático pasaje clave. Tuvimos que leerlo varias veces junto con la versión alemana y castellana (Ramón Alcalde) de Schreber y el seminario al lado. Finalmente en la pag. 157 encontramos “The expression...”, “Des Ausdruck..., “La expresión...”, en la misma página en donde Schreber coloca su Fäulnisstoffe, la materia pútrida. Habíamos dichos antes que la segunda línea fundamental significante de la trama en Schreber está constituida por el Faul en sus distintas variantes. Predominantemente Faulniss. Faulnisstoffe. Materias pútridas que refieren a lo que Lacan dice que en francés se dice fumets, los detritus, los restos que deja la presa de caza. Y que en Schreber en muchas ocasiones van a estar ligadas también a la putrefacción de los órganos, al milagro de las Unterleibsfäule, la putrefacción del abdomen. No solamente la putrefacción de los órganos sino la putrefacción del cuerpo en su conjunto, verfaulenden Körper. Y también a lo que llama las sittlichen Fäulniss, la podredumbre moral o ética. Es lo que viene al pasar con la referencia a Hamlet, para nombrar lo que le parece, a qué le huele la situación del mundo visto desde donde él lo mira: hay etwas Faul algo podrido en Dinamarca, en el Land, en el país de Schreber. También en relación a los pájaros milagrosos quienes acarrean la faulige Masse, la masa pútrida, podrida. Las otras líneas significantes presentes son las que nombran la atracción y la sustracción a la fuerza de atracción en lo que hace a las relaciones, al lazo con los otros. La modalidad de tal relación pasa por un polo que va desde lo continuo, lo interminable, lo imposible de cortar, lo duradero y por el otro lo discontinuo, lo perecedero, lo cortado, lo interrumpido. Es en esa tensión, con esa vara que vuelve sobre el pensamiento, las frases, el goce, la bienaventuranza, las relaciones con los otros. Ya desde el Prólogo Schreber coloca en el centro de sus Memorias a las ‘relaciones contrarias al orden del mundo’ es decir, a ‘las relaciones permanentes establecidas entre Dios y él’. Inmediatamente después, en la Carta Abierta a Flechsig, expresa que las voces se lo traen constantemente a su memoria aún cuando ‘las relaciones personales entre ellos han pasado a un segundo plano’. La interpelación al Consejero Privado se centra en ¿cómo pudo establecerse tan, extraño, enigmático y misterioso lazo? No tiene dudas de su existencia, sólo ignora de qué orden es. ¿Por la naturaleza inquietante de tales relaciones, relaciones a distancia, el

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Consejero privado podría haberse visto motivado a cortarlas, a interrumpirlas? ¿Eran del tipo de la hipnosis, de la sugestión? En definitiva desde el comienzo vemos a Schreber vuelto sobre el problema del lazo entre él y otro, interrogado a partir de la relación médico paciente. Para Schreber esto constituye “un problema científico serio”. Para el Consejero Privado, una locura. Por el contrario la interrogación de la naturaleza del lazo transferencial es el fundamento del discurso analítico. Esa dimensión es la que está planteada entre Schreber y Flechsig. Es por este orden de cosas que las memorias de Schreber son ‘un texto freudiano’. El punto de partida de las psicosis freudianas es que la interrogación del loco implica una palabra verdadera. Es decir, hay en ella en juego un sujeto, un Otro, un otro, objeto, etc, etc. No lo hay en las diversas versiones psiquiátricas de la locura, de alguna de las cuáles Jacques Lacan, por momentos, se hace eco y portavoz. En la Introducción, Schreber aclara que antes de exponer ‘cómo a causa de mi enfermedad llegué a entrar en relaciones con Dios contrarias al orden del mundo’, hará ‘algunas observaciones sobre la naturaleza de Dios y las almas’. En el capítulo I comienza planteando: “… los nervios de los hombres vivientes, especialmente cuando se encuentran en estado de elevada excitación poseen tal fuerza de atracción sobre los nervios divinos que Dios no hubiera podido desprenderse nuevamente de ellos…” Excitación, atracción, imposibilidad de desprenderse de tal atracción. Por ejemplo, ¿por qué se levantan el viento o la tempestad? ‘porque Dios se retira…’ a gran distancia de la Tierra. Daß sich Gott in größere Entfernung von der Erde zurückzieht. ‘En las circunstancias contrarias al orden del mundo … depende de mi acción y de mi pensamiento’. ‘No bien me entrego al pensar-en-nada o lo que significa lo mismo, interrumpo … se levanta el viento’. La interrupción, el no pensar implica el corte que desencadena la tempestad. En la interrupción Dios cree que puede separarse. La causa de la catástrofe reside en la fuerza de atracción ininterrumpible de los nervios excitados de los hombres vivientes. En el capítulo II la relación Schreber Flechsig se hace extensiva a las dos familias, en cuyo ámbito ha tenido lugar el Seelenmord, el almicidio. Almicidio perpetrado por algún Flechsig que habría abusado de una conexión nerviosa para retener rayos divinos, por interés científico, el mismo que reprocha y trae a colación en la Carta abierta del comienzo. La cuestión principal, y enigmática es la fuerza de atracción. La Anziehungskraft. “La fuerza de atracción, es decir, esa ley que también para mí es inexplicable en su naturaleza más íntima, en virtud de la cual los Rayos y los nervios se atraen recíprocamente…” “encierra en sí un germen de peligros … el ocaso de los dioses…”. Es a partir de esto que hay alteración del orden del mundo de resultas de lo cual se produce: “el

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prolongado encadenamiento de Dios a mi persona…” que tuvo como consecuencia: “la ruina de toda la creación terrenal”. Un fluir ‘ininterrumpido’ de los nervios divinos atraídos a su cuerpo es la causa de la ruina del mundo. El Capitulo III censurado. En el capítulo IV explica otra interrupción, la de las relaciones con su esposa, la noche en la que tuvo un número absolutamente desusado de poluciones (quizás media docena, aclara) “a partir de entonces aparecieron las primeras indicaciones de un trato con fuerzas sobrenaturales, es decir, de una conexión nerviosa que el Profesor Flechsig mantuvo conmigo, de tal manera que hablaba a mis nervios sin estar presente personalmente”. Entonces se plantea “la tendencia, que a mi juicio es intrínseca al orden del mundo, según las cual en ciertas circunstancias se ha de llegar a la ‘emasculación’ (transformación en una mujer) de un hombre (‘un visionario’) que ha entrado con los nervios divinos (rayos) en una relación imposible de suspender, in einen nocht mehr aufzuhebenden Verkehr getreten ist.” La transformación tiene que ver con el establecimiento de una relación imposible de cancelar, suspender, interrumpir. El capítulo V: “A exponer estas relaciones, cosa por lo demás de sobremanera difícil, estará dedicado el capítulo siguiente”. “La capacidad de influir sobre los nervios de un ser humano es en primer término propia de los Rayos divinos… Por mi parte sentí por primera vez ese influjo como emanando del Profesor Flechsig.” La compulsión a pensar implica un ‘verse forzado a pensar incesantemente’. Ese pensar sin-cese sin-fin sin-interrupción está en correlato con lo incesante de las relaciones entre Schreber y Dios. Al mismo tiempo se ponen en juego las frases cortadas o interrumpidas que alteran el ‘substrato’ de las personas debido a que ‘los nervios intelectivos del hombre se ven continuamente excitados’ es decir una excitación incesante, que no se interrumpe, que no para, que a su vez motiva la fuerza de atracción de los nervios excitados del hombre viviente sobre los nervios de Dios. Al comienzo los nervios se interesan en él y él en los nervios. “… las almas tenían aún entonces pensamiento propios y por consiguiente estaban capacitadas para proporcionarme informaciones que atraían mi interés en grado sumo y también para dar respuesta a preguntas, mientras que actualmente y desde hace mucho tiempo el parloteo de las voces consiste en una aterradora repetición monótona de las mismas frases (aprendidas de memoria).” El centro del problema es este juego de interés / desinterés con el otro, con el interlocutor.

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“Si se producía en algún astro algún tipo de sittliche Fäulnis (1ra. aparición de este término al que consideramos una de las hebras fundamentales del tramado discursivo de Schreber) corrupción moral ‘ética (igual a desórdenes voluptuosos) … nerviosidad … o fuera de temer una intensificación peligrosa de la fuerza de atracción sobre los nervios divinos” que sabemos que es efecto de la intensificación de la nerviosidad, entonces debía seguir “una destrucción” del género humano. Hay en esto un equívoco fundamental que de acá en más atraviesa la vida de Schreber como un hilo rojo. De acuerdo al orden del mundo Dios no conocía nada del hombre viviente. Pero resulta que había quedado en una dependencia completa de la relación con el Profesor Flechsig de cuya conexión nerviosa ya no podía sustraerse, nicht mehr zu entziehen wußte. El carácter de las almas hace que éstas “estén acostumbradas al placer ininterumpido” ununterbrochene Genießen. Con lo cual se conjunta con el placer la propiedad indispensable: la no interrupción. Esto tiene que ver con el Komplott que se trama. ¿Para qué? Para dejar el alma y el cuerpo de Schreber en poder de un hombre, transformándolo algunas veces en un cuerpo femenino y otras en un cuerpo de una prostituta femenina; dejándololo a merced del hombre en cuestión para que abusara de él y luego lo “dejara olvidado” liegengelassen (el segundo hilo significante de la trama que aparece por primera vez aquí y lo hará dieciseis veces a lo largo de las Memorias). El complotarse con Flechsig para transformar su cuerpo como prostituta femenina y entregarlo a un hombre colocaba a Dios fuera del orden del mundo. Pero entonces se genera una nueva y decisiva instancia, el orden del mundo, que rehusó a Dios mismo “los medios para alcanzar un fin contrario al orden del mundo”. Dicha generación hace aparecer una instancia más allá de Dios e implica por tanto una limitación decisiva de la omnipotencia divina. Una nota al pie aclara que ‘el orden del mundo’ ‘algo impersonal’ es colocado ‘como algo que está por encima aún de Dios o es más poderoso que Dios u obligatorio para el propio Dios’. Podría ser que esta nota de noviembre de 1902 extreme y deduzca racionalmente lo producido de hecho: el descubrimiento de un punto exterior a Dios mismo. En términos de Borges sería algo así como el descubrimiento, la aparición, el surgimiento de la dimensión de “qué Dios detrás de Dios el juego empieza…?”. Lo importante es que Dios no puede ponerse en contra de un hombre con el que ha entrado en relaciones muy especiales, imposibles de cortar, interrumpir, imposible de sustraerse a ellas. En el capítulo VI dice que “… ya en el capítulo anterior se mencionó que causa de mi nerviosidad en continuo aumento y de la fuerza de atracción consiguientemente incrementada se sintió atraída hacia mí un número

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cada vez mayor de almas fallecidas”. Las almas “consideraban siempre de primera intención increíble tan amenazadora fuerza de atracción”. Consecuencia: “muy pronto pasó a ocupar el primer plano en las visiones que yo tenía todas las noches la idea del fin del mundo, Weltunterganges, como consecuencia de la relación imposible de disolver ya entre Dios y yo”. Es el establecimiento de estas relaciones, caracterizadas en primer término por el hecho de que son imposibles de interrumpir, lo que causa todo el juego. La excepcionalidad de Schreber se debe a que: “muy difícilmente se habrá dado un caso como el mío, a saber, que un hombre haya estado en relación continua, es decir, no sujeto a ningúna interrupción!!! No solo con almas difuntas por separado sino con la totalidad de las almas y con la omnipotencia de Dios.” Este es el milagro: surgimiento de la posibilidad de un trato ininterrumpido con las almas de los difuntos y con Dios. Y eso es lo que está todo el tiempo en peligro de interrupción, de pausa, de corte. Incluso podría ser esta cuestión la planteada en la posibilidad de un gran hiato temporal. Todo insiste sobre la posibilidad de un Weltunterganges una caída, sepultamiento, fin del mundo. Podría ser que Flechsig en ropaje de hechicero “hubiese destruido los fundamentos de la religión y provocado una propagación de una nerviosidad y una inmoralidad generales tras lo cual se habrían desencadenado epidemias desvastadoras sobre la humanidad”. Como distintos tipos de lepra ¿con qué consecuencias? La aparición de la Fäulnisstoff, de la materia pútrida, a través de los rayos divinos cargados de virus de cadáveres u otra materia pútrida. El juego se repetía sin fin: los nervios divinos cedían a la atracción y luego ‘intentaban siempre interrumpirla” o con otras palabras liberarse de mis nervios o de la atracción de mis nervios””. Interrupcción que “con el transcurso del tiempo se intentó lograr por todos los medios imaginables… En todo esto predominó la idea de ‘dejarme olvidado’, “liegen zu lassen”, esto es abandonarme, zu verlassen (forma parte de un amplio espectro de combinaciones significantes que parte del lassen). Se trataba de romper con la atracción que ejercía Schreber “en esta ‘época se pensó en liegen zu lassen (observemos las variaciones liegenlassen, liegen zu lassen, liegenzugelassen) dejarlo abandonado, emascularlo, transformarlo en mujer, en prostituta femenina, matarlo, destruirle la razón”, todo con el fin de poder interrumpir lo ininterrumpible: la relación que lo unía a Dios y a las almas de los difuntos. “Porque precisamente la santidad de mis sentimientos ejercía una atracción demasíado grande sobre las almas”. Lo trataban de destruir pero algunas almas le daban consejos medicinales, como el alma de su padre. “… que Julius Emil Haase … estuviera en condiciones de proporcionarme ciertos consejos medicinales: también fue éste en cierta medida el caso en lo que respecta al alma de mi padre, y quiero aprovechar la ocasión para mencionarlo”.

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En el capítulo VIII retoma “los más variados temores respecto de algunos peligros que parecían amenazar a mi cuerpo o a mi alma de resultas de las relaciones con los Rayos que se habían vuelto imposibles de cortar dem unlösbar gewordenen Strahlenverkehr”. La nota que siempre se repite: los peligros están relacionados con estas relaciones imposibles de cortar, de interrumpir. “Lo más abominable me parecía la idea de que mi cuerpo después de la transformación proyectada en una criatura femenina tuviera que sufrir un abuso sexual… yo habría de ser librado para este fin a los guardianes del hospital”. “Además el temor a “ser dejado olvidado” “Liegengelassenwerden” desempeñó un papel importante”. Lo que funciona como causa de todo es la relación imposible de interrumpir. Especialmente es causa de la aparición de la podredumbre, de las materias pútridas, las Fäulnisstoffe, y el peligro de ser transformado en mujer prostituta femenina abusada sexualmente y luego tirada, arrojada, abandonada por ahí. Schreber precisa ciertos procedimientos respecto de la purificación del cuerpo, la separación alma cuerpo y dentro del alma, esta parte la de los nervios ennegrecidos, se purificaba una parte y al resto “se lo dejaba simplemente pudrirse en la tumba” verfaulen ließ, otra vez el faul, faulen verfaulen Faulnisstoff. Esa es la cuerda Faul. La otra cuerda es la del liegenlassen. Vuelve después sobre ‘la fuerza de atracción Anziehungskraft (tal vez el ziehen, de aquí, presente también en de zurückziehen, de anziehen podría ser una tercera cuerda significante de la trama discursiva schreberiana) surgida en mi cuerpo por el alto grado de la excitación nerviosa’, ésta era “por así decirlo, la condición fundamental de su existencia…” Luego la cuestión de ‘la potestad de disponer sobre mi cuerpo’. Antes era Flechsig, ahora es el personal del hospital del Dr Pierson.’ En el capítulo IX Schreber da cuenta de un nuevo traslado, de la Clínica del Dr. Pierson al Hospital Provincial Sonnenstein. Para entonces, “ya estaba harto de todos los milagros”. Al tiempo pasado en Sonnenstein lo divide en dos períodos, uno donde “se mantuvo, en general, el carácter serio, sagrado aterrador”; otro que “en cambio se enderezó cada vez más por el curso común (por no decir ordinario)”. Reaparición de su mujer. Vuelve a entrar en contacto con ella. Modificación de las relaciones con los rayos. Schreber estaba “guiado permanentemente por el afán de atraer hacia mí aquellas almas…” Frente a tal atracción, las almas tomaron sus precauciones. Apareció la operación de “atar a los Rayos”. “Atar a las tierras”. Esto tiene que ver con ‘el sistema de registro’. Siempre vemos que es el atraer, atarse para defenderse de tal atracción, el interés y el modo de desprenderse del mismo o cómo se vuelve desinterés; el atar, el desatar, es todo lo que domina el juego schreberiano.

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El motivo subyacente a todos los ataques perpetrados sigue siendo ‘… el de sustraerse en la medida de lo posible a la fuerza de atracción de mis nervios excitados, la cual supera en mucho a todo lo que ha existido hasta el momento”. En este momento Dios toma consciencia de que la emasculación no servía para “dejarme olvidado” “liegen zu lassen”, dejarlo tirado, arrojado, abandonado como quien abandona restos de basura. Es decir, para liberarse del efecto de atracción de sus nervios entonces trata de “trastornarme el entendimiento o volverme idiota” poniendo en su cuerpo por ejemplo materias pútridas Fäulnisstoff, o virus de cadáveres. En este punto aparecen seis veces seguidas la referencia a la Fäulnisstoff (que en total abarca 17 apariciones en sus diversas formas). Otra cosa que aparece con fuerza es la de “agotar la posible reserva de pensamientos existentes en mí”. Aunque él aclara que “el pensar humano es inagotable”. Pero esta agotabilidad o inagotabilidad del pensamiento es otra modalidad de plantear un continuo, a partir de lo inagotable, o ininterrumpible del curso de los pensamientos y su contrario: la posibilidad de que esto se agote, se corte, se interrumpa. Es en relación a esto que se plantea todo un procedimiento que trata de interrumpir frases y pensamientos. En cuanto percibían “el núcleo correspondiente al pensamiento (o frase) se le salía al paso para volver a los Rayos “insensibles al efecto atractivo del pensamiento contenido en lo ya dicho”. Se trata entonces de sustraerse al atractivo que las frases y pensamientos de Schreber podrían tener para los rayos divinos. En el Capitulo X Schreber refiere que el sol le habló como antes, antes dijo Luder, carroña, puta, y después de ello ha sucedido ininterrumpidamente en el caso del Sol. El sol tomó la figura que desde entonces mantiene, sin interrupciones. Schreber plantea que si no hubiera habido el recurso de “atarse a las tierras”, para impedir sucumbir a su atracción, su curación, emasculación, fecundacion hubiese sido posible inmediatamente. “Pero siempre se partía de la idea falsa de que acaso sería posible dentro de un plazo breve liberarse de la fuerza de atracción de mis nervios mediante el ‘dejarme olvidado’…” sexto liegenlassens. Mientras tanto Schreber cultiva la inmovilidad absoluta. Perincda ad cadaver. Obedecer como cadáver, como reza la maxima cristiana. Pero en el momento que pretende mantener ininterrumpidamente inmóvil sobrevienen los chasquidos, las perturbaciones para que tal posición no se pueda mantener! “A los incesantes esfuerzos por desprenderse de mí zurückzuziehen, (‘dejarme olvidado’, séptimo liegen zu lassen) [en donde vemos la equivalencia entre el ser tirado, arrojado y que dios contara con la

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posibilidad de desprenderse] La fuerza de atracción de mis nervios se mantuvo sin debilitarse a pesar del cambio de sentimientos…” En el capítulo XI Schreber considera que “toda la situación (especialmente lo que atañe a “causar daños al cuerpo de un solo hombre”)… tiene que ser considerada contraria al orden del mundo”. Los ‘milagros’ se llevan a cabo “con el fin principal de mandar abajo, unterdrücken, el sentimiento de voluptuosidad que surgía en mi cuerpo” que, sabemos es la causa de la atracción que ejerce Schreber sobre Dios y los nervios divinos. Entonces sucede ‘un milagro que afectaba a todo el abdomen. Esto va a ser ocasíón para que aparezca en una sola página ocho veces la cuerda Fäul; cuatro veces bajo la forma Unterleibsfäule, putrefacción del abdomen, una bajo la forma Fäulnisstoffe, materias pútridas, otra como Fäulnisgehalt, contenido pútrido, otra bajo la forma verfaulen, pudrirse, y otra bajo verfaulendes Körper, cuerpo podrido. Los rayos manifestaban que para ellos sería absolutamente nocivo “tener que dejarse atraer por un cuerpo en tren de pudrirse”. Esto surge en combinación con “Una representación expresada en la misma repetida solución: de que se me ‘dejara olvidado’ ”, décima aparición de la cuerda liegen lassen … lo cual surge en medio de “la usual falta de claridad en la medida en que manifiestamente no se había dado ningúna justificación de por qué los nervios de un cuerpo ‘olvidado’ tirado arrojado abandonado (onceava aparición de esta cuerda) en des liegenlassenen Körper ” deberían perder la Anziehungskraft la fuerza de atracción”. En el capítulo XII el parloteo de las voces interesante se transforma en “un vacío sonsonete de locuciones monótonas que reaparecían con cansadora reiteración…”. Posible consecuencia de que “el orden del mundo” tuviese consciencia de que “en la fuerza de atracción, Anziehungskraft, sobre los nervios divinos” residiese el talón de Aquiles de Dios. Los peligros aumentaban en caso de nerviosidad o de corrupción moral, Nervosität oder sittlichen Fäulniss pudrición o corrupción ética, catorceava aparición de esta cuerda. Una vez entonces que “la fuerza de atracción, Anziehungskraft, de mis nervios adquirió una forma irresistible” entonces “se vio en mí un enemigo que tenía que ser aniquilidado con todos los recursos del poder divino”. En el Capítulo XIII, mes de noviembre de 1895, se producen cambios, en su cuerpo aparecen signos de femenización y en el alma voluptuosidad femenina. Esto “bastó para provocar en mi una modificación completa de la orientación de mi voluntad”. No le restaba sino “resignarse” al pensamiento de la transformación en una mujer. Lo cual no era óbice para que “Aquellos rayos que partían del propósito de ‘dejarme olvidado’ tirado, abandonado, liegen zu lassen, doceava aparición, y para ese efecto

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destruirme el intelecto” que era lo que le parecía más amenazante. Apelaban a su honor varonil. “Será un Pte de Sala que se dejará läßt …” a pesar de todo ello Schreber anuncia triunfante que “no me dejé descaminar, ließ ich mich”. Lo que estaba en juego era que el poder de atracción significaba la muerte para los rayos y Dios puso en juego todos los recursos para “evitar el infortunio de extinguirse en mi cuerpo”. Dejarse era extinguirse. Se produce un trastocamiento de las relaciones con Dios. Hay la escisión de Dios entre un Dios inferior amistoso y dios superior enemigo. El dios inferior daba a entender al Dios superior “de que toda política seguida por Dios en contra de mí, tendiente a la destrucción de mi intelecto era equivocada”. Se hablaba en parte hacia él y en parte hacia el Dios superior. Incluso se llega al extremo de que “De vez en cuando se asumía la responsabilidad y con estas palabras: Nos falta el sentimiento” “Es fehlt uns die Gesinnung”. Lacan destacará esta frase diciendo que Gesinnung no es sólo en sentimiento sino la Fe, conectándola con la fe en el otro/Otro. Lo que lo llevará, a nuestro entender equivocadamente, a tratar de deducir de esto a veces que no hay Otro en las psicosis otras que este Otro está degradado solo a las formas imaginarias del otro. Schreber sigue hablando ‘de su caso’. “Es decir, aquel caso en el cual Dios, contrariamente al orden del mundo entero mediante rayos en un trato continuo e imposible de interrumpir con un solo hombre”. Este capítulo termina con la referencia esperanzada de que hasta “el Ormuz posterior, Dios superior, perdiera interés en perturbar la voluptuosidad…” al aclarar la expresión j…a, F…erei “se refiere a que … la recepción de la materia pútrida Fäulnisstoffe (quinceava aparición), en los rayos puros está siempre ligada para éstos con una especie de sensación voluptuosa”. La pudrición está siempre ligada a la voluptuosidad. La carroña, la basura, el resto, el deshecho, la podredumbre, representa el efecto extremo de la aparición de la voluptuosidad en el lazo con el Otro/otro. Que Schreber vaya a ese lugar es efecto del lugar objeto de deseo en el que queda respecto del Otro, otro, Dios, su interlocutor. En el capítulo XIV Schreber sigue describiendo “algunas otras modificaciones en las circunstancias del cielo”. Enumera la situación de las diversas almas implicadas en el Komplott; “El alma Flechsig sigue existiendo aún hoy bajo la forma de unos escasos restos pero …hace mucho que ha perdido su inteligencia es decir, se ha convertido en totalmente carente de pensamientos…”. “De las partes del alma de von W., la ‘putrefacción del abdomen de von W.’ Unterleibsfäulen (decimosexta

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aparición de esta cuerda) … ésta tenía los nervios más impuros y por ello manifestaba por mí los sentimientos Gesinnung más infames…” Pero la relación con Dios sigue siendo la referencia principal. Todo, su felicidad, su sueño, depende de él. “tan pronto como Dios se retira a una distancia demasíado grande, el sueño se vuelve directamente imposible para mí.” Suceden entonces los estados ululatorios … “en la medida en que no alcanzo a convencer de lo contrario al Dios alejado, que juzga que me he vuelto idiota”. Es decir sin atractivos ni fuerza de atracción como para mantener ininterrumpidamente la estrecha relación. A continuación lo inquieren acerca de si aún conserva “… el conocimiento de lenguas extranjeras”. En el capítulo XV Schreber narra que después “del brusco cambio” que ubica hacia fines de 1895 o comienzos de 1896, sucedieron una serie de experiencias que hicieron que llegara a “formarme una concepción en parte diferente a sus ideas anteriores especialmente en lo referido a “los hombres hechos a la ligera” y al “jugueteo con hombres”. De cualquier modo esta nueva convicción suya no elimina su sensación de “un enigma no resuelto”. “Para decirlo como Hamlet hay algo etwas faul (décimoséptima aparición de esta cuerda) podrido en el reino de Dinamarca”. Detalle de los fenómenos que ocurren cuando no emprende alguna ocupación espiritual, “en otras palabras, cuando me entrego al no pensar en nada Nichtsdenken” 1) alboroto en sus alrededores, 2) milagro ululatorio, emitir aullidos, 3) levantamiento del viento, 4) gritos de socorro. Cuando se produce la interrupción: catástrofe. En nota al pie aclara que “siempre subsiste el hecho fundamental, a saber, el intento aparentemente irresistible para Dios, de retirarse, sich zurückziehen, no bien se deja de hallar en mi cuerpo la voluptuosidad del alma o no puede reconocerse en mi lenguaje y mi actividad la prueba directa de la existencia de un hombre en plena posesión de sus fuerzas espirituales”. “En cada interrupción de mi actividad de pensamiento Dios considera inmediatamente que mis facultades espirituales se han extinguido … y que con ello se ha creado la posibilidad de retirarse”. Aparece la cuestión de las frases aprendidas de memoria, por los pájaros. Respecto de los cuales aparece la “pregunta de si tienen una vida continua o si se los forma de nuevo milagrosamente cada día o por lo menos cada cierto lapso más prolongado”. ¿Vida continua o cortada, entrecortada, interrumpida o ininterrumpida? Agrega: “El lenguaje de todos los pájaros que vuelan libremente ha durado sin interrupción … y sigue teniendo

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lugar aún hoy…”. Expresa también preocupaciones referidas a la procreación de los pájaros. El capítulo XVI comienza con el deseo de Schreber de “informar algo más respecto de bajo qué formas –por lo demás muy variadas- se manifestó simultáneamente la ininterrumpida compulsión a pensar, Denkzwang.” Detalla cómo se planteaban las frases interrumpidas. Y su razón de ser: “La razón del no hablar con frases completas es la misma que aparece en cada punto de la conducta de dios para conmigo; se pretende con ello escapar a la necesidad de deshacerse en mi cuerpo por obra de la fuerza de atracción”, infolge der Anziehungskraft zu entziehen. Las frases interrumpidas estaban causadas por la necesidad de interrumpir la relación con Schreber. Y actúan de un modo que los nervios de Schreber a su vez “no pueden sustraerse de ningúna manera a la estimulación que ejerce una compulsión a pensar”. Con los años Schreber aprenderá a introducir “formas del pensar sin pensamiento de nada” pero justamente describe al mismo tiempo que cuando los nervios divinos se quedaron sin pensamientos esto significaba que perdían interés y poder de atracción sobre el. ¿Hasta dónde imagina Schreber posible un vaciamiento del hombre? Hasta el punto de la suposición divina de que de un hombre llegue a un extremo de idiotez que no sepa ya ni cagar. En el capítulo XVII Schreber plantea que más allá de la tortura que implicaba “la compulsión a pensar, Denkzwang, sin embargo tenía un costado que implicaba “el efecto espiritualmente estimulante que ha ejercido sobre mí la compulsión a pensar.” Lo que decíamos, por un lado aparecía como una compulsión torturante en la que sólo con los años pudo introducir pausas bajo la forma del pensar en nada, pero al mismo tiempo la compulsión a pensar implicaba la producción de algo interesante, producción de nuesvos pensamientos interesantes. Esto tenía que ver con la pregunta por la causa, que a nivel del lenguaje llevaba por el lado de antiguos intereses suyos por las cuestiones etimológicas. En el capítulo XVIII plantea entre otras cosas el sistema de registro. Apenas interrumpe Schreber su pensar Dios piensa que se ha vuelto idiota pero tiene que comprobarlo. Es decir “… como lo he señalado ya en el capítulo XIII Dios nunca puede liberarse, losmachen, de la representación de que en cada momento dado, no bien se produce en mí el no pensar o el pensar en nada, Nichtdenken, es decir, cuando no resuenan en mis nervios pensamientos formulados con palabras es porque se produce en mi el estado de total embrutecimiento … y por ende ha llegado el esperado momento en que sería posible un retiro definitivo de los rayos.” En el capítulo XIX: Omnipotencia y libre arbitrio.

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En el capitulo XX: el no pensar como idéntico a la idiotez mas profunda. Finalmente “vi con plena claridad que el orden del mundo no pone ni aún en manos de Dios los medios para destruir el intelecto de un hombre”. “Dios en cambio se deja llevar aún ahora por la concepción opuesta, que procede de la idea de que es posible “dejarme abandonado”, tirado, olvidado (decimotercera aparición del mich liegen zu lassen) … y aún hoy les es imposible liberarse, loszukommen, de dicha representación equivocada”. La voluptuosidad de su cuerpo “se ha hecho muy intensa” pero igual Dios persiste en querer interrumpir las relaciones y retirarse o recurre “a las llamadas perturbaciones” como modo también de conseguir la ansiada y temida interrupción de las relaciones íntimas y por definición ininterrumpibles. En el capítulo XXI explica detalles de su posición sexual, habla de las condiciones en las que según “el “Dios nunca llegaría a una acción de retirada” con lo cual, dice, en cada oportunidad mi bienestar corporal empeora considerablemente y de inmediato”… “si me fuera posible hacer siempre el papel de una mujer que yace conmigo mismo en un abrazo sexual, dejar que mi vista reposara siempre en seres femeninos, contemplar siempre figuras femeninas, etc.” Si lo dejaran y tuviera la posibilidad de establecer ese ‘siempre’ que pone en bastardillas las cosas serían de otro modo. Si hubiera posibilidades de establecer una relación para siempre, ininterrumpible siquiera por la muerte. Planteada de un modo que no hay lugar para la muerte, Schreber afirma entonces que no puede morir, la relación tramada con Dios es su garante. Tramada así la historia de su divina relación, Schreber sale del hospicio.

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