La Despolitizacion de la Raza: Organizaciones juveniles en la ciudad de Santa Cruz

October 12, 2017 | Autor: O. del Racismo | Categoría: Race and Racism, Jovenes
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Descripción

La Despolitización de la Raza Bethel Núñez Reguerin Eduardo Paz Gonzales Isidora Coria Khantuta Muruchi y Andrés Calla Martín Torrico Zas

CONTENIDO INDICE COMÚN DE DEFINICIONES............................................................................... 5 SIGLARIO........................................................................................................................... 7 PRESENTACIÓN............................................................................................................... 9 Formación de liderazgos en organizaciones de jóvenes en la ciudad de Santa Cruz Bethel Núñez Reguerin 1. Formación de líderes................................................................................................. 15 2. La construcción de la identidad para formar liderazgos.................................... 20 3. La memoria colectiva como construcción de identidad....................................... 21 4. La historia como construcción de identidad.......................................................... 25 5. Conclusiones............................................................................................................... 28 Bibliografía........................................................................................................................ 29 Límites de una política juvenil: Organizaciones de jóvenes del MAS en Santa Cruz Eduardo Paz Gonzales 1. Introducción............................................................................................................... 31 2. El MAS y las organizaciones juveniles masistas en Santa Cruz......................... 33 3. Consecuencias de conversiones pragmáticas........................................................ 46 4. Conclusiones............................................................................................................... 62 Bibliografía........................................................................................................................ 64 La politización y despolitización de la raza: Una mirada retrospectiva a las relaciones entre Santa Cruz y el gobierno nacional Isidora Coria 1. Introducción............................................................................................................... 67 2. La relación entre Santa Cruz y el gobierno nacional........................................... 70 3. La emergencia de la reivindicación indígena y las expresiones del proceso de la politización de la raza...................................................................................... 76 4. El cambio en la correlación de fuerzas y la despolitización de la raza ............. 82 5. Conclusiones ............................................................................................................. 86 Bibliografía . ..................................................................................................................... 89

El boom de los grupos juveniles: Dinámicas y características de las organizaciones juveniles en Santa Cruz Khantuta Muruchi y Andrés Calla 1. Introducción............................................................................................................... 91 2. Trabajo de investigación........................................................................................... 93 3. “El ejército ganizaciones S........................ 94 4. Características generales de las organizaciones de jóvenes del MAS................. 100 5. “Los guardianes de la democracia”: Las organizaciones de jóvenes del movimiento autonomista................................................................................. 102 6. Características generales de las organizaciones de jóvenes del movimiento autonomista............................................................................................................. 104 7. Las organizaciones culturales................................................................................ 107 8. Características generales de las organizaciones culturales de jóvenes............ 108 9. ¿Cómo se insertan las organizaciones juveniles en la dinámica política y social cruceña?...................................................................................................... 109 10. Los jóvenes como actores políticos........................................................................111 11. De la acción a la formación......................................................................................114 12. Conclusiones ............................................................................................................116 Bibliografía.......................................................................................................................118 La juventud: esa alegre rebeldía Martín Torrico Zas 1. Introducción............................................................................................................. 121 2. El hábitus intelectual por definir ‘la juventud’.................................................... 123 3. Los jóvenes en el tránsito de la década................................................................. 126 4. Organizados frente al poder adulto...................................................................... 129 5. Los jóvenes son el presente, nunca más el futuro............................................... 132 Bibliografía...................................................................................................................... 136

INDICE COMÚN DE DEFINICIONES Bloqueos de caminos. Medida de presión, contra diferentes gobiernos. Su uso fue recurrente desde el año 2000 en las movilizaciones organizadas por movimientos sociales. Comité Cívico Pro Santa Cruz. Conjunto de instituciones cruceñas agrupadas en un comité fundado en 1950 cuyo objetivo, según sus estatutos, es velar por los intereses de Santa Cruz Falange Socialista Boliviana, FSB. Partido nacional socialista, que se opuso al MNR durante la Revolución de 1952 y que tenía en Santa Cruz su plaza fuerte. Febrero Negro. El 12 de febrero de 2003, debido a la determinación gubernamental de imponer un impuesto al salario se produjo un motín policial que derivó en la confrontación entre policías y militares en La Paz. Grupos civiles incendiaron sedes de partidos políticos y ministerios. Se produjeron cerca de 30 decesos. Se considera a este hecho como antecesor de la Guerra del Gas de octubre de ese mismo año. Grupo Rosza. En abril del año 2009, un operativo dirigido por la Policía Nacional logró desbaratar un supuesto grupo terrorista comandado por Eduardo Rosza, quien, según investigaciones, estaría preparando un plan separatista, una guerra civil en Bolivia. Según la postura oficial del gobierno, este grupo habría sido contratado por grupos radicales de poder cruceño para iniciar una lucha interna hasta el derrocamiento del gobierno o la división de Bolivia. Guerra del Agua. Movilización social de abril del año 2000, durante el gobierno de Hugo Banzer, en contra del alza de las tarifas del servicio de agua potable en Cochabamba. Los habitantes se organizaron bajo formas barriales y lucharon hasta la expulsión de la empresa transnacional Bechtel. Guerra del Gas. Movilización social de octubre del año 2003, durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, en contra del plan de exportación de gas a Estados Unidos por un puerto chileno. Las ������������������������������� movilizaciones de movimientos sociales y la sociedad en general fueron en defensa del gas y de los recursos naturales, mismas que forzaron la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta serie de movilizaciones que concluyó con “la agenda de octubre” — nacionalización de los recursos naturales estratégicos, Asamblea Constituyente para re-establecer un nuevo pacto sociopolítico, soberanía y dignidad del Estado respecto a la políticas externas— estuvo marcada por el liderazgo de actores no tradicionales de la lucha social. Se calcula que murieron más de 67 personas y otras 400 resultaron heridas.

Marcha por la Dignidad y el Territorio. Esta marcha que en 1990 recorrió desde el oriente boliviano hasta el occidente, en demanda de territorios ancestrales y en denuncia de la continuidad de las formas de explotación y opresión, evidenció los núcleos comunes de la lucha indígena en Bolivia, y la necesidad de interpelar directamente al gobierno como originarios de este territorio. Fue la primera vez que se demandó la instauración de una Asamblea Constituyente. “Media luna”. Denominación que se utiliza para designar políticamente a los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija como bloque de oposición al gobierno del MAS. Estos departamentos son los que iniciaron, en especial Santa Cruz, el movimiento por las autonomías. Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR. Partido político que se hizo del gobierno con la revolución de 1952 y duró en él hasta 1964. Posteriormente formó parte de varios otros gobiernos incluyendo el de Sánchez de Lozada en 2003. Plan 3000. Una de las zonas más populosas de la ciudad de Santa Cruz, con fuerte presencia de inmigrantes de occidente del país. “Proceso de cambio”. Lema adoptado por el MAS para referirse a las transformaciones realizadas por el gobierno de Evo Morales��������������������� , identificadas como el cambio de estructuras económica, social y política. Unión Juvenil Cruceñista, UJC. Creada en 1957 al interior del CCPSC, generalmente es considerada el “grupo de choque” de dicho Comité.

SIGLARIO AC

Asamblea Constituyente,

ACDSI

Asociación Civil de Arte y Cultura San Isidro

ALAS

Apoyo Legal y Ayuda Social

BAB

Banco Agrícola de Bolivia,

CCPSC

Comité Cívico Pro Santa Cruz,.

CEJIS

Centro de Estudios Jurídicos y Sociales

CNE

Corte Nacional Electoral

COD

Central Obrera Departamental

COJI

Coordinadora Nacional de la Juventud Indígena

CONALDE

Consejo Nacional Democrático,

COPLAN

Cooperativa de Agua del Plan 3000

CPE

Constitución Política del Estado

CRE

Cooperativa Rural de Electrificación

CSUTCB

Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia

ESA

Encuentro Social Alternativo

FSB

Falange Socialista Boliviana

FUL

Federación Universitaria Local,

IJMAS-IPSP Instrumento de Jóvenes del MAS–Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos MAS

Movimiento Al Socialismo

MAS-IPSP

Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos

MNR

Movimiento Nacionalista Revolucionario

ONG

Organización No Gubernamental

P-MAS

Partido del Movimiento al Socialismo (Paraguay)

PNUD

Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

PODEMOS

Poder Democrático Social

PP–C Plan Progreso–Convergencia SNAP Servicio Nacional de Administración de Personal UCS Unión Cívica Solidaridad UJC Unión Juvenil Cruceñista UJP Unión Juvenil Popular

PRESENTACIÓN La investigación sobre organizaciones de jóvenes en la ciudad de Santa Cruz se enmarca en un proyecto mucho más amplio, el cual ha sido llevado a cabo por el equipo de investigación del Observatorio de Racismo en Bolivia desde el año 2007, con el propósito de estudiar el racismo e incidir en la lucha contra el mismo. Las experiencias anteriores de investigación en la Asamblea Constituyente y en los departamentos donde se realizaron referéndums para aprobar estatutos autonómicos demostraron la configuración de un escenario político caracterizado por episodios de racismo explícito y físicamente violento (cfr. Universidad de la Cordillera y Defensoría del Pueblo: 2008 y 2009). De hecho, esas investigaciones –todas ellas realizadas en momentos de alta conflictividad política- revelaron el rol importante que jugaban los jóvenes en las confrontaciones violentas. En base a esta realidad se decidió que era necesario profundizar el estudio comparativo de las organizaciones juveniles para comprender —desde la experiencia personal de sus miembros— la relación entre su accionar político y las expresiones de racismo en los enfrentamientos políticos y sociales. Se esperaba también que un enfoque en estas organizaciones juveniles otorgara ciertas pautas para entender la relación entre su activismo político y las expresiones de racismo que emergían en medio de los enfrentamientos. Sin embargo en contraste con las investigaciones anteriores, este estudio se llevó a cabo en una atmósfera mucho menos conflictiva en la que el racismo pasó a ocupar un lugar menor debido a que una serie de eventos cambiaron la correlación de fuerzas entre el gobierno del MAS y la oposición representada en el Comité Nacional por la Democracia, CONALDE. Una expresión de esta nueva coyuntura política en Santa cruz es el hecho de que la Unión Juvenil Cruceñista, la organización de jóvenes más importante de Santa Cruz, se ha mantenido fuera de la contienda política desde que fuera acusada de apoyar al supuesto grupo de terroristas, liderado por Eduardo Rozsa (Chávez: 2009). La inexistencia de las confrontaciones políticas violentas a las que el equipo estaba acostumbrado a observar, obligo a sus miembros a repensar la temática inicial de la investigación y refinar el marco conceptual que les permitiera entender la aparente despolitización de la raza. Tomamos los conceptos de politización y despolitización de la raza de Malik (1996) quien en su estudio sobre el significado de la raza en Europa destaca que a principios de Siglo XX el concepto de raza se basaba en el racismo científico y que esta perspectiva perduro en Europa hasta el final de la Segunda Guerra

Mundial, que dio fin también al holocausto nazi en Alemania. A partir de ese momento la mayoría de los gobiernos europeos promulgaron leyes contra el racismo. La promulgación de estas leyes no significó el fin del racismo sino mas bien hizo que las expresiones de racismo que anteriormente se evidenciaban con naturalidad ya no fueran aceptables. A esto es lo que Malik denomina “la despolitización de la raza”. Salvando las distancias con el caso europeo, los conceptos de politización y despolitización de la raza sirven para explicar los procesos políticos en Bolivia. En el caso de Bolivia, la asunción de Evo Morales a la presidencia y la instauración de la Asamblea Constituyente con una presencia importante de grupos indígenas y populares dieron inicio a un largo proceso de politización de la raza caracterizado por la confrontación violenta político- racial. Esta expresaba miedos atávicos al “indio” y a perder los privilegios de clase y étnicos. La oposición temía, por ejemplo, que la nueva Constitución privilegiara a los indígenas y relegara a los mestizos como ciudadanos de “segunda clase”. Estas tensiones y conflictos se atenuaron durante el periodo de la campaña electoral para presidente y gobernadores a fines del 2009, momento en que se evidencio la despolitización de la raza. Fue justamente en ese momento cuando se inició el trabajo de campo en Santa Cruz, cuando el racismo explícito se hizo imperceptible en el ámbito político sin afectar las concepciones y prácticas racistas cotidianas afincadas en el sentido común. La ausencia de confrontaciones políticas y la participación directa y activa de los jóvenes organizados en la campaña electoral, creó el espacio para enfocar nuestro estudio en las organizaciones juveniles mismas, sus prácticas y dinámicas organizativas, motivaciones, sus expectativas de vida, y las características sociales (clase, identidad étnica racial, género). En este contexto, se realizó el trabajo de campo de la investigación, durante el periodo de septiembre a noviembre del 2009. La primera fase consistió en la identificación de organizaciones juveniles activas en la ciudad de Santa Cruz que se tipificaron en tres grupos de organizaciones: proclives al proceso liderado por Evo Morales, organizaciones que son parte de la oposición al gobierno, y organizaciones de tipo cultural. Habiendo encontrado varias organizaciones en cada tipo, se seleccionó a once y se procedió a un estudio profundo de la vida institucional de la organización, las motivaciones e involucramiento de sus miembros: su percepción sobre la existencia y características del racismo, sea en la vida cotidiana o en el escenario político. Este trabajo fue posible gracias a un minucioso seguimiento a las actividades de las organizaciones, que implicó una observación participante, así como entrevistas semi-estructuradas a dirigentes y miembros de base. El trabajo

de campo fue exhaustivo, cubriendo eventos tan variados como actos de campaña, reuniones de organizaciones, representaciones teatrales, ensayos y encuentros de jóvenes; todas ellas marcadas por el ambiente electoral. Este trabajo está dividido en cinco capítulos, los cuales describen y analizan diferentes aspectos del contexto y las prácticas de las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz. En el primero, Isidora Coria contextualiza el libro con una mirada retrospectiva a la relación histórica entre Santa Cruz y el gobierno nacional. En el segundo capítulo, Khantuta Muruchi y Andrés Calla describen la particularidad de cada una de las organizaciones y analizan la participación de los jóvenes en las mismas en tanto actores políticos mismas. En el siguiente capítulo, Eduardo Paz analiza los límites de la experiencia política juvenil y las formas en que se relacionan las concepciones de juventud y las dinámicas partidarias del MAS. El análisis de las concepciones políticas y sociales desde las cuales las organizaciones forman a los jóvenes como líderes desde una perspectiva en la que se enfatiza la construcción de identidad, la pertenencia de clase y la memoria histórica, se encuentra en el capítulo de Bethel Nuñez. En este marco de despolitización de la raza algunos temas quedaron invisibilizados, tal como la problemática del ser joven. En el último capítulo, entonces, Martin Torrico discute las diferentes perspectivas del concepto de juventud y describe la evolución de este concepto en la década de 1990 a 2000 y explora los diferentes significados de juventud, desde la perspectiva de las mismas organizaciones. Este trabajo no hubiera sido posible sin la confianza y el apoyo financiero de la Embajada del Reino de los Países Bajos en Bolivia, que siempre ha demostrado una sincera preocupación por la problemática nacional. Nuestra gratitud a la Universidad de la Cordillera por brindar el soporte institucional y logístico a este trabajo, así como el apoyo que siempre nos brinda Lola Paredes de la Fundación Xavier Albó. Este trabajo se realizó bajo la coordinación de María Laura Lagos, cuya experiencia en investigación llevó al equipo del Observatorio del Racismo a reflexionar teóricamente sobre las implicaciones, magnitud y contextos de la información recogida. También agradecemos a Pamela Calla por haber concebido e impulsado este proyecto, así como su apoyo y la confianza que ha depositado en el equipo. Al mismo tiempo, contamos con el invalorable apoyo de amigos, tanto en La Paz como en Santa Cruz, sin quienes no se hubieran podido ampliar los horizontes de comprensión del tema del racismo. Desde luego, entre ellos están los miembros de todas las organizaciones juveniles, compartiendo sus opiniones, esperanza y proyectos, por supuesto su tiempo, y así como algo de su vida. Finalmente, extendemos nuestro agradecimiento a nuestras familias por su constante apoyo a los estudios de investigación y trabajo en el Observatorio del Racismo.

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Bibliografía Chávez Gabriel. 2009 “La derrota del proyecto autonomista cruceño en cinco hitos”. En: Semanario PULSO. La Paz, noviembre Malik Kenan. 1996 The meaning of race: race, history and cultura in western society. New York: New York University Press Universidad de la Cordillera; Defensor del Pueblo. 2008 Observando el Racismo: Racismo y regionalismo en el proceso constituyente. La Paz. Universidad de la Cordillera; Defensor del Pueblo. 2009 Observando el Racismo: Racismo y regionalismo en el proceso autonómico. La Paz.

Formación de liderazgos en organizaciones de jóvenes en la ciudad de Santa Cruz Bethel Núñez Reguerin

Los jóvenes no somos el futuro, somos el presente. Son necesarios nuevos líderes jóvenes para apoyar el proceso de cambio. (Dirigenta de la Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). En un contexto de cambios estructurales en Bolivia, con el debilitamiento de los partidos y liderazgos de la derecha tradicional, se producen varias movilizaciones sociales entre 2000 y 2003 que culminan con la asunción de Evo Morales como Presidente de la República el año 2006. Los jóvenes comienzan a jugar un papel protagónico en el proceso de cambios estructurales, en el apoyo a demandas regionales y en enfrentamientos y negociaciones políticas con el Estado. El debilitamiento de los líderes de derecha promueve la conformación de nuevos liderazgos que son asumidos por los jóvenes y su nuevo papel protagónico. En el departamento de Santa Cruz, los liderazgos de la derecha tradicional no han quedado exentos de este proceso de cambios estructurales, los que han generado la necesidad de nuevos liderazgos. Estos nuevos actores se caracterizan por ser jóvenes con distintas perspectivas políticas, ideológicas y sociales, y se organizan para la acción política y social. Sus perspectivas políticas e ideológicas van más allá del accionar en las calles o — como se los denominó muchas veces —como “brazo de choque; todo lo contrario, sus perspectivas apuntan a la de formación política e ideológica para perfilarse como nuevos líderes regionales y nacionales. La formación de líderes, se producen en un proceso de “vaciamiento ideológico”, como diría Zavaleta (1986), que se expresa en la falta de reconocimiento o credibilidad en los viejos actores políticos, planteando la necesidad de conformar nuevos líderes sociales, cívicos y políticos, con base en las nuevas organizaciones de jóvenes.

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Creo que, como objetivo en sí del grupo, era hacer frente a lo que se estaba dando en este departamento. Tal vez bajo la acción social y política, incidiendo de alguna manera para que se puedan cambiar los elementos que se estaban dando en esta región. (…) Nuestro objetivo a largo plazo es, pensando en nosotros, hacer talleres de formación, de capacitación política ideológica. Consideramos que seremos los conductores, tal vez de este proceso en lo posterior, ya que actualmente, eso es verdad, nuestros mayores son los que conducen este proceso (…) Lo que queremos es generar nuevos liderazgos, generar nuevos cuadros políticos a partir de la formación y claro, eso se lo hace a largo plazo. Es por ello que tenemos constantes talleres de formación política, ideológica, de liderazgo, de oratoria, donde los jóvenes participan constantemente. (…) Porque, no queremos pasar como unos jóvenes que apoyaron en su momento el proceso de cambio y después ser tal vez estas personas comunes de la sociedad que poco aportan, no ser un elemento más de esta sociedad y sin hacer un aporte a la sociedad, porque nosotros queremos seguir aportando. Tal vez en un inicio lo hicimos de una manera, pero en lo posterior lo queremos hacer de otra manera. (Dirigente, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). El surgimiento de las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz, responde a estos cambios estructurales y a este debilitamiento de líderes. Estas tienen distintas posturas políticas; las organizaciones autodenominadas de izquierda y las organizaciones de jóvenes alineadas al Comité Cívico1, mantienen un discurso de cambio social apostando a la formación de nuevos líderes jóvenes. Estos liderazgos juveniles son distintos en la medida que se van formando a partir de distintas construcciones identitarias porque se trata de jóvenes con distintos orígenes sociales y tradiciones políticas que los conducen a ser partícipes de los distintos tipos de organizaciones. La construcción de estas identidades tiene como algunos elementos la adscripción ideológica, la experiencia de resistencia, tradición de lucha desde los padres, etc. Resalta asimismo que la identidad de algunas de estas organizaciones de jóvenes tiene su base en la historia cruceña. En este sentido, Fernando Rosero plantea una definición de la formación de líderes bastante adecuada al actual contexto social y político de las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz. Rosero dice que: La formación de líderes sociales y comunitarios, es un momento de producción de su propia identidad, y se da en el contexto de la 1

Ver Comité Cívico Pro Santa Cruz en el Índice común de definiciones.

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lucha histórica, a través de un proyecto pedagógico —explícito o implícito— [...] en la construcción de competencias como parámetros organizadores de la práctica social que incluye: sensibilidad política, movilización social, participación comprometida y organización popular (2002:19). Como se observa, esta identidad es entendida como un elemento dinámico y en constante modificación y, por eso, producido. La identidad de la comunidad, entendida como expresión de autoconocimiento y reconocimiento por los demás, mantiene un dinamismo de clase, de origen y de auto adscripción. Es decir, está sujeta a contextos, a negaciones con el otro y afirmaciones de los propios; pero a la vez, la identidad —según Jesús García Ruiz—, surge para entender los dispositivos y luchas sociales y las disputas por la legitimación así como por el logro de las reivindicaciones sociales y políticas (2006). De igual manera, Miguel Díaz Jiménez considera que al ser un conglomerado de diferencias, la identidad, “reivindica ciertos derechos, por medio de inusitados mecanismos” (2008:70); en este caso en base a mecanismos como la identidad de pertenencia en la que “pertenecer-a se (…) encuentra constituida por leyes, normas, símbolos, etc. (…) toda una serie de mecanismos de cohesión que nos indica el colectivo del que formamos parte” (Ibíd: 71). Esta identidad, a la vez, es la confluencia de una lucha política en la que, según Helena Argirakis “[se] refleja una percepción subjetiva, racionalizada y politizada de un contexto histórico particular” (2007:67). Es así como la formación de líderes es un ámbito y un mecanismo de producción y reproducción de la identidad, en la que las posiciones políticas juegan un papel importante.

1. Formación de líderes Según Quiroga y Barrientos (2006), la formación de líderes tiene larga trayectoria en Bolivia. Múltiples ofertas de Organizaciones no Gubernamentales, ONG2, llegaron sobre todo a zonas rurales de todo el país. Sin ningún tipo de regulación, proliferaron con más fuerza desde 1985; año en que se produce un asentamiento masivo de ONG en Bolivia y, ofrecieron talleres de formación de liderazgos en los niveles municipales y de comunidades mediante la implementación de metodologías como la planificación participativa y la ejecución de proyectos, cooptaron a la población más pobre de las zonas rurales del país. Esta manera de formar líderes tiene una trayectoria de cerca de 25 años y fue focalizada en la población con poca posibilidad de participación en la creación y ejecución de proyectos de desarrollo. Muchos de

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estos cursos o talleres de capacitación para líderes se han basado en la educación popular y el constructivismo, entendidos ambos una práctica propositiva, reivindicativa de los intereses del grupo u organizaciones y que intentan ser una respuesta a los requerimientos y carencias concretas de los sectores populares (Ibíd.). Según Fernando Rosero (Op.cit.), la formación de líderes en Latinoamérica en el siglo XXI surge como reivindicación social y política de los movimientos sociales como parte de los procesos de cambio de cada país. En este sentido, la formación de líderes se convierte en una iniciativa de los movimientos sociales. En Bolivia, el llamado proceso de cambio2 no está exento de la preocupación por la formación de sus propios líderes, pero, en este caso, la injerencia de las ONG es menor. La posibilidad de formar líderes o valorar la experiencia como medio de formación, ha sido uno de los resultados logrados en el actual proceso de cambio en las estructuras política y social. Según Jiovanny Samanamud (2007), los líderes jóvenes de la ciudad del El Alto han tenido un fuerte impulso desde octubre del 20034, por su participación protagónica en tales acontecimientos. En este caso, la formación de líderes nació de la perspectiva de organización de las juntas vecinales, las cuales engloban a todo el núcleo familiar, incluyendo a los jóvenes. Una característica de los liderazgos jóvenes de la ciudad de El Alto — una ciudad de inmigrantes mayoritariamente aymaras—es que logran relacionar las construcciones identitarias con las reivindicaciones políticas, dando como resultado un liderazgo comunitario. Considerando esta relación, un tema central para el surgimiento y la formación de nuevos líderes en Santa Cruz fue la autonomía, como concepto auto identificador con la región y con la identidad “camba”. Las nuevas organizaciones aliadas al Comité Cívico, surgieron entre los años 2007-2009, para la defensa de la “autonomía”5, supuestamente amenazada por el gobierno de Evo Morales. Se observa entonces que el componente identitario es un importante cohesionador de estas organizaciones de jóvenes, y, al igual que en la ciudad de El Alto, la relación entre política, identidad e historia, hacen posible la formación de líderes, para la región. 2 3 4 5

Para esta y siguientes siglas, consultar el siglario. Ver Proceso de cambio en el Índice común de definiciones Ver Guerra del Gas en el Índice común de definiciones. Tiene que tomarse en cuenta que la autonomía es un concepto que varía su significado de un grupo a otro y que no hay un sentido colectivo que toda la sociedad profese al respecto.

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En un principio, es formar nuevos líderes porque ahorita en Santa Cruz carece de líderes, como en otra ciudades lo he visto, líderes por montón y Santa Cruz no los tiene ¿entiendes? La principal causa por lo que nació la Casa de la Juventud era formar nuevos líderes. ¿Estos líderes de que tipo? o sea líderes sociales, líderes políticos, lideres, que se yo, a nivel económico empresariales.” (Miembro de base, varón de la Casa de la Juventud Cruceña). Los liderazgos de organizaciones pro-gobierno de Morales, autoidentificadas como de izquierda, surgen en un contexto de demandas de los movimientos sociales por inclusión, justicia y satisfacción de las necesidades básicas. Se trata de organizaciones juveniles de los barrios periféricos de Santa Cruz de la Sierra, como el Plan 3000. Estas se organizan en respuesta al constante amedrentamiento y presión política que el Comité Cívico —y especialmente partir de su grupo de choque, la Unión Juvenil Cruceñista— ejercía sobre ellos. Así que surge la necesidad de organizarse como juventudes auto-identificadas como de izquierda. Para cuando termina el 4 de mayo, nosotros entramos a una época donde nosotros teníamos que prepararnos políticamente, y fue en ese momento donde decidimos que el único fin de la organización Luis Espinal, si bien era defender el proceso cuando sea necesario y como sea necesario, era formar líderes políticos. (Dirigente varón, Organización Juvenil Luis Espinal). La formación de líderes, en los dos tipos de organizaciones de jóvenes, se basa, entonces, en la necesidad de crear líderes que aporten, como jóvenes, al cambio político y social desde una perspectiva fresca y renovada, eso a pesar que muchos de los programas de formación de líderes están supeditados a la lógica de las instituciones o movimientos a los cuales se encuentran alineados estas organizaciones. En el caso de organizaciones como Casa de la Juventud, alineada al Comité Cívico de Santa Cruz, desarrolla actividades de formación de líderes mediante un programa de becas, impulsado por el Comité Cívico y la Universidad Gabriel René Moreno. Tenemos acuerdos con la escuela de líderes de Santa Cruz, donde se encarga de formarlos, tenemos becas que duran seis meses. Yo participé de unas de esas becas y donde le enseñan los liderazgos cívicos, liderazgos políticos, sociales. La persona, una vez ya pagado lo pactado del curso, tiene que decidirse por cual liderazgo se va a formar. La escuela de líderes es un

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acuerdo de la Universidad Valenciana con la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y el Comité Cívico. Es un instituto donde se forman cada 6 meses líderes distritales por distritos y líderes provinciales por provincias y líderes indígenas. La formación es de historia de Bolivia, ciencias políticas, liderazgo, expresión, oratoria, todo, el curso es bien completo. (Miembro de base, varón, Casa de la Juventud Cruceña). En las organizaciones de jóvenes afines al Comité Cívico, la formación de líderes tiene un formato institucionalizado alcanzando un diplomado en liderazgo. Estas becas se otorgan a través de la organización de jóvenes, las que eligen a los beneficiarios de las becas. En este caso, la formación de líderes, se basa exclusivamente en la historia cruceña, lo que implica la conformación de un eslabón cohesionador entre los jóvenes que participan en la organización, y está a cargo de profesionales expertos en historia, política e identidad. Estas becas que tenemos son unas becas que hace el contacto que tuvo nuestro ex vicepresidente del Comité Cívico. Germán Antelo hizo contacto con una fundación Konrad Adenauer de Alemania. Entonces él tuvo un viaje a Alemania y es ahí donde esta fundación está interesada en liderizar [sic] jóvenes y esta fundación alemana que financia estos cursos. […] Su ideal de ellos es el de liderizar jóvenes preparando cursos de temas de historia cruceña, la Nueva Constitución Política del Estado, cosas así. Desde un comienzo la Casa de la Juventud nos hemos trazado ¿Qué es con historia cruceña? ¿Por qué? por el mismo hecho que una persona no puede amar lo que no conoce y es por eso que trabajamos con historias cruceñas. Es uno de nuestros pilares fundamentales de la Casa de la Juventud, entonces el hacer estos cursos es buscar eso, buscar formación de líderes. […] La formación de líderes que se hizo por ejemplo en el Comité Cívico se nos otorgó cuatro becas a nosotros, pero nosotros la hacemos a personas que están trabajando en la Casa de la Juventud tanto de colegios, como los mismo chicos de la universidad. (Miembro de base, varón, Casa de la Juventud Cruceña). La coyuntura política y la historia también son pilares de seminarios y talleres para la formación de los integrantes de la organización. En las organizaciones de izquierda, la formación de líderes también tiene un componente institucional ya que se supedita a talleres o seminarios, que entidades como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, ofrecen a las organizaciones de jóvenes, a la vez, en estas

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organizaciones se puede observar la constante de solicitud de formación por parte de personalidades políticas afines al proceso de cambio. Sin embargo, hay que destacar la autoformación como proceso constante, a partir del propio aprendizaje político de la experiencia, así como la de sus núcleos familiares y barriales. Formarnos y conocer más, no ignorar la situación, o sea no sólo conocer la coyuntura política, ir a actuar y decir quiero esto, quiero aquello. No sólo actuar como un grupo de choque o algo así, sino que mas allá sepamos defender, sepamos debatir con ideas, con propuestas. Eso es lo que quiere la organización. (...) Surge de todos esa idea, es una exigencia, es una necesidad. Nosotros, como las bases, exigimos a nuestro presidente, lo hemos exigido varias veces. Nosotros queremos formarnos, queremos leer libros, queremos actualizarnos, queremos conocer muchas cosas queremos saber. Entonces en esa parte digamos, como ha sido exigencia y también él nos ha sugerido, Entonces yo creo que de esa manera ha surgido eso, no sólo con nosotros sino con todas las organizaciones juveniles. (Miembro de base, mujer, de la Organización Juvenil Luis Espinal). Formarse, conocer y debatir es una necesidad de los miembros de las organizaciones de izquierda, las cuales, al no tener una formación institucional constante —como las organizaciones alineadas al Comité Cívico— necesitan recordar a los líderes adultos del partido, que impulsar la idea de una juventud preparada, significa ser concebidos como los próximos líderes de la región y del país. Los contenidos de la formación de líderes tienen mucho que ver con temas de coyuntura, como el Plan de Gobierno, así como de la nueva Constitución Política del Estado, tanto para su conocimiento, como para la difusión en sus barrios y organizaciones. Vienen invitaciones, digamos, por parte del ministerio o por parte de, ONG, Fundación Tierra, una de las ONG. La última nos dio sobre la Corte [Electoral] sobre lo que es la inscripción para inscribirse en el padrón biométrico. Como hemos estado trabajando también en el tema de que la gente se inscriba, hemos salido a las calles para ver que se inscriba la gente. Después hemos ido a talleres sobre la nueva Constitución, por parte del Ministerio de Culturas. Lo último fue en la Casa del Pueblo por parte del Ministerio de Culturas, vinieron unos españoles para ver sobre el tema de las constituciones. (Dirigenta de la Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez).

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Pero la formación de líderes en las organizaciones de izquierda, tiene o mantiene una formación desde una visión de clase social, de identidad y de pertenencia a su grupo, su barrio y su contexto social; es decir, desde una perspectiva de la experiencia lo que marca una diferencia con las organizaciones alineadas al Comité Cívico. Estos dos tipos de organizaciones, mantienen una posición firme respecto a la necesidad de formarse líderes, como una respuesta ante y para el cambio. Sin embargo, existe una currícula diferenciada en la formación de los líderes jóvenes cruceños. Si la historia cruceña es el eje troncal de formación en las organizaciones ligadas al Comité Cívico; en las organizaciones de izquierda su base de formación son la memoria colectiva y la experiencia de reivindicación. Es en la característica de clase, entonces, donde reside la diferencia entre los procesos de formación, la cual reproduce las identidades, sean regionales o de clase para la conformación y cohesión de las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz.

2. La construcción de la identidad para formar liderazgos La construcción de identidad como fundamental cohesionador de colectividades ha sido parte de los movimientos sociales, cívicos y políticos en el país, al igual que en los cambios políticos y sociales de los últimos años. Y las organizaciones de jóvenes de Santa Cruz son parte de estos movimientos que surgieron en el nuevo escenario. Sin embargo, es necesario explicar cómo se construye esta identidad en las organizaciones juveniles. Los liderazgos se desarrollan en un ámbito de producción de la identidad de la propia organización, éste es un elemento central para el proceso de su formación. Es un ámbito de construcción de identidades que son diversas al interior de cada una de las organizaciones. La identidad de pertenencia tiene su asidero en los orígenes sociales de los integrantes, así como en las trayectorias de vida y el compartir una condición de clase que cohesiona a los miembros de las distintas organizaciones. Las trayectorias de vida de los integrantes de las organizaciones son parte esencial del proceso de autoconocimiento y reconocimiento, el lugar de residencia, la familia como ente de construcción de identidad y la clase social. (García, 2006). En el proceso de construcción de identidades de las organizaciones de jóvenes se evidencian esencialmente dos vertientes que alimentan a

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esta construcción, tanto en el desarrollo de la formación de liderazgos juveniles, como en la cohesión de la organización. Por un lado está la memoria colectiva que constituye uno de los elementos centrales en la formación de líderes juveniles de izquierda. Por otro lado, se encuentra la historia regional, que consolida el motor de cohesión de las organizaciones afines al Comité Cívico cruceño.

3. La memoria colectiva como construcción de identidad [La memoria es una] representación del pasado, es constitutiva no sólo de la identidad individual sino también de la identidad colectiva. En esta perspectiva la importancia que adquiere el origen es de particular importancia ya que constituye el punto de partida de la memoria. En efecto, individuos y grupos sociales tienen necesidad de adscribirse al pasado pues de ello depende su identidad (García, 2006:35). Sin embargo, para entender el contexto de Bolivia, Magdalena Cajías (2006), analiza cómo los mineros retoman esa memoria colectiva en los acontecimientos de octubre de 2003, caracterizando a ésta como el cúmulo de experiencia de lucha, de organización, de historia sindical y política que comparten los movimientos sociales, en los distintos procesos históricos del país. Si el origen y la experiencia es el punto de partida de la memoria, podemos evidenciar que en las organizaciones de izquierda de la ciudad de Santa Cruz se comparte una misma experiencia. Una experiencia de lucha contra la exclusión y la marginación en términos de clase social, discriminación y explotación, que marcan el devenir de la memoria colectiva de estas organizaciones. Mis padres llegaron con todos los damnificados de la riada y formaron acá, su casa. Yo nací en el Plan 3000 cuando ya estaba todo, ya había pasado el diluvio, el tiempo. Nací en el Plan 3000, y vivo. Desde que nací estoy acá. Mi padre fue uno de los fundadores, se podría decir, de esta zona del Plan 3000. Fue uno de los damnificados que vinieron a hacer, este, vinieron a asentarse por estos lados de Santa Cruz. Bueno, lo que me cuenta mi madre es que era así un monte, monte, prácticamente era un monte. No había nada, no había luz, no había agua. Incluso hasta las personas mayores tenían miedo de encontrar a los salvajes que había, caníbales. No sé, algo por ahí me comentaron que era todo así un monte no más, había animales grandes, serpientes, todo eso. La mayoría de los niños se

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morían porque el agua que traían no era purificada. Era cualquier agua que traían y se morían los niños. No había muchos servicios básicos, se tenía que esperar que llegaran las bombas con agua. Y después pasó el tiempo y recién pusieron una bomba, que quedaba a seis cuadras, siete cuadras de mi casa. Mi madre tenía que madrugar casi todas las mañanas para traer agua, que queda allá, a seis cuadras casi de mi casa, que era lejísimos. Incluso, todavía seguimos un poco retrasados, apenas y tenemos algunas avenidas bien hechas, porque en las anteriores gestiones, las avenidas que se hacían, no eran bien planificadas porque hacían que se estanque más bien el agua, que provoque más inundaciones y todas esas cosas. Y por causa de eso apareció también el dengue, porque hay muchos tachos de agua con mosquitos y todas esas cosas. Actualmente el Plan 3000 ha sido [sic] una zona marginada, que no tiene progreso. Hace más de veinticinco años que ya se lo ha fundado y pareciera que fuera lo mismo, que apenas han pasado diez años porque el progreso, apenas tenemos unas cuantas avenidas, una posta de salud que ni siquiera es pública, es privada la que tenemos acá en la Rotonda del Plan 3000. (Dirigenta de la Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). Como se observa, la memoria de las organizaciones de izquierda del Plan 3000 está representada por la marginación urbana y una situación de abandono de las autoridades respecto de la cobertura de servicios básicos, salud y educación, a lo que se suman las experiencias de discriminación social, explotación, racismo, etc. El origen, la familia, la clase social y la experiencia de lucha son los componentes de reconocimiento de identificación con el “grupo de pertenencia”, como lo llama García Ruíz (2006), con lo cual se recrea una subjetividad política, creando un “nosotros” vs. un “ellos”. En este caso “ellos” estaría personificado por los grupos de poder económico y político de la región. Es decir, la identidad tiene dos entradas a las cuales se sujeta, la primera es la pertenencia que implica el lugar, la trayectoria de vida, la familia. La segunda, que otorga dinámica y fluidez a la identidad son las auto-adscripciones, las cuales se basan, en este caso, en líneas políticas a partir del grupo de pertenencia, para la conformación de su ideología y de la propia organización. En este caso se constituye una identidad política que es compartida por los integrantes de las diferentes organizaciones, que es expresión de su accionar como individuos y como un colectivo social. La subjetividad política que se forma en las organizaciones de jóvenes de izquierda nace de esta situación de exclusión. Las experiencias de vida, la familia y las necesidades insatisfechas en los barrios periféricos

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—como el Plan 3000—, constituyen los eslabones cohesionadores de las organizaciones de izquierda, ya que son formadoras de culturas de resistencia. [La familia] para mí eso es la base porque así se empieza, a través de esos conocimientos que he adquirido en la vida cotidiana. Así, más allá de las capacitaciones, información que se pueda dar, ha sido muy importante porque esos son como los pilares para esta formación que estamos empezando ¿no?, con la organización, ya que desde muy pequeños, desde muy pequeña, mejor dicho, mi familia ha vivido situaciones difíciles relacionadas a ese aspecto. Yo creo [que] desde muy pequeña, no sé, tal vez aquella vez no me parecía importante ¿no?, pero ahora, por ejemplo, antes nos decían, ¡colla!- hasta los mismos clientes ¿no? Porque son ellos también ¿no? (…) Santa Cruz actualmente ya está lleno de personas migrantes, así personas del occidente que han hecho de Santa Cruz lo que es ahora ¿no? Gracias a estas personas Santa Cruz ha crecido, y ahora es el motor de nuestro país. Pero todas estas experiencias que he vivido, me han parecido muy relevantes, porque gracias a eso ahora la visión que tengo o la ideología que tengo o la forma de pensar que tengo ya nadie la cambia. Y todas esas experiencias han hecho que ahora sea más sólido, lo que pueda pensar, en lo que ahora creo, y que difícilmente voy a cambiar porque esto ya es parte de mí, es parte de mi forma de pensar. (Miembro de base, mujer, de la Organización Juvenil Andrés Ibáñez). La lucha de resistencia de los padres es parte de cultura de resistencia de los hijos. El hecho de ser inmigrante en primer o segundo grado, incluso en tercer grado de migración, ha significado ser foco de las agresiones discriminadoras y racistas por parte del Comité Cívico, la alcaldía, la prefectura y la población en general. Ser inmigrante en Santa Cruz —y la experiencia de amedrentamientos, discriminación, racismo y exclusión— , induce a este sector de la población a la reivindicación identitaria de sus derechos. De igual manera los pueblos indígenas de oriente, para quienes el haber sufrido la constante exclusión de la sociedad cruceña, la falta de acceso a la gestión pública y el escaso acceso a servicios básicos, ha impulsado su emancipación. Una experiencia de exclusión comparten los migrantes de occidente y los pueblos indígenas de tierras bajas. Esta situación no sólo crea puntos comunes de lucha, sino que alimenta la memoria colectiva que comparten los líderes juveniles de las organizaciones de izquierda. Los nuevos líderes son parte de estos dos grupos sociales que comparten una situación de marginación.

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Es así que la migración constituye otro de los elementos de la memoria colectiva que cohesiona a las organizaciones y alimenta el proceso de construcción de identidades. Este contexto potencia el accionar político de las organizaciones y es un elemento estructural de la formación política de los líderes juveniles. Es decir que, es esta experiencia de marginación la que está constituyendo el perfil de los liderazgos juveniles de izquierda, consolidando la memoria colectiva y la identidad política que caracteriza a estas organizaciones. Un aspecto que emerge en el proceso de formación de los liderazgos juveniles es que —en base a la memoria colectiva que es compartida por los miembros de la organización— se retoman representaciones simbólicas que son parte, a su vez, de la identidad colectiva del grupo, así sucede con los nombres de las organizaciones. Son representaciones ideales de modelos de lucha: Andrés Ibáñez, Luis Espinal, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Julián Apaza, son nombres que remiten a las organizaciones a definir su accionar bajo el ejemplo de personajes ya que sus luchas son parte de la memoria colectiva de los nuevos liderazgos juveniles en Santa Cruz. Esa persona, [Andrés Ibáñez] bueno para mí es muy admirable. Él, de tener todo, era una persona que se relacionaba con… Su padre fue Gobernador cinco veces, toda su familia era de [la] sociedad alta y él venía pues también de esa clase pudiente, la clase alta, y se sorprende que una persona de la clase alta se baje a la clase baja [sic]. Él proclamaba la igualdad, porque para él, no veía diferencia entre esclavos y, o sea, él proclamaba la igualdad que todos somos iguales, que todos somos seres humanos. Hizo una gran marcha que hasta ahorita se acuerdan muchos: “la gran marcha de los pies descalzos” Sacó su saco, se sacó sus zapatos y dijo: “acá todos somos iguales, porque no hay diferencia de pobres y ricos”. Hizo esa gran marcha y fue asesinado por los federalistas, porque él proclamaba una autonomía, y esa clase que tenía el poder de Bolivia, de Santa Cruz, no pues, no querían eso, era malo para ellos pensar diferente a ellos. Murió, su legado de seguir luchando por la igualdad y por las autonomías, que eso es lo que queremos. (Dirigenta, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). Estas representaciones simbólicas hacen de la identidad política de la organización uno de los elementos que construye ideologías y además permite visualizar la identidad de oposición. Constituye el “nosotros” vs. “ellos”. Un “nosotros” de marginación social y política en oposición al “ellos” de los grupos de poder económico y político. Esta sería la base para sus ideales de justicia social, inclusión e igualdad.

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4. La historia como construcción de identidad Para Helena Argirakis (2006), la construcción de la identidad en Santa Cruz se basa en el ser “cruceño”, que establece la polarización política del “nosotros” vs. “ellos”, tanto con la otredad de occidente, pero también con los “traidores” al discurso del comité cívico. Sin embargo, esta otredad es construida a partir de la historia como mecanismo de cohesión en las organizaciones de jóvenes. La historia tiene la particularidad de constituir un referente de hechos que se cuentan de diversas maneras. Es decir, que la historia no sólo depende de su carácter intrínseco, sino de quien la relata. “Mientras que [la] historia se presenta a ella misma como el acercamiento al pasado real de lo que ocurrió, la memoria se invierte en el presente y no es sino presencia siempre incierta del pasado.” (García, 2006:100) En este sentido se puede decir que la historia se presenta como un hecho más cercano a lo que los consensos colectivos y la interpretación particular de grupos o colectivos expresan. Esta situación se confirma aún más si se considera que una historia regional, puede estar sujeta a múltiples interpretaciones y construcciones discursivas, porque depende de poblaciones más reducidas y supeditas a relaciones de poder más hegemónicas. Sin embargo, esta historia tiene un ámbito de legitimidad, que se logra en base a ciertas condiciones políticas y sociales que permiten validarla. (Ibíd.) En este sentido, la historia juega un papel cohesionador de identidades colectivas en las organizaciones alineadas al Comité Cívico que legitiman los hechos del pasado, porque son una suerte de contraparte a los ideales de las mismas organizaciones. Los liderazgos juveniles formados en éstas encuentran un asidero identitario en la historia regional como un pilar para su formación. Hay muchos cruceños y muchos bolivianos que no sabemos la historia cruceña. Entonces, lo que nosotros tratamos es capacitar a esa gente para que estén preparadas, conozcan los problemas que tuvo más antes Santa Cruz, para que nosotros los jóvenes nos demos cuenta de las dificultades que tuvo Santa Cruz. De los engaños que tuvo Santa Cruz, de las estafas que ha sufrido Santa Cruz para que así ellos mismos pongan más esmero en Santa Cruz. Para que ellos tengan ganas de trabajar por Santa Cruz. Mayormente ese es el objetivo de darles clases de historia cruceña. (Miembro de base, varón, de la Casa de la Juventud Cruceña).

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Las organizaciones alineadas al Comité Cívico legitiman su subjetividad política a partir de la representación de la historia regional, y basan en ella su pensamiento y accionar político. La historia, como aquí se refleja, sirve para posicionarse políticamente como región, pero además, representa como avasallador, violento y agresor al gobierno central, recreando la imagen de una Santa Cruz amenazada. Así, esta representación de la historia reclamaría la necesidad de una juventud formada para hacer frente a esta amenaza. La misma se hace más urgente cuando se plantea el discurso de que el peligro de la estafa y el amedrentamiento están todavía presentes. Entonces, lo que nosotros tratamos de hacer es que no se vuelva a repetir lo de antes, para que la gente que nos hizo daño en siglos pasados tengan presente que hay jóvenes que estamos trabajando, que conocemos los daños, los perjuicios que han causado y que estamos preparados para cualquier otro problema o daño que quieran hacer. Mayormente cuando hubo las violaciones vinieron un grupo de campesinos mandados. Hace tiempo, en años pasados, como cuarenta, cincuenta años que fueron mandados por el gobierno del presidente. No me acuerdo el nombre del presidente qué presidente… que fueron mandados, que fueron secuestradas nuestras madres, que fueron agarradas, que fueron violadas. Antes aquí en Santa Cruz eran pura gente camba, puro cruceños, no existía ni una gente del occidente, no marginando. Existía gente pero pacíficamente tranquila. Vinieron grupos, manada de campesinos donde vinieron a violar a nuestras señoras cruceñas, a las damas cruceñas, en lo cual ahí hubo un entrelace de razas donde se fue creando la raza mestiza. Entonces ese es el temor que nosotros volvemos a tener. Entonces fue un tiempo de terror para Santa Cruz. Hablamos de hace mucho tiempo. Esta historia me la han contado mis abuelos, me la han contado seminaristas, me la han contado mis tíos que son mucho mayor que mis padres. (Miembro de base, varón, de la Casa de la Juventud Cruceña). Para la construcción de liderazgos y de identidades, la lógica de esta historia es importante porque justifica acciones e ideologías —incluso emotividades— para la conformación de la identidad de pertenencia del joven en Santa Cruz. El hecho de entender la historia cruceña como de constante amedrentamiento por parte de los gobiernos de turno, crea la necesidad de defensa y resistencia por parte de los jóvenes, que mas allá de tener o tratar de mantener un discurso democrático, tienen esa memoria histórica que recrea viejos dolores y emotividades regionales los que influyen en la

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formación de liderazgos dentro de las organizaciones. Esta identidad en construcción utiliza la historia para formar a nuevos líderes, con un sesgo regional, y nociones racializadas del otro. Esta sería pues la base para la polarización entre las organizaciones juveniles afines al comité y las organizaciones juveniles autodenominadas de izquierda. Recordemos que Helena Argirakis (Op.cit.) afirma que la identidad “cruceña”, se basa en la polarización y en la otredad —como se afirmó antes—, utilizando el discurso de la diferencia, pero a la vez negando la misma complejidad de identidades dentro del departamento, intentando imponer un discurso y una identidad monolítica, y esencialista que cierre la posibilidad de una construcción regional con todos los sectores. Entonces lo que nosotros queremos es evitar eso ¿no? evitar los atropellamientos que hubo en los gobiernos anteriores, en los gobiernos que se basaba en hacer daño, como mayormente hablamos en el actual gobierno ¿no? que el presidente habla mayormente del occidente ¿no? es un presidente que mayormente trabaja con el occidente pero Santa Cruz le pide algo, las puertas cerradas para Santa Cruz entonces en los gobiernos anteriores era mucho peor, entonces no queremos que vuelva a suceder eso entonces nosotros como jóvenes estamos formando parte de muchos, estamos abriendo cada vez más grande, queremos ser mas queremos formar parte de…queremos sernos más jóvenes queremos estar digamos listos y preparados, formarnos para que, para que nos demos cuenta, para que ya no vuelva a suceder lo mismo de antes ¿no? (Miembro de base, varón, de la Casa de la Juventud Cruceña). Para García Ruiz: […la historia] no es nunca neutra, es de ella que extraemos las representaciones simbólicas de nuestra identidad que nos constituyen, como sujetos sociales y como actores de nuestra propia historia. Nuestra identidad es en definitiva ella misma una historia, la historia de la transformación de nuestras identidades especificas. (García, 2006:36). En este caso, la historia regional hace que las organizaciones de jóvenes afines al Comité Cívico mantengan su discurso y su accionar en referencia a la defensa de Santa Cruz, con una representación simbólica, de un gobierno centralista, históricamente amedrentador al cual relacionan, ahora, con la lucha autonómica, y con los nuevos cambios estructurales que vive el país desde el año 2003.

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Es así como la historia, en las organizaciones de jóvenes afines al Comité Cívico, es un fuerte elemento de cohesión entre sus miembros, lo que impacta en la construcción de identidades colectivas que estructuran el proceso de formación de liderazgos dentro de estas organizaciones. En los dos tipos de organizaciones, la construcción de identidades colectivas, a partir de los elementos de pertenencia, tiene como base a dos elementos centrales que son la memoria colectiva y la historia regional, los cuales producen liderazgos juveniles diferenciados con identidad propia.

5. Conclusiones En los últimos años, la formación de líderes se ha convertido en un proceso esencial para las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz, como una opción de legitimarse como próximos líderes políticos, sociales y cívicos para la región y para el país. Esta formación, en cada una de las organizaciones, está marcada por la diferencia de clase, de contexto social, de los distintos procesos en la construcción de la identidad colectiva, entre identidades de pertenencia y auto adscripciones individuales a una u otra organización. Las identidades de pertenencia, como la familia, el origen social, el contexto socioeconómico, la cultura, etc., estructuran los nuevos liderazgos juveniles y son inherentes a los dos tipos de organizaciones. La base principal para la formación de líderes en organizaciones de izquierda además, de la identidad de pertenencia, tiene a la memoria colectiva como catalizador de subjetividades políticas y construcción de prácticas y discursos de reivindicación de clase social. En tanto, la formación de líderes en las organizaciones afines al Comité Cívico, recupera la historia regional como motor cohesionador de las organizaciones, las cuales ofrecen una formación institucional de líderes, puesto que son avalados por becas, seminarios y diplomados en liderazgo por parte del Comité Cívico y la universidad. Los dos tipos de organizaciones, con sus distintas características en la formación de líderes, recurren a la construcción de identidades colectivas a partir de la memoria colectiva y la historia, como eslabones cohesionadores con los cuales se sienten auto identificados y posicionan así sus accionares e ideología, sea en relación al gobierno o al Comité Cívico.

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Límites de una política juvenil: Organizaciones de jóvenes del MAS en Santa Cruz Eduardo Paz Gonzales

1. Introducción El 20 de octubre de 2009, durante la campaña para las elecciones presidenciales, tuvo lugar un evento singular e inesperado. Isaac Ávalos, secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB1 y segundo candidato a senador por Santa Cruz del Movimiento al Socialismo, MAS, anunciaba, en su casa de campaña, que había establecido una alianza con ex miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, UJC y con líderes de facciones de las barras bravas de los dos equipos de fútbol más grandes de Santa Cruz: Oriente Petrolero y Blooming. Tal alianza era sorprendente porque la UJC había sido, justamente, una de las organizaciones protagonistas de actos en contra del gobierno. La UJC es considerada una de las responsables de la toma de instituciones de septiembre de 2008, de agresiones a funcionarios de gobierno y policías en Santa Cruz. En suma, la UJC formó parte de la oposición más reacia al presidente Morales y se daba por descontado que sus miembros estaban en la misma línea política. Las informes noticiosos de ese 20 de octubre informaron permanentemente sobre la conferencia de prensa donde se anunció la alianza, sobre las reacciones del prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas y de las Damas Cívicas de Santa Cruz quienes coincidían en calificar de vergonzosa para Santa Cruz la actitud de los nuevos aliados del MAS y afirmaban que “ahora los maleantes están entre ellos”. Los periódicos del 21 de octubre publicaron la noticia en primera plana: era, sin lugar a dudas, la noticia del momento.

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Para esta y siguientes siglas, consultar el siglario.

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Para las organizaciones —especialmente las de jóvenes del MAS en Santa Cruz—, la noticia fue como un balde de agua fría, ya que generalmente éstas surgieron con el fin de contener las acciones de la UJC. De pronto, las organizaciones juveniles del MAS tenían que convivir con quienes por largo tiempo habían combatido, no sólo ideológicamente, sino muchas veces físicamente y de quienes, eventualmente, habían escapado para salvaguardar su integridad física. Este evento se sumaba al agitado ritmo que las campañas proselitistas imponen. De cualquier manera, la inclusión de ex miembros de la UJC generó una serie de evaluaciones, colectivas e individuales, sobre el lugar de las organizaciones juveniles en el MAS. Estas evaluaciones permitieron identificar distintos elementos relacionados a tales organizaciones juveniles los que permitieron comprender las diferentes maneras mediante las cuales forman parte la estructura del MAS. Esas posiciones permitieron también captar la dinámica interna de estas organizaciones. Propongo analizar, entonces, los alcances y límites de las organizaciones juveniles del MAS en Santa Cruz, su relación con el MAS y sus potencialidades de acción política. Para ello es necesario, primero, describir la compleja estructura del MAS y los espacios abiertos para la participación de los jóvenes. Esto permitirá observar las estrategias que las organizaciones emplean para posicionarse en el escenario político. Este análisis permitirá, asimismo, mostrar cómo la condición de “joven” es a la par un instrumento para buscar protagonismo, pero que, al mismo tiempo, crea una dependencia de las estructuras consideradas de “adultos”; las que, en el actual estado de cosas, favorecen el pragmatismo sobre lo programático. En el análisis que sigue empleo la teoría de Pierre Bourdieu, especialmente sus conceptos sobre el campo político. Los datos que utilizo provienen de una investigación realizada en Santa Cruz entre septiembre y octubre de 2009 en la que participé como parte del equipo de investigación del Observatorio del Racismo. La investigación incluyó la observación de talleres, reuniones, actos proselitistas y conferencias de prensa de las organizaciones juveniles del MAS. En el mismo lapso de tiempo administramos entrevistas a diferentes actores de las juventudes, tanto del MAS como de otras organizaciones.

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2. El MAS y las organizaciones juveniles masistas en Santa Cruz. De acuerdo a la teoría de Bourdieu, un campo es un microcosmos dentro del mundo social. Este microcosmos acusa propiedades particulares, mismas que le otorgan autonomía relativa respecto de otros campos. Así, Bourdieu se refiere a campos tan diversos como el económico, el científico, el literario, etc. y el campo político. La autonomía de estos campos se manifiesta en la medida que cada uno posee su propio principio de funcionamiento el que provee criterios de evaluación que le son propios y que no valdrán igualmente en otros campos. En el campo político, en su estado actual, el principio que rige es la conducción del Estado, la posibilidad de dirigirlo o influir efectivamente en él. Al mismo tiempo, un campo es, a la vez, un campo de fuerzas y un campo de luchas por transformar la correlación de fuerzas. Así, por la desigual distribución de fuerzas en el campo político se pueden identificar dominados y dominadores y una lucha por preservar esas condiciones, o por transformarlas. Esas luchas se dan, en última instancia, en torno a la definición misma del principio que regula el campo. De esa manera, el objetivo en el campo político es definir los principios de visión y división del campo que regula y habilita a los actores que se hacen participes; de ahí la imagen que se tendrá de la sociedad será distinta si se aplica un principio de visión de antagonismo de clases o de neoliberalismo. La particular importancia del campo político radica en que — en tanto espacio en torno a la conducción del Estado— es una forma de metacapital, puesto que puede influir (pero no determinar) sobre los principios de otros campos. Por otro lado, la autonomía del campo político es limitada. Mientras existen campos con alta autonomía, como el de la física, por ejemplo, en la que la participación es excluyente en la medida que la entrada al mismo exige conocimientos precisos y a los cuales se accede con mucho trabajo, el campo político no puede cerrarse completamente al público. En este ámbito, las diferencias entre Bolivia y Francia, desde donde habla Bourdieu, son ilustrativas. Ingresar al campo político en Francia demanda implícitamente una formación académica específica que restringe la participación en las altas esferas del grueso de la población, la que sin embargo es llamada a expresarse en la votación o participar en partidos políticos pero en condiciones más excluyentes. El campo político en Bolivia es menos autónomo en la medida que su apertura a actores de diversos orígenes es amplia. Ello no significa que carezca de autonomía, ésta se expresa en otro tipo de requisitos y criterios, que a su vez son

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los que definen la correlación de fuerzas en el campo y los medios de la lucha. Se supone que en democracia el campo político debe ampliar su espectro. La correlación de fuerzas depende de lo que Bourdieu llama capital político que es “una especie de capital simbólico ligado a la manera de ser percibido” (2001: 20). Su carácter simbólico implica que depende de una estructura particular de los capitales económicos, sociales y culturales. Esta manera de ser un bien percibido de manera amplia y de poseer notoriedad positiva es lo que perfila igual posibilidad de enunciar ideasfuerza, ideas que sean reconocidas como principios de visión deseables en el campo político y que funcionan como fuerza de movilización; en suma, ideas que convocan a la movilización y a la acción, sea en el voto, manifestaciones, pronunciamientos o protestas. Desde 2005, el campo político en Bolivia tiene al MAS como uno de los agentes fundamentales, el que ha pasado en menos de 10 años del ostracismo, producto de su vinculación a la defensa de la hoja de coca, a ser la primera fuerza política, lo que se evidencia en los caudales de votación que sucesivamente ha recibido. Esto le permite desarrollar los principios de visión y división que enarboló: protagonismo de los pueblos indígenas, defensa de los recursos naturales y desmantelamiento del sistema neoliberal. Entre sus opositores primero estuvo Poder Democrático Social, PODEMOS, en el periodo entre 2006 y 2008 y luego, en 2009, Plan Progreso–Convergencia, PP–C. Ambos partidos centraban sus propuestas en la institucionalidad, el estado de derecho y la “oposición” al MAS. Esta oposición al MAS es lo que debilita las fuerzas políticas antagonistas ya que, en términos de Bourdieu, la oposición sólo niega el principio de visión y división del MAS, pero no es capaz de generar otro principio que se reconozca como válido, y que reciba un apoyo de magnitud similar al de su contendiente2. La importancia de otros partidos es casi nula y su acumulación de capitales sociales no es tan significativa como para cambiar la relación de fuerzas. Tal es el caso, por ejemplo, del partido Pueblos por la Soberanía, Pulso, el que a pesar de la tradicional notoriedad de algunos de sus candidatos, como Felipe Quispe, no concentraron una votación importante.

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PP-C ha logrado más votación en 2009 de la que logró Podemos en 2005, superando el 25% del total y ganando en algunos departamentos. Sin embargo, esa votación no alcanza para hacer frente a las votaciones alcanzadas por el MAS y la consecutiva representación en el parlamento. Datos provenientes de www.cne.gov.bo

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Dentro del MAS — a modo de ejemplo, en la medida de que es actor en el campo político— se reproducen las reglas de dicho campo. Así los cocaleros del Chapare tienen una importancia central en el MAS, lo que se hace visible por los lugares que sus representantes llegan a ocupar. Celima Torrico, cocalera, fue parte del gabinete del primer gobierno de Morales; Silvia Lazarte, cocalera en el pasado y ahora residente en Vallegrande, fue presidenta de la Asamblea Constituyente. Leonilda Zurita es un caso ilustrativo en la organización, ya que durante el primer periodo de Evo Morales fue senadora, para luego dejar el cargo y pasar a ser la máxima dirigente de las mujeres campesinas de Bolivia; pasando así de los movimientos sociales al gobierno y de éste a los movimientos sociales con bastante fluidez. Lo que se quiere ilustrar es cómo el gobierno del MAS permite un tránsito sencillo de un escenario a otro, a actores que tienen preponderancia en movimientos sociales fundamentales en su estructura. Ahora bien, entender el lugar que ocupan estas organizaciones en la estructura del MAS es tarea compleja, en la medida que el MAS no se maneja con esquemas tradicionales de organización partidaria. Álvaro García Linera, actual vicepresidente de Bolivia, indica que: “El MAS puede ser leído como una confederación negociada y tensa de organizaciones sociales (…) funciona en cuanto logra llegar a la parte organizada de la sociedad, pero no llega a la gente no organizada bajo sindicato o gremio” (García Linera, 2009: 53-54). Es por esta noción de “confederación negociada” que el MAS asume la idea de ser un “instrumento político”, ello queda claramente establecido en el nombre con el que el mas se inscribe en la Corte Nacional Electoral como MASIPSP (Movimiento Al Socialismo, Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos). Su propósito es, entonces, construir una organización política que emerja de los movimientos sociales y se construya siempre al lado de ellos. El agotamiento del modelo neoliberal significó también el hundimiento de los partidos tradicionales, ya que la población los identificó como responsables de la crisis del país, en la medida que fueron los conductores y actores visibles del modelo mencionado. Al mismo tiempo se produjo una desilusión cultural, un cuestionamiento a los valores que regentaban la sociedad (cf. Mansilla, 2006 y Lazarte, 2001). Simultáneamente, los actores que luchaban contra ese modelo son los movimientos sociales que luego protagonizarán diferentes conflictos que arrinconan a los gobiernos entre los años 2000 y 2005. Los más importantes fueron: la Guerra del

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Agua, los bloqueos de caminos en el altiplano, la Guerra del Gas3 y otros. El MAS procuró reconvertir esas organizaciones movilizadas en movimiento político. Las instancias de decisión del MAS tienen directa relación con la forma en que los movimientos sociales se articulan. Es por esta articulación con los movimientos sociales que los dirigentes del MAS insisten en afirmar que se busca una estructura en la que la toma de decisiones sea horizontal (Harnecker y Fuentes, 2008: 104). Para Ivan Iporre4, otro dirigente masista, una estructura que se adecúe a las necesidades que vayan emergiendo: Nos preguntaron ¿qué es el MAS? ¿Cómo funciona? Y respondí: es dinámico, no tiene una estructura definida y se organiza como debe organizarse de acuerdo a cada necesidad que surge (…) Si quieres ver un partido con una lógica occidental, con dirigentes estables, cuadros de militantes, burocracia, no encontraras nada (Leal Caruso y Caruso, 2008: 122) Los sindicatos, comunidades y movimientos sociales que funcionan bien sustituyen a las secciones del partido, los que no implica que las organizaciones pierdan su carácter original. Sin embargo, eso no impide la existencia de instancias de decisión cupular, tal como expresó Antonio Peredo5: Hay una estructura, determinada por los estatutos,, que reconoce a las organizaciones originales del MAS: a los cocaleros del Chapare y de los Yungas; a los colonizadores6(…); a la Federación de Mujeres Campesinas y a otras organizaciones que se han ido incorporando como los maestros rurales, los vendedores del mercados, los gremiales. El presidente del MAS, Evo Morales, es representante del Chapare; el vicepresidente [del MAS] es un representante de los colonizadores, la secretaria de relaciones internacionales es representante de las Mujeres Campesinas (Ibíd.: 136) 3

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Ver Guerra del Agua, Bloqueos de Caminos y Guerra del Gas en el Índice común de definiciones. Además es importante indicar que los bloqueos de caminos han sido un medio de presión contra diferentes gobiernos. Su uso fue recurrente desde el año 2000 en las movilizaciones organizadas por la CSUTCB bajo el liderazgo de Felipe Quispe Asesor de Evo Morales y director del Servicio Nacional de Administración de Personal (SNAP, hoy Escuela de Gestión Pública Plurinacional) durante la primera gestión de Morales. Candidato a vicepresidente del MAS en 2002, candidato a senador en 2005 y luego, electo, jefe de la bancada de su partido en el senado nacional. Los cocaleros son campesinos que cultivan la hoja de coca, quienes se organizaron en contra de la erradicación de la coca. Los colonizadores son campesinos que se asientan en zonas rurales poco ocupadas, especialmente en los llanos del oriente

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En principio se advierte la presencia de cuatro movimientos sociales en el MAS a los que luego se van sumando otros. No es casual la centralidad de los cocaleros en el MAS. Desde el año 2000 los cocaleros de Yungas y Chapare buscaron articularse con las demandas de otros movimientos, aunque tales demandas no los afecten directamente, como sucedió durante la Guerra del Agua (cfr. Nota 2). De ahí que el dirigente cocalero, Evo Morales, haya podido proyectarse como líder a nivel nacional, puesto que no estaba involucrado solamente en asuntos de cocaleros, sino también en asuntos nacionales. El funcionamiento del MAS no está exento de contradicciones. La conformación de esa “confederación negociada” no es exclusivamente producto de una adhesión a principios determinados. Parte de la negociación entre las diferentes organizaciones que apoyan al MAS es la inclusión de las demandas de los diferentes sectores sociales en los planes de acción del MAS, en tanto organización política. Otra estrategia del MAS es promover el acceso de los representantes a los aparatos estatales. Eso tiene dos consecuencias. Primero, recrea una suerte de clientelismo al interior del MAS. Segundo, las dimensiones corporativas del MAS inciden sobre la densidad política que, por momentos, es incapaz de producir horizontes políticos nacionales (Do Alto, 2007). Expresión de otra contradicción es lo que sucedió después de la elección de Morales como presidente en 2006, cuando conformó su primer gabinete. La representación de los movimientos sociales en este gabinete fue reducida en comparación a los cargos que ocuparon profesionales “de traje y corbata”, provenientes, en muchos casos, de organismos no gubernamentales, ONG, proclives al MAS y que son considerados de “clase media”. Desde luego es comprensible el argumento que circula entre miembros del MAS de que se buscó a la gente más apta para el cargo y que, al mismo tiempo, esté comprometida con el proceso de cambio7. De cualquier manera, la presencia de gente que no proviene de movimientos sociales en una estructura donde estos son, supuestamente primordiales, introduce una línea de jerarquización entre altas autoridades, como los ministros, y los dirigentes sociales. Representantes de ONG e intelectuales concentran decisiones en el Estado sin estar vinculados orgánicamente con los movimientos sociales, aun cuando simpaticen con ellos. Aun así en el MAS persiste la preocupación de que los profesionales, los parlamentarios y aquellos los provenientes de ONG se conviertan en los

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Ver Proceso de cambio en el Índice común de definiciones.

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centros de referencia y reconocimiento de la acción de gobierno, y no así los dirigentes de las organizaciones a quienes está destinado mantenerse como figuras políticas. Parte de la importancia que adquieren los profesionales e intelectuales, desde el año 2002, cuando el MAS empieza a gravitar en el parlamento, radica —como señala Do Alto (Op.cit.)— en que la “tasa de cambio” al salto de la arena sindical y de movimientos sociales al parlamento ha sido más alta para los dirigentes de los movimientos y no tanto para los militantes de la vieja izquierda. Los militantes de izquierda estaban más familiarizados con los procedimientos parlamentarios en los que se enmarca su labor, mientras que los dirigentes de movimientos sociales desconocían tales procedimientos. A criterio de Do Alto, ello provoca una oligarquización del MAS, ya que crea un grupo privilegiado entre los parlamentarios y los asesores del Ejecutivo. Con todo, profesionales y dirigentes, todos están inevitablemente sujetos a la dirigencia de Evo Morales (Op.cit: 81- 82) Lo anterior no implica, per se, una debilidad del MAS, sino un elemento que hay que considerar en su forma de organización. Esta organización confía toda su fuerza a los movimientos sociales, pero cede posiciones estratégicas a personas que no son de los movimientos sociales, aunque hayan trabajado con ellos mucho tiempo, como el caso de miembros del Centro de Estudios Jurídicos y Sociales, CEJIS. Es en ese marco en el que actúan las organizaciones juveniles del MAS en Santa Cruz. La nominación de “organizaciones juveniles”8 proviene de los actores involucrados. Mientras Luís Espinal es el nombre que recibe la organización de manera cotidiana, cuando se pregunta por su nombre completo, sus integrantes refieren a la Organización Juvenil Luís Espinal u Organización Juvenil Marcelo Quiroga Santa Cruz, para el caso de esta organización. Las organizaciones que no llevan por delante la frase “organización juvenil” (Columna Sur, Unión Juvenil Popular, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez) están, sin embargo, incluidas entre las “organizaciones juveniles”, tanto cuando se las convoca a reuniones o se las menciona en discursos. Las organizaciones se agrupan bajo la Directiva de Juventudes del MAS en Santa Cruz, donde compiten en un

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Dentro de las Juventudes del MAS se encuentran las siguientes organizaciones: Organización Juvenil Luis Espinal, Organización Juvenil Marcelo Quiroga Santa Cruz, Columna Sur, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, Fundación Ernesto Che Guevara, Organización Juvenil Cañoto, Organización Juvenil Julián Apaza y Unión Juvenil Popular.

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sentido de mayor y más efectiva militancia. Es de notar que la mayoría de las organizaciones juveniles recupera nombres de personalidades de diferentes momentos de lucha social en Bolivia. Las actividades que declaran tener las organizaciones juveniles son variadas: Desde la preocupación por la formación, hasta las acciones proselitistas, pasando por las kermeses, concursos de danzas, campeonatos de fútbol de salón, etc. Estas últimas actividades las realizan, según declaran, cuando la actividad política se los permite. Durante el periodo de observación, todas las organizaciones estaban abocadas a la campaña electoral y a la formación de sus miembros (Ver Muruchi y Calla, en este volumen). Si se tiene en cuenta la composición básica del MAS —movimientos y organizaciones sociales— se comprende que los miembros de éstas organizaciones juveniles repliquen la lógica de organización del MAS. Así, en las primeras entrevistas con miembros de las diferentes organizaciones juveniles se pudieron identificar dos posturas al respecto, —las que sin embargo corren paralelas dentro de cada organización. Una es la de entender a la suya como una organización autónoma que coincide con el MAS en posición y proyecto y de ahí surge la posibilidad de realizar un trabajo integrado. La otra postura sostiene que existe una inquietud por el proceso de cambio, por apoyarlo y la forma de hacerse parte del MAS es mediante la conformación de una organización. La importancia de la organización está presente en ambos casos. Esto matiza lo que García Linera señalaba sobre la limitada llegada del MAS a la sociedad no organizada. Los jóvenes del MAS en Santa Cruz no participan de la organización política sino en tanto miembros de una de las organizaciones juveniles. Aunque hacerse parte de una organización juvenil no demanda grandes requisitos, esto marca una suerte de doble filiación. Primero a la organización juvenil, y en virtud de ella, al MAS. La forma en que los miembros de base entienden la conformación de las organizaciones juveniles, difiere de la forma en que los dirigentes de juventudes entienden la articulación entre las organizaciones. Al momento de la observación, para quien era el dirigente de la estructura urbana de jóvenes, las organizaciones están incorporadas en la estructura del MAS y deben atenerse a esa estructura y las determinaciones de su dirigencia. Según este dirigente, las organizaciones juveniles tienen un carácter distrital, es decir, están en correspondencia con la división territorial del municipio. Es, supuestamente, en cada distrito (“su” distrito) en el que deben trabajar, organizarse y coadyuvar a la estructura del MAS en Santa Cruz. Esta concepción se asemeja más a la idea clásica de partido organizado funcional y territorialmente y que va agregándose desde pequeñas unidades, hasta lograr la organización conglomerada de amplios territorios.

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Estos datos permiten percibir dos tensiones encarnadas en las organizaciones de jóvenes. Por un lado, desde la perspectiva del dirigente de juventudes, es más importante una organización territorial (por distritos y circunscripciones) que una organización con base en sectores sociales (gremiales, jóvenes, colonizadores o chiquitanos) que, en los hechos es lo que funciona para el MAS. En vez de considerar como una impostura la posición del dirigente, lo que expresa es, nuevamente, la limitación del MAS por llegar a los sectores no organizados, aunque, para tratar de paliar este problema, los dirigentes de juventudes traten de crear y proyectar una forma de organización típica de partido político, las organizaciones juveniles siguen reproduciendo la lógica particular del MAS. Por otro lado hay que considerar las perspectivas desde las que se dimensionan las organizaciones juveniles en relación con la estructura de los jóvenes del MAS en Santa Cruz. En primer lugar la estructura de jóvenes existe a partir de la conjunción de las organizaciones juveniles. Los mismos cargos directivos de los jóvenes son ocupados por personas que son parte de organizaciones sociales. Mientras cada organización juvenil tiene su propia directiva, sus propios encargados y su propia dinámica, los dirigentes de juventudes tratan de hacer de esa diversidad un cuerpo coordinado. Pero, tal como funciona el MAS a nivel nacional, las organizaciones juveniles existen en esa tensión entre su autonomía y sus propios márgenes y horizontes de acción y la vertebración de todas ellas una estructura que no las subsume pero que las articula y les da un lugar más visible en el MAS. Como se observa, el escenario en el que se mueven las organizaciones juveniles no es sencillo. En sí mismas su capital político es reducido y su capacidad de movilización es modesta. El reconocimiento que reciben, entendido en un marco más amplio, está en un segundo plano. En las listas de candidatos para las elecciones generales de 2009, el candidato de los jóvenes ocupaba la tercera suplencia de los plurinominales9, un puesto rezagado respecto de la importancia que se dieron a otros sectores. Así, la primera candidata a diputada plurinominal del MAS en Santa Cruz fue Betty Tejada, de la organización Santa Cruz Somos Todos, que reúne a gente de la clase media e intelectuales, muchos de ellos alineados en el 9

La cámara de diputados incluye dos tipos de diputados: a) Los plurinominales, que conforman una plancha y son elegidos simultáneamente junto a los candidatos a la presidencia y en conjunto con los candidatos a las senadurías en circunscripción departamental. b) los uninominales, que son elegidos en franja separada de acuerdo a circunscripciones locales dentro de cada departamento.

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pasado a otras organizaciones políticas. Afianzar la alianza con las clases urbanas profesionales fue, no solo en Santa Cruz, uno de los derroteros de la campaña del MAS en 2009. El campo político que funciona con la influencia del MAS en el contexto cruceño, privilegia las candidaturas de los representantes indígenas y campesinos (Isaac Ávalos fue candidato a segundo senador del departamento). En segundo lugar se ubica el interés del MAS en la clase media —como el caso de la candidatura a senadora de Gabriela Montaño— y la consolidación de esa alianza —el caso ya mencionado de Betty Tejada. El caso de las candidaturas a diputados uninominales no varía significativamente, pero está influenciado por el hecho de que las circunscripciones urbanas en Santa Cruz, salvo la 53, son todavía dominadas por la oposición. Las candidaturas de jóvenes, en este caso son secundarias. Los jóvenes declaran que no son el futuro, sino el presente, aunque su accionar sigue siendo entendido como la preparación para un relevo de dirigentes en el futuro. Entonces, se ratifica que su papel en el campo político es secundario. Su principal idea-fuerza para obtener reconocimiento en el campo político, es el hecho de ser jóvenes, asociado a una noción de “renovación”, lo que, al mismo tiempo parece ser un obstáculo para ellos. Mientras se puede definir con alguna claridad en qué consiste ser minero, gremial o transportista, entre las categorías ocupacionales o, en otro ámbito, indígena de alguna de las regiones del país, entre las categorías identitarias, hay una visión estereotipada en torno a la noción de joven y se emplean las más diversas y espontáneas representaciones del ser joven. Esto no se da sólo en entornos del MAS, sino que se reproduce, incluso, en algunos medios académicos en los que tampoco se explicita cómo o qué se está entendiendo lo “joven” (ICOBA, 2008), o se lo asocia a características sociales inadecuadas, como la condición de estudiante. Menos aún se percibe la forma normalizadora que “joven” como concepto adquiere. (Ver Torrico, en este volumen). Para los actores involucrados actuar en tanto jóvenes acarrea una ambigüedad: Antes, digamos, no nos tomaban en cuenta a los jóvenes (…) pero a nosotros los mayores nos usan para panfletear (…) Así que, digamos, mayormente por eso (participamos), para que nos sepan escuchar todas las propuesta que tenemos nosotros los jóvenes (Activista de la organización Marcelo Quiroga Santa Cruz)

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Como jóvenes a veces nos tiene apartaditos, “bueno ya”, de apoyo solamente y eso es lo que no queremos, queremos formar parte de una estructura orgánica. (Activista de la organización Luís Espinal) Aun cuando declaran molestia respecto de ser designados a las tareas arduas de la campaña, ciertas circunstancias hacen que esas tareas sean recibidas con cierta emoción. El 28 de octubre de 2009, por ejemplo, se convocó a las organizaciones de jóvenes a una reunión con una de las coordinadoras de la campaña electoral en Santa Cruz. Ahí se encomendó a las organizaciones juveniles seleccionen miembros para formar parte de la seguridad del presidente Morales, quien supuestamente había decidido prescindir de su seguridad oficial en tiempo de campaña. La noticia se recibió con buen gusto y se discutió solemnemente sobre los detalles y las mejores formas de llevar la tarea a buen puerto. Se entendió como un honor poder proveer ese servicio. También se percibe cierto honor militante en realizar el trabajo menudo del día a día dentro del movimiento. La militancia es, por limitaciones concretas, una acción de mucho trabajo que involucra a varias personas, de las cuales sólo algunas pocas figuran públicamente. Esto no es ajeno a los miembros de las organizaciones juveniles. Lo que les parece inadecuado es que ese trabajo no se traduzca en el derecho de ingresar a espacios de decisión y de participación, a veces ni siquiera de autonomía de la propia organización. Mientras se quejan/denuncian la falta de espacios propios, son los mismos jóvenes los que ponen su rol en un segundo orden de importancia: [Ser joven] es una etapa de la vida que nos enseña a madurar que nos enseña a ser más responsable. Y hay que saber, hay que saber este aprender de la vida para ser una buena persona. Para mi es eso, o sea es una parte de la vida que hay que conocer de de que se trata (Activista de la organización Columna Sur). Durante el trabajo de campo, escuchamos de manera recurrente que los jóvenes tienen que formarse, conocer su país, los problemas sociales, la historia, para poder participar en igualdad de condiciones; pero fundamentalmente para poder aportar al debate. La experiencia personal se revela como insuficiente en el caso de los jóvenes. La idea de la formación, entre los miembros de las organizaciones, dilata el tiempo que tardarán en tomar el relevo de los dirigentes adultos, haciendo de nuevo a los jóvenes actores centrales del futuro (cfr. Núñez, en este volumen).

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Al nivel de los actores jóvenes, lo anterior puede funcionar para aplacar las inquietudes e impotencias del momento. A nivel de los dirigentes del MAS la cuestión de la formación es un problema central. Antonio Peredo (Harnecker y Fuentes, 2008: 204) se muestra preocupado por la falta de cuadros en el MAS, entre los que fueron electos para la Asamblea Constituyente. Agrega que tampoco se dispone de todas las personas que se necesitan para el aparato público. La noción de falta de formación —tanto política como administrativa—, corre transversalmente por los movimientos sociales. “No [se] puede ocultar la escasez de cuadros en el nuevo gobierno, producto de la forma organizativa sui generis de la nueva izquierda boliviana” (Stefanoni y Do Alto, 2006: 90) Y es que las experiencias sindicales/políticas y el valioso conocimiento práctico de los problemas concretos de cada sector no bastan para mover el aparato estatal, por lo menos en su forma actual. Los miembros de las organizaciones de jóvenes, en gran medida, están desprovistos de los capitales culturales, políticos y sociales que les permitirían gravitar en el campo. No disponen ni de conocimiento técnico (muchos son estudiantes universitarios), ni de la experiencia sindical/política (que empiezan a adquirir y que puede ser convertido en capital político) y no se les reconoce la capacidad de intuición política que se le reconoce al presidente (capacidad extraordinaria demostrada en la lucha cocalera que justamente lo convierte en el líder que es). Entonces no es sólo la formación lo que separa a los jóvenes de los adultos. Todo lo contrario, hay una serie de asimetrías en la posesión de capitales políticos que demarca una frontera entre quienes ya los tienen y quienes aspiran y vislumbran tenerlos o incrementarlos. En ese sentido, lo “juvenil” parece una forma de enfrentar un escenario de asimetrías que se generan por la desigual distribución de capitales. En vez de reflexionar sobre esa desigualdad tal como es, la condición de “joven” permite realizar una acción política, que enriquece la formación y la experiencia con la promesa de ir ganando paulatinos espacios y adquiriendo la experiencia necesaria. Eso da paso a una paradoja, ya que en la medida en que se asciende en el campo, en la medida en que se gana notoriedad y experiencia, se abandonaría el ámbito de lo juvenil. Eso está relacionado al hecho de que socialmente se asume que la juventud es una etapa transitoria. El denominativo “juvenil” o “joven” que congrega y cohesiona a los miembros de las organizaciones, independientemente de cómo los cohesiona el MAS, se iría diluyendo para algunos, a la vez que se renovará para aquellos que recién se integran a la militancia y empiezan desde abajo en el campo. Es claro que de esa cohesión, basada

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en la evanescencia, no se puede esperar una demanda compacta que renueve o asiente tal cohesión. Parece entonces que lo que se entiende por “juvenil” en este contexto no expresa una diferencia previa e inherente entre adultos y jóvenes, sino una diferencia que se construye para dar sentido a los lugares de desventaja que ocupan algunos actores, iniciados o de incursión reciente en el campo. El resultado es un escenario donde se constituyen actores jóvenes y actores adultos, como efecto de la distribución desigual de capitales10. En el ámbito estudiado, “juventud” remite, de manera expresa, a los iniciados que se integran, y, en tanto iniciados, se hace patente la sujeción a una organización con sus propios principios de jerarquización, que los miembros de las organizaciones juveniles aceptan como valederos. Se acepta tal jerarquización en la medida que las organizaciones juveniles no disponen, como conjunto, de herramientas suficientemente autónomas para negociar un lugar más preponderante en la estructura. Así, la falta de peso político es escondida bajo la denominación de “juvenil”. Margulis y Urresti (cit. en Alarcón, 2006) señalan la “moratoria social” como uno de los aspectos que crea múltiples juventudes. Entienden la moratoria social como un periodo de tiempo que puede destinarse al estudio y al ocio. Lo primordial de esta moratoria social radica en que está distribuida desigualmente entre clases. En el campo político, la moratoria social de algunos actores es un tiempo que potencialmente

10 En enero de 2010, en preparación de las elecciones de gobernadores departamentales y alcaldes municipales, el MAS optó por presentar a Jessica Jordán para la candidatura a la gobernación del departamento del Beni. A tiempo de presentarla, el presidente Morales, destacó que la candidata era una mujer joven. Jordán en sus palabras enlazo la idea de juventud con la de cambio. Jordán, de acuerdo a declaraciones oficiales, tiene 26 años, edad similar a la de los miembros de las organizaciones del estudio. Estos últimos, sin embargo, están lejos de conseguir una candidatura a la gobernación. Jordán fue Miss Bolivia en 2006 y desde entonces se desenvuelve en el campo del modelaje, lo que, según los medios de comunicación, le ha reportado ganancias fabulosas. No es militante del MAS, no es dirigente social, no es conocida por sus aportes intelectuales. Lo que la hace diferente del resto de los miembros de las organizaciones es el reconocimiento social que posee. El reconocimiento que tiene, compensa su carencia de otros atributos valiosos dentro del MAS. Jordán es tomada en cuenta porque tiene algo que los miembros de las organizaciones de jóvenes carecen: notoriedad. Pero al mismo tiempo, Jordán en relación al presidente Morales, al senador Isaac Avalos o a sus contendientes por la gobernación del Beni, Walter Guiteras o Ernesto Suarez, tiene menos experiencia política y en la dirigencia. Lo fundamental de este ejemplo es que obliga a tomar en cuenta ese “en relación a”. Jordán es “joven” en relación a las características de los actores mejor situados en el campo político, pero ya es “adulta” en relación a otras modelos y otros actores del campo político.

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podría destinarse a la adquisición de aquello que demanda el campo político (conocimientos técnicos o prácticos, notoriedad, relaciones con otros actores del campo) a fin de situarse mejor en el futuro. Entonces se produce una clasificación en la que los que todavía no forman parte plenamente del campo, potencialmente podrían hacerlo. La clasificación, en este ámbito, está limitada a las apreciaciones individuales de los diferentes actores sobre la moratoria posible de otro actor, aunque ello no tenga relación con criterios objetivos sobre esa moratoria. En nuestro contexto, cuando se relacionan los conceptos de política y de joven, se pierde de vista el hecho de la relación respecto de lo cual se es joven; se así produce un sustantivo que pretende englobar lo joven en sí mismo, siendo que aquello no existe como universal. El problema surge por el entendido de que la noción de “joven” es una descripción concreta y abreviada de algo que existe en la realidad, pretendiendo que su definición sea de orden denotativo. Pero, además, las características resumidas en lo joven (fortaleza, creatividad, inmadurez, rebeldía, y otras que hacen a la concepción espontánea de”joven”) preexistirían combinadas y sintetizadas en la noción de “joven”. De esa manera se “sustantiviza”, se le otorga un contenido preexistente y determinado a la noción de joven. La noción de “joven” en la dinámica de las organizaciones juveniles es más comprensible en un orden connotativo, es decir, no el de la descripción abreviada, sino de la combinación de referencias oblicuas amontonadas, es decir, que convergen sin coordinarse. No existe “el joven” independiente de los contextos y de las características estructurales que ese contexto evoca. Así, joven, en el contexto de la vida política de las organizaciones observadas, connota criterios sobre capital político disponible y potencial de acuerdo a las tareas del momento. Un actor con poco capital disponible pero con miras de potenciarlo es joven. Alguien con poco capital disponible y con pocas miras de acrecentarlo sería el actor rezagado11. 11 Tanto más rezagado en la medida que no disponga de capitales que le permitan pasar de un campo a otro. Hay conocidos ejemplos de empresarios que pasan a la arena política empleando tanto el reconocimiento que tienen como empresarios y sus vínculos sociales, así como el capital económico que poseen. Sin embargo, el paso de un campo a otro depende de la autonomía y la capacidad de refracción de cada campo, es decir, su autonomía respecto de la influencia de otros campos. El caso más acentuado de cómo el tránsito de un campo a otro no es mecánico lo encarnó el fallecido líder de Unión Cívica Solidaridad, UCS, Max Fernández, exitoso empresario que al pasar al campo político tuvo éxitos modestos, no pudiendo “reconvertir” su notoriedad empresarial en notoriedad política. Fernández no

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Se piensa sobre los jóvenes como un estado identificable con sus propias características y sus propias problemáticas. No se reconoce que esas características son efectos de la organización de la sociedad; tales como los tiempos convencionales sobre la extensión de la formación educativa, de ingreso al mercado de trabajo y de conformación familiar. Las diversas formas en las que se organizan diferentes contextos sociales estratifican a los actores también de diferentes maneras, creando muchos tipos de lo que se podría denominar “joven”. En la medida que “joven” remite a relaciones y no a una sustancia, es difícil fundar una acción política que vaya más allá del propósito de formación y fogueo en sí mismo. Pero es, en todo caso, una formación que no les está garantizada a muchos otros actores que no son jóvenes y que deberán adquirirla para participar, en este caso, en el campo político. Es posible pensar en la construcción de una potencia política, sea por un acto de voluntad y/o de decisión política que constituya a los jóvenes. Tal el caso, por ejemplo del P-MAS paraguayo, en el que sin embargo su demanda no era una demanda “joven” sino dirigida a transformar las relaciones no de jóvenes sino de la sociedad paraguaya en general (Harnecker y Fuentes 2008b). Esa performatividad difícilmente puede ser lograda si hay una sujeción política patente como en el caso de las organizaciones juveniles en Santa Cruz, donde la idea sustancialista de joven perdura a ambos lados de la relación. Esto hace imposible visualizar las asimetrías de fuerza entre lo joven y los otros actores.

3. Consecuencias de conversiones pragmáticas La incorporación de ex miembros de la Unión Juvenil Cruceñista al MAS, referida en la Introducción de este artículo, provocó una serie de reacciones en todo el país, en general y en los miembros de las organizaciones juveniles en Santa Cruz, en particular A pocos días de este hecho, eran varias las voces dentro del MAS que cuestionaban la decisión. En La Paz, la candidata “estrella” a senadora y ex Defensora del Pueblo, Ana María Romero de Campero, declaraba que: “un proceso que se respete debe estar fundamentado en valores éticos, la paz pudo ubicarse mejor en el campo político por falta del dominio tácito de las reglas del campo político. Su partido no manejaba un posición política que variara del resto de los partidos y por lo mismo se prestaba a ser aliado de cualquier partido que se lo ofreciera. Sus modestos éxitos obedecieron al carácter asistencialista de Fernández y del partido. Por lo tanto hay que advertir una “tasa de cambio” presente al cambiar de campo.

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es un valor ético, la violencia un antivalor; me preocupa la incorporación sin el requisito elemental e indispensable del arrepentimiento” (La Razón 4/11/09) La cuestión de la ética que se pone de manifiesto en estas declaraciones es la observación fundamental que circulo a raíz de la inclusión de los mencionados lideres cruceños. La misma oposición hizo declaraciones en sentido de que entre los unionistas figurarían personas de antecedentes cuestionables. En ese sentido, las preguntas que plantea la redacción del semanario Pulso (25 al 31 de octubre 2009) en Santa Cruz son pertinentes: “¿Por qué los lideres cruceños no tomaron antes una distancia tan clara como las que marcan ahora con estas personas, habida cuenta de sus fechorías? ¿Eran aceptables cuando simpatizaban con las causas regionales y hoy que cambiaron de bando dejaron de serlo?”. En un nivel básico se puede responder que se toleraba lo que hacía antes la UJC porque era funcional a la causa autonomista12 y a la oposición. Hoy hay que aceptar que algunos dirigentes en el MAS encontraron la función a la “conversión” de Ángelo Céspedes, Víctor Hugo Rojas, Ángel “Chichi” Pérez” e Israel Medina, como dirigentes visibles y ex miembros de la Unión, para renombrarlos “Jóvenes por el Cambio”. En el mismo semanario se identifica que el paso de los ex unionistas rompe un tabú en Santa Cruz, el tabú de que figuras públicas pueden dar su apoyo al MAS sin ser víctimas de ostracismo social y, añadiendo a Pulso, de reyertas por parte del brazo armado del Comité Pro Santa Cruz13, que era precisamente la UJC. ¿Por qué tanto alboroto alrededor de los ex miembros de la UJC? Para responder cabe caracterizar esquemáticamente el origen de la UJC. La UJC se funda en 1957 mientras el Comité Pro Santa Cruz (CPSC, fundado 7 años antes) enfrentaba una pulseta con el gobierno respecto a las regalías departamentales del 11% sobre el petróleo (Peña et. al., 2003: 98–99). Desde su inicio, la UJC entra en enfrentamientos con los comandos del Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR a titulo de proveer seguridad a la población, apoyando las posiciones políticas de la Falange Socialista Boliviana14. Las disputas sobre las regalías del 11% se han hecho legendarias y es uno de los principales ejemplos que emplean los autonomistas para motivar y continuar en su demanda.

12 El ensayo de Isidora Coria de este volumen abunda sobre este tema. 13 Ibíd. 14 Ver MNR y FSB en el Índice común de definiciones.

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Mientras el CPSC suspendió actividades desde 1959 a 1965 a causa del control que el gobierno del MNR realizaba sobre ellos, la UJC se reorganiza recién en 1973 (Dabdoub, 2007: 287) y se mantiene bajo la égida del CPSC. La emergencia de movilizaciones sociales hacia el año 2000 reactiva su faceta de grupo de choque del CPSC. Desde entonces han aparecido en diferentes momentos, dependiendo de la intensidad que tomaba la demanda autonómica. Son quienes velaban que los paros cívicos se cumplieran aun usando la fuerza. Reprimieron marchas de campesinos y fueron señalados como responsables de las tomas de instituciones de septiembre de 2008 (cfr. infra). Repetidamente se ha cuestionado los modos de actuar de la UJC, pero en último caso siempre recibió el apoyo de su ente matriz, el CPSC. Carlos Dabdoub caracteriza a la Unión como una de las instituciones que desde 1950 permitieron que Santa Cruz se integre al resto del país (Ibíd.: 293- 294). Lo que se quiere resaltar con estos antecedentes es que la UJC, siendo organización juvenil posee una historia relativamente larga. La UJC es una institución que permanece en el tiempo, lo que la distingue de organizaciones juveniles que siempre corren el riesgo de diluirse con el pasar de los años. Esta permanencia es lo que le otorga cierta importancia en la medida que sus miembros son herederos de un legado de luchas regionales. Desde la toma de instituciones, la UJC recibió al menos dos golpes severos. Como reacción a la toma de instituciones en Santa Cruz, sectores campesinos bloquearon las entradas a la ciudad. La UJC quiso asumir por sí misma el trabajo de desbloquear las carreteras y sus miembros se desplazaron hasta los bloqueos en las afueras de Santa Cruz. Al intentar desbloquear por la fuerza sobrevinieron enfrentamientos con campesinos y que tuvieron como saldo la muerte de un unionista. En ese enfrentamiento se develó la fragilidad que tiene la UJC en la ciudad de Santa Cruz, misma que no se había evidenciado a raíz de su organización y constante superioridad numérica en su accionar en la urbe. De acuerdo a residentes cruceños, el fallecimiento del unionista ponía en entredicho la situación de quienes participaban de las acciones de la UJC a cambio de alguna remuneración15, puesto que no valía la pena arriesgarse a morir por 50, 100 o 200 bolivianos. Eso habría provocado un desincentivo en la participación de los miembros, hecho que repercutió directamente en la capacidad de convocatoria de la UJC.

15 Estas remuneraciones eran negadas en el pasado, pero ahora son aceptadas por los ex miembros de la Unión, aunque ellos mismos declaran que no las percibían.

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Otro golpe duro a la Unión se dio producto del caso denunciado de terrorismo. Las investigaciones en torno al grupo de Eduardo Rosza16, quien presuntamente preparaba una guerra civil, identificaron a algunos miembros de la Unión como implicados en las operaciones de la célula terrorista, los que siguen siendo investigados. Aquello incriminaba parcialmente a la Unión como institución, pero al mismo tiempo le daba al gobierno la oportunidad de tener en mira de investigación a los miembros de la institución que percibiera como sospechosos. Ambas circunstancias provocaron que la UJC mantenga un perfil bajo a lo largo de 2009. De hecho, al preguntar en septiembre de 2009 por las oficinas de la UJC, en el Comité Cívico se nos dijo que ésta había cerrado sus oficinas en el Comité y se habían trasladado pero no sabían dónde. Producto de esta historia la Unión Juvenil Cruceñista goza de una notoriedad que la convierte en un actor reconocible en el campo político. Y del mismo modo que otras actuaciones políticas, es reivindicada por unos y detractada por otros, dependiendo en qué lugar uno se situé. Una de las posibles razones por las que el MAS recibió a ex miembros de la UJC en sus filas fue que esa era una forma de expresar el término de la polarización política en el país. El costo parece alto. Ricardo Bajo (2009) señala que esto socava la cada vez más cuestionada ética del Movimiento al Socialismo. Parece que para Isaac Avalos, quien por entonces era candidato a senador, la primera razón es más fuerte que la segunda. Se puede cuestionar si los dirigentes incorporados al oficialismo masista tienen todavía el respaldo de las “bases” que los siguieron en eventos anteriores. No hay una respuesta certera, aunque al final del proceso electoral presidencial el MAS haya ganado terreno electoral en Santa Cruz, y no se puede decir si fue a pesar o en parte gracias a los que ahora formaron la organización Juventud por el Cambio. En todo caso, es evidente que la presencia de los ex unionistas causó revuelo y una cobertura mediática considerable, especialmente porque era tiempo de elecciones. Los unionistas llegan al MAS con su propio discurso. Apoyan el proceso de cambio en la medida que éste promete autonomía, ideal que, según sus declaraciones, habría sido traicionado por la gente de la prefectura de Santa Cruz y por el CCPS. Mientras tanto, ellos se envuelven en la estela de la lucha gloriosa por la autonomía desde 1957, hoy al alcance de las 16 Ver Grupo Rosza en el Índice común de definiciones

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manos gracias a Evo Morales, según sus declaraciones a la prensa. No dicen estar arrepentidos de su participación en eventos en los que la UJC tuvo un rol violento y agresivo contra sus oponentes; apelan más bien a la máxima popular de “pasado pisado” o bien deslindan responsabilidades precisas sobre tales eventos. Tampoco dicen ser incondicionales a Evo Morales o al MAS, lo que levantó alguna suspicacia acerca de la calidad de su alianza. Sin embargo, dadas las características de la estructura del MAS, son varias las organizaciones que negocian su lealtad política y los ex miembros de la UJC entran en la misma lógica de manera abiertamente pragmática. Tomando en cuenta su procedencia, de estos ex miembros de la UJC se puede decir que, a nivel del campo político, si bien no trastocan el orden de los dirigentes adultos, sí transforman el campo sobre el que el MAS tiene influencia, “perforando”17 el área de influencia de la oposición al gobierno de Evo Morales y su cinturón de contención. A pesar que ello se logra por una historia larga en las luchas regionales que está teñida de conflictos con otros sectores sociales, la UJC tiene un status propio, por lo que una evaluación general de su incorporación al MAS es por lo menos ambigua18. Producto de esa historia, los ex miembros de la UJC tienen mucha cobertura mediática que es parte de la notoriedad necesaria en el campo político. Tal es la influencia que tiene la UJC sobre el lugar que se otorga a las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz. Al respecto, es sintomático que en el artículo de Pulso (25 al 31 de octubre 2009) titulado “Una conversión y sus efectos simbólicos y políticos”, describa a la Organización Juvenil Luís Espinal como “una suerte de Unión Juvenil Cruceñista, pero en versión masista, con base en la zona del Plan 3000”. Es decir, para representar a otras organizaciones juveniles se lo hace mediante las características de la misma UJC, otorgando a las organizaciones juveniles roles análogos a los que tenía la Unión, como si fueran organizaciones del mismo tipo, pero de diferente tendencia. 17 Este verbo se utilizó de manera repetida para referirse a las alianzas que el MAS logró con sectores que antes era de la oposición. 18 Para volver a decirlo, muchas voces cuestionaron la pertinencia de esta alianza, ya que degrada la idea del MAS como partido de principios; y sin embargo Avalos la llevó adelante y Eugenio Rojas, antes alcalde de Achacachi (localidad reconocida como epicentro de levantamientos indígenas en el altiplano paceño y casa de los ponchos rojos. Los “Ponchos Rojos” son una organización indígena de la zona de Achacachi conocida por sus pronunciamientos aguerridos en defensa del proceso de cambio y que abogan por una línea indianista) y en ese momento candidato a senador, los recibió a su llegada a La Paz. Parece que es mejor tenerlos cerca.

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Las susceptibilidades de los miembros de las organizaciones juveniles del MAS están, con todo, fundamentadas. El peso de los ex unionistas en el campo político es mayor y amenaza con desplazar o reducir la importancia de las organizaciones juveniles, esto en periodo electoral, pero podría extenderse más allá de ese contexto19. Un día después del anuncio de la incorporación de ex unionistas al MAS en la sede de la Dirección Urbana del MAS a cargo de Isaac Avalos en compañía de Ángelo Céspedes y Chichi Pérez en la Dirección Urbana del MAS, tuvo lugar otra conferencia de prensa. En ella, representantes de las organizaciones juveniles masistas junto a Gabriela Montaño, candidata a la primera senaduría por Santa Cruz por parte del MAS, preparaban la mejor forma de explicar la inclusión de ex unionistas, entre ellos el alguna vez presidente de la institución, Víctor Hugo Rojas. A pesar de que existía un orden determinado para que los representantes tomen la palabra, la prensa logró orientar el centro de la atención sobre Víctor Hugo Rojas y su gente, dejando opacados a los representantes de las organizaciones juveniles. Eso debido a que ni los jóvenes masistas ni los ex unionistas tenían la suficiente experiencia para manejar a los medios e imponerles un orden. Aun cuando hubo participación de los representantes de las organizaciones juveniles, en realidad éstos recibieron la noticia de muy mal agrado. Así, a pesar de sus convicciones, eran arrastrados por la dinámica de los “adultos” haciendo alianzas y comprometiéndose en declaraciones que no compartían. El 28 de octubre de 2009, en un ampliado de las organizaciones juveniles se oyeron protestas airadas por las inclusiones repentinas de gente que antes había estado en la oposición más dura. A fin de establecer sus puntos de vista, hubieron referencias recurrentes a las ocasiones en que los ahora aliados habían sido una amenaza para los miembros de las organizaciones juveniles, desde la intimidación permanente hasta las agresiones directas, incluso con armas. Uno de los puntos de queja era que el día anterior, mientras Céspedes y sus compañeros estaban sentados a lado de los candidatos en un acto de campaña, la gente de Isaac Avalos, impidió que el candidato de los jóvenes suba a la testera. Así, los jóvenes quedaban relegados de participar en un escenario altamente simbólico. Después de tantas vicisitudes quedaron relegados de una de las victorias del MAS en el centro de Santa Cruz. 19 Durante la redacción de este trabajo, un miembro de las organizaciones juveniles nos comentó que los ex unionistas ya habían recibido espacios en reparticiones estatales en Santa Cruz, algo a lo que los miembros de las organizaciones juveniles no acceden con facilidad.

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La reacción de los miembros de las organizaciones juveniles condensa las ambigüedades de su inserción al MAS: Que no haya habido una señal de arrepentimiento de parte de los conversos fue considerado como una señal del pragmatismo oportunista que adoptaban; sin embargo, la decisión del entorno de Ávalos no podía ser descalificada por los jóvenes. La sujeción era patente. Lo que estaba en manos de las organizaciones juveniles era apelar a la organicidad del MAS. Los ex miembros de la UJC debían regirse a la “vida orgánica” y, habida cuenta que existe una dirección de jóvenes del MAS, se entendía que las decisiones que ésta tomaba debían ser aceptadas por todos los miembros. La debilidad de la respuesta radica en que, como se explico antes, la misma organicidad del MAS depende de una constante negociación entre los grupos que lo componen. Antes del anuncio de la alianza, los dirigentes de las organizaciones juveniles declararon que sus organizaciones eran ampliamente autónomas y que en las circunstancias actuales sus propósitos coincidían con los del MAS. Posteriormente, las declaraciones se volcaron a favor de un respeto a la vida orgánica. La jugada es comprensible. Apelar a la vida orgánica era una forma de cerrar filas frente a un cuerpo extraño que provoca muchas susceptibilidades y que de hecho captaba el protagonismo en época de campaña. Las organizaciones juveniles por separado corrían el peligro de ser desplazadas por la novedad y resonancia de las alianzas de última hora. En ese contexto, aferrarse a la “vida orgánica” era apelar a que los mismos dirigentes adultos del MAS abogaran por la coherencia ética del movimiento. Pero las susceptibilidades de esos días no apuntaban solamente a los nuevos miembros. Dirigentes juveniles del entorno de Ávalos fueron cuestionados por haberse desligado de la dirección de jóvenes. Los miembros de los jóvenes que participaron en la conferencia de prensa donde se recibió a los ex unionistas, fueron observados en el ampliado de jóvenes puesto que no estaban respondiendo a la institucionalidad. Estos miembros argumentaban a su vez que, desde que inicio, su militancia los vinculaba a los dirigentes adultos y que era ante ellos que debían responder de las decisiones tomadas. De esa manera se situaban en el campo como parte del entorno de Ávalos y no como parte de las organizaciones juveniles. De cierto modo, la declaración de este dirigente no es extraña y evidencia el funcionamiento de las otras organizaciones juveniles. Los vínculos que tienen con los dirigentes adultos influyen en el reconocimiento que reciben e incluso en sus posibilidades materiales de realizar actividades

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o de participar en ellas. Cuando se definió la lista de candidatos que se postularían a la Asamblea Plurinacional, la tercera suplencia a diputado plurinominal recayó en un miembro de la Fundación Che Guevara. Sin embargo, aun cuando los miembros de las diferentes organizaciones lo reconocieron como el candidato de jóvenes, la candidatura no emergió como decisión de las Juventudes del MAS, sino que dependió de la proximidad de este candidato a un jerarca del MAS en Santa Cruz. Se revela, en cualquier caso, la influencia que tienen los “adultos” sobre la forma específica en que funcionan las diferentes organizaciones de jóvenes. Dependiendo de la proximidad y el favor de algunos dirigentes visibles, una organización puede proyectarse mejor o languidecer. La vinculación de los activistas con los dirigentes principales es una forma de lo que Bourdieu llama “estrategias de sucesión” (2003: 34), orientadas a asegurar los beneficios de un ascenso mediante la reproducción del orden de los actores en posiciones privilegiadas, en este caso, dentro del MAS. En tanto se busca la sucesión en la dirigencia, el espectro de acción es justamente el de la reproducción. Las decisiones de las cúpulas y de los entornos de dirigentes importantes son muy poco confrontadas por los actores, quienes aceptan las reglas vigentes en el campo y a dirigentes adultos que determinan20 las ideas fuerza según su propia posición en el campo. Las estrategias que adoptan los diferentes grupos tienen que ver, desde luego, con sus posibilidades. Así, como se comprenderá, se da un escenario de competencia entre las organizaciones. Una competencia que en términos generales es la de la militancia, la del orgullo del trabajo político bien realizado, cualquiera que sea (generación de ideas, capacidad de convocatoria, actividades proselitistas exitosas) y que depende de las aspiraciones de las organizaciones. Es una competencia por quién cumple mejor los principios del MAS y así se premia el compromiso con el proceso de cambio. Esa competencia de la militancia no está libre de rencillas y susceptibilidades personales. Las acusaciones, —que nos fueron declaradas discretamente — de irresponsabilidad, falta de 20 Un interesante contraste es el caso del movimiento estudiantil que dio paso al Partido del Movimiento al Socialismo, (P-MAS) en Paraguay, donde se puede observar una estrategia de subversión, ya que los estudiantes generaron sus propias ideas y mecanismos de entrar en política, en un campo dominado entonces por la derecha, y de hecho lograron congregar a las otras organizaciones en torno suyo, proyectándose así como una de las fuerzas paraguayas de cambio más importantes de hoy en día. Para un panorama sobre el P-MAS paraguayo ver (Harnecker y Fuentes 2008b)

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compromiso y de servilismo, entre otras, marcan momentos puntuales en esta competencia. Los ex unionistas echan mano del mismo recurso que las otras organizaciones, ganando el favor de los dirigentes dominantes y quedando amparados por su autoridad. Este recurso limita la acción pero tiene sus propios beneficios. Que los ex unionistas empleen recursos que manejaban las organizaciones juveniles del MAS, echa por tierra el blindaje de la “vida orgánica” a la que tales organizaciones de jóvenes trataron de apelar en determinado momento. Lo que efectivamente queda trastocado es el tipo de competencia que se da entre las organizaciones juveniles del MAS. La competencia en torno al prestigio de la militancia queda marcada por la competencia de las organizaciones juveniles frente a los ex unionistas, la que se da en términos de antagonismo político. Y es que la misma conformación de algunas organizaciones juveniles estuvo motivada por el rechazo a lo que la UJC representaba y que sus miembros encarnaban: Hemos visto nosotros la necesidad de que así como había un grupo de delincuentes juveniles que eran contratados por la prefectura, que se ha hacía llamar la Unión Juvenil Cruceñista, (…) nosotros vimos la necesidad de crear también un grupo como de defensa de esa gente humilde que a veces salía a protestar, a marchar y que veíamos que no tenía, digamos, a alguien ahí, que los defienda. Entonces primeramente nació de esa iniciativa, ¿no?, de organizar un grupo de jóvenes para tratar de defender y contrarrestar y demostrar todo lo contrario digamos, a lo que era esta institución de maleantes. (Dirigente de una organización que apoya al MAS 25/09/09) La oposición encontró una plaza fuerte en Santa Cruz en la medida que la política del MAS era muy limitada. Eso no implica que UJC haya estado plenamente legitimada en Santa Cruz la, pero revela el ambiente de oposición que existía contra el MAS, sus activistas y con las organizaciones proclives al gobierno. En la década del 2000, el accionar de la UJC era una manifestación extrema de rechazo al ascenso político de los movimientos sociales, y que de hecho coordinaba con el posicionamiento político conservador de las elites cruceñas (cf. Gustafson, 2008). Ser unionista, en ese momento, implicaba oponerse al MAS, y movilizarse a favor del MAS significaba, asimismo, también rechazar a la UJC. Entonces, la historia que separa a las organizaciones

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juveniles del MAS de la UJC está marcada por una enemistad histórica. De manera insistente, los militantes de las organizaciones juveniles caracterizan, a la UJC como una organización que ha funcionado, en los últimos años, mediante el dinero que recibía de empresarios cruceños opuestos al gobierno y del CPSC. Esa clase de agrupaciones [como la UJC] que son totalmente mercantilizadas, al decir mercantilizadas me refiero a que sin plata no funcionan y esperan a que les des y al momento que vos les des plata, ellos esperan que les digas qué hacer. (Entrevista a miembro de Columna Sur 28/10/09) En ese sentido hay una referencia tácita a que la política debe girar en torno a ideas y convicciones. Desde la perspectiva de los participantes de las juventudes del MAS, se entiende que la mayor parte de la gente que ha participado en la UJC lo hacía porque recibía dinero, no porque hubiera una propuesta a la que consideren más adecuada para el desarrollo de Santa Cruz o de Bolivia. Incluso han alegado que si los jóvenes de la Unión hubieran recibido algún tipo de formación, si tuvieran sus propias convicciones, se podrían abrir espacios donde los jóvenes pudieran discutir su problemática. Esto no se ha podido hacer porque, se argumenta que entre los unionistas no hay ni las condiciones ni el interés por debatir. Entre los miembros de Jóvenes por el Cambio —la nueva cara de los ex unionistas—, se reconoce que en algunas circunstancias sí han conocido miembros de la UJC que recibían dinero para desalojar a campesinos asentados en tierras de ganaderos, o que se repartía dinero para amedrentar a le gente en tal o cual acto político. Como es de esperar, ellos mismos se desligaban de haber participado en actos donde haya habido dinero de por medio como principal estímulo, pero reconocen que esas prácticas, efectivamente son parte de una acción política corrompida. Sin embargo, cuando los de una y otra organización tratan de explicar por qué el dinero había sido tan importante para el funcionamiento de la UJC en el pasado, se reconocen dos posibilidades. Una, la más deplorable, cuando los dirigentes unionistas captaban el dinero como dádivas para dar órdenes en función de los intereses de quien “compraba” sus servicios. La otra, no opuesta a la primera, pero que recibe otro tratamiento, cuando los miembros aceptaban realizar un trabajo de ese tipo en función a necesidades o deseos que económicamente estaban fuera de su alcance. La primera es entendida como una forma pura de

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corrupción y de inmoralidad. La segunda, sin ser legítima, indica cuánto se han funcionalizado la pobreza y las aspiraciones insatisfechas de jóvenes; en ese caso, en beneficio de los patrones de turno. La distinción es comprensible en la medida en que la misma experiencia de los miembros de las organizaciones juveniles, respecto del grueso de la UJC, se divide en dos escenarios. Hay escenarios políticos en los que la UJC y las juventudes a favor del proceso de cambio estaban polarmente divididas. En otros escenarios, más cotidianos, se relatan historias sobre alguien de la Unión que vive en las mismas o peores condiciones materiales que la gente que apoya al proceso de cambio. Cuando los miembros de las organizaciones juveniles describen a las bases de la UJC, indican que no son gente relacionada con la agroindustria cruceña, ni con ganaderos y son más bien gente con oportunidades limitadas como las de los militantes del MAS en general. Pero, las explicaciones de los actores pueden llevar a confundir una dinámica con la representación de esa dinámica. Con los datos disponibles, no se puede establecer, ni siquiera aproximadamente, la forma de organización pasada o presente de la UJC. No deja de ser importante, sin embargo, que en casos específicos, los militantes de las organizaciones juveniles identifiquen similitudes que los unen con algunos miembros de la UJC en tanto a sus condiciones de vida. Aseveraciones más o menos genéricas en un país con pobreza muy extendida, pero que pueden servir a reflexiones futuras. En un nivel un poco más profundo de objetivos políticos, hay una distinción clara entre lo que buscan los jóvenes de las organizaciones juveniles y los ex miembros de la UJC. Los mismos nombres de las organizaciones juveniles masistas remiten a un amplio espectro de lucha. Se combinan referentes de la izquierda latinoamericana socialista como el Che Guevara, de la izquierda nacional como Marcelo Quiroga y luchadores por la democracia como Luís Espinal. Igualmente se recupera a personajes de luchas del siglo XIX, como Ignacio Warnes y Cañoto, luchadores por la independencia, así como igualitarios y federalistas como Andrés Ibáñez, sin dejar de lado referentes de las luchas indígenas como Julián Apaza. Muchos de estos figuran nombres comúnmente en los discursos del presidente Morales y son una muestra de la convivencia de tendencias que se dan dentro del MAS a nivel general.

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Stefanoni y Do Alto (2006: 64-69) señalan que dentro del MAS, en conjunto, hay una articulación entre el indianismo, el marxismo y el nacionalismo revolucionario. En esa articulación, el nacionalismo revolucionario estaría reconfigurado por el componente étnico que en el ‘52 habría quedado velado como continuación del colonialismo interno, en la medida que se buscó construir una ciudadanía de molde modernooccidental. Hoy, el componente étnico habría afianzado la idea de la “unidad en la diversidad” pero retomando la oposición entre nación soberana e imperialismo. Los autores agregan que dentro de esa unión la presencia del marxismo es más una forma de no dejar del todo la idea de clase, sin que haya propiamente una presencia de doctrina marxista entre los dirigentes más importantes del MAS. En las organizaciones de jóvenes del MAS en Santa Cruz es menos frecuente que se mencione la oposición entre imperialismo y nación, que la del pueblo y oligarquía. La oposición entre pueblo y oligarquía aparece siempre que se identifica al antagonista político: los sectores que tradicionalmente habían ocupado el Estado y aquellos latifundistas, vinculados a la agroindustria y a las empresas extranjeras. Esto fue evidente en el escenario de campañas electorales —espacio temporal de esta investigación—, cuando el rival inmediato era justamente el de los sectores conservadores que disputaban el electorado cruceño. Así, el proceso de cambio es visto como uno en el que los pobres recuperan espacio frente a los ricos; los ricos que habían negado a los pobres la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida, favoreciendo las suyas. Así, la diferencia de discursos políticos que circulan entre los miembros de las organizaciones es amplia. Existen los que están más a tono con la dirigencia nacional del MAS, hablan de soberanía, dignidad, propiedad de los hidrocarburos y de los recursos naturales. Otros entran menos en cuestiones “programáticas” y expresan su compromiso con el presidente Morales, con el proceso de cambio y contra el neoliberalismo. Pocos son los que hablan del socialismo del siglo XXI. Entre todos predomina la concepción de que hoy en Bolivia se vive, inequívocamente un proceso revolucionario. Cuando se comparan los objetivos políticos que declaran los miembros de las organizaciones juveniles con los de los Jóvenes por el Cambio las diferencias son sustanciales. Ya que no se trata de diferencias de grado, sino de calidad. El principal dirigente de Jóvenes por el Cambio declaro lo siguiente como su motivo para aliarse al MAS:

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Para conseguir que Santa Cruz sea autónoma hemos visto la necesidad de hacer pactos, ¿para qué? Sabemos que en esta Constitución recién está, está enmarcada lo que es la autonomía. Sin embargo nuestros líderes nos mintieron, nos engañaron diciéndonos que éramos autónomos. Sin embargo no fue así. (…) Decimos nosotros [que] vamos a apoyar el proceso de cambio porque creemos que ya es hora que la Unión, que la juventud de Bolivia entera se una, no para confrontar, sino más bien para proponer y que queremos seguir luchando para ser autónomos y lo vamos a ser. Al año que viene vamos a ser los hombres más felices de la vida cuando implementen la Ley Marco [de autonomías]. (Dirigente de Jóvenes por el Cambio 27/10/09) Como se observa, la idea dominante es la de autonomía, cuyo proceso es contradictorio en la política actual. Pasó de ser el derrotero de la oposición al gobierno para que luego éste la recupere de una manera llena de indecisiones. Finalmente la autonomía figura en el texto constitucional aprobado en 2009, pero la oposición al gobierno demostró poca conformidad con la forma en que queda normada en la Constitución, rechazando las invitaciones del Ministerio de Autonomías que busca avanzar en el diseño del modelo autonómico. A fin de implementar la autonomía a su propia medida, la oposición intento una solución por la fuerza: la toma de instituciones realizada en septiembre de 2008. El fracaso de esta medida obligó a los instigadores a mantener perfil bajo, ya que el tema fue tratado desde el gobierno como un “golpe cívico prefectural”. Habiendo resultado fallido este “golpe” permitió al gobierno mantener a la oposición en línea. El desarme del bloque que buscaba la autonomía mediante la violencia, desarticuló a quienes habían participado en este intento, entre quienes se encontraban los miembros de la actual Juventud por el Cambio. De manera llamativa, la búsqueda de la autonomía, el desbande del grupo opositor al gobierno y el proceso de cambio convergen, en un discurso que amalgama tanto la lucha por un ideal como la re acomodación casi cínica en el campo del antagonista. Así se expresó un miembro de Jóvenes por el Cambio con respecto a las motivaciones para la alianza con Isaac Ávalos: En su momento estuvimos luchando a lado del Comité Cívico y de la prefectura y nos sentimos abandonados cuando tomamos las instituciones, nos costó sangre. A mi me apalearon, reprimieron a mucha gente y las tomamos [las instituciones] y cuando en una semana dijeron que las devolvamos, fue en vano la lucha. O sea cuando lo teníamos todo, se

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devolvió todo y termino ahí. (…). [Quisimos] implementar21 algunos artículos [del estatuto autonómico] no se dio, no se dio, nos cerraron las puertas. (…) Eso fue lo que más nos motivó. (Dirigente de Jóvenes por el Cambio 27/10/09). Entre los miembros de Jóvenes por el Cambio no hay variación en la concepción de la demanda de autonomía. Pero, lo que sí ha cambiado es la correlación de fuerzas, ya que luego del fallido intento de tomar las instituciones para ponerlas bajo órdenes del gobierno departamental, la oposición se fracturó. Como reconoce el entrevistado, los unionistas quedaron librados a su suerte y encontraron abiertas las puertas del oficialismo, sin que medie otra cosa que la oportunidad misma. En los discursos de Jóvenes por el Cambio, la referencia a la autonomía es constante y sin embargo siempre está rodeada de ambigüedad en cuanto a lo que ella implica. Esto no sólo en cuanto a la definición de la autonomía de los jóvenes, sino también en la definición de los líderes de la oposición a lo largo de la pugna por la autonomía en los últimos años. De ese modo, la autonomía se convirtió en lo que Laclau (2005: 91 y ss.) denomina como “significante vacío” que funciona como equivalencia de una serie de demandas que no estaban previamente articuladas; los más diversos grupos enarbolaban la autonomía como forma de solución a sus problemas, aunque los mismos problemas no se encontraban relacionados entre sí. Los miembros de Jóvenes por el Cambio van más lejos ya que emplean la noción de autonomía como leit motiv amplio y suficiente prescindiendo de la cadena de equivalencias que le había dado su capacidad de convocatoria. De este modo, le otorgan a la “autonomía” un carácter de fetiche político, suficiente en sí mismo y pretenden que funcione sin mayores arreglos en otra articulación de demandas. Esa articulación de demandas, donde se suma la de autonomía de los Jóvenes por el Cambio, es la que se puede esbozar bajo la idea del proceso de cambio. La contradicción es que el proceso de cambio conducido por el MAS y los movimientos sociales había articulado otras demandas en oposición a la autonomía de la oposición regional cruceña, por considerarla instrumento de las oligarquías regionales. Para los ex unionistas, aquello no representa un obstáculo puesto que lo que queda detrás de la idea de autonomía es ciertamente la búsqueda de

21 En realidad querían contribuir con la redacción de artículos para el estatuto autonómico, no implementarlos.

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espacios en los que ellos puedan realizar sus aspiraciones; así lo explica uno de los miembros de Jóvenes por el Cambio: Investigadora: ¿Y cuáles fueron sus motivaciones para que puedan tener esos pactos, como lo llamaron los medios de comunicación, de ex integrantes de la Unión Juvenil Cruceñista con el MAS? Ex Unionista: El mío,[el] de mi grupo, el mismo, llevar adelante los proyectos que yo tengo en mente y que mi grupo, de mis amigos apoyen, y creen que debemos, para mí solamente era eso. Yo creo que el MAS ahora en Santa Cruz ha hecho un cambio en todo lo que es el liderazgo, el manejo dirigencial. Y su cambio es que está dando las oportunidades, está dando las oportunidades y de verdad las está dando, (…) El ingreso de nuestro grupo a las filas del MAS es una oportunidad que se nos ha dado y que lo único que hemos hablado es de desarrollar proyectos a favor de la sociedad. En este caso, específicamente, a favor de los jóvenes. (Miembro de Jóvenes por el Cambio 23/10/2009) Una diferencia importante respecto de las visiones que circulan entre las organizaciones de jóvenes en el MAS radica en la forma de mirar el proceso de cambio. Aún con los problemas que existen entre las organizaciones juveniles del MAS, claramente el proceso de cambio, como forma de transformación de la sociedad en su conjunto, es lo que se persigue en común; de ahí se desprende que el cambio que se lleva adelante beneficiará no sólo a los militantes sino a la sociedad en su conjunto. El modo de entender el proceso de cambio para los recién integrados cambia el orden del beneficio. El proceso de cambio, suponen, les dará oportunidad de realizar sus proyectos personales y como agregación de los buenos proyectos que benefician directamente a algunos, la sociedad estará mejor. Gilles Deleuze (1980)22 señala que una forma esquemática que diferenciaba a la izquierda de la derecha es que mientras el pensamiento de derecha partía de pensar la sociedad tomando como punto de partida al individuo y sus problemas, y luego pensar en los problemas globales; el pensamiento de izquierda partía de pensar los problemas en el horizonte para luego volver progresivamente hasta el actor. Está esquematización explica lo que separa las visiones de los miembros de las organizaciones juveniles y de las de los ex unionistas.

22 Deleuze, Gilles. El Abecedario de Gilles Deleuze: G de Izquierda. En: http://www.youtube.com/watch?v=UQP4hzsE9k4.

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Las ideas-fuerza del proceso de cambio, la conjunción de diferentes horizontes de lucha y la práctica de la militancia, producen, decisiones colectivas al interior del MAS. Por ejemplo, comenzando por la decisión más importante en un momento electoral es, justamente, por quien se votará, no ya como individuos aislados sino como conjunto de colectividades unidas circunstancialmente por un proyecto. A la par, se logra que otra decisión colectiva, la de los ex unionistas, que no comparte ni los horizontes de lucha ni las prácticas de la militancia también se sume, sin articularse. La dicotomía de decisiones agregadas, por un lado la del elector solitario votando en secreto —paradigma de la filosofía política liberal (Bourdieu, 2001: 44) —, y por otro la de las decisiones colectivas, concertadas simbólicamente entre la práctica política cotidiana y las manifestaciones de objetivos comunes, hacen que la inclusión de los ex unionistas sea una forma de agregar decisiones colectivas que no se articulan. Las demandas disímiles y heterogéneas de los más diversos grupos que componen el MAS se articulan en sus luchas; por otro lado, Jóvenes por el Cambio acaba superpuesta y unida exclusivamente por una práctica clientelar. La puerta es abierta por Isaac Avalos, debilitando así la red de organizaciones juveniles del MAS porque alteró las reglas de la competencia de la militancia. Pero al mismo tiempo que los miembros y dirigentes de las organizaciones juveniles tratan de cuidar el lugar que han conseguido, no pueden sino aceptar el hecho de una convivencia de facto con Jóvenes por el Cambio, que no se soluciona con la organicidad. Esto es de hecho intuido por los miembros de las organizaciones juveniles que entienden que justifican a final de cuentas la inclusión como una “decisión política”, en pos de llegar a los dos tercios en la Asamblea Plurinacional; objetivo logrado en las elecciones presidenciales. Hay que reconocer que ese pragmatismo intercambia simbólicamente espacios con sectores que no se comprometen con el proceso de cambio sino a partir del propio beneficio que pueden recibir del mismo. Ello, en el entendido de que resulta más beneficioso tener bajo tutela organizaciones fácilmente captables por cualquier facción política a fin de evitar que queden como fuerzas errantes y potencialmente peligrosas. Mas, ¿cuánto de eso puede contribuir a socavar los fundamentos éticos del MAS?

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4. Conclusiones Los alcances y límites de las organizaciones juveniles del MAS en Santa Cruz están en estrecha dependencia respecto del lugar que ocupan en el campo político y específicamente dentro del área de influencia del MAS. Esta dependencia se conforma a partir de la demarcación del espacio que buscan ocupar en tanto jóvenes. Este espacio, al mismo tiempo que se circunscribe como propio de los “jóvenes”, impide avanzar en la conformación de una autonomía política. Se observa que entre las organizaciones, la idea de “joven” funciona para justificar la desigual distribución de capital político respecto de otros actores que son sus referentes próximos: estos son los dirigentes del MAS y los miembros de movimientos sociales consolidados y vinculados estructuralmente. “Joven” es el velo poroso que envuelve a los que carecen de capital político. La precariedad de esa justificación resalta cuando se compara, a nivel general, con miembros de otros movimientos sociales quienes tampoco disponen del capital político necesario pero que parcialmente lo subvierten con sus experiencias de lucha en los movimientos sociales. Tal subversión del capital político no funciona para los miembros de organizaciones juveniles quienes, a causa de la reciente formación de sus organizaciones, no disponen de notoriedad en otro tipo de luchas o campos. La idea de “joven” se ha sustantivizado, no solo entre las organizaciones juveniles sino en muchas dimensiones de la sociedad. Así, ser joven en sentido sustantivizado supone que hay un universo de actores vinculados estructuralmente pero sin referente. Por eso referirse a los “jóvenes” incluye una serie de rasgos que no son compartidos por todos a quienes se quiere aludir y que necesita ser contextualizado para diferentes casos. Cuando se trata de reconvertir ese universo abstracto en una acción política de los jóvenes, sobreviene el problema de que no hay nada que los una realmente, por lo tanto carece de una fuente de potencia política en sí misma. “Joven” se constituye así en un límite, que garantiza un espacio modesto y relegado y con limitaciones para un despliegue más amplio. Las constricciones que impone asumirse como joven no son puramente negativas. El hecho es que al situarse como “organizaciones juveniles” éstas tienen la opción de emplear estrategias de sucesión. Asumir una posición subordinada en el entendido que a futuro se podrá ocupar el lugar de los dirigentes notorios de la fuerza política actual más importante, puede catalogarse como una inversión segura que garantiza una ganancia modesta a futuro. La subversión de las reglas que organizan el campo

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político bajo la influencia del MAS podría significar un éxito mayor, pero el fracaso bien podría costar la exclusión del campo político. Entonces, aun en las condiciones de subordinación de las organizaciones juveniles, se puede extraer una racionalidad política basada en la continuidad de la primacía del MAS en el campo político. Esta forma de abordar la cuestión no puede desligarse del hecho de que la práctica de la militancia va de la mano, en el caso del MAS, con el compromiso y adhesión a ideas fuerza que cohesionan. No se trata tanto de estrategias cínicas por ascender sino de posicionamientos donde el compromiso, en este caso con el proceso de cambio, es lo que idealmente se debe incorporar en la práctica política. Los alcances posibles de la racionalidad política empleada por los miembros de las organizaciones juveniles no están libres de peligro. En la medida que se acepta una subordinación a las jerarquías establecidas, se dispone de menor autonomía en el resto de las estrategias y posiciones que podrían ser empleadas. El correlato es una forma conservadora de participar en el juego político, posición que refuerza la subordinación en una organización en la que diferentes sectores negocian constantemente los términos de su inclusión en el instrumento político. La falta de autonomía de las organizaciones juveniles las convierte en actores frágiles frente a las transformaciones provocadas por actores que juegan de manera más audaz. En esas condiciones, la incorporación de ex miembros de la UJC a la arena de organizaciones proclives al MAS trastorna el funcionamiento de las organizaciones juveniles. De pronto, aquello que es entendido como el propósito fundamental de la militancia —difundir una visión de transformación de las relaciones de poder en Bolivia— deja de ser primordial porque se hacen alianzas con organizaciones que casi abiertamente están orientadas por el pragmatismo y la oportunidad. Por su lado, dirigentes bien posicionados encuentran que la incorporación de ex unionistas tiene su propia finalidad (simbolizar el fin de la polarización en Santa Cruz) aunque signifique hacer a un lado a los cuadros en formación. A pesar de ello las organizaciones juveniles del MAS de Santa Cruz, nunca pusieron en duda su compromiso ni con el partido ni con el proceso de cambio. Lo que no deja de llamar la atención es que tal jugada política contribuye a diluir parcialmente la idea de proceso de cambio. En suma, la alianza del MAS con ex unionistas parece menos una alianza que un cese de hostilidades. El precio de aquello aún está por verse.

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La politización y despolitización de la raza: Una mirada retrospectiva a las relaciones entre Santa Cruz y el gobierno nacional Isidora Coria

1. Introducción Ahí he sufrido serias lesiones, como es la fractura en mi costilla, en mis dientes y de mi pie y de mi mano. Ahora ya han sanado esos dolores, pero el de mi costilla sigue (...) Ese momento estaba polarizada la ciudad de Santa Cruz entre masistas y el Comité Cívico. Yo creo que fue por el hecho de ser militante del MAS1 y aparte del hecho de que no soy de Santa Cruz ¿no? Todo aquel que es masista según ellos, es del interior. Entonces, debe ser por esa rabia, la rabia también contra el Presidente. No soportan que un presidente colla asuma la presidencia ¿no? (Dirigente de la Organización Juvenil Luis Espinal, 02/11/09) Como muestra este testimonio, las acciones públicas de violencia racial contra hombres y mujeres de “apariencia colla” y/o con alguna señal vinculatoria al partido de gobierno, o que estuvieran en el momento y espacio equivocados, fueron expresiones extendidas que caracterizaron el momento más álgido de la polarización en Santa Cruz. Además, como parte del tensionamiento político que atravesó todo el país, manifiesto tanto en” la política en las calles”2 como en los espacios institucionalizados, a raíz del proceso constituyente3, estas acciones emergieron como respuesta, tanto a la irrupción de la crisis en sus diferentes manifestaciones como a la reivindicación política indígena. 1 2 3

Para esta y siguientes siglas, consultar el siglario Cfr. Defensoría del Pueblo y Universidad de la Cordillera, 2008 y 2009. Refiere al proceso político iniciado con la instalación de la Asamblea Constituyente en agosto del 2006, para la redacción de una nueva Carta Magna, hasta la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, en enero del 2009.

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En este contexto, el equipo de investigación del Observatorio del Racismo pretendía desentrañar los hechos de racismo protagonizados sobre todo por jóvenes a nombre de la autonomía, democracia y progreso. Sin embargo, al inicio del trabajo de campo, en septiembre del 2009, se hizo evidente la ausencia de violencia racial en el espacio público así como de la reivindicación camba en el discurso social. Esta nueva coyuntura política, resultado del cambio en la correlación de fuerzas a favor del gobierno y el nuevo proyecto de Constitución Política del Estado, CPE, también se expresó en el repliegue de los actores más visibles del momento de la polarización como la Unión Juvenil Cruceñista, UJC, brazo de choque del Comité Cívico Pro Santa Cruz, CCPSC. Lo más significativo fue la paulatina apertura de casas de campañas del Movimiento Al Socialismo, MAS-IPSP, en pleno centro de la ciudad; meses atrás esto hubiera sido imposible. Consultados los y las jóvenes de las organizaciones sobre este hecho inesperado, la mayoría respondió que había un proceso de “darse cuenta”: del liderazgo actual de los sectores excluidos, junto al gobierno de Morales; de la estrategia fratricida de la derecha radical; de la innegable presencia del inmigrante colla en el departamento de Santa Cruz; de la coyuntura electoral que demandaba a los opositores del gobierno mostrarse creíbles y democráticos hacia la sociedad ¿Acaso este proceso de reflexión y la ausencia de la práctica y discurso racial en el espacio político, significa también la ausencia de las nociones de la diferencia racial y sus formas de expresión en el espacio de lo privado? Este trabajo pretende explicar, desde una perspectiva histórica, los momentos de tensión entre Santa Cruz y el gobierno nacional y su relación con las categorías de mediación racial explicitadas en los procesos de politización y despolitización de la raza en el reciente proceso constituyente. La politización y despolitización de la raza son procesos trabajados por Kenan Malik en el contexto europeo (1996), pero constituyen un importante aporte metodológico para una aproximación a la complejidad y dinamicidad del concepto social de la raza y sus diversas expresiones en contextos específicos. Malik sostiene que la raza4 emergió en Europa como una explicación de las diferencias sociales que surgieron en el siglo XVIII conjuntamente a las ideologías de la ilustración. Es decir, ante las 4

La raza, como categoría explícita de diferencia racial, no existía en las sociedades antaeriores a las modernas. Esta afirmación es sostenida por muchos investigadores del fenómeno del racismo. (Ver: Malik, 1996)

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creencias de igualdad y humanidad universal, y la inevitable persistencia de la división social producida por el desarrollo del capitalismo, estas divisiones se racionalizaron a través del discurso de la raza. En este sentido, el argumento central que propone Malik es que no fueron las nociones de raza que produjeron desigualdad, sino que, por el contrario, fue la desigualdad social que dio lugar a la raza. El concepto de raza es inherente a la sociedad moderna, porque ésta ha aceptado la desigualdad como posibilidad social en una humanidad común (Malik, 2001). La actitud ambivalente ante la igualdad, también se expresa en el discurso de la raza que se fue significando dependiendo los contextos y periodos de la modernidad. Así, en el pre-iluminismo la desigualdad se explicó en la naturaleza de las cosas, aspecto que luego se fue transformando en un maquillaje racial, una sustancia incambiable que configuró los tipos humanos (Malik, 2001). Con el advenimiento del positivismo, la raza se definió en términos de diferencias biológicas, “científicamente comprobadas”. En este periodo la teoría racial no sólo legitimó la desigualdad en nombre de la ciencia y del progreso, sino que además naturalizó la idea de progreso con el sentido de orden social. Recién al finalizar la Segunda Guerra Mundial y el holocausto nazi se desacreditó el racismo científico, pero no así el pensamiento racial cuyas expresiones —consideradas como políticamente incorrectas— se circunscribieron en el espacio de lo privado. Además, la desigualdad se explicó en términos culturales5, es decir, la cultura empezó a asumir el rol de la raza (Ibíd.). Entonces, la persistencia de la desigualdad social y la condena moral a la política racial presionaron para que el racismo científico desapareciera de la agenda política de la mayoría de los gobiernos europeos. Sin embargo, en escenarios de profundización de crisis económica y/o política, el discurso de la raza tiende a pasar del espacio privado al espacio político como explicación de la problemática social y política. A este proceso Malik califica como “la politización de la raza”. El proceso constituyente boliviano, que surgió como respuesta a la crisis socioeconómica y la emergencia política de la reivindicación indígena, derivó en un proceso de politización de las nociones de diferencia racial, que representó “lo indígena” como la emergencia del “otro” primitivo, amenazante y peligroso, desprovisto de sus dimensiones de sujeto 5

Desde esta perspectiva, la cultura tiene sentidos que aluden a una raíz, con la cual se nace y no se la adquiere (Malik, 2001).

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político. En Santa Cruz este proceso se expresó a través del discurso de “lo camba” en oposición y negación a “lo colla”. Esta construcción polarizada “camba vs. colla”6 no sólo ha sido un elemento de cohesión interna frente al gobierno nacional y otorgado legitimidad a los grupos de poder local en un contexto de reconfiguración societal, sino que ha sido un recurso político que ha permitido a la elite cruceña trascender a través de los diferentes momentos constitutivos del país. Por otra parte, esta polaridad se ha convertido en un mecanismo de jerarquización social entre las clases subalternas y de igualación racial con los grupos de poder local, y que encuentran cierta sintonía, sobre todo, en momentos de conflictividad política con el gobierno nacional. En la primera parte de este trabajo, se abordará el contexto histórico de la relación entre Santa Cruz y el gobierno nacional a través de dos hitos: el periodo de aislamiento de Santa Cruz y la Revolución Nacional del 52 para observar las formas en las que se expresaron los momentos de tensión política. Esta perspectiva permitirá analizar, en la segunda y tercera parte, las expresiones del momento de la politización y despolitización de la raza del reciente proceso constituyente y su relación con los periodos anteriores.

2. La relación entre Santa Cruz y el gobierno nacional 2.1. El periodo de aislamiento de Santa Cruz En la época de auge de la plata (s. XIX), Santa Cruz fue uno de los importantes proveedores de alimentos a los centros mineros del sur, únicos núcleos de articulación entre los departamentos del territorio boliviano y el gobierno. Sin embargo, a raíz de la baja internacional del precio de este mineral y el cambio de eje por la demanda de estaño, los productos transportados por animales de carga desde el oriente fueron sustituidos por alimentos importados de Chile a precios más bajos (Pruden, 2003). Este cierre del mercado minero tuvo efectos profundamente negativos para los cruceños7, hecho que avivó la demanda de articulación ferroviaria a los gobiernos de turno. Posteriormente, la demanda internacional de la goma en 1880, empezó a atraer extranjeros hacia la región del oriente para la extracción y exportación del recurso natural. Éstos se articularon con socios en 6 7

Como expresiones de “imaginarios regionales” contrapuestos: oriente vs. occidente. En la década de los 40, refería a los descendientes de los españoles y enemigos de los salvajes indígenas. (Pruden, 2003)

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el oriente y al poco tiempo convirtieron a Santa Cruz en uno de los centros administrativos de flujo de diferente tipo de capital. Uno de esos capitales era la mano de obra de miles de siringueros arrancados de sus comunidades en el oriente8 por medio del sistema de enganche. Consistía este en un acuerdo entre un socio capitalista —extranjero— que ponía el capital y el socio industrial —boliviano oriental— que se comprometía `enganchar` mano de obra indígena para la empresa (Soruco, 2008). Este sistema y las condiciones de explotación, similares a la esclavitud, no sólo diezmaron a la población indígena de tierras bajas —considerados como seres salvajes y primitivos—, sino que generaron una serie de resistencias de los indígenas contra los carayanas o blancos ricos representantes del Estado boliviano. El último levantamiento, liderado por Apiaguaqui Tumpa en 1892 para recuperar las tierras y la libertad fue exterminado con la ayuda del Ejército (Ibíd.). El periodo de auge de la goma dio origen a los “barones del oriente”, que posteriormente derivarían en la elite cruceña (Soruco, 2008; Romero, 2008). La caída de los precios de la goma, aproximadamente en 1914, revitalizó, una vez más, la demanda de articulación de Santa Cruz con los mercados internos y externos del país. Esta demanda no sólo había sido una constante anterior al cierre del mercado de las minas del sur, sino un mecanismo que podía vincular imaginariamente a los cruceños de diferentes estamentos sociales e ideológicos ante el gobierno. Así, Andrés Ibáñez que lideró un movimiento en 1876 por la igualdad entre los hombres y contra “los doscientos pudientes que nada más había en la ciudad” (Mesa, 2003: 442), también había exigido vertebración caminera. Sin embargo, y pese haber sido combatido por la misma ‘elite cruceña’ de ese momento (Barragán y Roca, 2005) fue luego recuperado por sus ideas federalistas —aunque despojado de su sentido igualitarista federalista— las que fueron reconfigurando nociones de autonomía política y territorial de grupos clánicos de poder. Las ideas “separatistas”, al parecer, no sólo se circunscribían al mecanismo de la presión por la demanda, sino que también cobraron sentidos de amenaza, como el Memorándum de 1904 de la Sociedad de Estudios Geográficos de Santa Cruz que denunciaba el aislamiento

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Ante la incesante demanda de mano de obra, no sólo fueron “reclutados” los indígenas de las tierras bajas, sino también de las tierras altas del país (Mesa, 2003).

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físico, económico y político del oriente, y un posible desmembramiento territorial. Estas ideas cobraron mayor relevancia durante y después de la guerra del Chaco (1932–1935), espacio en el que no sólo se visibilizaron las tensiones internas entre corrientes separatistas vs. integracionistas, sino también el carácter vital de la integración física y económica del departamento de Santa Cruz con el resto del país. Fue en el contexto de la guerra del Chaco —bajo fuerte influencia de la propaganda paraguaya que anunciaba ‘la inexorable independencia de Santa Cruz de Bolivia’—, que desde la corriente separatista se construyó el mito de que “Santa Cruz nació independiente de Bolivia”. Este sostenía que Ñuflo de Chávez, fundador de Santa Cruz, ingresó a Santa Cruz por Asunción del Paraguay y no por Lima como sus coterráneos conquistadores que ocuparon las zonas altiplánicas; Chávez junto a sus hombres crearon una gobernación independiente; y finalmente que desde el momento de constitución de la República de Bolivia, los cruceños —que no estuvieron presentes en la firma del Acta de Independencia— expresaron su deseo de anexarse al Brasil (Pruden, 2003). Esta construcción mítica, a partir en los diferentes puntos de ingreso de los conquistadores españoles y el deseo independentista de grupos separatistas que reivindicaban implícitamente la condición de descendientes de los conquistadores, no sólo perfilaba el sentido político implícito en la demanda —en este caso, la exigencia de respeto a su dominio territorial e independencia política—, sino también devela el sentido latente de la disputa colonial de los descendientes hispánicos sobre los “territorios conquistados”. Estos sentidos afianzados tanto en la continuidad de la estructura señorial como en los imaginarios sociales conferían al descendiente hispánico el estatus de integrante de la sociedad jerarquizada local y nacional. Los indígenas de cualquier comunidad representaban su negación y la amenaza, de la barbarie frente al avance civilizatorio. 2 2. La Revolución Nacional de 1952 La Revolución del 52 que emergió del occidente del país, a partir de las revueltas de los sectores subalternizados contra los estamentos oligárquicos y gamonales del poder —pese a que fue apoderada por elites intelectuales—, estableció lineamientos básicos para transitar hacia un Estado realmente nacional, con base en planes de nacionalización, industrialización, diversificación del incipiente aparato productivo y homogenización de la ciudadanía boliviana. Para los cruceños, la Revolución del 52 significó la materialización de sus demandas —que

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habían expresado la tensión política entre el poder local y el poder nacional—, como la articulación vial entre Cochabamba y Santa Cruz que vinculó este departamento al resto del país, y coadyuvó en la configuración de un nuevo eje geopolítico: La Paz – Cochabamba – Santa Cruz. El plan para generar soberanía alimentaria a nivel nacional benefició sobre todo al sector agroindustrial cruceño9, a través de créditos internacionales y nacionales10 para la importación de tecnología y el avance hacia la industrialización. Por otra parte, con el fin de ampliar y dinamizar la frontera agrícola y el mercado de consumo, el gobierno propició la migración interna dirigida de familias11 desde el occidente hacia la zona del norte integrado cruceño. Pese a estas señales en la consolidación del aparato productivo, también se otorgaron concesiones paradójicas y contradictorias con el espíritu de las políticas estatales a favor de grupos de poder local, las que evitaron, por ejemplo, la desestructuración de las haciendas tradicionales del oriente del país (Soruco, 2008; Romero, 2008). Este periodo de bonanza en la relación de la elite cruceña y el gobierno nacionalista se tensionó a raíz de la demanda del 11% de las regalías, por concepto de la explotación de hidrocarburos en el departamento. Esta, que fue una exigencia cruceña al gobierno desde inicios de 1950 para el progreso urbano de la ciudad (Roca, 1979), se mantuvo bajo cierto control hasta el periodo de crisis inflacionaria resultado de los cambios y costos de los planes de desarrollo en el oriente, entre otros. La demanda estalló en el gobierno de Hernán Siles, en 1957, y alcanzó niveles de violencia armada entre milicias vinculadas al CCPSC12, la Falange Socialista Boliviana, FSB 9

Este sector también se benefició con el subsidio del precio del azúcar y canales de comercialización directa para sus productos. Fue el mayor beneficiario de los planes del gobierno (Romero, 2008; Soruco, 2008). 10 El Banco Agrícola de Bolivia, BAB, otorgó créditos a grupos empresariales de Santa Cruz, entre 1950 y 1983 significó el 44 % del total de su cartera de créditos. Entre 1972 y 1977, el gobierno de Banzer concedió el 67% del total de préstamos al empresariado cruceño, posteriormente, a pedido de condonación, éstos obtuvieron un ‘perdonazo’ y las deudas pasaron a ser absorbidas por el BAB (Romero, 2008:130-131). 11 Hasta 1964, 5.309 familias se asentaron en Santa Cruz, hasta 1976, 15.182, y hasta 1980, 28.712, en 929.110 hectáreas (Romero, 2008: 126). 12 Ver Comité Cívico Pro Santa Cruz en el Índice común de definiciones. Además, es importante considerar que el Comité Cívico Pro Santa Cruz se fundó en 1950, por instituciones representativas de la cruceñidad, para la defensa de los intereses de la región. Posteriormente esta institución, articulada con la Corporación de Desarrollo Regional, que administraba fondos provenientes de las regalías, se logró potenciar y, gracias a ello, se convirtió en un poder fáctico y con participación efectiva en los procesos políticos de tensión. Lavaud (1998) señala que el CCPSC promovió al Gral. Banzer, a través de un golpe de Estado que instaló 7 años de dictadura y fuerte endeudamiento externo.

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y el gobierno nacional del Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR.13 También resurgieron algunas expresiones de federalismo entre sectores extremistas de la FSB. En este contexto se creó la Unión Juvenil Cruceñista, UJC, en 1957, como organismo esencial del CCPSC para las acciones armadas en defensa de las demandas cívicas (Roca, 1979). Paralelamente, se incorporó nominalmente a sectores populares a la entidad de la cruceñidad, “vínculo” que garantizaba la movilización social por el 11%, además de la “legitimidad” de la representación de las familias locales en el CCPSC, en un contexto de transformaciones políticas (Lavaud, 1998). Esta tensión política entre el poder cruceño y el nacional, en un periodo de satisfacción de demandas históricas, cobra mayor sentido explicativo en el ámbito de la ampliación del concepto de ciudadanía y la llegada de migrantes desde el occidente al territorio controlado por una elite señorial (Pruden, 2003). Hasta entonces, dicha elite había afirmado su privilegio de único y legítimo representante de la sociedad cruceña en base en principios de ciudadanía calificada, nociones de casta y posesión de la tierra. Sin embargo, el voto universal, como principio de igualdad jurídica, vaciaba formalmente de legitimidad estos discursos. Por otra parte, la llegada de los migrantes desde occidente conformó un actor potencial que podría significar competencia en el plano económico y posiblemente en el político (Ibid.). Estos elementos presionaron a la elite cruceña a asumir nuevas estrategias que le permitan mantener su lugar en la jerarquía social así como sus privilegios. En este contexto de reconfiguración política, desde los ideólogos de la elite cruceña emergió el mito de “lo camba”, como una forma de generar un sentido de cohesión interna y diferenciación respecto a los “recién llegados”. Esta construcción se desarrolló con base en ideas surgidas durante la guerra del Chaco y el mito de que “Santa Cruz nació independiente”. El vínculo entre el conquistador español ingresado por el este y el indígena conquistado cobró validez sólo después de un proceso de reivindicación de origen del chiriguano, que le dio similar

13 Ver FSB en el Índice común de definiciones. Además, considerar que uno de los hechos que caracterizó la revolución del 52 fue la disolución de la fuerza militar y policial, la que fue remplazada circunstancialmente por milicias de obreros y campesinos vinculados al partido de gobierno. Por otra parte, la FSB que fue alejada del proceso del 52 por su ideología profascista y anticomunista (Mesa, 2003) fue uno de los enemigos más visibles del gobierno nacionalista, al que combatió radicalmente desde distintos frentes, uno fue el CCPSC. (Ver: Roca, 1979; Lavaud, 1998).

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jerarquía a la del conquistador. Este pasado glorioso del indígena chiriguano se construyó con base en un artículo de Nordenskjöld de 1917 que mencionaba “la rareza de que los chiriguanos hubiesen atacado al poderoso imperio incaico” (Ibíd.: 54). Este discurso se fue trastocando y reinterpretado como una feroz resistencia de los indomables chiriguanos ante el imperio inca. A esta imagen del chiriguano irreductible se unió la de los españoles —de quienes aprendieron el manejo de armas—, y con el que posteriormente lucharon juntos contra el enemigo altiplánico. Este origen glorioso entre el conquistador y el conquistado frente al colla —enemigo histórico— constituyó el origen mítico del camba mestizo. Sin embargo, la condición mestiza de “lo camba” no tiene un sentido biológico ni tampoco cultural como podría pensarse, es más bien un “mestizaje blanco” que resultaría del “sello étnico” del colonizador al colonizado en el momento de la unión mítica. Sólo en este sentido podría entenderse que “lo camba” resulte en una negación de “lo indígena” cuando éste es su parte constitutiva. Esta “desindianización del camba” ha sido fundamental para que el concepto ganara legitimidad entre los diferentes estamentos de la cruceñidad. Además, esto permitió a la elite cruceña mantener su lugar de privilegio en la jerarquía “racial”. Es decir, el blanqueamiento de “lo camba” permitió a los sectores subalternos articularse imaginariamente a los grupos de elite, sobre todo durante los momentos de conflicto contra el gobierno. Este sentido de vinculación con las elites renovó la legitimidad de la estructura señorial local (Ibíd.). Por su parte, la elite se vinculó a estos grupos desde su condición de casta y clase, manifiesta en la cotidianidad de las relaciones. Este sistemático proceso de construcción del concepto “camba” a diferencia del “colla” —y coherente con el proceso político, tal como señala Pruden—, durante los momentos de crisis inflacionaria, conflicto y movilización en torno a la demanda del 11%, emergió articulada a referencias al olvido del gobierno a Santa Cruz y la defensa de los derechos tributarios por la extracción de los recursos naturales situados en su juridicción departamental. La movilización conjunta de sectores populares que no habían sido beneficiarios del gobierno, con los que sí lo fueron legitimó a los grupos de la elite, tanto al interior de la sociedad cruceña, como para enfrentar al gobierno “altiplánico”. Esta cohesión fue posible sólo a partir del “colla”, el ”otro” de afuera (Ibíd.). Así, la construcción de lo camba respecto de lo colla, durante los momentos de conflictividad social y político, se manifestó como diferencias de origen geográfico; una especie de condición de pertenencia histórica al espacio

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geográfico habitado, y de vínculo o no con el poder político asentado en el espacio altiplánico. Después de los momentos de tensión, las diferencias de origen geográfico, cultural, de clase y las nociones de estigmatización racial atravesaron las representaciones de lo camba y lo colla de los grupos subalternos. El colla para el camba es un trabajador tenaz, pero sucio, poco ingenioso y desconfiado. Los collas describen a los cambas como flojos, bebedores. Pese a que los prejuicios tienden a desaparecer cuando se conocen, sin embargo, permanecen de manera muy fuerte (...). Entre 1964 y 1968 era común que en los restaurantes se rechace servir a los collas (Stearman, 1985:20). Por otra parte, en este periodo histórico se afirmó la idea de región, como lugares geográficos controlados por grupos de poder señorial, y políticamente como expresión de la tensión entre el poder local y el nacional. Ello, a partir de una condición de dominio territorial de una elite que en su lucha por la continuidad del control territorial, pretendía homogenizar e invisibilizar la división social y generar ideas de nación–región.

3. La emergencia de la reivindicación indígena y las expresiones del proceso de la politización de la raza Uno de los eventos que marcó el nuevo ciclo de reivindicación indígena14 fue la marcha de los pueblos del oriente hasta la sede de gobierno “por la dignidad y el territorio”15 en 1991, posteriormente expresada como la demanda por las autonomías indígenas. Este hecho manifestó el sentido latente de la demanda histórica de los pueblos indígenas, su presencia en todo el territorio nacional y emergencia como alternativa política. Las múltiples movilizaciones sociales desde el altiplano paceño en el 2000, seguidas por las organizaciones vecinales que protagonizaron la Guerra del Agua en Cochabamba, además de los sectores tradicionales de la lucha sindicalizada, y otras expresiones de sectores `particularísimos` como los amotinamientos policiales del 2000 y 200316, fueron desnudando 14 Esta reivindicación ha marcado varios ciclos de lucha política en el país, desde antes de la República; a veces como rebeliones, otras como luchas jurídicas e ideológicas, y la mayoría de las veces, como hechos invisibles. 15 Ver marcha por la Dignidad y el Territorio en el Índice común de definiciones. 16 Ver Febrero negro, Guerra del Agua y Guerra del Gas en el Índice común de definiciones. Esta serie de movilizaciones que concluyó con “la agenda de octubre” —nacionalización de los recursos naturales estratégicos, Asamblea Constituyente para re-establecer un nuevo

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la complejidad y profundidad de la crisis socioeconómica y del sistema político. Las movilizaciones tocaron un punto límite cuando el presidente Sánchez de Lozada respondió militarmente a la protesta social, masacre que derivó en su renuncia y huida del país en octubre del 2003. Estos hechos evidenciaron la legitimidad y potencialidad de las fuerzas sociales movilizadas y la fragilidad tanto del gobierno como del aparato estatal. La lucha social y política del altiplano paceño en el 2003, tuvo diferentes repercusiones en la ciudad de Santa Cruz, principalmente entre los grupos de poder representados en el CCPSC. A raíz de la inminente renuncia del Presidente los sectores cívico-cruceñistas se movilizaron a favor de su continuidad en nombre de la institucionalidad y legalidad y, al mismo tiempo, a través de la UJC reprimieron la movilización campesina que pedía la renuncia de Sánchez de Lozada. Con el ascenso del vicepresidente Carlos Mesa a la presidencia de la República los grupos de poder, a través del CCPSC, iniciaron un ciclo de movilizaciones17 en contra del centralismo y por la autonomía departamental18. Este fue el reinicio de la tensión política entre los representantes del poder local y el gobierno nacional a través de la demanda de autonomía, la que hacía resurgir el ímpetu de los grupos de antaño por la legalización de “su” derecho territorial.

pacto sociopolítico, soberanía y dignidad del Estado respecto a la políticas externas— estuvo marcada por el liderazgo de actores no tradicionales de la lucha social. En la Guerra del Agua en Cochabamba los habitantes se organizaron bajo formas barriales y lucharon hasta la expulsión de la empresa suministradora de agua, que había decidido un nuevo incremento en los precios del servicio. La Policía, como institución representante y garante del orden público, no discute ni delibera, y sólo en contadas circunstancias de su historia institucional asumió el amotinamiento como mecanismo de lucha. 17 En el primer cabildo (22/06/04) convocado por el CCPSC, los grupos de poder local consiguieron la aprobación de la convocatoria a referendum por las autonomías, sea mediante una ley o por autoconvocatoria regional. Había llegado la hora de “autogobernarse” (Peña y Jordán, 2006). En el siguiente cabildo (28/01/05) convocado por la misma instancia de la cruceñidad y en contra del anuncio del presidente Mesa de suspender el subsidio al diesel que favorecía principalmente al sector agroindustrial, los movilizados transitaron del grito de “abajo el alza de precios” a “la autonomía” en respuesta a las disyuntivas lanzadas por la dirigencia cívica. El cabildo aprobó la instalación de la Asamblea provisional autonómica para resolver el problema por “ellos mismos” (Soruco, 2008; Peña y Jordán, 2006). 18 En 1995, el gobierno nacional firmó la Ley de Descentralización Administrativa Departamental como respuesta a la exigencia departamental. Sin embargo, la radical descentralización via municipios, y como aplicación de la Ley de Participación Popular de 1994 invalidó el mecanismo departamental y dejó sin discurso de lucha a la elite cruceña (Urioste, en: Soruco, 2008).

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El ascenso del dirigente cocalero Evo Morales a la presidencia de la República con un 54% de respaldo electoral el 2006, en un contexto de manifestaciones de la crisis, originó un acercamiento imaginario de la sociedad civil al aparato estatal y la esperanza de un cambio estructural. Para los pueblos indígenas, originarios y campesinos, esto significó el hito histórico en su larga lucha contra la exclusión del espacio de la representación política. Por su parte Morales, identificado como “el primer Presidente indígena” inició su gestión con acciones y discursos que repercutieron vigorosamente en el plano simbólico, como el nombramiento de Ministra de Justicia a una mujer de pollera, extrabajadora del hogar19. El mensaje parecía claro, había llegado el tiempo de la autorepresentación de los sectores subalternizados. Las medidas económicas como “la nacionalización de los hidrocarburos”, en mayo 2006, resaltaron el rol del Estado nacional y fueron leidas como un ataque a la empresa privada por los sectores opositores al gobierno, desde la lógica del modelo de progreso y desarrollo. La instalación de la Asamblea Constituyente, AC, en agosto del 2006 para la refundación del Estado, con participación de actores individuales y colectivos, cada uno con sus visiones de mundo, derivó en un escenario de lucha abierta entre dos visiones de país. Una de ellas demandaba algunas reformas al Estado-nación, la otra pretendía transformar hacia una estructura que reflejara la condición plural de la sociedad. Los grupos de la elite cruceña, a través de sus mecanismos de representación nacional y local, exigieron el reconocimiento del régimen autonómico departamental via reforma de la CPE. En los hechos, apostaron por la movilización social para anular el espacio de la AC y legitimar una autonomía departamental de facto. Una muestra fue la radicalización de las fuerzas sociales por la ¡autonomía ya! y el constante condicionamiento y amenaza al desarrollo de la AC20. La eficacia del discurso de la autonomía departamental radicó en la apropiación de la demanda social de descentralización administrativa por grupos de poder local que la fueron reconfigurado desde su lugar y perspectiva como “la demanda de autonomía”, por ejemplo, con potestades exclusivas sobre recursos estratégicos del Estado-nación como la distribución

19 La mujer de pollera y trabajadora del hogar en Bolivia ha representado las múltiples profundidades y relacionamientos de la opresión colonial y la explotación laboral por razones de género, etnicidad y clase. 20 Cfr. Defensoría del Pueblo y Universidad de la Cordillera, 2008.

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y redistribución de la tierra (Böhrt, 2008). Por otra parte, esta demanda fue revestida de simbología indígena chiquitana, sin que ello significara una reivindicación indígena, sino una estrategia acorde con el momento histórico. Es más, el sujeto social de interpelación frente al gobierno —en semejanza con el periodo revolucionario del ‘52—, fue “lo camba”, esta vez en oposición y negación a “lo colla”. Entonces, el ciclo de politización de la reivindicación indígena —en un contexto de desnudamiento de la crisis estructural y coyuntural que dio lugar al momento reconstitutivo, y que derivó en un proceso de politización de la raza a nivel nacional— en Santa Cruz se expresó a través de la polaridad camba vs. colla. Esta polaridad fue articulando cada una de las categorías en el espacio del conflicto y desde una perspectiva de pasado, en vínculo con los mitos fundantes y otros relatos que fueron construidos y reconstruidos en el imaginario de la región vs. gobierno andinocéntrico. Así, la autonomía fue representada como una demanda histórica de los cambas ante el sometimiento del centralismo colla. La última masacre indígena, durante el periodo de auge de la goma, fue relatada como evidencia de esta constante opresión y colonialismo colla a la región oriental. La permanente migración de occidente hacia Santa Cruz fue leída como un hecho de avasallamiento territorial y cultural (Espósito, 2009). Santa Cruz fue representada como una especie de región – nación donde los collas eran sujetos extraterritoriales, “del exterior”. La autonomía se perfilaba, entonces, como proyecto de progreso ante la imposición de lo retrógrado. La traducción del conflicto político en términos de conflicto cultural —entendida como diferencia natural— llevó a considerar como una imposibilidad la convivencia de la diferencia cultural en el mismo territorio, Yo he llegado a mis cuatro años y he entrado al colegio (...). Siempre ha habido ‘el colla de mierda’, ‘el camba flojo’ esa era la gran pelea que había (...). Eso era, le puedo decir 20 años, 25 años atrás, ahora las ganas son de matarse. Ahora existe odio que no había antes (…). Alguna vez leí que una de las formas de salvar a Bolivia de una de las únicas formas de salvar a Bolivia, es justamente crear e institucionalizar las dos Bolivias. Este país ha sido ingobernable desde sus principios y es que nunca le puedes dar contento a estas dos clases de personas [cambas y collas] y no porque se hacen mal gobernante (...) lo que es bueno para uno, digamos que es malo para el otro, existir y es por una cuestión innata de historia” (Miembro de base, varón, de la Unión Juvenil Cruceñista, 02/08) La polaridad “camba vs colla” en el núcleo del discurso social explicativo de la situación política, fue la manifestación de la politización de las nociones

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de la diferencia racial. El tránsito del discurso a la violencia racial pública fue paralelo. Sin embargo, las acciones “autónomas” como el referéndum por los estatutos autonómicos, el impedimento a la llegada del Presidente de la República y sus representantes a la ciudad de Santa Cruz y; la toma y saqueo de las instituciones públicas en el departamento; entre los más difundidos por los mass media, fueron parte de los efectos del proceso de la politización de la raza. 3.1. “Lo camba vs. lo colla” como expresión de nociones de diferencia racial La construcción mítica del camba en el periodo revolucionario del 52, se manifestó abiertamente como “mestizo blanco” y en negación del indígena del oriente, pese al uso de sus símbolos de reivindicación como la expresión de “Iyambae”21. La noción racial de blanco puede evidenciarse a partir de la identificación del “traidor” a Santa Cruz. “El traidor” es el camba o cruceño de origen, quien al no apoyar la causa autonómica se posiciona en el espacio del opositor político y regional: el colla. Cuando se identifica al “traidor”, generalmente se detallan los signos distintivos de “lo colla” y de “lo camba” que deberían determinar su postura y práctica política como expresa este joven en el contexto de la defensa del Plan 300022, en septiembre 2008: Una vez ahí, ya vemos ese toque racial que tenían las personas contra nosotros, nos decían —traidores, tu sós blanco, traidor venite a este lado, traidor— me decían (Dirigente de la Organización Juvenil Luis Espinal, 28/10/09). Desde la mirada del camba, lo colla representa una condición de “raza”, identificado por sus rasgos fenotípicos “pómulos sobresalientes, bajito, morenito” determinados por su origen geográfico y biológico. Desde la visión del indio mítico, se le caracteriza como “odiador, vengativo y desleal” con la tierra que le acogió. De una condición mental de inferioridad de alguien que no entiende, no sabe, no decide, por lo que no se le reconoce su dimensión política. En contraposición, el camba mestizo blanco sería sujeto de derechos por su posición de superioridad. Finalmente, la diferencia de posicionamiento político se expresó como una condición esencialista,

21 Iyambae =del guarní: “pueblo sin dueño”. 22 Ver Plan 3000 en el Índice común de definiciones.

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Por sólo el hecho de ser masista, ya sós colla. Por sólo el hecho de apoyar al Presidente, ya sós campesino, ya sós cocalero, ya sós narcotraficante. Hay un fuerte racismo. Solamente las personas de pollera, solamente los que utilizan abarcas, solamente los que tienen una hoja de coca en la boca, son personas que apoyan al gobierno. Personas que son de tez blanca, personas que son universitarios, personas que tienen apariencia camba, como se le dice aquí, es extraño y reniegan cuando uno dice: yo apoyo este proceso, yo voy con Evo. Nos ven en manifestaciones, ¡masistas!, y nos tachan de collas, nos tachan de indios, nos tachan de pícaros. (Dirigente de la Juventud Igualitaria Andrés Ibañez, 09/09). La diferencia de posicionamiento político también expresa connotaciones ideológicas, sociopolíticas y económicas atravesadas por imaginarios civilizatorios de “atraso y progreso” y principios y valores universales. Ser autonomista significaba ser progresista, defensor del sistema de mercado incluyente y sinónimo de libertad. Este proceso de politización de las nociones de la diferencia racial, subyacentes en la representación de lo camba vs. lo colla, muestra la continuidad de estas categorías “opositivas” tanto como recursos articuladores de elementos en disputa, temporalidades y significados, como cohesionadores y legitimadores del poder local frente a la representación del poder nacional en momentos de reconfiguración de lo social. Sin embargo, sus expresiones han variado de acuerdo a los significados en disputa o reconfiguración; así “lo camba” en el contexto del 52 pretendió representar un sentido de homogenización —con sentidos de reconocimiento de ciudadanía— con base en referencias de pertenencia a un lugar común, mientras que en contexto del 2008 “lo camba” se revistió de un sentido ambivalente de lo indígena, “mostrándolo” sin representarlo. Es decir, el proceso sistemático de reconstrucción ideológica y política de “lo camba” durante el 52 se expresó recientemente a través del sentido común, no sólo como diferencias naturales en base a determinantes de tipo biológico-cultural y de medio ambiente, sino además, incorporando la diferencia de posicionamiento político como una manifestación de la supuesta determinación de las diferencias naturales.

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4. El cambio en la correlación de fuerzas y la despolitización de la raza La masacre de campesinos en El Porvenir, Pando23 en septiembre del 2008, significó el momento más alto de la conflictividad política. La intervención militar del gobierno en el lugar de los hechos marcó un punto de retorno de la escalada de violencia a nivel nacional. La detención del prefecto de Pando y otros actores locales como el periodista Melgar, quien emitió amenazas públicas abiertamente racistas contra el presidente Morales, fueron debilitando los organismos paralelos y “supraestatales” de la oposición regionalizada como el Consejo Nacional Democrático, CONALDE. Por otro lado, la desarticulación del grupo armado de Rozsa24, vinculado supuestamente a grupos de poder local movilizados contra el gobierno, significó un golpe a la estructura del CCPSC que por más de 50 años fue, y sigue siendo, la fuente de base social e institucional de los grupos de poder cruceño. La movilización de los sectores sociales de todo el país hacia la sede de gobierno en octubre del 2008, en demanda de la convocatoria a un referéndum para aprobar la nueva CPE, les permitió retomar el protagonismo político en las movilizaciones. Finalmente, la aprobación de la nueva CPE en enero del 2009, definió un cambio en la correlación de fuerzas a favor del gobierno. La aprobación de la autonomía departamental en la nueva CPE, junto a los otros niveles de autonomía, no sólo significó una derrota política y económica —la inversión en la movilización no dio 23 Según el informe de la Defensoría del Pueblo, desde los primeros días de septiembre y bajo el anuncio de toma de instituciones públicas y masificación del bloqueo por el Consejo Nacional Democrático, CONALDE, “hasta la restitución de la autonomía”, la situación de conflictividad en Pando fue tomando rumbos vertiginosos. El 5 de septiembre, los grupos autonomistas movilizados tomaron el aeropuerto de Cobija y una avioneta militar con “pertrechos militares”; los medios de comunicación suspendieron transmisiones. El 6 de septiembre, la Federación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos convocó al ampliado departamental para tratar temas de coyuntura y la problemática de la tierra. Desde el 10 de septiembre, los comunarios empezaron a salir de sus comunidades para asistir al ampliado, pero fueron impedidos de llegar al lugar de concentración. Las emboscadas y posterior persecución armada y eliminación de “campesinos e indios” resultó en la muerte de aproximadamente 19 personas. (cfr: Informe Defensorial de los hechos de violencia suscitados en el mes de septiembre de 2008, en el departamento de Pando). 24 Ver Grupo Rosza en el Índice común de definiciones. Además considerar que según la postura oficial del gobierno, este grupo habría sido contratado por grupos radicales de poder cruceño para iniciar una lucha interna hasta el derrocamiento del gobierno o la división de Bolivia. Algunos portavoces del CCPSC afirman que fue el gobierno quien contrató a este grupo, y que algunos radicales cayeron en la anzuelo.

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los resultados esperados—, sino que dejó sin discurso reivindicativo a los grupos de poder local, por lo menos eventualmente. Fueron estos hechos y la coyuntura de convocatoria a nuevas elecciones generales,25 rumbo a la implementación de la nueva CPE, los que terminaron de desplazar el discurso de la reivindicación indígena de la agenda política y la politización de la raza como mecanismo de respuesta. Es decir, la toma de control de la situación por parte del gobierno implicó un repliegue de hecho en las acciones de la oposición. Por otra parte, los pactos y alianzas estratégicas del gobierno con sectores de la clase media urbana, grupos empresariales, facciones partidarias tradicionales y otros, en el momento electoral, consolidó el desplazamiento del espacio político de la emergencia de la representación indígena-campesina como actor protagónico. Este doble proceso de repliegue del espacio político de los discursos y contradiscursos sobre lo indígena marcó el momento de la despolitización de las nociones de la diferencia racial subyacentes en los elementos en disputa. En Santa Cruz el proceso de despolitización de la raza se expresó en el vaciamiento del discurso de la reivindicación camba del espacio político. La ausencia de este recurso de articulación, cohesión social y de movilización por la autonomía también repercutió en las expresiones de violencia racial pública. Sin embargo, no significó una total ausencia de los hechos de violencia contra “lo colla”, más bien se sucedieron expresiones “ocasionales”, posiblemente como resabios del proceso de politización de las nociones de la diferencia racial o rasgos de una situación normalizada26. La ausencia de la UJC —grupo de choque de la CPSC—, en el espacio público parecía asegurar las actividades proselitistas del MAS como la apertura de las casas de campañas en pleno centro de la ciudad. Las opiniones diferentes a la postura del poder local pudieron ser expresadas sin temor a represalias,

25 Junto a las elecciones generales para diciembre del 2009 se convocó al referéndum por las autonomías en los cinco departamentos que anteriormente habían manifestado su negativa. Las preferencias por el “Sí” o por el “No”, no tuvieron ninguna relevancia en el escenario electoral, posiblemente, como resultado de la pérdida del discurso de la autonomía por parte de la oposición regionalizada. 26 En el primer proyecto de investigación sobre racismos y regionalismos algunos dirigentes campesinos entrevistados se sorprendían de la sorpresa de los investigadores al conocer las acciones de castigo físico y público a los collas en el departamento de Santa Cruz.

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Antes yo subía al micro, siempre asqueándose o haciéndose a un lado de la gente que cree que es del interior o algo. Y hoy veo que ya no hay tanto eso, estoy viendo que está cambiando, ya son más tolerables. La gente ya no se grita como antes, no sucede, no estoy viendo ya tantos casos parecidos, pero antes si los veía muy seguido. (...) Inclusive hoy mismo, cuando yo me venía al trayecto para acá, hice alguna alusión al partido en defensa. Nadie me miró, nadie me insultó, nadie me crítico, y no me importa y si lo van hacer. (Miembro de base, mujer, de la Organización Juvenil Luis Espinal, 26/10/09). En este proceso de repliegue de los elementos en disputa del espacio político, donde subyacen las nociones de diferencia, se puede entender el tránsito de un espacio de completa intolerancia a otro de tolerancias y signos normalizados. Proceso expresado en la ausencia de violencia física, simbólica y pública contra los collas, tolerancia a la diferencia de opinión respecto a los grupos de poder local, además de cierto júbilo por el avance hacia la democratización de espacios con profundos resabios señoriales. 4.1. “Lo camba” y “lo colla” como expresión de múltiples diferenciaciones Si bien el discurso camba vs. colla desapareció del espacio político, desde el espacio privado surgieron una serie de certidumbres respecto a estas representaciones. Una de las consideraciones generalizadas que estuvo presente, incluso en el momento de la politización, fue que los grupos de poder local utilizaron hábilmente las diferencias existentes dentro de la sociedad cruceña. Es decir que, “lo camba” a diferencia de “lo colla” representa un imaginario dominante dicotómico entre lo que se es y no se es; un mecanismo de jerarquización que ha sido construido cotidianamente a partir de las supuestas diferencias fenotípicas junto a las diferencias culturales. Así, la higiene, el aspecto físico, la clase social, la referencia cultural, el lugar de origen y acceso a privilegios, son las expresiones de diferenciación del imaginario de lo colla a diferencia de lo camba. Al joven estudiante desde antes, desde hace años en Santa Cruz, en toda la zona oriental, se le enseña con una actitud machista, machista, netamente machista. Y a todas las personas que llegan del interior se las bajonea desde niños. Cuando llegan con el acento, empiezan a bajonear, diciendo que lo colla es lo peor, que los collas son cochinos, que los collas son hediondos, que los collas no saben nada, que los collas son tímidos. Que podemos hacer lo

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que sea con los collas, por sólo el hecho de ser camba. Ser camba es ser limpio, ser camba es ser bien, ser camba es conseguir bonitas mujeres, ser camba es así. Desde el colegio empieza esa mentalidad. Es por eso que la mayoría de los jóvenes, cuando va un presidente indígena a la cabeza, sienten eso, ese rechazo a mi me enseñaron desde colegio que, un colla es así, es así, así, y ahora ¿tengo que hacerle caso a un colla? ¡No! Es por eso que la derecha toma como un arma principal eso. Es por eso que se pone a mujeres bonitas, se utiliza a agencias de modelos, a cantantes de Santa Cruz. Atrae eso al joven, ponen de un lado a jóvenes del occidente, bajitos, morenos, que no saben hablar bien el castellano, y ponen del otro lado, a modelos, a personas conocidas de Santa Cruz, y ponen a elegir al joven ¿quieres estar de este lado o del otro? Usan más lo que es imagen, y no en sí ¿qué es lo que te ofrece este lado, y qué es lo que te ofrece este otro lado? (Dirigente de la Organización Juvenil Luis Espinal, 28/10/09). Estos imaginarios de jerarquización, al ser politizados, no solo han puesto de manifiesto sus sentidos normalizados en el espacio de lo político, sino que tambien han articulado la diferencia de posicionamiento político con las nociones de diferencia racial y, en muchos casos, han sido leídos como una expresión de las nociones de la diferencia racial. Es decir, la diferencia política esencialista ha empezado a incorporarse a los imaginarios dominantes de lo camba y de lo colla, como parte del repertorio de las múltiples expresiones de diferenciación. Hay muchas diferencias, muchas diferencias en las formas de expresarse, de hablar, y de pensar también. Porque, cómo le puedo decir, en pensar en forma política, el pensamiento político, y eso. Y... en la manera de hablar y la manera de comportarse” (Miembro de base, mujer, de la UJC, 4/11/09). Por otra parte, las representaciones de lo camba, a diferencia de lo colla han expresado sentidos de pureza como forma de legitimación de sus acciones y su pertinencia de ser o no cambas. Así, se identifica al “camba verdadero” como al indígena oriental ligado a su hábitat “natural”. Esta imagen del camba puro está en el sentido común de gran parte de la gente, Un camba neto, neto, te puedo decir que es aquel que te saluda, te dice hermano, te da su casa, te da de comer. Igual que en el interior, es la misma, es eso. Yo conocí a varios, pero cambas nacidos realmente cambas, o sea los que viven ahí en el campo. Entonces yo le puedo decir que un camba, un camba, no es como se comporta la Unión [UJC]. Miembro de base, varón, de la Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, 09/09).

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La valoración de una supuesta condición de pureza del camba (indígena), también se afirma en el sentido negativo que se le da al mestizaje (biológico y/o cultural) del camba con el colla, desde una dimensión moral. Se considera que el camba-colla es quien pretende afirmarse en su “nueva condición camba” autonegándose y castigando a los otros collas. Estas referencias expresan la continuidad de una condición polarizada y esencialista, que se afirma o no desde una condición moral e instrumental. Es decir, al colla-camba se le puede reconocer como camba si lucha por el interés de la región; pero si en su lucha se identifican elementos negativos e indeseables, se le identifica como colla. En el proceso de despolitización de las nociones de diferencia racial, la representación de lo camba, a diferencia de lo colla, muestra los sentidos profundos de esta construcción con base en diferencias de tipo naturalizante, y que el momento de politización ha incorporado la diferencia política como expresión de las supuestas determinantes naturalistas. Por otro lado, la disputa por los sentidos de pureza y coherencia de estas representaciones muestra la condición ambivalente de quienes pueden o no identificarse como cambas, y de la misma representación. El concepto de lo camba como noción homogenizante parece resistir a su propia contradicción faccionándose en diferentes “tipos de cambas” —camba-cruceño, el camba-colla, camba–camba—, pero que finalmente se asienta en sentidos esencializantes. Sin embargo, lo camba–camba que sería la expresión más pura y coherente, resulta ser una negación de lo camba como concepto aglutinante. Entonces, lo camba como noción homogenizante y como signo jerarquizante deviene en la condición vital para dinamizar sus sentidos deterministas.

5. Conclusiones En el contexto boliviano, los procesos de significación de la raza, sus formas de expresión y emergencias en el espacio político estuvieron marcados por sus propias complejidades, coyuntura y una larga dinámica de historia de enfrentamientos y negociaciones entre las regiones y el gobierno central. En el caso cruceño, la condición colonial y oligárquica del Estado boliviano —posterior a la República— configuró las relaciones entre el gobierno nacional y los representantes de Santa Cruz en torno a la extracción de minerales del occidente. En el periodo de auge de la goma, el carácter extractivista del Estado y señorial de las castas políticas coadyuvó en la constitución de oligarquías en el oriente, semejantes a las mineras, que se representaron como dueños del territorio, y en momentos

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de tensión con el gobierno no sólo lucharon por demandas concretas sino también por tener legalidad en el control del territorio. En este periodo, los indígenas del oriente representaban la amenaza y negación de la condición civilizatoria de los descendientes hispánicos. Además, como parte de la ideología racial del momento, se llevaron a cabo acciones de exterminio desde el Estado (Demelas, 1981). La denominación de lo camba se manifestó en el contexto de la hacienda y en relación con el patrón, aunque durante la guerra del Chaco se ensayó la articulación entre el indígena conquistado y el descendiente colonizador a través del mito “Santa Cruz nació independiente”. El periodo revolucionario del 52 llevó a los grupos de poder local a configurar el mito de “lo camba” como un concepto de cohesión interna y de diferenciación con el migrante del occidente o “lo colla”. Este sentido de homogenización coherente con el sentido de ciudadanía y en relación con las demandas insatisfechas por el gobierno, generó legitimidad para los grupos de poder local cuyos discursos de casta y ciudadanía calificada habían sido puestos en cuestión por el discurso de la igualdad en base al voto. La construcción de lo camba -a diferencia de lo colla- expresado durante los momentos de tensión como diferencias preponderantemente de pertenencia a un lugar común, posteriormente, expresa diferencias de rango, culturales, de procedencia geográfica y nociones fenotípicas, sobre todo entre los sectores subalternos. Para los grupos de poder “lo camba” significó una definición alternativa, tanto en sus estrategias de legitimación interna como frente al gobierno (Pruden, 2003). El reciente proceso constituyente que emergió como respuesta a la crisis y la reivindicación indígena llevó a los grupos de poder local apostar por la autonomía departamental frente a la AC. La articulación del discurso de autonomía y de “lo camba” como referencia a “lo indígena” pero sin su presencia, fue el núcleo articulador de las categorías en disputa y elemento explicativo de la problemática social y política bajo criterios de diferencias naturalizantes y jerarquizadas. Las expresiones de este proceso de politización de las nociones de la diferencia racial no sólo alcanzaron a la racialización del discurso social, sino que gatillaron la violencia racial pública contra todo lo identificable como “lo colla”. Además, las acciones “autonómicas” de facto pudieron derivar en un enfrentamiento civil. Por otra parte, los sentidos de lo camba vs lo colla evidenciaron la internalización de criterios naturalizantes que posibilitan nuevas articulaciones con sentidos deterministas. En este caso, la diferencia de posición política fue incorporada como expresión esencializada y como criterio determinante.

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La desarticulación de la demanda de autonomía de los imaginarios de lo camba y colla, como resultado del cambio en la correlación de fuerzas, marcó el proceso de despolitización de las nociones de la diferencia racial expresado en el repliegue de la polaridad camba-colla del discurso social, hecho que repercutió en la ausencia de las acciones de violencia física pública, y el “retorno” de la presencia institucionalizada del Estado. Sin embargo, en el espacio privado “lo camba” y “lo colla” expresaron una multiplicidad de diferencias jerarquizadoras determinadas por condicionantes naturales, y que al mismo tiempo, dinamizan los sentidos jeraquizantes. Entonces, se podría decir que “lo camba”, a diferencia de “lo colla” como recurso articulador de elementos en disputa, homogenizador y al mismo tiempo diferencialista, ha significado un mecanismo eficaz para la legitimación de los grupos de poder local en la estructura tradicional de jerarquías frente a procesos de transformación histórica. Finalmente, se podría indicar que los procesos de politización y despolitización que aproximan a las complejas articulaciones de las diferentes dimensiones de los elementos en disputa política con las nociones de la diferencia racial, evidencian las profundidades de los imaginarios jeraquizantes con base en criterios naturalizantes y su capacidad de acción en un contexto de politización. Es decir, el tránsito de las situaciones normalizadas —lo políticamente correcto— a las políticamente necesarias —desde la humillación hasta la eliminación del otro—; entonces, “la acción racial” como lo políticamente correcto en un momento de predominio de la fuerza social movilizada sobre la materialidad y subjetividad de las nociones de estatalidad, como fue evidenciado en los espacios territorializados de la llamada “media luna27”. La politización y despolitización, como procesos que permiten visibilizar los tránsitos de lo normalizado a lo “exacerbado” también muestra el doble caracter —o vital— de las nociones de la diferencia racial que se dinamizan articulándose a una serie de dimensiones, temporalidades y significados y, al mismo tiempo, resitúan los límites de su sentido jeraquizante desde su lógica naturalizante. Este doble caracter hace que su politización sea el mecanismo más efectivo de lucha política en espacios con profundos sentidos señoriales, ya que al politizar la raza se articulan los diferentes elementos del espacio del conflicto político a partir de la lógica determinista (naturalista) y, al mismo tiempo, le permiten replegarse en su sentido meramente racial. 27 Ver Media luna en el Índice común de definiciones.

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El boom de los grupos juveniles: Dinámicas y características de las organizaciones juveniles en Santa Cruz Khantuta Muruchi y Andrés Calla

1. Introducción Entonces, los grupos juveniles políticos son dos: uno es del oficialismo y otro es de la oposición. Los jóvenes, de alguna manera mencionados, son todos de Juventudes MAS, ellos de alguna manera han seguido el mismo ejemplo. Gracias a Dios, el haber creado un grupo juvenil acá en Santa Cruz ha sido un aporte a este departamento ya que ha servido para que otros jóvenes repliquen lo mismo, generen su grupo juvenil en este departamento. (…) En su momento se había generado ese boom de los grupos juveniles. (Dirigente, varón, Organización Juvenil Luis Espinal) Según la percepción de sus integrantes, las organizaciones de jóvenes de la ciudad de Santa Cruz, cobraron mayor presencia desde el año 2005. Así como menciona el dirigente de la Organización Juvenil Luis Espinal, refiriéndose a la formación de organizaciones de jóvenes con carácter político, en Santa Cruz se habría experimentado un boom de los grupos juveniles”. El desarrollo de las organizaciones juveniles en Santa Cruz se produce en un contexto de polarización política regional e identitaria. Esta oposición se da, fundamentalmente, entre los prefectos y Comités Cívicos de la “media luna”1 y el gobierno del Movimiento al Socialismo, MAS2 y está marcada por altos niveles de racismo y violencia. La elite cruceña, representada por el Comité Cívico Pro Santa Cruz, CCPSC, que encarna la oposición al gobierno del MAS, ha protagonizado, en los últimos cuatro años, disputas políticas y conflictos callejeros violentos. Estas disputas políticas entre el gobierno del MAS y el Comité se han manifestado en los 1 2

Ver Media Luna en el Índice común de definiciones Para esta y siguientes siglas, consultar el siglario

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referéndums realizados durante los últimos cuatro años3, y han generado altos niveles de violencia. Este contexto generó una exacerbación del racismo Particularmente, la Unión Juvenil Cruceñista, UJC, reconocida como el grupo de choque del Comité Cívico Pro Santa Cruz, se caracterizo por el uso de la violencia en contra de manifestantes que se caracterizaban por ser migrantes collas, indígenas, o “masistas”. A pesar de ello, la UJC ha sido reconocida como una de las organizaciones de jóvenes con mayor trascendencia histórica e impacto sociopolítico sobre la sociedad cruceña. Actualmente su actividad es difícilmente perceptible. En el período en que se realizó esta investigación (septiembre - noviembre 2009) fue difícil ubicar y contactar a miembros y dirigentes activos de la UJC. Sin embargo, se encontró una variedad de organizaciones de jóvenes involucradas en el ámbito político, social y cultural que cobraban mayor trascendencia en la sociedad cruceña. El interés de este artículo es abordar el estudio de las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz, y responde a las siguientes preguntas: i) ¿cuáles son las características de estas organizaciones y de qué tipo son?, ii) ¿cuáles son las motivaciones de los jóvenes para involucrarse en estas organizaciones? y, iii) ¿de qué modo estas organizaciones y sus miembros se incorporan a la dinámica política y social? Este estudio de las organizaciones juveniles pretende, asimismo, analizar la participación de los jóvenes tanto como actores sociales y políticos — así como a través de las mismas organizaciones—, en la dinámica política y social. Las organizaciones de jóvenes surgen como entidades que pretenden ser autónomas, pero su permanencia depende, por un lado, de la relación que mantienen con los adultos —en tanto condición generacional— y, por otro lado, de la relación que desarrollan con entidades políticas, cívicas u

3

En el año 2006 se realizó el Referéndum para las Autonomías Departamentales y la convocatoria a la Asamblea Constituyente; en mayo del 2008 la prefectura de Santa Cruz convocó al referéndum por la aprobación o rechazo de los Estatutos Autonómicos Departamentales; en agosto de 2008 se realizó el referéndum revocatorio de presidente y vicepresidente de la república, y prefectos de departamento; en enero de 2009 se realizó el referéndum revocatorio y dirimidor de la nueva Constitución Política del Estado; en diciembre de 2009 culmina este largo periodo electoral con las elecciones presidenciales.

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ONG. Estas relaciones delimitan, en gran medida, el tipo de participación y de actividades que realizan las diferentes organizaciones y el alcance de los jóvenes como actores sociales- políticos. Así, las organizaciones se enfrentan a una constante tensión y disputa por ser autónomas respecto de las entidades con que se relacionan, y, al mismo tiempo, pugnan por reivindicar su condición de jóvenes como actores políticos y sociales. Para desarrollar este argumento creemos necesario presentar una breve descripción de la metodología utilizada en la investigación; posteriormente una descripción general de las organizaciones juveniles y, finalmente el análisis de sus dinámicas políticas y sociales.

2. Trabajo de investigación El periodo del trabajo de campo abarcó el período de septiembre a noviembre de 2009, y estuvo fuertemente marcado por la campaña de las elecciones presidenciales de diciembre. En la primera fase de esta investigación y a través de contactos y referencias personales que se obtuvieron en las últimas investigaciones del Observatorio del Racismo. se identificaron 19 organizaciones juveniles en la ciudad de Santa Cruz. Luego, para obtener un panorama general de las organizaciones juveniles se entrevistaron a los representantes de estas organizaciones El resultado de estas entrevistas es sugestivo. Entre el 2005 y 2009 surgieron varias de las organizaciones de jóvenes con actividad política, y según sus miembros se habría producido, un boom, un incremento desde el año 2005. Este surgimiento se produjo en respuesta a los ataques y agresiones que sufrían los cruceños que apoyaban al MAS por parte de la UJC4 , y se relaciona con el nuevo contexto político generado por el gobierno del MAS. Así, de las 19 organizaciones, once de ellas expresaron su apoyo al proceso de cambio y su afinidad al MAS5, a estas organizaciones las 4 5

Para mayor información ver: Observando el racismo: Racismo y regionalismos en el proceso autonómico: Hacia una perspectiva de clase. La Paz: Defensoría del Pueblo; Universidad de la Cordillera, 2009 La presencia de las organizaciones pro proceso, en la actualidad, suman más de 11 organizaciones. que responden a una forma de organización territorial en función a los 12 distritos de la ciudad de Santa Cruz: cada organización juvenil corresponde a un distrito. También existen otras organizaciones que se articulan a la Universidad Mayor Gabriel René Moreno y a la Central Obrera Departamental.

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denominaremos “pro proceso”. Cuatro organizaciones se identificaron contra el proceso y su afinidad al CCPSC, a estas las denominaremos “pro cívicas”. Finalmente, otras cuatro organizaciones se desarrollan en el ámbito socio-cultural. Estos datos llaman la atención dado que Santa Cruz representa la oposición al actual gobierno y la presencia de organizaciones aliadas al Comité es mínima frente a las afines al MAS. De las 19 organizaciones juveniles, se eligieron nueve para realizar un seguimiento a sus miembros y dirigentes —por medio de entrevistas semi - estructuradas—, y también a sus actividades como ser talleres, reuniones, asambleas, conferencias de prensa, actos proselitistas, y también actividades culturales como, por ejemplo, obras teatrales. El criterio de selección de las nueve organizaciones fue el de conseguir una representación de los tres tipos de organizaciones juveniles identificadas: Entonces, se escogieron cinco organizaciones pro-proceso: Juventud Igualitaria Andrés Ibañez, Organización Juvenil Luis Espinal, Organización Juvenil Marcelo Quiroga Santa Cruz, Unión Juvenil Popular y Columna Sur; dos organizaciones pro- cívicas: Acción Joven y la Casa de la Juventud; y dos organizaciones socio-culturales: Fundación de Arte y Cultura ALBOR, y la Asociación Civil de Arte, Cultura y Deporte San Isidro. Si bien se inició el trabajo de campo con nueve organizaciones juveniles, debido al contexto político que generó la alianza del MAS con ex dirigentes de la UJC, en la etapa final del trabajo se incluyeron a otras dos organizaciones: Jóvenes por el Cambio (conformada por ex dirigentes unionistas) e Instrumento de Jóvenes del MAS – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, IJMAS-IPSP.

3. “El ejercito de Evo Morales”: las organizaciones afines al MAS En esta categoría se incluyen siete organizaciones: Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, Organización Juvenil Luis Espinal, Organización Juvenil Marcelo Quiroga Santa Cruz, Unión Juvenil Popular y Columna Sur, Jóvenes por el Cambio (conformada por ex – dirigentes unionistas), e Instrumento de Jóvenes del MAS – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IJMAS-IPSP). 3.1. Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez Plan 3000 El 5 de enero de 2006, un grupo ex integrantes del MAS, fundó esta organización que antes llevaba el nombre de Nuevo Amanecer y que se

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vinculaba a la Secretaría de Juventudes del MAS como representación del Distrito 8. Decidió cambiar su nombre como una estrategia para captar más integrantes y presentarse como una organización social autónoma del MAS. Esta organización corresponde únicamente al Distrito 8, donde se encuentra la zona del Plan 3000. Su estructura se asemeja a la sindical, compuesta por diferentes carteras y donde las decisiones se toman en las asambleas. Dos mujeres ocupan el cargo de vicepresidente y de la representación en las Juventudes del MAS, respectivamente. Uno de sus dirigentes es ex miembro de la UJC. Sus miembros alcanzan a 105 inscritos, de los cuales 40 son miembros activos. La mayoría de sus integrantes son migrantes o hijos de migrantes de los diferentes departamentos de Bolivia y se dedican a estudiar y trabajar al mismo tiempo. Algunos de ellos son hijos de padres que fundaron el Plan 3000, quienes ahora son comerciantes o artesanos. Esta organización se dedica también a realizar actividades sociales, como el festejo del Día del Niño y Día de la Madre. Asimismo realizan kermeses para autofinanciarse. Sin embargo, para obtener apoyo económico también se acercan a distintas entidades como la Cooperativa de Agua del Plan 3000, COPLAN, e instituciones del gobierno La formación política es una de las áreas que prioriza esta organización, en coordinación con algunos ministerios y otras instituciones como el Ministerio de Culturas, el Ministerio de Educación, Fundación Tierra, Corte Nacional Electoral, CNE. Con estas entidades también coordinan para dar a conocer los logros del gobierno de Evo Morales y apoyan a los candidatos del MAS en las campañas electorales. 3 2. Organización Juvenil Marcelo Quiroga Santa Cruz Se creó en julio del año 2006 a iniciativa de ex integrantes de las juventudes del MAS y se organizan motivados por la necesidad, por un lado, de crear una organización autónoma distinta a la estructura del MAS, y por otro lado, para contrarrestar las agresiones que el CCPSC desplegaba a través de la UJC contra los disidentes al movimiento por la autonomía. Según sus integrantes, adquieren el nombre de Marcelo Quiroga como una fuente de inspiración por su “ideología” política y su trayectoria de lucha. La estructura de esta organización se asemeja a la sindical, compuesta por diferentes carteras, y eligen a sus dirigentes en ampliados. El número de miembros es de aproximadamente 100, de los cuales 50 son activos. 30% de sus integrantes son mujeres, pero todos los dirigentes son varones.

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Sus miembros pertenecen a distintos distritos de la ciudad de Santa Cruz, estudian en la Universidad pública y trabajan. La mayoría son migrantes o hijos de migrantes de los distintos departamentos de Bolivia. Sus padres son transportistas o comerciantes y dirigentes de organizaciones sociales. Dos de sus miembros son ex – integrantes de la UJC. Entre sus diversas actividades, destaca el apoyo en las campañas proselitistas a candidatos del MAS. También realizan actividades asistencialistas, como la organización de campeonatos de futbol; festejos para el Día del Niño para los niños de las calles; kermeses y rifas. Otra actividad que priorizan es la formación política y formación de líderes. 3.3. Organización Juvenil Luis Espinal Se creó formalmente el 20 de febrero de 2008 por un grupo de ex – integrantes y fundadores de la organización Marcelo Quiroga que se distancia de ésta por disputas internas en torno al protagonismo político y control de poder. Los fundadores escogen el nombre de Luis Espinal motivados por su trayectoria de lucha. Las motivaciones que llevaron a este grupo a crear otra organización fueron las de seguir con el objetivo de la “defensa del proceso de cambio”, persistir como un grupo de resistencia a las agresiones de la UJC, y profundizar la formación política. Respecto a su estructura, está compuesta por un directorio que se asemeja también a una forma sindical. Todos los dirigentes son varones, con excepción de la cartera de Secretaria de Actas que la ocupa una mujer. Sus miembros alcanzan, según sus dirigentes, aproximadamente a 300 integrantes de diferentes distritos de Santa Cruz. El origen de la mayoría de sus miembros es migrante de los distintos departamentos de Bolivia. Los padres de alguno de ellos son ex relocalizados, dirigentes de organizaciones sociales, transportistas, comerciantes, o maestros. La mayoría de sus miembros estudian y trabajan. En períodos electorales, sus actividades se concentran en las campañas proselitistas de los candidatos del MAS, realizando caminatas, tirando vallas de los candidatos opositores, y pintando grafitis. Esta organización también se dedica a la formación de líderes. 3.4. Unión Juvenil Popular A iniciativa de miembros jóvenes de la Central Obrera Departamental, COD, de Santa Cruz y de su actual secretario ejecutivo, Lucio Vedia, se creó la organización Unión Juvenil Popular el 26 de julio del año 2007.

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Sus fundadores, motivados por las constantes agresiones racistas de la UJC hacia los migrantes “collas”, y por cambiar el estigma del joven “violento” cruceño, vinculado a la UJC, decidieron adoptar el nombre de Unión Juvenil Popular como una forma de proyectar otra imagen de los jóvenes y para vincularse políticamente a la estructura de las Juventudes del MAS. Respecto a su estructura, esta organización se concentra en promover la formación de “células barriales” y cuenta con una directiva, que tiene a una mujer como su vicepresidente. Sus miembros alcanzan aproximadamente a 100 personas, de las cuales 60 son miembros activos. La mayoría de sus integrantes son migrantes o hijos de migrantes. Y, como afiliados a la COD, algunos de ellos se dedican a la actividad de la microempresa. Las actividades que realizan son kermeses y rifas para recaudar dinero y financiar alguna de sus actividades, como también para repartir el dinero recaudado entre la gente que necesita. Esta organización realiza talleres y seminarios para capacitar políticamente a sus miembros y debatir públicamente con sus “adversarios”. 3.5. Columna Sur Este proyecto nace en marzo del año 2009, con el apoyo y la motivación de personalidades políticas del MAS como Hugo Salvatierra, ex ministro de Desarrollo Rural en la gestión del 2006, y Gabriela Montaño, actual senadora del MAS. La Columna Sur, no es una organización juvenil propiamente dicha, más bien es un proyecto que pretende aglutinar a las distintas organizaciones juveniles con tendencias socialistas. Tiene nueve miembros fijos, quienes al mismo tiempo son integrantes de la organización Jóvenes Socialistas Santa Cruz6. Así, la frontera entre los Jóvenes Socialistas y la Columna Sur es difusa. La estructura de la Columna Sur incluye “una comandancia” que está compuesta por 8 de sus integrantes. La comandancia es una forma de asignar tareas y liderazgo a los miembros en las actividades que realizan, y es un reconocimiento al mérito de los integrantes que han ido asumiendo mayores responsabilidades7 6 7

La organización Jóvenes Socialistas fue creada el año 2007 para formar una organización juvenil que pueda incorporarse a la estructura del MAS, y tiene su base en la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Gabriel René Moreno. Las personas que ingresan a la Columna Sur obtienen un brazalete de color negro, y en la medida que adquieren más responsabilidades reciben una pañoleta y una gorra que los distingue en grado jerárquico.

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El origen de sus miembros es variado. Entre ellos hay migrantes del occidente de Bolivia, de las provincias de Santa Cruz, y también hay hijos de familias cruceñas. La mayoría de sus integrantes estudian la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Gabriel René Moreno. Los padres de alguno de ellos son profesionales, mientras que otros se dedican a la actividad comercial. La Columna Sur se dedica exclusivamente al proceso de formación intelectual. En este sentido, las actividades que realizan son: talleres políticos en las zonas rurales y otros dirigidos a las distintas organizaciones de la ciudad de Santa Cruz; talleres de formación política a otras organizaciones de jóvenes y talleres de formación interna. Bajo esta lógica, la Columna participo en el desarrollo y la organización del Encuentro Social Alternativo, ESA, que se realizó en Vallegrande en octubre de 20098. A diferencia de las otras organizaciones del MAS, la Columna no se involucra abiertamente en las campañas electorales. 3.6. ������������������������������� Instrumento de Jóvenes del MAS –�� Instrumento ���������������������������� Político por la Soberanía de los Pueblos, IJMAS-IPSP En la estructura del MAS existe la Dirección Departamental de Juventudes de Santa Cruz, conocida como Instrumento de Jóvenes del MAS, que no se configura como una organización dado que forma parte de la estructura orgánica del MAS. Esta entidad se divide en dos áreas: la urbana y la rural. A nivel rural se organiza por provincias, y a nivel urbano por distritos. Aunque se carece del dato preciso de su creación se estima que fue en el año 2002. Cada distrito de la ciudad de Santa Cruz tiene su comité barrial de jóvenes quienes, junto a otras organizaciones juveniles, que no necesariamente tienen una correspondencia distrital (como Jóvenes Socialistas, Unión Juvenil Popular, Bartolinas Sisa, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal) se afilian a la estructura orgánica del MAS. A la vez, cada comité u organización tiene un representante en el Instrumento de Jóvenes. Entonces, en el Instrumento existen representantes juveniles de los comités políticos barriales como también representantes de las organizaciones juveniles. 8

El Encuentro Social Alternativo, ESA, tiene el objetivo de aglutinar a distintas organizaciones sociales de Bolivia y de otros países. Este año, en su cuarta versión, se discutieron temas como el problema de medio ambiente y el “Socialismo del Siglo XXI”. Tres de los integrantes de la Columna estaban encargados de moderar algunas mesas de discusión, y también de coordinar la logística de las delegaciones de jóvenes extranjeras, Por mencionar algunas: el Partido Comunista del Paraguay, Juventud Carta Abierta de la Argentina, y Libres del Sur.

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Como entidad, son encargados de convocar a asambleas generales —donde asisten todas las organizaciones afiliadas — para emitir votos resolutivos, realizar elecciones de la directiva y debatir temas que les incumbe en tanto su condición de jóvenes del MAS. Se dedican a realizar actividades deportivas, tienen un ballet folklórico, y organizan talleres de formación política. 3.7. ��������������������� Jóvenes por el Cambio9 Esta organización se funda en febrero de 2009, y cobra presencia pública el momento en que se realiza la alianza de ex integrantes y ex - dirigentes de la UJC con algunos candidatos del MAS, específicamente con el senador Isaac Ávalos. Está compuesta por ex – dirigentes de la UJC, dirigentes de las barras de los equipos de futbol de Oriente Petrolero y Blooming, y dirigentes de la Federación Universitaria Local, FUL, de la Universidad Gabriel René Moreno. Todas estas organizaciones están articuladas a través de la UJC al CCPSC. Una de las motivaciones para articularse como organización fue el deseo de incorporarse al proceso de cambio porque la nueva Constitución Política del Estado, CPE, reconoce la autonomía departamental. No se declaran masistas y no son una organización juvenil del MAS. Muchos de sus dirigentes se separaron del CCPSC por disputas internas porque —como uno de ellos mencionó— “el Comité los traiciono” puesto que no salió a defenderlos cuando el gobierno los acusó de la toma de instituciones el 11 de septiembre10. Entonces, su alianza con el MAS, y la propia formación de esta organización puede entenderse desde el interés político electoral por parte de los ex unionistas. Su estructura está compuesta por una directiva donde todos los ex – dirigentes asumen una cartera. No se sabe con precisión la cantidad de sus miembros. Respecto al origen de sus dirigentes, todos son nacidos en Santa Cruz, y sus padres son migrantes de las provincias de Santa Cruz, así como de los departamentos de Potosí, Cochabamba y Tarija.

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No se pudo obtener más información de esta organización dado que el contacto se realizó en los últimos días del trabajo de campo. 10 En septiembre de 2009, en la ciudad de Santa Cruz, la UJC, en coordinación con el Comité Cívico Pro Santa Cruz, protagonizó la toma de la infraestructura de diversas instituciones estatales, entre ellas el Instituto Nacional de Reforma Agraria, el Servicio Nacional de Impuestos y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones. Esta toma se realizó en un intento de posesionar de facto a la gobernación autonómica.

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Entre las actividades que realizan se destaca el apoyo en la campaña del actual senador Isaac Ávalos.

4. ������������������������������������������������������������� Características generales de las organizacion de jóvenes del MAS El origen de las organizaciones de jóvenes del MAS se remite al horizonte político generado por la victoria de Evo Morales en las elecciones a la presidencia. Todas estas organizaciones se crearon después de la primera asunción del presidente Morales en enero del año 2006. En Santa Cruz, la victoria de Evo Morales generó un rechazo contundente que se expresó en constantes agresiones físicas y amedrentamientos por parte de la UJC a migrantes y simpatizantes del MAS, como menciona el siguiente entrevistado: En este punto se generó una confrontación, una violencia verbal y física, con los que son contrarios de la oligarquía. Así sectores apoyando al MAS eran tratados de lo peor, eran pegados. Gente que apoyó el proceso es tildado de traidores. Como algo estratégico, el año 2007, a finales, aglutinamos jóvenes bajo el nombre de un personaje, y a partir de ello tenemos masiva participación. En un inicio, fue hacerle frente a la oposición, y apoyar al gobierno porque no se dejaba que llegue el presidente. Bajo la organización juvenil, hemos aglutinado gente de izquierda como juventudes del MAS (dirigente, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). Estas agresiones y la alta tensión del conflicto político —que hicieron más explícitas las expresiones de racismo hacia los migrantes “collas”— produjeron un proceso de resistencia en los jóvenes de los sectores populares, y generaron la irrupción de las organizaciones de jóvenes afines al MAS (Unión Juvenil Popular, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal, Columna Sur). Entonces, estas organizaciones surgen, por un lado, para resistir de manera organizada a las agresiones violentas de la UJC, y son, por otro lado, la expresión del deseo de los jóvenes de participar en el proceso de cambio propuesto por el MAS y liderado por Evo Morales. En lo que se refiere a su estructura, la mayoría de las organizaciones (Unión Juvenil Popular, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal, Instrumento de jóvenes del MAS, Jóvenes por el Cambio, Instrumento de Jóvenes por el MAS) tienen una directiva compuesta por diferentes carteras y realizan asambleas

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generales para elegir a sus dirigentes y tomar decisiones. La estructura de estas organizaciones es similar a la sindical. El caso de la Columna Sur es diferente, su estructura es horizontal, no tiene una dirigencia, asignan responsabilidades a sus miembros quienes van rotando dependiendo de las actividades que realizan. Respecto a los miembros y la dirigencia de todas las organizaciones, la presencia masculina es predominante. Las mujeres, en la mayor parte de las organizaciones, son asignadas en las carteras de Secretaria de Actas o Secretaria de Hacienda. Solo en un caso, el de la Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez, se evidenció la presencia de mujeres en los cargos de vicepresidente y representante de la organización al Instrumento de Jóvenes del MAS, respectivamente. Estos datos reflejan que estas organizaciones reproducen el rol de las mujeres en la política. Según algunos miembros varones, a las mujeres se les asigna en estos cargos porque “son más responsables”, aludiendo, de cierta manera, que las mujeres son aptas para cargos de distribución y control económico, mismos que se asemejan al rol de ama de casa, y no al de representación política. En referencia a la extracción social, los miembros de las organizaciones Luis Espinal, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Unión Juvenil Popular, Andrés Ibáñez y del instrumento de jóvenes del MAS son de clase baja y media baja por lo que, si bien muchos de ellos estudian en la origen de sus universidad, gran parte además trabaja. Respecto al miembros, es predominantemente migrante; son migrantes o hijos de migrantes, y en la mayor parte de los casos, los padres son comerciantes. El caso de la Columna Sur es diferente porque la mayor parte de sus miembros son de clase media y su actividad principal es el estudio universitario. Sus padres, en general, son de Santa Cruz y en algunos casos son profesionales. Todas las organizaciones, salvo la Columna Sur, se caracterizan por realizar actividades que involucran alto despliegue físico. En las campañas electorales de distintos candidatos del MAS, las organizaciones de jóvenes son las que se encargan de realizar la coordinación de los actos proselitistas como marchas, caravanas, y también de organizar la publicidad a través de afiches, pintado de paredes y otros. De la misma manera, estas organizaciones son portavoces de los logros del gobierno de Evo Morales y coordinan este tipo de actividades con algunos ministerios. Los miembros de las organizaciones tienen la tarea de difundir información a través de

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panfletos y charlas sobre el Bono Juancito Pinto, el Bono dignidad y el Bono Juana Azurduy.11 Como Torrez menciona (2009), las acciones de propaganda y la participación de estas organizaciones en actos proselitistas, responde a la necesidad de hacer frente a los eventos del CCPSC y para enfrentarse con la UJC en nombre de la gestión presidencial de Evo Morales. Ello mostraría un carácter operativo de las organizaciones y no así un perfil propositivo. En este sentido, la diferencia de la Columna Sur respecto de las demás organizaciones juveniles del MAS, es su carácter intelectual. La Columna Sur se dedica exclusivamente a “pensar y estudiar el socialismo”, y pocas veces se involucra en actividades que involucren alto despliegue físico. En cambio, el accionar de las otras organizaciones se reduce principalmente a un rol operativo. Si bien este rol operativo es característico en casi todas las organizaciones, un elemento común de todas las organizaciones de jóvenes del MAS es trascender este rol a través de la formación de líderes. Todas las organizaciones se dedican a realizar talleres y seminarios de formación de líderes. Estos talleres generalmente lo coordinan con personalidades políticas afines al gobierno del MAS como Gabriela Montaño, Carlos Romero y Jerjes Justiniano, entre otros.

5. “Los guardianes de la democracia”: Las organizaciones de jóvenes del movimiento autonomista 5.1. Acción Joven Santa Cruz12 La organización Acción Joven se crea en junio de 2004, en el denominado “Primer Cabildo del siglo XXI”13, aunque empieza sus actividades recién 11 En la primera gestión del presidente Evo Morales Ayma se promulgaron decretos que establecen el pago de bonos que consisten en la dotación de un monto de dinero; en el caso del Bono Juancito Pinto se otorga un monto anual de 200 bolivianos a niños de escuelas públicas que cursan la primaria; el Bono Dignidad es una ayuda anual de 2400 bolivianos a las personas mayores de 60 años; el Bono Juana Azurduy es un apoyo para madres gestantes y niños menores de 2 años el cual otorga 50 bolivianos por cada control prenatal, con un máximo de cuatro, y 120 bolivianos por controles post parto, además de 125 bolivianos por controles médicos bimensuales de niños y niñas hasta los dos años. 12 A diferencia de todas las organizaciones entrevistadas, ésta fue la única que no accedió a las entrevistas, a excepción de uno de sus dirigentes. Los datos presentados son producto de la observación directa a sus actividades y también proveniente de información secundaria. 13 Este cabildo se realizó el 22 de Junio del 2004 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y tuvo una masiva asistencia, siguiendo “el afán de hacer autonomía al andar”, siendo el mensaje del cabildo el de avanzar hacia la autonomía y el trabajo.

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hacia finales del año 2007. En ese cabildo se establece la “Agenda de Junio” con 11 puntos para llevar adelante el proceso autonómico, a la cabeza del CCPSC. Precisamente el punto 11 de dicha agenda establece la formación de una organización de jóvenes del movimiento autonómico, bajo el nombre de Acción Joven. Entonces es el movimiento regional por la autonomía el que impulsa la formación de Acción Joven como una forma de convocar a los jóvenes a integrarse a este movimiento, de promover nuevos líderes y de cambiar el estigma del joven cruceño que se representaba en la imagen de la UJC. Acción Joven está organizada en un directorio compuesto por 18 personas que corresponden a cuatro distritos de Santa Cruz. Sus miembros suman entre 200 a 300 personas. Algunos de sus dirigentes, en su mayoría varones, se conocieron en la comparsa Haraganes afiliada a la Asociación Cruceña de comparsas carnavaleras, la que según Boschetti (s/f) se caracteriza por agrupar a la clase alta y media alta de la sociedad cruceña. Es también sugerente, que uno de sus dirigentes sea hijo del actual senador por el partido de Convergencia Nacional, Germán Antelo, ex – presidente de la Cooperativa Rural de electrificación, CRE, y ex líder cívico. Las actividades de esta organización se vincularon con el movimiento autonomista a través de las distintas campañas de los Referéndums14y marchas en pro de la autonomía. En el Referéndum de los estatutos autonómicos, los integrantes participaron escoltando recintos y ánforas electorales. También, participaron activamente en la campaña del partido Plan Convergencia Nacional. Otra actividad que realizan es la proyección de líderes. Algunos de sus integrantes son elegidos por la directiva para que asistan a la Escuela de líderes que es dirigida por el CCSPC, en coordinación con la Universidad Gabriel René Moreno15. 5.2. Casa de la Juventud Cruceña La Casa de la Juventud es producto de la iniciativa de un grupo de universitarios, quienes, motivados por el activismo cívico y la ausencia 14 Acción Joven se involucró en las siguientes campañas: por el “Sí” sí en el Referéndum por la autonomía; por el “Sí” en el Referéndum de los estatutos autonómicos; por el “No” no a la revocación del P prefecto Rubén Costas en el Referéndum Revocatorio; y por el “No” a la NCPE en el Referéndum revocatorio dirimidor. 15 Este seminario tiene una duración de 6 meses en los cuales se enfatizan las áreas de ciencias políticas, expresión, oratoria, e historia cruceña.

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de líderes jóvenes, crean esta organización el 23 de abril de 2008. Con el apoyo de Pablo Klinsky, ex presidente de la brigada parlamentaria cruceña, consiguieron una oficina con toda la infraestructura necesaria. La estructura de esta organización está compuesta por una directiva que es elegida en asamblea con la presencia de todos sus miembros. Sus miembros alcanzan a 60 personas de las cuales 30 son miembros activos. 30% son mujeres y una mujer es vicepresidente. La mayoría de sus miembros estudian en la universidad, y son hijos de padres profesionales nacidos en Santa Cruz y en las provincias de Santa Cruz. Las actividades que realiza esta organización corresponden a tres pilares: i) el activismo cívico, ii) ayuda social y, iii) formación de jóvenes. En el ámbito del activismo cívico, la Casa de la Juventud asistió a los cabildos pro autonomía convocados por el CCPSC y apoyó en el resguardo de ánforas y recintos electorales en el Referéndum por los estatutos autonómicos. Otras de sus actividades fue la defensa del Himno Cruceño16. En el segundo pilar, de ayuda social, la Casa de la Juventud se dedica a organizar visitas a hogares infantiles, y al Hospital Oncológico Infantil. También desarrollan actividades de bailes y deportes con el fin de incorporar jóvenes a la organización. Respecto del tercer pilar, destinado a la formación de jóvenes, realizan actividades sabatinas en las oficinas del CCPSC. Estos seminarios de formación sobre distintos temas como: historia de Santa Cruz, terrorismo caso Rosza17, y marxismo entre otros, dando especial énfasis a la historia cruceña. Esta organización también proyecta a algunos de sus miembros para la Escuela de Líderes.

6. ��������������������������������������������������������������� Características generales de las organizaciones de jóvenes del movimiento autonomista El reciente protagonismo de las organizaciones Casa de la Juventud y Acción Joven está marcado por el contexto de la movilización por la autonomía del Comité Cívico Pro Santa Cruz. El inicio de ésta 16 En junio de 2008, el presidente Evo Morales propuso cambiar una parte del contenido del Himno cruceño: “En vez de cantar ‘España la grandiosa’, ¿por qué no cantamos ‘Santa Cruz la grandiosa?” (La razón, (La Razón, 11 de junio 2009). Junto al CCSPC, la Casa de la Juventud se movilizó en defensa del Himno cruceño, a través de charlas respecto al contenido del himno y participó de la marcha de desagravio del himno mismo. 17 Ver Grupo Rosza en el índice común de definiciones.

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movilización se realizó el año 2004 con el “Primer cabildo del millón” donde se posicionó el tema de la autonomía a nivel nacional y se lanzó una crítica al centralismo y a los bloqueos —en referencia a las movilizaciones del altiplano del año 2000 (Plata, 2008). La organización Acción Joven surge, en este contexto, como resultado de la “Agenda de junio” que se estableció en este cabildo. Esta agenda establece en el punto once la creación de esta organización: Encomendar la ejecución de las presentes tareas al emergente liderazgo joven. El mandato de la agenda de junio posiciona a los jóvenes, y en especial a la organización Acción Joven, en un rol de liderazgo emergente del movimiento cívico autonomista. En el caso de La Casa de la Juventud, ésta se crea el año 2008, en el período pre referéndum de los Estatutos Autonómicos, cuando ya se empieza a percibir un debilitamiento de la UJC. Así, el contexto de la movilización de la autonomía es donde ambas organizaciones emergen como imagen no violenta del movimiento. En consecuencia, las actividades en las que se han involucrado estas organizaciones se relacionan exclusivamente con el movimiento autonómico. Ambas organizaciones participaron en las campañas de difusión y propaganda por el “Sí” a las autonomía y en el resguardo de las ánforas electorales los días de las elecciones de los distintos referéndums. También se involucraron activamente en las campañas proselitistas de los partidos Convergencia Nacional y Unidad Nacional puesto que algunos de los miembros de las organizaciones juveniles se presentaron como candidatos a diputados en las elecciones presidenciales del 2010. Así, se puede observar también un carácter operativo en ambas organizaciones. Sin embargo, ambas organizaciones pretenden trascender este rol operativo, y se dedican a la formación de líderes en estrecha relación con el CCPSC. Ambas organizaciones proyectan a sus mejores miembros para que puedan acceder a becas de la Escuela de Líderes. Así, miembros como el ex presidente de la Casa de la Juventud, Gustavo Serrano, ex asambleísta suplente y ex candidato a diputado por el partido de Unidad Nacional, ha sido beneficiario de esta beca. Entonces, se puede observar la relación estrecha de estas organizaciones con el CCPSC, dado que se vinculan con la Escuela de Líderes y responden a las movilizaciones por la autonomía convocadas por el Comité. En el caso de Acción Joven, uno de sus miembros participa en la Comisión de Derechos Humanos del Comité y están todos estrechamente vinculados

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al actual senador Germán Antelo, ex dirigente del CCPSC. Por su parte, la Casa de la Juventud se vincula con el Comité porque utiliza su salón para realizar sus seminarios. En lo que se refiere a la estructura, ambas organizaciones tienen una directiva compuesta por diferentes carteras, donde la presencia masculina es predominante. La lógica de estas organizaciones se caracteriza por seguir un patrón de planificación empresarial que consiste en plantear una misión, una visión18, principios19 y objetivos. La defensa del estado de derecho, la democracia y el civismo cruceño, son elementos que se destacan en su discurso que es el mismo de la oposición al gobierno del MAS. Respecto a la composición de sus integrantes, la presencia de los varones es predominante y las mujeres ocupan pocos espacios en la dirigencia. Sobre la extracción social de sus miembros, en ambos casos son hijos de padres profesionales y pertenecen a la clase media y alta vinculada al CCPSC.

18 “MISION: La Casa de la Juventud es una organización que promueve la participación activa del joven el país, respondiendo al rol cívico-social que le corresponde. VISION: La Casa de la Juventud aspira convertirse en una institución permanente que genere proyectos sociales; además de establecer la presencia de la organización a nivel nacional e internacional para unificar, fortalecer y difundir el compromiso de los jóvenes con la sociedad”. En: http://www.casadelajuventud.com 19 Acción Joven Bolivia tiene cinco pilares fundamentales por los cuales luchar y defender, los cuales son: “1.- DEMOCRACIA, puesto que es un valor que nos permite estar a la par de nuestros semejantes, permitir elegir y ser elegidos, expresarnos y ser escuchados. Sin democracia, una sociedad no es sociedad. En democracia se garantiza la independencia de los poderes públicos como base de un gobierno legal y legítimo. 2.- PAZ, sabemos que los bolivianos somos diferentes, pero ello no es impedimento alguno para vivir en forma pacífica, respetando nuestras diferencias, sean estas por motivos culturales, religiosos, de pensamiento, lugar de nacimiento, etc. Bolivia es un país pacífico, y debe seguir siéndolo.3. LIBERTAD, que es el atributo más preciado del ser humano después de la vida. Jamás debe permitirse que la libertad de las personas sea coartada para beneficio de unos en desmedro de otros.4.- SEGURIDAD JURÍDICA, puesto que las leyes deben garantizar la inversión privada, el derecho de las personas a transitar libremente, a ser protegidos por la Ley y los órganos jurisdiccionales cuando así lo requieran.5.- UNIDAD, creemos firmemente que la unidad de Bolivia es la lucha central en estos momentos tan cruciales. Ella debe ser defendida siempre y apostar por estar unidos en la diversidad”. En:http://www.accionjoven.com/

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7. Las organizaciones culturales 7.1. Asociación Civil de Arte y Cultura San Isidro El 12 de abril del 2005, un grupo de amigos de la zona de San Isidro se reúne para formar la Asociación Civil de Arte y Cultura San Isidro, ACDSI, con la idea de recuperar espacios públicos en su zona, como forma de combatir la delincuencia y de modificar el estigma de marginalidad de la zona. El centro cultural San Isidro, como así es conocido, está ubicado en el distrito 8 de la ciudad de Santa Cruz, en la zona del Plan 3000, y funciona al mismo tiempo como casa de sus coordinadores y oficinas. El Centro cuenta con 6 a 8 personas que trabajan a tiempo completo quienes son encargados de la organización y coordinación de las actividades. También llegan muchos voluntarios a colaborar en distintas tareas. Entre los voluntarios y participantes suman alrededor de 250 personas, de los cuales una gran parte son niños. Aproximadamente 60 % de los miembros son varones y el restante 40%, mujeres. Tienen 4 líneas de acción. La primera es la formación de líderes. La segunda es el “emprenderismo” que consiste en fomentar y entusiasmar a los jóvenes en el desarrollo de sus proyectos. La tercera es la de “generar conciencia crítica a los chicos del barrio” con respecto a problemas de medio ambiente y contaminación. Y por último, la cuarta línea de acción que está relacionada al arte, la cultura y el deporte, siendo su actividad más importante el “futbol social o futbol callejero“que fomenta el dialogo, el compañerismo y la confraternidad. Sobre el origen de los coordinadores y voluntarios que participan en el centro, algunos de ellos pertenecen a familias migrantes procedentes de los distintos departamentos del país. 7 2. Fundación de Arte y Cultura Albor El 26 de Septiembre del 2004 se la Fundación de Arte y Cultura Albor. Esta fundación se crea a iniciativa de dos amigos con el nombre de Grupo de Arte Albor con la intención de generar un cambio social y promover la paz a través del arte. Es la necesidad de generar mejores condiciones de vida, su amor al teatro y a la declamación poética que impulsan la creación de Albor. Su oficina se encuentra ubicada en la zona del Plan 3000, en una casa pequeña que funciona como taller, depósito de disfraces, biblioteca y vivienda del coordinador.

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Respecto a su estructura, Albor tiene una directiva y 37 socios quienes aportan al grupo con sus experiencias y habilidades artísticas, entre los cuales existen niños y jóvenes. 63% son mujeres y 27% son varones. La toma de decisiones se realiza de manera colectiva. Las actividades que realizan son: Promoción y difusión de talleres educativos; promoción y realización de festivales y jornadas con bienestar social; talleres de formación artística en arte escénico; espectáculos itinerantes en barrios y lugares de alta concentración; estudios de comunicación y otros recursos que creen puentes de integridad cultural; Implementación de la Escuela de Declamación Poética y Arte Escénico. La mayoría de los miembros de esta organización tiene padres que provienen del interior, estudian en la universidad pública y algunos de ellos estudian en una normal.

8. Características generales de las organizaciones culturales de jóvenes La Asociación Civil de Arte y Cultura San Isidro y la Fundación de Arte y Cultura Albor se crean con la intención de establecer espacios de arte, cultura y deporte en el Plan 3000, zona que se caracteriza por los alto niveles de delincuencia y pobreza. En este sentido, estas organizaciones recuperan espacios de esta zona para niños y jóvenes y su fin es contrarrestar problemas sociales como ser la delincuencia, el trabajo de niños en la calle, la inseguridad ciudadana, la drogadicción. Las actividades que desarrollan ambas organizaciones son exclusivamente las artísticas, deportivas y sociales, y no se vinculan bajo ninguna circunstancia al ámbito político. Mediante sus actividades se relacionan, principalmente, con la gente del barrio, y con los colegios en el caso de Albor. Ambas organizaciones surgen por la motivación de cambiar las condiciones sociales de su barrio, el plan 3000, generando oportunidades para jóvenes y niños con el fin de aproximarlos al deporte, la cultura y el arte. Con respecto a su estructura, estas organizaciones tienen una directiva que se desenvuelve en el rol de coordinación y es la encargada de organizar las distintas actividades. Y, lo más importante, esta directiva se ocupa de buscar financiamiento de entidades externas. La relación de ambas organizaciones con los financiadores externos es una característica importante ya que llegan a depender de estos fondos para llevar a efecto sus actividades.

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Sin embargo, en el caso de Albor resalta la participación de miembros que aportan enseñando sus habilidades artísticas, considerándolos socios, de los cuales existen 37 y entre ellos algunos niños. Es interesante notar que Albor cuenta con más mujeres que hombres, siendo las mujeres el 63% de todos los miembros. En cambio en San Isidro tan solo el 40% son mujeres. También entre sus iniciativas está la formación de líderes, pero en un sentido más de formación y crecimiento personal, lo cual no implica, necesariamente la formación de liderazgo político. Para el caso de San Isidro, esta formación se da a través de talleres y encuentros de jóvenes como el de “Juventud e Integración Sudamericana” llevado a cabo en mayo del 2009 en Cochabamba,

9. ¿Cómo se insertan las organizaciones juveniles en la dinámica política y social cruceña? La emergencia de las organizaciones juveniles políticas está en estrecha relación con el contexto de polarización política del país. Como Torrez manifiesta: La movilización de los jóvenes obedece a dos discursos que por la disputa política de hoy so son contradictorio entre sí: el discurso que versa sobre la autonomía y el discurso urdido en torno al cambio social. Así, en este contexto, donde se manifiesta tensiones de dos posiciones articuladas a proyectos políticos que disputan la hegemonía, la polarización se convierte en el “telón de fondo” para el accionar de los jóvenes (2009). Este telón de fondo ha configurado dos tipos de organizaciones juveniles en Santa Cruz: las organizaciones juveniles afines al proceso de cambio presidido por Evo Morales y las organizaciones juveniles afines al movimiento automómico presidido por el CCPSC. En el ámbito social, el alto índice de pobreza, la marginalidad y la delincuencia de ciertos distritos de la ciudad de Santa Cruz han incidido en la formación de organizaciones culturales para niños y jóvenes que se dedican al arte, la cultura y el deporte. Las organizaciones juveniles que se crean para involucrarse en la dinámica política y social, se constituyen en la perspectiva de proyectar a los jóvenes como actores políticos y sociales. En el caso de las organizaciones de jóvenes afines al proceso de cambio, esta proyección se relaciona en función de la

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relación que los jóvenes mantienen con el MAS. Las organizaciones Luis Espinal, Marcelo Quiroga y Andrés Ibáñez son producto de la escisión de dirigentes de los Comités Barriales, afiliados a la estructura del MAS con el fin de lograr mayor autonomía y presentarse como organizaciones no vinculadas a ningún partido, lo que les permitirá aumentar el número de afiliados. Sin embargo, no llegan a desvincularse de la estructura orgánica del MAS20 .Los jóvenes de las organizaciones afines al MAS encuentran en Evo Morales y el gobierno del MAS un horizonte de posibilidad de participar en el campo político21, como menciona uno de los miembros de la Organización Andrés Ibáñez: Pero desde el momento de que entró nuestro presidente, fue elegido como presidente, y más que todo cuando hubo los enfrentamientos en La Paz, cuando se escapó, me interesó, me interesó averiguar el porqué está pasando estos enfrentamientos entre bolivianos y el pueblo, no. Desde ese momento me interesó la política y empecé a participar en una organización que es la Juventud Igualitaria (Miembro de base, varón, de la Organización Juvenil Igualitaria Andrés Ibáñez). El contexto de formación de las organizaciones del movimiento autonomista es diferente. Las organizaciones Acción Joven y la Casa de la Juventud se vinculan abiertamente al movimiento autonomista y su desarrollo remite a un contexto en el que se empieza a vislumbrar la ausencia y debilitamiento de la UJC. Esta ausencia comienza a percibirse con la muerte de un unionista en Tiquipaya, producto de un enfrentamiento entre la UJC y campesinos en el municipio de El Torno en septiembre de 2008, y derivó en una crisis de la UJC (Torrez, 2009). Las acusaciones del gobierno por los actos de los unionistas involucrados en la golpiza de una autoridad policial y por el asalto a las instituciones en septiembre de 2008, crean una fractura al interior de la UJC, dado que la dirigencia del CCPSC no los defiende de estas acusaciones. Frente a este escenario, marcado por la ausencia de liderazgos que puedan hacer frente electoralmente al MAS y la crisis de la UJC, las dos organizaciones pro autonomistas se perfilan como la otra cara no violenta de los jóvenes autonomistas de Santa Cruz. La necesidad del movimiento autonomista de promover nuevos liderazgos jóvenes empuja la formación 20 Para mayor profundidad sobre las organizaciones del MAS, ver el artículo de Eduardo Paz en este volumen. 21 Para mayor profundidad sobre las trayectorias de vida y la participación en organizaciones, ver el artículo de Bethel Nuñez en este volumen.

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y participación de estas dos organizaciones. Es sugerente que en el aniversario de Santa Cruz, el 24 de septiembre de 2009, la organización Acción Joven haya sido la segunda organización en encabezar el desfile cívico, después del prefecto y los dirigentes del CCPSC. En este contexto, configurado por la polarización política que favorece a uno de los polos debido al ascendente poder del MAS, todas las organizaciones juveniles del otro polo empiezan a debilitarse (Torrez, 2009). Así puede entenderse la creciente presencia que han cobrado las organizaciones juveniles del MAS y el proceso exactamente contrario de las organizaciones pro comité cívico, con el caso extremo de la UJC que casi llega a desaparecer. El repliegue de la UJC ha dejado un vacío enorme en el movimiento cívico y también ha deslegitimado la violencia como método de lucha. Esto explica el porqué las nuevas organizaciones pro cívicos desplieguen una imagen, fundamentalmente “no violenta”. Desvinculadas de la dinámica política, las organizaciones culturales, Albor y San Isidro se desarrollan en escenarios donde los jóvenes prefieren o deciden incidir en la sociedad a través del arte o actividades culturales. Así sus objetivos se centran en mejorar las condiciones de vida a través de actividades que promueven el desarrollo humano en diferentes áreas, en el caso de San Isidro, y en el arte como “herramienta” de transformación social de jóvenes y niños, en el caso de Albor.

10. Los jóvenes como actores políticos Al incorporarse a las organizaciones, los jóvenes se proyectan como actores sociales y políticos en tanto reivindican su condición etaria. Es esta condición la que les otorgaría un capital legítimo para convertirse en actores sociales y políticos, por su predisposición a la transformación y su energía. Pero es esta misma condición la que los subordina en las relaciones que mantienen con los adultos de los partidos políticos y otras entidades22. Las diferencias de estas relaciones varían en los tres tipos de organizaciones juveniles. En el caso de las organizaciones juveniles del MAS, existe una evidente tensión entre las organizaciones y la estructura orgánica del MAS. Si bien, algunas de las organizaciones se escindieron de la estructura para buscar espacios de autonomía, dependen, a la vez, de esta relación, 22 Para mayor información del tema de jóvenes y subordinación ver los artículos de Torrico y Paz en este volumen.

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tanto para proyectarse como actores políticos en un futuro inmediato, como para lograr el funcionamiento de la organización. En el primer caso, el vínculo con la estructura del MAS permite que algunos de sus dirigentes, primero se perfilen como dirigentes y luego como posibles candidatos a incorporarse en el sistema político. En el segundo caso, todas las organizaciones, a excepción de la Columna Sur, dependen económicamente de esta relación para sustentar su funcionamiento. Esta relación se desarrolla a través del apoyo que prestan las organizaciones a diferentes candidatos en sus campañas electorales y también en la coordinación con diferentes ministerios. La Columna Sur, que se distingue por su carácter “intelectual”, su condición de clase media, y por el vínculo que mantiene con la ONG Apoyo Legal y Ayuda Social, ALAS, no necesita de esta proyección y apoyo económico. Sin embargo, no es solo la proyección política que lleva a sus miembros a incorporarse a las organizaciones, en realidad, los discursos de los jóvenes reflejan un compromiso y apoyo incondicional a Evo Morales y al denominado proceso de cambio. En cierta medida, esas relaciones delimitan el tipo de actividades que las organizaciones realizan que se caracterizan, como ya se dijo, por ser más operativas que propositivas. Así, la mayoría de los miembros de las organizaciones destacaron su masiva participación en el proceso de las campañas electorales que se han realizado en los últimos tres años. El trabajo que desarrollan en las campañas se caracteriza por el trabajo físico; pegar afiches, pintar grafitis, tirado de vallas de los opositores y, a veces, dirigir las campañas de los candidatos. Aunque los jóvenes se quejan constantemente de no querer ser “carne de cañon” o “ser sometidos y utilizados”, rol que les es asignado por los adultos dentro la estructura del MAS, esta posición es contradictoria porque, si por un lado lamentan que son utilizados para actividades y que no son tomados en cuenta para la toma de decisiones; por el otro lado, las distintas organizaciones disputan su protagonismo en estas actividades hasta crear francos espacios de competencia por el protagonismo. Este protagonismo es necesario en tanto les abre las puertas partidarias para proyectarse políticamente en el futuro. La situación es diferente en las organizaciones juveniles del movimiento autonomista. Acción Joven y Casa de la Juventud se crean en un momento que evidencia ausencia de liderazgo. Esta ausencia, sumada a la debilidad de la UJC, posicionan a estas dos organizaciones en una relación directa y de privilegio con el CCPSC. Así, un integrante de Acción Joven es

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miembro del directorio CCPSC. A diferencia de las organizaciones del MAS, los jóvenes autonomistas no critican el rol que les asignan los adultos, aunque sí critican la falta de espacios políticos para los jóvenes. En el caso de la Casa de la Juventud, este vínculo le permitió obtener una oficina en el centro de la ciudad de Santa Cruz así como un auditórium en el local de la CCPSC para la realización de talleres y seminarios. En el caso de Acción Joven, el vínculo explícito con el partido de Convergencia Nacional les permitió obtener una casa de campaña y equipamiento necesario para las campañas electorales de diciembre de 2009. Los miembros de estas dos organizaciones se involucraron también en actividades físicas, cuando resguardaban ánforas electorales y acompañaban a sus candidatos en las campañas, lo que indica que a los jóvenes de estas organizaciones se les asignan también roles operativos. Sin embargo, a diferencia de las organizaciones de jóvenes del MAS, Acción Joven y Casa de la Juventud se ubican en posiciones de privilegio dentro las instituciones con las que se relacionan. Por su lado, si bien las organizaciones culturales no pretenden perfilarse como actores políticos partidarios, su proyección de jóvenes como actores sociales se concentra en la incidencia social. En el caso de San Isidro esta incidencia se plasma en actividades deportivas, culturales y artísticas El objetivo es enfrentar, desde el arte, problemas barriales como la delincuencia y la inseguridad ciudadana, a través de la recuperación de espacios. En el caso de Albor, el arte —particularmente la poesía y el teatro—, se convierte en una forma de expresión de los problemas sociales de su entorno. Los recursos económicas de estas organizaciones son limitadas que se reflejan, por ejemplo, en el uso que le dan a los espacios donde se concentran, los que sirven tanto como vivienda de los coordinadores y como lugar para el desarrollo de sus actividades. En Albor la situación es más crítica dado que el espacio es pequeño y utilizado simultáneamente como biblioteca, vivienda y taller de confección de la indumentaria para las obras artísticas. Por tales razones, ambas organizaciones se ven en la necesidad de mantener una alta relación de dependencia con las ONG. Esta relación subordina su rol de actores sociales en tanto las ONG delimitan su área de acción y las organizaciones deben desarrollar acciones en áreas de interés de los financiadores. Así por ejemplo, ambas organizaciones — que a la sazón dependen de un mismo financiador— ejecuten acciones en temas como el medio ambiente, formación de líderes y promoción de una cultura de paz.

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11. De la acción a la formación Un elemento común a los tres tipos de organizaciones juveniles es la formación de líderes. En las organizaciones juveniles políticas, los jóvenes consideran la formación de líderes, como paso necesario para su inserción al sistema político. El deseo de los jóvenes de insertarse al sistema político se refleja en el denominativo que asumieron los dos tipos de organizaciones: “el ejército de Evo Morales” y “los guardianes de la democracia”. Estos denominativos aluden a una lógica de guerra (el ejército y los guardianes) se refieren a una predisposición de prepararse no sólo para la inserción en la política, sino para una batalla política. En referencia a las organizaciones juveniles del MAS, todas destacaron la importancia de los seminarios y talleres que coordinan eventualmente con diferentes personalidades políticas del MAS en Santa Cruz. Entonces, en este caso, la perspectiva de la formación de líderes está relacionada con la búsqueda de espacios de poder, y puede entenderse como la producción de actores políticos para insertarse en el sistema político. Un dirigente de la organización Marcelo Quiroga Santa Cruz refleja esto con claridad: Nos hemos juntado los compañeros, y ¿qué es lo que queremos?, ya como organización a nivel nacional queremos sacar ministros, sacar diputados. Ya no, ya ustedes saben que nos utilizan. Ustedes saben que no solamente los jóvenes son para fichear, para panfletear. Ese es el trabajo sucio que les dan a los jóvenes, pero para las decisiones políticas no están. Los jóvenes, nosotros como [organización] Marcelo Quiroga, queremos que las próximas elecciones de aquí, a cinco años, quien sabe puedo ser yo mismo ministro, puedo hacer un aporte fundamental en el gobierno nacional. Ahora [la organización] Marcelo Quiroga está formando líderes para que estén debatiendo allá en los medios (Dirigente varón de la organización Marcelo Quiroga Santa Cruz). Entonces, las organizaciones se convierten en espacios que permiten la proyección individual de los jóvenes en el sistema político. Es importante señalar que Jonathan Marquina, uno de los dirigentes de la organización Luis Espinal, fue nombrado viceministro de salud el año 2009. Para los jóvenes de las organizaciones este nombramiento es importante porque significa la primera inserción de un joven en un cargo político de alta jerarquía en el gobierno. Sin embargo, esta proyección tiene sus limitaciones al interior de la estructura del MAS, ya que las organizaciones de jóvenes son una pequeña parte de toda la composición del MAS. Esto se refleja en el número de espacios y posiciones que se otorgó a los jóvenes

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del MAS en la lista de candidatos de las elecciones nacionales del 2009; dos jóvenes, uno de la Fundación Che Guevara, y otro de la organización Luis Espinal, formaron parte de la lista de candidatos suplentes, de los cuales uno solo fue electo. De ese modo se entiende que las organizaciones de jóvenes compitan por el reconocimiento y protagonismo dentro del partido y frente a Evo Morales. Este protagonismo se visibiliza en la competencia por distinguirse a través de los colores de sus poleras en los eventos que realiza el MAS y por ser guardias de seguridad del presidente Evo Morales en la campaña de diciembre de 2009. Es necesario mencionar que este no es el caso de la Columna Sur. Los integrantes de la Columna Sur no buscan incorporarse al sistema político pero sí buscan un reconocimiento público. Esta diferencia entre los miembros de la Columna Sur y los miembros de las otras organizaciones afines al MAS se explica por la diferente perspectiva que tienen del sistema político. En la sociedad boliviana, el sistema político es un instrumento de ascenso social. Pero, en el caso de la Columna Sur sus miembros no buscan incorporarse al sistema político como una forma de ascenso social ya que la condición de clase media de la mayoría de sus integrantes les otorga un posición de privilegio a comparación de los miembros de las otras organizaciones afines al MAS. Esta condición de clase les otorga la posibilidad de realizar un trabajo intelectual; como ellos lo manifiestan, “pensar el socialismo”. En el caso de los miembros de las organizaciones de jóvenes Luis Espinal, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Andrés Ibáñez y Unión Juvenil Popular, la situación es diferente; su condición de clase les conduce a competir para proyectarse políticamente en la estructura del MAS y los subordina a realizar actividades físicas. La situación de las organizaciones juveniles del movimiento autonomista es diferente. Acción Joven y Casa de la Juventud, tienen un proceso de formación de liderazgo de carácter institucional, coordinada con el CCPSC, a través de becas para el diplomado de liderazgo en la Escuela de Líderes. Las organizaciones de jóvenes proyectan a sus miembros más destacados para que puedan asistir a esta Escuela de líderes. Es sugerente que los dirigentes de las organizaciones de jóvenes hayan sido beneficiarios de esta Escuela, y que en algunos casos, como el ex – presidente de la Casa de la Juventud y ex – asambleísta suplente, se haya presentado como candidato a diputado por el partido de Unidad Nacional en las elecciones presidenciales de 2009. Esto indica, entonces, que la formación de líderes está vinculada con la proyección de jóvenes al sistema político.

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Así, el vínculo que mantienen las organizaciones con el CCPSC, y la relación de Acción Joven con la dirigencia del partido de Convergencia Nacional, posicionan a los jóvenes, de manera favorable, para insertarse al sistema político. Este hecho se refleja en la nominación de cuatro miembros de Acción Joven en la lista electoral del partido de Convergencia Nacional; de los cuales dos fueron elegidos como diputados titulares, y dos como suplentes a la actual Asamblea Legislativa Plurinacional. En el caso de la Casa de la Juventud, esta organización no se involucró abiertamente con ningún partido en la campaña electoral de diciembre de 2009, pero sí apoyo a su ex- presidente que se presentó como candidato por el partido de Unidad Nacional. Los miembros de estas organizaciones no tienen la necesidad de competir entre ellos por el protagonismo político. La ausencia de líderes en el movimiento autonomista ubica a los jóvenes como potenciales actores políticos con mayores posibilidades de insertarse en el sistema político.

12. Conclusiones El surgimiento de las organizaciones juveniles en la ciudad de Santa Cruz se desarrolla en un contexto político marcado por una fuerte disputa política (polarización) regional entre el gobierno y la oposición articulada en las regiones que conforman la “media luna”. En este contexto se ha producido la formación de jóvenes que se organizan en dos ámbitos, el político y el social. En el ámbito político los jóvenes organizados se afilian a uno de los dos siguientes proyectos: uno adscrita al proceso de cambio del MAS y otro adscrita al movimiento autonomista liderizado por la élite del CCPSC. En el caso de las organizaciones afines al MAS , su emergencia se produce como una forma de resistencia a las agresiones de la UJC y también por el deseo de participar en el proceso de cambio. En el caso de las organizaciones afines a la élite, el movimiento autonomista y la ausencia pública de la UJC, influyen para que las organizaciones de jóvenes se distancien del estigma del joven violento de la UJC y que representen a su proyecto con una imagen “no violenta”. En el ámbito social, los problemas sociales como la delincuencia y la inseguridad ciudadana han incidido en la formación de organizaciones culturales. Estas organizaciones se caracterizan por desarrollar actividades que involucren a jóvenes en las áreas del arte, la cultura y el deporte, generando así una ocupación productiva y enriquecedora para los

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jóvenes, y evitando, en cierta medida, que caigan en la delincuencia. La inserción de los jóvenes en el ámbito político se produce a través de las organizaciones juveniles y se caracteriza por una fuerte relación de dependencia con los partidos políticos y entidades cívicas. En el caso de las organizaciones de jóvenes afines al proceso de cambio existe una tensión con la estructura del MAS. Las organizaciones de jóvenes pugnan por una mayor autonomía dentro del MAS, y al mismo tiempo compiten entre sí para obtener mayor protagonismo político. Este protagonismo competitivo es el que permitiría a los jóvenes asegurarse un espacio en el sistema político en el futuro. Esta inserción vista como una forma de ascenso social. En el caso de las organizaciones de jóvenes pro cívicas, existe una relación de mutua conveniencia con el CCPSC y el Partido de Plan Convergencia Nacional. Ambas entidades apoyan a las organizaciones como una forma de promover nuevos líderes de la oposición al gobierno del MAS. Esta relación permite que los jóvenes estén posicionados favorablemente y no necesiten competir entre sí por un protagonismo político. En el ámbito social, las organizaciones culturales han desarrollado una fuerte relación de dependencia con las ONG. Estas organizaciones dependen del financiamiento de las ONG para desarrollar actividades, y ese financiamiento establece y limita sus áreas de trabajo. Si bien estas relaciones de dependencia de las organizaciones de jóvenes con distintas entidades subordina a los jóvenes como actores políticos y sociales en roles operativos, asimismo les permite sostenerse como organizaciones proyectarse como futuros líderes políticos. De hecho las organizaciones de juveniles se perfilan como una forma de proyección de futuros líderes políticos.

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La juventud: esa alegre rebeldía1 Martín Torrico Zas

1. ������������ Introducción Ordene presidente, la juventud está presente2 Esta frase que más que respeto por la investidura del presidente, o tradición de subordinación sindical de la mayoría de las organizaciones afines al Movimiento al Socialismo, MAS3, parece una subordinación estructural —hablando en términos generacionales— que está marcando el devenir de las organizaciones juveniles de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Esta situación que parece ser condenada —al menos en el discurso— por los jóvenes, es generalmente aceptada como realidad ineludible para el ascenso en la estructura del MAS. La confirmación de esta subordinación estructural emerge cuando se observa la participación de antiguos integrantes de las organizaciones juveniles como actuales cuadros políticos de los liderazgos locales: En el MAS existen sectores: sector petrolero, sector salud, que es un lugar donde se reúnen personas afines al área de la salud, que son partícipes del partido y, como tal, son parte de la estructura orgánica del partido, como un movimiento más. Y cada uno de los movimientos tiene su juventud; así como COD tiene su UJP4, y cada distrito tiene su juventud, este sector también tiene su juventud de la cual yo fui el dirigente. Fue así como empezó mi vida política. (Dirigente, varón, Organización Juvenil Luis Espinal) 1 2 3 4

Este artículo forma parte de la investigación realizada por el Observatorio del Racismo entre los años 2009 y 2010 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Frase de una pancarta, en un encuentro de organizaciones juveniles afines al Movimiento al Socialismo en Santa Cruz de la Sierra, el año 2009. Para esta y las siguientes siglas, consultar el siglario. La Central Obrera Departamental, COD, es una organización obrera sindical; representación departamental de la Central Obrera Boliviana. La Unión Juvenil Popular, UJP, es una organización juvenil afín al MAS.

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Existe una necesidad de participación efectiva en instituciones políticas y sociales que mantienen un carácter adultocentrista, lo cual incentiva a los jóvenes a organizarse en organizaciones autónomas del poder adulto alojado en las organizaciones sociales, culturales, cívicas y políticas instituidas en la sociedad cruceña. El presente artículo analiza esta relación de subordinación que existe entre las organizaciones de jóvenes y las instituciones adultocéntricas y cómo éstas últimas intentan ejercer poder ante la aparente lucha de los jóvenes por romper la hegemonía política y cultural adultocéntrica. Sin embargo, es necesario aclarar que esta hegemonía se plantea en un contexto de relaciones de poder entre actores de un mismo origen social. Esto se produce porque las organizaciones de jóvenes corresponden a estructuras partidarias y cívicas con un andamiaje institucional más fuerte. Ante la existencia de este escenario, surge la interrogante del significado de la juventud, más allá de las esencializaciones etarias y culturales que puedan descomponer la riqueza del concepto. Si bien, los jóvenes han sido siempre protagonistas en la movilización de los sectores sociales; es decir, la punta de lanza de las sucesivas revueltas sociales y procesos políticos, constituía un imperativo el organizarse para tener una representación propia y autónoma. Este sentido que las organizaciones están otorgando al concepto de ‘juventud’ — que ellas reproducen pragmáticamente— es el propósito del presente trabajo. Ha sido una constante preocupación sociológica y en general de las ciencias sociales, definir a la juventud. Encasillar conceptualmente una condición por demás diversa constituiría un error; existen condiciones culturales, sociales y políticas que modifican el sentido de la juventud de un pueblo a otro. Eliana Roca (2004) aborda esta categoría en el escenario urbano de Santa Cruz de la Sierra, y la define como un andamiaje más complejo que está relacionado con consumos culturales, moratoria social y clase social. Es a partir de las diferencias de clase social que los jóvenes se enfrentan a diferentes tipos de discriminaciones, lo que impediría conseguir la ciudadanía plena de los jóvenes en el Plan 30005. En algunas sociedades el asumir responsabilidades familiares y laborales es considerado un signo de ser adulto. En otras culturas, se celebran ritos que determinan un límite entre la juventud y el ser adulto. Todas las evidencias empíricas indican, entonces, que definir la juventud con base en criterios etarios es una aberración cultural, social, laboral y política. La 5

Ver Plan 300 en el Índice común de definiciones.

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juventud entonces, más que un criterio aglutinador en términos reales de un grupo social, constituye un “objeto ficticio” (Martín, 1998) que no se expresa en realidades concretas. Hablar de ‘la juventud’ según este autor, “es un despropósito teórico. La ‘juventud’ es un grupo nominal, sobre el papel: bajo el nombre se recubren situaciones que sólo tienen en común eso: el nombre.” (Ibíd.: 88)

2. ��� El hábitus intelectual por definir ‘la juventud’ Los estudios sobre la juventud en Latinoamérica y en Bolivia han acaparado especial atención en las Ciencias Sociales, tanto así que para algunos se ha convertido en un hábitus teórico de producción intelectual. El hábitus como comportamiento cotidiano, regulado, claro está, por las condiciones sociales donde se desarrolla, forma parte de la producción intelectual de varios autores como Jiovanny Samanamud, Germán Guaygua o Mario Rodríguez. Cada uno de ellos escribe desde su propio contexto social y político, resaltando construcciones políticas o tradiciones culturales. Este interés tan particular surge también de la inquietud teórica por definir a ‘la juventud’ como un concepto estanco e invariable, siendo éste un concepto por demás diverso y multivocal. He ahí su característica más atrayente. Existen pues corrientes diversas en los estudios de jóvenes que se pueden dividir en tres grandes grupos o enfoques teóricos. En primer lugar destacan los estudios culturales que hacen énfasis en los hábitos de la población joven en cuanto a la territorialización de los espacios, consumo cultural e identidad. Es el caso de La Noche es Joven (2005); un trabajo de investigación sobre los jóvenes y el uso y producción del espacio en la noche; por eso el concepto de ‘territorialidad’ es uno de los centrales del estudio. ‘Jóvenes’ es otro concepto pendular al relatar las múltiples interrelaciones que se suscitan entre los jóvenes de la ciudad y caracterizar a los mismos en su espacios físicos de pertenencia social; si bien transitoriamente nocturna, pero densamente simbólica. (Barrientos, 2005). Los estudios de Mario Rodríguez (2005), Germán Guaygua (2000) y Rafael Archondo (1999) confirman este boom de los estudios culturales, al abordar el tema desde la perspectiva de un tortuoso diálogo cultural entre migrantes rural-urbanos y de ellos mismos con sus hijos, lo cual implica un proceso de desestructuración generacional y progresiva formación de una tradición cultural distinta a la de sus padres; sin embargo, esta nueva tradición rescata elementos estéticos, musicales y filosóficos de la cultura de sus progenitores, claro está, con el aditamento de sus propias culturas de pertenencia.

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Este es sin duda el enfoque más estudiado en los últimos años en relación al fenómeno juvenil, el cual permite la definición de una variedad de temas: consumo cultural, identidad juvenil, tribus urbanas. Sin embargo, este enfoque olvida que la juventud no puede ser encerrada en cuatro paredes teóricas que castren la diversidad que esta palabra encierra. La juventud es una condición generacional, de género, cultural, social y política distinta de los cánones adultocéntricos ya legitimados en la sociedad. Muy ligado a este enfoque culturalista, se encuentran los trabajos sobre pandillas y delincuencia juvenil que destacan por su énfasis en la violencia ejercida por los miembros de pandillas así como la represión (también violenta) de los aparatos del Estado. Estos estudios están generalmente ligados al análisis de las condiciones socioeconómicas de los jóvenes y a los diálogos distorsionados entre la cultura rural y urbana, sea por barreras idiomáticas como por desfases culturales obvios que se producen en el seno de ciudades en constante cambio y reproducción social. (Verástegui, 2001; Zarzuri, 2002; Barrientos, 2005). Los estudios sobre política y juventud son todavía marginales y muy ligados a procesos específicos como la Asamblea Constituyente y las sucesivas revueltas sociales de la última década. No existe un estudio que configure un diagnóstico minucioso de la juventud en estos últimos años de rebeldía juvenil y constitución de organizaciones de jóvenes urbanas y rurales. Samanamud (2007) examina cómo los jóvenes perciben a los partidos políticos y cuál es su participación en ellos. Brinda igualmente una mirada al papel que jugaron los jóvenes alteños en octubre del año 20036, y cómo éste acontecimiento quedó como testimonio de la participación política de los jóvenes en El Alto, y avivó un proceso de re significación de la política y la identidad alteña para los jóvenes. Torres (2003) realiza un diagnóstico de la juventud cochabambina después de la Guerra del Agua 7y sobre los valores democráticos de este grupo social. Ese acontecimiento de abril del año 2000 constituyó un corte político-ideológico para los jóvenes que comenzaron a mirar el campo político con otros ojos. El trabajo de la Coordinadora Nacional de la Juventud Indígena, COJI-Bolivia y UNITAS (2006) refiere a la falta de participación de los jóvenes indígenas en la vida política por el carácter adultocentrista de las políticas públicas. Afirman que existe un desgaste 6 7

Ver Guerra del Gas en Índice común de definiciones. Ver Guerra del Agua en el Índice común de definiciones.

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en las organizaciones de jóvenes que aceleró el proceso de despolitización y que por lo tanto negó su participación en el ámbito político. Si bien hasta 2006 la mayoría de las organizaciones de jóvenes no estaban bien estructuradas8, los individuos jóvenes ya vivían un proceso de politización, que se expresa en la actualidad con la participación organizada de los jóvenes en el campo político. Esto tiene que ver con una crítica muy válida a los estudios de culturas juveniles realizados por personas que no pertenecen a este grupo social. Es decir, la mirada está viciada por un lente adulto. Esta mirada desde el mundo adulto es una de las amenazas más grandes para que la juventud, como expresión de un grupo social, no alcance su autonomía, ya que constantemente el concepto se produce y reproduce en un ámbito donde sí es posible su legitimación: el mundo adulto. Según Humberto Abaunza (1995:104) “la generación joven actual acepta en general el adultismo aunque cuestiona algunos de sus aspectos; por ello quiere tener voz y voto y pelea por conseguirlos. Siente frustración porque no tiene espacio suficiente en las decisiones que se refieren a sus propias vidas…”. Renzo Abruzzese (2003) indica que la relación que existe entre juventud, modernidad y lo nuevo es casi obvia. El paradigma moderno ha estado siempre asociado con lo nuevo, y lo nuevo con lo joven. Según este razonamiento, se puede concluir que la juventud es una expresión generacional de la modernidad; sin embargo eso negaría que la juventud puede adoptar comportamientos y costumbres tradicionales, lo cual configura un escenario aún más complejo. Abruzzese también señala que ante lo deficitario del concepto de juventud que parte de la noción de ‘edad cronológica’, es más adecuado formular una definición de juventud que tome en cuenta “la cronología de los signos y de los símbolos mediante los cuales cada generación interpreta su mundo.” (Ibíd.: 43) El argumento de Abruzzese abre la posibilidad de que la juventud sea definida ya no por una legitimación adultocéntrica, sino por los mismos jóvenes que viven, son parte y definen su propio esquema de existencia, sea generacional, cultural, social, político, laboral o cualquier otro significado que ellos mismos quieran darle. Es válido y necesario entonces iniciar el análisis con una revisión histórica de lo que fue la juventud boliviana de los noventa para luego observar en el mundo actual de este nuevo joven cruceño que no tiene nada que 8

Según las fechas de fundación de cada organización estudiada. Éstos son datos extraídos del sondeo y posterior identificación de organizaciones y de las entrevistas realizadas a sus miembros.

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ver con el extraño apolítico y pasivo espectador de su futuro de la década anterior.

3. ��������������������������������������� Los jóvenes en el tránsito de la década Los años ‘90 dejaron a la juventud boliviana sin la posibilidad de conformar un movimiento de transformación social, lo cual consolidaba la imagen de una juventud ‘perdida’, ‘apolítica’, ‘irresponsable’. Los que son hoy los ‘hijos’ de la democracia resintieron la posibilidad de una cohesión social que sirviera como trampolín para hacer cambios profundos en la Bolivia de fin de siglo. Si bien muchos de los jóvenes de los ‘90 nacieron con la democracia, también vieron nacer un sistema neoliberal, que según sus ideólogos, pretendía recomponer la economía del país que estaba sufriendo por una herida que no dejaba de supurar. Sin embargo, uno de los efectos más nefastos de este nuevo sistema —y del que fueron testigos los jóvenes— fue el desempleo creciente de sus padres y de ellos mismos, la postergación y la apertura aún más grande de la brecha económica entre pobres y ricos. Estos jóvenes de fin de milenio (en ese tiempo niños aún) vivieron las grandes y épicas batallas —movilizaciones contra los regímenes de terror de las dictaduras militares— sólo a través de los relatos de sus padres, madres, quizás hermanos. “Habían visto pasar en el límite de su infancia tiempos heroicos y estudiantes revoltosos, héroes anónimos y víctimas inocentes. Nada de eso sin embargo estaba ya en su agenda, todo hacía parte de un pasado del que sólo heredaron sus grandezas y sus miserias como relatos míticos” (Abruzzese, 2003:46). Los que no tenían ‘por qué luchar’ necesitaban su propia utopía que llenara sus expectativas y sueños, y al no encontrarla se sentían perdidos. “Los jóvenes de hoy han borrado de su memoria histórica todo tipo de utopías colectivistas, y toda inclinación por la política, como práctica epopéyica o como compromiso con un proyecto de futuro” (Gamboa, 2001:204). Tan árido es el escenario de la juventud ‘noventera’ que las publicaciones que se refieren a ella presentan un escenario derrotista y neblinoso como una carretera en la que no se ve más allá de las narices y no se sabe con seguridad a dónde conduce. Gamboa, a riesgo de ser demasiado fatalista, afirma que: “Ser joven en esta década [noventa] no significa casi nada, tan sólo un estigma […]. Una generación tarjada, sin rostro o, simplemente, bloqueada; como quiera entenderse.” (2001:203). Este estigma que

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clamaba ser identificado y explicado, sin embargo, carecía de un horizonte conceptual y mucho menos una realidad concreta que le correspondiera. De ahí que muchos autores coincidieron en denominarlo ‘generación x’ o ‘generación perdida. Esta ambigüedad conceptual consolidaba aún más el carácter de la época. “Se trató en algún momento de una generación sumida en las profundidades matemáticas de una incógnita infinita: la generación…?” (Abruzzese, 2003:46). Sin embargo, tanto Gamboa como Abruzzese caen en el mismo error al comparar a dos generaciones que viven en dos contextos políticos y socioeconómicos diferentes, lo que constituye, según nuestro entender, una aberración histórica. Parece más bien un recurso comparativo ante la imposibilidad de explicar el fenómeno juvenil de la década del ‘90 por sí mismo. Si bien los jóvenes ‘noventeros’ interpretaban ellos mismos sus propias realidades con base en instrumentos que les fueron legados por las anteriores generaciones, descubrir y construir sus propias rebeldías, tradiciones y formas de hacer política es un proceso autónomo. Pero, a pesar de esta sinopsis deprimente de una juventud casi incapaz de enfrentar su futuro político y cohesionar una visión colectiva como generación, se presentan hechos importantes donde los jóvenes son también los protagonistas. La realización de la Marcha por la Dignidad y el Territorio9 en el año 1990 tuvo una participación importante de los jóvenes, que marchaban palmo a palmo con sus pares adultos; las elecciones presidenciales y municipales de los años 1993 y 1995, respectivamente mostraron un país joven que recién se vislumbró estadísticamente en el Censo del año 2001. Este nuevo joven comenzaba a tomar las riendas de un destino incierto todavía y tortuoso al comienzo de la siguiente década. Y son justamente estos jóvenes los que preparan el camino entre las sucesivas revueltas, comenzando con los bloqueos campesinos en el altiplano de La Paz en el año 2000, la Guerra del Agua, en la ciudad de Cochabamba en el mismo año; Febrero Negro y La Guerra del Gas10 en el año 2003. Revueltas sociales que eran el resultado del agotamiento de un sistema neoliberal que no termina de agonizar; era tiempo de una inestabilidad política que arrasó con cinco mandatos presidenciales en apenas cuatro años. Este estallido repentino de movilizaciones de principios de siglo constituyó la respuesta, ante la apatía política y la ambigüedad ideológica que los 9 Ver Marcha por la Dignidad y el Territorio en el Índice común de definiciones 10 Ver Guerra del Gas en el Índice común de definiciones

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años ‘90 habían dejado. La conformación progresiva de movimientos sociales que estaban decididos a cambiar radicalmente su realidad, eran protagonizados en su mayoría por jóvenes; eran los jóvenes la punta de lanza de las movilizaciones. Los jóvenes ofrecieron su rebeldía, dando el pecho en las revueltas y enfrentamientos con los aparatos represivos del Estado. No eran más esos movimientos intuitivos en busca de una utopía; era la utopía que se estaba viviendo. La visión fatalista de la juventud, que anulaba al joven político, comprometido con su realidad presente y futura, fue cubierta con un velo para dar paso a un joven que se encontraba en medio de transformaciones que le demandaban una rápida reacción. La crisis política, paradójicamente, echaba por tierra las teorías derrotistas que apenas cinco años atrás vaticinaban un futuro político nefasto para la juventud boliviana. Las jornadas de Octubre de 200311 configuraron un escenario diferente de lucha. Ya no se buscaban reivindicaciones regionales; no estaba en juego una demanda local, sino era un hecho de interés nacional. Estaba en juego el negocio más grande del país desde el boom de la minería y esta vez había que hacerlo bien. No es sino hasta la segunda mitad de la década del 2000 que se produce un crecimiento vertiginoso de las organizaciones juveniles en Santa Cruz de la Sierra. La juventud cruceña, que hasta ese momento tenía un único referente, que era la Unión Juvenil Cruceñista12, experimentó una repentina ocupación de organizaciones de jóvenes. Es muy importante porque antes no había la participación de jóvenes, o los jóvenes no se interesaban por la situación del país o por la coyuntura política. Pero ahora es muy importante porque de alguna manera, nosotros somos quienes consolidaremos el proceso de cambio, que gracias a los jóvenes se está logrando, se está cumpliendo con el proceso de cambio y se está dando paso al mismo ¿no? (Miembro de base, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). Las organizaciones de corte político han copado el espectro de organizaciones juveniles en la segunda mitad de la década del 2000. Según los datos de las organizaciones estudiadas en Santa Cruz de la Sierra, de un total de 12 que fueron parte del estudio, 9 son las que se dedican a una labor política y político- asistencialista. Sin embargo, existen algunas 11 Ver Guerra del Gas en el Índice común de definiciones 12 Ver Unión Juvenil Cruceñista en el Índice común de definiciones

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organizaciones que hacen resistencia a esta marcada hegemonía política en la juventud cruceña. Es el caso de la Fundación de Arte y Cultura, Albor; organización dedicada a la promoción del arte y la cultura en poblaciones ‘vulnerables’. Tienen su sede y trabajan en el Plan 3000, zona popular de la ciudad de Santa Cruz muy conocida en el escenario político nacional. De esta forma, estas otras opciones surgen como una necesidad en el politizado escenario de las organizaciones de jóvenes, tal como lo demanda una joven, de Luis Espinal: No estoy diciendo que todos los jóvenes tienen que integrar agrupaciones juveniles, sino [que] cada uno tiene que ver su necesidad, porque no necesariamente es estar en organizaciones políticas, así como la del partido de gobierno, sino religiosas. Y si no le gusta eso, también hacerse grupos donde hablen, conversen de la vida familiar que llevan.” (Miembro de base, mujer, Organización Juvenil Luis Espinal). El nuevo joven está siempre muy asociado a la idea de cambio. El ‘cambio’ es un concepto multivocal más que ambiguo, y una constante en la juventud actual de Santa Cruz de la Sierra. La juventud, al ser una etapa de transformaciones naturales, es fácilmente asociada al ‘cambio’ en el sentido de que los jóvenes se auto identifican con el presente y no más con un futuro; “¿Por qué el futuro? ¿Por qué no podemos ser el presente?” se preguntaba un joven de la organización Luis Espinal. Son justamente este tipo de demandas las que configuran una juventud mucho más activa de la que presentaba Gamboa en la década del ‘90. Los jóvenes comienzan a consolidar una imagen diferente a la que presentaban hasta hace sólo 10 años. Esta imagen distinta del joven está asociada a lo que Luis Tapia (2002) llama “la velocidad del pluralismo” que enfrenta los cambios que se suceden a nivel de la estructura social, con la velocidad en que las personas asumen estos cambios. Tapia señala que los dos procesos no necesariamente se corresponden. Con esta precisión es válido afirmar que generalmente en el escenario juvenil de Santa Cruz, no existen puntos de coincidencia cuando la asimilación de los cambios de la sociedad entra en congruencia con las personas que protagonizan estos cambios.

4. ���������������������������������� Organizados frente al poder adulto Nosotros consideramos que no solamente somos jóvenes de choque o jóvenes que hacen bollo. Somos jóvenes que también podemos elegir y ser elegidos. Somos una juventud pensante, que nos estamos formando ¿cómo se puede

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decir? tanto políticamente como ideológicamente, y tanto en el tema de estudio, nos estamos formando nosotros, para ser unos nuevos líderes, para ser personas profesionales y le pese a quien le pese, somos los ojos de los que vamos a encaminar, y vamos a encabezar este nuevo Estado. (Dirigente, varón, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). En los últimos cuatro años, la juventud organizada en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra ha vivido un vertiginoso proceso de formación política y toma de conciencia. Sin embargo, este proceso de maduración política, cultural y social es aprovechado por las instituciones adultas en beneficio de intereses partidarios, cívicos o institucionales (tal el caso de las ONG). En los jóvenes, el desfase entre la velocidad de los cambios sociales y su adaptación a los mismos, aporta a la aceptación o no de esta situación de subordinación. Es decir, la consolidación de los cambios a nivel de la estructura social, no es asimilada inmediatamente por los grupos de la sociedad. Sin embargo, una formación política más sólida permitiría a las organizaciones de jóvenes adaptarse a los cambios en la estructura social. Tal parece ser la explicación para la irrupción y crecimiento vertiginoso de organizaciones juveniles en la ciudad. Subsistir como organización en medio de un escenario copado por organizaciones que generalmente reproducen el mismo discurso político, es un reto para la misma organización como colectivo y para cada individuo que forma parte de ese colectivo al conseguir sobresalir como líder de la organización. En el escenario cruceño actual, conseguir un grado mayor de autonomía en relación a sus pares adultos, es, por tanto, más complicado que la simple identificación nominal de ‘organización de jóvenes’. Es así que los jóvenes que poseen una formación política más sólida están mejor preparados para enfrentar los cambios que se suceden en niveles que tienen que ver con aspectos organizativos propios de la organización. En contraste, las organizaciones con menor grado de formación política son maleables y se someten con más facilidad en niveles liminares de su estructura interna. Estos últimos aceptan la injerencia con mayor pasividad y casi inexistente capacidad crítica. No existe entonces —más que en el discurso— una autonomía real del poder adulto. Se puede decir que el partido, el MAS, se ha creado por puro mayores, también existía jóvenes. Pero le vuelvo a repetir, desde el momento que entró nuestro Presidente, nosotros creímos conveniente que nos deberíamos organizar. Nosotros le hemos pedido a nuestro Presidente que necesitamos organizarnos como jóvenes, necesitamos prepararnos porque no solamente los mayores van a estar decidiendo nuestro futuro. También los jóvenes

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tenemos que aprender y ser más responsables como jóvenes, y luchar por algo que nosotros queremos. (Miembro de base, varón, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). Si bien existe la necesidad de organizarse —que parece emerger de los mismos jóvenes—, aparece la sobre determinación del poder adulto en la institución sea esta política, cívica o de cooperación y por tanto la estructura que da seguridad, posibilidad de liderazgo y sobretodo formación. Las organizaciones políticas, por la misma naturaleza de su estructura están subordinadas a un poder que decide por ellos la mayor de las veces. Tal vez en el lado del occidente les hacen asumir más responsabilidades a las personas que son de pueblos indígenas, a los 17, 18 años ya uno empieza a asumir cargos ahí ¿no? En cambio aquí uno tiene que esperar ese proceso, a veces no tiene esa oportunidad. (Miembro de base, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). Aunque existe este control del poder adulto sobre las organizaciones de jóvenes, es la misma oposición a la hegemonía del poder adulto la que configura la lucha de las organizaciones de jóvenes por definirse. Es el poder adulto el que cataliza el ansia por definir su condición de jóvenes frente al mundo adulto. Hay que precisar que si las organizaciones luchan por definir su condición de ‘juventud’ en oposición a un ‘otro’ adulto, ésta se establece con base en una frontera, que existe por muy simbólica que sea. Y existe porque los mismos jóvenes reproducen el discurso de la exclusión social de la que son víctimas. Son ellos los que utilizan de catapulta a la organización juvenil para desempeñar su papel ya sea en las ‘directivas de mayores’ o en candidaturas políticas13. En el momento en que ellos son parte de las instituciones adultas, son parte también del poder adulto del cual reniegan constantemente. Las organizaciones de jóvenes se constituyen en apéndices de las organizaciones de adultos, sin poder de decisión, pero con importante presencia en las movilizaciones. Ante el discurso de la exclusión que ya está legitimado en las organizaciones de jóvenes en Santa Cruz, se produce una demanda por la inclusión; los jóvenes piden ser incluidos en las decisiones políticas de las ‘directivas de mayores’. Esto supone, según 13 Un caso paradigmático es el de Gustavo Serrano quien de ser presidente de la Casa de la Juventud pasó a ser candidato a diputado por Unidad Nacional en las elecciones del 6 de diciembre de 2009.

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Martín (1998), una “extraterritorialidad social”, es como si los jóvenes hubieran estado en ‘otro lugar’ muy distinto a la sociedad y en este momento histórico están a las puertas de la sociedad actual y pretenden infiltrarse en ella. Si se comprende ‘la juventud’ como un objeto ficticio con la idea de introducirse en la sociedad que la ha excluido, se estarían borrando las diferencias de clase que existen a su interior. Existe una trayectoria social y política de estos jóvenes que parte de su participación en estas organizaciones, para pasar, después, a ser parte de las organizaciones del poder adulto. Se olvidan las trayectorias sociales de los individuos y los grupos, negando que el proceso de inserción es diferente para cada uno. Es decir, se borran las diferencias de clase, las posturas ideológicas y las formas de organización que son claramente diferentes de un actor a otro y sobre todo de una organización a otra. Se puede decir, entonces, que la definición del grado de autonomía que se pueda ganar en oposición al mundo adulto tiene que tomar en cuenta todos estos aspectos. El no tratar a la juventud como un todo homogéneo es la primera condición abstraer el concepto para luego comprender la diversidad de símbolos y signos que transversalizan a ‘la juventud’, y comprendiendo su riqueza para poder interpretar su mundo. En el discurso de las organizaciones existe una constante en definir a la juventud como una etapa de libertad, firmeza y fuerza, donde se consolidan las maneras de ver el mundo y las ideologías. “La juventud es el momento donde defines quién eres...” dirá el director de Albor. La libertad de la juventud, sin embargo, tiene un límite que se marca en el momento en que la responsabilidad se vuelve colectiva. La percepción generalizada es que ‘la juventud’ es un período de la vida donde no te preocupas por nadie más que por ti; después tienes familia, hijos y tienes que preocuparte por ellos y lo que les puede pasar. La juventud sería una etapa donde la multiplicidad de signos y símbolos de los que habla Abruzzese están en constante conflicto. Es una pugna que configura constantemente a cada joven y su propia interpretación de su mundo y su vida en una sociedad.

5. ������������������������������������������������ Los jóvenes son el presente, nunca más el futuro Los jóvenes de Santa Cruz queremos ser la semilla de un nuevo amanecer. Queremos seguir luchando por mejores días con

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responsabilidad, sabemos que la posta está quedando en nuestras manos.14 Existe un giro en el discurso de los jóvenes sobre lo que significa ser joven. Las propias nociones del fenómeno juvenil, del cual son parte, modificaron el discurso adulto que les repetía a gritos: ‘los jóvenes son el futuro del país y cuidarlos es nuestro deber’; y de tanto ‘cuidarlos’ se sumieron en la apatía. Este interludio, vociferado a voz en cuello por muchos líderes políticos y sociales, despoja a los jóvenes de la posibilidad de actuar en el presente dejándolos ‘para después’. Ante esta relación de poder establecida desde el mundo adulto y que pretende anular al actor joven en el presente —y que efectivamente lo logró sistemáticamente durante la década de 1990—, existe una respuesta. Los jóvenes reinventan la frase épica y dicen: “Los jóvenes ya no somos el futuro, los jóvenes somos ahora, el presente”. De hecho, el giro discursivo ha tenido bastante repercusión en varias organizaciones tanto de izquierda como de derecha y que lo reproducen constantemente. Y ahora ¿Por qué el joven? Yo creo que el joven es el presente, nos han metido eso de, es el presente y el futuro, porque decían los jóvenes son el futuro. Y ¿Por qué el futuro? ¿Por qué no podemos ser el presente? (Miembro de base, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). ¿Por qué se produce este giro discursivo? Básicamente se constituye en un discurso basado en la urgencia de la tarea que se les está encomendando. Si bien es una ‘posta’ que se les está pasando, como dice Gustavo Serrano de la Casa de la Juventud, esa ‘posta’ está determinada otra vez por el poder adulto que les dice cómo tienen que continuar el perfil de los liderazgos cívicos o políticos. Ahora que los jóvenes ya no son el futuro sino el presente, el discurso que se pretende introducir en las organizaciones juveniles es el de la homogeneización política. Ya no interesan los colores políticos ni las ideologías que se profesen, ahora lo que importa es la unidad de ‘la juventud’ y que la misma trabaje por el país. Otra vez ese objeto ficticio del que hablaba Martín (1998). Este discurso ha calado con fuerza en las organizaciones de derecha de la ciudad de Santa Cruz, las que reproducen el discurso al interior de sus organizaciones. En una reunión de la Casa de la Juventud se informaba sobre el encuentro que 14 Discurso de Gustavo Serrano, Presidente Ejecutivo de la Casa de la Juventud, en el ‘cabildo del millón’ Este cabildo sucede en una coyuntura en que la fuerza del discurso autonomista que emanaba de los sectores cívicos de Santa Cruz, se expresó en la convocatoria a una cantidad significativa de gente que, según los organizadores de la concentración política, llegó al millón de personas.

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se había tenido en la ciudad de La Paz con jóvenes del MAS y de otros partidos y cómo ésta era una buena oportunidad para relacionarse con organizaciones de otros departamentos. Además la misma filosofía de la Casa de la Juventud establecía que era una ‘casa’ donde todos los jóvenes podían acudir. Siguiendo la metáfora de la vida como una carrera de postas, podemos ver que la organización juvenil es más que todo una etapa previa a la participación en una institución adulta. El discurso ‘olímpico’ de la vida está tan internalizado en los jóvenes de la Casa de la Juventud que lo reproducen en cada una de sus reuniones, donde la crítica, el debate y la discusión —siempre al interior de la organización— son prácticamente inexistentes, y asumen como cierta una realidad que les es otorgada desde el mundo adulto con base en a una formación progresiva de líderes jóvenes con discurso prestado.15 El Comité Cívico y el partido político forman líderes e invitan a los mejores cuadros para que pasen a sus filas. El Comité Cívico Pro Santa Cruz es la institución que más invierte, por así decirlo, en la formación de jóvenes como líderes regionales. Más que todo es liderazgo, hemos tenido conferencias de la historia de Bolivia, historia cruceña. También para los que les interesa lo político, también hemos tenido seminario de negociación política. (Dirigente, varón, Casa de la Juventud Cruceña). Uno de los ejemplos más claros de este tránsito de la organización juvenil a la institución adulta es la de Gustavo Serrano, que de ser presidente ejecutivo de la Casa de la Juventud fue candidato a diputado en los últimos comicios electorales de 2009. De forma similar, en las organizaciones afines al MAS existe una formación de cuadros en las organizaciones juveniles que se produce con menos injerencia de adultos, pero que tiene el mismo resultado. La diferencia que existe con las organizaciones afiliadas al Comité Cívico es que el Movimiento al Socialismo no invierte en cursos ni seminarios para formar a los integrantes de organizaciones juveniles, sino que apela a la experiencia de movilización de estos grupos, y que promueve estén en continuo debate político. Sin embargo, ‘las directivas de mayores’ —como les llaman las organizaciones juveniles—, necesitan tener un control de las actividades que desarrollan las organizaciones juveniles.

15 Para más sobre formación de líderes en las organizaciones de jóvenes de Santa Cruz, ver el artículo de Bethel Núñez en este volumen.

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Cada distrito tiene un presidente de juventudes, de las cuales ellos responden automáticamente a los mayores, y los mayores, si no hay suficientes jóvenes [dicen] ¿Qué pasa?, ¿Cómo están organizándose? ¿Dónde están ustedes? Quiero presencia de jóvenes ahí. Entonces hay eso, tal vez es la visión de los mayores que dicen cómo tienen que organizarse, claro que el joven está consciente de que tiene que organizarse. El joven está consciente de que quiere continuar apoyando de alguna manera. (Dirigente, varón, Organización Juvenil Luis Espinal). Entonces, el interés de las instituciones adultas por las organizaciones de jóvenes es, en realidad, por la formación de líderes políticos y sociales a nivel regional. Las organizaciones de jóvenes están en constante lucha por su autonomía frente a las instituciones del poder adulto; sin embargo, no logran salir del círculo de la formación de líderes y cuadros políticos. Los mismos jóvenes son los que buscan ser líderes, pero reniegan de la injerencia de las organizaciones de adultos. Es así que las organizaciones de jóvenes son instrumentalizadas para las movilizaciones y campañas políticas, pero no son tomados en cuenta para tomar decisiones en las organizaciones de adultos. Actualmente, los jóvenes no estamos siendo incluidos en esas decisiones, ¿Por qué? No sé por qué será, porque nos ven como jóvenes o no sé. Lo único que nos hacen es tomar en cuenta cuando hay alguna marcha, manifestación, realmente para eso nomás. (Dirigenta, Juventud Igualitaria Andrés Ibáñez). Lo que se puede concluir es que las organizaciones de jóvenes no han logrado romper la hegemonía adultocentrista. Los estudios que existen sobre culturas juveniles no hacen hincapié en la autonomía de las organizaciones juveniles que, a pesar de tener algunos años de existencia, no se consolidan como organizaciones capaces de tomar decisiones acerca de su propio espacio social y político. Los jóvenes, a pesar de ser los protagonistas del ‘cambio’ —entendido como retórica de la modernidad—, son útiles para la movilización. Sin embargo no participan de las decisiones políticas para incidir en su propio cambio, delegándolas a las directivas de mayores o a la formación de líderes cuyos contenidos no son siquiera discutidos con las organizaciones juveniles.

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