La Depresión, el perro negro de W. Churchill

LA DEPRESION (EL PERRO NEGRO)

VENCIDOS
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
León Felipe


La depresión, crisis mundial

Este es un tema que en general no me gusta ya que existen muchas
definiciones y enfoques del mismo que varían entre sí.
Hasta se llega a llamar depresión a todo lo que no se comprende bien de las
sintomáticas psicosomáticas.
Winston Churchill reconoció que toda su vida había luchado contra un "Black
Dog" o perro negro: su depresión. Ésta dolencia fue especialmente acuciante
en algunos períodos de su vida, como cuando salió del gobierno después de
la Primera Guerra Mundial o durante los últimos años de su vida.
Si tuviera que quedarme con algo de todo lo que podría decirse de la
depresión que no tiene en verdad mucha prensa salvo en circuitos
especializados, presentaría simplemente el Mensaje de la OMS en el Día
Mundial de la Salud Mental de octubre del 2012.
Pero ahí nos encontramos en que éste es poco específico con dificultades de
su descripción.
Tal vez más de 500 millones de personas de todas las edades, ingresos y
nacionalidades sufran de depresión. Y millones más, familiares, amigos,
compañeros de trabajo se ven afectados por los efectos indirectos de esta
crisis de salud mundial mal definida, clasificada y reconocida por todos
los sistemas.

La depresión se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo doloroso
y punzante, pérdida del interés por el mundo externo, pérdida de la
capacidad de disfrutar y amar e inhibición de muchas funciones físicas y
mentales que disminuyen la capacidad de las personas para hacer frente a
los placeres y retos cotidianos de la vida y con frecuencia precipita el
deterioro de las relaciones amistosas, familiares, causa la interrupción de
la educación y muchas veces la pérdida del empleo.
El que la sufre:
Ve la vida con amargura.
No disfruta de actividades que le resultaban gratificantes.
Puede haber perdido el apetito.
Puede tener pensamientos negativos repetitivos y que interfieren en su
vida cotidiana.
Se siente vacío.
Duerme mal, muy poco o demasiado.
Se siente cansado y somnoliento.
Trata con agresividad, con impaciencia, a personas que quiere.
Ha perdido su deseo sexual.
Tiene problemas de memoria y de concentración.
Le falta confianza en sí mismo.
Se siente triste, abatido.
Tiene falta de motivación y en definitiva, falta de alegría por vivir.
En los casos más extremos se llega al suicidio, los afectados se quitan la
vida. Cada año se suicidan más de un millón de personas, la mayoría debido
a una depresión sub-diagnosticada, sin diagnosticar o sin tratar.

Las personas caen en depresión por diversos motivos. Con frecuencia se
combinan distintas causas genéticas, biológicas, psicológicas, ambientales,
laborales y sociales para desencadenarla.

El estrés, los duelos, la edad avanzada, la soledad extrema, los grandes
cambios socioeconómicos, los conflictos psíquicos, los abusos físicos y
sexuales o laborales, el desempleo y la exclusión o marginación (en
poblaciones dadas) también pueden contribuir a la condición.

Las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres debido a las
múltiples tareas de su vida cotidiana y en particular después de dar a luz.

Existe una gran variedad de tratamientos eficaces y asequibles para tratar
la depresión, que incluyen intervenciones psicosociales y medicamentos
antidepresivos; no obstante, no todo el mundo tiene acceso a ellos,
especialmente las personas que viven en países menos adelantados y los
ciudadanos más desfavorecidos de las naciones desarrolladas.

Entre las barreras para acceder a atención y servicios se cuentan el gran
estigma social y la cosificación de los pacientes que en casos extremos son
expulsados hacia hospicios y la falta de personal sanitario general y de
especialistas preparados para identificar y tratar la depresión.

Por ello, la Organización Mundial de la Salud está prestando apoyo a los
países por medio de su Programa de acción para superar las brechas en salud
mental.

La depresión no es un asunto que incumba solo a los expertos en asuntos de
salud. Todos podemos actuar para reducir el estigma socioeconómico que
rodea a la depresión y otros trastornos mentales, tal vez admitiendo que
nosotros mismos la hemos sufrido en algún momento o acercándonos a quienes
la están padeciendo ahora.

Podemos comprometernos a hablar más abiertamente de la depresión y sus
muchos síntomas.
Es el primer paso importante a la hora de eliminar uno de los obstáculos
para el tratamiento y contribuir a reducir la discapacidad y el desasosiego
que causa esta crisis mundial


Bibliografía general

Se ha utilizado gran parte del Mensaje de la OMS en el Día Mundial de la
Salud Mental de octubre del 2012.
Poema de León Felipe "Vencidos"