La deixis en la competencia comunicativa de pacientes con afasia de Wernicke

May 24, 2017 | Autor: J. Guillén Escamilla | Categoría: Neuropsychology, Speech Language Pathology, Aphasia, Linguistics, Neurolingüística
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La deixis en la competencia comunicativa de pacientes con afasia de Wernicke Deixis in the Communicative Competence of Patients with Wernicke’s Aphasia Josaphat E. Guillén Escamilla1 Julián Morales López2 Resumen Los hablantes con afasia de Wernicke han sido descritos con problemas para el uso efectivo de la deixis, es decir, para señalar el quién (participantes), el cuándo (tiempo) y el dónde (lugar) de la interacción comunicativa. En este trabajo se hace un estudio lingüístico descriptivo de los elementos deícticos que utilizan los hablantes con afasia de Wernicke. Analizamos la producción de cuatro pacientes con el objetivo de determinar si mantienen la capacidad para utilizar los deícticos de manera convencional. Los resultados muestran que los pacientes retienen la capacidad para usar los deícticos, lo que podría reflejar que las capacidades cognitivas de los pacientes para ubicarse en el espacio-tiempo también se conservan a pesar de la patología. Palabras clave: deíxis, pragmática, afasia de Wernicke, deícticos. Abstract Speakers with Wernicke’s aphasia have been reported with problems for the effective use of deixis, therefore to indicate the who (participants), when (time) and where (place) of communicative interaction. This paper presents a descriptive linguistic study of deictic elements using for speakers with aphasia Wernicke. We analyze the production of four patients with the objective of determining whether to hold the ability to use deictics conventionally. The results show that patients retain the ability to use deictics, which could reflect that the cognitive abilities of patients to be placed in space-time are also preserved despite the pathology. Keywords: Deixis, Pragmatic, Wernicke’s Aphasia, Deictics. 1. Introducción En los últimos años, la importancia de la interdisciplinariedad en el estudio del lenguaje como proceso cognitivo ha tomado una particular fuerza, principalmente porque los estudios restringidos a una sola ciencia no alcanzan para dar cuenta de muchos fenómenos del lenguaje por sí solos. De esta forma, ciencias como la neurología, la psicología y la lingüística se interrelacionan en estudios del lenguaje, tanto en sus condiciones naturales como en condiciones de patología.

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Así pues, de la neurología, la psicología y la lingüística, más aun de la fusión de estas: de la neuropsicología y la neurolingüística surgen modelos teórico-metodológicos con un mayor alcance explicativo en el estudio del lenguaje y sus procesos cognitivos. La neurolingüística surge del estudio y aplicación de la teoría lingüística en pacientes afásicos con la intención de explicar los daños en las estructuras lingüísticas dentro de la patología (Guillén 2013, p. 55). Así, se ven ancladas ambas disciplinas para dar cuenta in extenso de las relaciones cerebro-lenguaje dentro de la patología como en este caso, la afasia de Wernicke. La afasia de Wernicke es un síndrome causado por una lesión cerebral en el lóbulo temporal izquierdo, esta zona corresponde al área 22 de Brodmann, la cual está localizada en la circunvolución superior temporal y es adyacente a la corteza auditiva primaria, lo que ocasiona que un daño en esta zona tenga como consecuencias déficits en la comprensión del lenguaje. La descripción general de la afasia de Wernicke se caracteriza por: (i) habla fluida pero desorganizada, (ii) fallas en la integración fonemática y comprensión del lenguaje, (iii) problemas con la denominación y repetición. Ahora bien, al estar considerado este síndrome como una patología del lenguaje parece evidente la importancia de la descripción lingüística para una mejor caracterización en todos los niveles del uso que los pacientes hacen del lenguaje. Si bien existen muchas caracterizaciones, estas vienen de otras lenguas como el inglés. En Latinoamérica existe muy poca literatura relacionada con la descripción puramente lingüística, esto debido a que la patología del lenguaje ha sido estudiada en su mayoría dentro de la medicina y la neuropsicología. La deixis es un recurso lingüístico complejo que corresponde al ámbito de los signos en cuanto a su función de indicadores, es decir: Do not connote a class of objects but designate the present ocurrence of discourse; they do not name but indicate the I, the here, the now, the this, [...] What is admirable is that ‘language is organized in such way that it allows each speaker to appropiate the entire language by designating himself as the I’ (Ricoeur 1974, p. 255).

En este escenario, la pregunta central de este trabajo emerge: ¿en una patología, con déficits obvios en la producción y comprensión del lenguaje, la capacidad para el uso convencional de deícticos se conserva o también se ve alterada? Si es así, ¿el daño es total o gradual?, ¿hay algún tipo de deixis que se preserve mejor, ya sea personal, temporal o espacial? En principio, sostenemos que, a pesar de los problemas que presentan los hablantes con afasia sensorial en la mayoría de los niveles del lenguaje, el uso de la deixis se conserva casi intacta y que varía en grado, dependiendo de la seriedad de la lesión. Así, buscamos demostrar que estos pacientes mantienen un sistema deíctico personal, temporal y espacial, de acuerdo con el manejo que hacen de pronombres personales, del tiempo verbal y adverbios temporales y espaciales. 2. Deixis El asunto de la deixis ha sido abordado desde diferentes perspectivas, algunas filosóficas, otras psicológicas y, en su mayoría, lingüísticas. Por tal motivo, no es de extrañar la gran cantidad de denominaciones que han recibido aquellos elementos lingüísticos que se desempeñan en el terreno de la deixis, principalmente los demostrativos. Así, por ejemplo, desde la lógica formal, Russell habla

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de egocentric particulars3 para referirse a las palabras cuya denotación es relativa al hablante, tales como: esto, eso, yo, tú, aquí, allá, ahora, etcétera. Para él, “All egocentric words can be defined in terms of ‘this’. Thus: ‘I’ means ‘The biography to which this belongs’; ‘here’ means ‘The place of this’; ‘now’ means ‘The time of this’; and so on” (Russell, 1995, p. 108). En consecuencia, “‘this’ is one word, which has, in some sense, a constant meaning. But if we treat it as mere name, it cannot have in any sense a constant meaning, for a name means merely what it designates, and the designatum of ‘this’ is continually changing” (Russell, 1995, pp. 109). Por su parte, Reichenbach distinguió entre el signo individual (token) y la clase de signos (el símbolo): “With regard to many words one can neglect the individual sign; the word ‘house’, for instance, has the same meaning in all instances. It is different for words like ‘now’, ‘here’, ‘I’, the meaning of which changes with every individual sign” (1999, p. 270). Así, para este último tipo de ejemplos postula el término token-reflexive, es decir, palabras cuyo significado convencional contiene al token ejemplificado y necesariamente requieren anclarse al contexto en el que aparecen, por ejemplo, yo refiere a la persona que pronuncia ese token. Por otra parte, dentro de la lingüística, Jakobson (1975) considera que tanto el mensaje como el código funcionan de dos formas: (i) pueden ser utilizados y (ii) pueden ser referidos. Por tal motivo, distingue dos tipos de circularidad (el mensaje remite al mensaje y el código remita al código) y dos tipos de traslape (el mensaje remite al código y el código remite al mensaje). En el último caso, siguiendo a Jespersen,4 Jakobson (1975, p. 310) señala que todo código contiene una clase de unidades gramaticales, los conmutadores, cuya significación no puede definirse sin hacer referencia o remitir al mensaje. Los conmutadores, pues, combinan las funciones del símbolo (se asocian al objeto representado por convención) y del índice (por la relación existencial con el objeto que representa) a la manera de Peirce. La particularidad de los conmutadores es la falta de un único significado general constante, pero para Jakobson cada uno de ellos posee su propio significado general: yo significa al hablante y tú al destinatario del mensaje del que forman parte. También se distinguen por su referencia obligatoria al mensaje en cuestión. Por esto mismo, sostiene, los pronombres son una de las últimas adquisiciones del lenguaje infantil y lo primero que se pierde en la afasia (1975, p. 311). Benveniste, por su lado, nombró a este tipo de palabras indicadores, es decir, “elementos que hacen referencia constante y necesaria a la instancia del discurso [...] De modo que lo esencial es la relación entre el indicador (de persona, de tiempo, de lugar, de objeto mostrado, etcétera) y la presente instancia del discurso” (1974, p. 174). Además, agrega que estos indicadores son signos vacíos, siempre disponibles, que se vuelven llenos tan pronto un hablante los asume en cada instancia del discurso. Finalmente, Kaplan, en su intento por postular una semántica de referencia directa, propone una teoría de los demostrativos que incluye pronombres: yo, mí, tú, él, su, ella; demostrativos: esto, eso; adverbios: aquí, ahora, mañana, ayer; adjetivos: actual, presente. Teniendo todos en común que: “the referent is dependent on the context of use and that the meaning of the word provides a rule which determines the referent in terms of certain aspects of the context” (1989 p. 490)”. A estos elementos los llama índices. Así, yo, ahora,

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En desarrollos anteriores, Russell había propuesto la denominación emphatic particulars. La idea de Jespersen era examinar primero ciertas palabras como enemigo, hogar, padre o madre para, posteriormente, tratar los pronombres personales como los ejemplos más claros de shifters. Así, debido a su naturaleza, los referentes de los shifters cambian de acuerdo con los participantes de la conversación (Jespersen, 1959, p. 123 ss).

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aquí, mañana son índices puros y las reglas lingüísticas que gobiernan su uso determinan el referente para cada contexto.5 Estos índices puros serán los elementos deícticos cuya especificación significativa se dará en el contexto de la enunciación. El común denominador de todas las caracterizaciones presentadas es que los deícticos deben estar vinculados a los contextos de la enunciación, ya sea a los participantes de la conversación (yo, tú, usted, ustedes), al lugar (aquí, allá) o al tiempo (ahora, ayer, mañana). “Es todo un hecho a la vez original y fundamental el que estas formas ‘pronominales’ no remitan a la ‘realidad’ ni a posiciones ‘objetivas’ en el espacio o en el tiempo, sino a la enunciación, cada vez única, que las contiene y hagan reflexivo así su propio empleo” (Benveniste, 1974, p. 175). Debemos tener en mente, pues, que los deícticos combinan las funciones de símbolo e índice y que son las convenciones lingüísticas las que determinan los referentes para cada contexto. 2.1. El punto de partida Bühler (1967) menciona que en el origen de las coordenadas del campo mostrativo del lenguaje humano deben estar tres demostrativos: aquí, ahora y yo. En consecuencia, aquí, ahora y yo serán el origo o el punto cero, desde el cual los demás elementos deícticos, observando el contexto de la elocución, serán actualizados. De tal suerte, el aquí muestra lingüísticamente todas las demás posiciones, el ahora, todos los demás puntos temporales, y el aquí y yo reclaman volverse hacia la fuente y el lugar de sonido. En casos no marcados, el centro deíctico es el hablante, de tal forma que oyente, tiempo y lugar son definidos con relación a su identidad. Estos centros deícticos, según Schiffrin (1987), pueden ser próximos (yo, tiempo presente, aquí) o distales (tú, tiempo pasado, allá). 3. Déficits en el uso de deixis en la afasia sensorial La deixis y el empleo de pronombres han sido ampliamente estudiados dentro de la afasia de Wernicke. Así, por ejemplo, Stemmer (1999) considera que las habilidades para manejar las complejidades gramaticales y semánticas, asociadas con la deixis, se encuentran dañadas debido al rango de dificultades que representa la recuperación gramatical, semántica y léxica. Chapman y Ulatowska (1989), por su parte, sostienen que estos pacientes tienen dañada la habilidad para señalar algo en el mundo, por lo que el oyente no es capaz de comprender de lo que se está hablando. Miller (1990) considera que esta aparente incapacidad puede interpretarse como la manifestación de una estrategia compensatoria comunicativa, es decir, resulta más sencillo utilizar deícticos que sustantivos o frases nominales completas. Finalmente, Dressler y Pléh (1998) afirman que los deícticos son presentados en mayor número cuando se le pide a un hablante producir narraciones a partir de imágenes. Sin embargo, hay que agregar que ninguna de estas investigaciones menciona a qué tipo de deixis se refiere: personal, temporal o espacial, ni tampoco sobre qué criterios evalúan el empleo de la deixis. Además, los estudios de estos fenómenos, en español, son muy escasos sino que inexistentes.

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Kaplan sostiene que los índices tienen dos significados: (i) contenido y (ii) carácter. El contenido de una oración en un contexto dado es lo que se ha llamado proposición. Los contenidos son evaluados y el resultado será un valor de verdad. Por su parte, el carácter se fija por convenciones lingüísticas y, a su vez, determina el contenido de la expresión dada.

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En cuanto al estudio del uso de pronombres, Edwards y Garman (1989) concluyen que estos hablantes utilizan más pronombres que sustantivos, en comparación con un hablante normal, lo que sugiere que el uso de proformas puede ser una respuesta estratégica a las dificultades que presentan con la selección de sustantivos. Cardebat (1987) describe que los pronombres son presentados sin una referencia clara debido a los deterioros en el procesamiento de deixis y anáforas, aun cuando, según Chapman y Ulatowska (1989), tienden a utilizar el conocimiento general del mundo para compensar la carencia de referencias claras. Finalmente, Crystal (1987) describe que en la experiencia clínica es común tener una conversación relativamente fluida y extensa, según el paciente relacione la conversación con el aquí y el ahora, pero tan pronto se incluyen temas externos al consultorio la fluidez desaparece. De acuerdo con estos resultados, parece evidente la problemática de estos hablantes para producir y comprender deícticos. Sin embargo, a partir del análisis de la producción de estos pacientes, veremos si esta caracterización es adecuada o debe matizarse. 4. Análisis El corpus fue recogido en el Hospital General de la Ciudad de México. El formato de la entrevista es médico-paciente. Generalmente, las preguntas giran en torno a la enfermedad y las actividades del paciente. El corpus que se presenta corresponde a cuatro colaboradores, tres hombres y una mujer, todos ellos en un rango de edad de entre 50 y 60 años, hablantes monolingües de español, y diagnosticados con afasia de Wernicke, producto de un Accidente Vascular Cerebral (avc). Para la correspondencia con el corpus, C1, C2, C3 y C4 indican el número de colaborador; PA señala el par adyacente del que se extrajo el ejemplo, y el número final corresponde a la línea del par adyacente. La convención de etiquetado de los datos que se adoptó es la propuesta por preseea. 4.1. Deixis personal (1) comí bien// pero nada más/ me me comí partes no no me comí más// entonces yo perdé que no quise yo más costentemente (C3-PA7-2).

En (1) es claro que el hablante es el origen de la referencia, la flexión de los verbos codifica la primera persona del singular, y además aparecen los pronombres yo y me. (2) yo// este mi costante aseamente es de la media de fiesto // de me me media de far / de todo eso de herrería de todo eso / de // concreto en concreto todo eso (C3-PA-7).

En este caso, a pesar de haber solo un verbo, al principio de la enunciación, el hablante se postula como el origo y los eventos reportados giran en torno suyo; además, el pronombre de primera persona del singular también contribuye a postular al yo como el centro deíctico. (3) a. yo sé doctor/ qué bueno que usted sabe/ bueno/ me gusta el arno motaní, quiero hablar (C2-PA38-1).

b. pos/ se ro y va ya tratar de dije a usted// pero no/ no puedo hablar nada (C2-PA2-1).

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En (3a) y (3b), el colaborador toma el papel del yo, y a partir de él se establece la relación con el oyente, usted. La flexión verbal también corresponde a la primera persona del singular. Por otro lado, es interesante notar que el hablante emplea la forma de tratamiento de respeto para dirigirse a su interlocutor, lo cual refuerza la hipótesis de que los deícticos son empleados para señalar a los participantes de la conversación y, además, indica que el paciente retiene la sensibilidad pragmática para adecuarse a las diferentes situaciones comunicativas a las que se enfrenta. (4) yo le dije a él/ le dio mucho gusto porque dije yo no decía nada usted/ y ora sí gracias a Dios (C1-PA1-6).

El ejemplo (4) resulta bastante ilustrativo porque en él encontramos las tres categorías de deixis personal que propone Fillmore: (a) hablante: yo, en este caso el Colaborador 1; (b) destinatario: usted, referido a médico; y (c) audiencia: él, sin referencia establecida en la conversación. (5) me da así con ustedes mucha// no sé// mucho gusto mucha empuesta / en que dije ellas [mis hijas] tan pobrecitas sufren mucho (C1-PA3-2).

(5) muestra el empleo de las tres categorías de deixis, hablante: yo; destinatario: ustedes, referido a los médicos; audiencia: ellas, referido a las hijas de la colaboradora. A la luz de los ejemplos, parece claro que la deixis personal está preservada en la afasia de Wernicke. En la mayoría de los casos, los pronombres y la flexión verbal permiten establecer la identidad del hablante, el destinatario y la audiencia. Cabe destacar el uso general de la forma de tratamiento de respeto para referir al médico, lo cual evidencia que los Colaboradores conservan la capacidad para emplear los deícticos personales y los despliegan de forma convencional, pues no aparecen alternancias de usted/ tú para referirse al oyente. Finalmente, en los ejemplos (4) y (5) encontramos las tres categorías deícticas personales que señalan a los tres participantes de la conversación, aunque en el primer caso, y en general, la referencia de la audiencia no siempre queda clara debido a los problemas que tienen estos pacientes con el uso de sustantivos. Esta afirmación coincide con lo señalado por Crystal (1987), en cuanto a que los pacientes presentan problemas para seguir una conversación con todos sus elementos cuando el tema sale del aquí y del ahora del consultorio. 4.2. Deixis temporal (6) a. tantas gentes que conocí// ahora ya no conozco/ verdad/ jugué eso limpiar/ mire/ mire/ ahora ni puedo ni nada (C4-PA18-5) b. antes nomás veinte centavos/ que ayudaba uno a tu circo/ tu diez/ veinte/ lo poco que daba/ verdad/ tenía uno para comer algo y ora vea todo carísimo (C4-PA47-5).

En este tipo de deixis, aparte de los adverbios y el léxico con referencia temporal, el tiempo verbal también apoya al análisis. En (6a), el punto de partida es el presente pues el Colaborador inicia su relato en pretérito, posteriormente introduce los adverbios ahoya y ya, y el tiempo verbal cambia a presente. En el siguiente enunciado vuelve a pretérito (jugué) para, finalmente, regresar al

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presente por medio del adverbio ahora y el tiempo verbal. En (6b), también se presentan estos cambios de tiempo, se inicia en el pasado con la inclusión del adverbio antes y en armonía con el pretérito imperfecto de los tres primeros verbos, y en la parte final se vuelve al presente con la introducción de la ­aféresis ora, y de forma elíptica con el verbo está, conjugado en presente. (7) a. yo no decía tenía unas hermanas que tú/ quien erecesitas o que te atina y ahora ya poquita troy hablando (C1-PA1-11). b. yo no le sabía qué era// nomás se lo quería decir/ pero no/ ahora ya lo hago bien (C1-PA3-9).

En estos dos ejemplos ocurre lo mismo, las acciones son reportadas en un tiempo anterior al momento de la enunciación. En ambos casos, los verbos están conjugados en pretérito imperfecto hasta que el Colaborador introduce los adverbios ahora y ya. En (7a), posterior a la inclusión de ahora ya, el verbo que les sigue está en presente continuo. En (7b), el verbo que le sigue a estos adverbios está conjugado en presente. (8) fue otro día con él otra vez / buendo bien todo el día / bien hablé/ más o menos, dotono costé// al otro día/ oye/ no pu / no pude ver// pues doctor/ ira el días doctor/¿sí?/ fui al doctor otra vez, oiga no puedo le digo. Orita veo, otra vez, tiempe si e // y no/ otra vez/ no volví a hablar (C2-PA47-1).

En (8), además de los tiempos verbales, el léxico con referencia temporal se presenta constantemente y señala la progresión temporal de los eventos reportados. Todos ellos inician en el pasado (otro día) y se van sucediendo temporalmente. Nuevamente, todos los ejemplos ofrecen evidencia a favor del uso convencional de los deícticos temporales. Aparecen adverbios (ahora, ya, antes) y léxico con referencia temporal (otro día, todo el día, otra vez) que, aunados a los tiempos verbales, ayudan a establecer el tiempo en el que los eventos reportados sucedieron. Resulta digno de destacar que estos tres elementos: adverbios, léxico y tiempos verbales, concuerdan entre sí y no se presentan cambios abruptos de tiempo, sino, al contrario, se combinan armónicamente para dar coherencia y progresión temporal al relato, casi siempre del tipo antes-ahora. Esto podría indicar que la lesión cerebral no daña la capacidad de los hablantes para situarse en el tiempo ni su habilidad para reflejarlo a través del lenguaje, pues no se encuentran combinaciones como: *ayer ya iré, ¿cuándo va a venir? —*Ayer. 4.3. Deixis espacial (9) a. cuando yo ya empecé dije/ ¡ay diosito!/ yo aprendí a hablar dime cómo dice aquí (C1-PA3-3) b. no ella estaba muy mala/ y le dije yo quiero ver pa que tú sepas decir/ ahí yo me empezó a dar cuenta de que a veces yo sí me daba cuenta yo lo que me estaba diciendo (C1-PA3-6).

En (9a), el adverbio locativo aquí señala un espacio dentro de la narración que está reportando el Colaborador. Gracias al conocimiento general del mundo, el oyente puede inferir que se trata de algún objeto que tiene algo escrito. En el segundo ejemplo (9b), ahí indica, además de un lugar, un momento en el tiempo como punto de partida. Número 22 enero - julio 2016

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(10) como que quería yo sentir de// de// devociéndolo/ pero de ahí se me me empezó a meter más más más y ya empecé (C3-PA7-6).

En este ejemplo aparece el mismo uso de ahí, señalando espacio y tiempo como punto de partida. En (9b) y (10), ahí parece cumplir más con una función temporal que espacial, aunque conserva su función locativa indicando que la elocución que le precede es el punto de partida. (11) a. vas a ver dicen luego escuincle/ a ver qué hiciste/ verdad/ así como aquí que le digo a usted ¿sí? (C4-PA31-4). b. eso aré que tene/ eso que tuve de escuincle/ de caerme me dolió/ esto todavía lo tengo lo ejo acá (C4-PA48-3).

En estos dos casos, los deícticos empleados indican lugares dentro del intercambio comunicativo. En el primero, aquí refiere a la situación comunicativa dentro del consultorio. Mientras que en (11b), el deíctico acá va acompañado de una señal corporal hacia la espalda del Colaborador. (12) a. mi hija fue su hijo fue al doctor también// fue con un doctor/ allá / con un doctor también (C2-PA58-1). b. no sé si es doctor/ no sé/ si es doctor no sé// me fui con ella y ponía una aquí/ otra aquí/ aquí/ aquí // la mano te vel vea qué hación/ que es aquí/ era una aquí/ aquí así// la mano acá así/ tose que así y/ tres nada de que así/ por aquí, aquí, aquí (C2-PA45-1).

De acuerdo con el análisis, la deixis espacial también se encuentra preservada en estos pacientes. Incluso, se ayudan con lo que Fillmore llama expresión deíctica gestual (1997) para que el oyente dirija la atención hacia el aquí y acá, y monitoree los aspectos físicos de la situación comunicativa que está indicando el hablante. Esta conducta puede ser una estrategia compensatoria comunicativa pues, a través de ella, el hablante se ahorra el uso de sustantivos evitando así el complejo costo de procesamiento. También es cierto que, en ocasiones, los deícticos espaciales no están anclados a referencias claras o su empleo es ambiguo debido a los problemas que tienen para utilizar sustantivos. 5. Discusión De acuerdo con los datos, los pacientes con afasia sensorial conservan la habilidad para emplear convencionalmente las deixis personal, temporal y espacial. Los cuatro Colaboradores utilizaron distintos elementos lingüísticos para señalar estas relaciones en sus producciones. En una evaluación cualitativa, la deixis temporal es la que se conserva mejor, pues no presenta ningún tipo de anomalía, los tiempos verbales son consistentes entre sí a lo largo de la cadena hablada, no hay cambios abruptos de tiempo y, como apuntamos anteriormente, el léxico temporal, los adverbios y los tiempos verbales son consistentes entre sí, su combinación permite estructurar temporalmente la producción. Así, a pesar del caos aparente que reina en las narraciones de estos hablantes, no encontramos combinaciones como: *al rato leí, *la otra vez leeré, etcétera, lo que evidencia que su capacidad para anclar cronológicamente las narraciones

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se mantiene a pesar de la lesión cerebral; incluso, más importante aun es que pueden distinguir, sin ningún problema, los conceptos temporales antes y después y reflejarlo en sus producciones. Por su parte, la deixis personal no presenta ningún problema, mientras que la conversación solo involucre a hablante y oyente, pues los pacientes son capaces de establecer la identidad de los participantes de la conversación por medio de los pronombres. El empleo de la forma de tratamiento de respeto abona a esta afirmación, pues invariablemente los cuatro Colaboradores se refieren al médico con el pronombre usted, lo que además indica que los pacientes conservan cierta sensibilidad pragmática de índole social. Finalmente, mucho de lo que se dijo de la deixis personal se puede aplicar a la deixis espacial. En primer lugar, cuando los adverbios locativos apelan a algo dentro del consultorio, los pacientes pueden referir fácilmente y sin ambigüedad a ellos por medio de gestos, es decir, acompañan los adverbios con una señal que indica el lugar al que se están refiriendo. Ahora bien, cuando los espacios referidos son externos al consultorio los Colaboradores comúnmente emplean locativos con referencia clara y, cuando no, apelan al conocimiento general de mundo para anclarlos. Así pues, el uso de deícticos, a diferencia de otras habilidades lingüísticas minadas en esta patología, se conserva casi intacta. Quien esté familiarizado con los problemas del lenguaje de esta patología y haya tenido un acercamiento al discurso de estos pacientes, encontrará significativos los resultados que se muestran, pues el aparente caos en la producción de los hablantes con afasia de Wernicke guiaría a la falsa conclusión de que el empleo de la deixis, junto con muchos otros procesos lingüísticos, se pierde. Con todo, debemos tomar estos resultados con reserva, dado el grupo reducido de hablantes que se analizó. 6. Conclusiones Los hablantes con afasia de Wernicke tienden a mantener la capacidad para utilizar de forma convencional la deixis referencial, temporal y espacial. La deixis temporal se preserva intacta, como en un hablante sin patología, mientras que las últimas dos presentan ciertos déficits, en especial por el uso, casi obligatorio, de sustantivos para anclar las referencias a los deícticos. De acuerdo con esto, la afirmación de Jakobson (1975, p. 311), acerca de que los conmutadores es lo primero que se pierde en la afasia, no es del todo acertada, aun con los problemas que pueden presentar en su manejo. Aunque la afasia de Wernicke se caracteriza principalmente por los problemas en el lenguaje, es digno de mencionar que el daño cerebral no interfiere con otras tareas cognitivas, como la de situarse en un espacio-tiempo determinado, asumir un rol dentro de la conversación y, en palabras de Benveniste, “hacer suyo el lenguaje” a través del empleo del yo. Lo más importante de esto es que pueden reflejarlo en su producción lingüística, a pesar del daño específico en el mecanismo central del lenguaje. Finalmente, una terapia centrada en el mejoramiento de las referencias deícticas debe estimular el empleo de sustantivos o nombres propios para evitar la ambigüedad referencial, reforzar el uso gestual de los deícticos para anclarlos a personas y lugares, principalmente. El trabajo debe enfocarse en tareas que mejoren el empleo de la deixis personal y espacial.

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