LA CULTURA ANDINA Y LA GLOBALIZACIÓN

May 30, 2017 | Autor: J. Pacheco Ramos | Categoría: History, Sociology, Antrophology
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Descripción

LA CULTURA ANDINA Y LA GLOBALIZACIÓN José Juan Pacheco Ramos Índice 1. Introducción

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2. La población andina

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3. El escenario multilingüe

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4. La migración de los años ochenta

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5. Telefonía móvil e Internet

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6. La respuesta local: glocalización

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6.1 Representaciones musicales: huaylas

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6.2 Las lenguas vernáculas: quechua, aimara y otras lenguas aborígenes

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6.3 Representaciones teatrales ambulantes

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7. Conclusiones

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8. Referencias bibliográficas

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1. Introducción El objetivo de este trabajo es examinar los efectos que ha tenido la llegada de los modernos medios de comunicación de la era digital, en un medio tradicionalmente hermético y poseedor de una cosmovisión aun prácticamente desconocida y/o ignorada, como es la de la población indígena originaria de los Andes peruanos. Si bien el continente americano fue escenario del apogeo de muchos pueblos, algunos con un gran desarrollo cultural, la llegada de los conquistadores españoles marca un hito importante en su historia. La población andina, con el imperio de los Incas como su forma estatal más desarrollada, fue conquistada entonces militarmente por la potencia europea y la interrogante que nos ocupa es si la llegada masiva de contenidos globalizados a través de las modernas TIC están consolidando también su conquista ideológica en la actualidad, o si ella está siendo capaz de desarrollar estrategias propias de respuesta a esta agresión cultural y de exportar también, a su vez, su propio discurso hacia el mundo exterior. La tradicional dicotomía que pretendía la existencia de una masa indígena en los Andes y una élite costeña en las grandes ciudades, ha dado paso, después de la cruenta “guerra sucia” de los años ochenta en el Perú, a una “andinización” de las ciudades y a una subsiguiente emergencia de los elementos culturales de la población selvática. Las grandes migraciones de fines del siglo XX están provocando una nueva fusión de los elementos culturales del país. La rapidez de los cambios perceptibles ha llevado a una eclosión de estudios locales, parcelarios, específicos sobre nuestro tema; pero nos parece importante hacer un recuento provisional de los materiales producidos y de los nuevos actores sociales, para evaluar provisionalmente en qué medida se nota la influencia del mensaje globalizado y en qué medida hay una respuesta local que, aprovechando las TIC, envíe su propio mensaje cultural hacia el exterior utilizando todas las posibilidades del ciberespacio. El Perú es un Estado, pero no una nación con “todas las sangres”1. Sólo una permanente mirada sobre la situación cultural de los diversos ámbitos de nuestra población, nos dará los suficientes elementos de juicio para ver en qué momento de su largo devenir se encuentra el proceso de formación de la identidad nacional.

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En su novela “Todas las sangres” José María Arguedas trata la variedad racial, regional y cultural de la nación peruana.

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2. La población andina El hermético mundo andino que encontraron los conquistadores españoles en los siglos XV y XVI fue sometido militarmente en un lapso bastante corto, dada la superioridad tecnológica que daban la pólvora, la rueda y el caballo. Además, el Estado inca, basado en la unificación forzada de diversos reinos indígenas bajo la égida del Cusco, se desmembró rápidamente en sus diversas nacionalidades y cayó, en su conjunto, bajo la férrea dominación de la espada y la cruz durante tres siglos de época colonial. Dos siglos de vida republicana bajo la dirección de la nueva clase dirigente, los “españoles americanos”, criollos ansiosos de abrir relaciones comerciales con Inglaterra y Francia, lejos del monopolio español, no mejoraron tampoco las condiciones de vida de la masa indígena que siguió refugiada en su mundo quechua y aimara-hablante y panteísta. La alta especialización de la tecnología agrícola inca, manifestada en la óptima explotación de la tierra variando cultivos en sus diversos pisos ecológicos, más la política administrativa de almacenamiento de alimentos hizo que la población del Tawantinsuyo –los cuatro regiones del imperio inca- no conociera el hambre y contara con una población de unos doce millones de individuos a la llegada de Francisco Pizarro2. Este modo de producción fue remplazado por la explotación minera impuesta brutalmente por los conquistadores, cuya único objetivo era la actividad extractiva de oro y plata, actividad que significó el abandono de los cultivos agrícolas planificados y diezmó a la población indígena calculada en sólo 200.000 individuos al final de la era colonial, tres siglos después. A pesar de que esta situación se mantuvo casi invariable hasta mediados del siglo XX, la población andina mantuvo su cosmovisión primigenia a pesar de la imposición del catolicismo y conservó sus lenguas vernáculas a pesar de la imposición del castellano. Los programas educativos de la escuela oficial reproducen mecánicamente los contenidos válidos en Occidente y no es raro constatar que los intelectuales peruanos, ignorantes de su propia realidad, reflexionan en función de modelos de pensamiento 2

La agricultura inca planificaba a la perfección los cultivos correspondientes a los diferentes pisos ecológicos de la tierra, combinándolos con una férrea política de almacenamiento de alimentos y una administración central de los caminos, de tal manera que el suministro alimenticio de la población estaba asegurado. Véase “Cultura, racionalidad y migración andina” de Jürgen Golte

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foráneos. Así, por ejemplo, en el caso de la filosofía occidental, nacida en la antigua Grecia y llevada al mundo entero a través de la expansión europea. La importación de esta “filosofía”, tan propia de cualquier país europeo moderno, obviaba sin embargo el hecho de que la población americana tenía ya y sigue teniendo una cosmovisión propia. La filosofía académica occidental se basaba en textos concretos escritos por pensadores también concretos, lo cual es completamente lógico y justo. En el caso de la población americana nos damos, sin embargo, con la inexistencia de escritura –al menos ninguna descifrada- y, por tanto, con el problema de las fuentes que son, fundamentalmente, orales. El estudioso Estermann lo resume bastante bien: El “texto” principal de la filosofía andina es un tapiz coloreado tejido por los restos arqueológicos y los ornamentos, las costumbres y los ritos, pero sobre todo por el “mundo de ideas” todavía vivo en las mentes y en los corazones de la propia población andina. (Estermann: Filosofía andina; pág. 6) Los fundamentos de una cosmovisión propia han permanecido incólumes hasta la actualidad. El cosmos se concibe como una entidad ética y un sistema de relaciones múltiples en el cual el ser humano es sólo una parte integrante de un todo cósmico, por ejemplo, en su relación con la pachamama o madre tierra; hay el principio de complementariedad según el cual a cada ente y a cada acción corresponde un complemento que hace de éstos un todo integral, así por ejemplo el cielo y la tierra, el sol y la luna, el varón y la mujer, el día y la noche; está también el principio de reciprocidad que es la manifestación del principio de complementariedad en lo moral y práctico, es decir un sistema balanceado de relaciones en el que cada acción es seguida por una reacción –dar y recibir-. Asimismo tiene la población andina una concepción cíclica del tiempo y, mientras la filosofía occidental considera que el tiempo transcurre continuamente en unidades cualitativamente indiferentes y que se mueve unilinealmente hacia delante, el pensamiento andino cree en la discontinuidad y en la determinación cualitativa del tiempo, es decir que hay tiempos resaltantes y vacíos temporales, tiempos densos y tiempos fútiles. Asimismo cree que el tiempo está relacionado con el ritmo de la tierra y de las estrellas, pero no tanto con el individuo; por ello recalca las distintas fases del tiempo sobre todo en función del quehacer agrario, pero ignora muchas su propia edad. Cabe mencionar también que la población selvática del Perú también tiene una cosmovisión propia que, evidentemente, tampoco concuerda en nada con la visión 4

filosófica occidental. Careciendo también de escritura y, por tanto, de testimonios escritos, su cosmovisión sólo puede ser reconstruida sobre la base de sus tradiciones orales ya que, en este caso, hay tampoco restos arqueológicos que nos sirvan como fuentes para la investigación. Aquí recurrimos a la investigación paciente llevada a cabo –entre otros especialistas- por Renard-Casewitz quien, durante 35 años de estancia en las zonas amazónicas, recogió relatos sobre todo del pueblo matsiguenga, pero también de los asháninca y yine –pueblos pertenecientes a la gran familia de los arawaks precolombinos- y que nos dice lo siguiente: Hoy en día no existe una representación global y única de todos los actos; se nos ofrece un canto coral que despliega versículos y estribillos a partir de un “largo relato” sobreentendido. Cada interpretación hace intervenir algunos dioses o héroes y algunas diosas o heroínas; por lo tanto se tiene que unir las interpretaciones para acceder al “largo relato”… (Renard-Casewitz: El Dios Yabireri y su cargado Yayenshi; pág. 9) Estas son las cosmovisiones que, en los desniveles inconmensurables de los Andes y en la ignota Amazonía, sobrevivieron al mensaje ideológico de los misioneros católicos, muchas veces “adoptando” los ritos impuestos e integrándolos en sus ceremonias ancestrales.3

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Véase Ávila Molero, Javier. 2001. “Globalización, identidad, ciudadanía, migración y rituales andinos des/localizados: el culto al Señor de Qoyllur Ritti en Cusco y Lima”. CLACSO Consejo latinoamericano de Ciencias Sociales.

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3. El escenario multilingüe Las huestes conquistadoras, dedicadas únicamente al hecho militar, no pudieron acercarse a la cultura de los indígenas americanos, en primer lugar por ver en ellos seres inferiores presas de la idolatría, pero entre otras cosas también debido a la dificultad proveniente de las diversas lenguas de los pueblos sojuzgados, que les impedía toda comunicación con ellos, por lo que designaron todo lo nuevo que veían con las denominaciones morfológicas que conocían de la Península Ibérica. Así, las tierras planas limítrofes con el Océano Pacífico fueron denominadas costa, todo el inmenso territorio abrupto y montañoso colindante pasó a ser la sierra y la zona boscosa con ríos caudalosos fue denominada montaña. Esta visión simplista de la geografía del Perú fue adoptada en los programas escolares de la época republicana y hasta mediados del siglo pasado la geografía castellanohablante de Lima no descubrió que la población indígena conocía otras regiones naturales y manejaba otra terminología para ellas. Así, sobre este trasfondo de un país con ocho regiones geográficas naturales esparcidas entre el Océano Pacífico y las selvas amazónicas4, y una población indígena compactada por su cultura y experiencia, pero sin existencia en la escuela y cultura oficiales, debemos considerar también el factor lingüístico y su rol en la preservación de valores culturales, como un muro de contención al castellano y a la cultura foránea. En un libro publicado en el año 1972 con el revelador título “El reto del multilingüismo en el Perú” el lingüista Alberto Escobar señala que el hecho de que en el Perú se usen varias lenguas, además del castellano como lengua oficial, no significa que sea un país de personas bilingües. Un sector mayoritario de la población es diestra en el uso del castellano o español, otros sectores dominan alguna de las lenguas vernáculas pero no el castellano y, finalmente, hay un sector que puede comunicarse tanto en castellano como en una lengua vernácula, aunque con diferentes grados de capacidad de expresión. El hecho de que no haya una lengua franca, comprendida y hablada por todos los peruanos, evidencia una barrera idiomática que desarticula la llamada sociedad peruana. Además, en este escenario coexisten varias culturas con valores y sistemas de conducta muy variables:

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El geógrafo Javier Pulgar Vidal arremetió en su obra “Geografía del Perú” contra la tradicional visión geográfica de un Perú dividido en costa, sierra y selva, para sustentar la más real de 8 regiones naturales, según su altitud sobre el nivel del mar: chala, yunga, quechua, suni, puna, janca, rupa rupa y omagua.

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En este respecto, es inocultable la diversidad de reacciones conductivas entre un grupo urbano de la costa, una comunidad rural de Puno y un poblado aguaruna de la selva. (Escobar: El reto del multilingüismo en el Perú; pág.18) Las lenguas habladas en el Perú se diferencian, además, por el grado de prestigio que se les reconoce, lo cual va aparejado con su rango comunicativo y las funciones para las que son útiles. Con la irrupción del español se alinea en un sector secundario a todas las lenguas americanas y en otro al poderoso castellano, inaugurando así la oposición lingüística entre señores y siervos, dominantes y dominados. Esta situación se mantiene durante todo el período colonial y persiste aun durante la etapa republicana. El castellano, lengua romance traída por los conquistadores y establecida juntamente con el predominio del segmento peninsular en la colonia ha sido, por excelencia, el idioma de quienes han poseído y detentado el poder político y económico, mientras que las lenguas americanas han correspondido siempre a los sectores subordinados a los grupos de poder local. Así, su reconocimiento como lengua oficial del Perú5 contribuyó a su difusión y a la disminución de hablantes

en términos relativos de las lenguas

americanas -quechua y aimara- o hasta la desaparición de algunas –la lengua puquina, por ejemplo-. Esta jerarquización de las lenguas ha afianzado aún más el descoyuntamiento social y cultural de la población, añadiendo a las enormes barreras geográficas que caracterizan la orografía del Perú, las quizás aún más insalvables barreras ideológicas que separan antagónicamente a quienes se benefician del orden vigente o esperan acceder a sus privilegios, de quienes se hallan relegados al ostracismo lingüístico y al analfabetismo. La primacía absoluta que el castellano ha tenido en todas las esferas de la vida oficial del país, lo han situado como la lengua vehicular de la movilidad social y del progreso, convirtiéndose así en un requisito indispensable para acceder a la educación, al empleo, al mundo urbano y a la modernidad. Estudios de campo efectuados por Alberto Escobar (Escobar: El reto del multilingüismo en el Perú; pág. 23-34) han demostrado que la actitud de los quecha-hablantes ante el castellano difería según su edad y sexo, pudiendo afirmarse que, en general concebían su idioma materno –y su cultura propias- como una desventaja social y económica, apareciendo su negación como un mal necesario para poder incorporarse socialmente al mundo castellano de las ciudades, para huir de la marginación y progresar social y económicamente. La discriminación racial surgida en 5

Desde el año 1975 el quechua ha sido declarado también lengua oficial del Perú, pero en la práctica no se ha tomado ninguna medida para difundir su uso.

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la Colonia se perpetuaba en la República, alienando a los propios discriminados que, a medida que se asimilaban al mundo costeño, se convertían en nuevos discriminadores de todo lo quechua y aimara, percibiéndolo como símbolo de atraso y marginalidad.

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4. La migración de los años ochenta Durante todo el siglo XX hubo una permanente migración de población campesina hacia las ciudades, debido a causas generales (escasez de tierras debido a los latifundios, falta de apoyo técnico y crediticio a los minifundistas, oportunidades de trabajo y de estudio únicamente en las ciudades); pero este proceso sufrió un brusco aumento a partir de los años ochenta debido a dos factores nuevos y decisivos: la por su extrema crueldad así llamada “guerra sucia” y el narcotráfico enquistado en las zonas de rupa rupa (selva alta) del país . El conflicto armado interno que enfrentó durante 20 años a los miembros del autodenominado “Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso” y del “Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-MRTA” con el Estado y sus fuerzas armadas fue el más cruento en 182 años de historia republicada, superando a las guerras con Chile (18791883) y con Ecuador (1941). Esta guerra se desarrolló sobre todo en la zona central del Perú y el 75% de sus víctimas fueron campesinos quechuas o aimaras de zonas del interior, dejó más de 70.000 muertos y desaparecidos entre 1980 y 2000, se saldó con el 75% de las mujeres campesinas víctimas de violaciones y provocó un éxodo sin precedentes en la historia del país6. En este conflicto armado, las fuerzas militares estatales reprimieron a la población indígena con la misma visión colonizadora de los conquistadores españoles, identificando a todo campesino indígena como un terrorista, exactamente como cuando, 400 años antes, era considerado como un idólatra salvaje. Se calcula que aproximadamente unas 200.000 familias, es decir un millón de personas, huyeron del conflicto armado, que se cebaba en las zonas rurales y en la población indígena, para refugiarse en Lima y en las capitales de departamento, trayendo consigo sus lenguas vernáculas, su cultura ancestral y su cosmovisión andina, “andinizando” –es decir impregnando con su andinidad- de esta manera todas las ciudades del Perú. Por otro lado, en esa misma época aumentó enormemente la actividad de los narcotraficantes en las zonas selváticas, lo que provocó también una importante migración de campesinos andinos hacia las ciudades de la región. Si bien los cultivos tradicionales eran el café, el maíz y el arroz, la falta de ayudas, la escasez de carreteras y la falta de canales de comercialización impulsaron rápidamente la producción de la 6

El 04 de julio de 2001 el gobierno peruano creó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, con la misión de estudiar el período de guerra, dirimir responsabilidades y proponer iniciativas de paz. Los datos precedentes han sido extraídos del Resumen de su Informe Final, publicado en Lima en 2003.

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coca, planta resistente, que no precisa maquinaria agrícola, que puede dar hasta 14 cosechas al año y con mucha demanda en el mercado, estableciéndose así un circuito de producción y comercialización que atrajo migrantes andinos hacia las ciudades de la selva, que crecieron enormemente, calculándose que aproximadamente un millón de personas viven actualmente de este comercio ilegal. Estos flujos y reflujos de importantes grupos de población con un claro detrimento del medio rural en beneficio de los núcleos urbanos, configuraron una nueva redistribución de las manifestaciones culturales a nivel nacional, en circunstancias en que novísimas tecnologías como la telefonía móvil e Internet, es decir las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación –las TIC-, iniciaron un proceso irreversible de difusión del conocimiento y de comunicación a todos los niveles, cuyas características y consecuencias pretendemos señalar brevemente en este trabajo. Para ello recurriremos a algunos estudios específicos que se han hecho en los últimos años, mostrando el caso de la utilización de la telefonía móvil en una zona agropecuaria de fuerte actividad comercial en la zona rural limítrofe con Bolivia y un estudio de conjunto sobre la difusión y penetración de la tecnología de Internet en el conjunto de la ciudad de Lima.

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5. Telefonía móvil e internet Cuando en el año 1532 la caballería de Francisco Pizarro se encontró en la Plaza de Cajamarca con las tropas del Inca Atahualpa, el cura Vicente Valverde se acercó hasta el soberano inca y le entregó un ejemplar de la Biblia. Se dice que éste tomó el libro –objeto que jamás antes había visto- y que, al no comprenderlo, lo lanzó irritado por los suelos, lo que desató el ataque de la pólvora española. Teniendo en cuenta que la situación social, económica y cultural de la población andina no ha mejorado substancialmente, desde entonces, con respecto al mundo occidental, no hubiese sido descabellado imaginarse una actitud semejante de incomprensión y rechazo frente a esas modernas “biblias” de la modernidad que son las TIC. Sin embargo, los relativamente escasos estudios que se han hecho hasta ahora testifican una actitud completamente diferente y una aceptación masiva de los nuevos medios, estando su utilización limitada únicamente por factores económicos o de infraestructura. En efecto, cuando a mediados de los años noventa las telecomunicaciones fueron privatizadas en el Perú, la situación comenzó a dar un vuelco espectacular. El Estado, burocrático e indolente, había mantenido el monopolio de las telecomunicaciones ofreciendo un servicio postal y telefónico deficiente, caro y limitado a las ciudades. Al entrar en liza el capital inversor privado

–en el caso peruano, la española Telefónica-

se inició una formidable expansión de las infraestructuras telefónicas y un vertiginoso desarrollo de Internet en los mercados de la región. Si en el año 1999 el Perú contaba ya con un millón cien mil usuarios de teléfonos móviles –allí denominados celulares(Fernández Maldonado: Internet en Lima: Experiencias y proyecciones”; pág. 9), en el año 2008, el por entonces presidente Alan García se vanagloriaba: (En el) año 2006 había seis millones de teléfonos celulares, ahora son dieciocho millones 500 mil. Hemos pasado de seis millones a dieciocho millones 500 mil en dos años…y para el 2009 esperamos tener, y ojalá pueda decirlo aquí, 21 millones de líneas móviles… (Aronés, Barrantes, León: Todos tiene celular: uso, apropiación e impacto de la telefonía móvil en el área de influencia de dos ferias en Puno, Perú). El 26 de agosto de 2013 un directivo de Telefónica Móviles cuantificaba: El mercado de la telefonía móvil sigue creciendo en Perú y ya reporta una penetración a nivel nacional de 80%, señaló el director de Marketing de 11

Telefónica Móviles (Movistar), José Miguel Gamero. Actualmente, existen casi 23 millones de líneas celulares en servicio gracias a la mayor capacidad de consumo de los peruanos, detalló. “Esperamos que las líneas celulares en servicio superen las 24 millones a fines de este año…” (Ver: http://gestion.pe/noticia/340274/telefonia-movil-alcanza-penetracion-80nivel-nacional) Asistimos, pues, a un verdadero boom de la telefonía móvil, por lo que se podría afirmar que el acceso universal a las telecomunicaciones ha llegado a través de él. Ahora bien, la enorme diferencia entre los costes de la telefonía móvil y de los terminales con los ingresos de la inmensa mayoría de usuarios, ha dado lugar a la aparición de diversas estrategias para solucionar la accesibilidad a estos bienes a pesar del problema de asequibilidad que se le planteaba –y sigue planteando- a la gran mayoría de interesados. Debemos tener en cuenta que un 60% de la economía del país se mueve en el marco de la informalidad, es decir al margen de la institucionalidad estatal y de todo control fiscal. Esto concierne a todos los sectores de la economía nacional: sector de la construcción, sector industrial, comercial, etc. en donde se desarrollan operaciones financieras que serían impensables en el marco de la economía formal, con sus burocráticos plazos y sus pesadas cargas fiscales, y que constituyen una auténtica válvula de escape para la vida productiva y comercial de los agentes económicos. Así, existe un mercado informal de teléfonos móviles, abastecido básicamente de productos robados, que provee a usuarios de las clases más desfavorecidas que no tienen acceso al mercado formal de telefonía móvil. Incluso hay un mercado negro dentro del mercado informal, es decir cuando los ladrones no logran colocar su botín en la red comercial informal y venden, entonces, directamente a los usuarios finales a precios aún más reducidos. Las grandes empresas de telefonía no están en contra de este mecanismo, ya que les perjudica en nada, sino más bien les genera más tráfico de llamadas y más negocio, al incorporar al mercado a personas que, por la vía formal, quedarían al margen de él7. Aquí, hay que hacer hincapié en que la utilización que los pobladores hacen de los teléfonos varía según su edad y esto determina el tipo de terminales que adquieren y el uso que les dan. En su estudio “Todos tienen celulares” los autores Aronés, Barrantes y León, analizan el fenómeno de la telefonía móvil en una rural del sur peruano, en donde la existencia de dos importantes ferias agropecuarias ha 7

Ver en las referencias bibliográficas “El mercado negro” de Jaris Mujica, que ha estudiado detenidamente este mecanismo mediante trabajo de campo.

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creado un intenso movimiento comercial con su consiguiente circuito de comunicaciones. Ellos nos demuestran que la población de la zona –indígenas dedicados a la producción de leche y queso, de productos agrícolas y al comercioutiliza masivamente el teléfono móvil, sobre todo por la posibilidad de poder hablar con sus familiares “aquí y ahora”, lo cual es para ellos un ahorro increíble de tiempo y dinero al no tener que hacer superfluos desplazamientos, que antes eran inevitables, en una zona enorme, con escasas vías de comunicación, y con las familias diseminadas en diferentes pueblos y ciudades. Al existir la posibilidad de alquilar un móvil para hacer una llamada, todos acceden, de hecho, a este servicio, ya que ni siquiera es necesario ser poseedor de una terminal8. La expansión del teléfono móvil fue facilitada por la creación de las tarifas de prepago que, si bien son más caras que las de prepago, permiten al usuario calcular mejor su gasto. De todos modos, los campesinos han creado toda una estrategia destinada a ahorrar costes. Los teléfonos pertenecen a la familia –y no a una persona- y frecuentemente no tienen saldo, porque su utilidad primera es la de poder ser llamado; las llamadas suelen ser entre familiares y pactadas y duran en general menos de 1 minuto, o sea dentro de la tarifa más barata. Este es el caso, por ejemplo, de Evaristo. Una de sus hijas vive en Lima y acordaron comunicarse dos veces por semana: Evaristo la llama los domingos desde Asillo, a donde acude siempre a la feria, y su hija lo hace los miércoles a las once de la noche, para lo cual Evaristo, su esposa y el resto de sus hijos suben al cerro a la espera de la llamada [Suben al cerro para tener mejor cobertura. Nota del autor]. (Aronés, Barrantes, León: Todos tiene celular: uso, apropiación e impacto de la telefonía móvil en el área de influencia de dos ferias en Puno, Perú; pág.74). No suelen enviar SMS ya que muchos son analfabetos o no entienden sus teléfonos y no saben utilizar todas sus posibilidades técnicas, aunque arguyen que prefieren hablar porque así tienen una respuesta inmediata. Otro problema cotidiano para ellos es recargar la batería, ya que en las zonas rurales no hay servicio eléctrico y para recargar la batería tienen que ir a alguna de las tiendas en la ciudad que ofrece ese servicio. Por ello, muchos padres prohíben a sus hijos tocar el móvil ya que éstos, en general, sólo quieren utilizarlos para jugar. La juventud de la zona considera al móvil más bien como un objeto lúdico, por lo que busca modelos con cámara fotográfica, con MP3 o “de

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En el centro histórico de Lima pululan los alquiladores de móvil que, por un Nuevo Sol, permiten hacer una llamada urbana.

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marca” y no lo utilizan nunca para comunicarse, si no es para poder llamados por sus padres. En lo que se refiere a Internet es un poco más difícil aventurar cifras sobre la cantidad de usuarios, ya que las conexiones no son personales como en el caso de los teléfonos móviles. El creciente desarrollo económico del país en los últimos años ha tenido como consecuencia una mayor polarización de la sociedad entre una minoría urbana, con un nivel de vida similar al de cualquier país industrializado –por ende, con una conexión propia a Internet en casa y/o en el trabajo- y una mayoría cada vez más vulnerable en lo económico, que no se puede permitir en absoluto una conexión propia a Internet. Sin embargo, desde hace unos 10 años se observa una vertiginosa popularización y masificación del acceso a Internet, debido sobre todo a la proliferación masiva de cabinas públicas de Internet –los llamados locutorios en España- en barrios urbanos de clase media y modesta, pero también en los pueblos más humildes de los Andes y de las zonas selváticas provistos de servicio eléctrico, ya que Telefónica, ávida por incorporar más usuarios, ha extendido la cobertura a prácticamente todo el país, estrategia que también observamos en los demás países latinoamericanos en los que está presente9. En un país con grandes distancias geográficas y dificultad de acceso, en donde las deficientes comunicaciones tradicionales –correos, telégrafos, teléfonos- habían condenado a los peruanos a la incomunicación, es comprensible el rápido desarrollo de Internet con los servicios de correo electrónico, salas de chat, redes sociales y comunidades virtuales. Si tenemos en cuenta la intensiva migración de las últimas décadas, del campo a la provincia, de la provincia a la ciudad, o de la capital al extranjero, y que la gran mayoría de familias –generalmente extensas- tienen a sus miembros diseminados por el país o en el extranjero, comprenderemos el cambio que Internet ha significado para las personas, así como la intensidad de su utilización. Esto nos lleva evidentemente a interrogarnos sobre la denominada glocalización, término acuñado hace unos 20 años y que designa a las dos dinámicas opuestas y complementarias que se encuentran en Internet. Por un lado tenemos la uniformización producida por la difusión global de contenidos que responden al mismo conjunto de valores, leyes y formas de ver la vida –el american way of life, favorecido en Internet 9

Ya en 1999 Telefónica dominaba la red de Internet en el Perú, Chile y Argentina, además de ser propietaria de la mayor parte de los 7.000 Km. de cable submarino panamericano de 2.5 Gb/s que iba desde Arica hasta Saint Thomas (Fernández Maldonado: 2000). En la actualidad ese cable tiene una longitud de 27.000 Km. de 2 Tb/s (http://blogthinkbig.com/20-000-leguas-de-cable-submarino/), es decir que su longitud se ha casi cuadriplicado y su capacidad de tráfico se ha multiplicado casi por 1.000 (1 Tb = 1026 Gb).

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por la mayor difusión de la lengua inglesa-; pero, por otro lado, tenemos la localización, es decir que culturas específicas, ligadas a un espacio concreto, no sólo pueden sufrir modificaciones debidas a la influencia de los mensajes globalizados, sino que también pueden actuar organizando su respuesta local, reafirmando elementos específicos de su cultura, que van, a su vez, a participar en la gran vorágine de la glocalización. Los anteriores medios de transmisión de una ideología dominante –la escuela, la prensa escrita, la radio, la televisión- no permitían

ningún tipo de respuesta del

individuo común y corriente, ya que la difusión de ideas en la sociedad estaba supeditada a la propiedad de costosos medios de expresión. Lo decisivamente nuevo en Internet es que cada individuo tiene la posibilidad de interactuar y colocar su mensaje, dando así espacio a sectores sociales que anteriormente no podían hacer llegar su voz ni darse a conocer. En este sentido, nos ha parecido aleccionador ver cómo la población andina del Perú, lejos de rechazar la Biblia del cura Valverde, ha desarrollado estrategias informales para poder acceder a la telefonía móvil y a Internet, sobrepasando toda barrera económica, geográfica y cultural. Para poder apreciar el grado de respuesta localizada que ha sido generada, nos ha parecido útil hacer una pequeña recopilación de sitios webs producidos en el Perú y que, por su mensaje y contenido, se inscriben en la línea de una respuesta local a la globalización. Pero, antes de ello, nos gustaría mencionar la posible aparición de un ciberespacio latinoamericano. Los usuarios latinoamericanos, jóvenes estudiantes en su gran mayoría, son –a pesar de todo- castellanohablantes y se relacionan con usuarios de otros países más allá de las fronteras nacionales y de las distancias geográficas, tomando paulatinamente conciencia de su identidad lingüística, enriqueciendo así un sentimiento nacional común, que antes era alimentado sólo por la música y por la literatura10. No es descabellado pensar que los 400 millones de castellanohablantes –en su gran mayoría monolingües- puedan en el futuro contribuir con su presencia en Internet al fortalecimiento de la lengua castellana en el ciberespacio, frente al avasallador empuje del inglés y a la caótica incorporación actual de vocablos ingleses “castellanizados” de cualquier manera.

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Ver al respecto Fernández Maldonado, “Internet en Lima”

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6. La respuesta local La manera más concreta que tenemos de constatar, evaluar y cuantificar la respuesta local al mensaje globalizado, es observar la presencia en Internet de aquellas manifestaciones culturales andinas, que nunca tuvieron un lugar en los medios tradicionales como la radio y televisión, pero que se mantuvieron vivas en las fiestas y ceremonias

tradicionales que la migración llevó desde los pueblos del interior a

humildes carpas en las afueras de Lima, en donde los asistentes hablaban quechua o aimara y se reencontraban con sus “paisanos”11. Asimismo, es interesante observar la producción cultural de los migrantes andinos y su presencia en Internet, ya que, más allá de la cuestión de su valoración estética, debemos constatar el hecho de su mera existencia en el ciberespacio, para tomar en cuenta su rol de agentes activos en la dinámica de la glocalización actual. Para ello hemos escogido –sin que signifique en absoluto que sean los únicos- tres elementos representativos que ilustran bien este desarrollo, ya que se trata de hechos culturales que jamás tuvieron un espacio en los medios formales de comunicación como la radio y la televisión, sino que existieron –como espectáculo o como lengua- casi únicamente en sus poblados de origen y que, actualmente, con su presencia en Internet, se han dado a conocer más allá de sus otrora estrechos linderos locales: • 6.1 Representaciones musicales: huaylas. El huaylas –que en quechua significa juventud- es una danza de origen agrícola presente en toda la zona del valle del Mantaro, en los Andes centrales, y representa las faenas propias de la cosecha, con un zapateado frenético simbolizando la faena de separación de granos; contiene, además, elementos amorosos llenos de picardía, ya que los hombres enamoran insistentemente a las mujeres imitando la conducta de los zorzales –aves típicas de la zona- siendo rechazados por ellas hasta llegar a un final feliz. Frecuentemente se organizan también los llamados contrapunteos, en los que las orquestas, o las parejas, compiten entre sí. Esta danza, como todo lo indígena, era despreciada por los sectores sociales urbanos y castellano-hablantes, no existía prácticamente para la televisión y se podía oír en las estaciones de radio sólo a primeras horas de la 11

En los años 60 una modesta carpa de circo, pomposamente llamada “Coliseo Nacional” se alzaba en la populosa avenida 28 de julio, en Lima, y los fines de semana se abarrotaba de público migrante, venido a disfrutar de cantantes, danzantes y orquestas folklóricas, a espaldas del Perú limeño.

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madrugada. Esta censura de hecho impedía que fuese conocida más allá de sus regiones de origen o de los barrios marginales de Lima, en donde se hacinaban los migrantes indígenas. Hemos escogido diferentes versiones de esta danza para ilustrar su gran variedad. En primer lugar, tenemos un huaylas moderno, es decir tal como se baila y ejecuta en la actualidad, presentado por un grupo de bailarines aficionados en el marco de un evento organizado por una pequeña empresa productora de espectáculos (cuenta sólo con una página de Facebook). No podemos ver la banda, pero escuchamos claramente la intervención adicional de instrumentos de cuerda –violines y guitarras- y de una quena, además de los instrumentos de base –clarinetes, saxofones y arpa-. (Subido el 04 de agosto de 2008 y visto 706.681 veces12) http://www.youtube.com/watch?v=MYA13y9eJbg

Una versión purista y pedagógica del huaylas antiguo es la ofrecida por el Centro Qosqo, organización cultural de Cusco, en la cual podemos identificar claramente los pasos y movimientos ligados con las labores del campo. (Subida el 24 de julio del 2007 y vista 198.717 veces). http://www.youtube.com/watch?v=EQMPhufUlYg

Luego tenemos una versión de huaylas antiguo que está menos destinada a ser un espectáculo para un público, sino más bien una actividad lúdica para los danzantes mismos, es decir no bailan para posibles espectadores sino para ellos mismos. La danza ha sido realizada en una calle de Huancayo, con modestos elementos, una melodía que se repite sin cesar, danzantes descalzos y escenificando la lucha por una pareja, de manera bastante usual en los medios populosos. La banda cuenta con los instrumentos básicos: clarinetes, saxofones y arpa. La grabación fue hecha por Ángel Breña a título individual. Subido el 31 de enero de 2012 y visto 10.032 veces. http://www.youtube.com/watch?v=hMokE2kX0g4

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Todos los datos sobre la cantidad de veces que un vídeo ha sido visto son del sitio Youtube.

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La migración que ha llevado a aproximadamente un millón de peruanos a los más diversos países del planeta ha significado también la exportación del huaylas. Si bien hay numerosos grupos folklóricos presentando esta danza en diferentes lugares del mundo, hemos considerado interesante escoger un grupo de japoneses –la orquesta y los bailarines, con excepción del guitarrista, que es peruano, son todos de Japón- ejecutando la danza en el Concierto Folklórico de Kawagoe (Saitama, Japón) respetando sus elementos galantes más típicos y reproduciendo la picardía característica de los escarceos amorosos del huaylas. Esto constituye todo un símbolo de una inusual penetración ideológica. Grabado por Yoshiki Mizuguchi, subido el 30 de marzo de 2010 y visto 40.095 veces. http://www.youtube.com/watch?v=-gH6dzkMEok • 6.2 Las lenguas vernáculas: quechua, aimara y otras lenguas aborígenes. Como ya hemos mencionado, estas lenguas vernáculas habladas por millones de personas en el Perú, Argentina, Bolivia, Ecuador, Chile y Colombia, han sido consideradas desde la época de la Conquista como sinónimos de ignorancia, atraso, pobreza y, en suma, consideradas como lenguas sin importancia ni utilidad, mientras que el castellano era considerado como la única lengua digna de aprenderse y hablarse. En este mismo año de 2013, una congresista peruana propuso la obligatoriedad de dominar el quechua o el aimara para obtener títulos universitarios de máster o doctor y recibió muchas críticas que sostenían la inutilidad de estas lenguas13. Hoy en día, sigue siendo común que quechuahablantes y aimara-hablantes no enseñen sus lenguas a sus hijos, para que estos aprendan castellano y accedan a un futuro “mejor”. Si bien tanto el quechua como el aimara, así como las lenguas aborígenes “en las zonas donde predominen”, son en el Perú lenguas oficiales14, en la práctica no se ha hecho nada por protegerlas y menos aún, por desarrollar o impulsar su uso. Es por ello que resulta interesante ver la eclosión de sitios web en que se utilizan estas lenguas, sin lugar en otros medios de expresión, en donde los internautas actúan ya, en alguna ocasión, masivamente, para defender su lengua. Así, por 13

Véase el enlace http://www.larepublica.pe/22-02-2013/plantean-incluir-quechua-y-aymara-paraobtener-maestria-y-doctorado 14 Sobre el alcance y significado de “lenguas oficiales” en el Perú véase un interesante blog en http://lapenalinguistica.blogspot.com.es/2006/08/en-las-zonas-donde-predominen.html

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ejemplo, cuando en agosto de 2013 un funcionario municipal del Cusco (!) arguyó en un debate público que el quechua “es un peligro y un cáncer para el pensamiento abstracto”, se desató una ola de críticas tan fuerte, que se vio obligado a renunciar15. Un interesante sitio web dedicado a defender la lengua quechua es: http://www.idiomaquechua.com/

Sitio web peruano en quechua y castellano, con interesantes enlaces a sitios web quechuas y –muy interesante- con una sala de chat para quechua-hablantes, en donde podemos leer las acerbas críticas –en castellano- dirigidas al malhadado edil. Como la historia de las antiguas colonias de las grandes potencias marítimas del pasado –España, Francia, Inglaterra- nos demuestra, las fronteras de los territorios coloniales –y posteriores repúblicas- no se correspondían con las de las naciones divididas. Así, la nación aimara quedó dividida en los territorios de las actuales repúblicas de Perú, Bolivia y Chile, y la población de habla quechua quedó dividida en Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador y Colombia. En este contexto podemos entender la existencia de un sitio web boliviano que se planeta la defensa y difusión tanto del quechua como del aimara:

http://www.katari.org/

Sitio web de decidida orientación pro-indigenista y pro-quechua, en donde se celebra la figura de Tupac Katari, descuartizado por las tropas españolas, para luchar por la identidad del pueblo quechua. Incluye un diccionario quechuaespañol, aimara-español y viceversa. Un ejemplo más de lo anterior lo tenemos en un sitio web chileno dedicado a la reivindicación de la lengua aimara, hablada en Bolivia y en el norte de Chile, incluyendo un breve cursillo de la lengua:

http://ajayularevista.com/nuestra-biblioteca/nuevos-textos-para-nuestrabiblioteca/curso-basico-en-lengua-aymara/ 15

Véase enlace: http://www.rpp.com.pe/2013-08-12-cusco-gerente-cultural-califica-a-quechua-como-uncancer-noticia_621215.html

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Esta exposición no sería completa sin una referencia a las demás lenguas aborígenes peruanas. Según la versión oficial, se trata de nueve lenguas amazónicas y una andina, que han sido analizadas por el Ministerio de Educación del Perú y dotadas de un alfabeto, para posibilitar la escolarización de sus hablantes. Se trata de la lengua harakbut (Madre de Dios), ese eja (Madre de Dios y parte de Cusco), shipibo (Ucayali), yine (Ucayali, Cusco y Madre de Dios), asháninka (Ucayali, Huánuco, Pasco, Ayacucho, Cusco y Junín). También, awajún (Amazonas, San Martín, Loreto, Cajamarca y Ucayali), mashiguenga (Cusco y Madre de Dios), kakataibo (Ucayali, Loreto y Huánuco) y kandoshi-chapra (Loreto). En los últimos días se normó el jaqaru, de la comunidad de Tupe, situada en la provincia limeña de Yauyos. Es una lengua nativa andina que pertenece a la familia aru, de la cual forma parte el aimara…….. Disponible en: http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=ZqnIit719ZA=#.Uh_v LdK-2So

• 6.3 Representaciones teatrales ambulantes En este rubro quisiéramos mencionar la existencia de una serie de representaciones que podríamos denominar teatrales y que consisten en pequeñas piezas, generalmente cómicas y de un nivel intelectual mínimo y de un carácter hasta vulgar. Los cómicos actúan en calles y plazas, y reciben gustosos algunas monedas de sus modestos espectadores, aunque luego, a medida que se han ido popularizando, han llegado a convertirse en verdaderas atracciones populares, grabadas en vídeos –algunos ya con alguna publicidad pagada- vistos generalmente en grandes monitores instalados en mercados y ferias del interior del país. Están presentes sobre todo en Youtube, lo cual testifica de una constancia y deseo objetivo de conquistar un espacio de manifestación y existencia cultural. Como ejemplos mencionaremos al grupo cómico “Los huanacos de la risa” y al dúo “El cholo Juanito y Richard Douglas” que actúan primigeniamente en las calles, en contacto directo con los espectadores, y que el éxito ha convertido en 20

verdaderos ídolos de la población andina. Sus vídeos son editados por pequeñas empresas productoras y cuentan con un mínimo nivel de elaboración técnica. “El cholo Juanito y Rochard Duglas” es un dúo que representa la trágica dualidad del hombre peruano: el cholo Juanito es un indígena pícaro que se expresa en el mal castellano de los migrantes andinos y Richard Douglas –su nombre ya lo denota- es un limeño racista que lo desprecia, aunque en este dúo el ganador siempre es el ingenioso Juanito, lo que explica su popularidad entre la población migrante. http://www.youtube.com/watch?v=Eg90oMzeSAI (Subido el 30 de noviembre de 2011 y visto 875.586 veces) http://www.youtube.com/watch?v=coJiCNjKXeM (Subido el 16 de junio de 2008 y visto 719.008 veces) Las actuaciones del grupo “Huanacos de la risa” tienen siempre lugar en la calle y los vídeos son grabados muy modestamente. Sus diálogos son propios de las clases sociales más bajas, su lenguaje procaz y empleando la técnica corporal de los payasos de circo (gritos, empujones, bofetadas), sin ningún tipo de ayuda técnica (micrófonos o altavoces); pero siempre despertando la hilaridad en su público basándose en los avatares de un personaje andino en la gran urbe limeña. http://www.youtube.com/watch?v=mSBaSLrPSuc

(Subido el 14 de mayo de

2008 y visto 524.247 veces). http://www.youtube.com/watch?v=NCiLobqaUOU (Subido el 5 de septiembre de 2008 y visto 280.324 veces).

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7. Conclusiones Después de haber analizado la población andina, así como el desarrollo de las TIC en el país, y visto algunos ejemplos de la respuesta local al mensaje global, podemos hacer algunas afirmaciones que, más que conclusiones, sólo pueden ser constataciones del estado actual de la cuestión. Demasiado nuevos son los hechos glocales y demasiado cambiantes los actores que intervienen en ella, como para poder sacar conclusiones definitivas de cierta validez. Nuestra población andina está inmersa en un dinámico proceso de movilidad social y la coyuntura económica del país ha provocado la emergencia de grupos sociales migrantes en las ciudades, cuyos hijos han crecido en las ciudades, escuchando en casa aun sus idiomas vernáculos y sus tradiciones orales y, siendo, también, a la vez, eximios usuarios de todos los instrumentos tecnológicos de comunicación de la era digital. Si bien podemos partir de la base que la nueva generación seguirá utilizando intensivamente las TICs, el futuro de las lenguas vernáculas depende sobre todo de un cambio de actitud en los círculos dirigentes y de la aplicación consecuente de la política lingüística, que ya está aprobada, aunque no ha sido puesta en práctica. Esto supone también la creación de un frente organizado para defenderlas y normalizar su uso en todas las esferas de la vida social y económica, lo cual incluye evidentemente también la defensa de su uso en Internet. Mientras nuestra población andina siga priorizando la utilización del castellano, las leyes que oficializan las lenguas vernáculas seguirán siendo letra muerta. La existencia de numerosos sitios web, blogs, vídeos, páginas en las redes sociales sobre este tema nos demuestran la vitalidad de esta problemática. Nuestra intención inicial de recopilar los sitios webs, que testificasen de la presencia de una respuesta local de parte de la población andina, se vio rápidamente desbordada por la ingente producción encontrada. Por ello decidimos limitarnos a presentar ejemplos de actividad cultural –en el amplio sentido del término- sin entrar en evaluar su calidad, ya que lo verdaderamente relevante para nuestro estudio es su existencia en sí. En el marco de este trabajo universitario no es posible analizar exhaustivamente este tema, sino sólo desbrozar algo el terreno, señalando las cuestiones actuales y pendientes, para poder encontrar respuestas más sólidas en el transcurso de investigaciones que están aún por realizar.

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