LA CRUZ1 -LA FUENTE DE LOS DOLORES – EL CAMINO2

June 8, 2017 | Autor: C. Divina Voluntad | Categoría: Cristianismo, MISTICISMO, Catolicismo
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Descripción

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La palabra «Cruz» dio origen al verbo latino cruciare, que significa 'crucificar, torturar'. La palabra « crucifijo » ('fijado a la cruz', una cruz con la imagen de Cristo en ella) deriva de crucifixum, participio del verbo latino crucifigere, 'fijar en la cruz'. La iglesia celebra dos fiestas relacionadas con la cruz: (1) la Invención de la Santa Cruz, el 3 de mayo, porque en el año 324, en Bizancio, Helena de Constantinopla (madre del emperador Constantino) dice haber encontrado la cruz de madera en la que murió Jesus; y la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre. Los catolicos, muchos grupos protestantes y ortodoxos celebran esta fiesta ya que ese día es el aniversario de la consagración de la Iglesia del santo Sepulcro de Jerusalen en 335. También se dice que ese día se conmemora la recuperación de la Cruz por Heraclio en el 628 de manos de los persas, que la tenían en su poder desde 614. En la liturgia católica romana celebra este día como "fiesta del Señor", segunda categoría litúrgica entre las fiestas de los santos, celebrándose en todas las iglesias. Si cae en domingo, tiene preferencia ante la celebración dominical. El color liturgico del día es el rojo. Tradicionalmente, en esta fiesta se exponen las reliquias de la santa Cruz, si existen en el templo, u otras cruces.La Cruz, en la Iglesia catolica es una línea vertical atravesada en su parte superior por una línea horizontal () En la Iglesia ortodoxa predomina la cruz de ocho brazos (). (Fuente Wikipedia).
Jesus le explica a Luisa la razón por la cual ella fue la primera en Vivir en la Divina Voluntad y que ningún santo ni justo que vivio antes que ella, salvo la Virgen Maria y El, lo habían hecho. El dice: "Mi Voluntad siendo el punto más alto, se necesitaban los caminos, los medios de transporte, las escaleras, los vestidos decentes, los alimentos adecuados para poder morar en este reino. Mi venida a la tierra sirvió para formar todo esto, así que cada palabra mía, cada obra, pena, oración, ejemplo, Sacramentos instituidos, eran caminos que formaba, medios de transporte para hacerlos llegar más rápidamente, escaleras para hacerlos subir, se puede decir que les di los vestidos de mi Humanidad, teñidos de púrpura con mi sangre, para hacerlos estar decentemente vestidos en este reino tan santo de mi Querer, que la Sabiduría Increada había establecido en la Creación darlo como herencia del hombre. Por lo tanto, si poco hablé acerca de esto, fue porque cuando Yo hablo, hablo a tiempo y a circunstancia, en la cual debe estar encerrada en mi palabra la necesidad y la utilidad del bien que contiene; así que en vez de hablar hice los hechos y me reservé el hablarte a ti acerca del reino de mi Voluntad. (Vol. 19. 1 de julio 1926. La venida de Jesús sobre la tierra sirvió para formar los caminos, las escaleras para llegar al reino de su Querer).

Jesus le dice a Luisa: "Hija mía, ¿sabes tú qué cosa forma el pecado? Un acto opuesto de la voluntad humana a la Divina. Imagínate dos amigos que están en contradicción, si la cosa es leve tú dices que no es perfecta y leal su amistad, aunque fuesen cosas pequeñas, ¿cómo amarse y contradecirse? El verdadero amor es vivir en la voluntad del otro, incluso a costa de sacrificio; pero si la cosa es grave, no sólo no son amigos sino feroces enemigos. Tal es el pecado. Oponerse al Querer Divino es lo mismo que hacerse enemigo de Dios, aunque sea en cosas pequeñas, es siempre la criatura que se pone en contradicción con el Creador." (Vol. 5. 18 de octubre 1903. El pecado es un acto opuesto de la voluntad humana a la Divina. El verdadero amor es vivir en la voluntad del amado).
La historia de la Divina Voluntad: « El dolor de nuestro Querer y cómo el hombre ingrato, con el romper su voluntad con la nuestra había encerrado nuestro Querer en el cerco Divino, como obstruyéndolo en sus designios, impidiendo que pudiera comunicarle sus bienes y la finalidad para la que había sido creado. » (Vol. 16. 24 de noviembre 1923).
El sacramento de la Eucaristía es fruto de la cruz. En la santidad en modo humano, Jesus le concedia a Luisa "el sufrir" cuando recibia Su cuerpo (comulgaba) porque ya "no místicamente, sino realmente continúo en ti mi Pasión en provecho de las almas, y esto es para Mí un gran alivio, porque recojo el verdadero fruto de mi cruz y de la Eucaristía." (Vol. 3. 24 de abril 1900).
Quien es llamado como cabeza de una misión, debe encerrar todos los bienes pertenecientes a aquella misión para comunicarlos a los demás. Es costumbre de la Sabiduría eterna establecer los actos de la criatura para dar cumplimiento al bien que quiere hacer en ella.
Sobre lo que no se recoge o queda disperso Jesús dice: "Mi Voluntad Suprema con su Omnividencia hizo presentes a mi Humanidad muriente a todos aquellos que habrían hecho reinar en ellos, con dominio absoluto al eterno Querer, los cuales tomarían el fruto completo de mi pasión
y muerte, entre los cuales estaba, a la cabeza, mi amada Madre, Ella tomó todo el depósito de todos mis bienes y de los frutos que hay en mi Vida, pasión y muerte, ni siquiera un respiro mío perdió y del cual no custodiase el precioso fruto." (Vol. 19. 20 de junio 1926).
Ibídem. No profundizaremos en esta ocasión sobre la misión de corredentora de la Virgen María, sino en otra oportunidad futura. Baste decir por ahora que: « Ella abrazó a todas las criaturas, amó, reparó, adoró a la Majestad Suprema por todas, de manera de poder hacer Ella sola todo lo que las generaciones humanas debían hacer hacia Dios ».
Vol. 5. 15 de junio 1903.
Escuchemos a Luisa, cuya "naturaleza", en varias oportunidades, sintió esta repugnancia: "Mi naturaleza temblaba al solo pensar en los sufrimientos, le pedía que Él mismo me diera la fuerza, porque sin Él, me habría servido de sus mismos dones para ofender al donador." (Vol. 1). "Habiendo recibido la comunión, mi dulce Jesús se ha hecho ver todo afabilidad, y como parecía que el confesor ponía la intención de la crucifixión, mi naturaleza sentía casi repugnancia de someterse. (Vol. 1).
Cuando Luisa se confiesa con Jesus, sobre el pecado nos dice: "Hija mía, el pecado, si es grave, es un abrazo venenoso y mortífero al alma, y no sólo a ella sino también a todas las virtudes que se encuentran en el alma; si es venial, es un abrazo que hiere, que vuelve al alma muy débil y enferma, y junto con ella se enferman las virtudes que había adquirido. ¡Qué arma mortal es el pecado! ¡Sólo el pecado puede herir y dar muerte al alma! Ninguna otra cosa puede dañarla, ninguna otra cosa la vuelve ignominiosa, odiosa ante Mí, sino sólo el pecado (…) Después agregó: "Así como el pecado hiere y da muerte al alma, así el sacramento de la confesión da la vida y la cura de las heridas, y restituye el vigor a las virtudes, y esto más o menos según las disposiciones del alma, así obra la virtud del sacramento." (Vol. 3. 5 de enero 1900).
Más adelante le dice: "En todos los tiempos, Dios ha tenido almas que han recibido, por cuanto puede una criatura, la finalidad de la Creación, Redención y Santificación. "Hija amada mía, no te maravilles de lo que ves, porque no estás sola o eres única, porque en todos los tiempos he tenido almas, que por cuanto puede una criatura, en algún modo pudiese recibir la finalidad de la Creación, Redención y Santificación, y pudiese la criatura recibir todos los bienes por los cuales la he creado, redimido y santificado; de otra manera, si Yo no tuviera en todo tiempo, aunque sea una sola, se frustraría toda mi obra, al menos por algún tiempo. Esto es orden de mi providencia, de mi justicia y de mi amor, que en cada tiempo tuviera al menos una sola a la que Yo pudiera participarle todos los bienes, y que la criatura me diese todo lo que me debe como criatura, de otra manera, ¿en qué aprovecharía mantener el mundo? En un momento lo destrozaría; y por eso precisamente me elijo a las almas víctimas, porque así como la divina justicia encontró en Mí todo lo que debería encontrar en todas las criaturas, y me participó todos juntos los bienes que habría participado a todas las criaturas, en modo que mi Humanidad contenía todo, así en las víctimas encuentro todo en ellas y les participo todos mis bienes." (Vol. 6. 4 de septiembre 1905).
Vol. 3. 13 de noviembre 1899. Jesús sufre al ver sufrir a las criaturas. Luisa se ofrece para consolarlo.
Vol. 30. 26 de junio 1932. Sublimidad y potencia del sacrificio. Dios cuando quiere dar un gran bien, pide el sacrificio de la criatura; ejemplo de Noé y de Abraham. Jesús nos dice: "si el mundo existe hasta ahora, lo deben a Noé, que con sus sacrificios y con hacer nuestra Voluntad como Nosotros queríamos que la hiciera, salvó al hombre y todo lo que debía servir al hombre". Sobre Abraham dice: "Ahora, este sacrificio fue grande, exuberante y único, querido por Nosotros en la historia del mundo. Y bien, este sacrificio lo elevó tanto, que fue constituido por Nosotros cabeza y padre de las generaciones humanas, y con el sacrificio de sacrificar a su hijo, desembolsó monedas de sangre y de dolor intenso para recomprar al futuro Mesías para el pueblo Hebreo y para todos. En efecto, después del sacrificio de Abraham, lo que no hacíamos antes, nos hacíamos oír frecuentemente en medio a las criaturas; el sacrificio tiene virtud de acercarnos a ellas, formamos los profetas, hasta en tanto que vino el suspirado Mesías."
Los mismos castigos aparecen como infinita misericordia. (Vol. 2. 24 de octubre 1899).
San Pablo habla de los enemigos de la Cruz, que son aquellos que buscan sus placeres y lo que les place.
La gracia de la resignación corresponde a la santidad en modo humano. Jesus dice: "cuando Yo vine a la tierra el hombre estaba tan engolfado en el mal y tan lleno de voluntad humana, que el vivir en mi Querer no encontraba lugar y Yo en mi Redención le impetré primero la gracia de la resignación a mi Voluntad, porque en el modo como se encontraba era incapaz de recibir el don más grande del vivir en mi Querer, y luego le impetré la gracia más grande, como corona y cumplimiento de todas las gracias, el vivir en mi Querer." (Vol. 16. 22 de febrero 1924).
"Venid a mi todos los que estáis cansados (…) Mi Yugo es suave y mi carga es ligera".
COMO ORAR Y VIVIR EN LA DIVINA VOLUNTAD
"EL QUE QUIERA VENIR EN POS DE MI..."
1ra. Parte
LA CRUZ - LA FUENTE DE LOS DOLORES – EL CAMINO
Extractos del "Libro de Cielo"
Luisa Piccarreta

INTRODUCCION.
El hombre, cuando fue creado, tenía su voluntad unida a la de Dios (=). Fue creado para Vivir en la Divina Voluntad (=). Dios tenía el Reino de Su Divina Voluntad en la criatura. Escuchemos a Jesús:

"Dios al crear al hombre con su aliento le infundía la vida, y en esta vida le infundía una inteligencia, memoria y voluntad, para ponerla en relación con su Voluntad Divina, y esta Voluntad Divina debía ser como rey, que debía dominar todo el interior de la criatura y dar vida a todo, en modo de formar la inteligencia y la memoria querida por la Voluntad Suprema en ella; formada ésta, era como connatural que el ojo de la criatura debía mirar las cosas creadas y conocer en ellas el orden y la Voluntad de Dios sobre todo el universo, el oído debía oír los prodigios de esta eterna Voluntad, la boca debía sentirse infundir continuamente el aliento de su Creador para comunicarle la Vida y los bienes que contiene su Querer, su palabra debía hacer eco a aquel Fiat eterno para narrar lo que significa Voluntad de Dios, las manos debían ser el desahogo de las obras de esta Voluntad Suprema, los pies no debían hacer otra cosa que seguir paso a paso los pasos de su Creador. (Vol. 17. 23 de abril 1925). (…) La criatura ha sido creada y ha tenido en su principio: Cuerpo, alma, voluntad humana y Divina, todo junto, los cuales debían hacer vida en común con sumo acuerdo. Y nuestra Voluntad que tenía el primado debía hacerse alimentadora, conservadora y dominadora de esta criatura."(Vol. 29. 10 de agosto 1931).

La separación de la voluntad de la criatura con la Divina Voluntad forma la Cruz (+) y Dios pierde Su Reino. Así nos explica Jesús:

"Cuando dos voluntades están opuestas entre ellas, una forma la cruz de la otra; así es entre Mí y las criaturas: Cuando su voluntad está opuesta a la Mía, Yo formo la cruz de ellas y ellas la cruz mía. Así que Yo soy el asta larga de la cruz y ellas la corta, que cruzándose forman la cruz (+). Ahora, cuando la voluntad del alma se une con la Mía, las astas no quedan más cruzadas, sino unidas entre ellas (=), y por lo tanto la cruz no es más cruz, ¿has entendido? (Vol. 11. 18 de noviembre 1913).

"Cuánto sufre Mi Voluntad en la criatura, basta decirte que cada vez que la criatura hace su voluntad, pone en la cruz a la mía, así que la cruz de mi Voluntad es el querer humano, pero no con tres clavos como Yo fui crucificado sobre la cruz, sino con tantos clavos por cuantas veces se opone a la mía, por cuantas veces no es reconocida, y mientras quiere hacer el bien es rechazada con los clavos de la ingratitud. " (Vol. 36. 5 de septiembre 1938).

Dios no quería que el hombre permaneciera obligado, sino que voluntaria y libremente aceptara los dones y el estado de felicidad para el cual le había creado. Entonces, Dios le puso una prueba para que libremente le entregara su voluntad. Como consecuencia, Adán sería confirmado en su heredad. Sin embargo, cuando se separó de la voluntad de Dios –la desobediencia-, formó la primera cruz (+). "La voluntad humana formó el germen malo y la polilla en las generaciones humanas". Y toda la humanidad heredó todas las consecuencias y males (+++++).

Escuchemos a Jesús:

"Nuestro dolor fue grande cuando Adán, nuestro primer hijo, descendió de dentro de nuestro Querer para hacer el suyo, ¡pobrecito! perdió la virtud generativa de generar con sus actos Vidas Divinas, a lo más pudo hacer obras, no Vidas; él, unido con nuestro Querer tenía la virtud divina en su poder y por eso podía formar con sus actos cuántas Vidas quería. (Vol. 36. 20 de noviembre 1938).

"Mi Voluntad con su respiro quiere hacer respirar al respiro de la criatura para darle la vida de su Santidad, de su Fuerza, y la criatura con no recibirla le pone el clavo del pecado, de sus pasiones y debilidades; pobre de mi Voluntad, en qué estado de dolor y de continua crucifixión se encuentra en el querer humano."(Vol. 36. 5 de septiembre 1938).

"Así soy Yo, mi ideal en la Creación era el reino de mi Voluntad en el alma de la criatura; mi primer fin era el de hacer del hombre otras tantas imágenes de la Trinidad Divina en virtud del cumplimiento de mi Voluntad sobre él, pero en cuanto el hombre se sustrajo de Ella Yo perdí mi reino en él (…) No he dejado aparte mi ideal ni mi primera finalidad, ni la dejaré, y si vine en la Redención, vine para realizar mi ideal y mi primera finalidad, esto es el reino de mi Voluntad en las almas."(Vol. 19. 20 de junio 1926).

El Padre ofendido y dolido,porque la criatura no quería recibir la Vida de la Divina Voluntad, requería reparación de la ofensa y de su dolor con el obrar divino. Entonces, haciendo uso de Su Misericordia asumió la Humanidad para redimirnos, el Verbo se hizo carne -Dios se hizo hombre- y cargó con la cruz de Adán y sus consecuencias, y las de toda la humanidad, ¿cómo? siendo obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz.
"Mi Humanidad tuvo por misión de mi Divinidad la salvación de todas las almas y el oficio de Redentor, de redimirlas; por este oficio me fueron confiadas sus almas, sus penas, sus satisfacciones, así que Yo encerré todo, y si mi Humanidad no hubiera encerrado en Ella un alma, una pena, una satisfacción, el oficio de Redentor no habría estado completo, por lo tanto no habría encerrado en Mí todas las gracias, los bienes, la luz que era necesario dar a cada alma." (Vol. 17. 1 de mayo 1925).
Jesús daba al Padre la satisfacción, la gloria, como si todos hubieran obedecido al Padre en cada uno de sus actos. San Pablo nos dice: "Me amó y se entregó a Sí mismo por mí" (Gal 2, 20), y también: "La prueba de que Dios nos ama es que siendo pecadores murió por nosotros" (Rom 5,8). Jesús nos dice como nos ama y como nos redimió:
"Qué despiadado tirano es para mí el amor, porque no sólo empleé todo el curso de mi Vida mortal en continuos sacrificios, hasta morir desangrado sobre una cruz, sino que me dejé como víctima perenne en el sacramento de la Eucaristía. Y no sólo esto, sino que a todos mis miembros predilectos los tengo víctimas vivientes en continuos sufrimientos, empeñados en la salvación de los hombres, como entre tantos te elegí a ti para tenerte sacrificada por amor mío y por los hombres. ¡Ah sí! Mi corazón no encuentra descanso ni reposo si no encuentra al hombre, y el hombre, ¿cómo me corresponde? ¡Con ingratitudes enormísimas!" (Vol. 3. 18 de junio 1900).
"Soy amante y celoso, celoso y amante, es más, te digo que para ser perfecto el amor debe ser triple, y en Mí hay esta triple condición de amor: Primero, te amo como Creador, como Redentor y como Amante. Segundo, te amo en mi omnipotencia, que me sirvió para crearte y crear todo por amor tuyo, de modo que el aire, el agua, el fuego y todo lo demás te dicen que te amo y que por amor tuyo los hice; te amo como mi imagen; y te amo por ti misma. Tercero, te amo ab eterno, te amo en el tiempo y te amo por toda la eternidad, y esto no es otra cosa que un aliento que ha salido fuera de mi amor, imagina tú qué será aquel Amor que contengo en Mí mismo. Ahora, tú estás obligada a corresponderme este triple amor,(1) amándome como tu Dios, en el cual te debes fijar toda tú y no hacer salir nada de ti que no sea amor por Mí; (2) amándome por cuenta tuya y por el bien que a ti te viene; y (3) amarme por todos y en todos." (Vol. 4. 11 de enero 1902).
"Para hacer subir al hombre al Cielo se necesitaba mi obrar divino; y he aquí por esto que Yo abracé e hice míos todos aquellos actos, suplí a todos, cumplí todo y por todos puse el sello divino a todos los actos buenos, desde el primero hasta el último hombre que vendrá a la tierra, y este sello fue hecho por Mí con penas inauditas y con el desembolso de mi sangre, y así di como rey magnánimo la moneda a todos para comprarse el Cielo. Todo esto estaba establecido por la Sabiduría Increada, y ni siquiera un acto podía faltar de todo esto para venir a cumplimiento la Redención."(Vol. 18. 12 de noviembre 1925).

¿Cuáles eran las intenciones y actitudes de Jesús al sufrir? En primer lugar, complacer (=), obedecer (=) en todo y por todos a Su Padre por amor, y en segundo lugar, la redención de las almas:

"Mi interior estaba ocupado en las penas, principalmente a (1) complacer -en todo y por todos-a mi amado Padre, y después (2) en la redención de las almas. Y la cosa que más agradaba a mi corazón era el ver la complacencia que me mostraba el Padre al verme sufrir tanto por amor suyo. Así que todo lo reunía en Sí, ni siquiera un respiro, un suspiro se dispersó, sino que todo lo recogió para poderse complacer y mostrarme su complacencia. Y Yo estaba tan satisfecho de esto, que si no tuviera otra cosa, la sola complacencia de mi Padre me bastaba para sentirme satisfecho por lo que sufría; mientras que por parte de las criaturas, mucho, mucho de mi Pasión quedó disperso (porque no lo recogemos). Y tanta era la complacencia del Padre, que a torrentes derramaba en mi Humanidad los tesoros de la Divinidad (crecía en sabiduría y gracia). Por eso acompaña mi Pasión de esta manera, que me darás mucho gusto."(Vol. 19. 20 de junio 1926).

Hacemos referencia a la primera misión que tuvo Luisa Piccarreta en su vida, que es la condición de corredentora (también llamada "victima") para mejor comprensión del tema principal que tratamos: La Cruz. La oración que Jesús le enseñó a Luisa para obtener esta gracia, es la siguiente: "Yo me presento ante el trono supremo de Dios, bañada en la sangre de Jesucristo, pidiéndole que por el mérito de sus preclarísimas virtudes y de su Divinidad, me conceda la gracia de crucificarme." (Vol. 1); y una de las oraciones de Luisa era la siguiente: "Jesús mío, todo por amor tuyo, estos dolores sean tantos actos de alabanza, de honor, de homenaje que te ofrezco, estos dolores sean tantas voces que te glorifiquen y tantos testimonios que digan que te amo."La unión con Jesús es tan grande que tiene el efecto de que Él esté "obligado a hacer lo que ella quiere". (Vol. 2. 21 de agosto 1899).

CONTINUAR LA VIDA DE JESUS

Con la venida de Jesús a la tierra, la visión de la pobreza, las penas, el sufrimiento y el dolor que tenía el pueblo elegido, cambiaron radicalmente. De oprobio pasó a ser una bendición, la marca, la divisa del Hijo de Dios. Jesús nos explica:

"Las virtudes se vuelven débiles si no son corroboradas, fortificadas por el injerto de la cruz. Antes de mi venida a la tierra, las penas, las confusiones, los oprobios, las calumnias, los dolores, la pobreza, las enfermedades, especialmente la cruz, eran consideradas como oprobios, pero desde que fueron llevados por Mí, todos quedaron santificados y divinizados por mi contacto, así que todos han cambiado aspecto y se han vuelto dulces, gratos, y el alma que tiene el bien de tener alguno de ellos queda honrada, y esto porque ha recibido la divisa de Mí, Hijo de Dios. Y sólo experimenta lo contrario quien sólo ve y se detiene en la corteza de la cruz, y encontrando lo amargo se disgusta, se lamenta y parece que le haya llegado una desgracia, pero quien penetra dentro, encontrando lo sabroso, ahí forma su felicidad. (Vol. 1).

Jesús nos dice: "Si tú supieras que bien contiene en sí la cruz, como vuelve preciosa al alma, que gema de inestimable valor adquiere quien tiene el bien de poseer los sufrimientos, basta decirte solamente que viniendo a la tierra no escogí las riquezas, los placeres, sino que tuve como amadas e íntimas hermanas a la cruz, a la pobreza, a los sufrimientos e ignominias." (Vol. 1).

Además de Jesús está la Celestial Mamá, que tuvo la misión única de Madre del Hijo de Dios y el oficio de corredentora del género humano (Vol. 17. 1 de mayo 1925). Como María, la Reina del Cielo, en la Divina Voluntad somos corredentores, mediadores y defensores de Dios. San Lucas 9, 22-25 refiere que Jesús le decía a todos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?".

Para el mundo, la cruz es una imagen deshonrosa, de humillación, dolor, desprecio social, marginalización, condenación y muerte. Cuantas veces cuando nos hemos enfrentamos al sufrimiento, enfermedades, tragedias, a la cruz de los demás, -o a la propia-, hemos respondido como Pedro: "¡En ninguna manera esto te (me) acontezca!". Jesús me lo pide a mí, te lo pide a ti. ¿Qué? ¿Que me niegue a mí mismo"? ¿Que tome la cruz de cada día? ¿Que pierda mi vida por El? Pero, ¿para qué quiere Jesús mi sufrimiento?

"Quien se sirve de los sentidos para ofenderme deforma en sí Mi imagen, por eso el pecado da la muerte al alma, no porque verdaderamente muera, sino porque da la muerte a todo lo que es divino. Si por el contrario se sirve de los sentidos para (1) glorificarme, puedo decir: "Tú eres mi ojo, mi oído, mi boca, mis manos y mis pies." Y con esto conserva en sí mi obra creadora; y si al glorificarme agrega (2) el sufrir, el satisfacer, el reparar por otros, conserva en sí mi obra redentora; y (3) perfeccionando estas mis obras en sí misma, resurge mi obra santificadora, santificando todo y conservándolo en la propia alma. Porque de todo lo que he hecho en la obra creadora, redentora y santificadora, es transfundir en el alma una participación de mí mismo obrar, pero todo está en si el alma corresponde a mi obra." (Vol. 5. 15 de junio 1903).

Jesús quiere nuestro sufrimiento, grande o pequeño, para que le correspondamos y conservemos en cada uno de nosotros Su obra Redentora. El nos dice: "Por cuanto más grande es una obra y por cuanto más bien debe llevar a la familia humana, tantos más sacrificios heroicos se requieren. ¿Cuántos sacrificios, penas, dolores, y aun la muerte, no sufrí Yo para formar la obra Redentora de las criaturas? Porque era obra grande, todo debía ser grande: Dolores, penas inauditas, las más infames humillaciones, amor invencible, fortaleza heroica y paciencia invencible. Todo debía ser grande, porque cuando una obra es grande, por todos los modos son tomadas las criaturas para poder recibir el bien que contiene en sí una obra grande, menos algún obstinado o pérfido que a fuerza quiere huir. En cambio cuando una obra es pequeña, no se requieren sacrificios grandes, y por eso de una obra pequeña no todas las criaturas pueden recibir el bien de ella, porque faltando lo grande, quién no encontrará el camino, a quién le faltará el terreno bajo los pies, a quién la luz, a otros les faltará la fuerza raptora de un amor sacrificado y doloroso, en suma, pocos serán los que podrán recibir el bien de una obra pequeña, porque le falta la vida y la sustancia de poderse dar a quien la quiera recibir. (Vol. 22. 1 de julio 1927). Jesús nos repite a través de los 36 volúmenes del Libro de Cielo la finalidad y los beneficios de tomar la Cruz, entre otras, las siguientes:

Para hacernos semejantes a Él: "para disponer tu corazón para hacer lo que quiero de ti, esto es, la imitación de mi Vida, quiero que te internes en el mar inmenso de mi Pasión. (…) No podrás verdaderamente asemejarte a Mí sino por medio de los sufrimientos." (Vol. 1).
Hacer el mismo oficio de Jesús y como alma corredentora decir junto a Él: 'Ecce ego mitte me', quiero repararte por todos, responderte por todos e implorar el bien para todos." (Vol. 11. 6 de noviembre 1914).
Pero Jesús también quiere consuelo: "cuando te encuentres privada de Mí, afligida, vacía de todo consuelo, llena de tristezas, de afanes, de penas, ven junto a Mí, límpiame esa sangre, ofréceme esas penas como alivio de mi amarguísima agonía (…) tú, pensando que con tu sufrir me das consuelo, estarás contenta." (Vol. 1).
Para que nuestra "nada" llegue a ser "todo" con el sufrir. (Vol. 6. 19 de noviembre 1903).
Para embellecernos, porque "no hay belleza que iguale al sufrir solo por Dios". (Vol. 6. 23 de noviembre 1903).
Para aplacar la Justicia Divina. (Vol. 22. 21 de agosto 1927).

Quien ama a Dios no sabe negarle nada, ni siquiera el sacrificio de la propia vida. Pero los sacrificios más grandes, se vuelven insípidos sino tienen principio en el amor. Y los fundamentos, las construcciones, están cimentadas por los tantos sacrificios que pasamos en la vida. Pero… ante la Cruz, Luisa sintió repugnancia… y miedo. Yo también... ¿Y tú? Y Jesús, compadecido de nosotros, nos enseña a amar la cruz mostrándonos los frutos y bienes que recibimos. Para animarnos Jesús nos dice:

"Amada mía, ¿quieres ser bella? La cruz te dará los rasgos más bellos que se puedan encontrar tanto en el Cielo como en la tierra, tanto, de enamorar a Dios que contiene en Sí todas las bellezas." Y continuaba Jesús: "¿Quieres tú estar llena de inmensas riquezas, no por breve tiempo sino por toda la eternidad? Pues bien, la cruz te suministrará todas las especies de riquezas, desde los más pequeños centavos, como son las pequeñas cruces, hasta las sumas más grandes, que son las cruces más pesadas; sin embargo los hombres que son tan ávidos por ganar dinero temporal que pronto deberán dejar, no se preocupan por adquirir un centavo eterno, y cuando Yo, teniendo compasión de ellos, viendo su despreocupación por todo lo que se refiere a lo eterno, benignamente les llevo la ocasión, en vez de tomarlo a bien se indignan y me ofenden, ¡qué locura humana, parece que la entienden al revés! Amada mía, en la cruz están todos los triunfos, todas las victorias y las más grandes adquisiciones. Para ti no debe haber otra mira más que la cruz, y esta te bastará por todo." (Vol. 1. 14 septiembre 1899).

"El sacramento de la Eucaristía es fruto de la cruz. (…) Si la Eucaristía es prenda de la futura gloria, la cruz es desembolso para comprarla; si la Eucaristía es semilla que impide la corrupción, y es como esas hierbas aromáticas con las que ungiéndose los cadáveres no se corrompen, y dona la inmortalidad al alma y al cuerpo, la cruz la embellece y es tan potente, que si hay deudas contraídas ella se hace fiadora y con mayor seguridad hace que se le restituya la escritura de la deuda contraída, y después de que ha satisfecho todo adeudo, con ello forma al alma el trono más deslumbrante en la futura gloria. ¡Ah! sí, la cruz y la Eucaristía se alternan juntas, y una obra más potentemente que la otra." Después ha agregado: "La cruz es mi lecho florido, no porque no sufriera dolores atroces, sino porque por medio de la cruz daba a luz a tantas almas a la Gracia, veía brotar tantas bellas flores que producían tantos frutos celestiales, así que viendo tanto bien, tenía para delicia mía aquel lecho de dolor y me deleitaba de la cruz y del sufrir. También tú hija mía, toma como delicias las penas y deléitate de estarte crucificada en mi cruz. No, no quiero que temas el sufrir, como si quisieras obrar como holgazana, ánimo, obra con animosidad y exponte por ti misma al sufrir." (…) Me parecía que fuera un gran honor para mí el sufrir por amor suyo." (Vol. 3. 1 de mayo 1900. Frutos de la Cruz).

"La cruz absorbe en el alma mi Divinidad, la asemeja a mi Humanidad y copia en sí misma mis mismas obras."(Vol. 3. 14 de junio 1900).

Nuestra "nada", con el sufrir llega a ser "Todo", pero este sufrir debe ser "querido por Dios", entonces, el alma impera sobre todas las cosas. Jesús nos explica:

"Mientras se es nada se puede ser todo, ¿pero en qué modo? Se llega a ser todo con el sufrir. El sufrir hace que el alma se vuelva pontífice, sacerdote, rey, príncipe, ministro, juez, abogado, reparador, protector, defensor. Y como el verdadero sufrir es el sufrir querido por Dios en nosotros, si el alma se une en todo a su Querer, esta unión, unida al sufrir, hace que el alma impere sobre la Justicia, sobre la Misericordia de Dios, sobre los hombres y sobre todas las cosas. Ahora, así como a Cristo el sufrir le dio todas las más bellas cualidades y todos los honores y oficios que naturaleza humana puede contener, así el alma, participando en el sufrir de Cristo participa de las cualidades, de los honores y de los oficios de Cristo, que es el todo." (Vol. 6. 19 de noviembre 1903).

¿Cómo puede ser todo eso con el sólo sufrir? No parece ser conforme a la verdad. Sin embargo, no hay belleza que iguale al sufrir sólo por Dios. Él nos dice:

"Hija mía, no te asombres, porque no hay belleza que iguale al sufrir por el solo amor de Dios. De Mí parten continuamente dos saetas, de mi corazón, que es de amor e hiere a todos aquellos que están en mi regazo, esto es, que están en mi gracia, y esta saeta produce llagas, mortifica, sana, aflige, atrae, revela, consuela y continúa mi Pasión y Redención en aquellos que están en mi regazo; la otra (saeta) parte de mi trono y la confío a los ángeles, los cuales como ministros míos hacen correr esta saeta sobre cualquier especie de personas, castigándolas y excitando a todos a la conversión." Ahora, mientras esto decía me ha participado sus penas diciéndome: "He aquí también en ti la continuación de mi Redención." (Vol. 6. 23 de noviembre 1903).

Necesidad del dolor y el sufrimiento. ¿Acaso No fue suficiente el sufrimiento que Él tuvo en Su pasión y Cruz? Dios es como un medico que no tiene temor de que suframos cuando nos cura. El pecado es veneno, y el dolor es el contraveneno que hace un vacio en el alma para llenarlo de Su gracia:

"Yo no hago más que como un médico piadoso, que tiene los remedios extremos para sus hijos, y estos hijos están llenos de llagas, ¿qué hace este padre y médico que ama a sus hijos más que la propia vida? ¿Dejará que se gangrenen estas llagas? ¿Los dejará morir por temor de que aplicando el fuego y los instrumentos ellos sufran? ¡No, jamás! Aunque sentirá como si sobre él se aplicaran tales instrumentos, con todo y esto tomará los instrumentos, desgarra y corta las carnes, aplica el remedio, el fuego, para impedir que la corrupción avance más. Si bien muchas veces sucede que en estas operaciones los pobres hijos se mueren, pero no era esta la voluntad del padre médico, sino que su voluntad es verlos curados. Así soy Yo, hiero para curarlos, los destruyo para resucitarlos; que muchos perezcan, no es esa mi Voluntad, esto es efecto de su malvada y obstinada voluntad, es efecto de este eco venenoso que, hasta no verse destruidos quieren enviármelo." (Vol. 2. 25 de octubre 1899).

"Sólo la cruz fue el único medio para llenar el vacío (de la Divinidad) que el pecado había hecho y para unir el abismo de distancia infinita que había entre Dios y el hombre. " (Vol. 4. 2 de septiembre 1901).

"El pecado es un veneno que envenena toda el alma y la vuelve tan deforme, que llega a hacer desaparecer en ella mi imagen, y el dolor destruye este veneno y le restituye mi imagen, el verdadero dolor es un contraveneno, y conforme el dolor destruye el veneno, hace un vacío en el alma, y este vacío lo llena mi Gracia. Esta es la causa de mi agrado, porque veo resucitada por medio del dolor la obra de mi Redención." (Vol. 4. 22 de febrero 1903).

¿Cuál es nuestro lugar en la Cruz? 

"Hija mía, cuando recibí la cruz la miré de arriba a abajo para ver el lugar que tomaba en mi cruz cada alma, y entre tantas, miré con más amor y puse atención especial a aquéllas que habrían estado resignadas y habrían hecho vida en mi Voluntad, las miré y vi su cruz ancha y larga como la mía, porque mi Voluntad suplía a lo que a su cruz le faltaba, y la alargaba y ensanchaba como la mía (…) La mía era sólo para cumplir la Voluntad de mi Padre celestial, la tuya para cumplir la mía; una hacía honor a la otra, y como una y otra contenían la misma medida se confundían juntas. (Vol. 14. 24 de febrero 1922. Nuestra cruz sufrida en la Voluntad de Dios se hace tan grande como la de Jesús).

Quien divide con Jesús el peso de sus sufrimientos, esto es, el trabajo de la Redención, viene a participar de las ganancias del trabajo de la Redención.

"Cuando dos personas se dividen el peso de un trabajo, juntas dividen la paga que reciben por aquel trabajo, y tanto uno como otro pueden hacer bien a quien quieran con aquella paga. Entonces, dividiendo tú conmigo el peso de mis sufrimientos, esto es el trabajo de mi Redención, vienes a participar en la ganancia del trabajo de la Redención; y siendo dividida entre Yo y tú la paga de nuestras penas, Yo puedo hacer bien a quien quiero, en general y también en modo especial; así tú, eres libre de hacer bien a quien quieras con la paga que a ti te corresponde. Esta es la ganancia de quien divide conmigo mis penas, que sólo es concedido al estado de víctima, y la ganancia de quien le está más cercano, porque estando cerca, más fácilmente participa de los bienes que uno posee; por eso hija mía, alégrate cuando más te participo mis penas, porque más grande será la porción de tu paga." (Vol. 6. 22 de agosto 1905).

En el alma que vive en la Divina Voluntad se forma la fuente de todos los dolores y también la de todas las alegrías. "Tu refrigerio soy Yo, Mi refrigerio es tu sufrir."

"Mi Voluntad abraza todo, encierra en Sí todas las penas, todos los martirios, todos los dolores que hay en el giro de todos los siglos; he aquí por qué mi Humanidad abrazó todo, cada pena, cada martirio de criatura, porque mi Vida no fue otra cosa que la Vida de la Divina Voluntad, y esto era conveniente para cumplir la obra de la Redención, y no sólo para ello, sino para poderme constituir rey, ayuda y fuerza de todos los martirios, dolores y penas. Si no tuviera en Mí la fuente de todos los martirios, dolores y penas, ¿cómo podría llamarme rey de todos y poseer en Mí la fuente de todas las ayudas, apoyos, fuerza y Gracia que se necesitan en cada pena de criatura? Es necesario tener para dar, he aquí por qué te he dicho tantas veces que la misión de llamar a un alma a vivir en mi Querer es la más grande, la más alta y sublime, no hay otra que la pueda igualar. La Inmensidad de mi Querer le hará llegar todos los martirios, penas y dolores; mi misma Voluntad le dará la Fuerza divina para sostenerlos y formará en ella fuentes de martirios y dolores, y mi mismo Querer la constituirá reina de todos los martirios, dolores y penas. ¿Ves qué significa vivir en mí Querer? Sufrir no sólo un martirio sino todos los martirios, no una pena y dolor, sino todas las penas y todos los dolores. He aquí por qué la necesidad de que mi Voluntad le sea vida, de otra manera, ¿quién le daría la fuerza en tanto sufrir? Y si esto no fuera así, ¿cómo se podría decir que el alma que vive en mí Querer es la fuerza del mártir? Si no tuviera en ella la sustancia de esa pena, ¿cómo podría ser fuerza de otro? Sería solamente un modo de decir, una cosa fantástica, no una realidad. Veo que te asustas al oír esto, no, no temas, tantos martirios, dolores y penas serán correspondidos con innumerables alegrías, contentos y gracias, de los cuales mí mismo Querer formará fuentes inagotables. Es justo, si en el alma que vive en mi Querer formará la fuente de los dolores para ayuda de toda la familia humana, es también justo que forme la fuente de las alegrías y de las gracias, con esta diferencia, que la de los dolores tendrá un fin, porque las cosas de acá abajo, por cuan grandes sean, están siempre determinadas, en cambio la fuente de las alegrías, son de allá arriba, son divinas, por lo tanto sin termino, por eso ánimo en hacer el camino en mi Voluntad."(Vol. 14. 23 de agosto 1922).

¿Cuál es el camino? "Yo soy el camino" nos dice Jesús, y este camino al Cielo se va haciendo con las decisiones en ejercicio de nuestra voluntad (libertad) que hemos recibido de Dios como un don. Jesús nos dice: "¡Ah! si no hubiera hecho otra cosa que comprar a precio de sangre su libertad, aun así debería ser agradecido conmigo, pero el hombre, para hacerme mayor agravio va inventando nuevos modos para hacer inútil mi desembolso."Ahora, ¿Cuántos caminos hay? Escuchemos a Jesús:

"Muchas son las llagas que me hicieron sufrir en mi pasión, pero una fue la cruz; esto significa que muchos son los caminos por los cuales atraigo a las almas a la perfección, pero uno es el Cielo en el cual estas almas deben unirse, así que equivocado aquel Cielo, no hay algún otro que pueda volverlas bienaventuradas para siempre." Después ha agregado: "Mira un poco, una es la cruz, pero de varios leños fue formada dicha cruz; esto quiere decir que uno es el Cielo, pero varios los lugares que este Cielo contiene, más o menos gloriosos, y a medida de los sufrimientos sufridos acá abajo, más o menos pesados, serán distribuidos estos lugares. ¡Oh!, si todos conocieran la preciosidad del sufrir, harían competencia a ver quien quisiera sufrir más, pero esta ciencia no es conocida por el mundo, por eso aborrecen todo lo que puede volverlos más ricos in eterno." (Vol. 2. 31 de marzo 1899. Jesús habla de la virtud de la cruz).

¿Cómo se va formando, -se va haciendo, se va trazando- el camino? El Camino se forma con "piedrecillas" que es todo lo que la Divina Providencia ha dispuesto que suframos por amor a Dios y para cumplir Su Divina Voluntad. Entonces, el camino se va señalando con piedrecillas irremovibles que son las circunstancias de la vida que Dios pone a cada uno, los incidentes, las mortificaciones. Nuestro Señor formó tantos caminos para hacerse encontrar y en el camino también hay escaleras que hay que subir... Recorrer este camino, esta andadura, en la Divina Voluntad, cambia las piedrecillas en soles y nos va cubriendo de belleza. Escuchemos a Jesús:

"Me he encontrado sobre una escalera altísima, bajo la cual había un precipicio, y por añadidura los escalones de esta escalera eran movibles y tan estrechos que apenas se podía apoyar la punta de los pies; lo que más daba terror era el precipicio y el no poder encontrar apoyo de ningún tipo, y queriéndose aferrar de los escalones, estos se caían junto; el ver que casi todas las demás personas se caían infundía escalofrío en los huesos; sin embargo no se podía evitar el pasar por aquella escalera. Entonces lo he intentado, pero en cuanto subí dos o tres escalones, viendo el gran peligro que corría de caer en el abismo, he comenzado a llamar a Jesús para que viniera en mi ayuda, entonces, sin saber cómo he encontrado a Jesús junto a mí y me ha dicho: "Hija mía, esto que tú has visto es el camino que recorren todos los hombres en esta tierra; los escalones móviles sobre los que no pueden apoyarse para tener un sostén son los apoyos humanos, las cosas terrenas, que queriéndose apoyar sobre ellas, en vez de darles una ayuda les dan un empujón para precipitarse más pronto en el infierno. El medio más seguro es el caminar casi volando, sin apoyarse sobre la tierra, a fuerza de los propios brazos, con los ojos en sí mismos, sin mirar a los demás y también teniéndolos todos atentos a Mí, para tener ayuda y fuerza, así se podrá fácilmente evitar el precipicio."(Vol. 2. 22 de julio 1899).

"Hija mía, el camino de la cruz es un camino lleno de estrellas, conforme se camina, esas estrellas se cambian en soles luminosísimos. ¿Qué felicidad será para el alma por toda la eternidad el estar circundada por estos soles? Además, el premio grande que doy a la cruz es tal, que no hay medida, ni de largo ni de ancho, es casi incomprensible a las mentes humanas, y esto porque al soportar las cruces no puede haber nada de humano, sino todo divino."(Vol. 2. 22 de octubre 1899. La cruz, un camino tachonado de estrellas).

"Las cruces, los incidentes, las mortificaciones, los actos, los abandonos de las criaturas, todo lo que se puede sufrir por amor mío, no son otra cosa que piedrecillas que señalan el camino que conduce al Cielo, así que en el punto de la muerte la criatura verá que todo lo que ha sufrido le ha servido para formarse el camino, que ha señalado con modos incancelables y con piedras irremovibles la vía recta que conduce a la patria celestial. Y si todo lo que mi providencia ha dispuesto que sufra, lo ha sufrido para cumplir mi Divina Voluntad, para recibir -no la pena- sino un acto de su Vida Divina, formará tantos soles por cuantos actos ha hecho y penas ha sufrido. De modo que se verá su camino a derecha e izquierda señalado por soles, que tomándola e invistiéndola con su luz la conducirán a las regiones celestiales. Por eso los tantos incidentes de la vida son necesarios, porque sirven para formarse el camino y trazarse la ruta del Cielo; si no se forman los caminos resulta difícil ir de un país a otro, mucho más resulta difícil llegar a la gloria eterna." (Vol. 28. 29 de agosto 1930. Las cruces forman el camino que conduce al Cielo).

"Ahora debes saber hija mía, que cuando vine a la tierra mi Amor no me dio reposo. Apenas concebido comencé a formar tantos caminos que debían servir a las criaturas para venir a Mí; estos caminos, mientras los formaba los extendía, pero no los separaba de Mí, Yo permanecía siendo el centro de donde todos los caminos partían, así que cada acto, palabra, pensamiento, paso que daba, eran caminos de luz, de santidad, de amor, de virtud, de heroísmo, que formaba, así que cada acto que hace la criatura encuentra mi camino para venir a Mí. A la cabeza de estos caminos, que son innumerables, ponía como Reina a Mi Voluntad, y Yo me ponía a esperar a la cabeza de cada camino para recibirlas en mis brazos, pero muchas veces espero en vano, y Mi Amor, no dándome ni paz ni reposo, me pongo en camino para encontrarlas al menos a la mitad de la vía, y si las encuentro, invisto el acto de la criatura, de modo que me hago acto y camino de ella, y con un Amor exuberante la cubro, la escondo en mí mismo Amor, la cubro con mis mismos actos, pero tanto, de encontrarme a Mí mismo en ellas, y las llevo para tenerlas al seguro en los brazos de mi Voluntad. Por eso cada pensamiento de la criatura tiene el camino de mis pensamientos, cada palabra tiene el camino de mis palabras, cada obra tiene el camino de mis obras, cada paso tiene el camino de mis pasos, si sufre tiene el camino y la vida de mis penas, y si quiere amarme tiene el camino de mi Amor. He circundado a las criaturas de tantos caminos míos, de modo que no me puedan huir, y si alguna me huye, doy en delirio, corro, vuelo para encontrarla, y sólo me detengo cuando la he encontrado y la encierro en mis caminos para no dejarla salir más. Es por eso que mi venida a la tierra no fue otra cosa que desahogar mi Amor reprimido por tantos siglos, por el cual llegué a los excesos, formé la nueva creación, más bien la superé en la multiplicidad de las obras y en la intensidad de mi Amor. Pero mi Amor está reprimido aún, y como desahogo quiero dar mi Voluntad como Vida, para darles el bien más grande que puedo darles, y para recibir la gran gloria de tener a sus hijos en nuestro reino." (Vol. 36. 30 de junio 1938. Nuestro Señor formó tantos caminos para hacerse encontrar).

"Hija mía, quien vive en mi Voluntad viene custodiado en mi estancia divina, posee todos nuestros bienes, la Fuerza, la Luz están en su poder; en cambio quien hace mi Voluntad se forma el camino para llegar a entrar en Ella, ahora, en el camino hay peligros, debe estar expuesto al calor y al frío excesivo, no encontrará el agua para beber, alimentos buenos para nutrirse, un lecho para reposar, se puede decir que será un pobre caminante que no llegará jamás a su habitación. Qué diferencia entre quien vive en mi Querer y quien hace mi Voluntad, pero sin embargo es necesario formarse el camino, esto es, vivir resignado, hacer mi Voluntad en todas las circunstancias de la vida, para poder llegar a vivir en mi Querer, donde encontrará su estancia divina, el centro de su reposo, el exilio cambiado en patria." (Vol. 36. 30 de julio 1938).
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Cuando vivimos y oramos en la Divina Voluntad, con la intención de perdonar y reparar las ofensas de las criaturas, Jesús repite en nosotros su obra redentora, y la Justicia Divina se aplaca.

"La luz de los ojos de Jesús se fijaba sobre varios puntos de la tierra y eran tantas las infamias que se cometían en aquellos lugares, que aquella luz lo incitaba a destruirlos. Yo le rogaba que los perdonara, poniéndole enfrente su sangre, sus penas, su Vida, su eterno Querer, y Jesús todo bondad me ha dicho: "Hija mía, la potencia de las oraciones, de los actos, de las penas sufridas en mi Querer, es inigualable. Mientras tú rogabas y sufrías, mi sangre, mis pasos, mis obras, rogaban, mis penas se multiplicaban y se repetían. Así que todo lo que se hace en Él me da ocasión de repetir de nuevo lo que hice estando en la tierra. Y éste es el acto más grande para aplacar la Divina Justicia." (Vol. 22. 21 de agosto 1927. Potencia de lo que se hace en el Querer Divino para aplacar la Justicia Divina).

RECOPILACION DE TEXTOS (CRONOLOGICO)

Los bienes de la cruz. Los bienes de la Cruz son de orden personal y para todas las generaciones Humanas. En el orden personal Jesús nos dice: "Mira, quiero hacerte bella por medio de estos sufrimientos, te quiero enriquecer con méritos, quiero trabajar tu alma, volverte similar a Mí." (Vol. 1).
En favor de la humanidad nos explica: "Hija mía, todo el bien de la historia del mundo está fundado en el sacrificio querido para las criaturas por mi Voluntad Suprema, y cuanto más grande es el sacrificio que pedimos de ella, tanto más bien encerramos dentro. (…) Y la señal cierta cuando queremos dar un bien grande y universal al mundo, es pedir de una criatura un gran sacrificio, y la prolijidad en él son aseguraciones y certezas del bien que queremos dar, y cuando encontramos quien acepta, lo hacemos un portento de Gracia, y en su sacrificio formamos la vida de aquel bien que queremos dar. Así que mi Voluntad quiere formar su reino en el sacrificio de las criaturas, circundarse de él para estar seguro, y con su sacrificio deshacer la voluntad humana y erigir la suya, y con esto viene a formar tantas monedas de Luz divina ante nuestra Divinidad para recomprar el reino de nuestra Divina Voluntad y darlo a las generaciones humanas. Por eso no te maravilles de tu largo sacrificio, ni de lo que hemos dispuesto y hacemos en ti, era necesario a nuestra Voluntad, y no estés pensativa porque no ves ni sientes en los otros los efectos de tu sacrificio, es necesario que con tu sacrificio hagas la compra con nuestra Divinidad, y cuando hayas contratado con Dios, la compra es segura, a su tiempo con certeza tendrá la vida el reino del Querer Divino, porque la compra fue hecha con el sacrificio de una perteneciente a la familia humana." (Vol. 30. Junio 26, 1932 Sublimidad y potencia del sacrificio. Dios cuando quiere dar un gran bien, pide el sacrificio de la criatura; ejemplo de Noé y de Abraham).

Como Jesús, tendré los ojos fijos en la Voluntad del Padre. Cuando sufra públicamente orare como Jesús: "Padre, acepta mis confusiones y mis oprobios en reparación de tantos que tienen la desfachatez de ofenderte tan libremente sin el mínimo disgusto; perdónalos, dales luz a fin de que vean la fealdad del pecado y se conviertan." ¿Quiero ser partícipe de los sufrimientos de Jesús? ¿no sabes tú que los más bellos regalos que Jesús puede dar a las almas que ama son las cruces y las penas?

Cuando los sufrimientos de la Cruz que Jesús le participaba a Luisa se hicieron públicos, ella rogaba para que los ocultara. Entonces el Señor le dice: "Pobre hija, ven a Mí que te quiero consolar, tú tienes razón en que sufres, pero es que no recuerdas que también Yo, oh, cuánto más sufrí; hasta cierto momento mis penas fueron ocultas, pero cuando llegó la Voluntad del Padre de sufrir en público, rápidamente salí a encontrar confusiones, oprobios, desprecios, hasta ser despojado de mis vestidos y estar desnudo en medio a un pueblo numerosísimo, ¿podrías tú imaginar confusión más grande que ésta? Mi naturaleza sentía mucho esta clase de sufrimientos, pero tenía los ojos fijos a la Voluntad del Padre y ofrecía esas penas en reparación de tantos que cometen las más nefandas acciones públicamente, ante los ojos de muchos y vanagloriándose sin la más mínima vergüenza, y le decía: "Padre, acepta mis confusiones y mis oprobios en reparación de tantos que tienen la desfachatez de ofenderte tan libremente sin el mínimo disgusto; perdónalos, dales luz a fin de que vean la fealdad del pecado y se conviertan." También a ti te quiero hacer partícipe de esta clase de sufrimientos; ¿no sabes tú que los más bellos regalos que puedo dar a las almas que amo son las cruces y las penas? Tú eres niña aún en el camino de la cruz, por eso te sientes demasiado débil, cuando hayas crecido y hayas conocido cuán precioso es el sufrir, entonces te sentirás más fuerte. Por eso apóyate en Mí, repósate, porque así adquirirás fuerza." (Vol. 1).

Jesús le pide a Luisa la "continuidad" en los sufrimientos porque aplacan a La Justicia Divina.
"Hija, son tantas las iniquidades que se cometen, que la balanza de mi Justicia está por desbordarse. Has de saber que pesados flagelos haré caer sobre los hombres, especialmente una feroz guerra en la cual haré masacre de la carne humana." "Ah sí", prosiguió casi llorando, "Yo he dado los cuerpos a los hombres a fin de que fueran tantos santuarios donde debía ir a deleitarme, pero los han cambiado en cloacas de inmundicias, y es tanta la peste que me obligan a estar lejos de ellos. Ve la recompensa que recibo ante tanto amor y tantas penas que he sufrido por ellos. ¿Quién ha sido tratado como Yo? Ah, ninguno, ¿pero quién es la causa? Es el tanto amor que les tengo. Por eso probaré con los castigos." Yo me sentía romper el corazón por el dolor, me parecía que eran tantas las ofensas que le hacían, que para huir quería esconderse en mí como para encontrar refugio. Sentía también tal pena porque los hombres debían ser castigados, que me parecía que no ellos, sino yo misma debía sufrir, es más, me parecía que si yo hubiese podido, me habría sido más soportable sufrir yo todos aquellos castigos antes que ver sufrir a los demás. Traté de compadecerlo cuanto más pude y con todo el corazón le dije: "Oh Esposo santo, evita los flagelos que tu Justicia tiene preparados; si la multiplicidad de las iniquidades de los hombres es grande, está el mar inmenso de tu sangre donde puedes sepultarlas, y así tu Justicia quedará satisfecha; si no tienes donde ir para deleitarte ven en mí, te doy todo mi corazón para que reposes y te deleites con él, es verdad que también yo soy una sentina de vicios, pero Tú me puedes purificar y hacerme como Tú me quieres; pero aplácate, si es necesario el sacrificio de mi vida, ah, de buena gana lo haré con tal de ver a tus mismas imágenes libradas." Y el Señor interrumpiendo mi hablar continuó diciéndome: "Precisamente esto es lo que quiero, si tú te ofreces a sufrir, no ya como hasta ahora, de vez en cuando, sino continuamente cada día y por un corto tiempo, Yo libraré a los hombres; mira como lo haré: Te pondré entre mi Justicia y las iniquidades de las criaturas, y cuando mi Justicia se vea llena de las iniquidades, de modo que no pueda contenerlas y se vea obligada a mandar los flagelos para castigar a las criaturas, encontrándote tú en medio, en vez de golpearlos a ellos quedarás golpeada tú. Sólo de este modo podré contentarte en librar a los hombres, de otro modo, no." Yo quedé toda confundida y no sabía qué decirle, mi naturaleza hacía su parte, se espantaba y temblaba, pero veía a mi buen Jesús que esperaba una respuesta, si aceptaba o no; entonces, viéndome casi obligada a hablar le dije: "Oh Divinísimo Esposo mío, por parte mía estaría pronta a aceptar, ¿pero cómo se arreglará por parte del confesor? Si no quiere venir de vez en cuando, ¿cómo será posible que quiera venir todos los días? Libérame de esta cruz de necesitar al confesor para liberarme, y entonces todo quedará arreglado entre Tú y yo." Entonces el Señor me dijo: "Ve con el confesor y pídele la obediencia, si quiere le dirás todo lo que te he dicho y harás lo que él diga. Mira, no será solamente para bien de las criaturas por lo que quiero estos sufrimientos continuos, sino también para tu bien, en este estado de sufrimientos purificaré muy bien tu alma, de modo de disponerte a formar conmigo un místico desposorio, y después de esto haré la última transformación, de modo que los dos seremos como dos velas que puestas en el fuego, una se transforma en la otra y se forma una sola, así transformaré a Mí en ti, y tú quedarás crucificada conmigo. Ah, ¿no estarías contenta si pudieras decir: "El Esposo crucificado, pero también la esposa está crucificada? Ah sí, no hay ninguna cosa que me haga desemejante de Él."(Vol. 1. Jesús la invita a los sufrimientos continuos).
La cruz hace distinguir a los réprobos de los predestinados.
"Así como en el día del juicio los buenos se alegrarán al ver la cruz, así desde ahora se puede ver si alguno se salvará o se perderá, si al presentarse la cruz el alma la abraza, la lleva con resignación, con paciencia y besa y agradece a la mano que la envía, es señal de que es salvo; si al contrario, al presentarse la cruz se irritan, la desprecian y llegan hasta ofenderme, puedes decir que es una señal de que esa alma se encamina por la vía del infierno; así harán los réprobos en el día del juicio, que al ver la cruz se afligirán y blasfemarán. La cruz dice todo, la cruz es un libro que sin engaño y a claras notas te dice y te hace distinguir al santo del pecador, al perfecto del imperfecto, al fervoroso del tibio. La cruz comunica tal luz al alma, que desde ahora no sólo hace distinguir al bueno del reo, sino hace conocer quién debe ser más o menos glorioso en el Cielo, quién debe ocupar un puesto superior o un puesto menor. Todas las otras virtudes están humildes y reverentes ante la virtud de la cruz, e injertándose con ella reciben mayor lustre y esplendor." (Vol. 1).
Reconocer la virtud de la cruz

"La cruz dispone al alma a la paciencia. La cruz abre el Cielo y une juntos Cielo y tierra, esto es, Dios y el alma. La virtud de la cruz es potente y cuando entra en un alma tiene la virtud de quitar la herrumbre de todas las cosas terrenas; no sólo eso, sino que da el aburrimiento, el fastidio, el desprecio de las cosas de la tierra, y a cambio le da el sabor, el agrado de las cosas celestiales, pero por pocos es reconocida la virtud de la cruz, por eso la desprecian."(Vol. 2.16 de mayo 1899).

La cruz vuelve transparente al alma.

"La cruz comunica tal resplandor al alma, de volverla transparente, y así como cuando un objeto es transparente se le pueden dar todos los colores que se quiera, así la cruz, con su luz da todos los lineamientos y formas más bellas que se puedan imaginar, no sólo por los demás sino también por la misma alma que los experimenta. Además de esto, en un objeto transparente en seguida se descubre el polvo, las pequeñas manchas y hasta cualquier oscurecimiento; así es la cruz, como hace transparente al alma, en seguida le descubre los pequeños defectos, las mínimas imperfecciones, tanto que no hay mano maestra más hábil que la cruz para tener al alma preparada para volverla digna habitación del Dios del Cielo." (Vol. 2.22 de julio 1899).

La cruz dispone al alma a la Gracia, y es más eficaz que los sacramentos.

"La cruz es tan potente y le he comunicado tanta gracia, que la volví más eficaz que los mismos sacramentos, y esto porque al recibir el sacramento de mi cuerpo se necesitan las disposiciones y el libre concurso del alma para recibir mis gracias, que muchas veces pueden faltar, pero la cruz tiene virtud de disponer al alma a la Gracia."(Vol. 3.2 de diciembre 1899).

La cruz nos da los lineamientos y la semejanza de Jesús. ¡Ah! Señor, te pido que me tengas siempre clavada en la cruz, a fin de que teniendo siempre delante este espejo divino, pueda limpiar todas mis manchas y embellecerme siempre más a tu semejanza.

"La cruz es un espejo donde el alma ve la Divinidad, y contemplándose en él adquiere los lineamientos, la semejanza más perfecta con Dios. La cruz no sólo se debe amar, desear, sino tener como honor y gloria a la misma cruz, y esto es obrar como Dios y llegar a ser como Dios por participación, porque sólo Yo me glorié de la cruz y consideré como un honor el sufrir, y la amé tanto que en toda mi Vida no quise estar un momento sin la cruz." ¿Quién puede decir lo que comprendía de la cruz por este hablar del bendito Jesús? Pero me siento muda para expresarlo con palabras. ¡Ah! Señor, te pido que me tengas siempre clavada en la cruz, a fin de que teniendo siempre delante este espejo divino, pueda limpiar todas mis manchas y embellecerme siempre más a tu semejanza.(Vol. 3. 20 de abril 1900).

Más que el sacramento, la cruz sella a Dios en el alma.

"Y aun siendo vasos sagrados, es necesario de vez en cuando sacudirlos; vuestros cuerpos son tantos vasos sagrados en los cuales hago mi morada, por eso es necesario que de vez en cuando les dé una sacudidita, esto es, que los visite con alguna tribulación para hacer que Yo esté en ellos con más decoro. Por eso estate tranquila." Después de esto, habiendo recibido la comunión y habiéndome renovado los dolores de la crucifixión, ha agregado: "Hija mía, cómo es preciosa la cruz, mira un poco: El sacramento de mi cuerpo al darse al alma la une conmigo, la transforma hasta volverla una misma cosa conmigo, pero al consumirse las especies se desune la unión realmente contraída; perola cruz no, ella toma a Dios y lo une con el alma para siempre, y para mayor seguridad ella se pone como sello. Por lo tanto la cruz sella a Dios en el alma, de modo que jamás hay separación entre Dios y el alma crucificada."(Vol. 3. 21 de abril 1921).

Luisa hace un elocuente elogio a la Cruz.
"Amado mío, ¿quién te puede decir qué cosa es la cruz? Sólo tu boca puede hablar dignamente de la sublimidad de la cruz, pero ya que quieres que hable yo, está bien, lo hago: La cruz sufrida por Ti me liberó de la esclavitud del demonio y me desposó con la Divinidad con nudo indisoluble; la cruz es fecunda y me pare la Gracia; la cruz es luz y me desengaña de lo temporal y me descubre lo eterno; la cruz es fuego, y todo lo que no es de Dios lo vuelve cenizas, hasta vaciarme el corazón del más mínimo hilo de hierba que pueda estar en él; la cruz es moneda de inestimable precio, y si yo tengo, Esposo santo, la fortuna de poseerla, me enriqueceré de monedas eternas, hasta volverme la más rica del paraíso, porque la moneda que corre en el Cielo es la cruz sufrida en la tierra; la cruz me hace conocerme más a mí misma, y no sólo eso, sino me da el conocimiento de Dios; la cruz me injerta todas las virtudes; la cruz es la noble cátedra de la Sabiduría increada que me enseña las doctrinas más altas, sutiles y sublimes, así que sólo la cruz me develará los misterios más escondidos, las cosas más recónditas, la perfección más perfecta escondida a los más doctos y sabios del mundo; la cruz es como agua benéfica que me purifica, no sólo eso, sino que me suministra el nutrimento a las virtudes, me las hace crecer y sólo me deja cuando me conduce a la Vida eterna; la cruz es como rocío celeste que me conserva y me embellece el bello lirio de la pureza; la cruz es el alimento de la Esperanza; la cruz es la antorcha de la Fe obrante; la cruz es aquel leño sólido que conserva y mantiene siempre encendido el fuego de la Caridad; la cruz es aquel leño seco que hace desvanecer y poner en fuga todos los humos de soberbia y de vanagloria, y produce en el alma la humilde violeta de la humildad; la cruz es el arma más potente que hiere a los demonios y me defiende de sus garras. Así que el alma que posee la cruz es de envidia y admiración a los mismos ángeles y santos, y de rabia y desdén a los demonios. La cruz es mi paraíso en la tierra, de modo que si el paraíso de allá, de los bienaventurados, son los gozos, el paraíso de acá son los sufrimientos. La cruz es la cadena de oro purísimo que me une contigo, mi sumo Bien, y forma la unión más íntima que se pueda dar, hasta hacer desaparecer mi ser y me transmuta en Ti, mi objeto amado, tanto, de sentirme perdida en Ti y vivo de tu misma Vida."(Vol. 3. 2 de diciembre 1899. Elocuente elogio de la Cruz).
Dios nos atrae a amarlo en tres modos, y en tres modos se manifiesta al alma.

"Yo te atraigo a amarme en tres modos: A fuerza de beneficios, a fuerza de atracciones y a fuerza de persuasiones." ¿Quién puede decir cuántas cosas comprendía en estas tres palabras? Me parecía que Jesús bendito, para atraerse mi amor y también el de las otras criaturas, (1) hace llover beneficios en favor nuestro, y viendo que esta lluvia de beneficios no llega al punto de ganarse nuestro amor, llega a hacerse atrayente. (2) ¿Y cuál es esta atracción? Son sus penas sufridas por amor nuestro, hasta morir chorreando sangre sobre una cruz, donde se volvió tan atrayente que enamoró de Sí a sus mismos verdugos y a sus más fieros enemigos. (3) Además, para atraernos mayormente y volver más fuerte y estable nuestro amor, nos ha dejado la luz de sus santísimos ejemplos, unidos a su celestial doctrina, y que como luz nos despejan las tinieblas de esta vida y nos conducen a la eterna salvación. (Vol. 3. 22 de diciembre 1899).

Fiesta a la cruz en el Cielo.
"Esta mañana me he encontrado fuera de mí misma y veía todo el cielo sembrado de cruces, pequeñas, grandes, medianas. Las más grandes, más resplandor daban; era un encanto dulcísimo el ver tantas cruces que embellecían el firmamento, más resplandecientes que el sol. Después de esto pareció que se abría el Cielo y se veía y oía la fiesta que los bienaventurados hacían a la cruz. Quien más había sufrido, era más festejado en este día. Se distinguían en modo especial los mártires y quienes habían sufrido ocultamente. ¡Oh, cómo se estimaba en esa bienaventurada morada la cruz y a quien más había sufrido! Mientras esto veía, una voz ha resonado por todo el empíreo que decía: "Si el Señor no mandase las cruces sobre la tierra, sería como aquel padre que no tiene amor por los propios hijos, que en vez de querer verlos honrados y ricos, los quiere ver pobres y deshonrados." El resto que vi de esta fiesta no tengo palabras para explicarlo, lo siento en mí pero no sé manifestarlo, por eso hago silencio. "(Vol. 3. 3 de mayo 1900).

El árbol de la Redención -Árbol de Vida- nació, desde que fue concebido, en el corazón de Jesús y gracias a este árbol El sintió todo lo que de bien y de mal debía hacer el hombre. Todas aquellas almas que se mantienen unidas a este árbol recibirán vida de Gracia en el tiempo, y cuando los haya hecho crecer bien les suministrará vida de gloria en la eternidad.
"Esta mañana mi adorable Jesús se hacía ver en mi interior y parecía que tenía un árbol plantado en el corazón, y tan enraizado que parecía que las raíces brotaban desde la punta del corazón, en suma, parecía nacido junto con su misma naturaleza. Yo he quedado maravillada al ver la belleza, la perfección y la altura que parecía que tocaba el cielo, y sus ramas se extendían hasta los últimos confines del mundo. Entonces, Jesús bendito al verme tan maravillada me ha dicho: "Hija mía, este árbol fue concebido junto conmigo, dentro del centro de mi corazón, y desde entonces Yo sentí en lo más profundo del corazón todo lo que de bien y de mal debía hacer el hombre gracias a este árbol de Redención, llamado árbol de Vida, tanto que todas aquellas almas que se mantienen unidas a este árbol recibirán vida de Gracia en el tiempo, y cuando los haya hecho crecer bien les suministrará vida de gloria en la eternidad. Sin embargo, ¿cuál no es mi dolor? Que si bien no pueden arrancar el árbol, no pueden tocar el tronco, muchos tratan de cortarme las ramas para hacer que las almas no reciban la vida, y quitarme toda la gloria y el placer que este árbol de Vida me habría producido." (Vol. 4. 5 de noviembre 1902. Ve un árbol en el corazón de Jesús, y Él le explica el significado).
Diferencia entre el obrar de Jesús y el obrar del hombre.

"Mientras estaba deseando a mi adorable Jesús, ha venido con el aspecto cuando sus enemigos lo abofeteaban, le cubrían el rostro de escupitinas y le vendaban los ojos; Él, con admirable paciencia todo lo sufría, es más, parecía que ni siquiera los miraba, tan ocupado estaba en su interior viendo el fruto que aquellos padecimientos le habrían producido. Yo miraba todo con asombro, y Jesús me ha dicho: "Hija mía, en mi obrar y sufrir no miré jamás hacia fuera, sino siempre hacia dentro, y viendo el fruto, cualquier cosa que fuera no sólo la sufría, sino la sufría con deseo y avidez. En cambio el hombre, todo lo contrario, al obrar el bien no mira hacia dentro de la obra, y no viendo el fruto fácilmente se aburre, se fastidia todo y muchas veces deja de hacer el bien; si sufre, fácilmente se impacienta, y si hace el mal, no mirando hacia dentro de aquel mal, con facilidad lo hace." Después ha agregado: "Las criaturas no quieren persuadirse de que la vida va acompañada de varios y diferentes acontecimientos: ahora sufrimientos, ahora consolaciones, y son las plantas, las flores las que dan el ejemplo con estar sometidas a los vientos, nevadas, granizadas y calores." (Vol. 4. 9 de noviembre 1902).

¿Cómo es el estado de sufrimientos de Luisa?
"Hija mía, ni tú, ni quien te dirige han comprendido tu estado; tú en el estado de sufrimientos desapareces del todo, y Yo solo, no místicamente, sino en carne viva reproduzco mis mismos sufrimientos que sufrió mi Humanidad. ¿Y no fueron tal vez mis sufrimientos los que debilitaron a los demonios, iluminaron las mentes cegadas, en una palabra, los que formaron la redención del hombre? Y si lo pudieron hacer entonces en mi Humanidad, ¿no lo podrán acaso hacer ahora en la tuya? Si un rey fuera a habitar en un pequeño tugurio, y desde ahí dispensara gracias, ayuda, monedas, continuara su oficio de rey, si alguien no lo creyera se diría que es tonto, pues si es rey puede hacer el bien tanto en el palacio real como en el pequeño tugurio, es más, se admira más su bondad, porque siendo rey no desdeña habitar en pequeñas pocilgas y viles chozas; así es tu situación." (Vol. 4. 7 de enero 1903. Pide a Jesús que le aclare su estado y Él se lo esclarece.)
La Humanidad de Jesús divinizó todo el obrar de las criaturas. Jesús continúa Su Vida Real y Verdadera en las almas que se encuentran en Su Gracia dándoles diferentes oficios: alabanzas, reparaciones, etc.
"También te digo que todo lo bueno que hacen las criaturas, todo fue hecho por mi Humanidad, para hacer que todo el obrar de las criaturas fuera primero divinizado por Mí. Además de esto, mi Vida continúa todavía real y verdadera en el mundo, no sólo en el Santísimo Sacramento sino también en las almas que se encuentran en mi Gracia, y siendo muy restringida la capacidad de la criatura, no pudiendo tomar una sola todo lo que Yo hice, hago de manera que un alma continúe mis reparaciones, otra las alabanzas, alguna otra el agradecimiento, alguna otra el celo de la salud de las almas, otra mis sufrimientos y así de todo lo demás, y según me correspondan así desarrollo mi Vida en ellas. Así que piensa en que estrechuras y penas me ponen, pues mientras Yo quiero obrar en ellos, ellos no me hacen caso." (Vol. 5. 3 de octubre 1903. Jesús continúa su Vida en el mundo no sólo en el Santísimo Sacramento, sino también en las almas que se encuentran en gracia).

Jesús también nos dice: "Tú debes saber que todo lo que hice en el curso de los treinta y tres años, desde que nací hasta que morí, lo continúo en el sacramento del altar. "(Vol. 1).

La pasión de Cristo es un don y sirve como vestido al hombre.
Luisa nos dice: "Estaba pensando y ofreciendo la Pasión de Nuestro Señor, especialmente la corona de espinas, y le rogaba que diera luz a tantas mentes cegadas, que se hiciera conocer, porque es imposible conocerlo y no amarlo. Mientras esto decía, mi adorable Jesús ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho: "Hija mía, cuánta ruina hace en el alma la soberbia, basta decirte que forma un muro de división entre la criatura y Dios, y de imágenes mías las transforma en demonios. Y además, si tanto te duele y te desagrada que las criaturas sean tan ciegas que ellas mismas no entiendan ni vean el precipicio en el cual se encuentran, y tanto deseas que Yo las ayude, mi Pasión sirve como vestido al hombre, que le cubre las más grandes miserias, lo embellece y le restituye todo el bien que por el pecado se había quitado y había perdido, por lo cual Yo te hago don de mi Pasión, a fin de que te sirva a ti y para quien quieras tú." Al escuchar esto me ha venido tal temor viendo la grandeza del don, y temiendo que no supiera utilizar este don, y por eso desagradar al mismo Donador; entonces he dicho: "Señor, no siento la fuerza de aceptar tal don, soy muy indigna de tal favor, mejor quédatelo Tú que eres el Todo y todo conoces, conoces a quién es necesario y conviene aplicar este vestido tan precioso y de inmenso valor, porque yo, pobrecita, ¿qué cosa puedo conocer? Y si es necesario aplicarlo a alguien y yo no lo hago, ¿qué rigurosa cuenta no me pedirás?" Y Jesús: "No temas, el mismo Donador te dará la gracia de no tener inútil el don que te ha dado, ¿crees tú que Yo te hago un don para hacerte daño? No, jamás." Entonces yo no he sabido qué responder, pero he quedado espantada y en ascuas, reservándome para oír cómo pensaba la señora obediencia (el confesor). Se entiende sin embargo que este vestido, no quiere significar otra cosa que todo lo que obró, mereció y sufrió nuestro Señor, donde la criatura encuentra el vestido para cubrirse la desnudez despojada de virtud, las riquezas para enriquecerse, las bellezas para volverse bella y embellecerse, y el remedio a todos sus males. Después, habiéndolo dicho a la obediencia (confesor), me ha dicho que lo aceptara." (Vol. 6. 30 de mayo 1904).
Las cruces son fuentes bautismales. Las cruces y sufrimientos cuando están empapados del pensamiento de Su pasión, pierde aspereza y peso. "Mi yugo es suave y mi carga es ligera". Corresponder a Jesús es rehacer de nuevo, en nosotros mismos, lo que El hizo cuando vino a la tierra.

"Esta mañana al venir el bendito Jesús me ha dicho: "Hija mía, la cruces, las mortificaciones, son otras tantas fuentes bautismales, y cualquier especie de cruz que está empapada en el pensamiento de mi Pasión, pierde la mitad de la aspereza y disminuye la mitad del peso."Y como relámpago ha desaparecido. Entonces yo he quedado haciendo ciertas adoraciones y reparaciones en mi interior, y de nuevo ha regresado y ha agregado: «Cuál no es mi consuelo al ver rehecho en ti lo que mi Humanidad hizo tantos siglos antes, porque cualquier cosa que Yo determiné que cada alma hiciera, fue hecha primero en mi Humanidad, y si el alma me corresponde, lo que Yo hice por ella lo rehace de nuevo en sí misma, y si no, queda sólo hecho en Mí mismo, y Yo siento por ello una amargura indecible."(Vol. 6. 5 de junio 1905. Las cruces son fuentes bautismales).

Con la sola intención de unir nuestras acciones a las de Jesús, podemos volver nuestras acciones merecedoras del mérito divino. Oración: Ofrecer a Dios todas las acciones hechas por la Humanidad de Jesús para: (1) Reparar por todas las acciones de la humanidad hechas, -o indiferentes- sin un fin sobrenatural, o bien pecaminosas. (2) También para pedir que todas las criaturas hagan sus acciones con la intención y unión de las acciones de Jesús, y (3) para llenar el vacío de la gloria que la criatura debiera dar a Dios si esto hiciera. Además, las penas y sufrimientos de Jesús nos restituyeron redoblada soberanía: (1) la que hemos perdido en la creación con el pecado de Adán, y (2) la que Jesús nos adquirió en la Redención.
"Esta mañana estaba ofreciendo todas las acciones de la Humanidad de Nuestro Señor para (1) reparar todas nuestras acciones humanas hechas, -o indiferentes-, sin un fin sobrenatural, o bien pecaminosas, (2) para impetrar que todas las criaturas hagan sus acciones con la intención y unión de las acciones de Jesús bendito, y (3) para llenar el vacío de la gloria que la criatura debiera dar a Dios si esto hiciera. Mientras esto hacía, mi adorable Jesús me ha dicho: "Hija mía, mi Divinidad en mi Humanidad descendió en el abismo más profundo de todas las humillaciones humanas, tanto que no hubo ningún acto humano, por cuan bajo y pequeño, que Yo no divinizara y santificara. Y esto para restituir al hombre redoblada soberanía, (1) la perdida en la Creación, y (2) la que le adquirí en la Redención. Pero el hombre siempre ingrato y enemigo de sí mismo, ama el ser esclavo en vez de soberano, mientras que podía con un medio tan fácil, esto es con la intención de unir sus acciones a las mías, volver sus acciones merecedoras del mérito divino, de ellas hace un desperdicio y pierde la divisa de rey y la soberanía de sí mismo." (Vol. 6. 29 de noviembre 1904. La Divinidad de Jesús en su Humanidad descendió en el abismo más profundo de todas las humillaciones humanas, y divinizó y santificó todos los actos humanos).
"Mi yugo es suave y mi carga el ligera", nos dice Jesús. En la Divina Voluntad, todo es eterno y presente: el sufrir, las reparaciones, los actos que hacemos corren en cada gota de Su sangre, en cada llaga, en cada ofensa que El recibió.
"Mi Voluntad tiene la virtud de ablandar la dureza, de endulzar la amargura, de alargar y ensanchar las cosas pequeñas; por eso cuando sentí la cruz sobre mi hombro, sentí también la suavidad y la dulzura de la cruz de las almas que habrían sufrido en mi Querer, ¡ah! mi corazón tuvo un respiro de alivio, y la suavidad de las cruces de ellas hizo adaptar la cruz sobre mi hombro, y se hundió tanto que me hizo una llaga profunda, y si bien me dio un dolor acerbo, sentía al mismo tiempo la suavidad y la dulzura de las almas que habrían sufrido en mi Querer. Y como mi Voluntad es eterna, su sufrir, sus reparaciones, sus actos, corrían en cada gota de mi sangre, corrían en cada llaga, en cada ofensa; mi Querer las hacía encontrarse como presentes a las ofensas pasadas, desde que el primer hombre pecó; a las presentes y a las futuras; eran propiamente ellas las que me daban nuevamente los derechos de mi Querer, y Yo, por amor de ellas decretaba la Redención, y si los demás toman parte de Ella, es por causa de éstas que pueden hacerlo. No hay bien que Yo conceda, ni en el Cielo ni en la tierra, que no sea por causa de ellas." (Vol. 14. 24 de febrero 1922).
La Santidad en el Querer Divino debe ser un acto continuado. Dios va buscando almas que quieran vivir en la Divina Voluntad para poner en sus brazos a todas las almas.
"Esta mañana mi dulce Jesús se hacía ver en mi interior en acto de extender los brazos en forma de cruz, y yo quedaba distendida junto con Él; después me ha dicho: "Hija mía, el último acto de mi Vida fue el extenderme sobre la cruz y permanecer ahí hasta que morí con los brazos abiertos, sin poderme mover ni oponerme a lo que querían hacerme. Yo era el verdadero retrato, la viva imagen de quien vive no de voluntad humana, sino Divina. Aquél no poder moverme, ni poder oponerme, ese haber perdido todo derecho sobre Mí, la tensión horrible de mis brazos, ¡cuántas cosas decían! Y mientras Yo perdía los derechos, los demás hacían adquisición de mi Vida. El primer derecho fue de la Voluntad Suprema, que haciendo uso de su Inmensidad y Omnividencia, tomaba todas las almas, inocentes y pecadoras, buenas y santas y me las ponía en los brazos distendidos, a fin de que las llevara al Cielo, y Yo no rechacé a ninguno; así que en mis brazos la Voluntad Divina dio lugar a todos. Ahora, como la Voluntad Suprema es un acto continuado, nunca interrumpido, y lo que hace una vez no deja nunca de hacerlo, y si bien mi Humanidad está en el Cielo y no está sujeta a sufrir, va buscando almas que no obren en la voluntad humana sino en la Divina, que no se opongan a nada, que pierdan todo derecho propio, a fin de que quedando todo derecho en poder de la Divina Voluntad, continúe su acto de poner en los brazos de quien se presta a distenderse en mi Querer a todas las almas, pecadores y santos, inocentes y malos a fin de que repita y continúe lo que hicieron mis brazos distendidos en cruz. He aquí por qué me he distendido dentro de ti, para que la Suprema Voluntad continúe su acto de traerme a todos a mis brazos." (Vol. 17. 25 de julio 1924).
Correspondencia a Dios por las cruces y por el don de su pasión.
Cuando recordamos la Pasión de Cristo rehacemos lo que hizo Su Humanidad en la tierra. Jesús nos explica: "Cuál no es mi consuelo al ver rehecho en ti lo que mi Humanidad hizo tantos siglos antes, porque cualquier cosa que Yo determiné que cada alma hiciera, fue hecha primero en mi Humanidad, y si el alma me corresponde, lo que Yo hice por ella lo rehace de nuevo en sí misma, y si no, queda sólo hecho en Mí mismo, y Yo siento por ello una amargura indecible."
Jesús nos explica como corresponderle y agradecerle: "Hija mía, quien quiere recibir debe dar; el dar dispone a la criatura a recibir, y a Dios a dar. Muchas veces también tu Jesús tiene este modo, cuando quiero algo de la criatura doy, y si quiero grandes sacrificios, doy mucho, para que ella viendo lo mucho que le he dado, se avergonzará y no tendrá el ánimo de negarme el sacrificio que le pido. El dar es casi empeñar la persona que recibe, es atraer su atención, su amor, el dar es apreciar, el dar es esperanza, el dar es hacer surgir en el corazón el recuerdo del donador; ¿y cuántas veces personas que no se conocían se vuelven amigos por medio de un regalo? Ahora, en el orden divino el donador siempre es Dios, quien es el primero en mandar sus dones a la criatura, pero si ella no se mueve a dar nada a su Creador, aunque sea su pequeño amor, su gratitud, un pequeño sacrificio, -porque si habíamos dado es porque queríamos-, no enviamos más otros dones, porque con no darnos nada ha cerrado la correspondencia y ha interrumpido la bella amistad que debía hacer surgir nuestro don. Ahora hija mía, dar y recibir son actos primeros e indispensables que claramente indican que Nosotros amamos a la criatura y ella nos ama; pero no basta, se debe saber recibir convirtiendo en naturaleza el bien recibido, comiéndolo y masticándolo muy bien, de modo de convertir el don en sangre del alma. Este es nuestro propósito al dar nuestros dones, querer ver convertido en naturaleza el don que hemos dado, porque entonces nuestros dones no corren peligro y nos disponen a dar dones más grandes; y la criatura habiéndolo convertido en naturaleza, pone al seguro nuestro don, queda poseedora y sentirá en sí el bien, la fuente, y convertido en naturaleza el don recibido. Y así como nuestros dones son portadores de paz, de felicidad, de fortaleza invencible, de aire celestial, por eso sentirá en sí la naturaleza de la paz, de la felicidad, de la fuerza divina, que formarán en sí el aire del Cielo". (Vol. 29. 10 de mayo 1931. Quien quiere recibir debe dar. Modos que tiene Jesús. Los dones divinos, portadores de paz).
Todo lo que ha hecho Nuestro Señor está suspendido en la Divina Voluntad. Cúbrete con las lágrimas (llagas, heridas, etc.) de Jesús, vístete con Sus oraciones (suspiros).
"Después me he encontrado fuera de mí misma, y mi dulce Jesús me ha llevado girando en todos aquellos lugares donde había, estando Él en la tierra, obrado, sufrido, orado y también llorado; todo lo que había hecho, todo estaba en acto y mi amado Bien me ha dicho: "Hija mía, hija de mi Querer Supremo, mi Voluntad quiere hacerte participar en todo. Todo lo que tú ves son todas mis obras que hice estando en la tierra, las cuales mi Voluntad las tiene suspendidas en Ella porque las criaturas no se disponen a querer recibirlas, en parte porque no conocen aún lo que Yo hice. Mira, aquí están mis oraciones que de noche hacía, cubiertas de lágrimas amargas y de suspiros ardientes por la salvación de todos, están todas en espera para darse a las criaturas, para darles los frutos que contienen. Hija, entra tú en ellas, cúbrete con mis lágrimas, vístete con mis oraciones, a fin de que mi Voluntad cumpla en ti los efectos que hay en mis lágrimas, oraciones y suspiros. Mi Voluntad tiene como alineadas en Sí las penas de mi infancia, todos mis actos internos de mi Vida oculta, que son prodigios de Gracia y de santidad, todas las humillaciones, gloria y penas de mi Vida pública, las penas más escondidas de mi Pasión, todo está suspendido, el fruto completo no ha sido tomado por las criaturas y espero a quien debe vivir en mi Querer a fin de que no estén más suspendidos, sino que se viertan sobre ellos para darles el fruto completo. Sólo quien debe vivir en mi Voluntad hará que no continúen suspendidos mis bienes, por eso entra en cada uno de mis actos y de mis penas, a fin de que mi Voluntad se cumpla en ti. Entre tú y Yo no quiero cosas suspendidas, ni tolero no poderte dar lo que quiero, por eso quiero encontrar en ti mi misma Voluntad, a fin de que nada pueda oponerse a lo que Ella quiere darte." (Vol. 18. 4 de octubre 1925).
Los defectos -voluntarios o involuntarios- forman nubes oscuras en el alma (Vol. 3). Para quien vive en la divina voluntad, las cruces, penas y mortificaciones son como nubes de luz: blancas, brillantes y fulgidas en el cielo de su alma (Vol. 21).
"La verdad es luz, que llevó el Verbo a la tierra. Así como el sol ilumina, vivifica y fecunda la tierra, así la luz de la verdad da vida, luz, y vuelve fecundas de virtud a las almas. Si bien muchas nubes, las cuales son las iniquidades de los hombres, ofuscan esta luz de verdad, pero a pesar de esto no deja, desde atrás de las nubes, de mandar destellos de luz vivificante, y así calentar a las almas, y si estas nubes son nubes de imperfecciones y de defectos involuntarios, esta luz, desgarrándolas con su calor las disipa y libremente se introduce en el alma." (Vol. 3. 12 de febrero 1900. Los defectos voluntarios forman nubes).
"Sintiéndome oprimida por la privación de mi dulce Jesús, con el agregado de mis otras penas, estaba ofreciendo todo en el adorable Querer y para obtener el triunfo de su reino. Ahora, mientras esto hacía, he mirado el cielo tapizado de nubes blancas y brillantes y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho: "Hija mía, mira qué bellas son esas nubes, cómo tapizan el cielo y forman un bello ornamento a la bóveda azul, ¿pero quién ha sido el que ha cambiado la oscuridad y ha hecho huir de dentro de aquellas nubes las tinieblas, las sombras negras y las ha transformado en blancas y refulgentes nubes? El sol, que invistiéndolas con su luz les ha hecho perder la oscuridad y las ha transformado en nubes de luz. Así que son nubes, pero ya no nubes que dan tinieblas y oscurecen la tierra, sino nubes que dan luz, y mientras que antes que las invistiera el sol parecían que hacían afrenta con su oscuridad quitándole lo bello de su azul, ahora le hacen honor y le forman un bello ornamento. Ahora hija mía, las penas, las mortificaciones, mis privaciones, las circunstancias dolorosas, son como nubes para el alma, que dan tinieblas, pero si el alma hace correr todo en mi Voluntad, Ésta, más que sol las inviste y las convierte en refulgentes nubes de luz, de modo que forman el más bello ornamento en el cielo del alma. En mi Voluntad todas las cosas pierden la parte oscura que oprime y parece que hace afrenta a la pobre criatura, y todo sirve para darle luz y adornarla con refulgente belleza; y Yo voy repitiendo a todo el Cielo: Miren cuán bella es la hija de mi Voluntad, adornada por estas nubes blancas y fúlgidas; ella se nutre de luz y mi Querer, invistiéndola con su Luz, la convierte en esplendorosa luz." (Vol. 21. 12 de abril 1927).
La creación, primer medio de ayuda para formar la vida de la divina voluntad en nosotros; segundo medio, dios directamente; tercer medio, las circunstancias de la vida.

"Continúo nadando en el mar inmenso del Querer Divino, y pensaba entre mí: "¿Pero cómo puede la criatura formar esta Vida del Fiat en ella? Yo me siento tan pequeña que me parece imposible, tal vez vivir dentro de Ella es más fácil, porque encuentro tanto espacio que no puedo ver hasta dónde llegan los confines, pero encerrarla dentro de mí, siento que me falta el espacio para hacer esto." Y mi siempre amable Jesús, con su acostumbrada Bondad me ha dicho:"Hija mía, tú debes saber que nuestra Potencia es tanta, que tomamos deleite en formar nuestra Vida en la pequeñez de la criatura siempre y cuando no esté obstruida por otras cosas que no nos pertenezcan, es más, muchas veces obramos sobre la pura nada las cosas más grandes; y como es Voluntad nuestra que forme y posea en su alma esta Vida de nuestro Querer, todo lo que hemos creado y que existe en el cielo y en la tierra, tienen el mandato de Nosotros, que todas deben ayudar y servir a la criatura como medios para formar y hacer crecer esta Vida en ella.
1.- Así que la primera que se presta a comunicar y a hacer sentir la Potencia, el Amor de nuestra Voluntad, es toda la Creación; ella tiene la virtud dada por Nosotros, de que mientras hace crecer, alimenta, ayuda y sostiene la vida natural, penetrando en el interior del alma a través de los actos humanos, penetra en el alma y hace doble oficio, y si encuentra la pequeña Vida de mi Voluntad, mi misma Voluntad que se encuentra en las cosas creadas besa a mi Voluntad que encuentra en ella, la plasma, le da el aliento, ensancha la capacidad, y encontrando su pequeño paraíso se reposa y suministra las ayudas, los medios que contiene aquella cosa creada para hacer que nada le falte para hacer crecer y mantener la Vida de mi Voluntad en la criatura. El cielo está siempre distendido sobre su cabeza para hacerle guardia, a fin de que nada entre en ella que no sea Voluntad de Dios; el sol se acerca de más, y desahogando más en amor hace sentir su calor, le llena el ojo de luz, le inviste las manos, los pasos, y adentrándose en el alma la llena del amor, de la luz, de la fecundidad de la cual está llena por mi Voluntad, y deja el depósito de su calor, de su luz, a fin de que no viva más que de amor y de luz, cosas que pertenecen a mi Voluntad, y este sol haciendo su curso forma la bella floración, la variedad de los colores y todo lo demás por amor de quien posee mi Voluntad. Se puede decir que cada vez que el sol inviste a la criatura, mi Voluntad visita a la criatura para ver si quiere alguna cosa, si no le falta nada para hacer crecer su Vida en ella; ¿qué cosa no he hecho y no haría para lograr el intento de formar esta Vida de mi Fiat en la criatura? Por eso, el aire mientras sirve para dar el respiro al cuerpo, sirve para dar el respiro de mi Voluntad al alma; el viento mientras sirve para purificar el aire a la naturaleza, sirve para dar las caricias, los besos, el imperio de mi Voluntad a mi Vida que ella posee. Así que no hay cosa creada, que saliendo de dentro de ella mi Querer, no corra dentro del interior del alma para ayuda, defensa, y para hacerla crecer como Yo la quiero. Pero esto no es todo, mi Voluntad en las cosas creadas va velada para formar esta su Vida en ellos, pero cuántos no la reciben y queda reprimida en sus velos, sin poder dar los bienes que posee.
2.- Ahora, está el segundo modo, más espléndido, más ostentoso de amor; es tanto el Amor que nos consume, el deseo de querer que la criatura posea nuestra Voluntad como vida, que cada acto, pensamiento, palabra, latido, obra y paso que ella hace, es una emanación divina que le hacemos, nuestro Ser Divino corre en cada acto suyo para darle de lo nuestro, lo circundamos, lo vivificamos para hacerlo renacer en nuestra Voluntad, podemos decir que nos ponemos Nosotros mismos a su disposición para formar esta Vida, ¿pero sabes por qué es tanto nuestro interés? Porque queremos que nuestra Voluntad forme la bella generación de la Voluntad Divina en la voluntad de la criatura, y entonces tendremos tantas Vidas nuestras que nos aman, que nos glorifican. Cómo será bella la Creación, todo será nuestro, dondequiera encontraremos nuestro trono, nuestra Vida palpitante.
3.- Después está el tercer modo, las circunstancias de la vida, las ocasiones, el orden de mi providencia en torno a cada uno, las mortificaciones, los dolores, todos son medios para hacer crecer y desarrollar en modo admirable esta Vida de mi Voluntad en ellos, por lo tanto, no hay cosa en la cual Ella no prepare su primer acto de vida para dar a las criaturas; ¡oh! si todos pusieran atención, cómo se sentirían felices, seguros bajo la lluvia de un Querer tan Santo, que los ama tanto, que llega al exceso de querer formar su Vida en la pobre criatura."(Vol. 34. 6 de marzo 1937).

¿Sabes tú quién cambia las penas y lágrimas de Jesús en alegrías, en contentos? Quien vive en Su Divina Voluntad.
"Hija mía, cuanto más sufre uno más siente la necesidad de ser amado. El que más ha sufrido soy Yo, por eso mis penas, mi sangre derramada, mis lágrimas, se cambian en voces amorosas, suplicantes, porque quiero ser amado por quien amé tanto, por quien me hizo penar y llorar tanto. Quien me ama me da el más dulce refrigerio a mis penas, me enjuga las lágrimas y mi sangre se convierte para ella en un baño de amor. ¿Pero sabes tú quién cambia mis penas, mis lágrimas en alegrías, en contentos? Quien vive en mi Divina Voluntad, porque en ella encuentro el amor que me ama siempre, el cual es sostén de mis penas, mi refrigerio continuo, y me siento como un Rey victorioso, que si bien herido, he vencido con las armas de mis penas y de mi Amor la voluntad de la criatura. ¡Oh!, cómo me siento feliz al sentirme amado y hacer vida junto a aquél por quien he sostenido una tan dolorosa y sangrienta batalla. Mucho más que todo lo creé para ser amado, y si me falta el amor no sé qué hacer con la criatura, porque no encuentro lo que Yo quiero. A lo más puede haber diversidad de amor, puede haber amor de reparación, amor de compasión, amor de imitación, pero siempre amor quiero; si no encuentro el amor no son cosas para Mí, y como el amor es hijo de mi Voluntad, si encuentro al hijo encuentro a la Madre, por lo tanto encuentro todo lo que a Mí pertenece, por eso me reposo y me felicito en ella, y ella se felicita y se reposa en Mí, y nos amamos con un solo amor."(Vol. 36. 15 de mayo 1938).
EJERCICIO CONTINUADO: Los tres pasos básicos para Orar y Vivir en la Divina Voluntad:
1. Reconocer mi "nada" y esta "nada" con el sufrir llega a ser "Todo", pero este sufrir debe ser "querido por Dios", entonces, el alma impera sobre todas las cosas.
2. Fundirnos con Jesus en la Cruz: Mis manos en sus manos, mis pies en sus pies, y asi de todo lo demás.
3. Difundirnos en Jesus: En Jesus abrir nuestros brazos en la Cruz para contener a toda la humanidad, y en nombre de cada uno y de todos:
Reparar,
Impetrar y
Proteger a la humanidad.
Por ejemplo: "Te ofrezco tus llagas, tu sangre, el uso santísimo de tus santísimos sentidos que hiciste en el curso de tu Vida mortal, para repararte las ofensas y el mal uso de los sentidos que hacen las criaturas."
Otro ejemplo: Reparar a la Divina Justicia, y evitar a los hombres tantos castigos que cada vez más merecían.

Preparado para la reunión del 28 de febrero de 2016.
Grupo La Reina del Cielo - Como Orar y Vivir en la Divina Voluntad. - "El que quiera venir en pos de mi…" 1ra. Parte: La Cruz.

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