La crónica de la insurrección de Santo Domingo en las páginas de \"La América\" (1863). Revista Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Año 1, No. 1, septiembre-diciembre 2010, pp. 98-106.

Share Embed


Descripción

Textos

Año 1 Número 1 septiembre-diciembre 2010

PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA MAESTRO DE AMÉRICA

LA PERSPECTIVA NIETZSCHEANA DE LA CIENCIA Importancia, peculiaridades y perspectivas de la investigación en psicología

Director/editor Gerardo Castillo Javier

Diseño gráfico Edmundo Castillo Javier Ilustraciones Edmundo Castillo Javier Colaboradores

Carmen Cot Luis Fco. Lizardo Lasocé José Elías Muñoz Yonni Muñoz Pineda Orlando Muñoz Pablo Reyes Ramón Antonio Jiménez José G. Guerrero Rafael Peralta Romero Leonardo Díaz Basilio Belliard Plinio Chahín Julio Cuevas Carlos B. Ruiz-Matuk Juan de la Cruz Ramón Pérez Carolina Familia María R. de la Cruz Noris de la Cruz Alejandro Peguero Juan A. Rosario Mena Victor Saldaña Luis Alfonso Escolano Giménez Miguel Antonio Jiménez Dantes Ortiz Núñez

Contenido 3

Editorial

5

Pedro Henríquez Ure ña: ma estro de América

17

Literatura infa n t il : arte y creación

20

La pe rspectiva Nietzscheana de la ciencia

28

El posmode rnismo deconstruccionista y sus posible s tra mpas

31

País inverosímil: antolog ía del cue nto dominicano

35

La lectura un a cto de creación

38

Mitos y ritmicidad en la lite ra tura de habla hispana del Caribe

44

Importancia, p e culi a r id a d e s y perspectiva s de la inv e s t i g a ci ó n en psicología

48

La fil o s of í a d e l a cul t u ra de Pe dro Henríquez Ureña

56

La noción del huma nismo en H ans-Georg G ada me r

61

M u ta bilid a d e inm u ta bilid a d d e l s e r p re s o crá t i co

66

A n t i - v a l o re s d e l t r uj ill a to

69

Psicología de la comunicación huma na

71

La Antropología filosófica: reflexiones sobre la bidime ncionalidad en la na turaleza del hombre.

84

Lengua y política: un muro comprometido

95

Ciudad de mis ruina s de Nan Chevalier: la economia de la culpa

98

La crónica de la insurre cción de Santo Domingo en la s páginas de las Américas (1863)

107

La importancia de la lectura en la formación íntegra del educando

111

¿Re alismo má gico en la narrativa de Jua n Bosch?

119

Privatización y pre supuesto unive rsitario

124

Recital

Editorial La moral no se funda más que en el reconocimiento

del deber por la razón; y la virtud no es más ni menos que el cumplimiento de un deber en cada uno de los conflictos que sobrevienen de continuo entre la razón y los instintos. Eugenio María de Hostos

Ante todo, mi mayor expresión de gratitud a los maestros y a las maestras que permitieron la configuración de este primer número. Y a mi hermano Edmundo Castillo, quien realizó el diseño y la diagramación de manera gratuita.

Hace aproximadamente seis años, el profesor José Guerrero me pidió que le ayudase con la revista que debía publicar la Facultad de Humanidades. Para entonces, él era Vicedecano de la Facultad y había asumido la responsabilidad de que la revista saliese a la luz con cierta periodicidad. Desde hace aproximadamente tres años el maestro José Guerrero tiene otras responsabilidades, más afines a su espíritu de investigador. Y desde entonces, la otrora revista de la Facultad dejó de circular. Si miramos a nuestro alrededor constataremos que el proceso de entropía que parece nos arropara no se limita a la desaparición de una revista. En dirección opuesta al referido proceso de entropía aparece la revista Textos, primera revista virtual que se publica desde la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con el fin de convertirse en un espacio plural y horizontal en el que los docentes puedan publicar sus trabajos de investigación y sus opiniones.

Y circulará de manera gratuita por lo que pretende ser para lectores y escritores, porque si como plantea el profesor Plinio Chahín en su breve ensayo «La lectura, un acto de creación», leer es uno de los pocos espacios que nos quedan para el ejercicio de la libertad en una cultura que subvierte de forma permanente la posibilidad del pleno desarrollo del espíritu, escribir entonces se constituye en acto heroico, puesto que quien escribe ofrece a quien lee la inalienable posibilidad de realizarse, de constatarse en ese otro yo en que deviene el sujeto de la escritura.

El enfoque que hace Chahín en su trabajo posibilita la reedición desde otro ángulo del porqué se fortalece la cultura de lo intrascendente, lo chabacano y lo meramente accesorio. Y recuerda, cómo olvidarlo, la dolorosa insistencia con que Andrés L. Mateo denuncia que en nuestro país, el ejercicio del poder no necesita legitimarse a través de la cultura, aunque pretende convencernos, con los gestos grandilocuentes de lo que quienes lo ostentan llaman modernidad, de que el parecer posee una ineluctable primacía sobre el ser. En el discurso que pronunció ante la primera promoción de la Escuela Normal, con la singular lucidez que le caracterizó, Eugenio María de Hostos redujo la aureola de divinidad que pende sobre las personas virtuosas y dejó claro que moral y virtud son el resultado de una

determinación racional por cumplir con lo que sabemos que es nuestro deber. Y agregó: Estamos para ser hombres propios, dueños de nosotros mismos, y no hombres prestados; hombres útiles en todas las actividades de nuestro ser (…). Estamos para pensar, no para expresar; para velar, no para soñar; para conocer, no para cantar; para observar, no para imaginar; para experimentar, no para inducir por condiciones subjetivas la realidad objetiva del mundo.

La actualidad de las ideas del gran maestro antillano debe dejar en nosotros la impronta de su apostolado y explica, en cierta medida, la naturaleza de la revista que hoy ve la luz, porque como señala Chahín, nuestro más grande imperativo es liberarnos de todo cuanto impida nuestra realización espiritual. Gerardo Castillo Javier Octubre de 2010

PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA: MAESTRO DE AMÉRICA José G. Guerrero Escuela de Historia y Antropología

Tuve la impresión de que él había leído Fue crítico, literato, filósofo, lingüista y, todo, que sabía todo…era un museo de sobre todo, maestro de América. Participó en la creación de instituciones culturales y eduliteraturas» Jorge Luis Borges. cativas, incluyendo la Facultad de Filosofía Pedro Henríquez Ureña fue el más grande humanista de la República Dominicana. y Letras, antecedente de la actual Facultad Nació en Santo Domingo de Humanidades de la Universidad Autóel 29 de junio del noma de Santo Domingo, cuyo edificio lleva 1884 y murió en su nombre desde 1946. Sus libros tienen el Argentina el reposado acento de la cátedra, aunque sus 11 de mayo agotadoras obligaciones editoriales y docende 1946: Su tes no le permitieron producir la obra literamuerte fue ria ansiada (Rodríguez Demorizi 1984:14, considerada Troncoso 1946:20).

«

El contexto en que nació no está separado de su destino intelectual. Era hijo de Francisco Henríquez y Carvajal y de Salomé Ureña; hermano de Max y Camila y sobrino de Federico Henríquez y Carvajal, colaboradores activos de la Escuela Normal, la primera escuela moderna fundada por Eugenio María de Hostos, padre de la educación dominicana. Nació en la segunda casa que ocupó el Instituto de Señoritas de Salomé Ureña, en la calle Duarte esquina Luperón. En aquel entonces se vislumbraba como Presidente de la República el político y literato Francisco Gregorio Billini, quien poco tiempo después de asumir el cargo renunció por presiones de Ulises Heureaux. La política como instrumento de interés particular clientelista y no de la sociedad constituye un factor del subdesarrollo cultural diagnosticado por

histórica, sentida en toda A m é r i c a (Troncoso 1946:17). Sus restos reposan desde 1981 en el Panteón Nacional al lado de su madre Salomé Ureña.

5

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña Pedro Henríquez Ureña en 1928. A los tres años de edad preguntó a su madre sobre el significado de la palabra Patria, y a los seis aquella intuyó que su hijo no sería militar ni político, sino pensador o escritor. Menéndez y Pelayo advirtió una educación intelectual desde la infancia y, para Chacón y Calvo, fue en su hogar de intelectuales donde adquirió su tradición literaria. No fue un aborto intelectual ni un fenómeno cultural inexplicable. Para Andrés L. Mateo (2002), Santo Domingo y su ambiente familiar constituyen la clave de su desarrollo cultural sin parangón.

conferencia en la Universidad de Santo Domingo, en la ciudad colonial, que constituyó el primer paso para el restablecimiento de la Facultad de Filosofía y Letras. En 1913 había elaborado su programa con asignaturas y profesores. Los ejes transversales eran la historia universal y dominicana, historia de la lengua y de las literaturas antiguas y modernas; filología, geografía, filosofía, estética, ciencia y educación. Los profesores eran la crema y nata de la cosecha hostosiana: Manuel Machado, Tulio Certero, Federico Henríquez Carvajal, Andrés Montolío, Casimiro de Moya, Arturo Grullón, Arístides Fiallo Cabral, José Lamarche y Félix Evaristo Mejía. También en México fue precursor de facultades humanísticas y estudios científicos. Según Vicente Lombardo Toledano, a él se le debe la idea de la creación de la Escuela de Altos Estudios en 1910 que más tarde se convirtió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, hoy UNAM (Henríquez, S. 1993:47).

Henríquez Ureña realizó estudios secundarios durante el gobierno de Heureaux y tenía 15 años cuando éste fue ajusticiado en 1899. En 1901 recibió el grado de bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto Profesional de Santo Domingo y en ese mismo año salió con su padre hacia Nueva York donde perfeccionó el inglés. En 1905 publicó en Cuba su primer libro titulado Ensayos críticos. Para Américo Lugo, este libro lo convirtió, con apenas 21 años, en el más notable crítico dominicano (Rodríguez Demorizi 1984: 9). Vivió en México desde 1906, donde en 1914 se licenció en Derecho. En 1918-1919 obtuvo una maestría en Artes y un doctorado en Literatura en la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.

En la biografía del maestro escrita por Sonia Henríquez, la menor de sus hijas, se muestra cómo la vitalidad de su vida y de su obra es la clave de su originalidad y universalidad (1993). El impacto causado por su persona no era menor que el de su obra. ¿No afirmó Borges, uno de los autores más versado en la literatura universal, que Pedro Henríquez Ureña era la persona más cultivada, maestro de América, un museo de literaturas, que detrás y en torno a las ideas había un hombre y su realidad, el inmediato magisterio de una presencia? (1959, en Henríquez 2001:IX-X).

Vida y obra En Pedro Henríquez Ureña no se sabe qué tuvo mayor peso si la vida o la obra. Cultivó su obra al precio de vivir en una especie de exilio -1905-1931 y 1933 hasta su muerte-, que lo convirtió en «materia errante”»(Krause 2000:31, Mateo 2002:22). Los viajes son madre del conocimiento y escuela del desarrollo intelectual. Américo Lugo comparaba al autor con nuestra catedral: único, local y universal. En su última estancia en el país fue Superintendente de Enseñanza y miembro de la Academia Dominicana de la Historia. En 1932 dictó una

Pero, no todo era estudio e intelecto. Compartió su vida con los afanes de la sobrevivencia, el trabajo, los viajes y hasta la bohemia. La identidad intelectual la alcanzó, según Laura Febres, en México en 1907, cuando él mismo afirma: «es cierto que en el último año me he sentido definir interior6

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña

Pedro Henríquez Ureña

mente y que este proceso se ha acelerado grandemente desde la entrada del nuevo año» (2003:1). En carta a Leonor Feltz dijo: «Mi vida es otra. La adolescencia exclusiva en el culto de lo intelectual desapareció para dejar paso a la juventud trabajosa. Antes, todas las horas de estudio, ahora sólo los días alcióneos» (2001:51). Algo o mucho quedó en su obra de aquella bohemia feroz que según Alfonso Reyes padecía desde 1907. En el otoño de 1940, Pedro Henríquez Ureña fue invitado por la Universidad de Harvard a dictar varias conferencias tituladas Plenitud de España, recogidas luego en el volumen Literary currents in Hispanic America en 1945. Fue la primera persona de habla no inglesa en ocupar la cátedra Charles Eliot Norton en esa universidad (Krause 2000:60). Allí se encontró con el entonces estudiante cubano José Rodríguez Feo, quien en 1973 hizo el prólogo y la selección de textos de la edición cubana de los ensayos del maestro. Después de conversar con algunos estudiantes y amigos, don Pedro le tomó del brazo y le pidió ir a un lugar tranquilo para conversar. Fueron a una taberna donde estudiantes

cantaban alegremente: «A Pedro no le pareció un lugar tranquilo, pero dijo sonriendo que le agradaba estar entre gente joven» (1990:VII-VIII).

Pedro Henríquez Ureña estudió temas y obras de grandes pensadores del arte, la literatura, la ciencia y la filosofía. Era un curioso observador de todo lo humano por más humilde que fuese. Según Pedro Troncoso Sánchez, cualquier situación de la vida diaria le arrancaba meditaciones filosóficas, psicológicas, antropológicas y sociológicas; como investigador inquieto buscaba la explicación última de las cosas (1946:20). Teoría y método ¿Cuál es el secreto de la permanente actualidad de su obra? La variedad temática, pero sobre todo, el rigor del método y la teoría de su crítica. Su método implica una síntesis de investigación y exposición. Según Andrés Avelino, el autor mostró capacidad de síntesis, dominio del mundo de los valores, intuición filosófica y conocimiento de las corrientes filosóficas (1946:89-90). Para Rodríguez Feo, el rigor

7

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña adjetivo ocioso (1946:132). A la crítica le otorgó dos funciones: objetividad y originalidad. El ensayo, género híbrido entre la ciencia y la literatura, fue su medio de expresión y su caldo de cultivo intelectual.

En cuanto a la teoría, en realidad, no tenía una específica. Se nutría del amplio campo de las humanidades y no descartaba literatura, filosofía, música, matemáticas, metafísica ni religión. Bien lo dice Luis Abellán: «no adhirió a ninguna escuela en particular y permaneció siempre abierto al fluir del pensamiento que se interrogaba al compás de los tiempos nuevos» (1998:546). Era un pensador de encrucijadas que trazaba puentes entre abismos conceptuales: lo singular y lo universal, ciencia y literatura, positivismo y pragmatismo, hostosianismo y antipositivismo, cultura elitista y cultura popular. Avelino advirtió en su crítica literaria una actitud filosófica permanente. Pero tampoco era un filósofo propiamente dicho o tradicional, sino más bien un investigador de lo problemático que se confecciona su propia indumentaria teórica (1946). He aquí otra clave de su permanente actualidad. Más que desarrollar contenidos o temas, buscaba probar un método y crear nuevas perspectivas. La impresionante diversidad temática de su obra produjo en Juan Isidro Jimenes Grullón la sensación de dispersión y anarquía. No obstante, este autor le reconoció que «una notable organización lo llevó a sistematizar cuanto tocaba» (1969:11). La obra no es temática, sino metódica. Por eso era capaz de de crear síntesis de conceptos antinómicos como, por ejemplo, positivismo e idealismo, cultura nacional y cultura universal.

Pedro Henríquez Ureña

de su método enseñaba el arte y la ciencia de la lectura: «Me hizo comprender que la lectura es un arte que requiere paciencia y dedicación, el único vicio justificado en el hombre» (1990: X). Era tan riguroso que no daba una línea a la imprenta sin estar absolutamente seguro de la exactitud de sus datos. Así su obra crítica mereció respeto desde el inicio. Para Borges, con su método indirecto, abreviado y ejemplar enseñaba una manera de tratar las cosas, un estilo genérico para enfrentar el incesante y variado universo. Su erudición ilimitada era un medio, no un fin (en Henríquez 2001:VII; Henríquez, S. 1993:113). Según Flérida de Nolasco, decía mucho en pocas palabras, Positivismo e idealismo condensaba el pensamiento sin hacerse os- Pedro Henríquez Ureña publicó en México curo y evitaba el vocablo presuntuoso y el su segunda obra titulada Horas de Estudio 8

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña (1910) en la que trató temas de filosofía y literatura con un sentido crítico. Este libro impactó la vida intelectual en tres direcciones: introdujo nuevas corrientes filosóficas opuestas al positivismo, renovó el gusto literario y reintrodujo las humanidades en el currículo académico (Krause 2000:16). Colocó en la balanza de su crítica objetiva e implacable –la crítica crítica- siete conferencias dictadas por Alfonso Caso en la rancia escuela positivista, tres dedicadas a Augusto Comte y cuatro a John Stuart Mill, Herbert Spencer y otros autores. Quebró ligaduras donde se percibían caminos evidentes. Es un cínico-escéptico al estilo de Diógenes de Sinope y de Pirrón de Elis o un cartesiano radical de la duda metódica que cuestiona lo que la gente considera obvio. En la relación entre positivismo, pragmatismo y pluralismo examinó sus contradicciones y coincidencias, sus límites y alcances. Juzgó la época y las ideas dominantes en las instituciones escolares, pero también su propio pensamiento y subjetividad. Tomó distancia y se contempló en su propio espejo. ¿No llama a Alfonso Caso «joven», de 25 años, cuando él tenía en 1909 exactamente esa misma edad? ¿No era su propio dilema cuando le advirtió estar en una situación de cambio, seguir nuevos métodos y rumbos o detenerse y dejarse vencer por la inercia? (2001:71).

mento dogmático difícil de tocar» y la culminación de la filosofía moderna. Así, la posición de Comte en la historia de la filosofía resultó invertida: lo que es simple derivación y ramificación, apareció como punto máximo de un desarrollo y como renovación crítica (2001:53,63, 64).

El problema no era la defensa de Comte. Pedro Henríquez Ureña le reconoció a éste como genial vulgarizador, demócrata de la razón y precursor de los métodos científicos y de la reforma curricular de la educación moderna. Sin embargo, no era un filósofo que ameritara adhesiones ciegas. Fue más sociólogo que filósofo y le interesaba más la organización de la sociedad que la filosofía. Comte fue crítico de la metafísica, pero sólo de su versión escolástica; no la descartó por completo o, por lo menos, la colocó frente a doctrinas adversas de manera ambigua. Sintetizó lo práctico, lo concreto, lo particular, lo múltiple y lo plural. Utilidad y realidad son dos conceptos que resumen el positivismo. Comte postula con el criticismo la limitación del espíritu humano, incapaz de conocer las causas primeras y finales. Le basta, según Hoffiding, que el conocimiento sirva para orientar la práctica. No aporta criterio de la verdad y el método no se aprende sino en la práctica. Sin embargo, desdeña el sujeto, suprime la psicología y la conciencia Hacia las dos primeras décadas del siglo XX, no ocupa lugar alguno en su sistema. He aquí el positivismo era doctrina de escaso interés el meollo de la crítica de Henríquez Ureña a en Europa, pero no en América. A pesar de Alfonso Caso: el positivismo de Comte es todos sus aportes educativos, en México se dogmatismo sin crítica y un dogmatismo asociaba al pensamiento conservador y a la científico que tolera la libertad de la fe tan dictadura de Porfirio Díaz. Antonio Caso ex- escasamente como la toleraba la teología en puso un juicio superior al de los sectarios po- la Edad Media (2001:58-59). Peor aún: el sitivistas y sus enemigos católicos, pero su positivismo a ultranza se fundamenta en la crítica fue parcial y sin novedad. Don Pedro metafísica idealista que tanto critica. le criticó cierto afán contemporizador por- Descartado el positivismo comtiano por su que, aún conociendo las limitaciones de dogmatismo unilateral, Pedro Henríquez Comte, prefirió obviarlas y ceñirse a la ru- Ureña señaló aciertos a Antonio Caso tina de ver al positivismo como «monu- cuando trató el positivismo independiente. 9

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña efectiva de la existencia que es la intuición directa o interna. Si bien Comte era más pragmático que Mill, no fue de aquel que William James tomó el pragmatismo. Mill colocó el conocimiento en el contexto del escepticismo y suscitó en James la necesidad de justificar el conocimiento dándole valor de acción y no de realidad. La conclusión paradójica de Henríquez Ureña es que el pragMientras el positivismo realista de Comte se matismo es hijo del idealismo crítico, no del hacía menos crítico y lo sustentaba una mul- positivismo (2001:66-68). Es preciso recortitud intolerante ávida de filosofía práctica, dar que la obra de James, publicada en 1907, el positivismo idealista de Mill y Kant se ex- la dedicó a John Stuart Mill. tendía sin cesar. El positivismo científico se Ahora bien: se puede mal que bien aceptar ancló definitivamente en el criterio idealista la vinculación entre pragmatismo e ideao conceptual. Partiendo de que «todo lo que lismo, pero ¿Qué relación tiene el pragmaconocemos de los objetos son las sensacio- tismo con Federico Nietzsche si William nes que nos dan y el orden en que ocurren», James, el gran educador norteamericano, no Mill se aferró a la indemostrabilidad del fue seguidor de éste? Ninguna. Lo que los mundo exterior o a la única demostración une es la forma aforística como Nietzsche escribió su filosofía que permite múltiples y ambiguas interpretaciones, así como el mundo en crisis de los siglos XIX y comienzos del XX. Para don Pedro, la filosofía de la contingencia de Mill posibilita nuevos comienzos y procesos. La concepción del universo como esencia irracional, discordante o contingente en su manifestación, insinuada por Kant, Nietzsche y Boutroux, descubrió en la realidad elementos de discontinuidad, inexplicable para la razón y rebelde al rígido dogma de la ley. Cada hecho irreductible supone una contingencia. Aunque es una tesis opuesta al positivismo, Pedro Henríquez Ureña consideró que esta concepción tenía parentesco, aunque con contradicciones, con la idea de las discontinuidades de Comte (2001:69). Lo que había construido quedó socavado en sus cimientos. Si el positivismo tiene algo de vitalidad es gracias a los aportes de John Stuart Mill, un autor al parecer en las antípodas del positivismo por su idealismo kantiano. El criterio del positivismo es el experiencialismo, con el cual Mill estudia el problema del conocimiento desde el punto de vista lógico (2001:64).

Pedro Henríquez Ureña

Don Pedro desdeñó el positivismo, pero no el pragmatismo. Este surgió como respuesta ante el complejo y confuso panorama filosófico de su época. El pragmatismo, considerado despectivamente como una escuela norteamericana anti-intelectualista, pero al

10

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña mismo tiempo humanista y pluralista, constituye una nueva forma de plantear los problemas filosóficos. Aunque, según James, existía en muchas filosofías anteriores, tocó a Nietzsche agitar el nuevo movimiento al criticar el intelectualismo y el positivismo y declarar la guerra a los clásicos valores intelectuales y morales (2001:73).

La posibilidad de múltiples interpretaciones de la realidad es el principio pragmático y nietzscheano que sedujo a Pedro Henríquez Ureña. El método pragmático evita disputas metafísicas e interpreta conceptos y nociones señalando sus consecuencias prácticas. Charles S. Pierce, precursor de la semiótica, había planteado desde 1878 que las creencias son reglas de acción y que una idea se conoce por la conducta que produce. Dicho método reemplaza los viejos métodos intelectualistas, escolásticos o bizantinos. El ser humano vive una condición pragmática como lo planteó el sofista Protágoras: el hombre es la medida de todo. Las teorías son instrumentos, no respuestas a enigmas. La ciencia es una lengua bien hecha, un método que busca control y consecuencias (2001:74).

A pesar de la aversión del pragmatismo por la teoría, Pedro Henríquez Ureña advirtió que no es sólo un método, sino también una teoría alternativa de la verdad. Para un intelectualista o un dogmático, la verdad es una relación estática inerte. El pragmático al preguntarse si una idea es verdadera la confronta con la realidad. No es un valor absoluto, fijo e invariable, sino que implica verificación. No es un fin, sino un medio que lleva a otros fines. En torno a la realidad se enuncian explicaciones y cada una contiene elementos de verdad. El pluralismo del conocimiento, según Nietzsche, no excluye el error o la falsedad. Para W. James la verdad puede ser ambigua, y para Nietzsche la lógica es ilógica al considerar que cosas pare-

cidas son iguales, sin que exista una cosa igual a otra. La conclusión nietzscheana de que el mundo es susceptible de infinitas interpretaciones, ubicada en una perspectiva pragmática y en las antípodas del positivismo, constituye un criterio básico con el cual Pedro Henríquez Ureña Pedro Henríquez Ureña construye su obra crítica (2001:75-78). El análisis de las conferencias de Caso le permitieron a don Pedro definir su concepto de crítica: homenaje que no corta las alas al libre examen (2001:63). Le reconoció al autor –quizás refiriéndose a sí mismo- la virtud de afrontar los problemas con criterio independiente al declararse intelectualista, metafísico e idealista en cuanto al problema del conocimiento ante la inminente invasión del pragmatismo y tendencias afines. Fue valiente al defender los derechos de la metafísica –y de la libertad filosófica y el pluralismo de las ideas- en los muros de la vieja escuela positivista (2001:71-72). Pedro Henríquez Ureña, según Andrés Avelino se opuso al positivismo y a todo movimiento que pretendía reducir la filosofía a la ciencia y limitar el conocimiento a los datos sensibles. De esta manera se adelantó a la época armado de las mejores dialécticas. Incluso, no tuvo reparos en reivindicar a la metafísica como antídoto ante el cientificismo que atenta contra la creatividad y la ontología pluralista. Para Avelino, fue platónico en tres formas: en el rechazo del positivismo, la devoción profunda de la cultura griega y en los valores que incluye religión, estética, así

11

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña como en reconocer que lo verdadero y lo falso es parte en todo conocimiento (1946:91-111). Al defender valores sustentados consciente y subjetivamente, criticó la pretensión de la cultura moderna de erradicar las humanidades. Desechó todo pensamiento formado por una sola corriente filosófica y toda filosofía autosuficiente. Eso sí, sabía que no puede ser crítico sin filosofar o sin una cultura filosófica. De ahí la profundidad y justeza de sus admirables ensayos críticos. Analizó la literatura en el marco conceptual de la filosofía y la historia (Avelino 1946:94,110). En carta dirigida a Federico García Godoy a propósito de Rufinito, novela histórica publicada en 1908, sustentó una tesis fundamental sobre la complejidad de la historia dominicana. Autores que analizan nuestra historia en una perspectiva estática consideran que la dominicanidad surgió a partir del siglo XVII. Pedro Henríquez Ureña propuso un proceso tripartito que se inicia en 1821 con la Independencia Efímera, se consolida el 27 de Febrero de 1844 y se completa después del 1873 cuando se realiza el “proceso de intelección de la idea nacional”. Esta sola tesis permite repensar críticamente la historia dominicana desde Pedro Henríquez Ureña en Santo Domingo con el objetivo de educar sus inicios hasta la actualidad. Aunque fue el positivista Eugenio María de a los maestros y al pueblo. Su sistema enconHostos (1839-1903) el pensador que más in- tró oposición en los representantes de la anfluyó en la obra de Pedro Henríquez Ureña, tigua cultura, pero sobre todo, del poder éste no dejó de criticar su cientificismo ex- político y social, entre el que se incluye la tremo y la erradicación de la poesía del cu- Iglesia. En 1955, el dictador Trujillo enterró rrículo educativa, tal como lo hizo Platón en los ideales y cimientos del sistema educativo La República. Consideró a Hostos como uno hostosiano, mientras en 1985 los restos del de los espíritus originales y profundos de su maestro fueron depositados en el Panteón tiempo, siendo el primer autor en colocarlo Nacional sin la presencia de ningún dignataen un pedestal universal como ejemplo del rio de la Iglesia Católica (De la Rosa superhombre de Nietzsche. De él tomo su 2006:19; Guerrero 2007:47). pasión por la verdad y la justicia, por la ciencia, la filosofía, el arte y la literatura. Hostos luchó por la independencia de Cuba y Puerto Rico y creó el sistema normal de enseñanza

Pedro Henríquez Ureña y Eugenio María Hostos recorren caminos convergentes. Hostos se marchó a Chile (1889-1898) donde fue declarado hijo adoptivo por sus aportes a la

12

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña

Pedro Henríquez Ureña y Emilio Rodríguez Demorizi en Harvard, 1941.

reforma educativa con la modernización de los planes de estudio y métodos de enseñanza. En el Perú protegió a los inmigrantes chinos y en Chile el derecho de las mujeres a la educación universitaria. En Argentina apoyó el ferrocarril Trasandino por lo que la primera locomotora que cruzó los Andes se llamó Hostos. Volvió a Santo Domingo en 1900 y en 1903, en medio de la anarquía política y sus discípulos enfrentados, murió de una extraña enfermedad diagnosticada por Henríquez Ureña como asfixia moral. ¿No fue por la misma causa por la que don Pedro abandonó el país para siempre en 1933, acusó al ambiente intelectual dominicano de infecundo y murió fuera de su patria prácticamente olvidado? (Avelino 1946:96). Fue por ética y práctica académica, no por filosofía, que Henríquez Ureña era hostosiano sin ser positivista. Pedro Henríquez Ureña

Cultura nacional y cultura universal La cultura, en su vertiente singular, nacional y universal, fue otra preocupación permanente de Pedro Henríquez Ureña. Se propuso buscar la expresión literaria y cultural de América definiendo las relaciones entre la identidad europea y la americana. El programa a desarrollar era complejo, sin fórmulas simples ni recetas. Ya en su primera obra de 1905 recomendó a la poesía cubana abandonar los modelos españoles, cultivar el modernismo americano, desechar la tradición española exótica, acoger sin temor toda buena enseñanza de donde quiera que viniese y marchar acorde con el progreso artístico del mundo (en Rodríguez F. 1990: 4, 12). Propuso vincular lo universal y lo local, lo que en los actuales términos se llama glocal, una mezcla de global y local. La ocupación militar norteamericana del país (1916-1924) ocurrió mientras realizaba su doctorado en la Universidad de Minnesota y ante una frase insidiosa de un periódico de que prefería vivir en los Estados Unidos en vez de su país intervenido, expresó un juicio que combina universalidad y singularidad: «soy bastante cosmopolita para gustar de todos los países, pero el mío, pobre e infortunado como es, es el mío» (Rodríguez Demorizi 1984:17).

La cultura nacional no puede excluir la cultura universal. Don Pedro observó en los países latinoamericanos respuestas cíclicas excluyentes de uno de los dos aspectos. Ante la cultura singular que demanda la independencia política, cada generación renueva el descontento y la promesa del cambio. Se critica a los europeizantes, imitadores de lo francés o de lo hispánico. El problema de la expresión genuina de cada pueblo está en la esencia de la revolución romántica. Cada pueblo aguza teorías nacionalistas justamente en la medida en que la ciencia y la máquina multiplican las uniformidades del

13

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña mundo. A cada concesión práctica, una rebelión ideal. La expresión genuina descarta una solución dicotómica. Según Pedro Henríquez Ureña: «No hemos renunciado a escribir en español, y nuestro problema de la expresión original y propia comienza ahí. Cada idioma es una cristalización de modos de pensar y de sentir y cuanto en él se escribe se baña en el color de su cristal. Nuestra expresión necesitará doble vigor para imponer su tonalidad sobre el rojo y el gualda» (2001: 136-139).

las artes y las letras no se apagan, tenemos derecho a considerar seguro el porvenir. Lo importante es trabajar para ser universales con carácter propio (2001:148-151; Nolasco 1946:134).

Don Pedro consideró que cada generación debe crear sus propios criterios y valores para enjuiciar la cultura o la literatura. Los norteamericanos y latinoamericanos escriben mal porque los lectores no les exigen que escriban bien. Gustaba de W. Whitman cuando decía que «para que hayan grandes poetas ha de haber grandes auditorios». Para Junot Díaz, actual escritor dominicano con reconocimiento internacional, el problema de la educación y la cultura no reside en los autores o actores ni en las instituciones, sino en la necesidad imperiosa de crear el público o el auditorio. De todas maneras, no existen pensadores sin auditorios públicos críticos. El requisito previo para la expresión genuina es el dominio del lenguaje escrito; profesores y academias no pueden ser policías del idioma, sino investigadores objetivos del habla (Avelino 1946:116). Si bien no se ha podido desmontar el «supuesto andalucismo de América» como él quería, se mantiene vigente considerar las influencias de las Españas, no la exclusivamente andaluza, así como la particularidad del español de América, muy especialmente el de Santo Domingo, el primer centro de americanización de dicha lengua. Según Flérida de Nolasco, escuchaba con agrado, sin la repugnancia congénita de los puristas, el lenguaje coloquial con sus modismos y atrevimientos. Aconsejaba: «si así se dice aquí, lo puedes escribir». Con el lenguaje popular llamado impropio, escribió el Arcipreste su Libro del Buen Amor. Le gustaba la expresión sencilla y desaliñada del pueblo (1946:127-129).

El maestro rechazó de manera radical –en el sentido etimológico de ir a la raíz- toda fórmula exclusivista de indigenismo, criollismo y europeísmo. Todo aislamiento es ilusorio. De hecho América está en la tradición de la Romania, una unidad colectiva de cultura que no afecta la originalidad, sino a la forma, mientras que el carácter original de los pueblos viene de su fondo espiritual, de su energía nativa. No importa la envoltura exterior, el contenido lo define la energía interna. Puso el ejemplo de Japón donde las máquinas y el progreso material no ahogaron la identidad cultural. Cada pueblo se expresa con plenitud dentro de la comunidad universal. El idioma obliga a acendrar la nota expresiva, a buscar el acento inconfundible. El único camino posible, el hilo conductor, es que no hay secreto para lograr la expresión sino el trabajo constante, el esfuerzo en hacerla pura, bajando hasta la raíz de las cosas que queremos decir. Buscar la perfección es la única norma. Por este concepto hay que entender la renovación y revisión constantes. Como decía Borges, no existe el estilo, sino la corrección. Cada obra de arte crea medios propios de expresión aprovechando expresiones anteriores, pero las rehace, porque no es una suma, sino una síntesis, una invención. Una frase del maestro que aún sirve de Para Henríquez Ureña el ideal de cultura y orientación para el desarrollo social, econó- educación es importante, pero no más que el mico, educativo y cultural de país es que si de justicia. Esto es lo que distingue a Pedro 14

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña Henríquez Ureña como humanista de otros educadores y pensadores de América Latina. La justicia social es la antesala del desarrollo social y cultural. Según José Rodríguez Feo, para don Pedro la cultura no es mera abstracción: está íntimamente ligada a nuestras ansias de una sociedad más justa y libre. El ideal de justicia está antes que el ideal de cultura. Prefería un hombre apasionado por la justicia a otro interesado en su propia perfección intelectual. Su trabajo junto a Vasconcelos lo convirtió en precursor de los cambios educativos en el México revolucionario. Decía que mientras en nuestros países sólo se desarrollara la explotación del hombre por el hombre, jamás podrían florecer el arte y la cultura. Tenía animadversión por la literatura que no contribuyera a la educación ética. Ante la influencia de Borges, a quien reconoció genialidad literaria sin igual, recomendó parsimonia y cuidado: «!Es tan caprichoso, tan arbitrario en sus juicios! Con eso ha hecho mucho daño en su generación, a la cual autorizó a ser ignorante, siendo él todo lo contrario. El resultado es que su generación se inutilizó...Borges tiene aberraciones terribles: detesta a Francia y a España; todo lo inglés le parece bien; mucho de lo yanqui; no le gusta Grecia...En literatura, a Borges sólo le interesa el mecanismo…el contenido humano le es indiferente...En resumen: nada humano le atrae. Como idioma…es estupendo; no se equivoca nunca…como estilo, es muy personal; pero es un modelo muy peligroso, porque sólo tiene un tono y no una serie de tonos» (Rodríguez F. 1990:XVIII-XXIII).

valece el espíritu criollo es dueño de preciosos materiales, aunque no estrictamente autóctonos; música traída de Europa o de África, pero impregnada del sabor de las nuevas tierras, y de la nueva vida, que se filtra en el ritmo y dibujo melódico» (en Rodríguez F. 1990:137-138). Esta tesis la reafirmó en su ensayo de 1929 sobre Música Popular de América: «creación autóctona, combinaciones variables de influencias indígenas, España, África» (1979:150). Difícil que en aquella época el maestro pudiera identificar con métodos etnomusicológicos células rítmicas africanas o afroamericanas en la música dominicana. Por eso afirma que «de los ritmos africanos que viven en Cuba que se extienden a Yucatán y Veracruz, sólo con un “tal vez” pueden encontrarse en Santo Domingo» (Nolasco 1946:131). Cuando era Superintendente de Enseñanza entre 1931-1933 realizó una presentación de música folklórica en el Parque Colón como prueba de la riqueza cultural del país. El antihaitianismo no es un prejuicio presente en la obra de Pedro Henríquez Ureña, a diferencia de lo que ocurre en la intelectualidad que se desarrolló bajo la dictadura de Trujillo, quizá por vivir fuera del país y por haber conocido en varias ocasiones a Cabo Haitiano, Haití, junto con su padre. De todas maneras, en el momento en que se discutía el origen del merengue dominicano, recordó en 1929 que el meringue era la danza nacional en Haití.

Pedro Henríquez Ureña es el pensador humanista más dominicano e universal del país. Como bien afirmó doña Flérida de NoUna idea matriz de Pedro Henríquez Ureña lasco, estudiar su vasta y generosa labor, es la unidad de la cultura indo-hispano- comprenderlo, estimarlo y continuar sus ideamericana. ¿Rechazaba el aporte afro-ameri- ales es el tributo más digno de su memoria: cano? Si bien no lo afirma, tampoco parece un tributo superior a las lágrimas, a las alanegarlo al hablar de la relación entre música banzas y a los monumentos. y cultura: «el hombre de países donde pre-

15

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Abellán, J. & Barrenechea, A. (coord.). tura Económica, México, 1ra.edic., 1960, Pedro Henríquez Ureña. Ensayos. ALLCA 2da.reimp.2001. XX/Fondo de Cultura Económica, México, 1998 «Música popular de América». Obras completas (1926-1934). UNPHU, Santo DoAbellán, José Luis. «La significación intelecmingo, 1979, p.147-193. tual de Pedro Henríquez Ureña», en: Abellán, J. & Barrenechea, A. (coord.). Pedro Henrí- Henríquez Ureña, Sonia. Pedro Henríquez quez Ureña. Ensayos. ALLCA XX/Fondo de Ureña. Apuntes para su biografía. FCE, MéCultura Económica, México, 1998, p.544- xico, 1993. 562. Jimenes Grullón, Juan I. Pedro Henríquez Avelino, Andrés. «Pedro Henríquez Ureña». Ureña: realidad y mito y otro ensayo. EditoAnales de la Universidad de Santo Domingo, rial Librería Dominicana, Santo Domingo, Vol. X, No. 37-38, Ciudad Trujillo, 1946, 1969. p.89-119. Krause, Enrique. Pedro Henríquez Ureña. Borges, Jorge Luis. Pedro Henríquez Ureña. CONACULTA, México, 2000. Prólogo. p. VI-X, en: Henríquez Ureña, Mateo, Andrés L. «Pedro Henríquez Ureña. Pedro. Obra crítica. Edición Emma Susana Vida, errancia y creación». Isla Abierta, 26Speratti, Fondo de Cultura Económica, Mémayo-2008, p.22-24. xico, 1ra.edic., 1960, 2da.reimp.2001. Nolasco, Flérida de. «Pedro Henríquez De la Rosa, Jesús. «De Eugenio María de Ureña, filólogo y folklorista». Anales de la Hostos en adelante». Revista de la Facultad Universidad de Santo Domingo, Vol. X, No. de Humanidades No.1, UASD, Santo Do37-38, Ciudad Trujillo, 1946, p.120-134. mingo, octubre 2006, p.7-19. Rodríguez Demorizi, Emilio. Dominicanidad Febres, Laura. «Pedro Henríquez Ureña. Críde Pedro Henríquez Ureña. Editora Taller, tico de América», p.1-8. http://www.ensayisSanto Domingo, 1984. tas.org/filosofos/r-dominicana/phu/cap2.htm. Rodríguez Feo, José. Selección y prólogo, Guerrero, José G. Hostos en Clío: «Apuntes en: Ensayos. Pedro Henríquez Ureña. Editopara el estudio de la historiografía en Santo rial Pueblo y Educación, La Habana, 1990, Domingo», en: Eugenio María de Hostos p. I-XXV. (1839-1903) en el 168 aniversario de su nacimiento. Editora Búho, Santo Domingo, Troncoso Sánchez, Pedro. «Pedro Henríquez Ureña: 1884-1946». En Anales, Universidad 2007, p. 45-78. de Santo Domingo, Vol. X, No. 37-38, CiuHenríquez Ureña, Pedro. Obra crítica. Edidad Trujillo, 1946, p.17-21. ción Emma Susana Speratti, Fondo de Cul

Literatura infantil:

arte y creación

Rafael Peralta Romero Escuela de Comunicación Social lgunos estudiosos de la literatura infantil justifican emplear este recurso para inculcar en los niños y jóvenes el buen gusto, el sentido de la nobleza y de la justicia, la conciencia del deber ante el pueblo y el amor al trabajo. Alga Marina Elizagaray, especialista cubana en literatura infantil, en su importante libro Niños, Autores y Libros, al pronunciarse decididamente contra el moralismo y el pedagogicismo, justifica la posibilidad de que la literatura infantil se ocupe de ese rol, pero lo condiciona a que la misma sea «verdadero arte y hable con el lenguaje de las imágenes y los sentimientos». De modo que al hablar de educación en

A

valores, ejes transversales, metas curriculares no se piensa en la literatura infantil, o sí puede pensarse en ella, pero sabiendo que esta es un acto de recreación estética, que lo primero para ella es conseguir que el niño encuentre en las palabras un instrumento de juego. Esto de que el niño encuentre placer en la lectura, que la disfrute como un juguete, es una concepción ampliamente difundida y aceptada. Al respecto me permito traer una cita muy certera del especialista español Daniel Cassany: «La lectura por placer significa, en primer lugar, buscar textos que interesen a los alumnos y que hablen de sus problemas. Significa fomentar la literatura infantil y juvenil. Significa también no

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 obligar a los niños a leer este libro o el otro, sino dejar que ellos elijan. Y permitir, que si no les gusta, lo dejen y vayan a otro libro. Es decir, actuar de la misma forma en la que actuamos los adultos». Lo dicho por Cassany, que no es literato, sino educador, es parte de un reclamo universal en el sentido de que las obras literarias se oferten a los niños como parte del recreo, del momento ameno. La lectura debe constituir para los niños un ejercicio de libertad y disfrute. El estado natural del niño es la libertad, no tiene por qué padecer un minuto de opresión. El juego es una auténtica expresión de esa libertad, la lectura debería complementarla. Cuando padres y maestros olvidan que la principal ocupación de un niño es el juego las cosas andan mal y por ahí entran las restricciones y prohibiciones, que a menudo dejan en el niño una secuela fatal. Nada menos que Sigmund Freud, a principios del siglo XX, se refería a este asunto señalando que: “Cuando el niño aprende el vocabulario de su lengua materna, se complace en experimentar con ese patrimonio de una manera lúdica. Acopla las palabras sin preocuparse por su sentido, para gozar del placer del ritmo y de la rima”.

Aserrín, aserrán Los maderos de San Juan Comen queso, comen pan. Los de Juan comen pan. Los de Pedro majan hierro, Los de Enrique, alfeñique. Y los otros triqui, triqui. Esta cancioncilla da la razón al sabio austríaco. ¿Qué es lo que predomina en ella? La igualdad de sonidos, pues si la vemos desde el punto de vista del contenido, poco encontraremos en ella… y de moraleja, nada. La intención ideológica varía de acuerdo a muy diferentes circunstancias. En muchos casos, la obra infantil está impregnada de intención moralizante porque el autor lo ha querido así, eso es lo que él o ella ha sentido, sin que nadie se lo haya exigido. Ahora, una verdad incuestionable está en el medio de esto: la creación literaria resultará disminuida si se le somete a un plan estratégico para divulgar determinada ideología. Me luce que en los mediadores entre el niño y el libro hay mucho miedo a presentar un texto sólo como instrumento para jugar. Todos entendemos, al parecer, que si el libro no educa o no ayuda al

Dibujos, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 niño a ser mejor, el libro no tiene razón de ser. De ahí tal vez el miedo que se aprecia entre maestros y editores para motivar a los otros grandes mediadores, padres y madres, al momento de ofrecerle un libro destinado a los menores. El requisito indispensable para la buena literatura infantil es la fantasía, el poder de acompañar a los niños en su ocupación por excelencia, que es el juego. La imaginación es parte integral del ser humano equilibrado... «nada puede el hombre sin la imaginación», ha dicho Aristóteles. El pedagogicismo en la literatura infantil ha sido definido, con toda lógica, como una patología de la educación, y conduce a ¿o se origina? en un manejo torpe de la pedagogía. Debemos suponer que quienes insisten en esto ignoran que con ello echan a perder la posibilidad de sacar utilidades del libro para lograr los objetivos de la educación. Jamás el didactismo debe figurar como ingrediente clave en la creación literaria para niños. Gianni Rodari, autor de obras para niños y del excelente libro Gramática de la fantasía, defiende hasta lo último el derecho del niño a disfrutar de los libros. Veamos sus palabras:

«La literatura infantil, en sus inicios sierva de la pedagogía y de la didáctica, se dirigía al niño escolar que es un niño artificial, de uniforme, mensurable, según criterios meramente escolares basados en el rendimiento, en la conducta, en la capacidad de adecuarse al modelo escolar …El niño que juega se defiende como puede de esa literatura edificante. Se encarama al estante del adulto y le roba las obras maestras de la imaginación…» Que la literatura infantil se estudie en maestrías, licenciaturas y diplomados, que sea parte de los estudios pedágogicos, nos ha de parecer bien a todos, a fin de cuentas los maestros resultan mediadores de primera importancia entre la literatura infantil y su público, que son los niños y jóvenes. Ponderar, promover, recomendar, justificar el libro infantil siempre será válido. El maestro hace muy bien con ayudar a que niños y jóvenes amen y disfruten la literatura, y eso se logra presentándola como un escape más que como una tarea. No sé dónde aprendí una magnífica sentencia de Jorge Luis Borges sobre este asunto: «No se puede hablar de lectura obligatoria, sería como hablar de felicidad obligatoria».

La perspectiva Nietzscheana de la ciencia Leonardo Díaz Escuela de Filosofía l objetivo de este artículo es mostrar los supuestos de la perspectiva nietzcheana de la ciencia y cómo estos supuestos constituyen un precedente intelectual de la denominada epistemología naturalizada. Tanto por sus planteamientos como por el enfoque de los mismos, Nietzsche se contrapone a la teoría del conocimineto tradiciona l caracterizada, fundamentalmente, por un enfoque trascendental. Mostraré, a partir del siguiente apartado, los vínculos entre la obra de Nietzsche y la epistemología evolutiva.

E

Friedrich Nietzsche y la epistemología naturalizada. En la historia de la filosofía occidental ha sido predominantemente la reflexión sobre el problema del conocimiento. Durante el último siglo, esta reflexión experimentó una significativa modificación. Las viejas preguntas de la epistemología tradicional sobre los fundamentos básicos de nuestras creencias ontológicas y sobre los criterios mediante los cuales las creencias se justifican fueron abandonados 1 y a la epistemología

tradicional se le presentó, como nueva alternativa, la epistemología naturalizada . El programa de la epistemología naturalizada 2 rechaza los antiguos problemas de la epistemología tradicional por no compartir sus supuestos básicos. (Existencia de fundamentos últimos o criterios absolutos de justificación, concepción ontológica y teoría de la verdad) 3. Concibe el proceso del conocimiento como un fenómeno natural que no debe estudiarse a partir de una metodología trascendental, sino, a partir de los resultados de las ciencias naturales. Una de las vertientes más importantes en el ámbito de la epistemología naturalizada es la epistemología evolucionista. Fundamentada en la teoría de la evolución, la epistemología evolucionista entiende el fenómeno del conocimiento como el producto de un proceso evolutivo en el que la adaptación al entorno desarrolló no solo las habilidades cognitivas sino también los órganos sensoriales que posibilitan experimentar el mundo y las estructuras innatas que posibilitan pensarlo. 4

Sergio F. Martínez y León Olivé (Comps.) Epistemología evolucionista, México, Editorial Paidós México, 1997, p. 12. W. V. Quine: «Naturalización de la epistemología» en: La relatividad ontológica y otros ensayos, Madrid, Ed. Tecnos, 1974, pp. 93-119. 3 Martínez y Olivé (Comps.): Op. Cit. p. 12. 4 Cf. Karl Popper: «Hacia una teoría evolutiva del conocimiento», en: Un mundo de propensiones, Madrid, Ed. Tecnos, 1992., pp. 69-70. 1 2

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Entendido en estos términos el proceso del conocimiento debe ser entendido no sólo en su contexto de justificación, sino también, en su contexto de generación o descubrimiento.5 De este modo, se desdibuja la línea demarcatoria entre ambos contextos, tan cara al Empirismo Lógico. La epistemología se vincula a la psicología, de la que se convierte en un capítulo.6 Muchos de los supuestos básicos de la epistemología naturalizada y evolucionista se encuentran en la obra de Friedrich Nietzsche. Esto no significa que la epistemología naturalizada conforme un continuo con la perspectiva nietzscheana del conocimiento, pero ésta constituye un importante precedente de la misma. Nietzsche se opone a los supuestos básicos de la epistemología tradicional. Rechaza de plano la existencia de fundamentos últimos o de criterios absolutos, y por tanto, no condicionados históricamente: «El sentido histórico: Platón y toda la filosofía no tienen ninguna idea de ello (…) Lo que nos separa más radicalmente del platonismo y del leibnicianismo es que ya no creemos en conceptos eternos, en valores eternos, en formas eternas, en almas eternas; y la filosofía, en la medida en que es científica y no dogmática, no es para nosotros más que la extensión más amplia de la noción de “historia”. La etimología y la historia del lenguaje nos han enseñado al considerar todos los conceptos como frutos del devenir, muchos de ellos como todavía en devenir».7 Los conceptos son cambiantes, la realidad es puro devenir. Nietzsche confronta el modelo platónico que hace del devenir y el cambio una ilusión, mientras concibe lo real como imperecedero, incambiante y eterno.8

Desde la perspectiva nietzcheana: «Platón se formó las convicciones siguientes: 1. El devenir y el cambio no pueden convenir a la verdadera esencia de las cosas, si es que tal esencia existe. Porque el ente debe ser siempre idéntico a sí mismo y no puede estar en contradicción consigo mismo. 2. El error y la apariencia no pertenecen a la esencia de las cosas. Algo acerca de lo cual sean posibles opiniones muy diferentes, por ejemplo la naturaleza, en su totalidad, no puede ser la esencia de las cosas. O el conocimiento pertenece al ser y entonces sólo puede ser verdadero o pertenece al devenir y al aparecer y entonces sólo puede ser cambiante y falso. El verdadero saber tendría que referirse a lo permanente y tendría que ser él mismo permanente y estable».9 En Crepúsculo de los ídolos, Nietzsche critica la falta de sentido histórico, el «egipticismo de los filósofos».10 La falta de perspectiva histórica estimula la creencia en fundamentos, en criterios o valores absolutos que deben reflejar «la esencia de la realidad». Desde la perspectiva nietzscheana, esta concepción debe ser desmitificada a partir de un análisis sobre el origen de estas nociones, de una investigación que, a diferencia de la reflexión filosófica tradicional, esté vinculada a las ciencias naturales.11 Como la epistemología naturalizada, Nietzsche considera el fenómeno del conocimiento como un fenómeno de la naturaleza. Por tanto, la realidad no debe ser derivada de la facultad humana de conocer, sino que, vinculadas, ambas son el producto de la evolución.12 Se rompe de este modo la dicotomía creada por la epistemología y la tradición metafísica occidental entre ser humano y

Martínez y Olivé (Comps.): Op. Cit., p. 14. Quine: Op. Cit. 7 Friedrich Nietzsche, citado en: José Luis Galparsoro: «El joven profesor Nietzsche y Platón», en Enrahonar, n. 24, 1995, pp. 47-72. 8 Cf. Platón: Timeo, 27-28. 9 Nietzsche, en Galparsoro: Op. Cit. 10 Friedrich Nietzsche: Crepúsculo de los ídolos, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 45. 11 Friedrich Nietzsche: Humano demasiado humano, I, § 1. 12 Nietzsche: Humano demasiado humano, I § 2. 5 6

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 realidad, o naturaleza y ser humano. Este no goza ya de un lugar privilegiado, es un producto más de la naturaleza, un producto del devenir.13 No es posible seguir partiendo, como en la epistemología tradicional, de una razón que se constituye en fundamento absoluto e inmutable desde donde se constituye el proceso del conocimiento. La razón misma debe ser analizada como un fenómeno natural, como un producto de la evolución biológica. La razón queda así naturalizada.14 No constituye un criterio a partir del cual se fundamenta el conocimiento y la vida. Por el contrario, la razón es el resultado del desarrollo de la vida y como todos los demás criterios, encuentran su fuente en esta.15 De ahí que el criterio mismo de evaluación del conocimiento y de la verdad sea el de su posibilidad de favorecer o rechazar la vida. Opuesto al ideal de que todo conocimiento

es deseable por sí mismo, Nietzsche entiende que hay conocimientos contrarios a la supervivencia misma y en este sentido, no son deseables. 16 Del mismo modo, los criterios de verdad y falsedad dependen también de su relación con la vida, de «cómo le favorezcan».17 El pensamiento lógico moderno depende también de esta relación. Es el producto del proceso evolutivo y de la adaptación: «(…) Ahora bien, perecieron muchos e incontables seres que hacían inferencias de una manera distinta a como nosotros lo hacemos hoy: ¡esto puede haber sido muy verdadero una y otra vez! Por ejemplo, quien no sabía encontrar suficientemente a menudo lo «igual» a propósito de los alimentos o de los animales que le eran hostiles; por consiguiente, quien inducía muy lentamente, quien era muy cuidadoso en la inducción, tenía muchas menos probabilidades de seguir viviendo, compa-

José Ignacio Galparsoro Ruiz: «Nietzsche y la teoría evolucionista del conocimiento», Apéndice a la obra de Nicanor Ursúa: Cerebro y conocimiento: un enfoque evolucionista, Barcelona, Editorial Ánthropos, 1993, p. 310. 14 Galparsoro: «Nietzsche y la teoría evolucionista del conocimiento», pp. 311-312. 15 Bryan Magee: «Nietzsche. Diálogo con J. P. Stern», en Bryan Magee: Los grandes filósofos, Madrid, Ed. Cátedra, 1990, p. 263. 16 Magee: Op. Cit. p. 260. 17 «Pensamos que el hecho de que un juicio sea falso no constituye, en nuestra opinión, una objeción contra ese juicio.(…) La cuestión es saber en qué medida este juicio nos sirve para conservar la especie, para acelerar, enriquecer y mantener la vida. (…) » Nietzsche: Más allá del bien y del mal, § 4. De ahí la necesidad de modificar la pregunta kantiana sobre la posibilidad de los juicios sintéticos a priori por la pregunta sobre la necesidad de la creencia en tales juicios, es decir el hecho de que la creencia en la verdad de tales juicios responde a la necesidad de sobrevivencia de la especie. Cf. Nietzsche: Más allá del bien y del mal, § 11. Ver también al respecto: Friedrich Nietzsche: La gaya ciencia, §110.

Dibujo, Edmundo Castillo.

13

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 rado con aquel que ante cualquier semejanza conjeturaba inmediatamente la igualdad. Pero la tendencia predominante a manejar lo semejante como lo igual –una tendencia ilógica, pues en sí mismo no existe nada igual, creó inicialmente todo el fundamento de la lógica (…)».18 Del mismo modo, la conciencia, que constituye el fundamento desde donde se erige el paradigma de la filosofía moderna queda “degradado” por Nietzsche a un producto más del proceso de la evolución biológica. A diferencia de los fundamentadores del paradigma de la subjetividad (Descartes, Kant, etc.) Nietzsche no concibe la conciencia en términos de la existencia subjetiva, sino en términos de una «red de conexiones», o de relaciones entre los seres humanos, producto de la necesidad biológica de comunicarse para la existencia comunitaria.19 Nietzsche anula de esta manera la clásica contraposición de la filosofía moderna entre sujeto y objeto de conocimiento. Puesto que no existe una “conciencia” en los términos del paradigma de la subjetividad ni tampoco un objeto «en sí» contrapuesto a dicha conciencia, el proceso del conocimiento no constituye un proceso de aprehensión, sino más bien un medio de adaptación.

cualquier concepción esencialista de la realidad, rechaza también la posibilidad de un saber que refleje algún tipo de referente estático, inmutable o incambiante. Por esto, no ve a la ciencia natural como el sistema explicativo de un mundo “que yace ahí”. Las ciencias, como todo conocimiento, constituyen un acto interpretativo.21 Las leyes naturales mismas son vistas por Nietzsche como interpretaciones y no como el reflejo conceptual de una regularidad inherente a la naturaleza.22 Responden a la necesidad humana de organizar y simplificar, de cuantificar el mundo por razones instrumentales que garantizen la supervivencia de la especie.23 De este modo, contrario al ideal moderno de las leyes de la naturaleza como representación matemática de la realidad y de la objetividad, Nietzsche percibe en las leyes naturales una muestra del carácter perspectivista y relacional del conocimiento.24 La crítica de Nietzsche contra el ideal moderno o mecanicista de la ciencia se dirige a lo que considera el supuesto subyacente a dicho ideal. Desde la perspectiva nietzcheana, detrás de la búsqueda de la regularidad o estabilidad de una realidad verdadera matemáticamente expresable, se encuentra el viejo sentimiento que estimulaba a la metaL a p e r s p e c t i v a n i e t z s c h e a n a d e física occidental, el de la certeza, el sentimiento de seguridad que hace confortable un la c i e n c i a En la medida en que Nietzsche rechaza mundo angustiante por su constante devenir.

Nietzsche: La gaya ciencia, § 111. Nietzsche: La gaya ciencia, § 354. Sobre la crítica al paradigma moderno de la conciencia, cf. José Ignacio Galparsoro: «El problema de la conciencia y sus implicaciones antropológicas en la crítica nietzscheana a Descartes», en Revista de filosofía, n. 26, 2001, pp. 187-211. 20 Ibid. 21 Nietzsche citado en Galparsoro, José Ignacio: «La concepción nietzcheana de la física. Análisis comparativo de las posiciones de Nietzsche con las de Heisenberg y Prigogine», en: Iñigo Galzacorta y Julián Pacho (Eds.): Imagen del mundo y filosofía, San Sebastián, Publicaciones del Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco, 2003, p. 116. 22 cf. Más allá del bien y del mal § 22. 23 Cf. José Ignacio Galparsoro: «La concepción nietzscheana de la física. Análisis comparativo de las posiciones de Nietzsche con las de Heisenberg y Prigogine», p.119-120. Es destacable lo señalado por Babette Babich en torno a la concepción nietzscheana de las leyes naturales. Para Nietzsche, la existencia de las leyes naturales no son la evidencia de la necesidad, sino por el contrario, consecuencia de su ausencia. De este modo Nietzsche rechaza como «creencia metafísica» la convicción de un orden racional regulado y universal. «Lo que acontece acontece, y cada evento determina sus últimas consecuencias». Babette Babich: Nietzsche’s Philosophy of Science. Reflecting Science on the Ground of Art and Life, N.Y., State University of New York Press, 1994. p. 44. 24 Galparsoro: «La concepción nietzcheana de la física. Análisis comparativo de las posiciones de Nietzsche con las de Heisenberg y Prigogine», pp. 120-121. Según Babette Babich, la perspectiva nietzscheana de la ciencia concibe las leyes naturales como una expresión de la tendencia sociopolítica nihilista del espíritu moderno de reducir todo a un nivel común o promedio. Cf. Babich: Op. Cit., p. 41. 18 19

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Por consiguiente, la ciencia, entendida de este modo, refuerza los instintos anti-vitales, porque intenta negar la diversidad y la multiplicidad en beneficio de quienes, inconformes con dicha diversidad, le oponen una supuesta realidad, unitaria e incambiante.25 Este ideal de la ciencia debe ser abandonado, en la medida en que pretende ocupar el puesto de la vieja metafísica y sus supuestos de absolutez o incondicionamiento. En la medida que es concebida de este modo, la ciencia, al igual que la metafísica tradicional, constituye una interpretación que empobrece la vida, pues hace al mundo carente de significado. 26 De ahí que la perspectiva nietzscheana de la ciencia resalte el carácter relacional y condicionado del conocimiento. El mismo,

como se ha señalado, no constituye una reproducción o aprehensión de las cualidades «esenciales» de un objeto, sino, un conjunto de perspectivas o de horizontes interpretativos que expresan necesidades e intereses vitales . Construimos un mundo de símbolos, de ficciones sobre la realidad.28 Este conjunto de perspectivas configuran imágenes del mundo.29 Esta concepción perspectivista puede ser criticada de relativista. Sin embargo, Nietzsche no es un defensor del relativismo epistemológico. El relativismo puede presuponer un fundamento (incognoscible) desde el cual todas las perspectivas son iguales: un ideal apodíctico, un principio metafísico, etc. Nietzsche rechaza la existencia de cualquiera de estos «principios axiomáticos».30

S/t, oleo/tela, Edmundo Castillo

25 Galparsoro: «La concepción nietzscheana de la física. Análisis comparativo de las posiciones de Nietzsche con las de Heisenberg y Prigogine», pp. 121-122. 26 Nietzsche: La gaya ciencia, § 373. 27Babich: Op. Cit. p. 48. 28Nietzsche: Más allá del bien y del mal, § 21. Usualmente, el empleo del término ficción tiene una connotación despectiva, como opuesto a «lo verdadero». En términos nietzscheanos, el concepto de ficción no tiene implicaciones despectivas. Más bien remite aquí a elaboración, creación, simbolización. 29 Nietzsche: La gaya ciencia, §112. 30Para una distinción entre el relativismo epistemológico y el perspectivismo nietzscheano sobre la base de la asunción o no de un ideal apodíctico, véase: Babich: Op. Cit. pp.46-57.

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Además, el relativismo implica que todas las perspectivas, concepciones, valores o teorías poseen el mismo status. Todas poseen la misma validez, porque no es posible basarnos en una evidencia que sirva de tribunal independiente en el debate entre los sujetos. Por el contrario, Nietzsche no defiende la idea que todas las perspectivas posean el mismo rango. Existe una jerarquía entre las perspectivas del mismo modo en que existe una jerarquía entre los seres humanos. Dicha jerarquía existe en la naturaleza. «No es que todas las verdades sean iguales, sino que los seres humanos son radicalmente desiguales en su capacidad para las más altas verdades y su derecho a ellas».31 Además de tener un carácter perpectivista, para Nietzsche, la ciencia constituye un modo de «metaforizar» el mundo.32 Nuestra relación cognoscitiva con el mundo se encuentra siempre mediatizada por las metáforas. Los estímulos provenientes del entorno se conforman en imágenes y sobre ellas se elaboran las metáforas. Estas, a su vez, son fijadas como conceptos por la práctica, por los hábitos. La ciencia constituye un modo de irrumpir en el mundo, de reconstruirlo metafóricamente. El empleo de las metáforas implica una nueva reconceptualización de los térmi-

nos envueltos en el proceso metafórico y por tanto, no consiste en un mero proceso de reproducir conceptualmente un determinado referente. Las metáforas conforman redes de significado a la vez que establecen relaciones de semejanza y desemejanza conceptuales. Con ello estructura y redescribe la realidad.33 En este sentido, la perspectiva nietzscheana de la ciencia puede servir de fundamento a una hermenéutica de las ciencias naturales, en la medida en que implica los siguientes supuestos: 1-La ciencia es básicamente constructora de significados. 2-La ciencia es un sistema de prácticas. 3-Existe una prioridad de la situación sobre la formalización.34 Desde una perspectiva hermenéutica, la ciencia constituye una construcción de significados35 que hunde sus raíces en el “mundo de la vida” (Lebenswelt).36 Desde este contexto de comprensión compartida, los integrantes de las distintas comunidades especializadas interactúan e intercambian argumentaciones, valores y fines en el hábitat del lenguaje.37 Al mismo tiempo, y contrario a la filosofía de la ciencia pre-kuhniana, la filosofía de la ciencia de las últimas décadas visualiza la ciencia como un sistema de prácticas.38 La

Peter Berkowitz: Nietzsche. La Etica de un inmoralista, Madrid, Ed. Cátedra, 2000, p. 296. Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y no poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas que no corresponden en absoluto a las esencias primitivas». Friedrich Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extamoral, § 1. 33 Cf. Thomas Kuhn: «La metáforas en la ciencia», en El camino desde la estructura, Barcelona, Ed. Paidós, 2002, pp. 233-245. Para el concepto de «redescripción», cf. Mary Hesse en: Paul Ricoeur: La metáfora viva, Madrid, Ed.Trotta/Cristiandad, 2001, pp. 319ss. 34 Robert Crease (Ed.): Hermeneutics and the Natural Sciences, Netherlands, Kluwer Academia Publishers, 1997, pp. 262-263. 35 Respecto al término significado, procede la siguiente aclaración de Patrick Heeland: «Meaning is nothing physical; it is not a text, a behavior, a neural network, a computation, not even a sign or a medium, nor any relationship among things, though all of these may be generated by and productive of meaning. Nor is it a private 'domain' where people share the products of human understanding first by common habits of action (in which diverse networks are recognized) and then through the use of language –like media. (…) is the 'domain' in which people understand one another, argue with one another, give reasons, establish goals, set up norms, define kinds, etc. –more or less effectively according to the purpose, intelligence, language skills, and education of the parties involved». Ver: Patrick Heeland: After Post-Modernism: The Scope of Hermeneutics in Natural Science, http://www.focusing.org/apm_papers/heelan.html 36 «La palabra vida no tiene aquí sentido fisiológico, significa vida que actúa conforme a fines, que crea formas espirituales: vida creadora de cultura, en el sentido más amplio, en una unidad histórica». Edmund Husserl: «La filosofía en la crisis de la humanidad europea», en Invitación a la fenomenología, Barcelona, Ed. Paidós, 1992, p. 76. 37 Heeland: Op. Cit. p 5. Preferimos hablar del significado como un contexto compartido en el lenguaje a la visión de Heeland sobre el significado como transmitido «a través del medio del lenguaje». Con Gadamer consideramos el lenguaje no como un medio de transmisión del significado, sino la estructura en la que es posible el significado y cualquier experiencia del mundo. Ver Gadamer: Verdad y método II, Salamanca, Ed. Sígueme, 1996, pp. 145-152. 38 Cf. Andrew Pickering: Science as Practice and Culture, Chicago, The University of Chicago Press, 1992; Joseph Rouse: «Kuhn' Philosophy of Scientific Practice», en Thomas Nickles (Ed.) Thomas Kuhn, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 101-121, 2003 y Sergio Martínez: Geografía de las prácticas científicas, México, UNAM, 2003. 31

32 «

25

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 perspectiva hermenéutica asume también esta concepción de la ciencia entendida como un proceso de involucramiento con situaciones a partir de las cuales los conceptos, teorías y formalizaciones se desarrollan y adquieren sentido.39

Conclusiones Por consiguiente, es viable visualizar en la perspectiva nietzcheana de la ciencia, el precedente para una perspectiva de epistemología hermenéutica. Nietzsche concibe la ciencia y el conocimiento en general como construcción de símbolos,40 percibe el conocimiento en términos no meramente intelectivos, como el resultado del desarrollo de hábitos, de prácticas, de aplicaciones para la vida.41 Al mismo tiempo, Nietzsche prioriza los horizontes interpretativos por encima de las intenciones de reproducir la realidad expresadas en formalizaciones.42 Desde esta lectura hermenéutica, la comunidad científica se encuentra ante la naturaleza como el lector o el intérprete ante una obra de arte o un mito, ante un texto impregnado de significado y por tanto, recreable.43 Este carácter recreativo de la actividad científica posibilita concebirla como un «performance».44 Se trata de una “acción programada, producida y ejecutada para hacer algo perceptible”. El fenómeno no solo es «producido» por el ejercicio mismo de la investigación, sino también, por los elementos de su comunicación. Entre estos elementos señalados ya an-

teriormente45 se destacan: a) Metáforas y símiles: Estas «imágenes linguísticas» implican un proceso de recreación de la realidad con determinados presupuestos sobre sus características y funcionamientos. b) Cambios de jerarquización por transmutación de sentido: Con ellos, los significados de los términos que conforman la concepción de la realidad de un individuo se transforman al modificarse la jerarquización de las entidades que conforman su perspectiva u horizonte interpretativo. c) La estructuración del estilo: La misma implica un uso de las fuentes o las autoridades, una determinada organización de los argumentos en función de unos determinados presupuestos, el empleo de metáforas que implican el compromiso con una determinada ontología, etc. Y en estos últimos aspectos, Nietzsche constituye también un precedente. No es casual el estilo en que redactaba sus escritos. Sabía de la intricada relación existente entre el modo de redactar y pensar, entre el modo de estructurar las metáforas y el modo de organizar conceptualmente el mundo.46 Así, concibiendo la ciencia como un «instrumento para interpretar»,47 Nietzsche percibió en ella un mecanismo más dentro de la naturaleza que sirve a la sobrevivencia de la especie humana. Hermenéutica y epistemología evolutiva terminan pues, en su obra, fusionándose.

Ver al respecto: Thomas Kuhn: Epílogo a La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 2004. (Traducción de Carlos Solís). Ver nota 27. 41 Nietzsche: La gaya ciencia, § 110 42 Nietzsche: La gaya ciencia, § 111 y 112. 43 En este sentido, la perspectiva hermenéutica de la ciencia, a diferencia de la perspectiva realista, privilegia el significado sobre la verdad. No existe «adecuación a la cosa», y nuestra relación con la realidad es mucho más una multiplicidad de relaciones o, en términos nietzscheanos, perspectivas. 44 Se emplea en este contexto la noción de performance de Robert Crease: «I understand performance here as an action that has been programmed, produced, executed, and witnessed in order to make something perceptible». Cf. Robert Crease: «Productive Objetivity: The Hermeneutics of Performance in Experimental Inquiry», en Mártha Fehér, Olga Kiss and László Ropolyi (Eds.): Hermeneutics and Science, Dordrecht, Kluwer Academic Publishers, 1999, pp. 25-34. 45 Leonardo Díaz: «Paradigma y matriz disciplinaria: El sendero hermenéutico de Thomas Kuhn», en Paradigmas. Revista de crítica filosófica e investigación en Humanidades, Año III, no. 5, Enero-Junio, 2004, p.26. 46 Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, § 1: Más allá del bien y del mal, § 22. 47 Nietzsche: Más allá del bien y del mal, § 14. 39 40

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Babich, Babette: Nietzsche’s Philosophy of Science. Reflecting Science on the Ground of Art and Life, N.Y., State University of New York Press, 1994. Berkowitz, Peter: Nietzsche. La Etica de un inmoralista, Madrid, Ed. Cátedra, 2000.

Crease, Robert Crease (Ed.): Hermeneutics and the Natural Sciences, Netherlands, Kluwer Academia Publishers, 1997. «Productive Objetivity: The Hermeneutics of Performance in Experimental Inquiry», en Mártha Fehér, Olga Kiss and László Ropolyi (Eds.): Hermeneutics and Science, Dordrecht, Kluwer Academic Publishers, 1999, pp. 25-34. Díaz, Leonardo: «Paradigma y matriz disciplinaria: El sendero hermenéutico de Thomas Kuhn», en Paradigmas. Revista de crítica filosófica e investigación en Humanidades, Año III, no. 5, Enero-Junio, 2004, pp. 17-27.

Fehér, Mártha, Kiss, Olga and Ropolyi, László (Eds.): Hermeneutics and Science, Dordrecht, Kluwer Academic Publishers, 1999. Gadamer, Hans: Verdad y Método (2 vols.), Salamanca, Ed. Sígueme, 1996.

Galparsoro Ruiz, José Ignacio: «Nietzsche y la teoría evolucionista del conocimiento», Apéndice a la obra de Nicanor Ursúa: Cerebro y conocimiento: un enfoque evolucionista, Barcelona, Editorial Ánthropos, 1993, p. 305-335. «La concepción nietzscheana de la física. Análisis comparativo de las posiciones de Nietzsche con las de Heisenberg y Prigogine», en Iñigo Galzacorta y Julián Pacho (Eds.) Imagen del mundo y filosofía, San Sebastián, Publicaciones de la Universidad del País Vasco, 2003, pp. 113-138. «El joven profesor Nietzsche y Platón», en Enrahonar, n. 24, 1995, pp. 47-72. «El problema de la conciencia y sus implicaciones antropológicas en la crítica nietzscheana a Descartes», en Revista de filosofía, n. 26, 2001, pp. 187-211. Galzacorta, Iñigo, Pacho, Julián Pacho (Eds.) Imagen del mundo y filosofía, San Sebastián, Publicaciones del Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco, 2003. Heeland, Patrick: After Post-Modernism: The Scope of Hermeneutics in Natural Science, http://www.focusing.org/apm_papers/heelan.html Husserl, Edmund: «La filosofía en la crisis de la humanidad europea», en Invitación a la fenomenología, Barcelona, Ed. Paidós, 1992, pp. 75-128.

Kuhn, Thomas: «La metáforas en la ciencia», en El camino desde la estructura, Barcelona, Ed. Paidós, 2002, pp. 233-245. La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 2004. (Trad. Carlos Solís).

Nietzsche, Friedrich: Crepúsculo de los ídolos, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 45. Humano demasiado humano, Madrid, Edaf, 1988. Más allá del bien y del mal, México, Editores Mexicanos Unidos, 1983. La ciencia jovial. «La Gaya Scienza», Caracas, Monte Avila Editores, 1985. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid, Ed. Tecnos, 1998.

Magee, Bryan: «Nietzsche. Diálogo con J. P. Stern», en Bryan Magee: Los grandes filósofos, Madrid, Ed. Cátedra, 1990, pp. 253-271. Martínez, Sergio: Geografía de las prácticas científicas, México, UNAM, 2003.

Nickles, Thomas (Ed.): Thomas Kuhn, Cambridge, Cambridge University Press, 2003. Pickering, Andrew: Science as Practice and Culture, Chicago, The University of Chicago Press, 1992. Platón: “Timeo”, en Diálogos (Vol. VI), Madrid, Ed. Gredos, 1992.

Popper, Karl: “Hacia una teoría evolutiva del conocimiento”, en: Un mundo de propensiones, Madrid, Ed. Tecnos, 1992, pp. 57-91. Quine, W.V.: “Naturalización de la epistemología” en: La relatividad ontológica y otros ensayos, Madrid, Ed. Tecnos, 1974, pp. 93-119. Ricoeur, Paul: La metáfora viva, Madrid, Ed.Trotta/Cristiandad, 2001.

Rouse, Joseph: “Kuhn' Philosophy of Scientific Practice”, en Thomas Nickles (Ed.) Thomas Kuhn, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, pp.101-121 Ursúa, Nicanor: Cerebro y conocimiento: un enfoque evolucionista, Barcelona, Editorial Ánthropos, 1993.

EL POSTMODERNISMO DECONSTRUCCIONISTA Y SUS POSIBLES TRAMPAS Alex Ferreras Escuela de Lenguas Modernas in duda, el postmodernismo ha venido a sacudir las bases sobre las que han descansado la filosofía y la cultura occidentales desde su fundación en la antigua Grecia hasta nuestros días. Los epígonos o seguidores de los filósofos modernos han tenido que redefinir constantemente el discurso de sus manes tutelares. Es como si de repente todo el terreno sobre el que pisaban, se hubiera venido abajo.

S

El postmodernismo despacha la filosofía moderna por ser logocéntrica y dualista. Favorece el principio de la pluralidad, la libertad de etnias, de equidad de género, de clases, de religión, de orientación o condición sexual, los discursos de minorías, y demás; ve las contradicciones en todos los órdenes como un proceso normal en la evolución del pensamiento. Nada de síntesis ni unidad de contrarios. No pretende suprimirlos ni satanizarlos; más bien, celebra el principio de las diferencias, en el entendido de que el que busca la esencia de las cosas se cierra a lo plural, a lo contradictorio. De ahí el porqué se burla de todo lo que tenga visos de eje, lógica, sistema, orden, razón, identidad. Intenta pulverizar el esquema hegeliano de la Unidad - Verdad - Totalidad. Su plato

fuerte es atacar el canon filosófico clásico, como bastión de poder y privilegio que ha p e r m a n e c i d o por tiem po inmemorial. Ciertamente, todo gira en torno a la idea del centro en el discurso occidental, y dentro de ese centro, el esquema del principio, del desarrollo y del final, en fin, todos los productos de la cultura: la filosofía, las universidades, las artes, la literatura, la religión, la sociedad, la construcción de ciudades, edificios, viviendas, el poder, todo. En lo que a nosotros respecta, no nos imaginamos cómo se puede sostener una cultura sin un eje, sin un centro. Gracias a la Iglesia - no importan las reservas que podamos tener con ella, por nuestra orientación humanista - se ha mantenido en pie toda nuestra civilización por más de dos milenios, al punto de que se ha ganado el adjetivo de cristiana, además del de occidental. Sólo a esa institución le ha tocado unificarla. Con todos los defectos que se le puedan atribuir a nuestra civilización - con sus razones-, máxime tras las dos guerras mundiales, estimamos que la moderna es preferible a hacer trucos, experimentalismos, acrobacias en el ejercicio del pensamiento. No creemos que haya sido

28

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 muy agraciado el experimentalismo en las artes y en la literatura. Ahora, no implicamos con esto que es justo esa práctica que se esté llevando a efecto en el terreno filosófico; sin embargo, la idea de pretender hacer tabla rasa de todos los pilares que han servido de sostén a lo que en verdad somos como seres humanos en nuestro hemisferio, pensamos, no deja de tener presupuestos similares a los de las artes y la literatura.

Nada ni nadie puede reclamar tener la verdad absoluta, so pena de pecar de un escolasticismo dogmático, por la sencilla razón de que todo se sitúa. Es justamente lo que ha hecho el deconstruccionismo, pero que no entendemos cómo no acaba de aplicárselo a sus doctrinas antes de meter el escalpelo al sistema filosófico moderno. De la misma forma como el postmodernismo deconstruccionista se ha erigido al derribar las premisas filosóficas de la era moderna, de esa misma suerte no puede reclamar como amo y señor nada tampoco, puesto que es obvio que guarda en sus entrañas los presupuestos de la escuela filosófica que inevitablemente lo enfrentará. Es una historia vieja, por atenerse a una ley de la dialéctica. Se ha echado ver a lo largo de la evolución del pensamiento en todos los sentidos. Una escuela filosófica nace al atacar la escuela anterior. Es una dinámica constante, el mismo principio de las aguas del río de Heráclito que fluye a lo largo del tiempo. Por tanto, fue terrible, la agudeza de ingenio demostrada por Heidegger, cuando afirmó que sólo los filósofos presocráticos tenían conocimiento del Ser, de la esencia de las cosas, algo que al parecer sus sucesores no acaban de ver, probablemente por tener un sinnúmero de hachas ideológicas que afilar, de muchas vetas del pensamiento que decantar.

Esta es su era, como también la tuvieron las otras doctrinas filosóficas que les tocó ser parricidas en su época. Sólo los filósofos presocráticos fueron verdaderamente sabios, en todo el sentido del término. Los demás, incluyendo obviamente los de este país, son -digamosprofesionales de la filosofía, no así filósofos (creadores de sistemas), en el sentido estricto de la palabra.

En el fondo, el Amo (detrás del cual pueden perfectamente esconderse Lyotard, Deleuze, Vattimo, Derrida, Habermas, Lacan, y otros filósofos postmodernos), no da nada gratis, a partir de las presuntas concesiones que hace a través de la nueva doctrina filosófica del postmodernismo deconstruccionista. No es casual que a lo largo de la historia se hayan mantenido niveles de vida óptimos y dignos en cada de uno de los estadios culturales de sus países. Tampoco creemos que el Amo sea sincero, si partimos de la idea que está en la misma esencia de la filosofía etnocéntrica europea, el ser tributaria de la zorruna astucia del Ulises de Homero. Podría ser sólo una variación de estrategia en los esquemas de poder de los países del llamado primer mundo, por lo que aconseja escudarse en el escepticismo en contra de una nueva proeza en que filósofos clásicos, modernos y postmodernos, entrarían en una nueva cruzada del espíritu, desde un diseño impalpable, habida cuenta que los pensadores de las culturas marginadas, al igual que la gente común de ellas, tienen como rasgo notable, la urgencia, la necesidad de hablar, de expresarse, tomando como punto de partida su identidad dislocada y distorsionada. Ya lo había sentenciado Hegel antes, refiriéndose a la realidad latinoamericana, que «Lo que ahora acontece allí no es más que el eco

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 del viejo mundo y el reflejo de ajena vida».1

Por tal razón, no es para nada inteligente tomar el juicio de Hegel a la ligera. No nos parece que sea por amor al arte el despliegue de tanta generosidad de los filósofos postmodernos frente al pensamiento de los países latinoamericanos, y por extensión, ante el de los demás del tercer mundo. Si por piedad o mea culpa fuese, es preferible el antídoto de Nietzsche contra semejantes sentimientos al respecto. Como a f i r m a m o s en otro lugar, por lo visto las minorías esta vez no somos, zumbonamente, el loro que habla. En otras palabras, deberíamos

preferir no meter el dedo de nuestro pensamiento ahí; esa enorme cotorra jamás ha dejado de estar ni va a dejar de estar ahí. Al contrario, vive continuamente reciclándose en su espíritu y en su alma. Es simplemente asuntos de poder que el Amo tiene que mantener en un verdadero tours de force del pensamiento a lo largo de las edades. Y ahora es peor, con una jaula tendida en el aire y sin barrotes, muy diferente a la del poeta afroamericano, Paul Laurence Dunbar, en su poema «I Know Why the Caged Bird Sings» (Sé por qué canta el pájaro enjaulado).

Alfonseca, Iván. «Inquietudes filosóficas en Santo Domingo», en Cuadernos de filosofía. Ediciones de la UNPHU, 1981.

Olvido, oleo/tela, Edmundo Castillo

1

País inverosímil

Antología del cuento dominicano Basilio Belliard Escuela de Letras

l cuento se parece al poema por su brevedad, concisión y aliento. Por lo mismo, muchos aseveran que es más difícil de escribir que la novela, donde todo se vale. Un novelista tiene un cajón de sastre donde va tirando los deshechos, en tanto que el cuentista ha de manejar, con economía, las anécdotas, los personajes, los detalles, los hechos y las situaciones que no debe contar. Es decir, el silencio cuenta mucho en el cuento. La intensidad ha de ser la estrategia presente en el cuento, y el final siempre debe permanecer como «dato escondido» en la circularidad de la acción narrativa y como recurso técnico. En ese dominio reside el arte del cuento y la maestría del buen cuentista.

E

El cuento en la República Dominicana, como en toda América Latina, se inicia durante el mediodía del Romanticismo y con factura costumbrista. Su evolución es tardía. Solo la poesía patriótica, el periodismo y la oratoria acusan un notable cultivo durante el siglo XIX y las dos primeras décadas del XX. No es sino hasta los años veinte cuando el cuento empieza su periplo evolutivo, a pesar de que en 1908, Fabio Fiallo publica su libro Cuentos frágiles y en 1934, Las manzanas de Mefisto, de atmósfera modernista. Pero en ellos sobresale el poeta romántico, pues Fiallo, gran amigo de Darío, fue romántico en el

verso y modernista en la prosa. Cuando Darío y los modernistas le daban impulso expresivo al género, en nuestro país, nuestros cuentistas seguían atados a las mancuernas del costumbrismo folklórico y telúrico. Aun en pleno año de 1940, Sócrates Nolasco publica su libro Cuentos del sur, profundizando mucho más en la temática folklórica y en el pintoresquismo de su región de origen.

La impronta impuesta por Juan Bosch con sus Cuentos escritos antes del exilio, de temática socio-realista y vertiente didáctica, entra en conflicto con la filosófica de Manuel del Cabral con su texto Cuentos cortos con pantalones largos, la psicológica que introduce Virgilio Diaz Grullón con Un día cualquiera o el tono onírico de Tomás Hernández Franco con su libro Cibao. La modernidad en nuestra tradición cuentística hay que situarla pues en la década del sesenta, con la aparición del contexto urbano y el distanciamiento del criollismo y el pintoresquismo rural, en cultores del género como René del Risco y Bermúdez, Carlos Esteban Deive, Miguel Alfonseca, Armando Almánzar, Ramón Francisco, Rubén Echavarría, Efraim Castillo, Enriquillo Sánchez, Iván García. Sin embargo, ya no como generación, sino como representantes individuales, hay que remontarse a la década de los cua31

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 renta y los cincuenta para encontrar voces narrativas innovadoras como las de J.M. Sanz Lajara, Ramón Lacay Polaco, Hilma Contreras y Virgilio Díaz Grullón. En la década del cincuenta se rompe la tradición de generaciones de poetas para dar paso a una generación que cultiva, a un tiempo, la novela, el cuento y el teatro.

En su enjundioso estudio para la antología La narrativa yugulada, Pedro Peix sostiene que «la nuestra es una narrativa yugulada no porque haya carecido de una adecuada promoción continental o porque haya sido víctima de una reclusión publicitaria, sino (...) porque se estancó por espacio de treinta años en el caudal de una producción que casi siempre fue anacrónica y retardataria...» La primera antología de cuentos que se registra fue publicada en 1957 por Sócrates Nolasco, aunque Max Henríquez Ureña hizo una selección de cuentistas dominicanos en 1938, pero nunca la publicó, sino que apareció póstumamente en 1995, después de haberla dejado en archivos cubanos. Aun así, este hecho es muy tardío, desde el punto de vista antológico, pues la Lira de Quisqueya de Juan de Castellanos, la primera antología de poesía que se publica en el país, se remonta a 1874. Este dato habla por sí solo de por qué la poesía ha tenido más proyección y mayor atención de la crítica que cualquier otro género y acaso mejor suerte. Nuestra tradición narrativa y casi nadie se ha percatado, tiene como antecedentes una sólida tradición poética y voces canónicas como Vigil Díaz, Moreno Jimenes, Manuel del Cabral, Hernández Franco, Pedro Mir, Incháustegui Cabral, Franklin Mieses Burgos y todos los poetas sorprendidos. Este fenómeno tiene una significación similar a la que descubrió Carlos Fuentes, quien dice que el Boom de la narrativa hispanoamericana no hubiese existido sin los poetas que le antecedieron como Rubén Darío, Pablo Ne-

ruda, Jorge Luis Borges, César Vallejo, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral y Octavio Paz.

La historia de las antologías del cuento dominicano a partir de los años sesenta se ha dinamizado. Son dignas de citarse las de Aída Cartagena Portalatín, Narradores dominicanos, publicada por Monte Avila Editores, en Caracas en 1978; la de Pedro Peix, La narrativa yugulada, en 1982; Cuentos de política criolla, de Emilio Rodríguez Demorizi, en 1977; La cuentística dominicana, de Jenny Montero, de 1986; la de Lipe Collado, La nueva narrativa dominicana, de 1978, y a partir de los años noventa, hay toda una avalancha con las antologías de Pedro Antonio Valdez, Última flor del naufragio. Antología de novísimos cuentistas dominicanos, de 1995, Puente de palabras. Cuentistas dominicanos y costarricenses de Avelino Stanley de 2006, y tres antologías editadas por Letra negra de Guatemala, de cuentistas dominicanos y guatemaltecos, en co-edición con la editorial Ferilibro, con selección de Pedro Valdez, Eulogio Javier y Esmelda Ramos, respectivamente, Los nuevos caníbales. Cuentistas del Caribe Hispano, también con selección de la parte dominicana de Pedro Valdez y la editada por Marino Beriguete, Avelino Stanley y Angel Lockward para la editorial Norma, Señales de voces, así como la coeditada por José Rafael Lantigua: Islas en el sol. Antología del cuento cubano y dominicano, entre otras.

El cuento en nuestras letras ha tenido cultores que, o vienen de la novela o van del cuento a la novela y, en algunos casos, vienen de los poetas, a los que Pedro Peix llama, los poetas-cuentistas. Esta antología, País inverosímil. Casi dos docenas de historias que nos cuentan (2008), cuya selección y prólogo es de René Rodríguez Soriano, abarca un puñado de cuentistas que va desde Tomás Hernández Franco y Juan Bosch

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 hasta novísimos como Máximo Vega y Rey Andújar. Con Bosch, la cuentística nacional inaugura una época, cuyo estilo, dominio del oficio y del idioma, funda una tradición, ocupando un lugar señero en la cuentística hispanoamericana. Del imperio de la novela sobre el cuento, de la estética costumbrista a los vericuetos urbanos, de un regionalismo chato a un universalismo cosmopolita, el cuento dominicano, que se nutrió de los alimentos telúricos, ha alcanzado cuotas vanguardistas con Pedro Peix, en la década de los 80 y 90, y con Aurora Arias y Rey Andújar, adopta visos de posmodernidad a partir del 2000, como se puede apreciar en esta antología.

«La mujer» de Bosch, un cuento que semeja un mural socio-realista, un guión cinematográfico, donde la figura de la carretera constituye un símbolo protagónico, es un texto que depara en poesía del paisaje, en que su autor revela un dominio absoluto del arte del cuento. «La mujer» es un cuento breve, cargado de lirismo y con un contrapunto dramático. Con el cuento «La ventana», Hilma Contreras, en apenas dos páginas, nos muestra personajes sin identidades visibles, bajo un velo de enigmas, en un texto de temática urbana, de tono visual, donde nos revela fertilidad descriptiva y economía narrativa; Contreras entra en oposición técnica y formal con Aída Cartagena Portalatín en su cuento «La llamaban Aurora, pasión por Donna Summer», un cuento escrito a través de la técnica del monólogo interior y el fluir de la conciencia, recurso joyciano que también empleó en su novela Escalera para Electra. En tanto que en «Los muchachos del Memphis», Pedro Peix nos presenta un cuento con una estrategia textual novedosa en nuestra tradición, y es la del line up de un juego de béisbol para recrearnos el ambiente epocal del naufragio del barco «El Memphis», frente al malecón, du-

rante la primera intervención militar norteamericana de 1916. En cambio, Pastor de Moya, en su texto «Más allá de la línea», nos muestra el decorado de un ambiente carcelario, valiéndose de su acostumbrada estética del horror y de una poética de la sordidez descarnada, hasta cerrar el ciclo de esta antología, Rey Andújar, con su laureado cuento «La sangre de Philippe», en el que nos retrata la bohemia nocturna de la Ciudad Colonial, en un texto de tono autobiográfico, aliento humorístico, escrito en una prosa desenfadada, en un lenguaje crudo, ya no tan poético, como en cuentistas maestros del género como Bosch o Hernández Franco.

La cuentística local acusa ribetes que han marcado su evolución técnica y temática, desde la vertiente existencialista de Efraim Castillo hasta la fantástica de Pedro Peix, y desde la psicológica de Virgilio Díaz Grullón hasta la policiaca de Roberto Marcallé Abreu. O desde ambiente cosmopolita y del desarraigo de la nostalgia como en Sanz Lajara hasta cuentos enraizados en la tierra como los de Néstor Caro, Sócrates Nolasco, Angel Hernández Acosta o Ramón Marrero Aristy. A partir de los años ochenta, cuentistas como René Rodríguez Soriano, Ramón Tejada Holguín, Rafael García Romero, Pastor de Moya, Manuel García Cartagena o Ángela Hernández orillan vertientes citadinas, incorporando el tono lírico, la atmósfera fantástica y lo lúdico; ponen en crisis una tradición social, entronizada en un realismo fantástico que tiene sus deudas con Cortázar, Borges y García Márquez. Con los cuentistas de los sesenta se rompe con el costumbrismo criollizante, coloquial e insulso, y se adopta una conciencia renovadora en el arte de contar cuentos, presentándonos meandros expresivos de aliento cotidiano y códigos narrativos insertos en una tradición alejada de la temática telúrica y apelando a referen-

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 beber en fuentes foráneas universales.

En la década del setenta se siente la ausencia de dos figuras que fueron icónicas en los sesenta: René del Risco y Miguel Alfonseca. El primero, muerto a destiempo en plena ebullición creadora y el segundo, abdica del oficio y reniega de su vocación de escritor. A otros los ahogó el hastío cotidiano, truncando su impulso creativo; otros abrazaron la publicidad como un oficio espurio al arte literario y otros, los menos, renegaron de la escritura o solo se asoman en los concursos de cuentos de Casa de Teatro. En la década de los ochenta, nace la generación poética de los ochenta, prohijada por el taller literario César Vallejo, de la UASD, taller que siempre ha tenido la línea estética y creativa de lectura, estudio y práctica de la poesía, no así de la narrativa. De ahí que de las entrañas de ese taller hayan salido los poetas más representativos de dicha generación, en tanto que los cuentistas de la misma se formaron de manera individual, no gregaria, es decir, al margen de los talleres literarios.

Paisaje, oleo/tela, Edmundo Castillo

tes cinematográficos o de la cultura popular como el bolero o el jazz. O, cuando no, producen una transformación poética, mágica, y hasta cierto punto, mítica, de la anécdota y de la historia narrada. En la década de los años treinta, el cuento dominicano ciertamente se estanca, cae en una tradición vacía, se hunde en una gran arritmia, se empantana en un criollismo anacrónico, pero a partir de los años sesenta, toma aire de modernidad y se renueva a partir del Concurso La Máscara y luego en los años setenta con los Concursos de Casa de Teatro, experimenta un espléndido dinamismo que ha dado sus frutos epocales. Se gesta una segunda oleada de cuentistas que le imprimen impulso al género, fortalecen sus cimientos formales y su arquitectura expresiva. Los cuentistas de la actualidad, hay que decirlo, se alejan ya del didactismo, o del estilo diáfano y conciso de Bosch. Asumen un concierto de técnicas, de puntos de vista, juegos intertextuales, voces polifónicas, sintaxis poética y prosodia lúdica que los distancia del maestro indiscutible del género en las letras nacionales para

La lectura UN ACTO DE CREACIÓN

Plinio Chahín Escuela de Letras odo acto de lectura es una interrogación profunda y libre. El ejercicio de esa libertad consiste en dar un sentido integral al texto, siempre, y, en todas partes, no meramente en darles sentidos parciales y superficiales que se contradicen y que no concuerdan entre sí. Puesto que los sentidos que los lectores querrían otorgar a sus vidas no los encuentran o se les escapan, los lectores buscan y ven en el libro una promesa de ejercer gozosamente su imaginación y su libertad por medio de la lectura.

T

La experiencia del lector, cuando es profunda y libre, puede verse como una especie de proceso de meditación o de contemplación. La conciencia conceptual siempre procede a «diferir» todo. Precisamente, el diferir es la raíz estructural del tiempo. La representación radical de la cultura moderna es la represión de los elementos humanos místico-religiosos. Todo sistema sociocultural, así como político y económico, está orientado, de forma más o menos eficaz, a impedir una experiencia directa, incondicionada. Por lo tanto, el más importante imperativo de nuestra época es liberarse de esa represión o negación de esta dimensión esencial del hombre. Hay que asumir este imperativo sin complejos ni medias tintas. De-

bemos empezar por transparentar toda esa gran mascarada cultural y espiritual de Occidente, en la que estamos sumidos y sumisos. Por supuesto, no todos los conceptos son esclavizantes; sólo los que inducen al escamoteo y a la reificación. Los conceptos que inducen a la libertad y a la transparencia son convenientes, y, a veces, desquiciantes. De ahí que, la «lectura usual» es una lectura institucionalizada que escamotea el gusto del lector. Para llegar a ser «lector convencional» se debe pasar por un proceso de amaestramiento, de domesticación cultural, que condiciona para ver las cosas de cierta manera, a partir de ciertos hábitos estereotipados. La lectura institucionalizada, en cierto sentido, puede considerarse un espacio de fuga hacia un universo superficial y frívolo. Este tipo de lectura es una forma de manipular al lector, pues el acto de lectura deviene así en un acto de mala fe; entonces, decodificar un texto se transforma en un acto contra-cultural. Podríamos llamar, pues, «contra-lectura» al acto de transparentar la falsedad propia de toda lectura hecha desde un espacio institucional. La contra-lectura es una forma de liberar al lector de la lectura institucionalizada. No se trata tanto de reconstruir sino de transparentar; se

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 trata de una «metalectura» que, en cierto sentido, es una nueva escritura, consciente de su instantaneidad y su fuga.

La función que cumple la «metalectura» respecto de la escritura podría dar un mayor peso a la idea de que existe una relación directa entre el querer decir del enunciado y la escritura misma. En efecto, la escritura apela a la lectura conforme a una relación que, de inmediato, nos permitirá introducir el concepto de «interpretación». Por el momento, digamos que no hay lector sin texto, al igual que no hay texto sin lector. En efecto, la relación «escribir-leer» no es un acto de percepción teleológico-poético. No basta con decir que la lectura es un diálogo con el autor a través de su obra, hay que señalar que la relación del lector con el libro es de una naturaleza completamente distinta. El diálogo que se produce es un intercambio de preguntas y de respuestas, y no existe un intercambio de este tipo entre el escritor y el lector. El escritor no responde al lector. Más bien, el libro separa las vertientes del acto de escribir y del acto de leer, que no se comunican entre sí. El lector se encuentra ausente en la escritura, y, el escritor, en la lectura. El texto produce, por tanto, una doble ocultación del lector y del escritor. De este modo, se sustituye la relación dialógica que vincula al escritor y al lector de forma inmediata: la voz de uno al oído del otro. Esta sustitución del diálogo por la lectura, allí donde el primero no ha tenido lugar, es tan evidente que, cuando nos encontramos con un autor y hablamos con él (de su libro, por ejemplo), tenemos la sensación de que se ha producido una profunda transformación en la relación tan particular que veníamos enta-

blando con él en su obra, mediante ella. A veces, me gusta decir que leer un libro resulta completa, y, en cierto modo intacta, cuando muere el autor. Dado que este ya no puede respondernos, sólo nos queda leer su obra. Esta diferencia entre el acto de leer y de escribir confirma nuestra hipótesis de que la lectura es una realización comparable a la creación: una efectuación que la sustituye y que, en cierto modo, impide o posibilita su desarrollo. Por ello, creo que la escritura fija el discurso como intento de decir, pues la escritura consiste en una inscripción directa de dicho intento, aunque, histórica o psicológicamente, el escritor empieza transcribiendo de forma gráfica los signos del habla. Esta liberación de la escritura que sustituye al habla conlleva el surgimiento del texto.

Ahora bien, ¿qué le sucede al texto cuando se escribe directamente en lugar de percibirlo a través de la lectura? Siempre se insiste en el rasgo más evidente: todo texto conserva un imaginario discursivo que lo convierte en un archivo disponible para la percepción individual y colectiva. También suele añadirse que el contenido simbólico posibilita una lectura analítica y distintiva de los todos los rasgos sucesivos del lenguaje , aumentado de este modo su propia ambigüedad. La liberación del texto frente al lector entraña un verdadero cambio, tanto en las relaciones del mundo y el lenguaje, como en la relación que existe entre éste y las distintas subjetividades implicadas, como la del autor y el lector. Hemos apreciado esta dinámica de cambios al distinguir la escritura del acto de lectura. Aún habrá que ir más lejos, pero partiendo del cambio que atañe a la relación referencial del lenguaje con el mundo cuando el texto

36

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 la referencia produce, en el acto mismo de lectura, un cambio en la percepción ¿Qué entendemos por relación o función referencial? Esto: al dirigirse a un estética. Las palabras dejan de esfusupuesto lector, el sujeto de la escritura marse ante el lector. Las palabras escridice algo sobre algo. Aquello sobre lo tas se convierten, para sí mismas, en que escribe es el referente de su imagi- palabras. Esta ocultación de la realidad inmenario. Esta referencia es asumida por el escritor como inicio y fuga de su crea- diata, por el mundo de los textos, indujo ción. Mediante la función referencial, el a Paul Ricoeur a expresar que los textos lenguaje devuelve al mundo los signos pueden llegar a ser tan complejos que el que la función simbólica en un principio propio mundo dejaría de ser el texto, y sustrae a las cosas. Ya no sucede lo se reduciría a una especie de «aura», que mismo cuando el texto sustituye al pone de manifiesto una dimensión mismundo. En cierta medida, el lector y el teriosa. Por ello mismo, podemos hablar autor se encuentran vinculados al del mundo griego o del mundo bizanmundo de este modo; pues , ¿de qué ha- tino. Este mundo, que podemos consideblaríamos si no hablásemos del mundo? rar imaginario es «presentificado» por Esta relación íntertextual, junto a la la escritura en el proceso de lectura. Pero ocultación del mundo sobre lo que se es- este mundo imaginario es, en sí mismo, cribe, da lugar a otro mundo llamado li- una creación de la literatura, un imagiterario. Éste es el cambio que afecta al nario literario. sustituye al mundo.

Paisaje, oleo/tela, Edmundo Castillo

propio escritor cuando el movimiento de

Mitos y ritmicidad

en la literatura de habla hispana del Caribe Julio Cuevas Escuela de Letras

Abordar cualquier tema en relación a la realidad caribeña, amerita de un deslinde conceptual, porque asumir el Caribe como algo único y homogéneo es, de entrada, un absurdo dentro del análisis de su historia, y esto se hace más categórico en los planos de su literatura. ¿El Caribe? ¿A cuál Caribe nos referimos? ¿Al anglófono, al francófono o al Caribe de habla hispana? Si no definimos estos parámetros que traspasan los linderos de lo netamente geográfico, perdemos de vista aquella diversidad lingüística, socio-política, educativa, económica y cultural que representa hoy en día al variopinto, convulso y complejo contexto caribeño

ara este estudio he seleccionado a tres poetas del Caribe de habla hispana: a Luís Palés Matos, de Puerto Rico; a Nicolás Guillén, de Cuba, y a Tomás Hernández Franco, de la República Dominicana. El criterio utilizado para la selección estuvo basado en mi preferencia particular en relación al enfoque temático de este estudio y al tratamiento de la lengua en los autores ya citados. No me he ceñido a la falsa catalogación de que sean poetas mayores o poetas menores. Eso no me interesa.

P

Desarrollo del tema De entrada, planteo que el Caribe no puede seguir viviendo de espaldas a sí mismo. El Caribe tiene que desenterrar sus propios espejos y mirar su rostro, reconfirmar su mismidad y levantar los estandartes de sus otredades. El imaginario caribeño está poblado de una

simbología fundamentada en la diversidad, donde la utopía es lo que le da sentido y razón de ser al discurso fundacional de una literatura que se levanta cimarrona, procurando sus raíces, su trópico candente, su música, sus creencias y tambores. Debo aclarar que en este trabajo es imposible agotar el amplio universo poético de la literatura caribeña de habla hispana, por lo que es un trabajo para su aproximación.

No tengo otra manera que no sea esta que he sostenido, para situarme en la poética afroantillana expuesta en el poema «Majestad Negra», de Luis Palés Matos (1858- 1959), ya que en el discurso poético desplegado por este autor, el mito se nos plantea como una transrealidad que desborda la simple enunciación discursiva, para recrear la imagen de sensualidad, coqueteo y se-

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 xualidad de un sujeto actuante (mujer) nombrado o nombrada Tembandumba de la Quimbamba, a quien el poeta dramatiza dentro de un escenario mental patético, eufónico y rítmico. Veamos:

«Por la encendida calle antillana va Tembandumba de la Quimbamba. Rumba, macumba, candombe, bámbula, Entre dos filas de negras caras. Ante ella un congo- gongo y maraca, ritma una conga bomba que bamba».

El rejuego fónico entre vocales /a/, /o/, a inicio o final de palabras que nos remiten a nombres de imaginados personajes, tipos de bailes, géneros e instrumentos musicales de presumida procedencia africana, son manejados de manera estratégica por el autor en su discurso poético. Lo mismo hace con el uso de conceptos o términos, donde las consonantes /m/ y /n/, tanto al inicio, en medio, como al final de palabras, son también convertidos en un ritmo o en una ritmicidad que le otorga sentido y armonía al texto poético de Luis Palés Matos.

Es una dramaturgia poética la que fluye de esta Majestad negra, en una escenografía que hace linderos con el humor, con el sexo, la sátira y la ironía, desde un discurso de cadencias expresivas, dondeeluniverso de lo semántico no es lo primordial, sino lo imaginario, la recreación, y la proyección de un mito etnorracial y cultural que apuntala hacia nuestra negritud, por no decir hacia nuestro mulataje caribeño:

«Culipandeando la Reina avanza, y de su inmensa grupa resbalan meneos cachondos que el gongo cuaja en ríos de azúcar y de melaza. Prieto trapiche de sensual zafra,

El caderamen, masa con masa, exprime ritmos, suda que sangra, y la molienda culmina en danza».

Al concluir esta estrofa, hay un verso que dice: «y al final la molienda culmina en danza». Aquí el concepto molienda, nos remite a la caña, al ingenio, al azúcar, a las plantaciones, a la esclavitud, a la contratación negrera (a la trata de negros) y al cimarronaje.

¿Quién es esta Tembandumba de la Quimbamba, sino un mito, un logo, una simbología recreada por el poeta? Así es. Es el mito-sentido que representa a la mulata antillana, aquella que es Flor de tórtola y rosa de Uganda. Tembandumba de la Quimbamba, es un mito hecho historia, narración poetizada y exaltación de los valores de una diversidad cultural que, aunque negada, se resiste al olvido. De ahí que: «Por la encendida calle antillana va Tembandumba de la Quimbamba. Flor de tórtola, rosa de Uganda, por ti crepitan bombas y bámbulas; Por ti en calendas desenfrenadas quema la Antilla su sangre ñáñiga. Haití te ofrece sus calabazas; fogones rones te da Jamaica; Cuba te dice: ¡dale, mulata! Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!

¡Sus, mis cocolos de negras caras! Tronad, tambores; vibrad, maracas. Por la encendida calle antillana. Rumba, macumba, candombre, bámbula, va Tembandumba de la Quimbamba».

Al pronunciar estos versos, parece que un tambor o el sonar de un balsié está repicando en nuestra lengua, porque en este discurso poético lo mitológico es un reinventar lo que somos, en oposición a 39

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

En la República Dominicana tenemos algunos poetas que, de manera circunstancial han trabajado el tema afroantillano, pero cabe destacar aquí que su inserción en esa área de la literatura caribeña no ha sido asumida con la plena conciencia de darle continuidad, como un hecho vital, histórico- social y cultural que convive con nosotros, y cuando se ha realizado con cierta consistencia, se he abordado el problema desde la óptica del observador-condolido que canta lo que pasó o lo que pasa… sin asumir el compromiso del sujeto testigo o protagonista de la historia.

Esto que ocurre en nuestro país respecto a la literatura afroantillana, responde a una posición ideológica de

sectores que, de manera consciente o no, aun mantienen su visión hispanófila ante una realidad material y espiritual que es parte intima del Ser dominicano.

En el caso de Yelidá, del poeta dominicano Tomás Hernández Franco (Ediciones Sargazo, El Salvador, 1942), hay una estrategia narrativa que representa, no simplemente la estructuración del texto poético, sino una reconstrucción de la pluralidad de sentidos del poema, a partir de su enfoque mítico. El universo imaginario del poeta, desde «Un Antes», se enuncia a partir de dos mitos aparentemente antagónicos, como son Erick y madam Suquí. : «Erick el muchacho noruego que tenía alma de fiord y corazón de niebla apenas sospechaba en su larga vagancia de horizontes la boreal estirpe de la sangre que cantaba caminos en las sienes».

S/t, oleo/tela, Edmundo Castillo

lo que queremos ser. Es el enfrentamiento conceptual e ideológico de un discurso cimarrón, ante los códigos de un poder neocolonial, oficialme nte instaurado.

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Erick, más que un nombre es la simbología etnocentrista realzada por el poeta. Es la contra-historia, porque en «Otro Antes». Esta no es la historia de Erick al fin y al cabo/ que a los treinta años ya no era marinero/ y vendía arenques nor uegos en su tienda de Fort Liberté/ mientras la esposa de Erick madam Suquí/ rezaba a la Legbá y a Ogún por su hombre blanco/rezaba en la catedral por su hombre rubio.

El sincretismo cultural de esta parte del caribe queda patentizado desde un poetizar narrativo, donde el autor deja traslucir su exaltación del sujeto masculino europeo, frente a la feminidad y el apego de madam Suquí, como representación de la cultura haitiana, visualizada en el texto poético a partir de un maridaje teogónico, compartido en los rezos a las deidades del vudú, junto a la santería de la catedral propia de la religión católica, aflorando entonces el mito de la hechicería o los guanguanes.

El mito etnoracial que representa a Europa (Noruega) en estas tierras, encarnado en Erick, es supervalorado por Hernández Franco, en contraposición al mito etnoracial de las Antillas o del Caribe, específicamente de Haití, representado por madam Suquí, quien procura tener o amarrar su hombre blanco, apegada a sus creencias mítico-teológicas, supersticiosas, proyectadas desde la venta de su sexo o desde la venta de su cuerpo: «Madam Suqui había sido antes ma muasel Suquiete virgen suelta por el muelle del pueblo hecha de medianoche a toda hora con hielo y filo de menguante turbio

grumete hembra del burdel anclado calcinada cerámica con alma de fuente Himen preservado por el amuleto de mamaluá Clarise eficaz por años a la sombra del ombligo profundo Erick amó a Suquiete entre accesos de fiebre escalofríos y palideces y tomaba qui nina en grandes tragos de tafiá para sacarse de la carne a la muchacha negra para ahuyentarla de su cabeza rubia para que de los brazos y el cuerpo se le fuera aquel pulido y agrio olor de bronce vivo y de jungla borra chapara poder pensar en su playa noruega con las barcas volteadas como ballenas muertas». Madam Suqui es entonces el mito de la ramera negra africana de los burdeles en la aventura sexual, en la desnudez salvaje, en medio de las miserias tropicales. Madam Suqui es el mito de la subordinación asumido por una ideología europeizada y europeizante que es asumida por el sujeto de la escritura en el poema, desde una realidad mítico-pluriteogónica, en la representación del encuentro de dos culturas, la europea y la afroantillana. Entonces, es Yelidá el mulataje, el sincretismo y el mito teogónico pendiente de desentrañar por los discursos de las utopías. Aquí, lo musical en el discurso no queda estructurado desde el empleo organizado de términos que de por sí generan eufonía, no hay aquí un manejo intencional de la onomatopeya, o el uso estratégico de las palabras polifónicas, como suele suceder en Pales Matos y en Guillén. Nicolás Guillén (1902-1989) puede ser considerado como la más auténticas expresión del discurso poético afroantillano y una muestra de esto queda 41

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

«¡ Mayombe - bombe- mayombé! Mayombe - bombe- mayombé! Mayombe - bombe- mayombé!

La culebra tiene los ojos de vidrio; la culebra viene y se enreda en un palo; con sus ojos de vidrio, en un palo, con sus ojos de vidrio. La culebra camina sin patas; la culebra se esconde en la yerba; caminando se esconde en la yerba, caminando sin patas».

Aquí la culebra no puede ser vista como un reptil, es una imagen, es parte de una expresión metafórica que, al compás de un coro expresado en la repetición de un estribillo, nos remite al inicio de un ritual para celebrar con cantos la persecución y muerte del mal, del ne-

ocolonialismo, del llanto y la agonía que se arrastra como un reptil por el suelo y «caminando se esconde en la yerba/ caminando sin patas//». La música del poema es trocada en pluralidad y sentidos del d i s c u r s o poético.

La culebra, como enunciación míticodiscursiva, es ideología del sujeto de la escritura y toma de conciencia en su quehacer creativo. No simplemente porque fue hijo y nieto de mulatos, tenemos que considerar a Nicolás Cristóbal Guillén Batista como la más autentica expresión de la literatura afrocubana y afroantillana, sino porque hay una sinfonía musical y un concierto de tambores en su poesía: «Tú le das con el hacha, y se muere: ¡dale ya! ¡No le des con el pie, que te muerde, no le des con el pie, que se va!» «Sensemayá, la culebra, Sensemayá. Sensemayá, con sus ojos, Sensemayá. Sensemayá, con su lengua,

S/t, oleo / tela, Edmundo Castillo

patente en su poema «Sensemayá (Canto para matar a una culebra)», donde la música abarca los sentidos del discurso poético y donde el sujeto-autor acude a los ritos, al decir musical de su pueblo, acude a sus ritmos, a sus leyendas y a sus mitos, para estructurar su discurso poético de manera intencional. Veamos:

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Sensemayá. Sensemayá, con su boca, Sensemayá...»

S/t, oleo / tela, Edmundo Castillo

escena, dramaturgia de la poesía, es representación simbólica y es lengua de un trópico en movimiento que procura reinventarse en su trajinar. La palabra es Es como si se tratase de un baile, en el asumida por el autor desde su valor mícual el poeta nos envuelve con la magia tico-semantico, a partir de sus tonalidade sus tonos plurifónicos. Es el recorrer des y sus pausas musicales: cimarrón de unos tambores que van más «¡Mayombe - bombe- mayombé! allá de los signos y sus significantes. sensemayá, la culebra… En este poema hay una política del ¡Mayombe - bombe- mayombe! decir poético, por lo que no es simplesensemayá, no se mueve… mente ritmicidad y armonía, sino des¡Mayombe - bombe- mayombé! ahogo y rechazo, es furia, es rebeldía y sensemayá, la culebra…. cimarronaje: ¡Mayombe - bombe- mayombé! «¡La culebra muerta no puede comer, Sensemaya, se murió!» la culebra muerta no puede silbar; La muerte de la culebra en este poema no puede caminar, es muerte de la esclavitud, es muerte de no puede correr! la exclusión, es muerte de la colonizaLa culebra muerta no puede mirar; ción y es continuidad de los cantos afrola culebra muerta no puede beber; antillanos, desde el código de un no puede respirar, discurso poético rítmico y musical, y es no puede morder!» expresión figurativa que alude al renaciEn este “Canto para Matar a una Cule- miento del mito de la emancipación. bra», el sujeto-autor es también sujeto

Importancia, peculiaridades y perspectivas de la

investigación en psicología Carlos B. Ruiz-Matuk Escuela de Psicología a relevancia de la investigación en psicología no solo se circunscribe a los impactos que de manera extrínseca podría proporcionar a la humanidad, sino a la necesidad que de manera intrínseca es generada por su heterogeneidad temática y su tendencia a cambios vertiginosos en los enfoques. En otras palabras, la investigación es necesaria tanto por sus beneficios externos como internos a la ciencia de la psicología.

L

Es posible enumerar miles de ejemplos de los beneficios a la humanidad que han podido ser identificados como producto de la investigación en el área psicológica. Algunas muestras podrían ir desde los combates en contra del prejuicio sobre las personas ancianas (Dittmann, 2003b), hasta la participación de psicólogos en las expediciones científicas en la Antártica (Dittmann, 2003a), por citar algunos.

Un incesante surgimiento de nuevas herramientas, técnicas y procedimientos relacionados a la práctica psicológica, lo que ha constituido un obstáculo para el entrenamiento actualizado en las mismas, así como una gran heterogeneidad conceptual (Rodríguez, 2003), representan las problemáticas que hacen a la investigación científica una estrategia indispensable para la psicología. Ésta no solo debe ser consumida y evaluada en términos de la fuerza o debilidad del di-

seño (Rodríguez, Op. Cit.), sino que también su práctica debe ser fomentada como instrumento necesario en nuestras instituciones de educación superior como el principal sistema de producción de conocimiento.

Esa misma heterogeneidad podría identificarse como el factor principal directamente responsable de la gran variedad de aproximaciones metodológicas que dominan a la investigación psicológica. Estas aproximaciones pueden oscilar desde una metodología observacional y enfoques cualitativos (González-Rey, 2000, Harré, 2004), con el objetivo de describir el comportamiento y sus dimensiones, pasando por metodologías de encuestas donde la descripción se amplía a partir del conocimiento, la medición de estas dimensiones y variables, y de sus relaciones hipotéticas, hasta llegar a la experimentación donde se trata de conocer las funciones explicativas de las variables en la que se manifiestan ampliamente los progresos en las técnicas de diseño y análisis estadísticos de datos (Balluerka & Vergara, 2002).

De esta forma, los debates sobre la posibilidad de unificación conceptual en la psicología se han traspasado a las aproximaciones metodológicas. Un debate reciente es el relacionado a la investigación cualitativa versus cuantitativa. Se han dirigido numerosas críticas a la visión positivista de la psicología

44

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 experimental, en contra de los presupuestos universales propios de las investigaciones empíricas, en contra de la medición de los fenómenos que son definidos por sus significados, y en contra del uso de conceptos causales en la descripción y explicación de procesos normativos, eliminando al sujeto humano (Harré, 2004). En este sentido, Sampson (1991, citado en Kerlinger & Lee, 2002) analiza dos puntos de vista opuestos a la luz de la psicología social. Existe una perspectiva convencional o tradicional y una perspectiva socio-histórica. La convencional percibe a la ciencia como un espejo de la naturaleza o como una vitrina de cristal transparente que presenta la naturaleza sin sesgo ni distorsión. El objetivo en este caso es describir con el máximo grado de exactitud cómo es el mundo en realidad. Sampson establece que en esta perspectiva la ciencia constituye un «arbitro objetivo». El tiempo es el único limitante para conocer la verdad. La visión socio histórica percibe al científico como narrador. No hay árbitro neutral. Como resultado, no hay historia verdadera única. Si consideramos la definición de Kerlinger y Lee (Op. cit.) de la investigación científica como una investigación sistemática, controlada, empírica, amoral, pública y crítica de fenómenos naturales, que es guiada por la teoría y las hipótesis sobre las relaciones entre esos fenómenos, es posible enmarcar las tendencias de la investigación actual en psicología. Esto debido a que indudablemente esta definición se coloca dentro de una perspectiva tradicionalista o convencional y, también atendiendo a la relevancia del texto citado, manifestada por lo menos en las referencias de otros textos de metodología de investigación. Ahora bien, es sin duda interesante que

justamente en el año 2004 se comience a editar en Estados Unidos, una revista dedicada especialmente al tratamiento de los temas de la investigación cualitativa en psicología. Esta revista se titula Qualitative Research in Psychology y contempla temas relacionados al debate antes mencionado. Este primer volumen «marca la primera vez» que una revista especializada (o Journal) ha sido publicada cuyo principal propósito es promover la investigación cualitativa buena en psicología (Giles, Gough & Packer, 2004). Según Giles Gough y Packer, otras disciplinas y enfoques interdisciplinarios –tales como educación y salud- están por encima de la psicología en este respecto. Una propuesta hecha en un artículo de esta revista ha sido la de Harré (2004), quién asume que los fenómenos de las ciencias humanas son significativos y los de las ciencias naturales son de propiedades materiales. Contemplando la proposición de Wittgenstein, este autor propone que el significado de cualquier cosa en el dominio de la conciencia humana se revela al preguntar cuál rol juega en algunas prácticas humanas. Este autor argumenta que desechar las representaciones cuantitativas excluye los fenómenos materiales de la psicología. Sin embargo, las representaciones geométricas /estructurales son de gran valor, aunque las aritméticas sean de poca utilidad. Por último, este autor propone que una gramática (en el sentido puesto por Wittgenstein) puede ser una matriz disciplinaria para representar los intentos de la gente de explicar qué está pasando en sus vidas, al mismo tiempo que son formas bajo las cuales la gente vive sus vidas y administra las tareas cognitivas de cada día. Una instancia de este debate en psicología se vislumbra claramente en la pregunta que desde hace más de treinta años se ha formu-

45

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Ureña Año 1. No.1 plinaria (Sternberg & Grigorenco, 2001).

En términos metodológicos, puede señalarse ciertas tendencias o perspectivas de la investigación en psicología a la diversidad y a cambios relacionados a los producidos en la misma sociedad. Por ejemplo, con respecto a la investigación de encuesta, Tourangeau (2004), propone que la encuesta está reflejando desarrollos en la sociedad. Este autor señala tres cambios que han transformado las encuestas. Un primer cambio es la adopción de nuevos métodos para el muestreo por teléfono. Esto ha sido posible debido a la creación de enormes base de datos con los números telefónicos de poblaciones enteras. Un segundo desarrollo ha sido la disminución de la proporción de respondientes en toda clase de encuesta. Esto ha producido a su vez el desarrollo de teorías de persuasión en la psicología. Y por último, las encuestas han adoptado nu meroOlvido 2 , oleo/tela, Edmundo Castillo

lado el psicólogo Walter Michel (2004): ¿Cómo podremos conciliar nuestras intuiciones y teorías acerca de la invariabilidad y estabilidad de la personalidad con las evidencias igualmente estimulantes provenientes de la investigación que señalan la variabilidad de las conductas de las personas a través de situaciones diversas? La respuesta a este debate en estos momentos sería precipitada por dos razones. Primero, porque como se ha señalado, no son muchas las aproximaciones en psicología cualitativa aunque otras disciplinas relacionadas ya han desarrollado numerosas propuestas, por ejemplo en antropología, educación, o en ciencias de la salud. Y segundo, la misma heterogeneidad conceptual de la psicología que se ha señalado en este artículo no permitiría una unificación sino se converge a través de una unidad multimetodológica, multiparadigmática y multidisci-

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Ureña Año 1. No.1 s o s métodos nuevos de recolección Por ejemplo, existen más altas probabilidade datos. Estas modalidades reflejan des de mortalidad de sujetos y la posible redesarrollos tecnológicos en computa- petición de participantes. ción y la emergencia del Internet. En resumen, la importancia de la investiEste último cambio, sin embargo, hay que gación debe asumirse a partir de las necesiobservarlo con precaución como nos ad- dades tanto intrínsecas como extrínsecas de vierte Birnbaum (2004). Vía Internet, no la ciencia psicológica. Las peculiaridades de sólo es más fácil seleccionar muestras gran- la psicología se manifiestan en una heterodes, heterogéneas y especializadas (personas geneidad conceptual que se traduce luego en con características extrañas), sino que tam- una metodológica. Y las perspectivas de bién permite la tipificación de los procedi- desarrollos o cambios en la investigación mientos, haciendo los estudios fáciles de psicológica se vislumbran apoyadas princireplicar. Sin embargo, este mismo autor se- palmente en los avances tecnológicos de la ñala que existen problemas metodológicos. computación y la Internet.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Referencias bibliográficas

Balluerka, N. & Vergara, A.I. (2002) Diseños de Investigación Experimental en Psicología. Madrid: Prentice Hall. Birnbaum, M. H. (2004). Human Research and Data Collection via the Internet. Annual Review of Psychology, 55, 803-832. Dittmann, M. (2003a). Braving the ice: Psychologists journey to Antarctica to evaluate those stationed there during the severe winters. American Psychological Association Monitor, 34, 56. Dittmann, M. (2003b). Psychology's first prescribers. Monitor on Psychology, 34, 36-39. Giles, D., Gough, B., & Packer, M. (2004). Editorial. Qualitative Research in Psychology, 1, 1. González-Rey, F.L. (2000). Investigación cualitativa en psicología: Rumbos y desafíos. México, D.F.: Thomson. Harré, R. (2004). Staking our claim for qualitative psychology as science, Qualitative Research in Psychology, 1, 3-14. Kerlinger, F. N.; Lee, H. B. (2002). Investigación del comportamiento. Métodos de Investigación en ciencias sociales (4ta. Ed. En español). México, D.F.: McGraw Hill. Michel, W. (2004). Toward an integrative science of the person (Prefatory Chapter). Annual Review of Psychology, 55, 1-22. Rodríguez, F.E. (2003). El psicólogo dominicano y la metodología de la investigación psicológica. Perspectivas Psicológicas, 3-4, 73-77. Sternberg, R. J.; Grigorenko, E. L. (2001). Unified Psychology. American Psychologist 56, 1069-1079. Tourangeau, R. (2004). Survey Research and Societal Change. Annual Review of Psychology, 55, 775-801.

La f i l o s o f í a d e l a c u l t u r a

de Pedro Henríquez Ureña Juan de la Cruz E s c u e la d e H ist o ria y A n tro p o lo g ía a figura de Pedro Henríquez Ureña se agiganta en Hispanoamérica y el mundo, conforme se realizan nuevos estudios que dan cuenta de aspectos nodales de su pensamiento y su práctica humanística. Una arista de su pensamiento, que ha sido descuidada por la casi totalidad de sus estudiosos, pero constituye el nudo gordiano de su práctica teórica, está relacionada con su labor en el ámbito de la filosofía de la cultura.

L

Desde sus primeros escritos, Henríquez Ureña mostró una clara predilección por la cultura clásica grecolatina, por la reflexión filosófica de profundidad, por el conocimiento de las características de los procesos culturales y literarios de la América Hispánica (sin descuidar lo que él mismo denominó «la Otra América», al referirse a los Estados Unidos), por la búsqueda de las raíces e identidades culturales que nos vinculan a la población aborigen, a los colonizadores españoles y a la población de origen africano, al tiempo que mostró una especial preocupación por desmadejar los hilos de la cultura clásica, moderna y contemporánea de la «madre patria», España. Los textos del gran humanista dominicano Ensayos Críticos (1905), Cuestiones Métricas (1909), Horas de Estudio (1912), La Cultura de las Humanidades (1914), Estudios de Versificación Española (1920), La Cultura y Peligros de la especialidad (1920),

48

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 En la Orilla, España (1922), Seis Ensayos en Busca de Nuestra Expresión (1928), La Cultura y las Letras Coloniales en Santo Domingo (1936), El Español en Santo Domingo (1940), Las Corrientes Literarias en la América Hispánica (1945) y Plenitud de España (1945), así como un conjunto de escritos especializados, conferencias y artículos diseminados por toda América y España, nos muestran a un filósofo de la cultura de cuerpo entero.

«La unidad de su historia, la unidad de propósitos en la vida política y en la intelectual, hacen de nuestra América una entidad, una magna patria, una agrupación de pueblos destinados a unirse cada día más y más. Si conserváramos aquella infantil audacia con que nuestros antepasados llamaban Atenas a cualquier ciudad de América, no vacilaría yo en compararnos con los pueblos, políticamente disgregados pero espiritualmente unidos, de la Grecia clásica y la Italia del Renacimiento. Pero sí me atreveré a La Filosofía de la Cultura compararnos con ellos para que aprendaLa producción intelectual de Pedro Henrí- mos, de su ejemplo, que la desunión es el dequez Ureña está signada por una peculiar fi- sastre…Nuestra América debe afirmar la fe losofía de la cultura que tiene como en su destino en el porvenir de la civilizahorizonte fundamental la creación de una ción» (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, Patria Grande basada en el reconocimiento pp.467-468). de la multiculturalidad subyacente en todos Pero consciente de que la cultura y sus los pueblos que constituimos la América múltiples manifestaciones no pueden ser Hispánica. uniformizadas para ahogar la expresión creHenríquez Ureña parte de la premisa de ativa que hay en cada ser humano, pueblo o que somos capaces de crear una expresión región, sino que es necesario conservar los espiritual propia que nos distinga de las rasgos peculiares que les distinguen, Henrídemás naciones del mundo, pero sin desco- quez Ureña nos perfila a un ser universal nocer los inmensos aportes culturales que pero con arraigo en lo nativo. Ese tipo de suhemos recibido de las diferentes fuentes clá- jeto social es hoy día más importante que sicas, modernas y contemporáneas de que nunca, por cuanto vivimos en un mundo glohemos bebido, como la oriental, la grecola- bal en que se pretenden borrar todas las identina, la hispánica, la aborigen y la africana. tidades y tradiciones de los pueblos en vía El pensador dominicano hace un esfuerzo de desarrollo para obligarnos a asumir la culserio por aportar a la definición de una visión tura de consumo y pasividad que las grandes integral sobre la identidad hispanoameri- cadenas comerciales y los medios de c o cana, la cual se torna tangible en la búsqueda municació n t r an s nacio nales pr e t e n de una expresión original y genuina del espí- den imponernos. ritu, donde el «ansia de perfección», que Henríquez Ureña (2003, tomo V, p. aprende y recupera de los griegos, se consti- 470) nos define así el hombre nuevo tuye en el buque insignia de su peculiar filo- que es necesario construir de cara a la sofía de la cultura. sociedad del futuro: En el texto «La Utopía de América», Henríquez Ureña nos dice que, en mayor o en menor grado, toda la América Hispánica tiene rasgos que le permiten definir una identidad propia. En ese sentido señala:

«El hombre universal con que soñamos, a que aspira nuestra América, no será descastado: sabrá gustar de todo, apreciar todos los matices, pero será de su tierra; su tierra, y no la ajena, le dará el gusto intenso de los

49

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 sabores nativos, y esa será su mejor preparación para gustar de todo lo que tenga sabor genuino, carácter propio. La universalidad no es el descastamiento: en el mundo de la utopía no deberán desaparecer las diferencias de carácter que nacen del clima, de la lengua, de las tradiciones, pero todas estas diferencias, en vez de significar división y discordancia, deberán combinarse como matices diversos de la unidad humana. Nunca la uniformidad, ideal de imperialismos estériles; sí la unidad, como armonía de las multánimes voces de los pueblos».

cultura, el Quijote de la Identidad Hispanoamericana nos asegura que:

SI/t, oleo/tela, Edmundo Castillo

«Si el espíritu ha triunfado, en nuestra América, sobre la barbarie interior, no cabe temer que lo rinda la barbarie de afuera. No nos deslumbre el poder ajeno: el poder es siempre efímero. Ensanchemos el campo espiritual: demos el alfabeto a todos los hombres; demos a cada uno los instrumentos mejores para trabajar en bien de todos; esforcémonos por acercarnos a la justicia social y la libertad verdadera; avancemos, en fin, hacia nuestra utopía» (Henríquez Ureña, Como parte de su visión filosófica sobre la 2003, tomo V, P. 469).

50

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 El más grande filósofo dominicano, Andrés Avelino, sobre este peculiar tipo de filosofía nos dice:

avenida de la ciudad» (Henríquez Ureña, 1998, pp. 21-22).

Avelino pondera los aportes de este gran pensador dominicano a la definición de una metafísica de la expresión hispanoamericana:

«La filosofía de la cultura es, en su más recto sentido, filosofía de la expresión, filosofía de los modos de expresión del espíritu. «Henríquez Ureña ha contribuido como el Tal filosofía no podía sino ser filosofía de base fenomenológica, descriptiva de los va- que más, aunque de modo espontáneo como lores objetivos de la cultura» (Universidad los otros, a esa metafísica de la expresión, a esa filosofía de lo expresivo, que aunque de Santo Domingo, Volumen 50, p.101). desdeñada en Ortega y Gasset y en KeisserSin embargo, cuando Avelino analiza la fi- ling con el mote impropio de filosofía de lo losofía de la cultura del gran humanista de intrascendente, es, por el contrario, filosofía Hispanoamérica, dice: de superlativa trascendencia. En Ortega y «En Henríquez Ureña aparece de cuando Gasset, es ciertamente una admirable fenoen cuando salpicada de dialéctica, cosa im- menología de la expresión, sin unidad sistepropia de los modos fenomenológicos, su fe- mática; en cambio en Henríquez Ureña el nomenología de nuestra expresión. tema unitario y central le imprime categoría Excelencia debida, sin duda, a la honda in- de filosofía sistemática de la expresión» fluencia del divino Platón que en él había». (Universidad de Santo Domingo, Volumen (Universidad de Santo Domingo, Volumen 50, p.101). 50, p.101). Avelino nos muestra con claridad que la La influencia del gran Platón en nuestro preocupación fundamental de Henríquez Henríquez Ureña es tan cierta que él mismo Ureña estaba orientada a la creación de una cuenta una anécdota que le ocurrió en Mé- metafísica de la expresión del espíritu hispaxico junto a Alfonso Reyes, Antonio Caso, noamericano, que nos identifique como conJesús Acevedo, Rubén Valenti, Alfonso Cra- junto de pueblos que conformamos una vioto y Ricardo Gómez Robelo, cuando unidad cultural y política en el Nuevo se dedicaban a estudiar los aportes de Mundo. los grandes filósofos de la antigua Grecia a Independencia espiritual la humanidad: «Una vez nos citamos para releer en común El Banquete de Platón. Éramos cinco o seis esa noche; nos turnábamos en la lectura, cambiándose el lector para el discurso de cada convidado diferente; y cada quien la seguía ansioso, no con el deseo de apresurar la llegada de Alcibíades, como los estudiantes de que habla Aulo Gelio, sino con la esperanza de que le tocaran en suerte las milagrosas palabras de Diótima de Mantinea… La lectura acaso duró tres horas; nunca hubo mayor olvido del ´mundo de la calle´, por más que esto ocurría en un taller de arquitecto, inmediato a la más populosa

En su obra Seis Ensayos en Busca de Nuestra Expresión (2003, tomo V, pp. 403404), Henríquez Ureña nos revela que antes de completarse la independencia política, hacia el año 1823, Andrés Bello proclamaba la independencia espiritual a través de sus Silvas Americanas, donde instaba a los poetas y a la poesía a dejar como fuente de inspiración a Europa y a tomar las tierras vírgenes bañadas por el Océano Atlántico como su musa inspiradora, lo cual, a su entender, constituyó en ese momento una intención revolucionaria, a pesar de estar expresada en un estilo clásico.

51

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

Henríquez Ureña (2003, tomo V, pp.250251) considera que si bien es una necesidad avanzar hacia la independencia espiritual, no menos importante es no perder de vista que todo intento de aislamiento es ilusorio, ya que hasta nuestros grandes orientadores pri-

migenios estuvieron aguijoneados por un afán europeizante y sería absurdo no aprovechar todos los beneficios que nos ofrece la cultura occidental. En ese orden sostiene que en el ámbito literario Europa estará presente, cuando menos, en el arrastre histórico del idioma. No obstante, es del parecer que el idioma compartido no nos obliga a perdernos en un coro de voces uniformes, cuya dirección no esté bajo nuestro control, sino que, por el contrario, nos obliga a acentuar nuestra nota expresiva, a buscar el acento original e inconfundible. El acento original al idioma español lo han puesto nuestros grandes poetas, novelistas, cuentistas y ensayistas durante todo el siglo XX y lo que va del siglo XXI, el cual se expresa de forma avasalladora en la prolífica y trascendente producción de figuras hispanoamericanas como Pedro Henríquez

Dibujo, Edmundo Castillo

Asimismo destaca el aporte que hicieron Juan María Gutiérrez y José María Heredia a una poética tocada por el espíritu profético y de rebeldía. En el ámbito de las novelas, así como en las campañas humanitarias y democráticas, destaca la ingente labor de José Joaquín Fernández de Lizardi, Bartolomé Hidalgo, Esteban Echavarría, Domingo Faustino Sarmiento, Rubén Darío, José Martí y José Enrique Rodó, entre otros, de quienes dice bebieron “ávidamente agua de todos los ríos nativos” con el propósito de contribuir a la búsqueda de una verdadera expresión del espíritu americano.

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Ureña, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, César Vallejo, Manuel del Cabral, Pedro Mir, Domingo Moreno Jiménez, Andrés Avelino, Nicolás Guillén, Franklin Mieses Burgos, Rómulo Gallegos, Horacio Quiroga, Juan Bosch, Mariano Azuela, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Miguel Angel Asturias, Carlos Fuentes, Juan Isidro Jimenes-Grullón, Roberto Fernández Retamar, José Lezama Lima, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, José Donoso, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Arturo Urla Pietri, Virgilio Díaz Grullón, Marcio Veloz Maggiolo, Jorge Luís Borges, César Boy Casares, Augusto Roa Bastos y Ernesto Sábato, entre otros, pasando a constituirse muchos de ellos en el referente más importante de la Lengua Castellana, incluso por encima de una parte considerable de la intelectualidad española del mismo período.

cencia (1904), José Joaquín Pérez (1905), Gastón Fernando Deligne (1908), Vida Intelectual en Santo Domingo (1910), Cultura Antigua en Santo Domingo (La Española) (1910), La República Dominicana (1917), Literatura Dominicana (1917), La Lengua en Santo Domingo (1919), Salomé Ureña de Henríquez (1920), García Godoy (1925), La Cultura y las Letras Coloniales en Santo Domingo (1936), La Emancipación y Primer Período de la Vida Independiente en la Isla de Santo Domingo (1940), La República Dominicana desde 1873 hasta Nuestros Días (1940), El Español en Santo Domingo (1940) y La Literatura en Santo Domingo (1941), entre otros.

La patria de la justicia La patria anhelada por Henríquez Ureña no es aquella que se funda sobre la base del deseo de uno, dos o tres iluminados, al margen del esfuerzo colectivo, sino fruto del esNuestro gran humanista sostiene que el fuerzo mancomunado de múltiples gran secreto para el logro de una auténtica voluntades, de manera que la justicia ocupe expresión del espíritu hispanoamericano es en ella el lugar privilegiado y se constituya trabajar honda y tesoneramente por una: en el fundamento del ideal de cultura. «Expresión original y genuina; esforzarse Al respecto el gran humanista hispanoamepor hacerla pura, bajando hasta la raíz de ricano plantea: «El ideal de justicia está las cosas que queremos decir; afinar, definir, antes que el ideal de cultura: es superior el con ansia de perfección» (Henríquez Ureña, hombre apasionado de justicia al que sólo 2003, tomo V, pp. 251-253). aspira a su propia perfección intelectual» La convicción profunda de Henríquez (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, p. 462). En Ureña de que sólo es posible obtener una ex- ese mismo orden expresa: «Nuestro ideal no será la obra de uno, dos presión original y auténtica cuando se busca o tres hombres de genio, sino de la cooperacon amor y denuedo en el suelo nativo, es lo que nos permite comprender por qué él ción sostenida, llena de fe, de muchos, innuhurgó tanto en las raíces históricas y cultura- merables hombres modestos; de entre ellos les de su propio país, República Domini- surgirán, cuando los tiempos estén maduros cana, que en muchos de sus escritos para la acción decisiva, los espíritus direcdenomina Santo Domingo -por ser más co- tores; si la fortuna nos es propicia, sabremos nocido de esa manera en América y Europa, descubrir en ellos los capitanes y timoneles, a pesar de estar tanto tiempo fuera del y echaremos al mar las naves». (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, pp. 462-463). mismo. No obstante, Henríquez Ureña advierte que Ese interés por lo que ocurría en su país se si bien debemos llegar a la unidad de la pone de manifiesto en textos como Reflores53

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 magna patria, esto no debe constituirse en un límite en sí mismo. Por eso entiende que la meta final es alcanzar un ideal superior de justicia y desarrollo cultural, porque si ocurriese lo contrario, ese proyecto se constituiría en uno más para acumular poder con el solo propósito de tener poder, lo que podría implicar que la nueva nación se convierta en una potencia internacional fuerte y temible, destinada a sembrar nuevos terrores en el seno de la humanidad atribulada. Henríquez Ureña define con claridad el perfil de la nueva patria que aspira se construya en América:

«Si la magna patria ha de unirse, deberá unirse para la justicia, para asentar la organización de la sociedad sobre bases nuevas, que alejen del hombre la continua zozobra del hambre a que lo condena su supuesta libertad y la estéril impotencia de su nueva esclavitud, angustiosa como nunca lo fue la antigua, porque abarca a muchos más seres y a todos los envuelven la sombra del porvenir irremediable». (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, p. 462). Al mismo tiempo deplora el que nuestro continente se constituya en una réplica o prolongación de Europa o cualquier otra potencia imperialista de la tierra. Por eso, al tiempo de trazar las coordenadas de su ideal utópico, advierte contra los peligros que nos asechan:

en ellas se multiplicaran los dolores humanos, no los dolores que nada alcanzará a evitar nunca, los que son hijos del amor y de la muerte, sino los que la codicia y la soberbia inflingen al débil y la hambriento». (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, p. 462).

Para prevenir a los constructores de la Magna Patria, soñada por Simón Bolívar, José de San Martín, Juan Pablo Duarte, Francisco Morazán, Eugenio María de Hostos, Gregorio Luperón, Emeterio Betances, José Martí, Máximo Gómez, Federico Henríquez y Carvajal, Pedro Albizu Campos, César Augusto Sandino, Gregorio Urbano Gilbert, Farabundo Martí, Ernesto -CheGuevara, Francisco Alberto Caamaño, José Enrique Rodó y el propio Pedro Henríquez Ureña, éste nos traza con claridad el camino a seguir: «Nuestra América se justificará ante la humanidad del futuro cuando, constituida en magna patria, fuerte y próspera por los dones de su naturaleza y por el trabajo de sus hijos, dé el ejemplo de la sociedad donde se cumple ‘la emancipación del brazo y la inteligencia’… En nuestro suelo nacerá entonces el hombre libre, el que, hallando fáciles y justos los deberes, florecerá en generosidad y en creación». (Henríquez Ureña, 2003, tomo V, p. 462).

Sin embargo, el forjador del ideal políticofilosófico de la magna patria nos recuerda «Si nuestra América no ha de ser sino una que la utopía no es ilusión, sino el creer que prolongación de Europa, si lo único que ha- los ideales se concretizan sobre la faz de la cemos es ofrecer suelo nuevo a la explota- tierra sin esfuerzo y sin sacrificio, razón por ción del hombre por el hombre (y por la cual nos insta a todos a trabajar día a día desgracia, esa es hasta ahora nuestra única de forma incansable, con fe y con esperanza realidad), si no nos decidimos a que esta sea en el porvenir para convertir en una realidad la tierra de promisión para la humanidad bienhechora la creación de la patria de la juscansada de buscarla en todos los climas, no ticia y de la cultura. tenemos justificación: sería preferible dejar desiertas nuestras altiplanicies y nuestras pampas si sólo hubieran de servir para que

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Álvarez, Julia (2002), En el Nombre de Salomé, México: Alfaguara.

Alvarez, Soledad (1980) La magna patria de Pedro Henríquez Ureña. Santo Domingo: Colección Siboney.

Avelino, Andrés (1946), «Pedro Henríquez Ureña: Filósofo y Humanista». Homenaje a Pedro Henríquez Ureña. Ciudad Trujillo: Universidad de Santo Domingo, Volumen 50, pp. 87-118.

Barcia, Pedro Luís (Compilador) (2006), Pedro Henríquez Ureña y la Argentina, Santo Domingo: Dirección General de la Feria del Libro. Collado, Miguel (Compilador) (2006), Ideario de Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo: Ediciones CEDIBIL.

Durán, Diony (1992), La Flecha de Anhelo, La Habana, Cuba: Editorial Letras Cubanas.

González Tapia, Carlisle (1998), El Pensamiento Lingüístico de Pedro Henríquez Ureña (Primer lingüística dominicano y primer dialectólogo de Hispanoamérica), Santo Domingo: Editora Universitaria.

Henríquez Ureña, Familia (1996), Epistolario, 2 tomos, Santo Domingo: Secretaría de Educación, Bellas Artes y Cultos.

Henríquez Ureña, Familia (2002), Martí en los Henríquez Ureña, Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación.

Henríquez Ureña, Pedro (1994), Las Corrientes Literarias en América Latina, Bogotá: Fondo de Cultura Económica. Henríquez Ureña, Pedro (1998), Ensayos, México: Fondo de Cultura Económica.

Henríquez Ureña, Pedro (1988a), Obra Dominicana, Santo Domingo: Sociedad Dominicana de Bibliófilos.

Henríquez Ureña, Pedro (2000), Memorias * Diario * Notas de Viajes, México: Fondo de Cultura Económica. Henríquez Ureña, Pedro (2001), Obra Crítica, México: Fondo de Cultura Económica.

Henríquez Ureña, Pedro (2003), Obras Completas, 5 tomos, Santo Domingo: Editora Nacional de la Secretaría de Estado de Cultura. Henríquez Ureña, Pedro (2004), Desde Washington, México: Fondo de Cultura Económica.

Henríquez Ureña de Hlito, Sonia (1993), Pedro Henríquez Ureña: Apuntes para una Biografía, México: Siglo Veintiuno Editores.

Inoa, Orlando (2002), Pedro Henríquez Ureña en Santo Domingo, Santo Domingo: Comité Permanente de la Feria del Libro. Jaeger, Werner (2006), Paideia: Los ideales de la cultura griega, México: Fondo de Cultura Económica.

Jimenes-Grullón, Juan Isidro (1969), Pedro Henríquez Ureña: Realidad y Mito y Otro Ensayo, Santo Domingo: Editorial Librería Dominicana.

Krauze, Enrique (1999), Pedro Henríquez Ureña, México: CONACULTA. Martí, José (1980), Nuestra América, Santo Domingo: Buenos Aires.

Mateo, Andrés L. (2001), Pedro Henríquez Ureña: Enrancia y Creación, Bogotá: Taurus.

Mateo, Andrés L. (2006), ¿Por qué vino Pedro Henríquez Ureña en 1931?, Santo Domingo: Editora Publiguías.

Ricardo, Yolanda (2003), Magisterio y Creación. Los Henríquez Ureña, Santo Domingo: Publicaciones de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.

Rodríguez Demorizi, Emilio (2002), Dominicanidad de Pedro Henríquez Ureña -Biografía-, Santo Domingo: Educarte.

Ureña de Henríquez, Salomé (1997), Poesías Completas, Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro.

Vargas, José Rafael (1984), La Integridad Humanística de Pedro Henríquez Ureña -Antología-, Santo Domingo: Editora de la UASD.

LA NOC IÓN DEL HUMANISMO

EN HANS-GEORG GADAMER

R a m ó n P é r e z . (1)

E s c u e l a de Filos ofía

La hermenéutica actual, es la hermenéutica de Hans-Gadamer, la que conocemos con la publicación de su obra fundamental Verdad y método, en el año de 1960. En el ensayo abordamos el concepto del humanismo desde la perspectiva de Gadamer, donde nos damos cuenta que éste se aleja de su maestro Heidegger en su modo de concebir el humanismo, y se va a inclinar por la tradición del humanismo renacentista representada por GB. Vico. Este sólo elemento no es suficiente para suponer una ruptura con el pensamiento de Heidegger. Aquí citamos con frecuencia el texto de Damiani, a Hegel entre otros. ans- Gadamer nació en el año de 1900, en Alemania, un cuarto de milenio después de la muerte de René Descartes, considerado el fundador del pensamiento moderno. Con el tiempo se conviertió en un crítico de la noción de método predominante en la época. En la misma fecha muere también F. Nietzsche.

H

Gadamer estudió en Marburgo con Paúl Natorp y Heidegger, fue profesor en Leipzis, Frankfurt y Heidelberg. Se reclaman sus discípulos filósofos de renombre como J. Habermas, K.O.Apel, Volkman-Schluck, entre otros. La repercusión del pensamiento de Gadamer puede calibrarse a través de los autores que en algún momento de su obra lo

(1) El autor del ensayo es catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en la Escuela de Filosofía; con estudios de doctorado por la Universidad del País Vasco. Se especializa en la tradición hermenéutica.

han tomado punto de referencia, entre ellos el filosofo italiano G. Vattimo, el francés P. Ricoeur, y el filósofo español Emilio Lledó.

La obra principal de Gadamer, Verdad y método, inicia con una reflexión sobre el concepto de humanismo, marcando así, de entrada, la distancia con la concepción metódica y cientificista predominante del siglo XVIII. En esta visión del humanismo pone en evidencia la ruptura con su maestro Martín Heidegger. Gadamer va a seguir la tradición renacentista principalmente de Giambattista Vico, y no la tradición clásica de la paideia griega. Esta manera de abordar el humanismo le permite al autor de Verdad y método, en primer lugar, superar a Dilthey en el intento de fundamentar a las ciencias del espíritu. En segundo lugar, situar el problema hermenéutico más allá de la concepción racionalista,

56

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 es decir, la posibilidad de alojar la herme- de vista gnoseológico y no antropológico néutica en el ámbito del lenguaje, donde que es la postura de Gadamer. tiene lugar el diálogo, la intersubjetividad o Damiáni insiste en que la verdadera difecon Heidegger donde habita el Ser. rencia entre Vico y Gadamer está en el modo Gadamer encuentra en los conceptos bási- de concebir la finitud de la existencia hucos del humanismo la concepción del huma- mana, que Hegel la ubica en relación con el nismo predominante a partir del siglo XVIII. otro, o sea en la intersubjetividad, pasando La formación va a cambiar la visión tradi- por un proceso de formación en el cual el cionalista de este concepto como formación hombre pasa de la «conciencia del en sí», a de la disposiciones corporales, o naturales, la conciencia del «para sí». que era el uso corriente en el siglo XVIII, La idea de formación está íntimamente para pasar a asumir una dimensión más afín vinculada al concepto moderno del humacon las aspiraciones de querer fundamentar a nismo. Además, la formación a partir de su las ciencias humanísticas o del espíritu en el reconceptualizacion moderna, está relacioconcepto de formación (Bildung). nada a las nuevas corrientes filosóficas conSi bien es evidente la ruptura con Heideg- temporáneas, como son el humanismo, el ger, quien parte de la paideia como eje fun- existencialismo, el psicoanálisis, la hermedamental frente a las humanitas, no podemos néutica, etc. afirmar que su discípulo Gadamer asume en El nuevo giro del concepto de formación todas sus partes la tradición viquiana respecto al humanismo. En el concepto de Sen- estará vinculado a la cultura, alcanzando tal sus Communis formulado por Vico, las grado de espiritualidad que dicho concepto, críticas a Gadamer no se hacen esperar. Da- ahora, estará emparentado con la idea alemana de Bildung, como formación del carácmiani afirma que: ter de la persona, o (Bild) imagen de Dios «La hermenéutica de Gadamer no puede conservada en el alma. asimilar siquiera el desarrollo de la noción Lo más importante es que este nuevo enfode sentido común dentro de la obra de Vico que culmina atribuyendo al sentido común que tiene más que ver con las capacidades espirituales, de carácter, de la inteligencia de un carácter universal» (Damiáni. 2003). la persona, y no como una mera extensión La postura del autor de Verdad y método es utilitaria, técnica de esa misma capacidad del comprensible, quien conoce su obra sabe que hombre, o de «dar forma», o «formación naéste hace descansar la condición de universa- tural». Esto va a permitir a Gadamer fundalidad de la hermenéutica en el carácter dialo- mentar su hermenéutica filosófica sobre una gal que establecemos con todo texto. El base más acorde con los principios humanislenguaje esta mediado por la tradición y los tas del renacimiento, frente a la hegemonía prejuicios. La diferencia con Vico es que la cientifista y metódica característica del siglo condición humana puede trascender esos XIX. De acuerdo a Damiáni: límites. «Gadamer se reconoce heredero del análiEl punto crucial, de acuerdo Damiáni, está referido al problema de la fundametación de sis ontológico del Dasein formulado por las ciencias del espíritu, que es la crítica de Martín Heidegger en Ser y Tiempo. Por el Gadamer a Dilthey. Vico parte de la homo- otro, cree encontrar en la tradición humageneidad sujeto-objeto, o sea, desde el punto nista una serie de conceptos imprescindibles 57

Dibujo, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

para justificar la necesidad de una hermenéutica filosófica».(Damiáni. Pág. 32).

A partir de ese momento podemos decir de una persona que es culta, de buenos modales, que tiene formación. Sin embargo, GaEntre esos conceptos está en primer lugar damer no pasa por alto el señalamiento de el de formación, que como señalara HeidegW. von Humboldt quien establece una difeger el humanismo renacentista consistiría rencia de significado entre cultura y formacentralmente en una rehabilitación del conción. Veamos: cepto grecolatino de formación (Op. Cit. «pero cuando en nuestra lengua decimos Pág.32). Y en segundo lugar, el concepto de “formación” nos referimos a algo mas eleformación, a partir de la conceptualizacion teórica de Hegel, que Gadamer desarrolla vado y más interior, al modo de percibir que con amplitud en Verdad y método, reviste un procede del conocimiento y del sentimiento carácter histórico, adquiere un sentido de de toda la vida espiritual y ética y se deconservación, vinculado al lenguaje. De rrama armoniosamente sobre la sensibilidad y el carácter». (Gadamer .Pág.39). acuerdo a Gadamer: «En este sentido ya una primera ojeada a la historia etimológica de “formación” nos lleva al ámbito de los conceptos históricos, tal como Hegel los hizo familiares al principio en el ámbito de la “primera filosofía. De hecho es Hegel el que con más agudeza ha desarrollado lo que es la formación, y a el seguiremos ahora». (Gadamer. Pág. 40). Es Hegel, entre los pensadores alemanes, quien le da el giro al concepto de formación.

Humboldt apunta a llevar el concepto de formación más allá de donde lo deja Hegel, introduce por primera vez los conceptos de «ética», «conocimiento», «sentimiento», «sensibilidad» esto último sugiere la vida artística. Para Humboldt la cultura es exterior al sujeto. Y se adelanta no solamente a Hegel, sino también a Manuel Kant. Gadamer advierte que:

58

«Kant no emplea todavía la palabra for-

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

SI/t, oleo/tela, Edmundo Castillo

«La formación práctica se demuestra entonces en el hecho de que se desempeña la profesión en todas las direcciones. Y esto incluye que se supere aquello que resulta extraño a la propia particularidad que uno encarna, volviéndolo completamente propio». (Gadamer. Pág. 42).

En la Fenomenologia del espíritu Hegel se refiere a la idea de la formación cultural y a cómo el concepto de trabajo, por ejemplo, es fundamental en la formación de la conciencia para sí, como idea positiva. Lo plantea de la siguiente manera:

mación en este tipo de contexto. Habla de la “cultura” de la capacidad (o de la “disposición natural”), que como tal es un acto de la libertad del sujeto que actúa. Así entre las obligaciones para con uno mismo, menciona la de no dejar oxidar los propios talentos, y no emplea aquí la palabra formación». (Gadamer. Pág.39).

«La relación negativa con el objeto se convierte en forma de este y en algo permanente, precisamente porque ante el trabajador el objeto tiene independencia. Este término medio negativo o la acción formativa es, al mismo tiempo, la singularidad o el puro ser para sí de la conciencia, que ahora se manifiesta en el trabajo fuera de sí La vía kantiana del concepto de formación y pasa al elemento de la permanencia; la no parece ser posible para la fundamentación conciencia que trabaja llega, pues, de este de una hermenéutica filosófica, que es lo que modo a la intuición del ser independiente persigue Gadamer. El filósofo de Kognim- como de sí misma». (Hegel, 1999. Pág. 120). berg se queda en la pura forma. En cambio, El Sensus Communis es otro de los concepla concepción hegeliana de la formación, permite a Gadamer conectar con el carácter tos fundamentales del humanismo. Damiáni de historicidad del problema, entendiendo la pone de manifiesto cómo la elaboración teócultura, el lenguaje, etc., como pro- rica que hace Vico del concepto de sensus communis sirve a los propósitos de Gadamer. ducto histórico. En primer lugar, para reivindicar la indepenHegel desarrolla con amplitud el concepto dencia de las llamadas ciencias del espíritu de la formación más que cualquier otro del ideal metódico de la ciencia moderna. Y autor. Se refiere a la formación en general, a en segundo lugar, para fundamentar su prola que está subordinado lo particular y me- pio proyecto de una hermenéutica filosófica. diato, también hace la distinción entre la forDamiáni pone de manifiesto las coincidenmación práctica, y la formación teórica. cias de Gadamer y Vico, debido a que ambos Veamos: 59

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 autores recurren a la tradición para hacer el hecho de que para Vico el sentido común valer sus argumentos frente al ideal metó- contiene criterios utilizados por la facultad dico de la ciencia moderna. En el caso de de juzgar» (Pág. 37). Vico, señala: Tanto Vico como Gadamer se separan pre«En su reivindicación del sensus commu- cisamente en el modo de fundamentar ambos nis, Vico rehabilita contra el ideal carte- programas. Gadamer no puede seguir a Vico, siano de ciencia metódica un conjunto de pues el modo de fundamentacion de su filoargumentos que la tradición retórica había sofía hermenéutica, su universalidad, se basa dirigido contra la pretensión estoica de ex- en la noción de lingüísticidad. pandir el arte de juzgar (crítica) hacia ámA partir de la página cuarenta y ocho de bitos que serían ajenos a su competencia». Verdad y método, el autor trata ampliamente (Damiáni, Pág. 35). el concepto de sensus communis, lo que Lo que destaca Damiáni es que Gadamer ayuda a entender la elaboración teórica de hace suyo los argumentos de Vico, conteni- Vico en su remisión a la tradición clásica de dicho concepto. Dice Gadamer: dos en De ratione las nociones de sensus communis, verosimilitud, y prudencia para «La defensa del humanismo emprendida hacer valer la existencia moral de la persona. por Vico esta mediada, como se ve ya por el Damiáni lo plantea como una crítica a Ga- título, por la pedagogía jesuítica, y se dirige damer, en el sentido de que este no asume tanto contra Descartes como contra el janpor completo el programa de Vico, dice: senismo. Este manifiesto pedagógico de «En la Scienza nuova, Vico había definido Vico, igual que su esbozo de una “nueva al sentido común como “un juicio sin refle- ciencia”, tiene su fundamento en viejas verxión alguna, comúnmente sentido por todo dades; se remite por ello al sensus commuun orden, por todo un pueblo, por toda una nis, al sentido comunitario, y al ideal nación o por todo el género humano”. Sin humanístico de la eloquentia, momentos que hacer referencia a esta definición viquiana aparecen ya en el concepto clásico del del sentido común, Gadamer la fracciona sabio». (Pág. 49). para definir por un lado al sentido del gusto como un “juicio sin reflexión compartido”, estableciendo una analogía con el juicio ético, y por el otro al sentido común como una “generalidad concreta”. Mediante dicha operación conceptual Gadamer omitía

Este concepto de la capacidad de juicio indudablemente tiene resonancia ilustrada y kantiana. La capacidad de juicio ocupa un lugar especial en su elaboración teórica, asociada a la capacidad de diferenciar el gusto estético.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1-Hegel, Georg Wilhelm F. Fenomenologia del espíritu. Ed. F.C.E. 1999. España. 2-Gadamer, Hans-Georg. Verdad y método. Ed. Sígueme-Salamanca. 1996. España. 3-Heidegger, Martín. Carta sobre el humanismo. (Versión digital) 4-Damiáni, Alberto. Humanismo civil y hermenéutica filosófica. 2003. España.

Mutabilidad e inmutabilidad del ser presocrático

Carolina Familia Escuela de Filosofía a filosofía presocrática se caracteriza por ser una reflexión sobre el origen y fundamento del ser, esto es, tenía una visión cosmogónica del mundo. Ello lo evidencia la primera escuela filosófica de la antigüedad de la cual nos han llegado noticias. Esta escuela suele denominarse escuela Jónica, la cual estaba conformada por los filósofos: Anaximandro, Anaximenes, y por supuesto Tales de Mileto, quien la lideraba, y se le denominó como uno de los siete sabios de Grecia.

L

no el Apeirón, y mucho menos el agua como había planteado su otrora maestro.

Otras escuelas como la Pitagórica, los mecanicistas y demás, también evidenciaron gran preocupación por solucionar tan importante problema, aunque todo desde una perspectiva natural o física, no se puede negar que en sus conclusiones mostraban algunas notas diferenciadoras.

Con la presencia de Heráclito y Parménides la explicación sobre el «principio» de toda la realidad existente adquiere matices Los filósofos de esta escuela y la mayoría que lo hacen totalmente diferente. de los presocráticos buscaron el principio En el caso de Heráclito, trata de establecer fundador de todo cuanto existe en un un elemento de tipo natural, para Tales, ese primer una teoría del ser que difiere de sus anteceelemento o principio fundador del que se sores contemporáneos y en algunos casos forma toda la realidad existencial le pareció posteriores a él. Para Heráclito el ser es el encontrarlo en lo húmedo, es decir, en el movimiento interno-absoluto de los cuerpos agua. En lo que se refiere a Anaximandro, naturales, es decir, de la realidad en todas sus este encuentra su Arjé en una sustancia infi- manifestaciones. No el fuego, sustancia manita llamada Apéiron. Este ultimo pensador terial perceptible por los sentidos, como difiere de su maestro, ya que el Arjé que él hasta ahora se había entendido; sino que esta entiende que constituye el principio de toda constituye su modelo simbólico de exposila realidad, no es un principio natural, sino ción explicatoria de su teoría del ser. Su ser más bien, una especie de elemento racional, al igual que el de Parménides es de tipo lógico, se accesa a éste vía racional, pero en donde los sentidos no logran penetrar. puede ser observable en los diferentes estaEn lo tocante a Anaxímenes, con este pendos de el ser. sador se regresa a un principio de tipo natuLos sentidos no captan el movimiento-ser, ral el fundamento de todo el mundo real, en su desplazamiento cuantitativo, sino que marcando un retroceso en relación con Anaximandro, que había superando a su maestro percibe las etapas cualitativas al final del Tales. Anaxímenes plantea que esta sustan- desarrollo del movimiento cuantitativo que cia única y elemental la representa el aire, y se observa en un salto de cualidad, así hasta 61

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 el infinito, pero jamás se repetirá la misma etapa en ningun cuerpo real, ya que su desarrollo es de forma progresiva y ascendente, nunca vuelve a su estado inicial porque el mismo tiempo no regresa. El ser de Heráclito es absoluto como el de Parménides, lo que cambia en él es la cubierta que lo envuelve, eso que Kant llama fenómeno de la realidad, lo captable por los sentidos.

Heráclito, la fuerza creadora que congrega y despresa el ser en un acto de creación de la diversa realidad y formas de la materia. La filosofía heraclitiana puede ser sintetizada en dos principios que a nuestro juicio constituyen la esencia de su pensamiento; el principio del devenir que con su tensionalidad representa la fuerza creadora o razón del mundo, no cabe duda, el principio del fluir Para Heráclito, el movimiento, el devenir que sostiene que nada es permanente, que no es el fundamento único y universal de todos existe ser fijo, esto es que nada dura para los fenómenos de la realidad su doble pre- siempre que pueda ser soporte eterno de cualquier cimiento o realidad. sentación: Objetiva y subjetiva. El principio de la realidad y la sucesión universal de los fenómenos del mundo, Heráclito lo explica por medio del movimiento. Este movimiento constituye la fuerza dinámica que genera el desarrollo cuantitativo hasta llegar al cualitativo, que es el momento cuando se produce el cambio radical en el objeto y puede ser perceptivo por los sentidos. El fuego en Heráclito adquiere un sentido distinto al que tiene por naturaleza. No lo concibe como una sustancia corpórea alguna, sino más bien como símbolo de la eterna inquietud del devenir presente en toda la realidad natural. En definitiva, representa la verdadera razón cósmica del mundo.

Heráclito no se preocupa por el origen de la realidad, sino en determinar su esencia, su ser, aquello que permanece en todos los seres, aquello que lo hace ser lo que son, y no otra cosa. El creador del principio de la mutabilidad del ser, sin proponérselo encuentra en el devenir la explicación del origen de la realidad. Esta categoría se convierte en el principio fundamento del todo cuanto existe; ya que la misma se presenta como cierta tensión entre contrarios. Dicha tensión es la que pone en curso el movimiento. El devenir con su tensión obligada es para

En suma, del pensamiento de Heráclito podemos colegir, que no hay nada con existencia que pueda resistirse a la ley del movimiento. Todo está en constante movimiento. Todo fluye, todo cambia, nada permanece igual en tiempo y en espacio, no existe todavía algún ser que pueda considerarse estático, ya que ser significa, dinámico, porque la existencia es breve, se es y se deja de ser al otro instante. Para el pensador oscuro de la antigua Grecia existir es un perpetuo cambio, es un estar constantemente siendo y no siendo; un devenir perfecto, un constante fluir. En lo tocante a Parménides, podemos destacar que su ser tiene sentido, a partir de la negación del ser de Heráclito. Su pensamiento filosófico solo tiene sentido en su relación antagónica con el pensamiento del autor de la frase «nadie se baña dos veces en un mismo río». Ante la mutabilidad, el movimiento y el devenir. Parménides enarbola la idea de un Ser: único, eterno, inmutable, inmóvil e ilimitado; en franca posición antagónica con el ser heraclitiano. Es de justicia destacar que parmenides no que frente a los sentidos hay un realidad de tipo cambiante. Este fenómeno él lo acepta, de echo, pero lo considera del todo falso. Por ello, él promueve otra realidad, otro mundo que es el que sostiene la realidad fenoménica, y que

62

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 dicha realidad es inmutable y eterna, y por consiguiente la realidad-ser.

ridad de la razón, y que jamás podrá tener como referente la esfera de lo sensible deEl pensamiento filosófico de Parméni- bido a que la misma lo ubica en el mundo de des puede ser sintetizado en tres princi- la ilusión heraclitiana planteada en un fluir pios básicos que constituyen la esencia perpetuo en un cambio permanente y en un movimiento eterno. de su filosofía.

Es indudable que el ser de Heráclito evidencia un alto grado de profundidad, mostrando que sus reflexiones que él representaba la mente más preclara de los filósofos presocráticos. Pero, contemporáneo a él, y en posición adversa, tenemos otra luminaria del quehacer filosófico primigenio. Nos referimos a ese gigante de Elea que se conoce como Parménides. Al igual que Heráclito Parménides marca el rumbo de una filosofía que alcanzara su máxima expreEl segundo principio Parménidio se ex- sión en la modernidad, justamente, a partir presa de la siguiente manera: «lo mismo es del siglo XII, siglo del despertar humano. el pensamiento que aquello que pensamos». Su idea de ser, ha traspasado los linderos Esa idea evidencia que existe una identidad entre el pensar y el ser o entre el ser y el pen- de su época; de tal forma, en efecto, que sar. Con esta tesis se deduce que el pensar es sirve de base a la identidad de los pueblos en la representación genuina del mundo de los materia de cultura. Gracias a esta idea, las objetos, en tal sentido, pensamiento y ser son ciencias biológicas, y por consiguiente las ciencias médicas, encuentran su soporte, su la misma cosa e idénticos entre sí. punto de partida en la inmutabilidad del ser, El tercer y último principio del filósofo de y no en su cambio, como sostiene Heráclito. Elea, lo que procura es poner en evidencia la Además de las ciencias antes mencionadas, imposibilidad del devenir, al asegurar que: hallan su soporte en el ser de Parménides, «el ser es algo compacto que es uno y todo». podemos mencionar las matemáticas y El eleata no concibe que el ser perezca y la lógica. luego empiece ha ser; porque si comenzó a Según Vicens Cepeda, en Parménides ser, no es, ya que el ser es único y eterno, porque sino lo fuera, tuviera principio y fin. «todo lo existente es considerado como algo Si tiene principio, es que antes del principio inmutable que no es percibido por nuestros del ser, habían el no ser; algo que es absurdo. sentidos y que nada tiene que ver con la percepción exterior. Es el “ser” o ente que, que El ser y el no ser no es. El no ser no tiene solo puede concebir la inteligencia» (1974, principio, de igual manera no tiene fin; por- p.10). Pero ha esta inteligencia a la que que si tiene fin es que llega un momento en aduce Parménides no es una inteligencia dique el ser deja de ser. Después de que el Ser vina ni de tipo laica es decir, hablamos de la deja de ser lo que hay es no ser. Lo cual Par- fuerte y poderosa mente humana. Pues, solo ménides considera totalmente absurdo. la inteligencia o nous puede captar y conceEn definitiva el ser de Parménides es un ser bir el ser inmutable, continuo e indivisible, de carácter lógico que subyace en la interio- ya que no existe otra instancia que sea capaz El primer principio se expresa de la siguiente manera: «solo el ser es porque es; en cambio la nada no es». Este principio procura develar y dar respuesta al devenir de Heráclito, desarrollado en el movimiento que produce la tensión de los contrarios. De lo anterior, deducimos que Parménides niega radicalmente la posibilidad de un devenir, lo que existe según él, es un ser, lo demás es ilusión sensible.

63

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 de tan ingente Proesa. Únicamente por vía de la inteligencia racional podemos descubrir la esencia, lo permanente, lo increíble y lo indestructible de la realidad en sentido general y, por supuesto, de los objetos, en sentido particular.

Podemos terminar afirmando que el Ser del gran Parménides es perfecto, puro e inagotable. Carece de temporalidad: es inaceptable por los sentidos. Pertenece al ámbito de la inteligencia, gracias a su condición de producto del pensamiento, el cual está regido por leyes o por principios de tipo lógicos. Prueba fehaciente de que su ser no es de origen físico, como el de Tales y Anaxímenes; sino, más bien, de procedencia metafísica como el de Pitágoras, Anaximandro y Zenón de Elea.

Heráclito, al igual que Parménides, plantea un ser inagotable y eterno; pero se diferencia de ser este último; el suyo se halla en movimiento, en el cambio, no en la inmutabilidad como sostiene el filósofo eleático. Esto se evidencia cuando Leonor y Hugo Martinez Echeverri, en su Diccionario de filosofía ilustrado, señalan que el oscuro de efeso: «atribuye el origen del mundo a la discordia, a la contrariedad y hace de la identidad de los contrarios el principio mismo». (1997, p.253). Este principio que aduce Martínez Echeverri en su diccionario, es el del ser mismo, que no es posible en Heráclito, sin la contrariedad, sin la lucha. Esta discordia presente en el ser de Heráclito, él lo simboliza como el fuego, como llama siempre viva, dueña de una fuerza vital interna que produce de manera permanente la emanación o, mejor dicho, la transformación del

mundo. «Este fuego es el mismo dios; por eso todas las transformaciones que se dan son de carácter racional. Siendo el alma humana como una partícula de ese fuego». (Álvarez, Diez y Povedano, 1987, p.62). Es harto sabido que en Heráclito todo es movimiento y dinamismo. Nada esta en reposo, como cree Parménides. Por el contrario, todo tiende a desvanecerse, a desapare cer, gracias a la disinamidad interna de la realidad universal.

En el viejo Heráclito se identifica el ser con lo cambiante. Es un ser que se mueve de ser a no-ser y viceversa. Este movimiento, solo es posible en el mundo sensible, obviado por los eleáticos.

La realidad en él es un devenir constante que recibe su impulso motriz del fuego; esto es el calor que llena de vida todo.

64

S/t, acrílico, tela Edmundo Castillo

El ser de Parménides, afirma Chávez Calderón, «…es único; de no serlo, existiría algo que no fuera ser y, como ya quedo asuntado, el no-ser no existe. El es increado; de lo contrario, tendría que proceder del noSer, lo cual es imposible» (2004, p.26).

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 En suma, el problema del arje o principio de la naturaleza, tanto en Parmenides como en Heráclito, encontraron respuestas o soluciones de carácter metafísico, no en elementos físicos como sucedió en Tales, Anaxímenes, y otros presocráticos; sino, más bien, en principios de tipo lógico, lo que constituyó un gran salto en el pensamiento griego, no obstante, el gran avance alcanzados por estos preclaros del que hacer metafísico de la Grecia antigua, sus aportes en materias gnoseológicas, antológicas, lógicas y mas; no pasan de ser un esbozo de las diferentes áreas del saber humano, abordadas por estos pioneros de la reflexión filosóficas caería sobre los hombros de los filósofos posteriores desarrollar los diversos tópicos, objeto de estudio del quehacer filosófico presocrático.

pensamiento filosófico griego. En esta etapa, se depuraron y desarrollaron los temas que ocuparon la atención de los presocráticos y se asumieron otros.

Con la filosofía clásica, nacieron nuevas perspectivas que enriquecieron el pensamiento griego, y con ello, por su puesto, nuevas temáticas en su horizonte filosófico. A partir de ese instante se pasa, plenamente, de una visión cosmogónica, a una antropológica. Su interés cognoscitivo no es el principio de lo que esta formado el mundo, de ahora en adelante la ocupación de la filosofía, versará sobre los problemas del hombre y su relación con el mundo, la sociedad y consigo mismo, así como su fin y ubicación en el cosmos. A partir de este instante, el discurrir filosófico se centrará de manera exclusiva en el ser que Protágoras denomino En la misma antigüedad, con Platón y Aris- como «la medida de todo», y su relación con tóteles, estos temas fueron trabajados de ma- los demás seres reales y ficticios que confornera más profunda, debido, claro está, al man el resto del universo. grado de madurez a que había llegado el

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • Álvarez, José; Diez, Miguel y Povedano, Santiago. (1987). Introducción a la filosofía. Santo Domingo: Rex, S. A.

• Chávez, Pedro. (2004). Historia de las doctrinas filosóficas. México: Pearson educación.

• Martínez Echeverri, Leonor y Hugo. (1997). Diccionario de filosofía ilustrado. Santa Fe de Bogota: editorial panamericano.

• Vincent cepeda, rosa. (1974). Manual de introducción a la filosofía. Santo Domingo, Republica Dominicana: Programa oficial, plan de reforma.

Anti-valores del Trujillato María R. De la Cruz Escuela de Historia y Antropología

como válidas? ¿Hasta dónde podemos inducir a nuestros jóvenes, futuros dirigentes de los destinos del pueblo dominicano, a posibles imitaciones delincuenciales e inmorales, con la presentación del personaje como un sujeto aislado de un proceso histórico, y no No es casual escuchar en conversa- como parte de nuestro proceso superaciones términos como: «hace falta un ble, siempre y cuando los responsables Trujillo», «eso no se veía en tiempos del de la enseñanza se planteen como meta jefe» y otras muchas barbaridades que un análisis reflexivo de esos hechos para obedecen a la ignorancia de quienes por crear espacios pertinentes, eslabones de falta de instrucción y de conciencia so- un proceso de concienciación real desde cial no pueden ver el trasfondo de ciertas los centros educativos y culturales del acciones aparentemente favorables para país? Trujillo usó, desvalorizó y humilló a la el pueblo dominicano. mujer dominicana, no solo por complaEl trujillato, como modelo «éticomoral», mutiló la dignidad del pueblo cer su vicio sexual, tratando de demosdominicano durante este largo período, trar su grandeza y virilidad de macho, con la permanente exaltación de antiva- sino también al tomarla como trampolín lores, legitimados mediante un código para alcanzar posiciones sociales y políque más bien era la negación de los ticas como un medio para afianzar su principios de la ética, de la moral social poder. Un ejemplo palpable de esto fue su y política; el cual fue favorecido, no sólo por las circunstancias históricas que le matrimonio con una joven de sociedad, tocó vivir al pueblo dominicano, sino de abolengo, Bienvenida Ricardo, usada también, por la realidad política y so- y luego traicionada legalmente mediante arreglos constitucionales como fue la cioeconómica del contexto externo. Ley 842 de febrero 19 de 1935, con lo Cabe preguntar ¿Quién fue Rafael L. que justificó un divorcio a vapor en auTrujillo? ¿Cómo alcanzó tanto poder? sencia de su legítima esposa. ¿Era suficiente su idiosincrasia familiar Para esta hazaña y muchas otras no para imponer sus acciones inmorales sta reflexión va dirigida a destacar la exaltación de los antivalores del trujillato, cuyo fantasma, muy por encima de lo que sea nuestra intencionalidad, vive en nosotros y se eterniza día a día en nuestra praxis sociopolítica y ética.

E

66

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 tuvo ningún tipo de contemplación ni escrúpulo en el uso de las peores crueldades a través de sus instituciones serviles y sus pagados alcahuetes, lo que le permitió someter a su voluntad al pueblo dominicano, marcando con ello cicatrices que siguen siendo castigo para el pueblo.

Como podemos ver, la historia se nos repite sin remodelación y no es justo, tenemos el caso del Dr. Joaquín Balaguer y otros muchos que desde sus posiciones de poder han seguido esclavizando a este pueblo con dádivas y prebendas de miseria que callan la voz de un pueblo, ignorante aún de sus derechos como ¿Acaso no está sometido el pueblo do- ciudadanos, y esto por la falta de un ademinicano a la voluntad de un grupo po- cuado programa de instrucción que lítico? ¿Acaso no somos un paquete que forme un nivel de conciencia en toda la cada cuatrienio es colocado en una si- población de lo que debe ser una verdatuación política acorde con las volunta- dera participación ciudadana. des del grupo político de turno? De manera que, la ciudadanía lejos Ante esta realidad considero que la de basarse en simples aspectos jurídicos enseñanza de la historia debe ir más allá como el derecho al voto y haber cumdel simple análisis que en realidad esta- plido 18 años de edad para ejercerlo, mos cansados de escuchar, para trascen- debe enseñarse desde la perspectiva de der a lo que es el planteamiento de que se es ciudadano por derecho desde soluciones a las debilidades de nuestra que se nace y tan pronto se tiene uso de sociedad cuyos paradigmas, heredados razón hay que demandar de esos dereo no, están contribuyendo con la aliena- chos y responder como tal ante los proción de los sujetos que serán en un fu- cesos históricos de nuestra nación, no turo los que dirijan los destinos del país. como simples espectadores sino como actores responsables donde nuestras acNo basta con ofrecer testimonios ni ciones cuentan y serán las que harán restregarnos en la frente, muchas veces nuestra historia. con orgullo, las hazañas de un persoRetomando el eje central de esta renaje, producto de un contexto social que no sólo se materializó en nuestro país flexión, la mujer fue un instrumento sino en toda América Latina, cuyo domi- para todo tipo de voluntad del tirano, nio era y es hoy día disputa entre las quien con un poder forjado sobre la base grandes potencias, por lo que gran parte de la casualidad, suerte, astucia, cruelde nuestro devenir histórico viene em- dad, deslealtad ¿y por que no? la degeneración moral congénita, pero sobre pacado desde ese contexto externo. todo la necesidad de imposición de un Esos paquetes, repletos de proyectos régimen fuerte que doblegara todos los ideológicos, políticos y económicos, son ímpetus de rebeldía que desviaran el acogidos por los grupos dominantes y libre tránsito de los designios de la políaplicados en nuestro contexto como saltica externa de los EEUU; en su afán de vaguarda de unos intereses mezquinos estructurar una ideología que sirviera de que perfilan las “acciones progresistas” base para el desarrollo de sus planes helimitando cualquier aporte con visión gemónicos para toda América Latina. desarrollista que por lo menos empañe A todo esto le acompañó la necesidad esa supremacía de un grupo sobre una de realización material de un minúsculo gran mayoría. 67

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 grupo de intelectuales y políticos dominicanos, representantes del pensamiento político de liberales y conservadores de ese tiempo, que brindaron su apoyo.

Es bueno destacar que con el deterioro moral de la mujer, el hombre dominicano se vio arrastrado a las más bajas acciones de un macho, cualidad que caracteriza innegablemente a la mayoría de nuestros varones, como fue la acción de entregar a sus esposas en su propio lecho para que el jefe durmiera la siesta, así como la acción de un padre de darle a sus hijas como simples cosas para el uso personal de un maniático sexual.

Naturalmente, no vamos a dejar de reconocer a aquellas valerosas mujeres nuestras que como: Amada Nivar de Pittaluga, Marta María Lamarche, Carmen Mendoza, Carolina Mainardi Reyna, Aurelia Juliao, Marianela Jiménez, María Montez, Aida Cartagena Portalatín, Tomasina Cabral, Violeta Stephen, Abigail Altagracia Coiscou, Flérida de Nolasco, Florencia Pierre, Mary Siragusa, Aida Margarita Vallejo, Evangelina Rodríguez, Minerva, Patria y María Teresa

S/t, acrílico, tela Edmundo Castillo

La mujer, pues, durante la dictadura trujillista, fue «objeto y fue símbolo». Fue objeto para escalar posiciones sociales, militares, políticas y de poder, como habíamos expresado anteriormente, pero también fue símbolo sexual, fue un instrumento para satisfacción de lo que al parecer, era un mal de familia.

Mirabal, entre otras, [tuvieron la valentía de enfrentar a Trujillo].

Estas mujeres a pesar de estar sometidas al resentimiento, ignorancia y bestialidad de un ser, que por tener las características físicas propias de la especie humana es considerado como tal, supieron exaltar los valores éticos que sirvieron de contrapeso a las atrocidades de una época y que hoy día engrandecen los valores morales, sociales, artísticos, intelectuales, políticos y profesionales de la mujer dominicana.

Psicología de la comunicación

La comunicación humana Noris de la Cruz Escuela de Psicología

a psicología de la comunicación es parte de nuestra vida, no hay modo de separar la comunicación de la psicología, «porque todas nuestras acciones, manifestaciones emotivas, y todo lo que nos adorna, comunica».

cual nosotros como personas respondemos y creamos mensajes para adaptarnos a nuestro entorno y a las personas que nos rodean», dicho así por el Dr. Carlos F. Collado, con el que comparto este punto de vista.

L

El estudio de la comunicación humana es una danza armoniosa y colorida entre la psicología, la comunicación y la psicología social.

Exhiben una unidad perfecta, sin separación. Es así porque al referirnos a la ciencia de la conducta humana, automáticamente estamos hablando de comunicación y en consecuencia, involucrando la psicología social como soporte de la ciencia de la comunicación.

La belleza y creatividad de la psicología de la comunicación, despierta nuestro interés en comprender su importancia y utilidad y profundizar en su conocimiento.

Desde el punto de vista de diferentes autores, la psicología es el «estudio científico de la conducta y los procesos mentales (del hombre y los animales)», teniendo claro que los procesos mentales solo se darán en el hombre. Esto es acción y conjunto de acciones (comportamiento) que al ponerse de manifiesto entra en juego la comunicación como «proceso interpretativo mediante el

A esto le agregamos el concepto de David Myers sobre Psicología Social, explicándola como el «estudio científico de la forma en que las personas pensamos, influimos en los demás y nos relacionamos entre sí». (D. Myers-2005).

Esta especial combinación dará como resultado la «Psicología de la Comunicación», la cual he definido como una rama de la Psicología Social que estudia los elementos cognitivos que intervienen en el proceso comunicativo de manera individual y colectiva, tomando en cuenta los factores sociales que afectan a la persona en la comprensión del mensaje. Aquí entran en acción la motivación, el conocimiento, el aprendizaje, las actitudes, las sensaciones y percepciones, la aptitud, la personalidad, la lengua, el lenguaje y la cultura, entre otros aspectos. En la Internet encontrarás que la Psicología de la Comunicación es «aquella que comprende las influencias culturales, ambientales y sociales en las que interactúa la persona, la cual va dándole el color del entendimiento a los conocimientos para organi-

69

oleo ,tela Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

zarlos y crear mensajes». Esto es conceptualizar y configurar las informaciones que recibimos a través de los órganos sensoriales, de modo que la percepción se ponga de manifiesto.

los procesos de cognición, el conocimiento sociocultural y los procesos lingüísticos en la comprensión del mensaje como elemento de comunicación y en estos, el desarrollo de las habilidades comunicativas del ser huPara su mejor comprensión la Psicología mano; su capacidad persuasiva y cómo hade la Comunicación inicia haciendo un breve blar en público. Además del estudio del recorrido histórico sobre la comunicación, comportamiento no verbal conocido también vista y estudiada como una ciencia. Este como «comunicación no verbal». paseo identifica los patrones de pensamiento A través de la Psicología de la Comunicaque como columna sostienen la ciencia de la ción podemos explicar los procesos de camcomunicación (igual ocurre con la psicolo- bio y avances que se dan en la estructura de gía) involucra, además, una serie de aspectos un sistema social. En términos organizacioque le dan forma y sentido; así como a per- nales esta rama de la Psicología Social plansonajes de la estatura de Noam Chomsky, tea y explica las teorías de la comunicación George Herbert Mead, Wilbur Schramm, organizacional que son el fundamento de la Lasswell, Shannon, Walter Fisher, George comunicación corporativa. Campell y otros investigadores, basados en En síntesis, la Psicología de la Comunicalos planteamientos teóricos de Platón, Aris- ción es parte de nuestra vida, no hay forma tóteles, San Agustín, Francis Bacon, Kurt de separar la comunicación de la psicología. Lewin y otros. «Porque todas nuestras acciones, manifesta-

En el desarrollo de esta rama de la Psicología Social se discute sobre la comunicación interpersonal e intercultural, el estudio de los grupos y su dinámica, tomando en cuenta como aspecto importante el papel de

ciones emotivas, y todo lo que nos adorna, comunica», muy acertadamente el Dr. Keith Davis afirma que «no existe la no comunicación» y es que nosotros los seres humanos comunicamos con todo.

La Antropología fifillosófificca: reflexiones sobre la bidimencionalidad en la naturaleza del hombre. Alejandro Peguero Escuela de Historia y Antropología

uando inicio mis cursos de antropología general, casi siempre lo hago ofreciendo una definición del término antropología, auxiliándome, lógicamente, del etimo de ese vocablo. Al hacerlo, llamo la atención acerca del hecho que ésta ciencia, como «estudio del hombre», responde a dos dimensiones fundamentales en las que su objeto de estudio se expresa: Una dimensión natural, biológica, orgánica. Otra, cultural, espiritual, abstracta en principio, la cual termina finalmente en manifestarse de forma material, concreta, instrumental y objetiva; unas veces como mediadora entre el ser y la realidad, otras, construyendo esa realidad más allá de la naturaleza misma.

C

Sin quererlo, introduzco la perspectiva que ha movido el pensamiento antropo-filosófico desde mucho antes que naciera esta disciplina como tal. Aquella época en la cual hablar del hombre era filosofar teológicamente. Para algunos la antropología filosófica adquiere su perfil científico junto con el desprendimiento de la filoso-

fía, de la teología y el planteamiento de la pregunta fundamental: «¿Qué es el hombre?».

La respuesta a ese enunciado proyecta una inequívoca dualidad. Dualidad que expresa la naturaleza misma del objeto estudiado y la manifestación concreta de su existencia. Sin embargo, a lo largo del desarrollo de esta disciplina han surgido otras tantas preguntas. Muchas de esas preguntas apuntan hacia el discernimiento, la definición y ubicación de su naturaleza intrínseca como ciencia o filosofía. Tal es la pregunta de Odo Marquard al sugerir: «¿Tiene la antropología filosófica como disciplina, especialmente la actual, el estatus de una ciencia empírica o el estatus de una filosofía pura como la metafísica?»1

Su respuesta más que «irritante» como él mismo la define, es inquietante y se organiza sobre el principio de la «comprensión» que analizaré más adelante, por el momento retornaré a la reflexión sobre el contenido de esta disciplina, sus antecedentes y enfoques.

1 Marquard, Odo. Filosofía de la Comprensión: Escritos sobre antropología filosófica. Barcelona. Paidos. 2001. P. 15.-

71

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Dar una respuesta definitoria al hombre como tal ha sido una tarea de la filosofía y la antropología filosófica francesa y, sobre todo, alemana. Desde muy antiguo los filósofos occidentales han reflexionado sobre el hombre, promoviendo diversas ideas y teorías acerca de él. Muchas de esas explicaciones se han concentrado en su esencia divina, como he dicho, desde una perspectiva teológica. El advenimiento de los enfoques humanísticos, del pensamiento renacentista, del iluminismo y la ilustración, permitieron colocar al hombre como objeto central de la reflexión, desplazándolo de su enfoque teológico.

Todo parece indicar que la declinación de la escolástica y la teología permitieron superar el dogma cristiano y su visión de la naturaleza del hombre. Será necesario revisar la transición vinculada a este proceso de ruptura entre la filosofía y la teología a fin comprender la visión empírica de la antropología filosófica. Como protagonista crucial de esta transición tenemos a René Descartes.

Descartes describió al hombre según su naturaleza biológica, corporal, anatómica, separándose de su reflexión desde una perspectiva teológica, pero sin negar la divina existencia de Dios. Construyó un dualismo donde coexisten el alma, el espíritu eterno, dimanado de lo divino y la condición objetiva, natural, biológica, corporal del hombre. Según Arnold Gehlen: «…la filosofía se emancipó de su atadura teológica en siglo XVII, con Descartes, sin volverse atea, tanto es así que este no impugnó el tema de la creación, no lo planteó ni lo trató expresamente, deján-

dolo como si dijéramos entre paréntesis, e interpretó el cuerpo humano en el sentido de las ciencias naturales recién descubiertas, como un cuerpo entre otros».2

Descartes, como nosotros, se percató de la dualidad de la naturaleza humana, aunque él no reflexionó sobre cómo se efectúa esta dualidad. En su defecto, propuso una diferenciación radical entre el alma y el cuerpo.

«Los cartesianos acentuaron el carácter absoluto –Escribe Russell– de la distinción al negar toda interacción entre mente y materia; pero su dualismo fue sucedido por la monadología de Leibniz, según la cual todas las sustancias son almas». 3 A este juicio se habrá de agregar el pensamiento del propio Descartes, quien describe la naturaleza concreta de la dualidad que, a su juicio, diferencia la mente y el cuerpo cuando expresa:

«Aunque tengo yo un cuerpo al que estoy estrechamente unido, sin embargo, puesto que, por una parte, tengo una idea clarea y distinta de mí mismo, según la cual soy algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una idea distinta del cuerpo, según la cual este es una cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi alma por la cual soy yo lo que soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo, pudiendo ser existir sin el cuerpo».4 La distinción teológica de Descartes entre el alma y el cuerpo fue secundada por muchos otros de sus seguidores entre los que se pueden citar a Baruch (Benedicto) Spinoza y Nicolás Malebranche,5

2 Gehlen, Arnold. Antropología Filosófica: Del Encuentro y Descubrimiento del Hombre por si mismo. Barcelona. Paidos 1993. P. 29.3 Rossell, Bertrand. «El conocimiento humano». En: Abad Pascual, Juan J.; Carlos Díaz. Historia de la Filosofía. Madrid. Mc Graw Hill. 1996. P. 201. Russell se refiere a otro racionalista como el propio Descartes: G. W. Leibniz según el cual, todos los seres se constituyen por mónadas que son el reflejo de la totalidad del universo.4Abad y Díaz. Ídem

72

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 teniendo que esperar a J. O. De La Mettrie quien describe al ser humano como un animal cuyo cuerpo es equiparable al de una maquina.

La relevancia que se atribuye, merecidamente, a René Descartes radica en haber contribuido con su pensamiento a la separación de la filosofía y la teología. Premisa necesaria para que la primera se constituyera en ciencia y con ella la antropología filosófica. Sin embargo, será necesario esperar la maduración de la filosofía moderna y el agotamiento de múltiples teorías y modelos filosóficos para que se alcanzara el enfoque metafísico introducido por la obra de Max Scheler: El puesto del hombre en el cosmos.

Publicada en 1928, la obra de Scheler distingue al hombre de los demás animales y no de Dios. Su concepción, dualista metafísica, introduce una nueva perspectiva a las reflexiones acerca de la pregunta fundamental sobre el hombre. La distinción se efectúa sobre la cualidad esencial del hombre frente a los demás animales de poseer inteligencia y todo lo que ello implica. En otras palabras, el hombre sintetiza en sí mismo la dualidad antagónica y complementaria, si se quiere, del alma y el cuerpo.

Sin embargo, según Gehlen, Scheler desplazó el dualismo que se manifiesta en el racionalismo y otras formas de reflexión filosófica, desde la dicotomía entre cuerpo y alma hacia «espíritu» y «cuerpo animado».

«En Scheler –escribe Gehlen- el espíritu no era solamente algo distinto de la vida, sino algo distinto del mundo, algo que podía estar relacionado con el cuerpo y el

alma humanos simplemente en un más allá sobre el cual no hizo declaraciones».6

Otra categoría que se ha identificado como relevante en la antropología filosófica es la noción de acción, equiparable al pragmatismo. La acción es la noción que atribuye al hombre la capacidad de modificar la realidad natural y objetiva.-

Esa capacidad se expresa culturalmente como relevante y la reflexión filosófica de la antropología, parece no haber ponderado con la suficiencia y eficiencia necesaria la respuesta a la pregunta fundamental sobre el hombre en los términos de su diferenciación biológica frente a los demás animales, en tanto que estos no producen «cultura» como una forma de adaptación a su medio ambiente.

En la mayor parte de los casos, la cultura desarrolla un medio artificial creado como un entorno adaptado al hombre y de allí otra diferenciación de mayor y más profundo alcance como respuesta a la cuestión: ¿Qué es el hombre? La transformación de la naturaleza alcanzada por la cultura toca hasta la manera en que el hombre se aparea, pues, contrapone lo «animal» y lo «civilizado» a su forma de buscar la satisfacción, no sólo en el sexo, sino en muchas otras dimensiones del placer en la existencia.

Entre homo y la satisfacción de sus necesidades biológicas y fisiológicas media siempre un artificio, una creación, un instrumento, que hace de esa satisfacción un acto cultural, artificial y no simplemente, biológico.7 Por extensión, podría ponderar la conducta trófica del hombre, en tanto que este casi siempre transforma las fuentes alimenticias disponibles de forma na-

Pretendió una fusión entre cartesianismo y agustinismo, desarrollando una tesis personal que se conoce como “ocasionalismo”. 6Gehlen. Op. Cit. P.131.7Sobre el carácter particular de la sexualidad humana podemos consultar a Desmon Morris, El Mono desnudo que ya he mencionado en otro lugar así como la obra de H. Schelsky, Sociología de la Sexualidad que pueden ser muy ilustrativos sobre el origen y evolución dela sexualidad del Homo Sapiens. 5

73

Dibujo, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 tural en productos alimenticios reelaborados culturalmente, sin contar por supuesto, con que este es un productor de fuentes alimenticias naturales las cuales poseen la artificialidad como valor agregado.

Esas mediaciones son, en muchas ocasiones, las instituciones constructivas, creadas y diseñadas por la humanidad para organizar, infinidad de veces, la satisfacción de múltiples necesidades, ya sean estas necesidades un imperativo biológico o un imperativo cultural, generado por la propia artificialidad creativa humana. Ese hecho determina que el enfoque atropo– filosófico actual ponga atención a la cultura y a las instituciones que forman parte de ella.

Las instituciones son las creaciones culturales del hombre que imponen una norma, un orden a la expresión caótica del obrar humano en términos de su naturaleza biológica. En este sentido ha llamado poderosamente mi atención la reflexión de Gehlen sobre los dioses y la mitología.

Según éste, los mitos antiguos cuentan simplemente la imposición del orden (la cultura y las instituciones culturales y sus valores normativos) frente a la naturaleza caótica del hombre y la búsqueda de su satisfacción siempre marcada por el imperativo de sus deseos más atávicos, lo que muchos llaman «primitivos». «Los mitos antiguos, que siempre mencionan a los dioses imponiendo al caos un orden universal se representan a la predisposición humana a lo caótico». 8

Sin embargo los mitos no reflejan esta condición irreflexiva, instintiva e irracional del hombre. También nos cuentan sobre su ignorancia y su incapacidad innata para alcanzar las conquistas del conocimiento por sí solo. Es de esto de lo 8 Gehlen.

que habla el mito legendario del titán Prometeo. Prometeo, héroe y benefactor de la humanidad, ha recibido diversas interpretaciones desde la más remota antigüedad. Para los sofistas, el Titán, es un héroe prodigioso que enseña las artes del fuego al hombre. Para Homero, no es más que un rebelde que contraviene los designios de los dioses y recibe un justo castigo, tal como describe la poética de Esquilo: Prometeo encadenado.

Lo relevante para la antropología filosófica, según mi parecer, es cómo Prometeo representa el vínculo del hombre con lo trascendente, lo humano en su ignorancia necesitara siempre un Prometeo que lo instruya. Parece ser que la humanidad se percibe como naturalmente incapaz y desprovista de capacidades innatas para trascender su propia naturaleza y la inteligencia, cultura y razón, como un regalo divino, y ese pensamiento es recurrente en las más diversas sociedades pasadas y presentes. Es por ello que la Ilustración exalta un Prometeo que romperá las cadenas del hombre con lo divino a través del conocimiento. Sin embargo, no pondera que ese conocimiento proviene, según su propio juicio, de la esencia divina, lo cual a mi juicio expresa una paradoja filosófica que se torna en ironía. El prometeismo ilustrado se expresa en una dualidad intelectual y moral que rompe con la concepción moderna de la maldad humana concebida por Maquiavelo y otros filósofos de la modernidad. Sin embargo, Prometeo representa la visión del hombre sobre sí mismo como incapaz del alcanzar sus propias conquistas sin la intervención de un semi dios. Ni siquiera el Materialismo Dialéctico, en su expresión ideológico política y su emulación del proletariado con Prometeo. Den-

Op. Cit. P. 38

75

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 tro de ese contexto ideológico, las masas proletarias equiparan sus aspiraciones de romper las cadenas que los atan con el saber consecuencia del regalo divino. En esencia, escapan a la analogía mítica del ser humano y la sociedad desde el punto de vista filosófico.

De igual modo, creo necesario reconocer también que este mito ofrece la posibilidad de observar cómo el hombre, antiguo y moderno, sostiene una visión de sí mismo y de sus obras como el resultado de una dualidad entre su condición natural y su intelecto. Sin embargo será necesario convenir que, el dualismo, como modelo filosófico idealista y metafísico para aproximarse al fenómeno humano, ha sido superado.

Coincido por ello con Gehlen al señalar que todas las visiones del hombre, todas las concepciones sobre él, responden a una época.

«Es preciso –señala- ver cada teoría del hombre situada en su época. Todos sabemos que el optimismo racionalista de Kant correspondió al ímpetu de la sociedad burguesa en auge. Naturalmente, la antropología actual no se puede considerar históricamente, pero debe enunciar sus asertos acerca del hombre con la conciencia de que está extrayéndolos de aquellos hombres que viven en las condiciones únicas del presente».9

Esta visión otorga una gran plasticidad a la antropología filosófica, pues, abre la posibilidad de reflexionar sobre el hombre, manteniendo sus mismos principios y enfoques del fenómeno humano, en la certeza de que será removido por el matiz que le otorgue cada época. En esa aventura histórica de concebir y reflexionar sobre su propia existencia. Sin embargo, será necesario ponderar también lo recurrente de la visión dualista

9

Gehlen. Op. Cit. P. 74

del hombre con respecto a sí mismo y a lo que le rodea. No es de dudar que su enfoque se deba a esa dualidad que define su existencia en tanto que fenómeno objetivo. Una mirada retrospectiva a las teorías filosóficas sobre la naturaleza humana: Una visión antropológica según las épocas.

No existe una época en la historia humana en que el hombre no haya reflexionado acerca de sí mismo. Concepciones sobre el hombre y su naturaleza la encontramos –como he dicho- desde épocas tan antiguas como las que resultan ser escenario intelectual idóneo a los pensadores presocráticos como es el caso de los sofistas.

Los filósofos de la antigüedad frente al fenómeno humano.

El pensamiento filosófico de la antigüedad suele dividirse en dos grandes períodos: Socráticos y Presocráticos. Entre los presocráticos, se destacan los milesios, donde se destacan los nombres de Tales, Anaximandro y Anaxímedes. Junto a su visión materialista del mundo, inscrita dentro del principio o noción del Arje se advierte la preocupación por las facultades cognoscitivas del hombre y su expresión en la razón.

Los eléatas fueron los filósofos presocráticos provenientes de Elea, en la Grecia continental hacia el seiscientos antes de Cristo. Sus principales representantes fueron Parménides y Zenón. La concepción de aquellos alcanza al hombre en tanto que este es el único capaz de pensar. La preocupación de los eléatas era establecer la vía adecuada y auténtica para alcanzar la verdad. Señalan, que el ser es y es imposible que no sea en tanto que uno, imperecedero, perfecto, inmóvil, indivisible e in engendrado.

76

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 En resumen, a este período pertenecen Heráclito, el filósofo del devenir; los pluralistas, como Anaxágoras; Empédocles y Demócrito, así como los pitagóricos, cuyo mayor representante fue Pitágoras de Samos, quien se preocupó, junto a los miembros de la escuela fundada por su pensamiento, de las matemáticas, la música y la anatomía.

Finalmente, entre los filósofos presocráticos se encuentran los sofistas, cuyas reflexiones sobre el hombre y la naturaleza humana marcan un punto de partida para las fuentes de la antropología filosófica y la tarea de discernir cuál es la condición del pensamiento sobre la naturaleza del hombre en las diferentes épocas.

Dibujo, Edmundo Castillo

Para los sofistas, «El hombre es la medida de todas las cosas». Este juicio los presenta con una definida y clara preocupación por el hombre y la naturaleza humana a la que desembarazadamente exaltan. Con esto se alejaron de la cosmología y la teología como preocupación central de la filosofía, ocupando su lugar el hombre mismo. Se enfocaron en temas más pragmáticos como las costumbres, las creencias, la justicia, las clases sociales y el Estado. A estas se han de agregar, las cuestiones morales y políticas desde una perspectiva relativista y escéptica. Promovieron, desde una plataforma agnosticista, la democratización y secularización de la «cultura» a través de la enseñanza. Entre los sofistas más destacados se encuentran Protágoras de Abdeza, Geolgia de Sicilia e Hippias de Elis, reconocidos como los de la «Primera Generación». Trasímalo, Calicles y Antiponte son los representantes de la denominada como «Segunda Generación» de los llamados sofistas.

El pensamiento antropológico en los filósofos después de Sócrates.

Para una buena parte de nuestros contemporáneos, Sócrates es el protagonista de la filosofía del mundo antiguo. No en vano la historia de este período se divide en antes y después de él. Sin embargo, con el método socrático (Mayéutica), la ética y el conocimiento, entre otros aspectos, que si bien adornan o forman parte de la vida y el accionar del hombre, no fueron tratados a partir de este, más bien, se les enfoca como su manifestación. No es posible decir lo mismo de Platón.

La paráfrasis es nuestra. Sobre ese juicio de Vasconcelos se puede consultar la primera edición mexicana de su historia de la filosofía.

10

77

Caminito, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Para este filósofo, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, al que José de Vasconcelos llamo: «El valle entre dos montañas»,10 el hombre no es más que un alma que se precipitó a la materia. Platón posee varias concepciones sobre el hombre las cuales expresa a través del «Mito del carro alado». En ese mito se ofrecen versiones sobre el origen del hombre representado por un carro tirado por dos caballos (Ánimo y Apetito) que representan la condición material y profana de la humanidad. El carro se encuentra dirigido por un auriga que representa a lo bueno, a la inteligencia, como cualidades del alma eterna, emulación de lo divino.

Así, la relación entre el alma y el cuerpo no es más que un hecho fortuito, un accidente. La relación entre ambos es mas una relación de contrarios que adquiere un valor dialéctico. Asegura, que la sociedad y el Estado no son más que el reflejo del individuo, por ello, representa la sociedad en una triada parecida a la descrita para el hombre. Una estructura de la sociedad que se describe como tres principios anímicos para regir su comportamiento donde los gobernantes representan al «alma racional». Los campesinos y productores son equiparados al «alma irascible». Finalmente, la tercera se compara con el «alma concupiscible» que representa a la clase de los comerciantes.

Como vemos, Platón hace una contribución a la antropología filosófica en la misma medida en que ha emitido juicios acerca de la concepción, que en su época, existió sobre él. Estos juicios permiten rastrear desde la antigüedad hasta el presente, las diferentes reflexiones que se han producido en torno al hombre. ¿Cuáles de esos juicios resultan inamovibles y cuáles perecederos? De igual modo, Platón, concibe al hom-

11Platón,

bre como un ser sentado en una caverna de espaldas a la luz, cuyo único conocimiento es la interpretación de las sombras reflejadas en la pared que le queda en frente y que el individuo interpreta como la realidad. 11

En el mito de la «Transmigración de las almas» ya se esboza el concepto del libre albedrío y la naturaleza libre del alma humana. Su concepción antropológica del alma afirmaba que el ser humano estaba compuesto de sustancias radicalmente diferentes: el cuerpo y el alma. Para Platón el cuerpo era material, engendrado biológicamente y perecedero, imperfecto. El hecho de ser dotado de vida le venía dado por la presencia del alma en su interior. Por el contrario, el alma, principio de vida para el cuerpo, era espiritual, eterna, y de naturaleza afín a los habitantes del mundo inteligible, el mundo de lo divino y trascendente. La otra gran montaña de la filosofía es Aristóteles. La antropología aristotélica define la naturaleza del hombre a través de la Psyche. Una trilogía compuesta por el alma, la mente y el espíritu. Aristóteles formula una interpretación ontológica del hombre y una biológica. De allí se desprenden todos los demás estudios acerca del hombre.

Así, la interpretación biológica ofrece la posibilidad de dividir la sustancia en orgánica e inorgánica. El hombre es miembro de la primera sustancia pues esta se encuentra dotada de vida y, en consecuencia, de movimiento espontáneo. Todo cuerpo natural tiene vida como resultado de ser depositario de un alma, esto hace de la vida una expresión tripartita de la existencia: Sensible, vegetativa y racional. El hombre representa esta última forma de expresión de la vida como manifestación del alma.

«El Mito de la Caverna». En: Johannes Hirschberger. Breve Historia de la Filosofía (20va Ed.)

79

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 La explicación ontológica del alma y en consecuencia de la vida, se expresa en Aristóteles de acuerdo a dos juicios, a saber: El monismo y el dualismo psíquico. La primera establece que la conjunción entre el alma y cuerpo es la misma realidad y que unidas representan una sola sustan cómo el alma humana se compone o forma a partir de dos principios una activo y otro pasivo.

Sobre el pensamiento social aristotélico tendremos que concluir que también resulta ser tripartito pues en este conviven las agrupaciones humanas como expresadas en tres formas naturales de sociedad: El Estado, la aldea y la familia. Esta última es la comunión consensual de dos individuos para perpetuar la especie, la reunión de las diferentes familias para la satisfacción de sus necesidades inmediatas forma la aldea y el Estado sirve a la satisfacción de una vida plena y feliz en función de una comunidad de familias. Finalmente, es necesario significar que Aristóteles genera una ruptura con el dualismo de su maestro, Platón pues su explicación sobre la forma y la naturaleza (hilomorfismo) no otorga al hombre un lugar especial: la trascendencia humana no radica en su inmortalidad, más bien lo hace de acuerdo a su posición predominante en la escala de la vida. Será necesario agregar a estos juicios el del materialismo epicúreo, donde se señala que el alma se encuentra formada por átomos lo que la hace material y perecedera, incapaz de sobrevivir a la muerte corporal.

Las concepcionesa ntropológicas en la filosofía medieval. La filosofía medieval se encuentra marcada por la fe y el pensamiento religioso. La victoria del cristianismo frente a las

demás formas religiosas en occidente a partir del siglo IV de nuestra era, o lo que es lo mismo, en los dominios del Imperio Romano de oriente y occidente.12

El cristianismo adoptó muchos de los principios religiosos tanto platónicos como aristotélicos. En San Agustín y La Ciudad de Dios podemos descubrir una reedición de la contraposición platónica entre el mundo empírico y el mundo celeste. La filosófica aristotélica alcanza su adhesión al cristianismo a través de otro gran maestro de la filosofía cristiana: Santo Tomás de Aquino.

Es evidente que la filosofía religiosa medieval se encuentra dominada por el pensamiento de San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Guillermo de Ockham.

El cristianismo platónico dominó el pensamiento religioso durante la mayor parte de la alta edad media. Será necesario esperar el nacimiento de Tomas de Aquino, en el 1224, en medio de la conocida como la Baja Edad Media, para atestiguar acerca de un nuevo enfoque. Con Tomás De Aquino, más tarde, Santo Tomás de Aquino; se produce una transformación en el enfoque filosófico cristiano. Se sustituye la filosofía platónica por la de su más aventajado discípulo: Aristóteles. Sobre él Hirschberger escribe: «Es cierto que no resultó un autentico Aristóteles, sino un Aristóteles entendido en sentido averroísta, pues entretanto Averroes se había convertido en `El Comentador` por antonomasia».13

Los comentarios averroístas produjeron gran influencia en la atalaya académica de su época y entre muchos de los más destacados intelectuales de la Universidad de Paris como lo fueron Boeccio de Dacia, Si-

12 El imperio romano adoptó el cristianismo como religión oficial a partir del Edicto de Milano, promulgado en el 313 D.C. por Constantino. 13 Hirschberger. Op. Cit. P.138.14Asin Palacios, En. Abad y Díaz. Op. Cit. P.126

80

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 gerio de Brabante y otros como Masilio de Padua. Acerca de Averroes se ha comentado que fue transcrito extensamente por el propio Santo Tomás de Aquino en sus comentarios Aristotélicos.14 A pesar de ello, Santo Tomás rechazó los postulados averroístas acerca de la «Eternidad del mundo»; el «Carácter corruptible y perecedero del alma individual» y «La teoría de la doble verdad».

En Santo Tomás, el hilemorfismo aristotélico adquiere una nueva interpretación a la luz del pensamiento cristiano. La influencia del pensamiento de Aristóteles ejercerá una profunda influencia en este pensamiento, el cual, alcanzara la época contemporánea.

La apertura filosófica de la Baja Edad Media, que terminaría preparando la época para el advenimiento de la Edad Moderna y un cambio en la concepciones filosóficas sobre el hombre, posee dos nombres sobresalientes: Guillermo de Ockham y Nicolás de Cusa.

El hombre de finales de la Edad Media se encontró ocupado en la discusión sobre el predominio de la razón o la sensación como causa eficiente. Fue precisamente Ockham quien llamó la atención al hombre del siglo XIV, sobre la influencia del mundo exterior sobre los juicios de la razón. Se le reconoce como uno los hombres más influyentes en términos intelectuales de su época atribuyéndole la fundación de una escuela de pensamiento entre cuyos seguidores se pueden contar a Gabriel Biel, Francisco Suárez y Gregorio de Rímini: Por ello Hirschberger habla del “Ockhamismo”.15 La figura de Guillermo de Ockham avisa sobre el advenimiento de la modernidad que se avecina.

Otra figura que Hirschberger presenta, en su breve historia de la filosofía, como precursor medieval de la modernidad es: Nicolás de Cusa. Físico, matemático y as-

15

Hirschberger. Op. Cit. Pp. 148 y Sgts.

trónomo nacido en Kues (Cusa) en las proximidades de Tréverisa (Alemania) se le reconoce como el filosofo mas destacado del siglo XV.

A Nicolás de Cusa se debe el haber promovido y difundido en Italia la otrora olvidada lengua griega, así como el conocimiento de sus clásicos antiguos. Es él quien inaugura el desarrollo del humanismo italiano. Entre sus obras representativas se encuentra, La Docta Ignorancia; Las Conjeturas y El Juego de la Pelota, entre otros.

La doctrina de Cusa o de la “Docta Ignorancia” resulta de la combinación de las tesis socráticas sobre el reconocimiento de la propia ignorancia como punto de partida para alcanzar el conocimiento y el misticismo medieval. Este último es el resultado del retorno de Dionisio a las tesis neoplatónicas de Plotino y su filosofía pagana. Dionisio funda el Misticismo Cristiano del medioevo basado en el principio de la negación de Dios, o lo que puede ser lo mismo: hablar de Dios determinando aquello que este no es.

Su doctrina representa al hombre como un ser incapaz de reconocer a Dios en su realidad positiva, debido a que la misma respondía a una idea de perfección inmanejable por el conocimiento humano. Cusa sostenía que el reconocimiento de la ignorancia en toda su extensión hará más capaz y docto al hombre. Tanto el pensamiento de Guillermo de Ockham como el de Nicolás de Cusa son considerados como de transición entre Medioevo y el Modernismo Renacentista. La modernidad renacentista y la visión antropofilosófica del hombre: Humanismo, Racionalismo y Empirismo. Cuando hablamos de humanismo, hacemos referencia a la aspiración propia del hombre del renacimiento (s. XVI) quien

81

Playa Caracoles, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

pretendía cultivar las facultades del intelecto sin la búsqueda de la perfección. El humanismo se encuentra asociado en el renacimiento puesto que este último expresa el retorno a los valores de la antigüedad clásica grecolatina y el humanismo, en términos pragmáticos, enseña esos mismos valores, conocimientos y principios. Algunos tratadistas señalan que el humanismo se ha matizado de acuerdo a diferentes enfoques filosóficos donde pueden incluirse el humanismo: Naturalista Dialéctico, Existencialista, Liberal, Científico Integral y de la Tensión.16 El humanismo parece caracterizar a la edad moderna en cuanto que el hombre se

16

realizó como «iconoclasta» y revolucionario. El hombre occidental, por lo menos, se caracterizó por el enfrentamiento al orden establecido, al poder político y sobre todo a la iglesia.

Su visión sobre el orden social se transforma y concibe mundos utópicos como el de Tomás Moro. Sin la Dora de Galileo, Campanella, Bruno o Vives, es posible que no pudiésemos tratar acerca de lo que llamamos «Renacimiento». Sin embargo, la misma modernidad implica una visión filosófica que ha encarado la transformación de los sistemas y los subsistemas políticos económicos y sociales que alcanzan al hombre de su época.

Es imposible hablar de modernidad, de

Arndu, H. (St. All.) Temas y Textos de filosofía. (2da Ed.) Pearson Educación. 2001. Pp.122 y Sgts.

82

Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

humanismo y renacimiento sin hablar de Nicolás Maquiavelo y su concepción filosófica sobre la naturaleza malvada del hombre y su descarnada visión sobre él. Sin embargo, también será necesario citar a Galileo Galilei quien heredó una ciencia balbuceante para fundar los paradigmas científicos de la física y la mecánica celeste.

Como he citado en la primera parte de ese capítulo, el pensamiento racionalista forma parte de los dominios de la modernidad y la obra de Leibniz y Descartes son fundamentales para emprender la visión filosófica del hombre en ese período. Luego asistiremos al enfrentamiento de la filosofía racionalista y la empirista. Así, será necesario revisar la obra de Locke. Ahora bien, la oposición entre racionalismo y empirismo resultan que, este

último, rechaza que el hombre nazca dotado de ideas innatas y que todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia. Con el empirismo veremos el nacimiento de la filosofía crítica, negando la simplificación cartesiana del alcance ilimitado de las capacidades cognoscitivas humanas.

En definitiva, si hablamos de antropología filosófica, será necesaria la revisión intensiva y extensiva de los principales hitos filosóficos construidos por el hombre, en su largo camino de reflexión sobre su propia existencia, su pensamiento, la relación con el mundo que lo rodea, su sentido de realidad y el de fantasía, con el único propósito de responder a la pregunta más simple y más compleja que nos hemos formulado: ¿Qué es el hombre?

83

LENGUA Y POLÍTICA: UN MURO COMPROMETIDO Juan A. Rosario Mena Escuela de Letras

POSICIÓN FILOSÓFICA DEL LENGUAJE:

os griegos identificaron en cierta forma lenguaje y razón por cuanto, para ellos, ser racional es el ser que es capaz de hablar; es decir, de reflejar el universo por medio del lenguaje, que era la realidad del hablante. Se discutió en aquella época sobre si el lenguaje presentaba un carácter convencional o natural, es decir, si los elementos poéticos estaban ligados naturalmente a sus significados, o el lenguaje, como otras instituciones humanas eran simplemente una convención, un contrato entre los hombres, de carácter tradicional, discusión que quedó registrada en el Crátilo, de Platón.

L

y la realidad, pasando así a ser los problemas del lenguaje de estrictamente gramaticales a problemas lógicos. En la edad moderna apareció la filosofía del lenguaje, en especial los empiristas. El tema del lenguaje tuvo grandes estudios, por ser considerado un instrumento muy importante del pensamiento. Fue sometido a crítica por Hobbes, Locke, Hume y Berkeley. Para los escritores Vico y Herder el estudio del lenguaje debe rebasar los problemas de la gramática, la lógica y la semiótica, para analizarlo desde una perspectiva socio-histórica.

En el siglo XX tomó impulso su estudio con las investigaciones de Saussure, Mikiel, Wisseman y por medio de sus experimentos relacionados con el sonido de algunas palabras y su significación. W. Köhler (1947) trató de Aristóteles y los estoicos analizaron luego encontrar una relación entre las formas fónilas relaciones entre expresión lingüística y cas establecidas y unas formas gráficas. concepto mental, expresión lingüística y André Martinet, lingüista francés, estudió el concepto formal y cada uno de estos concep- lenguaje tomando como parámetro el princitos en tanto que lingüísticamente expresados pio de que el “el lenguaje refleja no tanto el

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 comportamiento humano, si no el comportamiento de la sociedad” y agrega que “las posibilidades comunicativas del lenguaje no se adaptan inmediatamente a las nuevas necesidades” y que “el lenguaje está representado por lenguas distintas que corresponden a culturas y sociedades diferentes, de manera que los lenguajes no son códigos”.

utensilios, y el sistema rudimentario de comunicación primitiva, que probablemente consistía en gritos se convirtió en un verdadero lenguaje. Se plantea el dilema de qué fue antes, si el desarrollo estructural del cerebro o su capacidad de funcionamiento, o si, ambos factores le dieron forma simultanea. La cuna de la humanidad queda situada en el cuadrante sureste de África. Desde esta Para Heiddergger el lenguaje es uno de los modelos en que se presenta la degradación zona los homínidos fueron expandiéndose de DASEIN; su carácter ontológico es visto debido a dos factores: los climáticos y la cacomo el hablar mismo de ser un modo verbal pacidad del hombre para defenderse de sus inclemencias y aprovechar sus ventajas. del ser. Hace más de 500.000 años, el “homo erecEn Wittgenstein, la filosofía se convierte en tus” se extendía por Asia y Europa. La exanálisis del lenguaje como actividad conpansión se debió a la aparición de un creta en conexión con el comportamiento. lenguaje rudimentario que permitió una más eficaz cooperación entre los miembros del La lengua y su origen grupo y la fabricación de herramientas más Punto de vista antropológico complejas. La facultad básica y esencial del hombre es Para Robert Owens en su obra Desarrollo el uso del lenguaje, capacidad ausente en los del Lenguaje: “el conocimiento es el único demás animales, incluso en los más próxi- responsable de la adquisición del lenguaje y mos al hombre. La posesión del lenguaje dis- del significado de las palabras”. Para Whorf tingue al hombre del resto de los demás “es el lenguaje que influye sobre el pensaanimales, aún teniendo en cuenta la posibili- miento, llamado determinismo lingüístico”. dad del grito significativo de algunas espeShort propuso que el lenguaje influye de una cies animales. Probablemente el lenguaje se manera explícita e importante sobre el pendebe al hecho de que sólo el hombre tiene un samiento. Para Vygosky “el conocimiento conjunto de pautas de comportamientos acuprecede al lenguaje, pero que a su vez resulta muladas, de las cuales carecen las demás esinfluenciado por las estructuras lingüísticas”. pecies animales. El lenguaje presupone un Para Chomsky el pensamiento y el lenguaje desarrollo muy complejo del sistema nerson dos elementos relativamente indepenvioso, desarrollo que fue relativamente temdientes, donde cada uno de los cuales ejerce prano. una influencia reducida sobre el otro. Probablemente los australopiterianos care- Según Piaget el desarrollo cognitivo es el cieron de lenguaje, aunque este podría haber único responsable del lenguaje. «El lenguaje surgido ya en la época del homoerectus. no basta para explicar el pensamiento, ya En un determinado momento, los anteceso- que las estructuras que caracterizan el pensares inmediatos del hombre experimentaron miento tienen sus raíces en la acción y en los una rápida evolución del sistema nervioso mecanismos sensoriomotores, que tienen un que dio como resultado un aumento en el ta- carácter más básico que los lingüísticos». El maño y complejidad del encéfalo. Los homí- conocimiento y el lenguaje se consideran nidos comenzaron a fabricar herramientas y como ámbitos de desarrollo relacionados, el 85

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 primero como elemento dominante. Vigosky en su libro Pensamiento y Lenguaje propone diferentes vías y cursos distintos de desarrollo. Expresa: «al principio el pensamiento se hace no verbal y el habla no intelectual; pero, luego ambos se combinan», el pensamiento se hace verbal y el habla racional. A esta forma la llamó (de pensamiento y lenguaje) «pensamiento verbal». Punto de vista lingüístico

conceptos mediante la utilización de símbolos arbitrarios y de combinaciones de estos, que están regidos por reglas. Cada uno de ellos tiene sus símbolos característicos y sus reglas de combinación. Los dialectos son subcategorías de la lengua madre que utilizan reglas similares aunque no identificadas. Las lenguas no son monolíticas ni inmutables. Todas las lenguas pueden dar lugar a una nueva variante, a partir de la combinación de esas lenguas».

Dibujo, Edmundo Castillo

En el mundo existen 6,000 lenguas, la mitad de las cuales no aprenden los niños, por lo que morirán junto con los adultos que todavía las hablan. Durante este siglo se erradicarán muchas lenguas. Este proceso es el resultado de medidas políticas gubernativas, de la desaparición de publicaciones indígenas, de los medios de comunicación y de la El lenguaje puede definirse como «un có- aparición de la internet. La necesidad de un digo socialmente compartido, o a sistema lenguaje común para comunicarse en la red convencional, que sirve para representar mundial esta generalizada de manera soterrada mediante el uso del inglés. Diamond Si los sonidos del habla no están vinculados a un significado, entonces no son más que gruñidos o sonidos sin sentido. Son necesarias las reglas del lenguaje para establecer la relación entre todas las formas lingüísticas, ya se trate de sonidos, elementos con significado o de alguna combinación de elementos.

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 decía «cada vez que se extingue una lengua, perdemos una parte esencial de la naturaleza humana. Cada vez que muere una lengua, desaparece una cultura y miles de años de comunicación». Las lenguas evolucionan, crecen y cambian. Cada lenguaje es único para transmitir el pensamiento. Las lenguas crecen a medida que cambia la cultura en que se sumerge. El inglés, por ejemplo, es una de las lenguas con mayor número de palabras (700,000) y aumenta seis palabras por día; científicas, tecnológicas, populares o de otras lenguas.

La Asociación Americana del Lenguaje Hablado y Oído define al Lenguaje como: «sistema complejo y dinámico de símbolos convencionales que se utiliza de diferentes maneras para el pensamiento y la comunicación; este evoluciona dentro de contextos específicos históricos, sociales y culturales; posee una conducta regida por reglas, se describe al menos por cinco parámetros: fonológico, morfológico, sintáctico, semántico y pragmático; su aprendizaje está determinado por la intervención de factores biológicos, cognitivos, psicosociales y ambientales y su uso en la comunicación requiere una comprensión amplia de la interacción humana, lo que incluye factores asociados tales como las claves no verbales: la motivación o los aspectos socioculturales».

La noción de lengua no se refiere a una realidad palpable que puede ser observada, sino a un objeto construido que resulta de decisiones de orden epistemológico. Ferdinand de Saussure, cuyo Curso de Lingüística General (1916) propone un sistema de oposiciones conceptuales, la más importante es la de la «lengua/habla», que sirve de punto de partida a todos los lingüistas. La lengua se constituye en una estructura o sistema de signos cerrados, a disposición de los pueblos, cuyas unidades se definen por mutua relación, pero exterior al individuo, que por sí

solo no puede modificarla o crearla. El individuo elige en la lengua los elementos lingüísticos con los que pretende comunicarse y los relaciona ante sí mediante un acto de voluntad e inteligencia (habla), de modo que se transforman en un componente individual del lenguaje.

La lengua surge de un registro pasivo del depósito creado por la práctica del habla en los sujetos que pertenecen a una misma comunidad. Hay dos enfoques para su estudio: a) sincrónico: Describe y clasifica las unidades de la lengua en un momento dado de su evolución y que permite delimitar una de las características básicas de la lengua: por razones de equivalencia, oposición y asociación (signos) y que constituyen una unidad de dos caras (significado o de concepto y significante o imagen acústica); b) diacrónico: Se dedica a describir la lengua en su evolución. Las lenguas, visto así se pueden clasificar de acuerdo a su tipo: • Análogas: El orden de los elementos lingüísticos es un reflejo del orden de las ideas. • Traspositivas: Su sintaxis no es directa. • Por los rasgos morfológicos: Aislantes, aglutinantes, incorporantes o polisintéticas y flexivas. Las aislantes o lenguas vivas, habladas en la actividad, grupo: español, francés, italiano, ruso, etc. • Lenguas muertas o extinguidas, que en ocasiones subsisten en forma escrita: Latín, griego antiguo, hebreo antiguo, iraní antiguo, etc. • Lenguas corrientes: Responden a las necesidades ordinarias de la comunicación. • Lengua vulgar: Es la utilizada por la mayor parte de sujetos hablantes. • Lenguas cultas: Derivan de las necesidades de comunicación propia de actividades y oficinas especificas; ejemplo: el escritor, la prensa, etc. • De orden histórico parentales: Deriva de una lengua en común. Ejemplo: el rumano,

87

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 el español, el francés, el catalán, el italiano, que las dos etapas más primitivas de la evoel portugués derivan del latín. lución lingüística pertenecen a un estado en De las 6,000 lenguas existentes sobreviven que el hombre se expresaba mediante gesto 3,500; veinticinco de las cuales son impor- y de escritura pictográfica sin palabras tantes tanto por su extensión (Indu, Manda- ni sonidos.

rin, Inglés, Español, Coreano), como su Los gestos serían el estado originario del producción escrita (Ruso, Alemán, Español, habla. Muchos pueblos primitivos tienen un Inglés, etc.). lenguaje de gestos muy desarrollado, gracias Esaias Tegner en su obra Ur Sprakenvärld I a lo cual se comunican con los miembros de (Pág. 178) expresa que en efecto, «no pode- otros pueblos, los vecinos cuyas hablas no mos sostener que la lengua hubiese estado entienden. Ejemplo: Ciertas tribus de la unida a los sonidos desde el principio. Los India. Este lenguaje parece identificar, en sus gestos debieron desempeñar entonces un detalles al que presentan las pinturas prehispapel tan importante como los sonidos…». tóricas. En lugares como África central, Madagascar, Asia, y Australia hay regiones Los científicos se han volcado sobre los puedonde se comunican mediante gestos. blos primitivos esperando descubrir en ellos estadios originarios; desafortunadamente se Joseph Vendryes, francés, autor de la obra Le han encontrado con sistemas lingüísticos Langage escribía que la lengua visual es tan muy evolucionados, complicados, que cons- antigua como la auditiva. Según Van Ginnetituían el camino extenso desde la prehisto- ken, la lengua hablada sólo se retraería hasta 3.500 A. de C.; hay una coincidencia entre ria. los gestos de los pueblos primitivos y los sigOtto Jespersen, intentando llegar a una teoría nos pictográficos de que esta pictografía hasobre el origen de la lengua comparó un gran brían desarrollado las letras modernas. Los número de lenguas y encontró que todas hombres capaces de desarrollar los primeros tienden a evolucionar desde una morfología jeroglíficos (Egipto), o de dibujar los primey complejidad muy grandes hacia una desros signos chinos (China), no conocían todaerción crecientemente mayor de sus distintos vía la voz articulada. miembros en elementos independientes. Ejemplo: Cantaveram (latín): yo había can- El psicólogo húngaro G. Rèvèsa plantea el tado; J’avais Chantè (francés). Decía que las problema, sobre el carácter social de la lenprimeras manifestaciones del habla humana gua: debían imaginarse como complejos de soni- 1º. La lengua posibilita los contactos entre dos no identificados, preferidos en unas si- los miembros de un cierto grupo social: una tuaciones concretas de las que habían familia, una tribu, una unidad política, un tomado su significado. Van Ginnoken, lin- círculo cultural. güístico holandés distingue cuáles rasgos de 2º. La necesidad de contacto: instinto primilos de hoy existentes en las lenguas son pri- tivo presente en todos los seres; es fundamitivos y cuáles otros son tardíos. Ejemplo: mental en el nacimiento de una lengua. el acento musical de palabras constituye un 3º. La intención de entrar en contacto con el rasgo primitivo perdido en la mayoría de las entorno: la llamada de suscitar atención o lenguas de la cultura occidental. Y cuáles de formular un deseo. Es lo que Rèvèsa lenguas provistas de vocales reflejarían un llama la lengua Imperialista (orden lanzada estadio avanzado en relación con aquellas al contorno para que este actúe. Piensa que otras que sólo tienen consonantes. Considera la necesidad de impartir órdenes es la pri88

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 mera manifestación de la lengua).

1º. Código paralingüístico: Ernest Renan dijo: «La lengua no es un don Entonación, énfasis, velocidad y las pausas o regalado a los hombres, sino un instrumento vacilaciones se superponen al habla, indicreado por ellos». El lenguaje es una con- cando parte de la actividad o la emoción del hablante. La entonación, uso lingüístico del ducta exclusivamente humana. tono, es el más complejo, se usa para indicar Las lenguas que solemos llamar «muertas» el humor o el estilo de la oración, énfasis, pa(griego o latín) estuvieron afectadas por réntesis, emoción, importancia, papel y escambios internos o influencias externas contatus del hablante. virtiéndose en otras lenguas; lo que por ejemplo ha muerto el latín escrito y literario. 2º. Elementos no lingüísticos: En la iglesia católica es una lengua conver- Gestos, postura corporal, expresión facial, sacional y escrita. El hebreo era una lengua contacto ocular, movimiento de cabeza y muerta en tiempos de Cristo con más de cuerpo y la distancia física. 2,000 años de instancia; sin embargo, se ha 3º. Elementos metalingüísticos: convertido, resucitando, en la lengua oficial El ritmo del habla según el estado de excitación del hablante. Gestos aceptables en una del nuevo Estado de Israel. Existe un lenguaje de signos que se trans- cultura pueden ser considerados ofensivos mite utilizando signos manuales, no es una en otras. La sonrisa, por suerte, es una señal versión gestual de la lengua hablada, sino universal de amistad. Entre los indicadores una lengua especifica con sus propias reglas metalingüísticos está el estatus de la comunique rigen la combinación de símbolos. Estos cación. signos se transmiten con las manos y con los movimientos corporales. Existen cincuenta lenguas de signos en el mundo. Las matemáticas son también un lenguaje; aunque de carácter más preciso que las que he mencionado. Tanto el habla como el lenguaje son parte de un proceso más amplio de comunicación. La comunicación es un proceso mediante el cual los interlocutores intercambian información e ideas, necesidades y deseos. La probabilidad de que se produzca una distorsión en el mensaje es muy alto, dada la variedad de formas en que se puede construir un mensaje; así como la diversidad de experiencias pasadas que aporta cada interlocutor. La medida en que cada hablante tiene éxito en su comunicación, lo que se mide a través de la eficiencia del mensaje, se denomina «competencia comunicativa». La lengua y el habla son sólo un aspecto de la comunicación. El resto de la comunicación puede ser de tipo paralingüístico y metalingüístico.

El lenguaje es un código compartido que permite a sus usuarios transmitir ideas y deseos. Si bien el lenguaje no es algo esencial para la comunicación; la comunicación es un elemento esencial y definitorio del lenguaje. Lenguas como el Sánscrito, extinguidas, se estudian con el fin de averiguar información sobre las personas que una vez la utilizaron. El lenguaje refleja el pensamiento colectivo y la cultura e influye sobre ese pensamiento. En la Europa de la actualidad, palabras como democracia, reflejan significados y emociones que influyen sobre nuestra concepción de otras formas de gobierno. Es probable que la noción de democracia de los antiguos griegos fuera algo diferente de la nuestra, e influyera de forma diferente sobre su forma de pensar. El lenguaje que se usa está influido por lo que le precede, e influye sobre lo que le sigue. Considerar el lenguaje ausencia de comunicación es eliminar la razón de ser del lenguaje.

89

Dibujo, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Psicología y lenguaje

manos poseen una capacidad innata y espeDado que el lenguaje y su desarrollo son cifica para el lenguaje; sus principios son hoasuntos tan complejos, los profesionales sue- mogéneos: avocación, discriminación, generalización, apropiación. len analizarlo según sus vertientes: • Los lingüistas se preocupan por la descripción de los símbolos del lenguaje, y del esta- Cultura y lengua: dos componentes blecimiento de las reglas que gobiernan sociales estos símbolos hasta llegar a formar estruc- La cultura se ha definido como «un diseño para vivir (Kluckholn) y como las comprenturas lingüísticas. • Los psicolingüistas están interesados en los siones compartidas que las personas usan al procesos psicológicos que subyacen en el coordinar sus actividades» (Becker). Los proceso de adquisición de una lengua, los miembros de una sociedad comparten determecanismos sicológicos de producción y la minadas ideas básicas en torno a cómo funciona el mundo, lo que es la tecnología, la comprensión. • Los sociolingüistas estudian los usos y re- política, los grupos y lo que significan. glas del lenguaje como una forma del nivel Mientras que la «estructura social» se refiere socioeconómico o también del contexto lin- a los aspectos prácticos instrumentales de las güístico y/o cultura: adquieren importancia relaciones sociales, la cultura se refiere a los dialectos, la interacción social y comuni- «los aspectos simbólicos expresivos de las relaciones sociales» (Wutinow). La cultura cativa. • Los psicólogos conductistas restan impor- es un patrón de vida que es adquirido metancia a la estructura del lenguaje y destacan diante el aprendizaje, teniendo la lengua el contexto cultural en que se produce. Los como instrumento y el lenguaje como arconductistas se concentran en la producción chivo de informaciones y motivaciones. Ningún otro animal necesita aprender tanto de cierto tipo de respuestas. • Los logopedas: se centran en los problemas como el hombre. Ningún otro ser es tan comunicativos. Su principal interés radica en adaptable como el ser humano. las causas de estos problemas, su evolución Donald Brown llamó «Cimientos Universay el tratamiento. les Humanos» a los modelos de pensamienTeoría conductista

Mowrer, Skinner, Osgood consideran que el lenguaje es simplemente una conducta más que tiene que ser aprendida. El lenguaje es un conjunto de asociaciones entre el significado y la palabra, la palabra y el fonema, la declaración y la respuesta; puede ser aprendido mediante la asociación entre un estímulo y la respuesta que sigue. Teoría psicolingüística

Noam Chomsky dice que «el lenguaje tiene estructura y existen procesos mentales subyacentes que representan esas estructuras». El hombre creó el lenguaje humano. Los hu-

tos y actividad que pertenece a la lista de lo universal humano regidos por el lenguaje: 1. Creencias (explicación compartida de experiencias). 2. Valores (criterio de juicio moral). 3. Normas y sanciones (pautas de comportamiento). 4. Lenguaje (sistema de comunicación simbólica). 5. Tecnología.

El lenguaje se ha llamado «El Almacén de la Cultura» (Harroff). Es el medio primario por el cual la comunicación, la discusión y cambio de comprensión compartidas, que pasan a las nuevas generaciones son capturadas por 91

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 los ciudadanos. El término «pensamiento» es una conversación con nosotros mismos. Aprender un nuevo lenguaje puede obligarle a que piense de manera desacostumbrada.

Cada lengua tiene palabras y frases para las que no hay equivalentes exactos en otros idiomas. Varios lenguajes africanos emplean sonidos de chasquidos de lengua que a los angloparlantes les resulta, casi imposible de producir. El vietnamita tiene un complejo sistema para dirigirse que indica grados de respeto basados en la edad, posición, educación y otros factores. Así existe ANH (hermano mayor); BAE (hermano más viejo): CHU (hermano menor). Debido a la preocupación por la cortesía, el uso deliberado de un término equivocado es un insulto. Edgard Sapir y Benjamín Lee Whorf expresan que el lenguaje hace a las personas prestar atención a ciertas cosas e ignorar otras; el lenguaje conforma la realidad en moldes diferentes; nuestra idea de la realidad es una versión condensada del mundo que ha sido editada por nuestros lenguajes (Plug y Bates). Las personas que hablan lenguas diferentes no ocupan realmente el mismo mundo con etiquetas diferentes, sino que perciben realidades diferentes.

En general, el lenguaje se centra en los rasgos particulares del paisaje físico y social etiquetando estos rasgos. Afecta lo que notamos y cómo entendemos lo que observamos; pero el lenguaje no dicta lo que vemos y pensamos de una manera rígida. Es sólo un elemento de la cultura. Cultura, lengua y política

Todas las culturas han desarrollado normas estructurales para solventar los conflictos de una manera ordenada. Estas normas varían sustancialmente en función del tamaño de la sociedad. De manera general existen cuatro formas de organización social: bandas, tribus, jefaturas y estados.

• Bandas: Nivel de integración sociocultural cuya economía es la caja y la recolección. Ej.: los jkung del Sur de África. • Tribus: Nivel sociocultural tribal no aparece: de domesticación de animales y cultivo de vegetales. • Jefatura: Nivel superior de integración: productividad elevada, centro de coordinación económica, política y religiosa. • Estados: Estratificación social, organización del poder de una sociedad cuyas relaciones internas trascienden el parentesco, mediante instituciones y grupos.

El desarrollo del lenguaje implica su desarrollo fonético, morfológico y semántico. En el desarrollo semántico del lenguaje desempeña una función esencial la transmisión de viejas denominaciones, los nuevos fenómenos de acuerdo con la propiedad funcional.

En estos nuevos contextos, la palabra puede adoptar un nuevo contenido semántico, y ello en el sentido de edificar por encima de su significado como superestructura un adicional contenido semántico vinculado a aquel, pero que trascienda a éste. En la teoría del lenguaje general, que acabamos de exponer de modo resumido, debe destacarse especialmente dos tesis, a causa de su imperante significado: • El lenguaje, la palabra, no es un signo convencional; su significación no está fuera de ella misma. Tanto la palabra como el lenguaje poseen un contenido semántico, es decir, sentido, y con ello, una significación, que representa significativamente el objeto designado por la misma, es decir, una relación cognoscitiva. • El reflejo significativo del objeto en el significado de la palabra, como el reflejo mismo, no es ningún proceso pasivo. Reconocemos la realidad y esta nos deviene consciente, al influir en ella. Reconocemos el significado objetivo que obtiene su forma en

92

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Ureña Año 1. No.1 la palabra, el influir en el objeto, haciendo destacar su función en el sistema de la actividad social. La palabra nace en el trato interhumano y sirve a este.

Los sociólogos llaman cultura al conjunto de técnicas, de instituciones, de comportamiento, de representación colectiva, de creencias y de valores que caracterizan a una sociedad determinada. Si estudiamos cada uno de estos elementos con un criterio de comparación, a través de todas las sociedades, distinguiremos los países desarrollados y los subdesarrollados, los sistemas capitalistas y los socialistas, los regímenes autoritarios y los autocráticos, etc., en la realidad, estos tipos generales se combinan revistiendo formas singulares; cada combinación concreta, en una fecha y en un lugar determinados, constituye una cultura. Dos nociones fundamentales se encuentran así en la base de este concepto: La historia y la Nación. Por una parte, cada cultura es el producto de la historia, puesto que aporta en el presente el peso del pasado. Por otra, las naciones son hoy los conjuntos culturales mejor definidos, salvo en lo que se refiere a las sociedades subdesarrolladas. Lenguaje y poder político

Aspectos socio-antropológico: reflexión a la luz del materialismo histórico. Marx y Engels han expuesto una solución sobre el problema del lenguaje: 1º. El lenguaje es un componente inseparable de la cultura material; su génesis y su desarrollo sólo pueden ser entendidos en relación con la evolución histórico-social del hombre, y ello a base de sus condiciones de producción.

2º. El lenguaje no puede explicarse por medio de un proceso de reflejo instintivo; el lenguaje no es un producto natural, sino un producto social y se origina sólo en relación con la conciencia social.

3º. Por tanto, el lenguaje del hombre no puede ser investigado exclusivamente dentro del fisiológico-fonético: se debe tener en cuenta el aspecto racional y estudiarlo con relación al pensamiento. Además, el aspecto fonético del lenguaje no consta de sonidos naturales (gritos), sino de formas, voces articuladas, que el ser humano ha elaborado para expresar un significado. Marx defiende la opinión de que en el sentido histórico-evolutivo del lenguaje no es el primitivo lenguaje fonético, sino «lenguaje mímico o gesticular». Así se reforzó el pensamiento. Sólo entonces surge el lenguaje fonético con su relación o vinculación abstracta propia entre la palabra y lo designado. Dado que el trabajo es siempre una actividad orientada a la creación de un determinado producto, la actuación del ser humano está orientada también hacia un determinado resultado, puede surgir de ella involuntariamente y sin intención; pero, dado que la actividad del hombre, y sobre todo su actividad laboral, es una actividad consciente, algunos de estos resultados son objetivo directo y consciente de sujeto actuante. El carácter consciente y orientado a su fin caracteriza la actuación humana.

Pero por muy esencial que sea un objetivo, no basta por sí sólo para determinar la actuación. Para poder realizar un fin se requiere la observación de las condiciones bajo las cuales este debe llevarse a la práctica. De la correlación entre finalidad y condiciones surge la tarea que debe ser resultado por la actuación. La acción humana orientada a un fin es, por su carácter, la solución de los problemas. La postura con respecto a las condiciones, las cuales a su vez se relacionan con el objetivo, es el contenido psicológico interno de la actuación. La tarea que surge de la relación entre el objetivo y las condiciones de su realización es la que también determina su estructura psicológica.

93

La motivación concreta de una efectiva actuación, cuyo punto de origen es la relación entre el impulso y el fin, sin embargo no puede ser explicada suficientemente por medio de esta relación. Esta actuación abarca también la postura del individuo con respecto a las circunstancias efectivas de la respectiva situación vital, en la cual debe llevarse a cabo la actuación. Con ello se complica y modifica el motivo principal. Las a menudo multiformes y muy contradictorias relaciones con los caracteres de la actuación, que están vinculadas al objetivo, proporcionan a los motivos concreción, riqueza y, temporalmente también, contradictoriedad.

El objetivo que estimula al ser humano a la actuación y que luego convierte en objetivo de su actividad debe tener importancia para aquel. Especialmente la relación que se realiza dentro de la actuación con respecto lo que para el sujeto es importante o esencial (y que se convierte en vivencia para este) se convierte en la fuente u origen de donde surge la actuación, se convierte en su motivo

por hecho de que proporciona a la actuación un sentido para el sujeto. A pesar de ello, para el ser humano, que es un ser social, la importancia social es su principal objetivo.

El problema de la formación y del desarrollo de la actuación humana depende, como problema semántico, inseparablemente, de los problemas de la génesis de la consciencia humana a base de las prácticas sociales. Así como so objetos, que se crean en la práctica, transforman la naturaleza y crean la cultura, así se crea también en la actuación su importancia. Pero con respecto a estos nuevos objetos surgen a su vez nuevas acciones, que tienen un nuevo significado y un nuevo sentido. La formación del mundo objetivo humano y de la consciencia humana en la actuación, y ello en la específica actuación humana –es decir, en el proceso de la creación de objetos humanos, cuya importancia se determina en el mundo humano por su función-, son dos aspectos de un proceso unitario.

94

Ciudad de mis ruinas de Nan Chevalier: la economia de la culpa

E

por Victor Saldaña Escuela de Letras

l panorama literario dominicano actual, (a pesar de sus conocidas etapas de producción intrascendente y doméstica), tiene la suerte de contar siempre con el surgimiento de ciertos libros interesantes, trabajados con paciencia y silencio por sus autores y publicados en el momento en el que son más necesarios. Uno de estos libros sin lugar a dudas es la novela Ciudad de mis ruinas, del poeta, ensayista, académico y novelista dominicano Nan Chevalier, quien entre otros textos, tiene publicados los libros: Las formas que retornan (1998), La segunda señal (2003) y Ave de mal agüero del cual dije en un periódico del Cibao de cuya edición quisiera acordarme, que era un buen augurio para la joven poesía en prosa del país.

El autor del libro me obsequió un ejemplar aun antes de estar lista la edición, gesto que agradecí, y que continuo agradeciendo después de haber leído el libro, pues una novela de esta naturaleza (he comentado con alguien) suele convertirse en una maquinaria de provocación y en motivo de celebración en este contexto histórico y en un país como la República Dominicana, en donde paradójicamente muy pocas obras de este género aparecen, a pesar (y es lo extraño) de que todo el mundo (escritor o no) te dice que está escribiendo una novela o piensa que su vida merece ser narrada en las páginas de este tipo de obras.

Por su rigor, por su cuidada factura, por su propuesta, Ciudad de mis ruinas viene a enriquecer el panorama de la nueva novelística nacional. Me explico:

En la novela Ciudad de mis ruinas todo está disfrazado; incluso hasta lo que no lo está. Nada es lo que parece. Bajo la alquimia de la intriga y la ilusión de lo aparente continente y contenido se transfiguran en una enorme fiesta de disfraces en donde ronda el culpable de un asesinato. La obra en su totalidad es una metáfora múltiple. Los personajes, los acontecimientos, los objetos, funcionan como lo que son pero al mismo tiempo son símbolos, máscaras de otras cosas. En el diálogo más simple, en la expresión más llana, se esconde algo, se oculta algo; en fin nada merece nuestra confianza.

Para un lector apresurado la solución podría ser sencilla: Un grupo de amigos se reune con frecuencia en diferentes lugares de la ciudad de Santo Domingo. Comparten como hermanos, como compañeros de sana camaradería. Con el tiempo se integra al grupo un médico psiquiatra y su excéntrica hija, el que aun con la resistencia de algún miembro del círculo amistoso, por sus conocimientos, por su edad, por su experiencia de la vida se convierte en una especie de guía espiritual del grupo, alterando lo que Derridá en su libro Políticas de la amistad llamaría “las relaciones de poder” en el núcleo de amigos. Todos

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 tienen sus diferencias conductuales bastante definidas, pero se las toleran. Sin embargo las relaciones pasionales entre los miembros del grupo no se hacen esperar y rápidamente degeneran en una trama de infidelidades, traiciones, envidias, lesbianismo, homosexualidad, desencadenando una serie de intrigas y rencores que terminan con el asesinato de uno de los principales y más influyentes miembros del grupo, el joven Maicol Enmanuel Vicioso. Todos se convierten en sospechosos, en todos puede estar el asesino, todos tienen alguna razón por la cual haber asesinado o querer asesinar a Maicol Enmanuel.

vela todas las verdades y que horriblemente nos conduce hacia la nada. En Ciudad de mis ruinas ese tiempo se revela entrópico, como tránsito hacia el caos, hacia la destrucción no sólo de la vida, sino también de los valores morales, de los principios, de las normas que se establecen en las relaciones de la amistad y del amor. «El tiempo arruina irremediablemente todo» nos dice el personaje narrador en la página 25.

También ese tiempo es espacio, es una embarcación de ensueños (ver página 27) es la vida… Es el pasado, el presente y el futuro avanzando hacia la destrucción del ente. Aristóteles planteó que «pasado, presente y futuro son imágenes móviles de una misma realidad que ocurre en el aquí y en el ahora». La física moderna, sobre todo a partir del trabajo de Albert Einstein sobre la Teoría general de la relatividad, comenzó a entender que ambas categorías o magnitudes no podían analizarse por separado. Entonces nace el espacio-tiempo. Es este el concepto con el cual se construye «El passion». Allí van los personajes. En ese viaje vamos todos. «Un crucero (nos dice el personaje del psiquiatra) es como la vida». Es la vida.

La policía por su parte, con dos investigadores tan torpes que rondan con lo ridículo, acusan y apresan a Samuel Jiménez Wilson. Este personaje es quien se encarga de contarnos la historia desde el pabellón 21 de la Cárcel de la Victoria. Es su voz la que narra todo desde su punto de vista, alternada con la del narrador omnisciente o con la de algún otro personaje. De repente una mañana, el psiquiatra se confiesa culpable pero no le creen, apresan otro culpable que tampoco es; pero al final otro culpable emerge de las sombras, de las marañas; el menos espeEn los personajes de Ciudad de mis ruinas rado;… de cuya culpabilidad tampoco podeencontramos al prototipo del chico light de mos estar seguros. nuestra contemporaneidad, al cual le importa El lector apresurado al que me refiero prefe- poco la ruina del otro, de cualquier otro. Es rirá quedarse con este culpable y a dormir la ciudad de mis ruinas, no la de la ruina de tranquilo; pero lamento informar que no es los otros que también lucen arruinados ni siasí. Lo que está detrás es tarea del que Cer- quiera la de la ciudad misma, sino las mías, vantes llamo en su obra el Quijote el «lector la de mi vida: puerto fantasma, tiempo-espadesocupado». Frase que según diversos es- cio-crucero en el que emprendemos un viaje tudios analíticos se refiere al lector libre de sin retorno: la muerte. prejuicios y tradiciones del común, que La estrategia de construcción de Ciudad de presta tiempo a mirar con detenimiento. mis ruinas parte de una especie de economía Como diríamos popularmente a «buscarle la de la culpa, distribuida a mansalva por el quinta pata al gato». autor. Todos lucen culpables. Pero además La embarcación denominada «El Passion» es economía de la intriga, no a la manera de es una metáfora sobre el tiempo, ese que des- Shakespeare, en cuyo mundo, desde el inicio 96

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 mismo de sus obras, el malvado, el bueno, el mentiroso, el cobarde emergen al sol y el espectador los juzga con la medida exacta de sus latidos; no, esta es una intriga sin solución, en donde no hay salida (a pesar de que el autor quiera proporcionárnosla al final), en donde no sabemos «cuál es el límite en donde termina el hermano y comienza el enemigo». Y no puede ser de otra forma, es el mundo ligh, la cultura ligh desenmascarada, la de la búsqueda del placer fácil a toda costa, a costa incluso de la traición y la calumnia, la del hedonismo y el narcisismo como símbolos de victoria. Y no es que estas cuestiones no sean tan antiguas como la especie; es que ahora aparecen generalizadas y permitidas a tal escala, que esa permisividad es complicidad sublimizada. El chisme de la traición, de la envidia y de la infidelidad le produce orgasmos deliciosos a la sociedad contemporánea.

y a las formas de socialización que reproduce. Crítica sarcástica de la justicia y de los métodos de investigación policíaca vigentes.

Como novela policíaca establece en nuestro contexto un referente interesante; pues la tradición de la narrativa de este género que tiene en Edgar Allan Poe a su principal precursor, no goza en nuestro país de tantos antecedentes como los de otras literaturas cercanas, a pesar de que este tipo de texto es territorio de inmensas posibilidades estéticas.

Para finalizar, quiero señalar dos elementos que en la obra acercan al autor a la propuesta estética del movimiento contextualista. En la novela se desarrollan dos textos concomitantes, los cuales tienen su espacio-tiempo independiente, es decir, pueden funcionar por separado. El uno sirve de contexto al otro y viceversa. Estos son: la narrativa desarrollada en sucesivos capítulos y una obra teatral escrita por uno de los personajes de la Al final de la novela, el autor describe el ase- novela, en la cual los personajes de la misma sinato y allí, indistinto y gris, aparece el cul- aparecen trasfigurados formándose una mepable. Las razones del asesinato son los cánica alucinante. El lector capta el sentido celos, pero algo mueve a la sospecha. El ma- por medio del comedio entre los dos textos. tador sabía de las andanzas de la víctima; co- La relación Novela- verdad, teatro-mentira nocía de su hijo oculto producto de una ofrece la flor de los significados que el lector traición, de su vida desordenada. Cuando se deshoja para la estrategia de su propio enrelacionaron lo único que le pidió a la víc- gaño. En ese terreno movedizo cada cual satima fue discreción, no fidelidad; sin em- cará sus propias conclusiones. bargo, en un arranque de locura lo asesina Mientras tanto abordemos el Passion y napor celos. Es como si el autor quisiera dejar veguemos por esta narrativa envolvente y la sospecha distribuida en el ambiente. certera que nos ofrece Nan Chavalier en esta Ciudad de mis ruinas, en conclusión, es crí- Ciudad de mis ruinas, su primera novela. tica ácida a la sociedad ligh contemporánea

LA CRÓNICA DE LA INSURRECCIÓN DE SANTO DOMINGO EN LAS PÁGINAS DE LA AMÉRICA (1863) Luis Alfonso Escolano Giménez a anexión del territorio de la antigua República Dominicana a España, que tuvo lugar en marzo de 1861, supuso un acontecimiento excepcional en la historia de la diplomacia. Se trató de una reincorporación a la antigua metrópoli, solicitada por las propias autoridades dominicanas, con el pretexto de los lazos históricos y culturales que unían a ambos países, y debido a la continua amenaza que representaba Haití para su independencia. Tras la aceptación de los hechos consumados en Santo Domingo, con la proclamación unilateral de Isabel II como soberana de aquel

L

Mapa parcial de La Española. La línea de puntos en color rojo señala la demarcación establecida en 1777 por el tratado de Aranjuez entre las colonias española y francesa. (GÁNDARA Y NAVARRO, José de la: Anexión y guerra de Santo Domingo. Madrid, 1884, vol. II).

territorio por parte del general Santana, presidente de la República Dominicana, el gobierno español comenzó a administrar la nueva provincia de ultramar de modo semejante a como lo hacía en Cuba y Puerto Rico. El 25 de febrero de 1863, el periódico quincenal madrileño La América publicó una carta de su corresponsal en Santo Domingo, en la que ya se lanzaba la primera señal de alarma sobre la compleja situación de la isla. Su autor señalaba que la reincorporación del territorio dominicano, además de revelar «las sim-

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 mercio era casi nulo, su ilustración estaba muy atrasada y su pobreza era mucha. En tal estado de decadencia, «la bandera española, cubriendo tantas ruinas», había salvado a Santo Domingo «de la esclavitud», y sus habitantes «vieron en su anexión a España la aurora de un brillante día». En efecto, aquéllos ya estaban «cansados de esperar mejoras, siempre prometidas por sus diversos gobiernos, y nunca efectuadas», por lo que creyeron que al fin había llegado «el tiempo de su regeneración». El corresponsal se preguntó acto seguido si sería humano, o tan siquiera político, «darles Portada del periódico La América del día 24 de agosto de 1859 un nuevo desengaño», y respondió que la «moderna España» tenía «una gran misión que cumplir en Santo Domingo». Sin embargo, aquél hubo de reconocer que, «desgraciadamente», nada se había visto hasta esos momentos en el gobierno que indicase «su intención de mejorar y engrandecer la nueva provincia española». Si bien admitió la posibilidad de que «los empleados superiores» tuviesen buenos deseos, señaló que les faltaba «el conocimiento perfecto del país», así como «un cuerpo consultivo» integrado por dominicanos, con quienes «discutir las medidas» que debían ponerse en práctica, de modo que no chocaran con los usos, costumbres e ideas Grabado que representa las oficinas e imprenta de La Ilustración Espa- de los gobernados. Por último, según el ñola, El Semanario Pintoresco Español, La Biblioteca Universal y Las Nocorresponsal de La América, a aquellos vedades, importantes revistas publicadas a mediados del siglo XIX en Madrid (Biblioteca Nacional, Madrid). Ilustración reproducida en Historia funcionarios les hacía falta también de España, vol. 12: El siglo XIX. De la Guerra de la Independencia a la «una cualidad muy necesaria» dadas las Revolución de 1868, Madrid, Espasa Calpe, S. A.,2004 difíciles circunstancias reinantes en Santo Domingo: «osadía» para «acomepatías de sus habitantes con respecto a ter las mejoras económicas» más urgenEspaña», era una prueba de que el país tes (La América, año VII, nº 4, Madrid, había «agotado todos sus recursos» en 25-2-1863: p. 4). En su opinión Santo Domingo necesilos dieciocho años de guerra «contra los haitianos, superiores en número y en taba economistas más que militares, y elementos de poder». De hecho, sus aseguró que el pabellón español era sucampos estaban abandonados, su co- ficiente para garantizar «la nueva pro99

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1

vincia de todo insulto». No obstante, aquél también afirmó que «el pabellón solo» no la dotaría «con fáciles vías de comunicación», ni atraería a la inmigración, ni habilitaría los puertos, ni canalizaría sus ríos, ni rebajaría los derechos fiscales, ni fundaría escuelas, ni economizaría «los gastos enormes del clero, el ejército, la administración militar», ni favorecería «el engrandecimiento de la industria». Éstas eran, entre otras muchas, las cosas que resultaba más imprescindible abordar, lo cual según el corresponsal no quería decir que no fuesen necesarias las tropas en Santo Domingo, sino que la superintendencia

Fachada principal del cuartel de la Fuerza, Santo Domingo (El Museo Universal, año VI, nº 12, 23-III-1862, p. 96). Ilustración reproducida en Una cuestión de honor. La polémica sobre la anexión de Santo Domingo vista desde España (1861-1865), Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 2005

debía «desempeñarla un hombre de claras luces y de mucha y buena doctrina económica», en lugar del gobernador capitán general de la colonia. Aunque se decía que la nueva provincia costaba a la metrópoli «una suma enorme de pesos anualmente», si se publicara el reparto que se hacía de los caudales se vería que en Santo Domingo tan sólo se empleaba una cantidad muy reducida, mientras que los funcionarios, el ejército y el clero absorbían «muchos miles de pesos». El corresponsal añadió que el cabildo eclesiástico de la capital cobraba 65.000 pesos, y que la población de la misma no superaba los 12.000 habitantes. A pesar

Fachada principal del cuartel de la Fuerza, Santo Domingo (El Museo Universal, año VI, nº 12, 23-III-1862, p. 96). Ilustración reproducida en Una cuestión de honor. La polémica sobre la anexión de Santo Domingo vista desde España (1861-1865), Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 2005

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 de todos los problemas existentes, el país se dormía «en brazos de la paz, saboreando un bien que hacía ya diez y ocho años que anhelaba» pero también dormía «el espíritu de la industria, y con ésta la riqueza y el bienestar» que tanto necesitaba esa provincia. Al final de su carta mencionó la esperanza que se tenía allí de que el gobierno habilitase en breve el puerto de Manzanillo, y de que se declarasen, aunque fuera durante diez años, «puertos libres algunos de la isla», como los de Manzanillo, Samaná y Santo Domingo (ibídem). Con tales premisas no resulta sorprendente que menos de dos meses después de la publicación de la carta anterior, La América diese la noticia de «una intentona de rebelión en la nueva colonia de Santo Domingo», aunque subrayó que la opinión pública había dado «poquísima importancia» a ese hecho. El periódico informó de que al parecer se había descubierto «la instigación secreta de una

potencia extranjera», lo que calificó de «conjetura plausible en vista de la moralidad política del gabinete sospechado», que era el de Washington, y del interés que siempre había tenido en apoderarse de aquella antilla. El redactor manifestó su esperanza en que «este desengaño» bastara para «reprimir las propensiones invasoras» de los Estados Unidos, a los que aludió en todo momento de forma indirecta, sin mencionarlos expresamente (ibídem, nº 7, 12-4-1863: p. 2). En el mismo número de dicho periódico se facilitaron los detalles más relevantes del intento fallido de insurrección. Según la reseña oficial de los «desagradables» acontecimientos que habían tenido lugar en la isla de Santo Domingo, «el titulado general Peña, que acaudillaba los insurrectos», se había dirigido al comandante de la localidad haitiana de Fort-Liberté, «anunciándole su levantamiento contra el

Retrato de los reyes Isabel II y Francisco de Asís pasando revista a las tropas, 1848. (Obra de Charles Puçon, reproducida en Historia de España, Ediciones Nauta C., S. A., Barcelona, 2004).

General Ramón María Narváez y Campos, duque de Valencia y presidente del Consejo de Ministros que decretó el abandono de Santo Domingo en 1865. (Obra de Vicente López, Museo de Bellas Artes, Valencia).

101

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Torre del Homenaje vista desde el sur y batería de la Plataforma, Santo Domingo (El Museo Universal, año V, nº 36, 8-IX-1861, p. 285). Ilustración reproducida en Una cuestión de honor. La polémica sobre la anexión de Santo Domingo vista desde España (1861-1865), Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 2005

gobierno de España, y pidiéndole auxilios». En cuanto el gobierno haitiano conoció la noticia de que el comandante de dicha plaza había contestado a la comunicación de Peña lo relevó del mando. Al mismo tiempo dio instrucciones terminantes a todos los jefes de la línea fronteriza «para que rechazasen», si fuera necesario por la fuerza, «a los que se presentasen armados», cortando absolutamente todo contacto con los rebeldes, «sin dejar pasar a persona alguna que no fuese provista de pasaporte del capitán general de Santo Domingo». Las instrucciones del gobierno también les ordenaban internar en el territorio de Haití a todos aquellos que, eludiendo su vigilancia, lograsen cruzar la frontera (ibídem: p. 15). Con respecto a los hechos acontecidos, La América informó de que los rebeldes fueron perseguidos por las tropas españolas al mando del general Hungría y se habían visto «obligados a capitular». Por su parte, «el cabecilla Peña, abandonando a los suyos, se presentó en las líneas haitianas», donde solicitó ver al comandante de Fort-Liberté, quien ordenó que «se le hiciese comprender que estaba ausente», y reforzó todos los puestos fronterizos para impedir «la entrada de los fugitivos». A juicio del re-

dactor, «las disposiciones adoptadas» en tales circunstancias por el gobierno de Haití venían a demostrar «una vez más» los deseos que lo animaban de «estrechar las relaciones de amistad y buena inteligencia» existentes entre ambos países (ibídem). A continuación, el periódico insertó el relato que hacía otro medio de comunicación, El Eco del País, con el cual La América estaba totalmente de acuerdo. Según aquél, la insurrección había sido sofocada por completo, tal como aseguraban «los partes oficiales del gobierno» y todas las correspondencias que había recibido. El Eco del País añadió que una vez restablecida la tranquilidad, los revoltosos «hechos prisioneros con las armas en la mano» serían sometidos a la acción de la justicia, y que habría «censurado a las autoridades que en los momentos críticos no hubiesen desplegado toda la energía necesaria para reprimir prontamente el movimiento revolucionario», pero hizo también al gobierno una petición de «clemencia para los vencidos». El mencionado periódico afirmó que aún estaba «muy reciente» la anexión de Santo Domingo a su antigua metrópoli, y por ello no era de extrañar que hubiera en la isla «algunos partidarios de la independencia, especialmente la

102

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Torre del Homenaje vista desde el oeste, Santo Domingo (El Museo Universal, año V, nº 37, 15-IX-1861, p. 293). Ilustración reproducida en Una cuestión de honor. La polémica sobre la anexión de Santo Domingo vista desde España (1861-1865), Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 2005. parte más atrasada del pueblo, muy fácil de alucinar por los inquietos ambiciosos de esos poderes efímeros de las repúblicas americanas». El Eco concluyó asegurando que España sólo anhelaba «convencer a los dominicanos» de que los miraba «como a hijos iguales en derechos a los nacionales». Es más, en esta ocasión no demostraría «una severidad exagerada que a nada conduciría», porque la insurrección no había encontrado eco en el país, lo que era una «prueba evidente de que el espíritu público la condenaba» (ibídem). La América dio en su siguiente número más información acerca de lo ocurrido en Santo Domingo, elogiando «la rapidez, acierto y valor de las operaciones militares», y puesto que la insurrección ya había sido completamente sofocada aconsejó «la mayor clemencia para los vencidos». En los primeros momentos éstos apresaron un destacamento de cuarenta y cuatro soldados peninsulares, «y no sólo no les causaron daño alguno», sino que ni tan siquiera los desarmaron, «limitándose a exigirles que no hiciesen uso de las armas hasta que se hubieran reunido con las demás tropas del gobierno», y los embarcaron hacia Puerto Plata, quedando allí en libertad. Este hecho, que el corresponsal del periódico en Santo Domingo calificó

de «singular», era una prueba de que el movimiento confiaba «en que sería secundado por toda la isla, y que a la vista de un pronunciamiento general el gobierno español se abstendría de sostener la lucha», evitándose así el derramamiento de sangre. Dicha conducta demostraba también, en opinión del redactor de la noticia, que en los insurrectos no había «odio, ni encono contra los españoles, y que obraban simplemente por creer que debían defender la independencia de su patria» (ibídem, nº 8, 27-4-1863: p. 9). Según La América, de todo ello se podía deducir que la insurrección tenía un carácter puramente político, lo cual atenuaba «mucho la gravedad del delito». Por otra parte, como subrayó el mismo corresponsal, los dominicanos estaban «acostumbrados a los fusilamientos», de modo que con ellos no se los atemorizaba, y sin embargo se creaban «odios inextinguibles». Acto seguido, el periódico pasó a enjuiciar el trasfondo político del asunto, y señaló además que la anexión de Santo Domingo sólo había podido hacerse «en virtud de la voluntad de una parte que, aun cuando fuera la mayoría, no era toda la población de la isla». Por ello, ya que había aceptado la anexión, el deber de España era «llevar allí un gobierno tan

103

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 Jura del gobernador de Santo Domingo (1862). El general Serrano, capitán general de Cuba, toma juramento al general Santana como capitán general y gobernador de Santo Domingo. (Obra de Francisco Cisneros, Museo de La Rioja, Logroño). liberal como fuerte», que dejase a los dominicanos «una autonomía casi completa respecto a su gobierno local», y sólo les hiciera sentir «el peso de la autoridad metropolitana» para impedir «el despotismo de sus antiguos jefes o para mantener el orden», por medio de una justicia recta y del respeto que impusiera su ejército. De hecho, Santo Domingo debió organizarse con una constitución semejante a la que Gran Bretaña había concedido a Canadá, ya que así se habrían conciliado todos los intereses, «y la anexión no se convertiría en una carga pesada» para la Hacienda española. La América consideraba que aún era posible «entrar en esa vía tan conforme con la ciencia moderna como con la justicia y la conveniencia de la metrópoli, y expuso que el gobierno debería comenzar «por una amplia amnistía», que abriese las puertas del país a todos los dominicanos y sirviera «de base para la gran reforma política de la isla» (ibídem). El corresponsal de ese periódico dirigió a su director una carta fechada en Santo Domingo el 19 de marzo de 1863, en la que hizo una secuencia detallada de los acontecimientos. Aquél señaló que tras conocerse en la capital la noticia de que algunos descontentos habían arriado la bandera española en el pueblo fronterizo de Guayubín, e izado en su lugar la de la antigua República Domini-

cana, se embarcaron inmediatamente «dos compañías del regimiento de Bailén y una brigada de artillería de montaña». Éstas debían recoger al brigadier Buceta en Samaná, y desde allí dirigirse a la bahía de Manzanillo, pero cuando se recibió aviso de que los insurrectos amenazaban Puerto Plata la expedición se dirigió a este punto, donde encontró a los generales Santana y Vargas, que habían salido del Seibo hacia Santiago con seiscientos hombres. Sin embargo, ni unos ni otros pudieron «avistarse con el enemigo, desecho (sic) en dos encuentros por el general Hungría», que era jefe de las reservas provinciales y gobernador de Santiago (ibídem: p. 10). En efecto, nada más tener noticia aquél de lo ocurrido en Guayubín y de que los rebeldes se habían apoderado de Monte Cristi y Sabaneta, salió contra ellos con dos compañías del regimiento de San Marcial «y alguna gente del país». No obstante, al ver que el enemigo era superior en número y que además contaba con artillería, «retrocedió para no exponer las tropas y reforzarlas con los socorros pedidos». Cuando el general Hungría regresó a Santiago supo que esta población, «con el ayuntamiento a la cabeza y todo el comercio», se había pronunciado a favor de los rebeldes, pero la intentona ya había sido vencida «y presos gran número de revoltosos por

104

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Año 1. No.1 las autoridades que quedaron allí y una o dos compañías de San Marcial». Hungría volvió a salir, y tras conocer que una parte de las fuerzas rebeldes amenazaban Puerto Plata, ordenó marchar en dirección a Guayubín. De este modo, añadió el mencionado corresponsal, es como refirió el periódico semioficial La Razón, que se publicaba en Santo Domingo, el primer encuentro que las tropas leales al gobierno español tuvieron con el enemigo (ibídem). Por otra parte, los rebeldes de Sabaneta intentaron «hacer pronunciarse en su favor al pueblo de San José de las Matas», pero el jefe de éste reunió a «los vecinos honrados y a su cabeza sostuvo un reñido combate con los revoltosos, que se retiraron en desorden con grandes pérdidas». El 5 de marzo por la tarde el general Hungría atacó Sabaneta, último baluarte de la rebelión, y tras vencer a sus defensores y apoderarse del pueblo «persiguió a los derrotados, tomándoles prisioneros y armas». En conclusión, podía asegurarse que la rebelión había «muerto completamente» (ibídem). Por último, el corresponsal de La América mencionó que en la última Gaceta de Santo Domingo se había publicado una disposición del superintendente de Hacienda que, «equivocando por completo una petición del comercio», imponía a los exportadores un derecho de trescientos reales anuales. Tal medida hizo a aquél preguntarse el porqué de «ese furor con las exportaciones, cuando debiera librárseles de todo derecho», y comunicó al director del periódico que en la siguiente oportunidad que tuviese de escribirle le enviaría la exposición que los comerciantes de la ciudad de Santo Domingo hacían a la reina (ibídem). En su edición del 12 de mayo, el perió-

dico publicó otra carta del mismo corresponsal en la que éste denunciaba que los diarios de La Habana habían informado «hiperbólicamente» sobre la insurrección de Guayubín. También añadió que «entre la correspondencia cogida a los rebeldes» figuraba una carta del general de división haitiano Simón Sam, comandante en jefe de la frontera, en la que éste aplaudía la resolución de Peña y le expresaba sus simpatías. El presidente de Haití había relevado de su puesto al general Sam y ordenado a los destacamentos fronterizos que impidieran a los insurrectos la entrada en el territorio haitiano, con lo que a juicio del corresponsal aquél salvaba «las apariencias de complicidad». Con respecto a otros asuntos, indicó que el comisario regio para la reorganización de la Hacienda de Santo Domingo, Joaquín de Alba, acababa de presentar un proyecto de aranceles que había sido aprobado con «regocijo» por los comerciantes de la capital de esa provincia. En dicho proyecto se sustituía «el sistema de peso para cobrar los derechos», se rebajaban «considerablemente los derechos de puerto» y se libraba «de todos ellos laexportación». Acto seguido, el corresponsal se refirió a algo menos positivo y es que, si bien aún no había podido conseguir la lista de los empleados de la ciudad de Santo Domingo para probarlo, aseguraba que «ni una centésima parte de ellos» eran dominicanos, lo cual no era precisamente «muy político» (ibídem, nº 9, 12-5-1863: p. 4). En suma, tras la derrota del levantamiento de febrero de 1863 la situación de la nueva colonia permaneció casi invariable, con ciertas perspectivas de desarrollo pero también con serias amenazas de cara a su futuro más inmediato. En efecto, desde ella llegaban al-

105

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña. Ureña Año 1. No.1 gunas noticias esperanzadoras, como las de que una compañía inglesa iba a construir un pequeño ferrocarril de tracción animal para explotar las salinas de Neyba, mientras que otra iba a instalar «el alumbrado de gas en las principales poblaciones», y otra más pensaba «dedicar dos pequeños vapores a la navegación» en el río Yuna. Sin embargo, siguieron sin resolverse algunos de los problemas más graves, y por ejemplo aún no se decía nada de promover la inmigración, de modo que pese a «contener inmensos elementos de riqueza», el país progresaría poco «sin gente», tal como subrayó el mencionado corresponsal. Al final de su carta, éste aludió también a la próxima salida desde Santo Domingo hacia Madrid de Pedro Ricart,

General Pedro Santana, presidente de la República Dominicana y principal artífice de la anexión de Santo Domingo a España (El Museo Universal, año VI, nº 1, 5-I-1862, p. 8). Ilustración reproducida en Una cuestión de honor. La polémica sobre la anexión de Santo Domingo vista desde España (1861-1865), Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 2005.

quien fue uno de los principales artífices de la anexión junto al general Serrano, por entonces gobernador de Cuba. Tanto él como sus compañeros de gobierno, entre los que citó a Labastida, Castro y Delmonte, no habían «merecido ni las gracias», a excepción de una gran cruz que se había concedido a Ricart «por influjo» de Serrano (ibídem). Otra correspondencia publicada en el mismo número de La América añadió una última noticia sobre los sucesos que estaban teniendo lugar en Santo Domingo, y según la cual «los rebeldes prófugos» habían sido «rigurosamente rechazados de la frontera haitiana», por lo que se habían visto «en una situación desesperada». No obstante, los jefes de las tropas españolas, «movidos a lástima», les habían mandado emisarios que en nombre del gobierno «les ofrecieron el indulto por su rebeldía, exceptuando a los cabecillas». De acuerdo con esta fuente, «al oír el mensaje aquellos infelices, estenuados (sic) de hambre y de fatiga», abandonaron Capotillo, donde se habían refugiado, y tras «echarse a los pies de los generales Hungría y Buceta», regresaron «tranquilos a sus casas» (ibídem). Estas palabras podrían hacer pensar que sólo se había tratado de un intento fallido, pero en realidad este primer conato extendió todavía más la semilla de un descontento sembrado por la desafortunada gestión política de las propias autoridades españolas. La explosión definitiva fue sólo cuestión de algunos meses, pues en agosto de 1863 estalló una nueva insurrección general que obligó al abandono de la isla por parte de España en mayo de 1865, tras una guerra abierta que supuso enormes pérdidas humanas y materiales, y en la que llegaron a combatir más de 30.000 soldados españoles.

106

La importancia de la lectura en la formación íntegra del educando Miguel Antonio Jiménez Escuela de Letras eflexiva y sensible la vida marca su curso en sentido y color. Históricas las circunstancias animan el contraste entre fábula y vida. La producción sustantiva del pensamiento se nutre de la lectura. La lectura nos coloca en la conexión íntima entre espíritu y creación. La comodidad didáctica de la lectura es que nos nutre de la abstracción de las formas y nos lleva a crecer en el conocimiento del hombre y del mundo.

un objetivo y a concretar anhelos trazados en nuestra imaginación. La lectura nos inscribe en el mundo soberano de las ideas, nutriendo el alma informante de la vida. La lectura nos condensa en un mundo interior, sustancia densa de un hondo saber, equilibrio y armonía de una intensidad dramática en la luz de la conciencia. La lectura es convulsa en su iluminación, la luz convierte en actos los colores. La lectura, como actividad racional, nos lleva a la felicidad en la virtud La lectura satisface la coherencia del esencial del conocimiento, llevando pensamiento. La lectura nos lleva a es- nuestra voluntad a sustanciar lo bueno, cudriñar el ser de las cosas y a ahondar escuchando en lo sensible la condición en un examen de fondo de la realidad. Y humana. Y esa condición descarga la lien esa búsqueda la lectura nos conduce bertad del ser, elevando nuestro mundo a un llamamiento a la conciencia. Mo- a la esfera de lo universal humano. La mentos esenciales en las ideas que auto- lectura nos da una producción sustanrizan la riquísima diversidad de tiva de nuestra existencia. experiencias. Amplia e intensa la vida La lectura nos da las formas y la susnos lleva a un riguroso conocimiento del tancia de la realidad. El alcance y la claespíritu. ridad del mundo se definen en la lectura, La lectura define nuestras debilidades, el poeta, el novelista, el pensador, araprecisa los anhelos de conocimiento, ñan las posibilidades de la vida y las aclara los propósitos de la dedicación y plasman en sus textos. El mundo es una corrige las metas de nuestra vocación, «triste cárcel», afirma Freud. La lectura edificando los mundos posibles de la nos libera y nos inscribe en una realidad existencia, la experiencia vitaliza las nor- diferente. En la lectura nos encontramos mas abstractas de la razón y es perma- el sentido de nuestra propia vida. La lecnente sustancia de la calidad de la tura nos inscribe en una transformación escritura. La lectura nos da la convicción de la civilización contemporánea. La lecde un buen uso de la lengua. En su dis- tura nos educa y nos estimula a vislumcurso nos lleva a la plena realización de brar en el futuro las perspectivas de

R

107

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña

108

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña nuestra vida. La lectura determina nuestro futuro. La lectura nos prepara para vivir. La lectura amplía las condiciones espirituales, materiales y sociales de nuestra vida. La lectura es una necesidad de nuestro desarrollo. La lectura nos garantiza una provechosa luz del porvenir. La lectura nos da la formación de la tradición humanística. La lectura nos da la fuente de la esperanza del futuro. La lectura es la fuente de la creatividad y novedad en la cultura. La lectura es el punto clave del educando para un aprendizaje significativo. La lectura madura el proceso de transformación de la sociedad moderna, la producción sustantiva del pensamiento se nutre de la lectura. La lectura potencializa las fuerzas creadoras de la vida. La lectura es una acción educacional que garantiza la vida.

La lectura marca el proceso de formación de la humanidad. La lectura es el medio para entrar en las labores cotidianas. La lectura nos abre el trigo de la v da. La lectura nos contiene en los pliegues de su gracia. La lectura es el ojo violento que remueve las sombras hacia la claridad. La lectura desnuda los conflictos y los inscribe en la solución más diamantina. La lectura nos pone en contacto con lo más grande de la existencia. La lectura es la afirmación de un tiempo nuevo. La lectura es la luz de oro que mueve los pinceles del corazón. La lectura muda los colores en la claridad de las tabas y los lienzos a la palabra honda que desnuda el amor hacia la vida. La lectura es el dibujo de una línea que acentúa el universo hacia la luz. La lectura ahonda las huellas del mundo para ver el horizonte con otra mirada y otro acento. En el lienzo de la vida la lectura incentiva la memoria en el acerbo de sus formas desnudas. El silencio es

una idea abstracta que navega entre las líneas de los libros.

La lectura es una hiriente crítica que clava sus flechas en la voluntad de la ignorancia. La lectura entra por la puerta de la vida, observando las ventanas que arañan la maldad y vigilan las buenas acciones de la palabra que anda sembrando el porvenir en la conciencia. La lectura nos estimula a rechazar la vanidad y a creer en la sangre del ejemplo con la dignidad de las buenas acciones. La lectura nos libera de los desaciertos de la vida porque la lectura da la salud y la paz del conocimiento. Humana es la verdad que dialogan los libros. La lectura despoja las tinieblas en sus noches cerradas y asimila en el ritmo los cantos del espíritu que enriquecen la vida imantando el alma y los sentidos de la realidad. Auténtica raíz del humanismo es la lectura. La voz de una llamada que es la libertad que imanta el mundo. La lectura nos inscribe en la pasión por los estudios. El tiempo es el fondo superior de los libros. El tiempo se realiza en el espíritu de las formas. Las ideas son convulsas, la vida las contiene en las palabras y sangra la página en la luz del pensamiento que es su norte y su osadía. Las hondas razones galopan en su luz. Por las ramas del árbol de los libros asciende toda la savia del conocimiento su sed de hondura y su expresiva sustancia poética. La lectura resume el instante de una visión. La lectura sensibiliza los sentimientos en una imagen del hogar que equilibra la vida. La lectura nos conduce a la corporeidad de la imaginación. La lectura engendra la imagen de un espíritu creador. La lectura encarna una densidad del tiempo en un espacio trascendente. La esencia del tiempo condensa las posibilidades del mañana. La

109

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña tierna y serena pacta con el conocimiento. La imantación de la lectura es la vida del mundo futuro y la mano escribe la página de aquel que nos llevó los sueños. La lectura es una tradición espiritual de los que valoran la vida. La lectura es endógena a la sangre de la juventud consciente. La lectura acusa un diálogo donde la voz es el sueño. La lectura recorre la tierra de nuestras debilidades. La imagen de la especie humana está en el conocimiento. Dolor y pena de un saber que es conciencia. El pensamiento es su embrión, es lenguaje. Es la forma verbal la que nutre la novedad de las ideas. Se redescubren las ideas en la selección natural de las palabras, la sustancia equilibra la densidad textual.

Es sanguínea la lengua en la aprehensión de la autenticidad. Es la lengua un cosmos ilimitado y múltiple. La lengua es una circularidad dialéctica. El pensamiento existencial corporiza en la lengua la imantación emocional de la vida en el borde intelectura define la vida en su destino rior de la lengua. más poético y en su más exacta aritLa poesía fluye como un todo enigmámética. La lectura es una nostalgia de la sustancia. La lectura es la tico de la palabra, vibrando en las esencias sensibles del amor que es la magia esencia de la libertad humana. líquida. Feroz es la expresión del pensaLa lectura pone en circulación las pa- miento y la creatividad humana vivifica labras de nuestro lenguaje. Nuestra cul- el hacer de la lengua en la evolución más tura, nuestro tiempo y nuestro medio, diáfana de las ideas. El ritmo es pensalos estudiantes tenemos que formar los miento, asentó Emerson. Abstracta la lectores corrientes que imaginó y anheló música, idea el sentir en la plena circulaVirgia Woolf, nos vamos conociendo ción de la magia del ritmo. La lengua cada vez más a nosotros mismos a través ahonda la corriente de pensamiento en de la lectura. El salmo 23 de la Biblia nos nuestro interior. Interioriza la idea, la conduce por prados de fresca hierba que magia de las palabras que en su esencia apacienta. «El señor es mi pastor, nada se funde al pensamiento en lo analítico me faltará». de la imagen. La lectura es una verdad Furiosa la palabra y al mismo tiempo vital en el provecho cognitivo del ser. 110

REALISMO MÁGICO

¿

EN LA NARRATIVA DE JUAN BOSCH? A la maestra Altagracia Pou

G erar do C astill o Javier Escuela de Letras

n su libro La Narrativa de Juan Bosch (1986), el crítico literario y filólogo, Dr. Bruno Rosario Candelier, afirma que Juan Bosch es uno de los precursores de la corriente del realismo mágico en la literatura hispanoamericana (p, 124-125). Además, confunde el significado de realismo mágico con el de lo real maravilloso, pues usa ambas terminologías de forma indistinta:

E

«Aunque la expresión realismo mágico fue acuñada en 1925, creación que se atribuye a Franz Roh (cf. Seymour Menton, El Cuento Hispanoamericano, México, FCE, 1966, 2da. ed., p. 115), corresponde a Alejo Carpentier el conocimiento y la difusión de esta corriente estética, a la que llama realismo maravilloso, en su estudio sobre el tema que publicara en 1949 al editar El reino de este mundo, y que se halla incluido en su libro Tientos y Diferencias (Montevideo, Arca, 1967). Carpentier fue tan buen teórico como excelente productor de textos de realismo mágico» . (Ibid. P. 128).

Es de dominio común en el mundo de las letras que lo que conocemos como lo real maravilloso es la particular interpretación que de los pueblos latinoamericanos, su historia y su cultura hizo el escritor cubano Alejo Carpentier. La tesis propuesta por Carpentier aparece por primera vez en El nacional, de Caracas en 1948. Luego pasa a ser el prólogo a El reino de este mundo, novela publicada en 1949, y finalmente, en 1964, reaparece como parte de su libro de ensayos

Tientos y diferencias, bajo el título «De lo real maravilloso americano».

En su exposición, Alejo Carpentier define su propuesta a partir de colocar la cultura europea como telón de fondo. Dedica la mayor parte de su ensayo a las maravillas de Europa y luego pasa a explicar porqué América posee el patrimonio de lo real maravilloso.

Según Carpentier, América es una síntesis de elementos insólitos que se conjugan en la historia, dando como resultado muestras únicas de sincretismo cultural y religioso («Lo barroco y lo real maravilloso», en Ensayos, 1984, p. 122). Así, a diferencia de los surrealistas, que fabricaban misterios y portentos, los americanos vivían –según Carpentier– inmersos en el misterio, en la maravilla, de forma palpable y cotidiana.

Ahora bien, ¿cómo se percibe lo real maravilloso? Al respeto en «De lo real maravilloso americano» (Idem), Carpentier dice: «(…) lo maravilloso comienza a serlo de manera inequívoca cuando surge de una inesperada alteración de la realidad (el milagro), de una revelación privilegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad, de una ampliación de las escalas y categorías de la realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritu que lo conduce a un modo de estado límite. Para empezar, la sensación de lo maravilloso presupone una fe». (p. 77).

111

112

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña Y en «Lo barroco y lo real maravilloso» (conferencia dictada en el Ateneo de Caracas, el 22 de mayo de 1975 y recogida en Ensayos (1984), Alejo Carpentier explica la diferencia entre el realismo mágico y lo real maravilloso. Al referirse a lo real maravilloso, Carpentier dice: «Ahora bien yo hablo de lo real maravilloso al referirme a ciertos hechos ocurridos en América, a ciertas características del paisaje, a ciertos elementos que han nutrido mi obra» (p. 120).

pecto, Enrique Anderson Imbert, en su libro El realismo mágico y otros ensayos, (Caracas, 1976), señala que «(…) pintores postexpresionistas (Max Bekman, Georges Grosz, Otto Dix) estaban pintando otra vez objetos ordinarios, sólo que lo hacen [sic] con ojos maravilloso porque, más que regresar a la realidad, contemplan el mundo como si acabara de resurgir de la nada, en una mágica recreación» (p. 7).

al arte de Kart Haider. Seymour Menton encontró el dato en el libro de Roland Walter, Magical Realism in Contemporary Chicano Fiction (Realismo Mágico en la Narrativa Chicana Contemporánea, 1993), publicado en Frankfurt, Alemania.

En su trabajo «Rulfo y el realismo mágico», Casa de las Américas, 1981 (Mayo – Junio), Mónica Mansour cita las palabras de Rulfo que aparecen en el suplemento sabatino de Uno más uno, de la ciudad de México (1980), en un trabajo bajo la firma de Fernando Benitez: «Conversaciones con Juan Rulfo», el autor de Pedro Páramo dice:

Por su parte, Alejo Carpentier advierte otros matices que no son tocados por Anderson Imbert. En su ensayo «El barroco y lo real maravilloso» (1984), nos dice, acerca del realismo mágico, que: «(…) era sencillamente una pintura donde se combinaban formas reales de una manera no conforme a la realidad cotidiana» (p. 121). Y al hablar sobre el pintor Balthus, Carpentier subraya En definitiva, lo real maravilloso es la re- características importantes del realismo másultante de un proceso de oposiciones y gico. De Balthus dice: suma de experiencias que permiten percibir «(…) pintaba unas calles perfectamente rea latinoamericana como algo extraordinario, alistas, desprovistas de toda poesía, de todo insólito, teniendo como marco de referencia interés, casas sin carácter, tejaditos, paredes los eventos esenciales que han determinado blancas, y en medio de esas calles, sin atsu desarrollo histórico. mósfera, sin aire, sin nada que recordara la En lo que respecta al realismo mágico, el lección impresionista, unos personajes enigcrédito corresponde a Franz Roh. La mayo- máticos que se cruzaban sin decirse nada, o ría de los investigadores coinciden en que estaban entregados a quehaceres diversos, fue en 1925 cuando Franz Roh usó la deno- sin relación unos con otros; representación minación por primera vez. Sin embargo, de una calle llena de gente, pero una calle Seymour Menton, en su libro Historia ver- desierta por la incomunicabilidad entre seres dadera del realismo mágico (1999) sostiene (…) elementos de la realidad pero llevados a que Franz Roh usó por primera vez el tér- una atmósfera de sueño, a una atmósfera onímino realismo mágico en 1923, al referirse rica» (Ibid. P. 121). Las palabras de Carpentier ponen en claro que lo real maravilloso es una percepción particular que se alcanza dependiendo del grado de formación y sensibilidad que posea el sujeto. A mayor grado de conocimiento enciclopédico, libresco, mayor posibilidad de atrapar, de concebir lo que señala Carpentier como real maravilloso.

Franz Roh usó el término para caracterizar a ciertos pintores post-expresionistas. Al res-

113

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña

«Me redujo a eliminar el ensayo y a limitarme a los hechos, y para eso busqué personajes muertos que no están dentro del tiempo ni el espacio (…). Sí hay en Pedro Páramo una estructura, pero es una estructura construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas, pues todo ocurre en un tiempo simultáneo que no existe, con un hecho que nunca ocurrió y con gente que nunca existieron». (P. 41).

la narrativa de Juan Rulfo es fácil identificar la consecución del realismo mágico a partir del estupendo manejo de la significación que brota del uso que este le da a la lengua. Rulfo agota recursos estilísticos más característicos –hasta ese momento– de la poesía. Los tropos más frecuentes son el símil y la metáfora (Ibid. P. 12).

En su trabajo «Juan Rulfo y la evolución de la trama», revista América Latina, No. 6, Este comentario de Juan Rulfo nos explica 1982, Andrei Román Antigua explica cómo cómo logró lo extraño en su novela: la at- consigue Rulfo la atmósfera de sus relatos a mósfera surge a partir de la oposición de ins- partir de una trama armada con múltiples fatancias básicas; el tiempo es un no tiempo, cetas. Andrei Román dice: pues transcurre sin transcurrir; los muertos «Uno de los rasgos del estilo literario de están vivos; etcétera. Al respecto Mónica Rulfo consiste en el ocultamiento premediMansour opina que estas yuxtaposiciones de tado de la fábula, teniendo que inventar el «valores contrarios» referidos a lo temático, lector muchas partes de la misma. Este méson vías para producir lo extraño, y que, lo todo, ensayado en los relatos de Rulfo se extraño, también se origina en la forma de la convierte en el principio fundamental de la expresión del texto en los distintos niveles construcción de la novela. La palabra del lingüísticos (Ibid. P. 11). Ella sostiene que en autor se reduce al mínimo, los personajes 114

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña suelen introducirse sin exposición, muchos acontecimientos se relatan en orden cronológico inverso, algunas partes de la trama se alternan sin ningún motivo exterior, de forma que a primera vista el relato parece un calidoscopio de retazos desvinculados, y sólo después de releerlo se puede entender hasta el fin su estructura, clara e interiormente justificada» (P. 37).

Se infiere entonces que lo mágico, lo extraño, en la narrativa de Juan Rulfo es el resultado del diseño premeditado, inteligente, de una trama que se nos presenta fragmentada, de una estructura que se organiza a través de yuxtaposiciones temáticas o espaciotemporales. El misterio es causado por unos procedimientos técnicos identificables y precisos, que nada tienen que ver con portentos, augurios, algún tipo de fe o intervención de entes sobrenaturales.

«El realismo mágico es la visión de la realidad diaria de un modo objetivo y ultrapreciso, a veces estereoscópico, con la introducción poco enfática de algún elemento inesperado o improbable que crea un efecto raro o extraño que deja desconcertado, aturdido o asombrado al observador en el museo o al lector en su butaca» (P. 20).

Luego pasa a citar del libro New Sachlichkeit and der magischer Realismos in Deutshland, 1918-1933, (Alemania, 1969) del crítico de arte Willand Schmied, las cinco características en que se han resumido las veintidos características que Franz Roh atribuyó a la pintura post-expresionista o magicorrealista:

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

1.Sobriedad y enfoque preciso; una visión desprovista de sentimientos y de emociones. 2.Temas insignificantes de la vida cotidiana, ninguna timidez en pintar lo desagraEn su libro Historia Verdadera del Rea- dable. 3.Una estructura estática de unidad exacta, lismo Mágico, (México, 1999), Seymour que a menudo sugiere un espacio totalmente Menton propone la siguiente definición:

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña sin aire, un espacio parecido al vidrio, que en términos generales da preferencia a lo estético por encima de lo dinámico. 4.La eliminación de las indicaciones del proceso de pintar, borrando «la mano», la factura. 5.Por fin una nueva relación espiritual con el mundo de las cosas.

valer cualquier artista en un momento determinado. Y para señalar la diferencia entre ambos, ella cita al crítico y profesor venezolano Alexis Márquez, quien afirma que «en el realismo mágico la magia está en el artista. En lo real maravilloso la maravilla reside en la realidad (…)» (págs. 6-7).

1.Se señala el realismo mágico como una atmósfera extraña, un tiempo nuevo (o un no tiempo) Anderson Imbert, Mónica Manssur, Alejo Carpentier. 2.Los personajes están en un espacio sin aire, estático, Alejo Carpentier, Willand Schmied. 3.Personajes enigmáticos, raros, envueltos por el silencio, incomunicados. Andrei Román Antigua, Alejo Carpentier. 4.Referencia a asuntos comunes cotidianos. Anderson Imbert, Alejo Carpentier, Seymour Menton, Williand Schmied.

Enrique Anderson Imbert (op. Cit. P. 19) también planteó que la estrategia del escritor del realismo mágico es sugerir un clima sobre natural sin apartarse de la naturaleza. Al referirse tanto a la obra de Jorge Luis Borges como a la de Gabriel García Márquez, y vincularlas con el realismo mágico, dice: «En uno y otro caso lo mágico, lo maravilloso, no está en la realidad, sino en el arte de fingir».

Si nos detenemos a comparar las diferentes aproximaciones al término realismo mágico que hacen los críticos aquí citados, podemos comprobar que hay un margen amplio de coincidencia en varios aspectos:

De modo que, por lo que se ha considerado hasta la fecha, mientras que lo real maravilloso es cotidiano, natural, el realismo mágico resulta de una estrategia, de un acto de prestidigitación a partir del cual el artista troca lo habitual en misterio.

Por su parte, Seymour Menton (op. Cit., p. 30) comenta la necesidad que existe en la literatura de distinguir entre el realismo máEs notable el que sea precisamente Alejo gico, la literatura fantástica y lo real Carpentier quien aparezca en los cuatro as- maravilloso. Con ese propósito nos dice: pectos señalados, pues, a él le atribuye «(…) una explicación más sencilla es que Bruno Rosario Candelier el ser un excelente cuando los sucesos o los personajes violan productor de textos del realismo mágico. las leyes físicas del universo, como en Aura

Después de llegar a este punto, resulta pro- de Carlos Fuentes, la obra debería clasifivechoso establecer las diferencias entre lo carse de fantástica. Cuando esos elementos fantásticos tienen una base folclórica asoreal maravilloso o y el realismo mágico. Es un artículo publicado en Isla Abierta, ciada con el mundo subdesarrollado con presuplemento literario del periódico Hoy, dominio de la cultura indígena o africana, Santo Domingo, 22 de Junio, 1985, bajo el entonces es más apropiado utilizar el tértítulo «Lo real maravilloso: modo de apro- mino inventado por Carpentier: lo real maraximación a la realidad en la literatura latino- villoso. En cambio, el realismo mágico, en americana» la profesora dominicana Minou cualquier parte del mundo, destaca los eleTavárez Mirabal explica que tanto el rea- mentos improbables, inesperados, asombrolismo mágico como lo real maravilloso son sos, pero reales del mundo real». procedimientos distintos de que se puede

116

Otro autor que se ocupa en señalar las di-

S/t, Oleo,tela, Edmundo Castillo

ferencias entre el realismo mágico y lo real maravilloso es Charles Werner Sheel. Seymour Menton cita su disertación doctoral Magical, versus Marvelous Raslism as Narrative Modes in Franch Fiction (El realismo mágico frente al realismo maravilloso como modalidades narrativas en la novelística francesa) y transcribe los aspectos siguientes:

1.«En el realismo maravilloso [lo real maravilloso], cada suceso en una novela puede integrarse en cierto código de realidad (o irrealidad) que el lector acepta; a diferencia del realismo mágico donde un suceso inusitado dentro de un ambiente predominantemente realista provoca asombro en el lector. En el realismo maravilloso, por lo menos algunos de los personajes creen los sucesos irracionales que los autores pueden creer o no». 2.«El realismo maravilloso [lo real maravilloso] funde una narración maravillosa y un solo código del misterio de la naturaleza, una “visión animista del mundo” (136)».

3.«El realismo maravilloso [lo real maravilloso] tiende a rechazar la narración de tiempo lineal a favor del tiempo cíclico, repetitivo o hasta retrógrado». 4.«El realismo maravilloso [lo real maravilloso] se caracteriza por la exaltación del autor en contraste con la discreción y la moderación de los autores mágico – realistas. Estos tienden a ser más cerebrales que efusivos. El lenguaje de los realistas maravillosos [lo real maravilloso] tiende a ser muy poético y complejo. Se subrayan los cinco sentidos con una abundancia de símiles y metáforas, patrones rítmicos recurrentes, enumeraciones eruditas y un vocabulario muy específico».

Al llegar a este punto resulta harto evidente que la narrativa de nuestro más sobresaliente narrador, el profesor Juan Bosch, no puede insertase dentro del realismo mágico. Y además, que el realismo mágico y lo real maravilloso son dos formas distintas de aproximarse a la realidad y de tratar el texto literario.

117

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.Bavanta, A. (1985). «Juan Rulfo: 30 años después, Pedro Páramo, Mito, Estructura y Lenguaje», Mosaicos, II (11-12), p. 5. 2.Carpentier, A. (1984). «Lo barroco y lo real maravilloso», en Ensayos. Cuba. Letras Cubanas (121-122).

3.Carpentier, A. (1984). «De lo real maravilloso americano» Hem. (77). Dalton, Cristina (1978), «El llano en Llamas; un estudio de la negatividad». Revista de Filología y Lingüística IV (2) P. 47, Universidad de Costa Rica. 4.Eco, Umberto (…) Cómo se hace una tesis. (S/E).

5.Imbert, E. (1976). El realismo mágico y otros ensayos. Venezuela (S/E).

6.Kefman, A. (1982). «Juan Rulfo y la Evolución de la Trama», Revista América Latina (6).

7.Mansour, M. (1981). «Rulfo y el realismo mágico». Revista Casa de las Américas (Mayo Junio) P. 41.

8.Menton, S. (1999) Historia Verdadera del realismo mágico. México, Fondo de Cultura Económica. 9.Padura L. (…) Lo real maravilloso: Creación y realidad. Cuba, Letras Cubanas.

10.Ross, C. (1974) «Carpentier a Cuatro tiempos», en Cuba. Entrevistas, Letras Cubanas.

11.Rosario, B. (1989) «El difunto estaba vivo: Un relato mágico realista», en La Narrativa de Juan Bosch. 12.Tavarez, M. (1985) «Lo real maravilloso: Modo de aproximación a la realidad en la literatura latinoamericana». Isla Abierta. Suplemento de Hoy. 22 de Junio (P. 6-7).

118

Privatización y presupuesto universitario Dantes Ortiz Núñez Escuela de Historia y Antropología

escabezado el régimen de Trujillo el país entró en una crisis de gobernabilidad, de planificación y de reproducción entre 1961 y 1965 que, para su solución al interior del sistema, requirió de la segunda Ocupación norteamericana. Tras controlar militar y polít i c a m e n t e el b l o q u e p o p u l a r insurreccionado, procedieron a diseñar la estrategia para reproducir las clases dominantes, articular alianzas entre ellas, imponer un modelo económico-social, desarrollista-fomentalista y reestructurar los aparatos estatales disueltos por la irrupción popular armada en 1965.

D

El rediseño estratégico impuso un conjunto de leyes, reformas y modernización para reeducar el país a los nuevos objetivos. Esas tareas se cumplieron bajo las administraciones de Héctor García Godoy y Joaquín Balaguer entre 1965-1978. Una vez más nuestra transformaciones jurídicas, políticas, administrativas y logísticas obedecían a los requerimientos de las fracciones burguesa criollas y sus aliados y mentores extranjeros, no a criterios nacionales.

Al igual que las «modernizaciones» anteriores ejecutadas por los regímenes dictatoriales de Lilís (1887-1899),

119

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña Ramón Cáceres (1906-1911) y norteamericana de 1916-24, la actual, obedece a la lógica de adecuarnos a las exigencias de intereses foráneos.

Nadie en uso de sus capacidades negaría que el país demanda cambios en las esferas económica, política, administrativa, jurídica, comercial, educativa, electoral, internacional, productiva y de servicios, Los profundos cambios económicos, la pero los mismos deberían ser el fruto de agudización de las desigualdades sociadiagnósticos nacionales, estar promoviles y culturales entre los países y al intedos por nosotros mismos y obedecer a rior de ellos, así como las nuevas criterios estratégicos nacionales tendencorrelaciones de fuerzas en el escenario tes al logro de metas que conduzcan a mundial, la caída del bloque soviético, el una economía y sociedad independienafianzamiento de la revolución cientítes. fico-tecnológica y la constitución de la Organización Mundial del Comercio, La realidad es que tales objetivos, estrason componentes de lo que algunos lla- tegia y voluntad nacionales no existen en man globalización, pero que en esencia estos momentos, por la visión estrecha no es más que una frase muy especial de de empresarios y burócratas estatales la reproducción ampliada del sistema adscritos al neoliberalismo o carentes de capitalista. visión-país. Las reformas que se promueven están subordinadas al interés A tenor con los cambios acaecidos, las del capital transnacional. De lograr sus potencias disponen de recursos económetas el aparato productivo nacional sumicos-financieros y técnicos que garancumbiría, aumentarían los niveles de tizan el constante crecimiento y desempleo entre la población económisobreproducción de bienes y servicios, lo camente activa, se activaría la diáspora que requiere de eliminar las restriccionacional, se privatizarían los servicios nes tarifarías de los países periféricos médicos, la policía, la educación primapara la libre colocación de dicha sobreria, secundaria y la universitaria, creceproducción en los mercados de las naría la pobreza, tal como acontece hoy en ciones de menor desarrollo, lo que México y en otros países regidos por el supone cambios al interior de los paísesConsenso de Washington. mercados; conjunto de readecuaciones que se ha dado en llamar Reformas y Sobre la privatización de la educación Modernizaciones. Es pues a la luz de ese pública superior, que es lo mismo que la contexto que se promueven sugerencias UASD, ese parece ser el objetivo próde cambios en el país al margen de nues- ximo de la propaganda privatizadora tras necesidades nacionales y, en esa para repartir los recursos económicos nada inocente tarea, están inmersos eco- asignados a ella entre instituciones franomistas e intelectuales, así como buró- casadas en sus relaciones mínimas para cratas y empresarios que ignoran estar el trabajo, como es la falta de agua, café, afilando cuchillo para su propia gar- baños, doble sueldos, bibliotecas; como ganta. Aunque otros saben muy bien que es la falta de seguros médicos, de vida, serán socios menores del capital extran- no pago de vacaciones, falta de segurijero, cuando el efecto económico nega- dad laboral (jamás han pagado prestativo aplaste la economía nacional, como ciones laborales a menos que se les someta a juicio). ya empieza a sentirse. 120

Sin educación superior estatal ¿Dónde se formarían los hijos de los pobres?

Es una falacia la afirmación de que con educación primaria o básica solamente puede un país de la periferia formar los cuadros técnicos para emprender las tareas que requieren los planes de superación de la pobreza cualesquiera que sean las orientaciones políticas de los mismos. Las instituciones de educación superior, por lo menos en nuestro país, están formando profesionales para otras sociedades, por eso exigen un conjunto de prerrequisitos para ingresar que solo una minoría puede costear; no obstante ser subvencionadas por el Estado.

Ese tipo de política universitaria representa un gran costo de oportunidad para la nación que tributa al Estado y este subvenciona a élites que no aportan al colectivo porque no crean tasas de retorno al país. A la luz del interés nacional son un fracaso. Su fracaso es medible, además por la calidad de sus egresados. De veintisiete instituciones privadas no hay una sola donde empleados, estudiantes o profesores tengan derecho a la palabra. El autoritarismo les es cónsono, orgánico, e inherente, salvo uno o dos casos; a pesar de sus frecuentes semina-

rios sobre «democracia».

Del costo de sus matrículas astronómicas ni hablar, pues la estampida de los estudiantes hacia la UASD habla por sí sola, dando cuenta de su fracaso como gestión privada, lo cual ocultan maliciosamente, porque revela la falacia del discursos privatizador sobre eficacia y eficiencia; pretenden que el Estado los ampare para seguir con el dispendio que algunas muestran. Hasta hace poco la UASD poseía 46.46% de la matrícula estudiantil universitaria (175,954) que atiende con un rector y cuatro vicerrectores, con salarios promedio de RD$125,000.00 (Ciento veinticinco mil pesos). Las privadas poseen veintisiete rectores y más de cincuenta vicerrectores cuyos salarios exceden en mucho a los de la primada de América. La ostentación en oficinas llenas de alfombras, cuadros de pintores extranjeros y nacionales, decorados a todo lujo, constituye motivo de preocupación, pues tales excesos no son propios de instituciones académicas. El confort que muestran es digno de las oficinas de la 5ta. Avenida en New York y por tanto sus costos operativos son altísimos.

121

S/t, acrílico,tela, Edmundo Castillo

Pero, un conocido tecnócrata, pretende que el Estado, encabezado por el profesor de la UASD, Dr. Leonel Fernández Reyna, democratice entre las «eficientes» universidades, algunas a puntos de quebrar, con el presupuesto de la universidad estatal; justo cuando esta se prepara para una educación de masas y calidad como recomienda la UNESCO en pro del desarrollo nacional auto sostenido e independiente.

nicas privadas que cobran altos honorarios por sus servicios para incrementar sus pingües beneficios. El discurso neoliberal sobre la sociedad, la educación superior y la privatización es otra muestra de que nos acuerdan escasa capacidad y sentido común. A nivel general se observan procesos de democratización, mundialización, regionalización, polarización, marginación y fragmentación. Pretender ignorar las tendencias actuales de la educación superior en cuanto a su contenido, desafíos y pertinencia para el desarrollo de las naciones como las ex colonias y las actuales neo colonias, no es solo desfase, sino, descontextualización extrema de los privatizadores. ¿Desde cuándo los países desarrollados han restringido su apoyo económico a la educación superior? Todo lo contrario, cada día se refuerza ese sector y se le acuerda carácter estratégico para el futuro.

La ola modernizante de factura neoliberal ha propuesto privatizar las empresas estatales, la economía, la salud y ahora la embiste contra la educación superior, pretendiendo, que además de terrenos, edificaciones, exoneraciones, asignaciones mensuales y no pago de impuestos sobre la renta, luego de hacer de agentes de retención, el Estado les financie el despotismo que ejercen contra profesores y empleados y les reparta parte del presupuesto uasdiano. Es como si propusieran que el presupuesto de Salud Los nuevos conceptos, extraídos de la inPública fuera redistribuido entre las clí- geniería administrativa, que se pretende 122

Textos de la Facultad de Humanidades Dr. Pedro Henríquez Ureña sean aplicados al discurso sobre gestión universitaria, tratan de eficiencia efectiva, desempeño, análisis de costo, competitividad, relaciones con el mercado y rendimiento, también nos remiten a la jerga neoliberal sofisticada. Se pretende ignorar que la universidad está en la búsqueda del saber y que no es tangible y en consecuencia no es posible que se encuentre sujeta a contabilidad y menos al criterio de costo-beneficio. Con ello no estamos prohijando el viejo desorden administrativo, nada de eso.

tenden formar recursos para el desarrollo, costeados por el Ministerio de Educación superior, ciencia y Tecnología e Inafocam solo porque los costos directos por estudiantes se han incrementado y hacen imposible que sectores de clase media y bajos ingresos puedan seguir costeando sus propias formaciones técnico-profesionales dadas las tarifas leoninas por crédito de las universidades privadas.

Por otro lado, todas las universidades, y no solo la UASD, están en situación de crisis de acuerdo a Philip Altabahc, experto británico, y no están a la altura de los requerimientos de los países desarrollados para hacer frente a los desafíos de la mundialización. Cabría la pregunta: si todos estamos en crisis, ¿por qué reducir el presupuesto de la UASD y distribuirlo entre universidades privadas que nunca han mostrado perfiles de servicios al país y solo han actuado bajo los criterios de costo-beneficios? ¿Por qué los privatizadores no explican al país el cierre de las Escuelas o departamentos de Educación en la década de los ochenta, y tan pronto llegaron los préstamos del B.I.D. para formación de bachilleres en servicios, reabrieron dichas escuelas y, de paso, descubrieron que la educación sirve al desarrollo del país? Ahora pre-

No solo nos oponemos a cualquier tipo de privatización, pues la experiencia latinoamericana ilustra el fracaso de las mismas, sino que advertimos a sus promotores de los efectos nefastos de ese tipo de políticas. Estamos por el derecho a la vida, a la salud, a la diversión, a la educación, y no cejaremos en denunciar las pretensiones de castrar el presupuesto de la Universidad estatal como atentado a la nación. Preguntémonos, sin educación superior estatal ¿dónde irían a formarse los hijos de los pobres? La UASD ha demostrado, a pesar de lo que creen los tecnócratas partidarios de someterlo todo al análisis de costo-beneficio, que los pobres con talento solo están a la espera de oportunidades para probar sus capacidades.

Qué pasaría si el gobierno encabezado por el doctor Leonel Fernández aceptara El argumento de que las interrupciones el chantaje privatizador y repartiera el por movilización, huelga o cualquier presupuesto de la educación superior contingencia político-social hacen cos- pública, entre las universidades privadas tosa la educación superior pública, es- como pretende la Fundación siglo XXI? conde un discurso clasista-elitista, pues ¿Acaso formarían de cara al interés nasi en las casas de altos estudios privadas cional? Dejarían de ser parte de proyecesos fenómenos no se presentan es por tos de los grupos económicos ser instituciones verticalistas, entes ex- dominantes que históricamente han accluyentes y ajenos al sentir y palpitar na- tuado de espaldas al interés mayoritario cional. de la población?

123

RECITAL

ANTOLOGÍA POÉTICA Y NARRATIVA DE LA ESCUELA DE LETRAS TOMO 1 SANTO DOMINGO REPÚBLICA DOMICANA 2010

POESÍA Carmen Cot Luis Fco. Lizardo Lasocé José Elías Muñoz Yonni Muñoz Pineda Orlando Muñoz Pablo Reyes NARRATIVA Ramón Antonio Jiménez

Carmen Cot

7 del manatial surge el agua es frágil es débil es lo más poderoso

1 quien se aleja de su casa ya ha vuelto. 2 se libera la mariposa su vuelo es gozoso su libertad necesaria sin mirar por la ventana conoce el mundo sin salir llegó 3 se va lo pequeño llega lo grande ¿qué será? sentarse debajo e un árbol y esperar 4 una lluvia de estrellas el perfume de una flor el vuelo de una mariposa un grano de arena un velo de lágrimas algo de viento en las manos y unas naranjas para distraer los pensamientos

8 lo que no ha nacido no muere 10 el viento se detuvo libres de silencios están las aguas suave su corriente por la luna son iluminados los peces nadan, confiados, en el río es propicio sentarse y oír 12 siempre es vieja una nueva verdad Carmen Cot Doctora en Lenguas y Literatura Extranjera, Schoelcher, Martinica (Francia). Profesora de la Cátedra de Lengua Española, en la Escuela de Letras de la UASD. Obras publicadas: Letras y hombres, Antología de literatura contemporánea (1976) en coautoría; Opus l; Las iluminadas crónicas (2006), Manual de Lengua Española Básica ll en coautoría y Un paso a la vez (2006)

126

Luis Fco. Lizardo Lasocé me sonrío con una flor niña tan hermosa de fresca brisa invernal fruto bueno de mi tierra tropical. COMO LLUVIA

¡QUÉ BUENO¡ Cuando pienso en ti horizonte desconocido en la mañana de alegre rocío siento el constante palpitar del corazón viviente corriendo como agua con prisa en cascada sin tiempo deseosa de llegar. Un beso lleno de hambre desnuda mi enflaquecido cuerpo para vestir sus ansias nuevas con el camino de tus labios tan dulces en el andar llenando mis inquietas ganas con el deseo recorrido. Tu inocente sonrisa aun nacida como una rosa de la montaña rehúsa la atrevida sed del cansado y alocado manteniendo su sana timidez con el amor sencillo del riachuelo solitario con mariposas campesinas. si sueño contigo niña de noche joven parida el alba blanca Ilusiones en colores en el día recién despierto ya esperando la cansada tarde color canelado de tu cuerpo deseo de vida de mis sueños. Quizá pensando en ti

Está cayendo la lluvia con olor a fiesta bolerada voy sintiendo tu cadera suave y serpenteada.

Caen gotas las notas musicando tus labios limpios como vino muy antiguo que despierta la dormida mente del sueño deseado. Aumenta la lluvia tus ojos brillan por doquier y solo mis ojos con tus ojos rompen la música iluminan el querer.

Luis F. Lizardo Lasocé (Moca 1942). Curso estudios literarios y filosóficos en Cuba, Puerto Rico, Colombia, España y República Dominicana. Profesor de la Cátedra de Lengua Española Básica en la Escuela de Letras de la UASD desde 1969. Profesor invitado de la Universidad de Syracuse (New York, USA) para impartir la cátedra de Literatura Caribeña en el 2000. Obras publicadas: Voy soñando amor cuando llevo mis ilusiones –PoesíasMis cantos, mis ilusiones –PoesíaUna sonrisa para vivir –PoesíaCuentos para contar otros cuentos – Cuentos cortosPalma Sola, la tragedia de un pueblo – Historia noveladaPeña Gómez: el niño de la sierra –Historia noveladaEl pirata del Caribe –Historia novelada-

127

José Elías Muñoz tener tu abrigo quisiera amarte por la vida entera y anhelo besarte en un lugar cualquiera quisiera mirarte y besarte en los ojos no puedo olvidarte pensando en tu enojo a veces sueño que tu serás mía y sé que otro dueño tienes todavía si en un lecho me vez de tu amor sediento no me mires tal vez de tu amor me arrepiento y si en otro sueño llego a besarte ¿qué harás con tu dueño Si vuelve a buscarte?

Altivez El ruido ensordecedor de tus lágrimas resbala velozmente sobre la altivez de tus labios y sumerge mi existencia en el Dédalo infinito de aquel beso robado… y quedó aturdido el silencio cuando la impaciencia del beso decidió aposentarse en la infinita ruta de la espera… en la infinita ruta de mi voz…

Recuerdos Cabalgo en silencio sobre tus largas noches cabalgo en silencio sobre tus infinitos días me duermo despierto y anhelo no verte nunca más, un día

Sombras Tú aroma me invita a escucharte en silencio tus ojos de nácar alumbran mis sombras tus labios me hablan me invita, no puedo porque ya tus ojos son solo recuerdos

José Elías Muñoz (Santiago, 1956). Licenciado en Letras.Hizo el postgrado en Lengua y Literatura. Profesor de la cátedra de Lengua Española Básica en la Escuela de Letras de la UASD.

Quisiera Quisiera quererte estando contigo me fastidio al verte sin

Obra publicada: Depredación y ternura (2006) 128

Yonni Muñoz Pineda

Razón de ser

Doble necesidad ante dos bustos Dos soles metafísicos pululando en la imagen de una lengua dos sueños metafísicos protestando los dos bajo diciembre remordiendo los dos la lontananza traficando los dos los dos temiendo dos soles metafísicos uno harinando sordo otro temiendo ciego los dos uno suicidándose en mi horca en mi latido en mi manera hostil de merendar dos soles metafísicos y metafísicos en este asqueante edén en este amor dos soles metafísicos y dos de todos mis dedos rondando su aureola mientras el otro el sordo adivina en mis íntimas pupilas la bandera de un rito antisocial dos soles metafísicos socios íquicos e hipertóxicos.

Cuántas veces la mugre y el silencio cuántas veces la vida y el gusano y la sangre y el tiempo y el sin fin los buitres tienen grietas en su sexo los túneles faroles en su aval quién arañó mi sombra con caminos quién tu ala infinita con pudor quién sin mal ni gametos tronchó senos quien por ley por templetes trazó mar los buitres no son duendes rencorosos ni son dolor ni mal ni frustración los buitres son partículas de sexo. Yonni Muñoz Pineda. (La Caya, Valverde, 1964). Se licenció en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), institución en la que es profesor en la Cátedra de Lingüística. Fue miembro del Taller Literario César Vallejo. Obra publicada: Ritual del tiempo

129

Orlando Muñoz ¿DECIR O NO DECIR?

Patria, madre y madrasta HE AQUÍ LA TIERRA REITERADAMENTE VIOLENTADA He aquí La república en su año cero permante Flagelada La mirada En una y otra yotra cachetada de la historia madre madrastra y cortesana princesa y rana la patria estancada en el rastrero desengaño cotidiano cinco de tristes libertades agónicas reino de las ideas rotas árbol torcido por las manos infestadas de su sueño.

130

PRESIENTO QUE LAS PALABRAS HAN SIDO YA GASTADAS POR EL OTRO Que todo se dirige a su desesperación Que ante mis ojos hay un cristal a punto de romperse debajo de la cama una esperanza -polvorienta y en los labios un verbo que no logra conjugarme todavía y un beso también y una maldición que aún no doy que no digo…

8 ME URGEN PALABRAS ASESINAS Y NO TENGO palabras como piedras polvereda Para los hórridos espejos de la nada

mi juicio final mi papel y mi costilla Aquí mi caballo en su esqueleto la sombra titubeante de mis pasos las agujas que contienen el desierto

Me urgen proyectiles exactos

Aquí mi pobre dios de pacotilla

endiablados vendavales para pájaros aciagos

sabiendo mi pudor y mi pecho descubierto mi tórrida tierra prometida mi sudor y mi retrete

Apremia convencerme de que tengo un nuevo nombre una gestión personal recién nacida un destino que asumir con mi tosca cara dura sin el peso de las horas ya vividas y con desdén por esa muerte que me falta…

…Hoy vengo con ríspido equipaje de fantasma sin aliento sin caminos y regalando con ternura catastral mis ayes personales a los lúgubres perros irredentos de la noche

Orlando Muñoz Poeta y ensayista. Profesor de Lengua Española en el Colegio Jaime Mota y en la Escuela de Letras de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Miem9 bro del Taller Literario César Vallejo y AQUÍ VA editor de la revista del Círculo Literario El MI CABEZA Aleph. EN LA BANDEJA Obras publicadas: mi ser o no ser Entre pétalo y espina (20007) y Santo ya sido para siempre Domingo, año cero y en curso… (2009).

131

Pablo Reyes Sólo palabras que un día volaron y al tocar la mariposa

retornaron en su forma ancestral. Triste tiempo. Tiempo triste. No importa.

El relámpago escarba cráneos y olvido.

Ecce Homo. Fabuloso brote de orines la cascada

Surgió de repente y la palabra,

multiplicada elegía,

Las lágrimas caen y reviven el mito. Dentro de la caja reside el ataúd. El alma: vagón vacío.

Los futuros idos: dioses llorando. En su inopiedad,

desolada la memoria busca el por qué.

¿Existe efecto capaz de negar su causa?

extravió mi mente.

Volteado abecedario y discurren los

abrazo pasional del llanto.

nadando hacia atrás.

Arropando sus pensares va la noche,

El gato maúlla desde el fondo, y ya innombrado el dolor viene la brisa.

¿En qué soplo ha venido tu figura? El unicornio –revuelo de pasado

Que destroza el presente– ha vuelto. Su presencia se descubre al ingerir

años

Oh! Viejo amigo,

esquirla tu figura es desdeñada por el tiempo.

Veo el ojo, y es un dulce de noche. Una luz! No.

Es el espejo donde miro mi tristeza. Oíd, amigos míos, oíd:

la polifagia.

El unicornio ha vuelto,

a la muerte.

Lo he visto hervir la cabeza de Lasa

Reposa en la vida lo que pertenece

y ahora no con manos clandestinas.

132

mientras desnuda la pernoctada risa

al cuerpo muerto de mi her-

de la muerte.

mano.

Tomad de la mano y ataúd y colocadlo

Oh! Ingratitud de la vida.

Oídme compañeros: allí,

donde esté más cerca del génesis.

Sembrad una amapola en los altares y regresad a casa. Oh, hijos míos,

no miréis la desdicha de la vida.

Dejad vuestra ansiedad de luz.

Dejad que los hombres retornen en su flauta genital

y no impidáis la inmortalidad de la noche.

El color de la vista:

Nutrido búho mirando el unicornio. Pedazos de rostros han emergido de los cuerpos. Las lágrimas,

ahogando movimiento todo en su interior.

Oh! Eternas confusiones,

dejadme llorar mientras aprieto el

puño

e inclino la cabeza al ataúd.

Dejadme observar la desnudez del unicornio.

Dejadme ver en su rostro

Dejadme retornar.

En reojo mirar he visto lágrimas que aclaran un cuerpo ya repleto de noche. El contorno, la niebla.

Sólo mi hermano yacía tendido en la tierra.

Di la espalda de repente

y las lágrimas desaparecieron,

al igual que el triste epitafio

dictado por el cura: En Paz Descanse.

Pablo Reyes (Constanza, 1978). Licenciado en Letras y Postgrado en Lingüística por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Maestría en Filología Hispánica por el Centro Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, España. Poeta. Para sobrevivir tiene que hablar de literatura en la UASD y hacer de Subdirector de la Editora Nacional. Fue miembro fundador del Taller Literario Víctor Villegas. Obras publicadas: Vuelo letal (2000). Espuma de ángel ( Premio Nacional de Poesía Joven «Miguel Alfonseca», Feria Internacional del Libro en Santo Domingo, 2003) y Retazos del otro (2009).

133

Ramón Antonio Jiménez dijo como para sí el sabio.

-Pero nosotros podemos soñar que todo

eso es posible, abuelo-respondió el niño. El anciano no dijo nada. Miró al pequeño y pudo ver el otro horizonte.

Arqueología del círculo

Pérdida de la corona

Después de una semana de intensas lluTe has soñado a ti mismo perdido y des- vias, se asomó al balcón de la alta torre y nudo en medio de la multitud. Entonces observó que todo el pueblo estaba baja despiertas ignorando que era cierto. El las aguas. Comprendió entonces que ya día transcurre, y todo empieza de nuevo: no era rey. desnudo, la multitud te sueña perdido. Luego despiertas, y te escondes de ti. Tarde en la noche

Lo que más me molesta no es estar aquí en la cárcel, sino que no me hayas dicho -Sí- respondió el monje-, el pájaro es una antes que ese hombre que huyó por la metáfora del viento, un ejercicio de an- ventana, el cual asesiné al confundirlo damios en la sustancia de los días igua- con un ladrón, era mi padre. les. Ramón Antonio Jiménez (Naranjo -Y cómo puede el viento ser sosiego, si Dulce, San Francisco de Macorís,1962). Se no está entre sus habitaciones la vigilia? licenció en Filosofía y Letras, realizó estuY más aun- prosiguió el maestro-, en qué dios de diplomado en Educación Artística órbita del viento se hacen espesor los Integral, especialidad en Lingüística Aplidías para que el árbol sueñe que el pájaro cada y cursó maestría en Lingüística, en la es posible? Universidad Autónoma de Santo Domingo El monje no respondió. Tomó de nuevo (UASD), institución en la que es profesor la escoba y siguió barriendo las hojas en las cátedras de Lengua Española Básica e Historia de la Literatura. Miembro Funsobre el empedrado. dador del Ateneo Insular. El maestro sonrió satisfecho. Y siguió su Obras publicadas: paseo por el jardín. Melancolía (1984), Crónica circular (1997), Nociones de arte (1998), ApoloParadoja gía del insomnio (2001), La presencia -Si la serpiente fuera camino, tuviera huellas para soñar un horizonte. Y si el del miedo (2003), Manual práctico camino fuera serpiente, detendría su para la acentuación (2004), La estación andar bajo el árbol. Y más aún, si el ho- del viento (2006),Curso teórico y prácrizonte no huyera de las huellas, podría- tico de Lengua Española l (2006), mos plantar un árbol para contenerlo- Manjú (2007), Tocan a la puerta (2008)

El signo del silencio

134

Textos Este primer número de la revista Textos resultó de darle seguimiento a una idea y del apoyo entusiasta de las maestras y maestros de la Facultad de Humanidades que creyeron en la necesidad de una revista que garantizara un espacio a quien tuviese el deseo de compartir su conocimiento o su arte.

El próximo número aparecerá durante el cuatrimestre enero-abril. Envíe su colaboración cuanto antes a [email protected]. Gracias.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.