La crisis generacional en Tiny Furniture, Frances Ha y El futuro.

Share Embed


Descripción

LA CRISIS GENERACIONAL EN TINY FURNITURE FRANCES HA EL FUTURO

Begoña Martín Lara Universidad Carlos III 2015

Como reflejo de la sociedad que es, el cine se ha encargado de retratar la crisis generacional que ocurre alrededor de los 30 años y que tienen que ver con una serie de preocupaciones que actualmente parten de las complicaciones de alcanzar completamente la vida adulta (ya sea por cuestiones económicas, como no encontrar trabajo o no poder independizarse, por el desencanto con los valores políticos y morales contemporáneos, por la angustia del paso del tiempo, por dificultades a la hora de establecer relaciones –de amistad o románticas– duraderas…). Para estudiar esto, me he querido centrar en tres películas estadounidenses que, aunque diferentes entre sí, reflejan la crisis generacional y proporcionan tres puntos de vista distintos, ya que los protagonistas están repartidos en edades cercanas a los 30 años y, por tanto, se enfrentan a distintas situaciones o etapas de esta crisis. Son Tiny Furniture (Lena Dunham, 2010), Frances Ha (Noah Baumbach, 2012) y El futuro (Miranda July, 2011). Para empezar, los protagonistas de estas películas padecen de una prolongación de la adolescencia, en la que se debaten entre un deseo de independencia o de madurez al mismo tiempo que son incapaces de lograrlo. En Tiny Furniture, Aura está paralizada por lo que ella llama post-graduate delirium y habla de tener que buscar un trabajo para poder independizarse, pero nunca realiza esa búsqueda. Cuando por fin consigue uno, gracias a su amiga, lo deja al cabo de un mes debido a lo poquísimo que cobra, defraudada por la realidad de la vida adulta. Al mismo tiempo, rechaza a su mejor amiga de la universidad, con la que se supone que se iba a ir a vivir, bajo la excusa de que su madre la necesita en casa, cuando es ella la que se va aferrando poco a poco a depender de su familia, a pesar de las discusiones y conflictos que puedan tener en ocasiones. Por su parte, Frances en Frances Ha lleva un comportamiento casi infantil cuando está con Sophie, su mejor amiga, que va desde las voces que pone cuando está con ella a actuaciones como la de hacer pis en el andén del metro para hacerle reír. Aunque se menciona varias veces que la relación con su novio tenía problemas anteriores, la razón de su ruptura es la incapacidad de Frances de avanzar en su vida sin Sophie, de la que depende casi como si fuera una madre. Entra aquí, entonces, la idea de otras relaciones (la amistad con Sophie, o posteriormente con sus dos nuevos compañeros de piso) como sustitutas de la familiar cuando ésta está ausente1. Sin embargo, tanto en Tiny Furniture como en Frances Ha, muchos de los personajes dependen económicamente de sus padres hasta unos límites extremos: Charlotte, la amiga de Aura, consigue todo lo que quiere de su

Imbert, Gérard. Cine e imaginarios sociales. El cine posmoderno como experiencia de los límites. Cátedra (2010), pág. 217. 1

padre y tiene un apartamento enorme para ella sola, a pesar de que ni siquiera recoge los cheques mensuales de su trabajo porque le parece demasiado poco; Lev y Benji, los compañeros de piso de Frances, se pueden permitir vivir en Manhattan sin tener un trabajo estable e incluso se plantean contratar una asistenta, también gracias a sus familias. Es esta dependencia, en estos casos directamente voluntaria, la que mantiene a los personajes en esa adolescencia prolongada y en una cierta indiferencia frente a los problemas reales o, al menos, una inacción hacia ellos. Muestra de esto da Jason en El futuro, cuando empieza a ser voluntario de una ONG ecologista, a pesar de que es un tema por el que no se había interesado nunca. Sin embargo, su inacción social ahí se transforma: ya no es por falta de interés o desconocimiento, sino que tiene que ver con la idea de que ya es demasiado tarde, que ya no hay nada que hacer por salvar el mundo de los problemas que hemos creado. El paso del tiempo es una cuestión importante; al fin y al cabo, la angustia de Jason y Sophie en la película de July viene precisamente de la creencia de que su vida está a punto de terminar, que los años han pasado muy rápido y no están haciendo lo que querían hacer. Precisamente, Jason muestra casi una obsesión por querer detener el tiempo, un deseo muy común cuando se siente que la vida está yendo a un ritmo más rápido de lo que uno es capaz de seguir. La melancolía está también siempre muy presente, acompañada de cierto sentimiento de pérdida de identidad, de que no se encaja en ningún sitio y de que lo que antes proporcionaba placer o satisfacción ya no lo hace. Los personajes buscan, entonces, nuevas formas o métodos de «volver a sentir algo», de volver a reconocerse a sí mismos en el mundo. Es el caso de Aura en Tiny Furniture, que espera encontrar en el sexo con su compañero de trabajo una especie de liberación o de vuelta al mundo real (un mundo que no es el de su campus y grupo de amigos de la universidad en Ohio), aunque al final no deja de ser decepcionante. Ella se siente perdida, ha estudiado una carrera que le gusta pero no sabe qué hacer a continuación y, además, se siente continuamente superada por los logros de su hermana pequeña. La casa de su familia ha dejado de ser su hogar: su habitación ha sido transformada en un pequeño gimnasio para su hermana y tiene que estar preguntando dónde está cada cosa que busca (y todo está en una pared de armarios blancos indistinguibles unos de otros). Se ha convertido en un no lugar, un espacio aséptico en el que todo parece ser temporal: ella está de paso hasta que consiga reorganizar su vida, igual que el amigo –prácticamente desconocido– al que acoge, y su madre y hermana –a punto de empezar la universidad– tampoco están tan presentes en la casa. Tanto en esta película como en Frances Ha vemos que las protagonistas

sienten que ya no encajan en sus relaciones de amistad, otro rasgo muy común de esta crisis generacional. Frances está fuera de lugar tanto entre la gente de su edad (que ya empieza a tener su vida organizada) como entre los menores que ella (que todavía no tienen sus preocupaciones). El futuro que tenía planeado con su mejor amiga, un futuro utópico en el que sólo estaría ellas dos, ya no va a ocurrir porque Sophie ha seguido avanzando con su vida mientras que Frances parece que se ha quedado estancada en su trabajo y sobre todo en ese plan que tenían. La ruptura con ese futuro le hace vivir a la deriva, mudándose de un piso a otro, de una ciudad a otra y corriendo continuamente por las calles de Nueva York, casi como intentando alcanzar la velocidad a la que van las vidas de la gente de su alrededor, mientras ella siente que la suya se queda atrás. Hace un viaje a París con la idea de encontrarse con su «yo adulto» pero, igual que en Aura, el resultado es decepcionante y pierde el fin de semana durmiendo por el jet lag y esperando una llamada de una amiga que vive allí, y que sólo recibe cuando ya está volviendo a Estados Unidos –todo lo cual sólo refuerza su idea de estar quedándose atrás. En El futuro, Jason y Sophie, los protagonistas de más edad de las películas escogidas, siguen un proceso distinto. Jason ve su futuro reflejado en un anciano y se da cuenta de que todavía les quedan muchos años de vida, pero esto se rompe cuando Sophie empieza una nueva relación, que sin embargo no le brinda tampoco la satisfacción que buscaba y vuelve a su antiguo trabajo (y a una posición peor) y a la angustia de ver como las vidas de sus amigas avanzan rápidamente, tienen hijos, etc. Ella, además, se enfrenta también a la pérdida de identidad con su intento de grabarse videos bailando –imitando a su compañera de trabajo más joven– y se ve en ellos como una extraña, tanto que se queda paralizada en un rincón de la casa animándose a sí misma en tercera persona a hacerlo. Como podemos observar en estos tres ejemplos, es muy frecuente en esta crisis la sensación de que todo el mundo avanza menos uno mismo, la sensación de estar quedándose atrás. Esto acentúa un distanciamiento de las personas que, aun teniendo una relación cercanas con ellas, parece que se está muy lejos. El amor es también un factor importante que tiene cabida dentro de esta crisis, ya que, como Erik H. Erikson propuso en su teoría de la personalidad, es entre las edades de 20 a 40 años, aproximadamente, que tiene lugar la etapa de intimidad frente al aislamiento2. Sin embargo, la aproximación al amor de las generaciones actuales se ha alejado de la idea de amor romántico que prevalecía anteriormente. Las relaciones son líquidas, con unos límites no tan 2

Erikson, Erik H. Identity and the Life Cycle. Norton (1980), pág. 100-103.

definidos como en las convencionales y que cuestionan los roles tradicionalmente atribuidos a lo masculino y lo femenino. En Tiny Furniture, Aura acaba de salir de una relación a la que se ha puesto fin simplemente porque ha acabado la etapa en la que estaba sucediendo –la universidad. Además del sexo sin ningún tipo de compromiso con su compañero de trabajo – que, a su vez, tiene novia–, también acoge en su casa a un chico en quien anteriormente había mostrado interés romántico, llegando a compartir cama pero sin mantener relaciones sexuales. Frances, en cambio, acaba de salir igualmente de una relación, pero en ningún momento muestra interés por sustituirla (el único chico con el que tiene una cita acaba siendo su compañero de piso). En su fantasía con Sophie, de hecho, ninguna de las dos tenía pareja (si acaso amantes), siendo así una muestra del desinterés que aparece en cierta medida en estas generaciones por formar relaciones estables que desemboquen en familias tradicionales. Lo vemos también en uno de sus compañeros de piso, que continuamente aparece con chicas distintas. En El futuro, finalmente, a pesar de que Jason y Sophie sí parecen formar una pareja más convencional, pero no están casados ni muestran ningún interés en estarlo. Tampoco en la maternidad/paternidad, que no aparece en la película como una obligación impuesta, y en cambio se sustituye por la posible adopción de un gato. (Creo que hay dos posibles miradas en torno a esto: una en la que el gato sí es una metáfora del supuesto siguiente paso a tomar en una relación estable, y otra en la que se demuestra el creciente desinterés de los jóvenes por tener hijos, elevando entonces el proceso de decisión de tener una mascota al de tener descendencia.) El final de estas películas es incierto, dejando así clara la sensación más frecuente y continuada que tiene lugar durante esta crisis: incertidumbre frente al futuro, ya sea nada más acabar la carrera (Tiny Furniture), al no prosperar en el trabajo soñado mientras el resto del mundo parece tener mucho más éxito (Frances Ha) o al intentar avanzar en una relación (El futuro). No sabemos qué hará al final Aura, si a Frances le irá bien en su nuevo apartamento, ni si Jason y Sophie volverán a estar juntos. Igual que tampoco sabemos cómo nos va a ir a nosotros mismos.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.