LA CRISIS EN UCRANIA Y LAS NUEVAS FRONTERAS

August 22, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Rusia, Europa, Comercio Internacional, Ucrania
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LA CRISIS EN UCRANIA Y LAS NUEVAS FRONTERAS

VAYAN MI PENSAMIENTO Y RECUERDO HASTA DOÑA HELEL SIMAN DE ALVAREZ, EN EL
SEPTIMO ANIVERSARIO DE SU TRANSITO A LA ETERNIDAD.

Fernando Álvarez Simán*

Dijo el poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht que "Las revoluciones se producen en los callejones sin salida", traigo esta frase a colación porque a la fecha ya van tres meses en los que Ucrania está envuelta en unas violentas protestas sociales que amenazan con convertirse en una guerra civil. Al momento se contabilizan más de 75 personas fallecidas y 300 heridas, además de cientos de miembros de las fuerzas armadas y policiales a quienes los manifestantes han tomado como rehenes. La noche del 21 de noviembre del año pasado de manera espontánea las protestas comenzaron en la capital Kiev como respuesta popular a que un día antes el gobierno vía decreto suspendió la ratificación del "acuerdo de asociación entre Ucrania y la Unión Europea" acordada desde el 2012 en Bruselas, Bélgica. Las protestas se conocen con el nombre de "Euromaidan", el hashtag en Twitter que se utilizó para reunir a los manifestantes y que es la abreviatura de Europa y Maidan Nezalezhnosti (Plaza de la Independencia), la plaza principal de Kiev, donde se centran las protestas y disturbios.

El nombre también es porque los activistas y simpatizantes, en su mayoría jóvenes estudiantes son promotores de la integración con Europa; a contrapartida del gobierno que se inclina por una relación más estrecha con Rusia. Las protestas escalaron tanto que a pesar de la celosa vigilancia policiaca y el crudo invierno que se sufre en esa región, las calles de Kiev que solo cuenta con 2.8 millones de habitantes llegaron a albergar a 800 mil manifestantes.

La historia de este fenómeno social se incubó desde que a finales de mayo del 2012, la Unión Europea y Ucrania firmaron un acuerdo de asociación; la ratificación fue condicionada por la Unión Europea a que Ucrania tomara medidas contra el "deterioro de su democracia y el imperio de la ley". Especialmente se pedía la revisión de los casos y la excarcelación de la ex primer ministro Yulia Tymoshenko y el ex ministro del interior Yuriy Lutsenko.

Tymoshenko que mandaba sus discursos desde la prisión a los manifestantes, los cuales leían a las masas, es partidaria de la integración con la Unión Europea, denunciante y crítica de la corrupción rusa en Ucrania, ex candidata perdedora a la presidencia en controversiales elecciones y también llamada "Juana de Arco de Ucrania" o la "princesa naranja" por su papel protagónico en las pasadas revueltas de 2004 provocadas precisamente por las cuestionadas elecciones.

Ante la presión europea, el presidente Viktor Yanukovich insta al parlamento a adoptar las leyes necesarias para que se cumplan las demandas de la Unión. Pero en agosto del año pasado, Rusia de manera unilateral cambia sus leyes y reglamentos aduanales para detener la importación de productos ucranianos, estas disposiciones rusas significaron para Ucrania una caída de la producción industrial del cinco por ciento mensual en promedio. Ante la situación, el gobierno solicita un préstamo al Fondo Monetario Internacional por 15 mil millones de dólares que no se concreta puesto que al gobierno ucraniano le pareció excesiva una de las condiciones del FMI que significaba reducir en un 40 por ciento el subsidio al gas doméstico que se compensaría focalizando los programas sociales.

Ante el contexto, Yanukovich y la Unión Europea no tienen más remedio que anunciar que la ratificación del tratado se dará más adelante, lo que provoca el violento descontento social que tiene prácticamente dividido a este país de 603,628 km² y con una población de 45 millones de habitantes que logró su independencia de la ex URSS en 1991, inmediatamente después de su colapso y que entre sus demandas pide la renuncia del presidente Yanukovich. Según diversas mediciones y encuestas, entre el 45 y el 50 por ciento de los ucranianos apoya al movimiento Euromaidan, mientras que otra cifra igual se opone y muestra simpatías pro rusa. En ese sentido, la capital Kiev y el oeste del país es pro europeo y el sur y el oriente son pro ruso (regiones donde incluso se habla ruso y no ucraniano como Crimea por ejemplo). Los jóvenes y menores de 50 años apoyan la integración europea y los mayores de 50 quieren la integración comercial con Rusia y las ex colonias soviéticas.

La revuelta ucraniana ha despertado casi de manera inmediata el interés americano, ruso, europeo y mundial por el nivel de violencia observado, pero sobre todo porque ha sido calificada de la mayor manifestación pro europea de la historia. Además de que por historia es un país que comparte orígenes con Rusia; de hecho Kiev, un gran centro industrial, científico y educativo de Europa del este es considerada la "madre de las ciudades rusas", porque el Reino de Rus es el predecesor de las actuales naciones Bielorrusia, Lituania y Rusia, porque además formó parte del imperio ruso y de la ex URSS. Aparte de ello, Ucrania es vital geopolíticamente para Rusia y occidente (Europa) porque depende de Rusia para el abastecimiento de gas y porque por su territorio pasan gasoductos que transportan el gas ruso a la Unión Europea. Es además el principal socio comercial de Rusia con una balanza comercial bilateral incluso deficitaria para Ucrania, los intercambios comerciales con la Unión Europea representan en cambio solo un tercio del comercio exterior.

Pero más allá de la importancia económica que tiene Ucrania, dos son los aspectos que destacan en el desarrollo de la crisis que vive ese país: primero la endémica corrupción de la que es acusado el régimen, que según los líderes del movimiento se roban un millón de Grivnas (la moneda nacional) cada hora y también acusan que en enero de este año, la mitad de las licitaciones públicas del gobierno federal fueron adjudicadas a uno de los hijos del presidente. En segundo lugar la política exterior rusa que ve como Ucrania se sumaría al bloque de las ex repúblicas soviéticas que se acercan más a occidente perdiendo con ello, influencia con sus vecinos, por ejemplo Polonia y República Checa, antiguos aliados son ya parte de la Unión Europea, también Lituania, Estonia y Serbia está en espera de integrarse al bloque político y comercial europeo.

En ese sentido la victoria de la oposición pro europea al régimen que controla buena parte de la revuelta, cambiaría el mapa de las relaciones comerciales y energéticas de Europa y Rusia puesto que los actuales gasoductos rusos pasan por territorio ucraniano. Esto fortalecería el proyecto de Turquía, Bulgaria, Hungría, Austria y Rumanía de concretar el gasoducto Nabucco para surtir de petróleo turco a Europa, reduciendo con ello la dependencia hacia Rusia. Aprovechando también que muchas de las ex repúblicas soviéticas están comprometiendo sus reservas con las compañías petroleras chinas. Apenas el viernes la Rada (parlamento) aprobó un acuerdo especial para resolver la crisis política, en dicho acuerdo participaron el presidente Víctor Yanukóvich y los líderes de la oposición parlamentaria, además de los embajadores de los países de la Unión Europea y Rusia.


El acuerdo le resta poder al ejecutivo nacional y fortalece al parlamento, además se formará un gobierno de unidad nacional y se celebrarán elecciones anticipadas a la presidencia antes de fin de año. Propone también una comisión integrada por las autoridades federales, la Rada, la oposición y autoridades europeas, que se encargará de investigar los orígenes de las protestas para castigar a los culpables de la represión, de igual manera habrá una amnistía para los involucrados en las protestas y para Yulia Tymoshenko, la Juana de Arco ucraniana. Al momento los manifestantes, que se denominan autodefensas han anunciado que el presidente Yanukóvich ha dejado la capital para reunirse con grupos pro Rusia y ya controlan la Plaza de la Independencia, los edificios públicos y casi la totalidad de Kiev. Precisamente la supuesta huida de Yanukóvich ha alertado a grupos moderados sobre el peligro de que la espiral de la violencia continué elevándose por el vació de poder y porque además muchos de los manifestantes no creen en la voluntad del todavía presidente. Ante la situación Barack Obama y Vladimir Putin han conversado sobre la situación y anunciaron de manera conjunta que han urgido a Yanukóvich para que aplique cuanto antes el acuerdo político para poner fin a la crisis.

Ante lo anterior, en Ucrania claramente se ven algunos escenarios posibles; en primer lugar el peligro de una guerra civil todavía está latente y no se ha conjurado; lo peor que puede ocurrir es que como un triste destino de muchas regiones de Europa, el país se divida en las dos regiones definidas; la parte ucraniana (pro europea) y la parte pro Rusia, claramente el gobierno actual víctima de la corrupción y de sus propias acciones y omisiones no puede garantizar la unidad nacional. En segundo lugar es todavía un misterio si el presidente ruso utilizará toda su influencia para apoyar la parte pro rusa o si a los intereses de su país le conviene más una Ucrania unida y pacificada. Si pugna por lo primero posiblemente incremente su popularidad en Rusia, pero defraudaría a la mitad ucraniana, las políticas internacionales de neutralidad e intensificaría las tensiones con sus vecinos, en su decisión pesará sobre todo la viabilidad del mercado europeo para el petróleo y el gas ruso.

Seguramente también la revuelta ucraniana es una gran lección para las políticas integradoras de la Unión Europea, el ultimátum que le puso a su gobierno en muchos sentidos desató los demonios ocultos del pueblo. En descargo de la Unión, pude decirse que a Ucrania no le pidieron nada que no hayan hecho antes con Turquía por ejemplo que ha avanzado haciendo cambios constitucionales para favorecer la libertad de prensa, religiosa y el respeto a las minorías.
Lo mismo han hecho otros países que esperan su entrada oficial como Montenegro, Serbia, Croacia Albania, Macedonia y Bosnia y Herzegovina. La Unión Europea seguramente defenderá los valores europeos fundamentales primero porque muchos países ven mejor cobijo si pertenecen a ella.

En realidad la división que existe hoy en Ucrania entre pueblo y gobierno, jóvenes y viejos, pro europeos y pro rusos que sorprende al mundo, no es un asunto nuevo y forma parte de la historia misma de ese país. Si bien es cierto que es la raíz, sobre todo Kiev la capital, de la patria rusa y ucraniana; el territorio actual ha visto diversas disputas políticas y ha sido parte de diversos países ya extintos como los imperios otomanos y Austrohúngaro, la Rusia de los zares y que decir de la ex Unión Soviética.

Incluso ante el yugo de Stalin retratado en la gran hambruna ucraniana (1932-1933) apoyan a la Alemania Nazi en su camino hacia la conquista de Moscú, retirando después ese apoyo ante las atrocidades de las tropas del Führer. Hoy Ucrania tiene 24 provincias y a Crimea como región autónoma, el signo de los últimos tiempos es la etapa de la represión soviética donde si no eras deportado a Siberia, se era víctima del Holodomor (hambruna) o se migraba hacia otros países de Europa. Con la revuelta ese proceso histórico regresa y las nuevas generaciones de ucranianos buscan sus raíces, ya sean europeas o rusas y nuevamente será un proceso que definirá de nueva cuenta las fronteras europeas como antes lo fueron las monarquías, las guerras mundiales y la caída del Muro de Berlín. Lo más importante de manera inmediata es que las partes se pongan de acuerdo para que cese la violencia y sea el pueblo el que decida su destino sin atropellar a los inocentes ni a los vencidos.

*Docente Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas



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