La construcción del significado de la actividad física como salud

July 27, 2017 | Autor: Benxamin Porto | Categoría: Healthism, Construccionismo Social
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Descripción

Construcción del significado de la actividad física como salud Benxamín Porto. Universidad de Vigo. Contacto: porto.arroba.uvigo.es Palabras clave: actividad física, salud, healthism Resumen Introducción. El objetivo es hacer una revisión de cómo la actividad física evoluciona desde un pasatiempo hacia nuevos significados relacionados con la salud. Metodología. Se revisan la literatura relacionada con la actividad física y la salud y los estudios de García Ferrando sobre de hábitos deportivos de los españoles y otras fuentes. Resultados. Se presentan los hallazgos encontrados en las diferentes fuentes consultadas y como las ciencias bio-médicas y el healthism construyen la vinculación entre actividad física y salud. Conclusiones. El discurso ideológico del healthism y las ciencias bio-médicas contribuyeron a la construcción de la actividad física como salud. Abstract Introduction. The aim is to review how physical activity evolves from a hobby into new meanings related to health. Methodology. We review the literature related to physical activity and health, as well as the Garcia Ferrando’s studies on sporting habits of Spanish people and other sources. Results. We present the findings in different sources and how medicine and healthism is a determinant of the connection between physical activity and health. Conclusions. The ideological discourse of healthism and medicine contributed to the construction of physical activity as health.

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"Si caminar fuese saludable, el cartero sería inmortal"

INTRODUCCIÓN El objetivo de este trabajo es explorar críticamente como los significados de la actividad física han sido construidos por las instituciones médicas y la ideología del healthism para atribuirle un estatus relacionado con la salud. La Carta Europea del Deporte1 (1992) define de manera abierta el deporte equiparándolo a ejercicio y actividad física. La distinción sobre el significado de estos términos ha sido, y sigue siendo, controvertido en el ámbito académico, tanto que Cagigal (1981)1 planteaba la dificultad para definir el deporte como realidad social. En este trabajo se van a utilizar los términos actividad físico-deportiva y ejercicio físico como conceptos intercambiables. La declaración en 1946 de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2, también define la salud de manera amplia como: “…un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Los dos conceptos crean dificultades a la hora de objetivar estos objetos. La actividad o ejercicio físico es una necesidad humana básica que sirve para mantener la funcionalidad y sin la cual las funciones humanas se deterioran. A lo largo de la historia los seres humanos han desarrollado actividades físicas duras para los desplazamientos, la producción agrícola e industrial, etc. La actividad física necesita energía que obtenemos a través de los alimentos de manera que las demandas de alimentos son mayores cuanto más dura es la actividad y menores cuando las actividades son suaves. En la antigua Grecia la preparación física comenzó teniendo una función para la guerra y con el desarrollo estatal se incorpora e institucionaliza como gimnasia en los cuarteles militares. Más tarde se incorpora al currículum escolar con la finalidad de formar el carácter personal, la salud y las virtudes cívico-patrióticas. Los cambios sociales transforman el significado de las prácticas de cada sociedad. En la sociedad preindustrial los individuos necesariamente tenían que ser activos porque la tecnología era muy rudimentaria y la producción y el transporte requería del esfuerzo humano. La 1

Carta Europea del Deporte. Art.2º. Se entiende por «deporte» cualquier forma de actividad física que, a través de participación organizada o no, tiene por objeto la expresión o mejoría de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o la obtención de resultados en competición a todos los niveles.

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sociedad industrial desarrolló innovaciones tecnológicas productivas que mecanizaron muchos procesos de trabajo disminuyendo los esfuerzos físicos. La producción se vuelve más eficiente y se independiza relativamente del esfuerzo humano. La actividad física significaba el esfuerzo laboral de los obreros para la producción industrial y el deporte significaba el placer de los jóvenes burgueses (Veblen, T, 1971)3. El ocio y los nuevos valores institucionalizan las prácticas físico-deportivas que suplen la inactividad física. El triunfo de los valores burgueses supuso también el triunfo del fenómeno deportivo. Con la sociedad post-industrial y de servicios las aplicaciones de la electrónica e informática profundizan la automatización y se reduce aún más el esfuerzo físico para producir. La movilidad física del transporte se altera con la intensa motorización individual y colectiva y nuevos modos de vida incrementan el sedentarismo. La eficiencia productiva presiona a través de la publicidad para incrementar el consumo de los variados y abundantes productos produciendo una sociedad de la abundancia que ofrece más de lo necesario, que genera estilos de vida sedentarios, individualistas y consumistas. Las transformaciones sociales difuminan la distinción elitista del deporte burgués y las actividades físicas se asimilan al deporte, considerándo deporte a cualquier actividad física sea o no competitiva (García Ferrando, 2005)4. En las sociedades avanzadas adquiere importancia el estilo de vida. Weber lo relacionó con determinados estratos sociales y Simmel y Tarde con las actividades de la vida cotidiana como el ocio y el consumo. El estilo de vida característico de nuestras sociedades constituye un sistema de valores y actitudes traducibles en comportamientos habituales resultado del proceso creciente de individualización e identidad distintiva. Supone una forma de vivir y de consumir el tiempo y el dinero y sus actividades como las físico-deportivas desempeñan un papel simbólico. La construcción social de la realidad de Peter L. Berger y Thomas Luckmann (1976)5, plantea que la gente en su interacción cotidiana negocia la definición de la realidad. La construcción social permite que los sujetos construyan y transformen las explicaciones o significados sobre su mundo que les rodea, de manera que los significados sociales van evolucionando y cambiando en el tiempo. Las instituciones desempeñan un papel relevante en la construcción social de la realidad al establecer discursos reguladores de los comportamientos. Algunas instituciones producen conocimientos reconocidos como válidos y “científicos”, que sirven para legitimar prácticas. La investigación contemporánea constituye una forma de lucha simbólica y política por posi3

cionarse como referentes válidos en la construcción de discursos legítimos. El debate y las opiniones sociales refuerzan esa realidad construida cuyos significados e instituciones se presentan como parte de una realidad objetiva. La hipótesis de este trabajo es que determinadas instituciones reconstruyen los significados de la actividad físico-deportiva convirtiéndola en un instrumento para la salud. METODOLOGÍA Se revisa la literatura que relaciona actividad físico-deportiva con la salud, especialmente a través de PubMed y el Consejo Superior de Deportes (CSD). También se estudia la “Encuesta sobre el hábito deportivo de los españoles” de García Ferrando (2005) promovida por el CSD; la “Encuesta Nacional de Salud” (ENSE) del Ministerio de Sanidad y Consumo (2006), desarrollada por el CIS y el INE, y los estudios “La salud físico-deportiva de los españoles” (2007), de Havas Sports6 y el eurobarómetro de la UE “Les citoyens de l’Union européenne et le sport” (2004)7. RESULTADOS La investigación epidemiológica muestra que los países avanzados están experimentando un cambio del modelo caracterizado por la reducción de la morbi-mortalidad de etiología infecciosa y la emergencia de un nuevo modelo caracterizado por problemas de etiología multicausal y mortalidad cardiovascular, cánceres y accidentes violentos. El cambio socio-económico y tecnológico, la mejoría de las condiciones de vida y la eficacia de las intervenciones médicas explican el éxito en la reducción del patrón infeccioso. Ese mismo desarrollo y el cambio de vida generó nuevos y complejos problemas derivados de los nuevos modos de trabajo, consumos (tabaco, alcohol, drogas), sobrealimentación (obesidad), conducción peligrosa, etc. Aparece una percepción social de nuevos riesgos para la salud que son magnificados. En “La sociedad del riesgo”, Ulrich Beck (1994)8, muestra que el riesgo es una amenaza percibida y una oportunidad que invita a la racionalidad a proponer medios para resolver la incertidumbre. Frente al imaginario social del riesgo emerge discursos que teorizan sobre los medios adecuados para reducirlo y paralelamente una nueva y potente industria pone en el mercado medios contra el riesgo, como alimentos ecológicos, “light” y sin colesterol, la actividad físico-deportiva, medicamentos de todo tipo, productos para rejuvenecer, etc. 4

Los datos sobre la práctica de actividad física de la población española en su tiempo libre muestra una variabilidad entre el 40 % (García Ferrando, 2005) y 60,6% (ENSE, 2006) 9. García Ferrando encuentra una preocupación creciente por estar físicamente en forma y un consenso casi total (99 %) hacia la idea del deporte como fuente de forma física y salud. De la misma opinión son ocho de cada diez ciudadanos europeos para los que la práctica deportiva es una forma de mejorar la salud (Euro-barómetro de la Comisión Europea, 2004). García Ferrando encuentra que el 63% idealiza de manera creciente el deporte como fuente de salud y de la condición física, especialmente en la población mayor más preocupada por la salud que los jóvenes, que se traduce en un incremento de la práctica de ejercicio físico-deportivo en este grupo de edad (ENSE, 2006). Varios estudios (García Ferrando, 2005; ENSE 2006; Havas Sports, 2007), muestran la existencia de una mayor preocupación de las mujeres por el mantenimiento y/o mejora de la salud y la estética corporal. Las actividades físico-deportivas percibidas como más asociadas a la salud son la gimnasia, natación recreativa y el correr (García Ferrando, 2005). El estudio de Havas Sports citado muestra que la mayor motivación por la salud está en el grupo entre 36 y 54 años. Existe un consenso social acrítico que relaciona el ejercicio físico-deportivo con un estado saludable y con la idea de que el “deporte es bueno” (Waddington, 2006:408)10 que se apoya en el estudio científico iniciada por los fisiólogos sobre la relación entre actividad física y salud. Ciertas instituciones médicas comenzaron a establecer normas sobre la práctica físicodeportiva. En 1975 el American Collegue Sports Medicine11 publicó la primera guía de recomendaciones sobre la intensidad de los ejercicios físicos. Posteriores informes en 198612 y 199113 establecieron el llamado “ejercicio moderado”, la duración de los entrenamientos y la frecuencia de los mismos2. Estas recomendaciones se fueron modificando con los años, de manera que en los años 80 aconsejaban 20 minutos y tres días por semana, en los 90 se pasó a 30 minutos en la mayoría de los días y en el año 2000 se recomendaba al menos 60 minutos diarios14. La actividad física se atribuyó primero como beneficiosa para los problemas cardiovasculares y endocrinológicos, especialmente la diabetes. Morris15,16,17 y sus colaboradores desarrollaron tempranamente la hipótesis de la relación entre actividad física y enfermedad coronaria. Pero

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Inicialmente establecieron la duración en sesiones de 20-60 minutos y una frecuencia de 3-5 días cada semana.

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lo que empezaron siendo supuestos beneficios sobre un par de enfermedades se ampliaron a otras muchas, así Bouchard, C. et al, (1990)18 encontró beneficios sobre los cambios hormonales y cardiovasculares. Raglin (1990)19 atribuyó beneficios antidepresivos y anti-ansiedad sobre las enfermedades mentales. Otros estudios establecen beneficios sobre la reducción de la obesidad y los niveles de lípidos, los síntomas de la menopausia, la descalcificación ósea y los distintos tipos de cáncer (mama, colon, pulmón, etc.)20,21,22,23,24. Si buscamos en PubMed que es una de las bases bibliográficas más importantes de literatura biomédica y utilizamos como descriptor el término “physical activity” encontramos más de 28.000 referencias, lo que indica el interés de la bio-medicina sobre esta cuestión. También encontramos que la mayor producción está relacionada con problemas de salud como obesidad, cardiovasculares, diabetes, hipertensión, cáncer y estrés. (Tabla 1) Tabla 1. Producción de literatura sobre AF y salud Término principal

Términos

Referencias

“physical activity”

obesity 5821 cardiovascular 4740 diabetes 3561 hypertension 2324 cancer 2309 stress 1762 Nota: referencias obtenidas de PubMed (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez) [Consulta el 29/7/2008]

Una revisión somera de algunos de las referencias de artículos periodísticos recopilados para la sección sobre actividad física y salud25 de la Web de la Comisión Mujer y Deporte del COE3 muestra beneficios de la actividad física sobre las más variadas enfermedades. (Tabla nº 2). Tabla nº 2. Supuesta efectividad de la actividad física sobre la salud Efectos actividad física

Problemas afectados

Prevención del riesgo

Enf. cardiovascular; HTA; cáncer de mama, intestinal, enfermedad mental; envejecimiento; ACVA; pérdida de memoria; demencias seniles y Alzheimer; colesterolhemia; obesidad; diabetes; estrés; depresión; venopatias; infecciones; osteoporosis… Cáncer en general, de mama, colorectal, etc.

Supervivencia y reducción de morbi-mortalidad Mejora de calidad de vida Reducción de síntomas

Fibromialgia, envejecimiento, cartílago de rodilla, etc. Menopausia; estrés; insomnio; incontinencia urinaria; gestación y parto; dolor de espalda, etc.

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Comisión Mujer y Deporte del COE. Noticias de actividad física y salud. http://www.mujerydeporte.org/articulos/tema_articulos.asp?articulo=ACTIVIDAD%20FISICA%20Y%20SALUD&whichpa ge=1

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En la década de los 70 apareció un neologismo denominado healthism que se ha traducido al español con otro neologismo llamado salutismo. El healthism es una construcción ideológica relacionada con la salud caracterizada por responsabilizar al individuo de su propia salud y desconsiderar la determinación por otros factores sociales del entorno. Sus principales teóricos son: Robert Crawford (199726, 200627); Petr Skrabanek (1994)28 y Nikolas Rose (1999). Para Crawford, el “healthism” sitúa el problema de la salud-enfermedad y sus soluciones en el nivel individual, despolitizando las causas y medicalizando la vida cotidiana. El individuo es culpable de sus males siendo el mismo peligroso para su propia salud si no cambia su forma de vida y no atiende las normas establecidas por las instituciones reconocidas. Skrabanek, dice que el “healthism” es fomentado por los gobiernos cuando coaccionan institucionalmente a los ciudadanos mediante normas legales sobre lo que consideran formas de vida sanas que conducen a lo que Castiel y Álvarez-Dardet, (2007)29 llaman salud persecutoria. Skrabanek (1990)30, utiliza también el neologismo “lifestylism”, que está relacionado con “healthism”, para referirse a la idea de los estilos u hábitos de vida malsanos como responsables de la mayoría de los problemas de salud. La mayoría de la sociedad es considerada potencialmente enferma porque siempre habrá comportamientos insanos desde el punto de vista normativo del salutismo. Además los medios enfatizan noticias sobre los males de la población para que atienda las recomendaciones para promover y mantener la salud y consuma productos “ligth”, ecológicos, sin colesterol, haga ejercicio físico, etc. Nikolas Rose (1999) 31 plantea el “healthism” como una doctrina que vincula los objetivos públicos orientados a la buena salud y orden del cuerpo social con el deseo de los individuos de gozar de salud y bienestar. Mientras Skrabanek critica la intervención del estado por forzar a la gente a asumir formas de vida que considera sanas; Rose en cambio, plantea que la sociedad capitalista no necesita de la coerción estatal ya que la gente desea estar “sana” por lo que el comportamiento saludable es fomentado por la publicidad y los medios de persuasión capitalista sin necesidad de la intervención de estado. CONCLUSIONES El mayor interés de las ciencias bio-médicas por la promoción de la actividad física es una consecuencia de la ineficacia y falta de instrumentos válidos para tratar los nuevos problemas de salud derivados del cambio social y también al cambio hacia un nuevo paradigma más orientada hacia la promoción de la salud y prevención de enfermedades.

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El incremento de la esperanza de vida permite a muchas personas alcanzar edades longevas que necesitan de la actividad física para mantener su capacidad funcional y que es asociada a salud. En este sentido Milton Terris (1980)32 había criticado el concepto de salud de la OMS y rechazaba la expresión “completo bienestar” porque salud y enfermedad no son absolutas sino situaciones de un proceso con diferentes gradientes. Para Terris la dimensión objetiva de la salud como la capacidad para funcionar y la actividad física regular contribuye a ello. Los cambios sociales intensos generan incertidumbres y la sociedad construye nuevas definiciones de la realidad para dar sentido a sus vidas. La identificación de la salud como una necesidad básica para la vida y un valor en alza de la post-modernidad hace que ponga en marcha una nueva y emergente industria orientada al consumo deportivo y de la salud al tiempo que realza la singularidad y la responsabilidad del individuo sobre su salud. El análisis de las motivaciones y la práctica de actividad físico-deportiva muestran que en la mayoría de los practicantes españoles y europeos ha calado la idea de que el ejercicio físico es un instrumento para la salud y la forma física. La mayor preocupación de las personas mayores por la actividad física como salud obedece a su percepción del riesgo. Esto sugiere una hipótesis: ¿Cuándo pase el efecto generación de los actuales no practicantes de ejercicio físico-deportivo aumentará la probabilidad de que los mayores sean más practicantes que los jóvenes? Cuando se habla de efecto generación me refiero a la cohorte de personas que actualmente son mayores y que nunca han sido socializados en los valores del ejercicio físico. La probabilidad de que esto sea así se deduce de la ENSE (2006), que muestra incrementos continuados de la práctica en este segmento poblacional. Los estudios de morbilidad muestran que la mujer presenta una mayor morbilidad y demanda de atención médica que el varón, lo que explicaría su mayor preocupación e interés por los beneficios de la práctica físico-deportiva para su salud. La creencia generalizada de que el deporte es bueno para la salud; apuntada por Waddington (2006) y verificada por García Ferrando, el euro-barómetro europeo y el estudio de Havas Sports citado, se apoya en la abundante investigación médica que lo legítima como referente de salud. Además ciertas instituciones médicas al definir los estándares y normas sobre la práctica medicalizan la actividad físico-deportiva y reclaman el control sobre la misma. Las ciencias bio-médicas amplían así su ámbito, pasando del control y tratamiento de las lesiones físico-deportivas a la valoración, planificación y control normativo de las actividades físicodeportivas recomendables. La asociación de la actividad física con la salud contribuirá a que 8

probablemente cada vez más estas actividades estarán bajo de la mirada y el control médico, porque esta institución tiene una larga historia de control social. La intensa investigación médica sobre la actividad física construyó una relación beneficiosa para la mayoría de las enfermedades. La aceptación de esa construcción obedece al prestigio y aval científico de la bio-medicina. La construcción médica de conceptos como “ejercicio moderado”, “dieta mediterránea”, etc. son conceptualizaciones de discutible valor científico pero de efectividad real sobre los comportamientos y los consumos sociales dado el prestigio de los prescriptores y ello es el mejor aval para penetrar socialmente. En vista de la investigación existente se diría que la actividad física se ha convertido en un método preventivo y de tratamiento de “amplio espectro” para todo tipo de enfermedades porque quedan muy pocos problemas de salud fuera de su alcance. El healthism y la bio-medicina han construido socialmente la necesidad de la actividad físicodeportiva y que sea percibida como saludable por la sociedad. El primero mediante las recomendaciones en pro de la salud de los poderes públicos, la publicidad y la industria deportiva. La segunda mediante la investigación y las normas regulatorias sobre el ejercicio físico. Se construye así una visión particular de la salud como un bien corpóreo e individualista que hay que cultivar y que la actividad físico-deportiva es fundamental para el bienestar sin descuidar el control médico. La salud nos persigue, la culpa es del individuo (la víctima) y su “lifestylism”, por no seguir las normas del salutismo que los medios nos recuerdan diariamente. ¿Quién de nosotros no se ha sentido culpable alguna vez de no hacer más ejercicio físico?

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