La Construcción de Europa: Viejos Enemigos, Nuevos Problemas

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Economia, Gobierno Electrónico, Europa
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Descripción

La Construcción de Europa: Viejos Enemigos, Nuevos Problemas

"De todos los infortunios que afligen a la humanidad, el más amargo es que tenemos conciencia de mucho y control de nada."
Herodoto

Fernando Álvarez Simán*

La historia universal registra que una de las batallas más famosas de todos los tiempos se libró en el Golfo Sarónico, en los dos canales que rodean la isla de Salamina cerca ya de la ciudad de Atenas en Grecia; era el año 480 antes de Cristo cuando las ciudades-estado griegas comandadas por Temístocles se enfrentaron a la poderosa flota marítima de Jerjes I de Persia. A esta ofensiva del Imperio Aqueménida sobre el territorio griego se le denominó "la Batalla de Salamina" y tuvo la particularidad de ser determinante para contener las intenciones del rey persa de conquistar Grecia para después avanzar sobre Europa.

Los estudiosos de la historia antigua tienen el consenso de que la sorpresiva victoria de los griegos sobre los persas que los superaban en número y en flota marítima posibilitó el desarrollo de la cultura occidental como la conocemos hoy; sencillamente porque la filosofía, la ciencia y la democracia tienen sus raíces más profundas en la antigua Grecia y en Roma. Si los helenos hubieran sido derrotados muy probablemente el curso de la historia sería otro, Grecia no hubiera florecido como tampoco ocurriría lo mismo con el Imperio Romano. Herodoto por ejemplo denominó a este conflicto "la guerra de los sistemas" porque consideraba que Persia representaba tiranía y despotismo y Grecia democracia.

La primera modernización económica social y política del viejo continente viene de la mano del reinado de Carlomagno, quien sometió pueblos, los unificó, los convirtió también al cristianismo, combatió al islam y sentó las bases para el surgimiento del Sacro Imperio Romano Germánico en la parte central y occidental del continente. Pero también es recordado por la etapa conocida como el "renacimiento Carolingio" ya que en lo que hoy es Francia Carlomagno introdujo la primera moneda común del continente y el sistema de pesas y medidas. Pero sobre todo fue un promotor de la ciencia y durante su reinado, sobre todo monjes cristianos se dedicaron a rescatar y preservar todo conocimiento europeo anterior al Imperio Romano.

A su muerte inicia otra época europea trascendental para el futuro cuando en el año 824 cuando sus nietos se disputan la corona del imperio; los hermanos Luis el Germánico y Carlos el Calvo suscriben el juramento de Estrasburgo que los alía contra Lotario I, también hermano de los dos primeros. Luis en su juramento, para ser entendido por las tropas de su hermano utilizó la "romana lingua" o lengua romance, a partir de la cual se desarrolló el actual idioma francés y Carlos escogió la "teudisca lingua", fundamento del actual idioma teutón. Esta ruptura política que también fue lingüística se concretó después geográficamente; ya que Luis el Germánico obtuvo los territorios que hoy se conocen como Alemania, Carlos el Calvo el actual territorio francés y Lotario una parte de lo que es Italia

En los hechos la disputa por la herencia carolingia provocó una fugaz alianza franco-alemana, pero también el nacimiento de dos estados que durante siglos siempre han visto independientes uno del otro. Mientras tanto dos siglos después en la actual Gran Bretaña, cuya condición de isla la protegía de las invasiones europeas pero al mismo tiempo dificultaba su expansión hacia tierra firme; el rey Juan Sin Tierra, apodado de esa manera porque su padre Enrique II no lo había heredado y porque durante su gestión perdió territorios británicos en Francia.

Ya la Edad Media, un monje alemán llamado Martín Lutero a partir de cuestionar el sistema católico de las indulgencias que a su ver servía para mantener la opulencia de los altos prelados, reparte entre su feligresía y amigos sus 95 tesis que revolucionaron la exclusividad católica de la fe en Europa. Los efectos de sus tesis tuvieron su peor expresión en la denominada "guerra de los treinta años" cuando fundamentalmente se libró en suelo alemán, casi todo Europa se enfrenta entre sí con el pretexto de la libertad de credo, pero es Alemania que sufre la peor devastación con la pérdida del 30 por ciento de su población y la independencia de facto de cerca de 300 pequeños estados que asegura según los tratados de Westfalia un freno al futuro y poderoso imperio alemán.

Francia emerge entonces como la gran potencia e impregna a toda Europa de las ideas de la ilustración con la acumulación del conocimiento lograda por los enciclopedistas que buscaban la "mayoría de edad" para el mundo sacudiéndolo del absolutismo representada por las monarquías y promoviendo la educación científica. El movimiento sienta las bases para la "Revolución Francesa de 1789" que inspiró muchos movimientos revolucionarios en todo el mundo.

Llega después a Europa la época de las guerras napoleónicas que acrecentaron el dominio francés sobre el viejo continente cuyo fin se inició en la Batalla de Leipzig o "Batalla de las Naciones" cuando su ejército se enfrentó contra los ejércitos de Austria, Prusia, Rusia y Suecia y se sella en la famosa batalla de Waterloo, lo que marca su exilio definitivo. Después de Napoleón, Europa inicia el siglo XX con el atentado de Sarajevo, cuando el archiduque Francisco Fernando de Austria es ultimado por extremistas serbios. Esto provocó el inicio de la I Guerra Mundial confrontando a Francia, el Imperio Ruso y Gran Bretaña contra el Imperio Alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia. Como consecuencia de la guerra Alemania pierde gran parte de su territorio y proclama la república, desaparece el Imperio Otomano y también el Austrohúngaro.

Precisamente el armisticio acordado en los Tratados de Versalles (Francia) de 1919 precisaba que Alemania aceptara la responsabilidad de haber iniciado la guerra y por tanto debía desarmarse, ceder territorios e indemnizar a los vencedores; dichas condiciones para los estudiosos fueron determinantes para el inicio de la II Guerra Mundial. De hecho Alemania liquido el pago hasta 1983 y los intereses financieros hasta el año 2010. Básicamente, todas las confrontaciones armadas de la historia europea significaron una recomposición geográfica, estados enteros desaparecieron, reinos también; pero siempre había prevalecido de alguna manera u otra la confrontación alemana, francesa y británica; incluso la cancelación de la llamada "Guerra Fría" y la caída del "Muro de Berlín" supuso un nuevo mapa europeo con la unificación alemana y el desprendimiento del control ruso de muchas naciones del este.
Hasta que en la ciudad de Roma, en marzo de 1957 se crea el germen de integración europea fundamentado en el libre comercio del carbón y el acero que hoy conocemos como la Unión Europea. Para 1975 este proceso se consolida con la conferencia de Helsinki que se refiere al respeto de las fronteras, la no intervención, la igualdad de derechos y el arreglo de las controversias por medios pacíficos. Para 1992 Europa acuerda la total integración económica con el tratado de Maastricht (Bélgica) que se refiere a la adopción de la moneda única denominada euro para el año 2001; de las potencias solo Gran Bretaña no lo adopta.

Pero la Europa que ya no quiere la guerra comienza de nuevo a cuestionarse la integración, sobre todo la económica, debido a los problemas financieros que a muchos países ha dejado como saldo la actual crisis económica, que en el viejo continente estalla como una crisis de financiamiento para el futuro desarrollo. Curiosamente la crisis comienza precisamente en el país asiento del inicio de la cultura occidental; Grecia que hoy presenta un caos político que mantiene al país helénico al borde del colapso social, económico y político; pero esta se ha extendido primero hacia España que presenta cifras históricas de desempleo, después a Portugal, Irlanda e Italia. Incluso sus efectos se sienten ya en el Reino Unido que se ha declarado en recesión económica y en Holanda donde la recesión ha provocado la caída del gobierno en turno de uno de los sistemas político-económicos más sólidos del viejo continente.

Pero la crisis evidenció que al diseño de la unión monetaria europea le faltó la unión fiscal para armonizar a todas las economías que presentaban ritmos de crecimiento distinto; hoy las normas impuestas por la Unión Europea tensan la unidad continental contra la soberanía económica. Estas medidas tienen como primera prioridad la reducción de la deuda pública y después el fomento del crecimiento y el empleo. En este sentido, más allá de la polémica que pueda armarse sobre si las medidas de la principal prioridad socavan el crecimiento y el empleo como está sucediendo; Alemania se encuentra de nuevo en el ojo del huracán europeo, ya que es la cuarta economía mundial, solo superada por Estados Unidos, China y Japón y es la primera del viejo continente; su sector exportador es muy dinámico y Francia es su principal socio comercial siguiendo el resto de Europa.

Por eso la visión de la crisis y las medidas que se adopten son de vital importancia, en este sentido Alemania, de la mano de Francia impulsó este año un pacto fiscal europeo que obliga a los países miembros de la Unión excepto el Reino Unido a adoptar en sus respectivas constituciones a partir del 2013 el límite de déficit del PIB del 0.5 por ciento, so pena de sanciones a quienes no cumplan; el mayor problema es que este pacto en los hechos reduce el gasto social y los salarios de la población.

Por eso muchos parlamentarios europeos aseguran que se opondrán a la medida promovida por la canciller alemana Angela Merkel, para ello amenazan con someter a plebiscito el pacto fiscal. Francia en voz de François Hollande, el candidato que derrotó en primera vuelta a Nicolas Sarkozy el actual presidente y aliado de Merkel ha comentado que es partidario de medidas contrarias, por otro lado la caída del gobierno holandés complica la propuesta alemana. Eso sin contar las múltiples muestras de descontento popular sobre todo en Grecia y España. En contraparte, Merkel mantiene en su país altos niveles de popularidad y el apoyo a sus propuestas europeas, lo que la ha llevado a rechazar la posibilidad de modificar el acuerdo.

Europa no nos deja de sorprender, es un continente fascinante que ha dejado un vasto legado a la humanidad, hoy está ante una prueba crucial que sacude la premisa fundamental de la unión, muchas veces se ha reinventado geográfica y políticamente y ha sido ejemplo mundial, tiene ante sí la mayor prueba por superar de los últimos tiempos. Pero si se mantiene unida podrán sus pueblos competir en un mundo que se está configurando en bloques. Fueron los primeros en lograrlo, si también son los primeros en desintegrarse, el impacto sobre el futuro del mundo será de pronóstico reservado. ¡Animo Europa!

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas






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