La confusion creciente de la alcantarilla (fragmento)

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Descripción

LA CONFUSIÓN CRECIENTE DE LA ALCANTARILLA Adán Echevarría Poesía Editorial Efory Atocha, España

ADÁN ECHEVARRÍA Mérida, Yucatán, (1975). Realiza estudios de Doctorado en Ciencias en el Cinvestav, Unidad Mérida. Premio Nacional de Literatura y Artes Plásticas El Búho 2008 en poesía, Nacional de Poesía Tintanueva 2008, Nacional de Poesía Rosario Castellanos, (2007). Estatal de Poesía Joven Jorge Lara (2002). Becario del FONCA, Jóvenes Creadores, en Novela (2005-2006). Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (2002), Delirios de hombre ave (2004), Xenankó (2005), La sonrisa del insecto (2008) y Tremévolo (2009); y el libro de cuentos Fuga de memorias (2006). Compiló en coautoría el documento electrónico en Disco Compacto Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México. Autores nacidos en el período 1960-1989 (2008). Participa en Los mejores poemas mexicanos. Edición 2005 (2005). La confusión creciente de la alcantarilla, Efory Atocha, 2012.

LA CONFUSIÓN CRECIENTE DE LA ALCANTARILLA (Prólogo)

ADÁN ANTORCHA. Es inevitable ser arrastrados por la poesía de Adán Echeverría, por la jauría de sus versos. Adán, con su vigilia sobre la rabia, nos hace deudos y cómplices de su dolor. Con sus demonios sueltos el autor nos va guiando por sentimientos de intensidad extrema, nos obliga a mirar sus dioses muertos donde también reconocemos sus heridas como propias. Nadie escapa a su lamento, nadie comprende cuando alguien deja de amarnos: todos a la profecía, condena Adán, abierto como una pluma al aire.

ADÁN MAR. Nuestro poeta hace alarde de técnica y dominio del lenguaje dentro de su único y tempestuoso oleaje interior, aquí el lector se deleita con hermosas imágenes junto a un panal de avispas donde arde y descuelga la niebla de los álamos. Es también cualquiera de nosotros caminando solitario en su pena secreta, entre sombras de iglesias y mercados, donde toda muchedumbre nos es ajena: me deslizo invisible entre automóviles/ inmóvil me contemplo entre los charcos. ADÁN SAL. Su poesía no carga inútiles culpas, no tiene remordimientos. Transcurre como cualquier día en la vida de todos nosotros, pepenadores de la caridad inalienable. Simplemente observa como todos llevamos cicatrices, pues hasta el más bravo ante la vida será nombrado confesor del mal. Adán busca en el misterio de la muerte el hueso mismo de la pérdida, aún mucho antes de que se haga presente: somos ventisca huracanada/ glaciar disuelto en las hormonas/ calcinados ojos/ cadáver/ átomo/ dios. ADÁN CARNAVAL. Hombre y poeta comulgan en cuerpo, mente, espacio y tiempo. Uno acuchilla lo que amó y el otro va sembrando voces, aquí el milagro en cada célula es nacer de la derrota. El autor escudriña y asiste al ritual de sus semejantes ignorando la pirotecnia de la noche, ¿asoma el hombre cuando afirma estas niñas debutantes se perciben limpias como los días antiguos o los apellidos de siempre? ¿o asoma el poeta cuando acusa a las mismas debutantes? …ellas encienden la entrepierna en los dedos chambelanes/que portan en solapa tulipanes blancos/camuflajeando los condones. ADÁN LLUVIA. Emocional e íntimo, Adán transita la noche cómodo consigo mismo y en su silencio crea la palabra que ha de rehacer su mundo poético. Es uno de aquéllos viajeros que al fulgor de los cometas/ cuecen sombras en la cacerola del demonio. Contempla la oscuridad y sabe que en ella las luciérnagas anidan sus astros. Y nos deja el gozo desencadenado que fluye en cada línea hasta fundir cristal y roca/ en el fuego continuo del rostro que seremos. ADÁN LUNA. El poeta también recorre los atestados sitios de los solitarios, cada uno en su santuario a cubierto de la mentira y la falsa felicidad. La prostituta adquiere, al fin, su precio exacto junto al abismo del que se precipita en el alcohol, mientras escuchamos: En el pliegue iconoclasta de su minifalda/las hembritas marcan el trébol que afirma el culo, porque escuchamos su voz de profeta abandonado, más que leer y atestiguamos también que En las fauces de la borrachera/muy dentro de los antros/siempre hay lugar para la hembra sin partido/. Nadie es intocable, nada es inalcanzable en este su territorio onírico.

ADÁN BÍBLICO. Apocalíptico en su drama, nuestro autor se vale de los símbolos, todo símbolo sagrado y pagano, habido y por haber y recién acuñado entre viejos vocablos y palabrejas en desuso. Esta es una guerra personal, un drama de festín donde el lector es engañado al asistir y quedar atrapado por la fuerza de sus furias, cantamos con él soy la ráfaga. Y palidecemos cada remolino de silencio/cada célula que ha borrado el viento en nuestra calle. Adán Echeverría, poquito Dios sagrado y dios completo, lleva su revancha con el ojo abierto del Espíritu y nos deja en su poesía su firma escrita en la palabra y dada en juramento. Amén. Con mi respeto y admiración, Alexandra Botto.

TRES POEMAS DE "LA CONFUSIÓN CRECIENTE DE LA ALCANTARILLA" DE ADÁN ECHEVERRÍA

LA CONFUSIÓN CRECIENTE Tan perra tan maldita tan deseada. Efraín Bartolomé

Desespera el día desespera sus intervalos de luz y sombra como si fuéramos polillas envilecidas por el tacto aquel tacto antiguo de plenilunios y mareas y el aroma del árbol sus jacintos sus jazmines sus jarcias incipientes como pétalos de agua y esta agua que soy en cada distancia de la pared a tu nombre de la pared a tu nombre y no he de reconocerme Hay que ver si mi ropero se entretiene con las puertas abiertas porque abierta es esta puerta mía esta mano mía esta gusanera en el reloj de cada día esperando desesperadamente

como si lo polillas que somos o seremos fuera un último resguardo para tanta paranoia Acá la voz y el grito alucinante allá la mágica cebolla de tus costumbres accidentales esos ritos de amor en que te vuelcas y veo evanescerte la sinrazón de amores amores amores de antaño Hay que ver si el día precipita por esta alcantarilla que soy en cada rostro tuyo Soy este pedazo de hambre esta leucemia sin esperanza ni remordimientos mi cabeza calva y mi calvario entre tus piernas ayúdame a morir en esta incertidumbre de que puedo envilecerte poderosa diabla mía Sigo aterrado por la carretera hacia la luz en el cenit en el alumbre de alumbrarlo todo por esta escupidera que soy que he sido aterido a mis mañanas sumisas de siempre donde tu recuerdo es una horca Hay que doblarse siempre como si te doliera el vientre La primera vez que te fuiste era yo tan solo una niña pordiosera de besos una silente criatura indefensa en sus arandelas abiertas al tiempo ahora soy la gran ramera y profecía todos ¡todos a la profecía! tacto lunar resguardo tacto lunar tu cuerpo tatuado de ramajes y estos días de agosto sobre mis palmas tibias palmas de amor en que recorrí las piernas los poros el aliento saboteador de milagros la milagrería que tienes en los besos estoy así perdiéndolo todo al recordarte Voy abierto como una pluma al aire y soy algún cadáver desesperadamente Entiéndelo no hay más motores en que yo pueda establecer mi ritmo mi ritmo es esta voz en la que no puedo acercarte más más cerca como los floreros y los platos rotos en cada uno de tus vuelcos paranoiaparanoia

es esta catacumba mi amor desangelado y tú desnuda me habitas y mi habitación es este cuerpo raído aquel cuerpo que soy en el espejo de tus días en tus ojos ingratos de ya no obedecerme Quiéreme que voy a seducirte los relámpagos aquella vez lo pude estoy seguro estoy seguro de ti y de cada minuto en que me desperdigas acabado porque acabé anoche y nada es no puede serlo esta confusión creciente dentro de mi pecho esta abierta abierta la luz y el agua me redime Toda tú eres el agua capital de mi esperanza la loca sauria que ya no se discute porque pude quedarme a doblegarte pero se de mi terror y mis días extraños esos en que mi madera se ha gastado y todo yo soy garras y dientes negrura mía Huye te grité que yo trataré de detenerme y darte tiempo Huyo dijiste y cada día se fue abriendo a ti a mi a ti para detallar cada momento cada recuerdo en que tu voz era el llanto de todas las avispas y yo era el aguijón Acá me quedó crucifixión insana Acá me quedo paradisíaco y tenebroso como todo paraíso Acá me quedo sin tus ojos de loba ni tus días de diabla atado a mis alas doblegado encima de los carbones encendidos que has dejado en cada huella porque escapar de mi violencia era tu única salida yo en el potro en la silla de montar espero desesperadamente

REVOLUCIÓN Vestido de pulgas y chinches me bendice el agua de los techos pedazos humanos cargan el pálpito de canciones populares en los corredores durmientes del Mercado aséptico se abren para mí las frutas y los voceadores del espanto Drena la memoria añeja mugre estanca la mirada De las rodillas al suelo soy objeto máquina girando la rueda del humo Me deslizo invisible entre automóviles a través de la cintura de los traumas Las manos (victorioso apéndice) me levantan del suelo a la jornada Por las mañanas (antes que el reloj descuelgue las siete) sin lástima en insultos los estudiantes vierten su saliva negra sobre el rostro famélico (inmóvil me contemplo entre los charcos) su nicotina quema ojos marabunta y el abismo de mi silla creCE Del mismo modo interactivo por esta esquina -la calle en que me sitiomujeres grasientas (abandonadas momias de los arrabales) empujan astillas en la carne inerte de los muslos y arrastran sus uñas pálidos infantes por mi sedimentario cartón de cuerpo inane (Perseguido por el asco devoro restos coca colas rancias envolturas de pizzas sonriendo caries) Siempre estiro la mano junto a este muro escucho el rumor de las campanas y atrapo la sombra de sus cruces Cuando concluye el rito los obispos cierran las cortinas y merodean en el atrio la pobreza se arrastra en los pasillos junto a mí Bajo las columnas del templo recogemos migajas y empujamos a los ciegos Las putas ecuménicas cubierta la cabeza con mantilla roja con sus miradas de cuervo depositan la ceniza de esta iglesia sobre el pecho de Todos Nosotros pepenadores de la caridad inalienable

La luz extingue sobre árboles cansados que dormitan Se clausura el día Las avenidas escupen a pedazos la noche Cuando el sol esconde las palomas espanto moscas de los genitales y el lodo recorre áspero el agrietado cuello La noche avanza rastrera en los rincones me alejo hasta la calma de algún parque solitario y escarbando en esta lata cuento la limosna Con el agua de las fuentes extraigo el tufo de la cabellera Y aromático de sexo vuelvo a este rincón de madrugada A esta hora los borrachos bajo el machista sueño que convoco y los consume doblegan el alma por media moneda Entregan su miembro a la codicia de mis labios

NO SE NUBLAN LAS PAREDES CON TUS GRITOS no se nublan los silencios repartidos para dos para dos mordidas más y dale que dale zumba el viento sabes que aguantaremos otra década sabes que espaciaremos el abrazo porque los erizos lo han nombrado todo La noche se curva en tus omóplatos: Hay una luna parda en espera que caiga tu nombre

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