La conducta anormal vista desde una perspectiva multicultural y el estigma

June 9, 2017 | Autor: Orlando Sanchez | Categoría: Psicología, Psicopatologia
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Descripción

La conducta anormal vista desde una perspectiva multicultural y el estigma

El ser humano tiene la capacidad de observar, dar definición, interpretar y ubicar en categorías a aquello que observa. Todo lo observamos y nos hacemos la idea de cómo debe funcionar el mundo a nuestro alrededor. Percibimos al mundo de una manera subjetiva. Creemos que así, de la manera como vemos, nuestra perspectiva, es como el mundo debe funcionar. Hacemos normas y reglas, muchas de ellas arbitrarias, del movimiento, del flujo del ambiente alrededor. Si algo no sigue nuestro sistema de normas apuntamos con el dedo y pensamos que es incorrecto, que es malo, que no esta bien. Por ejemplo: un hombre sale de su casa, donde deja a su esposa, y se ve con su amante. Tendemos a observar esta conducta y llevarla a nuestro sistema de normas morales, y catalogar dicha conducta del individuo en términos de bueno o malo. Si nuestro sistema de valores dice que es bueno, desde esa perspectiva lo juzgamos. Si fuera una mujer la que sale de la casa a verse con su amante sería diferente el juicio. En fin, es lo que hacemos, dar interpretación a las cosas observables.
Muchas de estas normas, reglas y leyes autoimpuestas son de corte cultural. La cultura y las costumbres en una sociedad dada son pasadas de generación en generación, y muchas de ellas creadas en leyes jurídicas que establecen el comportamiento de sus miembros. Estas normas dirigen el pensamiento, establecen lo que es correcto y lo que no, imponen roles sociales, regulan la conducta y muchas veces establecen lo que es normal o no. Esto significa que lo que pudiera ser correcto en un grupo social en otro pudiera no serlo.
Los roles sociales que en una sociedad en particular son vistos como buenos en otra sería una afrenta a la dignidad de un miembro, o aun inmoral. Lo que es normal para unos pudiera resultar anormal para otros. Usamos el término anormal para referirnos a conductas que no son normales, enfermedad mental o psicopatología. Estas leyes resultan ser sensitivas a la situación y tiempo. Hace más de 40 años atrás, una mujer que fuera emprendedora, inteligente y segura de sí misma no era vista con buenos ojos. El machismo era un constructo social en el colectivo de nuestra sociedad. Hoy ese machismo se ha vuelto un constructo personal, no bien visto en la sociedad. No es que la mujer ha alcanzado un sentido de igualdad, es que el paradigma ha ido cambiando con los años. Nos movemos a una sociedad mas equitativa y balanceada. La norma, la regla ha cambiado con el tiempo.
Consideremos, por un momento, a un soldado que en el frente de batalla lucha por su vida. Podríamos pensar que está ahí defendiendo su vida, quizás la libertad de su patria, sus tierra o hasta un capricho de algún gobernante de turno. El está ahí con un arma defendiendo lo que cree que es valioso y correcto. En el proceso ha matado a muchos de sus enemigos, algo normal entre los soldados en batalla. Ahora, consideremos a un joven, en una guerra de puntos de drogas. El está defendiendo su vida, lo cree que es importante para el y correcto también, matando a sus enemigos. Quizás para el lector, ninguna de las situaciones expuestas se podría considerar como conductas positivas pero, en nuestro sistema de creencias se nos hace mas aceptable, o mas bien menos inaceptable la conducta del soldado que la del joven.
En nuestro sistema de valores, normas y reglamentos también catalogamos la enfermedad mental. Observamos una conducta que no es la que usualmente vemos, y como se sale de lo que es normal ponemos el sello sobre la persona. Comenzamos a estereotipar al sujeto. Estereotipo se define como pensamientos o creencias sobre otras personas basadas en información trivial o mínima, por ejemplo: que los que usan lentes son mas inteligentes (Butcher, Mineka, & Hooley, 2013, p. 7). Los chistes no se hacen esperar y comienza la carrera del prejuicio por lo que es diferente.
La pregunta que hacemos es: ¿Qué es la conducta anormal? Si nuestro sistema de catalogar es subjetivo, relativo a la cultura en un lugar y en un momento histórico determinado, ¿qué es normal? Una de las críticas más intensas de lo que es anormal y su definición viene desde la perspectiva multicultural (Sue, Sue, & Sue, 2010, p. 9). Según los autores todas las conductas, sean normales o no provienen del contexto cultural. Ortiz-Tallo, (2014, p. 21) explica que un trastorno, como se le llama a las condiciones mentales, nos obliga, en cierta forma, a fijarnos en lo que la persona no hace, en lo que hace mal y en lo que no es capaz de hacer. La autora añade que esto nos hace fijarnos en la persona como tal, su historia de vida y familiar (Ortiz-Tallo, 2014, p. 21). Fijarnos en la realidad de vida de la persona que se cataloga como enfermo mental nos hace ver las condiciones de un modo mas humano y con una mente mas abierta. Por ejemplo: una persona que se lava las manos de unas 60 a 100 veces en dos horas le podríamos poner el sello de obsesivo compulsivo, pero si al realizar un estudio concienzudo del caso ¿nos percatamos que es algo cultural o aprendido? ¿Es en realidad un trastorno?
El DSM-5, según citado en Butcher et al., define desordenes mentales, y por lo tanto conducta anormal, como conducta o patrones de conducta que presenta un individuo, y que refleja una disfunción psicobiológica. Esta definición presenta otro problema, incluyendo los desbalances biológicos en la ecuación de anormalidad. Sin lugar a dudas, las carencias o excesos de químicos en el cuerpo tienen una influencia en la conducta, procesos cognitivos y percepción pero ¿cuándo es considerado anormal para ponerle el sello de enfermedad mental? Por ejemplo: hay tribus que utilizan algún tipo de droga psicotrópica para comunicarse con muertos, parientes alejados o adivinar el futuro (Petrie, 2002, p. 284). Estas producen un desbalance de neurotransmisores causando el estado alterado de conciencia propicio para dicha experiencia.
Lo que es conducta anormal para una cultura, grupo social, familia o persona no lo es para otra y viceversa. Algunas tribus africanas se hacen heridas en el cuerpo para poder marcarse con las cicatrices, lo cual es normal (Butcher et al., 2013, p. 10). En nuestra cultura esto sería considerado altamente anormal. Repetimos, lo normal o anormal es relativo a una cultura en un tiempo determinado. Un ejemplo de esto es la homosexualidad. Esta preferencia sexual estaba considerada trastorno hacen unos DSM atrás, hoy día, en cambio, la sociedad psicológica y psiquiátrica, y la social lo promueve como algo normal. Tampoco que ha alcanzado la igualdad en todos los sentidos pero también el paradigma va cambiando.
Por último, quisiéramos hablar de la discriminación, estigma y sellos de los pacientes mentales. Si al igual que catalogamos lo que es normal o no, también catalogamos las personas que sufren algún episodio de enfermedad mental como algo menos digno, risible y aun signo de debilidad. Pudiéramos pensar que son agresivos, no se les puede tomar en serio, son locos para toda la vida, no pueden llevar una vida normal, curarse o trabajar. Si es cierto que hay algunas enfermedades mentales que no se curan, pero si se alivian, y se puede llevar una vida casi normal y productiva. Otras son como un catarro que uno sufre por un tiempo, y con ayuda del profesional de la salud mental es tratado y curado por completo. Un ejemplo de esto es la depresión. Una persona pudiera tener un episodio depresivo, entrar en crisis y restablecerse completamente. Lo importante es saber que son personas, que merecen nuestro respeto y que necesitan ser tratados con dignidad. Ellos sienten, se molestan y sufren. Pongámonos en el lugar de ellos por un momento, preguntémonos si eso que hacemos nos gustaría que nos hicieran.
Los profesionales de la conducta, también, debieran tener sumo cuidado en poner el sello de enfermedad mental, porque muchas veces, en la mayoría de las ocasiones, dura toda la vida. Desgraciadamente el sistema no ayuda, pero si contribuye al establecimiento de diagnósticos a la ligera que serán los sellos que personas deberán cargar, y por consiguiente el estigma que el titulo de enfermedad mental trae consigo.
Referencias

Butcher, J. N., Mineka, S., & Hooley, J. M. (2013). Abnormal Psycology (15th Edition ed.). New Jersey: Pearson.
Ortiz-Tallo, M. (2014). Psicopatología clínica: Adaptado al DSM-5. España: Pirámide.
Petrie, S. (2002). Antropología y alucinógenos. El cruce del los discursos. Anthropologica, 20(20), 267-290.
Sue, D., Sue, D. W., & Sue, S. (2010). Psicopatología: Comprendiendo la conducta anormal (9na Edición ed.). Mexico: Cengage Learning.



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