La condición humana y la política

July 18, 2017 | Autor: Andres Casas Casas | Categoría: Biopolitics, Philosophies of Human Nature
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Descripción

Versión preliminar Favor no citar La condición humana y la política. Por Andrés Casas1 Resumen El propósito de la siguiente reflexión es el de explorar la relación entre condición humana y política. El argumento de fondo del trabajo consiste en la idea de que la condición humana y su producto empírico, la conducta, ha constituido un objeto de estudio poderoso para la disciplina ya que ha permitido realizar algunos de los aportes más importantes para la explicación de los fenómenos políticos. El argumento se desarrolla en tres momentos: en un primer momento defiendo la condición humana como reduccionismo plausible; en segundo lugar muestro como el objeto de estudio de la ciencia política es el ser humano y sus relaciones en una dimensión particular2; y por último desarrollo la relación entre conducta humana y política. Palabras Clave: condición humana, naturaleza humana, ciencia política, ciencias de los artificial Abstract The intention of the following reflection is to explore the relation among human nature and political condition. The argument of bottom(fund) of the work consists of the idea of that human condition condition and its empirical product, the conduct, has constituted a powerful subject of study for our discipline, since it has allowed to realize some of the most important contributions for the explanation of political phenomena. The argument develops in three moments: in the first moment I defend human condition as a plausible reduction; secondly, I show how the object of study of political science is the human being and his/her relations in a particular dimension; finally, I explore the relationship between human and political conduct. Key words: human condition, human nature, political science, sciences of the artificial

Motivación El propósito de la siguiente reflexión es el de explorar la relación entre condición humana y política. El argumento de fondo del trabajo consiste en la idea de que la condición humana y su producto empírico, la conducta, ha constituido un objeto de estudio poderoso para la disciplina ya que ha permitido realizar algunos de los aportes más importantes para la explicación de los fenómenos políticos. La razón es sencilla. La atención sobre la condición humana ha permitido afirmar la „naturaleza‟3 de la disciplina: un ejercicio investigativo siempre inacabado de ensayo y error cuya meta central es la construcción de conocimiento basado en las reglas de evidencia e inferencia; y que se desarrolla a través de la falsación de proposiciones generales de

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Politólogo. Profesor/ Investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Contacto: [email protected] 2 Por dimensión me refiero a la política como uno de los productos y como uno de tantos ámbitos de la acción humana que compartimentalizamos con fines analíticos. No me refiero un estudio unidimensional del ser humano, no de la política pues como nos han enseñado autores como Tsebelis y Ostrom, el análisis político es más poderoso si se mantiene una perspectiva multidimensional. 3 Por natural entenderé los rasgos básicos que estructuran la esencia, sentido y metas de un organismo y de sus productos, en este caso la disciplina denominada como ciencia política.

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tendencia, que a su vez permiten establecer regularidades para explicar, analizar, comprender, predecir e incluso transformar la realidad política. La condición humana como reduccionismo plausible Mi intuición que deviene en creencia4 es que la conducta humana debe ocupar un lugar central no solo en la ciencia política sino además en las ciencias sociales. Comparto la posición que Jon Elster (2007; Pp 257-258) plantea en su último libro “Explaining Social Behavior”5-. Elster propone que el esquema más adecuado de la ciencia social –y el motor de cambio de la misma- se soporta en reduccionismos6. Cobra importancia lo que él llama la reducción entre psicología y biología, basada en los avances de disciplinas como la genética, la fisiología y la biología evolutiva. Dichas disciplinas tienen en común el interés por las causas de la estructura que cimienta las oportunidades y las restricciones del comportamiento de los organismos. Pienso, que la mirada de estos aspectos debe ser complementada con el análisis de los mecanismos que operan a la base de las producciones y reproducciones mentales del artificio humano. Este conjunto constituye lo que milenariamente se ha denominado como condición humana. Por condición entenderé aquí la estructura que cimienta las oportunidades y las restricciones del comportamiento de los organismos. Estructura cuya base hemos comprendido gracias a los avances de ciencias naturales como la física, la química, y la biología. El desarrollo paralelo de las ciencias sociales, que en mi opinión pueden ser vistas como parte de las ciencias de lo artificial, permitió describir, comprender, analizar, explicar y predecir la estructura fabricada socialmente por el ser humano en sus interacciones para resolver problemas de cooperación y conflicto. En particular la psicología –recientemente fortalecida por los aportes de la fisiología y las neurociencias- nos ha permitido comprender las bases que cimientan la espiral de retroalimentación entre individuo, grupos, entorno institucional y medioambiental que da paso a la construcción de la realidad. Por humano, comprenderé todo organismo y producto que hace parte de la especie, de su proceso evolutivo y que comparte las características de la misma. El objeto de estudio de la ciencia política es el ser humano y sus relaciones en una dimensión particular7 4

Por creencia entiendo aquí la estimación de efectividad de que una acción determinada conduce a un resultado esperado. Sigo lo planteado por Abitbol y Botero (2005) en el excelente artículo “Teoría de elección racional: estructura conceptual y evolución reciente. En revista Colombia Internacional. Ed. 62. Jul-Dic de 2005, Pp 132-145. 5 Elster, Jon (2007) Explaining Social Behavior. N. Y. Cambridge University Press. 6 Elster distingue entre buenos y malos reduccionismos, asociados particularmente con tres tipos: prematuros, crudos y especulativos. Ver Elster, Jon (2007) Explaining Social Behavior. N. Y. Cambridge University Press. Pp 258-259. 7 Por dimensión me refiero a la política como uno de los productos y como uno de tantos ámbitos de la acción humana que compartimentalizamos con fines analíticos. No me refiero un estudio unidimensional del ser humano, no de la política pues como nos han enseñado autores como Tsebelis y Ostrom, el análisis político es más poderoso si se mantiene una perspectiva multidimensional.

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El punto de partida para una aproximación adecuada del fenómeno humano es la vida. La naturaleza corre en el deseo, y el ser humano, pese a sus esfuerzos no puede eludir esa condición de la que Freud advirtió sólo se escapa con la muerte 8. A nuestra evolución biológica y la manera en que la hemos aprovechado como especie debemos esa cualidad que nos diferencia de otros animales9. En los últimos trescientos mil años hemos avanzado en la posibilidad de dar cuenta de las motivaciones (emociones, racionalidad, normas sociales), las razones (deseos y creencias), las interpretaciones, los medios, los fines; y del juego semiótico presente en el proceso de decisión (intra e interpersonal) y de acción humana que cobra sentido en marcos contextuales. En ellos la personalidad y el entorno, así como la coyuntura, crean complejas pero no inexplicables ecuaciones, que pueden ser vistas como espirales de retroalimentación10 que cimientan la acción individual y colectiva de los seres humanos. Para leer el contexto humano es útil comprender que es un fenómeno de construcción colectiva11 consecuente con nuestra condición mamífera. Sin embargo, para entender las interacciones humanas no basta con entender la estructura de las restricciones y oportunidades desde una perspectiva bioquímica. La comprensión y explicación de la interacción humana implica conocer otro tipo de restricciones, en particular aquellas que estructuran la conducta de las personas y de los grupos. Estas son mediadas por esa hija privilegiada de la capacidad humana de abstracción que es el lenguaje (Llinás, 2003). Ese artificio12 que es la realidad humana se erige sobre parámetros de interacción interpersonal espontánea (como la cultura, las normas sociales, las normas morales) o expresos (en códigos de ley, cuerpos consuetudinarios de carácter normativo) que sientan el terreno para que los grupos resuelvan problemas de cooperación y conflicto, actúen estratégicamente e intenten cambiar la realidad de forma deliberada. No existe –ni debería existir- una sola manera de dar cuenta del fenómeno colectivo humano. Sin embargo, no todas logran aportar al desarrollo de un conocimiento adecuado para explicar la realidad empírica. Ante el determinismo de las miradas estructuralistas, algunas aproximaciones han 8

Sin embargo el ascetismo en todas sus formas históricas, el abandono del deseo como práctica espiritual, son diferentes mecanismos artificiales creados por la creencia de que eso es posible. Para un ejemplo bizarro de esa situación, ver el documental biográfico de la banda Metallica en el que su guitarrista Kirk Hammett pone en práctica sus principios budistas en medio del absolutismo ególatra de Lars Ulrich y James Hetfield. 9 Siempre resulta inquietante la pregunta que Dawkins se hace al inicio del Gen Egoísta sobre la pregunta que se haría un extraterreste al llegar a nuestro planeta. 10 Tomo este concepto de Karl Popper (1986) “El conocimiento y la configuración de la Realidad”, en Popper, K. (1986) En busca de un mundo mejor. Barcelona, Paidós. 11 Por construcción social de la realidad me apoyo en los aportes de John Searle. 12 Por „artificial‟ entiendo “el grado de adaptación a las metas u objetivos humanos”, siguiendo a Simon (1998) “The sciences of the artificial”. Massachusetts Institute of Technology. MIT Press.

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dado un giro desde el individualismo metodológico y se han destacado por su capacidad explicativa y predictiva. En particular se destacan los modelos psicosociales de conducta política, los modelos de reacciones emocionales basados en los avances neurocientíficos y las miradas económicas de la conducta que se han visto complementadas por los aportes de la psicología cognitiva en particular en los últimos 27 años. En general, estas miradas comparten algunos de los siguientes supuestos: i)

para entender los fenómenos colectivos se debe dar cuenta del interjuego de los aspectos individuales y subjetivos de los organismos, de los grupos y de las organizaciones que conforman en el tiempo para resolver problemas.

ii)

existen mecanismos de distinto orden e importancia que operan a la base del comportamiento humano.

iii)

los mecanismos de decisión/acción humana tienen la particularidad de que conectan los deseos y las creencias, con medios y resultados esperados del mundo.

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la conducta humana se caracteriza por adecuarse a fines.

v)

las percepciones, las interpretaciones y por ende las ideas que los individuos tienen y que usan para dar cuenta del entorno son cruciales para entender sus actitudes y sus decisiones.

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la decisiones humanas están basadas en preferencias –sobre lo que se quiere, sobre qué se quiere, sobre cómo obtenerlo, sobre cuándo es mejor obtenerlo- estas pueden tener una base biológica, socioeconómica o cultural (grupal).

Al parecer la exploración en torno a la llamada naturaleza humana en política resulta puente de unión entre quienes se han dedicado a estudiar el tema desde una perspectiva científica. Haciendo una interpretación de lo planteado por Jon Elster (2007), por condición humana entiendo aquí el conjunto regular de características de la estructura que cimienta las oportunidades y las restricciones del comportamiento de los organismos individuales y colectivos que podemos denominar como humanos. La conducta humana es el producto efectivo y mensurable de una condición que activa respuestas o genera nuevas situaciones de acuerdo al contexto dado (problema) que enfrenta el organismo individual o colectivo. Pese a ser contextual y cambiante parece guardar regularidades. Éstas constituyen el repertorio conductual de todo individuo y del cual se eligen o usan alternativas de acuerdo al tipo de situación y al conocimiento que se tiene sobre la utilidad y eficiencia del uso de las mismas. Por eso se plantea que el comportamiento humano en general, y el comportamiento político en particular, se caracteriza

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por ser un conjunto de conductas adecuadas a fines (Simon,1986) para resolver problemas. La condición humana y política Por último, si la condición humana es una tensión entre lo natural y lo artificial que gobierna y dirige nuestra conducta, diré que la política es el dique artificial de la conducta natural. En perspectiva Hobbesiana y contractualista, es un ejercicio estratégico de diseño y de transformación de situaciones 13. Lo natural de la conducta humana se expresa en el despliegue ilimitado del deseo que pone a los sujetos en conflicto, situación que se expresa en la desconfianza reciproca ante la imposibilidad individual de autoamarre y la escasez de los recursos que el entorno ofrece para satisfacer los deseos. El producto de una situación cómo la descrita es un sistema de incentivos que favorecen conductas predatorias que dan como resultado un Dilema del Prisionero de n personas, es decir una situación de no cooperación universal en la que prima la desconfianza y por ende el temor y la incertidumbre frente al otro. La política es tanto un fenómeno y un producto cotidiano y general, sin importar su dimensión micro o macro. Es una de las salidas que como especie desarrollamos para superar una situación como la descrita arriba, y a la que las sociedades llegan en el momento en que por el tamaño del tamaño del grupo, número de alternativas, heterogeneidad de las preferencias y el número de interacciones; las instituciones informales y la regulación intragrupo se ven desbordadas ante los costos que implica monitorear y castigar las conductas de los transgresores, avivatos y freeriders. Como lo analiza Ostrom (1991) cada grupo va dando forma a la salida de los problemas propios de la acción colectiva, ya sea a través de estrategias del tipo Leviatán, de privatización, o en algunos grupos se opta por mecanismos de autogestión y autorregulación, pero como lo advierte Garret Hardin siempre ronda el fantasma de la tragedia de los comunes 14. La política como producto artificial, en el que se racionalizan tendencias naturales que cimientan cuestiones como la autoridad o el uso de la violencia, es ante todo un escenario de interacción, en el que el recurso fundamental es la capacidad de influenciar la conducta de otros y en el que se despliegan conductas estratégicas. La vida social humana es un péndulo que oscila como su condición entre dos polos: cooperación/conflicto (vida/muerte). Como afirman Goodin y Klingeman (1997) la política es el territorio cooperativo alterno a la barbarie, es un espacio en donde la fuerza es el último recurso. Para los autores más pragmáticos la política es el espacio de la retórica (LeBon), la estrategia (Schelling) y la herestética (Riker). Para otros, la política es la herramienta para la construcción de acuerdos deliberados, marcados por estrategias para evitar violentar valores individuales (Arrow, Sen, Ostrom). 13

Este es un hecho que parece incomodar a los académicos locales, que prefieren sacar a autores como Nozick de sus programas de estudio. 14 Ostrom, Elinor (1990). Governing the commons. Cambridge University Press.

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Pero ante todo como plantea Jon Elster (2002) la política es el arte de atar a otros, pues de forma natural (espontánea) en política “nadie se ata a sí mismo” 15.

_______________________________________ Bibliografía: Abitbol y Botero (2005) en el excelente artículo “Teoría de elección racional: estructura conceptual y evolución reciente. En revista Colombia Internacional. Ed. 62. Jul-Dic de 2005, Pp 132-145. Elster, Jon (2007) Explaining Social Behavior. N. Y. Cambridge University Press. Ostrom, Elinor (1990). Governing the commons. Cambridge University Press. Popper, Karl. (1986) “El conocimiento y la configuración de la Realidad”. En En busca de un mundo mejor. Barcelona, Paidós. Simon (1998) “The sciences of the artificial”. Massachusetts Institute of Technology. MIT Press

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Elster, Jon (2002) Ulises desatado. Barcelona, Ed. Gedisa.

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