La conciencia lingüística en la literatura en español y portugués durante la temprana edad moderna.

September 1, 2017 | Autor: O. Huamanchumo de... | Categoría: Literatura española del Siglo de Oro
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LA CONCIENCIA LINGÜÍSTICA EN LA LITERATURA EN ESPAÑOL Y PORTUGUÉS DURANTE LA TEMPRANA EDAD MODERNA Ofelia Huamanchumo de la Cuba Ludwig-Maximilians-Universität München

0. No existe una etapa común en el desarrollo de las lenguas literarias española y portuguesa que pueda ser tan necesaria de compararse, como la correspondiente a la de la temprana edad moderna, para ilustrar los orígenes de una lengua nacional, tanto española como portuguesa. Todo ello a pesar de que ambas culturas no sólo compartieron un espacio geográfico particular como la Península Ibérica, sino que sus hablantes llegaron a conformar en un momento dado dos sociedades cuyas coronas se reunieron al abrigo de Felipe II y afianzaron así la unidad cultural común que había ido forjándose entre ellas. En este artículo trataré de ilustrar a detalle un aspecto común, con sus acercamientos y divergencias, al desarrollo de ambas lenguas literarias, a saber: la expresión de la conciencia lingüística al interior de sus textos literarios. Existen dos razones por las que quiero concentrarme en el punto mencionado. En primer lugar, porque considero que las reflexiones metalingüísticas de la época constituyen una señal clara de la existencia de una conciencia lingüística en los autores del lenguaje literario; y segundo, porque todo ello puede ser también un reflejo de cómo la lengua puede ser parte esencial de la identidad de los pueblos y sus habitantes, como lo muestran los registros de la literatura en torno a ciertas variantes en el uso, o a la primacía de ciertas normas geográficas o sociales. De esta manera espero brindar un aporte a los estudios filológicos del 1

apogeo cultural de esta etapa, única en la historia lingüística y literaria de ambas culturas. 1. Marco histórico de la Península Ibérica Mientras que el así llamado Siglo de Oro español comprende dos siglos, el XVI y XVII, el siglo clásico de los portugueses, conocido como Siglo dos Quinhentistas, comprende sólo el siglo XVI. En estos tiempos, ciertos acontecimientos marcarán el inicio de una nueva etapa tanto histórica como cultural y serán decisivos para ambos reinos: la caída del Imperio Otomano (1453), la unión de Castilla y Aragón, la conquista de Granada, la expulsión de los judíos, el descubrimiento de América y la publicación de la Gramática de Nebrija (1492). 1.1 El siglo XVI en Portugal Para Portugal el siglo XVI será una etapa en la que sucederán acontecimientos extremos de singulares consecuencias. Los grandes descubrimientos de Portugal actuarán también a favor de su propia decadencia, pues se acentuará la preponderancia al castellanismo, aliado con la unidad católica contraria a toda idea de patria: La corrupción de la nobleza, de origen castellana, por el oro de Indias, y la cristianización del pueblo por el terror religioso a las fogueras de los Auto de Fe contribuían al apagamiento de la conciencia nacional. La propia cultura humanista degenerada por la acción de la pedagogía jesuítica, aminaló la capacidad estética tan característica del alma portuguesa. Un fenómeno extraordinario: A pesar de todas estas corrientes represivas, en que la nación fue envuelta por los intereses de la Casa de Austria y por las perturbaciones del equilibrio europeo, nunca el genio portugués brilló tan espléndidamente como en ese período de los Quinientistas (Braga 1984, 14).

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Así, el llamado Siglo dos Quinhentistas se iniciará con el reinado de João III (1502 – 1557), donde florece el Renacimiento portugués con su principal manifestación: el manierismo. De esta etapa se pueden resaltar los siguientes puntos: (a) En 1536 se imprime la Grammatica da lingoagem portuguesa de Fernão de Oliveira, donde el autor aconseja las reflexiones de Nebrija, es decir, ‘la lengua como compañera del imperio’, al igual que João de Barros (1497– 570). (b) La Universidad de Coimbra se convertirá en principal foco de humanismo portugués, dejando atrás su baluarte de escolasticismo y mentalidad medieval. (c) Hasta mediados del XVI la corte favoreció a los humanistas Gil Vicente y Joao de Castro, seguidores de Erasmo. Más tarde, los humanistas del Colegio Real serían procesados y su institución entregada en 1555 a la Compañía de Jesús, afianzando de esa manera la Iglesia su poder. (d) La ley de limpieza de sangre excluía de los cargos públicos, eclesiásticos e incluso universitarios a cualquier persona de ascendencia hebrea. Casamientos mixtos mezclan a la burguesía mercantil con los judíos, de ahí que la Inquisición impidiera a la burguesía el acceso a las posiciones ocupadas por la nobleza tradicional. (e) El primer índice de libros prohibidos por la Inquisición se publicó en 1547. La etapa de apogeo culminará con el reinado del nieto de João III, el Rey don Sebastián (1568), donde se iniciará la declinación del Imperio Oriental portugués. Otros acontecimientos resaltantes al gobierno portugués lo constituyen la subida al trono del don Enrique, quien fallece en 1580, sucediéndolo las Cortes de Tomar. Portugal se incorpora a la corona española ese mismo año y Felipe II es proclamado rey de Portugal, tras previa promesa de respetar la autonomía del país. Portugal seguía como reino particular y Felipe II reunía en su persona ambas coronas. Sucede la independencia de España en 1640.

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2.2 España y sus Siglos de Oro En el siglo XVI, por su parte, en la Corona española tras los Reyes Católicos ocuparán el trono: Carlos I (1517–1536), con quien se da la expansión económica y social, y la apertura a corrientes europeas; y Felipe II (1556–1598), con quien habrá un repliegue hacia posturas ortodoxas y tradicionales: censura de libros, Inquisición, limpieza de sangre, etc. Por otro lado, en 1561 Madrid será capital de España. Cuando en 1580 Portugal se incorpora a la corona española se acentúan el absolutismo real y la jerarquización social: nobleza, hidalgos, etc. La burguesía no se desarrolla, sino que decae la situación de las clases populares, por lo que aumenta la mendicidad y la picaresca. Por su parte, la Iglesia afianza su poder en la corona española (Concilio de Trento, de 1545 a 1563). Sucederán la Reforma y Contrareforma. Florecen estudios de Geografía, Cartografía y Náutica, mientras que en las Artes destacan la Arquitectura (plateresco, herreriano) y la Pintura (El Greco). En general, se dará una aplicación de los idelaes humanísticos a todas las actividades culturales. En el siglo XVII español, vendrá la decadencia y crisis económica, bajo los reinados de Felipe III (1598–1621), Felipe IV (1621–1665) y Carlos II (1665–1700). España pierde su hegemonía en Europa, pero el apogeo cultural llegará a su máximo esplendor con el florecimiento del estilo barroco. A nivel literario se destacarán las dos renombradas tendencias estilísticas. Por un lado, el culteranismo: léxico culto, retorcimiento sintáctico, belleza formal; y por otro lado, el conceptismo: sutileza, profundidad o densidad en el contenido; unido al uso del ingenio. Por otra parte, la nobleza y el clero aumentan su poder, con lo que se incrementa la crisis de clases medias y la delincuencia. A todo ello se suma un retraso respecto a la filosofía y a la ciencia europeas, con Decartes, y Galileo, Newton, respectivamente.

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3. La lengua literaria portuguesa de la temprana edad moderna 3.1 El período clásico Entre los historiadores de la literatura portuguesa reina una heterogeneidad marcada por el uso de los criterios diversos para dividir las diferentes etapas de la historia literaria de Portugal. Esto se debe, entre otros factores, a que para la historia de la lengua portuguesa misma no se ha encontrado aún una periodificación unánime entre los lusitanistas. Para el presente artículo tomaré como referencia el marco lingüístico que ocupa el llamado ‘período clásico’, que comprendería los siglos XIV, XV y XVI, en los que se ubican las primeras descripciones científicas del portugués, así como se da paso al surgimiento de una lengua nacional con una tradición literaria (Endruschat, SchmidtRadefeldt 2006). Todo ello, sumado al vocabulario exótico recibido de los idiomas descubiertos en África, Asia y Brasil, a la vez que al hecho mismo de la expansión del idioma portugués, puede decirse que constituyó tema de orgullo para los gramáticos de la época como F. de Oliveira y Barros (Cidade 1963: 285). Por otro lado, es a partir del siglo XVI cuando se fija la norma moderna, centrada en la modalidad propia del triángulo Coimbra – Lisboa – Évora. Se llevará a cabo la relatinización en la escritura y la regulación de la ortografía, en lo cual Camões servirá de modelo en el léxico. En Galicia, al entrar la lengua literaria en una profunda crisis será sustituida por el castellano (Apolinário, Gavilanes 2000: 21). A partir del siglo XVI el gallego ya no será cultivado como lengua literaria sino que sólo sobrevivirá en el uso oral. A ello se suma el hecho de que el gallego sufrirá una serie de cambios fonéticos lejanos al portugués, al tiempo que surgirán en su interior algunas diferencias dialectales y será invadido por hispanismos (Teyssier 1990: 39), por lo cual también el idioma 5

portugués dejará atrás al gallego. 3.2 La lengua literaria de los quinientistas Las manifestaciones literarias de Portugal no fueron dadas sólo en portugués. Para el caso del período clásico de la lengua portuguesa, factor decisivo será el bilingüismo luso–español (Teyssier 1990, 37). Hubo una época en que la cultura portuguesa y española se encontraban tan íntimamente ligadas en Portugal que la mayor parte de los escritores de este país dominaba con igual facilidad las dos lenguas. Se sabe que esta situación duró poco más de doscientos años, de mediados del siglo XV hasta el período inmediatamente después de la Restauración en 1640. Durante este lapso de tiempo el castellano fue la segunda lengua de cultura de todos los portugueses letrados, y de los más grandes escritores quinientistas: Gil Vicente, Sá de Miranda, Camões (Teyssier 2005: 351). Una de las causas de este fenómeno sería la castellanización de la corte portuguesa debido a los casamientos de soberanos portugueses con princesas españolas, que duraría hasta la subida al trono de D. João IV, a partir de lo cual se produciría una reacción antiespañola (Teyssier 1990: 36). En cuanto a la lengua literaria misma, dos autores presentan rasgos distintivos en su lenguaje: (a) La publicación en 1572 de Os Lusiadas de Luis de Camões (1530–1580) marca el comienzo de formación del portugués clásico y representa al estilo manierista portugués del XVI. En Os Lusiadas hay un número elevado de palabras eruditas de origen latino y griego, de las cuales no todas llegarán a implantarse en el portugués. (b) La obra del dramaturgo Gil Vicente (1465–1536?), representada de 1502 a 1536 en las cortes portuguesas, presenta una serie de formas y giros que la lengua normal del tiempo ya había eliminado y aparecen como arcaismos en personajes tipo (el campesino, la mujer de pueblo, etc.).

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4. La lengua literaria en castellano y los Siglos de Oro 4.1 La época clásica del español En el marco lingüístico de esta ‘época clásica’ (Cano Aguilar 1992) o ‘etapa media’ (Eberenz 1991) se desarrollarán los así llamados Siglos de Oro, en los que los autores toman conciencia del valor de la lengua nacional y entre los estudiosos se despierta el afán por buscar afinidades del español con el latín para explicar su procedencia prestigiosa, al punto de llegar a una relatinización de la escritura. La extensión interna y la estandarización del español se desarrollarán aceleradamente. La denominación dominante para el idioma será la de ‘español’, a pesar de que la de ‘castellano’ no caerá del todo en el olvido y se utilizará para rememorar el pasado glorioso con orígenes en Castilla (Bollée, Neumann 2003: 96–97); con todo, el primer diccionario del idioma, de Sebastián de Covarrubias, llevará por título ‘Tesoro de la lengua castellana o española’ [1611] (Covarrubias 1977: 11). En cuanto al desarrollo de la estructura de la lengua castellana, cobrarán trascendencia dos fenómenos. En primer lugar, la desonorización y desfonologización de las sibilantes sonoras; y en segundo lugar, la variación de la flexión verbal (s. XVI: auxiliar ser se convertirá en perfecto compuesto en verbos intransitivos). A comienzos del siglo XVI la tendencia latinizante disminuye y se impone en la literatura el estilo llano gracias a la traducción que Juan Boscán hiciera del Libro del Cortegiano de Castiglione [1534], que coincidía con lo que ya propagaba Juan de Valdés: “El estilo que tengo me es natural y sin afetación ninguna escrivo como hablo”; y cuyo principal seguidor será Garcilaso de la Vega (Bollée, Neumann 2003: 96–97). En la literatura la norma general del lenguaje será, pues, la expresión llana, libre de afectación, pero depurada según los gustos del 7

habla cortesana Así, el lenguaje poético de Garcilaso de la Vega será modelo para toda la poesía española del Siglo de Oro: imágenes, epítetos, esquemas distributivos de la materia poética en el verso, etc. (Lapesa 1981: 303–305). Otros seguidores de esta tendencia serán: (1) Fray Luis de León (1527–1591): prosa doctrinal armoniosa. (2) Teresa de Ávila (1515–1582): renuncia a los adornos; forma fonológia triunfante. (3) Miguel de Cervantes (1547–1616): ideal renacentista de la naturalidad expresiva. (4) Lope de Vega (1562–1635): refleja en su comedia nueva toda la gama de variedades lingüísticas de su tiempo; llaneza expresiva, lenguaje claro. Hacia finales del siglo XVI debido a los cambios políticos y sociales surgirá una nueva tendencia en el ideal literario, lo cual dará lugar a que aparezcan con el barroco modelos lingüísticos de extrema distancia comunicativa en la literatura (Koch, Oesterreicher 1990: 203). Surgen así autores que se mueven entre dos corrientes, el culteranismo y el conceptismo: (1) Luis de Góngora y Argote (1561–1627): valores sensoriales, alardes ornamentales, metáforas audaces, etc (2) Francisco de Quevedo (1580–1645): lenguaje llano pero concentración en significados, juegos de palabras, antítesis, paradojas, etc. (3) Baltasar Gracián (1601–1658): prosa didáctica en Agudeza y arte de ingenio. (4) Pedro Calderón de la Barca (1600–1681): base conceptista con elementos ornamentales gongorinos en temas de mayor profundidad. Se puede observar que la lengua literaria se irá haciendo compleja en el segundo Siglo de Oro español, al punto que sus principales representantes serán tomados como modelos en el Diccionario de Autoridades de la REA a comienzos del XVIII.

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Otros géneros que se desarrollaron entre estos siglos gloriosos fueron: (1) Poesía épica: culta, asuntos de la época (La Araucana de Alonso de Ercilla). (2) Literatura religiosa: ascética y mística. (3) Teatro renacentista: Corriente culta (tragedia de tema histórico o legendario) y corriente popular (tendencias festivas y costumbristas). (4) Prosa: didáctica, histórica y de ficción (novela pastoril, novela bizantina, novela morisca o novela picaresca). 5. Comparación del desarrollo de ambas lenguas literarias 5.1 De los autores y su producción Si se atiende al número de autores en ambas lenguas literarias se puede ver que la lengua española supera a la portuguesa; y en cuanto a la trascendencia y resonancia que tendrán ciertos autores para la posteridad literaria es claro también que los autores españoles lograrán mayor alcance. En el caso de la literatura española, la cantidad de obras maestras es tal que desborda un siglo temporal, mientras que en la literatura portuguesa los escritores y poetas se ubican en su mayoría en el siglo XVI, entre cuyos autores principales, sobre todo Gil de Vicente, se practicará el uso del español como lengua literaria; fenómeno que no sucede entre los autores españoles, de escribir en portugués. En cuanto a la edición de las obras literarias, o su puesta en escena para el caso teatral, no todos los autores portugueses lograron publicar sus obras en vida, en tanto que los principales autores españoles sí lo lograron, e gozaron incluso de fama ya en su tiempo, como Lope de Vega1, por ejemplo; o como es el 1

Así lo muestra lo citado por Menéndez Pidal “Según el concenso y aplauso de las naciones, pues en Italia y Francia los representantes de comedias, para aumentar la ganancia, ponen en los carteles que van a representar una obra de Lope de Vega, y sólo 9

conocido caso de la rivalidad entre Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, quienes se escribían uno a otro sonetos satíricos y burlescos. 5.2 La conciencia lingüística de los autores Hay muchos puntos de comparación que se podrían establecer entre ambas lenguas literarias, la portuguesa y la española, en sus respectivos momentos cumbre. Un tema interesante, aunque amplísimo, es – como ya afirmé – el análisis de la conciencia lingüística, en términos de Gauger (2005), pues permitiría comparar las respectivas posiciones respecto a las lenguas por parte de los productores cultos, o posibles autoridades en sus lenguas. Dado, sin embargo, el espacio reducido de este artículo tomaré sólo algunos ejemplos de los autores más representativos. De ese modo haré referencia a aquellas acotaciones, descripciones u observaciones llevadas a cabo por el poeta, el autor omnisiciente en las obras, o por sus personajes, sobre algún aspecto de las lenguas estudiadas. Para facilitar el manejo de la materia a analizar, haré un desmenuzamiento de las diferentes manifestaciones de la conciencia lingüística, teniendo en cuenta que esto podría ser sólo el comienzo de estudios más amplios, como alguno en torno a los tipos de conciencia lingüística – sea externa, histórica o estilística – de la época en ambas literaturas. 5.2.1 Ejemplos en la lengua literaria portuguesa Las reflexiones en torno a la lengua portuguesa se dan en los siguientes aspectos: (1) Descripción de la lengua. con esto les falta coliseo para tanta gente y caja para tanto dinero'', en: Essequie poetique in morte del signor Lope de Vega, Venecia, 1636 (1973, 116). 10

a.

“Floreca, fale, cante, ouca-se e viva a portuguesa língua, e já onde for. Senhora vá de si soberba, e altiva.” En: Poemas Lusitanos de António Ferreira (Chándana 1995).

(2) Valoración negativa por parte del poeta hacia los hablantes que no prefieren la lengua portuguesa; y valoración positiva de los que sí la prefieren. a.

“Por ires outra língua enriquecer? Cuida melhor que, quanto mais honraste e en mais tiveste essa língua extrangeira, tanto a esta tua ingrato te mostraste.” En: Elogio de la lengua portuguesa de António Ferreira (Tarracha 1960: 387).

b.

“Se até aquí esteve baixa, e sem louvor, culpa he dos que a mal exercitaram, esquecimento nosso e desamor.” En: Poemas Lusitanos de António Ferreira (Chándana 1995).

c.

“Pois dando á pátria tantos versos raros, um só nunca he deu em língua alheia.” En: Elegia a morte de António Ferreira de Diogo Bernardes (Teyssier 2005: 353).

(3) Ridiculización de los castellanos. a.

“Agora nos faria o demo a nós outros castelhanos? Queria antes ser lagarto, pelos sanctos evangelhos!.'' En: Tragicomedia Pastoril da Serra da Estrela de Gil Vicente (Teyssier 2005: 352).

b.

Un pastor portugués dice a Cupido que habla castellano: “Ora m'e enganava tanto que cuydey que éreis vós santo, e vós falais castelhano.” En: Floresta de enganos de Gil Vicente (Teysier 2005: 352). 11

(4) Conciencia de una jerarquía de lenguas. En los siguientes pasajes se aconseja preferir el portugués al castellano u a otro idioma. a.

Consejo de un poeta: “Ante mordey castelhano que falardes portugués.” En: Cancioneiro Geral de Gil de Castro (Teyssier 2005: 353).

b.

Consejo de otro poeta en la obra antes mencionada: “... portugués sempre falar, e nam tomar castelhano sem sabor.” En: Cancioneiro Geral de Gil de Castro (Teyssier 2005: 353).

(5) Conciencia del español mal hablado por muchos portugueses. a.

Un criado a un escudero pretencioso: “Ay-da-pucha, que lingoagem! O, isso he soverano! Muy bien falays castelhano, e levays a todos ventagem.'' En: Prática de Oito Figuras, Chiado (Teyssier 2005: 368).

5.2.2 Ejemplos en la lengua literaria castellana La conciencia lingüística en los textos literarios castellanos no siempre se ve reflejada explícitamente, sin embargo, el nivel de observación de los fenómenos lingüísticos por parte de los autores, con Miguel de Cervantes a la cabeza, es muy sutil. (1) Acotaciones onomásticas. Reflexiones en torno al sustantivo propio. a.

“...Y buscándole nombre [a Aldonza Lorenzo] que no desdijese mucho del suyo [del de Aldonza Lorenzo] y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla ‘Dulcinea del Toboso’ porque era natural del

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Toboso...”. En: Cap. I (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 33). b.

“...un caballero español llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada, desgajó de una encina un pesado ramo o tronco, y con él hizo tales cosas aquel día y machacó tantos moros, que le quedó el sobrenombre de ‘Machuca’, y así fue como sus descendientes se llamaron desde aquel día en adelante ‘Vargas y Machuca’.” En: Cap. I (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 77).

(2) Sobre la traducción de lenguas y los intérpretes. a.

“[el cura:] ...que le quitó mucho de su natural valor, y lo mismo harán todos aquellos que los libros de verso quisieren volver a otra lengua, que, por mucho cuidado que pongan y habilidad que muestren, jamás llegarán al punto que ellos tienen en su primer nacimiento...”. En: Cap. VI (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 64).

b.

“[el cura:] ...el cristiano poeta Ludovico Ariosto, al cual, si aquí le hallo, y que habla otra lengua que la suya, no le guardaré respeto alguno, pero, si habla en su idioma, le pondré sobre mi cabeza.” En: Cap. VIII (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 64).

c.

“...tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía y vile con caracteres que conocí ser arábigos. Y puesto que aunque los conocía no sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese, y no fue muy dificultoso hallar a intérprete semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua le hallara (Nota: la ‘lengua’ hebrea con alusión a la abundancia de conversos en Toledo).” En: Cap. IX (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 84).

(3) Conciencia de las variedades lingüísticas, en los niveles diastrático, diatópico y diafásico. a.

“[Uno de los guardias al Quijote:]...Señor caballero, cantar en el ansia se dice entre esta gente non santa confesar en el tormento. A este pecador le dieron tormento y confesó su 13

delito.” En: Cap. XXII (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 201). b.

“Todo esto para los labradores era hablarles en griego o en jerigonza (Nota: en una lengua extraña), pero no para los estudiantes, que luego entendieron la flaqueza del cerebro de don Quijote.” En: Cap. XIX (2° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 690).

c.

“[el vizcaíno] le dijo, en mala lengua castellana y peor vizcaína, de esta manera: ‘Anda, caballero que mal andes; por Dios que criome, que, si no dejas coche, así te matas como estás ahí vizcaíno’ (Nota: Cervantes parodia el castellano de los vascos, como es común en autores de la época.).” En: Cap.VIII (1° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 81).

d.

Parodia del castellano de los negros: “Vimo, señora Lopa, su Epopeya, e por Diosa, aunque sá mucho legante, que no hay negra poeta que se pante, e si se panta, no sá negra eya.” En: A la Jerusalem Conquistada que compuso Lope de Vega (Góngora 1984: 55).

e.

“Y escribo por el arte que inventaron los que el vulgar aplauso pretendieron; porque, como las paga el vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto...'' En: Arte nuevo de hacer comedias (Vega 1969: 465).

f.

“Quien quisiere ser culto en sólo un día la jeri (aprenderá) gonza siguiente: [...] Que ya toda Castilla, con sola esta cartilla, se abrasa de poetas babilones, escribiendo sonetos confusiones; y en La Mancha, pastores y gañanes[...] hacen ya cultedades como migas.'' En: Receta para hacer soledades en un día (Quevedo 1984:

25).

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(4) Conciencia del uso en la lengua. a.

“[Quijote:] Erutar, Sancho, quiere decir ‘regoldar’, y éste es uno de los más torpes vocablos que tiene la lengua castellana, aunque es muy significativo; y, así, la gente curiosa se ha acogido al latín, y al ‘regoldar’ dice ‘erutar’, y a los ‘regüeldos’, ‘erutaciones’, y cuando algunos no entienden estos términos, importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo, que con facilidad se entiendan; y esto es enriquecer la lengua, sobre quien tiene poder el vulgo y el uso.” En: Cap.XLIII (2° parte) de El Quijote... (Cervantes 2004: 872).

(5) Conciencia estilística del lenguaje. a.

Cervantes en el Prólogo a sus ocho entremeses: “El verso es el mismo que piden las comedias, que ha de ser, de los tres estilos, el ínfimo, y que el lenguaje de los entremeses es proprio de las figuras que en ellos se introducen.” En: Prólogo al Lector de Ocho comedias y ocho entremeses nuevos (Cervantes 1987: 7).

b.

“Si hablare el rey, imite cuanto pueda la gravedad real; si el viejo hablare, procure una modestia sentenciosa; describa los amantes con afectos que muevan con extremo a quien escucha; los soliloquios pinte de manera que se transforme todo el recitante, y con mudarse a sí mude al oyente.” En: Arte nuevo de hacer comedias (Lope de Vega 1969: 466).

c.

“A los apasionados por Lope de Vega. Patos de la aguachirle castellana, que de su rudo origen fácil riega, y tal vez dulce inunda nuestra Vega, con razón Vega por lo siempre llana, pisad graznando la corriente cana del antiguo idioma, y, turba lega, las ondas acusad, cantas os niega ático estilo, erudición romana.” (Góngora 1984: 57).

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6. Reflexión final La comparación de un tema como el de la reflexión metalingüística al interior de textos literarios portugueses y españoles de la temprana edad moderna, en tanto expresión de los diferentes aspectos de la existencia de una conciencia lingüística en los escritores cultos, ha servido para confirmar que la preocupación por una lengua nacional estuvo latente en ambas culturas, puesto que la discusión por la valoración o degradación de alguna variante o alguna norma específica fue reflejo de la búsqueda constante de una lengua ideal que pudiera identificarse como ‘portuguesa’ o como ‘española’ algún día para todos sus hablantes.

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VEGA, Lope de (1969) “Arte nuevo de hacer comedias.” En: Germán Bleiberg (Ed.), Antología de la literatura española , 465–467. Madrid: Alianza Editorial.

Publicado en:

HUAMANCHUMO, Ofelia (2012) “La conciencia lingüística en la literatura en español y portugués durante la temprana edad moderna”, Tintero Indiano [en línea]: .

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