La concepción militar en la nueva LOFAN ¿Guerra asimétrica o movilización nacional para la dominación interna?

June 27, 2017 | Autor: R. Sucre Heredia | Categoría: Armed Forces, Fuerzas Armadas
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La concepción militar en la nueva LOFAN ¿Guerra asimétrica o movilización nacional para la dominación interna? Ricardo Sucre Heredia1 El diseño militar de Punto Fijo: la abstención mutua ¿A qué se alude cuando se habla de relaciones civiles-militares en Venezuela? Es la capacidad para ofrecer un proyecto de país que tengan los civiles y el liderazgo del mismo, como recurso para atenuar el pretorianismo de nuestros militares. Pion-Berlin (2005) sugiere que para lograr el control civil de los militares hay dos vías: una gran experticia de los civiles en el tema de seguridad y defensa y, en ausencia de ésta, una capacidad política que él llama “Gerencia política”. Pion-Berlin (2005) indica que en nuestros países no hay experticia suficiente en asuntos de seguridad y defensa por parte de los civiles, por lo que la “Gerencia política” es lo que se ha privilegiado para lograr la subordinación militar al poder civil. Para utilizar la expresión de Straka (2004), el dilema es entre el “ejército de la Patria o la Patria del ejército” o, en palabras del “poeta del pueblo”, Andrés Eloy Blanco, la disyuntiva es entre tener militares o tener guerreros, estos últimos abundaron en el Siglo XIX venezolano, por lo que lo militar en nuestro país es una invención del Siglo XX.

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Exposición elaborada para el seminario “Caracterización del sistema político venezolano”, en el tema “El factor militar”, organizado por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, y pronunciada el día martes 9 de mayo de 2006. Durante la presentación de este trabajo, el autor recibió comentarios y observaciones, algunas por escrito que, en tanto pertinentes, se incorporaron a esta versión corregida. El autor agradece las observaciones hechas Ricardo Sucre Heredia realizó estudios simultáneos y en 1991 obtuvo las licenciaturas de Comunicación Social (Universidad Católica Andrés Bello) y Ciencias Políticas (Universidad Central de Venezuela). Esta última, con la mención Summa Cum Laude. Es Magíster en Psicología, área Social (Universidad Simón Bolívar, 1996), graduado con Honores. En 1996, egresó del programa Liderazgo y Visión. Es director-gerente de la firma Smart Thinkers, consultora de asuntos públicos. Ejerce como profesor por concurso de credenciales en la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, en la asignatura Psicología Social. Es miembro del Programa de Promoción del Investigador (PPI, Nivel I). Autor del libro “La amenaza social y el autoritarismo en Venezuela” (UCV, 1998), entre otras publicaciones en revistas arbitradas, libros en conjunto y artículos. Es miembro del Consejo Consultivo de la Cámara Venezolana de la Construcción (2006-2008). Prestó servicios en la Marina de Venezuela. En el campo militar, ha publicado “La política militar en la Constitución de 1999 ¿Cambio o continuidad?”, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 9, 139-162, 1/2003 (publicado también en el libro coordinado por Salamanca y Viciano, 2004, “El sistema político en la Constitución bolivariana de Venezuela”, Vadell); “Derechos civiles de los militares ¿Realidad o ficción?”, Mundo Nuevo, 92-93, 134-160, 2004 (2002); y “Fuerzas Armadas y cultura política: Una aproximación a partir de un estudio de opinión en Venezuela” (2004), Caracas, UCAB/UPEL. Fue coordinador del estudio de opinión pública nacional realizado por Comprensión de Venezuela y el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), titulado “Percepción de la población acerca de la Fuerza Armada Nacional y los militares” (agosto de 2002). Correo-e: [email protected]

¿Cuál fue el diseño institucional de las FF.AA de Punto Fijo (1958-1998), con base en el artículo 132 de la Constitución de 1961? Recordemos el contenido del artículo: “Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y no deliberante, organizada por el Estado para asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y a las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas estarán al servicio de la República, y en ningún caso al de una persona o parcialidad política”. El eje de este diseño es lo que Arroyo Talavera (1988) llamó la “doctrina de la abstención mutua”: su compromiso era con las instituciones y no con el juego político. Estaban y no estaban dentro del sistema político. Su misión era clara: defender los procedimientos del juego político y no inmiscuirse en los contenidos del mismo. Esta idea se sintetiza en la expresión constitucional vigente hasta 1998, las FF.AA, “Son una institución apolítica, obediente y no deliberante”. ¿Hubo política dentro de las FAN? Por supuesto ¿Pero cuál tipo de política? Para emplear el término de Pion-Berlin (2005), hubo una “Gerencia política de las FAN”, en la que el Presidente fue el factor de gravitación, en un diseño que favoreció la competencia entre las fuerzas a través del Decreto 288 y el límite a 30 años de tiempo de servicio activo, con el Decreto 530, ambos dictados luego de la caída del primer ensayo burocrático-autoritario de Venezuela, que fue el gobierno militar de 1948 a 1958. Sin embargo, esta “Gerencia política” tuvo como eje la existencia de sólidos partidos y liderazgos políticos, junto a un proyecto nacional de modernización, esbozado y consensuado en 1936, y que concluyó en 1977, cuando se logró el último año de crecimiento económico robusto de la economía nacional. Sí hubo política, pero no partidización militar. Como afirmó Bigler (1981), “Sin embargo, una fuente confidencial estimó que el noventa y cinco por ciento o más de todos los ascensos y asignaciones estaban libres de cualquier consideración partidista, y otras fuentes han estimado de setenta a noventa por ciento”.

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¿No hubo tensiones en este patrón civil-militar? Sí las hubo. Sin embargo, el poder civil logró sortear las dificultades. Ciertamente, si nos atenemos a los criterios de Finer (1969), los militares venezolanos influyeron en determinados temas propios de su actividad. En algunos casos –como la hipótesis de Caraballeda durante el gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984)- lograron imponer sus puntos de vista, pero cuando el poder militar trató de tutelar al poder civil –casos de los generales Martín García Villasmil o Pablo Flores, durante los gobiernos de Raúl Leoni (1964-1969) y Rafael Caldera (1969-1974)- el poder civil logró mantener su autonomía, o en otras situaciones como la renuncia del General Arnaldo Castro Hurtado como Comandante General del Ejército en 1979, luego que el ex-Presidente Luis Herrera Campins indultara a algunos guerrilleros. En síntesis, las relaciones civiles-militares no son monolíticas sino fluidas, y eso fue lo que ocurrió en Venezuela, pero dentro del marco de la “abstención mutua” civil-militar. Al volver de nuevo al trabajo de Bigler (1981), “Por el contrario, los presidentes recientes han ejercido su autoridad sobre las Fuerzas Armadas tomando decisiones como designar más oficiales retirados para ciertos puestos importantes, la pacificación y la relegitimación de los exguerrilleros, y el corte de los gastos militares de una acostumbrada (1963 a 1974) cuota del nueve al doce por ciento del presupuesto nacional a una más magra cuota del cinco al seis por ciento”. ¿El resultado? Como indica Agüero (1993), para los 80, las FAN venezolanas gozaban de un elevado prestigio como organización militar que se reveló, por ejemplo, en el incidente con la corbeta colombiana Caldas en 1987, la que invadió aguas venezolanas: en 30 minutos, el aparato militar venezolano fue capaz de desplegar más de 18 mil hombres y pertrechos en el sitio de los acontecimientos. Igualmente, las misiones a otros países encabezadas por militares venezolanos en Centroamérica, en el marco del Grupo Contadora, o las resistencias al poder inglés, encabezadas por el gobierno de la época, durante la guerra de las Malvinas en 1982. También se recuerda la capacidad de los militares venezolanos demostrada en las operaciones Unitas y en los ejercicios Red Flag, junto a las maniobras combinadas Libertador, en donde actuaban las cuatro fuerzas militares del país. Prestigio que también fue externo. Para mediados de los 80, por ejemplo, la revista especializada en

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temas de defensa Jane’s se refería a la Marina venezolana como una fuerza pequeña en su tamaño, pero muy competente y eficiente. Como afirma Bigler (1981), “Los patrones de comportamiento dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas han estado cada vez más dominadas por el profesionalismo en los últimos cuarenta y cinco años. La imagen heroica de las tropas en la batalla ha sido suplementada con visiones de experticia tecnocrática y gerencial”. En síntesis, en los términos de Huntington (1996), el modelo militar de Punto Fijo enfatizó más el “control objetivo” –la profesionalización militar- que el “control subjetivo” –la ideologización- de las Fuerzas Armadas. ¿Cuándo comenzó la crisis del modelo civil-militar venezolano? Arrancó cuando el sistema político de Punto Fijo no supo darle respuesta al problema de la hegemonía, que fue visible en los 80, derivado de un país más complejo, que estaba listo para avanzar y profundizar su democracia representativa. Una sociedad madura, pero que no lograba los relevos para continuar su proceso de modernización, y el liderazgo optó por un conservatismo: no cambiar nada, lo que también trajo el cambio en la concepción hacia lo militar. Agotado el proyecto modernizador nacional, el paso era que el mercado –creado por el Estado a partir de los 30- fuera capaz de sostener las tasas de crecimiento necesarias para que el país mantuviera su desarrollo, y darle paso a la sociedad civil en tareas de liderazgo. Esto requería de verdaderos capitalistas y de líderes políticos. No los hubo, y los pocos que salieron, fueron neutralizados por los conservadores, que estaban representados desde la “ortodoxia” de AD hasta los mal llamados “notables”, unidos solamente por el deseo de mantener las cosas como estaban, sin dar respuesta a los desafíos de una sociedad democrática ya madura. Las FF.AA no fueron la excepción a esta crisis. Como corporación social, exhibía ya niveles de madurez y conciencia profesional, que no fueron atendidos por los actores políticos, y cada vez se empleó más a los militares como suerte de “guardia pretoriana” de un sistema que no quería cambiar. Desde la polémica causada por el trabajo del Coronel Machillanda Pinto en 1986 hasta el llamado “carrusel militar”, frase del General Carlos Peñaloza, las relaciones llegaron a un punto de inflexión con la salida de éste del Comando General del Ejército en julio de 1991. A partir de esta

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fecha hasta 1998, la labor de los militares fue la de mantener el sistema político, menos de forma institucional y más dentro de alineamientos partidistas. El segundo gobierno de Rafael Caldera usó esta estrategia con éxito y las FF.AA fueron pilar para evitar, en palabras del ex-Presidente, “Que se perdiera la República”. Hay que resaltar que la crisis de Punto Fijo no fue producto del “imperialismo” o del “neo-liberalismo”. Muy al contrario, de acuerdo al Indice de Reforma Estructural del Banco Mundial (Walton, 2004), Venezuela junto a Jamaica, fueron los países que menos adelantaron reformas neo-liberales en los 90. Una causa más plausible fue la crisis de la madurez de un sistema con niveles de complejidad social muy diferentes a los de la “democracia mínima” de 1958, que no fue asumida por la clase política y que abrió las puertas a acciones extra institucionales como los intentos de golpe de Estado de 1992 y el suicidio de la clase política puntofijista, con la salida del exPresidente Carlos Andrés Pérez en mayo de 1993; crisis que arrastró al modelo de relaciones civiles-militares creado en 1958, que logró unas FF.AA institucionales, profesionales, y con altos niveles de apresto operacional. El diseño militar de la “V República”: el compromiso mutuo ¿Cómo caracterizar el modelo civil-militar de la llamada “V República”? El artículo 328 de la Constitución nacional establece que: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezcan sus respectivas leyes orgánicas”.

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La base del diseño militar actual es lo contrario a la lógica de Punto Fijo con respecto a las FAN. Ahora la institución armada es “Política, obediente y no deliberante”. Lo primero a afirmar es si, como algunos pensadores indican, ocurre una militarización del país. Puede decirse que no, si se entiende por militarización lo que sugiere Irwin (2001): la sociedad militar como modelo. Al contrario, lo que ocurre es una ideologización de las FF.AA, y es a título de esta ideologización que participan en la administración pública y en la política, como lo revela el caso Caez y la construcción del Comando Maisanta en Barinas con dineros públicos, manejados por militares, o la elevada participación de oficiales en cargos públicos quienes, hasta donde pudo registrar la prensa hasta mayo de 2003, sumaban más de 176 oficiales en puestos claves de la administración pública. No sería descabellado suponer que en 2006 el número sea mayor, en posiciones como institutos del Estado, viceministerios, y direcciones de línea. A diferencia del diseño de Punto Fijo, las FAN hoy son parte de los procesos y de los contenidos políticos. Están abrochadas a un proyecto político que se asume como propio, natural de los militares venezolanos. Por esta razón, lo relativo a la defensa de las instituciones democráticas y de la Constitución, como lo sugería el artículo 132 de la derogada Carta Magna, se eliminó: es redundante. Ellas están dentro del proyecto, y no sólo se limitan a los procedimientos sino son parte del contenido. Esto, también, llevó a la eliminación de una sana disposición del texto de 1961: lo no simultaneidad de la autoridad civil y militar en una persona, salvo en el Presidente de la República (art. 131, con su par en el art. 7 de la LOFAN de 1995). Es importante destacar que la concepción de seguridad del Estado de acuerdo a la Constitución de 1999 se orienta más hacia lo interno –es una visión más defensiva que ofensiva, y la redacción del artículo 328 resalta más lo interno, y aunque copia muchas de las funciones de las FAN de la LOFAN de 1995, adjetiva la participación en el desarrollo interno, y la llama “participación activa” (art. 2 LOFAN 2005)- y tiene un complicado sistema legal que va desde el título VII de la Carta Magna hasta la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, aprobada en 2002 y en vías de ser modificada en la actualidad.

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Lo que sí puede decirse es que en el diseño de la seguridad en la Constitución, aquélla adquiere un carácter supra-constitucional y la seguridad es el principio que ordena el orden social, posiblemente esto sea consonante con las ideas del gobierno en cuanto a la necesidad de planificar a la sociedad mediante una suerte de remake de la planificación centralizada, pero que se asume será eficiente en virtud de lo que algunos “intelectuales orgánicos” del gobierno como Heinz Dieterich han planteado: la computación y los procesadores permiten manejar miles de cálculos, que en la era soviética era imposible hacer, de aquí la inviabilidad del modelo ruso. Hoy, se trata de sustituir la espontaneidad de los agentes sociales –lo que Hayek llama el “racionalismo evolutivo”- por un gran centro, un gran mainframe que es Miraflores; por el “constructivismo racionalista”, al decir de Hayek. Es tratar de revivir la idea de la Ilustración: la fe ciega en la ciencia y que es posible diseñar un hombre nuevo a partir de ejercicios de planificación social, que ahora se estima posible por la existencia de un invento del odiado capitalismo: los procesadores Intel, que ayudarán a controlar las miles de decisiones de los agentes sociales, y colocarlas en un software social para regular a la sociedad hacia un modo de vida humanista y solidario, que básicamente consiste en no desear, en no aspirar a nada o no aspirar a mucho, que es lo mismo. Es la idea de la manida corresponsabilidad. Esta no supone una relación entre pares, sino una cesión de la capacidad de poder –la capacidad de elegir- hacia un centro que regula a la sociedad, y ésta cede su autonomía a cambio de la regulación del centro y de la promesa de un mejor modelo de vida, a partir del control y de la redistribución del excedente petrolero que se genera en una economía transnacional que opera de manera capitalista manejada exclusivamente por el gobierno y sus socios foráneos -el costo de producción del barril venezolano se aproxima a $ 10, mientras se vende a $ 60, una plusvalía de $ 50 por barril- no así la economía doméstica y privada, que se quiere regulada para evitar la formación del excedente el cual, de acuerdo a Kornai (1992), permite la formación de capitalistas, aunque se parta de un pequeño excedente. Esta será la función que parece va a cumplir la Ley Antimonopolio que se discute en la AN: evitar y regular la formación del excedente privado –no así del excedente del Estado concentrado en PDVSA- para evitar la

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formación de capitalistas y, por ende, de centros de poder plurales. La corresponsabilidad es, de alguna manera, la admisión de la indefensión porque consiste en atribuir la responsabilidad individual a causas externas: sea el Estado o determinismos sociales que hoy se construyen: la etiqueta de persona rica, por ejemplo, ya supone que pueda ser expropiado o insultado sólo por ser rico, por un particular ser; pero que esto se asuma como algo natural. Es el fatum de quien posee cosas. Es la distorsión del concepto de justicia, que sustituye a la idea de Estado de derecho. En el plano militar, la corresponsabilidad sólo se limita a construir un gran proletariado de luchadores bajo el mando del Presidente –la reserva y la Guardia Territorial- que no sabemos todavía si se convertirán en militares, que por 16 mil bolívares por día de entrenamiento ($ 7,5), aprenden a identificar al enemigo, aunque no se dice directamente quién es el enemigo. Sin embargo, voceros del gobierno ya lo han retratado. Uno afirmó que había que “Aprender a odiar a los gringos” y, más recientemente, otro “intelectual orgánico” del gobierno comentó que, “Hay que cortarle las orejas a los gringos”. Pero la corresponsabilidad no llega a la discusión de los temas estratégicos de la seguridad y defensa nacionales con civiles, a pesar que el artículo 323 de la Constitución nacional lo manda. En este campo, Punto Fijo fue más generoso: en los 80, se formó un grupo de expertos civiles en esta área, y se recuerdan trabajos como el editado por el profesor Aníbal Romero, de la USB, titulado “Seguridad, defensa, y democracia en Venezuela”, o los planteamientos de Juan Carlos Rey y Domingo Irwin. Incluso, personas de izquierda como José Vicente Rangel –hoy flamante Vicepresidente- y Teodoro Petkoff, tenían tribuna pública para expresar sus puntos de vista en este tópico ¿Y hoy, dónde están los expertos civiles? No son buscados y menos escuchados. Regresamos a la época en que los asuntos de seguridad y defensa son sólo de los militares. Se va a hacer una reforma a la LOSN ¿Se consultarán a civiles para eso? Se quiere reformar a la LOFAN, aprobada hace menos de un año ¿Se hará una consulta pública o se hará, como se hizo para la aprobada en 2005, consultas parciales, focalizadas y filtradas? ¿Habrá discusión pública sobre el “concepto estratégico de la nación”, que

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manda el 323 de la Carta Magna? ¿Cuántos y cuáles civiles participaron en el proyecto Pensamiento militar venezolano? No lo sabemos. Si hubo participación civil, es un secreto de Estado ¿Se debatió públicamente la compra de fusiles AK-47, helicópteros rusos, barcos españoles, y un radar chino como ocurrió, por ejemplo, cuando se adquirieron los F-16 en los 80? ¿Se debatirá como política militar la intención de comprar aviones rusos Sukhoi? A los civiles, sólo les queda la contemplación y ser los destinados al sacrificio para la grandeza de la Patria. La nueva ideología militar: la energía amenazada por el “imperio” ¿Sobre cuál relato se construye la idea actual ya no del “ejército de la Patria sino la Patria del ejército”? Principalmente con sendas ideas: la soberanía y la autodeterminación, que se asumen como lo natural de las FAN venezolanas, junto a la “guerra asimétrica”, de la que se afirma que los Padres de la Patria como Bolívar, Sucre o Páez, fueron los precursores. No obstante, resulta difícil imaginar, por ejemplo, al Gran Mariscal de Ayacucho como teórico de la “guerra asimétrica”. Quien haya leído cualquier biografía de Sucre concluirá que una de las angustias del Gran Mariscal fue la de construir un ejército profesional, no una partida de guerrilleros uniformados. Sucre estaba consciente que a un imperio se le derrota con un ejército y no con guerrillas. En la biografía política del Mariscal, escrita por la Individuo de Número de la Academia de la Historia, Inés Quintero (1995), dice lo siguiente, “En octubre de 1817 se dirige a Bolívar para comunicarle su firme disposición a no permitir ‘juntas ni bochinches’ que alteren lo previsto. Inmediatamente emite una sentencia definitiva respecto a su otrora jefe, el general Mariño, cuando expresa lo siguiente, ‘…Yo no dudo que el general Mariño se convendrá al orden no teniendo otro arbitrio sino ese o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria…”. Y, más adelante, agrega Quintero, “Quien está opinando, no es solamente el descendiente de la estirpe noble de los Sucre y Alcalá formado en los principios del orden, la disciplina y el respeto a la autoridad, es también un individuo que, por la experiencia acumulada en sus pocos años de participación en la guerra, tiene una posición tomada con respecto a la necesidad de orden, la disciplina y la subordinación como garantes para el ejercicio de la autoridad”.

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Ni siquiera el General Páez, de quien se resaltan sus dotes de llanero indómito, parece haber sido un entusiasta de la “guerra asimétrica”. Muy al contrario, Páez reveló ser un General con G mayúscula: tuvo conciencia de las implicaciones de la guerra y no frivolizó el combate. Fue conciente de la llamada “trinidad” de Clausewitz: el pueblo, el ejército, y el Estado, como tríada que interactúa y que hace de cada guerra un evento irrepetible y, en muchos casos, gobernado por la fortuna. Es una caja de Pandora, que no admite la banalización irresponsable. Al comentar las máximas de Napoleón sobre el arte de la guerra, el Centauro de Los Llanos introdujo la obra del Gran Capitán corso en los siguientes términos, “Ojalá que este trabajo, que emprendemos en el ocaso de nuestra vida, sirva sólo para defender los principios con que adquirió nuestra Patria un lugar entre las naciones, y nunca de catecismo para aprender los medios de destruir a nuestros hermanos y asolar una tierra ya sobradamente regada con sangre fratricida”. La idea de soberanía y autodeterminación para el gobierno consiste en no aceptar relaciones en términos de paridad sino siempre en términos de subordinación. Hay una razón moral superior –la lucha por el humanismo frente al perverso capitalismoque justifica que no haya paridad entre los agentes sociales y los actores gubernamentales. De aquí que la negociación o el consenso no sean relevantes. La misión de “salvar al planeta” crea una superioridad moral –en los términos que plantea Norberto Bobbio- la “moral revolucionaria” que está por encima de la sociedad y de las visiones particulares, que se asumen contrarias a lo colectivo. No es casual que la crítica a lo individual sea construida por el actual discurso oficial como el Deus ex machina que explica todo. Es en lo colectivo donde se halla la realización y la felicidad individual. El grupo de personas que se desnudó ante el lente de la cámara de Tunick en marzo de 2006 –invitado, por cierto, por el Ministerio de la Cultura- bien puede representar lo que quiere el gobierno de la sociedad: seres anónimos, iguales, y solos, unidos solamente por la indefensión que produce la desnudez, en el caso social, de la desnudez política. Este supremacismo moral se ha inoculado también a los militares, que lo asumen como una misión, un destino manifiesto: una suerte de cruzada por el humanismo a escala global, idea de la que ya estaban predispuestos y que explica su pretorianismo

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histórico en el caso venezolano, que ahora emerge –el discurso nacionalistadesarrollista del Nuevo Ideal Nacional- pero dentro de un relato sumamente ideologizado que usurpa la historia y la distorsiona. Esta superioridad se construye simbólicamente: no sólo los cambios a la bandera y al escudo, junto a la deconstrucción de figuras como Bolívar, Sucre y, quien puede prestarse para construir el relato del “anti-imperialismo”: Francisco de Miranda. Miranda: el precursor necesario Este fue el objetivo del Día de la Bandera, celebrado el pasado 12 de marzo: Francisco de Miranda es el “precursor necesario” para construir el nuevo relato antiimperialista y socialista. A diferencia de Bolívar que es un icono nacional, un Dios, con Miranda no ocurre lo mismo. Todo el mundo ha escuchado hablar de él, pero pocos conocen realmente al personaje y su gesta. Intencionalmente o no, el gobierno parece haber encontrado en este desconocimiento hacia la obra de Miranda -aunque sí hay un conocimiento a la persona- un camino para construir un relato ya propiamente venezolano, definitivamente local, y esto le resuelve –al menos en este primer momento- el problema del discurso socialista, cuya referencia principal es externa y centrada en Cuba y en Cristo, una figura religiosa, construida como “El primer socialista de la humanidad”. Sendas referencias que son débiles para legitimar una idea de este calibre –como lo sugieren los estudios de opinión- y por eso el relativo poco impacto hasta el presente de la idea socialista que el gobierno promueve en la sociedad. No se percibe como una idea propia, de esta tierra, sino como algo importado, que luce negativo, de lo que se desconfía. Con Miranda esta perspectiva cambia. Su proyecto puede ser endosado perfectamente a una propuesta socialista mediante la asimilación en su persona de valores como la igualdad y la integración, y eso es lo que se buscó en la sesión solemne de ese día realizada en la Asamblea Nacional, con el discurso de la profesora Carmen Bohórquez de LUZ, quien cerró sus palabras con una metáfora que sugiere que la bandera de ocho estrellas es “Para decirle a la humanidad la victoria sobre cualquier intento de opresión”. Más que Bolívar o Sucre, Miranda es el prócer necesario para el gobierno. Su historia de vida puede ajustarse más a un discurso socialista que la de El Libertador, y por eso se ha apropiado del Generalísimo, para

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deconstruirlo en una figura que tuvo como ejes centrales la conciencia de la dominación y la identidad cultural propia, americana –que necesita el gobierno para justificar su discurso étnico centrado en los individuos no-blancos como motores de la historia- que derivan en un deseo de independencia y de integración, que a la sazón da la legitimidad para justificar la vocación internacional de las ideas que busca promover el gobierno de Venezuela, ya no sólo en América sino en el mundo. Fue llamativo que la parte más aplaudida del discurso de la doctora Bohórquez fue cuando hizo la solicitud a la UNESCO para que los archivos de Miranda se declaren patrimonio de la humanidad, “Porque tienen que ver con la vida de tres continentes”. Es construir a Venezuela como una potencia, pero que tiene una razón moral para serlo: la búsqueda de la igualdad, “Del equilibrio de poder en el mundo”, como sugirió la profesora Bohórquez; en fin, de la “Defensa de la humanidad”. Venezuela asume el compromiso mirandino de la “Defensa de la humanidad”, en contra – expresión que usó con frecuencia Bohórquez- de las “Pretensiones imperiales”, aunque refiriéndose a la España de la colonia, la alusión verdadera fue hacia los Estados Unidos en tiempo presente. Reviviendo la “guerra fría” De esta manera, el gobierno legitima el revival de la Guerra Fría al construir una sociedad amenazada por las “Pretensiones imperiales de nuevo cuño”, pero que tiene una historia anti-imperialista que data por lo menos desde Siglo XVIII, y que justifica el proyecto que adelanta el actual gobierno, sin solución de continuidad: la llamada “V República” se asume como la única y autorizada continuación del proyecto de Bolívar, por lo que estamos en 2006 pero también podríamos estar en 1819, en 1810 o en 1830. No es casual que el “novedoso” pensamiento militar venezolano parta del documento “Organización Militar para la Defensa y Seguridad de la Provincia de Caracas”, propuesta por la Junta de Guerra; aprobada y mandada a ejecutar por la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, en 1810 ¿Qué dice este texto, que hoy se toma como base de la nueva ideología militar anti-imperalista del gobierno? Veamos, “Venezuela tiene por su posición la ventaja de poder ser el depósito de las riquezas de ambos mundos; situada en el centro de la América reúne

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el continente del Norte con el Sur, y tiene al frente el Archipiélago americano y todos los establecimientos europeos. En su interior, surcada de grandes ríos que la dividen en mil partes, y facilitan su comunicación con la América del Sur; confinante con Santa Fe por medio de unos llanos inmensos; con las posesiones portuguesas e inglesas por la Guayana, y con la provincia de Cartagena por Maracaibo. Todas estas relaciones aumentan los medios de su prosperidad; pero multiplican también sus peligros si por desgracia se interrumpe la paz con los países y colonias inmediatas ¿Y podremos nosotros responder que esta paz será eterna? Y para conservarla y evitar la guerra, no es preciso tomar un continente denodado y firme que nos haga respetar?”. Sobre esta base se construye la nueva ideología militar ¿Cuál es el símbolo que objetiviza esta ideología? Es la energía (petróleo y gas). Es lo que se quiere simbolizar –es fácil simbolizarlo, somos hijos del petróleo- para darle textura material a la nueva ideología militar del “anti-imperialismo”. Es la energía lo que construye la nueva concepción militar2. Energía que se dice será para liberar al mundo, por lo que se halla amenazada por los “poderes imperiales”, que la quieren para sí, no para redimir al mundo sino para sus intereses egoístas. En este contexto, los militares adquieren una misión no sólo dentro de Venezuela, sino universal y atemporal. En la frase de Huntington (1996), el gobierno ha maximizado el “control subjetivo” sobre el aparato militar, al lograr que los intereses del proyecto de control político del MVR, se asimilen a los intereses de los militares. Una convergencia ideológica que convierte a las FAN en un actor político-ideológico-partidista, en posición contraria a lo establecido en el 328 de la Carta Magna. Sin embargo, a diferencia del documento de 1810 ya citado que al final agregó lo siguiente, “Soldados que habeis servido hasta este momento; ciudadanos que vais a ser soldados: no olvideis jamás las máximas sobre las que se funda la nueva constitución militar; aborreced, mirad como un enemigo de la patria y de vuestro propio honor al que os infunda ideas de orgullo y preponderancia respecto a los demás habitantes pacíficos; el soldado que las adopta no está distante de renunciar a

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La idea que Venezuela es un país “apetecible” por tener petróleo, especialmente para los Estados Unidos, no es nueva. Vid. Pedro Miguel Pareles (1982), Control y descontrol del poder. Caracas: Monteavila

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la calidad augusta de ciudadano, de quebrantar el vínculo social y de hacerse un ente venal, dispuesto a entregarse al primero que quiera valerse de él para oprimir a sus hermanos. Bórrense para siempre estas ideas antisociales; aspiremos al honor de purgar la constitución militar de los vicios que la degradan en otros países, y que el departamento de Venezuela sea el primero que en este siglo presente a los ojos del universo un cuerpo de ciudadanos valerosos y dignos de defender la justa causa que hemos proclamado en Caracas”, en 2006 se infunden ideas de orgullo y superioridad moral, que hacen la diferencia. Con la idea de una razón moral superior –el humanismo y su doctrina política, el “socialismo del Siglo XXI”- se construye en lo interno un mecanismo de dominación avanzado, con pretensiones externas. La opresión y el control de la sociedad se invierten para parecer luchas por la libertad. De manera que la política militar venezolana regresa en algún sentido a la política militar del perezjimenismo centrada en la “seguridad nacional”, por lo que desarrolla una política de poder orientada a la concentración de la toma de decisiones en la Presidencia de la República, en el cambio de los proveedores de armamentos –aunque no la dependencia tecnológica- por razones geopolíticas (Rusia, Irán, China, España, Cuba, junto a algunos proveedores tradicionales que se mantienen como Francia, Italia y Bélgica), y el petróleo es el gran recurso de poder para lograr correlaciones estratégicas favorables a Venezuela, que le den estatura mundial. El petróleo es la verdadera arma ofensiva del gobierno –demostrado con la salida de Venezuela de la CAN, del G3, y el saldo de la balanza de capital para el primer trimestre de 2006porque el diseño del aparato militar es básicamente defensivo: un cuerpo armado orientado principalmente a tareas internas para “Actuar como sujeto en apoyo de instituciones gubernamentales a nivel nacional, regional o local, para la ejecución de tareas vinculadas al desarrollo económico y social de la población, y en operaciones de protección civil en situaciones de desastres en el marco de los planes correspondientes” (numeral 6 artículo 3 de la LOFAN); y ser la primera línea de defensa, complementado por reservas y una Guardia Territorial, para “Resistir ante la ocupación del país por fuerzas militares invasoras incluyendo acciones de prevención frente a fuerzas hostiles que muestren esa intención” (numeral 3 artículo

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3 de la LOFAN; por cierto, el gobierno legaliza lo que tanto critica a los EE.UU: las “acciones preventivas”). A diferencia del modelo perezjimenista, no hay una fuerza pequeña de choque, sino que el aparato militar crece en cuanto a su burocracia, estructura, y funciones. De 6 atribuciones de las FAN en la LOFAN de 1995, hoy se aumentaron a 10 atribuciones. En resumen, el aparato militar venezolano es netamente disuasivo, centrado en la ideología de la soberanía y la autodeterminación nacional, prevista en el artículo 1 de la Constitución que reza, “Venezuela se declara República Bolivariana, irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”, que lleva a construir una doctrina del poder nacional, que encarnan las FAN, tal como lo define al artículo 4 de la LOFAN, “La Fuerza Armada Nacional actúa de acuerdo con la doctrina de la consolidación del Poder Militar, el fortalecimiento de la integración cívico-militar y la movilización popular mediante la defensa militar, dentro del concepto de la defensa integral de la Nación; la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, en sus ámbitos geográfico, político, económico, social, ambiental, cultural y militar. Actuación condicionada por la situación políticogeoestratégica y el estado de la ciencia y la tecnología militar en la coyuntura. El modo de actuar será definido mediante el concepto estratégico de la Nación, presentado a la Asamblea Nacional al inicio de cada período constitucional, su organización y el costo estimado para su aplicación, según se establece en la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación”. Es, pues, la sociedad amenazada por tener petróleo y esto se usa para justificar una movilización permanente. Es la sociedad en amenaza de guerra lo que se quiere construir, para justificar una dominación dentro y un imperialismo fuera.

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La nueva LOFAN y la concentración de poder en Miraflores Esto nos lleva al análisis politológico de la LOFAN. Lo primero que hay que decir es que el poder nacional y militar se concentra en la Presidencia de la República. Junto a los poderes que la jefatura del Estado ya deriva de la Constitución, se ha agregado toda una estructura de gobierno que hace pensar que se está ante un “Estado paralelo”, cuya meta es ser capaz de funcionar ante eventuales fluctuaciones institucionales, y ser autónomo al mismo tiempo que controla a la sociedad. Como lo indicó el Jefe del Estado en la juramentación de nuevos ministros el día 24-2-06, “Pero, claro, que eso luego viene configurándose en el proyecto y sus líneas estratégicas y sus políticas; no olvidemos, señores ministras, ministras, compañeros, compañeras, camaradas, compatriotas, aquella relación intensa entre política y Gobierno, a la que también me he referido, asumiendo ideas que no son mías, sólo que uno las va leyendo y las va macerando a veces, o asimilando, y bueno algunas aplicándolas en el mapa de navegación. Gobierno y política. Gobierno se puede definir, dice un autor, como el arte de controlar. ¿Quién controla? ¿Quién controla qué? ¿Quién controla dónde? ¿Quién controla cómo? El timón, pues, yo le pongo la mano al timón o no se lo pongo”. Es, pues, lograr el control de la sociedad la meta del gobierno. Hoy puede hablarse de la “República de Miraflores”: posee sus recursos propios. De acuerdo al presupuesto de 2006, Miraflores tiene asignado 244 mil millones de bolívares, que es el 0,3% del total del presupuesto, pero mucho más alto que el presupuesto de la Contraloría General de la República, del Ministerio de Industrias Ligeras y de Comercio, y del Ministerio de Turismo; es una décima menor que el destinado a la Asamblea Nacional, el Miban, y el Ministerio de Energía y Petróleo, y dos décimas menor al monto de la Cancillería venezolana y del Ministerio de la Cultura, pero es casi ocho veces más que el presupuesto destinado a la Defensoría del Pueblo, que es 32 mil millones, que no ha variado desde 2003. A esto hay que agregar los fondos como el Fonden y el Fondespa, con cuantiosos recursos obtenidos de la diferencia entre lo estimado en el presupuesto como precio de venta del barril petrolero que es de US$ 26 y su precio real que oscila entre los US$ 54-60. Se estiman que ambos fondos, por la medida pequeña, manejan recursos por el orden de

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los US$ 10 mil millones. Esto sin contar con el presupuesto de la Guardia Presidencial, que para el año 2005 fue de 19 mil millones de bolívares, cantidad mayor a los presupuestos asignados para la justicia militar, la Corte Marcial, y la Contraloría General de la FF.AA juntos, que totalizan aproximadamente 17 mil millones de bolívares3. Pero también tiene su organización social: con la Ley Especial de los Consejos Comunales, que manejarán recursos del FIDES, del LAEE, y de otras fuentes, se crea la Comisión Presidencial del Poder Popular (art. 26), y tantas comisiones como estados y municipios existan en Venezuela, es decir, 24 comisiones estadales y 335 comisiones municipales. Todas estas comisiones requieren de la “Previa aprobación del Presidente de la República”, para su constitución. En cuanto a lo militar, dispone de su propio ejército: la reserva, creada en virtud del Decreto Nº 3.561 de fecha 2-4-05, que establece en su artículo 3 la creación del Comando General de la Reserva Militar y Movilización Nacional, “Dependiente del despacho del Presidente de la República”. Este comando, de acuerdo a la Memoria y Cuenta del Ministerio de la Defensa del ejercicio 2005, recibió traspasos por la cantidad aproximada de US$ 930 mil. En la actualidad, este comando ya parece una fuerza más: tiene su estado mayor, su comando aéreo, y se han creado 23 batallones de reserva en todo el país. Pero esto no es todo. El artículo 40 de la LOFAN convierte una atribución del Jefe del Estado en una función permanente: se crea la Comandancia en Jefe de la Fuerza Armada. Resalta que este artículo no haya llamado la atención de la opinión pública, ya que convierte a una atribución en virtud de una condición –ser Presidenteen una instancia y un grado dentro de la jerarquía militar, por lo que seguramente habrá que reformar el Reglamento de Uniformes para incluir el grado de Comandante en Jefe. En otras palabras, un civil ahora se mimetiza con un grado militar, el de Comandante en Jefe4. Veamos qué dice el artículo, negador de lo dicho en la 3

El día 26-5-06 se informó que la Asamblea Nacional aprobó un crédito adicional para “gastos de seguridad de la Presidencia”, por el monto de 44 millardos de bolívares. Casi 40 por ciento más alto que el presupuesto de un año de la Defensoría del Pueblo para todas sus actividades 4 Tal vez esta poca resonancia en la opinión pública sea porque no se distingue entre el grado militar y la atribución presidencial, y parecen las mismas. Una observación realizada durante la presentación de esta ponencia dice, “Comandante en Jefe no es un grado militar. Es un título o cargo asignado al Presidente que existe desde la Lofan de 1995”. Esta observación es errada ya que el artículo 51 de la Lofan de 1995 definió que, “El Presidente de la República es el Comandante en Jefe de las

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exposición de motivos de la Carta Magna de 1999 al hablar de las FAN, “Siendo esta institución esencialmente profesional, sin militancia política alguna, subordinada a la autoridad civil”. El artículo 40 de la LOFAN define que, “El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela tiene el grado militar de Comandante en Jefe, y es la máxima autoridad jerárquica de la Fuerza Armada Nacional. Ejerce el mando supremo de ésta, de acuerdo con lo previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demás leyes de la República, mediante decretos, resoluciones, reglamentos, directivas, órdenes e instrucciones. Dirige el desarrollo general de las operaciones, define y activa el área de conflicto, los teatros de operaciones y zonas integrales de defensa, así como los espacios para maniobras y demostraciones, designando sus respectivos comandantes y fijándoles la jurisdicción territorial correspondiente, según la naturaleza del caso. Tiene bajo su mando y dirección la comandancia en jefe, integrada por un estado mayor y las unidades que designe. Las insignias de grado y el estandarte del Comandante en Jefe serán establecidas en el reglamento respectivo”. De esta Comandancia en Jefe, depende la Guardia de Honor (art. 43). De manera que no tenemos un Jefe de Estado civil sino un Comandante que es Presidente, pero es la misma persona. El artículo 15 de la LOFAN se refiere a la misma persona pero en dos roles. Al hablar de la “línea de mando operacional”, alude al Comandante en Jefe; cuando habla de la “línea de mando administrativa”, apunta al Presidente de la República. No obstante, los dos son la misma persona, pero que se desdoblan en roles distintos: uno militar y otro civil ¿Dónde comienza uno y termina el otro? Por si esto fuera poco, se pretende modificar la LOFAN –con menos de un año de antigüedad- para, entre otras cosas, centralizar las compras militares en el Ministerio de la Defensa –una iniciativa que puede considerarse saludable- pero –aquí está lo censurable- las compras requieren de la autorización previa de la Comandancia en Jefe. También, se estudia cambiar la adscripción jerárquica de la Inspectoría General

Fuerzas Armadas Nacionales, de acuerdo con lo dispuesto en la atribución 3ª del artículo 190 de la Constitución”. En cambio, el artículo 40 de la Lofan de 2005 sí establece que es un grado, “El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela tiene el grado militar de Comandante en Jefe, y es la máxima autoridad jerárquica de la Fuerza Armada Nacional”. Y finaliza con “Las insignias de grado y el estandarte del Comandante en Jefe serán establecidas en el reglamento respectivo”. De una atribución, que ahora es un grado militar

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de la Fuerza Armada para que dependa de Miraflores, y no del Ministerio de la Defensa como es en la actualidad. En síntesis, una primera observación es que el aparato militar crece aunque con un foco de control centrado en la Presidencia de la República. Se crea un aparato militar paralelo y el Ministerio de la Defensa se bosqueja como una instancia netamente administrativa, pero desprovista de capacidades operacionales y regulada por diferentes centros de gravitación de la capacidad militar como la reserva, la Comandancia en Jefe, y el Comando Operacional. Es una centralización pero que se sustenta en el “divide y reinarás”, dentro de una ideología de la sociedad amenazada por el “imperio” por tener energía. Esto es lo que justifica la movilización nacional. Es el discurso del miedo ante la amenaza de la invasión del “imperio”, para justificar un control de la sociedad. Lo que podría llamarse el síndrome Playa Girón. A esto se suma la supra-constitucionalidad de la concepción de seguridad de la nación, que se perfecciona en el proyecto de Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación que adelanta la AN. En su exposición de motivos para justificar el cambio, se dice entre otras cosas lo siguiente, “La propuesta de Reforma Parcial está dirigida en primer lugar a mejorar y fortalecer el Título Primero, trasladando la definición de Orden Interno, que se encontraba en el Titulo II, en el entendido de que su ubicación y redacción propuesta, permita fortalecer la claridad, precisión y exactitud de la conceptualización de la Seguridad de la Nación y la Defensa Integral, que en este caso pasa a ser ampliada con el fin de incluir como su objeto el preservar y salvaguardar el Orden interno y la Seguridad de la Nación. Igualmente, se mejora la redacción del artículo contentivo de los órganos de Seguridad Ciudadana, indicando que la orientación de su accionar no solo garantiza el Orden Público, sino que coadyuva en la preservación o restitución del Orden Interno. En segundo lugar, para contribuir con la claridad y precisión constitucional, cuando la Carta Magna nos plantea un sistema de Defensa Integral de la Nación se hace conveniente la creación de un articulado donde se designe una Jefatura Nacional para la Defensa Integral de la Nación, quedando a cargo del Presidente de la República, el cual podrá dividir el territorio nacional en Regiones, Distritos y áreas estratégicas para la Defensa Integral, articulando y coordinado sistemas,

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medidas y acciones de defensa en los distintos ámbitos (político, económico, social, ambiental, cultural, geográfico y militar)”. Demasiado poder para una sola persona, y no se establecen mecanismos de control ni de rendición de cuentas. El gasto militar ¿Aumento constante? Finalmente, hay que añadir el gasto militar. Aunque si se compara con los últimos 10 años de Punto Fijo (1988-1998), en el cual el promedio del gasto militar en valores constantes fue de 1.574 millones de dólares por año, representando un 1,51% del PIB; en los casi ocho años de la llamada “V República” el promedio en valores constantes es de 1.477 millones de dólares por año (sin incluir el gasto militar derivado de la Ley Paraguas, que para el año de 2005 fue de US$ 571 millones y para 2006 está previsto que sea de US$ 300 millones), representando para el año 2006 un 1,6% del PIB. Sin embargo, la tasa de crecimiento en los últimos tres años de Punto Fijo y los últimos tres años de la llamada “V República” difieren. En los tres años finales de Punto Fijo (96-98), el gasto militar creció de aproximadamente US$ 895 millones a US$ 1.251 millones, lo que sugiere un incremento absoluto del 40 por ciento, con una variación interanual del 19 por ciento en los años mencionados. En los últimos tres años de la llamada “V República” (0406), el gasto militar pasó de aproximadamente 1.100 millones de dólares a 2.000 millones de dólares, con un crecimiento absoluto del 82% y una variación interanual del 35 por ciento en los años citados. Esto, sin incluir los créditos adicionales fuera del presupuesto ordinario del Ministerio de la Defensa, que para el año 2005 totalizaron aproximadamente 1.1 billones de bolívares5. Indudablemente, como 5

Otra observación realizada durante el día de la exposición señaló que, “En el puntofijismo la tendencia era la eliminación de las Fuerzas Armadas y por eso el recorte presupuestario ¿Por qué no habla del presupuesto en educación y su incremento?”. Como se reveló en el texto, los gastos de Punto Fijo en el lapso 88-98 fueron constantes, con un crecimiento más discreto que en los años de la llamada “V República”. El gobierno se arma y aumenta el gasto militar de manera constante. Esa es la realidad. A finales de mayo de 2006, se aprobó un crédito adicional para el Ministerio de la Defensa de 150 mil millones de bolívares. Igualmente, el Jefe del Estado habló de la posibilidad de comprar aviones rusos Sukhoi. Acerca del gasto en educación, aunque el Indice Gini sugiere una mejora hacia la igualdad en Venezuela, el nivel alcanzado no llega a lo logrado en 1990, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. En 1990, el Gini fue de 0,47; en 1997: de 0,51; en 2001/2002: fue de 0,50. Vid. CEPAL (2003). El rezago de Venezuela en materia social es alto en muchas áreas como lo sugiere el informe presentado recientemente por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Luis Machinea (2005), titulado The Millenium Development Goals: A Latin America and Caribbean Perspective. El gobierno arrancó en 1999. El argumento de los “40 años” ya no parece tener peso, por lo que las explicaciones hay que buscarlas en las políticas públicas del Ejecutivo, porque el gasto social como parte del PIB aumentó del 8% en 1990-91 a 11,3% en 2000-01 (CEPAL, 2004). Un punto interesante –que escapa a los alcances de este trabajo- es que en Venezuela se ha generado una suerte de culpa moral por la pobreza, y se olvidan los esfuerzos hechos en el pasado. La pobreza como culpa para generar una razón política. Sin embargo, no todo fue descuido en el pasado. El tema fue importante en otras épocas, de acuerdo a Cartaya y D’Elías (1991: 12, en Pobreza en Venezuela: realidades y políticas. Caracas: Cesap-Cisor), “Formulado como parte de ‘El Gran Viraje’, el plan para el enfrentamiento de la pobreza constituye un impresionante esfuerzo organizativo y financiero, cuya finalidad es identificar más claramente y dar un tratamiento especial a las acciones dirigidas específicamente a la población pobre. Sus principales logros son las innovaciones institucionales que han

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afirma el Presidente Chávez, estamos ante “Una revolución armada” y, podría agregarse, que se arma ¿Para qué? No se sabe, porque tampoco se ha presentado el Libro Blanco de la defensa. Lo único de lo que se habla es del “imperio” y de los “lacayos internos”, que ya cansa por lo monótono y falaz de la repetición. El análisis de la LOFAN de 2005 Desde el punto de vista morfológico, la LOFAN consta de 96 artículos y dos títulos. Para hacer más corto el análisis de la ley, se empleará la taxonomía sugerida por Pion-Berlin (2005) para examinar los textos de defensa. La taxonomía consta de los siguientes elementos: a.-Objetivos nacionales b.-Amenazas c.-Estrategia. Dentro de ésta: c.1.-Prioridades de la estrategia c.2.-Organización, despliegue, y apresto c.3.-Entrenamiento c.4.-Doctrina c.5.-Educación En la LOFAN, podemos ver la taxonomía sugerida por Pion-Berlin de la siguiente manera: a.-Objetivos nacionales: estos se desprenden del análisis de los artículos 1 al 6 de la LOFAN. El objetivo nacional básico es la independencia y la soberanía nacional dentro de una concepción que se denomina “humanista”, y tiene dos objetivos en segundo orden: la participación “activa” en el desarrollo nacional y la integración latinoamericana y caribeña. Los objetivos foráneos se orientan a promover la integración latinoamericana y caribeña, y se conciben como alianzas. No se ve a las FF.AA actuando solas, sino en

comenzado a producirse alrededor de él, el intento de asignar de una manera más racional y transparente los recursos del área social y la magnitud de los recursos transferidos directamente a la población. La alta visibilidad que su discusión pública ha otorgado a las condiciones de pobreza han contribuido a elevar la prioridad de la política social, que permaneció sumergida durante mucho tiempo” (subrayados nuestros) El IDH pasó de 0,716 en 1975 a 0,766 en 1995 (PNUD, 2003) ¿Qué le pasa a la memoria y conciencia nacional que olvida intencionalmente el pasado? Finalmente, el Informe Anual de Provea de 2005 se afirma, entre otras cosas (p. 12), “Salvato y García coinciden en identificar esta tendencia al evaluar el comportamiento del gasto social real per cápita ubicando, ‘un aumento del 47,9% entre 2001-2004 que, sin embargo, no logra superar los niveles alcanzados en la década de los setenta”

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alianzas con otros países6 (num. 5 art. 3, num. 4 art. 4, y art. 5) e, incluso, la Guardia de Honor puede proteger a personas no familiares del Presidente, en el exterior de Venezuela (num. 2 art. 45). En lo interno, las FF.AA se construyen como participantes activas en el desarrollo nacional, coadyuvantes para mantener y restituir el orden interno, y ser la línea de defensa ante la eventual “invasión”. En síntesis, el objetivo nacional es mantener y aumentar el poder nacional, y el empleo de la fuerza militar se relaciona con este objetivo. Este poder se concibe tanto en lo interno (el desarrollo nacional) como externo (la integración latinoamericana y caribeña). b.-Amenazas: la LOFAN no habla de amenazas de forma clara, aunque los numerales 1 y 2 del artículo 3, sugieren las amenazas percibidas por los diseñadores de la norma. La principal amenaza es que los llamados “espacios vitales” y “puntos estratégicos” sean tomados por “invasores”. En otras palabras, la amenaza percibida es la “Ocupación del país por fuerzas militares invasoras”. c.-Estrategia: en líneas generales, la estrategia general es la resistencia ante el “potencial invasor” sea interno (art. 11, “agresión interna”) o externo, que se denomina “defensa integral de la nación”. Es una estrategia mayormente de tipo defensiva, que incluye componentes ofensivos (asegurar “espacios vitales” y participar en “acciones combinadas de defensa” con otras fuerzas de la región). c.1.-Prioridades de la estrategia: la defensa integral de la nación parece descansar en dos niveles militares que se complementan. El primero, por la llamada “Fuerza Armada Nacional Activa”, la que tiene una orientación más ofensiva que defensiva (arts. 17-28), “Asegurar el dominio” (art. 16), lo que sugiere que su tarea principal es proteger ex-ante las áreas vitales o destruirlas si no es posible. Esta es la primera línea de defensa, complementada por la Reserva Nacional, que dota de reemplazos a las unidades de la FAN activa (art. 29).

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Como afirmó el Ministro de la Defensa, Almirante Orlando Maniglia, a propósito de la cooperación militar de Venezuela hacia Bolivia, la creación de una “fuerza armada latinoamericana”. El objetivo se concreta en la realidad

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Un segundo nivel, de carácter defensivo, es proporcionado por la Guardia Territorial, que “Tiene como misión la preparación y mantenimiento del pueblo organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier agresión interna y/o externa” (art. 31). En este nivel también participan las reservas, “Conducir las operaciones

de

resistencia,

usando

el

concepto

del

campo

de

batalla

descentralizado” (num. 3 art. 35). c.2.-Organización, despliegue, y apresto: este punto alude a cómo se organiza el aparato militar. En el caso de la LOFAN, hallamos también dos niveles de organización, que se complementan. Un primer nivel es geográfico, que se materializa en las zonas militares (art. 36), que son áreas geográficas homogéneas y flexibles (art. 37), cuyo fin es proveer el potencial humano y material para la defensa y resistencia militar. De acuerdo al Ministerio de la Defensa, se proponen siete zonas militares. El jefe de la zona militar es designado por el Presidente de la República (art. 38). La zona militar es la organización más amplia del poder militar en una zona geográfica, aunque no asume las tareas operacionales. Se asemeja más a una suerte de “estado mayor geográfico” que coordina a las unidades operacionales (art. 39). Es una unidad desconcentrada. Se encuentra también una unidad geográfica-operacional que son las llamadas Regiones Operativas de Defensa Integral, “Los Comandos de Regiones Operativas de Defensa Integral son organizaciones militares acantonadas en una localidad y sus alrededores, conforme a los límites que establezca el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional” (art. 68). La diferencia con la zona militar es que la primera parece ser administrativa, y la segunda planificadora-operacional. De acuerdo al Ministerio de la Defensa, se proponen 24 regiones operativas. Todas estas regiones se concentran en las llamadas Zonas de Defensa Integral, “Se establecen las Regiones Estratégicas de Defensa Integral con un Jefe y su Estado Mayor, las Regiones Operativas de Defensa Integral con su Comando y Estado Mayor, y las Áreas de Defensa Integral con su Comando y plana mayor. Lo conducente a su organización y funcionamiento se establecerá en el reglamento

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respectivo” (art. 96). La unidad geográfica más pequeña son las áreas de defensa integral las que, de acuerdo al Ministerio de la Defensa, se proponen 335 áreas. Un segundo nivel es organizativo, a cuya cabeza está el Presidente de la República o Comandante en Jefe, dependiendo de cuál rol ejerza (art. 40), y ejerce “el mando supremo” de las FAN. Este segundo nivel, a su vez, se divide en uno operacional y en otro administrativo. Es importante destacar que el Jefe del Estado tiene mecanismos de control para influir en la FAN activa, como la reincorporación de personal militar retirado o prorrogar el tiempo de servicio de los profesionales (art. 41), así como la designación del Alto mando Militar (art. 42), el cual concentra el mando operacional y administrativo de las FAN en su persona. La Comandancia en Jefe es la instancia en que descansa el empleo, la administración, y las conducciones de las operaciones de las FAN (art. 15). Para usar la expresión de Karl Deustch, es el nervio del gobierno en lo militar. Lo novedoso es que las líneas operaciones y administrativas se desdoblan. La primera, es ejercida por el Comandante en Jefe, “O a través de un militar activo expresamente designado por el Jefe del Estado” (art. 15). El “o a través de” es condicional: se espera que sea el Comandante en Jefe que lo haga siempre pero, si no es posible (por ejemplo, hipótesis de la “invasión” que rompa las líneas de comunicaciones o de un golpe tipo 11 de abril de 2002), lo hace a través de un “militar activo”, del que no se especifica grado o nivel. Es decir, puede ser un subteniente el designado en un momento determinado para ejercer el mando operacional de las FAN7, como alter del Comandante en Jefe, o tal vez su edecán, o alguno de los integrantes del Estado Mayor de la Comandancia en Jefe. La lógica del diseño militar de la llamada “V República” es permitir la capacidad de respuesta en caso que algún elemento de la organización castrense falle, por lo que el diseño parece ser el de proyectar a una organización en guerra o en inminente 7

Otro comentario durante la exposición fue, “La Fuerza Armada Nacional es una institución piramidal en toda su estructura, en tal sentido resulta poco probable sino imposible que un subteniente (oficial de baja graduación) llegue a tomar el control de la Fuerza Armada. Por lo tanto, su comentario no deja de ser absurdo y grotesco”. Ciertamente, las posibilidades de que sea un subteniente son bajas, pero no imposibles. El artículo habla solamente –es taxativo- de un “militar activo” y, en la hipótesis de la “guerra asimétrica” que maneja el gobierno, esta posibilidad no es descabellada ¿Cómo quedaría la pirámide militar si es inutilizada en la cúspide? ¿Quién va a dirigir la “resistencia”? Tal vez, un oficial subalterno. Por ejemplo, un sub-teniente en algún momento

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estado de conflicto. Tal vez esto explique el crecimiento organizacional de las FAN, de manera que si algún componente falla, el otro funciona. Algunas unidades dependen directamente del Presidente, como la reserva y la Guardia Territorial (art. 13) y otras dependen del Ministro de la Defensa, como los componentes militares (art. 12), aunque todos los militares activos y la reserva “en movilización” están subordinados al Presidente (art. 7). Indudablemente, el diseño piensa en una hipotética invasión en la que, por ejemplo, Miraflores sea tomada por “fuerzas invasoras”, pero el Comandante en Jefe pueda ejercer las operaciones desde cualquier parte, mediante muchas líneas de mando, sea a través de la reserva, la Guardia Territorial, la Guardia Presidencial, el Comando Operacional, las zonas militares, etc. Es la idea del “campo de batalla descentralizado”, que no requiere formalidad sino movilidad. Se centraliza hacia arriba, se desconcentra hacia abajo, es el principio de organización previsto en la LOFAN. También este despliegue de instancias tiene, hacia lo interno, un fin disuasivo. El golpe de Estado del 11 de abril de 2002 no pasó en vano: el gobierno aprendió a no confiar de los mandos militares, por lo que los desconcentra, de manera de tener poder de fuego disperso en esta desconcentración. El mensaje es que, quien quiera alzarse, que lo haga, pero dada la desconcentración militar, tendrá que enfrentarse a la reserva y a la Guardia Territorial. Como sabemos, los militares venezolanos no son muy dados a enfrentarse entre ellos, y esto es usado en el diseño de la LOFAN como un mecanismo de check and balance: el control de la fuerza para disuadir a potenciales insurgentes bajo la amenaza de enfrentar a fuerzas militares con fuerzas militares. Con esto se busca disuadir a posibles militares que puedan insurgir o no acatar las órdenes emanadas de la Comandancia en Jefe. Es la versión criolla del “balance del terror” de la Guerra Fría8. En cuanto al nivel operacional, junto a las instancias ya comentadas, se creó la figura del Comando Estratégico Operacional, “Bajo el mando del Comandante en Jefe, como órgano integrante de la Junta Superior de la Fuerza Armada Nacional, se 8

Otro planteamiento realizado el día de la exposición, es que es justificable la concentración militar, “Luego de los sucesos de la Plaza Altamira hasta dónde es criticable que se ejerzan mayores controles sobre el personal militar con la finalidad de mantener el poder y estabilidad”. Es criticable en tanto “el poder y la estabilidad” se mantiene dentro de las FAN por la amenaza al uso de la violencia intra-componentes. Si hay seguridad en el liderazgo militar, no hay necesidad de este mecanismo de “balance del terror”. Sólo la persuasión y la autoridad del cargo serían suficiente. Lo que este mecanismo de control revela es una desconfianza permanente hacia las FAN, y el temor a que “se alcen”

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crea el Comando Estratégico Operacional, que es el máximo órgano de programación, planificación, dirección, ejecución y control estratégico operacional conjunto de la Fuerza Armada Nacional, con jurisdicción en todo el espacio geográfico de la Nación y en las áreas continentales, acuáticas y espaciales de acuerdo con los tratados suscritos y ratificados por la República” (art. 60). El CEO es la instancia para las operaciones combinadas de las FAN (art. 65), más allá de la planificación que se atribuía al CUFAN (art. 57 LOFAN de 1995) que pueden llegar a operaciones fuera del país (num. 1 art. 66), y la atribución del Comandante del CEO es, “Asesorar al Comandante en Jefe sobre el empleo operacional de la Fuerza Armada Nacional” (num. 1 art. 63). Es, pues, un Estado Mayor pero de la Comandancia en Jefe en materia de operaciones, pero que tiene cuatro jefes estratégicos por fuerza: uno del ejército, otro de la armada, uno de la aviación, y uno de la guardia nacional, de manera de poder influir en la “FAN activa”. Acerca del nivel administrativo, es ejercido por el Ministerio de la Defensa, “El máximo órgano administrativo en materia de defensa militar de la Nación” (art. 47). El Ministerio de la Defensa se dibuja como un órgano netamente administrativo separado de lo operacional que se halla en la Comandancia en Jefe. Sin embargo, el ministerio todavía tiene atribuciones para hacer contrapeso a la concentración operacional en Miraflores. No sólo a través de la dependencia de los componentes hacia esta cartera (art. 12), sino a través de la Inspectoría General, la que “Es el máximo órgano militar de inspección, supervisión y control de las actividades del sector defensa, y depende directamente del Ministro de la Defensa. Su organización y funcionamiento se rige por lo establecido en el reglamento respectivo” (art. 48), aunque el artículo 49 la controla con las instrucciones del Presidente. c.3.-Entrenamiento ¿Cómo el entrenamiento ayuda a enfrentar las amenazas? La idea es educar en lo que se define como el pensamiento propio militar venezolano, que se centra en la llamada “guerra asimétrica”, de la que fueron pioneros los Libertadores, y en el entrenamiento conjunto y único para todos los componentes, de manera que los planes para cada escuela como el Plan Andrés Bello (AMV) o el Plan José María Vargas (ENV), se han unificado en un solo plan de estudios. Igualmente,

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comenzó un Curso de Comando y Estado Mayor Conjunto con un nuevo pénsum de estudios, y el CEMA se llama ahora a Escuela Superior de Guerra Conjunta. El día 10-1-06, cuando se inició el nuevo curso de Comando y Estado Mayor Conjunto, en el video elaborado por el Ministerio de la Defensa y transmitido ese día, se dijo entre otras cosas, que “Además de capacitar para un efectivo y eficiente desempeño laboral, en los niveles estratégico militar y estratégico operacional conjunto contribuye al logro del objetivo número nueve, del Nuevo Mapa Estratégico de la Nación que expresa: ‘profundizar y acelerar la conformación de la nueva estrategia militar nacional’. A tal efecto, el pénsum de estudios considera entre otras unidades curriculares, polemología, geopolítica venezolana y estrategia aplicada, generación del pensamiento estratégico, conflictos no convencionales tales como guerra asimétrica, guerra de IV generación y guerra de resistencia, estudio del poder, seguridad y defensa integral de la nación. Pensamiento militar venezolano: operaciones de mantenimiento de orden interno, operaciones de mantenimiento de paz y de relaciones cívico-militar”. Igualmente, la política militar enfatiza la generación de tecnologías propias, aplicadas al campo militar, al tener como eje la flexibilidad y movilización de los equipos, por lo que el conocimiento en este campo es una atribución de las FAN, “Promover y realizar actividades de investigación y desarrollo, que contribuyan al progreso científico y tecnológico de la Nación, así como las necesarias para el ejercicio pleno de sus funciones” (num. 9 art. 3). Más adelante, se agrega que, “Las negociaciones y contrataciones para la adquisición, adopción, fabricación, ensamblaje, incorporación de valor agregado nacional y mantenimiento en todos sus niveles del material de guerra para la dotación de la Fuerza Armada Nacional, son de interés estratégico para la seguridad de la Nación. En consecuencia, el Estado dará preferencia a la producción nacional y de ser necesaria su importación, se realizará de conformidad con los convenios y acuerdos a la doctrina militar, a las políticas y estrategias de seguridad y defensa que se establezcan en el concepto estratégico nacional, así como a las directivas vigentes emanadas del Consejo de Defensa de la Nación, y de las leyes y reglamentos” (art. 89).

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c.4.-Doctrina ¿Qué orienta el empleo de las FAN? Esta tarea la cumple la Junta Superior de la Fuerza Armada (art. 56 y art. 59), la que “Estudia, analiza y recomienda en todos los asuntos de la Fuerza Armada Nacional, relacionados con su funcionamiento, desarrollo y empleo en tiempo de paz o en estados de excepción” (art. 58), y es presidida por el Ministro de la Defensa (art. 57 y art. 59). c.5.-Educación: sobre la educación militar, sólo se dice que, “La educación e instrucción militar es la función cardinal para garantizar la eficacia y la eficiencia de la Fuerza Armada Nacional. Ella se realiza dentro de los parámetros fijados por la Ley Orgánica de Educación y su Reglamento y la ley con competencia en materia de educación superior, para, facilitar los procesos de equivalencias con el sistema educativo nacional” (art. 70). Igualmente, se habla que es atribución de los componentes la difusión del “Pensamiento militar venezolano”. ¿Qué es lo novedoso en la LOFAN de 2005? De todo lo dicho ¿Qué puede concluirse? Podría afirmarse que la LOFAN de 2005 es un instrumento netamente principista, cuya motivación para promulgarlo fue bosquejar el nuevo pensamiento militar venezolano que descansa en la “guerra asimétrica y de cuarta generación” y en la “resistencia”, y en definir la nueva estructura de mando militar que se concentra en la Comandancia en Jefe. Esto se dice porque, si se compara con la LOFAN de 1995, la nueva ley no desarrolla otros conceptos, más allá de estos dos grandes contenidos aquí analizados. Todo lo remite al desarrollo de normas particulares que se contabilizan en tres leyes y 10 reglamentos a ser desarrollados. La LOFAN de 1995 tuvo más desarrollo de los principios, revelado en sus dos títulos y 434 artículos. Si se analizan las ventajas de la nueva LOFAN que están en la presentación realizada el día 6-10-05 por el Ministro de la Defensa, Almirante Orlando Maniglia, que se afirman son 13 ventajas, y se comparan con la LOFAN de 1995, muchas de las anunciadas ventajas ya estaban en el texto de 1995. Veamos un ejemplo. En la presentación del Almirante Maniglia se dice que la ventaja Nº 13 de la nueva LOFAN es, “Se incorpora a la LOFAN los principios de Derecho Internacional Humanitario (art. 79)” ¿Y qué dice este “novedoso” artículo? “El personal de la Fuerza Armada Nacional debe cumplir estrictamente con todos los principios del Derecho

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Internacional Humanitario, que hayan sido debidamente suscritos y ratificados por la República” ¿Pero qué es lo nuevo o ventajoso, si ya esta disposición estaba en la LOFAN de 1995, y no con un artículo sino con dos? Veamos. El artículo 363 de la LOFAN de 1995, estableció que, “El personal de las Fuerzas Armadas Nacionales deberá conocer y cumplir estrictamente todos los principios y reglas instituidos en Convenciones y Conferencias sobre Derecho Internacional de Guerra que hayan sido ratificados por la República” ¿Cuál es lo nuevo, entonces, de la LOFAN de 2005? Incluso, se podría decir que la LOFAN de 1995 fue más precisa en este tema: habla de conocer y cumplir. La LOFAN de 2005, sólo de cumplir, pero si no se conocen las normas relativas a la guerra ¿Se podrá cumplir algo que no se conoce?9. ¿Qué es lo verdaderamente novedoso en la LOFAN de 2005? La ley parece haber sido hecha para dotar al Jefe del Estado de una capacidad directa para el manejo militar, a través de la reserva y la Guardia Territorial, y las tareas de “resistencia” son dirigidas exclusivamente por el Presidente, con la asesoría de militares. Pero es una actividad privativa del Comandante en Jefe. En otras palabras, la LOFAN se pudo elaborar para dar esta capacidad de maniobra operacional a un gobierno que se siente amenazado o, para usar la expresión de Mussolini, que vive peligrosamente. Sencillamente, se hizo esta nueva ley para darle al Presidente todo el poder militar, por más nada. Esto, de nuevo, es visible si se compara con la LOFAN de 1995. En el derogado instrumento legal, por supuesto que el Presidente ejercía el mando de las FAN (art. 54 de la LOFAN de 1995, dentro del num. 3 art. 190 de la Constitución de 1961), pero lo hacía por intermedio del Ministro de la Defensa, “(…)El Presidente de la República dará sus órdenes a las Fuerzas Armadas Nacionales por órgano del Ministro de la Defensa” (art. 53 de la LOFAN de 1995, junto a los arts. 62 y 63 de esa norma). Hoy esto se ha eliminado, y esta sana disposición para promover la rectoría civil sobre lo militar, se ha derogado para crear

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Un comentario hecho el día de la conferencia fue, “En la LOFAN de 1995 los pilares fundamentales de las Fuerzas Armadas Nacionales eran: obediencia, subordinación y disciplina. En la nueva ley el otro pilar es el ‘respeto a los derechos humanos’. He allí la diferencia con la nueva ley, se le asigna la categoría de ‘pilar fundamental”. Ciertamente, este nuevo “pilar” se halla en el artículo 6 de la nueva Lofan y es menester reconocerlo como logro para promover el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, este principio se contradice con el discurso bélico y de guerra que tiene el gobierno ¿Derechos humanos en un ambiente de discurso de guerra? Luce contradictorio. Adicionalmente, aunque hay un esfuerzo en crear departamentos y áreas de DD.HH en las FAN, hay que evaluar la aceptación de este pilar y no sea letra muerta. De acuerdo a Provea (2005), las víctimas de torturas o tratos crueles aumentaron de 5 en 2002 a 12 en 2005, “Las FAN, específicamente el Ejército, fue denunciado como el organismo con más víctimas” (p. 446)

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un mando directo, en la Comandancia en Jefe, creada sólo para concentrar poder. En este caso, el poder militar, mediante nuevas instancias operacionales como la reserva, la Guardia territorial, el CEO, y unas confusas zonas geográficas de defensa. Fuera de esto, no parecen encontrarse mayores innovaciones en la LOFAN, más allá de aumentar la preponderancia, poder, y darle estatus legal a la doctrina del Nuevo Ideal Nacional del perezjimenismo, que ahora se denomina el Poder Militar como nueva ideología militar, que hace posible la simbiosis entre una ideología socialista que puede ser refractaria a los militares pero que se camufla en nociones como poder, desarrollo, y nacionalismo, que sí son aceptadas por el pensamiento militar venezolano. En construir una ideología político-militar centrada en el desarrollismo y el poder nacional, como palancas para salvar al mundo del capitalismo. En fin, de lo que se trata es de promover un humanismo, pero belicoso, dominador, y armado. Venezuela despertó del sueño colonialista que la tuvo dormida durante tantos años: se regresa a lo originario, en tiempo presente, para “Reconstruir el proyecto bolivariano”, por lo que hay un llamado moral para justificar y seguir ese proyecto. Es el llamado de los Libertadores, que lo dejaron como herencia. Aquí entra el determinismo de la historia: es la naturaleza venzolana ser libertadores y guerreros, los llamados a libertar al mundo. No es un pueblo para la cosas mundanas como la economía, la industria, la producción, sino para las grandes obras, los grandes gestos, los grandes sacrificios. Venezuela es Esparta, no Grecia. Venezuela es un país precursor y de precursores. Como se dijo, Miranda es el hombre perfecto para esta nueva etapa del relato del gobierno. Se le reconoce como el “primer criollo universal”, y ya eso da pie para que el gobierno construya el relato de la soberanía, la auto-determinación, y la amenaza del “imperio”, que permite la simbiosis civilmilitar o, mejor dicho, político-militar. Las debilidades de la LOFAN No obstante todo este poder concentrado, la LOFAN tiene tres grandes debilidades. La primera de ellas son los criterios geográficos de las zonas de defensa. Básicamente, no están claros y se superponen unos con otros, y son instancias que

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crean más burocracia e, indudablemente, cuando llegue el momento del combate, crearán más confusión que operatividad, ya que las órdenes chocarán unas con otras al igual que los roles militares, porque no están claros y se superponen unos con otros. Aunque cada área geográfica tiene su contraparte operacional, se observan confusiones en el diseño, por lo complejo. Por ejemplo ¿Cuál es la diferencia entre las zonas militares y los comandos de regiones estratégicas de defensa integral? ¿Cómo todas estas instancias se armonizan dentro del macro-concepto Zonas de Defensa Integral? Lo segundo es la línea de mando. El diseño de Punto Fijo era más armonioso, ya que el Ministerio de la Defensa era el vehículo de gobierno militar. En la LOFAN de 2005, se han creado tres niveles de mando dependientes de la Comandancia en Jefe, cada uno con sus funciones aunque se solapan. Es natural en un gobierno que opera por la desconfianza y sospecha de todo y de todos. Lo militar no iba a ser la excepción: si falla el ministerio, está el CEO y la reserva, si es la reserva la que falla, está el CEO y el ministerio. El propósito es que siempre exista un reemplazo en la conducción de lo militar, dado que se presume que algunas instancias puedan fallar, y esa es la lógica que impulsa la idea del “campo de batalla descentralizado”. Al igual que en las zonas geográficas, las instancias de mando militar se superponen, aunque la nitidez en las funciones de cada una es mayor si se compara con las áreas geográficas. Sin embargo, hay una suerte de check and balance entre el ministerio, la reserva, y el CEO que, dependiendo de cómo se armonicen, hará más fluida o hará más complicada la gestión militar, ya que habrán instancias que competirán entre sí para lograr el favor de la Comandancia en Jefe, la que también competirá con esta tríada por ser una instancia militar más, la de mayor peso, aunque está constituida por militares retirados –comenzando por el Presidente de la República- que se han reincorporado a las FAN, desde el Jefe del Estado que de Teniente Coronel pasa a ser ahora, en virtud de la LOFAN, Comandante en Jefe, y los oficiales reincorporados del Estado Mayor de esta nueva instancia de mando militar. De manera que, llegado el momento de la acción, estas instancias pueden superponerse y emitir órdenes confusas ¿A quiénes obedecerán las FAN activas en una situación de guerra, si cada instancia está dispersa en el teatro de operaciones? Si

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la desconcentración hacia abajo es la norma ¿Cómo coordinar las operaciones, una vez que se neutralice a la cabeza? Lo que va a quedar es un grupo de luchadores, que se estima harán imposible la gobernabilidad política. La lógica de todo esto es si no puedo destruir al “invasor”, los agoto con la ingobernabilidad social. Igualmente, aunque no lo parezca, crear tres instancias aumenta los incentivos para las alianzas y la competencia entre ellas. De acuerdo a la teoría de los juegos, pueden surgir alianzas entre algunas de estas instancias en contra de otra. Por ejemplo, el CEO y el ministerio en contra de la reserva, o los tres para hacer contrapeso a la Comandancia en Jefe10, o que la competencia sea entre militares activos y militares “reencauchados”11, aunque ostenten altos grados. De aquí la maximización del “control subjetivo” que hace el gobierno sobre las FAN, de manera de crear identidad entre todos los militares. Lo cierto es que buscando la autonomía militar, parece que se ha creado un aparato castrense más burocrático, con más instancias y, como resultado, más costoso para la sociedad. El tiempo dirá si será más eficiente y competente en el cumplimiento de sus misiones. De la misma forma, aunque también no sea creíble, la concentración de poder en Miraflores hace que sea más débil. Es un gigante con pies de barro. Al crear una Comandancia en Jefe, hace más saliente la estructura de mando y si la hipótesis de guerra que maneja el gobierno es una acción de guerra preventiva por parte del gobierno norteamericano, ésta buscará colapsar al nervio militar que es Miraflores. Como sugiere Hooker (2005), “(…)En las guerras del futuro, Estados Unidos y sus aliados Occidentales tendrán que adelantar campañas cortas y precisas, con una tecnología superior y mayor capacidad de poder de fuego, desplegadas desde sitios distantes, en la espera de lograr un resultado militar rápido y con mínimas bajas. En contraste con las estrategias de la era industrial basadas en el debilitamiento 10

Dos semanas después de realizada la conferencia (finales de mayo de 2006), esta hipótesis se verificó en las diferencias surgidas entre el Ministerio de la Defensa y la Comandancia en Jefe, en las personas del Almirante Maniglia y el General Müller Rojas, sobre qué política seguir con los F-16. El segundo, habló de venderlos a Irán y comprar aviones Sukhoi. El primero, dijo que Müller habló a título personal, aunque el Jefe del Estado se inclinó hacia Müller: en Aló Presidente Nº 257 del día 4-6-06, anunció que en Caracas volarán aviones rusos Sukhoi 11 Un comentario realizado indicó que, “El término por usted usado de ‘militares reencauchados’ es irrespetuoso ya que la condición de militar y el grado no se pierden con el retiro”. Ciertamente, lo que se pierde es la actividad no el ser militar y el grado. La expresión “reencauchados” fue usada a inicios del modelo democrático de 1958 cuando se incorporaron a militares que habían sido retirados en la década militar (1948-1958). Por cierto, este término fue acuñado por los propios militares, como una manera de criticar a lo que consideraron fueron reincorporaciones de profesionales militares por razones políticas. En ningún momento existió la intención de irrespetar a una noble profesión como la carrera de las armas

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progresivo del oponente, en las guerras del futuro se busca la destrucción de blancos discretos que lleven al colapso de los centros de decisiones y de los sistemas en general, antes que la destrucción de las fuerzas oponentes en el campo de batalla”. Si este escenario que maneja el gobierno y que uno espera sea sólo una ficción, se llegara a cumplir, el objetivo de la acción preventiva será neutralizar la capacidad decisoria de la Comandancia en Jefe mediante el uso de las llamadas standoff weapons, más que ataques directos en el campo de batalla. Esto seguramente es lo que llevó al diseño militar de tres niveles de la LOFAN, por si uno es neutralizado, funcionen los otros dos. No obstante, dada la superposición de tareas y cadenas de mando geográficas y operacionales, lo esperable es que, de ocurrir la neutralización de Miraflores, suceda una dispersión de fuerzas que descoordinadas no tengan capacidad de choque, y la defensa la asuman unidades dispersas de la Guardia Territorial, y la Comandancia en Jefe tenga control sobre parte de las fuerzas militares, junto a un grupo de militares leales, pero sin capacidad de coordinar las operaciones y de adelantar una campaña exitosa, y sólo les quede tomar el camino de la “resistencia”. Es el deseo que esto no ocurra y que sea sólo la imaginación que pueda alimentar una novela de Tom Clancy. Finalmente, la tercera debilidad es que no se dice nada del control civil sobre el sector militar. La Asamblea Nacional sólo se menciona en dos artículos (arts. 3 y 4). No es que la LOFAN de 1995 haya sido más generosa en este campo que la de 2005. Sin embargo, en su escasez civil, tuvo más sabiduría. Entre las funciones del Ministerio de la Defensa (art. 54), se incluyó un literal (el g), que estableció, “Ordenar la preparación de los asuntos que se requiera enviar a conocimiento del Congreso de la República”. Al menos, el parlamento de Punto Fijo conocía y se previó enviar asuntos militares para el conocimiento del legislativo, que es una instancia de contrapeso político. En cambio, el parlamento de la llamada “V República” parece sólo aprobar. Solamente el numeral 4 del artículo 3 otorga a la AN capacidad propia, el cual dice,“Participar en alianzas o coaliciones con las Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos y caribeños para los fines de la integración

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dentro de las condiciones que se establezcan en los tratados, convenios y acuerdos correspondientes, previa aprobación de la Asamblea Nacional”. El alejamiento de lo civil también se observa en el debilitamiento del Ministerio de la Defensa en la LOFAN de 2005. Indudablemente, el Ministerio de la Defensa fue uno de los perdedores con la nueva LOFAN. No sólo por su rol cada vez de mayor contenido administrativo, sino hasta también morfológico en la construcción de la ley. En la LOFAN de 1995, el ministerio era el puente entre lo militar y lo civil, y en esa norma se le dedicó toda una sección con 4 artículos. En la LOFAN de 2005, esto desaparece. El puente es una persona, el Comandante en Jefe, y el ministerio queda relegado a un segundo plano. De hecho, en la LOFAN de 2005, al ministerio se le dedica apenas un solo artículo (art. 47), que engloba la misión y funciones del ministerio, sin tratarlas por separado, y mucho menos se establecen sus atribuciones de forma desagregada como en la LOFAN de 1995 (con 19 atribuciones). Seguramente se dirá que las atribuciones del ministerio se hallan previstas en el Decreto 3.753 de fecha 31-8-05, por el cual se dictó la reforma parcial del Decreto sobre la Organización y Funcionamiento de la Administración Pública Central. Ciertamente, pero son también menores a la LOFAN de 1995, y la disposición acerca del parlamento no existe. La disminución del ministerio es tan evidente en la LOFAN de 2005 que, por ejemplo, un cuasi-componente como es la reserva, tiene un capítulo completo dedicado a ella con siete artículos, al igual que el CEO, pero con nueve artículos. Las dos instancias, suman el 18% del total de artículos de la LOFAN, frente al uno por ciento que se dedica al Ministerio de la Defensa. Hasta la Guardia de Honor, que es un cuerpo particular, se ubica en el Capítulo IV, De los Organos Superiores de Mando y Consultivos de la Fuerza Armada Nacional, y se le dedican 4 artículos, es decir, el 4% del total de los artículos de la LOFAN. En cambio, al Ministerio de la Defensa, como se dijo, se le dedica un solo artículo, y en la LOFAN de 1995, no se mencionó a la Guardia de Honor.

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Reflexión final ¿Cómo lograr el equilibrio civil en este nuevo diseño militar, que no lo contempla, sino que lo rechaza? A través de construir liderazgos y organizaciones políticas que compitan con esta nueva versión de la sociedad que se quiere legitimar en Venezuela, sin miedos y sin complejos. En algún momento, frente a esta distorsión histórica, habrá que invocar lo establecido en la Constitución de 1811, que dice así con respecto a lo militar, “Las Fuerzas Armadas, en todo caso, se mantendrán en una exacta subordinación a la autoridad civil y serán dirigidas por ella”. Referencias bibliográficas 1. Agüero, F. (1993). Las fuerzas armadas y el debilitamiento de la democracia en Venezuela. En: Varios. Venezuela: la democracia bajo presión. Caracas: Nueva Sociedad. 2. Arroyo Talavera, E. (1988). Elecciones y negociaciones: los límites de la democracia en Venezuela. Caracas: Conicit/Pomaire. 3. Asamblea Nacional Constituyente (1999, diciembre 20). Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas. 4. Asamblea Nacional (2005, septiembre 6). Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional. Caracas. 5. Asamblea Nacional (2006, febrero 18). Proyecto de Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación. Caracas: Comisión Permanente de Defensa y Seguridad. 6. Bigler, G. E. (1981). La restricción política y la profesionalización militar en Venezuela (traducido por el Coronel del Ejército Carlos Pérez García). Politeia, 10, 85-142. 7. Congreso de la República (1961, enero 23). Constitución de la República de Venezuela. Caracas. 8. Congreso de la República (1995, diciembre 9). Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales. Caracas. 9. Chávez, H. (2006, febrero 24). Juramentación de los ministros de industrias ligeras y comercio, de agricultura y tierras, del trabajo, para la economía popular, para alimentación y del despacho de la presidencia. Transcripción: MinCi.

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