La Comunidad de los locos

June 5, 2017 | Autor: Karla Rodriguez | Categoría: Psychology, Psicología, Locura, La Locura En México, Aprendizaje Situado
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Descripción

La Comunidad de los locos Karla Grissel Rodríguez Pérez Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido. Voltaire

Cuando se propuso este trabajo, nunca imaginé que encontraría la experiencia más fructífera y excitante. Todo comenzó cuando debíamos elegir a un psicólogo experto del área de nuestro de interés. Nos llegó de golpe la búsqueda de un escenario, a la mitad del curso todos los compañeros tratábamos de encontrar un lugar, fue como buscar un trabajo, y entonces adquirimos las habilidades más importantes de la práctica: la confianza en nosotros mismos, la confianza en nuestro trabajo, en lo que podemos ofrecer, en lo que ofrecen los psicólogos. ¿Por qué los psicólogos?, uso el plural pues cada compañero que buscaba una entrada al escenario no era visto como sujeto único, sino como representante de La Comunidad de Psicólogos, de un área de saber, pues no toda la gente se está preguntando “¿Desde qué teoría trabajas?”1, cada uno tiene su imaginario de lo que es un psicólogo, cada uno de ellos espera algo diferente; a veces los profesionales tampoco se preguntan eso; pero eso no es lo importante, lo realmente importante es dar cuenta de ser quien dices ser… y eso es lo que me demostré en el transcurso de mi estancia en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Alvarez. “Ser quien dices ser”, ¿Cómo lo demuestras? no hay más que con la práctica, los sujetos siempre estamos haciendo cosas, estamos en el actuar, la vida es un proceso de aprendizaje2 constante en donde identidad y motivación se generan en conjunto con una participación que va de periférica a legítima.

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Aunque debido a la misma legitimación de conocimiento la gente ya está comenzando a preguntarse cómo trabaja el psicólogo. 2 No me refiero al aprendizaje del conductismo, sino al aprendizaje situado de Lave y Wegner.

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Voy a comenzar contando la historia de cómo llegué ahí, cómo es que elegí el escenario de práctica, qué me llevo a buscar ese lugar. Posteriormente expondré la metodología utilizada para este trabajo, justificar y detallar cómo se levantan los datos dentro de la etnografía. Todo lo anterior para llegar al clímax: el análisis de resultados, resultados que serán precedidos de una contextualización histórica de la locura, pues como lo descubrirá el lector es imposible negar la herencia que nos ha dejado la historia de la medicina dentro de la práctica como psicólogos.

Hablando de locos Debía pensar seriamente a qué escenario ingresaría. Cerca de la escuela y hogar tenía muchas ofertas: un psicólogo clínico que trabajaba con mujeres violadas, una psicóloga industrial, educación especial en el Teletón, etc. Todos sumamente interesantes, pero ninguno llamaba mi atención. Necesitaba pensar en un lugar que cumpliera todos mis caprichos, un lugar en donde pudiese ofrecer más de dos meses de estancia, donde no me importara el traslado, pero que me hiciera feliz. Ese lugar estaba en la locura. La locura está presenta en la vida de todos, el “volverse loco”, perder la razón, la cordura y junto con ello a la familia es el miedo de todos. Podemos o no vivir con algún familiar que padezca un “trastorno psiquiátrico” pero la locura es de humanos, dice Foucault “Respetar la locura es reconocer este límite inferior de la verdad humana, límite no accidental, sino esencial”3.

El hablar de la locura para mí representa el “crear”. El sujeto crea síntomas, el profesional crea enfermedades y curas, la sociedad crea locos. La locura es creada por el hombre; mi locura: dar cuenta de esta creación.

El peregrinar ¿Cuántas son las Instituciones psiquiátricas en México? Hay albergues, granjas, centros de salud y hospitales; en su mayoría se encuentran ubicados en el Distrito 3

Tomo I. Pp. 130.

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Federal, situación desfavorable para muchos de los usuarios, incluyéndome. La primera institución que visité fue el CECOSAM Cuauhtémoc. Plásticos y botes de pintura fue lo que encontré en mi visita, se estaba remodelando el CECOSAM, situación por la que no había servicio y únicamente se presentaban los trabajadores a guardias. Sin embargo pude hablar con la jefa de servicio social, la cual también era la jefa de psicología dentro de la institución. En un total de tres visitas y con los nervios hasta la cabeza4 expuse la práctica, hable sobre el número de sesiones, los horarios, los objetivos, etc. pero en este primer intento obtuve mi primer negativa. Posteriormente y después de visitar la institución, debido a la idea de mi compañera fuimos a visitar a la trabajadora social de la institución quien nos dio información y nos brindo los teléfonos y folletos del CECOSAM Zacatenco, el cual de acuerdo a la señora nos quedaba más cerca de la escuela. Fue así que debido a la negativa decidimos comunicarnos con el Director de Zacatenco, quien amablemente tomó la llamada y después de escucharnos atentamente se disculpó pues dijo que era un lugar demasiado pequeño y que sólo aceptaban a pasantes de servicio social, pero que además en ese momento no había lugares. Cuando vas a pedir el acceso a una comunidad, debes cumplir ciertos requisitos, entonces debes convencer a los otros de que tienes todas esas características, debes hablar con seguridad y convicción en tu trabajo. Dentro del CECOSAM conseguí mi primer logro: aprender a convencer a la gente. Había aprendido la lección uno, era hora de continuar la búsqueda. Fue así que en compañía de mi compañero Octavio decidimos emprender nuestro último esfuerzo, decididos a encontrar un escenario. Tomamos nuestras mochilas y copias y vagamos por todo el Distrito Federal en busca de una respuesta. Nuestra primera visita fue en el CICS, una clínica de atención psicológica. Llegamos ahí pues el entrenador de Octavio conocía a la Directora. Visitamos el lugar y después de varias negociaciones conseguimos nuestro segundo “No”. Sin 4

Error número uno.

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embargo nuestra convicción iba mejorando, pues al menos conseguimos una carta5. Sin que nosotros lo esperáramos la psicóloga encargada del área de investigación y posgrados de la clínica se disculpó por no poder ayudarnos, nos ofreció su ayuda para encontrar un mejor lugar y además nos entregó una carta firmada por la Directora en donde dirigiéndose a la Jefa de Carrera de la FES-I se disculpaban y recomendaban algunas instituciones para nuestro trabajo. Con desesperación y cansancio decidimos dejar de lado la psicología clínica, lo que requeríamos era un escenario y debíamos conseguirlo. Visitamos una estancia del ISSTE, hablamos con la Directora, que era muy amiga de mi compañero, razón por la que obtuvimos nuestro primer “Sí”. Salimos contentos, pues por fin teníamos escenario… pero algo no me dejaba en paz. ¿Habíamos agotado todos nuestros recursos? ¿Necesitábamos aprender otra lección? En efecto, la lección número dos fue la perseverancia. Después de salir de la estancia, viendo nuestra cara de decepción decidimos dar un último esfuerzo, siendo las 2pm abrimos camino hasta el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Alvarez. Llegamos al hospital que nos albergaría durante 8 semanas. Nuestra negociación tuvo lugar en el 8° piso con la psicóloga encargada del ingreso de los estudiantes de servicio social. En un total de 3 visitas, 7 días de espera y una llamada telefónica logramos nuestro ingreso en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Alvarez, siendo asignados en el 5° piso-pabellón de mujeres con la psicóloga adscrita6. Los requisitos para la membrecía: una bata blanca y una foto. Entonces ingresé a la comunidad como observador participante, la intención siempre fue analizar el proceso de legitimización del conocimiento, descifrar la evolución aprendiz-veterano-experto. Como mencioné estuve dentro de la institución junto con mi compañero Octavio durante 8 viernes con un horario de 9:00am a 1:00pm. El modo de trabajar 5 6

Ver anexo 1. Cuyo nombre mantendré en el anonimato y a quien agradezco profundamente todas sus enseñanzas.

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y el registro de datos se llevo a cabo siguiendo el lineamiento de la metodología etnográfica dado el objetivo del trabajo. El “hacer lo familiar extraño” es el principio más importante, pues usualmente obviamos todo lo que hacemos sin preguntarnos por qué o cómo. La etnografía nos permite acercarnos a la verdadera naturaleza de las realidades humanas, se centra en la descripción y la comprensión, profundiza en su investigación con una mente lo más abierta posible y permite que vayan emergiendo las impresiones y sus relaciones. De modo que utilizando la etnografía pretendía dar cuenta de aquellas partes constituyentes de la comunidad de práctica, sería la búsqueda de esa estructura con su función y significado. Pues como menciona Martínez “El acto en sí no es algo humano; lo que lo hace humano es la intención que lo anima, el significado que tiene para el actor, el propósito que alberga, la meta que persigue; en una palabra, la función que desempeña en la estructura de su personalidad y en el grupo humano en que vive”7. Aquella fuerza impulsora que Lacan

llamará deseo. Cada día fue registrado en notas, que son el registro de las observaciones, sensaciones y sentimientos. La nota de campo, la cual consta del registro detallado de las actividades realizadas y observadas durante el día; además realizaba notas personales y teóricas, estas tratan de teorizar lo observado y además hablan de cómo me sentía y qué pensaba al respecto. Aunque puedan parecer extrañas, estas notas son sumamente importantes pues como sujeto, pongo al descubierto mi subjetividad en lo que realizo, la objetividad no existe. Además no olvidemos que la investigación tenía un fuerte reto pues no sólo debía estudiar a la comunidad, sino a mí proceso de legitimación, yo era mi propio objeto de estudio: Mi rol dentro de la comunidad de los locos, el sueño hecho realidad.

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Martínez, M. (2005). El Método Etnográfico de Investigación. Pp. 6.

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La locura La locura no puede ser comprendida fuera del orden social y cultural que la nombra. En tanto expresa valores y conductas rechazados por la sociedad, el acercamiento a la locura como desorden biológico resulta insuficiente. Sacristán

A lo largo de la historia se observa una evolución en cómo se mira a la locura, esto está relacionado con el cómo se vivió, menciona Sacristán que cada historia está condenada a su tiempo. Ahora ¿Cómo eran los locos? ¿Se les llamaba locos, pacientes, enfermos mentales? Cada comunidad trae consigo una historia, esta es la historia de la locura. El término “locura” se maneja desde el siglo XVII, ¿Qué quiere decir esto? ¿A caso antes no había locos? Por supuesto que los había, pero no eran conocidos como locos. Esto es una muestra de cómo va evolucionando el concepto, su diagnóstico, su tratamiento, así como los profesionales encargados de

su

estudio,

etc.

Foucault

(1998)

hace

una

interesante

histografía,

mostrándonos como al desaparecer la lepra, a finales de la Edad Media, se encontró una nueva manera de exclusión, una nueva forma de encarnación del mal, podemos recordar en los tiempos de Cristo cuando la lepra era vista como un castigo de Dios, la persona condenada debía pasar su pena lejos del pueblo, hasta que Dios lo perdonará y purificara su alma, pues los hombres no tenían el poder para tal cosa, y quien le ayudara a un leproso, también sería condenado 8. Sin embargo, como acertadamente menciona el autor, desapareció la lepra, más no las ideas que de esta se generaron y que siguen vigentes en la actualidad, tal es el caso de los leprosarios, instituciones en las que se encerraba y abandonaba

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En la biblia católica, el Evangelio según San Marcos versículo 1 se menciona lo siguiente “La lepra es la enfermedad que reúne todas las desdichas, el horror que inspira ha hecho creer que es un castigo de Dios, hecho que obligo a los leprosos a vivir apartado de lugares habitados”. El mexicano tan católico ¿Cómo trata a sus enfermos mentales?

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a los leprosos pues la exclusión significaba salvación9. Es así cómo los leprosarios son los ancestros de los hospitales psiquiátricos; los castigos divinos ancestros de los diagnósticos; y los obispos son ahora el personal médico. La locura en el siglo XVII era combatida con las famosas “naves de los locos” que no eran más que barcos en los cuales se transportaba y encerraba a los enfermos y locos; tan sólo un siglo después ya se hablaba de “Hospitales de locos”, pero no estaba habitado únicamente de gente loca pues todos estos lugares fueron creados para dar servicio a los pobres de París. Estos Hospitales tenían como misión “Acoger, hospedar y alimentar a aquellos que se presenten por sí mismos, o aquellos que sean enviados allí por la autoridad real o judicial”10 La práctica del internamiento fue creada para el pobre, el miserable, el que no puede hacerse cargo de su propia existencia, de modo que para el siglo XVIII la locura se hallaba entre las paredes del hospital no por una causa religiosa, sino por una causa social. Lo mencionado anteriormente cobra vida cuando vemos a los usuarios del Hospital Fray Bernardino. ¿Quiénes son internadas en el Hospital? pacientes cuyos familiares están hartas de ellos, chicas demandadas por sus propios padres para que no se les acerquen, pacientes que dadas de alta no cuentan con un familiar para que vaya por ellas, incluso pude leer una nota de trabajo social en donde un familiar reportaba que no podía recoger a su paciente porque “no tenía tiempo”. Mi experta muchas veces nos dijo que la gente iba a tirar a su paciente como si fuera basura humana. Tres siglos después y el Hospital Psiquiátrico sigue brindando exactamente el mismo servicio. Los locos al igual que los discapacitados, los mendigos, los pobres y los enfermos formaban parte de la masa común de seres desvalidos y cuyo cuidado no estaban achacables a ningún grupo social. De modo que estaban –y están- balanceándose entre su familia, el estado y la medicina. Esta situación

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En ocasiones, algunos locos eran azotados públicamente, y como una especie de juego, los ciudadanos los perseguían simulando una carrera, y los expulsaban de la ciudad golpeándolos con varas. 10 Ibíd. Pp. 43.

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en la actualidad ha logrado que se extingan las llamadas “granjas”, las cuales nacen en 1941 debido a la propuesta de Guevara Oropeza11. Las famosas granjas son establecimientos en donde se trataba a los enfermos mentales, y comenzaron a brindar servicio debido a la sobrepoblación en los hospitales. Entrando al siglo XIX los llamados “Hospitales de locos” son sustituidos por lo que hasta la fecha se conoce como manicomio. Estos fueron una propuesta de la Iglesia, pues se consideraba una obra de caridad; recordemos que estos lugares daban asistencia no sólo a locos, sino también a pobres, inválidos, ciegos, etc. Los manicomios traen consigo un fuerte sentido de desconfianza, el sólo escuchar la palabra nos remite a toda la información difundida por imágenes, medios de comunicación e incluso películas, todo esto, de acuerdo a Sacristán12 es el resultado de historiadores como Foucault que sólo muestran la mirada del manicomio como un instrumento del Estado establecido para silenciar a quienes, con su manera de pensar o comportarse, cuestionaban o amenazaban los valores de las clases dominantes, lejos de constituirse una institución terapéutica, el manicomio desgarró las vidas de quienes tuvieron la mala fortuna de ser encerrados tras sus muros donde sólo reinaba el poder de la psiquiatría. De modo que si nos dejamos llevar por aquella dirección no entenderemos el trasfondo de la creación del manicomio, hecho que para mí resulta fundamental pues es el momento en que la medicina –y posteriormente la psicología- vendrá a pelear la locura como suya, serán tratados los locos no por obra de caridad, sino por una patología; y aunque los métodos no fueron los más adecuados, por difícil que parezca, los manicomios justamente fueron creados para ayudar y cuidar a aquellos enfermos que eran abandonados por sus familiares, encerrados en áticos, abandonados en corrales con animales, personas destinadas al vagabundeo, gente que encontraba en el manicomio un mejor trato. Al respecto menciona Sacristán “Por razones muy diversas, los locos podían ser segregados de la comunidad o, peor aún, eliminados por los medios más insólitos, como entregarlos a los 11

Sacristán, C. (2001). Una valoración sobre el fracaso del Manicomio La Castañeda como institución terapéutica. 12 Sacristán, C. (2009). La locura se topa con el manicomio. Una historia por contar. En Cuicuilco, Escuela Nacional de Antropología e Historia de México. Vol. 16, Núm. 45, Pp. 163-189.

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marineros para que se los llevaran lo más lejos posible a un destino incierto, en la enigmática Nave de los Locos […] Por más paradójico que nos resulte, a principios del siglo XIX los médicos que, como Esquirol, creyeron y alentaron la fundación de manicomios lo hicieron precisamente para luchar contra todos estos males…”13

El manicomio nace en el Siglo de las Luces como símbolo de una sociedad civilizada y progresista, una sociedad que había dejado de ignorar a sus enfermos y que finalmente les brindaban un trato digno y, lo más importante, dirigido desde la ciencia. Según la etimología de la palabra, “manicomio” proviene del latín “manía” y del griego “cuidar”, de modo que en un significado literal el manicomio sería ese territorio destinado a cuidar, tanto en el sentido de atender como en el de vigilar, a peligrosos y diferentes. De modo que el manicomio no solo marco una línea entre los unos y los otros, sino que además estableció que conductas podían ser tratadas14. El siglo XIX fue testigo de un fuerte esfuerzo teórico por comprender la locura como una enfermedad15, textos como los de Kraepelin actualmente siguen vigentes como lo pude observar en la sesión general del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino16, en donde los psiquiatras sugerían a sus colegas y residentes seguir el ejemplo de los psiquiatras consagrados, hacer notas y hablar con los pacientes para perfeccionar el cuadro de síntomas17. El fracaso del manicomio en México lo encontramos en La Castañeda, la desesperanza y mala fama de la Institución comenzó con el gran número de supuestos enfermos, cuando en realidad todo el mundo veía que eran recluidos los delincuentes, hambrientos, pobres, vagabundos y muy pocos enfermos mentales. Además se tenían noticias del maltrato que recibían los internos. La falta de resultados del manicomio fue decisiva pues en aquel entonces se creía 13

Ibíd. Pp. 4. Un ejemplo es la homosexualidad, la cual en 1973 dejó de considerarse trastorno mental y desapareció de la American Psychiatric Association. 15 Textos como los de Kraepelin actualmente siguen vigentes, como lo pude observar en la muestra clínica del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino. 16 Sesión General del 26 de Octubre del 2012, dirigida por el cuarto piso de hospitalización con el tema “¿Es prevenible la esquizofrenia?” 17 Con esto se muestra un ejemplo más de por qué es necesario una histografía del loco. Muy justificada en este trabajo, pues si el objetivo es mostrar a la comunidad de práctica, no debemos olvidar que aquella lleva consigo una tradición, una herencia que se deja ver con el actuar de cada día. 14

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que el encierro del paciente en el manicomio cubría las tres cuartas parte de la rehabilitación, es por esto que la psiquiatría requería de un cambio, lo que buscaban era reducir el número de ingresos, aumentar las altas, establecer un marco legal a sus acciones, combatir con la idea de que el encierro era el único y más eficiente medio terapéutico y mejorar las condiciones materiales del manicomio. En relación con el primer objetivo los psiquiatras se declararon impotentes y remitieron a varios pacientes, además hicieron más restringida la estancia y siguiendo el ejemplo de Europa crearon el “certificado de 72 horas” el cual manifestaba que los psiquiatras de cada pabellón estaban obligados a dar un informe a las 72 horas de cada nuevo ingreso, este informe debía contener la consideración del médico respecto a la internación, esta nueva norma logró que se diera un mayor control médico dentro de La Castañeda. En cuanto al dar de alta a los pacientes, los psiquiatras tropezaron con su propio juego pues en el reglamento del manicomio se decía que La Castañeda brindaría dos funciones: hospital y asilo, de modo que no podían dar de alta fácilmente pues la gran mayoría de los pacientes no tenían familiares, o estos desaparecían abandonando ahí a su enfermo18; este reglamento trunco el avance de la psiquiatría pues llego el momento en que la quinta parte del manicomio eran asilados, esta fue la razón por la que en 1932 los psiquiatras promovieron una reforma al reglamento logrando que el artículo especificara que las personas que padezcan de cualquier enajenación mental serán admitidas en el Manicomio únicamente en calidad de enfermos. Con la reforma de este artículo os psiquiatras querían liberar a su institución del carácter de beneficiaria y darle mayor contenido terapéutico, pero esta no fue una tarea fácil19. Con la creación de los manicomios la psiquiatría se alejaba paulatinamente de la práctica médica pues si el enfermo acudía con el chaman o con el psiquiatra daba lo mismo, ya que entonces los tratamientos de los psiquiatras consistían en 18

Práctica que aún continúa, pues en mi estancia en el psiquiátrico hay muchas pacientes que no tienen a dónde ir pues sus familiares las abandonan. Incluso había un caso en donde los padres de la paciente la habían demandado y habían logrado que ella ya no pudiera acercarse a su propia madre. 19 Sacristán, C. (2001). Una valoración sobre el fracaso del Manicomio La Castañeda como institución terapéutica.

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baños de agua helada, estrictas dietas, sanguijuelas, entre otros.

Tanto valía

acusar la locura como una transgresión religiosa, tanto a efectos biológicos o simplemente podías ser aprehendido por “pérdida de juicio”, podemos encontrar casos en donde los pacientes decían que eran encerrados porque sus familiares querían despojarlos de sus propiedades o bien personas que llevaban a su familiar pues “malgastaba la herencia” y eso ya era señal de mal juicio20. Además los pacientes con los que trataban estaban encerrados más por causa social que por la supuesta salud mental, los primeros que decidían quien debía ser tratado era el Estado, después la iglesia y finalmente los psiquiatras. Es hasta el siglo XIX que nacen los alienistas que dan esperanza a los enfermos mentales con un nuevo tratamiento: el internamiento, pues se tenía la garantía de que la eficacia del tratamiento radicaba en el apartamiento del paciente de la comunidad 21. Tomando en cuenta este dato sabremos que la ubicación de los Hospitales Psiquiátricos no es una casualidad, podemos observar que todos están a un costado, además mientras se observa a los Hospitales Generales atiborrados de personas, los psiquiátricos generalmente están solos ¿A caso es una expresión del desprestigio histórico que cargan los psiquiatras por no encontrar una explicación completamente biológica a la locura? Hasta ahora, el tratamiento de los locos no había sido más que el encierro, pero a finales del siglo XVIII, con Pinel, estaba naciendo una psiquiatría que pretendía tratar por primera vez al loco como un ser humano. Con el avance de la psiquiatría, ya en el siglo XIX podemos hablar de nuevos diagnósticos, nuevas clasificaciones de enfermedades debido a varios estudios con trabajos tan detallados que ahora se tenía disponible un cuadro de síntomas. A partir de ese momento se constituyó un saber apoyado en un código teórico (las nosologías médicas), un cuerpo de profesionales (los alienistas), un conjunto de terapéuticas (el tratamiento moral), un dispositivo institucional (el manicomio) y un estatuto de enfermo (el alienado) que le va a permitir a la medicina de la mente convertirse en la primera especialidad intrínsecamente ligada al hospital. 20 21

Casos similares se ven actualmente dentro del Hospital Fray Bernardino Alvarez. Benassini, F. (2001). La atención psiquiátrica en México hacia el siglo XXI.

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Después de la segunda guerra mundial y diversas matanzas dentro de los psiquiátricos en Estados Unidos y la fuerte influencia del psicoanálisis dentro de esta especialidad, se llegó al acuerdo de que los enfermos mentales ya no debían ser confinados en instituciones que los aislaban de la sociedad, se optó por promover un sistema de atención en la comunidad que pusiera fin a la segregación. ¿Por qué el manicomio se convierte en Hospital Psiquiátrico? Todo se debe al fracaso del manicomio como institución. Desde el siglo XIX los psiquiatras se habían ganado muy mala fama junto con los manicomios, además los internos habían aumentado descomunalmente pues si en este siglo estaban recluidos cientos de personas, en el siglo XX ya se hablaba de miles de internos; situación que puso en duda las creencias sobre las virtudes curativas de la institución y desde entonces fue concebida como depósito de enfermos considerados incurables. De acuerdo al planteamiento de Sacristán se debe hacer un análisis exhaustivo acerca del fracaso del manicomio pues fue esta institución la que hizo que la psiquiatría surgiera como especialidad médica, y si el manicomio fue un fracaso ¿Qué fue de la psiquiatría? En México para 1959 apareció la Dirección General de Neurología, Salud Mental y Rehabilitación, de la Secretaria y Asistencia, los cuales brindaban lo que en aquellos años de denominaba “Servicios de Higiene Mental”22, estos servicios contaban con un psiquiatra, un psicólogo y una trabajadora social los cuales además tenían el trabajo de prevenir a la población infantil. En estas instituciones se daba consulta externa y se canalizaba a otras instituciones cuando se consideraba que el paciente requería de servicios especializados; sin embargo esta situación no pudo generalizarse pues en 1964 apenas había 16 de estos servicios de los cuales 10 estaba en el Distrito Federal y el resto distribuido en toda la República23. Fue así que en 1967 se pusieron en operación los hospitales psiquiátricos “Fray Bernardino Alvarez” para adultos, y “Juan N. Navarro” para niños y adolescentes. Ambos hospitales fueron creados en la llamada “Operación Castañeda” para sustituir a La Castañeda. Hasta este momento neurología y 22 23

Ibíd. Pp. 63. Ibíd.

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psiquiatría se manejaban juntas, sin embargo en 1971 debido a las diferencias encontradas entre psiquiatría y neurología en la rehabilitación, la Dirección se limita a la psiquiatría y salud mental cambiando su nombre a “Dirección General de Salud Mental”24.

“Porque soy humano y nada humano es ajeno a mí” Después de dar un rápido recorrido dentro de la historia de la locura, desde la iglesia hasta la psiquiatría clásica, ha llegado el momento de instaurarnos en la “Psiquiatría de hospital”25. La psiquiatría de nuestros tiempos data de los años 70´s y 80´s en donde México cierra un ciclo y abre uno nuevo, desaparece La Castañeda y se crea una red de 11 hospitales en el país. Uno de estos fue el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Alvarez, este fue creado bajo el proyecto "Operación Castañeda", el cual se desarrolló por la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia durante el periodo 1966 a 1967. El inmueble consta de 10 pisos y una superficie construida de 20,000 metros cuadrados en donde se disponía de 600 camas; la inauguración fue el 9 de mayo de 1967 y su objetivo es brindar atención integral de alta calidad y humanista a la población adulta de ambos sexos que requiera servicios especializados en psiquiatría y salud mental, así como formar recursos humanos en la materia. Además la institución busca ser el mejor hospital de psiquiatría y salud mental en México, líder en Latinoamérica en los modelos de atención, reinserción psicosocial en la enseñanza e investigación, pues es la sede de todo aquel que quiera especializarse en psiquiatría26. Dicen que la antigua Castañeda contaba de una serie de edificios en donde estaban los pabellones, derecha hombres, izquierda mujeres. Los pabellones además se dividían según el padecimiento, de modo que estaba el pabellón de 24

Benassini, F. (2001). La atención psiquiátrica en México hacia el siglo XXI. En Salud Mental. Vol. 24. Núm. Sacristán, C. (2005). Historiografía de la locura y de la psiquiatría en México. De la hagiografía a la historia posmoderna. En Frenia, Vol. 1. Pp. 1-25. 26 Portal oficial del Hospital www.sap.salud.gob.mx 25

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imbéciles, de distinguidos, alcohólicos, tranquilos, infecciosos y peligrosos, todos divididos en sección A y B de acuerdo a la categoría “indigentes” o “pensionistas”27. No hay mucha diferencia cuando entras al imponente Fray Bernardino, que con sus paredes blancas y sus diez pisos nos muestra que el pasado ha dejado su herencia: pabellón izquierdo de hombres y pabellón derecho de mujeres, aunque en este caso nadie es dividido de acuerdo a su padecimiento, podemos encontrar a pacientes con esquizofrenia conviviendo con aquellas diagnosticadas con trastorno bipolar. Ahora vamos adentrarnos a las intimidades del hospital, conozcamos un poco más de lo que en él se practica tomando como muestra el pabellón de mujeres del 5° piso. Cada piso está compuesto por dos pabellones: hombres y mujeres28. Esta es una mirada del pabellón de mujeres, hago énfasis en el hecho, pues sólo es una mirada, mi mirada, mi interpretación basada en datos obtenidos durante 8 sesiones en las que estuve participando en la práctica del psicólogo de cada viernes. Ahora ubiquémonos en el Hospital, después de salir del elevador giramos a la izquierda y entonces encontramos de frente una puerta cristalina que deja ver el corredor del pabellón, casi siempre con alguien resguardando, vigilante ante la presencia de algún conocido, de algún otro. Puerta que a pesar de su transparencia no puede mostrarnos todo lo que aquel lugar reguarda, pues están guardados a llave, la llave de la palabra.

Figura 1. Pabellón mujeres 5° piso 27

Ríos, M. A.(2008). Locura y encierro psiquiátrico en México: el caso del manicomio La Castañeda, 1910. En ANTIPODA. Núm 6. Pp. 73.90. 28 La división de género es un dato cuya indagación podría resultar muy interesante, en este momento no será desarrollado por motivos de espacio y objetivos.

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Cuando entras podrás encontrar a las pacientes muy temprano almorzando, o un poco tarde viendo televisión, más adelante, en el pasillo puede haber pacientes deambulando, otras en sus camas dormidas o en consulta con los psiquiatras; siendo entrevistada por psicología, o haciendo “La Actividad”29. Este pabellón

es

dirigido

por

la

jefa

de

piso;

se

encuentran

internadas

aproximadamente 23 pacientes30 de 18 años en adelante; personal de psiquiatría, psiquiatras y residentes; personal de enfermería; una psicóloga, dos pasantes de servicio social, más un grupo de pasantes de psicología en prácticas en donde me incluyo con el compañero Octavio; y el personal de limpieza. Podemos observar en la Figura 1 la primera y más notable división de la comunidad: pacientes y personal médico; toda la parte superior está dedicada a los consultorios de los psiquiatras, el lugar de las enfermeras y al fondo el psicólogo; mientras que en la parte inferior están los espacios destinados a las pacientes. ¿A caso hablamos de los locos y los no- locos? Los primeros serían todos los profesionales encargados de diseñar nuevas tecnologías para poder indicar quién es y quién no es un “enfermo mental”, en cambio, los locos son los que son juzgados y evaluados, incluso su discurso los condena. Esta distinción se hace notoria en el modo de vestir de cada miembro, haciendo de la bata y el gafete el artefacto más preciado31. La bata simboliza el poder que tienen los otros sobre el loco. Me sorprendió incluso cómo las pacientes, aunque saben que eres nuevo, al verte con la bata te piden permiso para todo y además se dirigen a ti como “Doctora”, una señal del monopolio de la medicina dentro de la enfermedad mental.

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Actividad de psicología realizada en cada pabellón todos los días a las 9:00 am. Las pacientes usualmente son dadas de alta muy pronto, en ocasiones cuando regresaba la siguiente semana la mayor parte de las pacientes era una cara nueva para mi, nunca logré ver el progreso de alguna de ellas. Sin embargo, así como son dadas de alta rápidamente, también regresan muy rápido. 31 Es famoso el miedo que sienten los que entran a un hospital de “quedarse ahí”, incluso hallamos obras literarias como “Sólo vine a hablar por teléfono”. 30

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Las locas Si prefiero las mujeres a los hombres es porque ellas tienen la ventaja de ser más desequilibradas, es decir, más complicadas, más perspicaces, más cínicas, por no hablar de esa misteriosa superioridad que confiere una esclavitud milenaria. E. M. Cioran

En un mundo en donde reina “el bien y el mal” las locas podrán ser o las más malas o las más buenas, un despliegue exagerado de ambos extremos lleva a la sin razón mejor conocida como locura. Laucú, de origen incierto; o tal vez del árabe láuqu, tonto. Además hay quienes asocian a los locos con el aire “los chiflados” tienen su historia, pues un tal Franca Basaglia creía que la cabeza se llenaba de aire y entonces el viento salía expulsado a manera de delirios. Locos, chiflados y tontos… ¿Dónde están las patologías? Hasta estos momentos no hay indicios de la locura como enfermedad. No es sino hasta la renacionalización de la locura cuando se comienza a hablar de patologías, aunque hay autores que están peleadas con esta aseveración, una de estas es la Dra. Lagarde32 quien menciona que estrictamente hablando, de acuerdo a la definición de enfermedad, no existe ninguna enfermedad que afecte a la mente; en opinión de Szasz las enfermedades mentales son sólo metáforas de problemas sexuales, matrimoniales, y un gran etcétera. En palabras de Freud “el ser humano cae en la neurosis porque no logra soportar el grado de frustración que le impone la sociedad en aras de sus ideales de cultura33” de modo que la psicosis no sería más que el

resultado de este malestar permanente del cual todos padecemos. Cada vez más la singularidad del deseo propio queda descalificada y banalizada a través del imaginario de deseos colectivos estandarizados. El loco se convierte en un sujeto cada vez menos reconocido y más anónimo, desmentido en su alteridad, sin individuación definida. Esto ha ocasionado que la sociedad vaya

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Lagarde, M. (1997). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas, locas. Posgrado UNAM. Cap. XIII. Pp. 687. 33 Freud, S.(1929). El malestar en la cultura. Disponible en red.

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impulsándolo, con frecuencia cada vez mayor, al acto34. La solución que encuentran los familiares de estos pacientes es el encierro en las instituciones psiquiátricas, situación difícil pues mientras estos creen que el hospital es quien debe hacerse cargo de sus enfermos, los profesionistas piensan otra cosa “Si se toma su medicamento, si no sale a la calle ¿Por qué va a estar encerrado? Quieren que te conviertas en el salvador de la familia”35

En el pabellón del 5° piso durante toda mi estancia siempre se encontraban internadas aproximadamente 23 pacientes, todas con edades diferentes. Pude observar adolescentes internadas a causa del uso de drogas, alguna otra que no sabe dónde está ni por qué. Todas tienen una historia diferente que contar, las hay enamoradas de su médico, de algún cantante, médicas, psicólogas, arquitectas con mal humor y poco queridas por sus compañeras, alguna con edad avanzada que un día puede saludarte muy contenta y al otro gritar no saber quién es. ¿Por qué enloquecen las mujeres? En tiempos de Freud se condenaba a todas las mujeres de histéricas, las personas son desbordadas por situaciones que no pueden soportar ¿Quien más sino la mujer es constantemente reclamada para cumplir con sus “deberes”? Las exigencias pueden resultar demoledoras, Soler habla de “La comedia de sexos” en donde el sujeto tiene que “hacer de hombre” o “hacer de mujer”. La mujer se hace de una máscara, es la enmascarada femenina, enmascara la falta “No puedo decirte lo que eres para mí, pero me muestras lo que soy.”36 Las mujeres han sido seres de y para los otros, de

modo que el problema no sólo consiste en que pierden al otro, sino a la parte de ellas mismas que sólo pueden ser con el otro.

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Polto A. (2004). Aportaciones del psicoanálisis a la psiquiatría del siglo XXI en América Latina. XX Congreso Argentino de Psiquiatría. 35 Palabras de mi experta quien nos dio una entrevista al finalizar nuestras sesiones de campo. 36 Soler, C. (2006). Lo que Lacan dijo de las mujeres. Estudio de psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, Pp. 47.

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Los no-locos La psiquiatría observa al loco, pero este es elegido por la sociedad.

Andrés Ríos

La comunidad de los no-locos dentro del pabellón está compuesta por psiquiatras, enfermeras y la psicóloga adscrita; además de los residentes y pasantes. Al hacer una revisión histórica del que hacer de los profesionales encontramos muy poco, pues como mencioné daba lo mismo visitar al psiquiatra o al brujo. Sin embargo hay trabajos en proceso como es el caso de la investigación dirigida por Olivia López37 en donde pretenden dar cuenta de las representaciones médicas de los padecimientos mentales, de las creencias y los sistemas de significados en la construcción del conocimiento médico psiquiátrico, relativo a la concepción de la enfermedad mental, específicamente en la construcción y objetivación de los signos y síntomas. Antes que el psicólogo, el psiquiatra se encargó de legitimar su campo de trabajo, aun cuando el objetivo de la medicina es encontrar la enfermedad en el cuerpo como objeto físico, en ese sentido, la búsqueda y delimitación de los síntomas sigue el camino de la objetivación en el cuerpo como estados fisiológicos, aunque también incluyen aspectos fenomenológicos que incorporan la experiencia relatada de los pacientes evaluados clínicamente. Es justo cuando la impresión del médico sobre la manifestación emocional del paciente formó parte del criterio diagnóstico cuando la psiquiatría se aleja un trecho de la práctica médica y comienza a competir con un nuevo profesional: el psicólogo.

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López, S. O. y Eisenberg, W. R. (s/f). Las emociones en las categorías diagnósticas de la psiquiatría en México entre 1900-1950: Aspectos teóricos y retos metodológicos. UNAM. FES-Iztacala. Proyecto adscrito a la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México en el marco del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT-Emisión 2012).

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La incorporación del psicólogo38 en las “ciencias biológicas y de la salud”39 comienza desde finales del siglo XIX, asociado al trabajo de instituciones para enfermos mentales; es un modelo centrado en la enfermedad más que al sujeto. De acuerdo a Libertad40 la psicología clínica se dirigió a la aplicación del conocimiento psicológico a la comprensión de las manifestaciones emocionales, el comportamiento de los enfermos y al análisis del psiquismo. Este hecho provocó que la psiquiatría fuera rezagada, los psiquiatras temían por el futuro de su profesión y además ya se veían en competencia con los profesionales emergentes, los psicólogos clínicos41. ¿Es entonces el psicólogo un “auxiliar” del médico? Si regresamos a la Figura 1 encontramos un pequeño detalle: Dentro del pabellón en cada consultorio de psiquiatría hay un pequeño letrero anunciando el nombre del doctor que habita el lugar, en cambio no encontramos nada en psicología, pues ya está indicado que se trata de “la cámara de gessel”. Esta sutileza nos muestra que aunque en el psiquiátrico se hable de enfermos mentales42, los dueños del área siguen siendo los psiquiatras ya que en la comunidad médica el psicólogo apenas va ganando terreno, el hecho de quedar hasta el fondo nos habla del lugar que tiene la práctica del psicólogo. ¿Qué ha hecho entonces el psicólogo? ¡Aparecer en todas partes!, pues la pericia del psicólogo ha convertido este “obstáculo” en una ventaja, si bien la psicóloga trabaja en la cámara de gessel, también se le encuentra en las camas de las pacientes, en el salón de La actividad, y siempre con la puerta abierta. ¿Cómo ha logrado esto? Todo es resultado de su aprendizaje, del mostrar ser quien dice ser, ha logrado tal legitimación de su práctica y de la pericia que tiene como profesional. Ha logrado encontrar su sitio a pesar de que la psicología no 38

Actualmente hablamos del psicólogo educativo, industrial, etc. Considero que toda la psicología es clínica, lo que cambia es el campo de trabajo, aunque hay veces en que el psicólogo “anda metido hasta en lo que no”. 39 Porque aunque en Ciudad Universitaria la Facultad de Psicología e encuentre ubicada frente a Filosofía, la tendencia siempre es buscada hacia la salud, razón por la que encontramos ubicada en Iztacala la licenciatura y no en Acatlán. Aunque el tema siempre da mucho de qué hablar. 40 Libertad. M. (2003). Aplicaciones de la psicología en el proceso de salud enfermedad. En Revista Cubana de Salud Pública. Vol. 29. Núm. 3. Pp. 275-281. 41 Sacristán, C. (2009). La locura se topa con el manicomio. Una historia por contar. 42 ¿Qué no el psicólogo es encargado de la mente humana?

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tiene su propia ubicación institucional, es decir, la psicología no tiene iglesia, corte legal u hospital y no obstante encuentra su territorio social. El psicólogo y el médico psiquiatra deben dejar a un lado sus diferencias pues dentro el Fray Bernardino la prioridad siempre es y será el paciente, menciona la psicóloga “Mi equipo aquí son ellos, no los otros psicólogos. Yo pertenezco al piso, todos somos un equipo. Ellos también tienen la puerta abierta, solo que el abordaje es diferente, acuérdate que ellos son médicos, ellos usan lápiz y papel, escriben síntomas. Pero es como todo ¡eh! encuentras desde el que cree que a fuerza debe haber un problema de neurotransmisores y daño orgánico, también hay de eso en los psicólogos”

Al comenzar a ser miembros de una comunidad médica iniciamos como observadores, actividad nada fácil pues dicha postura involucra la participación como una forma de aprender43. Estemos enterados que observar no sólo es quedarse mirando algo fijamente. Yo estaba en aquel lugar para saber qué es lo que hacen, cómo habla el experto, cómo interactúan los miembros de la comunidad, qué hacen los principiantes, qué necesitan aprender, cómo, cuándo y dónde colaboran los expertos.

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Incluso la experta nos incitaba a “hacer algo más”, pues nuestro papel de observadores resultaba poco interesante.

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El quehacer del psicólogo Ya sea instruyendo, administrando, curando, castigando, educando o reformando, uno puede primero „comprender‟ vía una hermenéutica del alma realizada en términos psicológicos; uno puede entonces „diagnosticar‟ de acuerdo a un sistema clasificatorio justificable convincentemente y, finalmente, uno puede „prescribir‟ una respuesta vía un conocimiento calculado de la subjetividad y las técnicas para su transformación. Nikolas Rose

He llegado al punto cumbre de mi trabajo, en donde todo lo mencionado cobra sentido: el que hacer de mi experta. Digo que cobra sentido, pues el trabajo no era hacer la histografía de la locura, sin embargo esclarece mucho más el panorama, si sólo me limitaba a presentar las actividades aprendidas y el proceso por el que transcurrió mi aprendizaje sería como dejar un hueco enorme, el hueco que permitirá la verdadera comprensión de lo que quiero mostrar. De este “sentido” que tiene su práctica, es decir, no lo hace nada más porque sí. Durante 8 sesiones fui participante en el pabellón del 5° piso, en estas sesiones logré hacer una reflexión acerca de todo lo que allí se hace, todo con el acompañamiento de mi experta en psicología quien es una extraordinaria profesional reflexiva, una psicóloga que está dispuesta a cumplir con los requerimientos de su misión, competente hasta los límites de su capacidad. El epígrafe de Rose nos da una visión panorámica de lo que se espera del psicólogo: que comprenda, diagnostique y nos resuelva el problema; además tenemos las palabras de la experta quien dice que las familias quieren que el psicólogo sea el salvador de la historia. Si el psicólogo no hace eso, ¿Qué hace? Los aprendices debemos hacer una reflexión sobre lo que estamos aprendiendo y comenzar a tomar las riendas de las responsabilidades que implica el ser psicólogo. Algo que me resultó muy importante en la entrevista con mi experta es “La escuela no tiene cojeras, las tienen los alumnos […] algo pasa con los pasantes que siempre ven el error en el otro, pero nunca voltean a verse […] aprendí a decirles las cosas hasta que ellos preguntaran, no les voy a enseñar lo que no aprendieron en la facultad”.

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La facultad no nos enseña a ser psicólogos, sólo nos da armas; pero para esto debemos ser aprendices reflexivos y no sólo absorber todas las teorías que en la facultad nos enseñan. El recibir todo este conocimiento teórico también tiene una responsabilidad, pues afuera tienes a pacientes que esperan algo de tu trabajo, requieres habilidades, pericia. Cada vez es mayor el número de ciudadanos que buscan a los psicólogos para entender y superar los problemas que acosan la condición humana, esto se debe a que el psicólogo ha logrado legitimar su conocimiento adquiriendo habilidades y saberes que no están disponibles para los otros. Gracias a psicólogos como mi experta la psicología ha logrado grandes avances, pues si bien mantenía una diferencia con la psiquiatría, ahora han aprendido a respetarse pues cada una tiene algo que ofrecer a la otra. Dentro del pabellón el medio de comunicación entre profesionales es el expediente, pues en este cada profesional coloca las observaciones que aporta desde su campo del saber, logrando todos en conjunto de información acerca del padecimiento del paciente, de modo que el diagnóstico no es dado por el psiquiatra, sino por todo el equipo que está en el pabellón y toda la información que cada uno aporta para un mejor tratamiento. El trabajo del psicólogo es apoyar al psiquiatra para hacer las valoraciones y poder llegar a un diagnóstico, el cual posteriormente dirige el tratamiento farmacológico. En el pasado personajes como Pinel fueron los primeros en crear los primeros diagnósticos médicos como "depravado", "imbécil", "pródigo", "impedido",

"desequilibrado",

"libertino",

"hijo

ingrato",

"padre

disipado",

"prostituida", "insensato" . Actualmente se trata de “manías”, “depresión”, “trastorno bipolar”, “esquizofrenia del tipo esquizoafectivo”, etc. Las pacientes incluso están familiarizadas con todos estos términos “Yo tengo bipolaridad” “Es que soy muy depresiva”, cada una de ellas ha hecho suyo el lenguaje de los médicos,

pero esto no es nuevo, hay expedientes en el Archivo Histórico de la Secretaria de Salud en donde se anexaban las cartas realizadas por los pacientes y se puede encontrar en ellas la familiaridad que tenían con la psiquiatría, pues además de hablar con tecnicismos, los pacientes asistían a la sesión general de cada semana. En el Fray Bernardino también hay sesiones generales en donde cada 22

piso debe presentar algún tema o caso, sin embargo los pacientes ya no son bienvenidos, con el tiempo la distancia entre el médico y el enfermo se hace más abismal. La distancia se hace larga mientras que los pacientes buscan a enfermeras, pasantes, médicos y psicólogos para que las curen de los males psíquicos que las aquejan; por su parte estos trabajan duro para encontrar todos aquellos rasgos afectados. Para esto se utilizan las dos actividades más importantes de la práctica del psicólogo en el hospital: la valoración mediante pruebas y la entrevista. El psicólogo ha entrado en la era de lo calculable, donde la persona individual, única, más allá del conocimiento puede ser conocida, cuantificable, cartografiada, cuantificada, predicha y controlable. Todo esto ocurre gracias a la pericia de la psicología por intentar reclamar el aval de “La Ciencia”, el psicólogo no puede solo avalarse con la palabra del sujeto, es por eso que ahora la verdad toma forma de técnica y lo que el paciente no dice, lo dirán las pruebas. La historia de las pruebas es también muy interesante, pues su objetivo original ha sido bastante deformado. Resulta ser que las pruebas no fueron creadas para ver lo que el paciente no dice, sino para poder obtener información de aquellos que no podían hablar o tenían alguna discapacidad, es por eso que constan de hacer dibujos, escribir, etc., además se economiza tiempo razón por la que en la actualidad son usadas en un sinfín de lugares para perfiles psicológicos en la procuraduría, contratar personal o evaluar a un paciente psicótico. Las pruebas permiten hacer visible lo invisible, sin embargo la pretensión de las pruebas fue volver objetivamente calculable a la persona para diferenciarse de acuerdo a la naturaleza y no a un prejuicio. Estas pruebas dentro del pabellón del 5° piso son la herramienta más preciada, la demanda es demasiado alta y no hay espacio para dar una intervención terapéutica mediante el lenguaje, me lo dijo muchas veces mi experta “Si vienes buscando psicoanálisis, estás perdida”, y tenía razón. La condición de la paciente lo hace imposible, la mayoría sigue padeciendo los efectos del 23

medicamento, muchas sólo lloran y algunas le cuentan una versión diferente a cada entrevistador44. De acuerdo a Lagarde las pacientes buscan ser escuchadas “Lo que buscan las mujeres es ser oídas, ser protegidas, ser cuidadas por alguien con sabiduría, autoridad, rango y prestigio y obtener de los psicólogos, médicos, enfermeras, el cuidado materno del que carecen, por eso lo común es que no busquen la cura; buscan reproducir su sufrimiento pero con un escucha…”45 Pero es precisamente esta “escucha”

buscada por el sujeto la que lo condena, pues el médico puede reconocer a un loco por sus palabras, cuando no es capaz de ponerlas en orden; puede reconocerlo también por sus acciones: incoherencia de sus gestos, o absurdo de sus actos civiles. Pero la tarea del médico no termina con esta decisión; debe comenzar un trabajo más sutil, hay que determinar cuáles son las facultades afectadas (memoria, imaginación o razón), de qué manera y hasta qué grado. Siendo posible analizar los comportamientos humanos, y determinar en qué medida se les puede considerar lo que ahora se dice “actos psicóticos”. Al respecto la experta dice algo muy interesante “No tienes que encontrar más, cada quien es diferente, cada quien encuentra algo. Yo no trato de encontrar nada, no pregunto „¿Has tenido alucinaciones?‟, yo digo ¿Qué haces aquí, crees que debes estar aquí, qué tienes?”

Justo esa es la reflexión que cada profesional debe hacer sobre su actividad, es decir, en la facultad me están diciendo que un psicótico tiene ciertos rasgos, pero como menciona la experta ¿Qué no todos somos diferentes? ¿Para todos son los mismos rasgos? ¿Tengo que encontrar a las alucinaciones? ¿Qué no este afán de buscar síntomas nos pueden llevar a inventarlos o crearlos para satisfacernos? ¡Es como decir que el psicoanalista es un arqueólogo que está buscando los restos del Edipo!, antes de buscar hay que preguntarnos por qué 44

Tuve la experiencia de entrevistar a una paciente que después de contarnos “todo”, al hacer la nota notamos en el expediente que lo que le había dicho al residente de psiquiatría era totalmente diferente. Pero ya lo dice mi experta “Si el paciente quiere decirlo, lo dirá”. Sería interesante hacer un análisis sobre las cosas que le dice al psiquiatra y a nosotros, detallar las diferencias, pues si somos cuidadosos podrían no ser un producto del azar. 45 Lagarde, M. (1997). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas, locas. Posgrado UNAM. Cap. XIII. Pp. 692.

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estamos buscando aquello. Todo esto nos lleva a la actividad más importante llevada a cabo por el psicólogo, la experiencia del lenguaje: la entrevista. Para poder dar un diagnóstico, para comprender qué pasa con el sujeto debemos escucharlo y el debe hablar. Esta experiencia en el pabellón del 5° piso es llamada “La entrevista”; dentro de las tecnologías de la psicología está aquella confesión, el decir la verdad sobre los sentimientos y deseos, compartirlos no solamente es volver audible el alma, el sujeto que se confiesa es identificado, es decir, no sólo se trata de que el sujeto hable, sino que mientras él lo hace el experto lo va evaluando y detectando todo aquello que el saber psicológico ha construido para poder darle algo al paciente. En el Hospital las entrevistas deben ser breves y sólo una por paciente, la carga de trabajo es tal que no se puede hacer más. Sin embargo la puerta de la psicóloga siempre permanece abierta “ O sea si yo ya entrevisté a una paciente y ella de repente llega y se sienta, yo me pongo a platicar con ella”

Escuchar a los pacientes es lo más y mejor que se puede hacer, los problemas en la sociedad desbordan los alcances del psicólogo “No puedes darle terapia a un niño de la calle cuando lo que tiene es hambre”46, los casos llegan a ser

tan difíciles que poco o nada se puede hacer “Hay veces que la paciente está dada de alta y su familia no viene por ella, aquí los dejan, ¿Qué haces con la paciente que acaba de salir y que apenas pone un pie en el suelo y su mamá ya la dejo ahí otra vez? ¿Qué haces con la paciente a la que su papá vino a internar porque ya no la quiere cerca?”

Todo lo dicho por mi experta lo pude observar en mis entrevistas con las pacientes, cada una con una problemática diferente, ¿Qué hace el psicólogo? hacer lo que podamos, pues lo que se pueda está bien.

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Palabras de la experta.

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Comentario final Mi entrega no es a la institución, mi entrega es a mi trabajo… me gusta mucho mi trabajo. Isaí Sotelo

El tema es sumamente interesante y espero que quien lea esto se haya “quedado picado” y con la energía de seguir indagando sobre el tema, que es basto. Esto es sólo una fragmento de aquel mundo de locura que debido al espacio disponible no me permito extender, aunque es trabajo de todos descifrar lo que hay más allá de lo aquí escrito, si esto fue mi reflexión, espero que los otros ya se estén preguntando un montón de cosas más. El objetivo de esta experiencia era dar cuenta del proceso de aprendizaje de un novato dentro de una comunidad psiquiátrica acompañado o dirigido por un experto en psicología. Este proceso se va mostrando en el modo en que la experta se dirige a mí, en la confianza que deposita en nuestro trabajo, en las actividades que aprendí a realizar y en como paulatinamente voy haciendo legítima mi participación. Sin embargo considero que la mayor lección es aprender a ser profesionales reflexivos, no sólo cumplir con la práctica de laboratorio, sino hacer un análisis del qué y por qué del que hacer del psicólogo. Con esta experiencia pude demostrarme que puedo llegar a ser una buena profesional, logré hacerme participante de una comunidad profesional, lo cual hace que esta experiencia sea mucho más fructífera, pues si algo hace falta a los estudiantes es práctica, experiencia en la clínica, dejar de creer que la respuesta está sólo en los libros y comenzar a tomar las riendas de nuestra disciplina, de nuestra práctica, pues el ser aún estudiantes no hace que nos libremos de la responsabilidad que “el ser psicólogo” implica dentro de la sociedad. Tuve oportunidad de exponer mi trabajo a un grupo de la FES-Iztacala, todos los estudiantes escuchaban atentos pero tenían cara de terror, el miedo en sus ojos era imposible de negar, les aterraba escuchar todo lo que yo les contaba, le aterraba la idea de que algún día ellos tendrían que hacer lo mismo ¿Si los

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estudiantes tienen miedo a enfrentarse al paciente, qué esperamos de los futuros psicólogos? Esta experiencia de aprendizaje es importante y sirve para compartirle a mis compañeros que la realidad no está allá afuera esperándonos, la realidad ya la estamos viviendo y necesitamos hacerle frente, dejar de pensar en una calificación e ir más allá, alcanzar nuevas metas, ser visionarios. No debemos temer a las anécdotas maravillosas de los psicólogos realizados pues afortunadamente todos podemos alcanzar los mismos éxitos e incluso más. Podremos ser nosotros como mi experta, que nunca quitó el dedo del renglón en el Fray Bernardino, ella siempre pensó “Obvio me voy a quedar”47 y gracias a eso me ha dado la oportunidad de vivir las ocho sesiones más interesantes, las cuales han hecho posible que si bien este texto no cubre los objetivos previstos, es porque cubre mucho más. Hay que hacer de la práctica una reflexión continua.

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Palabras mencionadas por la psicóloga en nuestra entrevista.

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