La Comunicación Científica en Bolivia y el mundo

June 29, 2017 | Autor: Gunnar Zapata | Categoría: Scientometrics, Scientific Writing
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Descripción

Curso Corto: “Investigación Comunicacional: Factores Estratégicos” 1

“LA COMUNICACIÓN CIENTÍFICA EN BOLIVIA Y EL MUNDO” Por J. Gunnar Zapata Zurita 1 Palabras clave: Comunicación Científica, Investigación, Difusión Resumen: El presente artículo tiene como objetivo identificar la situación de la Comunicación Científica en Bolivia, desde una perspectiva internacional, a partir de los sistemas de indexación e indicadores bibliométricos internacionales. Inicialmente el artículo concentra su atención en la definición de Comunicación Científica e identifica los sistemas de esta comunicación utilizados por investigadores bolivianos. El procedimiento metodológico/ técnico consideró la revisión documental y la aplicación de sondeos de opinión y entrevistas estructuradas. El aporte principal de este artículo es la identificación de una problemática en torno al desconocimiento, la atomización de recursos, por ende, la poca importancia otorgada a los sistemas de Comunicación por los investigadores bolivianos. 1. La Comunicación Científica: Su definición, sus formas e importancia La Comunicación Científica es la aplicación de la Comunicación como un sistema, por el cual, científicos e investigadores crean, distribuyen, utilizan, conservan y sobre todo diseminan, divulgan o difunden los conocimientos científicos generados durante el desarrollo de sus investigaciones (cfr. MALETTA, 2008:184). La Investigación Científica y Tecnológica genera nuevos conocimientos y la Comunicación Científica disemina, divulga o difunde los mismos. Mediante ella, la sociedad establece procesos de mediación, apropiación y uso de los conocimientos. (cfr. ARBOLEDA, 2006: 4) La Comunicación Científica tiene diversas formas desde la Diseminación científica, la Divulgación científica y la Difusión científica. Diversos autores, aparte de las tres formas señaladas identifican la Comunicación Pública de la Ciencia y Tecnología, forma que podría ser incluida dentro de la Difusión Científica, sin embargo, por los aportes encontrados sobre ella, se presenta en este artículo como una forma singular, añadida a las anteriores. • Diseminación Científica: La investigación científica genera conocimientos y cuando ellos son compartidos entre una comunidad científica o el entorno próximo del investigador, se desarrolla la Diseminación Científica. Por lo general, esta forma se aplica en el acceso a revistas o publicaciones científicas especializadas, cuyas normas de redacción son formales y estrictas. El acceso a estas publicaciones es limitado por el costo, normas de distribución, entre otras razones. • Divulgación Científica: En comparación con la Diseminación Científica, ésta va referida a un público más numeroso y menos especializado. Los conocimientos 1

Es Administrador de Empresas y Comunicador Social. Magister en Gestión Empresarial y Candidato al Grado Académico de Doctor en Educación – Mención Gestión Educativa. Vicepresidente de la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social (ABOCCS). Catedrático e Investigador de la Universidad Mayor de San Simón. Miembro de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), la Sociedad Latinoamericana de Estrategia (SLADE) y del Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación (FISEC).

Gunnar Zapata Zurita

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científicos a ser divulgados son recogidos por otros artículos, libros de textos para estudiantes y otros materiales. Esta forma establece una cascada divulgatoria que va “suprimiendo detalles, reduciendo el número de referencias de trabajos en los que se relataban las observaciones originales, hasta que comienza a aparecer libros de textos para estudiantes, que no citan a los investigadores que extrajimos los datos de la realidad” (CEREIJIDO, 2002: 76). • Difusión Científica: Esta forma de comunicación no sólo utiliza las vías de las publicaciones escritas y especializadas, la difusión sumerge al conocimiento en los medios de comunicación masiva. En la difusión científica se puede reconocer material audiovisual, sonoro y minimedios en diversos formatos (periodísticos, literarios y artísticos) realizados para llegar a un público más numeroso. El lenguaje utilizado es sencillo e inclusive popular, buscando la comprensión de los conocimientos por parte de cualquier público. • Comunicación Pública de la Ciencia y Tecnología: Puede definirse como una forma de la Comunicación Científica que permite el acceso global a la información científica, es decir a los conocimientos generados a la sociedad en general. Esta forma busca promover una mayor cultura científica, para lo cual se propone un objetivo histórico que tiene tres componentes: Político (abierto a la sociedad en general y no a una comunidad reducida), Cognitivo (busca la comprensión general de los conocimientos) y Creativo (estimula la inteligencia y la capacidad de las audiencias no especializadas, permitiendo que usen y adapten ese conocimiento en sus vidas cotidianas) (ARBOLEDA, 2006: 6). A diferencia de la Difusión Científica, esta forma concentra sus esfuerzos en el acceso a la información sobre la utilización de los medios y formatos. La importancia de la Comunicación Científica radica en la importancia de la investigación científica. Si los resultados de una investigación no son comunicados, se corre el riesgo de que el investigador haya desplegado recursos en vano, puesto que tales resultados no serán conocidos por el público y mucho menos discutidos, reflexionados o aplicados, si fuese el caso. En el ser humano, por su naturaleza social, la comunicación es facultad innata pero no exclusiva. Desde el punto de vista de los derechos de la sociedad, el conocimiento científico explica o describe una situación incomprendida por un entorno especializado de personas o la sociedad en general; considerando el derecho a la información, esta audiencia tienen el derecho a acceder a esta información. A diferencia de la Edad Media, cuando el conocimiento estaba reservado para una determinada élite, al reconocerse la igualdad de los derechos, cualquier individuo tiene el derecho de conocer aquella información, sobre todo la que influye en él o su entorno, característica reconocible en el conocimiento científico. Bajo este enfoque, la comunicación científica responde efectivamente al derecho de la información de la sociedad que demanda conocer conocimientos científicos. “Nadie enciende una lámpara y la tapa con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.” (Lc. 8:16). La utilidad social del conocimiento depende del grado de comprensión que ha tenido la audiencia respecto al mismo. El ser humano se apropia de la definición de términos, como

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puede ser un conocimiento y de acuerdo al significado que le otorga o a cómo lo comprende, lo utiliza. Bajo esta apreciación, es menester que los investigadores puedan incorporar una “agenda de investigación”, que incluya una relación y comunicación efectiva entre productores y usuarios del conocimiento, ligados por el interés, la racionalidad, en resumen, por la lógica de la producción, más que por una lógica socio-epistemológica más compleja. (KREIMER, 2006: 11). 2. Sistemas de Información Científica e Indicadores Bibliométricos Un sistema de información científica es un sistema de información cuyo contenido guarda correspondencia con un área científica, considerada esta en sentido amplio (cfr. CAÑAS y LORENZO, 2006: 2). Considerando que los sistemas científico-tecnológicos deben concebirse como sistemas dinámicos, los cuales conllevan prácticas científicas y científico-tecnológicas que pueden tomar una estructura reticular, formando parte de redes (OLIVÉ, 2008: 143-144). A partir de estos sistemas, se pueden evaluar las prácticas o actividades científicas, en materia de generación de información, considerando la percepción pública, la cultura científica y la participación ciudadana. Estas percepciones para la evaluación parten de una verdad innegable, la ciencia ni los sistemas científico-tecnológicos son entes aislados que surgen de la nada, tales emergen de prácticas y representaciones sociales, de los cuales se puede reconocer a las comunidades científicas. Los proyectos de investigación por lo general incluyen en su presupuesto, la publicación de los informes de los proyectos como libros y los documentos borradores como material de discusión en cartillas y generando artículos para su publicación en revistas especializadas de circulación periódica (ZAPATA, 2008: 27). Considerando este punto, las revistas científicas se han constituido “tradicionalmente” como los principales medios de difusión de los avances de la ciencia. El constante aumento en el número de científicos a lo largo del tiempo permitió la generación de un mayor número de publicaciones en el mundo, siendo uno de los científicos más influyentes en el origen de estas revistas Francis Bacon. Entre las primeras revistas destaca la publicación semanal “Journal des Savants” bajo la dirección de Dennis de Sallo, en enero de 1665. Los libros, concebidos quizás como las publicaciones más deseadas de realizar por la mayoría de los científicos, son complejos y caros en su publicación, edición y distribución, en comparación de las revistas, siendo más flexibles estas últimas para propagar conocimiento con mayor celeridad, que otras publicaciones escritas. La necesidad de comunicación entre los investigadores, fue siempre la razón de ser de las revistas científicas. Con el tiempo aparecieron los comités editoriales que introdujeron la evaluación de la calidad de las contribuciones y de los resultados a las que ellas arribaban. Emerge de esta manera, gradualmente, una cierta jerarquización entre las diferentes evaluaciones, siendo algunos comités más críticos que otros y estableciendo estrictos criterios de selección. Algunas revistas adquieren por lo tanto mayor prestigio que otras”. (PATADANO, 2005: 218) Los científicos intentan publicar sus artículos, considerando la reputación de la revista, definida por los comités editoriales. Este interés desemboca en consideraciones Gunnar Zapata Zurita

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respecto a la evaluación de las condiciones académicas de los científicos y sobre todo, el prestigio de las revistas desempeña un papel muy significativo en la evaluación de la producción científica y de todo el sistema científico-técnico, tendencia que a partir de mediados del siglo XX está fuertemente instalada. Los indicadores para la evaluación de la revistas, en la actualidad, son los índices que registran la frecuencia con la que los artículos son citados por otros autores, esta frecuencia indica el índice de impacto de calidad de las revistas científicas. Considerando la cantidad de revistas científicas, la mayor fuente de información es el ISSN International Centre de París, organización responsable de otorgar el ISSN (International Standard Serials Number) para las revistas publicadas en el ámbito mundial: son registradas actualmente alrededor de 740.000 títulos provenientes de 193 países, en 144 lenguas, y se producen más de 100.000 nuevos registros por año. Apuntando a América Latina, sus publicaciones no alcanzan al 3% del total de lo publicado y al 2% según su presencia en los índices bibliométricos internacionales. (cfr. PATADANO, 2005: 218 219) La bibliometría se refiere al estudio de elementos cuantitativos referidos a libros, documentos, estudios, autores y usuarios, considerando sobre todo las cantidades de ejemplares en circulación, frecuencia de palabras utilizadas, entre otros. Su aplicación se ha establecido en diversos campos de estudio, a partir de los indicadores bibliométricos. (cfr. MACIAS CHALUPA, 2001: 3) Las bases de datos y los sistemas de indización no son sinónimos. La palabra "indización" proviene de "índice" o “indicador” si una base de datos no ofrece indicadores, entonces no es indización. En Internet, existen listados de revistas (bases de datos) especializadas que ofrecen una amplia gama de acceso a revistas, algunas cobran por su uso y otras son gratuitas (Scientific Electronic Library Online -SCIELO y Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal- REDALYC), hay algunas que ofrecen acceso a textos completos (EBSCO) y otras que solo son referenciales (DIALNET). Los indicadores bibliométricos generados por los sistemas de indización permiten identificar el estado de las investigaciones considerando la situación país e institución. Si bien, se evidencia una determinada resistencia por algunas comunidades científicas, en la actualidad existe una aceptación del uso establecido de tales indicadores. Actualmente los sistemas de indización son LATINDEX, PASCAL, INSPEC, COMPENDEX, CHEMICAL ABSTRACT, BIOSIS, MEDLINE, CAB, ICYT, IME, PERIODICA, CLASE y el más conocido de todos SCI. La principal fuente de los indicadores bibliométricos fue Institute for Scientific Information, hoy Thomson Reuters (TR), fundado por Eugene Garfield en 1960. Esta institución mantiene una base de datos respecto a las citas publicadas en miles de revistas, conocida como el Science Citation Index (SCI). A partir de esta base de datos se genera el indicador conocido como el Factor de Impacto (FI) que se calcula, comparando el número total de citas que reciben los artículos publicados en ella en los últimos dos años con el número total de artículos que se publicaron en esa misma revista en esos dos años. (cfr. QUISPE-GERÓNIMO 2004: 2). Respecto al uso de los indicadores bibliométricos, en particular el FI, existen diversas críticas, considerando que no refleja en su integridad la calidad de los documentos, no Gunnar Zapata Zurita

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toman en cuenta las características particulares de cada campo de estudio al que se inscribe un artículo. Asimismo, diversos autores, principalmente latinoamericanos, identifican limitaciones respecto al valor y significado de las citas como un proceso subjetivo puesto que se limitan las publicaciones a revistas, dejando de lado publicaciones científicas como las monografías, las actas de congresos o los informes, que son de gran relevancia en el proceso de comunicación de los resultados de la investigación, sobre todo en las ciencias sociales y humanas. (cfr. LICEA DE ARENAS y SANTILLÁN, 2002: 3-4) Fuera de este aspecto, emerge la crítica respecto a la reducción de las revistas consideradas por el SCI, puesto que en su mayoría, tales revistas son publicadas en lengua inglesa, asimismo se puede considerar una clara sobre-representación de revistas de origen anglosajones, especialmente americanas. Por otro lado, existe un interés de la TR para privilegiar en el establecimiento de sus indicadores a investigaciones básicas sobre las aplicadas. Finalmente otras críticas están referidas a los errores técnicos encontrados en el proceso de indización, cambios en el conjunto de revistas cubiertos por servicios secundarios, limitaciones de cobertura y exactitud de sus bases de datos, la metodología empleada para el cálculo del factor impacto y la incorrecta interpretación de este indicador. (cfr. BORREGO y URBANO, 2005: 13-14) 3. La Comunicación Científica en Bolivia En Bolivia, la investigación científica no es acompañada en la mayoría de los casos por la difusión. Como un ejemplo, la universidad pública de Cochabamba, sólo registra la conclusión y elaboración de 265 investigaciones en un período de 15 años. Este resultado no es carencia de investigación, es debido a que las instituciones científicas no han llegado a coordinar esfuerzos de manera conjunta. La investigación científica en Bolivia es un conjunto de esfuerzos aislados y en su mayoría poco difundidos. (ZAPATA 2008, 45). En los centros e institutos de investigación en Bolivia, considerando a la mayor parte de las investigaciones realizan se desarrolla simplemente un informe final y reportes, como modo de difundir los resultados de las mismas. En el ámbito nacional son reducidos, los centros e institutos que cuentan con una publicación periódica respecto a las investigaciones desarrolladas por su personal, como una revista; en la mayor parte de las investigaciones, si existe un presupuesto para publicaciones, éstas son productos exclusivos de determinados proyectos, como libros, documentos borradores, cartillas. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos no es posible garantizar la lectura o la aprehensión de los conocimientos generados en los proyectos de investigación, puesto que los recursos destinados a la difusión científica no consideran la promoción del material bibliográfico o documental producido. Un ejemplo para argumentar este juicio de valor, el Centro de Planificación y Gestión (CEPLAG) desarrolló sondeos de opinión aplicados a estudiantes de la Universidad Mayor de San Simón para determinar el nivel de conocimiento de investigaciones científicas y publicaciones realizadas por los centros de investigación, que un 63.8 % de la muestra de estudiantes consultados no tienen conocimiento de las actividades de difusión que realizan los Institutos de Investigación. Al actualizar estos datos, por el autor de este ensayo, en el año 2013, los resultados son similares.

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Gráfico N° 1 Nivel de Conocimiento de Tesis en UMSS 36%

38%

SI conocen NO conocen

64%

62%

Fuente: Centellas 2008, 5

Fuente: Elaboración Propia 2013

SI conocen NO conocen

La difusión de los conocimientos desarrollados por investigadores de los centros de investigación bolivianos es muy esforzada en el ámbito local, reducida en el ámbito nacional y muy limitada, casi desapercibida en el ámbito internacional. De acuerdo al Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), en el año 2.000, se generaron 236, sobre un total mundial de 1´600.000 y un total latinoamericano de 25.000. Según la información proporcionada por la Red Iberoamericana de Ciencias y Tecnologías (RICYT), el promedio de publicaciones científicas por el período 1990 al 2005 fue de 245. (ZAPATA 2008, 34). En el último período registrado (2009) se identifican 220 publicaciones de un total de 1´450.764, tomando como parámetro el SCI. En América Latina, por lo general, la cuantificación de publicaciones y citas deben realizarse con mucha precaución, porque el número el número de publicaciones y revistas que forman parte de las bases de datos internacionales son reducidas; en el caso boliviano en particular, son casi inexistentes y la cantidad de artículos provenientes de investigaciones bolivianas publicadas en revistas internacionales. Tabla N°1 Publicaciones Internacionales de Origen Boliviano Publicacio nes

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SCI % del total mundial PASCAL

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40 0,01 %

65 0,01 %

70 0,01 %

62 0,01 %

60 0,01 %

86 0,01 %

85 0,01 %

105 0,01 %

75 0,01 %

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153 0,01 %

30

27

43

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23

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55

58

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48

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66

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59

62

47

% del total mundial INSPEC

0,01 %

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% del total mundial COMPEN -DEX % del total mundial CHEMIC ABST. % del total mundial

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82 0,01 %

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Tabla N°1 (Continuación) Publicacio nes

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1991

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1995

1996

1997

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1999

2000

2001

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BIOSIS

18

10

25

24

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16

25

32

32

25

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29

41

19

37

% del total mundial MEDLINE

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9

9

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9

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9

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13

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10

% del total mundial CAB

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0,00 %

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8

12

26

32

32

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41

44

25

33

32

% del total mundial ICYT

0,01 %

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0,02 %

0,02 %

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2

% del total mundial IME

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1

% del total mundial PERIODI CA % del total mundial CLASE

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5

% del total mundial

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25

Fuente: Adaptado de RICYT 2010 Concentrándonos en el principal sistema de indización del mundo, Bolivia no está en una situación favorable en los reportes del Thomsom Reuters (JSR); el promedio de encontrar el nombre de un investigador boliviano en las revistas consideradas por el SCI en período 1996 al 2005 es de 82 al año, lo cual representa un 0,01% del total. Es menester señalar que “Las revistas que el SCI considera de élite, están indisolublemente ligada a instituciones con editoriales muy fuertes y es lógico que sean los canales de salida de los resultados de esas investigaciones”. (SPINAK, 1996: 145). Por ejemplo, en Estados Unidos de Norteamérica la inversión privada se constituyó en el año 2001 en el 72% del total de los financiadores; en Bolivia, sucede lo contrario, el 26% del total de los financiadores es corresponden a empresas, siendo las universidades los principales financiadores con un 42% del total. (cfr. ZAPATA, 2008: 34). A pesar de ello, la verdad no es como se puede uno suponer en los reportes del SCI y sus índices bibliométricos. El bajo nivel de indización no significa que los bolivianos realicen un insignificante número de investigaciones o publicaciones, simplemente establece que la repercusión de las investigaciones bolivianas es muy reducida, posiblemente porque la mayoría de ellas se han desarrollado en idioma español, lo cual Gunnar Zapata Zurita

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descarta su inclusión en el SCI. Otro motivo es la informalidad en la publicación; por ejemplo, en la Universidad Mayor de San Simón se publican 4420 textos de consulta (UMSS, 2008: 188), estos textos no reúnen las condiciones de calidad de publicaciones bajo sello editorial. Cuando un investigador concluye una investigación, la preferencia de publicación de la misma va hacia libros o textos, sobre la publicación de artículos en revistas. Por ello, en los proyectos de investigaciones, si el presupuesto contempla publicaciones se tiene por antelado el desarrollo de textos. De acuerdo a consultas realizadas a investigadores, para ellos es más importante publicar un libro que ser conocida su investigación como artículo en una revista. Las revistas académicas en Bolivia son propias de instituciones formales, que sin embargo, la responsabilidad cae en sus directores. El director, en su mayoría, determina por antelado las publicaciones a difundir o él las evalúa. Existen otras revistas temáticas, que cuentan con el aval de instituciones y sobre las cuales se conforman consejos editoriales que establecen la pertinencia o no de los artículos enviados. La dificultad se manifiesta porque en estos consejos se incluyen nombres de destacados investigadores, los cuales no participan activamente del proceso, o caso contrario se incluyen a revisores nóveles con menor experiencia a la poseída por los participantes que desean publicar. (Fuente: Entrevistas a Alberto Rodríguez y Saúl Escalera, compiladores y editores científicos en Cochabamba en fechas 11 y 12/06/2013) No se tienen referentes de revistas científicas especializadas que sean un referente en el ámbito nacional. Los principales editores de estas revistas son instituciones universitarias, lógicamente si se considera que el 44% de las investigaciones en Bolivia en el año 2001, fueron desarrolladas por éstas. Diversos institutos de investigación desarrollan revistas periódicas, por lo general semestralmente. Refiriéndonos a las publicaciones electrónicas, en Bolivia, las publicaciones online más conocidas son periódicos tales como HoyBolivia.com, Bolivianews, Boliviapress, Yoemito.com, Infodecom y Tiempouniversitariocom. Los centros e institutos de investigación en Bolivia mantienen sitios web institucionales de difusión. En su mayoría, tales sitios se reducen a ser una o dos páginas web con información institucional y noticias de publicaciones nuevas, eventos y otros. Tales páginas corresponden a la Web 1.0, no mantiene interacción y ofrecen información sobre la institución, exclusivamente. No existen revistas electrónicas científicas, en lugar de ello, existen publicaciones impresas digitalizadas. Los sitios web de tales institutos más sofisticados ofrecen resúmenes de sus publicaciones, boletines, reportes de investigación. Los elevados cargos para la obtención de tarjetas de crédito no han posibilitado el desarrollo de sistemas de e-commerce bolivianos, por lo que no se da la venta de publicaciones electrónicas. Sin embargo, algunos autores han digitalizado sus publicaciones impresas y las han expuesto en sitios web haciendo posible su descarga en formato pdf. Por otro lado, las publicaciones científicas electrónicas han recibido un gran empuje por cursos e-learning, desarrollados en Bolivia; diversos textos y espacios han sido conocidos principalmente por los cursantes en Maestrías y Doctorados, cuyos programas incluyeron participación en e-learning. En Bolivia, se tiene la evidencia necesaria de la diversidad de conocimientos científicos por investigadores, sin embargo, los esfuerzos por trabajar mancomunadamente Gunnar Zapata Zurita

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entre comunidades científicas formando redes de difusión son casi precarias; prima el aislamiento en la investigación científica, lo cual impide la generación de sistemas de información científica adecuados al contexto que sucede en nuestra realidad. Antes esta ausencia, la presencia de autores bolivianos en bases de datos y sistemas de indización en un ámbito global, es reducida, situación exhibida en los indicadores bibliométricos. (cfr. ZAPATA, 2008: 35) Por tales razones, la comunicación científica en Bolivia no es vista en su total dimensión, la mayor parte del trabajo de investigación puede no ser publicado, por la falta de presupuesto, o caso contrario, sus publicaciones son limitadas a reportes o textos en determinados tiraje. Las publicaciones electrónicas son utilizadas para promocionar textos y otra información. Esto explica origina el desconocimiento internacional respecto a las investigaciones generadas en nuestro país. Las publicaciones electrónicas reúnen ventajas las cuales son convenientes para los investigadores bolivianos, sin embargo, el desconocimiento respecto a esta información, determina que tales sujetos no aprovechen estas publicaciones. 4. La Comunicación Científica respecto a las Investigaciones de la Comunicación en Bolivia Considerando las palabras del maestro Luis Ramiro Beltrán, “la investigación sobre comunicación es en Bolivia un fenómeno de modesta naturaleza, limitada escala y reciente data”. En Bolivia, la difusión de la investigación científica de la Comunicación no es fomentada por el Estado ni por el sector privado, excepto en situaciones ocasionales que involucran estudios de mercadeo, registros de "ratings" de medios y encuestas de opinión pública, generalmente realizadas en función de inquietudes gubernamentales y coyunturas de política electoral o de otra índole. (cfr. BELTRAN, 2000) Una de las entidades privadas que, desde el año 1996 hasta el año 2002, dio un fomento importante a la difusión de la investigación de la Comunicación, fue el Centro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de la Comunicación (CIBEC), fundada por Erick Torrico (cfr. HERRERA, 2000). Asimismo, las carreras de Comunicación Social, dejando de lado sus intereses particulares y las diferencias entre universidades públicas y privadas, organizaron la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social (ABOCCS), fundada en 1999. La ABOCCS asume la representación de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS), promoviendo la presentación de investigaciones desarrolladas por profesores de sus carreras-miembro, en sus Seminarios. En un punto particular, la Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC) es una entidad, constituida en la ciudad de La Paz el 4 de febrero de 1981, que brinda un impulso importante para la Comunicación Científica sobre Investigaciones de la Comunicación. Inicialmente, la ABOIC organiza los Encuentros Nacionales de Investigadores y Ciclos de Estudios Especializados, orientados a la exposición de investigaciones de la Comunicación; sin embargo, su apoyo no solo va en el establecimiento de espacios de exposición sino en la publicación de tales investigaciones, inicialmente en la revista “Agujero Negro” y en Memorias de los eventos señalados. En 1990, el maestro Beltrán publica con Carlos Suárez y Guillermo Isaza, el primer recuento de libros e investigaciones de la Comunicación en Bolivia denominada “Bibliografía de estudios sobre comunicación en Bolivia”. En esta publicación se identifican un ordenamiento de publicaciones sobre este campo de estudio ordenadas en Gunnar Zapata Zurita

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ocho categorías temáticas, reconociendo sus tendencias y carencias en cuanto a contenidos. El autor principal establece que “sólo un mínimo de estudios de carácter científico y anotamos que, en general, la metodología empleada era elemental y poco rigurosa y mostraba una marcada preferencia por lo descriptivo sobre lo explicativo”. (BELTRAN 2000) Considerando a los trabajos de investigación presentados como Tesis para la graduación en programa de Licenciatura o Maestría en Comunicación, se han generado listados en el libro “La Tesis en Comunicación: Elementos para Elaborarla” escrito por Erick Torrico (1997), el listado “Reporte de Tesis de las Carreras de Comunicación” de la ABOCCS (1999). Partiendo de las tesis defendidas en las universidades bolivianas, Erick Torrico coordinó un análisis integrado sobre tendencias en teorías y metodologías utilizadas en tales modalidades, publicando el libro “El Estado de la Investigación de la Comunicación en Bolivia” (2005) con aportes de diversos investigadores. A despecho de esta problemática de calidad, las tesis de grado universitario constituyen hoy más que nunca el eje y el grueso de la actividad de investigación en comunicación en Bolivia. Su avance en términos puramente cuantitativos ha sido de una amplitud y una celeridad sorprendentes en la presente década. Si esas tesis no alcanzaban a ser 100 en 1992, en 1996 habían llegado a 280; en 1998 la cifra saltó a 450 y el más reciente estimado de cerca de fines de 1999, la lleva cuando menos hasta 750. (BELTRAN, 2000) Al abordar las revistas especializada en la Comunicación, el maestro Beltrán señala tres valiosas revistas que se ocupan de la especialidad: "Aportes", de la Universidad Privada de Santa Cruz, "Punto Cero", de la Universidad Católica-Cochabamba y "Comunicación", de un grupo privado en La Paz. De estas tres revistas, “Punto Cero” se encuentra indexado en LATINDEX y SCIELO, siendo la única revista boliviana de la Comunicación. Por otro lado, diversas carreras de Comunicación han desarrollado revistas, las cuales han sido publicadas de manera esporádica, por lo que no figuran en alguna base de datos. 5. Conclusiones. Habiendo llegado al término de este ensayo, el autor pone a consideración, sus conclusiones: La Comunicación Científica es la aplicación de la Comunicación, generada para la creación, distribución, uso, conservación y sobre todo diseminación, divulgación o difusión de los conocimientos científicos obtenidos en las investigaciones. La Comunicación Científica tiene diversas formas desde la Diseminación científica, la Divulgación científica y la Difusión científica. Diversos autores, aparte de las tres formas señaladas identifican la Comunicación Pública de la Ciencia y Tecnología. La importancia de la Comunicación Científica acompaña a la importancia de la investigación científica. Si los resultados de una investigación no son comunicados, se corre el riesgo de que el investigador haya desplegado recursos en vano, puesto que tales resultados no serán conocidos por el público y mucho menos discutidos, reflexionados o aplicados, si fuese el caso. La Comunicación Científica utiliza sistemas de información científica para su desarrollo, siendo las revistas científicas los principales medios de difusión de los avances de la ciencia. Asimismo la Comunicación Científica se vale de la Bibliometría para identificar la frecuencia de indicación, lectura y por ende, importancia otorgada por las Gunnar Zapata Zurita

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comunidades científicas a un determinado artículo, investigación o autor. En Internet, se identifican Bases de datos y Sistemas de Indización que generan indicadores bibliométricos, siendo el más conocido el Factor de Impacto (FI). La difusión de los conocimientos desarrollados por investigadores de los centros de investigación bolivianos es muy esforzada en el ámbito local, reducida en el ámbito nacional y muy limitada, casi desapercibida en el ámbito internacional. La comunicación científica en Bolivia no es vista en su total dimensión, por diversas causas siendo las más frecuentes: la falta de presupuesto, difusión en medios poco accesibles y sobre todo el asilamiento y descoordinación de esfuerzos, por parte de investigadores que no logra desembocar en el desarrollo de redes científicas. Estos aspectos son originados por escasa importancia otorgada a la Comunicación, por parte de los investigadores y el Estado Boliviano. La investigación sobre comunicación en Bolivia tiene una modesta naturaleza, limitada escala y reciente data, en comparación a otros campos de estudio o ciencias. En materia de difusión destacan los aportes generados por el CIBEC, ABOCCS, carreras de Comunicación Social y la ABOIC. A pesar de la existencia de serias observaciones en las publicaciones científicas bolivianas respecto al tema, destacan grandes contribuciones en el desarrollo de la Comunicación. Se han escrito importantes aportes de la Investigación de la Comunicación, generadas sobre todo por Luis Ramiro Beltrán, Erick Torrico Villanueva y Alfonso Gumucio Dagrón, entre otros destacados investigadores. Asimismo, destacan la edición de revistas sobre Comunicación, siendo la revista “Punto Cero” de la Universidad Católica Boliviana San Pablo Regional Cochabamba, un punto referente al encontrarse indexada en LATINDEX y SCIELO. Finalmente, en Bolivia existe mucho por mejorar en el marco de su situación en la Comunicación Científica Mundial. Los esfuerzos por generar y compartir (divulgar, diseminar y difundir) nuevos conocimientos no son pocos pero sí son aislados, ello desemboca en una falta de atención por parte de autoridades y sociedad en general, lo cual desemboca en carente difusión científica y poca presencia en revistas internacionales. Bajo este aspecto, en la medida “en que se perciba” la importancia de la Comunicación Científica, la dependencia tecnológica y el desconocimiento de los aportes científicos, características de Bolivia y los países en vías de desarrollo, reducirán. • • •



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